Iglesia_Jóvenes_y_Memoria_2_Revista_95_Tesis

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    TESIS95A

    O1

    /N2

    A 40 aos delGolpe de Estado:

    Iglesia,Jvenes yMemoria

    Revista de laPastoral Juvende la IglesiaEvanglicaLuterana enChile, IELCH.

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    Revista dela PastoralJuvenil de

    la IglesiaEvanglica

    Luterana enChile, IELCH.

    Santiagode Chile

    AO 1 / N 2

    EDITOR: Josaphat Jarpa R.

    EQUIPO EDITORIAL: Yerko Salazar Rodrigo Castillo

    DISEO Y DIAGRAMACIN: Cristina Calfuqueo

    ILUSTRACIN: Michael Cea. Constanza Elizabeth.

    CONSEJO EDITORIAL: 1. Izani Baruch 2. Nataly Arias. 3. Juan Rojo. 4. Patrick Bornhardt 5. Nicols Carrasco.

    COLABORADORES: Luis lvarez Hervie Lara.

    Daniel Lenski Constanze Ihl Vctor Rey Anahai Naranjo Harry Vollmer Juan Varela Matas Maldonado.

    95 Tesis es propiedad de la Pastoral Juvenil de laIglesia Evanglica Luterana en Chile IELCH.

    Suscripcin Anual:Los artculos firmados no reflejan necesariamente la opinin de la Revista.

    Se autoriza la reproduccin siempre que se indique la fuente.

    Direccin: Av. Oriental 7190, Pealoln. Santiago de Chile / Fono 279-1012Correo Electrnico: [email protected] / Santiago, Chile.

    www.ielch.cl

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    4Editorial: a 40 aosdel Golpe, Iglesia,

    Jvenes y Memoria.

    SUMARIO

    5Gran lamento se oy en

    Ram Mateo 2 17-18 porLuis lvarez.

    7Iglesia y Memoria:

    Carta abierta algeneral Pinochet

    12Espacio Ecumnico:

    Centro deDocumentacin,

    Educacin y DerechoHumanos Helmut Fren

    15El presente como directordel pasado. La cultura de

    memoria dentro de lasiglesias luteranas en Chile 40 aos despus del golpe

    por Daniel Lenski

    17Entrevista a

    Helmut Frenz:Soy del partido

    de los oprimidos ytorturados

    24Cmo la divisin

    poltica lleva al odio eintolerancia religiosa por

    Constanze Ihl Herbach

    26A 40 aos del Golpe

    de Estado en Chile porVctor Rey

    28Noticias de la

    Pastoral dejvenes.

    30A 40 aos del

    Golpe: evanglicosy poltica en Chile

    por Josaphat

    Jarpa.

    35 /Columnas deopinin: Anahi Naranjo:

    Aturdimiento Colectivo v/sExpresin dura y Decidida.

    Harry Vollmer: Perdn yconfesin, o un analgsicode la conciencia?. RodrigoCastillo: Unidadnacional

    39Sobre los nunca ms

    por Juan Varela.

    42Evanglicos ypoltica en la

    dictadura militarchilena: a 40

    aos del golpe de

    Estado por MatasMaldonado A.

    45Espacio Cultural: Cine: Machuca.

    Literatura: La divisin de la Iglesia Evanglica Luterana enChile 1974 75 escrito por Daniel Lenski

    Crnica: Mi pueblo ha sido el ms traicionado de este

    tiempo. Por Pablo Neruda: Poesa: Molusco de CarmenBerenguer.

    50Pgina Web

    Recomendada: FederaLuterana Mundia

    Jvenes. FLM Youth ht

    lwfyouth.org/

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    A40 aos del golpemilitar. Por qu

    seguir hablando deltema? Por qu mez-clar poltica e iglesia? Cundohabr paz? Son preguntas quese escuchan, a veces, de genteque muestran cierto rechazo.

    Pero son preguntas muy im-portantes para los que pone-mos estos temas sobre la mesa,porque no sirve mucho hablar

    si no se profundiza el porqu.Los que lideramos la PastoralJuvenil y esta revista, en con-sonancia con la Iglesia Evan-glica Luterana en Chile, con laFederacin Luterana Mundial yotros cuerpos eclesisticos rela-cionados, no podemos disociarla fe ni la iglesia de la sociedad.Creemos en cristianos inte-grales que viven su fe en todassus dimensiones y, entre ellas,est la poltica. Nuestra fe, Dios,la Biblia y el testimonio de tan-tos seguidores de Cristo nos in-terpelan a confrontar los prob-lemas de la sociedad, a levantaruna voz proftica que denunciela injusticia y anuncie el amor;nos interpelan a acompaar

    los procesos que vive nuestromedio para caminar juntos a

    una nueva humanidad. Estarevista no busca declarar unapostura institucional ni nadapor el estilo, sino ser medio deexpresin de distintos jvenesy una fuente de discusin y re-exin.

    Tal como se reeja en muchosde los siguientes artculos, nopodemos ver en Chile sino a

    un pas que sigue dividido poraquellos acontecimientos y,para que caminemos hacia unpas y una iglesia reconciliada,hay que plantear los temas ysoar con otra justicia, porqueuna paz sin justicia es vaca.Esta edicin de 95 Tesis buscaimpulsar tal camino de la manode la memoria, de forma de noser indiferentes al sufrimiento yde soar un futuro distinto. Nosatrevemos a hacerlo a pesar deser una generacin que no vivital golpe en carne propia, res-catando adems a personajesrelevantes, como Helmut Frenz,y rescatando la participacinque la iglesia tuvo al respecto.

    EDITORIAL:Sin ms que

    agregar, invocoa nuestro Diospara que su SantoEspritu lo gue enla lectura, y paraque abra nuestroscorazones y

    mentes, de maneraque nos permitacaminar por susenda de verdad.Amn.

    Revista95 Tesis

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    L

    a desmesura habla de la morbosidad delos que tienen algn poder sobre otros, de

    los que no se detienen ante nada, es unatragedia fuera de toda medida o canon,

    habla de los no tienen prurito, vergenza o c-digo de tica. Es lo que los griego clsicos de-nominaban bris o Jubris.

    Se maniesta en el poder del imperio que sedej caer sobre un pueblo y produjo la muertede los inocentes. Slo el exilio salvo al nio Jessy a sus padres; en la venta de Jos en el AntiguoTestamento, por parte de aquellos que tenan

    la responsabilidad de cuidarle y que luego vancon engaos a su padre, para justicar la desa-paricin de su hermano, con una ropa machadacon sangre. Pero aun as no pudieron esconderpor siempre su mentira; en la realidad que repre-senta el cambio de la economa pastoril a la agr-cola que produce el conicto entre Can y Abel yque la nica manera de resolverlo, por decirlo dealguna manera, es darle muerte y enterrarlo es-

    condido por ah, auto convencindose de que noes su responsabilidad cuidar o garantizar la inte-gridad y la vida su hermano Abel. Pero el clamorde la sangre derramada llega hasta el cielo y laexistencia ser un inerno para el asesino de suhermano.

    En Chile, han transcurrido 40 aos, todo un x-odo; el pas no sana porque los que hicieron las

    barbaridades de la desmusura, las atrocidadesinhumanas se esconden y no se hacen cargo, secubren y se encubren. Mientras Raquel llora porsus hijos y su lamento en Ram persiste. Desde elpunto de vista de lo humano, del valor de la vida,estamos en el mismo punto que en medio de labarbarie cometida. Ningn objetivo econmiconi

    fantasma de comunismo, o lo que sea, justicanla muerte, tortura, el secuestro y la desaparicin

    de personas, menos a manos del Estado quedebe por antonomasia, proteccin y garantasa sus ciudadanos. Si alguna persona cometi oinfringi alguna Ley, son los organismos del Es-tado los que deben juzgarlos y, llegado el caso,darles la pena que corresponda. Sin embargo, losabusadores no dieron ninguna garanta a las vc-timas, las mismas que estos esgrimen en los juici-os cuando lo tienen, rindose de sus patraas. Enalgunos casos, las personas violadas se encuen-tran cara a cara con sus abusadores, eternizandoel sufrimiento y la impotencia. Esta impunidad esla vergenza de quienes hablan de honor, perola maldad de ellos y su inerno que traspasa alas generaciones (xodo, 20:5), fue, es y ser unacobarda.

    Se escuch estos das de un lder evanglico, sa-tanizar el mundo presente, yo le digo: esta mal-dad irresuelta es obra del maligno, es la maldad

    Gra lamet s y e Ram(Mate 2 17-18)

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    misma y no puedo pensar algo menos maloque lo que describimos. La suerte de Abelasesinado y la impunidad es lo satnico. Ytambin su encubrimiento.

    La esta no es completa mientras una

    oveja es dejada a su suerte, no podemossanar ni celebrar la reconciliacin nacional,mientras la verdad que clama no emerjacompletamente, se asuman las responsa-bilidades y se concreten los actos repara-torios. Durante este mes de septiembre,nos golpe un tsunami de informacionesque nos acerca a la verdad. Pero todavano alcanza. Hoy, muchos descubren lo quesiempre supimos: la terrible verdad. Hastahace poco, quienes la decan se transform-

    aban en sospechosos de servir a viles inter-eses. Hoy, sabemos que todo lo ocurridoen estos 40 aos serva a intereses y quemucha gente se beneci con ello y hastase enriqueci. En estos das, mucha gentedespert del sopor de manera abrupta,para darse cuenta de lo grave que era todo,y de todo lo que se fue capaz en esta des-mesura.

    Hubo cnicos que saban, hubo ingenu-os, miedosos, displicentes, obsecuentes;y otros comprometidos con el valor de lavida, de la verdad y la justicia. En todo elpas, en las misma fuerzas armadas y deorden; los hubo en las escuelas, empresas,universidades e iglesias.

    Somos parte del mismo problema, tene-mos las heridas. Todava los desmesurados,los pocos que tienen condena, se jactan

    de nuestra nobleza y nos toman por ton-tos. Pero estamos ciertos que la palabraApocalptica (Ap., 9) que est abriendo lossellos, nos traslada a la visin del bien quevencer. Aquellos que faltan y la verdadque falta se besar con la justicia (Salmos,85:10), y viviremos en paz, lo que se gastaen armas se gastar en instrumentos delabranza para bien de todos y de todas.

    En los ltimos tiempos quedar afirmado

    el monte donde se halla el templo del Seor.

    Ser el monte ms alto,ms alto que cualquier otro monte.

    Todas las naciones vendrn a l;

    pueblos numerosos llegarn, diciendo:

    Vengan, subamos al monte del Seor,

    al templo del Dios de Jacob,

    para que l nos ensee sus caminos

    y podamos andar por sus senderos.

    Porque de Sin saldr la enseanza del Seor,

    de Jerusaln vendr su palabra.

    El Seor juzgar entre las nacionesy decidir los pleitos de pueblos numerosos.

    Ellos convertirn sus espadas en arados

    y sus lanzas en hoces.

    Ningn pueblo volver a tomar las armas

    contra otro ni a recibir instruccin para la

    guerra. (Isaas 2: 2-5)

    Pastor Luis lvarez, Presidente IglesiaEvanglica Luterana en Chile.

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    SeorCapitn General don

    Augusto Pinochet UgartePresidente de la

    Repblica de ChilePresente

    Seor Presidente:

    Luego de un perodode profunda reexiny oracin, los abajo r-mantes hemos resuelto

    dirigirnos a usted a travs de lapresente carta abierta, con elobjeto de hacerle saber nues-tro sentir acerca de la grave sit-uacin de nuestro pas.

    Le escribimos en nuestra cali-

    dad de pastores, impulsadospor nuestra responsabilidadde velar por la vida de todoslos hijos de Dios y apremiadospor los miembros de nuestrasiglesias que, agobiados por lasgrandes dicultades que en-frentan, reclaman la voz de suspastores.

    La autoridad de nuestra palabraproviene del llamado de Diosque a travs de la Biblia nosurge a ser atalayas (Ezequiel,33.1-9) que alerten al pueblode los peligros que amenazansu vida, y advierten a los queactan injustamente acerca delas consecuencias de su pro-ceder.

    1. La mayora de nuestras ig-lesias locales se encuentranubicadas en los sectores mshumildes de la ciudad y delcampo. Por tal razn, en nues-tra labor pastoral constatamosa diario el grave deterioro delas condiciones de vida de lapoblacin.

    Las palabras hambre, cesanta,desnutricin, enfermedad, ha-cinamiento, desercin escolar,etc., son las que ms veraz-mente describen la dramticasituacin de gran parte de lapoblacin chilena. Y de la de-sesperacin y frustracin quegenera esta situacin, surge unconjunto de enfermedades so-

    ciales que estn destruyendo

    la convivencia familiar y co-munitaria: la drogadiccin en

    jvenes y nios, la prostitucinjuvenil e incluso infantil, el in-cremento alarmante de la de-lincuencia y, lo que es an mstrgico, un notable incrementode suicidios de causalidad so-cial.

    No necesitamos ser econo-mistas ni manejar estadsticaspara darnos cuenta del abismoque existe entre este triste pasreal, y lo que proyectan gen-eralmente las cifras ociales ola publicidad televisiva. Real-mente nos resulta imposibleconciliar el pas que vemoscon nuestros ojos, y el pas que

    IGLESIA Y MEMORIA:Cart abiert a geera Piche

    Cfraterida Cristia d Iglesia, 29 d agt d 1986

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    proyectala publicidad estatal.A la luz de nuestra fe cristiana,esta situacin es un escndalo,

    y se contrapone radicalmente ala voluntad de Dios, quien porpuro amor puso la creacin,que slo a l pertenece (Salmo24), al servicio de todos los sereshumanos, sin discriminacin deninguna especie. En nombre deeste Dios, proclamamos queningn Estado, y menos an sipretende inspirarse en los prin-cipios cristianos de justicia, pu-

    ede supeditar la satisfaccin dederechos tan vitales, como lasalud, la educacin, la vivienda,al puro libre juego de las leyesdel mercado.

    2. Como es natural, la sit-uacin antes descrita ha idogenerando un creciente des-contento popular. Es propio del

    ser humano reaccionar cuandosus necesidades bsicas estninsatisfechas. Sin embargo,constatamos en la actual sit-uacin del pas, una inexisten-cia total de canales normales,permitidos y respetados, paraexpresar ese descontento y de-mandar soluciones. La gente

    no tiene a quin recurrir,dnde reclamar, dnde par-ticipar constructivamentepara resolver sus proble-mas. La experiencia msuniversal de los pobres es

    que han golpeado muchaspuertas, pero todas per-manecieron cerradas. Y en-tonces recurren a las igle-sias que, apremiadas por lasituacin, se han visto ob-ligadas a desplegar mlti-

    ples esfuerzos para paliar lasituacin de miseria. Pero esosesfuerzos que no son funcinprimordial de las iglesias, sino

    del Estado- no dan abasto.

    As, a la experiencia de la po-breza se suma la experienciadel desamparo, de la soledad,de la falta total de oportuni-dades de participar activa-mente en la solucin de lospropios problemas. Todo es-fuerzo se torna intil.

    Esta realidad tambin se con-trapone a la voluntad de Dios.Dios invit a todos los sereshumanos a colaborar con l enla tarea de mantener y recrearla vida en este mundo (Gne-sis 1.27-28, Salmo 8). Cuandose proscribe la participacinresponsable de todos los ciu-dadanos en la construccin

    de una sociedad justa, se pro-scribe lo ms distintivo de larealidad humana: ser imagen ysemejanza del Dios creador dela vida.

    3. Es debido a la inexistenciade canales normales de partici-pacin social y poltica que los

    sectores ms afectados por lasituacin del pas han ideado, atravs de sus organizaciones ydirigentes, formas alternativaspara expresar el descontento,como lo son las llamadas jor-

    nadas de protesta, los llamadoa paro de actividades y otrasmltiples formas de manifes-taciones sectoriales, concebi-das como medios paccos ycvicos de protesta. Aunque lasleyes vigentes proscriban estasmanifestaciones, como cris-tianos las reconocemos comoticamente legtimas y justas,por cuanto no existen otros

    canales para una real y efectivaexpresin de demandas de lapoblacin.

    Estamos absolutamente con-scientes y a la vez consternadosporque en todas estas mani-festaciones se han producidohechos graves de violencia, conun alto costo en vidas humanas

    y en destruccin de bienes dela comunidad o privados. Sinembargo, creemos que la expli-cacin de estos acontecimien-tos, debe buscarse en el hechomismo de que no existen otroscanales ms normales de par-ticipacin, en la gran agresivi-dad acumulada en algunossectores por la precariedad desus condiciones de vida, y en el

    modo en que estas manifesta-ciones son reprimidas. No cree-mos que la responsabilidad deestos hechos pueda atribuirse alos convocantes de tales mani-festaciones. Los dirigentes,sean laborales, profesionales,estudiantiles o polticos, quehan asumido la convocatoria

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    de estas manifestaciones, lohan hecho por mandato de suspropias bases, y en la legtimabsqueda de formas paccasde canalizar el clamor popularpor un cambio en el pas.

    Declaramos, pues, que los fre-cuentes procesos en contra deestos dirigentes son injustos.Ellos son personas que, arries-gando su propia seguridad, seponen al servicio de sus organi-zaciones y de la comunidad na-cional. No es justa una ley queconsidere a tales ciudadanoscomo delincuentes.

    Ay de los que dictan leyes in-justas y prescriben tirana, paraapartar del juicio a los pobres,y para quitar el derecho a losaigidos de mi pueblo; para de-spojar a las viudas, y robar a loshurfanos! Y qu haris en elda del castigo? (Isaas 10.1-3).

    4. Con tristeza hemos constata-do en repetidas oportunidadesque vuestro gobierno en vez deprocurar escuchar y reconocerlas razones del descontentopopular, ha concentrado todosu esfuerzo en la incompren-sible tarea de inhibir, reprimir,desvirtuar y desconocer todaforma de manifestacin popu-lar.

    Para ello se ha recurrido a losmecanismos jurdicos que elpropio gobierno ha creado y so-bre todo al recurso de la fuerza,destinando numeroso contin-gente armado para la represindirecta e indiscriminada de lasmanifestaciones pblicas. Nospreocupa el que miembros de

    las Fuerzas Armadas, hijos delpueblo chileno, hayan sido lla-mados a reprimir a sus propioshermanos.Nos parece peligroso enfrentar

    a las Fuerzas Armadas con losciviles. Nuestra propia mirada aesta situacin nos permite con-cluir que en aquellos sectoresdonde las manifestaciones dedescontento no han sido rep-rimidas por la fuerza, no se hanproducido hechos graves deviolencia. La presencia exag-erada de contingente militaracta aun cuando no sea su

    propsito- como una provo-cacin, activando la agresivi-dad acumulada en los sectoresms sufridos.

    Adems de la represin directaa las manifestaciones, hemossido testigos directos o indi-rectos de mltiples formas dedisuadir toda forma de partici-

    pacin por el recurso del mie-do. De esta manera entendem-os los allanamientos masivos

    a poblaciones que han signi-cado graves vejaciones para losafectados, adems de ser unatentado contra el derecho a laprivacidad, y las virtuales ocu-paciones del centro de Santia-

    go, como en otros sectores dela ciudad. El mismo propsitoparecen tener muchos hechosnunca aclarados, en que gru-pos de desconocidos se-cuestran a personas, especial-mente jvenes, prorindolesamenazas y torturas fsicas opsicolgicas, o asaltan localesde instituciones solidarias ecle-siales o civiles. Existe un clima

    de temor en la poblacin queproduce una permanente in-seguridad, y que sin duda estafectando psicolgicamente atodos, y en especial a los nios.

    A la luz de la Escritura, estoshechos son inaceptables. Latarea de un buen gobierno esescuchar y brindar proteccin a

    sus habitantes:

    He aqu que para hacer justi-

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    cia reinar un rey y los jefesjuzgarn segn derecho. Cadauno de ellos ser como el refu-gio contra el viento y protecci-n contra la tempestad, comocanales de riego en tierra seca,

    como la sombra de una granroca en el desierto (Isaas 32.1-2).

    Cuando un gobierno recurrecon frecuencia al miedo y a larepresin como fundamentosde su estabilidad, est contra-viniendo esta condicin bsicade todo buen gobierno.

    5. Desde que se iniciaron lasprotestas en 1983, la situacinde Derechos Humanos ennuestro pas ha tenido un fran-co deterioro. A la persistenciade situaciones graves como elexilio, la falta de respuesta a loscasos de detenidos desapareci-dos, a la impunidad en que hanpermanecido crmenes como

    los del joven Eduardo Jara, eldirigente Tucapel Jimnez, laSra. Mara Loreto Castillo (la di-namitada), se han consumadootrosgraves hechos que han horrori-

    zado a la opinin pblica na-cional e internacional.

    All est el caso de los tres profe-sionales degollados, el presun-to suicidio de tres familiares

    del artista Benedicto Salinas,el caso de los dos jvenes que-mados vivos y la muerte en ex-traas circunstancias del jovendirigente estudiantil MarioMartnez.

    Es sumamente grave que es-tos hechos permanezcan sinser aclarados. La percepcin deinecacia de los rganos de jus-

    ticia para resolver estos hechosproduce una gran inseguri-dad en la poblacin. Es muypeligroso cuando un

    pueblo tiene la conviccin deque no hay justicia, porqueall se alimenta la tentacin deasumir la justicia en las propiasmanos.

    Si su gobierno realmente quieretrabajar por la tranquilidad ypaz pblicas, debe cooperar almximo por que se aclaren es-tos hechos y se sancione a losque resulten culpables.

    Segn el profundo mensajebblico que inspira nuestrapalabra, la paz slo puede serfruto de la justicia:

    y el fruto de la justicia serla paz, la accin del derecho,calma y tranquilidad perpetuas(Isaas, 32.17).

    6. Como pastores estamospreocupados, pues percibimosque su gobierno se muestrams preocupado por su ima-gen pblica que por resolverlos problemas reales que aque-

    jan al pas. Con demasiada rapi-dez se calica a quienes hacencrticas dentro o fuera del pas,como enemigos de la patria otteres del comunismo inter-nacional. Las declaraciones o-ciales de diversos funcionariosde gobierno tienden a identi-car todo acto de oposicincon la violencia subversiva.

    Como pastores, reconocemoscomo amigos del pueblo deChile a todos quienes, cualqui-era sea su nacionalidad, con-fesin religiosa o conviccionespolticas, maniestan preocu-pacin genuina por la vida delos chilenos. Tal preocupacines expresin de la ms bsicahermandad entre los seres hu-

    manos, valor muy preciado portodos los verdaderos cristianos.

    En nuestra opinin, el rostro deun pas es la vida de su pueblo.Si su gobierno quiere mejorar elrostro del pas, debe escucharel clamor de su pueblo y actuaren consecuencia.

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    7. Todos los hechos que hemosdescrito, cuyos elementos cen-

    trales son un gran descontentopopular y una falta de volun-tad poltica del gobierno detomar seriamente en cuentaeste descontento, han venidocongurando un verdadero ylamentable clima de guerra enel pas. A las manifestacionesde descontento se ha respon-dido con el recurso de la fuerza.Esto ha ido provocando en mu-chas personas, especialmente

    jvenes cuya vida no tieneningn futuro en las actualescondiciones, la conviccin deque slo se pueden cambiar lascosas recurriendo tambin a lafuerza y, en consecuencia, en-tran en el juego de la violencia.

    Hoy, la posibilidad de incre-

    mento de acciones violentas yarmadas, sea paracambiar o mantener la actualsituacin, no parece tan leja-na. Hechos recientes como elhallazgo de arsenales ocultosen diversas zonas de nuestropas y el condenable secuestrodel coronel Mario Haeberle,

    podran ser indicios claros deesta tendencia. Y esto es muygrave. Nuestro pueblo ama lapaz y no quiere la guerra. Ya sondemasiadas las heridas acumu-ladas como para profundizar-las. Es tiempo de detener laespiral de violencia antes deque sea demasiado tarde. Loque est en juego es la existen-cia misma de Chile como socie-dad verdaderamente humana.

    8. La espiral de violencia no sepuede detener con ms vio-lencia. Como pastores, esta-mos convencidos de que lanica forma de detenerla esabriendo las puertas a la plenaparticipacin ciudadana en labsqueda de un consenso parala reconstruccin de un pas dehermanos que ha dejado de sertal. En nombre de Dios, dadory sostenedor de la vida, proc-lamamos la urgente necesi-dad de restablecer una socie-dad participativa, pluralista ydemocrtica, basada en el res-peto a los Derechos Humanos.

    No creemos que la solucin seamgica. Pero tenemos plena

    conviccin de que el pueblochileno tiene la madurez y latradicin democrtica comopara responder a la altura delos actuales desafos.En consecuencia, hacemos un

    responsable, rme y urgentellamado al gobierno que ustedpreside, a realizar un acto dedesprendimiento y amor porel pas, dando curso inmedia-to a un proceso de transicindemocrtica que el propiopueblo de Chile determine atravs de sus variadas organiza-ciones.

    De no escuchar ste y muchosotros llamados, su gobierno, yen esa medida, las institucionesarmadas, se estn haciendo re-sponsables del creciente climade guerra que tendr imprevisi-bles consecuencias para el pas,y acreedores del juicio de Diospor la sangre derramada.

    Que Dios le d la sabidura nec-esaria en este momento paraacoger este llamado!

    Los pastores que firman esta Declaracinson: Obispo Enrique Chvez, Iglesia Pente-costal de Chile; Dr. Jorge Crdenas, Mod-erador Iglesia Evanglica Presbiteriana;Obispo Jos Flores, Iglesia Comunin delos Hermanos; Pastor Edgardo Toro, Direc-tor nacional Iglesia Wesleyana Nacional;Obispo Sinforiano Gutirrez, Misiones Pen-tecostales Libres; Pastor Narciso SeplvedaB., Presidente Misin Iglesia Pentecostal;Pastora Juana Albornoz, Misin ApostlicaUniversal; Obispo Isaas Gutirrez, Junta Di-rectiva de la Confraternidad Cristiana de Ig-lesias; P. Juan Seplveda, Presidente; VicarioPedro Zavala, Secretario; Hno. scar Avello,Prosecretario; P. Leonardo Gajardo, Tesorero;P. Dagoberto Ramrez, Vocal.

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    Helmut Frenz muri en Alema-nia el lunes 12 de septiembrede 2011. Estaba enfermo yacompaado slo de su fa-

    milia.

    En su juventud, Helmut Frenz habasido pastor de la Iglesia Luterana yhabitaba en un apacible pueblo de supas. Pero l era un autntico discpu-lo de Cristo y no poda vivir tranquilomientras millones de sus hermanos delTercer Mundo padecan hambre y sedde justicia, as como tambin hambrede pan. Siguiendo al llamado de Dios

    viaj a Chile. Su Iglesia lo destin a laatencin de la comunidad luterana deConcepcin. All, adems, fue capel-ln de la crcel de menores, dondecomenz a conocer la vida de los po-bres, a quienes jams abandon. Unda lleg a su casa una mujer, madrede un nio al que l haba atendidoen la crcel. Ella le pidi el bautismo

    Cetr d Dcmetaci, dcaci Derecho Hmao Helm Fren.

    para otro de sus hijos, porque el prroco catlico lo habanegado debido a que esta familia habitaba en un campa-mento de nombre Lenin. Helmut Frenz acudi a dar elbautismo y sigui acompaando a aquellos pobladorespara saber dar al cansado una palabra alentadora.

    Ms tarde, Frenz fue nominado obispo de la Iglesia Lute-rana de Chile, debindose trasladar a Santiago. En 1970,los representantes de las Iglesias visitaron al recin electoPresidente de la Repblica, Dr. Salvador Allende. En esetiempo, Chile era asilo contra la opresin y aqu llegabanmuchos perseguidos polticos de los pases de AmricaLatina que eran regidos por la Doctrina de la SeguridadNacional. El Presidente Allende, con la grandeza de espri-tu que lo caracterizaba, pidi a las Iglesias que acogieran alos refugiados polticos mientras se legislaba al respecto.Frenz se aboc a esa labor y fue as como, tras el golpe deEstado de 1973, los extranjeros acudieron a buscar asiloa su casa, pues ya saban que se trataba de un autnticocristiano.

    Junto a otras Iglesias, Frenz cre el Comit para la Paz enChile, buscando salvar las vidas de los perseguidos, lo quele vali la expulsin del pas en 1975. En Europa continusu labor solidaria con las vctimas de Pinochet, siendoPresidente de Amnista Internacional de Alemania, ges-tionando las denuncias sobre Colonia Dignidad, mientrasera pastor de refugiados de Sajonia.

    En el ao 2003, la Comisin tica contra la Tortura (CECT-Chile) invit a Frenz a visitar Chile por primera vez tras suexpulsin de nuestro pas. El pastor volvi para quedarse.Es as como Frenz permaneci colaborando con la Co-misin tica contra la Tortura en seminarios, foros y publi-caciones, habiendo sido decisiva su participacin en la in-stauracin de la Comisin sobre Prisin Poltica y Tortura(Comisin Valech), que fuera destinada a establecer ver-dad, justicia y reparacin a los sobrevivientes de torturabajo la dictadura militar.

    A mediados de 2005, form parte de la Comisin Cali-

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    cadora de la Fundacin Presi-dente Allende de Espaa. Enel 2009, recibi la nacionalidadchilena por gracia y el doctora-do Honoris Causa de la Univer-sidad Arcis, todo esto en mediode mltiples actividades de sol-idaridad con las vctimas de lainjusticia, tales como el pueblo

    mapuche y las personas deteni-das en manifestaciones pbli-cas.

    El testimonio de Helmut Frenzsintetiza la integracin de la fey de la razn; de la teora y laprctica; del pensamiento y dela accin. Fue un cristiano con-secuente que no conceba sep-arar su espiritualidad de la soli-daridad con los oprimidos; elamor fraterno de la oracin; elser humano de Dios. l estabaconvencido de que ser cristianosignica ser discpulo de Cristo,quien es Dios y hombre. De allse explica su espritu misionero;su afn ecumnico; su tiempodedicado a los otros; su capaci-

    dad de escuchar; su conanzaen la Providencia; el consider-arse siervo de Dios, a travs dequien Dios sirve al mundo; susentido de servicio, entendi-endo por ello la reconciliacinde los que estn divididos y laayuda misericordiosa para to-dos los que sufren.

    El golpe de Estado de septiem-bre de 1973 en Chile, fue justi-cado por muchos como un bieno, a lo menos, como un malmenor. Frenz afront este dile-ma y se pregunt por el rumboque debera adoptar en aquel-las circunstancias: huyendo detodo conicto, podra haberserefugiado en sus virtudes indi-viduales, cerrando los ojos y loslabios ante la injusticia cometi-da a su alrededor. Pero todoautoengao no le habra

    tranquilizado por todo lo quehabra dejado de hacer, puestoque se convertira en un fariseo.Habra podido encerrarse con

    r e s i g n a c i no entregarseincondicional-mente al msfuerte. Pod-ra haberse

    puesto los in-n u m e r a b l e sdisfraces paraesconder lai r r e s p o n s a -bilidad antesu propiac o n c i e n c i a ,a c e p t a n d ouna concien-cia tranquila

    en lugar deuna conciencia digna. Habrapodido aceptar lo malo paraevitar lo peor. No obstante,Frenz pudo visualizar que allse encuentra el principio de lastragedias. La vida de Frenz semantuvo el a Cristo, quienle exhortaba a una accin quedeba ser una respuesta al lla-

    mado de Dios. Porque Diosesconde en el fondo de loscimientos del mal, la voz tenuepero insoslayable de la justicia.Por ello, Frenz estuvo siempreatento a los avatares del deve-nir histrico, puesto que la con-templacin y el compromisocon la historia son dimensionessustantivas de la existencia delcristiano, y que no pueden ser

    eludidos. Es as como Frenz sepregunta: cul es mi misin?La respuesta desde su coraznde hombre de fe profunda yautntica fue categrica: dar lavida. Y la vida signica comu-nin con Dios y con los hom-bres. En lenguaje bblico, es la

    justicia. Hoy, la promocin de

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    la justicia es un asunto de fe.Porque

    la justicia es otra cara de la ver-dad. Y la verdad es lo que dasentido de trascendencia alhombre. Es lo que mueve a lasgrandes acciones y a las almasgrandes.

    La mentira, en cambio, es lo quecorroe las almas de los hom-bres. De esta forma, el hombre

    justo y veraz se transforma en

    profeta. El profeta, cundo todosdesesperan, es quien espera. Ycuando los otros esperan, esquien se impacienta. Frenz fueun profeta que esper y quese desesper, viviendo una feque mueve montaas. Cules el signicado de la fe en unavida comprometida en la luchacontra la injusticia y la alien-acin? Qu signica la fe cu-ando la riqueza de pocos esthecha a costa de la pobreza demuchos?

    Ante estas interrogantes, Frenzha armado al regresar a Chileque cuando la Iglesia es porta-dora de la revelacin, en la cari-dad y en la unin de los eles,

    es capaz de otorgar conanza,ofrece consuelo y transmite es-peranza de paz y de justicia alos pobres, a los cansados, a losdbiles. As entendi la soli-daridad, porque lo q ue ama-

    mos en los otros es lo que hayde divino en ellos. Y lo que losotros aman en nosotros, es loque nosotros tenemos de Dios.

    Es vlido recordar que no fuer-on pocas las decepciones quesufri Frenz en un Chile reno-vado por las mezquindades,transacciones y traiciones.Afectado en su salud y en su

    alma, regres a Alemania en el2010. No obstante, siempre fuesu deseo que sus cenizas retor-naran a Chile, a Villa Grimaldi,para permanecer junto a lospobres y olvidados con quienesest aquel Dios del que fue suel discpulo.

    El testimonio de Helmut

    Frenz no puede permaneceren el olvido. Las futuras

    generaciones deben conocer aeste hombre que vivi su fe enCristo, irradindola en obras dejusticia a travs de la defensa

    de los derechos humanos.

    Es por ello que la Iglesia Evan-glica Luterana en Chile y la Co-misin tica contra la Tortura(CECT-Chile) se han unido paraconstituir el CENTRO DE DOC-UMENTACIN, EDUCACIN YDERECHOS HUMANOS HEL-MUT FRENZ.

    Dicha entidad, que ya cuentacon personera jurdica, pre-tende conocer y difundir el tes-timonio de Frenz. Recopilar ycatalogar la documentacin dey sobre el mismo, para ponerla

    al servicio de las nuevas gen-eraciones de la Iglesia

    Luterana, en particular, y detoda la ciudadana. Desarrol-lar la cultura de la solidaridademanada del espritu de Frenz,de tal manera de iluminar des-de all el discernimiento sobreel acontecer contemporneo.Establecer una instancia de in-

    vestigacin y de educacin enla perspectiva de una culturade los derechos humanos.Abrir un espacio de reunin yde reexin de organizacionesde derechos humanos.

    El testimonio de vida de Hel-mut Frenz puede expresarse enla misin descrita por el profeta

    Isaas: El espritu del Seor Yavest en m, porque Yav me haungido. Me ha enviado a llevarla Buena Nueva a los pobres, acurar los corazones oprimidos,a anunciar la libertad a los cau-tivos, la liberacin a los presos.(Is. 61, 1).

    Hervi Lara Bravo. Profesor deFilosofa de la Universidad de

    Chile, Licenciado en tica Social,Magster, miembro del Comittico contra la Tortura (CECT-

    Chile) y del Comit Oscar Romero(COR)- SICSAL-Chile.

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    Cuando camin unavez en Berln, la capitalalemana, en el barrioKreuzberg, un monu-

    mento con dos placas conmem-

    orativas me llam la atencin. Lagran piedra estuvo delante de uncolegio. Una placa contena losnombres de los alumnos del co-legio que murieron en la PrimeraGuerra Mundial (1914-1918). Elttulo de la placa terminaba conlas palabras latinas Dulce et de-corum est pro patria mori, quese puede traducir como morirpor la patria es dulce y honroso,

    una cita del poeta latino Horacio.

    Debajo de esta placa antigua delos aos 1920 o 1930, se encon-tr otra placa del ao 1986. En le-tras grandes deca:Nnca msuna guerra!. Criticaba explicita-mente la frase latina de la placade arriba que debera preparar

    hombres jvenes para luchar ymorir en una guerra. El consejomunicipal del barrio declar sudescontento con esa actitud. Los

    jvenes deberan luchar a favor

    de la paz, no de la guerra. Dosplacas que representan distin-tas interpretaciones del mismohecho histrico. Me gust queel consejo municipal no simple-mente haya descolgado la placaantigua, sino que aadi en vezde eso una segunda interpre-tacin. Cada transeunte comoyo puede ver las dos placascomo un dilogo histrico.

    El presente dirige el pasadocomo un director de orquestaa sus msicos, escribi el autoritaliano talo Svevo. Preguntas,valores y perspectivas siemprepertenecen al presente. Qu -estas celebramos? Cmo se vennuestros monumentos? Qutemas contienen los libros de los

    alumnos? La cultura de la memo-ria muestra normalmente mssobre nosotros hoy que sobre elhecho histrico que conmemo-ramos. La teora del constructiv-

    ismo ayud de entender que lareconstruccin de la histria noes una frmula que requiera da-tos sucientes para obtener unasolucin correcta.

    Pero dime: Quin tiene razn?Ellos o nosotros? me pregun-taron varias personas cuandoviajaba en los ltimos aos atravs de Chile en la busqueda

    de conocer ms sobre la divisinde la Iglesia Evanglica Luteranaen Chile en los aos 1970. Mu-chas veces quise diferenciar, misfrases empezaron con: Por unlado - Por otro lado Pero misinterlocutores muchas veces noestuvieron contentos. Insistieronen una respuesta clara y estuvier-

    EL PRESENTE COMO DIRECTOR DEL PASADO.

    L cltr d memri

    detr d la iglesia lteraa eChil 40 ao desp de glp

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    on decepcionados cuando uspalabras como, depende.Por supuesto, el golpe militaren 1973 fue una fecha decesivapara la historia de la Iglesia Lute-rana en Chile. Despus de unas

    semanas, se formaron gruposdentro de la iglesia que tenanopiniones opuestas sobre elcomportamiento de la iglesia.En el snodo de Frutillar (1974),se retir la mayoria de los dele-gados alemanes del snodo. Conla fundacin de la ILCH (1975) semanifest la divisin de la igle-sia. A pesar del endurecimientodel conicto despus del 11 de

    septiembre de 1973, creo quehay que buscar las races delconicto en la histora anterior.Solo conociendo la fundacinoriginal de la iglesia como unaiglesia alemana y los procesosde inculturacin de los aos1960 se entienden los conic-tos eclesisticos en los aosseguientes.

    El presente dirige el pasadocomo un director de orquesta asus msicos.Entend esta frase cuando viaja las ciudades y pueblos deChile para enterarme ms sobrela historia de la Iglesia Luteranaantes y despus del golpe mili-tar. Las reacciones de las per-sonas hacia mi proyecto eran

    muy controvertidas, a veces enla misma comunidad. Algunosme apoyaron inmediatamentey vieron una gran oportunidadde aprender del pasado para elfuturo. Otros estuvieron muchoms cuidadosos y no quisieronhablar de los acontecimientosde los aos setenta. Algunos di-

    rectorios tardaron en mostrarmelos documentos de la poca re-spectiva: no queremos abrir lasheridas de nuevo. Queremos verhacia el futuro, escuch variasveces. Al mismo tiempo tenan

    miedo de que su recuerdo per-sonal valiera menos que otros.

    Cada memoria individual tienesu valor. Pero al mismo tiempo esslo un pedacito, una interpre-tacin posible de los hechos

    histricos. En los dos aos queviv en Chile, tuve la oportunidadde hablar con militares del perio-

    do de Pinochet y con integrantesdel MIR. Por supuesto tengo unaopinin personal sobre lo queaconteci en estos aos tan con-ictivos, pero mi primera tareacomo historiador era entenderporqu las personas actuaroncmo lo hicieron al nal. Pecibque muchos de los conictos deeste perodo todava estan pre-

    sentes, pero de forma implcita,no inmediatamente visible. Mu-chas personas que he entrevis-tado no se han denido an so-bre su papel histrico. Encontrpocas personas de la derecha yde la izquierda que se arrepinti-eron de una parte de su compor-tamiento.

    Creo que el aniversario del golpe

    militar, as como el aniversariodel snodo en Frutillar (1974) ode la fundacin de la ILCH (1975),puede ser una oportunidad paraambas iglesias. Para preguntarpor los acontecimientos del pas-ado y por los desafos del futuro.Para escuchar otros recuerdos.Para reconocer los propios er-

    rores. Creo que cuestionar el pas-ado doloroso no es un esfuerzoen vano sino seal de sabidura,fuerza emocional y la mejor pre-paracin para el futuro.

    Hablar directamente despusde un acontecimiento trgicoes muy difcil para nosotros.Pero saber hablar de nuestrossentimientos, de los miedos ysueos, despus de un tiempomuestra nuestra capacidad dereexionar. El texto de las placasconmemorativas va a cambiar atravs del tiempo. Pero solo pormedio de expresar su opinin, se

    puede empezar un dilogo so-bre la historia que nos ayuda enel presente y en el futuro.

    Daniel Lenski, Karben(Alemania), tologo

    luterano y politlogo,es autor de La Divisinde la Iglesia Evanglica

    Luterana en Chile 1974/75.Actualmente, trabaja

    como vicario en la IglesiaEvanglica en Hessen y

    Nassau (EKHN, Alemania).

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    a muerte y presos polticos a lo largo de once aos, yarm que sus clientes de entonces, hoy retornados-a quienes visita todos los aos- no estn bien. El presi-

    dente respondi que incorporara el tema de la tortura alas propuestas que dar a conocer y crear una comisinpara acotar ese universo, tarea que encomend al sub-secretario del Interior, presente en la entrevista en elpalacio de La Moneda.

    El obispo luterano Helmut Frenz, co-fundador del Com-it Pro Paz, retorna por segunda vez a Chile luego de suexpulsin por la dictadura en 1975. Sus palabras, carga-das de verdad, han venido a romper un silencio de treceaos sobre un crimen de la dictadura ignorado por elInforme Rettig y la Concertacin.

    Antes, Helmut Frenz haba asistido a la asuncin de Ayl-win. Ahora integr, junto al ex embajador Frode Nilsen,el cantautor uruguayo Daniel Viglietti, la trabajadora so-cial belga Franoise Vise, el director de teatro chileno-sueco Igor Cantillana y los argentinos Margarita Jarque yFlix Crous, una delegacin de personalidades invitadaspor la Comisin tica Contra la Tortura para respaldarsu demanda de crear una Comisin de Verdad, Justicia

    y Reparacin. Franoise Vise manifest al presidenteLagos que para que haya real democracia en Chile, esnecesario que todos los chilenos puedan retornar. IgorCantillana comprometi el apoyo de los chilenos queestn insertos en la sociedad europea, para conseguirrecursos para la reparacin integral.El programa de la delegacin incluy diversos dilogosy un seminario con organizaciones sociales en Santiagoy Valparaso; entrevistas con Hortensia Bussi viuda de

    trevist Helm Fren:

    SOY DELPARTIDODE LOS

    OPRIMIDOS YTORTURADOS

    El pastor luterano mir jamenteal presidente Lagos con su nicoojo vidente -justamente el izqui-erdo- y le dijo que la memoria no

    aguanta un punto nal ni un borrn ycuenta nueva y que l, como alemn, loha comprobado. Hay diferencias cuan-titativas, agreg, entre lo que pas enChile y en Alemania, hace 53 aos. Peropodemos comparar la forma de mane-

    jar nuestras herencias.

    En La Moneda, Helmut Frenz se sententre una sobreviviente, Juana Aguil-era, y la doctora que atiende a tortura-dos, Paz Rojas.EL pastor luterano Helmut Frenz y la tra-bajadora social belga Franoise Vise,destacados defensores de los derechoshumanos del pueblo chileno.

    En diagonal, se encontraban el ex em-bajador noruego Frode Nilsen y otrosobreviviente, Ricardo Froedden, di-rigente de la Comisin Etica Contra laTortura. Frenz y Nilsen vivieron los efec-tos del golpe militar en Chile socorrien-do a muchos perseguidos.

    El diplomtico noruego record sutrabajo en favor de los condenados

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    Allende, Isabel Allende y parlamentarios; un re-corrido por el Parque por la Paz, y una velatn enla ex casa de torturas de Jos Domingo Caas.Con la colocacin de una placa recordatoria enla que fue sede del Comit Pro Paz y un acto dehomenaje a la solidaridad internacional en el ed-

    icio Diego Portales, concluy el nutrido progra-ma desarrollado por los visitantes. Las cancionesde Viglietti -cuya privilegiada voz no ha perdidofuerza- agregaron emocin y esperanza a los tes-timonios de los visitantes.

    OBISPO LUCHADOR

    Sencillo, delgado, de paso rpido y aspectoengaosamente frgil, Frenztiene respuestas directas para

    todo. Pero conesa no saberqu decir cuando una madre loabraza en la calle, agradecin-dole haber salvado la vida desu hijo. Se mantuvo impertr-rito -como toda la delegacin-aguantando el telrico saludorecibido en la calle GuardiaVieja, la antigua residencia delpresidente Allende. El temblorgrado 6 que -dicen- se sintihasta en Buenos Aires, ocurrisegundos despus que IsabelAllende, presidenta de la C-mara de Diputados, aludiera alremezn de emociones que es-tas visitas le generaban.En el Parque por la Paz, luego desalir del lugar de tortura cono-cido como La torre, HelmutFrenz exclam con voz ahoga-

    da: No dejen de luchar, no dejen de luchar. Enel edicio Diego Portales su gura creca al re-cordar que all mismo oy a Pinochet justicarla tortura. Visit a los presos polticos y recibi elhomenaje de la Comisin Chilena de DD.HH.

    En Hamburgo, su lugar de residencia, rema todoslos das en el lago. Y se preocupa de los refugia-dos. Es miembro del movimiento Cristianos por

    el Socialismo. Tiene nueve hijos (dos de ellospenquistas), nietos de los que habla con ternura,y dos matrimonios. Punto Final logr sustraerlode la intensa actividad que se impuso en Chile,en la que tambin solidariz con el pueblo ma-puche.

    Por qu dice que tiene un coraznchileno con pasaporte alemn?

    Mis lazos con Chile se construyeron en Con-cepcin, en el campamento Lenin. (La dictadurarebautiz Poblacin Diego Portales a esa tomade terrenos en el sector de Hualpencillo). El 8 demayo del 70, un da de fro y lluvia, murieron dos

    nios y vi que haba que haceralgo. Ese fue el punto de cam-bio de mi nacionalidad. Tuveque tomar una posicin. Mitrabajo era partidista, porquetom el partido de los quetuvieron que luchar hasta laeleccin de Allende. Yo nuncahaba ledo siquiera el Mani-esto Comunista. Pero s elNuevo Testamento y el ejem-plo del Buen Samaritano.

    En la entrevista que sostuvo ladelegacin internacional depersonalidades de derechoshumanos con los diputadosJuan Bustos y Mara AntonietaSaa y el senador Viera-Gallo,Frenz parti armando: Deboadmitir que estando tan lejosme faltan herramientas deanlisis de la situacin actual.

    Debo conar en mis ojos, y admitir que no soymiembro de un partido poltico pero s del par-tido ms grande, el partido de los pobres, de losoprimidos, los torturados y los que padecen lasconsecuencias de una situacin injusta. En Chileme he encontrado con los miembros de mi par-tido. Admito que estoy informado unilateral-mente.

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    Sigue siendo un hombre de iglesia?

    Para m es importante decirle que s, porquenormalmente el pblico no se da cuenta que yo,en primer lugar, soy un cristiano. Mis argumen-tos se basan en la Biblia. El cristiano no puede serapoltico porque el Evangelio tambin es muy

    poltico. Por supuesto, no quiero ser consideradoun politiquero. Mi base es otra.(Antes de develar la placa recordatoria del Com-it Pro Paz, el pastor luterano ley un texto delprofeta Isaas, el himno del Siervo de Dios, y re-memor a los obispos que han tenido la valentade vivir con los pobres, como lo hizo monseorOscar Romero, de El Salvador).

    LIBERADO POR EL EJRCITO ROJO

    Fue su familiadeterminante en su formacin?

    Yo nac en el este de Alemania, en una ciudadque hoy forma parte de Polonia. Mi padre eraempleado pblico y mi madre duea de casa. El-los pertenecan al partido nazi. Durante la guerravivamos en Berln. A los diez aos yo perd el ojo

    derecho en un bombardeo. Mi hermano mayorestudiaba en un colegio de lite cuyo director

    era el propio Adolfo Hitler. A los once aos,en febrero del 45, yo iba a entrar al colegio

    Napola, de las lites fascistas de nivel me-dio. Por suerte en mayo entraron en Berln

    las tropas soviticas. El Ejrcito Rojo meliber de un porvenir horrible. Sin em-bargo, mis padres siguieron pensando lomismo, como la mayora de los alemanesde su generacin. Nunca pude discutirel pasado con ellos, siempre se negaron.

    Decan en la familia, nada de pasado. Todoeso tuvo mucha inuencia en mi destino.

    En la enseanza secundaria mis profesores eranen su mayora ex nazis. Pero haba un profesor

    de historia que pas tres aos en un campo deconcentracin. Lo queramos mucho. Cuandoestudi teologa en la Universidad de Bonn, misprofesores eran telogos famosos de la IglesiaConfesante, ya que en tiempos de los nazis laiglesia se dividi en dos facciones, la iglesia deultraderecha y la de Izquierda, que era la Con-fesante, que trabajaba en la clandestinidad. Es-conda judos y comunistas. Esa fue mi suerte.

    EN EL GHETTO ALEMNPor qu vino a Chile?

    Mi esposa y yo dejamos Alemania porquehabamos odo hablar de los problemas del Ter-cer Mundo. Escogimos Chile por nuestros cuatronios, porque en Argentina, Brasil o Paraguaytendramos que haber ido a parroquias ruralesy no queramosmandarlos a es-

    cuelas lejanas.Fui destinadoa Concepcin,a la DeutscheEvangelischeKirche. Mi ante-cesor haba de-sempeado elcargo 35 aos

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    y era miembro del partido fascista dentro de lacolonia alemana. Recib de l una herencia muypesada.

    Todo el culto se haca enalemn. Slo saba-

    mos latn y nada decastellano. Medi cuenta quehaba llegadoa un lugarque no tenanada de Ter-cer Mundo:era el ghettoalemn. Eramuy cho-

    cante, en elcentro estabansus negocios...Una vez me tocuna ceremonia nup-cial. El templo estaba re-pleto, haca mucho calor. Mien-tras lea el sermn vi avanzar a mi perro salchichaque mordi la cola del vestido de la novia. Termi-n de leer muy rpido y fui a sacar a mi perro. Las

    mujeres se pusieron a gritar... Despus de eso,me tom seis meses para aprender espaol enla escuela de teologa en Buenos Aires. A partirde mi regreso la misa se hizo en castellano. Asempez a llegar otro tipo de gente a la parroquiay eso gener un choque en la asamblea general.Haba una madre que deca que ensear el PadreNuestro en castellano era echarle perlas a los pu-ercos. As fue como sal del ghetto.

    Cmo lleg a ser la mxima

    autoridad en su iglesia?

    La iglesia luterana recin comenzaba a ser au-tnoma, y era primera vez que el snodo elegaobispo. Yo era el telogo y experto dentro dela iglesia. Ya me decan pastor rojo, por el cam-pamento Lenin. En el campamento se requeraatencin de mdicos; entonces habl con elMIR, porque la Facultad de Medicina estaba en

    sus manos. Conoc a Miguel Enrquez, tambin aPascal Allende.

    El snodo de la iglesia luterana fue un mesdespus de la eleccin del presidente Al-

    lende. Todos saban el rumbo que toma-

    ra Chile. ramos tres candidatos. Yoera el ms joven y era consideradoizquierdista. Gan en la tercera

    vuelta. Nadie tuvo explicacinpara eso, yo tampoco. Cu-ando estoy muy piadoso pi-enso que fue obra del EsprituSanto. O quizs pensaron quesi Chile iba a tener un presi-dente rojo, la iglesia deba

    tener un obispo igual.

    EXPERIENCIA ENDICTADURA

    Cul ha sido elmomento ms decisivo

    en su vida?

    Lo que ms me ha golpeado en la vida fue miexpulsin de Chile. A m no me interesaba hacercarrera en la iglesia ni en poltica. Se haban pub-licado en los diarios unas 600 rmas de feligresessolicitando que me fuera. Por eso, un periodistale pregunt a Pinochet cundo me iba a expul-sar, y l dijo: Nosotros no nos mezclamos con lascosas de la iglesia. Y yo le cre. Decid ir a Ginebraa dejar mi informe. Ya tena una nueva familiacristiana con un grupo de sacerdotes, monjas ylaicos. El decreto de expulsin lo rm el generalCsar Benavides, entonces ministro del Interior.

    Willy Brandt, ministro de Relaciones Exterioresde Alemania, y el senador Edward Kennedy, deEstados Unidos, intervinieron. Pero fue intil.En Alemania fui nombrado secretario ejecutivode Amnista Internacional. Los abogados JosZalaquett y Hernn Montealegre, expulsadosdespus, tambin estaban en Amnista en Lon-dres. Pudimos hacer ms denuncias sobre Chileque antes...

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    Cmo trataban a losrefugiados en Chile, en tiempos

    de la Unidad Popular?

    Chile era una isla de libertad. Llegaron milesde refugiados, ms que nada brasileos y uru-

    guayos, 35 mil en total. La iglesia luterana erauna iglesia rica y con proyectos de desarrollopara el Tercer Mundo. El presidente Allendeconvoc a las iglesias exponiendo el proble-ma y nos hicimos cargo. En Concepcin habaavanzado el ecumenismo. En el Movimien-to Familiar Cristiano yo participaba comotelogo invitado. Hacamos tambin cultosecumnicos en la Parroquia Universitaria conel padre Perico (Pedro Villagra), mi amigo. Al-

    lende al asumir dijo yo no soy presidente slode los catlicos sino de los evanglicos tam-bin. Por eso, el 71 se hizo el primer TedeumEcumnico.El 73 fundamos la Comisin Nacional de Ayu-da a los Refugiados y despus, el Comit deDefensa de los DD.HH. Pero el gobierno dijo

    que se encargara de la defensa de los derechoshumanos, y nos bautiz como Comit de Cooper-acin para la Paz en Chile. Fue disuelto a nes del75, despus de mi expulsin. Yo tena un papel im-portante por ser enlace con la ayuda europea.Mis feligreses me atacaron. Bruno Siebert, jefe de

    la Dina Metropolitana era miembro de mi congreg-acin. Yo les deca: escuchen el ejemplo del buensamaritano. Debemos ayudar. As comenz, asllegu a ser obispo rojo.

    Fui miembro del Movimiento Cristianos por el So-cialismo, que en Alemania existe an. Me di cuentaque la poltica de Salvador Allende tena muchosaspectos humanos. Por qu nadie se atreve amencionar a Allende hoy? Yo lucho contra ese granolvido. Por qu hubo tantos miles de asesinados

    y torturados, desaparecidos y ejecutados? Porquetrataron de realizar el sueo de una sociedad dondecada nio recibiera su medio litro de leche diario,donde todos tuvieran acceso al sistema de salud yuna educacin adecuada... Todos estos das he di-cho que no se puede matar la memoria.

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    El Comit Pro Paz estaba en calle Santa Mnica,ramos ms o menos doscientas personas, en-cargadas de documentacin, rea jurdica, saludy reas clandestinas y subversivas, tambin.Cada sacerdote y monja tena gente escondida

    que haba que hacer entrar en las embajadas.Era fcil con Mxico, Argentina, Costa Rica, Italia.Haba dos embajadas cerradas, la Nunciatura y lade Alemania.

    La alemana requera autorizacin de Willy Brandt,que nalmente la dio. A la Nunciatura entramosdesde una casa vecina. Muchos de los refugia-dos, mujeres y hombres, haban estado presos y

    fueron vctimas de la tortura. As me enter delproblema de la tortura.

    Qu actividades ha desarrolladodesde su expulsin de Chile?

    Estuve diez aos como secretario general de lasede de Amnista Internacional en Bonn. Luegoregres a la iglesia, como pastor de una parro-quia en Hamburgo. Los ltimos cinco aos fuicomisionado de la iglesia para los refugiados.Me jubilaron el 31 de enero de 1998. En la estade despedida, justo el 30, recib una llamada deJoan Garcs por el juicio del padre Antonio Llid.

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    23/50TESIS95

    Me fui a declarar a Madrid.

    Qu sinti cuando arrestarona Pinochet en Londres?

    Fue un momento de satisfaccin. A niv-

    el jurdico, tener a ese carajo bajo arrestodomiciliario en Londres era lo mximo;est considerado a nivel internacionalcomo el carnicero de los Andes. Declarque con el obispo catlico FernandoArizta le mostramos a Pinochet unafoto del padre Llid, y l nos dijo que noera cura, sino terrorista y que a comu-nistas y miristas haba que torturarlos,para que cantaran. Ese testimonio fuemuy importante porque el gobiernoespaol estaba en contra de ese juicio,pero no pudo negarse porque Llid eraespaol

    VOCERO DE LOS REFUGIADOS

    Qu actividades desempeaahora?

    Llevo cuatro aos como director delDepartamento de Refugiados del es-tado federal de Schleswig Holstein. Unao despus de mi jubilacin, el presi-dente del Parlamento del Estado me

    ofreci ese cargo. Buscaban alguien con autoridad, experi-encia y que no requiriera sueldo. Yo acept siempre que nosignicara trabajar dentro del nivel ejecutivo y que pudieraser vocero de los refugiados y no del gobierno. Como di-rector trabajo en forma independiente. Soy abogado de losextranjeros, slo sujeto a la ley y a mi conciencia.

    Cul es su diagnstico de la situacin chilena?

    Me temo que el prximo gobierno ser de la UDI. Estamosviviendo momentos cruciales. Han entrado a la discusinsobre una solucin para el conicto de los derechos hu-manos. Pero no se puede poner punto nal a la historia. Lahistoria es como un ro, se construye una represa pero no esel nal. Despus las aguas van a seguir

    Luca Seplveda Ruiz,periodista, Revista Punto Final.

    Link: http://www.puntonal.cl/547/frenz.htm

    Hay que escuchar la verdad enlas voces de las vctimas y no enel Parlamento. La justicia se basaen leyes. Se habla de justicia con

    clemencia. Qu es eso? Justiciacon generosidad, tampoco.Cuidado con ponerle adjetivosa la palabra justicia! Siempreva a limitarla. Comprendo quelas vctimas del terrorismo deEstado digan no estamos en

    venta. Por cierto, tambin esnecesario dar una reparacinmaterial. Pero es un solo paso,y se necesitan muchos pasos.La justicia actual est basadaen leyes promulgadas por ladictadura. Deben terminar

    estas leyes de impunidad. Poreso suscribo las exigencias ydemandas de la Comisin ticaContra la Tortura. Y apoyo lainstalacin de una Comisin deVerdad, Justicia y Reparacinintegral

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    Hoy en da, toda lahumanidad vivenciadiversas situaciones

    que la confrontan consus propias falencias

    y defectos. Frente a laimposibilidad de aceptar

    sus propios errores,el ser humano sueleapoyarse en un gran

    grupo de personas, paratener a quien culpar y

    poder deshacerse de suresponsabilidad

    moral y tica.

    Con este objetivo, se empeaen asociarse ya sea a ciertosgrupos polticos o bien, comoes muy frecuente actualmente, en diversos grupos urbanos.Encontrarse en compaa deotras personas, permite a un in-dividuo tener ms seguridad yapoyo para llevar a cabo ciertasmetas, que probablemente porsi slo no se atrevera a desar-rollar ni a luchar por ellas.

    Es as como a lo largo de la his-toria de la humanidad, podem-os reconocer diversos person-ajes como Hitler o Stalin, que sehan apoyado de sus seguidorespara dedicarse a imponer una

    cierta ideologa. Esta mismaha signicado la divisin so-cial, sufrimiento y muerte paraun grupo enorme de personas,que no son capaces de reunir elsuciente coraje ni energa parapelear e imponerse en contrade una poltica en particular.Una situacin similar ocurri enChile a partir de 1970, perodoa partir del cul el descontentofrente a la situacin econmicay social del pas, llev a quecomenzara a surgir un odio en-tre grupos polticos muy mar-cados, reconocindose clara-mente seguidores de izquierday otros de derecha. Entre ellos,empezaron a existir muchos

    Cm l divisi pltic lleva di itleraci religi

    TESIS9524

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    enfrentamientos blicos, que por poco no signicaronuna guerra civil dentro del pas.

    Lamentablemente en lo que a la Iglesia luterana re-specta, sta tambin se vio dividida por los conictos

    polticos existentes. Puesto que los miembros de cadaCongregacin se decidieron por apoyar y ayudar apersonas con diversas ideologas. As, lentamente fuenotndose una clara divisin entre aquellos que apoy-aban a los de izquierda y de derecha. De esta forma,a pesar de que no se quisiera una divisin interna re-ligiosa, sta ocurri igualmente. Ya que los miembrosde cada Iglesia estaban vivenciando la situacin decrisis interna en Chile y no podan hacer caso omisode los hechos que se estaban desarrollando , que afec-taron a todas las personas, independiente la clase so-cial. Como consecuencia , abrieron las puertas de suscongregaciones para consolar y brindar seguridad, aquienes estaban sufriendo , intentando llevar a cabouna labor misionera con la poblacin. Sin embargo, elser humano es por naturaleza un ser poltico. Lo quequiere decir, que a pesar de que intentasen remitirsenicamente a su labor pastoril, comenzaron a verseinuenciados por la ideas polticas de las personasque haban decidido apoyar. Esto llev a que los ob-

    jetivos de cada congregacin cambiasen y de pasar a

    tratarse de una ayuda social, se convirti en un apoyoy desarrollo de campaa poltica en particular. Comoconsecuencia a partir de una sola Iglesia luterana sur-gieron dos, la Ilch y la Ielch.

    Ahora, ahondar ms en cmo surgieron estas dosinstituciones no tiene mucho sentido, si no nos con-centramos en cmo lograr que stas mismas, puedanvolver a unirse a futuro. Puesto que, a pesar de que sur-gieran en un contexto de gran odio y divisin poltica,debemos ser capaces de superar lo ocurrido y con-

    centrarnos en el objetivo fundamental de una Iglesia.ste es, asegurar la unidad entre los miembros de unacongregacin, a pesar de sus diferencias personales.Todos somos responsables de que esta meta puedaser lograda y tenemos que ser capaces de dejar delado nuestras diferencias y concentraRnos en aquellosaspectos que nos unen como Iglesia Luterana.

    Constanze Ilh Herbach,luterana y miembro de la

    Congregacin Martin Lutherde Concepcin.

    TESIS95

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    40

    aos han pasadode esa maanafatdica en la cualdespertamos los

    chilenos, con el ruido de tanques,botas, disparos y aviones huwkerhanter apuntando al centro dela democracia y teniendo comoblanco el palacio de la Moneda.Lamentablemente la heridasigue abierta y no se ha produ-cida la anhelada reconciliacinde la sociedad chilena.

    Hace cuatro dcadas los altosmandos de las Fuerzas Armadascometieron graves delitos desublevacin y rebelin al der-rocar a un gobierno legalmenteconstituido y suspender la Con-stitucin. Paralelamente instau-raron un rgimen dictatorial conuna feroz represin. Ni los ejecu-

    tores del golpe ni los civiles conlos que se conjuraron han sido

    juzgados, hasta ahora reina laimpunidad.

    El rgimen cvico-militar, quedur 17 aos, liquid el proyectode socialismo democrtico e in-staur una dictadura, que fue unlaboratorio en la aplicacin depolticas neoliberales en el mun-do, reduciendo el rol del Estado,privatizando lo ms posible, ha-ciendo hasta de la educacin y

    la salud simples mercancas. Unade las consecuencias fue ampliarlas desigualdades, siempre a fa-vor de los ms poderosos.

    Llama la atencin que en nues-tro pas los aos de la UnidadPopular no sean muy conocidosni reivindicados, ms bien han

    sido denigrados, mientras queSalvador Allende -con razn- haganado en prestigio y es mu-cho ms valorado, sin embargo

    la gran obra de Allende es, pre-cisamente, la Unidad Popular.Las fuerzas polticas que fueronpartcipes de ese proyecto no lohan reivindicado, en parte -se-guramente- porque hoy ya notienen esas posiciones revolu-cionarias de transformacin dela sociedad, puesto que ni siqui-era plantean, por poner un solo

    ejemplo, la nacionalizacin delcobre.

    Con el paso del tiempo, resaltaan ms la gura de Allende ysu clarividencia. Basta recordarsu discurso sobre el comienzo dela globalizacin neoliberal, en laONU, el 4 de diciembre de 1972,

    A 40 AOS DEL GOLPEDE ESTADO EN CHILE

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    criticando el poder y el accionarnefasto de las transnacionales,cuyos presupuestos superan alde muchos pases... Los Estadosaparecen interferidos en sus de-cisiones fundamentales -polti-

    cas, econmicas y militares- pororganizaciones globales que nodependen de ningn Estado yque no responden ni estn scal-izadas por ningn parlamento,por ninguna institucin repre-sentativa del inters colectivo.

    Quisiramos destacar el compro-miso y la delidad de Allende,hasta su muerte, con las causas

    sociales y polticas de los mspobres y al mismo tiempo su re-alismo poltico, su capacidad deagitar, de educar y sobre todo deunir fuerzas en torno a un pro-grama popular, dirigiendo ese gi-gantesco movimiento que lleval pueblo al gobierno en 1970.

    Hay que recuperar la memoria

    de un presidente que hizo de latica su ms alto valor, que murien el bombardeado palacio de LaMoneda, recalcando su combatepor un socialismo democrticoy revolucionario. Allende no esun simple mrtir, no se debeolvidar que bajo el gobierno dela Unidad Popular Chile recuperel cobre, profundiz la reformaagraria, defendi la enseanza

    pblica y gratuita, cre el reasocial de la economa, promovila participacin popular en lasdecisiones. Con Allende los chile-nos recuperaron la dignidad.

    Desde luego que la Unidad Pop-ular cometi errores y Allendeactu a veces con cierta ingenui-

    dad, pero los errores no justi-can, en ningn caso, el golpe deEstado, que fue un crimen contrael pueblo y la democracia. Comoha quedado demostrado, la Uni-dad Popular y Allende fueron vc-

    timas de las transnacionales, delimperio estadounidense, de losgrandes empresarios chilenos yde la traicin de los militares gol-pistas. Jams se debe confundira las vctimas con los verdugos,nunca el error de una vctima jus-tica el crimen contra ella.Punto aparte es sealar la partici-pacin de las iglesias en este pro-ceso. La Iglesia Catlica apoy

    en un primer momento el Golpede Estado, luego retrocedi alver la tremenda viol-acin a los DerechosHumanos y juntoa otras organiza-ciones religiosasformaron el ComitPor Paz para ir enayuda de las famil-

    ias y vctimas de larepresin. Ms ad-elante se destacen la creacin de laVicara de la Solidari-dad que fue el balu-arte de la defensa dela vida. Por su partelas iglesias evangli-cas desde un primermomento apoyaron

    el Golpe a travs delConsejo de Pastoresque emiti una de-claracin de apoyoen el ao 1974 quefue difundida atravs de todos losmedios en un actorealizado en el Edi-

    cio Diego Portales, sede en eseentonces de la Junta de Gobier-no. Adems cada ao ofreca unculto especial, llamado Te Deumevanglico donde participabaAugusto Pinochet y su gabinete

    en pleno. Esta fue la pgina ne-gra en la historia de los evangli-cos. Existieron excepciones y estaestuvo a cargo de la Confraterni-dad Cristiana de Iglesias (CCI) yotros grupos de ms pequeosde iglesias e instituciones cristia-nas como el Crculo de Reexiny Estudios Evanglicos (CREE),que promovieron la reexin y laaccin de jvenes con una visin

    crtica de la sociedad y del papelde las iglesias.

    Vctor Rey Riquelme. Coordinador delCentro de Estudios Interdisciplinarios,

    CETI, y del programa de DesarrolloIntegral de la Niez, DINA. Pastor Bautista

    y Profesor de Filosofa, licenciadoen Filosofa en la Universidad de

    Concepcin, Ciencias Sociales en launiversidad Alberto Hurtado, Teologa

    en el Seminario Teolgico Bautista yComunicacin social en la Universidad

    Catlica de Lovaina, Blgica. FuePresidente de la Fraternidad Teolgica

    Latinoamericana hasta el ao 2011.

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    Bajo el lema Venga tuReino, y los temas to-

    mados de La Oracinde Jess, Los Salmos y

    La Oracin de Los Profetas, sellev a cabo el retiro espiritualde la Pastoral Juvenil en lasdependencias de la Congreg-acin El Buen Samaritano, enla Comuna de Pealoln. El Re-tiro comenz el da viernes 21de agosto y naliz el domingo

    23 con un culto junto a las y loshermanos de la Congregacinel Buen Samaritano.

    Los primeros asistentes com-partieron un tiempo de con-versacin y los ms tras-nochadores lograron ver laPelcula-Documental El CieloAbierto que cuenta la vida de

    Retir spirita d l PastraJuei e l Regi Metrplita

    NOTICIAS DE LA PASTORAL DE JVENES 2013

    Monseor Oscar Romero. El En-cuentro continu el da sbado

    con un devocional dirigido porla Pastora Izani, que motivo lareexin en torno a la oracindel Padre nuestro y la relacinen el Reino de Dios. Luego deldevocional, se hizo una cami-nata desde la Congregacinhasta el Parque por la Paz VillaGrimaldi, lugar que, en tiem-pos de la Dictadura Militar, fue

    un Centro de Tortura; hoy, esun Parque por la Paz que in-vita a las familias a encontrarsecon la memoria y la vida y que,a propsito de la conmemo-racin de los 40 aos del Golpe,fue un lugar para reexionaren torno a la historia de las vc-timas, en el que la Iglesia tuvo

    un papel protagnico en ladefensa de los Derechos Hu-manos. Villa Grimaldi fue tam-

    bin el lugar para trabajar engrupos pequeos el tema delas oraciones. Luego, al regresara la congregacin, se pudieroncompartir estas reexiones.

    La recreacin y la creatividadtambin tuvieron un espacioen nuestro encuentro, fue ascomo a travs del compartir

    jugando nos animamos a con-

    tinuar la jornada, en la que setrabaj en una presentacinartstica que luego se compar-ti en nuestro ya tradicionalBar Luterano.Dentro de lo novedoso, estuvola realizacin del EncuentroEcumnico de Oracin Taiz,donde tuvimos la compaa dehermanos de otras Iglesias con

    quienes compartimos este mo-mento de oracin al estilo Taiz.La grata compaa del equipode voluntarios de Alemania,que vienen por un ao a colab-orar en los servicios diacnicosde la Iglesia Luterana a lo largode Chile, le dio a nuestro en-cuentro una atmsfera inter-cultural, que permiti la gen-eracin de lazos de amistad y

    encuentro. De la misma forma,el retiro permiti el re-encuen-tro con amigos y amigas que noveamos hace tiempo, ademsde la presencia de nuevas per-sonas que se animaron a seguirparticipando de las actividadesde la Pastoral.

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    El pasado sbado 2 de noviembre del pre-sente ao, en la ciudad de Concepcin, serealiz el lanzamiento de la Revista de laPastoral Juvenil de la IELCH 95 Tesis. El

    evento, enmarcado en la conmemoracin delda de la Reforma protestante, se hizo dentrodel encuentro de la pastoral juvenil de la octavaregin, el cual tuvo como casa antriona la Con-gregacin Martn Luther.

    La actividad de lanzamiento de la revista consis-ti en una exposicin llevada a cabo por el equipoeditor: Josaphat Jarpa, coordinador del equipo,dio inicio con una presen-tacin general y relat lahistoria de cmo surge esteproyecto. Continu PatrickBonhardt, tesorero de laPastoral, compartiendo suartculo sobre la Oracin

    Taiz que, en esta edicin,ocupa la seccin sobreEspacios Ecumnicos dela revista. Luego, RodrigoCastillo, parte del equipoeditor y que, adems, co-labor con una columnade opinin, habl acercade la incidencia que seespera tener con 95 Te-sis en la contingenciapoltica, la que intentavisibilizar las diferentesmiradas que existen en la Pasto-ral, desde un lugar crtico, proftico y construc-tivo. Finalmente, Yerko Salazar, tambin miem-bro del equipo editor, dialog con los presentesacerca de las expectativas y proyecciones delproyecto.

    LANZAMIENTO DE LA REVISTA

    95 TESIS EN CONCEPCIN

    El lanzamiento de la revista se hizo coincidir conun encuentro regional de la Pastoral Juvenil. Eneste encuentro, se trabaj el tema Espirituali-dad Juvenil. EL objetivo principal fue motivar ygenerar reexiones acerca del signicado de ser

    joven y cristiano en la sociedad actual, y mirarcrticamente la construccin de juventud quese ha impuesto desde el mundo adulto (Adul-

    tocentrismo). De la misma forma, el encuentrotambin tuvo como objetivo generar nuevos lid-erazgos que asuman la dirigencia de la PJ de laIELCH por los siguientes 2 aos, puesto que, enel prximo encuentro de verano, la actual direc-

    tiva cumple su tiempo acargo de la PJ.

    Las conversaciones quemotivaron sugerenciasy ms reexiones so-

    bre cmo trabajar conjvenes dentro y fuerade la iglesia, se prolonga-ron en un gape al naldel lanzamiento. El dadomingo se particip delCulto en la congregacinantriona, concluido este,se comparti un grato al-muerzo en el que se tra-baj en la organizacin delCampamento de Verano,cuya temtica ser la Eco-Justicia.

    La revista la pueden leer on-line enel siguiente link: http://issuu.com/

    revista95tesis/docs/revista_pastoral

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    El pasado domingo 15 deSeptiembre, se realizel tradicional Te DeumEvanglico en la Catedral

    Evanglica de la Iglesia Me-todista Pentecostal de Chile enSantiago, evento al que asistenlas principales autoridades delpas y que fue instaurado en1975 por iniciativa de AugustoPinochet. Cabe destacar queal mes siguiente del primer TeDeum Evanglico, fue expul-sado de Chile el obispo HelmutFrenz, de la Iglesia Evanglica

    Luterana, co-presidente delComit Pro Paz y Defensor delos DD.HH. en dictadura.Entre las noticias posterioresque surgieron, lamentable-mente fueron ms difundidaslas palabras del celebre pas-tor Hdito Espinoza, con lasque critica a las nuevas gen-

    eraciones chilenas: Tenemosuna generacin que practicael satanismo y hechicera conlas clases de Harry Potter queestn infectando nuestro mun-do. Estas burdas palabras, msotras caractersticas de su pues-ta en escena como orador pre-mium, opacaron una de las in-tervenciones ms relevantes dela jornada, que fue la peticinde perdn pronunciada el pas-tor de la Catedral Evanglica,Eduardo Durn Castro:Perdonamos a quienes nos

    han ofendido, pero es justotambin en nombre de las igle-sias evanglicas aqu represen-tadas que pidamos, con espritucristiano, valenta y humildad,perdn por no haber hecho losuciente cuando nuestro her-mano era privado de sus dere-chos o cuando era hostilizado

    por pensar diferente. Pedimosperdn por nuestras actua-ciones, reacciones y omisionesy por todo cuanto pudiramoshaber ofendido a algunos denuestros compatriotas, pedi-mos perdn por lo que pudi-mos hacer y no lo hicimos cu-ando nuestra nacin se veaconvulsionada por un clima deviolencia e injusticia que venande todas partes.A esto viene una pregunta in-teresante para todas y todos,quienes nos identicamos des-de la fe evanglica y en especialpara las nuevas generaciones:Por qu la Iglesia Evanglicatuvo que pedir perdn por loshechos ocurridos tras el GolpeMilitar? Este hecho tremenda-

    mente relevante y cubierto demanera muy supercial por lomedios, creo necesario pro-fundizarlo brevemente en esteespacio.

    Matas Maldonado, compae-ro del Observatorio Iglesia ySociedad, describe la organi-zacin evanglica en el con-texto de la Dictadura Militar

    (1). Las iglesias evanglicas sealinean alrededor de dos po-los con relativa consistenciaestructural, redes internacion-ales estables, lderes reconoci-dos y perspectivas teolgicasidenticables a pesar de sudispersin. Hacia 1984, en elcontexto de las Jornadas de

    A 40 AOS DEL GOLPE:evaglico pltic e Chil

    TESIS9530

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    31/50TESIS95

    protesta nacional, nace la Con-fraternidad Cristiana de Igle-sias, organizacin que agrupaal polo crtico, no slo del actu-ar del Consejo de Pastores sinotambin de la dictadura militar.

    Esta asociacin establece in-tensas relaciones con el mundoecumnico nacional, pudiendoser considerada dentro de lacompleja y heterognea red deasociaciones civiles y religiosasque opuso resistencia a la dic-tadura de Pinochet en su fasede crisis social y econmica.La principal expresin pblicade la Confraternidad fue, sin

    lugar a dudas, la Carta Abi-erta a Pinochet entregada enla Ocina de Partes del Palaciode la Moneda el 29 de agostode 1986 despus del Encuen-tro de oracin por Chile, conel que conclua la Campaa deOracin por la Vida, la Paz y laReconciliacin en Chile.En julio de 1975, nace el Con-

    sejo de Pastores que agrupaal polo que, desde 1973 hasta1978, aproximadamente, mani-esta una adhesin irrestrictatanto al golpe de Estado comoa la persona de Pinochet. Desdeel principio de la dcada de los80hasta el nal de la dictadura,el Consejo de Pastores matizasu adhesin debido tanto a laevidente crisis econmica y so-

    cial vivida por el pas como a lainsistencia mariana de las Fuer-zas Armadas chilenas. Esta or-ganizacin tiene en el Te Deumsu principal expresin pblica.Este culto fue realizado por vezprimera el 14 de septiembre de1975, slo

    dos meses despus de lacreacin del Consejo de Pas-tores, a menos de un ao dela inauguracin de la primeraIglesia Metodista Pentecostalde Chile (Jotabeche) y la proc-lamacin de Declaracin de laIglesia Evanglica Chilena (LaPosicin Evanglica).

    El gran esfuerzo actual de algu-nos sectores evanglicos msconservadores en extremar ladicotoma Iglesia/Mundo, hasido indiferente a lo que sucedeen nuestro alrededor, dejandoque las cosas del mundo fun-cionen en su orden, en estecaso, en el orden neoliberal/colonial, reejado en desigual-

    dad, discriminacin y ex-clusin. De ah la importanciade un aspecto omitido e igno-rado por dcadas en nuestrasiglesias, la memoria de nuestraparticipacin, que es relevanterevisar a la luz de nuestra fe yen el caminar comunitario enel testimonio de quien tambin

    fue un torturado y muerto porel poder poltico de su poca,Jess.

    El 13 de diciembre de 1974,tuvo lugar en el edificio DiegoPortales un acto de apoyo alGobierno Militar convocadopor actores religiosos de las

    principales iglesias evanglicasdel pas, conocido como elPortalazo. All, se leyuna declaracin de apoyoal Gobierno firmada por32 obispos y pastores querepresentaban a la iglesiaevanglica chilena. Esta jornaday declaracin fue un requisito

    para que el presidente de factoaceptara ir a la inauguracin dela Catedral Evanglica, eventoque ocurri con su asistencia el15 de diciembrede 1974.

    En esta declaracin, La

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    Posicin Evanglica, encontra-mos armaciones tales como:Estamos ciertos que, si testi-monios negativos fueran bus-cados dentro de los acontec-imientos que se produjeron

    con motivo del pronunciami-ento militar, sin duda se encon-traran hechos lamenta-bles de abusos de poder einjusticias, que en

    un Estado de Guerra, porlo dems, es difcil evitarpor la autoridad mxima.Pero no se puede consti-tuir un argumento contra

    el gobierno sin demostrarmala intencin, basadosen hechos aislados ()consideramos entonces que noes justo decir que por ello enChile no se respeten los Dere-chos Humanos

    El pronunciamiento de lasFuerzas Armadas () fue larespuesta de Dios a la oracinde todos los creyentes que venen el marxismo la fuerza satni-ca de las tinieblas en su mxima

    expresin.}

    pasa a ser el eje polticodel quehacer de muchas igle-sias evanglicas agrupadas enel Consejo de Pastores, defenso-ras de ideologas anti-comunis-tas, anti-catlicas, anti-ecum-

    nicas y anti-democrticas,quienes colaboran (concienteso inconcientemente)con la instalacin de unparadigma legitimadordel rgimen autoritar-io-dictatorial.En esta poca, se pu-eden evidenciar al-gunas caractersticasque hacen que se vaya

    visibilizando ciertaideologa evanglicaemergente, inuencia-

    da por un importante arribo demisioneros de Estados Unidosprovenientes de iglesias evan-glicas del sur, identicadas

    Todo gobierno es legitimo en la medidaque responde a la voluntad de la mayoray satisface las necesidades de la Patria; elnuestro lo es porque satisfizo la necesidad

    de ser liberada de un sistema marxista,esclavizante y forneo.

    Los Derechos humanos estn garantizados

    en Chile por la declaracin de principios de lajunta de gobierno.(2)

    Este documento fue amplia-mente difundido por la prensaocialista, y de alguna manera

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    mayoritariamente con los sec-tores fundamentalistas, o de loque hoy es conocido como laDerecha Evanglica conserva-dora y republicana, que mane-

    ja un importante poder en lapoltica estadounidense.La llegada misionera desdelos EE.UU. no tan slo viene conel mensaje del Evangelio, sinocon una visin poltica que sealinea con control norteameri-cano. No es menor indicar quelos principales predicadoresevanglicos en los ltimos aos

    provengan de EE.UU. (Rog-ers, Mc Dowel, Graham, Dob-son, MacArthur, Wagner, Piper,Washer, Stanley, Warren, entreotros), o bien latinoamericanoscuyos estudios o trabajos estnrelacionados con la DerechaEvanglica de EE.UU. (Palau,Motessi, Witt, etc.). La fuerte in-

    uencia norteamericana hastanuestros das es una herida a lahora de hacer una reexin entorno a las responsabilidades ylos daos de las iglesias evan-glicas 40 aos despus delGolpe.La ideologa evanglica post-golpe est marcada por el au-toritarismo implantado en lainstitucionalidad evanglica,donde el liderazgo carismticoviene a tener ms importanciaque la revelacin bblica y losespacios comunitarios de de-

    cisin. Las dbiles estructurashorizontales y la relacin depastor como el nuevo patrnde fundo, pasan a ser las lgi-cas organizacionales que repli-can el modelo un gobierno dic-tatorial, elitista. La composicinde los liderazgos religiosos porex-agentes de las Fuerzas Ar-

    madas, principalmente en lossectores pentecostales msexpansionistas, difunden unalgica de sumisin, el uso de unlenguaje militarizado, profundi-zan un patriotismo fascista yforman grupos ms obedientesque pensantes, ms alineadosque crticos.No obstante, es necesario de-nunciar que dicha declaracin,La posicin Evanglica, carecede legitimidad tica en su for-mulacin. Desde la gnesis delmovimiento protestante jams

    ha existido una iglesia evan-glica, y el tratar de identi-carla es una prctica que ahoratiene en sus memorias legiti-mar el gobierno ms tirano delas ltimas dcadas. No es gen-uina, no naci de las mismasbases de quienes conformanlas iglesias, a los pastores se les

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    hizo rmar un documento ya elaborado que no tenianinguna reexin colectiva previa, representativa.La amenaza de quitar los benecios oblig a muchosde ellos a rmar, sin el pleno consentimiento de suscongregaciones, a espaldas de sus hermanos e inclu-so de aquellos que se oponan al rgimen dictatorial,

    rompiendo todo proceso consultivo y democrticovalido dentro de muchas tradiciones protestantes.La falta de experiencia de los pastores evanglicosen la relacin con el gobierno, la ingenuidad y lasdbiles estructuras institucionales democrticas,permitieron una fcil instrumentalizacin militar enla bsqueda de legitimidad religiosa desde algunospersonajes evanglicos sedientos de reconocimien-to poltico pblico.En Chile han transcurrido 40 aos de silencio departe nuestras iglesias. Nos hemos preocupados de

    la salvacin del alma, pero no la salvacin de la vida,de sus memorias, de su clamor de justicia.40 aos donde hemos sido tambin victimas de unadictadura autoritaria que implant con toda su fuer-za un modelo neo-liberal y clasista, que corrompe laconvivencia, que ensea a matar para ganar, vencerpara triunfar, una cultura asesina y despiadada queno conoce de solidaridad y de amor al prjimo.40 aos que hemos pecado, y seguiremos pecandohasta que por n no haya justicia en nuestro pas. Los

    asesinos y sus cmplices disfrutan de su victoria, seesconden y no se hacen cargo, se cubren y se encu-bren. No hay nada que justique la muerte, tortura,secuestro y desaparicin de personas. El perdn nosinvita tambin a la transformacin, no basta con undiscurso inado creando falsas expectativas de unasolucin que no se hace cargo nada.40 aos que se escribi una amarga historia en nues-tro pas. Falta mucho de nuestra parte como evan-glicos para la reparacin de tanto dao. Por eso no-sotros, las nuevas generaciones,

    debemos estar atento a los signos de nuestros tiem-pos, leer las historias desde los desprotegidos, acer-carnos al testimonio del crucicado, quien fue resu-citado y ser portadores de su esperanza, para quenunca ms en Chile la sangre de nuestro hermanocorra por nuestras manos.Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotroses partido; haced esto en memoria de m. (1 Corin-tios 11:24)

    En memoria de los que fueron muertos,perseguidos, exiliados y torturados porpensar que se poda vivir diferente.

    (1) Maldonado, Matas. Evanglicos y

    poltica en la dictadura militar chilena. A40 aos del golpe de Estado. Revista 95tesis, Pastoral Juvenil IELCH. Edicin N2.(2) Puente, Pedro. La Posicin Evanglica,Editora Nacional Gabriela Mistral. S/f

    Josaphat Jarpa, EditorRevista 95 Tesis.

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    Cmo es que el tiempo pasa y apaga vi-das silenciando gritos de revolucin,provenientes de la desesperacin porculpa de la injusticia? Hoy, veo un mun-

    do de dolor que vive tenindolo todo para ser feliz,pero no lo es.

    Y por qu no? Por esa mano opresora que ha toma-do hasta el suspiro del abuso. Fornicando con el amor,la justicia, la verdad y la paz.Pero cunto ms hemos de ignorar esta pausa, esteaturdimiento colectivo? Colectivo, l, tu, yo, y todossomos un pueblo que grita por dentro y debe dejarsalir ese ardor. No permitir ms mentiras, no tolerarms injusticias. El clich uno para todos y todos parauno. Es ms que eso. Ms, mucho ms que un simpleclich. Recordar cmo la unidad del ser ha llevado a lasgrandes revoluciones en bsqueda de la verdad y converdad. Poco a poco, paso a paso, con un mismo ideal.

    Que no olvidemos el n, la igualdad, sin perder lacausa, la justicia, sin apagar la luz, el amor.Traigo a la memoria las palabras de Hernn RiveraLetelier: enarbolando sus herramientas de trabajo yrugiendo enronquecidos que viva la huelga, carajo,que ya esta bueno de tanta jodienda, que la cuestines ahora o nunca1Es ahora o nunca, la actitud, que conlleva al hacer que

    provoc la decisin de una idea que al colectivo leperturba.

    La molestia, el enojo, la rabia, la ira, la desesperacinnecesaria para al n buscar la solucin a aquello quetanto duele y perturba a la sociedad, a la comunidad,llegar a la comunin, esta solo se logra alcanzar con yen la lucha. Cmo y cul es tu lucha compaero/a?

    Que la rutina no nos consuma,que el dolor no nos abrume en elespacio absoluto de la soledad.Buscar el hacer, rompamos losesquemas y actuemos. Seamos elser integrador que conlleva a launanimidad.

    1. Rivera, Letelier, Hernn. 2002. San-ta Mara de las ores negras. Santiago.Planeta

    Atrdimiet Clectiv v/Epresi dr Decidid

    Anah Naranjo,Septiembre 2013.

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    Hace ya casi cinco siglos,

    nuestro padre MartnLutero, mximo ref-erente de la Reforma

    Protestante, armaba que suconciencia era prisionera de laPalabra de Dios. Armaba: nopuedo ni quiero revocar nadareconociendo que no es seguroo correcto actuar contra la con-ciencia. Todo esto frente a in-quisidores, prncipes germnicosy un gento dividido entre simpa-tizantes y opositores, un estadode polarizacin que se repetiren ms de una ocasin, llegandoa ser argumento para el desen-freno de las peores pasiones delhombre.

    Hoy por hoy, cabe preguntarsesobre la conciencia de muchos

    de nuestros compatriotas quevociferan perdones como quinsaluda de maana. Es ese el per-dn que buscamos para recon-ciliar a la Patria herida? Es ese elperdn al que estamos llamadoscomo iglesia?

    En las primeras comunidadescristianas, el rito de la confesiny el perdn de los pecados era

    comunitario, cual asamblea enla que se discuten los problemasde contingencia. En base al testi-monio de cada individuo se de-cida una forma de enmendar lasfaltas. Con el concilio de Letrnen 1215, el papa Inocencio II or-denara el asunto mediante lacomunin personal (confesor-

    confesante) como la practican

    nuestros hermanos catlicoshasta hoy. Quizs, las comuni-dades ms cercanas a aquellavieja tradicin antes menciona-da son las orientales de rito orto-doxo, donde el sacerdote y con-fesor le propone al confesanteuna prueba para enmendar sufalta. Esto basado en la premisabsica de que sin justicia no hayperdn.

    Sin embargo, pareciese que hoyquien exige justicia es un resen-tido, o que quien riega las oresde la memoria es un trasnocha-do marxista que busca resucitarlos odios del ayer. Nada de eso.El Evangelio, al cautivar nuestraconciencia, nos exige la bsque-da de la justicia como camino

    para la paz y la vida en conviven-cia que Dios nos llama avivir (Isaas 32, 17).

    El historiador AlfredoJocelyn-Holt armabahace unos das, conmucha razn, que todoesto de los perdones ylas reivindicaciones eraalgo muy propiamente

    catlico. Capillas ardi-entes, confesiones, le-tanas Sin el