175
Lo inteligencio humono y los diversos tipos de conocimiento, incluido el conocimiento científico, son tonto odoptociones biológicos en un senfido omplio, como psicofisiológicos. Uns de los formos mós sorprendentes de esto odopfoción vitol es precisomente lo odecuoción de los molemóticos o todos los detolles de lo reolidod f ísico. Aunque lc epistemologío mote- mótico no siempre se ho preocupodo por este ospecto del problemo, en combio vorios grondes biólogos hon intentodo recientemente resolver esto cuestión, que de hecho corres- ponde o lo preocupoción cenlrol de los teoríos clósicos del conocimiento. El oulor de esto obro, psicólogo y epistemólogo, pero de formoción biológico, se ho propuesto confrontor los dotos de lo biologío contemporóneo en los diversos cc¡mpos de lq evo- lución, lo herencio, los regulociones y el desorrollo embrioló- gico, con los dotos psicogenéticos y con los grondes corrientes episfemológicos octuoles. Tros corocterizor los tendencios del conocimiento biológico, delimito los correspondencios entre los esiructuros del conocimiento en generol y los de lo vido; mós odelonte, onolizq los niveles de comportomiento, tomon- r o mu/ en cuento los troboios de lo nuevo psicologío onimol \ ccrnporóndolos con los de psicologío del niño. Por detollodos -onf rontociones de lo inteligencio y el instinlo, el outor llego I uno nuevo solución de este problemo clósico. Lo obro ocobo con un intento generol de interpretoción bio- lógico del conocimiento copoz de coordinor los exigencios, ton diferenfes oporentemente, de lo epistemologío lógico- motemótico y de los teoríos octuoles de lo evolución. Mós oún que síntesis de los troboios de todq uno vido, este libro es, sobre todo, uno c¡perluro q nuevos problemos y uno llomodo o lo coloboroción entre los diversos disciplinos. : l,-t -- \x^7 | v-t "tltr¡ r ^/A\l siglo ve¡nt¡uno editores rlE o O) o 'a c o o o ¡f- c .9 E ¡I O o c o O o l- CD o 6 ñ X ffi )Xnii9H',,." ^/ \l editores MEXICO ESPAÑA ARGENIINA cotoMBrA rsBN 968-2J-0589-6 lHilfi[ililil]illllü|il Jwffiffi ffiHroffiffit v conccimiento biologTo 134. edrción

JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

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Page 1: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

Lo inteligencio humono y los diversos tipos de conocimiento,incluido el conocimiento científico, son tonto odoptocionesbiológicos en un senfido omplio, como psicofisiológicos. Unsde los formos mós sorprendentes de esto odopfoción vitol esprecisomente lo odecuoción de los molemóticos o todos losdetolles de lo reolidod f ísico. Aunque lc epistemologío mote-mótico no siempre se ho preocupodo por este ospecto delproblemo, en combio vorios grondes biólogos hon intentodorecientemente resolver esto cuestión, que de hecho corres-ponde o lo preocupoción cenlrol de los teoríos clósicos delconocimiento.

El oulor de esto obro, psicólogo y epistemólogo, pero deformoción biológico, se ho propuesto confrontor los dotos delo biologío contemporóneo en los diversos cc¡mpos de lq evo-lución, lo herencio, los regulociones y el desorrollo embrioló-gico, con los dotos psicogenéticos y con los grondes corrientesepisfemológicos octuoles. Tros corocterizor los tendencios delconocimiento biológico, delimito los correspondencios entrelos esiructuros del conocimiento en generol y los de lo vido;mós odelonte, onolizq los niveles de comportomiento, tomon-r o mu/ en cuento los troboios de lo nuevo psicologío onimol\ ccrnporóndolos con los de psicologío del niño. Por detollodos-onf rontociones de lo inteligencio y el instinlo, el outor llegoI uno nuevo solución de este problemo clósico.

Lo obro ocobo con un intento generol de interpretoción bio-lógico del conocimiento copoz de coordinor los exigencios,ton diferenfes oporentemente, de lo epistemologío lógico-motemótico y de los teoríos octuoles de lo evolución. Mós oúnque síntesis de los troboios de todq uno vido, este libro es,sobre todo, uno c¡perluro q nuevos problemos y uno llomodoo lo coloboroción entre los diversos disciplinos.

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^/A\lsiglove¡nt¡unoeditores

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MEXICOESPAÑAARGENIINAcotoMBrA

rsBN 968-2J-0589-6

lHilfi[ililil]illllü|il

Jwffiffi ffiHroffiffit

vconccimiento

biologTo

134. edrción

Page 2: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

traducción de

FRANCISCO GONZALEZ ARAMBURU BIOLOGIAY CONOCIMIEI{TO

ensayo sobre las relaciones entre las regulaciones

orldnicas y los procesos cognoscitioos

Por

IEAN PIAGET

Page 3: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

siglo veintiuno editores, s^1 99.91ce r*áo oe¡ AGUA 248. DELEGASóN coYo¡cÁl o¿¡ro t'¡Extco. o r

prilrera edición eu cspariol, 190!)

O siglo xxi de cspatla eclitorcs, s a'

deciurotercera edición e tr cspatrol, 200()

O siglo xxi editores, s.a. tle c v

isbn 968-23-0589-6

pliuiera edición en fratrcés, l9tj7@ étlitions gallinnrtl, 1067

títtrlo origirral: biologw cl rttttttutsu¡ttc' ¿r\d¿ /{'

l¿s r¿laüoÁ enhe bs tógulatiorts otganir¡tts tt lts cogttitiJs

dercchos resen'ados confortue a la le1'

itlpreso y hecho cn rltéxico/pritltc<l :rrt<l Iturtlc itt llteNir rr

INDICE

Pnciloc;o

C,rpfrtrlt-r r: pr-AN'rEAN{rENTO DEL pR0BLEMA

ii L CurstroNrs PREVIAS

L La asimilación cognoscitivq, ó; II. Los esqucntas cle ac-ciótt, 7; III. El escl¿tclna estítnulo-respuesta, 9; IY. Eqtti-libración y autorregulación, ll;

S 2. Srsr¡ntl rptcENriTlco y DESAI{rroLLo DE r-AS rruNcIoNES cocNos-CITIVAS

I. Preforntaciótt v epig.énesis, 15; II. El carúctcr secue¡tciulcla los estadios, 17; III. Las creotlas, 19; IV. Madurctciórt yntedio, 21; Y. tloncorresis y hotncostctsis, 23',

S 3. Hrpó'rnsrs DrREcrluz AcEllcA nE LAS RELACToNns UNTRE i.,\s rrLrN-CIONES COGNOSCIl.IVAS Y I,A OIIGANIZ;\CIÓN VITAL

L La hipóresis,25; Il. Los órganos cle la regulación inter-nu, 28; III . FtLn<'it¡t¡c,s cogl(,sci¡ila.s v regttlaciótr dc Ios itt-tcrcatnbios, 31; lV. EI t'actor de equílibración, )4;

C¡pÍrulo rr: Los rrlitooos DE ENFoeuc y DE coN'rRoL

"s 4. Los ltÉr'oxrs euE No IrAy erJE sEGUIR

I. Lu "inteligencia cornbinatoria, de Ctúnot,38; IL EI psi-contorfisttto, 41; IIL I-.a reclucción de lo su¡terio¡ a lo ir$e-rior, 13;

S 5, Los ¡,rÉrolos urrllzi\los7. Lct corrtparaciótt clc los problcrrtas, 4E; II. Lcts correspott-¿lcncias ftutc:iottrtLes, 5l; III. L<¡s isont<srfistrtos estruclura-les, 54: IV. los tnr¡delos (.bstractos,5ó; V. Lu epistemologíadc Ic¡s nit,cle s dc cotnportutniefltos, 58; VL La epístent<tlct-.qía de la bi<tktgíu, ó0; VIl. La interpretaciótt biológit't deIos tipos dc cottt¡t'ittticttto, 62;

3

J

II

JI

f ttlr I

.r1

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VIII

CEP¡TUIO III: EPISTENIOLOCÍ'T DI]L CONOCIITTENTO tstOIfJGtCO

S 6. Lls t{ocro¡lrs orncuÓNrc,rs

ÍNDICE

S 14. LrlS ltLtiUL,\ClONIS )' LA ¡QUILIBRAC.IóN

I.. Regulación y cotTstrtrcción, 186; II. Re¡4uluciotrcs ctrgcí-rticus y leguluc:.iones- cog,noscitivas, 189; lIL Reg,uluciorrcs1, opcraciones, l9l; IY. Ccntclusiones, 195;

C¡pÍruLo v: LA Eprst'Et\,loLoGÍA Dtr Los Nr\,ELris ELLN{rNT^i.tis r)l; corr-|0RTÁi\tr EN'r'o

S 15. E1, srstnM¡ Nlruvloso y Los lulr.'f-llJos

I. SisÍcttttt ttcrvic¡so ), asünilución, 199; IL Ret'lc¡os t' u.si,tnilaciótt, 201; III. LtL rccl lógica cte McCultoch, i04;'

ÍNDICE

ó5

(rb

IX

185

f. Desarrollos orgánicos y gatrcalóglcos, Ó.Ó; ll', La-ct''oltt-i'¡¿i-lé tá i¡aa, 6s; tlt. i,u"cv<¡lur'lón <lc la ra:'ótt,.7l; IV'al \iráirotlo o'ttiogctt.itico, T4; y. EI desurrollo Ttsicogenc-tico, 76;

S 7. Les xocroxrs slNcRoNl'c^s

I. La idea tle espccic, T8; II. E/ (ristd¡tl(¡ 8ctt.L;Iico>' 82; III'El <trganisrtto itidivitlual, 85; I\¡. ('ontpurucióIt cott los pro-blemas cogrtoscitivos, 88;

5 8. EL oRc¡Ntsllo Y I:L .l\lEDIo

l. Las relqciorrcs organist¡¡o x tttctlio, t' stricto x obicto'91;Il. La arntottía-Prcístablut'ida,91; I II'- l"l luttart'lcismo y cliiilii¡li"o,9l; 'lV. El ttttttnciottisttto' 102; V A¡tr,ioristtto t'

<;onvencíot¿¿tlisttto, 106; \/1. El utcrlittttt" tlc' lI/tttltltttQt()1t )el nprogrcso, segrirr J. tlurley -r' o/ros, 110;

S 9. CoNct-usroNss. LA cAUSAl,ll¡ru utoLÓcrcn

I. Cont,t'rlo lt.i¿rs. I l5; ll. l)t'ct'at-tsulitl¿t¿l ' tt:ut \ ' ('ri¿//(tLiorl'

l17; lll. I:l lümli:tttrt, llU; l\/. I:slt'ttt'tttttt 1'¿iu/lc'sr's, llli

C¡pÍtUl-O IV: LAS C0ltRllsl,ONl)llNCI;\S DII I't'NOlONllS \ l.OS tSOItOltl:ISr\loS

I'^RcI^I.ES l)Il l:S.l'RUc'fLiRllS l:N'l'|ll: liI, oIi(;.\NlS]10 \ I:I. StIJlj,l.()

DII CoNocll\lllN10

S 10. FttNcloNEs )' Ils'!'lttrclLllt,\s

L Dct'üúciuil tlc lu5 ('slttt(.tut'L(.: , i2E; II. I,',tLttcit.¡ttutttict¡!t¡y ñtiición, 12(); Lll' F- tut.ittttas gerteral" 's l' ¿spcclctles dcl.c

o ttct cint ie t t Í c¡, 133 ;

S 11. Ft'NcroNrs v tlli'lltL!cltlliAS l)tr l.\ oll(.,\Nl7l\t'l{r\

I. Ct¡ntinuiclctcl y cottscrt,acirjtt, 136" II . Fortttus )' c.ortser-

loiionet collt'Loicitit'..s, 140; Ill. Org,utLiz.ttción v <sistetnaabierto,, t4I; N' Los cttcasilltttttict'tlt¡s, 145; V' Estructurqs,tc orrtei, 15i; Vf. L)strtrc!ttrus trrttlliplic'cttit'.trs, <:loscs uíucr'I ct t'Lc t1 t e es t r t r-' l ¿ L r cLcl 4 s, t' t: t I d L.t t t n r f is t t t rl s, I53 ;

S 12. I"trxcrtlNl,s Y I:sllttj(lILltAS l)l; I-i\,\lr,\t'¡.tcttiN

I. Asimiluciótt t, tLcontotJtLc'iótt, 158; Il. A'lttptat'it)tL y gctlo'tna, 160; III. Adctptcrcitjtt lqttttípí.u, lól; lY' At.ktptuciótt\) cotrtDotl(tttticttttt, 162; Y. iltltt¡tlttcit)tt trtgtlrtsc'itit'as, 166;

\'1. Atiaptucititt t' ttp"rtta irr'11 5, ll'$;

\ 13. I-,r coxsnRt',rclÓN l)E L.AS t\ili(llt\1,\(ito\tis ^N'l

llltl0l{\lri\ ll' ADQL t-

Rf DAS r 1..{ .\liItclt'^cl0\I. La ntentoriu, 110; II. F'oirrlrls L:let¡tt.:tttulcs tle--uprcndiza-ji, nl; l,JI. I'rí attticípaciótt c-o¿ltrttscitit't.¿, l7ó; IV. .l'.a uttti"'ci'pacíón orgtínicn, 179; Y. LJtt eietrtTtlo tle at'ttic¡p(¿ciót1trrcrlogenétióa cn los regetalcs, I8l.

90

115

l3b

Ls7

I tgl

t93

r27

127

S ló. Lns coNolc-roNns t)EL (sABElt) tNsrrNTrvo 206I. PlanLeantie¡tlo clc! problctltu, 206; IL Analogías cle ltrrt-c'ionem.iento, 210; III.' [,os asqucntcts dcl ittstiíto, Zl2;'Iy.La tógica clel instittto, 2t5; V. Lct coordütación cle lcjs cs-(luer,tcts,2l7; YL lnstinto y udaptacíón ltct.e clitaria,222;

S 17. Ln puRc¡pcrtiN 223

l. Las "Gcstutt", 225', Il. Lu.s rag,ttlac.iottcs pcrc.cpt¡vus,22g1

S 18. El ¡pneNtlz-r\Jl y t.^ <tNTIl-lolNCt,\> 23II., Aprendizu jes t'lt'rrtctttalcs, 232; Il. I:l < t¡ittlicior¡¿¡¡¡¡¡s¡7,t,234; IIi, La.s (r¡tttltk'lus .st,tt.sr¡ri(¡-ntoLrit't;s dc'I Ittt lotttc', 236;IV. La írúeli,:crtt'iu anitttul, 239i

C¡pÍ'rut-o vt: t-,\ rNt t-rttt,r{titActóN lll0t.tic; IC,t Lltr t.,\s TRll:i | 1)fiil. s r)t:t,i4.)CON0C ¡tll I;N] 0

S 19. Los coNoctrf ujNt()s rNNrvros .r

Dtr I]ONOCI\IIEN O 247l.OSi lNSl'lttr\ll:N1OS Ill:ltl,i)l l.\l{l()S

I. Lt¡.s cottccptos <a ¡triorir, 217; II. Lt¿s sc¡/ucir.tttas c/ásict¿-s,249; IIl,. Lt¿ genétictt rlc lcts pr.tblacioitcs, 255., Iy. Ittclir:i-!4o t' pobluciótr, 259; \I . ,llcclir¡ ), .\isÍcttta gcttótico, 262;\/!._ ll9or.gurt.izctcicitt del geno;na 1i otlu¡ttaciriit rruera, 261;Ylt. Ralacitín cntrt' cl tnodclo unlcrior t, k¡.s tlc la st,lt'ct-ción urgúttictt, usi t:<¡tttt¡ l(r rt:gttltttit)tt ite ltts tnttlucittttt,st,ucl sattlitlo tlc L. 1,. Wlt¡,tc,273; YIII. Urt cjurr¡tl¡t tlc,rt¿sitnilaciótt u,cttéticrL" cn cl c:tLntpo tIc lo cittctogcttests,275; IX. (-r.¡rlcl¿rs iottt'.s, 2-19:

\ ltl. L.ts lsrtttrIt't{.\s Ltir;r¡9.1¡¡¡¡'1l.ittc.ts ) St sl(;.\t(.\cttiN ¡ru-r,ócrc¡ lst)I.,I4utent(iti<-as,.i'lógict¿, 2E0; II . Altttcnttilic'us 1,u¡trcrttli...tr-¡e, 283; IIL Ij;;trttctttras lógico.rrtrLtcrnúticus '! 'ltcrarciu,286; lV. I,t¿ c()lt.\t rrtcci()tt tttutcntti/ icu, 290; Y . 'L¿t.s

Iornrtr.s¿4etterulas tle kt orgutizctciótt, 2L)3; Yl. Lus rec:ottstrtú.<:it¡ttescottvcrgetrlcs cott sttpct'aciórt, 301);

l7()

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){

s 21.

INDICI]

LOS CO¡r¡OCfl{IENTOS ÁllQl.lIliIDOS l I-¡\ l,XPI:t{lINCl..\ i"lStC.\ 305

L Conocitttiento expcrintettltt! r- cotlocittl¡utto lóg,icct-rrtttlc'nttitico,305; II. Nbcesittatl cle los ttturcos lógíctt'ntatetná'ticos,307; III. E/ acrrcrdo tla lus tttttctttáticus 1' rle IcL rcct'liclad, 310;

CnpifUlO VII: CONCLUSIONtTS. I-AS liOtttrl,lS l)¡ c()\oCllllLNlo C0\lO Ol{-

cANOS DIFEI{ENCt^Dos DII t.A ltttGtil.¡ctt)'i trl: t.(r\ l\t t.lt(',\\l¡itosjI;UNCIONALI]S EN EI- IIX'II.]RIOIi

g 22. Lts truNclo¡lES PlioPlAS t)til- coNocli\tlllNl()

I. El corttportcttttiento, Lu c.ttt'ttsirjtt tlcl tttetlio y cI cic:rredel "sisteñta abierto",3l9; lI . Cctrrt¡tortQtttiL'ltlo. I t¿EttLa-ciones cogrtoscitivas, 322; III. IlqrLililtritt orgttttt,<-t) \' cqLtt'Iibrio cognoscitivt¡, 324; IY. La tlist'ciucititt dt'. las. Iorrrtasy la conlen'aciótt, 327 , v. l'idtL sr;ciul v- c'ottrdirtucirtnes u'c'

nerales cle lct ucciótt, 329,

S 23. Rrculacroxtrs oRG,ÍNItrr\s -1) ¡l.llGi,l.,\cl{)Nt,s c(}c\oscll'lvr\s

I. Vitkt y verclad, 331; lI. I'us itt.srLliti¡'r¡c l¿i.r tl,'l ttty,.rttisiito,332; III. Instittto, uprcittlit,uia t' cslrtlclttras .Iógico'tttate'málticas, 331; lY. I'u- tlt::;c:t¡tttltr¡iit'iritt tlel ittslittto, 335; V.Conocimiutto v sr¡t:ietlctd, 337; \'i. l'or¡¿l¡¿sidrr, 338;

Est¡r obra tienc comct obicto clisculir los pxrbicntas clc la intc-ligencia y del conocimiento en general (en particular lógico-ma-tcm/rtico) a la luz cle ia biología contemporánc¿i. Así, pucs, sc tratacle un conjunto de intcrprctaciones y no de cxperimc.rtaciones. Mascste cnsayo teórico es obra de un arrtor quc tienc cuarcnta y cincoaños cie hábito de expcrimentación en psicología clcl clesan.ollo rque, por consiguientc, considera que cstá lo más cerca posible clólos hechos mismc¡s. Por otra parte, estará, sin duda, permitidorecordar que cstc autor ha recibido una formación dc biólogo, quecluranle una clecena de ¿riros no ha publicado más quc trabajos clttzoología,1' ha proseguiclo por estc carnino en 1929 y cn 1966 (Revttt'.ql¿¿i..;.s¿ tlLt Zoolog,ie), lrsí ctin.rr) uu l)oco soLrr"e l¡t¡t¿inica (err l9óó, cnCandollea), procurando informarse lo más posible de las principa-lcs collicr-rtcs clc la biología cor-rtcmpor'árrcli.

El pla' cle l¿r obra cs cl siguiente: Se trata, primero, clc pt'ecisarcl planteamiento clc los ¡rroblerras (Capítulo I) y, para haccr.esto,llrr,¡strar dcsclc rur conlicnzo por qué razón cl csttrclio clel clcsarroll<l¡rsicológico <lc las f'uncit¡nes cognoscitivas plr'rntelr sin cesrr cucs-l.iones biológicas vccinas clc las cle la embriogónesis y, por collsi-guiente, tarnbién dc Ias lclaciones entre el organisn.ro i' cl ureclio,especialmentc en cl tcl'renc¡ clc las rcgulacioncs.

Sc trata cn seguida (Capítulo II) cle aclar¿rr.cuáles.scr.¿in losmóloclos quc se emplearírn p¿rla comp¿rrar de mancrr racional loslrecirnismos cognoscitivos con los ¡rrocesos orgánicos, evitanclo lrlz-, vcr. un vilalismo qllc quiere encontrar intcligencia en todo y uur,lcch-rccionisnro quc suprirniría los problemas mecliante una asimilaici<in clcmasiado fácil clc las funciones superiorcs clcl conocimientoa conlportamientos elcmcntales.

E,l Capítulo III, introcluctorio todavía, tr¡rt¿rrii der po¡1g¡ cle rc_licve ki c¡ristemología clc los biólogos nrismos, ¿r Iin clc mosrrar.cómo ios ¡rroblernes cllle se ¡rlantean y las interprct¿lcionr:s quc scclan son constantcmcnfe par:rlelas a cuestiones y a terorías ciplica-tivas, quc r'<,¡lvcmos a cncontrar, pero en un lenguajc. totallnentr'clistir-rto, cn el campo clc la psicología de la inteligenciu y clel anírli-sis clel conocimiento.

317

319

33r

rt-l

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2 |,I{OLOGO

Er-i el Capítulo IV abordatnos k¡s problemas ccnt¡ales tratandocie poner en correspondencia las eslructurits y l'uncioues clci orga-nismo mismo con las de las clivers¿rs fc¡rlnas clc conocimiento (co-nocirnientos del sujelo y no ya ciei biólogo).

El Capítulo V recordará los interrlediarios entre esta orgarniza-ción material del ser vivo y ias fot'rlas sr-tpcriores de organizacióncognoscitiva, examinancl<.¡ los clivcl'.sos nir,eles clel comportamietoy tratando de poncr en clat'o las cutcsti<-ltres erpislemológicas quesu an/rlisis conduce a plantcar'.

EI Capítulo VI indagará hasta c¡r,ró lturnto t:st¿IS cllestiones pue'den recibir actualmente una soluciór'r biológica, y las conclusiones(Capítulo VII) pro¡rorcionar/ul utut sít.rtcsis palcial clc la <¡br¿r.

CAPfTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Algunos grandes elólogos contemporáneos han comprendido queIos problemas del conocimiento, sin exceptuar ef conocimien-to humano cn sus formas superiores (matemáticas, etc.), no puedenser ajcnos a los biólogos, en el sentido de que la biologíá debeproporcionarse a sí misma una interpretación en el terreno pro-piamente orgárrico, tanto filogenético como ontogenético, que ei elsuyo. De tal manera, en un artículo reciente (delpués de otros va-rios sobre el mismo tema), Konrad Lorenz declará que (el aparatode conocimiento del género humano ha de estudiarse biológica yfilogenéticamente como los otros> y que naun cuando no le interes-ea uno la teoría del conocimiento como epistemólogo, está uno obli.gado a hacerlo como biólogo, r.

F,l propio Darwin, en la época en que escribía los primeros desus famosos nCuadernos) personales, sobre la evoluciór, (t¡¡Z-tggg),redactaba otros accrca de la psicología conteniendo las ideas, quenrás tarde desarrolló, sobre el hombre, las emociones, etc. puesbien, se lee en ellos esta declaración fundamental: (quien com-prendiese al babuino. haría más que Locke por Ia mefafísica (lafilosofía en general, sin exceptuar el problemi del conocimiento)>,

$ l. CussrroNps pnEvras 2

De manera general, la mayoría de los biólogos consideran que,aparte del instinto y de lo que puede haber de hereditario en losmecanismos perceptivos o los niveles de inteligencia, en la medida

1 K. [,orenz, uDie Entstehung der Mannigfaltigkeit,, Na.turwissenschaft,t9ó5.

_ _2 ?ara el plan de esta _obra, indicado ya en el prólogo, véase er finardel Capftulo II, una vez aclaradas las cuestiones de métodó.'

t3l

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4 pt.AN1'lAlllllN'l'o DIIL PIIoBLENIA

en que están ligacios iti ciesarrollo clel cclebro, los conocimientos;onsisten esenciaimente en inlorm¿rciones sacadas clel medio (ex-periencra adquirida), cn forma de copias clc k: real y de respuestastigurativas o motrices a los estÍmulos scnsoriales (esquema E+R),sin organización interna o aurtónonla. Por otra partc, como al sis-tema genético, hogar de la organizacióu vital, se le concibe habi-tualmente como si no dependicse mlts que cle factores endógenos,sin rclación con las influcnci¿ts clcl lrlcclio, salvo por los ef ectos dcun¿r seiccción cluc intcrvict'rc tL pc,tsltriorl, no h¿r,bría, eulonccs, trin-grrna relación entrc Ia organizrciórt viviclrlc cl'l stts fucntes genó-ticas, o inclusive ontogenóticas, y la cstructura cic los conocimien-tos en la medida en que son reflejos del medio. Cuando mucho,éstos podrían, entonccs, desempeñ¿tr un papel en el juego de la se-

lección, pero a título secundario y accesolio.La psicología del desarrollo, por cl coutrario, nos ha proporcio-

nado un cuadro completamente cliferente de la forlnación de losconocimientos y de la inteligencia, cl cual conduce a plantearseproblemas mucho más emparentacios con las grandes cuestionesbiológicas que actualmente discuten los embriólogos y los especia-listas de la herencia o de la variación, y todo esto porque no hely

con<-¡cimiento qLle no traiga consigo una organización.Establezcamos primcro nuestro voc¡rbulario. Por el monento, no

distinguiremos más que algttnos gt'ttttcles tipos cle funciones cognos-citivas, que pueden intercsar al rcino ¿rnimel cn casi su totalidad.Tencmos, en primer lugar, las c¡-te están iigadas a un desenvol-vimiento de accioncs cllya progran'rlción se trasmite hercditaria-mente: se trata, en este caso, de concluctas reflejas o instintivas.En segundo lugar, hablaremos cle pcrcepción en el caso de unaorganización inmediata de los datos sensoriales presentes: comotales, las percepciones intervienen naturalmentc ya en las cc¡nduc'tas instintivas y no son menos escnciales en la mayoría de lasconductas siguientes. En tercer lugar, agruparemos primero, enun solo conjunto, la totalidad de las conductas adquiridas por clindividuo en función de acciones sucesivas llamadas, según los ca-sos, aprendizaje, ejercicio, etc. En este último gran conjunto, qltecornienza en los protozoos y se extienclc hasta la intcligcncia hLt-

rnana, se distir-rguen, en gencrai, ias conciuctas (concliciclnadaso, laformación dc hábitos cle complejidacl variable, divcrsos tipos dcmemoria y diversos niveles cle inteligencia. Pero, por una par¿c,Ios hechos nos muestran (particularmente durante el primcr añol:l desarrollo humano) la existencia clc intermecliarios notablc'n'.ente continuos entre la formación de los hábitos elementales

)¡ los comienzos de la inteligcncia sensorio-motriz 1: por io tantc¡,

I Se llama inteligencia sensorio-nrotriz a la irrteligcrtcia antcriot'al lcttgr¡ajeque no utiiiza más que percepciones !'¡rlt¡vi¡tlit'tttos v cs aiena, pot'consi-

CUESTIONES PREVIAS 5

sólo en virtud de una separación artificial y de la utilización decriterios arbitrarios, se fijan los comienzos de la inteligencia. Cadavez que empleemos este último término, que no tiene ninguna sig-nificacién en sí mismo, convendrá, por consiguiente, aclarar dequé nivel de desarrollo se trata entre las conductas adquiridasindividualmente (sin indagar, por el momento, el problema que,evidentemente, se plantea, de las condiciones previas de naturarlezahereditaria). Por otra parte, se designa en general con cl noníbrccle memoria a las conductas más diversas, cuyo único rasgo comúncs la conservación dcl pasaclct o, para hablar con illayor cxactilud,la utiliz¿rción de aclqr-risiciones antcriores. De tal modo, en la ma-yoría de los casos, la memoria se confunde con el hábito o con suaspecto particular de reconocimiento de los indicios. Por lo quetoca a la memoria de evocación que se desarrolla en el hombre apartir, aproximadamente, de los dos años, no constituye, sin duda,más que el aspecto figurativo (recuerdos-imágenes) de la conser-vación cle l<¡s esquemas de la inteligencia (más adelante volveremosa considerar estos esquemas).

Dicho esto, para comprender la manera en que se plantea elproblema biológico de los conocimientos, importa comenzar pordejar de lado las ideas demasiado sencillas que nos formamos deéstos cuando se los presenta, en el casc, de las percepciones y delas conductas adquiridas, como un puro registro de datos propor-cionados por el medio. Primero, entiéndase bien; convendrá dis-tinguir, entre las conductas cognoscitivas adquiridas y, sobre todo,entre las formas superiores de la inteligencia, dos aspectos esen-cialmente diferentes en lo que respecta al papel que desempeñanen su elaboración las actividades dei sujeto o del organismo, porun lado, y los objetos mismos o el medio, por otro: éstos son losaspectos logicomatemáticos y los aspectos exógenos (aprendizajeempírico y conductas experimentales) del conocimiento. Ahorabien, las estructuras logicomatemáticas que, evidentrmente, supo-nen una parte preponderante de actividad y de organización inter-nas (si no son totalmente endógenas, problema que se discutiráen el Capítulo VI) se manifiestan ya (aunque mezcladas constan-temente con los datos exteriores, de los que se disociarán sola-mente en las etapas superiores del pensamiento) en todos los ni-veles de las conductas adquiridas e inclusive de la pe rcepción,por no decir también en ciertos instintos: las "Gestalt> perccptivastraen consigo una geometrización, la inteligencia práctica cle loschimpancés domina los problemas de los rodeos, que suponen laiirtervención de un (grupo de desplazamientosr, los esquemas sen-sorio-motores contienen toda una lógica, etc. Aunque el conoci-

guiente, a la representación o pensamiento. La inteligencia representativa, encambio, no comienza sino con la función semiótica (o simbólica).

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6 T'LAN'I.EANIIENI'O DEL PROBLEMA

miento lógico-matemático no se presente en forma diferenciada

más que én las etapas superiores del pensamiento humano, nos

verem;s llevados, "tt lo q,te sigue, a considerarlo como caracterÍs-

tico de una de las tres grandes categorías del conocimiento, entre

las estructuras innatas y-lor "o.ro"imientos

debidos a la experiencia

física o exterior, y basia decir que no se debe a simples registros

"*Og".,ot. Por Io que toca a los conocirnientos de este tercer tipo

aJdá" eI aprendizaje empírico hasta las concluctas experimentales)

"S--i-portu"te subráyar áesde ahora-que, en todos los niveles, son

mtis iicos que lo qrli sa.at del medio y que le añaden elementos

áe organiráción que los acontecimicntc¡s y clbjctos exteriores al

org".lrmo no proporcionan bajo la misma fc¡rma' En una palabra:

toáo conocimiénto es mucho más asimilable a las variaciones feno-

típicas, tal como se las concibe hoy como productos de interaccio-

nis entre los genomas y el meclio y como relativas a las nnormas

de reacciones" de los genotipos que, comparable a los fenotipos'

;;*ñ ;;o se los inérpreiaba ánhño, és decir' como radical-

mente distintos de los genotiPos'

I. La asimilación cognoscitiva.-El hecho esencial del cual con'

viene partir es el de qué ningún conocimiento, ni siquiera percep-

tivo, ónstituye una simple copia de lo real, puesto que supone

siempre un proceso cle aihnilacidr¡ a estructuras anteriores.

Bntienao el término asimilación en Ia acepción amplia de una

integraciónenestructurasprevias'E'nbiología'estetérminose

"lirñu en acepciones muy dlversas: la (asimil¿Ición clorofílica> es

unu t.ut rformación de Ía energía lumínica en energía química

i";g;"át en el funcionamiento ciel organismo; la "asimilación ge-

.r¿tilu' (Waddington) es la incorporación, en cl sistema genético'

de caracieres ini¿ialmente ligaclos a una interacción con el medio,

"i"Jt"tu. La significación co-mún de todas estas acepciones es la

de integración en estructuras previas, las cuales pueden perma-

,r"""r iñalteradas o ser más o menos modificadas por esta integra-

"io",p.'osindiscontinuidadcoirelestadoanterior,esdecir,siná;,iu; destruidas y acornodándose, simplemente, a la nueva si-

tuación.La asimilación así definida, en términos funcionales muy gene-

rales, desempeña un papel necesario en todo conocimiento' Cuando

.rr, ,rátrratisia clasifi.á lot ¿tnimales que acaba de recoger, asi-

*ir"i", percepcioncs a un sistenra anterior de conceptos (o de cla-

ses lógicás), qr" constituye una,estructura previa con relación a

su conducta actual. Cuancic¡ un hombre, o un animal' percibe un

áu.¡"to, lo identifica como pcrtenecic'te a determinadas categorías,

conceptuales o prácti.ur, o, en el plancl propiamente perceptivo' lo

p"iciUe por intermedio cle csq,-t"tt-tt. f uncionales o espaciales (como

CUESTIONES PREVIAS

una figura que se destaca sobre un fondo, ocupando unz, posiciónen el espacio, etc.); así, pues, lo asimila a estructuras má.s o menoscomplejas y de niveles diversos, pero anteriores a su percepcióndel momento. Cuando un bebé tira hacia sí de una manta paraalcanzar un objeto colocado sobre ella, pero demasiado alejadopara poderlo coger directamente, asirnila esta situación a esque-mas perceptivos (la relación (encima den) y activos (la conductaclel soporte). En pocas palabras, cualquier conocimiento trae éon-sigo siempre y necesariamente un factor fundamental de asimila-ción, que es el único que confiere una signilicación a lo que espercibido o concebido.

Los antiguos psicólogos, y como ellos todavía gran númerode fisióiogos, no hablan de asimilación, sino de "asociaciones": elpcrro de Pavlov oasociao el sonido de la campana y el contactocon el alimento y, después, saliva al oír el sonido como si estuvieseen presencia del alimento. Pero la asociación no es sino un mo-nento parcial, artificialmente separado en el proceso de la asimi-lación. Prueba de ello es gue el reflejo condicionado no es estableen sí mismo y tiene necesidad de ser oconfirmadou periódicamente:si se limita uno a hacer sonar la campana sin que le siga nuncael alimento, el perro dejará de salivar al oír esta señal. Así, pues,ósta no tiene sentido más que si es asimilada a ur esquema deconjunto, que comprende la necesidad de alimentación al comien-zo y la satisfacción final, y la "asociación> no es sino el productocle un corte artificial practicado en el seno de este proceso másamplio (sabemos hoy hasta qué punto el reflejo condicionado esmás complejo de lo que se creyó: neurológicamente, en la medidacn que es dependiente de la formación reticular y no solamentede la corteza, y funcionalmente, puesto que intervienen feedbacks,etcétera).

La importancia de la noción de asimilación es doble. Por unlado, implica, como acabamos de ver, la de significación, lo cuales esencial, puesto gue todo conocimiento versa sobre significa-ciones (indicios o señales perceptivas, tan importantes ya al ni-vel de los instirrtos, hasta la función simbólica de los-antropoidesy del hombre, por no hablar de las abejas y de los delfines). Porotro lado, expresa el hecho fundamental de que todo conocimientoestá ligado a una acción y de que conocer un objeto, o un aconte-cimiento, es utilizarlos asimilándolos a esquemas de acción.

II. Los esquernas de Ia acción.-Conocer no consiste, en efecto,en copiar lo real, sino en obrar sobre ello y en transformarlo (enapariencia o en realidad), a fin de comprenderlo en función de lossistemas de transformación a los que están ligadas estas acciones.

Para conocer los fenómenos, el físico no se limita a describir-

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8 pt-ANlEAxlIEN'ro DEL PITOBLEN'{A

los tal como aparecen, sino que ilctúa sobre los acontecimietltoscle mancra que puede disoci¿rr los f¿ictores, hacerlos variar y asi-milarlos a sistemas de transforrnacioncs lógico-matemáticas. Se

dirá que así los describe de nucvo, pero más profundamentc, yquc la matemática no es para él más que un lenguaje' Pero es

mucho más que esto, puesto que sólo ella le permite estructurarlo real y deducir los fenómenos sin limitarse a comprobarlos;ahola bien, los deduce por medio de opcraciolles ]¡ de transfor-maciones (ngruposo (operadoresr, etc.) que son también acciones,pero ejecutadas mentalmente; y cstas acciones son inclttsive tanimportantes, que el menor hecho físico no puede alcanzarse yformularse más qtte gracias a cttadros lógico-matemáticos (funcio-ncs, etc.) que lo enriqueccn al haccrlo asimilable por el espÍritu.

Por lo que toca a las matemáticas mismas, no se reducen, deninguna manera, a una descripción de lo rcal, aunqLle se adaptencon exactitttcl: lo rebasan por toclas Partes (las cliversas formas de

infinitos, de espacios, de funciones, etc.) y consistcl't ell una teoríade todas las transformaciones posiblcs y no sólo de las reales.Ahora bien, quien dicc <transl'ormaciottcs, clice acciones tl opera-ciones (éstas se derivan de aquóllas) v quien clicc uposibles> diceasimilación de lo real a talcs acciones reales o virtttales y no sim-ple descripción lingüística clc realiclacies ircabadas'

La lógica, por su parte, lo se reduce dc ninguna nanera, comose ha querido hacer creer, lt un sistcma cle notaciones inherentesal discr-rrso o a cualquier lengua.ic. Consistc tambión en un siste-ma de operaciones (clasificar, scriar, poner cn correspondencia,utilizar una combinatoria o (grllpos clc transforlllacionesr, etc') yla fuente cle cstas operaciones ha clc bttscarse, mucho antes clel

lenguaje, en las coorciinaciones gcrleralcs clc la acción,Pero su natur¿rleza actir¡a se manificsta desclc las formas más

elementales del conocitliento. La inteligcllcia sensorio-motriz con-siste en coordinar directamente accioncs, siu pasar por la repre'sentación o pensamiento. La perccpción sólo tiene sentido ligada alas acciones: percibir una casa, decía ci neurólogo Von Weiszácker,no es ver Lln obieto que cntra cn el ojo, sino, por el contrario,descubrir ttn obieto cn el cual sc va a cntrar.

Ahora bicn, si todo conocimiento, y en loclos los niveles, estáligaclo cle esta forma a la acción, se comprcndc cl papel clesempe-ñaclo por Ia ¿rsiriilación. Las ltccioncs, c¡t ef'cct<), rto se suceclen porazar, sino qt¡c sc l'cpilen Y sc irl¡licati tic nlanci-a sctnL-ií.lntc a lassit¡acioncs r-:r'rtt-t1-ritt'ablcs. l\4ás ¡ltt'i. isltllti't'ttc, se rcprc.rcltrccn tal ycomo son si, a los ll-risnlos iriterescs, corrcspt-rnclcu situaci<.¡nes anít-logas, pero se clif'r:rcncian o sL) conlbilritrl cie nlallera nueva si lasn,:;csiclades cr lls sitt-tacir¡r'lcs clrtlrbian. Llalnal'ernos esqucntus de¿lcciones a io que, crl Llna rrcciói¡, e's clc: tal ma¡lcra tr;rnsponible,generalizablc o clifercnciirblr-: tic'tttt¿t s;ittlación a 1a siguiente, o

CTLIITSTIONIIS PREVIAS q

clicho de otra manera, a Io que hay de común en las cliversas re-peticiones o aplicacicnes de la misma acción, por ejemplo, ha-blaremos de un (esquema de reunión> en el caso cle conductascomo las de un bebé que amontona cubos, de un niño ,Je mayoredad que reúne objetos tratando de clasificar.los, y vol"¿eremos aencontrar este esquema en formas innumerables hasta llegar aoperaciones lógicas tales como la reunión de dos clases (los ,1pa_clres" más las <madres> - todos los ugenitoreso, etc.). De igualmanera, se reconocerán "gsqsemas de orden> en las conductasmás dispares, como las de utilizar algunos medios (antes) cle lle-gar a la meta, la de colocar cubos por orden de magnitud, la deconstruir una serie matemática, etc. Otros esquemas de acciónson mucho menos generales y no desembocan en operaciones in-teriorizadas tan abstractas; por ejemplo, los esquemas cle balan-cear un objeto colgado, de tirar de un vehículo, de apnntar a unobjetivo, etc,

Decir que todo conocimiento supone una asimilación, y queella consiste en conferir significaciones, en resumidas cuentas, estanto como afirmar que conocer un objeto implica su incorpora-ción a esquemas de acción, y esto es verdad desde las conductassensorio-motrices elementales hasta las operaciones lósico-mate-máticas superiores.

III. EI esquent, estínutlo-respuesta.-Ahora bien, estos esqlre-mas de acciones y a't'ortiori, los esquemas operatorios que se clerivande ellos, traen consigo una organización, y este hecho nos acercainmediatamente a los problemas biológicos.

En primer lugar, ni que decir tiene que los esquefftas más ele-mentales a los cuales se asimilan las percepciones son esquemasreflejos o instintivos, es decir, hereditarios en una parte impor-tante de su programación. un móvil es percibido en movimiéntoporque desencadena un reflejo optocinético. El pecho rojo delpardillo macho es percibido por la hembra como indicio sexualy por otro macho como objeto de agresión, etc. se diría sin cluclaqr:e la percepción es una cosa independiente de los ,.lovimientos,y que la respuesta motriz es otra, que es desencadenacla por lapercepción, pero que no la asimila.

Só1o que cl esquerna E -+ R, que constituyc el modelo propioclcl asociaciouismo, es precisamente inadecuaclo en esta f<,¡rmasirnplificacia, pucs trn ob.!cto no col.rstituyc un estímtrlo preceptivo Emírs qne en Ia meclicla en que el organismo que lo percibc t:s sensi-ble a él (lo cual puede ser permanente para una especie cia(.ia, perono concernir a otras especies; o momentáneo, por influenci¿r clc hor-nonas, etc.); ahora bien, csta sensibilidacl al estímulo E significa,precisamente, que eiste cs asimilado ir un csquerna cuya manifesta-

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10 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

ción constituye Ia respuesta R. Así pues, hay que decir, como soste-nía un colaborador en uno de mis seminarios; o ¡En el principiofue la respuesta! r>, o por lo menos, escribir E <-+ R o E -+ (A) *+ R(donde A es la asimilación a un esquema).

Pero, la mayoría de los esquemas, en vez de corresponder a unmontaje hereditario acabado, se construyen poco a poco y dan lu-gar, inclusive, a diferenciaciones, por acomodación r a las situacio-nes modificadas o por combinaciones (asimilaciones reciprocas cono sin acomodaciones nuevas) múltiples y variadas. ¿Se dirá, enaquellos casos en que es posible a menudo realizar el análisis his-tórico u ontogenético, que los esquemas progresivamente elabora-dos constituyen, exclusivamente, productos de Ia experiencia ad-quirida y son, por consiguiente, totalmente imputables al medioexterior? Esto serÍa no contar con su organización interna. Claroestá que el contenido de cacla esquema de acción depende en partedel medio y de los objetos o acontecimientos a los cuales se aplica.Pero esto no significa, de ninguna nanera, que sLl forma o su fun-cionamiento sean independientes de factores internos. Ante todo,desde el nivel de los celentéreos y de los equinodermos, las accio-nes dependen de un sistema nervioso; y, por elemental que sea,es heredado, lo que supone una colabor¿ición del genoma. Por otraparte, y manteniéndonos en el plano ilcl comportamiento, un es-quema no tiene nunca un comic:nzo absolttto, sino que se derivasiempre, por diferenciaciones succsir,as, cle esquemas anterioresque se van remontando cacla vez rnás, hasta llcgar a los reflejoso movimientos espontáneos iniciales. En tercer lugar y sobre todo,un esquema trae consigo siempre acciones clel sujeto (del organis-mo) que no se derivan, como tales, cic las propieclades del objeto(del medio).

Por ejemplo, reunir objetos cn un nrontótt ticttc que ver con unesquema aditivo que depende clc l<¡s ¡rociercs clel organismo y nosolamente de las propiedaclcs dc esos obictos: antes de scr reuni-dos, no constituían una colccción y el ¡rcto dc reunirlos no resultade ellos solos, aun cuando se hayan ctejado manipular. Ordenarobjetos en una seric lincal ccln-sistc cn introducir orden en los ob-

I Llamaremos acomodación (por analogía con Ios (acomodados' biológicos) a toda modificación de los e.squc¡na.s de asimilación por inflt¡encia delas situaciones exteriores (rnedio) a las cuales sc aplican. Pero, de la mismaforma que no hay asimilación sin acolnoclacioncs (anteriorcs o actuales), tam-poco hay acomodación sin asimilación: esto significa qtrc el medio no provocasimplemente el registro de in-rpresioncs o la form¿rción de copias, sino quedesencadena ajustes activos y por eso frablamos sólo cle oacolnodación>, sobre-entendiendo oaco¡nodación de esquenras dc asimilaciónr. Por ejemplo: cogerlos objetos con las dcls manos L-s, cn utl niño de cinco o seis meses, ull es-quema de asinrilación, pero separar o í¡cercar tnás o menos las manos, segirnouc el objeto sea más o menos gl-t¡cso, constituYe ttna rcomodaciÓn de estecsquema,

CUESTIONES PREVIAS 11

jetos, y no en sacarlo de etos, puesto que no estaban arineados.Y aun cuando el sujero percirrieie objetós yo pu"ii.r en monton,o colocados en orden ]inear, todavía sória nóceiurio q,re-ia miradareuniese esos elementos en un todo, o que ros siguiese uno a uno,o unos detrás de otros para percibir que había -totaridacl ., o.i"-namiento. Sin duda, si la figuia de conjunto es bastanie pequeRa,una sola mirada permitirá reconocer esta totaliduá o ..rt" arinea-miento; pero ¿un recién nacido percibirá las cosas d" i; ;ii;;manera a-ntes de poder asimilar lo dado a esquemas de reunión ode orden? Y, si hay qLle responder con un sí, "nton"", ¿qué partele corresponcle a lo previo hereditario ? ------'*-" Lq

E'n pocas palabras, biológicamente no está permitido conside-rar la organización cre los elqr"-a, de accione, .o-o indepen-diente de todo factor endógenó, aunque no sea más que por es¡arazón previa a todas las añterio."r á" que estos esquemas cons-tituyen formas dinámicas o funcionales necesar-iamente rigadas aesas formas estáticas o arratómicas constituidas por la estructurade los órganos que es resultante de la morfogéneiis. Si la mayoriadc los instintos cstán ligados .a órgano, "speóializados, las percep-ciorles y las conductas icrquiridas,'hasta lregar u lus ua.üacles su-periores de Ia inteligencia operatória, constituyen no obstante, enuna forma más flexibrc, ra manifesración cle rai p"iiuiliááoes o delas nnormas cre reacciónr, pcro funcionares, cre la estructLu.a ana-tomo-fisiológica de la espccic, En resumen, las coorcrinaci<.¡nes ge-nerales de la acción, condiciones cre la formación cre los conoci-mientos más fu'clamentares, s,ponen no solamente ^oorclinacionesnerviosas, sino esas coorclinaciones, toclavía lnás-p.-Jrun.iur, qr"son las interacciones qlro clominan ioda Ia _u.fogjrñi.-'

IV, Equilibración . y -autorregtilctción-pero, si h¿rbrc¡nos clevolver a esflrdiar en cretalrc las Jc-r'sicle.a"ion"r'p."a"á"""r"s cuan-do nos ocupcmos O?l:.ri.:""res biológicas del .";;;i,"i";to lógico-matemático ($ 20), tray otro aspecro cle la coorcli;;;;;-;;reral clelas accioncs, quc rige su

"'vc,rución hasta ,egar a ras clperacionesclcl pcnsamicnto, y que ric'e que \ cr j;";i;;;;.. ;;";r";;rblemascentrales cre Ia biología co.temporánei: y es ¡iLr aspecto cre equiri-bración o de autorrégLrlación.sin qr"rc habremos toci¡rr,í¿r rrel co¡rsiderable problema crer ins_tinto, obscrvemos que tanto la,s percepciones como las conductasaclquiricras clemcntarcrs o sr-rperiorles lrclvan ccursig', cn efccto, pro-cesos alltorregul;rclores, \, entouces sc ¡rlantco, i;n;";ii,,;;Lc,.,te, elproblcma dc cstablecer srs relacio'es con aquelros que abu.clanen el organismo.Se ¡luedcn señal¿tr va'ios procesos a tocios los nivclrs clcl cono-cilniento' En el ni'el pcrce¡rtivo, tr'c¡ cie los nrás notablcs es el que

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12 PLANTEAIIIENTo DEL PRoBLEMA

asegura la constancia ciel tatnano o cle-la forma' etc' En el caso dc

la constancia clel ,"il"n",-"i iuOlogo. Vo' Holst ha reconocido la

existencia de un .i';;;;1"te¿ita'iá clc circuitos cle realimentación

feerlbacks, de natu'J"'u "otpt"ia' pero tal que el empequeñeci-

miento aparente "ti';;j";; p"ttluiao, sea corregiclo' al aumentar

la distancia, pol. ,"ái""r;i,;;;r'á;;"ncacl-enaclas por efecto de la per-

cepción de esta dñ;;i;- ;eciente.' Por mi parte' he sostenido

igualmente ro "*irt.r,lio áe regulaciones perceptivas como las dc

utamaño aparente> x ndistancii' -- utarnaño real'' pcro en el pla-

no de las concructas aclquiriclas v .o innatas, por las dos razones

rtti5"?t; el niño pequeño tos. ramaños a distancia se devalúan,

lo mismo que las ¿istontiat' mientras que los t^TT::^lparentes'

en tanto que son nü;;*;;' se e'alíratr (o + m' por ejemplo) con

una precisi¿n -u.tlJ';*y;;-; its 6 años que la clel aciulto fl^tij:il""5;ir;;c*';;^;fi;ió- Esto riendc a nostrar que al cornrenzo

la regulación es inferior que clespués' v que quizá sea nula al prin-

cipio (la "orr.ru''t'u

cle los tamailos "ó t" t'to'" sino a partir de

los ó meses)'2.o Pero, sobre todo' ett el aclulto' la constancia de lcls tama-

ños no conduce o ^""t'¿o' de ninguna mal-tera' a una evaluación

exacta, como podría esperarse cle u1 mecanismo it"lttato' sino' por

el contrario, a una sobre-co'stancia o sobre-compensación muy i

fuertes, tales que, por ejemplo' una varilla cle 8 a 9 cm' cle altura

situada a 3 ó 4 In. Jr-uirto igual a una varilla clc 10 cm. a 0,5 ó I m'; r

tenemos atti, pue',-itu-"'pá"i" de precaución (pcrceptiva y de nin'

gunamane.u.o,o,,uáu)ctntrae^lerror,quetienerelaciónconla;;#ñ;'ilt :""g"t " á" los clccisiones (cbn cl criterio de Bayes Y '

también con el ni-¡i¡irÁ'l,lo cual habla cte nuevo en faYor de una :

regulación o¿q.ti'itiu'V"íá.ft"t"¿itoria '' La teoría cie los umbrales I

perceptivos ha poclidó elaborarse confort-¡re a este mismo moctelo

de las ".t.ut"grui-¿"

:""g"t á" inrot'-ación como lo han hecho í

W. P. D. Tanner, de Mióhigan' y su equipo'-

Es evidente, en Segundo lugar, que toaos los aprendizajes por i

ensayo y error (o talteos) suponen regulaciones en circuito de i

realimentaclon,tates;;;;í'..'i'ri"a"clJcacl¿icnSayoactúasobrelossiguient",poi,"t..i.cciórrsobreSu?unt.od"1ig::.'yconanti-cipación prog."'iuo cle los éxitos o cic los fracasos (como cuando I

un ciclista p.i""ipluni" -táttige

la caícla probable antes de que se :

proc1uzca,",,a",",á,,¿ose,,.'"áia,-'tcclcsviacionescadavezmásc1é.biles). .- ,......:..,,... ,r,,1

En tercer lugar, cl ct-injunto clc l¿rs operaciot'tcs ciel pcus:tmlen-

CLIESI'IONES PRI:,VIAS 13

lo y muy cs¡rcc:iahnentc cle las clperacione.s lógico-matenráticas cle-mentales (opcraciones aditivas y mrrltiplicativas cle clascs, cle rcl¿r-ciones y clc núrrncro o cle métrica cspacial, cr'lr'rcspondcncias, iso-morfismos, etc,) pr-reclc scr consiclcraclo como un vasto sistem¿ralrtorregulador que garantiza al pcnsamiento su autonomía y cohc-rencia (vcrase $ l4). Ahora bien, tratanclo cic clesctrbrir l<¡s [act<¡rcsde su formación en cl niño, hemos siclo llcvacios a asignarle c<¡morazón principal un facttrr cle equilibl'ación gracl-ral en el sentiitc clela autorrcgr-rlación. Si se clefine el cqr,rilibrio en jr-rcgo rnecliante un¿rcompensación activa opucsta por cl su.jeto a las perl'-rrb¿rcionesexteriorcs sufridas o arrticipaclas, csta eqr-rilibración explica cn par-ticular cl carácter miis gcneral clc las opcraci<.rr-rcs lógico-matemá-ticas, es dccir, su lcversibiliclacl (a cada opcración directa corres-ponde una operación invcrsa quc la anula: P'P-t:0).

Ni que clecir tienc, cntonces, qrre cstos mccanismos regulado-¡es del conocimiento ¿r todos sus nivclcs plantcan el pr<.rblcma desus relacic¡nes con las regulaciones orgánicas. En cfccto, en todaslas etapas clc la organización vital se vc que el problema csencialcs el de los mecanismos cle regulación. Al nivcl fisiológico clc lasinergia de las J'unciones, el problema central es de la homeostasis:el equilibrio de cada sistelna abicrto y las regulacioncs hormonalcso nerviosas ascgrlran Ia coordinación cle coniuuto, Al nii'cl clel des-arrollo ontogenético (vcr' $ 2), el problema ccntral cs el clcl equi-librio dinámico de las uformaciones canaliz-aclaso, cs clccir, clc esauhomeorresis" que Waclclington clistingue con razón clc l¿r homcos-tasis. Al nivcl clel sistema genético mismo, el genoma ya no scconcibe hoy como un mosaico cle clementos cliscontinuos y atómi-cos, sino más biert como un sistema organizado, que consta c1c

genes reguladorcs ¿t la tez que cle gcncs estructurales, y cl cual sercnue\fa sin cesar en virtud rle rul rnetabolisnlo intcrno quc con-serva la estLuctura dc coniunto.

Así pues, cl problema ccntral de quc se ocu¡rará cst:rcle las rclacioncs entre las rcgulaciones cognoscitivas ycioncs orgánicas en todos los niveles.

Tratemos, pues, cle poner fin a csta brer,c cxposición

obra es ellas regulii-

cle los da-tos prcvit-rs.

En un artículo sinlótic<-r dc gran irrte rcis titlrlado uPrincipe géné-ralisé cle la photophvsiologic ct histoire cle la vic, (Scietttia, t.57,1963), F. Chodat y H. Gleppin han escrito: ul-os scres vivos son'mácluinas' ¡nacromoleculares y cuánticas dotadas .,e memoria ydetentacloras cle lrna lógica cie cstl'uctura rnuy cornplicada, que se

¡rresta a garantizar la atrt<¡n<-¡mía clcl ser frentc a la agresión clclmcdio (clestrucción de la información por la entropía...)' (p. 5).Nuestro problema no cs sino el cle Ias relaciones entre la (tnemo-lia> o la nlógicao p¡o¡ti:rs clel comportamiento o cle la vida mentalv la umenrrlrian o l¿r "lógica, que estos autores sitíran con razón cn

t Por lo demás, no cligo.quc cstiI. so¡l-!'(onstancia sea gcncral' sino qrtc

d";. ; ;¿ ái -.i "ni' n' u s

-i.Jg u r a'r o'. c' t - n

" ::'i:ii l'::;: :lJ":"#'.i: ";tl'iu:[1].

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Page 12: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

14 PLANTEANIIENTO DEL PROBLEMA

la vida orgánica, no tanto como propiedades psíquicas' como aque'

iiu, A" las-que abusa el vitalismó para llcnar las lagunas de la ex'

pfi"""iO" cilntífica, sino a título áe expresión de los mecanismos

autorreguladores.Comó ya hemos indicado, no consideramos que la (memorla) y

ru ¿áái"ul, sean dos casilleros disrintos: los datos esenciales son

los esquemas perceptivos sensorio-motores u operatorios' consti-

tuyendt la meirroriu lu "o.rr".vación

cle estos esquemas de accio-

r"r, y la lógica su organización, aun cuando la conservación no

"urLi"u de olganizaciói, y al revés' Pero lo esencial de las obser-

.¡aciones anteiiores es que estos esquemas cognoscitivos no constan

cecomienzoabsolutoysedesarrollanporequilibracionesyauto-rregulaciones crecientes'- "Po.qrr" no tienen comienzo absoluto, como por intervención de

orru aurrru exterior al organismo y cmanante del medio' poi' eso

esas intervenciones formidoras se asimilan a esquemas anteriores

a los que ellas diferencian simplemente; así' cada vez más' los es-

;;;;; cognoscitivos se derivan los unos cle los otros y' en último

análisis, dependen siempre cle cclorclinaciones nerviosas y de coor-

áirracion"s trgánicas, de manera quc cl conocimiento es necesaria'

mente solidario de la organización vital cn su conjrtnto'

Si se desarrollan, poiotra partc, gt'rcias a rcgulaciones capaces

cle aumentar la información y cle prescntar resistencia a los aumen-

tos de la entropÍa, ", po'qle constitu-ven Lln aspecto . particular

_quecla por detérminar cuál puecla ser-cle los vastos sistemas re-

guladores por meclio de los cuaics cl organismo en su coniunto

conserva slt autonolttia y present¿r rcsistencia, igualmente, a las

degradaciones entróPicas.

$ 2. Stsrr¡rt¡ nprcexrrlco )' DEsiltliol'I'o DII LAS FUNCToNES

COGNOSCI'TIVAS

Antesdequerratemoscieforrnltl¿trl-Iuestrahipótesisdirectriz'tenemos que clar mayor precisión a las Obsen'acioues globales pre-

ccclentes mecliantc l-,t "*r,-"r-t

tr-riis 1;rccis<; cle esc clato previo fun-

án*"ntut que es el paralclismo harto rrotable cle Ios problemas que

plantea la embriogénesis orgitnica y. esa ernbriología mental que

!i et estu¿io dcl clásarrollo iñcliviilual clc la inteligencia, de las per-

cepciones, etc,, cle clonclc Sacafn()s lltlcstI.aS informaciones principa-

les acerca clc la naturaleza clc lt¡s con'ocillricutos'

SISTEMA EPIGENETICO 15

L Pre'formación y epigénesis.-El problema previo de la onto-génesis ha sido siempie el de si existe preformación o epigénesis.Con el flujo y el reflujo habitual de las modas históricas, la ten-dencia de muchos autores contemporáneos es la de un retorno ala preformación más o menos estricta, dado que la :structura encadena o en hélice de la molécula de ADN o ácido desoxirribonu-cleico se presta a una combinatoria por lo que toca a la colocagiónde sus elementos, y que una combinatoria abarca, por definiclón,el conjunto de los posibles. Pero si filogenéticamente es difÍcil con-cebir al hombre como si estuviese preformado en la bactcria o enel virus, no es menos difícil interpretar cómo ontogenélicamentelas grandes etapas de ndeterminación, o de inducción, y s,tbre todode ureintegración> funcional final de los órganos diferenciados, es-tán contenidas de antemano en las etapas iniciales de segmenta-ción. Así también, Waddington declara que un sistema totalmentepredeterminado en el ADN, aunque esté en boga hoy, es inacepta-ble para la embriología. En una discusión a este respecto, en unsimposio acerca de la regulación del desarrollo (Ginebra, L964),comparaba con profundidad la construcción epigenética con un en-cadenamiento de teoremas geométricos en el que cada uno se tornanecesario por el conjunto de los anteriores, sin estar contenido deantemano en los axiomas del punto de partida.

La comparación de la epigénesis con una construcción matemá-tica progresiva es tanto más convincente cuanto que el desarrollode las operaciones lógico-matemáticas elementales en la ontogéne-sis de la inteligencia en el niño plantea, exactamente, el mismoproblema de preformación o de construcción epigenética que el quese discute en embriología causal.

En efecto, nos veremos llevados a buscar el punto de partidade la formación de las operaciones lógico-matemáticas en una abs,tracción a partir de la coordinación general de las acciones. Poruna parte, estas operaciones no pueden sacarse de los objetos mis-mos, puesto que la abstracción a partir de los objetos no da lugarsino a comprobaciones no necesarias (en el sentido de la necesidaddecluctiva) y más precisamente a juicios simplemente probables,mientras que las operaciones lógico-matemáticas están caracteri-zadas por una necesidacl interna clebida a su reversibilidad total(por tanto, no fÍsica). Por ejemplo, si i: ,J *1, entonces ix í: -1.Por otra parte, se encuentran en las coordinaciones generales dela acción esquemas de reunión, de orclen, de correspondencia, et-cétera, que constituyen el equivalente práctico y aun motor de lasfuturas operaciones intcriorizadas.

Ahora bien, si estas operaciones lógico-maternáticas elementalesse sacan cle la coordinación de las acciones, por abstracción reflexio-

Page 13: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

16 PLANI'EANUENTo DEl, PnoBLEMA

nante I a partir de los esquemas sensorio-motores, ¿hay que sacar en

conclusión que las matemáticas, en su totalidad, están inscritas de

antemano en el sistema nervioso? No sólo es impensable tal cosa,

sino que los hechos muestran que ier lógicir mistna, coll sus formasmás (naturalesr, no es innata en cl hombrc, es clccir, no le está

dada a cualquier edad. Inclusive la transitividacl de las igualdadeso cle las diferencias crecientes (A:C si A:B y B:C o A(C siA<B y B<C) no es cle ninguna manefa cvidente para un niñode 4-ó años de edacl cuando se tr¿rt¿r cle comparar longitudes o pe-

sos percibiendo simultáncamente A y B y clespués B y C, pero noA y C (estando A ocurlta finalncl-ttc y constituyendo, por lo tanto,un problema).

Las cuestiones del clescubrimicnto cle csta transitividad planteaentonces toclos los grandes pt'obleuras de la epigénesis. ¿Está ins-

crita de antemano esta transitiviclad cn el geuotipo de la especiehumana? Si lo está, ¿por qué no se impolle coll nccesidad más que

hacia los 7 u 8 años (y hacia los 9-10 rlños para cl pcso)? Porque, se

contestará, nllevas concliciOncs son inclis¡lcnsablcs ¡lara pasar de lovirtual heredado a la actualización tarclía: por ejemplo, la inter-vención dc genes reguladorcs o la colaboración de varios genes

que hasta entonces no habíau siclo sinÚrgicos (en rcferencia a la<cc-adaptación genética o génicao, segútu la expresión que se ha he-

cho cle uso corriente). Sólo qLIc, corno esters r"egulaciotrcs diferidasno se llevan ¿r cabo, cn tln caso ¡l1l'ticttlaL, a una cclad fija, sinoque son accleraclas cl t'ctarcl;rcles sc¡tíin las cc¡nclicittues cle ejercicioo de experiencia adquiricla, suponc)lt inrluclablcmetrte factores cle

ejercicio quc dependen itlclilectilnlcntc clcl mcclir.¡.

¿Sc dirá, et-]tonces, quc la trallsitiviclacl cs ajella a las accionesdcl gcnoma y quc no clcltc|rric ntírs qulr cle las accioncs (fcnotípi-cas) dcl Or-gz¡rist-no cn relación c:<)lt cl itteciio? Pcrci cntouces, ¿porquó se vuclve (neccsíll'ia)) )¡ ((gcllcllllizalrlc"? Polqrte estas accionescjerciclas sobre c:l rltcclio clcllctlclclr t'ccílllocanlcnte de las coordi-n¿rcior-lcs internas clc la acción cll sLls fc¡r'mas mits gencralcs. PerO

entonccs, ¿las cogrcli¡¿tci<-¡ncs gcrttcl'alcs rto cicpcuclcn, ¿l sLl veZ, cle

las coorclinaciones ncrvic¡sas rnirs cr¡t-t-icl'tlc-s y nr¿is funcl¿tnlentalcs,lo cual nos licva clc nucvtl al gcnoma?

Así pucs, cs cviclentc: ci 1:i.rtblcnr¿r rlc la ¡tlclolur¿rción o clc lacpigér-resis no tiene narcla clue lo haga cspccial clc la embriogé¡esisorgánica y se vuelve ¿] cnconlr¿rr, r:n tocia su cl¿rriclad, cn la disctt-sión clc tOclas l¿ts cttcslir-¡ncs cic <,rtlltlgóttr.'sis cic las ftrncionCs cog-

noscitivaS. Sc rcs¡tctttclcrít c1r-te ,-:l ¡lt'oblcrtra cst/r re:suelto Cle ante-mano, puesto qi.ic icls clivcl':;iis irsl)cctos clcl cornportamicnto inte-lCctqal SOn ¡CaCCiotlcs l'crr<ltí¡¡iclts r'prlt'sttl tlllL: ttl"t fenOtipO Cs ell

l.Cl-lrlt¿rclO cle ttl'¡lt intct'l¡Ccióll crnti i' i'l if('ilotillo l' el mcclitl. Sí, es

I Para la abstt'¿rccitin lellcrivr, r'úiisc ',t "10, :ttirtítrilo l\''

SISTEMA EPIGENI]TICO L7

cierto, pero quedan por comprender, tanto en el campo clel conr.¡_cimiento como en el cle la epigénesis orgánica, los poimenores cleesta colaboración entre er genoma y er meclio, y, *br" toclo, lospormenores de las autorregulaciones o equilibraóio.,e, progresivasque permiten evitar, a la vez, el preformismo y Ia noci<in cle turaacción exclusiva del medio.

II. El carácter secttenciar de ros estadios.-un primer pnrol ..neste ensayo de comprensión debería consistir en el examen clel ca-rácter (secuencial" del desarrollo. Se llama secuencial u .r.,u ,ua"-sión de estadios en ra que cada uno es necesario, en la que cadauno es, pues, resultado necesariamente clel antcrior (salvó cl pri_mero), y prepara el siguiente (salvo el úrrtimo). En er campo cre laembriogénesis de los metazoos así parece ser, puesto que ios g.an-des estadios se vuelven a encontrar siempr" y atr un'árcren co's-tante. M1¡ no hay todavía experiencias que consistan en controrarla imposibilidad de suprimir un estadioJ quizá se hará un día, sise llegan a encontrar procedimientos q,-," ,1e,, lugar a accleracio-nes o frenazos en masa del desarrollo. un u.gr-Jnto complemen-tario en favor de este carácter secuencial y esta gcneraliclacl clelos estadios, es el hecho cre que, en Ios embriones clJ tipo

'osaico,es decir, que en el nivel estucliado inicialment", .o pr.a,,e¡ltabalrregeneración total en caso de separación de u' brastóme.o, rogranefectuar una regulación parcial si se efectúa la clivisión clel germenen el estadio del hr¡evr¡ virgen (asciclias cle Dalcq).

Ahora bien, el p.oblema del carácter secuc-nciai clc los estacriosse vuelve a encontrar en psicología en lo quc c.¡nc.c.re al des-arrollo de las funciones..cognoscitivas y es importantc señalar que,en este campo, los estadios son tanto más claros y clistintos y tantomás secucnciales cuanto que nos las tenemos qLrc ver con reguraci'-ncs mejor cliferenciadas y que versan sobre ,rñ ."*¡ru mirs ámplio.

Los psicólogos han abusado cle la noción de c.st¿üio v cn variosautores se trata simplcmente de una succsión cre condlctas cuyoorclen no es siemprc const¿rnte (sino únicamenle ""r, g"r.",.rl1,j yclue están caracteriza_das, sin más, por un carácter uclominantc>, lc.¡cual, natural'rente, abre la puerta a la arbitraricclacl. Tales son, porejemplo, I<-¡s cstaclios clc F'er-rcl cn el clolninio a[c.clivt-¡.

En el campo cle la iutelige'cia, por el cor-rtr¿rrio, hablamos crcestadios cuando se satisfacen las conclicioncs siguientes: Lu, quc:la sucesión cle las conclrrcl¿rs scA const¿lnte, ir-rclc,¡rr,rrclie:ntcnrc¡tc clcl¿rs aceleracir¡nes o clc los .er¿rrclos c¡uc puccien niocrificar Ias eclaclescronológicasr ¡nedias c¡r f.'ción crc la-cxpe ric.cia aclqr,riricra v crclrnc:dio soci¿rl (así corlo cle l¿rs a¡rtitr-rclcs i¡lclivictualcrl; i.l q.-,".".i"estadio sca clefinido no por una propieclacl sim¡rrc,r-,",-,t"'ciominan_

,,,,.].,Ajl:jl:-s, en psicol,gía se clistingtre sicmpre l¿r crl¡¡cl cr.,'ológicr clc la

Page 14: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

PI.AN'ILIANfII]NTO DEI. PROBLEMA18

te, sino por una estructura de conjunto quc caracterice a todas las

concluctas nuevas propias <lc.este estadio; 3'o' que estas estructu-

ras presenten un p'ot"'o de integración tal que cada una sea pre-

parada por Ia p'"t"J""t" y sea integracla cu la siguiente' Por eSem'

plo, y sin meternos a clar pormenorcs.cle los estaclios particulares'

ie pueden distinguir* ties lranae' p"'íoáo' en el caso de la inteli-

gencia operatoria: -^-:^ -*,\i^r lrlesrlt. cl nacimiento hasta elA. Un penooo sensorio-motor (clescle el nacimiento

año y medio y fo= aá' unos¡' "n el transcurso del cual se organrzan

los esquemu, '"""itji-ilJtt"t rtusta llegar a actos de inteligencia

p rá ct ióa. po', : : T: iii#*:',}5" * I

j:, * l' :,1:' i* i:,i,f{, " ff :, H?J

::::L""'fl" toJi'";j:,'

perma nc n t'' : q:ñ;' .

crc I os d esprazan'ien tos

:,.;:;;;i;, ;u." "i

i't " ¿' s e n s o r i o- mo t r i z' c t c' )'

B. Un período que comie"'u "o''t Ia áparición de la función

semiótica i t",' g"u¡'",1i;;;iil;i j ue go' i mb ge n¡¡l l^ ry: 1ll ^T'"

preparatoria de tlpi"t""t"tión preoleratoria (no-conservaclones'

etcétera) p",o q"""ftti-ü^ ¿" toi s-ieie a los ocho años en la cons-

titución de las ";;;t"*s llamatlas (concretas>' porque versan

todavía sobre "bj;;; Güiificacioncs' seriaciones' correspondencias'

"ot:tú;'i;l;r"u" que comienza hacia los once-doce años v está

caracterizado por- tii op"ro.iones pioposicionales (implicaciones'

etcétera) con su "o*úi"uto'ia

y sus tiait'fotmociones según el gru-

po de cuaternidacl que une erl un solt'l sistema a las dos formas

elementale, ¿" r"i"liüiilJ^¿-iir""rriO,t' negación y reciprocidad)'

Ahora ui*n, 'ui 'itt-*" ¿t estadi;; (qué se puecle' de hecho'

diferenciar tociav?a ir?;';; sub-estaclio:' "t"l') :^o:*::v: un proce-

so secuenciat, no-"r'poriur.. llegar er las operaciones -<concretas))

sin pasar po' "tá

-p'Jp"totio",:.:'::otio-motriz (lo cual' por eJem-

plo, explica el retaido'de los cicgo.s' cuyos esqucmas de acción es-

tán mal u"o*oou'ioi)";;;-;t po'tiu1" llegar a las operaciones pro-

posicionale' 'i" uiávLi'" "" '"! ?t]::^ttoñ"t

cottctetas previas' etc'

Nos encontramo'' pues' cn R'"¡t1"i" cle un sistema epigenético

cuyosestadiosp;;ti;sercaiacte'i'áOotporestructurassufrcien'temente p"tt'oJ"láotá1"*i¿" cle los esquemas senso'rio'motores

que alcanzu" ofgtt"u' invariantes y una ieversibilidad aproxima-

da (pero "" u""io'-t"'* s"c"'iuat); "ágrupamientos)) de operaciones

concretas, "' "jiit]""til;;;;;; cieiientales comunes a las clasi-

ficaciones, seriaciones' elc'' y cor-tlbirlatoria con un grupo de cua'

ieini¿ad al tercer nivcl t'

1 Este caracter secucncial clc lt'rs"cstaclios cle la inteliSc^ncia'Parece demos'

trar sin du<la Ia,"".'"iiá"¿'¿lj-r]n i".to.'i',t.'urg"nu 1r9 m.a$ur"ciÓn nerviosa'

ncronoexcluye,d"]'ningunantSncfx,'.i1".i.'ii*.*ción.[clmcdio(experien.cia),ni,,ou'"toiJ"i;-?ül¡interacci'¡nes"iiia¿utaclonxnlefioenelsenocle un proccso ""

'Já"ifiút"ción o dc' aulot'regulación progrestva'

srsrEMA EprcnNÉrrco 19

Por el contrario, en el terreno de las percepciones primarias(o "efectos de camposo) no se encuentra ningún sistema de esta-dios comparable y, por lo que respecta a las conductas de comple-jidad mediana (actividades perceptivas de exploración, etc., e imá-genes mentales), se encuentra una situación intermedia entre estaausencia de estadios y los estadios definidos por sus integracionesprogresivas. Así pues, ocurre como si cuanto más complejos sonlos sistemas cognoscitivos en sus sistemas de organización y ideautorregulaciones, tanto más depende su formación de un procesosecuencial comparable al de una epigénesis biológica.

III. Las creodas.-Si se quiere entrar en detalles, es decir,, sise quiere estudiar por separado la evolución de las grandes nocio-nes o de las estructuras operatorias particulares, cada una de ellaspuede dar lugar a sus estadios respectivos, en el seno de los cualesvolvemos a encontrar estos mismos procesos secuenciales. pero elinterés de este pormenor es que nos pone en presencia de vías di-ferenciadas, cada una de las cuales, sin embargo, es relativamenteregular y sigue su propio canal, aunque presenta interacciones va-riadas con las otras.

Waddington ha propuesto el nombre de <creoclasr (es decir, ru_tas necesarias) para caracterizar estos desarrollos particulares deun órgano o de una parte del embrión, llama sistema epigenético(o también opaisaje, epigenético) al conjunto de las creodas, con-cebidas como si estuviesen más o menos profundamente o biencanalizadas. Pero el interós de la noción no estriba en c.'tos bau-tismos (ni en los dibujos simbólicos de canales más o nr nos lar.gos o estrechos que los procesos están obligados a seguir) Estribaen una nueva concepción del equilibrio, en cierta manera cinemá-tico, que determina tales procesos y que es muy distinto de Iahomeostasis: hay <homeorresiso si el proceso formador, desviadode su trayectoria por influencias exteriores, es llevado a volver aella por un juego de compensaciones coercitivas. para waddingtontodo el mecanismo depende de una red de interacciones más quede la acción de los genes individuales: todo grupo de genes no esni siquiera homeorrésico y el retorno a la trayectoria normal ocreoda supone, por lo tanto, un juego complejo de regulaciones.Es verdad que una influencia sistemática del medio puede, even-tualmente, culminar en desviaciones duraderas cle ra creocla y enla consolidación de una nueva homeorresis, pero no ha llegado elmomento de plantear tal probiema (véase g 12, subtítulo IIIi. Insis-tamos, por el contrario, cn el hecho de que la creoda y su ho-lneorresis suponen un aspecto espaciotemporal y no exclusivamen-te cspacial. La diferenciación de las creodas está regulacla tantoen el tiempo como en el cspacio, y las diversas ruta.s, así como las

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PI-AN'f ti¡\\{IEN'tO DIIL PROBLEMAS iS'I'I]MA EPICENÉ'TICO 2l

2Q

autocorreccionesqueasegllransuequilibrioiromeorrésico,estittlsometidas u ,rt

"orrt.oi tJ^potul (utime tally>)' d.e.l gue diríamos

de buen grado q.r"-",-t"tu rigulación.cle las velocidacles de asimi-

lación y de organiru"iJii. Árí"pues, sólo al término ciei desarrollo

" áá "á¿u

real"ización estructúral, la homeorresis cede el paso a

una homeostasis o "qritiUtio

funcional' plantcándo.se naturalmente

la cuestión, en estJ;"tá, ¿" determinai la relación entre las dos

(véase V). , -¡--. ^i-^ ..¿nr.'-i;;gJ;s imposible levantar acta de tal cuadro sin pensar rnme-

diatamente en sus piár""au, analogías con el clesarrollo de los es-

ñ;;; o nocioncs^ de la inteligencia y con el clc las estructuras

operatoriasPara presentar las cosas de una manera con la que estemos fa-

miliarizador, "o-"rr""mos por señalar quc estas analogías no son

aceptadas, ¿" nittg.,"o "'u"étu, por tocloll mundo' Rara vez hemos

;ñ;;;; ;n los E-stados unidoJ atguno de los aspectos de nuestros

estadios sin que ," ,'o' formule la pregunta siguiente: :j.O::,j,:puecle hacer para acelerar este cles¿rlroJlo?"' y el cxcelente pslco-

í"g" ;.;*"", rrt li";;a; a escribir que es posible enseñar cual-

quier cosa u ".rutqrri"?-"i¡o

c1c cualquier edail' con tal cle hacerlo

de manera "oru"rr'ü.,i".-Á

to cual nbsotros rcspondemos con clos

or"*rrturt I'o ¿Llegará uno a hacer comprender la teoría d" ]1^1?

i;ñtü-; -siripleñrenre eI manejo de las operaciones propost-

cionales o hipotéticodeductivas a un sujcto clc cuatro años?; y

ñ;t; !ué^el ¿"t."u¡miento de la permanen:t: l"*y:.:b]:j:escondido tras una pantalla (a la vista del niño) no comlenza slno

hacia los nueve *a."' en el lactante humano' mientras que en los

;;tta; G;i.raiuoot por H' Gruber' que ha encontraclo cn ellos nues-

tros mismos estadiós previos) se observa ya a los tres meses' pero

sin progresos ulteiior"' po' lo que tetp"óto a l¿r coorclinación de

It;s posiciones sucesivas?Laverdadnospareceselquetoclaconstrucciónnocionaluope-

ratoria supone ttá-átttu"ian^óptima' expresión cle. las velocidades

;;;^pr;ñias de transformación o cle asimilación, porque esta

ccnstrucciónllevaconsigociertonúmerocieetapasnecesariascuyoi¡inerario es el equivatóte cle una creclcla' En el terreno mental'

dondelasinfluenciassocialesseañaclenalosfactoresdeexperien-

"ü iiii"u (medio Áaterial), las clesviaciot"tc¡s son fírciles y los corto-

circuitos también-lo ,orr.-D* tal m¿rrrerr.¡, la vía natulal para llegar

alosnúmero,"nt*,o,consisteenl¿rsíntesisclelainclusióndelasclases con el "rr"ul*-iento

de las relaciones asimétricas transi-

;fu";, y estos clos úItirnos sistenas sc clesarrollan, por el contrario,

segúnitinerarios,"''-pu''.'inclepenclierrtcs'Ahorabien,sepuedemociificar de ¿iversas ioot"tot la c<¡¡rstrltcción nlltural clel número'

Como hacen *""ftát podres, se lrrcllc colrcllzar por euseñar al niñcr

" l""t"i nor*ut*"t'ie hasta t0 O 2O' ctc' Pero c'sto modifrca poco

la comprensión y hemos visto sin cesar a sujetos de cuatro-cincoaños negar la igualdad cle clos conjuntos cuyos clementos, sin em-bargo, habían contado (por ejcmplo, 7 ó 10, porque la clisposicióncspacial o la clistribución en subconjuntos estaba modificácla; cncste caso la influencia exterior (numeración hablacla) no procluccmás quc una desviación ligera con letorno a la (creocla> a su nivelcic cuatro-cinco años por falta de instrumentos cle asimilación de¡rivcles sr,rpcriores. En otlc.¡s casos sc puccie provocar una acclel¿r-ción real, pero sobre uu punto solamente (por ejemplo, en expe-riencias de correspondencias cle uno a uno sucesivas que lavor-ez-ca¡r, por esta iteración clc la acción, la síntcsis cle las inclusioncs yclel orclcn serial)r; pero csta síntesis local llo acarrea la cr-rmpren-sión ni la conservación clel númercl cle las corresponclencias éntr:econjuntos rlispuestos en configuraciones planas ciiferentes.

En pocas palabras, cl c.ccirniento intelectual tiene su ritmo ysus ncreodas>, lo mismo quc cl crecimicrrto físico, lo que no sif¿ni-fica, naturalmentc, que mejorcs métclclos pecragógicos lc-n cl se-nti-clo cle más "activos>) no aceler¡rrían Lln poco las eclacres críticas se-rlalacl¿rs hasta ahora, pero esta aceleración no poclría ser inclcfinida.

IV. Maclurerción y nteclio.-La epigénesis cle las funcioncs cosnoscitivas supone, en efecto, como cualquier otra, una colaboracióñcad¿r vez más cstrccha entre los factores clel meclio y el gcrloma,lcls primcros clc los cuales aumentan en importancia a ¡neclidaque se va creciendo.

No hay que hacer caso omiso, de ningura manera, de los facto-res relativos al genoma, a pesar de lo que piensan los autores queconsideran, conforme al modelo empirista, que toclo conocimientoprovienc cle la experiencia exterior. Es cierto que cstos factcres nosc pueden señalar con detalle en el estado actual cle lo; :onoci-mientos, pero el mejor inclicio cle su intervención es el ht,cho deque la macluración del sistema nervioso prosigue hasta los l5 ó l6años. Esto no significa, de ninguna manera, que conocimientoscompletamente formados cstén inscritos de antemano en este sis-tema nervioso a la mane|a de las "icleas innatas, y, aunque estoc'¡uizai puecla scr aceptable en el caso cle algunos instintos (volvere-mos sobrc ello en cl capítulo v), no parece existir nacla semciantecn cl conocimicnto humano. Pc¡r cl contrario, la hcrencia v la ma-cluración abren al niño humano nuevas posibilidacles, exirañas aIas especies zoológicas cle nivel inferior, pero las cuales se debenrc¡lizar mccliante colab<¡ración con el meclio. Estas posibilidacles,

l se trata clc cuentas de vidrio colocadas simultáneamente (rrna cn c¿rclantrrro) en vasiji.rs transparentes. Vóase Inhelder y piaget en La iormattot.t des¡uist¡nnemenfs récurrenliels, P. u. F., 19ó3 (oEtudes d'Epistémologie généti-qrre>, t. XVII, Cap. II).

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PI-ANTEAMIENTO DEL PROBLEMA SISTET,IA EPIGENÉTICO 23

rica de_ los fenotipos. sin duda, el papel que corresponde al medioes mucho más considerabre, puesto que, precisu-".rte, los conoci-mientos tienen como función esenciai captar el medio. y a las ac-ciones del medio físico se añaden ras def medio sociar (c<.rmo, porotra parte, el genoma individual es siempre er reflejo de cruza-mientos múltiples y {" una (población, más o -"rro, amplia).Pero la cuestión esencial no es la del alcance cuantitativo de, lasinfluencias respectivas de los factores endógenos y

"*t"r'oi,l tude situarse.en el plano de las anarogías cualitativai, y, desde estepunto de vista, parece ser evidente que las coordináciones inter-nas, a la vez'ecesarias y continuas, que hacen posibre ra integra-ción de los alimentos cognoscitivos eiteriores, plantean el mismoproblema biológico de la colaboración entre el gerroma y el medioque todas las demás formas de organización qué intervienen en eltranscurso del desarrollo.

v' Homeorresis y homeoslasis.-Las diversas creodas que ca-racterizan el desarrouo epigenético y sus regulaciones espacio-tem-porales en forma de homeorresis desembocán en un estado adultomás o menos equilibrado, caracterizado por su homeostasis, Asípues, quedan por comparar estas dos formas de equilibrio, una deellas, en cierta manera, temporal o histórica, y la otra no menosdinámica en sus procesos, pero sincrónica, y pór mostrar la anaro-gía de esta situación con las cuestiones de equilibrio en la epigé-nesis de las funciones cognoscitivas.

En una palabra, el problema es el de las relaciones entre lacquilibración como proceso y el equilibrio como estado final. Aho-ra bien, en lo tocante.a este punto esencial, no es imposible quecxista alguna diferencia cualitativa entre la epigénesis embrioló-gica (por lo menos si se piensa en sus primerai étapas y no en elcrecimiento en su con.junto) y la ontogénesis de las

-funóiones cog_

noscitivas (al menos si rio S€ la estudia más que a partir del naci-miento, es decir, en el transcurso de fases que ya son funi ionales).

En efecto, los embriólogos distinguen tres grandes pe,íodos enIa ontogénesis: l.o, un.período de segmentaciones iniciáles con po-sibilidades cle regulación en el sentido de regeneración total deuna parte scparada experimentalmente; 2.o, un período de deter-minación, o de diferenciación de los órganos cón posibilidad deinducciones variadas, pcro sin regeneraciones totalei; 3.o, una fasecle actividad funcional o, como dice weiss, de <reintegración>, elcual es un término excelente qne sugiere que la totáliclad fun-cional así constituida (gracias, sobre toclo, al sistema nervioso)prolongzr l¿r totalidad morfogenética propia de las regulaciones ini-ciales. Bien cntendido que Ja ontogénesis cle las funórones cognos-citivas, tal como hablamos de ellas, interesa sobre todo a los estados

))

que están abiertas escalón por escalón' son' pues' esencialmen'te

funcionales (sin estructuras ya construiclas)' en forma de un poder

progresivo de coordinación' i'ero es precisamente este poder el que

hace posibles tas coordinaciones generales cle la acción' de la que

se sacan poco a p;;-lut operacioies lóeico-matemáticas' y por eso

esta maduracion continua'del sistema nÉrvioso hasta los 15-16 años

no constituye, de ninguna manera' un factc¡r clel que podamos ha'

cer caso omiso.Esto no quiere decir, por otra parte' que tal maduración de-

penda sólo del g"";;;;'pi'á a"p""¿" ¿" 3t (tott intervención de

iactores de ejercicio "i"'l' y de-manera general se reconoce hoy

que toda proaucciái' tá"oiip"i.o ( c-omp renciiendo, por consiguiente,

las funciones'cognoscitivas en su conjunto) es el producto de inter-

;;i;"; estreclias entre el genoma y.el medio'

Es cierto q,," "rl"áiitii á" esta iolaboración es extremaclamen-

te complejo y qt'" ñ";"t ha courenzado en la actualidad' A este

respecto, citemos pri-"'o una noción clebicia igualmente a Wadd-

;;i;;'i;;;. ¿".¿á''"' iioüujo' de 1e32 acerca de los renómenos

de inducción en r; ;b;b";t de pollos. v de patos]:]?. o" :t"^T-;ü;;;;-Ls1a¿o n'iológico de un.teiido' que le.ry:Tt* reaccro-

nar específi"u*t"i"'l!t-t-i*"rot claclos' La competencia está natu-

ralmente sujeta a- las condiciones temporales de que hablamos

anteriormerrr" y t'n^i":iáá p""de. se¡ competente durante una fase

d;; ;t" serlo anteriórmente, ni siquiera ulteriormente'

Ahora bien, es difí"it a"¡ut de. ver la analogía entre esta ']:"19'l."ruüuá u iu *""¿"i"a embiionaria y los hechos que ponen en evr-

dencia ta, e*p"'ie"f'üt J" opt""dizijc en el te¡ren:,.:y'lut opera-

ciones togi".mutá;áii;' q;t se deiprenclen' por ejemplo' de los

trabajos ¿e lnhefáei-ii.ifoir y Bovei. Cuanclo se prcsentan de tal

manera dispositivii-á"rti"u¿os a favorecer In aclquisiciÓn de nocio-

nes de conservacii; ¡;;;;;t"-ción.cle un líquido después del trans-

vase a vasijas d" f;;;, áiferentes), el resultado es completamente

distinto según .r árt"ái. clel niño; una determinada presentación

que aceler ará la;q"Ñ"tó" de Ia invariante de cantidad en un

sirieto, dejará u ot'ó totalmente insensible' Una vez más' la ra-

;;il;J Ñ¿-i; ,"r,riuili¿o¿ a los estímulos (estímulos que no son

exclusivamente perceptivos' en este caso particular' sino que desen-

cadenan ru"o,'u*i""iis) es' función cle loi "tqtl:1l:.le asimilación

de que dispone "i ttli"t"' Así nue.1 la (competenciao es un caso

particular de lo.que liamamos oasimilación' cognoscitiva' pero los

esquemas o" u"'nilu"ión se conslruYen pot' colaboración entre las

capacidade, ¿" "oot¿inación

clel suieto y los clatos de la experien-

ciá o del medio'En resumen, el proceso cpigcnético que conduce'a la construc-

ción de ru, op"iut"iotl"t i"tétJ"tuales es comparable' de manera

muy estrecr,u, o^rl'"-pig¿""ri, enrbriológica y a la formación orgá'

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'tAL'-t PI-ANI'IIAIIIENTO DEI- PROIII''l:\l\ IIIPOTIISIS DIRECTRIZ 25

tro del registro visual (longitudes, etc.). Mientras que desde ros7-8 años se encuentran seriaciones, transitividades j conservacio-nes, en el último de estos campos, es preciso esperaihasta los 9-10años para que los pesos sean estructurados poi la. mismas opera-ciones. Los múltiples <desniveleso análogos a éste son un índiceconstante de estas independencias relativas, mientras las interac-

;:;Tr:,?:rsimple generalización podrían parecer ser lóeicamfnte

En cambio, en lo que concierne a la continuidad entre ra equi-libración progresi'a y las formas fi.nales de equilibrio, es tan cons-tante en el campo de las funciones cognoscitivas, que nos podemoslimitar a Ia observación siguiente: li equilibracidn constituve unproceso muy general (aunque proceda a menudo, .o-o a.uúalho,cle .ve¡, sector por sector sobre itinerarios sin conexiones inmedia-tas), lo cual viene a ser tanto como oponer, a grandes rasgos, com-pensaciones activas a las perturbaciones exteiiores: com'pensacio-nes que, indudablemente,.varían según los niveres y los esquemasdel.sujeto, pero que consisten siempre en reaccionár a las pertur-baciones sufridas o anticipadas. Eséncialmente, por otru-parte, erequilibrio operatorio se caracteriza por su revérsibilidaá (inver_sión o reciprocidad), es decir, precisamente porque se ponen enforma estable sistemas de compensaciones. Ásí pues, es^ evidentequc hay continuidad. .entre el equilibrio arcanzádo y .t procesomismo de equilibración. Mas este problema central ,ros cond,rceclirectamente a la búsqueda de la hipótesis directriz que nos orien-tará en esta obra, y, por tanto, es ló que vamos a examinar ahora.

$ 3' HTPóTCSTS DIREC'T¡\IZ ACERCA DE LAS RELACIONES ENTRF I,.,\S FUN-croNES cocNoscrrrv¡s y LA oncarutznctóN vITAL

La hipótesis que nos cririgirá cs muy simpre y de una banaridadcompleta a la vez. Pero quizá no por eilo dejará de servirnos paraaclarar mnchos puntos, pllesto que estamo, muy lejos, a n,estroluicio, de sacar toclas las consecuencias que ae étta se

'puecten de-ducir.

I. Lu hipótesis.-La vida es, esencialmente, autorregulación.La explicación de los mecanismos evolutivos, Iargo ii"Á"oo

"n""-rr¿da e' la disyuntiva sin sorución crer lamarckisrño v ¿ei neodar_rvinismo clásico, parece encontrar su camino en ra diiecciJ' ae un

infantiles (o, en otras especies, a ios estados larvarios' etc')' es dc'

"ir, ,r' crecimiento ulteiior a los comienzos de la fase 3'u' mien-

irut q"" eI problema embriológico de las relaciones entre lairo-"órr"ti, y tu homeostasis debe plantearse considerando el

conjunto de los estados.Desde este punto de vista, la homeostasis es tardía' a no ser

que se la pongá teóricamente en relación ya con las regulaciones

iniciales 1, lo que por el momento no sería sino una pura idea' En

li estado actuál dé los hechos observados, se asiste, por el contra-

;";;;; desarrollo epigenético, en el transcurso del cual las creo-

Jué t" diferencian progresivamente y pres,entan' cada una' una

áeterminada independácia. En cambio, al nivel de integración

funcional 3, se constituye un conjunto de interacciones, pero pre-

cisamente funcionales y yu tto estructurales' qne depende' sobre

todo, del sistema neruiósó; ahora bien, no se observa relación en-

tre éllas y las creodas poryue éstas, han desembocado en la elabo-

ración esiructural de cáda-uno cle los órganos que, sólo entonces,

..-pá"." a funcionar, pero sin duda no han preparadó,'este fun-

cionamiento como tal, que depencle de nuevos factores de integra.

"iorr. Er, una palabru, lu rto*^"orresis hace posible la homeostasis

al asegurar lá construcción estructural de los órganos' pero la

hom"oitaris resulta de que se pongan a funcionar estos últimos por

efecto de nuevas intera-cciones, siendo éstas sincrónicas, y ya no

diacrónicas, y desencadenaclas, sobre toclo' por el sistema nervioso'

Si la descripción prececlente es inexacta y se descubren co-

nexiones más estrechai entre la homeorresis y la homeostasis, lle-

gu."rrro, a la conclusión, simplcmente, de que la analogía entre la

["iá!¿""tir orgánica y ia de las funciones cognoscitivas es más

fuerie aún de lo q.te se s.,p"so aquí' lVlas' por el momento' parece

subsistir la difereñcia siguiente, la cual, repitámoslo, obeclece ante

todo al hecho de que la formación de la inteligencia, etc,, Se pro-

duce solamente en el transcurso de fases ya funcionales'

En efecto, en este terreno cognoscitivo se pueden distinguir, es

cierto,creodasmásomenosinclependientes,consushomeorresis."rp"ótiuur, y formas de equilibr"io litrales (en el sentido de quc

subsisten en estado estable, allnqlle llueclcn integrarse después en

.u-por de equilibrio más grandes) que serían el equivalente cog-

.,or"itiuo de fas homeostasis. (A menuclo se ha hecho esta compa-

ración en lo que concierne a las oGestalt), etc., y lo haremos a

propósitodelasestructurasoperatorias.)Mas,agrandesrasgos,el equilibrio es un producto clc la equilibración, es decir, que hay

continuidad y, en toclo caso, parcntesco estrecho entre el proceso

formador y eI equilibrio quc rcsttlta'Por lo que respecta a la inclcpencleucia relativa de las (creo'

clas,, se prr|d" citár como ejemplo l¿r cvolución relativamente sc-

parada cié nociones como las cle peso o cle cantid¿rd qr-re entran den-

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PLANTEAMIENTO DEL PROBI-EITA

tertium que es cibernético y sc ot'ictlta efcctivamente hacia Ia teo-

ría de la autorregulación. Pero, auuque las regulaciones orgánicas

se nos manifiestén de tal modo, y cada r,ez más, como constitu'yentes de las propiedades centrales cle la Vida, todavía nos queda

por caracterizar los órganos mismos de esta regulación' Ahorabien, el ser vivo, sede de tales mecanismos, no posee órganos dife-

renciados de regtrlación comc no sea precisamente el sistema ner-

vioso, instrumento, por lo demás, de las funciones cognoscitivas(y, en cierta medidá, el sistema enclocrino, pero en interacciónc-onstante con el sistema nervioso). Por otra parte, las regulacio-

nes orgánicas engloban, a título cie componente fundamental y de

imporáncia creciente, los intercambios con el medio, siendo estos

intércambios mismos obieto de regulaciones particulares y progre-

sivas. Pero no tenemos en esto todar'ía un órgano especializado de

la regulación de estos intcrcambios, colll(l Ilo si¡¿i, dc nttevo, el sis-

temJ nervioso en sll caliclacl de instru¡lento cle informacionesacerca del meclio y, a la vcz-, fueutc de transformaciones activasque modifican a éste.

Los proCesos cognoscitittos se no.s ntanifiestan, entonces, simul'ttineamente como la resultante cle la utúctrregulacíórt orgánica, cu)'os

mecanismos esenciales refleian, j- conlo los órganos más diferen'ciados de esta regulación en cl setto de las interacciottes con el

exteriOr, de manera que tcrminitn, con cl ilombre, por extenderéstas al universo entero.

Consideremos de uno en uno los términos cle esta hipótesis in-

terpretativa para ponclerar las cliYersas significaciones complemen-tarias.

comenzando por su senticlo gcneral, hav que señalar primer<-l

clue no tiene nacl¡r cle contradictorig colrsiclcrar a las funciones cog-

noscitivas como si fuese, a la Ycz, una i'esultante o un reflejo de

las autorregulaciones orgánicas -v como un órgano cliferenciadoque las detérmina clc rebote sobrc cl lcrrcno dc los intercambioscon el meclio. En efecto, tal cs, ex¿ictamentc, el caso del sistemanerviosO: {eSCle la vicla cmtrrionlrl'i¿t cistc scr nlalrifiesta, primero,corno un producto cle difercnci¿rción cn la clapa clc las cletermina-

ciones y cle las inducciones (uéurtrl¡t, neurobiolaxia, etc.), Io cttal

no le impide qlle en la etapa cle la reintegración ftrncional sin'a de

órgano esencial de estas nuevas regulaciones', una vez establecido esto, hay que scñalar que la primera signi-'frcación de la hipótesis es la clc que los conocimicrrtos no consti-tuyen una copia ciel medio, sino quc son Llll sistem¡r de interaccicl-

ne5 realcs que reflejan la organizacióir atrtorregulaclora de Ia vicla

tanto como a las cosas mismas. 'Ioc{o el \\ 1 nos }ra nostrado ya

por qué, pero poclemos Yolver ¡r clcciric-r c¡t lorrna más biológica,pn"rto quc r:l $ 2 acaba de referirse al clesarrollo embriológico.

HIPÓTESIS DIRECTRIZ

Ahora bien, desde tal punto de vista es cosa notable que el sis-tema nervioso tenga su origen y se desarrolle a partir dcl ecto-dermo: placa y tubo neurales, etc., en el transcurso de la neuru-lación. Por una parte, el sistema nervioso participará en seguidaen todas las regulaciones internas del organismo (hasta llegar amecanismos aparentemente tan independientes como la coagula-ción de la sangre), sin proceder, por ello, del endodermo v ni si-quiera del mesodermo. Por otra parte, su origen ectodérmico ¡pa-rece predestinarlo a especializarse en las recepciones exteriores,pero dista mucho de limitarse a recoger inputs o informacionesaferentes, puesto que reacciona con movimientos y respuestas ac-tivas que modifican el medio. Por último, y sobre todo, está muylejos de limitarse a no intervenir más qlle en forma cle respuestaso reacciones, corno se creyó durante mucho tiempo (esquemaE*>R, ya criticado en el ( 1, subtítr-rlo III), prlesto que da testi-monio de actividades espontáneas iniciales, como aqLlellas cuyaprueba ha proporcionado el registro eléctrico o las que Adriánha estudiad<¡ en el comportamiento cle los gusanos (r'éanse tambiénlos trabajos de Bullock).

A tal cuadro sumariamente esquematizado corresponclen losgrandes rasgos, no menos esquemáticos, del proceso cognoscitivo.Los conocimientos no parten, en efecto, ni del sujeto (conocimien-to somático o introspección) ni del objeto (pr_res la pcr.ccpciónmisma trae consigo una parte corlsidcrable cle organizaciótr), sinocle las interacciones entrc suieto y obietos y cle intcraccionc's ini-cialmente provocadas por las activiclades cspontáneas clel organis-mo y por estímulos externos. A partir cle estas interaccior-rcs ¡lrrmi-tivas donde los factorcs intemos y cxlernos colaboran clc nr¿rncrainseparable (y sc confundcn strbjetivamente), los conocimicntosse orielltan en clos clirecciones complcnentari¿rs, aunquc se apovanconstantemente L'n las acciones y en los esquemas cle acciri¡r ftrr:racle los clralcs n<¡ h¿rcelr r.ringuna prcsa, ni sc¡brc- lo real, ni sobre-el análisis interior.

La primera clc estas dil'cccioncs, qrre es con mucho la rnás pre-coz cr-l Ia seric animal ]rorquc es la nás csencial en lo,:lr¡.: r.espec-ta a las condicic¡ncs clc aclaptación al meclio, cs la clc Ia corrquistacle los objetos o conocimicnto dc los clatos clel ambicutc-, Io cualconducirá, finalmente, a la obietividad cn la comprensirir-r clc loreal. Pero esta conqr¡ista del objeto no cs, cn ningún caso (¡"rer-cepción o aprendizaie elemental lc¡ mismo quc representaci<in in-teligente), una simplc copia de la realiclacl, pucsto que irrlr.rviencnnecesariamente factores cle regulación que obeclccen al hcclro clcque todo conocimiento cstá ligaclo a ¿rcciones v cle quc el clesen-r,'olvir¡rientc¡ cle las acciorrcs sLrponL- sl"r co<.¡rclir-lación.

-

La seguncla dirección, sirr clr-lcla espccial clc la iutelipcnt.ia h,-

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2\ r,IANTEAI\,TIENTO Drr. pRoBr.nltt,\

mana, es una toma de conciencia de las condiciones internas cleesas coordinaciones, lo cual conduce por (reflexióno a las cons-trucciones lógico-matemáticas qrle, cn el niño, preceden inclusive,cn su forma elemental, a los conocimientos físicos un poco siste-matizados.

¿'Cuál es, cntonces, desdc el punto cie I'ista cle las fnnciones re-guladoras del sistema nert'ioso, la relación entre esta segunda cli-rc'cción v las autorregulaciones generalcs de la r¡ida orgánica?Aparentemente, ninguna. Y, sin embargo, si se piensa en los mo-<lelos cibernéticos, que son los r'uticos quc, actualmente, arrojanalstrn¡r luz sobre la naturaleza de los rnccanismos autorregr-rlado,res, comprobamos gue todos tiencn r"rna lógica (o rrna ¿rritméti-ca binaria, que viene a ser lo mismo). Por otra partc, la ftrncióncsencial de las operaciones lógicas, desdc cl punto de vista cle sufuncionanriento efectivo v vivict.ltc, cs la clc conslituir sistcn¡as clccontrol v de autocorrección. Por tiltilno, como Ia lógica, ¡-rsicoló-gical-ncnte, se saca por abstracción rc:flcri\¡a no clc los objetos, sinocle Ias coordinaciones generalcs clc la acción, no es ar¡enturadopensar que hay un fondo común dc rnccanismos reguladores pro-nios de las regulaciones nerviosAs, cn toclas sus formas, y del cuallas coordinaciones generales c.lc la accirin son Llna cnfre otras mu-chas manifestacioncs. Y como cl sistcntr ncrvioso no cs Lrn Estadcr<lentro del Estado, sino el procluclo clifercnciado cle las coordina-cioncs orgánicas v morfogenéticas, no lla..' ninsun¡r raz.ón q prioripara limilar cle antemano cl análisis t'egresivo.

En fin, constituyc un programa r'álido supouer, como lo haccrrrrestra hipótesis directriz, quc las ft¡t.lcioncs cognoscitivas reflejanlos mecanismos esencialcs dc la autorrcgr-rlación orgánica. Nadarnás, pero es un comienzo. Qtreda por .iustificar, y es cosa más fá-cil, que son también órganos clifercnciaclos cle regulación.

II. I.os órgano.s de la rr:gtrlacititr ittlet ttu.---Comeltcentos porrccclrclar que, aparte del sisten¿r nervioso v cle Ias ftrncionr:s cog-r';scitivas, no existen órganos clifercnciarlos clc rcgulación fr-luci<l-r a, pues Ias regulaciones orgánicas son, simpler.trentc, )a expresiónclc interacciones causales cuya cstructllra es tal que clesemboca encii:los que se conservall a sí misncis crl vil'tud dc nna sc-ric clc "-om-¡ c rsaciones. Existe, por ejemplo, una homeostasis o constancia deln,t'dio interior que se manifiesta por una cleterminada permanen-cie dc los elementos de la sangrc (glótirrlos v plasr-tra con todos sr-rs

cdm¡ronelttes) y sobre todo por cl marrlcninriento clel pÍI . Pero nohay órgano de la homeo.stasis, pues csta constitr-rye una l'ornla clecquilibrio quc exprcsa, sir"r más, la intcrlcc:ión clc tr¡clos los f'acto-r'('s Quc entran en iucgO.

IIIPóTESIS DIRECTRIZ 29

Como dice con profundidad Max Aron en su interesante librotitulado Les Problémes de Ia vie, oEn el plano de la biología es-peculativa, la homeostasis plantea turbadores problemas. Es cau-sa: del funcionamiento normal de los tejidos y de los órgernos quetoman, en el medio interior, los materiales necesarios para sLr ac-tividad y arrojan en él sus desperdicios. Es efecto: pues deperrcrecle buen número de estos órganos: del riñón, del hígado, ctc la¡glándulas endocrinas> (p. 130).

Pero decir que la homeostasis es¡ a la vez, callsa v efecto, essimplemente hablar de un sistema cerrado, es clecir, clc autor.re-gr-rlación y, si se puede hacer algún reproche a la interesante obraqtrc hemos citado, es el cle que es un poco aiena a los moclos clqpcnsar cibernéticos, qlre son, sin embargo, los que hacen inteligi-bles tales situaciones, por Io menos en principio.

Mencionar rrn sistema dc circuitos clc retro¿rlirncntación si¡rni-fica, precisamente, que funciolta por sí mismo y que no ticne ne-cesidad, desde el comienzo, de un regulador encargado cle contro-lar Ia marcha. se replicará que estos reguladores existen baio raforma de los sistemas llervioso \¡ endocrino. Pero interr¡ienen .cles-pué,;o: A. A. Markosjan, que ha estudiado cle cerca la coagulacióncle la sangre (en la que intervienen más de veinte factores bioouimicos), mllestra qlle se trata de un sistema filogenéticamcntr. an-tiguo, que se remonta quizá Itasta los celentéreos y, en toclo caso,hasta Ios invertebrados, qlre tiene su regulación propia que sólocicspués se ha subordinado a las regulaciones endocrinas v, ñnal-mente, a las regulaciones nerviosas.

EI gran interés de estas regulaciones hormonales v nen,iosas,¡ror tanto, es que nos muestran Ia existencia de una tendencia ala especializ.ación, en Ia dirección de los órganos cliferenciaclos clela regulación. Pero será conveniente distinguir aquí con cuiclacloclos clases de regulaciones, Llnas cstructurales y otras funcionales.

Hay regulación estructural cualrdo las moclificaciones engcnclra-clas por ella son de naturaleza anatómica o histológica, lnientrasqr"re la regulación funcional no modifica más que el ejercicio o lareacción fisiológica (o psicofisiológica) de los órganos. Las r egula-ciones estructurales, por eiemplo, son aquellas cle las que hablanIos embriólogos cuando un blastómero separado experimentalmen-tc reconstituye el conjunto del embrión, mientras que Ia acelera-ción de la coagulación en caso de asfixia en er momento del naci-miento es resultado de una regulación funcional.

Luego, el hecho fundamental del cual vamos a par"tir es el clec¡uc sólo el sistema nervioso, instrumento, por Io demás, rle lasfunciones cognoscitivas, constituye un órganó especializado de re-gulación funcional, mientras que el sistema endocrino consiste enrr' órgano (y el irnico igualmente sin clucla) cle regulacic¡nes a la

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30 Pf,ANTNAMIENTO DEI, PROBLEMA

iez estructurales ]' funcionales (aparte cle los resiciuos ,19¡1ri1¡5os

estructurales, como los mediaclorcs quítnicos).Se sabe, en efecto, que ciesde la vicla embrionaria, las hormo-

rras sexuales diferencian los órgancls sexuales, lo cual constitu-venna regulación estructural. Pero hay más, y algunos autores, comoE. T. Wolff y L. Gallien, han llegado a pensar que no hav diferen-cia de naturaleza entre las "inducciones" fornladoras de órganosen el transcurso del segundo períoclo cic la cmbriogénesis y las;rcciclncs morfogcttéticas clc tt¿ttrtl"¿tlc:z¿r etltlr,ict'itll.t. Por otra partc,el sistema endocrino comienza a difcrenciarse clesde esta etapa cle

las inclucciones o .cleterminacioncsr, lo cr,ral parecc indicar unacon tinuidacl de ftrncionamictrto ct'ttt'c los pt'ot:csos intluctorcs V

las acciones hormon¿rles quc están e:p itrcgo clescle la r¡ida embrio-nari¿r. No eS sino secundariamentc, y en yinculacitirr cgn el sistemanerviosO, cOmo cj sistcma cndOcril-lct se llacc capa7. cje llevar a cahO

regrrlaciones funcionales V la pttesta cl.t f tlnciollamiento del siste-ma genital por las hormonas, mucho clerspués dc qtre hayan provo-

caclo las diferenciaciones sexuales cstructurales, es Lln blren ejem-plo cle ese paso secttnclario dc la I'egulaciólr cstrtlcttlral a la regu-

lación funcional.Hoy en día, las coorclinaciones cntre cl sistema elldocrin() v el

sistema nervioso Se nos manifiestan como Cada \/CZ máS estrcchas,t'haV que recorclarlo para colllprctrtlcr cst¡ cspecializ¿rción crccicn-te clc las regulaciones funcionalcs, elr el serlticlo clc la cliferelrcia-Ción cle un órganO. Por ttna l)íll'tc, llrs lltll'nrotr¿ts ltctítfllr ett lrlgunoscaSOS SObre lOs efcctOres y, regÍpl'OC¿ll1-rt:tl tc, e-xistcl t¡lla ¡c¡:trla-

ción nerviosa de las secrcciones (centrcls trcrviosos dc los qtte clc-

¡renclc la hipófisis, etc.). Por c.rtra partc, r't'sto lielrc irn gl'en interós,existe una <neurosecreci<ino que se procluce a lo largo cle los axo-

nes cle los nervios. Este fenómeno, clescubiert<l en los anélidos porlos esposos Scharrer, después de 1929, ¡o llauró la atencióll prime'ro, pero se le ha vuelto a encontrar ca(la Vez más en los grupos stt-

periores. Muestra la conexiót'l entre las transmisiones qttímicaspropias de las hormonas y las transmisicucs <-rndulatorias propiascle los nervios (lo cual se añacic a nuestro conocimicnto dc los(mediadores químicos>, como la acirc'naiina, etc.).

Por todo, se compllleba tambié1"i, a mLrv srandes rasgos, la cxis-

1:ncia cle un paso progresivo cle las autorrcgulaciones morfcigené-l icas generales de la vida a las reguiaciclnes estructLlrales -v, clesde

¿llí, a las regulaciones funcion¿rlcs. F,l sistcma elrclocrino es un Ór-

lano especializado de regulaciór-r c1r-re t,c|sa sobrc estas dos catc-ggrías a la vez, y Sólo el sistcma llcryigsg Sc rlOS nl¿lllificsta COmo

el órgano diferenciado especializaclo cr.r cl eie|cicio cle Ias regula-ciol-lcs funcionalcs, t¿rnto en el terrt:no clc las reettlilcit)trc's illtcrnascomo cn el de los intercambios coll cl mcclio.

I{IPOTESIS DIRECTRIZ 31

III. Funciones cognoscitivas y regulación tle los intercant-bios.-cuando se pasa a las funciones cognoscitivas se contemplasimplemente una prolongación de este proceso de diferenciaciónespecializadora, pero sin ruptura de contacto con las fuentes mor-fogenéticas y estructurales de la organización vital.

Los hechos que hay que recordar, y de ros cuares será conve-niente partir, son que en ningún campo el organismo experimentb,sin más, las influencias del medio y que, por el contrarió, se mues-tra esencialmente activr¡ por lo que a él se refiere. Desde el puntocle vista fisicoquímico, el ser vivo no es una réplica de los cuerposque le rodean, ya que presenta una organización que se conservaasimilánclolos, y puestc.l que esta organización tiene una autorre-gulación. Desde el punto de vista genético, el genoma no es elproducto de las influencias del medio, sino un sistema organizadoque da sus (respuestas> a las tensiones del medio (Dobzhanskv vwaddington) y tiene sus (normas de reacción>. Desde el punto'devista embriológico, el desarrollo epigenético implica una serie deintercambios, pero con dirección interna que impone sus eleccio-nes a los alimentos utilizados. Desde el punto de vista fisiológico,el sistema de las regulaciones da testimonio de una actividad con-tinua que, de nuevo, no sufre los intercambios con el medio, sinoque los canaliza y los regula. Desde el punto de vista neurológico,el sistema nervioso no se limita a sufrir una acción apremiantede parte de los estímulos, sino que da testimonio de u.tiuidud",espontáneas y no acepta los estÍmulos más que si está sensibiliza-do a ellos, es decir, si los asimila activamente a esquemas previosde respuestas.

Por lo que toca'al último escalón, es decir, al comportamiento,ocurre exactamente Io mismo. Todo animal presenta comporta-mientos, desde los protozoos hasta el hombre, y los vegetales exhi-ben también procesos de reacción, pero con velocid.ades más len-tas' Ahora bien, por temor al antropomorfismo, a menudo se haquerido ver en el comportamiento un juego de sumisiores pasivasque se escalonan entre el registro perceptivo y una serie cle aso-ciaciones impuestas por las secuencias exteriores y que, simple-mente, las copian. Puesto que el organismo es activ<.r en tocas-lasetapas, su comportamiento, que es la expresión superior cle estaactividad, ¿será una excepción a la regla y no consistirá nás queen una subordinación servil e imitadora del medio?

. un embriólogo y genetista de la categoría de waddington con-sidera, por el contrario, como uno de los f eedbacks esenciales queintervienen en la selección, el hecho cle que, por inlluencia clelgenoma, el animal uelige" y <modificao su medio antes de aceptarde regreso las acciones que intervienen en Ia formación del feno-tipo (véase The Strategy ol the Genes, p. 107, fig. l3). Ahora bien,

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PI-I\N.I.I]AM IEN,I O DET- PI]'OBLENI¡\

esprecisanen[eenestOenlocluccc¡ltsisteclconrportan]lenlo:unforr¡urr,o cle elecciones y cle o"óio''"t sobre el medio, que organiza

á" -un"ro óptima los íntercambios' Ei aprendizaje no constituye

ct.: ninguna maner¿l excepción a esta ciellnición' pues' al adquirir

nuevos condicionamientos o nuevos hábitos, el ser vivo asimila las

i"nuf", y organiza esquemas cie acción quc se imponen al medio'

a Ia vez que se adaPtan a él'Luego hay ,na isimilaciÓn activa al nivel del comportamiento

(réase \ t, ,rrUtitnlos I-III) y las furrciones cognoscitivas obedecen'

comolasdemás,alasleyesIl]uygeneralcscleiaasimilaciónydela adaptación, pues los e-squen¿rs ilc acciórr constitnyen, como los

.lemirs, oformaio cle la orgánización vitai, pero folma¡ funcionales

ctc csriuctura clinámica y no 'ratc'i.l (e' cl sclrticio cle quc entran

cn juego masas) r-

isi'pues, es evidente cle sttyo que si el sistema nervioso cons-

tituye el órgano especializaclo cle lirs rcgurlircioncs futrcionales, esta

estructuraclór, ¿"t medio por el comportarnicnto supone,.a su vez'

la 'ecesidacl

cle un órgano especiaiizáclo. E,l sistema nervioso tienc

comocampoelcor-rjuntoclelasr.egulztciclnesfuncionales,ensucloblc aspecto cle iegutaciones internis (coordi'ación cle los difc-

rentcs upuruto, lisioiágicos) y cle l¿r orclenación de los intercambios

con el medio. Ahora blien, eitos i.te'cambios pueden ser materi¿¡-

les (cligestión, respiración, exc:rcción, ctc') o funcionalcs (compor-

tamien"to, es decii, sistenra total clt-r los csque'ras clc acción). Los

cambios funcionales sLlponen, entol'lces, i¿t existencia cle órganos

to¿*uia más diferenciaclos: órganos sensoriales y cfcctores moto-

res, coordinaciones r-lcrviosas (y, linalmente, ccrebl'ales o inclttso

coiticales) gue permiten el aprcndizajc' etc'pero el ánátñis cle las funciones cognoscitivl* .1: ninguna ma-

nerltquedaagotadoporestasconsicleracionesbanales,porqueelsistc,rá nervióso basta, precisamenle, para asegurar -el desarrollo

cle cstos cambios activos !n forma cie modificacioues del mcdio por

"i oigo"i.-o, y vicerrcrsa' Quecla por comprcnder por qué razones

sc cÁstituyen flmciones propiamente cognoscitivas' pol ejemplo'

en calidacl de inteligenciii clc-ttacia de c.ncienciet (recordemos que

ia inlelige'cia se lib-cra tnny insensiblcntente cie ias conductas ad'

quiriclas=- $ 1 en su introdttcción- y qlrc "u l3y i'ringún motivo

para limitar la conciencia al hombre), o c¡r calicl¿tcl de opcracio-

ncs lógico-matem/rticas, ctc'La razón (y empleamos este tórnino cll ull sentido causal y ci-

bernótico) es-la cté que los intercambios tttncionales que caracte-

rizanuncomporramientosl"tponen,co)llocualquierotraformacie

r Por.el contfario, las t-egulaciones dstrt¡cturales distinguidas en el su[rtÍ'

lulc., III tienen quc ver con Ias cstructLtl'as Irtltlcrialt's'

IIIPOTESIS DIRECTRIZ 33

organización vital, sus plopias regulaciones y que una autorregu-Iación es, inclusive aquí, tanto más necesaria cuanto que se tratade un dominio fluido de campo ilimitado y mucho meror acot¿rdopor condiciones restrictivas como lo están los sistemas materialescom<¡ la respiración, etc. Modificar el medio aprovechanclt-r p<.lsi-biliclades indefinidamente abiertas puede conduóirnos a cuzrlquierparte, y si no existiese como freno más que la selección en el seq-tido del mutacionismo clásico (eliminación por elección absoluray, por tanto, muerte. o supervivencia, y no reorganización clcspuéscle la modificación de las proporciones clel genoma), hace muchcrtiernpo que no existirían ya seres vivos. Tocia la organi; :ción vjtal,en todos los niveles, supone autorregulaciones y esto, por ranro,sigue siendo válido, inclusivc u 'fortiori, en el terreno clel co¡nDor-tamiento.

Las funciones cognoscitivas, por tanto, en esta perspecti'a, se-r'ían los órganos especializados de la autorregulación c[é los inter-cambios en el seno clel comportaniento.

Pero una vez dicho esto hay que añadir', para seguir Lazonanclcrbiológicamente, que se trata de comprender las pósibilictaclcs clcformaciones de estas autorregulaciones cognoscitivas. Ahclr.a bien,clescle el punto de vista biológico, no hay ninguna razón para apc-lar a neoformaciones ctrando los elementos están ya a disposiciónv cuanclo se trata solamente cle diferenciarlos y cle reagruparlos.AsÍ pues, el problema es simplemente entender de clólrcte sacar¿lnlas funciones cognoscitivas, los instnrmentos cle la arrtorregula-ciún que están llamados a cjcrcer, a título, cierto es, clc órganosespecializados, pero sin tener que inventar toclo, o que improvisartodo, y manteniénclose cn vinculació¡r ccln el resto clel organismo.

Entonces, la respuesta es sencilla: la autorregulación cognos-citiva utilizará los sistemas generales de autorregulación orginicaque se encuentran en todos los niveles genéticos, morfogenéticos,fisiológicos y nerviosos, y sin más los aclaptará a esos clatós nucvos(nuevos por relación a los niveles anteriores, pero presenres erlt<¡cla la serie animal) quc constituyen los intcrcarnbit¡s c<,¡n el me-clio en el seno clel comportamientc¡.

Pol eso cncontramos cn los conocimientos, hasta cn slls l'ormashumanas, aun en las más evolucionadas e' ra crirccción clel pen-samicnto cicntífico, las principales constantcs funcionales c¡r-rc ca-r¿rcterizan a la autorregulación en todos los nivelcs.

De esta manera, en s' forma más general, las est.ructuras oDe-ratorias cle la inteligcncia son sistemas cle transformaciones, pérotales que conservan el sistema a título de lotaliclad inva_ri:nte.Ahora bien, esta definición podría ser la clel organismo vivo nrismo.puesto que sus clos propieclades fundamentales son que cs lu sedcde interacciones múltiples (transformacioncs), pero que clejan in-

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34 PLAN'TEAA,IIENTO DEL PITOBLEMA

alteracla la forma de conjuntci (conservación) e inclusive cierto nú-

mero de relaciones invariantes.Esta conservación del todo ¿r través de las transformaciones

supone, entonces, una regulación cle óstas, que implica un juegcr

de COmpensaciones o de correcciones reguladoras. Este mecanismo:egrrlador corresponcle, pues, como ya hcmos clicho, a la reversi-olti¿a¿ de las operaciones en forna cle inversiones o de recipro-cidades que permiten remontar el cursc.r de las transformacionessin ser arrastraclo en el flujo irreversible de la entropia creciente{en el doble sentido de la termoclinámica para la vida y de los sis-

temas de información para el conocimiento).Esta movilidacl reversible se manifiesta en los tel'renos orgáni-

cos (en los que nunca es más quc aproximada) y cognoscitivos(en los que llega al rigor operalorio dcs¡lués de las aproximacio-nes sensorio-motrices y representativas preoperatorias) por unjuego complementat.io de retroacciones o retrocontroles (leedbacksnegativos de todas clases) y de anticipaciones'

La lógica por entero, ya se trate de la ulógica ttatural> o de los

sistemas axiomatizados de los lógicos, consiste esencialmente en

un sistema cle autocorrecciones, cuya función es distinguir lo ver-

dadero de lo falso y proporcionar los medios de mantenerse en

la verdad. Y es sin duda esta función normativa precisa y biendelimitada la que clistingue más claramente los mecanismos cog-

noscitivos, conscientes por relación ai juego mecánico, de las auto-rregulaciones fisiológicas o mecánicas. Y, sin embargo, puesto que

hay autorregulación orgánica, es posiblc oponer precisamente, acausa de su carácter aproximado e imperfecto, los fallos momen-táneos o patológicos a los éxitos normales, o dicho de otra manera,un equivalente aproximado de los (errores> a los funcionamientoscoherentes. En otros términos, inclusive en este campo, hay unadeterminada correspondencia entre lo biológico y lo cognoscitivoen forma de una analogía (sin identidad entre lo onormaln y lonormativo (y observemos que esta noción de .normal, es especí-ficamente biológica, pues una vinculación física no cibernética nibiológica ignora lo normal y lo anormal, para no conocer más que

lo regular y lo que fluctúa aleatoriamente).

IV. El factor de equilibraciótt.-En un simposio acerca de laregulación del desarrollo (Ginebra, l9ó4) propusimos distinguirtres grandes factores del clesarrollo orgánico: la programación de'

bida al genoma, las influencias del medio y l<.rs factores de equili'bración o autorregulación, que no son, propiamente, ni heredita'rios (puesto que se imponen tnotu proprio en función cle las situa'ciones) ni adquiridos dcsclc el c.rtcrior (¡rucsto que se trata de

TIIPOTESIS DIRECTRIZ 35

regulación interna). un gran embriólogo y genetista pareció estarde acuerdo, y pidió reflexionar sobre ello, mientras que un granfisiólogo expresó su desacuerdo mostrando que ras regulacionés ola equilibración son la expresión directa de las interaóciones cau-sales en juego, en las cuales todos los elementos están o predeter-minados a partir del genoma, o son adquiridos bajo Ia influenciadel medio.

El fisiólogo tenía sin duda razón en su propio campo, pues pre-cisamenté las regulaciones homeostásicas no tienen brgátto ."gu.lador necesario (lo cual no obsta, por lo demás, pa.a quJ si la tásade hemoglobina o el pH, etc:., están fijados genéticamente, las le_ycs mismas de la equilibración o cle los desplazamientos de equili-brio, etc., sean leyes fisicas no nheredadaso, sino simplemente (conmás pregnancia" y que k: mismo puede ser de sus variedades pro-piamente biológicas en un sistema abierto). pero el embriólogb, eincluso el psicólogo quc soy tenían también razón: é1, porquepensaba en el desarrollo epigenético, que no es una simple mezclacle elementos innatos y adquiridos, sino una organización que bus-ca su equilibrio, y yo, porque pensaba en las funciones cógnosci-tivas cuya significación propia, precisamente, es la de servir deórganos a la autorregulación o equilibración en el terreno de losintercambios propios del comportamiento r.

Tal será, pues, la conclusión de este resumen cle nuestras hipó-tesis clirectrices. La organización vital es un sistema equilibrádo(inclusive si se evita el término y se habla, como Bertaianffv. cieestados estables en un sistema abierto). pero el equilibrio oigani-co no presenta más que una estabilidad relativa en los terrenosmismos donde está mejor protegido. El genoma está aislado alttttixínto (sin llegar a estarlo completamente) con relación al me-dio; sin embargo, trastornan su equilibrio las mutaciones, etc., apesar de esta situación óptima. El sistema epigenético es másabierto aún, pero se equilibra gracias a procesos múltiples, unode los cuales es la homeorresis. Los sistemas fisiológi"oi son -u-cho más <abiertos> y sin embargo reaccionan por lá homeostasisde un medio interior tanto más notablemente estable cuanto másevolucionados y diferenciados son los grupos zoológicos. El siste-ma nervjoso tiene por función (al menos es una de las dos princi-pales) abrirse a los estímulos externos y reaccionar por sus efec_tores: su movilidad creciente no por ello deja de acompañarse de

t Además, si no se recurre a un factor de equilibración, se ve uno rápida-mente llevado a un reduccionismo integral que reduce

'los conocimieirtoi,

o bien a una preformació-n innata, o bien a una pura y simple copia de losobjetos exteriores. Ahora bien: no son innatos; por otra, parte, para q.re hayacopia, hay que conocer el modelo por copiar, y, en la hipotesis^de un c.rnoci.miento{opia, no se le conoce, precisamente, más que gracias a esta copiamisma...

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36 I,I-AN1.I]AN'{]EN.TO DEL PROBLEMA

un notable equilibrio nóvil c:tr e:l conjulrto de las reacciones. Porúltimo, el com¡roltamicnto cstá cxlturesto ¿t rnlrchos clcrsequilibrios,pucsto que clepende sin cesar cic itn meclio ilimitaclo y fluctuantca merced del cual estír; la función ¿lutorrcgllladora cle los meca-nisrnos cognoscitivos desemboca, entonccs, cll las formas cle equi-librio más estable que conoce ei ser vivo: las de las estructurasde la inteligencia, cuyas operaciones lógico-matemáticas se impo-nen con necesidacl desde qr-re las civilizaciones humanas han llega-clo a cobrar una conciencia reflexiva.

CÁPl l'tJLO I I

I,OS METODOS DE ENFOQUE Y DE CONTROL

La cuforia de las hipótesis exige que, en toda doctrina del equili-brio, para que ella misma sea equilibrada, se ponga, en la eleccióncic los métodos de enfoque y de control, un cuidado compensadortanto más intenso cuanto más amplias son esas hipótesis. Así pues,ahora convendrá consagrar un capítulo a este examen de los mé-todos.

$ 4. Los rrrÉrooos euE No HAy euE sEGUTR

Para comparar con provecho la organización propia de las funcio-ncs cognoscitivas y las estructuras de la organización vital en lascliferentes escalas del organismo individual o en los diferentes ni-veles de la evolución de los seres organizados, hay dos métodosclue se deben rechazar. Por lo demás, no se trata propiamente demétodos, sino de tendencias muy naturales al espíritu y que ame-nazarr con falsear todo análisis si no las aparta uno mediante pre-cauciones metódicas sistemáticas: son la tendencia o el métodoque conducen a proyectar en las estructuras o fenómenos de ordeninferior los caracteres de las estructuras o fenómenos de orden su-perior (inteligencia, conciencia intencional, etc.) y la tendencia ométodo que consiste en suprimir las características originales delos niveles superiores para reducirlas de golpe y en este caso, ade-más, más o menos verbalmente, a los procesos de los niveles infe-riores (reducción de la comprensión inteligente a asociaciones con-clicionadas, etc.). En los dos casos, la comparación entre las fun-ciones cognoscitivas y las formas elementales de organización se

t 37l

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38

vuelve inoperante, Puesto que se

de la comparación al reducir delo inferior.

I-OS MÉTODOS DE ENFOQUE

suprime uno deantemano todo

L La rrinteligencia combinatoria" de Cuénat,-No hay que creerque el método que consiste en utilizar conceptos cuya significación,io "r relativa más que a los niveles superiores para explicar me-

canismos de nivel elémental sea propio sólo de filósofos o de psi-

cólogos que no conocen nada de biología. Desgraciadamente, bió-iogoi qué no saben psicología se valen de nociones propias de las

c,rnd,.itas de niveles superiores para colmar las lagunas de la ex-

irricación en los niveles inferiores.Nos gustaría comenzar con un ejemplo de esta clase, de mane-

ri. que lá tentativa de comparación sistemática a la cual está con-

sigiacio nuestro volumen no quecle deformada por la asimilacióntI: las tendencias de que vamos a hablar aquí.

El conocido biólogo L. Cuénot, del cual no se puede negar el

valor de sus trabajos particulares, ha escrito una obrita tituladaInvention et 't'inalité en biologie (Flammarion, 1941), que es un mo-clelo de claridad e inclusive de h<¡nestidacl intelectual, puesto que

no afirma nada sin señalar sus propios escrúpulos y las dificulta-des de las hipótesis. Este libro, inspirado en un antilamarckismosistemático (ninguna parte se rccolloce, por lo mcnos consciente-

mente, a las influencias del medio en los mecanismos heredita-rios), es una crítica excelente de un determinado necanismo que

explica toda adaptación por azar de mutaciones fortuitas y de unaseiección posterior. Pero Cuénot, que no sabía cibernética Y, Porotra parte, tampoco conocía la nueva ge¡ética clc las poblaciones(la obra es de I94l), no descubre más que una sola disyuntiva:o el mecanicismo (en el sentido, exclusivamente, de un azar y de

una selección por eliminación) o el finalismo, y es por este segun-

do Camino pOr el que se adelanta, procurando conservar control yprudencia. Áhora bien, con un punto de vista afín al de Von uex-i.üll, para el cual la célula no es una m/rqnina, sino un maquinista(fórmula aceptable si se la entiende clesde el ángulo cibernético),Cuénot llega con precaución (a una cotlcepción qu(r se calificaráprobablemente de mítica, y en la cual se atribuye a la célula ger-

minal una suerte de inteligencia combinatoria, una facultad inma-nente equivalente a la intencionaliclad que es el funclamento de laherramienta humana> (Pá9. 222).

Así pues, ¿qué significa, entonces, tal fórmula, cuyo análisismetódico vamos a analizar? Nos elrcontramos primero con tres hi-pótesis, las cuales pueden conservarse todavía hoy, modificandosu conceptualización: 1.o, que el genoma l1o es Llna agregación de

elementos discontinuos de variacic¡nes cxclttsivamente aleatorias,

los dos términosa lo superior o a

,\fll'r'oDos rluE NO t{Ay QL;t] sI]cuIR 39

si'' que lleva consigo Posibilidades de combinacio'es no rortui-tas; 2.o, cluc estas combinaciones admiten direcciones posibles,con regulaciones, las, cuales proporcionan lo que Bigelow y otroshan llamado "equivalentes mecánicos de la Rnati¿a¿;; ¡.", que es_tas combinaciones y regulaciones pueden producir algo anárogo alas herramientas o instrumentos.Pero estas rripótesis están ligadas, en la formulación de cuénof,a clos cc¡nceptos, Ios de (inteligéncia> e <intencionalidadu, ciue pue-'len tener sentido a condición cre analizarlos de cerca en las con-ciuctas dc orden superior, pero que no tienen ninguno si se lesaplica a los problemas clel genoma.La palabra <inteligencia, no es sino un término colect,ivo queclesigna un número considerable de procesos y de mecanismoscuva significación se torna clara cuanáo ," to, á*pti.á- á" ...-,.ro

"r,rno' y conforme al orden de sus desarroilos. por et cá-rt.ario, ex-plicarlos recurriendo al_concepto mismo que hay que analizar, porconsiguiente, a Ia <inteligenciáo g6rn. tal, es sústantivar a ésta ycncerrarse en un círcuro vicioso, como en ra célebre fórmura segunla cual el sueño es atribuido a la virtud dormitiva. pár ejemplo,la inteligencia es una coordinación de operacion", "o.""ptuares,o cle esquemas sensorio-motores, etc., y nada de esto hay en elgenoma' Atribuir inte-ligencia a éste, por tanto, es crecir simple-mente que es capaz de combinaciones nuevas en respuesta a Iosproblemas.que le plantea Ia situación, pero la cuestión real es lade describir y explicar estas combinaciones y no i"uo"u, el con-cepto, bueno para todo, de <inteligencia>, q.ré ,ro u¡uJ"

"u,lo.Por lo que toca a la nintencioitalidado, el caso "r--p"or.

g.t"concepto tiene un sentido en el caso de una corrci"r,cia i no ti"n"ninguno fuera de ros actos mentales. ¿etriu"yJ-¿;;;;i una con_ciencia al genoma? Si asi fuese, esto no añadirÍa nada, pues laverdadera cuestión para er análisis de un acto intencionar de inteli-gencia es la de saber de clónde saca sus conocimientos o su infor-mació¡r. Así pues, atribuir intención inteligente

"r g";;;u es reco-nocerle un saber previo que, precisamenté, rruy q,i"

""pli"ar. Másaún, si el genoma construye nñerramientaso por rntetigÉnó;a inten-cional es porque sabe p-ara qué sirven; entonces, es ávidente queestá informado acerca clel médio, ya.que es éste el que le planteaprob.lemas. Así pues, en csta hipótesis, en realidad se reconoce laacción necesaria del medio sobie el génoma, pero por intermediode poderes psíquicos y no ya cle actone, riri.oqri.ni"ár.En resumidas cuentas, el recurso a -los te.-i"or p.icorógicospresenra, en este caso particular, el doble inconvenieni"- á" ,ro "*_plicar nada y de estar en contraclicción, rinalmente,

"o, ,,iu cre lastesis centrales clel libro: Ia no intervención der medio en er me.canismo de la herencia. Explicar los procesos de combinación po,la ni¡.s1¡grnciao o ras regüraciones ctirigidas por lo .irit"rr.ion

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LOS MÉ'IODOS DE ENFOQT]I] \'ÍÉ.TODOS QUE NO TIAY QUE SEGUIR

las ngs¿p¡¿ciones> r, etc., y puesto que hay que atribuir, entonces,a los gérmenes de todos los animales una inteligencia humana.

Y el preformismo que consiste en poner a Ia ointeligencia)) enel punto de partida de todo--lo cual es tan discutible en el te-rreno psicológico como en el biológico-va acompañedo de unpreformismo en el seno de la inteligencia misma. En efecto, lal'órmula de la pizarra signiñca que la "Idea, precede a las órdé-nes, lo cual es verdad en el hombre adulto, pero no en los nivelesinferiores donde la acción precede a la inteligencia reflexiva, Tra-ciucida a términos biológicos, la definición de cuénot sería tantocomo decir: nel organismo es una caja en la que se colocan loscaracteres estructurales, dc donde parte el funcionamiento". A locr-ral todo el mundo responderá que el problema consiste, ¡,recisa-rnente, en saber de dónde vienen estos caracteres, v Lamarck res-pondía que provenían del funcionamiento; ello es v'erdad en partea nivel fenotipico: pero Cuénot, al mencionar la Inteligencia, aúncn forma de una pizarra (en la cual, por 1o común, nacla estácscrito de antemano), sc olvida de que el problema central con-siste precisamente en saber de dónde viene Ia oldeao, y que eneste terreno el funcionamiento es, sin duda, dominante. eue senos describan los mecanismos combinatorios que, en todos los ni-veles (desde el genoma de un Protozoo hasta el del Hombre, y des-cle el germen hasta la inteligencia adulta), permiten proporcionar(respuestas, a las tensiones exteriores, pero esto teniendo encuenta diferencias estructurales entre un nivel y otro, y ya no seterrdrá necesidad de atribuir <inteligenciao a los escalones infe-riores. Naturalmente, subsistirá el problema de establecer qué eslo que puedc haber de comúrn, funcionalmente, a todas estas es_trlrcturas, y los partidarios dc cuénot responderán que tales inva-riantes funcionales existen y que se las puecle clesignar con eltérmino cle <inteligencian lo mismo que de otra manera. pero sesabrá, entonces, cte qué sc cstá hablando, en vez cle provectar sim-plcmente lo mental en lo orgánico.

IL EI psicotrtorf ismo.-Si hemos insistido en este psicomor-llsrnc¡ clc un biólogo profesional es porque cuénot expresa muchornás honrad¿rmcnte de lo habitual algo que de hecho es bastantellccuente y que constituye la tendencia común de todas las formastlc vitalisnro (o clc finalismo no cibernético). y la razón es siemprel. nrisma: clcscontento con las explicacionés mecanicistas comu-

t se sabe clue cui'not llanra <coaptacióno (y no co-adaptación) al ajustcdc dos piezas separables de un órgano (como el botón y el ojal de un clerredc presión), piezas que se preparan por separado en el transóurso cle la em-bliogénesis antes de todo frrncionamiento.

4l40

lidado viene a ser tanto como explicar la vida por una fuerza vital'

Y prestar estos poderes al genoma.es s'-tponer' como en toda in-

terpretación vitalisia, qtt" "i organismo iottote de antemano las

condiciones det meái'o ittttt" al iual habrá de reaccionar'-"'^i;-;;ñ"iu ,"giu metódica que habremos de lespetar, para

comparar las funciJn"t "óg"ottiiivas

con las cliversas formas de

orsanización biológica, consistirá, pues, en ¡no comc-nzar por atri-

il:il:Ñiür""- J&ári Ahora bien, esto no es tan fácil como sc

poclría pensar, pr,"ito que toda explicación finalista que no pro-

porciona los detalles de la interpretación causal del proceso diri-

gido q,re es analiraáo, en realiclad equivale a hacer intervenir pro-

::;r";";il;.'l;;ia atriu"ción cló to mental a lo biológico es

tanto más sistemática y tanto más peligrosl en tlltt^ l?t*as ve-

l:-rdas cuanto que ;-ll";^ ; cabo.inconsóientemente' o si el autor

c: estas asimilaciones toma conciencia cle las implicaciones de lo

que afirma, tiene ffiuioaut dos respttestas: que la vida mental

está preformada "i "i o'gu"ismo.y que se encuentra contenida de

antemano en él en ttu To.*o oiirconsciente)' 10 cual autoriza a

C.otar a este inconsi""t"-oiSonico cle finaliclacl intencional y de

los demás caracteres de la vida mental'

El texto de Cuénot, a este respecto' es extremadamente revela-

dor y merece .r.ro áitt"tión nrás iuiclaclosa clesde el punto de vista

;;i 1J;;. -Bl

"r"tto, Cuénot se pregunta' a pro'pósito de su <in-

teligcncia combinatoriao, cómo "' qtté se puede llegar a "atribuir

a una céluta e.b';;;iádacl exorbiiante, que sustituye e inclus<r

;"ñ;. al traUa¡o á" ü" cerebro st-tperior y de las diestras manos

de los hombres. ¿4";; "t""' "t-' el'psicoide tl" 1i1 célula germi-

nal?u A lo cual i"J""t responcie' simpicmenie' que :i't" acepta

ula función inu""íutu'¿"i c"'"bro' pizaira en Ia que se inscribe la

ilea, t d; donde parten las órciencs' ¿'por qué la clebemos negar

;;i;"" c¿tutasl Lá cél'la germinal' además' encierra en 'otencra

a tcrdo el sistema ;r""c; f a toaa la organización, (págs.222-223\'

Un razonamiento tan eitraño para "l psicólogo pone cle nani-

n"riu áu" "" biólogo cle prestigio puecle conocer.pertectamentc

toclt¡s los orp".,u' i" los problemai clc I¿r evoluciótl y dc la cm-

briogénesis o.ga.r"l.ur,'iirr'.o.p".har clr-rc también la intcligencia

ticne una euol.rcián álogenética y trn clcsarrollo cpigenertictl: por

no haberse ¿o¿"'"t"""iJ-r' por no habcr obscrvaclo cle cerca los

datos psicogenéticos, el biólogo sc pone a cspecttlar en el terreno

pri..l¿gi.. l, ,obt" toclo, err el tet'rerro de las {unciones cognos-

citir,as, cxactame"ntlc ".u"i" lo h¿rr:íun Ios uaninlacttlistits' o ltls

uoYistasn .,,"noo'C."ían pcrcit-rir urr horilirrecillo l'ormacio plena-

mc|ntccnclsenocleleslrer.irr¡tt¡z,clitleoclelhttcvrr'Sttpci.ltncloin.cluso las

"rp"..,i".ioncs históricas acc: cÍr cle la inciusión clC krs

gérmenes, cuerrot l]o.e relrocecle . i.t estc homirtlcttlo llrcl'ort-uac¡)

ir"."" "i ir*t ¿" los inve rtebr¿rclos, ¡rucsto qlrc se trala cle cxplicar

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42 I-OS NTETODOS DT] ENFOQUE

nes y corrientes (y, sobre todo, con tazón, de los asombrosos po-

deres atribuidos al azar), pero sin querer esperar los posibles pro-gresos de otras formas de mecanicismo (los de la cibernética son

recientes); el vitalista busca entonces sus moclelos en la direcciónde los niveles superiores y del comportamiento humano. Ahorabien, pretendiendo conocer la vida mental por experiencia o in-trospección directas sobre su propio organismo, saca de su con-ciencia nociones tales como la de finalidad, la de totalidad con-cebida como forma sustancial (conforme al modelo del <yo>), o,

inclusive, la de fuerza creadora (conforme al modelo de la "energíaespiritual>), etc., sin tratar de hacer la crítica epistemológica de

estas nociones ilusorias, pucsto quc Ic p¿Irecen ser dadas.Pero estas actitudes o métodos implícitos presentan dos lagu-

nas graves. La primera, que no es sorprendente, puesto que todoel mundo se cree psicólogo, es la ignorancia sistemática de lost'abajos de la psicología experimental, que bastarían para curara tocio biólogo de las ilusiones introspectiyas: bastaría con señalarurn peeueño índice, el del número ínfimo de vitalistas que se en-

c'rentra en la psicología científica, en comparación con el mundode los biólogos. La segunda laguna es mucho más sorprendente:es la falta de toda precaución genética, en el sentido por lo menoscle ontogenética, en cuanto que un biólogo se refiere a la vicla mentalcomo si las formas superiores de ésta esltiviesen predeterminadasy contenidas de anten'rano en toda vicla orgínica. Ahora bien, estepreformismo antihistórico que caracteriz.a a toclos los autores que

no están bien informados de los trabajos cle psicología comparaday cle la psicología del desarrollo no se explica solamente por las

ignorancias involuntarias de que ¿rcabamos de hablar, sino (comovimos anteriormente) por un empleo ingcnuo de la noción de in-consciente según el cual Ios caracteres superiores cle la vida men-tal se encuentran presentes, en efecto, cu toclo ser viviente, peroen f<.irma oculta y ciega,

E,l paclre del vitalismo explícito y cloctrinal es, sin ducla, Aris-tótclcs, quien veía en eI alma la "forma, clcl cuerpo, en la dobleaccpción de forma esencial y cle poclcr motor, y que distinguía ensus explicaciones del hecho biológico los tres niveles del alma ve-getatir,a, clel alma sensible o motot'ir y clel alma espiritual. E,n unpasaje de su obra titulada Des anintttttx iL l'hotnnte (P.U.F', 19ó1),

P. Chauchard, después de haber citado amablemente nuestras re'flexiones sobre las relaciones entrc la causalidacl fisiológica y las<implicaciones, propias de la conciencia, clescubre en ellas unaposición (que respeta tanto la cualidad de específicc¡ de lo superiorespiritual como su condiciclnamiento orgánicor, y llega a la con-clusión de que hay en ella un retorno a ¡\ristóteles en el senticlo,precisamente, del alma como forma tlel cuerpo (pág. 179)' Así

N{ETODOS QUE NO TIAY QUE SEGI,.IIR A'+J

pues' se nos permitirá insistir un poco en este punto para que erpresente volumen no sea corocado, sin más, "" iol pár'rpectiva.Hay en Aristóteres, como en todo vitaiii;;, ;;;i;á'"_¿., u,,oconcepción profunda, que es la_ del parentesco entre la organiza-ción vital (por tanto, entre las oformas, estructurales o dinámicas)y las funciones mentares, en particular lur log"or"iri"* Es estcparentesco, efectivamente, el que nos esforzaáos en subravar .vestamos dispuestos a reconocer, a este respecto, que lo h;;;:;"1:cubierto en los trabajos der fundador de la uiorágia, lo cuar nodata, pues, de ayer. pero por lo que respecta a la significación quehay que conferir a este parenteico, por estrecho que sea, parecehaber una completa invérsión de r"ntioo entre las concepcionesaristotélicas y Ia perspectiva contemporánea. para Aristóteles elalma es el motor del óuerpo, mientras que para la psicología lasfunciones cognoscitivas son uno clc los rcsultados cle la vicla or_gánica y m,triz. Para Aristóteles, por otra parte, Io infe -ir¡r cstásuspendido de lo superior, mient.ár q,-r" aeioe el punto cre vistaevolucionista lo segundo se cler.iva clc Io prim"." po. ,-rn proccsohistórico, y, si tiene dirección, ésra se clebe a ;iil;;; rlguracloresy no a una predeterminación finalista. Tenemos uq"l,

-pr"r, ao,inversiones fundamentales crel sentido, y, si quisiéramos conser'arla fórmula, habría que transponerra en (la fórma crer cuerpo es etallnao- o más precisamente <las formas orgánicas .or'rp."na"n, a tí-tulo de resultante necesario, a las formas cognoscitivaso.Es inÍrtil añadir qtre hablar de oformas), etc., tienc multitudde sentidos. cuancro el organicismo de. L. u. É";;;i;;i;;; ras múr-tiples corrientes contempóráneas q.r" hu..r, hincapié cn Ia icrea cletotalidad, se esfuerzan por rradr-rcir ra idea d" .;;;;;cion a tér-minos de estructuras lógico-matemáticas, la icrea cre f<¡rma conclucea una metodolocía precisa,

-dc Ia que hablar"-or-.üi.J de poco(g 5, subtítutos l-v-v¡. c"u"¿o o.i"l"ñ, po, el contrario, subyr-rgacropor su descubrimiento de la regulación estructural de ra blásturade tos erizos de mar, saca la coiclusión l;;;;l;r;'ü;;" nirrgirnmecanicismo lo explicarir jamás y llena cre antemano lás lagrrn.ssupuestamente irremediabres cre Ia ciencia rectrrrie"áo-o Ia ente_lequia de Aristóteres, retor¡a a la posición tradicional cre la subor_dinación de ro inferior a formas consideru¿u, ,.rp..iorlr' y au toespalda, en rcalidad, a toclo posible conocimieuto.

III' La reducción cre.ro srtperior a ro inferior.-pero si estareducción sin cesar renaciente de lo inferior a'lo *p"ri..ia conro::::tii9.:_ll imposibiridad cle .toaa expri"u"i¿;;;;;;ái' ru r"au".clon lnversa no nos parece admisible, puesto que suprime, tarcleo remprano, los términos mismos del- probleri,". sJ l"ia aquÍ,todavía, de una tendencia q.r" siempie renace, qlte conoció sus

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AA Los NIÉTODOS DE IINF0QUIIat

formas románticas con las nretafísicas matcrialistas clel siglo xrx'(o cle ese anacrónico cle Le Dantec), pcro que reaparece en formas

más sutiles con la reclucción pura Y simpte cle la psicología a ia

fisiología.Por lo que respecta a las funciones cognoscitivas'.que son las

únicas que nos i"tá."iu" aqui, las tenclencias recluccionistas pre-

tenden reducir ras formas snperiores cre la intcrigencia a'n juego

cleasociacionesydeconcliciouamicntosclementaleso'sobretodo'a clerivarlas exclusivamcnte clel lengtraje, en calidad' por ejemplo'

cle scgltnclo sistema cle señalizacióñ (en la teoría cle los refleios

condicionaclos) o en calidacl clc sintaxis y semántico. g"""-111"1,("-l

i"r-fl".i.iro, it"l positivismo lógico). Ni qr-re clecir tiene que, sl se

¿rclmitcn estas reducciones, nuestrt¡ ¡lrol'rlcma quecla-resuelto dc

antemano en la airecti¿'-t tt" una asinrilación pura 1' simple de las

f'uuciones .ognor.,tiuas superiorL's ¿r accioncs del medio físico o

social sobrc el o.g,i']it"to, cs ciccir' lt Yariitcioncs puramente feno-

tíoicas en la acep.iátl-átiigua clcl tórmino y en calidad dc copia

.ie alguna realiclad extcri<lr'Acstcrcspectocsncccs¿ll.ir.llraccl.tt.csclbsct.vaciones.Lalrri.

rrera cs qr-re si,.;;; ñ l]"rut's Yislo (\ I' subtítulo I)' la noción

(i,r asociación es .it-.o't."pto artificial'rcrltc- limitado al interior

"i ,f p,.0."t"-.le osimilnción, el problcma cic 1a inteligencia cs' antc

lrlcltl,eldclaconstrttccióncle]oscsqrren-}ascleasimilaciórimental'Ahor¿r bien, csta constr'-rcción es, il la vez-' inclefinida (por e'iemplo'

la fecundidaa ir-,a!áinble clc los csqttemas ltigico-matemáticos) y

soliclaria clc una o-rganización intc:rna quc no- refleja.simplemente

i"t^pt"pf*f^des cle Tos obictos' sino' ottt* todo' las cle las coordi-

naciollesdelasu."ion",.,Toclacxplicaciónasociacionista,porlotanto, cleja de laclo el problema-.central' clcscle el punto cle r¡ista

biológico,quees."i-a".lascorrclicionesorgánicaspreviasatalescoorclinaciones y construcciones, )¡ cs este problema el que se tl'ata

cle cstucliar uq"í, ;i;-;;iprirnirlo cll ante'rano mccliante reduccio'cs

artiliciales.I-a seguncla obscrvaciólr cs Ja clc clt-tc' si cl lcttgr'rajc cs un instrlt-

rnento esenciar en las construcciones cogr'l.scitivas de nirrel supc-

rior, no lo explica toclo de antcmano y no suprimc los problemas'

;;';;i;;;"-q"" rtui' l"e senalar es.qtic cl lenguaic no cs sino un

lJ.á-pá.ti.rü, ¿*'iu función semiórica o simbólica, que es ésta,

en su conjunto (imiiación clifericla y simbólica c1e ios gestos, juego

sirnbólico, imagen meutal, imagen griifica o dibtrio' ctc')' Ia que

;;^;;;;;,-,;^t,le áei paso clesclc lÑ coruluctas sensorio-motrices hasta

el nivel cle la représcntacióu o pcnsamicnto' y no cl lenguaje solo'

lAlasquelosautoressoviéticosllamarrconclesr]énnmaterialisnodog¡ná.ticoo o <vulgar>, puái-"a¿a tienen que vcr con cl ¡raterialismo dialéctico' c¡uc

es, efectivam.tttt, "lto"iJtttttiuit*o-et':1.Y,:l:"itt" r" dc ningttna manerir' trrr

iá¿ú.cionismo por lo que toca a su prrnclplo'

ltÉrooos euE No rrAy eUri sricrrrR 45

Desclc el punto cle vista biológico, por Io tanto, importa consiclcral-primero un estudio de la función semiótica en toáas sus manifes-taciones, y es éste un estupendo problema de etología comparadaantes de constituir una cuestión de psicología humana. En cstcírltimo campo, Ia imitación pa'ece constit'rir un mecanismo csen-cial en la formación de esta función semiótica, en tanto que la imi-lación sensorio-motriz constituve ya una suerte clc representacirin.pcro en actos, y puesto quc la imitación diferida y clesp rés interiofrizacla constituye, sin cluda, cl pur-rto cle particla cle'la imagen mcntal.

Por otra parte, el le'guaje, .na vez constituicl', a titulo, pucs,rlc simple caso particular (aunque particularmente importantc) clcla fr-rnción semiótica, no agota cle ninguna manera el juego cle lasoperaciones intelectuales, ctrva fuente siquc sienclo :;"r.,.rurio-mt¡triz.'En efecto, Ias matemáticas no constituyen, clc ningrrra mancfa, u'sirnple sistcma dc notacic¡nes al servicio ciel conócimicnto físiccl,si.o u' instrumcnto clc esrructrrración, porque lo pr.opio <ic lasoperaciones es producir traltsformaciones. eue óslas puecl¿,n cx-prcsarscr en nsímboloso nacla qrrita a su nattrralcza acliua ., ,.,,,,r-Inrctir¡a: cl problcma psicobiológico clc la constl-ucción clc los r_,ntcsnrutcmáticos no qucrla resur:lto, tlc rringuna manera, por- consiclr,.r.a-ciones lingüísticas.

I-a tercera obscrv¡ción quc sc irnpone respccto cle Ias recluccir¡-ncs clcfornracloras tiene rel;rción con la conciencia, feuónlcno qlrccn val-]o buscamos analizar flrera clel hombre (y, cn óstc, sólo apartir del ruomcnto cn q-rre habla), pero que no cleja cle scr porcllo trn fenómcno natural v q,iz;i t.'uy gónerar, ar men's, c' lirserie animal. Ahora bien, para las tendéncias recluccionistas, laconcicncia no es un l'cnómeno, sino únicamente un <c¡rifenórnenou.Y, para los bchavioristas, acl.más, es un campo prohiticlo, clel c]..,cno se tiene derecho a hablar- si se quiere hacer'ciencia. La razóninvocada es Ia cle que Ia introspección es engañosa, ro cuar es abso-lutamente cxacto, pero se oh'ician clc los méioclos cle enfoquc obie_lir¡os. Al cstudiar simultáneamente las concluctas clc urr ..,-j"ro 1¡.,o,eienrplo, cn un niño su capaciclacl clc gcncralizar, por una partc,.v ¡lor otra par-tc, dc formrrrar, cuandcl se lc picle, las semejanz.aso las cliferencias cntrer^difercntes ob jetos) y el' len¡luaic quc r¡tilizapara describir o iustificar s*s acciones, es pcrfectar"'cntc p'siblcanalizar los graclos cle su (toma de concienciao por relación co¡sus concluctas efectivas. Es así corno claparécle ha mostrado qlle,al r-rivel en qlre generaliza hasta el extremo, al niño le cuesta mu_cho más traba.io estabrecer-ras semeianzas entre cros ob.ietos qrrcsrrs clifercncias: la o ¡s¡1¡ clc corrcicncia, cll tal caso tiilr¡c conr<rob.ieto (como e¡l mtrchos otros casos) lo que constituye un obs-táculo o no sc aclapta a la concr*cta, mientias que no píoporcio,ratun couocilniento tlc cst¿r conducta (en este caso particllui., Iu, g"-ncralizaciollcs mismas) hasta que crstas logran fr-incionar sin l.e,sls-

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-l (i

I Señalemos, a título de indicit'r, c¡ttc losnada de positivistas, puesto que la cienci:rocupan sistemáticamente del problcrna clc la

l.0S ¡lli'l'ODOS Dn INI:OQUII

psicólogos soviéticos no tienencl('stt pais t's..rlialÚcticaD, y sect-r¡tcicuci;t.

tcncias cxteriores. Pot' otra pill'lc, l¡rs iuvc:; tigltcriotrcs neurológicasactualcs sobre la *vigilancia, Y los rcgistfos clccrtrocl.lccfalográficoscstán a punto clc podcr distingr-rir- ollictiYamcntc lírs reaccionesconscicntes de los automatismos ciiVcl'sos'

La prohibición cie ocuparse de ia corrcicncia t'cpresellta pues,

escncialmente, una de las manifestaciones cle esc cspíritu npositi-vistaD que el sentido común de los sabios confunde a veces conupositivb, o científico, y quc consiste cn tlazal ftcltrteras a la in-

r-estigaciór: experimental o en rodcarla de barreras, lo cual tiene.jc no resultaclo, únicamente , que las profecías Inetodológicas sean

ctt:smcntidas muy regularmentc por la investigación concreta ul tc-

rirtr: r.éanse las iorprcnclcntes clcclaraciol-les cle A. Comtc acerca clcl

atomismo, clel cálculo cle probabiiiclacles, clel microsc<.lpio, dc laf;sica cie los astros, otros tantos c¿rtril)os cn los qllc slls prohibi-c:rr¡¡s1; han sicit¡ totalmente ignoraCliis o contra\lellicl¿rs, lo ctlal ncl

qLrita nada a sll prestigio a ojos dc cluicnes rlo lo lccn y conset'van,

cntonccs, tanto más fácilmente su ficlclictad al icle¿rl positivista trans-

mitido mediante simples lemasl.Una vez clicho esto hay que añaclir que la conciencia es un felló-

meno tanto menos despreciable cuant<¡ que, clesde el putrto de Vistade la biología de las funciones cognoscitivas, la conciencia utilizarlociones específicas, ajenas a la causalidaci física o ñsiológica. unproceso fÍsico, en efecto, es asirnilable a nociones tales como las

de espacio, masa, fuerza, trabajo, energía, causalidad como com-pensación entre acciones y l:eacciones, ctc., otras tantas ¡rociones

q,r" t-ro tienen ningún sentido en el lcrreno de la concie¡cia, salvopor lo que toca a las analogías engañadoras de las cttalcs sc fía Iaintrospección. Por el contrario, i¿I collc:ictlcia constitr-tyc un sistcm¿t

de significaciones, cuyas dos nocioncs cel-ltrales son la clcsignacióny la .,implicacióno entre significaciotlcs: por eiemplo,2 no es (cau-

sa) de 4, pero su significación ninplica) que 2.-2:4, lo que no es

de ninguna manera lo mismo. Estas implicaciones pueden ser in-genuas o naturales, pero puedcn scr elaboradas también por elpensamiento cientÍ{ico, lo que cla origen a esas cicncias (purasD

de la implicación qLrc son la lógica y las matemáticas. Así pues,

la conciencia nada tiene de desprcciable, pucsto que engendra sis-

temas formales indispensables para la r:gmprcnsió¡ de la materia.La neurología, por e.iemplo, nlrnca ex¡rlicará, sin duda, por qué 2

y 2 hacen 4, mientras quc sus progresos en cl seuticlo de la ela-

boración teórica le har¿in utilizar l.ts estructllras )¡ los modeloslógico-matemáticos en la interpretación cie los procesos orgánicos,que por lo demás, permiten cotnpl'cllcler cl pensamientcl.-

Ahadamos que esta últin-Ia situ¿rción n¿rcl¿r tiene clc círculo vicio-

I\{ts1'0I}OS U1'ILIZADOS

so. Si la causalidad fisiológica y la in-rplicación consciente son ille-cluctiblcs la una a la otra, no por ello llev¿rn consigo menos corres-¡ronclcncias c inclusive un paralelismo. El famoso principio delparalelismo psico-fisioiógico en rcalidacl no cs más qlre Lln principiocle isomorfismo entrc la causaliclad y la implicación. Este isomor.Iism<¡ encuentra su ilustración cn las "máquinas de pensar" ciber-néticas o servomecanismos, etc.; en efecto, nos proporciona unmc¡delo altamente perfeccionacio cle lo que puede ser el equivaicntemccánico o causal de un sistema de implicaciones (puesto que lle-van consigo una lógica), pero siguen siendo extrañas a las signilica-cio¡res conscientes, ya que sólo la conciencia de sus inventores o desus lcctorcs tr¿rcluce sus series causales en implicaciones sigrtilica-t ivas.

l.a interplet¿rción clc la col-rciencia que así proponemos nadaticnc cle contradicLoric¡ co¡r las cxplicaciones biológicas de las fun-ciones cognoscitivas: al contfario, las supone en la medida en quclu causalidacl no es idéntica, sino complementaria, cle la impli-caciór-r.

{ 5. Los uÉrooos urrlrzADos

El estudicl que presentamos aquí es un ensayo de elaboración epis-temológica y no una búsqueda experimental. Las investigacionescxperimentales acerca de las relaciones entre el conocimiento y lavicla consisten, por ejemplo, en trabajos sobre la herencia de Iainteligencia o de los mecanismos perceptivos, en análisis del ins-tinto, en investigaciones sobre las condiciones epigenéticas e inclu-sive bioquímicas de la memoria y del aprendizaje (intervenciónnecesaria del ARN, etc.) y no son nuestra especialidad.

Hemos trabajado experimentalmente, durante 45 años por lomenos, acerca de la psicogénesis de la inteligencia en el niño.Por otra parte, hemos hecho clos pequeñas investigaciones acercacle la adaptación al medio en un molusco acuático (Lirnnaea) yacerca de la anticipación morfogenética en un género vegetal (Se-dum) para mantener las preocupaciones biológicas que datan dcnuestros comienzos en zoología. Pero la obra que presentamos noes sino el producto de análisis epistemológicos de un autor queestá habituado, es verdad, a la experimentación, pero en otrosterrenos. Sólo que tales análisis, para no ser puramente especu-lativos, deben plegarse a las exigencias de ciertos métodos.

Acabamos de examinar los métodos que no hay que adoptar

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48 LOS JVÍETODOS DI] I]NFOQUE

y ha llegado el irromento cle que aclaremos cuáles habremos decmplear. Habiendo, pues, entendido clue para comparar con pro-veciro la organización biológica con las funciones cognoscitivas es

necesario comenzar por lto proyectar éstas en aquélla, ni por su-primir éstas por reducción a atquélla, ttos quecla por dcterminarón qué condiciones será fructuosa lar comparación, dcsde el puntode vista de los enfoques, y verificablc clcscie el pttnto dc vista cle

los controles.

l. La cotttpurut'ión de lr¡s proltlurtus.-t.lrr pritrtct' lné1odo cle

e:rfoque, pero que no trae consigo casi contrr.¡l intcrno, consisteii. poner dc maniliesto el parcntesco dc los problernas coguosci-ti.ros y de los biológicos. Lo hemos visto ya ($ 2) er, el caso de lacpigénesis de la inteligencia y clel clcsarrollo ontogenético de natu'raleza orgánica, pero no es ése sino un caso particular y el métodc¡de comparación de los ¡rroblcmas es muclrt¡ lnás general'

En csta forma general, el mótoclo col-tsisl-c cn ha':er un invcn.a-l i<-¡ de los problcnlas comllncs ¿r los estucli<.rs biológicos y a lasinvcstigaciones cie psicología cle ias .f uncioucs cognoscitivas o de

la epistemología cicnlílic¿r. Ahor'¿t bien, la búrsqueda clc tal inveu-tario conduce itrmedialamentc a c<-iurplobar que cstos problemasconlur-)es son cle natur¿rleza o bicn local o bien rrás general, csdecir, dcl tipo quc ltos cttc:otttl'iul'los por f'ttcrz¿t ell cada gran calli-tult¡ de la biología.

Los problemas localcs son cv'iclcutcs y no nos interesan aquí.Por ejemplo, el análisis dc unr pcrccpción o cle un esquema sen-sorio-¡notor plantea la cuestión dc s¡"ts tttccattismos ne'rviosos, lainteligencia nos rcnile a la cortcza ccrebr¿rl y el problema de losinstintos a cuestiones neurológicas y getrúticits cle incxtricablc dificultad actual, etc.

Por lo quc toca a los pr-obiellrírs geltcl'irlcs, quc son it-rs que lrosintclesarán cn cstc ensayo, es iilposibie f'c-¡rurttl¿trlt-,s sin sentirsede golpe empapados dcl scntimiento clel l)arentcsco profundo en-tre los mecanismos vitalcs y lcls coguoscitivos. En efecto, toclo cono-cimiento, de la naturalcza c¡uc sca, ¡rlantcu cl probleura de las rela-ciones entre el suieto y cl objcto, y cstc problema cia lugar a múl-tiples soluciones, segúrn qlrc se atribul'a cstc conocimienlo al sujctosolamente, a una acción clel objeto o a interacciolles clc diversasformas. Ahora bien, coll<¡ cl sujclo cs un aspccto clel organismoy el objeto un sector cualquicra clcl lncclio, el probicma clel cono-cimiento corresponclc, descle tal punto dc vista, al problema de lasrclacioncs entre cl organisnro y cl ¡neclio, cr-testión clut: no se puedellegaf que es la más gcneral clr.r la bic¡logÍu v sc vttclvc a cncontrarcn cada punto, a la vcz qrtt: cla lttgrtt'ctt c'ltcla rtrlo clc ellcls a solu-

I{ETODOS UTILIZADOS

ciones múltiltles tan diferentes elttre sí como lastcrnr.rlógicas o psicogenéticas.

49

solucioncs epis-

Se dirá que no hay en eslo más que trn simple juego clc pala-b1'as y que, si el sujeto estir bicn relaóiona<io con er órginismo y ctobjeto con el medio, la reración propia cle un acto cle cánocimientcrcomo la de nei sujeto s percibe una formau, o de (compr.enclc erteorema de Pitágoras> o .reduce la molécula cle agua a un com-i¡ruesto de hidrógeno y ox¡geno> no tiene ninguna rélación .o* u.organisrro vegetarl qlre se debilita a la sombra, que trasnrite su-scaracteres indepenclicntemente clel meclio n quó translor;¡.u,1 l¿.rl¡-rz en energía. Es scguro que, si sc comienzu pur- separ¿lr l,s c<.¡r<.¡-cimientos de sus condiciones psicológicas y liiiotógióas para consi_,clerarlos, como hace la introspección, como puros estaclos de con-ciencia que afectan a un sujeto puramente oespiritualo, no se vellrelaciones entre estos dos grupos de fenómenoi. p..o si recuerclauno que las formas perceptivas corresponclen a formas nerviosas,que el teorema de Pitágoras supone opéraciones que corresponde'cn sus fuentes a esquemas sensorio-motores (desplazamienfos, r.c-uniones, etc.), que el conocimiento físico es un compuesto cle datosexperimentales y de tares operaciones lógico-maiemáticas, ctc.,vuelve a encontrar en todo acto de conocimiento Llna construccióndc lormas y problemas cle organización o de tra'sformaciones:la cuestión de determinar las relaciones entre lo que viene clelexterior y lo que se debe a las actividacles clel sujeto cs, cnfonccs,idénticamente equivalente, cn eI terreno de esas- formas, de cst.rsesquenas o de esas operaciones, a un problema cle rclaci<¡ncs clr-tre eI medio y el organismo.

Ahora bien, el problema de las relacic¡nes entre el orga'ismoy el medio, el cual, ciertamente, puede ser consicreraclo corno racuestión capital de la biología, puesto que en todos los campos dela vida, cualesquiera que sean, todas ras soruciones crepenclcn cicé1, se subdivide en tres grandes subproblemas:

l.u Relaciones entre el organismo y el medio cn el ca.rp<-r clelas estructuras formatrices generales o filéticas (genoma, a.laptr_ción hereditaria y mecanismos de la evolución): yá .. truie cle lassoluciones latnarckianas, del esquema de las mutaciones al azttt.y de la selección por el medio o cre las soir-rciones cibernéticas cor)-tcmporáneas, es cvidente que vuelve uno a encolltrar, sin cesar, lascuestiones de dependencia o cle indepenclencia relatir¡a entre el ser.r iviente y el medio

2.o Relaciones entre er organismo y el mccrio c' los camposciel desa-rrollo ontogendlico (preformación o cpigénesis) y cle la

'a-riación fenotipica.3.o Relaciones entre la o'garnización inter'a y las aportacioncs

c\fr'rnas (¡:or ejcmplo, l¿r ali¡ncntación quí.rica o cneigéticr quc

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50 Los MÉlToDos DE ENFoQUE

emanadelmedio)enelmecalrisrnclcielasregulttcionesentodaslasescalas (genética, epigenética, lisiológica, etc')'

Es imiresionante volver a encotttr¡r la uristna tríada en los pro-

blemas centrales del conocimiento:l.oLasrelacionesentreelsujetoyelobjetoenlosconocimierr.

tosquetraenconsigounaparteeverrtualcleloinnato.EstaclaseAe cónocimientos ab"unda en el animal (si' decir nada acerca de su

lraao o de la ausencia de conciencia y manteniéndose en el terreno

cle los estímulos peiceptiuo. y del comportamiento desencadenado'

es decir, del ..sabtr hacer', que es una de las formas del <saber>):

*, oqr"í que designumos "oi-r

cl tó'.ino clc oinstintor. Es posible

ár" l*iit"" iguaháente en el hombrc csrrlrcru'as cognoscitivas in-

.ratas, en el óampo, por ejemplo, cle las percepciones espaciales'-, más precisamente,-cle loi caracteres espaciales de la percepción

ú;;;;l"ltit ¿eciAir acluí ta cueslión, p*esto q*e por el momen-

,i, ".to*o, hablanclo sóll cle problcmas)' También es posible que

cxistan en el hombre' no oiclcis inn¿rtas' en cl sentido de Descar'

tes, sino de las catcgclrías a priori crt eI scnticlo karrtiano de con.

diciones previas a tóda experiencia' Y ios biólogos que creen en

io "*i.terr"ia

de taies "rqr;"ito' a Ttriori, como es el caso de K' Lo-

i"r-rr, q.r" es a la u", .ti gran teórico clcl instinto y un kantiano

convencido, llegan a icleniificarlos con Ia inneidacl genética: oel

descubrimiento mayor y fundamenlalmente nuevo de Kant es' en

efecto, que el peniamicnto y la ¡erccpción ]tu¡tttlt¡g1 poseen es-

trlrcturas funcionales antes cie tocla cxperiencia ind.ividualo' Ahora

bien, <cree-o, q,r" podemos clemostiar la rclación estrecha' de

naturaleza funcional y plobablementc gc'nÚ'tictt, cntre.estos a prio-

,i ptopio. de los animates y del hombre"' Se acimitan o no'

i"fJ, fiipJtesis plantea^ el próblcma cle lus .claciones cntre el su-

ieto v el obieto en el conócimie'to sr,rptrcsta'ente h.ereditzrrio y,

¿;;J ".uuui"ot de ver por los textt-¡s' ett krs túrminos mismos

en que se presenra cl próblcma clc la hcrenciit y el meclio'

2.o Relaciones entie el sr-rjcto y el objeto en el aprendizaje

inaivictuat y en los conocimientos sacaclos cle la experiencia.

3., Relaciones entrc cl sujet<-l y cl objcto ctt las regulacioues

y eu la equilibración dc los conocimicntos y' sobre todo' en laáonstitución cle las estructuras operat,rias lógico-matemáticas,

;i;;;; ta tripOtesis la cle que las ()Peracio.cs que entran en juego

enestasúltimasconstituyenunalormaparticularde.regulación(y particularmente imporiante,. puesto quc se trataril de un nivel

b'e l"afiración y de generalizacién clc ¡-rs 'rccanismos

t'cgttladores

cognoscitivor, óomo*trataremos dc trlc¡str:rrlo cn el $ l1)"Aclvertimosasíquc}rayparalelislirocleproblcnrasgenerales,y,

I K. Lorenz,. (Kat¡l'5 I-:lif '' \ rrttt liprit't-iscltctr inr T-ichtc gcgenn':irtigen

B!ologie,, Rliitter t."'nrut.rr:1,, pltilt¡.s., lq4l, l¡ {pp. 9l'15), p. 100 (las dos

citas).

ME'fODOS UTILIZADOS

como veremos (Cap. III, $ 8-9), este paralelismo se manifiestacomo algo cada vez más estrecho cuando se sitúa uno en el puntode vista de la historia de las soluciones en sus variadas posibili-dades.

II. Las correspondencias funcionales.-Pero tanto esta con-vergencia de los problemas, como la hipótesis directriz formuladaen el $ 3 en lo relativo a las funciones del conocimiento, planteaninmediatamente una cuestión central, que habrá de ser objetc deun segundo método de enfoque: es el estudio comparado dr: esasfunciones de conocimiento y de las funciones vitales en general.Quizá hubiésemos debido empezar por este examen, pero es ne-cesario comenzar por tomar conciencia de los problemas parapocler situar mejor las funciones.

En efecto, para confrontar las funciones cognoscitivas con lasfunciones orgánicas, la cuestión previa es comenzar por ponersecle acuerdo acerca de la signiñcación del término función. Ahorabien, este concepto es utilizado en dos sentidos distintos: Ia fun-ción matemática y:f(x) y la función biológica, como la de la res-piración o la de la asimilación en general. La función matemáticaes una operación que efectúa un juego de transformaciones; o, sise prefiere, es la operación proyectada en las modifrcaciones delas variables o, dicho de otra manera, la ley misma de la transfor-mación (en el uso función y operación son casi sinónimas, perosc habla de operación cuando se insiste en lo que hace el sujeto ycic i'unción cuando se piensa las vinculaciones entre las variables).La iunción biológica parece constituir, a primera vista, u ra reali-claci totalmente cliferente, puesto qtre hace pensar en las ideas deluncionamiento y, sobre todo, de utilidad funcional, ajenas a lafunción matemática en su generalidad. Así pues, implica la exis-tencia de un sistema, es decir, de una estructura o de un cicloquc se conservan a sí ¡nismos, y abarca las actividades que con-cLlrren a este mantenimiento. Luego función biológica tiene en co-mún con la función matemática la idea de variaciones, así comola de actividades que las determinan, y es muy posible que unanálisis profundo de todo funcionamiento biológico pueda expre-sarlo en términos de funciones matemáticas, pero a esto se añadela noción clel sistema autorregulador de conjunto, del cual la fun-ción biológica es expresión del funcionamiento y cuyo carácter par-ticul¿rl deberían respetar las funciones matemáticas eventualmen-tc cmpleaclas para determinarlas.

Una vez dicho esto, hay que arladir que la primera observaciónimpresionantc: es la cle que las funciones cognoscitivas están máscerclr de las funciones biológicas en este sentido preciso del as-pecto de autorregulación que cle la función matemática en su ge-

5l

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52 Los MÉToDos DE ENFoeuE

neralidad (lo que, naturalmente, no irnpide de ninguna manera nique puedan traducirse en funciones matemáticas adecuadas a estecarácter autorregulador, ni que constituyan la fuente de las fun-ciones matemáticas en su generalidad).

No obstante, aparte de la autorregulación en la cual insistimosprecisamente en el enunciado de nuestra hipótesis directriz ($ 3),nos preguntamos si existen otras funciones comunes al conocimien-to y a la vida. Las funciones biológicas desembocan en eI mante-nimiento o conservación de la vida, y las funciones cognoscitivasen conocer y en comprender. ¿Qué hay de común, aparte de estaafi.rmación banal y total insuficiente tie que las percepciones, larnteligencia, y sobre todo el instintc¡ colaboran por igual a la con-sc'rvación de la vida? Por eso un estudio comparativo de las fuu-crones constituye un segundo métoclo nc'ccsario de enfoque y, aimismo tiempo, de control.

Aristóteles, cuya epistemología se csforzabr por coinciclir conl¿. del sentido común, descubría cn cl conocimie¡rto una toma cle:osesión de las oformaso de lo real dadas fuera cle nosotros, y cltomismo, que prolonga el aristotelismo, insiste en estc aspectorealista al sostener qLle en el arte cle conocer cl sujeto (se convier-te en> el objeto: no se conviertc en tal más quc intencionalmente,sin cluda, y no materialmente, pcro la intentio no es sino el pro-ceso que capta Ia "esenciao, de tal manera qr-re, al convertirsc enel objeto, el sujeto alcanza su forrna esencial, o natnraleza cxte-rior a la nuestra.

Desde Kant, por cl contrario, el co¡rocirniento ha podiclo serco¡rsiderado como una incnrporación o integración clel objeto afornras interiores al sujeto (cl uformas" a priori), dc manera qlrc,conservando el vocabul¿rrio an[erior y retenienclo, ¿r la vez, cstcdesplazamiento cle las formas ciel objeto al suieto, podríamos clc-

cir también que el objeto <se convierte> cn c-'l sujeto c¡ se iclcliti-lica con un sector clc su actividad cognoscitiva.

Nlanlcnióndonos cn cl plano clc los <¡rroblcmasr, cle quc habla-mos cn cl sr"rbtítulo I, se ve inmcclialamente la traclncción ¡rosiblcde tal debate histórico cn cl terreno de los intercambios entre elorganismo y el medio: ¿en Ia acción de la luz sobre una plantrrvcrdc, lo que hay que ciecir es quc la luz sc vuclve clorolila, o queel cloroplasto se vuelve luz? 1. Asi planteada, la cuestión no tiencningirn sentido y es evidente que a este nivel clel desarr'<¡llo sc pro-ducen interacciones talcs que despojan de significación c'[ estable-cimiento cle una frontcra est(itica, entrc los organismos y l:rs apc-rr-

t Un filóso[o dirá inmcdiatamente, sin ducla, clue la cornprración no vrlc,pues se trata en este caso dc materias, c'n tanto que el conocimie¡rto ticni.que ver con uesencias>, ¿pero qué es una (csenciao sino la estructtll'a lógico-male¡nútica que nos hace colt.tltt'cntle¡' al otljef t-r rrrnlet'ial?

T,ITJ'I'ODOS U|ILIZADOS 53

lilci<-¡nes clel mcclio.. Ahora bien, ocurre exactarnente lo mismo enlo que concierne al conocimiento.Así pues, diremo.s que ra primera función crel conocimiento esla cle ser una asim,a.ii¿n, pi"cisaÁ"rrte en er sentido de una in-teracción entre el objeto y el sujeto, tal que fruyu,- o li uez, aco-modación lo más compleia poritl" a los .u.o.i"i., áel objeto,pero incorporación igualmente esenciar o

"rt..r"t.riás lnteriores(cualquiera que sea el modo cre construcción cle éstas). En estaasimilación er sujeto se convierte en el objeto tonto .olo se quie-ra, puesto que le acomoda a sus esquemas; pero para convertirseen tal, no sale de si mismo, ni cambia su naturaleza, Ia (compren-cleo, la (capta> o Ia <conoce>; otros tantos términos que, et:molo_gicamente, implican a la vez una toma de posesiJ' y=ii.u cclabo-ración.

Pero la asin-riración no es sino una noción funcionar, y no es-1i-uctural, es clecir" quc existe gran número de estructuras diferen-tes ctc asimilación, Io cuat p"r"mite, pr.ecisament;, ;;;i;;"r las es-*Lrcllrras cognoscitivas. La asimiración clorofílicá "; ;; icréntica., l¿r de las sales minerales que efectúan tas raíces'ütu-"pturrtu, .,i¡t l¿r clc la rcspiración cle loi animares acuáticos o t"r."ri.as, ni alas múltiples fo.nas cle cligestiór.. Áiip.r"., es eviclente que la asi-miiación cclgno-sciti'a debe

'epresentar tormas totarmente dire_.cutcs aún: cs lrna incorpora"i,ó.t funcional y ""--"i"ri"l cle rosrbjetos, c' el senticrcl

,cle ilue los integra en esquemas de acción oclc, ¡rcrcepcign y no. rc¡s somcte, poi ta.rto, a transformacionesc¡lrímicas, sah'. precisarnente en lai reacciones fisiorógicas propiascle las per-cepciones elementales.

'cro, a parti' de ra asimilación, cierto número cre otras runcio-ncs o clc propiedadc-s funcir-¡rares soll comunes a las formas cre co-

't.¡cil'iento y a ra vida -orgá'ica, en particular t.r,r", áqu"lras queiil'rrt¡'caba la noción globaiy mal análizacta ,i" lüt.üi-anr", ,leclrrc l's cibernéticos mocreriros rrubiesen tug.uao frffi.ionurnu,los llumadc¡s r..¡creros tcreonómicos (y y3 no telcológicos) o equiva-lerrrcs rnecánict¡s cre ra finariaa¿: coriro Ias pr.opiccratres crc utilidaciluncional y adaptación, de variación dirigida, V,'-r"Ur"",odo, cleenticipación. Irn efecto, ra anticipación es, junto con ras fetroac-ci,'cs, uno cle ros caracteres mái generales" cte las }urJiu,,", .ug-',sciti'as: intc^¡ienen anticipacionJs desde tu p"r""p.ilr] lo,

"on-d.icionamicntos. y los esquemás cle hábito; el instinto c"s un vastosistema clc. anticipaciones sorprendentes ), verosímilmente incons_cic'tes, mientra-s que las inférencias clel pensamiento elevan Iasanticipacio¡res al rango c1e instrumentos conscientes constantemen-te utilizad.os. .Luego las funciones biorógic". ;; ;;;üiJrrl.uri to-clits, antici¡r¿rcloras y ei clesarrollo embriogenético no es sino unaanticipación sistemirtica cle los estaclos y los funcionamientos ul-tc'ro.c$. r\sí ¡rrrcs, c:rn'cncrrá lr¡ralizar cró cerca ro;-.;;;;;gencias

Page 32: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

54 Los NIEToDoS DE ENFoQUE

o diferencias entrc las anticipaciot'tcs orgánicas V las cognosci-tivas.

Observemos aún, a propósito dc estas analogías funcionales,laS cont'ergencias sugerentes de r,ocabulario que se obserl'an hoyentre el lenguaje utilizado por los biólogos y cl quc cs de reglaen psicología o en epistemología cle los conocimientos particu-lares: en efecto, el lenguaje 6ls l¿ uinformación, ha pasaclo a sercosa común en biología, Io ¡nis¡no qrrc cn las disciplinas quc sc

ocupan clel lenguaje o de Ia intelige¡cia. Se habla constantemcn-te, á este respecto, de la información del genoma o de las trans-n,isiones de informaciclncs quc ¿tscgtll'¿r¡r la accicit-l clcl ge¡oma s<.1-

b.-e el desarrollo ontogenético; Schmalh¿rusen habla clc las in-tr.¡rmaciones que provienen ciel lneclio por el ca¡r¡r! clc la selección,¿'cétera. Este lenguaje, lo mislnr.¡ qr-rc cl cle llr u¡rt'ograr.naciónn

q.re interviene sin cesar eu los anirlisis rlcl prtlg|ama genético in-r-

puesto al curso de la cmbriogéncsis, ll() cs antropomórfico 9 ¡lsi-comórfico: se refierc a ias rnáquinas programaclas y a las uinli-rt--

macioneso que ellas manipulan, io que nc,s llevará (subtítulo IV)a hablar clel empleo cle los modelos ciber¡éticgs como método clc

enfoque en las compirraciot-lcs entrc l¿r vicia V cl conclcimiento.

III. Los isontorlistttos estrttcttn'ales.-Pero, cn lo succsivo,convendrá indicar la necesidad de un método cle comparación es-

tructural complementario de las comparaciones luncionales de que

acabamos de hablar. Los clos métodos no soll idénticos, porqueuna misma función puede ser desempeñada por estructuras cle

órganos muy diferentes y porqLle ttna mislna estructura puede

cambiar de función. En efecto, como las estructllras son mttch<-l

más numerosas y variables que las funciones, no podría haber co-

rrespondencia término a término entre lc¡s cios conjuntos y esto

impone la necesidad de dos métodos diferentes.Esta distinción se hace tanto más necesaria cu¿rnto que si las

funciones comunes casi no pueden describirse todavía en térmi-nos lo bastante precisos para traer cOnsigo ull comienzo cle veri-ficación interna, los isomorllsmos estructurales pueden expresar-

se en un lenguaje algebraico o logÍstico que obliga a la precisión

I'facilita el control.Mucho más aún la noción de isomorfismo o, como clice Berta'

lanffy, de ohomología formalo permite introducir grados de cc¡-

rrespondencia, lo cual casi no es inteligible en el campo de las

Com-paragipnes funcionales. Hablarcmos, ¿I este respecto, cle uiso-

morfismos parcialeso, corrienclo el riesgo cle inquietar a los lógicospara los cuales un isomorfismo cs total (correspondencia bi-uní-

uoca ettre IOS elemcntos de Llna estrtlctura ¡l y ios clc la cstructLt-

N'TÉTODOS UTII-IZADOS

la A' y entrc l¿rs relacioncs que los unen en A y aquellas que losunern en A', sin exceptuar su sentido de orientación), o 'ro existe.En cf ecLc.l, el inconveniente cle la noción de isomorfismo parcial esquc sc podría introducir tal enlace entre no importa quién y noimporta cuál: una pulga cs parcialmente isomorfa de la luna,pucsto quc ambas ))resentan una forma más o menos cerrada, semlleven, ctc. Pero los isornorfismos parciales adquieren, no obs-tante, trna significación instructiva si se satisfacen las dos condi- I

cioncs siguientes:a) Posibiliciacl cle indicar los plocesos clc transformación que

pucden Ilevarnos clc una cle las cstructuras comparadas a la ctra,l¡ ) Posibilidad cle hace r quc cstas tra¡rsformaciones cc)rrcs-

¡:ondan a un proceso real ), obscrvable, cle naturaleza histi'i ica ogcnética (epigenética, etc,).

Ahora bien, cstas dos condiciones puederr satisfacerse cn elcaso cle las comparacioncs crntre estructuras orgánicas y cstruc-trrras cognoscitivas en forma clc filiaciones por diferenciacioneso neoconstrucciones o, inclusive, parcntescos colatcralcs a partircle ulr origen cornún,

Por ejemplo, encontramos relaciones de orden (A->B--->C.-+...)cn todos los niveles orgánicos. Los genes están ordenados espa-cialmcntc en las espirales clel ADN, Intervienen, según un ordentcmporal, en el curso del ctesarrollo epigenético (se sabe, de talilanera, qur: no son los mismos genes los que intervienen en losestaclios cle larva, cle oruga, de crisálida y de insecto perfecto).Hay un orclen evidente de sucesión (lineal o cíclica) en los por-nienores cle los funcionamientos fisiológicos. Desde el punto devista ncrvioso, \'oll'emos a encontrar la relació¡r de orden en lasI'ases cle la activación o clel desenr,olvimiento clc un reflejo y a for-tíorí cle un instinto complejo. En el campo cle las conductas acl-c¡r.riridas por aprendizaje y de las coordinaciones sensorio-motri-ccs, ia relacjón de orden interviene evidentemente, por ejemplo,cn la sucesión de los medi<.¡s que permiten alcanzar un objetivoperseguido, etc. Asi pucs, está claro que, al nivel de las operacio-nes intelectuales, cuandc¡ un niño se ocupa de seriar objetos con-forme a un orden de sucesión determinaclo, la relación de ordenno la sacar¿i de los objetos mismos, puesto que es el sujeto el quelos ordena (e inclusive si sc cree que la saca lo será por mediocle percepciones ordenadas conforme a la sucesión de los movi-lnientr¡s oculares o de las exploraciones táctiles, etc., y d^ manerageneral utilizanclo cr¡nductas ordenadas), La relación de orden,por tanto, nos cs dada con anterioridad en innumerables ordena-ciones orgírnicas, y el problema psicogenético consiste en sabercómo cs abstraída por reconstrucciones sucesivas, pero por re-cc¡nstruccir.¡nes que se apoyan siempre en datos anteriores.

Por tanto, es un método a la vez legítimo y fructífero poner

JJ

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5A t-0s \fl-tl'oD()s Dr: l-lNF(x.)t-l'

de manifiesto los isolnorfismos parcialcs entl'e estrucl.uras compa-rables de diferentes uiveles. En cl caso ¡rarticular clc las relacio-nes de orden, existe, cle tal manera, utta multipliciclacl de estruc-turas o¡:denadas o semiordenadas cruyos clementos comLlnes sc

pueclen poner de relieve. Ahora bicn, como las estructuras puedetlexpresarse en términos lógico-matc:máticos con mucha más preci-sión gue las funciones, se pueden así apreciar los grados clc iso-morfismo con menos peligro de ilusión que comparando enlacesfuncionales por mcdio del lcnguaje solamente. Resulta que el mó-

toclo de enfoque fundaclo en los isomorlismos estructuralcs llevaconsigo su propio control más qtte los métodos antcriores v qu(',por tanto, nos veremos llevados a utiliz¿rrlo cn la medicla tle loposible.

Observemos, a este respecto, qr-te la tentativa cle Woodgcr clc

proporcionar una axiomatización Iogística de las estructuras Y

procesos biológicos se presta a lacilitar esta tarea. La ñnalidacl,Je Woodger no consiste, de ninguna manera, eu llevar a cabo ttna

"omparaóión de los mecanismos cognoscitivos y los orgánicos, y

.odavía menos en explicar los primeros por los segundos, ya quc'por el contrario, traia de aclarar los segundos por- medio de Ias

tormas más refinadas de las estructuras que depenclen de los pri-

meros. Pero ni que decir tiene que, en la medida en que Ia em-

presa tiene éxito, culmina por eso mismo, v sin quererlo, en po-

ner de relieve isomorfismos, al menos parciales, cntrc las estrLlc-

turas Orgánicas axiomatizadas v las estrllcturas co¡:ltoscitir¡as qtlc

sirven para esta formalización

IV. Los modelos abstraclos.-Esto nos conducc a un cuartométodo de enfoque y de control: la utilización clc moclelos abs-

tractos y cibernéticos.El esfuerzo de Woodger no tiende, propiamcnte hablando, a

hacer progresar la explicación en biología, ya que este lógico no

propone esquemas explicativos nuevos: a Io que tiende es a acrc-

óenlar el rigor de los razonamientos de los biólogos, lo cual puede

favorecer indirectamente Ia explicación, pero vcrsa esellcialmentcsobre los conocimientos propios del suieto biólogo y no sobre clobjeto de su conocimiento, es <lecir, el organismo, v todavía mc'nos sobre el organismo consideraclo como suieto (o futttro su,ieto)de conocimientos.

Por el contrario, se puederr utilizar rlodclt¡s lógico-matemáti-cos para tratar de' explicar los mccanismos orgáuicos o biológi'cos mismos y ni que dccir tiene que, cn l¿r nredida en que talcsensayos tienen éxito, sc poclrán siernprc tratar dc aplicar los mis-

mOS esquemas ell tal O cual aspcctrJ clc'l desarrollr¡ cle las tqllci1,-

\.ftl'l'ODOS UTII-IZ.¡\DOS 57

ilcs cogltoscitiv¿rs, io qlre conclucirli, crl caso clc ixito, a encontraranalogías instructivas.

Los ensayos matemáticos pueclelt propoltcrsc, de golpe, alcan-za. ur-l graclo clevado de generalidad y, al mismo tiempo, una pre,cisión cuantitativa cle naturaleza comparable a Ias de

-las ecuacio-

rres f ísicas. Es así como tr-atan cle proceder algunos matemáticoslrortcamericanos como Rashcvsky y Rappaport, o italianos cornoI¡antappié, pero llegando a '"'eces a fórmt¡las de tal generalidacl quesu significación cle.ia de ser evidente.

LIn método más modesto y quizá más seguro consiste en apun_lal a la gcneraliclacl, pcr,-r n<¡ a l¿r cuantificación o, cricho rje otran)iurcl a, c¡r conlclrlarsc colt insIrumcntos crralitatir.os I, lógic )s, no1.Xr|a axiomatizar las teorías, cc¡mo Io hacc woodger, sino ¡a:"a for-inalizar las estructuras o lr>s proccsos a frn cic comprenderlos me-i.r-. Asi proceclc J. Grizc, cn nnestro centro cle epistemología ge-nética, y por tanto podenros esllerar obtener informaciones acercacic los isomorfismos estructurales, aunque sean parciales, en elsentido examinado en el subtítulo III.

Por otra parte, Ios métodos matemáticos se utilizan cada vezl-nás, no ya para expresar los procesos vitales más generales, loque sin cluda es un tanto prematuro, puesto que sJ los conocemal, sino para resolver problemas bien delimitados en Ios porme-nores mismos cle las investigaciones positivas. Así, Ia colaboracióncle los matemáticos cn genótica ha sido fundamental doncle set'ata de determinar por la teorÍa y el cálculo en qué condicionesse puecle llegar a los resultados experimentales obtenidos. porc.iemplo, con apoyo de las deducciones matemáticas se l.a llesadoa comprender que el genoma no funciona a la manera de un lon-junto de elementos discontinuos que obran de una manera alea-toria, sino que, además de los genes estructurales, hav que con_siderar los genes reguladores o transformadores, y qúe, ademásde las mutaciones, aleatorias en parte, quedan por considerar lasrccombinaciones organizadas.

Pero, sin contar que tales progresos teóricos aproximan vascnsiblementc los mecanismos genéticos a los mecanísmos funcio-nales en general y, por consiguiente, en parte, al funcionamientocte los mecanismos cognoscitivos, el gran resultado cle los esfuer-zos de matematización en cl campo de los procesos regulacloresha sido la construcción de modelos cibcrnéticos, teóricós o con-cretos. En efecto, la cibernética es, ante todo, la teoría de la guíay de Ia comunicación: explica la manera en que un mecanismopuede dirigir a otro o dirigirse a sí mismo por trasmisiones ycfectos retroactivos o anticipadores de información.

Ahora bien, los modelos cibernéticos, cuyo empleo es cada vezmás lrccuente en toc]os los campos de la biología (clescle la gené-lica hasta la etiología), tienen el interés inapreciable para nos-

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58 LOS MÉTODOS DE I]NFOQI]E

otros de expresar directamente estructuras en juego en todos los

mecanismoJ cognoscitivos. En efecto, el conocimiento consiste

esencialmente no sólo en adquirir y acumular informaciones, sincr

además y sobre todo (pues sin esto serían inoperantes, y, por asÍ

decirlo, ciegas¡, en organizarlas y en regularlas mediante siste-

mas de autocontrol oiientados hacia adaptaciones, o, dicho de

otra manera, hacia la solución de los problemas. Todos los con-

""ftor de la cibernética tienen significación inmediata en el domi

nió cognoscitivo y su empleo en biología no puede sino- contribuira mult'ípücar los isomorfismos estructurales de que se habló en el

subtítulo III.

v. La epistemotogía de los niveles de comportamientos.*Eler tudio de lbs isomoifismos funcionales (II), estructurales (III) y

rle sus modelos (IV) conduce naturalmente a comparaciones que

no tienen que ver sólo con los términos extremos (como serían,

p rr e¡empló, el genoma y las operaciones lógico-matemáticas del

prttuiti"ttto humano), sino que deben proceder progresivamente'pasando de un nivel de organización a otro. De esto resulta que

iales análisis comparativos desembocan necesariamente en compa-

raciones sistemátiias entre los diferentes niveles de lo que podemos

considerar como funciones cognoscitivas en todos Ios escalones,

del reino animal al menos. Así, lo que podemos llamar apren-

Áou:" o (memoriao, d.esde el nivel de los protozoos' evidentemen-

te há de considerarse ya como un comienzo de reacciones cognos-

citivas. Todos los problemas del instinto y, de manera general'

todas las cuestionei abordadas por la etología en los campos de

io, "o*pottamientos

tanto <innatos' (ocomo se decía antaño>' se'

;11" ü áicen hoy los jóvenes etologistas anglosajones) como "ad-quiridosr.

Pero esta comparación interna de los niveles de mecanismos

cognoscitivos coiniide con lo que dijimos anteriormente (subtítu'

lo-I) a propósito de la comparición de lc¡s problemas. Está claro,

en efecfo, que tan pronto como se habla de percepción, de apren'

dizaje, de -memoriá o de comportamientos total o parcialmente

innalos, en el terreno de la psicología animal o de la etología, las

cuestiones que se estudian pueden cxplesarse,. indistintarnente, en

términos de organización endógena clel scr vivo y de acción del

-Láio, o en tér;inos de organización i¡terna del sujeto y de pro-

piéáuá"r del objeto: no es sino una diferencia de lenguaje y los

problemas son idénticamente los mismos'El quinto método de enfoque y de control que hemos de utili-

zar pafa nuestras investigaciones c<lpsiste, l)ues, en lo que podemos

llamar epistemologia comparacl¿r clc lc¡s rlivcles de conocimiento'

Si llamamos epistárnología, no al cstuclio ,-:artsal, y por consiguiente

N1ETODOS UI'ILIZADOS 59

psicofisiológico, cle los f actores crue hacen posiblc cr funciona-rrientcl cle u. cr.¡noci¡nicnto (por éjer,prcl, las concliciones nervi<_r-sas v el clispr.lsiti'o nlaterial q'e explióa¡r las

'ariaciones cle unaperccpción), sino al análisis cle las conclicjones cle verdacl (o deadccuación, adaptación, etc.) cle los co'c¡cimientc¡s considerados

colno relaciones clc información entre cl sujeto y los objetos, eseviclente qtre volvemos ¿t encontrar, cn toclc¡s los niveles, el nro-blema epislcrnológico. Tar y como se pueden estucliar lu.'*"Jti"ines epistemológicas der espacio, del tiempo, cre la cáuiaridad, del¿r conscrvació' der objeto, etc., en el niñó comprendiJó entre lasccladcrs cle l-3 a 12-18 meses, así también buen número cle cuestio-'es análogas, e incrusive consiclerabremente agrancraclas, puedc' yclebe. plantearse en todos los escalones cle ra évolución ani:nal.

Por eiemplo, es imposible suministrar hoy cn día trna :piste-rnología algo completa de la noción o cle los "rq".-ii ,t"t tt"-po,asÍ como de sus relaciones con las verociclaciesldesplazi,nientos olas velocidades-frecuencias (tempo del ritmo) sin tomar en cuenraias reacciones temporales cle -múltipres grupos cle animalcs, porc:jemplo, las relaciones entre las reáccioñ"r't"rnlru.ates y ros rit-mos en las abejast.

Tampoco es posible lregar a una epistemologÍa completa crelespacio sin tomar en cuenta los conductas sorprendentes de orien-tación o las reacciones frentc a los movimient^o, a"láu-ástros quccncontramos en di'ersas clases de animales y que culminan en laestructuración de (grupos de desplazamientoi, inar .o-fiejos queaquellos de los cuales se adueña ór ni¡o en cr niver sensorio-mc¡tor.Uno dc nuestros maestros, que sin embargcl era un tági.o puroy conocía sólo de lejos la. biología (y hacia ígtO), *pi"r? un díaesta opinión profunda a tÍruro de concesió"

"n lérp,J"rii'a aecta-raciones acerca de la necesidad de una dimenrió; ú;bgica de rosproblemas: (evidentem€nte, si pudiésemos entrar en la concienciade-una ho'niga sin orvicrar por ello ros mocros a" p.nsurlLlmanos,tr-¡dos los problemas del conocimiento quedarían r.esueltoso. pus5bien, ni siquiera hay necesidad cie entrar en la conciencia de unzujeto para juzgar en materia cle Ios conocimiento, q""- su con-ducta supone, y un análisis suficiente del desarrolro á"-¿rto ,,o,Ilc'a a comprender las reraciones entre.el su.ieto y lo, oüie¡os quetraen consigo estos con.cimientos, o clicho .ie <ltia man-cra, entrelas actividadcs del organismo y el rneclio.

La.epistemologia comparacra habrá cle alcanzar sLls Drogresosmás decisivos ell el camp' clel estudio cre las conductas. No eséstc, dc ninguna manera, un punto cle vista iluevo. vimos-ante.ior_mentc quc uno de los fundadorcs cle la etología contemrrorárnca

r A cste fespecto se conocen ros notables lfabajos de Bünning accr.ca crclos l'itntos en l<¡s vegetales 1' en los animales.

Page 35: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

60 l-os rrÉToDos DE ENFoouE

en sus perspectivas nobjetivistas>, K' Lot'enz, ha trataclo de mos-

trar Ias relaciones entre el kantismo, al cual se vincula' y el papel

á;";;;"do por lo innato en el cot¡portan¡icnto, plauteaucto cic

manera sugerente el problema cle las condiciones previas de toclo

conocimielito. Ahora bien, es precisamente esta cuestión de lo;;;;;; ;;da adaptación 1o que constituve el problema comítn clc

ia biología y de las funciones cognoscitivas'

VI.Laepistemologíatlelgbiología._otrométododeenfoqueconsiste en ia epistemología del conocimiento biológico y en su

comnaración con la ucríticao cle los colrocimjerltos cle psicogené-

tica o también epistemológicos. Sin clucla, nos encontramos aqul

cn un plano distinto del de los métoclos ¡rrecedentes, puesto que

se tratá esta vez clel conocimiento propio clel su.ieto biólogo y no

clel clel organismo como sujeto. No obstantc', lit cpistemología cicl

canocimieñto biológico es muv instructiva por lo que respecta a

l¡ naturaleza del óU¡"to por conoccr, por tanto, del .organismornismo, y por lo que este método VI, atllrque sea lnctlrecto' no

clebe deiarse de lado.En eiecto, se puccle sostetter, y crcemos que tal es el resultaclo

cie toda la críticá moderna, que el objeto cle ttn conocimiento no

eri nunca completamente independicntc cle las activiclades clel su-

jeto, en el senticlo cle que si la obictivid¿tcl constituyc naturalmen-ie et ideat de tocla ciencia, en partict-tlar cxperimental, esta obie-

tividad está, no obstantc, subol"clinacia ¿l tres concliciones:

1.o En primer lugar, la ob.ietiviclacl cs Lln proccso y no un

estaclo. Estó quiere decir que no hay intuiciones inmecliatas qttc

capten el objeio de manera válicla, sin' quc la ob.ietividad su¡rone

un encadenamiento cle :.rproximaciot'rcs sltcesiv¿ts que qtrizá nunca

terminan. Algunos llegan a la conclttsitin, tarnbién en los meclii-rs

en los q,r" téi.ru la clialéctica llalnacl¿r nraterialista en el senticlo,

precisamente, de la prioriclad del ob.ieto, de que éste se capta cn

Ll sentido solamente cle un ulímitc' rnatcrn/rtico, es clecir, llunca opor el solo canal cle un mecanisllt¡ infcrencial'

Así pues, parece scr evidente que cttauclo el biólogo nos hablahoy rniimo clil gcnorn¡, clel AIfl/, clc la sclección, clcl icnoti¡-r', o

inóluso cle una especie o cle ttn *inclivicitl<l,), son óstas nocioncs rc-

lativas a un clcterminacio graclo clc a¡lroximación, \¡, antes cle com-

par;rrl:rs con nociones propias cle la itsicogéncs.is o clcl análisis cic

ias funciones cognoscitil'as, quizir sea útii ¿tnaliz;rr eómo ¡an siclo

cOnStn¡iclas unas y otras, pues el cxamcn clc las aproximitciot1cs

suCcsivas eS, cll aig.,ttcrt ¿lsPcCtos, titn instl rtcf ivo cc¡tllt-r cl clc los

estados actuales.2.n En segnnclo iugar, las aproritnucioncs c1t.tc cotrclttccn al ob-

icto no son <ié naturaleza simplenrcntc arlitiva (cf'ccttl acttlrrttlaliYrr

\llr r ()rx)f; t' I ILIZ \DOli 6l

cle iuformacir-¡nes qlre se sunan o se encaclcnan sin nrás), sino <1trc

suponell adern¿is un proceso escncial dc cit:sccntr¿rclo, en cl sentidorle l¿r liberación de aclhcrencias subjctivas o cle plenociones juzga-das exactas al principio por el solo hecl-ro cte que st-rn rn¡is simplespara el suieto, En el campo cle las nociones biológicas, 'as adhe-rencias subietivas scrán, por ejemplo, las asimilaciones incons-cientes o quericlas clc clat<.¡s orgánicos a esquemas sacados de laintrospección (r'crr i\ 4, subtitulós I-III) y las plenociones poclriin ¡

scl', cntre otros, csclLrcmas alomísticos, lan coercitir,r¡s en los co-micr-rzr-ls cle tclcla invcstigac-ión antes de que se lleguc a ias ideas clctotalidaci organizada.

3.u Iln tocl¿rs l¿rs cicnci¿rs expcrimentales i.rv¿rnz¿rcilrs, clryo pro-totipo cs la física, la corrqtrista de la ob.ietiviclad n<.¡ cc¡nsistc encaptar al obietc-r cn cstado <dcsnlrdo>, por así dccirlcl, o puro, sinocn cxplicarlc¡ y cu clescribillo por mcdio de cuadros lógico-ntatc-máticos (clasificaciones, puestas cn relación, lnecliclas, funcicnes,ctcétera), luera de Ios cuales toda asimilación cognosciti'r¡a es inr-posiblc. Ahora bien, estos cuaclros son relativos a la actividael dc1suieto, cle un su.ieto descentrado, entiéndase, y por tanto epistó-mico y no strbjetivo cn el sentido de individual, sirto, tl<¡ obstalrtc,clc strjcto; por tanto, no está permitido hablal' clc ob,ietir,idacl o cler

objeto sin remclntarsc a condiciones previas cle organización cog-noscitiva y, a estc reslrecto, aun la comparación cntre cl lnoclo clc

croltociutiento ¡rro¡'ri<-r del biólogo v k¡s clel teórlco clel clesat'rollo psi-cogenético o cle la epistemología es indispensable para lrttestros.fitlcs.

Para citar solattteute un e ienr¡>lo, nacla llav rtá. instructivo c¡uc

analizar de cerca las il-tnumelables sitttacioncs cn las quc cl espi'ritu clel biólogcl sc halla en conflicto entrc csquclrlas cle precleter-miuación v cle construcción o cle cpigónesis. El caso no es sol¿t-

mente exclusivo, lri con mucho, del terreno dc la embriología ($ 2),

sino cle toclas las circunstanci¿ts en las que ¿rparcce un carácterl.)Llevo. Ahora bien, en gran número cle situaci<¡nes nr-¡ cxiste nin-gulta expel'icnci¿t realmentc crucial parzr clcciclir si Ia rccombina-ói,in a la c¡¡c sc asistc, consiste cn ¡na construcción nlte\'¿l o L'n la

actualización clc posibiliclacles Ya inscritas etr cstaclo yirttlal en lacstructura clacla anteriormentc. En efecto, llacla lrlírs clifÍcil c¡uc

nranc.i;rr lacionallncntc Iit iclca clc lo virtual, ptles, en buena lógica,¡o tienc significación prccisa tuás quc e11 tlll marco cle Cot.lsr,rt'r'¿r-

citin. Ahclra ltien, cn tocla tralrs[on-nación rr¡-ros clementos sc co]-l-

scr\,¿ln en t¿ulto que otros s<¡n moclificaclos; ;tsí pues, intctvicnccasi nccesariamcnte ltlr f¿rctor de clecisió11, \¡ t-lo sólo dc inforrl¿t-,i'ión, cn la eleccicin tler las lripótesis conforl.¡lc a Ias cr-rales cl ntt,.'ttrcanictcr crr itrcgtt clc¡'rt:rrclc clc ll rnclclillcaciórr o clc los clcrtletltosconsen,ackrs. Iltr otras palabras, los únicos cotltrolcs posiblcs clc-

pcrrclcn mcnos cle hcch<ls rncltstlrablcs v aislablcs qtlc clc ln crlll-llorit¡rcirjll glob:rl cnllr'eI cotrittrtto tlcl sistcl'llit itrlcr'¡tt't'tittit'o:ttlo¡.r-

Page 36: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

62 I-Os t\lÉTor''os DE ENFoQUE

tacio l' el cclnjunto cle los hechos quc se hallan ir ciispt.rsiciÓtl clr cl

;;;¿tio considerad<¡ cic la investigación'

Ahora bien, talc'i anírlisis epistcmolóSitut :1.rl]. ")ltt?..'*ot tttt-

tructivos para nuestros lincs cuanto qu" iuttt'"rgcrt' clc hccho' col-t

lo que se puede clecir cn los campos psicogenéticos y cpistemo-

iógicos clonde,-cu pt'tit"1^t' sc clestubre ltn conflicto pernal"lentc'

en toclas tas tur.n-'al, ;;t:; las tenciencias aprioristas v las cons-

tructivistas'

VII. La itttcrpretctciótt biotógica dc Ios tipos cle cottocinúett'

/o.-Un último mót<¡clo tlc cnfoquc c1r-re tetrdremos qtte utilizar con'

siste cn .,n "n'nrt'"tü "plit"tié" ¿c tas tcorías explicativas de l¿r

biología a los hechu'-piitug"'ré1icos rclatiYos a las funciolles cog-

noscitivas'Esteúltimométocloptleclc.parecernltlvaIt.cr,itlcr,l.lttcstoquc

no poseemos todJ.lia';rl";i;r'- üiotógicr-'s qr.rc harían posible la

comparació,', 'ubt"'i.,"t'no' cspecílicris ct"¡b lt" clc l:r p;rrticipa-

::#T;ffi;;;; f*,;;", i.,"r".iit"r.i<¡s cr.r la claboración tlc las cs-

r,'ucturas .ognot'iii';ái' pát eicmplo' cs c¿rsi :i':''pt:'. imposible'

ho_v tanto.urrro u',.,-,".ii"¿rr.frf iigfo xlx, cieciciir c¡uó cs Io quc

ñá#;; fi"r"¿it^,-io en la csr^rctr.rración clc las 'erccpc:iones

c

ir:tuiciones "rput'oi"S] liu' t'"t climetrsiones?: ¿l-1:.,localizaciones

¡rtismas?, ¿ta lntuiiiOrr cjc lo contintt<'¡ cr-l sus forrlras simplementc

oerceptivas t.ut't "i' contritclicciolrcs itnplícitas: zl incli[ercnciaclo

áJ;t-)'-t ¿e C, pcro ¡rl clistintr"¡ dc C)?' ctc'

Sin embargu, t" i-pon" la -conf

rontaciórr' atlll(ltlc no sea mas

(iue para ap,"ntl"': " ¡""tinut 'ol'..,f.:ob'"tnas

v a clclimitar mejor

lirszotlascleigrr<-rranciar,clcinvestigacionesqLlchavqtrccfectuar.Pc..¡, inclttru tun

'i;;i;;;tt;j;ncia cle- cst.s i'entitias lteurísticas' se

imponc la conlrontaciótr t¿tntc¡ lnás cuatlto quc la nrayoría cle los

biólog<.rs ¡on otrliJoftu corl totalr'crrte l. ixistcncia clc l¿rs I'utt'

cioncscc-rgnoscitiva.scualrciclir¿rlrlrirlacioclcclabor¿rrLlt}¿l.tcoría*encral ae ta aciafiación y.qu.c cstc llalnarriclto, al agranclat' cl

lomp,., cle las ^'i";;i;;;;;:''vital'''s hasta Ilcgar 1t^".g^i:?ir

la aclapta-

ción cognor"itlt"l' p""ti"-tun¿Lttit a ciertas rcnovaciones de pers-

pectivas' gn "f"tlJ,

es notablc quc sólo los vitalistas y los finalis-

tas haYan pensad<-' sistemittic¡tnlcntc er-r el probl"'T'u p?r la simple

razóltdequetu-i,,t"tig",lcialesparec,íairr:ecluctiblealmecanicis.mo. Pero,

"o'"' "*t"jtiín e" algunos pulltos cle Lamarck' la ma1'o'

ría de los teórico"s-';ü; "uot.,".l¿n han r-rh'iclaclo preguntarse si la

aclecuaciórr ¿et t.-o'-to'itliel'tto a los obietos poclía "'*t1-t en sus es-

qucnras "*pli.oiil,i)S-ii n<; ¡roelriamc¡s citai' Iliugítn mut¿rcionista

I Claro está quc se han ocupat'lo cle la follrtación dc la inteligencia' clc l¡

cerebralización, etc" pcro rara .vcz isalr:i-' Lolcnz y ilensch) clc problculrs

cpistemológi.u, .u;,io'.-l J. ,ln aclecuaciún tlc las estiucruras InatcI¡.)áticas ¡ l¡

r-ealitlad, etc'

J\,IE'IODOS UTILIZADOS 63

clue se haya preguntad<¡ seriamente cuál sería el valor de sus ins-trumentos de comprensión científica si las cir.cunvoluciones de sucorteza cerebral fuesen el resultado de mutaciones fortuitas conselección, pero posterior, de los más aptos para la simple supen,i-vencia (y no de los más aptos en los concursos i¡rtelcctr-¡ales).

Así pucs, hay una suerte de revolución de nucstras perspecti-\ras a la vez biológicas y epistemológicas en la cleclaiación clbWadclington, al comienzo cle su obra, acerca clc la ucstrategia> delos genes, segirn la cual ninguna ciencia física será completa mien-tras el término cle <mente> (o vida mental) esté excluiclo de su vo-cabulario. Y, sin embargo, waddington nada tienc cle vitalista nicle finalista, pero cn calidad de biólogo inspiraclo Por la cibernéltica comprende que una teoría cle Ia organización y cle la aclapta-ción no poclri:r olvidar las adaptaciones cognoscitivas.

Una vez dicho esto, y sin querernos aclelantar a lc¡ que venclr/r('n scguic[¿I, hay qr-re añaclil- que el problerna cclrtraI a exanrinar,aplicancio estc métoclo VII, es el de la adaptación clc las cst.uctu-las lógico-matemáticas al mundo físico, contemplacla clcs.le la pers-pectiva clc ias cxplicaciones biológicas clc la evolución 1, cie laaclaptación en gcneral. sc clirir quizir que tal problema cstá clespro-visto de tocla significación y que la biología lampoco ticne que cx-plicarnos, por ejernplo, el clescubrimiento clc América. pero aquíhabr'ía una grave confusión: ln biología no tiene qr.re cxpricar laesistencia clc Améric¿l colno objeto, pues eslo colresl¡c¡ncle a lageología, pcro el problema de las tenclencias que emplrili.on a cris-tóbal colón a lauzarse a la exploración puede intercsar tanto a labiolt-rgía como a la psicología. En cl caso de las mrtemáticas l' clela lógica, ¡lor cl c<rn(rari<.¡, cl objeto mislno clel cc¡nr,¡cimicntc¡ cons-titrryc cl problerna y, si cst/r uno seguro de que 7 +5:12, se cstácn ¡rlcno clesacuerdo en Io qrrc toca a la naturaleza clc los númcrosY e.s ntLly pt'obable que los núrmeros no cristan fucla del compor-tarnicnto cle los sujetos. Entc¡nccs es fácil co¡rsiderarlos, como hacecl cmpirisrno lógico, como la cxpresión clc un lengua.je, lo cual re-clrrciría el problerna biológico ¿rl cie las conciicioncs orgánicas clctoclo lenguajc. Pero, atrn así, queda por cxplicar por. qué las ope-raciones lógico-matemáticas presentan r¡n carácter necesario -V, sicsta necesidacl sc reduce, como a veces qr,ricren haccrrros cfeer, atautologías clel tipo A: A, subsistc la cuestión cle la naturaleza psi-co-biológicl¡ cle esta iclentidad: ¿es Lrn proclucto cle la experiencia(mas toclo cambia en Ia naturaleza), cle la herencin (pero ¿me-rliantc qué rnecanisnro?), clc la convcnción (mas l¿r clonvcnciónint,cl'sa sería ¿rbsu¡'da), cle ec¡uilibración (pcro ¿gr.acias a qq(< regu-laciones?), etc., r' si se piens¿r quc las estructuras lógico-i¡atemá-ticas son nlucho nrás quc lrrr lcnguaje y dependen cle las coordi-naciones generaics clc la acción, la cuestirin cie las raíces biológicascle lls operaciclnes lógicas v matcmáticas se hace mucho más

Page 37: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

64 I,OS ]\{ÉTODOS DI] ENF-OQI"]TI

compleja y tanrbién ur/rs central y ticrrc utt \iYo il.ltctcis cxamlnal'

uuiá'"r1. i,jrrto cle vista las grancics cloctritras clc la variación y

cle la adaPtación biológicas'llabiendo sicio clescrltos irsí los nrótr¡clos qLte hirl' clnc: adoptar,

clpl:tndeIoscapíttrlossigLlieritescstlicr-rnrlllct¿rrtrentctrazaclo.li 'Cápitufo III sc rcupará clc lr,¡s.

'ro5lcttrits c:onlrlrles a la bi'lo-

íiul'oi-"rt,roio ¿"-iá, .ono.imientos (nróroclo [), lo ctral nos

conclucirá,poresontismo,aexaminat.tanrlliéniassolr.tcionespro.puestas y, por .t";;;;i;"ie, a utilizar el nrétoclo VI' Dcspués dc'nn¡", cJÁprobaclc, cI paralclisnro, rr'r' i'tt:r'cs^.tc

'orqtte cll !lc-

.et'¿tl ¡a siclo ¡:loco apro'echaclo ¡lor ainbas pítrtcs' etrlrc las prin-

.:¡paL". rcoríai Olotágicas y- las prirrt',ipalt's posicio.cs psicogt'nt'-

ii¿;; y cpistemológicás, poa19''t-tut. aplical con confianza un poco

rcf'orzacla tur trl"to'áoi,' a'ititit"t, de c'stablccer urla corresponclen-

cia lttncional v un isomc¡r{ismo estrlrctlll'al (n-rétoclos II-III)' con

O sin rrtil!zación clc n1oclcltls col¡ltlllcs (n.¡tltt¡cltl IV) cntl'c llt:; ltlt--

I-¡.;ls clc la c-,rgitnización r,ir,icnte 1, ¡"* clcl ct¡lrr,lciniclrto: tal se r¿i

.'.-',lr¡"r, aertaplt.,io IV. El capitr-rlo V se cousagrará a la cpis-

t(.t1 to.logí¿r clc los ,ti,..le , inf'crici|cs clc l¿rs f U¡.lciclncs cognoscitivas

Y tr¿rt¿u.ír, sobre toclo, cle scñ¿rlar Ia cxislc¡rcilt c]e uua especie clc

i,.,;,;;.".t, -ñii,",,o-v'te

necesiclacl cle m¿rICos hercclitarios en cl

clt'farl.c¡lloclcloscclrrrlcimicntosaclqttiriclos.Altérnrinocieestos¿tr,l|liSiS¡lrrclremosc.rlclCapíttrlo\¡Iirltentarlaavclrtttraclettneir,r"r:1r,-"i^.ión biolJgica clc las lt'cs gt'anelcs. fortnr-s c1c conoci

¡nicrrto. El saber o ,is¿tber ltaccro innat<l ¡lropi<-r clel instinto plarl-

tea rlatr-tralmel'lte ia, g'^naes cuestioucs' sicmpl'c actr-ralcs' clc llYariación aclaptatit,a licrcditnr.ia' renoYacia 1"ror Iu (genéticll clc les

p.Jt^.ion"sD. Los co,rocirlientos aclcltriricl<ls v' sollre' todo' lcls qtte

se apoyan cn la c*periencia l.ísica. sórr, natrrt'l¡lrnellte" también clel

clominio cle la acomoclación leDotípica; llcro cle la 'tisnta nlal)ct'¡

que biológicamer,t" iás aiustcs clci fe.otipo ¿il rneclit-r se efectúalt

sienrprc ir traves cle r.rna inl.eracción con l¡rs estrttcttlríts genotípi-

.or, ,ri el coltocimicnto er-perimetrtltl trttuca es posible silt r'tttlt

eiiruct.rracion lógico-rnatcmirtica. Qr-recl¿r entonccs el problenrr

centr¿ll dc la natñrlll!.za (le eslas operac:iones lógicas o matenrá-

ticas, qltc no son t.tch,rciblcs, tant() crpistemológica com<-r triolti¡ti-

catltcntc, ni a cstr'uctttl'¿rs iunatas ciel tipo clcl instiuto, ni ar pttt'lrs

i-p,..-:,i.,n*sdejaclasopror,clcacl¿Isp()rclnreclioo)osol.licttrs:toclo cl esl'uerzo cle la obre consistirli c11 et'lcontrarle nn tercer

iip. ¿" s.t4l¡r.s biológico, y este. _problcnru c:s funclamcntal pal'ti

nuestros fincs, pues *la

aáa¡rtación sorprcrtdclrtc tle lt¡s maLcos

i.gi."-,t",.maiiüs e la cxpericucia físic.r co¡lstitr-tye tlrr caso par'-

,iJ"l"l y particular.rrcntc importnnle , cn r-lllestra perspectiva, clc

i;-;;i";;".ión clc tr' [uncionatnic¡"'t, itrlt'r.o tlel 'c'samientt¡

tr

cttr tlr.girnism. a rcls caractr.res clcl oirjcl' o clel meclio c-n gene'al.

c,u'ít'uLo lIl

EPISTEMOLOGÍA DEL CONOCIMIENTO BIOLÓGICO

Este capítulo corresponde al empleo de los métockrs I v VI. Encfccto, importa comenza. por- el métoclo I, cs clecir., por u'a búrs-c¡uccla clel paralelismo eventual cle los probler-t-,or .1u" se planteancl biólogo, el psicólogo cle la inteligencia y er c¡risremórogo. pcrolos ¡rroblcn-lirs lro eristcn c¡r cstado clcsnuclc.¡, js rlc.cir., incit:pen_cliclntementc cle las teorías o concepciones clc conjunto qrre con-cluccr-r a plantearlos. Por otra parte, no se pucclcn .ompa.a " estaslcorías con iictitudes ge'erales en los ten.e'os cle la vida y clelco¡rocimiento sin un análisis de las nociones o explicaciones ern-pleacias, o dicho de otra manera, sin una epistemología cle losmoclos cle conocirniento propios clel biólogo como tal- v no cle Iorganismo en calidad de sujeto. Así pues, I,os ernpleos cló los rné_toclos I y VI están ligados de hecho, y pol. eso comenzamos porcllos, aun cuando puecla parecer que clamos urr rocleo al ocrrrrar-nos primero clel análisis crÍtico del conocimiento biológico.

Este examen necesario comprende clos aspectos, ñnalmenteinse¡rarablcs, pero que es útil separar para cla¡l clariclacl a la ex-¡rcrsición. EI conocimiento bic¡lógico, en efecto, lleva consiso -v csésta una primera analogia funclamental con cl estuclio de" lrs lun-ciorres cognosciti."'as- clos climensiones nrucho ¡rr¿is rlisti¡rtr¡s clc locluc son las cuestiones de clinámica y clc estática cn nlcc¿inica t¡cn lÍsica: un¿r dimensión cliacrónica, qlre corrcsllonrre ¿r las no-ciones c'le cvolución o clc clesarrollo ináiviclual, y ,.,,ra clime¡isiónsiucr'ónica, correspondiente a los problemas fisioiógicos. Es cicrtt_rqllc se pneclc cncontrar en otras partes, como en ternroclin¿lmicu,lo arrálogo a Lllt proceso uevolutivor, clistinto clc los (estaclosD ouccrl an/rlisis separa más o mcnos artificialmente; pero sub,siste latliferencia fundamental cle que el aumento cle la ántropía cn h-rn-ción clcl ticmpo no constituve un udesarrolloo, ni siolricr.¿r cn sis_tem¿ls cerrados (que son los únicos, por lo clemás, in los que lanoción cle entropÍa tiene una signiñcación carentc tlc toclr¡ corrÍ_voc:o). Por cl contrario, la climensión cliacrónica pro¡ria rln tos fc,nómcnos vitales está caracterizada esencialmente por. Ia nociónde urlcsilt'r'ollor, "1'a partir cle la intet-prelación clc t:sa llc¡r:ión sc¡

9"E

dgI

tóst

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66 F]Pls'ftlllot.oGiA Dril, coNoctl'llEN'fo

rllantcau toclos los gratrcles probletrias, crl aualogía estrecha conlas cuestiones cognoscitivas. La dirncr-rsión sincrónica, por slr par-

1c, corresponcle a problemas ccntrl¡cios alrededor de la nocióncle organiiación, igualmente cxtraña (en su lorma estricta) a laiísica v común a la itiología v a lc.¡s ¡rtecartismos cognosciti\¡os.

\ 6. [..rs xoctoNus DL\cRóNIcAS

Los clos granclcs campos cI'¡ los qlle s(] han planteaclo .los problc-mas cliacrónicos son el clc la variación o dc la evolución Y cl clc

la ontogénesis. Ahora bien, atnbos supotlen la intervención cle

,,desarrJllos)), pero en clos senticlos clistintos que primero hay que

D,'rnel' en relaCión.

L Desarrollos orgtínicos y genealógicos.-si rlos atenemos a

It:s caracteres más gJr-rerales cle la noción de desarrollo, a saber,

la transformación te-tlporal cle estructnras cn el doble sentido cle

Ia clifcr"enciación cle sr,rbestructuras y de su integración en totali-clacles, es claro que ler evolución clc los seres organizados consti-

tu),c un oclesarrollc¡u, cle la misma tnanera que la formación gra-

c¡ial cle un organismo ¿rdulto a partir ¿el germen. No obstante,

saltan a los olos las cliferencias cntre e stos dos tipos de cles-

arrollos.En el caso cic la filogénesis, nos encontramos ell presencla oc

lo que poclemos llamar áesarrollo genealógico o colectivo por for-maóión-cle ramas sllccsivas a partir de troncos comunes o de ra-

mificaciones de cliversos órclenes a partir de las ramas. En este

caso, hay transformaciones ordenadas en el tiempo y se orientan,si nos atenemos a los grandes rasgr:s, en el doble sentido cle ladiferenciación y cle la integración. Solamente que estas dos no-

ciones no conciernell más que a los individuos que pertenecen

a los diversos phyla: un ave, de tal manera, tiene un organismomás diferenciado quc una hiclra y está mejor integraclo, aunqueno sea más que porque su sección accidental no cia dos pájaros,mientras que los fragmcntos separaclos cic la hidra se regeneranmás o menos fácilmentc. Aclemás, interviene una diferenciaciónrle los pltyla corno tales: cle antepasados comunes como los gusa-

nos pueclén proccder plnlo diferentes como los moluscos o losr,,ertebraclos. Pero esta diferenciación filética llo va acompañadaentonces cle intcgración en el serlticlo, por ejcmplo, de que las

NOCIONES DIACITÓNICAS

cliversas especies cje unor-gunizado (el ngéneror),inclividuo presentan unaorganismo individual.

67

mismo género no constituyen un todotal y como los cliversos óiganos de u¡arn.¡onía de conjunto característica del

vcrdacl que suponicnclo así una clisociación relativa entrela irrtcgración y la diferenciación en el terre.' del desarrolro ge-rcalógico, l)¿lrccemos clcsc'icrar, en prirner rugar., la opi'i<;n co1r.ic'te de los biólogos co¡rtcmporá'éos scgún la cual ü especie,Lrrriclad funciame'ta-l d9 la evoiución, .onriit.,ye un todo organi-zir<io (aunque, por lo dcmírs, se reconoce quc su ¡rivcl de intJgra-ción es menos elevado que el crer indivicr.roj. pe.o el problerna que¡riantearnos no es éste: consiste exclusivamente en cstableccr si,i¡r ciifercnciación y la integración son clirecta

' inver-samente pro-porcionales en Lrn clesa¡rollo genealógico (que traiga consigo una.ic.arquía de clases lógicas según su <tipo> en la ácepción lógicaclcl término: especies, gt':ncr,s, familiai, órclenes, ctc.) y .in unclcsarroll<.¡ orgánico u ontogenético. Ahora bien, en un clLsarrollodc cste scgunclo tipo se puedc admitir a grancles rasgos (;onsicle-lanclo las principales etapas cle la segmentación inióial, ciespr-rósrlc las cleterminaciones y, por últirno, de la reintegración funcio-rral en el senticlo cle weiss) que la integración es directamentcp|oporcional a la cliferenciación, y constituye tarclc o temprallosr-r cor.uplernento necesario. En un desarrollo genealógico, por elcontrario, cs posible pero difícil de sostener que cuantas más sub-cspecies y variedades ha engendrado una especie tanto mejr:r in-legracla está (lo que supondría una proporcionalictad entre la ri-qucza cle sus potencialidades genéticas y su integración). y estaproporcionalidad se torna inversa a meclida qlre se pasa de la es-pccie al <género>, a la ufamilian, al (orden)), etc., en el sentido decllre cuantas más especies o formas diferenciadas tiene una decstas unidades tanto menos integrada está 1.

F,n oposición a este primer tipo de desarrollo, el segundo tipocs, pues, aquel que interviene en la ontogénesis y al que podemos

I I-o cual nos recuerda la proporción inversa entre la ucomprensióno y Ia.e\tensión> en las clasificaciones lógicas elementales. Y si se objeta que sólola especie constituye una totalidad natural, y que los géneros, las familias,ctcétera, son más artificiales, entonces se puede replicar con dos respuestas.L.a primera es la de que las leyes probabilistas de Zipf y de Willis muestrancl carácter natural de csta taxonomía que dcpende tanto de las dicotomiasobietivas como de las operaciones clasificadoras del naturalista. I-a segundacs que, a pesar de los criterios de cruzamientos, etc., los caracteres distintivos de la especie distan mucho de scr tan claros como se pretende a veces:por una parte, se encuentran a veces híbridoS feCundos entre eSpeCies nruy¿li{erentes V, por otra parte, basta c<.¡n estudi¡r clc cerca la taxonomía de ungrupo un poco variable para conoccr la dificultad con que se tropieza paraiiisfinguir io que et subespecic de lo que es especie, o lo que e_s_especie de lo,1rre es subgrl¡cro r¡ seccién clc un subgénero. Entre otros, Stebbins ha insis-tido en csta reiatividad.

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ó8 EprS'r'Lruol.oci,\ I)r:1. coNocrMrEN'ro

llamar orgánico o individual (y no colectivo) cn ei sentido de quelos caracteres indicados del desarrollo se aplican c¡rtonces, sola-mente, al organismo individual, con excepción de la formaciónde los espermatozoides y cle los ór,ulos qlre se orientan en la cli-rección del desarrollo genealógico.

Señalemos ahora, antes de iniciar el análisis cle las locionesque entran en juego en la interpretación cle estas dos clases dedesarrollos, que se encuentran tanto el Llno como el otrc¡ en eldominio de los sistemas cognoscitivos.

En primer lugar, por lo que toca ¿rl desarrolio orgánico o ir-i-dividual (tipo II) es evidente que caracteri'za la formación cle unainteligencia individual, de naturaleza hum¿rna por cjcrnplo: clcsdcel $ 2 hemos insistido sufi.cientemcnte en las analogí¿rs entre l¿t

epigénesis orgánica y el desarrollo de las funciones cognoscitivascomo para no tener que hablar de nuevo aquí.

En cuanto al desarrollo genealógico o colcctivo (tipo I) cle lasmismas funciones, se pueden poner series de ejemplos, sin queintervenga la sola filiación filética o hereclitaria y genelalizando..a

noción de genealogía hasta abarcar cualquier tipo de filjación(social, de noción, etc., se pueden construir por doqr-riera nárbo-Lis) de filiaciones en función de transformaciones en el tiempo).Es así cómo las innumerables variedades de reacciones cognos-ci;ivas en la serie animal (pertenecientes a los instinlos, los apren-dizajes, las formas de inteligencia, etc.) tienen que \?er sin dudacon desarrollos genealógicos, puesto quc l.lo están reutniclos en elmismo individuo. Ocurre otro tanto ert io c1t-rc lespecta a las va-riedades de inteligencia o de contcnidos clc pensamiento en losindividuos de la especie hombre. Así, oculre también por lo quetoca a las múltiples teorías que cciexisten en uua misma épocaen forma de <escuelas> opuestas erl una mistna disciplina cien-tífica, o a las doctrinas que se han sucediclo en el curso cle la his-toria y que han nacido unas de otras, incluso cuanclo se contra-dicen.

Sólo que el interés de esta comparación posibie entre los clostipos de desarrollos, biológicos y cognosciti\,os, es que, en el cam-po de una ciencia que obtiene sus resultacios sin contradiccionesni errores, como es el caso dc las estructuras lógico-matemáticas,estos dos tipos se juntan y pasan a formar uno scllo. En efecto,por una parte, estas estructuras sc construyen progresivamente(hablamos de su génesis histórica, lo mismo que psicológica) ypueden ser inventadas o descubiertas r por individuos distintos,lo cual constituye un desarrollo gencalógico. No obstante, se in-tegran lógicamente en un toclo organizaclc¡, lo cual cs entonces

I Para la cuestión de la invenc.iórr o dcl descrrbrimiento r'¡r lnatemá1icas.véasc cl $ 20, subtítulo I\¡.

\0CIONI]S DTACITON1CAS 69

característico de un desarrollo orgánicor. pero es eviclente queesta fusión en Lln scllo todo, en el caso del pensamiento humano,cle los dos tipos de desar¡'ollo, se crebe al pápel cle la vida social,cluc reúne a los indivicluos en un sistema único cle interaccionesclcsclc los nivcles elementales de su desarrollo. volveremos a tra-lal csle irroblema en cl 5\ 22, subtítulo V.

tII. I'rL evolución de lc¿ ,ida.-La primera cle las nociones clia-

cr'ónicas quc clepende del tipo de desarrollo genealógico es la no-ción de evolución. Ahora bien, como todo él m.t.ráo sabe. estanoción ha aparcciclo en fccha relativamente recicnte en la historiarlc la biología, y ha sido necesario un largo proccso cle pensamien-to para pasar cle la idea de fijeza a la de evolución. En efecto, sila noción dc evolución consic'lelada como desarrollo en el riempono ira siclo descubierta más que por Lamarck y Dar.u,in, fr-re pie-paracla clesde mucho antes por conceptos que implicaban las re-l¿rciones genealógicas, pero en forma cle noción y sin dcsarrollolemporal; así pues, sin .desarrollo>r.

El pri'rero de estos conceptos es er cle la jerarquía l.nalistaclc las <formas> en Aristóteles. para el estagirita, en efecto, haytres clases de almas: el alma vegetativa, que explica la vida clblos vegetales; el alma motriz, que nos d.a razón de Ia organización1' cic los movimientos de los animales, y el alma espirituáI, que es,ru la vez, uforma, clel cuerpo y principio clel pensamiento hnmano.sóio que en vez dc derivarse unas de otras, gracias a un clesarro-llo en el tiempo a partir de un nivel inferior, están subordinadas

t Hay quc añadir que esta fusión en un s<-rlo t<-rdo clel rlesarrollo orgánicoy clel desarrollo genealógico cn el pensamiento humano clepende tambié-n, poruna parte, del carácter más o menos <fuertemente estructurado> (para estanoción, véase más adelante g ll, subtítulo VI) de las nociones utilizadas. LaIrayorÍa de las nociones malcmáticas están (fuertemente estructuradas>, locual hace posible la integración completa, cualquiera que sea ei desarrollogenealógico que caracteriza a la sucesión de las invenciones históricas ouehayan provocado su construcción. En el caso clc nociones poco o mal (€s-t|r-rcturadas> como en las disciplinas esencialmente descriptivas y clasifica-cloras, ni que decir tiene quc la integración es menos completa. Es muy po-siblc que, en el mismo tcrreno biológico, la débil integración que hemos ob-scrvado, por lo que toca a las unidades de utipos, superiores como los gé-rrerc¡s, familias, órdcnes, etc., obedezca a consideraciones de la mismarraturaleza, pues es en cl dominio de las clases poco estructuradas dondc valela ley de la ploporción invers¿r cntre Ia ncomprensión> y la <extensiónD y, por1ru'rto, tambión entre la difercnciación y la integración. Pero hay que añadirinmecliatanrentc que estas consideracioncs son relativas quizá al estado actualclel saber: cuando estemos informaclos acerca del mecanismo hereditario(ignoraclo actualmente) cle los caracteres de estos géneros, familias, órdenes,clases y troncos es evidentc que su integración nos parecerá s^r superior alo quc nos parcce ser hoy. No obstante, se tienen buenas razones para creerquc habrá cle scr infcrior a la dc las unidades específicas y sobre todo a la delos individuos cn sLl ontogéncsis.

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70 E,PISTI]1\.IOLOGí¡\ I)II, (]ONOCIIVfIEN'I-O

unas a otras conforme a un orclen cle perfección en el cual el ideal

,oo"rio, o final (pero en el senticlo clé un fin' \' no de términcl de

;;á;r;iüj-"*lpri"u los escalones inferiores en virrud de una

;;;;;- át dégraáación conceptuai (a imagen de las relaciones

entre el hombre rnismo y Dioi concebiclo comt¡ la Forma de las

formas).--- Ei ;g"ndo de estos conceptos es el clel creacionismo, que abre

n p*iufii¿ad de una creacióir por etlpa:' -oplrcsta a las.oformasn

i",!Ápár"fes (cf. tas ieuotrciones def globo en Cuvier). Pero si

;;gú;';i &""rir, iá, vegetales fuero' ireados al tercer día, los

peces y las aves ui q,'riñto, los animales terrestres al comienzo

del sexto y el hombtÉ i nttul, queda por decir que no proceden

los unos de los .;;; t q,r" ioio "r fem¡ro.ul Ia realización del

plá" li""ttablecido poi cornpnración con el plan mismo' que pue-

dr ser eterno o concebido por etapas'E! tercer concepto, cuyo papel histórico es innegable también

)' que tiene imporüncia cieniiRto esencial' ha sido Ia idea de cla-

s!ficación. En un notable estudio r, H' Dauclin ha mostraclo cómo

¿ clasificación, runááJa al principio en la simple combinación

iágica de las semejanzas y ie las clifercncias, ambas arbitraria'

nlente elegidas, upürrtu u Lttu clasificación (naturalo fundada en

"i-óo":""ó de loi caracteres observables; después, estando éstos

ár, n,im"ro indefinido, cómo busca la clasificación (y entre otros

con Blainville) ponei cle reliet,e los clrracteres ((esenciales>, lo

cual condu"" o "orr."bir

csta setncilrnz¿r llrinci¡ral' ¡rrincipio del

eircasqrritlamiento iógi.o, colno.el jnclicc cle ttna ucomunidad de

naturailezau. De ésta iacará Cuviel' la idca tociavíit estática y (pre-

evolucionista> de (planes comuncs de organizacióno' -- -E"

Lamarck, la idea de evolución consiste en transformar esta

:*.utq;u .lasificatoria estática en tlna serie jerárquica ordenada

á., "t

ii"-po, así pues¡ en hacer al irrbol genealógico' cle naturale-

,ui''i.ior-entelógica(peroconulrzrbitsquedadelasncomunida-des de naturalezai,) soii¿ario cle u¡r clcs¿tlrollo: la ucomunidad'

se convierte en parentesco, y éstcr, en filiación filogenética'

Independientémente cle lás búsqueclas cle una explicación cau-

sal J" ü evolución, a las cuales sc' crltrcg¿Il-on primero Lamarck

;;;tp"¿t Darwin (r'er $ 8), l-a existencia propia clel desarrollo

áuor-,rtiuo o g"rreolági"o ,á ho iclo haciendo c.cla vez más probable

;.;;i,it a loí result¿rdos convcrgenlcs clc cttatri.¡ cliscipli'as distin-

í"r, la paleontología o historia cle las clapas anteriores de lauiáo; fo anatomía

-comparacla, que , r'ediante u' método de esta-

blc,cinlicpto clc corrcsiiorrclcncilis csllltcttll'ltlcs llromologías), ha

Itr:rlizittlo tnás prrlftt"jt"-'-"'"lt' lt" llilI'crlf'sc()i (lr: ltr qtlt- llodía

I lL Dauclin, Les c:lassas ¿ctolog,ir¡tres ':l ,l iti'jt' tlLt sét'ic ttttitttale en Frattce

it I,¿pt¡qtrc ¿e La¡narck ct de ct^.,iér (l79tl 1830), ¡\lc¿rn (192ó), 2 r'ols.

NOCIONES DIACRÓNICAS 71

hacerlo la simple sistemática; la embriología, que iiumina simul-t¿ineamente a la anatomía comparada y a la sistemática, a la vezque prepara el terreno, en el plano ontogenético, al i.nálisis directo de los desarrollos, y la genética o estudio experimental dela. hcrencia cle la variación.

Mas la genética, al cargar el acento en la conservación propiade las transmisiones hereditarias y en el aislamiento relativo delsistema germinativo, ha llevado a algunos autores, desde las an.iticipaciones de Weismann, las concepciones de Bateson, las opi-niones de De Vries acerca de las (premutacionesD, etc., hasta unnúmero considerable de genetistas contemporáneos, a cargar el¿icento en la posible preformación de toda variación y a reducirla evolución a una combinatoria, calculable en principio a partir'de la estructura del ácido desoxirribonucleico (el ADN, portadorcle las informaciones genéticas), pero tal que toda novedacr apa-rente entraría de hecho en el marco de las posibilidades .rreesta-blecidas.

Esta suerte de negación de una evolución constructora tropie-za hoy en día, por el contrario, con una concepción qlle propor-ciona una nueva dimensión a la investigación: y es la idea, debidaprincipalmente a Darlington (1939), de una evolución del <sistemagenético>, sin exceptuar al genoma mismo. A este respecto, lagenética molecular y todo lo que nos enseña, en unión con Ia bio-física, la bioquímica (y muy recientemente con la biofísica cuán-tica) abre nuevas perspectivas acerca de los estados intermediosentre lo no organizado y lo vital, y especialmente sobre las etapasde la organización del sistema genético, fuente y prodrrcto, a lavcz, de la evolución.

lII. La evolttción de la razón.-Antes de vc¡lver a la nociónde desarrollo para precisarla a propósito de su forma (orgánicaD(y no ya (genealógica"¡, observemos ahora cómo este breve es-qucma de las etapas cle la idea de evolución nos recuerda, en lamedida en que se atiene uno a los grandes rasgos, el problemade la evolución del conocimiento o de la orazón,>. En efecto, talproblema nunca ha sido planteado y debe de haber parecido ser,durante mucho tiempo, más impensable aúrn quc cl cle la evolu-ciól"r de los seres organizados, mientras que hoy aparece impo-niénclose con necesidad.

Nada estaba más alejado del pensamiento cle Aristóteles quela idc.a de una e-r.olución de la razón, puesto qrre las .lormasr, sincs¡¡r situadas c¡'r un mundo suprasensible com<-r las ldeas plató-nic;is, asegur¡rn r¡rla rrmonía permanente entre sLls triples mani-f,-'sf3ciones cic formas cle los obietos, cle estr.ueturas lógñas al ser-t'icit¡ de la inteligencia v cle principio motor orgánico.

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t¿ lrl)lS l t;IlOl,OCL\ I)lrl. CONOClNllllN'fO

Con el creacionismo se irltponc Llna nociólt clc la razón, conci-liable en sus consecuencias con la cle Aristótelcs, pero distinta ensu fuente: la de una inteligencia-factrltaci, constitutiva de la natu-raleza humana, y dada de una vez por todas en su mecanismoformal (lógico), y sólo sus contenidos, es decir, los conocimientosm.ismos, se irán adquiriendo poco a poco en el curso de las su-cesiones históricas. Este concepto de una inteligencia-facultacl ex-cluye, pues, toda génesis de la inteligencia: ésta constituye unprimer hecho inexplicable, salvo por él mismo. Ahora bien, talconcepción anti-evolucionista de la razón ha sidc¡ tnucho más re-sistente que el creacionismo en biología. Después de haber ins-pirado a Descartes su teoría dc les iclcas innatas (las cuales noexcluyen en su perspectirra, ni a llrs informacioncs sacadas cle lossentidos, ni a las ideas, ufacticiasu u obteniclas por construcciónoperatoria matemática), a Leibniz str cloctrina dc la armonía pre-establecida entre el interior de las mónrclas y cl mundo cxtcrior,y a Kant su apriorismo, sigue sicnclc¡ I'ivientc l-roy en casi toclosic,s filósofos que no conocen lii psicologí¿r v hasta en los biólogclsvi talistas cuando sitúan a la inteligettcia cn la fr:ente de la vida(1 , con Cuénot, en el mismo genoma).

Después ha venido ttn conjunto dc trabaios que han clcsenpc-ñ rdo, en el campo de los mecanismos cognoscitivos, cl mismo pa-

1l':l preparador de una concepción cl'olucionista cle cstos mecanis-rr os que el que las invcstigaciones sobrc la clasificación han cles-

e'rnpeñado en la preparación clel cYolucir¡llismo biológico. Perola comparaCión es tantg lnírs irrstnrttita trtant{, qtle, cn cl tct'l'euoclel mecaniSmo de los conocinticutos, csoii trab¿rjos previos se si-

luaban a menudo ya en tina pcrspcctir,¡r histilrica, no siendo cscel caso de las clasificacioi-res ltiológicas arlteriores a 1a iclea cle

evolución.Sin embargo, hay qr-re haccr tll')í.I resc'l'va acltlí, la cual, además,

se presta a reforzar el paraleiisnlo dtl qtic tlos ocupamos. Cuandoun sistemático no evohrcionista collstrtiía ltna clasilicación, pos-tulaba, entonces, la fijcza cic: las cs1'rccics. Pcrcl, ctt estc cuadrosin variación, nada le impeclía aclmilir l¡i cristcncia de nvarieda-deso dependientes del medio y de la histolia de la especie, ni tam-poco, como Curtier, l¿t cxistencia c{c ¡r|lincies ureYolucioncs clel

globo> que modificaroil la fauna .\' Ia flora sin tracr consigo uueevolución concebida como procestl forntatlor. Asi ptles, se pucdedecir en el terreno dc la lazilll cltlc ct-tlinclo Atrgust() Comte esta-

bleció su ley de los trcs estaclos (sin qtte vayamos a meternos a

cliscutirla aquí por ella misma), llcgó ¿l una clasificación de lostipos de organización cognoscitir'¿r c¡ raciOnai, seriad<-rs según su

oid"n de aparición histórica, pero a títr-rlo cle nvariedadeso de larazórt, a \a vez que insistió en el cat'ítctcr fi,io o permanente clc

su estructura formal (los omgdos clc l'azol-t¡miento, sigtten siendo

\OCIONI]S I)I,\CRÓNiCAS 73

constantes, Y, Por tanto, l¿ nlógica natural' rnisma)' De igual ma-

llera, cuanclo un matemático clasificaba los diferentes capítulosclc su discipli¡a, ¿lunqtre poclía señalar las condiciones y el ordende sucesión de su constitución histórica, creía no ocuparse mas

o¡c cle una clasificación cle las variedades posibles de conocimien-t'o, sin sospechar que csta clasificación habría de ser profunda-nente alteiada por los trabajos ulteriores acerca cle la genealogía

operatoria de las estrllcturas: pensamos en las (estrLrctura?-Tu'¡

ciic" del grupo Bourbaki, con sus diferenciacioncs y recombina-'ciones, y iambién en el oprograma de Erlangen" de F' Klein, que

n1uestri cómo las cstructuras geométricas no deben conccbirsccomo si fuesen inmóviles en la perspectiva de una clasifrcaciónest¿itica, sino que se engendt'¿ln unas a otras por sistemas de trans-

formaciones, ite la manera qlle un (grLlpo> funclamental deter-'mina sus subgrupos por cliferenciaciones sucesivas.

AsÍ pues, terminó por imponerse la idea, aunque a Llna peque'

ña minbría de investigaclores (pcro que represcntall cl pol r,crnif),

clc que la razón misma no constituye un invariante abst luto, sinoqLte se elabora en virtucl de una serie de constrttccicrnes oi,;rato-iias, creacloras cle novedacles y precedidas por una serie ininte-t.rnmpicll cle construcciones preoperatorias que dependen dc lacoorciinación de las acciones y se remontan, ctrcntttalmentc, hasta

la organización morfogenética y biológica eu gcncral'Ahora bien, en el tcrreuo de los mecanismos cognoscitirtos, lo

¡iiismo qllc en el cle la biología, la idea clc cyolttciirn está aplln-talacla por las investigaciones cle cuatro clases dc clisciplinas:

1.o La historia de l¿rs ideas (método histórict-¡-crítict.¡ en cpis-temología, etc.), como la de las especles, nos pone en presenciacle transformaciones del l"lensamiento llttcho tl/ts profundas de

lo que nos imaginábamos: por eiemplo, entre la física cle Aristó'telei, la mecánica clásica y la física cuántica, ha cambiaclo casiroclo, y Aristóteles hubiese consiclerado como cstt'ictamentc con-traclictorias, clescle el punto de vista lógico, la cloble naturalezacle corpúscr-rlo y de onda clue un mismo objeto pl'esenta en bcne-iicio clel principio de complementaricclad, o cl hecho de qrtc uncorpúrsculo puecla pasar cle una posición espacial P, a una posició¡P, sin atravesar las posiciones intermeclias' La cuestión de sabersi sólo el conteniclo del pensamiento h¿r cambiado, o si el ¡rcca-liisr¡ro operatorio formal ha evolucionaclo sc plantca, elltonces, en

tór-uti¡os muy dilercntes de los de antcs y se pttecle consiclerar,con justa razón, que Ia noción de un princi¡-rio formal que perma-nece icléntico a si misrno indepenclientcmentc clc sus canlbic¡slaclicalcs cie aplicación c¿trecc de significación cn la actualidacl.

2.o La psicología comparada, prolongada en la ctología, nospollc eil presencia clc una rnultitucl cle tipos cle conocimiento, en

Itrrrción cie los diversos lneclios sociales hltmallos (etnología cul-

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74 [.]I'IS'I'UI'IOLOGÍA DI]I, CONOCT\1IUN1 O NOCIONIJS DI,\CITONIC/\S

gcnotipo llo cs transmitid¿i solamentc, sinr.¡ tlanslonn¿tcla l¿lnrtriéncn el transcurso de todo este dcsarrollo, y quc el sistt:t.na esencialno es ya sólc¡ cl genotipo, sin<-r el (sistema epigenótic<-r> tot:ll cn clscntido cte Wacldington (ver en el 5\ 2 Ia noción cle campo o cle pai-saje epi¡renético), por otra parte, ya no se concibc i,r sclcccióncomo si vel'sase clirectarnente sobrc los genes (entenclicir_rs comocorpúsculos, cle los clrales unos serían conservaclos, en tanto quolos otros scrÍan elimirraclo¡; a la maner¿r en qllc, com<¡ tlicc ii.óuiicamcnte wacldington, cir uu¿l c¿rntera las diverslrs crib¿¡s sclccc:io-nan las piedras), sino que versa sobre los fcnotipos enterrcl icloscolllo (rcspucstas)) ful]ciotlules clel genorna cn srr lr¡t¡rlicl¡cl 1 l¡.rsincitacioncs y tensioncs clcl medio: cle esto l'e.sr-rlta cruc el fenol¡po.cn toclos los niveles cle su clcsarrollo incliviclual, sr'clon'icrte en rrninstrumento esenci¿rl c1e variuci<-lnes, lo cual tiencle a suborclinar denuevo la cvolución, en su ¡rerspectiva lilogenética, a las leyes ciclclcs¿rrrollo embriogenético r. Una vcz recorci:r<lo csto, ¿.qtri. .:scntonces un <desarrollo, 6¡g¿'i¡ico u ontoger-rético? Se ha ;abiclclsicmpre (contrariamente a la noción cle evolución descubier a tar-clíamente) que implica, primero, un orden serial en las c.tirr)¿rs vuna relación de causalidad que liga cacla trna clc cll¿rs c<¡n'la sí-guiente. También se sabc que este <¡rden serial clc las rnoditicacio-nes en el espacio traía consigo una dimensión temporal (puestoqr,re hay causaliclad) y se ha llegado a pensar, cn virtud cle ia pro-longación de Ia vida embrionalia cn el hombre, qllc esta reraciónsllpone, a sll vez, una velociclacl constante clc transfor.macjón v ouci'sta cs irrcversible

Pero ninguno de estos calacteres, ni su reuniórr, b¿rsta toclar,ía])ara caracteriza| un clesarrollo orgánico, pucs los enc<.¡ntramos alodos en el terrcno físic<¡. Así también, las prirner.as nociones cm-bliológicas han errado la idea cle desarrolro, igual que la biologíagcneral ha comenzado por ignorar la noción áe la

-evolución: en

efecto, estas nociones iniciales se han limitado a levantar acta so-lalnente de las moclificacioncs cuantitativ¿rs clel cmbrión cn su col-r-junto, como si el adulto cstur¡icse preformado cn el huevo o clespelrnatozoide con un tamaño muy reclucido, y como si el cles-arrclllo se redujese a un aumento cle este tamaño.

Descle G. F. wolff en 1759,la idea de epigénesis o cre transfor-mación cualitativa (y no sólo cuantitativa)-sá añade a las antelio-i'es, después de cluras Iuchas, por lo demás :. Ella se tracluce rápi-clamente en términos de diferenciaciones y de integraciones co-rrelativas, Io que es tanto como decir que un desarrol"lo es una or-ganización progresiva e implica, pues, ra noció' clc trna constl.'c-

I Véase, en l<¡ tocant.e a todos crjtos puntos, cl 5s 19.: Para quc se impusiese ra i<rca de epigénesis hubó que csperar, entr.e otroslos trabajos cn clttc Geof'l lt-ty Saint Hilairc mos!ró l<.,s canlbios cle l¿r,r¡lr-gclnesis en relación colt cl ntecli<¡.

75

tural), de las cliversas cdacles cicl lrt,lub|c en cstos mcclios clivc'r-

,or, y, sobre todo, de las innumerables especies animales' E'nton-

""r, "b nos está permitido considerar a \a razón humana como si

fuese independiente de los procesos evohttivos de cualquier clasc'

3.o Los datos psicogenéiicos de que hablamos er1 cl $ 2 bas-

tan por sí solos pira mostrar por qtró la ontogénesis tnentai que

prolónga a la embriogénesis implica unzr epigénesis constructoraque cJnd,.ce, entre oirar, descle las coc¡rdinacioncs senso'io-mo-

trices hasta las operaciones lógico-matcm¿iticas, lo cual aclara los

Juio, a" la psicólogía compaiacla y corrobora la interprctacióuevolucionista'

-^-,irtimrr sirr rrr', lue acet'-4.o La genética, por Írltimo, sin l)|OpofclOll¿tl.ll0S. allr-I

ca del meJanismo de la inteligencia, nrl puccle ctesinteresarse clc

los procesos filo y ontogenéticós clc 1¿i ce.ebralización, mecauismo

biológico de impórtancia fundamclrtal ligad' trcccsariamcnte ¿r l¿r

evolución de la inteligencia.ESIO nO Obsta, naiuralmentc, ptt'a c¡lre cacla hcc¡c¡ llllcvo en

eite úItimo campo plantec cacla vcz, llcglrdt-' sLt ltlrno' la cttestión

f rn.lamental de la preformación o clc la rccotrstrucción real, pero.:n muchos casos puecle resl-ronclcrsc cle m¿lllcl'a clecisiva en cl

iu*po de la inteligencia; y tirn,ién e' estricta.iógica.fo_rmal, los

i.o."*ut de GoedéI proporcionan argumentos impresionantes en

favor del constructiviimo (véase $ 20, sr-rbtítulo IV)'

IV. El desarrollo cttttogenético.-Pasiinclo ahora al desarrollo

ontogenético u (orgánig6o, poclrernos exarlinar más de cerca la no-

ción"de desarrollo (y, pu. t¿rr]to, cornpal.arla tlcior con la cle des.

arrollo mental), potqnr constitu"vc, por toclos conccptos, ttu lrroto-tipo ejemplar. La tazón de esto es clobic'' En priiner lugar, el clesarrollo orgánico . incti'ic¡:al reúue, comcr

yo ir""ior dicho,-en una rnisma tot¿rliclacl funcional los procesos dc

áif"r"rr"iu"ión y de integración qllc se ciisocian m/ts o tnenos en cl

desarrollo genealógico.Pero, en s"gundo lugar, y esto es furldamcnlal, la biología con.

temporáneu "tt-la

formá de ia "teoría sintóticao cle J' Huxley, Wad-

dington,etc',conduceaapoyarenpartelafilogénesisenlaonto-;¿;;ri, y no solamente a la'inversa. E¡ cfecto, por Lrna pat te, los

;;;;; ;á son elementos estáticos, sino factores idénticos o análo-

;;; " los enzimas I y cuya naturaleza sc rlanifiesta por su activi

áa¿, solidaria y sumisa á .,n conjunto cle regulaciones en el trans-

""rio de todo el clesarrollo embriogenótico eu intcracción con cl

medio. De esto resulta quc la información proporcionada por el

I Los genes son estructuras quc clirigen lir síntesis cic las protcÍrlíls \, l)('ftanto, cle-los enzimas' (Nota tle la edit')

l:tfÉ'.s'?!Í.t'

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76 l:l'l Sflr\lOl.()(;1,\ l)lil, C0\OCl\'llllN'l ()

cióll dc cstructur¿is totales ) cle uDa filiación clc cstas estructul'¿ls,las cle un estadio n qlle se cierivan de las clel cstaciio lz-l.

Por último, a partir cle H. Driesch (1891) y clespués (mu1'a ¡re-sar sllvo, pues su clescubrjmieuto lc asontbló hasta tal punto qllcprovocó en su espíritu una regresión inlelectual al nivel ciel aris-totelismo) desde los progresos de la embriología causal y lucg<-r clclas conjunciones con la cibernétic¿i, esta coltstrucción de estructu-ras organizadas se ha manifestaclo cono una cquilibración progrc-sirra gracias a un juego de autorregulacioucs, estrttcturales primc-ro (reconstituciones de Ia estructnra tolel a partir de estlucturasparciales), después funciouales r (rictir'¿rcioncs por sistemas de re-troalimentación). Las etapas del cles¡rrrollo sc manificstau, así,como los escalones de una equilibracicitr proglesirra, con su dobleaspecto diacrónico (horneorresis: r'óasc t\ 2) ]' sincrónico (homeos-tasis linal: r,éasc $ 7).

Es inútil rccorcl¿u' cluc cs[a cpigóncsis )' cstas lcgulitciorrcs itlt-plican una interacción con el urcrlio colliinua c irnposible clc cliso-ciar, pues la constrncción cic l¿rs cstnrctr-tras crige ttna aliuretlta-ción, y si el orgatrislno que cst,i crecicnclo asimila sin itltcrrup-ción los alimentos enérgéticos neccsalios para stls cot'tstt'ttcciones,csta asimilación a las estructttlas ilttc¡'lt¿ls trac consigcl sitt ccsar,igualmente, una acolnoclación clc ústas a las sitlraciones l'avor¿rbles¡ clesfavorables clcl nrcclio: llol'cs1o cs l)ol'lo c¡trc la ctlllstrr-tcci<illJel fcnotipo no cstá plccli:tcrnritt¿icllt ctrtcr¿llrc-rltc err cl get'rotiptl'sino ctle sttDonc ttlr sislcnr¿t dc tttinrbir)s (t'lligcll(lticosr z.

V. El rles¿trrollct ¡tsicctgt:ntilit't¡..--lislr' r'c¡.xiso clc las ctltpas clc:

cl¿rboración clel cortccplo clc cles¿ii'r'olki orgánico nos hace pensal'irrcsistiblemenLc cn ulríl corn¡rarac:irirr i:oil la cvt¡lrrción clc l¿rs in-vcstigacioncs psicogcnóticas cl[rc \'(]r'sr.ul sc¡blc Jas fttnciortcs cog-lroscitivas, y csto crr nlis scntiilos rle lr.rs (lurr \'!r hcluos habl¿rclo cncl$2.

Volvamos :r ¡lerrtil clc¡ l¿rs obscl i ¡Lciorrcs irricillcs rlcl slrbtítr-rlo lVde cste parágrafo: sri scnliclo general c j que el cics¡rrollo cmbrio-gcnético r-ro cs un[i sinrirlc ulcca¡rilr-rluciciil" cle la filogénesis, cornolo pensaban Scrres, F. Miillcr v V. Saer'(ur¡r:icin cluc sigtic sienclor,álicla a grancles r"asg()s, danclo lugar a la infltrencia de los cambiosclc r,elocidad y cle los cortocircr-iitos), sinri que, clr ¡rartc, cs prime-ro la fuente, cn el sentici<.¡ cie qr-rc l¿rs r,ariaciones cscncialcs (debi-cias a las recombinacioncs clcl gcrroirlr nrís qrr,'l lrts rnlrt¿tcioncscslrictas) sc clectúan o, }lor-lo lrrcnos, sr'scleccir.ri-uur clr f'rrncitin

t Vcr S 3, subtÍtulo III.: Nla]'r llama al fenotipo utr <epigctrolipo, ulr iarlt.)

clcsall'ollo progt'amadci hcr.-clitat'i¿rmentc v tlcl "siste ¡ttucling ton.

rluc lcsttltittrtc cie ¡lncl¡igenctico" rle W¡il-

NOCIONIiS Dl,\CltONtCtAS 77

cle los desarrollos fenotípicos concebidos conro rcspllestas genéti-cas a las tensiones del medio.

Luego el problema vuelve a encontrarse en clos estadios pclr lclqlle corresponde a los mecanismos cognoscitivos. l o Tenemos ante[odo cl cstadio de las transmisiones hercditarias: un mccauismocognoscitivo hereditario, como algunas reaccioncs perceptivas ani-males (ligadas o no a los instintos), ¿está totalmcnte determina{ocn el curso dc su desarrollo individual por la programación clclgenoma, o bien las etapas clc desarrollo indiviclLlal marcan una¿rcción sobre sn formación? Es éste un caso particular del procesocircular general recordado hace un momento. 2.o Tenemos despuésel estadio de las transmisiones sociales o educ¿rtivas (ya presentesen pequeño grado, en las aves y en los mamíferos): ¿cl niño ncrpresenta en el curso de su desarrollo mental más que los carac-teres transmitidos por el lenguaje, Ia familia y la escuela, o pro-porciona producciones espontáneas que han ¡loclido inl'luir, cuancloson generales, en sociedacles llenos evoh-rcionadas qLle las nues-tras? En una palabra, y por lo que toca a los caractcrcs intclcc-luales, ¿el hombre explica al niño, o el niño explica al hombre?

El problema ha sido planteado ya por J. M. Balclu,in (clespuéspor Freud, pero sólo en el campo de la afectividad): s;gún cl psi-cólogo norteamericano, los caracteres generales clcl clesarrolic¡ men-tal dcl niño explican gran número de reacciones propias cle losaciultos oprimitivos" y, también, civilizaclos, pues cl niño es ante-lior al uprimitivo, (en cl senticlo sociológico y n-rLl)/ inexacto cleltú'r'lnincl), c ir-rcluso al honrbre prehistórico. Por l)Llestra partc, hc-nros sosteniclc¡ nn punto dc r,ista análogo, parcciónclonos c¡ue tienegrair impor-tancia en la génesis de las estructlrrars lógico-matemá-ticas más clementales y rnás esenciales. Nos contentat.emos coll ur-rsolo cjenrpk¡ cn cl terrcno cle la car-rsaliclacl físir:a: cncontr¿tn-)ossistcm/rticamentc en el niño contelnporánco de 7-9 años explicacio-nes del movimiento cle los proyectiles conforme etl esqucma aristo-túlico clc lacivtrtepiotrrors (cl nróvil es crnpujaclo pcr'c:l airc clr-rc clcs-plaza al avanzar). Ahor¿r bien, ningún adulto lo crec c¡r cl lt"rcdiosocial considerado (el de Ginebra), y no se pueclc perlsar en quetal noción se haya transmiticlo hereditariamente clescle Aristóteles<¡ desde los griegos a los cscolares de Ginebra: así pnes, la idea seclcbe al sentido común cle los griegos clc la época ciel estagirita(falta cle toda cxperienci¿r clel maquinismc.¡ actual y clc toda s<_rspe-

cha del principio de inercia), y este senticlo comúrn razonab¿r a l¿r

ll¿lnera cle los niños en este campo físico particular (sin exceptuilrir Aristóteles).

Hay quc: añaclir a esto clrrc la historia clel clescrrbr.inricnlo clc Iai-ror:ién clc desarrollo es muy semejante, en el campo cle la forma-cic¡n de la razón, segúrn vimos en el subtítr-rlo IV. lgualnrcntc sc hircr-ulenzado a creer quc lu r¿tzón adulta estaba preformada cn el

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78 ltt,lsllj\tot,t)(;i\ t)I.t. eo\clclltl tltNIo

niño en una forma innata, )' que bastaba con llenar este cuaclroformal con corlocimientos adecuados, colmanclo simplemente lamernoria para llegar a un estadio fl-lal adecuado: sólo las diferen-cias cuantitativas se tomaban en cuenta, sin sospecharse las dife-rencias cualitativas. Rousseau fue el primero, en 1762 I (o sea, tresáños después de G. F. Wolff, cuya cxistencia 1' cuya tesis de mecli-cina ignoraba), que haya discutido que cl niño fttese un (aclulto enminiatura>, como se dijo después, y que sentó, de tal manera, lahipótesis de una epigónesis de la intcligcncia. Pero hubo que espe-rar hasta los trabajos del siglo xx p¿tra clemoslr¿trlo y poner cle

manifiesto los aspectos de organización progresiva que trae consl-go este clesarrollo.

Sabemos hoy que esta organización consiste cn una construc-ción de estructuras operatorias, a partir de la coordinación generalde las acciones, y que esta construcción se efcctíta gracias a Lrna

seric de abstracciones rc.llexivas (c,¡ clifercnciatci<-rnes) y cle rc:grga-nizaciones (o integraciones). Además, crcemos saber que estos pro-cesos están dirigiclos por una autorrcgulación o equilibración pro-gresiva que suponen, claro está, una interacción continua entre clsujeto y los objetos, es decir, un doble movimiento dc asimilacióna las estructuras y dc acomoclación cle óstars a lo real (véase $ l-2).Así pues, parece existir uu paralclisrno bastantc complcjo eutre lahistoria de estas nocioncs en biologízr Y err psicología clcl cles¿lrrolltl'

\\ 7. L¡s ¡¡ocroNrs srNcRó¡¡rcrts

Todo desarrollo, tanto genealógico como orgánico, cttlmina en unestado de equilibrio relativo, e inclusive tiende a él en virtud desus mecanismos autorreguladores. Así pues, es conveuic'tltc aveli-guar por medio de qué nociones es aprehencliclo este carácter es-

tático de los estados del equilibrio y poner de relieve sus relacio¡escon las nociones propias del desarrollo.

I. La idea de especie.-El desarrollo genealógico t¡ colectivt-rculmina en la constitución de phyla relativamente estables (tan es-

tables, por lo demás, que se han necesitaclo siglos para descubrirel concepto de evolución, y que ósta puede parecer frenada o casinula conforme a nuestra escala temporal de observaciones). Estos

I Fecha de aparición <lel Etttilio.

NOCIONES SINCRÓN1CAS 79

plryla estables son descritos, pues, en términos cle reinos, troncos,clases, órdenes, familias, géneros y especies, consistiendo el pro-blema en establecer la naturaleza de estas nociones.

En las épocas en que la idea de evolución no se conocía y cnlas que el desarrollo orgánico o individual cra concebido como unsimple aumento de talla, la idea de especie y, con ella, las claseslógicas de orden superiol a ella contempladas por el clasificador(la de ngénero> en todo caso) eran concebidas como si correspon,idiescn a totalidacles permanentes, dadas como tales en la natura-leza.Y, en la pr;ictica, estér noción <realista> (en un seuti lo opuestoa unominalista>) de la especie y de los géneros, etc., bastaba paraasegurar una adecuación satisfactoria a lo real, puesto que losgrandes sistemáticos no evolucionistas, como Linneo, ctc,, cofona-ban con éxito, a grandes rasgos, sus empresas.

No es éste el lugar para insistir en la notabilísima convergcnciaasi obtenida entfe las estructuras elementales de la lógica de lasclases, elaboraclas inclependientemente de toda preocupación bioló-gica por el pensamiento espontáneo (descle los 7-8 años sc encuen-tfan en el niño estructuras de oagrupamientos> clasificadores queobedccen a los mismos principios de encasillamiento de las clasescn f'r¡nción cle las serncjanzas y cle las clifercncias cualitativas) ylas cstructuras pro¡rias de las organizaciones biológicas. Volvcrc-mos a verlo cn el Capítulc.r IV y será uno cle los cjemplos ,.lc quenos valcü"emos para mostrar los isomorllsmos palciales qu. e..ris-ten entre las estructuras orgánicas y las lógicas. Por el mo!nento,el problema consistc cn colocarnos solamente en el punto cle vistadel biólogo y no de las relaciones entrc el organismo y el pensa-micnto, y, por consiguiente, cn tratar cte caracterizar los diversosaspectos de la noción de especie en la perspectirra cle la historiade la biología.

A este respecto, la noción de especie nos proporciorr¿r el prirncrejemplo de una tríada que volvemos a encontrar cu todos los cam-pos en lo que concierne a las nociones biológicas (y psicológicas,sociológicas, etc.), por lo demás tanto diacrónicas como sincróni-cas; pero es más claro comenzar este análisis a propósito de losconceptos sincrónicos (para proseguirlo después a propósito de lasrelaciones con el meclio: $ 8). Esta tríada es la de las concepcionesque hacen de la totalidad una realidad que se basta a sí misma vcs capaz de explicar slls componentes 1; concepcioncs atomÍsticasque explican el todo en función cle las partes (o conro agregado dclos componentes individuales); y concepciones relacir¡nales queconsideran la totaliclad a n-tanera de composiciones entre relacio-

I En io que sigue hablaremos a menudo, a este respecto, cle "totaliclacltranscausalo, en el sentido de que trae consigo un modelo <1e causalidacl quercbasa las interaccioncs causales obscrvables y que, por tanto, es inverificableen parte.

.ÉrqI&

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80 coNocr\,11llN1'o

nes y en las que los elementos inclividuales estálr ellos mismossubordinados a estas relaciones totalizacloras.

El concepto de la especie antcrior a la iclea de la evolución estávinculado indudablemente con el primero de los términos de estatríada: la especie existe como entidad estática y como totalidadpermanente, que impone su nfornlAu a los indivicluos 1. Existen tan-tas especies como las que han salido cle las manos del Creaclor,decía Linneo, lo que es volver a partir de totalidades daclas, sufi-cientes para explicar los caractercs cle los inclividuos que ellas sub-sumen. En cuanto a los "géneros> y a otras totalidacics qlre entranen juego en la clasificación, ser/rn t¿rnto más reales cuanto mcjorcorrespondan a lazos de comunidacl o clc parentesco naturales, pa-rentesco que nada tendrá que ver con ulta liliación, sino que ex-presar/r la estabilidad de las semejanzas objetivas de cliversos gra-dos, y estas selnejanzas expresarítn las anaiclgías dc intenciones delCreador.

Con el evoluciouismo, la noción clc especie cambia cle nulltt'alc-za, claro está, y Lamarcli nos proporciona un primer ejemplo. Ensu perspectiva, en la cual el orgauisuro csl¿i uroclclaclcl por cl mecliosin construcciones cndógenas ni resisteucia de las estmctttras in-ternas, la realidad cle la especie des:r¡rarecc como tot¿tlidad objetiva(tal y como, para el empirismo, c¡-rc sttbtirdina el sr-rjeto a las ac-ciones clel objeto, toclo realismo dc las clascs cecie su lugar a uirnominaiismo): sóio cxisten los inciivirluos clt sus linajcs sorncticlosa valiaciones constantes, )' lir scp;rr"nción cte cstos iinzrjes cn t:spc-cies es esencialmentc artificial, cn tanto quc las entidades colec-tivas que se prestan ¿r la clasificacii¡n no coustilt-rycn, aquí, másque (partes clel artco:. Cicrto cs clLrc culrtrclo clos linajes s¿tlicloscl: tnl rtri:;rlrc¡ tronco pasan a c.slÍtr sr-lfic:ie nlcmcltte cij.stantcs en Llnnronrinto 7'" clc la crroluc.ión, su scpllrcir.¡rr 1:crrnitc hablar clc cs-

.irccies clistinlas, pcl'o cn oLrasión clc sr-r cljsociación grzrdual cl'l uutienr¡ro 7', están tclrlar,ía rclacic¡uaclas I)or tocla suerte cle interme-ci.arir,rs, y cs elrtol.lccs totaltlenfr: al'bitrari<"r tratarlas como (espe-cicsu cliferentes o como sinples "r,¿rriccl¿rcics, c¡l el interior cle r,rna¡ r"¡isn.r¡l especie.

Dcscle el punto de vista lógico, Ia cspccie clcja de co'slituir unasinr¡rlc- uclaseu par.a ¡raIticipaI igt[ilrnc.ntc dc la cstr¡-rclura clc lasurclaciones". Por trna parte, ios caractcfcs clllc clellncn a las clasesc:pccíficas (o ger-róricas, ctc.) son sLlsccptiblcs cle var.iación en muso crt trlenos, lo cual aíiaclc a las -si¡11¡-lles ccluivaiencias rc.lacionessinrd'llic¿rs trulisilir'¡s. Pol otrr¡ I)¿l¡'tr., tslrrs pr.o¡-licclaclcs cltrc sc hanvltello clc tal lrlanel'¿t I'cl¿ttir'¿ts puc:clor intr'oiiucir transicignes entreuna espccir-'cl¿tclt t, Ias espccics vccil[is, lO.-iral hace c]rre la t-.sPct.ie

I Tolalidacl en c.rlcnsión (- conjullto tle'los inciir,icltros), ¡rcr.o sobr.c loc.[t¡ crrcompr-etrsi<in (conjunto cle los cl¡t'actctes cstables, ,,(.)usia) rlc Aristótelcs, ctc.).? Pltilosortltit, aoolt¡tiqtLe (Fcl. Schlcicher), p. 1,.1.

I\JOCTONES SINCRÓNTCAS 81

misma sea relativa a un cierto modo de corte o separeción. Es loque se pone igualmente de manifiesto en las concepciones cle Dar-)yi" -"1 las que, como ha mostrado C. Nowinski, lá especie en ca_lidacl de clase-relación pasa a ser soridaria cle estructr-rias cirr <tipr_rlógicoo sttperior t (la selección, etc.).

. con la genética mendeliana y el mutacio'ismo cre De vries y,

más tarde, de Morgan, etc., la'oción cle especie presenta un terceh.asp.ecto que, clespués del de totalidad absoluta o car-rsal que car-ac-terizó sus cc¡mienzos, y clespués de la fase atomística (iecluccióna los individuos) o nominalista q'e marcó a las concep"ion",

"uo-lucionistas iniciales de Ia clasificáción, se orienta hacia una estruc-tura de totalidad relacional.

En efecto, el descubrimiento cre ras leyes de la herencia ha per.-miticlo poner en evidencia la existencia dé (razAs)) q.," pá.*orecennr/rs o lr-renos estables, hasta el momento en que rrna^rara lrLrcvarrpal'ece (o desaparece) por mutación. De esto se despre'clen closconsecucrlcias escnciales. La primcra es la cle q.," .,i criterio ob-jetivo cs clc uue'o (o por primera vez, descle irn punto cle vistacicntífico v ya no creacionista) atribuible a la especié: la especie esun conjunto de razas cuyas derivaciones pueclen analizarse en prin-cipir y cuyos cruces son_ en principio f écu'dos. La segr-rnda,'qr-rces la más importante, es la crc que ya no subsistc la disluntiva e.-trc un¿r.,fijismo, sin evorución para el cual las cspeóie.s ser.ía.pel.maucutcs \,' Lur flujo cvoh-rtir¡o cclntinuo qrrc quitar.ia tocla signi_.ficaciirn objctiva a la noción cle especie: la-reaúdacl se nos mani-fiesta n-rirs bicn como una scric cic estaclos cle cquilibr .o l-cl¿rtivr,rlc clcscqr-rilibricis y cle lcequilibraciones, lo cual pernritc llcvar. ¿r

cabo nn¿r clasilicación cle los ¡rrincros cic cstos clstacl<_¡s, sl oor.cli-nancl<¡ nc¡ obstante el conjunto clel sistc¡nr a un sistc.rna r-,rll.cirlnalcorrstitrrickr 1'rol llts lcycs gcrróticas.

Estc car¿ictcr relacional no ha hecho más que ¿rccr.rtLlar-sc clcsclcclrtonces. una cle las iagunas fundamentales clci mutacionisuro cl/r_sico cle irace 30 ó 50 años ela la oposición raclical, clc naturalezacasi atomística todavía, cntrc el genotipo y el fcnotipo. Se llamab¿rrgcnotípicos, al Conjunto cle los caracteres cle uná línea (pur.a>(¡rt-rl selcccioncs progrcsivas) creada en el labc¡r.atorio. pol. ei con-trario (y scgún la misma tcrminoiogía debida a Johannsen), sc lla-lnaba ufenotípicos, a los caractcres de las líneas, fueselt plu.¿rs oimptilas, quc s<: clesarrollascn cn c<.¡nciiciones variaclas del mcclicll' sin fijación hercclitaria cic cstas propieclades nucvas. Ahora bicn,lusí ¡rlescntucia, l¿r clpcisición nacla ticnc dc antitótica, plles, comoiir.'istimos la c-n 1929 j, lus cios nociones cle genotipo y ilc'f.'notipo

lS.: llalltatt utipr-¡s lógicos" I ios g¡acios ric nn <.¡rclcrr jerár.quiCt.r cle con-(ül)tos, Por c.ieluplo, l;,ts cllscs (lue no cc¡rrticncll nrás qrrc inclividuos.sotr cletipo I, las clases que no contiencll uras que clascs cle tipo I son clc tipo 2, ctc.2 |l.ct'tte.s¡ri.s.se r/¿ Zoologit,, ro1. 3ó (1929), n. 3.19

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82 Itp¡ s'l n[tol-oGiA Dl]r- c0N0cIil,lillN'fo

no están Situadas, de ¡inguna tnaltera, en eri nlismo plano. E,¡ cfec-

to, nunca Se Observan directamente más qr-re fenotipos, e incluscr

en el laboratorio, una nlínea pura> (o supuestamente (Ilura), pues-

to que esto no es sino una noción límite) nos proporciona cal:¿lc-

terei que son siempre igualmente relativos al medio elegido y t-lo,

simplernente, al patrimonio hereditario' Así pues, cl genotipo es

solamente lo quelienen en común toclos los f enoti¡los posibles prc-

sentados por ut a misma línea upura>. Sc trata, así, de una nociónreconstituida y reclucicla, por opctsición a los fenotipos cuya des'

cripción y mecliclas se pueden proporcionar c1e malrcra directa''Es

asi que la noveclacl esencial (lLle caracteriza a la gcnética

corrtcmporát"n, ",-t

stls plogrcsos t'cs¡recto clc h gcnética clírsica

o mendéliana, es precisamenie el h¿rbcr" rci'tcgraclo gc¡otipos y fc-

notipos a Llna totaliciad relacionada. En c[e-cto, un gctrotipo es ca-

r.actbrizadO esencialmcutc hoy por su (no|lla cle reacc:iónr, cs cle-

cir, por el conjunto cle los fenoiipos quc cs susccptiblc cle prociucir

hacibndo variár (una a una) las propiedaclcs clel meclio. Por otraparte, al laclo de la norma de relrcción dc ttt'l:t sol¿r raza, es dccir,il. ,r,. genotipo depuraclo artiliciahlentc, sc hablalir cic la lloruacle reacción de trn¿r población, o scil, clc tilra mczcla clc genotip<.ts,

lo cual constitu)'e la regla en la ri¿ituralcz'¿r, sicnclo clltonccs la unidact el npoot geÁéticor.-Es más, se ha llegaclo a lundar'(a partir clc

la lcy cle Haráy-Wei'berg acei'cn clc 1a frcctrctrci¿t rclati'a constalltc

cte un caráctei alelomoJo en ct,¡ncliciu¡es clc poblaciór-r, pot' lo cie-

más nunca realizaclas) ul]a (gcltútica dc las poblaciollcs) qttc ticuc:

sus leyes propias y de la que un principio es el cic ql-lc Llll gen lltlllcaobra iolo y que toclo fcnotiiro cs resultacio cie la acción clel con-

iunto cle lós getr"r reuniclos. un cxpcrimcnto clásico de Dobzhans-

ty y Spasst<y tra consjsticlo, por cjcmplLi, crl mczciar 14 razas dc

vátó. aiaptaiivo clc 0,3 a 0,8 cn una ca¡a cle població', c_onservando

srilo los úomocigotos: lln estas conclicioitcs se cotnp|obó, clespués

clc 50 generacioics, la exislcncia clc un jr-rego de compcnsacionesqu" po"r"r, remedio a las mut¿rcioncs desfavorables, pues cle i4 ra-

,i r, ¡ habían restableciclo totalmente sn r,'¿rlo¡ aciaplertirro, B, apro-

,iimadamente, y 3 solamentc dc mauera insuflciente'E,n .er,r*en, después cle la noción re¡rlist¿t de especic, después,

luego cle la concepcibn atomista y nominalista, se llega ¿t tru estndio

relicional de las totaliclacies funcionales cil cl tnarco clc las cuales

la especie se presenta en la naturalcz.a,lo que concluce:r ttna pri-

macía cle las nociones cle equilibración y cle regulación a títrtlo clc

sr:pcración conccptttal clc las antítesis inicialc:s'

II. El osislentu genéticoo.-Errtt-c la esPccie o el gétrero, etc.,

estaclos de equilibrio relativo crn los cu¿rlcs cicsemboc¿r el desat'ro-

llo genealógióo o colectito, y la cstntctr-rlit clel organistno irldivi

NOCIONES SINCITóNICAS 83

clual, estado de terminación clel desarrollo ontogenético, recorde-mos además la sucesión de Ias concepciones coricernienies al sis-tema genético, en particular al genomá punto de unión entre esrasdos clases de desarrollo.

La evolución de las ideas sobre el sistema genético obedece ala-m-isma ley, de la que acabamos de ver un efemplo: de la tota-lidad transcausal al atomismo, y de allí a la iotaiiclad relacionalque tiene que ver con los mecanismos autorreguladores.

Aristóteles consideraba la reproducción en Ju perspectiva gene-ral cle las cuatro clases de causalidacl: eficiente, formal, material5' final. SegÍrn é1, la fecundación resultaba, entonces, áe que elmacho proporcionaba la .forma> (específica, racial o familiar) yla hembra la <materia>, todo esto enCuadraclo entre una'eficienciáy una finalidacl. Dicho de otra manera, el genoma es una <formacausalo, que se constituye por división en completo isomorfismoco' la uforma> del ctrerpo aclulto y explica su multiplica.ión.

weismann, a fines del siglo xrx, por el contrariol quiso intro-clucir una scparación radical entre el plasma germinativo, que seprolorrgaba de una generación a la siguient" .le manera continuay, por así clecirlo, inmortal, y el plasma vegetativo o soma, suertecle excrecencia momentánea y mortal que caracteriza a los indivi-dtros sr,rcesivos. Pero, a la vez, interpretó el (germen) en una formaatomista, como un sistema cle "fls1s¡minanteso cuyo número nosería el mismo en las células somáticas y en las germinales y clryalunción serí¿r tr¿rnsmitir, Llno por uno, ios caracie.e, heredltaribssin ninguna irifhrencia posible clel soma y menos toclavia del medio.

Estc atomismo, natuLalmcnte-, fue refor.zackr por el clescubri-rlricnto y cl recicscubrinric¡rto clc las leyes cle Menclcl y pof la con-ccpción cle los (tlcrlcs) inlcrpretados colno pequeirás- partÍculassittr¿rcl¿rs en los clol-nosomas. E,l carácter bjnc¡rniai clc la ley cle <Jis-tribución de Menclcl, la cstructrrra cliscontinua cle las figúras 1uese clistribuyen en el espacio cn cl transcLlrso cle la rnitos'ís y ,le lameiosis, la aparición clel salto brusco y al azar propio cle las mu-taciones observaclas, toclo parccía conclucir a está viiion atolnísticade las cosas, que clurante largo tiempo dominó toclas las interDre-taciones del sistema gcnético, y se vio reforzacla t<¡clavía poi eldogma de la no-intervención clel medio aparte de la influencia,esencialmente disgregante, por lo demás, cle algunas radiaciones.

Tales concepciones, corrientes aún en muchoi meclios, han sidopor fin puestas en tela de juicio por una serie cle hechos nuevosque nos orientan actualmentc hacia una tercera etapa, caracteri-zada por u¡a interpretación del sistema genético y clel'genoma mis_mo, a título cle totalidades relacionales que son, a la -vez,

produc-tos de un largo desarrollo y sedes de co-adaptaciones y cle regula-ciones variadas. como ha dicho Mayr, se ha sustituiclo ia ogenéticadel saco de juclíasn según la cual cada gen cletermina de manera

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8¿. Eprs'r'Euol"ocÍA DEL coNocrMrENTo

independiente y unÍvoca un solo c:rr/rcter clcl organismo adulto,por una genética relacional (Mayr habla cle <relativiclado) en lacual el genoma constituye una orgauiutción cle conjunto insertaclaen lo que Darlington llamó, cn 1939, (sistclr-I¿l gcnótico>, o conjuntode procesos de reproducción, cle trausmisión y clc variación, peroeI cual opera conro sistema, es ciecir, cn forn¿t cle interaccionesconstantes.

En el seno del genoma, y al lacio cle los gcrles estructurales, seha distinguido, por ejemplo, a los gcnes rcguladorcs o modificaclo-res, que encuentran sus incitaciones o sus alimentos fuera del nú-cleo o, también, de la célula. Los gct'tcs, ctl stl coujttnto, a los quehoy se les considera a menudo colno si f r.tcscn todos estructuralcsy reguladores a la vez, no nos son cl¿tclos clc un¿r vez por todas, sinoque se reconstituyen sin ccsar Por nctill)olism<¡ interno (en eltranscurso de la transrnisión gcnética) conscrvanclo sr,r cstructura,lo cual es, de nuevo, un signo cle organización. Por lo que rcspectaa su actividad, no es sino cle transtnisión o clc vari¿rciótl, habiclacuenta de las gener¿lciones ultcriorcs, prtcsto quc hay activicladsintútica en el curso de la ontogéncsis, qllc pasa clel B0 por 100 enlos comienzos dc este desarrollo y ciescicnclc a 1 por 100 ó 1 por1.000 hacia su fin.

Se añade a esto que hoy la uniclacl gcnética ya no es tanto elgenoma mismo como cl <<pool gelnétictto, o conjunto de los geno-mas en interacción en el seno cle una npobiación, clada. Ahora bien,el pool genético está a su vez coacl:rptzrdo c integrado, es fuente deregulaciones de conjunto y dc continuas rcequilibraciones, consti-tuyendo así (al menos según las tcorías ck¡minautcs) el nivel cle

integración intermedia entre el inclivicluo y la cspecie'En cuanto al "sistema genético" esta noción sc v¿l agranclancio

continuamente en la te<¡ría contemporánea. En su obra tituladaAnirnal Cytotogy and Evolt¿tiorz, White escribc por ejemplo: oal

término general cle sistema genético ligamos el moclo de reproduc'":r,in cle la especie, la dinámica de ia población..., el ciclo cromo-só-nico, el índice de recombinación, Ia prescnci¿] o ausencia de for-r-r.rs diferentes del polimorfismo genético o citológico cle la pobla'crón natural y, en pocas palabras, t<¡dos los factores que determi-..ran su comportamiento hereditario en un espacio de tiemposufrciente para la aparición de cambios evolutivoso. Stebbins yotros van aún más lejos, lo cual tiende a asimilar el sisterna gené-

tico al conjunto de los factores internos por oposición al medio(pero esto no siempre nos lleva a excluir la interclepenclencia cadavez mejor percibida de las acciones exógeuas y endógenas). SóIoqtre, si la noción misma de sistema genético tiencle a volverse, de

tal manera, un poco vaga, su gran mérito sigue siencl<¡ el cle insistir,con todas las nociones de reiación cle irol', cn ei heclio dc que lossistemas orgánicos o biológicos más (n¿itllrales> (ya lo hemos visto

NOCTONES SINCRóNICAS 85

en lo referente al <sistema epigenético>) constituyen a Ia vez lasluentes y los productos de la evolución.En fin, se ve así que la evolución de las icleas en lo concerniente

¿rl sistema genético obeclece a las mismas leyes que la de la nocióncle especie, y que habremos cle volver a encontrar & prc ¡ósito delolganismo indiviclual: paso de la ¿otalidad transcauial a un atomismo que pretende explicar er todo por elementos aisrabres y re- lto'no a una totaliclad, mas relacional y soliclaria cle un desariollo"funcional' se dirá q'c lo.s- conceptos no son más que el reflejo delos conocimientos adquiridos en ias épocas consideiadas, los cuaresclc¡rcnclen a su vcz cle las tócnicas de investigación. clar'o está, poruna parte, pero a esto hay que añadir que las nociones utilizaáaspara describir o explicar los hechos los rébasan siempre, ai adoptartalcs o cuales formas cle sistematización, y que ¿itas, entonces,clcsempeñan nccesariamente un papel cle auxiliares o cle obstáculosc' cl análisis cle lo real. por tanto, nos qucdará por examinar laI'ue'tc cle cstas sistcmatizaciones y no ros está piohibiclo 1en re_lación con el $ 4) sentar la hipótesis cle que las intuiciones defor-mautes inici¿rles habían sido sacaclas cle una suerte de psicomor-fisrno csp'.l/rneo, para acloptar en seguicla, sin crÍtica, lai intuicio-ncs más scncillas y mzis económicas sacaclas clel mundo físico v sino'ientarsc, más que al final de tal balance, hacia moclelos más"acle-cu¿rclos a lii organización viviente.

. iII. El org,attisnto i,divid,ar.-Las nociones rcrativas al orga-nisrno incliviclual verifican de manera mucho más clirecta aún talhip<itesis, cuyo único interés es subrayar el carácter clialéctico clela marcha hacia la ob.ietiviclad en el conocimiento biológico: encfecto, pa.ece ser que ¡rara llegar a esta orientación sinté'tica quee.s la búsquecla de una totalidad relacional caracterizada por susalrtolrcgulaciones haya que comenzar por la tesis de una tclalidadt¡anscausal inspi.ada por los modelos de niveles superiores srcbal-rure'te aprehendidos conforme a un moclo introspeciivo (tesié cuyoúnico valor, aunque es real, es el de plantear pioblemai), y pasardespués por la antítesis de un análisis atomístico inspiraáo en losmoclelos de niveles inferiores y, en realidad, previtales o infravita-Ies (pero cuyo servicio recíproco es el cle proporcionar los comien-zos de medida y de verificación).

^ Así pues, el organismo individual se concibe primero como unaforma que se impone causalmente a una materiá. Esta <causalidadformalu, en el sentido de Aristóteles, va acompañada naturalmentecle una ocausalidacl eficienter, principio de lá nfuerza vital> invo.cada por el vitalismo por considerarlo distinto de las nfuerzas,físico-químicas, pero análogas a ellas, y de *causas finalesr, consi-

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dó l]PIS'TB¡,{OI,OGÍA DEI- CONOCIN'ÍIENTO \(X]IONI]S SINCI{0NICAS

lisiológ-icas uLiliz;,rcias pol la acción (regulación de activación o, in-clusivc, clc ¿icclcr-ación clc Ia acción), y que el <sentimiento, delcsfuerzo no cs c¿rlrsu clc nacla, sino simplcmcntc el indicio subjetivoiic est¿r re¡lulucitin o la torra dc conciencia de esta conducta de¡lct iv¡rción.

}ln cr¡¿rnt<¡ a l¿r finuliciacl, hemos visto ya quc si corresponcie a¡'nccanismos íir-rt<;rrcgul¿rclor-cs reales y de ninguna manera despre- ¡

c:iablcs, nacla ticnc clc ucaLrsao en el senticlo cle ucausa finalr: aquít¿rrnbiún sc tluta clc una noción m¿rl an:rliz¿rda, porquc rcúnc contorla hcte rc¡¡rcncirlacl la cxplicación consciente (cleducción anticipa-clola) y la catrsaliclacl fisiológica (cn este caso cibernética), lo cualclcr t.lrrcr,'o sc rLrbc a las insuficiencias de la introsnección.

A cstas r.rocic¡ncs cic totaliclacl transcausal y de origen psicomór-fico lt:s h¿in succclic'lo, como cs clebicio, csfuerzos de explicación denatulalcza físico-química, cl funcl¿iclos en las unidacles elementalesclc qtrc cstá formado el organismo (células). Dicho de otra manera,como y¿r cntrcvimos en el $ 4, mientras que las nociones del primergrlrpo 1>rocedían dc nna proyección en los niveles inferiores decl¿rtos tomaclos cle los niveles superiores, Ias nociones del segundogrupo sigucn un camino contrario y se orientan hacia un reduc-cionismo qr-rc tiende a interpretar lo superior (aquí, la estructuracie con.junto clcl organismo individual) por lo inferior (células, etc.),o inclusive por lo infravital físico.

Aliora bien, como ocurle casi siempre en caso de orientaciónrcrlu<:cionista, estos ensayos cle explicación de la organización apriltir cle datos clementales se han dirigido hacia esquemas ato-nísticos, porque corresponden a las operaciones más simples del¡rcnsarnicnto quc son las operaciones de suma. No pensamos sola-rrente en las teorías ocolonialeso de la individualidacl de los me-tazoos por aglomeración de células, sino al conjunto de los tra-bajos anatómicos y fisiológicos que han procedido tejido por tejidou órgano por órgano, como si la totalidad morfológica o funcionaldcl organismo fuese resultado de una síntesis progresiva a partirclc clcmentos o cle subsistemas aislables, los cuales constituyt n, asu vez, conjuntos cuyo análisis conduce hasta la célula en :us re-acciones concebidas como permanentes. Para no poner más quer-rn ejemplo, el sistema nervioso, que constituye hoy para nosotros,t la vez, cl modelo de los sistemas autorreguladores y el órganocscr-rcial cle la cohesión de conjunto de los organismos superiores,ha siclo conccbicic¡ clnrante mucho tiempo como un agregado dereacciones aislables-los reflejos-, y hemos tenido que esperara K. Goldstein que, sin cluda, ha sido el primero que ha descu-bielto en ello una recl, en la acepción común del término. Pero,colno no conocía la teoría algébrica de las (redes) (o oretículoso,nlattices>,, etc.), Goldstein ha quedado tan impresionado por suinluición, como antaño H. Dricsch por su descubrimiento de la

87

deradaS como puentes clc explicaciotrcs stlficicl'rtes por sí rnismas

e irreductibles al mecanicismo.Es fácil comprobar qlle estas trcs clascs cle n<-rcit-¡nes están sa-

cadas de la expériencia introspcctiva r. Es cierto que la noción cle

(forma, es común a las formas org/inicits y a las estructgras ma-

temáticas o lógicas, las cuales slrponcn clásicamentc la distinciónutilizada preciiamente por Aristótcles clltre LIna .[orm.> y unaomaterianl Sólo que si lás oformaso clel pensamiento o del yo, etc',

son ciadas en ,rrrá forma globat c implecisa a la introspccción, que

puecle entonces considerárlas como causalcs, cl análisis científico(inaugurado, por lo demás, por el ¡rropio Aristótelcs, ,mas en su

iOgi.i y no en su biología) comienzzt cu¿rndo sc l¿ts tracluce en tér-

*lnor de estructuras de relacio¡cs o clc gpcr¿ciotics, asÍ pues, a

.rn t"rrg,ru;e implicativo que nacla ticne cie causal. Por el contrario,las foráaé orgánicas clepénden cle irrtcracciones esencialmente cau-

sales, inclusivé si se las expresa en términos cle cstrttctlrras mate-

máticas o algebraicas, y cle tal ma¡era constituyen resultcuttes y t'ro

causas. HacJr de la oforma)) en un sentido indiferenciado, a la vez

cágnoscitivo y biológico, la (causa)) de la unidacl del organismo

i.ráiui¿nut es "quedarie en el plano engañoso cle la introspección,

q"e consia".a it <yo)) o al perisamiento, ctc', como el motor de la

actividad orgánica.Por lo que rerpe.ta a la <fuerza, vital y a la flnaliclad concebida

como ocarisa finálr, los orígenes introspectivos son todavía más

claros. Es cierto que las razones de la resistencia clel vitalismo han

tenido que ver sidmpre con las insuficicncias cie la explicación me-

canicisti en el momento de la histori¿r cn qLre ir¿r tcnido lugar ladiscusión. Así pues, la doble función histórica clel vit¿rlismo ha cot-l-

sistido en plantear problemas, lo cual es excelentc, pero también

en ofrecersé para taiar los agujeros, lo cual es más cliscutible. Sólo

que, entonces,. ¿por qué taparlos mecliante una noción tan aventu'

áaá "o*o ta déifueiza vitalo? Es que, evidentemente, la experien-

cia interior nos proporciona tal modelo. El nyoo, que se manifiesta,por una parte, com; la <forma> de las formas (pero que de hecho

ir es, "o*o ya lo mostró Kant, más que una (forma de apercep-

ci¡jnn de la éxperiencia vivida ni tampoco un pri'cipio causal osüstancial), parece constituir para la introspección, por otra parte,

la fuente de-Ias fuerzas propiamente dichas, tales como el esfuerzo

ebpiritual o muscular. Toda la obra de Maine de Biran descansa

"ri "rtu ilusión introspectiva debicl¿r al sentimiento dcl csfuerzo,

en el seno del cual cree discernir ¡una causa inmatcrial*el yo-y un efecto material -el movilniento cle los músculos-! A lo cual

ia psicología científica responcle con Janet y otros, que I,a (conduc-

ta, del esluerzo constituye de hecho una regulación de las fuerzas

lEsdecir,sinrelaciónconelanálisispsicológicocicntílico.

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88 nPIS l El\1O1.0(l͡\ DIil. CONOCII\llllN'l'O

ibgulación enrbriológica que, so pfctexto cle "Gestoll>, ha vuello

z.: caer en una nocrói sinfularmeñte vaga cle totalidad tra'scausal

lie ,l,ufUau des Organixnus). Se ha tenido qlre esperar hasta

ivlc Mulioch para q,tJla noción del re tículo neurírnico adquiera una

forma racional e isomorfa rcspecto cle los retículos operatorios

lógicos.--"iu¡o la doble influencia dc la cmbriología, que ha sacado a la

luz los procesos correlativos de la clifercnciación y dc la intcgra-

"ion y ¿e tos progresos de la fisiología misma cn sus descubrimicn-

tos dá las interacóiones, por oposición a las series causales lineales,

ya"lu'regulacioneshomeostáSicas,Se]hallegadoporfin.aconce.üi, "i concipto cle organización como Ia noción central cle la bio-

üliut tro"ión a la vez sincrónica, correspondiente a la totalidadriacional que caracteriza al organismo acabado, y diacrónica como

correspondiente a las series de reequilibraciones que caractcrizantodo d"rutrollo, tanto genealógico como individual. Esta idea fun-

clamental, en la que se apoya toclo el organicismo contemporáneo,

i" proto"ga en lá noción complementaria, a la vez sincrónica (ni-

vetés ¡eráiquicos) y cliacrónica (clc estadios sucesivos) clc niveles

ae orlanización,'ségún que se tratc clc los procesos bi.oquímicos

submóleculares, de la biófísica rnacromolecul¿rr, de la célula o del

áig;"ir*o individual en su conjunto (sin consiclcrar las poblacio-

nei ni abordar el concepto cle biogcocenosis)'

IV.ComparaciónconlosproblenlnsCog|toscítívos.-Hallega.do el mom"nto d" comparar estas cliversas nociones sincrónicas

con los conceptos episternológicos cltte les corresponden en cl te-

rreno de las funciones cognoscitivas.Es poco lo que puede?ecirse de la noción de especie (véase I)'

que tiéne pocas aplicaciones en cl caillpo clc los conocimientos'

ialvo desdé dos puntos de vista. E. primer lugar, reco¡demos' para

hacer memoria, las discusioncs accrca clc las (especiesD distintas

de conocimientos según que sean propias de la especie.humana o

de las diversas espécies'aniinalcs' Scgírn ia concepción realistary, sobre todo, creicionista) de la especie, el hombre.es el único

iue está en posesión de la orazó'D, rricntras qne el animal, o bien

. 1o es sino una máquina, cotlo clccía Dcscartes, o bien procede

exclusivamente por áprendizaje asociativo, etc. Los notables traba-

, jos de W. Koehier y á" .,^ cóntinuaclores acerca cic la intelige'ciaie los chimpancés han claclo cuentri cic esta difercncia específici'r

en el terrenó, por lo menos, de l' i'teligcncia,sensorio-motriz, en

el que el mono-saca ventaja al niñcl ¡ror nrcdio cic un esquematismo

de ia acción (esquemas clá asimilació' 1'cic co'rc1i'aciones) cle na-

furaleza semejante, y con iutcl'cerliljos intcrincliviclualcs que con-

ducen hasta ei umbral cle la fr.rnciirn siniltrilica. .lLsí prres, ya no se

NOCIONES SINCRONICAS

¡rtrcdc hablar cle una inteligencia propia de la nespecien humana,r¡:rh,o para clistinguir nivclcs (al menos en principio, pues la ma-t¿oría son desconociclos) en las diversas etapas de la hominización.E,n segundo ltrgar, si cxisten tanto filogenéticamente como onto-genéticamentc (y desde este segundo punto de vista los niveles sonconocidos) mirltiples cscalones de estructuración cognoscitiva apar"tir de Io quc sabemos dc los niveles, harto distintos igualmente"plc-rpios cle los diversos géncros o especies de primates estudiadoSa este resllccto, ¿sería neccsario, segírn Llna concepción que recor-claría las interpretaciones nominalistas o atomistas de la especie,considelar las diversas variedacles de organización cognoscitivaque clifieren tan notablemente de una sociedad a otra, o, en nues-lras socieclacles, cle un grupo de individuos a otro como otros tan-'tos Tthyla (epistemológicos y no necesariamente genéticos), quecvolucionan cle maneras divergentes y continuas, pero sin estruc-turas comuncs necesarias? Esta era la idea, hasta cierto punto, deL. Lévy-Bruhl antes de su retractación, y sigue siendo una hipóte-sis concebible. La tercera interpretación piensa, por el contrario,que si la razón humana evoluciona no se modifica nunca sin ura-zóno, lo que equivale a suponer escalones de equilibración y vec-tores o clilecciones que las leyes internas de la autor-'egulaciónlcsponsable dc las transformaciones hacen necesarias.

Si, de tal modo, volvemos a encontrar lo análogo de las tres1;osiciones distinguidas a propósito de la noción de especie, no hayacttralmente nada que decir, por falta de informaciones suficientes,acerca dc Ia herencia de los modos de conocimientos, así pues,acerca de las interpretaciones del genoma desde el punto de vistaclc Ias funciones cognoscitivzrs (ver II). Por el contrario, si se hacenparalelas (y la cornparación es legítima si se coloca uno, claroóstir, exclusivamente en el punto de vista de los tipos de nocionestutilizaclas por el biólogo o el psico-sociólogo) la evolución de las

iclcas en ei terreno cle la genética simple o la de las poblaciones

fi las múltiples cloctrinas concernientes al papel de la vida socialc¡t el clesarrollo de la razón, volvemos a encontrar la tríada de cos-

lr-rmbre. Es verdad que sc presenta en un orden inverso, por loque toca a los dos primeros términos, pues, siendo la sociedadsuperior al inclividuo, éste no considera primero más que a di mis-mó, y comienza, pues, por una concepción atomista: la sociedadno ci sino un conjunto de individuos, y la verdad colectiva no es

silro la generalización de las verdades cuya fuente es indiyidual r.

ccin 1a éscr-rela cle Durkheim se salta de este individualismo ato'mista a una conccpción vcrdaderamente típica de la totalidad

I Esto cs verdacl, por 1o menos, en lo que se refiere a los Siglos XVII y XVIII,pfro no si nos remontan-¡os a la Eclad Media, cuyas ideas acerca de-la sociedadfiginira¿a y de la razón colcctiva dan testimonio cle nociones de totalidadqLr-c volvemns a cncontrar en cierto respecto en Comt€ y en Durkheim.

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90 Eplsl'ltr\tol.()cÍi\ Dtit- coNucrN,ltl1N'i.o

transcausai: la sc¡ciccl¿rcl cs la lr-rentc cli: la iógica y cle toda verclady las impone por (constricción, inlclectr-ral y moral a los espíritusi¡ dividuales recluciclos a sus solas Iuncioncs sensorio-motrices. Enilas perspectivas actuales, la relaciórr cle los inclividuos y eI gruposocial es la de una totalidacL rclacion¿il en Ia cual las operacionesirdividuales y la cooperación (o las cooperaciones) forman un toclo:rc disociable, tal que las leyes cle la coordinación general de las¡cciones son comunes, en su núclc<,r funcional, a las accic¡ltes ytiper;rciones intcr c intraincliviclualcs.

Pero es en el c;rmpo clc l¿r natur¿rlczli cic la organización inclivi-dual (vóase III) doncle cl ltaralelisln() cc irl¡rlcsionante, c inclusivet"iguroso históricanrerrtc, cLrtlc las coricePe ioncs biológic;rs y cl clcs-cnvc¡lvimiento d<: l¿rs jcleas psicológices o cpistcmológicas. lln efec-to, cs evidente cle sr-ryo que a ia noción cle nna totaliclaci causalplanteada en su triplc aspcclo cic for-rn¿r, l'rrerza y finalidacl, corl'es-ponde la noción cle una inteligcncia concebicla como una facultaclprimera, dada clescic el principicl con sus pocleres acabados. peroya no es tan evidcntc que, reaccir-lnancto contr.¿I tales nociones, Iapsicología cieutífica naciente sc hay¡-r oricntaclc-r hac-i¿r un atomismc¡estricto, puesto que nada parecía it't-rponcllo cn el cxamen de lasconcluctas o de la vida nental coucrcta; sin crnbargo, es lo quc seplodujo hacia 1903 en Europa (lar lcsislcucia lue rnás rápida enIr.rs Estados Unidos, con James)r. Iir"r cfecto, ci uasociacionismo,concibió durante largo tiernpo a la intcligcncia corro cl proclr-rctcrde sensaciones cacla una cle las c:lrales sc pr<tiorrgaba cn <imáge-nesr, las cuales se as<tciaban entre sí en nna cornbinación cle lasimágenes anteriores y de las per-ce¡rciones actuales. Sólo en las úl-timas décadas, y después de haber clcctuarlo ilutrterosas lcgrcsio-nes, la noción de estructuras c, de tot¡ilicl¿.rclcs relacionales (ver $ l)se ha ido imponiendo poco a poco i1 cstc atomisilo mental qlle seapoyaba en las antiguars concepciotres clcl sistema nervioso, cles-pués de haber sido su inspiraclor ltor clemírs cle manera directa,

$ 8. El onctNrsr{o y rL r{lDio

El paralelismo que hemos obserr'¿rclo hasta ahora entre los concep-t rs biológicos y los que son propios clet análisis cle las funciones1:rgnoscitivas no i)r'cscitt¿llr, ric Iiccllo, sincl unn significación in-

. I Por el contrario, el asociacionismo ha reaparecido rlds I l4enudo en iosI.stados IJnirlos (Hull, ete.), pero clt to¡rn¿s sobrc ¡q¿¡ perce!ftivo-nrotlices.

IiI, OI{GANISMO Y EL MEDIO

trclclttctoria por relación al problema ccutral del conocimiento: el

clc las rclacioltcs entrc el sujcto y los objetos, qlle corresponcie muyclirectamente (como ya vimos en el $ 5, subtítulo I) al problemabiol<igico cle las intcracci<¡ncs entre cl organismcl y cl medio,

L Las relaciones orgatti.s,,¡o x rrtctlio, 1t stticto x obicto.-Peroen tal cuestió¡, comírn por lo clcmás a las clos climensiones diacró-¡nica v sincrónica, la tríacla clialéctica que está en juego ya llo es

sólo la clc la totaliclact tr¿rnscausal clcl atotnisrto o cle los sistcmasl'cl¿rcionalcs. Sc añade una llucva trisccción: o bien el medio se

irn¡ronc a[ grganismo y le cla forrna en cl transctlrso clel funciona-miento hasta cn slls cstnlcturas hclcclit¿rriirs clócilcs ¿r esta acción,o bien el organismo impone al mcclio cstructuras hereclitarias in-clepcnclientcs cle él y el nrcclio se limita a eliminar aquellas qtle noconvienen, o a alimentar aqucllas que arl-nonizatr con él; o tanrbiénhay, entlc cl organismo y el meciio, interacciones tales que las clos

.clases cle lactores prcsentan uua importancia igual V permallecensi¡ pocler clis<¡ciarse. Sólo que si este tercer tipo c1e solución es

¡aturalmente solidario de las nociones cle totalidad relaciotlal,cacla uno dc los dos primeros tipos puecie combinarse con concep'ciones, o bien atomísticas, o bien relativas, por el contrario, a lastotaliclades causales.

Es cle suyo cviclente que cacla uno dc estos tres tipos cle solu'ción tiene cliversas variaciones y qlle, como el tercerc de estosti¡ros constitul'e la síutesis cle los dos primeros, allnque Ios nsr'tpe-

r.ir,, las variaciones de este tercer tipo constituyen ipso facto ínter'mecliarios cr-itre los dos primeros. Sin embargo, sería un error se'

riar el conjunto de las soluciones en una serie lineal o en un aba-

nico en el que una extremiclad estaría caracterizada por la acciónclirecta y piedorninante del medio (lamarckismo), la otra extremi-clacl presentaría el carácter inverso (mutacionismo clásico) y cuyaparté media sería ocupacla por las doctrinas de interacción' Enófecto, no hay serie única, en el sentido de que las maneras de

pensar y las formas mismas dc la causalidad o clc la explicaciónutilizaclas han cambiado entre los dos primeros tipos cic interpre-tación y el tercero. Los clos primeros tipos están, en realidad, más

cercanos el uno del otro que del tercero, puesto que utilizan se-

cuencias causales simples e insuficientemente elaboradas, mientrasquc el tercero consiste en (superarloso en un scntido dialéctico(oaufheben,), introducietldo nuevos modelos explicativos, ciberné-ticos y no ya lineales, lo cual renueva el planteamiento mismo de

los problemas.Antes cle ex¿rminar uno por uno estos tipos dc explicación y de

recordar previamente la manera en que se concebían las relacio-ncs cntrc el organisnto v cl medio en las doctrinas anteriores a la

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92 ]]I'TS'I'I]T{OI,OCÍ;\ D]II, CONOCINTNNTO

iclc¿r tlc evolución, convicllc rnostl¿rr quc la tr'íacla cle que acabanloscie habi¿rl sc \¡urilvc a enc<¡ntrar, en Lér'llinos c¿tsi iciénticos, er-r elJ.errcno de las funcicincs cognoscitir/ils erl lo tocante a ias rcl¡tcioncs¡r tri' ci sr-rjeto y los objetos. Pcro p:ira llcgar a tal comparación,clre sc presentará cle nlrevo con formas clivcrsas en toda esta obra,convicne recorclar los tórminos cn que het-nos planteado cl proble-rr.l en cl $ 5, subtítulo I. En efecto, iray tres ciases de conocimientoprosiblcs: 1.o los conocimientos ligaclos a rnccanismos hereditarios(instinto, pcrccpción, ctc.), que cxistcn o no en cl hornbrc, pero quecorrcsponden, biológican-rente, al clorni¡rio clc los czlr'¿tctercs tras-mitidos por el genoma; 2.o los conocimicutos sacaci<ts cle la expe-riencia y qLle corresponden clc tal mancla, biológicameutc, a lasacomr¡daciones fenotípicas, y 3.o los conocimientos lógico-matemá-ticos, resultantes de coordinaciones operatorias (funciones, etc.)y que corresponden biológicamente a los sisternas cie legulacióncle cualquier escala, en la hiirótesis cn qr"tc las opcraciones lógicasclementales (reuniones, clisociacioncs, orclcu, ctc.) coll su carácter(neces¿lrio> de cohereucia o no-contradicción corlstitttyen el órgan<.1

regulaclor funclamcntal cle la inteligencia r.

Una vcz dicho esto, si se quiercn comparar las nociones bioló-gicas acerca dc las relaciones entre el orgattisno y el rnedio conlas nocioncs epistemológicas acerca cle las relacioucs entre el su'jeto y el objeto, soll, pues, estas formas I y 3 cle conocimiento lasque hay que contemplar, y no la f<-rnna 2 que corrcsponcle a lasacomodacioncs fenotípicas. En efecto, lo que los biólogos contem'poráneos consideran globalmente como hereclitario, en las discu-siones acerca de las relaciones entre la herencia y cl medio, com'prencle a la vez al <sistema geuótico, como portaclor de informa-óión, es clecir, cle una programaciórt ittnatl qtle rcgtrla el clesarrolloy al misno osistema) conto sccle clc lcgtrlación. Esto es de suyo

evidente, puesto que el genoma tiene gcnes reguladores y una auto-

rregulación; pero nos preguntamos poco por si la transmisión de

un tarácter morfológico hereclitario (aun en forma de <potencia-

lidacl") es o no de Ia misma naturalcza que la transmisión de unmecauismo regulador, sienclo que este último es, por una parte,una simple continuación o una reactivación más clue una (trans'

r Señalemos desde ahora, ¿lunque hayamos de volvcr a verlo, que si las

estructuras lógico-matemáticas están ligadas a las ¿rctiviclacles del sujeto, másque a las propiedades físicas del objeto, no podrian.ros, sin cmbargo, ligarlasi los caracteres hercditarios (potencialidades gcnóticas), ptrcs é.stos son con.

ú'ngentes y variables. En la medida, por el contrario, cn qlle los eniaces ló'g cós o mátemáticos son (necesarios, ng se les podría poner en relación, pues,

é.t ""so

de origen biotógico, más quc con caracteres biológicamente necesa'.rtos; ahora bien: esO Cs lo que sOn los ¡rlecanisnlos autorl-cguladores, pueslo

tue ia vida depende esencialmentc, y ell todas las escalas (sin exceptuar al

g:noma), de autorregulaciones (conservación de estructuras psíquicas, etc.).

l

[f. OIiGANISMO Y ljl, A,IIIDIO 93

nrisión> y pucstcl qLlc, I)of otra parte, constituve la conclicion ne-ccsaria clc la primr:ra trausll,risión. Pero como las clos transmisio-r.rcs cst¿in ligadas sin posibiliclacl de clisociación, naturalncnte,clebcmos, para colnparar l¡s r"elaciones cognoscitivas entre las, acti-l,idadcs del suieto v clel objeto con las relaciones biológicas entrecl organismo (en sLls lnecanismos hereclitarios) y el meclio, consi-clcrar provisionalmente como un toclo los lloclos dc conocimientoI v 3 cn oposición a 2.

)Sicndo ¿rsí, r,olvernos A cncontlar casi iclénticamente la tríacla

expuesta hacc un rnolrento: o bicn el objcto se impone tal ctral alstr.jcto hasla cn srls cstrllctr-rras lógico-mater-nátic;rs (oligen e-mpí-lico, en el sentido clc la física, dc las matemáticas colno cn H. Spen-cer, o cn cl'Alcmbcrt qLrc tr¿rtaba de sacar de la sens¿rción la arit-rrótica y el irigebi'a rnism¿r y se veía en aprietos por callsa del ccro\,clc los nún-rcros ncilativos, ipor no hablar cle los uimaginarios>!);o bicn cl srrjcto ir-n¡rone sus cstructuras al ob,jcto, cn Ia mcdiclacn qLrc constilr-r1'cn nrarcos ¡rrcvios a tod¿r experiencia (apriorismokantiano clcl cual, ccimo vimos en el $ 5, subtÍtulo I, K. Lorenznos proporcic¡na una interpretación en cl lenguaje clc Ia biologíarnoderna); <¡ bicn cl strjeto y el objeto están uniclos cle manera noclisociablc cn cl ful-lcionamiento de Ias acciones y las cstt'ucturasIógico-matemáticas dcben considerarse como la explcsión de suscoorclinacioncs más generalcs.

Pcro, aquí también, esta tríada no corresponde a la clc las tota-lidades transcausales del atomismo o de la totaliclad relacional,salvo en Io que concierne al tercer tipo de soluciones. En efecto,sc pucclc reconoccr una primacía clel objeto con relación al sujetoen una perspectiva estrictamente atomística, tal es cl caso clel(asociacionismo psicológico, (clcsde Spcnccr hasta ÉItrll, ctc.), perose puede llegar igualmentc a conccpciones an/rlogas en una pers'pcctiva de tot¿rliclacl transcausal, como en varios <gestaltistas>cuando atribuyen las "formas bucuas> a Ia rcalidacl física (nras entórminos de campos), no sienclo entonces el sujeto y su sistemanervioso más que la sede o el teatro y no el actor o el autor decstas estructuraciones gencrales de dondc proceclen las matemá-ticas y la lógica.

Y, una vez más, el tercer tipo cle solucioncs (interacciones entrecl srrjetcl y los objetos) no cc-¡nstituye un simple intermediario cn-tre los clos primeros, sino más bien sll superación clialéctica. Se veaquí con t<¡cla evidencia, quc en las cios primeras perspectivas, lascstntcturas lógico-matcmátic¿rs son daclas como algo acabado, ensu terminación virtual o inclusr¡ real, ya sea en la realidarJ físicao en los cuaclros a priori clcl cspíritu, mientras que el-r la tercerase nos manificst¿rn conlo el proclucto cle una constntcción auténticaY c<¡ntinua.

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9r+ I]PIS I.I]\IOI-OCíA DIII- CONOCINIII.]N'TO

II. La artnc¡tií{L praesÍablacidu.-Antr)s clc volvcr' a consicler:arerr detalle estc llaralclismo, irnporta er:uninar bicvi:nrcntc las con-ccpciones que se hací¡rn de las Lel¿rcioncrs cntrc i:l orgatrismo y clmedio las cloctrinas anteriores a la cvolirción (qr:c ¡siguen siendoactuales, como en el vitalismo de Dliesch I' clc Cuónot!). En efecto,es claro qne la tríada cle nociones biológicas clc quc hablamos enel subtítulo I es soliclaria cle una pel'spcctiva r.'strictamente evolu-cionista. Pero como l¿rs icieas tictle:n sicrtrplc rrna historia, siu co-mienzos absolr.rtos, y como cn Lutil tcr-¡ría cicttcia, aun(llrc sc?t l'evo-lucionaria, cstá sicmprc inlluicla incltrscl por las tcor'ías a las quecombate o llega a sustituir cs incli:;pcnsablc cratnilt¿rt' cómo el vi-talisr¡ro inicial, cir slls Iol'lnas clc toialiclacl trlutscattsal u holismo,concibe la relaciór-r cntrc cl orglnisrrto y cl mcclio, tanto rn/¡s cuan-to que la cuestirin se plantea cle ntte'u'o a cada rcaparición del fi-nalismo.

A primera vista, el vitalismo, cn tocl;rs sus I'ormas, creacionistao solidario de las nlornlasu ctcnras corno cll Aristóteles, carga tocloel acento en el organisrno y no cn el mcclio. Dc igrral rnancra, suequivalente rclatirro a la vicla mcntal o a lli olganización cognosci-tiva, cs clecir, el cspirituaiisn-r<-r (de llfaine clc Biran, por ejernplo)o la teoria cle l¿t inteligcncia c<¡ncciritla c'()mo Llrt irccho primario,o como una "facultaclr, parcccii intcrp|ctrrt'lo toclo cn l'uución clc

las actividacles del srtjcto.Pero si no nos clctcnemos cn líts palabras y nos ponemos a cll¿l-

minar, lo crral cs cl vc-t'claclci'o pt-ttltlcrua, lo qtic uhitccn)) o cónlose coll-lpor-tan esos orgattistt-tcts clc.¡titr-los cle uforlnas> pertnauentcsy de "fuerza" r'ital, o csa intcligcltcia clotacla cic tocios ios ¡loclercsclcscte un plincipio, sc col.I"lprr.tclla t'írpicl:tncnte qlle tlo ticnctl uaclaque haccr pr.ir Io qllc ioca li cojrstrttir-, pncsto quc no evolucionan,y, sobre toclo, porcluc cl llr,'clio 1>ara cl orgar-risuo y la rc;rliclad cx-terior para la intcligcilcia crslán 1'a complclamcntc ol"cleueclc-rs cnvirttrcl clc las misntas Í'orlt-tlis ctct'¡r¿ts o clcl n'rislncl acto creaclor.Lir actii,iclacl clcl orgatrisrtlc-t o clc I¿i ilitcligcucia sc limita asÍ, cstric-tiltr.tctntc, a utilizar cl lrtccljo scgúrtr los lrlancs llrccslablccicit-ls o a

contctnplar-lo cn fclt-lrll clc illtclccciórr.I-¿i noción flrnci¿rmcrrtal ¡rlc-rpilr clc las cloctt'irras prccvoittciouis-

:¡; (:n lo cc¡nccrnicntc a las rclaci<-lttcs entrc cl orga.nismo y cl me-cli -r c.s, pr.res, la clc ltn¿r arn-iouí¿t ¡rrccslablccicla, y no l¿r dc ltna¿'rm()nía o rle una aclaplacióu cstablcciclas graclualrrrcntc. Este cou-,icpto se vltch'c ¿r cncolttritr iclótrtico ctr lo c1t-tc cottcicrnc a la intc-li¡.,errcia-farcultacl, l)Lrcsto c1r-tc uclltí, i¡lrrlrlttlcntc, hity silnlllcs clcscu-b¡ imicntos o utilizacioltcs clc un licucrcio plccstableciclo entre ella

1, los objetos. Elttot-rccs sLr contpretltlc ll rtnión uccesaria dcl vita-Iismo'n'cicl finalisnto,.va qr-rc totla crplicación finalista co¡rsiste ensustitlrir las scrics c:¡¡¡salcs (nccanicista:;, csttict¿rs, alcatori¿ts o

cibcr¡elicas) ¡rttr la siruple afirnllci(rit clc una alntortía cstirblt:cicla

EL O}TGANIST{O Y EI, N{EDIO

clc ¿rnter¡rano: por cjcmpl<.r, hay presencia cle ór'ganos visuales por-que el ojo estir nhecho para ver) y ya no hay rnás quc decir.

Ahora bien, la armonía preestablecicla no es en rcalicracl másquc una cloctrina cie subordinación del organismo o clc la inteli-gencia a un mundo acabaclo por completo, lo cual es tanto comoeliminar tocla activiclad constructiva. Es por esa razón por lo queAristóteles, dcscie cl punto cle vista epistcrnológico, al alejarsc, ¡rarqsu mal, cle las concepcioncs lrratematizantes clc platón, llcga a unrcsultaclo que sc parcce rnucho a un simple empirismo y, cic nin-glrna manera, a una constrtrcción de las formas ¡ror el su.jeto.

De igr-ral manera la frrcrza vital, aunque proporciona (vcrbal-mente) el principio cle la organización inlerna, cs ante tocio elprincipio cie nn ajustc hereciitario a toclas las situaciones clcl melclio, lo cual supone, cle hccho, una acción continu¿r de óste, o biencn las m¿rnifestacioncs obscrvables de la naturalezn, o bien en elplan dcl Crcaclor.

En lo tclcante ¿rl linalismo, es particularmcntc sugereute ob-scrvar hasta qtré punto srrs partida|ios moclcruos, en general hos-tilcs al lamarckismo y enerligos cle aceptar tocla interlvención clelmcclio cn los mecanismos hercciitarios, sospechan un poco el he-cho clc cpre cacla cxplicación finalist¿r atribuye al organisrno elpocler cle prcvcrr las cxigencias cxteriores )', por tanto, r.'ienc a con-l'crir una amplia acción al urcdio, pero por intermcdiarios psicólo-¿ricos o mírs bicn psicon<irlicos y no físico-quírnicos. Lc¡ l,imos conclctalle ($ 4) con rcspccto ir cuénot, y voivclcrnos a crlcontrar elproblemer a propósito cle las anticipaciones. cuanclo una callosi-clacl, pclr cjcnrplo, ctrl,o ¡rapcl cs f'r-rncional cn la aclar¡tación clel¿rclulto al mcclio, sc prcpara clcsclc una ctapa prccoz clcl cmbrión,o bicn lray, sin míts, her-cncia cle lo acicluir.icl<_r, o hay ,zar, o, ta-clar'ía, esta anticipación se clebc a informacioncs ¿rnteriores con-forme a Lln rrlccanismo clcl que puecie esperiirsc una cxplicacióncibcrnética (rccquiliblacior.lcs en cl transcurso crer clcsar.rollo, peroc<;lt cortocirctritos pr-ogrLrsiyos ),, fipalutc¡te, oasi¡rilació¡ gci1eti-ca>, ctc.). Ahora bien, clccir simplcmente qllc hay linaliclacl es clecirclue cl cmbrión tom¿r cn crrcrrta cle antcn¿rno al r-ncclio, o, .lichorlc otra mancra, clue sufrc la inlluenci¿r clel misrlo, comc, r n lassolucioncs ¿rntcriorcs (salvo erl azar), pero esto cs suponc!'io cleLlna mancra crucll y sin ningurra cxplicación clel (cómo).

Es e'idcntc qLlc cn el scrno cle las hipótesis clc armo'ra Dre-cst¿rblecicia propia clc cstus intcrpretacioncs vil¿rlistas se ¡rrreclc.rrrlistinguir maticcs, scgúrn quc cl acento se cargue r.nás en e[ orga-nismo (tcnclcncias al preformismo) o cn cl mecli<_r (tenclenciali_nalista), o qllc la balanza sc equilibre.

i II. El /n,tat cl:is¡r¡o 1, el etnpirisn¿.r.-Si 'oh,cm.ls a las so_

Iueit,¡r.rcrs positivas clcl problcnra de las rclacioncs cntre el organis-

95

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9796 riplS'I'}]N{OLOGlA DHr, CONoCIAÍTEN'r"0

rnü y el medio, Ia primera cn cl licmpo sigtie teiriendo muchoinler'és, aun cuando ya tto sea aclmisiblc cn su forma histórica,Fues se asiste hoy, en los países anglosajones, ¿I Lltl retorno inne-gable de las influencias iamarckianas.

Algunas observacioncs prcvias poclr/tn ser útilcs, aunque inte-r'esan sobre todo a la sociología clel conocimiento, se prestan amostrar las dificultades cle una posición objetiva en epistemologíabiológica. Lamarck es esencialmentc ftincionalista y el acento quesu doctrina carga en el papel formaclor exclllsivo clel meclio nosrecuerda mucho a las epistcmologías empiristas' Por estas dosrazoltes habría podido estar clestin¿rclo ¿r seclucir a los anglosajo-nes', mientras que el estrttctnrlrlisnlo I' cl innatis¡no, inherentesa algunas posiciot]cs nurt¿tcionistas, h¡bt'íali llocliclo convenir a losfranceses. Como el capricho cle los rlac:itilicntos lt¡ cleciciió cie otramanera, el lamarckisnro ha siclo fina.lrncntc tttt¿r cl<lctrina mirs bienlaii¡a ¡it-ttcs tiC quc cl Ilc<¡c]¿tlu'iliislllo, ¿tl)oYltclo 1lr.rr tclCnicaS clc

labOr¿rtOriO r,,iCtol i<-ls¿ts, haya gittlltrltl, t-l-ltltttt:trtiirtt.'i¡IrlclltC, la par-t i cl¿r.

Una vez invcrticlts lus posiciotrcs, el ¡l<titrc I-alnarck lue objetocle críticas asaz mezqttittas, il.rcluso cll stl pro¡lio pais (Cuénot,Guyónot y otros), colr'lo si tllltl griltl clllrlt n<.¡ contuvicse sicmpreirlgunas partcs dóbilcs o tiintltiórr nlrry lr'ágilcs. Sc enc¿trtrizaroner propósito clel ctrcllc¡ rlc la jiraia v cll otl'<-rs c.icmplos graciosos,micntras que, rcfirióltclosc ¿11 gratl l)ai'rvil'1, qrtc sii't ctrrbargo habíaincorporaclo finalmclrtc a sLl clttctt'i¡llt lils f¿rctorcs lamat'ckianos,se omití¿rn cltid¿lclosantcntc lo:j ptllltos clclicatlos (la teoría clc las<górrrr-rlas>, ctc.). AIor-lr lticil, si l.-lrllllrlcli sr'cqLlivocó a] ¡o pcnsarmáS cluc cn cl mcclio, (Ol1to f¿rctitr clc tl'uns{'clrrr.lismo, y Cn l¿rs ten-clc¡cias clel orgatrisnro lr clcgil ttn lttcclit., i't.¡ttt,ctticilte , inclisctrtiblc-menlc tuvO razólt cn ¿.rtlilltrir tttr ¡la¡lul ltt'ccsilt io a cStOS factores,como aclvertimos ca(i¿i vez Inás.

Pcro estas liuctuacio¡res clc iu nrocla nr¡ tcnchían nr¿is qLlc Llnasignificación secunclaria si ncl sc voh;ic'scil íI \¡cccs cocrcitivas. Ha-cia 1930 tuvc oport¡-rnici¿rcl dc h¿tccr clos tlbscrvlcit-¡l-tcs incluietan-tes. Un gran biólogo norteamericlttto, con el ctt¿rl intcrcambiaba1ro iclcas como puecle haccrse cn cl cltrso cle ltlt viajc trarsatlántico,trrminó por confcsarmc su couvicciótt clc clttc el l¿itnarckismo con-te nía una gran parte cie verd¿rci, pcro añ:iclía qlre lc cra imposibleelrunciarlo públicamente, para llo pl:ovocat uu escándalo (era jo-'y'rn toclavía). Por la misma ópoca tttvc clisct-tsioncs cot-ttinuas acer-c,i clel papel del uredio con el c<.¡laboriicic-rr principal clc un gran

i¡,:netista antilamarckianc¡. <A cstc fcsllccto -'mc confió un clía

1 Prueba de esto es qlre en Inglatelra ltrbo un lamarckiano mlis empiristaque e1 propio Lamarck: iue Erasmus D:rnvin, cl abuclo cle charlcx. Pol otraparte, Lyell atacó a Lamarck, no a crusír cle su insistcncia en la inflr:el"rcia de'l

medio, sino por razón de sus idcas accrca del pt'ogrcso incvitablc''

EI, OI{GANISMO Y EL MEDIO

estc jefe cle laboratorio- estoy absolutamente segllro cle cluc elpatrón se extravía. ¡Pero no se puede ablir la bclcal Para qlle ttllInstituto funcione, basta con una opinión., El patrón en cuestiónme dio en cierta ocasión esta respuesta reveladora: (por mi parte,

¡apuesto en contra! > Entonces, no creía más que en el azer y cnla selección: veinte años más tarde era finalista y casi vitalist:t.En cuanto a mí, yo hubiese buscado más bien entl'e cl azar y lafinalidad lo que queda de verdadero del lamarckismo, y cs eso loque se hace hoy.

Las dos icleas centrales del lamarckismo son el papel que cles-

empeña el ejercicio de los órganos en el transculso clel desarrollcrincliviclual y la fiiación hereclitaria de las modificacioncs así ob-teniclas (herencia cle lo uadquiridoo).

La primera de estas dos nociones es aceptacla por toclo el mun-cl<.r, peLo, si no se aclmite la segunda en la. foima qne le clio I-a-

marck, la significación cle la prirncra cambia baslantc. En la hipó-tesis, clurante latrgo tiempo aclmitida, clc una clifercncir t'aclicrlenrle cl fenotipo indiviclual y el genotipo que es lo ítnico herccli-tario, las moclificaciones clcbiclas al ejercicio clc los órganos noson sino acomodaciones no hereditarias, que modifican, cierto es,

más o menos profunciamente, el fenotipo, pero no dan lugar a

ninguna fijación de cstas aclquisiciones.Descie hace trcs clécadas, más o menos (scguncla parte cle la

carrcra de T. H. Morgan, etc.), y clesde los progres<-rs cie Ia genÚ-

tica cle tras poblaciones, nos interesamos cacla vcz m/rs cn los lc-nr-itipos, concebidos como cl proclucto de interaccioucs llo ciisoci¿l-

blcs cnLrc el gcngtipt-t (o los gcnotipos nlczclaclos cn Lilla poblitción)y cl mcclio. A cacl¿r ger-iolipo (o 1cacla potrlació¡) ('oi'fcspon(ltl cn-tonces una (nol'ma clc rc¿tccióno que exprcs¿] la pt't'clttcci<in clc lt-¡s

fcnotipos posibles proceclct'ltcs cle estos linajcs en l'rrnción clc lev¿rliación cle tal o cual propiedacl clei mcclio.

En el marco de estas normas cle reacción, el papcl ciescmpe-ñaclo por el cjercicio clc los órganos en el traltscLlt'so clel clesart'o-llo incliviclual sigue siendo 1o clecisivo, y cllo es urt ])Llnto en f¿ttt-rL

clc la influencia clel medio. Sólo que este papcl no es sino parciai:lo que faltaba a la interpretación lamarckiana cs el recouocitnicu-to cxplícito cle que estas acciones del ejcrcicio cstiin siemprr) t'e-

lacionadas no sólc¡ con el meciio, sino también con l¿r estructtii:.1 gc-notípica (pura o impura) de las líneas consideradas. En una p¿r-

labra, allí clonde Lamarck no ve más que una accióu simple clelmeciio (el organismo no reacciona más que adquiriencio nhábitosomás o menos forzados) hay cle hecho interacción entre los f¿rcto-

res exteriores y el genoma.Esta primera laguna está ya preñada de consecucncias. Si La-

marck tuviese razón, el organismo sería inclefiniclarnente pl/rsticoy variaría sin cesar, puesto que, por regla general, se moclifica

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I]PISTE\ÍOI,OGiA DI]I, CONOCIIÍIENTO

sülamente en el in{.erior de la nllormao clc reacción (salvo en el-aso de desequilibrios más profuuclos, cle los que volveremos ai'¿ blar clentro de un momento a propósito de la nherencia de loaciquiridou). En otras palabras, el organisnto es menos pasivo delo que suponía Lamarck: reaccion¿r activamente asimilando elmedro a sus estructuras, en vez cle ciejarlas doblarse y vencerseen loclos sentidos a fuerza de acomoclaciones incicfinicias. Es ciertoquc el organismo cs capaz dc uprcnclizajc.: pero toclo rcgistro deinformaciones extcriores está ligaclo a estrlrctllfas de asimilación,y, si todavía no se está seguro, por cje.mplo, cle que este registrose cfcctúrc, en los casc.¡s clcrlrcnl¿rlcs, ¡rol lijacicill cn cl ,zlRN (ircicl<tribonucleico), parecc scr quc ia irrtcgriclacl cic éste cs neccsariapara esta lijaciórr jncliviclual.

El segunclo problcma, el clc la fijaciórr ¡rropian'rcntc hereclitaria(hercncia de lo aciquirido), es muclrr¡ nr/is complejo. Lamarckcreia en una acciór clirect¿r clc las nrt:clificacic_rncs sornáticas (efec-tos clcl ejercicio) sobrc cl sistcl.¡ra gcnóticct, por aumento c¡ clis-minución de caractcres. Ahora bicn, sc ha hcrcho trn númer-o con-siderable de experiencias de conrrol a propósito de este puntocapital y los resultados han siclo nniformelnente ncgativos, Asíplrcs, parecía habersc cntcndido la cans:r.

Pero clesde que pLrcclcn llroponcfsc otras inter¡:retaciones, sinconcebir que una acción clel mcdio cstó neces¿rriamente ligacia aun aunento o ciisrrinución cic gcncs, o li una lltrtucióu simpie,¡resuita que las v¡u-iaciones hcrcclitarias ligaclas a talr:s influenci¿rsexteriores se vuel\¡cn obscrvablcsl Warlclington, quc pasa ilor scrneoclarrviniano (aunqlle a\¡¿lncc rcslreltamente por un canino in-termedio entre el lamarckismo y el mulacionismo), ticne el valorde hablar de nuevo de nherenci¿i de lo aclcluirido" conservando elhecho, pero no la explicación lamalckiana. Cita conro ejemplo lainterrupción de la nerv¿rdura trartsversal cle las ¿¡las de una razade drosófiIa, obtenicla en estado fenotípico por influencia de latemperatura, y que se flja después de algunas generaciones, in-cluso después del retorno a la temperatura norrnal. O también,en algunas larvas de drosófila, se observa un agrandamiento de lapapila anal por influencia de la saliniclad, y en este caso tambiénhay fijación después de algunas generacioncs, a pesar del retornol las condiciones habituales. Un ejemplo más espcctacular toda-ví r cs la aparición, también en Ias drosófi.las, de r-rna modificaciónct,l tercer segmento del cuerpo, que se vrrelve análogo al segundo,lt'spués de que los huevos se han somcticio a un tratamiento ab¡,se de vapores de éter: después cle la selección, cl carácter seluelve estable al término cle veinte generaciones r.

De hecho, el dato funclarnental accrca clel cual sc est/r de actrer-

I C. H. Waddington, The nature ol lilc (Allen & Unrvin), c;rp. 4.

l:(- OI{G¡\NIS'\IO Y EL MEDIO

clo (ilámesele o no oherencia cle lo adquirido>) es el de que ulravariación fenotípica ligada de manera experimental precisa a unamodificación del medio, después de algunas generaciones, puedefijarse en una forma genotípica. Waddington habla, en tal caso,de oasimilación genética> definiendo este concepto como sigue:aparición de un carácter .r Iigado inicialmente a un cambio clelmedio y que subsiste después hereditariamente una vez anuladocstc cambio. I

Pero, repitámoslo, la aceptación del segundo hecho fundamen-tal en el que se apoyaba el lamarckismo no obliga a la aceptaciónclc la interpretación de Lamarck. Dos explicaciones más, compa-tibles entrc sí, son posibles en tal caso: 1.o selección de los feno-tipos por eliminación bajo la influencia del medio, y reorganiza-ción clel genom¿r en función de las nuevas proporciones de genesasi modificaclas; 2.o reorganización directa del genoma en funcióncle la selección (csta vez en el sentido cle una modificación de laspr<-rporciones y dc las recstructuraciones cle conjunto), pero en(l'espuesta) a las <tensiones, del medio que se producen en eltranscurso del clesarrollo inclividual de los fenotipos.

Sin que nos pongamos a elegir aquí (ver supra, $ 19, subtÍtu-los IV-VII), obscrvemos solamente que en los dos casos ya no setrata, coÍlo en Lamarck, de uu registro pasivo en el gernten delos caractcres somáticos impuestos por el meclio, y sÍ de una re-olganización activa cn función de selecciones, las cuales no con-sislet-], por lo clemás, en eliminacioncs puras y simples, sino enc¿Lmbios cle proporciones etr el seno cle l¡na uniciad plural orga-nizada, O dicho de otra manera, en lo que concierne a la herencia,Lanarck olvidaba de nuevo la necesidacl de una organización in-terna que reacciona activamente y no sufre, sin más, los aconteci-nientos exteriores t

I No quisióramos ser injustos con respecto a Lamarck, en cuyas obras esl¿icil encontrar textos que oponen a las influencias del medio, llamadas a veces

"ir-regulares", factores internos que consisten en un "poder, organizador dela vida. Pero, si se ha interpretado constantemente el lamarckismo en el sen-tido de las acciones morfogénicas del medio y si Lamarck mismo insiste encllo mucho más que en la noción de organización, es porque su doctrina pre-senta a este respecto las misn¡as vacilaciones y las mismas ambieiiedadesque sc descubren, por ejemplo, en Locke, el cual, aunque es el padrc del em-pirismo y precurliof de las ideas de Hume acerca del papel desempL:ñ,rdo porr.l hábito y por las asociaciones de ideas, no obstante, reconoció t:rlrbién eltle las noperaciones del alma" conocidas por nreflexiónr.

Ahora bien: en Locke todo conocimiento proviene de la experiencia, elualma es una tabla rasa,, el espíritu permanece pasivo al recibir las <ideassimpleso, y las noperaciones del alma" no consisten más que en (componer>estas (icleas simpleso, sin enriquecerlas por ello; dichas noperac.¡nes) consis-tc¡], pucs, simplenrente en asociarlas, ya sea de manera (naturall, es decir,conforme a la experiencia, ya sea por (costumbre), Io que da lugar, entonces,a enlaces subjetivos y habituales, que no por ello dejan de ser fucrtes. Escornprensible, de tal modo, que este factor, aparentemente interno de las

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100 Ill'tS I lr:,\101.()Gl/\ l)l:L CONOCI\ltEN'f(]

Si se piensa ahora ell un paralelismo posible con las lclacionesentre eI sujeto y los objetos en el seno de los funcionamientosc,)gnoscitivos, las analogías sc imponen con fuerza. La doctrina,:;r:gún la cual el sujeto está so¡netido, sin más, a las coaccionesCel objeto, no es sino el empirismo en su forma clásica, para el

.,trperaciones del aimar, se haya traduciclo despuús al lenguajc de las oasocia-c:ioneso puras y que Leibrliz haya rcacciouaclo, cn vida cle Lockc, contra estecmpirismo, recordando quc si todr.¡ t:l contenido cle las nociones experimc'n-tales ha pasado por los senticios, no podrÍa decirsc Io mismo del nlpse intellec-tr.rs>, cuyo papel es el dc suministrar cstructuras y no solamente el de so-rneter el espiritu a la expcricncia, rccibicnclo dc clla sola su estructuración.

De igual manera, si se procura analizar en los textos de Lamarck el sen-tido del opoder organizadoro que invoca r veccs, se obser-va que se trataesencialmente de una ncomposición> sin cstructura conponente y que no debesu ufuerzao más que a la naturaleza y a la asociación de los componentes. Escierto que Lamarck, en el ter-reno psicológico, opone a los "hechos físicosolos uhechos moralcs> o nvcrclades niatemáticas' conocidas (por la inteligcn-cia y no por los sentidoso (Pltil. zr¡o1., aclvcrtcncia, cn nota), pcro mucstra cnseguicla (íbíd., Discsrso preliminar) ncómo la fuerza que cxcita los movi-mientos orgánicos puede, en 'los animales nrás imperfectos, encontrarse fuerade ellos, y, sin embargo, animarlos, cómo, clespués, esta fuerza ha sido trans-portacia al animal y fijada en él; por últirno, cómo se ha convertido en Iafuente de la sensibitidad, y luego en la de los actos de la inteligencia,. Así,pues, no s€ trata de un proceso de interiorización de acciones, primero mate-riales y exteriores, pero en parte endógenas, después ejecutadas de mane¡ainterior, sino de un mecanismo puramente exógcrro que se prolonga despuésen rcacciones internas.

En el plano orgánico, Lamarck explica en el capítulo VII de su Philosophiezoologique en qué consisten los <actos de organizacióno que provocan iasacciones de los animales: ula afluencia de fluidos (del fluido nervioso)que se convierten (en los órganos) en la causa determinante cle los movimien-tos de que se trataD. Pero añade en seguida: <si quisiese aquí pasar revistaa todas las clases, todos üos órdenes, todos los géneros y todas las especiesde los animales que existen, podría demostrar que la configuración de losindividuos y de sus partes, que sus órganos y sus facultades, etc,, son pordoquier únicamente (l) ei resultado de las circunstancias a las cuales cadaespecie se encuentra sometida por la naturaleza y de ios hábitos que los indi-viduos que la componen han sido obligados a contraer, y que no son el pro-ducto de una forma primitivamente existente, que ha obligado a los anima-les a contraer los hábitos que se les conocenr'

Es verdad que en el capítulo IX, Lamarck, al subrayar la ogradación irre-gular> de la evolución, dice que (el estado en que vemos a todos los animaleses, por una parte, el producto de la composición creciente de la organizaciónque tiende a formar una gradación regular y, por otra parte, que es eI de lainfluencia de una multitud de circunstancias muy frecuentes que tienden con-tinuamente a destruir la regularidad en la gradación de la composición cre'ciente de la organización". Pero lo que sigue después en el capÍtulo muestraque no se trata de la oposición entre una organización enclógcna y las influen'ci:¡s del medio, pues, a propósito de sus dos leyes fundamentales (empleo deics órganos y herencia de lo adquirido), Lamarck subraya que si <los hábitosr-<rnstituyen una segunda naturaleza), la primera naturaleza es ya hábito,y recuerda a este respecto un pasaje centrai de stts Recherches sur les corps:t'ivents (p, 50): (no son los órganos, es clecir, la uaturaleza v la forma de lasorrtes del cuerpo de un animal los qr"re han dado lugar a sus hábitos y a sus

f¿cuitades particulares, sino qtte son, pul'cl cotrtrario, sus hábitos, su ma'

I]I- OIIGANISN,TO Y EL I,IEDIO 101

cual los nociones más centrales de l'¿ razón no se clcben sirlc¡ 'r losefectos repetidos de la experiencia y a los hábitos adquirirlor porcl sujeto por presión de las circunstancias.

Si se compara, por ejemplo, la manera en que Hume explicala formación cle la iclea de causalidad con las consideraciones de

Lamarck (el cual, aunque más joven, fue su contemporáneo du'rante treinta años) acerca del papel desempeñado por el ejercicio ¡

y por el trábitr¡ en las aclatptaciones morfológicas, cncontramosc.\actamentc cic nucvo los mismos razonamientos y las mismaslagunas. Para lh,rn-¡c, conro p¿lra Lamarck, el meclio está indefi-niclamentc abicrto (para una especie clada) y cualquicr cosa pue'clc proclucir cualquiera otra cn la medida en que el sujeto se en-cLtcntre en presencia cle succsiones regulares. Para Hume, lo mis-lno que para Lamarck, estas sucesiones se traclucen entonces, encl sujeto, en la formación de asoci¿Iciones o de hábitos, pero quesolr solamcnte la réplica clc las secuencias extcrnas: réplica quesc prolonga en cl organismo, según Lamarck, por un cambio cle

nera de vivir y las circunstancias... las que, con el tiempo, han constituido lafolma de su cucrpo, el número y el estado de sus órganos y, por último, lasf'acultades que posec>.

Asi, pues, no se poclría set' más ciaro por lo que respecta a los orígcnescxógcnos dc la uorganizacióno, considerada como (conposicióno regular (si clrneclio no varía bruscamente) e irregular (si el medio varía a saltos). En1815-1822, en su Hisfolre naturelle dcs animaux sans vertébres (\a Philosophie:.oologique es dc 1809). Lamarck vuelve a considerar oei poder, organizador,que identifica cntonces Con el gran (poder generalo de la nnaturaleza> entera,conccbida como el conjtrnto, no cle los cuerpos, sino de los movimientos y de

l<.¡s actos. Luego, (este poder es limitado, por completo dependiente y "'nopoclrÍa hacet' más cosas que las que hacer, siendo de carácter oen cierta formairrccánicoo. Estc <poder> está, en particular, desprovisto de toda finalidad,incluso en los ncuerpos vivienteso, nEn efectO, en cada Organización particu'lar de estos cuerpos, un orden de cosas, preparado por las causas que 1o hanestablecido gradnalmente, no ha hecho más que conducir por desr..'rollos pro-gresivos de las partes, regidas por las circunstancias (!) a lo que nos pareccie¡ un fin y que no es, en realidad, más que una necesidadu. Viene despuésun nuevo desarrollO del papel de los nclím¿so, nsituaciones> y omedios habi-taclos,, etc., sobre la formación de los hábitos y, desde allí, sobre la de losuórganos de los individuosr.

F,n resumen, no es exagerado ver en la ncomposición, que Lamarck con'vierte en fuente de la organización Un prOceso de naturaleza esencialmente¡sociacionista, y no una estructuración endógena, como podría hacernos crcerIa lectura de algunos pasajes aislados de su contexto. La razón de esta ex-

clusión cle toda estructuración endógena es, probablemente, que, en el estacloclc los conocinrientos físico-químicos de entonces, tal estrllcturació¡ noclríaparecer que estaba penetrada de vitalismo finalista, como lo est¿,ba, efcc'rivamente, en los antievolucionistas: ei mecanicismo antifinalista de í-¡marck,por tanto, no poclía sino llevarlo (por no dominar los problemas tle lasintcracciones, cle causalidad en circuitos de retroalimentación, etc.) a unasobrestimación de las influencias del medio, como el rechazo cle las idcasinnatas habrÍa de llevar a Hume a una concepción asociacionista del papcl,consicleraclo esclusivo, do la uexpcrienciau o acción del medio.

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t02 Iil'l li l llIlOl.oGl¡\ l)lil. (lONOClti\lf IiN'l o

forma de naturaleza material, y en cl sujcto, segútn l-Iune, en uncambio de las formas mentales o idcas, puesto que las cliversas

nociones de causalidad (diversas en sLr contenidcl concl'eto, aun-que obedecen a la misma ley formadora general que constituye laiiea abstracta de causa) no sotl más que la manifestación subie-:iva de las asociaciones o hábitos así adquiridos. Y en los dos

casos lo que falta es la referencia a una activiclad estructural delorganismó o del sujeto: en Lamarck, toda presión del medio es

,céptada sin más, y no asimilada a Llna cslructura genotípica cott

la iual entraría en interacción; en Hurne, la secuencia regulare:rterior es registrada sin más, y no asirnilacla a estructllras deduc-

tivas que le óonferirían su inteligibilidacl, cle manera que la nnc-

cesiclaá, atribuida por nosotros a la idea de conexión causal ncr

es sino una ilusión áebida ala fuerza de las asociaciones o hábitos'Se dirá que le falta a este paralelismo la prolongación de las

asociaciones adquiridas como herencia de lo adquirido. En Hume,sin duda, pero ta no es el caso en la perspectiva de Spencer, en

la cual si no háy oideas innataso hay, por lo menos, una génesis

posible, a la vez biológica y psicológica de la inteligencia, comcr

áptitud cerebral emanada de las asociaciones adquiridas'Por otra parte, si se sustituye las matemáticas y la lógica en el

cuadro analüado en el subtítulo I, se alcanza a ver cómo el em-

pirismo clásico (d'Alembert, etc.) al concebirlas como sacaclas sitl

mar Ae la experiencia y aun de la usensación, omitía el problematal como se plantea actualmente y que recuercla, cle manera es-

trecha, la cueitión de la fijación y, como se clice a menudo, cle laoimitacióno de un fenotipo por ull genotipo (nlenocopia')' Cuan-

do, en física matemática,-poi ejemplo, un conjunto cle leyes obtc-

nidas experimentalmentc (por tanto, fertotípicamentc) sc traducepor una teOría deductiva que abraza todos los contornos, aunquc

iuperándolos, 1o se dir.á, sin más, que hay allí un paso del hecho

a ia norma, lo cual se reduciría finalmente a un retorno a Hume,

sino que el sujeto, gracias a sus estructuras cleductivas autóno-

mas, ña reconstruiclo y también imitado el esqucma proporciona-do por la experiencia, pero reconstruyéndolo así de manera inter-na en realidad.

IV. El mutacianismo.-Darwi¡r había terminado (6.4 ecl. de

El origen de las especies) por integrat' lo esencial del lamarckis-rno a su concepción de la evoiución 1, cttyo esquema central se-

guía estando, no obstante, funclado en ias nociones de las varia-óiones pequeñas y de la seleccii,l p¡rig'esiva. A partir del redes-

I Conservaba Ia influencia del meclio 1, rli:l cjercicir;, pero no la iclea

¡1 : continuidad intcgral ni el ¡ronlinali,inicr, rri ei progrcso, ctc'

l:1. Olt(l¡\N I S\l() Y lil, tlirDl(-)

cublinriento cic l¿rs lcycs rlc Mendcl 1'clcl dcscubrimiento de lasulutacioucs, r-rn neodanvinismo r¡ un mutacionismo, a Ios quellarnareruos clásicos por oposición a sus considerables transfor-maciones actualcs, han eliminado cle la doctrina, por el contrario,locla huella dr: lamalckismo para cargar exclusivamente el :tcentocn las variacioncs endógenas: sólo son hereditarias las var',acio-nes cle origen interno (mutaciones) que se producen en el ntarcoclc los gcnotipt-rs, por lo clemás invariantes, y el meclio no intervie- ¡

ne sino después seleccionando las variaciones así producidas (sinItablar de las valiaciones fenotípicas, que son clebiclas al meclio,pero l-lo tienen ningtu.ra inrportancia evolutiva, pues no son here-clit arias ).

'fal cloctrina, pues, se inscribe en segundo lugar en la tríacla clelns nc¡ciones antrnciaclas en el subtítr-llo I (primacía del medio, delorganismo, o interacción entre los dos), puesto qlle carga toclo elacento en las estrllctllras internas del organismo. Pero se sitúaigualmente, y cle llancra estricta, en el segundo lrrgar en la tríadacxaminada anteriormente (\\ 7): totaliclad causal, atomismo o to-talidact relacional. Y, en el terreno clel sistema genético, lleva estemismo atomismo al extremo (véase $ 7, subtítulo II) al concebirel genoma como un agregado de genes cliscontinuos e indepen-ciientes, productores cada uno de ellos por sí mismo de r -rracteresaislables, y, por lo demás, fuentes de mutaciones bruscas e igual-lncntc cliscontinuas, que carecelt de relacionc.s con cl soma y concrl medio. Por otra partc, Ia selección clcsemboca cn elegir 1osinclividuos de uno en uno, consideraclos colno uniclades adultaso acabaclas, sin consideración dcl clcsarrollo ontclgcnético cn eltranscurso del cual se elabora el fenotipo por mccli<.i cle selcccio-nes ftrncionalcs y no ya por simples eliminaciones.

Qr-riz¿i sea inte¡es¿rnte llcvar a cabo cl examen crítico cle estosmodos de pensar a la luz de los resultados actuales, pues, al des-plazar todo el acento teórico del meclio y cargarlo en las estruc-turas internas clel organismo, el lnutacionismo clásico se ha in-ternado en r'ías y en la direcció¡r de moclelos explicativos que sonrle alcance muy general y se vuelven a crncolltrar, hasta en elterreno cle las funciones cognoscitivas, en donde quiera que setrate, para un sistema dado, de analizar los papelcs respectivosrle los factores internos y cxternos.

En efecto, no es casualidad el que, querienclo cortar todos lospuentcs con las influencias del medio, el neodanvinismo se hayaorientado en una dirección atomística, pues siempre que se buscacaptar a Lln organismo o a un genoma cn sí mismo, o un sujeto(rler c<.¡nocimicnto) en sí mismo, cs clecir, inclependientemente deIos f¿rctorcs exteriores clel nledio o de los objetos, se le despo.jai¡tso {tt<'lo clc str f uucionamicrrto, y no cncuentr¿t uno, enfonces,rurírs quc paltículas u órganos ¿iislaclos, o catcgclrías de pcns-rr.,rien-

r03

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IO4 EPI S'TE\'ÍOI,OCIA DI]T, CONOCI\f IEN'TO

to aislables y abstractas, es decir, que se lanza uno por el caminode un atomismo inadecuado y cleformaclor de lo real.

El gran descubrimiento que ha modificado las perspectivas vha hecho caducar hoy al neodarwinismo clásico (aunque impreg-ne todavía muy profundamente el sentido común de los biólogos)es que el pool genético y los genomas constituyen sistemas orga-nizados; es decir, a), que tienen sus propias regulacioncs, v b),que son resultado de una evolución del sistema genético como tal,? sea, de una evolución particular y diferenciada qne es, a la t'ez,la fuente y el producto de la evolución general misma (la nociórtsegún la cual una realidad es, a \a vez, ftteute y prociucto supone,claro está, una revisión del concepto clc causalidad cn una clirec-ciin cibernética).

Pues bien, si el genoma lleva consigo genes rcguladores y unsistema de autorregulaciones, en principio se torna naturalmentecontradictorio suponer cortado toclo contacto con el soma y conel medio. Mientras se conciba cl sistema genético como un pa-quete de cajitas que, al abrirse, sueltan cada ulla clc ellas un ca-rácter preformado, o a veces una mutación-sorpresa, v clespuésse cierran formando de nucvo en su intcrior otro peqlleño carác-ter semejante destinado a la generación siguiente, se puede decirque el genoma está al abrigo de las influeucias cxteriores. Peroen cuanto se le concibe como ttna orgatriznción pror''ista de le-gulación, es necesario asignarlc Lrna función a esta regttlación.Dicha función es la c1e conser\¡ar cl sistcma, cviclcntcntc¡nte. M¿rs

si hay que conservarlo es pol'cluc haY obstácltlos c.l perturbacio-nes, etc. Se dirá que provienen toclos clel interior y que el metabo'lismo interno del genoma está sin cesar amcnazado cle inestabi-lidad. Pero, ¿de dónde provienc csta incstabilidad posible y cómoconcebir un metabolismo sin una ¿rlimelrtación que puede sertan perturbadora como conservadc-¡ra? Y, si los genes r-to son bolitasinmóviles, sino esencialmcntc proccsos clttc obran clttrantc todo eldesarrollo ontogenético, ¿este funcionamieuto cst/t así al abrigo det<lda perturbación externa y l.ro sc vt-r ltlrlclt¿lzacl<t t.lltnca nrás qucdesdc el interior? Lo propio cic una lcgullrcitirr cs informar en tocloslos campos a un sistenta crt acción cicl l'cstrltaclo clc stts accioncs Ycorregirlas en función cie los rcsttltliltl:; rtiltt.'triclt¡s. Si cstc getromatiene regulación, es porqllc trab¿ria )1 J)ol'(ltlc sc conscf\¡a :tpován-dosc continLramentc cn los rc.sttltacit.ls <lc stt 1r'lrbaio.

Si tal es la ló¡ricn clcl sister.¡rir, cnl()lrces so vc clLrc, clcsclc cl cles-

cubrimiento de los gcnes rcgrrlitclot'c:s, cstabe amenazaclo el corteradical separaclor clcl son-ia <i tneclit.r v el ge rtorrtíI, v (luc habríau cle

constituir:;e nuevas conccpciot-tcs, ol ictrtatllts, como las cle Wacl-dington, hacia una síntesis cic los trabajos tlc cmbriología catusal vde genética. Ahí tencmos, pllcs, uiilt pritttcta lagtrnlr clcl nc'oclanvi-nismo clásico que estít cn r'ías ttr. sct ct¡lnracllr.

I]I, OII.GANIS]\{O Y t]I, \,IEDIO 105

. Hay más: El genolna es Llna estructlrra organizacra, resultanteclc tr'a e'olución. Er mutacionismo ha olvidacü ;;;;;g"rización1' esta e'olución y no ha considerado mas que su contenido o suculminación estática. E,n esta perspectirra,

"i fá"il decir que todocambio nLrevo se reduce a Lrna mutación aleatoria y q;" l; serecciónbastará para conservar los buenos y eliminar ror'*Járlsiendo rocsencial la conservación de ros genes y su transmisión hereúrtaria.lsólo que sc olvida que las condicionei necesarias ( ¡e internar;r ) decsta transmisión son la organización del genoma v'la irans:,risiOno conservación de esta organización, ro cuar es totalmenre distintocle Ia trasmisión de los caracteres particuroi., ri"r"áár^;;. los ge-ne..s, {, si esta organización es una autorregulación, queda por con_,cebir la conservación, transmisión o reactivación de ésta autorregu-lación cle una generación

-a ra siguiente, lo cual cla pr""irio., a esteproblema de la conse^'ación cre Ia organización "o-oiul,-v ro r¿locle los genes particurares, que son ros"únicos que .. to.nán" en cuen-la elt una combinatoria como la cle las leyes de Mendel.

Para resolver este problema, no basta- de ninguna ,norr"ru "onrecorclar que, ar lado de la herencia especiar, tenemos a Ia herenciagcneral ni evocar ra existencia de los mecanismos citoplásmicos allaci' de los cromosomas y de las erpi.at"r-á" Ánñ, T""nerenciageneral plantea el mismo probrema q,r" tu organización á"1 g"no-u,cn todas Ias escalas, además.

Se responderá, y es lo que haremos t.losotros en lo que sigue,quc, propiamente hablan<l<¡, .no hay transmisión cle la'organiza-ción y cle Ia a,torreguración, sino uná simple combinaciJn, en formade un dinamismo que se conserva como táI, porque no .".u, en nin-girn momento, cle funcionar. pero si esto resúlta óvidente, ", porq,r.hay un funcionamiento que_ constituye ra condición necesaria de rasestructuras particulares: ahora bien, es ésta una ro.-"io"ion pre-ñacla de consecllencias, porque, precisamente, se trata entonces cleun funcionamiento y no ya de estructuras estáticas y atomísticas.En este caso, un funcionamiento imprica un e.jercicio continuo, r,quie' clice ejercicio

_ya no puede haúlar, solamc.te, á.-¡i:ogro_u_ción hereditaria. De rrecho, 'e ilega Iógicamente a tres factores ne-cesarios-ar conjunto, del sistema:

-la piogramación hereclitaria, que.egLrla el cletalle cle las est^rcturas; ét *"diu, que entra

"n'rnt".u"-cic¡ncs con cllas crurante el transctrrso crel .r.ror."lio oniogenetico' re¿rcciona, así, a ras rcgulacioncs cler ge'omil, v la cqr-riribración c¡autorregulación, que domina el funcionamiento, p.o.ig.i" de unagcneración a ra sig'iente y coorclina los d.s factorei ante"ri,ores.

Así pues, el r'r¡tacionismo clásico no ha ol'icr¿rclo solamente etsorl)il o cr rncclio como ocasión cle, o rcacción u, ru, ."g.riu"ilne., ,tetgcnon"ra en cr transcurso del desarroilo: r-ra olviaaoo,'en'r., propioierrc.o cle l¿rs cstructuraciones internas, la n.goniro.ián iilr"ionalv l)crnralrenlc quc conslitrr.r'c la cclndicirin necelsaria c1e tocla ilans_

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106 I]PISTEMOI-OGÍA DEL CONOCIIlIIJN'IC) l:t. OI{G;\NIS]\,IO Y Er- MEDIO r07

misión hereditaria, tan pronto como se concibe cl genoma eu su cli-

namismo y no ya como una pequcña colección de particulas inmó'viles 1.

Pero la misma noción de selección da lugar, ir-ievitablemente, ¿r

iguales revisiones dialécticas. Para el mttt¿rcionismo, i¿r seleccióu cs

,in p.o""ro de sentido único: el organismo se conse¡va o \¡aría )' el

meaio no interviene más que a través de una elección en los resul-

tados una vez ofrecidos a él en su cumplimiento o acabamiento'En efecto, como lo ha mostrado Waddington volvicndo cie nuevo a

I amarck, los organismos eligen y transforrnan su meciio en funciót-l

Ce su comportamiento y, a este respecto, cs el mcdio el quc cs se-

l;ccionado por el organismo, lo cual constiuye la recíproca clcl pro-

ceso anteriór. Más aún, el organismo elige su alimcntación y clcsde

el metabolismo clel genoma y la elección, por los genes reguladores,

cl.e sus inductores exteriores al núcleo, h?rY sclección de alimenta-ción por las estructuras internas. Así pucs, la selccción llttnca cs cle

senticlo único y la elección cle las I'ari¿rciotles endógenas por el lnc-

cliO nO eS SinO un anillo en un vasto circuito clue im¡rotrc clc t-lttcvo

Ja noción de interacciones.En una palabra, las explicaciones ciel mutacic.¡ttislllo, fr-rtlciaclas

en los dos únicos factores clel azar 1'dc la sclección, cstán en sime'

tría con las explicaciotlcs lamat-ckianirs; lllits, al invcl'tirlas. Ias cotrl-

pletan sin aniquilarlas y prcsentan Jas l:rgtrtriis rccíprocas cle aquéllasqrr" r" tratabá clc colmar, Así ptrcs, cs itrcltrdablc cluc se imponía

üna síntesis, por cierto clrle no cn cl se:lrticlo clc un¿r rcttnión cle los

puntos contrádictorios, sino cn sli sttpci-ación por üeclio de no'

.ig.t"t ngevas clel clesarrollo, clc l:r olgllnización Y cl'-: la cansaliclacl

biológica en general: cr¿l llcccsill'io strbslitutir las scries lirlealc's en

el señticlo -é.lio-org"nismo, o cn ci scnticio ittverso, ¡ror interac'ciOncs cirCularcs O tll-ia causlilitlatl ciircrilóticir qLlc respctase, a lavez, la activiclaci original cle ias ('sti'!lc{ut íts v sll llltltLl¿t clcpcnclcn-

cia cn relaciól-r con cl l-llcclio.

v. Apriorisrtto I cotlvctlcir¡nuli:;ttta.---1-'.t t raclucción ciel lleo-

clanvinismo mr-rtaciot'lista clásico lt tir'¡nilrrls clc [utlciones cognos-

citivas tiene un gran interós, crt p;.ilnct'lugilr, p()rqLlc ia llt'tlpttsie-ron aigunos biólogos y, c1espr¡ús, n(ir'{lLlr: l¡i int'stlrbiliclacl lctirica de

que dá testimonic¡ cst¿t csCttcl¿l (lllti, Cl) r:l clilllptl clc las vltIiacio-

nes clel organismo oscil¿r entre la lllcf olnración v e I ¿IZar, se yuelye

a cncontrar, cx¿rctamcnte, ellt i¿ts tcol'ías ¡;sicológiciis V e:pistemoló-

gicas, que, centrán(losc cn cl srrictri, ()st:il¿tn ir \tl \.r'z ct-tll-c la Pre-

I Es clecir, si existen clos ¡rtobleltras rlistinlos de interacción -intct'accióllcntie las parics I'el toclc¡ t intci'ui:cirin crilrc lo:. lltctot'es cttcltigcnos v cl ¡t.lc'

tli<_,- resujta imposiblc trt¡ ¡'cli.rcion¡¡ lo:; tl¡¡'(lc' i) lr'¡ili)l':l¡lu: ('\ lo qUc \'!'fül¡lo\

clc nuevo en el S 19, strbtítulcs IV a L\'

{ormación apriorista y el convencionalismo clc lo arbitrario o clcl.\zar.

Así pues, el lnutacionismo clásico cc¡ncibe el genoma como Llnacolección cle particulitas que contienen toclo el porvenir, pero cltreson a veces perturbadas por var"iaciones repentinas dc r.csultaclosin-rprevisibles. Entonccs, natLlralmente, se conciben col"I una l)crs-pectiva preformista los genes que siguen siendo normales. por.

.ial1ta de actividades reguladoras, no se les concibe toclar'ía corrl() sr screconstituyesen sin cesar, conserr'ándose por autocorrección, a tr.a-r'ós de transformaciones múltiples: están ahí y contienen crtática-lnente los caracteres de las generacioncs futuras. En cLranlo ¿r

las variaciones, o bien son nocivas y se deben, ])or tanto, al u¡rzir¡n,o bien son adaptativas, y entonces Ias opiniclnes empiezan a nocoinciclir: lo son por azar, dirán todavía la mayoría cic los autor-eso bien, si tienen éxito, es porque estaban contenidas cn las rirtua-liclades dcl genorna y porque prolongan los caractcres <nor.lnalcsu,lo que nos lleva de nuevo a la preformación, En fin, o bicn c-[

'ct-¡-danvinismo clásico atribuye tocla novedacr ar azar ()' Iror gcrcra-lización, toclo el pasaclo, pero cristalizado en esquem¿rs cie trans-lor¡lación futura, si se consen'a clespués (lL- Llna ielecciún) o bicnclesemboca cle hccho en Lula negación cle la cvoluci<in cn pr-o\,(r('hoclc un prcformismo (Bateson y otros).

Ahora bien, las tcorÍas del conocimicnto o clc ra inlcrig.irt.iaquc cargan cl acento en el sujcto por <tposic:ión a los objct()s co-nocen exactamente las mismas oscilaciones. I-a pref'ormaci<irr 1lrrr.;r1' generalizacla cs el aprioris¡n<.¡ kantiano: cl su.jclo estai ¡.lL'ur is{,<,1

cle categorías o cle nformas, variadas (causaliclaci, cspacio, ctc,),ciLlc sc imponen er la experiencia ¿r título clc concliciones ¡"rrcr i;rs, ejncluso si el sujeto no las clcscubre o no toma conciencia clc cllasmíts que e¡r ocasión clc la cxper-iencia (lo quc hacc posible rrn rles-arrollo nrrtogenótico de cluración variable), no crtrac, sint-r qr"rcorganiza por medio clc tales estructllras, hasta cntor.rccs virtualcs.Lit plucba quc rrtilizaba Kant es la de- c¡ue talcs cstr-uctur.as srl.r(lleccsari¿ls>, rnicntras quc un hccho e.r¡rcr.imenlal es sirnplcrn(.,ntL.claclo, nsie¡tclo lo que es, (según Llna cxl)r.csión célcbrc) 1, no rrccrc_sarlo.

vilnos r\.5, subtítulo I)qr-rc K. Lorcnz, quc cs a la vez nt..ocl;rr--rviniano y kantiirno (lo crral resrrlt¡t n.lrr.1,coltcr.(.nte cn pr.irrci¡tio)crcc, clt.su c¿ullpo clc los instiutos v clc los "inclici()s sig¡illt.atiloslrcrr'tliLarios, (iRM : innalc rcteasirttr4 t¡ecltttttisttts/, c' l¡.r e rislc'-cia cle conocimicntos innatos. y, sienclo llcoclar.rviniauo, los inle r._prct¿r como si llev¿rsen consigo un origen enclógcno sin he r.cnc.ia rjclo aclquiriclo (en el senticio cic Lamalcli o clé waclclinqtcrrr): sonpucs, nos clice, f ormas a ¡triori, e rr el scnticlu kalttiarro, e tinllt¡rr-uble sIt las catego¡ ías c priori, lo cllrc cncoltlr.¡tr.íarlos, sL,!r.ln Iilrnt r, .il.r'rr ci pensalni('nto htr¡naut.¡. Esllm()s aquí L'n ¡rr.csc,rrcilr tlc ult.,i,.,,,1_

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106 I:l'IS l llll()l.o(;I,\ l)lll. ('ON()Cl\'1Il:N lo

plo clc traducción explícita, pfoporciollacl¿r por el llirilogg, del l-Ilu-

iacionismo en tórnillos del apriot'isnlo katltiano'Solamente hay una clificultacl, bieu couocicia cle los ncokantia-

luos en el terrenó clel pensamiento científico: es la cuestión clc Ia

neccsidad. En el dominio biológico, los instintos naclír tiencn cic

necesario (lógicarnente) puesto quc Yaríau segtit-l las es¡recics ¡'

¡;uesto qua ttó hay instintos comLllles a 1o(i¿rs las c:species' con cx'

ccpción cle la conserr,ación de la Yicla c1ue, por l'aha de órganos

¡rropios, nacla tienen cle cspecíñcamentc instiutir,<-l (a llesar de Ioq,,"' ." clice) y no es más que una continr-ración funcional. En el

.:,,n.,1-,u clel conocilliento cicntíñco Ir¿tv t'¡zr)tltit.lticrt'ttos lógicanrenlcn, ccjsariOs, a ltn nivcl claclo, pero tlo ltay catcgol'ía tlc cstntctttt'alrcccsaLia, puesto c¡tte la c¿rttsaiiclarl, t:l csll¡ci<-r, cl lienl¡-ro, etc', sc

lian rnr¡clifrcaclc¡ eu el transcut'so tlc ia iristolia'Entonces Lo¡e¡z salc clc apllros por mcclio clc ttl'lii inlerrprctil-

.-i5n tnuy iuteresante (pero que, sin-ducla, hubicsc escandaliz¿lcio

:1 propió Kant su (\'ie'io colega cic l(oe'igsbet'g"' conlo clecía cl

ctóiogó cuanclo habitabá cn csta citrclacl): clcsliz¿inclosc, sin clarsc

.,-,",,1o al parcccr, ctcl apriorisnrt-l ¡l convclrcioltalislnc¡, Lorenz str-

gierc simplentclrtc q,r" ias formas u priorí sort uiripótesis dc tra-

irajo he.eclitariasr, por tanto, ¡irratas_y ,ro ncccsarias a la 'ez! Así

r,u'cs, hav q.r" .or-rr.rYar una Yaricclatl epistcr-rlológica en. e I abani'

co <1c Ia.s sollrciolles clrlanaclas clc' l¡ lrclcirjll apriolista clc prefor'-

llrac ión.L.-1 csc cllso llr cta¡rir sigr,ricütc r's cl colttctrtit-rtlttlisttlt.l, qLlc co-

r-r.cs¡-lotrcie formalrrrente a la noción clc Ins ltrtttirciotres lorltlitas (c¡s

clccii , clldógeuas, pcl'o nrclros lrcccsa¡'ia:; ¡rúrr). I-¡ ¡trtreba clcl pa-

rcntcsco epistentológico cntrc el cc.¡lrvelrciotl¿rlisl.t.tg I' el apriorismclcs la cle qrte existcrn ¿lutorcs Clllc soll llarticlitrios cle las c.los a la vcrz,

scgitn loi Conteniclos o c¿tInl)oS e rlttsicle ratlt¡s lls así e tluro cl grart

mitcm¿'rtico H. Poincet'é consicleratla la nociórl clc gt'r-r¡lo, sobrc

tocl6 cn geometríit, conlo la cxpresiórt clc ull itriciC) sirltético n

¡tríori, enel senticl<¡ clc Kant: pcro la cucstión clc snbcr si el cspa-

.io títia<, eS euclicliano o no, cl'a p¿rra i'l cosa clt'pltra ctltlvcnción' Ilsvelclacl que laS razones de elección cntre coll\'r-llcioucs llosiblcs tro

crat.l pa;a Poincaré solamentc arbitrarias, lue¡:tl aleatoriasr: ollc'clccían scgún é1, a razoncs cle col"uocliclacl, lt¡ cttal cs intermeclic¡

cntrc la.,hipótcrir clc trabaio,, crr el scntirlo tlr'l-tlt'cnz ), la l'lttl'aconve nciótl.

E|r RoUgier, por cl contra|io, la lógica lnist.ua llo cs sitltl ttll¿r

con\reltción lingüíStica: cclnvCnción f orz.acla, l)ttcsto (ittc ntt sc ptlc-

cle CsCoger Otr¿I COSa, perO ll() trccCsaril tltCi<-¡tl¿tlmcntc, Llll pOCo

col¡o si la nattrr'¿rleza hubicsc irnpr,rcsto al h<-rrrlbrc csta llltttaciótt

I Recordemos qLrc-, sin cluda, sc clebió a cstc convcnci<¡¡ralisllro el que Poin'

.or¿ -no

iial.a Oes.uUicrtr-¡ la teoría clc la lelativiclacl, tlc la cLt¡l ancl¿rba ccrcit'

lrl. OltGA)ilS.\l(i Y I:l- NIEDIo 109

particular, al azar 1' a la lnanera clel color del cabello o de los ojos.Para Rougiel', cs cierto, la lógica no tiene nada cle innata. pero, siprolongamos las líncas cic la corriente de ideas nlr¡tacionistas ccn-trada en el azar, cs claro que nuestro cerebr<¡, uuestra lógica ¡' elmutacionisnro rnismo son los procluctos cle combinaciones fortui-tas más o l.ucuos gloseramentc seleccit-rnaclas cn [unción cle losóxitr-¡s obtcnidos. i

Pcro si hay cle tal mancra paralclisrno cntrc la garna cle las so-luciones que se clistribul'cn en el seno del mutacionismo, entrc lasiclcas de ¡rleformación y dc variación fortuita y ra serie cl< solu-t ir.rr.lcs c¡-listcnrológicas que conducen, en el terren<_¡ clel ¿rn¡,Lli ;is clelcorrocilliento, clesde cl npriorismo integral hasta el co¡1,,3¡16ie¡1¿-lisrro puro, cl interés cle este paralelismo no estriba cn su carácterm¿is r.r mcrros corn¡rleto: cstliba en el hecho clc <lue csta convt:l.gcn-ciit cntre ln¿rrleras análogas dc pensar ¡'cle plantear los problenrasconduce a ciilicultades semejantes y por las misrnas r.azones. Eulos clos casos, cstas razones son, una, que no se puede crisociar clcrnanera absoh:t¿i al organisnro, o al su.jeto, clel mcclio c¡ cle los ob-jctos, y otra, quc los factoles endógenos esenciales ncl consistcucn estructuras acabaclas <¡ estáticas, sino en un funcionalniento or.ganizador y constructivo que se lnanihesta por la elabc¡ración ctetalcs estmctul'¿rs, pero valiables (y, corno vcrcrros, cluc se superancontinu¿intcntc, scgtiu cicr'las vcccioncs).

AItt-rl'¿t llicrt, ct.r t:I clolninio clc los cor.lt.rcirnit'nlos, clc¡ncic cl ¿rnli-lisis nr.¡ r'cIsa ¡lás cllrc sr.rblc las eta¡ras clel clcsarrollo pos1.-¡lrt¡l t-lsc¡bre las ctap¿rs históricas (¡' no ¡trehistóricas) clcl pensau-ricrrtoc:olectit,ct, cstas clos r¿lzottcs lto constittrYcrn lll¿is qL¡c [¡na sola. l_ascstrLlcturas logico-nratenr¿itic¿is, pol e.icnr¡rlo, ¡-ro cstán ni prelor-nlacl¿rs cn cstaclo clc cstructirr¿rs acabaclas cl-r el scno clel sujeto, nisc sac¿rlt clc los objetos, sino que suponen (jn slrs lases iñicialcstocio un períoclo de acciones sobre los objctos y expcricncias en ellranscllrso dc las cu¿rles éstcls son indispensables: sól<.r que talescstructlrras no se sacan cle los objetos mismos, pues se constr.Ll-yen por nrecli<l clc elementos operato|ios abstraídos clc las irccio-nes clel su.jcto sobre los obje tos, y no de éstos, asÍ como cle las coor-clinaciones entrc accir.rr-)es, plogresivas y necesarias, a la vcz, cicsclcel ¡rrincipio. De tal rrlallt:ra, nos encontramos en prcse'uci¿r clc trnlr"rrrcion¿rmicnto ofgauizaclc¡r' y regulador, r.especto ál cual poclcnr<.¡sclccir quc cl crrcil clel apriorismo ha cc¡usisticlo en qrerc'-iu t¡-aclu-cil a cstrr¡cturas acabadas clc golpe y en haber igiroraclo c¡rrc i:rct.r¡lstltrccitin rle r!stas es iIr'calizable si¡r un conjunto cle intcrae_ciones cntrc el strjelo y los objctos, en cu-yo transcurso las r.c¿rc-cit-rncs (lc csros últinr<-rs constitu),en la ocasión (pero no Ia c.¡rusa)cic Ias regulaciones fc¡l.nacloras,

. Por lo qLre rcspccta al paper cresempeñacro por la convc¡rciór-ralbilrari¿i r.r pclr l<.1 aleatorio, es eviclente que clisminuve cl-r el trans-

Page 60: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

I10 EPIS lnllol.ocll DIll. coNoclNlluNlo

curso clel clcsarrolio, a medicla qr,tc sc llasa de Ios nivcles eu los

que el tanteo, en fOrura de eus¡Vo v cn'Of (coufOrme al moclelo clc

lás variaciones fortuitas y cle la selccciólt tr posteriorl), constituyeel método prodominante sobre aclttcllos etl los que se impone la

coorclirración cleductiva.

VL EI <lertiuttt, clc Wttcltlütgtrttt ,- e I <pt'ott L'so>' scgLitt J' IItur-ley -,,- otros.-El estacio actual dc las conccpcioncs sobrc las rcla-

cibnes entrc el organismo y el ntcciio cs, sobrc toclo, r]n cstado dcr

crisis e¡ cl cluc sJ ctrcucntríur cn cottllit't'-, llts tlttcvlts lltitl.tctits clc

pensal' derivádas cle Ja cibernótica r' llis ¡"rcsnclas tl'aclicir¡r'rcs del

mutacionismo atomístico v prciot'urista' PcLo, llaio las vacilacio'¡:s, los retrocesos y los saltos h¿rcia ltcl.'lltrlte, llos estii pcnritidtlci,sccr¡rir cierto número cle tenricncias, tluc solr ltllatllcrntc instrttc-rivas pOr lo que respecta a nllcstl'os ilrtctllos tlt: cstablec(rr l)ara-.c lisl¡bs entré los pioblcmas 'n' las solnci.ncs l¡i'lc'igicas 1' las in-tt rpletaciones epistetnológicas.

A este respecto, el irecho soltrcsalicntc cs el clc c¡ue yil no nos(:ncontramgs en preselrcia cle una ciisvuntila: c-l las variaciolles ptl-

ramcllte endógenas (clesde la 1'rreformacirirt hasta la rrilttación alcra-

toria) y la selección a posteriori, o la inlluencia clcl rneciio y iafijación hereditaria autolnática. De hccher, y por cl contrat'io, hat'

bisqueda de un tertirnn por supL-racitill sirr-rtrlt¿rrrca tle los dos tér--

minós antitéticos y cle uñ tertittttt (lLtL'ylr no ccltrsistc clr solLlcio-

lles verbales, como el finalismo v las rnúrltiples formas cle vitalis-

mo, sino en una búrsqueda cle mocle'los intcligibles, fttndaclos e11 las

no.ion", de organizaciót-t o totalicl:rc[ rel¡rcionaI v <lc rcgttlacioncs

o causalidad cibernética.La cibernética misma clescausa cll la.s clos ltocitlncs celltr¿lles

cle información y de dirección o aLrLocoutrol. Sclun¡ll'tltttsen, clr stt

obra cle 1960, sobre los fundatlentos clel proccs() clc lil cvoltrciót1

a la luz de la cibernética, habla dc la attlolt'cgulación cn t<"¡cl9s los

problemas de las formas originales cle la evoltrción -v la p¡rtc trriis

r¿ti¿u de este estudig es la quc trata clc cstas orgatrizacicllrc-s ilti-ciales. Pero pOr todo lo que se reficrc ir las I'elaciones ttlteriorcsentrc el medio y el organislno y a los gratrcles factores clc la cYo-

lución, piensa esencialmente cn télmintls clc uinlonnación, V sc

queda inclUso en un atomismo sistelnático ctl l9 qtrc cottcierttc a

lás mutaci6nes conqebidas inquebrantablctnellte como aleatol iils,

y a las influencias del medio sobrc cl clcs¡il'r'ollc¡, ¡quc corlcibc

como simples <ruidos>!Por lo iontrario, Waclclington cs cl prinie ro crl pl'opol'cionlr tttt;'t

síntesis propianente clicha al clisting.trir,:rt cl scno tlcI sistctttit el'o-

Iutivo cuatro grancles subsistc¡rras, r:¡rllt trtlti clc lt¡s cttltlcs Iictlc stts

propias reguláciones, l)cro estliu nt'it'slrt'il.tttle tttr' t t'llr,. icltllrclas ('lll l'('

1

,

IiI, ORGANISN,ÍO Y 1]I, JIÍI]DIO 11I

sí por un con.itrnto cle circuitos cibcrnéticr"rs: l.u, cl sisterua gr'ni.-tico; 2.o, el sistema epigenético; 3.o, la explotación clcl mcclio, 54.", las acciones de Ia selección natural.

En primer lugar, el sistema genético, cuyos caracteres de tota-liclad organizada y de autorregulación es inútil recorclar, estír rela-cionado con el sistema epigcnético por un conjunto de circuitos det'eeclbacks: si el priinero es la fuente clel segunclo, al que orientáclurantc cl transcurso dc t<lclo clesarrollo, el segr-rrrcl<-r rcacciona sinembargo sobre el primero, ya en el seno del dcsar.rollo trormal 1 ytambién en la medida en clue los reforzamientos y los obst¡iculostlcl>itlc¡s al lrtt'tl it-r clttl'¡.rttlt' llr orttogúncsis tic¡le t'olrrt-r clr.'r'Io lrt tilll'o inhibir lal o t'ual aspccto cle este desarrollo. El sistenta cpigcnd'-lico domin¿I, ¿¡ su vez, lll explotación del me'rlio, l)c¡-o, ¿r su \¡ez,rlcpcncle, en paLte, clc é1, puesto que intcrvicne neccs¿lri¿rr¡ie tte errla f ormación del fenotipo. Estc, por su parte, clirige la cxplotiiciórr<lcl rncclio tanto como depencle cle é1, puesto quc el or.gat.risnro cligestr rncclio v lo transforma a la vez que lo explota a títu,lo cic alirnen-tiición. Pr¡r irltimo, la selccción obra, pero cxclusivamente sobrclos fcnotip<ts, en la medicla (]n que constituyen las (r.espucstasD (lelgcnotipo a las incitaciones clel medio. Y como la sclección no obraclc ningún rnoclo, de forma cxclusiva para toclo o por lracla, sir-l<rclrre clcsemboca, esencialmente, en cambios cle las proporcioncs 1,

cn reestructuracioncs dc los factores dcl pool gcné1ico, y despr-róstlc los genornas, estos últirnos reaccionan a lo largo cle las gcnera-cioncs siguientes mccliante rccombinaciones genéticas (cle intpor-tancia muy superic¡r a las sintples mutaciones) 1'el ciclo tcltal crll-tinúa.

E,n otr¿rs palabras, ntie¡rtr'¿¡s quc el lanlar.ckisntc.¡ r,eí¿t cu cl ger-rnen Lrn sirnple instrumeDto cle registro cle las modificaciones so-nrriticas, en vista de la transrnisión hereditaria, y mientras que elrnlrt¡rciorrismo consicieraba a este genonla como una fuentc únicaclc prcformación o cle variaciones aleatorias, Waciclingt<ln, segúnDobzhansky, lo concibe, por último, como un sistema activo de(respuestaso y de reorganizaciones, que hacen f rente al mecli<l sinsufrirlo sin más, pero utilizando sus informaciones cn vez cle dcs-conocerlo o de imponerle su programa. Tal cs la nc.¡veclacl quc re-presenta este tertium o, superación cle las tesis hasta entonces an-titéticas, y For eso podemos considerar desde ahora que las trescorrientes dominantes de las teorías de la evolución son el l¿rt-nar-ckisnto, el neodanvinismo y las concepcioncs nacientes .:aliclas clc

la cibernética.Otra rrc¡r'cclacl apreciable cle las corrientes contemporítllcas llo

I Véase, por ejemplo, la figula 6 deThe Strategy ol the Genes, donde se vc alir sustancia X producida po| la a, c y e, activar de vuelta al gene b, que pro-rluce la sustancia Y con la a y d, y donde sc ve a la sustancia P, prgducidapor f y g, activar de vuelta a h; etc'

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112 lll'IS i fl\'l(il.OGI:\ l)lll. ('O\OCIl\lt[1N'fo

clebicla a WaclclingLc-rrr, sir.tc-r ¿r i¿t (teoria sinLótica" cic J. Huxlcy',c-s la reaparición cle la noción cle plogreso en cl estuclic.r científicode la evc¡lución. Las primcras generacioncs cle cvolucionistas fucr<-lrllevacias, naturalmcnte, a consiclerar la sucesión clc las etapas fi-logcr"réticas como característica cie un (progreso)) oricntado haciala esirccie humana, pero sin distinguir suficicnlcmentc los elemen-tos objetivos que permiten habiar clc vección o c.le clirección (en clsc'nticlo matemático y sin finalidacl) y los valores subjctivos o an-tropomórficos que confieren a esta vccción un;r significación com-pletamente relativa a las evaluaciones humanas. Es csto lo que hahecho clecir a un biólogo actual quc la cvolución cont¿rd¿r por unpájaro tendría un sentido cornpletamcnte cliferentc. Así tambiénse ha procluciclo la reacción, enlazacla al mlrtacic¡uismo, cn formacle concepciones que atribuyen la ci'olución al pr-rro azar, con se-lección cle los más aptos, pero sin que nada pcrmita considerar'srrpcrior al mamífcro, con-ro mcior aelaptaclo a su l'¡rcdio que lcr

el,tán a los suyos un celentére<¡ marino o un gLlsano parásito. El¡r:'oblema que ha resurgiclo con J. Huxley, Simpson, y otros, es, porel contrario, el de constituir graclos cle organización que permitanertablecer una jelarquía objetiva e inclepencliente cle todo juici<rtle valor, Huxley y otros científicos hablan, a cste respecto, dc(irrogreso)), mientras que Haldane continÚra consicleranclo que estanoción es inadmisible y subjetiva. Es ésta una pura cr-restión dedefinición, pero a propósito de un problema real, y en lo que si-gue, preferiremos no usar, como quierc Haldanc, el término equí-voco de (progreso)). Así pues, no hablarcr.nos rnás quc clc (\¡ección>,

1;ues si, co¡no hacc l{r,rxley, calificamos al progreso biológico comosi fuese a la vez uinevitable e imprevisible>, nos cncontramos con-que son precisamente éstas las clos propiecladcs cle lo quc (clesdeLalande) ha sido llamaclo uveccióno en el campr¡ cie la cvoluciónde la razón.

Una vez aclarado esto, el problena consiste cn cncontrar cri-teric¡s objetirios de una jerarquía cle los tipos cle organización, esdecir, de una vección evolutiva. Simpson ha propuesto el aumentode la masa, lo cual es evidentemente insuliciente, si se piensa enel número de especies que han clesaparecido a causa de un aumen.to clesmesurado de talla. Huxley menciona los gru¡-r<-ls udominan-tes)) cn igual época paleontológica y ve en la strcesión cle eslos pre-dominios un criterio de progreso. Pero si sc rlcfine lar aclaptaciónpor la supervivencia cle los más aptos, l-lo sc pue(le inr,<-¡car el pre-dominio numérico como criterio de nrejor aclaptaciór"r más que in-

1 J. Huxley, Evoluliou, tlte nrcdertt S¡'rtliesís, l-onclrcs, 1912, y Et,Ltltttíott ütaction, Londres, 1953. Véase tambié¡r I. J. Schnialhausc¡r, Factrtrs in Evalutíott,Filadelfia, 1949 (cap. IV y ss.). G. C. Simpson, The ttteatr'utg of cvoltttíctn, NewHaven, 1950 (cap. XV) I'F.,1\'te1'er', Probléntttliqtt¿ de l'ét,oltt¿iorr, París, 1954(p.155 y ss.).

rr, olt()^Nrsrto \. ¡L Nlnl)to ll3r:rrrrierrclc¡ e'petición cle pri'cilli<l y hay quc.hortdal más en elanálisis clc los criterios internos cte ia adaptació'. Huxley mcjoranotablemc.te cste análisis buscanclo en la cloble clirccción clcl con_trol crccientc cler .medio pgr

_el organismo y de la indepenclenciagra-dual clel segundo con relación af primero. claucle Bernarcl mos-t.aba ya la inclependencia progresivl resultante de la constanciaclel medio interior y hay que recordar a este respecto ras interesa*tísimas (ortogénesis bioquímicas> señaladas por Florkin (L'ét,orrrliott bio-cltintique) en este campo. pero el mejor criteiio es, sinduda el clc la (apertura) creciénte, inspiracla en nensch, en elsenticlo de un aLrmenro de las posiuitiaaa"t

"áqiii.i,ü;;". cl or-ganismo en cl transcurso de lá evorución y, clésde t;r 'punto clcvisla, los análisis acerca del (progresoo biólógico llegan natural_

rrrente, sin rccu.rir a ningún juicio cle valor, a consicleiar al cono-t-'ilnierfo rrra culm.in-ación 'ecesaria,

puesto quc nrtrltiplica cl cam-po clc cstas posibilidades.sólo que, metódicamente, er estucrio cle lc¡s critcr.ios qu.r{ra sus-pe'clido en el vacío, mie'tras no se le apoye en cr clc ros r¡ecanis-mos formaciores, er-r sll e'olución interna y no cn tanto que facto_rcs superhistóricos (scgúrn la profunda expresión cle T. No*,irski apropósito clel uso global cle la noción d-e uselección> en el clar._rvinismo i'icial). Ahora bien, si en ras perspectivas actuares tociosIos mecanismos centrares cre la evolucü., ior, .onriáLiááos co,'osi fuesen, a la vez, fue¡tes y efectos cle ra evoluci¿' iel sistemagcnético, el sistcma epigenético, etc., y hasta la selecciJn misma,si' olviclar cl nrcdio, que es modificado por cl organismo tantcl

couro lo cletermina u orienta) y si, con waciclington, i.t" "nte¡rclcr-sc qlle cacla subsistema biológico es, simultáneament.,, autorre-gulaclor y cstá ligado a todos los demás por circuitos cibernéticos,

cs evidente que ia <vección>, cuyos criteiios se han enirevisto, nacle estudiarse en un marco cle equilibración progresiva.

El problema se precisa permitiendo clisociar Iás aspectos cor-lraclictorios, aparentemente o de hecho, cle lo que ná!-u.rio-o,tcntaclos a invocar como criterios y cle lo que aepe"ae-en rcaliclaclcle los diferentes moderos que unó se propone áe la sucesión clelos desequilibrios y de ras- reequiribraóioner, si ," pi"r.a en ,nmoclelo físico, tcrmodinámico o inclusive cuántico, J" rraulu.ri ¡"u' e'vejecimiento de la vida o de una detención p.ogrl.iua a" tae'oh-rción, con clisminución de las mutaciones .";p;;;á;; a usar-tos, cuánticos. pero si,se eligen los modelo. a" .iiuiiiürio movity cle clesplazamientos

^-d9 equilibrios, con modelos iutorregulacro-

res que hacen compatible la apertura y ra estabirial reiativa, en-ionces un freno de variabilidad genética, como parece operar enel hombre, no tiene nacra cre incompatibre con rá up.it"ü c]e rasconductas, soliclaria cle una yección anterior .n ia cereuraliza-ción.

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114 llPl S1-flNlOf -oG lr\ I)IIL CONOCIN'llEN'fo

Las grandes cuesliones que se nos pl¿intcan, entonces¡ a propó-sito de cstas reno\¡aciones imprevistas y clir''crtidas cle l¿is concep-cioncs biológicas, descle la cibernética de Waclclington en el campodc las interacciorrcs entre el meclio y el orgarrismo hasta las tenta-tivas <sintéticas> cle Hr-rxley, en los problemas de vección, son lascle cr¡nfrontar estas concepciones biológicas con Ios datos psicr.l-genéticos y epistemológicos.

Pero sobre tales puntos no nos encontrar-lt<.ls t:n Lln simple pa-ralelismo entre interpretaciones históricas y, en parte, periclita-clas: nos encontramos cn el frente lnisrno o en el ala avanzada cicla invcstigación quc sc halia at'rn cn movinriento. Así pues, no es

aquí, sino en los Capítulos IV y VI cionde convenclrá ahc.¡uclar ladiscr-rsión en la perspectiva no ya clc las rclaciones eut¡'e los rnt-rclo.s

de conocimiento del sujeto biólogo v clel sujeto psicólogo o e¡ris-temólogo, sino en la de las conexiones entre el organismci cornofuente clel strjeto y la inteligcncia o cl sujeto cognoscente en ge-

neral.No obstante, se imponerl ya dos obsen'aciones en la primera

de cstas dos perspectivas (y por tanto en la línea de todo este Ca-pítulo III), que servirán de simple introducción a los desarrollosde los Capítulos IV y VI.

La primera es ia cic la notable analogía que hay entre las ma-neras de razonar y clc plantear los problcrnirs clc un alltor conroWaddington y las tcntatir¡as clc interpret¿rciottcs plopias cle la.s

investigaciones actuales de la psicología y de Ia epistemología lla-r'aclas genéticas (cs clecir, relativas al dcsarrollo 1a¡rto ontogené-ti;o como histórico r), Las clos nociones clominantes cle una bio-'cgía que, como la de Wadciington, saca toclas las lcccioners cle laKílenótica de las poblaciones) son, en efccto, la dc una totalidaclrr:lacional tal que ninguno de los conceptos o cle los subsistemas()Jntcmplados intervicnen cle manera aislacla c¡ absoluta, siendoconcebi<los cada Lrno cn interdependencia con los clemás, y la clc

un historicismo radical tal que ni el meciio (que es uelegiclo, y lllo-difrcaclo constantemente por el organismo, hasta la constitución clcuniciros ecológicos, que dependen cle él tanto com<-¡ del exterior)ni las selecciones de tipos múltiples (que versan sobre los fenoti-pos erl todos los graclos de s,-t desarrollo) no escapan a este mo-vimicnto de conjunto más de Io que lo hacen el epigenotipo y clgenoma mismo. Ahora bien, estas son las formas de conceptuali-zación propias de las investigacioncs sobre el desarroilo del c<-r-

nocimicnto: el objeto es enriquecido por el sujeto como el nrecliolo es por el organismo, al mismo tiempo que el sujcto elabora suspropias cstructuras operanclo sobre lr.¡s ob jetos, de n:anera que slls

t EI término de .gcnéticoo lla siclo entcncliclo en este sentido gencral cnupsicología genéticau mltcho antes de cobt'ar srl senticlo biológico más res'tringiclo.

CONCLUSIONES

intcracciones cxcluyen, a la vez, todo empirismo y todo apriorismocrr benelicio de una construcciórl continua quc lleva consigo los closaspectos de totalidacles relacionales no disociables y cle desenvol-vimiento histórico. La for¡nación cle los conocimientos es, pr¡es,la historia de una organización progresiva, de manera que elimi-n¿rnclo todo carí¡cter cle fijeza tanto del objeto como del sujeto, lac.rplicación se orienta necesariamente hacia la birsqueda de mcca.,lrismos de equilibración y cle autor¡'egulación, tanto para ligar en'r"rna misma totalidad funcional las aportaciones respectivas de cstesu.ieto y cle los objetos como para dar un sentido a un historicismoqLlc, aLtnque r¿iclical, no caractet-iza nenc¡s, por cllo, a un¿l constr-uc-ción de normas.

Sólo c¡rrc, si hay dc tal rn¿utera paralclismo complcto entre lasconceptuerlizacioncs biogenóticas y psicogenéticas o cpistemogcné-ticas y si ambas, por fuerza, en virtud del acento que cargan en Iaequilibración, plantean el problema de las vecciones, entonces sur-ge el problema de saber si las vecciones biológicas y las veccionesepistémicas son comparables. Este es un problema que convendrávolver a considerar ($ 22, subtítulo III).

\ 9. Co¡¡c¡.uslougs. LA CAUSALTDAD BIoLócrcA

Al recapitular el conjunto de los paralelismos o correspondenciascle problema a problema o de doctrina a doctrina que hemos en-contrado en los campos de las nociones sincrónicas, de los con-ceptos diacrónicos o de la interpretación de Ias relaciones entreel organismo y el medio, impresiona comprobar que estos para-lelismos se tornan cada vez más estrechos con los progresos dela investigación, no porque los dominios de investigación tiendana confundirse -por el contrario, están cada vez más diferencia-dos-, sino porque los modos de explicación y la manera mismacle plantear los problemas con\¡ergen cada vez más en virtud delparentesco de estos problemas.

I. Convergencias.-Cierto es que, si nos atenemos al conteni-do y a la forma misma de las nociones, consideradas como tales,por asÍ decirlo estáticamente e independientemente de su penetra-ción de análisis, podemos quedarnos con la impresión de que loscampos cle lo biológico y cle lo cognoscitivo o mental están muchonrás cerca en las etapas precientíficas o en las etapas elementales

115

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11ó EPISTE]\'{OI,OG iA DET, CONOCII'f IEN'I'O

de la ciencia que hoy en día, o tanrbión que en todas las épocas,una misma distancia los separó, accrchnriolos o alejándolos entresl conforme a la orientación de los espíritus. Pero la razón deestas apariencias es la de que las nociones biológicas primitivashan sido todas psicomórficas o cle orígenes intermedios entre clanimismo y el espiritualismo, dc clonde viene una ilusión de sol-dadura inicial completa entre lo cognoscitivo y lo vital: ahorabien, si ha habido soldadura, sc hizo en un sentido que deformólos dos términos que habÍa que relacionar. Cuanclo, clespués, lasnociones biológicas se elaboraron conforme al modelo cle un me-canicismo estricto, lo mismo ocurrió cc¡n las nociones psicogené-ticas y con las explicaciones de la formación y del funcionamientode la inteligencia, lo cual explica la aparicncia cle un parzrlclismotan profundo como el de hoy.

Si contemplamos, no el estaclo dc las n<.¡ciones sin tener encuenta su grado de adecuación a la experiencia, y sí sns transfor-maciones en el sentido de un poder de asimilación cada vez másextendido a estos datos cle hecho c<.¡¡rstantetnente enliquecidos,nos percatamos de que la biología, al trabajar técnicamente en supropio terreno, y el análisis del ci¡nocimicnto quc trabaia en elsuyo con ignorancia de la biología, sin ch-rcla mcnos conrplcta qucla recíproca; no es por desgracia frccuente, pero con completaindependencia, no obstante, se han acercaclo inscnsible¡nentc, no,repitámoslo, por una interpenetración gradual de ios campos, nisiquiera de los conceptos particulares, sino por Llna convcrgcnciade los métodos erl su alcance más general y cle los nroclos cle con-ceptualización en sus estrategias intclectuales clc conjuntc¡ frentc;i -rroblemas que, de hecho, son paralelos.

Resumiendo, la causalidad biológica ha er,<.¡lucio¡rado poco apoco, entendiendo por el término <causaliclado el conjuntcl cle lasl"{¡.:iones explicativas de que se vale el biólogo para encontrar lara"zón de las leyes observadas. Ha evolucionad<-r, sin saberlo, y,torJavía menos sin buscarlo, en una ciirección qLrc hace cacla vczmás posible el isomorfismo entre las estructuras así clescubicrtas,o sus modos de transformación, y las cstructuras ci transforma-ciones invocadas en su terreno propio por los cs¡rc'cialistas de losproblemas de la elaboración y dc la organización clc los conc¡ci-mientos. Dicho de otra manera, orientánclose por ci camino de lasinteracciones, de las regulacio¡res l, clc los mccanismos cibernú-ticos, la investigación biológica ha clcscubicrto ustructut'as 1, ¡1e-dos de explicación qr-re (en terrenos cad¿r vez mírs t:spccializadosy sin relación alguna, por lo qLle respecta a los conteniclos estu-diados, con el campo cle la experi¡rrentaciirn 1, rlcl anúlisis tcóric<rde los estudios sobrc la inteligenciit c¡ sol¡re cl cr¡uocimiento) rc-sulta que convergen cor¡ l¿rs nocioncs utiiizadas, cu un lengualetotalmcnte distinto a \¡rcc!i, eri esto!t tcrrclros cor,:rroscitir,r¡s.

CONCI,I]SIONIIS

Ahora bien, la razón dc esta convergencia creciente tiene unintcrés capital para nuestros fines: en efecto, si los mecanismoscognoscitivos c<¡nstituyen, hipótesis que ha sido enunciada cn el$ 3 de est;¡ obra, los órganos mismos cle la regulación en los in-tcrcambios con el medio exterior, es evidente que toda explica-ción biológica que haga intervenir procesos autorreguladores ocircuitos cibernéticos culminará en isomorfismos posibles con las,estructuras cognoscitivas. Expresándose más burcla y -eno, pr"- ¡

cisamente, si los rnodelos cibernéticos son los únicos oue nos pt:r-miten entrcver Ia posibilidad dc uua recorrstitución ariificial o cleuna imitación mecánica y causal del trabajo cie la inteligencia,es claro que todo recurso a modelos análogos en las explicacionesde circuitos biológicos conclucirá, por ese mismo hecho, a analo-'gías entre lo vital y lo cognoscitivo.

Asl pues, a manera de conclusión de este capítulo, puede serútil tratar de comprender mejor las razones clc las secuenciashistóricas o de las tríadas dialécticas enumeradas a lo largo delos $ ó a B en los terrenc¡s de lo biológico y de lo cognoscitivo,a fin de preparar los análisis ulteriores que versan sobre los iso-morfismos y, sobre toclo, sc¡bre la explicación de io cognoscitivoa partir cle lc¡s mecanismos orgánicos.

II. Precausalidad, azur ), regulación.-La tríacla principal, pues,es la que conduce de las explicaciones iniciales, que llamaremosprecausales, a las explicaciones causales simples por recurso almecanicismo y al papel desenrpcñado p<-rr el azar, y descle ahí a lasexplicaciones por interacciones reguladoras.

Podemos llamar precausal a toda explicación quc no es sinoconceptual y que no podría apoyarse en un cálculo algebraico denaturaleza general (logística, etc.) o en una verificación experi-mental acompañada de meclidas en la acepción amplia del térmi-no (ordinales, hiperordinales o métricas). En este sentido, el re-currir a una fuerza vital es precausal, puesto que no obedece aninguno de estos criterios, mientras que la hipótesis de una in-fluencia directa del medio, en el sentido lamarckiano, es de natu-raleza causal, aLlnque falsa, puesto que ha podiclo ser desmentidapor estadisticas suficientemente elaboradas.

Es evidente, entonces, quc las explicacioncs iniciales cle la bio-Iogia naciente no han podido ser más que precausales, dad.as lasdilicultades del cálculo y dc la expelimentación estricta. cierto esque la noción de nforma> en Aristótelcs ha dado lugar a un co-mienzo cle cstructura algebraica, pero cn lógica y con la silogís-tica, Sólo que, aplicada a Ia biología, se limitaba, descle el puñtode vista del cálculo, ¿r la afirmación de que un individuo cual-quiera lleva en sí, adcmás clc sr¡s caractcres indivicluales cliferen-

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118 EPISTE]\ÍOI,OGfA DEL CONOCINIIENTO

ciaclos, los de su especie, de su género, etc. Pc¡r Io que respectaa la integración de estos diversos caractcres en una unidad orgá-nica, la del organismo individualizado que funciona como sistemaunificado y total, la noción de <forma, no podía proporcionar másque la simple comprobación de hecho, o (y en esta direcciónivanzó Arislóteles, y por eso la explicación se volvió precausal) lahipótesis de una analogía con el yo, concebiclo como un ualma'revestida de un poder a la vez unificador y motor. L<l propio de

las explicaciones precausales se manifiesta así por la necesidad cle

colmai las lagunas del cálculo o de la experimentación erentualpor un recurso a las asimilaciones psicomórficas.

Con los progresos de la biología cientíñca, cuyos trabajos, na-

turalmente, han sido ulteriores al clesarrollo cle una física a lavez deductiva y experimental, los cnsayos clc cxplicación causalse han apoyado, entonces, en los moclelos proporcionaclos por esttrúltima. Descartes generalizaba ya, en principio, su mecanicismoa toda la biología, y tanto si la búsquecla de la explicación meca-nicista se haya llevado a cabo en slr tr¿rciición, como si han sidolos mismos vitalistas los que lo hicieron cuando se encontraroncon un problema bien delimitado (como a propósito del refle.io,si podemos creer a Canguilhem), la causalidad biológic¿r no podíaevolucionar, en cletalle, más que en una clirccción mecanicista.

Sólo que el conflicto inevitable que clebía surgir entre las ue-

cesidades de la biología y el mecanicismo propio clc la l'ísica clá-sica obedece al hccho cle quc este mecatricisnlo cs Llll productode la inteligeucia enfrentacla rt probletnas relativamente lnás seu-

cillos que los de la vicla, Lrn tanto c1r-ic lir ot'g¡nizat:iórt vil'icntc es

mucho más comparable a los proccsos qlle han concluciclo a l¿t

formación de la intcligencia quc i-t las r'structtlras más gcnctltlcscrnstruidas por ésta. De esto ha tesr-rltat.lo quc, por efecto clel auír-

i sis mecanicista clásico, la vicl¿r ha perciido su urlidacl funcional: jr-ricio cle muchos biólogos, y la cattsitliclacl or.girnica se ha pul-r,erizado en una multitud indelinida de secuencias causales collce-t'iclas como si fuesen, a la vez, inclepcntlientcs y sc intcrfiricsensin cesar unas a otl'as. Ahora bicn, la i¡rterfcrcrlci¿t clc scrics c¿lu-

salcs independientes no es olra cosa que el azar, y, por consi-guiente, se ha terminado pol. encontrarsc cll prestlncia clel resul-tacio paradójico cte que la cxplicación mecanicist¿r cn biología loatribuía todo al azl.r'. ítz'¿r clc las vari¿leiol'lcs, por.Llllíl parte, no'r:'ión que ha terminaclo pot' cltl¡r¡itiltr qlt ei mLrt¡tt:irtnismo, pcrotambién, por otrit partt:, azaL clt: ilts st!rlccioncs, ('n l'unción cle

encgentros que Se cgnciben conto ak:atot'igs (Y n() coirlg ucicgiclosu,

como piensa a menudo, con razóu, \\¡auclington) entre el organis'mo y el medio.

De tal manera,:;e iba haciendo cacla vez más ¡rtobable que este

mecanicismo, diluido por Io que toca a pr.trttos cscrtciales cr¡ uníi

CONCLUSIONES 119

estocástica integral, hubiese de ceder el lugar a otras formas decausalidad sin descuidar, de ninguna manera, las preocupaciones¡rrobabilistas, pero en el interior de modelos más comprensivos.Es la fisiología, por una parte, lo mismo que la embririogía cau-sal, por otra, las que han abierto los caminos hacia esta refundición de la causalidad en la dirección seguida después por la ciber-nética. Se puede caracterizar esta evolución de la causálidad comquna extensión, hasta los mismos pormenores de los fenómenos-que se quieren explicar, de la idea general de or-ganización, con-cebida como un sistema de transformaciones que se engendranunas a otras en un orclen cíclico. En otros términos, la causalidad,cle ser simplemente lineal (pero con todas las interferencias queconstituyen el azar), se ha orientado en un sentido circular, locual anunciaba el descubrimiento de los sistemas autorresula-dores.

En fisiología, por ejemplo, se ha llegado a comprender la hi-perglucemia y la hipoglucemia como mánifestaciones de ruprurasdel equilibrio entre-la producción y er consumo de glucosa. Enestado normal, en efecto, er contenido de grucosa de lá sangre novaría ni por efecto de la absorción intestinal de materias azuca_radas, ni durante el trabajo muscular que consume los hidratoscle carbono, ni durante 9l ay'uno q,.,e agóta las reservas de grucó-geno: de donde la hipótesis de un mlcanismo regulador de laglucemia normal, perturbada en caso de enfermeáad, hipótesisemitida mucho antes de poclerla justificar en los pormenores delciclo causal, pero que sugería, no obstante, ra idef de estructurascirculares o en an^illos. En embriología, el descubrimienro quehizo Driesch en 1891 de un desarrollo autónomo de bl¿stri¡:neiosseparados cc¡nducía igualmente :rl concepto de regulación, pr r ex-tensión a mecanismos parciales, de la idea general de organiz_aciónconcebida inicialmente en función solamente del todo.

se abrieron entonces dos salidas: un retorno a ras nocionesprecausales, y es lo que hizo Driesch, o una reelaboración de lacausalidad biológica en Ia dirección de un orden cíclico y no ),alineal, así pues, de las interacciones y no de las secuencias aisla-bles, y, por último, en la crirección de las regulaciones concebiclasa título de sistemas permanentes y no de acontecimientos mo-mcntáneos clebidos a simples ndelplazamientos de equilibrion,En efecto, la física conoce estos desplazamientos cic equilibrio,como en el caso de un gas sometido a trna presión, pe.o .1.," ,"caiicuta por eso mismo, cle clonde viene un cambio .ü las concli-ciones _iniciales y la constitución cle un nLlevo equilibrio. y elprincipio de Le chátelier, al mostrar que tales clésplazamientosse orientan cn el sentido cie la neutrali2ación cte la perturbacióninicial, proporcionaba un comienzo de modelo de cómpensación.

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1.2Q IiPISI'EI\{OLOGlA l)l:f- C0\OCl\lll:\T0

Pero Cannon, proponiendo l¿r noción dc homeostasis, ha idc.¡ mu-cho más lejos al hacer al equilibrio dcl mcdio interior solidaricrde los ciclos propiamente dichos y, por consiguiente, permanen-tes, lo cual condujo a una refundición c1c la causaliclacl biológica.. En virtud de un encuentro memorable clebido a los progresosde las técnicas a la vez físicas y matemáticas, estas r-rociones bio-lógicas nuevas encontraron entonces una correspondencia en losservo-mecanismos y en las máquinas de autorregulación. En otrostérminos, mientras que la biología se Iiberaba de conccpciouesmecanicistas demasiado estrech¿rs, y mientas algunos, antc estacarencia de la causalidacl física tr¿rclicicrnal, sc vcían tcntaclos a

efectuar un retorno al vitalismo y a la finaliclad, r-rna completareelaboración del mecanicismo renc¡r'¿rba l:rs pcrspc'ctir,¿rs cr.l Lln selr-tido que corresponclía, precisamcrrli:, a las nocir-¡rres clc sistcmascirculares o en circuitos cle retroalinrelrtación, v cle rrna carrsalidaclcíclica y no ya lineal. Es sabiclo ccirlo srr c<-¡nslitrryó cnlonccs unarrecanofisiología, para soldar Ia corricntc propiaurcntc bioltigicay la corriente cibernética nacientc, Pclt-r lo qlre no sc ha obsctvackrtan frecuentemente es quc esta con.junción entrc clos movinrientosdistintos de ideas permitía, al misn"ro ticnrpo, la convcr¡rt'ncirt po-

sible, y que tarcle o temprano selii ncccs¿rria, cntle la itrvcstiga-ción propiamente biológica, o biológico-cil)crnótirr¿i, .y las invcstigit'ciones psicogenéticas o ck: cpistcnrología ricl clcsalrt¡llo, qLtc solt \/a,en parte lógico-cibernéticas.

III. El finalisrnr.¡.-Esta cvolución rlc' la clusaiirlacl cn funció¡tde la trÍada precaus¿rliclacl, causalirl¡.rcl lincal y car"rsaliclacl cíclica oen circuitos de retroalimcntacióri ilos cl¿r cLlclrt¿l ),t'az<jn clc caclauna cle las demás tríaclas encontraclas u lo largo cle los i (r a B.

En primer lugar, y naturalnrclltc, tla jo consigo el cicsarrc¡lk-rcr? las ideas concernientes a la filraliclacl. Ll finalisr-no prcrcltusal clcios comienzos present¿rba dos inconvcnicrrti:s clesclc cl ptrrrto clc

','ista de la inteligibiliclad. tJno clc cllos cr¿r quc no cxplicaba nada,l.)ues no basta con que cxistan uu¿l ncccsiclacl o un filr par¿t cotrr-¡'rencier el mecanismo causal cltrl ¡rrr;ccsr) qlrc ltcn.nitc llcg:rr a Ia:ret;t asignada: la linaliclacl sul)or'lc. pucs, Lln¿r car-r:;lrliclacl \¡ no setasta por sí sola. En segunck: hrgai'habl¿rr clc un fin cor-no si iln.plicase por sÍ mismo sr-r realiz¿ición, silt c<tnr¡rlcmcrrto calLsal, haceque sea dudosa la natur¿rlez¿r clc csle lin: pueclc scr intcnrc¡, comola conservación del inclivicluo o cie lu cs¡-rccic, o cxtcl'lto, c<.¡mo laconformidad a un plan preestablccirlo. Aqrrí tambiún, sólo cl con<¡-cimiento del mecanisnlo cansal ct-rr-rcsponclicnte pcrrnitiría esta-blecer con exactitucl la naturalcza rlc l¿i rcl¿tción consicieracla: aclap-tación, utilidad firrrcional, ctc.

CONCLUSIONH,S I2I

Así pues, es no¡'mal que al nivel de la investigación fundada enlos modelos mecánicos y físicos, todo finalismo haya sido proscritopor considerársele cxplicación ilusoria. Pero la única respuestainteligible a los problemas particulares planteados por este finalis-mo ha estado durante largo tiempo reducida a las nociones devariaciones fortuitas y de selección a posteriori, al menos en aque-llos autores quc no creían cn las influencias directas dcl medigsobre el patrirnonio hereditario. Como no se pueclen proporcionarcálculos acerca de la probabilidacl de que se lleve a cabo Ia forma-ción aleatoria de un órgano a Ia vez diferenciado v adaptado, ycomo la selección explica la elección entre caractercs l,a dados,pero dc ninguna n-ranera, su aparición, la explicación seguía sien-clo, de hecho, muy verbal, aun cuandc¡ las nociones utilizadas fue-sen m/rs clar¿rs que las de ucausa finalu. Por otra parte, la fuerza delos finalistas, como de los vitalistas en general, clependía sobre todcrde la manera en que denunr:iaban las inslrñciencias doctrinales deladversario y cn que subrayaban la existencia de lagun^s en la ex-

¡rlicación aclmitida (aunquc pretendieran ct-¡lmarlas cle mancra ilu-soria), por lo quc nos encontrábamos cn la sitr¡ación sirr salidaclcscrita a propósito clc la causalidad (II).

Una cle las razoues clcl óxito clc los ntoclelos clc autorregulaciónlue prccisamente la clc pr<-rporcionar una rcspllestír a este irritanteproblema clc la finaliclad, Conservando toclo Io que tcnía de r,írliciala udescripcióno fi¡ralista (clecimos descripción, puesto que habíaanálisis corl'ecto clc las cuestiones, pclo falta dc explicación), lacibernética proporcionó por primera vez, con cl nc¡mbre de nteleo-nomíar, una cxplicación causal de procesos a Ia vez orientados yautocorrectores, en ciertos casos anticipadores ), que desempcrla-ban un pa¡rcl úrtil er) un sistcma dc conjunto, el cual, por cclnsi-guicnte, corrcsponclía cn total a lo que hemos convenido cl1 con-sjclcrar corno sistcmas fin¿rlizaclos, Es clccir, poclcmos corscrvar'hc-ry lo que conticne cle positivo la iclca cle finalidacl, sustitrryendola noción cle ucausa final ¡ror una causaliclacl en circuitos clc re-troalimcntación intelisibls.

iV. Estructura y géttcsis.-Pero no es sólo en los terrenos sin-crónicc¡s clonde la transformación clc las nociones de causaliclaclbiológica ha clcjado sus htrcllas profunclas a trar'és cle un paso cles-cle el concepto cle totalidacl transcansal (poclernos decir ahora, pre-carrsal) hasta cl clc atomismo y, dcscle ahí hasta las totaliclaclesrelacionales: son sobre tock¡ las nociones relativas a los difererrrtesdesarrollos estucliados pc.rr la biología, y a sus factores, las que hansido rnoclificaclas hasta en sus lunclamentos.

El con.junto clc estas ¡rociones ($ i t,8) ha pasaclo, cn cfecto,

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122 EprslEMor-ocÍ^ DEL coNocrMrnNTo

p'or múltiples oscilaciones, entre lo que podríamos llamar estruc-turalismo sin génesis y un genetismo sin cstructura, antes de que losdos términos de génesis o desarrollo y de cstmctura en el sentido deuna estructura de conjunto o totalidad relacional comiencen, porúltimo, a concebirse como interdepcndic¡rtes, es clecir, como si seimplicasen el uno al otro en un proceso cíclico.

El estructuralismo sin génesis es, naturalmente, la actitud teó-rica propia de todas las concepciones antcriores a la idea de evo-lución. Desde las oformaso de Aristótclcs hasta cl principio decorrelación de los órganos de Cuvicr, tocio cl acento se carga en lasestructuras, puesto que no hay transformismo. En los callpos elrlos que el desarrollo cs evidcntc, conto cr.r cl clc la cmbriol<"¡gíir, lanoción de preformación anula lo cluc slrponc cle gónesis t;rl des-arrollo temporal. Todo esto es eviclcnte y no hay quc insistir.Pero lo que es notable y depencle de la naturaleza de los esquemasde causalidad utilizaclos es que. inch,rsivc una vcz aclmitida la icleade evolución se ven reapareccr, ¿rltcrnanclo con l¿r antítcsis de ungenetismo sin estructura, nllevas fol'rnas variaclas de este estrLlc-turalismo estático, hasta tal punto cs clifícil concebir que una es-tructura pueda evolucionar por sí misma, o, más precisamente,que una organización lieve consigo dos principios correlativos, un<rde conservación a través de las transforlnaciones y otro de cons-trucción transformadora ligada a la cquilibración misma que asc-gura la conservación.

Pero para comprender estas alternancias o estas oscilaciones,recordemos primero de qué manera el lamarckismo constituye Iaantítesis exacta del estructuralismo sin génesis, puesto que La-marck admite una génesis en forma dc una evolución indcfinidade Los organismos sometidos a las presiones del medio, pcro noi:econoce estructuras consideradas como organizaciones clel ger-men que hacen resistencia a estas influencias exteriores o lasasimilan por sumisión a condiciones internas previas. Así, la acep-tación de la evolución trae una inversión completa en las coltcep-;:iones de la causalidad, al introducir una serie continua de trans-f rrmaciones orientadas conforme a un tiempo con dirección,zr¡ientras que la causalidad propia del estructuralismo está cen-trada en las nociones de compensación y cle conservación. En e[ec-trr, el carácter notable de la causalidad lamarckiana es que nada:;: conserva, desde el punto de vista biológico, lo cual constituyer()onforme a la lógica interna de todo empirismo) un genetismosin estructura. La situación es la misma en Darwin, pues al añadirla selección y las pequeñas variaciones fortuitas a la herencia deIos caracteres adquiridos por ejercicio, el transfot"mismo darrvi-niano sigue siendo una serie indeñnida de modificaciones orien-tadas sin ninguna conservación (salvo por lo que toca a la con-servación aproximada de las espccies, a título cle resultaclo mo-

CONCLUSIONES 123

mentáneo y provisional de selecciones siempre modificables)r.se abría, así, una crisis latente entre d.os formas de causalida-

des: una ligada al estructuralismo que da satisfacción al espíritutradicional por sus exigencias de conservación, y otra orientadahacia un genetismo que da satisfacción al espíritu dialéctico por-que pone de manifiesto la dimensión histórica según un tiempocon dirección, pero que sacrifica el aspecto racional propio de lqlcsis inversa. Entonces comienza un período en er que los cioipostulados antitéticos darán lugar a apariencias cle conciliación,va por alirmación simultánea con delimitación cle las partes res-pcctivas, ya por oscilaciones inversas. Weismann ha seguido el¡rrirncr métoclo con un rigclr lógico impccablc: el *soma, es arras-.lraclo en el devenir lamarckiano, donde presenta, entonces, losclos caracteres correlativos cie ser variable y mortal, mientras quecl (germen) sc conserva a título de estructura permanente, cuyasúnicas variaciones obedecen a las combinaciones anfimíxicas .egúrnuna combinatoria que no cs contradictoria cle la preformación ycle la conservación dc los clementos estructurales.

El mutacionismo, por el contrario, está desgarrado entre lasclos tendencias, sin que logre, por ello, hacer la síntesis. El genomase conser\¡a en principio, e incluso en su forma atomística suse-rida por la ley de Mendel, tenemos ahí una estructura indepJn-diente del medio, por lo tanto, un estructuralismo sin génósis.Pero la mutación surgia ¿rl azar de los desequilibrios internos oclesagregaciones debidas a racliaciones y éste fue, clurante muchotiempo, el único principio cle variación reconocido, que caracteri-zó entonces a un genetismo sin estructuras, pllesto que la muta-ción era puramente fortuita y se reducía, en sentido estricto, a¡¡na antiestructura.

La crisis debida a esta antítesis del estructuralismo y clel ge-netil;mo, considerado como exigencia cle clesarrollo conitructivo,no hacía sino agravarse, pues la conciliación consistente en admi-tir estructuras que se conservan, por una parte, y que se clestru-ycn a sí mismas, por otra parte, da te:timonio, cle hecho. <ie uncquilibrio tan inestable, no sólo en el genoma, sino sobre tr¡clo enla conceptualización del teórico, que nada tiene de una superaciónrcal en el sentido de una síntesis que se sobreponga a las ántítesis.

La superación llegó, por último, y por los caminos más natu-rales, es decir, no inventando en abstracto un genetismo estruc-turalista o un estructuralismo del desarroilo, sino generalizandoradicalmente, gracias a los hechos mismos, Ias dos nociones decstructura u organización v de génesis o desarrollo, hasta com-

I Es cierto que, a menudo, Danvin insiste (en sus oCuadernosr. en la nor-ganización fijada, del adulto, pero para oponer a esto el hecho de que el me-dio produce cambios (perrnanentesr (es decir, hereditarios) en los seres ióve-nes, porque son todavía plásticos.

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ll.t DPISI-I]\fOI,OGí,.\ DIII, CONOCII{II]N'I'O

ilrenclcr que toclo clcsarrollo cs unA orgirnización'u'c1rrc t<_rcia orga-ruización es un dcsarrollo.

Quc toclo clesa.rollr-¡ es un¿r orgarrizaciólr, cs lr.¡ clue se hizo c'i-clente a partir dcl monrcnto cn qr,rc sc apcrcibió que Ia cvoluciónfilogcnética depcndía, en parte, cicr clesarrollo embiiosenético v clcla for¡-nación ontogcnótica clc los fenotilros \/ no solamente ¿r lainvcrs¿'r. Fue necesario qr-rc un gran embriólogo sc volviese gcnc-tist¿r, como fuc cl c¿rsr¡ clc \\¡aclciington, p¿rra qtrc;il fin sc com_¡rrenrlicsc hasta c¡uó punto cs ir-n¡rosiblc cx¡rlicar la i'ariación cr'<¡-Ilrti'a solamente a trar'és clc las nocionc-s dc lrr.efor.mación o cleazar, con cxclusión cle las acci<-¡ncs clel nlcclio. Dcscle el momcr.r-to crr qr,rs sc descubrc que la sclcc'.ción vcr.sa sólc.¡ sobrc los fc-r-toti¡ros y quc tr¡clo fenotipo es, a lo largo cle toclo su desarro-llo, una serie cle <rcsplrestas" del gcnoma ¿r las tensiones clel me-cli<¡, o c¡ue el medio cs organiz;rdci por e[ organismo cn tanto qucorienta Ja variación f'cnotípica, etc,, sc olienta uno cntonces en ladirccción de esos ucircuitos cibernéticos, nrenci<¡nacios cn el sub-1ítulo 8, y sc v.: que cl clesarrollo cc¡nstitrrve una serie cle organi-zaciones dc escalas variadas pcrr-r srr[rorclinuclas constantementc¡r esta causaliclad circular.

Y qtre, rccíprocermcnte, toda organización sea )¿a un ctcsar.rollo,cs zrlgo que l'¡os dicc solame¡rtc Ia ¡rcrspc-ctirra ontogend'tic¿r y rrrn-briológica que tarclc o tcmpranc¡ habrá clc clt¡nrinar a la biólogíaactual: esto se debe sobre toclo al hcclio cle quc la cc¡nsen,rciónproiria de la olganización l-lo es la sim¡rlc ¡-,.:rmane,rcia cle un;testructura estática, y sí ei producto de trna equilibrzrción col.rtiuua.El genoma mismo no es sólo el proclucto cle lrna larga hist<-r'i¿r cnel transcurso de Ia cual se ha transformaclo str funclameltto sincrque es, a título de estructur¿r si¡rcrónic¿r, erl resr-rltaclo (lc urr¿r r-c-constitución metabólica ininterrumpida cn cl transcur.so clc l¿rsgeneraciones sucesivas y sobre toclo la f uc¡rtc clc actividaclcs l'or-madoras (epigenéticas) Io rnismo quc clc transmisioncs. El orga-nismo adulto se halla en equilibrio rcl¿¡tivo, ntas este equilibrioes resultado de regulaciones que constantementc se están efec-t''ando y estas regulaciones uo difiercn fundarncntalmente, eu su;rsturaleza funcior-lal (e indepcndientcmenttr clel contcniclo cle las¿¡rciones físico-quÍmicas que coordinan), rlc las quc presiclcu toclcrdesarrollo.

Así, la síntesis del estructuralismo ¡, clel gcnctismo, hacia laqL e nos orientamos actualmente, es cl rcsultado cie una evolu-cir)n interna de las nociones de Ia casu¿rlidact biológica y esto encl sentido de una coorclinación de l¿rs clos cxigcncias clc conser-\¡il-ción y de transIormacióu: cc¡r-rscfvacirjn tlc cstructuras clc con-junto susceptibles cle transformarsc sin 1-rclcier su icienticlacl, ¡l<_lr.que estas transfol'maciones son reec¡uilibracione s y porquc lasestructrrras trans[ormacloras son susceptibles (r-.rr principio o crr

('O\C'l.t Slo)'J l,S 125

;rlgunos c¿rsos realcs) rle irrtcgrarsc en l¿rs estructl¡ras lr';.lusfor'-madas qlle st: clcriva¡r ;rgrarrclándolas.

Es difícil cortsicict'at' csta evohrción cle un cstl'Llcturalisrno sirrgénesis y ciespués clc uu gcnctisrlro.sirt estructllras a lrn genetisrn<.restructuralist¿r, sin pcnsar cn la cvolución cc¡nvcl'gcnte clc I¿rs ill-vcstigaciones ¡rsicogcnóticas irccrc¿l clc la intcligcncia: ul prrurcrr.rclc estos tres lérminos corrcsponclc natur-almcntc la conc.cpciónrlc una intcligcrrcia clacla sin clesarrollo, cI st:l:rutrlo cot.r-cs¡tonclclu la c:atrsaliclacl utilizurl;r pol cl cnrpirisrllr) r'el tcr.ccr.o a las rloc-lrinas actualcs cle liliación tlc l¿rs estructrrras.

Tambión cs irnposiblc- trazar'csre clcs¿rrloll<-¡ lristcilico tlc lasforntas cle la c¿rr-rsaliclacl tliológic:u sin cc.rrlr¡"ralarlas con la slrccsióncle las iclc¿rs, no clc calrsalirl¿rcl, sin<-¡ rlc i¡rplicación, o con ra cr.r-Irexión entrc propclsicio¡lcs v tcorem¿rs, c()lrro lrl rcvcl¿r la hisltll.i¡clc las episternologías uratenláticas cn las c¡r-rc toclcr cl ¿rcenlo scc¿lrga en l¿r estrr¡cttrra v no cn la góncsis. No obstantc, corno (.()n-secuencia clcl estructuralisllo cstático clc los gricgos, las concc¡r-ciones de Descartcs accrci-l clc las iclr:¿rs.fac{icias, (lo contr.ar-iorle innatas), r'csnltantes clc la librc combiuacicin opcr-atori;r o clclsiglo xvrrt sobrc cl oligcn crrrpírico clc las matclnátic¡ls, sL, ()lr(,n-taban hacia ur) gelrctismo cliscrcto pcro quc tenía a.juc¡r"rc a rrrrestructuralisnro integral. El grnn rnovirniento qirc comcllzri t't.,rrGalois y culminó crn l¿rs iclc¿ts ntoclcrlras dc nna gcnealogia clc las(cstructuraso (Botrrbakí) o cle las uc¿rlegoríasn (Mclane, Iliselt-berg) proporciclna, por cl contrar"ir.r, cl ln<.¡clclo, elt un terrcrio clc-cluctivo c intcmporal cle lo ciucr ¡toclri;l sc¡-, cl-l térlninos rlc rlcs-arrollo cle ias cstructuras cle la intcligcncia, cl cstructuralisnro gc-Liótico hacia el quc hoy con\/cl'gel-l t<.rcl¿rs l¿rs cor-rientcs.

Mas ya cs tiemp, cle quc dcjemos las a'alogías históricas.c-lativas al cc.¡nclcimiento clci biólogil <¡ clel crpistcnróloso r)ar¿l pasAl.a las comparaciones más dircctas ontre el organismo, colno fr¡cntcclel sujeto, y el sujeto de los conocimientos en general, consiclclaclocomo cualquier sujeto, y su clcsarrollo psicogenético,

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Cr\l)l ltil.O IV

LAS CORRESPONDENCIAS DE FUNCIONE,S Y LOS ISOMOR.FISMOS PARCIALES DE ESTRUCTURAS ENTRE EL ORGA-N]ISMO Y EL SUJETO DE CONOCIMIENTO

E,n lo que sigue, ya no nos ocuparemos del biólogo, del psicÓ-Iogo o del epistemólogo para preguntarnos si trabajan y piensande manera convergente, sino del organismo, tal como es conc¡cidohoy día en sus diversos aspectos (sin profecías acerca cle lo quese sabrá de él después) y de las funciones cognoscitivas 'omo noslas permiten concebir actualmente las investigaciones experi'mentales y el análisis formalizador. Este capítulo IV corresponde,en particular, al empleo de los métodos II y III descritos enel r\ 5.

$ 10. FurqcroNns Y ESrRUcruR^s

Se clistingue en biología una función y sus órganos, los cualespueden constar, según los grupos, de varias estructuras diferen-tes. Asi, es posible hablar de la función de la respiración y compro-bar que puede ser realizada mediante órganos muy diversos (bran-quias, pulmones, vejiga natatoria o sin órganos diferenciados)que constan de estructuras múltiples. Tal distinción no tienc sen-tido en matemáticas, donde una función es por sí sola una et,truc-tura (en la acepción más general del término, no en el se.rtidobolrrbakista), ni en física, clonde una estrllctllra se describe o ex-plica en términos dc fr:ncioncs. En cambio, la clistinción entre fun-ciones y estructuras se vuclve a encontrar con el mismo sentidoque tiene en biología, en todos los dominios sico-sociológicos y enparticular cn el análisis cle la inteligencia o cle los conocimientoscn su desarrollc¡ concreto: se puede hablar, pclr ejemplo, de unalunción clc e.rplicación, propia de todos los niveles del pensa'

tr27)

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128 COi{I{I.]SPO\I)I]NCI.\S DI] ITUNCIONES

n¡iento, sin dejar de contprobar quc los divcrsc¡s órganos concep-'u'rles, o estructuras, utilizados con cste objeto, varían considera-Llemente de un nivel a otro (de la carrsalidad mírgica o animist¿ra ias múltiples formas dc causaliclacl cientílica, sin exccptuar esta-dísticas o probabilidades). El hecho mismo cle plantear cl problc-ma en vista de las comparaciol'lcs qurc r,cndrírn cu seguicla, es de-cir, clc distingtrir las funcioncs v les cstrllctrlras en cl cstudio clclos isomorfismos posibles entrc el organismo 1, cl sr,rjeto cle corrr,r-cimiento, constituye ya, por lo tanto, r:na primerit uhomologíirformalo, así pues, un primer isomorlismo mrly gencral consicleraclocomo marco de los isomorfisl-l.los r.¡rírs particularcs.

Pero, entonces, es convcnicntc cstableccr con exactitr_rcl cstadislinción y proporcionar las clcfinicioncs suficicntes para glual.el análisis.

I. Delitticiótt ele las estrtrclttras.-Una estfllctrlra tienc, en pli-mer lugar, elementos 1'rclaciones quc los rrnr'll, pero sin quc seaposible caractet'izar o definil' cstos e lcnlcntos inclepcnclicl'ltcnrcntcde las relacioues cn juegc'. Inclusr-.' en cl easo clc- simplcs agrege-dos, si se les consiclera co¡no estl'Llctur'¿ts clc crlmposiciólr atorlís-tica, los elemcntos no son claclos inclcpcrrclicntcmcutc clc sr-rs lcla-ciones (reunión, clisposición cspacial), ¡rurs si lto, no habría cs-tructura. Estos rrlerlcutos irue clcn scr cle ntrtur¿rlcza rnuv rlivcr sa:cuerpos químicos, canticl¿rclcs cncrgóticus, proccsos cinentáticoso dinámicos, para las cstrr-rcturas bioltigicus, r, ¡-lc.r'ccpcionL-s, l"c-

cuerclos, conccptos, t.r¡rclaciortes, ctc., paru li¡s cstlr-rcturas cog-noscitivas. Dc igu;rl rnaneli,l las lelaciot)cs prrcclcn consisti¡' cu unenlace de rruy clivcrsa naturaleza: cspacio-tctrrltclral, causal, irn¡tli-cador, etc., según las cstructrrras clrglini('ls () coguoscitir'¿rs \', s(),brc toclo, cstáticas cl ciinlimic¡rs (por cicnr¡rlo, urr¿rtórnicas o figu,rativas y regulatorias o hc¡rleor¡ésica.s, ctc.).

En segundo lugar, las cslt ucturas lrsí clcf inirlas ¡tr-rccle n sc.l.consideradas inclependicntcmcntc cic los clcmcntos qr-re ias compo-nen. Esto no quierc clccir c¡uc ¡rucclan cxislir cn esta f'<trnl¿r (salvo cr.t

el caso de las estr-ucturlrs ,,lrbstrirct¿ls> clc ios ntatemáticos), si¡roerr€, haciendo abstracción cle los clenrclrtris 1¡¡¡g la componen, sc.

J u'de considerar tocl¡rr'ía ¡.r ln cstt't¡ctLtra corrro ufc¡rnulu c.r siste¡nltc c rcl.tciones, )/ csto e s irtcl is¡rcnseblc purlr nLlcsl rAs contl)lll't( ¡( ).

n( r, plres es el principio clc tc¡clo isc-¡morfis¡no.En tercer lugar, existen cstrllclLllils cle clivclsos Li1-ros lógicos,

c-- :lecir, que es coll\'cnie¡rtc consiclc¡'¿rr cstl'Llctur¿rs cle cstructur¿rs,elcétera. Por ejcmplo, se ptrccic pitt'tir clc irr cstn¡ctura clel csquc-leto cle cada clasc clc vcrtebraclos, lr.¡ cual collstitr-tiría cincr¡ cstrr-¡c-turas cle un tip<-l l. Pcl't-r se prretl,'tlrrrtbiún, tonio llacc l1t. Ceof'f rovSaint-IJilaile, policr clc rt'licvc llts,,ti¡rrexii)rrc\D (lc los rir'!';¡¡11.¡r,, 1¡,

I:I]NCIONI]S Y ES'IITUC'TURAS 129

cr:¿tl clesemboCará en (houlologían en cl sc'¡tici<.r clc Orvcn, y colls-tituirá, así, una estructllra de tipo 2 ¡nás general que las pri-mcras (estableciendo homologías entrc las ¡rlas ), los miembrosanteriores, <¡ el hueso coracoides de las Aves col-l la apófisis cora-coides soldada al omoplato clel hombrc, o tambión el hnesg hioi-cles cle los pcces coll Lln huesecillo dcl oído iuterno de los manrí-f'eros, ctc. De igual manera, en el terreno cognoscitivo, se puedcll

rc<¡nside¡'ar l¿rs clasificaciOnes particulares como r-rn tipo l, sacilt"la estructura general de las clasificacioncs cualitativas (tipo 2) r'

comparanclq éSta con las Seriaciones, etc., Sacar I¿I estructura urás

gcncrai airn del (agrupamientoo (tipo 3) y continuar cle esta ma-

irera. Ah<¡ra bien, son naturalmente las estrttctLrras clc u tillosuelevaclos las que trataremos de comparar entre los dclminios or-'gánicos y cognoscitivos, pues el isomorfismo se reduciria a mllvpoco para los ntipos, inferiores, que son innumerables.

lln cua|to lugar se dirá que existe ult isomorfismo clltt'c cltis

estructuras si se puecle establecer una corresponclencia bir-tltÍr'ocacntl-e Sus elernelttos, aSí CO¡O entre las relacioncs que lOs unell,conservaltclo el sentido (lc estas rel¿¡ciones. Como sc puccle hacel'abstracción cle estos elementos y cle su natllraleza, tln isolnorl isrllt:entre clOs eStrugturas, por tanto, es eqttivaleute il regonocer la

existencia cle una misma estructltra, pcro aplicacla lt clos conitlntoscliferentes de elementos.

Por lo qlle rcspccta a la rloción clc isomorfisnltl pat'cial, l¿t clis-

cutimos en el 5\ 5, subtítulo Iil, y es, pues, inútil vcllvel'¿t ct.¡nsicle-

lar aquí las precartciones que hay que tomar al respccto.En qui¡to l¡gar, llamaremos subestructufas a Llll scctol' o ¡l Llll&

parte cle una estructlira de conjLltlto clttc puecla prcscntar o lloisomorfismo con Ia estructura total: p<lr ejen-rplo, la estrllcl!lr¿¡clel estómago con relación a la de toclo el tubo digcstivo, o l¿t

estrLtctura de la operación inversa con [clación a una -'structur¿lcle ugrupo,>. Así, pues, no hay qtte conflttlclit' una sltbcstrttctul'a(según esta terntinología) con una estluctLlra clc utipoo inl'erior,ni con ulta dc ias estructuras ComparaClas e ll rln isolnol'f istlttr(atrnque una subestrLlctur¿l puecla ser, en algunos casos, isotn<lrfade lá estructura total, conto trr.r (sllbgrupo) en rclación lt Lttl

(grupoD matemático),

lL Ftutcionttntiento t, ltutciótt.*Como las cslructLlras puetlcrrsc¡.cstáticas o clinántic¿¡s, cn el caso clc estas Úrltimas sc llttcclchablar cle la activación o cle la activiclad cle Llna cstrtlctura. Etl'l-plearemos cl término "fttrlcionalnienlo" para desigrlal' L-sta actili-rl¡rcl misnur.

Por lti (luc toca tl términr: ufu¡rció1r,, sc lc- cnrplca I'rce'ttelltc'iltcntü e¡r el scltticlt¡ tle ttn cottitttttO clc ,.'stl ttCttt¡'lts, sitt c'rce ptttat'

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13, colrRrspoNDnNcrAs DE FUNcToNES

s"r funcionamiento. Es en este sentido corriente cómo, según eiuso, hablamos de <función cognoscitivao o utilizamos el términode <función simbólica>, etc. En otros casos el término función setcrna en un sentido sinónimo casi del de fr,rncionamiento. Por elcontrario, en la expresión nla función crea al órganoo la palabracobra una significación más especial y más distinta, a la vez, quela de estructura, puesto que se oponen, entonces, función y es-tructura.

En el sentido preciso que utilizarernos en este Capítulo, la fun-ción es la acción ejercida por el funcionamiento de una subes'tructura sobre el de una estructura total, inclcpendientemente cle

que ésta sea una subestructura que englobc "'r la primera o sea

la estructura del organismo en su conjtttttcl. Por ejernplo, se ha-blará de la función del jugo gástrico en la cligestión; o tarnbiénde la función de la respiración cr.rmo ztlgo crtmútr a todos los seresvivientes, lo cual concluce a pregllntarse si scrcs cl<-¡taclos cle asini-lación (función más amplia aún) pero no clc respiración, como losvirus, pertenecen siempre a estos seres vivicntcs.

Hay que añadir tres complementos ¿r esta definición. Primera-mente, la acción del funcionamieuto de una subestructura nocorresponde a una función más cluc si esta acción es (nornlal),o sea, útil por cuanto conserva o mantiene la cstrltctura cle la queforma parte esta subestructur¿I: por ejemplo, un cxceso de jugogástrico o su alteración patológica no dcscmpcñan un papel fun-cional en su acción sobrc la estructul'a total.

En segundo lugar, si el lérmino f'unción 1lo sc aplica a Llnasubestructura especificada, cotnr-¡ el jugo gástrico, sino a un con-junto de subestructuras diferentes posibles, como cuando se hablade la ufunción de respiración> esie término lunción ya no designaa un solo grupo de acciones particulares, sino a tocla una clase deacciones análogas, y tanto virtuales como actualcs, subordinadastodas igualmente al criterio de lo normal o de lo iltil rclativo a laconservación de la estructura total.

Por último, si la condición de lo normal o de la utilidad estáde tal manera ligada a la idea de función esto significa que estaúltima no puede tener sentido más que en un contexto de organi-zación I. Entonces, se puede hablar tambión de la "función" de(,r['anización (por oposición a las estructuras particulares dco;"ganización o, también, a las leyes gencrales, toclavía clescono-ci,las, que caracterizan toda cstructura cle organización) pero( il :ro cn biología no hay acción sin inter¿tcción, poclemos exten'clt:,' la definición precedente dicienclo que, si las funcioncs especia-li::rrdas consisten en acciones ejercidas por el funcionamiento de

r En la acepción común del término, se habla cle función para designar laclase de acCiones útiles de una subestructura, clase desCrita <comprensiva'menteD por referencia a un sistema organizaclo'

I.IUNCIONES Y ESTRUCTURAS

una subestructura sobre el de una estructura total, recíproca-mente la función de organización es la acción (o la clase de lasacciones) ejercida por el funcionamiento de la estructura totalsobre el de las subestructuras que engloba.

La distinción entre funciones y estructuras puede parecer débilal principio, puesto que no existe función sin estructura, de ahínuestra definición. Cuando se dice, como Lamarck, que la fun-ción crea al órgano (lo que, al menos, es verdad en el nivel fenotfpico) se subraya el hecho de que un funcionamiento refuerza elclesarrollo y, en el punto de partida, la diferenciación misma deun órgano, pero es siempre a partir de una estructura anterior.Así, pues, podemos preguntarnos en qué sentido es necesaria laclistinción, cn particular por lo que toca a las comparaciones quevamos a emprender.

Como todo el mundo sabe, Ia razón decisiva es la de que unmismo órgano y, por consiguiente, una subestructura, puede cam-biar de función (por ejemplo, la vejiga natatoria de l.,s dipnoos,que desempcña un papel cle pulmón)'. Y, sobre toclo, que, comoclijimos hace un momento, una misma función puecle ser cumplidapor gran número de órganos diferentes. Este es, también, el casogeneral: a una gran función corresponde una multiplicidad decstructuras. Así, pues, en principio, la noción de función es tanamplia como la cle estrnctura, y se producen entre ellas frecuen-tes escisiones seguidas tarde o tcmprano de reajustes.

Pero el i-rroblerna difícil es el cle cleterminar cómo compalarcntre sí l¿rs funciones y clc si se puecle toclavía hablar de isonlor-frsmo funcional en un serrtido análogo a aquel con el que clefrni-rrlos un isomorfismo cntre estrlrcturas. En cierto senticlo, sí, perolos (clemcntos, cle una lunción son las estructuras utilizadasy, cn caso cle función conún realizada por órganos diferentes, noexiste correspclndencia término a término entre ellos, puesto que,precisamente, no presentan isomorfismo estructural. Luego, hay quesostcner qllc, no digamos el isomorfismo, sino la correspondenciafuncional, se apoya en la correspondencia término a término entlel¿rs únicas relaciones dinámicas que caracterizan al "papel, des-empeñado por el órgano, es decir, su funcionamiento como sub-estructura por relación al de la estructura total.

Admitircmos entonces que, si se cornpara una estructura to-tal .8, con una estrllctura tot¿rl B" hay (corresponclencia".ntre lafunción de la subestructura A, con relación a B, y la función deia subestnlctura .4. con relaciórr a B, si las relaciones que inter-vienen en los funcionamientos de A, y dc A" se corresponden tér-mino ¿r tól'miiro en su acción sobre los funcionamientos de B, y 8".

r La biocluímica moderna subraya además el hecho de que ttna misma cs-tructura puede cumplir funcioncs muy diferentes.

131

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t32 COI{I{ESPONDENCIAS DI] IITIJVCIO\ES

E fl este sentido muy general, por ejemplo, se pucclen compararfuncionalmente los papeles cic clos mcclnismos reguladores cnestructuras muy diferentes, en la meclicla en que ambos llegarána reforzar o a inhibir una actividacl cn prciporción a sr-r resultadoirrmediatamente anterior. En cste ejcmplo, las cstrllcturas pueclenst:r muy distintas, no sólo por lo quc toca a sLl contcnido o a suselemcntos (así, por ejcmplo, una regulación del plasma sanguíneoo de una actividad sensorio-motriz con tanteos 1, control retroac-tivo), sino también por lo que toca ¿r las rclaciones estmcturalcs(cliferencia en los circuitos de retro¿rlimer¡t¿rción del sistema) sinexcluir, por ello, una analogía o lrr¡a (corrcsponclcncia" funcio-nales.

De hecho, a los biólogos lcs resr¡lta írl.il, err mnchos casos, cn-tregarse a tales comparacioncs funcionalcs. Cuanclo, por ejemplo,se habla de omcmoria" parra cicsignar l¿r cor-rscrr':-rción clc la inlor-mación en un organismo eletnental, sc vc qllc esta comparaciónes, primero, de orden luucional y preccclc a tocla búrsqueda cleun is<-¡morfismo estructural con Ia nlenrol'i¿r clc los invertebradosdotaclos de sistema nervioso y, todar'ía rnlis, con la cie los verte-bracios bien cerebralizacios. Y, sin embargo, es claro qr-re los térmi-nos' de (conservación de una experiencia pasacla que modifica elcomportamiento ulterior> tienen un senticio: pero cs un sentidoque es instructivo en la medida cn qlle cs rntrcho mlis amplio qucel de las homologías estrlrcturalcs, aclonde purclc oricntnr la deter-minación cle éstas.

En efecto, hay dos r¿rzones de naturalcza puramerrte biológicapara comparar las funciones antes de pasar a las correspondctr-cias estructurales. La primera es que, como lo muestra cle nuevoeste ejemplo de la omemoria', la fr¡nción pLtedc scr mucho másgeneral que las estructllras, puesto que una scrir: clc cstructurasde complejidad creciente puede cumplir la misnra función inva-riante. Así pues, es esta invariabiliclad de las funciones más ge-nerales Ia que constituye uno cle los fcnórnenos m/rs notables dela vida, si se considera el flujo continuo c irreversible clc los pro-cesos evolutivos. La existencia dc invarialttes, cs, cu efecto, menossorprendente en física, puesto que el tiempo influye tnenos en lassecuencias causales. Es cierto qlle estas irtvariantes se presentana veces en forma sorprendente, como la conservación de la ener-gía a pesar de su degradación en terlnodinárnica o como la conser-r a- :ión del impulso (sin hablar de las c<¡nservaciones más <empí-ricas' de los números cuánticos, como la carga, el spin o también¡tl ncoeficiente de rareza>! ) a pesar de las desintegraciones pe-riC.dicas en microfísica. Pero estas dcgracl¿rciones o desintegracio-l er , no son más que procesos parciales qrle clejan sin cimbiaroltas estructuras, mientras que, el-r el terrcno cle l¿r vida, todo seeuüuentra sin cesar cn movimiento, sin exceptl¡ar, prccisamente,

IIUNCIONES Y NSTRUCTUR.\S IJJ

las estructuras particulares que se suceclen sin remediO en eltranscllrso de la evoiución y, sin embargo, las grandes fullcionessiguen siendo invariantes, lo que constituyc su interés central.

En segunclo lugar, la i-iriginaliclad cle las estructuras biológicases la cle qrl" rotr ellas mismas dinámicas, es decir, tienrrn u¡ nfun-

ciol"ramieito), noción qllc no tienc apcnas senticlo en físic¿r' Esto

cs hasta tal puntO cicrlo quc la anatomía moclcln¿r torna como Inar-co a las funiiones mismas I. Bertalanffy, en slls ensayos de biolqgia gcncr:rl, insiste cn el hcch<-r clc qttc no llay, cn el campo vital'lfurinor rígiclaso inciependicntes cle los proccst'rs: (así pues, cle-

bemos busóar el orclen pritnario de lc¡s procesos orgánicos, no en

eslLtrctur-¿rs prccstablcciilas, y sí cn cstos proccsos mitmos" ll,esPro\Iitncs tie la vie, Gallim^rd, 19ó1, p' 35)' Añacle que lus for'mas ciel organismo no son la fuente cle los procesos funcionales,sino sólcl sLt soportc y, clc 1al mancra, concibc una umorfología

clinámica' (Prr.¡blente eittcr clynamischen Morpltologie, IY: Bio'logia generalis, 15, 1941), que generaliza, en algunos respectos'

vic¡os'cOr"rccptcls lallirrcl<iatlos, como Ia ucinetogÚnesisn cle Cope'

Baste con cljcir quc, sin apropiarse clc la fórmula ula función crea

al órgano, cn cl sentido ln et que sc concebirían funciones sin

sclpor-tes, el análisis funcional constituye el marco previcl de todo

lrrralisis cstl ttctural.A. lortir-tri, cn nuestro problema, no se podría ni pensar cu bus-

,.,ar iéOmorfis¡¡os cst¡'uclurales antes clc examinar las c.rrespon-clcncias funcionales qlle son las únicas c]l,re confiet'en a los prime-

ros ulta signilicación accptable.

iII. Fttnciones generales y especiales del cottocimiento.-Sola-rncrnte que si hay que pl'cver que los isomorfismos, en el terreno

cstructural, r-,o rerdn más que (parcialcs> ($ 5, subtítulo III), en el

sentido en que una estructura más primitiva sólo presenta algunos

fasgos colttunes con una estfuctura más evolucionada que pueda

clerivarse c1e la primera, con mayor razón será así en el terreno de

las cort-esponclencias funcionales, mas en un sentido diferente'En efecto, es eviclente que si las funciones que caracterizan a

los rnecanismos cognoscitivos fuesen exactamente las mismas que

l:rs grancles funciones del organismo en general, ello significaríaqrie"el conocimiento no tiene ninguna función propia, de Ccnde se

.icsprenden clos consecuencias posibles igualmente absuidas, o

bien que la inteligencia se halla ya presente en todos los niveles

cle la vida orgánica o bien que no introduce nada nuevo y no traen

consigo, puei, ninguna razón funcional de desarrollo'

r Por cjemplo, Benningl-roff parte cle los (sistemas funcionalcs> como la

locomoción co.t los hucsos, los músculos y los nervios' etc'

J

Page 72: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

L34 coRi{uspoNDENCIAS DE FUNcToNES

En la hipótesis directriz desarrr_¡llada en el $ 3 suponemos, porel contrario, que los mecanismos cognoscitivos constituyen, a la vez,l¿ resultante de los procesos auton'egulaciores generales cle la or-ganización viviente y los órganos especializaclos cle la regulaciónen los intercambios con el medio. Si la hipótesis es funclacla, como.¡ltaremos de mostrar en estos Capítulos IV a VI, ello significa,prres, desde el punto cle vista funcional, que existen funciones ge-rtr:rales comunes a los mecanismos orgánicos y a los cognosciti-vos, pero que existe también unzr cspccialización progresiva de lasfunciones por lo que concierne a los segundos.

De esta manera quedan trazadas las líneas de nuestra investi-gación. Desde el punto de vista funcional se tratará, para cada sec-tor, de determinar cuáles son las funciones comunes a los camposorgánicos y a los cognoscitivos y cuáles son las funci<¡nes clistintasy las especializaciones de aquéllets clue sr_in propias del scgunclocampo. Después de lo cual, y en tal nlarco 1r-rncional, qLlc es el írnico capaz de proporcionar la significación cle las estr.ucturas com-paradas, se tratará de dedicarse a esta pucsta en correspondenciaestructural, pero apoyándose en las consideraciones siguientes,que están directamente inspiradas por la comprobación de la in-variabilidad de las grandes funciones y cle la variabilidad de lasestructuras.

Si comparamos una estructura orgánica elemental como la cleuna (anticipación" en el transcurso de la morfogónesis (por ejem-plo, la aparición de una callosidad en el embrión cle avestrllz mu-cho antes de su contacto con el mcdio y cle su utilización fui cio-nal) con las estructuras cognoscitivas corrcspondientes (previsióndeductiva de las consecuencias clc Llrr acontecimiento antes de quese produzca) se encuentra primero, cntre estos dos extremos, todauna variedad de intermedios: por ejemplo, ;rnticipaciones morfo-lógicas en el transcurso del clcsarrc¡llo cle un fenotipo (verbigra-cia, la producción de una raíz adventicia en la rama aérea de unaplanta antes de que toque el suelo o de que se separe por abs-cisión); o anticipaciones sensorio-motrices (enclerczamiento delcuerpo en caso de ligero desequilibrio antes de la caída que pro-ducirÍa este último si aumentara), etc. En segundo lugar, si seexamina qué tienen de común estas diferentes reacciones, se des-cubre cierto número de mecanismos más o [renos generales: laanticipación descansa en informaciones anteriores que son lasúnicas que la hacen inteligible. Estas iniorrnaciones son habitual-mente solidarias de un esquena o cie una organización suscepti-I'l-s de transferirse de una situación ir otra (por vía hereditaria,r, ,or. transferencia de una región a otra del organismo, o por ge-n lalización, etc.).

Entonces se puedcn concebir dos posibilidades por lo que tocai.'l parentesco o al modo cle filiación cle talcs estructuras parcial-

rruNCroNES y ESTRUcTURAS 13S

nente isomorfas: o bien una filiación directa y lineal, que permita,por lo pronto, a los procesos cognoscitivos tomar del organisnro me-canismos anticipadores montados en todas sus partes y traducir-los en concluctas intc¡rcionales y conscientes, o bien una surie del'econstrucciones tales que, a cada nivel de desarrollo, puedan re-constituirsc mccanismos anticipaclores conforme a análogos pro-cedimientos cic formación. En estc caso particular vemos de golpeque sólo la segunda solución es aceptable. I

Esta solución de una rcconstrucción necesaria, de nivel a nivel,dc las estructlrras parcialmente isomorfas no carece, sin embar-gcr, de interés, pues traduce al minimum un cierto parentesco defuncionamiento, que obedece a las leyes generales de Ia organiza-ción, a la conservación de las informaciones anteriores, a su modode aplicación y a su generalización eventual.

Pero, sobre todo, como volveremos a ver ($ 20, subtítulo VI),esta reconstrucción, escalón por escalón, con agrandamiento y mo-vilidad creciente sobre cada uno de ellos por relación a los ante-riores, corresponde a leycs muy generales del desarrollo. La for-mación ontogenética de la inteligencia consta de una serie deetapas (véase $ 2), cada una de las cuales comienza con una rccons-trucción, sobre un nuevo plano, de las estructuras elaboradas enel curso de la anterior, y esta reconstrucción es necesaria para lasconstrucciones ulteriores que superan el nivel anterior. Desde elpunto de vista biológico, cada generación repite el desarrollo deIa anterior, y las variaciones filogenéticas nuevas prolongan, al pa-recer, en el transcurso de la ontogénesis, esta reconstrucción delpasado. La existencia de las convergencias (el ojo de los cefalópo-dos comparado con el de los vertebrados, etc.) muestra hasta dón-cle pueden conducir estas reconstrucciones de las que dependenlas progresiones; y, en el caso en que una familia pas¿. a ocupartodos los unichos ecológicosu de un territorio nllevo y aislado, estasconvergencias alcanzan un isomorfismo sorprendente en las dife-renciaciones: las aves vecinas entre sí de la familia de las Dre-panididae nos muestran en las islas Harvai picos de formas muydiversas que corresponden a los qtre caracterizan y distinguen afamilias muy diferentes en el continente próximo.

En resumen, mientras que las correspondencias funcionales cleIas que nos vamos a ocupar serán el índice de una continuidadefectiva en el funcionamiento, los isomorfismos estructurales quepodemos descubrir no serán testimonio, necesariamente, de filia-ciones directas o lineales, sino, más bien, de una serie ininterrum-pida de reconstrucciones convergentes, mucho más inter¿si¡ntes,por lo demás, en lo tocante a las relaciones entre la vida y i;.rs fun-ciones cognocitivas,

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t36 L()iillir:ii'O¡llrl:\.Clr\S l)lr Ii[:\(.lONljS

$ 11. FuNcroxes y EStttucl'ult,\s l)li 1..\ oRc.\\12.\clÓN

Todas las manifestacioncs cle la r,icl¿r, cu¿rlesqttiera quc seat'I, \¡ entodas las escalas manifiestan la cxistencia cle organizaciones' ElJr-'ganismo adulto dista mucho dc tcner cl privilcgio cle las mismas.Ei desarrollo embriológico es ult¡I r-rt'ganizarción pt'ogresiva; losproccsos de fecundación clan teslirnoirio cie ltrtrt organizacitilt sol:pienciente; el genom¿I es ull sistcrlla Otgltnizaclo Y jlo una ccliec-

ción de elementos reultidos; las rcaccioncs f rentc al n-redio son lela-tivas a la organización y la evolución misln¿l no utiliz¿t el azar másque en función de organizacioncs pr:ogresirras. Las céluias estánorganizadas, los cuerpos vivos más elemcntalcs lo están iguaimcn-te y, si se pasa cle las macrolrrolécr-tlas a los procesos bioquítrricossubyacentes se vuelven a encontrar las etapas clc un¿r organizaciólt.

Así pues, se puede hablar de una función de orgatlización, perocorriendo el riesgo de quc se confuucla coll la vicl¿t misma. Sin em-

bargo, hay que expresarse así, si se opoÍle a la continuidad delfuncionamiento organizador la innutncr¿rble divcrsirlacl de las for-mas estructurales de organización. Para respctar los términos de

nuestra definición inicial ($ 10, subtítulo II), poclríauros clccir, en-

tonces, que la función de orgeiniz:rció¡ es cl funciottanriento cle unaes¡ructura, incluso total, pcro collsiclcrrr(llr conto sttbcsttt-tctlll'í.I ctlr.elación a la que vendrá detrás cie ell¿t inruecii¿rtl'rmcnte , sin excep-tuar el CaSo en el que hay continuiclacl v alltollorfistno complctoentre ellas. O, nás simplemctttc ¿úrn, si t-tll¿r lullción cs la acciórtque ejerce el funcionamiento cle ltna sltbc'strtrclr-tlra sobrc cl cie l¡restructura total, se puedc sostencr, colllo ltclros Yisto, que reci-procamente la organización colno tL¡nción cs l¿l ¿rcción clel funcio-namiento total sobre el cle las subestrllcl-llrls'

I. Contintúdacl y conserrociótl.--Estc hccht-r esencial, clescle elpunto de vista cle estc fr-tncit.,llanliclltr:), cs, r-'lcctir'¿rnlentc, sLt cott-tinuidad absoluta. Comr-r va ltgl.lit-is irlsistiLit"r (; .9,:;trbtítr-rlo IV), latransmisión de los car"actercs hcreciiiarios a 1:,:lltir clcl gcnotla su-pone como conciición previa lit org:Luizlrción clt: éstc,.i'esta organi-zación se conserv¿I y se ltrolouga :;itt irttc¡'t'rt¡:ición, tanlo duranteel paso de la generación plecccientc ¡ lir siglricrttc collto clurante laconducción clel cles¿irroll: crLll;rionliiio u ptr r'lrr clc lt itctivicl¿rcl clc

los genes. En cslc scnl iclo, llr r.¡t l:ririzui ii ¡¡t loftlo lttttcit-ltt¡ttlii.-ut<tI o cs transmiticla hcl'ccliturilrllrrr¡tc :r iir itrlutctu tte Lln catrilctcl'{ UAI?Uief¿I Cle fOrl-na <-¡ tir' C:Ol¡t, L'1r'.: r ()ritirltjlr v lll t)\¡!llt', })LlCs, c}l

r ¿rliclacl clc Iirne ion¿rrnientt-r, ¡L título clt cottdicirítt nccesuritt da tocla

trunsntisión \) no u títttlo de cc¡ttteniclo lrutstttitido. Todo epistemó-l<-lgo qr-re lca cst¿ts líltcus t'ccotrgccrá cn cllas utr lctrguaje kantiano(s¿¡ivo cittc, aquí, icl a prirtri nlismo cstá ct-t clcsarrollo! ), pero este

icnguajó pe rmitc cgpprcr-rcicr lns corre sponclc¡lci¿ts fu¡cionalesc<t¡ la inteligertCia (quc r,olyererrlos a t'er cientl'o tle un mo¡rcnto)i-[ltlquc, ¿r nucsl|o itricit-r, siguc sicndo cstticlanl('ntc de nat'..rírlczabiológica.

1.' El plitrrci-carítcter clc csla funció¡r cle organización es cl d9

scl' una funcióll clc cctl.isct'r'ación. Miclltr-as qLle tlll Cucrpo qtrímiCo

sr: clcsc1rpp()l)(' cll¿¡t(lit se citmbina c<-¡n Otl:o Y sólo sc conSer\/anIos c:lclncnfos, lo ltlrt¡ritt clc Ia reaccióll clc toclo scr orgat'iizaclO es

coltscr\/i.u- lo csclrcial clc stt f ol'ma tot¿tl v scgLril cxistiCndo COriro

totalicl¿rcl. Pcr6 csta conscrt'¿tciórr nada tiene dc inercia y si, ir pro¡pósito clc la cclntingiclaci clc: este funcion¿tmiertto, acabamos de em'plear exp¡esio¡cs t¿iles como "prosigtte,,

(sc prolonga)), etc., no es

iriis que lclativamentc cu l¿r c<.rmprobación del restlltado. Por el

contrário, cl hechcl esencial es que ltay clc m¿Inera continua activi-ciacles y lransformacioncs y quc la conservación, por tanto, es lacle un invariante a trar¡els cle las covariaciones y de las transfor-lnaciones. Sin clucla, cste invariante no es t'iguroso, sino aproxima-r1o, pcro no por ello cleja cle cxistir a título de tendencia funda-tncntal.

2.o I-a totaliclacl que sc conserlA cs, pLles, una totalidad relacio-r-ial. Esto significa que, cl-l tocla orgzttlización, |ay procesos parcia-lcs, pero escnci¿rlmcntc rcl¿ltivc¡s ullos ¿r oll-os, es decir, que no se

lniutificstÍ-tn tl¡is quc por slls Coml)osicioncs. Así pues, cStOS ele-

lnentos, en tanto que procesos, son intercicpendientes y ()l todo nocS in¿'rs qrrc cl sistema ct-u-rstituiclo 1-rot' t'l conjunto de stts compo-sicioucs. Cc¡lnt-r los proccstls parciirlcs no existen unOS Sill otrOS,

el toclo lto eS Lttt agregaclo cle elementos previos. Percl tatnpoco es

una cnticl¿rcl clistint¿r de sus elementos si éstos son relaciones o

l)rocesos clc composiciones.Iil segunclo carácter de la lurnción dc organización es la interac-

ción de partes cliferenciad¿ls. Silr partes o procesos parciales diferen'ciaclos no habr'ía organización, sino un¿t totaliciacl homogénea que

se conserva por inercia. Sin interacción c¡ solidariclad de las com-posicioncs tam])oco habría organizacióll, pero sí ttna simple re-Lrnión cle clcllentos atomÍstict¡s.

3.o Mas cslas clos propiccladcs uo ¡rtrecien bastar pat-a caracte-rizar a una orgatnización poI' oposición a sistetn¿rs físicc¡s en movi-rrrient<¡. Sc ¡rñacle a esto el hcch<-r futrcl¿tmetttal clc clue erl contenidoclc la olgunizacir'-,n sL: rcttLlcvil colltinLlamentc l)or reconstrucción(tnct¿rt¡crlisrno). Esto quierc decir que l¿l conscrt'ación del todo es

lli cc¡ns;efr'¿ición clc utla lortnit v no cle su contclliclo y 'uc lc's pro-(res()s e n interacción l¡'¡rcrr i t.¡rrsijl() rnra ¿rlitle nlación cn enel gías de

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fuentes exteriores al sistema. Dicho cle otra manera, la función y laOrganización consisten en conservar la forma de un sistema de

inieracción a través de un flujo continuo cle transformaciones cuyocqntenido Se renueva sin cesar por intercambios con el exterior,

Por generales que sean estos caracteres (y no se puede decirinás antés de pasar aI examen de las estructuras), se compruebar.rmediatamenté que son también los de las formas cle conocimien-t I más evqlucionadas, así como, por lo demás, cle lcls diversos mo-.Jos de conocimiento en toclos los niveles. Es decir, el conocimien-.lO Supone ante todo una función cie organización y es ésta unaprimera analogía fundamental con la vida.

1.o Todo acto inteligente supone con anterioricl¿rd la continui-cad y la conservación dc un cierto funcio¡tamicnto. Al cmpirismo,que no descubría en la inteligencia nlás que elementos procedentesde los sentidos, Leibniz respondía )'a con la fórm*la famosa de

ttisi ipse intellectus. A. G. E. Müller, que sostenía que la percep-

ción no contiene más que sensaciones asociadas, W. Kóhler habríapodido responder, igualmente, nisi ipsa perceptio. Y asj sucesiva-

inente. En btras palabras, no hay registro cognoscitiyo sin la inter-vención de un funcionamiento orgiutizaclc¡r que se conserva a par-

tir de situaciones anteriores, las cuales sc remontan cada vez más

hasta llegar a constituir reaccioncs innai¿rs. Est<l no significa que

tal conseivación previa sea conlplct:r y, poi' lanto, qr"rc haya prefor-mación, pues el funcionamiento lnoclifica las estructuras por Su

ejercicio propio, pero esto cla testirnonio de una tendencia a la

"ótt.".ua"ión-cnyc, éxito aumenta con el clesarrollo y se vuelve de'

cisivo a partir de ciertos niveles.Es una cosa notable que, cn toclOs los carnpos, las funciones

Cognpscitivas constituya¡ invztriantcs, ncces¿rrias a su funciona-miento, y esto incluso en las siti.t¿rcigncs cn quc la cxperiencia in-mediata no parece irnponerlas. Ilstas ilrvarianlcs ilo conciernellúnicamente á los instrumentos cognoscitivos utilizaclos por el su-

jeto: son proyectadas en lo |cal cn formll dc nociones de conser-

vación aplicadas a los propic,rs Objctos. lln cl clorninio cle las ad-

quisicioneS sensoriO-rnotrices, por cicrrt¡llo', lits acciones Se genera-

lizan en forma de oesqucmasD cttya r.¡rgltliización cristaliza en una

fOrma relativamente constante, ), cSt¿l const¿rtrcia relatiya a los

esquemas se tradUce en l¿r constrttcció¡l cle itivarialltes en lo real,comO el esquema del <objeto 1tc|nlancttte ) qltc postula la existen-cia de sustancias bajo ios cuac['c.¡s pcrccpiivos y sc coustituye pro-gresivamente hacia el final clcl pi'irI]cr ¡ttic¡ ell cl niño, hacia los

i meses en el gatito (en forma clcmcrrtal: Grubcr) y cn edades aná-

logas en el babuino joven (Paillar"cl \, lir scirora Flament). En el

dominio perceptivo se pueclc citat', aclelrtris cL: l¿r formación cle es-

quemas análogos a los anteriores, ia co¡lstitnción de las ncons-.inciaS perCeptiva:so bien ccrnr:cicies, ctt\'() il¿ti)L'l luncion¿rl en l¿t

ITI;NCIONES Y USTRUC'I'URAS DD ],A OITGANIZACION

orgzrnizació' de la percepción se compr.ende bien, pero que no scimponen siempre por razones cre utiliáarl práctica ;;il que, porejemplo, Ia constancia cre los tamaños póaria sei sustituida porcorrecci'nes dc naturareza de inferencias, como es el caso a par-rir de una dererminacla disrancia en el que iá: iri"iig""cia basrapara corregir los empequeñecimientos aparentes,Pero es en el terreno cic Ia interige'cia misma doncre¡ ,:s m.tsnotable la necesidad cle invariantes. pbr una parte, en feclo, tocrala lógica consiste en.constituir esquemas invariantes clestinaclos a.rganizar en pensamiento el flujo irreversible de los acontecimien-tos exteriores y el devcnir continuo de la corri"nt" á"-.oncienciainterna: los conceptos, en su dobre aspecto cle clases o cre relq-ciones, son otros tantos ejemplos; y él principio cle ictenticlad,

aunque sea desmentido siempre por ro real a cualquier escala, ex-presa en calidad de norma del sujeto pensante esta exigencia deinvariabilidad en ra meciicla .n q,ré er pensamiento quieia ser co-herente. Por otra parte, la i'terigencia impone u to ,"ui .rna seriede nociones de conservación, cuya formación necesaria, en el trans-curso de los doce primeros años de clesarrollo der niio, puede se-guirse: conservación de la cantidacl de materia cuando se transvasarun liquido (hacia los 7 años) o del cambio de forma ¿" "" sólido(hacia los B años), conservación clel peso en ras mismas circuns-tancias (9-10 años) o del volumen físico (11-r2 años), conseruacronde las longitudes y d9 r,as superficies, cre los coniuntos (z-9 años),ctcétera, sin hablar de la elaboración científica ¿" lor- nprincipiosde conservación", de los que se sabe q'c reaparecen bajo formasnuevas en todas las escalas (relatitridacl ¡, microfÍsica incluidas)cuando las formas anteriores no bastan para organizar los datosde la experiencia.

2.o Es irrútil insistir e' el hecho clc quc estas ol-g¿lnizacionescognoscitivas se orientan consrantemente, como ras orlanizacionesde naturaleza biológica, hacia una diferenciación y "";;;l;gracióncomplementarias, puesto qL¡e todos los sistemas cognoscitivos(percepción, esquemas senscllio-motorcs y, sobre todo, ""orr."prru-les) se desarrollan siemprc cn er dobre seirticlo de un afinamientociiferenciador solida'io clc la coherencia crcciente. No áustante,este hecho ha sido criscutido por A. Larancre, que oponía et princi-pio cle identidacl, norma slrprema de Ia hornog"n"iauá prlopia delpensamiento, a la organización biorógica, fr-re'rc clc ciifeicnciación,y por E' Meyerson, Q.,^e en cacta profreso. cognoscitivo quería opo-ner también la icrentilicación, úrnica función cognoscitiuo, a ra cri_versificación impuesta por sólo ro real. pero Lllanáe- se'otvictauadc que la organizació' biológica es fuente d.e invariació' lo mismoque de cliferenciación, y ¡..¡nú,s se or*iclaban crel hechá-iri,,r"-"r-tal de qtrc crl pr'pio pensiimiento crifere'cia sin cesar sus e:itrLlc-

COITRI]SPONDENCIAS DE iIUNCIONES

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l-+() t()tiltl-sl'()\t)l:\( t,'r:i t)t: 1 | \( t():\t:s

tLtrtls, colno crn lnutclrui tjsas, r n() s('lirnita il Lur¿l cstct'il v r-tcrlrirtautología de la cu¿rl sólo lc lllrr'ía salir cl ntr-t¡tclo cxtct'iot-.

3.n Pero la anztlogía urás nclt¡rblc Lrlttrc la organizacirjn vivicntc:v la que es propi¿r clc las funcioncs cc-r¡rnoscitivas rlcpcltdc <lel hc-cho dc que, cn cst¿r últiltra, igualntcrrtr-, cl cotrtctticlo organizado scr.norlific¿t continLl¿rmcntc, dc lnallcrr¿l quc, lamltióu crt este terfcno,la organización es cscncialmentc clir-r/rnricrt v sc' r'cclr¡cc a integrarcn f ormas pcrma¡rcntc's Lln flrrio corttii'ntti clc: obictos )' acontecri-micnt<¡s r'¿rriairles. Una misr¡a uforl'¡'l¿t buclr¡tn Pcrceptiva sc aplica,iror eiemplo, a ios obietos más cliversos, )¡sc c.xticnde descle utl¿tl,olila cle plomo a la luna llena por io clrre lcspccta a las formasrirculares, etc. Lo propio de un (csqllclttílD scnsorio-mr.)lor es ge-

ncralizarsc ¿I situ¿rciones ltucvils. 'foclos los sistclnas dc conccptos,r n todos los niveles cle inteligenci¿t, no funcionatt clectivamente,r:n el pensamiento en acción, más clttc a propósito clc circltnstan-r;ias o dc problemas ttllevos, quc ilsc.stlt-all Lllla cil'culación conti-nua en eI colrtcniclo de cstas idcas.

] I. Forntas y cottscrvaL:íottc.s t'r.rr3ttrr,scri 1it'¿1.s.-*PLrro si toclo cstr¡cs verdad en el tel'rctro dei peltsalllicllto vit'o, cs dccir, ell cl (le susfuncionamielttos collcretos v clectivos, sc 1te rcibcn irlnrccliatamen-te, además de tales analogías fturd¿rtlientales, las clil'cl'clrcias nomcnos significatirras entre l¿rs uf'rin.ll¿rs> prol)iirs cl-r las l-lrttciotlcscognoscitivas supcriores y ac¡ucllrs clc l:rs qltc clc¡rcncic l¿r morfo-iogía orgánica. Nos t:ncontramos lrqtrí cll itt'csell(ji¿r clc tltr¿t llrimeladilercncia funCional sistemáticll qllc sc prcste ¿t i't¿lccrnos colrlpfen-cier la especificiclacl y la originalicilrcl proltrnclas clLre cilracterizan alconocimiento, a pcsar del i<-¡uclo r,:<ll-lltilr qltc lo l'cl¿tcigna con la

organización vital.En efect<.1, se tr¿tta cle cit-rs clil'crcrlcilrs :;c.¡[icl¿rri¿is, lit pt'.ittlcra de

las cuales dcpcndc clel graclo cle n¡rroxinl:tcitill o cle logro clc lasinvariantes o forrnas clc cortsct't'ac'iór.r, t'ltt scgt-ttttla, clcl gt'aclo de

disociación dc l¿t "l<-it'man v clcl conterlicio.Comenzando por csta scgt-utcla clif'crcrtcia, qtic clotttina a Ia pri'

lnera, es claro que las "fornl¿I;, ¡rropias c1c la orgluización cle losseres vivos, y, por tíutto, c1,,: la ¡rtot'folo¡ría orgánica, en su clobleaspccto cle morfogéncsis v clc f'ol"¡rt¿ts cn cqr-riiibricl, no soll clisocia'bles cle su conteniclo nralcli¿rl l c'rr,-'l'g:útico. E,sla laita c'lc clisocia-biliclacl, incluso es talt i-lt'o['utttl:t rytic tocllri'í[t l]o scl ha loglaclo darun¿r teoríír Irratcm/itic¿r o alu.'ttt'¡ticlr satisfac:tot-ia r-lc la orgatriza'ciiin biológica ,.'tr ge nct'lrl, \' clLlf .'sJrír'ilLit ilc t':rrtlr:ilcia csilccu)ati-va rctl'ógarla (a ¡rcsar clc srts t r.;tltlt io'; t'1i-'¡1'l¡¡lctllltlcs progrcsis-tas), como Driesch ), li. (iolclsfcitl, it<l r't!'\'cl'oll tlttc podíatr pensaren la orgarrizaci<in rn:is qrrt't'rl Irir.nrittos rlt't'rrli'li't¡ttilt o clc inttti-c'i<lrr tfaltsitrte lCe t¡al. V()llt.r!'i¡c: ij \ t t i.:lri ;l t)r'(i¡trisilo <lc lA es-

lrt_lNg¡1¡5¡;* \' ftsltil..rcr,t'ti,\s t)t. t.,\ ()}t(i.\\t/..\(.r()\ t4ltructLlr¿1, l)cl'e, cll ci catn¡,lo clcl l'uncionamicntr,¡, la soliciar.iclad cii-n¿itnic¿r eulrc las.fonrl¿ts, v sris cc¡nteniclos es toclavía más evi_clente, pr-rcsto quc.si cl frrncionanriento cesa, ]¿r nforma> sc ctcstnr-¡'e,. lo cr-rirl signiftc¿r la ltruerte 1, L'1 retorno a lts cstructuras físico_qurmrca.s l'lo (org¿llliz¿rclasr. Por el contrario, cl cariicter altamentcrlc¡tablc cle las organiza<:ic-rrcs cognoscitivas cs cl cle la cl'progresi'a cle la trm¿r l, crcr contenicro.

ls.Clacn)ll

En c-l tc¡r'e't-tt¡ clcl irlsf into, cle Ias f'uncriclllcs scrrsi¡r.io-r'¡lotr.ices 'clc la percc¡rció', tal crr.;cl.iacirin apenas sc esboza, lo

",_,rl'r.,,*li,1-rol lo dcrn¿is, cl ¡tarcntcsco eristente entrc sus nfornra;) \. lasq'c caractcrizar ¿r la,mrlrl'ogénesis orgÍlnica: cl instinto, ,, ,rr"r.uáo,no cs m/rs-quc Ia 1'"ol.ngación ftr'cioiar cie Ia nfor-ma>.tc tos o.garos, e incltrsi'e hay.nrrrchtrs refrcios y crcmentares co.rcluctas sea_s.rio-rnotrices aclcltri.iclas Ii¡¡aclas a li pr.cnsión, a Ia locoinoción,ctcótera. I-l lrcrcc¡'rc:ión ro c.s crisociabie cie las "r"it,.,.i.,n.s ser_SOfIAICS, CIC,

ln-.intcligcncia., r'r<1. cl contrario, \,crrlos cf,cctuarsc crr clniñ<-r'na clisociació'progrcsi'a cle ras for'ras y ac ros cu,.,t"ni,lu.,clébir aún er Ios nivercs clel pensarniento p;e;p"ütu¡o, cloncregracias sobre todo _al lengr-raje, sin embargó, rol -"riu.-o,

"on-ceptnales <sobl'cvuelan> ul-l Doco Ia experiJncia uat,roi, ".tu Airo_ciación allnlelrta notablementc al nivei clc las "op".""io"es con_cretas> ($ 2, subtítulo II) en el cual algunas clecluccio'es elementales(tra'sitividaci, etc.) sc tornan posibies y

'an acompañacras ya crelu, sentimiento d. nnecesicrad" infere'óial q.e rcbasa netamentecl co'tenido. Pero toclar'ía cr1 este caso la ciisociación no cs sincrrelati'a, pucs la trans.itiviclacr, por ejcmpro, no se apricara cte gorpea los pesos y a ios 'orúmenes,

aunque sea er,iclente por lo que tocaa las cantidacles simpres. En el nivel cle tu, o1r",:o.ione-, p.opos;_cionales, por cr contra'io, un conjunto crc forma, ," a"rtu.a sufi-cientemente de ros conteniclos pá.a constituir operalon", .ro.-males, o hipotético-crerructivas iiicrepencrientes, h":;-;i-;rnto dcpcrmitir la constirtrción clc u,a lógica ¿" u.lnlJo -"ri¿riu-o.

B,c'sta lógica formal <naturar> la quJ ha pcrmiticlo, en er terrenodel pensamiento científico, constii,ir una lógica reflexiva o axio-lnatizable y, por lo mismo, las natemáticas npr_rra., ",-,

e] senticlcrde que son inclepenclientes cle toclo contelticlo u obieto.Cualquiera que puecla ser sll origen-bi<tl<igico, ln, .forr,.,r,5 n,,-.as> clc la inteligencia cran tcstimonio cre tr' lro.t",: J" alsociacion

cle la forma y clel contenicro, poder inacccsiblc,"n cl tcr¡-eno o'gá-niccl y que supone el pensamiento. Así pr-rcs, tercu.ros aqui unaprirnera fune''ión espccializacla, pr'pia cic ros c'nocimie.tos crc

'i'cl supcri,r', c' cl 'rar-co

crc-- u' crr¿rclrcl fr-rncionar 'r.cho ,rásgcneral clc orgar-iizaciórr.

I-u cr¡'sectrercir-r dc tal cliferencia, crtorces, cs l;r cic tr¿ler con_:;l!t-¡ olr'¿t cu cl c¿[ntl)o rlc lr.ts invariantcs o cle l¡¡s ¡1g1¡i¡r1E5 rIc co¡r-

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142 colttrisIroNDENCIAS DE FUNCIONES

servación. Mientras que los invariantes ftrncionales, o conserva-ción del funcionamiento organizaclor y cle las oformaso generalesenlazadas a é1, no son nunca más quc aproximati\¡os en el terrenoorgánico, bajo la doble amenaza de las variaciones y de la muerte,)' esto precisamente a causa de la no-disociabilidad fundamentalde las formas y de los contenidos, las uformas, cognoscitivaspueden, a causa de su independencia creciente respecto de loscontenidos, alcanzar estructuras de conservación rigurosa, comoes el caso en todos los. campos deductivos avanzados. Así pues,parece existir aquí una segunda ft-rnción especial de los mecanis-mos cognoscitivos evolucionados, pero, como se ve, se trata mu-cho más de una culminación o de un rermate por relación a lafr nción general de conservación, propia de toda organización, queCe una novedad discontinua v esoecífica.

III. Organización y <<siste.ma ubiertc¡".-Estas consicleracio-ite.S roS conducen al examen de las cstructur¿rs dc la olganización.El autor que ha reflexionado más prr:funclamente en este proble-ma es, sin duda, L. von Bertalanffy, cllyas concepciones nada tie-nen de vitalistas ni de finalistas, inclepertdicntemente de lo quepiensen aquellos que, como Cuénot y muchos otros, han perma-necido ajenos a los modos de pensar cibernéticos. El gran méritodel "organicismon de Bertalanffy, en efecto, es habcr comprendi-do, desde 1926 (Rottx' Archiv, 108), que entre los clos términos dela disyuntiva del mecanicismo y del vitalismo había lugar parauna teoria inteligible de Ia totaliclaci. Cicrto es qlre cstuvo inspi-rada por los trabajos de los psicólogcls acerca cle la nGestalt> I

(Kóhler y Wertheimer, ambos descle 1912), pero más aún que laGestalt, su concepto funcional y reiacional de totalidad ha supe-rado muy ampliamente las nociones esencialmcnte fenomenoló-gicas e irracionales de uemergenciau (Lloyd Morgan) o de holismo,que se limitan a levantar acta cle las nor¡eclades, de cscalón enescalón, y a atribuirlas a totalidades nprccausales) y no relacio-nales. En efecto, Bertalanffy se h¿r esforzado en proporcionaruna elaboración teórica de la idca dc organización, y la corrientecibernética ha mostrado desde entonces hasta qué pllnto era fe-cundo este camino.

Para Bertalanffy,, si se hace caso r¡nlilso cl,:l heciro fundamentalcle Ia historicidad para no consiclclrrl a lr orgarriz¡ición rnás quea tÍtulo cle resultado, sc pucclc <iirric:;gnr', la sigrricntc dclinición:(un organismo vivo es Lln orclen jcrnrc¡rrizaclo cle sistemas abier-tos cllya perlnanencia esth aseguraclu pr)r rrlcclio clcl movimiento

I Bertalanffu ha perm:ineciclo clcmasiado ala(lo en psicología a cste con-cepto no funcionalista, pero lo ha rcba.sacir: err biología.

ITUNCIONIIS Y I]STIIIIC-I'I R.AS Dt] I,A OITGANIZACION

clcl intercambio de los componentes, realizado cn virtud dc suscondiciones de sistema> (Les Probléntes de la vie, p. 173). Asípucs, la estrLlctura de la organización comporta los tres caracte-res de sistema abierto, de dinamismo de los intercambios y denactividad primaria> en oposición a la interpretación de una re-actividad que se concibe como primitiva. Observemos, además,que la noción de totalidad implicada en la de sistema abierto 9sde naturaleza relacional, y por tanto, ni atomística ni (gestaltista>en sentido estricto (pues está demasiaclo próxima a las totalida-des concebidas como si se explicasen por sí mismas): el todo nose reduce, dice Bertalanffy al conjunto de los componeni.s <<con'

siderados aisladantenle. Sin embargo, si conocemos el c tnitm(ode los componentes y las relaciones que existen entre e'los, en-tonces podemos derivar los niveles snperiores de sus eiementosde constitución> (p. 198).

Sin embargo, nos falta un carácter esencial para ver cn estadescripción un análisis suficiente de la estructura de la organiza-ción: es la referencia a un orden cíclico, mientras que la propiodad de un orden jerárquico puede concebirse como derivada pordiferenciación, aunque se halle presente siempre cn las organiza'ciones conocidas.

El equívoco central es el de (sistema abierto>, pues si hay sis-tema interviene algo que se parece a un cierre y que debe conci-liarse con la apertura. Es cierto que esta última está justificaday descansa en la idea esencial de que (para la biología no hay unaforma orgánica rígida portadora de procesos vitales, sino un flujode procesos que se maniliestan como formas aparentemente per-sistentes> (p. 186). La apertura es, pues, el sistema de los inter-carnbios con el medio, pero esto no excluye en nada al cierre enel sentido de un orden psíquico y no lineal. Este cierre cíclico yla abertura de los intercambios no están, pues, ell el mismo planoy pueden conciliarse de la lnanera siguiente, totalmente abstrac-ta, pero suficiente para un análisis estructural que quiera scr muygeneral.

Llamemos A, B, C, ..., Z, a los elementos, materiales o dinámi-cos de una estructura que tenga un orden cíclico, y A', B', C', ..., Z',a los elementos, materiales o energéticos, necesalios para su man-tenimiento. Tenemos entonces, si el signo x representa la inter'acción dc los términos clel primer coniunto y de los clel segundo,v si el signo *-> rcpl:cscltla la cr¡lmin¿rción dc cst¿¡s i¡rtc'racciones:

(l) (Ax A') -> (B x B')-> (C x C')-> ..

(Z x Z') -'(A x A') -+ etc.

En tal caso, nos encotttramos en presencia cle un ciclo cerracloen cuanto tal y que cxpresa la reconstituciór-r perlnanentc de loselernentos A, B, C, ..., Z, A, etc., que caracteriz¿ln a las partcs del

t43

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114 crot{Iiltst,oNl)llNCllAS Dll iruNCIONlls

organismo I ; pero cacia interacciórt (A x. A') (B x B'), etc., reprc-senta, al misr¡o ticmpo, una ¿ritcr-ture sobrc cl medio que es fuen-te clc alimentación.

Se entiende que se puecle sulloner c¡r-rc cacia elcmcnto cie laestructlrra, sea A, B, C, ..., Z, c<¡nst¿r clc sttbcstrLtctlrras de igualesformas que (1), io cual intr"oducc el ordcn jerarquizado invocadopol Bertalanff y, pero esta difcr"eltciaciótr no nos es necesari¿tpor el nomcnlo, si nos mantencrnos cu lo abstracto' Aclemás,poclemos suponer combinacioncs trtíts complejas, dc naturaleza(B t M)x(B'+M'), etc., clonde el sigrlo F designalía acciones con-juntas. Pero aquí también sc pucclc simplificar en abstracto. Porel contrario, la noción de un orclcn cíclico llarecc indispensablea la permanettcia del sistenr¿r abicrto, prre's si no, csta pcrrnanen-cia no podría constar cle mccanismos rcgrtlaclorcs (invocados des-de entonces con razón por Bertalanl'Íy) r' sc l'educiría a un cqui-librio considerado como balance clc fltcl'z¿ls opllestas, lo qr-rc yar.rD es específico cle la organización.

II carácter cíclico del sistema cs rleccsat'io, ell irarticular,,-'r-lanclo Ia organización se prolouga en llclaptacit'rn y cn asimila-ción, lo cual volveremos a ver más adelante j.

Por el montento, interesa señalar de c1ué lllallera este carácterrecesariamente circular y no sólo jerárqtrico del sistelna (por di'I',:rcnciación de la estructura en sr¡bestt'Llclul:as posibles) carac-teriza a la organización cognoscitiva espontáuca tilnto como a laorganización biológica. E,n efecto, t-ttl sistcm;I conceptlral (y et for'/iori sensorio-motor, etc.) eS un sistcma tal quc sus eleme¡tos se

¿rpoyan inevitablemente lcls unos en los otros, y arl mismo tiempo,permanece abierto a todo intel'cambio coll t'l cxterior. Suponga-mos, por imposible, la construcción de r-tu s<-¡lo concepto A, en

calidad de punto de partida de una clasificación, ctc' Si se tratarealmente de un concepto, es decir, si está provisto clc una signi-ficación, Cualquiera que se¿l ésta, c¡lopccs se ollolle ya al concep-to no-Á, lo que constituye desde uti principio un sistema total ycircular. En el caso, único rcal, dc un sisterna multiconccptual,es imposible caracterizar a ttno clc cllos sin la utilización de los

otros, en un proceso que cs también necesari¿tmente circular.Se trata, én estc caso, de círculos ciialécticos, inherentes al

pensamiento en su f'uncionarliento. En cuanto interviene la ne-

cesiclad cle demostración o clc simplc cleclr¡cción, cl pensamiento

I Sin prejuzgar Clt lc.¡ tocantc ¿r la clase cle ll'otltcrlr o a la ausencia dc

fronteras entre A y A', etc.2 Pero conviené señaler, con C. Nou'inski, r¡rrc tocla caracterización de un

ciclo cte r:rganización y cle sr.rs i¡rtclcanrl;ic¡:; con cl ntcclio sobt'cc¡rtiencle ll con-

c.lición nen situación nornralo Y qrtc ('sta se refi¡r'e necesariar¡letrte al desarro-llo r* a la hiStoria misma. Por lo clenr¿is, (rste e:; t:rr¡tbiúll cl c;]sr¡ cle todo eqUi-

librio biológico.

IrtiNClONl:lS Y I]S'l]litiCl'l l-ll{.\S I)}i l.r\ ()liCr\N I7-¡\(llOir 145

siguc, p<-lr cl contrar-io, Lln orclcn lineal, jerárcluico o unic:o, cicmaner'¿r cllre se evitan los círculos que, relativamente a tales in-tcncioncs justilicadolas o cliclácticas, se v<-¡lverían nvici<-¡sr-¡s,. L¿rlorma rnás pura cle talcs órdenes line¿ries es la cle l¿r axiollatiza-ción lógice c.i rnatemática. Pero, en t¿rles casos, cl caráctel con-r.'encional o (const-r'uido, del orclcn lineal salta a la vist¿r: pa¡aevitar tc¡clo círculo cxplícito está uno obligaclo a (poner) al prin-cipio nocior-rcs nindefinibleso, con objeto dc clefinir aquéllas cle lasque st: liene neccsidad, ¡,' axiomas o proposiciones ninclemostra-blcs, para clemostrar a las que se clasificará cc¡m<¡ (teoremasD.Ahora bicn, la clección cle los indefinibles y de los indemostrablesr:s arbitlaria, naturahnente, en función dc las intencioncs clel sis-tcma: en cfccto, no iray orclcn lineal más que en virtud clc unprocecliniento librcrmcntc acloptacio para agrandar el ordcn circu-lai y para clestacar en su interior la serie lineal, pero sien.plc sincr-lmienzo ¿rbsolrrto, cle la que se tiene necesidaci para -ie )tostraf(r'elativamente hablando) tal o cual consecuencia.

Pero si de la iógica volvemos a la psicología o a la epistemol<.r-gÍa, todo sistcma de conocimiento es en rcaliclad circular y la ex-tensión ciel conocimiento consiste solamente, desde tal punto der¡ista, cn irgranclar lo más posible el campo comprendido entre susflonter¿rs. Como hemos mostrado en otra parte, la clasificación deIas ciencias misrnas I presenla tal estructura y el progreso, er'l suclcsarrollo, r'uelve a transformar este círculo en un¿r espiral en vir-turcl de una slrccsión indelinida de semejantes agrandamientos su-cesivos. Tal c¿rr'ácter circular, por tanto, es muy gene-al y cia tes-timonio, sin más, de la naturaleza organizadora de toclo conoci-miento en oposición con cl carácter simplemcnte adititvo o linealque lc atribuye un se¡tticlo común falsamente pedagógico.

iV. Los encasillcunientos o.-Volvamos ah<.¡r¿r al orden jerárqui-

co que aparece con tocla cliferenciación de una organización. -La

uforma" más gencral clc que consta una jerarquía cs la clel enca-sillamiento de la partc, o subestructura, en un todo o estructuratotal 2. Ahora bien, esta nfoima> o estructura clel¡ental cle enca-sillamiento presenta un interés muy especial para nuestros fines,pLrcsto que constituye e.l principio común dc operaciones lógicasfundamentales que son las cle la clasilicación, y clc estructuras bio-

I En Logiquc et cr¡ntutisscutce scietúifiqrre, Enciclopédie de la Pléiade.* El autor utiliza el tér'mino oemboiiementD y crecllos que corresponde alcspccílico dc ]a terminología matcrnática uinclusión o lelación cle inclusióno.( El revisor).

? Bertalanfly piensa, sin ducla, en su clefinición del olganismo, en rruchas<-rt|as jemrquías, sobre toclo Iisiológicas. Pero cn las líne:rs siguientts 1:r ncrn()s ()c¡-rpi.u'cr¡ros ¡nás c¡Lre rlu lr.¡s cilc¡sill¡lni:nto.s sirnp)cs, e spccielnrcnlc iru-l)ortaltle s l)Ara nLlcstt () l)l'í)DosrIo.

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146 conuiispoNl)lrNcrAs Dn r)uNcToNlls

lógicas no menos fundamentales que intelvienen, no sólo en lasrelaciones jerárquicas plrestas de m¿rnifi.esto por la zoología o porla botánica sistemática, sino tambión cu ln organización dei sis-tema genético, en la sucesión cie los estaclios embrionarios, en losprocesos de la asimilación fisiológica, en la acepción más ampliadél término y, finalmente, en todo comportamiento.

o) En primer lugar, es evidentc quc la clasificación utilizadapor la sistemática corresponde a algo en la distribución cle los se-

res organizados. Es cierto que no es de ninguna manera seguro quelos lazos establecidos logren siemplc expresar parentescos (na-turales>. Tampoco es seguro que los cliversos escalones considera-dos (especies, géneros, familins, etc.) tengan sicmpre valores igua-les por lo que respecta a su posición en ei coujunto de la escala.Pero lo que es evidente, y basta para lo que cliremos dcspués, es

que, si se comparan individuos más o rncnos vecin<¡s o progresiva-mente distantes por sus caracteres, se cncuentra: a) caracterescomunes relativamente especialcs rt Lln nútmcro limitado cle individuos, que se agruparán entonces como si lrertetleciesen a la mis-ma especie A; b) caracteres más o mcnos especiales, comunes a unrrúmero más o menos grande de individuos entre los cuales figurani.cl, precedentes: se hablará entonces clc nn ngónero, B, si todos losz1 son B y, en general, si todos los B no son A, de donde A + A'- BCcnde A'=las especics B que no son /,' c/ caractcrcs rclativarr-lcn-ie especiales todavía y más difundidos que los antel'iores: se reunirá,entonces, a los individuos que posealt estos caractcrcs en una ([a-milian C tal que C:B+-B'doncie los B'sou los géncros clistintosde B que pertenecen a la misma f¿rrnilia C y clonclc ios B y B' se

distribuyen a su vez en especicsi d) y así sucesivamente, hasta lle-gar a los (troncosD y a los ureinosu.

Así pues, independientemente del valor absoluto cie los esca-lones A, B, C', etc., se obtiene, cle est¿r nancr-a, )¡ es esto lo quequeda seguro en toda clasificación zclológica o botánica, tlna se-

rie de encasillamientos t:

(2) A+A':B; B*B':C) C+C':D; etc.donde A x A' :O; B x B' :O; etc.

La clasificación, por tanto, corrcsponde a ciertos encasilla-mientos objetivos entre los conjuntos de inciivicluos. Pues bien,estos conjuntos A, B, C, etc., corlpr-cnclen inclit,iduos que son por-tadorcs de caractercs clc ordcn (¿ l)ilr¿t ios cottjutlt!)s cle tipo,4,cte orclen b para los con.lunlos clc tipo /;: ctc. f)c cstcl resultaque un lrrismo indivicluo, quc lter'lcnezc¿t tt la cs¡lccie ,'1, será óimismo portador, a la vez, clc los caractcrls a (espccíficos), b (ge-

néricos), c (propios dc su |amilia), etc:., ¡'r1¡g51s qr-tc todos los Ason [J, tr¡dos los B son Cl, ctc.

I Utilizarernos par¿r nris cla¡iclacl los signos t- pur¿r l¿r reu¡tión (V) y;< parala intcrsccción (iictcrntinnción tle liL ¡-ril|tr'cii¡tirilt r.¡,/t ).

IIIiNCIONIIS Y I]Sl'RUC'I'UITAS DI] I-A O]IGANIZ-,\T'IÓN

Así pucs, se puede decir que al encasillamiento de los conjun-tos de inclividr-ros (por ejemplo, la especie <gato domésticoo A en-casillada en el género gato B, encasillado éste, a su vez, en laf'amili¿r de los felinos C, etc.) corrcsponde, cn cacla individuo, ar-rn encasillamiento de los caracteres tal que, por ejemplo, un gatocloméstico cualquiera posce primero todos los caracteres comu-nes a los seres vivos, después a los animales, luego a los verte-braclos, clespués a los mamíferos, hasta los cal'acteres c de lósfelinos, b de los gatos y a de los gatos domésticos. Si el signo 4designa aqui simplemente el encasillamiento:

(3) a.--b <c <,..., correspondiente a A<B <C, ...El enlace de encasillamiento aplicado a los caracteres mismos

significa, simplemente, que los caracteres de orden superior sonmás generales que los inferiores, y que, por ejemplo, los caracte-res c se diferencian en b y éstos en a.

P) Esta proporción (3) que introduce un encasillamientoentre los caracteres como tales podría parecer disct tible, tantoclesde eI punto de vista biológico como desde el de la lógica mis-ma t. Sin embargo, adquiere un sentido muy concreto, aurl cuan-

I Desde este punto de vista lógico, la cuestión podría resolverr:e lntes deconocer con mayor detalle la estructura lógico-matemática de la , organiz;r-cióno. \ivqe6ger lo ha intentado, pero su positivismo lógico lo conduio a solu-ciorlcs recluccionistas <lcmasid<¡ sirnples, Lo esencial cle su conccpción sc apo5ltcn un enrejillacir¡ * modular, que consta, por tanto, de cncasillamientos jerár-quicos, pero donde todo se reduce a observables, siendo que convendt'ia cargat'cl acento en los operadores, de los que la red supuesta no sería más que lar.esultante. En 19 quc concierne a los encasillamientns, Woodger introduceuna relación S a la que llama nsuma>, distinta de la inclusión y que, a nues-tro juicio, se iclentifica con lo que nosotros hemos llamado (en la psicogónesiscle lás operaciones lógicas) adición partitiva a diferencia de la adición o reunióncle las ciases o dc los conjuntos. Pero esta relación se limita a reunir una parte(una célula, un conjunto de células, etc') a un todo, en una jeralquÍa qtte

tiene forn.ra cle árbol y resen'ando, por otr¿r parte, la posibilidad de que

un subconjunto refleje la totalidad constituida por el uconjunto de las par'teso. No es imposible que, con"rpletando estos análisis estáticos con Ia intro-ducción de operadores, se pueda llegar a cncasillamientos análogos a los de

nuestra propósición (3). Woodger se pone a hacerlo en su análisis de la re-ptoducci-ón,-al introducir opcraciones de fusión Fs y de división Dv, y consi-clerando que hay entre Fs y Du una suerte de equilibrio u = Fs v Dv en el en'r.ejillacio modutir, sin embargo, hay que notar que, además de su reduccióna los observables solamente, sin operadores suficientes, la gran laguna que

subsiste en la tel-rtativa cle Woodger es la de que no puede hacer un lugarIr procesos propiirmente históricos, pues Su rel¡ción I no es tnás que una antc-r.ióriclad eri el-ricmpo (.t I y sc limita a cxpresi.lr cl hccho tle quc no ba5'

ningún instante cot¡ú,n a.r J'a.l'). Ahora biclt: c<¡nvendría sin d¡da ¡ectt-

rr.ir*a opel'aciol'cs t¡lcs quc le rcsultante sea cn parte función d'.i camino reco-

rriclo (tL qrrc inr¡rlicar'íii una lir¡ritrción sistcrr.r/rtic¿r dc Ia asociatividad).

* El autor.utiliza ci tdr¡ni¡ro utrcillis>, que significa: conjunto cle clemen-tos de naturalcza cualquicra, cuya estructura está clefinida por un¿r ¡clacióncie orden. Y sc ha tradtrcitlo cnrejillado. Corrcsponcle en lerrninologíaln¡teutátiua al tct'¡tlirto <reticLllo'> ( El re visot- )

i 1-lIt/

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do encierre todavía muciros misterios desde cl punto de vist¿tcausal, en el desarroll<¡ embriológico en sus etapas sucesivas ynecesarias. En efecto, aunque la ontogénesis no sea una recapitu-lación exacta y detall;rda de la filogénesis, por causa cle l¿rs dife-rencias de velocidad y de los cortocircuitos posibles, por no ha-blar de las neoformaciones, no obsta¡'¡te sigue siendo cierto que,a grandes rasgos, el embrión de un gato comienza por no presen-tar más que los caracteres de un ser vivo e incluso unicelular,después los de un animal, después solamente los de un vertebra-clo, etc., y al final los de un felino y los de un gato' Aun cuandr.¡

la serie (3) no se encuentre cle nucvo cn todos sus pol'menores,es indiscutible, entonces, que, para sus etapas principales al me-nos, se asiste a una diferenciación progresiva cle los caracterestal que los más generales preceden a los más especiales y los en-globán a la manera en que un todo se orgauiza en partes. Elenlace fundamental cie encasillamie¡to existe, así, c¡ un ¡rismoindividuo en Io tocante a los caracteres mismos, y sc manifiestaembriológicamente por un paso graclual clescle los caractcrcs másgenerales a los caracteres más diferenciados.

I) Los caractercs a, b, c, etc. lprop. (3)], que correspondeua la clasificación en especies, géneros, etc. lprop. (2)], son todoshereditariOs. Cada vez sabemos más sobre la herctrcia (especial),es decir, la de los caracteres cle tipo inferior a Jos clc la especie(¡ clue alcanzan en algunos casos este nivcl. Por el coutrario, se

sal ,e poco acerca clc la herencia (gcllcralo, es clecit', l¿r cle los c¿t-

ra;teres de tipo supraespecífico. No por ello son Inerlos heredita-riCs, y eS la herencia a la vez espccial y gcneral lit clttc cteternlin¿te! programa genético realizaclo por el clcsart'oll<¡ cnbrionari<-r,elr'azado a las interacciones epigenóticas.

Esta naturalez¿r hcreclitaria cle k-¡s car¿tcteres de toclos los ti-pos, cle los de la t'aza, dc Ia v¿rricclacl c¡ clc la especie, hasta losmás generales, permite suponcr, sin cluda, que los cncasillamien-tos cle estructura (2) o (3) l1o son lrjenos ai sisterna gcnétictl, cttal-qr:iera que puecla ser la lorma cn la rlttc sc ¡tt'cscntcn en c'l gcn,-.r-

ma y en el plasmagcn.6) Pero si estos encasillami.cntos, cn cspcci¿ii cn la lorma de

la proposición (3), se vuelven a encontrilr, cle tal moclo, en toclas

las escalas, cn isotnol'lisnro con los (ltic cllr¿lctt:rizan ¿r l¿r claSifi-cación, significa, entonccs, cluc cl corrjutlto clc los procesos ltsimi-ladores que caracterizan fisiológicamcntc al rnctab<llisnlo y a losintcrcambios materialcs corr cl mcclio 1lcr,a co¡rsigo, igttalmcute,un sistema clasific¿idor. En elccto, los cal'actcres es¡rccílicos, ge-

nériccrs, etc., de tipos tr, b, c, etc., (ltic preserlta u¡r incliyiciuo vivodeterminan una elccción elltre las sr"tstancias y l¿ts energías clel

meclio para Constituirsc o rccc¡rlstitttit'se sin Cesaf cll cl tI'ansgursoclel metabolismo: una pl:rntu vcrclc tienc necssicllrcl cle l¡2, ttna

cúlula cr.raiqr-ricra ticne necesiclaci de proteínas, de grasas, clc hi-clratos de carbon<.¡ y de materias minerales, etc.; y también si laclección de los alimentos químicos y energéticos no correspondetérmino a término con los car¿lcteres a, b, c, etc., no es la mismapara un vegetal o para un animal, o para una lombriz o para unalibélula, etc. De esto resulta que el comportamiento fisiológico decacla grupo supone necesariamente una serie de cliscriminacionescllya naturaleza no es extraña a los encasillamientos clasificado-res. Ello significa, ante todo, que, por un lado, el organismo abisorbe algunas sustancias y no acepta otras, y que, por otro, las'sustancias absorbidas se distribuyen, a su vez, entre las que sonrctenidas y las que son rechazadas. Pero, inmecliatamente des-pués, las asimiladas son a su vez transformadas y repartidas de[ranera indefiniclamente variable, y, en resumiclas cuentas, des-cmbocan siempre en el mantenimiento de un cierto número de'propiedades características, no sólo de la vida en general, sinotambién cle tipos de organización cada vez más restringidos, quese extienclen desde el tronco hasta el género, a la especie y muchornás acá.

En una palabra, y sin tener que decidirnos sobre los pormeno-rcs cle las correspondencias, parece estar claro que el encasilla-nicnto clasificador, embriológico y genético de los caracteres seprolonga en lo que podríamos llamar una clasificación er. ¡ccióncn el propio mecanismo de los intercambios fisiológico:. r:or €lrneclio, y esto en función directa de la diversidad de las estructlr-ras y de las formas especializadas de asimilación que las man-tienen. Nc¡ se trata, sin cluda, de la misma clasificación, y, sobretoclo, el mecanismo cle lcls cambios supone mticho más que unaclasificaciólr, pcro si hay elección y jerarquía cle las elecciones( jerarquía que depende, más o menos, de la de lt-is tipos de orga-nización cle la clasificación sistemática en general) intervienen alntittitnutn estrncturas de encasillamiento en la manera en que unorg¿ulismo sc a¡rropia cle ttt.l¿t determinacla catcgoría cle alimentosr, r'rr-i clc otla, \', clentro cle la primcra, cle un¿r cleterminacla sltb-ralfgol'Ía en \ez cle Otra.

Se puccle responder que tal lengua.ie es puramente metafóricov que sc poclría clecir t¿rmbién que si un cuerpo químico N sec:onrbin¿r c()n otros clc c-ittcgoría B, y cle mancra clif'erente segúnque se tr¿rte (le los A o de los A', es porque eligió a los B en vezrlc¡ los C, y porque encasilla los A en los B; o se¿r, que hay clasi-licación en función clel cr"rcrpo N. Pero hay trcs clases cle difcren-cias entre estas rcacciones c1uímicas selectivas que cc¡mbinan elcuerpo N cc¡n los cucrpos B (A o A') y los esbozos de clasificaciónque creemos cliscernir eu el .iucgo cle las asimilaciones biológicas.La primera cs qric el ctrcrpo vivo conserva slt estructura organi-zlda asimilanclo los alimentos cxteriores, mientras que N sc mo-

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150 C()ltl{ESPO\Dl:NCIAS l)li l;t:\( l()NlrS

difica combinándose con B: en tanto que organización que se col'r-serva en el transcurso de los procesos de asimilacióI, el cuerpovivo se encuentra en el punto de partida de lo que llegará a con-vertirse en el <sujeto> de conocimientos. Volveremos sobre clloen el $ 12. En segundo lugar, la asimilación nc¡ es una reaccióncualquiera, sino una actividad que varía según los tipos de orga-nización, comprendidos los tipos específicos y tarnbién raciales.Se dirá que éste es también el caso de las reacciones químicasque se diferencian indefinidamente según las especies químicaso los compuestos particulares. Pero lo que nosotros llamamosaquí <actividad" expresa mucho m/is: se trata de un proceso quees, a la vez, funcional, respecto a la conscLvaciór"r de la organiza-ción, e histórico, respecto a la clifcrenciación progresiva y filo-genética de los tipos de organización. En este sentido, pllede clc-

cirse que la actividad asimiladora es fuente de elección y, porconsiguiente, de clasific¿ición cn acción, cn Lln senticio muy clis-tinto del de las reacciones químicas orciinarias. En tercer lugar,y sobre todo, la asimilación lisioiógica u orgánica prepara ia asi-milación puramente funcional o relativ¿r a las acciones, es clecir,el paso de la escala lisiológica a la dcl ucomportamiento>.

u) En efecto, en la medida en que el organismo elige sus ali-mentos materiales y energéticos se ve llevaclo, tarcic o temprano,a buscarlos activamente, lo cual cla testim<¡nio del carácter cle ac-i viclad que presenta el funcionamiento asimilador por lo que tocaa la organización. Esta búsqrteda es uno clc los tnc¡torcs centralcsc!el comportamiento, fuentc clc l¿rs fturcir.rncs cogrtoscitiv¿rs. Ljtr¿t

planta verde se orienta hacia la luz, Icl cLtal es r"tn tropismo y una.ir¡rma de comportamiento. En cl anir¡ral cxistc una cscala ciel-ri)mportamiento en todos los niveles cle evolución.

Ahora bien, no hay comportatnientos sitr ttn eotrtienzo cle cla-sificaciones. Toda percepción es de "categoríau, como lo ha mos-trado J. Bruner, es decir, quc ticnclc a iclerrtilicar el objeto per-cibiclo por relación a esquemas clc accic.rncs anteriores, lo cualsupone una clasificación. El ejercicio cicl instiuto sr,rpone iguai-mente clasificaciones: elección clc aiimentos, de materiales deconstrucción, de compañeros sexuitlcs, ctc. La elaboración de loshábitos conduce a la formación cic esquclrt¿rs m/rs t-r menos enca-sillados, y lo que Hull llana nfanili¿r ierárquica clc hábitos, c1a

testirnonio de tal encasill¿miento, etc.p) Por último viene la represctttación o peusatniento, 1' las

clasificaciones que construye a locios i<¡s nivclcs cle slt desarrollopresentan la novedad cie ser más o mcnos illtencic-¡nales y, sobretodo, reflexivas, es decir, de constituir sistemas, ya no inrranentesa un funcionamiento, sino produciclos y buscados por este fun-cionamiento en la meclicla en qLle es conscientc. Tales son las cla-sificaciones precientíficas (ias ciel niño, Ias r.[c l¿ts sociedades lla-

IrtiNClONE,S Y IiSl'ltUCl'Ult,\S DU LA Oi(Gr\NIZACION

lradas primitivas, las que son inherentes al lenguaje) o científicas(contanclo las del biólogo sistemático, de las que partimos en z).

Asi, la función clasificadora parece volverse a encontrar entt-rrla estructura de organización, y este hecho constituye un nota-ble isomorfismo estructural entre las organizaciones biológicas ylzrs cognoscitivas. Bien entendido que no se trata de las mismasclasificaciones: unas veces los encasillamientos de las subclasesr-l subcstructuras en las clases o estructuras totales están, por así<lecirio, encarnados en una organización material (", B y y), otrasvcccs son inmanentes a un funcionamiento (3 y E) y otras vecesson lesultados (r), pcro la ciifcrencia entre x.-t1 y 8-e no es más quecle grado, y los dos únicos polos reales son los de las estrtrcturasrlc' encasillamiento clasificador inherentes ¿r los funcionamientos(z-n') y los cle las qtte son sLr resultado (c). Mas esta bipolaridadvolvcrlt a enconf rarsc cn toclos los isonrorfismos estructuralesqllc tratarenros cle describir, y sr-r significación es siempre la mis-mA: cl pensarniento parte de estructuras inmanentes a la orga-irización vital, pcro reconstruyéndolas en el plano que le es pro-pi<-r Ias prolonga v enriquece indefinidamcntc.

V. Eslrucluras de ordctt.-Tcldo lo quc aclbamos de decir delas cstlurcturas cie encasillamiento sc vr-relvc a cncontrar er. tér-rriirros análog<-ls cn lo quc concierne a las estructllras dc "'e,acir¡-ncs )', cn paltictrlar, clc (ordenD. Volvcmos a encontrar, a estere'spccto, l¡rs eslructuras inhcrentcs al funcionamiento (todo fun-cionamiento c¡r el tiempo suponc relaciones de orclcn) y las quesr-rn proclucicias por un funcionamiento (el orclen como estructuracie pensamiento). Sólo quc cn el caso de las relaciones de orden,rnás claramentc ¿rún que en el de l<¡s encasillamientos, se ve cla-rarrcntc quc la construcción de una estructura dc orclcn por clpensamiento sllpone un pensamiento ya orclenado en su funcio-namicnto (aunque se trate cntonces cle un orden más elemental).i\sí pues, cr.r cstc caso palticular hay ventaja, a partit' cle los ni-vclcs sr"rpcliorcs, o cognoscitivos, parzt volvcr a clescender a losnirelcs infcriores u orsánicos.

Las estlr-rcluras cle ordc'r-t son csenciales para el mecanism<¡ ciel¡rcrnsamiento. En malcm/rticas pur¿rs, si lu estnrctlrra cle encasilla-luricnlo c:s nccesaLia pal'a la teorÍa de los conjtrntos, la cle orclenr.ro lo cs lrlcnos por lo que respecta ¿r los conjuntos ordenados,rr Ias l'ecles, etc. Entre las primeras r:structuras operatorias que scconstnlye¡r cn cl ¡riño, la de seriaciór-r (encaclenamiento dc las rela-cioncs asimi'tlicas transitivas) hacc juego con la cle clasificaciónt' su síntcsis cs necesaria pnra la constrttcción del nítmerr-r.

,,\lrt-¡r'a bicn, la noción ctc <.¡rden no poclría s¿rcarsc cle la cx1:e-r ie ucia. Hclnholtz. en sL¡s análisis de Ia formación del núnrero,

t5t

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152 cortrursl,oNDlrNCi,\s t)E IrtiNCIoNIrs

suponía que descubrimos el orclen en la sucesión ordenada de losestados de conciencia (memoria, etc.), pero no encontramos or-den en nuestros recuerdos o en ituc.stros estados sucesivos másque si lo introducimos a través cle una reconstitución reflexivao razonada. Por lo que respecta al orclelt que el niño pequeñopuede descubrir en tal o cual configuración percibida (los barro-tes de una reja) o registrada por r,ía sensorio-motriz (una suce-sión regular da lugar a una serie cle reacciones asociadas), no lodescubrirá más que gracias a conductas ordenadas: movimientossucesivos y ordenados de los ojos o de la mano, en lo tocante alos barrotes, construcción cle Lln esquena de articulaciones enca-denadas en lo que respecta ¿r la formación cle un hábito, etc.D. Berlyne, que ha cstudiado en nur'stro l¿rtroratorio el descubri-miento de un orden dc succsiórl por p¿rrte de los niños, ha Ilegacloa la conclusión, a pesar de sus lazos con el nbehaviorismou norte-americano, quc tal aprenclizajc suponc un (contador), cs dccir,lo que nosotros llamaremos activiclacl ortlenaclorar.

Pero el (orden) utilizado ¡tl nivel sensorio-motor (y tan visiblc,en particular, en la orclenación de los medios y de los fines entodo acto articulado de inteiigencia práctica) va preccdido cie unconjunto considerable de relaciones cle orclen quc entratl en .juegoen los mecanismos nerviosos y fisiológicos cll general, de natu-raleza hereditaria. Un reflejo suponc un desarrollo ordenado delc,s estímulos y de las reaccioncs motrices, Una regulación hor-rrional tiene un orden de sucesión, etc.. En cuanto al desarrollo ontogcnético, no cor-rsiste solamentei:! una sucesión de etapas, así pues, dn un¿r scrie orclenacla de es-l¿dos o de formas momentáneas cle organización. Eso s€ría razo-rr"ir como si sufriese esta condición clc orclcrr ¿i la manera cle unproceso físico cualquiera. Hay mucho más, cn ei sentido de queel epigenotipo regula él mismo estc ordcn rnccliante una seriede regulaciones emanadas a la vez del genoma v de interaccionesmúltiples, tales que se desarrollan según lo que Waclclington llama(control temporal> (<time tally>): así, cn la sucesión cle los cst¿r-dios de la oruga, de las metamorfosis cle la crisálicla v clel estadoadulto de la mariposa intervienen, sucesivamente, partes ciiferen-tes del genoma, que imponen así una suerte de ritmo ordenado.Por lo que respecta al genoma, se s¿rbe que el ncódigo del ADN"descansa en la secuencia de las bases, o dicho de otra mancra,en un orden (Watson y Crick).

Por último, la misma filogénesis puede interpretarsc, sin ducla,como una serie de azares, en cuyo caso el orden cle succsión cle lasetapas de la evolución no scrí¿r más quc stririclo, sin analogía con

I Véase D. Berlyne y J. Piagct, "7-Jtéoríc du cotnpttrtanlent ct o1:ttruliotrs>Etudes d'Epistémologie génétique, rc¡I. XIII (ParÍs, P. U. F.).

|tr\CIONIIS Y LISTRUC ftiRAS D[, r.A OIIC]ANIZnCtrjX I 53

cl orclen de un lunciclnamiento ¡', al contrario, clc conformidad conla sucesión de los estados de un sistema termodinámico cualquie-r'¿r; pero aqui también, Io que importa es saber si las estructurascler orden intervinen como instrumentos de un funcionamiento, enc,yo caso la situación es comparable, en grados diversos, a la delorden implicado en un desarroilo

"omo el d.e la embriogénesis, o

como resultacl<¡ cie circunstancias ciegas y aleatoriar, en ó,]yo .uro.ei orden evolutivo no tendría ninguna rólación con el ora"n .og-inoscitivo y no cxistiría más que en el espíritu del biólogo que re-constituyese la filogénesis.

En resumen, las estructuras cle orclen se nos nraniñestan de talmodo al prir-rcipio (y esto desde el ADN) como si fuesen inherentesa tocl¿r orgar-rización biológica y a su funcionamiento. En el otrocxtremo, las estructuras de <-lrclen son productos clel pensamiento,pero de un pensamiento igualmente ordenaclo en su funcionamien-to. Entrc los clos se encucntran toclos los intcrmecliarios clryo pa-ralelo con las estructnras cle cncasillamiento podríamos deicribircon mayor detalle. Aquí también nos encontramos, pues, en pre-sencia de un isomorfismo fundamental entre las estiucturas bio-lógicas 1' las cognoscitivas.

vI. EstrtLctttras mtútíltlicafivas, clascs ufuertetnente e:trttcttt-rqdas> y enclontor'fisntos..-Estos tres eiemplos cle estructrr.¡s cí-clicas (III), de encasillanriento (IV) l'crc oráen en general ¡',/) sonrnuestras todavía muy pobles de Io que será posible decir acercacle los isomorfismos -cntrc las organizaciones vitales y las cognos-citivas, una vez que hayamos hecho progresos suficientes en el co-nocimiento matemático (sobrc todo algebráico v topológico) cle lasprimeras.

comentando las,interesantes descripciones geométricas por me-dio de las cuales d'Arcy Thomson anariza las tránsformaciones evo-luti'as de los moluscos, de los peces, o er paso del Eohippus alEquus actual, Bertala'l[.y clicc c<¡n .azón: uLb quc quisiéramos co-noccr no son las ccuaciolles <lc algunos \¡cctorcs nrensurables, sirlOla ley integradora... Por lo que sabemos, cuestiones de esta clasecorresponden cn parte a la topología... otra.s están ligaclas a losproblemas cle: la teoría clc los grupos, puesto que la cuéstión de Iainvariabilidacl crr la t¡'arrsf'<-¡rmación de Ios sisiemas cle ecuacioneses algo qLlc sc nos plantcau (loc. cit., p.2ll). pero esta matemáti-ca de la organización todavía está por constituirse esencialmentee_n forma cle nn álgebra cualitati'a del tipo cle la de las recles yrlc los gruposr, pcro a,justarla al dinamismo cle toclo sistema auto-rrcgulaclor.

I Respccto a la noció¡r cle .gnrpor, Ashby piensa q,,. to. únices sistemasquc pueden estudiarse cientll'icanrentc son aquellos cr¡vas variacionei per.tinetr_

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154 ClOi'lltl:SPONI)l:NCll^S l)lr ljtrNCIONIlS

Antes de voiver a consiclcrirr estc irltilt-ro punto cn el 5\ 14, con-vicne hacer aún algunas obsct-v¿rciolics Accrc¿l dc las propicdaclesestructurales de la organización vivicnte 1' cle stts isomorfismos p¿rr-

ciales con algunas estrttcturas cogl-Ioscitirtas.1.o Las estructuras de eucasill¿rnriento o cie orclcn clc que ht:-

mos hablado hasta aquí corresironclen, sobrc toclo en las formas elc-mentales en que se constituyen en la psicogénesis clel pensamiento, aoperaciones simplcmcntc aclit ivas. Los c-'ncasillamieirtos cle lasproposiciones 2 y 3, así como la seriación, no constituyen, cle talmodo, más que (agrupamientoso aclitivos. Pero hay un llitmeroccluivalcnte dc otros qqc sc l)l'cs('lttan r:tl f'¡-lrltrlt rllulti¡llicativa ycuyos elementos pcrtcnecen, ,,& la vcz), ¿t I'ari¿'ts clasificaciones o

varias seriaciones distintas. El car'áctci' propio clc estos agrupa-mientos multiplicativos es cl clc le intcrvcnciótt clc ucorrcspon-denciaso (biunívocas o counít'oc¿ts).

Ahora bien, la estructLlra c1c corrcsponclenci¿r clcsempcña ttnpapel fundamental en la organizacicit't liviente y clc nuevo un pa-pel propiamente funcional, es decir, que Iro se recluce simplemen'te a la descripción de los fenómenos por el obscn'acIor, sino a laactividad misma del ser organizado, o clicho de otra manera, alproceso organizador como tal. El ejemplo más scncillo es el de la,,multiplicacióno en gencral, en ci senticlo en (lLle un¿] especie o

una variedad, etc., no están represcntad¿ls por un solo individuo,y sí por una multiplicidad debicla a la reproducción tal quc cadet

individuo corresponcle a cada uno <le los clenlás cicsclc cl ¡ruuto dcr ista del detalle cle sus caractcrcs cspccíficos, ctc., consideradoslérrnino a término. En tal caso, se trata cie ¡lta corres¡londenciaque podríamos llamar "calificada, (por oposiciírn ;r la corrcspon-rlencia numérica o ucualcluierao), ct.¡ cl scntido de qtte tal carácterrr órgano del individuo corresponcle cn otro a un carácter u ór-gano que presenta las rnismas distinciones cualitativas. Esta co-

rrespondencia calificada que, en el estado reflexivo o cognoscitivo,figura entre las operaciones elementales de la lógica (en todo(agrupamiento> multiplicativo), interviene aquí en calidad de es-

tructura constitutiva en la reproducción o multiplicación biológica'Así pues, será fácil repetir aquí los lnislnos desarrcllos que en

teS permiten describirlos en forma de usistemas absolutosr; su carácter prin-cipal es el de eue su acción tiene Ia cstructura cle una función cn el sentidomatemático estricto. Demuestra después (Desi]¡t lor u Brain) que el sistemaabSOlutO presenta una estructura de ogrupo) en cLlanto a stts transformaciO'nes en el tiempo: las composiciones dc las f¡,rnciones quc dcscriben el pró'ximo estadO y, dado el caso, el próxirncr otttl.)ut clcl sistc-ma ticnen una estruc-tura de <grupo>. Según G. Cellérier, la tioción tie usistema irbc¡sluto, es, sitlcluda. reducible a la de autómata finilo.

Rccordemos, aclemás, que Sonrnrct'htlf l;l¡ra/r'lit'ul Biologt'), al analizal laestructura del organismo cn slls tinlclcnnrbios colt cl t¡tcclio, cncucnt¡'a cl

equivalente de un regulador.

litiNCIONl:S )' IIS'I'RUcl'tiRr\S Dl: LA OR(lANIZ,\ClloN ls5

cl subtÍtulo IV a prt-rpósito de los encasillamientos jer'árquicos oclasificaclorcs, pt:ro aplicirnclolos a csta estructura de corrcs¡'r<-in-clencia. Prinrer<¡, si los ir-rclivicluos de un¿r misma cspecie ticltcn ca-racteres que sc corresponclen término a término, sus genomas sccorresponclen igualmentc (y se multiplican en cluplicaciones inclc-finidas, conservando las correspondencias entre estas ampliacio-nes múltiplcs). Segundo, cl ADN del genoma proyecta sus carac-tLrrcs en el ARN (con sus clivcrsas formas sucesivas clc ntransfq-rencia, ctc.) rncdiante nue\,¿rs corresponclencias quc sc prolonganclurante todo cl clesarrollcl clel inclivicluo. Igualmente, cncontr"aríanros innr¡mcrables c()l'rcspon(lcncias calificacl¿rs cn el furreiona-ruicnto lisiológico o ncr'\'i()so v cn cl compol'talnicnto (¡rerccpción,i¡nit¿rción, ctc.) hast;r cl nlo¡.ncnto en que, cle ser componente clelf'trncicltranriento, cst¿r cstnrctLrra pasa a separarsc cn [orrna clc tttrproducto inslrr-unental al servicio clei pensamicnto.

Observemos, aclemás, que si las corics¡ronclencias no constitu-yen todaví¿r más quc cstructLlras, por así clecirlo, semimultiplica-tivas, en el sentidcl de quc cs el mismo encasill¿rmicnto clc carac-teres el que se multiplica o se reproduce en r ejemplares, la ana-tomía comparada pone de manifiesto estructltras análogas a ver-claderos productos cartesianos, o matrices mr"rlti¡rlicativas comple-tas o intersecciones entre estructuras diferentes. Por ejemplo, sise consiclera como sistema autónomo a Ia cintura escapular cn elcor"i.iuntc-r cle los vertebraclos y como cltro sisterna al conjunto clclos tipos cle organización, propio de las diferentes clasers. cl pro-ducto de los clos sistemas pone cle manificsto el hccho cl:.1uc k;sclementos homólogos pueclen no tencr la misma funcicn (y'a lohcmos dicho a. propósito del hueso coracoides); en este caso, laintersección de las correspondencias produce efectivamentc modi-ficaciones estructurales ob.jetivas y no constitLlyc rrn simple ins-trumento descriptivo del que compara.

2.o Si las correspondencias multiplicativas establecen ya Llnpuente entre las consideraciones Iógicas v las matemáticas, la olt-servación siguiente nos acerca todavía más a las estructrlras n-la-temáticas. Se puede consiclerar que una clase lógica cualquiera,como la de los (muebles), está ndébilmente estructuiJCla) en elsentido de que las propiedades cle una cle sus subclases, por e.iem-¡rlo, la de las (nlesas)), no permiten reconstruir ni las de otras ¡rar-tcs ni las clel todo (sino, en este último caso, por abstraccirin odisociación de los caracteres y no por construcción). Una clasc nta-lcmática, como un (grupo> y sus subgrllpos, está, por el contrario,nfnertemente estructurada> en el sentido de que descansa en unsistema de transformaciones tales que se puede reconstruir cual-quicra de las subclases a partir de cada una de las otras, así cornocl nrisrno tcldo en caliclacl cle sistema organizaclo y no sól<¡ ck' con-junto (le caracteres generales y empobrecidos.

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f -56 (,'olilu,sl,[)\t)l]\CtAs I)| l;l'\c'Io\t:s

E,sta clifcrcncia cntrc las clasers, débil r, 1r-rcr-tementc cstructura-das parece ser esencial, pues corresponclc a clos tipos cle genera-Iizaciones: una simplemcrlte inclusir,a, clr"ncle cl tclclo es más ¡-lo-brc qlre las partes v no las cngcnclla, sino rltrc cornprencle sola-mente lo que tienen de común; la otla, ct.rnstllrctiva, clonclc cl lockrse manifiesta como el sistema clc ias tliinsforrnaciones posiblescrryas partes constitu)fen las lealizacioncrs por especializaciones.Así también, se verifica en el campo cle las clases débilmcnte es-trncturadas la ley bien conocida segúrn l¿r cual la extensión cle l¿r

clase (la cantidad cie los individuos) est/r cr) razón inversa con sucomprcnsión (el número de caracteres o ¡rreclicados), en tanto queesta ley ya no tiene sentido en el cas<¡ clc las clases fuertementcestructuradas; no sabriamos dccir si Ias leyes cle un subgrupo sonmás o menos ricas que las clel grupo total, pues su erspecializaciónpuede considerarse tanto como una iimitaci<in quc como uu cnri-quecimiento.

Una vez dicho esto, resulta notablc voh'er a cncontrar este pro-blema a propósito de las clases biológicas. Si consideramos un gé-nero y una especie en calidad de reuniones de individuos aclultoslr'éase la proposición (2)], es claro ciue se trata cie clases débilmen-te estructuradas; la especie es menos numeros¿r que el género, peromás rica en caracteres, puesto que comprende /odos los dcl gelne-ro, ntds las diferencias específi.cas. Pero si consideramos en elgenoma y en el epigenotipo los caracteres cncasillados Iproposi-ción (3)1, ¿hay que admitir que la cliferenciación específica en clcurso de la embriogénesis es a los caracteres genéricos lo que unsubgrupo algebráico es en relación a su (grLlpo)), o como los ca-r ]cteres de una mesa de maclera en relación a los cle los mueblesen general? El mutacionisno atomístico se habría inclinado, natu-¡almente, por Ia segunda solución, significanclo que los caracterese specíficos a) son una colección de accidentes supel'puestos a losú,) del género, y éstos igualmentc por rclacióu ¿r los c) de la fanri'lla, etc. Pero esta n'lanera dc pensar ltos resulta va insoportable(al menos en su fonna exclusiva) si nos llonclnos cn una perspecti-\/a organicista y cibcrnética: lo mismo quc cl gcnoma cleterminaen parte la formación del fenotipo (es verdad que en parte sola-mente, pues hay interacción con el meclio hasta en sus aspectoshistóricos y aleatorios), así los caractercs genéricos clel sistemagenético determinan sin cluda, en ¡rarte, Ios caracteres específicos(pero reconociendo de nuevo lo que corrcsponde a la historia y alo aleatorio); y así sucesivamente.

En otros términos, una estrtlctura ol'ganizacla parece ser a sLls

subestructr"rras, dcsdc cl punto cle rista cicl eucasillamicnto cle loscaracteres de la vicla cn general, clel rcirtc-r aniltral. clc Ia separa-ción en troncos, etc., hasta llegar a los dc cspecic, ctc", lo que laspropicclacles cle un gfLrl)o matcm¿itico clc transfol'rnrtciotlcs son A

I"t \( 10\l.S \ l.SIlttCII It\S l)l: l.A ,\f).\l''l ,\CI()\

ia de los subglu¡-ros, pclo con clos rlilcr"errcias. L¿i plimcra cs quclse trata tlc estluctr-rr¿rs (lLre tiencn un¿r histori¿l y (lue son resultado,cn parte, lo c¡r.rc significa que al rncnos algunas cle las transforma-ciones clel grrr¡ro no son inclcpenclientes, como cl iilgebra, cicl cami-r-¡o qLre l'ecol'rcn (limitación de la uasoci¿rtividad, del grupo). Laseguncla cs lo que Ie corresponde a lo aleatorio cn los porn-Icnorersclc estos canrinos. Pcro combinando el irlgebra y la cibemótica scIIegará cicrtarnente, tarcle o temprano, a construir esa topolo$Íaalgcbraica clc lo viviente, con la que sueña Bertalanffy.

1.o En l;r espcr¿r ha-v que contentarsc, para cornp¿u'ar las cs,tl'Llctrlras org/rnicas, con las estructllras cognoscitit,as, co¡t los iso-inorfis¡nc¡s parciales, cuyo csbozo hemos hecho aquí. Un vínculo cs-pccialrnentc interesante er este r"especto, clescic cl punto cle vista,cn ¡rarticular, cle las analogías con la teoría clc lcls grupos, cs ac¡uelclcl cltrc clan tcstimonio las regulaciones estnrcturales desrlc. loscomienzos cle la embriogénesis: en relac!ón con los cncasillamien-tos rnultiplicativos cle que se ha hablado en (I) se observa, clcsdcla experiencia clásica cle Driesch, que una parte del embrión (unblastómero) puede reconstitnir un todo isomorfo a Ia totalicladinicial. Así pues, interviene aquí un uendontorfisn-]o) en un senticio¿rl menos limitado. Se llama enclomorfismo a rrna corresponciencilrtrnivoca entre un todo B y la parte A que cstá incluida, mientrasquc los demás ntorfismos son el homomorfismo (no-il'lclusión !correspondencia unívoca), el isomorfismo (no-inclusión v correspon-clencia biunívoca) y el automorfismo (equivalencia cc.rr-r inclusiónmutua y corresponclencia biunír,oca). Ahora bien, un enciomorfis-mo es el morfismo quc caracteriza en particulal' a un ?fr1po y asus subgrupos.

Para avanzar más aún cn las analogÍas clttt-c cstos <;:upos> r'la organización viviente, hay que dirigirse al campo del sistemanervioso, puesto que se encuentran allí redes clc las cualcs la clclos f¿rctoles cle Boole consta igualmentc clc un grul)o cle cu¿rtclll¿lli-dad (ver i\ 15, subtítulo III).

{ 12. Ft,xcloNts y EStrtt,crL'ttAS DIt L,\ ¡\DAI'TtcIóN

L'a organización no es clisociable cle la adaptación, pLresto (luc ul1sistcma olganizado est:i abielto al mcclicl v str funcionar.nie nto, ¡ror.[anto, supollc intercambios con el cxterior, cuya cstabilidacl clefl.ne su ca|ircter acl¿lpta(lo. Desclc el punto clc'r,isl.a f'ormal, csto sig-nifica clrrc, cn la proposicir.rn (l) ($ 11, subtílirlt¡ III), hav quc clis-

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l_s8 ('()ltltliSI'O\l)ftNCrI,\S l)ll IjtrNCIONllS

iirrgrrir los elelnentos .4, B, C, ..., (lilc perlos elcmentos A', B', C',..., proporcic¡nacloscÍclica del sistenra caracteriza cntollcr:s suque la pern'lanencia cle las intcracciones ,,1

tencccn al olganisrno, -v

por cl meclir-r; la formaorganización, r-nientras

r A', ctc., caractcriza stradaptación.

Pero hay que distinguir la aclaptacitin-cstaclo qtre acabamos clc

definir de la adaptación-proccso, quc plarrtea ttn problema ntlevoque hay que considerar airora. Esta aclaptación-proceso intervienenecesaliamente tan pronto conto cl nteciio se moclifica, y se modi-fica continuamente por lo qLlc respcct¿r a l¿r vicia clel fenotipo, r'más o menos lentanrentc a escalu clc la es¡recie.

Supongamos, refiriénclonos ¿l esta proposición ( 1 ), cltrc el me dir¡se modifica de mancra quc se reemplaz-a cl clc:rncnto (o e'l conjuntcrde clementos) B'xB" un poco cliferc¡rtc cle B'. Entonces, nna clc

clos: r.¡ el ciclo es interrttmpiclo v la organización cs dcstruida porfalta de adaptación, o el ciclo se coltserva 1al cual o se modifica,sustituyendo, por cjemplo, C. por C sin perdcr su f'ot'ma cíclica.Se clirá, entonces, que ha habicio aclaptación en el sentido de unproceso: Si en

(Ax A')-> (B x B')-. (C x C')-> ... (Z x Z') -> (A x A') ...

[pro¡rosición (l)], B'cs rn<.¡clilic¿rtla cn B" r'C ct.t C., cntonccs, ctrcaso cle adaptación:(4) (Ax At) x(B x Btt)--+ (C. >: C')

-> (D x D/)-->,.. (Z r Z') -' -

(AxAt).'.Conr,iene, pues, clcstacitt' las coticticiorrt's clc 1al l)roccso.

I. Asitnilación y acotn(¡dación.-Las ct-incliciones [uncionalesconstantes están en número cle clos, cu)ra (ol'd'riclad, más o menosestricta, queda por cleterminar: la asimilación v la acomrtclaciólt.

Diremos, de manera muy geltcral, c¡ue ha habicl<-¡ asimilaciónr el nuevo elemento B" a la organización consideracla lprop, ( 1)]

: i, al integrar a B" en su ciclo, esta organización se conserva conc)e:structura organizada. De manet'a más gcncral aún, puedc decirscc ue los elementos exteriores A', B', (.", ... [¡rrop. (1)l sc asimila¡te la organización consideracla como intcgrados ¿t su r:iclo. Pcr<-¡, ct.t

laso de un elemento uuevo 8", h¿ry asirnil¿rcitjn si cst/r intcgraclo,i-,stl vez, en el ciclo clc la orgaliizaciói.r sill tlcsIr'tril'lo.

Pcrcl, si n<-¡ lcl clcstt'ttr,c, lo pttctle ntoclificttr. [in cstc r:aso, clil'c-mos quc hay acontodctciótt clcl ciclo clc ¿rsimil¿¡ciórl si estc ciclof pro¡r. (1)], al ¿isimilar l}", rcsr-rlt¿r trtertl ific¿rclo l)ol' cste clcmcntor¡ue\¡o, cle manera 1al, pttt'cjent¡-rltt, clLlc tlllo clc stls cle'nrcutos ((')result¿r transforulaclo lcn ('r, pro¡t. (1)1. De t;tl ttl¿ttrcra, la ac<.¡tllt-¡-

clación es solid¿¡ria clc la asir.nilaciórl, I'sc ¡rttcclc clecir, t'ccíproca-rrentc., quc toda ¿rsi¡rilaci<ilr vr.r ucorrtpi.rñatlrt rlc' itcomocl¡ciort; si l:tasin-¡ilación clel lrttcvo clctnc¡tto.lJ" rlr¡ rllociiticasc a ('ctl ('", scría

I IrN(]tONtiS Y IIS lltl.,r(l'l t lt.\S l)l: 1.,\ ¡\l):\l) l',\CION l -59

si mltlernente porqLrc las acon-rr-rclucioncs ¿rntct'it¡t'es ctcl ciclo bltst¿rll,

I)cr'o l"ro por ello el ciclo asimilacior clejaría tlc estat' menos aco-

moclado.r\sí pues, poclcmos clcfirtil la aclaptación, etl Iorma cle cornplc-

nlctto o clc ct.ir-lsccuencia clc la proposición (4), como un equilibriocntrc la ¿rsirnilación y la acomoclación. Pero es llecesario hacer dosobser"vaciones a este respecto. Primeramente, cottviene explicar'por quó no clefinimos la adaptación mediante la acomodación so-llamcrrte, como podríamos tener la tentación. La razón es Ia de qucsin asimilación no hay aclaptación en el sentido biológico clel tér-ninc-r; por ejcmplo, se puede clccir metafóricamente qllc un líqr-ri-clcl aclapta su fot'ma a la clel recipiente, pero no hay en ello ningr-r-

na adaptación biológica, pues esta forma nLleva no constitttye más'que un acciclente momentáneo y no se conservará en caso cie nue-vo trarsv¿lsarriento, precisamente por falta cle tocia asimilación a

una organización permanente. Asi pues, la adaptación supolte ultccluilibrio cntre la asimilación y la acomodación y no simple menteuna acoffrodación por sí sola. Eu caso de acomodación sirl asimi-lación duraclera, se habla aclemás, a menudo, cle uacomoclaclos, enel sentido de variaciones fenotípicas momentáneas. La seguncla ob-scrvación consistirá en insistir en el carácter no disociablc de laasimilación y de ia acc¡moclación, condiciones constilutivas inscpa-r¿rbles y necesarias, a la vez, de la adaptación. En efecto, biológi-canrcnte una Acolrloclación no puecle ser siucl la acomodación clcLllta estructura organizacla y, por tanto, no puccle producirsc b:r.jola influencia de un factor o cle elementos exteriores más quc enla medida en que hay además asimilación momentánea duraclcracle este elemento, o cle slt prolongación, a la estructura que mocli-frca. Como veremos clentro cie un momento, csto no es postular lahcrencia cle los caractercs aclquiridos en la acepción lamarckianaclel término, sino cornprobar el hecho de que ninguna r¿r,aciónexógena es posible en una conservación general de la estrllcturaque varía en este punto; por tanto, sin una asimilación cle loselementos responsables r¡ cle strs efectc.rs, a la estructura quc sul'rela variación.

Brevelnente, la asimilación y la acomodación no son dos lun-ciones separadas, y sí los clos polos funcionales, opuestos entre sí,clc toda aclaptación. Así pues, sólo por abstracción se puecle hablar'de la asimilación, como ya hemos hecho y haremos todavía, comorlc una función cle importaucia esencial; solamentc ct¡nvicne re-c:ordarse sienrpre que no hay asimilación cle cualquier cosa al <.¡r-

ganismo o a su funcionamiento sin una acomodación correlativay sin que esta asimilación forme parte cle un contexto de adap-tación.

Ahora conviene rec<¡rclar que volverltos a encontrar, encarl-¡a-clas cn las estructur¿rs nt¿'rs clivcrsas, las funciones ftrnclamentales

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t,50 C]OI{ItI]SPONI)iINC t,,\S t)ll IiUNCIONES

jer'árquicos, aa los mecanis-

cle aclaptación y de asimilación en todos los nivelespartir del genoma y del epigenotipo, hasta llegarrnos cognoscitivos de grados superiores.

II. Adaptaciórt y genonw._l-amarck consideraba que el geno'

ma o el sisiema genético en general era perfectamente maleable a

las influencias del medio, lo que era tanto como atribuirle un po-

cler inclefinido de acomodación, pero sin asimilación a estructurasinvariantes en cuanto a las co¡diciones mismas (cíclicas) de su or-ganización (en otros términos, según el ejemplo que.acabamos de

poner, esto era tanto como conparar la organización hereditaria

"or, ,rn líquido que se ajustase ¿r lad formas de todos los recipicn'

tes sin esiabilidad, ni en principio, sin irreversibiliclad de natura-leza histórica). Con el mutaciotlismo las posiciolles se han inver-

tido y e[ sistema genético estir clot¿rcio clc urla asimilación sin aco-

modáción, en el senticlo cle quc sc rnantiete a espensas del ot'ga-

nismo somático, pero sin sufril' ninguna r,¿rriltción impuesta poréste: inclusive los cl'ectos de las radiaciones sc conciben como si

ciesencadenasen mlltaciones endógenas, es clecir, sin influir en sll

forma, lo cual es, cle nuevo, una asimilación sin acomodación, a

pesar cle la variación. Por el contrario, los acomodados fenotípi-óor

"ratr considerados como ensayos cle aclaptación individual, pero

sin uinguna het'encia posible. Esta situación raclicalmente antitó'tica que, en el mutacionismo, opor]ía la variación fenotípica a laestabiliclacl y a la mutación genotípicas, hacía decir a Cuénot, ¿r

Caullery, etc., que existían clos cllses cic caractercs: unos aclapta-

tivos y no hereditaricls v otros hereciitarios, pero no adaptativos.Y Ia biología ha vir,ido así cluranle cerca cle meclio siglo, a c¿lusa

clel <logma intangiblc clel antilamarckisnlo o cle la ncgación de tod¿t

i¡rfluenlia clel medio, salvo por la sciección (pero a costa de un,-írculo vicioso perPetuo: la selección sc reflere a los caracteres. ú¡tites>, pero la utiliclad, por falta cle tocla noción ciara de la aclap-

lación al medio, se clcfinía por la selección), o refugi:indose en ei

li¡¡rlismo (que es, como acabatllos tle vc-r, tlna m¿lllera implícitar:e hacer intervenir al medio).

Por último apareció un lerliuttt, cc¡n l¿t síntesis de Waddington:r I sistema genético es adaptativo también, en cl sentido exacto de

rrn cquilibrio cntre la asimilación y la acc¡moclación. lJna variacióntenotipica, rcsultantc elc una inter¿¡cción cutre el pctol genético o

cl gcnoma 1' el mecliO, cs cr.¡ncebicla cxplícitanlentc como una (l'es-

puóstan clel genona ¡ lcls e stímul<,¡s cxtr:r iores. Así pues, hay en el

selrticl<.¡ nrismr.¡ qttc ltcmtls claclrl a cstos iór¡ninc¡s, acclmoclación a

l¿rs circunstanci¿ts itnpltestas ¡lot' cl nletlio, y asimilación cle estos

efectos a las estt'uctut'as dei gctlomr. Y la vari;ición así prodgcidaprrcclc fijarse he¡'eclitarianlctlte pot' uasitnilación gcnéticau (cl tér'

rruNCIoNFts y ES'Illucr.ur{AS Du r.A ADAprAcróN l6lrnino es clc waddington, y ro somos nosotros qr-rienes se r<¡ hace-mos decir) concebida, cierto es, como clebicta a la selección, peroen el sentido preciso de la modificación de las proporciones de losgenes por desarrollo y supervivencia de los fenoiipos más aptos,considerados como las mejores respuestas clel genátipo al medio.sin duda, waddington da testimonio aúrn cle arlunas vacilaciones,que no podemos clecir si son debidas a la pru-dencia forzosa clellenguaje de un innovacror en una atmósfera iolectiva

"r"".iui*"[-te neodarwinista, o a los escrúpulos cle un teórico, experimentalis-ta.además, que no quiere afirmar más que lo que p.r"i" probar, 1,,así pues, volveremos a encontrar el proúle-u

"n "i cupit"ro vI.. Pero independientemente cle que la selección e;eróiaa sobr.e crsistema genético (en el senticlo, pbr ta'to, cle una modificación crclas proporciones inherentes al genoma) se haga, excrusivamentc,pof slrpervivencia de los fenotipos aclultos o tarirbié¡i por recombi-

naciones forzosas en el transcurso del desarrollo clel'epige'otipo,Iray necesariamente, a, la vez, acomoclación y nasimilaci¿n genéti-caD erf el sen<¡ crel genoma mismo, tan pronto como se resuerve laclisyuntiva de una acomodación sin asimilación,

"n .i ,ántido deLanarck, o de una asimilación sin acomodación, en el senticro neo-cla^viniano. E' la medida en que el término "rarp,r"rt- tiene unsentido, gstg no podrá ser, por otra parte, más qúe el de una res_p.ue:la adaptativa, pues si no se 'uelve

a caer en Ia noción cle va-riación aleatoria, ra cual mLlestra waclclington con ,.r,rá" que nobasta, ni matemática ni biológicamente, para explicar los procesosevolutivos. AsÍ pues, tiene gran interés para el estuclio cle los iso-morfismos que tratamos clc poner de rólieve en este ba¡tuto ou-servar que los tres- aspectos cle aclaptación, cle asimiraóion v ctcacomodació' sc vuelven a encontrar descle el análisis a" iu, "ri,.u..turas genéticas cuando éstc es efectuado, sin particlismo, por rlno

cle los raros autores que reúrne en sus escritos Ia cloble caliriacl cleun espíritu sintético y Ia p.ucle'cia clel experinrenturi.tri

. IIl. Adaptaciótt f enotípica.-En el terreno clel clesarroilo incli-vidual (embriogénesis y crecimiento), la mayoría cle iá.-nrru."r,por el contrario, reconocen la adaptación, salvo aq,.,"tio, qLre scvuelven a orientar, com,o pasa perióclicamente, hacñ los moclelosclc preformación, para los cuales las influencias clel ni".tin ",' "ltranscllrso de la embriogénesis se reclucen a una alime¡rtaclón t<¡-tarmente asimilada al programa ge'ético, sin más o.o,,,ái".ion".

que las quc son c<lmpretamente momcntáneas. En la concepcirrntlc. la h<meorresis y cle las creodas cre waclclignt<-rn (ver $ 2, strbtí-tLrlos III-IV) y, cre manera general, en

^ras in-terpreiaciones segúrn

las. cuales la ontogénesis determina ra firogénesii lo Áirm" quc ala inversa, es eviclente, por cl cont'ario, qrie Ia epigéncsis es resur_

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162

tado cle una colaboracióny el medio, e implica, porsiva entre la asimilación ytación.

LlOl{llllSl'JONl)l:N('l:\S Dt'l ITUNCIONES

entre la activiclacl sir-ltética del genomzrconsiguiente, una equilibración progre-la acomoclación, y, por tanto, una adap-

En el caso en que el desarrollo no sale cle sus canalizaciones ha-bituales, o creodas normales, esta colaboración se traduce en eseequilibrio en movimiento u hotneorrésico en el que las asimilacio-nes sucesivas y las acomodaciones correlativas mantienen los ór-ganos en formación en strs canales orclinarios y cacla vez más, apartir de los estadios funcionales, una parl.e cie ejercicio cooperacon la maduración. Pero en caso clc influencia posterior perturba-dora o nueva, tal o cual formación cs ller,¿tda a salir de su creoclanormal para adoptal otra más o ntcnos diferente; en este caso,hay variación fenotípica, adaptativa o nociva según que la acomo-dación obligada encuentre o no Lln cquiliblio uuevo con el cicl<-l

asimilador. Esta aclaptación puccie ser indiviclual o lijarse despud'spor "asimilación genéticar, lo que sLlpone, clescle este nivel, unaclistinción entre dos escalones cle adaptació¡r, uno individual, <.r in-cluso momenláneo, y otro hereclitario.

Por lo que rcspecta al fenotipo aclulto, sus aclaptacioni:s fisioió-gicas, lo mismo que rnorfológicas, obeclecen a ¡:n mismo principiocle cquilibrio entre la asimilación I' la acomoclación. Mas hay quecomprender que esta clescripción cs, por cl ¡nomento, esencialmen-te ftrncional, a pesar clel comienzo cle an¿ilisis cstructur:.i1, comple-tamcnte for¡nal aún, que rcprescnta .la ¡rlt"rposición (4). Iin efccto,esta proposición expresa sin más un uclcsplazamiento ciel equili-brio, por relación a la proposición (1); pero, sienclo r-elativo a unproceso cuyo orden cs cÍclico, cste clespi:tzamient<¡, lo misrno que,cle mancra general, el ccluilibrio cntt-e la asilrrilacitin 1, ¡¿ acc¡mod¿i-ción, supone mecanismos de equilibración ciifcrenciaclos y rn¿is o,:n.3nos refinados: son las regulaciones, cle las que nos volveremos¿ 'fcr-rpar cn el $ 14, y que, en sus pormenores, prcscntan isomor-il¡mos particularmente notables entrc los dominios orgánicos y losclgnoscitivos. Aclemás, el equilibrio lisiológico o morfológico entre.a asimilación y la acomodación suponc L¡na conscrvación clel pa-sad<.¡ o (memoria), y conduce a divcrsas anticipaciones que agran-c.¿.n cl campo de la acomoclación: el $ 13 nos proporcionará lrnensayo de análisis, útil prolegómeno para la comprensión cle lasautorregulaciones.

IV. Atlaptaciórt ), cotnporlatniento.-Si dc las aciaptaciones or-gánicas pasamos a las del cornportamiento, r'olvemos a encontrarexactamente las mismas relaciones funcionales, aunque aplicadasa estructuras muy diferentes. Pero como el Capítulo V se consa-grará al examen de las etapas de la lorm¿rción cle las funciones

JILJNC]IONES Y IJS'IIIUCI'UIIAS DE LA ADAP'I'ACtóN

cognoscitivas a lo largo de la serie animal, podemos limitarnos aquía hacer algunas observaciones introductorias, destinadas simple-mente a mostrar qué significaciones análogas a las anteriores (Ia III), cobran los términos de asimilación, de acomodación y deadaptación en el terreno de las funciones cognoscitivas elementa-les, ligadas a las formas de comportamientos anteriores a la re-presentación.

Los instintos y los reflejos, en primer lugar, establecen Ia tran'lsición entre lo que hemos llamado <ciclos> de asimilación, desdeel punto de vista de la organización o de la adaptación, según quese considere sólo a los elementos A, B, C, ..., Z, o también a loselementos A' , B' , C' ,..., Z' lprop. (1) a (4)], a los que llamaremos,cn lo que sigue, (esquemaso. Hablamos preferentemente de <ci-'cl<¡s, cuanclc¡ los elementos A, B, ..., o A' B' ..., son sustancias oenergias, y cuando los procesos x o --> son de naturaleza fisico-química, sus oformas) resultantes son, pues, escncialmente mate'riales. Por el contrario, hablamos preferentemente de (esquemas)cuando los elementos A, B, ..., o A', B',..., son considerados a es-

cala de los órganos o de los objetos exteriores y cuando los pro'cesos x o -> lo son a escala del comportamiento, es decir, de lasacciones del organismo sobre el medio descritas globalmente comosi constitrr-l'esen uformas, funcionales. Pclr ejemplo, la digestión delos alimentos a partir dcl rnomento de su ingestión formará parteclc un ocicloo cle asimilación, mientras quc su búsqueda, su mani'pulación, su prensión, e1c., caracterizarán a los uesquemas, delcornportamiento.

Vemos cntonces que ios (esqllemas> prescntan igualmente <for-mas), pero de naturaleza funcional, puesto que se trata de accio-ncs. Adem/rs, presentan también un orclen cíclico, ya que los clife-rentes movimientos A, B, C,..., que versan sobre los objetos ,\t , Bt,C' , ..,, se encadenan unos a otros hasta llegar a un términc' cual-quiera Z, a partir del cual t'uelven a comenzar (Z xZ'--> t'i ". A'*+--+ etc.). Pero esta reanuclacióir desde Z hasta A puede ser más omenos rápida (alimentación, etc.) o diferida (nidilicación, etc.).Aquí, poco importa la velocidacl de este ritmo: lo importante esquc hay ritmo y que, de tal mancra, el csquema de comportamien-to sea equivalente a un ciclo.

Una vez aclarado csto, es evidente quc lit aclaptación de los es-quemas (o subesquemas, etc.) clel comportamiento tiene como fun-cióir csencial una adaptación o una reaclaptación continua y quecsta adaptación obedece a l¿rs mismas leyes que los ciclos prece-dentes.

Ante todo, importa subrayar el papel fundamental de la asimilación y es, en particular, en este respecto como los instintos oleliejos realizan la transición entre los ciclos lisir:lógicos o epige-notípicos y los esquemas del comportamiento. Lo mismo que Ias

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164 coRRESpoNDENcIAS DE FUNcToNES

sustancias N, y, etc., son alimentos que serán asimilados en unaforma A', B', etc., en un ciclo fisiológico en el que contribuirán a laproducción de los elementos B, C, etc. del ciclo, así también losobjetos X, Y, etc. que contienen estas sustancias constituyen ali-mentos funcionales (y pueden sin más ser ya <percibidos) a títulode alimentos) que estimulan y mantienen las conductas de búsque-da, de prensión, etc., que conducirán a la ingestión de estos obje-tos. Son, pues, uasimilados> a las formas de la conducta en el mis-mo sentido de una integración o incorporación al esquema tal comoserán asimilados al ciclo fisiológico después. Y, como en este ejem-plo la división en esquema y en ciclo es totalmente relativa a laescala considerada en el seno de un ciclo total que comprende, ala vez, el comportamiento, hasta llegar a la ingestión, y la digestiónque le sigue, la asimilación al esquema y, en seguida, al ciclo nos<¡n más que las dos fases de un solo proceso de conjunto.

De igual manera, decir que un gorrión tiene neccsidad de troci-tos de paja y de materiales dir¡ersos para construir su nido, o qucun caracol tiene necesidad de cal, etc., para construir un capara-zón, es expresar en ambos casos la necesidad cle incorporar ele-mentos exteriores a la construcción cle formas organizadas. Sóloque, en el segundo caso, se trata de una forma orgirnica y Ia asimi-lación es físico-química, relativa, pol tanto, a Lln (ciclor. En c-l

primer caso, por el contrario, se tratíl cle formas cle comportamien-to o de formas impuestas por éste a un pequeño sector clel medioexterior: la asimilación de los trocitos cle paja a las formas de laactividad nidificadora no es, entonces, sino funcional y, en estecaso, hablamos de asimilación a un esquema. Pero en los dos ca-sos hay asimilación dei medio a Llna forma construida por el orga-nismo; así pues, hay asimilación cn el mismo sentido general t.

\sí pues, no hay nada de artilicial o cle metafóric<¡ en generalizarc ::nlido del término asimilación, aplicánclolo al comportamiento.I-t ¡scncial es entcnderse, primero, acclca cle la noción de f'orma yconprender que si tiene un senticlo en los c¿rmpos de la morfologÍan,a erial, de la anatomía (comprendid;r la histología) y cie la fisi<.r-

lolr; a misma, tiene también senticio ilsso factct en el terreno clei com-portamiento; y corno la forma de los instintos y de los reflejosprolonga a menudo la de los órganos, la analogía se impone conmayor motivo. Entonccs, distinguienrlo los ciclos y los esquemarscxclusivamente desde el punto cle r¡ist¿r de sus esc¿rlas respectivas,la ,¡similación de un obieto a un csqllcma cle accirir-l o clei con-

I Un caso intermedio e'ntre los del calacol y clel golrión será cl del pagur'<-ro cangrejo ermitaño, cuya coucha prestada no cs, indepc-ndicntemente de qucsea orgánica, sino un objeto cxterior asimilaclo en l'rrnción de un csquerna dccomDortamiento,

ITUNCIONES Y ESTRUCTURAS DE LA ADAPTACIÓN

portamiento no es sino la prolongación directa y natural de suasimilación a los ciclos orgánicos.

Queda, entonces, el problema del hábito o de las adquisicionessensorio-motrices individuales y no hereditarias' Record;mos, pri-mero, que todas las trausiciones las ligan a los reflejos por mediocle los reflejos condicionados. Cuando el alimento llega al estóma-go cle un perro, la acción mecánica y química de los alimentos so-,

üre la *.riuru gástrica clesencadena la secreción cle un jugo fuerteJrnente ácido (mientras que el estómago que está cn ayunas desdehace veinticuatro horas no suministra líquido y la humedad de sumucosa es casi neutra o alcalina). Así pues, la asimilación del ali-rnento se caracteriza, a ese nivel, por reacciones constantes que

forman parte de un ciclo normal [el cual, de manera totalmente'formal, es acorde con el de la proposición (1)1. Después del con-tacto visual y olfativo con el alimento antes de la ingestión hay,cie manera análoga, secrecióu salival y se puede heblar, en el mis-mo sentido, de un comienzt¡ cte asimilación, salvo porque la asimi'lación al <cicloo digestivo va acompañada aquí de una asimilacióna (esquemas> perceptivos, pero quc están integrados a su vez, atítulo de subesquemas, en un esquema rellcjo. Si, por el contrario,se asocia el alimento a un sonido y si el. sonido por sí solo desen-c¿rclena el rcflejo salival, esta conducta nueva ya no es hereditariay constituye lo que Pavlov liarnó a veces osalivación psÍquica>.

¿Qué quiere decir esto? l'o, eu€ ei scuticict ha siclo asimilado al es-qLlema dei reflejo y vemos que la noción de asimilación represen-ta, aquí, una simple extensión de lo que hace un momento llama-nos asimilación de la brizna de paja aI esquema del instintonidificador dcl gorrión, salvo porque sc trata aquí de un comienzoclc hábito y ya no de un puro reflejo; 2.o, que el sonido ha quedadoasimiladcl al alimento, lto cn el sentido cie lo que daría una .ipecu-lación sobre la conciencia dcl perro, de la cual nacla saben;o , sinocie una sustitución cie los comportamientos o de sus electo,i, Se ve,asÍ, que la asirnilación propia clcl condicionamiento o dei hábitoprolonga Ia del reflejo, pcfo supcrándola en el sentido de una (ge-neralización, cle las reacci<.¡nes o incluso de los estímulos.

Diremos igualmente que, cuanclo un bebé ha construido el há-bito de hacer oscilar los objetos coigados (empujándolos un pocosin cogerlos) y cuando aplica csta conducta a ttu nuevo objeto coi-gado, hasta cntonccs clesconocido, hay "asimilación> cle este nuevoobjcto o de esta situación al esquema de oscilamiento, etc., y ve-lnos así que el término cle asir¡ilación scnsorio-motriz nada tieneclc artificial.

Ahora bien, si los iustintos, los reflejos, los condicionamientos;' los hábitos sensorio-motores traen consigo una perpetua asimi-lación clc los objctos ¿r slts esquemas, es evidente que éstos estáncontinuan-lcnte obligados, a su vez, a acomoclarse a las circuns-

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itt6 COltllllsl'O\liilN('l¡\S l)ll l;t:NCltONllS ]:{I\CIONIIS )' IJSTRI]CTIIRAS D}J I,A AD,.\I''|ACI()\

gico-matemáticas se sacan de la coordinación general cle las accio.ncs rnucho antes de apoyarse en un lengualc natural o artificial.

Dicho esto, si podemos pasar de los esquemas compuestos deformas a la vez orgánicas y sensorio-motrices, como los esquemasreflejos e instintivos, a esquemas propiamente sensorio-motorescomo los esquemas de "hábitosD, es claro que es igualmente natu-ral el paso entre estos últimos y los de Ia inteligencia represen-tativa. Los pasos intermedios, en este caso, son proporcionadospor los numerosos esquemas de la inteligencia sensorio-motriz quecomienzan por coordinar, simplemente, entre sí, los esquemas dehábitos, pero quc desembocan en seguida en la constitución deesquemas sorprendentementc isomorfos a los de la inteligencia rc-presentativa. Por ejemplo, cicrto número de desplazamientos par-ciales, cada uno de los cuales no puede corresponcler más que aun esquema de hábito, terminern por coordinarsc cn un sistemamás amplio, correspondiente a un (gnlpo de dcsplazamientos)),sah¡o porque sigue siendo puramente práctico y no ftrnciona másqlle progresivamente sin rcpresentaciones cle coniunto. Ahora bien,este esquema sensorio-motor de ngrupor, por limitado que sea ensu funcionamiento, no deia de constituir por ello la subestructurade la cual el pensamiento sacará entre los 7 y los 12 años la estruc-tura operatoria corrcspondiente: estructura todavía irreflexiva enel sentido de que sigue siendo interior al funcionamiento de la in-teligencia (pero como rcpresentación, y -va no como acción sol¿r-mente) y ya no es objeto de ésta. Después de lo clral , la abstracciónreflexiva del matemático saca una estructllra en calidacl de obietode reflexión cle la misma manera que constl'uye todas las estruc-turas operatorias elementales (reuniones, intersecciones, orden,correspondencia, etc.) a partir cle las estrncturas inherentes al fun-cionamiento del pensamiento y de la acción.

De igual manera, el esquema de la pcrmanencia de los oi,,i,rtos,constmido por la inteligencia sensorio-motriz, constituye el p rntode partida de los esquemas de conservación operatoria clel ¡:ensa-miento, elaborados desde los 7-8 años, etc. Así pues, es imposible,si se reconoce la existencia de esquemas más o menos generalesal nivel del comportamiento, desde los refleios y Ia formación delos hábitos hasta las múltiples construcciones de la inteligenciasensorio-motriz, ncgarse a considerar como esquemas adaptatirros,en la acepción biológica del término, los esquemas cle la inteligen-cia representativa y del pensamiento, Así pues, hay una asimila_ción conceptu¿rl, en el mismo sentido que puede ilecirse que hayuna asimilación sensorio-motriz de los objetos a los esquemas dc:acción del sujeto, puesto qrre estas acciones se prolongan en ope_raciones. Y, cn toclos los niveles, estos esquemas se ciiferencian sinccsar }l'.rr ¡.rconroclación c<-rntinua ¿r los ulrevos clatos, en tanto que

to/

tancias del momento y a las particulariclaclcs de los objetos asimi-lados. La adaptación propia del conportamicnto, ya sca hercdita-ria o adquirida (o, eventualmente, las dos cosas, por nasimilacióngenéticao), constituye, pues, cle nuevo, un ccluilibrio entre la asimi-lación y la acomodación.

V. Adaptaciottes cogtloscilivr¡s'-Nos queda hablar, por últi-mo, de la ádaptación propia del pensamicnto y de las funcionescognoscitivas superiores. Ahora bien, esta aciaptación del sujeto a

los objetos de su conocimiento existe, )/ n(] cs más que Lln caso

particular de las aclaptaciot-teS clel ot'ganistr<l al mcclio. En ¿rmbos

óasos, el criterio es el éxito, ya Se trlttc cie sulte¡,ir¡encia o clc com-

prensión. Por ejemplo, podemos ciecir qlrc la teoría de la oxidaciónóstá mejor adaptada a los fenómen<¡s cie lu combustiórl que lo es-

taba la doctrina de la flogística, t-l qr,re llt 1ec¡ria cle Einstcin clc iagravitación está mejor adaptacla qttc el sistetna cie Neu'ton. Incltt-io puecle decirse quc entrc la supc¡r,ivcnci¿i clcl o¡ganisut. aciap-

tadó y el éxito de una teoría comprensir'¿i cxisteu mecauism<¡s co-

*rrn.r, pues la superviyencia cle la teoría mejor depencle tanbiénde las elecciones dictadas por la expericncia que guarclan alguuas

relaciones con las selecciones impuestas por el nlcdio, ctc'Pero si la comparación de estos términos extl'cmos llos puecle

parecer que eS completamente yerbal o llttranlente ¡rctafórica, la

cuestión Cambia tot¿lllncnl.e clc lts¡rccii.r tatr llrouto conlo sc tonaen ConsideraCión cl cg¡rjunto cie l¿is i,ansici¡lncs cnlrc ios compor-tamientOS elementales (I\/) y los irrecaliis:¡lcls cogttt-rscitir¡os Supe-

ri6res, y, Sobre tOdO, tan plol-lto COlllo Se' L'x¿llninail cst¡s CStadiOs

intermedios en la perspecli\'a clc la asimilación y cie la acomo-

dación.En primer lugar, es cont'etiiente ll!'egLllltltt'sc quó es ulla (for'

rra) en el funcionamic'nto ctei pensarnicnt<-¡, y si ei térlrino dc((.squemasu que se puede apliczrr a los es(lLlemas conceptuales, a

l0s esquemas operatorios, etc., sc cntjcncic en el mismo scnticlo que,:i de los esquemas de comporlamiento \', Por eso ll-listl]o, de los

¡:iclos constitutivos de tod¿r "formÍIr org/trlica. L¿r clilicultaci pro'r:ene, sobre todo, del hecho 6l¿- qtte Lln esqllema conceptual está

liiás o mengs íntimarncntc ligaclo a r-til lcn;,lt-tajc, rlientras que este

último no interviene paril uad¡r clt ir-rs escltrcuras clc comportamien-to anteriores a la constitución cie 1¿r función semiótica (o simbó-lica) y todavía meltos en ios ciclos orgánicos. Pcro cl lenguaje no

es cl pensamiento, ni stt lr¡cntc rl conclicii-¡n sulicicnte. Hay que

buscar las raíces clel pensamicnto en lir acción, y los esquemas

operatorios se derivan directamente cie lc.¡s esquenas de acción:la operación de suma provienc de la ar:cit;n cle rc'unir, etc. (véa-

se $ 1, subtítulos II v III). De mlrnere ¡icitciai, las cstructuras ló-

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I i8 coRr{Est,oi.iDENCrAS Dn IruNctoNES

i;r adaptación es resultado del equilibrio cntre csta acomodacióny esta asimilación.

VI. Adaptaciótt y operaciorres._-E,s cicrto, no obstante, que sila inteligencia, en sus fuentes, es aclaptativa y asimiladora en elmismo sentido que las estructuras orgánicas y sensorio-motrices,esta adaptación cognoscitiv¿r clc raugo sr-tpcrior llega a resultaclosmucho más completos y a estructur¡rs mtis cstables. I-a adaptaciónorgánica tiene que rcajustarsc cotrtinuamcrntc por la influencia delmedio variable y cle las nllevas acomodacioncrs. La adaptación in-cliviclual termina pclr fracasar y pot' ccclc-r ¿r la mucrte, cn tantoque la adaptación filética prosigue, pcro cll formas tan poco sufi-cientes que nuevas modifi.caciones cvoh.rti\¡as se han sucedido engran número. Cierto cs que encontramos alg,o análogo cn las múl-tiplcs formas clel pensamiento humano en las qrlc para no ver másadaptaciones cognoscitivas estables sc necesit¿rría algo clc optimis-mo. Sin embargo, en el terreno cle las tí'cnic¿rs y cle ias cicncias esdifícil negar un pro€lreso relativo, prrcs si las cic-ncias se encuen-tran en perpetua reorganización aclaptativa, podcmos decir, comoOppcr-rheinter, que la ciencia no sc er-rgaiia clos veces dc la mismalrancra, lo cual no es muv cx¿lcto cn cLtanto a la errohrción bio-l<igica.

Lr-r difclc.ncia escncial entlc la iiclaptación intelcctu¿rr y ra aclap-tación orgánica es la clc que ias fc¡rma:; cicl pcrrsamictrto, al apli-csrse a distancias crecietrtes en el cspacio v cn el tiempo (con unaclifercnciación pro¡lresiva cle las escal¿rs) culnrina cn la constituciónde un "medio, in{initamente nás ar-nplio },, por. ccrnsiguictrtc, másr:stable, mientr¿-,s clnc los ilrstrnmc-.nlos opcr;rtorios rnismos, ¿lpoya-clos, por lo dem¿is, cn auxiliulcs scrnióticos (lengua.jc y escritura),coriservan su propio paslclo v aclorricren una continuidacl y unamoviljclad reversible (por cl pcnsr.micnto), adquieren una estabili-cl¿rd ciinirmica inacccsiblc r la organizacitin biológica.

Entonccs resulia, por uu¿r partc, qrrc )a asimilación concepttralu operatoria cs mtrchr) nlíis .consc|r'ador¿r) que cn el tcrrcno clcl¿ s l'..¡rmas orgár'iicas. Dc'sde los Elcmentos cle Euclicles hasta las.¡-orías contern¡ror¿iirclls cle las (cstnlcturas> v clc las <categorias>.¿ matemática ha ccirc.rciclo innumerables revclluciones; sin embar-g, ), no han culminacic¡ en un rechazo cle los conlcniclos cie la geo-n-etría y de la aritrnótica- enclidíanas, sino que han integraclo óon-tinuarnente el pastrdo crr cl presentc. Y si no se puecie clecir otrotanto de las ciencias cx¡relimentales, las aproximaciones sucesivaspropias de estas últimas nos clan testimonio de un esfuerzo cons-tante de integración y cie continuidad, gracias, cn particular, a Iasposibilidades clc distincirin y clc cclorclinación correlativas clc Iasescalas de fenómenos.

IIUNCIONI]S Y I]STRUCTURAS DE LA ADAPTACIÓN 169

Por otra parte, si la acomodación a los datos nuevos de Ia cx-pcriencia lleva consigo un aspecto irreductible de algo imprevis-to que de nuevo amenaza, sin cesar, a las aclarrtaciones adouiri-das, esta acomodación de los esquemas de asimllación inteleótuala los datos imprevisibles del medio presenta dos caracteres nota-bles que le confieren un grado de compatibilidad co¡ la asimila-ción más grande que en el terreno cle las acomoclaciones orsá-nicas. " i

EI primero cle estos caracteres es el cle ra existcncia clc algu-ras formas de acomodación permanentes, por así decirlo. una teo-ría física o biológica, etc., no se acomocla cle ,inguna manera per-marente, pues basta con un hecho nuevo para hacerla fracasar(la expericncia, como es bien sabicro, nunca permite confirmar dbnlanera completa una teoría, pero sí prrede socavarla). por cl con-trario, no solamente la experiencia nunca contraclirá teoremas clelógica o dc

'ratemáticas (lo cual es eviclente, puesto que son cle

naturaleza hipotético-deductiva), sino que además poclémos estarseguros dc quc tocla realidad experimental cla o."iión, no a unadcclucción integral (no se deduce Ia historia), sino a un tratamien_to lógico-matemático más o menos profunclo y al cual no habráclc contradecir: el juego cle los isomorfismos, clc las cstructurasde orden, etc., qlle los matemáticos moclernos aplican a tocro clanlcstimonio, clc tal lnodo, clc una s,erte clc acor¡oclación pe.nranen_tc cle las estltrcturas más generales del pensamiento. Ailora bien,estc hecho tiene su correspondiente en el terreno biológico, puessi ninguna forma orgánica particular es acomodada cle .,rio "., po'toclas, la acomodación dc las formas más generales de la organi-zación viviente se confunde con la vida misma y clura, de tal ma-nera, tanto como ella. Esta será, entre otras, una cle las razr_¡nesquc justificará la interpretación que trataremos cie clar en cl ca-pítulo VI, según la cual las razones del sorprenclente acuerclo delas estnrcturas lógico-matemáticas con lo real han cle buscarse enlas leyes mismas clel funcionamiento cle la organización ,ir,ientccn su continuidad permanentc.

El segundo carírcter notable de la acc¡moclación intelei:'ual csc'l cle su capacidad de anticipación. si Ia adaptación cie la inteli-gc'ncia cstuviese limitada al campo del presente inmediato y cle lareconstitución clel pasado, se engañaría en el terreno cle Ia exne-liencia todavía más a mcnudo de lo que ocurre. pero hay una can-ticlacl de acontecimientos que el pensamiento puede piever, y elsimple hecho de que las matemáticas tengan como objeto el ton-iiruto cle las transformacioues posiblcs y no solamentL su secrorrle lcalización efectiva nos muestra suficientemente esta capaciclaclclecluctiva del espíritu. También en el terreno cle lo aleatoiio, quesc' irrtcrflcr-c sin cesal ccn cl cle lo cleter.mi¡raclo (particularmentccrr los canrpos clc lu historia), las operacioncs lógico-nratcmáticas

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170 coltit:!lf,{)^'rl)t;\('r\s r),1 I,rlNClo\J:s

permiten un cálculo de la probabilidad cn slls formas rnúltiplcs,!r-r cual constituyc, cie nuevo, un instruncnto de acomodación an-;:cipadora.

A este respecto tambión la anticipación r-tc.r es especial cle losmecanismos cognoscitivos, y lo recorciaremos a partir del próxin-roparágrafo. Pero tanto estas anticipaciones como las acomodacio-nes permanentes, en las cLlales se apoyan, por lo clemás, son infi-nitamente más ricas en los tcrrcnos cognoscitivos que en los or-gánicos. La conclusión que hay que s¿rc¿rr- dc cstc r\ 12, por tanto,es la de que la adaptación cognoscitiva prolonga la adaptaciónbiológica en general, pcro qlle su ftrncirin propia cs alc¿rnzar for-mas adaptativas irrealizables en cl rlominio orgár'rico, tanto por sllriqucza en asimilación y cn acomoitacióu colno pclr la estabiliclacldel equilibrio entre estas clos subfuuciorrcs.

$ 13. Ln coNsanvACIóN DE t-As INr,l)nltlcr()NI]s ,\N'ILRrorrN{EN-fDADQUIRIDAS Y I,A ANTICII"\('IóN

La anticipación, a cuya generalidacl ac¿lbamos de aluclir, es mll-cho más que una prolongación de la acomodaciót-r: pcrmite la for-mación de acomodaciones anticipadoras, pero, en sll forma gene-ral, se deriva de una capacidad de infcrcncia o cle transferencia apartir de informaciones anteriormente adquiridas; así pues, a par-tir de la conservación de sus esquemas de asimilación. De tal ma-nera, nos hallamos en presencia de dos funciones nuevas (y quizáde caracteres estructurales de orden general) comllnes a la vida yal conocimiento: una función de conservación cle la información o<memoria)D y una función de anticipación.

I. La memoria.-La noción de nmemoriao como conservaciónJe la información plantea dos problemas importantes: uno relati-vr¡ al aprendizaje o adquisición de la información y otro a sll con-r,:rvación como tal. Problemas soliclarios, pues r-ro se puede hablarcie aprendizaje o de adquisición si no hay conscrvación cle lo ¿rpren-d do y porque, recíprocamentc, no se trtiliza cl tél'mino (memo-''. a> rnás que en el caso de la conservación cie inf ornaciones de,rrente exterior (si no, toda la hercncia sc conftutdiría con la me-moria), pero son problemas clistintos, pues ci aprenciizaje y l¿r con-servación corresponden, no obstante, a clos fases sriccsir¡as de unproceso de conjunto.

Con frecuencia, v con r¿rzón, cl organisrno ha sirlo cot-lsiclerado

CONSlllt\/r\Cl()N I)ll LAS INtrOll\i \(llo\l:S

corlo si constituycsc una miiquina cle uprencler, tau esencialmcrrtecoi¡o es una máquina de asirnjlar o cle reproducirsc. Y, efectiva-mente, si hay qrre distinguir con cuidado el aprenclizaic dcl cles-arrollo, aunque todo desarrollo dependa en partc del meciio yaLlnqlre exista, además, un desarrollo de todas las formas de corloci-micnto, comprenclido el aprcndizaje, sigue siendo cierto que scobservan varicclaclcs dc aprcnciizajc en casi todos los niveles evolr-rti-vos y en toclos los estaclios, por 1o menos funcionales, del dcsarro-llo indiviclual. Sólo que, ¿en qLró consistcn estas folmas clc aprerr-clizaje? Nos podcmos rcprcsentar cl organismo como una uca.jaIregra> cn las que las <saliclas> (outpttts) aportan tanto conro las nen-tlacias, (inputs) t, o bicn, pt.ir cl contrario, las infol'tracione.s in-troclttcidas en su seno est¿i¡r sometidas a transf'ormaciones \¡, porlo menos, a una organización tal que las s¿rliclas si-'an más ricasqtre las entraclas. Ahora bien, cs cvidentc c¡uc c:l moclo cle conser-vación no será cl mismo cn los clos casos \¡ qLlc, si toclr aclquisiciórrcs solidaria clc nna asimilación, la conserv¿rción de las inf'ormacio-ncs será dependiente cle la cle los csquentas de asintilación.

Por eso, la noción de ulucrnorian es, de hecho, muy eqtrír'ocl.En psicología humana cl tór'ruino abarca cierto nírntcro cle 1'rrocc-sos, clryos extremos solr los si¡luientcs: la fornr¿r más clcmental csIa de la mcmoria de simple nreconocimiento> clt prcsencia dcl ob-jcto percibido, pcro sin evocación en ausencia del misrno. Ahorabicn, el reconocimiento perceptivo es función de un esqucnla sen-solio-motor, que pucclc constituirse en clcasión, simplementc, clcla reaparición del objcto exhibido antes (lo ctral constituye. sinembargo, un principio cle hábito), pero que es, en general, un cs-quema de hábito propiamente dicho; en efecto, todo hábito sllponcrcconocimientos de inclicios y de situaciones, lo cual explica suestrecho parentesco con el reconocimiento y su carácter parcial-mentc mnémico (sc habla toclar'ía, a estc respecto, de mentoriamotriz o memoria-hábito).

En el otro extremo, se emplea el tórmino de memoria de <evo-cacióno para designar la capacidad dc evocar en forma de recuer-clo imágenes, objetos o ac<-lntecimientos que no se hallan presentcsperceptivamente. La cvocación que es de un nirrel muy superi,rr aldel reconocimiento, sllpone Ia función simbólica (imágenes r-r'.enta-les o lenguaje como en la condncta de la (recitacióno, quc, segúnP. Janet, es la raíz de la memoria de evocación), así como procesoscle inferencia y de organización lógica necesarios para la rccons-titución del pasado (lo que no excluye, por lo demás, la presenciadc rcgistros inconscientes, cuya prueba ha proporcionado Penñclclal cxcitar eléctricamcnte los lóbulos tcmporalcs, pero dc los qtrc

t Ello significa que las únicas actividades en juego serlan las de cifrar ylas de descifrar, sin transfonnaciones propiamente dichas ni otro ¡necanisnttrrlue los del registro y de tra(iucción o actualización.

l7t

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7 ) ('()tiÍ{t:st,oNl)tiNcl\s l)ti lrtr\ctoNlls

r,r se conoce l¿r cxtensióIl colr rclación a1 clescifranricnto, ni lai;tl:lidad por oposición a la cic las recon:;litue iones qnc supone éstc).Así pucs, está clarci que la evoc¿rción slll)oncr tambión csquemas,pcro conceptuales u operatorios, necesarios o bien para la orga-nización clel recuerclo o bien para su rcconstilución o, simplemente,pára su desciframiento, <-r bien ¡rara toclos estos necanismos ala t,cz.

Vculos, dc tal rnorlo, Ia conrplc.jidacl cie l¿r l-ncm<-¡ria, lo quc r.t<-is

ller,¿r rnuy lejos clc Ia idea que ste hacía Semon cn sr.l (mnemcD: enlugar de un registro autc¡rnático l)or (clrgramas> y de un clescifra-ruriento directo y conplcto por "cl<foria) nos encontramos, porcl contrario, erl prescncia cle lrn cifrado v un desciframiento li-gados a esquemas cle asimilación (así pLrcs, a esqucmas de accio-r-res o de operaciones), lo qure suponc transformaciones con unaorganización, por lo menos. Entonces, cleiando cle laclo la cuestiónrle la adquisición dcl recuerdo c¡ clcl aprendizaie, el problema dcsu conscrvación tienc dos aspectos muy distintos: cl de la conser-vación de los esquemas como tales y cl cle l¿r actualización del re-cuerdo (o clcscifranriento) cn forma clc rcconocimiento o de evo-cación.

Ahora bien, el problema clc la consen'ación cle los esquemas nocs, propiamente hablando (sah'o si extcndcmos indebidamente elscntido de los términos) nn problema cle nremoria, pucs el esquemade una acción, como es lo que en ella cs tlansferible o gencraliz;r-ble, se conserva por sí mismo; de tal r¡oclo, la memoria de nn es-quema no es más que este esquema como tal y, entonccs,'¡rueclcuno abstenerse, por csta causa, clc hablar clc: nnlcmoriar, salvo lralahacer de aquól el instrnmento de ésta. Por cl contrario, Ia memo-ria en sentido estricto. es clecir. el reccu-locimiento o la cvocación(incluyeudo la evocación provocacla cr"r cl senticlo de las cxperien-cias de Penfield) no es más que el aspecto figuratirro cle esta con-scn'ación de los esqLlcmas: figurativo en c'l senticlo dc Io quc cspcrcibido (rcc<¡nocinric'lilo) o imagitraclo (cvocacitin por la irnagcn-recuerdo).

En lo que sigue no llos interesar¿i tanto la mcmori¿r cn su seu-t,clc estricto corno la conscrvación dc las infcxmaciones anterioresr n la forma más amplia cle todo lo quc ha sicio adquirido o ¿rpren-ri;r'o cll función ciel lneclio extericlr. Así pues, es de la c<¡nservacióndr: los esquemas o cle sus Lransfcrencias, etc., cle lo que sc tratar'á¡ n e toclo, y en tanto qnc tales csqllcmas scln claboraclos en vincu-lación con cl meclio (por eso hcmr.¡s utilizacio llasta l¿r introclucciólttl .: cstc $ 13 cl tér'mino cle urnentr¡r'ilD llonióucl<-¡lo cntrc comillas,pues su empleo cn biologíii cs r-nrrchr¡ urírs ufílr ¡.r las nocir¡ues cleruprcnclizaje, clc conclici<luanrielrto, <lr'llábito, clc., r1r-rc a la clc n¡c-moria cn los scnliclos i'lsict¡lóuit'os rlcl rr'r'or"tot:inricnto tl, sobrc

CONSI]ITVACION DIl t,,\S INI]OITj\lAOIONIJS 173

tocio, de evocación, siendo ésta sin duda propia del hombre y, cLlalt-clo mucho, cle los primatcs superiores).

Pero t¿ur pronto como sc trata de los esquemas mismos, la gr.andificultacl consiste en encontrar ulta línea cle demarcación entre loinnato y lo adquirido, pucslo que existen entrc los dos toda sucrtecle transiciones, como, por ejemplo, entre los reflejos y los prime-ros hábitos (condicionaclos o, simplemente, instrumentales). Entrprrn rnontaje hereditario y Llna adquisición impuesta por cl meclitr\¡ sus scclrencias rcgularcs, existe, en efecto, un tertiunz que es ele jcrcicio. Así pues, parecc ser m¿is o menos cierto, hoy en clía, quela maclur¿rción cle tal o cual sector clel sistema nervioso está Iigadarr un ejercicio funcional, y si estudiamos las manifestaciones delos reflejos de succión en el recién nacido hnmano (como ro hemoshccho), se observan una consolidación y una adaptabiridad crecien-tcrs en el transcurso de los primeros días (volver a encontrar elpez.ón después cle un ligero desplazamiento, etc.). pero cste ejerci-cio, aparte cle que nada enseña al suieto fuera de la programaciónhereditaria, constituye sin embargo una adquisición funcional ysupone Ia intervención de nn medio. Ahora bien, una adquisiciónfuncional puede prolongarse en organización estructurrl. De estamanera, Hebb rcconoce el papel desempeñado por el ejercicio has-ta en la formación de las Gestalt perceptivas; Lehrmann opone,de igual manera, el innatismo puro del instinto a un eiercicio pre-eoz quc comienza cn cl cmbrión y podemos llegar hásta ¡lregun-tarnos por si la neurobiotaxia descrita por Kappers en la organi_zación embrionaria del sistema nervioso a partir cle los ne.troblas-tos no lleva consigo un efecto clel mismo tipo.

IL F<trntas eluttenlalcs de uprandizaje.*El objeto dei prcscn-te capítulo es poner de relieve los isomorfismos generales entrelas funciones o estrlrcturas orgánicas y cognoscitivas, y no, comoharcmos cn cl capítulo V, cstablecer ct-rn precisión Ia cpistemolo-gía dc cstas últimas, ('s dccir, buscar las concliciones necesarias vsuficientes en calidacl de conocimientos. Desde el punto de vistade los isomorfismos, por lo que respecta a la conservacii,tr ,:le lasinformaciones anteriormente adquiridas nos bastará con observarque esta función esencial es común a la vida orgánica y ai conoci-miento y que volvemos a encontrar, en estos dos campos, la difi_cultad cle disociar al principio las informaciones aclquiiidas cle lasinformaciones hereditarias, así como la necesiclacl cle distinguir unfactor de ejercicir¡ entre las acciones de éstas v cle aquéllas.

Estos problemas se plantean desde el nivel cle la biol<¡gla mo-lccular. Por ejemplo, se ha podido considerar la inmuniclaá comouna espccic de u¡¡g¡¡stiar. ps¡s al cstucliar ern Ias bacterias la for-rnación clc anticnerpos cspecíficos quc combaten a los antígenos

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r75174 ('OltllllSt)()\l)I;NCl'\S l)li I:LiNCI()NIIS i'oNSl]l{\¡AC]0\ t)li I_AS I Nlrouñ1.\ct0Nl]s

rr.s hernos encontrado en presencia de dos clases de posibilidadesv todavía no se ha podido elegir definitivarnente entre ellas. Con-ro.'me a la primera, el antígeno constituye una especie de rnatrizer la cual se vacían como en un molde los anticuerpos, lo cualconstituiría una información adquirida desde fuera y haría de lainmunidad una (memoriao en el sentido de su conservación. Col-r-

forme a la segunda, que parece ser la más probable, la adaptaciónespecífica del anticuerpo al antígeno sería resultado de una selec-ción en el interior de las informaciones genéticas ya constituidasy, por consiguiente, ya no se tendría que hablar dc .memoriar.Sólo que esta selección no podría traducirse en tétminos dc sr,r-

pervirzencia o de eliminación (muerte) de los individuos, ya quese trata, esencialmcnte, dc elección y clc rccombinación a partir clcinformaciones predeterminaclas quc qucclaban ¡ror l'eagnlpilr va.iustar; la oseleccióno en juego, por tanto, se parcce ¡nás a unaprendizaje por ensayo y error quc ¿r Lul proceso de toclo o llacla.Nos encontramos, dc tal modo, en prcsencia clc una <rcspucsta>en el sentido de Waddington, y la conscrvación cle csta respuestaencaja bien en el marco general de la conservación de estructurasadquiridas nuevamentc, aun cuando csta irclquisición su¡ronga Lln¿r

interacción estrecha entre lo predcterminaclo endógeno y las con-diciones exteriores. En efecto, aun si hablamos cle ugenes rnorf'o-poyéticoso, como sc hace actualncntc, si csta morfo¡loycsis da lu-gar a elecciones sucesivas, estas elecciol-rcs cstán orienterdas porsus éxitos o sus fracasos, o clicho de otra rllancl'ri, por la situaciónelt su conjunto. La famosa ctrcstión clc las planarias de Michigan(en las que la información aclquirida por condicionamiento se con-servaría en caso de regener-aciones clcspueis dc las divisiones arti-ficiales del animal, o incluso clespr:ós de ia absorción de los frag-mentos del individuo educaclo por otro no condicionado) pareceempalidecer un poco; mientras no sc lorneu precauciones suficien-tes acerca de los caracteres genóticr-rs de las cepas utilizadas nospodremos preguntar si los efectos obsenaclos, pero quc otros ex-perimentadores no han vuelto a encontral:, no se debcn a Llna se-lección en el comier-rzo \¡ no a Ia <nlcnloriu, I.

I Pi:'r el contrario, expericncias c¡ue porlrían sel dccisivas han sicio publi-:a tas recientemente por F. R. Babich, A. J.. Jacolrson, S. Bubash y A. Jacob-;o t (,'{¿t" Science, 149, ó56 (i965) v Proct'r:tling:; ixtnt. ,4cad. ol Scíence , r,ol. -54

(!1ó5), núm. 5, 1.299): clcs¡ruús clc lr¿rbcr so¡rr¡titlo mlas a trrr lrprcnclizaje qucconducía a la comida ¡nediante una scñal acústica, cstos autorcs mataron los':r'ma,les entrenados, tom¿rron un cxtracto dc ccreblo c inycclaron ARN a,n tividuos nuevos; cornpt'obaron, cntorlccsr, q!lc sc volr,íurr capaccs dc urra¡rrendizaje significativa¡nente ¡nás rápiclo cluc los plinrcros. A título Ce con-t r,l volvieron a hacer la experienc:ia E. F. Irjerclingstad, Th. Nissen y H. H. Roi-geevd Petersen (Scand, J. Pltysiologl' ó; l, 1965), con un resultado positivo,mientras que Gh. G. Gross y F. M.Carey Scienc¿r, 150, l9ó5, 3,704, 1.749) no hanvuelto a encontrar los mismos hech<.rs. llstos rilti¡uc-¡s autorcs colaboran ac-

Por el contrario, el probiema planteado estir intacLr_¡: ci dc l¿r

localización en el ARN cle las informaciones aclquiridas, o el clc lanecesidad de un ARN Juncionalmente intacto p¿lra que haya talesadquisiciones, Ahora bien, este problema poscc un gran interés teó-rico, ya que el ARN depende estrechanente clel ADlrl, lo clue signi-ficaría que la información adquirida sc retienc gr.acias a aclivicla-cles que exigen la acción de un cuadro hereditario. Por otra ptrtl.,el papel del ARN, comparado con el de las secuencias cte base clélADN, puede suponer un efecto más grancle cie ejercicio. pclr ejem-plo, Hyden ha mostrado, en experirnentos con ratas, que un nuevoaprendizaje acarrea un aumento de ARN, a lo clue sc ha replicacl-rplanteando la siguicnte clisyurrtiva: ¿es éste un elccto clcl apr-c.r-clizaje como tal o cie la actividacl desplegada? pero, si es c,lc In ac-tiviclacl, ésta pueclc ser el resultado del ejercicio mismo quc cs in-herente al aprcndizaje, indepcndientenlenle cle su conteniclo, l<.r

cual representa, como hemos visto, un f¿rctor inrermeclio entlc l<-.r

in¡rato y lo que es adquiricio clesde el extcrior..Sea lo que Iuere de esta conserv¿rción clc l¿r inr'<-¡r'¡nació¡r al ni-

vel cle la macromolécula, es evidente qtre ha}, ¡,ir aclquisicióu cleilrlormación c.rlerior cn los invertebracl<¡s urrtes clc la apariciórr clctoclo sistema nerviosc-r di{erenciaclo. En k-rs protozoos, pór cjcmplo,se han obtenido clrrvas de aprenciizaje, en los paramecios, obligán-ciolos a clarse la vuelta en Lln tr-rbo cstrecho para salir: el nrcjóra-rniento estadistico de los ¡rromedios in-rpicle l-rablar cle instinto clrcste caso. Incltrsive sc han obteniclo rcsultaclos positivos conrjicio-nanclc¡ inl'usor"ios por asociación cle una h-rz con cl alimento; cles-graciadamcnte, la posibiliclacl de una pclsistencia cic huellas c¡uími-cas dejaclas ¡ror ellos cr-r cl iíquiclo no excluye tcltalmente l¡i inter-vención cle estimulos actr,rales cn .lcl quc parece sustituir, global-mente, la consen,ación cle est¿r asociacicin. pero lcllverenlos a en-contrar este problema en cl $ 1B.

'fan pronlo corno aparece Lln sistema nervioso, inclusr¡ no ccn-lralizad<¡, es eviclente que las adquisiciones se vuelv,'n cos¿l co-lriente y susceptibles cle colrservarsc cn función ctc los factoresrnúltiples analizaclos por las lcorÍas clcl aprendiz.aja y clc las estruc-tura.s derivaclas clc Ic¡s.hcchos cxperimentalcs ci clc las umáouinas,<¡uc a1:renclcn, cr)nst|r-riclas por los cibc¡'néticos. Dc t¿rl mar,ei.a, h¿¡r,toda suerte cle transicioncs entr'¡.: l¿r cclnservación cle las int'ormi-ciollcs itclcltriritllts cr.r cl ltlanct ot"glinico y cn el clc l¡s f'tr¡cir,t,es c<-ig-rri.lsc:itivas, las reaccio¡rcs cr,nclicion¿rcl¿rs ocupan, cn particular., .,l.]Ir-rgar privilegiaci<_r a cstc lcspccto, cn su clobler asp(,cto cle conciicio_Irarnicltttrs ¡r|t-r¡riarDcrrtc: r,cgctalivr¡s r.r visccralcs v clc ccltrcliciona-Ir.lictrto ¡'cl;rtir,<.t u l<_¡s cslírtrulos cxlcl.r¡cclttivos.

Itlitllllente c(J1l cl dclLt¡l)t¡ tlc Il¿rbicll l)ul:r e st¡[]lce cr' l:rs r.lrzot.lcs cle csll rlis-I lL-ll i.lltc I a.

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1'.'6 COITRESPONDENCIAS DE ITUNCIONES

- III. La anticipación cognoscitiva.-La conservación de las in-rormaciones anteriormente adquiridas concluce, por otra parte, entodos los niveles cognoscitivos superiores, a reacciones anticipa-doras, hasta el punto de que una dc las funciones esenciales delsaber es la de conducir a la previsión. En el terreno del pensamien-to científico, el establecimiento de las leyes suponc, por una parte,la previsión, pues para verificar las hipótcsis rclativus a la ley bus-cada, hay que organizar la experiencia, es clecir, orientarla en ful-r-ción de algunas anticipaciones y no dejar que los acontecimientosse desarrollen al azar. Por otra parte, como lo prcl¡tio cle una leyes su generalidad, se aplica tanto al futnro como al presente y alpasado, lo cual es tanto como decir. que no sólo ¿rutoriza la pre-cisión, sino que la necesita. Augusto Comtc, que quería limitar laciencia exclusivamente al campo dc la búsqueda de las leyes, olvi-dándose de la necesidacl de explicación o cie comprensión, asigna-ba al saber científico, por consignicnle, la l'unción central cle laprevisión, lo cual es muy incompleto, i)cro exact() en lrt quc csafirmado.

Sólo que esta función de anticipación clista mucfro clc scl. cs-pecial del pensamiento científico y se la Yuelvc a cncolttrar err to-dos los niveles de los mecanismos cogrrctscitivos, hast¿r cn cl senode los hábitos más elementales y cic las prrfccpcioilcs rnjsrnas. Enefecto, no es al pensamiento sólo al que le corresponcle consiclerarel porvenir, aunque siendo el campo clcl pe:nsamicntc¡ ilimitaclo enprincipio, prolonga nattrralmente sus plcvisiot'rcs o slls proyectosa distancias temporales mucho más consiclcrabl,¡s L.n cl fllturo qLlelo que pueden hacer la acción sc.lrsorio-mot,r'tz y, sobre toclo, Iapercepción. No obstantc, si distinguimos cI porvcnir próximo deese porvenir remoto accesiblc a la rcpresentación o a la cleclncción,erltonces todo hábito trae consigo, pot'el hecho mismo cle que con-serva una información adquirida, illta aplicación al luturo inme-cliato. Por eso Tolman, cn su teorí¿r clcl lplcnclizajc, mírs comprclt-siva clne el asociacionisr.nt.¡ clc H¡,rll, har'í¿r inten'e¡ltir a títult_¡ clcI'actor escncial la <cxpccllicitili" cil Itrrrcióu clc la cual tcicla organi-t;tción sensorio-¡r-lotriz está t¡r'icnt¿rci¿'r, inclusivc cuanclo sc apoyae¡r l<-¡s <Sign-gestaltsu r-¡ configulncioncs sigtrilic¿r1ir¡as, plles cstass.¡'nificaciones son, precisamr.r.rlc, ¡cl;rtir¡as a las cxltcctativas.. E,rr 91 terrcn<¡ pcrccptivo, pcir ejcnt¡rlr,,, sc sabc quc la ilusión cle

p,:;o, según la cual la más volr-imiltc¡sa clc cios cajas cle igual pesoptrecc ser la más ligera, supone la unliciixrción clc una ¡rroporcio-'.a idacl aproximativa cntre ci peso v cl v<tli_rmcn: los ciébiles men-taries y los niños mLry pcqltcños, qrrt. lro huccn e.sta pr.cvisión, nod¡r tcstimonio, en efecto, de ll ilrrsit-¡n cn cnestión cuando sopc-san ias cajas, y si la anticipación no expiica todo, ni con ntucho,interviene, pues, erl caiiclad dc faclol'necesario, aunqLle no suficieu-tc. IIn psicólogo rttscl, llsltacizc. ht cot.tstl'r.rir'lr'¡ un cqrr ir,alclrte r,is¡al

CONSERVACION DE, LAS INItrORIv'IACIONES

cle la ilusión de peso, con objeto cle apartar ios factorcs lnuscularesque intervienen en la acción de pesada: clos círculos dcsiguales de20 y 28 mm. se presental-) varias veces seguidas al sujeto clurante1il0 de segundo; después, clos círculos iguaies cle 24 mm. de diá-metro los reemplazan cn las nismas posiciones. Resulta entoncesqr-re el círcuio A situaclo ern el lugar del de 20 mm. es percibiclor:onlc¡ si fuese rn¿is granckr qLrc en cl cÍrculo B, clc igual cliánrctro,pcro que sustittrye al clc 28 mtn. En otros térmit-ios, las prcscnta-'ciones iniciales han claclo lugar a un efccto de sucrcsión tem¡loralcluc m<ldifica la percepciólt trlterior; ahora bicn, colno estc cfectoaumenta con la edad y la rapidez dc su extinción aumenta igual-mente (el elror de los jór'enes, por tanto, es ilrenor, pero ciur"arnás tiempo), se trata, pues, de una activiclacl anticipadora y nost¡lamente de los postefcctos dc W. Koehler y Wallach l.

Pc-¡r último, el propio reflejo conclicionaclo e-s, sin clucla, antici-

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178 (rolililist,o\t)liNCl AS l)n Ft.lNClONIlS

rador al mismo tiempo porque es instrumento de repetición y dege reielización: el sonido de la camp¿ina o del silbato desencadenae,l reflejo salivar en la medida en que anuncia la alimentación y,si ésta no llega nunca, el conclicionamiento se exlingue por falta,ie nconfirmacióno cle esta anticipación.

La función de anticipación es, pues, general en toclos los esca-

k,¡¡res de los mecanismos cognoscitivos. L,l punto esencial que hayque notar, para las comparaciones que \/i.tn a segttir, cs que, encada uno de estc¡s niveles, sin cxccptuar lt¡s superiores, la antici-pación no supone ninguna (causa {inal> Y se deliva, exclusivamen-te, de las inloruraciones anteriores, ya scit pol vía de inferencia(declucciones científicas o rcplcscntativls clc ctrllquicr naturaleza),a trar'és de una translcrenci¿t ¡rotol'li, t-¡, tlrtnbiÚ'n, cle una transpo-sición perceptiva.

Ya hemos insisticlo cn cl car'/tc1e r limbigr-ro cle la noción de cau-sa linal que psicológicamcntc es I'r:sLrltaclt¡ clc una cc-¡nfusión entrela relación física o fisiológica,-le cuttsltliclad (la causa c produce elcfcctt-¡ b) y las relaciones lógicas, rt tellttivlts a la concicncia, cle

irnplicación (el cn-rplc<.¡ clc A inr¡rlica lit ct.¡ltsccucncia 13 ) o cle

instrumentalidaci (para alcanzar' /j (cs llecrcs¿lrio, utilizar Á) t.Pero aunque constitttyc un coltlplejtl bltstitt'cio, la linarliclztd, corrocausa frnal, cotnprcncie nociclncs eleltrcntalcs que, cttattclo no estánmezcladas, son cacia uua de cllas clar;ts ¡'susccptiblcs de ser in-terpretadas causalmentc o lógicantctitc: talcs son las nociones deutiliclad funcional, clc acla¡rtación, cle ctili:cciórt ¡', prccisamente,cle anticipación. A t:stc respecte, cstc úitirlo carlicter se explicaíntcgramente cn viltuci cle ¡rrclccsos cic trans['crcllcia o cle inferen-cia a partir de inforrnaciones anteliot'es, o sc¿I, a partir de la apli-cación o de la generalización clc esquemas cuj'o punto de partidano suponía más que sclies causalcs sim¡tlcs y f cedbacks, que con-ducían desde cl resultado obtcnidr-.r h¿tst¿r la acción inicial, pero, alprinci¡rio, sin ¿ruxilio de las anticipacioncs qlrc cllos permiten des-pués, aun cuando toclo csqncnta puccle volvcl'sc anticipador una\¡ez construido.

Tratemos cle establccer cl nrc¡dclo mits sencillo cle tal proceso.Observemos a un niño de l1 a 12 mcscs c1r"rc, al tirar ligeralnente,por casualidad, de ttna alfombra o dc un soporte cualquiera (ac-ción A), desencadena un pequeño urovinicnto clel objcto colocadcrsobre él (resultado ll); el lesultadc¡ /J qucdit cnlazaclo inniediata-r lnte por un f eedbaclc a la accióll 11, quc rccornicnza (paso cle

I J. B, Grize, que ha estuciiado estas do:; t'clacir¡¡les descle cl punto de vistad'l cáiculo iogístico, muestra incluso que la rclación (causa final, está mal.'c 'mada lógicamente, en virtud de que ntezcla las rclacioncs reales dc la,l :nguao (instrumentalidad y causalidad) con l¿rs relacione s cle isomorfismoct.e pertenecen a la <meta-lengua' v que son utilizadas para poller c'11 col'fqr.\'r-,l,ndencia esta causalidad a -,1¡ y lr instru¡ncnt¡lidacl R ',4.

CONSEITVACTÓN DE LAS INFORMACIONES I79

i a II en la ligura 1), es clecir, que la acción fortuita se !:a vueltoesquema. A partir cle allí son posibles dos clases de exten;iones:una hacia adelante, que llamaremos de extrapolación, y otr a haciairtrás, que llamaremos recLln'encia.

La extrapolación consiste en prolongar en cliferentes posiciones,B, o 8", el movirniento obtenido B, siendo reconducido cada nuevoresultado, por feedback, ala acción de partida A (III y IV de la fi-gura 1), y la recurrcncia cor-lsiste en que la acción A puede ser de¡-cncaclenada por indicios que preceden a los cie la situación inicidlen I; por ejemplo, el sujeto que no ve de golpe que el objeto estácolocado sr.¡bre un soporte sólido, lo descubre por el hecho de quepercibe la frontera alrededor cle la superficie sobre la cual se des-tac¿r el objcto y reconoce, graciirs al desnivel que irarc¿l esta fron-tera, que sc trata cle un soporte sólido del cual se puede tirar, et-cétera. Dicho de otra rnanera, la acción A será desencadenada porirrclicios reclrrrentes -4" a -4.,, etc.

El conjunto de los feaelbacks que enlazan B, o 8",8,, etc., conA, o -4,, -4,, etc., es lo que permite la anticipación, y ésta no esrn/rs clue una aplicación o translelencia clcl esqucma (V o V bls) auna situación nueva ¿rntes cle su desarrollo temporal, siend<¡ indi-l-erente el orclen temporal cie los términos A o B, puesto que cadarrno cle ellos puede clucclar enlazado co¡r todos los demás (V bls).Flablando con ln¿ryor exactitud, diremos que cl esquelna AB, queinicialmente no es anticipador, ha llegaclo a serlo gracias a su do-ble extensión hacia adelante y hacia trtrás, siendo, por lo clemás,sr¡ficientes caclir una cle las cios extensiones, pero sólo porque pue-rlen descomponer cn extr¿rpol¿rciones y recurrencias en la mcclidacn que están csqnematizadas.

IV. Lct anticipación orguúcr¿.-Así concebida, la función de an-ticipación es una dc las más generales tanto de la vida orgánicacomo de los mecanismos cognoscitivos, por el hecho de que pro-ionga toda conservación cie informaciones, sean éstas de naturale-za genética o aclquirida.

En el terrcno genético y en el del epigenotipo, la conservaciónqrie, como vimos ($ 11), está implicada en tocla organización, seprolonga necesariamente en anticipación tan pronto como hay re-llroclucción, pucsto que la generación siguriente cum¡rle cl orogra-n"ra genético tr¿rnsmiticlcl por la precedente y las etapas de estarealización son, entonces, anticipadoras en rclación al cs¡acio finalaclulto. Así pues, es evidente que los diferentes órgancis s¿ presen-tan primero en forma dc esbozos progresivos antes clc llegar a sucstado funcional. Cuénot ha obtenido lo que él llama oley cle anti-ciiración en el desarrollon, cn virtud de la cual los mecanismossc cdifican r:r¡ cl embriórt mucho antes de qrte el organismo tenga

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180 (l()tllll:lSPONt)IINC1AS DU F(.JNC1ONUS ('ONSIIR\/,\CION l)li L¡\S INF(lR\l,\CIONIIS

genético y la acción del meclio, cle las que dan testimo^rir todoslos procesos fcnotípicos, rehús¿ul considerar al instinto {lomo to-talmente innato (hablan de nconcluctas que antes se liamaban in-natas>), y Lerhmann, en particular, subraya la parte de ejercicioo cle adquisición posible en tocl<¡s los nivelcs. No obstante, el des-cncadenamiento de un instinto nr¡ obedece a las mismas leyes queun aprendizaje cualquiela fundaclc¡ e¡r adquisiciones de informa-ciones exteriores. Entonccs el instinto representa el modelo de uircomllortaniento preestableciclo, por cuanto clcscarnsa, en gran pro-lrolción, cn inl'ormacioncs genétic:.rs, y notablemente anticipaclor.l)or cua¡rto sc ajusta a ias ci|cunsl.anc.ias clel meclio exteri<¡r comosi tr-rviersc conocimicnto clcl fin pcrscgr,riclc¡, ¿rsí como clc las r.ela-cit-¡r-lcs instrumc¡rtalcs qu{i sr-rborciinan a cstc lin una serie cle me-clir-ls succsivos y enc¿lclen¿iclc¡s cle m¿tnera mr-ty aclaptada.

Ilr-r rc¿rlicll¡cl, lo-s conocilrricntos qLrc inlervienen en ci instintoilo son otfa cosa que las |eacciones ¿r los <estímr.rlt_rs significativos>¡ los que cl organismo está scnsibilizaclo por sus hormonas (com-pot'tamiento apctitivo), y que conclncen ¿l (actos consllmatorios))quc se dcspliegan en unil scrie de movimientos elementales. Noobstante, descle el punto cle vista clel cicl<¡ biológico conscrvadogracias a este conjunto jcrárquico de conductas, tenemos allí uncjcmpio banal, pero granclcmente impresionante, clc anticipacioneslundaclas cn inforrnacioncs anteriores, en gran parte genéticas, y,l)lla una pitrte variable, igualmentc adquiriclas.

V. Un cjerrtplo cle anlicipaciótt trtort'ogenéticct en los vegeta-lc.s.__Nos propusimos, clescie hace ya algunos años, examinar decerca un caso de anticipación morfogenética en el clominio cle lasrcacciones fenotípicas y cn seres organizados que no poseen siste-ma nervioso, como ios vegetales. El desarrollo de una flor o de losórganos escnciales de la planta proporciona, naturalmente, ejcm-¡tlos de anticipación, en el sentido de Cuónot, pero que, aunquemuy clependientes, corno es bien sabido hoy, de factores externostales como la luz y la temperatura, están clemasiado bien progfa-mrckrs genéticamente para clar lugar a un análisis fácil {e la utili-zación de las informaciones anteriores. En cambio, en el dominioclc la reproducción vegetertiva se encuentran variaciones muy am-.ltlias entre una y otra especi€, y a \/eces entre una variecláj -" otracomo para permitir comparaciones relativamente imprevis.iar,; porcjenrplo, una espccie de lirio, el Lilium bulbilerun 1., presenta bul,irillos auxiliares, mientras quc la subespecie croceutn (Chaix) noios prcsenla: eu este caso l¿r fornración de bulbillos tiene, sin clucla,trna significación anticipadora desde el punto de vista cle la repro-rlrrccirin v csta anticipaci<in se clebe, vcrosímilmentc, a una trans-

181

.iecesidad de ellos (preparación del futu|o; cjemplos: callosida-

cl ,s, almohadillas de la planta dc los pies, cascos). (Invention et

lirciité en biotogie, p. 21.) Guyénot habla incluso ctel ofunciona-

¡rriento profético del organismo>, ctc.Es perfectamente correcto ver en estos hcchos procesos antr-

.:i padot:es si se comienza por caracterizar causaimente la antici-

1r,ición como eI resultaclo cle la translcrencia o c1e la generalización

áe informaCiones anteriores organizadas en forma de esquernas o

de ciclos que se conservan en el cr:rso del proccso ($ 11). Ahorabien, aquí ias informaciones ¿rnteriorcs son Inlly claras y tambiénlo es su organización Con atttoconscrvnción, pucsto qlle Se tratadel programa genéticc.i consert'itcio por la organizaciór-r del genoma'

También lO son la transfcrcnciu Y lil genel.alizltciólr, pttcsto que Se

trata cle transmisión hcredit¿rria cn cl cursc¡ clc la "rcproducción>o multiplicación del modelo de pal.titill. Así plrcs, rro hay ningtrnarazón párticular para invocatr acluí cl Iin¿rlisnlcr, sitlvo si se picnsa

en él a propósito de cualquier mc'canismo vital'Si dos autores como Cuénot o Guyénot expcrimentan Llna sen'

sación particular de misterio en presencia de los esbozos de callo-sidacl o de cascOs en el transcurso de la vida cmbrionaria, es poruna razón completamente distinta dc la que tiene que ver con laanticipación misma, ya que ósta no constitt-lyc problema en cuantotal; ei porque, negadores encarnizaclos dc tocla influencia del me-

dio, corno las callosidades o los cascos no presentan evidentemen-te ninguna significación fuer¿t de una utilización c<-¡n relación almedio, no pueden descubrir entonces, en est¿t pl'cformación em-

brionaria, más que una artrlonía preestablecida, y es desde estepunto de vista, y únicamente descle este punto de vista, como coll-sid"ran a la anticipación como si fuese ulla suerte ¡lg "profecía),con un dejo irreductible de finalismo. Pero desde que Wadciingtonha exorcizado la acción del medio y la ha hecho compatible con

las reorganizaciones endógenas del genoma, y clesde que la ciber-nética ha exorcizado el finalismo y l-ra hecho que la anticipaciótly la regulación sean independientes cle la teología, va no hay razónpara confundir anticipación con profecia, ni para atribuir un psi-coide al genoma con objeto de fundar las anticipaciones morfoge-néticas en una deducción inteligente y consciente: las regulacio-nes y transferencias orgánicas bastan a cste eiecto'

Ante todo nos queda por recorcial', en el campo de las antici-paciones que dependen o no del progr¿Inla genético, o tampoco;c,lamente de las informaciones aciqttiriclas, la ellol"rne colecciónde procesos anticipadores que constituyctr el instinto. No hemoshr:blado de ello en el subtítulo III polque, lunque se trata cle corn-.,r rtarnientos, no Son concluctas 1:n les c1l"tc prctlouriitc cl aprendi-:,', je. Es verdad que los etólogos Cc ll joven generación, que hanr,-¡:ditado sobre las jnteraccioncs no clisocilrblcs entrc el progranl¿l

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r82 COITI{ESPOI.JDENCIAS DR ITUNCIONES

ferencia a nivel aéreo de procesos habitualmente hipogeos, comot¿¡ división de un bulbo subterráneo en btllbillos 1.

Arí pues, elegimos, en el terreno del anirlisis, Lln caso análogo,p(jro máS amplio: el de la caícla cle las r¿inr¿rs secttnclarias estériles;rr los Sedum, género de plantas carnosas (crassuláceas) cuyas ra-rras se caen muy frecuentemente, sin perecer por ello (a causac!-e su crasitud) y que dan nacimiento a plantas nuevas después

de la producción de raíces adventicias y de un arraigo espontáneo,por tanto. Hemos cultivado durante años alredeclor de 150 espe-cies de Sedum europeas, asiáticas, africanas o americanas, enhabitación o al aire libre (a difercntes alturas) y hemos hecl-tos,:ries de observaciones en la naturaleza sobre las rnisrnas especieso variedades en diferentes medios.

El hecho interesante, desde el pttnto de vista de la anticipaciónque nos ocupa aquí, es el de que la caída cle las ramas es muy va-riable según las diversas especies (en las qlle poseen tales ramas)e incluso según las diferentes situaciones de medio en la mismaespecie, y a veces hasta en una sola planta; pues bien, en los casosen los que la caída es frecuente, y también sistemática (conto eneL Sedum nicaeense All. de la cuenca mediterránea o en el de va-rias especies americanas), parece estar preparada por un disposi-

I Si se quiere caracterizar los procesos de reacción de manera general sinlimitarse a los casos en que están subordinados a una actividad nerviosa,se les puede distribuir en dos clases. La clase I de reacciones (una de cuyasformas superiores es ei reflejo) presenta los dos caracteres siguientes: a) des-encadenamiento periódico de un montaje hereditario que se desarrolla de ma-\era ne varietur; bJ este desencadenarniento es provocado por estímulos exter-nos específicos. Ahora bien, la originalidad de la mayoria de los fenómenos decrecimiento es el vegetal comparados con el, crecimiento animal es el presen-tar reapariciones periódicas que corresponden a esta clase I: mientras queun animal se halla en posesión de un sistema genital constituido, de una vezpor todas, de un número de patas invariables, etc,, un vegetal ve desaparecersu floración y la ve reaparecer anualmente al descncadenarse estímulos espe-cíficos (luz, etc.) o no reaparece por lalta de cstos cstímulos; produce unaserie de tallos que varían en los distintos años, etc. La clase II de reaccioncscomprende, por el contrario, procesos variabies en función de los intercam-bios con los datos exteriores y está caracterizada por los procesos de trans-ferencia y de generalización (generalización cle la respuesta, del estímulo o deambos). Los ejemplos animales son el conclicionamiento y la formación dehábitos. En el vegetal, se ha esturliado poco los procesos tle transfcrencia(con excepción de Corner, Miége o Agnés Arber), porque no son, sin duda,aceptables más que en una perspectiva epigenética y no tiencn sentido <lesdee! punto de vista de una pura prefortnación genotípica. Ahora bien, no sólolo,, hechos que vamos a describir en este subtítrrlo V parecen proporcionarnosrr-r ej:rrplo muy claro (para rnás detalles, vciasc J. Piaget Observatiotts sur Iet;'t¡:'de d'insertion et la chute des rattrcaux secondttires chez Ies Seduttt, Can-dullea, 196ó), sino que es posibie que cstas nocior¡r's de gcnet'alización funcio-rai y de transferencia aclaren algritr:rs cucriliotlL's nttry ilnpot-tantes, r:omo lad* las rclaciones de la flor con las dcrttli:; ¡t:ti lr's dc la piirrta (tcorías clc

Gc;ethe, etc,).

CONST]RVACION DE LAS INFORMACIONES r83

tivo morfológico bastante claro, que consiste o bien en una irrnura<:ircular en el punto cle inscrción de la rama (fig.2B) o bien ea unaralrura pero acompañacla clc un estrechamiento que facilita .a abs-cisión (fig.2 C). Las rantas qllc no están destinadas a caer son, engeneral, clel tipo A, en cuanto a su modo de inserción. Además,ocLrrre a menudo, pero no necesari¿rmente y ni siquiera muy fre-clrentemente, que crecen raíces adventicias cerca de la inserciónantes de la caída de la rama. AsÍ pues, la reunión de estos carac-¡teres parece constituir una anticipación morfogenética de la caída

,\ il (lFig 2

y, cfectivamente, en el caso cle las especies en que predominan lasinserciones C, es difícil tocar una mata o transplantarla sin quelas más ligeras sacudidas provoquen abscisiones; en la naturaleza,basta con una lluvia, con Ltna corriente de aire o con cl paso delangostas, etc., para que se observe la presencia de ramas caídascn cl suelo.

Observemos, ahora, gue csta anticipación está ligacla a un pro-ceso netamcnte de reacción, que en los casos extremos recuerdacl reflejo cle autonomía muy conocido en los cangrejos, los lagar-tos, los lirones, etc., salvo que aquí Ia rama que cae engendra unnllevo individuo completo (lo que evoca, pues, un mecanismo dercgeneración, como en la caída de las hoias del Sedum stahtiiSolms), y no se separa para proteger la planta madre. Sin duda,este proceso de reacción cstá ligado a condiciones genéticas, en elsentido de que no todas las especies lo presentan, o no con la mis-ma frecuencia: hay un grupo de especies vivaces como los Sedumacre L., de Europa, o ¡Tloranense de H. B. y K., de Méjico, etc., quernucstran pocas caídas y pocas inserciones B-C, y éste es, además,el caso de casi todas las especies anuales en las cuales la repro-clucción es casi totalmente sexual y no vegetativa. Pero en las es-pccies dc caídas numerosas, el carácter de reacción de é;:as secaracteriza pol las variaciones conforme al medio: el Sedtmt al-bturt L., ¡ror ejemplo, ofrece caídas e inserciones de tipos B-C,nrtrcho rnás numerosas ]racia los 2.000 m. en los Alpes que hacialos 1.000 m, (en el Sedwn tnontantnll paszr lo contrario), y varias

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lsl ClOliltllSl'O\l)llNCil;\S DII lrl.l\CfONl:S

e.ipecies americanas cuitivadas cn Gillebra, aiternativamcllte cnhabitación y al aire libre, cambian regularmente de frecuenc!a cle

caída y de modos predominantes de inserciones de una situacióna otra.

Se dirá, entonces, que cstas caíclas v cstos rnod<¡s de irlserció¡-testán sometidos, sin cesar, a ttn dcterminismo preciso: papelesdesempeñados por la desecaciór-r, la alimentación, la luz, etc. Est<r

es evidente y creíamos que sería conocido, pero no es así, ell estesector particular. Pcro estos factorcs externos no explican l)aranada por qué hay abscisión, caída y rcproducción vcgetatir'¿r v tlocrecimiento simple o necrosis; así 1-lr-tes, hau cle situarse en tltlplano distinto que el proceso de cc-r4-junto cle Ia separacitirt y éstesigue siendo de naturaleza antici¡raclora (tal y ctimo la flor estíianticipada en el botón, etc., y como slls etíipas no son engenclraclaspor sólo la luz o por los denríts l'aclcrcs cluc acc:leran o inhibcrrla floración).

Así pues, es conveniente proporciollar la cxplicación cle cst¿t ¡tll-ticipación de naturaleza reactir¡a v f'ct"totípica y tr¿Itar cle avel'iglralsi, según la regla, puede explicarsc a ¡rartir dc informacioucs anlc-riormente adquiridas.

Ahora bien, es posible, ctt pritnt't' lttgar', agrtlp¿rl' las cspccicsen categorías distintas según que posean o no ramas secundariasestériles y según que cstén pcgaclas a rítnlas o r¡¡istagos rastrel-ospor el suelo o que sigan sienclo cstrict¿rmcnte aér'eas (es decir, sincontacto con el suelo). Es inírtil entl'ar en los pornenores de estascategorías o subcategorías qnc no correspouclcn totalmente, porlo demás, a las subdivisioncs filétic¿rs. En seguicla conviene haceruna estadística precisa de los moclos de jrrserción (A, B o C consubdivisiones inútiles aquí) por categorías y es¡recies, y cxantinat'también los modos de insercióu cn las ram¿ls subterráneas (raíccs,rizomas, estolones hipogeos, etc.).

Una vez hecho esto, se compruelra ctt prittrc'r lr,tgar quc los pro-cesos de separación sc jniciair clt los scctores subterráneos y sc

prolongan despuós al nivel clc los r'hsta¡tos l'aslrcros. Ahr¡ra bicn,'ir estos dos niveles el proccso no tictlc l-r¿rcla clc anticipaclor, sil-lt.r

cr.e constituye un etrcaclcn¿rnrictllo cittt:;trl sitnplc: rr,) crccimientcrcir: una rama, B) cnl'aizanticnt,¡,:Ll Jlt lrltsc ¡ltlt't'íl.icc:; ¡ctvcrltici¿ts ¡t

ia; clel suelo, 'y) inclepenclenci¡ gt'liclr-tai tlc la ritnl¡t irrrtricla porsi:s propias raíccs ¿tc.lcmós dcI tiillo t¡ttc lli silsIictlt', il) colnicrlzcr((: scparación (paso tic lits ir'scrcir¡itc:; A;t f'ortlits Il o C), e) sepa-

r;:ción completa.Pero se obscrva, adetnás, c¡ttc citclit utlo clc cstos cslaboncs lta

reaccionado sobre el anterior y l<.r i^l:h-terza, lo que transforrta, cti'tr.lnceS, el encaclenamiento lineal en Lil] sislcma cle Icedbttclt.1', ¡:orCOnSiguiente, CIt Ulta eS¡:ecic Cic cSclt-tCmas ctlvos C¿lI¿ICtCrcS St: tof-

I{I]OU,I,i\CI(.)NI]S Y EQIJ]P¡II.IACIóN 185

nan inclependientes en el curso del proceso de crecimiento r. En-tonces, basta para explicar el carácter anticipador que adquiereel proceso al nivel de las ramas estrictamente aéreas con recono-cer que hay una transferencia del esquema de las regiones hipo-geas a los niveles epigeos (como en los Lilimt antes máncionadós).

Ahora bien, la meior señal de que hay transferencia es que elproceso es muy gradual: comparando las estadísticas de los mo-dos de inserción de una categoría a la siguiente, encontramos unácorrelación neta entre las relaciones (B + C)/A y C/8, que aumen-tan regularmente de valor, lo cual muestra un avance lento en laclirccción de la inserción de f<¡rma c y de la abscisión de las ramas.

En total, observamos así, en simples vegetales, la existencia deprocesos cie reacción que, en función de un esquema, se vuel.ven anticipadores por transferencia de este esqllema de un nivel aotro de lzr organización anatomo-fisiológica. La función de antici-pación evidente en cada hábito y cada condicionamiento se vuelvea encontrar, pues, tanto en las adaptaciones fenotípicas vegetalescomo en los comportamientos de los animales.

\\ 14. Las nncul¡rcroNEs y I-A EeurLruRRcróN

IIay otro gran dominio en el cual parecen existir eviclentes iso-morfismos entre las funciones o estructuras del organismo y lascic los mecanismos cognoscitivos: es el dominio de las propias re-gulaciones, especialmente importante para nuestra hipóiesis direc-triz ($ 3), puesto que tratamos de interpretar los insirumentos drlos conocimientos como si fuesen los órganos especializados de l¿regulación en el seno de los cambios funcionales entre el organis-mo y el medio. Pero, además, queremos tratar de mostrar qu..j estasregulaciones cognoscitivas prolongan las regulaciones orgá:ricas;ahora bien, si las prolongan constituyenclo órganos especi,riizacloscn cl tcrreno cle los intercambios con el exterior, es, pues, porcluelas rcgulacioncs <-r.gánicas r.ro bastan para toclo y poique, en cali-rlacl de complemento de los isomorfismos parciales, que es fácill)oner cle lclicvc, las regulaciones cognoscitivas ¡r.esenlan propie-claclcs originalcs que se trata clc caracterizar.

Pero esta originalidad puecle obedecer a dos clases de raz<¡nes.[-a ¡rrimera podría ser simplcmente que los campos de las regu-

el sistema de feedback se clebe aouívan acompañadas de ncciones cle ic-

I Véase, en la figura l, V, y V óis;al hecho dc que las ¡rcciones causalest0rno.

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1P,6 colllltlsl)o\DIINCIAS DII r;tiNc.l oNlls

Jaciones orgánicas y de las cognoscitirríls son diferentes, puesto

que las segundas versan sobre intercambios con un medio que se

&tiende idistancias cada vez más considerables en el espacio ¡'e¡r ei tiempo (y esto hasta llegar ¿r lo irrtemporal lógico o mate-

r1ático), y, por eso mismo, vers¿lrr .obrc "forlTlas> o cstructurasque ya no Son materiales, sino funcionales o oformales, en el sen-

tido -¿e

conceptuales o representativas. La segunda razón obede-

cería, por el óontrarir.¡, al mecanismo mismo dc las regulaciones

en juego.

I. Regulación y cotTstrucción.-Part¿Imos, pues, clel análisis dc

los campós de las regulaciones. P¿ira comprcndcr la naturalezacomún de las regulaciónes orgánicas y cognoscitivas (y .es de ésta

de la que debernos partir para poner de relieve después las dife-

renciasj, conviene insistir primero en cl hecho de que la regula-

ción no se Superpone a la construcción en calidad cle instrumentoprincipal, en

-el ientido cle que esta construcción no es sólo resul-

iado, iino que es en sí misma una autorregulación'El físico-Lippmann clecía que la cliferencia entre los sercs vivos

y la materia inorgánica es que la segunda nos ofrece solamcntc<fenómenOs>, en tanto que lOs primeros presentan (aparatos> u

órganos. Y el psico-zoólogo von uexki"iil añadía que la célula no

es sólo una máquina, sino un m:tquinista. Estas fórmulas signi-

fican que no existen primero procesos dc organización, de adap-

tación, de omemoria) o conservación, de anticipación, etc', y, cles-

pués, mecanismos regulaciores clestinaclos a afinarlos o a corregirir6

"raor"r, sino que cada un6 cle cstos necanisr-nos forma partc

de un mecanismo constructir/o cuya conclición esencial de funcio-

namiento es la de Ser autorrel¡ulacloi, sin lo cual pcrcleríi'r su iclcn-

tidad y su continuiclacl, es decir, qllc sc pulvcrizar'ía en una mui-

titucl áe cambios sin autoconscrvacjón, por tanto, "sin vida''si queremos destacar los clos caractercs vitales más esenciales,

podembs decir, con todos los autores, cluc la vida es "creadora de

io.mas, (Brachet) o que es ninvcnción'; (Cuénot), lo que supone,

como condición o consecuencia ncccsaria (o ambas cosas), que se

entrega a la conquista de un mcdio cacla vez mzis ;rmplio. Señale-

r:.os de una vez que los dos son igtlalrilcnte los caracteres capita-lrs de todo conocimiento, que resltmcn los mecanismos comulles;r la vida y al corrocimiento analizli,-it¡s cl't los $ 10 a 13.

Comenzando por la constrticción clc las fclt'l'rlas, podríamos pcn-

ilr que hay construcción pof Lllti.r ltartc' (organiir:rción, morfogé-lesis embrionaria, ctc.) y rcglrlaeiti;t L) c()t'rección ¡lor otra, en cl

sentido de que el proceso cr)llsl i'.lcliYtl r'¿t h¿rcia adelantc y cle

que la regulación constituirí¿t i:l i':ioirlo cil cl ott'o senticlo a títuloCie COntrOl: Sólo quc,c'l ctcclt¡ rl!-();it'li'.o','t'l t'f'ccto retroactiytl l-to

Iul(;uLAcroNES y I:eLIII,AIIACIoN 1g7

son disociables, p,cs una construcción sin conservación ya no csun desarrollo orgánico, sino un cambio cualquiera. aainl¿r, i"c'olrstrucción de formas nuevas no es resultaclb de un principioirr"acional cle <impulso vital,, etc.: no cs inteligiblc más quc encaliclacl clc cquilibrio nue.r.o, es clecir, clc prodtrcto clc una rceqrrili_bración que constituye la respuesta a Llna tensión del medio. puesbien, q'ien dice reequilibración clice rcguración, en ra medicra enquc hay conservación continua y obligaáa del funcionamiento #terior, como es el caso dc toclo .clespiazamiento clc eqtJibrio, etrcl terreno vital.

Por lo que toca al intercanrbio cor-r er medio, está in-rpricado c'csta misma reequilibración v, en la medida en qLle la evol,ciónclc los sere.s organizaclos nos pone en presencia cte ,n up.oo."..,,en el sentido de Huxley y sobre todo cle Rensch con uaberturancreciente cle las posibilidades de adaptación, parece ser necesarioadmitir que la creación de las formai se traduce en los intercam_bios materiales y sobre toclo en er comportamiento por ra conquis-ta de un medio cada_-r¡ez más amplio 1. eue se clefina el meclio,igual que Von uexküll, por er conjunto de los estímulo" sensorja_les que obran sobre el comportamiento (o, como hace H. Webcr,por el conjunto de las influencias indepéndientemente de su cali_dad de estímulos, es claro que, a sistemas .abiertos> no sólo cnintercambios, sino también en posibilidades cle intercambios, co-rrcsponde un medio ampliado. Ahora bien, todavía aquí, esra ex-tcnsión creciente (no decimos que sea regnlar) ¿et mectió no p,e-cle más que ser solidaria, y de mane.a nó clisociable, cle los siste_mas de regulación: o bien, en efecto, Ia extensión es letal para elindividuo o para la especie o bien es aclaptativa, y la aclaptacirines una equilibración. como esta equilibración cacla vez más amplianada tiene de <moldeadoo, g6¡¡e Ia adaptación clc un líquiclc-r a strrccipiente, ni de simple eqr-rilibrio de fucrzas, sino cluc sup()nc urla-iLlste permanente entre la acomodación a las situaciones y unaasimilación que conserva el funcionamiento, hay que decir clc nuc-vo que los mecanismos reguladores son inherentes y no estárr su-pcrpuestos a estos intcrcambios con un medio cada vez másamplio.

Todo lo que acabamos de decir se aplica tanto a los ,nr canis-rnos cognoscitivos como a los orgánicos y no se modificar.i por ele\amen de las diferencias que veremos a continuación. Ertas nopocirían dejar de eristir 1' dependen, a \a vet, de la transfo¡.rnación.i: las formas v de la del medio, en particular por lo que respectarrl pensamiento humano.

I Saivo cn ciertos casos en los que se observa una estrateg-¡ inversacicr¡e o crnpequcñecimiento dcl medio: es ei caso del parasitismo o clef<)rnurs que no han cvolucionado desde la era primaria (Lingula, etc,).

deIas

Page 99: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

138 COIIIiL]SI'T)\I)I]NCIAS I)I' IIUNC]IONI:]S

comenzando por el meclio, si la vida, en todos los niveles, d¿t

testimonio de una ntendencia)) contitlua a su extensión (disemina-

ción de las semillas vegetales, locomociótr animal, etc'), esta ten-

clencia es más marcacli (esta vez sin comillas) en el terreno de

los conocimientos, cloncle la naturaleza coorclinadora de todas las

iormas de conocimiento los empr-rja a lit generalización, a la apli'

cación a los nuevos objetos 1' a la cxploración de campos todavía

insuficientemente cotto.i,lor. Estos agrandamientos múltiples co-

,responden, pues, a una extensión clcl "meclio". Pero ¿es el mismo

sentido de lá palabra nmeclio,, quc cl tsaclo en el nivel biológico?

Vo' Uexküll réSponcle quc 'o, oponic'd, cl uMitr'velt" al "Utnrvclt>,), Bertalanffy ló oprr',elo cleclárantto quc la noción de Umwelt'A"j" ¿" .". uáli.lu én lo que concie'lte al cornportamiento httmano.p"ro ri el lenguaje y la vicla social pcrmiten ia constitirciór-r de

una cultura que se tr¿rsmite por cclttcación Y lro por hercncia' y

si los objetoi clc conocimiento se cxtienclen indefinidamente en cl

tiempo y en el espacio, es cierto, nc¡ obst¿tnte, qtle el conjunto de

estoi oú¡etos siguc constituyendo, biológicamente, un conjunto

cle nestímuloso y, por consiguiente, un omeclio>: que estos estímu-

los no s"an e^ólr.iivamente useusoriales) es algo cviclente; pero

como, en todos los niveles, una re¿lcción perccptiva supone un¿t

asirnilación a marcos o estrlrctul'as endógenas, el que los objetos

clel conocimiento situaclos en el lntrnclo cxterior estén integrados

"rr-ur.orlógico-matemáticos,\-!-rbalesosociales'noesrazónpu." qt't" no dlsempeñen un papcl cle mcdio' Y' como la relación

""tt" "f organismo y cl meclio cs trrla rclación de intercambio y

"o ,te simple sumisión, los interca'rbios cognoscitivos no son me-

nos biológicos, pues subsiste la cliferencia clc que este <medio>

cognoscitivoseagr.andasinccsar,conl'cltlcidadesmuchor-násori"A"r e indeliniiamcnte, clc clonclc strrllc Lrna primerit posibilidad

áe diferencia en las regulaciones'De donde la seguncla cliferencia. rcl:ttil'a a los clominios: .las

r.egulacionesorgánicasseejcrcensclbreprocesosmaterlales'mlen.;.ir-;"" Ia regúlación de Lrn razon¿r'ricnto cle matemáticas puras

tienc iomo obJeto oformas' clisociaclas clc todo conteuido (actual)

;, *" ;;, consigui,:ntc se han 'uclto entcranlente funcionales en

.'rrriu"""ptualizaiirin ¡r'bstr¡c1l¡. Pt'r', si lr¡ clilcrclrcia cs muy nota-

f i"-v tao" consigo, como v.rctttos, ttl)¿i <lifc'crrci¡rción cle los mc'

i.rnt-SmOS en laS rCgUlaCiOnes, no ¡li-rclríÍrl'll()S atcncrllos a esta OpO-

:iliJ" que concicrñ" , los tór'urirtt):i cxtrcll.los, prles son observa-

iLes rnúttiples transiciones cntrcr l¿r ¡¡orfopoycsis orgii'ica y la

con.strucciSn de las nfot-ll1as" cogtrciscililas' Lo vimos anteriormen-

i" fS fI) cuancl' ¡ablat.nos tlc i<l- cl-lr. lrsillernientcls dc clases, dt'

ias ielaciones cle orclcr-t, ctc., y basl¡r cotr recorclar aqr-ri c¡ue las

uformas>clecomportamientol-rrolotr¡Iarralncnudolasdelosór.gon;. fi"t,intos, i,í,birut clc pr:ensión, ctc.) Y los conceptos de la

lili(;lr l.ACIONIjS Y ljQUIl)Alti\CION

irrteligencia prolongan ¿l su vez los esqttctrtits scttsut'io-ltlot()r'escornportamiento aclquirido. Una vez cstablecido csto, tratemosr,lr:scubrir las analogías y las diferencias entrc las regulacior..csgz'trlicas )/ Ias cognoscitivas.

l8e

lI. Regtúuciortas ctr14círticas y rc¿4rilt¿ciottcs ct.¡t:tto.ccílit',,.r.-L,itslr fr-¡rma urás general, una regulación es Lrn control retroactivoc1r"rc manticne cl eqtrilibrio relativo dc uua estructui'a olganizadlO de trna orgarnización que sc est/r constrLlycnclcl. Pt'ro corncl (r'éa-sc cl subtítr-rlo I) l¿l cr.rustrtrcción clc Llna cstrllctula no cs rlisr-¡cia-l-¡lc de slr regrrlación, hay <¡rrc añaclir que cste control lctro¿rctir¡cl,luLlnque siguc sicnclo Ltn con trol, constituyc un e nriclr.recimicnt<rpara la orgernización misma. En las sittraciones clemcntalcs, la re-gr.rlación sc confurncle incluso con Ia organización, eu Ia q\l('o\prc-s¿r, sin ru¿is, el juego más o mcr-los cquilibraclo de las intel'rt:ciones.En caso cle estr-uctura quc sc está constrLlyenclo, cl corrtrol rcrtro-¿rctivo enriquece la constr-trcci<in, en cl selrti<1o clc cltrc- ('oopc'ra concsta construcción.

Dicho csto, añadallos quc cl c¡rráctcl gcncral clc l¿rs rcgr-rl;rcicl-ncs propiamentc orgánicas I' cle I¿rs regulaciones cibcrrnéticas enla rrcepción co¡nún clel tórntino cs cl cie constituir', gracias al cc¡n-tlol rctroactivo, correccioucs o moclcraciones del error. O ltien lalcgulación r¡ersa sobre trl restrltaclo cle ult pr()ccso y cs 1tnto, cn-torrcr:s, conro aceptar la marcha norntal o érito, o colrlo coml)cltsat.la desviación y corrcgir cl crror; o bicn cl llccauisrno rcgtrlaclor-vc'rsa sobre cl proces<.r clt crlrso o sobrc la acciti¡r lnisnra por opo-sición a su resultaclo, y licnc, así, ul'llr climensión ¿rntic'ipaclola, r,consiste, entonccs, crl Ultr'\ guía qne Yiene a coullr-mar las bur.nasclircccior-rcs y a corref¿ir o compens¿rr las cljreccii_utcs cr-róneas.

Auteriorrtcntc clistir-rguiln<ls (l\ 3) las regr-rlaciones estructr_rralcsc¡uc modifican lc¡.s caracteres anatómicos o histológicos quc entrancn .jucgo v las regulacioncs flrncionales qrrc ticnen que \/cr con ele'ierc:icio de los órganos. Arlemás, hemo.s ciislingtrido las situaci<-l-ncs cn las cuales Ia r-t:gr-rlaci<in sc confunclc cor.l las mislras intcrac-lioucs clel sistel-na v la fo.nración cle írrgernos lclgulaclorcs csl-rccia-lizlrtlos, cr¡rlo cl sislcnrir crlrl<lr:r'ino, ltre nrc: sol¡rc toclo clc r.,:gtrla-cioncs c:strtrc'turalcs, I' c,l sislcll¿r rrcr'\'i,scl, qrrc sullcrpor¡: ,r Ilslcgnlacioncs cstl'r-rclurlrlcs (llcul-osc(.t-ct'irin, ctc.), r.cclcs dc , cgrri¡r-ciorrcs funciorralcs.

Ahora bie¡r, toclas cstas f olln¿rs cle: r'cgrrlacirlrres or-¡r:ir.rit.rrs c,,-Ir'csponclen a cstc ca¡'¿ictcr rclrc|al clc cr-r|r'cccirin <.¡ clc moci0raci<inrle l<-ls crl'orcs, It¡ cr-rir I l'rr¡ cs tolltt'aclirtol.io con cl l\l)ccto c()¡.lstlu(._tir'o clc la regrrlaciór), l)ucstr) (|tlLr cstA corrcccirin cs Ia cxpr.csiriirrlc re-ccluilibluciollcs o rle r'r¡irilibr'¿rcioncs. CLranclo st'habla clc r.c-

Strllrcii.rn clc crllbl iolt-rgía, crr t'l scnticlo rlc las rcgtrluc.iell..s csl¡rrt -

rlclclcol'-

Page 100: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

190 col{i{DSPoNl)tINCIAS DII t;l"lNcloNlls

turales quc concluccl.t a un blastómero artificialmente aislado a

^.er)onstit;ir un embrión completo, el (erron que compensa la re-

g'.];;tó; es esta división impr-resta clesde fr-tera' En el caso cle las

i*'grrtu.iorr"s clel genoma, en cl qlle gencs rcgulaclores o 1os nrepre-

:;o,.'es)) activan o reprimen cl fi'rncionamiento cle los demás' nos

cr--.contramo, ". pr"r"ttcia cle Ia bi¡rolaridad' tan general -en todos

l,)il niveles cle lai regulaciones or-gánicas, cle Ia facilitación o re-

forzamiento y cle la lnhibición (dualidad c¡ue voivemos a encon-

;;;;-üJ "n l" ,1" ta afirmación v Ia negzrción en el plano de las

op"ro"ion"s ló-aicas, pcro, colrlo sc verá' con otros caracteres)'

Pi¡es bien, esta-bipolariclacl no tienc scnticio' en cl plano orgánico'

.r-r* qrr" clcsdc ef punto dc vista aclaplativo dc la corrección cle

los eriores y cie la accplación de los acicrtos'

Tan pronto como hav clifercnciación cle órganos reguladores

.,rnro ,o, los sistcmas cnclocrilro v ncrttiosc.¡, cstc carácter de con-

trol alternativanlcntc coi-rcctor l' lrctii'¡rclor es todavía más eviden-

i" u ," maniñest¿r cn [ocios los cam¡ros po' reequilibraciones o pol

cl mantenimielrto clc ttll cqtrilillrio aprorit.naclo' Y a los feedltacks

cletoclac]asesr:...p".'-,o'.",.tfecd'[clrvll¡rrl.s0ttcponen.remedioalas insuficiencias clc Yeiociclacl o a los erccsos de amplitud de los

ii"aiiit r, constituycndo, así, e-s1-rccics tlc regulaciones a la segun-

da potencia o ."gr.tiacioncs clt: la rcgrtlarlión misma'

Ahorabien,cstosl-nodelosc]lrsicosclcr.cgulacionessevuelvena encontrar con slrs lrismas l'ornlas clc corrccción del error o de

anticipaciÓncofrectoraalnivclclclascstrltcttrrascognoscitivaselemcntales' El apretlclizale por' latltco o por ensayo y error no es

nrásquelaconstrucci<inprogresir'¿rclcLlnesqtletna,pero.poreta.pO,

"'regulaciones sucesir-'as iirlcs qrre t:l r.-sttltado cle cacla acción

_á¿in.o l,r sigr-ric'tc c. scrrliclo '.siti'r.r, ncgltivo. Sc han pro-

pucsto di'crsoS rnoclt:l.s clc lantcicr, clcstlc cl lltrro azar ccll-r sclec-

ii* ,, postcriorí (Thornclilic) hrst. cl .tlcsarr.llo cic una rncloclía'

o Gestilt dinírmica, por cquilibr¿rción prog|csiva' Pe ro' tan pronto

colrlo sc deja cle conccbirl al suicto conrt-r simple teatro cie enter-

g"rr.io. fortirit¿rs o clc un cquilibrio conformc al modo físico para

ilestituirle su aclivirlacl clc lirisqttccilt t' clc tlt'gatlización p|ogrcsiva'

es eviclente que cl tÍrntco cc¡nsil;tc cutegr:laciones sr'rcesivas que

seencadenansegút.ilalíncaclcrttlaeqtrilibracióIlporasimilacio.nes y correccioncs clebiclas al plo¡ri<-r sr-r.icto'

un caso más notablc c1e eqriilii-rr-ación por regulaciones es el de

,os aprenclizajes perceptivos, cuYOS resnltaclos sucesivos ilo cono-

r: el'sujeto. i'or-ejemplo, ti :q,1: prescnta ai sujeto de 20 a 40

, "..,

."g.riclas .na'fig'r"e tlc Nliillcr:-I-\,r.f 0 un rombo cuya diago-

nof -uyár cstó clibujicla (la cu¡tl cs sicurpre subestimada), la ilu-

ión decrece a nredicl¿I qtte Sc \,iln t.ealiz¿rndcl las present¿rciotles,

rasta llegar a anularsc mtmctltlincíllllclltc ctr algttnos adultos' Aho-

'a bicn' G. Noeltin¡r ]' Golrhcinr hatl tnostraclo' en mi laboratorio'x¡

REGULACIONES Y EQUIPAITACIÓN I9T

que este aprendizaje no comienza más que hacia los sieie años,mientras que en los sujetos más jóvenes el error oscila en torno auna media constante. Tenemos aquí, pues, una regulaciói, que seclesarrolla con la eclzrd, sin conr-¡cimiento ciel resultaclo de las me-clidas; éstas son dos razones para creer que es anticipadora: son,entonces, las exploracioncs progresivas y de tanteo las que, rne-diante una descentración gradual, corrigen los efectos cleformaclq-res de centración (fuentes del error, como se puede mostrar expd-rimentalmente, y también calcular).

III. Regulaciottes y operaciones r.-pero si las regulacionescognoscitivas elementales son asi del mismo tipo que las regula'-ciones orgánicas, las I'egulaciones superiores, que no son otras quelas operaciones mismas, tiencn otra forma, pero constituyen cl re-sr"rltado de un paso aI límite a partir de las regulaciones orriinarias(a la manera en que sc pasa cle la inducción probabilista a la cle-tlucción necesaria).

Señalcmos, primero, quc cste paso nacla tiene cle bruscr.r y quelas primeras regulaciones reprcsentativas, pero preoperatorias, is-tablecen la transición entre las regulaciones sensorio-motrices vlas opcraciones. Por ejer-nplo, un niño cle 5-ó años cle edacl cliricle una bola transforrnacla en salchicha que contiene más materiaporque se ha alargado; pero, si se la sigr_re cstirando, terminarápor tener mellos, porque se habrá vuelto oclelgadao. En estc caso,l¿i inversión del error procede de una regulación a par"tir cle lacxageración del error. Y esta inversión, por su parte, culminarácn lracer solidarios el alargamiento y cl ad,elgazamiento, cle don-cle, por último, se obtcnclrii la compensación operatoria nmás lar-gcl x in/rs clclgarlcl:igual cantidacl>. De tal for.ma vcrnos córlo, clela nranera ln/rs continlla, Lura operación rcversible v la cclnscrva-ción quc lr';rc consigo pucclen clerivarsc cle rrir fLrcgo de regula-cic¡nes.

Pero hay quc cieci'algo'rás y vc'en la operación como taluna forma supcrior rlc lcgulación, en la quc el control retroactivosc ha converticlo crl levcrsibiliclacl completa y rigur.clsa. En el ejem-plo iurtcrior se trata cle una reversibilidacl por. reciprocidacl en elscr.ro clc una multiplicación clc relacioncs. pero sc pLlecle Dolteruu cjcmplo ¡rrás sencillo crrycls isomorfismos biolócicos virnbs cnel $ 11: cl del encasillamierrto cle las clases, como icsultario de laopcración cle suma A-r A'- B; B + B':. C; etc.

Ante toclo, sc obscrva quc csta operación A rA,-8, ct o ltri-mcr efccto es proactivo, pucsto quc clesemboca en la construcciónt Por lo qLre respecta a vnricls de los puntos cle estc subtítulo, véasc el ex-

cclentc estudio dc c. cellórier', nNfodéles cybernétiques et aclaptation>, qrreapalecerá e n Llf tttlcs ¿1'épí,stctttt,¡logie génétiqrre (P. U. F.).

Page 101: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

l)2 ( ol{ltlrsl¡o\llliNcl'\s l)ll t:LlNcloNns

de B, tiene igualmente un efecto retroactir¡o, puesto que A se en-

riquece lógicámente con caractercs nlle\/os ell cuanto que reúne

o Á' y es integracto en la clase B (el iuicio utodos los A son B o

por""r, los caiacteres 6 de B, no podría haberse afirn-iaclo antes

cle la construcción de B). Pero se observa, aclemírs, que estc electo

retrt¡activo tiene un car/lctcr clc control, llucslo qLlc collserva a Alt pcsar de su itrtcglación cn B, c itlclttso i-ls('utll'a por sí solc¡ csta

conservación, puesto que si B se plarltca en la forma A¡At :B'¡loclcmos Vo]r'c'r a t''rtcotttl nt"4 ¡rot lltt'tlio tlt' l:r o¡rcrltciólr invcrslt'B-A':A. Es pues cst¿r opcr¿lciólr invels;lt ( ) llt cltlc clcscrnpctla

aquí cl papet cte la rcgr,rlación (control rctfo¿lctivo) por r.t'iacicln lr

la'.,r,rsüucción (opcráción actitiv¡.. l- ) \' sc \rLr c¡t-tt: cl cc¡tltroi cs

Llna y la misma cOSa qlrc ia constLttcciti|r , pucsto cllte l¿rs opcl'a-

ciones ( + ) y (-) son una misr-na tipcracriritl, pcro quc sc lleva a

cabr-¡ cn los clos scl.tticlc¡s clcl t'ccc'¡t't iclo'

Se dirá, quizá, quc csla |cgr-rlación stll)ollc, clltollccs, la coll-

scn,¿rción. Pero no hay tal, y¿r cllte c's prccisarnclite la revcrsibili-dacl la que cngencira la conscrYaciótr, como cs fircil mostral psico-

lógicaménte: La reuctsibiliclad cs cl ¡rroccsc.¡ misnl6 clel qttc la con-

seivación es el resultaclo, y este proceso val'ía crt grados cle aproxi-

rración, mientras se mantiene eu estaclo cle rcgulaciót-r en la acep-

ción común del término, de cloncli: sc crplican las rcspuestas in-

tcrmeclias que Se obtienen entre i¿r llo-collser\¡llción y la couserva-

ción. Por otra parte, los argumeirtos cicl niño, cu¿rnclo quicre justi-

ficar una conservación quc Se ha vllclto e\iidentc pal'a ó1, son ya clc

tipo reversibilidacl ((se puecic reh¿Icer una bola coll la salcilicira'),yá a"t tipo identiclacl (nes la misma p¿Ista), olo único que ha he-

óno uste^¿ es alargarla>, (no se ie ha allaclido ni quitaclo nada>,

etcétera). Ahora bien, la identidad ¡o enscña nada nuevo al niño:

sabia perfectamente, a cualquier edad, que no se habí1 airacliclo

nada, etc.; ello no obstante, llegaba a la conclusión cie la no-con-

servación. La identiclad, en efecto, se cotwiertc en Lln argumentoa partir clel momento erl quc cltteda s¡bordinada a la reyersibili-cl¡h ( *P-P:0, donde 0 o Pu:la operación "icléntica, clei siste--;ra). Luego eS la reversibilidad ia que ti'ae consigo l¿r conscrva-,rión y no a la inversa, como creí¿t E. Meyerson.

¿Se <lirá, entonces, que csta revcrsibiliclltcl sttpouc, por- lr-i nlc'i1.OS, ü¡B (memoria)? Al cOntraric.l 5', COTIO ell tgclo sistema de rc-g-rlación, es la retroacción, y, aquí, I¿t rcvcrsibiiidacl, quienes en-

genclran esta (memoria) elr tanio qtlc simple conscrvación de los

esquemas construidos pol'la acción a la Vcz proiictiv¿l ),retroac-tiva (véase $ 13)'

Se responderá, al lllenos, qr-re la I'cve-r'sibilidaci, en cstc caso,

debc ser ajustada pxra no resr-tltar ni cletnasiado ulargao ni clema-

si:lclo (cor1¿r> y alcanz¿rr sll obietivo c\acto. Y, efcctivamettte, la

construcción cic un modelo sllpoil(ll'ii cltlc se picnsc cn tal itjuste.

iU]GUI-ACIONES )'EQI)II'AIIAC]I(iN 193

Mas, a este respecto, se ofrecen clos posibiliclacles: o un sistemade unidades, pero que está cxcluido aquí puesto que la construc-ción no es numérica (lo que suponclría Ia síntesis de los encasi-llamientos y de un orden serial ,zl, A', B' , ctc.); o una consolida-ción de los propios encasillamientos. Ahora bien, son precisamen-tc consolidaclos o controlaclos por la corres¡tonclencia biunívocadc las operaciones dircctas e inversas: A lro corresponcle mápcluc a -¡21; -A' a +A'; --B a + B; ctc.

Ahora bien, csta iutelprcLación quc consistc cn consiclerar. las<tperacionrrs como regulaciones de tilto su¡terior-, por consiguiente,como cl esta(lo límite alcanzaclo por las regulaciones orclinariascu¿rndo sus retroacciones aproximzrtivas culmi¡ran cn Llna t.cvcrsi-bilidacl complcta, tienen en rc¿rlidad una significación biológica pro-flinda que sllpera, con rnncho, el ¡lequeño juegcl cre los isor¡rorfis-lnos f-orm¿rlcs. Si la rcgulzrción de tipo infelior u orclinaria consli-tuye un proceso cle corrección o cle nlocleración cle los cr-rores,hay que concebir la rcgulación opcratoria como un proceso cleprecorrección, cle evitación o cie eliminación clc los el'rores, Io cuales mucho rnásI. En efecto, nna deducción operatoria no est/r su-

I W. R. Ashby, en la obra titulacla An Inlrotlttctictu to Cl,bernetics, ha pro-¡r<.r|cionado un bonito cjcn-rplo cle un legulador funclado en la teo|ia clc los.iuegos y cl,e, segúrn é1, es, a la vez, el más común y el rr'ás sencillo clc cons_truir y de mantencr biológican-rcr-rte. se trat.r dc un jucgo enlre el regula-clor R y la fuente P cle pertr"rr-l-¡aciones (el meclio, por e.iemplo), las cuales sc

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rnaniliestan cn el organismo ? que trata cle conservar constantes algr nas va-riables escnciales 11. Ahora bien: en un modelo cle este tipo, la regula:ión no¡rodría ser perfecta, pucsto que la infornración cle que tiene necesid¿.rl R parafnncionar debe provenir de E, y puesto que, una vez pt'oclucido cl rcsult¿rdc.¡cn 1j, la regulación no pueclc ser sino aproximada. Pero que la regulación seaperfecta cs necesario que el regulador intervenga antes cle que P haya provo-cado un resultado en E. Es esto lo que nos parece que c¿rractcliza I¿r situa-ción de la operación en Ia que Ia regulación no tiene como objeto el resultaclo,sino la acción misma, y en la que la acción permite prever el resultaclo yr.rtilizario o bien anularlo gracias a la opcración inversa, Así, pr-res, éstc seríacl desarrollo deductivo de las acciones consideradas conlo o¡leracioncs qucconduciría a la regulación perfecta, a la vez, por la anticipación de los resul-tados y por su posible anulación o inversión.

Además, entre el modelo elemental de un solo leeelbaclc que procede ;r par-tir del resultado de la acción y la operación reversible, se pueden concebir,puesto que la regulación vcrsn sobre las accir.¡nes y ya l1o sobt'c st¡s rcsultaclos,moclelos de cloble f eedback (llQ v QA en el csqncma cle esla nota). Por cjem-

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1'i+ CORITI]SPONDENCIAS DE FUNCIONES

leia a ningún error, si es conforme a las leyes de su estructura(<agrupamientos>, <grupos>, ((redes), etc.). Un error de lógica o

de matemáticas es resultado de un lapsus individual, es decir, de

factores de atención, de memoria, etc., cxtraños a la estructurautilizada, mientras que una estructura perceptiva, por ejemplo,tiene un aspecto probabilista que excluye toda composición que

no sea por regulaciones aproximadas.Vemos así que, a medida que avallza la extensión del omedio,

del conocimiento, es decir, del conjunlo de los objetos exterioressobre los cuales versa la inteligencia, y a meclida que avanza ladisociación de las formas y dc su coutelliclo, o sca, cle la elabora-ción de oformas, abstractas y conccptu:tles por oposición a lasformas perceptivas o sensorio-motriccs y u lortiorl a las formasmateriales del organismo, las regulltciones encirrgadas de contro-lar los intercambios cognoscitivos con estc meclio, es decir, de or-ganizar la experiencia cn función cle cuaclros ciecluctivos, alcanzattun nivel de precisión no conociclo por las regulaciones elenrenta-les: en vez de limitarse a correcciones, pero a posteriorl y queversan solamente sobre los resultaclos de los procesos o de loscomportamientos, o a una guízi aproximacla cic anticipaciones queson siempre probabilistas, clrmplen ltn¿r función de precorrecciónpropiamente dicha. Función cuyo ejercicio, naturalmente, es a suvez aproximado en eI terreno cie los métodos inductivos, puestoque cl contenido de la experiencia sigue sienclo i¡ recluctible a un¿r

previsión exahustiva, pero que es uua fuución plenamente cum-piida cn el terreno cie las estrllctur¿Is deductiv¿rs o lógic<-r-matemá-ticas cie la inteligencia. Si se considerase a los seres matemáticoscomo exteriores aI sujeto, lo esencial de lo que hernos dicho ante-riorrnente seguiría siendc¡ válido, en la meciicla en que la inteligen-cia ¡cndría que adaptarse a cllos. Pelo cs eviclente que si se con-ciben las estructuras lógico-maternáticlts, clcl mismo modo que nosveremos llevaclos a hacerlo (Capítulo VI), como si se sacasen delos l'uncionarnientos más generales cle la acción y de la propia or-ganización viviente, el carácter de regulaciones superiores, queatribuimos a las operaciones intelectualcs, cobraría una significa-;i in todavía mucho más profundamente biológica.pi , r-l cl caso dc que una seriación empír'ica cn el niño en cl orden asccn-

c:: rte ("{...) trae consigo un recorrido ulterior en orden descendente (l>.,.)o también en el caso de que el alargantiento cle una salchicha de arcilla dar¡ ar a una observación de su adelgazamiento, etc. En este caso, lo que al

,.r ncipio no son más regulaciones sucesiv¿rs (en divcrsas etapas cie la acción:vi¡se la diferencia de los dos esquemas) se convcrtir¿i en un sistema de ope-

ra;iones directas e inversas tan pronto como las dos acciones AB y I'Q se coor'd,1en en un todo, en vez de ser ajusta.das clcsdc fr:era por regulaciones sucesi-vas progresivas. Observemos, además, quc si hacemos inte¡vcnir aquí dosacciones distintas AB y PQ, la acción PQ puecle no haber sido irricialinente,también, más que unfeedbttck por 1o que tocaa AB,lo que haría de BP y QArrrgulaciones a la segttnda potencia,

IIEGULACIONES Y EQUIPARACIÓN 195

IV. conclusiones.-Las concrusiones que hay que sacar derconjunto de este capítulo y, especialmente, de eite I 14, parecensimples y forzosas.

En primer lugar, las funciones más generales del organismo,organización, adaptación y asimilación, conservación y ánticipa_ción, regulación y equilibración, vuelven a encontrarse iodas en elterreno cognoscitivo y desempeñan el mismo papel esencial. sólqla reproducción no ha sido mencionadu, pero si ta aiuidimos erísus dos componentes_principales de conservación o repetición yde recombinación de los caracteres transmitidos, es obvio que es-tos dos aspectos tampoco son extraños a los mecanismos dé rene-tición y de interferencias combinatorias de que dan testimoniolas inteligencias individuales en sus interacciones. Hay que llegara las relaciones entre el genoma individual y Ia *pobia"iórr, páruencontrar de nuevo isomorfismos parciales en las relaciones entrecl individuo y las sociedades humanas. Bien entendido que la uni-clad fundamental es la población o la sociedad, un ,rráo inextri_cable de interferencias sociales y constituye, por tanto, un micro_cosmos quc refleja un sector más o menos grancle dei grupo ensu conjunto; no obstante, .,s en el individuo y, sobre toáo,-en ertranscurso de su ontogénesis, donde las recombinaciones genéti-cas o sociales se efectúan y dan lugar a síntesis nuevas. Tan pron_to como se renuncia al atomismo en provecho cre un constructi-vismo dialéc1ico, se advierte que el problema cle saber si son losindividuos los que engendran los caracteres clel grupo social y delupool genético>, o si succcle lo contrario, es anáiogó a la cuestiónsin salida de establecer si es la gallina la que hace al huevo o a lainversa, problema que, por lo demás, preferiríamos plantear enlérmino de gallina y de opolluelou, pues el huevo no L, más oueLln momento pasajero del desarrollo.

Recíprocamente, los caracteres esenciares der conocimiento pre-selltan correspondencias orgánicas evidentes. Las dos grandes fun-ciones cle la inteligencia sol-inventar y comprender y-tanto la in-vención morfológica y fisiológica como la

- asimilación orgánica

constituyen sus fuentes, coÍ] Ia consecuencia del descubrirr¡ientoprogrcsivo o de la extensión indefinida clel medio.

Pero si Ios isomo¡fismos. parc.iales que hemos tratado dt ponerde relieve parecen dar testimonio de mecanismo, .orn,rrr", indis-curtibles, no se trata más que de correspoldencias pur"iul"r, po,la razón fundamenta! de que el conocimiento, aunque-.u.o ..r,cu¿rdros funcionales de la organización viviente, la iupera conti-nuamente en estructuras más refi.nadas, aunque en lá direcciónim.presa clesde el principio. Desde el punto de vista de la organiza-ción, la inteligencia llega a estructuras mucho más estables y, aImisrno tiempo, más.diferenciadas, pues si se puecle aorra"ui. .r'uposible matematización de todas las estructurás biológicas, no to_

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i96 coltttllspoN!)l-l'.clt¿\s Dll l.ui'iclloNlis

d.as las estructuras lnatem/tticas sou realizables en el plano orgá-nico. Desde el punto de vista cle la aciaptación, la inteligenciailcga a formas de equilibrio cntrc la asin"rilación y la acomoda-t:ión más profunclas y coherentes que lets aproximaciones orgáni-c,¿.s. La conservación clei pasaclo y la anticipación dan lugar a ob-servacioneS análOgas. Pero cs clr cl tcrlCuo dc las lcgulaciorlcsclonclc es más notable cl avance clc l¿¡s luuciotres cognoscitivas porlo que toca a los equilibrios apt'oximados realizados por el orga-nismo.

Los análisis que hemos intcntaclo rcalizar en cstc cztpítulo sonincompletos y frágiles, pues los isomorfrsmos parciales no tienensentido, como se ha dicho, m/ts quc si sc proporcionan las Ieyesde transformaciones quc pcrtnitall i)asar ilc uncl de los térrninoscomparado al otro y si se suministr¡r la prrtcba cic que cstas trans-formaciones son, efcctiva y biológicamcnte, lcalizablcs. Ahor¿r bien,hay una manera si no cle llenar cst¿ts inmr,'nsas lagr-ttras, sÍ cle re-mediarlas en parte, y es exanliuar los llit'clcs clc <conlportamien-tor, términ<¡ meclio cntre la vicla crrgitnica y ci conocimiento, ytratar cle comprencler las condiciones ncccsarias y suficientes cle

estas formas sucesi\Ias de conduclas desdc cl punto de vista desu éxito adaptativo o de slt I'alor para el conocimiento' Tal es eiobjeto del capítulo siguiente.

i'..rpÍTLrLo r¡

LA EPISTE,MOLOGIA DE LOS NIVELE,S ELEMENTALESDE COMPORTAMIENTO

El análisis epistemológico cle un modo cle conocimiento consistecn clcterminar sus conclicioncs necesarias y sulicientes, no sólobajo un ángulo formal lógico, sino desde el dc las rclaciones entrelos instrumentos cognoscitivos del sujeto y los caracteres del ob-jeto, tal como es accesible a la cxperiencia de esc sujeto (con re-ferencia eventual a lo que aparece en Ia perspectiva de sujetosde nivel superior, es decir, de hecho, del observador).

Así, la epistemologia se ira preguntado clásicamente cómo esposible Ia ciencia, es decil', cuáles son las condiciones necesariasy suficientes para explicar la aclecuación de nuestros instrumentosintelectuales a la realiclad. Las soluciones han sido múltiples y con-tradictorias; ])ero combinando el estudio de las condiciones cons-titutivas, en el scnticlo clc fundamento racional, con el cle las con-rliciones constittrlivas cL-scic los puntos de vista histórico-críticoy'' psico'genético, poclemos confiar en avanzar cn la dirección desc¡luciones positivas.

Nada impiclc qur-., por analogía, nos pleguutemos, utilizandomútodos más o menos comparables, cómo es posible el conoci-miento instintivo. Se responderá que el instinto no es un cono-cimiento, sino un comportamiento, y que no sabernos casi nadade su modo dc formación efectiva. En cuanto a lo primero, hayun simple malentendiclo: no sabemos nada de la conciencia clelanimal, pero podemos analizar: 1.o, sus percepciones, movimien-[os, etc., y 2.t', lo que <sabe hacer, en respuesta a los estírn:rlt_¡spercibidos en el medio exterior. Pues bien, "saber hace.)) ert unmodo de cotrocimiento o ulr ,,sabern como cualquier otro, y en elnir1o, precede con mucho al conocimiento conceptual. La segundaobjeción cs mucho más grave, pero es precisamente porque noconoccmos la génesis de los instintos por lo que nos contentare-mos con un análisis epistemológico que, por cierto, es incompletodebido a que carecemos de datos acerca de su desarrollo, peroposible hasta cierto punto en comparación con el de los conoci-micntos adquiridos y cle la inteligencia.

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198 NTvELES DE coMPoRTAMTENTo

Así pues, plantearemos ias mismas cuestiones a propósito de lapercepción, del aprendizaje y de la inteligencia animal. Pero es

importante comenzar por algunas observaciones acerca del siste-ma nervioso considerado como intermediario necesario entre lacrganización viviente y el conocimiento y como sede de las formasn ás elementales de reacciones hereditarias o reflejos cuyo carác-tt,.r de transición es tal, que no sabemos si son fuentes de ocono-cimientos> o simplemente cle movimientosr.

$ 15. El srsreua NERVIoSo Y Los REITLEJoS

En todas las perspectivas no biológicas en l¿rs que la inteligen-cia o el pensamiento se (ponen> como hechos pritneros que se ex-plican por sí mismos, o finalmcnte conlo f'uentes de los hechos, loque constituye la tesis idealista, no sc comprende la función delsistema nervioso. Pucs, si se neccsita Lln cucrpo para encarnar elpensamiento, estc cuerpo debcrí¿r bast¿rr y Ia introspccción deberíainformarnos no únicarnentc st.¡brc cl cstaclcl y cl funcionamientode todo órgano y de toda célula, sino también sobre los procesosbioquímicos y biofísicos en el interior clc cacla una de las macro-moléculas de que estamos formaclos. No se cclmprende, pues, lapresencia del sistema nerviostt, tauto nás cuanto que, siendo cle

origen ectodérmico, rlos infc¡rlna ¿lcet'c¿t clcl mcclicl crterior muchomás que del inlerior ciel cucr¡ro, rlul) cu¿urclo haya ilcgado a des-empeñar el papel cle órgano regulacior para el conjunto del orga-nismo. Así también, cr.r cl espiri trraiismo bclgsoniano, es reducido,

I Para la cuestión gcneral del coniportumicnto en sus relaci<¡nes con losgrandes problemas bir.rlógicos, véasc Ia colccción clc artículos titulaclos Bel¡u-víor and Evolutiott, edición preparacia po¡ Anne l{oc y G. G. Simpson (Yaleünivcrsity Press), 1958. El artículo de Simpson muestra que el comportamientono es sólo una resultantc, sino uiro de los determinantes de la evolución.E. Caspari habla de las bases genéticas dei cornportamiento (selección gené-tica que modifica la rapidez del aprendiz"aje cn la rata, etc.). R. U. Sperrysubraya las incógnitas que subsislen en la ontogéncsis del comportamiento,y F. A. Beach insiste en la evolución del ernpleo de las hormonas, cuya estruc.tura química varía poco. Th, H. Bullock, especialista en los mecanismos básicosdel comportamiento .de los invertebrados, crec en su unidad fuucional entodos los niveles, incluso en los superiores, pero reconoce el carácter hipotéticode estas concepciones. B. A. Hinde y N. Tinbergen llevan a cabo el estudioeomparado de los comportamientos específicos, y E. Iv{ayr traza las rela'c. )nes entre el comportamiento y la sisten.¡ática zoológica. C. S' Pittendrigltal orCa los problemas de adaptación y cle selcccirin, r' S. 1,. Washburn, con!l Avis, Ios del comportamienlo humano.

lrl. SIS-I'EIÍ¡\ NERVIOSO Y LOS IIEFI-EJOS 199

¡rol lo que concieme al espíritu, al papcl de clavo clel que cuelgaun abrigo; pero este clavo constituye un problema, puesto que,según tal punto de vista, es el abrigo lo que se encuentra en elorigen de la vida, lo cua,l hace inútil al clavo.

L Sistenn nerviosr-¡ ), asimilctción.-Por el contrario en lapcrspectiva en que la vida precede al conocimiento y en la qubcste último, allnqllc conser\¡a los rasgos esenciales cle la organiza-ción vital, la supera prolongándola para conquistar un medio infi-nilamentc más vasto que el cle los cambios fisiológicos inmediatos,crl sistema nervioso aparece, a la vez, como Ia cxpresión más ciirec-ta y más perfeccionada de esta organización del cuerpo, cuyoscngranajes controla, v como el instrumento orgánico, al tiempoquc cognoscitivr¡, cle csta conquista {'uncional del medio que pro-longa su conquista fisiológic:r.

Esta doble función organizadora y aclaptaclora clel sistema ner-r ioso que es, de hecho, simultáneamente, el órgano más evolucio-nado y más perfeccionado ciel ser vivo y el instrumento más dife-renciaclo de la asimilación funcional del medio (por oposición ala material) sc rnanifiesta, cn particular, por los clos caracteressiguientes.

Desde el punto de vista clc la orgar-rización y cle las regulacio-nes qlle supone, Beltalanfl'y hace una observación esencial, En cltranscurso dcl clesarrollo embrionario la uregulabiliclaclo (en el sen-tido dc las regulaciones cle Driesch, etc.) dccrece a medida que lacliferenciación se establecc por cietermi¡laciones sucesivas. peroIr;ry una cxccpción, solarnente una j: cs la cie r sistema nervioso(lLrLr (]s c¿lpaz, h¿rst¿r cn cl aclulto, cie regtrlaciones en el senticlocrnbliológico, es clecir', cle reconstituciones clel sistema total a nar-ti. cic lo.s scctorcs quc se qr-reclan cn su.h-rg;rr. por ejemplo, Ioscscarabajos y los cangrcjos a los que se les alnputan uru o variasPatas, recon.strlryen nuevos circuitos con modificación de la fun-ción clc los centros: uel sistema nervioso manifiesta una regulabi-liciacl c¡uc debe a su equipotencialidad original, la cual, aunque seha.ya encontrado inhibic'la en el curso del desarrollo, no ha clésaoa-recicio completamente" (Les Problünes cle le Vie, p. 159).

Poclemos clecir más aún. Las tres fases principales del desarro-llo embrion¿r¡:io son, lrues, las de las segmentaciones iniciales (consus regulaciones posibles, sus endomorfismos y las reconstittrcio_res clel todo a partir de un elemento), la de la determinación ocliferenciación y la de la nreintegración> funcional, como dice conrazórr weiss, o fase cle rcstablecimiento cle la uniclacl funcionalpol influencia cle las regrrlacioncs hormonales y nerviosas se ve,

I Aparte del srsterna_pacenutkcr, que puede ser suplido por el nr,i,. atrio-'entricular

y el haz cle His, pero eviclentemente bajo iontrol nerviosc

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200 \lVIll.liS l)li (.lO\Íl'OI{ l.'1 \lllrN't()

entonces, que esta unidad funcionrl ascglifacl¿r, en tiltima instan-cia, por el sistema nervioso, constitul'e la prolongación dei dina-mismo morfogenético de la segurrcla fasc (cletcrmiltaciones) ;', t'c-cobrando la unidad, de Ia regulabilidacl o nrec¿ruismo funclameutalde Ia primera fase.

En cuanto al aspecto adaptativo del sistema nervioso, el prc.r-

blema esencial para nosotros, si Ia aclaptzrción es un equilibri<-r en-tre la asimilación y la acomodación, es el cle comprencler el papeld.:scrnpeñado por Ia activiclad ncrvios¿r cn cl paso clc la asimil¿r-ción material de las sustancias y energías clue caracteriza a la asi-milación fisiológica, a Ia asimilación funcional de las informacio-n,ls cxteriores qLlc caractcriza a la asinrilación cognoscitiva. L¿rsr-rbscrvaciones anteriores acerc¿l dc l¿r rcgulabilidacl del sistemarren¡ioso y de su papel cn la embriogórrcsis muestt'an ya que sllacción consiste, primcro, en prolr-rn¡¡ar las fc¡rmas rnateriales crnuformas funcionales) o cstl'Llcturas cliuámicas clue aseguran el ftu-r.cionamiento de estructuras orgiinicas. Pelrr, cntonces, ¿qué pasacon Ia asimilación, problcma quc sc pl¿rrrlca tan pr<tnto como scobserva la naturalez¿l tanto adquirida como innata cle las asimila-ciones cognoscitivas? La función adaptaclora clel sistema nerviosr-rconcierne, precisamente, a la acomoclación incliviclual a los cambiosincesantes e inntrmerables del medio en pcqucña escala, tantocomo a las acomodaciones más generales y hc.rcclitarias. ¿Qué ocr.r-rre entonces con la asimilación?

La hipótesis es que la reactiviclacl ncn,iosa (cxcitac:ión v ¿rfec-

ción) asegura precisanrente la transición cntre la asimilación fisio-lógica, o integración de las sust¡rncias y errcrgías e.xtet'iores en IaestructLlra y el funcionamiento clcl organismo, y la asjmil¿rcióncognoscitiva, o integración de los objetos <l rlc las situaciones enlos esquemas de acción y, flnalmentc, en los csquemas operatorioso conceptuales.

Ante todo hay que recordar que la reactividad a los cstírnulosexteriores no es un proceso primario. No sólo una clc las clos fun-ciones esenciales del sistema nervioso cs Ia de la regulación inter-na del organismo, de que hemos hablado anteriormente, sino quetambién existen actividades nen'iosas espontáneas y enclógenas,como lo ha mostrado Adrian a propósito de cinesis animales vcomo Io demuestran los registros clectrográficos1. Así pues, lareactividad es primero asimilación, habicia cucnta clc estas formasfuncionales y de estas actividades internas.

En seguida hay que recordal quc si el sistc-nta llerrvic'rso se dife-rencia a partir de los celcntércos, las funcioncs quc crimplc, sirrexceptuar la reactividad con sus mocllrlaciolrcs tanto adquiridas

I Hamburger ha encontrado recientemcnte cn el err"rbrión clcl pollo trnamotilidad espontánea y rítmica, pcro no intcglarln (l)or tanto, al(ralor'¡ir), eucse produce antes de todo in.¡rrrl scnsotial.

I:1. StStllNlA NIIRVIOSO Y l,OS Ítl,i.l,l1.f()S

corlo innatas, se halian presentes clesde los protozoos. Una obscr'-vación muy instructiva de Schaffer mllestra, por cjcmplo, que la;uneba tienc en cuenta la experiencia adcluilida: l'echa:¿cr pl'imc)'()gt'anos de tirosina, acepta despuós Ios de globtrlina, pero clespni'scle haber absorbido éstos, \ acaba por aceptar los clc tirosirru lc-ch¿tzados inici¿rlmente. He aqrrí un excelente caso no sólo dr: llt-r-,clificación aclaptativa prenenriosa en el senticlo de rrna reactiviclacl ¡

<lt' lr¿rturalcza aclqr"ririda, sino tan'rbiin clc asimilación notablemcn-tc intcrmedia entrc la asimilación fisiológic;r (absorción de sus-tancia) I' la asimilación nerviosa como integración clc r¡n elenrcntoTr\levo ¿l un csquclna ¿rntcrior cn funciórr cle l¿r cr¡lcricrtci;r. Cu¿utrlol¡r ¿rrneba persigue a un paramecio clurante veinte mintrt<ts, comolcr ha relatado Gl'assé, o cuanclo ttna f,ucrtttturia tiendc srr uctrcrll<tu(lror una sllr:rtc cle cefalizirción [r-rncional) crl clirección al ¿rlirnclt-to, hay a la vcz asirnilación fisiológica y asimilación a un esquemade acción.

Pcro, una vcz constituiclo el sistcma nen,ioso, sólo cle nt¿utclailruy gencral podemos considerar la reactiviclad (excitación-cfec,ción) como una forma cle transición entre los oos tipos de asimi-l¡.rc:ión fisiológica y cognoscitiva. Ya no hav más asimilación cn elscnticlcl cle una sirnple absorción cle sustancia o de energía, pllesloque el estímulo no es el ingrediente, sino el desencadenador dcIa ac'tividacl interna, y que, de tal manera, es asimilado sólo comot:lemento funcional, Pero nc¡ es aún una asimilación cognoscitita,va que este clesencadenamiento no es todavía más que causal olh-rg:rr de ser percibiclo conro significativo, mientras qlle se vLlelvrlcognoscitivo en la medida en qlle esta signiñcación perceptiva scclifcrencia. El térrnino mismo de "sensibiliclaclo parzr designar lalccepción de Ia excitación muestra la continuidad del paso, prrescsta sensibilidad lo mismo pr-rede ser extraña a toda percepción¡rlopiamente dicha que ser fuerte cle perceptividad. Por lo quctoca a la afección, ¿no constituye más que un movimiento, en cuyoc¿rso llo poclríamos hablar cle función cognoscitiva, o es ya un es-quema de acción, es decir, un comportamiento por lo que tienecle conocimiento práctico o cle (saber hacer, en la acepción propiaclc ios clos términos de hacer y clc saber práctico? Es evidente quecl carácter insolublc cle esta cuestión muestra la continuidad en-trc l¡r asimilación a un luncionanliento fisiológico y la asimilacióna esqllemas de acción cllle, siendo tan elementales, por ejemplo,como los montaies innatos de ia locomoción, no obstante dan tes-timclnio de estc saber nráctico.

II. Reflejos l asinri/ac iói'.-El examen de los reflejos er sen-ticlt.r t'stricto y cle sr-ts rclacit¡¡rcs corl los instintos llos muesfrl', to-clar'ía más, ese carácter interrlcclio clc-' las reacci<lnes nervioles en-

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202 N i\/lll.lrs Ilr c(J\l I'olt l':\l\1 [l;\i't o

trc la asimilación fisiológica y la asimil¡eic)rl cr-ignoscitiva. Sc'gr'rrr

Viauct (Les Instincts, P. U. F., pirgs. 105-109), los t'cflcjos son consr-

deradOS en los animales superiores conlo (t'cacciones cle contrac-ción de músculos o de secreciones cle glánciulas, ciesencadenaclaspor una excitación detcrminada ;rplicaclir crl un lugar más o menoscleterminado de la superficie cle la piel c: en Lln órgano sensorialcon una intensidacl suficicntc, (pág. 10-5). Sc vc, cn pritner lugar''que la efección puede ser Lrn funcionarrriento glandular, lo q\le no

eS un cOmportamiento o una reacción rntrscnlar, siendo ésta stts-

ceptible, por el contrario, cte suministrrtr tocl¿rs las transicio¡esentre un puro movimiento aislado o el eiemcnto esencial cle unan rción. Viaud se inclina por el primero de estos senticlos y su in-terpretación general es que el reflejo no es ni tln comportamient<¡,ni siquiera una parte integrante cle los instintos' Sc trata, prtcs,

d: discutir.Recordemos, ante todo, que en las concepciones actuales cl rc-

flejo se concibe como el producto de una cliferenciación a paltirde actividades espontáneas cle conjunto. Su embriología (Coghill,etcétera) muestra claramente esta t: specialización progre siva, r'Graham Brown, al estudiar reflejos de locomoción, ilega a la con-clusión de que el ritmo total no resulta de una coordinación erltrereflejos aislados previos, sino que son estos últimos los quc se di'socian por corte a partir de este ritmo. Cierto es que estas activi-dades o ritmos de conjunto no son (conductasD y, por el c--rtltra-rio, están relacionadas con el funcionamiento interno del sisteuranervioso; pero como también el instinto es resultado, en primerlugar, de un montaje endógeno, era ürtil recordar este carácterinicialmente total de un funcionamiento que se diferencia clesl;r-rés.

El problema no es tanto el de la naturaleza dc la efección, vaque esta última, aunque se derive de un funcionarniento interno,puede manifestar una adaptividad más o menos estrccha al nredio,como ocurre en el caso de la locomoción. ¡\demás, L'st¿l atl;rptaciónse perfecciona con el ejercicio, sin salir por ello (salvo en caso de

condicionamiente) del marco de la programación hereclitaria, ile-mos recordado anteriormente nucstros estudios sobre la consoli-dación gradual de los reflejos de succión durante los primcrt¡s clías

de vida del niño. Se sabe que un ternero alirnentaclo con cucllarano mama luego igual de bien. Las antiguas cxperiencias de Spalciingacerca del papel desempeñado pol el eicrcicio etr el vuelo de lasgolondrinas chicas ha sido confiru'l¿rtlo después por Denuis ell ra-paces nocturnas, etc. Así pues, la efección puede llegar a ser, en

parte, <comportamiento> con lo que esto lleva consigo clc cons-trucción de esquemas de acción, alln cualldo no se trate aqttí nrásque de (esquemas reflejclsu que tc'stitnonian, sin cmbargo, la cxis-tencia de una historia.

Pero es la naturalez-lt <lc la c.rcitacic'rtt la qr"tc plantea, sobre

l,l, SlS I Lill,\ \llRVlOSO Y t.OS ItIjlr¡-ll.JOS 20.i

Iocii-r, t'l f)r'r.¡lllc¡,tr clc ltr asirlilacióll c.{r!t){)ircitila o fisiológir.r. lta,baucl, qtrc qr"rcría mostritr cl car¿icter graclrraclo clcl rcllclo )'el ¡r¿¡s1¡ilc l¿rs respucstas scgrnentar.ias a las rc.spucst;\s globales, llizo r i-brar con trn clierpasón el borclc clc una rcla clc uraña, prochrr.ierrcl.¡tsí tr¡l¿r t'rcitac:i<ilr anírloga ¡ la quc clcscnc¿rrlr'na rrn inscclo t olrirlocn la lccl: crr¿lnrk-¡ I¿r cxcitación cs clcrbil, la ¡l'aña rro lcvantu r¡llisq{lc rnra o clos patas; si ¿rt¡menta, torlas lus ¡xrllrs l.t'¿rr.cion.nr, rsi crccc t<ltl¡ir'íu rnris, la ¿r¡.aña acuclc. I)elo t'turrrclo sr'r'c¡rit,', lliru'aña -\¡A no rcsponclc.'l'cr.rcrnos ahí un estrr¡rcnclo cicrrr¡rlo clc rcflcjc-r qtrc, a la vcz, cs variaDlc 1'sc pr.olorl[¡a cn c'onclrrcta.

Viar¡cl r-cs¡rondc quc lro sc trata clc trn lcllcio r, oflccc .nr ilrrlr-nrcnto intcrcsante para nuestro problema clc la asilnilaciir, :r \ir.bcr: c¡uc cl cxcitantc cs aqrrí una l)erccl-rcitin, l¡licntras (ru('u¡llcflcjo no rcacciorra a usignosu (elr erl selrliclc¡, llattrralllcnfc, tlc'sc-il¡rles o cle inclicios, y no clcl signo propio clc Ia fulrcirin su.lniotitl).Y Viaud añacle que c'n cl caso cle lefleios vclcl¿rclerr.¡s los estír¡¡lesiísicos (no ticnen nccesidacl clc scr per cibiclos, c-s rlccir-, r'c('olrocr,clos> (pág. 106). Scñalcmos, printclo, c¡uc locla ¡rcrcc¡rcitin clistirrnucho de implicar Lln recor.locimiento v quc cspcct¡iculos totalrnt.rr-tc nllcvos nc¡ cleja¡r cle scl' percibiclos. Pcro no cslriba cr') cst() clProblerna, sino en el carácter significativo o no clc los estímrrlosclel reflejo, pues si hay significacióu, h:ry asinrilación cognoscitival', si no la hay, la asimilación se asenre.ja nl¿is a una intcgracióncnergética o fisiológica.

EI carácter notable cle ios lellejos, talrtt_¡ u'l cl tcrrenc¡ rlc la cx-citación como en el cle la efectuación, es, prccisamentc, el dc ¡rro-p<-lrcionarnos toda la gama clc las transicrioncs entrc la no-signifi-cación y la signilicación; así pues, entre los tlodos dc asimilaciónfisiológicos o cognoscitivos. Nadie negará quc eu cl r.el)cjo crlncli-cionadc¡ hay significación: cl sonido de la campana es asimiladopor el perro de Pavlov a una señal de alimento. Pero, cn el t.cflejo¡rlrsoluto, cuando el c¡lor y la visión clel alimcntcl misnrcl clcscl¡cacle-nan el reflejo salit'al, ¿nos atreveremos a decir quc c.stos excitan-tcs sensoriales no son significativos, no son (percepcionesD v ltoson (rcconocidos>? Sc neccsitaría un cxtraño espírittr sistemático,y csta asimilación cognoscitiva cs tanto más notablc crranto qlrc,acluí precisamente, la efección no es un esquenta dc acción, cn e.l

sentido estrecho y estricto, siendo un proccso fisiológico clc sali-vacirin. Por el c<¡ntrario, lo c¡ue ya tiene que ver con cl compol.ta-miento, es la anticipación dc Ia salivación por relación rr la ingcs-tión. ¿Se dirá, entonces, que el reflejo no comienza lnás cluc col-tel contacto entre la alimentación y las mucosas cle Ia boca? pcrt_r

aun en este caso, hay perccpción, e incluso rnuy significativr, si sc.iLrz.ga por las r-eacciones diferc-ncialcs del perro ¿'r los ¿rliurentos c¡rrc¡rreliere, que tolera o qlle rechaza. Nos encontrantos, plles, clr unazotta lintítrofe entrc la asinlilación fisiológica (cn el sc¡r(iclo rlc rur

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204 \l\ l.l l'ri i)l' LOIIl'f )li l \\lll;\ l() lil. SISIÍ11\'lA Nllll\/IOSO Y l.OS I{I:lFI.EJOS 20s

buir al sistcma nel'\'ioso operaciones inconscientes, ni tampocctconceptos cn el senticlo cle los de la inteligc.ncia. Por tanto, cstasideas inmanentcs solr (le naturaleza igr.ral a acjucllas de que sc valcun cerebro electrónico, es decir, qlte sc trata de un mecarlismocausal isomorfo de implicaciones conscientcs (ver $ 4, subtítr-r-io iV), pero siguen siendo causales, aunqucr ln programación rlc l¡máquina puecle tracr consigo la realizacióll cle razonamientos dt:niveles muv elevados, mientras que las neulonas no razonan clc nirr-gul-ra mane¡'a por el solo hecho de que sus conexiones son isomor,fas a opcraciones.

El clescr"rbrimiento cle McCulloch lto es l)or cllo lnenos c::ncial,cn el senticlo de que muestra las ¡rosibiliclades abiertas por :l ftrn-cionamiento nervioso. Pcro se trata únicamente de posibil;d.rdes vno de realizaciones. si nos preguntamos cr,ráles serán las filiaciolresterminaremos por obtencr, a partir de cstas estructuras inheren-tcs a un funcionamiento todar'ía elemental, estructuras superioresproducidas por una serie cle funcionamientos sucesivos, como csla lógica natural de las ploposiciones utilizadas por nucstros aclo-lescentes y por nosotros mismos, convendrá empezar por las con-sicleraciones siguientes. El sistema nervioso, primero, permitc laconstrucción de esquemas de reacciones v cle esquemas sensorio-motores y, aunque tienen una lógica, estos escluemas se contentancon encasillamientos, relaciones de orden y correspondencias muyindiferenciadas y globalmente elementales por relación a la ulógi-ca de las neuronas>, alln cr¡anclo hayan ¡roclido llegar a cstas es-tructuras endógenas sacándolas del propio funcionamiento de lacoordinación de las acciones; así pues, del funcionamiento ner-vioso. Las operaciones concretas se claboran después hacia los7-8 años, utilizando todar'ía este funcionamiento nervioso, pero sa-cando su sustancia de los esquemas sensorio-motores, después clcruna serie de recombinaciones y cle clescentraciones por lo quc rocaa la acción propia y a las configuraciones percepti'as exfer.iores.Solamente desptrés, Iiacia los 12-15 años, r,ienen las opcraciouesproposicionales, claboradas siempre utilizanclo el funcibnamicntonen'ioso, pero que sacan su sustancia de las operaciones concretascon manipulaciones y recombinaci<¡nes nuevas. Así pues, no scrápor una toma de conciencia directa de la lógica de las neuronascomo se construirá la lógiczr, isomorfa sin embargo, dc las ope-ra.ciones proposicionales, sino por uua serie ininterrumpicla de óons-tmcciones que pueden haber siclo orientaclas por las estructurasinherentes al funcionamientc¡ nervioso, pcrr) quc no llor. cllo cleilrrrcie suponer una scrie ric instnrmcntos nue\'os.

Eu cuanto a estas elaboraciones sucesivas \.an']rir ¿r vel', -<t pyr¡.pósit,:r de los ir¡stintcrs, a qué cr.¡n<licir.¡nr:s cle rccrrrr:truccirin t¿rntr.,aorr:c rle mrrchl.. h;tcilr adel¡rrrtc r-rbeclcccn cn las concluclas (r)il-il"i I i1S.

cc.¡ntie nz() cle r,ligcstróll por la salil ¡ ) I Ilt lrsilniiaciúll \'otll()scltl\ lt

u-raaog.roacitiv¿i J'csto por coucltrcto tlc uu lcllcjtl; \" col-l-to se vc'

c'sta zona lirnítrofc cs muy estrecha'En l.esumen, nu hny ni"cxagcracióll ni sirrrplc lnclitlora cll decit'

qrr" tu reactividad nciviosa asegura Ia transiciótr' dc m¿rnera coll"

ii;;^, entre la asimilación fisio"l,ógica, crr la acepció' amplia, y laasimilación cogtroscitir'¿1 cn stl fot'n-¡a sclrsoLio-tttott'iz'

IlI.I'uredlógícucleMcCuIItlctt,-E|sistcttlaLlct.r'iostleSlllLl_cho tlás que ut1 ugi=g,.ao de refleios'.comc) sc creía antes' McCtll-

lr¡c¡ y pitts halr n-rosñaclor q,c cónstituí¡t 'lta ,,rccl, llo ctt el scll-

ticl<t un poco vago a" r, Goiclstein,'sino cr-r cl scntici<l 1-lt'cciscr clc

]1na estructura algebr:aica. Este clescubr"imit:uto, aclcl.ll/ls Cle set' I't-ttr-

Ji,nrental err lo que cotrcierne al sistenr¡r ll1..r\'ioso, pcrmite cspcI.¿Il.

,lil trot"miento ióglco-matcmático clc:l ot'g¿tnisttt' pr,'io dcl orga-

rrir-u completo, ¿it quc el siste¡na 'crvióso cs' lr lll 'cz'

tln reflejt-r

')' ,rn regulaclor.n,'e"fecto,McCulloclryPittS,al¿lrlalizarlclspormenoresclelas

cünexiones neuronales, hin encontraclo enl¿rces isourorfos de dicci-

sóis functorcs cle la lógica biYalcntc clc l¿ts pro¡lt-rsicioltes, o sca, clc

combinaciones binariaí.l"..rtu.eci cic Boole clc r'¿rlor-es 0 y 1' ¿Cuál

cs'entonces,elsenticlodeesteisomorfisnroC()1.}lasrlpcrac:iotrcsi¿rgiatt qLle, en el niño cle nucstras st-¡ciccladcs' llo sc constittrycn

nlát q,t" entre los 12 Y los 15 airos?'--niórirrer problcrna quc ha_r,c1uc ¡rlautr:aL cs sa_ber si sc tri\{¿r

.lc uni ológicáo o clc- un mecanisnlo coguoscitivo' -Ciertanrentc' sc

p""á" rr"urir de una lógica, pero l conclición dc distinguir cuitla-

closamente, como hici¡nós en el $ ll,las c-ctrllctllras inhereutcs;t

un fttncionamiento, que itrtet.vicnctr, así, ¿¡ título clc- factor clc st.t

mecanismo interno )i las estructttrits procittcidas ¡-lor.este futrcio-

"u*i"nto qne sil,en"cle ptrnto rlc partida a fttncio¡¿tmient's clc 'r-

clen más cíevaclo o (con¿lllctas'' Pttes bieu, la lógica de las nellro-

ltaS, allnquc Constituyc Lltlil CStrLlctllra pt'oclttcicia ¡lor el fttnciolta-

lniento oigánico en gcncral (lc¡ cllter ¡acc cs¡ler¿tr, 'or

tant<;, qttc

ta estructrira ctel orgánismo terrga qLlc ve' igualnlcntc, pot' Io mc-

iror, .on trn álgcbri clc Boole) cs lr¡tturallrrctltc itthcrcnte al futt-

.litliamiento nel,ir-1s,.¡, (luc rto cr.¡trstittrvc. ¡rt,t' si nristrro, ull lTlecll-

nisrlo cognoscitivo.McCuñoch y Pitts ¡¿rbllrt (cs trl títrrl. clc st-t trlem,ria) clc uideas

inlnalrentes, ai funciolrallticntr-> tlct'r'ios(J' Sc tlata cviclcutcllentccJe trtta irnagcrl , l)cro ctl\'o selltir'ltr t''t)ttcl"('to cs cltlc cstits itlL-as s()ll

,.il¡11¿¡lCltteS> v, pOl' talrto, inlle l't'rllel; ¿rl lLtttciC)lllrnricllto nlisl'l.lu'

iilrcuentox¡¿5,,,iclcas)',cscYi(lcttle't¡rtcl\'1t'Culltlclrtrrlpicnsaatr^i

I Bttll. lvl¿ttlt. Bioplt's,.', I.l5, 135, ¡' 7' 69

'{i{t

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246 \I\.lll.IlS Di: COlll'Oll l.¡\\lIIl\ l.o

\\ 16. L¡s coxorcroNEs DEI- (SABER) INSTIlirIvo

Comt¡ dijimos en la introducción de cste calrítulo, cs posibie in-tentar una especie cle epistemología dei instinto aun sin sabel' na(laclc la conciencia del animal, pues el (saber h¿iccr" cs un saber coutcrcualquier otro; en efecto, desemboca en resultaclos obscrvablesque modifican el medio exterior (qug moclifican a los objetos inarri-rnaclos o al compañero sexual, al agrcsor, etc.) y cllo a pat'tir clc,..stímulos que pertenecen igualmente ¿r cstc mcclio, cualc'scltticl.aqle sean las condiciones internas de pulsión l los esquemas t.tt-tlcgenos que intervienen, necesariamentc, clrtrc los estímulos y lasacciones finales o consumatorias. Si el problenr¡l cs simplemcntc,JCmo en toda cuestión epistemológica, cteterminar las condicionesriccesarias y suficientes de tal (saber haceL, y iuzgar su r,alor cncalidad de eficacia o de logro operacional, los aclmirables análisisde la escuela objetivista de Lorenz y Tinbelgcu <-¡ de la escuela clc

Grassé, Deleurance, etc., bastan para proporcionarnos los elernen-tos de una respuesta, aun cuando uitda scpamos dc los origctrcsclcl instinto.

Claro está quc el conocimientc"¡ cic la génesis clc lcls iustitrtossería la única base segura para cfr:ctuar tal ar-rirlisis, y sería tanr-bién cxclusivamente cn cste terreno dc ll I'ormación filética cle lasconductas instintivas, donde r¡na oepistemología gcnéticar, comcrIa que defendemos clesclc hace tantos años, podría claruc¡s sll l"clt-dimiento pleno en lo quc ct.rltcierne a esll varieclacl cognoscitiraparticular que es el instinto. Pcro, no pc.tscycnclo ya clatos indis¡rcn-sables para la solución cie cstc probiema clc f'ormación', se puc-den comparar estática o estructLlralt.l'lentc ios tnecauismos del ins-lint<.r con los dc las concluctas aclc¡rriricl¡rs (c<¡ncliciorramicnto -v Iri.i'bitos) y, sobrc todo, con ios tlc ia inteligcncia.

I. Planteanüettto del ltroblettn.-Convicne, ante todo, tratar clrr

plantear bien el problema. Altora bien, cll it'¡cias las cipocas se h¿rn

hecho comparaciones cntrc instintc¡ e intcligcnci¿r., pcro muy a mc-nudo en una perspectiva que lalseab¿r clcstler el principio los ciatosclel problema porque las confrontaci<tncs sc llcvaban a cabo, explí-

I Ils cierto qr,re los ctólogos csiuclian (i,c:;tc cs lambiúrr rino rlc sus ¡rtoblc-mas centrales) las filiaciones de los r'c.Dilpcr liuni('ltlr¡s (rtti!' ('\l)('Lic: pt,)xitrt;r.con objeto de descubril sus raÍccs cornLlr)e:i, pero loii:ir'ía nr) sr'hlilr cnc¡rrlt'ttlointerprctaciorres generalcs conro nc) scan rrcoclanlitrirur¿l\ 1;lzili r sclcct iún),

l-l\S CONDICIONES DEL (SABEI{" 207

cita o implícitamente, cor-l vistas a aclarar la génesis misma ctc lc.¡sinstintos, concebidos entonces o como una iñteligencia lijacia hc_rcditariamente o, por el contrario, como si se op-usiesen clescre elorigen a la comprensión inteligente. y como la interigencia htrma-n¿r se desarrolla, en el individuo, en función cle inteiaccione.s sr.r_ciales que, por lo general, se clesdeñan demasiado, p€ru que tarn_bién, si se las subraya,

-tienen que ver con la transmisión exterioqo educativa y no con la trasmisión hereditaria, ras comparacic.r-nes entre el instinto y la inteligencia se han efectuaclo casi siem-pre como si los comportamientos insti¡rtivos fuesen cle nattrralez¿rindividual, ñjados por-herencia, pero cre orige' y clc eiercicio i'-divicluales, punto de vista que nós concruce,*entónces, f clifrcurta.cies inextricables en. la comparación deseada. En etectó, es por. cre-más evidente que, si nos mantenemos en er prano cle lai ccn.ructasindividuales, el comportamiento instintivo ei ta.t cliferente rc Llrlinteligencia que construya poco a poco s's instrumentos o sus cs-quemas por coordi-nagión de las experiencias adquiridas (aun r-e-conociendo el papel de los factores enclógenos crel funcionamreutoen la coordinación general de las accionJs¡, que es inútil mostr.arla.imposibilidad que tendria una inteligencia incuuicruai-¡ra.a cro-minar los problemas de adaptación cognosciti'a resueltos por crinstinto. Tan pronto como se recuerda que la orga'izacián insti'-ti'a supera ampliamente los iímites dc ra vicra lnaiviaLiar y qlrctiene como sede las especies, o más prccisamente ras upobracio-rres) en la acepción biológica del térmi¡ro, las conrparacioncrs en_trc el instinto y la i'tcrige'cia, liberacras crc Ia prcocupacion rtcaclarar la propia géncsis cre ri¡s instintos, puecre, scr. ilc'acrrs acabo mucho más objetivamcnte y, en crefiriitiv", ,iiu"',-'para ins-truirnos más en lo tocante a la rormació' cle ra intcligácia quea la formación der instinto. En resumen, ra iiusión qu"iio pcsacr<_rsobre muchas de Ias comparacioncs e'trc estos clos tipos extrcmoscle funciones cognoscitivas es l¿r eterna prenoción qu",-,o, Irc'a aproyectar las formas superiores cle conocimienro L cle r.,r.garriza-ció. en las fornras infcriores o, simplcmente, A comparar .i'eresheterogéneos poniéncloros cn el mismo plano v orvia'ando er cles_ítrl ollo,

Para pra'tear mcjor uucsr.o problema cs i.clispcnsable, ¡rues,tomar ciertas precauciones y rccordar por lo menoi t.es fras", cr"nociones previas:

. l.n En plimer iugar, para comparar fructuosamente los meca-nisn-ios cognosciti"'os del instinto con ros de ras reacciones acrqr.ri-ricias y, sobrc toclo, co' las cstructuras de la inteli;;;;;; que dc-pc.cien todas esrrechame'te cle las acti'iclades .l"i-*;j"io incli'i-cl'ul, importa ¿ulte toclo ire'catarse clei hecho de que io'.ri.u.,u.odcl instinto rcbasa, por t<;clas partes, las fronteras de esia actir r-ciiicl incliviclual. Y no es porque el instinro serla usupraincliviclual,

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208 N IVT]I-ES DI] COTIPOII'I-I\MI]]NTO

cn el sentido de una coltclucta inctividual gener'¿llizada por fijaciónhereditaria o de un resultado de interacciones sociales no heredi-tarias, pero que ejercen coacción sobre el indiviciuo mediante tfans-misiones exteriores; por el contrario, hay que considerar al ins-linto, si nos atenemos, por método, a los hechos observables vcstablecidos, como <preindividual), o mejor ailn, como <transindi-vidualo, en el sentido cle una estructura que se impone a lc¡s indi-viduos desde dentro, y no a los individuos considerados como se-

mejantes y que prcsentan los mismos c¿lracteres (lo que es el casoclel reflejo), sirto con-lo coordinados en totaliclaclcs ot'ganizadas ydifercnciadas eu el seno de las cualcs un inclividuro clesempeña unpapel diferente cicl clc sus compatlcros. El caso más general e

instructivo a cste r"esllecto es el clel instint<.r sexr-tai, que comportaLlna estructura total organizacla, pt:l'o cll cttyo scno el individuomacho presenta comportamiel'ltos it-tstintivos diferentes de ios del,njividuo hembra 1' conrplemcntarios por relación a ellos. Otro;e.;o típico, pero ltlcnos gencral, cs cl clc las rclacioncs instinlivasr r trc los padres y sll progeuic, cn ias clr-rc pueden cxistir tres pa-

¡i:les complementat'ios: cl dc la maclrc, cl clcl paclrc y el de los

;rcqucños, que reacciolran instil-ltivan-ientc al unc¡, ai otro o a losc,i,s. Ahora bien, Itablattdo con propieclacl, llo tenelrlos aquí trcscl;rses cle instintos, sino mlis bicr-r ut'l¡t cstrttctttra total cnn stts sub-cstructuras diferenciaclas. Nattlralmclrtc, sc ciir¿i otro tanto clc losir-rstintos socialcs (cl insccto, ctc.) cr-ratrclo los pallelcs indiviclualc'sn{) son aprendidos (o, cn toclo c¿tso, trt¡ totelmcl-ttc) sincl cotrfol'nrcsA u¡ra programación hcreclitari¿r clc coltjttttl,t.

2.o En 1alc.s conclicioncs, la cotrlltat'¿¡ción ertltfc cl itrstint<.r 5'

las c<.¡ncluctas aclquili<.las t-r irttcligcntcs clclrc clccttlat'se inclellcn-dicntcmentc clc tocia cliscusión sobrc la górlesis clc los iustintos.Si conociésemos ósta, siti cltrda cscllrrcccrílt la comparación br-rs-

cacla; pcro, al caret'trt-clc 1<-¡clt¡ clato, tal cliscttsitirl, si lc reconoce-mos Lln valor cualqtticra, tttt 1'roclr/r efectuarsc tttíts quc después cle

lzrs r:ontparaciones cslt'ttctttralcs, sitt i¡rfluir'las. I-¿r razón csencial,v cs la que importu clesclc cl llrtnto de vista clcl mútoclo, es quelas cstructuras i¡rstirrtivas y ilrs cslrLlcturas cognoscitivas aclquiri-das cr clicho ccr¡l nrt'r'.)r'cxactitucl, clrrc nbrctt la ¡rosibiliclad cle acl-

ctujsicroncs inclivicirrrlcs, t-to 1-rucclt:¡l sil.uarsc tlc t.tiltgttna mallera 11

nlistn.l nivcl clc clcsarl'ollo. tlict'lo cs quc, sin clucla, r'xisten apren-clizaics en tocios los cslnclios clc la t"'r¡ltrciórl. Pclo si, como insis-tircmos en lo c¡uc Vclldrít m/ls aclelantc, sttpotrctl sir'1]-tpl'L- algo prc-vio genótico o c'nclógclto, cntonces los compoltamictrtos clominaclosesencialmente por la programación hcrcclitaria son cle un trivel atr-

terior', biológica y cpistemológicamente hablanclo. [l¡r la lnecliclacn qllc se intente hacer Llna comparación cntrc llls c'structurasinstrntivas y las de la inteligencia, la comparaci<'¡rl habrir cle hacc-r'sc cr)mo si sc rcalizt!;c r'ntrc'clos nivclcs (1ll v ctlt-uo, I)(il'cjcmpltl,

l.r\S CONDICIONIjS D¡lt. (SARElt) 209

sc i.ruederr buscar los nrccanisrnos con-lunes y la cliferencia e¡tre llrinteligencia sensorio-motriz y la inteligencia conceptr-ral) y r.lo corrosi s: hiciese entrc dos clases cle conclucta qLlc pértenccen al mis-mo estadro de desarrollo. La colrsecuencia cle ello es que, si elanálisis de la inteligencia puede aclarar cl del instinto a I¿r rrancraen que el término cle.un. desarrollo ptrcclc ser úrtil cic couocer parirsitua. mejor la descripción descre ros comienzos, cs sobre toclb cpsentido inverso como circulará la inforrnación: pociemos esperal.alcanzar algunas enseñanzas instr'ctivas acerca cle la inteligenciagracias al análisis cle los mecanisnros comunes al nivel de t¡na cs-trllctlrra conectada.a Ia especie o al pool genético nrás que a lasacicluisiciones individuales.

1." Pero hay una tercera r¡bse'vació' quc nos parecc r¡uc tic-'c importancia funclament¿il para toma. cn consicleración estascr-restiones cle l's niveles c1,,, clcsarrollo, y es que, si consi,re,amoslas formas supc'riores cle Ias c,¡rcltrctas aclquii-iclas r y sá,-,r,, tc_icr(iac¡ue'llas que compl'cnclc cl

'ocablo cle i'teiigcntcs, ná nu., "n"u,,,-(rarros, cle ni'guna mancra, cr.¡ prcsencia clc ilcsa¡.rlollos o clc filia_ciones simplemcnte rincales, es crecir, rares qr.rc cacra e.stactio pro-

io.rga clircctamcnte el prcceclente por aclquiiicioncs ac,rmulativas, acliti'as, sino, como hcmos'isto ($ 10, sublítulo III), cn prescu-cia cle una serie clc cscalor-lcs, cn cada u'' crc ros .;;1", cr cles-lrrollO comienza llor Llna rcconstrllcción en estructuras nuevas clclas estructr¡ras )'¿r adquiriclas al nivcl antcrior, p"rn q,_r" sc lr.írr.¿rclc l'celab<¡ral'para p'clc. i'tcg.arlas cr esirs c.str.trct,ras nLlevasclr-rc las enriqucccrrin r, ¡rrolouglr¿in. p<¡¡. c,ierrrplo, si colrsick¡.lnrc¡sI.s tres períoclrs A, I) ¡, (' crcl cles¿rrroll, clc ia i.teligencia crr c,l

'iño (vóasc $ 2, sr-rbtítL¡ro II) sr.rnra.iarncrtc l.ccorclaclos hacc rrllromento, cnsi ¡r<-rs cncontrantos crl p|cscncia clc trcs t'orntas clcinteligencia: la primc.a, scusc.r.io-nlotriz, no utiliza nrlis q,c pcr.ccpciones -r' mc¡r'jmicnto .sin cvoc¿rcioncs simllólicas o sc¡¡ióficas;l.a segunda, q'c curmina c' ras <-r¡rcraciorcs concrctas, utiriza rafunción senióric:a, pc'o

^o corstrLlyc cstruct'fas aclecuacras nrásciue al nivel cle la nani¡rtrr¿rci<i¡r clc los objctos como talcs (crasi-

licaciones, scriaciones, .ol"lcs])()rclcrcia, cti-.); ra tcrcera, QLrc su¡-mina cn .las uoperacio'es ¡'l't.rp<-rsicionarcs), puecre frrr-rciánar, acrc-míis, cc¡n hipótcsis cnunciacl¿rs *c¡.balmcntc. I)c esLo sc. srguc qlrcuna misma estnlctllra, clabol'¿rclu ya al nirrel scnsorio-¡l.rolor, es clc_cir', crr accioncs, clcbc rccorrstltrirsc crr l,érrninos clc conceptos pa¡.ascr r-rtilizada cn cl pensanricnto, inclu-st¡ a propósito cló objetosnranipulablcs; por- c jcnrplo, cl (gl'L¡rro clc r<.¡s ctesptaz.amientos> qllcpermite a un niñ, cle u¡r rño y merliti ¿r clos años clc cclacl no pcr-

l seiraler¡os, de une vL'z por todas, quc csta cxprc.sión elíprice significusiempre "las conductas quc, aunque ilevcn consigo ioncticione.i'p,.i,i", n.."sarias de innatismo (sistema nervioso, ctc.), abren posibilidacies rlc rrlqrririciones individualt's,

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210 NI\¡IIt,h]S DE COJ\IPORI'AMIENTO

(icf_.,(: ell su jarclín, clebc reconstruirsc en el pensamiento llara pel'-

mitir la repl'esentación cle los itinerarios conocidos de la acción,y no será sino hacia los siete Ll ocho años cuanclo las rotaciones o

iranslaciones se formarán cor¡ectarnelltc ctr cl pcnsalniento, inclu-so cn presencia de los objctos ctlyas posiciones se ilan de anlicipar.No obitante, se necesita tocla Llna rcconstrncción para traclucir las

estructllras concretas cn hipótesis manipulables en yirtud Cle un ra'zonamiento abstracto o hipotético-clctlttctivo; por e iemplo, uo serti

hasta los once-clocc ¿tños cuanclo cl r-riño pocirii nt'cflexionar> sc¡brc

los clesplazamientos, hrsta sacar la solttción cle problem¿is cn los

cluc'intcn,ienelt (los clcs¡rlazatnicnt()s ltrlllt.lalnc¡)tc relacicll¿rclos.Ahora bicn, cstas l cconstlLtccit.rltcs clc c$tl'tlctLlrlls clc t-ttl csca-

lón a Otro co¡ agranclamientc¡s e i¡lnol,acic'llles cll c¿tcia nttevo c-s-

Calón traeu COnsigo ttatttralnlctllc, ll 1ílrlltl cle t:oltscct-¡ctlcia, lAexclusiótr dC todo COmicllT,o absoltrto: l:.ts cstructri¡'as sctiscl¡'itl-motrices lto reprcsentarían, clc tal Inaneln, t¡lt l"li\¡cl cle ¡rttrticla t-ulis

qrle por relación a ias sigtricntcs, constitttyc¡clo, pol' otl'¿t partc,uila teCOnStruCción clc estructr.tras ¿ttrtcri¿re's illscrillrs cll las coor-t.l.inaciones nerviosas, etc. Entonccs vclllos inmcdiatamente qucliiS estructuras insti¡rti\¡as forman palte clc estas estt'uctLlras allte-r:Jres, sin que esto implique, uaturalmente, frliaciones clirectas, put3s

s,t: pueclen supo¡er cliversos modos clc pilretltcsco colateral por'

rÍrmifiCacioneS a partir de Un tr9llcO colntln, O sil11plcs con\¡el'gcln-

cras entre el instinto y las cstrrtqtttr¿ls antcriorcs a las cle ia inte'ligencia sensorio-motriz.

Ii. Analogías cle lrutciotttttniettltt.-Llatnalentos cu el \ 20 (sub'título VI, 3) (reconstrucciottes coltrrcrge¡rtes Co)l str¡lcracióu, a ios

procesos de los que acabalnos cle poner tln cienlplo. Como es nltlYgeneral, se puede hablar tle ley (hemos clescrito nulner-osos ejc-m-

plos cn otras partes, colt el nombre de udesnivelcs verticalesr).Po¡ el momento, y cu el tet'reno de las funciones cogt1clscitiyaspodemos fOrmular csta ley como sigue: nCu¿rncio IlLlevOS instru-mentos se encuentran a disposición de ul-t clesarrollo cognoscitiyo,los prOgresos realizaclos gracias a ellos comiellzall p()f Llna recolls-trucción, de forma anirloga pero debida a estos nue\'os irrslrumen-tos, cle las estructuras elaboradas en el cttrso clel estadio auteriot'.,

La hipótesis que trataremos de justificar, inspiránclonos etr talley, cs que existen analogías funcionales, por lo mcllos, en.re la

coorclinación cle los esquemas en el plarro gcnético o cpigenéticoc1e la organización propia de ios ir:stintos y la coorclinación incli-

viciual de los esquemas en el terleno clc la inteligetrci¿i ltl mellossensorio-motriz, annqLle esta última sea clc Lln llivcl muy ultcriot'y no anterior al dcl instinto. Ei iDterús quc ticue esta hip(itesis,en la perspectiva general de esta obra, ncj cs el de llevarnos a tlna

t.¡\S CONDICIONES DEL <SABER> 2rl

inlclpletación, que hoy cs irnposible funclar, cle la génesis de losinstintos, ni siquiera conducirnos a suposiciones acerca de la fi-liación de la inteligencia a partir del instinto, sino, simplemente,cl cie proporcionarnos en cl comportamiento mismo (por oposiciónal sistema nervioso) casos auténticos dc transición entre las es-trllctllr¿rs orgánicas (en la medicla en qu3 el instinto es heredita-rio, como Io es en gran parte, sin cluda) y las estructuras cognos- |

citiv¿¡s (en la mcclicla en quc cicrtas coorclinacioncs instintivas sonanálogas a coorclinacior-res inteligentes, lo quc queda por establecer).

Dicho csto, parece scr incliscutible qLlc es posible encontt-¿rr encI tct'tcno clc l¿rs orgitnizlrcioncs inslintivas scries clc encasillalnierr-tos cntrcr esquemas clc acción y relaciones cle ol'clclr que, tanto unascr.rn-ro otr¿rs, ¡rcrmitcn hablar', como hace Tinbergcn, cle una <lógicatlcl il'lstinlou. A cstc rcspscto poclemos pirrtir clcl cnaclro de laslt-'laciones jcrárqr-riczis qr:c Tinbcrgen trazó en 195 1 a prc¡rr,'sitodcl gasterostco cle tres cs¡tinas.

Pero primer-o cs l-rcccsar.iur poncrsc de acuerclo acerca cle Lr sig-nilicación clc lo que enscguicla cliremos. En el'ecto, Tinbergcn nose colrtento Colt propr.rrciotrar Lllt cnadro clc la jerarquía de losconrportamientos: sacó inmediatamente interpretaciones acerca delos necanism<¡s llervit.lsos strbyacentes y propuso tocla suerte dehiPótesis, las cuales prescntó como no verificacias pero plausibles,accr-c¿l clc las jerarquías clc los (ccntros) y soirre los pormenoresclc las subolclinaciones. E,stc aspecto cie su obra ha sido muy dis-crrticlo, y no vamos a lrtilizarlo aquí, collo no tellcrnos qLle tom¿trpirrticlo cn lo toc¿ilrlc a las cr-rcstiones ner-rrofrsiológicas planteadaspor cl il-rstinto. No plctenclcmos hacer aquí nrírs quc eiristemología,cs ciccir, buscar las condicioncs necesarias y suficientes clel con-pr.,rltamiento instintivo corno rnoclo de conocimiento práctico y sinocuparnos clc su t'u¡rcionamicnto calrsal.

Pcfo, aun en el ten'cno clel comportaruicnto, Gr¿rssé sc ha opLles-to a la ide¿r cle. jerarqr-ría (k.'ologie 1, Encycl. Pléiacle, págs.261-2ó5),sosteniencio quc hay mcnos subordinación qrrc sccucncias, c<.¡orcli-naciones y ucambios clc zrgurja5o, y habla, como Deleurancc, cle(Ltniclades dc comportamiento> más o menos indepcnciientes. Aho-ra bien, Grassó plantea así un problema interesantc, quc queremosvc¡h,er a cor.rsiclerar, y es el cle la naturaleza epistemológica de losenlaces en juego: encasillamiento (pues si hay jerarquía, hay en,casillamiento de las cotrcluctas más especializadas en las más ge-ncrales) o rclaciones cle orden, subordinaciones o coordinacionesentre esquerlas, etc. Y cuando decimos epistemología, no es la delos biólogos, Tinbergen o Grassé, de la que nos ocupamos aquí(como en el Capítulo IV), es la del instinto o del animal mismo,gasterosteo o termita, a lin de determinar las condiciones de su(saber hacero en la construcción del nido o dei termite^o (saber

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2L2 Nlvlrr.ris r)ti coñrpor{'r'r\ulriN'fo

más modesto quc el clel bi<ilogo, pc:r'o mlrclrc¡ n.r/rs instr-uctivo purranuestro problema).

Aclarado esto, y, repitámoslo, sin ningirna Lclerencia a la neu-rofisiología de Tinbergen (tan cxcclcntc o cliscutible como sc quic-ra), los cuatro ni'i'eles que clistinglle en el compot'tauriento del gas-terosteo parecen ser indiscntibles en la rrcclici¿r en quc son distin-1os. En el punto clc partida, nos cncontrantos cn llfcscncria de uncomportamiento apetitivo gcncral (cn cl scnticl<l cle Craig), c¡-resirvc cle marco al conjunto cie las c<¡ncllrctlrs siguiclrtcs y scnsibi-Iiza :.rl animal para cstímulos signilicativos glolxtles (II{Nl-- itutuÍL:releasing ttechanisnts) t. E,l segunclo nivcl est¿r forrn¿rclo pc_rr sub-cstrrtcturas quc corl'csponclctr ¿r conclrrctas; iustinlivas cspccializaci¿tsy a una ciiferenci¿rción cle los inciicios: ct.rrtrbatcs, li..lificiic.ión yaparcamientos. En el tercer nivcl, c¿rcl¿r lurl clc cstas subcslrllctlr-ras se diferencia elt (¿rctos consllrnalorios> particul¿rrcr;, por cjem-plo, para la nidificación: la pcrforación, la elccciór'r clc los ruate-riales, el ahuecamiento, etc. Por irltimo, cn ci cnarto nivel, cacla: ro cic estos actos consLlm¿itorios sc clifcr'encia cn movinticntos elc-,lt :ntales 3.

Tenemos, pues, un cuadro de niveies (no clccimos todavía je-rirrquicos) de los cuales podemos tratal' dc clelerminar sll natllra-te :a iógica, por asÍ decirlo, en el scnticlo clc la lógica clcl sujcto(corno sujeto de comportamiento e inclepenclientemente de todar:t,nciencia, que no negamos, pero dc la cu¿rl no sabernos nacla);y esto, exactamente, en cl mismo senticlo quc cn el que hcmostratado, por ejemplo, de clescubril la estluctura lógica cle los cs-q;temas de la conducta o de la inteligencia sensorio-motriz clelhctante humano entre el nacimiento y la aparición del lcnglraje.I'al es, pues, nuestro ploblema.

III. Los esquemas del instinto.-El camir-ro quc hay que se-guir consiste, primero, en establecer qlle las concluctas cle estosdiferentes niveles corresponden a (esquclnas), cs clccir, a unicla-des de comportamiento susceptibles cle repetición más o menos

I A decir verdad, no sab¡emos hasta qué punlos estos IRM (o RNl palaabreviar) son innatos, mientras ignoremos los clctallcs cle su dcsarrollo onto-genético.

2 Una lógica de los instintos niíts corlp'lcta abalc¡r'ía nc¡ sólo las r.clacionesentre los diferentes niveles de un solo instinto, .sirro tambiún las ¡clacioncsentre Ios diferentes instintos de los mislllos ¿rnirulles: ¡ror e.jcrnplo, las intcr-conexiones entre el instinto sexual, la agrcsividacl y e1 instinto de huid¿r. Estasrelaciones se expresan por correspondcncia (o corrclacioncs) positivas o nega-tivas en el conjunto de los actos instintivr-¡s quc ¡rr,rcclcn nctivrrse o inhibirscmutuamente. G. P. Baerencis (195ó) y W. Lleiligcirberg (19ó3) han desarrolladotales sistemas pluridimensionales. Se lcs puede conparar, desde el punto dcvista lógico, con est¡'ucturas multiplicativas, y y;r no simplcnrentc uclitivas,como las jerarquías antcriores.

t.¡\S CONDICIONES DEL <SAllEtt> 213

manifies-antes de

presa que

cstablc y cle aplicació'a sitr-r¿rciones u.bjetos diversos. La segun-ria ctapa consistirá en descubrir los modós cle enlace entre estoscscluemas, ya se trate cle coordinación entre esquemas sr¿cesivos<¡ clc enlaces internos cntre un esqlrema y sus rub"squ"-as.

. E'tonces, la primera cr.restión es la c1e cleciciir si ei comporta-rrricrrto apetitivo constituye Lrn esquema, y a primer.a vista parecescf q'e no. En cste caso cl curadro serír hcter-ogénco, plresto que,clr c'¿into a la apctencia, sc nos habla cle pulsiones y cie hormonas, i

'ric'tras qlle para ias clem¿ls conductas se trata cie percepcionesy rlc mc-rvimicntr¡s. Pcro li<-¡temos, primcro, que tocla conclucta, cual-<f icra que sea, tienc sicrnpr.. un aspccto enérgético o afectivo y unaspccto estluctu|al o cognoscitivo. Dccir que el comportarnicntorr¡rctitiv<-r es resultacl'clc una pulsión h<-¡rmonal y se tracluce enlrna tendencia o cn ulr "'frieb> es simplemente connotarlo bajo elp.imer. cle los dos aspectos, y nos rcsta caracterizar el segunclo.

Este aspecto estructllr¿rl clcr compor:tamiento apetitivo es ana-lizado excelentemente por Gr'¿rssé cuánclo lo reduce a los dos ca-ractcles siguientes, cuya unión clefine exactamente lo que ilr mosllalnaclo (csquema cle asimilación, en el terreno cle lasion,lt,ctas1' de la inteligencia sensorio-rnotrices del niño pequeño (coi estaclifcrencia, que en el cas. cler instinto el esqui-o ", endógeno,-v cn el caso clel bebé expresa intereses móvilei y una explorációncle n¿rturalezas a la vez enclógenas y exógenas):

1.u Fiay primero un¿t acliviclacl de nb¡5q¡sda) que seta en lc¡rma de cinesis: el hamster parte en exploiaciónhabe r oíclc¡ a lit hcmbra, la avispzr anda en buscá de unaaún uo ha visto, etc.

Por otra parte, y co'relativamente, el organismo es sensi-bilizado para situaciones cstimulantes a las que, hasta entonces,se había mostraclo indinerente. En particular, en lo sucesivo seráexcitado o incitaclo a actividades especializadas por estímulos sig-nifrcativos (I.R.M., pero Grassé cree que son más grandes aún delo que piensan los objetivistas) hasta entonces inéficaces.

Vemos, de tal modo, que se trata de un esquema sensorlo-motordc conjunto, aunque sea en gran parte innato. En efecto, está for-maclo por movimientos y no por operaciones o representaciones.En cuanto a su aspecto cognoscitivo, consiste en que confiere sig-nificaciones a ]os estímulos significativos, o sea, a ios objetos cuyaperccpción desencadenará las conductas del segunclo nivel. Lássignificaciones detalladas de cacla uno de estos objetos, una vezclii'ercnciados, son relativas a los instintos o subinstintos particu-Iares cle este segundo nivel, pero en caridad de significativos cons-tituye una especie de clase (por cuanto son rerafivos al esquemagcneral dc asimilación que colrespoirde al comportamiento apeti-tivo) que los distingue de los objetos no significativos o desdeRa-blcs, pero no obstante percibidos. sin duda, esta crase no tiene

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2t4 NIVHI,I]S DE COMPORTAT,IIENTO

(extensión), desde el punto cle vista clel srricto, por lalta dc ttit jns-

trumento de evocación (función simbólica). Pero, en (compren-

siónr, cacla objeto percibido lo es cn la nrcclida ell que i¡tcresa cl

no a la conducta, lo que constituye ttna se|ic cle asimilaciones per-ceptivas ya esquematizadas. La mcjor pl.tteba de cllo es- clue antesde que entren en acción estímulos significativos mlly diferenciaclosdel segundo nivel, los que son propios clel primer nivel (por tanto,del esquema de apetencia) sigr-ren siend<¡ más genclales: se trataentonces, simplemente, de la elecció¡ clc tert'itorio co¡ Sus con-

diciones globales de temperatura, cie \¡egetación, de fondos areno-sos y de profundidad media clel agua. Tcnemos aquí una especie

de clase de los objetos interesantqs, pero cuya extensión es porcompleto perceptiva o esPacial.

Este carácter cognoscitivo, es ciccir, cle t'clacióu entrc Llll sll-jeto de comportamiento y los objelos pcrcibiclos como significa-tivos, no hace más que acentlrarse con los comportamientos ins-tintivos, diferenciados del segundo nivel, En lo que concicrue, porejemplo, a la nidificación es eviclente que el gasterosteo al elegirsus materiales los asimila a un escluemet particular quc conslstean el conjunto organizado de los movimientos necesarios para laconstrucción del nido. Nos encontrálmos cn presencia de un esque-

rna de asimilación sensorio-motor, pero innato, cuya efectuación,:onsiste en movimientos organizaclos y cuyos clesencadenadoresr on objetos (o estímulos) que son significativos en la medida, pre-r:isamente, en que son asimilados al esquema, es decir, en que van¿r ser utilizados en la construcciór-r del nicio.

El tercer nivel es el cle los (actos consllmatoriosr, simples di-ferenciaciones de los esquemas plccecientcs. Pero estas cliferen-ciaciones pueden llevarnos rnuy lejos. Por ejemplo, Grassé ha cles-

crito con el nombre de oestigmergias, los comportamientos de las

termitas, etc., que obedecen las scñales que se producen en fun-ción misma del desarrollo de la construcción que se está efectuan-do: cuando las bolas de tierra ¿trnasacl¿r alc¿tnzall un urnbral cle

volumen crítico, su percepctón ciescncacicna Ia edificación de unpilar o de láminas que constituyen nuevos estímulos que orientanel trabajo ulterior. El caiácter cle esquem;r es, entonces, tanto másnotable cuanto que no hay un orclen único de sucesión, pero sí unconjunto de interdependencias que llegan, no obstante, al mismoresultado final cualquiera que sea cl orden seguido.

Un fenómeno interesante que comprueba este carácter de es-

quemas bien cerrados cle las conductas clc cste terccr nivel (y queantaño describimos a propósito clc los esqucmas reflejos del lac'tante que mama oen el vacío, cntrc las couriclas) es aquel que Lo-renz ha llamado las <activiclacles '"'acíasr. Por cjelnplo, las ocas qttehurgan el fondo de rrn pantano sitr vcgctiiciótr, micntt'as ttn abun-dante alimento está colocado a su viste a Llnos cLlantos llasos cle

j,AS CONIIICIONES DEL (SAIltl{D 215

allí; c.r tarrbién un estornino qüe e.jecutaba tocios los movimientostlc cairttrra clc una mosc¿I, pciro en ausencia de esta frltima, erc.

Por' úitirno, viene' los movimientos particularcs, cn los quec¿tcl¿t uno dc eiios puede ser repetido y constituye, así, un sub"s-quema, pero encasillaclo en los antericlres.

IV. Lu lógíca del instínto.-Habienclo verificaclo este carírcterrclc csqucrlas, nos rcsta cicscubrir su lógica. su propieclacl principal es la de constar cle varias estructur¡rs, pero enréclaclas y rela-t ivamente indiferenciadas.

l.o se clistinguelr, aute todo, estrucruras cle encasillamienlos¡rropiarnente dichos, en la meclicla en qlle un subesquema formairi.ilte clc un csqLlena total que le confiere una significación r. Así,cl vientre rojo del gasterosrco macho (color qlle no aparece másqrlc en el momento de la nidificación) constituye, como toclos losestímulos significativos, Lu1 esqllema perceptivo que funciona comoesqlrema, puesto que permite a los suietos qr_re lo perciben apli-Lrar ¿r un conjunto de incividuos distintos sr¡cesivamente percibi-clos, dando lugar a un reconocimiento inmediato. pero este e:,q'iemaperceptivo no es más que un subesquema por relación al e.c¡emacle conjunto que le confiere una significación: esquema cle c..¡mba-tc para un macho y de apareamiento para una hembra.

De igual manera, un esquema instintivo especializado cle nivel IIcstá comúnmente encasillado en un esquema general de apetencia,pcro puede desencasillarse momentáneamente, pues un instinto¡-rLrcclc funcional sin necesiclad por coacción de un estímulo sisni-licativo actual.

2.n Por otro ladr.¡, se distinguen evidentes relaciones de orden,pllesto que la conducta instintiva es un desarrollo en el tiemno,Pclo estas seriaciones de antes y después pueden ser relativam"ttteconstantes, como en la construcción del nido del gasterosteo, opueclen tener trn clrden vicariante, como en las estigmergias queintenienen en la construcción de un termitero (dominando enton-ces el encasillamiento al orden).

3.o Enseguida se pueden observar correspondencias de un en-casillamiento a otro, o también de una serie a otra (corresponden-cia serial). Recordemos primero que los esquemas de cónjuntopropios del instinto presentan la notable propieclad de superarampliamente el comportamiento del individuo y de reunir en unmismo todo funcional varios comportamientos complementarios,i'¿l que l¿rs conclr.rctas cie parejas sexuales, de combatientes, de obre-¡'¿ls en un tc|mitel'o o en una colmena, etc., están relacionadas res-

I Estos cncasill¿rluietrtos puedcn sel adii.iv<.rs, ¡rct'o también multi¡rlicativos.,ur¡)o hemos vistt; un cl subtítulo II. nota 2.

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216 NI\1]I-lJS DE COT{PORI'AI,III]N'|O I-AS CONi)l('iONI]S DEL <S¡\llER> 2t7

l)l¡nl,('ír urr probiclna capital cn Io que toca a los procesos mismosclc construcción, de coorclinación, de gcneralización, etc,, de los quehr saliclo csta estructllra.

V. La coordinación cle los esquen¡as.-Pol lo que respecta aIos esquemas de Ia intellgencia, ya sensorio-motores y, sobre todouopcratorios, slr coordinación J, su subordinación en estructuras déconjunto, primero más o mcr-ros estables, y después cada vez máscqr-rilibrardas, se deben a una activiclacl asimiladora continua quecrrlmina en uuA actividad propiamente operatoria. Esta asimilaciónactiva, aunqlle engendra los esquemas por generalizacic,n, etc., losscnlete', en cfecto, a diversas formas de asimilación recíprocas, par-cialcs (cncasillamiento) o totales (puestas en relación o en corres-¡rondencia). Se asiste, plles, a su construcción paso a paso, ysu lógica no constituye problema, sienclo resultado de una activi-daci indir,iclual progresiva cuyo análisis clirecto es relativamentefácil. Descubrimos cle golpc la diferencia con las estructuras lógic¿rs del instinto, que constituyen ult resultado analizable como tal,Ilcro cLlyo modo de construcción no se descubre de ninguna ma-ncla, pueslo qlle tienen que vcr con mecanismos genéticol, c here-clitarios.

Esto no quiere clecir, ni con mucho, que todo sea hereditarior:il los comportamientos llanraclos instintivos. Los etólogos dc lavicja escuela, como Lorenz, reconocen que el contenido o el cletallecle las reacciones a los estímulos significativos o los actos consu-matorios dependen, en cada momento, del medio y pueden darlugar a ajustes momentáncos que tienen que ver en grados diversoscon una adquisición (desde el aprendizaje hasta la inteligencia).l,os etólogos cle la generación .iorren no hablan sin precaución clerriccanismos innertos, porque saben que el instinto cs Llna conductaf enotípica y que todo fenotipo es resultado de una interacción noclisociable entre el medio I' cl clesarrollo hereditario. Lorenz ha res-ponclido cn Lllt¿r larga memoria I apasionacla y un poco indignada,pero cs preciso confesar qlle muy poco convincente, sobre todocuando se ha leíclo con algo de atención a Waddingtor Por otraparte, W. H. Torpe, D. S. Lelhrman y N. Tinbergen han insisticloen el factor inevitable de aprendizaie o de ejercicio que operaclcsclc la vicla embrionaria y en los actos de inteligencia propia-rücntc dicha quc sc observan ya cn los insectos y qLle a menuclose ntczcl¿rn estrcchamentc con cl dcsarrollo cle los comportamien-tos instintivos. Viaucl liega a la conclusión, cor-r razón, de que eluinstinto pltl'o, con-]o lo h¿r clcscrito Lorenz, es... una suertc cle

I K. I-orc-¡lz, "Ph)'logcnetisr.hc Anpassrrng uncl aclaptive Modifikation des\,'¡:r'lr:rlte r.rs,, 7.¡,ít,clt. I 'I'icrlssycltol., vol. 18 (1961), píg-.. 139-187.

pectivamente con una sol¿r cstructtlfli total quc abarca, ¿r la rtcz' al

Iru.rr" y a la hembra, etc. una 'ariaciór incii'idual de color, por'

":"-pió como el rojo del gas.lerost.eo resultante de la contracción

A" f* melanóforos Ln el períoclo cle la nidificación solamente, rlo

tiene sentido más qr-," poi relación a l¿r hembra y a los rivales y

i.;t parte, no dé ,r., "tqtt"*a individual' sino' hablando cou

;;ói;d"d" tiansindividual. Ése resultado, entonces' de las relacio-

l"r'¿" coirespondencia, es decir, 'rultiplicati'as (en

-el senticlo ió-

;t..t;"i;; los movimientos particrtlar-cs clc un compañero v los del

ótro. Estas corresponclenciai puecle' formar parte clc la programa-

ciónhereditariaypertenecerasíalalógicade]-instinto'Ferotam.bién pueden estar iimplemente insertaclas en el malco hereditaricr

o titrjo de conductas indivicluales, por ejernpio de.imitación: cuan-

doungasterosteomaclrosecolocaen¡losiciónjnr,ertida,c<lnl¿riabezalara aba.io y la cola para arriba, frente a otro macho (colr-

á;;i" d" ,""-piuzámiento o clc clcrivación que evita - el corlbate

"r,

-ia frorrt"ra hismo del territorio), no ¡ay sinc imitación indi-

,iá"ár, y Tinbergen lo ha pocliclo obtener colocanclo rirr macho ante

l,"".p"¡o'.Huy,noobstante,corresponclcnciacle:lasrlosiciones..4,o Pero no tOdas estas relaciones Scn conterrlpol'áneas' El es-

quema general de ia conducta apetitiva pr"cceclc a la .ptlesta ellj,r.i¿" ó lu. concluctas de los nivcles II a IV. I-os cncasillamie'tos

: -ii,

,"fu"iones de orden se insertan, pllcs, cn tln'-.. cstrttctura de

io"¡""io "omparable

a una especie cle írr1-¡ol genealógico cn el qut:

icrs esquemas se cngendran o se clcse'ncatlcrnalr srtccsivame"l-". ::']-forme a una ley cle filiación inheleute al comporlamlento mlsmo'

,; ;; por inctusiones estáticas" Ahora bic', tr' árbol gc-nealógico

ás, cle-nuevo, ulla estructurÍl multiplicetive'Talesson,pues,lasestructurasprincipalesquecr-itranenjuego'

Sipodemosdecirqueelinstintoeslaiógiczrclelosórganosporr:pósición a la inteligencia que_ construye srts estructlrfas o fc.¡rmas

.,,ánso.io-motrices y -conceptualc.s co¡r una libertacl mayor, habida

cuenta de las condiciones orgánicas de partida, SC] Ve, entonces,

que la expresión de que nos 'r'alenos c1e nlógic¿¡ clc los órganoso

"o aa una simple nretofot,t, sino qtte consta cl'cctivarte¡tc de las

"str,r.tr.ut fundamentales de encasillamicnto y clc orclelr, cn Lllla

forma aditiva y rrrultiplicativr., que volvemos a cncontrar en lalógica de los erquemat scnsol-io-motofcs itclquit'iclos y, mejor aún,

"r,*lu lógi.a operatoria. El hecho de clue sc clescubran estas mismas

estructuras con una fOrma cn but'na palte itrnata nada le quita

a su naturaleza lógica y los isor¡irirfisln()s l)ai-cialcs cstucliaclos erl

"t $ f f nos permiten compretttlcr 1;or quÚ. fin cambk¡, Ia¡aturaleza,cn"gran párte hercditaria, (it: esf¿r cfitruclLlr¿t lógica del instinto

r Si se ve en ello Una rcspucsta eciiva n/rs tl',tc trrlr inritación, sc puedc

citar como conducta imitati\'i Ia rle los lixtos o ¡ti'rjlrr',rs saci¡dos, qttc vttelr'ctr

" "ont"a cuando otros auimales sc' irotlelt íl 1)i(')tt':ll"

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2t8 NIVlll-I]s l)E cor'f Pon'fAi\llEN fo

caso límiter, (L'Ittstirtct, p. I59), o sea, quc llo se reaiiza tltrnca cn

esta forma pura.No obstante, aun cr-rando llunca sc llcne de mancra houlogi'nea

o <pura) existe un cuadro hereditario constitutivo de las concluc-

tas instintivas. No digamos, y este matiz es escncial, que cste ctla-dro esté inscrito sin nás en el genotipo, aunquc participe clc ccrc:¿t

en é1, sino que (para atenernos a suposiciones prudcntes) este mar-co es por lo menos inherente al <sistema epigcnético', cn el sen-

tido de Waddington, es decir, quc se constituye en cl tt-anscursode la vida embrionaria, según (creodas), rnuy estables, quc, aunquedan testimonio de una interacción entre el genoma y cl medio,constan no obstante de una compone¡te gcnética, así pues, cle rtuaprogramación hereditaria cuya re¿rlización supol-le la asimil¿tcióude elementos tomados del meclio r.

El instinto pertenece, pues, desde el pnnlo cle vista clel análisisde las condiciones necesarias, a un escalón anterior al ciel apren-dizaje o de la inteligencia, aun cuallclo estas col-tcliciones genéticasno sean suficientes. Entonces, el problema consiste eu comprenclerCómo funcionan los esquemas que acab¿tmos de clcscribir comc-l

constitutivos de la lógica del instinto, o clicho cle otra manera, enqué consiste la actividad asimiladora que los cngendra y coordi¡a.

En el terreno de la inteligencia, el eicrcicio y la construcciónpisnra de los esqucnas supotlc tlttl"t interacción continua cntre el

iajeto y los objetos. En todo conocimiento físico aciaptaclo, ya sc

t¡ate de la inteligencia sensorio-motriz (irot'ejermplo, para el ersque-

lla clel objeto permanente) o clc ia opctltor'j¿t (un¿r conscrvacióttlualquiera), hay que clistingr-rir los ci¿itos cle la cx¡lericncia V clc la¿ctividad coorclinadora clei suieto. l'¿rmllión ct-t ltl qltc cotrcie-rne a

ics esquemas lógicos-matenl/iticos, crolllo t¿rlcs, la cxpc¡ictlcia cs

necesaria, pues aunque saqlle estos c:sqltcmas de la coorclinaciónge¡eral de sus acciones, el strjcto clcbe c¡br¿ll' llara hacct' ¿rbstrac-

::ión, y obrar sobre objetos.Así tambiéll, uno clc los caractct'cs funclalnctltalcs cle los esquc-

mas instintivos es su aclaptación ¿rl n-rcclio, v cn csto tocio c'l mundoestá cle acuerdo. Esta aclaptación es ntucho más profunda aún queen cl terreno de la molfología, pucs no se hace oen brrrtoo, sinoquc clcbe tener en cucltta Llnr scric cle acontecilricllt<.¡s nltly par-ticulares. Además, prcsellta ciisi sicmprc l.lrl cal'ácter anticipador:cuanclo el cuclillo l)oltc sL¡s ltucvt)s crt cl rliclo clc otros (tal Cs clc;ls;o de las 80 cspec:ics clc cstc géncr"cl), sirl clltda llltci¿t s¿ibc como

I Como ya dijimos a propósito derl i. R. N'I., no cionrirulrelllos realmentc losproblemas etológicos más que cuanclo sc ltava dcsarrollacio una ctología outo-genética que llegue, en el terreno cle la psicología zoológica, a lo mismo qucproporciona el estuCio de la psicogéncsis clt el cartrpo de la psicología humana.A Iá conStitución Ce esta nuc\,¿l IarrIiI se tlctlic¡ G. lliehard cn Rcrrncs y sc

consagrará A. Etiennc en nucstro laboratorio,

1,,\S CONDICIONf iS l)llL <Sr\lltillr 2t9

incliviciuo clel clestino dc esr¡s hlrevcrs, pero los esqLlemas epigcné-ticos cle su il-rstinto no son nosibles más que si sc cumplen lasconcliciones signicntes; l.o, que existan especics clc pájaros niclifi-c¿iclores y qLlc la arrsencia cle nido propio no sea un carácter gene-ral ile las ¿rvcs o cle los animalcs terrcstres; 2,o, que esas otl.as es-¡rccics tengan irrs;tintos aclecuados al cuidaclo cle los pequeñcrs, sincxccptuar las crí¿rs de cuciillo.

En este caso, no hay nrás qlle tres s<,¡luciones posibles, 'o

sóldclc hecho en el repertorio de las teorías conocidas, sino lógicamen-te (y, en caso dc necesidad, por dechrcción formalizable, o clichorlc otra rnaner¿r, por cálculo): o una almonía preestablecicl;r, o elazar, o una interacción de cualquier nattrraleza qLle propor-cione¿rl sistema cpigenético inforrnaciones acerca del nreclio c.rtcriof(¡ruclienclo concebirse entonccs la interacción según toda nna gamacle soluciones quc abarcan al lamarckismo a título cle caso extre-rrro, pero qlre son infinitanrente más ricas en posibilidades eu lapcrspectiva cibcrnótica contemporánea).

[,a armonía 1:rcestablecida es lógicame'te posiblc, pcro signi-fica sólo o qlle el creaclor lo ha ordenaclo todo de antem¿rno, o queexiste en el genoma una inteligencia conbinadora en el senticlo clccirónot; pero cs csa Llna solución totalmcntc vcrbal, pues il írnicoProblemer cs analizar cómo se constituyen y funcionan lo' .'sqlre-rnirs instintivos, y la clecisión cle bautizar con el nombre cl: <inte-Jigencia, al ccln.junto del sistema quiere decir sirnplcrnenlc quetrabala biern; ya lo sabíamos, pero queda por comprelrclcr cómolo logra.

Ill az¿rr tlc las nutacicncs -y la selccción u po.s/t,i.ioii cs I¿t s<_l-

Irrcirin, bucn¿r ¡-lat'a toclo, qllc sc lcpitc inc¿tnsablclrlcllte: con lu ntis-lila const¿illci;r, observa Bcrtalanffy, y Ia rnisma clespreocupaciónpcr los pormello]:cs de las prurcbas que el recurrir a un nmolinoclc or¿rcioncs tibctano". Ahora bien, si la tcoría es insosteniblc yacn el terrenc¡ clc las adaptaciones morfológicas y fisiológicas, clatcstimonio cle una indigcncia verdacleramcntc cntristcccclor¿r cn clcampo de los instintos, donclc el carácter transinclivic-lual cle lasaclaptaci<-rncs sllpone la convergencia dc azal'es aforttrnaclos cn loscomportanrientos muy diferentes y, sin embargo, c<xtplcmentariosdc múriLiplcs inclivicluos ¿r la vcz. Dcsclc cl punto clcr 1,15¡¡ cle la va-li¡rcid-¡n fortuita iray, pucs, rrna .¡rrobabili<lacl qtrc clecrcc'e inclcfini-rl¡rmc'ntc. I)csclc cl ptrnlt¡ clc visllr clc'la sclc<:c'irin, lrr cr¡rrl rro lic¡c(luc \¡er (cc.¡nro l<l sabc¡rlr,'s hOy) rlris clLrc con los lr¡noli¡ros, clrret:onstituyen otras tantas <r'csprrcstas, del gcnor¡t¿r lr l¿rs circunsl¿r11-cias del medio, el t,crciarlcro problcma cs cl cle la formacirjn clci'stas ((t:esptresttrsD v lto el clc su sul-lcrl,ivcl-Ici¿t. Prlr.úrltimo, Ias ntrr-taciones ceclen actr¡almentc el paso a l¿ls (recombinaciones>, v lasvariaciones alcatorias a las regr-rlacioltes. Si llav un telre¡ro en elquc los finalist¿rs clcsctrellalr cn lnostrar las insnficiencias clcl neo-

Page 115: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

220

los chimpancés).).o En estos úrltilnos

contilltt¿ts asimilaciones Y

difercncian, Ios Ponetr en

N IVII t.l;S DII COI{POR'l'A['tlIlN'lO

clominios, los csqttctrlls soll solitlar-ios dc

acomoclacit)ttcs (ltlc los gcncralizan o losrelación o los encasillarl jerárqtlicamen-

Lr\S CONDI(i lOirl:S l)lif. <S¡\IlEIl¡

clanvinismo clásico es en el cle los instintos, de tal nanera que

las nuevas soluciones ya no han cle brtscarse en estos modelos

sin-rplistas del azar y de la selección, quc ha¡ sido históricamenteirtiles y están superáclor, sino más bien en la dirección de las in-

teracciones regulacloras.AclaradO esto, nO busquemos ttna teot'í¿l ]-\Ltcr\:a, sino esforcémo-

nos simplemente por por-ré. en rclación los ciivcrsos datos de hechoy las pósibilidades qlre se desprendcn cle ellos:

1.o Las estructuras instintivas consisten en sistemas dc esclue-

mas coordinados de forma muy análog¿i a lo clue se observa en el

terret1o cle las adquisiciones y cle la intcligt'ncia sensorio-notrices'En particular, el instinto utiliza in:;tt'rttnctrtos, aparatos o nhcrra-

mientaso (patas cscarbacloras, llicos, glirnth,rlas qLle .secretan fila-

mentos, eti,) a la vez orgánicos y ltcrcciit¡rrialnente programaclos,

mientrás que la inteligcnóia sensorio-motriz o fabricadora los des-

c¡bre clesde fuera o lós pl'cpali.t v jos cor-lstt'tlJ'c (desclc cl nil'el clc

221

conocirniento clel hecho cle que rnuclras invencioncs son rcsr.rltack.rcle Ia inlcrfercncia clc clos comporlcntes hasta cntonccs inclcpen-clientes.

Para poncr trn ejcrnplo mny scncillo c1c cstas asimilaciurrcs po-sjbles de esquemas, cl caracol comestiblc flelix potttcttia L. poncsus huevos en la tierra a algunos ccntírlctros cic proftrnclirlacl.sicndo de intcligencia nroclcsta, sin clucla no sabc l)l.e\.cl las ventq-jas de esta manera de obr¿rr y no es a esta anticipaciór1 , por ranro,a Io qtre hay que rectrrril'. Pero a) se polle al abrigo clel sol v clell'r'ío bajo picclras, ctc.; b) pu.ecie scncralizar este e.sqrrcr-na (k' pro-tccción ctr¿rnclo cl fr'ío sc erglrclizzi hastzi llegar ¿l entL:rrarse un lrococrr cl invicrno; cJ prescnta un¿r tenclc;rci¡r a la llibc'rlracirin. sinchrcla hercclitaria, y sc rclila en su concha secrctanclcl rrn c¡rif'rag-ma que cicl'ra l¡. aber"trrla (sinrple sccreción de rnucus acr-rrnr_rlaclo);tl) 1'sor- otra l)artc, pone hrrc'vos v podcr¡os imasinar.nos q.(.nolos confunckr cc¡n Llna cxcl'cciór'r cualquicra v qLl(., por- ruc,linri,rrla_rios quc scan los ínclices l.rcrceptivos clc qLrc clis¡rrrnc ilo lrisllro¡r|o¡-rioccplivos qllc crtcLoccpliYos), los cngloba c'n su esfcr.¡r clc,cr-r'tsclvacirin cn cl molr]cllto cle la puest¿r. I,a tcnclcltcia l¡ p()nei ellla tierra sería entonccs lrnír coorclinaciiln o asirnilación cl,-'l eriquenlí\clc Ia ¡ruesta con el cle la arrtoprotección o clel rcfLrgio crr clsuclo.

I-u clescripción quc a<,-abamos cle imaginrrr ha siclo l¡r-cira entór'minos de comportal'niento indivjdual, y si las cosas oc rr r.jcsel-rcD r:stc Plano no habría instinto, sinr¡ invcr-lción jncliyiclllAr (prc scfcno\¡asc ¡r cacla gcneraci(ln. Por cl contrat"io, si los escltrcrnas rlelirrcl iritlrro rlc cxcavación cll cl strclo v rlt'intcr.ris monrcnt¿in(,() l)ol.la ¡rucstzr fucsr-n hclcditarios, la hipótcsis scl.ía tanto como supo-lrcr que estos csqucmas se coorclinarían l)or sí solos, ¡rl nivel clel!I('tlonlA o clcl cpigenotipg, c'¡ r,irtucl clc sg pat-cltICSCo clc cstl.trc-tr.rllrs c.r clc sigr-rificnción ftrncional. Al nivcl rkt Iu inlcligeucia seu-soljo-nrolriz, cl i.rcto cie inteligencia no corrsi.ste, c:n ciecto, m/¡sqrrc cn t¡rl coordinación clc csqucmas (por e.ienrplo, entre los cs-qucmas clc: "poncr sobre, v clc us¿rcar") grtrcias ¿t su única tcn<te.n-ciu ¿r asirlilarse mutlralrente v sin qr-rc lrar'¿r nccesiclacl clc hacerintervenil lrn¿t <inteligcncian colrro un tlc¿ts t:.t nt¿tcl¡ína cncirr.gaclcrclc ¡ronerlas en relación. siendo así, tampoco tenclnos ncccsiclaclclc trr-ra intcligencia oculta en cl sistcma epircnético pal-¿l qtrc closcs(lucrras instintivos, si es ¿rllí clonclc sc c<;nstittrvL)n, sc pongan cl,lrcl¿rción. Es cierto qnr' poclemos lla¡lar intcligencin .r {,-sta coor-cli_rración esponti'rnca clc los crsqrlcmas al irivcl clc las aclclnisicig¡csscrrsoric¡-m0lIiccs; l)('r(¡ corno los esqtrcmas irrslirrliV().s post,cn. r.\ i-rlcntclllcl-rtc, ()trlt rratrlralczlr ¡rcrr ctranto ticncn qu(.\,cf con c] sis_1r'r'rrl geu¿'tic:c¡, cslartckl iusc|itos, por ejcmplc¡, Clr krs subsistenrirsck' gcncs clc: los qr,re clepcncle la organización ncrviosa clel ¿rninral,mlis valc ¡lrslcnersc clc clal tal nombre a activicladcs qur'sr¡n, li lavcz, r'pigcltúticas v transinclit'ich-ralcs.

3.o En el terreno clcl instinto, las activiclacles irldividttales aná-

lolras no clesempeñan m¿is que lln papel IIuy rcstringido, y si el

ilrJi.,cluo portailor cle un instinto tlrYiesc quc prc\rer el conjunto('(.. Slr cleSárrollo y cle sus rcsttitacl<¡s, tal cosa sttpondríir una in-

r.,ligencia mrly Sllperior a aquellas clc la clral collocelrlos las reali-

.r, .iu,.,"., pero tambión los límites, cn los chimpanccis' por cjemplo'4.o Por el contrario, las estructttr¿rs r-lel instinto están situadas

cr. L¡ta escala que es, a la vez, c'pigenética 1 transincliyiclttal, es de-

.,,, ",.r

.,r',u "r.oi^ dontlc las capaciclaclcs co¡tnoscitivas clel inclivicluo

clcscmpeñan un papel nulo o casi nulo, })cro cn lzr qtrc tocla orga-

¡,7o.i¿r se benáficia de los sistcnras rcgulaclores que clepenclcn

c. clel genoma o, sobre todo, del desarrollo (ontogenético, pero

noco rnás o menos común a todos los inclividuos)'5.o Si los esquemas se transforman y sc coorclinau cntre sí en

el tcrreno de las concluctas adquiriclas, mucho menos organizadas

en sus formas elernentales que un desarrollo epigenético erl yincu-

lación con el genoma, r-ro hay ninguna raz'ón para negar a los es-

ctuemas instiniivos considerados como sistemas a lA t'crz epigené-

ii"o V transindiviclual la posibilidad de coorclinar"se o dc cliferen-

ciarsá igualmente. En particular, trna cle las capacidades de la in-

teligencla animal es la cle reunir cn trn totlo f'unciclnal condtlctas

segilentarias; entonc.es, no se \¡e llol' qué razón csquemas instin-

tiós elementales no se coordinarían por asimilaciór'r t'ecíproca en

árq,_,"*u. más completos, por lo demás sursceptibles cle diferen-

ciarse. No hay "r, "ito

ningún atomismo, sino simplemente el re-

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222 \ l \ l: l.i.S l)ll L'OLl l'()ll, t r\\l l tiN'l o

VL lttstinto y Qtlepl(iciótt ltcredll (¿rirl.*-Iocla la ctología cort-

teurporánea lleya a pcnsar quc las rcccluilitrraciollcs genéticas que

mociifican ult órgano moclifican igr-ralmetrte: cl co¡rportamiento a élvincLrlaclo t. Así pucs, sc aclnrite ca(l¿i vcz lll¿is quc los comporta-mientos forman parlc integt'antc (lc Ia vicla v qllc cl epigenotipocs responsablc tanto (lc SrtS nlitrcos lrel c'clitarios Colllo clc' la rlor-fogénesis.

PCrO en est<t qrrizii ltay ttna vcttllria, \1il clLlc t'l C:cllt-tpot't¿lllliclltocst¿i sitnaclo clt LlnÍr csc¿ila clif'clcntc clc la cle lo:; car¿rctcl'es lllol'lo-lógicos locales v pucstO quc sc lnattificsllt,:,(llalllente, al tlir¡i:l fr,tlr-<'ir¡ltlrl <k'la organogÚnc'sis, pot'rr,() lrlrhllrt'.,irt l'tt;is clc gct'tcs y Il()l'llanill provisionalntctttC (csqLtCltlit:i rr cii:lris clC prograrnacitin ins-ti¡rtivao a IOS cot'rcSpOt-ltliClltcs C1-ri¡:Criú'tiCos tlC lrls cstluc-itlas tlccomp()rt¿tmic.nto ¿tttaliza(los clt Ios stltrlíttrlo:; íIt v I\¡. Illl cfccto,t'ccorclemos quc Llll ciclo instilrf ivt¡ tl'-: c()ll.itlllto cs tl'lrnsitlcliViclual,cs flecir, qLlc (lcpen(lc cle los gcl'lcs (lc clos o l/¿irios indil,idtros clis-

lintgs, clc clos o \'¿tl'ias cnrl>t'ioge'ncsis clisti¡las (sexc¡ o papcl so-

ci¿rl), clc clos o varias Clascs r.lc (ir¡{ztnos v clc ¿tctivac'iottcs hor¡lo-ltalcs \¡ clc dos o lilt'ias clascs clr: cot.t-tpclrt¿rrticntos cspccializaclosv contplcmcntarios, colt sus catcgorías clistintas clc írtcliccs sigltifi-catiyos y sLlS categorías cliStintas tlc l'cspLtcstas nlotrices qlle pLle-

clcu r-¡gendrar n¡e\¡os índiccs; ], cstc ciclg exlrct\ladamcntc ColTl-

¡;lerjo es, a la vez., en bLlena i)altc hcl'cclitario v cstil silr crmbargor.-.rclu il..ldo Cn inclit,iCiuos :;rrpara(1oS cn el cs¡lncitl (sextl O ¡la¡>el sO-

li tl) t, en el tiempo (pach'cs v progcrtic). Y' sin cnlbal'go, cste ciclor.l,- c()niLtnto lleya coltsigo, lo lrrisnlr., qtle laS collclLlCtas indivicir¡a-1,, s, cst¡ugtllraS lógicaS (lc elrCasillntl-ticllto, cle orc{cn, clc corles-p¡¡dcncia (entre iudiyicluos complclnclllal'ios) y cle filiación cle

I'Crma genealógiga ett ctlatlto a str tlcsal'rollrl <i desenvolyimient<-r

c r onológico.La interprctación sr.rgericla cn cl subtítr-rlo IV supollc- (tuc cl ciclo

o sistema total de csqllemas instintir,'os lto result¿t dc Lllla fijaciri¡hcreditaria cle aprcnclizaie incliviciual, sillo clc tln ciercicio cspontá-ltco o de Combinaciones Y rccotrlbirlaciollcs clc los c'sqtlen¿ls alllivel cle su formación y de su (lcsarrollo, lsí pues, al niyel clel epi-genotipo. Un aprendizaje inclivicitral quc trastase para cxplicar el

instinto en Su ciclo ttaltsindir,iclual total scría, ctl cl-ccto, poco \¡e-

rosímil, cladas la inteligencia v l¿rs auticipaciones a litrgo plazoqLle supondría. Por cl contt'alio, tlll ejercicio o combinaciolles cs-

¡iontáneas de los esquemas al nivcl clel ciclo t<¡tal tl'ansinclividualc inscrito en la programación dcl cpigenotipo no tiener rracla cle in-

I Rccíprocamente, la cr'<¡lrrción clc utt cuttt¡'roll;rllliento ¡rtrctlc influir ctt la

nrclrfogú'ncsis. POr ejemplo, numerosos plijalos r:\pollen clul'rnte el ltpa¡clt-*i"ntJ el pecho o la partc strperior clc stt c:¡beza, r' algttnas cspecies (algut.as

solamente) poseen eri e st<.¡s lugares cstlrrcttu;ts tttorl'ol<igicas o colot'¿tci<-rttcs

L'specialmente Iivas.

l.AS CONDICIONÍIS l)llf . <Sr\lllill> 223

vcrosímil. Por lrn lado, cn los estuclios ¿rctllalcs cle la variación. elacento se carga cacl¿r Yc-z menos sobre las mr-rt¿rcioncs aleatorias,concebiclas como uruiclosu, y recae cn las recombinaciones gcnéti-c¿ts, en cl scno cle trn gcnotipo o clc Lrn pool provisto cle regulacio-ncs múltiplcs. Si se aclmitc que cl ciclo transinciiviclual del instintocstá ligaclo ¿r algruros sistemas particulares o subsisternas de genesa los que cstán ligaclos csqlremas instintivos en caliclacl clc rrnicl¿-clcs fr-r¡rcicrnalcs, l¿rs reconrbir-l¿rcioncs clc cstr¡s strbsistcn'llis cntrcsí (con ¡rosibles moclifrcacioncs cn cl intcrior cle los subsistcnras)son er¡iclentcs, E,l único clc:nrcnto ¡rllc\¡o, v l)ol cousigrricntc cliscu.tilrlc, <lc c¡t,tc c'ottsta rlucsll'l lripótcsis, cs clt-lc r'sllrs ccrnbi¡¿re itl¡cso t'econtbitlltciortes iic csqttemas son ¿rclccLla(l¿rs ¡r sir lógica i¡lcr.lrrr, os ciccir', ¿r esrs posiiriliclaclc:s clc cncrsillrlricntos, -ctt-'

cir-clcn,clt: cc.rlrcs¡roncle rrcia, ctc., ricsc'r'it¿rs lrntcli<-lrnrcirte ( IV) v no srjlo alos caructcl'cs rnollr¡lógicr-rs y, fisiológicos cr.¡lrtcniclo, .ln la in[or-rnación gcnélica. E,s clccir, si r-rn csquema inslintivo elemental, A,cstii iigacio tr ult sistcma clc gcncs r¿, y Llr-¡ csqucnla /l a un sistcura(ic Llcncs b, la combinación c1c a 1, cle l; no ¡rrocltrcirh un nucvoIorlo ctlt sin tencf cn cllcnta los caractcrcs flrncic.rnalcs clc A v clc B,sino qlrc cstar/r clctcrr¡i¡l:.rclo por la lormu clc z1 v.B v por sll con-venienci¿r cn tanto clllc sc puedan encasiliar, c¡rclcn¿rr o poncr encol'rcspon(lencia, Ser'Ía, irlres, lzr ulógica, rle cstos csq,,cmas la quecletcrminar'ía su cornbin¿¡ciú,r y csto explicar-ia pol qr-ré cl c,:io ins-tinlivo cle conjtrnto )/ tr'¿ursiuciividual puecle parcccl-sc a Li,r ílctoclc inteligcncia (hccho iguahncnte clc coorclinación clc Jo.; csqLle-rnils po): asinrilación rccíp|t-rca), Pero csta lógica no signitica ques(r trate cle caractcrcs inm¿rtcriales, comt¡ no son innraterialcs ioscircuitos cic una máguinlr clc lesolver ploblemas; es suficiente conc¡tre los esqlrem¿¡s cic p:rrticla, cn la rneciicla cn qurr son nfornras,irrscritas en cl e'pigcnolip<-i, sc combincn por asinrilacionc's y ¿lco-tt-locl¿lciclues clircctits eu virtrtcl cle sus car'¿rcteres lc¡nnales isonrt.¡r.-Ios con los clc una lógica, l'no en virtucl cle cuaresquier¿r carac-Iercs.

Solarnente en la mcdicl¿r cn que cstas nuevas cornbin¿icionesinstintivas que se prociuccn genéticamcnte o al njvcl clel cics¿u.ro-llo epigenético tienen cn cucnta al meclio, cllo irnplica r.ecqrrili-braciones cle las qr-re está inlormaclo el genoma, 1'a g.acias a la sc-lección clc los fenotipos así moclificacios, ya gracias:rl juego ctelas rcgulaciones formadoras en el cnrso clel clesarrolro cpigenético,

considcremos a este respecto los instintos quc haccn irrtcrve-¡rir matcriales ajenos al organismo clel sr-rjcto: glillos para cl spltex,lriclos, tcrmiteros, etc. Dos casos son pclsibles cntonces: 1.n, aquelen el que el órgano cstá ajustaclo a su función: tubo afilaclo qucpcrmite al mosc¡uito chu¡xr| la sangrc, aguijoncs, patas cscar-bacto-ras, etc.; 2.o, aquel en cl quc irn órgano cualquiera ejectrta un tra_b¡.ir-¡ sin relación cor-r .su fornra.

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1.,, En el pr-incr caSo, Seril difícil conccbit lortrl¿rcicll-tc.s Scl)e-

racl¿rs cicl órgauo y clc llr Concltlcta ittstiutiylt, aunCILlc IlLlmcrosOS

ejentplos muestren la posibiliclacl clc Ltna (iisoci¿lció¡1, sin cluda se-

cunclirria, Cle lo.S clos aspcctc.rs. Si los clos r,'lr¡ a l¿i par, bien se puc-

rlc clecir.quc cl illstinto cs la lÚgiee dcl <,rt'gatto, p(jI'o hay que lttla-

clir que cl órgano es la matcrializ¡rción cle la conducta: es el puntocle riista cle la <ntor'fología ctinímica, clc Bcl'lllanffy quc genera-

liza e¡r un sentido iars aplicaciones cic la ucilrctogónesis" cle C<-rpe'

M¿rs vemos inmecliatamente los ploblenlils planteados descle el

pllnto clc vista cle l¿r herencia. Tanlbién licmos estucliado un caso

ioncle los movimielllos ciel anilnal h¿l¡l tr'¿rusformaclo notablcmentela rnorfología orclinariit cle la cspecic (LhtttrueeL stctgnalis L.) y clon-

cle la lijación se cfcctúa gracias ¿I Lt¡l¿r "asilnilación geni'tica)) en el

senticlo clc lVaclclington, al Inislllo lictnpo qtre la valieda(l I'iLlcva

clegía neciiiinte Lllla sclccción neta Llll lnc(lio aproiriaclo nroclifican-clo"cl compor-lantient0 cspecífico h¿rbitu¿ri (vcr .strpra, \\ 19, sr"rblí-

tulo VII).2.o Elr Cl SegunclO cflSu eunll)tctlrlenlos Inenos aún cómC) SC

ciesarrolla un instiuto cou adaptaci<in clet¿rllada al meciio sin info¡'maciones que eu1ancn cle este irltimo. Pero, cntot1ces, la dificr-rlt¡cl

esth en qLle en ltumefosos casos (por lc¡ clemJrs no gencr¿lles) el

sujeto ináividual pernlanece indifercl1tc al éxito o al fracasci de

sui acciones instintivas i cuanclo, por nO poder aclmitir una acciól'I

clirccta clel nedio, al lnenos habrí¿r quc inlagi¡arse sistenlas cle

f ¿edbaclcs a partir cie los resllltaclos cle la ilcción' PeIO clistinguien-

.lr, Ias cliferencias cle cscalas, podcmos conecllir infolm¿rciclllcs qtlc

or.lirrtalt del meciio al nivel dei ciclo iustitltivo transillcliviclual sin

a..laptaciones incliviciuales aclc¡-riridas. Voh'eremos a consicleral.ste problema a propÓsito ciel oligcn de Jos instru¡t]lentos cle co-

¡(rcimiento hereclitarios (capitulo vI, $ 19, subtítulos IV-VI).

11ÁLLA NIVDl.lls Dll (-r0l\ll'ol{'I"{NtlilN'l o

\\ 17. L/r PERCEPcIóN

Sc dcscubre tocla clase cle frascrs interrncciias ctltt'c la sensibi-

liclaci general, y después nerviosa, clcl orgernismo a los excitantes

exterioies y ia sensibilictad sensorial o Ire rccptil'a. Ya es mlrcho

clccir que ilura¡te lat'go ticmpo lits pcrcepciclncs est¿in dominaclas

por es?ructuras here(litat'ias: cs cl casg, cl] parliclllar, clel regis-

I La lan,a de frigánca. cllrc vuclve i.r c()irstlLl;t'llit.sta sescllta vcccs Ia'"eitre....,' .,. lr. rlcstt'ttVc, sill 3l')11'n(l('f Illl(l¿1.

I,A I'IJI{CEPCIÓN :25

[t'c.r llct'ccrplivt¡ ctc toclt¡s cstis ue sf ímlrlos sigrrilicatir.os) quc clcsc:t¡-|ciiatr lttt ¡rttltcl tittr eseucial crr cl lncc¿rni.si-no rlc los iustintos. En elIronrblc, los ur.r¿rtivistas" clel siglo xix, cornc¡ Flcring .y rnuchos ou'os,c¡rrisicron cluritntc lalgt-l liclt-r¡-lr-r cxplical ias ¡rclct'¡rcic.¡ncs csPa-cirrlcs l)ol i)lcc¿inisrnos inn¿rtos, col-ltr¿t los uenrltit istns> c1trc, conIlchnholtz, nc¡ hacían intcr-r¡enir más quc expcr-icnc.iars ligaclas por¿rsociacio¡rcs cl ir-lcinsc.r 1r<,r' ir-r[crencias incor.lscicntes. citamos cn:cl ¡\ 1, subtitr-rlo IV, la opinión cle Von I-Iolst riuc eri.riblrye las cons-tirncias per-ceptivas a Lrn mec¿rnismo hcreclitari<,r cle fceclbctcl;s ocler lcafercncias (y ¡rr-rn de (col)ia clc la el crcncia,) ciLrc,corr-igen iitgLancleza apu|ente cn función dc la clistancia, mientl'¿rs (]uc nosotros¿iclinitimt-¡s l¿r existencia tlc un rnecanismo análogo, pero aclcluiri-cl<.¡. Si, c¡r cl hcimbre, constiluye loclavÍa un ploblerrra el italtcll clel¡rs cstructr,u¿rcicincs innatlrs, cs clil'ícil negar clut: cll lt¡s ¡rrrilnalcspoco evolucionaclos sor-t prcpol'rclc¡i¿rntes. Po| ejemplc¡, las l¿u'r'lrs clclibólLrla quc A. Ltiennc estr-rcli¿r en nrrestro labolatc¡r io clespuús clcsus irvesligaciones con Lorcnz y Mittelstaeclt, prcsclrtan en sLr ])cr.-r:cpciórl ciel nrovimiento rcacciones tan regularcs cn ia rclacióncuantitativa cntre los eslímulos y los clesplazarnientos incltrciclos,(lL1c cs difícil discemir el papel de un aprenclizajc.

I. Lcts <Gestaltr.-4u¡ pues, la pelcepciótr nc¡s t-¡fr.ece ult liLrc-i¡o c¿lso de transición indiscuLible entre las cstructuras orgrinicasy las cognoscitivas, sicnclo esto io que constitlryc sLl interés e.,islc-rirc,lrigico clr ti.rnto quc tonri.r de contactc, cogrrt-rscitir'¿r nlii.i r]¡rlc-ciiata enlre el sujeto y los datos del medio.

En ia perspectiva a.la I'ez lamarckiana y empirista cle uu otgit-nismo somcticlo, sin rnás, a las cc¡accio¡rcs dcl meclit-r, se ila comcn-znclo por interp|ctaciones asociacionist¿rs y atomísticas ¿r un ticm-po, cie la percepción concebida como un conjunto dc sensacit-¡nesreulriclas pol asociaciones amnésicas. A io cluc los nativistas r.cs-pondían, cor-r espílitu kantiano (explÍcitarnente invocaclo por: MLil-ler, etc.), que este papel de la experiencia aclqr.rilicl¿r cra evicicnle,pero ulta vcz. que se lolncn (jn cLrellta las c<_rnciicir-rrtcs prc|i¿rs clrIr-irrna cle cuadros cspaciales a priori o innatc¡s.

El probletna clc las relaciones entre la percepciól y cl organis-mt¡ ha cobrado un carácter mucho más precisr.i a p:ir.tir clcl mo-nrerlto en que la psicología cle la Gcstalt, nacicla cu 1912 (en virtr_rclcle unír convcrgcncia entre los traba.ios cle M. wcrthcinrcl yw. Kiihler') ha querido interprctar las c:structuras perccptibles pornroclclr-is cle campo que ser'Ían colriunes a la perce¡rción, al sistemancrvic.r.so, al or'¡¡anismo y también a un conjunto clc l'enómenos fí-sicr.rs rcLr¡.liclr-rs ¡ror Kóhlcr, qLle cra fÍsicr.¡ clc for-nlucióu, baio clnt¡lrbtc clc uphysische Gestalteno. Así pucs, r,ale la pena t-elieri<_l-lt¿ll' t"llt J)oco cll la razón cle los éxitcls parcialcs v clc los frac¿rsos

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226 N LVlll.nS DE C0\{P0]IT.'U\IIENTO

finales de esta tentativa, pot:que la rtoción clc Gestalt ( ¡c1ue es nl.lyválicla una vez liberacla cle sus interpretacioncs pttramente ges-

taltistas! ) ha teniclo ull gran éxito }t it¿t siclo utilizacla hasta en ern-

briología y porque Bertalanffy, el principal promoto| cic l¿rs icleas(organicistas>, Se ha inspiraclcl en ella y lra clctcl¿rt'¿tcio a este r-es-

pecio que ha siclo en la upsicología ntoclc.tA> (cs clecir', segúr¡ ó1,

la cle los gestaltistas) uclopde se ha intentaclcl por pritncra vez Lrn

enfoque científico clel problema cle l¿r totalicladu (Lt'.s ProblDtttes

rle kt Vie, páe. 249).La idea de que parte la doctrina es qlre la percepción no es

resultado de la reunión de elcmcntos prcvios, quc serían las sen-

saciones, sino que constituye, de golpc, una totalidad organizadaen el interior de la cual podenos encontrar caractercs o unidacles

elementales, pero por análisis y a títtllo clc: elementos constiluiclosy no constituyentes. Una melodía, clecía ya Von Ehrenfelds crl 1890,

puede (transponerse) cle manela tal qr-¡c tocl¿ts sus llotas cambiel-l(por tanto, las (sensaciones>>); no por cllo deja cle ser reco-

nbcicla inmecliatamente, como Gestalt, pcro cstc autor vcía etl laoformao de conjunto ult¿l propiedatl sllperpuesta ¿r l¡.ls scltsltcio-

nes, mientras que los gentaltistas l¿] cot-tsicicran comr,' primitiva.Así pues, comenzarol-I pol: establcccr las lcycs; rccot'clarcntr-ls

las dos principales, cuvo scnliclO cs, i)or 1o clcmás, tanto biológicocomo pJicológicct. Una cle ell¿rs cs la de uforma buenao: una forma(O Gestalt) Se imponc rlc mal-icrl tnlis nprelgn¿lllte) ctranto (Ine-

ic-"o es, según criterios analizacios a través clc ex¡leriencias plcci-'jail: cStOS Caragteres c1e la forin¿t buctla son, cl1tre otros, la siur-

pl,ciclad, la regularidael, la sinctría, el olclcir, ia proxirniclad cle losel:mentoS, la continuiclacl, etc. La o|l'a ley compiet¿I este anirlisisle las totalidacics: toda .figula, cs (rtestacacla sobrc Lln (follclo),

clt manera que inclllso Lln plilllo ¿tisl¿tcit-l c:j Ltlla totali(lad cuanclo

s? destaca sobre un fontio llcutro. Grail nútlncro cie propiecia{es cli-

ferentcs se han clescubierto y esl.Lldiaclo: lc.Vcs cic {t'onteras, Gestalisci¡léticas (movirnientos estrc¡boscópicos) v cst/lticas, c[c.

Después cle un conjLu-lto it-r'rpresionl|lrtc cie trabajos cxpcrimen-t¿,Lles en este terreno clc Ja pcrccpc.ión. cul'o cstuclio han Lenovado,

los gestaltistas han gcnct'itlizltclo ei sistcm;r aplicirncloio a la urotri-cidacl, a la rnernoria v a la intciigencia nlisrlrlr. Kóhler ha aplic:tdoestas nociones al anítlisis cle la intcligeircia pt'/tcticlt o sensorio-motriz en los chimpancés (vcr ti 1B) -y \^y'trrl[cilt1cl'sr.'[¿i esforzaclopor cncontrar las leycs c1c ltt (jesiult ctt lits; cstrttcttlr¿ls clc.l silo-gismo y de las opcrircioncs matcrn¿iiicas.

En cuanto a la inlcrpr"etación cle esto:; .irecltcls múltiples, la ori-ginaliciaci cle la posiciól-r gestaltista inicirrl ha siclt¡ 1r-atar cle ledu-cirlos a moclclos cle ccltriliblir.' clc .'íIlllir(is lísicos, a;:licahles tantoa IOS meCanistnOs iltriaIOs Colili] i] los:-ici;iriil'iilris, li.i r-rita! sitperaba,cicscir-r cl princi¡'rilr, lír rl ,.,r,llr1ir';r illrlri¡tt;rl.'l'irtlrt (;t'.l;iüli rlttc se itn-

I,A I'I]IICÍ]PCIÓN 227

lroue ¿l la conciencia (perccpción, etc.) es isomorfa de una organi-z.ación o Gcstolt ncrviosa particular. Ahr¡ra bien, los mecanismosnerviosos (campos polisiná¡rticos, etc.) ponen de maniñesto cam-1;i-is clectromagnéticos y, tarl pronto como hay campo, en física ot n otras ciisciplinas, las folntas observables son rcsullaclo de accio-ncs de con.iunto y de sr-r equilibrio. De cionde se clesprende cstacloblc consccucncia: a) l¿r ¿icción de campo irnplica la formarción¡cle totalicl¿ici no aditiva, es clecir, tal que cl toclo dificre cle la suma'clc las partcs y se imponc ¿r las partes en ocasión de cada estacloo moclificación, que es la clefinición de la Gcstalt, y b) esta totalici¿id es resr-rltacio de efcctos cle acción menor, etc., y la forma nme-

.f olo ¡1¿"¡^ la quc tiende cs, simplemente, la folrna más equilibrada.,Vercmos inmediatamente cle qué manera estas consicleraciones

ir-itcrcsan t¿rnto al organismo y a la neurología como al estudio clelas perceirciones. Así también inspiraron en Lashley los hermo-sos trabajos ciuc rcalizó soblc los efectos de masa en el cel'ebro.Ii. Golclstejn k-¡s generalizó al organismo entero (Der Aufbatt desOrgattisttttts), pero con Lllt matiz subrayado igualmcnte por A. Gelb:cl principio cle figura y de fonclo scria para ellos cspecíficamentebiológico cn Lut senticlo donde el <fondo> cs esenciahnente un con-1cxtt.¡ clc contportarniento (la señal de un conclicionamiento, porcjcmplo, es Llna especie cle ligura que se clestaca sobrc un fonclocle espera).

'I¿rles intcr'¡rretaciones teóricas culmin¿in t:lt una suertc .1c re-ch-rcción intcgral de lo cognoscitivr: a lo orgánico, pero en r-rn -¡ for-nra que, sin duda, es casi demasiado completa, puesto que, á. l.l vez,hay reducción cie lo vital o lo físico, o, por lo mencls, a los lcnóme-nos físicos que dependen de los efectos dc campo (por oposición ala mccánica, etc.f cuyas composiciones estrictamente aditivas sonirrccluctiblcs a ]os modelos de la Gestalt).

Pcro el gran interés quc tienen tentativas tan audaces, cuandocstán bien concebidas (y esto es cierto por lo que toca a los fun-claclores clc esta cscuela, de la quc sólo hemos mencit¡naclo las gran-cles tenclencias y muy esquemáticarnente), es que sus propias insu-ficiencias sc vuelven muy instmctivas y que su exanen crítico con-cluce a poncr en evidencia nuevas vinculaciones. El punto débil cleIa teoría es que, al subordinar al sujeto o al organismo a leyes decr¿lrrlllo o dc equilibrio que lo constriñen tanto desde fuera cornoclesde dentro, de una vcz por todas, ya no hay, en clefinitiva, ni acti-virlad constrLlctora, ni desarrollo, ni siquiera organización en el sen-ticlo de las rcgulaciones enclógenas que la biología contc.nporáneaha clescubicrto y estudia. Así pues, podemos centrar la crítica clelgestaltismo en la insuficiencia de la noción de equilibrio con la quesc ha contentado, que nada tiene de equilibración progresiva porautorregulación, sino que es urr simple equilibrio de fuerzas en laaccpción cr¡rnúrn cle equiliblio cn física.

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228 Nl\¡rif .lis l)ll (i()i\4Poll'l'ANliEN'lo

Arrtcs dc volvcl a ie percellción, olrset'velllos qlle es pfeclsamell-te esta ausencia cie utra noción cie cqLrilibr¿Iciótr Por conpellsacio-nes activas y progresivas del sLlieto la que explica, por Llna parte,el papcl insuficiente atribuiclo al clcs¡rrl'ollo y, por cltra partc', la l'c-

{ucción ilegítima cle las totaliclacles cic or(ltrl) stt¡;eriol', como las cs-

tructuras operetol'ias clc la inteligctlciii l Gcs/¿¿li.s pel'cepli\';,'ts tr

motrices.En lo qLIe concierue ai cleslt|r'i.¡llo, si la C¿.s¡all ol;cclecc a leycs

muy generalcs de equilibrio clc camllos cs, cn virtll(1 (lc csta clcfini-ción mis¡rra, supe¡ior a totlo clesa¡rc¡llr-¡ \', l)or collsiguientc, Supl'a-

histórica o cal"ente de historia. Perr¡ r:i la biología ni la psicologíacle las fr,rncioncs cognoscitivas llLlcclcn c()ltle)ltltt-sc r,:ot.l ,,forll'tlts, cla-

clas clc Lrna vez por loclas, sicnclo cl 1lr'<llllema ccntr¿il, cn lgs rl6scasos, el de la génesis cie ias forlnas )'ei clc stl ciaboraci<irl e pat'tir c1e un fllncionamicnto. Pues bicn, cl cstl'Lrctut'alisnto gcstaltistlt(poneD las estructuráS cor^,() si fucscn ¿tttlcriol'cs a lotlo l'trtlcirltte-miento y termina por aniquilar a i'stc a|sorbiénclolo cll cstfLlctLl-ras sin historia. Pero la mejor plueba clc que ha¡'cicsr¡r'9119 ct->g-

noscitivo y que depende de una cquiiibraciórt clistinta clel cqrriliblicrfísico común y corriente, es prccisanrclltc cluc las cstl'Llctllras opc-ratorias de la inteligencia son irredl¡.ctibles a Gestttll pcr'('cptiyos:arr-nq¡e constituyen totalidades autétlticils, pttes l)t)sL'ctl stts leyesa título de sistemas inciependientemente cle las 1-rt'opicclrcles cle los

elemelttos, estas totalidades tienen tlllA ColTlposición eslrictallen-te aditiva (i2 y 2 son exactamelttc 4!) y, sobrc t<¡c19, st¡t t',lt'rrsi-liCS, a CliferenCia de las Geslalt.s pcl'Ct'ptivi.ts, (ltle' llo soll l'clcl'Si-)1,;s ni aditivas. Ahora bien, cst¿t revcrsibilidacl cotrstituye, colllo¡?nos visto en el $ 14, subtítulo III, la nleta cle una equilibraciórrp'rr reglrlación, mientras que ias regttlacioues pcrcciltivas no llc-

,a i más que a una reversibilidaci mtly :iproxilnacla.Para volver, por último, a la pcrcepciórt, stt ol satlizacióI1 llro-

pri., aüneue corresponCe muy fielmente a la cstl'Llctut'a clc Ge slalt,ccnsiderada como descripción c indcpendicnter-netrtc cle su expli'cación por los efectos de campos físicos, estít clc hecho llluchomás cerca de las estructuras orgánicas quc cle las lcycs físicas cle-

rr.,,tsiado geuerales ¿r las cuales se l¿ts quicre suborclinar clirecta-menle. En efecto, podemos caracterizar la percepción como ttnittoma de contacto directa entre actividacles perceptivas, por unaparte, que ejerce el sujeto prolotlganclo los esqllenlas ¡tsimilacloresde acción (puestas en relación, etc.) y los objetos ciel rneclio, porotra parte, alcanzada por intermeclio clel clato sensorial en stl ma-teria figural. El contacto con el objeto sc mallifiesta cntonccs pot'un (muestreo) probabilista ql¡c nos rccttcrcl¿r la seiección, pcl'oen su aspecto de selección del medio por el organismo y no en su

aspecto recíproco,,v conduce lsí ¡ los efcctos rle cctrtracirjn v lt

i,A I)I]ITC]IPCIÚN 229

las probrbiliclaclcs clc <cl'lcucntros) 1. El aspecto cic activiclad semanifiesta, iror eri coi.rtlario, por todas lars pucslas en relación, apartir cle l<-¡s (acoplamientos> r entre encllentros l-rasta llegar a lasl'claciones cstat)lccidas por cxpioraciones, transportes, transposi-ciones, anticiperción, ¡rucstas en referencia, etc. Ll Gestalt cs, en-lonccs, el proclutcto clcrl cql,iii6Lio, no clel campo fisico corno tal,sino de las actividaclcs organi:acloras clel sujeto cntle ellas y corllos datos del objeto, lo cluc cs un caso particul¡rr del equilibriocntrc el org;rnismo y el rneclio.

Estas I'olmns cL,: eclr-riliblic-r no son miis que estaclísticas o pro-babilistas, y, aclemás, clepcnclen del fltrjo cle los acontecimientos ylirs situacioncs, lo cual cxplice cl carhcter cloblcmente irrevcrsiblc"1,

rrcr aclilivo clc l¿rs Gt:stalls o composiciones pcrccr¡rtivas, micntrasqr-rc las formas supcriores cle la inteligencia llegan a un eqrrilibriot"nór,il complcto, lo quc explica la reversihilidacl operatoria. Pero,si nos atenLlnos a las anirlogías f'ísicas, cst¿l oposición cle I¿r irre-versibilidacl perceptiva a la levet'sibilictad operatoria recuercla lacle los fenónl.cnos físicos irrevet'sibles (termociinámica. etc.) v Iareversibilidacl propia de Ia rnecánica.

II. Los regulaciones perceptivas.-En la mcdicla en que lasCestalts perceptivas son resultaclo de un equilibrio a l¿r vez cliná-rnico y probabilista, en el que las compensaciones activas del su-jc,to a las peltr,rrbaciones cxteliores se imponen a los simples equi-lil¡rios cle fuclz¿rs cll el sclro cle un campo, es eviciente eue l'. O"r-ccpción consta cle un conjunto cle regulaciones de tipo or[iál ico yr)o sc limita a los clesplazamientos de equilibrio del tipo r.egidopor el principio de Le Chátelier.

Las más clemcntales cie estas regulaciones, sin hablar de losnecanismos reguladores hereditarios eventuales clel tipo de losrlue ha supuesto Von Holst, comienzan descle el freno cle los efec-tos de centración. Esta coordinación es, en efecto, de naturalezalegulaclora, puesto que, siendo sucesivas las centraciones, Ias co-rrecciones que emanan de la clescentración son sin cesar tanto re-lroactivas como proactivas. Podemos citar como ejemplo los sor-prenclentes resultados de los aprendizajes perceptivos sin reforza,mientos extertlos, que comienzan hacia los 7 años, de los que hi-cimos una breve descripción en el $ 14, subtítulo II.

Otrc¡ caso notable de regulación perceptiva es el de las (super-constancias', tales como el caso de un adulto normal que ve fre-

I Hcrnos anaiizuckl (I.es lllúcattisnrcs pcrcepll/s, París, P. U. F.), los cfcctostlc ccntración cn lérmi¡ros clc plobabilidad de nencuentros, entre los elemcntosclc la figura y los dc los órganos perceptivos y de probabiliclad cle correspon-rlencia o (acofjlanlietltos) entl'e los encuentros cn un sectc.rr.clc la figura y losr'jlcllcnlros cl.l ()[ro s0ctc]l'.

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230 Nl\,'lll.llS Dl i CON'IPOR1'¡\]\'{IENTO

cuentemente a 3 ó 4 m., r.rna valilla \rcl.tical igual a una varilla cer-

cana cle 10 cm., cuanclo esta varilla lejana cs de 9 o incluso B cen-

tímetros, en virtud de una corrección clel crror probablc (> 10

centímetros) que llega hasta su invcrsiólt clcesit'a'Pero el caio más cspectacular cle las legulaciones aclquiridas

en el campo de las percepciones visuales cs el del célcbre ejemplode las gafas deformacloras de Ehrisma'n y cle Ivo Kóhler. Por

ejemplo-, se les picle a los sujetos que lievcn cle manera contiuttagáfui con espejos talcs ciue los objetc's t-r ¡'rct'so'ajes scen perci-

Uidos de manera exactamente invertida, cotl la cabeza hacia abajoy los pies hacia arriba, de manera qL!(' uu sujeto normal, en Lln

óombate de esgrima filmado po| I. $óhler toca con su floletc las

rodillas de Ehrismann por alcanzar su tó¡ax. Al cabo de algunosdias se efectúa un enclerezamiento compieto, hasta tal punto qllcse ve, al fin de la misma película, al mismo sr"rjeto circular cn bici-cleta, con sus lentes cle espejo, ltor las callcs cle Innsbruck. En cste

caso, la regulación se ha efectuado por mcdio de t'eaf'ercncias rcgi-

das por los esquemas sensorio-notorcs habittr¿rlcs de Ia acciÓn,

con ób;eto cle ajustar las posiciones visuales a l¿is 1-rosiciones tac-

tilo-cinestésicas. Si este estupenclo experimellto clcmuestra, elI opo-

sición a la teoría de la Gestall, la subordinación cte las actividaclesperceptivas a los esquemas de la acción en su luncionamiento cle

ionjunto,.no hace más que mostrar tnejot' airn cl carácter rcgula-

dor de la organización perceptiva.Se puede decir, en fin, que aull en el terreno pcrccptivo, dt-¡ncle:

la. respiuesta interna es figurativa (las formas o Gestrtlts percibiclas

p,arecén propOrcionar con un ttrct-uittttutt clc pllrczil e inmediatezL,ra simple copia de lo real), el corrocimic¡to coustituye, en ef'ccto,

,r ra asimilación y una organización muchtl nl/ts setlcjantcs cle lct

(l.le parege a primera vista, cie los nlecatrisuros yitalcs elt sl-ts for-mas particulares de equilibración y dc rcgulación. Por otra parte,cgmo la percepción nunca es inclepcncliente clc la acciÓn ni, cn los

niveles superiores, de esta coorclinación intcriorizada de los esquc-

rnas de acción que constituye la inteligencia, mientras que en slls

f¡.¡rmas inferiores interviene a tÍtulo de inclicio significativo cn los

ciclos instintivos y clesde los esquemas reflejos (pues hemos visto,en este terreno, la dificultad que hay en disociar la se¡sibilidaclgeneral y la sensibilidad significativa), poclemos decir de la per-

óepción, como de todas las demás funciones cognoscitiYas, que

pról,rnga muy clircctament¡ la asimilacióD -v ia or'ganización vitales.

!rl. Al'RllNDi7.A.lll Y LA (lN'fl:I.IGENCIA>, 23r

IS AI)l{llNDlZ^Jli )' l-.\ <lN'l ll-ICENCI'\>

Ul objeto clcl Capítulo IV era, simplcmente, poncr der relieveilos isomorlisrnos generales entre el conocimiento 1' la Vida. A este

respecto, hemos indicado ya ($ 13) que Ia vida orgánica conocelos problcmas cie la memoria, o aprendizaie, y de la anticipación'Pr'ro cl obieto del presente capítulo es, por el contrario, plantearlos pr.oblcmas cpistemológicos (reservanclo el examen de su inter-yrrctzrci<in biológica para cl Capítulo VI), es decir, tratar de deter-Iuinal cn lo quc respecta a las formas clemcntales de conocimien-Io Iigaci¡s al comportamiento, curáles son las ccxrdiciones necesa-

rias y suficicntes, con la esperallza de mostrar qtle estas condicio-r)cs srlpolrern siemprc tlna componente biológica'

Mientras se trataba dcl sistema nervioso y cle Ios relle.ios, de

Ios instintos o clc las percepciones, esta componente era evidente:los refleicls y los instintos son en muy gran partc hereditarios c

incltrso cr-rando las percepciones versan sobre ob.ietos nuevos nor:ont¡rrencliclos cn los cstímrrlos significativos ligackrs a los instin-tos, suponcn ¿Iparatos sens<.¡riales hereditarios, silt nlencicr¡1' sus

capacidades cle regulación. Ahora bien, éstas son específic:as e in-natas (los sapos no rcaccioltan a las inten¡enciones quiritrg-,J rs QLI€

invicrten lo quc cstit ¿rrriba y lo que está aba.jo, a la mancra clc

T. Kohlel', r" llcgan ¿r tnorirsc de hambre por no poder ajustar stts

lugvirnienlos clc absorciórl cle moSCaS) o aclqttit'iclas por influe¡ciarlc l¡rs f'rulciones clc ot'cletl sttperior.

Si aborclamos el examen de éstas, nos encolltl'¿tlllos, por lallto,cu i)rcscltcia clc un pr<tblcma nLIevo: ¿los couocimicntos rc.strltan-It's dc una aclquisición propiamelltc clicha, silr I'clación con la pro-gramación hereclit¿rria, t¿rmbién tielrell uccesliriamente tln compo-nentc biológico? Quizá se contestara quc Lrn iY-to cle inteligencia,por elevado qLlc sea su nivel, supone sientpre rrna activiclad clel

ccrebro, lo misllo que Lln¿l percepción sLlponc tttr r,irgano sensorial] , por consiguicnte, amllos sol"l, tltt este sculiclo, bioiógicos. Pcrclsubsistc ia clifet'encia clc qr.re el órgano sensol'ial, sin cltlcla vliríal)oco por inflircnciu clcr ttna pcrcepcióu nLleva, a l'cserva de com-ple tlrl su f uncior-ranticltto ttrerclialttc ct¡llclicionatrtictlt<¡s ,' reafcrell-e i¿rs, ctc., lii;rtntl ¿ts cltrc ci ccl'cbr'<¡ cs sttscc¡rtibic dt- ,,'laboraI granlrtrnl('r'rr.lc cilclritos llLlc\/()s o clc vías clc ¡rsoci¿rciótt aclqttilidas¿r<iern/rs clc los circuitos hcl'eclitarios, Por otra parte, es fácil diso-ciar cpisl.crnológiciit-ncntc rtt-t couocimiento lógico o matenráticoclc su $ol)orlc rtettt ológico, ulicntt'as (ltte tlll us¡tbct h¿lccL, irrstin-

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2i2 l',1IVlrl.liS DI: C0ilIPOIITAA'IlIlN'I0

tivo no es nada inclepenciicntemente clcl ciclo biológico clel c¡uc cs

solidario. ¿Este conocimiento lógico-matemático tienc por sí solo,

no naturalmente a título de conocimiento formalizado, sino en stt

contexto psicológico concreto, una componente biológica irrecluc-

tible?La respuesta que darcmos acluí, y quc tratarctnos clc completar

en el Capitulo VI, es que toclos k¡s conocinlicntos cle nivel superiorSuponen-la intervención cle tal componcllte, va a títul.J cle llarco rr

de punto de partida innatos ya, io cual sc retnont¿t toclar'ílt mns

a la-s raíces biológicas, como funcionamiento tlccesaritl t' col.ttintlc¡

fuera del cual ninguna estructuración cs posiblc'

I. Aprendizajes elentent¿zlcs.-Rccordelnos, atrtc toclo, c¡uc si

podemos decir que las conductas aclcluiriclas sot-i cr,c ttn nivcl su-

perior al de las concluctas instintivas, es solamcntc porque, cn losgrupos zoológicos privilegiados desclc cl punto de vista cognosciti-vo (los primates y el hombre), estas riltirnas ccdcn clararncnte clpaso a las primeras cn función cle una ccrc:bralizacióll cttt-lsiclerabley rnuy progresiva, cuyas principales ctap¿is sc colloccll bietl. De ma-

nera general, la capaciclad de aprer-rclizajc aulllenla muY claratncnteen los escalones sucesivos ¿e ln 5erie animal,

No obstante, corrlo ya hemos clicho ($ 13, subtítr-rio II)' cn losrirrrtozoos se han poclido obtener aprcncliza.jcs sernej¿rntcs al concli-,:ionainiento aparte clel hecho cle quc uo hay todavía tli sistema ucrvicso diferenciado ni, por tanto, rcllcios cn la acepción estrictadsJ término. Bramsteclt coloca ParutttacitLtl¿ en tll'l rccil:iente ih.r-

.ni^rado en una mitad y eu la otra oscttrecido, por las qrte los ani-n¡ales circulan sin preferencia. f)es¡rttés cstablecc Lrlta asociaciótren¡re la luz y el calor que hace huir al auilrltl, y entl't- ll oscuriclacly el agua que pefm¡lrccc fl'ía; iguallrrtrio las tcmpelalttras ilespui'sdcl cntrenamiento, se oirscrva quc los ¡rrl'arnecios vn llo circul¿rnm/rs quc en la zon¡r oscura. I-I. Socst he cntl'cnaclo igualmente Sly-lo.tichia para qlrc no snban tn/is quc sobrc l;r partc lisa clc trcssupcrficics paralclas, cuy¿is clos ¡>artcs cxlclllas sorr tisl'lclas; lucgctque el animai se ha clcsplazado librcnrcntc pol las trcs paltes, seelectrizan las dos iisperas, y clespltris dcl cntrenan-¡iento y cle. Ia su-prcsi<in clc la colricntc sc t¡bscn'n t¡irc cl urillr¿rl sc linrita ¿t ¿rvan-zaÍ por la parte lisa r.

1 Observemos, sin crnbargo, que cstos apn:rrclizairrs rle l<.rs plol.ozoos no sor¡lrceptados por algunos autorcs, pucs no sc ¡:uedcrr r'.\cluir con ccrticlt¡mbr.e Iosindicios físico-qr-rimicos disti¡rtos cle los cstímrrlos ri¿ la ¡xueba, y que desen.caclenarían los comportamientos "aprendido.s", sin clue hubie ra h¡tbido contli.cionamiento. Pero perr:l nosotros, lr-r cscnci:tl es !a posibilidac[ cic [rn ap.cn-dizaje antes de la intervención de to(lo sislcma nen,ioso, curilqrricra {llre sieilla forma de estc aprendizaje.

l.l \l'lilr\l)1,/,\ll; \ 1.,\,<l\ ll;l l(il.\('1,\,¡ l.i.l

Rccorclaclo esto, señaletlos ahol'a c¡r.rc l;rs concluclas adquiridasclcrnentalers clel tipo clr"rt-' clcsignamos colr los tórminos de entrena-rnic:nto, aprcndizaje, conclicion¿imient<.¡ o hábito (por oposición ala inteligencia quc se clelir'¿t cle cJlos cle manela colrtinua, pero sus-tituye su rigiclez irreversiblc pol' una rnovilidacl plcclccible cic cam-po cacla vcz más amplio) se presentan bajo f'or¡las que se distri-blrlren cntre dos polos: un polo clc actividacl, ntarcaclo por clasesclc: uclcscublimientos> clcbiclos a la cxploraciórt r:s¡-rorrtírnca, 1, unpolo clc pasiviclad en cl quc la asociación aclc¡r-riricla parece estarirnptresta por una secnencia cxterior rcglrlar. E,rr cl clesarrollo dellactante humano se pueden citar, cono cjemplos contcmporáneoscle cstos clos polos (a partil clel scgundo rnes), el hírbjto aciqr"ririclocle chuparsc cl clcdo elttrc las comidas y cl coirdicionalnicnto, me-cliante soniclos, del mismo l'cfleio de succitrrr.

Ahora bien, estos dos polos llos intercsan poiclLlc ntuestran quela conduct¿r adqr-ririda lo cs sic'mprc llol- ¿rsinril¿lción ciel elementonuevo (estimulo o respuesta) a ulr esqllcma lcflcio (ejemplos delclcclo quc se chupa el niño o clel condicionarniento de la succión)o Lll'r esqucma más general cle apetencia cn el scntido de las con-cluctas apetitivas cle Craig, ltero sin unión neccsaria con Llll instin-to ¡rar-ticrrlar v espccializado. Descle ei punto clc vista cpistemoló-gico, terrremos allí un lrechc¡ gcncrarl cle considcl-ablc alcance, segírnel crtal tc¡cla información aclqr-ririd¿r clel cxtc.rior' (por tanto, ,,g-:ic?dc objetos) lo es siempre en fllnción cle Llu lltal-co o de lrn .is lue-lnatisrno iuterno (sujeto) clc aspecto más t-r lncnos estructur¿-r.o o,sobrc toclo, f'uncional según los cas<ls (pero ftrnciolral r.l1 un sentidoque no exclul'c Ia inten'cnciirn necesaria cle cs(luel]'t¿ts simplemerr-lc más L) mcno.s generalcs, conrc¡ r'inros tlt cl $ 16, strbtitrrlo ITI, a

¡rropósito clc las conduci¿rs ¿ipetitivas).Conro c.iemplo clcl polo clc actividacl cn las licic¡iiisieiones ani-

lnalcs, It:ry c1r,rc partir clc lo qr.rc mLl,y accl't¿rd¿¡llrclltc lra siclo llama-dcl ullambrc clcr estímulos, )' quc corrcs¡rondc ¿r c'sto obscrvación['unclamcntal clc Watson: Jos aninrales pi.lrc('on giriarsc nrírs ¡ror losinclicios qr-tc ha1'qtte buscar quc ltor )ars lcsl'rrrcstas r¡rre hav qlrct:.icctrtlrr'. A t'sl¡ c:<.lrclucllt ¡:cncral tambieln st'¡'rrrr'clerr c'nlazar., sinth.tcla, los (¿ll)rcllclizaics Iatc'ntes, clc Bloclgett: un¿r rala l'¡icn aJi-rncntacla, sirl ncccsidaci inmccli¿rta salc clc.l lnltcl'into tarl rápida-ttlr:tttc, clcsptrús rlc llabcr' lrccho cxplorucioncs uclcsintercsadasD,conro Ia rat¡ Jralnblicntl. Dc igr"ral maltct'a, Kirribic v Kcriclall hantltostraclo qttc clt lrr rala la rc¡reticiórr nronótclna c[' lc¡s estimuloslri.rc consigo ulla cxtinció¡r sr"rpcrior a aclrrclll clLlc es resultaclo clclas i'espucstas t.nis¡llas. Pc¡'ci, crt¿¡lrclo BronclltcrrL inlet ¡rr'eta el (ham-l,r'c cie cstír.:rr-rli:su conl<.¡' si clcmol.trase qtrc lc.is cstí¡nulos tiencn unairn¡roltaitr,:ia su¡rr:rior a lu clc las respui:stas, hay quc scñalar (\'estalccliíicaiión sc cliligc igtralnrcnlc a la ic¡rnrtrlación clc Watson) qtrcrrc e sistcn l;oltrrr¡cntc cstítlr.rlos v l !'sllrrcstirs, silro, irnlc totlo, cs-

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¿JL] NIVtil.liS Dl, C0\lPOl{'l''\\l UiN'l ()

quelttas a loS cuales sc asimilan io:i cstítlruios y qlle prodtlc('Il l¡tl.respuestas: el hambre cic cstínr-iloÍi c.\prcs:I cl-ltollcL'S, cscllcialnlclr-te, el hechO de que elt el monrcnto cll qrlc ningúll csquen-l¿1 píll'ltcll-lar cjerce acción prcclomiltantc (o sca, ctla¡tc1o llinS-tltlo sc nlalli-fiesta por una neccsiclacl actual l/ constriñcl]1c) cl nllilral lr() pcr-manece pasi\¡o, sino que permallecc cn esta(lo clc btisquccla colrs-tante de alimentos funcionales (cstímulos) sllsccpfibles cle poücren ejercicio uno u otro de sus cqliemas. Así ptrcs, cl hambre clc

estímulos exprcsa una doblc lteccsiclstl gcncral y no local " u) clt'

alimentar los csquemas cle rcaccirirt -va cxistenlcs, y b) clc r.ittstal-los a la situación prcsente en su conjltnlo (a lall.ii dc url ljtrstt'parcial o local en caso clc nccct;icilcl pt'cclomitrllrltc). Así pttcs, n<-'

tenemos ahí, de ninguna lTtancra, ttua valoración sttpelior (ic lc)s

estímulos por oposición a las respllcstas, sino, por- cl contrarir), llllÍlnecesidad espontánea y contintta cle alimentaf esqllcnas qtlc sollnecesariamente fuetrtes de resptrcstas. La brisqr,tccla clc' los esLímtr-los, en Calidad dc conclucta clc cxploracirit.l cs¡rontlitlrra, ll-)tlesll[tasí que las reaccioncs adquiridas cn tal contexto lo son pol rcla'ción a condtlctas genct'ales de apetcncia' qrtc ciall tc:stimortio clcl

irapel necesario clcl cscluctnatislllo alltcf ior. Ahgr'¡r $ien, las raíccsde este último son clc cerca o clc lci<-rs iun¿ttas.

Cierto es que cstas condllctas clc exlllor;.tción, tlt'to tie cll\'os íls-

f ectos, por lo clcrnris, corresponclc a lo c1r-rc.Bcll1'ne (r:élrsc tanlbióllLalchen y Montgorncly) llartra la ucuriosiclar.l ,, conclucc a LlllA cx'

"ensión más o menos arnplia clcl meclio, r' rrrtrltiplica, de t¿tl tua-

lera, las informacioncs cxtet'iorcs. No ctilslatttc, son clesclc stt ¡'rt irt-

r.ipio asimilación a un esqll(:ruatisn.]o itrlct'n<1.

II. El condiciottailticnlo.-A cstc Pr.,lo cL-' activicladcs clcl 5¡1.¡s-

i-o en su búsquecla clc inforrnacionLts lllir('cc ol)oltc'rse ntr pol<l clcpasividad, en el que el sujeto sufr-c los cnlaccs inrpucstos clcsclciuera y no respond(r mirs quc cn colrtsl)olr(lenci;r con cllos. J'al csel reflejo conclicionaclo, po-<"r clric, l)()i'nlli:; strbot-rlin¿tclo cltre t:stó aestas (condiciottcs cxteri<¡rcsr, tto cicjit rlr: sr't'lsil¡rilncióir ciel nue-vo estímulo a un esqucma atttel'iot' c illrtlt{o.

Pcro, corno toclo cl mulrci<¡ s¿rl"lr-", ltl lrr<lo iic t'slrl:; r.or¡ci icion¿t-nrientos clásicos o clel primct'1i¡to, r'ris1,'illt scgttttcitl liPo etr cl clttc:

la rcspucsta ya no cs iclúntica ¡r l¿r r'.'ricci,',u i'c'llr']:r, sirto r¡r"rc cortsisteerr rnovirnicntos nucvos, itprc'trtlirlo:; (cr¡nul ctt cl ir.:i ro Llc l\f illcr'y clc Kor-rorski cltrc cia la ¡reta) o ,rr'¡tliliclos' ccltt)o Il:; ratas o lospichoncs clc Sliittt'tcl qtrc a¡rrieli.ttr trt'l:-¡ l,;rllttlclt, Airclrl bicn, csteconclicionamie'rrti) <instrut-llentltl>, col'rl(r lo ll'¡¡1',t-' I'Iilgarrl v Mar-c¡uis, da testinro¡ric¡ nucvantcltlc c1c ¿rctiviclitcl, stilo clnc cn otlo scn-ticlo: I'a no sc tl'alír tlr: a.;intil¡rcií¡n li csclrr, nrírs r)r'('\'jos, llrrcsto rltrc,

I)t'ccisilrrcnl{), f¡o hav lr-';,rcciurtL'\ , r t'stílttttlos inL'olrrli<:iortlrlt's prc-

I t. \t,flll\"1)lZ,\1 il. \' l.\ :, l\.t.til,lGI:\l],\ri .r.ls

\ io\, slil() r"l lrc Ilir¡' c.0lls[1.(it.r.'irin cl r.l :;c.nlicio rlr. tie scLrbt.ittrit.lrlo

'ci. rtilizaciri'(lrl 111¡g,'r,r'clacione.s, crr ¡rarticr-rlar c'tr.c los ob.ietosclcl rrrcclir¡. frJos cncontramos ahora cn cl lcr.rcr-rc¡ ilc Ios clcscubr.i_rlir:ntos c¡ur: crorrclrrcirán tal'cle o tcnt¡rr.;rno a las inyr:¡cioncs cacl¡.cz lr¡is ¡r.cr:isas (¡ro. c.nsalcl v e.ror.), ¿r los clatos tlcl mc.cli. r, ticllu; ¡¡pl¡i¡i¿rcíolrcs ac.tivas clcbiclas al pr.opio su jcto.

. _llntoncr's, el problema <.onsistc L.n tonral-ell ctrcrnl¿r c.l azal cr¡la lcctnr¡r y los'egistros rlc cstos clatos extcl'i<-r'cs \,¡ e'ren(-r. 1.,t:orrsirlel'aci<jrr cl rrroclo clc lcgistro lnisnro. Ilil Ilr pe¡.spcc:tir,lr cnr_¡'rirista clttc tlornina, a tnttuttcio, l¡rs inlerpretac:ioncs clci a¡rrc¡cliz¡,jr', tlrl \'('c)nr() I'ra dominaclc¡ a la biologíri lanrarckiana, cs cviclentc(lll(-- no sc trata nrás r¡trc clc <lectut'aso y registr-os pasivos, clcbicin_,closc cl eltrlrlcnto de lrot,eclacl a Ins ocurrenciás o cirtunstancias for-luitas imp.cstas por cl meclio. pcro la otra irtcr¡-r'r.tacir,rl posiblc,que scr'ír la nuestra, cs quc lrs rclaciones clcscubicltas son r.srrlta-tlo cle (pucsta:i cn rc'l¿rcii¡n, ¿rctivas, cs c'lccir., oricntaclas por. laseoorcliuac:ionc's cle csquclnas qrrc, clifercnciánciose por aconlo(laciórrr'.ntinua ¡.r los clatos, no clc-.ian clc scr pol cllo

"rq,i",no. resultanlcs

clc una actividacl asinriladora. Dicho cic r¡tra niu,,.,ro, cl az¿rr.n<_¡rlcsctnltcña trn papcl solar.trclttc: c¡ ln mcrlicia et) quc cl srrjeto (pc-

'r'', pichón t¡ rata) cc;nficrc rrna signilicación a los ¿rcontecimicntcrsl'r'ttritos, y csta signilicacióu'o puecle emarar más c¡ue ck, r ¡r cs-(lLl('rni.r de asínrilacitin. Ahora bicn, csta activiclacl ¿rsinrilar:o.a rrrrcl; ilttl"rrovisacia, sino cjr-lc es resultaclo cle asimilaciorres ¿lllt.,..i'r.cs,silr constar clc c:or-llic:lrzo ¡bsoluto, puesto que, ¡rrccisamente, se en_cr-lcrtra actir,a va en los condicic¡lramientos clel ¡rrimer tipo, lo mis-nlo que en las brisquc-dlrs clr'r'stÍmtrlos clc qr_re hemos liablaclo cncl sr-rbtítulo I.

Es decil', clt'stlt: l¿ts clir''clslts lolm¿rs clc conclicionamicnto vemosqtte, si traslaclallros las *asociaciones, o eslaborres artilicialntcnteseparados, y aislaclos a un llroceso nrás funcionrl y continuo rlcuasimilacióuD, \/i:i llo.tc:ncmos qLlc separ¿tr cp clos citegorías ¡ctc-rc-rgéneas l¡r asimilación clcl cstímtrlo conclicic.ur¡rclo al ütímulo in-cc¡llcliciorlatlo y la asinrilacir'ru <lbsen'acl¿r cn l¡rs c,¡nclurctas clel se-gtrnclo li¡ro: trn nrismo plocr.s() conciuce cle lr l.lr.inrean o io segunrlaY clc ailí ¿r l¿rs r:onstrtrcciol.lcs clc csqucnras con clellrcntos cacla vezn.,.is uclclrriIirlos. 1-rrir oposicirin ¡ Ias l,ur.ntc.s r.cllc,ias o instilrti*asrlc cste c.sc1rrcl-ttalisr-tto.

illt1' 1,¡1l lrs silulrciotr.'s nt¡llrltlr.s c-rr 'l¡s (lLlr: sc itsiste itl ¡titso tlr.Ilr lsiuil¡r''iiirl tle es(l ttr'lltits inlrllrrs il ets¡ls asinlii¿rci,ltcs clif'cl.cl,l-

siaclas c¡trc c0rtclrrcr'n a I¿r irrvcnción tlc r..,irct:i<lnes nuc\,íls l)or coorrtli¡lacioncs o l ceonrlrilllrcior.lc.s; i,st,.. t,s cl i.on jrrnlo clc las riir,.r.io,",",cl¡tllt tc¡' tttc.itlr l t't'olttlc'icl¿ls ltoy clorrtlc. ct) r¡n contt.tlo illst¡nlir.o,ttltlt iltgttlt:t, t.rn ob.stiicttlo ittrPt'evistr¡ o tur corrllic[o rlan nacimic¡r1..a u¡)il rcucciólr (llrc llo c'sl¿i ilrscr.ita cn lil pr.ogr.ailracicin hcr.0cli-1ru ir.i, ;r l¡ rlnc prillcl.¡.lcs t.rrlificirr. rli .,intcii¡x.irc" f ¡,,.:,1,, r,¡tt,¡.

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cliendo, como heurcls hecho sicnrprc cn csta obnr, quc cr.rcoutr'¡r.ltcrstodos los intermediarios eutrc las adcluisicioncs elcnentalcs y Iasformas superiores dc intcligcr-icia, siendo toclo cortc o scparar-'itin,cn parte, arbitrario).

Es así como Grassó cita cl c¿rso clc las tcrnlil¿rs clc Nertrll c¡trc

se ponen a cerrar la ccldilla real cuanclo se clan golpcs violentr-¡sal termitero. Ahora bien, cstc cicl-rc no csf¿i prcvisio por cl instin-to. Lo que sí lo está, por el contrario, cs la protección clc los indi-viduos reales y también, sin ducla, un csqucma m/rs o ineltos gc-

neral de cierre o de separación clci cxtclior dul'antc la cr-¡nstruc-ción de conjunto del termitcro; por lanto, la rcacción nucva qucconsiste en cerrar la celdilla real poclría scr- rcsr-tlt¿tcio clc l;t coot'-dinación o asimilación recíproca clc dos ', tniis csqttcntas \'¿t cxis-tentes, según el principio que cxigc quc una irrvención comicuccpor ser una combinación dc cleurcntos plevios. Dc nuevo aquí,parece ser que anlcs cic rccurrir a ul'acr.rltlrcicsu rlc orclcn supe'rior'hay que intentar dar el tipo clc cxplicacioncs qrlc sc Íry-rovan en lucontinuidad funcional de las concluc:tas activas y, nuevalrlentc, csa esta continuidacl de intcgración v clc coolclinacitin por irtlcgla-ción a lo que llamamos asinrilacir¡n.

IIL Las concluctos scnso¡'ir¡-nt<tlrict:s clcl lactattla.-Al scguirel desarrollo de las concluctas scnsorio-motriccs del niño durantelos primeros 12 a l8 mcses, ¿rntcs, ¡-trcs, cic la constituci<in de laf,:nción simbólica v de la utilización clei ic.nguaie, sc obset'\'alitransiciones más continuas entrc ios pritneros hábitos :rclquiriclos-y- uno <inteligencia sensorio-motriz" acrbuclu, cligna casi clc la dcios chimpancés. La cuestión r-sencial qlr(' sc ¡rlanlcra cntonces cssabcr si csta continuiclad, tan irrslluctir'¡r clcs<lc cl puntc-r clc vistatriológico, se debc simplernenlc al hccilc-r rlc clue: i'l honrbrc, rrás;rúrn quc los dcmás prirnatcs, poscc una irtlr:ligc:n<-'i¿r hercclitaria, clt:

tal suerte quc cst.as transicioncs inscnsiirltjs cnlrc lcs arprenclizaieselementales y una inlcligencia seilsorio-lnotriz capaz cle organiza-ción espacial y tcm¡roral, cic coLlscl'r'ucirjn rlc los objetcls y clc cau-salidad serian el result¿rclo clc tnl¿r cs¡rccic clc llanlacl¿r hacia Io altcr(sin hablar entonces de una il¿u¡racla más inrportante: toclavía haciaIa rcpresentación o cl pcnsanliertti.¡) o si ts1¿rnros r'n l)r'csLrltci¿r dcrrn I'uncionamicnto por asinrilaci(l.tcs sucesivas clcl lrrismo tiyrc.r cltrclus anteriores (subtítulo Ii).

Sin clucla hav un compcncutc irelcclil¿rlio cn la inteligenci¿t hu-n-laria, ya quc cl hqrnibre hlt clrlrclo r:iviliz;rciortes clcsc<¡nociclas ¡ror'Ios tntro¡roicics v ciuc l;t ol'rse rvacirin cr:r'l'iertlc mLrcstr¿r la clivclsi-ciacl dc las aptitr-rclcs indivicl'.ralcs; ricsglaciaciarrlentt:, c¿isi no s;prri:clc moclilicar cl nirtel inlclccturl cli' rur ntitttts ltaltctts, por-ejcnt-1'rio. Pero la hercncia clc la intcligorcia ,.onro aplitucl no significit,

Ll\'l.l.lrS l)1 . ( ()\1 I'OR'I''\lUllrN lo lll. \l)ltll\l-)lZA.llr ) l.A ( tN't'Ilt.lCENCIA¡, -) )-l

tlc lllngtlna ll]aller'¿l, ia het'cncia de las cstructuras clc cr¡nocimien-1o, contrariamente ¿r la herencia del insti'to que implic" la cle mon-laics más o lrrenos acabaclcls. AsÍ pues, la hcicncia cie la iutciigen-i:ia suponc, a la

'ez, m'chcl más y nruch, meros quc la clcr ins-ti'to: rnrrcho más, porque es Ia tránsmisiór cle ,n funcionamicnto

strsceptiblc cic conducir rnLry lejos y cle apr.enclcr casi inclefinicla-rnente (hasta cl presentc); pero mucho ntcnos, porquc- no cs, pqrlanto, la transmisión dc ninguna cstructtu a particular.

En el p.oblema qlre r'IOS interesa ahor¿r, nu ", racia pcrtincntcrlccii'que atribuir los pormenorcs cle los progr.csos clc Ia inteligen-c:i¡r seitsorio-motriz del lactante (como clc nin!ún px)grcso ulterior,por lo clenri'rs) a Ia herencia cre la intclige'cii clel l-roilbrc o cle losprimates; cierto es qllc csta hcrencia explica la ca¡laciclacl cie hacertal prog'eso, pero no las forr¡¿rs clel funcio'amiento, y es el meca-rismcl de este último lo quc queremos co'rpre'cler. Mencionar I¿r,,il-rteligencia) a este lcspecto no es más q.r",,r-,u c:l¡rsificaciórr glo,bal que nada nos clic:c acerca cle la naturalezu 1, clc los proccs():iqtrc entran en juego.

Dicho esto, es inútil rcco'cial' Ios por.lrlcr.rc)res crc ras etapas tancontinuas que concluccn al ractante áescre ros prinreros; -arotr"-u,

luclquiridos hasta la inteligencia sensorio_nlotrizr Hay qu: :eñalarclc-rs nlomcntos esencialcs para iustificar csta corrtin'icla l )/ com-¡rrenclcr Ias filiacione,!i ¿rnálogas qre p'eclcn c.ristir r-,ntr.: nivelescorlcsponrlientes de l¿rs conchrctas animalcs, pcf() cjuc soll obser-r'¿rbles sol¿rmentc en escalones filóticos nruy clifcrcntes, rnicntrasquc cl carácter tan i'st^rctivo clei clesarrr¡lló dci ,iño feqtrc,ñc, escl clc mostramos la filiac'ión o'togenética clc los .on-,prriu-icntoserr cl- cspllcio comprenclirlo nrtrc Ios l2 r, lc¡s lg meses.Iil primclo cle estos nrol'lrcntos cs el clci paso clcsclc los csc¡r,rc-rras clc hhbito clemcrtalcs, arlciuir.iclos graci;rs ¿r ulra r.rtilización clclos ¿izares exterior-cs mccli¿rn1c rrra asimiració' repr'cl""iuro u g"_rrr:r-llizaclo'a, hasla lcs ¡r.incros .:sqLlcl¡as clc la'inteligencia pr.o-¡riarrente rlicha, con c<.r,r'crinación cls los mcclios y cle loí fincs. pc.rrcicmplo, r,rn lactantc crc 4 ¿i 5 neses cre eclacl tira en un momentorlaclo dcl cr¡rdón quc cucrgr clciantc crc él crcscl"

"l i""tro cie sucun¿r: tira tic é1, sinr¡rlcmerrtc llor.qLlc, com' coo|clina clescle hace¡r<_rco. la visió' ¡, la pren-sión, agart.a toclo lo que ve

"n ,,, csp:rcio

¡rr'<-lpir. Ali<-¡ra bien, c'cl caso ¡rarticurar, esta ¿rcción simplc (gcne,r'¿rlización de u' csq'cm¿r clc ;rsinriración naciertc, naciáo crc raasi'rilació* rccíprocir cre los csq.emas visuales v a"l

"rq"ema dePrensión i.tencir¡nar c¡rc p'oronga ur csquema reflejo i.ri"i"t .1"¡rrerr.rsión ¿ri tacto) cul¡lina por. azar (descle

^el punto ae'visia clel su-rrlo, cs clcc'ir', sin ni'gr"rna arrticipación al pr.incipio) c' ic]strltaclos

t vJase.)' Pia¡¡et, r'a Naissance cre |intertig,ence crtc¿ I,enlanr y r,rt Cott.s-Itttt'tion rkt réel cltez I'enlant, Dclachaux et Ni'estlé.

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238 NI\11:i.l:,S 1)1. CO\11)OR'l'i\NllliN'l o

interesantes: sacudidas cici lcclto c[' Ia cutl¿r, ilal¿tncc<,r clc 19s ju-

guetes colgados, sonidos clivct's<.¡s cltlc clnen¿lll de las pelotas dcceluloide que cont;enen gravilla, ctc. Despuós sc observa que cl su-jeto repite indefinidamente su conclttcta, por reacciórl circular o

asimilación reprodttctora, pcro toclar'ía llo tt-llemos cn cllo ningr-rrla

diferenciación entre fi¡es y mcclios: l"ro llos |allamos más que clrpresencia de un simple esqtlel¡a cle hábito clado ell un solo blo-que. Algunos días clespués, basta con colgar un obieto nuevo clel

techo de la cuna para quc el niño busque cl cordón y tire de í'lfiiando la mirada sobre el obleto colgado; esta vez hay comieuzocie cliferenciación entrc un mcclio t' riil fin l', por cor-rsiguiente, co-

nticnzo cie anticipación. Despuór;, bllsta c<.rll bllalrccnr cl-l cl cxtl'c-nlo dc una pértiga, a clos nlctl'os clc lllí, rlrt obicto colgacio palitquc, cuando se dctenga, el sujcttl bi-tsc¡ue v tire del cordón; se puc-rlc h;rblar, esta vcz, de pcrtcralizacióll intc'li;'clrlt', i.ltlnqLl: inldccul-ila, por falta de contactos cspaciaics. v l)oco clcspttés se observilla multiplicación clc talcs colrcil-rctas cn for'ma clc utilizacióu cle nrc-clios tomados cn préstamo a csqllemas Ilallitttalcs, pcro adaptaclo-sa fines inherentcs a situaciolrcs llllcvas. Ils csla coordinaciólr dc'o-c esquemas por asirnilaciones lccíprocas la qitc Ílarca, en efccto,or comienzos dc la inteligenci;L llro¡riaucntc clicha, si elegimos

¿' : )itrariamente como criterio la strborcliuaciólr anticipadora dcr-,:dios a fines que tieuc qltc vcl-c(-)n csclLlenlas distintos de ¿rsinri-

a, ión habitual.El segundo mornellto intplrltante: qucr liga clos cscalones clil'e'

r?,rtes dc concluctas es cl dcl paso tlcscic los actos cic ir"rtel igenciacr:nsistcntes cn clescttbril' meclitts lltlc\'()s, J)cr() ilor tantcos )' clifc'rcnciaciones progresirtas a partil cic csqtt,'rnas conocidos, hasta ac-

tos cle nivel supcrior consistclttes cl-l colllpl'ensionc:s bl'ttscas tr

insí¡4ltts. Cuando leemos a W. Kohlcr tlos cl¡r la inrprcsión cie qr-rc

sus chimpancés, aciultos, notémoslo, qtre irabaiaban como ¿rclultosse:l'ios que ganan su alimento, pt'occclíatt por orgarrizaciones de cotl-

iuntc y compi'ensión brutsca; así clcscnbríalr clc pronto, en una solaintuición de conjunto, la utilización posiblc clc un l-iastón, etc. F.l

niño puede hacer lo mistno hacia los l8 l-ncses cle edad, si nttttcnse lc ha daclo ui-l b¿tstón. Pero al obscrt,¡tt' el clesal'rollo clurantclos meses prececlentes, se perc¿'tt¿r tlno clcl hccho de que cstas co-

orciinaciones rápidas c interiorizaclas, cs clccir, sin tantcos matc-¡ iales exteriores, no son pcsiblcs ¡¡rás quc cuitnclo los esquenlascle asimilación h¿rn aclquirido una luovilidacl suficientc de asimila-ción generalizadora para encasillarse tl orclcnarse, etc., con simplcinspccción clc la situación cxtcrior; pcro csia movilidad cs, ctt sí

rnisma, proclucto cic un largo aprendizajc ciurantc cl cual lits Illis-mas coordinaciones se efectú¿rn por descubrimientos succsivos ¡'aún no por invcnción combinaclora: Ia posibilidad dc lraer ilaciasí trn objeto tirando clcl soportc (alfoml¡ra, colcha, ctc') sol-'r'c cl

lll, L\PRllNDlZ.A.lIt Y LA (IN't'ULtGENCL\)) 239

c'¡uc está colocaclo, sllponc, por ejenrplo (hacia los l0-12 mescs),trn¿r serie de puestas en relación sucesivas cuyas etapas poclcmosobservar en el transcurso cle los tanteos, Entonces, .ólu-"nt" .,nnvez tales esqlrcmas cle asimilación, 1' en número suficientc, so¡r.onstruicios por una asinrilación rle ias nuevas experiencias hcchas a esqlle¡rras anteriores y por clilerenciación acómodacior.a clc.los nuevos esquemas así co'strr-rirk¡s, cuanclo óstos se

'uelven .su$,

ccptibles cle coordinacior.lcs más rápicias qlle nos causan Ia ilusióncle una comprensión repentina incleper-rcliente clcl pasaclo, siendoq'c se trata, cle lrecho, cic la culminacitl.l cle pr.olo.gados procesos¡rrcvios.

. [n pocas palab.as, cl cstLrclit-r rlc las conquistrs scnsor.io-'ro,l|iccs clel lactantc hast:r Ilcgul a la I'cirmaci(rn cle uua irrteligc¡ciascr-rsol'io-mc¡triz capaz dc clisccl'nimienlos o cle corrrbina^iones nue-\/as v repel"Itinas, ponc nolablcnrcntc cle rclieve ia continuiclacl clelos procesos cle a¡rrcncliza jt' a ¡rarlir. clc los m/is elementalcs yrllr-rcstr'¡r cl ¡rapel permanentc clc cstas actir,iclaclcs asimiladoras,quc pal'cccn ser colTrllnc.s no sólo ¿rl ¿rninial y al hclrnbrc, sino ¡t<lclr¡s l<ls n ivr-.lcs clc llts l lrr rr'ic.¡nc'S cogrtoscit ivas.

1v, Lct irtteligettcitt nttittt.al.-Asl l)ucs, lro uos clebr, sor.¡.r.cnclcr.,cLr¿lndc.¡ cxaminam.s las

'rúlliples 'arieclades cle concluctas anima-lcs que los zr,ro¡.lsicólogos r'¿rcilan cn c¿iliflcar., scgún los casos, ckriiltcligcntc's () ll(), cncorrlllu-, il l¡ r'c'2, c()lrst¡lr)tcs llecanismos lan_cionale-s c()llLltrcs v rrn l)crl)ctuo c it.ritirntc ltroblc-nla clc cr.itcrios

.i'rlc clasilicacirir.r clc las c,rcluct¿rs. Ah'r'¿r bicn, estc ¡r.obl"rrl" ",t.'n buelr¿l partc ertilicial, O nrrrs aún, si l¿r cucstión tlc. los lrivclc-srlc jclarqrrí¿r cs cscncial, l¿r rlclinritaci<i'e¡itr.c lo <iutcligc.ntc, V l,rro inteligc:nlc cs lertalmcntc coilvc¡r-rciclnal y scnrántica.Por cjcnrplo, cua'cro rcls peckham obscrr,afon ,nA avispa aur-rrtilila (que, nos ciicc viaucl ([,e s Ittstirrcl.s, pág. l5g), apisonaba Ia

sr"rpcrfrcie clel suclo po. encirna clc slr nicic¡ óoi u,-,o pl"iti."ito ,u,r-tcnicla cntrc sLls manclíbr-rlasu, sc ptrcclc hablar sin ciuda clc la uti-lización cle un instrumento, a.rqlre no tengamos aquí la pori'a-lcncia clel bastó'q*c s., obscr'a cn cl chinrpáncé; peio la'cr-rcstiónrlc saber si esrc clcscubrilniclrto cxccpcional ticne^qure ,ie. .,,r' rairtr:ligencia es verclacleranrcntc clc cicaso interús al laclc¡ clcl clccircontr'¿¡r L'¡l LrIl iDsecto, lo crr¿rl cs cscncial, Ia cxislcncia cle un cs-(itlel]la tle acción (apisonar t'i .s¡-relo corr las manclíbulas) lo strlicic'-tL'rncute bicn <esquematizacr'') par"a ¡rocrer asimilar .,Á ábj"tu,

",.,c,stc caso trra pieclrccita, en caliciacl clc prolongamicnto f.uncio¡lal.Y cuancio A. I-ccl<,iux v'er'e a cstucriar tá manó-a .o,i!,r. ra hor_nttg'. oeco¡slttlla cose hojas clc cafeto valiénclo.se clc .sr-rs tJir,", "unr'si fuesen l¿¡nzacreras con utirización cre su secla -y r)regulrta si hayi'srinto (pirr'st. q'c e stos luto'lal ism.s s'rr cs¡.le.cíñc<_ls, v por

Page 125: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

2.10 NIVELES DII COI\IPOR'|¿\IIIENTO

consiguiente, innatos) o inteligerlcia (piresto quc hay ult .instt't't-

mentor), nos parcce que se olvida la solución más interesante, que

consistiría en sosteller que hay las dos cosas a la yez; cu electtl,el cnorme interés cle esta conclucta cOnsiste cn quc constitttyc r"ttl

.instinto inteligente, valga la cxpresióu; trs tlccir, t¡ll )llostl'alllos el

isomclrfismo completo que pnecic aicenzal' cl atlitnal cntre Lllla co-

orclinación ilrstintiv¿r de esquctnas .y cl mismo llrecallisnlo de co<¡r-

clinación asimiladr-rra en el terreno tlc lc-rs tauteos pt'ogresilc-rs cluc

conducen a la inteligencia individual. Si se rcconoce alguna vcrclacl

al análisis ctel instinto c¡ue iricimos cn ci $ 1ó, estir claro clue, en

otro plano, el instinto procede por meclio cle l¿r rllis¡la lógica cle

csquemas cle asimilación y es, pues) collsecuencia llatul'¿ll de esta

iclentictad cle proceso funcional el que las combitraciones clc esquc-

mas instintivos pttedan Ilegal a utilizaciones de instrutnentos cnprolongación cle colnbinaciones cle objctos cu las conslrLlcciollcsy cle utilizaciones cle órgatros: cn los allimales c:all¿lccs (lc cngen-

ilrar larvas procluctoras cle secla y qtle llcgan a ¡Il csqLlema de ¡c-L¡tiólt de objetos (las hojas clcl cafi:to) coll Lrn firt cr-irtlqltict'a, cl

cjcrcicio cle este csclllema de reunión st: Ilrolollgarli cu tlll¿t bÚts-

qtrccla clc elcrncntc¡s rlc trnirjn qttc prololtgttclt la rctrrri<iu cicbid:r lil;. er.ción misltla, lo cttal cxpliclr I¡-r ;"rsituilacirin clc la s,.rcla clc les

!L¡'-.s a este esqllel]la clc uuión; llor lo cllte lespectlt a l¿r ¿rcciótr

lle coser en vez cle pcgar simplernentc, nt.rs qttectaríatr pot' estucliat'las etapas de estc paso sitr ciucia cicsctlrlociclo (y rro trataremc¡s,-le irnabinárnoslas sin nt¿is); l)cIO, cll principio, pucclc scr clcl lnis-

rno orden que ert cl ¡rono: cl past.l dcl birstólt scltciilo al ajustc dcjcgmentos para la cotlstntccititr clc tttr b;tst.'¡¡t ColllptteSt0 como l¿is

cañas de pescar.I_os neirófoIos (o cnlcr|aclo¡'cs), cn los clue Fabl'c habí¿r obsct'-

\aclo ya Lln ejenplo n<-rtable clc ¿tclapt¿tcióu indivicir-ral (cortar laligaclu¡a que su.ieter ¿r tttl cacl/tvel'cle topql a la ilunta cle u¡lr ranla),segúrn Viaucl, hacen igualt-ncnte crslinracicrtles cicl ¿¡Ilcho cle las glic-tas cn un ¡erreno SecO, Í,I lin clc escollcler lcls cadírvet'es cle t'atas clc

agr¡a Cn las grietas t-uás ;rulllliils. filrtrilalll)cl)tr:, F¿rblc sL' lliL'8i"1 a

¡.".,.rnoccr inteligencia al neci'ófr-¡t-() prete tlclicrlc[<l qlte SLI lrcto clc

r:orIar la ligac|-rra quc srt.icta lrl lrliimal tnuer'1c.¡ es simple'mcutcasinrilable a s1¡ freculcntc lal'c¿l clc cort¡tl' llts yct-b:ts rl l¿ts r-ltíccs Lt

las clue puedc 3nganch¿rrse Ull caclár,ct'cn cl cttrso r-lcr sll tl'allspoltc:ticnc raZ.ón en clCscurbrir titl tlrigclr li lll c()lldu.ct¿r ortl llrOvoCó cx'

¡rct irncntalmc¡ttc al ligar' lt l¿r l'a¡rlilllt cl catlávct' clc, trl¡ro, pcro ni-l

i',at".," Sospechlif qllc t:sta ge trt:t"aliz-l.rcióll asinlil¿rclt-i¡¿t clc Lln esquc-

i¡a aclquiriclo constituyc, plccis¿llltclltc, ltn acto cie inteligencia,

¡tor lo menos si sc adopta ol ])Lrnto clc vista clc l¿r cc¡ntinuiclacl fuu'iic¡¡al ¡3n el qLlc nos cglocatlros itgttí. Illl cltanto ¿r Viaud, qlte, c:oll

rAZón, ObServó, aCienríis, COIlitrIlZOS clc ut'r:tleoS), CII lil COnClucta clel

rrccr'ri{'oro, n() (iicc n¡tla solll'c stl gract<l clc inlci;¡:,..}lcia (allnqtlc

t-t. \l¡l{I.\l)t,/.,\.t l: \' 1.,\ < [\'t l"l,lGI;\('L\) 241

:,rc¡urí la acLnita) por lalta de infolrnaci<.rnes sulicientcs ACcLc¿r clr,r

la uinterpretaciór'r cle Ios signos del pensamiento intr-r:livo> (pirgi-na 158). Pcro no hay ninguna neccsi(iad de hablar (le (pensamien-trt> s¡ estos casos, plles lcls procesos de asimilacitin rc¡rroductora,lcconocinicnto y gcnelalización cic los esqucnriis ¡rrieclen ser arta-lizados con una seguriclacl muy suficicntc en las cxpcriencias cli.cxploración o cle control qLlc lnLrestl'alt, en cacla caso, la extcnsió¡rclc las factrltacles v los Iímites inrcccsiblcs cle estas coorclinucit.,ncscle esquemas.

Las conductas cle (rodeoD en particr-rlar, cle Lrs quc W. H. l'hol'-pe ha obsen¡aclo excelentes cjcmplos en las avispas ammciflles,constituyen, si se quicre (pcro con mlichos otr<¡s), criterios cle irl-tcligencia, pero, a propósito de ellas, un estuclio cle ias asintilacio-nes sucesivas a los esqlrer-nÍrs antefiofes es espccialmente ncccs¿r-lio. Cuanclo los rodeos son ¡rosiblcs clc manet"a inrlrcciiata y sin lcs-Iricciones er1 Lur campo cspacial claclo (sirr gcnclalización cli¡'cctlrI'rrcra clc sus hontcras), clan testimonio clc la cxistencia de Lln cs-(lucma especiltl bien cstrLrctur'¿rdo isolnorf o a un (gnrpo cle clcs-

¡rlazamicniosu clesc'lc cl plllrto cte vista gcométric<-r. Ilsto cs lo qucsc observa cn cl niño clescle los ló-18 nleses, clcsrlc el 1.r.rto clcvisl¿r cstlictÍ.rmcntc scrrsc-rlio-nrotor' (por tanto, sin lcltrcs'-.r t¿rciónclc conjunto, quc snponcir'ía la existcncia cle il¡stl'ulncrlto.. simbti-Iicos). Pcro toclavía qr"rccla pol cstableccl rnediantc cuiilcs usinlila-ciones sucesivas sc ha cc-rnstitlriclo cstc csquema. Esto cs lo qr-rcrruestra prcc'isal'neutc e.l cstuclio clc los ¡trimclcls t.ncscs: conqr-ris-ta tnuy lab<triosa cle l¿r revcrsibilicl¿rcl elc.tnental (irlas v vucltas entrayectos clc complcjidad variable, con y sin patrtallas), conr¡rosi-ciones cliversas clc ciesplazamierrtos (el trayccto AB coorclinaclcl corrcl frayectcl BC c¡r un lrayecl(¡ iu'rico rlB() clesprrés, ¡rclo con nsinri-lacir¡nes mtry gr';rcllrlrles, ¡lC sl ABC no esLá en línca l'ccta), (asociíl-liviclacl> plogrcsiva (cn la ace¡rción lógica clel tér'ntillo: AB I BC-lr-C'D sc: clescompon(r en ./lC'-¡ ('D o en .,18 FBD) \, corl arr.cglrl a

ligtrras lnuy clivcrsas, scgún qr-rc las trarycctolias sc¿l¡) casi lcctilí-nc-as o tcngan lurgr.rk-rs rnirlliplt:s, ctc. Pc¡r'ltl)to, la conclucta clc r.t¡-clco dist¿r mucho clc corrstituir trn clitclio sinrplt- \,c.I verclaclerr¡¡rloblema cs cl del mccatrisnto asimil¿rciol rlc la coolclinacióu clt:Ios esqttem¿ts: cónrtl cl srrjcto llcga n c'oorclinar' por usimillrciq¡rcslec:í¡rrocas cc¡ltcluct¿rs scgtrtcnllili¿r,s cn un¿l concltrcta úutica cle cc-r¡-irrnto, éstc cs cl prclblcnta cclrtral, \,, ('()nt() \,cntc)s, sc sunt¡l ¿t tocltisIt-rs ¡rroblctrrls ¡"litt'tictrlat'es tlis¡,'t-ttirlos ert todos Ios nirrcles clt ('sIcCir¡rilulo, ptlcs cs el ctc l¿ts coot'cliulrcioncs l)or usi¡nilucitin l'eclD¡.o-¡.'a cle los esquernas cle acción.

Desrle estc I)rrnto clc vrsta, poclr'íantos volvet. i.i e'\anlioar- tc¡cltislas r¡ot;rltic:; e:x¡:ericnci¿rs acerca cle los chinrpancús clc W. Kóhlcr,(iuiii¿runle v Mcycrson y t¿urtos otros. contentúnl()nos con las cx-tclcrrtcs rihqcrvrrcionc.; <lc N. R. F. lvfaicr v clc T. ('. Schne:irla sobrt.

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^t A')LiL Nt\ lil.lis l)[ ( o,\ll'0ll'l-AAllllN I(r

el razonamiento de las latas (las r¿rtas de iaboratorio quc, Pot' dc-

generadas que estén, son lo bastante inteligcntcs ])ara llaccr fraca-sar las teorías asociacionistas del aprenclizaje). Jll principio de es-

tas experienCias es casi ConStantelncntc cl llrislno: ll¿rCer qttc e I

aninlal adquiera, r:It el curso c1c sLls c.rploracitlllcs (rsponti.tllcas,

cierto número de trayectos pa|ciales horizontalcs (a lo iargo cle

pasal'elas que conectan una rTlesa con otra) o verticalcs (a lo lltrgode columnas); después poner a la rata en ult¿t clc las ntcsas col'lo-

cidas frentc a un alinento visibic, pero illitcccsibie (llarrtaila tllins-parente), cie suertc que, pafa alcauzar'lo, tcnga qllcr |¿lccr tcrtle cl¿r-

se cle rodeos horizc¡ntales y vct'ticalcs ¡rasanclo I)or las clctlr¿is rtlcs:Iijy las pasarelas o colurnuas. Ahor"a bie,n, la rata logtit ct.rt-rt'ilitlrtt t.ttttV

bien en un to(lo los trayectos f'rztgltrenl¿-.l ios que collocc.Maicr y Schneiria hablan, a cstc propósitt-1, clc l'ltzclltlrttlic'ttlt,

crr la lata, y tiencu mLtcha t'i','/.(¡n, pllcs, clcscic ci pr-irrlo dtr lista tlelcgmltr-¡t'tamicnto, ulrll concluct¿r il['cli'ncial eoltsisfLr, i)rccisitll]c1ttc,clt sacar clc un cs(lucnt strs leiaciclrtcs prtsibles Ir)ccliitrltc rtn¿l co-rtrdinación anticipador'¿r. If¿rbllrr cier iLlrticii'rlci(iJl cs tt-¡cll¡r'llt ltlt-LllegítirrrO Si sc t'c:cttttt'cla qr,ré !acdbat'lcs h¿let'lt i;osiblc r-ttra ltrltie ip;.r-

ción ¿r partif clc itrfolll-ttlcioncs alllcl iorcs, lrsí 1lr-tcs, clc clile ¡ st.;s

r':tlace s irnplicaclos en Litt csqttellta. l)ct cl llrtbla¡', ¡clcl-tl¿is, (lc .col]'It ct¡¡ rlc icleacióno y supollct'i;t existcncilt cle ic¡rrcsetilac:it.rttcs i;l"tl'it.ir:,'vii cle punto cle apoyt-r ¿l estas iufcrcrtcias o ¿t estas anticipacitl-nis cs, por el contrario, iuverilicnltlc c irttrtil. Pclr'lltlta clc instnr-¡rentos semióticos (lcl-rgr.raje, ctc.), lu rcprcscl)taciórt cs cli{'ícilltlert-L? concebible e inr'<tcar ,rimíigenes rtrcrrtalcs>) sul)ouc rtlla cirpaciclixicle cvocació1l que no sólo cs inctintrt.¡lablc, sitro talni;ic'lt inÍr f il, pr"tcs-

L() quc hal'pcrcc¡tción clel catt'lpo tolal: ll t;tl¿r tto f iL'itcl <1tte intltginilrstt objctos o ¿rcontecitiiicr¡-ttos n() l)ctcr:l)ti[rlcs ltctnalt-ucttte, llotienc t'¡tás que conibin¿¡¡ movinliclrIos y l]r'r'c!:pciortcs atitici¡;ancioIos inclicios c¿l(la vL'z ntus )'1]() crt t-trt cLt¡rclt't-t total coll'1o un clibu'iírnrc cle memofia cl trn cartógi'afo. llay sistcnla total, pcl'o cu losesqucrnas cle acción y no cn la t'cpt'cscutación. Ahora bicn, csto bas-ta pirfa explicar tales actos cie inteligenci¿t cotlo basta en los casoscle las infercnci¿rs sensofio-Ir<¡trices clel uiño clc 12 a l8 mescs (lc-\'¿intar una pantalla ba.io Ia cual sc ira esconcliclt¡ ttn objeto; clcs-pués levantar de goipe una seguncla ¡:antallrr, est¿t vcz clcsconocidade antemano y situacla bajo la pt'itnera, porqlle se comprencle quecl objeto buscado no puecle cstar más que allí).

A manera de conclusión cic estc Capíttrlo, clentasiarlo slrmat io,pero suficiente, sin duda, parzt iustificar la iclea qLlcr tlos irltcresaba,podemos sostencr, pllcs, que si 1c¡clo mt¡ckl cic corlc¡citrlicnto, sincxceptuar el instinto, consta clc inlormacioncs accrca clei meclioexlerior, supone también, sin exccptttar cl apl'enclizliie, Lllls cstttlc-turación impuesta a título cle conclición l.ltcvia 5'ltcc'":saria pol'clfu¡cionanricnto intcl'no ligaclti r lli ot gariizacitilt clci str it'1o. Pr'i o

LJI, APRENDIZAJE Y LA (INTELIGENCIA) 243

esta estructuración se presenta en dos formas, por lo demás nota-blemente isomorfas: una forma hereditaria, programada de ma-nera innata hasta en los pormenores de las estructuras (dejandosiempre un margen más o menos arnplio a la adquisición), y es elcaso del instinto, en el que hemos observado, por lo que respectaa sr.r <lógica> interna, la correspondencia estrecha con las formaso esquemas de la inteligencia sensorio-motriz; y una forma ngprogramada en un porrnenor hereditario que interviene en calicladde mecanismo asimilador en todo aprendizaje, por elementai quesca, y conduce por asimilaciones progresivas hasta la inteligenciascnsorio-motriz. Ahora bien, esta actividad asimiladora, necesariaa todo aprendizaje, por empírico que sea, lo mismo que a todoacto de inteligencia, o bien prolonga ciirectamente una activicladinnata, como en el reflejo conclicionado, o bien se despliega ent:onstrucciclncs, cada vez tnás alejaclas cle lo iunato, ar nquc lleveconsigct Lrn clemento cnclcigcno, pero sobre todo a título de fun-cionamiento.

Entonccs, el problema consiste cn clisociar en estos moclos deconocirnientos aclquiridos, y más valclrie ilamarlr¡s (constrlriclos),!a partc cle lo quc es aclcluiliclo clescle el exterior, es decir, clcl me-clio o de la expcriencia, y ltr p¿irtc que es clcbicl¿r a la actir iC lcl clelsr-rjcto con:;iclerado conro lnncionamicnto enclógcno. Enttn, es, lahipótcsis es que cste seglurdo aspecto es ya de n¿rturalez¿ lógico-¡rratemática, lluesto que licnc que ver con las coordinaciones clellrs acciones clel sr"rjeto y no con los objetos como t¿rles.

Ilste car'íicter iógico-matemático cs nruy visible en la percep-cii.ru, que, ¿lllnqlle propolciona unA serie de clatos accrca cle las¡rr c-rpicclacit::; cntpíriciis cle las cosas, llcva consigo un csque rtratis-111o y l-lr.t¿r gcomctrización quc no dependcn exclusivamente clel ob-.ji,rtr-¡. Hn turlo ailrenclizaje, 1' sobre toclo en los porntenores de losc$clLlcrnas sensc¡rio-motores cie la inteligencia pr/rctica, esta iógica.ie los csqucmas es cada vcz más importante: encasillamiento, or-tleri, corresponclcncias, etc. Y va acompañada clc una geometría eviclcnfe, co¡t las conductas de t'odeo (grupo de lc¡s desplazamientos)y l;rs combinaciones espacierles refinadas de que dan testimc¡nio losr:lrimpancés cle Guillaurne y Meyerson.

Asi pues, nos vemos conducidos a suponer la existencia de tresgrancles tipos de conocimientos: c) las formas hereditarias, de laseuales el prototipo es el instinto y que traen consigo ya, como he-Ir-ros visto, una lógica, pero cristalizada en una programación jnnatay r'ígida, y cuyo contenido se refiere, igualmente, a informacioucs,r:rr bncna parte innatas, accrca del rnedio; b) las {ormas lóeico-¡¡ratcrm/iticas progresivamcnte construidas, como es sobre todi el{i}so elt los niveles relativamente superiores que caracter.izan a laintciigcncii,l, y c) las formas adquiridas en función de la experien-cia {riesdc el aprendizaje hasta el conocimiento físico). Pero cn los

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244 NIVEt-ES DE COlt'lPOli'f.\r\1lt'lN o

niveles consideraclos cn este Capítulo, las fornas b y c tlt.r estltrr

disociadas, como scr'á el caso en el plan<l clel pensamiento hutl]a-

no, lo cual no significa, de ninguna naner¿l, que sean reducibles

ta una a la otra. Po. eso hemos insisticlo en este Capítulo et-l esta

distinción, que habremos cle voh'er a encontrar en el Capítrrlo si-

guiente ",tando

volvamos a considerar el problema que plantcan

Ias formas innatas clesclc el punto dc vista cle la explicación de la

adaptación hereditaria en general, pero insistienclo sobre todo ell

los iipos de conocimiento mejor representados en el hombl'e.

("\ t,lTULO \/l

I,A INTERPRETACIÓN BIOLÓGICA DEDTIT, CONOCIMIENTO

LAS TRES FORMAS

-Sc pueden distinguir, dcsde cl punto cie vista cie ros pr.oblemasbiológicos que plantean, tres formas cle conocimiento que son r-e-sultado del ejercicio de ]as funciones cognoscitivas en él hombre,,l menos a partir de un cleterminaclo nivel de civilización. En ori-rrrcr lugar, tenemos la inmensa categoría de los conocimientos a¿-qtriridos gracias a la experiencia física en tocias sus formas, esclccir, a la experiencia de los objetos o cle sus relaciones, pero conrbstracción a partir cle los objetos como tales: vemos inmeciiata-niente que se trata de Llra cxtensión indefinida cle l¿s gg¡..ir,g¡¡gtlc aprenclizaje o cle inteligencia prirctica, pero con tocla suer e clericrvcciacies ciuc queclan por explicar-. En segunclo lugar, tene,i.os lacatcgoría notablcrnente estrccha, y también muy cliscutible por lo(lue respecta a slr extensión real, clc los conocilnientos estfuctllra-rlos por una prog¡'amación hcrcclitaria, como cs quizá el caso cieirigllnas estrlrcturas perceptii'as (visión clc los colores, cros o trcsili¡nensiones clel espacio, etc.). El carácter restr.ingiclo cle esta se-grincla categc.rría plantea inmediatamente un gran problcma biclló-gico, por ci cc¡ntraste con la riqucza de los instintos en el animal.I-in lcrccl lugar', tenemos la cirtegoría, tan extcnsa al menos comollr primera, cle los collocimientos lógico-rlatemi¡ticos, que llesana scr rápiciamente indepenclientes cle la expericncia y qtie, ugn{.,"¡l<.rccclan cle clla al principio, no parece obtcncrse cle los obieios(()n-Io tales, sino cle las coorclinaciones generales cie las accionesL' jcrcicias pol cl strjeto sobre l<-rs objetos.

Es esta tercera categoría ia qUe Dlantcará, clescle el punto cievista biológico, el problema más clifícil: en €fecto, ¿es necesar.iovi¡rt:lrlalla a l:.r primcra, rccluciencio las matemáticas a u¡li suerteclc lisica gencral, o a la scgu'cla, rec<.¡nocienclo, como K. Lorenz,clrrc lirs nratemírticas descansan en jr,ricios sintéticos a priori, en lalrccpcirirr kallliana clel ttirrnino, pero qlle estos a priori son compÍr-rrrirics a fol'nr:is innalas tal .r,ct¡mo lo son los insiintos? y si tantouilr r'r <ltra sohrción clclolman cl carácter clc las cstl'ucturas lrjr{ico-

I l'lr I

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246 LA IN,iI]P.ITIi]]'fACi.(}i{ iJ TOLÓG 1C]\

matemáticas, ¿podemos liegal a irnagiriarnos, clescie tttr punlo clc

yista biológico, un tercer tipo cle formación?En una palabra, ésta será nuesira soirición, pero en 'ia forma

siguiente, directamente inspiraria por las cc.¡lclusiones dei Ca.pr-

tu-io V: si todo conocimiento, innato o aclcliriricio, sLlponer a tiiulocle condición necesaria, un cieie|miuaclo funcionanliento pcl'lna-

nente, fuente de los csqlremas asimiiaclorcs y cle sns coordinacio-nes, entonces las formas hereditarias cie comportamiento cognos-

citivo, que son pi.edominantes en el anim¿rl (reflejos, instintos, ct-

céter.a), mientras el carnpo cie aclaptarcióii o de cquilibrio es res-

tringiclo, se disociarán en dos di¡ecciones complementarias cuan-

do este campo se agrande gracias at ejercicio de la representaciót'lo pensarniento: por una parie, una dirección de exteriorización o

dg acomodación fenotípica al medio, es decir, de aprenclizajes, dc

experiencias y de cc¡nocimientos i'ísicos cle ia priniera categor'ía;por otra parte, una ciirección cle interiorizaciór-r o cle estructul'aciónlormal por toma de conciencia o, niírs prccisamentc, por abstrac-ción reflexionante a partir cle las con<Jiciones intcrn¿is cle toclo fun-cionamiento (así pucs, a partir cle csas lormas getlcrelles cle orga-

rrización que, más allá de la asiniil¿rción cognoscitiva, reúnen losmecanismos comunes Y, Por consiguicnte, los ilrocesos más centra-lcs de toda organización viva). Tales scrían los conocimientos clc

la tcrcera categoría, que no se reclucirían, pues, a ninguno de loscl -1¡s primeros, sino que resultarían inclirectamcnte dei nestaliiclo"cre .l.r segunda, pucst0 que i¿t casi-clesaparición dcl conc¡cimientoilstintivO en el honib¡'c se ¡¡'aclttcir'ía: riJ en r-rna consiflerable ex-

trnsión de los conocinientos aciqlriridos ¡¡racias ¿t la experieuciadel ¡nedio físico (prirrli:¡^e catcgoría), y ¿),) un urla exlensión no rne-

cos considerablc de i¿rs estructurirs ió¡;ict;-maternáticas, que obi'a-.; ían ya en r'orma elcl:¡:¡li¿ti e intna¡rtlfrtc en iodo I'rrncionamicrltr-¡cognoscitivo, pero sc ccnvertirí¿ii-l '.:lt cbjctc de ci¡noci¡nienio ieflexil'o a partir cici niomento c,-r qLrr,: I:i rpaiición clcl pensanricntotrtrce posible est; lellc;<ión (tercera r:ntegoría) r.

'I'al hipótesis interpletati.¡a, qtic proporcionamo:¡ ciesde un pri;l-cipirl para facilitar i¿¡ lectura Ct: e:s¡s riitimo Capítulo, pnede pare-cer especulativa; l<¡ c's mucho .trten{):j tan Pronto .jrimo se exami'nan paso a paso, colr() tríltarcmos rie liace'rlo, las razones episte-r¡oiógicas o lógicas, y. sobrc-' todo, psiccgenéticas iie i¡l posició¡.Pel'¡¡ para justilic;lria es inciispensable corilenzar l-,i)r uri exllmell

1 il;-v que hrcc¡ i!:la, nbsen'ación más: nada diremc¡s dc lr¡s rnodos de ccnr-¡-r:ii'nir:io metailsiccs, itieoiógicos, ctc., porqrl- Iií.i sorl conoci¡¡i:elitrs en sentidcestricto, sino forntas de salLidri¡íi c coor.linacio:ics cle los';:.l,.rr'*:; v poi'{lucconsjiitu:yen mucllct más un i*iiit.i,-' i¿ la vrcl;i scc.:ri y de s{jlr-'L,irjtiuciuras i-'tti'

tuüici que una prolongación cle llL rrda¡:'.aciórr brr:iógica. il:i,: üo r:s cli-sc:"tir¡

su irnportancia humana: es, sitnpii'.rnen¡s. de,:ir qttt: Ios i:,'.,LilcmLs sotl r-ir:'

tintos y que nO tiencn quc vel, CttcCti"n¡i:ilte, clin una episte;,ioiogía bicilógir:ir

:;istemíiÍico ciel problerna centrai que plantea tc¡cla hipótesis cie uni:onocim.ic¡rrc innaro, o dicho c'!e otra manera, del próblem¿r de las¡'t:l¿ri:iones r-¡ntre el medio y una adaptación hereáitaria, morfoló-¡;ica o cogr:oscitiva,. cuaicluie'a que ésta sea. Hemos reconociclo,ciertc cs, qrre todavía no iray explicación posible clel instinto y el¡xir'ágrafo siguiente no ticnc como objcto proponer una. pcro encuanto nüs preguntamos por Io que puede habér cle hereditario enei conocimiento hu¡nano, es cie allÍ de donde hay que comenzardcscle el ¡:unto de vista bioiógico (en particular,'en lo que co'-cicrne a las estructuras lógico-matemáticas qlle son, a la vez, uni-versales y coercitivasf y sorprenclentemente aclaptzrtivas), es nece-sario entonces examinar cle cerca Ias conciciones biolósicas de lo,qrrc sería rrn conocirniento a la vez hereditario v adanñdo al rne-¿iio' El $ 19 se consagrará a este examen cletallaáo, poi tanto hipo-tético, pero no menos indispensable, mientra, .1u" "l $ 20 nos per-nritirá volvcr al conocimiento humano y situar bt probl**a clel co-nc¡cimiento lógico y matemático en un terreno más amplio.

i,[J:J CONOCIñIITJ}J'I'OS INNA'I'OS 1A-7/'-a I

$ 19. Los coNocr^rrENTos iNliATos y r.os rNS'muMENros ITEREDT:;RrosDE CONOCII,ÍIENTO

Err cl hombre sólo existe un pequeño número de estructuras cog-irtisciti'as a ias que includablementc s., puecle calificar cr.e in¡latai,lrL:r'ü aü ¡lci' cllo clcjan de plantezrr, sobre tr_rds ,¡ se Ie añarJe elconjunto de los órganos clifere'ciaclos hereclitarios que clesempc-ñ¿tn ur trrrpr,ri esencial en la form¿rción de ros c.¡nocirnlentos (el cc,lcbro, ios ojos, las ritanos, elc.), el problerna central A" to¿a, t*c.st;:licluras i-rrgánicas o quc tlencn que ver con el cclmportarnie:ir,_;t¡'ansmitidas ¡ror herencia: cr cre su aclaptación al meáio exierll¡.,

I. .[,r-¡s c:,'ncepros <ct pt'iorir.--No existen <ideas innatas, e' eI.sclticto cie lr:s cartesialros, etc. Es verclacl quc por c.rtcnsión pocle-rnos consiricr;tr coino taies a las catcgoríaá * priorl en el senticlodc Kant. En :pistemología, ra existenciá cre juicios sintéticos a. prio-r-i f rre.admlticla por H. poincaré por lo que se refiere a la intuició¡r'1,'1 i¡iirncro i,-'ir r.'i sentido ric la iteración n+l) y al (grupo cic los,;.':,i)iir:r.i.!irirrii.ür.)), En psic,:logía, ia misma interprete-ición k¿rntia-:;-: i:;" ei¡lr.: .r¡-'r{s'¡iida ¡tor aigirri<.rs <gt-lilaltistas, cbrrro W. Mctzeeri' :.,,iii'ú i':11-! :){!f K. I Orel.rZ, que CCnSid.era laS nOCiOneS cie .,aU-Sa,

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t.,\ IN1'ERPRIl.l .{t IóN IJlol.o(}I(l \ I,OS CONOCIN{IENTOS INNAI'OS 249248

de espacio, etc., como anteriores a tocla experiencia' cle mane t.a

comparable u fu uputi"ián ¿et¿e la vitla embrionaria clc lt¡s cascos

del caballo o de las aletas de los peces (y' añade' ¡or1¡flntaciónal medio o a la

"d";i;;i^ por las mismas I'azones cle selección'

etcétera).Pero,desdeelpuntodevistapsicoeenético'clichasitrter¡rreta"

ciones no resisten ái "*u*"tt' p1

-"gr"fso cle .los dcspl;rz-amientos

y la intuición de "if-i"i.""dos pJr Éoincaré se nos t'a'ifiestar.r

tomo el último t¿r*ino-itá""iutió' cierto es' como cl n priori kan'

tiano, pero último v "o previo) de una-equilibración progresiva i

no como ,rru "orrJi"i¿;-á; partida del clesarrollo espacial o nrt-

mérico. Las categorías generales y necesarias como la cattsaliclacl

nunca se presenta" "t i"u forma acabacl¿t y' sobre todo' en los

estadios del comienri, nuv gran.número crc tipos cle ca'salidacl,

que se suceden "o"tot*" á

""'totlio' regulares' '1|T:::^y cle co-

mún entre ellos no es una nforma>' que sería extrcmaclamentc po-

bre por se, "omú.,

;i;;t los estadiós' sino simplementc una Íun-

ción o ,'u ,r"""rti;-i;;."al de explicación, nacicla de lar aplica-

':i.in cle la deducción a las secttencias teml.rorales r-cgrtlal'cs' Ahora

bí¿n, si el a priori " i"J"t" a una fulrción o ¿I un ftttrcionamielrto'

)a no podemos f'ablar de nidca' innata' ell Llll scnticlo cstrtrctural'

Se encontrurtutt,-u¿"*ás' montajes hcrcciitarios ctt los esquc

er¿rs sensorio-*otá'"i, to"to crr la ir¡orclitrnció. cle la visión y (

1..:, prensión, ¿euidá sln duda ¿r la r-nacltil-¡tción clel haz piramidar.

Pcro, por ,rnu pu"!, ;t; * trata toci¿tr'1a cic pcnsamicl'lto o cie cotrt'i-

cimiento representativo' Por otra partc' clcscit: cl punto clc Vista

cognoscitivo, si estu coordinación nt¡ fucsc hcrcqlitaria l' n<l clepctt-

diese más qrr" ¿.'ioJláüi,or adquiriclos o clel conclicionanriento,

ello no cambiaría gran cosa'

En el terreno perceptivo' por-cl cotrtrnt'io' se pucelc cstablcc'''t'

,uronuui"*ente ri tripátesis cle Ia presencia cre argunas ('struct''

ras innatas. No J, ;"gu; que la visión etr tcrcera climcrrsióu n<'r

sea aclquirida (ciegos que recuperan la vist¿r' evalttaciclncs gradua-

les del lactante, etc'), pero la constancia trotable cle las estimacio-

nes cie la profunái;d'"; iunción clc Ia clcsarparición y str indepen'

dencia po, reta"ián u fo eclacl hacen pensar crr algún lrecanisllio

innatr¡ t. nn cua,'1á o lát ¿ot primcras clin-iellsiones' por cl co¡l-

trario, casi no hay dudas: -se-guramente el recién naciclo no percibe

su universo "o-J si se ledujése a un punto, qLlc sc extelrclcría des'

pués a lo largo y a lo ancho' Ahora bien' si l'ray cle una \¡ez super-

ñ;ü, ; áos" ¿imensiones' ya que no voluminosidad' será pues

;;'tó" l"t otgu"o; visuales imponttl dc golpe una estructura qttc

permite, a este t;t;t"t' nn rcg'istro adccrtaclo cic lzt cxperiencia'

El carácter ",'"ii¿iu"o

o no euclidiano dol espacio no parece scr

rSegrlninvestigacionesrea]izadascorrjVf.Lltrrrbcrcier,lorlltr,ilrinétlitas.

hercclitario, aLln cuando Lur-reburg (confirmaclo por Jonckheere)haya creído encontrar corvaturas de Ricma'n e' Ii percepción clel¡raralelismo. Po'el contrario, cs notablc qrc,o tlegircmos a (ver>.i . imagi.ar' (en imtlgencs mentales piecisas, pJr- oposición alpcnsamiento que sigue siendo soberano) en más dc ücs dimen-si''cs. Los m¿rternáticos (Frcrrcrenthal, etc.) nos hablan a propósi-to cle esto dc la flexibilidacl cle su intuición, que (aprená"o o *o-vclsc c.n 4 o en ru dimensiones; pero es una'intuición operatoria]' r1., percepti'a. Desde el pnnto de vista propiamente visual, Ialimitación a tres dimensiones es notabre y'paiece ilevar consigo,cle. nlie'o, alguna cstruct'ración innata, esta

'ez cn ,n senticro Ii,rnitati'o (como lo son, por ro clemás, tantos caracteres biológicos).Al lado cle estos resicluos cle lo innato, clc inrpresionantc po-

'reza cn comparación con los instintos anii.ales, úi-;r;;"jar unsitio, c' Ia discusión quc siguc, a los órgar-ros rrereclitarios cler co_nocimiento' cierto q'e rn cereb.o, .rn oio o .na *u',o n-J ,on .o,r.r.cir-ricntos, ni siqtricra en .n senticlo virtuai. p",i,

"r'."loro q"asi nucstros cljos fuesen rristirtos (de facetas v no cle foco) o si'oIos_ttr'iésemos, v si no cstuviéscmos rrotacros cre ,ronij.iíu"iór¡ nicle locomoción, colr trn sistcma nerr,ioso tan pcrreccionacro y cere_br¿Llizaclo, nuestro ul-rivel.so coguc.rscitivo sería nluy cliferente. y, so-bre toclo, si vi'ié¡¡mos con óiganos análog.s, p.j., o "r"uiu totur-rnt-'ntc cliferer¡te, c.mo Ia ciei /itonro, nLrestfos c'.cc¡rtos funclamen,talc.s c¡Lrcclarían t.astorr¿rclos y ,o scil<_i a caLls¿r crcr especráculo,sino talnbién clc los meclios <lc acción.

II" I'as s'rttcit¡,es orásic,s.-_conviene corncnzar este análisisbioltigico clel pcnsamient<-¡ htr¡nano ¡ror Ia ¿rscusil¡1, ,i"t'p.oul"*ocapil.al para el conoc,imierlo, ar-rnqúe sea er más crifícil clcscre elpunto cle vista biológico: cl_ cre ra ácraptaciri' o ra a¿ecuáción cog-iroscili'a clc' las estrLlctrlras hcr.ecritarias al meclio cxterior. En efec-tc¡, no ha.y un solo insrinto ( il, hay q¡c hablar "q;,i;l;i lnstintocn gc'c'al v no sóro cre las cr's úricai ¡¡anifestacro.,", ,u,i¿nti.u,que sr,rbsister cr cr Jronrb.el)' qtre no traiga.onrigo-á,roiio"ion",cr-rgnr.rscitil'as ¿rl meciir-r bic' clifcrcnciadas. También en el caso delinstinlo sexual, cloncic el uobjcttt>> no es un material físico, o unpaisar.je cr-ralquic.a, como cfr ra construcci¿n ae iás-

"rJár,'en rasmigr:rci.nes, ctc', ni 'r1

scf i'r,, ctraiqu¡era como en ra predacióno en las ¡ricaduras cre insectos, s-i.o qtie consiste "r,

.,n'Jrg-unir-ocom¡ricrncr-rtario clcl :lgT]:io clel *sujetou y cle la mlsma-especieqtrc é1, r;rtccla ¡rol cliscriminar ¡rerceptiiamente este objeto clel cle-t Er i'stinto de rrutricirin y el instinro sexuai, es. dec.ir, ros únicos que¿onslan ¿lc una conduct¿r apetitiva -v dc órganós especjalizadci.s. A menuclo se

::iT,Xl',15:J!1,lii,l'¡.riiluli,.,',..i,r.i,,;l;;'^;;," cn simpies rcna.n.in.,.uyo

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250 I-A TNTERPRETACIÓN BIoI-ÓGrcA

seo, lo cual es, de nuevo, una adaptación cognoscitiva a datos ex-

t"tio."t. Así pues, se trata de comprender cómo un mecanismo

hereditario, por tanto transmitido por vía interna y no externa(educación o imitación, que pueden, por lo demás, superponerse'como en el instinto predádoi de los gatitos, según Kuo, pero sinque por ello constituyan todo el instinto), puede constar de un

conjúnto de informaciones anticipadoras respecto del m.edio'

if La solución lamarckiana nos proporciona una primera res'

puesta: el instinto no es más que un hábito fijado hereditariamen-ie. Ahora bien, el hábito consiste en una serie de asociaciones im-puestas por el medio y de las que la herencia no es otra cosa que

ia memoria, que se exliende al linaje de los clescendientes. De esto

resulta que lá adaptación del instinto al meclio consiste, sin más,

en anticlpaciones fundadas en las informaciones anteriores trans-

mitidas del medio al sistema germinativo.En el estado actual de los problemas, hay que distinguir dos

aspectos en esta interpretación: por una parte, los procesos gene-

,ui", qrr" son el paso de la información del medio al genoma o al

<pool genético> y la herencia de lo adquirido; y por otra partc'ei mecánismo causal de estos procesos, es decir, el modo de adqui'sición de los hábitos, la homogeneidad de la memoria individual,o hábito, y de la memoria de la especie, o herencia, el carácteresencialménte receptivo del sistema germinativo abierto a toda in-

fluencia exterior, etc.Pues bien, después de medio siglo de ciiscttsiones agrias y dog-

máticas, entre los neolamarckianos que acelltan el conjunto del

sistema y los neodarrvinianos que lo rechazan en bloque, pero ex'cluyendo ante todo la herencia de lo adquirido, hoy nos percata-

r io; del hecho de que los dos procesos generales invocados porlantarck y admitidos finalmente por Danvin, son aceptables tanto,:i uno como el otro y que sólo hay que retocar, pero muy profun'ciamente, los mecanismos de orclen causal que debían explicarlos.

La <herencia de lo adquiridor, en primer lugar, se había con'

';ertido no sólo en una noción, sino incluso en un problema tabú,hasta tal punto que quienes todavía sc atrevían a plantearlo se

convertía¡l- en sospechosos de la misma inferioridad intelectualque los aficionados al movimiento perpetuo en física, como si exis-

tiese una suerte de contradicción racional o de vicio interno de

razonamiento en admitiry simultáneamente, la autoconservacióndel plasma germinativo ,{ su poder de transmitir hercditariamentealgoque no fuese lo reCibido de las generaciones anteriores, más ...

¡una serie de desórdenes o de desorganizaciones consistentes cn

mutaciones! como hemos visto en el $ 8, se necesitó el valor y Iaautoridad de Waddington para habiar cle nuevo de uherencia dc

los CaraCteres adquiridos)), pero proporcionando con la noción cle

uasimilación genética" otro modelo causal.

LOS CONOCIITIENTOS INNATOS 251

De igual manera, Ia información transmitida del medio ar sis-tema germinativo pareció durante mucho tiempo contradictoriacon los conocimientos menderianos sobre er meóanirmo ,te Ia he-rencia. Pero a partir der momento en que se arivirtió que er feno-tipo, en vez de consistir en un epifenómeno carente cre interés,constituía el resultado de una intLracción entre ei- genotipo y "i,medio, y a partir der momento en el qlre se comprobó, sobre tocro,,quc la selección versaba precisamenie sobrc ror r""átipos consi-derados como interacción, el paso de la información del mecrio ar

Llcll'ma llegó a'ser, así, inteli¿ible en forma cre una seieccron .1t,crctenía los fenotipos meior aáaptaclos.En u,na palabra, las crificurtades cle la interpretación lamarckia-

lua no obedecen a los procesos generares invoüclor, .ino , Ia igno-rancia de los factores de 'eguñción interna .i;i-;;;;;;.mo y clelgenoma, así como de las variaciones endógenas. ni

"rto resultaque el organismo, ."" Irgof cle aceptar pasivamente las presionesdel medio (por ro ogqa¡, er propio'Lamárck ,,,r*iiiá yo-to "*irt"n-cia de una actividad crer s"r i'i.,ó en la elección misma cre este me_clicr), las asimila a estructuras crotacras de autocc¡nservación. por

consiguiente, en lo..que respecta ar probrem" d;-i;;';;uptu.inn".cog.oscitivas hereditarias al medio, Io, pro."ros lamarckianos ge-ner¿rles no nos sirven-cle mucho y vienen a confirmar, sin más, laexistencia de este probrema: en lts cretallcs crcl mecanismo causalquecla por-comprend.er cónro puecre acrquirir "r

g;;;;;;'r,na i.,ro..mación sobre el medio- y, sobie toclo, com. se constit.ven mocloscle .e¡rcción a Ia'ez enclógenos cn su f .cnre y ;";'-i;;;oíln "r"n,ninformaciones exteriorc_s -(r

r.rógenas. Es suborcli"""áil'.¡" más. elsistcma genético a ros. háb^itr-ls-acrquriricros c,r-¡ro Larmarck s. 16n-tentó con soluciones insufi.cic.ntes y no puclo justifi.o; i;., ¡ri-inci-pios generales, ¡ror ro demás includábres,'inspiiacto.; ñ.:;, funcio-nalismo.l'o La segunda solución proporcionacra al pr.obrema cle ra acrap-ración cognoscitiva herecritaiia és ra áLr -utuóioilr;;; ei inst¡nto,como ros caracteres morforógicos, anatómicos y fisiorógicos (sirrexceptuar el cerebro humanof se clebería o uáriJ.io"l-". "ri,lruirn.

vmutacionales, elegidas. progresivamente y, en virtud cle esto, refina-clas cada vez más graciás a*ra serecci¿n, co-o .r".io ri".oáuiu, .q,,"se prodigue el tiempo, toclo lo posible llegar. per<_¡ si lro es i¡tcom_patible de ningrrna _nlanera co¡r la supervivencia qur: la cvolr-rciónagu.rcle algunos tnir]1,l:r cre sigros ffi enriqtrecer al cabat<.¡ conuna cola y con urra.crin ltro'isia cle crines y no .e plumas, es me-nos f'¿icil concebir du.T:ton:: iguat ae -lar!;r^;;;

dul"r.:"urr,,r,."la re¡:roducción, la niclificacjón:;;.,-;" especies cuya misnr¿r cxis-tencia depende de la precisión cognor.itiuu relativa a estos mcca_nismos instintivos. para no .r,o. ?"rir qtre er ojo crc los 'crtc,ra-dos' inst^rmerlto cle conocimiento no incrispensable, pero indiscu-

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I,A INI'[]R,PI1TI'ACTÓN BI OI'OG f CA t.{)s (,oNoc|\1 IIIN f(ls tNNA-fo5i 253

La solución mutacionist¿r cs, pues, propial'nente invcr<¡síuril.Pclo, clesde el punto cle vist¿r dc la aclzi¡ltación, presenta adenásla laguna ftrndamental siguiente. Trabajando con clatos rcales y rroaxiomáticarneutc a partir clc orígcnes reconstitr-ri clos decluctivanren-tc, sc ve corrclncicla a tcnerr.en cuenta tres ti¡-rcls clc fenónrenos:aJ sisternas olganizaclos, co¡Tto el organisnto cn su conjunto, o cl¡sisterna germinativo, sicndo concebido éstc, ciertc.¡ cs, como un sim-¡rlc usaco dc alubias> (como dice en bro¡na M¿ryr.); así plres, contolrn agregaclo dc partícrrl¿rs atomísticas, pero dotado no obstantc'cic ¿rutoconserr,;rción, Io clue, por lo ntcnos, crs Ltno clc los aspcctostlc ia organización; b) cl ttzar, cn la producción clc lirs lntrtaciorre.s,v c) la sclccción cn [olnl¿r dc simples slrpervilencias o elinriuecio-nt:s rlc los inclividuos quc han surfrido mutacicilr, v clcbidas cxclt¡si-r'íu¡lcnte ¿r slrs encucntr<¡s ltlr,atorios con los clcnrerrlos o los ¿rcon-tt:t'irttictltos clc'l ¡ncrlio. Pcro, a¡1¡1'¡lendo cxpliclrr cl fcutimcno n)¡'lor-r.r'it'ilio clc los fclrómcnos lt) :' c), cn vez clc t:r,rnser¡,'nrlos a los tt.tsr'n su.q intc¡'acc'iolres, la sr>lut'irin mutacionista Oh,icl¿r, primcr.o, c¡rrcl¿r r,¿rriación fortrrita o ntata;rl inclivicltro, cs clccir, strprime lit or.-girnización ¡ror f alta dc ¿rsil.¡riltrción srrficientc cn los cncuentr-os coltcl mcclio, o es intcgrada por 1a organización auteriol', es decir.,.¡r.r,,cl azar no h¿r sido el único <ltrc ha actuado, sirro qrre ha sido utili-zaclo glacias a Llna organización previa (ncccsaria, en particular.,lllla la transmisión hcrcclit¿rria ulterior). Lucgo la teorí¿i olvicla c¡trela scrlccción no es Llt-l paso por ulr tanriz, a través del cual el or.ga-nismo mrrtaclo pasa o n() l)ítsa, sino <¡rrc inr¡rlicu una clccción ¡-c-,.'íploca efectuacla p<lr cl organismo clcl mcclit.r qtrc lc cortvir-rrt'r'tlc los elementos que ltscgul-ar'árr su supervivcrtcia.

fln ¡'csun-rcn, lir inte-r¡"rrctaciólr rirutacionista, al rrcgirlsc ¿l l'(.c()-rtoct-'r'l¿l orgarrización con'lo i'¿rctor crausal y irl reser\,¿ir la car¡sr, li-tlircl solanrentc ¿rl ¿rz¿tr v a la selección, no \¡.: que, de hecho, hablacxclrrsivarncnte clc ¿rzares utilizaclos po¡' ulla organización, v cle se-lecciones recíprocas o clirigiclas, lo que la conduce a e.rplicar l;rorgarrización pol' azat'cs ell partc ya organizados y por selecciorresque son a sLr Ycz dirigidas, 1to| lo cual se cac cn un círctrlo Yicioso¡rcr'¡rctuO. Dc esto rc'slrlta quc, crrarrclc¡ los ach'ersarios clc lil tloctl.i-lta ])r'cguntan cómo es ¡l<.rsitrlc s¿lcal' ul-l ser vivo clc una scric clc(sorteos) o de combinaciones ¡lcatorias a partir cle mater.ias rle.s-organizaclas, c¡ cólno cxplicnl rrrr órgaDo o un instinto ircla¡taclos;r ¡'r;rr'tir clc rnutaciones lortr.ritas qLlc, en gencral, clesorganizan alscr vilo en \¡ez cle enriquccc.r'l<¡, cl mutacionismo no \¡c e-11 cl azar

:irro rluc vicrre a consitlcrar las cstfLlclul-as lógico-mate¡náticas corlc¡.si lrre.scn ert|abit-¡lógicas y extramentales. Pero, antes cte renunciar Así ¿r su causay a tocla explicación biológica, y dc subordinar, sin más, la biología tle la.slLrncioncs c<;gnoscitivas a Platón o IIusserl, qtriz/r habría (luc l)('r¡\.r'(.ir nle-Jorar nuestras concepciones biológicas dc la adaptaciCrn.

252

tiblemente útil, se ha calculado (Bleuler) que si las' mutaciones ne'

cesarias para la f"t;;;i¿;- J" "tt" otqánó se hubiesen producido

simultánea o "onl""iiÁJ"i"'-; p-b;bili.acl no habría sido más

que cle 7/1012,"t d;i;:';;;i';i"'en 1;práctica' Por el contrario'

si se hubier" tratuio ác mutaciones. suóesit'as' pero tales que las

,;jj"i;1^;-."^;;.;;;; "; ocasió,, dc la aparición c1e las nue'

1,¿5 (de manera q";";;;"t'i"t" "'-t efecto acr'rmul¿rtivo)' se habría

;;;ñ ;" ;; "",,*á, o" ;{ ;;ryll"X'l iJl.i;o"á:" \lf H:iJ,1o' u''

go de una duración igual o superror 1-iii:1;":.;;'.,';';.Por otra parte, ei el terreno propiamente cognoscitivo seria

simplement" itu",oJi-ii pretender €xplicar el progrcso de las es-

lructuras tOgico-maü*a'i'""t en el hombre por ttn mecanismo cle

selección análogo ;i;;; ; utiliza para cxplicar la formación de

los cascos "r, "t "uüü;; á" Ias aleias en cl pez' I-a selccción bio-

lógica se refiere, en efecto' a Ia sllpervivencia' nrielrtras que la vic-

toria clc una ldea 'Jrc oi'u obeclecc' cn dcfinitil'a' ¡l sll'r'alor de

verclacl. Ahora bi"tt, ti-t; incliscutible quc rrrra intelige-nci¡r mayor'

ligacla a un progrt'o "n la cerebralir'ación' es' a grtrnclcs rasgos' un

fictor favorable c1e supervivencia para la cspecie, la explicación

no significa ,,uau tin-pionto como éntramos en los detalles de las

adaptacion". "ognJr"irü..-un^ aplicación precisa de la lógica stt'

pone, por "j"*pfol-"''a oUtigu"iOn constante de llo-contradicción'

programa difícil iá .t'rnplit ! a"t q"" casi no sc preocupan los in-

clividuos que no ;";;;;"y"r deieo de exactitud v de verclad;

^hora bien, esta f;;;";"'hJ;"stidacl intelectr¡al puede tener algtt-

rra ventaja practica ieeneralmente' es más cómoclo podcr contra-

clecirse) y, "tu,,aolt'Eicrúpulo

cle veraciclad termina por imponcr-

se, no es ciertam;;i" ;;;-;;zol-9s- cle concttrrencia o cle selección

en función ,i"i"u*""tJ'á" iu "iifi¿acl,

sino en virtucl cle eleccioncs

clictaclas por la o'Áá"iza"iOn interna clel pensamiento' Exntlc11 11';

rlinnte la sola ,"r;.fiJ", en el sentido del nrutacionismo, por qltc

,,r cerebro trr-u.r"o'"ü'riáó "opu, cle const'uir estructuras lógic.-

rri temática, tu" uá-ituül"t*"t" adaptadas-a la realidallll:Illi:il;,;ñsaure, p"á, Ios faclores^de utilidad v de supervrvencr¿r

i o habrían conclucido más que a insffumentos intelectuales btrrda-

rf { nte up.oximatilo'' ampliamente suficientes para la vida de la

er;,recie y de los individuos' y ".o-1:tu

precisión' ni' sobre todo' a

esa necesidad intrinseca que exigen umúut' una explicación mucho

más protunAu A"'io ulf"upi;ó" {"" la que se efectúa por selecciórt

tL oosteriori en el ttno d" var-iaciones aleatorias e'

I Es evidente que estos cálculos so¡ relativos a la eclad atribuida a la Tie'

lra, a la tasa de *;;;ñ; t*iiapoluau' a loi-índictt clc recombinación' al nir.

mero de to, t,ipt,tJ,t,'ÁoÑ ".in'ia.,u¿oJn"i";t.it-ls, lt la tnlla de ]as pobla.

"ttlt."i::lliliti;,ll; biólogo qu" T:io'. se ha percatntro trc esta diricuttatl

fundamental no ta -iJsuelve,-pués, a la r!¡liera mutacionistli tlc K' Lorenz'

Page 132: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

254 I.A rN-rtiRI'ItIlrACIÓN Blol.ÓGlcA

y en la selección más que factc¡res positivos, porque, efectivamelr-te, los carga, sin saberlo, de todo un contexto clc organización. Es

como si, por el hecho de que el pensamiento tropiecc contintta-mente con azares afOrtunadOs o desaforttlnados cn el transcursoclc srrs esfuerzos cle clescubrimiento, y por cl hechr.¡ cle quc sus hi-pótesis o tanteos Sean necesariamente seleccionados por los resttl-tados clc la experiencia, se deduiera no sólo qlrc cst¿ls hipótcsis,rnás t_¡ menos endógenas, sino también el ¡rcnsamicntc¡ nlismo pol'

cntcro, fUeran debidOs a cstos azares Y ¿t cst¿rs sc'lccciol.lcs poc sí

solos. Olvidaríamos entonces, en primer lugar, quc los únicos aza-

res afortunados son aquellos que el sujeto sabe trtilizar y, en se-

gunclo lugar, que las irnicas seleccibnes eficaces de las hipótesisson las que resultan cle una buena organización dc la experiencia.Sin duda, el organismo es menos actir¡o qtre el pensamiento, y, porconsiguiente, nuestra comparación no es totalmente simétrica des'

cle el punto de vista cuantitativo, pero el principio cualitativo es

correcto, como Se ve claramente en el terreno dcl instinto, inter-medio entre el del organismo y el del pensamiento.

E,lr cuanto al instinto, la teoría mutacionista supone que todoslos comportamientos instintivos han nacido de producciones mo-

trices o perceptivas que surgen al azar, a la manera de las muta-

ciones, y q.t" el medio ha seleccionado a posteriori aquellas que

habrían dJ tener éxito. Dicho c1e otra mane¡a, el pájaro se entregó

a amontgnar materiales antes de hacer nidos, pl.tso httevos en cual-

quier lugar antes de vincular sus puestas con estos nidos, los ma-

ittor y lis hembras ensayaron tOdo a¡tes de coordinar sus condttc-

tas, etc., y de la multiplicidad indefinida de estos comportamientosaberrantes se conse.varon sólo aquellos dc los que la generación

siguiente sacó algún provecho. Ahora bien, ntter,¿rmerlte, si el muta-

ciónista se sienté inconscientemente al abrigo de tales absurdos,

es únicamente porque, de hecl-to, las variaciones aleatorias quc pue-

.len surgir en lá foimación de los instintos to se producen más que

e r f,nclón de una organización previa y porqLre la selección quc

{),fs?Va eStaS Variaciones no procede SOlamente por Stlpervivencia

o muerte de los individuos, sino en función cle los mecanismosry.ismos de la supervivencia que, en el caso del instinto, ante todo,

i¡S fracasos o los éxifos prácticos o cognoscitivos cle Ias acciones

cnsayadas,Es verdad que al recordal' cl papel necesario cle 1;r ot gtrnización

cn la utilización clel azar, parece razonarse a la manera del vita-

lismo. Sólo que, si traclucimos la organización ¿r términos cle t'cgtr-

laciones, las iagunas clel mutacionismo se h¿rcetl lnás cvidentes aitll.

Sabemos hoy que las fuentes principales cle la variación adapta'

tiva ¡ro sOn laS mtttacionCs fortuitas, y sí las rccrrnlllinaci()Ilcs gL'-

trétic¿rs, y que clos mutaciones letalcs conrlli¡aclas etltrc sí ptteden

I.()S CONOCTA/III]N'IOS INNA'I'OS 255

ctar lugar a una variación viabier. Se sabe, por otra parte, que elo|ganismo elige su medio y lo selecciona tanto como es seleccio-narclo por é1. Descle el punto de vista dcl instinto, qucda abiertoel carnino cle una explicación mediante Jas coorclinaciones cle cs-quernas en relación con las combinaci<lnes genéticas y, sotrre toclo,con las regulaciones epigenéticas en el transcurso cle la formaciónrlel fenotipo, ya que son los fenotipos los que son objcto clc la sc-;Ir:cc'ión.

3.o Las explicaciones vitalistas o finalistas clel instinto suponcnuna armonía preestablecicla entre el organismo y cl meclio. Tanpronto como se trata de saber de qué manera sc ha establecicloesta armonía en el transcurso de un desarrollo en vcz cle ser pre-establecida, entramos en el camino de las cxplicacioncs causales.

IIL La genética de las pobluciones.-Examincmos ahora lasposibilidacles ofrecidas a Llna interpretación clel instinto o cle losinstrumentos hereditarios de conocimiento segirn las concepcionescontcmporáneas de la genética de las poblacioncs: Dariington,Dobzhansky, Haldane, J. Huxley, Lerner, Luchvig, Mather, pIoyr,Stebbins, Waddington y otros.

como hemos visto, el instinto se apoya esencialmcnte en ciclostransindividuales, en el sentido de que el comportamiento de unindividuo, el macho por relación a la hembra, la maclre por relacióna sus vástagos o a la inversa, el obrero por relación il g.rpo so-cial, etc., está programado hereditariamellte por lo que ñca a losesquemas perceptivos significativos lo mismo que a los movimien-tos o acciones consumatorias en función de uñ programa de con-junto que lleva consigo varios paperes incliviciLralés distintos ycomplementarios y no un solo juego común a toclos, Ahora bien,sin que estos ciclos transindividuales corresponclan en nada, ni enestructura, ni en mecanismos funcionales, a lo que los genetistascontemporáneos llaman una población, es interesante señalar quesu ¡roción de partida no es el cruce entrc dos inclivicluos cuvosgcnomas depurados constitr:irían los elementos funclamentales clctoda la construcción genética concebida como una combinatoria apartir de estos átom9¡ incliviciuales, sino que la perspectiva esigualmente transindividual.

En efecto, el concepto de particla es la pobración, consideraclacomo grupo de individrros en el que cacla paieja posee en principiola misma posibilidad de acoplamiento fecunaó (panmixia¡, y soüre

1 Véase el importante estudio de pontecorvo citado en er subtítulo III, vla obra de Goffron (A Book modet of genetic Inlormatión i;;;;;; ín ceüsund rissues), donde esre autor sugiere que los'pro"eJá, grrillliá. no soncomparables a una máquina. que actúa sóló por composición <le letras, sino auna rnáquinl capaz de combinación de palabras nuevas o cle frases enteras.

Page 133: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

LA INl llllt'ltl:'1 ,'\ct(iN i:il()L0GlcA l,()S C0NOCtl\tlflN l 0S lNN,\'l()S 25725ó

toclo euel que cada miembro indiviclual es partícipc de ttn upool

ü¿.réticon común, es clecir, del sistema genético colectivo resultan-

ie cic todos los cruces posibles' Pues bien, csta noción fundamen-

i;l ,ú "iiil

eé"erico es concebicln, y ésta cs la clilcrcncia principal

con las icleas mutacionistas, no P nlenera ctc agrcgaclo' sino más

bien con toclos los caracteres cle ulr (sistemaD: stls cletrretltos es-

táncoadaptacloseintegractosenul.ltocloquctielrcstt"lromeosta.ti.t g""¿tiia> r, lo misrio que cn cacla gcrlonra hay ¡loligenia: r'tornti¿n, a menudo, pleyotropisnlos', qllc sc tl'adttcen- cn interac-

ciones ráguiadoras. Pbr io q'e 'especta

al gcnornit, si algu'os atlto'

res clistiñguen los geltes estrlrctttralcs clc los gcnes t'c-glllad.rcs'

ui.or, e¡ óarnbio, rJ li-itat-t fl sostellcr qltc ciida cal'áctcr procltt-

cklo cs influenciaclo por el conjrtnto clc los genes cn intct'acción v

cluecadagenclepencledelsistelnatotal'AcstasrelaclollcsC]ueS()Jitot,t.."n] por asi clecirlo, en (colrtprcnsió'n (er-r ll ece,ción ló-

gica clel término) en el intelior clc cada gclloma inciiviclttal, cort'cs'

nonclen en <extensióno cliversas relacioncs cic intcgración eutre el

irrdivicluo y la especie; pero el concepto central llo cs ya cntonccs

ni el inclivi¿uo, ni la cspecie concebicla corno cnliciatl: cs la pobla-

ción entendida como tñt"ma clinámico caracterizaclo por stt pool

g"neti"o y por las (normas de reaccióno clue pro¡'tot'cionan la ex-

iresión fénbtipica en interacción con cl medio ''Descle cl pirnto cle vista clc la variacióll, estc- ciltrlllio clc ¡rcrs-

pcctiva es igualmente funclamental. La mrttaciótr tlo cs cl f'actt-¡t

csencial, sinó más bien la recombinación gerrética quc ¡-rlocluce tllre-

vos genotipos hasta llegar a un mejor equilibrio c'tr las gerlcl'Ílcio-

,res iguicntes i. Scñalemos primcro qLle Ia l'eclolllbirrltción llo l)()-

tlr.á lener clecto nríts qtte si versa sobrc clifereucias cntrc los ele-

nlentOs que rcOrclena. Ahora bicn, I nO SCr qttc itrytrqttcmos conti-

n,-,a, ,.,eoiOrmaciOnes cle genes, tenemos qr,rc atlrr-ritit' qr:e los genes

rluevos son cngenclraclos a partir cle sus precic-ccso|cs por adicióll

prágr"siva de lnutacio¡cs éspccíficas y limitaclas; .sÍ pues, clcbe

cxistir ¡n proceso tlc I'ariación intragúnica rl lrivel clc los nucle<i-

ticlos clel Abt¡. nicno csto, l'ray que añaclir qr"rc la cxplotación cle In

nrtrtlci<in ¡ror la recotllbinaci<in baio le fornrll clt- sistem¡s combi-

I Noción clebicl¡r a Dobzhanskl'y wallrrce (19ó3) J" 3 L.c¡trc'L (19.55), qtte ¡rtt,'.

r.e -rplicarse ai genotipo, a Ia población o,l la especic crltcra'- I intervenció-n de dos o nrás genes en la prodrrcciótr clc un caráctcr'

¿ Fioducción cle clos o más caracteres nue\¡os ilr'sptlcís cle la rnoclificaciórr

( ol:ocida dc un solo gctl.---i-La. (normas cle"lclcciúlln prredr:n igrri\lnlcntd rr'r'lrtt'ibttitl:is -tl gcuoti¡rr-'

",, iufrf""iOn'á r la especie entera (la nociirn ¿c ''lrorma cle rcrlcciri'" crli r'rl.ioii¿o for Johannsen ¡, po. lvlo¡gan y he :;ido t'celabor¿rcl;r pc¡r' Kiihn)'

.j En cuanto a la rccombinación, r'úasc Darlington, .É'r'r-r/ttliLtrt ctf Gene-lit

sy*lií lilie v 1958), ], ¡...,:i, ¿l John, Ih¿' ,Ma¡er ol Mettdcliert.Il.ered¡t\" 196l

éé'"nf.rrlo el lndice cie recombinlción e¡r I'unción ¿lcr la srtura dt--l núI'cro hrr

uloicle cte cromosomas I'del r¡úmero lltcditr rlL'c,(";iirlrj'{/r'¿¿'s poI célr¡la'

natorios elicaces es cie impoltirncia capital para lrr cr,oh¡ción. Enefecto, la recombinación cs más antigua y m/rs universal que latrieiosis, puesto que hasta los fagos están dotados de ella. poi otrairarte, la recombinación explica cl hccho funclamenlal cle las ini-ci¿rtivas tomaclas por el ser vivo cn el transcur-so clc la evolución,qllc ilo pueden cxplicaI ni ei azar ni la sola sclección actual (pr-rcs,l_a selección no ploduce más que efectos clc r,rtiliclacr inmediatá), l'¡Darlington llcga incluso a llalnar a estas iniciativas nureaclantacict-ncs anticipacloras,t. Por último y sobrc todo, Ias rccombinacioncsculminan en nuevas formas de cquilibrio. Los hclcr.ocigotos danlcstirnonio por término meclio cle una homer¡stasis Lrenótica sunc-

'i<.¡r'¿r la clc los homocigotosr y los caracteres y" nó son cletinlri

vantcnte dominantes c¡ recesivos, sino que pueclen cambiar cle pli-pelcs desde este punto de vista, entre otros, cn función cle las l.c-coDttrirraciones. De manera general, y esto es lo esencial, una va-riación nueva no es ya una producción aislacla y pllramentc alca-toria, sino que es la expresión de una reequilibraóión qu, sr-rccclca un desequilibrio; así pues, cs solidaria clc una equilibración clcconjunto que se manifiesta en el equilibrio cle los alélos (ccluilibr.iolelacional), de los /oci diferentes (equilibrio epistático), etc-., cn unmecanismo que interesa al pool genético completo cle la poblacii.rn.

Por lo que respecta a Ia selección, estas nociones nuevu, .,-rt,,,aspecto general viene a disminuir el papel clel azar en beneficio ilcla cqrrilibración, conducen A nlodificar igualmenle el senticlo, sr,ls_tituy_endo la idea de selccción ¡-necánica por la cle ajuste pr.ogresi_vo. Por lo que respecta a su marco, como la seleóción no tienccclrDo objetcl ¡nás que a los fcnotipos y a Jas normas cle rcaccirirrquc cxpresa¡r las interacciones del pool genético col.r el n-¡cdio, lrrselección es, pues, de golpe rccíproca, en caliclad cle elección clclmeclio por los organis_mos y a la inversa. En su mecanismo, la se-lección es una modificación de las proporciones característicasdel pool genético: proporción de los diferentes genes, frecucnciacle ios heterocigotos que alrmentan la homcostaiis gcrrética ,,, ct-cétcra. Asi concebida, la selección puede scr.clinámióao o cle nuc-r,o factor de equilibración, pero en interacción clirecta colr el mc-Llir¡ \\Iaddington distingue cq esta uselección cstabiliz¡rrlol.a> n un

I Por lo que t'especta a estas plcadaptacioncs o (aclÍrl){:rcie¡rcs ¡rr.os¡re":tivasD, ver, entre otros, simpson, Tlte Major Featttrcs ol llvoltrtiorr, i9st,'pigi,nas 189-197; r'éase lanrbién srt obr¡ 'fhc Stttdt, of Et,oltttit¡tt (Coltrr¡bia iJ¡ir.Press ).

2 Vóase el cstuclio cle ll. C. I-erv<¡ntin s<¡br.e le h(rnt('u:itltsi\ \, llt l¡r.l¡l ur igotirr, Tlre Atnerican Nattralist, julio-agosto clc 195ó.

.1 Vóase Pontccorro,'frutds ín Ct:netic,,1l¡allsís (¡lul.>licrcirin cie ri¡l cr¡l.sr¡ilc 19.5ó).

¡ I-a idea y el térnrino rle uselección estabilizadorao se clebe¡r a Schrlralharrsen. Pc)r'lo que rcspecla rl estaclo ¡clu:rl de la teoría cle lu sclecciúr.r, r,úascW. Ltrrlrvig, Die ltttttigc Cestall dt'r S¿lektictnstlter¡rie in Ilttndert Jnltrr I:vt¡ltt

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258 LA rNI'ERPREI'ACIÚN BIoLócl"cA

aspecto negativo de eliminación de las desviaciones (selección nor-malizadora) y un aspecto positivo que favorece el ejercicio de losinecanismos estabilizadores (selección canalizadora). Pero, sobretodo, hay que disociar dos puntos de vista posibles en cuanto a lasglección: el punto de vista del presente, r'clativo a la superviven-cia y a la homeostasis genética, y el punto de vista del porvenirdrL pool, relativo a su plasticidad y al conjunto de las respuestaspr-rsibles. Por ejemplo, los caracteres sucesivos (y tal vez pudieranllegar a serlo a partir de dominancias iniciales) pueden aumentarla probabilidad de adaptaciones ulteriores' La selección, como mo-dificación o mantenimiento de las proporciones, ha de considerar-se, pues, en una perspectiva esencial¡nente probabilista: es relativaa la probabilidad de supervivencia o de adaptabilidad cle los des-

cenclientes tanto como a la homeostasis genética actual y constituye, así, un mecanismo de equilibrio dinámico lo mismo que sin-crónico, puesto que, nuevamente, la consicleración csencial aquíes la de la población y no la de los indivicluos como tales.

Desde el punto de vista de la formación c1c los conocimientoshereditarios o de los instintos en su adaptación cognoscitiva almedio, esta renovación de las concepciones es de in-rportancia fun-damental. En primer lugar, permite integrar totalmente los dosprocesos principales lamarckianos de información transmitida delmedio al genoma y de herencia de estos caracteres aciquiridos, peroproporcionándoles una nueva interpretación en lo tocante a su me'canismo causal. En efecto, al trasladar el ¿rcento del genoma indi-vidual al pool genético, se sustituye la noción de rtn organismo in-dividual por la de una suerte de organismo colectivo o, por lo me-nos, de una organización transindividual cuya doblc actividad es

la de mantener constantemente su cquilibrio aclaptándose al me'dio. En este caso, la selección constituye, pues, Llnc modificacióndel equilibrio de los genomas y clel pool gcnótico, pt'occciienclo de

una manera comparable a aquella en quc el l¡rnrarckismo concebÍaIa acción de un factor exterior sobre el organisntcl, pero sustitu-yendo la acción causal simple por una acción cle iorma probabi-lista sobre las proporciones de una pluriuniclacl. Así pttes, hay cons-tantemente transmisión de la informeción clcl mcdio al pool genó'tico y fijación de las variaciones por (asimilación genéticar, en

tanto que la herencia cle lo adquiriclo proccclc clc lluevo por esta'bilización selectiva, o sea, por modificación irrcvcrsible entre lasproporciones del genoma colectivo.

Pero, en segundo lugar, y éste es, sil.t clttcla, cl purtto de uniónnjás interesante para nosotros eutre el funcionalismc¡ lamarckianct

¡i la genética de las poblaciones, tocl¿r variación gcnotípica establc

tk,ns Forschung, Meberer & Schrvanitz, Sttrttgart, 19ó0; v Il. l\{avr, AttitttulSpecies and Evolutiorl, y también J. M. Smith, Théories cie l'I:)t'oltttion (tlad. en

iayot ).

'

I,OS CONOCII,,ÍII]NTOS INNA'|OS 25g

t:s una <respuesta> der genotipo a las tensiones del medio, comoio expresan Dobzhansky o wáaaington, y no ya una fructuación¿ileatoria, y, por tanto, hay continrrlaoa entre las acomodacronestenotípicas y la aclapració'genética. Descle "r

p.i"io áe vista creli'stinto, esta noción de re_spuest¿r, que no tiene más senticto que elaclaptativo, permite concebir .'u eip".anza en cuanto al ajuste delos comportamientos hereclitarios ai medio. ¡Pero no está dicho toclo, ni mucho menos, puesto que "i las mo_clificaciones químicas, energéticas, etc., der -üio p"Jr"rr"truducir-sc. en -tensiones y en respuestas a todos los niveles de la produc-ción cle los fenotipos con ros que tiene que ver Ia selección, rasvariaciones del comportamiento no son pósibles mat q"e en esta-,clios funcionales más-a'anzados y ya no se comprende inmediata-mente, en este caso, el alcance genético de estas interacciones entreel comportamiento y el meclio. oicho de otra *u""iá, .i er cicloinstintivo es transindivicluar y está ligado a la est*rc turi- aet pootgenético, los comportamientrs susceftibles cle introci""i. r,ou.au-cles por adquisición en función crel medio .o"

"o-páriJrnierrto. li-g'cios a individuos ya en parre formados por I; q,;;i;; a su es-tructura somática. .F,ntonces, ¿cómo se pueden c^onc"¡ir ras rera-ciones entre el individuo y ia población y, sobre todo, ras relacio-nes entre el comportamiento cie este indivicluo y "t ,".to. d,er poorgenético que constituye

.su propio genoma? Más exacta*"nt" toau_vía, la fijación hereditaria.cie un comportamiento nuevo-fu."." i-_plicar una transmisión clcl soma_al girrorrra, mientras q,r!, n"t u Ltradición neodarwiniana, ra genéticá de ras pouta.ionÉJ-Jonsiaera

en general (sarvo waddington, que ar menos plantea er probrema)un aislamiento radical der genoma, justificándor; p;; ,,rí *""ori.-mos reguladores de autocc¡nservacién.

]v. Indivitl¿ro y poblctciór.-Las relaciones entre cl individuoy cl gr.upo (¡rroblcma que sc cncucntra .tanto cn sociologra huma-n¿r corno en la genética dc .las poblaci'nes) prrecren cóncebirse,como hemos visto, de tr.cs rnancras: inciiviclualisru, "t oiiriu) o re-lacional.

^ lln la perspectiva atomística o indivicrualista, cl inclivicluo es lafuc'te de tocias ras noveclacics o tra'sformacic¡ner y "i g*po o rnpoblación ro so. más que la resultante aclitiva de estas iniciativasinciividuales. Es er punto cle vista del mutacionis*o'y

"*"r.,y" tuposibilidad dc l' 7-roo.r ge'óticír, pero pcrmite el aislam"ieni,, o.l g"-itonra indivich_ral por lo clue toca al mé¿io.Iln la pcrs¡recti'a uhc¡listau o tc¡taiitaria, toclo ()crlrre a niver cielli ¡roblación, y cr incriviclu. n(, cs sino rn rcflcjo pasivo y parciar.lc.l)l'or'csos inrlr:pctrclicntcs {lt: ó1,5i1¡¡¿rclos ¿r r.¡tia

"rrr,io. Ári p.1"u,r.rartrr impiritr cl ¿iisl¡rnliclrto clcl genoma por.rclaciri,.r

"l ,u-u, ya cluc

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260 LA TNTERPRET-^cIóN ]lIoLÓGIcA

el genoma individuat no es más que un eslabón en un encadena-miento que es el único que cuenta y que tiene sus leyes propias.

En la perspectiva interaccionista, el individuo ya no es un ele-

mento autónomo o una primera fuente, puesto qlre es una resul-tante de interacciones múltiples que dependen de la población en-

tera. Pero es la sede y no solamente la resultante, pues la propiapoblación ya no es una ofuerzao o un (organismor, etc., que pesa.lesde fuera sobre los individuos, sino el sistema cle todas las in-;eracciones como tal. Tampoco hay, propiamente hablando, ni individuos ni grupos, sino interacciones coordinadas y, tanto si las des-c¡ibimos en el interior del individuo como si lo hacemos en el grupor:onsiderado como unidad (cuestión de escalas), son las mismas in-teracciones. Hay dos métodos de análisis, pero qtre describen losmismos fenómenos por un extremo o por otro, clel mismo modoque se puede analizar un objeto complejo partiendo de un puntoexterior o interior, o se puede perforar un túneL comenzancio porlos dos extremos, a condición de no perder el plan de conjunto.

En esta tercera perspectiva, que será la nuestra, el individuono es un elemento o una fuente independientc, sino una (pobla'ciónu, más o menos limitada en relación al conjunto, aunque detodas maneras de naturaleza esencialmente colectiva o interactiva;así pues, es una suerte de microcosmos que refleja esta población,ya quc su genoma es un compucsto qtle rcprescllta Lll) scclor más o

menos amplio del pool genético (en el límite, también puede ser

una (representación> completit, en el senticlo de un cnclc¡morfismopor correspondencia unívoca entre el todo y ia parte i. De esto re'sulta, entonces, la posibilidad de dirigir el análisis de la manera si'guiente,

La hipótesis es que, a todo proceso qlre se efectúa en la pobla-ción por lo que respecta a las relacir¡nes fi-tuclamentales entre elpool genético y el medio (valiación y selección) puecie correspon-der un proceso cualitativo paralelo cn cuanto a las relaciones entreeI genoma individual (considerado como sector del pool y más o

menos endomorfo del pool total de la población) y el medio individual (que interviene en el clcsarrollo dcl fenotipo y el soma).

1 Bien entendido que no sostenemos que todo genoma individual nimpuro,,es decir, resultante de ct'uzrmientos múltiplcs entrc sus ascendientes paternosy maternos, sea por cllo un etldt¡nrnrfislno cornplcto de la población, concorrcspondencia biunívoca entre la parte v el to:lt¡. Pero si este inclividuo esresultadr.r, en efecto, de una mczcla suficicnte, es el rellejo biunívoco de unsector de la población, es decir, quc está más cerca de las leyes de la p<-rblaciólque]o cstaban los genotipos dc linajcs supuestamcntc (puros> de la genéticamendeliana clásica. Además, como decÍamos hace un momento, podríamosimaginarnos una biunivocidad completa con Ia tot¿rlidad de la poblacitln con-siderada: por ejemplo, un caso dc poliploidia en cl que todos los alelos estu-viesen representados con sus frecuencias relativas, 1o que nos daría un buenendomorfismo del pool genético, pero quizá un¿t sorpresa en el plano feno-típico.

l.OS CONOCIñ1I}j|'I'OS INNATOS 261

E,n cuanro ¿r la variación, es cvidente cste paralelismo cualita-tivo individuo x población, puesto que las recombinaciones genéti-cas, resultantes de los cruces o de los desequilibrios internos, seefectíran en el seno cle genclmas inclividuales, y no (en el aire,clentro de la población y ya que estos genomas son los productoscle los barajamientos de la población r. cierto es que si se comien-za por seleccic¡nar artificiaimcnte genotipos hasta r.¡btener linajesllás o [renos (puros> (aunquc nunca lo sean), vr:lvemos a enljon- ,

trar las leycs mendelianas y las grandes o pequeñas mutacior"s cor 'sus tasas constantes, etc. Pero estamos hablando de los indiviciuos"salvajes> o en estacio de natnraleza, procluctos directos cle la po-blación y que la reflejan, por consiguiente, en la medida en quepafticipan de un sector más o menos amplio clel npool genéticoo.

Ahora bien, con la selección ocurre lo mismo si 'ó la concebi-mos como una elección qlle solamente separa a los individur¡s encic¡s clases: Ios conclenados a rnuerte y los portaclores cle un certi-ficado de supervivencia. Desde el momento en que se concibe laselección como un proceso probabilista que modifica y reestructu-ra las proporciones del genorna o del poot genético, el problema seplantea de rnanera totalme¡rte cliferente y nacla impicle concebirclos procesos colrelativos cle rnodificaciones cre las pioporciones ycic reestructur¿rciones.

A'tc todo, hay que recordar que estas proporciones son reiati-vas a probabilidades cle supcrvivencia y clc 6lssss¡siencia viable I'clrre cl mismo ploccso cs, l)oI tarto, esenciaiilcnte clinám:co. Des-puús, hay que rccordar que los genes son fuentes cle actividacles.sea cle dupiicación, etc., en la transmisión hereclita¡ia, sea morfo-pt-ryciticos en la crnbriogéncsis y que moclificar sus proporciones'r,ienc a ser tanto como ¡rociillcar estas cliversas actividades. so-brr-: todo hay quc acorcla.sc dc que la supervive'cia del indivi-cluo y sus grados (hasta ler supervivencia nula) cs la resultante li-nal clc un pr-occso continuo clc crecimiento epigenélico 1i fenotípicoy (llle' por tanto, en cualquicr nomelrto las propor.ciones clei gc-norna pueden ser modillcadas, cicsdc el punlo clc vista cle las aJti_vicl¿rcles en jucgo, por interacciones selectivas con el meclio.

siendo así, poclcmos deci. que la selección, consideracla comomoclificación cie las proporciones clel genon-ra qlre pro\¡oca en óstclccrcluilibracioncs o rca.juslcs de interacciones regr-rládoras, clepenclecle clos factorcs, gcneralmcnte conjuntos:

I.o Los f'.ctorcs i.ciircctos (llamaclos también externos) o clceliminación clc lc¡s inclivicluos bajo la presión cle ur-l meclio cn elcuirl t-ro se pucclcn clesan.ollal o son destruiclos.

i I-.as irecuencias de estos bara.iarnientos en cl seno clel inciivicluo dependen¡;'lrrr¡rhncnte, clescle cl pu¡rto de vista cr.rantitativo, cle las frccuencias propia.tir' ir¡ 11q51..itin cn su conjunto, pcro a título cle proccsos .ur,iiiá'iiuo, ,unintcriores resl)ecto clc. Ios genornas inclividuales.

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262 t.A TNTERPIIF-r"\c¡ÓN BtoLÓGrcA

2.o Los factores directos (llamados a veces internos), como lalongevidad, el vigor, la plasticidad, etc., y que dependen del orga-nismo, pero también naturalmente del medio.

Es a propósito de estos segundos factores como nos percata-mos mejor de hasta qué punto era superficial la concepción de laselección como un simple escoger, pues si la muerte del individuono puede sobrevenir más que en bloque, su supervivencia es unproceso ininterrumpido que es función de una multitud de factores, tanto internos como externos.

V. Medio y sistema genético.-De lo anterior se desprende que

irc,demos distinguir también dos clases cle acciones posibles delmedio sobre el sistema genético, que, adcmás, se relacionan entre..r de manera continua. Supongamos que tcncmos Lln genoma G qucccnsta, por relación a un medio M modificaclo cn fuI', de tres gru-p:s de elementos (estructurales y reguladores): A, neutros, quese expresan en caracteres fenotípicos 4; lJ, favorablcs' que se ex-

presan en los caracteres b, y C, desfavorables, qtte correspondena los caracteres c. Entonces son posibles clos clases de accionesdel medio M':

l.o La selección en sentido inclirecto (vcr el iinal del subtítu-lo IV, 1) elimina los fenotipos en los cuales predominan los ele-

mentos C sobre los B y favorece a los de proporción inversa; es

decir, elimina a los individuos de caracteres c desarrollados y de

caracteres b poco desarrollados y favorece a los individuos de ca-

racteres inversos.2.o Pero esta muerte o supervivencia de los fenotipos de valo-

res adaptativos variables (w de 0 a 1) no cs más qr-re Ia culmina-ción, en un estadio cualquiera, de un crecimieuto continuo de losindividuos y éste puede dar lugar al mismc¡ lrroceso, pero en formadirecta: los factores o elementos B se pueden benefrciar de unfuncionamiento reforzado por el medio en la producción de los ca'racteres b, mientras que el funcionamiento de los elementos C pue-

de estar constantemente inhibido en la producción de los caracte-res c a causa de los obstáculos opuestos por el medio durante elcrecimiento. Esta modificación de las (reacciones" culmina en unareequilibración que se manifiesta en un carnbio cle proporciones,equivalente, pues, a lo que da la selección directa (fin del subtí'tulo IV, 2).

Este proceso 2 no es más que la exprcsión cle la formación de

fenotipos adaptados, pero queda por distinguir el caso en que elequilibrio alcanzado es momentáneo (especial cle los individuos)y aquel en el que llega a ser estable por (asimilación genética,'Entonces subsiste la cuestión de establecer si esta asimilación ge-

I,OS CONOCIMIENTOS INNATOS 263

'ótica puede resultar de estos procesos cre forma 2 o si exige unasclección por elirninación (fin del subtítulo IV, l).Se llama (norma de reacción) o norma adaptativa cle un geno-tipo.o de ''a poblac,i.ón, al conjunto de los feriotipos qre p,.,"A"r,

¡rroducir en los meclios ocupaclos, en función a"'la .ráriación der¡'o de los factores de este medio (véase, en la fig. 3, la curva NR).lln el caso en que un meclio restringido M, cs sc"pa.uáo oo, modLlicación o aislamiento dc ros otros én cr cxtremó ,1"'l; ;;;;;:reacción (ver en ra fig. 3 las clos barras verticares que enmarcan¿t. M'), se obscrv¿r entonces rrn desplazamiento clc la no.ma de re_¿rcción en cl scntido del reforzamiento crel carácter a i¡¿-tt,,t" lufigura 3)1.

E,ste resuitado (N II) puecic ser consecuencia, cl cstc caso, cleclos procesos, que obran el lrno sobre el otr.o o cre manera con-iutrta:

1.'' E,l p'iniero cs cl crc Ia sclccción por.crinri'ación (riu cielsLrbtítulo I\¡, l): son crinin¡rclos los fenotipt-rs ,r. .o.o.i"res c uola'o.ables; los clc c,l'actcrcs D cra' rrr-r clc-ipliiz¡rmicnto cre la ,ror-Corocreres

Fig, 3 Foctores exleriores

.r¿r porque cn un¿r situación habitual queclan anegaclos en Ia masacle las vari¿rciones cle diversas clases, lb cuar explir a una baja pro-porción de caractercs b, micntras que con la selección ptr elimi-nación las propclrcio¡res cambian y el carácter b se toina *preg-nante>.

?-.o Pero p'ecle alcanz¿rrse cl mismo resultado rnecliante unproceso cle form¿.r 2, Durante toclo el crecimiento clel animar, lasacciones cle los genes c son broc¡ue'das por las resistencias del me-rli' y las accioncs crc ros gencs rJ son fa'orecicras. como la acciónrno|togenéti.a rlc los gencs constitul'e Lill proc..s' funcional conti_rRl(), pcl-o cn Cuvo seno sc cornienzan;r clistinguir clivei.sas e¡aDasI l:l csquerrrr cic csll ligur.a fr.rc sugcriclo por.[l. Bincler.

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264 LA rNTnupRBrACr(iN urot-óctc,\

o escalones d,, p, y, g, ... (acción del ADN sobre el ARN en sus di-versas formas I y desde allí sobre las proteínas), las resistenciaso los reforzamientos sistemáticos debidos al medio no pueden másque obligar a reequilibraciones progresivas elr orclen regresivo:reequilibración en I y acciones sobre 7; clespue<s, rccquilibraciónen y y acción en B. Ahora bien, si el genoma consta dc un sistemaregulador, no hay ninguna razón para qltc las leequilibracionesque se producen en su frontera cn (3 no c.jcrzar-r ninguna rctroac-ción sobre él mismo en ¿, daclo que lo propio cle una regulaciónes tener en cuenta, mediante un proccso rctroactivo o feedbacknegativo, Ios resultados obtenidos. F.n esta rcequilibración finaldel genoma consistiría su <respuest¿r>r. cn cl senliclo clc' Wacldingtony, pasado un determinado umbral, su nasirnilacitin genética, en clsentido de una consolidación, y esto en línca ¡laralcla con l¿rs res-puestas o <asimilacionesn quc sc procluccn cn l¡ scric misma clclas generaciones (población).

VL Reorganiz,ación clel Setlonte )r od(Lptación ttttct'u.--No scnos escapa el carácter hipotéticr.r de las consicleraciones ¿rnterioresy exige, pues, Llr-) examcn más a foncio. Dc hccho, conscrt'¿rn todaslas enseñanzas de la genética de las poblacioncs, salvo una sola,q1re, por lo demás, es negatir.a: el aislamicnto o inaccesibiliclacl clel[,er om¿r individual cn relaciól'i ¿r las intclar:ci<,.1'lcs con cl r-nedio :.i{c obstante, en lo que mris cliscrcpan los biólogos c-s cl-t lo c¡ue sercliere a este punto y, por consiguiente, hzrl' quc llcrs¿tr cor-r cuicladoci sentido de las nociones sugeridas.

Prccisemos, primero, el scnticio de la cli f crerrcilt crrtlc los ¡tt.o-cr:ios. 1 y 2, ilustracios cn la figura 4. En cl caso clel ¡rroccso fi) clmcclio M moclifica las propolcioncs clcl gcnolra G o clcl Ttool p ma-cliante elecciones cfectuadas sobre los fcnoti¡"los / (barras hor.izon-tales) 3. En el proceso (2) se cor-rsidc'r'¿l q.c sc obricncn proporcio-nes finales y una reequilibraciirn análoga clcl gcl-roma G mecliantcura selección interna que tienc que \/er con las ¿rctiviclacles clc losgenes en el transcurso clel tlesarrollci indiviclual clc cacl¿¡ uno cle losfenotipos sucesivos y de uno solc¡ ya (/). Pcro la sclccción en (1)versaba también sobre los desarrollos individr_rales, puesto que laselección no se aplica más que a los fenotipos. Las rcequilibracio-

I El mRNA. el tRNA o el sRNA.2 Observemos que Waddington discute este aislamiento dcl genoma, y la

figura 36 (pág. l8l) de su S/r¿tegy ol tlte Gerrcs plcrporciona a título dc ucs-peculaciónn un moclelo posible de acción del sol¡-ia quc va rniis lcjos cll srrsponnenores que la interpretación desarrollacla en cl subtítrrlo V.

3 Cuando hablamos del genoma G ha de entenclersc que sc trata del ge.¡roma considerado como sector o repl'escnlíultc ¡rar-crial clel poctl gcnóticrr 1),

siendo G (P) el equilibrio final dependiente del pool entüro.

LOS CONOCII\'ÍlUN't 0S INN¡\'|OS 265

ncs por etapas a., $,-y,6, ..,, se efectuaban también, y en orclen rc-gresrvo: acciones sobre 3, después de 6 sobre 7,, acciones sobre 7v de allí sobre B. En cuanto a Ia acción de p sbbre a, por el con-trario, no se proclucía más que por elección'c1e los inclividuos nor-l¿rciores cle modificaciones en B, mientras que en la hipótesis (2)se col'lsiclcra que continúra hasta llegar al genoma en virftrd cle una

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/*_\ltt_/\-*1--l(r) c (¡')

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Fig, 4

riltinra recquilibración cluc prolonga a las ¿interior.es, estanclo clAi)N crr ¿ i'lornraclo p'r lceclbaclc clc las nroclificacit-¡ncs impues-trs el ARN r'n fl.

LIna vez ciicho csto, scñalemos adem/is c' c1r-ré nos parece q'eriillclc rnuy fnndarnentalmcntc este llroccso inraginaclo

"., ror-o 1z)cic los procesos iarnarckia¡-ios y cie qué maner.i, p,t. el contrario,

qrccia comprc'cliclo, e inclusive completamente, en la )ógica d r la¡lcnética contemporánca. Ta'to para el lamarckismo .otio pilr:r elcnrpirismc (qr-rc no clejarmos cle contraclccir. r:r'l cl tcrrcno psicoló-gico) cl meclic-r introcluccr cal'actcres nucvos v cxógcnos qué cl or-garrisrno recibc como irnp'ontas, r, tocia la'rorl,lJgía clel ser vivo,Icl r.l'lismo quc la surn¿r clc sris co'ocimic'1os, n, iu,-, nrás q'c cl|on.[lnto ¿ictrrnul¿rcio clc tale.s ini¡lrontas. En la hipritcsis aqirí clc-Ie rrilicla, cl orgarrisrno reaccion¿r, por c:l contrarjr.¡, cic rnancra enclr¡_gcnil y activlr a lils prcsior.lcs clc.l lnc¡clio y las asirnil¿r, sil.l más, ¡su:; cstructur'¡rs o clil.crr.]r'rci¡ls, óst¿rs mediante reor.ganizaciones Iltri:c¡r-rilibracioncs ¡ror mcclio clc l<.¡s instr.u¡nentos genóticos clispor-ri-blt:s; zrsí rlucs, no hay im¡-lronta, sino respucst¿r áctiva, \'una rcs-1-rtrcsla c1ue, prccisamelrte, cs paralela cualitativamente, eu slls rc_cclmbilr¿rcioncs cnclógc¡¿rs, A Ia qrrc proporcir-rna l¡r sclección qrrert'els¿l sobre il gr:neraciones (proceso 1) r.

I En str obra titnlacl¿r.'llte origirt ctf ilttaptatiort (1963), V. Grant nos clice,po. e iemplo, qu., entre los caracteres hereclaclo-s se'encúéntr.a la iptitud quótienc un genotipo para responder. cle nraner.a aclecuada, meciiüte'caracteresienotípicos, a ciertas condiciones clcl nredio; sólo que lá .rii"

"ntrnces ser'ansmite no c.s cl c'ráctcr fenotípico, sino los gcnc.s o las constelaciones cle

l{L:r-rCS (luc clcfc|minan este carácter (páe. 132). Inmecliatamente'se preguntaLttlo t-cilllo es qllc el sr.rtenra genético se encuentra en cstaclo cle ser informatlt-¡rl.: la nccesidacl dc una <rcspuesla) ¡rarticular al medio. Grant propoiciona un!'()rlricnzo clc solttcid¡r a propósito rle su cliscusitin <lc los.ara"té."r riáqrririclos.Dc's¡rui-is ilc hnl;crse lefcrido a l¡ clisfinción cntl.c los gcnes ciel nricleo y l.s

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266 I-'\ IN I'llRplltir'Acl(iN IlIol'ÓGI('\

Pero la gran clificultad es que' en.la ncrspcctiva dc los genclis-

tas actualer, .,o "*i'üü;i-'{;:üciór'''eciproca entre la estruc-

tura clel genoma y ""

o"tiiidacles morfogenéticas: la es'trr-rctura es

la fuente de sus u"ttuitlod"'' en tanto qt'""é't"' lro reaccionan sobrc

aquélla' La cuestión";;;i;""t" 'uüt' si este corte entre las re-

sulaciones "rrr.,t"''tlüfi "i;;-;;gttl*iones funcionales ( morfo ge-

áéticas) está en la lógica clel sistema'-o ttn constituye' más bien'

una herencia de la u"""'iá"t g""étic.1 1l:mística cle los geues conce-

biclos como cajitas que encierru" 1:,.tln" \¡ez para toclas sus carac-

teres; es cierto q'-t"=yu no hay.':"ji:1')' sirlo cir'rc' cl gctlolna lror

entero se conviert" ""t t-"'u utá¡otn'-q'-''e sc abrc cle vcz' cn cnanclo

para manife,ta' r'a'ia oi""t" activiclacles' )' no cs informacia en lc'r

mhs nínimo ¿" '''''''J';iü;' Ahr¡ra bicn' si c:stc cortc cs v¿r pafa-

áo¡ i.o p ara . cuales 9."i9'u'":Tl:':: :li:: ll'ff '.: il:' j: fr?':':'"::

.á.ro uét más clifícil de sostencr en'et

cogrroscitivo, ,no''"i";;il';; los instintc¡s)' en cl clttc una infor-

crer.ciroprasm-a, j.^l':*,;i:"r:::':;H'1,'¿'d::i:,":1fu¿lt",tffi;:"ii;"i]n:il'; I i: 5{i1ry

1 i Hfi r".,.'$i ¡1"l1L" :r* i i ;;' I i' "T:{ itlt li il : lll: I

oérdidas hcreditarias

i**?irsiiliif f q"**11ü"qil*'ü:i:ffi :HF"¡ÉTiry{"*'*

cloroPlastos) eI quecte los Bene¡ "t' 'o'

tiñ'-l'^'''"p'utt"ttó*:,:i;$,':' i;.,r:ii:Jl"T3'?,":"|'l'ii;ii#i[T*tTJ:,t;1"3:i"'J'T$':?:$-",tr"]:iF io'"q.i' ru'-rcnrjrnenos cie crcci'

,,;enrrr crependerr d":;;';;;:'; 'iió1¡1¡.1r'^";j*;iy:l f:'lüt:";'':l ;:'!lljil3Í,""# il"T""r,o.:x11 J;f

^"i:? Tl'Í" ; u;'-';;r i o sc r ra n s t n r t a n t a m b i in

I rLreditariamente'..-'ñái nu.,t," n",,",,.uij".:.#,%."^.:"ff"":,:lil"l,l"l;l'li'ii-i;flii:,il$lli

ca;os, el genotipo' "l ]o ttlY-l::^"1,.-li.",i.-.-r el merlir¡ v ¡ruccle. cntonces'

.'r¡do directa*t'lt""iti'p't'c'lló.ph;tt"igo por el medio v pt-tcc

(responderD d¡r"ctamenü mediante 'no "'*gtilutitln o ttna iorrtpc'nsrción ade'

cuadas, sacadas ¿" '*''p'"pits' rccursos' cü;;;;;; otro-li::::l:t ' l¡ 5itrta-

;ii,*;,";;¡,^,*11fl i'ff i+liln*,".,1,5i;*f;¡iff "!,tl3[X #Aiii'N í"j3' i'r'l1q il I oiz" ¿u. o in¡más, a partir cle ii ptiir"'i" somática' ti¡nÑ misnro scrt nroclific¡do por

'*€il"i:H:":!?::* r,"i":n'!: 'ffi g'lilltll''lll';l\:"'i:l'i-''!,'l.,'Jr?iillTlque discute, (Págs

sinica,, imprica ry':"i:i JJ;"'fi;- '?rl";.illi;t'".':",':f:i:t:,19':'.;'X;f'tlX;iálill"Jffi f,til'Tj:iji:t{}: ji.il;;;¡;,;":"pi::.1:i:'üpcrvivencia'

i;t'u:¡¡'Í,f, ,1,:'ii'::Titt.+¿$::i.i*rm¡:3:rJl";;3"1"'1'J::'Hi'reguntamos ¿". nt'luo iomó es"intottt¿á'Iiitlo'tt"' h"tto' tonstruir la re+

Ducsta buena, ,, ,il"-' li'-Íeiattact<.' out"li'iir"'nt"n "t-":ftt':tl éxito o dcl

iru.o.o de sus "or-rti.].lior,'"r,

p.r",to,qu"t.lJ.Url,ll;: Tr?tr.,1t";t1".:tJf.Hmuertes o supervivencias' sino tl'c '¡scte¡

bio de o'ooot"'o"'J'";; il;;i"" dc los rcsr¡lti¡tl'r' L¡L>tetritl,s'

nr¿rción sobl'c el l'e sultado rrs, a l¿'r vez, nerces¿lria r,, aclemás, irrecluc-tible a un simplc .fuego clc mucrtes o supervivencias.

Tratemo-s de comprendcr ro qne significan ras arrr-nracionc.s sc-¡ltin Ias cualcs, c) el fenotipo cs una rcspuesta clel genorna a iasircitaciones del medio, y b) Ia selección'crsa sobr.cr los fenotiposconsiclcrados conlo rcspllcstas. A cste r.cspccrto cxallincmos cle nrrc_i\'o Lln clesal.rollo fcnotípico tal que , cn ocasi<in cle Ias interaccioncsentrc cl genoma v un me<lio moclificaclo, sc prochrct:n caractcrcsfcrtolí¡riccts ¿{ nculros, b far'orablcs l, t, clcs;f¿rvol.ablcs, rcspectiva-rr¡cnlcr, clcbitkrs a las ])otcncialicl;rclcs ¡:enóticas A, R v c. sin rcfc-lirnos a los pr'occsos núnrt:l'cis I r' 2 clislirrgrriclo.s antcriormenfc,conlcrt.tplcDros .sirnplr-rnr-nlc 1'.,,,,- .i,r monrr.r)to las clos f'ormas si-guicntcs clc selr--cción:

l.o Di¡c-mos qr.re hay sclccción cstructural (,- relativa a la cr;nt,¡rclsicirirt del genclma) si, cn r:l tl.ansctrrso cle las gcncrrciones succ-si'as, los fcnotipo.s portaclorcs clc caracter-cs b (y. cre rai potencia-liriades B) srrr fa'orecidos r'ros port^clorcs clc cir,.ac:tcrcs c (r,clcpotcttcialidadcs) clcsfavorecirl<.¡s (elintinaci<'rn ¡trrigr.csiva) caaa

"c)nrás cl pool gcnótico y los gL.nomas son moclificacios clc esta manc_rlr en sus proporcior-lcs y dan lugar a las r.ecstnrcturaciones qrrch¿rccn triunf'ar. a lns potcncialicl¡rcles v cat.aclcrcs 1l y b sobrcItrs C v c.

. ,2:' Diremos qtrc hay sclección funcional (.., relativa a las ac-ti'icladcs sintéticas del -{eno.na) si en el tra.scrlrso dcl clesarr.rrlkr,ntogcnótico las interacci'ncs con cl meclio tiercr.l conro efectr, rc_fr.z¿il-los car¿rcteres D y las potencialidacles B, clc inhibir caracic_'cs

c J, las potenci¿rlid¿rcles c, y crc clcjar los r¡ v.t sin c¿rnrbiar._3.'' Nr-restra hipótesis cs qLrc la sllecció. fr,rrcionar izj a"."n-,-

Pcña trn papel c:r'r Ia sclccción cslructtrral fi ), lo qr," .nnriittrye cl(pl-occso número 2>, mientl'as qrtc- cl (pr.oces() lrrinrcr. l> consistecn uo hacer illtc:rvenir más qrrc a la selección (l).sin (2).4'o E'r las dos hi¡rotesis, cr fcnotipo, en larto c¡ue epigcr-rotipr.r,cot.tstilrrYe cl tnolcl¡: ola tnatriz en

".ryo selto sc cor-lstituvc cl ltuet,ogcnotip. por l'ec()r'r)binaciones genéticas qtrc hace' qr-rc g- y b scimpo.g'n a C y c. El problemá consiste,

'Lres, "n .ó_¡,r"ncler Ianaturalcza de e'sta corre.spondencia quc ascglrra la adecr¡ación crelnuc-\:o genotipo al fenotip<-r no fijaclo hercclitarialnentc toclar,ía.-\.o E,n csto ,. lra' más q'c trcs sorucioncs: ') rar- ,lccomni_

'acioncs genélicas sc prodr:cen al azar, cs clccir, sin rclación coula sc'lccción furrcionar (2) ni con cl meciio, y las scic.ccird esrruc-turales (l) bastan para aseglrrar Ia aclecuaóión ¿"r

""e"o-!"notipoa sn moldc o ¡.ar.iz fcnofípica; ó.) ras re.combinaci;;". fcnitica,csttbarr prcforntlcl;r.s cntrc las combinaciones posibles 1i ,,o ,n.,nuevas cn un sc¡rticlr> absoluto: sL¡ noveclacl rclativa nr., es icsult¿rclomhs qtrc cle trna crccció' crcbicla a ra s<¡la .serccció, cstructurar o )clrtl'e l,s ¡rot.rciulicr¡(rcs c\ist..'tes h¿rsta ilcgar.,, ,,nn

",i.l.ració¡r

I-OS CONOCITIII]N'I'OS TNNAI OS 267

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2írB r, \ I \'r'nlil)R|l'r'AC'tÓN ]r f ol.ÓG ICr\

colr cl nrolcle fenotípico; c/ la rccourbinación cs, ¿r la vez, ilueva vt-to li¡lctltttr:n/c alcatol'ia, lo cual sLlpoltc l.llt l)l'ocrLrso nírnrcr<l 2; por'<:t.rnsiquiclltc', cic l¿.s intcraccioncs cntrc las sclcccio¡rcs est¡'r-rctura-Ics (l ) r' funcionalcs (2), clcbiclas a inforn.lli:iones por feedltut'lts cncl cLlrso del clesarrollo.

6." I-.a solución ri ) l)ot' c:l aztrr r' la sr'lcccitiu cslructur¿rl sola1-r-cscn tan dos dificul taclcs:

c,.) Desde el ptrnto clc visla dc Ia formlrción clc las conrbirracio-ncs rlue\¡as, sr-rponc ur-ra justificación yrrob¿rbilista, l'ácil en el casoclc r'¡riacioncs pcqrreñas, pcro inaclmisiblc para órganos colno elojo, etc.

0) Desdc el plrnto de .r'ista rlc lh selección, plantea csta obie-cicin, r'álida iguillmcntc: para las r,ariaciol.lcs pcqueñas, a saber: qllcsi el fenotipo presenta ya los cat'actcres (b, B) trirrnfanclo sob¡c(c, C), no hay ninguna ncccsiclacl tlr: una f crrocopia ¡:cnotípica ¡tarallsegllrar Ia strpcrvivcncia, ya quc los l'cnotipcls bastan. En el crampoclc la morfogétrcsis \,ercntos cn el subtítulr¡ VIII un cjernplo claroclc c-sta situación. En cl clomir-rio cognoscitivo no ltav ningtrna ne-cesidad cle qllc las opet'aciones cleluentales cle la inteligencia setorncn hereditarias nirra funcionar perfectamente, pucsto que has-tt aquí han bastadt.r las a.clquisicioncs fcnotípicas de cacla genc-Iaclon.

7.n La solrrción b) por precLetermiu¿rción cs siemprc concebi-ble porque siempre se puede decir dc una ltovcdad que cstaba ¡;rc-formada; pero:

I,OS CONOCIN,!III\ I'OS ]NNATOS

T) Entonccs cs l.lccesario j¡ivocar.'i¡ock.s t'clacioltaclr)s colt Ios r.csultacloslnrcIrrración gcnótica si clsll t,s, ¿r ]a¿rlcatori¿r.

269

ir-li'ornr¿rcioncs mccliau te I ec r! -(óxitos r_i fracascts) clc la r"ccs-ve7., nucvo 1, no lotalrnclttc

a) Esta es una solución 'i,crbal, l)ues no hay cálct¡locle lo virtual no tiene sentido más que cn Lrn contextov¿,ción deductiva) )¡ verificación experimcntal.

B) La supresión de toda novedad y cie todo constrtrctivismrie s inaceptable desde el punto de vista cognoscitirro: carcce cle todasignificación actual decir quc cl ojo, el ccrcbro v la inlcligcnciahl¡mana están íntegramcnte preformados en caliclacl clc combina-ciones posibles en el genoma cle las bacterias, etc.

8.o Si la recombinación genética cs nueva y no totalmcnte ulea-toria, entonces, para explicar su adecuación a Ia matriz fenotípica,no nos qLleda más que invocar un sistema dc informa,ciclnes me-diante feedbacks acerca de los éxitos o dc los fracasos de csta aclc-cuación; así pues, Lrn proceso nírmelo 2; pero:

a) Esto de ninguna manera significa clue el molcle let-rotípicosea cusa, es decir, que él mismo procluzca las recclnbinacionesgenóticas.

0) Estas recombinaciolles son prrr¡mcntr,. enclórcrras J¡ col'lsis-lcn cr'] mclclificacioncs dc las proporciones clcl ¡tool y dc los gcno-n'ras que funcionan hasta llegar a la adecuación a la matriz feno-típica, la única quc hace intc'n'enir ilrteracciones carrsales con clr¡eclio.

En cfecto, si los prclcesos crc forma 1 qr-rc versalr sobr.c cr crn-.iurto clc la p.bruciólr.uo '" acornpañacios cle proccsos par"alcrrsrlc lornt¿t 2 c¡trc sc ¡trochrcen clrrr';rutc'el clesarrollo.r" lo., i,",clivict.ros,no sc tienc ningurlr garantía rlc cllre l;r.s rccqtrilibraciorres ). r_cc()l)t_birrlr<:ioncs rl.lricl's ¿r ra scrcrccir'¡n bal<¡ ra ¿rccirin rrr,r 'rcrli'st,lrrl'c¡l¡rs¡¡s rrLlL'\'¿rs.v rro r-cs'rt¿rclo, sin márs, crc una ¡rr.cclcternrir.lu-.ió¡r . cle conrrri'¿rcioncs virr'alincntc pr.c,formaclas, r, t.rrar llr¡st'uclVc a cnViar crr corl¡rrcto rnistcr.ic¡ ii 1,, ¡.,cr..¡rccliyrr cl,,ltreri<r

'ista y, sr¡brc 1oclo, co¡ti'rosciriva, sal'o si ¿rtr-ibuimos toclo al azar,,lo qtrc es i.aclmisirrrc dc'scrc cr ¡r-rnto crc vista probabiliJn. s",,.,,clicr.. qtrc cl I'cnofipo cs rcsurraclo clc intcraccicrucs e,ntrc cr rlt:rrr¡_tip(l y el nrccli'\'qrlc cl I'croti¡'1..s, pues.'na r.csp.esta ¡rr r.cclir:r-:ligierdo las resprrcstas bucras, la sclccciír, lleg..'r;r r.ecqlriri_[rración gcnótica (nrlcva). Sí, pcro si Ias r.ecc¡.,iiibrr.,i,,,,,"s clel f..-'otipo no rcpcl'clltcn cada vcz más hasta llegar al gcno'ra incii'i_dr-ral, Ia sclccción cic los fenoti¡ros se reduce a rrn sortco cn cl scr-rr_rclc l, que c-rislía antes ]' ra recombinación ,o cs 'rás clue lr'as'bcclrnbinaciri' cnt.e cl conjunto de las combinacior-,", qa," ya son¡'rosibles. (nos q.ccla' las m'taci'ncs, pcl'o ro son, crl pr-incipio,adaplativa.s, si'o que eilas lrismas puecle'r ,",. pr"fo,.r-r-,aáas¡. porel co.trario, la .csp'esta fenotípicu

", .rnu respuesta a un proble-nr¿l nucvo planteado. por el meclio, y cst¿r respuesta es la Írnica ga_rantía clc la prcscncia de intcracciones <n*cvac, por. soliclarias q,¡gsca' clc las cst.rcturas anreriores. Así plles, cn la mcclicla cn qi,leel gcrronra .cacciona, a su

'ez, a los prbbr"-a, plnntlá.i* po. t"

'eorg'nizaci<in cler fenotipo, pocrernos cstaf scgr,,:o, clc ra noveclacrclc sus rceqr_rililtr.aciol-lcs r.

I (-onviene subraval' quc .varios trabajos actuarcs sobrc las intcraccio'esdel citoplasma v dei núcreo tru""" "áüirt'JÁás. u.rosímil ra intervención cteprocesos cie forma 2, los,c.uales, aunque todavía no se han clemostrado enforna alguna, se están volviendo, ;; &rtr;;, cada vez n e, pr"ui.illes. Hayque citar, primero, ros excelentes trabajos d; Í";;b yá"'u"".5¿ ro-üi" ¿r"r,r-ricltiu coli, que muestran, mecriantc ,'oá¡ii"*iones del medio, Iet existencia deinteracciones enrre er ciroplasma t .i ;;;;;; p'diendo ser obser'ados hasracn los detalles de Ia producció'" d" i;; ;;;has v que se tracrucen o biencn efectos inductores en los operones o bien en .eprcsion.s de los reguladores.Descle hace tienrpo se conocen en los insectos (Beerman) análogas- accioneshorm,'ales, que se ejercen sobre lot rn".ánlr*"r'g."Jtr".rír'rf üál"o.n"rrru.roa encontrarlas cn los

'crtebraclos. Estos diversos hechos no afectan todavíanrás quc a ra activiclacl f'ncional dc ¡i;;sa;;ustancias sr"rsceptibles cle mocri-ficar alguna de las cuatro bases del ÁDñ.-"- "

un dominir¡- en er que-tendrá que ."aárro"arr" tarde o temprano la conexiónentre el citoplasma v el genomá, y en el campo mismo cle las estructurasheditarias es el de lá heréncia "iti.n.oléu.,-que interesa, entrc otras, a ras

(la nociónde conscr-

-¡¿

i]j

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270 I-A IN'TI]RPIII]I-AC f ÓN ]]1OI-ÓGlCA

Pero a esta razótr se añade una segunda, relativa a los instin-tos, a las adaptaciones cognoscitivas hereditarias o a la de los ins-trumentos orgánicos de conocimiento: de cómo el cerebro, el ojo yla mano han estado predeterminados desde el origen en las combi-nacioncs genéticas posibles de las bacterias y dc los protozoos, cosaque cs absurda. Pero ¿qué podemos decir, entonccs, de la prefor-mación de siempre del comportamiento de Taenia antes de quecxisticsen vertebrados, o de los instintos dcl cuclillo, de las termi-tas o de las arañas? Si no Son ésas Combinaciones (nuevas), ya nosabemos qué quiere decir esta manera dc l-rablarr. Ahora bien, si

fibras y a los pigmentos, o al sentido de ofientación de la concha dc los gas-

terópodos (así como, según Ruth Sager, la herencia de la resistencia a la es-

treptomicina en las Chlamidomonas). Se atribuye csta herencia a <plasmagc'nes), término todavía muy oscuro y que bautiza el problema, más que resol-verlo, pero Sonneborg y Preer han mostrado, en un caso patrticular de Para-ntecium, que estos oplasmagenes> cran fragmentos de ADN, emigrados otrasladados al citoplasma. Además, Sonncborg ha cstablecido recientemente,comparando dos formas distintas de Parantecitn attrelia, que trasplantando enuno un fragmento de membrana celular del otro, se inducía la formación decaracteres que entonces pasaban a ser hereditarios. I-Itiblesc o no de <plasma-genes>, existe una herencia citoplásmica y modificable por el medio (henenciade la sensibi'lidad a las toxinas o pérdida de pigmentación). Ahora bien: es

difícil sostener que no haya interacciones entre estos "plasmagenes, y el geno-

ma, o una adaptación mutua de los dos sistemas genéticos.En resumen, el problema central consiste en comprender cómo ha evolu-

cionado el código genético. Cuando se nos muestra (Pauling, Zuckerkandel,etcétera) que se encuentra en eI hombre una cadena de proteínas que ya estápresente en los peces inferiores, pero que se ha incorporado a otras, se planteainevitablemente la cuestión de establecer cómo se han constituitlo esas cade-nas nuevas, y el recurso al azar es una pobre respuesta. A las hipótesis quedatan del comienzo de los trabajos clásicos de Dobzhansky, Goldschmidt su-gerla que se añadiera la de omacromutaciones" o variaciones hercditarias qucse producen durante el desarrollo embrionario. E,l punto dc vista de Wadding-ton sobre la importancia del sistema epigenético nos permite preguntar hoysi estos términos de odurante el" no deberían sustituirse por las palabras <en

I ¡¡ ción delo, o, dicho de otra manera, puesto quc los procesos epigenéticoscstán determinados en parte (pero solamente en parte) por el sistcma gcnéticoerr la acepción amplia del término, ¿por qué excluir las retro¿rcciones desde losprrmeros hasta el segundo, puesto qtte ya no se rirzona por causaliclad lineal. cie sentido único, sino por circuitos cibernéticos?

, El gran biólogo Tl.reodosius Dobzhanskv ha esclito (en el volurren HutdcrtJal're Evolutionsforschtmg, G. Fischer, 1960) que la tesis de )a preformacióndu" la evolución, que es tanto como negar ésta en provecho de un desarrollopulamente endógeno y predeterminado de una vez por todas, es en principiouirrefutable>, y que sólo se puede mostrar de qué nranera cs inútil. Pero si se

reconoce alguna importancia a las influencias del nredio, incluso en virtud ¡leuna prlra selección estmctural, se torna difícil consider¡l'como dedr.tcible lahistoria evolutiva que resulta de ello. Fundándosc cn los tcr..¡rcmas dc Goedel,se lra podido mostrar que una máquina ctlyos il¡p¿t¡.s, cngranajes internosy oulputs están bien "determinados> Y son bicn conociclos no permite calcularen el tiempo / lo que será su propia situación en I'i-l. Entonces ¿qué scrá deuna nráquina cuyo mecanismo es modificado por lo qrte la rodea en cl trans-curso de ¡na historia? Ahora bien: el prg¡:rio l)r¡bzhansliv cleclara, v cn el

mismo artículo, que la "evolución ('s una rcsp{rfsll cr'r'u(i(}nI tle l;r tnateri¡

ros cncontranos ell presencia cle <novc¡clacres> cresde ei punto devista evolutivo, z.cómb,conc.ebir que se hayan establecido si' in-lormacioncs rer^rivas al mecrio? Ei áquí, en"er terreiloágnoscitivoclel comportamiento,. cioncre "t pu.oLtirmo de ros nroclos cle infor_nración I y 2 (final ctc los subtíjulos rv v vi;;; ;;;;;; indispen-saltle, pues Lln comportanriento nuevo, por transindiviclual que¡sc.¿r, rro puectc aaa¡li1l|se y fijarse.por asimila.ió" g;;¿;;¿r mas quc,r cl transcrrrsc¡ cle un ejircicio ¿e iat concluctas ilo .""1 no signi_lica__un aprenclizaje ciel cbnjuntoi.

-

cierto es que se pttcclc óu-pa.u,. el proceso cle ia selección ensrr accpción común (proceso 1) con,na serie de tanter¡s i'divicrua_les por ensayo y "lfo_.r

consistiencro ra única cliferencia cn er modcrde sa'ción: ros incrivicruos que ti"""" é.it;:;;;;iuJn'i"on,in,ionobrando, mientras que los indiviáuts que fracaso', /l.rupor"."upo. criminación (muerte_ dcr renotipo¡. éi" ¿"iü,'io' .o;,.,prra.iontienc validez r)a.a .ras aclapta.rn".--o.fológicas y fisiológicas clcun¿r escala lo suficientement" grande, para no entr.ar en los cleta_llcs clc los ajustes. cliferenciad"; ;;;;.iación a ñ;;";;rnes par_ticul¿rrcs del medio. perg si.," i"i"r" aplicar cste esquerna a latormación de un comportamiento'instintivo, nos olviclamos cle unaviva a Ias ocasiones ofrecidas. por er mediol (Oaes. gó-?), estando cierrniclo el:::['f"Ji?::i"o:": ]1 :¡o'i"ién;;'";;;;;;", p...iso,'n";;;;'ü;;r", quc rasy e en e I p re s en ü fu*jii{ [ i:, T*Hl, . üi'i'.lil' A:¡:."JJ:

"tii T "#"nir) (pág' 43)' pero ros^^genes o6.on, ái."]-cle manera semcjante a Ia de losmiembros de una o¡'questa y no .oÁo ,oi¡riur, cre-

^maner-a que¡ como insisteen. orro rugar (Tttc O"-:::,:o::_f uttu.atist,-niv._dic.. I95ó), lr-..=l".tirl no ot)cra

iiifjl'ii,"."ji'3áliR:il:":.:ü:,",nJff i#,:,:?il ji:,""J,*iT,fi 3.",:rcle un solo gen i'cpercute en dos o -¡r?l.iier.es). Además, Io qrrc rrcter¡::i,,r-.cr exrto o er fracaso no-.es solament*

"l ur-tláo..fenotÍpico rinar, iino todas ;asetapas crcl cresarroro. p<¡r o1r-a partc, la uoriuuili¿oa no se clebc rnás que :r jas'rutaciones,

pcro sr-rbrc todo u I; ;;;";;;;cro-nes genéticas, y recorcl¿rrrosque Dobzhansky es cl autor de.la ,,frioállrl. ii la balanzao (19,s5), scgún la cualla.nolma adaptativa es un ordena_¡'"ri" ü.-i,ninio de t'"té'o"ieoto, mírrtiprei irt;;;ñk1,"il::xlH5.1:,ii,::;::""1,T::.rarnente clara en oVariation ""¿ E;;i;ii;;,, proi. ,t,,,ii..-i;i,^¡i.'!.oc., 159,vol' 103, núm. 2). Entonces, r" "r"ncñiiJÉiequil¡u,r"'ini".""'i".l poo¿ e.n"-lrco' con ro quc Lerne. ha

'amado .,iron.,ürLsr, s"nérig.,r, v tant; la expe-riencia clásica dc Dobzhanskv.v ii. Sp"r.;;:;_. las. ctc Wall¡-¡rn (t952) y *ros

i"".TLffi#3}]ffi:: "-:,:..nfi 9: I"'"qi'iiuiici0,,. p".o ,i'io'.q.liríúi.u"i0., a"ll"'¡J;. i"#;;i;?.'?ii',?,iitil^'ii3,1',i'1,,X

r¡s situacionc' -"ii".i"á.".,

",t¿

ii::'d:[:xi]:i,*t'ff ":.,Jn{ü1"#tlil#;iTJ,,$Jili$ii'j'!*r-ecombinaciones, sino .esurranrg_s "ii..iár. fii ."r_".iúii ñ, ;;;,r; o slrper:vrvencra (proceso I, subtitulo V) o son, .olno to. ,ug"r:inio, i;;:;;;." 2), lasocasroncs que perrnirer,,_o-l:.^p::::*. Jo-i""q"ilib¡"¿rción intcr;a ilcji l,,,nomr,"ofrl.rsc po. feetlback cn cl rranseL,.ru -ir.ná-l;i-;;;.ilr.:;i;'i.",,,., ,rro,',_lre.stit s. a*ividacl), d",l:.:^:..:ii.^¿o. ,u....luo,,-,entc c¡btc,iclur, 1,,_cóirnm.nlca llll (l('pcrmitir la regulación, ctlvo lttccanisnlo resrrrt. irrcorr¡r.crriibre si¡r esto.

LOS ('ONOCINIiliN'fOS tNNr\.t.OS271

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I-A INI'I]RPIIETACiON BIOI'óGICA r.oli coNoclMiliN l0s tNNAI0s 273272

clilerencia esencial: el cotlportamiento inclividual por,ensayos y

errores supone ,rr, m"Lot'i'áo continuo cle f eeclbacks tales' que los

errores cometidos "r":"i."" r^s condLrctas ulteriores, o dicho de

otra manera, tales que el comportamiento sea orientado sin cesar

por los resultados óbteniclos, tanto por Ios buenos como por los

malos. Pues bien, en la selecciórr cie tipo 1, los supervivientes no

;;;;;;;;;d; á; lo'-i"áiuia"os eliminaclos' v' si siguen obranclo'

no hay f eedbacks "^ q"" al nivel fenotípico- en Io que concic'rtle

al comportamiento, iá qt'" tlut" incomprénsible el aumenio de la

información. EI proc"tó ¿" tipo 2' poi el contrario' generaliza la

selección con feeatticks hastá eI nivel ciel genoma. individual, lo

cual está en la lÓgica del sistema, puesto que, repitámoslo' si el

;;;;;;;"see sistJmas regulaclores como todo eI muudo I'econoce

hoy, se encuentra' po. "'J mismo, en posesión.de.to{o lo que es

necesario paru "rtui informado acerca del resultado de slls acclo-

nes en el transcurso ¿e la morfogénesis; entonccs,.es-concebible

;;; É u"iiuiau¿"s del fenotipo repercutan pr'ogresivamcute (eta-

;;; ^t, 9, a) hasta provocar respuestas del genoma'

En resumen, el modo de selección que interviene en el plano

delcomportamientonopodría.reducirseúnicamentealosprocesosáá tipo i. No ",

por sucesión de muertes o de supervivencias como

seexplicaráporquélasarañashacentelastandiferentessegúnlasdistintas especies o córno se clecidirá si la percepción de la tercera

dimensión en el htmbre o en los primatei es innata o adquirida

;;;;-a;$"és del nacimiento, pues esto viene a ser lo mistno desde

iip""t.'t"lectivo-. iambién en el terreno dc los órganos heredita-

rios que sirven at comportamiento, nos ctlesta mucho trabajo ex'

plicar sus diferen.ia.io""' tan adaptadas ir los detalles del medio

i*áiüi, ""-fr"rá por.que un jucgo d,e t'eedbac.ks en cascadas o

en niveles distintos .lt rei.oacción rio 'inculase

el comportamiento

aI genoma "on r'rnu dirección no sólo ccntrífuga' sino también

;;";;íp"a". Por ejemplo, recorclarnos. que los Drepanididae de las

;sras Hawai presentan formas de picós adaptados a -cada nicho

ecológico, pero especie por especie' mientras que en el continente

;;1;"1" á" erp""iátizaciónes por familias r]ruy diferentes. Esto su-

;;,;;.;; evoir].iJn mucho más rápicta y enronces.cs ciifícil con-

;,bi. a;; estos picos especializacios cn ftLnción de situaciones muy

ci;ferenciadas (según q,rL lor alimentos estén situados en la made-

l'¿, cle los árboles, et't lri ri"tra, cn las llores' clc:') hayirn podido cons-

tituirscenur.}tienlporelativarrrclltebrevelalrartirdeunorigenfamiliar único poi: iit"pt" selección cle tipr'r 1' es clecir' sin que el

o",'o*useainf.ormacloporIeeclbackdelrcslrltaclodeloscompor.íriÁi""tot a los cuales cstán ligacios estos picos

Esciertoquereconocimoscrrc[$lTlaposibilidaddeinven.

lBrcr,cpor.rllaciÓnal¿rtlifcrenciaciónclclasfamiliascnelcontinente,

cir-r¡lc.s cle n¿rttrlaleza instintiva, result¿rntes, al nivel clei genoma, clcla coo.clinación cle esquemas enlazacros en la construcóión cle uuinstinto r-elativamente inclepencliente clel compor.tamiento inciivi-clrral y que hernos insisticlo, a propósito cie esto, en el car'ácter tl-ans-incliviclual de los ciclos ittstinti,,'os. Estas cclorclinaciones espc¡ntá-neas cle esqLrcmas al nivcl genético o ¿rl clel epigenotipo cxplic:rrian,c'particuiar, por qué el i'stinto puede rebasar, con mrrcho, IasJcaprrcirlacles clc uprcnclizaje o clc inteligencia de las especies col.res-ponclicntes. Perc¡ sigue sienclo verclacl que tales cc¡ordinaciones su-poncn la existencia dc esquremas elementales susceptibles clc serLo()r'(liuados: pcnsandcl crr la l'c-rrlrración de i'stos, insistimos aquicr¡ la necesidacl cle nn cnlace por f eedbuclcs sucesivos y regresirtscluc concluccn clcsclc el comportamiento de los inclir,iclnos hasta clpr'opio genoma.

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vlL Rclución cntre el tttctclelo anterior y tos de Ia selecciónorgátiicct, así conrc let regtúación cle las mulaciones ar cl senticloda I'. t,. whyte'-La idea, capital para nosotros, crc que ras recom-bin¿ici<-¡nes genéticas mecliante't'eeclbacks o regulacibnes progresi-vas llegan a ajustarse al marco o al modelo fénotípicos construi-d.s p<,r' interaccioncs c'trc. el genotipo y cl meclio, ftrecle apoy¿rrscelr un conjunlo clc conccpci<¡ncs corlociclas con el nómbre de ielec-ción orgánica.

Iln 1881, W. Roux cs-cr-ibió un ensa)/o sobl.e La Bataiüe cles ¡tur_Lics duts l'orgunisrne. Quince años más tarcle, la idea fue recogiclapo. A' weismann co¡r el nc¡mbre cle intraselección, per-o sin qlle scliiif ' percatacl<-¡ de toclos los alcances por lo q,r" ."ap".ta a las ac-cit-rL-lcs inclirectas clel mcdio, que cie tal rnanerá hacíi ¡rosiblc dichaiclc¿r. Pol' la misma época, Baldrvin la constituía cn principio máso ltcn()s gencral bautizado con el nombre clc n5elegc-ión orgánicetr,v 11. Il<-ivasse, en ei excelente torlo consagracr, a la biología, 1i:.i-gicl, po'J. R<¡starcl en la uEuciclopécrie cle la pléiacl.^n, ri clefir iósin r'ás como (la posibiliclacl clc sr.rstitución cle u'a acllrptac;ón iror.urla urlrtación, (pirg. 165ó). I{ovasse scñala (pzigs. 1ó78 a lógl) lalrcc'uc.cia cle est¿rs sit'acioncs c. las qlre Llr'¡ fé'otip, cs sustittri-clo por_'n genotipo y q,c (r'crnecl¿ln, en cicrta -a,.,ai.", una herc'-ci¿r tlc lo aclcf irido, (piig. 1679). E. cl caso cle la so/¿¿r¡u.tn d.ttlcct.tn0tu vL\t. nturiilu, cuyas ho.fas son g,l.Ll(,sas y pilosas en Ia orilllclcl rr'ri-, I-Io'irssc clistirr¡¡uc 1r.cs et¡¡ras: un lluro ¿rc<;rnoclaclo, ncrhcrccliLario; clesptrés,

"¿r 'rczclu cle acou.roclacl<_¡s ) cle un1¡11¿1c¡r-ncs ¡raralclas irl ;rcomoclaclor, qlrc .se sclcccio¡ran Lnto¡rces cn cltnislnt,¡ scnticlcl qLrL' csfc r_rltinto, y, finalmentc, ula sustituciórt lotaltlel. ircouroclaclo, pol el nuevo gcnotipo (pirg. ló7g). pcrc.¡ .,nlonccs(:córrr() explicar, sirr un rrrila¡4r'o ¡li azar pr-rr-r, la c.on'Lrrgcn(ri¿r clclrucc.r¡¡r<¡cl¿rclo letrotípico y clcl nercr,o renotipo? nNo ]o slrb-cnl,,s con

Page 142: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

ce.teza. sin embargo, el hecho de..eue un organismo pueda reac-

cionar a una u""iO.,tl"i^-L-JJ-"¿iánte una iomación implica' en

su citoplasma, inde.pJiiiÁt"*""te de sus genes' la posibilidad de

un mecani.*o ."ul#d";;';;;;ñion ¿e u; rnccanismo génico o

qrrizá plasmagenico' E'te mecanis*o' tt"u vez realizaclo' ¿no puecle

clesencadenarsede"""""*¿'fácilmerrteclespuésporunfenónre.r.o génico? La somación esbozaría en cierra -un"* la mutación>

@ág. 1679\.A,i '." explicarían' entonces' las fenocopias' Io mismo

que el efecto o" ," i"i"p*"*ia sobrc ra taila (reglas dc Bergmann

y ¿e Rtten), efectoü":i'$;'-oll:ii""'rerrte fenotipico' se ha-

brá convertido en genotípico por eleclo Baldwino (pág' 1679)'

Pero, si se admite que -la somacron (esboza) la mutación' es

porque además de la icción centrífuga cle la mu'tación o de las

recombinaciones génf,;il;-i amoldin al (mccanismo realizador>

d,e la somación fenotípica' clebe haber' de tetorrto' un leeclback de

dirección centrípeta, como lo reconocimos en los subtítltlos V y VI'

Cuanclo Baldwin h;ti¿ ;; oselección. orgírnica' sc'trataba todar¡ía

de simples nuruorull i ;; ,ig;ifr.^citin irarro arnbigua, pues, si Ia

selección exterior puede procc.der pot' clituirtacioucs y supeniven-

cia, una selección'organióa o interna se ¿lcclca mucho más a una

etección más o #3;',;;;i;,^^;;í ;"es, A rlna regulación propia-

*"t'r","df,*: Io da Lancelot Law whvte (ttrternat F1?:?" in Evo'

lution). Whyte "'-t.tit matcmático cuyos trabajos se han cor-Isagra-

do a los sistemas ordenados y su sueño cs cic'scubrir Ias condicio-

nes algebrai"u, g"ii'oi"t qtt" p"t'*itan espcciiicar cl orden de las

Dartes de la c¿luia' En su oúra (comentacl¿t por E' Wigner' en

'ehysics b Dav, p;;'D"l;tl en ernbriología v :t Si:'ii:.Í '-jotrrnut

de

cnero de 1gó6) p"'.r" ¿" -ias

icleas clhslcas cic c.-rc tocl¿r mutación

debe sobreuiui. fr.i-"r.o "1 -las cr-rnclicior-rcs intct'rlrts irnpttcstas

por la célula y dJ-ñ; ia célula.germinal r's Lur sisteura muy ftter'

temcnte integracro y estl'ucturaclo' cuyo funcionamicllto no puede

cfectuarse más que conforme o tttt íú-"t1" ]l1i:1:]:.de modali'

clacles. Podría ocurrir, cntonces' cluc varias urutaciones simultáneas

hiciesen saltar el sisiema cle un moclo a otro' aun curando estas

mutaciones, tomadas una a una' lleguen' conl? 11.:t:^t oclrrrc' a

I'acer estéril l" ""f"io. Whyte sJgieré' crntonces' que la cólula trro-

:er. nrecanir.rro, J"-ñg,-rioéiot*tlc la mtttación capaces dc ucles-

¡tttrtat'> algunas, cle haierlas compatibles cotr cl t'csto del sistema

o, inclrtso, ¿e transLáimarlas pt'siiiv¿llll(]ntc llstos lrrccitnismos ho-

l'lt.ostásicos ct-¡lrstrtriclu, en cf t[allscilrso c]c llt cr,olución sc mani-

lcstaríall, "t rr" o¡'u' cosas' cn los (suprcsor-es {altos tlc seuticlo"

cL,:,clitt.¡s ,".i",.ttti"'"ntc en las bactcrias lscicncir:' 119' 3ó82: 417'

lC'iSl y quizir pucclan ellcontrarsc cll otras p!\rtcs'

Así ¡rucs, Wh;ü;;tf" ^ to sclccción orgírnic"t propiir clel ct'ccto

Balchvin o de la "^'i"iifuti¿n genéticar" clc \\¡aclclington rtna expli-

r.os coNocrMrnNTos rNNATos Z7S

cación posible en el sentido de Ia reguración, así pues, de una ca-pacidad de los componentes de funciónar coordinailamente, lo cualda toclo su sentido al esbozo de ra mutación por la somación deque hemos hablado hace un momento. con este ejcmplo vemosque la retroacción de las regulaciones génicas, hipótesis que pran-tearnos en los subtítulos V y VI diciendo que podría pioclucirseien el curso del funcionamiento morfogenétiio, es .rna iiea <en eraire> (no conocíamos a whyte cuandJ escribimos tui pálina, an-teriores) porque está e¡ ra rógica misma de toclas las'c8ncepcro-nes contemporáneas a base de regulaciones y porque mecanismos'eguladores

que no toman en cuenta r,rr .er,.ltidos carecen de sis_nlncaclon.

. VIIL Un ejemplo de ,,asimilación genética,, s7x el campo cle Iacinetogénesis.-En esta búsqueda cle un tertitnn r entre el lamarc-kismo y el neodarwinismo emprendimos hacia rozl y reanudamosrecientemente el estudio de una situación ejemprar áe áJuptucio'morfológica ligada aI comportamiento del ánimar. se traia ¿e ralimnea de los estanques (Limnaea stagnaris L.), cuya toima ator-gacla todo el mundo c_onoce (fig.5,núm. i), pero qú"

".r-io, grur_dcs lagos de Suiza y suecia cla u'a varieclad tacttitris Stua. in"vcc¡ntraÍcla (fig.5,nirm.2), y cn los lagos cle Neuchátel v á" Co.rr-

LA IN'II]RPITI]TACIÓN NTOT-ÓCTCN771

{2)

tenz¿t, una forma toclar,ía más t'ccr.rgicla (var. br.¡dutnicu Class,.t, ¡rr,i-<.rtanto la Lrna corno la otra en lonclos poco irrcl;nirtlos, pcclregc,s<.rs

)')ttuv expuestos a ias corricntcs. t\hrtra lticrr, c.;t¿rs viu.it:clirrlcr.clur.n(J existcn mii,; quc: cr¡ llrlc\ corr<.tici<¡ltc:, (lrcrrros c:t.r¡rsult¿¡clrr

I Nircstro ¿rttrcult¡ prciirrinar sobre l¿rs raza.; l¿rcust¡c. dc la "l.imtktaaj¡.1!níili:j L. Rccircrclrcs sur les rapports de l'adaptati<-¡n l¡úrúclit¿rire avcc lcrrilreLi" {Btúletin biologique Lle lu France et cle lu Be!giquc, t. LXIII, 1929, pá-ginr.s .12{-J59) terminaba con üsl.ts palablas: "Entre el n-Iut¿rcionisrno integrai'' )a itipútesis cle uns herencia continua dc lo adquirid<¡ ctcbe haber, prres, untertittttt", etc.

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276 LA IN'T'E,TI.PRE'I'ACIÓN I]IOf-OCICA I,OS CONOCIMIEN'I'OS INNATOS 277

l,rs repertorios de la fauna, muy abundantes desde hace siglo y

"r*¿lái y uirituao las colecciones especializadas) cleben su forma

cohtraída a los mÑmientos ctel aiimal: durante toclo el creci-

r.r*nto (a la salida áJ fttt"uo, la espira no tiene más elue 1-2 vuel-

;;;,-t en estado aclulto de 6 a 7), el animal se pega fuertemente

alaspiedrasacaclaolaosacudida'loqueclilatala.aberturayu.orlu'fu espira lpoi contracción del músculo columelar)' Hemos

p."t"a" ".iá-

caüuian.to cle medio, en el transcurso de su creci-

miento, fenotipos contraídos de taza poco contraída (de aquí' utt

cambio de forma en acuario para los ejemplares lacustres) o crian-

á;; ;" un batidor formas dé pantano (ac1uí, una ligera contrac'

ción). Se trata, p,r"t, A" "t tutb típiap cle cinetogónesis en el sen-

tido de CoPe'----Rtroro bien, las formas más conlraíd,as (lacttstrís y bodanúcrt)

son hereditarias. Las llamaremos razas IV y V, cle entre cinco ra-

; Ált,it¿rridur, de las cuales I y II son alargaclas y de.agua es-

l;";J;, I tlt int".meclia (var' intermedi& God')' común a los

p";t;;;t y a tas bahías relativamente tranquilas' Por ejemplo' se

;;ü;;"zar las razas I y V: ios .incliviclr¡os.f. t?n intet'medios

j' ," "t"rr"ntra en. F. .ttua se gregación menclcli¿tua ''

Observemos, aciemás, que cstas razas IV y V presentan com-

nortamientos especiallzá¿ós' En primer lngar' neligeuo su medio'

Ijnj; i;-;ñetü" ¿" Waddington: nacla les impedir'ía, por ejem-

nr:, rr't,'ilJi;;pedregosos-y.agitaclos no tes conviniesen, des-

t"l¿., a 5_30 ,]}. "r,

Ia zo-na sublitoral, dondc vive u¡r¿r pequrcrla vir'

riedaclalargadaalaquehemosllan.rador,ar.BollittgcrlPiag'Aho.;;;i;., sí iuecle haber cruces entr.e /r¿cr¿s tris y Bollitrggli¡ una cLlr-

r¡a cle frecuencia lomada en cl lago clc Ncrrchitel (ert 750 ejenipla-

r.cs ctc t,na misma cstación) ,"t.iltó ser lnrry clar¿tnrcntc bimoclal

y-iro irrry ningún signo cle migración cle lt¡s pri'-reros l'racia 'bajo.

i:,rrl orro purt-", los lacttstris-bocl*ttticrL tiencn sus hábit<,rs: ,ra sa-

c:uclicla cn el acuai'io hace quc se aclhicr'¿r' al 'iciri' (como l's Pr¿-',lilo,

," puede hablar aquí, en cste senticltl' clc rc{lc'io npzrtel:trn)'

mieltlr'¿ls que un ejemplai' clel pantano se clcja caer itlmccliatamen-

tc, lo que sería mdrtai"" tttt lágo (la rllpttlra tlc l¿i cspil'a ¡rroclttcc

lrcriclas en eI hígacio, etc')'¿Cómohanpodidofornrarselasrazascotltr¿ríclasIY(lacttsIris)

y i-6ii"Á¡rilz La hipótesis mutacionista que nos ha sugericlo

inmecliatamente nuestro colega Guyénot es qlle: 1) las formas con-

;;,;á;. se produjeron casi pór doquier' al azar y sin r"ringuna rela-

,:ir I'r con los fenotipos contiaídos ño hereclitari<-¡s (éstos serían los

ü¡icos que correspondiesen a nuestra explicación por cinetogéne'

s;s); 2) Ias mutaciones contraíclas nacidas cn lr¡s pantanos serían

. I Pala toclos estos hechos, véase J'.Piaget "L'aclaptation cfe- la I'itttttut:tt

st<¡srldlis aux milieux l;¿;;i;;; de la Suisse-rotl;tncle', R¿t'¡r¿''sr¡iss¿ dc 7'oul '

,"'il ¡o r1929), págs 2ó3-531, Linrinas 3 :t ¡

{7

ii

iI

f{}T

climi.adas por ciiversas razolles (falta cle oxígeno, etc.); 3) en loslugarc's agitados cle los grandes lagos, y soram-ente allí,'podrian so-brevivir, por el contrario, graciai a su npreadaptacíón, fortuitacn el senticlc¡ de cué.ot. En 192g corocamos en un pantano de IaMcscta cle Vaucl, clesprovisto de Limnaea stagnaris, huevos de laraza V seleccionada, en acuario (sexta generaóión). por clesgracia,en 1943 el pantano fr-re desecaclo, pero ln 527 ejemplares encontra-mos ,n índice cle contracción (relación entre la allura cle la aber-tul'a y la altura total) de r,39, siendo que el fenotipo lacustre esde 1,35 y quc -57-5 cle acnario crieron r,43 (en la nat'ialeza las esta-cirres dc pantano cla'índices dc 1,ó5 a 1,g9 y las cstaciones lacus-tres clescienclen hasta 1,31 por término mectio). Aclemás, cle ó5.000ejcmplares eraminados, el primcr milésilo es cle 1,529 en las esta-cioncs no lac'stres;- ros 527 ciemplares de nuestro pantano se ex-tcr¡clían clesclc 1,20 hast¿r 1,óg (minimo en los tagoi t,l4¡ y 9 clecacla 10 erau inferiores a este milésilo de 1,53. Así-pues, es,ncliscu_tiblc clue la

'ar'. luutstris puecle

'ivir en un pantano estancaclo yconsclvar su forltra r.

. iln cstc c¡rso, ¿p.r-c1uú lr, sc ^alra

prcscntc cn concliciones va-ri¿rrlas y no sc clcsarr-o[a más que en lbs lugarcs ,"i, ugiia¿os clelos g.a'cles lngr-rs? E,s eviclcnte que hay contlnuiclaci cntic cl feno-tipo y csta raza lacust'e bocralnica y qlre nos hailanros en presen-cia clc un caso cle <asimilación genética) en el senticlo cte Wacl-cli.gtor-r, es dccir, clc fijación hereclitaria cle una

'ariación fenot!

i'iic^ n' fijada cor ante.ioricracl, Tenemos, plles, (herencia cle lorciq.i.iclo>, pcro q.c hay qrrc intcrirretar mciliante serccción cre rosfcnotil-rcts.

r.Lju/rr cs, cntonccs, cr.nrrcro cre serección (ha siclo para tratarcst¿l cr¡cstió. p.r l<-r qtrc. hcrncls c.\p.es(o nr¡r.rí cstos hcehos) qr-recxPlica c' cstc c.so p'r-licular cst¿r asinriració¡r ge'ética? J<ecorcle-m,ii, pa|a lijar bicn las idcas, que nos cncontfílmos cn presenciar"lc ru.r¿r sitrración conlol.rne a l¿¡ clc la figr-rra 3: la n<¡rma cle reac_t:i<i, NR

'epr-.ricnrar'í¿r l.s var.iac:i'nes ilel ínclice clc contracción

rrn lir cspccie (carictcr /.r, pcr.o cn valcr-es ciccrccientes clcl r'ciice;.sí ¡rlLcs, en val,r'cs crccicntcs clc la contracción misma) y en lalibscis¿r se nos rlaría ra agitación crecicntc clel agr-ra; "i' ,.grr-,"r-

lu ry I{ (línea clc ¡runros) rcpfcscntaría las va.ie.ü¿e, ii",ur ris yborlunticu en meclios agitados.obsc'vemos, ¿rnte toclo, que estas varieclacles cc_¡ntraícias rei.'re-scrtar.ra noveclacl rcai ¡ror'eiación a la distribución habitual c,elas l'.r'mas clc la cs¡recic: las estaciones n<,¡ lactrstre, ," "*ir""iiiricor.nt.r Ilr:nlos visto, ilc 1,ó5 a l,g9 cle promeclios cle contr.u".-ion (a*.-

ri¿rciúrr 0,24), nric.tras q'c las cstaciones lacustre, lo. ,eba.an cre1 \"/ür'.). I'iagct uNole s¡-ir trcs I.intttaca stagnalis L. var. racttstris. stud. érd-!(:'.:; .l.rrs r..

"l.c rlrr plateart v¿ruclois,, Révtte sttísse de z,ol,, t,72, pági-¡ras ?'':')-7¡i7 I19ó.5 ).

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278 I-A IN'II]III)IIII'IACIÓN I]IOI,(1CICA r.os CoNOCINIiliN IOS lNNA.t()s 279

l,3l a 1,65 (desviación 0,34). Así pues, no poclríamos -clecir que esta

aesviacíón de 1,31 a 1,ó5 estuviese comprcnciida cn la variabilidadnormal de la especie y se trata, por tanto, de explicar esta des-

viación.. Los dos procesos posibles son los procesos I (selección por cli'

rninación y supervivénvia) y 2 (modificacitin de las proporciones

del genoma, como en 1, pero por reeqtriiibración en función de los

f eeíbacks que intervienén clurante el crecimiento clel indivicluo).

ñatu.alme.rie, los clos procesos pr-recicn c.tnbinarse, Irero clesearía-

mos mostrar que, cn este caso particttlltr, e:l proceso 2 parece ser

necesario.La primera razón es que la agitación clel agtra no couclucc, clc

ninguná manera, a la muerte de l¿rs razas ncl contraídas III-V.Cier"to es que un inclividuo alargado es eliminaclo por las olas,

mientras qúe las formas contraídas puedett vivir cn cualquier lugar.pero las rizas III y quizá IV-V pueclan dar, c¡ los lagos (1. ¡emosverificado muchas i'eces en el caso clc l¿r raza III, cc¡mírn a los lagos

y a los pantanos), fenotipos no hereclitarios (no liiados) tan con-

iraíclos óomo las razas IV y V. Así pues, bicn |ubicsc pocliclo octr-

rrir (y lo temimos al principio) que las formas lacttstris y boclanti'

,,o nii tuviesen nacla cle hercditario, puesto clue la yariación feno-

típicar basta. Así pues, no hay ningún motivo neceslrio cle selecciótl

clel tipo 1.pcio la segunda razón es todar,ía más sólicla. La raz.e IV (/actts-

¡ris) habita en suiza en los lagos de constanzal, cle Ncuchátel y cl

Lemarr, mientras que la raza v (bodarnica) no habita más quc en

los clos primeros (las orillas del Leman so¡r más inclinaclas y cstit¡mel-ros éxpuestas). Ahora bien, en el lago clc Ncnchátcl 'se pttcclen

encontraiestaciones de raza IV de igr-ral promeclio que V (índices

1,34-1,37), no pudiendo clistinguirse bien los fenotip<'rs, pero sí los

genotipos. Entonces, ¿cómo explicar el paso de la raza lactts-

ir¿s (IV) ala raza todavía más contraidaY (bc¡clanticct) por Llna sc'

lección de tipo 1? No hay ninguna razón ¡rara eliminaciottcs, pttcs-

to que los fenotipos pueden ser semejantes. Por cl contrario, cn Lln

pro."ro de tipO 2, en que los efectos del medio sobrc el crccimien'io repercuten finalmente en el genoma por ecciones cle lcedbttcksa cliférentes niveles, se comprende cómo la influcncia acumulativaclel comportamiento y de los movimientos clurantc el desarrollo si-

gue ejerciéndose sobre los fenotipos de raza IV hast¿r dar lugar a

un genotipo todavía más contraído cle raza V por reorganizaciónprogresivá o cambio gradual cle las proporciones clel genoma ''

I A nO Ser que se trate de una herencia extranuclear. En efecto, se sa'be qtte

et car¿ótei deitrógiro o levógiro de'la espira depende del plasmagén y no del

,r*' o*" ipiuer, Bóycott y Garstang, lournal ol Genetics, vol' XV, pág' 113' lo

iia,,-mosira¿o portlo que respecta a üa sinistrosidad de la I'imnaea peregro),

;l; ;ññ;"áría ocurrir enll caso de la contracción de la espira. En efecto,

IX. conclusiones.-Estc ejcmplo, quc rrenros crcicio quc crebía-ruos desarrollar un poco, es instructivr,r porque es muy caracterís-tico cie las innumerables sit,acioncs et-r qire lá forma dé u. órgeno,o incluso clel cuerpo cntero, corresponclc al comportamicnto er"ecti-vo. El pico cle un ¿l'c), las callosicracrcs clc ra cpicier'ris que tora encl s.uclo, Ios órganos dc prensió. o crc roc'moció', los <iiganos sen-soriales y hasta las simetrías biratcrarcs cie los animalcs qirc br,rscan isu alimento, y racliales. de los qtrc ra cle.iarr llc'ar porqre están fijoso porque naclan sin clirecciónt, tocla una partc cor.rsiclerable cle larnor'fología cs esencialmentc f uncional, cs clecir, cs1á cle hecho li-gatla al comportamiento.

E,l prclblema clcl moclo cic r-ornración clc los moclos ' cle los ins_trumc.rtos clc conocimiento hereditarios constiturvc, p'es, un pro-bl.r.na,central para la bir:logía. La genótica .o'tJ*pü.ánóa de laspoblaciones no estír. leios.cre proporcionarnos soluciones, pero ennunrerosos pr"rntos sigue siendo todavÍa cxtrañamente tributaria clelas fracliciones mutacionistas o neodarwinianas, qtre sobreestima-lrarr las posibilidaclcs explicati'as clel azar y se contcutab¿ln con unmodclo simplicista

.cle la sclección por clécción. cr' los procecri_rnic'ntos cle perrsamicnto propios de la cibcrrrófica comcnzamos ncor.r.rp|encler, llor cl cont|ali<), que las acciones clei nreclio sobre elsistcnra gcnéticr-r nada tiencn clc contradictori<.r con su alrtoconser_r'¿rción, ni siquicra con el cariicler cscncialmente cnrlógcl.rc¡ cle snsrcconrbinaciones. Pues, por atrtónomo qLle .sea un sistema regula_cl<¡r', no cs razón para pri'arlcl dc informacioncs accr-ca cle los re_strll¡rclos cle su ¿tctiviclacl, ¡sino toclo lo contrario!, r,si el genomacs inlormaclo dc cstos rcsultados en su ¿rcción r'orfogc.nótica clrcl tlanscurso del desarroll<¡, no es razón para consiclcllarl,, .ornocicg' por 1. quc toca a los rnúltiples problemas, r-enovaclos sin ce-sar-, qlle piantca el meclio, puesto que cl clesarrollo lenotípico scencuentra precisamente en presencia de la tarea continua cle con-cilial la programación gcni'tic:i con cstas nllevas cxigcncias clel rnc-clio. Así pues, estaba en la lógica de la nueva biología plantear lashi¡:ritesis desarroilaclas cn cstc parágrafo a lo largo clc los st¡btítrr-l<¡s TV a \¡ILsi I¡ orientación dc la cspira a la clcrccha o a la izquierda no clepencle de losmovimientos del aniural como la contracción, parece estar ligada, no obstan-tc, al desarrollo cmbrionario, puesto quc conklin la relaciona con la clisoo-sición dc los cuartetos de blastómeros en ocasión cle las primeras segmenta-ciones del huevo. Por lo que toca a la conexión entre los movimientos delanirnal y la morlología, recordemos la opinión de Naef (A, Naef, nstudien zurgerrcrellen Morphologie der Mollusken, Erg. und Fort. der Zoologie, 3, 1913,pírginas 73-164) según la cual la misma torsión, que es el carácter anatórnicornás general de los gasterópodos, se deberia a las necesidades de la reptaciónen el momento del paso de los antepasados pelágicos (véase el estadio Veliger)a la vida rastrera, con transformación de la concha exogástrica cn formas en-dogírstricas.

I Viase E, Bindcr, nl-a iorme et )'cspacco, I[ttsécs de Genéve, n.,, 36 (19ó3).

Ii

Page 145: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

280 r.A lN ff ll{Pl{ll'l A('l()N l}l()1.óclcA ]-,\S IJSI'RUC'I'UIIAS LÓGICO"NÍA'I'IJA,1Á'IICAS 28I

o ¿rbsrlrclo no ¿\dluitil quc Á itn¡;lica C. Así pLles, tencmos aqtrí una¡'clrrciórr stti gcncris que supera ampliamentc la comprobación o l¡sirrrplc regr:lariclacl incluctiva y experimental, que tiene que ver col-l1r ¡rrobabiliclaci o con ult cleterminismo de hccho, pero no con I¿r

lr('ccsicla(l irtrínscca. En vista cle tal experiencia íntima y de lctsc¿rlculos algebraicos o logísticos que la separan clc sus ilusionesposibles, sc ve Lulo conducido a considerar la lógica como si ftieseinnata y no depcudiese de un simple aprenclizaie. Y, si se obst:n'a, I

cr,rllt¡ hacen l<-is sociólogos, que Ia lógica es también, o ante todo,run instlumcnto rle intercambio, impuesto por el grupo social enslrs eoacciones nc¡rmativas, la situación no habrá cambiado en nada,pucs cl grupo social es esencialmente un sistema de interaccionesquc irnplican las coordinaciones nerviosas y cerebrales de cada unoclc sus miembros, lo mismo que las leyes clel intercambio y de lacolnnnicación: las relaciones cntre los individuos socializados y elgrupo son, entonces, del mismo orden que las del fenotipo inclivi-dual y Ia población de que hablamos en el g 19, subtítulo IV, csdecir, que todo cnlace lógico es, a la vez y no clisociablementc,individual y social.

Sólo que si la lógica deviene necesaria, no lo cs, clc ninguna ma_lucla, durante l<.¡s primeros años y, como vimos en el $ 1, en nues-tras sociedades hay que esperar a la edad de 7 u B años para ouecl rriño reconozca la transitividad, no aún clc la implicaciO,-, (¿iturro colnienz.a más que hacia los 11-12 años), sino cle las igualdadeso clc las relacioncs asimétricas transitivas (A:C si A: B y B:C-r ;t(C si ,4<B y B<C). Incluso observalnos una construcciónrnuy progresiva cle Ias opelaciones lógicas y de las invariantes liga-das a ellzrs, lo que proporciona un cuadro rnuy diferente del de lasconcltrctas ilrstintivas que aparecen de manera bastante rápida, enirr¡ lllonlc¡lfo determinaclo, por influencia clc Ias hormonas. Si Ialógica fuese dada o desde el nacimiento, o por formación acelera-cla a una edad relativamente fija, o, también, en vinculación esrre-cha con la macluración del sistema nervioso, sin clucla poclriamoshablar a su propósito de conocimiento hereclitario; peio ningunode los criterios conocidos a este respecto son válidos aquí. Resultaque nos encontramos en presencia de un desarrollo que es, a lavez, endógeno en gran parte, pero no programado en los pormeno-res dc su contenido; nos recuerda una epigénesis (como vimos encl $ 2), pero desde un punto de r¡ista sobre todo funcional oue nonos permite, sin más, la asimilación cle la lógica a un montajé trere-clitario, aunque obliga a buscar sus fuentes en el funcionamiento¡rlo¡rio clc la organización vital.

2.o Las estructuras numéricas o aritméticas parece' dar lugar,por el contrario, a Lln aprendizaje neto, y volveremos a considérarcsto dentro de un momento (subtítulo II) a propósito del niño,.rclc los excelentes experimentos cle otto Koehler con las cotorras o

$ 20. L¡s ¡srnucTURAS lócrco-ltnrlntÁ'ficns Y sI] siGNIFICACIÓN

sroLócrce

Errtre los modos de conocimiento hercclit¿rrios (sobre los que era

indispensable volver para comprencler la n¡rturaleza biológica c1e

I,rs c^onocimientos de nivel superior), y los conocimientos debi-

,1u,, u ,,r, aprendizaje que son, po| definición, adquiridos y no here-

áitarios, háy que uúotáur el problenrá de los conocimientos lógico-

matemáticos, pues no pertenecen a ninguno c1c estos dos gl'upos

aunque sean necesarios para el segundo'Lts conocimientos lógico-matemáticos no son hereclitarios, pues-

toqueseadquieren,avecescondificultadincluso,yporquedanlugár así a ,rna suerte de aprendizaje a menudo confundido con

loJ aprendizajes auténticos. Ño obstante, no se reducen a estos i¡l-

timos en tanto que sacados de la experiencia anterior y se clistin-

guen por uta seiie de caracteres endógenos' Así p"9:']TPorta exa-

mina, de cerca estos problemas, pues la posición biológica de lasestructuras lógico-matemáticas está bastante aparte v parece ser

tan signifrcati'ia para la propia biología como para la epistemolo-

gía de las matemáticas'

I. Matemáticas y tógica.-La primera hipótesis, que a primera

vista parece incluso imponerse, es que las estructuras aritméticas

V,-e" io¿o caso, las geométricas, son-adquiridas por la cxperiencia

áe los objetos, así pues, por aprendizaje empírico,-miertras quc

ias est.u"iuras lógicas serian héreditarias por estar ligadas al fun'

cionamiento de todo el comportamiento y vinculadas' por consi'

guiat t", a un fondo común innato, más o menos manifiesto en to'áas las'especies y particularmente notable en el hombre conside'

rááo .o*o uracionálu' Pero antes de pasar al análisis propiamente

biológico del problema, conviene recordar algunos clatos epistemo-

iOgi"át y psicbgenéticos que se prestan, por -su evidencia en el te-

.rér,o aól pensámiento hümano, a matizar algo estas hipótesis ttn

tanto simPlistas.1.o Sf consideramos el desarrollo del niñ' cle 2 a 15 años, es

evidente que la lógica llega a ser (necesaria, en el sentido cle quc

i" "r

i*pórible al pensamlettto del adolescente prescindir dc cierto

número de mecanísmos de inferencia y no experimentar, al sacar

sus conclusiones, un particular sentimiento de "necesidad, deduc-

ttia; por ejemplo, qué si ,4 impiica B y si B implica C' es imposible

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282 LA INTIIRI'RE'IACIóN Illol.oGICA

las chovas. Pero antes de entregarse a esta cliscusión, es importan-te recordar que, desde el punto de vista de la lógica científica (casoparticular del álgebra general), el número en todas sus formas estáconstituido exclusivamente por elementos lógicos, sea que haya queconsiderarlo, sin más, como reductible a la lógica dc las clases oa las de las relaciones, sea que desemb<"lque en síntcsis nuevas'Pero en los dos casos está prohibido establecer una separacióncualquiera entre la aritmética y la lógica, de manera quc tenemosahí un dato esencial que la biología debe tener en cuenta; así pues,siir plantear dificultades inextricables, no se podría clasificar, sinnr-s, los mecanismos de inferencia de la lógica en los comporta'

n'lientos innatos y las estructuras aritméticas en los productos deaprendizaje o de experiencia. Es Io uno y lo otro a la vez, y en-

-o rces aumentan las dificultades. Evidentemente, no es ni lo unoni lo otro, lo que conduce de nuevo a buscar una tercera fuentebürlógica posible de conocimiento.

3.o En lo que concierne a las estructuras especiales o geomé-tricas, la situación es muy diferente y hay que recorclar de nuet oalgunos datos epistemológicos antes de poder entregarse a unadiscusión biológica. Hace algunas décadas la geometría era consi-derada como una matemática aplicada a los datos perccptivos oexperimentales por oposición a las matemáticas (puras) o teoríade los números, álgebra y análisis. Los progresos del método axio-mático, por una parte (Hilbert, etc.) y de la física, por otra (Eins-tein), han llevado de hecho a superar esta situación ambigua pormedio de una disociación neta. Por un laclo, existe, no una geome-trfa física, sino una física geométrica, que engloba en las propie-dades del objeto sus propiedades especiales, cuya medicla es ex'perimental; así, la teoría de la relatividad atribuye a los cuerposun espacio de Riemann (contrariamente a la opinión de Poincaré,para el cual el fenómeno físico podía traducirse a voluntad en es-pacios euclidianos o no, en virtud de simples comodidades del len-guaje) y a considerar que las curvaturas de este espacio (mensu-rables en ds2 como en el teorema de Pitágoras) dependen de lasmasas mismas. Pero, por otro lado, existe una geometría pura, queno depende más que de su axiomática lógica sin recurso a la intui-ción (por lo que respecta a los valores de verdad). Ahora bien,esta geometrla pura se reduce en la medida en que es geométricaa las estructuras topológicas que, con las estructuras algebraicasy las estructuras de orden, constituyen los fundamentos esencia-les, como dicen los Bourbaki, de Ia arquitectura de las matemá-ticas. Además, la topología está estrechamente ligada a la lógica,como se comprueba leyendo la obra fundamental de Kuratowskyque pasa insensiblemente de los encasillamientos de clases lógicasa las relaciones topológicas de cierre y de frontera.

De esto resulta, desde nuestro prtnto clc vista biolrigico, que las

t..\S IIS'iRUCl'LIIl,\S l.(lGlC0-r\1,\'l l;i\l;\'l lC,\S 283

estructuras cs¡laciales constituirán el ptrentc cntrc l¿rs estructuraslógico-matemáticas, cuya natrtraleza qrreda por cletelminar, y las es-tructlrras sea hereclitarias o, segúrn los casos, adquiridas por apren-ciizaje.

Ii. Julalt:nuíticos 1' aprenclizaie.-Pasemos ¿r considerar ahorac'ln mayor cletalle por qué las estructuras lógiccl-rnatemáticas noptreden interpretarse por mcclio de los mccanismos comlllles rr co-rrientes del aprenclizaje. Además, hay que clistinguir a este rcsj)ec-to la constmcción del número en el niño v los aprendizaics rr:ali-zacios por O. Koehler con aves y mamíferos, pues las clos clascs clcconchrctas no se sitúan naturalmente en los mismos niveles.

E,n el niño, la constmcción del número se efectúa en vincnla-ción estrecha a la de las estructuras lógicas de agrupamientos cleclases (inclusiones y clasificación) y de relaciones cle orclen (seria-ción o encadenamiento de las relaciones asimétricas transitivas), ycstas dos clases cle construcciones sllponen, ni qr,re clecir ticne, larnanipulaciórr cle los objetos y, por consiguiente, lzr experiencia. porciernplo, no será más que después de numerosos tanteos como clsu.jeto logrará poncr cn correspondencia, tórmino ¿r tirmino, closcolecciones de objetos y, sobre todo, Ilegará a clcscubrir que lasuma numérica cle cada uno se conserva si se modifica el orclena-micnto espacial dc los clementos. Así pues, hay que hablar de cx-periencia; pero, como hemos visto, no se trata clél mismo tipo clcexperiencia o de aprendizaie que aquellos cle los (lr.lc sc valc cl niñopara descubrir quc cl peso de los cuerpos es, en gerreral, prol)or-cional a su volumen, pero no constantemente.

En este segundo tipo de experiencia, el niño c.¡bra sobre er ob-.ieto (sopesa, etc.), pero el cclnocimiento aclquir-iclo sc saca clelobjeto rnismo, cn tanlo que su peso y su volJmen le per.tenecianya antcs de Ia acción del sujeto. En el caso cle Ia cxpeiiencia lógi-co-matemática, por el contrario (y esta experiencia ilesempeña unpapel necesario antes de que sea posible

"i iu"go clecluctivo de lasoperacion_es, y L'r papel auxiliar al margen clJ las cleducciones ycuando el problema las supera), los conocimientos obtenidos nose- sacan de los objetos como tales, sino de las acciones eierciclassobre ellos: es Ia acción de ordenar Ia que los pone en fila, la ac-ción de. reunir la que res confiere una suma como totalictacl lógicao numérica, y Ia acción de poner en correspondencia la que lesconfiere la posibilidad de equivalencia clesde el pr"rnto cle vista nu-mérica (pero no nccesariamentc por r' r¡tre rcspecta a sus formasr"r colores), etc.

Desde -este pu'rto de vista, cl 'úmero se manifiesta como unacr-¡nst'-rcción cndógcna, cn tanto c¡ue proclucro cre ras acciones másgerr<:r'ales tlcl str.icto y clc srr coorclin¿rción: cl númcro cs ur¡.1 sínte-

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284 LA IN:|I]RPRETACTóN BIOLÓGICT\

sis de la inclusión (acción de encasillar 1 en 1+1 y l+1 en l+,+ I + 1) y del orden (acción de seriar l, 1, l, ..., eue es la únicamanera de distinguirlos) y la correspondencia I a 1 es la expresiónde esta síntesis en la comparación entre dos conjuntos distintos.

Ahora bien, desde el punto de vista biológico, las acciones deleunir o de encasillar, de ordenar, etc., no son de nirtguna tnane-ra productos de aprendizaje, puesto que los enlaces cle encasilla-miento, de orden o de correspondencia intervienen a título decondiciones previas y no sólo de resultados, en todas las coordi-naciones del comportamiento, del sistema nen¡ioso, del funciona-miento fisiológico y de la organización vil'a en general. Sin dudahay algún aprendizaje en cl ajuste dc estos enlaces funclamentalesa todo problema nuevo, pero es en calidad de ejercicio o de aco-modación de esquemas de asimilación anteriores. Por el contrario,las fuentes o las raíces de estas conexiones han de buscarse en elx;anismo y no en los objetos, de manera que no se puede hablarJe aprendizaje o de estructuras o hábitos adquiridos en la acep-c,on común del término.

Por lo que respecta a la onumeración) cn las chovas o en las1:otorras de Otto Koehler, se sabe que este zoólogo Iogró entrenara dichos animales pal'a que encontraran, por ejemplo, el cuartode una serie de recipientes alineados (y dados la vuelta de maneraqr.re cubrieran un alimento o quedaran vacíos). EI entrenamientoIlegó a establecer una correspondencia entre el (número)) órclinalaprendido y una señal compleja consistente en indicios visualessimultáneos (cuatro objetos colocados para formar una figura) osucesivos (cuatro fogonazos luminosos) o incluso sonoros. Pero,por espectaculares que sean estos resultados, tienen límites no me-nos instructivos. Los números figurales obtenidos no pasan de5 ó 6. Pero, dobre todo, el sistema obtenido no es iterativo, en elsentido de que un animal entrenado para reco¡'locer el 5 no sabepor ello distinguir el 3 del 4. Mientras que en el niño la construc-ción del número culmina en la de Ia serie misma dc los númeroscomo sistema (1 +1:2i 2+1:3; etc.) y couto sistema con estruc-tura de <grupo" por la síntesis de los dos nagnrpamientos" cle cla-ses y de seriación, los animales de O. Koehlcr no liegan más quea números figurales relativamente indepenclientcs unos de otros vsolidarios de gestalt espacio-temporales. Obser-r,cmos quc, en clhombre y en el niño, se observa el mismo nivel en el caso cle laspercepciones de la nnumerosidado, con las ilusiones conocidas;por ejemplo, la ilusión de Ponzo según la cual 12 b¿rrritas hori-zontales superpuestas a distancias iguales cn Llna column¿r vcrticalparecen ser menos (numerosas> quc las mismas barras colocaclascn una columna oblicua (acción de lar longitud sobrc el número,como en el caso cle las nociones infantiles preoperatorias;.

A esto hay que añaclir que las cxpericncias clc O. Koehlcr cc¡n-

i.AS IIS'l'RtrC L Lrlt¡\S LOC; tCro-trtA'i'l-\t^'[ICAS 285

ciclncrr sin cltrcl¿r al nrimero, aunque son relativas talnbién a figu-l'as \' ¿r factores cspacio-temporales, y por tanto tenemos ahí rrnaprcnclizaje cn Lln senticlo bastante clásico, Es preciso hacer sola-rrcntc dos obscrvaciones que establecen el enlace con lo quc aca,banlos cle ver en el niño. Por un lado, el elemento numérico no es¡-rLil'o, puesto quc hay, en Jtarte, aprendizaje perceptivo de figuras,ctci'tcr¿r. Pcro sobre todo, por otro lado, en la meclicla en qtre el,lrrclol lrumériccl o, n-rcjor clicho, prenumérico que ir.rterviene aqurr:r; ir"rclisclrtible, no cs precisamente aprendido: sc trata, a este res-peclo, cle Ia pucsta cn corrcspondencia, que constituye, en cfecto,la concliciórr prcvia y no cl resultado cler aprencrizaje en .itrego.L¿rs mismas liguras v el mismo dispositivo experimental tienen éxi-lo con aves sulicieutemente inteligentes r, pero sin cluda no claríarrringirn resultado con Lrna salamandra o incluso con un lagarto,¡ror falta, precisamente, de puesta en correspondencia. Esta rilti-r'a, ciertamenlc, cs ejercida en el caso cle las chovas, perc cs elc,icrcicio cle una ¿icción posible a su nivel y no el resulticlo cl¿ re-pt'ticioncs pasivamentc registradas por coacción cxterior, pucstoc¡ue" precis¿rrnente, sin e.sta puesta en corresponclencia, las rcpeti-cioncs, por nulnerosas que sean, no concrucón a nacla numérico.[1n pocas palabras, cn estas hermosas experiencias, lo que se anren-clc es Ia aplicación dc una puesta en corresponclcncia posible confi¡Irrras espacio-ter-nporales y no numéricas pór sí mismás, v lo quecs rlr,rmérico r.ro cs aprendiclo, sino solamente ejerciclo y constitu-vc la actualización de coordinaciones generales accesibles al nivcldc inteligencia colrsiderado, y que darían lugar a un cliscernimicn-to inmediato i'n nn nivel su¡rerior. Así pues, nos las tenemos or¡c..'er aquí con un comienzo cle <experiencia lógico-matemáticílD, e'cl scntido distingr-rido anteriormente por relación ai cle la exl)criL,lr_cia i'ísica plopia de los aprencl izajes contunes.

Por lo q'c respecta a lo.s aprcncriza.ies en cr clominio espaciar,sc obscrvan clos clases cle 1'lrocesos, scgún quc se tratc cle c.spaciol'ísico y, por consiguiente, clc aprcndizajc, o clc c'spaci<_r lógico-nra-tenr¿iticri \', por c'onsi¡luiente, cle otro tipo clc cxpcr:icncia v cle opc-raclones quL-'sc. r.-jercerr a partir cle las acciones clel srrjetr_r. La clis-tirción pueclc ]larcccr absrrrcta v artificial, pero ro lo es clc ni'-.lruna manel'a, \/ c'or-l'csponclc a cr.iterios operacionales muy fácil,nrr.'ntc ulil izaLrlcs: tembión aquí cl apr.cnclizaie físico no concllrcersil'l(.) ¿r rcgulariclaclcs y la cx¡rcriencia Iógico-rnatemirtica .. enlaccs(llcccsarios, a juiciO clel ¡rropio suieto. por ciemplo, presentemosa los niñr.¡s r-rn trir'rngulo o un cu¿rclr.rcl<_¡ clc cartón a,iyo, ángtrlosllcvt'n lrílrcils rlr: t'olorr.s rl ifcr.clrtt.s y hasírnleslc gir.trr pol- crapas

I Atltli no atril¡uiluos.ltingtitt ¡-roclcl nrístico a la inteligencia, que se cleIirrcsinrplcmcnte por el conjunto cle las coordinaciorcs posiúle en'rin-nivel, por.lrbstracción a partil tlo coortlinaciones análogas qr"rc interviencn en ilon,l¡ctr¡snl¡ls simoles.

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1.,\S Ilsl'lLtrtl'l t'11;\S i.OG tCO-l\'lAlllMATICl¡\S

(losc o continu¿ulclo dü Lur¿r gencr¿rción a la siguicrltc, puede llamar-sc ircreclitaria (pcro en un senticlo que quedará por determinar yque no se confr-rncle con Ia transmisión de caracte¡'es particulares).No, si prccisanlcntc qlrercmos clecir que la lógica y las matemá-ticas col'rcs¡ronclcn a c¿rr¿rcteres delimitables representados en elgcnorla y qut: informan ¿rl inclividuo a la manera en que su heren-cia específica lc impone una determinacla morfología o un conjun- ito bien clefinicio clc comportamientos instintivos.

Y sin cnrbargo esta hipótcsis se ha sostenicio, ya qlrc, sin re-lnontarsc a las uicleas innata.s, cle Descartes o a la armonía pre-cstablccicla clc Leibniz, recorclémoslo una vez m/rs (ver $ 5, subtí-tulo I, y $ 8, strbtítr-rlo V), K. Lorenz vincula los a priori kantianos(que contiene¡r tocla la lógica y todas las matemáticas) a los meca-nismos hereciitarios o innatos cle la morfología y clel instinto. Nohay más que clcis pu¡rtos importantes en los qr-re Lolcnz se separacie Kiint, pero prccisamente a lln cle justificar mejor su hipótesiscle la vinculación clc nuestros conocimienlos llamaclos a priori alos mccanismos gcnd'ticos dc la vida,

El primer plllrto no nos concierne ahora, pcro tienc str interésen la pcrspectiva quc acabam<ls de recordar: es el cle las relacio-ncs entre eI fenómcno, cognoscible gracias a la experiencia intui-tiva y a slr estnrcturaciólr a priori, y el nnoúmcno> o (cosa en sí),total¡ncnte incognoscible seg(rn Kant 1, sin lelacioncs corl el fenó-¡r"leno clescle cl pr-rnto cte vista cle nucstros instrumenlos de cono-citnicnto. Lorenz no accpta csta distinción laclical y, como buenevohrcionista (es clecil', prccisamente clcscle un pLlnto clc vistt c'r.¡rn-

plelarnente cxtrairo al ¡rensamiento liantiano), ve un progreso e n eldes¿rrrollo de los conocimientos, clesde las bacterias hasta el hom-brc, y supone, pues, quc nos hemos ace¡:cado Lnt poco al nnoúme-lto)) cu el curso de csta cvoluCión; en olras ¡r:rlabras, Lorenz sus-tituye los marcos rígiclos 1' cleciciidamente est¿iticos cle Kant porla iciea cte aprorimacioncs graduales, y esto, quc cs lo irnportante,no en virtud cic una acuntulación aclitiva clc cr¡rclicncias, sino acalrsa clc un perlcccionamicnto cle los instrun-¡erntos cognoscitivoshereclitarios, así ¡rucs, de una evolución ascendente clc los mismostt priori. No poclcmos rlcnos cle e.star clc acuerclo cr¡n Lorcnz.

L'.s ticcir, los marcos tt prittrí cvolrtcir-¡nan ],sc pcrf'cccionl l, llc-gunckr Lorcnz a clecir' (cott ltt quc simpatizanros plcrralnente, sincrccr rro obstante elr lo.s a ¡triori cstructurales) clr-re los a priori clclos ariinlales, lr,rcl.¡o, tlcr hcclrt¡, sLrs inslintos, nos a-t'r-rclan a c.)mpre¡t-clcr ulcior los rr pli oi i hunllui<-rs, pof tanto, acluellas cle nuestrasestrlrctlrras cognoscitiv¿rs qLrc sc inrponcn con neccsidacl (y no ve-nlos conlo ciert¿ts miis clLrc las cst¡trctr.tras lógico-niatcmáticas),Pcro, lotal¡I-lclltc ltigrict-r con cstos rt:toqLlcs obligaclos cle I k¿intismo,rulíl vu/. cxprcsatlo c'n biología, L-c¡rcnz pasa cntonccs a consiclerar'rrnÍr scllLln(llr tl ivcrgcnci¿t t'on Kartt, i'sla más gravc: si los r¡ priori

287l.r\ lN t l,ltl¡ltt: lr\CI()N llttlt'tit;Jc't

2Ert

cle 90" pidiéncloles que anticipen la posición clc los colores' Etrttin-

J"'ü:l 3,'1ft::¡;ilffi*::"'ünda,{o cn ra experic'cia rísica' iil

niño registru ru ,t'""itó"-á; los,colores v llcga' cle tal rnaner¿r' ir

resularidades simpiJiiánte *tegat"'."' "'" íot titt" la lcy permitc la

aniicipaciór,, "l u"'á";;;;;t-;;üaio. ¿"1 áz"i' q'" vicne después'

conforme a la regularidad-rojo' azul' ürit"' eti' otr¿t- es la clc lir

comprensión fundada en la operación:-tu-o el vercle está a la

izouierda, en to altJ?"'""1t'á¿'oao"tiot r-otacioncs dc 90" lo llc-

uut a Ia derecha, ;o;;-i;f; ^;i;9 1r.i-Lo' "p"'utioncs ligaclas al

subgrupo de las 'ola"if""')' Se resp.onclerá' frimero' que también

ia rotación '" op'*íá""álturia"a ¿e átci¿" antcs clc convcrtirsc

en una operación;';; ;; evidente' p"to' tu"'o acción d-el sujeto'

está ligada u "tt"'"ii"us lógico-matemáticas de orclen cíclico y clc

nermutación de las posiciones' "!";-.*qi" pueclen ser utilizadas cn

fl plu.to de la acción' de las on"to1111"s concretas o clc la abstrac-

:iJ.ñ;-'tr*:T*fl;,,:,:lrum:::;;ijfi :t';J,H'j;:';conducen a enlaces rlectrbdr¡vJ' l:-,:'-:::-^,í,-^* v sacafclnt-¡s clc

física supone ya t'n 'áta"t"; así lo reconoccmos y sacal

tales hecho, "" "'l"5"zlEÉtd"'ion;" quc ningún aprc.dizaje'

ni ningún conocimiánto físico' son posiblcs sin marcos lógico-ma-

temáticos. Ello no obsta para q"" "nu cosa sca registrar clesdc

fuera una ,"g,.,turiau"Jj;t.;ú ",'t "r oüj"t9 e im¡uell1iot simpie

comprobación, y oi'u to'o sea engenclrarla activamentc por ope-

racién del sujeto'ü !;;¡ puede -imitar al obicto' pcro que corl-

fiere a la regulariáo¿ ¿oau ..,, .a,a'i"r: enciógérro clc necesiclacl y

'i"'i"lrtuiüirída¿ qt.r" tto tenía por sí misma'

La distincio" &' ;;;b;;;t'de sugerir cs ta' gertcral que' itr-

c',u.;o tnttta'* *i'áií¡;' ;;-l; misma ?t 1"* 1-o:^l:T:t valido e'

: ii'i é :' ilir,"[l i, #.?i ffi,ym U: ::fi I'i" ffi I:I n

::,i"r$hffi!'3""il;;;iiii",'to rí'i;;t ra noóión cre ttna reequili

bración del genoma qYe' p3' t1:,J];opios me¿i?ll.-t.",f.p""de a la

acción clel mectio "t'láinu'iAo' mcclianü utta cspe:cic clc fcnocopia'

cn una constrtlcción análoga' pcro ctrclógcna'

III. Estructttras lógíco'trtatettttiticas )' lttrattc:itt'*!lt" llas con-

riuce a ru ,"g"nJo"Hioiüt p"tiut" pot it' q.'" t":p::tl ¿r la nattr

raleza de los conocimientos lógico-matemátic.s: si no.son resulta-

tlo cle aprendizajes empírico.', -'''11'^

ti't" cotlstitttycu la corrclición

ttecesari;r para la organización y el r"gj'r' u' clc la expcricrrcia' en'

tonces, ipso facto' ¿no hay q'''" to'iti?lcrarlos c<-¡lno si fuesen dc

,*turat"ia hereditaria?Si y no' Si, li't"'q"icrc. clccir' sinl¡llcmcntc' clttcr s¿rcAll sLI sL¡s-

tirncia clc ta orgáni^tiO''' viviclrte qtt"''p"tpt't't¿intiosc 1' prolongáu-

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288 LA IN'IIIRPREI'ACIÓN RIOLÓGICA I,¡\S ES'T'II L]CTUIIAS LÓG TCO-MATEI,fuÍTICI\S 289

evolucionancomocaractercsbiológicoscllalesquiera-l,Cncalicl¿ldcle condiciones pl'evias de todo conocimiento experimental y clc

"ot ái.ion". fijadas hereditariamente como instintos o como mar-

.ái .orr."ptuales innatos, pierden entonces' con sLr r'rnicidad y srt

rrniversalidad (ya que varíán de espccic cn cspccic y cstán lijaclos

.o, ,rrr^ cleterminaba forma humana en el hor-nbrc acttial, espcran-

do, quizá, alguna mutación cognoscitivamente afortunacla)' lo qtte

consiituía su valor principal, es decir, su necesiclad'

En efecto, como ya hemos visto, K' Lorelz renuncra' srn que

p"r"r"o inquietarse, á Io ,,"""sidacl cle los enlaces a priori' ptlesto

á;;;;.;" a'considerarlos como ohipótesis cic trabaio inuatas> con-

servanclo solamente su carácter innato y, por consiguie'nte, previo

o- toJ" experiencia o a todo contacto con cl meclio. Ahola bien,

csta renuicia posee gran interés' Epistemológicamente grave' pues-

to que compromete"el rigor cie la lógica y de las matemáticas' es

biollgica y psicológicamente altamcntc instrurctiva, va que parecc

initi.ír, pá.'no cteéir clemosll'ar, que cl car/tctc. hercclit'rio y Ia

necesiclacl intrínseca cle la.s cstrtlcltlras lógico-matemáticas son in-

compatiblc., y qu", por tanto, hay qtrc clegir-tlllo tl otra' por tlis-

vr,rución exclusiva''t";;r; áincLrtta¿ central cle la tesis cle l(. l-orcnz clLre sacrifica la

necesicladclelosenlaceslógico.rnatemirtic<-lsasrtcarácterinnaloha siclo pcrcibicla por otro gran bióloge, |1. ft¡rn-\c'h(clc Miinstet'),

que se intcresa fambién cn la f ormeción fil,-i¡lenéticll v ontogenéti-

Ca clcl conOcinriento httmano' Pe|t'l inVirtit'nckr lrt¡ stilo la tesis

kant iuna, sincl tambión locla cxl"liicltción pot' frtc totcs t'rlclógellos'

Rcnschllegaaconsiclerarelconocinicntol<igico.matem¿iticocom()cl resultaJo cle nn ajtrstc (po. sclcccionc:s Sttccsi'as) al (mtlllllo

cxtramental,. En cfccto, Irol'tllrr prl'tc, i<lllsitlct-a qtrc las li'yt's

l(rgicas rigen tanto el mullilo f'ísic' c'lno cl pctlsirnlitrnto' Por otril

,r]rte, ueñ el transcurso clc la filogóncsis itls pfoces()s _r.le1 ilelrsa-

tnttlliu han tcniclo cluc aclaplat'sc- a las ltrves lógic¡rs cicl tuuncicl'

clc le misnra lllanera qtrel a las lcycs cattsltlcs, stl l;crrir clc ccltrc|ucit.

li .e¿rccioucs clue ,. oj-,,rr'rgr,'-t a las lcyes del sc'r"' Mas tal irrtcl"

ilr¿tación plañtea cloi cla-ses rlc dillcultadcrs. si las leyes lógico-

,r,;rtcrn¿iticis Clel (scr')) son clcscllbicrtas clcsclc lttcra, ¡'t la manerit

¿* tu' .lcyes físicas, t:ntollces },¿t l'to- ticnen nacla cie "ncccsat.io" ctt

cl scntidó rleclucti'o V ariomático clcl tór¡niuo, y nacla prueb¿l que

lasclccciónhay:rsicl<;strficientcp¿Irltqu(jllttcstraada¡ltaciónseacompletaaSLlrespectoyllosóloapr<lxinratir,acomoenotrosclo.niinin. (percepcicin, et..;. Si, p<'. cl c..trnrict, las leyes lógicas sor-r

I Oi)ser\¡cn)os quu los u pr ittri cloluciotl¿tn clce ti\'¡llrelltc' llcl'() lill((lc r' l'

por r.lzón clt aut,-¡rrcgl',la.:i,.rnes inlc'r'nas ¡ rlo al l¡z:tl clt:1os cl'ti'ttetltt't¡s (i)ll cl

irtccli(, o ¡)of tln a,"'pit'-]ue¡'o clc ntrtl;ttitrltt's, y jiclr'cdio¡lus

I (.onfe¡encii, lrr"ia,itn,i" en cl ('cl.rlrr¡ 11c Irpist"riloiogíii (i. rr.ti.'a tic ()irr¡

r),.,,.-,, lir,¡ó.r,'fqr¡ i,ii,.',,p:,t'cc.'.,i c¡t ltr:; /j/rtrli's tl'fi¡ti';littrtttIt'1.it' l"ctttílrL¡rrt)

i

luniversales, como parece creer Rensch, es clecir, se aplican a losuritomos clue no son percibidos por naclie> Io misnro que al pen--samiento humano, y tanto al genoma como al comportamrento, dc-bcría¡r ser innatas y manifestarse clesde la más temprana infancia.Pr:ro no hay nacla de esto y su necesidad conslitrryc el ¡.c.sult¡rloclc una construcción gradual.

En efecto, si estucliamos el ciesarrollo de las estructuras lógico-¡matemáticas en el niño, se observa que Ia necesidacl se impone alslr.ieto, y no al principio, como ya hemos dicho, sino muy progre-.sivarnente hasta el momento en que, a menudo, cristaliza de ma-ncra muy repentina. Ahora bien, hay en esto clos razones complc-me.ntarias, cuya reunión basta para proporcionar una explicaciónr¿iiicla y verificable. La primera de estas razones obeclece al cierrccle las estructuras operatorias. Mientras que la seriación, por ejem-plo, sea A<B<C ..., fo dé lugar, en el niño, m/rs que a Lrnaconstrucción por tanteos empÍricos, no puede decirsc que la estruc-tura sea cerrada y, por consiguiente, la transitividacl aplicacla a losobjetos (A<C si A< B y B (C) no se marrifiesta como necesa_ri¿r, sir-ro conro posible o probable, etc. En cuanto la seriación scconstrLlye cle manera operaforia eligiendo cada vez el rnás pequeñoelemento daclo o restante, y comprendienclo, pues, que rur clernentcrcr.ralquiera E es, a la vcz, mayor que los prcceclentes,ul, i3, C, D, l,lncnos que los siguientes rr, G, etc., entonces la estructura consti-tuyc un todo coherente y ccrrado, es decir, clly¿rs re¡laciones srlrrintercicpenclientes y combinables entre sí sin salil rlcl sistcrnir; crres(Lr caso la lransitividacl se manifiesta como (ueccsaria, y cstantteccsicl¿rcl, lógica no se reconocc simplementc cp ¡lt se¡tiritic.tcrir.ltclior, imposible de verifical', sino en cl comport¿unic¡rto intclcc-tLrrl clcl sujcto qtrc trtiliza con seguridacl y r.igor cl nrrcvo irslr.rr-rnci'rto clech.rctir,r.¡ qrrc acaba dc conquistar..

L.:r si:¡¡ur.rrlii razón que explica cl clesar-roilo crc cstos jr,ricios.,nc-ccsaric-ls, cs plecisamcnte l;r qr-rc da cuentu cle l¡r t'oln,eció,1 v cl cic-r'¡'c ¡-lc las cstructr¡ras y quc, l)or csto, hace inritil l¡¡ hipóicsis rk,str herencia estructulal por oposición a rrna simplc couti¡t¡iclatlfuncional; y es que una cstrnctura puecle inrponersc con ¡rtrr.csi_tlacl, 1'pcir vías escncialmcntc enciógenas, a título clr: procluclo clcLrnlr cqurilibración Pr-ogresiva, sin estar pOr cllo pr,<_rgr.unracla ller.c-clitariamentc cu sLr contenido cstructural. Para pollcr un ejem¡rloIotelr.¡rente clistinto, sin l'elación con el cqrrilibrio prcl¡rio clc las lirr_ciones cognoscitivus, si trn organismo obcclece, en tal cl cuai sectol.,al scgrrnclo princi¡rio clc la tcrmodinámica, sc somete r,utonccs Dorr.notivos <[c cqrriliblio cntrópico clLrc, pal¿r scr inter-nos, ,ro ncclsi-trrir llurir nucllr.lc la hipótcsis clc Lura transnrisión hcreclit¡u.i¿r.\', ¡rorricrrclo llr) r;üi-lr.¡lrclo ¡.¡i'¡¡1n¡o rn¿is cclc¿lno a la lógica, -si r,rr¡lr'."rr'r.rr.:ia iit' rUllr f r¡rtr|lr ult l)()c() it.rcgtrlar, U,t su icto pc¡ci6g ,,,tcírcrrlr¡ lrcrlci lo, lo lracc', r'nt{in('r's, r.rl viltrrcl tit. ¡r¡.r t'c¡rilibr.acit,rr

I

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l9;) LA rN't'EilPRg'reclóN nrorÓcrclr r.AS ESTRUcTURAS lócrco-lr,nrruÁrrcns 29r

nrente <inventaclao (su n<_rmbre lo indica claramente) entre la ex-tracción de la raíz y los enteros negativos. Pero una invención im-plica una elección libre y, por tanto, podría ser diferente de lo quecs. Ahora bicn, la invención en matemáticas, una vez efectuada,prrccc estar cleterminada, e incluso predeterminada por todo locprc precede y se impone, por tanto, con necesidad (prueba decllo cs la manera sorprendente en que lo imaginario ha quedado ¡integraclo en la teoría de los números, en el cálculo cle funcionesv cn qlre ha engenclrado los cuaternios, etc.). Así pues, ¿se tratabatlc trn descubrimiento y no de una invención? Pero no se descubremás que lo que existía antes, sea fuera o dentro de uno mismo,como América antes de Colón o la asociación de ideas antes de .

Dcscartes o de Aristóteles. ¿Podemos decir, igualmente, que elmundo imaginario había existido eternamente, o incluso simple-mcntc, desde que hay pensamiento humano? Pero ¿dónde y cómo?v, si éste era el caso, quedaba por <inventar> o <descubrir> el me-cli<¡ cle calcular este ser preexistente y oculto; así pues, este cálcu-lo se basta a si mismo, sin que tengamos necesidad de hipostasiarsr¡ r'esultado en forma de (esencias) r.

Así pues, forzoso es concebir la construcción de las es¡ructu-ras lógico-matemáticas en la forma no de un desarrollo de los ele-mentos exteriores que se integrase cle manera imprevisible, sinocle un desarrollo endógeno que procediese por etapas tales que lascombinaciones que caracterizasen a una de ellas fuesen, por unaparte, lluevas en tanto que combinaciones, y, por otra, no tuvie-sen que ver más que con elementos ya dados en la etapa prece-clentc. Pero esta clescripción no basta aún, pues las comblnacio¡resclepcnclen clc un cálcr-rlo combinatorio que es ¡rosible siempre, demanera que, por meclir) clc lcls elementos dados en ulla de las eta-l)¿rs, sc clebería cntonccs poclcr calcular cle antemano todas las no.veclacles futuras, y no es éste el caso cuando no hay un sujeto.Así pues, para comprender la naturaleza del proceso de consrruc.ción hay que analizar, ante todo, las razones que retardan las com-binaciones nuevas y las condiciones quc Ias hacen posibles des-pués. Ahora bien, estas condiciones son, por lo menos, dos, una denaturaleza formal o lógica y otra de naturaleza psicológica.

Desde el punto de vista formal, Goedel demostró desde I9.i0,en teoremas célebres, que un sistema, por lo demás, suficiente-mente rico para bastar a sus necesidades (la aritmética elemen-tal, por ejemplo) no puede llegar, por sus propios medios, o pormecli<-rs más débiles, a verificar su propia no-contradicción; paraestablecer ésta es necesario supcrar los límites clel sistema e inte-

t sc nos perdonará que citemos en esta obra, que quiere ser seria, la mejorcrític¿i que se lra dado dc la predetcrnrinación de los conceptos, y que se débea Anatolc Francc: <Antes de que_hubiese pies y antes de que hubiese culos,la patada en el culo existía dcsde la eternidad en el seno de Dios.o

inmediata, ya sea del campo perceptivo' ya sea de los efectos de

.;;,i;;;i¿; ! d" d..""ntraóió' perceptivos' sin que su comporta-

n.Jento, por regular y (pregnante> que sea' cleba por ello ser cali'

fr;,rdo de hereditatio', pi"iío que lai leyes generales de equilibrio

bastan para impon"iio'u p"sui-d* los obstáculos exteriores' Tene'

mos, pues, una cuestión de orcleu general y es -importante' en to'

;;; l;; ;á-pos, distinguir con más cuidado del que comúnmente

se pone, las transmisiEt"t ttet"¿itarias' y.lo.s procesos de equili'

bración interna ."r."ftlut"s de repetirse iciénticamente y de ma^

nera (pregnante) a cada nueva generación'

A esto hay que añadir que el-carácter necesario dc las estruc'

turas lógico-matemáti.ut nó prueba en nada su herencia' sino que

;;;i ;-futaAo de- su equitiUración'' progresiva por aulorregula'

ción. Vimos ya, en el $ 14, de qué manera constituían las opera-

;;;;;, "i i¿r*i"o limit! aé Us iegulaciones del error al culminar

en un nivel de pr"*ii!""ión y delvitación del error que indica Ia

ii;e^d;-;i "quiiiurió deductivo y a la onecesidad>. Este carácter

á"-"q"ifiuráóiO' irrt"tna de talés estructuras basta para explicar

lageneralidady,.ob'"todo,laextensióninclefinidamentemóvil'*iJ"ir", que li herencia de un instinto excluye, a la vez, su gene-

ralidad y su necesiJáJ, p""t sólo es propio 9" "13. especie y hu'

üiát" pohiao ser muy áiferente cle lo que es' Tambiél luv un con-

Iruii"^ i*presionanié, en el cual se ha insistido suflcientemente,

;"tr; lui iimita"ionei aei instinto, lo que explica eI carácter par-

;üil; erpáctOirá.fo cte sus conductais, y Iá universalidad móvil

["i.]ít"iigencia, pá"o t"gt'tta, cierto es' mientras se trata de co'

;;"t*i;;i;í "*p".im"ntales, pero cuyas conquistas están asegura-

das en los terreno, T¿;t¿ñ"iemáticós. Así pues, no es reduciendo

estas estn¡cturas u iu"a" la herencia instintiva como se explicará

su naturaleza'

IV. La construcción ntatenritica'-Cacla instinto es' en cierto

sentido, ,rtu itu".,"já* vu q"" su origen es' en buena parte' endó'

;;;;;;;á;iu r'uu"t .ido air"t""te cté lo que es' El aprendizaje v

iu-L*rl"ii""cia de tipo fisico-en que.descansa conducen a descu'

brimientos, en el sóntido del encuenlro coll realiclades existentes

anr.es de ta acciOn áei-rr:"tl. El hecho de quc las estlucturas ló'

gic ¡'matemáticas oo t" 'ád"""u" ni a combinaciones hereditarias

:li;;;;;"¿Jr"rti"io, ni a aprendizajes, se reconoce igualmen'

1., lrrá fr"cho de q"" fuÁ constiucciones lógicas I'matemáticas no

;^r^;i.;;;-;1"" i"J"r*ion"s "i en clescubrimientos en los scntidos

iiririo¿.i y precisos áe "stot

dc¡s términos' Son invencioncs' si se

qurere, pueslo q";:;; combinaciones nue\rits clebidas a la activi'

daddeunsujetoynoexistíanantesrleestaactividacl;porejem.tt" ; nri*.to oihaginario' i- '/'il cs trtla combinación pt¡ra'

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Page 151: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

292 LI\ INTERPRETACIÓN BIOLÓGICA I-.\S rjS'I'RUCTURAS LóGICO.N{ATEIL(TICAS 293

grarlo en un sistema más <fuerte> (Gentzen lo ha realizado en la

alitmética elemental al apoyarla en la aritmética transfinita). o di-

chc de otra manera, el d-esárrollo de una estructura no puede ha'

cerse exclusivament'e en su propio escalón, por simple extensión

áu. iu, operaciones dadas y óomUi.roción de los elementos conoci-

doe,; el progreso consiste ón construir una estructura más amplia

áu* u¡ui"u a Ia anterior mas introduciendo operaciones nuevas.

ü;;.-¿* ;ué consisten éstas? En este caso particu.lar'.Cantor ha

"or.rtüi¿o-la aritmética transfi.nita generalizando, simplemente, la

ooeración de poner en correspondencia, no utilizada por la arit.

"iért;;Há.riat, aunque ¿izun¿i¿a en todas las acciones de inter'

"u*Uio, etc. Haciendo que se correspondan' por co-rrespondencia

;i;;i;;;. y recíprocu, ^dot series tales como l'2'3'4""' y 2'4'

¿;8; ..., t"-obti"tt", en efecto, un número nuevo que no pertenece

tti á fu'una ni a la otra, y que no es otra cosa que su medida co'

*ri" o <aleph-ceroo, "" á"óir, la p^otencia cle lo cnumerable' En

oiio, t¿.-iios, Ia orit-éti"u tranifinita se obtiene a partir de la

elemental, no generalizando o prolongando simplemente é.sta' sino

utttiuy""¿o dé sus resultadoi una operación que permita cons-

truir una nueva estructura que la englobc (y qr'rc, acle-más' perrni'

te asegurar su no-contradicóión, como lo ha mostrado Gentzen)'

PerO la nueva estructura así construicla tampoco puede, por sus

oropiosmedios,asegurarsupropiano.contraclicción,yparalle.I"rillrr-h;b;á quJ construii una estructura todavía más fuerte

fy "rp"tut a que llegue un nuevo.Cantor)''"

Désde el punto d-e vista psicológico (y la psicología nada tiene

oue añadir á lo anterior, sino que trata, simplemente, de descu-

üii. "t proceso desde el punto de v-ista del sujeto pensante' y' so'

bre todó, actuante), este proceso de abstracción cs muy calacte-

rístico del pensamíento lógico-matemático y diliere de la abstrac-

"iá"-riÁplJ o aristotélica. En ésta, estanclo dadr-¡ u1 objeto exte-

.iái p"i'ejemplo, un cristal con su form¿r, su sustancia y su co-

iár,'"i r":óo se limita a disociar las cualidacles c¡frccidas y a re'

iá1". ""i cie ellas; la forma, por ejemplo, desechando las demás.

io. "f contrario, en el caso tle la abstracción lógico-matemática

lodadoesunconjuntodeacci<¡nesodcoperarciones.previasdel.,,¡"to mismo, con SuS resultaclos' La abstr¿rcción cotrsiste, en pri-

mér lugar, en tomar conciencia de la existenci¿¡ cle una de estas

acciones u operaciones, es clecir, en subraryar su interés posible

.,,o"¿o habíá sido clesdeñada: la o¡reración cle poner en corres-

x ndencia era conocida por los niños' etc'' pero no había sido se'

í;i;; ;"temáticamente antcs cle Cantor. En scguncio lugar, se

i.,.i. ¿" <reflejar, (en la accpción físic¿r clel término) la acción

,f-s".uu¿a proyectándola sobré un nucvo plano' por ejemplo' el

úi.i p"".u*i"nio pot oposición a la acción práctica'-o el de la sis'

ie *áiiru"iOn absiracta- por Io que toca al pensamiento concreto

(crmo el álgebra por lo que toca a ra aritmética). En tercer rLrgar,se lrata cle integrar]a en una nueva estructura, es clecir, cle cons-tr-trir ésta; pero eilo no es posible más que si se cumprü dos cor¡diciones: a) ante todo, ra istructura nueva debe ser una recons.trucción de la anterior; si,o, no hay coherencia ni continuidad;-s.erá, pues, el producto e¡r el nuevo pláno elegido; al p".o tambiénclebe agrandar ra anterior, generalizándola ior'"álrrii"u.ión conlos elementos. propios del ¡uevo prano de rehexión; ae no ser asi ino tendría ninguna novedad. Eítas dos últimas

"orrái.iorr", .u-racterizan una (reflexióno, pero esta vez en el sentiao piicotOgico

clel término, es decir, una iransformación realizada p"i "r

pensa-miento de una materia anteriormente proporcionada en estadobruto o inmediato. po¡ elro hemos propuesto llamar <abstracción.eflexionante) (en ra crobre acepción física y mentar de ü palabrareflexión) a este proceso clc reconstrucción con combinacionesruevas que permite la integración de una estructura operatoriacle etapa o cle nivel anteriorcs en

'na estructura más rica cle nivelsuperlor.-se comprcncle, entonces, por qué la construcción lógico-mate-mática no es' propiame'te habrando, ni invención ni clescubri-miento; operando mediante abstracciones reflexionantes es unaconstrucción propiamente dicha, es clecir, q.r" p.od*e comUina-ciones nuevas' pero estas combinaciones no pueden ser resultadode una combinatoria accesible al cálcuro deide ros niveres ante-riores a la construcción de la estructura nueva, pues ésta, pclr uncfecto retroacrivo (véase el parentesco de fo, op,Jü"i.;;;; de los

feedbctcks: $ 14), erige una transformación reflexiva cle los ele-rurentos plececlcntcs y clesernboca en una síntesis que rebasa lasc.stnlcturas de partida y las enriquece otro tanto.

v' Las fornta' getrcrares tle ra organizació,.-uno cle Ios ca-l'¡.rcteres más notables cle est¿rs abstraiciones reflexionant., ",-,yornecanismo se observa y se vuelve a encontrar en el curso cle toclala historia de ra lógica y cle ras matemáticas, ei converler totar_melrte con el proceso psico-genético de ra eraboración liisma ctelas .estructuras operatorias e' ocasión del paso,

"" "J-.ri¡o, a" luacción a las operaciones, asÍ pues, de los nlveles sensorio_rnorores

a los 'iveles sucesivos caracrerizados por las operaciones concre-tas y clespués proposicionales o formÁles ($ 1): En efecio, coniohemos visto, las est.ucturas scnsorio-motricós áe la accióri (grupo

clc lc,s desplazarnientos, esquema clel objeto pa.-urr"rrt", estruc-[uras de encasillamientos y cre orclen propias cle la formáción delos esquemas de asimilación, etc,) no pu"'A"r, pr"fungo.." en ope-raciones, con un desnivel que se cxtiencle enfrc los-1_2 v los Z-g

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294 IA INTERPRI]'IACIóN BIOLÓGICA I,AS ESTRI]CTURAS LóGICO-MA'TEN{ÁTICAS 295

sión heredilaria, ya que cs 1¡ condición necesaria I cle toda trans-r¡risión (y recíprocamente, pero se las puede disociar por análisis).

E,n la ópoca cn que se consideraba al genoma como Lln paque-tito o agrcgaclo de paltículas, cada una de las cuales se conservabapor sí misma y transmitía a Ia generación siguiente el pequeñorncnsaje aislaclo qlle contenía, cl problema que queremos abordaracluí no sc plantcaba, y no se comprendía nada de lo que explican ¡las lcyes de la gcnética actual. Pcro a partir dcl momento en quevtrclve a cncontrarsc por ckrr¡uicr una organización y en el que elgcuoma se manificsta como un sistema de regulaciones con susgcncs coaclairtaclos cll Lrna poligcnia, con sus recombinaciones queson l'uentc cle compensación, y en que la variación ya no se atri-brryc sólo a las mutaciones fortuitas, sino a desequilibrios y re-cqrrilibracioues clc con.junlo, existcn entonces, necesariamente, dosnivclcs de proccsos qllc hay que distinguir en toda transmisiónhcrcclitaria:

a) Tenemos la informaciór-r genética, es decir, el conjunr.o (enslr contcnido) dc lo que es transmitido y cle lo que opera e:r lamor:fogónesis cle la generación siguiente.

b) Pero tenemos también la autoconservación, que no sólose reconstituye continuamente por metabolismo interno, sino queaclclnírs conscrva por autorregulación su organización y su funcio-namicnto en el transcurso cle sus actividades múltiples, desde losircontccimientos tan complejos cle la fecundación y clurante todosIos lrrocesos ulteriores.

Ilsta autoconservación sLlpone un funcionamiento que continúacn cl lranscl¡rso cle las transmisiones (comenzando por las redu-plicirciones, ctc.), pero que no se transmite propiamente hablando,ptresto que dura simplemente y prosigue sin más y sin discont!nuiclad alguna. Así pues, no se transmite a la manera de Ia trans-misión de un mensaje, sino que se conserva en el transcurso del¡rs transmisiones particulares y constituye la condición necesariadc esta transmisión. Es, todavía, una transmisión, si se quiere,pcro más elemental, puesto que es una continuación activa.

Se dirá que toda transmisión ligada a los genes particularesno cs, igualmente, más conservación y continuación. Puede ser,pero se trata, entonces, de subestructuras en sus contenidos par-ticulares. El funcionamiento general de que hablamos es, pues, laorganización de conjunto de estas subestructuras, y si éstas se re-producen por disociación y reduplicaciones múltiples, el funcio.namiento total prosigue simplemente y permanece siendo el mis-mo, por continuidad funcional, en el curso de todas las divisiones.

I Necesaria desde el punto de vista de la explicación causal del biólogoy no, naturalmente, desde el punto de vista del sujeto consciente que noaccede a la necesidad légica más que a un nivol muy superior que es, comohemos vist¡, el del cierre de las eslructuras operatonar (vé¿¡g el ¡ubtitulo III).

años, sino después de la reconstrucción de estas cstrltcturas prac-

ticas en estructuras de pensamiento quc las <refle'iano desarro-

llándolas.Portanto,paracomprenderlanaturalezabiológicacielases-

tructuras lógico'matemá1icas, lo esencial cs partir de este proccso

sui generis áe construcción que constituye la abstracción reflexio-

.ruté y seguir retrospectivamente el curso para remontarse hasta

las fuentesl Luego la abstracción reflexionallte cs un proceso cog-

noscitivo ligado al ejercicio clel pensamieuto !' por tanto' poclc-

mos temer que no nós permita relroceder lnás allá del nivel sen-

sorio-motor. Sólo q,r", át disociarlo clc sus ¿rspectos mentales cle

tomadeconciencia,etc.,yalnoconscrvarrntlsqucsumecanls-mo constructor y funcional, corresponde cn parte a un proceso

bien conocido desde Ia neurología cle Jacksoll y cle, Sherrington:

iu i"t"g.u.ión de las cstructuras inferiorcs en las clcl cscalón si-

guienti en una jerarquía cuyo:- nivelcs corresponden a los esta-

lli,,, ..r""rivos de foimación' Unicamente nos queda,solamente

q"i "" "r caso de las estructuras de doncle salen finalmente las

e:itructuraslógico-matemáticas,elprocesocledesarrolloquehay;;.;;;;td"iái ¿"u" resperar esra condición limitativa de que las

e3:ructuras nuevas nO tienen elementos exógenos y se limitan a

reorganizar y a recombinar los elementos presentes en una forma

*"tót diferénciada en los escalones inferiores'Ahora bien, esta condición limitativa puede parecer muy fuer-

* t, ;;; consiguiente, muy moiesta' En realidad' es ella la que

hadeponernosenelcaminodelasoluciónbuscada,yestasolu.ción se impone si tenemos en cuenta lo que ha sido aceptado et-t

ioi subtítulos I-III de este parágrafo. Las estructr'rr.s lógico-ma-

temáticas no pued;n ,", '"tttltuáo cle uu aprenclizaje cn setrtido

estricto, puesto gue, aunque se apliquen sin ccsar a los clatos ex-

teriores, ios asimitan sin ser modificadas por ellos corno no sea a

;ilb á; ájercicio consolidador y generalizaclor' pero sin cambios

áé-"rtrrr"túras. por otra parte, estas estructuras no pueden resul-

iá, ¿" una simple transmisión hereditaria, pues si estuviesen liga-

Ju, u g".r"s de la misma manera que la forma del cráneo' que un

iou,rto-a"t cerebro o que un instinto particular, no scría¡ ni nece'

rutiui, ni generaler, ,ri ",tutían dotadas de su sorprendente plas'

ticidad coñstructiva. Luego si, biológicamente hablando' se exclu'

;;-;;ó;;Aiza¡e y la trórencia de su contenido, subsiste esta rea'

lidad fundamental,'en la cual no se insiste porque es obvio' pero

"o pot ello deja de ser la conclición previa nccesaria de todo

uprJrrai"u¡" y dá toda herencia: es el funcionamientc-¡ organizador

en su continuidad absoluta, funcionamiento qLle no se transmite'

aioo q,r" se continúa y se conserva en el curso de las transmisio'

nes, lo cual no es, de ninguna manera' equivalente a ulla transmi

1

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296 I,A IN-I'LRPRI]'TACIÓN BIOLÓGICA IÁS ESTRUCTURAS J-ÓGICO.N{A'TT]]\IÁ'I'ICAS 297

clc Ias tr'¿ursmisiones partictrlares (ya se trate de hercncia generalo clc hercncia cspccial). Ils eviclente que I-l no podría existir yIrarrsmitirse sin 7', lo mismo quc T no podría funcionar sin I/;csto \¡iene ¿r clecir quc no hay transmisiones hereclitarias sin unsistcura de conjunto regtrlaclor, v recíprocamente; no hay partessin uu tciclo, y rccíprocamente; no hay funcionamiento sin es-ti"rrctura, 1' recíplocanlcnte; etc. Pero, sin embargo, al anaiizar, es¡¡:rosible distinguir H y T, clado que el contenido I/ es transmitido¡ror herencja incluso ngeneralr, y que Ia organización del conjun-to I clura cle manera continua, más bien que transmitirse propia-r-ncnte hablanclo. E,n particul¿rr, se puede sostener que F1 se mo-difica más r'ápiclamente que I en ei sentido de qtrc la variación ,

clc: una pat'te pucclc dcjar la cstructura y cl funcionamiento decon.irrnto relativamentc intact<¡s (se transforman, no obstante, perorr lir manera cle esas uinvariantes funcionaleso qne varían poco a1'roco solamcntc cn su contenido: asimilación, ctc.). Quecla ahorala cucstión ccntral cle estableccr si la fuente clc las coordila:io-lrt's lnás ge nerales (relativas al organismo, al sistema nel vi tso,al torrportarniento, etc.) cle las que se sacaral-I finalnrente. por;rbs{r'accioncs constructivas 1' r'eflexionantcs, las cstructuras lógi-co-nr¡rtemáticas, ha clc buscarse del lado /1 o del lado de I.

Ahora bien, buscarla en I{ consiste, una vez más, en conside-raf estas cstructllras como caracteres hereditarios, aun cuandosc¿rn (generaleso, lo que, finalmente, es tanto como reducirlasu priori cstáticos y a esos mecanismos casi instintivos cuya exis-terrcia en el conocimiento humano trata de mostrar K. Lorenzconf orr¡e al modelo de una suerte de kantismo biológico: de don.de surge la grave dificultad cle que, en tal caso, las matemáticaspicrclen toda <necesidadu, ya que un carácter hereclitario no essino lo que es, y diliere de los de las demás (clasesD o troncos, et_cótcra. Por el contrario, rcmontarse hasta r para llcgar a las raí-ccs clc las cstructuras lógico-matemáticas signilica orientarse en Ia<lirccción cle la organización organizadora más que organizad,a y,por consiguiente, cie las cc¡ordinaciones más generalcs aún y, por1anto, ln/rs necesarias que los ncaractcres> lrarticulares o especia-les momentáneamente transmitidos r.

t Los pasajes anteriores, que tienen importancia capital para nuestra tesisgeneral, pueden dar lugar_a diversas objeciones (querémos dar las gracias, acste respecto, al profesor c, Nowinski, cuyas penetrantes críticas noihan sidorle gran utilidacl) que importa examinar con cuiclado, tanto para prevenirlascn el espírit¡ dcl lector como para aclarar en ellas mismas lis hipótesis pro-pucstas:

1." Recorde'ros ante todo (g 10, subtítulo II, y $ ll, introcl'cción) que tra.talrclo de oponer Ia función gencral cle organización a Ias clivcrsas estructuras]rosiblcs de cariírctcr organizado, llegamos a la conclusión <ie r¡ue si las fun-ciones particulares (respiración, etc.) pueclen definirse como la acción ejer-cida l;c,r cl funcionalniento de u¡ra subestructura soltre el cle la astructura

En este sentido podemos decir que hace algo más que transmitir'se: prosigue su trabajo y cclnserva-su organización dinámica' en

tantá quJ dinámica, aclemás de poder modificarse 1'

Se áira además que es por simple abstracción por lo que se

distingue, de tal *uit"tu, la organización total y el contenido or-

gá"i;,io. Indudablemente, pero es verdad tambión que el detalle

áe tas transmisiones l'rerediiarias varía de una especie a otra o in'cluso de una raza a otra, mientras que el funcionamiento general

que tenemos necesidad de distinguir para reanudar la discusión

de las estructuras cognoscitivas es común ¿r todos los seres vivos.

Enestecaso,Sepensaráenladistinciónquese.lra.hechonecesa.rio establecer entre la herencia (espccial') o propia de las especies

V ¿" fá, razas, y la herencia ngeneriii) q'c translnitc los grandes

iurgot de la organizacl1n, p't-rpios clc las clases, dc los lroncos y

tarñUién de los reinos. Nosotros misrnos pensamos antaño cxpli'car las estructuras lógico-matemáticas por esta helencia gcneral,

en oposición con los cáracteres hereditarios particttlares, como po-

iría'r"rlo, por ejemplo, la percepción espacial en -clc¡s

o tres cli'

nr nsiones. Pero éstJ solución nos parece hoy insuficiente por va'

r.iÍ s razones; clé aquí la utilidad de distinguir la organización

como tal, en su funóionamiento permanente, y la tratlsmisión hc-'e litaria de caracteres, por generales y especiales que sean'

En primer lugar, la herencia en general no tratlsmite más que

vir.tualidades limltadas o caracteres dados y ya elaborados, aunque

generales para una clase, 1o ctlal es diferente de un dinamismo

Funcional óomún $abierto a todas las construcciones. Por ejemplo,

es poco aceptablé suponer que la estructllra matemática tan ge'

"Ltuf a" og*po cle trinsformaciones' sea transmitida hereditaria'

-arrt" af fuáf que la espina clorsal cle los vertebrados, mientrasque se

"otéib" mejor en qué puecle s-er pr(lparada por l¡s formas

*á, g"n"tules de ia orgat irución viviente , p91'o en su dinamismo

funciónal y en tanto q,r-e f.t"t t" c1c isonrot'frsmos Y clc enclomorfis-

mos variados.Por otra parte, toda la transmisiórr hereclit¿tl'ia cic potenciali-

dades y de ciracteres reales o virtuales supone uua orgauización

total que consta cle sistemas reguladores y tlna organización de

con;unto. Llamemos I a este funcionamicnto total, así como a laestrfuctura de organización a la cual está ligaclo, y ÍI al conjunto

I Para decir,lo en pocas palabras, las amebas, los esporrgialios, los peces

o los mamiferos transmiten toclos sus caracteres por divisiones y nrultiplica'

"ionér, y is ésta una transmisión propiamente hereditaria, pcro igualmentc

tr.osmii"n todos las propiedades más generales de la vida en tanto que orga'

nización, y esto ya rro "r'.r.u transmisi,Ón de igual natttraleza, sino.una conti

nuaCión'o conservaCión en el sentido cle quc en todas l!]s ctapas cle la trans'

;i;i¿; hereditaria subsiste una organizaci<1n livi¿rr/c quc cs ll condición nt-'

;;i^ de las transmisiones particritar¡cs, pucsto qrÍc dt:l.crurina l.:¿s actit'idades

que interviensn en esta transmisión'

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Page 154: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

298 LA INl'rlltPRI-l'rAclÓN IIIoLÓGrcA

Si existe tal funcionamiento general T que intervicne en tocla

organización viviente, basta, en efecto, para comprencler sus rela-

c,iones con las estructuras lógicas o lógico-matemáticas reconstrui-clas por nuestra mente, basta con suponer qtte, siendo general,

efectúa sus construcciones precisamente por doquiet'a que haya

total, recíprocamente, la organización colno función es la acción clel funcic¡'namierrto iotal sobre el de las subestructuras. Pero si tal definición parece scrlógicamente defendible (pues hay, evidentenrente, r'eciprocidacl en el papclcleiempeñado por las partes y el dei toclo), la distinción cntrc función v cstruc-tu.a, én lo que concierne a la organización como tal, sigtrc sicndo bastalltcformal, mientras no se está en posesión de una Leoria lógico'malclnática de lacstructura de conjunto <Iel organismo; frero ¡cstlmos muy lejgs cie ello! Dc

hecho, Ia distinción entre las funciones y cstYuctul'as de la organizacióu no nos

han sen'ido en el $ 11 más que para analiz.ar por scparaclo los caractcres masgenerales considerados como funcionales (en tanto quc relaliyos a fuuciona'mientos obServables, pero todavía no analizables desde el punto de yista es'tructural), y los caraCteres más especiales (aunque comulles a todas las f<¡rmascle organizáción viviente) más táciles de describir cn tértninos estr-ucturales'En lo que sigue (como en todo el subtitulo V dcl prcsente parágrafo) másvaldrá ier pr¡dentes y no referirse más que a ltn "fttncignamiento general>.

2." A esto hay que añadir que la dificultacl principal clc un¿i tesis qrttr sos-

tiene que tal funcionamiento general es neccsario para la constituciÓn y parala transmisión hereditaria dc subestructuras o caractcrcs particulares es quc,desde un punto de vista lógico, las partes frarecen scr neces¿rrias a la totalidaden la medida exacta en que se considera a ésta neccsaria respccto cle aquéllas.La objcción puede pare¿er formal, pero sabernos quc sc trafa, clc hccho, dclobstáculo principal con que tropieza todo apriorismo estático, y se tl'ata, pues,

de examinar de cerca si la idea de desarrollo permite vencerlo.Ahora bien: hablar de organización es admitir quc una totalidad organizatla

consta necesariamente de partes diferenciadas, tan necesarias para el todocomo tal como éste es necesario para aquéllas. Pero si la existencia de las par-tes es necesaria, ninguna lo es en sí misma y cada una es susccptible de algu-r.as variaciones (dentro de los llmites también variables) sin poner cn peligrol,t existencia del todo como tal. Si varían, o si una sola de ellas varía, ciaroe.l.li que el todo mismo es modificado. Pero ¿modificado en qué? Precisamenteen su estructura, y por eso es indispensable distingLlir cstrtrctul'a y funciÓn, o,si se quiere, ser prudente, estructura particular y fttncionamicnlo general. Eltodo es, pues, modificado en su estructura si por- lo n1ürlos tllla de sus partcslo rstá yá, pero o bien hay muerte, y por tanto dislocación del todo, o bien al-gt'.¡;a Cósa subSiste Conlo totalídad, V es a estc l-t-spt'cto cotllo |ablanros clc

funcionamiento general.Decir que este funcionamiento general es necesat'io no es dccir, cle ninguna

manera, que el todo es previo a las partes, o que la función es anterior a laestructura, etc,, sino que es simplemente afirmar qtrc nitrgún cafácter se cons-tituye o se transmite sin una actividad que dura y ql¡e, por tanto, no se

trarSmite en el mism6 sentido que las estructuras particlllarcs cuya trans-misión asegura,

3,o Entonces surge otra dificultad: si tal ufullcion;rmiento gencral rcbasalaS estruCturas particulargs, entonces ¡lno cS csto ltacer intc¡'enir una sucrtede factor (suprahistórico) o no históricg, a la nlancr¡, po¡ cicmplo, de unaforma ovitab que forjaría sucesivamente cada organismo? Pel"o la gran difc-rencia cqn toda explicación de e.ita clase es que no haccrtlos dc estc uftrncic¡-

namientO genera[ un ofactoro superpueslo a algo, \' qrlc nos ¡tenelnos a losdatos obsérvableS y además co¡r el ñn de crplicitr !'l -g¡locinlie¡to ,v no io.s

mecanis¡nos biológicos. En cfecto, los datgs crirsct'r'¡flc'. ¡r¡s r¡lr.':q!l'itn //i / tttt;r

L,\S lts',l'Rllcl'(JRr\S t_()C tC0-trf .,\'U j\,fÁ l ICr\S 2gg

organización o l'corg¿lnización, per-o e)r lolmas succsi\iAS c¿rcl¿r yeznrás el¿rborilcliis. A cs{.c re.spcctr.¡, un imprcsiclnrntc irltel.rrccliariocntfc l¿r orgarlización hercclitaria y las leycs clcl pensamiento es elfuncionamiento col'ticral, clr su rloble caliclact clc funcionamientohercclitario consiclc¡'aclo corno f Llncionanlicnto, pe ro clesprovisto

sclit: i¡lil¡tcrl'ttru¡;ida dc translofrnaciones o cle transmisioncs por división vr¡rtrrltilrlic:rción, y (7') i¡r ccurscrvación clc una organización aritorregul,J.rr".'llnt()lccs llcganros a la.conclusión, simplcrnente, clé qrrc i/,v 7' son intcrclcpcn-tlicnr.cs, cs dccir', <1uc 7'cs ncccsar-i¿r a f/ y rluc rccÍpi-ocanrintc /1 es ¡rcccsafrair 7', pe¡o cn lanlo cllre clcsarrollo cle conjunto o cn t¿lnlc clr-rc vccción (vcr. S g,sul)títrrl() Vl) v no en los pormcnor.es dc cacla car/¡cter.par-ticular (dcbido a lasi¡tlcrac-'cionc-s c'r.rl cl ¡nedio). S¿camos ja conclusiór¡, idcntás, clc quc si lostttcc¡ltisnros // ttlicntlrclos ltacia cl ¡ncclio son nccesar-ios para el conbci¡rie¡tolísico_ o cxperimcnl¡rl, los mecanismos ?' proporcionan irn punto de partida¡.rosible a los con<¡cinriclito-s lógico-nratemirticos, despLrós clc .rna srceiión cleinnrttnet'ables abstraccioncs reflcxionantcs y cle strpóracio¡es con reconstruc-ción (vcl subtítulo IV 5' más adcl¿rntc VI). pero clc ninguna ¡l.inera hacemosck:l ufuncionamicnto gcncnal>- z un factor separado ni nluprahistór.icoo, puestoqllc se trata cxclu.siva¡nente de una continuidad funcional (mientras esperamossabcr nlás accr-ca cle la estructura general de ia organización) inmanente altlesar'rollo e insc¡rallblc de é1, Toclos nuestros trabajos sobre la psicogénesisdc l¡s furlcioncs cogtroscitivas en cl niño ¡ruestran súficicntcntr:ntc este carác-tcr no disoci¡rble dc ln continuid¿rcl funcional y de la construcción cle las estruc-lLtr-as p:.rrticulalers, cn cl lranscurso clc un desarrollo cuyo ¡¡ccanisnro .iene que\rer colt un sistcnla cle conjunto y no con factores separados.

'1.' I)c cstc ulr¡ncir.¡,,:¡rnienL0 gcne|alu tampoco sc puecle sacar ningúna Ttriori cognoscitivo cn cl sentido dc cstructrlras estáticas prcviai o cladasd:srlc el principir.r (como en, Kan[). Se ptrecle hablar, si só quieie, cle una priorí funcional en el scntido cle que toda estructura es el .esultado de unaactividad y de que, si toda actividad procede recíprocament" ¿" ,rnu esrruc-tura, el "fondo comú¡n> (como l{egel en caso de oposición dialéctica) e-- en-tonccs una actividad estructural o, lo que viene a scr Io mismo, una cstr.rcruraactiva y clirigida (autorregulación), 1o cual implica, dc toclas niancras, u.r,.un_cionamicnto gcneral y continuo. Si éste es necesario, como ya vimos, .n,r esrrás c¡ue el_punto de partida y no la preformación cle ias formas superiorcs dencccsiclad (estrrrctrlras lógico-matcmáticas) mcdiante una ser-ic de i.cconsrruc_cioncs no predcterminaclas, En rosunren, e[ funcionamiento general que invo-c¿rnros rrada tiele clc w a priori cognoscitivo o biológico, puesto que no esdisociable de una cr¡ttslruccíón contínua y expresa simplernente la invariantefuncional inhcrentc a todo sistenra dc transformación; ahora bien: esta inva-riantc no puedc buscarse más que en los elementos, como cn una composiciónatoruística (en la acepción amplia y no microfísica del tórmino) o en la tota,liclatl como tal, y todo el organismo contemporáneo nos ha enseñado que, enbioiogía, es csta scgunda perspectiva la que se impone.

.5.' Insistanos, sobre todo, en el hecho de quc este término de funciona_rnlcnto gcneral cs un tórmino de oespera), mientras no llegucmos a saber másacerca de üa cstructura misma de todo el sistema organizado. solamente eldía cn que cstenros cn posesión dc una teoría ¡natemí ticá algebraico-iópológica,o sirnplcrnentc lógica, ctc., de Ia organización biológica eñ s,,s formas gcne-rales, de la olganización nervios¿r y de las organizacioncs cognoscitivai, scpodrri vclifical si les liliacioncs sLlpuestas en estc ¡;ar;igrafo córrespondcn aalgurre realid¡d t:n el clesarrollo ontogenético y lilogerr"iico, o si no-se rr.atarriis r¡r.rc de corrccpciones r.lrenlalcs, pues bien: parecc ser seguro que estatcr.¡r'ía futura clc la olgarrización no podrír linritarse a un análiiis estático clel¡) cu(: yit (,:stal ({OrFíutiz¡clor, sino quC clcberá prclpOr.tionar una r:\Dl.esl()n Cle Ia

.a

3.s

1:I.4

'{!aJ

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Page 155: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

300 LA INTEI{PRETACIÓN BIOLÓGICA I,AS ESTRUCTLIIiAS I,ÓGICO.T,IATEMÁTICAS 301

clecasitodaprogramaciónhereditariaenlotocanteaestructurascognoscitivas^t. Én efecto, el funcionamiento del cerebro es here-

ditario, puesto que los prág,"tot de la cerebralización y de la cor-

ii"utiru"i¿tt en lós primateJ y en los homínidos determinan de ma-

;;;;"t precisa ios de la inteligencia, pero esto no es más que

un funcünamiento y no una programación, ya que no engendra

ni .,ideas innatas> ni destrezas instintivas particulares., y ya que

incluso la ológica de las neuronas> de McCulloch de ninguna ma'

ncraSeexpresaenunalógicacongénitaenelniño'Estasituaciónextraordinária, si se la compara con las de los conrportamientos

de niveles menos elevados, nos lleva a suponer: 1'o' quc cl funcio-

"á*i""to cerebral expresa o prolong4 formas Inuy gcrlcl'alcs y no

particulares de organización; ! 2'", que las estrttctur'as lógico.ma.

temáticas, sin estaí inscritas cle antemano en estc funcionarniento

en estado de estructuras, son resultado, no obstante' cle tal funcio-

namientotanprontocomoesutilizadoenlasoluciórrcleproble.mas efectivos y tan pronto como da lugar a un doble movimiento

de construcciones y'de abstracciones reflexionantes o de cscalo-

nes sucesivos de equilibraciones: las formas de equilibrio alcanza-

dasson,enestecaso,simultáneamente,estrtrcturashechasnece..á.io, por las leyes áel funcionamiento (estructuras lógico-mate'

máticas)yestructurasabiertasalaexperiencia(conocimientosfí.sicos o experimentales).

VI. Las reconstrttcciones convergentes con uqleración'-Masnoessuficienteimaginarseunaposiblefuentecndógenadcestrrtc.turaciones distintas-cle las transmisiones hereditarias particulares

;;;;;prender cómo las condiciones funcionales de la organiza'

iiO¡ uiuiente pueden influir en el conocimiento lógico-maternático'

Recorclemos que nada más lejos cle nttestro peusamiento quc atri-

bulr al genoma, ni siquiera ai cerebro, tlna (inteligencia combina-

organización oorganizadora), considerada como clesarrollo, construcción pro'

sr,-siva e incluso ua""ió.t, lo mismo que autorregtllación sincró¡ica o actual;

Éi,.r,iJ,rr""r^l"iiUf" á,ie-"1 "funciotamiento seneralu de oue s¡.,!1- hablado en

;J;';;ci;; ü tt¿i,itu, en todo o en parie' a procesos continuos de auto-

eqr.,ilibración, q,r" r".iutt' biológicos en.tanto quc procesos, pcro' igualmente'

se¡-an fuente, ¿" "rí^^iio"raii"ognós"itivas

en la r'etlicla en que el equilibrio

*Ouif *"¿""" u lu iéu"itibilidad'y en que ésta (en fo¡ma de inversiones y re-

;tp;;;td"d;;"t".1 ,"n.iiüvó.i"uie.t.rconstiturivo dc las opcraciones lógico'

matemáticas, p"to uii"t d" esp.cutur sobre.lo que pucdc ser el funcionamiento

general, observemos riÁpi.r"é"t. que la hipótósis cle su intcr'ención permite

ía hacer algunas aproximaciones'"i'Lt^"üiü;ilh;;;determinadonúmerodeconexionesinnatas'comolas que conectan aI oío o a la mano.con sus zonas de provección o como las

oue determinu., lo, í"Itüos -áe

succion, clc. Pero cl cscaso ltt',tlner,-¡ dc estos

ilI";;;^;;ü;i¿;;j;;'ñ.r.-t"t-l"¿"niti¿os dol conocirnicnto humano rrrcci'

iu*á"t" au t",ti'nJ:iá".,i"*!,"it:**:':Xt "',".liJ':il,l

iii,"l'',,11'Jl,'no,.ii' rrc ros

tcil'iao a la ma¡ie¡"a cle Cuénot y que a f ortiori situar en ellos, enesta(lo de preformaciórr, a las matemáticas enteras. Así pues, nosresta inclicar los ¡rosibles ir"rtermediarios entre un funcionamientoviv<,r que sc conserva y la construcción de las estructuras por abs-tlacción reflexionante en el terreno del pensamiento.

Las consicleraciones que haremos en seguida pueden agruparse.bajo tres encabezamientos: l.o, búsqueda de las condiciones nece-lsarias del luncionamiento general (cuya hipótesis hemos estable-ciclo), susceptibles cle afectar a \a construcción de las estructuraslógicas; 2,u, r-cpaso de los isomorfismos parciales analizados en elCapítulo IV, y 3.", inclicaciones acerca de los posibles intermedia-rios que conficlclr a estos isomorlismos Llna significación relativa '

pala el clesarrollo.l.o Por lo (luc l'especta a las condiciones necesarias de todo

funcionamento orgánico y susceptible cle intercsar ar pensamiento,poclemos y dcbcmos limitarnos al míninto, pucs cuanto más genera-les scan, tanto mayor posibilidad tendrán cle ser váricras, pór otraparte, se trata aquí de un análisis realizado por un psicólogo de laintcligencia y no por un lógico. Tendría gran interés, en er supuestocle que la empresa tuviese un sentido, detcrminar formalmentelos postulados ncccsarios, no sólo para l¿r construcción de las es-tnlcturas (en este caso, estos postulados se confunden con la axio-mática de cada una de ellas), sino también para su filiación o ge-ncalogía formales (de ello se ocupan los lógicos de nuestro cén-tlo cle Epistematología Genética ¡), y esto remontándose hasta lascondiciones de las estructur.as más odébiles) y elementales posibles.Pcro, como psicólogo me limitaré a caracterizar argunas condiciones[uncionales.

Ahora bien, un ntíninto necesario, pero quizá suficiente, con.sistc en supoltcr las concliciones siguientes:

a ) Una consen,ación del todo, como ciclo cemado (véase $ I | ¡y ctralesquiera que sean las componentes de este ciclo. Tanto siesta conservación ser legru o no de manera absoluta (y es evidentequc r1o, puesto que todas las formas de organización viviente evo-lucic.¡n¿¡n, sin crccpr.uar las clel gcnoma), lo importante no es loconscrvado (y quc llertenece, en virtud de csto, al dominio de lastransrnisiones hercclitarias), sir-ro el proceso fnncional continuo cleautoconsefv¿rción, el cual dul"a tanto como Ia vicla.i¡) un tní,it¡tt¡ cle clifercnciación en subsistemas y cle conser-

'acirirr cle óstos (igtralcs obscrvaciones clue cn lo anierior).c) Relacioncs clc orden, clue intervienen ya en el ciclo total

o ya cll el interior cle los subsistemas y cuya presencia es tantornlis prr-rbable cuant<"¡ quc cl sisf cma funcior¡a en cl tiemnr¡.

S P:;*rl 1 I Piage.t, ,l.a ti,iatirrr rL:t .tr ,t

Page 156: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

302 I-A INTERPRETACIóN BIOLóGICA LAS L,s'rnuc'rulr.As Lócrco-MATpuÁrrc¡s

muy generales que se vuelven a enconrrar enlos cuaies podríarnos llamar (reconstruccionessuperación>.

303

la vida entera y aconvergentes con

,J) Correspondencias, isomorfismos, endomorfismos' etc'' que

garantizan algunas analogías u homologías formales' aunque sólo

iea entre los subsistemas y el sistema total'Pretendemos, entonces, que estos cuatro caracteres' tan gene'

rales que los volvemos a encontrar en toda organización viviente'

bastanpara proporcionar el punto de-partida ¡ecesario para una

construcción de estructuras que puedán servir ellas mismas de

trampolín a las estructuras cógnoicitivas. si hay conservación de

un todo y de partes, se debe llágar a- estructuras de encasillamien-

to, ""vu""utuialeza,'

en general, pueda ser algebraica o topológica.

Combinadas con reiacioáes de órden, conducen a toda suerte dc

;;e;;; t eI juego de las corresponde4cias o morfismos puede cons-

tituir una -üttipti"iaad de (grupos)' Bien entendido que un punto

de partida funcional no proporciona ninguna de estas _estructuras,páro "" virtud cle un juégo-de transposiciones y cle abstracciones

es posible su construcóión- trasta en el terreno del comportamiento,

de donde proceden los conocimientos'2.o Reiordemos ahora las muestras de isonrorfismos parciales

quetratamosdeponerderelieveenlos$11aI14;sehancompro-bado los parentescos formales entre cierto número de estructuras

cognoscitivas, como las clasificaciones, las relaciones de orden, las

eiiructuras multiplicativas de correspondencias, las clases <fuerte-

mente estructuraáas>, etc., y las estructuras orgánicas, sin hablar

á" iu, grandes funciones dé asimilación y dc regulación, manifes'

tándose las uoperacioneso mismas com<¡ el término límitc de estas

últimas.Pero el gran problema que plantean estos isomolfismos' si se

tos-qui"re ,itiliri. como hatría quc haccrlo alt't'a 'lrar

jnstificar

"i-páro del funcionamiento general clc toclo o.garrisrrro ¿t la cons-

trucción cle las estructuras lógico-matcmátic¿rs, cs el cle este mismo

paso, y esto a causa del enorme hiato siguicntc: la organización

iriui"ni" culmina en sistemas cle una complciiclad extraordinaria,

tanconsiderableinclusoquelabiotogíadistamuchodehaberclominadoyquenoexisteaúnteoríamatcrrráticaqtlenosdélaslíneas es"ntiales; el conocimiento humano, por otra parte, en las

áit:rsas formas de pensamiento reflexivo parte cle cero en Su con-

c,.ú ;ta de lo real, fisico o matemático. ¿Cómo concebir entonces

úr, "."ii"uidad funcional susceptible de relacionar los términos

"*ir"*or, si también al comparar estos extremos se perciben los

ir,o norfrsmos parciales que acabamos de recorclar?

3.o Así pués, para suprimir esta-dificultad central cle nucstra

te.; s lray qúe invócar loJ procesos cle abstracción reflexionante y

los proccsos comparables que es posible clisc-crnir cn el terreno

orgánico'Ahora bien, la abstracción reflexionante no es más que un caso

particular,ligadoalconocimientológico.matemático,deprocesos

En el dominio de los seres inorganizados, pero en los sectorescn lcls que los fcnómenos obedecen a un clesarrollo liistórico regu-lar', sc observa a menudo Ia existencia cle construcciones que serepiten hasta en sus pormenores. Fue asÍ como mi maestro E. er-lgand inventó (o más bien <descubrióo ¡si hacemos referencia a lasclcfiniciones adopladas en el subtítulo IV!) los estadios de la oem-briología alpina": el acercamiento de los dos continentes (wege-ncr) estrechó el rnar que los separaba (el retis o antiguo Mecli-telráneo en el caso de los Alpes) y obligó así a las capas clé terrenos ,

cle su fondo a verterse sobre el continente próximo, Io cual explicala lormación cle una caclena cle montañas que vinicron a chocarcontra los zócalos antcriores (los zócalos hercínicos en el caso clelos Alpes). Entonces, se ptrede distinguir en este proceso de con-junto una serie de etapas: c/ formación de una cádena cle islotesvolcánicos en el margen del continente; b/ derrame c.le la cadenasobre el continente misrno, pero a lo largo de su borclc; c/ secuelaclel derramamiento en forma de mantos de acarreo, etc., y, final-mcnte, d,) choque contra los zócalos (pelvoux, Monte Blanco, ma-cizo clcl Aar) con estabilización seguicla cre erosiones variadas.Ahola bicn, lo qr,rc aquí nos intercsa es que estos cstadios se repi-t.,n en todos los pLrntos clel globo: las islas ciel Japón, etc., sbnAi1lcs cn fon'n¿rciór-r (estaclio u); l¡ cordillc:¡.a cle los Ancles consti-tu)'c un estaclio ultcrior (b), etc.

Pci'o la clifi'r-encia cntrc cstos estaclios y los clc los ¡rr.ocesos vita-lcs es qttc tcttcnlos Itclttí rtna sr'ric clc constnrcciones siruilarcs clebi-clas rl la aplicación rlc lls nrisnras Icycs a sittracic¡ncs cc¡mparables:hay cstaclios, l)cro sin clcslrrollo orgánic<-l (pclr falta cle integracio-ncs y cle hc¡mcol|csis) y hay rcpctición de csios estaclios, pero sinparerrtcsco clilectc¡ o cr¡l¿rteral entrc las series quc son causal ogcnóticamente inclcpenclicntes. En los casos en los que un procesobiológico clc clesalrollo se rcpitc hay, por el contrario, (reconst!-uc-r:ióno y no construcciones similarcs, y cstas reconstnlcciones son,rconvcrgcntcs) e n la acepció¡ biológica del térmi¡g, es cle.ci.r:1.', implica u'a arretlogía cle los proccsos formadores, y 2.o, un ori_gcn común, sea cercano o leiano. Adernás, Ia reconstiuccion con-clucc a Llna srrpcrirción, por ligera o aprcciable qllc sca (con posi-biliclaclcs clc cascls nulos o ncgativos).

Así clcfinicl¿rs, sc ¡rueclen ellcontrar tantos ejemplos como se quie-ra clc trlcs reconstl uccio¡rcs. clacla gr.ncración con r.clación a la ante-lior ller'¿.r consigo ulríl rcconstrtrcción ontogenética, con posibilidadde ligcr-as supcr:rciones acla¡:tativas (o cle regresiones). La ley cle(recapitulítciór¡" o¡rtcl-filogcnética vCrdadera a grancles rasgos, eX-

Page 157: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

300 LA TNTEnPRETAcTóN BrolócrcA

cte casi toda programación hereclitaria en lo tocante a estructuras

cognoscitivas r. En ;i;;t;, el funcionamiento del cerebro es here'

clitario, puesto q"" üt ptág'"'o' de la cerebralización y de Ia cor'

ticalización en los pr-illt"r" y en los homínidos determinan de ma-

nera muy precisa I;; á; la inteligencia' pero esto no es más que

ün funcionamiento y no una programación' ya que no engendra

ni<ideasinnatas>nidestrezasinstintivasparticularesjyyaqueincluso la ológica ¿e-tas neuronas) de McCulloch de ninguna ma-

nera se expresa ""';;lógica congénita en el niño' E'sta situación

extraordinaria, si t"- iá "otnpara

óon las de los comportamientos

de niveles menos etluado., nos lleva a suponer: 1'o' que cl funcio-

;;i";it cerebral ".*pt"to o prolonga formas muy gc.cralcs y no

particulare, o" o.gá;izáción; .y 2'"'. que las estructuras lógico-ma-

temáticas, sin estai inscritas cle antemano en estc func:ionarniento

en estado Ae estrrrctrrtua, tá" resultado, no obstante' de tal funcio-

namiento tan pron-ü-;;; es utilizado en la solución cle proble-

mas efectivot V tun pi""ió como. da lugar a .un olule ^movimiento

de constru""ior"r'y'áá abstracciones ieflexionantes o de escalo-

nes sucesivos de "óifiUto"iones:

las formas de equilibrio alcanza-

das son, en cste cáso, simultáneamente' estructuras hechas necc-

liri* p", tas teye, áei funcionamiento (estructuras lógico-mate-

máticas) y estruct;;as-abi"rtas a la experiencia (conocimientos fisicos o exPerimentales)'

VI. LAs reconstrtrcciones convergentes co\1 superación'-Mas

no es suficiente imaginarse una posible fuente cndógena dc estruc-

turacionesdistintasdelastransmisioneshereditariasparticularespara comprender;;;. las condiciones funcionales de la organiza-

ciónvivientepuederrinfluirenelconocimientológico-maternático'Recorclemos que lu¿u ,rta, lejos cle nuestro pensamiento quc atri-

buir al genoma, ;i;ü;i;r" ai cerebro, nna ointeligencia combina-

organizaciÓn <organizadorao, considerada como desarr<¡llo' construcción pro'

sn-siva e incluso t.""ié", 1o mismo q"" ottüii"gulación sincló¡lca o actual;

éni¡nces es posible áiiá'iil',.rriiii,lonu-iunto geneial, de qLre, s:.,1]1 hablado en

tstis páginar r" tt¿1t?iu]';l;;; "n.parie' a procesos continuos de auto-

eqr,ilibración, q.r" ,"ilu"'biológicos en.tanto q'"-ptotetut' pero' igualmente'

se¡:an fuentes ae esi'rrii.,ia-s'-"'ütrót"itivas-en'la 'eclicla err que el eq'ilibrio

móvil conduc" u lu '"u"ttiÚili¿a¿

y-en que ésta (en fornra cle inversiones y re'

ciurocidadcs, "r".1 ."ntiiiti"'titui¡tt"rjconstitutivtt clc las opcracioncs lógico'

matemiticas. Pero antes dc cspecular sobre lo que ptrccic 'scr cl f trncionamiento

seneral, obr".u.rnoJ';i;;i"};;;q"" ri ¡ip¿tesis'rle su intc^'cnción permite

ía hacer algunas aProximaciones't Es cierto qu" iiü^"" áéiLiminaao número de conexir¡nes rnnatas' como

,*s:y;;ürnrliilfdt"liH'ii:"i::i:H'.i"",u:J'!?ll-?:"--:ioue determinan losHill""e;';;ü"1át "

rtt'pá¿"t"t in¿"n"iclos dol conocir¡icnto humano prect-

samente da testimJniá- .i" ru disminucióir relativa, cn c-l h'¡rrlbrc, de los

conocimiento, innu'11'"poii"';";-i;¿; a los otros dos tipos de saber'

{

l.AS ESTRUCTUnAS r-ócIco-NfATEMÁTrcAS 301

tcrria> a la manera cle Cuénot v que a fortiori situar en ellos, er.estailo de prcformación, a las matemáticas enteras. Así pues, nosresta inclicar lc¡s posibles intermediarios entre un funcionamientovivo que se conscrva y la construcción de las estructuras por abs-tlacción reflexionante en el terreno del pensamiento.

Las consicleraciones que haremos en seguida pueden agruparse,baio tres encabezamientos: 1.o, búsqueda de las condiciones nece-)sarias del funcionamiento general (cuya hipótesis hemos estable-cido), susceptibles cle afectar a la construcción de las estructuraslógicas; 2.u, r'cpaso de los isomorfismos parciales analizados en elCirpítr"rlo IV, y 3.o, inclicaciones acerca de los posibles intermedia-rios que conlierclr a estos isomorfismos Lrna significación relativa '

pala el clesarrollo.1.o Por lo (luc lespecta ¿r las condicic¡nes necesarias de todo

luncionamento orgánico y susceptible de intercsar al pensamiento,poclem<-rs y dcbemos limitarnos al mínimo, pucs cuanto más genera-lcs sean, tanto mayor posibilidad tendrán cle ser válidas. Por otraparte, se trata aquí de un análisis realizado por un psicólogo de lainteligencia y no por un lógico. Tendría gran interés, en el supuestocle que la empresa tuviese un sentido, detcrminar formalmentelos postulados ncccs¿rrios, no sólo para la construcción de las es-tmcturas (cn este caso, estos postulados se confunden con la axio-mática de cada una de ellas), sino también para su filiación o ge-ncalogía formales (de ello sc ocupan los lógicos de nuestro Cen.tro cte Epistematología Genética r), y esto remontándose hasta lascondiciones dc las estructuras más odébiles) y elementales posibles.Pero, como psicólogo me limitaré a caracterizar algunas condicionesfuncionales.

Ahora bien, un ntíninto necesario, pero quizá suficiente, con-sists en suponer las conclicioues siguientcs:

tl) Una conscrvaciórr del todo, como ciclo cerrado (véase ,l :1)y cualesquiera que sean las componentes de este ciclo. Tanto sicsta c()nservación sc logra o no de rnanera absoluta (y es evidenteque DO, puesto que todas las form¿¡s de organización viviente evo-lucionarr, sin erxceptuar las clel genoma), lo importante no es loconscrvado (y quc llertenece, en virtud de csto, al dominio de lastransrlisiones hereclitarias), sino el proceso funcional continuo deautoconservación, el cual cltrra tanto como la vida.

i¡) Un tttíuíttto cle clifercnciación en subsistemas y cle conser-vaciolr clc éstos (igrralcs obscrvaciones que en lo anterior).

c) Relacioncs clc-- orden, clue intervicnen ya en el ciclo totalo \;a cn el interior cle los subsistemas y cuya presencia es tantoIr.rhs probable cu¿rntr¡ quc cl siltcma funcior¡a cn cl ticmpo.

,l-z ti'¡iat,:n r)¿:e, ttrt,r-'/2t:ttÍ' t, ? l-r.5,:::- I. B. C:-.2e, S Pep* 'j I. Piaee¡.

).1.' ::'. -- 1 I : . " í z : : :. :'- : : 4..-:,i., Zi a- p- 2r, t- ! ! i *,;:

Page 158: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

304 LA INTERPRtrTACIóN tsIOLdGICA LOS CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS 305

de que la abstracción reflexionante no conoce comienzo absolutoy se remonta hasta las <reconstrucciones convergentes con supera-ciones" comulles a toclas las construcciones orcánizadas.

$ 21. Los coxocrurENros ADeurRrDos y LA EXpERrnNcrrr ¡Ísrcl

presa estas reconstrucciones en una forma gcneral' Los fenómenos

de <convergencra> piopiott"nte dichos (como en el caso del ojo de

l"t ""r"fJpóAot

y ¿e tós vertebrados) proporcionan ejemplos nota'

tl"u ¿" reconstrlcciones estructurales análogas a parür de un ori.

;;;' ";;;; 0"" q" tiogr,,o manera las. tenía todavÍa' El desarrollo

cle! sistema nervroso e"n relación al clei organismo etrtero da testi-

moniocieunatransferenciaclefuncionesconr.eestructuración;;log" (cf. las analogías en las qu¡ ha insistido Bertalanffy en

Io relativo a la equipátencialicla¿)' De manera general' todas las

reequilibraciones o.jáni"u,, y -sobre toclo aquellas que - implican

,iité*ur diferenciadós de re[ulaciones, señalan una tendencia co-

-l' u efectuar los progresoJ aclaptativos mecliante reconstruccio-

nes convergentes.siendo ásí, ni que clecir tiene que los diversos escalones jerár-

cruicos que conducen ¿es¿e la organiz.ación genótica, luego embrio'

;;;;;i.i-á"rpuCt fisiotógiczr o fr-rru:ional hasta el comportamiento

! Acra"'las ]ormas elementalcs, hcreclitarias o adquiridas hasta

ío, forn]o, superiores clel conocilnictrto' no pueclen estar distribui'

áot at't scries lineales sirnples, sino qr:c consistcn' clc manera muy

g"t"r"t, en series más o mt:nos cotuplcjas de urtlconstrucciones

coltvergentes con superacioucsD y con supc|acioncs cle amplitudes

variadas.Deestoresultaquecuanclocomienzaelpensamientoolainte-

ligencia representatíua, p"tt" del cero por lo qLle toca a su conte'

"iio "u".ótual (pero nó, naturalmentc' por lo que toca a los datos

sensorio-nrotores o perceptivos), pero es preparada funcionalmente

no sólo por las coorclinaóiones sensorio-motrices y nerviosas' sino

iofii¿n^V fundamentalmente por toclo lo qtte el funcionamiento

;;;;r.,"que actúa constantemcnte en los clcsarrollos sensorio-mo'

i"..t V i"rp,je, represcntativos, ha hereclaclo d'l mismo del fun'

.ion"-i""to orgattilo en gcneral' En efecto' hay que comprender

;;; k,. conclicio¡res gcneiales .e o'ganizeción a que recurrimos

cn (l) como posrolc iunto cle particle cle estlucturaciones lógico

matenrática. ro ,o. conclicionci iniciales clesde el pttuto cle vista

cronológico, sino más bien condiciones geucrales' es decir' que obran

.unstar-rfemente. En estc caso, los mecanismos que cleterminan se

pr"it"" perfectamente a canalizar las coordinaciones sensorio-mo-

iri."t, las cuales están apoyaclas en las coordinaciones nerviosas'

;i;;'"r" mismo ." pr"rto.r-a servir de objetos a las abstracciones

r:i exl'.¡nantes que caracterizan al pensamiento'

En una palábra, las estructuras lógico-matemáticas .prolonganp.ucho más estrechá-.trt" de lo que parece el funcionamiento orga'

;i;;Ju general común a tocla estructura viviente, por el solo hecho

;i;;; áte funcionamiento opera en la acción y en el sistema ner'

vir¡so lo mismo qrr, "tt

cualquier otra organización' y por el hecho

El tercer gran tipo de conocimientos es el que comienza con elaprcndizaje y encuentra sus formas superiores en lo que común-inentc llamamos conocimiento experimental. Hablamos a este res-pccto de experiencia ofÍsicar, por contraste con la experiencial<igico-matemática (vóase $ 20, subtítulo II), simpleme-nte para ex-plcser el hech<.¡ cie que la información es cn este caso saóada delob.icto y no cic la acción; per-o ni que decir ticne que est^ objetopucclc ser la acción o ia conciencia propia lo mistno que un obietocxtcrior, en la mcdicla cn que Ia info.mación es obtcnicla por ob-sc|r'ación o por experiencia (física, biológica o psicológicá¡ y noi-rol abstracción rcflexionante; es clecir, cle hecho, por construcciónlógica o reconstrLrcción convcrgente de naturaleza formal (en gra-clos cliversos).

I. Conocittticnro experimalral y cottocirttiettto lógico-rnatemti-ticc¡.-El conocimicnto expcrimcntal constituye un r"Jto. conside-r¿rblc clcl trabajo cognoscitivo del hombre y tan inrportante comoel con<-¡cimiento lógico-matcmático. De ori¡ien exógeno (incluso sise 1r'ata de introspecciórr psicológica r, mé1oclo, poi lo clemás, muyIr"iigil, Lrs, pLics, nr,y clistint<-¡ cicl ccinoc.imicnro lógic<-r-matemáticó,pelo cstír siempr"c uniclo a ú1, cle mancra nr.¡ clist,ciable, por lasrazc)ltes siguientcs.

l-a prirncrlr cs clLle cl conocilnicntcl lógico-matcmírtico, ¿lunqueen srr fuentc provcnga dc las coordinacioncs gencralcs cle la accibn,cs sicmple el cc¡nocinricnto cle urr objeto, pues la acción, normal-lrertc, no se ejecuta en el r,acío y versa sobre objetos. Tamhrénsi nos rcnontamos a las fornras miís generales cle ia organizaci,lnvivicnte, velnos qu., no hay funcionamiento sin objetos, f,uesto crueesta organiz¿rción cs abierta y dinámica y es una organización'delos i.tercambios cntre cl scr vi'o y el mcciio. Sin áucla, existenmaletlírtic¿rs (pur'¿rsD, cs clecir, inclepcnclientes cle tocla aplicación

. t Prres en Ia i'tr-osp.cción cr_sujcto, en tanto qr"rc miracro, constituye un ob-jcto *.tc.ior cn rc.laci<i,n con .cl sujeto cognoscitivo, ."oi.ü,"iioi'qü'. pu",lo,scl lo-s crt'ores usrrb.ieIivos> cle cstc úrltimr¡.td

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Page 159: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

306 LA TNTERPRETAcIóN tsrol-dcrcA

actual, pero no por ello dejan de ser relativas a algttttos obietosy son esencialmente instrumentos de adaptación a lo real aun cuan-do lo superen (y porque lo superan).

La segunda razón es esencial para conprender l<.¡s conocimien-tos adquiridos y la experiencia física. Vimos ($ 18) quc los apren-dizajes elementales eran posibles sólo si se insertaban cn concluctasinnatas, como el condicionamiento sobre los reflejos, etc. Al niveldel pensamiento, en el que los conocimientos aciquiridos se apoyanen una experiencia física mcjor elaborada, la rcprcsentación no sedespliega en un marco hereditario, pllesto que iro hay icleas in-natas, sino que exige, a título de conclición ncccsaria v prcvia, unrilarco lógicomatemático, fuera del cual no cs posible en ningunoce los niveles observables: marco de clasificaciones, cle npuestas>en relaciones o en correspondencias, de mecliclas, etc. Ahora bien,e;t: hecho es muy instructivo, tanto clcscle el ptrnto cle vista delpanel y de la naturalcza de las estnlctlll'¿rs lógico-matcmáticrascolno de los caracteres clc Ia expcricncia lísic¿r cr.r gcneral.

Descle el punto de vista cle las cstrlrctulas lógico-matenlliticas,este hecho muestra primero que, al nivcl ctc la rc¡rresentación, es-tas estructuras relevan lo clLle son los nlarc<-ls hclcditarios alnivel cle los primeros Erprenciizajes. Ahora bien, no es por azar.Los comportamientos hereclitarios irnplican, como tocla organiza-ción, el empleo del funcionamiento orgauiz.rrclor general en e[ cualhemos buscado la fuentc de las cstructuras lógicas, y, como he-mos visto ($ 16), el instinto suponc una lógica, que es isomorfaa las conductas scnsorio-motriccs. Así ¡rtrcs, no hay que dccir qtrcen los niveles en los qlle no hay nrarccl lrclcclil¿ilio que silva tlcapoyo a los aprenclizajcs, co¡-no cs cl casc.r dc la rcprcscntació¡lo pensamiento, subsistc l:r posibiliclacl 1, lrt ncccsicl¿rcl clc un ntílrcológico-matemático, pucsto (luc )'rl cta iuhcrente, c11 r.rna fornra fun-cional más elemental, a las concltrct¿rs hc:-cclitarias dc los nivelcsinferiores.

Pero, desde el punto clc vista clc lu cxpcliencia l'ísice, en clclauno cle sus nivcles, por plimitivos clr-¡c sean, ln ncccsiclacl dc talmarco es extremadamente significaliva, pues rnLlcstra la irnposibi-lidaci cle una experiencia .purao cn cl scnticlo cle un contacto clirectoe inmcdiato entre el su.ieto y los objetos. En otras palabras, todoconocimiento del objeto, cualquiera que sca su naturaleza, es siem-pre asimilación a esquemas, y estos esquemas llevan consigo unaorganización lógica o matemática, aunque sca clemental.

También al nivel de la percepción, el contacto cognoscitir/o conel objcto percibido no consiste cn Lrn puro r cgistro o cn una sim¡rleulectura> de la experienciit. Los psicólogos clc la csctrcla cle laGestalt han tenido el mórito cle p<.rncr clc nraniliesto aquello queellos mismos llamaban ulcl'es cle organización, cle la percepcióny que consisten, esencialmentc, €n una geornetrizacirin o constitu-

LOS CONOCI]\{II]N'IOS ADQUIRIDOS 307

ción cie estructuras. cspacio-temporales y ci'emáticas. pero al€¡unosclc cllos trataron de explicar esta geometrización mecliante leyesclc cquilibrio de campo propias clel mundo físico antcs de aplicaisea las actividades del sujeto, y esto los ha llevado, cn resumiclasc'entas, a minimizar estas actividades clel sujeto, como si éste su-lricsc simplemente un cleterminismo exteriár al sr-ryo propio ylucnte de este último..Sólo que, si anarizamos ros poi-"nor"s de iIas actividades perceptivas y, sobre todo, si anarizamo, ,,., .l"rurro-llo c'n la edad (desarroilo que la lógica cler sistema gestaltistac.rch¡cía, naturalmente,.o bien a negar ó bien a clesvalorizár, puestoqtre las leyes clel equilibrio físico son independientes clel suieto1' cic su nivei cle edacr), nos percatamos, por él contrario, ¿"1 rr.."lo ,

cle ciue la oi'ganización y la geometrizaóión percepti'as se consti-tlrvcn, mediante puestas cn

'elación activas y progrcsivas: relacio-ucs simples eu los (traltspoftes> visuales á"-urielemento sobreotl'o, relaciones complejas o multiplicativas en las u¡¡¿¡sposicio_

'cs>'.fuentes de proporcio'es, reraciónes de magnit*a pero tambiénclc clirecció. en las (puestas cn rcferenciao f,Jnte cle coorclenadasl-rcrccptirras, relaciones cle compensación en las constancias, etcé-lcra. Lucgo l¿rs .eraciones sorr instrume'tos lógicos y una puestacr

'clación cs una activiclacl lógica e incluso rapiclamente iógico-

m¿itcmlrtica (prr-rporciones y cc.rorclenadas), cre manera que, tam-bién al .ni'el percepl.ivo, cl conocimiento físico supone ar" .rru."oncccs¿rrio clc natrrr¿rlcza lógico-matemática cle que hablamos hacer-lu ¡romenlo.

It. Necesidud de rr.¡s ,lurcos rógico-matemdticos,-E cl terrc_r.o rlc la expe.ic'cia propianrente clicha y, sobr-e tocl', cle la expe-rinrcntación clirigicla cs eviclcnte a fortiori qrre ,,,ing.,r¿. compro-brci'n pcrnranecc cn estado r)Lrro, en el sentido cle qtie, c1e acuerdoc<-r'cl,empirismo clásico, se acrmitiría que el objeto cr"lo "n

o cren-tlo <.lcl sujcto una simplc iruella, que sLría una ncopiao. Oi"ho ¿"()tr'¿r rnancra, el problerna crcr conocimiento experimbntal es elegircrt'c las clos concepciones posibles del conoümiento-copia o ctelc<tit r.rc' i l-n i cn t o-a sim i lación.

. i\hola bien, puesto qLlc no es exclusivamente perceptiva (ya quela pc.cepción depcncle cre <activiclades> perceptivas), la experienciafísica supone, csencialmente, la intervención cle ^óóiá""ri

pues elstrjct'no plrccle conocer ros objetos más que obranclo soúre elros.uFlstirtr¿tr, un peso es entregar.se a la accién muscular a" rupera,o cs c()nst.uir una balanza qlrc nos clará cl peso gracias a un con-jurrt, rlc rcl¿rcio,cs ¡nétricas. Descle la experienóia inrnediata yahr*' sicmprc, pues, nccesiclaci ae acciones para captar. las propie-ti¿icli's clc un objcrto. En cranto a ra cxpeiimentación q'e busca('slils propicrl¿icles baio la fornra mi¡s iefinacla de l"y"i,

-..,pon"

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3b8 T,A IN'I'ERPRETACIóN I]IOLÓGICA

tantas más acciones del sujeto cuanto más objetivas son estas

leyes, Al nivel macrofísico, estas acciones son indispensables paradiiociar los factores y estudiar sus efectos aisladamente, pues cli-

sociar los factores es modificar mediante la acción el fenómenobruto y discernir slrs elementos en fo¡¡as cuya artifi.cialidad activasólo pérmite garantizar la objetividad. Ahora bien, esto nada tienede cóntradictorio, pues la acción expcrimental está grientada, en

la dirección que vamos a ver, de una clescentración lógico-malcmá-tica, mientras que el error o ilusió¡i subjctiva quc ella col.rige cs

resultado de centraciones sobre la apariencia inmediat¿r. Al nivelmicrofísico es toclavía más ncccs¿rria para llcgar al l'enó¡ncno la

acCión clel experimcntaclor, pel(r a cst¿t csclla lo nrocli{ic¿t mttchom:.,S aún, de manera que Cuest¿l trabajo clisoCiar en lo nobserva-

l.,le> lo que corresponde a la acción y lo que correslloncle al objeto.Ahora bien, todavía ahí, la acción no exclrrve la objetiviclacl, sin<t

que¡ por el contrario, conduce a ella, pues se prolonga en opera-,to.eJ matemáticos cuyas coordinaciones llroporcionan leyes i¡dc-peirdientes clel sujeto cousiderado como yo .incliviciual. En las esca-

las astronómicas, donde la mecánica celestc, en el sistenla newto-niano, no parecía deber nada a las acciones del sujeto más que,

y eS esto esencial, en forma clc mecliclas, la teoría cie la relatividad-ha

mostraclo que la objetiyiclacl es rcsult¡rclo <[e r-rna coorclinacióncle ias meclidas debidas a diferentes obscrvitclores posibles cn las

clifercntes esgalas de velociclad; en cstc caso, I3 lnctlicl¿r Sc- ntucstl'¿t

comg ulta aCCión mucho más complcja cle lo que es sitt est¿ls Coor-

clinaciones. La me<iicla es la aplicación clel número a ull¿l magnitud,pero una aplicación que supone la partición de un continuo ell utri-

dades y el desplazamiento ordenado de Ia unidacl elegida sobre las

otras partes; eS decir, un conjunto cle acciones o clc ope|acionesque enriquecen lo inmediato dado cou relaciones nucvas. En ei casc¡

cle la medida relativista, los metros y los relojes deben estar, ade-

más, coordinados a diferentes distancias espacio-tempofales, l<¡ cualexige la regulación de las señales, o sea, un sistema de acciones

más cornplejas aún con relación a lo dado bruto (dato que nuncaes más que el de un solo observaclor a la vez), ya quc su coordi-nación en función de las veiociclacies mllestra que l¿s nniciades cle

clistancia espacial o de duración no son invariantes, sino quc sc

ven arrastradas a un sistema de covariaciones cuya determinacióndepende, precisamente, de estas coordinaciones de las accionespaiticulares de los diferentes obsen¡adores posibles.

En resumen, el conocimiento físico nunco es una (copia), sino,

necesariamente, una asimilación a esquemas de acciones de com'plejidad creciente. Ahora bien, esta asimilación es, necesariamenlciambién, de naturaleza lógico-matemática, por Ia razón de que, ante

todo, las acciones necesarias para el descubrimiento cle las propie-

dades del objeto y de los fenómenos no son acciones aisladas, por

LOS CONOCIMIENTOS ADQUIRIDOS 309

cliferenciadas quc sean por acomodación a la cliversidad y al detalledc las situaciones: son acciones coordinaclas entre si, y ta coordi-'ación general de las acciones constituye, precisamentl, la tuenteclc las ope.aciones lógico-rnatemáticas. poi eso, por ejernplo, las¿rc:ciones nccesarias a la meclición se pr-olongan eir opeiaciónes derneclición, y estas operaciones son inmecliatamente soliclarias clenrra <métrica general> o de una dc sus varieclacles euclidiana o riejnurniana, es clecir, de una estructura lógico-matemirtica. por eso,i¡¡ur'l'renre las accioncs que el físico efectúa a escala atómica, poipcllr.rrbadoras qlrc puedan parecer, se prolongan cn operaclores(rr\'írs (roorclirrac:iOncs ¡rcr.nritcn, al contr.¿rriO y a la u"z,,rrr cálculotirre lograr h¿rccl' ¡rlcvisiones sorprcndentes y una descentración clelsr-rjelo que ya no intervienc como sujeto incliviclual o deforrn:,dor,siuo como su.¡eto cpistémico, condición e instrurnento de la cbje-tiviclad.

Esta unión no disociable de las matemáticas y cle la física, avccc's ha sido muy mal comprendicla, y el upositivismo lógico> sali-Lli¡ clcl Círcr-rlo der lisr,u ha qucriclo reclucir-la físic¿r a un"conjuntr.rilc ct-rilirlobaciones_perceptir.as y la matemática a un simplé len-grrrjc cluc cxprcsa cle mancra cxacta cl conteniclo cle esas comDro-[r¿rt'ioncs. Pcro, cn primer l,gar', la percepción, como hemos ,".ur-cl¿rclc¡, ller,. r:o'sigo y¿l uníl organización geométrica y lógica. E,-,se¡:.irnclo Jugar', cl 1Ísiccl no es un recién naciclc¡ quc se limita a|,'r, ibir' (uurrclLrc cl l'ccién nacido sea ya ruuy activo), puesro quecrl¡r'lr sin cesar y cc.¡mienza por r.ranslonnar lós objetos y tos renó-lncrlos para ilcgar a las leyes cle sus transformaciones. Éor último,la.m¿rtemática, lcjos de reducirse a un lenguaje, es el instrumentomismo cle estruct'ración que coordina ya estas acciones y Ias pro-long', e' seguicla, en teorÍas deductivas y explicativor. Éo, ranro,l¿r

'nión cle las matemáticas y la física no es lá unión clel signo y elsigrrificaclo, sino la de la actividad estructur.ante a un dato que sinc'lla scría caótico, ininteligible y, sobre toclo, saturado de elementossr-rirjctivos en cl sentido de la subjetiviclacl deformaclora y egocén-tricrr clel yo por oposición a la activiclacl del sujeto epistémico.

;\h.ora bien, clescle la perspectiva biológica esta incápaciclacl queticrrr' r-l conocirniento adquirido o experimental para ionstituirsesirr ir¡r lr-r¿lrco estrr-rcturaclor lógico-matemático posee un vivo inte_rós, pues muestra que el conocimiento clel meclio y de los objetos,quc logra éxitos tan admirables, no, de hecho, es posible más quemeciiante una extensión de las estructuras de la organización alunivcrso entero. Decir que el conocimiento físico es una asimila_ción de lo real a las estructuras lógico-matemáticas es, en efecto,afir'lnar por esto mismo, si las consideraciones del $ 20 son exactas,quc ler organización propia del sujeto y de todo ser vivo es unacondición de los intercambios con el medio y de los interc_¡mbioscognoscitivos, como acabamos de ver, tanto como de los inter-

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310 I-A INTERPRETACIóN BIOLÓGICA

cambios materiales y energéticos. A este respecto, Ias ntormas,conceptuales y operatorias se nos maniÍiestan, una vez más, comola prolongación de las oformas) orgánicas.

III. El acuerdo de las matemdticas y de la rcalidacL-Tantoesta interpretación del conocimiento físico como la de las estruc-turas lógico-matemáticas propuesta en el $ 20, plantean un proble-ma cuyo aspecto biológico es curioso quc sc haya intcntaclo ana-lizar tan poco: ¿Cómo explicar: el acuerdo entre las matemáticasy la realidad?

Recordemos primero que cste acttcrclo es un hecho, y un hechosorprendente. En primer lugar, conviene subrayar qr-re toda reali-clad se puede matematizar y n f ortiori Logizar,lo que, por lo demás,no significa que sea todavía deductible. No se conoce ningún fenó-meno físico que no haya poclido ser traducido en una forma mate-mática, y todos los ensayos realizados para demostrar lo contrariocon la <Naturphilosophieo de Hegel han abortado. La biología per-manece en presencia de una scrie de incógnitas, y de ello algunossacan como conclusión la existencia de un límite a la posible mate-matización. Pero antes de decidirse convicne poder analizar cómoserán disipados estos misterios: ¿Se les encontrará una explicaciónde naturaleza inteligible, aunque no matemática, como creen losfilósofos? (aunque jamás se ha podido proporcionar la prueba epis't:r rológica de que existe un modo de conocimiento propiamentei,li sófico y distinto del conocimiento científico)', ¿o la cxplicaciónb:,3ará a ser inteligible por ser lógico-matemática? Como el oficiodr. profeta está lleno de peligros, lirnitémonos a señalar que, hasta'c h, ü&, toda explicación biológica racional de fenómenos limitados(ht rencia, regulaciones, etc.) ha resultado conforme a modelos lógi-c(hmatemáticos posibles y que los modos de razonamientos, válidt¡sen parte,-de los vitalistas y de los finalistas lo han sido en la medidaen que eran conformes a modelos cibernéticos ignorados por estosautores y descubiertos a pesar de ellos, lo cual prueba que la fina'lidad, concebida como irreductible a la matematización, no lo erade hecho. En eI terreno psicológico, nos hallamos muy lejos de

una matematización suficiente, pero los múltiples procedimientosordinales y la utilización de la lógica algebraica hace que pocospsicólogos se sientan seducidos por el vitalismo. De manera genc-

ral, las matemáticas modernas se han orientaclo por Lln camino tandecididamente cualitativo y el juego de los isomorfismos o cle losmorfismos de toda clase ha abierto perspectivas estl'Llcturaiistastan amplias que no hay campo, humano, biológico o físico, que

1 Ver J. Piaget, Sagesse et illusions de la pltilttsoplúe, Patís (P. U. F.), l9ó5.

I.OS CONOCI\,1ItrNTOS ADQUIRIDOS 31I

¡rLreda parecer irreductible a una matemalización más o rnenos pro-I'unda.

En segunclo lugar, un número considerabre y creciente de fenó-rrenos parecen ser deductibles. El obstáculo principal ha sido du_lante largo tiempo el-papel -clesempeñado pár lo aleatorio, pero

rlesde que la teoría de ras probabilidádes ha permitido comprenderc'rue Lrn fenómeno c.stocástico cre conjunto puecre ser carcurádo aur¡cuando los acontecimientos inclividuáles seán imprevisibles, lo alea-lorio se vuelvc asimilable y deductible, lo que muestran hoy latermodinámica y la microfísica. por el contiario, hay un campoescncial qlle se resiste a la clecluctibiliclacl y quizá clcfinitivamente(cl "quizir, cs esencial pa.a quien teme las prófecías): es el cre los,clcsarrollos plopiamente históricos. Una nhiitoria, aúténtica, comola cle la cvolución de ros seres organiz.clos, lleva, en efecto, unarnezcla de cleterminismo y cle aleatorio, pero precisamente en elscnticlo de acontecimientos incliviciuales'imprlvisiules. y, sobretoclo, una histc¡ria 'o sc repite y no puede deiarrollarse en sentidoinverso. Así pues, es poco probable-que quede suieta a la deduc-tibiliclad. Por'cl conrrario, no clecluctlble no signiéca rio logizablca po'teriori y pociemos cspcraf que el caráctei stú generis cre rosclcsarrollos históricos se tracr'cirá en una lógica, eipecífica tam_bió', que será ciialéctica.-E,s cierto que todavíu rro r" ha podidoformalizar trna lógica clialéctica, cle manera que este mismo con-ccrpto está sujeto a discusión. pcro esto no es iazón para renuliciarrr tal proyccto, pucs sería interesante establecer, poi ejemplc, quócs lo que nos cla cl cálc.lo dc rcsultados que ctepénclen clef crnlino5¡:gtridc-r par"a zrlcanzarlos, etc.

E,n cambio, si no todo es clecluctible, hay que señalar, en tercerlugar, que, er el sector amplísimo de los feñórirenos, o".rir" a vecesque la deducció' tiene lugar antes y no después de Ia experiencia,por tanto, por anticipación. Los ejemplos más conocidoi son r.sclel clescubrirniento.de Neptuno por Leverrier o ra manera en quelos casilleros toclavía vacíos de ra clasificación de Mendeleyef hansido llenados después por las revoluciones de la física contempo-ránea. Pero lo que resulta más impresionante y frecuente es lacr-¡nstrucción de estructuras matemáticas puramente abstracfasquc sirven mucho después y sin intención pievia de marcos indis-pensables a los fenómenos físicos. Todo ef munclo cita el espaciocic lliemann y el cálculo tensorial utilizados por Einstein y los múl-tiplcs modelos geométricos y algebraicos de que nos uál"*o,

"r,microfísica. Las aplicaciones físicas del númeró imaginario no sonnlclt0s sorprendentes, etc.

Ilstos encuentros que se producen unas veces crespués y otrasveces incluso antes de los acontecimientos experimentale_ de lacieclucción matemática y dc Ia realidacl física plantean, entonces,r-rr-r problema escncial de gran alcance epistemólógico y biológico

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3I2 L,\ IN'l'Jll{l'lLlirr\cloN lllol-oclcl

a la vez. Y decimos biológico no porque toda csta obr¿t insistc etr

el paralelismo general entre los problemas y las solttciones de or'-

den cognoscitivó y los problemas y las soluciones p.opiamente bio-

lógicosl sino porque, en este caso particular, es impresionante cl

en-cuentro enire el problema preciso de la aciaptación de las malc-máticas a lo real y los problemas generales cle la adaptación v dc

la preadaptación.La solúción empirista (que en biología corresponde a la solución

lamarckiana) resuelve el problema demasiado fácilmente, recono-

ciendo que las matemáticas han nacido de la experiencia físicao constituyen un lenguaie destinado a describirla. En cfecto, qtteda

por explicar por qué este lenguaje es,. tan cxcclente que, al travós

cle los icliomas comunes, llega a veces a contal'pol anticipaclo algtr

que toclavía no ha sido percibido. Por otra parte, nos qttetlan toda-

uíu po. superar las dificúltades de tal tesis, cx¿rminadas ya cn el $ 20,

srrbtítulo I.La solución apriorista clásica, renovada, por ejemplo, por D' Hil-

bert, consiste en Sostener que si las intuiciones matelnáticlrs sorr

a priori, es simplemente porque hay "armonía preestablecida, (Hil-bert entiende el término en un sentido positivo, sin intenci<in crítica )

entre estos marcos previos y los datos de la experiencia destinadosa vaciarse en ellos. Esto es lo que, en biología, repitcn I<¡s vitalistasy los finalistas, explícita o implícitamente, y es inútil repetir que

no es una respuesta. El apriorismo de K. Lorenz es más inteligible,puesto que háce de la adaptación de las matemáticas a lo real el

óquivalente de una adaptación instintiva o incluso, como dice Lo-

renz, de una adaptación morfológica como la cle los cascos del

caballo o las aletas del pez, que se desarrollan en el embrión antes

cle toda utilización. Pero que las mutaciones aleatorias y la selec-

ci.i;r darwiniana explican la formación de los cascos y de las aletas

es, en rigor, algo concebible (nosotros no 1o creemos); por el con-

tla;'io, interprétar conforme a este modelo por qué los trabajosa"ustractos dé Riemann han encontrado una significación física con

Einstein es atribuir al azar una inteligencia notable y hacer cle laselección una elección intencional capaz de influir bajo mano sobre

la parte de manera casi inquietante.Volvamos, pues, a nuestra hipótesis, según la cual las estruc-

turas lógico-mátemáticas no se deberían ni a la experiencia físicani a una transmiSión instintiva o hereditaria, sino que se sacaríanpor abstracciones reflexionantes de las coordinaciones generales

de la acción y, más allá, de las coordinaciones nerviosas, y así suce-

sivamente hasta llegar a las formas más generales cle los funcio-

namientos organizadores de la vida. como, por otra parte, acaba-

mos de ver que los conocimientos físicos y experimcntales no pueden

constituirse sin una estrllcturación v Lln lnarco lógico-nratemá-tico, la solución más simplc para explicar el ¿rctterdo cle estos mar-

I,OS CONOCI]\{II]N1'OS ADQUIIIII)OS 313

cos y de sus contenidos consistc, naturalmente, en aclmitir que loscontenidos obran por retroacción sobre los marcos y que, de talnrodo, la adaptación que hay que explicar se efectúá pbt runt"osprogresivos, es decir, por medio cle una equilibración éntre la asi-rnilación cle los conteniclos a los marcos y la acomoclación diferen-ci¿rclora de los tnarcos a los contenidos.

sólo cllrc {al concepció' aclmitc, primero, que ras estructurablógico-matemáticas no se de:riy¿t solamente cle las acciones delsujeto sobre los objctos, sino también de Ios objetos nrismos, pures-to que la expcriencia físic¿r los modificaría poco ¿r poco. Naiural-rnelrtc, esto cs posible y en este caso nnestro sistema de interpre-l¿rr:irin tench'ía qlrc scl' retocaclo muy funclamentalmentc. Son éstasrlcsgracias elre: s6u¡a.n, v el problema no es éstc. Entc¡nces, havqllc pesal bien las consccuencias: la moclificación cle las estn:ctu-'as lógico-m¿rtemáticas por influencia de la experiencia física signi-ficaría, sirr nr/rs, cluc no hay clifercncia más que de graclo entre laf ísica y las matemáticas, I¿rs cualcs se encontl-arían entonces asimi-l¡rrlas a un nloclo general de conocimiento qr.re podríamos llamarlógico-expet'imental.

Entonces, la irnica instancia competentc para deciclir es el aná-lisis epistcmológico y muy espccialmente en su métoclo histórico-crítico, que también es el único que se halla en situación de iuzgarlas relaciones efectivas cntrc físicos y matemáticos (a

"orrái"ién,claro está, de que 1o lleven a cabo personas del oficio y no esosfiiósofos que creen pocler.juzgar sin una preparación técnica, lógico-rr-ratemática o física). Al-rora bien, poseemos al menos clos estr,áiosclccisivos a este respecto. uno, de A. Lichnerorvicz, es un br'v.; ca-pítlrlo que tuvo a bien confi¿rrnos para el tomo cle .Lógica y cono_cimiento científico> t y en el cual este <matemático converti<.lo enlísicoo, corno dice él mismo, expone sus icreas sobre ul-as matemá-ticas y la realidacl,. E,l r-¡tro, cle S. Bacrrelarcl 2, contiene un estucliohistórico-crítico muy notable del mismo problema, y qr,re feliz-mcnte se mantiene por completo independiente de las'iniencionesfenomenológicas a las que lo ligó artificiarmente. p'es bien, estosclos textos coinciden totalmente y su sentido es el sizuiente.

La física se plantea problemas experimentales y *los

resuelvecomo tales con la ayuda necesaria de los instrumentos matemáticosadeclrados. Dcspués, la física experimental se completa con una bús-quccla dc la explicación, que utiliza, por Io demás, toclos los instru-¡nentos matemáticos disponibles para llegar a una teoría deduc-tiva clc los fenómenos, pero una teoría cuyas conclusiones estántoclavía someticlas al veredicto cle la experiencia: tal es el papelclcscml'reñado ¡'ror l¿r ofísica teórica>, que sigue siendo una física.

t Encyclopédie de la Pléiadel Logique et connaissancepol J. Piaget.

I S. Bachelard, Lu conscience de ratíonali¡i, parís (p. U.

sc iett t i I i q t t e, dirigida

F.), 19s8.

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3l-1 L\ l\'fEI{PItli'1'ACIÓN BIOI'(,IÜI('\

pucsto que está subordinada a la experiencia, pot'más r¡atemliticasqr..e t"utt las técnicas que emplee. Entonces, el problema consistcen sellalar las relacionés entre esta "física teórica' y la disciplinallamacla ofísica matemáticaD, cuyo obieto es tratar matemática-mentc los problemas planteados por la física (de los que precisa-

mente Lichnerorvicz es un gran especielista). Lr-rego, la física lnatc-mática quiere ser matemática, y ya no es una físic¿r, porque ya no

,e somei" a la experiencia y establece sus soluciones por vía rigu-rosamente deductiva, encontrándose constantemente con las verda-des cle la física (teórica o experimental) y desbordándolas, por 1o

clemás, pero no se cuida de estas convergencias en tanto que ga-

rantías de verificación.Entonces, inmediatamente habrá que preguntarse si no hay al-

guna influencia secreta, disimttlada por razones de método o talvez por hipocresía teórica, de las verdadcs de la física teóricaen la física matemática, para quc ésta pueda así adelantar a aquélla,rebasándola, cierto es, ampliamente en la dirección de todas las

estructuras posibles, pero abrazando fielmentc sus contornos en los

sectores relativos a los fenómenos reales. Que hay influencia es

algo de lo que no se puede dudar. Pero la cuestión consiste en sabct'

sits psicológica, es decir, relativa a la elección de los problemasy a los intereses que dictan estas elecciones, o epistemológica, es

decir, que suponga una transferencia de verdad. Luego la física,en verdad, plántea al matemático problemas en los que no habríapensado sin ella, y que le interesan en esta perspectiva. Pero él

ásimila estos problemas a cuestiones de estructuras abstractas cu-

yas propiedades y transformaciones estuclia, por lo demás, en

tat¿áa -de

matemáticas y abstractas. En la medida en que lacorrespondencia se logra, por mucho que imite mediante sus es-

tructuias abstractas los datos físicos, Io logra por recombinaciónititerna y endógena sin tomar nada de las orepresentacionesD ex-..e, iores que integra y reconstruye con toda autonomía.

Ningún biólogo leerá este resumen de análisis sin pensar en las

situaciones en que una variación fenotípica precede a la apariciónle un genotipo que parece imitarla y en que se habla de ofeno-

ccpia> precisamente para decir que ha habido imitación activa yendógena y no transmisión de influencias causales exteriores. Y, en

el modelo del que nos hemos servido en el $ 19, subtítulos V y VI,eI genoma es considerado de manera análoga, responcliendo por re-

combinación o reequilibración endógenas a los problemas que leplantea el medio.

Pero volviendo a esta cuestión del acttet'clo entrc las estrtlctulaslógico-matemáticas y la experiencia, esta independencia del matc-

mático por lo que toca a la física, incluso teóric¡t, es cie tal natu-raleza que excluye la solr-rción en virttlcl clt ttna simple acomoclaciónprogresiva. Se necesita, pucs, encontr¿lr (rtf ii cos¡. Ahot'a llie ¡r, si estc:

LOS (lONOClIllllNl'OS;\l)(.)tllltll)OS 315

¡c:Lrercio no sc cfectúa dcsclc el exterior, es ciecir, por ajuste pro-¡trc.sivo clcl marco nlirtcn"lático y del conteniclo cxperimental en elcurso cle la propia expcr"iencia considerada como intercambio cntrecl sujeto y los objetos o entrc el organismo y el mcdio, es porque*r'rclrlizri ¿urlcs, rro gllrc:ias Íl una armonía prccstablecida, sino en,.'l intcriol' clcl organisr)ro v en los niveles anlcriores o infcl'ioresl l;r coorclinaci<in gcnclal cle las accioncs quc. sc cjcrcen sobre el¡ucclio. ',

Iln efcct<-¡, sllponcr clrrc la fucnte irltinra cle las coorclinlrcionescluc cnlminíln cn las estrlrcturas lógico-uratemáticas ha de buscarsehast¿r cn cl funcionamiento rnás general cle l¿r orgarnización viv¿r v eltsris formas conociclas cle cncasillamiento, de ordcn, etc., es p¡'opor-t ionar por eso mismo los elementos de una solución por lo que toca¡rl acuelclo entrc estas coordinaciones o estas estructuras y el n-recliocxterior. l,a organización viva, como ha insistido Bertalanffy con-tinr-ramentc, es un <sistema abierto>, y hemos visto [$ ll y 12,prop. (l) y (4)l que, sin excluir la presencia necesaria de un ciclonecesariamente cerra(lo en tanto que ciclo, esto significa que cadaclcmcnto clel ciclo no engendra o mantiene al siguiente más que¡ror combinación con elementos exteriores. La organización vivacrs, plles, la organización de un sistema de intercambios, y el tér-rnino de organización no designa más que el aspecto interno deun sistema en aclaptación continua. Ello no significa que la orga-nización sea la réplica del medio, aun admitiendo que los carac-tcres transmiticlos hereditariamente son respuestas a las situacio-nes que él impone. Pero esto significa que no hay funcionamientoorganizador, a cualquier nivel que sea, sin un acuerdo con el me-clio: el acuerclo entre las matemáticas y la experiencia no es sinoun caso particular, pero particularmente interesante, de este acuer-clo constante. Atribuir la lógica y las matemáticas a las coordina-ciones generales de las acciones del sujeto no es, pues, sobreesti-m¿rr el papel de este sujeto en un sentido idealista: es recordarque si la fecundjdad de su pensamiento depende de los re,:ursosinternos del organismo, Ia eficacia de este pensamiento d:pendeclel hecho de que el organismo no es independiente del medio, sinoque únicamente vive, obra y piensa en interacción con é1.

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t.\t,lf L)l.o \rlI

TIONCLUSIONES; LAS FORMAS DEORGANOS I]]FI]R]:,NCIADOS DE LAINT'ERCANÍBIOS FLJNCIONALES CON

CONOCTMIE¡J'TO COMORI]GULACIÓN DF, LOSEI, EXTERIOII

Al términc¡ cle estos análisis es conveniente vol\,er a examinar laltipótesis dircctriz enunciada cn el $ 3. Por una parte, supone qut:los l-¡recanismos cognoscitivos prolongan las regulaciones orgánicasclc Ias quc son trna resultante; por otra parte, corrsiste en admitirc¡rrc constituycn órganos especializados y difcrenciedos de estasrcgulaciones en las interacciones con el exterior. Los Capítulos IIIa VI de esta obra han tratado esencialmente de justifical el 1 r'i-rncro cic estos clos supucstos. Por lo que respecta al segundo, sólc¡harr puesto de rclicve algunos dc los elementos de una verificación.Rest¿r, pues, coordinarlos y desarrollarlos para llcgal a la respuesta.

Sin cmbargo, serán irtilcs algnnas observaciones ¡rrevias antes<lc iniciar csta discusión final, pues el lector quizá se haya quedadocou la impresión de oposiciones muy vigorosas en cl curso clenuestra cxposición, por ejernplo, entre los procesos sincrónicos decquilibrio o de estructuración general y los procesos cliacrónicosrlc construcción histórica, o sobre todo, entre los factores endó-gcrlos, en los cnales insistiuros ¿t \¡eces casi cxlusivamente, y losl'ítctc¡res c.xógenos, zr los q'.tc nLlmerosos pasaics clnn un lugar que¡ralcccra exagerado a juicio cle algunos.

Pcir lo qtrc cotrciernc al prirnero de cstos clos ¡rloblemas [irlrcla-rncntales, se puecie estar tentado de clisociar, por un laclo, l<.s pro-l>lcllus rle cvolucirin y clc clcsarlollo y, por erl otro, lr¡s cle <tlgani-zlt'iót-t sincrónicir, rclativos, por rrjemirlo, nl arrálisis cle los nsis-tcrnas ¿rbiertc¡s> o clc lc¡ cluc hemos llantarlr¡ cl ufunciolramientogcnclal, cle toclr-¡ cl c-rrgirrrismo clLlc intc:rviclre ya dcsdc la trans-lnisión hcreclitari¿r, cle la ctral cs una conrlición.;\hora biel, ese:rcnci¿tl scñalar clat-arnentc, ¿rl comicnzo cle cst¿rs ct-llclusiones, queninglin sistem¿r biológico sirrcrónico, ¡ror clepcnclicnfc que sea cleconcliciones actuales clc equilibrio, lro es inclcpc.nclicnte dc la his-toria, prirqtre él rnismo es uu producto cle er',tlrrción y porqlre, recí-l)r'ocalncl)tc, rriligún deslrr'r'olk¡, lo n-¡istnrl filótico rluc i¡idiyidq¡¡,es inciepcrrclicnlc cle rrr.ut olrtruizuciórr pr'<tglesiva, así y>rrcs, rlc crlrri-

LrlTl

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3l f, CONCI-USIONT]S

libracio¡res. Es cierto que hay otros campos, como cn lingi"iísticao ci] economía, clonclc la oposición de lo sincrónico y de lo diacró-nic.: es mucho más tajante, pues en óstos hay que vérselas consigiros narbitrarios) o corl valores de rendimiento momentáneo,cuya significación o cuyo montante dependen mucho más de unequilibrio actual que de su pasado. Pero, como hemos mostradoen otra parte, cuanto más se aproximen las realidades consideradasa estructuras, ya sean normativas (como las estructuras cognosci-tivas), ya simplemente (pregnantes> y constituidas por una oposi-ción entre lo "normal, y lo aberrante o incluso lo patológico (y éstees el caso de la vida), tanto más tiende a reducirse Ia oposiciónentre los factores cliacrónicos y los siqcrónicos en virtud del simplehecho de que tales estructuras tienden a la consen¡ación en el tiem-po. Ahora bien, quien dice conservación en cl seno de una realidaclcn funcionamiento y no estática, clice por este solo hecho recons-trucción f construcción continuas, cle mancra que incluso las inva-riantes funcionales son relativas constantemente a un desarrollo,

Así pues, la realidad vital funclamental no está constituida nipor estructuras intemporales, sustraídas a la historia o dominantesde Ia misma, como serían las formas equilibradas cle organizaciónde condiciones permanentes, ni por una sucesión histórica de aza-res o cle crisis, como sería una serie clc clesecluilibrios sin reequili-bramientos, sino por procesos continuos de autorregulaciones queimplican, a su vez, desequilibrios y r.rn clinamismo cc¡nstante dcequilibración. Luego ya es mucho dccir qucr en toclos los niveles,se trate de cscalones históricos o clc grados cn la jerarquía cle unaorganización, intervicnen simult¿incanlcntc factoles exógenos, fuen-tcs de desequilibrios, pero también dcse ncacicnaclore s clc (res-

l)uestasD, y factorcs cnclógenos, Iucntcs clc cstas respLlcstas y agen-tes de la cquilibración.

Así pues, buscar er-) este r'nsayo la crcencia cn rrrl¿r plimaciasistemática de uno o clc otro gmpo cle faclores sería comprendermal su cspíritu, puesto quc la idea centr'¿tl cs, constantemcntc, lade una interacción. Pe ro si se separase algún pirsaje de los capítulosanteriores, se podría tener la impresión contraria o, más aún, que-darse con la de una oscilación y no coll l¿r de una voluntad continuacle sírrtesis. A este respecto, no cs inútil seiralar al comienzo decsti¡s conclusiones cluc lu gran dificultacl cic nllestra cmpresa pro-lir'l¡c, cutre otras cosas, cle la dualiclacl cle los púrblicos a los quetro.-clirigirnos. El senticl<¡ comírn clc los psit'rilogos clrrga toclo el:r'-e,lto cn los factores clc aplcnclizajc y crr l¿rs ¡rcrciolrcs clcl ¡ncclio,oi'' iilinclosc, cuanclo sc tfata clc las lrrnciout's cognoscitir,¿is, cle iasin'i'clc'i<lr"rcs clc 1a biología corltcnpor¡itiea .\' sin vr:r la contradic-t:ión clltre un mutacionismo biológic<-, \' un laniarckismo (<-r cnrpi-¡'isnrt.¡ intcgral) epistenrológic<-r: pensatttkr r:rl cllos, ct'¿l ncccs¿rrioilrsistir cn lcls f¿tctores cnclógenos, sobtc toclo cn lo clue coltcicrnc:

I,AS lTUNCIONJ]S I)II- CONOCI]\{IT.]N'IO 319

a la equilibrac:iórr progresiva y a lers estrlrcturas lógico-matemáticas,cltLc cic-penclen de ellos en gran medida. Recíprocamente, el sentidocornún de los biólogos se olvida de la epistemología y del pensa-miento y tr-at¿t el cerebro humano como si fuese un producto dei¿r selección, al estilo de los cascos del caballo o las alet¡s de lospeces: pensando en ellos, se hacía preciso recordar que el acuerdocle las matemáticas con la realidad física no se concibe tan fácil;mente y quizá necesita una refundición de nuestros modelos ddinteracción entre el medio y la organización misma. Ojalá los bió-logos y los psicólogos puedan colaborar en el futuro hasta revelar,juntos, los secretos de una organización organizadora, una vez des-c:ubiertos los de la organización ya organizada.

$ 22. Las ruNcrONES pRoprAS DEL coNocrN{rENTo

Al estudiar las correspondencias funcionales y los isomorfismosestructurales parcialcs entre las funciones cognoscitivas y las orgá-nicas hemos <¡bservado la existencia de un conjunto notable deconvergencias y también cle cierto núnero de diferencias que mues-trar-r que el conocimiento cumple funciones quc Ie son propias. Locontr¿irio sería, por lo dcrmás, inconcebible, pues si el organismose b¿rstase ¿r sí ntismo, siu instintos, aprenclizaje ct inteligencia, estoscr'íu, puesto qllc existen tales mccanismos cognoscitivos, el índiceckr una cluaiidad radical clc naturaleza entle la vida y el conoci-irrictrto, lo cual poclría admitirse en clifcrcntes perspcctivas mcta-lísicas, pelo plantcaría clificLrltacles inextricables par¿t una episte-rrrología quc se ¡rropusiese, sin-rplemente, cxplicar por qué la cien-cia capta lo real.

L EI cortt¡torlurtietrfr.t, lu c"ttcttsi(¡n dcl tttedio t, el cierre clel<sistettrct ubiarlc¡>.-Si quercr-nos partir clc los cl¿rtos elementalesclc la etología, la inmcns¿t mayoría cle los corrocinrientos propioscL: los aninr¿rlcs son clcl orclct.l clcl <saber h¿rccr, t¡tilitario v itrác-lico. El instirrto cstilr sicm¡l'c al sen,icio de las trcs necesjcl¿rclcslrrnclamcntlrlcs rlc lttrtricitjn, pr-otccción contra el cncmigo y rcpro-r-lur:cii-rrr, v:;i colr l¡s rr-rigraci()lics o los clivclst_ls nlc¡clos de la orga-nizaciti¡'r soci¿rl l)¿rr(icc pcrsr'gLlir lines clerivaclos, no son derivaclosrrlis clue cn r::l scnticlo cle qr-rc estos interi:ses injertaclos en los tres1r'inci¡xrlcs (lLrpcnclclt toclar'í:r y, l)of tanto, cst¿in subordinaclos,liinlmentc, lr la sr-rpcnrir,cncia clc la cspccic, I'cl-r la meclicla de lo¡rL-rsiblc I l¿t cli'l inciivicltro.

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320 CONCI,USIONES LAS FUNCIONES ')IIf,

CONOCILÍ ÍIIN'IO 32I

ltl¡eva situación funcional, pr.resto quc todo género tiende a cles-¿rrrollarse por sí mismo y a alimentarse: de ahí las necesicladescognoscitivas fundamentales de comprencler y de inventar; peroconclucen, ncl obstante, a una extensión creciente ctel medio, y, cstavcz, en calidacl cle conjunto de los objetos de conocimiento.

Así pues, se puede expresar biológicamente esta extensión lentay clespués, con el hombre, cada vez más acelerada, del medio ac1cesible a las necesidades vitales, primero, y enseguida propiamentecognoscitivas, enlazándola a los rasgos lundamentales de la orga-lrización viviente. Un organismo, nos dice Bertalanffy, es un nsis-tcma abierto> en el sentido, precisamente, de que no conser-va suforma más que ¿r través cle una corriente continua de intercambios,con el medio. Luego un sistena abierto es un sistema amenazadosin cesar, y por algo los aspectos fundamentales cle la superviven-cia, la nutrición y Ia reprodr-rcción se prolongan en funcionamientosquc tienen como resultado extender el meclio útil. Esta extensióncicrbe traducirse al lenguaje quc expresa su funcionamiento efec-tivo: es, csencialmente, Llna bírsqueda del cierre dcl sistema, y esto,precisamentc, porqtre está clemasiado <abicrto>. Descle un punto clcvista pt'obabilista,,v es el irnico clue convicne adoptar a este res-peclo, ei riesgo propio clel sistema abierto es qLle su medio inme-diato o frontera no suministre los elementos necesarios para srrrlantenimiento. Cerlar el sistema consistiría, a[ contrario, en cir-cunscrjbir un campo tal quc la probabiliclacl <le los intercambiosfucsc suficicnte para la convcrsación.

E,rrtonces vcnros inmcclial¿rmente que cl cierre clel sistema cons-litrr.vc, clesde este punto cle vista, trn límite constantemente perse-grriclo, pero jamás alcanzaclc¡. No cs que las necesiclacles inicialesclc nutrición, plotección y reproducción scan irrfinitas, ni muchorllc¡ros. Pcro cs qLle, t¿ln pronto colno sc inventan los cliversosr:orri1'rol'tanricntos que sirvcn a la búsc¡ueda cle.los meclios de s¿rtis-laccl estas rrccr.:sirlaclcs, grarr:ias ¿t Llna pequerla extensión del nreclioiniiial, las t'egr-rlacir.ines cognc¡scitivas cle estos comportamientosc,Lncltrccn, tarcle o tcmplano, a una extensión ilimitacla clel sistema,Y ello por dos r¿rzoncls.

l.a primcra obcclecc a l:.t probabiliclacl cle cncucnti.o con lcs ele-rncrrtos descad<,¡s (alimento y sexo) <¡ temiclos (protccción). \iien-tras cl ser viv<-l no posee tirganos sensoriirles difcrenciaclos, Iosacc¡rrtccimicntos extericlrcs ¡ro lc concierncn m¿is quc en ocusióncle los contactos inmecliatos y son inexistentes tan pronto como¿rumcnta la ciistartcia. Así pucs, lto existen m/rs nccesiclacles quclas rnc¡mcntírncas, y óstas sc erlinguen tan pronto como son satis-lcciras par¿t no rcaparecer sino clesprrés, scgún ulr ciclo perióclicon¡iis r,r menos brcve cl prolongaclo. Por cl contral"io, talt pro¡ttoronro apalcccr unir regul:.rción perceptiva y qlle órganos olfativosu iisrr¿llcs st:i¿rll¡n a algr-rna clistancia el alimento o eI peligro, Ias

Las formas elementales de aprendizaje perceptivo o sensorlo-

rrotor no salen de tal marco funcional, y Io mismo puede decirse

de una parte muy grande de la inteligencia práctica o sensorio-

motriz. Sin embaigol en este último terreno hav quc reconocer, sit-t

clucla, que, en los mamíferos y sobre todo cn los antropoides' se

asistc a un ligero rebasamiento en la dirección de un placer igual-

mente funcioñal, pero de la comprensión po| sí misma. En efecto,

se sabe que los mamíferos jóvenes juegan y qtle el juego no es

exclusivamente, como quería K. Groos, un ejercicio dc los instin-ios, .irro un ejercicio gáneral de las conduct¿is posibles a un nivel

claáo, sin utilización ó consumación trtilitaria actual. Ahora bien,

el juego no es más que un polo cte ]5rs cjercicios funcionales quc

opéruñ en el transcuiro clel desarrollc¡ del i.diviciuo, y ei otro polo

ei el ejercicio no lúdico, cloncle cl sr-rjeto.io|ctl nlr¡lrellclc.a aprcll-

dero (úarlorv)r en trn contexto cle aclaptación cogn'scitivir y t-to

solamente de juego. uno de nllcstros niiros, cttallclo tcllía cerc¿r clc

trn aíro, logró-paiar, por casualiclacl, a trar'és dc los barrotes cle

sLl ('trque-> .rn 3rrg.r"i" qne clcseaba,.pcrc) t1ttc, sic'clrl clernasiacl<.1

anclx), tenía qUe ser colocacl<.¡ vcrticalntente: pat'a cluc puclicra lla-

,"r. ño qued-ó s¿rtisfccho, en ¿rbsolttto, clc su óxit<¡ fortrLit<¡: lc¡

r,c¡lr,,ió a cólocar fuera I' reanucló slls cnsayos lrasta quc (comprell-

ciiór. Este comienzo cló conocimicnto clcsit-itel'es¿tclc¡ cs, sin clucla,

¿rccesible igualmentc a los cllimpancÚs'Pcr.o sean exclusivamente utilitarios o sc llcgue a esta supel'a'

ción clel (Saber haceru para alcanzar l¿t <conr¡lrclrrsión,, los cono-

cimicntos en el animal clan testimonio, así, clc ser unii funció¡r

partictrlar muy clara, comparada con la sttpcl'vil'encia, la nti¿riciónc,, la reproduc;ión en sus aspectos propiatnente orgánicos: es lafuncion de extcnsión clel meclio clc qtrc hablamos cn el $ 14, sub-

título I. Buscar el alimento en vez cie s¿ic¿rllo clcl sucl<¡ o cle la

atmósir:ra, como lo haccn los vegctl¡lt's, Va es itltlpliar el medic¡.

Bgscur la hembra ,v ocLlparsc de las crías cs ci¿tr a la rcpt'ocluc-

ciólt ir¡a regulación cle cxtensión es¡racio-tem¡rot';rl tníts grauclc qrre

[¿r 1]cl solo funcionamiento fisiológico. Y cx¡rloratt' por cxplot'ar,

sin utilidacl inmediata (como las lat¿rs cle Blodgett en cl (¿Ipl'en-

cti:aje latente>), hasta llegar a apretlcler por aprerlcler, como se

r rs ümbra en el plano de la inteligencia sens<-rrio-motriz, es exten-

ciel toclavía más eI medio utilizable'Es claro que, en consecuencia, el solo hecho cie haber elabo'

¡. (( c instrumentos cle conocimiento inteligente, attn cuando éste

no haya perseguiclo al principio más que fir"res utilitarios, crea una

i ci. también ,la experiencia de Buüer, inspirada por Llarlorv, en la quc el

únrco reforzamiento en el aprendizaje cie una discriminación en monos bien

"ii.,-,",rto¿ot consistia e' permitirle, cn caso de óxito, mir;rr por lr 'entrtna

ilc

..n;'j;;i;;; parecles opai^. I'satisfacer rsí sLt cttritrsiclad (sin relación cr-in ]rclisr,'rimi nación exigicla ).

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:22 CONCLUSIONES

nrtcesidades quedan modificadas por esta cxtensión misma: auns; el apetito es satisfecho momentáneamente, la ausencia de ali-rocnto visible o poco oloroso se vuelve inquietante en tanto quees una modificación de las probabilidades cle aparición y crea ullanecesidad nueva en la forma de una necesiclacl cle búsqueda, auncuando no haya apremio de consumo inmecliato. De igual manera,la percepción de enemigos, aun cuando se cncuentren a distanciaprudente, engendra una nueva necesidad de vigilancia o atención.En otras palabras, la aparición de un control perceptivo acarreasu mejoramiento, a título de consecuencia funcioual, y este mejo-ramiento trae consigo una extensión clel medio, sin c¡ue el cierreclel "Sistema abiertoo Sea entgnces llunca ¡losiblc cn c'ste terrenoelemental. Señalemos, por lo demás, quc tal proceso gencral de

extensión del medio ya se esboza en el plano orgániccl antes de toclocontr-ol sensorial: es el caso de la diseminación clc las semillas en

la reproducción sexual en los vcgetales, cxcclenlc cjemplo de ex-

tensión espontánea sin regulación cognoscitiv¿t: ¿qué pasaría siun control percepti\¡o permitiese a la planta estar informada porretroalimentación de la relativa falta cle éxito tic esta propagación?

II. Comportantiento y regulaciones cogtloscitivas.-La segundarazón cle la extensión del meclio que apunta al cierre del <sistcm¿l

abicrtoo, pero que hace retroceder continuamente los limites de

cste cierre, es el proceso de las rcgulaciotrcs cognoscitivas e¡ su

rnismo mecanismo interno, Tocamos aquí un punto esencial en loque respecta a la naturaleza y al moclo de desarrollo de los pro-cesos de conocinriento.

Sea un ciclo fisiológico cualquiera (A x A') --> (B x B') -> ...(ZxZ')*+(A xA')--+...(prop. 1), doncle A, B, ..., Z son elementosclel organismoy A', B', ..., Z'los elementos clcl meclio con los cua-

les están en interacCión necesaria. Entonces poclemos esquemati-zat la intervenqión cle uu mecanismo cognoscitivo ell sus comien-zos bajo la forma de una regulación que señala la presencia de

un elenrentO exterior cualquiera A', informa a los órganos corl'es-pondientes A e interviene, así, en el procesr-¡ A --+8, facilitando sr.r

desarrollo.Desde el principio, la reactividacl cognoscitiva ctesempeña uu

p;.pel de regulación y lleva a facilitaciones, reforzamicntos, nlode-i¿,óio.res, compensaciones u otras regulacioncs clel proceso fisioló-gico. Pero ni que decir tiene que esta rcactiviclad elctnental, cttyas

n anifestaciOnes pueden tomar formas de tropismos <l cle reflejos

Ir,rcO diferenCiadOS, Supone, preCisamente conlo tnccanismo regu-

iador, posibilidacles y aun exigencias del desarrollo indefinido, pues

16 propio de una regulación es podcr llevar co¡sigq su autocorrcc-ción en forma de regulaciones de regulaciottcs,

LAS I;UNCIONIIS DIll- CONOCII\{lllNTO 323

fln el caso de nuestro csquema elemental el circuito de retro-¿rlinrentación o feedback que nos.trae de regreso de A'a A, quet-:rrgloba una señalizació¡-r sobrc A', o aferencia, y un efecto sobre A,r.r cf.ccción, ¿rcarrca d<.¡s clases de perfeccionamientos posibles o re-glrlaciones clc comportamiento a la seguncla potc-ncia, mielrtrasclue regnlacioncs fisiológicas o internas pueden mejorar ,l procesoA'*>B: Lo, pueclc habcr refinamientos en el registro de A', en foq¡na cle conclicionamicntos cliversos que asimilen nlrevas señales óín<liccs a los csquemas perccptivos inicialcs y enriquezcan así caclalcz nrírs am¡rliarrrente cI tcclaclo perccptivo mccliante regulacionesr¡rrc clif'crcncicn la asimilación global clc particla; 2.o, habrá, sobretorlo, r-cfin¿unicntr¡s c¡r los csqucrnas clc rcacción cltre intervenganstibrc ,4, r' cs ahí clonclc rcsultan posiblcs nlle\¡as r.egnlaciones enrrrr¿r scLic inintcrrrunpirl¡r cle las que el rlcsarrollo sensorio-motort'rr cl bcltc' hurnano ncls cla rrrra imagen irnprcsionarrtr-'.

Er cfcct<.¡, sotrrc los cs(lLrcnras reflejos iniciales co¡no ros cle rasrrcciti¡r, clc la 1"rrr:nsión palmar o dc los refle.ios óculo-nrotores ve-n'l()s qr¡e sc lcvarrta lr¡ra succsirir] clc c:oncluctas cacla ve-z más conr-¡rlcias, cuyos clos prirrci¡rios gencrales son la acomoclación cle lclsc.sclilclTras clc asirnilación qtrc conduccrr a str difercnciación \,, so-bl-c toclo, la asirnilaciórt rccípr-oca cle los esqucmas (r,isión y prelt-.si<in, ctc.) c<¡ncluccntcs a -sL¡ coc¡rclirración. Ahora bien, clesclc cll)rrnto cle vista qLlc nos interesa aqtrí, la cloblc cnscñanza ftrncla-rri'lrl¡l clc cstr'clcsarrollo c¡r-rc- culmirra c'rr la irrtcligencia sensorio-irrr¡tliz, es: rr) clue los progrcsos clbscn'ados sc clcben a regula-cioncs cle rcgulaciones quc acarrcau r-rn cicrcicio crc las funcioncscogrroscitir'¿ls por sí rnisrr¿rs, independientcmentc rlc los inrercsesutili¿arios inicialc-s v estrcch¡unente biológicos (nrrtrición, erc,l, yD/ que, por consigr,ricnte, hacen retrocecler cacla vez ntás al ocie-¡'r'e'u clcl .sisleula abierto sobre el mcclicl.

Que est's progre'sos sc realizan por regulacioncs cle regulacio-ncs es eviclente', primero cD el casc¡ cte la diferenciación Dor aco-mr.¡clación cle los esquen'las cle asimilación. En c'fecto, por una par-tc, esta acomc-¡dación .se electúa por cnsayos y éstos constitr-rvcncl nrodelo dc los sistemas cle circuitos de retroalimentación clondel¡¡ acción sc corrige cn función de sus resultaclo.s. pero, Dor otrapilrte, csta regulación clel ensayo no se clesenvuelve a títuio ¿ie co-irricnzo absr¡lut<-¡, sino cn cl inlerior de t¡lr marco pr.cvio; así cues,ir llartir cle esqucmas clc asimilación adquiridos o reflejos -.' estoscsqucmas de partida constitrryen la regulación biisica, cuya dife-]('rlciación se obticnc mccliante una rcgulación supcrpu"ria.

E,n cuant<-¡ a la coordinación cle los esquemas por asimilaciónrccíproca, se trata también clc regulaciones que regulan regula-ciones anteriores, y estas regulaciones de segunda potencia son es-pccialmente importantes, puesto que se efectúan en la direcciónclc las operaciones (véase $ l4). En efecto, una coordinación de

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324

csquemas es un proceso simultáncarneltte proactivo y r"clroactivo,ye que culmina en una síntcsis nucva moclificanclo de regrcso losesqüemas así coordinados.

E,ste progreso interno del mecanismo clc las regulaciones cog-noscitivas supone, entonces, su e.jcrcicio, cs clccir, la formación clcuira serie de intereses nuevos que ya no sc rcduccn a los intcrcsesde ,:artida y son provocados por el frrncionamiento comr: tal delsistema; estos intereses son la exprcsión ftu-rcioual clel propio llrc-canismo de Ia asimilación cognoscitiva, poro, corno acabamos cic\¡er una vez más, como prolongación ciirecta clc las asimilacioncrsinici¿tlcs. La exter¡sión clei meclicr así clcter-¡lrinacla concicrnc, a l¿rvez, al medio en el sentido biológico clcl coniunto dc los cstímtrlosqu: afcctan a la or-ganización en su ciclo fisic¡lógico y al rncclicrcognoscitivo considcrado conr<-r con jrrnto clc lor; ob jt.tos cltre afec-tan al conocimientcl.

Ahc¡ra bien, esta nueva extcnsióu clel mcclio nc¡ bastal.í¿r Par.a clcier¡c clel <sistema abicrtor, pucsto qnc quccla sr-rborclinacla a lasplobabiliciades de que ocLlrran ex¡rerier-rcias o, clicho rlc otra ma-ncrA, a los azares dc la cxperiencia ciel suieto. Sólo con l¿r rcrrrc-sentación o pensamiento, quc nrultipiica aceleradanrcnte las clis,tancias espacio-temporales que caracterizan el campo cle Ia acció¡rv de la comprensión del sujeto, comienza a entreverse el cierre clelsistema. Pero entonces supone el conjunto cle los carnbios inter-indiviciuales o sociales además de los cambios con cl meclio incli-vidual; volveremos a encontrar cl problema míts aclelantc.

III. Equilibrio organico v equilibrio <,ttgttosci¡ivo.*Si Ia pri,rnera función esencial cle los mecanismos cogrroscitivos es cl c'ic-rre progresivo del <sistema abierto, clel organisnro gracias ¿l unaextensión indefinida del medio (y esta función es muy csencialdescle el punto de vista de los procesos aunqlle, o sobr-ó toclo, ia-mirs llegue a su culminación completamcnte, clesdc un punto clcvista estático), esta función lleva consigo una serie cle otras fun-ciones.

La segunda que hay que recordar cs igualmentc cle fundamcn_tal importancia, pues tiene que ver con los mecanismos de equi-libración del sistema. La organización viviente es, escncialmentc,autorregulación. si lo que acabamos de ver cs cierto, el desarrollode las funciones cognoscitivas sc manifiesta, según nucstra hipó-tesis directriz, como la constitución de órganos especializacios cic:re¡¡riación en las reglas de los intercambios col-l el exterior, intcr.-cainrios fisiológicos primero, que tienen como objeto materiasy ei ergías; después, intercambios puramente funcionales, es de_cir "¡ue interesan esencialmente al funcionamiento de las accioneso ie 1 comportamiento. Pero si hav formación cle órganos cliferen-

r.,\s ItiNcto\ltis t)I]t. (]()N0c'l\ilIlN.t.o 325

cilrclos, ¿sus propias rcrgulacioncs son iclénticas ¿r las clel clr;anis-lilo, o sea, las formas clc equiliblio alcanzaclas son ias misma,,?

I'oda csta obra conclucc ¿r contcstar sí y no. Sr:n las mlsrnasregulaciones o las mism¿rs formas cle equilibrio cn el sentido clcc1r-rc la organizacicin cognoscitiva prolonga la organización vital eintroduce, pues, Llna cquilibración en los sectores en Ios que elcquilibrio orgánico resulte insufrciente, cn sll campo (acabamos clevr'r'lo) y cn sus realizaci<.lncs mism¿rs. pcro rlrs r:egtLllrcioncr y *fcquilibrio cognoscitiv<.¡ clifier-cn precisamcntc clc la equilibraóiónvital cn que ticncn éxitr¡ lrllí dolrcle ós1lr c.s incr_rnr¡rlctr.

La evolr-rción ell los scres organiz¿rctos sc nos prcscnia como Lur¿lsclic ininlerrun'rpicla cic asimilacioncs clcl rncclio l fonnas cacl¿rvr'z rn/is comple.j:,rs, pelr ln r-nisma cl ivclsiclacl ck' cst¿rs fclrmas'nrrr('stfi-l cluc niuguna ha bustaclo par¿l l)oncl. csta asimilación cllet¡uiliblio con unír aconoLlirciór-r dcfi¡ritiva. Si cucla gfupo o cspc-cic cstír c<¡r:iliblaclo, str sirccsión misma cla lestjnronio cle un per-pc[lo volvcr ¿r colrlcnzar. Así pues, es ¿lllte tr_¡clo cn las relacic¡nescntl'c la asirnilación y la aconodación dr¡nclc las lr-rnciones cosnos-c ilivas introduccn alguna ¡roveclacl.

si consideramos primcro la c'oluc.ió' mislrra clc los conoci-rilicutos, a primcra vista parcce que nos cncontr"arllos en pr-esen-cir cle un fenólneno exactamente comparable. sin hablar cle la cli-velsidad de los instintc¡s ni de la de los aprenclizajcs elemcntales,llt cloluciórr cle l¿rs ciencias llumanas no sienrpr.r' nos proporcion¿rel cuaclrcl clc trn clesarrollo coherente tal que cacla acomociaciónrllrcva debicla a la experiencia pasa a inscribirsc siu tropiezo eni.ln nlarco ¿rsimilaclo| pe|nranente y lo amplía o lo clifc|encia sim-llir'rnente. Pcro lur), Lln¿I cxcellción, quc cs llrecisaniente la clue mást.abajo nos I'r¡r ciaclo parit intcgrarla en los esquen.]as biólógicosllabituales: cs la grarr exccpción de las estr-r_rcluriis lógico-mate-má{ic;}s, mr,ry importante ya en sí misma y cLrya signifiCación au-lncnta tocl¡rvia notablemente en virtud clel hccho cie que estas cs-tnlcturas propolcionan, en clefinitiva, los principalcs esquemas asi-rniladores utilizados por el conocimiento experimental. En efecto,las estructuras lógico-matemáticas presentan cl único ejemplo enel mundo de un dcsarrollo deductivo sin roturas, tal que ningunacstructuración nueva ha conducido a eliminar las piececlentes;dc óstas prrede decirse que no se han adaptado a tal o a cual situ¿i-c:ión imprevista, pero en el sentido de que no bastan par.a resol-\¡cr un problema nuevo y no en el sentido cle que serian corltra-clichas ¡:or los rnismos términos de este problema, como puccleocurrir en fÍsica.

comr: hemos insistido ya, las estructuras lógico-nratemiiticasin'rplican una situación sui getteris cie equilibrir-r en lo que concier-r¡c a las relacioncs entre la asilnilación .y la acomo¿aóion. De unlaclo, sc plescntan cor.no una construcción continrra cle nucvos es-

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326 coNCLUSIoNIIS

quemas de asimilación: asimilación de las estructuras anterioresen la nueva que la integra y asimilación del dato experimental en

las estructuras así construidas. Pero, de otro lado, dan testimoniode una acomodación permanente en el sentido cie que no son mo'dificadas ni por las estructuras nllevamente construidas (salvo,

¡recisamente, por enriquecimiento) ni por k¡s datos experimenta-les qr-:rj permiten asimilar. Cierto es que nuevos datos de la expe-riencia física pueden plantear a los matemáticos problemas impre-vistos y conducir a una invención de teorías destinadas a asimilar-Ios; pero, en este caso, la invención no se obtiene de la acomoda-cióná la manera de un concepto físico y, como hemos visto ($ 2l'subtítulo III), se deriva, por eI contrario, íntegramente de las es-

trr-rcturas o esquemas anteriores, a 'la vez que se acomoda a Ia

realidad nueva.Por consiguiente, podemos proponer una interpretación que

parecerá atrevida, pero que quizá posea un sentido biológico pro-fundo si se admite, con las deducciones del $ 20, que la fuenteprimera de las coordinaciones de acciones de donde se sacan lasmatemáticas ha de buscarse en las leyes generales de la organiza-ción; y es que el equilibrio entre la asimilación y la acomodaciónrealizada por las estructuras lógico-matemáticas constituye el es-

tado a la vez móvil o dinámico y estable vanamente perseguidopor la sucesión de las formas, al menos de comportamiento, en elcurso de la evolución de los seres organizados. Mientras que estaevolución está marcada por una serie ininterrumpida de equili-brios y reequilibrios, las estructuras lógico-matemáticas alcanzanun equilibrio permanente a pesar de estas construcciones conti-nuamente nuevas que caracterizan su propia evolución.

Esto nos trae de nuevo al problema de la ovecciónu o clel npro-greso), planteado al final del $ 8. La vección de que parece dartestimonio la evolución orgánica está caracterizada por la uniónnotable de dos caracteres aparentemente antitéticos, pero cuyasolidaridad es necesaria para los logros superiores de la adapta-ción. Uno ha sido subrayado sobre todo por Schmalhausen: es

una integración siempre más profunda que hace que los procesosdel desarrollo sean cada vez más autónomos por relación al medio.El otro, subrayado por Rensch y J. Huxley, es la (aberturaD cre'ciente de las posibilidades de acciones sobre el medio y, por con-siguiente, la inserción en medios cada vez más extendidos.

Es evidente, primero, que estos dos aspectos solidarios se vuel-ven a encontrar en el progreso de los conocirnientos: es en la me-dida en que la inteligencia humana encuentra en las estructuraslógico-matemáticas un instrumento de integración cada vez m/tsindependiente de la experiencia como se realiza precisamente lacanquista más amplia y más profunda dcl mcclio e-t¡rerimentado.:)ero a este respecto, todavía las estructuras cognoscitivas superarl,

],AS IIUNCIONTJS DEL CONOCIMIENTO 327

prolongándolas, las estructuras orgánicas por razón precisamenterlc: la naturaTeza de su forma de equilibración: naturaleza común,como acabamos de recorclar, pero llevada, en el terreno cognosci-tivo, hasta alcanzar formas inaccesibles al equilibrio orgánico. Enlo clue conciernc a Ia vección, la diferencia se señala, entonces, dela siguiente rnanera. El plogreso en la integración, subrayado porSchmalhausen, no concierne más que a Lrna integración actual osincrónica, por así decirlo, que ha de reconstituirse siempre epcada grupo nuevo, sin que integre todo el pasado filético en cali-ctacl de subsistemas conservados y superados a la vez (dicho de otramanera, concretamente los mamíferos han perdido una parte delos caracteres cle los reptiles al convertirse en mamíferos, etc.).Cl<tmo acabamos de ver, el carácter único de la integración propiarlc las evolucioncs cognoscitivas es, por el contrario, el de no sersolamente actual, sino el de integrar el conjunto de las estructurasanteriores en calidad de subsistemas de la integración actual. Estaintcgración, a la vez sorprendentemente diacrónica y sincrónica,sc efectúa inclusive sin ningún tropiezo en matemáticas (cuyasrcrisis> no son más que de crecimiento, sin otras contradiccionesiprc las momentáneas), mientras que en el terreno de los conoci-rnientos experimentales una teoría nueva puede contradecir a lasanteriores, pero sigue siendo notable que apunte siempre al ntdxi-tuo cle integración del pasado, de suerte que la mejor teoría es, denuevo, la que integra todos los resultados anteriores, añadiendosirlplemente a la integración las correcciones retroactivas nece-sarias.

IV. La disociación de las "lormas'y la conservación.*Pero estavictoria se debe a otro carácter especÍfico de las funciones cog-iroscitivas comparadas con las formas de la organización viviente:es la disociación posible de ias formas y de los contenidos ($ 11,subtítulo II). Una forma orgánica es inseparable de la materia ala que organiza y no conviene, en cada caso particular, más que aun conjunto limitado y bien determinado de materias, cuya modi-licación eventual acarrea un cambio de forma. Todavía podemosencontrar aquí tal situación (dada la continuidad que liga a laorganización viviente con la organización cognoscitiva) en el casocle las formas elementales de conocimiento, como los esquemassensorio-motores y perceptivos, aun cuando sean ya mucho másgenerales que las innumerables formas cle organización viviente.Pero, con los progresos de la inteligencia, los esquemas operato-rios se vuelven muy generales aun cuando, al nivel de las opera-ciones concretas, estén todavía enlazados a su contenido como unarrstructuración lo está a la materia estructurada, rnientras qr-re la¡;rimera no procecle rnírs qtrc paulatinamcnte, sin suficienti: movi-

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328

liclacl ciccluctiva. Por úrltirno, con las operaciorles liipoté1ico-declr-rc-

tivas, que la combinatoria proposicional permite, Ileger a ser posi-

ble uná lógica formai en el sentido cle una estl'Llctura clrganizaclo-

ra aplicablé a cualquier contenicio; esto es lo quc hacc posible la

constitllción de matemáticas (pllras), consiclcradas colllo collstruc-ción cle formas de organización dispuestas a organizarlg tocl<-r, ¡peroqLle momentáneamente no organizaD nada en la medicll cn cluc Stl

lás disocia de su aplicación! Todavía nos encontrarlros aquí en prc-senJia cie una situación biológica inconcebible cn el tcrre¡o orgi'r-

ni,;o, clonde Se Ve a microOrganismos otransducir) Ltn lnensaje gc-

nético cle una especie a otra, pero como contenido o lnateria, ¡\'clt.¡nclc no se ha Visto aún que una <transclucción genética, tcngaco;rto objeto la sola organización considerada colno forma diso-

ciada de toda sustancia!Esta depuración de la forma culmina cn cl tcrreno cognosciti-

\¡o en logros constantemente buscados, valgit la cxprcsióu, en el

campo orgánico, pero nunca alcanzados plenamente. Insistimos en

el $ 1l sobre las analogías entre la conservación de las formas bio-lógicas, tan evidente en el caso de la autoconservación regltlaclot'itclel gen()ma, y las exigencias de conservaciór-r propi¿rs cle las clivet'sas [or-mas de inteligencia, a partir dc la inteligcnciir serlso¡io-motriz (esquema de la permaneucia cie los objetos) hasta llega|a las conservaciones operatorias. Quizá haya queclldc¡ la irnp¡esión,cosa qlle clebe haber ocurrido a menudo erl esta obra, clc que sc

cstab¿\ hacicnclo una comparación artificial cntrc siste¡rras casi lí-sic<.¡s, cie u¡ laclo, y not'mativc¡s o ideales, cle otro' Pero cn cuantosc entie¡de mejor la rraturaleza esencial cie legttlacióq propia <lc

las funciones cognoscitivas elementales (cf , inf ru., subtÍtulo II) 1'

cl paso cle Ias regulaciones a las operacioncs ($ l4)' la cotrtpirrlt'ción se impOne de manera más natural, puesto c¡uc lits conserv¿l-

ciones orgániCas son, precisamcnte, obra clc mecattis¡nos reguill-clores. Pero las analogías así rccorclaclas conducen no obstantc it

rrna ctiferencia importante, qLtc es la qlrc tros intcresa aqtrí: llsconservaciones orgiínicas ntlnca son más qr,rc aproxim¿tclas, lo cttitltambión es cl cas<-l cle las f<.¡rmas coguoscitil,es prcopcl'etorias (co¡s-la¡ci¿rs pcrceptivaS, ctc.), micntras Qtlc sr'rlt> lils cotlscrvrtcit¡¡lcsrlpcrlrtoIias cle la inteligcncizr sotl t'igt-ttt.rsíls )'"tlcecsariits,) a catlsil,c(rrncl \,imos haCe Lln IllOnlcl"ltO, clc la clis<-ic'iac'itill titr i¿ls f clt rtlas v

clc los coutenidos.A la conservación estír ligacla cle ccrca la lci'c.r'sibiliclacl ()llcrir-

lo¡.ia qLle constituye stt fr-tente r,, aclcntás, tll¿tttiflcsta lii f'olttia ¡lal'ticr-rla¡ clc equilibrio alcanzad¿r pol' las t'stt'ltclt-rras lógico-n1etenla-

ticas. Sin drtda, rros cl-lcolltramos aqtrí ct.t t:l tneollo rnismo cle l:isclil'crCnci¿rs quC, e n cl sctl<-¡ clc Slts analogíirs, o¡.louctt e I t t irb;.t.io

t.orrstrrrctivo rle las operacioncs intelcctlrales :.tl tlc las ll'allsl()I'llllt-cit.¡lrr.s ¡rgítnicas. C<lnltl hcmtls visto, la l¡rrt)t¡ltía 1-lt'olttttcllt t'\ (ltl('

l.\:i II \('lO\l:5 l)l;f, C(l\OCI\ltl,\l() I l,)

luubos lrarr rlc.jirclo clc ltrchar colltr¿r la illelct.silrilirlacl rlc los acon-tccilnicnlos t'la cfcgrirclación dc las cnclgíus l clc las infolnlacit.''¡rcs. Y ¡rrrrbos llegaLr ¿r cllo rnecliantc la el¿rb<¡r'ación clc:istcntrsorganiz.ackrs y cquilibrarlos clryo prir-rcipir.t cs la compcnsaciólr clcllrs clcsvi¿tciorlcs y clc los clt'orcs. llay pucs, clcsrlc Ias legtrlaciclncsrlc tocla liclrneostasis, tanto gcnética conro lisiológica, una tcnrlclr-r'ja lunclaurcntal a la rcversibilidacl cuya resultantc cs la r.'orrsgr-r'a-t ión a¡rrorimacla clcl sislcrna, Cualcsquie la cluc sc¿r¡t l'.rs scrlucirllrt:s,le lrr¿rlrncnte toclaví¿r no clecisivas, qlle acabarcr-¡ros pclr clirl clel trl'o-lrlcnl¡r clc la f'unción anti-az¿rr necesaria ¡rarit lzr organizaciólr y paralrr cvt¡lt¡ción cle la vicla (excepcioncs al principio clc Carnot o con-t iliacioncs cliversas), sigue siendo vercl¿rcl que un sistcma ¿rlrtol'rc-¡rLrlaclol tlac consigo acciones orientaclas en clos clir-cccioncs o¡ttres-f:ls v quc crs de esta reversibilidacl aproxinraclir cu\/os pr()glcsos¡roclcmos c¡bscn,aL con cl clcsarrollo clc las rcgr-rlaciorrcs cogrrclsci-tii'as. Pcro, como insistimos anteriormcntc, y como rcsult¿r clc nt¿r-r)cla gcncl-al del juego dc las abstracciones rcllcxionalttcs r, <lc lasrcconslntcciones convcrgentes con sLlpct'acior.tcs, estirs su¡tct.acio-r)cs quc scñalan el progrcso de cada nivcl por rclación ¿rl antcri<_¡r.,clcscalrs¿rn cn rcgulacioncs de regtrlaciclncs, así pr-rcs, c-n Lln l'cfina-rtticnto l-c[lcsivo dcl sistcma o ctr lcgulaciol'lcs strpcr'¡tucstas nt¿rsc¡rrc sobrc unlt simplc extensión horizontal; por cllo el mccanismirrlc las uol>claciones, clel peusamicnto rel)rcsc¡tta ulgo nriis qucrrrur ¡-rr'olong;rción clc l¿rs r'cgulacioncs inlclit.rlcs y scñala Lur¿l sucl--It'clc past.r al límitc (r,óasc cl I l4), clonclc l¿r rcr,crsibiliclacl cstrictnsc cofrstitu)'c lan ¡rronto conto Ia ¿rcción rctlo¡ctit,a clel li:edbacksc torna (opr-l'acióll inl'crsau y a.si ascgLrra la exacta equivalenciaIrrncioual clc las dos clircccioncs posiblcs clc ]a construcc_-it.'n.

V. l'idu st¡cial y coordittacíottc.s gcrtcrulc.s dc lu uccit)n. -l)cr-or'l car'¿ictcr míts notable clcl conocimiento hulnauo, ¡ror lo (luc loc¡lr slt llt<¡cto clc f<¡rnlitción, comparacl<-¡ con lirs lransf on.¡lacit-rltcs !.r'o-Irrtir';rs clcl organislno v con las lo|lnas clc c<_¡ltctcinlicntr¡ acccsiblcs:rl anintal, cs srr natrrralcza t¿rntcl colcctiva couro inctiviclu;rl. El cs-bilzo cle rlichti cal';'rctel'se observa, cicl'to r's, r'r] rlrrilrs est'rccics alti-rrralcs, )' t-n ltarticr-rlar cn el chintltatrcrr. Silt r,nll)ílr'!o, lli llr¡r crlaclr'l) cl honlllrc cs qtrc Ia transnrisitjn cxterior o ccltrc¿itiva (pot-opo-

'ición ¿r l¿t tr¿rtlsttrisión hcl'cclitaria o intern¿r rlcl irrstinto) culntinai'll Llt'ltI ttl r.Ianización lal qtre ha poclickl cngcrrclr-ar civiliz¿rcic¡rrcs.

I-lcntc.rs st'ñal¿rclo ($ (', final clci lrrrrrto I ) c¡trer si Ilav qrrc ilistin-¡lrrir clos tlltscs clc clcs¿trt't.rlltl, olglinico ulro (¡rr-opio clc ull .s9lo or'-1'lrrrisnro) r lcncalcigico el olr-o (con lrlbol,..s clt.fililrc.ionc\. sc¿lntist¿rs sc¡ci;rle s o gcnótic¡s), l;r llistor'i¡ clc la t icllcit hr¡¡ana l'erinr,t.:tos rlos iicstu ¡ollos ('lt un lrlisntu torlo: llrs itlc;rs, l¿rs lcorías v las\'\( u('l¡s s(' ('r¡uL'r)(lt'ill) g('lir'lll(;giclrrttcnlr.' \ s(. i)tr('(l('n (.()tislr.rrit, i.r

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330 coNcr-usroNrls

su respecto, árboles que representan la filiación cle las estructuras,Pero éstas se integran en un solo organismo intelectual, hasta elpunto de que la sucesión de los investigadores es comparable, comodecía Pascal, a un solo hombre que aprende indefinidamente,

Ahora bien, las sociedades humanas han sido concebidas, oracomo resultantes de iniciativas individuales que se propagan porimitación, ora como totalidades que modelan desde fuera a losindividuos, o como sistemas de interacciones contplejas ctryos pro-ductos son tanto la acción individual, siempre solidaria de un sec-tor más o menos importante del grupo, como el grupo entero, sis-tema de estas interacciones. En el terreno del conocimiento parecee.ridente que las operaciones individr,lales de la inteligencia y lasooe'raciones que aseguran el intercambio en la cooperación cognos-ciiiva son una y la misma cosa, siendo la ncoordinación general clclas accionesD, que hemos invocado sin cesar, una coordinación in-tsrindividual lo mismo que intraindividual, porque estas naccio-nes> son tanto colectivas como ejecutadas por individuos. Así pues,volvemos a encontrar aquí las observaciones hechas a propósitode la opoblacióno en el sentido genético del término ($ 19, subtí-tulo IV), luego carece de sentido preguntarse si la lógica o las ma-temáticas son en su esencia individuales o sociales: el sujeto epis-térnico que las construye es, a la vez, un inclividuo, pero clcscen-trado por relación a su J'o particular, y el sector del grupo sociales descentrado por relación a los idolos constreñidores de la tribu,porquc estas dos clases de descentraciones manifiestan, tanto launa corno la otra, las mismas interacciones intelccltrales o coorcli-nacioncs generales de la acción quc constituyen el conocimiento.

El resultado es, entonces (y es esta la írltima diferencia l'unda-mental que recordaremos entre las organizacic-rnes biológicas y lascognoscitivas), que las formas mírs generales clel pensamiento, qucpueden disociarse de sus contenidos, son por esto mismo formasde intcrcambio cognoscitivo o de regulación intelinclividual, a lavez que se sacan del funcionamiento común propio cle toda c;rga-nización viviente. Es cierto que, desde el punto de vista ¡rsicoge-nético, estas regulaciones interindividuales <,r sociales (y no here-ditarias) constituyen un hecho nuevo por relación al pensamientoindividual, que sin ellas quecla cxpuesto a todas las clcformacionesegocóntricas, y una conclición necesaria de la formación de unsujeto epistémico descentraclo. Pero, desde el punto cle vista lógico,cstas regulaciones superiores están enlazarlas iguzrlmente a las con-diciones de toda coordinación gcneral cle las acciones y, por tantodcsembocan en el mismo fonclo biolrigico cr¡mirn.

$ 23. Recul,rcrorues oRc,{r'rtc¡S y REGuLrcroNES cocNosclrrvAS

iEsta sulreración colectir¡a de formas, por lo clemás construidas

a partir de la organización vital, sitúa en su vcrclaclero marco a lasco¡rclusiones quc ahora clebemos sacar clel conjunto cle ¡luestrosanirlisis.. La hipótesis que queda por justificar ej q.re las funcionescr-rgnoscitivas constituyen un órgano especializado de le regula-ción cle los intercambios con el exterior, aunqLle saquen sus ins-tr-umcntos clc la organización vital erir sus formas sónerales.

I. vida v verdad.-se dirá que esta ne'cesiclaci de un órganoclilerenci¿rclo no tienc sentido, puesto que lo propio del conoci-rurierrto es alcanzar la vcrdad, mientr.as que lo-própio cle Ia viclacs, solzuncntc, tratar dc seguir vivienclo. pero si tru r" sabe ,:xac-tamentc cn qué consiste la vida, se sabe toclavía menos qué es loquc significa la nverdad, cognoscitiva. En general, se está il" o.,:"r-clo cn ver cn clla algo distinto cle una copia liei cle lo real por lacxcelentc razón cle que tal copia cs imposible, puesto quc sólo laco¡ria nos proporcionaría el conocimiento del rioclelo pol- coniar.¡.v pu()sto rluc este c<¡nocimicnto es, po| otra par.l.c, necesa.io parala copia! No obstante, cuando se: ra rra intcnticlo, nlrnca sc ha llc-gado a otra cosa qll., no.se¿l un simpie fenomc'ismo, en er c¡ue lastrb.ictiviclacl ciel <yo> se interfierc sin cesar con el ciato perceptivo,t:l cnal cla tc'stimonio de una mczcla inextricable entré cl sr-r.jet<_rr, el objeto.

si la vercl¿rcl nc¡ cs co¡ri:l, entonces es Llna t_rrganización cie lorc¿rl. Pcro ¡'a qué sujcto se clebe tal organización? Si es sólo elsrr.jeto l'rurnano, entonccs se corrc el riesg<_l clc agranclar el egoccn_trisnro y convcrtirlo en u' antropocentriimo quó serai talnbión unsr-¡cio-centrismo y lo quc habremos ganado re,.á ,rr,ry pocc1. De estorestrlta quc toclos los liiósofos preocupaclos pol cll absoluto han.ccurriclo a un sujcto trascendental, que rebasá al hombre v, sobreroclo, a la <natur"alez.a>, a fir cle sitnar la

'erclacl nrás alli cle lasr.:onti'gc'rcias espaciotemporales ¡' físicas y, sobre toclo, con obje_to clc ha.cr i'teligible csta naturaleza en Llna pcrspectiva intem_

Por¿rl c¡ ctcru¿t. Pero ento¡rces el pr.oblema consistc en sabcr si es¡rosiblc saltal'¡lor cncimn dc su sombra y llegar al <sujeto, en si,:;in qnc siga sienclo a pesar cle tocio nhunaricr, dcmasiaclo huma_n()), coJllo clecía Nictzschc. En efccto, lo nralo crstá en que, clesclcl'latón hasta llr,rsserl, el su.icto trascencle'nlal lra canrbiiclo conti-

rrtrG tIl_Act0Ntas OttcliNtcAS 331

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J)¿(.0\CI,t]S I()N I,S

nlrirl¡cnte cle flgttra y sill m/IS nlejorat-niento cllle los clebidos a los

proglc:jos cle lis cicr]cias mismas, así pues, del modcl<¡ real y nc)

trascenclental.El senticlo de nuestra tcntativa col-lsiste, por tanto, en no tr¿l-

tar clc. cscepar cle la natrrraleza, puesto que naclic se 1e cscapa, siDtr

clc prol.r-rnclizarla paso a paso con el ersfuc¡zo c1e las cienciars, por-que, a pesar de lós filósófos, clista mrrcho aún de haber rcvelaclo

slrs secretos y, antes cle situar Io absolttto en las nubes, quizá sca

irtil mirar el interior de las cosas. Ent.)nces, si l¿r vel'clacl es tltlaor.ganización de lo real, Ia cuestión pl'evia cs comprender cómo se

organiza una organización, y ésta es una cuestión biológica. En

otios tórminos, Jiendo cl problema cpisternológico saber cómo es

posible la ciencia, convieric, antes cle Lec¡-trt'ir a una organizaciótttrascenrlental, agotar los recursos de la clrganización inlllancnte'

Pero, porque la verdacl no cs egocóntrica y tampoco debe qttc-

d¡r;e en antiopocéntrica, ¿hay que rcducirla a Llna organización

bit:cétrtrica? Poi el hecho cle que la vcrdacl rcbasa al hombrc, ¿haY

q:c buscarla en cl protozoo, la termita v el chimpancg] si clcfinié

srtlor la verdad como lo quc hav dc común en Ia visión clel mun-

do de todos los seres vivos, siu cxceptuar al hombre, llegaríarnosa un triste resultado. Pero lo propio de la vida es superarse sin

cesar, y si buscamos el secreto de la organización racional en laorganiiación vital, sin exceptuar s|ts superaciones,.el ,método con-

sisle entonces en tratar de comprender el conocimiento por stt

construccióll misma, lo que nacla tienc de abstlrdo, puesto qtle cs

e s en ciul nt ertt e c ons t ruc ciótt'

II. Las insulíciencias del organis¡rlo.-Estas sttpct aciot-tc's, t¿ltt

esenciales cOmo los datos de partida, sc llos manificstan cicscle clpunto clc vista cognoscitir¡o Como inhercntes a la organizaciólrvii'a. Esta organización es la cle un sistema clc iutercambios cr.¡¡

el meclio; así pues, tiende a extendersc al conirtnto clel meclio, perono lo logra: dc ahí el papel del conocimic-nto, que asimila funcio-nalmente al t¡niverso entero sin quedarsc linritado a las asimila-ciones fisiológicas materiales. Esta organizacirjn vivieute es creado-ra cle formas V tiende a conser\¡arlas en complcta cslabiliclad, PCrqno Io Iogra, lo cual explica el papcl qrrc clesernpeña cl conocinticn-to, quc prOlOnga las formas matcrialcs cll f ormlts tlt: aCci6lrus t¡

cle operaciones, Sllsceptibles entonces clc conscl-r'aci<in a 1l'ar'és clt'

sus aplicaciones a contenidos variaclos tlc los t¡Lrc' cstlin tlis6tria-

ClaS. ESta OrganiZaCión viviCnlC irS l'trt-trle <lc ltotllt'rt''litsis, clr lrrtl:t:.las CSCalaS, qttc SC ClCCtrialr p()l' IClllll r,'iolrt t rlll(' ll\\'litllllll r'l t:Qtli-

librio llediante mccanismos casi rcvclsiblcs. Stllo qll('cstc cqtrili'brio cs frágil 1, nc rcsistc a la irrcversibiliclatl lllrtlricrrlc ulás qrtt'

¡r9r cselloncs lloltlcnll'rncos. ilc 1¡rl strr't'lc c1 tri' le ct oltte iritl sc ltlir'

lilr(;t'|.\( lo\lr:i (tllt;t,1'(. ,,t i i i

nilicstlr co¡r)() un¿r seric clc clcscc¡trilibrit.ls v clc reequilibr'.rci<.rnt..,t¡trc clc.jan sitiu, pcro sin alc¿inzarlo, a un moclo cle constnrcciónyrr.rl intcgtlrcioncs v nroviliclatl l'cvcrsiblc c¡rre srilo los mecanismorcognoscitit,os se eltcolrtrar/tn cn cst¿rclo clc rcalizar integrar.rclo Ji,

regirliición ir l¡t colrslrucc:i(lll misma crr forlla dc uopet'acior.rcsr.Iln trn¡r ¡rirlirirra, la ¡rcccsiclacl clc órganos dif erenciaclos cle rc.grr.

lleión clc los ilrtelcatnbios colt cl cxtcr-ior cs l"csultado dc las lnsrr-íicicncias clc la organizacirirr vital ltara realiz.ar su plol'rio l)t'oglirnr;r, lal c()nto sc inscl'ibc cn las plopias lcves cie esta organiz¡rción.Prr tr¡la lralte, cn clccto, implica mccanisnros gcrréticos cFlc souf'orrn¿lciores y rrr., sólo transr-l.ris<lr-cs; pcro los nrclclos cle l-9r'rn¿rció¡ltoi.rc.rciclos ¡rclual¡ncnlc, l)or recombinacióll clc lcls gencs, lto cons-litr-n'crr sino ulr scctot' lilnitado dc construcci<in, limitaclu p<_rr lascxigcr.rcius clc rrna programación hcrcclitaria siemprc r.estringicla,p()l'n() pt.rclcr conciliar la construcción 1' Ia conservación cn unr¡isllo rlin¿rmislro cohcrcntc (couro lo hará cl conocimicnto) vl)t)r'ciu'ccr,'r'clc inlonl')aciolrcs suficicntcl.¡rcntc ¡-nóviles accrca clclrne<lio. Pol'otra partc, los f'crrotipos qLlc rcalizan cn un cicrto <lr.-lallc csta ilrteracción c'on cl mcclio, sc distribuyelt en uua (nol-mílilc lcaccit-rncsn lilnitact¿r clla misma, pcro, sobre tocio, cacla rcali-zación inciividual dc la ctral quecla, a la vez, limitada y carcntc clr.influcncia sobrc el conjur-rto, por: falta clc interacci<¡nes socialcs r¡cxtcriorcs que cl hombrc conocerá por sLls intcrcambios cognosci-tir,os, c-r si no por' las rccorlbinacioncs genéticas con los jimitcsin cl icados.

Esta cloblc irtsuiiciencia clc los organisrlos cn sLrs interc¿lrnbioslnateri¿rlcs con el meclio cs cornpcnsacla en pafte por ia constitu-ción clcl comllorlanricrrto, inventado por la organización consiclcraclA corno extcnsión clc su progralna inlcrno. El comportamicntono cs otra cosa, en efccto, c¡uc la organización nrism¿r clc la vid¡,¡rcr0 aplicaclir o gcncralizacl¿r ¿l Lrn scclor más arnplio cle intcrcanl-bios cc-rn cl me clio. Estos intercalnbios se vlrclven funcion¿rlcs,pucsto c¡rrc los intercarnbios nr¡terialcs v crrcrgéticos va cstán ase-gr"rrados pol' la organizaciólr fisiológica; y nfuncionalesu signific.rque se trata clc accioncs y dc formas de csqrrcnras clc accrión qucprolongan las form¿rs orgánicas. No obstante, cstos nuevos intel--cambios consisten, como toclos los demirs, cn acolrodacioncs almedio que tolran cn cucnta slls acontccimientos y slrs secucncias,¡rero, sobrc toclo, consisten cn asirlilaciones quc trtilizan cl meclioy quc a men¡-rclo también lc inrponen f'ormas mecliante collstruc-cion u orclcnanricnto clc obictos cn función clc las r-rccesiclacles clel< lrglrtt is rr t o.

Ilstc conr¡ror't¿urrir:¡rto, c()lll() rocla olg;-rrtización, c:rrtrañrr r.r,gr,r-laciones, ctrva f r,¡nciól) cs control¿rr acorlroclaciollLrs y ¿,,imilacioncscc¡nstruclivas a¡roviincloser cn los rcsult¿rclos obtcniclos c¡r el cur.ri()rlc la acciólr o cn arrticiprrcioncs quc ¡rcr rnilr'tr f)r'cvcr. ¡colrlccir¡ielr-

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334 coNcLUSroNES

tos farrorables u obstáculos .v alcanzar las compensaciones necesa-rias. Son estas regulaciones, diferenciadas por relación a las rc-gulaciones internas del organismo (puesto qlle se trata ahora decomportamiento), las que constituyen las funciones cognoscitivas.Y el problema, entonces, consiste en comprcnder cómo habrán dc:superar cstas regulaciones orgánicas hasta llegar ¿r lealizar el pro-Llrama interno de la organización en general, sin verse limitaclaspor las insuficiencias mencjonaclas hace un momento.

III. Instittto, aprcndizaie y estrucluras lógico-untenuiticas.-A este respecto, los hechos fundamenales son, en primer lugar, quecstas regulaciones cognoscitivas comienzan por utilizar los únicosinstrumentos de que se vale la adaptación orgánica en general, esciecir, l¿r herencia con sus variaciones limitadas y la acomodaciónfenotípica: tales serán los modos hereditarios de conocimiento, y,particularmente, los instintos. Pero en seguida las mismas instr-ficiencias de que da testimonio la organizaciór-r inicial y a Ias cua-Ies Ia escala nueva del comportamiento no aporta sino un clébilcorrectivo, habrán de volver a encontrarsc al nivel de estos cono-cimientos innatos: lo que explica, pero sólo en los cscalones supe-liores de la evolución, la descomposición final dcl instinto quc con-cluce a una disociación conforme a sus dos componentes de orga-nización interna y de acomodación fenotípica. Resulta, entonccs,como hemos visto, no desde esta disociación, sino por reconstruc-ci¡rn,:s complementarias en dos direcciones opuestas, la doble for-mar:ión de las estructuras lógico-matemáticas y del conocimient<-rexr "rimental, todavía indiferenciados en la inteligencia prácticadc I ¡s antropoides (que son tanto geómetras como técnicos) y cnla j.rrteligencia técnica de los comienzos dc Ia hurnanidad.

Siendo los tres tipos fundame:ntales de conocimicntos cl sabcr'inn;ito, cuyo prototipo es cl instinto, cl conocimiento del munclofísico, que prolonga el aprendizaje en función del meclio, y el co-nocimiento lógico-matemático, esta relación entre el primero y losdos últimos parece ser esencial para comprender cle qué mancralas formas superiores constituyen un órgano de regulación de losintercambios. También volveremos a esto a título de conclusión.

El instinto implica ya, es cierto, regulaciones cognosciti'r,as;pr.reba de ello es, por ejemplo, el sistema cle circuitos de retroali-mentación constituido por las estigmergias cle Grassé. Pero estasrcgulaciones permanecen limitadas y rígidas, prec-isamente porqucsc clesclrvuclven en Lln marco clc plograrnlcirjn lrcreclitaria 1, porque una regulación programada no cs susceptible cle invenciólt.Cierto que ocurre que el animal ileguc a haccr I'r'entc a zrlgunassituaciones imprevistas, scgún leajustes quc anuncian Ia inteligen-cia ($ 18, subtítr-rlo II), y hcnros visto quc I;rs cr.ro¡'clinaciones clcr

c.sqLrenlas qrrc sc ¡r|Otluce'D en esta oc¿rsión pr-rcclen scl. conlj)ar¿r_clas a las coorclinacioncs innatas del ciclo tiansinclividual instin_tivo, lo .uai nos pro¡rorciona Lrna inclicaciór-r valiosísima acerc¿r derpa'entesco cle funcionamiento ¡:osible entre el i.stinto y lainlcli¿lcrrci'r a pesar clc ra rrifcrcncia crc los ni'eles cpigcnótico v[cnotípict-r clutr los caracterizan. pero estos prolongrrriióto, teiro-tí¡ricos clel insl.into permanecen ntuy restringido, l, .., insuñciicn_cia sigue siendo sistemátic¿r, lo cual muestr.a que rna forma clcc.nocimicnto que qucda someticla sólo a los instr.umentos clc lalrclaplación orgánica, a pesar de algrrnos esboz.s clc r"r-gr,rlació' cog-

'oscitiva, no avanz¿r casi cn la ciir:ección de Ias.,,,.,qñirtu, que ra

inteliger-rcia rcaliza por.'lo que toca a la vicla ($ 32).. .l,a z.n¿r cle apre'dizaie propiamente clicrra, situacra más ailá ciclc¡ innatri, quc comienza clcscle el nivel cle los protoz,ros,

-no ." o,-.,.'-plía si'o rnuy lentamente hasta llegar a la cérebralización cie ]osvcrtebrados stiperiores v, por notables q,e sean las excepcioncslrotadas desrlc el nivel clc los insectos, no inclica ringírn nclcspe-

¡:r,re> sistemático antes cle los primatcs.

. IV' . I'rt_ clescontposición del instint,-El fcr-róme'o funcla'rcn_tal. de Ia clesc'mposición, o dicrro de otra manera, clc la cresapa-rición casi total en los antropoides y en cr rrombre cle una or.gani-zación cognoscitiva que fuc predominante crurantc tocra l;r c'ortr-ción clel comportamiento animal es, entonces, altamente sig'ifica,tiva. No es, como se clice muy generalmente, pur:q,r"-,-r^ nLrevomodo cle conocimiento, es crecir,- ra ir-rterige'ciii consideracia enbloque, rcemplace a un moclcl pericritaclo. E-s,

'rtrcrro ,oá, pr.o|ur-r-

clamente, porque una forma cle conocimiento aún .ori organi.u ,.prolonga en r-*levas formas crc reguraciollcs crLlc, n.inquJ sustittr-yen a l¿r anterior, no.la reemplazán propiarncnte habjanclt-r, sincrclue la hereclan disociándola y utilizanclo sus .o*po,,.lnf"i "n

,to.clirecciones complementarias.Lo que desaparec-e co. la crcsccrrnpclsición clcr i¡istinro cs Ia pr.o-gramación hereditaria, y csto en provecrro cic cros clases nuc'as clca,torregulaciones cognoscitivas, móviles \: consrl,rrcti\,¡,rs. sc cliráentonccs quc es eso ur-l reemplazo, y quc cs total incrtrs.. perc¡ n,hay que olviclar dos factore.r cs.r,ciaies. E,r insti'to uo consistccxclusivarncnte en montajes hereditar.ios y, conto clicc estupencia_rncnte Viaud, tcnemos ahi un concepto límite. Er i'srinto .*.o, no.lr¡ra parte, sus prollramaciotres y sobrc. loclo srr ulogica, clc rut l't¡n_cio'anliento organizacro <¡rrc <¡bcdccc lr rirs r'.r-1..,,i rn,., tc'.l.urcsrlc la

'r'giurizacitin 'itar. por otra partc, prorr'rg;r csta pi-crgr.'rna-ciór en accioncs inclivici'ales o fernátípic¡s c¡uc corstAn cle,n rnar-

¡rcn inrpoltantc- cle act-¡moci¿rción 1, tambión cic .rinrihci¿,, eu prrf telupfc.ncli(l'r .v cn algunos ('asos c¡.rsi illteligcnle:.

lt.l]citit.ÁcIoNi:s onc,ititcns 335

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.).')(-. ( o\( l.t:sl()\1.:i

Pnes bicn, lo c¡rrc clcsaparccc ¿il clcsr,¿rnt'cr'¡'se cl iustiulcl, cs cx-clusivamente la ¡'lartc ccutl'al o lrcclialra, cs clccir-, Ia rcgr"rlaciótr

¡rrograrnacla, micn t l'as c¡irc: las ot r'¿rs tlos rc:¡rlicliirlcs strbsistcn: lasfnentcs clc organización r'los clcl¿rllcs clc ajtrstc inclii'iclu¿il o Icttotí.pico. I-a irrtcl igcncia llclccla al i¡rstinlo, c'nl{)nccs, l)cro rcchazarr'tlo cl nrr'toclo clc rcgr¡lírci(;n 1-lloglirrratlo cn lrcnclicio ilc l¿t attl<-¡l'l'c-

¡rrrlación c'onslrtrcliva; r'lo c¡uc r'cticnr,'lr'pcrrrtitt'r'ntonccs I¡ut-znl's('I)()l'lcls clos carlinos conrplcmcnt:rlit¡s clc- llr ir-llct-iorizac-it'rn,t'n rlil cccitin clc las furcnf cs, \, clt: la cxlcricllizlrcit'lr, cn la clilcct'iólrtlc los lrjustes aprcrrcliclos r-l inclr.rsc-r c\pcrimclrtalcs.

I-a c'<-¡ndición prcvia (lc csta cloblc ¿rcció1r cs, lr¿rtul.¿rlnrcrrlc, llc'onstrlrcción clc Lln nlrc\¡o nrocl() clc rcgulacitilr, r'cs1o cs lo cltrr-corlvic¡'rc-'record¿ll'ante toclo. Estas l'cgtrlaci()ncs, quc cl) lo sucrt:si-r'o sel'a'rn lnó\'iles v vA no proglarnaclas, conricnzan por" cl iue-gtl lra-bitrral clc las correcciol'lcs cn ftlrciólr cicl rcsultaclo clc las accioncsv ric las anticipacion!'s. Pcro cstatrclo ligadas a lu r:onstrucci<illnrisnra clc los esqllcmas clc asimilación v a srrs coorclinacioncs, cs-tas rcpulacioncs, por la combinación cle los cficctos proacli\'or; \,re.trolrctivos, sc Ianzan l)or cl carnino quc lrcmos clcscrjl.o cn cl\ 11 \' qLlc cs cl clc liis pr-o¡rias opcracit-rners, ct.r'rsiclcraclas cout()r-cgr"riac'ior-rcs clc prccor-rccción \/ \'¿l no rtc collccción y cn la rnecli-r.ia crr qlrc la operación illvcrsu ¿rscgur-ri una l'cvcrsitriliclarl c:ourltlc-lir i' ¡'1t-l aproximativa.

Eutt-rrrccs, gracias a cstas rcgr-rlaciclncs clc un uLlc\¡o ti1-lr.r, clucconstitll\¡en un órgauo cliferenciacio clc vclificación clccluctiva, almismo ticrnpo quc cle c<¡nstrucciór"r, la irrtcligencia se lanza sintul-t/rncamente por los dos caminos cle la ilrtcriorización rcficxir,a yclc la cxteriorización experimental distinguiclos hace un lrlomcnto.Sc comprendc que csta cloble oricntación no corrsista siu más, yn, :,iquicra de ninguna tnanera, cn repartil'sc los clcspojos dcl ins-tiirt:. Por el contrario, no qlrc(larr clcl instinto más qllc sus fuclrlcsrlc olganización y sus pormenorcs dc exploración y clc búsqucclairJ vicirral. Para rcmolltafsc a las 1'rrimeras y prolongar los scgllu-clos sc trírt¿'r, pucs, cn cl traba.io clc Ia ir-rteligeucia, clc cntrcg¿lrsc ¿l

co'r:;trucci<-ltles nlrc\rAS, unas por abstracciólr rcflexionante sacr¿rn-clo l¿rs condicioncs necesarias cle las coorclinaciolrcs generales clcla acción, otras por asirnilación del dato cxpc:rimcntal a los csquc-nras opcratorios así construidos. Pero, no obstantc, sigue sienclovcrdacl que estas dos direcciones prolongan cios clc los coml)oltcn-tes anteriores del instinto.

Después cle la clescom¡rosición clel instirtto conlicnz¿r Lln¿l nucvacvoluciirn cognoscitir/a y recomicnz.a inciusivc clcsclc ccro, ¡-ltrcstor¡uc los rnotrtajcs inuatos dcl iustir-rtt-¡ han clcsaparcciclo t', ¡rrir lrc-rcclitaric¡ que sea el sistema ncn'ioso ccrebralizado v la intcligcn-ci:.r coll'ro capacidacl clc al"lrcnrlcr v clc irrvcntar-, cl tt'aba.jo c1r-rc lrav(luc I)r'{)}')orci<,ltrat'cs cn lo sucesi'r'o fct-tolí¡rit'r.r. i\t.lerrris, ¡-lorclirr:

cst¿r cvolLrcitirr intclccttral vlrclvc i-r collrcnz¿u rlcscIc ccr-o ¡los pcr.-(r¿l[¿lnlos lun ])oco, cn gernc|ai, clc sLrs r-t'lacioncs con la organiza_t irirr vivicnlr' \,, sol¡r'c loclo, r:on las constrrrc,ci¡rnt's, [¿tn noiables,ticl irrslilrtr).'['r'ncrlros ii<¡rrí trn c.rcclcnLc t'jcrrr¡rlo tlc iO clue hcmoslllrltll'tCio (4 l'C('()rlsIr'u(t'irrr'tt.s C(rn\e I gCltlcs Con sLr ltcr.ACiórt> 1,,\ 20,':ttlltitttlt.¡ \/1, l).r', si t'r.¡rlsitlet-íullos irl ct.r¡rotrirrricr-ito lrtrnr¡.ur(), cslilI (t('()lislr rrecir'rrr t's ilrclrrso lrastlt t¿rl i)r¡lllo lt.rlll, c¡trc citsi rringirrrotlt' Ir¡s 1t:tit ic:t.rs clcl i'<lttiir'illtie rrlo lrigico-rrrllr.lriht ico Ila soñatlo c,nl t'¡)loll tirl st, l)lll'i.t t'x¡llir'lillo, lt los ntítt r'c's sirr e ¡tlt¿tt.gs ¡r,e e slrt.it.,stlc llt t.rt'gatlizlrciott vivicrrte, ¡-lt-rl lo r¡rcnos ¿rntcs clc c¡Lic la lrlcc¿l¡o-lisiología lr;.iYlr ¡uostr'aclo r-'l p{rrentcsco tlt'la lrigiclr, clc los ¡r<¡clc_Ius cibt:l'llútit.'<.rs -\'clcl trtrba.jo clcl ec¡.cbr.e y l¡ltes cltr ct trt, j\,1t.(',llr.irillivlt lrtrbl¡.rclo clc rrua lr'rcir.l ric las ncu r.()lli.r\.

\¡. ('ttttt.¡t iiltit,n /() .\' .s()( 1c tlttii.,, l)cl o si cs l.losiltlc Llltlr l ccolts-t lrrccirilr tarr ct.rnr¡tict¿l cs l)orqrre , 1.lr-cscirrrlicllclr., rlcl ¡¡toyr.r propol.-r'iott¿lcio fiol'ltls tnottta.jt's hcrcclilurios r. janz¡ilr lrrsc cri l¡i clir.ecciólltit'lits tctlt¡ll¡'iOnes u(,n\llrrirllrs.\ l(ll()iíl)i(.as, llr intcligenc.ia ¡)o ¡.c_rrrlrcirr ir los r'ir:los lrlrrsirrrlivirlrutlt's tlt,l illstilrro rrrl'rs

-,1,,,, 1r,,,.,, ",,li t'llllf sc lr llrs itllct ¿tci.:it-rtle s intr'r'irrcliviriuale s o soci;.rlcs. lnclirs.,

rr() l)rr-ccc.habcI ningrrnl cliscontinuiclacl a cste r.csllecte, ¡.lrrcsl¡c¡trc lrasta l.s chirn¡rlurc-ct no traba.jan nrás c¡r-rc.,,'., gi.,,pu.llcnrtis scrjala<io (:\ 22, slrblitlrlo I ) c¡r_rc cl gr.Lr¡.ro-r,,"iol clcscnr-

l)!'lt¿t lr cste 1'cSI)('(:to, t'clcsclL: el l)uut() rle vist¡ cognr-iscitivo, r,lrtti.sntcr pa¡tcl cllre la u¡tr.rblacióno ¡[gs6lg cl ltrr¡to clc, riista gc¡éticcl\', l)or" consiguicnfc, ¡rI clcl inslinto. En cstc scnticlo, la socieclacl esllr rrnicl¿rcl sLll)r'cma,r,cl lnclivicluc¡ l-lo llcga a sus ln\¡encio¡c:i () cons-l.trccir.'cs intelect'ulcs miis qlle er la

''eclicla crl q.c t,s la seclcclr: irtcIacciOncs coIccti'uas, cu.yo lri',,c1 \.r,itlr_rr ilcpcnclc¡ il¿itlri.al-¡ttciltc, clc la socicclatt cn srr corrjrrrrto. El gr.arr llririlirc clL¡e I)¿rr.eccr'r'c¿tI c0r'r'ienlcs l)Lrcvrrs n() cs sinri Lr¡'l I)unto (lc lrltcf::cció¡ 6 clcsÍntcsis clc iclcas clabolaclls l)or una coo¡rcr.ación cerrti¡r¡.r, t,i¡l-i lrtso c'tt¿tll([tl sc cl¡lt-lttc it Ia opinion lcin¡n1c lcs¡rc-r¡clc a ¡rcecsici¿r-iles subyaccntcs clc las qr.rc no es la llrcrrtc. por-es,, c[ ¡uccli<.1 sr.r_t ilrl rccm¡rlaza elcctir'¿irre¡rte, ¡;ar.a la i.tr'ligcnciu, . lo cltrc crln las|ecolnbinr.rcioncs gcnútic¿ts cle la población entcr.r 1.,",." i" v¿rr.i.r.i<j'('\'olLrtivii o cl ciclc¡ transinciir iclr-ral clc li¡s instiut,.s.

Pc|o la sr.¡ciccl¿rcl, pclr crrcriolcs v ccr¡,rcativos c¡trc se!¡r s.'s ,lo-,los tlc' trlrnslllisitjlt I rl.. illtr,¡;rr.t io¡'r l)()t. ()ll()\i(.ion lr llrs I|ír¡)\tlli.sirlncs t-r ct¡¡ubinacic¡r.rcs llcrcclitar ias, rro clc, jl cle st,r. rrrr ¡rr.rclrrct,Lle la licllr v las n¡gprescntaci<tr-tc.\ colcclir':.rsr, e6¡¡o cl.]cítr I)'r._I'hcilll, sLtl)oll!'tl l¿r cristctrcie clc sistcnr;"ls rrcr viosos c'n l's nric,'.r-lrl-os tlcl gt'ttll(). l'r-¡l fsrl ltt crrr-'stig¡ intlt<tr.l¡¡tr, lt() cs llcs¡t. l9s rtri,-rilos rlcl inrlir irlu<t l cie l grLr¡to (ltr-9ltlc,r¡ll urrlrltt¡t,r tri clc l¿rs l.t,l.r_r'ione s iit, lililLe irlrr ('nll.(' r'l lrrrt'\'o r, llt glrllirlr ): t,s tlislinerrir. llr ltl

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Page 175: JEAN PIAJET Biología y conocimiento. EDUCACION APRENDIZAJE LENGUAJE

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gica, ci-l la rellexión solitaria lo ruislno que cn la coopcurción, ylos errores o insanias, cn la opinión colectiva lo rnismo que en laconciencia individual. Ahora bien, a pesar cie 'Iarde, no hay dos ló-gicas, una para el grupo y otra para el indivicluo; no hay más qucuna manera de coordinar accioncs A y B según rclaciones de enca-sillamiento o de orden, etc., sean estas accioncs las cle indivicluos<lislintos, el uno o los unos en pro de A y cl otro o los otros eupro dc B, o sean las clel mismo individuo (que, por lo clemás, nolas inventó él solo, puesto que participa cle la societlacl entela).Ilr-r cste sentidcl las regr:laciones cognoscitivas r-r opcraciones sorllas misrlas en un sol<¡ ccrebro o en nrr sistcma de co-operaciortus(lo que en francés es el sentido de lá palabla (cooperación,).

VI. Conclusiótt-En lesurrlcn, crrccmos haber verificacio lasdos hipótcsis reunidas en la idea clirectriz clel $ 3: que las fun-ciones cognoscitivas prolongan las regulaciones orgánicas y queconstituyen un órgano diferenciaclo de regulzrción de los intercam-bios con el exterior. El órgano en cucstión no está cliferenciadomás que en parte al nivel de los conocimicl-rtos innatos, pero loestá cada vez más con las estructuras lógico-rnatemáticas I, con loscambios sociales inherentes a toda experiencia.

Son hipótesis harto banales, lo repetimos y pedimos ciisculpaspor ello. Pero son hipótesis que es necesario profundizar cada vezmás porque, cosa curiosa, los especialistas cle Ia epistemología,sobre todo matemática, olvidan clemasiado fácilmente la biologíay los biólogos olvidan en generai, completamente, prcgr-rntarse porqué las matemáticas se adaptan a la rcalidacl física.

La obra que acabamos de leer tier-rc toda clase clc delectos, unclde los cuales predomina: nada ha sido probado y toclo lo propues-tc ha sido presentado a título de interpretaciones que se apoyaner: los hechos, pero los rebasan sin cesar. Sin embargo, quisimosesclibir este ensayo porque la clase de colaboración entre biólo-gcs, psicólogos y epistemólogos que suponclr'ían pruebas, casi nc-r

existe y es altamente deseable. Sólo mediante una tritbajo intcr-disciplinario es posible una epistemología cicntífica y esta coopc-ración es todavía demasiado rara para p<"lcicr clar satisl'acción alos problemas que se plantean. Con la esperailza cle contribuir rella nos hemos atrevido a DroDoner las iclcrs colrteni(lirs cn est('IOmO.

llirl)reso crr publirncx, s.a.

c;rlz. san lorctlzo 279-:12

ilcl. iztuptrl:r¡rir. c p. 00|i50. rl.l'.{lrr trI tenLos e-jer rr¡.rl;rt.cs y st.¡ltrirntrsil(l tl1, r't.,u,,'r,r,tr-c tle 200{)