La Marcha del Cristianismo Tomo II - Juan C. Varetto

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    La Reforma Religiosa del Siglo XVI

    LA REFORMA RELIGIOSA DEL SIGLO XVI

    SEGUNDO TOMO DE LA MARCHA DEL CRISTIANISMO

    JUAN VARETTO

    1938

    INDICE

    Dos Palabras

    Captulo Primero

    Los Precursores De La ReformaCausas Que Motivaron La Protesta. Juan Wicliffe Juan Huss Jernimo De Praga La

    Guerra De Los Husitas Jernimo Savonarola

    Captulo Segundo

    La Reforma En AlemaniaJuventud De Lutero Lutero En Wittenberg La Venta De Las Indulgencias Enemigos Y

    Colaboradores Sus Primeros Escritos La Bula De Len X La Dieta De Worms Wartburgo Rebelin De Los Aldeanos Lutero ntimo La Dieta De Spira La Confesin De Ausburgo Laltima Etapa.

    Captulo TerceroLa Reforma En Suiza.

    Infancia Y Juventud De Zwinglio Sus Primeros Trabajos Parroquiales - Zwinglio Al Frente DeLa Catedral De Zurich Marcha De La Reforma- La Conferencia De Marburgo El Desastre DeCappel.

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    LA MARCHA DEL CRISTIANISMOLa Reforma Religiosa del Siglo XVI

    Captulo Cuarto

    La Reforma En FranciaSantiago Lefevre Juan Leclerc Luis De Berquin Margarita De Orlens Guillermo

    Farel Juan Calvino El Caso De Miguel Servet Recrudecimiento De La Persecucin ElColoquio De Poissy Los Hugonotes La Noche De San Bartolom.

    Captulo Quinto

    La Reforma en Inglaterra y EscociaIntroduccin del Nuevo Testamento Toms Bilney Guillermo Tyndale Enrique VIII

    Eduardo VI Una Legin De Mrtires Establecimiento Definitivo Del Protestantismo La ReformaEn Escocia - Patricio Hamilton. Juan Knox.

    Captulo Sexto

    LA Reforma En Los Pases Bajos.El Evangelio En Los Pases Bajos - Los Edictos De Persecucin Felipe II en el Poder

    Levantamientos Populares Las Crueldades del Duque del Alba.

    Captulo Sptimo

    Los AnabaptistasLos Calumniados De La Historia Los Anabaptistas De Suiza Fieles Hasta La Muerte

    Exaltacin Y Fanatismo Los Exaltados De Munster Baltazar Hubmaier Los Hutterianos DeMoravia Menno Simons.

    Captulo Octavo

    La Reforma En ItaliaEl Evangelio En Venecia. El Obispo Vergerio. Anabaptistas Italianos. El Evangelio En

    Ferrara Y Luca. La Escuela De Juan Valds. Los Mrtires De Roma.

    Captulo Noveno

    La Reforma En Espaa.El Protomrtir De La Reforma En Espaa. Los Mrtires Evanglicos De Valladolid.

    Rodrigo Valer. La Congregacin De Sevilla. Una Navidad Siniestra. Reformistas EspaolesFugitivos.

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    Captulo Primero

    LOS PRECURSORES DE LA REFORMA

    CAUSAS QUE MOTIVARON LA PROTESTA

    Entramos al siglo XV. La apostasa prevalece en todo el campo nominalmente cristiano.El clericalismo deja sentir su planta frrea sobre la cerviz de los pueblos. Ahogados en ros desangre y consumidos por el fuego de mil hogueras, los valdenses y albigenses estn casitotalmente exterminados. Slo aqu y all se levanta de vez en cuando alguna voz heroica quepronto tiene que guardar silencio en las mazmorras inquisitoriales.

    El papado triunfa en toda la lnea. Reyes, prncipes y vasallos se someten

    incondicionalmente a su desptica autoridad, y ste no cesa de pregonar sus arrogantes yblasfemas pretensiones. Los papas logran ejercer una autoridad mundana nunca alcanzada por losms afortunados emperadores y el colegio de cardenales que le rodea desempea las funcionesdel viejo senado romano. El paganismo ha resurgido escondindose bajo el nombre de cristiano.Todo conato de resistencia y aun la crtica ms leve tiene que ser expiada con la sangre delculpable, e Inocencio III declara, sin que nadie proteste, que el Seor le ha confiado no slo elgobierno de la iglesia sino el de todo el mundo. No menos arrogante se muestra el papa BonifacioVIII cuando ofrece, como si fuesen suyas, las coronas reales de Roma y Constantinopla a unprncipe francs; declara feudos papales a Hungra, a Polonia, Escocia, y publica la bula UnamSanctam en la que deca: "Declaramos que por la necesidad de la salvacin toda criatura humanaest sujeta al papa de Roma".

    El papado no mostraba otra preocupacin que la de sostenerse en el poder temporal yaumentar la extensin territorial de su reino. Aprovechando su ascendiente sobre monarcas quevean en el papa a un verdadero representante de Cristo, se serva de la excomunin y delentredicho para la realizacin de sus fines polticos. Su historia se convierte en una larga einterminable serie de arreglos polticos, intrigas diplomticas, empresas militares, al frente de lascuales se colocan a veces los mismos pontfices, y de pactos que se quebrantan cuando dejan dellenar el fin que el papa tuvo al hacerlos firmar.

    Oigamos lo que respecto a la simona papal dice el historiador Dr. F. de Bezold en eltomo 21 de la Historia editada por Oncken: "Con mucho acierto se ha calificado p la curiaromana de mquina gigantesca de hacer dinero; y la frase de que en Roma todo se adquira condinero no era ninguna exageracin, porque entonces todo se compraba, desde la prebenda mspequea hasta el capelo cardenalicio; desde el permiso de comer manteca de vaca en los das deayuno hasta la absolucin de asesinatos e incestos. La curia esquilmaba a los obispos a fuerza decontribuciones onerossimas, y, al propio tiempo, desorganizaba e imposibilitaba la cura de almasen las dicesis, ya vendiendo sin escrpulos los cargos eclesisticos, ya por medio de los frailesmendicantes, que provistos de privilegios papeles suplantaban a su placer al clero parroquial enlos pulpitos y confesonarios. Era un gobierno centralizador cuya mano se senta en todas partes,que no guardaba consideracin a nada ni a nadie, que no tena ms norma y objeto que su propiointers y que costaba carsimo a los pueblos".

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    La corrupcin en las esferas eclesisticas era espantosa. En la silla papal se sentabanmonstruos como Alejandro VI, padre de la famosa cortesana Lucrecia Borgia. El da que fuecoronado nombr a su hijo Csar, un joven de costumbres feroces y disolutas, arzobispo deValencia y a la vez obispo de Pamplona. Las orgas que tenan lugar en el Vaticano igualaban alas de Calgula y los crmenes que se cometan rivalizaban con los de Nern.

    Los conventos de la capital eran verdaderos focos de corrupcin. Sobre la vida de losclrigos dice el historiador arriba citado: "La introduccin forzosa del celibato eclesistico tuvo laconsecuencia que era de temerse, el amancebamiento del clero. Los sacerdotes, que pblicamentevivan con mancebas, pasaban tambin las noches jugando a los dados, bebiendo copiosamente ycoronando todos estos excesos brutales con rias de las cuales resultaban con frecuencia muertosy heridos".

    Las Sagradas Escrituras que haban sido ledas y comentadas en todas las iglesiasprimitivas para instruccin de los fieles, haban cuido casi por completo en desuso. TomsLinacer que era un eclesistico erudito nunca haba visto un ejemplar del Nuevo Testamento.Cuando al fin de sus das se puso a leerlo qued tan sorprendido de su contenido que dijo: "Obien esto no es el Evangelio o nosotros no somos cristianos".

    Los eclesisticos ms instruidos lean la Vulgata, es decir la versin latina de la Biblia,pero los de inferior categora no lean nada. Tocante al pueblo, ni se pensaba en cosa tal como sulectura. Las versiones que algunos eruditos hicieron a las lenguas corrientes no llegaron jams amanos del pueblo, al que se le mantena en la ms completa ignorancia no slo de esa materiasino de todas las otras. Privado as del pan de la vida se alimentaba de ritos muertos, ridculasleyendas de santos, apariciones de vrgenes, y mil otras supersticiones.

    Pero no eran solamente abusos eclesisticos los que haba que corregir en el romanismo.La misma doctrina cristiana haba sido pervertida y mistificada. Se haban respetado creenciasfundamentales, como la divinidad de Cristo y la inspiracin de las Escrituras, pero al lado de ellasflorecan otras que lograban desvirtuarlas. Una multitud de mediadores viene a ocupar el lugardel nico mediador entre Dios y los hombres, y la confianza en el fuego del purgatorio reemplaza

    a la expiacin obrada por Cristo en la cruz. El culto en espritu y cu verdad proclamado por eldivino Maestro junto al histrico pozo di; Jacob, fue sustituido por el grosero culto de lasimgenes. El sacerdocio universal de los creyentes desapareci ante el avance atrevido de unsacerdotalismo contrario al espritu y a la letra del Nuevo Testamento.

    La gente piadosa que aun quedaba empez a preguntarse si esta institucin tan mundana,poda ser la verdadera iglesia fundada por Cristo.

    "Quin me diera, quin me diera haba escrito el abate de Clairvaux ver antes demorir, la iglesia tal como fue en sus primeros das!"

    Y este suspiro de aquel alma angustiada era el que lanzaban muchos hombres desentimientos cristianos, verdaderos precursores de la Reforma que estallara en los albores delsiglo XVI. Vamos a ocuparnos de algunos de ellos.

    JUAN WICLIFFE

    Juan Wicliffe fue el ms ilustre de los precursores del movimiento dominado a restaurar elcristianismo primitivo y con razn ha sido llamado "la estrella matutina de la Reforma".

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    Naci en Inglaterra el ao 1324. Estudi con mucho xito filosofa y teologa en laUniversidad de Oxford. Se distingui pronto tanto por sus dotes intelectuales como por laindependencia de su pensamiento. Grande era su celo por el estudio, por la prosperidad de laiglesia y por lodo lo que pudiese contribuir al bien de su pueblo.

    Su espritu sufra al ver la triste condicin moral y espiritual de la iglesia, y el estudio de

    las Profecas le trajo el convencimiento de que ya su haban cumplido las predicciones de unaapostasa universal. Su primer libro se titul "Los ltimos tiempos de la Iglesia", y lo escribi eningls porque lo destinaba al pblico en general, apartndose con esto de la costumbre reinante deescribir en latn para los intelectuales. En 1372 se gradu en el doctorado de teologa y fueentonces que empez a ganar popularidad tanto por sus discursos como por sus escritos. Cada dase haca ms fuerte en su actitud contra la corrupcin de la iglesia. Sus polmicas eranprincipalmente con los frailes mendicantes que tanto por su nmero como por su carcter sehaban convertido en una plaga social. Andaban continuamente recorriendo las calles con unabolsa al hombro pidiendo en las casas toda clase de artculos para llenar las bodegas y despensasde los monasterios.

    Su ardiente patriotismo fue uno de los factores ms poderosos para convertirlo en

    reformador. Como ciudadano ingls se sinti ofendido cu su dignidad nacional ante laspretensiones de la curia romana y por la explotacin descarada de que era objeto su pueblo. "Elpapa y sus colectores escriba sacan de nuestro pas lo que se necesita para sostener a lospobres y miles de libras del tesoro real en cambio de sacramentos y pretendidas bendiciones.Ciertamente nuestro reino tiene una gran montaa de oro y nadie saca de ella sino este soberbiocolector eclesistico, y al cabo de un tiempo todo habr desaparecido; porque siempre estsacando dinero de nuestra tierra y lo nico que nos devuelve son maldiciones de Dios a causa desu simona".

    Wicliffe empez a examinar las pretensiones del papa desde el punto de vista del honor yde la independencia de su pas. Una nacin sujeta a Roma dejaba de ser del todo independiente.Sigui buscando las causas que motivaban la degeneracin de la iglesia, y luego se atrevi a

    examinar sus dogmas tan arrogantemente presentados como de origen celestial, para ver si a ellosse deba atribuir el malestar reinante y la conducta depravada del clero. Quiso saber si estosdogmas estaban fundados en las Escrituras y encontr no solamente que ellas no les prestaban suapoyo sino que estaban manifiestamente en su contra.

    Sus ataques a la iglesia papal fueron francos y vigorosos y produjeron gran efecto en elpueblo que ya empezaba a sentirse cansado de llevar la pesada cargada que Roma le impona.

    Al principio slo haba atacado a los frailes mendicantes, pero ahora atacaba a la mismainstitucin monstica con poderosas razones cristianas y argumentos bblicos, y de investigacinen investigacin fue descubriendo que muchas de las doctrinas que la iglesia romana llamabafundamentales no eran de origen cristiano.

    Pona frente a frente la verdad bblica con el error papista y el contraste que semanifestaba lleg a ser el tema de las conversaciones populares. El nmero de personas que seconvencan de la necesidad de romper con Roma para seguir a Cristo era cada da mayor.

    Wicliffe supo dar mucha importancia a la predicacin como medio de satisfacer lasnecesidades espirituales del pueblo. En su parroquia el sermn lleg a ser la parte principal delculto pblico y la gente se aglomeraba ansiosa de escucharle. Se conservan an los manuscritosde trescientos de sus sermones que dan a conocer la naturaleza de su predicacin, la cual almismo tiempo que era de valientes ataques al papado, expona con claridad y sistemticamentelas doctrinas del Nuevo Testamento y tena por fin conducir almas a los pies del Salvador. "El

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    mayor servicio deca que se puede hacer a los hombre es predicarles la Palabra de Dios".Cristo mismo dio el ejemplo consagrndose a esa tarea y la asign a sus apstoles para que pormedio de ella las tinieblas fuesen disipadas.

    La costumbre de emplear predicadores itinerantes naci con l y para justificarla apel alejemplo dado por el Seor y deca: "Los Evangelios nos refieren cmo Jess iba por todas parles

    del pas, a pueblos y ciudades, y esto para ensearnos a buscar el bien de lodos". Logr conseguirla colaboracin de muchos que estaban animados del mismo espritu y fund con ellos unasociedad de predicadores itinerantes a los cuales daba instruccin, y quienes descalzos y vestidosrsticamente recorran el reino predicando el Evangelio y denunciando los errores del papismo.Estos predicadores fueron llamados lollardos, palabra que significa vagabundo o mendigo,porque estos hombres no tenan, generalmente, residencia fija, ni parroquias que produjesenrentas, y vivan de las ofrendas de las almas piadosas, sin descender al terreno de los frailesmendicantes que eran por ellos combatidos.

    Perseguidos cruelmente tuvieron que huir y esconderse, pero sus enemigos llegaban a susmismos escondites y los conducan a la muerte. La edad de los mrtires haba resurgido y esto noen tierra pagana sino en pases que se denominaban cristianos. Era un punto ms que vena a

    demostrar que el romanismo era el paganismo enmascarado. "Prediquemos fielmente la ley deCristo, aun a los prelados imperiales, deca Wicliffe y veremos como inmediatamente selevanta una ola de martirio".

    Los adversarios de este reformador lo han acusado de ser la causa inmediata y hasta elinstigador de la revolucin social llamada de los aldeanos que encabez un cura rebelde llamadoJuan Baile y estall en su tiempo. No es probable que l mismo haya buscado este levantamiento,pero sucedi, como siempre sucede, que el pueblo al despertarse a las ideas de libertad e igualdadevanglicas que los lollardos predicaban con entusiasmo, sac las consecuencias de estaenseanza y quiso que tuviesen aplicacin prctica en el orden social y no slo en el religioso.Hay que convenir en que la revolucin fue resultado natural de la agitacin sembrada por lasdoctrinas de Wicliffe, agitacin que hizo estallar la indignacin que fermentaba en las masas.

    Como el movimiento iba tomando incremento el papa Gregorio XI se alarm y lanz tresbulas contra el reformador, el ao 1377, que fueron enviadas por mano de un nuncio. Una destas iba dirigida a la Universidad de Oxford, la otra a los obispos de Canterbury y Londres, y latercera al monarca. Pronunciaba en ella sentencia de condenacin contra diecinueveproposiciones de Wicliffe. Llamaba la atencin al hecho de que las herejas condenadas erancontra la fe catlica y tendan a la subversin del orden social. Ordenaba que Wicliffe fueseencadenado y encerrado en una prisin; que se le formase juicio para or de l si sostena esasdoctrinas y en qu sentido, y de que sus respuestas fuesen enviadas a Roma. Estas bulas noencontraron buena acogida en Inglaterra salvo de parte del alto clero. Ni la Universidad ni el reyles dieron importancia. Los obispos, s, y reunieron un Snodo y ordenaron a Wicliffe quecompareciese, pero como ste contaba con el apoyo del duque de Lancaster, tuvieron quemoderarse y el juicio termin sin mayores consecuencias.

    El mucho trabajo y las luchas constantes quebrantaron seriamente la salud del reformador.Durante su enfermedad fue visitado por una delegacin de cuatro doctores en teologa enviadospor los frailes mendicantes y cuatro lores de la ciudad de Oxford. Le recriminaron sus durosataques a los frailes, sosteniendo que eran calumniosos, y le amonestaron a que en presencia de lamuerte que se le acercaba se retractara de lo dicho. El enfermo no poda incorporarse, as quepidi a los que le rodeaban que lo sostuviesen un poco sentado en su lecho y haciendo esfuerzos

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    supremos les respondi enrgicamente: "No morir, pero vivir, y continuar siempredenunciando las malas prcticas de los frailes". Estos se retiraron confundidos.

    Ni los muchos peligros que le amenazaban ni la debilidad fsica que sufra pudieron abatirsu coraje ni detener sus proyectos de reforma.

    Como un verdadero precursor del protestantismo, se apoyaba slo en las Sagradas

    Escrituras sosteniendo que las creencias religiosas deben buscarse en ella y no en la tradicineclesistica, siempre incierta y contradictoria. Sinti que su deber era traducir la Biblia al idiomacorriente de su pueblo, para que ste no pudiese ser engaado por los que mudan la verdad deDios en mentira y honran a la criatura antes que al Creador. La Biblia bajo la denominacinpapista era un libro sellado para el pueblo y aun los clrigos se ocupaban poco de su contenido.Su versin apareci en 1380 y con este acto recrudeca la persecucin. "Wicliffe dice Nender no poda producir en ingls una Biblia comparable a la que ms tarde produjo Lulero enalemn, pero debemos juzgarla teniendo en cuenta los elementos de* que dispona. No pudo irdirectamente a las lenguas originales, porque no conoca ni hebreo ni griego; pero no omitiesfuerzo para producir todo lo que era posible con el conocimiento y ayuda que tena. Adems decomparar muchos manuscritos de la Vulgata se sirvi de los comentarios de Jernimo y de

    Nicols de Lyra; y cuando notaba una diferencia entre la Vulgata y el original, lo haca notar enla margen".La publicacin de la Biblia en ingls fue saludada con verdadero regocijo de parte de

    todos los que amaban la luz y la verdad, pero all, como en todas partes, los que se aferraban a lacostumbre temblaron y dejaron or sus quejas amargas. Enrique Knighton, que escribi la historiade aquel perodo, ataca a Wicliffe diciendo que tradujo al ingls un libro que estaba destinado alos clrigos y doctores, afirmacin del todo contraria a la verdad, pues los autores sagradosescribieron siempre para el pueblo. Pero no se detiene ah y aade que poner el Evangelio alalcance de los laicos es arrojar las perlas a los puercos para que las pisen con sus pies. Wicliffecontesta que sus enemigos eran capaces de condenar al Espritu Santo porque en el da dePentecosts haba dado el don de lenguas para que todos oyesen las maravillas de Dios. Acusaba

    al clero, como Cristo a los doctores de la ley, porque haban quitado la llave de la ciencia (Luc.11:52.), y deca que los verdaderos herejes eran los que enseaban que los laicos no necesitabanconocer las Escrituras y deban someterse ciegamente a la autoridad de los clrigos. Ya que todoslos creyentes tienen que comparecer delante de Dios para dar cuenta de los talentos recibidos, esrazonable que todos sepan correctamente lo que Dios espera de cada uno. Sostena que el NuevoTestamento era inteligible a todos en aquello que afecta a la salvacin, sin necesidad de unapreparacin teolgica especial y previa. El estado moral del lector, su ansiedad por lo espiritual,su anhelo de hacer la voluntad de Dios, son las condiciones requeridas para entender lasEscrituras.

    Algunos de sus amigos influyentes no se atrevieron a ir tan lejos como l en los ataques alas rdenes monsticas, pero valientemente resolvi continuar la lucha aunque no contase con suapoyo, lo que le sirvi para demostrar que no era siervo de los hombres sino de Dios.

    Courtey, nuevo arzobispo de Canterbury, se iniciaba en sus funciones lleno de bros yconvoc un Snodo con el fin de tomar graves medidas contra los atrevidos innovadores. Seencontraban pomposamente reunidos en el vetusto convento franciscano de Londres, y ya habanformulado sus primeras declaraciones cuando el edificio se sinti sacudido por un violentoterremoto que puso en fuga precipitada a todos los prelados y frailes ah reunidos. Con estoterminaron las deliberaciones y qued slo el recuerdo del Snodo del Terremoto como se lellam despus.

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    El Snodo del Terremoto antes de dispersarse haba condenado algunas de las creencias deWicliffe. Entre otras las relativas a la santa cena y al papado. El arzobispo lanz a raz de estouna pastoral contra el reformador en la que apelaba a las autoridades y a la Universidad deOxford, pero nadie le prest odo. Consigui, no obstante, debido a su insistencia, que el jovenrey Ricardo proclamase una orden condenando la obra de los lollardos y muchos de ellos fueron

    encarceladosEn 1382 Wicliffe fue expulsado de la Universidad y se retir a la parroquia deLutterworth donde, a pesar de encontrarse con muy mala salud, continuaba atacandovigorosamente al papado que en aquel entonces lo ocupaban dos prelados simultneamente y selanzaban uno al otro excomuniones y maldiciones de grueso calibre.

    Wicliffe falleci el 31 de diciembre de 1384. La iglesia de Roma que no pudo ejecutarlodurante su vida, sigui odindolo hasta despus de la muerte, y en 1415, condenadas susdoctrinas por el concilio de Constanza, sus restos fueron sacados de la sepultura y arrojados al roque pasa por Lutterworth.

    JUAN HUSS

    Los escritos de Wicliffe haban alcanzado mucha circulacin en otros pases, pero fueprincipalmente en Bohemia donde tuvieron singular acogida, no slo de parte de algunaspersonas intelectuales y estudiosas sino tambin de parte del pueblo, de la gente campesina quese hallaba en franco antagonismo con la aristocracia poseedora de la tierra que otros cultivaban.

    Las aspiraciones de este pueblo cansado de sufrir injusticias y sediento de libertad sepersonificaron en Juan Huss. Hablaremos ahora de la vida, trabajos y martirios de este precursorde la Reforma.

    Naci el 6 de julio de 1373 en una aldea de Bohemia llamada llussinetz, do la que le vieneel apellido con que es conocido. Su padre era un campesino sin recursos que muri joven dejandoa su esposa e hijo en la mayor miseria. Pero la solicitud y sacrificio de esta viuda bastaron parasobreponerse a las grandes dificultades que encontr, logrando dar buena educacin a su hijohasta verle ingresar en la Universidad de Praga, pasando de la categora de alumno a la deprofesor cuando tena veinticinco aos de edad. Debi mucho de su popularidad no slo a sutalento sino a su profundo espritu nacionalista, llegando a ser considerado como el verdaderojefe del pueblo checo. En 1401 fue decirlo den y dos aos ms tarde rector de la Universidad,por los votos del profesorado y del auditorio como era costumbre. Fue tambin nombradopredicador de la capilla de Bethelem, la cual haba sido edificada y dotada por dos laicos, unomiembro de la corte y otro comerciante, para que en ella se predicase la Palabra de Dios enlengua vulgar para instruccin del pueblo; en vista de que los templos de Praga estaban casiexclusivamente consagrados a ritos y ceremonias que no servan para alimentar espiritualmente alos que tenan hambre y sed de las enseanzas divinas. Por eso le fue dado el nombre deBethelem, que significa casa del pan.

    El historiador bohemio Francisco Polaky describe a Juan Huss de esta manera: "Lapenetracin y claridad de su inteligencia, el discernimiento que tena para poner el dedo en elnudo de las cuestiones, la facilidad con que los desataba, el espritu consecuente que mostraba ensus deducciones, le aseguraron una gran superioridad sobre sus colegas. A todas estas cualidades

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    uno solo de los crmenes que se le imputaban bastaban para que hubiera merecido estarperpetuamente encerrado en una prisin.

    Tal era el "santsimo" papa y el "santo" concilio ante el cual comparecera el ms noble delos hijos de la heroica Bohemia. El emperador Segismundo le haba dado un salvo-conducto yuna escolta para que pudiese ir y regresar en completa seguridad. El 11 de octubre de 1414 parti

    de Praga acompaado de su fiel discpulo Juan de Chlum. Los que le despidieron lloraban al verlepartir porque tenan el doloroso presentimiento de que no volveran a verlo.El 3 de noviembre entr en Constanza, recibido por una multitud de admiradores y

    curiosos que se disputaban el sitio ms prominente para ver pasar al gran heresiarca queconmova a la cristiandad. Fue alojado en una casa particular donde lo dejaron tranquilo durantelas primeras cuatro semanas. En este tiempo se dedicaba enteramente a la lectura de obrasdevocionales y a la preparacin de su defensa. Pero sus enemigos no estaban inactivos,particularmente el Dr. Paletz, uno de sus antiguos compaeros de causa y ahora convertido en superseguidor implacable. Levantaban contra Huss toda clase de calumnias para predisponerdesfavorablemente a los miembros del concilio, y si fuese posible, irritarlo, para despojarlo detoda autoridad moral.

    Sus enemigos sostenan que un hereje no era digno de la consideracin que se le tena alpermitrsele tener una casa por crcel. Deba ser encerrado donde se encierra a los peoresmalhechores, para que vaya al juicio no desde una casa sino desde una prisin. Consiguieron conestos argumentos que el 28 de noviembre fuese sacado de su alojamiento y encerrado en unacrcel inmunda, por donde pasaba una cloaca pestilencial que haca de la vida un tormento. Denada valieron las protestas del caballero de Chlum ni aun las del emperador a quien decan que elsalvo-conducto y proteccin ofrecidos a un hereje no tenan valor. Ya quedaba evidenciado queJuan Huss haba sido miserablemente engaado. l crea que al parecer ante el concilio era paradiscutir y demostrar que sus creencias eran sanas; en cambio lo trataban como a un reo de gravesdelitos que estaba ah para responder a acusaciones.

    Sus sufrimientos fsicos y morales eran atroces. l haba soado con hacer resplandecer la

    luz de la verdad en aquella magna asamblea, pero ahora ya estaba convencido de que le esperabala muerte. Escribi a uno de sus amigos: "Es ahora cuando aprendo a repetir los acentos de losSalinos, a orar, a contemplar los sufrimientos de Cristo y de los mrtires. En medio de lastribulaciones comprendemos mejor la Palabra de Dios."

    En la prisin fue interrogado varias veces por la comisin papal, la que hipcritamentebuscaba que ya estuviese condenado cuando compareciese ante el concilio y as impedir quehiciese uso de la palabra. El 5 de junio fue llevado ante el concilio, reunido en minora, pero lospresentes eran numerosos. Leda la acusacin, Huss pidi la palabra para dar sus explicaciones,pero no se la concedieron. La burla ya estaba consumada. Se le exiga que respondiese con un so un no, sin intentar siquiera defenderse. l protest enrgicamente y la sesin termintumultuosamente. El da 7 hubo otra audiencia y esta vez el concilio tuvo que conformarse condar la palabra al acusado. Huss habl con claridad y uncin impresionando vivamente en su favora muchos de los oyentes, debido a la precisin, acierto, agudeza y sentido prctico con que habl.Pero el concilio siempre colocado en el terreno de la arrogancia y despotismo declar que lo quequera era una retractacin lisa y llana. En otra audiencia inmediata qued demostrado que Husspermanecera firme como una roca aun frente a la muerte; y que pondra en prctica la sentenciade Salomn en los Proverbios: "Compra la verdad y no la vendas." Cuando sali, presintiendotodos los concurrentes el desenlace trgico de aquel proceso, el caballero de Chlum consiguidarle un apretn de mano. "Qu gozo escriba Huss desde su prisin me proporcion la

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    mano del noble Juan de Chlum al estrechar la ma. No se avergonz de m, el miserable, eldesechado, el hereje excomulgado, cargado de cadenas."

    El fin de Juan Huss ya estaba resuelto. El mismo emperador peda su condenacindiciendo: "Es el mayor hereje que he conocido; si no abjura merece ser quemado." Su palabra ysu firma garantizndole la vida las echaba al olvido. Era lo que los prelados queran y ya lo ha-

    ban conseguido. Pero pasaron aun cuatro semanas en llenar todas las formalidades necesariaspara que el crimen se consumase con apariencias de justicia. Varios cardenales lo visitaron en sucelda para arrancarle una retractacin, pero todo fue intil. Cuando le asaltaba algn temor envista del suplicio que le estaba esperando, tomaba la Biblia y hallaba consuelo en las promesas deDios. El ejemplo de aquellos que haban sido fieles hasta la muerte le infunda aliento. Escribaen una de sus cartas: "Hallo gran consuelo en estas palabras del Salvador: Bienaventurados soiscuando os vituperaren y os persiguieren y dijeren de vosotros todo mal por mi causa mintiendo.Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos; que as persiguieron a losprofetas que fueron antes de vosotros".

    Las cartas escritas por Huss en sus ltimos das en la prisin son una de las pginas msheroicas y espirituales de la literatura cristiana. En ellas invita a sus amigos de Bohemia a

    permanecer firmes en sus convicciones y a no buscar la venganza de su muerte. Con acentosprofticos anuncia el triunfo futuro de la verdad. "El ganso escribe (Huss quiere decir gansoen lengua bohemia) es un ave inferior; han prendido al ganso en sus redes, pero vendrn otrasaves, guilas y gavilanes, que se reirn de sus trampas". Una de sus ltimas cartas termina conestas palabras: "Escrita entre cadenas, esperando la muerte por fuego."

    El da fijado para la ejecucin de Huss fue el de su cumpleaos; 6 de julio de 1415. Elconcilio se haba reunido solemnemente en la catedral con la presencia del emperadorSegismundo. La sesin empez con una misa y sermn. Durante este tiempo Huss tuvo quepermanecer en el atrio en calidad de hereje. El lugar "sagrado" estaba reservado slo para losculpables del crimen que pronto iba a ser consumado. El predicador tom por texto estas palabrasde Romanos 6:6: "Para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos ms al

    pecado." El orador hizo una absurda e impa interpretacin de este pasaje bblico para sostenerque los herejes deban ser destruidos por fuego.Se dio lectura a treinta proposiciones de Huss que segn los jueces del concilio contenan

    graves errores. Aunque al acusado se le haba dicho que deba guardar silencio pudo deciralgunas palabras. Record que haba recibido un salvoconducto firmado por el emperadorpresente, garantizndole el libre regreso a su pas, y al decir estas palabras fij su mirada en elsoberano quien dio vuelta su rostro sonrojado de vergenza.

    La sentencia fue pronunciada. Huss fue condenado a ser despojado de su carctersacerdotal y a ser entregada al brazo seglar para que cumpliese con la sentencia. La hoguera yaestaba preparada y los ejecutores estaban esperando al reo, pero el clero, como en todos estoscasos, uni el sarcasmo a la crueldad, declarando que como la iglesia tiene horror a la sangreencomendaba al hereje a la clemencia del estado.

    Sigui la degradacin. Primeramente lo vistieron con los hbitos sacerdotales y como ldeclarase que no estaba dispuesto a retractarse de sus creencias, lo despojaron de ellos al compsde terribles maldiciones eclesisticas que pronunciaban cada vez que le quitaban una pieza. Alsacarle de la mano el cliz, dijeron: "Te quitamos, Judas maldito, la copa de salvacin." Pero lles respondi: "Confo en Dios y en mi Salvador Jesucristo, que El no me ha quitado la copa dosalvacin y que hoy mismo la beber en su reino." En seguida le colocaron una gorra de papel enla que haban pintado demonios y escrito una leyenda que deca: "Este es el heresiarca." Cuando

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    al fin lo sacaron de la iglesia y los obispos dijeron: "Entregamos tu alma al diablo", l contest:"En tus manos, Seor Jess, encomiendo mi alma."

    Una escolta lo condujo al sitio de la ejecucin. All volvi a declarar que toda su vidahaba trabajado para encaminar a los hombres por el camino del bien y que quera confirmar consu muerte la verdad del Evangelio; que todo lo que haba predicado estaba de acuerdo con las

    Sagradas Escrituras. Se le oy decir: "Seor Jess, qudate cerca de m, socrreme para quepueda sufrir con firmeza, por tu gracia y tu ayuda, esta muerte cruel y dolorosa que debo afrontarpor amor a tu Palabra."

    El conde palatino que presida la ejecucin le pregunt por ltima vez si queraretractarse, y ante su nueva y firme negativa mand encender la hoguera. Cuando las llamas lerodearon se le oy cantar y decir: "Jess, Hijo del Dios viviente, ten misericordia de m."

    Recogidas las cenizas fueron arrojadas al Rhin.

    JERNIMO DE PRAGA

    El martirio de Juan Huss fue seguido por el de su compaero Jernimo de Praga, quemadovivo el 30 de mayo de 1416.

    Jernimo era un hombre enrgico e impetuoso, pasando a menudo los lmites de laprudencia. Era un poco ms joven que Huss, pero era ms rico en experiencias porque habaviajado mucho en diferentes pases de Europa. Era un verdadero prncipe de la palabra y este donle abra las puertas de todos los centros intelectuales que visitaba. Las Universidades de Praga,Pars, Colonia y Heidelburgo le haban conferido ttulos bien merecidos, razn por la cual enBohemia era altamente apreciado.

    Viajando por Inglaterra lleg a conocer los escritos de Wicliffe, los que copi e introdujo

    en su pas, contribuyendo de este modo a la propagacin del evangelio.En abril de 1415 fue citado a comparecer ante el concilio de Constanza para responder acargos idnticos a los que se haban hecho a Juan Huss. Se present y con valenta protest contrala prisin de su amigo, pero viendo el peligro que corra huy de la ciudad con la esperanza deponerse fuera del alcance de sus perseguidores. Tuvo en esto muy mala suerte, pues fue prendidoantes de llegar a su destino y encerrado en un calabozo. Despus de un ao de sufrimientostermin por declararse vencido, retractndose de lo que haba enseado. Pero este triunfo de lossecuaces de Roma fue de muy corta duracin, porque avergonzado de su debilidad, yprofundamente arrepentido, pidi ser odo de nuevo, y con gran sorpresa del concilio hizo unelocuente elogio de Juan Huss y censur duramente a sus verdugos.

    El florentino Poggio Bracciolini, testigo ocular de su proceso y ejecucin, escribi a suamigo Leonardo Aretino una carta admirable en la que con muchos detalles y en un estiloliterario impecable, dio a conocer la grandeza del hombre que Roma conden. Dice entre otrascosas: "Desde mi regreso a Constanza mi atencin ha estado del todo fija en Jernimo, el herejebohemio, como es llamado. La elocuencia y el saber que este hombre ha empleado en su defensason tan extraordinarios que no puedo menos que darte un sucinto relato. Para decir la verdad,nunca conoc el arte de hablar llevado tan cerca a los modelos de la antigua elocuencia. Era enverdad sorprendente or con qu fuerza de expresin, con qu fluencia de palabra y con qu exce-lentes razonamientos, l contestaba a sus adversarios: y no fui menos impresionado por la gracia

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    de sus modales, la dignidad de sus acciones, lo mismo que por la firmeza y constancia de sucomportamiento."

    "Cuando Jernimo, despus de algunas dificultades, consigui ser escuchado, empez sudiscurso con una oracin a Dios, cuya asistencia patticamente implor. Entonces record quemuchos hombres excelentes, en los anales de la Historia, fueron oprimidos debido a falsos

    testimonios y condenados por juicios injustos.""Diferentes opiniones en materia de fe dijo siempre se han levantado entre losintelectuales, y siempre se crey que esto era beneficioso a la verdad ms bien que al error,cuando se lograba poner de lado al fanatismo. Tales fueron, dijo, las diferencias entre Agustn yJernimo: y aunque sus opiniones eran no slo diferentes sino contrarias, nunca se les tach dehereja."

    "Todos esperaban que l se retractase de sus errores o por lo menos se disculpase; pero nose le oy nada parecido. Declar francamente que no tena nada de que retractarse. Hizo un granelogio de Huss, llamndolo un varn santo y lament su cruel e injusta muerte. Estaba dispuesto,dijo, a seguir los pasos de aquel bendito mrtir y a sufrir con constancia cualquier cosa que susenemigos le hicieron."

    "Firme e intrpido estuvo delante del concilio, concentrando toda su personalidad; y enlugar de temer a la muerte, pareca que la deseaba. Los hombres ms notables de los tiempospasados probablemente no fueron superiores a l. Si la historia es justa este hombre seradmirado por toda la posteridad."

    "Con rostro radiante y con firmeza ms que estoica, afront la desgracia, no temiendo ni ala muerte ni a la forma horrible en que se le presentaba. Cuando lleg al sitio de la ejecucin sequit la capa, hizo una corta oracin frente al poste en que fue atado con cuerdas hmedas y unacadena de hierro, y fue envuelto en lea hasta la altura del pecho."

    "Viendo que el ejecutor estaba por encender la pira a sus espaldas le grit: "Trae laantorcha de este lado. Cumple tu misin delante de mi faz. Si hubiera temido a la muerte lahubiera evitado".

    "Cuando la lea empez a arder, cant un himno, que la violencia de la llama apenas pudointerrumpir.""As muri este hombre prodigioso. Este ttulo que le doy no es exagerado. Fui un testigo

    ocular de toda su conducta. Interprtese como se quiera su vida, que su muerte, fuera de todaduda, fue una noble leccin."

    LA GUERRA DE LOS HUSITAS

    Los bohemios no pudieron tolerar el gran ultraje que se les hizo en Constanza y selevantaron en armas contra el emperador y contra el papa. El alma y jefe de este movimiento fueJuan Zisca. Este hombre intrpido perteneca a una familia noble y tena reputacin bienmerecida de valenta, inteligencia y piedad. De todas partes del pas acudan los campesinoscansados de sufrir la tirana eclesistica de Roma y el yugo de los extranjeros que tiranizaban elpas. Se reunan en grandes multitudes por las cercanas de Praga, celebraban sus cultos al airelibre, y participaban de la Santa Cena bajo las especies de pan y vino, llegando algunas veces acuarenta mil el nmero de los comulgantes.

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    Los curas, por su parte, empezaron a predicar la violencia ofreciendo la seguridad delcielo a quien diese muerte a un hereje bohemio, Zisca y sus huestes arremetan con herosmo,bajo el impulso de los dos sentimientos ms fuertes en el hombre; el de la libertad y el de la fe.Derribaban los altares, destruan las imgenes, abolan las rdenes monsticas y convertan encuarteles los conventos.

    El programa revolucionario de los husitas era radical y muy avanzado, basado en losprincipios de justicia proclamados en el Evangelio. Pedan la igualdad de derechos para todos loshabitantes sin distincin de cuna, riqueza, instruccin, profesin o sexo. La mujer quedabacompletamente emancipada debiendo disfrutar de los mismos derechos que el hombre. Elgobierno deba ser republicano y el poder supremo deba estar en poder del pueblo. La sociedaden aquel tiempo estaba encajada dentro del molde frreo de una iglesia apstata, de modo quetodos los que geman oprimidos creyeron que haba sonado la hora de las reivindicaciones ysoaron con la implantacin de una sociedad cristiana regida por los preceptos fraternales delnuevo Testamento.

    Zisca mostraba ser un guerrero aventajado poniendo en jaque o derrotando completamentea las tropas imperiales. Hubo momentos en que se crey que toda Europa sera invadida por las

    huestes triunfantes de los husitas. Pero no fue as. Aquellas energas fueron agotndose con laprolongacin de una lucha desesperada, y la preponderancia de los imperiales se hizo sentir. Larevolucin social fue vencida, consiguindose solamente algunos derechos espirituales. Lareaccin papista pareca que iba a borrar todo rastro de aquel movimiento pero no fue as. Lasraces del rbol destroncado echaron nuevos retoos, y en 1457 los seguidores de las doctrinas deJuan Huss se organizaron bajo el nombre de Iglesia de la Unidad, de los hermanos moravos, yhasta hoy son conocidos como celosos misioneros, gente pacfica, que ha hecho flamear elestandarte de la verdad en todos los confines del mundo.

    JERNIMO SAVONAROLA

    Jernimo Savonarola aparece en Italia al fin del siglo XV como representante eminentedel renacimiento que invada a todo el mundo, despertando un vivo deseo de conocer las lenguasclsicas para estudiar a los autores que haban quedado casi olvidados durante los siglos obscurosde la Edad Media, pero principalmente representa el anhelo de ver efectuada una gran reforma enla iglesia, la cual haba cado de su pureza primitiva y se haba convertido en instrumento deignorancia y tirana. Las mistificaciones que se haban hecho a las doctrinas enseadas por Cristoy sus apstoles haban conducido a In masa nominalmente cristiana a una lamentable relajacinde costumbre que el clero fomentaba pisoteando descaradamente los dogmas y la disciplinaneotestamentarios. Pero nunca dej de haber una minora de personas sinceras que abrigabansentimientos genuinamente cristianos y trabajaban para que la causa del Seor fuese restaurada.Esta reforma era tan necesaria que los concilios de Pisa, Constanza, Basilea, y finalmente el deTrento, intentaron efectuarla, cosa que no lograron porque la mayora de sus componentes eranlos mismos causantes del malestar y tenan inters en perpetuarlo.

    Savonarola era hijo de una familia pudiente, habiendo sido su abuelo un mdico notableen la entonces floreciente corte de Ferrara., En esta ciudad naci nuestro hroe el ao 1452 ydesde nio revel un espritu serio y capacidad de pensador. Estaba todava en la adolescencia

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    cuando su alma se inflamaba de pasin por las obras de Virgilio y Platn. Todos los que lerodeaban presentan que llegara a ser una lumbrera de la humanidad.

    Rechazado por una joven de la casa de Strozzi a cuyo amor aspiraba, resolvi retirarse delmundo y con gran sorpresa de todos ingres a un convento de frailes dominicanos en la ciudad deBoloa. Tom esta tremenda resolucin sin comunicarla a sus padres, por temor de que stos

    influyeran en hacerle cambiar de propsito. Desde el claustro les escribi una carta llena debuenos sentimientos en la que les peda su bendicin y les deca que ellos eran siempre el objetode sus oraciones. Conforme a las costumbres de la orden buscaba ganar el favor de Dios mediantepenitencias, meditando constantemente frente a un crneo humano sobre la vanidad de la vida.Los primeros catorce aos de su vida monacal los pas absorto en las prcticas devocionales y enel estudio de la filosofa, teologa y sobre todo de las Escrituras. Los escritos de los profetas leimpresionaban vivamente, y cuando vea la manera como stos dejaron or sus clidas vocescontra la corrupcin reinante en sus das, llegaba a la conviccin de que la vida religiosa debadesarrollarse en el campo de batalla y no en el encierro estril de un claustro.

    Su amor a la Biblia, que lo convertira en un reformador, iba todos los das en aumento ydeseaba que fuese leda y debidamente estudiada por los que quieren de veras servir a Dios.

    Oigamos como se expresaba: "Nadie, sabio o ignorante, puede comprender la Escritura si notiene en l un rayo de la luz de la cual emana. Hay que acercarse a ella con un corazn puro,concentrando las fuerzas del espritu, porque ella nos muestra las realidades ms sublimes.Empezad por escapar de las garras del pecado y de los pensamientos mundanos; pedid a Dios suluz, despus de haber conseguido el silencio interior y exterior. La luz divina os dar mayorclaridad que los ms eruditos comentarios. Ella os revelar el significado de vuestrasexperiencias, ella os har sacar consecuencias tiles para la obra en que estis empeados. Setrata de leer lentamente, pensando en cada palabra hasta que uno se haya apropiado de la letra delpasaje. Solamente entonces es cuando convendr penetrar en el sentido profundo del pensamientode los autores sagrados. Creedlos porque ellos no pueden errar. No leis solamente para aprendersino tambin para obrar. Pedid a Dios que el conocimiento adquirido produzca en vosotros la

    prctica del amor".Tena treinta y siete aos cuando fue enviado a Florencia para ensear a los novicios delconvento dominicano de San Marcos. Todava se muestra al viajero el rosedal debajo del cualreuna a sus discpulos. Era entonces un hombre de mediana estatura, de muy marcadotemperamento sanguneo, cutis bronceado, rostro aguileno, ojos grandes y chispeantes debajo degruesas y tupidas cejas. Sus labios abultados daban a su palabra un tono de severidad y gravedad.Su lenguaje rstico, franco y directo formaba un marcado contraste con la fraseologa melosa eindefinida de la mayora de los predicadores, florentinos.

    Su primera aparicin en el pulpito fue mal recibida por las clases dirigentes,acostumbradas a escuchar a los predicadores para formar juicios sobre el valor literario yacadmico de los sermones y no para recibir instruccin en la Palabra de Dios. Savonarola notena nada de eso que se consideraba indispensable en un predicador de las grandes ocasiones. Nosuba al pulpito para agradar a los que no quieren or la sana doctrina, sino para exponer la verdadcon claridad.

    Cuando vio que sus sermones eran mal recibidos y que la gente lo abandonaba por ir aescuchar a otros oradores ms pulidos, sinti un profundo desaliento. Lleg a creer que su misinno era la de predicar sino la de ensear a los novicios con quienes tena excelentes resultados, ycost persuadirle a que volviese a predicar en las iglesias.

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    Pero el ao 1486 se decidi a predicar en varias ciudades de Lombarda y fue entoncescuando empez a ganar popularidad. No quiso aceptar los consejos de sus amigos que le rogabanque cambiase de estilo. Persever en su manera rstica y firme imitando a Amos, a Nahun y Juanel Bautista, clamando a voz en cuello para despertar las conciencias dormidas y llevar las almas alos pies del Salvador. Estaba persuadido de que Dios lo haba levantado para esta misin. Muchas

    veces vea visiones y oa la voz de Dios que le mandaba no callar. Asuma la actitud de uniluminado y su entusiasmo se haca contagioso. Las multitudes empezaron a hablar de l yacudan a orle. Este trozo nos dar una idea de su predicacin elocuente y apasionada: "Nopuedo callarme porque la Palabra de Dios es en mi corazn como un fuego ardiente; si no le doyescape consumir hasta la mdula de mis huesos. Los prncipes que reinan sobre Italia son azotesque Dios ha enviado para castigarla. Sus palacios son el refugio de bestias feroces, monstruos dela tierra, cargados de crmenes y perversidades..... Malos gobernantes que no cesan de crearnuevos impuestos para chupar la sangre del pobre pueblo. Esto es la Babilonia, oh mis hermanos,la ciudad de dementes y malvados que Dios destruir. .... Id a Roma y veris como los grandesprelados slo se ocupan de poesa y elocuencia. Gobiernan la iglesia guiados por astrlogos. Loexterior est bien ornamentado, sus ceremonias son deslumbrantes, abundan los candelabros de

    oro, los clices preciosos; pero en la iglesia primitiva los clices eran de madera y los prelados deoro; hoy ocurre al revs. Los prelados romanos han introducido entre nosotros fiestas delinfierno, no creen en Dios y se burlan de nuestra santa religin, Qu haces, Seor? Por quduermes? Levntate y ven a libertar a tu iglesia de las garras del demonio, de los tiranos y de losmalos sacerdotes! Has olvidado a tu iglesia? Has cesado de amarla? Apresura el castigo a finde que pronto volvamos a ti!".

    Al fin Florencia descubri que era ms provechoso escuchar a un predicador del tipo deSavonarola que a los pulidos palabreros sin vida y sin mensaje. Todas las iglesias resultabanpequeas y se levantaron galeras en la catedral para contener a las multitudes de oyentes. Desdelas aldeas vecinas acudan caravanas de labriegos, haciendo largas caminatas durante la nochepara conseguir un sitio conveniente. Sus sermones no eran slo apostrofes contra los prncipes y

    prelados sino exposiciones de las Sagradas Escrituras y fiel presentacin de la persona delRedentor. Hablaba con frecuencia de la doctrina paulina de la justificacin por la fe y deca: "SiCristo no te absuelve, quin podr absolverte? Aprende, oh hombre, que entrars en el paraso sit lo quieres, porque Cristo nos precedi. Donde est la cabeza all estn los miembros. Aprendetambin esto: no entrars al paraso en consideracin a tu estado natural, ni por el oro o la plataque poseas. Dirige tus miradas al crucificado, piensa en el amor que tuvo al morir por t, siquieres ser salvo. Confa en l. El enderezar tu corazn torcido. El lo socorrer aunque lo hasofendido millares de veces. Te perdonar como perdon al ladrn en la cruz. Cree solamente.Llora por tus pecados, promete abandonarlos, confrtate participando del banquete de Cristo".

    Un oyente que recogi y public los sermones de Savonarola dice que muchas veces nopoda terminar de predicar porque se pona a llorar conmovido.

    Florencia era entonces una repblica pero estaba dominada por la poderosa casa de losMediis a la cual Cosme haba enriquecido fabulosamente. Los prncipes y el papa eran susdeudores. Posea buques que cruzaban los mares transportando mercaderas y un ejrcito de em-pleados trabajaba en el manejo de aquellos bienes. En el estado florentino eran ellos quieneshacan los nombramientos. Esta casa daba mucho movimiento y lustre a la ciudad, favoreciendoel comercio, las artes, la ciencia y la industria, pero estaba dominada por elementos mundanos yanti-religiosos. El dinero compraba las conciencias y as el relajamiento cunda.

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    El puritanismo y el tono de la predicacin de Savonarola era un desafo lanzado a losMediis. Lorenzo, que haba sucedido a Cosme, trat de amordazarlo donando a su convento unafuerte suma de dinero. Savonarola la hizo distribuir entre los pobres de la ciudad. El papa trattambin de reducirlo ofrecindole el capelo cardenalicio. "El capelo rojo que yo deseo contest es el que estar teido con la sangre del martirio".

    Cuando Mdicis enferm mand llamar al monje y le pregunt qu tena que hacer paraser salvo. Este le habl claramente del arrepentimiento y de la fe en Cristo, exigindole querestituyese los bienes mal adquiridos. Estaba dispuesto a hacerlo, pero de pronto le exigi unacosa ms: que devolviese la libertad a Florencia renunciando a la preponderancia que ejercasobre ella. El enfermo se dio vuelta y no quiso escucharle ms. Poco tiempo despus pasaba a laeternidad.

    En sus transportes de profeta Savonarola haba anunciado que Dios hara caer la espadavengadora sobre la casa de los Mdicis. Esta profeca se cumpli el ao 1494 al penetrar en Italiael rey Carlos VIH de Francia. Los Mdicis tuvieron que huir acosados tanto por los extranjeroscomo por los mismos florentinos, que aprovecharon las circunstancias para librarse de su pesadatutela.

    Fue en este tiempo que Savonarola lleg a ser el verdadero jefe del estado florentino,aunque no abandon su celda ni ocup cargo pblico. El pueblo le miraba como a un verdaderorepresentante de Dios y sigui sus consejos sin discutir. Bajo su influencia se puso en vigor unavieja y sabia constitucin que estaba relegada al olvido y se dictaron leyes destinadas a reformarlas costumbres. Su sueo dorado haba sido ver a Florencia regida por el espritu cristiano y creyque haba llegado la hora de su realizacin. En uno de sus sermones haba dicho: "Dios slo ser,desde ahora en adelante, tu rey oh Florencia! Tu libertad estar fundada en el temor de Dios y enla consagracin al bien pblico. El principio de un estado ordinario es el egosmo, el de un estadoreligioso es el del amor a Dios y al prjimo. Cuanto ms un reino se ajusta a la voluntad de Dios,tanto ms fuerte es. En paz con Dios, oh Florencia!, sers rica en bienes temporales y las alas detu grandeza se extendern por el mundo".

    Savonarola fielmente secundado por dos frailes, llamado uno Domingo y otro Silvestre,exiga de todos los habitantes una completa austeridad, haciendo cesar el juego de naipes, losbailes y toda diversin. Una liga juvenil de nios recorra la ciudad exhortando a todos a dejar lasmalas costumbres. En los das de Carnaval la gente entreg sus disfraces, caretas, librosinmorales, naipes y todo lo que era instrumento de iniquidad. Con todos esos elementos formaronuna pirmide en la plaza del mercado y fue encendida por los representantes del consejo,mientras los jvenes vestidos de blanco y con una cruz roja en la mano cantaban a su alrededor.

    Esta campaa moralizadora ha tenido sus admiradores pero tambin sus crticos. Losprimeros ven en ella un poderoso medio de grandeza y prosperidad porque las costumbresinmorales debilitan a los pueblos imposibilitndolos para cumplir una misin grande en lahistoria. Los segundos, en cambio, acusan a Savonarola de haber querido convertir a la ciudad enun gran convento conspirando contra la alegra del vivir.

    Una ciudad que haba vivido entregada al lujo y a los placeres, no pudo soportar pormucho tiempo un rgimen moral tan severo como el que imponan los tres frailes dominicanosque dirigan la situacin. Los enemigos aprovechando el descontento que cunda formaron unpartido que fue denominado el de los furiosos (arrabiati) que hacan llover calumnias sin fincontra Savonarola y sus colaboradores.

    Desde Roma los ataques recrudecieron, y Alejandro VI, considerado el ms infame ycorrompido de todos los papas, padre de Lucrecia Borgia, amigo de orgas y envenenamientos,

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    jur que lo hara morir aunque fuese el mismo Juan Bautista. Empez por dar una ordenprohibindole predicar, excomulgndolo y declarndolo falso profeta. Savonarola contest conun gesto de rebelda y continu predicando con ms vigor que nunca, alegando que no atacaba ala iglesia si no al poder tirnico que la dominaba.

    El papa amenaz a Florencia con el entredicho, es decir la suspensin de la misa y los

    sacramentos. La medida tuvo su efecto alarmando a las clases populares que vean cerradas paraellos las puertas del cielo. Savonarola empez a sentirse abandonado y presintiendo su cierto findeca: "Si me preguntis cual ser el desenlace de este combate os respondo: la victoria. Pero sime preguntis como se producir os dir: por la muerte. .... Pero Roma no lograr apagar el fuegoque yo he encendido y si consigue apagarlo, Dios encender otro, y ya est encendido por todaspartes sin que lo veamos". "Ha llegado la hora de apelar a Cristo contra el papa. El podereclesistico est arruinando a la iglesia y por lo tanto ha dejado de ser eclesistico paraconvertirse en infernal, en poder de Satn".

    Impedido de predicar se consagr a escribir cartas a los prncipes europeos pidiendo laconvocacin de un concilio general, creyendo errneamente, como muchos haban credo, queuna asamblea tal pondra fin a los males reinantes. Peda la deposicin del papa a quien acusaba

    de simonaco por haber comprado los votos que le llevaron al trono pontificio., y de hereje que nisiquiera crea en Dios.El Domingo de ramos de 1498 recibi orden de abandonar la ciudad en el trmino de doce

    horas. Pero los arrabiati queran algo peor que el destierro y sitiaron el convento con la mira deprenderlo y castigarlo. Sus amigos tomaron las armas pero l no les permiti emplearlas, y seentreg a sus enemigos, quienes lo cargaron de cadenas y lo encerraron en una prisin. Durante lasemana santa fue sometido siete veces a la tortura, lo mismo que sus compaeros Domingo ySilvestre. Los terribles sufrimientos que le eran infligidos arrancaron de sus labios algunasdeclaraciones que lamentaba haberlas hecho cuando la tortura terminaba y los secretarios notenan ningn escrpulo de poner un s cuando l haba contestado no, de modo que resultaimposible a la crtica comprobar si las declaraciones que se le atribuyen son dignas de confianza.

    Cuando la tortura terminaba era conducido despedazado a su celda donde se echaba de rodillas, silas fuerzas se lo permitan y peda a Dios que perdonase a sus verdugos. Se sinti agotado portantos padecimientos fsicos y morales y en sus angustias exclamaba: "Basta Seor, retrame deeste mundo". Dios lo reanimaba y en los momentos de lucidez parafraseaba el Salmo 51. "Micorazn deca ha sido fortificado de tal manera que me puse a cantar de gozo y a bendeciral Seor diciendo: "Jehov es mi luz y mi salvacin; a quin temer? Jehov es la fortaleza demi vida; de quin he de atemorizarme?".

    Al mismo tiempo que Savonarola fueron detenidos muchos otros dominicanos y fueronjuzgados sus dos compaeros ms caracterizados: Domingo y Silvestre. Se les acusaba deensear doctrinas contrarias a las recibidas por la iglesia, de asumir el rol de profetas y depromover disturbios en el estado.

    Se pronunci la sentencia condenando a los tres a ser ahorcados y despus quemados en laplaza pblica. Cuando Savonarola supo que haba llegado la hora de partir de este mundo pidi lagracia de ver a sus dos amigos y pasar algunos momentos con ellos. Fue entonces cuandosupieron que a cada uno se les haba dicho que los otros dos se haban declarado culpables yabjurado de sus errores, lo que era incierto. Los tres hroes de la libertad y de la justicia pasaronsus ltimos momentos en oracin, encomendndose a Dios para afrontar el martirio serenamentey con espritu cristiano. El 23 de mayo de 1498 tuvo lugar la ejecucin. Conducidos a la plaza, unobispo que haba sido discpulo de Savonarola los despoj de sus hbitos sacerdotales

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    pronunciando las palabras de maldicin que se usan en estos casos. Descalzos y cubiertos deropas infamantes subieron a la plataforma donde se haba levantado la horca y confortados poruna oracin afrontaron la muerte con calma y solemnidad. Florencia entera se hallaba congregaday presenci la muerte del hombre que pocos aos antes era el dolo de todos y de cuyos labioscandentes las multitudes haban estado suspendidas. El sufrimiento de ver la ingratitud, la

    cobarda y endurecimiento de la gente era ms terrible que el de la horca y de la hoguera.Si por la doctrina y el apego a la vida monacal Savonarola permaneci catlico, bien hamerecido ser colocado entre los grandes precursores de la Reforma, debido a su profundo amor alas Sagradas Escrituras y a sus esfuerzos por ver a la iglesia volver a su pureza primitiva.Eduardo Armstrong ha dicho: "La fascinacin ejercida por Savonarola es hoy tan viva comocuando su congregacin le escuchaba electrizada y hechizada.... Pocos podrn rivalizar con lcomo fuerza espiritual, como fuerza que supo dejar una influencia que se perpetu despus de sumuerte. Su celo por la justicia, su horror al pecado, su caridad para con los pobres, su amor a losnios, son virtudes que le hacen acreedor al amor y al respeto de todos los siglos".

    Cuando surgi vigorosa la reforma en el siglo XVI el espritu de Savonarola animaba a lossoldados de la gran jornada. Por eso dijo Lutero: "La esperanza del Anticristo fue la de borrar de

    la tierra la memoria de un hombre tan grande; pero su recuerdo est vivo y permanece como unabendicin".Nos hemos referido a cuatro hombres entre los muchos que merecen un lugar entre los

    precursores de la Reforma: Juan Wicliffe, Juan Huss, Jernimo de Praga y Jernimo Savonarola.No son los nicos, pues abundaron en los siglos XIV y XV las almas piadosas que si bien notuvieron el gesto de Lutero, ni comprendieron que el nico remedio era romper todo vnculo conel papado y salir de la Babilonia, como manda la voz apocalptica (Apoc. XVIII: 4.), por sudoctrina, por su piedad, por su santa rebelda, prepararon el camino por el cual seguira triunfantela marcha del Cristianismo.

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    LA MARCHA DEL CRISTIANISMOLa Reforma Religiosa del Siglo XVI

    Capitulo Segundo

    LA REFORMA EN ALEMANIA.

    JUVENTUD DE LUTERO

    Entramos ahora en el perodo de la gran revolucin religiosa denominada la Reforma, lams grande, la ms gloriosa, la ms fecunda y la ms cristiana que haya sacudido al gnerohumano. Las causas que le dieron origen venan acumulndose desde varios siglos atrs, y elestallido se produjo simultneamente en casi todos los pases del viejo mundo, como si Diosquisiera hacer comprender que no era obra de un solo hombre ni especialidad de un solo pueblo oraza. Pero era Alemania el pas que ofreca el terreno mejor preparado para librar las primerasbatallas y alcanzar las primeras victorias. Los germanos eran muy celosos defensores de su

    independencia y estaban predispuestos a secundar toda accin contraria al poder centralizador deRoma. Sus prncipes estaban cansados de pagar pesados tributos al Pontificado y soportar unvasallaje religioso humillante, y aunque las causas de la Reforma fueron espirituales, no cabeduda que el factor poltico y el econmico contribuyeron a favorecerla en Alemania, as como aobstaculizarla por el sur de Europa.

    Los hroes de esta gloriosa jornada forman una numerosa legin de hombres de grantemple cristiano, amantes sinceros de la verdad, que reconociendo que es menester obedecer aDios antes que a los hombres, rompieron con el papado y con el dogma asfixiante de la autoridadeclesistica, para vivir en armona con los preceptos del Evangelio.

    Entremos a ocuparnos de aqul a quien con justicia se le llama el hroe de la Reforma.Martn Lutero naci en una aldea de Alemania llamada Eisleben, el 10 de noviembre de

    1483. Su padre Juan Lutero y su madre Margarita Siegler eran pobres y modestos trabajadores,pero personas que por su laboriosidad y honradez gozaban de buena reputacin entre sus vecinos.Su clebre hijo nunca se avergonz de su origen humilde y refirindose a su infancia deca: "Soyhijo de un aldeano; mi padre, mi madre y mis abuelos eran verdaderos aldeanos".

    Su padre trabajaba de leador y de minero, y la familia, que mantena con sus reducidasentradas, conoci muchas veces las amarguras de una extremada pobreza. El nio se cri bajouna severa disciplina impuesta tanto por las costumbres de su poca como por el carcter un tantorstico de su progenitor.

    Su madre, a quien Martn mucho se le pareca en lo fsico, era una fiel colaboradora de suesposo; trabajadora, enrgica, y emprendedora, contribuy a mejorar las condiciones econmicasde la familia. "Mi madre deca Lutero para criarnos tuvo muchas veces que llevar el atadode lea sobre sus espaldas".

    Cerca de Eisleben se encuentra la poblacin de Mansfeld donde florecan algunasindustrias, y a ella se traslad la familia Lutero en busca de un campo ms prspero para susactividades. Ah mejoraron sus condiciones lo que hizo posible mandar al nio a la escuela. Fuedurante este tiempo que recibi severos castigos tanto de su padre como de su maestro y asaprendi en carne propia que los mtodos rigurosos son contraproducentes, y ense a su puebloa castigar con ms bondad y sabidura.

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    A la edad de 14 aos fue enviado a la escuela de Magdeburgo, y poco tiempo despus a lade Eisenach, donde vivan algunos parientes de su madre. Como su padre volvi a verse endificultades pecuniarias hubo momentos en que se crey que sera imposible continuarcostendole los estudios. Siguiendo una vieja costumbre nacional, el joven sala con otroscompaeros de escuela a cantar por las calles y recogan las ofrendas, ya en alimentos, ya en

    dinero, que les daban los vecinos. La melodiosa voz del joven cantor impresion a una damallamada Ursula Cotta, esposa de un ciudadano adinerado, y sta conociendo la situacin afligentedel estudiante se constituy en su protectora, recibindolo en su propia casa y hacindoloparticipar de su mesa. Fue en esto hogar donde se dulcific un tanto su espritu y donde aprendia ser franco y jovial.

    Su padre haba resuelto que estudiase leyes y a la edad de dieciocho aos pudo hacerloingresando a la Universidad de Erfurt, donde se entreg al estudio con gran entusiasmo, pasandoel tiempo ya en las aulas ya en la Biblioteca. Al cabo de dos aos recibi el grado de bachiller.

    Examinando un da los libros de la Biblioteca dio con un volumen olvidado que le llammucho la atencin. Era una Biblia en latn. Lleno do emocin se puso a recorrer sus misteriosaspginas y su corazn lata al encontrarse por primera vez con un tomo que contena los escritos

    inspirados divinamente. Sus ojos se detuvieron para leer la bella historia de Ana y el nioSamuel. Poco sospechaba entonces que l llegara a ser para su pueblo lo que este nio fue paraIsrael; un fiel profeta de Jehov. Ley largamente y no tard en volver para leer y releer esaspginas que le llenaban de satisfaccin y derramaban en fu alma inmensos torrentes de luz. "Ohsi Dios me diese un da deca la dicha de ser poseedor de un libro tal!". Fue as como Dioslo puso en contacto con su Palabra. Haba descubierto el libro del cual ms tarde dara a supueblo esa traduccin admirable que Alemania lee desde hace cuatro siglos, y que ha sido fuentede tan abundantes y ricas bendiciones!

    El sentimiento religioso, hasta ahora un tanto dormido, se haba despertado vivamente enLulero. Sus oraciones empezaron a ser frecuentes y fervorosas. La lectura de la Bibliaintensificaba este fervor y haca que fuese consciente y estuviese fundado en la verdad. Pero un

    incidente inesperado vino a ser la causa de que se pusiese a pensar en las cosas espirituales conmayor solemnidad. Haba ido a visitar a sus padres y cuando estaba de regreso a Erfurt lesorprendi en el cantillo una fuerte tempestad. Un rayo cay a sus pies y aterrorizado se puso derodillas invocando a Santa Ana. Vio la muerte de cerca y en su desesperacin prometi a Diosabandonar el mundo y servirlo si lo libraba de aquella hora tan terrible. Al levantarse del suelo yrenacer la calina, se pregunt lo que deba hacer para cumplir la promesa que haba hecho. Elnico camino que conoca era el de la vida monstica y crea que para ser santo y hallar la pazdeba abrazarla. Dios estaba preparando al futuro apstol para la gran obra que deba realizar enel mundo!

    La muerte prematura de un amigo, que algunos autores la hacen coincidir con la cada delrayo en el camino de Erfurt, le habl de la eternidad con muda pero impresionante elocuencia, ydesde aquel momento la salvacin de su alma fue su ms seria preocupacin.

    Cuando lleg a Erfurt su resolucin ya estaba tomada en forma inquebrantable, pero nosera sin pena que dara el adis a sus amigos y a sus estudios. Una noche invit a sus amigospara una tertulia y despus de pasar algunas horas de entretenimiento cantando al son del lad,con gran sorpresa para todos, les manifest el propsito de hacerse monje. Antes de aclarar salide su casa y fue a golpear las puertas del convento de agustinos. Tena entonces cerca deveintids aos de edad. Los agustinos recibieron al joven universitario con los brazos abiertos.Sus amigos que en la noche de la despedida haban hecho todo lo posible para que no llevase a

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    cabo su propsito, continuaban creyendo que su resolucin haba sido un error. Un joven detanta promesa ha de sepultarse en un claustro para llevar una vida ociosa como los dems frailes?Se dirigieron en corporacin al convento para hacerlo salir, pero las puertas permanecieroncerradas. Pas ms de un mes antes que uno de ellos consiguiera verlo. Su padre cuando supo lanoticia qued consternado y le escribi una carta foribunda. Juan Lutero que era ahora un vecino

    de alguna influencia, consejero municipal, haba formado planes muy diferentes para su hijo.Quera verlo abogado y casado con la hija de algn ciudadano de Mansfeld. Las ilusiones de suvida se desvanecieron en una noche. El golpe era duro pero no tena ms remedio que soportarlo.

    Durante el noviciado Lutero tuvo que hacer los trabajos ms humildes del convento;barrer las celdas, cuidar el jardn, dar cuerda al reloj, actuar de portero, etc. Terminadas estastareas vena lo ms duro: "Cum saco per civitatem" con la bolsa por la ciudad. Tena que recorrerlas calles mendigando de puerta en puerta hasta llenar la bolsa que llevaba al convento con todaslas provisiones conseguidas de los devotos.

    Lutero buscaba cultivar sus facultades intelectuales dedicando algn tiempo al estudio,pero sus superiores y sus compaeros de ms edad queriendo humillarlo hasta el extremo, cuandovean que estaba tomando gusto a alguna lectura le hacan esta reprimenda: "Vamos, vamos, no

    es estudiando sino mendigando pan, trigo, huevos, pescado, carne y plata como se ayuda alconvento". Tena entonces que dejar loa libros y salir de nuevo con la bolsa.Felizmente algunos de sus amigos de la Universidad influyeron ante el prior y pudo

    dedicarse ms al estudio. Se puso a leer las obras de San Agustn, gustando sobremanera suexposicin de los Salmos. Ley tambin con provecho los comentarios bblicos de Nicols deLyra, muerto en 1340, y ejercieron en l tan saludable influencia que se lleg a decir: "Si Lyra nohubiera tocado la lira, Lulero no hubiera saltado". Pero sobre todo lea la palabra de Dios en elejemplar de la Biblia que hall encadenado en el convento. Aprenda de memoria trozos enteros ypasaba a veces todo un da meditando en un versculo. En este tiempo se dedic al estudio delgriego y hebreo para poder leer las Escrituras en sus lenguas originales.

    Lutero buscaba en vano la paz del alma por medio del cumplimiento de los deberes

    religiosos que su orden le impona. Los prolongados ayunos y las repelidas penitencias nollegaban a tranquilizarle. Encerrado en su celda como un prisionero luchaba contra los apetitoscarnales pero no consegua la victoria. As aprendi que la salvacin no se consigue por medio delas obras y pudo ms tarde decir: "Si un fraile hubiera podido entrar al cielo por su frailera, yohubiera entrado. De esto pueden testificar todos los frailes que me han conocido. Si ese estado sehubiese prolongado yo me hubiera martirizado hasta morir, a fuerza de vigilias, rezos, lecturas yotras obras. Yo acuda a mil medios para tranquilizar la voz de mi conciencia. Me confesabatodos los das, pero eso de nada me vala. Me preparaba con mucha devocin para la misa y laoracin, pero llegaba al altar lleno de dudas, y lleno de dudas me retiraba. Yo ayunaba, velaba,maltrataba el cuerpo; nada consegua".

    Una vez se encerr en su celda y como pasaran varios das sin que la puerta se abriera,uno de sus amigos, Lucas Edemberger, deseando saber la causa la abri y lo hall desmayado enel suelo. No pudiendo, por diferentes medios, hacer que volviese en s, tom un grupo de chicosacostumbrados a cantar en el coro y les hizo entonar una cancin suave que obr con podermgico sobre los sentidos de Lulero devolvindole el conocimiento. "Pero dice D'Aubigne, sila msica poda por algunos instantes traerle un poco de serenidad, necesitaba otro remedio mspoderoso para curarlo realmente, necesitaba ese don dulce y sutil del Evangelio, que es la voz deDios mismo".

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    Lutero desde nio haba mostrado gran pasin por la msica y el canto, logrando tocaradmirablemente el lad y otros instrumentos. Aos ms tarde fue compositor de bien inspiradoshimnos y de trozos musicales clasificados entre los clsicos, como el famoso "Castillo fuerte esnuestro Dios".

    En aquellos tiempos la luz de la verdad haba penetrado en algunas personas que seguan

    la vida monacal, quienes a pesar de hallarse dentro del romanismo vivan por encima de suenseanza y espritu. Uno de estos era Juan Staupitz, vicario general de la orden. En una de susvisitas al convento de Erfurt conoci a Lutero y simpatiz mucho con l porque lo veapreocupado con problemas espirituales que haban sido tambin los suyos. Le aconsej a dejar dedepender de sus obras y a confiar enteramente en la obra del Redentor. "Contempla las llagas deCristo, le dijo, y vers brillar el consejo de Dios a los hombres. No se puede comprender a Diosfuera de Jesucristo. En Cristo, dice Dios, encontrars lo que yo soy y lo que pido. No loencontrars en ninguna otra parte, ni en la tierra ni en el cielo".

    Hablando como verdadero profeta Staupitz le dijo cierto da: "No es en vano que Dios teest probando por medio de estas luchas: t lo vers, l te utilizar para realizar grandes cosas".

    El mejor consejo que le dio fue ste: "Que el estudio de las Escrituras sea tu ocupacin

    favorita". Y este consejo fue acompaado con el regalo de una. Biblia que sirvi a Lutero parapoder estudiarla en su celda, sin depender de la que estaba encadenada en el convento.Staupitz no acompa a su discpulo en la obra de la Reforma y cuando Lutero rompi

    definitivamente con el papado se retir a un convento de Salzburgo. Era un hombre pacfico queno se senta capaz de tornar parte en una batalla tan formidable como la que se estaba librando, yaunque interrumpi su correspondencia con el reformador, en el fondo espiritual ambos seguanlneas paralelas.

    El 2 de mayo Lutero fue ordenado sacerdote. Su padre que hasta entonces se habamantenido distanciado asisti al acto y le regal veinte florines. Ofici el obispo de Brandeburgoy al conferirle el poder de celebrar la misa le puso el cliz entre las manos diciendo: "Accipepotestatcm saxrificandi pro vivs et mortis". (Recibe el poder de sacrificar por los vives y los

    muertos). Aos despus dijo Lutero: "Si la tierra no nos trag a ambos fue por la gran paciencia ylonganimidad del Seor"

    LUTERO EN WITTENBERG

    El elector Federico de Sajonia haba fundado la Universidad de Wittenberg, nombrando aStaupitz decano de la Facultad de Teologa que funcionaba en la misma. Este comprendi quehaba llegado el momento de proporcionar a Lulero la oportunidad de utilizar sus aptitudes en unescenario ms amplio que el del Erfurt y lo trajo a Wittenberg para ensear en el nuevo yfloreciente centro de estudios. El joven fraile lleg en 1508 y se instal en el convento deagustinos porque su nuevo cargo no le desligaba de las relaciones que mantena con la orden. Suprimera tarea fue la de dictar clases de filosofa; pero como su alma suspiraba por cosas menosridas, se esforz para alcanzar el grado de bachiller en teologa lo que le habilitaba para dictarcursos de materias religiosas. Desde entonces todos los das tena que hablar sobre la Biblia, y esahora de estudios lleg a ser la ms apreciada por los estudiantes y profesores, porque Lutero enlugar de seguir la rutina que1 consista en definir sentencias obscuras de los autores religiosos y

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    telogos medioevales, expona la Biblia usando una exgesis racional y con todo el fervor quecaracteriza a las personas que han pasado por las experiencias espirituales de que la Biblia trata.Estas lecciones empezaron a ser el objeto de los ms vivos y variados comentarios y el sabioMellerstadt dijo al respecto: "Este fraile desalojar a lodos los doctores; introducir una nuevadoctrina y reformar toda la iglesia; porque se funda en la Palabra de Cristo y nadie en el mundo

    puede vencer y trastornar esta Palabra, aunque fuese atacada con todas las armas de la filosofa,de los sofistas, scotistas, albertistas, tomistas y con todo el Trtaro".Staupitz llev a Lutero a predicar en la iglesia de los agustinos y la gente acuda en tropel

    a escucharle. El recinto resultaba pequeo, de modo que el consejo municipal lo llam a predicaren la iglesia parroquial. La fama del nuevo predicador se extendi por todas parles, y el mismoFederico el sabio vino una vez hasta Wittenberg para escucharlo.

    En 1510 tuvo que interrumpir su brillante obra de profesor y predicador para cumplir conuna delicada misin que su orden le confiaba ante el sumo pontfice. Se dirigi a Roma lleno deemocin, y a medida que avanzaba en su peregrinacin se agolpaban en su mente los recuerdoshistricos relacionados con la ciudad eterna. Pronto vera el coliseo y otros lugaresinmortalizados por el martirologio cristiano! Cuando contempl la ciudad cay de rodillas y

    exclam: "Te saludo, oh Roma santa!" Pero una gran desilusin le esperaba. Encontr que losfrailes llevaban una vida desordenada y viciosa. La frivolidad con que trataban las cosas sagradasle escandaliz en extremo. Oy cmo los frailes se burlaban de la misa que celebraban. Hallcasos en que los curas se jactaban de pronunciar las palabras de la consagracin de esta manera:"Pais es, et panes manebis; vinum es, et vinus manebis". (Pan eres y pan quedars: vino eres yvino quedars). Se le parta el corazn cuando vea que los curas decan la misa a toda carrera, yque cuando l la deca llenando escrupulosamente todos los requisitos, alguno se le acercaba paradecirle que terminase pronto.

    Visit muy devotamente los monumentos y sitios consagrados por la tradicin. Fue a verla llamada escalera de Plalo, o escalera santa que la leyenda dice fue transportada de Jerusaln aRoma, y que fue por ella que Jess subi al Pretorio. Cuando la estaba subiendo de rodillas

    record sbitamente las palabras de Habacuc citadas por San Pablo en las Epstolas a Romanos yCalatas: "El justo vivir por la fe". Esas palabras le revelaron que Dios no se complace con lasobras llamadas meritorias con que los hombres quieren ganar el cielo. Avergonzado por habersedejado arrastrar por esa supersticin y mentira de la escalera, se levant resueltamente y se retirde aquel sitio.

    Su viaje a Roma lo prepar para romper sin escrpulos con el papado, al cual hastaentonces haba credo de origen divino. Pudo escribir: "En Roma se cometen crmenes increbles.Es necesario haberlo visto para creerlo. Hay un proverbio que dice: Si existe un infierno debeencontrarse debajo de Roma. Ah prosperan todos los vicios. Los que queris vivir en santidadsalid de Roma".

    Pero todava se haca ilusiones sobre el papa y lo crea un cordero en medio de lobos.De regreso a Wittenberg la doctrina bblica de la justificacin por la fe, que ninguno

    llegara a encarnar como l, fue hacindosele cada da ms preciosa. Las conversaciones con elpiadoso Staupitz, el estudio de las Epstolas de San Pablo, el recuerdo de su experiencia en laescalera de Pilatos y otros factores contribuyeron a hacerle comprender que del conocimiento deesta verdad depende todo el sistema cristiano. Oigmosle hablar a este respecto: "Cuando por elEspritu de Dios comprend estas palabras, cuando comprend cmo la justificacin del pecadorproviene de la pura misericordia del Seor por medio de la fe... entonces me sent renacer comoun nuevo hombre y entr a puertas abiertas en el paraso de Dios. Desde entonces vi la querida y

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    santa Escritura con ojos completamente nuevos. Recorr toda la Biblia, reun un gran nmero depasajes que me ensearon lo que era la obra de Dios. Y como antes haba odiado fuertemente lafrase "justicia de Dios" empec entonces a estimarla y amarla como la frase ms dulce yconsoladora. Esta verdad fue para m la verdadera puerta del paraso.

    "Yo veo aade que el diablo ataca sin cesar este artculo fundamental por medio de

    sus doctores, y que no puede darse reposo. Pues bien, yo el doctor Martn Lutero, indignoevangelista de nuestro Seor Jesucristo confieso este artculo, que la fe sola justifica delante deDios sin las obras, declaro que el emperador de los romanos, el de los turcos, el de los trtaros, elde los persas, el papa, todos los cardenales, los obispos, los sacerdotes, los frailes, las monjas, losreyes, los prncipes, los seores, todo el mundo y todos los diablos, deben dejarlo en pie y quepermanezca para siempre. Si quieren combatir esta verdad traern sobre sus cabezas el fuego delinfierno. Ese es el santo y verdadero evangelio. No hay sino Jesucristo el Hijo de Dios que hayamuerto por nuestros pecados. Lo repito, y aunque el diablo y todo el mundo se despedazasen ensu furor, no sera esto menos verdadero. Y si es El slo quien quita el pecado, no podemos sernosotros con nuestras obras. Pero las buenas obras siguen a la redencin como el fruto sigue a laplanta. Esa es nuestra doctrina, es la que el Espritu Santo ensea a toda la cristiandad. En el

    nombre de Dios la sostendremos. Amn".

    LA VENTA DE LAS INDULGENCIAS

    Los telogos escolsticos de la Edad Media sentaron la falsa doctrina de las indulgencias,enseando que la iglesia posee un tesoro inagotable de obras de supererogacin, es decir, obrasque los santos hicieron adems de las necesarias para salvarse. Este tesoro dispone tambin de losmritos de Cristo y de la virgen, y el papa puede disponer de l libremente acordando

    indulgencias a quienes pagan en metlico o cumplen con tales o cuales deberes y preceptos que laiglesia impone. El papa Len X, hombre muy dado a las artes y a la mundanalidad, gastadorde sumas fabulosas, necesitaba dinero, mucho dinero, pura terminar la baslica de San Pedro yconceder una dote cuantiosa a su hermana Margarita. Mand entonces efectuar una venta de in-dulgencias en gran escala y confi el negocio en lo referente a Alemania al arzobispo deMandeburgo, quien a su vez emple a un dominicano llamado Tetzel para efectuar la venta almenudeo. Este fraile era un gran descarado, y sin el menor escrpulo de conciencia abusaba de laignorancia y buena fe de la gente sencilla y crdula. Recorra pueblos y ciudades levantando enlas plazas una cruz colorada de enormes dimensiones y pregonaba la resolucin papal,prometiendo a los compradores de indulgencias completa remisin de pecados. "Para sacar unalma del purgatorio clamaba basta medio escudo. No bien el dinero suena en mi caja, elalma libertada vuela al cielo. El papa tiene ms poder que los ngeles, los apstoles y los santos;stos son inferiores a Jesucristo, mientras que el papa es su igual".

    Tetzel deca que l por medio de la venta de las indulgencias haba salvado ms almas queSan Pedro por medio de sus sermones.

    Cuando Tetzel lleg a Wittenberg dijo Lutero: "Voy a hacer un agujero en ese tambor".Subi al pulpito y resueltamente se puso a predicar contra el inicuo trfico que efectuaba eldominicano, anunciando que la salvacin es gratuita para quien se arrepiente y confa en

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    Jesucristo y que quien no llena estos requisitos no la puede conseguir ni con dinero ni buenasobras

    Tetzel se irrita y predica furiosamente contra Lulero. Para impresionar mejor a suauditorio enciende aparatosamente una hoguera en medio de la plaza y declara que los que seoponen a los decretos del papa son herejes y deben morir consumidos por el fuego.

    La vspera de todos los santos la ciudad estaba llena de forasteros que venan paraparticipar de los actos religiosos que se celebran en dicha ocasin. Lutero predic sobre laconversin de Zaqueo, y al terminar su sermn clav en las puertas de la iglesia las famosasnoventa y cinco tesis, llamadas a producir tan inmensa sensacin en el mundo. Era el 31 deoctubre de 1517. Lutero no desconoce todava la autoridad del papa ni suea en romper con laiglesia romana, pero las tesis estn saturadas de doctrina eminentemente evanglica, haciendodepender la salvacin nicamente de los mritos de Cristo. Por oso no tardaran en hacerledescubrir que la iglesia romana es apstata y contraria a los fundamentos de la fe cristiana. Heaqu algunas de esas tesis:

    1. "Cuando nuestro Maestro y Seor Jesucristo dice: Arrepentos quiere que la vida

    entera de sus fieles sea un arrepentimiento constante y continuo".2. "Esta palabra no puede referirse al sacramento de la penitencia como es administradapor el sacerdote".

    21. "Los vendedores de indulgencia se engaan cuando dicen que por las indulgenciaspapales el hombre queda libre de todo castigo y se salva".

    27. "Predican locuras humanas los que pretenden que en el momento cuando el dinerocae en el cofre el alma sale del purgatorio".

    32. "Los que se imaginan estar seguros de su salvacin por las indulgencias, irn con eldiablo junto con aquellos que as lo ensean.

    36. "Todo cristiano que tiene un verdadero arrepentimiento de sus pecados, tiene unacompleta remisin de la pena y de la falta, sin necesidad de indulgencia".

    37. "Todo buen cristiano, muerto o vivo, participa de los bienes de Cristo o de la Iglesia,

    por el don de Dios, y sin carta de indulgencia".62. "El verdadero y precioso tesoro de la Iglesia es el santo evangelio de la gloria ygracia de Dios".

    92. "Quiera Dios que seamos librados de todos los predicadores que dicen a la Iglesia deCristo "paz, paz" cuando no hay paz".

    94. "Hay que exhortar a los cristianos a seguir a Cristo a travs de la cruz, la muerte y elinfierno".

    95. "Porque es mejor entrar en el reino de cielos por muchas tribulaciones que tener unaseguridad carnal por el consuelo de una paz falsa".

    Las tesis fueron escritas en latn, pero toda Alemania las ley en su propia lengua alcabo de dos semanas, y la cristiandad entera al cabo de un mes. Miles de almas saltaron de

    gozo porque Dios haba levantado un profeta varonil que denunciaba los abusos del cleroromano y proclamaba la verdad de Cristo. Otros, en cambio, estaban furiosos y clamabancontra Lutero. l mismo estaba sorprendido de la gran resonancia que haba tenido suprotesta, pero qued convencido deque haba llegado la hora de levantar la voz y afirmar elrostro, y seguir adelante en una lucha fuerte contra el pecado y el error.

    Las crnicas de la poca refieren que el elector de Sajonia, Federico el sabio, que seencontraba en Schweinitz, a seis leguas de Wittenberg, cuando Lutero clav sus tesis en la puertade la iglesia tuvo un sueo que refiri as:

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    "So que el Dios Todopoderoso me enviaba un fraile que era hijo verdadero del apstolSan Pablo. Por orden de Dios le acompaaban todos los santos para atestiguar ante m y declararque no vena a maquina