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1 UNA MIRADA CONTEMPLATIVA A LA ESCRITURA FEMENINA DE REGINA JOSÉ GALINDO DESDE UN CUERPO CENSURADO QUE TIENE TODO POR ESCRIBIR Maritza Farías Cerpa 18 de Abril de 2015

La escritura de Regina José Galindo

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UNA MIRADA CONTEMPLATIVA A LA ESCRITURA FEMENINA DE REGINA JOSÉ GALINDODESDE UN CUERPO CENSURADO QUE TIENE TODO POR ESCRIBIR

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    UNA MIRADA CONTEMPLATIVA A LA ESCRITURA FEMENINA

    DE REGINA JOS GALINDO

    DESDE UN CUERPO CENSURADO QUE TIENE TODO POR ESCRIBIR

    Maritza Faras Cerpa

    18 de Abril de 2015

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    INTRODUCCIN

    Es muy difcil acallar el deseo de saber quin es, de saber lo que piensa y lo que

    ama la persona detrs de su obra, ms an cuando sta, est llena de sentido y hace remover

    cada fibra de nuestro ser. As fue como llegamos a descubrir la literatura de la guatemalteca

    Regina Jos Galindo (1974). Primero la conocimos como artista de performance, como

    creadora artstica y el camino de la investigacin nos condujo a su trabajo como escritora

    distribuido en poemas, cuentos y relatos. Mucho se ha escrito en torno a su ejercicio en las

    artes visuales pero su obra literaria escasamente ha sido visitada siendo parte importante de

    su repertorio artstico, pues sus textos estn presentes en ms de seis antologas de poetas y

    cuentistas guatemaltecas y cuenta a su haber, una publicacin individual, Personal e

    Intransmisible editado por la Fundacin Coloquia en el ao 1996 en Guatemala.

    Para elaborar el presente artculo nos tomaremos de lo que Elaine Showalter seala

    en su ensayo La crtica feminista en el desierto (2001) en el que revisa los diversos

    modelos de crtica feminista y el estancamiento que ha significado depender de los modelos

    estructurales masculinos ya sea atacndolos, corrigindolos o humanizando sus teoras. La

    crtica feminista se ha importado ms en el hecho de revisar-se en comparacin con lo

    masculino que a indagar en ella misma. Como alternativa, Showalter inventa el trmino

    ginocrtica posibilitando el surgimiento de nuevas teoras crticas al tener como objeto

    principal de estudio la escritura femenina, reafirmando el valor de la produccin de

    mujeres.

    Necesitamos indagar ms acuciosamente qu deseamos saber y cmo encontrar las

    respuestas a las preguntas que provienen de nuestra experiencia. No creo que la

    crtica feminista pueda encontrar un pasado til en la tradicin androcntrica

    Debe encontrar su propio objeto de estudio, su propio sistema, su propia teora y su

    propia voz. (Showalter, 81)

    La obra literaria de Regina Jos Galindo ser entonces, apreciada desde la

    ginocrtica basndonos en las perspectivas de anlisis del lenguaje y la delineacin del

    campo cultural de la autora, abocndonos a encontrar en la escritura misma lo que la hace

    una escritura femenina particular forjada con sus propias experiencias y smbolos como un

    punto de fuga dentro de la estructura dominante.

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    REGINA

    Personal e Intransmisible es el nombre del libro de poesa de Regina Jos Galindo

    publicado en 1996 en Guatemala, cuando tena apenas 22 aos. Diecinueve aos despus es

    una de las artistas ms destacadas del arte de la performance en Latinoamrica, Estados

    Unidos y Europa. En el ao 2005 recibi el Len de Oro en la versin n 51 de la Bienal de

    Venecia como mejor artista menor de 35 aos por un trptico de performance compuesto

    por los videos Himenoplasta 1 donde se reconstruye el himen en una clnica clandestina;

    Quin puede borrar las huellas? En que camina con un lavatorio lleno de sangre humana

    en el que a cada tanto moja sus pies dejando una estela desde la Corte de

    Constitucionalidad hasta el Palacio Nacional de Guatemala, en rechazo a la candidatura

    presidencial del ex militar genocida y golpista Efran Ros Montt; y el video performance

    Golpes donde se autoinflinge 279 latigazos que representan a las 279 mujeres muertas en

    Guatemala entre el 1 de enero y el 9 de junio del 2005. El jurado declar que la obra de

    Galindo mereca el premio "por haber sabido dar vida a una accin corajuda contra el

    poder, en su trptico de performance y documentacin, de un fuerte impacto visual".

    Mucho antes de realizar sus primeras incursiones en performance en el ao 1999,

    Galindo slo escriba. Su acercamiento a la creacin literaria fue muy temprana, sus padres

    le dieron de regalo un cuaderno el da en que le lleg por primera vez la menstruacin.

    Desde entonces, no par de escribir. Recibi el premio nico de Poesa de la Fundacin

    Myrna Mack en Guatemala en el 98 y ella misma reconoce su facilidad para la escritura. En

    los aos 96 y 97 trabaja en una agencia de publicidad y toma talleres de poesa con el

    escritor, poeta y periodista guatemalteco Marco Antonio Flores (Bolo Flores) donde

    perfecciona los poemas que formarn su libro Personal e Intransmisible ttulo que alude a

    una frase de uno de sus poemas:

    Mi abuela no me dej

    una mueca

    una joya

    1 Todo el trabajo de Regina Jos Galindo puede ser encontrado en su sitio web www.reginajosegalindo.com

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    un te quiero

    me dej

    -en cambio-

    muchos rencores

    envueltos en un pauelo rojo

    que deca:

    personal e intransmisible

    En la agencia conoce a las que seran sus dos grandes amigas Jessica Lagunas y

    Mariadela Diaz artistas de profesin y de las que Regina se empieza a nutrir y a conocer el

    mundo de las artes visuales. En una entrevista seala: es a travs de ellas, que s tienen

    estudios de diseo grfico o en historia del arte, que empiezo a tener informacin concreta

    del arte contemporneo. Ellas tienen en sus apartamentos una serie de libros que empiezan

    a compartir conmigo.

    Al ingresar al camino de la performance con la accin El dolor en un pauelo en

    1999 y Lo voy a gritar al viento en el mismo ao, se da cuenta que ya no le bastaba con las

    palabras, le interesaban las letras y la poesa pero necesitaba ms, e incursiona en la accin

    performtica.

    Todo el discurso que sustenta la obra de Galindo tanto literaria como escnica, se

    basa en la dialctica de que lo personal es poltico y como ella misma lo expresa, la

    totalidad de su obra son actos de resistencia. As como inferimos que el gnero es un acto

    de militancia segn lo que seala Judith Butler al referirse al carcter performtico de este,

    puesto que es una decisin de cada persona cmo lleva la vida y los actos corporales que lo

    van constituyendo como ser humano, existe tambin en Regina un acto de militancia desde

    el arte. Ella no es slo feminista sino que defensora de la humanidad y denuncia cualquier

    acto que denigre y atente contra los seres humanos, ella hace visible lo oculto. Su trabajo

    explora las implicaciones ticas universales de las injusticias sociales, relacionadas con

    discriminaciones raciales, de gnero y otros abusos implicados en las desiguales relaciones

    de poder que funcionan en nuestras sociedad actuales (Galindo, prr. 1)

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    Yo pienso que si uno se pone en los hombros la responsabilidad de querer

    solucionar algo, el peso te va a hundir en la tierra. Y quizs te va a hundir en la

    tierra porque no escogimos el camino apropiado. Si en verdad nuestro altruismo es

    querer cambiar, modificar el mundo, hacer algo en la sociedad, no debimos ser

    artistas. Slo que yo estoy muy clara y lo que yo quiero es crear. Si quisiera en

    verdad ayudar de forma directa y ver la semilla de mi trabajo, sera activista, pues

    uno es como un puente, pues aunque no puedes modificar, puedes llamar al dilogo,

    puedes llamar a la reflexin, puedes despertar una conversacin a la hora de la cena

    en una familia y obviamente, tu objetivo es tu pieza. Antes resistencia significaba

    irte a la montaa y pelear con un guerrillero, resistencia ahora, significa

    simplemente no dejarte llevar por la corriente y ser firme en tus decisiones e ir

    viviendo en la forma y en la vida que t decidiste vivir, aunque t sepas que no ests

    cambiando, no dejar de hacer cosas. Por lo menos, si no estamos cambiando, no

    estamos haciendo peor el mundo. No estoy provocando ms dolor, no estoy

    provocando ms pobreza. Es mi forma de colaborar. Pero mi objetivo no es cambiar

    mi pas, a m me interesa hacer piezas. (Entrevista de Diana Taylor a Regina Jos

    Galindo. Enero de 2009)

    Regina Jos Galindo es una de las artistas contemporneas que estremecen con su

    obra, con sus palabras y con lo que ella es en s misma, la potencia de su discurso atraviesa

    todo lo que hace, es militante de sus propias ideas, desde su cuerpo censurado tiene todo

    por escribir, sin discriminar, si se hace con lpiz sobre un papel o se hace con un cuchillo

    escribiendo en su propio cuerpo2.

    2 Nos referimos a su performance Perra realizada en el 2005 en que escribe la palabra perra con un cuchillo sobre su pierna derecha en denuncia de los sucesos cometidos contra mujeres en Guatemala, donde aparecieron cuerpos torturados y con inscripciones hechas con cuchillo o navaja.

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    QU ESCRIBE?

    La poesa, los cuentos y relatos de Regina Jos Galindo parecen estar condenados a

    decir aquello de lo que no se puede ni se debe hablar. Pareciera que sus palabras taladraran

    nuestros ojos, odos y nuestra imaginacin, sugirindonos imgenes que bordean los lmites

    de lo permitido sumergindonos en oscuros lugares humanos que son contados desde su

    individualidad, pero que resbalan rpidamente hacia nuestros rincones ocultos, acciones y

    estados que no queremos sean expuestos ni menos reconocidos, sino que nuestro deseo

    primigenio es que se mantengan silenciosos, privados, sumisos. Esto es lo que escribe

    Regina.

    Pareciera que la autora nos enrostrara lo que no queremos or, funcionando como

    espejo al escupir nuestros propios miedos y dolores, sublimndolos, haciendo una apologa

    de lo feo, escribiendo poesa con lo que supuestamente no se hace poesa. La masturbacin

    y el uso de cocana an son temas que permanecen tab y en el mbito de los juicios

    morales, pero Galindo los hace flotar en el mar de sus palabras. No hay ni un slo poema

    feliz si necesitamos explicarlo en esos trminos. El amor es una figura recurrente pero est

    escrito para desacralizarlo, para aterrizarlo y despojarlo de toda metfora ingenua, porque la

    vida cotidiana, simplemente, no es as. Al amor lo hace comer tierra, lo vuelve tan humano

    y frgil que nos refriega que el amor es bruto, que mata, que duele, que no se piensa frente

    al mar o bajo la luna (Galindo) sino que el amor es sexo.

    Desfilan en sus escritos una pluralidad de mujeres, as como separa a la mujer de su

    condicin de madre y le otorga un lugar privilegiado en algunos casos a la experiencia de

    parir, tambin instala a la mujer como sujeto deseante, con miedos y depresiones. La

    descripcin de los rastros de la escena del crimen en un feminicidio, en una violacin, la

    sangre, la vagina, las tetas, son todas palabras-imgenes que brotan una y otra vez en su

    escritura.

    Regina Galindo escribe lo que la remueve, se qued en ella este ejercicio de pensar

    y escribir lo que se le ocurra (Asparka, 205). As como el conjunto de su obra escnica,

    su produccin literaria es el resultado de una incomodidad con todo lo que sucede a su

    alrededor y no slo resintiendo su propio pas si no que ella comprende que todo lo que

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    pasa en Guatemala es un reflejo de lo que est pasando en el mundo y vive con una espina

    adentro porque las cosas no estn bien.

    CMO ESCRIBE?

    Regina Jos Galindo se vale de palabras fuertes, expresivas y que cargan en s una

    imagen. Corta las slabas, no es de respetar reglas gramaticales, juega con los ritmos

    uniendo letras, frases para que la sensacin se encarne y se transmita. Un lenguaje visceral

    tal como si fuese un vmito explosivo que cae sin cuidado. No importa la forma ni los

    medios, si no lo verdaderamente valioso aqu, es que las palabras junto a la estructura de la

    frase y al sentido del prrafo, sean capaces de transmitir la emocin, la sensacin que est

    dentro de la autora. Su escritura debe conmover as como ella misma se afecta. Se trata de

    una escritura generosa al escoger letras que permitan el compartir de la experiencia,

    ubicando al lector o lectora de pie en el centro del mismo escenario desde donde ella

    observa la vida que acontece.

    Sus cuentos y relatos son de una belleza cruel. La sangre desparramada pareciera

    que entinta el papel, como si fuera una nota de la crnica roja pero contada desde los

    intestinos de sus protagonistas. El cuervo inculpado que picotea desde la rabia vengadora,

    la mujer agonizante que en su estado de ensoacin difunta se pregunta

    existencialistamente si el xtasis de la muerte era lo que todos conocan por orgasmo.

    Palabras que dibujan, que se subliman en su conjuncin. Las palabas me siguen

    acompaando. La poesa me sigue endulzando el odo y revolvindolo, depende de cmo se

    vea. Las palabras sostienen mis ideas, las imgenes primero me llegan en forma de letras

    (Galindo).

    La escritura femenina de Galindo mixtura palabras potentes que resuenan haciendo

    tambalear al que las lee, se trata de un lenguaje rudo, cargado de violencia en algunos casos

    y en otros, lleno de abandono y tristeza. Una escritura latinoamericana a la que le es

    intrnseca el abuso, dictaduras, desterritorializacin. Una escritura femenina que encuentra

    su salida en el vocabulario rabioso que llega al punto de ser insuficiente para su creadora, lo

    que la hace incursionar en el arte de la performance, transformando en carne sus propias

    palabras y pensamientos. Antes era el papel ahora es ms el cuerpo.

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    Sus poesas y relatos emocionan porque irradian historia cotidiana, dan ganas de

    pronunciarlas. Los espacios a los que se remite son tan infinitamente privados como

    infinitamente comunes. La muerte y el amor no son edulcorados sino que son registrados

    con un lenguaje inventado que nos toca, una forma de narrar que transita entre la ternura

    ms sutil y el decir incomprensible de un grupo de hombres adolescentes penetrando a una

    mujer.

    Su forma de escribir nos hace seguir el pensamiento de quien experimenta la

    historia, casi podemos sentir el ritmo respiratorio, podemos ver los ojos cubrindose de

    venas y llenndose de lgrimas. Es una poesa viva, la fuerza de su escritura es que est

    viva y casi se puede palpar. Una poesa que se lee con el cuerpo, porque es ella entera,

    Regina Jos Galindo que se escribe, volcndose en cada palabra por todas las mujeres

    latinoamericanas, para que florezcan en sus cuentos toda la humanidad que ha sido

    invisibilizada.

    POR QU ESCRIBE?

    Parece que las letras de Galindo araaran el papel dejando su huella, se trata de una

    escritura corporal, de afecto, de pasin. Sus palabras-imgenes son aterradoramente

    contradictorias: desde entonces respiro por las noches con dificultad y duermo sola,

    envuelta en sus manos una yuxtaposicin de amor con miedo, pena y rabia, todo

    sucediendo a la vez en el cuerpo de aquella mujer, marcado por las manos de su amado

    alrededor de su cuello.

    Toda su escritura nos dice del cuerpo y desde el cuerpo, es eso lo que nos hace

    reconocernos en su escritura, fue ella misma posando para fotgrafos de la agencia de

    publicidad en la que trabaj por algunos aos en Guatemala, quien descubri la potencia de

    su propio cuerpo, la presencia escnica, la imagen, la carga potica que contena y

    transmita su propia anatoma, en aquel momento dej de escribir y quebr la metfora de

    Hlne Cixous Escrbete, que tu cuerpo se deje or. Galindo dej de escribir y traducir en

    palabras lo que pasaba y senta dentro de su cuerpo para escribir con el cuerpo y en l

    mismo como soporte, dando paso, a nuestro modo de ver, a una invencin que podramos

    intentar llamar de caligrafa corporal.

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    La poesa, los relatos y cuentos de Regina Jos Galindo testimonian verdades

    horribles, vergenzas de nuestro tiempo frente a las cuales nadie puede cerrar los ojos

    (Galindo, 8) as como posteriormente prueba sus mismos temas en el arte de la

    performance. Ella desmenuza cada estado anmico en todas las sensaciones corporales y los

    traza: lgrimas, nudos en la garganta y arrugas, asla las palabras-emociones otorgndoles

    una importancia y un peso superior en el contexto donde las sita. Una escritura producida

    por la fuerza de gravedad. Parece que sus textos pesaran toneladas en contraposicin con su

    cuerpo de mujer menuda, de estatura baja y contextura frgil.

    Su escritura nace de un cuerpo afectado, que resiente y que ha sido testigo de ms

    de treinta aos de conflicto armado en Guatemala, naci y creci en ese contexto poltico-

    social-cultural. Ha convivido diariamente con muertes, balaceras, injusticias y todo se ha

    vuelto parte de su imaginario:

    Tengo experiencia en episodios de vida, no s si tristes o no. Simplemente

    experiencias y esas experiencias son las que me han hecho. Han sido mi fuente de

    conocimiento, de lo puedo hablar, lo que conozco.

    Experiencias que se me presentan muchas veces de visita, en forma de memoria.

    Y las prefiero, ante todo, las prefiero.

    Sin los cuadros de violencia ocurridos frente a m de pequea, yo quizs sera

    distinta

    Sin los temblores, los sustos, los bombazos. Sin los golpes de estado, los usted pap

    usted mam. Sin los juramentos a la bandera, los primos en los Estados, las

    muchachas de la casa Sin los volcanes de fondo, el clima lluvioso, el cielo gris.

    Sin la gente murindose de hambre, la coca barata, las tortillas con cal. Sin los

    zopilotes rondndonos, los policas de negro y los mareros matando. Sin Pana, el

    Cerrito, mi mansin en la zona 2.

    Sin la maravillosa imagen de una nia dentro de m, en contraste con la sola idea de

    15 kaibiles violndome con siete meses de embarazo

    Sin el tiro en la ventana de mi hija, si los putos balazos a diariosin las ganas de

    querer irme, de querer quedarme

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    Sin la vida que he elegido, ni la que me eligi a m. Yo quizs hara otra cosa. Sin lo

    que he visto, he vivido, he odo, he sabido, quizs, todo sera distinto. Pero me toc

    lo que me toc. Nac donde nac, vi lo que vi, hice lo que hice y ahora, hago lo que

    hago.

    Y lo que hago es sencillo. Replanteo, reinterpreto. Creo a partir de algo ya creado.

    Convierto las experiencias propias o ajenas en nuevas imgenes, nuevas acciones en

    donde el orden de los factores s afecta el producto. Un producto, de arte, s pero

    producto al fin. (Galindo, prr. 1)

    La escritura femenina de Regina Jos Galindo es una escritura comprometida hasta

    la mdula, puede ser poesa, cuento o relato, puede ser performance, instalacin o video

    arte, no importa el formato artstico que la creadora escoja porque todos estarn en

    congruencia y apuntarn al mismo blanco. Los trabajos que componen el cuerpo de obra de

    un artista es lo que marca la diferencia y los sita en la esfera de los creadores de

    excelencia, porque son seres humanos capaces de viralizar en cada obra de arte sus

    obsesiones, pasiones y dolores, infectando a otros.

    A continuacin compartimos una parte de su poesa, cuentos y relatos, para que su

    escritura hable por s misma. 3

    3 Los poemas, cuentos y relatos han sido extrados de la Revista Asparka en su publicacin electrnica n 24 del ao 2013 y de la pgina web http://www.literaturaguatemalteca.org/rjgalindo1.htm 2/2

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    CIPRAMIL

    Seguir aniquilndote cada da

    Cada dosis ser una bala

    te penetrar la carne

    romper tus huesos

    doblar tus ansias

    Yo ver de cerca como gimes

    como sangras

    y con un poco de suerte

    te ver morir

    Entonces abrir la boca

    cerrar mis dientes

    y regalar al mundo una sonrisa

    en memoria de mi difunta depresin.

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    Con mi mano me basta

    ella no me somete

    ni me pone a prueba

    conoce mi punto

    la fuerza justa

    el ritmo

    uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro

    uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno

    dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno dos tres

    cuatro uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno

    dos tres cuatro uno dos cuatro uno dos tres cuatro uno

    dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno dos

    tres cuatro uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro uno dos tres cuatro

    unodostrescuatrounodostrescuatrounodostrescuatrounodostrescuatro

    unodostrescuatrounodostrescuatrounodostrescuatrounodostrescuatro

    unodostrescuatrounodostrescuatrounodostrescuatro

    uno dos tres....

    entonces se aleja

    sin exigirme un segundo esfuerzo.

  • 13

    CRA DE CUERVOS

    Las paredes agrietadas por la humedad, el suelo apolillado, la ventana con vidrios

    rotos, el techo, la puerta y en fin, todo, se encontraba salpicado de sangre.

    En medio de la habitacin, solo una cama y sobre esta, el cuerpo desnudo de la

    mujer, simulando la forma de un grotesco colador dormido, escupiendo a

    borbollones, por cada uno de sus agujeros, grandes cantidades de lquido rojo.

    El jefe de polica al ver tal espectculo, exigi a la docena de curiosos que

    abandonaran inmediatamente el lugar y se acerc lentamente hasta el hombre que

    permaneca encogido en la esquina de la habitacin.

    Quin es usted... qu ha pasado?

    El hombre que temblaba como un perro enfermo, levant la mirada y comenz a dar

    de gritos, sealando furiosamente al pajarraco que yaca desplomado sobre el suelo.

    El cuervo... el cuervo... El cuervo!

    En el suelo, con las alas rotas e igualmente salpicadas de sangre, estaba el cuervo.

    Mal herido pero con vida.

    Un guardia carg su revolver, pidi a sus acompaantes que hicieran lo mismo, sac

    las esposas, apunt directamente a la cabeza del pajarraco y con un tono de voz

    enrgico le orden que se rindiera.

    Este, que apenas tena aliento para respirar, acat las ordenes y permaneci

    quietecito mientras el jefe y dos refuerzos le esposaban las alas.

    Minutos despus, cuando el cuerpo de la mujer ya estaba en la funeraria, los

    encargados de la polica interrogaban al detenido pero este, a pesar de todos sus

    intentos, no logr decir una palabra y a cada pregunta solo respondi con un

    inentendible sonido que no favoreci en lo mas minimo su declaracin.

    Este mismo interrogatorio se repiti durante las dos siguientes semanas, hasta que

    una tarde, ya exasperados por el silencio del acusado, decidieron por dar cerrado el

    caso y enviar al pajarraco, de una vez y para siempre, a prisin.

    Fue as, como dos das despues, el cuervo despertaba de su primera noche tras las

    rejas. Su primera visin fueron los dos ojos de su compaero, grandes, redondos y

    de un negro profundo que entusiasm su apetito.

  • 14

    As, rapidamente, sin pensarlo, acab con ellos para luego escaparse por las rendijas

    de la carcel y entrar en una nueva celda y en otra y en otra y en todas las dems para

    vaciar las orbitas de los presidiarios, de los carceleros de turno, de los cocineros, de

    los encargados de las letrinas, del alcaide e inclusive, de los forajidos que iban a

    mitad del tunel.

    Aun no satisfecho, el pajarraco continu su faena con los abogados, mdicos,

    sastres, zapateros, carpinteros, escritores, sacerdotes, maestros, tenderos, arrieros,

    prostitutas, caseras, esposas, y en fin, con todas las diferentes especies del pueblo,

    ya fueran nios o ancianos, ya fueran mujeres, hombres o parecidos.

    El nico que no corri con la misma suerte fue Don Simn, el amante de su antigua

    duea, a la que haba acuchillado hace tres meses. El mismo que, negando su culpa,

    lo haba mandado a prisin.

    No, l no mereca perder los ojos, l mereca conservarlos para ver de cerca, muy de

    cerca, la escena de su largo pico negro hartandose sus testculos.

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    Yo nunca me par frente al mar a pensar en ti

    tu nunca te paraste bajo la luna a pensar en mi

    por eso estamos como estamos

    por pensarnos

    en el carro

    en la oficina

    en el bao.

    ____________

    Miedo

    de parecerte fea

    de parecerte tonta

    de parecerte puta

    de parecerte

    ms que nada

    de parecerte.

  • 16

    Se rehabilitan los bolos

    los piedreros

    los que se inyectan.

    No las locas

    las flacas

    las ojerosas

    las hiper tristes.

    A esas almas se las lleva siempre el diablo

    pueden parir cien vidas

    que siempre seguirn vindose muertas.

    Son la depresin andante

    los pellejos rancios

    los esqueletos sin gracia

    Se droguen o no

    la amen o no

    ellas sern siempre las disfuncionales

    la eternas discapacitadas

    las deficientes.

  • 17

    PERRA

    Senta como la vista se le nublaba en medio de un gemido que le sala desde el

    fondo de las entraas. Era un orgasmo, del que tantas y tantas veces haba odo

    hablar.

    El que tantas y tantas veces haba buscado de diversas formas. Masturbndose con

    las manos, con una botella, con un consolador sin pilas, con un vibrador, cogiendo

    con los primos, con los del barrio, con su nuevo novio Manuel.

    Nunca podra tener la certeza pero todo indicaba que esa falta de aire, ese retorcijn

    en medio de su vagina, en un punto exacto que no poda ubicar, era un orgasmo. Sus

    ojos permanecan cerrados y esos segundos de placer le parecieron la razn de su

    vida entera.

    La bolsa de nylon que le cubra el rostro, ahora con una extraa sonrisa, se le

    termin de pegar a la piel, la fuerza que la sostena en cuatro patas, dej de correrle

    por los msculos. Ya no senta nada, ni ardor en la pierna navajeada, ni dolor en la

    mano sin dedos, ni miedo, ni odio, ni impotencia, solo una corriente de paz y ganas

    de no abrir los ojos nunca ms.

    El hombre, que no llegaba ni siquiera a los dieciocho aos de edad y que, sin

    embargo, tena ms vida que un militar de sesenta, se percat que el cuerpo al que

    estaba penetrando, era ya un cuerpo muerto.

    Igualmente sigui, una y dos veces, una y veinte veces, no iba a quedarse con el

    semen dentro, ya que eso luego le causaba grandes retorcijones en la base de la

    verga.

    Inmediatamente despus de la erupcin, se sacudi el miembro sobre el cuerpo

    inmvil, se lo guard entre los pantalones anchos de lona y dijo en voz alta esta

    puta ya palm, mejor nos apuramos a terminar el trabajito y nos rajamos.

    El Payaso, que an no haba gozado, levant una mano en seal de desaprobacin y

    dijo que el no se largaba a ninguna parte sin antes metrsela a la jaina que

    deahuevo ustedes cerotes como ya estn desquesados, pero yo as no me regreso a

    mi chante, caras de mi verga, ahora se esperan culeros.

  • 18

    Luego de eso se acerc al cuerpo, lo puso boca arriba, lo estiro bien y se le ech

    encima para facilitar la penetracin, como estaba tan caliente, de tanto ver, se vino

    en pocos minutos.

    Los dems se rieron casi al mismo tiempo, el Pinki dijo -este hijueputa no aguanta

    naaa, mejor no le conecto a la Rossana que la va a dejar con ganas.

    Entre todos, que eran seis, exactamente seis, cogieron a la mujer; o lo quedaba de

    ella. La extendieron sobre un nylon. El Payaso, con un cuchillo de cocina oxidado le

    corto las orejas y las meti dentro de una bolsa amarilla de Paiz. El lder de la clica,

    el ms cido de todos, el ms cabrn, conect el cuchillo elctrico que se haban

    geviado especialmente para esos menesteres y empez a cortarle la pierna

    izquierda, en la que antes, cuando an estaba vivita y coleando, le haban escrito la

    palabra PERRA con una navaja.

    La sangre salpicaba de forma sucia y descontrolada manchando todas las paredes.

    El Kalaka, sin pensarlo, aleg por el desorden que se estaba haciendo -ala gran puta

    vos, esta mierda si nos va a costar limpiarla, trabaja ms limpio manito, como un

    profesional. Todos, al unsono, volvieron a reir.

    - Mejor pasame esa caja y hacete shooo, cara de mi culo, le dijo el Bronson al

    Kalaka. A los pocos segundos la pierna luca dentro de la caja de carton de Pasta Ina

    como un cadver en su propio ataud.

    La caja fue depositada de madrugada en una calle de la zona 3. Las orejas se las

    guardaron ellos de recuerdo. El resto del cuerpo, el trax, la cabeza, los brazos, la

    otra pierna, fueron cortados luego, metidos como fuera en bolsas negras Kanguro y

    depositas sin orden en diferentes puntos de la ciudad.

    -Este tiene que ser un orgasmo se deca ella para si misma, del que tanto me haban

    hablado, el que tanto haba esperado.

  • 19

    Comenz a las doce.

    Un doctor

    diez mil contracciones

    y un hijo de puta.

    Los muros de su fuente se rompieron

    se inund de gritos.

    Con las entraas revueltas

    retuvo el aliento.

    El matricida

    baado en sangre

    mostr su cabeza.

    Ella,

    lo bendijo.

    ____________

    De la vagina de una reina

    as nac.

    No hubo cigea

    ni mago

    slo sexo.

  • 20

    De mis tetas gotas de leche

    de mi vagina recuerdos de sangre

    desde que viviste las cosas cambiaron.

    No soy ms la loca metindose coca

    -aunque me sobran las ganas-

    ni la cachonda cogiendo a diario

    ni la garganta peleando

    ni la enanita buitreada

    ni la regina famosa, la que hacia, que pona, que deca, que sola

    ahora respondo a tu llanto

    y giro alrededor de tu moiss.

  • 21

    EN SUS MANOS

    El pecho apretado respiraba con dificultad y un ligero pito sala de mi boca con cada

    espiracin. Era un ataque de asma que haba desarrollado durante las horas

    nocturnas. Fue extrao, haca muchos aos de mi ltimo ataque y ahora se, de

    pronto, sin previo aviso. Quizs efecto del humo ingerido durante las ltimas

    semanas ya que haba fumado mariguana en exceso para mitigar la ansiedad, o

    quizs el simple resultado de un cambio hormonal.

    Despus de pensarlo un poco me levant a pausas de la cama y me dirig a la caja de

    medicinas en busca de mi bomba de ventoln; antes de presionarla en mi boca vi que

    haba expirado haca ms de dos aos, as que la bote inmediatamente. Entonces me

    preocup, ese tren sonando desde mis pulmones, esa picazn en la parte inferior de

    la garganta, esa especie de asfixia y yo sin nada para medicarme.

    Abr el chorro de agua del lavamanos, me humedec la cara y el escaso hilo de aire

    termin de cortrseme cuando vi mi reflejo en el espejo. De dnde haban salido

    esas lneas prpuras? Me acerqu an ms y descubr que era las marcas de dos

    manos apretndome el cuello.

    Dos manos grandes, fuertes, manos de hombre trabajador, manos que dan ganas de

    tocar, manos que dan ganas de que nos toquen. Esas manos eran ideales para

    arrancarnos la ropa con un mnimo esfuerzo, para sostenernos en la calle mientras

    damos un paseo, para acariciarnos speramente los pechos y las nalgas. Manos

    sexis, manos que despiertan el deseo. Los dedos largos y huesudos, perfectos para

    una previa penetracin en el proceso del calentamiento.

    Nunca antes haba visto manos tan hermosas y bien formadas. Nunca haba

    entrelazado mis dedos en dedos como esos. Nunca haba lamido ni mojado con mis

    flujos una palma con lneas tan definidas y ahora, de la nada, aparecan en mi

    cuello.

    Esper despierta a que fuera el nuevo da. Al salir el sol me ba sin prisas, me

    maquill las marcas y llam a la oficina para reportarme enferma. An sin cita acud

    a mi viejo mdico. Al llegar mi turno me cheque por completo y no pudo esconder

  • 22

    la pena que sinti al descubrir las marcas en mi cuello. Luego de un ciento de

    preguntas me recet un sin fin de nuevos medicamentos y me mand a casa.

    Pasaron los das, los meses, los aos y nada me alivi. Por ms medicamentos

    novedosos y extraos que prob, nada alivi mi asma ni borr definitivamente las

    marcas. Durante el da poda hacer mi vida normal, un poco de maquillaje, un

    pauelo, el clsico cuello alto pero siempre, al caer la noche, regresaba esa angustia

    por el no respiro, ese sonido agudo envolviendo mi ambiente, esas lneas alrededor

    de mi cuello.

    Me internaron en hospitales varias veces, me enviaron a psiquiatras, curas de sueo,

    clnicas de acupuntura. Yo por mi cuenta visit todo tipo de sacerdotes, pastores

    evanglicos, y hasta un brujo que me recomendaron en un rincn perdido en Santo

    Domingo, pero nada me dio un nuevo aliento.

    Desde entonces respiro por las noches con dificultad y duermo sola, envuelta en sus

    manos.

  • 23

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