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La chica de lago - Steph Bowe.pdf

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  • STEPH BOWE

  • ndice CubiertaLa chica del lagoAgradecimientosNotasCrditosAcerca de Random House Mondadori

  • H

    PrlogoJewel Valentine

    aba un nio en el lago.Al principio cre que era mi

    hermano, pero despus me di cuentade que era demasiado grande para ser unnio de diez aos. Y, adems, mihermano nunca crecer, ni siquiera en mimente.

  • Asusta, verdad? Saber que hasvivido ocho aos ms de los que tuhermano podr vivir.

    No eran imaginaciones mas. Habaun chico de carne y hueso ahogndose enel lago. No eran visiones nialucinaciones.

    Me qued paralizada, sin respirar,mientras un escalofro me recorra elcuerpo.

    El chico no opona resistencia seestaba hundiendo en las profundas aguasdel lago. Unos instantes despus, tansolo se le vea la coronilla.

  • Me quit los zapatos y me lanc alagua. Not que las piernas se meagarrotaban y los vaqueros mearrastraban al fondo. Nadfrenticamente hacia el chico. Laprofundidad del agua creca a medidaque me acercaba a l, y el fondo de lodose escabulla bajo mis pies. Cuandollegu le saqu a flote y le sostuve lacabeza. Pareca sereno, como siestuviera dormido. Tena los ojoscerrados y el cabello flotaba alrededorde su rostro.

    Le arrastr hasta la orilla y, durante

  • esos segundos, sent que estabacompensando lo que no haba hecho pormi hermano.

    No poda dejar que aquel chicotambin muriera.

  • L

    Jewel a ltima palabra de mi hermano fue:Polo.

    Las ltimas palabras de mi abuelofueron: Me encuentro mejor que nunca.Deja de preocuparte tanto.

    Las ltimas palabras de mi abuelafueron: Jewel, calienta agua para el t,cario.

    Por lo que saba, mi padre segua

  • vivo. Pero las ltimas palabras quesalieron de sus labios, antes deabandonarnos a mi madre y a m, ibandirigidas a m.

    Dijo: No deberas haber nacido.Mi padre era un buen hombre. La

    muerte de mi hermano lo dejdestrozado. Pero esas cuatro palabrasque me dijo cuando yo tena ocho aosenvenenaron mi vida para siempre.

    Suelo percibir las pequeas rarezas dela vida los pequeos detalles, laspequeas ironas, como los anillos de

  • compromiso en las casas de empeo olos vestidos de boda sin usar que sevenden rebajados en las tiendas desegunda mano. O la mujer gorda que esten la cola del supermercado, con unatarrina de chocolate de dos kilos en elcarrito, a la que se le cae el carnet delclub de Control del peso mientrasbusca la tarjeta de crdito.

    Son las pequeas cosas las que nosindican cmo son realmente laspersonas: esperanzadas, desesperadas,frgiles e inseguras. Las personas nocambian, no aprenden. Saben que los

  • matrimonios fracasan a menudo, pero,aun as, asumen el riesgo porquesiempre cabe la posibilidad de que aellos les vaya bien. Prometen cambiardieta, estilo de vida, vicios, perouna semana despus van alsupermercado a aprovisionarse decomida-consuelo alta en caloras y sepasan la noche mirando entre sollozosuna pelcula de Meg Ryan y Tom Hanks.

    Por cosas as me doy cuenta de quesoy una extraa.

    No me malinterpretis. Algo pararecordar me gusta tanto como a

  • cualquiera, pero yo no me guo por lasmismas normas. No corro riesgos. Nobaso mi felicidad en los dems. Nodesperdicio el tiempo con falsasesperanzas y, de ese modo, noesperando mucho, siempre me sientoagradablemente sorprendida. Carezco delas cualidades que permiten a los demscreer en cosas ilusorias e intangiblescomo Dios o la paz mundial.

    Me gusta lo inevitable e irremediable.Las cosas que van a ocurrir quieras ono, las cosas con las que siempre puedescontar, como la muerte o los impuestos.

  • Soy como una extraa que mira desdefuera. Me gusta que sea as. S cul esmi lugar en el mundo: estar fuera de l.

    Se puede saber casi todo sobre alguienpor sus primeras palabras cuando sepresentan o cuando los ves despus dediez aos.

    Las primeras palabras de Rachelfueron: Lo siento, he pillado un trficoterrible. Un coche ha volcado en laautopista. Horrible.

    Estaba sin aliento; era evidente quehaba corrido desde el aparcamiento a

  • Llegadas.Cog la maleta y nos abrazamos,

    incmodas.Una vaharada de perfume (quin no

    cambia de perfume en diez aos?)despert un brumoso recuerdo en algnrincn de mi mente: ella sostenindomeen volandas y dando vueltas entre risas.Pero era la clase de recuerdo que podahaber visto en un anuncio, unos pocosfotogramas unidos como la secuencia deun sueo borroso.

    Durante mi ausencia haba superadounos escasos tres centmetros en altura a

  • mi madre. Ambas seguamos siendobajitas (yo meda un miserable metrocincuenta y ocho), si bien la ltima vezque la haba visto, diez aos atrs, ellame doblaba la altura.

    Mi madre se haba convertido en unadesconocida para m.

    Las primeras palabras de mi psiclogafueron: Cuidado con esa caca depjaro.

    Geraldine me caa bien. Un dadespus de mi vuelta a la zonaresidencial del Melbourne que haba

  • dejado diez aos atrs, por fin encontra alguien que no estaba tenso y siempreal borde de una crisis nerviosa. Apenashaba pasado veinticuatro horas con mimadre y ya necesitaba tomarme unrespiro, aun si ese respiro era a costa dehablar de mis sentimientos y de todo loque se ocultaba en el fondo de miarmario.

    Geraldine tena las manos sucias debarro. Nos sentamos en el porche de sucasa, de cara al jardn trasero, su motivode orgullo. Me dijo que era aficionada ala jardinera. Pareca rondar los

  • cincuenta y pico, aunque no soy muybuena calculando edades y quiz fueramayor. Era alta y de hombros anchos, yme dio la sensacin de que podaintimidar a cualquiera si lo deseaba. Sucabello era del color del acero y cuandonos conocimos llevaba un chndalaterciopelado. Estaba semijubilada,me dijo. Antes se dedicaba a lapsiquiatra, tena una consulta y ganabaciento sesenta pavos la hora.

    Ms que una prostituta dijorindose.

    Ahora cobraba veinte dlares, como

  • los travestis que se ligan clientes en losbares de carretera (palabras suyas, nomas), y charlaba con jvenes de malcarcter para poder pagar la hipoteca.

    Desde que muri mi marido, tenaque estar con mi hija.

    No lo dijo apenada, comolamentndose. Era arrolladoramenteabierta, y eso me gustaba.

    Tambin me caa bien porque soltabatacos delante de m a pesar de nuestradiferencia de edad. Me caa bien porqueera fantstico dibujar sus arrugas. Mecaa bien porque ola a tierra, aunque

  • estaba segura de que solo era abonoelaborado con estircol.

    Tomamos t azucarado. Yo me senten el sof, con las rodillas contra elpecho, y me pas la tarde dibujando enmi cuaderno mientras ella me contabacosas de s misma.

    No habl mucho. Mis primeraspalabras fueron: Ah, s?. Muy flojasincluso para alguien como yo, que aspiraa convertirse algn da en unavagabunda annima en una gran ciudad,con un cuaderno de dibujo como nicapropiedad.

  • Probablemente, no era un objetivomuy ambicioso, pero al menos tena uno.

    Nunca he sido de las que se adelantan alos hechos. Hasta aquel sbado por lanoche en el lago no haba pensadosiquiera en que el lunes ira a una nuevaescuela, donde me encontrara conprofesores probablemente preocupadospor mi salud mental y a gticosadornados con lamentables piercingsque intentaran hacerse amigos mos.

    Aquella noche necesitaba salir decasa, y el lago era mi sitio preferido. Me

  • costaba creer que mi madre siguieracuerda despus de vivir diez aos ennuestra vieja casa la casa de ladrillorojo en la que habamos velado a mihermano, en la que mi padre me habaespetado aquellas palabras que merompieron el corazn una bonita maanade abril, la casa que yo habaabandonado. La casa en que mi madre sehaba quedado sola.

    Es extrao, pero por primera vez mesenta mal por alguien que no era yo; mesenta mal por mi madre, a pesar de queahora era una desconocida para m.

  • Recorr las silenciosas calles, pas latienda de la esquina y cruc el parque,que me record a esos lagos que salenen los anuncios de la tele de barriosconstruidos en medio de la nada, comosi fueran lugares perfectos para vivir, yutilizan vistosos reclamos de gentemontando en bici, nios jugando albaloncesto y una joven pareja acunandoa un beb en el parque junto al lago.

    Entonces lo vi. No creo que tuvieramuchas alternativas en ese momento, yno me refiero solo a salvarle la vida.

    Las primeras palabras del chico del

  • lago aquella noche fueron: Qu?.Pero le disculp, pensando que

    probablemente era un chico elocuente,divertido y listo cuando no estabaahogndose y a punto de perder elsentido.

  • E

    Sacha l da que nos conocimos, JewelValentine me salv la vida.

    Sent una sbita y fuerte presin enel pecho, alguien apretndome la nariz ybajndome la barbilla, y despus unaboca contra la ma llenando mispulmones de aire.

    De no haber estado semiinconsciente,habra hecho uno de mis tpicos chistes

  • malos, esos que reservo para las visitasal mdico y el Reader's Digest.

    Algo como: Y si antes me invitarasa cenar?.

    Pero en ese momento senta un intensoy punzante dolor en la cabeza, habaperdido la sensibilidad en lasextremidades y experimentaba la curiosasensacin de tener los pulmones llenosde agua. Todo estaba oscuro.

    Sent ms presin en el pecho y oque alguien contaba entrecortadamente,jadeando entre nmero y nmero. Erauna chica.

  • Not mi cuerpo contra la sperahierba y una piedra clavndoseme en losriones, mientras oa el agua lamer laorilla del lago. Abr los ojos y vomituna mezcla de agua, algas y demspartculas.

    La noche nos envolva como unmanto. La chica estaba arrodillada juntoa m, mirndome con ojos depreocupacin. La luna se reflejaba en ellago y a lo lejos las farolas brillaban enlas silenciosas calles del barrioresidencial. Era otoo. El suelo estabasembrado de hojas y la noche era fra.

  • La chica se sent en cuclillas y seapart el cabello mojado de la cara,respirando con fuerza. Me mirfijamente.

    Yo me senta extremadamentevulnerable tumbado de espaldas, demodo que me apoy sobre un costado.Tena los vaqueros y la camisetaempapados y pegados al cuerpo como unnio de cinco aos se pega a las faldasde su madre el primer da de escuela,salvo que el nio de cinco aos pesabauna tonelada.

    O el portazo de un coche, unos gritos

  • de discusin y el canto de un avenocturna. Poco a poco fui volviendo a lacivilizacin o, ms concretamente, albarrio residencial de la ciudad, quesegua su rutina sin saber que una vidahaba estado a punto de perderse.

    Levant la vista y mir a la chica.Ella tambin estaba empapada y suslargos cabellos color caramelo estabanchorreando. A la luz de la luna vi quetena los ojos de diferente color elizquierdo de un penetrante azul elctricoy el derecho de un profundo castao,los labios carnosos, la nariz pequea y

  • afilada, las mejillas perfectamenteperfiladas.

    Solo poda pensar en una cosa: queera despampanante.

    Pero qu diablos estabashaciendo? exclam ella. Casi teahogas. A saber qu habra pasado si yono hubiera estado aqu.

    Entre el mareo y que haba tragadoms agua contaminada de lo que esprudente o sano, no lograba recordarcon exactitud por qu haba ido al lago.Tampoco me explicaba por qu aquellaextraa y hermosa chica haba asumido

  • la responsabilidad de salvarme. Mesenta como una damisela en apuros.Bsicamente, me senta como unperfecto idiota un perfecto idiotaincreblemente afortunado.

    Reclin la cabeza en el suelo. Estabaincmodo, pero era preferible a ver quetodo daba vueltas a mi alrededor.

    La chica me apart el cabello de lacara.

    Lo siento. He llamado a Urgenciaspor el mvil. Ahora viene laambulancia. No no me imagino quhacas bandote en el lago a estas

  • horas de la noche y con la ropa puesta.Recuerdas el chico que se ahog aquhace diez aos?

    Qu?Lo siento. Solo intento charlar un

    poco para mantenerte despierto. Es eslo que sola hacer cuando mi madretomaba una sobredosis y tena queesperar a que llegara la ambulancia.

    Cmo te llamas? logrpreguntar.

    Jewel. Como el cantante y laspiedras preciosas.* Jewel Valentine. Yt?

  • Volv a toser y acab de expulsar delos pulmones los microorganismos queme haba tragado sin querer y queseguramente en cualquier pas asiticoeran un manjar.

    Jewel torci el gesto.Perdona. Sacha Thomas. Encantado

    de conocerte, Jewel como-las-piedras-preciosas.

    Un placer conocerte, Sacha. Vas adarme las gracias?

    S. Gracias. Ya sabes, porsalvarme la vida y eso.

    No hay de qu replic Jewel.

  • De noche suelo ir a correr al parquepara salvar a adolescentes que se estnahogando en el lago.

    Aunque me costaba mantener los ojosabiertos, consegu bromear un poco.

    Es que disfrutas practicndoles elboca a boca a chicos vulnerables?

    Cada cual con sus gustos sonriella.

    Yo le devolv la sonrisa, pero solo unsegundo, porque tena la cabeza tanespesa que cualquier gesto me dola.

    Hace fro, no? murmur.Oh, mierda. Espero que no acabes

  • con una hipotermia. Cogi unachaqueta desgastada de cuero que mehaba credo que era una roca.

    Me ayud a incorporarme ligeramentey me pas la chaqueta por los hombros.Me iba bien, as que supuse quedebamos de tener ms o menos lamisma talla. Era cmoda y abrigada.

    Despus me cogi una mano entre lassuyas y me frot la palma para hacermeentrar en calor.

    Llegarn de un momento a otro me tranquiliz.

    Qu hacas aqu? pregunt yo.

  • Ella vacil un instante.Esa pregunta no deberas

    contestarla t? Sacudi la cabeza ysuspir. He venido a pensar. Me gustael silencio de la noche. Soy uno de esosbichos solitarios que acaban un daasesinando a alguien.

    Mi madre sola bromear con eso depensar dije contemplando el cielo ytrazando lneas imaginarias de unaestrella a otra. Si yo deca algo como:He pensado que, ella contestaba:Ya te he advertido sobre eso, no?.

    Ha muerto? susurr Jewel.

  • S. Cmo lo sabes?Has dicho sola. En pasado.Eres observadora. Aunque podra

    haber dejado de hacer esa broma,porque perdi gracia enseguida.

    Cundo muri? pregunt ella.Dios, lo siento, qu poco tacto tengo. Notienes por qu contestar.

    Tranquila. El ao pasado. Estabatemblando. No saba a ciencia cierta sise deba al fro o a otra cosa.

    Ella asinti. Cerr los ojos unmomento y cuando los volv a abrirJewel Valentine haba desaparecido y en

  • su lugar haba un sanitario inclinadosobre m, apuntndome a los ojos conuna linterna y preguntndome en qu aoestbamos.

    En el ao del buey? propuse. Rtulos de hospitalNo se lleven las flores, por favorLvense las manosDesconecten los mviles y los

    transistoresHablen en voz baja, por favor.

    Nuestros pacientes necesitandescansar

  • No entrar! La cada de frutas puedeprovocar lesiones

    Tras el rescate de Jewel, la primera

    persona que vino a verme al hospitalaquella noche (aparte de mi padre) fueLittle Al.

    El verdadero nombre de Little Al esMichael Mitchell. A l le molesta laaliteracin Cree que suena demasiadocomo Eminem y a Marilyn Monroe.

    El Little* del apodo de Al seentiende en cuanto le ves. Mide casi unonoventa y es delgado, aunque no

  • esculido como yo. Quiz un pocohuesudo si le ves en baador largo en laplaya. Pero por su forma de comportarsecomprendes que le da igual. A veces mepregunto por qu me he complicado lavida buscndome como mejor amigo auno tan alto es como si intentaraparecer an ms bajo de lo que soy. Conmi miserable uno setenta, parezco unenano incluso sin su ayuda.

    Al es diminutivo de Albert, igual queEinstein. Le puse ese nombre porquedesde que le conozco (tengo queremontarme al primer da de sptimo

  • curso, cuando decidi adoptarme comocompinche) est obsesionado por laqumica. Me refiero a la qumica tipomechero Bunsen y reacciones qumicas,no a las citas rpidas y los idiliosamorosos aunque Al intenteconvencerte de lo contrario, puesto quese considera muy hbil.

    Yo no me tragu durante muchotiempo que despus de clase iba allaboratorio porque estaba colado por laseorita Ford, a pesar de que esta es unbombn. Una vez la vi irse de la escuelamontada en el asiento trasero de una

  • moto.Estoy orgulloso de que Al utilice el

    nombre que le puse yo en vez del queeligieron sus padres. Tiene un agudosentido del humor, el cabello rubiopajizo y siempre viste para causarimpresin, chaqueta los das de escuelay camisa los fines de semana. Las pecasde la nariz y su sonrisa torcidacontrarrestan con sus otros rasgos yhacen que parezca un nio de cinco aosy no un chico que a los trece hacaqumica para universitarios. Dios sabequ estar haciendo el ltimo curso de

  • instituto.Al agach la cabeza al entrar por la

    puerta de la habitacin y se arrellan enuna silla. Incluso sentado era imponente.

    Duck, amigo mo, cmo te trata lavida? pregunt. Duck era el apodoque me pusieron cuando jugaba en elequipo de crquet de octavo, del que meecharon a los dos das.

    No muy bien, por lo que se ve. Lamuerte est llamando a la puerta, Al repliqu yo irnico, incorporndome.Y t, qu tal? En qu andas metido?

    Lo normal. Resolver el infinito.

  • Aceptar premios Nobel. Lo de siempre.Qu dice el hospital sobre el alta? Tepuedes ir hoy? Al sonri jugueteandocon su corbata.

    Quieren que esta noche me quedeen observacin expliqu yo. Ya sque es sbado, pero no podr irme dejuerga contigo como tenas previsto. Yasabes, una vez que resuelvas lo delinfinito.

    Little Al tamborile los dedos sobreel brazo de madera de la silla.

    Creme, Duck, tendran que tenerteen observacin mucho ms tiempo para

  • poder entenderte.Enarqu las cejas.T eres el hijo natural de Freud y

    Paris Hilton. A lo mejor deberasayudarles.

    Eh, puede que solo haya heredadola belleza de mi madre. Al encogilos hombros.

    Abr la boca para decir algo, pero enese momento mi amiga True Grishamentr como una exhalacin en lahabitacin y cerr bruscamente la puertatras s.

    Hola, Michael salud secamente

  • a Al. Era la nica, adems de los padresde Al, que lo llamaba por su verdaderonombre.

    Hola, True. Al esboz una brevesonrisa. Llegas justo a tiempo parauna partida de strip poker.

    True dio un taconazo y me mir.En qu narices estabas pensando?Llevaba al hombro su bolsa de

    porttil Betty Boop y la brillantehorquilla con forma de mariquitacolgaba tristemente entre sus largoscabellos rubios.

    El hombre que estaba en la cama

  • diagonalmente opuesta a la ma musit aAl:

    Si esta seorita juega, reprtemecartas.

    True Grisham es muy alta incluso consus habituales bailarinas. No tanto comoLittle Al, pero lo suficiente para que elcomit del anuario escolar los hayanombrado la pareja ideal de nuestrocurso. Pero True no tiene tiempo parachicos, y menos an para Al; todo sumundo gira en torno a su aspiracin deser una periodista de xito. Tiene unplan demasiado detallado para que lo

  • recuerde, pero que bsicamente consisteen viajar por todo el mundo y escribirpara los peridicos ms importantes.Ahora se dedica a sacar las mejoresnotas posibles para poder estudiarperiodismo en una buena universidad yno deja de ampliar su portafolio conartculos escritos para peridicoslocales y revistas. Se entregacompletamente a su trabajo y siempreest ocupada. Creo que no duerme.

    Mi amistad con True es anterior a lade Al. El da que empec tercero en minueva escuela me reclut como

  • subdirector de la primera revistaescolar. No hace falta decir que, a pesarde la dedicacin de una True de ochoaos, solo publicamos tres nmeros yjams conseguimos vender losveinticinco ejemplares que editbamos,ni siquiera al msero precio de cincuentacentavos.

    Despus pas a cosas msimportantes y mejores la edicin delperidico del instituto, su columna en elperidico local, artculos ocasionalespara revistas de tirada corta y, a pesarde que en tercero me di cuenta de que no

  • hara carrera como periodista debido ami absoluta ineptitud para la ortografa,ha seguido siendo mi mejor amiga hastael ltimo curso.

    Seguro que True cumplir sus sueos.Es inteligente, implacable y no hay quienla distraiga. True es valiente y esthecha a prueba de balas. True ha sidouna constante en mi vida; especialmenteahora, que no tengo muchas.

    Tu padre me ha llamado. Me hadicho que estabas en el hospital y que tenegabas a hablar con l prosigui conel gesto torcido mientras arrancaba los

  • hilillos sueltos de su rebeca rosa.Creo que bueno, ya sabes lo quepienso Suspir y se apoy en el piede mi cama. Qu pasa, Sacha? Ssincero conmigo, vale? Lo has hecho apropsito?

    Creo que ests molestando aMoira. Seal a la anciana quedormitaba en la cama de al lado. Seest recuperando de un implante deprtesis en la rodilla.

    No se puede hacer broma de todo,Sacha dijo True.

    No estaba bromeando. Es verdad.

  • True corri la cortina que haba juntoa mi cama. La sonrisa de Al sedesvaneci.

    Jason me ha dicho que estabasdando un paseo y te has cado al lago dijo. No lo has hecho a propsito,verdad?

    El seor Carr? pregunt.Est aqu? Y desde cundo le llamaspor su nombre de pila?

    True mir a Al.Es imposible hundirse en el lago.

    Tiene un metro y medio de profundidady el tamao de una piscina infantil.

  • Al la ignor.Hemos coincidido en tu casa

    algunas veces. Siempre me pide que lellame Jason. La mayora de losprofesores quieren que les llames por sunombre de pila si les conoces fuera dela escuela.

    S repliqu, si lo que quierenes que les acusen de abusos sexuales amenores.

    Por qu no has hablado conmigo,Sacha? pregunt True sentndose alos pies de mi cama. Entiendo que nose lo contaras a l frunci el ceo en

  • direccin a Al, pero en m puedesconfiar.

    En vez de responder me limit amirarme las manos. O el zumbido de lasmquinas, el parloteo de las enfermerasy, a lo lejos, unos anuncios de televisinvendiendo salvapantallas de mvil. Enel hospital, mi pasado parecaincmodamente cerca. En cualquier otraparte poda mantenerlo a distancia, peroall, al igual que en el cementerio y alpasar frente a mi antigua casa, senta enla nuca el aliento de las cosas queprefera olvidar.

  • El hedor a leja y a enfermedad hacaque volviera a revivirlo todo en mimente, de donde haba intentadomantenerlo apartado tanto tiempo. Losaos de pruebas, de quimio, de infinitosfrmacos y noches en vela que se habantragado mi infancia, y las semanasprevias a la muerte de mi madre, cuandole toc a ella estar confinada en unacama de hospital. Solo que yo sobreviva la leucemia y ella muri a causa deuna enfermedad autoinfligida.

    Supongo que es as como ella lohabra preferido. La madre muere y el

  • hijo sobrevive. Ojal hubiera sido alrevs.

    True volvi a fruncirle el ceo a Al ydespus se gir hacia m.

    Quin te ha encontrado? pregunt.

    Una chica repliqu. JewelValentine.

    Era guapa? pregunt Al.Michael! exclam True.

    Piensas en algo ms que no seanfrmulas qumicas y sexo?

    Lo siento murmur Al.Has dicho Jewel Valentine?

  • pregunt True pensativa un segundo;despus suspir. De verdad, creo quedeberas hablar con tu padre.

    No eres la primera que lo dice.Sacha, Sacha, Sacha. True

    sacudi la cabeza. Qu vamos ahacer contigo?

    Enterrarme vivo suena tentador eneste momento apunt yo. Alguientiene una pala?

  • L

    Jewel as ltimas palabras me gustan tantocomo las primeras, aunque noexactamente en el mismo sentido que

    a Miles Halter. Me encantan las ltimaspalabras que pronuncian los criminalesantes de ser ejecutados, cuando intentanser ingeniosos recordndole al pelotnde ejecucin que no tienen todo el da; ocuando insisten en su inocencia, lo cual

  • lleva a uno a comprender lo irreversibleque es la pena de muerte. Cuntasveces se ha demostrado que el asesinoera otro despus de la muerte de uninocente atrapado en una situacinterrible? Me encantan las ltimaspalabras de los poetas, escritores ydramaturgos que dejan bellas notas desuicidio o cantan al amor en su lecho demuerte. Y tambin las de las personasque son fieles a la profesin hasta elltimo aliento, como los gramticos oesos bichos raros obsesionados con lostecnicismos de las palabras, que antes

  • de dejar esta vida exclaman algo similara: "Me estoy muriendo" o "Estoy apunto de morirme", ambas soncorrectas. No s si la cita esexactamente as, pero lo importante es laidea.

    Me encanta el arte y la libertad queofrece, y me encanta cmo estimulan mimente las ltimas palabras. Podraperderme en mis pensamientos duranteaos si no fuera porque es necesariocomer, beber e ir a la escuela.

    Ojal grabaran las ltimas palabrasde la gente corriente. No pueden

  • encontrarse ni en internet ni en lasbibliotecas. Cun insignificante es uno sino ha hecho algo que la sociedad valore,si no ha crecido ni tenido esaposibilidad, o si no ha disfrutado de lasoportunidades que se les han brindado aotros. Entonces, las ltimas palabras deuno carecen de importancia.

    Haba vuelto a casa con Rachel losiento, mi madre porque no tena anadie ms, porque todava no habaterminado los estudios, porque no queravivir sola. Acababa de cumplir

  • dieciocho aos, pero seguan tratndomecomo a una nia. Era demasiadoobstinada para conservar un trabajo nisiquiera fui capaz de trabajar a mediajornada en una verdulera y lo nicoque me importaba era el arte.

    Y ahora que haba vuelto a la ciudad,lo nico que deseaba era perderme enalgn lugar lejano un pequeoapartamento tal vez en un barrio gris deLondres y ser una artista que luchapor abrirse camino y se sienta en losportales de las casas abandonadas adibujar con su carboncillo y su lienzo; o

  • dormir en los sofs de dramaturgos contalento pero an sin descubrir en NuevaYork, y pasarme la noche tomando caf,charlando de tonteras y colocndome.

    Quera huir de la ciudad en la quehaba vivido de nia y de los buenosrecuerdos que despertaba en m, queeran ms dolorosos que los malos. Perono poda volver con mis abuelos. Losaos que haba vivido con ellos en lagranja, a las afueras de una ciudad ruralde Victoria, ahora solo eran un recuerdoagridulce.

    Mi habitacin no haba cambiado

  • durante mi ausencia, pero mi madre s.Despus de vivir diez aos sin ella alfinal llamaba muy poco, se me hacamuy extrao decir mam. Cuando mefui, todava era mami. Llevabadelantal, era rolliza y arrugaba la narizcuando se concentraba en algo; tena lasmejillas sonrosadas, el cabello castaoondulado y se pona nerviosa confacilidad.

    Diez aos despus, mami se habaconvertido en Rachel, pequea ydemacrada, de rostro cetrino y pelolacio, al parecer siempre al borde de las

  • lgrimas. La fragilidad del pasado sehaba transformado en inestabilidad.

    Yo me pareca a mi padre habaheredado su brillante pelo negro y supiel morena, pero los ojos dediferente color eran mi particularmaldicin. A la gente le gustabacomentarlo entre susurros.

    En aquellos diez aos yo tambinhaba cambiado. Haba pasado de seruna alegre nia de ocho aos condemasiada energa y aficin por loslpices de colores a ser una joven dedieciocho aos antisocial y sin amigos

  • que pintaba con carboncillo o cualquierlpiz afilado.

    Antes era la Jewel Valentine de losojos como diamantes de colores, quetena todo un futuro por delante y selevantaba cada da con ganas de vivir,como todos los nios. Despus meconvert en la Jewel Valentine sinilusiones, solitaria, vctima de laMaldicin de los Guapos pero Raros.

    Saba que era bonita, pero eso no mehaca sentirme mejor. Aunque medapoco ms de metro y medio, mi estaturano era algo que me importase o me

  • molestase. La nitidez de mis facciones,la espectacularidad de mis ojos, laforma en que el cabello me caa comouna cascada.

    Esos rasgos eran los que atraan a lagente, pero mi personalidad lesahuyentaba, cuando lo nico que yodeseaba era que no se fijaran en m.Estaba sola por propia eleccin, pero nohaba contado con que eso me harasentirme sola.

    Cuando viva con mis abuelos, lo quems les preocupaba a mis profesores erami desinters por todo. No quera

  • unirme a ningn equipo. No quera hacerbaloncesto o robtica, ni entrar en elclub de cmics. Tampoco haba tenidonovios (los profesores no te lopreguntan, pero sabes que quierenhacerlo). No es que fuera lesbiana;tampoco haba tenido novias (era muymoderno y atrevido decir que erashomosexual, bisexual, o cualquiera deesas palabras que la gente utiliza paradecir que su inclinacin sexual o el tipode personas que les atraen no siguen lanorma). Creo que a la seorita F. lehabra encantado verme en la entrada de

  • la escuela dndome besos de tornillocon alguien de mi curso, fuera del sexoque fuera. Seguramente debera haberlohecho, solo para averiguar si estaba enlo cierto y as quitrmelos de encima.

    A los profesores de aquella escuelano haba nada que les asustara ms queun posible psicpata adolescente.Crean que un da entrara en la escuelacon un arma de repeticin y matara a unpuado de estudiantes de dcimo cursoporque no me gustaban los lunes.

    De hecho, yo odiaba los mircoles.Era como si estuvieran all para

  • fastidiarme a propsito, colndose entreel martes y el jueves, burlndose de mcon su condicin de mircoles.

    Pero de dnde iba yo a sacar unarma de repeticin si viva a las afuerasen el campo? Poda robarle unaescopeta a un granjero, pero esa no erael arma preferida para las matanzas,segn haba visto en los programasnocturnos sobre crmenes reales (esosque aseguran siempre tener pruebasnuevas e irrefutables que nunca tienen).

    Su segundo mayor temor era que mesuicidara. Me preguntaron varias veces

  • si senta impulsos (estaba claro queno se referan a los de tipo sexual,porque eso habra sonado raro, yadems a partir de dcimo ya no suelendar clases de educacin sexualaunque antes las imparten con grangenerosidad: durante cinco aosseguidos te traen a la misma enfermeraque te da la misma charla y despus vesel mismo vdeo malo de los ochenta ytienes el mismo turno de preguntas yrespuestas incmodas), lo que, traducidoliteralmente, significa: Escribespoesa emo, Jewel?, Has intentado

  • cortarte las muecas, Jewel?, Haspensado en provocarte una sobredosiscon la medicacin de tu abuelo para laartritis, Jewel?.

    Yo no contestaba. Puede quenecesitara llamar la atencin, no lo s,pero no pensaba suicidarme. Eso habradestrozado a mis abuelos, habrallevado a mi madre al lmite (y quiz aprovocar una matanza por su cuenta) y,adems, an albergaba la esperanza detener un futuro como vagabunda enLondres o Nueva York.

    Me encantan las ltimas palabras. Me

  • pregunto cules seran las mas, tiradaen una cuneta, canosa y abandonada enLondres o Nueva York. Me preguntocules habran sido las ltimas palabrasdel chico que haba salvado si yo nohubiera pasado por el lago aquellanoche y le hubiera salvado la vida.

  • E

    Sacha n cuanto me despert el lunessiguiente, los gnomos de jardnrobados me saludaron desde la

    estantera con sus sonrisitas burlonas ysus extravagantes capuchones rojos.

    Desde que aquella chica llamadaJewel se haba cruzado en mi camino nisiquiera los objetos inanimados medaban un respiro.

  • Los sonidos parecan ms intensos.Me restregu los ojos y el ruido de laspestaas fue casi ensordecedor. A travsde los listones de las persianas sefiltraban haces de luz que formabandibujos sobre la alfombra de lahabitacin. El sol brillaba con especialintensidad y el ruido de fondo eracincuenta decibelios ms alto de lo quedebera ser. El mundo era en altadefinicin y yo solo quera apagar elshow de televisin.

    Son ruido de cacharros en la cocina(el armario que haba debajo de los

  • fogones era un caos de sartenes ybandejas de horno que apenas usbamos,y pap siempre les daba golpesaccidentalmente). Salt de la cama.

    Fui al lavabo y me remoj la caracontemplando el moho que creca en eldesage para no ver mi reflejo en elespejo. Limpiar era cosa ma No esque mi padre me hubiera asignado tareasalguna vez, pero si no limpiaba ellavabo con cierta regularidad bien podacrecer un autntico ejrcito de bacteriasdispuesto a devorarnos cuandointentramos ducharnos.

  • Haca un ao que mi madre habamuerto y todava esperabaencontrrmela en la cocina. Todavasenta un doloroso nudo en la boca delestmago cuando vea solo a pap. Nome malinterpretis, quiero a mi padre.Pero ella haba muerto. Y, a pesar deque jams haba vivido en aquella casa,cuando me despertaba por las maanassiempre esperaba verla all, diciendoalegremente: Levntate y sonre!.

    Pero solo me encontraba a mi padre,sonriendo demasiado tenso, afanadoentre cacharros, convirtiendo un huevo

  • pasado por agua en un huevo duro, comomam nunca haca.

    Hola. Me qued en la entradafrotndome el cuello. Siempre dorma enmala posicin.

    Mi padre levant la vista.Buenos das, Sacha. Cogi la

    tostadora y la lanz sobre la mesa.Hoy las tostadas tendrn que ser convegemite,* colega. Tena la camisetamanchada de pintura. Como siempre,estaba trabajando en algo.

    Haca aos que no me llamabas asdije yo sentndome en un taburete

  • junto a la mesa.Fue a buscar el vegemite y yo puse el

    pan en la tostadora.Mi padre respir hondo.Creo que hoy deberas quedarte en

    casa. Tenemos mucho de que hablar. Enespecial, de lo que pas el sbado en ellago.

    Tengo que ir a clase. Es un cursoimportante. Ni te imaginas lo que nosestn presionando los profesores repliqu. Mis pensamientos cambiaronde rumbo. Cunta gente crees que semuere por meter el cuchillo en la

  • tostadora?Intentas cambiar de tema?Me alej de la tostadora y me serv un

    vaso de agua.S. Ya sabes que no puedo pasarme

    todo el da aqu, pap contest sinmirarle.

    Sacha suspir mi padrefrotndose las sienes, ests otra vezenfermo. Tenemos que decidir lo quevamos a hacer, y para ello tenemos quehablar. Dentro de un par de semanasingresars en el hospital y no podrsseguir el ritmo de las clases.

  • Me tragu un puado de calmantescon el vaso de agua. Despus de dejarloen el fregadero me volv hacia mi padre.

    Por qu actas as?Qu quieres decir? replic mi

    padre. Su frente pareca habersecubierto de arrugas nuevas durante lanoche.

    Por qu te preocupas tanto derepente?

    Tienes cncer, Sacha dijo l.Esto es serio.

    Ya lo s le espet. Claro quelo s. Recuerdo que he estado enfermo.

  • S que ahora estoy enfermo. La preguntaes por qu actas t as. Desde quetengo uso de razn, te he visto evadirteemocionalmente siempre en las nubescon tu pintura y todas esas gilipolleces,sin enterarte ni de la mitad de lo queocurra a tu alrededor. No te diste cuentade que mam se estaba muriendo. Yahora, a qu viene que te preocupestanto por m? Por qu actas as? Lemir fijamente.

    Ahora solo estamos t y yo, deacuerdo? Vamos a solucionarlo todo dijo l mirando el tarro de vegemite.

  • S que lo que le pas a Helen fue unatragedia, creme que lo siento. Peroahora tenemos que resolver lo tuyo.

    Sacud la cabeza y tragu saliva.No me lo puedo creer. T sabes

    que la mataste. Y ahora, de repente,quieres hablar? farfull.

    No seas ridculo replic mipadre cruzndose de brazos yapoyndose en la nevera.

    Tengo que irme a la escuela dije,saliendo de la cocina para ir a buscar lacartera del colegio.

    Ignorar el problema no har que

  • desaparezca, Sacha! grit mi padre.A ti te funcion bastante bien

    cuando mam se estaba muriendo! legrit yo.

    Mi padre no mat a mi madre en elsentido literal de la palabra, pero nopuedo evitar culparle. Siempre estabatan ausente, tan sumido en su mundo queno prest atencin a los cambios que seproducan en ella. Los cambios que hizo,creo, para que l le prestara atencin.Unos cambios que fueron demasiadolejos.

  • Yo tambin me odiaba por nohaberme dado cuenta.

    Ahora que estaba enfermo otra vez la leucemia haba vuelto ms agresivaque nunca, s que prestaba atencin.Quera ayudar. Yo solo quera queacabara todo.

    Ojal l la hubiera ayudado. Ojal yola hubiera ayudado.

    Al salir de la sala de estudiantes, Trueme agarr de la manga del jersey y medio la vuelta.

    Levant la vista y la mir.

  • No me gusta que me maltraten.Era Jewel Valentine, verdad?

    dijo ella apartndome bruscamente de lapuerta para que no me arrollaran.

    Una cosa que nunca he entendidorepliqu yo es por qu la gentepregunta si ya sabe la respuesta.

    True lanz un suspiro y se puso bienel pasador de pelo.

    Me vuelves loca.En el sentido de me gustara

    arrancarte la ropa oHe ido a secretara y adivina

    Jewel Valentine empieza justo hoy en el

  • instituto y est en tu clase de arte.Te lo ha dicho la secretaria?

    pregunt con los ojos como platos.Me sorprende. La ltima vez que lepedimos el horario de alguien nos soltese rollo sobre la ley de privacidad.

    Pedimos?Little Al y yo. Little Al intent

    conseguir tu horario cuando tenacatorce aos. No recuerdo por qu, peroestoy seguro de que Al Acabarpensando que tienes la capacidad dehipnotizar e inducir a la gente a darte loque quieres. Me cambi los libros de

  • brazo. Por qu los hacan tan pesados?Es que la gente que los escriba nopoda ser ms concisa?

    Aqu le caigo bien a todo el mundo.True se encogi de hombros.Menos a los estudiantes. Pero ellostampoco me caen bien a m, as que nome preocupa.

    A qu viene entonces esafascinacin por Jewel Valentine? pregunt. Me sent un poco extrao alpronunciar su nombre, como si estuvieratraicionando una especie de secretoentre los dos; al fin y al cabo, se haba

  • ido antes de que llegara la ambulancia.No tena por qu hablar de ella connadie. Por qu lo haba hecho,entonces?

    No quieres encontrrtela en unasituacin que no sea a vida o muerte? pregunt True. Gracias por darrespuesta a mi pregunta.

    Mi mente dijo: S, s que quiero.Pero tena miedo. Y eso no se lo podadecir a True.

    Empec a caminar por el pasillo parair a clase de geografa. True se puso ami lado.

  • S Puede No s. T quopinas?

    He hipnotizado a la secretaria porti, as que ms te vale no dejar la clasede arte. Tampoco tienes muchasopciones. En carpintera te rebanaras undedo y en las dems clases esperan quetrabajes.

    Bueno, nunca me ha gustado mimeique izquierdo. Es un pocorechoncho. Tampoco sera una granprdida.

    True sacudi la cabeza.Tengo literatura inglesa. Hazme un

  • favor y no le rebanes nada a nadie, almenos hasta que haya enviado lassolicitudes de acceso a la universidad.Ahora no puedo lidiar con esa clase deproblemas.

    Me contendr hasta la semana queviene, si es tan importante para ti.

    True sonri.Gracias. Te lo agradezco mucho.

    Llegu pronto a arte, mi ltima clase delda, la clase en la que me pasaba el ratomirando al vaco e ignorando al seorCarr.

  • No dibujaba bien, pero seguahaciendo arte porque era una asignaturafcil, porque el seor Carr no le fallabaa nadie (tena veinticuatro aos ytodava no haba cado en el papel deprofesor hastiado y despiadado), yporque no tena ni idea de lo que querahacer con mi vida.

    El seor Carr estaba sentado en untaburete tras la mesa del profesor,concentrado en su dibujo. Yo me dirigsigilosamente hasta la esquina del aula,me sent, dej la mochila a mis pies yobserv por la ventana a los

  • desorganizados chicos de sptimo quejugaban al ftbol en el campo dedeportes.

    Faltaba un poco para que empezara laclase. Los nicos estudiantes que haba,dibujando o charlando, eran los quedisfrutaban realmente con el arte y losque hacan los deberes cinco minutosantes de clase.

    Sacha dijo el seor Carr, teimporta que hablemos un momento?

    Le lanc una mirada y l me sonri.Me dirig hacia l con rostroinexpresivo.

  • Cuando llegu a su mesa me pas lalengua por los dientes y clav la miradaen un dibujo al carboncillo que habacolgado en la pared tras l.

    S, seor.Cmo ests? pregunt. La

    suavidad de su voz resultaba msinquietante que agradable. Qu repels.

    Estoy bien, seor.No me llames seor, por favor.S, seor Carr.Suspir y repiquete con los dedos

    sobre la mesa.Qu te pasa, Sacha?

  • De verdad cree que merece lapena tener esta conversacin en clase,seor Carr? le pregunt, apretando losdientes.

    Si no, no hablas conmigo respondi el seor Carr. No s qu hehecho para caerte tan mal.

    Me mord con fuerza el labio inferior.No consegu que sangrara, pero lointent; lo que fuera con tal de salir deall e ir a la enfermera.

    Me gustara que me ayudaras aentenderlo dijo.

    Casi suelto una carcajada.

  • Me sorprende que no te resulteobvio, Jason.

    l se qued mirando mientrasesperaba mi respuesta.

    Esboc una tensa sonrisa.Muy bien. Cierra los ojos e

    imagina un hogar felizSacha, si no quieres hablar de esto

    ahoraNo, no pasa nada. T escucha.

    Quiero que imagines que tu madre acabade morir. Ests deprimido, algodesengaado y le ests dando vueltas aeso de: Por qu a m? Qu he hecho

  • yo para merecer esto?. Me sigues?El seor Carr asinti y se pas la

    mano por el pelo. En sus ojos brill algoque no pude determinar. Tuve laesperanza de que fuera terror.

    Un da dije entre risas tupadre vuelve a casa de una de esasreuniones de padres y profesores. Porla expresin de su cara, creo que misonrisa le irritaba. Y te dice que haconocido a alguien, que quierecontrtelo antes de seguir adelante.Quiere tu aprobacin. T le das unapatada a la pared, lanzas una lmpara al

  • suelo. Recuerda, tienes diecisiete aos.No es la rabieta de un cro de seis aos.As que pones fin a la historia.Naturalmente, sigues preguntndote quprofesora era. Aunque tienes laesperanza de que no sea una profesora,sino alguien que ha conocido en elsupermercado al volver a casa. Sientesnuseas ante la mera idea de que tupadre est con alguien que no sea tumadre cuando hace tan poco tiempo queha muerto.

    Llegados a este punto de mi perorata,toda la clase estaba ya pendiente de m y

  • pude notar sus miradas taladrndome elcogote. Yo segua de frente al seorCarr, y l segua mirndome, sin decirpalabra.

    Volv a rerme.Ahora viene lo bueno. Una semana

    despus vuelves de casa de un amigo unpoquito antes de lo previsto digamosque el amigo se llama Little Al, porque,bueno, as es como se llama. Y adivina:tu padre est con alguien. No es unasituacin especialmente comprometida;de lo contrario, probablemente habraacabado en un asesinato en segundo

  • grado. No. Pero es bastante evidente quese trata de alguien a quien quiere;alguien importante para l. A eso lesiguen unos cuantos objetos rotos,algunos gritos, muchas palabrotas, algnque otro cabezazo contra la pared

    El seor Carr respir inquieto y bajla mirada. De ser yo amable y discreto,habra parado en ese momento y despusalegado locura transitoria ante eldirector.

    En lugar de encontrarte a tu padreriendo y bebiendo vino con tu maduraprofesora de ingls, a la que supones

  • culpable de robarle el corazn en unareunin de quince minutos y a la que hasjurado clavar una estaca en el corazn,resulta que es tu profesor de arte,diecisiete aos ms joven que tu padrey, para colmo, un hombre.

    La vieja puerta corredera del aula seabri y al instante todo el mundo desvila atencin hacia Jewel Valentine, queacababa de entrar en clase.

    Siento llegar tarde murmur ella.En ese momento tuve la sensacin de

    que haba odo desde fuera la ltimaparte de mi discurso. Sus ojos

  • aquellos ojos brillantes se posaronsobre m un brevsimo instante. Yo fingno reconocerla.

    El silencio que envolva el aula eraantinatural.

    No me qued a ver cmo acababa laescena. Cog la bolsa, pasmajestuosamente junto a Jewel Valentiney no par de correr hasta que llegu a latienda de la esquina.

    No siempre he sido ese len cobarde,sino que es algo que ha ido creciendo enmi interior, como un tumor, y ahoracorre tan espeso por mi sangre que se ha

  • convertido en parte de m. Letreros en los escaparates de High

    StreetEstudiantes: de uno en unoVidente: se lee el futuroSe necesita aprendiz de pastelero.

    Preguntar dentroOferta del da: tinte de pestaas

    gratuito por cada depilacin depiernas enteras

    No garantizamos que las hembras deratn no estn embarazadas

  • Pase por las calles con las manos enlos bolsillos. Cuando se encendan lasfarolas y los ltimos rayos de solcrepuscular se abran paso entre lashojas otoales, tiendo de oro entradasy alfombras de csped, se respiraba unagran serenidad.

    Los fines de semana, tras acabar lasclases, me encantaba tumbarme en eljardn por la tarde, cerrar los ojos ysentir que los luminosos rayos de solpenetraban en mi cuerpo, llenando miinterior de una brillante luz dorada. Perocuando anocheca, pasear solo bajo las

  • farolas encendidas era una sensacinmgica.

    Percib el lejano zumbido de lasradios, la vibracin del suelo queprovocaban los graves de la msica quealguien haba puesto demasiado alta, elbrillo de las pantallas de televisin enlas salas de estar antes de que secorrieran las cortinas con la cada de lanoche.

    Contempl cmo el cielo se volvaazul, despus ndigo, y luego negro.Contempl cmo renacan las estrellas yesper a que la luna asomara. Deambul

  • aspirando la vida que bulla a mialrededor.

    Las maanas eran dolorosas yamargas, pero al caer la noche podaolvidar parte de mis problemas nuncadel todo, pero s por unos brevesinstantes, como en ese momento.

    Era reconfortante: la gente volviendoa sus casas, los ruidos de fondo, elbrillo de las estrellas que tal vez habanmuerto mientras su luz viajaba hacia latierra. Mientras escuchaba y absorbatodo aquello, me di cuenta de lo pocoque encajaba all. Me qued en medio

  • de la calle y recorr con la mirada lalnea de puntos que formaban todos loscontenedores cuidadosamente alineados,acortndose su distancia a medida quese perdan en la lejana, como en losdibujos de perspectiva

    Las hojas crujan bajo mis pies. Medetuve frente a una casa en una callearbolada; los cubos de basura ya estabanen la acera, llenos.

    La casa era como todas las dems:fachada de arenisca artificial, habitacinadicional aadida por si acaso y cocinade cara a la calle.

  • Mi antigua casa.Haba luces en el interior y gente

    movindose. Gente que viva all.No me imagino viviendo en una casa

    en la que ha muerto alguien. No s si elagente de la inmobiliaria se lo habacontado, pero era mejor que no losupieran.

    Me qued frente a la entrada de miantigua casa, con su murito de ladrillorojo y su verja de hierro forjado. Eljardn estaba lleno de maleza algo quemis padres no habran permitido y elarbusto de lavanda estaba sin podar.

  • Mi madre cortaba tallos de lavandacada semana. Yo sola ayudarla ameterlos en los cajones, a colgarlos delas lmparas, a preparar ramos paraadornar la mesa de la cocina.

    Dudaba que la gente que viva allhiciera lo mismo. Me pregunt quindorma en mi habitacin, la habitacinque haba ocupado desde los ocho aos.Me pregunt si esa persona contemplabalos alegres remolinos de colores que mipadre haba pintado en el techo almudarnos all.

    Junto al arbusto de lavanda haba un

  • gnomo.No tena nada de especial. Era el

    tpico gnomo de jardn: gorro amarillo,camisa roja, bombachos azules. Lapintura estaba algo desconchada, peropareca listo. Podra haberse presentadoperfectamente a una entrevista-audicinpara el papel de ayudante de SantaClaus. La nariz sugera algunosproblemas con la bebida. Cermica.Fabricado en China.

    Mir hacia la ventana de la cocina.Un hombre se acerc al fregadero y dejalgo. Estaba mirando a alguien con sus

  • ojos brillantes de alegra. Despus sealej de la ventana, saliendo de micampo visual.

    No me molest en abrir el pestillo; apesar de mi baja estatura poda saltar elmurito sin problemas. Recorr elcaminito de entrada con los ojos puestosen la ventana. Despus mir el gnomo,que pona cara de agravio, y lo cog deun zarpazo.

    Al levantar la vista y mirar hacia laventana de la cocina, mis ojos secruzaron con los del hombre que vivaen la casa en la que mi madre haba

  • muerto. Su rostro expresaba sorpresa.O era regocijo?

    Apret mi nuevo gnomo contra elpecho y sal corriendo.

  • E

    Jewel l martes por la tarde, despus declase de arte, el seor Carr mepregunt si poda ver mis trabajos.

    Este es fantstico murmur.Lade la cabeza y estudi el dibujo,

    recorriendo las lneas con los dedos.Pareca entusiasmado. A m me parecaun dibujo corriente. Unas pocas lneas alpiz, nada especial. Era un retrato de

  • Geraldine, el rostro arrugado en unasonrisa. Haba puesto especial cuidadoal trazar las lneas que surcaban los ojosy la frente. Su rostro era viejo, pero lasonrisa era joven, y esperaba que eldibujo hubiera captado su esencia. Almenos al seor Carr pareca gustarle.

    Seguro que no tienes formacinacadmica? pregunt.

    Solo la de la escuela repliqu yo. Pero llevo toda la vida dibujando.

    Te importara? musit elseor Carr. Te importara que loexpusiramos? No en el aula tal vez

  • en el vestbulo. Enmarcado.La verdad es que iba a drselo a

    alguien dije. Quiz se poda exponer yyo estaba poniendo problemas comosiempre. Pero realmente tena laintencin de drselo a alguien. No eraninguna mentira. Lo haba hecho paraGeraldine.

    Oh suspir el seor Carr. Nopasa nada. Y qu te parece elsiguiente? Este, por ejemplo?

    De verdad cree que es tan bueno?pregunt. No buscaba cumplidos (deninguna de las maneras, y menos de un

  • profesor). Solo era escepticismo.El seor Carr asinti.Desde luego. Deberas plantearte

    muy en serio estudiar bellas artes.No tena pensado ir a la

    universidad. En realidad, no tenapensado ir a ningn sitio.

    El seor Carr me devolvi el dibujo yse sent.

    Qu quieres hacer despus delinstituto?

    Puede que comprarme un helado, oalquilar una pelcula de terror, oarrellanarme en el sof con un buen

  • libroEl seor Carr sacudi la cabeza.Ya sabes a qu me refiero. Tienes

    que hacer planes, Jewel. Los que sean.S que no soy orientador acadmico,pero por qu no presentas una solicitudde ingreso en un par de universidades?Prepara un book. Tienes talento y nadaque perder. Si no sale bien, puedesvolver a tu plan de no hacer planes.

    Mi plan sin planes. S, y me hagoprofesora de arte dije.

    Los labios del seor Carr se torcieronen una sonrisa irnica.

  • Ya hablaremos del tema. Y ver siel orientador acadmico se puede reunircontigo y con tu madre. Tienes muchasopciones a tu alcance. Seras tonta si nolas aprovecharas.

    Opciones que usted no tuvo? pregunt.

    El talento te abrir puertas queestn cerradas para otros dijo l.Con motivacin y dedicacin, puedeshacer cualquier cosa. Puede que yoquisiera ser profesor. Quiz todo elmundo puede hacer lo que quiere. Habrgente que querr ser limpiadora.

  • Vacil, como si quisiera decir algoms, pero no lo hizo.

    Ser mejor que te vayas si noquieres perder el autobs dijofinalmente. Gracias por quedarte.

    No pasa nada repliqu.Puedo puedo preguntarle algo?

    Dispara.Sabe el chico con el que estaba

    hablando ayer antes de clase?El rostro del seor Carr se tens.S.Se salta las clases a menudo?El seor Carr suspir.

  • Conozco a su familia de fuera de laescuela. Es un asunto que no es de tuincumbencia, Jewel.

    Normalmente, no habra preguntadode forma tan directa incluso saba quesonara grosero, pero la curiosidadme pudo:

    Qu le estaba diciendo antes deque yo llegara? pregunt. Estoysegura que toda la clase lo oy.

    El seor Carr cogi una cuartilla deuna pila de dibujos y la mir fijamente.No s cunto tiempo pas, pero aunqueno podan ser ms de unos minutos me

  • pareci una hora.Tiene razn, no es asunto mo. Lo

    siento. Tena los labios y la gargantasecos.

    Cog mis cosas y fui hacia la puerta.Jewel dijo el seor Carr.Me di la vuelta.S, seor?Me prometes que seguirs

    dibujando?Se lo prometo.l sonri. Aquel encuentro haba sido

    vagamente desconcertante.

  • Tras un breve desencuentro con lacombinacin de mi taquilla (nunca hesido buena recordando series denmeros, ni siquiera cortas de hecho,los nmeros nunca se me han dado bien),cog la mochila, sal del colegio y fui ala parada a esperar el ltimo autobscon los chicos de la banda de msica.

    Un chico alto que haba al otro ladode la calle mir en mi direccin. Tarddemasiado en apartar la vista y l seacerc de un salto, sonriendo ysaludndome como si me conocieraYo desde luego no le conoca, y dos

  • das de clase no eran suficientes paraque la gente me conociera.

    Eh! dijo. Jewel!Perdona, pero no te conozco

    repliqu, logrando esbozar una dbilsonrisa.

    Yo estaba sentada al final del banco,pero de algn modo el chico consiguisentarse a mi lado y acab embistiendo amedia docena de trompetistas, quecayeron como fichas de domin. Unachica se quej entre dientes porque lehaba tirado al suelo el estuche delclarinete.

  • Perdona murmur antes de posarla mirada en el chico alto. Quhaces?

    Sentarme contest l despacio.Dej la mochila entre los pies y sacuna bolsita de M&M.

    No me estars confundiendo conotra persona? pregunt. De verdadque no te conozco. Solo llevo aqu dosdas.

    Te importa apartarte un poquito?inquiri l. Tengo que organizarlospor colores.

    Por qu me hablas? le pregunt.

  • Soy amigo de un amigo replicl, como si eso lo explicara todo.Despus se lanz un M&M rojo a laboca.

    No me apart.No tengo amigos. No sent la

    necesidad de aadir todava, aunquetal vez debera haberlo hecho.

    Ya lo creo que s dijo l. Teest evitando, porque ahora estpasando por un momento difcil, yavers como al final cambiar de idea.

    Qu? Quin? Por qu mehablas?

  • Yo tampoco tengo muchos amigos.Me mir fijamente al hablar, lo que

    result inquietante, y tuve que apartar lamirada.

    Me ofreci un M&M y yo negu conla cabeza.

    Qu te trae por aqu? pregunt. Supongo y, ojo, es solo unasuposicin, que no es por nuestraextraordinaria cantina, que sigueofreciendo un ratio de cien a cero, desdedonuts de mermelada a sanos productosdietticos.

    Sacud la cabeza.

  • Acabo de volver. Cuando erapequea viva aqu, y esta escuela es lams prxima.

    Y has asumido el papel desuperherona del barrio?

    Perdona?Dices mucho esa palabra. No hace

    falta disculparse, de verdad. Hablo desalvar vidas y cosas por el estilo.

    Cmo te has enterado?De noche me gusta subirme a los

    rboles. Cmo crees que me heenterado? Ya te lo he dicho, soy amigode un amigo.

  • No tengo amigos repet.Pues ser tu amigo dijo l antes

    de mirar al otro lado de la carretera.Aunque la amistad hoy ya no significanada. Solo es un nmero en la pantalla,amigos de quita y pon, con muy pocainteraccin humana. Una pena, laverdad. Acabar llevando seguramenteal colapso de la comunicacin y, porconsiguiente, de la sociedad.

    No se me ocurri qu contestar.El ltimo autobs par frente a

    nosotros. Me levant y esper a que laseccin de metales de la banda subiera.

  • El chico no se levant.No subes? pregunt.Tengo coche. Seal un

    prehistrico BMW color caca de bebque estaba en el aparcamiento.

    Y entonces, por qu te hasquedado aqu todo este rato? pregunt.

    Estaba hablando contigo dijo l. Qu creas que haca, paracaidismoacrobtico?

    Sacud la cabeza.Quieres que te lleve? pregunt

    l.

  • No, gracias contest. No suelosubirme a los coches de losdesconocidos.

    l me tendi la mano.Me llamo Michael Mitchell,

    tambin conocido como Little Al, nioprodigio y el prximo ganador delpremio Nobel de Qumica.

    Le estrech la mano.Jewel Valentine, aunque imagino

    que ya lo sabes.Sonri.Ves? Ya no soy un desconocido.Le devolv la sonrisa.

  • El autobs para justo donde voy.Gracias por ofrecerte.

    Le gustas, Jewel dijo Little Al. Le conozco muy bien.

    Sub al autobs y me sent en lasegunda fila y, no s cmo, tena mediabolsita de M&M en la mano.

    Cuando el autobs lleg a mi parada,tena los dedos teidos con los coloresdel arco iris y la bolsita estaba vaca.

    Llam a la puerta con los nudillos yapret el cuaderno de dibujo bajo elbrazo.

  • A los diez segundos empec adebatirme entre quedarme o dar mediavuelta y marcharme por donde habavenido. Pero entonces la puerta se abriy ya era demasiado tarde para dar mediavuelta.

    En lugar de abrir Geraldine, con suscurtidas manos de jardinera y suarrugada sonrisa, me encontr a unachica alta y rubia con una rebeca decolor rosa plido.

    Me haba equivocado de casa?Pareca ms o menos de mi edad, y

    tuve la impresin de que ya la haba

  • visto antes A lo mejor me habacruzado con ella en los pasillos delcolegio.

    Jewel dijo ella. Oh, Diosmo Jewel.

    Aquello empezaba a parecer unacompeticin por el rcord Guinness ennmero de encuentros desconcertantesen una tarde con gente que me conoca am pero a quien yo no conoca.

    Y entonces me acord.Ya sabis a qu sensacin me refiero:

    te encuentras a alguien que te conoce yempiezas a repasar a toda velocidad las

  • montaas de archivos que no hasordenado alfabticamente desde elprincipio de los tiempos, intentandoponerle nombre a una cara, o cara a unnombre, mientras piensas: Maldita sea,de qu te conozco?.

    Ya sabis, a veces olvidas a unapersona que en el pasado fue muyimportante para ti, olvidas su rostro y sunombre, su color favorito y que siemprellevaba calcetines largos. Y cuando depronto un da te la vuelves a encontrar,te preguntas si el tiempo ha pasadorealmente.

  • Ya sabis, ya sabis, ya sabis.As estaba yo en ese momento

    buscando su nombre en mi base de datoscerebral, recordndolo todo,sintindome una nia de ocho aos otravez.

    Era True Grisham, mi mejor amiga desegundo curso, la que siempre llevabacalcetines de colores y cuyo colorpreferido era el rosa plido, la de losrizos rubios que a los ocho aos ya leaa nivel de instituto.

    Era True Grisham, pero no la pequeaTrue Grisham que yo conoca. Haba

  • diez aos de diferencia entre la pequeaTrue Grisham y aquella True Grishamadulta, y yo no conoca en absoluto a laTrue Grisham adulta.

  • M

    Sacha

    i madre siempre haba sidodelgada pequeita, esbelta, deformas angulosas que disimulaba

    con vestidos de volantes. Siempre sepintaba las uas de rojo y se tea sulargos cabellos hasta la cintura un tonoms oscuro de su castao natural.

    Recuerdo que una vez, cuando tenanueve o diez aos, visitamos el

  • cementerio en el que estaban enterradossus abuelos (pasado un tiempo, unos seisaos que me parecieron toda una vida ya la vez apenas un instante, enterraran ami madre en la misma parcela).Extendimos una manta de picnic en lahierba y nos tomamos unos bocadillos.Mi padre pintaba el paisaje. Mi madreestaba apoyada en la lpida de su abuelomientras ella y yo armbamos muchojaleo.

    Mi padre intentaba hacernos callar tena miedo de que nos metiramos en unlo por hacer tanto ruido, pero creo

  • que lo que le gustaba de mi madre era suindiferencia por las normas sociales ypor lo que haca la gente adulta. O loque hizo que se enamorara de ella. No los. No soy l, as que no lo s.

    Despus del picnic exploramos elcementerio. Mi madre rea y saltabacomo una nia, sin darse cuenta de queestaba bailando sobre atades.

    Recuerdo con mucho afecto ese da,porque fue una de las pocas veces quepude salir del hospital y estabasuficientemente sano para correr y jugar.Pap me coga en volandas y dbamos

  • vueltas como una peonza, y yo me sentaembargado de pura felicidad.

    Conservo una foto de aquel da conmi madre (adems de pintar, mi padretena cierta aficin a la fotografa), yocon el pelo corto y rizado y mi madrecon una sonrisa que casi le llegaba a lasorejas.

    Antes de su muerte solo la vea comouna madre. Cuando muri se convirtien una persona real y no solo en alguienque exista exclusivamente para hacermefeliz.

    Tras su muerte todo eran porqus:

  • por qu se haba hecho aquello a smisma? Por qu no lo haba impedido?Por qu nos pasaba eso a nosotros?Acaso no ramos buenas personas?

    Me culpo a m mismo, como tambinharais vosotros si vuestra madre setuviera en tan baja estima que se matarade hambre. A quin si no se podraculpar?

    Cuando sali a la luz que mi padreera gay, las cosas cobraron sentido deesa forma retorcida en que cobransentido las cosas terribles, como cobrasentido una guerra mundial, como cobra

  • sentido el abuso de menores, comocobran sentido los tiroteos en lasescuelas. Record a mi madre intentandohacer que pap se fijara en ella,intentando que volviera a encontrarlaatractiva. Yo haba crecido sabiendoque mi padre era distante y se perda ensu propio mundo, y estaba acostumbradoa que a veces se pasara el da pintando yse olvidara de m. As era l. Pero parami madre era diferente, ella recordabala poca en que la quera y era lo msimportante para l. Creo que mi padresiempre la quiso, pero su forma de

  • quererla fue cambiando con el tiempo.Mi padre no es una mala persona, que

    quede claro. Pero ha hecho algunasestupideces. Aunque no ayud, tampocofue el nico responsable de su muerte. Ami madre le afectaba demasiado lo quepensaran de ella, y eso fue su perdicin.Se preocupaba demasiado. Solo era loque los dems vean en ella o, mejordicho, lo que crea que vean en ella.

    Y cerca del final, apenas quedabanada que ver de ella.

    Mierda, estoy divagando demasiado.A veces creo que la entiendo, que

  • entiendo por qu hizo lo que hizo. Aveces creo que entiendo a mi padre ypor qu se evade de la realidad. Pero lamayora de las veces no entiendo nada.Por no entender, no me entiendo ni a mmismo.

    Ahora estoy enfermo otra vez. Laleucemia ha vuelto despus de aos deremisin. Casi consigo completar elinstituto sin pasar por el hospital. Notengo la culpa de estar enfermo, peropuede que, en cierto modo, sea elmerecido castigo krmico de un sersuperior por dejar que mi madre

  • muriera. Estoy enfermo, me estoymuriendo, la leucemia me est matando,y las cosas van perdiendo poco a pocosu sentido.

    Estar enfermo de pequeo significmeses de hospital, medicacin,inyecciones y pruebas constantes. Mispadres siempre estaban nerviosos y yome senta culpable por ello. Meimaginaba en algn otro sitio. Mientrasque los dems chicos fantaseaban conhacerse astronautas o cantantes, yo soloquera volver a ser normal. Queravolver al colegio, estar con mis amigos.

  • True iba a visitarme, pero no era lomismo. Lo nico que deseaba era notener que vivir cada da agotado, condolores y temiendo una posibleinfeccin. Cuando estaba demasiadoenfermo para ir al colegio miraba latele, haca los deberes cuando poda yTrue me llamaba por telfono paracontarme cmo les iba a miscompaeros.

    No poda jugar al ftbol ni ir a clasede arte (y me negaba a que me ensearami padre). Casi ninguna actividad erafactible, incluso cuando no estaba

  • ingresado en el hospital. No podaarriesgarme a caer enfermo. Ya en elinstituto, aunque estaba mejor, no logrencontrar nada en lo que fuera bueno.No tena ms distracciones que elcolegio y los amigos. Y despus declase, sin mis amigos, me senta como sino fuera nada. La enfermedad me habaabsorbido de tal forma y durante tantotiempo que no saba con qu llenar elvaco o cmo llenarlo.

    Pero ahora me estoy muriendo. Dentrode poco no tendr que preocuparme porel vaco que siento en mi vida ni por mi

  • sentimiento de culpabilidad por mam. Has hablado con ella? pregunt

    incrdulo. Por qu?Little Al habl con suavidad al otro

    lado del telfono.Eh, eh, eh, te estaba haciendo un

    favor.Voy a colgar ahora mismo dije

    . Amigo mo, eres unNio prodigio?No estaba pensando en eso

    precisamente.Ests deprimido, lo noto dijo Al

  • . Psate por casa. Seguramente iremosa buscar comida china preparada. AMason le gusta una de las chicas deLucky House e intenta ligrsela mientraspide los dim sim. Es muy divertido.

    No s, Al. Contempl la vallatrasera con su pintura desconchada y eltendedero que se agitaba al viento.Tengo cosas que hacer.

    Duck?S?Ven.NoVoy a buscarte ahora mismo. No te

  • muevas de ah!Al intent protestar.Pero Al ya haba colgado.

    Diez minutos despus llamaron a lapuerta. Al abrir me encontr a Little Aldevorando unas patatas fritas en elporche.

    Me ha entrado hambre por elcamino explic alargndome elcucurucho de patatas.

    No voy a ir dije. No puedesobligarme. Intent ignorar el hecho deque meda casi treinta centmetros ms

  • que yo y que, si quera, poda cargarmea hombros y llevarme contra mivoluntad.

    Al sonri. Asom la cabeza por lapuerta y grit:

    Seor Thomas, le importa quesecuestre a su hijo esta noche?!

    En absoluto! grit l.Qudatelo si quieres!

    Lista de Sacha de formas extraas

    de morirEnvenenado con semillas de narcisoAlcanzado por varios rayos

  • Aplastado por un satlite perdidoAhogado en un bol de cerealesAsfixiado con una hamburguesa

    La familia de Al vive en uno de losbarrios ms marginales de la ciudad. Denoche nadie sale a pasear, pero de dalas calles estn llenas de nios jugandodescalzos a la pelota. Hay cochesdestartalados en las entradas y uno o dosalcohlicos en cada familia.

    La gente con dinero tiene tantosdefectos como ellos, unos diferentes,otros similares, pero los ocultan mejor

  • (casi siempre).Junto a la casa hay una caravana, en la

    que una hermana de Al, su novio y elbeb estn viviendo temporalmente.Hasta que se recuperen, dice la madrede Al. En la casa hay unos cincodormitorios ocupados hasta los topespor ms hermanos y hermanas (todosmayores que Al, salvo Maddie, lapequea), por los padres, que estnseparados pero viven bajo el mismotecho (el padre con su novia actual; algocompletamente normal para Al y sufamilia, pero que a m me parece

  • alucinante, aunque jams lo he dicho envoz alta), y por un par de tas y laabuela.

    Little Al vive a gusto con su familiatodos son exageradamente altos,pero no es como ellos. Ser el primermiembro de la familia que acabe elinstituto y el primero en ir a launiversidad en vez de hacer formacinprofesional. Su padre es albail y un parde hermanos carpinteros y electricistas;la mayora de las mujeres de la familiason peluqueras o trabajaban en salonesde belleza, excepto una ta que tambin

  • es albail (usa zapatos cmodos, llevael pelo muy corto y nunca ha tenidonovio y, aunque todo el mundo suponeque es lesbiana, nadie habla de ello).Los Mitchell son agradables, ruidosos ysimpticos, siempre estn organizandobarbacoas o haciendo hogueras y teinvitan a cenar aunque apenas teconozcan.

    El hermano mayor de Al, Mason, secruz con nosotros cuando sala.

    To me salud, cmo te va?Bien, gracias. Y a ti?Genial, to, genial. Mason se

  • gir hacia Al. Me cae bien este chicodijo sealndome.

    Al ri.Vale, Mason.Fuimos a la cocina. La madre de Al

    iba de un lado a otro afanada entrecazuelas y sartenes con un cigarrillocolgando de los labios. Era corpulenta yagradable, de ojos pequeos y vivos. Lahermana mayor de Al, Miri, le estabadando una papilla verde a su hijo. Elnio (Nathan, creo) la escupi sobre elbabero y lanz una risita alegre.

    La madre de Al estamp una cazuela

  • en el fogn.Johnny se ha vuelto a largar, leches

    le dijo a Al. Menudo cuado.Entonces me vio.Sacha! No te haba visto! Cmo

    le va a tu padre?Genial, seora Mitchell.Por qu nunca me llamas Sal?

    pregunt ella rindose. Dile a tupadre que puede venir cuando quiera. Gui un ojo a la hermana mayor de Al. Deberas conocer al padre de Sacha,Miri. Est como un tren, aunque es gay.Los que valen la pena siempre lo son.

  • Little Al ri.Hablando de estar como un tren

    Miri apunt a Al con la cucharita debeb, dnde est True Grisham?

    Ya sabes que puedes traerla cuandoquieras; no tienes por qu ocultarnos turelacin con ella dijo su madre.Es que tu madre te hace sentirteincmodo?

    Para nada, mam dijo Al. Truey yo no somos amigos.

    Su madre le mir escptica y despusse gir hacia m:

    Quieres una cerveza, cario? No

  • se lo diremos a nadie. Me gui unojo.

    No, gracias. Estoy con medicacincontest.

    Te quedas a tomar el t? pregunt Sal. Mason ha ido a comprarcomida china y yo voy a hacer un pocode arroz extra.

    No s contest. Puede que mipadre quiera que vaya a casa.

    Bueno, mam, nos vamos. Al mearrastr fuera de la cocina.

    Cuida de tu padre, Sacha! gritsu madre. Podis venir a cenar

  • cuando queris!Siguen creyendo que me acuesto

    con True dijo Al ya en la entrada.Me re.Ni en sueos.Little Al se detuvo frente a la puerta

    de su cuarto.Ya, ya lo s.Sacud la cabeza y le segu dentro.

    Despus me sent en la cama y busqudebajo alguna pelota de tenis. Encontruna que representaba una neurona,pintada as para algn proyecto delinstituto (o, conociendo a Al, solo por

  • diversin). Empec a lanzar la pelotacontra el techo, tumbado en la cama,mientras oa el barullo de gritos,discusiones y risas procedente de lasdems habitaciones de la casa.

    En ese momento, me di cuenta de lomucho que echaba de menos el ruido. Enmi casa reina una especie de silencioperpetuo que no creo que haya existidonunca en casa de Al.

    Al se sent en su silla giratoria yempez a dar vueltas y vueltas. En lamesa tena un modelo de ADN hechocon palillos y bolas de poliestireno.

  • Dej de lanzar la pelota contra eltecho, volv la cabeza y le mir. l separ.

    Qu?Por qu creen que te acuestas con

    True? Nunca viene a tu casa.Al se encogi de hombros.Han visto el anuario dijo con un

    suspiro. No me dejan tranquilo desdeque han visto esa etiqueta de parejaideal.

    Pero a ti te gusta?Ya sabes que s. Al se llev la

    mano a la frente y suspir con aire

  • melodramtico. Ah, los sinsaboresdel amor no correspondido

    Me pregunto por qu acta as. Segu lanzando la pelota contra el techo.

    Mujeres dijo Al imitando aDavid Attenborough. Unadesconcertante especie. Despusaadi con voz normal: Creo que meodia.

    Negu con la cabeza.No, no te odia. Por qu no hablas

    con ella, Al? Pregntale si quiere salircontigo. Tampoco es para tanto.

    Al ri y tambin neg con la cabeza.

  • Ya sabes que no le gusto.No le gustabas cuando tenais trece

    aos. Han pasado cinco aos. A lomejor solo est esperando a que se lopidas.

    Ya sabes que ese no es su estilo dijo Al.

    Dej de lanzar la pelota y me sent.A veces tienes que correr riesgos,

    vale? Y si maana te atropellara unautobs? pregunt.

    Al dijo:Ya no importara. Estara muerto.Suspir.

  • Y si maana se acabara el mundo?Al dej de dar vueltas un momento y

    lade la cabeza.Hummm, entonces estaramos todos

    muertos. Tampoco importara dijo.Ufff! exclam derrumbndome

    en la cama. No lo coges. Lo queintento decir (lo que intentas ignorardeliberadamente) es que quiz maanano quede nada. Tienes que hacer y cogerlo que quieres ahora.

    Al ri, pero esta vez su risa no erasincera.

    Desde cundo te pones en plan

  • Eckhart Tolle conmigo?Me sent de golpe en la cama, hund

    la cabeza entre las manos y suspir.Al aadi:Creo que deberas seguir tu propio

    consejo.Es ms fcil dar consejos que

    seguirlos mascull con la cabeza entrelas manos.

    Yo dira que tienes muchosnmeros con la tal Jewel. Est muybuena.

    Dicho as, suena bastante ofensivorepliqu mirndole.

  • Al lanz un bufido.Sacha, conoces a mi familia,

    verdad?Lo que he dicho antes iba en serio

    dije yo.Al extendi los brazos por encima de

    la cabeza y casi toc el techo. Despusaplaudi sin ganas.

    La vida es algo ms que salir conalguien.

    No me habra esperado nunca oreso de ti, Al dije yo.

    l sonri.Ya lo s.

  • Y si True se muere?Qu? exclam Al mientras la

    sonrisa se le borraba de los labios.Se est muriendo? Est enferma?

    No, no, no. Que yo sepa, al menos.Lanc una mirada a Al. Estoyhablando hipotticamente.

    De verdad, qu te pasa esta tarde?pregunt Al incrdulo. Dentro denada irs por ah vestido de negro yescuchando msica emo.

    Sonre.Bonita imagen.Al asinti mientras sonrea burln.

  • S, t y Draco Malfoy.Los dos lanzamos una carcajada tras

    lo cual nos quedamos en silencio.Me quedara hecho una mierda si

    se muriera dijo Al poco despus.Pero no se va a morir. Y aunque asfuera, dara lo mismo que estuviramossaliendo o no. Probablemente, mesentira peor si estuviramos saliendo.

    Pero lamentaras dije yo, nohabrselo pedido.

    Has visto cmo me machaca conla mirada? pregunt Al.

    No es para tanto repliqu. A

  • m a veces tambin me mira mal. Casisiempre pone esa cara.

    No creo que True sea tan especialdijo Al encogindose de hombros.

    Le mir escptico.l torci el gesto y despus dijo

    atropelladamente:Vale, me parece fantstica. Pero,

    Dios, ella nunca pensar eso de m.De verdad, creo que deberas ir a

    por todas dije.De verdad, creo que deberas

    meterte en tus asuntos replic Al.Mralo as dije yo levantando la

  • mano para hacerle callar. En lo que aTrue se refiere, tu orgullo quedreducido a cenizas a los trece aos. Yano te queda nada que perder.

    Lo ms probable es que a finalesde ao estemos en universidadesdiferentes replic Al. No tienesentido pedrselo.

    Exacto dije yo. Pero deberashacerlo. Si sale mal, dentro de un par demeses ya no tendris que veros ms. Sino se lo pides, cada uno se ir a unauniversidad distinta y te garantizo que tearrepentirs de no habrselo pedido. Y

  • al cabo de los aos, morirs solo.No tenas por qu aadir eso

    ltimo.Asent.Entendido.Pero, ahora en serio dijo Al,

    desde cundo te has convertido enEmma?

    Emma?Emma, la del libro de Jane Austen,

    titulado igual, Emma. El rostro de Alse sonroj mientras se explicaba.

    Te has ledo ese libro?No espet Al. Claro que no.

  • Mi hermana.En tu familia lee alguien?Tena que acabar pasando dijo

    Al. En fin, qu vas a hacer cuandoacabe el curso? Irs a la universidadcon True o conmigo?

    Negu con la cabeza.No voy a ir a la universidad.Entonces, adnde irs?No no lo s.Al me mir con recelo.Tienes que ir a algn sitio, Duck.

    No has hecho ningn plan?Dejemos eso por ahora, eh?

  • dije yo, esperando que no insistiera enel tema.

    Vale repuso Al. Pasamos decosas profundas y serias a dar toques ala pelota? Dios, eres una nenaza, losabes?

    Solo los martes contest.Siempre puedes hacerte drag

    queen dijo Al con expresin muyseria.

    No lo descarto repliqu irnico.Bueno, qu te apetece hacer? Al

    volvi a sonrer. Te he dicho queMason se ha comprado el ltimo nmero

  • de Halo? Est un poco estropeado ydescolorido porque se lo ha comprado aesos piratas del mercado no sonpiratas de verdad, ja, eso seradivertido, son esos que

    Hummm, Al? le interrump.Qu? pregunt l.La verdad es que tengo cosas que

    hacer en casa dije. Me voy, si no teimporta.

    Y qu pasa con la cena? pregunt l. La comida est a punto dellegar.

    Es mejor que cene con mi padre

  • repliqu. Est un poco nervioso. Locual se acercaba bastante a la verdad.

    Al asinti despacio.Vale. Te llevo a casa.Fue a la cocina a coger las llaves.

    Una vez fuera, antes de subir al coche,me toc el hombro y me detuve.

    Sabes que puedes hablar conmigode lo que pas el sbado, verdad?

    Oh, Dios gem. Todo el mundome dice lo mismo, Al. Todo va bien.Estoy bien.

    Lo digo en serio dijo Alpreocupado.

  • Sent nuseas: nuseas de m mismoprincipalmente, por razones que noestaban claras.

    Gracias logr decir.

    Confo en Al. Confo en True. Confo enmi padre, a pesar de que estoy cabreadocon l y con el seor Carr. Pero todavano estoy preparado para hablar. No s sialgn da lo estar. Tampoco s si esoayudara en algo.

    Algunas veces discuto mentalmenteconmigo mismo, seal de locura,imagino. Una voz me dice: No hay nada

  • peor que guardrtelo para ti mismo.Cuntaselo a alguien! Cuntaselo atodo el mundo!.

    La segunda voz es ms calmada, mspropia de m. Por eso confo en ella. Medice: No tienen por qu saberlo. No lesobligues a saber que ests enfermo; nodeben compadecerte, no deben quedarseen vela toda la noche, preocupados.Estars bien, puedes arreglrtelas solo.

    S que ambas voces soy yo, pero aunas las escucho. Me engao pensandoque me dirn algo que todava no s.

    Mi padre lo sabe; sabe que estoy

  • enfermo porque me acompaa a hacermelas pruebas. Llor en su habitacin lasemana que supimos que volva a tenercncer y que esta vez era ms agresivo.Cada vez que intenta sacar el tema, queintenta hablar conmigo de ello, me voyde la habitacin. No puedo hacerlo. Haymuchas cosas de las que no se habla enmi casa. Del silencio. Del seor Carr.De mi madre.

    Simplemente, no estoy preparado parahablar de ello, vale?

  • T

    Jewel odo el mundo dice que la gente nocambia, pero eso es mentira.

    True llevaba el pelocuidadosamente recogido en un moo ysus ordenadsimos cabellos rubiosresplandecan con la luz cada vez que semova. Cuando se llev la mano a lacabeza para alisarse unos cabellos queno podan estar ms lisos quiz eran

  • los nervios, aunque la expresin de surostro no denotaba ningn nerviosismo vi que tena las uas pintadas de rosaplido, con una medialuna perfecta encada punta.

    Sabis qu pensaba? Pensaba: Noexiste gente tan perfecta. La genteperfecta vive en las revistas y en latelevisin.

    Ahora era delgada e increblementealta. Deba de medir al menos un metroochenta. Su rostro era anguloso y afiladoy tena una piel increblemente tersa yplida.

  • Fuimos al comedor. True me indiccon un gesto que me sentara y fue a lacocina a preparar t. No se puso ahablar desde la cocina a gritos lagente perfecta no grita, verdad?, asque esper sentada a la mesa, siguiendocon los dedos el dibujo del mantel, hastaque volvi con dos tazas de t y unabandeja con galletas. Se fue otra vez yvolvi con azcar moreno y una jarritade leche.

    En serio, quin utiliza jarritas deleche, salvo en los anuncios decereales?

  • Yo estaba sentada en la cabecera dela mesa. True se sent en la silla mscercana y cruz delicadamente lostobillos. Las dos nos servimos leche yazcar en el t.

    Mam, quiero decir, Geraldine, noest explic True.

    Era increble. Qu coincidencia msextraa. Cmo no haba recordado aTrue hablando de su madre en laescuela? Supongo que ambas ramosmuy pequeas y que en aquella pocaGeraldine todava trabajaba a jornadacompleta. Nunca habamos estado una en

  • casa de la otra; True se quedaba casicada da en el centro infantil y mi madreme haca ir cada tarde a ballet, natacino cualquier otra actividad. Ninguna deellas dur mucho. Habamos sidontimas amigas, pero aquella amistad secircunscriba al patio del recreo de laescuela. Sea como fuere, yo nunca iba acasa de los dems ni invitaba gente acasa. No s por qu. Puede que inclusoen aquella poca quisiera mantener lasdistancias con la gente. Puede ser que,independientemente de lo que hubierapasado, habra acabado siendo la

  • marginada social que soy ahora.Cuando era pequea, True Grisham

    no se sentaba erguida como ahora, nifrunca sus finos labios como siestuviera perpetuamente irritada, nillevaba rebecas de color rosa decachemira sin una hebra suelta.

    La pequea True trepaba a losrboles, llevaba las uas sucias yescriba sin cesar en un cuaderno negrode espiral. Ambas lo hacamos.Estbamos pasando por una especie defase Harriett la Espa.

    True Grisham haba cambiado, pero

  • no estaba segura de que yo lo hubierahecho.

    Qu pas? pregunt al cabo deun rato.

    Nos habamos quedado en silencio,yo sorbiendo ruidosamente el t eintentando no tirar migas al suelo y Truemirando fijamente el papel de la pared.

    Hummm? murmur True.Qu pas cundo?

    Cuando me fui.True sonri.No recuerdo muy bien mi infancia,

    Jewel. Suspir. Mi padre muri de

  • un fallo cardaco y en esa poca decidser periodista. Mi madre estsemijubilada, como ya sabes. Me dijoque te haba visto. A grandes rasgos,ms o menos eso.

    Siento mucho lo de tu padre. Yono s dnde est el mo. Solo he vueltoporque mis abuelos han muerto.

    True asinti y sonri con tristeza.Yo tambin lo siento, Jewel.Me echaste de menos? pregunt

    entonces. Perdona, es una preguntamuy rara

    No pasa nada. S, claro que te ech

  • de menos.Y cmo te va con los amigos, el

    instituto y todo lo dems?Bueno, al ao de irte vino un nio

    nuevo a la escuela. Nunca se me handado bien las relaciones personales, asque es prcticamente mi nico amigo.Sacha Thomas Se detuvo al ver laexpresin de mi rostro. S, ese SachaThomas. Este ao vuelvo a ser la editoradel peridico escolar, as que no tengomucho tiempo para nuevas amistades.

    Qu hars el ao que viene?Ir a la universidad dijo. Con

  • un poco de suerte, conseguir plaza enuna universidad de la ciudad. Hay un parque me interesan mucho. Y despussustituciones. Y t?

    No se me ocurri qu decir.Eh, no lo s.True asinti un par de veces y

    despus bebi un poco de t.Siento siento mucho lo que te ha

    pasado, Jewel.Podemos hablar de otra cosa?True volvi a asentir.Nos quedamos en silencio un instante

    hasta que dijo:

  • Has cambiado, sabes? En el fondome esperaba que siguieras siendo unania. Saba que habas crecido, claro,Dios, pero no consegua imaginrmelo.

    Yo iba a decir lo mismo de ti dije.

    En esencia, no he cambiado, Jewelreplic True. Y estoy segura de quet tampoco. Pero s, soy diferente. Hecrecido, y t tambin. No me miraba.Se humedeci los labios. Estabanerviosa?

    La observ.Podras salir en un anuncio de

  • dentfrico blanqueador. Uno de esos conflor, los conoces?

    Lo que importa no es el aspectoexterior dijo ella sacudiendo lacabeza, con una leve sonrisa en loslabios. Adems, t pareces la baterade una banda punk.

    Ah, s? dije. Te hecomentado lo hardcore que soy ahora?

    True ri y volvi a sacudir la cabeza.Yo tambin re. Me tom otra galleta.Me senta tensa y emocionada.

    El rosa sigue siendo mi colorfavorito. Ahora True sonri de verdad

  • . Ya sabes, por si necesitas asegurartede que sigo siendo la misma persona.

    Sera ms feliz si te siguieragustando colorear libros y vestirmuecas-beb.

    Las muecas-beb dan grima dijo True. Y detesto que haya muchasms muecas blancas que negras.Estadsticamente, es incorrecto, ademsde racista. Y hay muchas ms muecasque muecos. Qu decir de eso?

    Deberamos presentar unareclamacin.

    True asinti.

  • Estoy de acuerdo.A medida que pasaban los segundos,

    True iba parecindose cada vez ms a lapequea True que conoca.

    Sabes?, imaginaba que acabarasdedicndote a algo relacionado con laescritura dije.

    De verdad?Asent.S. Pero no al periodismo. Crea

    que te dedicaras a algo menosrelacionado con la actualidad y loshechos objetivos, algo como la poesa ola novela, por ejemplo.

  • Quiz. Quiz algn da. Truesonri otra vez. Y t qu? Algunaaspiracin creativa?

    El dibujo, evidentemente. Lemostr mi cuaderno y despus saqu elretrato de Geraldine. Oye, podrasdrselo a tu madre?

    True cogi el dibujo y lo mir.Respir hondo y se lo qued observandocon el ceo fruncido. Despus me lodevolvi y pos la mirada en el bordadodel mantel.

    Deberas drselo la prxima vezque quedes con ella dijo. Creo que

  • es mejor que se lo des t misma. Mesonri y, bajando de nuevo la mirada,empez a recorrer el bordado con losdedos. Not que iba a decir algo ms,as que me limit a guardar el retrato enel cuaderno.

    Entonces True levant la vista y memir directamente a los ojos. Yo intentno apartar la mirada. Ella ni parpade.

    Es fantstico, Jewel. Realmentefantstico.

    No se me da bien recibir cumplidos,as que me limit a murmurar Graciasy mirar mi cuaderno.

  • Charlamos un rato ms y, aunque laconversacin fue algo forzada eincmoda, result agradable.

    Me fui cuando el sol empezaba aponerse. Geraldine an no haba vueltoa casa.

    Nos vemos en el colegio dijoTrue en la puerta. Cudate.

    Cruc la zona residencial en autobs ydespus fui andando desde la parada acasa con una sobrecogedora sensacinde dj vu asaltndome en cada esquinay una intensa aoranza por mi infancia.

  • Al doblar la esquina de la calle, vi aSacha Thomas frente a mi casa y medetuve.

    Estaba a media manzana, delante denuestra valla estrechando entre losbrazos un gnomo de jardn. La luz sesumerga entre los rboles, el sol delatardecer derramaba oro sobre loscuidados parterres.

    Sacha Thomas, en la acera de micasa, con un gnomo de jardn.

    Era como uno de esos sueosextraos que se tiene antes dedespertarse, en los que nada tiene

  • sentido y se suele descuartizar a la gentey hacer sopa con ellos.

    O eso solo me pasa a m?Sacha Thomas el chico que haba

    sacado del lago y reanimado; el chicoque True Grisham me acababa de decirque haba sido su nico amigo desde queme haba ido; el chico al que le gustaba,segn deca Little Al, aquel to tanridculamente alto (no es que me tome enserio lo que me dicen los tosridculamente altos respecto a la gentecuya vida he salvado, pero vala la penatomar nota).

  • Era escalofriante, pero tambinintrigante.

    En lugar de lanzarme a por l yexigirle explicaciones, me quedobservndole. Supongo que eso meconverta en un bicho raro, pero medaba igual. Haca una dcada que habaasumido que mi papel era hacer sentirseincmoda a la gente.

    Era tan delgado que un dibujo depalitos lo habra retratado a laperfeccin, y tan bajo ms alto queyo, naturalmente, pero eso no tenaningn mrito que comprend por qu

  • aquella noche en el lago haba pensadoque era ms joven que yo.

    Entonces l me mir (tena esa clasede rostro al que los antiguos poetashabran dedicado sonetos, de habervivido en la poca isabelina y seraprendiz de un juglar gay), sus ojos secruzaron un instante con los mos y actoseguido solt el gnomo.

    Dio rpidamente un paso atrs y mirel suelo. El gnomo se haba partido enpedazos que bailoteaban por la acera. Elruido me hizo estremecerme. l volvila vista hacia m y se mordi el labio

  • inferior. Pareca un pajarillo herido, unpajarillo herido que acababa dedestrozar el gnomo de jardn de alguien.Mi gnomo de jardn. O como mnimo elgnomo de jardn de mi familia.

    De lo que quedaba de la familia.Empec a caminar hacia l. Vi que

    tragaba saliva y se arrodillaba pararecoger el gnomo. Uno, dos, tres, cuatropedazos. Despus se puso en pie,apretndolos entre los brazos y evitandomirarme a los ojos.

    Cuando me detuve frente a l, memir por debajo del flequillo. Tena el

  • pelo rubio y fino.Es tuyo? pregunt.Me alarg los restos del gnomo y, al

    cogerlos, nuestros dedos se tocaron uninstante. Tena las manos hmedas.

    Supongo que era dije yo. Sealla casa con la cabeza. Vivo aqu.

    Es bonita asinti l mirando laCasa de los Recuerdos Dolorosos hechade arenisca artificial. Siento lo delgnomo.

    De los pedazos grandes de cermicase haban desprendido pequeos trocitosque ahora estaban esparcidos por el

  • suelo. No vala la pena arreglarlo.Haban recogido la basura por la

    maana, pero nuestro cubo segua en laacera. Me acerqu y tir el gnomo.

    No saba que era tu casa dijo l. No estoy acosndote.

    Pareca sincero, pero ya se sabe, losacosadores siempre parecen sinceros.Quera decrselo, gastarle una broma,pero no lo hice. Me volv hacia l y nosquedamos en silencio unos segundos.

    Te apetece ir a tomar un caf? pregunt entonces con ese tono ligero yjovial que no se sabe de dnde

  • proviene. Ni el menor rastro desarcasmo a la vista.

    l vacil y me mir directamente sus ojos eran como brillantes estrellassin fondo, de un gris tan plido queparecan no tener iris, tal vezintentando dilucidar si hablaba en serioo no, calculando cmo deba reaccionar.

    No bebo caf musit.Sonre.Yo tampoco. Debera haber

    preguntado si te apeteca ir a tomar unchocolate caliente.

    Quieres decir ahora? pregunt.

  • Asent.De acuerdo sonri l con timidez

    . Y siento lo del gnomo.Eso ya lo has dicho. No te

    preocupes. Despus me pasar porBunnings.

    No haba ido a los almacenesBunnings en mi vida, pero qudemonios. Poda atropellarme unacarretilla elevadora y acabar con miabsurda existencia.

    Sin embargo, ahora que estaba frentea aquel extrao chico, no tena especialinters en que me atropellara una

  • carretilla elevadora.Quera ir a tomar caf o chocolate con

    el ladrn de gnomos de jardn, con elchico al que le haba salvado la vida.

    El gnomo de jardn tendra queesperar.

  • M

    Sacha

    entira si dijera que no estabapensando en sexo.

    Pero antes