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Revista Trimestral de Análisis de Coyuntura Económica 35
IntroducciónEn el análisis económico uno de los insumos más
importantes son los datos, porque en principio
permiten un acercamiento con la evolución de las
distintas variables en el tiempo y, a la vez, inferir
algunas tendencias de acuerdo con la coyuntura
prevaleciente. Para el caso de México, dos variables
que son fundamentales y que dan cuenta de los
flujos de ingresos que llegan al país son la inversión
extranjera directa (IED) y las remesas. Estas variables,
aun cuando son ingresos del exterior con destinos
muy diferentes, impactan de manera muy importante
al desempeño de la economía mexicana en general y
de manera específica a las economías locales de las
entidades federativas a donde llegan.
Las remesas se destinan principalmente a bienes de
consumo final, ya que llegan directamente a los hogares
de los familiares de los migrantes y, la mayoría de las
veces, cumplen un papel preciso en el sostenimiento
familiar. La IED tiene que ver con importantes flujos
de capital que provienen de las grandes trasnacionales
y cuyo destino es el sector productivo.
El objetivo de este artículo es analizar la importancia
que dichas variables tienen para la economía nacional,
así como su tendencia en los años recientes. Para ello,
el trabajo se divide en dos apartados antes de las
conclusiones, en los que se analizan algunos aspectos
conceptuales, y el comportamiento de cada una de
las variables para el país en su conjunto y la revisión
para algunas entidades federativas, destacando el caso
particular del Estado de México.
1. Inversión extranjera directa De acuerdo con el Banco Mundial la IED refiere a la
inversión extranjera que establece una participación
prolongada en una empresa o un control efectivo de
su gestión. Puede incluir la compra de acciones de una
empresa en otro país, la reinversión de utilidades de
una empresa de propiedad extranjera en el país donde
ésta se encuentra ubicada y la concesión de préstamos
de una empresa matriz a sus filiales extranjeras. Este
organismo considera IED a la inversión que representa
como mínimo el 10% de las acciones con derecho de
voto de una empresa extranjera. Sin embargo, muchos
países fijan un porcentaje superior porque en muchos
casos el 10% no es suficiente para tener el control
efectivo de una compañía o para demostrar el interés
de un inversionista en establecer una participación
prolongada (Banco Mundial, 2002).
Inversión extranjera directa y remesas.Una revisión para México
y el Estado de México
Yolanda Carbajal Suárez1
1 Profesora-investigadora, Centro de Investigación en Ciencias Económicas, Facultad de Economía, UAEMex. Correo electrónico: [email protected].
Economía Actual • enero-marzo 2013, Año VI, Núm 1.36
Existen diversas posiciones en cuanto a los beneficios
de la IED, sin embargo, es claro que para las
economías receptoras representa un efecto positivo en
el ambiente productivo que puede materializarse en
la generación de empleos, el incremento del ahorro,
la captación de divisas, así como el estímulo a la
competencia, a la transferencia de nuevas tecnologías
e impulso de las exportaciones.
En general, el medio para materializar la IED son las
grandes empresas transnacionales que cuentan con
actividades productivas en más de un país y ejerce su
propiedad y control sobre las actividades productivas
fuera de su país de origen. Existen diversas razones
para que una empresa decida invertir en otro
país, de acuerdo con Esquivel y Larraín (2001) los
factores que tradicionalmente se han identificado
como determinantes de la IED son: el tamaño de
mercado, las características de la fuerza laboral, la
ubicación geográfica, la dotación de factores y el nivel
de protección, así como factores institucionales y de
política como son la estabilidad macroeconómica, la
provisión de infraestructura adecuada, la calidad del
marco legal y regulatorio y la política comercial.
Para el caso de México la
IED se realiza de acuerdo
con la Ley de Inversión Ex-
tranjera donde se define a
la IED como: a) La parti-
cipación de inversionistas
extranjeros en cualquier
proporción en el capital
social de sociedades mexi-
canas; b) La realizada por
sociedades mexicanas con
mayoría de capital extran-
jero y c) La participación
de inversionistas extranjeros en las actividades y ac-
tos contemplados por la Ley de Inversión Extranje-
ra (Gobierno Federal, 2012).
Aun cuando la IED es una variable muy volátil que
depende de muchos factores, durante las últimas
décadas México se ha caracterizado por ser un país
receptor de importantes flujos de inversión extranjera.
De 1999 al tercer trimestre de 2012 recibió un total
de 304,635.4 millones de dólares; y en el año 2007
se registró la mayor cantidad de ingresos por este
concepto, para después tener una importante caída en
los años posteriores, que sin duda se explica por los
efectos de la crisis financiera iniciada en el 2008. Así,
la IED registró una caída acumulada del 2008 al 2012
en 23 de las 32 entidades federativas del país, con un
ligera recuperación en 2010 y 2011, pero aún muy por
debajo de la recibida en 2007 (ver gráfica 1).
En México, el destino principal de la IED es el sector
industrial y de servicios. La inversión extranjera
realizada en el sector industrial de 2009 a 2012 ha
estado por arriba del 50% con excepción de 2009
cuando fue de 45%; dentro del sector industrial se
Gráfica 1. México: Inversión extranjera directa, 1999-2012 (Millones de dólares)
Fuente: Elaboración propia con datos de Secretaría de Economía (2012).
Revista Trimestral de Análisis de Coyuntura Económica 37
destaca la manufactura
como principal subsector
receptor de este tipo de
inversión. Por otro lado,
el sector servicios durante
los últimos años también
se ha destacado por ser un
importante receptor de IED
a nivel nacional, y dentro
de él destacan el comercio
y los servicios financieros
(ver cuadro 1).
Mucho se ha argumentado
que la IED contribuye de
forma importante con el
crecimiento y desarrollo
de los países, lo cual se ha
hecho evidente en países
industrializados (Dussel
Peters, et al. 2007). En este
sentido, en México, es claro
que los principales flujos
de inversión extranjera
han tenido como destino
las entidades que se
caracterizan por contar con una estructura productiva
en la que el sector industrial tiene una participación
relevante. Por ejemplo, Chihuahua, Jalisco, Estado de
México, Nuevo León, Puebla, el Distrito Federal y, en
menor medida, Baja California Norte. Estas entidades
han recibido en los últimos 15 años aproximadamente
entre el 80 y 90% del total de la IED.
Mención aparte merece el Distrito Federal, entidad
que año con año ha recibido por mucho los mayores
flujos de este tipo de inversión. Tomando el promedio
de la IED recibida por entidad federativa en el
periodo 1999-2012 ocupa el primer lugar, recibió
53.4% del total de la IED realizada en el periodo, el
segundo lugar lo ocupa Nuevo León con 10.9% y el
tercero el Estado de México con el 5.8% (Secretaría
de Economía, 2012).
En el caso específico del Estado de México, debe
destacarse que esta entidad se ha caracterizado por
ser una de las principales receptoras de IED. En casi
todos los años tiene una participación importante por
lo menos en algún trimestre; es el caso del segundo
y tercer trimestre de 2012 donde captó el 12.7 y
Fuente: Elaboración propia con datos de Secretaría de Economía (2012)
Cuadro 1.México: Inversión extranjera directa por sector de destino
2009-2012 (% de participación)
Sector 2009 2010 2011 2012*
Agropecuario 0,2 0,3 0,1 0,3
Industrial 45,2 62,7 57,9 52,9
Minería 4,6 5,7 4,7 3,6
Electricidad y agua 0,4 0 -1,1 1
Construccion 5,1 0,4 8 9,4
Manufacturas 35 56,5 46,2 38,9
Servicios 54,6 37 42 46,9
Comercio 9,5 13,1 10,3 14,9
Transportes 0,6 0,7 1,4 1,6
Inform. en medios masivos 1,1 1 5,4 1,4
Servicios financieros 15,6 9,2 11,9 14,8
Servicios inmobiliarios y de alquiler 7,2 6,6 4,5 4,8
Servicios profesionales 1,8 1,2 3,4 2,6
Servicios de apoyo a los negocios 17,6 3,1 0,3 2
Servicios educativos 0 0 0 0
Servicios de salud 0,1 0 0 0
Servicios de esparcimiento 0 0,1 0,4 0
Servicios de alojamiento temporal 0,7 1,7 3,2 4,1
Otros servicios 0,4 0,4 1,2 0,6
* enero-septiembre
Economía Actual • enero-marzo 2013, Año VI, Núm 1.38
22.5% del total de la IED
realizada a nivel nacional;
con lo que se colocó como
la segunda entidad más
importante como receptora
de inversión extranjera
directa en el tercer trimestre
del 2012, sólo por abajo del
Distrito Federal que recibió
23% del total.
En la gráfica 2 se observa la
evolución de la IED en los
últimos años y se evidencia
claramente como tanto a
nivel nacional como en el
Estado de México, los montos de IED tuvieron una
considerable caída en los años posteriores a la crisis
financiera del 2008 sin que aún se logren recuperar
los niveles que se tenían antes de 2007.
2. RemesasLa Organización Internacional para la Migración
(citado por Mckinley, 2003) define a las remesas
como la porción de sus ingresos que el migrante
internacional envía desde el país de acogida a su país
de origen. Es preciso establecer una diferencia entre
las remesas oficiales, que se transfieren a través de
los canales bancarios oficiales y que figuran en las
estadísticas del país; y las remesas informales, que se
envían a través de sistemas privados de transferencia
de dinero, a través de amigos y parientes, o que son
llevados por los propios migrantes a su hogar.
De acuerdo con Mckinley (2003) las remesas llegan
directamente a los hogares de los familiares de los
migrantes y cumplen un papel determinante en el
sostenimiento familiar. Su impacto en las comunidades
y en los hogares receptores a menudo se pone de
manifiesto a través de la información relativa al monto
y modalidades de uso de estos recursos. La mayoría
de los trabajos disponibles dan cuenta de un patrón
general del uso de las remesas en México, congruente
con numerosas experiencias internacionales que
indican que la gran mayoría de los recursos recibidos
se gastan en la satisfacción de necesidades básicas, en
la adquisición de bienes de consumo duradero y en
la compra y mejora de vivienda, mientras que sólo
una pequeña proporción se destina al ahorro y a la
llamada inversión productiva.
Los hogares receptores de remesas han venido
creciendo de manera significativa en los últimos diez
años, beneficiando a un número cada vez mayor de
mexicanos. Entre 1992 y 2000 su número casi se
duplicó, pasando de casi 660 mil a 1.252 millones,
mientras que el total de unidades domésticas en el país
sólo lo hizo 32% (CONAPO, 2001).
Fuente: Elaboración propia con datos de Secretaría de Economía (2012)
Gráfica 2. México y Estado de México: Inversión extranjera directa, 1999-2012.
Tasas de crecimiento
Revista Trimestral de Análisis de Coyuntura Económica 39
Para México las remesas representan una importante
entrada de ingresos. Ocupan el segundo lugar
del ingreso externo después del petróleo, en 2008
alcanzaron los 25 mil millones de dólares; representan
alrededor del 2 por ciento del PIB mexicano y en
algunos casos equivalen entre 40 y hasta un 90% de
los ingresos familiares para un número importante de
mexicanos (De Janvry y Sadoulet, 2001, citado por
Carvajal y de Jesús 2011).
De acuerdo con Carvajal y de Jesús (2011) son muchos
los impactos que tienen las remesas en la economía
mexicana, sin embargo, desde el punto de vista
macroeconómico, pueden resumirse en cuatro:
Permiten al país enfrentar desequilibrios exter-•
nos en la balanza de pagos, su impacto puede
ser claramente observado en el saldo de la cuen-
ta corriente ya que pueden contrarrestar el défi-
cit en esa cuenta al ser registradas como un flujo
positivo y no tener contrapartida, con lo que ab-
sorbe el déficit creado por otros movimientos.
Pueden ayudar a contrarrestar las depresiones •
del ciclo económico en el sentido que cuando
el país expulsor de migrantes atraviesa por
una crisis económica las remesas repuntan,
tal como la que sucedió en el 2001 cuando la
tasa de crecimiento del PIB mexicano cayó en
0.2 por ciento, las remesas crecieron en 35%.
Son menos volátiles que otros flujos externos •
como la inversión extranjera directa La IED
sigue la tendencia de la economía internacio-
nal, mientras que la tendencia de las remesas
se observa constante.
Por último, las remesas pueden incrementar •
la demanda interna debido a que hay más cir-
culante en la economía, permitiendo con ello
reactivarla desde el lado de la inversión.
De 2003 a septiembre de 2012 han ingresado al país
204,609 millones de dólares por concepto de remesas.
Los niveles más altos en las tasas de crecimiento de
esta variable se presentaron hasta 2006, a partir de
ese año se inicia una fuerte caída en los ingresos por
este concepto, que se intensifica de manera alarmante
a partir de 2008, para alcanzar su punto más bajo
durante 2009 (véase gráfica 3). Sin duda, esto es
resultado -dada la naturaleza de estos ingresos- de la
crisis financiera, ya que la mayor proporción de los
trabajadores que se emplean fuera de México, que son
quienes envían los ingresos que se contabiliza como
remesas, se encuentran en Estado Unidos; y es en este
país donde se origina la crisis y donde se dejó sentir
de manera más alarmante durante 2008 y 2009 con
importantes caídas en su sector productivo, lo cual se
tradujo en un despido de muchos trabajadores.
Sobre este punto, Carvajal y de Jesús (2011) men-
cionan que la recesión de la actividad económica en
Estados Unidos afectó las oportunidades de empleo
en ese país incluidos las de migrantes mexicanos. Re-
portan que en un año se perdieron 4 millones 168 mil
empleos, la mayor cifra desde 1939. Además señalan
que los sectores más afectados fueron la industria de
la construcción y el sector manufacturero donde los
mexicanos participan en un número importante in-
cluso llega a ser mayor que la fuerza de trabajo local.
Aún cuando los ingresos por remesas en el país se
han venido recuperando paulatinamente después de
la crisis económica, están lejos de alcanzar los niveles
que se tenían hasta antes de la recesión. Durante 2012
los recursos que llegaron al país de los mexicanos
que viven fuera, principalmente en Estados Unidos,
sumaron 22 mil 445 millones de dólares, este monto es
menor en 1.6% respecto al de 2011 (Banxico, 2012).
Economía Actual • enero-marzo 2013, Año VI, Núm 1.40
Las principales entidades receptoras de remesas son Michoacán, Guanajuato,
Estado de México, Jalisco, Oaxaca, Puebla, Guerrero, Veracruz, Hidalgo y el
Distrito Federal, en conjunto reciben el promedio por arriba del 65% del total
de los ingresos que llegan al país por este concepto.
De manera específica el Estado de México es una entidad con muchos con-
trastes, por un lado es una importante receptora de migrantes de otras enti-
dades de la república y, por otro, se caracteriza, por ser un estado expulsor
Gráfica 3.México: Remesas, 2003-2012 Tasa de crecimiento anualizada
Fuente: Elaboración propia con datos de Banxico.
Fuente: Elaboración propia con datos de Banxico.
Gráfica 4. México y Estado de México: Remesas, 2003-2012
Tasa de crecimiento anualizada
Revista Trimestral de Análisis de Coyuntura Económica 41
de población, sobre todo es el caso de los municipios
localizados al sur de la entidad. Esta situación lo con-
vierten en una de las principales entidades del país
receptoras de ingresos por concepto de remesas.
En el Estado de México la caída ha sido aún mayor
que la presentada a nivel nacional (véase gráfica 4),
durante 2012 recibió 1,564 millones dólares, inferior
en 5.7% respecto a las recibidas en 2011 que fueron
de 1,658 millones de dólares. No obstante, esta cifra le
sirvió al estado para colocarse como la tercera entidad
más importante en recibir remesas durante 2012, con
el 8.5% del total, solo por debajo de Michoacán y
Guerrero, entidades que recibieron 9.9% y 9.5% del
total y que por tradición se han caracterizado en ser
grandes receptoras de este tipo de ingresos.
Si se considera el promedio del total de las remesas
recibidas por entidad federativa de 2003 a 2012,
estas tres entidades nuevamente ocupan los primeros
lugares: Michoacán ocupa el primer lugar con el
10.4%, Guerrero el segundo con el 9.2% y el Estado
de México el tercero, al recibir en este periodo el 8.0%
del total de los ingresos por este concepto.
ConclusionesIndudablemente la IED y las remesas representan dos
de las principales variables que dan cuenta de los flujos
de recursos provenientes del extranjero que ingresan al
país. Cada uno en su ámbito de acción han llegado a
representar una importante fuente de financiamiento;
la IED para la actividad económica puede representar
un factor de crecimiento económico a partir del
impulso a los sectores productivos, principalmente
industrial y de servicios; las remesas por su parte se
han convertido en una fuente importante de ingresos
que fortalecen el consumo privado de las familias.
Estas dos variables, se vieron severamente afectadas
por la crisis financiera iniciada en 2008, y aún cuando
se han recuperado de manera gradual durante los
últimos meses, aún no logran los niveles que tuvieron
antes de la crisis, además de que el panorama que se
prevé para los próximos meses para estas variables no
es del todo halagüeño, ya que Estados Unidos país
del que proviene la mayor cantidad de IED y remesas
se encuentra lejos todavía de recobrar la estabilidad
económica y los niveles de empleo que tenía hasta
antes de la crisis.
Para el caso específico del Estado de México, la
situación no es diferente a la descrita para la economía
nacional. Los datos aquí presentados dejan ver como
es una entidad que responde a la misma dinámica de
la economía nacional, lo que puede explicarse por ser
uno de los estados más industrializados y con mayor
vinculación al mercado mundial vía comercio.
Finalmente no debemos dejar de reconocer que el
sector externo influye de manera importante en el
desempeño de la economía mexicana y del Estado
de México. La información estadística que aquí se
presenta da evidencia de lo vulnerable que puede
ser la economía mexicana a las fluctuaciones de la
economía mundial y particularmente a la de Estados
Unidos, específicamente en términos de los flujos de
IED y remesas.
Economía Actual • enero-marzo 2013, Año VI, Núm 1.42
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