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MONTEVIDEO URUGUAY · LUNES 28 DE NOVIEMBRE DE 2011 · Nº 9 álef: primera letra del alfabeto hebreo. En matemática se usa para representar los distintos órdenes de infinitos. De 2007 a 2010 un proyecto interdisciplinario entre Antel y las facultades de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de la República creó en el país un espacio de interacción inédito entre la industria y la academia en el área de la criptografía y la seguridad de telecomunicaciones. Ese desarrollo incipiente se vio discontinuado cuando la empresa estatal perdió interés en el proyecto.

La Diaria-20111128- Cultura Cientifica 9 (1)

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MONTEVIDEO URUGUAY LUNES 28 DE NOVIEMBRE DE 2011 N 9 lef: primera letra del alfabeto hebreo.En matemtica se usa para representar los distintos rdenes de innitos. De 2007 a 2010 un proyecto interdisciplinario entre Antel y las facultades de Ciencias e Ingeniera de la Universidad de la Repblica cre en el pas un espacio de interaccin indito entre la industria y la academia en el rea de la criptografa y la seguridad de telecomunicaciones. Ese desarrollo incipiente se vio discontinuado cuando la empresa estatal perdi inters en el proyecto.O2 LUNES28DENOVI EMBREDE2011Redactor responsable: Marcelo PereiraEdicin: Anbal CortiColaboradores en este nmero: Ins MorenoMiguel MolinaCorreccin: Mayte GorrostorrazoMariana PalomequeEdicin grca: Sandro PereyraDiagramacin: Florencia Lista Ilustraciones: Ramiro AlonsoEstareedicincolocanuevamentesobre lamesaeldebateacercadelosproblemas que abre la idea misma de imagen; un debate queestmuylejosdehabersidocerrado, enlamedidaenquenosehanobtenido respuestas satisfactorias a las diversas inte-rrogantes que el fenmeno de la representa-cin plantea. En una cultura dominada por elementos de tipo visual -cuyas artes lla-madas visuales, paradjicamente, ya casi nada tienen que ver con lo visual ni con los valores esttico-perceptivos-, es particular-mentepertinentelarevisinprofundade esa idea.Se trata de un tema de inters para diver-sas disciplinas. Para la psicologa, en relacin a los mecanismos que intervienen en la per-cepcin en general y a nivel cognitivo, en lo que tiene que ver con la especicidad de la percepcin y su relacin con el pensamiento conceptual y el lenguaje. Para la semiologa, en su debate acerca del alcance de lo que se denominasignoicnicoysuvinculacin con la representacin. Para la teora del arte, a partir de la ruptura con la representacin mimtica y la exaltacin de la invencin en la propuesta de las artes visuales, en relacin al carcter convencional o no de los proce-dimientos de la representacin del espacio tridimensional en el plano y a la existencia o no de una capacidad mimtica de carcter innato para alguna de las formas de la repre-sentacin, tales como el dibujo lineal.LatareaqueemprendeFltieneel enorme mrito de no dejar afuera ninguno deestosaspectos;consideratodaslasdi-mensionesdelproblemaysesumergeen los diversos mbitos tericos con el mismo rigor y profundidad.El inters principal de esta obra est en el enfoque radicalmente nuevo que plantean tantosustesiscomosuabordajemetodo-lgico; en ella se sigue una metodologa de anlisisqueexcedeloslmitesdelapura especulacinterico-filosficay,parti-cularmente,loslmitesimpuestosporlos procedimientosempleadosporlalosofa analtica.Acontrapelodeloqueseestila enlalosofacontempornea,quedivide losproblemasenunidadescadavezms acotadasparasometerlosaunminucioso anlisis exclusivamente conceptual, Fl ad-vierte ya desde la introduccin del libro: En esta investigacin se supone [...] que no es necesario ni saludable delimitar ntidamen-te la losofa para que no se confunda con el conocimiento cientco y que ms bien es razonable considerarla una tarea imprecisa que mantiene una frontera mvil con la cien-cia, penetra en los intersticios que separan a los diversos campos del conocimiento y se solapa con stos en muchas ocasiones.No necesariamente un signoSintticamente,sepodrandistinguirdos posturas respecto al modo en que se inter-Las imgenes y las cosasReedicin de Imagen, icono, ilusin, de Juan FlLa edicin original, bastante precaria, data de 1989. Fue publicada por la vieja Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad de la Repblica. Con una tirada exigua, se agot rpidamente.Enlaactualidadslopuedenhallarsealgunosejemplaresenbibliotecaso, con mucha suerte, en libreras de viejo. Siglo XXI, de Mxico, reedit el libro el ao pasado y le dio una proyeccin completamente inesperada al volverlo accesible a todos los lectores de habla castellana. A todos no, en realidad, porque esa reedicin no tiene distribucin co-mercial en Uruguay. Porque se trata del esfuerzo ms importante y sistemtico de su autor en la investigacin de los problemas de la representacin visual, porque a esta altura es ya una obra clsica de la filosofa uruguaya y porque quizs se contribuya -modestamente- a generarunaciertapresindelospotencialeslectoressobrelospotencialesdistribuidores, Suplemento de cultura cientca La Palmita, departamento de Canelones,en el kilmetro 46 de la Ruta 8. / FOTO: JAVIER CALVELO (ARCHIVO, SETIEMBRE DE 2010)pretanlasimgenes:una,quepodramos llamarnaturalista,quedefiendeeles-pontneo reconocimiento de las semejan-zasentrelasimgenesylosmodelosque stasrepresentanodenotan;laotra,que podramosllamarconvencionalista,que armaquenoexisteformaalgunadere-conocimientoespontneoynatural,que la asociacin entre representacin y repre-sentado es el resultado de una convencin. Ambas posturas presuponen la funcin de-notativadelaimagen,asimilndolaaun signo; presupuesto que es denunciado por el autor como un malentendido: la imagen noesnecesariamenteunsigno,nocom-portanecesariamentefuncindenotativa o representacional.Unaimagenciertamentepuedefun-cionar como un signo, pero no se reduce a l.Puedeocuparellugardeotrosigno,de unconcepto,deunenteenundiscursoo unaoperacin,puededarinformacinse-mntica, apuntar o dirigir la atencin sobre algo, pero subsiste a todas estas condiciones como imagen. Existen imgenes que no re-presentan objeto alguno; la relacin entre la imagen y lo representado no se funda en el carcter denotativo de la primera. En la re-lacin signo-signicado, el punto de partida esladiferenciaentreambos,entantoque en la imagen no existe necesariamente una relacinentredostrminosdiferenciados. Elreconocimientodelparecidoentredos rostros, por ejemplo, es tan poco denotativo que, en muchos casos, se maniesta como una inquietud, como la bivalencia del rostro dealguienenelqueseasomaelrostrode otro del que no estamos en condiciones de determinar la identidad, seala el autor.Esta discusin se torna especialmente relevante a la hora de considerar la relacin entre la imagen gurativa y ese tipo particu-lar de signo llamado icnico desde Peirce. El hecho de atribuir a ese tipo de signo ca-pacidaddenotativadescansaenlacreen-cia(objetadaporlosconvencionalistas) O3 LUNES28DENOVI EMBREDE2011dequeeslasemejanzaentreelsigno ylorepresentadoloqueotorgadicha capacidad.Los mecanismos generalesEnloquetienequeverconelcarc-ter convencional o no de la imagen, a diferencia de la perspectiva semitica estndar(UmbertoEco,YuriLotman, entreotros)queinterponeunaselva decdigosentrelaimagenyeles-pectador, Fl regresa a lo elemental: la imagen, por lo menos cierto tipo, no es reconocidasegnunadecodicacin que comporta un cdigo convencional sino que, en su reconocimiento, operan los mecanismos generales de la percep-cin de objetos.El autor sostiene que el mecanismo por el que se reconoce la imagen no ilu-sionista (la percepcin del mundo y sus objetos) es bsicamente el mismo que utilizamoseneltrnsitodelailusin hacia la imagen. El reconocimiento de la imagen ilusionista se funda en la in-terpretacin de ciertas claves visuales, que son las mismas que nos permiten reconocer los objetos del mundo real.Yadesdeelprimercaptulodel libro,Fldiscuteycriticalapostura radicalmenteconvencionalistade Nelson Goodman, que descarta la po-sibilidad de que en el reconocimiento delaimagenestnpresentesmeca-nismostanprimitivoscomolosque intervienenenlapercepcindelos objetos reales. Obsrvese que el argu-mento que consiste en indicar que el objeto cuadro es ms parecido a otro cuadro que a un paisaje admite obvia-mente que reconocemos objetos, los segregamos del campo, los ordenamos en clases y detectamos la semejanza. Si estos mecanismos no son disueltos en el simbolismo convencional y ad-mitimossunaturalidad,aunquesea simplemente como opuesta a la con-vencindelsmbolo-yesrazonable hacerloseacualseasunaturalezay elgradodeinnatezodeaprendiza-je que comporten-, entonces, ya que aceptamos el parecido natural entre losobjetosdeltipocuadro,nohay impedimentosdeprincipioparala posibilidaddeunreconocimiento natural de ciertas semejanzas espe-ccasquehemosllamadoicnicas, observa el autor.En el segundo captulo, Imagen y denotacin, Fl discute y critica la co-nocidatesisdeErwinPanofskyenLa perspectiva como forma simblica, se-gn la cual se arma el carcter conven-cional de la perspectiva y la necesidad demanejarciertoscdigosdeorden cultural para interpretar correctamente la imagen en perspectiva.La concepcin de Fl no slo pone en cuestin la reduccin de la imagen a la denotacin, sino que pone de ma-niesto el mecanismo tan peculiar del reconocimientodelasimgenes,que seproducesinlamediacinintelec-tualdeningunareexinrespectode semejanzas ni de vnculos causales con losobjetosrepresentadosporella,al tiempo que llama la atencin respecto de los tan diferentes modos realistas de representacin, igualmente ecaces a pesar de sus diversidades.Obsrvese que si el fundamento de la imagen est en mecanismos percep-tivos que son los mismos que permiten la percepcin de las cosas reales y si el reconocimiento en la imagen del obje-torepresentadoreposasolamenteen ellos,elreconocimientodelaimagen qua imagen requiere su inclusin en el campo de la realidad tambin mediante una actividad que no es conceptual en el sentido usual del trmino pero que ex-cede [...] lo visual y a la que, por lo tanto, podemosseguirllamandoperceptiva. Esta actividad que percibe la realidad y organiza nuestra informacin visual del mundo podramos decir que percibe a la imagen como un caso de la clase de las imgenes [...] al mismo tiempo que ad-mite que con ella coexista, subordinada pero intacta, la informacin visual que reconoce el objeto representado como unapresenciavisualdeobjetoenun planoenelqueobjetoeimagendel mismo son dos miembros de la misma clase, sostiene Fl.Esto equivale a sostener la necesi-daddelusodelosmecanismoshabi-tuales de la percepcin del mundo real parapoderinterpretarelarticioque es la imagen, sealando que se ponen en juego mecanismos estructuradores de la percepcin, que es una actividad enormemente compleja. Para ejempli-car esto el autor sugiere comparar, por ejemplo, la fotografa area -tomada a baja altura- con un mapa o con una fo-tografa tomada desde un satlite. En el primer caso, aunque se requiera de cier-to entrenamiento para reconocer la ima-gen, una vez identicada como imagen de ese sector de tierra, lo que se produce es una autntica percepcin visual; a di-ferencia de lo que ocurre con un mapa donde la experiencia dista mucho de la que se obtiene de la percepcin directa del lugar que el mapa representa, an estandomuyfamiliarizadosconeste tipo de representaciones.La doble percepcinOtra de las tesis sustanciales del libro es la que sostiene que en la percepcin de la imagen operan simultneamen-te los mecanismos de reconocimiento que permiten ver el objeto -cuadro o dibujo-ylosquepermitenverlore-presentadoporste.Esadobleper-cepcinsimultneaessuestructura caracterstica.Esta nocin de doble percepcin es una de las novedades ms interesantes de las tesis de Fl. Ver una imagen, seala el autor, es algo del tipo de la actividad que consiste en ver objetos y no de aque-lla que consiste en descifrar smbolos.Percibir un objeto, segn esta tesis, esreconocerloorganizandolosdatos de la percepcin a partir de cierto pa-trndado,cuyaformamsprimitiva coincideconlasencillasegregacin de la forma. Esto no impide que junto conlapercepcindelobjetoexistael conocimiento que le acompaa de que no se trata de un objeto real sino de su imagen.Esinteresantesealarquelos cajerosdebanco[losempleadosque trabajan en la caja; no las mquinas que reciben y entregan dinero] controlan la autenticidad de los dlares mirando a losojoslasegiesdelospresidentes de los Estados Unidos. Eso quiere decir que el mecanismo potente y sutil que permite el reconocimiento de las caras reales sigue siendo igualmente cona-ble para distinguir cosas-imagen. Pero no porque se las vea como cara-ima-gen se deja de pensarlas como imagen de cara, observa Fl.La importancia de esta comproba-cin es que la simultaneidad de reco-nocimientos no se agota en la imagen, ocurre en varios niveles de la percep-cin y supone, probablemente, ciertos recursos neuropsquicos especcos.La imagen realistaDistinguiendo los problemas que pro-ponelaimagenenelniveldesupro-duccin de los que se plantean a nivel de su reconocimiento, Fl advierte que tanto la historia del arte como la psico-loga infantil han presentado la imagen realistacomounaconquistatarday difcil, tanto para el sujeto como para el estilo, pero l replantea esta cuestin de manera terminante.Aquellasimgenesquenocaben sinresiduoenellenguajeycaptanla situacinperceptivadesdeunpunto de vista determinado exigen un entre-namiento difcil, que slo es realizable recin al salir de la infancia. En tanto que el dibujo realista de contorno, segn Fl, es una capacidad humana meramente inhibida. El autor sostiene, entonces, -contra lo que parece ser una evidencia- que dentro de los productos gurativos, solamente la produccin de representa-ciones realizadas como transposicin de datos visuales requiere una investigacin acumulada histricamente.Sedistinguenyanalizanlosdos tipos de representacin: la lineal o de contorno y la representacin espacial, ilusionista. Esta distincin apunta a di-sociar dos series de hechos: la conquis-ta de la tcnica inventada, de carcter cultural, necesaria para la representa-cin ilusionista y, por otro lado, el dibu-jo lineal realista, para el cual es posible que no se necesite de una acumulacin cultural y pueda ser desarrollado por el sujeto individual.En apoyo de esta hiptesis, en el l-timo captulo del libro, Lenguaje versus dibujo, Fl presenta el caso de Nadia, una nia nacida en Inglaterra en 1967 con rasgos autsticos y probable lesin cerebral que le impiden adquirir el len-guaje ms all de unas pocas palabras yque,alaedaddetresaos,lograen sus dibujos una representacin sorpren-dentemente dedigna y precisa, alcan-zando una excelencia notable a la edad de siete aos. Es un fenmeno que altera las tradicionales etapas establecidas por investigadores destacados en la psicolo-ga evolutiva. Y para que todo sea ms desconcertante,estaniaautistano solamente no dibuja de manera infan-til sino que tampoco dibuja de manera simplemente adulta [...]; dibuja con una calidad que no podemos dejar de llamar artstica,haciendoirrisindeaquella tesis que Malraux populariz hace unas dcadas y que [Ernst] Gombrich argu-ment sucientemente, segn la cual no hay ojo inocente ni estilo que no proven-ga del estilo, arma el autor.Podra suponerse que el nio ad-quierelanocindequeeldibujoes un duplicado del lenguaje ya desde el momento en que sus dibujos son sim-ples ejercicios motrices. Todo esto hace pensar -y algunas investigaciones de la psicologacitadasporFlloapoyan- que el dibujo est condicionado y regi-do por la actividad lingstica y concep-tual. La hiptesis que se desprende de todo lo anterior es que el lenguaje blo-quealacapacidadgrcaporqueusa el dibujo como un complemento suyo, alserviciodeladenotacin.Apartir delcasodeNadiadebemosadmitir queesascompetenciasbloqueadas pertenecenalequipodecapacidades potenciales que el sujeto posee desde los primeros aos. Ins MorenoJuan Fl (Montevideo, 1930) ingres a la vieja Facultad de Humanidades y Ciencias en 1966 como profesor ti-tulardeEsttica,cargoquetodava ocupa. Fue profesor de esa disciplina en el IPA entre 1965 y 1972, y tambin en la Universidad de la Habana entre 1963 y 1964.Sutrabajoenladisciplinaha atacadoalgunosdelosproblemas queestnenelcentrodeldebate contemporneo, como la denicin del concepto de arte (el problema de determinar la especicidad de lo ar-tstico), o la relacin entre lo visual y lo conceptual en las artes plsticas.La posibilidad misma de denir el concepto de arte no fue puesta en cuestin hasta que algunas produc-ciones de la primera mitad del siglo XX en el campo de las artes visuales sugirieron que el concepto no poda tenerunadenicincapazdede-terminar las notas necesarias y su-cientes para identicar una obra y permitir incluirla en la clase corres-pondiente o identicar la actividad que produce obras denibles de esa manera.Eseorigendelacuestin, queradicaenunprecisomomen-tohistricodelarte(enparticular por la obra de Duchamp), tard en reejarse en la losofa, pero nal-mente lo hizo en la segunda mitad del siglo XX.LateoradeFlacercadelarte seencuentraresumidaensuart-culo "El arte antes (y despus) de su indenibilidad (2002)". sta supone la tesis de que el concepto mismo de arte es una construccin histrica, es decir, que no tiene una esencia natu-ral ni metafsica, lo que supone negar que existan propiedades que sirvan para denir la obra de arte o la prc-tica artstica. Una teora tal, si quiere evadir el reduccionismo sociolgico (como es el caso), requiere de algn tipo de teora del surgimiento de la novedad artstica: una teora que ex-plique por qu esa novedad no es una convencin aleatoria que se impone por la accin de los mecanismos pu-ramente sociales.Ladiscusinespecficasobre laconstruccindelartecomoun productoculturalnosujetoade-terminacionespuramentesociales estapoyadaenunareflexinde esascaractersticas-enunateora de la novedad, cuyas tesis centrales se recogen en el artculo "Novedad y creacin" (1994)-, que Fl ha aplica-do al arte en varios trabajos sobre la irrupcindelanovedadenpoesa, enparticularreferidosalcasodel poeta peruano Csar Vallejo (traba-jos asociados a su descubrimiento de versiones que se suponan perdidas que registran el proceso de creacin de muchos de sus poemas).Suesfuerzomssistemtico acerca de los problemas de la visua-lidad y el lenguaje es el libro que se resea en estas pginas. El autorEN ESTA INVESTIGACIN SE SUPONE QUE NO ES NECESARIO NI SALUDABLE DELIMITAR NTIDAMENTE LA FILOSOFA PARA QUE NO SE CONFUNDA CON EL CONOCIMIENTO CIENTFICO Y QUE MS BIEN ES RAZONABLE CONSIDERARLA UNA TAREA IMPRECISA QUE MANTIENE UNA FRONTERA MVIL CON LA CIENCIA, PENETRA EN LOS INTERSTICIOS QUE SEPARAN A LOS DIVERSOS CAMPOS DEL CONOCIMIENTO Y SE SOLAPA CON STOS EN MUCHAS OCASIONES.VER UNA IMAGEN ES ALGO DEL TIPO DE LA ACTIVIDAD QUE CONSISTE EN VER OBJETOS Y NO DE AQUELLA QUE CONSISTE EN DESCIFRAR SMBOLOS.O4 LUNES28DENOVI EMBREDE2011La tecnologa de telecomunicaciones es un campo en desarrollo explosivo y una fuente de permanentes novedades. Por su parte, la tecnologa de seguridad de las telecomunicaciones tambin es una fuente de permanentes novedades dentrodeotrafuente.Podradecirse, pues, que se encuentra en la avanzada de la avanzada tecnolgica.Unospocoscentrosmundiales producenlatecnologadeseguridad que se usa en todo el mundo, incluido Uruguay. Aunque es impensable que el pas produzca tecnologa de seguridad por s mismo, la situacin de Uruguay es todava ms precaria porque no po-see siquiera especialistas que puedan evaluar la tecnologa que se compra.Aprincipiosde2004Antelincor-porasusserviciosdetelefonam-vil el sistema GSM (Global System for MobileCommunications),unadelas tecnologasdetelecomunicaciones ms avanzadas y la ms extendida en el mundo. Cuando al ao siguiente la ingeniera Mara Simn, especialista en telecomunicacionesyhastaentonces decana de la Facultad de Ingeniera de la Udelar, fue convocada para presidir el directorio de la empresa estatal, uno desusobjetivosfuebuscarlosmeca-nismos institucionales para formar en el pas recursos humanos capacitados para lidiar con esa tecnologa. Vale de-cir, un equipo de gente que fuera capaz de entenderse -o al menos de dialogar deigualaigual-conlosproveedores de los paquetes tecnolgicos que Antel compra en el extranjero.Apocodehaberaccedidoalcar-go,Simnpromoviunconve-niomarcodecooperacine intercambio con Fundaciba, la fundacin que tiene el Pro-gramadeDesarrollodelas Ciencias Bsicas (Pedeciba).Luego de haber analizado lanecesidaddedisponerde apoyo nacional para mejorar el moderno y eciente sistema de telecomunicaciones de la empresa y de vincular los pla-nes de investigacin, educacin y desarrollo [del Pedeciba] a pro-Rompiendo cdigosEl desarrollo incipiente pero discontinuado de la criptografa en UruguayDurante tres aos, en el marco de un convenio de cooperacin e intercambio, ma-temticos e ingenieros de la Universidad de la Repblica (Udelar) conformaron un grupo interdisciplinario de trabajo con funcionarios tcnicos de la Administracin Nacional de Telecomunicaciones (Antel) para llevar a cabo un proyecto orientado alanlisisdealgoritmosdecodificacinycifradodetelecomunicaciones,que inclua la formacin de recursos humanos especializados en la materia. El proyecto fue exitoso en cierta medida, aunque qued trunco porque el inters que la empresa haba manifestado originalmente se desvaneci con el tiempo.blemas de inters nacional, se resolvi poner en prctica, de comn acuerdo, programasdecooperacintcnicay cientca entre ambas instituciones, reza el comunicado de Presidencia de la Re-pblica en que se da cuenta de la rma de ese convenio. Mediante esos programas conjuntos -contina diciendo el comuni-cado-, se facilitar el aprovechamiento de los conocimientos en ciencias bsicas que maneja el Pedeciba, as como de sus capacidades de formacin de personal altamente calicado, apuntando hacia loselementosqueformanelsustento tericodebasedelastecnologasde punta que aplica Antel, con la nalidad de ampliar el espectro de conocimientos y experiencias en Uruguay sobre estos te-mas. Por su parte, la intencin del Pedeci-ba es ampliar su margen de contacto con problemas de aplicacin real, por lo que entiende estratgicamente provechoso intervenir en el estudio terico y solucin de problemas prcticos que se plantean en empresas comer-ciales como Antel y fomentar el desarrollo tecnolgico na-cional,dadosurolcomo empresa demandante de tecnologa.Enelmarcodel convenio entre Antel yFundacibasellev acaboentreabrilde 2007ymarzode2010 unproyectointerdis-ciplinarioparael anlisisdelos algoritmosde codificacin ycifradoque se usan en la doctorado y dos de maestra espec-cas en las reas del proyecto. Tambin se realizaron dos encuentros: el Primer Encuentro Regional de Investigadores enCriptografa,quetuvolugarenla ciudad de Colonia en agosto de 2008 y el Segundo, que tuvo lugar en la misma ciudad en diciembre del ao siguiente. Teniendo en cuenta el hecho de que la criptografaylateoradecdigosse encuentran mucho ms desarrolladas en varios de los pases de la regin de lo que se encuentran en Uruguay, es de suponer que esas instancias sirvieron fundamentalmente para aprender de las experiencias regionales.Al llegar marzo de 2010 el proyecto culmin su primera etapa aunque esta-ba prevista una continuacin. De hecho, ya haba una idea bastante clara de las lneas de trabajo que se implementaran en la etapa siguiente. Pero esa continua-cin nunca se llev a cabo. La prrroga del proyecto no estaba establecida en forma automtica y la empresa estatal no estaba obligada en modo alguno a continuar embarcada en esa iniciativa decooperacin,aunquetodoslosin-vestigadoresinvolucradosdabanpor descontado que tal cosa ocurrira. Sin embargo, no fue as. La empresa dej establecida su conformidad con el tra-bajo realizado, pero no mostr mayor intersenprorrogarelproyectoysu continuidadfueinterrumpida.Sise tiene en cuenta que Simn, quien fue su principal impulsora y actu en alguna medida como directora del proyecto en sus inicios, haba abandonado el ente para esa fecha, pues haba sido desig-nada al frente del Ministerio de Educa-cin y Cultura, es posible establecer (al menosenelplanoespeculativo)una vinculacin causal entre ambos acon-tecimientos.Asfuecomoquedtruncouno de los pocos intentos -quizs el nico de cierta envergadura- de desarrollar en el pas un espacio de trabajo con-junto entre la industria y la academia en el rea de la criptografa y la teora de cdigos. Anbal Cortitecnologa GSM, en el que participaron la facultad de Ingeniera y la de Ciencias de la Udelar.Elequipodetrabajodeesepro-yecto estuvo integrado, entre otros, por los matemticos Jos Vieitez (Instituto deMatemticayEstadsticadelaFa-cultaddeIngeniera),WalterFerrer, lvaroRittatoreyGonzaloTornara (Centro de Matemtica de la Facultad de Ciencias) y por los funcionarios de AntelJuanJosEscanellas,Rodolfo Grosso y Graciela Martnez.Entrelasactividadesquefueron realizadas en ese marco se cuentan el estudio de los algoritmos de la familia A5yotrosalgoritmosdecifradoque seusanenlatecnologaGSM(vase recuadro)ylaelaboracindevarios informestcnicosdecarctermso menosreservadoparaelusointerno de la empresa estatal.Adems de esa dimensin tcnico empresarial, el proyecto tuvo tambin otra netamente acadmica. En ese sen-tido, varios cursos y seminarios de es-pecializacin (sobre teora de nmeros y aplicaciones a la criptografa, teora delainformacin,teoradecuerpos nitos y sus aplicaciones, entre otros) fueron dictados por miembros del equi-po; al tiempo que se nanci la visita deespecialistasextranjerosparaque hicieranlopropio(concursossobre algoritmos criptogrcos, codicacin y compresin de datos).Comosedijomsarriba,unode losobjetivosprincipalesquesebus-caba al rmar el convenio era formar en el pas recursos humanos especia-lizados. En ese sentido, a lo largo de su ejecucin, se nanciaron dos becas de REDES GSMLa seguridad de estas redes se basa en:La dicultad de interceptar este tipo de comunicaciones digitales. Se trata de comunicaciones que usan salto de frecuencia FHMA (Frecuency Hops Multiple Access), lo que vuelve muy difcil interceptar una conversacin (sin mencionar el hecho de que el equipo necesario para el procesamiento digital de la seal es muy caro e ilegal en muchos pases).La existencia de la tarjeta SIM. La tarjeta SIM es una tarjeta inteligente que contiene, de forma protegida, la informacin de suscripcin del propie-tario de la misma, as como parmetros de la red a la que pertenece. Puede tener, adems, otros datos (como un pequeo directorio telefnico).Los algoritmos de cifrado. El algoritmo A3 se usa para la autentica-cin del usuario en la red, el A8 para la generacin de la clave de sesin usada para el cifrado y el A5 para el cifrado de la conversacin y mensajes instantneos (SMS). Los algoritmos A3 y A8 son de eleccin libre por parte de las empresas operadoras de telefona, el A5 es jo.Existen dos algoritmos denidos utilizados en GSM conocidos como A5/1 y A5/2 que se implementan dentro del hardware del dispositivo mvil y requieren una pequea rea de circuito integrado dentro del telfono.La tecnologa GSM se dise para Europa Occidental y las regulacio-nessobreexportacinnopermitensuempleoindiscriminadofuerade Europa. El empleo de los algoritmos en la infraestructura del operador de red es controlado por el Memorandum of Understanding Group de GSM, de acuerdo a ciertos criterios y normativas. EL PEDECIBA FUE CREADO EN 1986 POR UN CONVENIO ENTRE EL PODER EJECUTIVO, REPRESENTADO POR EL MINISTERIO DE EDUCACIN Y CULTURA, Y LA UDELAR, CON LA ACTIVA PARTICIPACIN DEL PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO (PNUD). FUNDACIBA FUE INSTITUIDA POR EL CONSEJO DIRECTIVO CENTRAL DE LA UDELAR EN 2004. SU OBJETIVO ES ESTIMULAR LA INVESTIGACIN CIENTFICA, LA FORMACIN DE INVESTIGADORES EN TODAS LAS DISCIPLINAS DE LAS CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES Y ASESORAR TCNICAMENTE EN MATERIAS VINCULADAS CON LAS CIENCIAS BSICAS A QUIENES LO REQUIERAN, PARA LO CUAL FINANCIA PROGRAMAS Y PROYECTOS DE ENSEANZA, INVESTIGACIN Y EXTENSIN.O5 LUNES28DENOVI EMBREDE2011Artes ocultasBreve excursin por la historia de la criptografaDesde que el hombre ha necesitado comunicarse con los dems -y esto ha ocurrido desde siempre- ha tenido tambin la necesidad de que algunos de sus mensajes slo fueran conocidos por las personas a quienes estaban destinados. La necesidad de poder enviar mensajes de forma que slo fueran enten-didos por sus destinatarios hizo que se crearan sistemas de ocultamiento de la informacin, de modo queunmensaje,despusdeunciertoprocesodecifrado,slopudieraserledoenformainteligible siguiendo un proceso especfico de descifrado.Hacealrededordeuncuartode siglo,quienestoescribeestabadis-frutandodesuprimernoviazgo.Es-cribayrecibacartasenlasquese vean cosas de esta apariencia: .Ristras de caracteres incompren-siblescubranpginascontandoco-sas que hoy resuenan vagamente en la memoria, al igual que el sistema en s. Lo que permanece claro es el recuerdo denoquererquenadiemssupie-se lo que estaba escrito (por qu no decirlo, simplemente?), y de recurrir por ello a una elemental tcnica crip-togrca.Lacriptografaposeeunalarga historia,iniciadaconmtodosmuy burdosypropsitosmilitares,que llegaanuestrosdas,cuandotiene unapresenciamuyimportanteaun-que no siempre advertida en nuestra vida cotidiana. Es el conjunto de tc-nicas destinadas a asegurar la con-dencialidaddelascomunicaciones en presencia de terceros, mediante la codicacin de la informacin (no se consideracriptografa,porejemplo, tragarse un papel que contiene un tex-to para recuperarlo despus; las tc-nicas para la ocultacin de un objeto fsico se llaman esteganografa).Sucompaeroinseparableesel criptoanlisis,osea,elconjuntode tcnicas destinadas a descifrar la in-formacin codicada mediante crip-tografa.Criptografa antiguaLa arqueologa ha descubierto prcti-cas criptogrcas tan antiguas como laquemuestraunatabletamesopo-tmica de arcilla, en la que se han ci-frado las instrucciones para la fabrica-cin de vasijas vidriadas, en un claro intento,hace3900aos,deevitarla piratera manufacturera.Tambin en el libro de Ezequiel, en la Biblia, se encuentra la utilizacin deuncdigodesustitucinsimple, que consiste en cambiar la primera le-tra del alfabeto por la ltima, la segun-da por la penltima, etc. As aparecen los nombres de Caldea y Babilonia en el mencionado libro sagrado, que tie-ne alrededor de 2600 aos.Tenemos constancia de que entre los griegos se desarrollaron al menos dos mtodos criptogrcos: la esctala yelcuadradodePolibio.Lasescta-lasconsistanenunpardecilindros iguales de madera, uno de los cuales deba poseer el emisor y el otro el re-ceptor. Cuando se quera escribir un mensaje secreto, se enrollaba una tira depergaminoalrededordelcilindro yseescribaelmensajealolargo. Desenrollada la tira, era enviada y el receptorslodebaenrollarlaensu esctala para leer lo escrito.Laprimeramencindelasesc-talasqueseconservaesenuntexto de Arquloco, del siglo VII a.C, y una detallada explicacin de su uso se en-cuentra en las Vidas de Plutarco, una obra de principios de nuestra era.Quien esto escribe se enter de la existenciadelasesctalasporunar-tculo de Edgar Allan Poe, cuyo ttulo original es A few words on secret wri-ting, y que ley en la traduccin de Ju-lio Cortzar publicada por Alianza. En rados, pero parece un procedimiento muy dudoso para capomaas.La Edad Media y el RenacimientoEn la Edad Media, los musulmanes de-sarrollaron el anlisis de frecuencias, unmtodoestadsticoquelograba vulnerar todos los mtodos criptogr-cosdesustitucinsimple,esdecir, en los que cada letra se sustituye por unsmbolo-siempreelmismo-yno hay permutaciones. Para descifrar, se cuentan las apariciones de cada sm-boloyselashacecorrespondercon lafrecuenciadeaparicindeletras enlalenguadelmensajeoriginal,o sinoseconocesta,sepruebacon las frecuencias de letras en diferentes lenguas.Encadalenguanatural,las letras aparecen con frecuencias rela-tivamentejasentextoslargos,aun-queestoessensiblealtipodetexto dequesetrate.(Porejemplo,podra darse que un texto contuviese muchas aparicionesdelapalabraMississi-ppi,omuchosverboseninnitivo, loqueaumentaralafrecuenciade aparicindelar,etc.)Tambinse conocenlasfrecuenciasdedgrafos, etc.Enespaol,lasletrasordenadas por frecuencia decreciente son E A O S R N I D L C T U M P B G V Y Q H F Z J X W K, y se sabe que las vocales ocupan 45% de un texto largo, mientras que las seis menos frecuentes, juntas, normal-mente no llegan al 2%. Este mtodo de criptoanlisiserabienconocidopor Poe, quien expone detalladamente su utilizacinenelmaravillosocuento Elescarabajodorado .Lasincur-sionesdePoeenlacriptografano sereducenalensayotraducidopor Cortzaryalcuentorecinmencio-nado.Endiciembrede1839desa aloslectoresdeAlexandersWeekly Messenger a enviar mensajes cifrados, que l resolvera. Hasta mayo de 1840 los recibi. Al cerrar ese ciclo, dijo que laactividaddedescifrarleconsuma un tiempo que poda dedicar a escri-bir, y que haba resuelto cien mensajes enviados(lassolucioneshabansido publicadas), pero que no haba podido hacerlo con dos, cuya autora atribuy a un tal Mr. WB Tyler, de cuyas habili-dadesagregaba-tenaaltaopinin. Alnal,publicabaambosmensajes, invitando a los lectores a descifrarlos. La Figura 2 muestra el facsmil de uno de ellos.Ambos mensajes permanecieron en la oscuridad por ms de cien aos. Uno fue descifrado en 1993, el otro en 2000. Se sospecha que no existi el tal seor Tyler, y que fueron desafos pro-puestos por el propio Poe, aunque esto no est conrmado en modo alguno.En la segunda mitad del siglo XV, Len Battista Alberti invent el primer mtodo invulnerable al anlisis de fre-cuencias,almenossisteseintenta directamente.Como muestra la Figura 3, en va-rios discos concntricos se encuentran diferentesalfabetos,demaneraque no siempre la misma letra es sustitui-daporelmismosmbolo,yadems, en el transcurso de la codicacin de un mismo mensaje se podan girar los discos (por ejemplo, cada cierta can-tidad de caracteres), aumentando as las posibilidades. De esta manera, una esa traduccin, luego de reproducir el texto de Plutarco, Poe aparentemente propone un mtodo para descifrar lo escritoenunaesctala:muirsede un cono circular recto con la circun-ferencia de la base tan grande como ellargodelatiraeirenrollandola tira desde la base hacia el vrtice. Su-puestamente, a la altura del cono en que el dimetro coincida con el de la esctala en la que se origin el men-saje, se podrn leer algunas palabras. Luegoslohabraqueconstruirun cilindro de dimetro adecuado y en-rollar all la tira. Tal vez parezca razo-nable prima facie, pero es claramente absurdoapenasunolopiensa.Sila circunferencia de la base del cilindro es mayor o igual que la longitud de la cinta,esimposibleenrollarladesde la base hacia el vrtice. Fue Poe tan tonto como para no darse cuenta de algotanobvio?No.Esunproblema delatraduccindeCortzar,quees realmente disparatada aunque, por supuesto,delecturafascinante-.En el original, Poe propone un mtodo, utilizando un cono, que s funciona. Pero no es en absoluto necesario usar uninstrumento.Podrimaginarel lector cmo descifrar lo escrito en una esctalasinemplearningninstru-mento auxiliar?ElcuadradodePolibioesun mtodoinventadoporelfamoso historiador,quevivienelsegundo siglo a.C. Fue pensado como mtodo telegrco, ya que una de sus carac-tersticasmssalienteseslareduc-cin de los smbolos necesarios para la comunicacin. Aparentemente, su usoprimariofueparahacerseales mediante antorchas ardiendo. Su uti-lizacin como mtodo criptogrco, levementetransformado,estbien documentadaenlaRusiadeprinci-piosdelsigloXX.La Figura1exime de toda explicacin acerca de su fun-cionamiento.Losromanostambintuvieron susmtodoscriptogrcos.Sueto-nio, en Vida de los Csares, reere el uso por parte de Julio y Augusto de lo que ha llegado a ser conocido como cdigo de Julio Csar. Consiste en el corrimiento de cada letra del alfabeto unacantidadjadelugares.Como ejemplo,sedecaqueelnombrede la computadora de 2001: Una Odisea espacial,deArthurC.Clarke,HAL, era, en realidad, IBM cifrado. Se trata de un mtodo extremadamente sim-ple,quenoofrecedicultadalguna para un criptoanalista, an si no dis-pusiera de computadora. Sin embar-go, en 2006, el jefe maoso Bernardo Provenzano fue capturado en Sicilia debidoaquealgunosmensajesse-cretos por l enviados fueron desci-frados. Provenzano sustitua la A por 4,laBpor5,etc.,loquepuede estar bien para quinceaeros enamo- FIGURA 2 FIGURA 1 FIGURA 3 O6 LUNES28DENOVI EMBREDE2011A que apareciese en el mensaje codi-cado poda signicar s la primera vez que apareciera, t la segunda, 1 la tercera, etc.Estos mtodos se llaman de susti-tucin polialfabtica y el Renacimien-tofuelapocadesuproliferacin, impulsada,entreotrosmotivos,por un extendido inters en la cbala, una corriente mstica juda que se basaba en tcnicas de generacin e interpre-tacin de permutaciones y sustitucio-nes de letras de la Torh asociadas a valores numricos. La obra ms famo-sa al respecto fue el Trait des chires ou Secrtes manires dcrire, de Blaise deVigenre,enelqueseexponela cifra que lleva su nombre. Nuestra Bi-bliotecaNacional,ensuseccinde materiales especiales, cuenta con un ejemplar de poca de esta obra.Criptografa modernaLacriptografayelcriptoanlisisno tuvieron grandes avances luego de los reseados (el anlisis de frecuencias y los cdigos polialfabticos, represen-tandolaeternacarreraentreelpro-yectilylacoraza)hastaelsigloXX, cuando,durantelaSegundaGuerra Mundial,delsecretodealgunasco-municacionesparecidependerel destino del mundo todo.Antesdeesaconfrontacin,los problemas asociados a la criptografa tuvieron incidencia fundamental en el resonado caso de Mata Hari. Su con-dicindedobleagentefuedelatada cuando el agregado militar alemn en Madridenviporradiounmensaje en un cdigo previamente quebrado porlosfranceses.Sesuponequelos alemanes saban que los franceses ya estaban en poder de la clave cuando eso sucedi.Durante la Segunda Guerra Mun-dial se hizo uso por primera vez de los sistemas electromecnicos, tanto para la criptografa como para el criptoan-lisis. Es una historia que se mantuvo por mucho tiempo en la oscuridad, ya que la mayor parte de los archivos re-levantes se consideraron condencia-les, y hubieron de esperar largos aos antes de ser desclasicados. Ms all de los detalles, el resultado fue que los aliados lograron descifrar los mtodos usadosporlaspotenciasdelEje.Es muy famoso el caso de la mquina ale-mana Enigma, un complicado sistema dediscosyengranajesqueoperaba con electricidad y permita tanto cifrar como descifrar mensajes. Un equipo formado principalmente por polacos e ingleses logr quebrar ese cdigo, lo que dio una enorme ventaja a la inte-ligencia aliada. En ese equipo destaclaparticipacin deAlanTuring,elpa-dre de la computacin moderna, a quien Inglaterra pag muy mal sus servicios.En la guerra del Pacco, los crip-toanalistasestadounidenseshaban logradodescifrarelcdigoprpura japons-similarestructuralmente al Enigma alemn-, incluso antes de Pearl Harbor, y lograron romper varios cdigos de la armada nipona duran-te la guerra. Es interesante saber que el director del equipo que descifr el cdigoprpura,WilliamFriedman, se sinti atrado por el criptoanlisis apartirdelalecturaquehizo,muy joven, de El escarabajo dorado.Durante la Guerra Fra, el trabajo en criptografa continu pertenecien-do al rea de los secretos militares. Sin embargo,esen1949cuandolacrip-tografa y el criptoanlisis adquiereninters g e nui na me nt e matemtico,con lapublicacin,porpartedeClaude Shannon,deunartculoacadmico tituladoCommunicationtheoryof secrecy systems.En la dcada del 70 vieron la luz losmsimportantesavancesenel campo: un sistema estandarizado de codicacin (el primero fue conocido como DES, cambiado por otro llama-do AES en 2001, luego de que se mos-trara la vulnerabilidad de aqul frente alosataquesporfuerzabruta,que explotanlasposibilidadesdegene-rar una enorme cantidad de posibles claves mediante computadoras), y los sistemas de clave pblica, introduci-dos por Die y Hellan en 1976.Lacaractersticadelossistemas declavepblicaesquenoutilizan la misma clave para cifrar y descifrar los mensajes. En los sistemas anterio-res, ambas partes, emisor y receptor, debanconocerlanicaclaveque permitieseelcifradoyeldescifrado. Pero cmo enviar en forma segura la clave,antesdepoderestableceruna comunicacin protegida por tcnicas criptogrcas? En los sistemas de cla-vepblicaesteproblemanoexiste, ya que funcionan con dos claves: una pblica,quesepuededifundirsin problemas,yunaprivada,queslo debeconocerunapersona.Ambas claves se encuentran asociadas de la siguientemanera:supongamosque A desea enviar un mensaje secreto a B. A utiliza la clave pblica de B para cifrarelmensaje,yBlodescifracon la nica clave que puede hacerlo: su clave privada.Cmoselograesto?Esdecir, cmoselograque,dadalaclave pblica de B, no se pueda llegar a co-nocer su clave privada, an teniendo acceso a un texto cifrado? El mtodo ms extendido es la utilizacin de fun-ciones cuya evaluacin es fcil, pero laevaluacindelafuncininversa esimpracticable.Elejemploclsico eslamultiplicacindedosnmeros primos.Multiplicardosnmeroses sencillo, pero dado el producto, hallar los factores involucra un algoritmo su-mamente demandante. Si tuviramos unodelosfactoresdeunproducto dedosprimos,serasencillohallar el otro, simplemente por divisin. Lo normal,enunsistemadeclavep-blica,esquelaclavepblicacifreel mensajeutilizandounproductode dosprimosmuygrandes,ylaclave privadalodescifreapartirdeuno desusfactores.Sialguienaccedeal mensaje y al producto de los dos pri-mos,aundeberafactorizarlopara procederaldescifrado,tareaqueni losmsvelocescomputadorespue-den hacer en tiempos mnimamente razonables.Cada vez que se hace una transac-cinelectrnica,porejemplo,entra en funcionamiento uno de estos pro-cesos. Al usar un cajero automtico, al comprar por Internet, al manejar una cuentabancariadesdenuestracasa, estamos siguiendo el camino de aquel alfarero babilonio que no quera que sedifundieralatcnicaparahacer vasijas vidriadas. Miguel MolinaEL CRIPTOGRAMA QUE SE DESCIFRA EN ESA OBRA MEDIANTE EL MTODO DEL ANLISIS DE FRECUENCIAS ES EL SIGUIENTE:53305))6*;4826)4.)4);806*;48860))85;1(;:*883(88)5*;46(;88*96*?;8)*(;485);5*2:*(;4956*2(5*4)88*;4069285);)68)4;1(9;48081;8:81;4885;4)485528806*81(9;48;(88;4(?34;48)4;161;:188;?; EL MENSAJE DECODIFICADO ES:A GOOD GLASS IN THE BISHOPS HOSTEL IN THE DEVILS SEAT FORTY-ONE DEGREES AND THIRTEEN MINUTES NORTHEAST AND BY NORTH MAIN BRANCH SEVENTH LIMB EAST SIDE SHOOT FROM THE LEFT EYE OF THE DEATHS-HEAD A BEE LINE FROM THE TREE THROUGH THE SHOT FIFTY FEET OUT.O7 LUNES28DENOVI EMBREDE2011CRTICA CONTEMPORNEA es una revista internacionaldeteorapoltica,ar-bitradaydelibreaccesoenlaweb (esexclusivamentedigital),abierta acontribucionesdesdecualquier perspectivametodolgica,filosfi-caeideolgica.Aceptarartculos deteorapolticanormativa,teora yfilosofapolticalatinoamericana, teoracrtica,historiapoltica,his-toriadelasideaspolticas,teora poltica feminista, teora queer, an-lisisculturaldelavidapoltica,es-tudiospolticosdelacultura,teora poltica poscolonial y teora poltica coninsumosprovenientesdelaso-ciologa,elderecho,laeconomay laantropologa.Larevistadarpri-vilegioalosartculoscentradosen problemas actuales, como el Estado, la soberana, el territorio, el gobierno, la seguridad, la ciudadana, la cons-titucindeidentidades,losdilemas de la democracia, las diversas formas de representacin poltica y las des-igualdades.El nmero inaugural cuenta con invitados especiales que reflexionan desdedistintasperspectivassobre la especificidad y las fronteras entre teora poltica, ciencia poltica, histo-ria poltica, filosofa poltica y polti-ca a secas, adems de otros artculos quenoformanpartedeesedossier temtico.Lainiciativadepublicaruna revistadeteorapolticacontem-porneasurge,porunlado,deuna inquietudquedatadelargotiempo atrs y que refiere al lugar de la teo-ra poltica en los estudios de ciencia poltica en nuestro pas. Por otro lado, y vinculada con el punto anterior, la iniciativasurgedelaspreguntasde losestudiantes:Queslateora poltica?Qutienequeverconla ciencia poltica? Cules son las dife-rencias entre teora poltica y filosofa poltica? Cmo se estudia? Cules sonsusmetodologas?Lostrabajos enteorapoltica,sonensayos?, explicalaeditoradelapublicacin, Laura Gioscia.Dentrodeldossiertemticoso-bre la especificidad y las fronteras de lateorapoltica,esespecialmente destacableelartculodelafilsofa Ruth W Grant, que se public por pri-mera vez en 2002 y se publica ahora en traduccin castellana.Su provocador primer prrafo dice lo siguiente: Hace 40 aos Isaiah Berlin public un ensayo en el que planteaba que, por el tipo de preguntas que pro-pone,lateorapolticanuncapodra llegar a ser una ciencia. Las preguntas normativas se hallan entre las que se mantienen obstinadamente loscas y lo que es caracterstico de las pregun-tas especcamente loscas es que ellas no [...] satisfacen las condiciones requeridasporunacienciaindepen-diente,laprincipalentreellasesque el camino hacia su solucin debe estar implcito en su formulacin misma . Se-gn Berlin, tanto las ciencias formales como las empricas cumplen estas con-diciones, y la teora poltica no. Durante losltimoscuarentaaosenEstados Unidos,lateorapolticahacrecido considerablemente ms rpido dentro de los departamentos de ciencia pol-tica que dentro de los departamentos de losofa. Actualmente, un ochenta y uno por ciento de los tericos polticos profesionales se encuentra trabajando en departamentos de ciencia poltica. Esta inexin de la historia acadmica, lejos de indicar que Berlin estaba equi-vocado,simplementeechaluzsobre eltpicoqueltanfehacientemente explic. La teora poltica como rea de estudio se mantiene obstinadamente losca.Hayunsentido,desdeluego,en el que las palabras de Grant (y las de Berlin) no son provocadoras en abso-luto: desde los tiempos de Platn, por lo menos, hay quienes han sostenido que la poltica es un asunto esencial-mente filosfico. Es verdad que para Platn era un asunto exclusivamente filosfico y que, de ese modo, exclua todaotraaproximacinposibleal asunto; un punto de vista ciertamente extremista. Pero en las ltimas dca-dasparecidominar(o,msbien, domindehecho)enlosdeparta-mentos e institutos de ciencia poltica otra idea extremista, pero contraria; a saber, la de que poda estudiarse la Contemporneas y casi tocayasSe presentaron en los ltimos das dos revistas de humanidades y ciencias socialespoltica de un modo satisfactorio ex-cluyendo sistemticamente el punto de vista filosfico o el punto de vista normativo(queparaelcasopuede ser considerado lo mismo). Es en este sentido que el ensayo de Grant segu-ramente resultar provocativo a mu-chospolitlogosnacionales;quizs incluso inquietante u ofensivo.Resultairresistiblelatentacin de volver a citar a Grant, en este pa-sajeparticularmenteesclarecido: Partedelaraznporlaquelain-vestigacin en humanidades necesita actualmente ser defendida es que pa-recemoshaberperdidoelnortecon respectoalostemasdeljuicio.Esto sucedeenparticularconrespecto aljuiciomoral.Usualmente,elpro-blemadeljuiciomoralesdelineado como si existieran slo dos alternati-vasmutuamenteexcluyentes,delas cuales ninguna es satisfactoria: valo-resmoralesabstractosyuniversales quepuedenserconocidosovalores moralesculturalmenteespecficos quepuedenserentendidos,ohasta apreciados en algn sentido, pero no evaluados. Delimitar el problema de esta manera deja a muchas personas confundidas ya que cada alternativa es,asumanera,problemtica.Por un lado, abrazar los valores morales como si fueran principios abstractos y universales implica en la mente de muchos que tambin se debe abrazar cierta certeza dogmtica y uniformi-dad arrogante. Por otro lado, abrazar laespecificidadcultural,parecera reducirlasconviccionesmoralesa unaparticularidadtalqueelnico argumentoparasujustificacinse-raelquesonnuestras.Cualquier posibilidad de defensa o crtica en la conversacin con otros est minada. En cualquier caso entonces, ya sean losvaloresmoralesuniversalmente verdaderosoculturalmenteespec-ficos, parecera que no hubiera lugar para el juicio entre afirmaciones mo-ralesencompetenciayporlotanto, que no hay lugar para la controversia moral.Segundo nmero y convocatoriaContempornea,larevistaanualde historia y problemas del siglo XX en Amrica Latina que editan Aldo Mar-chesi, Vania Markarian y Jaime Yaff llegasusegundonmero,loque, tratndose de una revista acadmica uruguaya, es un hito digno de ser re-saltado y festejado.Eldossiertemticodeesten-mero gira en torno a los diagnsticos y alternativas de cambio en Amrica Latina en los aos cincuenta y sesen-tadelsigloXX.Loqueloseditores buscaron,conesaconvocatoria,fue poner el nfasis en la diversidad de caminosdecambiopolticosocial disponibles en esas dcadas y luego opacadosporlapolarizacinpolti-ca y social, por la posterior primaca delasopcionesrevolucionariasy laaplicacindeplanesautoritarios denuevotipo.Abreneldossierdos trabajos sobre el impacto intelectual ypolticodelasideasdesarrollistas en Uruguay. Le siguen otros dos que abordanladimensinmsestricta-mente acadmica de esos procesos en lascienciassocialesbrasileasyar-gentinas. Finalmente, los dos trabajos que cierran la seccin monogrfica se centran en experiencias polticas del perodo: las contradicciones del pro-yecto desarrollista en Argentina, por una parte, y las expectativas deposita-das por la socialdemocracia europea en el continente y su gradual declive en el contexto de la polarizacin ul-terior, por otro. Adems de la convocatoria para el dossier temtico del ao que viene, que versar sobre los caminos al auto-ritarismo en la segunda mitad del si-glo XX en Amrica Latina, los editores llamanaunconcursodeensayosal cumplirse en 2012 un cuarto de siglo de la publicacin, en el nmero 44 de CuadernosdelClaeh,delinfluyente ensayoLapartidocraciauruguaya: historia y teora de la centralidad de lospartidospolticos,deGerardo Caetano, Jos Rilla y Romeo Prez.Lostrabajosdebernserremiti-dosporcorreoelectrnicoarevistacontemporanea2010@gmail.com antes del10deabrilde2012.Tendrnque ser inditos y cumplir con las normas depublicacindelarevista.Sern evaluadosenformaannimaporun jurado integrado por Francisco Pani-zza, Ral Jacob y Gernimo de Sierra, cuyofalloserinapelable.Eltrabajo ganador del concurso ser incluido en el tercer nmero de la revista, previsto para octubre del ao que viene. Con-tempornea organizar adicionalmen-te, en el correr de 2012, un seminario depresentacinydiscusindeuna seleccin de los trabajos participantes del concurso. El martes pasado en la sala de conferencias de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la Repblica, con los comentarios de Rosario Aguirre, Gerardo Caetano y Pa-blodaSilveira,sellevacabolapresentacindelprimer nmerodelarevistadigitaldeteorapolticaCrticaCon-tempornea, que edita el Instituto de Ciencia Poltica de esa casa de estudios. Al da siguiente en el caf la diaria, con un espectculo de Carlos Casacuberta, se present el segundo nmero de Contempornea, la revista que aborda la historia y los problemas de Amrica Latina en el siglo XX.O8 LUNES28DENOVI EMBREDE2011El lsofo uruguayo Eduardo Piacenza, desaparecido recientemente en circuns-tancias trgicas en su Venezuela adoptiva -el pas que le dio refugio durante la lti-ma dictadura, como a muchos compa-triotas en su misma situacin-, fue uno de los lectores ms nos y penetrantes de la obra de Vaz Ferreira y supo llamar la atencin, hace ya muchos aos, acerca de la estrecha relacin entre su losofa y las circunstancias de su vida.ElpensamientodeVazFerreira -observaPiacenzaenunaponencia presentadaenelIICongresoNacio-naldeFilosofadeVenezuela(1988)- mantiene con su entorno cultural una relacin en cierto modo ejemplar. En su losofa -explica- no hay imitacin de formas o de metodologas consagradas nitratamientodeproblemasque,si se tienen por obviamente importantes, es porque importan, ante todo, para el sistemaderelevanciasdeunmedio acadmico ajeno.Hacerunalosofadedespacho -inerte,inspida,burocrtica-esuna amenaza que acecha a toda produccin loscadecorteacadmico.Quizs por las circunstancias especcas de su vida y formacin, el pensamiento de Vaz Ferreira estuvo siempre alejado de ese peligro; lo que no quita que estuviera expuesto a otros, ante los que eventual-mente sucumbi. Como sea que fuere, su losofa abreva primariamente en la propia experiencia del autor y slo en menormedidaenloslibrosqueley. Se trata de una losofa que arraiga en lascircunstanciasmsinmediatasde su vida, observa Piacenza en el trabajo ya mencionado. Y agrega: Vaz Ferreira [...] hace losofa con espontaneidad, sin que lo abrume ningn complejo so-bre la posible falta de valor, de origina-lidad o de autenticidad de lo que est haciendo; hace losofa, simplemente, porque la necesita.Sisetomacomoejemplosuobra cumbre,proponeelintrprete, Lgica viva (1910) -una obra que, adems, es paradigmtica del tipo de preocupacio-nes que atraviesan toda la produccin del autor-, es posible detectar con rela-tiva facilidad circunstancias biogrcas que permiten reconstruir el contexto de preocupaciones concretas -de proble-mas prcticos especcos- que estn en la gnesis del programa losco que esa obra viene a proponer.Desdecomienzosdesiglo,Vaz Ferreiraformpartedeorganismos donde se tomaban decisiones colecti-vasqueeraprecisojusticarporme-dio de argumentos (Consejo Directivo deInstruccinPrimaria[1900-1915], Consejo Universitario, como Decano de Preparatorios [1904-1906], tribunales de concursos y comisiones examinadoras). Esaexperiencialollevaconsiderar atentamente y someter a crtica ciertas manerasdefectuosasdeargumentar yrazonarquetendanareiterarseen esoscuerposcolectivos.Enunorden deproblemasprcticoscomplejos, dondeelpensamientoracionalpoda llegar a tener, dada la coyuntura poltica y cultural, una ecacia no desdeable, razonar mal era un seguro anticipo de soluciones prcticas inadecuadas, ob-serva Piacenza.Lgica vivaCuando se pretende sacar consecuen-cias de leyes o hechos, [existen] dos cau-sas de error, arma Vaz Ferreira en su trabajo Dos paralogismos pedaggicos y sus consecuencias (1903). La primera, inevitable, depender de la deciencia de los datos; la segunda, que podr o no agregarse a la primera, resultar del mal uso que se haga de esos mismos datos, razonando mal y llegando a consecuen-cias que ellos no autorizan. En todos los casos debe ser posible eliminar esta se-gunda causa de error, explica.El objeto de la lgica, desde los vie-jos tiempos en que Aristteles escribi sus clebres tratados sobre la materia, es discernir entre aquellos argumentos en que las premisas autorizan a inferir la conclusin (la respaldan o la justi-can) y aquellos otros en que no lo hacen (aunque pueda ocurrir que lo hagan en formaaparente,comoocurreconlas falacias).El programa losco que Vaz Fe-rreira esboza en el prlogo de Lgica viva -y que nunca lleg a ejecutar en forma cabal- es el de escribir un estudio (o, me-jor, varios estudios) acerca de la mane-ra como los hombres piensan, discuten, aciertan o se equivocan -sobre todo, de las maneras como se equivocan- pero de hecho: un anlisis de las confusiones ms comunes, de los paralogismos ms frecuentes en la prctica [...]. Sencilla-mente, un libro [...] con muchos ejem-plos, tomados no slo de la ciencia sino de la vida corriente, de las discusiones diarias; destinado, no a demostrar o a aplicarningunadoctrinasistemtica, sino slo al n positivamente prctico de que una persona cualquiera, despus de haber ledo ese libro, fuera algo ms capaz que antes de razonar bien, por una parte,ymscapaz,porotra,deevitar algunos errores o confusiones que antes nohubieraevitado,ohubieraevitado con menos facilidad.Elprogramafilosficodecons-truccin de una lgica viva no debe ser confundido con Lgica viva, el libro. El libro es slo una primera realizacin de un proyecto ms amplio; proyecto que, comosedijomsarriba,VazFerreira nunca complet. Adoptando la termi-nologa que es usual en las ltimas d-cadas, podra decirse que la lgica viva vazferreiriana (el programa, el proyecto no realizado) es una variedad histrica-mente temprana de lo que hoy se llama lgica informal.El mtodo de la lgica viva -a dife-renciadeotrosenfoquesdentrodela lgicainformalylateoradelaargu-mentacin-consistenoenidenticar clasesargumentales,esdecir,noen sistematizar,organizaroclasicarar-gumentos segn sus virtudes, sino ms bienenformularprecauciones,hacer advertencias, indicar caminos sinuosos o potenciales peligros que se presentan al argumentar. En este sentido, su mtodo funciona en forma anloga al modo en que fun-cionanalgunassealesdetrnsito.A diferenciadeaquellasqueestablecen directivas, que ordenan al conductor -porejemplo,detenercompletamenteel vehculo,cederelpaso,nodoblarono adelantaraotrosvehculos-,lasadver-tencias de la lgica viva vazferreiriana se parecen ms a aquellas otras seales que indican al conductor que debe estar aler-ta, por ejemplo, porque hay en el camino una curva pronunciada o una pendiente peligrosa,porquetransitaunacarretera resbaladiza o una zona de trco pesado, o porque hay animales que pueden invadir la ruta. Esas seales no ordenan cumplir reglasodirectivasespeccas-comolo hacen las anteriores-, sino que formulan advertencias. Saber que la ruta puede ser invadida por animales, por ejemplo, per-mitealconductorestarmsalertadelo habitual frente a un peligro concreto, pero no supone seguir una regla o un protocolo especco,adiferenciadeloqueocurre cuando se le indica que no debe adelantar o que debe ceder el paso.Seales de advertenciaAlgunas de las advertencias tpicas de la lgica viva vazferreiriana (expresadas en palabras que no necesariamente son las del autor) son las siguientes:Tengacuidado,avecesenelcursode las discusiones se toman (en forma im-plcita)cuestionescomplementarias porantagnicasysemalgastatiempo y esfuerzo en discutir entre alternativas que se tratan como excluyentes, cuando en realidad no lo son.Tenga cuidado, a veces las mismas pala-bras son usadas por distintos hablantes con sentidos diferentes y se pierde tiem-po y esfuerzo en discutir discrepancias que en realidad no son tales.Tome en cuenta que a veces se discute sobrecmosonlascosasosobrelas causas de los fenmenos y que en otras oportunidadessediscutesobrecmo se debe obrar; la confusin entre ambas cuestiones genera falsas discrepancias y discusiones estriles.Tome en cuenta que el lenguaje corriente contiene conceptos de naturaleza gra-dual, cuya aplicacin a casos concretos es muchas veces dudosa y problemtica; tomar esos casos dudosos como si fueran aproblemticos, como si en ellos la apli-cacin del concepto pudiera ser precisa y rigurosa, genera una cierta ilusin de exactitud, all donde ella no es posible.Tenga cuidado, argumentos de aparien-ciasimilarmuchasvecesnotienenel mismovalor;tomardosargumentos similaresporindistintamentebuenos genera falsas sistematizaciones o falsas generalizacionesqueorientanelpen-samiento hacia el error.LaideadeVazFerreiraesquelas personas que se han acostumbrado a te-ner en cuenta estos peligros -mediante la exposicin repetida a ejemplos prcticos y su anlisis crtico-, han desarrollado la capacidad de identicar tambin los erro-res que les son consustanciales y se han vuelto en general ms cautelosas: han de-sarrollado, en suma, hbitos o costumbres que mejoran sus respectivos desempeos argumentales. Por el contrario, las perso-nas que no han desarrollado esos hbitos ocostumbres,laspersonasqueignoran en la prctica estas advertencias, pueden terminar, de modo anlogo a lo que ocurre a quienes ignoran las advertencias viales, salindose del camino o sufriendo un ac-cidente: pueden terminar desbarrancando hacia el error. Anbal CortiLas virtudes de la cautelaCARLOS VAZ FERREIRA (1872-1958), ABOGADO DE PROFESIN, EDUCADOR Y FILSOFO POR OPCIN Y POR EFECTO DE SUS CIRCUNSTANCIAS, PRODUJO UNA VASTA OBRA CUYA MARCA DISTINTIVA EST EN LA PREOCUPACIN POR LAS VARIADAS Y SUTILES FORMAS EN QUE LOS RAZONAMIENTOS PUEDEN ORIENTARSE HACIA EL ERROR.HITOS: CARLOS VAZ FERREIRAEscultura deEduardo Yepes./ FOTO: NICOLS CELAYA