25
HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS ALCALDÍA GUSTAVO A. MADERO

HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

  • Upload
    others

  • View
    74

  • Download
    3

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

HISTORIA ORAL DE LA COLONIA

TRES ESTRELLASALCALDÍA GUSTAVO A. MADERO

Page 2: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Esta edición tiene el apoyode la Alcaldía Gustavo A. Madero.

Investigación, entrevistas y recopilación:José Ángel Cruz Pérez García.

Una memoria dedicada a las vecinas y vecinos orgullosos de compartir sus recuerdos, anécdotas, historias personales y evocar a personajes trascendentes que con esfuerzo, organización y

perseverancia, construyeron la colonia Tres Estrellas.

Primera edición, 2019

D.R. GUSTAVO A. MADEROISBN:

Impreso en México

Page 3: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Agradecimientos:

Esta edición no sería posible sin la participación de los descendientes de los fundadores de nuestra colonia: Doña Cuquita con sus vivencias de primera mano y sus testimonios gráficos; Margarita Zavala, aportando documentos, fotografías y la búsqueda de testimonios vivos para esta memoria; a Don Paco y Don Darío, por brindarnos una visión muy personal de la construcción de la colonia; a la familia Bautista Muñoz, por la confianza brindada, entre otros.

Patente también mis gratitudes a mis camaradas que desde abril de 2019 compartimos angustias y alegrías en este afán de construir caminos que nos lleven al encuentro de una identidad y unidad plena de los vecinos de la colonia Tres Estrellas.

Saúl, Tomas, Alejandro, Ome, Tere, Don Adrián, Ana, Alicia y por supuesto a Marcela.

También a la Primera Alcaldía de la Gustavo A. Madero, encabezada por el Doctor Francisco Chíguil, quien dio su visto bueno para la publicación de esta memoria y nuestro reconocimiento a la Licenciada Ana María Alvarado Morales, Directora General de Participación Ciudadana, por ser un vínculo importante de comunicación con las diferentes áreas de la Alcaldía.

Page 4: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

PRÓLOGO

La pertenencia a un territorio o conglomerado urbano, nace del conocimiento de su historia y de la trascendencia de sus personajes. Los orígenes de nuestro espacio habitacional, los procesos de transformación y la unidad en las luchas colectivas para alcanzar los servicios esenciales para una vida digna, son parte de los contenidos de esta investigación.

La inquietud de un colectivo de vecinas y vecinos preocupados por despertar conciencias y la participación comunitaria, brinda la oportunidad de conocer a través de la historia oral, documentos y archivos familiares, la trascendencia histórica de la colonia Tres Estrellas en el perímetro de la Alcaldía de Gustavo A. Madero.

Revalorando y reivindicando nuestro territorio, construiremos poco a poco un sentido de arraigo, pertenencia, identidad y orgullo, permitiendo una integración comunitaria atenta a los problemas de la colonia como seguridad, servicios urbanos, mantenimiento y cuidado de espacios comunes, eventos culturales, recreativos y deportivos, entre otros.

Esfuerzo editorial compartido con el apoyo de la Alcaldía Gustavo A. Madero, reconociendo la importancia de la participación ciudadana en territorios donde las tradiciones y costumbres se diluyen, por coexistir en un mismo espacio, personajes de diferentes rumbos de la ciudad o del país, con intereses y expectativas culturales diferentes.

Esperamos que conociendo parte de la historia de más de ocho décadas, nos ayude a encontrar ese sentido de pertenencia. El origen de los lugares emblemáticos como escuelas, mercado, asta bandera e iglesia; la trayectoria de personajes trascendentes, los establos, las pulquerías, las celebraciones, abonan a este ejercicio. Esta historia compartida es sólo un primer capítulo, hay más que contar e investigar para seguir trascendiendo como comunidad y como espacio urbano.

José Ángel Cruz Pérez García

Page 5: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Anegados o pantanosos durante milenios, los terrenos que ocupa hoy la colonia Tres Estrellas no tienen, en apariencia, trascendencia histórica ni relevancia importante en nuestro entorno urbano, sin embargo a través de documentos, fotografías, aportaciones orales y circunstancias fortuitas, podemos descubrir las diferentes etapas evolutivas de esta región del norte de la ciudad.

Son las obras de la línea cuatro del metro en 1978, las que abren un portal de conocimiento sobre algunos aspectos de la prehistoria de esta zona. El esqueleto de mamut encontrado en la unidad oriente de la estación Talismán del metro, nos remite a las formas de vida de la fauna y flora de hace aproximadamente 12,000 años y nos aporta un panorama asombroso.

De acuerdo a la cédula descriptiva de los restos óseos del mamut del metro Talismán, sabemos que hace “doce mil años en la cuenca de México ocupada por lagos a la orilla de los cuales vivían animales de diversos tamaños, tales como el mamut y mastodonte de la familia de los proboscídeos; camélidos como las llamas, alpacas y dromedarios; caballos de varias tallas, bisontes, armadillos gigantes, megaterios, tigres colmillos de sable, venados y conejos, entre otros. En algunas ocasiones los antiguos habitantes de la Cuenca de México los cazaba para alimentarse. Hoy todos ellos se han extinguido, pero sus osamentas se encuentran al efectuar obras públicas. Cerca de esta estación se encontraron los restos del mamut (Mamuthus Archidiskodon) el cual se muestra tal y como se encontró”.

Los arqueólogos Francisco Ortuño Cos y Luis Alberto López Wario, del equipo de salvamento arqueológico del Instituto Nacional de Antropología e Historia describen “un ejemplar de cuatro metros de altura, muerto hace 10,000 o 12,000 años sin ninguna intervención humana. Para la exhibición de estos vestigios se utilizaron restos óseos de otros ejemplares para poder apreciarlo en su totalidad. Esta especie vivió en el norte del continente americano durante el periodo del pleistoceno o edad del hielo. En aquel tiempo la Cuenca de México se componía de varios lagos y pantanos donde habitaba fauna actualmente extinta”. (Página electrónica www.mexicodesconocido, 8 de mayo del 2019).

Podemos imaginar que hace diez mil años los predios de la Colonia Tres Estrellas, eran la ribera de un gran lago y su profundidad era relativamente baja por lo que podían internarse y bañarse en sus aguas las grandes especies de esa época.

Page 6: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

1 Zona Lacustre del Valla de México, la Colonia Tres Estrellas ubicada al SUR de la Sierra de Guadalupe, entre el Albarradón de Nezahualcóyotl y la Calzada Tepeyac

ÉPOCA PREHISPÁNICA Al correr los milenios, el Valle de México recibe la llegada paulatina de tribus nómadas que comienzan a instalarse y formar poblaciones a las orillas de la zona lacustre. Estos lugares eran espacios dedicados a la caza, pesca o recolección, donde era posible encontrar sal, algas, diversos géneros de peces y anfibios, especialmente boquerones, mextlapiques, ajolotes, ranas, carrizos. El lago era destino de numerosas aves migratorias, como la gallareta, patos de diversas variedades, garzas, chichicuilotes, y otras muchas especies.

Por estos rumbos y de acuerdo a uno de los cronistas de la Gustavo A. Madero, Emilio Soto la Marina, los asentamientos más antiguos los encontramos en Arbolillo, Ticomán y Zacatenco con vestigios de presencia humana de 1,500 años de antigüedad.

El desarrollo de los pueblos prehispánicos de la cuenca de México, poco a poco va transformando la zona de los grandes lagos: “Chinampas, calzadas, diques, albarradones, obras de defensa contra inundaciones y trabajos de drenaje, conducción de agua dulce por medio de canales, acequias y acueductos, formación de lagunas y pantanos artificiales”; entre otros, conforman el horizonte lacustre. (Revista Arqueología Mexicana, “Lagos del Valle de México”, Vol. XII. Núm. 68, p.p. 29).

En esta época, mapas y referencias prehispánicas ubican los terrenos de la colonia Tres Estrellas en una zona conocida como Laguna de México ubicada entre el Albarradón de Nezahualcóyotl al oriente y la Calzada del Tepeyeac al poniente.

Page 7: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

De acuerdo a datos históricos y bibliográficos, en 1431, después de derrotar al señorío de Azcapotzalco, se construyeron obras de gran envergadura donde se distingue la construcción de la Calzada dique del Tepeyac, que corría de norte a sur y unía tierra firme con México-Tenochtitlan y contenía las aguas dulces de los ríos que desembocaban en la parte occidental del lago.

En 1446, la Ciudad de México-Tenochtitlan sufre una terrible inundación, “pasada la calamidad con grandes pérdidas para la ciudad, Moctezuma consultó con el sabio Rey Nezahualcóyotl sobre lo que sería conveniente hacer para librar a México de ser invadido por otra inundación”. Se propone entonces la construcción del albarradón desde Iztapalapa hasta Atzacualco.

Moctezuma ordena a “Atzcapotzalco, Coyohacan y Xochimilco, le suministrasen algunos millares de estacas muy gruesas, mientras a otros pueblos les ordenó que condujesen toda la piedra necesaria para la construcción de la obra. Se convocó a los habitantes de Tacuba, Colohuacan, Tenayuca e Iztapalapa para la ejecución de tan importante obra; de tres leguas de largo y veintidós varas de ancho”. La obra culminó en 1449 y es conocido como el Albarradón de Nezahualcóyotl. (Historia de México, Niceto de Zamacois, Cap. XIII, p.p. 367-368).

Page 8: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

ÉPOCA COLONIAL

La historia de la “Hacienda comunal indígena”, conocida como Santa Ana de Aragón, nos brinda algunos antecedentes sobre las fincas de la Tres Estrellas.

Esta hacienda perteneció a la parcialidad de Santiago Tlatelolco de la Ciudad de México, y sus orígenes se encuentran en el siglo XVII, cuando los indios de esa parcialidad presentan una reclamación sobre unas tierras llamadas Nepantla, ubicado en las inmediaciones donde hoy es el santuario de la Villa de Guadalupe.

Cuauhtémoc, último tlatoani y gobernante de Tlatelolco, entrega en donación a los Tlatelolcas los “derechos de pesca de la laguna” de México, “de sus aguas, de sus márgenes y de las aguas y de las ciénegas”. El regalo se consigna en un mapa y una pintura que, según los reclamantes, el emperador en persona había mandado a hacer.

En 1713 la Real Audiencia declaraba que “las tierras eran incuestionablemente ejidos y, como tales, pertenecían a la ciudad, pero que su usufructo pertenecía a la parcialidad de Santiago, con la expresa prohibición de que las vendiera, las enajenara, las cultivara o se extendiera a otras. La ley lo autorizaba a arrendarlas si mediaba la intervención del juez de naturales”.

Sin embargo, es de hacerse notar la dilatada extensión en tierras y aguas que abarcaban los bienes de la comunidad de Santiago Tlatelolco, y no precisamente porque lo hubiera determinado el fallo mencionado de la Real Audiencia. Más bien se debió a que la parcialidad violó flagrantemente en su propio provecho las condiciones que se le habían impuesto para conservar los beneficios. Por encima de los términos en que estaba concebido el auto del tribunal, los indios de Santiago Tlatelolco hicieron prevalecer los límites y las medidas, mucho más vastas, fijados en los títulos del antiguo rey.

Esta parcialidad había manifestado desde el principio su “deseo y devoción al bautizar a la futura hacienda como Santa Ana. Pero fue tan largo tiempo que el alférez de Aragón la arrendó, que como en muchos otros casos, la comenzó a llamar con el apellido del arrendatario. Ambos nombres se usaron alternativamente en una o en otra época, pero finalmente dominó el de Aragón”. A continuación presentamos un cronograma de los arrendatarios de la Hacienda de Santa Ana Aragón y el usufructo que hicieron de ella durante casi un siglo de dominio colonial:

Page 9: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Años Suceso y/o arrendatario Acciones 1713 La Real Audiencia declara que las

tierras del norte eran ejidos de la ciudad, pero su usufructo correspondía a Santiago con la prohibición de que las vendiera, las enajenara, las cultivara o se extendiera a otras. La ley autorizaba arrendarlas.

Se reciben doce caballerías de tierras pastales para ganado. Realizan modificaciones en la zona norte del lago que exponen a la ciudad y a sus barrios a posibles inundaciones.

1713-1754 Se concede el arrendamiento al Alférez Blas López de Aragón, 20 caballerías y un sitio de ganado mayor por nueve años, por la cantidad de 700 pesos anuales.

Se procura agua y la canaliza para el riego, en el zanjeo y conversión de las Ciénegas en tierras labrantías y, construye un tramo de atarjea al santuario de Guadalupe y una presa; además, permitió que los indios santiaguinos aprovecharan los productos de la laguna sin cobrarles un sólo tomín. La entrega en 1754 sin ganados ni aperos y con las viviendas en muy mal estado.

1754-1762 Los gobernadores indígenas Don Ignacio Martínez de San Roque y después Don Matías de los Ángeles de la parcialidad de Santiago, se encargan de proveerla de implementos necesarios.

Compra de aperos, reparar las casas y aumentar los ganados.

1762-1765 Se arrendó al Conde de San Mateo de Valparaíso Don Miguel de Berrio, por 1,385 pesos anuales.

Se le obligó limpiar el Río de Guadalupe y las acequias cercanas y conservar los puentes que las cruzaban, pero una terrible inundación terminó con sus intenciones.

1765- 1768 Por órdenes del Virrey se entrega a Don José Joaquín Moreno, escribano del Juzgado General de Indios, la administración de la Hacienda.

Fomentó el arriendo de los pastos, puso en orden los ranchos existentes, sembró varias tierras y multiplicó las ganancias; disminuyó la explotación ganadera en favor de la agrícola, se mejoró a las tierras.

1768- (…) Don Domingo de Rábago. Habilitó fincas, cuidó de las siembras y pagó a los peones.

1772- (…) Se arrendó a Francisco López. No hay antecedentes y se especula de una mala administración por las condiciones en que dejó la Hacienda.

1782-1787 Se arrendó a Francisco Menéndez Valdés.

Se compromete a “abrir abordar y desazolvar las acequias; a resguardar las tierra, los pastos y sembrados y a limpiar el Río de Guadalupe”. No cumple lo pactado y ocupa algunas habitaciones de la casa como corrales. Dedicó la hacienda a la

Page 10: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Las tierras de la Hacienda de Aragón eran tierras indómitas sin cultivar ni labrar, sólo servían “para echar los ganados al salitre”, pero los arrendadores con acuerdos con los habitantes de la parcialidad de Tlatelolco lograron elevar su valor y encender muchas codicias; era opulenta en aguas, en tierras y a mediados del siglo XVIII se contabilizaban 71 caballerías.

En una descripción de finales de ese siglo se asienta: La Hacienda de Santa Ana, Aragón, “es una dilatada planicie cuyo límite septentrional, empalmado en la orilla izquierda del río Guadalupe, al prolongarse hacia el oriente, desaparecía bajo interminables ciénegas. Varias hileras de magueyes se hilvanaban sobre el bordo del mismo río hasta una lengüetilla de tierra llamada Punta del Río.

Allí y en otros parajes cercanos, se levantaban unos terremotes donde se destilaba el agua de sal, y unos ranchitos (chozas) fabricados de adobe y céspedes en cuyo interior la sal se quemaba y requemaba en hondas pailas de cobre. No existía ninguna señal de los límites orientales, porque en ese rumbo todo lo señoreaba la laguna de Tetzcoco”

Imagen #2. Hacienda Aragón, finales del siglo XVIII. Mapa Archivo General de la Nación.

Page 11: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

La Hacienda de Santa Ana de Aragón en tres ocasiones vio afectado su territorio, la primera en 1741 para el fundo legal del pueblo de Guadalupe con una cantidad de seiscientas varas cuadradas, con una población de cincuenta familias de españoles y mestizos, y ciento diez indígenas.

Por este acontecimiento la Hacienda de Santa Anna Aragón fundó al oriente un rancho que sirviera de límite entre la villa y la hacienda, formando el núcleo del pueblo de San Juan de Aragón, mientras que al sur del santuario se ubicaba el casco de la hacienda. La segunda ocasión fue con la creación del pueblo de San Juan Ixhuatepec y en 1804, se tomaron tierras de la Hacienda para fundar la Villa de Guadalupe.

Las parcelas de la hacienda se denominaban tierras de “pan sembrar, de riego y de temporal; en su mayor parte sus suelos –antiguos pantanos–, poseían una gran proporción de tequesquite”, pero se les daba un tratamiento y asimilaban el cultivo de cereales con resultados excelentes ya que se consideraban “el mejor de los alrededores” al igual que el fruto de sus huertas, catalogadas de gran sazón y gusto. Los pastos del norte se destinaron a la especie ovina y los del oriente a la mular y equina.

Infinidad de personajes laboraban en estos territorios como gañanes, tlaquehuales, boyeros, muleros, milperos, carpinteros, terrazgueros, jornaleros, oficiales, sirvientes domésticos, arrieros, mayordomos y algunos más formaban parte de la parafernalia cotidiana de la hacienda. (Síntesis de la Ponencia de Delfina López Sarrelangue, de la UNAM, sometida al XXXIX Congreso Internacional de Americanistas en 1979).

El movimiento de independencia, desvanece los privilegios con los que contaban los indios de la parcialidad de Santiago Tlatelolco; las leyes españolas ya no tenían vigencia y el Juzgado General de Naturales había desaparecido. Su desamparo es motivo de ambiciones particulares, pues en 1820, la Villa de Guadalupe pidió la mitad de la Hacienda, pero la Ciudad de México reclama la propiedad y en 1828 se declara el municipio de la Villa de Guadalupe Hidalgo.

Como dato histórico en 1848 se firma en este municipio el Tratado Guadalupe-Hidalgo, donde la patria pierde la mitad de su territorio con Estados Unidos.

De septiembre de 1847 a julio de 1848 la Ciudad de Guadalupe Hidalgo se convierte de facto en una de las tres capitales federales de México, al ser residencia oficial de los presidentes Antonio López de Santa Anna, Pedro María Anaya, Manuel de la Peña y Peña y José Joaquín de Herrera.

Page 12: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Una de las preocupaciones de este siglo fue continuar y finalizar los trabajos que iniciaron desde la época prehispánica y continuaron en la época colonial para desecar la zona lacustre del Valle de México. En 1892, en pleno régimen de Porfirio Díaz se concluyen las obras del tajo de Nochistongo y para reforzar esta estrategia se construyen el túnel de Tequixquiac y el Gran Canal, logrando la desecación paulatina de los lagos y convirtiendo grandes extensiones en pantanos o llanos, despertando la codicia de fraccionadores e invasores de tierras.

Como consecuencia, comienzan a surgir ciudades satélites hacia el norte y el poniente de la ciudad, iniciando la absorción de las zonas rurales de antiguas haciendas, ranchos y pueblos originarios. Este fenómeno se da en virtud de que los terrenos del oriente próximos a la laguna, eran salitrosos y áridos. Barrios como Santa Ana, Tlatelolco y Peralvillo, surgen entre 1858 y 1883 al norte de la ciudad, pero de 1884 a 1900 se registra un crecimiento dirigido hacia el noroeste al desarrollarse por colonias habitadas como la Valle Gómez.

En este proceso, interviene también el desarrollo de nuevas formas de movilidad como los tranvías y los ferrocarriles en el transporte de mercancías y en el traslado de obreros a puntos lejanos de sus lugares de origen. Este crecimiento y ampliación de rutas, estimulan las inversiones y la creación de infraestructura para la reparación de calles y la construcción de nuevas avenidas, integrando así a otras poblaciones a la traza urbana con lo que se incrementa la extensión de la ciudad.

En esta época es necesario mencionar el nacimiento de la colonia Estrella, que en la década de los treinta surge como un fraccionamiento de última generación, con los nuevos conceptos urbanos de ese tiempo. Su desarrollo planificado y los alcances de los servicios urbanos como agua, luz y movilidad en transporte, como el servicio de transporte ferroviario, la hacía un destino deseado por familias solventes. Su influencia en los eventos cotidianos de la Tres Estrellas, son determinantes para la construcción de nuestra colonia.

Mapa de la Ciudad de México y sus alrededores publicado por la Compañía de Luz y Fuerza Motriz y por Compañía de Tranvías de México S.A. 1932.

Page 13: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

COLONIA TRES ESTRELLAS

Con más de 80 años de ser erigida, la colonia Tres Estrellas, guarda historias personales y colectivas de lucha y esfuerzo por alcanzar la convivencia óptima entre sus pobladores.

Ocupando el perímetro del antiguo Potrero de San Agustín de la Hacienda de Aragón, el espacio comienza a ocuparse a partir de 1933 coincidiendo con la industrialización de esta zona norte de la ciudad.

Pastizales, ríos y canales se esconden en las entrañas de sus calles y avenidas; historias de pulquerías, celebraciones colectivas, servicios de abasto, agua, luz y drenaje, entre otros; fueron procesos donde los fundadores con sus familias son actores primordiales.

En el principio, las calles tenían nombres de Nortes y Orientes, pero en septiembre de 1957 a las calles se les denomina como ahora las conocemos. Por otro lado, Victoria, Tesoro y Joyas, podrían insinuar una continuación o ampliación de la Colonia Estrella, sin embargo como dice doña cuquita, “allá tienen piedras preciosas, pero aquí son más brillantes”.

Los llanos que se extendían hacia al norte y oriente, los ríos y canales, los sembradíos de aquellos primeros años; establos, pulquerías, baños públicos, el primer teléfono público; los improvisados postes de luz, las largas filas para sacar agua del pozo en Granito y Joyas, el mercado de madera de Espinela; después, la búsqueda de acceso a la educación y la construcción de lugares emblemáticos: las escuelas, el asta bandera, el mercado, la iglesia con sus fiestas y el metro, todo ello acompañado del paso intermitente del Ferrocarril de pasajeros a Hidalgo o los trenes de carga para aprovisionar a las fábricas de la periferia, que marcaban horarios y templaban la paciencia personal.

La simbólica asta bandera, corazón de la colonia Tres

Estrellas. Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 14: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

ENTREVISTAS CON LA COMUNIDAD

Más de ocho décadas cumplen los habitantes de La Tres Estrellas de compartir espacios y coincidencias cotidianas; desde los vecinos que construyeron unidos este pequeño espacio urbano, hasta las nuevas generaciones que hoy siguen luchando por alcanzar el bienestar familiar en educación, cultura, seguridad y otros aspectos de la vida de este pequeño barrio. Hoy, la memoria colectiva aporta elementos para alimentar el orgullo de pertenencia y arraigo en estas 22 hectáreas de historias compartidas y nos ayuda a reivindicar a la Colonia Tres Estrellas como una unidad comunitaria importante y trascendente para la Alcaldía Gustavo A. Madero.

Refugio Antelma Quintero Sánchezen la Escuela David Próspero Garcia con la profesora Diana.Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 15: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Mi padre Adolfo Quintero Tlalpan ayudó en la construcción de la Colonia Tres Estrellas. Vecina de la calle de Asperón, 71 años.

Sí alguien conoció y vivió de cerca las vicisitudes de la Colonia Tres Estrellas es Doña Refugio Antelma Quintero Sánchez. Su carácter afable y su lúcida memoria nos trasladan a épocas de organización, lucha y solidaridad para obtener los servicios básicos de los que ahora disfrutamos como agua, drenaje, luz, escuelas, abastecimiento e iglesia.

En sus reminiscencias, es constante la evocación a Don Adolfo Quintero Tlalpan, su señor padre, quién gracias a sus contactos y relaciones convoca a comerciantes, frailes, políticos y a la incipiente colectividad de la colonia, para darles garantías mínimas de orden y convivencia.

Refugio Antelma Quintero Sánchez, nació en 1948, y es la sexta y última descendiente –después de cinco hombres–, de Don Adolfo. Su casa de la calle de Asperón, fue el espacio desde donde se planeaban los futuros acontecimientos de la colonia y a donde llegaban los personajes que ayudarían a transformar este pequeño entorno urbano.

Adolfo Quintero Tlalpan y el Presidente Adolfo López Mateos, inaugurando el mercado de la Tres Estrellas. Septiembre de 1963.Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 16: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

La primera evocación de Doña Refugio la dedica a la numeralia del espacio: “En 1948 no había tantas casas como ahora, había como diez casas”. Estos dominios, continua, -“los vendió un señor llamado Lazo Noriega, pero anteriormente eran predios de la Hacienda de San Juan de Aragón, donde se sembraba maíz y trigo”.-

-“Mi familia, -asegura-, llega a estos terruños en virtud de que mi padre, que era taxista en aquel entonces, escuchó de un pasajero que estaban vendiendo terrenos por esta zona. Así, se adquieren el terreno de Asperón, en aquel entonces Norte 58-A. Las calles todavía no tenían los nombres de piedras como ahora; cambiaron el nombre de las calles porque en la colonia Río Blanco también hay Nortes 55 y 58 y para no confundirse le pusieron el nombre de piedras, pero siguiendo la lógica de la planificación urbana con la colonia Estrella con quién compartimos las calles de Joyas, Tesoro y Victoria. Allá, -dice sarcástica-, tienen nombres de piedras brillantes, pero las de aquí son más preciosas”, - culmina orgullosa.

Sin tener la certeza, recuerda que la colonia es bautizada como Tres Estrellas, por la fábrica harinera que se instala en esos años, por estos rumbos. -“La empresa pertenecía a los hermanos Lance y venía de por allá, de Tlalpan”, -asegura. También, afirma, a ellos les vendió el señor Lazo Noriega. Poco a poco, Doña Refugio despabila sus recuerdos y habla de las calles y predios baldíos llenos de tierra, -“cuando llovía esto era vil lodo y era difícil caminar por estos lugares. En Victoria pasaba un riachuelo de agua sucia; Talismán también era un colector de agua sucia a cielo abierto y con mucho mosco. Con la lluvia crecía hierba y se podía ver pasto por todo el derredor de la colonia. En ese tiempo mi padre aportó cinco árboles, puros pinos, para sembrarlos en los alrededores, algunos los regaló a los vecinos para que le ayudaran a plantarlos”.-

Vecinos de la colonia, formados en Pedernal y Joyas para surtirse de agua para sus viviendas. El agua la sustraen de un pozo. Se menciona el año de 1939. Foto: Refugio Antelma

Quintero Sánchez

Page 17: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Cuando habla de los servicios, hace evidente la carencia absoluta de los mismos: -“Para el agua se hacían pozos artesianos, en esos donde escarbaban y escarbaban hasta encontrar agua. En nuestro caso, mis hermanos iban por agua a una fábrica de la Guadalupe Tepeyac llamada El Maratón, se equipaban de un palo resistente y de dos cubetas colgando de gruesos y macizos lazos.

En tiempos de lluvia era difícil de transportar el agua por el lodo que se hacía”. Después, evoca las tomas de agua que se colocaron en diferentes puntos de la incipiente zona urbanizada: “la primera se colocó en 1940 y estaba en Asperón y Tesoro, donde la gente se formaba para recoger el agua; la segunda estaba en Joyas y Oniquina, y ahí acudíamos con nuestros botes y cubetas para llevar agua a nuestras casas”.- Al tocar el tema de la luz, suelta una carcajada por la reacción de las señoras: -“Aquí todos se colgaban de la luz, cuando comenzaron a regularizar el servicio la compañía comenzó a quitar los diablitos generando el reclamo de las vecinas que vivían en Joyas. Las señoras indignadas fueron a ver a mi papá Adolfo. Y él sabía que pronto se iba a regularizar el servicio para todas las casas y en forma de broma les dijo: “pues volteen la camioneta”.

Pues dicho y hecho, después los que fueron a buscar a mi papá eran los trabajadores de la compañía de luz, para quejarse que las señoras de Joyas habían volteado su camioneta. Así de bravas eran nuestras madres y abuelas”, -concluye divertida Doña Cuquita.

En el tema educativo, rememora con mucha nostalgia: -“la multicitada escuela Profesor David Próspero Cardona, en Aerolito N° 6424, era un edificio que alquiló mi papá en 1952, para que los niños tuvieran oportunidades de iniciarse en las letras. Eran los seis grados y los grupos eran como de 20 niños. Se daban desayunos escolares por parte del Instituto Nacional de Protección a la Infancia.

Mi papá gestionaba todo eso porque conocía a gente importante de la Delegación. Después le presentaron a integrantes importantes del Club de Leones y presumido decía: “¡Yo voy a poner a trabajar a esos cachorros!”. -Así fue, en poco tiempo empezó en Inguarán (Hoy Congreso de la Unión) la construcción de la escuela Club de Leones, en unos terrenos que no tenían uso en la colonia. Se hizo la ceremonia de la primera piedra y después la inauguración, con la presencia de altos y distinguidos personajes de la política de ese entonces como Gustavo Díaz Ordaz”.-

Page 18: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Inauguración de la Escuela Club de Leones con la asistencia Don Adolfo con Jaime Torres Bodet, Secretario de Educación Pública y Gustavo Díaz Ordaz, entre otros. Fotos: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 19: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Invitación para la inauguración de la iglesia de la Santísima Trinidad, por el Presbítero Raymundo Escalona C. (1956). Documento: Refugio Antelma Quintero Sánchez

IBendición de la primera piedra de la Iglesia de la Santísima Trinidad. Foto: Refugio Antelma

Quintero Sánchez

Page 20: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

En cada remembranza, Doña Refugio abre los ojos y hurga en el pasado distante y sonríe al recuperar retazos de su historia: -“En un principio mis padres traían el mandado del mercado de Beethoven; después se colocaron unos puestos de madera con láminas negras bañadas en chapopote allá por las calles de Espinela; ahí íbamos a surtirnos para la comida.

De los comerciantes de ese mercadito recuerdo a Don Juan Sánchez, marchante de crema y queso, en ese entonces, comer crema y queso era cosa de mucha elegancia. Tiempo después, mi padre que era gran amigo del delegado de la Gustavo A. Madero, Jesús Nieto Magaña, le pidió un centro de abasto formal para la colonia. En 1962 se comenzaron a comprar los predios de Tesoro y Oniquina y se construye e inaugura el mercado de la colonia, el 18 de septiembre de 1963, con la presencia del Presidente de la República Licenciado Adolfo López Mateos y gran parte de su gabinete”.- Al tocar el tópico de la iglesia, Doña Refugio adopta una actitud serena y se explaya: -“Aquí la gente era muy católica; en un principio las misas se realizaban en los predios desocupados, por supuesto todo al aire libre y a pleno sol. Venía de la colonia Estrella el padre Raymundo Escalona; pero el primer mercedario que visitó nuestra colonia fue el padre Bernardo. Esta orden fue primordial para la construcción de nuestro recinto religioso, pero también intervino mi papá y el señor Santiago Dorantes. No recuerdo cómo fue lo del terreno de la Iglesia, pero se construyó con apoyo de la Delegación.

La advocación al espacio se consagró a la Divina Providencia, y los padres mercedarios, para hacer efectiva su presencia y rendir tributo a su santa patrona, también colocaron a la Virgen de las Mercedes, que es una réplica de la que se venera por la Iglesia del Salto del Agua. Así teníamos las fiestas de junio y las del 24 de septiembre. Para las campanas y el reloj Fray Bernardo de San José Ibarra pidió la colaboración de la gente y se mandaron traer de Cholula, Puebla. En ese entonces costaron $2,000 pesos, pero después llegó un padre al que no le gustaba el ruido de las campanas y las cambió por otras más pequeñas”.-

Reunión de vecinos para analizar las propuestas de la construcción de la iglesia (1950). Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Invitación del Presbítero Raymundo Escalona Carmona para colocar la primera piedra de la iglesia de la colonia Tres Estrellas consagrada a la Santísima Trinidad (1952). Documento: Refugio Antelma Quintero

Sánchez

Page 21: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Otra intervención paterna en este asentamiento urbano fue con la erección del asta bandera que marca simbólicamente el corazón de la colonia: -“Eso fue en 1957. Vino el ciudadano delegado de la Gustavo A. Madero, Jesús Nieto Magaña y mi padre estaba en su gabinete como subdelegado. Fue un acto solemne donde se develó una placa en el que aparecía el nombre de mi padre. Además, el monumento se completaba con un busto de Miguel Hidalgo. Con el tiempo la placa desapareció y el busto fue vandalizado por un grupo de muchachos que ahí jugaban futbol. Más adelante un director de la escuela, Profesor David Próspero Cardona, colocó la placa que evoca a Benito Juárez”.-

Don Adolfo Quintero Tlalpan (en medio) con su nieta Teresa y el profesor Jacundo, director de la primaria David Prospero García. Foto: Refugio Antelma Quintero

Sánchez

Alumnos de la primaria David Prospero Garcia, celebrando una fecha cívica en el Asta Bandera. Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 22: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Doña Refugio escarba en el tiempo y menciona dos cosas que desaparecieron de la cotidianidad de la colonia: -“Las pulquerías y los establos. Las pulquerías, espacios de sano esparcimiento y regocijo, eran visitadas por personal de la construcción de los alrededores y por los trabajadores de las fábricas de cerámica y la harinera, entre otros. La más famosa fue La Cha-Cha-Chá, instalada en Espinela y Joyas; El Encanto de Gusto, que se encontraba en Asperón y Joyas y otra que no recuerdo. También había toreos, personas que vendían pulque a escondidas en sus casas; esto se repetía en las tienditas donde te vendían sin los permisos correspondientes: Bacardí y tequila”.-La imagen de la leche de establo la traslada a ese ambiente provinciano de la colonia: -“Había muchos establos; tomábamos una leche riquísima. El más famoso era el de Espinela, entre Joyas y Talismán. Ahí despachaba Don Gonzalo; él era el que tenía más ganado y salían las vacas a pastar allá por Inguarán o por Ferrocarril Hidalgo. Era la mejor leche del rumbo. Había otras más en Tesoro y otra en Aerolito, y algunas más que no recuerdo”.-La señora Quintero Sánchez, suspira por los tiempos de celebraciones, personajes y visitas distinguidas: -“El 15 de septiembre se vivía con gran regocijo la festividad. Participaba la comunidad con gran entusiasmo; elegíamos candidatas a reinas de nuestra colonia, se vendían boletos para la compra del vestido y se coronaba a la Reina Fiestas Patrias el mero día del grito. Después se hacía una misa para solemnizar el acto. Todavía sobrevive Laura Trillo, entronizada como “Laura Primera”, vecina de la calle de Oniquina. El 20 de noviembre se organizaban desfiles con la participación de las escuelas, los equipos de futbol de la iglesia y con veteranos de la revolución, asentados en nuestra colonia”.-

Guadalupe Macedo, Reina Fiestas Patrias de la colonia Tres Estrellas, trasmitida en vivo por

Radio Mil. 195…Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Reina de las Fiestas Patrias de la colonia Tres Estrellas señorita Laura Trillo 1954. Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 23: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

De los personajes ilustres o famosos de la Tres Estrellas, recuerda vagamente a un deportista conocido como el “cerillo” por lo rojizo de su cabello, el cual era boxeador: -“Tuvo pocas peleas, pero en la última recibió un golpe muy fuerte que lo mandó a la lona; la caída también fue trágica pues a partir de ese golpe, comenzó a perder la vista y finalmente quedó ciego”.-Doña Refugio alude a personajes distinguidos que estuvieron en la colonia por cuestiones oficiales o por motivos sociales: -“El presidente López Mateos con su gabinete cuando la inauguración del mercado, y su sucesor el señor Gustavo Díaz Ordaz, quién vino a la inauguración de la escuela Club de Leones. Con mi papá venían muchos visitantes importantes, pero recuerdo con mucho cariño a Don Roberto Blanco Moheno, periodista sobresaliente en su época.”- -“Blanco Moheno era vecino de la colonia Lindavista y candidato del Partido Revolucionario Institucional para diputado federal. Él venía a visitar la colonia para hacer campaña y saludar a mi padre. En una ocasión cercano al día de las madres el candidato es testigo de un dramático accidente en Ferrocarril Hidalgo y Tesoro. Atropellaron a una mujer con una niña en brazos y salvando a un niño que traía en las manos, aventándolo a la acera. El candidato al ver a mi padre le dice: “Acabo de ver un accidente en el cochino Ferrocarril Hidalgo”. La mentada avenida siempre resultó muy trágica, primero con el ferrocarril, pues la gente se desesperaba y se pasaba por debajo de los vagones o simplemente se quedaban dormidos causando heridos y muertos. Al mismo tiempo, a fuerza de estar pase y pase de los carros y camiones, se abre la avenida grande en Ferrocarril a Hidalgo para el flujo de autos que viene del norte. En 1955 se puso el semáforo en Tesoro y Ferrocarril, pero después del accidente de la señora; Blanco Moheno le dijo a mi padre: “mañana mismo te hago tu puente”. Comenzaron las obras en Tesoro y Ferrocarril Hidalgo, pero no podían cimentar porque en ese lugar salía mucha agua y la obra corría el riesgo de hundirse. Después de un estudio de suelo decidieron ponerlo en Joyas y Ferrocarril Hidalgo, para que la gente atravesara la avenida sin problemas”.-

Cimientos para el puente Peatonal en la acera de Ferrocarril Hidalgo, colonia Tres Estrellas.

Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Cimientos para el puente peatonal en el camellón de Ferrocarril Hidalgo 1975.Foto: Refugio Antelma Quintero Sánchez

Page 24: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Al hablar de movilidad, ella nos remonta a camiones y tranvías de 30 centavos, con rutas largas y extrañas para nuestra época: -“Teníamos que ir caminando hasta Calzada de Guadalupe a abordar el camión que iba a El Carmen, Zócalo, Guatemala. El tranvía cobraba menos y llegaba hasta La Merced”-.

La charla concluye. Doña Refugio Antelma Quintero Sánchez, con el rostro iluminado por las evocaciones e invocaciones de personajes, momentos, circunstancias y principalmente por la reivindicación paterna, sonríe satisfecha. Algo debió haber quedado en la memoria de aquellos tiempos de lucha, solidaridad comunitaria y participación ciudadana. La historia de la colonia Tres Estrellas continuará.

Aquí era como un ranchito.María Margarita Zavala Oceguera, 72 años.Vecina de Espinela N° 6244, entre Tesoro y Victoria.04 de agosto 2019.

Aunado a los recuerdos, María Margarita Zavala Oceguera, conserva y resguarda documentos, fotografías, testimonios hemerográficos y libros donde se habla o se registran los acontecimientos relevantes de la colonia Tres Estrellas. Su inquietud por conocer los antecedentes esenciales y la historia sobre la superficie donde se ubica la colonia y su casa de las calles de Espinela, nos permite penetrar a ese archivo personal donde encontramos elementos trascendentes para comprender los procesos de cambio de nuestro asentamiento.

Su mirada es afectuosa y expresa la alegría de compartir su acervo y sus anécdotas de seis décadas de testimonios desde la parte oriente de la colonia. De entrada, nos muestra el libro “Ordenanza del señor Cuauhtémoc”. Estudio de Perla Valle, Ciudad de México, donde aparece la zona lacustre del Valle de México y Margarita señala a qué altura del Lago salado de Texcoco –“por eso nuestras casas tienen salitre en sus paredes”– se localiza lo que ahora es la colonia Tres Estrellas.

Page 25: HISTORIA ORAL DE LA COLONIA TRES ESTRELLAS

Cuando habla del paisaje imperante en los años cincuenta, menciona: -“Nos traían de visita y nos íbamos a divagar por los espacios abiertos y recuerdo una perforadora de petróleo ubicada en donde está ahora el metro Talismán. Extraían un líquido obscuro, como una especie de lodo. A su alrededor estaba todo seco, contrastando con lo frondoso de los otros terrenos.

Esa torre la quitaron en 1970, cuando comenzaron a pavimentar y Talismán e Inguarán se convirtieran en avenidas. En Tesoro habían muchos árboles y cuando llovía, a la altura de Aerolito se formaba una fosa donde nadaban los muchachos”. También describe Talismán: -“Era una calzada de tierra con mucha milpa y Victoria era tierra con árboles. Aquí era como un ranchito”-.

De los documentos a su resguardo, tiene uno que es una de las primeras escrituras que se otorgaban a los dueños de estos terrenos donde se puede leer:“Un grupo de colonos invade una fracción del potrero San Agustín de la Hacienda de Aragón (22 hectáreas de superficie) vendiendo el señor Don Alfredo Noriega Lazo a la Unión Defensora de Colonos (los invasores) a tres pesos el metro cuadrado a cada persona que adquiriera 200 metros cuadrados para fincar su casa habitación, con la propuesta que cada uno de ellos pagara la instalación de servicios como el agua, luz, drenaje, urbanización, etcétera”.

Escrituras de 1942, donde se reconoce que se ocuparon los potreros de San

Agustín de la Hacienda de San Juan de Aragón en 1934.