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la ola del surfing

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Reportaje sobre la ecolución del surf en España

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LA OLADEL SURFLa arena goza de su protagonismo ante los pies descalzos que dependen de su presencia en un romance tan viejo como la humanidad. El mar re-celoso se acerca y se aleja en su infi-nito intento por conquistarla entera. El sol, curioso, ilumina la escena, pre-sumiendo de su independencia. Pero hoy en esta playa no hay bañistas, no hay niños con grandes aspiraciones arquitectónicas que luzcan orgullosos sus castillos, no hay sombrillas teme-rosas del furioso viento, no hay intré-pidos montañistas cazadores de mo-luscos. Sólo hay dos hermanos, dos tablas y una pasión que les une: el surf.

Elena Eiras Fernández

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A Algunos bañistas los ven como un solo chaval que no para de coer olas. Son Jose y Javier Postigo, dos ge-melos y surfistas valencianos de 16 años que sueñan con llegar a lo más alto, reconociendo el surf como una pasión indiscutible. Se trata de una ambición y es que, como ellos mismos reconocen, la palabra surf les habla de competición. A pesar de su corta edad y de ser conscientes de lo duro que es destacar en este ámbito, ambos dedican más de diez horas semanales a su práctica sin ningún remordimiento, pues afirman que, gracias al surf, tienen una meta clara en su vida y tienen una mayor capacidad de esfuerzo en todos los aspectos. Admiten que este deporte les distin-gue de los demás, pero, como ellos, cientos de ado-lescentes se inician en esta práctica cada año.

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Junto a estos dos jóvenes se encuentra, como entrenador personal, Hugo Sánchez, el principal responsable de la escuela de deslizamiento Medite-rranean Surf School, situada en Valencia. Su escue-la, pese a gozar de una breve existencia, se ha con-vertido en todo un referente en la zona gracias a la formación de Hugo, su peculiar estilo de enseñar y el hecho de haberle sabido sacar partido a una zona de olas mucho menos privilegiada de lo que puede ser el norte. Ha llegado el boom de los surfistas y con él, muchos emprendedores han visto una opor-tunidad de negocio frente a una demanda cada vez mayor. En la costa del levante, Hugo goza del pri-vilegio de dirigir una de las pocas, si no la única, escuela reconocida como tal. En su zona, la oferta

ha ido apareciendo muy poco a poco y, en su gran mayoría, se trata de negocios pirata. Sin embargo, en lugares como Galicia, País Vasco o Canarias ape-nas queda sitio para más campamentos o escuelas. El surf se ha convertido, hoy en día, en la actividad de moda para muchos jóvenes que buscan conocer nuevas sensaciones.

AquElloS mArAVilloSoS SEtEntAPero no vayamos tan deprisa. ¿Cuántos años tie-

ne el surf español? unos cuarenta y dos por estas fechas. llegó a nuestro país en la década de los se-tenta, y se concentró, sobre todo, en el norte ya que las condiciones marítimas favorecen esta práctica.

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Tuve que trabajar muy duro colocan-do bisagras a pese-ta hasta conseguir las 2500 que me costó comprarme a medias con un ami-go un neopreno de quinta mano

Allí, en Zarautz, estaba Aitor Francesena, el primer entre-nador y uno de los grandes pioneros del surf en nuestro país. Soñaba con todas aquellas olas que iban y venían y esperaba ansioso en la orilla la caridad de algún surfista de familia pu-diente que le dejase probar su tabla. A pesar de que actual-mente no se considera un deporte elitista, por aquel entonces sí lo era, y Aitor, que provenía de un hogar modesto, tuvo que esforzarse al máximo para ver realizadas sus ganas de probar tan maravilloso deporte. Confesó que tuvo que trabajar muy duro colocando bisagras a peseta hasta conseguir las 2500 que me costó comprarme a medias con un amigo un neopreno de quinta mano. Y no era un neopreno nuevo precisamente, tenía todo tipo de agujeros e imperfecciones, pero a ellos les abría las puertas de lo que más habían soñado. incluso llega-ron a utilizar, en lugar de la actual parafina, cera de vela en la parte delantera de la tabla.

Finalmente todo su empeño dio sus frutos y consiguió ha-cer que toda su vida girase en torno a eso. Logró clasificarse en importantes campeonatos, y estos compromisos le lleva-ron por todo el mundo. Puede que influido por la labor de sus padres como educadores, decidió que dedicaría su vida a enseñar a otras personas los entresijos de este deporte, y actualmente es un gran referente en este campo, llegando a entrenar a surfistas tan destacados como Aritz Aranburu, el único surfista nacional que ha alcanzado el top 44 internacio-nal.

En contrapunto, hoy adquirir lo básico para la iniciación en muy asequible, ya sea de segunda mano o en grandes super-ficies donde puedes equiparte por 200 euros.

El APrEndiZAJE Al igual que Aitor, algunos jóvenes se iniciaron de manera

autodidacta hasta encontrar su propio estilo. En lo referente al aprendizaje el nombre de Alejandro Vázquez Romero es, cuanto menos, revelador. Fue y es el propietario de Raz Sur-fCamp, la primera escuela de surf española que se encuen-tra en la playa de razo, A Coruña. lo que empezó como un camping para chicos interesados en recibir unas directrices en cuanto a la técnica, acabó por convertirse en uno de los más reconocidos campamentos de surf a nivel nacional. Allí, cada verano, acuden jóvenes de muy diversas edades y proceden-cias dispuestos a pasar una semana muy diferente. Alejandro fue el primero en ver las posibilidades de enfocar su carre-ra profesional como empresario siempre muy cerca de este mundo que tanto le apasionaba y lo sigue haciendo. Él mismo aprecia las diferencias, el antes y el después, y cómo los po-cos chavales que ponían la tienda de campaña y se lanzaban al agua fueron convirtiéndose, poco a poco, en más y más jóvenes dispuestos a pagar el precio de las actuales instala-ciones, dietas y material, para conocer un poco más a fondo este mundo.

Fue el primero pero no el único, y pronto esta ambición se trasladó a muchas otras personas que no dudaron en em-prender su propio negocio basado en los deportes del desli-

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El mAÑAnAEn el ámbito internacional, este campo se encuentra mucho más consolidado, pero en España todavía

falta mucho camino por recorrer. Actualmente, la promoción del deporte nacional es mucho más que ca-rente, y el ámbito de la formación todavía sigue inconcluso. Las ayudas institucionales son prácticamente inexistentes, excluyendo las islas Canarias y El País Vasco. En estas zonas, los surfistas profesionales reciben ayudas homólogas a las que podría recibir cualquier deportista de élite, independientemente del campo en el que trabaje. En la costa valencia, por el contrario, es impensable hacer, ni siquiera, un campeonato, pues las playas se reservan para los bañistas.

El futuro parece poco prometedor. la mayor aspiración y, a la vez, logro, estaría en llegar a equiparar el surfing a otros deportes más socialmente entendidos como lo puede ser el baloncesto o el tenis. Los diver-sos entrevistados han hablado de dificultades a la hora de llegar este deporte, por ejemplo, a las aulas. Casi es impensable instaurarlo como actividad extraescolar, puesto que se requiere el medio natural y un mate-rial que muchos colegios no estarían dispuestos a proporcionar.

A pesar de esto y, como siempre, existe un rayo de esperanza para todas estas personas que hacen de las olas su vida, y también para los formadores, y, aunque parezca complicado, confían en que, algún día, se pueda alcanzar este objetivo de igualdad.

Esta marabunta de nuevos aficionados ha traído consigo la asunción de una estética que muchos va-loran más que las olas. Y es que hoy en día la gente asocia al surf a diversión, chicas y chicos guapos, sol, calor y playa. Un surfista real, como apunta Hugo Sánchez, sabe que el surf es madrugar, frio, olas ma-las, dolor de oídos, labios cortados y muchas otras cosas no tan buenas como pintan las películas y la gente imagina. Pero existen muchos surfistas de es-caparate más preocupados por verse con la tabla debajo del brazo en fotografías o vídeos que por co-nocer y practicar este deporte, lo que propaga más

aun la imagen que, desde fuera, se pueda tener de este mundo.

A pesar de esto, en la opinión del joven director de mediterranean Surf School, deportes como el surfing o el skate han llegado para quedarse, y no son sólo una moda pasajera de la que los jóvenes se puedan olvidar tan fácilmente. Esto queda empíri-camente demostrado con la creación de su escuela, con la que pretende ayudar a otras personas a llegar tan lejos como sean capaces viendo cumplidos, así, sus propios sueños.

lA SuPErFiCiE

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