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Ponencia presentada en 2006 en el I Congreso de Literatura y Cultura Medievales de los Siglos de Oro y Teatro Novohispano para analizar el relato de la evangelizacion carmelita en Baja California del s. XVI.
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La ínsula maravillosa de los hijos de Elías: Una aproximación al discurso medieval de las crónicas del fraile carmelita Antonio de la Asunción, sobre el territorio de la California del siglo XVII.
José Antonio González Gómez y Arminda Soria S.
ENAH– INAH [email protected]
Ponencia presentada en el I Congreso de Literatura y Cultura Medievales de los Siglos de Oro y
Teatro Novohispano, celebrado del 24 al 26 de abril de 2006 en la Rectoría de la Universidad
Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, DF.
Introducción En la Nueva España de principios del siglo XVII, lo maravilloso estuvo siempre a la
orden del día; muestra de esto fue la serie de fantásticas crónicas y relaciones
sobre milagros, apariciones sobrenaturales y prodigios extraños que los españoles,
indios y mestizos creían que eran parte de la cotidianidad.
De esta serie de discursos, analizaremos uno, el Diario, escrito por el fraile
carmelita Antonio de la Asunción sobre el viaje y descubrimientos que realizó en la
expedición de Sebastián Vizcaíno en la costa oeste de la Alta y la Baja California
entre 1602 y 1603.
De este diario (al parecer hoy perdido) se derivaron varios textos, como los
capítulos del libro Quinto de la Monarquía Indiana de Fray Juan de Torquemada de
1614-1615 1, dos relaciones y dos pareceres del propio fray Antonio de la
Asunción, escritos en 1620 y 1629 respectivamente sobre el viaje, descubrimientos
y posibilidades de colonización de California, el estrecho de Anian y las tierras de
la Laguna de Oro y del Rey Coronado 2, el capitulo 22 del libro Tercero del Tesoro
Escondido en el Monte Carmelo Mexicano de fray Agustín de la Madre de Dios de
1 Ver Fray Juan de Torquemada, Los Veintíun libros rituales y Monarquía indiana, UNAM- IIH,
México 1975, Vol. 2, pp. 476-519 2 Ver los documentos citados en la antología documental de Michael Mathes, California I,
Documentos para la historia de la demarcación comercial de California 1583-1632, Vol. I y II, Madrid, Ed. José Porrúa, pp. 1175-1202, 1210-1215, 1221-1226, 1227-1239
1648-1653 3 así como una crónica manuscrita de la orden y su resumen
mecanoescrito 4 que se encuentra en el Archivo Histórico de la Provincia de San
Alberto de los Carmelitas descalzos en el convento de San Joaquín, DF.
Dichos textos ofrecen elementos para intentar reconstruir el argumento, estructura
e ideas básicas del perdido Diario de Fray Antonio de la Asunción y poder así
estudiar algunas estructuras y símbolos de origen medieval en él presentes, así
como la interpretación de la Realidad y el orden social y natural, estudio que nos
auxiliara en el estudio tanto en la sociedad de la Nueva España del s. XVI y s. XVII,
como de la Orden del Carmelo Descalzo novohispano.
Tales elementos milagrosos y fantásticos de origen medieval que el cronista y
expedicionario carmelita relató, no solo fueron parte de un sistema de creencias
generalizada de la época, sino que formaron parte de una compleja red de
herencias, propósitos y acciones que la Orden del Carmelo Descalzo trajo consigo
y que intento desarrollar en sus primeros años de trabajo en territorio novohispano.
La maravilla medieval y la Orden carmelita
Para la Cristiandad occidental, el orden divino que regía al Universo corpóreo,
tangible e intangible, organizando y relacionando todo lo creado en niveles,
jerarquías, ordenes y cadenas de dependencia celestes, terrestres e infernales,
comprendía no solo lo rutinario destinado a presentarse día con día, estación tras
estación como serían los ciclos de vida, los fenómenos climáticos, el movimiento
de los astros 5, etc., sino también las cosas y fenómenos sorprendentes, la
mirabilia (en latín, cosas admirables) o maravillas 6, tales como lluvias de piedras,
3 Ver a Fray Agustín de la Madre de Dios, Tesoro escondido en el Monte Carmelo Mexicano,
introducción y paleografia de Eduardo Báez M., UNAM-IIE, México, pp. 246-260 4 Ver Anónimo, Crónica de la provincia de San Alberto, (resumen mecanoescrito para consulta),
pgs. 119-125 5 Ver el artículo de Szatschneider, Conquistar o vivir, pp. 367-368, 369, 378 y 381
6 Ver Jacques Le Goff, Lo maravilloso y lo cotidiano en el Occidente medieval, Ed. Gedisa,
Barcelona, España, pp. 16-17
hechizos y magias, animales descomunales o nunca vistos, milagros e
intervenciones divinas, etc.
La maravilla no venía a romper el orden divino, sino antes bien, lo consolidaba
pues era la excepción que confirmaba la norma, tal y como pasaba con lo
monstruoso (generalmente su antitesis y complemento).
La maravilla o maravilloso es parte de la cotidianidad medieval y sus rasgos 7, le
permitirá conectarse con:
1. Regiones aisladas, lejanas y/o desconocidas, como serían las islas y
territorios en los confines del mundo, puertas de entrada y accesos al más
allá, sujetos a sus propias leyes y tiempos extraños
2. Las acciones y presencias de magos y hechiceros que manipulando fuerzas
naturales (como agentes de la magia natural) o fuerzas diabólicas (como
agentes del Maligno) sirven para probar las virtudes de los santos, héroes y
pueblos de Dios.
3. Los prodigios y milagros, productos de la intervención directa de Dios, la
Virgen y los santos, que como actos que rompen el orden establecido y
natural, y que representan signos o avisos mediante los cuales Dios
convierte a los incrédulos, a los idolatras, infieles o pecadores o refuerza la
fe entre la Cristiandad vacilante y temerosa.
Una situación a destacar es que la frontera establecida entre lo maravilloso y lo
milagroso era muy tenue y fácilmente traspasable, tal y como lo prueba la lectura
de numerosas hagiografias, en especial las colectadas en la época medieval tardía
como las de La Leyenda Dorada 8 o la inquietante Vida de San Amaro 9.
7 Ver la definición y caracterización de Rodilla León, en Lo Maravilloso medieval, pp. 73, 77-79
8 Ver Santiago de la Vorágine, “La leyenda dorada”, Alianza Ed., Madrid, 2004
Ahora bien, ¿de que manera se relacionó esta concepción de lo maravilloso
medieval con las acciones e ideas de la Orden del Carmelo Descalzo en la Nueva
España y en particular con los textos de fray Antonio de la Ascención?
Planteamos que la concepción de lo maravilloso encontró una natural relación con
los patrones simbólicos y místicos de la orden carmelita al momento de su reforma,
en virtud de que para la orden, la vida terrenal estaba llena de signos y pruebas de
la constante intervención divina.
Y ya que la misión de la orden era facilitar el tránsito del pueblo de Dios a su
salvación, mediante toda una vida de penitencia, contemplación, oración activa y
estados de arrobamiento o éxtasis, tal y como lo plantearon Santa Teresa de Jesús
y San Juan de la Cruz, la lucha contra el pecado mediante la obediencia, la
humildad y la oración10, así como el consecuente apoyo celeste, eran cotidianos.
De esta forma, lo maravilloso cristiano (los milagros y la intervención divina, así
como la piedad y la obra de mártires y santos se enfrentan a la agresión constante
del demonio y sus agentes en contra de la humanidad y de la santa madre iglesia)
se hace presente en la orden, donde además al parecer la influencia de las novelas
de caballería 11 (que muestran otra faceta muy parecida de la lucha del bien contra
el mal) se combina con otros patrones simbólicos tales como la jerarquización del
pueblo de Dios a nivel micro y macro en el orden divino establecido, la presencia
tangible e intangible de la Civita santis (ciudad santa), el Huerto cerrado (Hortis
Concluse) y la fortaleza espiritual o castillo interior como defensa de la población
cristiana a los ataques de Satanás y sus aliados
9 Ver Richard P. Kinkade, La evidencia para los antiguos immrama irlandeses en la literatura medieval española, pp. 511-525
10 Ver Santa Teresa de Jesús, Avisos de la Madre Teresa de Jesús para sus monjas, en “Obras Completas”, Ed. Aguiar, 1953, España, pgs. 743-746
11 Es probable que la novela de caballerías tiene su origen en las novelas hagiográficas, como lo sugieren las semejanzas entre la historia de la Vida de San Amaro y la novela de caballería El Caballero Cifar. Ver Kinkade, La evidencia de los antiguos .., pg. 525, nota 25
En particular, el esquema básico de integración en la orden carmelita, será la idea
de la purificación previa del cuerpo y alma tanto de seglares como sacerdotes y
frailes, como condición previa para proteger y conducir al pueblo de Cristo a su
salvación.
Luego vendrán las señales prodigiosas, los milagros, las visiones y los dones
proféticos, que reforzaran la fe y prepararan a los pastores y a las ovejas para la
pruebas que Dios permitirá.
Estas pruebas, el tercer y último acto, son el acto divino de permitir dejar actuar a
los hechiceros, magos y fuerzas del mal y del pecado, así como a otros agentes
del Demonio que intentaran desviar a los débiles y atraerlos a su condenación
eterna, a menos que todos en forma organizada defiendan y protejan el bien más
valioso, el alma inmortal.
Santa Teresa y otros dirigentes de la orden, habían planteado originalmente tanto a
la Corona Española como al Papado que la Orden del Carmelo Reformado, podría
salir fuera de sus territorios tradicionales (Europa y su sede original, el medio
oriente) para pasar a las nuevas tierras descubiertas y a otras regiones del mundo
(entre ellas el Congo africano), no solo con propósitos contemplativos, sino para
misionar entre los paganos e idolatras a fin de salvar infinitas almas y expandir la
cristiandad a todos los confines de la tierra.
De tal forma, la orden obtiene en 1585, el permiso para establecerse en la Nueva
España y poder misionar entre los indios en las regiones inexploradas del norte,
estableciendo su primera casa en la ermita de San Sebastián, en la parcialidad
indígena de la ciudad de México con once frailes para 1586, creándose la provincia
de San Alberto de México para ese mismo año 12.
12
Ver Fray Agustín de la Madre de Dios, Op. cit. pp. 38-42
Sin embargo, sus pretensiones de misionar en el norte, son obstaculizadas y
demoradas tanto por circunstancias externas (el celo y la influencia de otras
ordenes religiosas ya establecidas, así como por las propias autoridades
coloniales) y por circunstancias internas.
Tales circunstancias obedecen en lo general a un cambio en la política de la
dirigencia de la orden, allá en España e Italia, a manos de un nuevo padre
comisario de origen italiano, fray Nicolás de Jesús.
Durante el gobierno provincial de Nicolás de Jesús (1589-1594), la orden del
Carmelo Descalzo retiro a sus misioneros del Congo, cerrando sus misiones y
restringiendo el trabajo apostólico al mínimo, a fin de consolidar posiciones
políticas y territoriales 13.
Sin embargo el papa a partir de 1594 recomendó a la orden recomenzar su trabajo
misionero, eligiendo a Persia, la India, Sumatra, Inglaterra e Irlanda como nuevos
campos de la orden, iniciando así nuevamente las misiones.
En 1604 inició la expedición de evangelizar el imperio persa con siete frailes
carmelitas, un lego y un terciario que llegaran a Ispahán en 1607, para luego
intentar establecer misiones en Bagdad, Basora y otras ciudades en los años
subsecuentes.
En 1615 comenzaron las misiones clandestinas carmelitas a la Inglaterra
protestante, que culminaron generalmente en el arresto y ejecución de los frailes
descubiertos por el gobierno protestante inglés. En 1629 las misiones se
extendieron a Irlanda, territorio bajo la jurisdicción de Inglaterra.
Entre 1620 y 1621 se iniciaron las misiones carmelitas en la isla de Ormuz y en
1637-1638 en la isla de Sumatra.
13
Ver Manuel Ramos Medina, Imagen de santidad en un mundo profano, UIA, México, 1990,
Finalmente la expansión misionera carmelita tuvo su culminación cuando la orden
logro recuperar su antigua sede, las cuevas y las ruinas del monasterio original del
Carmelo, en Palestina para 1631, por las gestiones de diversos misioneros frente a
las autoridades turcas, estableciéndose nuevamente la orden entre 1633 y 1636 en
su morada original, las cuevas eremíticas del Monte Carmelo, disminuyendo
drásticamente la labor misionera, por una activa labor de consolidación de
posiciones y por una creciente actitud hacia la contemplación y el ascetismo
original de la orden.
En ese contexto, la labor misionera de los Carmelitas descalzos novohispanos
había sido pospuesta por una labor de creación y consolidación de fundaciones
(Puebla en 1586, Atlixco en 1589, Valladolid en 1593, Celaya en 1597) hasta que
en los últimos años de la administración del virrey Gaspar de Zúñiga y Acevedo,
Conde de Monterrey (1595-1603), se dieron las condiciones para que los
carmelitas novohispanos intentaran nuevamente aunque de manera breve, una
labor misionera en las regiones norteñas de la Nueva España, para luego regresar
a la política establecida para la orden a partir de 1633 y 1636.
Los carmelitas novohispanos y la expedición a California en 1602-1603
El territorio de la California había sido explorado por los españoles desde mediados
del siglo XVI por las expediciones de Hurtado de Mendoza en 1532, Diego de
Becerra en 1534, Hernán Cortes en 1535, Francisco de Ulloa en 1539 y Hernando
de Alarcón en 1540 14.
A fines del siglo XVI se volvió a explorar, siendo la expedición de Sebastián
Vizcaino en 159615 la responsable de nuevamente difundir la noticia de la riqueza
14
Ver Pablo L. Martínez, Historia de la Baja California, Ed. BC, México, 1960, pp. 85-90; David Piñera Ramirez, Ocupación y uso del suelo en la Baja california, UNAM-UABC, México, 1991, pp. 25, 36,38 ; W. Michael Mathes, The missions of Baja California, Ed. Aristos-Gob. BCS, México 1977, pp. 11-37 15
Ver W. Michael Mathes, Sebastián Vizcaíno y la expansión española en el Océano Pácifico 1580-1630, IIH-UNAM, México, 1973
en perlas y la excelente posición de las tierras de la California, que muchos creían
tan ricas y prometedoras como las del reino de Cibola y Quivira, allá en el Nuevo
México.
Sin embargo la nueva expedición a la California de 1602-1603 se organizó por
ordenes reales, por temor a que los navegantes holandeses e ingleses hubieran
encontrado al norte de la Nueva España, un canal o paso (El estrecho de Anian 16)
que comunicaba a los mares Atlántico y Pacifico, situación que hacia peligrar el
dominio, la colonización y el comercio español en todo el Nuevo Mundo y en el
lejano Oriente, ya que un paso así, garantizaba el ataque y penetración de
armadas enemigas en el Mar del Sur, como las de los corsarios ingleses Francis
Drake en 1583, Thomas Ripochi o Candi en 1590 17.
Para determinar si había peligro, el rey Felipe III ordeno en 1599 a su Virrey, el
Conde de Monterrey, organizar una expedición de reconocimiento y exploración de
las costas de California, así que se organizó y equipo una armada bajo las ordenes
de Sebastián Vizcaíno para que explorara y levantara un mapa de puertos, islas y
estrechos, no solo en la costa este, sino también en la oeste, así como de todo el
territorio posible al norte de California 18.
El Virrey organizo la expedición con tres navíos bajo el mando de Vizcaíno y
dispuso que tres frailes carmelitas descalzos se incorporaran a la expedición. Esta
disposición trataba de compensar la inicial actitud del Virrey Acevedo, que a
principios de su administración había impedido que los carmelitas descalzos
pasaran a evangelizar a los indios del Nuevo México, pese a contar con cedulas
reales que autorizaban sus misiones.
16
El estrecho de Anian se asociaba generalmente a las islas Armenias por las aseveraciones del cartografo y navegante Francisco Gali entre 1585 y 1586. Gali había sido comisionado por el arzobispo-Virrey Pedro Moya de Contreras en 1584 para que viajara de Filipinas a tierras americanas. Gali entrego al Virrey luego de su viaje un informe donde hacía mención de el paso del norte o estrecho de Anian que comunicaba a los mares Atlántico y del Sur y de las islas Armenias, islas muy ricas en oro y plata. Después de su informe, Gali falleció en Filipinas preparando una nueva expedición en 1586.
17 Ver Mathes, 1973 y Fray Agustín de la Madre de Dios, 1986
18 Ver Mathes, 1973 y 1977
De tal forma, en 1601 el virrey Acevedo autorizo a la orden carmelita novohispana
a mandar tres frailes a la expedición, incorporándose fray Andrés de la
Anunciación, fray Antonio de la Ascensión y fray Tomás de Aquino a la expedición,
a los que se les otorgaron facultades para desempeñarse como vicarios y curas de
la armada así como autoridades en asuntos de fe 19.
Los dos primeros frailes habían sido marinos antes de incorporarse a la orden.
Antonio de la ascensión había además estudiado para ser piloto en Sevilla. Fray
Tomas en cambio había sido señalado con el don de la profecía20
Además de los tres frailes, la orden carmelita incorporo a la expedición la imagen
milagrosa de la virgen del Carmen, que estaba en la ermita de San Sebastián,
además del estandarte de la orden 21.
La armada partió del puerto de Acapulco el 5 de mayo de 1602, llevando tres
naves, doscientos marinos y soldados y los tres frailes carmelitas descalzos.
La expedición reconoció toda la costa occidental de la costa de California, desde le
puerto de San Diego hasta el cabo Blanco de San Sebastián, en una navegación
difícil, ya que se viajo con viento en contra toda la estación marina.
Aparte, Vizcaino delego gran parte del trabajo de reconocimiento de puertos y
costas a uno de los frailes, Fray Antonio de la Ascensión, permaneciendo de esta
forma, nueve meses en su viaje costero, un periodo que bajo otras circunstancias
se pudo reducir a solo un mes de viaje 22.
A causa del largo tiempo de navegación, gran parte de la tripulación y tropa
enfermaron de escorbuto y al extenderse la enfermedad, pronto la flota perdió
19
Ver Fray Agustín, 1986 y Anónimo, Crónica, s/f 20
Anónimo, Crónica, s/f, pg.119 21
Anónimo, Crónica, s/f, pg. 119-120 22
Mathes, 1973 ; Martínez, 1960
movilidad, aumentando así las dificultades de coordinación y navegación,
empeorando también las condiciones climáticas.
Muchos expedicionarios empezaron a morir por el escorbuto, lo que aunado al
creciente frío y la carencia de víveres, provocaron el regreso de la flota en un
rápido recorrido, aprovechando vientos favorables, regresando al puerto de partida
en enero y febrero de 1603, luego de meses de retrasos y navegaciones inútiles y
erráticas.
Varios fueron los efectos de esta empresa: El más práctico fue el de formar un plan
para colonizar la Bahia de Monterrey como puerto de escala para los galeones de
Manila. Otro fue la elaboración de mapas de puertos y bahías visitadas, de acuerdo
a los datos proporcionados por fray Antonio de la Ascensión y por el cosmógrafo
oficial de la expedición,
Sin embargo, la información que proporciono Fray Antonio de la Ascensión sobre
los territorios visitados, trajo la idea de que si existía el estrecho de Anian, que
California era una isla o ínsula separada de tierra firme, situada casi en los
confines del mundo conocido, y que contenía un pobladísimo y rico reino indígena
a quien el mar tributaba perlas y ámbar y la tierra, plata y oro y que se extendía
desde el cabo de San Lucas o San Bernabé hasta el mismo estrecho de Anian
El autor y sus crónicas:
¿Desvaríos obscurantistas o Discursos bajomedievales?
Los textos de fray Antonio de la Asunción fueron conocidas entre los letrados
españoles y novohispanos de la época y fueron difundidas en el Consejo Real de
Indias e incorporadas en la obra de fray Juan de Torquemada 23 así como en la
crónica manuscrita de la Orden del Carmelo Descalzo sobre la historia y acciones
de los miembros de la provincia de San Alberto de México.
23
Torquemada, 1975: Vol. 2, 476-519
Estos textos no muestran extraviadas fantasías o desvaríos irresponsables de un
fraile ignorante, sino múltiples elementos bien organizados dentro de una lógica
conceptual de carácter institucional de un religioso letrado y disciplinado a las
expectativas y objetivos de su orden y de su sociedad 24, asociados y explicables a
la luz de las tradiciones medievales escritas (libros de caballerías, crónicas de
viajes, bestiarios, vidas de santos, martirologios, etc.) así como del enorme corpus
de la tradición popular medieval europea.
Fray Antonio de la Ascensión nació en Salamanca probablemente en 1573 y
estudio en la Universidad de su ciudad natal, Matemáticas y Náutica, materias que
perfecciono en el Colegio de Pilotos de Sevilla, adonde ingreso 25
Muy joven se traslado a la Nueva España, donde entró a la orden del Carmelo
Descalzo. Viajo a España para profesar en Toro en 1590 y regreso a la Nueva
España en 1597 26
Cuando por disposición real, el Virrey Conde de Monterrey dispuso la expedición a
las Californias de 1602-1603, al mando del marino y comerciante Sebastián
Vizcaíno, fray Antonio de la Ascensión fue nombrado cosmógrafo de la expedición
27
24
Sobre la posición de los historiadores que han revisado el papel y la figura de fray Antonio de la Ascensión, estos básicamente se han dividido en las dos citadas.
La primera, que le considera un fraile aturdido lleno de visiones erróneas y fantásticas cuya
difusión retraso la colonización del nuevo territorio así como el verdadero conocimiento geográfico al sostener que era una isla y no una península es sostenida por Pablo L. Martínez (Historia de la Baja California) y por Fernando de Ocaranza (Verdades, mentiras y fantasías que fueron escritas por un fraile carmelita cuando formó parte del sequito de Sebastián Vizcaíno en su segunda entrada a las californias, Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, V. XVII, pp.232-240)
La segunda postura, más moderada y moderna es sostenida por los historiadores W. Michael
Mathes (Early California Propaganda: The Works of fray Antonio de la Ascensión en el “California Historical Quaterly”, Vol. L, junio de 1971, pp 195-205) y por Joseph W. Sdenek (Fray Antonio de la Ascensión, cronista olvidado de California , en el “Bulletin Hispanique”, Julio-Dic. De 1970, pp. 277-291)
25 Ver Fray Agustín, Tesoro, 1986, pp. 264 y 265; Mathes, 1973; Porrúa, 1995: Vol. I, 245
26 Porrúa, 1995: Vol. I, 245
27 Ver Fray Agustín, Tesoro, 1986, pp. 264 y 265; Mathes, 1973; Porrúa, 1995: Vol. I, 245
Al término de la expedición, fray Antonio de la Ascensión llega al convento de San
y de allí, fray Antonio de la Ascensión se retiró al convento carmelita de Puebla,
donde falleció en 1636 28
Independientemente del detallado Diario, que fray Antonio debió escribir a bordo de
las naves de la expedición entre marzo de 1602 y abril de 1603, antes de fallecer,
Antonio de la Ascensión escribió además dos relaciones basadas en los materiales
de 1602-1603: Una en 1620 y otra en 1629, además de escribir dos pareceres,
ambos fechados en 1629, donde describe las riquezas y características de
California 29
Estructura tentativa del Diario
Básicamente proponemos que el Diario es una interpretación de los sucesos de la
expedición, que ya había sido profetizada tiempo atrás por las visiones de Santa
Hidelgarda y de la propia Santa Teresa de Jesús.
En este sentido no hay un verdadero conocimiento, sino una interpretación de
signos y señales así como de lucha en un plan de acción ya dispuesto previamente
por Dios, donde el asunto principal es la misión providencialista30 de la orden
carmelita en la California.
Dicha misión establece un esquema (el esquema básico de purificación-señales
maravillosas/milagros/intervenciones divinas-pruebas) que se desarrolla en dos
fases.
La primera fase contempla a la Voluntad divina, expresada en la Virgen del
Carmen, la patrona y verdadera comandante de la expedición y de sus hijos, los
28
Ver Fray Agustín, Tesoro, 1986, pp. 264 y 265; Porrúa, 1995: Vol. I, 245 29
Martínez, 1960: 96 / Piñera, 1991:38, nota 25 30 Tal y como lo propone Bravo en su ensayo Santidad y Narración Novelesca, pp. 33-35
carmelitas descalzos, que antes de salir del puerto de Acapulco, inician una gran
jornada de purificación.
Dicha jornada de purificación implicara la realización de procesiones, sermones,
ayunos y confesiones masivas de los pecadores arrepentidos, ya que Acapulco es
una Nueva Babilonia 31, sede de los enemigos del alma, lugar donde se revuelven
en forma antinatural hombres y mujeres, españoles, indios y negros en el lodo de
los vicios y el pecado.
Y como resultado de esa jornada de purificación, se reestablecerá el orden natural
y los pecadores serán cristianos arrepentidos y salvados
De esta forma, el viaje se iniciara, desplegando el estandarte de la orden, junto a la
bandera del imperio, la imposición del escapulario de la Virgen del Carmen a todos
los integrantes de la expedición y la procesión triunfal de la imagen de la Virgen
ante la tripulación de la armada y la población convertida del puerto de Acapulco.
A lo largo del viaje, el plan divino se revelara, mostrando en diversos actos, los
ejemplos de la caridad, la esperanza y la fe, ejemplificados en:
• El encuentro con los pelícanos en la isla de Cedros, que a semejanza de la
imagen medieval, alimentaran a los suyos con denuedo y sacrificio
• El encuentro pacifico con los indios californios que presagiara una rápida
conversión y donde el indiezuelo negro de fray Antonio de la Ascensión
sirve de intermediario, brindando el pan (el alimento por excelencia) a los
indios mientras que el fraile les brinda la enseñanza cristiana (el pan
espiritual indispensable de la humanidad)
31
El puerto de Acapulco a principios del siglo XVII (1616) era según los informes del Procurador General del Santo Oficio, fray Antonio Gutiérrez, un lugar donde la lujuria, la hechicería, la codicia y otros vicios florecían sin control entre la población permanente y flotante. Ver el artículo de Luz Alejandra Cárdenas Santana, El juego de intercambio en el siglo XVII, pp. 15-25
• Las pruebas que pondrán a prueba la fe de los siervos e hijos de la Virgen,
tales como la separación de las naves, la constante demora del viaje y los
primeros enfrentamientos con los indios.
En esta fase se presentaran los actos demoníacos (nieblas cerradas, tinieblas y
vientos antinaturalmente contrarios) que lucharan en vano contra la intervención
divina obrada por la Virgen del Carmen (apertura súbita y providencial de neblinas,
tiempo calmo y hermoso y vientos suaves)
En ese contexto, la imagen de las islas y tierras en los confines del mundo, se
reforzaran por la presencia de animales monstruosos, de naturaleza desconocida
como la inmensa raya que arrastrara un navío al morder el ancla y que al matarla,
los marineros no podrán sacarla del mar o de la fuerza de la conjunción lunar que
provoca temporales y horribles vientos.
La segunda fase ya no comprenderá los ejemplos de las virtudes cristianas (fe,
esperanza y caridad) pues se trata de la parte medular del viaje y donde se
presentara el esquema del orden divino.
Las nuevas tierras y poblaciones deben ser ganadas a Satanás y este tratara de
oponerse a la llegada de la verdadera fe y su Majestad Divina templara a sus hijos
y vasallos con terribles pruebas, cuyo triunfo arrebatara en definitiva y para
siempre, esa tierra del imperio del demonio, siendo los hijos de Elías, los
instrumentos de la voluntad divina.
La segunda fase comenzara con una jornada de purificación general, donde los
hijos de Elías en un retorno a su sede original (el paisaje desértico y eremítico de la
palestina del Monte Carmelo que el paisaje californio ofrecerá como un segundo
hogar) conducirán en penitencias, sermones, misas y procesiones a los pecadores
y arrepentidos miembros de la flota a un nuevo estado de gracia, todo bajo la
protección de la Santa virgen del Carmen.
Y luego apenas acabada la purificación, comenzaran las señales prodigiosas,
grandes cortinas celestes de luz y fuego se proyectaran en ele cielo, seguidas de
esferas ígneas que recorrerán el espacio, dividiendo en dos, las luces celestiales.
Los frailes interpretarán esas señales maravillosas como anuncio de conversiones
y salvación y que servirán para reconfortar a los expedicionarios ante las terribles y
cercanas pruebas.
Luego el viaje continuara y ante una reunión multitudinaria de indios, se comenzara
a expulsar al demonio y sus agentes de la nueva tierra reclamada para Dios. Se
encontraran y se destruirán templos paganos e ídolos, así como animales
monstruosos como los grandes cuervos demoníacos que como agentes agoreros
de Satanás, engañaban y oprimían a los pobres indios.
Y después de esto, vendrán las pruebas: la nueva separación de las naves, los
constantes retrasos por vientos adversos y furiosos, las corrientes marinas
antinaturales, las súbitas y malignas tormentas y finalmente la peste que enfermara
y matara a casi toda la tripulación.
De esta forma el martirio alcanzara a los expedicionarios. Los sufrimientos y la
muerte los acompañaran entonces; a fray Tomas de Aquino, bendecido don el don
de la profecía, será probado pues la peste deformara su cuerpo y le impedirá usar
sus miembros para todo el resto de su vida, mientras atiende y auxilia a la
tripulación moribunda.
A su regreso, fray Tomás permanecerá baldado hasta su muerte, junto con sus
hermanos como prueba y muestra de su ejemplar conducta, a modo de un nuevo
Job.
Sin embargo, la Virgen del Carmen luego de probar la fe y la templanza de sus
hijos, les proporcionara una cura milagrosa para acabar con la peste: una frutilla
pequeña y humilde, cual milagroso mana descubierto en el desierto por uno de los
hijos de Elías, un fraile carmelita, permitirá recuperar la salud a los miembros
sobrevivientes.
La jornada terminara con el regreso a Acapulco de los sobrevivientes y la entrada
de la California a la Cristiandad, mediante el establecimiento próximo de las
misiones carmelitas en el cabo de San Bernabé o San Lucas.
Consideraciones finales
La identificación del territorio explorado como una isla, un territorio que en la
tradición medieval será de carácter paradisíaco o infernal, pero que por lo general
marcara un acceso a otro mundo se expresara en la obra de Antonio de la
Asunción, en la mítica isla de California de Las Sergas de Esplandian, cercana al
estrecho de Anían y al fantástico reino de Quivira.
Encontraremos además, que la isla será una tierra rica y abundante tanto en
metales nobles como en alimentos, como una pesca abundante y variada; que el
territorio es a la par desértico y lleno de oasis verdes y frescos, como Tierra Santa,
donde los frailes carmelitas que acompañaron a la expedición pudieron retirarse a
semejaza de sus santos patrones (los profetas Elías y Enoch) a rezar en santa
contemplación para así, junto con la milagrosa imagen de la Virgen del Carmen
que les acompañara, poder salvaguardar y proteger a la expedición aun en contra
de gravísimos peligros como el escorbuto, nieblas traicioneras, peñascos
peligrosos y nativos hostiles.
Las pretensiones de identificar a California en los textos de Fray Antonio de la
Ascensión, como una isla rica en perlas, ámbar, plata y oro que esta a la entrada
del estrecho de Anian, muy cerca del reino de Quivira y de las Islas Armenias y que
posiblemente marca además, la entrada al otro mundo, son algunos de los
elementos medievales y fantásticos que fray Antonio presentara en su Diario de
1602-1603 y luego en los textos realizados entre 1620 y 1629.
Cualquier análisis de estos textos debe realizarse en el contexto del concepto de lo
maravilloso de la Baja Edad Media hispánica, cuando el ansia de la exploración y
de la conquista, rezagos de la etapa de la guerra contra los moros, se combina con
lecturas como la Vida de San Amaro o las Aventuras de Amadís de Gaula, que
eran lectura corriente en el siglo XVI, para la población española con alguna
formación académica.
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Historia de la Provincia de San Alberto de la Nueva España del Orden del Carmelo Descalzo
(Extracto mecanoescrito de la crónica manuscrita que se encuentra para consulta externa en la Biblioteca de la orden en el Convento de San Joaquín, DF, México)
La expedición a las Californias
“… Obedeciendo el Virrey las ordenes reales, hizo todos los aprestos necesarios para el feliz éxito de la expedición. Eligió por general a Sebastián Vizcaíno, hombre de grande experiencia sobre todo en aquellos mares que ya los había recorrido mucho. Por Almirante fue señalado Toribio Gómez. Por Piloto Antonio Flores. Iban doscientos soldados veteranos, de quienes era Alférez el valiente Juan Francisco Suriano. Pidió también a nuestra Orden, tres religiosos y los superiores designaron con anuencia del Virrey, a los padres Fray Andrés de la Asunción, Fray Antonio de la Ascensión y a Fray Tomás de Aquino, los dos primeros excelentes cosmógrafos y peritos en el arte de navegar y el tercero, insigne por su don de profecía, todos ellos eran de mucha virtud y celosísimos por la salud de las almas. Juntos todos en el palacio del Virrey, oyeron una elocuente plática que les hizo en orden al cumplimiento de las obligaciones de cada uno, exhortándolos a sujetarse al parecer y dirección de los religiosos. Nuestros religiosos deseosos de asegurar un feliz viaje, mandaron que todos confesaran y comulgaran, a lo que siguió un ardiente fervorín, cuyas voces fueron vivas y purísimas llamas que encendieron en valor y santa osadía aquella católica tropa. Se impuso a todos, el escapulario de Nuestra Señora del Carmen, a quien se consagró toda la flota, tomándola por patrona y enarbolándose dos banderas, una con las armas de España y la otra con las de nuestra orden. El Señor Arzobispo delegó toda facultad a los misioneros y el Santo Tribunal de la Inquisición sus veces para cuanto ocurriera en aquellas nuevas regiones. Los reverendos padres misioneros se prepararon con oraciones y ayuno, pidiendo al Señor diese eficacia al ejemplo de sus virtudes y a la doctrina de sus palabras para hacer guerra al Demonio y arrancar de sus garras, las almas de los infieles.
Llevaron también consigo a un indito negro, fervoroso cristiano, a quien ellos mismos habían catequizado para que les sirviera de intérprete. Despedidos del Virrey, llegaron al puerto de Acapulco, el siete de marzo del año de 1602, en donde debían de embarcarse. Era este puerto a la razón, una verdadera Babilonia, compuesta de hombres sedientos de oro y placeres. Al ver los hijos de Elías que casi todo el mundo seguía a Belial, levantaron su voz en defensa del Señor, Dios de los ejércitos. Como la flota no estaba aun preparada todavía, tuvieron que permanecer en dicho puerto hasta el día siete de mayo y en este tiempo, se aprestaron para hacer la guerra al enemigo. Empezaron un solemnísimo Novenario a la Virgen del Carmen, concluyéndolo con una grandiosa procesión en que tomó parte toda la ciudad. En ella llevaron la imagen de Nuestra Señora del Carmen a la playa, para que bendijese a los buques, consagrándoles con su mirada amorosa. Luego emprendieron un verdadero apostolado con su ejemplo, predicando diario y enérgicamente contra los vicios y visitando a los apestados y enfermos de los hospitales. Admirados y convertidos los habitantes de la ciudad (de Acapulco) con la eficacia de su ejemplo y predicación, procuraron desahogar sus conciencias que estaban bien gravadas y deseaban no salieran de la ciudad. Los contratos ilícitos de rohatras , usuras, monopolios y otros innominados que se rescindieron, las escrituras falsas que se rasgaron, las grandes sumas de dinero que se restituyeron, las venganzas y amancebamientos que cesaron y las conversiones de grandes pecadores empedernidos que se obraron por medio de nuestros padres durante su permanencia en aquel puerto, lo refieren extensamente nuestras crónicas. Llegado por fin el día de la partida, todos los de la tripulación confesaron y comulgaron y se despidieron de los de la ciudad con un sermón tierno y elocuente que predicó el Padre Antonio. Muchos de aquellos fieles acudieron a la orilla del mar