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Juan Santos Atahualpa

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un poco de historia

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Juan Santos AtahualpaJuan Santos Atahualpa (Cuzco, 1710? -?) fu el dirigente quechua de una importante rebelin indgena que estall en 1742, cuyo propsito era restaurar el Imperio de los incas y expulsar a los espaoles y negros. Al frente de las tribus selvticas, logr controlar un extenso territorio de la selva central del Virreinato del Per, amagando la sierra central. Si bien la rebelin no lleg a extenderse ms all de esos lmites, tampoco pudo ser sometida por la autoridad virreinal. Juan Santos desapareci misteriosamente hacia el ao 1756, desconocindose la fecha y las circunstancias de su fallecimiento.Lo poco que se sabe de la vida de este caudillo mestizo antes del ao 1742 nos lo han transmitido los religiosos que se entrevistaron con l y que recogieron algunos datos de su boca, por lo dems dudosos. Juan Santos afirmaba ser un descendiente de los incas nacido en el Cuzco y criado por los jesuitas. Demostraba tener una gran cultura, pues dominaba el castellano y latn, adems del quechua y otros idiomas nativos. Tambin afirmaba que uno de sus maestros jesuitas, al comprobar sus aptitudes intelectuales, lo llev consigo a Europa (Espaa y Portugal) y frica (San Pablo de Luanda, en Angola).Regres al Per, que lo recorri del Cuzco a Cajamarca. Hacia 1740 se ofreci como ayudante de los misioneros franciscanos de la regin de Chanchamayo, en la selva central. Estas misiones haban facilitado la llegada de los espaoles interesados en explotar la sal proveniente de un cerro aledao (Cerro de la Sal), quienes empezaron a usar como mano de obra a los nativos ashninkas, lo que conllev a una serie de abusos. La idea de la rebelin surgi entonces en Juan Santos, al comprobar la desalmada dominacin espaola que ejercan con total impunidad. Se propuso restaurar el trono de sus antepasados y dar la libertad a los indios.Al momento de estallar la rebelin, Juan Santos contaba de 30 a 40 aos de edad. Vesta una cushma o camisn tpico de los indios selvticos y llevaba siempre colgada en el pecho una cruz de madera de chonta con cantoneras de plata. Mascaba abundante hoja de coca, a la que denominaba hierba de Dios. Sus rasgos eran de mestizo. Uno de los frailes franciscanos que lo visit lo describi como de estatura alta y de piel tostada, aadiendo: tiene algn vello en los brazos, tiene muy poco bozo, luce bien rapado es de buena cara; color plido amestizado; pelo cortado por la frente a hasta las cejas, y lo dems desde la quijada alrededor coleteado, es decir, recogido en una coleta, segn la moda occidental del siglo XVIII.La rebelinEl plan de Juan SantosEl movimiento libertario estall en junio de 1742. Juan Santos se hizo proclamar Apu Inca, aduciendo ser descendiente de Atahualpa. Confiaba en el apoyo de los indios de todo el territorio peruano; lleg incluso a afirmar que estaba relacionado con los ingleses y que una flota britnica apoyara por mar su rebelin. Coincidentemente, al iniciar la lucha de la libertad, se vio por las costas del virreinato la nave del ingls Jorge Anson.Su meta era restaurar el Imperio inca y expulsar a los espaoles y a sus esclavos negros, para inaugurar un nuevo rgimen de prosperidad, aunque asegur que la religin de todos seguira siendo la catlica romana. Sin embargo, incit a los indios a que se rebelaran contra los trabajos que les imponan los misioneros catlicos y exigi la ordenacin de sacerdotes indgenas. Su plan era ganar primero la selva, luego la sierra y finalmente la costa. Por ltimo, se coronara Inca en Lima.Nombr por teniente suyo a un cacique cristiano llamado Mateo de Asia y mantuvo como ayudante cercano a un negro, Antonio Gatica, que era su cuado.

La extensin del movimientoEl conocimiento que posea de la lengua quechua y de varias lenguas amaznicas le permiti a Juan Santos ser comprendido prontamente por los indgenas de la selva central, que se plegaron a su lucha con gran entusiasmo. La rebelin logr congregar a los pueblos de la selva central: ashaninka, yanesha y hasta shipibo, es decir, las poblaciones que habitaban las cuencas de los ros Tambo, Peren y Pichis. Toda esa zona era conocida con el nombre de l Gran Pajonal y era territorio de las misiones franciscanas.Juan Santos lleg a contar con ms de 2.000 hombres, con los cuales logr controlar la selva central, territorio que, por lo dems, no se hallaba eficazmente regulado por el poder virreinal.

Desarrollo de la rebelinEl primer objetivo de los rebeldes fue la reduccin de Eneno, para luego seguir con Matranza, Quispango, Pichana y Nijandaris. Destruyeron en total 27 misiones y amenazaron con atacar la sierra.El virrey Marqus de Villagarca orden a los gobernadores de la frontera de Jauja y Tarma, D. Benito Troncoso y D. Pedro de Milla Campo que se internaran en la regin convulsionada, para cercar al rebelde. As se hizo y Troncoso lleg hasta Quisopango, en donde encontr alguna resistencia, pero logr ahuyentar a los indios. Juan Santos, que rehuy al encuentro, se dirigi hacia el pueblo de Huancabamba. Desde Tarma salieron fuerzas coloniales para ir en su bsqueda, pero el caudillo mestizo logr ponerse a salvo.Al ao siguiente, los espaoles organizaron una expedicin a Quimiri (hoy La Merced), en el valle de Chanchamayo. Iban bajo el mando del corregidor de Tarma, Alfonso Santa y Ortega, acompaado por el gobernador de la Frontera, Benito Troncoso. El 27 de octubre de 1743 llegaron a Quimiri, donde levantaron un fuerte, que concluyeron en el mes de noviembre. Fue dotado de cuatro caones y cuatro pedreros, con su correspondiente provisin de municiones. El da 11 de noviembre, el corregidor Santa parti hacia el interior, quedando en el fuerte de Quimiri el capitn Fabricio Bertholi con 60 soldados. Juan Santos, que estaba al tanto de todos los movimientos del adversario, plane atacar a la pequea guarnicin. Previamente, se apoder de una remesa de vveres que marchaba con destino al fuerte, iniciando luego el sitio del mismo. Muchos de los soldados espaoles perecieron entonces a raz de una epidemia y en los dems cundi la desmoralizacin, al extremo que presionados por el hambre algunos desertaron. Entonces, Juan Santos exigi a Bertholi la rendicin, mas ste se neg confiando en que le llegaran pronto los refuerzos que haba solicitado por intermedio de un religioso que pudo eludir a los insurrectos. Finalmente, Juan Santos decidi atacar el fuerte y todos los espaoles fueron muertos. Eran los das finales del ao 1743.Mientras tanto, asumi el poder un nuevo virrey, Jos Antonio Manso de Velasco, futuro Conde de Superunda, un militar con mucha experiencia. Juan Santos continu sus ataques. Tom el pueblo de Monobamba, el 24 de junio de 1746, extendiendo el radio de accin de su movimiento. Incluso se habl de manifestaciones a su favor en la lejana provincia de Canta. El virrey Manso de Velasco nombr jefe de una tercera expedicin a Joseph de Llamas, marqus de Menahermosa. Pero el rebelde tom la iniciativa tomando Sonomoro en 1751 y Andamarca el 4 de agosto de 1752. Esto ltimo significaba ya una seria amenaza, porque Andamarca era ya la cordillera y estaba cerca de Tarma, Jauja y Ocopa. La rebelin amenazaba extenderse a la sierra, poblada por una nutrida poblacin indgena, cuyo alzamiento habra dado un giro formidable y decisivo a la misma.

Desaparicin de Juan SantosDesde el ao 1756 no se supo pues nada de Juan Santos. El mismo virrey Manso de Velasco, en su memoria fechada en 1761, escribi al respecto: desde el ao 1756 no se ha dejado sentir el indio rebelde y se ignora su situacin y an su existencia. Una versin dice que hubo una sublevacin entre los rebeldes y que Juan Santos tuvo que ordenar la muerte de Antonio Gatica, su lugarteniente y otros hombres por posible traicin.Sobre el final de Juan Santos corrieron las ms variadas versiones. Una de ellas afirma que muri en Metraro, vctima de una pedrada disparada con una honda en un festejo pblico; otras afirman que fue envenenado. Otra posibilidad es que haya muerto de vejez. Se dice incluso que habra contado con una especie de mausoleo en Metraro, adonde descansaban sus restos humanos y eran objeto de veneracin.Su desaparicin y probable muerte tuvo visos legendarios y maravillosos, en el recuerdo de los montaeses. Para unos no haba fallecido, creyendo que era inmortal. Para otros habra subido al cielo rodeado de nubes, y volvera en un futuro a la tierra.