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Estos chicos viven en la calle. Su dieta son los azucarillos que roban de los cafés y agua. No tienen nada más El pasado mes de agosto de 2014 se celebraron en Turquía las elecciones presidenciales. Recep Tayyip Erdogan se convertirá en el nuevo presidente de la República con cerca del 52% de los votos. Antes de su viaje a Ankara para pronunciar allí su discurso como vencedor, y en un gesto colmado de simbolismo, Tayyip Erdogan se dirigió a la mezquita de Eyup Sultán. Esta mezquita se construyó en el lugar donde Abu Ayyub al-Ansari ( sahaba) cayó durante la campaña musulmana en Constantinopla en 670, lugar que visitaban los sultanes del Imperio otomano tras ascender al trono. Hayy 1435 - El peregrino comienza su experiencia alejándose y abandonando temporalmente todo aquello a lo que está apegado El bendito encuentro Entrevista a Shafiek Khan, surfero y educador Gaza y la opinión pública El Subcontinente indio Su historia desde la llegada del Islam, su apogeo y declive hasta nuestros días El dua es lo primero que el musulmán debe utilizar PUBLICACIÓN BIMESTRAL DE LA COMUNIDAD ISLÁMICA EN ESPAÑA · www.islamhoy.com · EJEMPLAR GRATUITO · SEP/OCT 2014 · Nº 34 · AÑO VI ▶5 2 ▶ 10 ▶6 ▶ 12 ▶ 8 y 9 Todo lo que necesitas saber sobre el Estado Islámico Tayyip Erdogan se alza con la presidencia turca

ISLAM HOY no. 34, septiembre – octubre 2014

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Trigésima cuarta edición del periódico ISLAM HOY.

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY 1

Estos chicos viven en la calle. Su dieta son los azucarillos que roban de los cafés y agua. No tienen nada más

El pasado mes de agosto de 2014 se celebraron en Turquía las elecciones presidenciales. Recep Tayyip Erdogan se convertirá en el nuevo presidente de la República con cerca del 52% de los votos.

Antes de su viaje a Ankara para pronunciar allí su discurso como vencedor, y en un gesto colmado de simbolismo, Tayyip Erdogan se dirigió a la mezquita de Eyup Sultán. Esta mezquita se construyó en el lugar donde Abu Ayyub al-Ansari (sahaba) cayó durante la campaña musulmana en Constantinopla en 670, lugar que visitaban los sultanes del Imperio otomano tras ascender al trono.

Hayy 1435 - El peregrino comienza su experiencia alejándose y abandonando temporalmente todo aquello a lo que está apegado

El bendito encuentro

Entrevista a Shafiek Khan,surfero y educador

Gaza y la opinión pública

El Subcontinente indioSu historia desde la llegada del Islam, su apogeo y declive hasta nuestros días

El dua es lo primero que el musulmán debe utilizar

PUBLICACIÓN BIMESTRAL DE LA COMUNIDAD ISLÁMICA EN ESPAÑA · www.islamhoy.com · EJEMPLAR GRATUITO · SEP/OCT 2014 · Nº 34 · AÑO VI

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Todo lo que necesitas sabersobre el Estado Islámico

Tayyip Erdogan se alza con la presidencia turca

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY2

Tayyip Erdogan se alzacon la presidencia turca

Asesinato de palabras por metonimia

l pasado mes de agosto de 2014 se celebraron en Turquía las primeras elec-

ciones presidenciales por voto popular directo. Recep Tayyip Erdogan se convertirá en el nue-vo presidente de la República con cerca del 52% de los vo-tos, según ha confirmado la Comisión Electoral con el 100% de los votos escrutados.

Ekmeleddin Ihsanoglu, can-didato de los principales parti-dos de la oposición, ha recibido un 38,4% y Selahattin Demirtas, el líder político kurdo, un 9,7%. La jornada electoral ha transcu-rrido en un ambiente de calma y la participación ha sido amplia, rondado el 75% de los 42,5 mi-llones de electores turcos.

“Vamos a continuar sir-viendo a nuestra nación y tra-bajaremos para que funcione el proceso (de paz con la milicia kurda del PKK)”. Estas han sido las primeras palabras en público de Tayyip Erdogan tras alzarse vencedor.

Antes de su viaje a Ankara para pronunciar allí su discurso como vencedor, y en un gesto

colmado de simbolismo, Tayyip Erdogan se dirigió a la mezquita de Eyup Sultán. Esta mezquita se construyó en el lugar donde Abu Ayyub al-Ansari (sahaba) cayó durante la campaña musulmana en Constantinopla en 670, lugar que visitaban los sultanes del Imperio otomano tras ascender al trono.

Antes de ser declarado pre-sidente, Tayyip Erdogan tendrá que renunciar al puesto de pri-mer ministro y al mismo tiempo como miembro del Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP, en turco), ya que la presidencia se entiende como neutral y no partidista.

“Ruego a todos los que me califican de dictador y autócra-ta que revisen su posición”, dijo desde el balcón de las oficinas de su partido.

El crecimiento de la eco-nomía turca durante la última década, con índices conside-rables en todos los sectores, y una distribución de la riqueza en mejoría entre los 77 millones de turcos que sufren enormes desigualdades sociales, han sido factores determinantes. Los tur-cos han otorgado su confianza a un líder que también ha sabido sembrar la chispa del orgullo nacional, así como su posición

de potencia regional, sobre todo en Irak, y con el rechazo a Israel.

Después de once años en el Gobierno, Tayyip Erdogan ha conseguido una victoria fun-damental para el control del poder en Turquía. Esta se libró ante las todopoderosas Fuerzas Armadas, que ostentaban en el Consejo de Seguridad Nacional el poder total para preservar las esencias laicas. Y que durante el siglo XX propiciaron al menos cuatro golpes de estado, en un país ubicado entre Oriente y Occidente, y que ha tenido un protagonismo decisivo en la geopolítica regional durante los últimos quince años.

El rechazo de ingreso en la Unión Europea por intereses cruzados ha constituido otro elemento de fomento del na-cionalismo turco. Encauzado hábilmente por el Partido para la Justicia y el Desarrollo (AKP) para afianzar un sentimiento de potencia emergente que uti-liza la economía y su influen-cia creciente en la zona para presentar un proyecto propio para orgullo de sus ciudadanos. Tayyip Erdogan es un factor de estabilidad nacional y regional y sinónimo de futuro contras-tado, como ya se ha venido demostrando.

a metonimia es una figu-ra retórica que consiste en designar una cosa o

idea con el nombre de otra con la que tiene alguna relación se-mántica. Los publicistas sueñan con la metonimia perfecta: de-signar el producto con el nom-bre de nuestra marca.

Todos conocemos es-tas metonimias publicitarias. Pedimos una Aspirina, cuan-do lo que queremos es Acido Acetilsalicílico; nos gusta de-sayunar con Pan Bimbo cuan-do en realidad lo hacemos con pan de molde; envolvemos los alimentos con Papel Albal pero realmente su nombre es papel de aluminio; las mujeres se dan máscara de pestañas de distin-tas marcas pero a todas las lla-man Rimmel; algunos postres mejoran si añadimos Maizena o lo que es lo mismo, harina de maíz, y a nadie se le ocurre pe-dir una goma de mascar de sa-bores sino Chicle.

En realidad los creativos publicitarios no se distinguen mucho de los agentes propagan-dísticos, ya que estos también buscan asociar a determinadas palabras contenidos semánticos prestados de otras, manipulan-do el modo en el que la sociedad percibe la realidad. La manipu-lación del lenguaje es quizás la forma más sutil de control men-tal; algo similar a la publicidad subliminal, ya que se ejecuta de manera inconsciente para el receptor. Pero a diferencia de la primera, que puede afectar a cualquier persona independien-temente de su nivel intelectual, la manipulación del lenguaje requiere de un trabajo previo de desinformación y de empobre-cimiento cultural, ya que una persona formada no puede ver-se afectada por ese burdo asesi-nato de palabras.

La utilización de la palabra fascista es un claro ejemplo de asesinato de palabras por el

método de la metonimia. Pero no el único. Islam, yihad, Sharia, y ahora califato son cuatro ejem-plos de asesinatos perpetrados en tiempos recientes, no más allá de las últimas dos décadas. Estas palabras han quedado asociadas semánticamente a barbarie, terror, violencia, retra-so y, consecuentemente, son pa-labras antónimas de civilización, progreso, bienestar y paz.

El hecho de que unos locos reivindiquen el Califato no es algo nuevo en la historia del Islam. Sucede desde los prime-ros califas. Cada uno es libre de reivindicar lo que quiera, pero finalmente “por sus frutos los conoceréis”. Proclamar un cali-fato es fácil, solo se necesita un auditorio y un buen púlpito. Quién pone en duda que no hay mejor megáfono que cortar unas cuantas cabezas y hacer un bosque de picas con ellas.

Pero instaurar un verdadero califato es harina de otro costal. Destruir es siempre mucho más fácil y rápido que construir.

Ahora bien, si el público no sabe lo que es un califato, lo que fue históricamente, lo que implica el hecho del gobierno personal bajo el amparo de la Sharia, entonces el asesinato por metonimia es tan sencillo como financiar y suministrar armas a unos descerebrados para que hagan la guerra sucia por nosotros.

Tan sencillo como hacer creer al mundo que el Islam es la amenaza, cuando en realidad la Tercera Guerra Mundial se ini-ció en Afganistán hace más de 30 años. La inició la secta finan-ciera-militar desde los Estados Unidos contra la extinta Unión Soviética y continúa hoy en Irak, Siria, Ucrania, Palestina, Libia y seguirá extendiéndose por distintos países y regiones del planeta bajo el nombre de plagas, guerras civiles, insurgen-cias islamistas, guerras tribales, golpes de estado y demás.

La amenaza hay que buscar-la siempre en aquel que puede producir armas y especialmente una: dinero.

Mezquita de Eyüp Sultan, en Estambul.

Redacción

Redacción

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asta 30 millones de euros de multa por au-toabastecerse de ener-

gía solar y/o eólica. Eso es lo que determina el decreto que el pasado mes de julio remi-tió el Ministerio de Industria a la Comisión Nacional de Energía de nuestro país. En el cual, además, el Gobierno se reserva el derecho de su-bir o bajar la cuantía del pea-je determinado, que según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) será un 27% más alto que si se opta por el consumo convencional.

Increíble, pero cierto; ya nos venden el agua, aunque en su caso podemos aceptar que llevar el agua hasta nues-tros hogares implica establecer una red de tuberías y distribu-ción, por cuya amortización se hace necesario el pago. En el caso de la electricidad con-vencional, hay un trabajo pre-vio de instalación de tendidos

y centrales eléctricas o incluso de transformación de los ele-mentos primarios que la pro-ducen. Pero en el caso de la energía solar, son los propios consumidores quienes se ha-cen cargo de la instalación de paneles solares o molinos y pa-gan el material necesario y su instalación de su propio bolsi-llo. Lo demás lo pone el sol. Es decir, Allah lo pone como ha hecho desde el principio de los tiempos. Cuando Él lo decide luce el sol o está nublado. Lo mismo sucede con el viento ¿quién puede tener derecho a vender eso?

En los últimos años los precios de la tecnología foto-voltaica han bajado alrededor de un 80%, lo que ha puesto al alcance de la mano de muchos la posibilidad de instalar sus propios paneles o molinos y ahorrarse un buen pico en la factura de energía. Sin embar-go, en lugar de recibir ayudas para poder autoabastecerse, como sucedería si hubiese un gobierno realmente preocu-pado por su pueblo, con lo que nos encontramos es con una penalización impuesta a quien intenta utilizar limpiamente

los recursos que Allah ha puesto en la Tierra al alcance de toda la humanidad.

Allah ha permitido el co-mercio y ha prohibido la usu-ra, pero ¿es esto comercio o forma parte de la usura? Se considera usura a todas aque-llas transacciones dudosas en las que las dos partes no pueden decidir libremente su acuerdo. Aquellas, en las que hay monopolio o acumula-ción de mercancías con el fin de imponer o alterar los pre-cios en beneficio solamente del que tiene más riqueza. O aquellas, en las que el objeto de la compra-venta es ambi-guo y no está del todo claro.

Reflexionando sobre esta situación, queda bastante claro que el hecho de poner impuestos a quien pretende aprovechar uno de los dones de Allah, sin que esto afecte o disminuya la posibilidad de que otros se beneficien tam-bién de ello, forma parte de la usura más que de cualquier forma de comercio aceptable. Desde luego, forma parte de una forma de vida en la que la tiranía se ha extendido; hasta el punto de que unos

pocos pretendan beneficiar-se de aquello que pertenece a todos y eliminar la compe-tencia de sus negocios contan-do con el respaldo del poder establecido.

El ser humano está olvi-dando que Allah nos da la vida por Su inmensa misericordia y nos la quita cuando llega el momento decretado por Él. Se está olvidando que las leyes de Allah han sido enviadas para la mejor gestión de todos los asuntos mientras estamos en este mundo.

Cuando el hombre dicta leyes basadas en la codicia, cu-yas consecuencias dañan a sus congéneres en esta vida, puede encontrarse con que Allah reti-re Su misericordia en la próxi-ma y se encuentre con aquello que ha cosechado. Allí donde nadie puede llevarse ni lo que haya acumulado ni lo que haya disfrutado, ni el poder, ni la ri-queza, ni el bienestar o placer que hayan conseguido aquí imponiéndose por la fuerza a los que son más débiles o están bajo su mandato.

Hasta 30 millones de eurosde multa por autoabastecersede energía solarIman TraviesoGranada

H

rganizado por la Fundación Educativa Al-Ándalus, fundación

promovida por la Comunidad Islámica en España, se ha ce-lebrado, los días 25, 26 y 27 de agosto, en las dependen-cias del Centro Cultural de la Mezquita Mayor de Granada, el 1º seminario de formación de educadores.

Bajo el título “Educación de educadores”, este encuentro ha reunido a veinte participantes provenientes de diversos pun-tos de España, Reino Unido y Sudáfrica. Tres generaciones de enseñantes que han profun-dizado, en un marco de trans-misión directa y participación activa, sobre aspectos funda-mentales referentes al proceso de preparación de los educado-res musulmanes en Europa.

Entre los temas más im-portantes tratados: el punto de encuentro entre nuestra

tradición musulmana de en-señanza y nuestra herencia cultural europea y nuestro papel como puente entre am-bas tradiciones, y cómo el Din del Islam significa la revita-lización de todo lo mejor de Occidente; la necesidad de en-tender que no es suficiente con la labor educativa, sino que es imprescindible el vínculo social, y la recuperación del Tawhid en la enseñanza, la su-peración de la filosofía educa-cional nacida del materialismo científico y su interpretación

errónea de la naturaleza de la Ciencia. Asimismo, es de destacar las reflexiones acer-ca del papel del maestro y el restablecimiento de su figura como formador del carácter y liberador.

Finalmente, se ha realiza-do una aproximación a méto-dos pedagógicos de gran inte-rés: Escuela Waldorf y método Montessori y se ha estudiado la importante cuestión del bi-lingüismo en la escuela.

Además de una siembra de conocimiento, como su

mismo nombre indica, este seminario ha representado la semilla de un plan de trabajo conjunto permanente a partir de este mismo curso.

Es esencial resaltar el con-vencimiento de la responsa-bilidad que tenemos como musulmanes en Europa de trabajar por la conciliación de los musulmanes de diver-sos orígenes, naturales eu-ropeos y emigrados de otras tierras, y el establecimiento de proyectos y centros educa-tivos propios.

Primer seminario de la Fundación Educativa Al-Ándalus sobre formación de educadoresRedacción

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“Ayuda a tu hermano sea opresor u oprimido”. Dijeron: “¡Mensajero

de Allah!, que lo ayude estando oprimido bien, pero ¿cómo puedo

ayudarlo siendo opresor?”. Dijo: “Impidiendo que abuse (de otros)”.

Sahih Al Bujari

EDITORIAL

No deja de sorprendernos el grado de hipocresía en la que se encuentra inmersa nuestra sociedad. El sis-tema democrático, paradigma de las libertades y de la protección de los desprotegidos, ha sucumbido, o mejor dicho, se ha doblegado como herramienta al servicio de corporaciones con intereses meramente económicos.

La devastación de muerte y terror a la que el Gobierno israelí está sometiendo al pueblo palestino es una clara muestra de la imposibilidad del pueblo judío de superar lo sucedido durante el holocausto, que le ha llevado a pasar de reo a verdugo con una dureza inimaginable; y mientras tanto, las grandes instituciones internacionales denunciando con la boquita pequeña los aberrantes he-chos y sudando en silencio para que pase el temporal y los miles de muertos queden en el olvido.

Tampoco es menos alarmante la situación en Siria, que tratamos en el artículo central de este periódico. Y en medio de este volcán en erupción en que se ha con-vertido Oriente Medio aparece el a sí mismo llamado Estado Islámico. Es necesario recordar las advertencias de un gran sheij acerca del uso irresponsable del adjetivo “islámico” en este tiempo, utilizado con demasiada lige-reza para todo aquello que se quiere definir como acep-table para la comunidad musulmana, véase, el banco is-lámico, los mercados islámicos, la comida islámica, etc.

Lo cierto es que este “Estado Islámico” está provo-cando un incremento de la confusión sobre todo lo que el Din de Allah establece como correcto; contribuyendo a colocar a los musulmanes de todo el mundo el cartel de sospechosos potenciales ante cualquier conflicto.

La reflexión y la tawba, volverse a Allah, son la llave en cualquier situación de dificultad y es tan importante en los pequeños conflictos como en los grandes.

Pido a Allah que nos haga ser de los pacientes y que nos dé discernimiento en la dificultad. Pido a Allah que nos conceda una intención correcta, que proteja a los musulmanes que son atacados por Su causa y que nos otorgue lo mejor en esta vida y en la próxima. Amín.

Assalamu aleikum

Malik A. Ruiz Director

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Muhammad Mujtar MedinillaUmar Molinero Luqman Nieto

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GLOSARIO Asar: la oración de media tarde. Da nombre también a la azora 103 del Corán.‘Alim. pl.: ‘Ulamá: Un erudito, especialmente de las ciencias del Islam.Awliya: Persona cercana a Allah.Baraka: La bendición que emana de una persona o lugar determinado.Dawa: Lit.: Llamada. Acto de llamar a la gente al Islam.Dhikr: Recuerdo y, en consecuencia, invocación de Allah.Dhimma: obligación o contrato. En particular, tratado de protección para los no musulmanes establecidos en territorio musulmán.Din: La transacción vital, lit. la deuda entre dos partes, en este caso entre el Creador y el creado. Dua: Pedir a Allah.Dhuhr: la oración del mediodía que consta de cuatro rak‘ats.Emir: Persona de autoridad.Faqih. pl. fuqahá: Hombre que tiene conocimiento del fiqh en virtud del cual puede emitir juicios legales.Faqir: pl.: Fuqará. Lit.: Pobre. El que sabe que está necesitado y dependiente de Allah, el Rico y Autosuficiente. Faŷar: amanecer, alba. Oración del amanecer.Fiqh: la ciencia de la aplicación de la Shari’a. Al experto en fiqh se le llama faqih.Futuwa: Cortesía espiritual que se manifiesta en el buen comportamiento.Hadiz: Transmisión de las palabras del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz. Halal: Lo permitido por la Shariah. ‘Id. pl.: A’yad: Celebración para los musulmanes; existen dos al año, una tras el final del Ramadán y la otra tras el final del Hayy.Iman: Creencia islámica.Isha: la oración de la noche.Jutba: discurso; en particular el que pronuncia de pie el Imam el viernes antes de la oración.Magrib: oración de la puesta de sol. El Magreb también designa los territorios musulmanes del noroeste de Africa y es el nombre árabe de Marruecos.Nafs: “el ser, el yo”. Normalmente designa al ser inferior, ya sea el ser que indica el mal o el ser censurador. Según Ibn al Arabi, el nafs es lo que está producido por los atributos del esclavo.Rakat: Una de las partes en las que se divide la oración.Ramadan: Noveno mes del año lunar, durante el cual se debe observar ayuno desde el amanecer hasta el ocaso.Salat. Pl.: salawat: Oración. Cada una de las cinco oraciones obligatorias del musulmán. Segundo pilar del Islam.Shahada: Atestiguar; afirmar que no hay más divinidad que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah.Sheij. pl.: Shuŷuj. Título de respeto en virtud de la edad o condición social. En el sufismo, el maestro espiritual que te guía desde el conocimiento de tu “yo” al conocimiento de tu Señor. Tasawwuf: Cincia del sufismo.Táriqa: El camino, la vía, el sendero. Es salir del lugar seguro para ir hacía la búsqueda. En esta forma se refiere a las cofradías sufíes.Ummah: Comunidad de seguidores del profeta Muhammad.Waqf.pl.: Awqaf Poner el cuerpo de una propiedad fuera de nuestro dominio para traspasarlo hasta el Día del Juicio a la Propiedad de Allah, dedicando su usufructo en beneficio de otros.Wudu: Ablución y purificación obligatoria para la oración.Yízya: impuesto de protección pagadero por los no musulmanes, como tributo, a un gobernante musulmán; tradicionalmente eran 4 dinares o 40 dirhams al año.Yumua: Oración en grupo que se realiza en la mezquita los viernes.Zakat: Impuesto sobre la riqueza, uno de los cinco pilares fundamentales del Islam.

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ice el Creador del Universo en el Corán: “(…) y el

Peregrinaje a la Casa es una obligación que los hombres deben a Allah, (obligación para) todo aquel que pueda encontrar forma para ir”. (Sura de la Familia de Imran, 96).

Como forma de vida, el Islam es a todos los nive-les un sistema educativo de incomparable eficacia. Un sistema, que oponiéndo-se ferozmente al humanis-mo, busca perfeccionar la humanidad del ser huma-no; otorgar al ser humano la capacidad de gobierno sobre sí mismo, median-te la perfección gradual de su desarrollo espiritual. Es debido a esto que entre las prácticas de todos los Profetas, Santos (Awliya) y Verdaderos Eruditos se encontraba la denominada “jalwa” o “seclusión”, cuya piedra angular y objetivo es el par desapego – apego (en este mismo orden).

Desapego de todo aque-llo que vela el corazón del ser humano y lo aleja de Su Creador, incluso si es per-mitido por la Ley Sagrada. Y a continuación, apego hacia todo aquello que ele-va su conciencia y la co-necta con Su Señor. Todo ello hasta que la persona alcanza ese bienestar, paz y conformidad propia de los enamorados, que estando juntos no necesitan ni bus-can nada más.

Describiendo este estado espiritual, “maqam”, dijo el gran erudito Sheij Abdel Qader al Yilani dirigiéndo-se al Señor Eterno: “Aquel que Te ha encontrado, ha

encontrado todo y aquel que Te ha perdido, ha per-dido todo”. Es decir, junto a Allah no existe necesidad de lo otro, lejos de Allah la necesidad de algo más nun-ca cesará.

Como sistema regula-dor, el Islam garantiza el equilibrio entre una vida de apego y una vida de desapego cumpliendo con los derechos y deberes del Creador; sin, por otro lado, descuidar o ser negligente con aquellos elementos de la vida como el trabajo, la familia y el resto de seres creados con los que se nos pide interactuar de la mejor forma posible. De esta ma-nera, el individuo se con-vierte en un elemento vi-brante y enriquecedor que contribuye positivamente a la sociedad y por supuesto se ilumina a sí mismo.

Para alcanzar este fin, la llamada Peregrinación o Hayy es en sí misma una Escuela Educacional o “Madrasa Tarbawiyah”. Esta institución abarca todos aquellos aspectos capaces de elevar al peregrino a ese equilibrio en el par desape-go-apego, terminando por situar su corazón en esa es-tancia espiritual “maqam” de complacencia y paz con Su Creador, Subhanahu wa Ta´âla.

El peregrino comienza su experiencia alejándo-se y abandonando tempo-ralmente la gente a la que está apegado, el trabajo al que está apegado, la casa a la que está apegado, la

mismísima cama en la que está acostumbrado a dor-mir y la mismísima ropa que está acostumbrado a vestir. Por lo que el abando-no del “gheir” (todo lo que inunda el corazón a parte de Allah) orienta al peregrino hacia una única dirección:

el ascetismo o “zuhd” de lo mundanal, aunque este des-apego sea temporal.

Dice Allah en Su Bendito Mensaje: “(…) y quien en ellos se consagre para ha-cerla (la peregrinación), deberá abstenerse (duran-te la peregrinación) del rafaz (cualquier tipo de acción erótica, así como palabras obscenas, del fu-suq (desobediencia) y del yidal (debatir, discutir)”. (Sura de la Vaca, 197).

De esta manera, los pri-meros diez días del Sagrado

mes de Dhul Hiyyah se con-vierten en un curso inten-sivo de autocontrol y disci-plina del alma pasional, del alma irascible y de los su-surros del ego; en pos de un único objetivo: El buen ca-rácter (husn al juluk). Dijo el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz: “Lo que más hará entrar a la gente al Paraíso es el buen carácter”.

Fue en ocasión de la Peregrinación que el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, ilustró uno de los más grandes Principios Universales: “La sinceridad en la intención”. Dijo el Mensajero, al que Allah le dé Su gracia y paz: “Las acciones solo valen por sus intenciones. Cada uno consigue lo que se pro-pone; por tanto, todo aquel que emigra hacia Allah y su Mensajero, su emigra-ción ciertamente es hacia Allah y su Mensajero. En cambio, aquel que emi-gra para ganar algo de este mundo o para casarse con una mujer, su emigración es hacia aquello a lo que ha emigrado”.

Tras el desvelamiento de apegos mundanales, malos hábitos y vacías intencio-nes, el peregrino siente el tacto humano de la igual-dad. Desapegándose de su familia para apegarse a una marea humana de millo-nes de personas; los cua-les él reconoce como sus hermanos, quienes visten igual y se encuentran en igual situación, sin que la riqueza del rico sea marca

distintiva, ni el poder del poderoso causa de diferen-ciación. El gobernador y el gobernado, el recto y el menos recto, hombro con hombro, desapegándose del “yo y mis circunstancias” al grito de “labbeik”, “a Tu servicio” oh Allah.

Actuando, aunque sea temporalmente, como aquello que hemos sido y deberemos volver a ser: “Una Sola Nación”, una sola Umma. “Vosotros sois hi-jos de Adam, y Adam vino del polvo. Que la gente deje de jactarse de sus antepa-sados”. (Sunan Abu Daud, Libro 41, Número 5007).

Al tiempo que gira alre-dedor de la Sagrada Casa “tawaf”, el peregrino se des-apegará de los cosméticos mundanales que le hacen verse como un ser especial y alrededor del cual gira toda su existencia. Para así pasar a apegarse a la con-cepción real de quien real-mente es: “Un ser humano más de entre los millones y millones de seres humanos que habitan este planeta”.

Y es este golpe de rea-lidad lo que reafirma en el corazón del peregrino una idea que pasa de la super-ficialidad propia del plano de los conceptos a la rea-lidad propia de la testifi-cación per se: “el Tawhid o la Absoluta Unicidad del Creador”, es decir, solo Él es Único.

Por lo que, una vez desapegado de las trivia-lidades mundanales, la desobediencia, la falta de sinceridad y el egocentris-mo, al peregrino solo le queda recordar, al mirarse vestido en las ropas de su mortaja, “al ihram”, que la única razón de su existen-cia es vivir entonando con lengua y corazón: “¡Labbeik Allahuma Labbeik!”, “¡A tu servicio, oh Allah, ya vamos!”.

Omar Hamzeh GarcíaMadrid El bendito encuentroD

Peregrinos en Arafat.

La peregrinación, Hayy, un viaje de desapegoy desvelo de la absoluta unicidad del Creador

Y es este golpe de realidad lo que reafirma en el corazón del peregrino una idea que pasa de la superficialidad propia del plano de los conceptos a la realidad de la testificación per se: “el Tawhid o la Absoluta Unicidad del Creador”, es decir, sólo Él es Único

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racias a la accesibilidad y facilidad de comuni-cación del momento,

vemos que prácticamente cada ciudadano tiene una opinión subjetiva acerca de los sucesos que se desarrollan en Gaza, y cada líder político sostiene una postura. Expresar y dar a cono-cer tu punto de vista es sencillo, ya sea a través de las redes so-ciales, en manifestaciones o en comunicados de prensa.

En un mundo globalizado, en el que la política se juega a un nivel mundial, y en el que la prensa y las redes sociales tienen un alcance universal, todo el mundo debe defender un punto de vista; es una obli-gación política al igual que un precepto social. Unos se mues-tran a favor de cierto partido,

otros lo acusan de atrocidades, otros juzgan, y otros no son más que espectadores. A pesar de toda la información que re-cibimos y de los puntos de vista que observamos, son muy po-cos los que realmente toman cartas en el asunto. El mundo entero se mantiene al margen de la situación. ¿Cuál es, pues, el quid de tantas noticias y tan-tos criterios? ¿Producen real-mente un impacto?

El medio utilizado por ex-celencia para este tipo de co-municados es Internet, ese mundo virtual, ese mundo que puede, y que tiene el potencial de producir efectos. Ese es el significado original de virtual, aunque en la práctica segura-mente no sea el más realista.

En las redes sociales, nos acribillan con noticias, imáge-nes y vídeos de la masacre en Gaza. El pretexto, o el propó-sito, dicen, es concienciar. Por cierto que lo consiguen. Una vez eres consciente, ¿hay un si-guiente paso? Porque el hecho

de ser consciente no ayuda a los gazatíes en ningún modo.

Otra forma de protesta son las manifestaciones. Tanto las manifestaciones como las redes sociales son una muestra de la llamada libertad de expresión, que hoy por hoy, se podría de-cir, ha alcanzado su máximo exponente. Cualquiera que lo desee puede expresar su pare-cer, alto y claro, ya sea en la red, que es mundialmente accesible; o en la calle, donde uno puede gritar y ser escuchado. Es el ze-nit de la democracia. Sabemos que al pronunciarnos, los líde-res políticos nos van a oír. Y es entonces cuando se revela que la democracia es una falacia, porque los líderes no hacen nada de lo que el pueblo pide. Cuando hay miles de personas protestando contra los terri-bles actos ejecutados por Israel, cuando cualquier ciudadano de los países poderosos que tiene conocimiento de ello se mues-tra en contra y pide que cese, ¿por qué los líderes no actúan

consecuentemente?, ¿acaso no son ellos los elegidos entre la gente?, ¿no son ellos los repre-sentantes y la voz del pueblo?

Pero lo cierto es que es una ilusión pensar que estás sien-do escuchado, especialmente a través de las redes sociales, o pensar que tu opinión se toma en cuenta. Entre mis contactos de WhatsApp, figura una se-ñora que escribe en su estado “Liberad Palestina. Han sido torturados lo suficiente”. Es una declaración fuerte y clara. ¿Pero a quién está dirigida?, ¿quién va a leerla y a actuar acorde? Eres libre de decir lo que quieras, pero tu voto no tendrá ningún efecto.

En otra escala están los fa-mosos, que son alabados cada vez que critican a Israel. Su disconformidad con el estado israelí les convierte en perso-nalidades con criterio y huma-nidad. Ellos ganan mucho en la opinión pública, mientras que ningún dirigente político hace caso a su criticismo y los palestinos siguen en la misma situación.

Por último están los pro-pios políticos. Hemos visto como algunos defienden a Israel y aprueban su desmesu-rada autodefensa, y como otros se muestran contrarios. Sea cual sea su postura, ninguno toma partido directo, excepto en raros casos. Especialmente llama la atención la actitud de los países vecinos, por no decir hermanos, que se mantienen distantes.

Hemos visto que la con-ciencia y la opinión pública no repercuten de manera efectiva en la situación. Entonces cabe pensar ¿hay algo que esté en nuestras manos?

Un musulmán debe saber que algo sucede tan solo por el decreto y la voluntad de Allah. Si queremos que la situación cambie, debemos pedírselo solo a Él. El dúa es lo primero que el musulmán debe utilizar. Pero el dúa debe ir seguido de la acción correspondiente.

Hay poco en nuestra ca-pacidad en pro de la gente de Gaza. En vez de acción, lo que hay a nuestro alcance es au-sencia de acción: boicot. Este puede que sea nuestro único recurso. Puede parecer que el

boicot es algo superficial o que no tiene repercusiones, pero no es así.

Israel es un país muy joven. Su historia apenas comienza hace sesenta años. En muchos sentidos, todavía no está bien desarrollado. No es el caso de su fuerza militar, inteligencia y seguridad, de lo cual pueden estar orgullosos. Sin embargo, es un país deficiente en histo-ria, legado, cultura, arte, tu-rismo y comercio, entre otras. Los israelíes se esfuerzan por promover estas facetas del país. Necesitan construir una identidad nacional y un legado del que sentirse orgullosos. Se puede observar en su partici-pación internacional en even-tos deportivos y culturales, así como en conferencias interna-cionales que organizan en su país, en las frecuentes invita-ciones a personalidades a visi-tarles, en su afán por promover el turismo, etc. Si se boicotean todos estos aspectos, se estará tocando la fibra de los israelíes.

El boicot consiste en abs-tenerse concienzudamente de comprar cualquier producto proveniente de Israel, en pres-cindir de visitar su territorio y, en caso de ser invitado a un evento internacional suyo, rehusar a atender, expresan-do explícita y públicamente el porqué.

Si se les pellizca el orgullo, y ven mermados sus esfuer-zos, habrá una reacción. Como poco, se molestarán. En el me-jor de los casos, su irritación les hará cambiar de estrategia y cesar los ataques a Gaza.

Por otra parte, los líderes políticos, especialmente los de los países árabes, son los que tienen capacidad de actuar. Si quisiesen efectivamente ayu-dar a la población de Gaza, la solución sería que les diesen asilo humanitario. Los gaztíes, por su parte, deberían renun-ciar a la tierra que habitan. Deberían reconocer las pala-bras de Allah en el Corán y ac-tuar conformes: “Dijo Musa a su gente: ‘Buscad ayuda en Allah y tened paciencia. La tierra pertenece a Allah, Él la hace heredar a quien quiere de Sus siervos. Y el buen fin es para aquellos que tienen taqwa”. (Sura de Al A’raf, 126).

Gaza y la opinión pública

Musulmanes en una manifestación a favor de Gaza.

Hamza CastiñeiraMéxico D.F., México

G

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY 7

El horno está prepara-do y la masa ha subi-do” dice el discípulo. El

Sheij, que ese día recibía una visita, no presta atención. El discípulo vuelve a decir lo mismo. El Sheij no le atiende. El discípulo insiste: “el horno esta preparado y la masa ha subido”. El Sheij se vuelve y le contesta secamente: “pues ponte tú en el horno”. Aquel hombre que había abando-nado su voluntad a la de su maestro penetra en el horno y toma asiento en él, imbui-do en el dikr de su Señor.

Cuando el maestro que-da libre de sus visitantes hace llamar a su discípulo. Los próximos lo buscan y lo encuentran en el centro del horno. “El maestro quiere verte” le dicen, y él contes-ta: “estoy aquí por deseo del Sheij. No saldré hasta que me lo diga él mismo”. Al conocer esto, el maestro se apremia y va a verle antes de que se tueste. Cuando el maestro llega, ve al prodigio y le dice: “has llegado, estás entre no-sotros. Oh Abu Ahmad sal de tu horno”.

El discípulo era Abu Ahmad Yafar Ibn Sidi Bunuh, conocido como Sidi Bono de Cocentaina. El maestro era Sheij Sidi Bumedian Al Gawz de Cantillana, Sevilla.

Este acontecimiento ocu-rría en Bujía, Argelia, en la zawiya donde enseñaba el gran maestro andalusí, y fue el testimonio explícito de la baraka con que ambos hom-bres de Allah habían sido in-vestidos en sus vidas.

Sidi Bono había nacido en el sharq de Al-Ándalus, en las montañas de Alicante, cerca del pueblo llamado Benifato, en la taifa de Denia, el año de la hijra de 524, correspon-diente al 1129 del calendario gregoriano. La finca de su fa-milia se denominaba Qaryat Zanita, que pasó después a la toponimia como Adzeneta. Aparte de la instrucción fa-miliar, que fue de elevado ni-vel, estudió en Valencia con

el gran maestro Ibn Hudayl, del que recibió las siete lec-turas Coránicas y con Ibn Ni´ma que le instruyó en las ciencias del Din. Según nos refiere Ibn Al Jatib, de Loja, prefería las ciencias del fiqh, el tafsir y el hadiz sobre las demás. También se dice de él que llego a memorizar la mi-tad de la “Mudawwana” de Sahnun.

Después del suceso na-rrado, y con permiso de su maestro, inicia la peregri-nación a la casa de Allah. Encontrándose con el gran sufí Sheij Ahmad Al-Rifai, el cual le invistió con la jirka, símbolo de los sufís orientales.

A su vuelta se dirige de nuevo a Bujía, a fin de con-trastar con Sidi Bumedian algunos aspectos de las vi-vencias y visiones que el via-je le había proporcionado. Ya en la zawiya, el Sheij, tras varios días en que un grupo de visitantes esperaban res-puestas a una serie de cues-tiones problemáticas, llamó a Sidi Bono. Lo sentó en su alfombrilla de la oración y le pidió que contestase a esas cuestiones de las que

esperaban respuestas. Las respuestas ofrecidas fueron altamente edificantes para la concurrencia. Al terminar, Sidi Bono se dirige a Sidi Bumedian diciéndole: “oh mi Sheij, es de ti de quien vie-nen mis respuestas y mi sa-ber, y no he sido sino un ins-trumento de tu palabra. En cuanto a mí, no poseo nada. De lo que hablo viene de ti y es tuyo. Soy como el muerto en manos de quien lo lava”. Sidi Bumedian le responde: “tú has venido para que co-nozcamos a Allah y es por ti que lo conocemos. Ahora eres un Sheij, ve a tu tierra y que Allah te asista en tu mi-sión de guiar a tu gente”.

Con esta indicación vol-vió Sidi Bono a las tierras de su familia, en el valle de Guadalest, y construyó una zawiya en las tierras de Adzeneta. Desde este encla-ve en las alturas de la sierra alicantina, realizó su traba-jo en el sabil de Allah. Su Tariqa se extendió por todas las tierras de Al-Ándalus, viniendo a él una conste-lación de seguidores que la llevaron después a Egipto y al Magreb sur.

Viajaba con frecuencia, especialmente por las regio-nes próximas del oriente ibé-rico, y tuvo encuentros que nos han llegado de manos de aquellos bienhallados.

Ibn Al Arabi al Mursi, el Sheij Al Akbar, lo encontró en Murcia en 525 (1199) y lo reconoce como “el único de su época”. Confirmación que le había hecho Sidi Bumedian la última vez que lo vio al acudir a su requeri-miento, en Bujía, unos años antes de morir.

Ibn Al-Abbar nos cuenta que lo encontró en Valencia, en la celebración de mitad del mes de Shaban, en el año 611 (1214), en la noche de Lailat al-bara´a, explicando tafsir coránico.

Según el Kitab at-Tabbaq, la tariqa de Sidi Bono te-nía diez reglas como base. Cinco de comportamiento: el dikr (invocación), el sama´ acompañado de invocación y awrads, futuwwa (prefe-rencia por el otro sobre uno mismo), generosidad entre los hermanos y visitarse. Y cinco de perfección interna: la pureza del tawhid, sin-ceridad, honestidad en la

ganancia, la contención de manos y pies y el control de los deseos.

Sus muridin, seguidores, bajo la presión de la conquis-ta ejercida por los seguidores de Roma, como muchos mu-sulmanes, habían emigrado al reino de Granada, donde Sidi Bono les visitó en 614. Después de esta salida, re-gresó a su zawiya donde mu-rió y fue enterrado en el año 624 (1226). Su tumba se con-virtió en un lugar de encuen-tro y referencia para los mu-sulmanes y posteriormente para los moriscos. Hasta que el santo oficio prohibió toda visita y reuniones en aquel lugar.

De su descendencia, que hubo de emigrar a Granada tras un breve paso por Elche, surgieron grandes qadis y hombres de Allah. Algunos de sus descendientes fueron asimilados en la nueva so-ciedad granadina, pero su secreto fue enterrado en el desierto. Y ahora brota de nuevo en un oasis de rosas y en la juventud de los nuevos sufís de Andalucía.

Siguiendo el rastro de las fuentes históricas en ára-be, desde la Universidad de Alicante, se identificó el lu-gar de su tumba. Habiendo llegado a nosotros esta in-formación, por indicación de Sheij Dr. Abdalqadir As-Sufi, la visitamos a principio de los noventa, siguiendo las huellas de aquellos que ha-bían cruzado las líneas cris-tianas para hacer dos rakas en la zawiya de Sidi Bono.

Pasados ochocientos años de su muerte, nada sabíamos directamente de sus ense-ñanzas; pero la aparición en 2005 de un único manuscrito del Kitab Ash-Shihab, única obra conocida de Sidi Bono, en la zawiya de Sidi Ahmadu Musa, próxima a Marrakech, ha devuelto, desde su edi-ción y estudio, a nuestro co-nocimiento la actualidad de este gran maestro. Se abre de nuevo la puerta de su baraka a través de su palabra direc-ta por siglos guardada. Y Allah es el que continúa y da continuidad.

Jalid Nieto es Diplomado en Ciencias Sociales; es edu-cador, conferenciante y ar-ticulista. Fue líder de los Movimientos Juveniles cris-tianos en la década de los se-tenta. Más tarde se convier-te al Islam y es fundador de la Comunidad Islámica en España de Sevilla (1984). Fue Presidente de la Comunidad Islámica en España (1993-95). Desde hace diez años dirige el Centro de Estudios Cadi Abu Bakr Ibn Al-Arabi para la iniciación y profundi-zación en las ciencias islámi-cas dentro de la Fundación Mezquita de Sevilla de la que es Patrono fundador.

Jalid NietoSevilla Abu Ahmad Yafar

Ibn Sidi BunuhAl Juza de Cocentaina“

Sidi Bono había nacido en el ‘sharq’ de Al-Ándalus, en las montañas de Alicante, cerca del pueblo llamado Benifato, en la taifa de Denia, en el año 1129. Aparte de la instrucción familiar, que fue de elevado nivel,

estudió en Valencia con el gran maestro Ibn Hudayl, del que recibió las siete lecturas coránicas, y con Ibn

Ni´ma, que le instruyó en las ciencias del Din

Panorámica de Cocentaina, Alicante.

Siguiendo el rastro de las fuentes históricas en árabe, desde la Universidad de Alicante, se identificó el lugar de su tumba. Siguiendo esta información la visitamos a principio de los noventa

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY8

Sobre el EIIL o Estado Islámicoy los ‘jawariŷ’

todos nos conmocionan y aterran las imágenes y las no-ticias que proceden de Gaza

mostrando los cuerpos quemados y mutilados de nuestros hermanos mu-sulmanes, hombres, mujeres y niños, atrapados sin un lugar a donde huir o esconderse, asesinados en sus propias casa con bombas y misiles letales. Las imágenes nos rompen el corazón; y cómo no iban a hacerlo cuando se trata de nuestros hermanos y her-manas en el Din. El Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, dijo: “Los creyentes son como un cuerpo en su misericordia, amor y desvelo entre ellos: cuando sufre uno de los miem-bros, el resto del cuerpo reacciona con fiebre y falta de sueño”. (Sahih Muslim, 2586). La gente de Gaza son parte de nosotros mismos, son parte de nuestra Umma, y su sufrimiento nos afecta en gran medida. En con-secuencia, pedimos a Allah que alivie sus sufrimientos, les dé una salida y los proteja de sus enemigos. Y que dé el mejor resultado a esta situación, un resultado que Le complazca y les for-talezca, tanto a ellos como a la Umma Musulmana.

La situación a la que se enfrenta el pueblo palestino dura ya meses, en realidad años, pero debemos tener cuidado para que no nos distraiga del resto de cosas que están sucediendo. El hecho es que existe otra situación que la empequeñece en significado y alcance, una situación que amenaza la estabilidad y el bienestar de toda la región y que es más difícil de en-tender porque todos los bandos in-volucrados declaran ser musulmanes. Esta otra situación, este otro conflic-to, ha causado la muerte, no solo de miles de musulmanes, sino incluso de cientos de miles, muchos de los cuales son, una vez más, mujeres y niños. El epicentro de este conflicto es Siria, pero desde ese entonces se ha extendido a Iraq. En un lado tenemos a Bashar Al Assad y el liderazgo Shi’a de Iraq y, en el otro, el grupo que se conoce como Estado Islámico (EI) o EIIL. (Estado Islámico de Irak y el Levante, EIIL por sus siglas en caste-llano e ISIL o ISIS por sus siglas en inglés. Llamado según sus propios in-tegrantes Estado Islámico, EI).

Todos conocemos la brutalidad y los excesos de Assad, un hombre que procede de los Nusayri, la secta Shi’a Alawi, cuyos dogmas están muy le-jos del Islam. Él y sus soldados han asesinado, saqueado y utilizado gases

letales contra sus propios ciudada-nos. Y también conocemos la bruta-lidad y los excesos del gobierno Shi’a de al-Maliki en Iraq que ha utilizado su paso por la presidencia para des-atar la venganza y el castigo contra todos los que parecían estar conec-tados, de una u otra manera, con el régimen anterior. Este conocimiento podría tentarnos a defender el bando

del EIIL en el conflicto actual porque se declaran musulmanes y no shi’a. Pero esto sería un grave error.

En vez de ser una manifestación moderna del califato auténtico y de las formas correctas del gobierno islá-mico, son en realidad una manifesta-ción de los grupos más secesionistas y destructores que han aparecido en la historia del Islam: los jawariŷ. El tér-mino ‘jawariŷ’ es una palabra árabe que significa “los que se han salido”, y que fue utilizado en un principio para describir a un grupo que había abandonado el grupo principal de los musulmanes para adoptar una pos-tura extrema y desviada en la época del Califato de Sayyidina Ali Ibn Abi Talib. Esto tuvo lugar tras la batalla de Siffin, en el conflicto entre Sayyidina Ali y Mu’awiya. El conflicto duraba ya un cierto tiempo sin que se viera una solución posible; en consecuencia, los dos grupos aceptaron un arbitrio con Abu Musa al-Ash’ari representando a Sayyidina Ali y Amr Ibn al-As re-presentando a Mu’awiya. Pero un

número de individuos que se habían aliado con Sayyidina Ali para la bata-lla rechazaron esta medida, fueron a verlo y le dijeron: “Nadie puede juz-gar excepto Allah”. Y luego citaron las palabras de Allah: “El juicio solo le pertenece a Allah. Él dice la verdad y Él es Quien mejor decide”. (Sura de los Rebaños, 57). Ali recordó que el arbitrio era una práctica del Profeta,

al que Allah le dé Su gracia y paz; él fue quien nombró a Ibn Mu’adh para que arbitrara entre los musulmanes y los Banu Quraydha de Medina. Pero ese grupo no estaba dispuesto

a escuchar; lo llamaron transgresor y kafir porque, según su opinión, lo que se considera una acción errónea de importancia saca a una persona

del Islam. Takfir es una de sus carac-terísticas definitorias, lo mismo que lo es su obstinación, puesto que solo consideran correcto basarse en lo que ellos dicen, ni siquiera en el caso del mismísimo Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz.

En un hadiz transmitido por Abu Said al-Judri, describe una ocasión

en la que el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, estaba repartien-do un botín de guerra; de repente se acercó un hombre llamado Dhul-Juwaysira, de los Banu Tamim, y le dijo: ‘¡Sé justo!’, insinuando que el Mensajero de Allah, al que Allah le dé Su gracia y paz, estaba siendo in-justo. (Sahih Al Bujari, 6534). Este mismo individuo llegó a ser uno de los líderes de los jawariŷ y uno de sus oponentes más encarniza-dos. Fueron combatidos y matados en Nahrawan por Ali Ibn Abi Talib. Pero un grupo pequeño sobrevivió y se reunió en Kufa donde hicieron un pacto para asesinar a Sayyidina Ali, Sayyidina Amr Ibn al-As y Sayyidina Mu’awiya. Consiguieron hacerlo en el caso de Ali, pero fracasaron con los otros dos. Así pues, los jawariŷ originales tomaban como objetivos válidos a todos los musulmanes que no estaban de acuerdo con su forma de ver el mundo. Esto se basa en su afirmación de que toda acción in-correcta de importancia hace salir a una persona del Islam, →

Habib BewleyCiudad del Cabo, Sudáfrica

En vez de ser una manifestación moderna del califato auténtico y de las formas correctas del gobierno islámico, son en realidad una manifestación de los grupos más secesionistas y destructores que han aparecido en la historia del Islam: los jawariŷ

A

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→ y como definen como acción in-correcta a toda aquella que ellos no admiten, les da rienda suelta para calificar de kufr a toda la raza huma-na que no es parte de su grupo. Esto se demuestra con el comentario que hizo Hurqus Ibn Zuhayr, uno de los líderes de los jawariŷ, a Sayyidina Ali, durante la discusión a propó-sito del arbitrio en Siffin. Ibn Kazir transmite que Hurqus dijo: “Esta es una acción incorrecta que exige que hagas tawba.” (Ibn Kazir, “El princi-pio y el fin”, capítulo séptimo). Pero son ellos los que deben hacer tawba por salirse de la Umma Musulmana y rebelarse contra la ŷama’a. Todo grupo que adopte su ideología ja-

más podrá ser considerado un cali-fato porque su ethos es la antítesis del mismo al ser un rechazo de la ŷama’a y un rechazo del resto de la Umma Musulmana. Pedimos a Allah que unifique a la Umma Musulmana y que nos proteja de todo lo que sig-nifica una amenaza a nuestro bien-estar y a nuestra unión.

Hablando del hombre que le ha-bía dicho que fuese justo y que lue-go formó parte de los jawariŷ, el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, dijo: “Tiene compañeros cu-yas oraciones y ayunos, comparados con los vuestros, os harían pensar que los vuestros son insignificantes. Recitan el Corán, pero no pasa más allá de sus clavículas. Pasan por el Din como la flecha atraviesa la pre-sa. Si alguien quisiera encontrar la punta de la flecha, su atadura, su asta o sus plumas, no encontrarían nada pegado a ello, ningún resto de sangre o excrementos del animal”. Dicho con otras palabras, no obtie-nen cosa alguna del Din, ni la más mínima huella. Y en otra versión

dijo que su recitación del Corán ha-ría que la nuestra pareciese algo in-significante. (Sahih Al Bujari, 6534).

No cabe duda de que estos jawariŷ pueden ser muy seducto-res y convincentes porque, para el incauto, pueden parecer gente muy piadosa y con gran conocimiento del Din. Los jawariŷ originales fue-ron capaces de persuadir a muchos musulmanes para que se pasaran a su bando, aunque luego la mayoría lo abandonó cuando Sayyidina Ali se dirigió al grupo y demostró que la postura que habían tomado era fal-sa. Pero este conocimiento que pare-cen tener es, en realidad, vacío y sin

fundamento. Lo cierto es que, tal y como dijo el Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, no hay el menor rastro del Din en lo que hacen. Es un extravío absoluto y sus esfuerzos

jamás producen un resultado po-sitivo. Esto se ha demostrado cada vez que han aparecido en la historia, algo que ha ocurrido muchos cien-tos de veces. Nunca han creado algo

bueno, positivo o duradero. Todo lo que han producido es muerte, caos y destrucción. Un ejemplo reciente fue el GIA de la Argelia de los años 1990. Pretendiendo estar en la ver-dad, asesinaron y masacraron miles de civiles argelinos a los que consi-deraban objetivos válidos y cómpli-ces del Estado porque no combatían en su bando. Y luego, cuando sacia-ron esa sed de matanza, se volvieron unos contra otros hasta aniquilarse por completo.

Y ahora este grupo llamado EIIL demuestra tener muchos ras-gos similares. Llaman kafir a to-dos los musulmanes que no están

de acuerdo con ellos y consideran que su sangre es lícita. No dejarán de matar, y a los que matan y se-guirán matando más que a ningún otro, es a los musulmanes. Y segui-rán justificando sus matanzas, ante sí mismos y ante todos los que les escuchen, hasta que solo queden ellos. Ibn Umar dijo: “Toman ayats que fueron reveladas a propósito de los no musulmanes y las aplican en contra de los musulmanes”. (Sahih Al Bujari). Y luego, cuando hayan terminado de masacrar a musulma-nes, se volverán contra sí mismos de forma inevitable. En su Estado no hay nada islámico y su compor-tamiento bárbaro va en contra de todos los preceptos y parámetros del Din. No han creado, ni tampoco crearán, nada bueno o duradero, a no ser que Allah los guíe y sus co-razones se abran a la luz verdadera del Din. La gente de su especie nun-ca ha creado algo positivo. Son una plaga que asola a los musulmanes. Allah dice: “Dicen que son los que están arreglando las cosas pero, en realidad, son los que propagan la

corrupción, a pesar de que no lo saben”. (Sura de la Vaca, 11-12). Cuando Sayyidina Ali hablaba con Hurqus, le dijo: “Los que son como tú, Hurqus, son los que Allah men-ciona en el Corán cuando dice: “Di: ‘¿Queréis saber quiénes son los mayores perdedores en sus accio-nes? Aquellos cuyos esfuerzos en este mundo están extraviados pero que creen estar haciendo el bien’”. (Sura de la Caverna, 103-104). Y tú, Hurqus, y esto lo juro por el nom-bre del Señor de la Ka’ba, tú estarás entre ellos”.

Así pues, aconsejo que reflexione de nuevo todo aquel que se ha sen-tido atraído por el EIIL o se ha ale-grado por su aparición. No prestes atención a su propaganda, no creas que están fortaleciendo al Islam. Y, por supuesto, no pienses en unirte a ellos porque lo único que harás será matar musulmanes y pensar que to-dos tus hermanos y hermanas, per-sonas que habían sido tus compa-ñeros y amigos más cercanos, están fuera del Din. Acabarás teniendo un corazón carente de misericordia y de compasión y, como bien sabe-mos, el que no tiene misericordia no podrá recibir misericordia, ni si-quiera de su Señor. Pedimos a Allah que dé éxito a Su Din, que ayude a los que ayudan a Su Din y que pon-ga trabas a los que ponen trabas a Su Din. Pedimos a Allah que dé a nues-tros hermanos musulmanes, espe-cialmente a los que son vulnerables a la propaganda de grupos como el EIIL, discriminación y sabiduría, y que les permita discernir la verdad para seguirla, y que puedan ver lo que es falso y peligroso para evitar-lo. Pedimos a Allah que nos man-tenga siempre en el camino recto y nos proteja del extravío. Pedimos a Allah que dé la victoria a Su Din y ayude a los que se esfuerzan y lu-chan con sinceridad en Su nombre, y que les haga derrotar a sus enemi-gos. Y Le pedimos que restablezca en nuestra época el emirato verda-dero, el emirato que sigue la Sunna del Profeta, al que Allah le dé Su gracia y paz, y la sunna de los Julafa ar-Rashidun, radhi’llahu ‘anhum.

Este artículo ha sido traduci-do del jutba original en inglés que Sheij Habib Bewley pronunció en la Jumuah Mosque de Ciudad del Cabo.

Sheij Habib Bewley es Imam Jatib de la Jumuah Mosque de Ciudad del Cabo. Está licenciado por la Universidad de Edimburgo en Árabe y Maestría en Traducción. Ostenta un diploma de tres años en Estudios Islámicos de la Universidad Qarawiyyin de Fez, además de una iyaza en Jurisprudencia, Gramática Árabe y Corán (del que es hafith) de Sheij Muhammad Belbahloul de Kelaa Sraghna. Es profesor de Estudios Islámicos en el Dallas College, Ciudad de Cabo.

Aconsejo que reflexione todo aquel que se ha sentido atraído por el EIIL. No prestes atención a su propaganda, no creas que están fortaleciendo al Islam. Y, por supuesto, no pienses en unirte a ellos porque lo único que harás será matar musulmanes

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hafiek Khan es funda-dor de Palama Metsi, Academia de desarrollo

y surf. Decidió usar su amor por el surf como medio para atraer a niños que vivían en la calle, de familias des-favorecidas o huérfanos; y enseñarles acerca de la vida, el mar y conseguirles una educación.

¿De dónde eres y por qué empezaste a surfear?

Nací en Johannesburgo y me mude a Ciudad del Cabo en 1998. Tenía un amigo en Ciudad del Cabo y él me recogió del aeropuerto. Ese primer día me llevó a la playa de Muizenberg. Por aquel entonces sabía nadar bien, pero no tenía ni idea de surf. A partir de ese pri-mer día fui a la playa todos los días. Éramos un grupo de nueve amigos y tenía-mos dos tablas y tres trajes de neopreno rotos; tenías que usar al menos dos tra-jes para cubrir los agujeros que uno tenía en una parte por los que tenía el otro por otra. Así que surfeábamos por turnos y compartíamos lo que teníamos. A los tres meses ya no hubo remedio, era adicto.

¿Qué ha cambiado en el mundillo del surf de aque-llos años a ahora?

Cuando yo llegué había muchos problemas polí-ticos. Aunque el cambio político ya había sucedido, Muizenberg era una playa “solo para blancos”, así que a nosotros no nos hubiese estado permitido surfear allí. Cuando llegué todavía había algún payaso que te miraba raro y te decía algu-na cosa que otra, como que te salieses del agua.

Lo que ha cambiado es que ahora el agua es para todos. Está tan llena de todo tipo de surferos como nunca antes lo había estado.

¿Qué significa para ti el surf?

El surf me ayudó a cono-cerme a mí mismo porque es un desafío individual. Eres tú y lo que puedas llegar a hacer en el agua: la técnica,

la brazada, la resistencia… Todo esto te conduce a lo más profundo de ti mismo; mostrándote tus puntos fuertes y tus debilidades, tus miedos y tus deseos… El surf me hace compren-der mejor a las criaturas de la tierra y me ayuda a ser paciente. Yo nunca he sido paciente. El surf me ha ayu-dado a controlar esto. En otros deportes puedes ser agresivo, luchar contra tus adversarios, ser más rápido, empujar más fuerte…; con el surf, nunca vas a ven-cer al océano; tienes que respetar su fuerza, esperar sus tiempos, entender sus mareas… el mar tiene una energía diferente cada día.

¿De qué tienen miedo los surferos cuando entran al agua? ¿Y cuál ha sido tu peor momento?

El miedo tiene una par-te de alegría y una parte de tristeza, el miedo te da apertura y también te cons-triñe… pero en general, todos los surferos tienen miedo de los tiburones, de ahogarse y de golpearse ac-cidentalmente cuando te caes. Te puedes golpear con tu propia tabla, con otra tabla u otro surfero, con rocas… Que yo recuerde he estado dos veces en el hospital.

Mi momento más ate-rrador fue en Indonesia. Estábamos surfeando una ola en Java, que en el lugar llaman ‘J-land’, es un tipo de ola muy grande que tie-ne mucho ‘swell’. Cuando salimos a surfear tenía

cuatro pies. Pero en menos de una hora ya alcanzaba los ocho pies. Teníamos tablas inadecuadas, un es-tado mental equivocado y estábamos atrapados. Esta fue una de las veces que sinceramente creía que iba a morir. Las olas normales las puedes pasar por en-cima, pero estas olas ha-bía que escalarlas, como si fuesen montañas; y en el momento que estás bajan-do ves otra bestia enfrente de ti. Mi miedo era perder a mis compañeros. En esos momentos no puedes salvar a nadie; cada uno tiene que buscar dentro de sí mismo, concentrarse, ‘paddle’, y en-contrar su salvación. Nadie puede hacerlo por ti. Ese día fue increíble, hice tanto

dikr que todo mi cuerpo temblaba.

En Ciudad del Cabo se esuchan leyendas de que los surferos musulmanes no tienen miedo porque recitan el ‘fatiha’ ¿Qué me dices de esto?

Desde mis primeros días, con los surferos que me inicié, decían que en-trase en el agua con el pie derecho y que saludase al océano, ya que este está vivo. Luego había que reci-tar el ‘ayat al Kursi’, lo que sellaba mi vida con Allah, en caso de que algo suce-diese; y después a disfrutar. Mi padre siempre me acon-sejó que cada vez pidiese a Allah: “así como permites que entre en el agua con fa-cilidad, permíteme que sal-ga del agua con facilidad”.

¿Por qué hay surferos que aunque tengan res-ponsabilidades, si hay buenas olas lo dejan todo para surfear?

El surf es como una dro-ga natural. Es difícil en-tenderlo si no surfeas. Se adueña de tu vida. Lo pri-mero que haces al levan-tarte es mirar al cielo, qué pasa con el viento, qué ha-cen las nubes, cómo estaba la luna ayer… y si hay olas, las sientes; si hay un tibu-rón en el agua, lo sientes; te conviertes en un ser del agua. Es como cuando estás enamorado, siempre quie-res estar con esa persona. Pero eres feliz. El surf man-tiene tu espíritu vivo. El

reto del surfero es mante-ner un equilibrio entre tus responsabilidades en tierra y el surf.

¿Cómo enseñas a tus estudiantes a mantener y fortalecer este equilibrio?

Es un reto. Estos chicos vienen de la calle. Su dieta son los azucarillos que ro-ban de los cafés y agua. No tienen nada más. Así que las palabras con ellos no funcionan. Tienes que ser un ejemplo para ellos. Les enseño todo lo que puedo a través del surf. Les en-seño a lavarse antes de la comida, a comer juntos y a compartir lo que hay en el plato. Cuando llegaba la hora del ‘salat’, hacía ‘iqa-ma’ y rezaba, muchas veces solo. Si esto pasaba durante algunos días los reunía y les preguntaba por qué nadie se unía a mí en la oración, “no quiero hacerla solo” les decía. Para la siguiente ya había alguno que se unía.

Meterlos de nuevo en la escuela no fue una tarea fácil. En la academia de surf les dábamos una tabla, un traje de neopreno, zapatos, etc.; pero les preguntaba, cuando yo no esté o dentro de diez años ¿qué vais a hacer? Así les convencía para seguir en la escuela y que continuasen estudiando.

En estos momentos hay más de cuarenta chicos en la academia. Siete chicos han competido en los campeonatos nacionales de Sudáfrica y otros representan al Western Cape. →

“El surf mantiene tu espíritu vivo”Entrevista a Shafiek Khan, surfero y educador

Umar MolineroGranada

Shafiek Khan

Chicos de Palama Metsi con Shafiek Khan en Elands Bay, Sudáfrica.

S

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY 11

n el Nombre de Dios, el Misericordioso, el Compasivo. Antes que

nada agradezco el interés por mi aceptación del Islam, en realidad no es más significativa que la de cualquier otro her-mano o hermana.

Mi nombre es David Hernández, soy de México y tengo cuarenta y cuatro años. A mis escasos nueve o diez años de edad, mi madre, que Dios se apiade de ella, tenía un cuadro colgado en una de las paredes de la sala del apar-tamento donde vivíamos ella y yo. Era un retrato de perfil de una persona que vestía de forma extraña, con una toa-lla en la cabeza, y que parecía caminar por el patio de lo que parecía una rara iglesia. Sin sa-berlo, esa sería mi primer con-tacto con el Islam; la toalla era un turbante y la extraña iglesia una mezquita.

Mi madre murió cuan-do yo estaba terminando la Secundaria e iniciando el Bachillerato. Fue una mu-jer muy trabajadora, pero ya era de la tercera edad cuando yo era aún niño; ella no tenía tiempo ni paciencia para ex-plicarme acerca de Dios; dudo

que me bautizara en algún momento, no tengo ningún documento, foto o algo que lo testifique; pero sí recuerdo sus incansables enseñanzas sobre la justicia, la honestidad, el respeto y lucha social. Eso, y mis amigos del Bachillerato me llevaron a buscar en el marxismo una ideo-logía para mi vida, más que una religión o a Dios.

A la edad aproximada de los veinte años, después de haber ini-ciado estudios de Licenciatura, y debido a la constante insistencia de los cristianos por mostrar-me a Dios, decidí demostrar, al menos a mí mismo, que Dios era sólo un refugio psicológico de las personas. Me apasioné tanto por ello que tomé cur-sos de Antropología Filosófica,

Griego, Latín, y la lectura de la Biblia, e incluso suspendí mi ca-rrera por tomar materias extra en la Facultad de Filosofía de la UNAM, después de un par de años; y en base a lo que aprendí en esos cursos supe que jamás podría demostrar la existencia o inexistencia de Dios; de la misma forma aprendí que no hay juicios de razón en el estudio y práctica

de la fe en Dios. En mi búsque-da de conocimiento sobre las religiones leí por primera vez la traducción del Corán.

Después de mi fracaso por demostrar la existencia o inexis-tencia de Dios, atravesé por un problema personal, al que no encontraba ninguna solución, no al menos humanamente, así que me arriesgué a retar a Dios, pidiendo que si en realidad Él mostraba Sus signos a todos en la creación, y que sólo en Él buscamos Su ayuda, le pedí por la solución a mi problema; yo, en cambio, testificaría mi fe. Le pedí específicamente al Dios del Corán porque en el Dios de la Biblia había mucha contradic-ción. El mismo día del reto mi problema se encontró resuelto sin yo hacer el mayor esfuerzo. Ésta sería entonces la primera vez que testificaría mi fe en Allah, a mis veintitrés años de edad, por el mes de marzo.

Cuando testifiqué mi fe no sabía de la existencia de ningún musulmán en México. Años después, en 1998, conocí musul-manes en la capital de México, con quienes tomé mi shahada de nuevo, pues aseveraban que la anterior no había sido valida, ya que no había habido testigos musulmanes de ello. Y no sin antes haber tenido otra señal de la existencia de Dios en mi vida, pues mi hija había nacido sana después de todos los malos pro-nósticos médicos. En ese día me pusieron por nombre Uthman.

De cómo lleguéa ser musulmán

David HernándezTijuana, México

E

David Hernández en Tijuana, México.

La inquietud de David y su situación personalle llevaron a encontrar un camino en el Islam

→ Tenemos una página web, www.palamametsi.co.za, desde donde se puede ayudar. Se pueden preparar viajes de surf y ellos, como locales, te llevan a los mejores sitios. Si eres, por ejemplo, de España y quieres surfear en Sudáfrica, teclea esta página y los chicos que llevan más tiempo con nosotros y ahora tienen diecinueve o veinte años te llevarán a los mejores sitios, cocinarán para ti, saben donde rompen las olas, sus modales son perfectos… te tratarán como reyes. Porque ellos lo son. Cuando llegaron a mí se llamaban por nombres desagradables, incluso ‘ratas’, yo les convencí

para que se llamasen por los mejores nombres y les dije: “llamaros por buenos nombres y os convertiréis en ello”.

¿Qué es Palama Metsi?

Palama Metsi se fundó en 2008. Es una academia que a través del surf eleva a chicos y chichas que pro-vienen de familias y comu-nidades con escasísimos re-cursos, o que directamente viven en la calle y se les ayuda a encontrar un futu-ro mejor.

Comenzamos casi por casualidad. Un día que esta-ba diluviando vi a un par de chicos que estaban al cobijo de un tejadillo. Me contaron que sus padres vivían en la calle y que ellos vivían en una cueva en la montaña, la lluvia los había inundado. Vivían solos, tendrían unos diez años. No iban a la es-cuela, sus padres estaban tan borrachos que no se podía hablar con ellos. Así que comenzaron a pasar tiempo conmigo, quedába-mos para surfear y comían en casa. Con el tiempo, me di cuenta de que estos dos eran líderes de una pandi-lla, y cada semana me veía rodeado de un número ma-yor de chavales.

Decidí entonces tomar cartas en el asunto. Entre todos elegimos el nombre ‘Palama Metsi’ y nos pusi-mos manos a la obra. A to-dos nos gustaba jugar en el agua, surfear, y a través de esto comenzamos a escola-rizar a los chicos, preocu-parnos por dónde vivían y cómo pasaban su tiempo libre por las calles.

En un principio todo era surf. Ahora el surf, para mí, solo es un… 20%. El resto es educación, comida y asis-tencia sanitaria para estos

chicos. Ahora me gustaría que hubiese personas que financiasen a los chicos que han terminado bachillerato para que estudien algo más. Con la educación que reci-ben es casi imposible que lleguen a la universidad. La educación que ellos reciben y la de un chico de buena familia en Sudáfrica no es la misma, ni por asomo. Pero pueden estudiar algo más, un oficio, por ejemplo.

La mayoría de los chi-cos están en buen camino. Algunos han sido adoptados

por buenas familias, aun-que otros están en la cárcel o de vuelta en la calle. Pero la mayoría van por buen ca-mino. Algunos de ellos ya surfean mejor que yo. Ellos, al fin y al cabo, me han en-señado mucho. Ver a los chicos y chicas que han lle-gado a la academia conse-guir algo, sin depender de nadie, conseguir algo con lo que disfrutan y pueden mantenerse, ayudar a otros chicos que están en la calle y aportar a sus comunida-des… esta es mi alegría.

En otros deportes puedes ser agresivo, luchar contra tus adversarios, ser más rápido, empujar más fuerte…; con el surf, nunca vas a vencer al océano; tienes que respetar su fuerza, esperar sus tiempos, entender sus mareas…

Uno de los chicos de Palama Metsi surfeando.

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY12

l Subcontinente in-dio, que compren-de Pakistán, India,

Bangladesh y Sri Lanka, al-berga a la mayor población y sociedad musulmana en el mundo, con un total de casi quinientos millones de musul-manes. No se puede subesti-mar la inmensidad y comple-jidad de la India (se tarda una semana en tren para viajar de Delhi a Madrás), y las múlti-ples naciones que se extien-den por el territorio. Desde los Pashtunes a los Tamiles, de los Baluchis a los Rohingya, las diferencias de los musulma-nes del subcontinente tienen un patrimonio común y com-parten una cultura notable, ya que la India fue el epicentro que dio lugar a una de las más grandes manifestaciones del Islam.

Todo apunta a que el Islam llegó a la India durante la vida del Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con él, o poco después, y se asentó en un principio en el extremo sur de la India, en Kerala y Tamil Nadu, de hecho, algunas de las mezquitas más antiguas del mundo se encuentran en esta zona. Los primeros mu-sulmanes fueron comerciantes árabes que ya conocían estas costas de la India y el Islam se

extendió por la zona con faci-lidad y pacíficamente.

En el año 711, el mismo año que Tariq Ibn Ziyad par-te hacia la península ibérica, Muhammad Bin Qasim, a la temprana edad de dieciséis años, invade Sind, en el su-reste de la actual Pakistán, quedando firmemente esta-blecido el Islam en suelo indio. Sorprendentemente, estos dos territorios en ambos extremos del subcontinente indio se han mantenido como bastiones del Islam hasta nuestros días.

Sin embargo, el capítulo principal del Islam en la India no comenzó hasta trescientos años más tarde, con la apa-rición de Mahmud de Gazni en el epicentro del Punyab. Mahmud llegó hasta la cos-ta guyarati, destruyendo a su paso el templo más gran-de de aquellos tiempos, en Somnath, fundado a partir del

único ídolo de la Kaaba que escapó de la destrucción en los tiempos de Profeta, la paz y las bendiciones sean con él. Durante los siglos anteriores, las numerosas tribus turcas se convirtieron al Islam y este re-sultó ser el punto de inflexión en la historia de la India. El ci-clo natural de la historia en la India incluía las invasiones pe-riódicas de los hombres salva-jes de las montañas a través del paso Jáiber al lujo, riqueza y misterio por las que se conocía la India. Históricamente estos invasores han configurado la India, al igual que los arios tra-jeron el Hinduismo, después de Mahmud, el destino cam-bió irrevocablemente. Durante los siguientes ocho siglos, oleada tras oleada de invasores turcos y pashtunes revitalizó y transformó el subcontinente

indio con su poder militar, la expansión del Islam y la aper-tura a grandes riquezas.

Después de un periodo de incursiones, el poder mu-sulmán se consolidó con el sultanato de Delhi, a partir de una dinastía de esclavos, siguiendo el patrón de las so-ciedades de la sharia donde los esclavos se convierten en señores. En este periodo de trescientos años, se apunta-laron los cimientos del Islam en la India. El poder militar turco estableció un marco de poder islámico al mismo tiempo que awliya de todo el Oriente Medio viajaban a la India y se mezclaban con los locales. En estos tiempos, el Qawali, la versión india de Sama, comenzó a desarro-llarse y la conversión al Islam de poblaciones enteras se

convirtió en norma. El urdu, una de las lenguas más distin-guidas, se forjó de la mano del qawali y la poesía, la nobleza, el servicio a los pobres y la actividad militar fueron la te-mática influyente de la época. Los hombres más respetados del momento, como Gharib Nawaz y Nizamuddin, fueron awliya que llegaron a la India en este tiempo y dedicaron sus vidas al servicio de los po-bres. También fue honrado, y uno de los gobernantes más poderosos de la historia de la India, Muhammad Shah, que cargaba sus cañones de oro y los descargaba para su pueblo. Era tal su poder, que Amir Khusro, uno de los grandes poetas de India dijo acerca de él: “Cuando el sultán mueve una ceja en Delhi, tiembla la tierra de los Coromandel”. →

Mujeeb GallagherLondres, Reino Unido

El Subcontinente indio

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Mapa de la extensión territorial del Subcontinente indio.

Badshahi Masjid, o ‘Mezquita del Emperador’, fue construida en 1673 por el emperador mogol Aurangzeb en Lahore.

Así fue como el Islam sirvió de catalizador, uniendo al subcontinente dentro de una misma unidad política, creando un sentimiento de unidad entre el pueblo que aún perdura hasta nuestros días

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→ Sin embargo, el sultana-to comenzó su declive y fue brutalmente demolido por el inconquistable Amir Timur o Tamerlán, que destruyó Delhi en 1398. Después de un siglo de decadencia, fue rescatado por uno de los grandes héroes de la historia de la India, Babur. Era tataranieto de Timur y llegó desde Afganistán, con un pequeño ejército de unos cuantos miles de hombres, se apoderó de la India e inmedia-tamente regaló todas las rique-zas que había capturado. Sobre este comienzo se estableció la legendaria dinastía Mogol, una las más ilustres dinastías de la historia del Islam.

Así fue como el Islam sir-vió de catalizador, uniendo al subcontinente dentro de una misma unidad política, crean-do un sentimiento de unidad entre el pueblo que aún per-dura hasta nuestros días. Esta situación logró mantenerse durante casi diez siglos, dis-frutando de su apogeo con los Grandes Mogoles donde la música indostaní, la pintura, la arquitectura, la gastronomía, la literatura y todo aquello por lo que la India es mundialmente conocida floreció. Junto a esta faceta, la administración civil y económica Mogol fue absolu-tamente magnífica.

El Taj Mahal, considera-do como uno de los edificios

más bellos del mundo y unos de los emblemas más recono-cidos de la India, fue construi-do por Shah Jahan como un monumento a su amada espo-sa. Un poeta lo definió como “una lágrima en el rostro de la eternidad”, pero la belleza y la majestuosidad del edificio (es mucho más grande de lo que uno se imagina) es un testimo-nio de una sociedad que ama-ba a Allah. No fue sin razón que Shah Jahan, al construir el Trono del Pavo Real, inscribió en el mismo “si hay cielo en la Tierra, está aquí, está aquí, está aquí”.

Sin embargo, ni siquiera el poderoso Aurangzeb fue ca-paz de detener el declive final. Gobernó al final de la supre-macía Mogol, una época en la que se estima que una cuarta parte de la riqueza mundial se encontraba en la India, mag-netizada por la justicia y ex-celencia de esta sociedad. No obstante, Aurangzeb nunca tomó ni un centavo del erario, copiaba mushafs y cosía gorros para la oración como forma de ganarse la vida. Gobernó durante más de sesenta años y lideró al famoso ejército Mogol en el campo de batalla incluso cuando tenía más de noventa años.

En el año 1500, unos nue-vos seres extraños llegaron a las costas de la India. Inicialmente

como comerciantes subordi-nados a los mogoles, pero en los próximos doscientos años, la Compañía Británica de las Indias Orientales por medio de una serie de sutiles artima-ñas financieras y manipulación política fue tomando el vacío de poder que el declive Mogol

dejaba. Es preciso señalar que no hubo una sola vez que los ejércitos británicos derrotaran al ejército mogol en el campo de batalla. Su victoria se nutrió de la subversión de la sociedad a través del sistema bancario. Fue una entidad capitalis-ta perfecta; constantemente

alimentándose de nuevos terri-torios y sin responsabilidades o cuidado sobre su entorno. De hecho, su modelo empresarial ha modelado significativamen-te, y continúa dando forma, a nuestra situación global actual.

En 1857, la empequeñecida aristocracia musulmana hizo un último intento para libe-rarse del yugo británico que por momentos se hacía más pesado. Como consecuencia, aterrorizados por el poder potencial de los musulmanes, los británicos hicieron de la India un territorio dentro del Imperio británico que destruyó lo que quedaba de la nobleza, aboliendo el Sultanato Mogol, las instituciones educativas, la justicia y el comercio. El obje-tivo era que los musulmanes no volviesen al poder. Incluso comenzaron relaciones y cola-boraciones que favorecían a los hindús, a los que hasta el mo-mento nunca habían respetado ni entendido.

Esta misma situación se mantiene hasta nuestros días, con la catástrofe añadida de la Partición. Cuando el Imperio británico de disolvió, dejó tras de sí una última fatalidad: la división del Subcontinente indio en India, Pakistán y Bangladesh.

Las consecuencias están a la vista de todos. Uno de los momentos que han definido

India en los últimos años ha sido la masacre de musul-manes en Guyarat en 2002. Sin embargo, el aspecto más terrible no es siquiera que sucediese, sino que años más tarde, Narendra Modi, insti-gador político número uno del baño de sangre, ha avan-zado en su carrera política hasta convertirse en Primer Ministro de India este mis-mo año.

La paradoja continúa, aquellos que unificaron el Subcontinente sobre el que se ha construido el estado-nación de la actual India, son perseguidos y atacados por ese mismo estado-nación. A pesar de esto, los pueblos del Subcontinente indio man-tienen su inmensa cultura, su ingenio y hospitalidad y han exportado estas virtudes allí donde la historia les ha llevado. Llegando a alcanzar posiciones de poder con-siderable en Europa, espe-cialmente en Inglaterra, las naciones del Golfo Pérsico y muchas otras partes del mundo. No hay duda que jugarán un papel crucial en la configuración del mundo que se avecina, ya que pre-senciamos el final de este capítulo execrable de demo-cracia capitalista. De una forma u otra el legado de los mogoles continuará vivo.

‘De un hilo’

n segundo de contem-plación se ha vuelto eterno. Alineado en la

verticalidad relativa de su pro-pio cuerpo busca la conquista.

La intención ha tomado lugar y ahora se encuentra frente a la montaña. La inten-ción ha tomado lugar y ahora sabe que la montaña se en-cuentra dentro de él. Del pro-pósito brota un compromiso y es imprescindible que alce su mirada. Debe avanzar. Hay una frecuencia en su respira-ción que emana de la misma roca. Con el primer intento nace el primer avance y de este, la posibilidad del segun-do. El escalador ya está den-tro de la ruta.

Para la subida dispone del material necesario: pies de gato, arnés, mosquetones, asegurador, cinta, casco y cuerda entre otros. También cuenta con la destreza que le ha llevado al lugar: la fuer-za, la precisión, la técnica, el equilibrio, la escucha y el poder de superación. Con todo ello se ha hecho posible la acción.

El recorrer lleva su tiem-po y entre los materiales también dispone de pacien-cia. La misma montaña le va revelando el siguiente mo-vimiento, el cuerpo está to-mando altura y la perspec-tiva ya no puede ser igual. Nunca es la misma después de cada segundo. El alpi-nista ha experimentado un primer estado y cree que el triunfo está cerca. Justo en ese instante y quizá por la nubosidad del estado, cae montaña abajo.

De nuevo está en el prin-cipio, dispuesto a empezar. La fuerza de voluntad es un material poderoso.

La noche se echa encima y la visión se transforma. Ahora la destreza ha de ser impecable y la intimidad con la montaña se multipli-ca. Cada respiración marca la posibilidad de una nueva coordenada y el escalador continúa. Quizá repite sin poder evitarlo, el estado an-terior ya está grabado en su

cuerpo, quizá la altura haya modificado su gravedad. En cualquier caso, vuelve a caer.

La cuerda a la que se afe-rra se desprende por comple-to y el material se ha vuelto pasivo. Está solo. El alpinis-ta, ahora, pende de un hilo. Suspendido en algún lugar grita auxilio. Cualquier sen-tido está más vivo que nun-ca y el material vital se hace presente, tiene que confiar. Para ello debe cortar la cuer-da, tiene que soltar lo único

que le mantiene en “vida”, lo único que piensa que puede darle una nueva oportuni-dad. Esa ha sido la respuesta. Y solo dentro de él puede na-cer ese salto.

De un hilo es un cortome-traje de nueve minutos pro-ducido y dirigido por Juan Carlos Romera. La historia esta basada en un cuento sufí de tradición oral y ganó un accésit en un concurso de cortometrajes deportivos en 2005.

Sarah OjembarrenaCiudad del Cabo, Sudáfrica

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‘De un hilo’ es un cortometraje de nueve minutos producido y dirigido por Juan Carlos Romera. La historia está basada en un cuento sufí de tradición oral y ganó un accésit en un concurso de cortometrajes deportivos en 2005

La montaña se ha vuelto mar. Sombra de la montaña Lion´s Head en el Océano Atlántico,Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Foto de Sarah Ojembarrena.

Los pueblos del Subcontinente indio mantienen su inmensa cultura, su ingenio y hospitalidad y han exportado estas virtudes allí donde la historia les ha llevado. No hay duda que jugarán un papel crucial en la configuración del mundo que se avecina

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY14

(…) para un kafir, lo reconozca o no con sus palabras, la muerte es el

final de todo y por eso no pue-den asumirla, porque entonces todo pierde sentido y la exis-tencia no es más que un juego cruel y absurdo que lleva a un callejón sin salida y a un pesi-mismo atroz, a menudo escon-dido detrás de un hedonismo individualista y ansioso que quiere consumirlo todo porque todo se le escapa. Lo único que pueden hacer con ella, con la muerte, es ignorarla; intentar olvidar que existe sumiéndose

en una huida sin fin que no les lleva más que a distraccio-nes insulsas, fiestas alocadas, borracheras y aturdimientos de variada índole que les ha-gan olvidar su penoso vacío de sentido. Un creyente no quiere olvidar nada; al contrario, lo que quiere es Recordar el sitio del que proviene y al que vol-verá. Un creyente se sabe mor-tal y lo asume. Y encuentra en la muerte una compañera que le recuerda que está aquí para irse y llegar al lugar del que vino y al que todos tenemos que ir: Allah. Y contemplar Su Faz es el único verdadero ob-jetivo. Todos los demás están supeditados a éste. También el amor será entendido de forma muy diferente por un kafir o un creyente. Para el primero, puesto que todo es materia y

distintas cualidades y manifes-taciones de ésta, el amor no es más que otro aspecto más de la materia y depende de ella. Serán incapaces de concebir un amor que no esté ligado y supe-ditado al cuerpo y a sus sensa-ciones y emociones, tan dulces como engañosas, tan intensas como efímeras. Para quien cree que lo Real es el espíritu, el cuerpo es una ayuda, pero ni es imprescindible ni es lo fundamental. Puede existir un Amor tan intenso, tan hondo, tan inexpugnable e inextingui-ble que un kafir jamás podría comprenderlo; y ello incluso sin que haya el más mínimo contacto carnal; si bien tenerlo puede hacer ese Amor aún más grande y más hermoso. Y si me apuras, hasta la belleza de las palabras es distinta en una y

otra actitud. Si un kafir habla de montañas, soles, arenas, el mar…, está pensando en la be-lleza literal de estas cosas, que es mucha en verdad, pero tan efímera y limitada como todo lo de este mundo. Cuando un mu´min habla de montañas, el sol, el mar, las estrellas…, está pensando en una belleza que sobrepasa el Universo, con todos sus miles de astros, pien-sa en una belleza que está más allá de las palabras y de la pro-pia belleza de la montaña que nombra, de una belleza que es en su corazón tan inmensa que hunde sus raíces y eleva sus cumbres más allá de las más altas estrellas y más abajo del más profundo de los océanos”.

Estas palabras se las dice Yahya, uno de los protago-nistas de mi reciente novela “Estirpe de luna” a su esposa, antes María y ahora Fátima, que se convirtió al Islam y está aprendiendo a ver la vida de una nueva manera. La tra-ma ocurre en el siglo XVI, cuando ya Al Ándalus es solo un recuerdo y España es un Estado que basa gran parte de su razón de ser en un ca-tolicismo impuesto a golpe de conversiones forzadas, Inquisición y expulsiones. Si no es una novela histórica más de esa época tan novelada ya, es porque a lo largo del tiem-po en que la escribí (tiene tres partes y entre las tres pasaron más de diez años), yo viví en mi propia vida un cambio in-terior radical que me hacía ir comprendiendo mejor aque-llo de lo que hablaba, pues

lo estaba viviendo en mi co-razón. Cuando escribí la pri-mera parte (Aynadamar), que tuvo cierto éxito y salieron de ella varias ediciones, todavía no era musulmán y, aunque ya miraba con respeto y hasta con simpatía al Islam, todavía lo conocía poco y mal. Por eso su acercamiento a los perso-najes es menos hondo en esa parte de la novela. Cuando es-cribí la segunda (La báraka), que también agotó la edición en que había salido, aunque no llegó a reeditarse, yo ya había hecho la shahada, pero todavía era un musulmán re-ciente, con muchas lagunas en el conocimiento del Din. La tercera parte, Estirpe, que es la inédita hasta esta re-ciente edición, y que incluye las tres partes en un mismo tomo, la escribí cuando ya lle-vaba algunos años en el Islam y, aunque siempre quedan la-gunas pues ese es un camino que nunca se termina de reco-rrer y en el que siempre se está aprendiendo, mi experiencia como musulmán era más rica y por eso el acercamiento a los personajes es más hondo y más cálido.

Es, pues, esta una novela que narra la vida de unas sa-gas familiares que viven una época convulsa y difícil, pero, de alguna manera, es también una narración que habla de cómo yo me hice musulmán y fui creciendo con él y mi-rando al mundo de otra ma-nera. Y pido a Allah que esta novela pueda servir a otros a entender mejor el Islam y a acercarse a él hasta que su luz entre en sus corazones.

Yahia Ballesteros es pro-fesor de Historia y Geografía en un I.E.S. andaluz. Tiene publicadas obras de poe-sía, novela, teatro y ensayo y ha recibido premios como el Río Henares de Sonetos (Guadalajara), el Primer Premio del Ministerio de Educación y Ciencia de Teatro (Madrid) o el de Novela de Olula del Río (Almería). Dirige la re-vista internacional de tea-tro y literatura Alhucema. Páginas con obra suya: https://sites.google.com/site/emilioballesterosalmazan/

‘Estirpe de luna’ o la novelaque escribe al autor

Con la presentación de ‘Estirpe’ se completa la tercera parte de la trilogía ‘Estirpe de luna’; las anteriores, ‘Aynadamar’ y ‘La báraka’,

se incluyen en el mismo tomo de esta edición

Es una novela que narra la vida de unas sagas familiares que viven una época convulsa y difícil, pero, de alguna manera, es también una narración que habla de cómo yo me hice musulmán y fui creciendo con él y mirando al mundo de otra manera

Yahia BallesterosGranada

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY 15

a fábula continúa.¹ Después de la muer-te de Don Benito,

el tirano, Don Jaime toma el poder con facilidad, con gran seriedad. Sin privar a sus ministros ni de un minu-to de audiencia, recibe desde el principio a una cantidad increíble de solicitantes que llegan del fondo de las pro-vincias, ya que pronto se ex-tiende la fama de su simpli-cidad y de su bondad. Claro que detrás de su generosidad vela la astucia y con la mis-ma facilidad que da también quita, ya que la bajeza de los antiguos partidarios de don Benito y la rapacidad de sus propios partidarios son lec-ciones que le enseñan pron-to hasta qué punto los hom-bres se doblegan según las circunstancias.

Sus enemigos más peli-grosos son los enemigos del pueblo, los propietarios, los grandes del país. El personaje que los representa en el fon-do es una mujer muy hermo-sa, Camila. Después, la clase clerical encarnada por el pa-dre jesuita Florida. Su tercer enemigo, ambiguo, intrigan-te, Don Benito el masón, re-presenta a la clase media. El pueblo es manipulable, sólo puede ser protegido. Sus úni-cos aliados seguros son sus hombres, los jinetes del regi-miento de Agreda. Una alia-da también es Concepción, su amante, pero de mala ca-beza, ya que su confesor es el jesuita Florida. Queda Felipe, su confidente y amigo, iden-tificado con él, lo cual no deja de ser, a veces, un problema.

Las batallas de Don Jaime para ejercer, conservar y ex-tender su poder han sido ya descritas por Maquiavelo. Son complicadas y sin em-bargo sencillas porque en el campo de liza sólo hay un jefe nato. Uno sólo, Don Jaime, ha recibido este atributo di-vino. Una carga solitaria.

Al principio, Don Jaime y Camila viven un amor. Pero las bodas de los humanos, nos dice el autor de esta me-táfora del poder, sólo duran el tiempo de un relámpago. Luego, o al menos en este

caso, se impone la realidad política. Su matrimonio po-dría conllevar la unión de los grandes propietarios con el pueblo, pero no es así. Camila pertenece a su cas-ta. Don Felipe, a su destino. Como todo jefe nato, como Bolívar, como Bismarck, su proyecto es despertar a los indios, unir las repúblicas sudamericanas y rehacer el imperio inca. Esto no lo han de permitir sus enemigos. La guerra queda así declarada.

Los grandes propietarios, ayudados por los masones y por el padre Florida provo-can una rebelión sangrienta de los indios, con ello inten-tan que un río de sangre se-pare a Don Felipe, obligado a reprimir la rebelión, del pueblo.

Sin embargo, el hecho es que la revuelta queda sofo-cada y el mal sembrado por los grandes es reparable. Sobre todo cuando detrás de la política hay un jefe fuerte y apasionado a quien sólo puede detener una mano ho-micida. Esto no lo han con-seguido los grandes. Por otro lado, la sangre derramada, la destrucción de las propieda-des perpetrada por los indios asusta de tal modo a los ene-migos de Don Felipe que se ven obligados a ponerse de su lado. Nuestro jefe se abs-tiene de fusilarlos, puesto que otros como ellos toma-rían su puesto, pero no les perdonará jamás.

El tiempo pasa. En pos de su proyecto imperial, Don Jaime declara la gue-rra a Chile y la pierde, pues

Perú se alía con Chile. Sin embargo, el país no resiente las derrotas de Don Jaime, a quien sigue con fervor y de quien nunca se desentien-de. A pesar de las intrigas siempre renacidas, su poder parece asegurado para el res-to de su vida. Con todo, un día, acompañado por Jaime, emprende un viaje al lago Titicaca, situado al norte en la frontera con Perú.

Durante el viaje, en sus conversaciones con su con-fidente, Don Felipe le descu-bre a éste parte de sus pensa-mientos. López en Paraguay había sucumbido bajo la coa-lición de Argentina, Uruguay y Brasil. Rosas no había po-dido impedir la separación de Uruguay y Argentina. Los tiempos no estaban maduros, quizás no lo estarían nun-ca. Quizás él, como López y Rosas, como Napoleón y como Bismarck había llegado un siglo demasiado pronto. Las grandes acciones, las ac-ciones imperiales se produci-rían sin duda más tarde.

El lago Titicaca es como el mar, un ojo que mira al cielo. Las tierras que lo rodean son extremas, como el Tíbet, lu-gar de las últimas exaltacio-nes del hombre, donde éste se ve más allá de sí mismo. En ellas, el hombre sólo puede preocuparse de lo divino. Un templo había sido levantado sobre sus rocas en un tiempo inmemorial, un templo ya en ruinas.

Don Jaime y Felipe cabal-gan hasta estas ruinas, donde acampan y donde sienten que pueden finalmente abrazar contra su pecho uno de los grandes espacios sagrados de la maravillosa casa del mun-do. Por primera vez, ante los ojos de Felipe, aparece un Don Jaime religioso, o me-jor, Felipe comprende por primera vez que un gran jefe

militar es siempre eminente-mente religioso.

Don Jaime se encuentra físicamente en el lugar donde en realidad ha vivido siem-pre, y donde, hombre venci-do, puede contemplar la vic-toria que no puede alcanzar. Es su casa, más allá de Perú y de su país, más allá de Camila y de Concepción.

La mujer ha desaparecido de su vida. Sólo queda en ella el dolor por haber fracasa-do en su misión. “Si hubiera conquistado Chile y Perú –dice–, su capital se levanta-ría hoy aquí, en las riberas de este lago incomparable, y Titicaca significaría algo para los hombres. Y todas es-tas repúblicas serían más que las provincias encantadoras y frívolas que son, serían un imperio, algo que arranca a los hombres de sí mismos”.

Felipe, escuchándole, comprende que, sin embar-go, a pesar de la derrota, Don Jaime no ha actuado inútil-mente. La sangre derramada por él en las guerras revive la piedra de basalto del vie-jo templo. La forma de Don Jaime no se ha levantado en vano. Sólo queda precisar la forma del héroe. Es necesario que el rito vuelva a tomar lu-gar. Es necesario que la vida de Don Jaime y la suya propia se completen con la oración y el sacrificio.

El sacrificio que Felipe propone a Don Jaime es la inmolación de su caballo, la imagen propiamente dicha del atributo divino del po-der sobre el que ha cabalgado como un centauro a través de su vida. Don Jaime acepta.

Una tarde, acompañado de Felipe y de sus hombres, Don Jaime conduce su caba-llo magnífico de guerra, un caballo entero denominado Bravo, a un patio interior del templo donde ha erigido una

pira. Luego, después de abra-zarlo, le clava el cuchillo en el cuello. Más tarde, el fuego consume el cuerpo del com-pañero de tantas batallas.

Cuando el fuego ha consu-mido por completo la carne abrasada, en medio del olor de la guerra, los hombres de Don Felipe se levantan uno a uno, le abrazan y se van, aca-bada la consumación de su gloria de guerreros.

Sólo quedan los dos ami-gos en el templo, donde en-vueltos en sus mantos, duer-men junto a las cenizas de su doble destino. Al amanecer, Don Jaime comunica a Felipe lo que ha decidido. No volve-rá a su Palacio de Protector. Se propone, por el contrario, viajar en solitario hacia el norte, hacia las Amazonas. Desde niño ha soñado con estas regiones desconocidas, con lo desconocido, así se po-drá decir que ha sido alguien que ha vivido sus escasos sueños.

Don Jaime se despide de su confidente y amigo: “He sido amado mucho y he ama-do mucho. He recibido mu-cha sangre y lágrimas, y tam-bién las he dado. Ahora debo dar todo lo que me queda.”

Ante los ojos de Felipe, el jinete parte a pie.

1 Basada en Pierre Drieu La Rochelle, L’homme à cheval, Gallimard 1943.

Dr. Abdelbasir Ojembarrena ha sido profesor de Literatura Española y Universal en la Universidad del País Vasco. Es premio Café Gijón, ha pu-blicado tres novelas: Ismael, Guerrita y Bajo la Noche; y cuentos en revistas america-nas y españolas. En la actuali-dad es profesor de Literatura Universal en el Dallas College, Ciudad del Cabo.

Don Jaimeo el ejercicio del poderAbdelbassir OjembarrenaCiudad del Cabo, Sudáfrica

LPierre Drieu La Rochelle, escritor de L’homme à cheval.

“Si hubiera conquistado Chile y Perú –dice–, su capital se levantaría hoy aquí, en las riberas de este lago incomparable, y Titicaca significaría algo para los hombres. Y todas estas repúblicas serían más que las provincias encantadoras y frívolas que son, serían un imperio”

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Dhul Qhi’dah 1435 / Septiembre 2014 ISLAM HOY16