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HISTORIA GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA Tomo 1/1

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Tomo 1/1
EN AMERICA LATINA
ENRIQUE D. DUSSEL
EN AMERICA LATINA
EN AMERICA LATINA
CEHILA Ediciones Sígueme
ISBN: 84-301-0831-9 (obra completa) ISBN: 84-301-0910-2 (vol. 1/1) Depósito legal: S. 237-1983 Printed in Spain Fotocomposición e impresión: Gráficas Ortega, S.A. Polígono El Montalvo - Salamanca
COMISION DE ESTUDIOS DE HISTORIA DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA
JUNTA DIRECTIVA
Secretario administrativo: Ricardo RamÍrez Vocales: José Osear Beozzo, Rodolfo de Roux
COORDINADORES
Area Brasil: Eduardo Hoornaert Area Caribe: Samuel Silva Gotay
Area México: Alfonso Alcalá Area América central: Rodolfo Cardenal
Area Colombia-Venezuela: Rodolfo Ramón de Roux Area andina: José Dammert B.
Area cono sur: Juan Villegas Area Estados Unidos: Ricardo RamÍrez
Area protestante: José Míguez Bonino, Carmelo Alvarez
HISTORIA GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA
Tomo 1. Introducción General Tomo 11. Brasil
Tomo 111. Brasil Tomo IV. Caribe Tomo V. México
Tomo VI. América central Tomo VII. Colombia y Venezuela
Tomo VIII. Area andina Tomo IX. Cono sur
Tomo X. Latinoamericanos en Estados Unidos Tomo XI. Filipinas, Mozambique y Angola
CONTENIDO
l. Aclaraciones metodológicas......................... .......... ................................... ..... ............ 17 1. Hacia una historia latinoamericana de la iglesia .............................................. 17
11. ¿Una nueva historia de la iglesia? ..................................................................... 56 2. La prehistoria religiosa latinoamericana.................... ....... ......................... ................ 103
1. El espacio latinoamericano ............................................................................... 103 n. La gigantesca marcha del Oeste al Este............................................................ 108
III. Ciclos de cultura nómada ................................................................................. 126 IV. Ciclos de cultura de plantadores....................................................................... 132 V. Ciclos de las culturas urbanas........................................................................... 136
3. La protohistoria de la iglesia latinoamericana........................................................... 157 1. Indoeuropeos, semitas e Iglesia primitiva ......................................................... 157
PRIMERA EPOCA. LA CRISTIANDAD AMERICANA................................................. 205
4. El modelo de cristiandad en América............... ......................... ..... ........ ................... 207 1. Del Mediterráneo al Atlántico .......................................................................... 207
n. La conquista...................................................................................................... 214 In. La cristiandad americana .................................................................................. 241 IV. Contradicciones proféticas en la cristiandad ................................................. ;.. 259
5. La evangelización latinoamericana ............................................................................ 281 1. La evangelización desde el modelo de cristiandad............................................ 281
11. Los trece ciclos evangeliza torios ................... .................................................... 299 In. Encuentro, métodos evangeliza torios y conflictos ............................................ 336 IV. Nacimiento del «pueblo cristiano».................................................................... 355
6. La organización diocesana de la Iglesia..................................................................... 366 1. Contexto metropolitano .................................................... :............................... 366
1. Concilios y sínodos........................................................................................... 472 11. El clero, el cabildo eclesiástico y los religiosos................................ ................. 516
8. La vida cotidiana de la sociedad ............................................................................... 561 1. La vida cotidiana del pueblo cristiano.............................................................. 561
11. Nivel ideológico en la vida de la cristiandad ......................... ........................... 620 nI. El protestantismo en la cristiandad americana........................ ......................... 650
9. La cristiandad colonial en la encrucijada .................................................................. 671 1. Crecimiento y crisis del siglo XVIII.................................................................. 671
ll. Períodos de la primera época de la historia de la igles}a en América latina.... 706
Indice general .......................... .......................... .. 717
PALABRAS PRELIMINARES
«Hay que seguir preguntándose sobre el sujeto del traba­ jo y las condiciones en las que vive... La iglesia está vivamente comprometida en esta causa ... , para poder ser verdaderamente la iglesia de los pobres» (Juan Pablo 11, Laborem exercens, 8).
Esta Historia general de la Iglesia en América latina es una obra que tiene conciencia de sus límites. Es una cantera abierta en la roca de la realidad latinoamericana de la cual sólo hemos por ahora desprendido algunos bloques. Los próximos decenios, las futuras ediciones de esta Historia general, irán moldeando el material todavía rico en posibilidades que ahora comenzamos a presentar. Nadie como los autores tienen entonces conciencia de lo que sería necesario todavía trabajar para mejorar nuestra obra. Sin embargo lo hecho es ya un testimonio de un trabajo en equipo, modesto, es verdad, pero realizado con espíritu cristiano, científico y de pobreza, si se tiene en cuenta lo exiguo de los recursos con que hemos contado y la generosidad de los autores que prácticamente han efectuado la labor sin recibir beneficio pecuniario alguno.
La historia de la Iglesia reconstituye la vida de la Iglesia conforme a la metodología histórica. Es un quehacer científico. Pero al mismo tiempo la historia de la Iglesia incluye como momento constitutivo de la reconstrucción del hecho histórico la interpretación a la luz de la fe. Es un quehacer teológico.
Se entiende teológicamente la historia de la Iglesia en América latina como la historia de la institución sacramental de comunión, de misión, de conversión, como palabra profética que juzga y salva, como Iglesia de los pobres. Aunque todos estos aspectos son expresiones vivas de un solo cuerpo, nos parece que es más convenien­ te por razones evangélicas, históricas y exigencias presentes, prestar especial atención en nuestro enfoque histórico al pobre, porque en América latina la Iglesia siempre se ha encontrado ante la tarea de evangelizar a los pobres (el indígena, el negro, el mestizo, el criollo, los obreros, los campesinos, el pueblo).
Este proyecto CEHILA se realiza en espíritu ecuménico con participación de católiCGs y protestantes.
Porque todas las realidades eclesiales de américa latina serán tenidas en cuenta, sin importar la lengua o la diversidad cultural o racial de las regiones estudiadas, se incluirá también la historia de la Iglesia entre los latinoamericanos en Estados Unidos, y por la unidad histórica se expondrá en un tomo las de Filipinas. Mozambique y Angola.
La obra se dirige no sólo al historiador erudito, sino que quiere servir al hombre contemporáneo, al cristiano comprometido por su fe en la Iglesia, laico, estudiante, profesor, ·dirigente, campesino, obrero, presbíteros, pastores, religio­ sas, etc., y a todo aquel que se interrogue sobre la Iglesia en América latina; a todo el que quiera informarse sobre la vida de la Iglesia.
Por ello CEHILA trabaja en equipo; con presencia de peritos en otras disciplinas que la historia, fomentando un diálogo de integración disciplinaria.
CEHILA es una comisión jurídicamente autónoma, académicamente libre. Los compromisos que asume, los asume por sí misma y eflfunción del servicio a la verdad, al pueblo de los pobres.
12 Palabras preliminares
Nuestra Historia general no sólo abarcará toda América latina, sino que reconstruirá los hechos eclesiales desde 1492 hasta nuestros días. La historia contemporánea, actual, no puede ser dejada de lado por el historiador.
Estos criterios definidos por CEHILA en los encuentros de Quito (1973), Chiapas ( 1974), Santo Domingo ( 1975) Y Panamá (1976) han guiado que se evidencian en los escritos que se reúnen en esta obra. No ha nacido todavía en América latina una escuela homogénea de historiadores de la Iglesia con igual metodología crítica. Esta obra quiere gestar dicha generación. Para ello, es evidente, habrá que trabajar en el futuro en el nivel del marco teórico para dar resultados de mayor coherencia.
En un momento histórico en el que el continente latinoamericano comienza a tomar conciencia de su existencia como cultura que emerge, como nación que se descubre profundamente dominada, en la que el pueblo sufre una historia injusti­ cia, la Iglesia va lentamente asumiendo su responsabilidad profética. Esta historia quiere contar la vida, la biografía de la Iglesia, para recordarle sus gestas en favor del pobre y al mismo tiempo la complicidad con los poderosos. Exaltará sus méritos pero no ocultará sus pecados. Quiere ser crítica y no apologética.
Este primer tomo, dedicado a una introducción general de la obra, no es una síntesis, sino una «entrada» a las diversas épocas y períodos de los tomos restantes. No es una síntesis, en el sentido de que no resume lo que allí se contiene. Por el contrario, se remite a la lectura de los tomos para comprender acabadamente la cuestión. Es sólo una introducción. Introducción del contexto mundial y europeo, tanto de la historia en general como de la historia de la Iglesia en particular. En los restantes tomos se da por sabido lo que aquí introductoriamente se contiene.
Sin embargo, por tener ante los ojos el material de los tomos restantes, cumple igualmente el papel de «puente» hacia el proyecto posterior de CEHILA de una historia de la Iglesia por época y períodos, y no ya por áreas como en este caso. Al mismo tiempo, en los Prolegómenos, los tres capítulos iniciales, se indica un marco teórico hipotético y un horizonte de comprensión que deberá ser tenido en consideración en toda la obra.
Hace veintidós años, en 1961 en Nazaret de Galilea, cuando trabajaba en el Shikum árabejunto a Paul Gauthier, y le relataba la historia de América latina, al emocionarme por el hecho de que un pequeño grupo de conquistadores habían vencido con Pizarro al imperio inca, aquel sacerdote obrero francés me preguntó: «¿Te emocionas por el dominador? ¿Es ésta una interpretación cristiana? ¿No es acaso el indio el pobre?». Con vergüenza comprendí que toda la historia aprendida era una inversión anticristiana, y, le escribí una carta a un amigo historiador: «¡Algún día deberíamos escribir una historia al revés, desde los pobres, desde los oprimidos!». Los sábados, en la sinagoga de Nazaret, leíamos y releíamos IsaÍas 61,1 y Lucas 14, 14: «El Espíritu del Señor me ha ungido para evangelizar a los pobres ... ». Lo que hace veintidós años fue una conversión, un sueño, hoy comienza a ser realidad. Algo de paciencia, mucho de resistencia para soportar la incom­ prensión.
Cuando en 1964 iniciábamos a elaborar las primeras hipótesis de este proyecto de la Historia General, habíamos pensado en la formación de un equipo de historiadores latinoamericanos. Sólo en 1972, el IPLA (Instituto Pastoral Lati­ noamericano) dependiente del CELA M, formó la Comisión de Estudios de Historia de la Iglesia en América latina (CEHILA). En la reunión de Montevideo de aquel año, y en la primera asamblea fundacional de.CEHILA en Quito en enero de 1973, se dieron los pasos iniciales. Los años han pasado y la obra ha llegado a su término.
Palabras preliminares 13
Debo indicar que las páginas correspondientes al Protestantismo -en este tomo pocas por la época, pero más numerosas en el tomo 1/2- son debidas aJean Pierre Bastian, del equipo de CEHILA y profesor de historia del protestantismo en México.
No debo terminar estas palabras sin agradecer a Jaime Díaz, el primer secretario ejecutivo de CEHILA -de 1972 a 1980-, sus generosus servicios a la Comisión, sin los cuales ciertamente no hubiéramos podido llevar a cabo los trabajos que durante años llevamos a cabo.
Tenemos conciencia, de todos modos, que esta Historia General es sólo el comienzo de una obra. En los años venideros surgirán otras y así se irá construyen­ do una interpretación de nuestra Iglesia a la altura de las exigencias del pueblo cristiano latinoamericano.
Rogamos al Señor nos siga ayudando como hasta el presente. Ofrecemos estos trabajos a Mons. Oscar Arnulfo Romero, amigo, que tanto nos apoyara, mártir y héroe de la Iglesia latinoamericana.
ENRIQUE DUSSEL Coordinador general del proyecto
PROLEGOMENOS
1. Ampliaci6n del concepto de religi6n
Desearíamos comenzar la exposición epistemológica con el relato y refle­ xión de un hecho histórico, de gran densidad espiritual, de gran importancia metodológica para la historia.
a) Bartolomé de las Casas en Cuba (1514)
Se comentará el capítulo 79, del libro III de la Historia de las Indias del nombrado autor. Bartolomé había llegado a las Indias, a la Española, el 15 de abril de 1502, con el gobernador Nicolás de Ovando. De inmediato había luchado contra los pobres indios tainos, y por sus actos en diversas expedicio­ nes conquistadoras recibió una encomienda de indios cerca de Concepción de la Vega, en la misma isla. Es verdad que, como laico, organizó la catequiza­ ción de los indígenas, siendo doctrinero. En 1507 partió hacia España, porque había sentido vocación para el sacerdocio (quizá la primera vocación sacerdo­ tal americana): fue ordenado en Roma en 1510 '.
Regresó a Concepción de la Vega, donde conoció a fray Pedro de Córdoba OP, que también acababa de llegar a América. Allí celebró su primera misa, siendo así el «primer misacantano de América». El mismo Diego de Colón fue su padrino. Partió con Pánfilo de Narváez en enero de 1513 a la sangrienta conquista de la isla de Cuba, y contempló la matanza de indios de Caonao, recibiendo como pago un «repartimiento» de indios. Es decir, Bartolomé era un cura encomendero, a las orillas del río Arimao. Durante doce años había sido· cómplice de la conquista del Caribe:
El clérigo Bartolomé de las Casas --escribe sobre él mismo- andaba bien ocupado y muy solícito en sus granjerías, corno los otros, enviando indios de su repartimiento a las minas, a sacar oro y hacer sementeras, y aprovechándose dellos cuanto más podía ~ -
Llegando Diego Velázquez a la Villa de Santo Espíritu, y como «no había en toda la isla clérigo ni fraile», Bartolomé de las Casas, «llegándose la Pascua
1. Cf. M. Giménez Fernández. Bartolomé de las Casas, Delegado de Cisneros (1516-1517) 1, Sevilla 1953; consúltese mi trabajo Bartolomé de las Casas, en Desintegración de la Cristiandad colonial y liberación, Salamanca 1977. En el torno 1/2 de esta Historia general se incluirá una bibliografía general, también de este torno II l.
2. Historia de las Indias, 111, cap. 79; t. 11, Madrid 1961, 356 s.
18 Prokg6metros
de Pentecostés, acordó dejar su casa que tenía en el río de Arimao, e ir a decirles misa y predicarles aquella Pascua», y continúa:
El cual, estudiando los sermones que les predicó la pascua pasada, o otros por aquel tiempo, comenzó a considerar consigo mesmo sobre algunas autoridades de la sagrada Escritura 3.
Es importante considerar dos aspectos. En primer lugar, escribe Barto­ lomé: «aprovechóle para esto lo que había oído en esta isla Española decir y experimentado, que los religiosos de Sancto Domingo predicaban»4; es decir, la crítica profética de Montesino pasa a Bartolomé, pasa de mano en mano en la tradición viviente e histórica. Bartolomé se inscribe, entonces, en la escuela profética, la primera en América, de los dominicos. En segundo lugar, es 'la relectura bíblica lo que le permite entroncarse con el profetismo de Israel y de toda la historia de la Iglesia. En efecto:
Fue aquella principal y primera del Eclesiástico (Sen Sira), cap. 34: "Sacrificios de bienes injustos son impuros; no son aceptadas las ofrendas de los impíos. El Altísimo no acepta las ofrendas de los impíos ni por sus muchos sacrificios les perdona el pecado. Es sacrificar al hijo en presencia de su padre. robar a los pobres para ofrecer sacrificio. El pan es vida del pobre, el que se lo defrauda es homicida. Mata a su prójimo quien le quita su salario, quien no paga el justo salario derrama su sangre,. 5. Comenzó -continúa Bartolomé-, digo, a considerar la miseria y servidumbre que padecían aquellas gentes ... Aplicando lo uno (el texto bíblico) a lo otro (la realidad caribeña), determinó en sí mismo, convencido de la misma verdad, ser injusto y tiránico todo cuanto cerca de los indios en esta India se cometía &
Bartolomé no pudo ofrecer su misa. Primero liberó a sus indios (<<acordó totalmente dejarlos»), y comenzó su acción profética, que como en Santo Domingo con Antón de Montesinos, «quedaron todos admirados y aún espan­ tados de lo que les dijo» 7.
La conversión de Bartolomé, conversión espiritual (<<tractando de la vida contemplativa y activa, que es la materia del Evangelio de aquel día, tocando en las obras de caridad ... fuéle necesario mostrarles la obligación que tenían a las cumplir y ejercitar en aquellas gentes de quien tan cruelmente se servían» ) 8, fue el fruto de relacionar dos realidades que no habían sido comparadas por los conquistadores (ni tampoco por otros misioneros antes de los dominicos): la realidad de la liturgia, el culto, la misa, la eucaristía y la realidad de la estructura social, la explotación del indio, la dominación del prójimo. Estas dos realidades, liturgia y economía, es lo que le reveló el texto bíblico, releído en la isla de Cuba, aquel día de abril de 1514. Bartolomé recuerda todavía, antes de su muerte, y deja escrito en su Testamento, aquel memorable día:
Por la bondad y misericordia de Dios. que tuvo por bien de elegirme por su ministro sin yo se lo merecer, para procurar y volver por aquellas universas gentes ... 9.
3. Ibid. 4. Cf. más adelante capítulo V. 5. El texto consta en la Historia de las Indias, en latín. Lo hemos traducido teniendo en
cuenta el original griego. 6. o.C., 356-357. 7. Ibid., 358. 8. lb id. 9. Cláusu/Q del Testamento, en O.C., V, 539.
Aclaraciones metodológicas 19
El texto bíblico inaugura una tradición profética -procedente de los dominicos de la Hispañola, pero que en Bartolomé logrará una coherencia máxima-o El Eclesiástico 34,18-22 tiene una estructura teológica que es necesario considerar en detalle.
En primer lugar, el «pan es la vida del pobre». El pan, en el mundo del Mediterráneo (cultura del trigo), es la realidad y el símbolo del producto del trabajo del hombre. Es decir, hay una primera relación persona-naturaleza, que denominaremos relación productiva (o poiética, del griego: poíesis, poiein, hacer, producir, fabricar). La relación privilegiada productiva es el trabajo.
ESQUEMA 1.1
trabajo Persona l-------------.,¡
producto (el «paD))
Naturaleza (la «tierra»)
En el ofertorio de la misa católica actual, el celebrante dice en un momento: te ofrecemos «este pan fruto de la tierra y del trabajo». En esta oración litúrgica se encuentran los tres momentos: trabajo, tierra (naturaleza), pan (producto). Esta relación material (sacramental) del hombre con el cos­ mos, constituye a dicho cosmos en «materia» (naturaleza) del trabajo. Sin trabajo no hay «materia» de trabajo. No se trata de la «materia» en su sentido cosmológico (<<todo es materia»), sino en su sentido productivo o poiético: el sujeto humano que trabaja (el trabajador) es el a priori; sin trabajador no hay «materia». Es decir, el trabajo, como actividad humana es el momento constitutivo de la naturaleza como materia. Este sacramentalismo (o materia­ lismo productivo) está arraigado en el humanismo semita, en el hebreo. Es la antropología del habodáh, del trabajo manual, al que tanto los fariseos como los apóstoles y el mismo Jesús de Nazaret fueron siempre muy fieles.
La historia, para ser historia interpretada con ciencia y con fe cristiana, deberá siempre saber remitirse a este aspecto fundamental, sacramental, de la relación del hombre (la creatura por excelencia) y la «tierra» (lo no-humano en la creación). Es por ello que tendrá importancia, como tipos de trabajo, el que hablemos de culturas prehistóricas de cazadores y recolectores (nómadas), de plantadores, o de urbanos (agricultores y pastores). Pero también será importante hablar en su momento de capitalismo mercantil o «industrial», ya que la industria es un tipo particular…