La Santa Misa - J. Pérez de Urbel

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La Santa Misa: estudio histórico, teológico y litúrgico - J. Pérez de Urbel

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  • FRAY JUSTO PREZ DE URBEL

    tote* se*

    LA SANTA MISAESTUDIO HISTORICO, TEOLOGICO

    Y LITRGICO

    EDITORIAL SEMILLA

    MADRID

  • Nihii obstat

    :

    Fn. Germn del Prado,Cens. Ord.

    Puede imprimir? e

    :

    Abada de Silos, 15 de septiembre de 1951.

    i< Fr. Isaac Mara Toribios.

    Abad de Silos.

    Nihil obstat

    :

    Abilio Rui7 Valdivielso,

    Cens. Eccles.

    i

    Imprimatur

    :

    | Jos Mara,Obispo Auxiliar y Vicario General.

    Madrid, 20 de oclubre de 1951.

    Jos Ruiz Alonso, impresor - Quiones, 2 - Telf. 24 86 51 - Madrid

  • DAL VATICANO, 27 de septiembre de 1943.

    DI SvA SaNTITA

    N. 66453.

    DA CITARSI NELLA RISPOSTA

    Rev rendo Padre

    :

    Tengo el gusto de dirigirme a Vuestra Reve-rencia para comunicarle que el Augusto Pont-fice ha acogido con, paternal agrado e' filialhomenaje que le ha hecho de todas sus publi-caciones.

    Su Santidad se ha dignado examinar sus nu-merosas e interesantes obras, frutos de investi-gacin y celo laudables, y no ha podido menosde complacerse en ver la constante actividad queVuestra Reverencia desarrolla en el este campo,en el que sus libros, apreciados y alabados porla crtica, han. dado un estimable contributo a losestudios histricos, ascticos y literarios parabien de la Iglesia, provecho de las almas y glo-ria de las letras patrias.El Santo Padre, que le agradece de todo co-

    razn este obsequio, hecho por Vuestra Reve-rencia como testimonio de fervorosa devocin alVicario de Cristo y de inquebrantable adhesina la Sede de Pedro y expresado con tan piado-sos sentimientos, pide al Espritu Santo que le

  • ilumine siempre con sus divinas luces para que

    pueda continuar sus trabajos con idnticos re-sultados. Con estos votos, el Augusto Pontficeenva benvolamente a Vuestra Reverencia una'particular Bendicin Apostlica

    Con las seguridades de mi distinguida y reli-giosa consideracin, soy '

    de Vuestra Reverencia

    devoto servidor,

    R. P. Dom Justo Prez de Urbel, O. S B.Monasterio Benedictino de

    SILOS

  • PROLOGO

    En varios de mis libros he ido tratando, a mi manera,los varios aspectos de la sagrada Liturgia: el ciclo anual,las fiestas principales, el sentido de los smbolos, el conte-nido del misal y del breviario. A comentar los principalesmomentos de la Misa dediqu una serie de captulos en elItinerario litrgico, captulos que hoy me parecen superfi-ciales y, desde luego, insuficienies. El deseo de completar-los, de darles algo ms de consistencia y de plenitud, es elque me mueve al publicar este libro. Si all mi propsitoera, ante todo, captar la emocin religiosa, aqu he procu-rado, juntamente con eso, descender ms despacio hasta elterreno slido de la doctrina y acudir tambin al dato his-trico en cuanto pueda ser alimento de la piedad.

    Son innumerables los libros acerca de la Misa, libros dedevocin y libros de investigacin, libros teolgicos o librospuramente histricos, libros dedicados a estudiar de una ma-nera general la doctrina del sacrificio cristiano o libros, a ve-

    ces voluminosos, en que se estudia slo alguna de sus partes,como el Canon o la Colecta o la Comunin. Recientementeapareci en Alemania una obra en dos grandes volmenes,que trata nicamente, pero de una manera exhaustiva, de laevolucin de cada uno de los ritos.

    Este libro 110 pretende ser mejor que ninguno otro; quie-re tan slo presentar al alma devota, al cristiano, preocupa-do por conocer esa fuente sobrenatural de vida y de con-suelo, una gua, un comentario, una interpretacin, que esen-cialmente sery en caso contrario, mejor sera el silencio-,

  • PROLOGO

    la misma que puede haber encontrado en otras partes, peroque en su forma externa tal vez le ofrezca algn atractivomayor.

    Por lo dems, aunque los tratados sobre la Misa podranformar una biblioteca, digna de tentar las aficiones de uncoleccionista, siempre seguir siendo indispensable 7isistiren la exposicin de sus excelencias, de sus misterios, de susenseanzas y de sus bellezas, cmo insista en el siglo IVSan Juan Crisstomo, en el VII San Isidoro, en el IX Ra=bao Mauro, en el XII San Bernardo, en el XIV Durandode Mende, en el XVI Molina, el cartujano; en el XIX DomGueranger, y en nuestros das, Dom Chotard, Duchesne,Cabrol, Rojo, Azcrate, Fortescue, Ghir, Parsch, Bussard,Martindale, Schulte, Capelle y otros muchos.

    La Misa no es una devocin cualquiera ; es y ser siem-pre el centro de la vida cristiana, el acto primero y princi-pal del culto, acto obligatorio y necesario para el desarrollo

    de la parte mejor de nuestro ser. Y, no obstante, son mu-chos los cristianos que no se interesan- por l; que asisten

    a la Misa nicamente porque saben que la ausencia suponeun pecado mortal, y asisten, por tanto, sin entusiasmo, sininters, sin atencin amorosa, sin afn de recoger las ense-anzas y los frutos que ella les brinda. Unos pasean la mi-rada del techo a las imgenes y del pblico al altar con sn-tomas perentorios de sentirse impacientes o aburridos ; otros,

    para no aburrirse ni distraerse, oh admirable fervor!, ha-cen su novena a San Antonio, o rezan las oraciones de lamaana, o pasan las cuentas del rosario, o abren un libro be-llamente encuadernado, que probablemente no es el Misal.Y entre tanto, el celebrante dirige la palabra a los que asis-ten, hace lecturas para ellos, reza por su salud y bien-estar, los saluda..., y slo le responde el monaguillo. Secumple el precepto de or Misa, pero sin sacar el menorprovecho de la Misa. Todo cuanto en ella se ha realizado

  • PROLOGO XI

    ha sido ajeno, si no a los sentidos, por lo menos a losafectos de los asistentes o de una gran parte de los asis-tentes.

    Urge corregir esta actitud daosa y absurda; y la co-rreccin slo puede venir del mejor conocimiento de la sa=grada Liturgia, de la parte que en ella nos cabe y del modode expresar en nuestra vida de piedad el espritu con queella intenta hacernos vivir. Alguien pudiera creer que elmal radica en la ineptitud prctica del Sacrificio para con-mover las almas, que sienten ante l menos devocin acasoque en una procesin, en tina novena, en el rezo de cual-quier oracin reciente o en la bendicin del Santsimo.A ciertas personas pueden estorbarles ciertamente algunosdetalles o circunstancias ajenas a su preparacin cultural,como la lengua, el ceremonial, los gestos, que han adqui-rido con el tiempo un hieratismo oscuro y misterioso, todala decoracin exterior, el canto mismo, que trae ecos deotras edades. A otras las 'asusta la idea abstracta y paraellas imprecisa del Sacrificio. Saben efectivamente que elsacrificio es un acto simblico, destinado a expresar nues-tra absoluta dependencia con respecto a Dios por mediode una inmolacin, de la ofrenda de una vctima. Perono es esto un tanto complejo y sutil para la prepara-cin que lleva la mayor parte de los fieles? Y es que mu-chos de ellos saben esto tan slo? Es que han llegado arelacionar el sacrificio de la Misa con el sacrificio de lacruz? Es que se han dado cuenta de esa verdad tan claray tan sencilla de que cada vez que asisten a la Misa escomo si se encontrasen en el Calvario, en el Viernes San-to de la Parasceve, viendo a Jess que expira en el made-ro por salvar a os hombres?

    A o, el mal no est en la ineptitud que para conmovertienen nuestros grandes misterios; est ms bien en nues-tra ignorancia, en nuestra falta de preparacin en ese de-

  • XII PROLOGO

    rrotero que va tomando la piedad moderna, afanosa deamontonar prcticas y oraciones de toda clase, pero olvida-

    da de que la Misa es la devocin mxima, la oracin per-fecta, la prctica "en que se ejerce la obra de nuestra re-dencin". Es la conclusin que yo quisiera poner en elalma de todos los que lean este libro. Quisiera con l ins-truir y dirigir la piedad de los fieles, descifrar e iluminargestos, frmulas y actitudes, explicar doctrinas, presen-tar las categoras de lo humano y lo divino en nuestravida interior, de lo religioso y lo moral en su jerarqua au=tntica; en una palabra: hacer comprender y amar a todoslos catlicos esa fuente de santificacin que Dios ha pues-to a su alcance, esa frmula oficial de la oracin, transi-da de eficacia y de divina urgencia. Pero hablemos de ini-ciar ms que de instruir. Iniciacin quiere decir cierta-mente comienzo ; pero parece aludir tambin a una maneraespecial de comunicar la instruccin, a una manera msntima, en que se transmite con el conocimiento un fer-vor entusiasta por la cosa conocida, un apego generoso y te=naz, una actitud decidida y ardiente de proselitismo . Es laactitud que yo quisiera tambin para mis lectores. Ojalque estas pginas hagan de ellos amantes apasionados dela Liturgia, en lo que tiene de ms bello y esencial, sacrifi-cadores conscientes, fervientes adoradores en espritu v enverdad. No dudo de que la explicacin de esos ritos, va-cos a primera vista; el conocimiento de su evolucin atravs de los ti\empos, que han impreso en ellos su huella; larevelacin de la idea encerrada en esos smbolos, que en suhieratismo les haban parecido estriles y hermticos, y lailuminacin, de la doctrina sublime, que es el alma de todoeste aparato exterior, a pesar de la torpeza de mis palabras,abrirn a sus miradas nuevos horizontes y a sis anheloscaminos insospechados.

  • ORDINARIO DE LA MISA

  • ORDINARIO DE LA MISA

    MISA DE CATECUMENOS

    PRIMERA PARTEPREPARACION

    LA SEAL DE LA CRUZ

    Bajado del altar, despus de haber preparado el cliz y el Misal, elsacerdote hace genuflexin y se santigua inmediatamente, diciendo:

    En el nombre del Padre, -j- y delHijo, y del Espritu Santo. Amn.

    Antfona.Entrar al altar deDios.

    R. Al Dios que alegra mi ju-ventud.

    In nomine Patris + el Flii et Sp-ritus Sancti. Amen.Antiphona.Introibo ad altre

    Dei.R. Ad Deum qui laetifcat ju-

    venttem meam

    SALMO 42 : JUDICA ME,(,Se omite en las Misas de Difuntos y en el Tiempo de Pasin)

    v. Jzgame T oh Dios, y de-fiende mi causa de la gente mal-vada : lbrame del hombre inicuo yengaador.

    ?. Porque T eres, oh Dios, mifortaleza. Por qu me has recha-zado y por qu camino triste, cuan-do me aflige mi enemigo?

    v. Enva tu luz y tu verdad

    :

    ellas me guiarn y llevarn a tu fan.to monte y a tus tabernculos.

    B. Y entrar al altar de Dios

    :

    al Dios que alegra mi juventud.

    t. Te alabar con la ctara a

    V. Jdica me, Deus, et discrnecausam meam de gente non sanc-ta : ab nomine inquo, et dolosorue me.

    . Quia tu es, Deus, Fortitdomea : quare me repulsti, et quaretristis incdo, dum ffligit me ini-mcus?

    9- Emitte lucem tuam et verit-tem tuam : ipsa me deduxrunt, etadduxrunt in montem sanctumtuum, et in taberncula tua.

    9. Et introibo ad altre Dei : adDeum qui laetificat juventtemmeam.

    y. Confitbor tib in cthara.

    i

  • XVI ORDINARIO DE LA MISA

    Ti, oh Dios, Dios mo: por qu]ests triste, alma ma, y por qume conturbas?

    p. Espera en Dios, porque toda-va le alabar : El es mi Salvador ymi Dios.

    f. Gloria al Padre, y al Hijo, y ial Espritu Santo.

    B. Como era en el principio, yahora, y siempre : y por los siglosde los siglos. Amn.

    Antfona.Entrar al altar deDios.

    B. Al Dios que alegra mi juven-

    tud.

    Deus, Deus meus : quare tristis es.nima mea, et quare conturbasme?B Spera in Deo, quniam ad-

    huc confitbor illi : salutre vul-tus mei, et Deus meus.

    T. Gloria Patri, et Filio; et Spi-ritui Sancto.

    B. Sicut erat in principio etnunc et semper et in saecala saecu-lrum. Amen.Antiphcna.V. Introibo ad al-

    tre Dei.B- Ad Deum qui laetficat ju-

    venttem meam.

    CONFESION GENERAL

    Ps. 123.

    y. Nuestra ayuda esten el nombre del Seor.

    B. Que hizo el cielo y la tierra.Yo, pecador, me confieso a Dios

    Todopoderoso, a la Bienaventuradasiempre Virgen Mara, al bienaven-turado San Miguel Arcngel, albienaventurado San Juan Bautista,a los santos apstoles San Pedro ySan Pablo, a todos los santos, ya vosotros, hermanos (y a ti, padre),de haber pecado gravemente con elpensamiento, palabra y obra (aquse golpea el pecho tres veces) : pormi culpa, por mi culpa, por mi gran-dsima culpa. Por tanto, ruego a laBienaventurada siempre Virgen Ma-ra, al bienaventurado San MiguelArcngel, al bienaventurado SanJuan Bautista, a los santos apsto-les San Pedro y San Pablo, a todoslos santos, y a vosotros, hermanos(y a ti, padre, oris por m a Dios,nuestro Seor.

    Ps. 123.

    V. Adjutrium nostrumin nomine Dmini.

    B. Qui fecit caelum et terram.Confiteor Deo omnipotnti, be-

    tae Marae semper virgini, beatoMichaeli Archngelo, beto JonniBaptiftae,. sanctis Apstolis Petroet Paulo, mnibus Sanctis et vo-bis, fratres (et tib, pater) : quiapeccvi nimis cogitatine, verbo,et opere (hic perctitur pectus ter)

    :

    mea culpa, mea culpa, mea mxi-ma culpa. Ideo precor betam Ma-ram semper vrginem, betumMichaelem Archngelum, betumJonnem Baptstam, sanctos Apos-tlos Petrum et Paulum. omnessanctos, et vos frates (et te, pater-orre pro me ad Dminum Deumnostrum.

    Despus que el sacerdote ha recidante se vuelve cara a l, y dice

    :

    V. Compadzcase de ti el DiosTodopoderoso, v, perdonados tus pecados, te lleve a la vida eterna.

    B. Amn.

    ado el Confiteor. el ministro o ayu-

    V. Miseretur tui omnipotensDeus. et dimissis pecctis tuis, per-dcat te ad vitam aetrnam.

    B. Amen.

  • ORDINARIO DE LA MISA XVII

    Respondido Amn por el sacerdConfteor. Pero en vez de decir: EtEt tibi, pater. Et te, pater. Terminael sacerdote

    :

    V. Compadzcase de vosotros elDios Todopoderoso, y, perdonadosvuestros pecados, os lleve a la vidaeterna.

    E- Amn.V. El Seor omnipotente y mi-

    sericordioso nos conceda el perdn,la absolucin J- y la remisin denuestros pecados.

    B. Amn.V. Oh Dios, vuelto T, nos vivi-

    ficars.B. Y tu pueblo se alegrar en Ti.V. Mustranos, Seor, tu mise-

    ricordia.B. Y danos tu Salud.f. Seor, escucha mi oracin.

    E. Y llegue a Ti mi clamor.Tf. El Seor sea con vosotros.B- Y con tu espritu.

    te, el ayudante recita, a su vez. elvobis, fratres. Et vos, fratres, dice

    :

    o el Confteor por el ayudante, dice

    V. Miseretur vestri omn'potensDeus, et dimissis pecctis vestris,perdcat vos ad vitam aetrnam.

    B. Amen.y Indulgntiam. + absolutinem.

    et remissinem peccatrum nostr-rum tribuat nobis omnpotens et

    I misricors Dminus.B- Amen.v. Deus, tu convrsus vivific-

    bis nos.

    B- Et plebs tua laetbitur in te.V". Ostnde nobis, Dmine, mise-

    ricrdiam tuam.E. Et salutre tuum da nobis.V". Dmine, exudi oratinem

    meam.

    E. Et clamor meus ad te vniat.V. Dminus vobscum.B. Et cum spritu tuo.

    SUBIDA AL ALTAR

    Terminadas las preces anteriores, el sacerdote sube al altar, dicien-do mientras sube:

    Oremwj. Suplicrnoste. Seor,

    Ormvs.Aufer a nobis, quaesu-apartes de nosotros nuestras iniqui- 1 mus, Dmine, iniquittes nostras. utdades: para que merezcamos entrar] ad Sanc:a Sanctrum puris mere-en el santo de los Santos con puras

    mur mntibus introire. Per Chris-almas. Por Cristo, nuestro Seor.

    I tum Dminum nostram. Amen.Amn.

    Una vez en medio del altar, el sacerdote se inclina profundamente,y dice

    :

    Rogrnoste, Seor, por los mri- 1 Ormus te, Dmine, per mritatos de tus Santos, cuyas reliquias Sanctrum turum quorum reliquiaeestn aqu (besa el altar), y de to- hic sunt (oscultur altre), et m-dos los Santos, te dignes perdonar nium Sanctrum. ut indulgre dig-todos mis pecados. Amn. nris mnia peccta mea. Amen.

    LA MISA.

    2

  • XVIII ORDINARIO DE LA MISA

    INCENSACION DEL ALTAR

    En las Misas cantadas, el sacerdote, antes de leer el Introito, bendiceel incienso que le presenta el dicono, dicindole

    :

    D. Bendice Padre reveiendo. D. Benedcite, Pater revernde.S. Bendgate + Aquel en cuyo ho- s. Ab illo benedicris -j- in cujus

    or vas a ser quemado. Amn. honre cremberis. Amen

    A continuacin incensa el crucifijo, las reliquias de los Santos, siestuvieran expuestas en el altar y, por ltimo, el altar. Al terminar deincensar el altar, el dicono recoge el incensario e incensa al cele-brante.

    INTROITO

    Despus de incensar el altar, o en las Misas rezadas, despus de re-zar la segunda Oracin arriba apuntada, el sacerdote se dirige al ladoizquierdo del altar y lee en el Misal el Introito del da. (Vase el Propioen el Misal.) Al comenzar la lectura del Introito, hace la seal de laciuz. En las Misas de Difuntos no se santigua, sino que traza con lamano derecha la seal de la cruz sobre el Mifal abierto.

    KYRIES

    Ledo el Introito, el sacerdote va al medio del altar y, con las manosjuntas, recita, alternando con los ministros o con el ayudante, los si-guientes :

    Seor,Seor,Seor,Cristo,Cristo,Cristo,Seor,Seor,Seor,

    ten piedad

    !

    ten oiedad!ten piedad

    !

    ten piedad

    !

    ten piedad!ten piedad

    !

    ten piedad

    !

    ten piedad

    !

    ten piedad

    !

    Kyrie,Kyrie,Kyrie,ChrisieChristeChrisieKyrie,Kyrie,Kyrie,

    elison.elison.elison

    elisonelif oneliron

    elison.elison.elison.

    GLORIA

    A continuacin de los Kyries se dice el Gloria in exceisis, el cual53 omite durante todo el tiempo de Adviento y Cuaresma, en las Misasde Difuntos y en las Misas de Feria, excepto durante el Tiempo Parcual.El Gloria es como sigue

    :

    Gloria a Dios en las alturas. Y.en la tierra, paz a los hombres debuena voluntad. Alabrnoste. Ben-decrnosle. Adorrnoste. Glorific-

    Glria in exclsis Deo. Et in t-rra pax homnibus bonae volunt-tis. Laudamus te. Benedicimus te.Adormus te. Glorificmus te. Gr-

  • ORDINARIO DE LA MIS.i XIX

    moste. Drnoste gracias por tu grangloria. Seor Dios, Rey celestial.Dios Padre Omnipotente. Seor.Hijo Unignito, Jesucristo SeorDios, Cordero de Dios. Hijo del Pa-dre. T. que quitas los pecados delmundo, ten piedad de nosotros. T.que quitas los pecados del mundo,acepta nuestras splicas. T, queests sentado a la diestra del Pa-dre, ten piedad de nosotros. PorqueT solo eres Santo. T solo Seor,T solo altsimo, oh Jesucristo. Conel Espritu Santo f en la gloria delPadre. Amn.

    tias gimus tibi propter magnamglriam tuam. Dmine Deas. Rexcaelstis, Deus Pater omnipotens.Dmine Fili unignite Jesu Chris-te. Dmine Deu?. Agnus Dei, FiliusPatris. Qui tollis peccta mundi.miserre nobis. Qui tollis peccatamundi. sscipe deprecatinem nos-tram. Qui sedes ad dxteram Pa-tris, miserre nobis. Quniam tu so-lus sanctus, tu solus Dminus, tusolus altissimus. Jesu Christe. CumSancto Spritu J- in gloria Dei Pa-tris. Amen.

    SEGUNDA PARTEINSTRUCCION

    ORACION O COLECTA

    Despus de terminar el Gloria, el sacerdote besa el altar, se vuelve decara a los fieles, y les saluda, diciendo :

    V. El Seor sea con vosotros. I \"'. Dminus vobscum.5. Y con tu espritu. | 5. Et cum spritu tuo.

    Va despus al Misal y, con las manos extendidas recita la primeraoracin de la Misa, llamada Colecta. (Vase el Propio.) Al final de laOracin responde el pueblo o el ayudante

    :

    5. Amn.I

    j. Amen.

    EPISTOLA

    Despus de la Oracin u Oraciones anteriores, el sacerdote lee laEpstola del da. (Va.-e el Propio.) En las Misas cantadas, mientrasel sacerdote lee la Ep stola en voz baja, la canta en voz alta el Subdico-no Al final de la Epstola responde el pueblo o el ayudante:

    B. Gracias a Dios.I

    5. Deo grtias.

  • XX ORDINARIO DE LA MISA

    GRADUAL, ALELUYA, TRACTO

    Despus de la Epstola, se lee o canta el Gradual, seguido del Alelu-ya con su verso. Este Aleluya se omite durante toda la Cuaresma, di-cindose en su lugar un nuevo texto o salmo llamado Tracto. En algu-nas folemnidades se aade tambin otra nueva pieza, llamada Secuen-cia. Todas estas piezas se encuentran en el Propio del Misal, en elca correspondiente.

    EVANGELIO

    Terminada la lectura o el canto de las anteriores piezas, el sacerdoteva al medio del altar, se inclina profundamente, y reza en silencio laOracin siguiente:

    Purifica mi corazn y mis labios,oh Dios omnipotente, como purifi-caste los labios del profeta Isaascon un carbn encendido, y dgnatepurificarme con tu grata misericor-dia de tal modo, que pueda anun-ciar dignamente tu santo Evangelio.Por Cristo, nuestro Seor. Amn.Dgnate, Seor bendecirme.El Seor est en mi corazn y en

    mis labios, para que anuncie dignav competentemente su Evangelio.Amn.

    Munda cor meum ac labia mea.omnipotens Deus, qui labia I?a:aeProphtae clculo mundsti ignto

    :

    ita me tua grata miseratine dig-nare mundre, ut sanctum Evang-Iium tuum digne vleam nuntire.Per Christum Dminum nostrum.Amen.Jube, Domne, benedcere.

    Dminus sit in corde meo et in l-biis meis, ut, digne et competn-ter annntiem Evanglium suum.Amen.

    En las Misas de Difuntos no se dice ms que hasta Jube Domne ex-clusive. Terminada esta Oracin, el sacerdote se dirige hacia el Misal,que el ayudante, o el subdicono, ha trasladado al lado derecho del altar,y dice inmediatamente

    :

    V. El Seor sea con vosotros.|

    r . Dminus vobscum.gt. Y con tu espritu. I T. Et cum spritu tuo.

    A continuacin hace la seal de la cruz sobre el comienzo del textodel Evangelio, diciendo al mismo tiempo

    :

    V. Comienzo (o continuacin! i f. Intium (vel Sequntia) sanc-del santo Evangelio, + segn San... | ti Evanglii

    -f-secndum N...

    I. Gloria a T, Seor. I p. Gloria tibi, Dmine.

    Despus de esto, el sacerdote lee pausadamente, y en voz inteligible, elEvangelio del da. (Vase el Propio.) Terminada su lectura, el sacerdo-te besa el comienzo del Evangelio, diciendo al mismo tiempo:

    Por las palabras evanglicas rean|

    Per evanglica dicta delenturborrados nuestros pecados. I nostra delicia.

  • ORDINARIO DE LA MISA XXI

    Al teiminar el sacerdote la lectura del Evangelio, y mientras besa ellibro, dice el ayudante o el subdicono

    :

    B. Alabanzas a Ti, Cristo. | V- Laus tib, Christe.

    En las Misas cantadas, el sacerdote hace lo mismo que queda indi-cado. Mientras el celebrante lee el Evangelio, el dicono toma el Evan-geliario, lo deposita en medio del Altar, se arrodilla despus con ambasodillas en la grada y recita en secreto la Oracin: Manda cor meum,basta Jube. Domne exclusive. Luego se levanta, sube al altar, y profunda-mente inclinado de cara al sacerdote, pide a ste su bendicin diciendo:

    D. Dgnate, Seor, bendecirme. D. Jube, Dmine, benedicere.S El Seor est en tu corazn y S. Dminus sit in corde tuo, et

    en tus labios, para que anuncies in lbiis tuis, ut digne et compe-digna y competentemente su Evan- tnter annnties Evanglium suum.gelio. En el nombre del Padre, + y In nomine Patris, + et Flii et Sp-del Hijo, y del Espritu Santo. Amn. I ritus Sancti. Amen.

    Recibida la bendicin, el dicono marcha, escoltado por dos aclitoscon ciriales y por el turiferario con el incensario encendido, i cantar elEvangelio. Terminado el canto del Evangelio, da el libro al subdicono.para que lo lleve a besar al celebrante. A continuacin, el dicono in-ciensa tres veces al celebrante, yendo despus los tres ministros al me-dio del altar.

    CREDO O PROFESION DE FE

    Terminada la lectura o el canto del Santo Evangelio, el sacerdoterecita con voz inteligible el Credo. Este Credo, que se dice en la SantaMisa, fu redactado en el concilio de Nicea (3251 y completado despusen el de Constantinopla (381). Se dice el Credo todos los domingos en lasfiestas de los Apstoles y de los Doctores, y en otras varias solemnidadesdel ao. Es como sigue :

    ,

    Creo en un solo Dio?, Padre om-nipotente, hacedor del cielo y de latierra, de todas las cosas visiblese invisibles. Y en un solo Seor,Jesucristo. Hijo Unignito de Dios.Y nacido del Padre antes de todoslos siglos. Dios de Dios, Luz deLuz, verdadero Dios, de verdaderoDios. Engendrado no hecho, consus-tancial al Padre por quien fueronhechas todas las cosas. Que pornosotros, los hombres, y por nues-tra salud descendi de los cielos.Aqu se arrodilla.' Y se encarn,por obra del Espritu Santo, en laVirgen Mara : y se hizo Hombre.

    Credo in unum Deum, Patremomnipotntem, factorem caeli et te-rrae, visibilium mnium et invisibi-lium. Et in unum Dminum JesumChristum. Filium Dei unignitum.Et ex Patre natum ante mnia sae-cula. Deum de Deo, lumen de lmi-ne, Deum verum de Deo vero. G-nitum, non factum, consubstanti-lem Patri : per quem mnia factasunt. Qui propter nos hmines. etpropter nostram saltem descnditde caelis. (Hic genuflectitur.) Etincarnatus est de Spiritu Sancto exMara Virgine: et homo facvs est.Ciucifixus tiam pro nobis : sub

  • XXII ORDINARIO DE LA MISA

    Crucificado tambin por nosotros,padeci bajo Poncio Pilatos, y fusepultado. Y resucit al tercer d:a.segn las Escrituras, Y subi alcielo : est sentado a la diestra delPadre. Y vendr otra vez con gloria,a juzgar a los vivos y a los muer-tos: cuyo reino no tendr fin. Y enel Espritu Santo, Seor, y vivifi-cante. Que procede del Padre y delHijo. Que, con el Padre y el Hijo,es adorado y glorificado. Que ha-bl por los profetas Y en una solaIglesia, santa, catlica y apostlica.Confieso un solo Bautismo, paraperdn de los pecados. Y esperola resurreccin de los muerto?. Yla vida

    -f del siglo venidero. Amn.

    Pntio Pilto passus, et fepltusest. Et resurrxit trtia die. secn-dum Scriptras. Et ascndit in cae-lum : sedet ad dxteram Patris. Etterum ventrus est cum gloria ju-dcare vivos et mrtuos : cujus reg-ni non erit fins. Et in SpritumSanctum, Dminum. et vivificn-tem. Qui ex Patre. Filique proce-dit. Qui cum Patre et Filio simuladortur, et conglorifictur. Quiloctus est per Prophtas. Et unam.sanctam, cathlicam et apostlicanEcclsiam. Confteor unum Baptis-ma in remissinem peccatrum. Etexspcto resurrectinem morturum.Et vitam + ventri saeculi. Amen.

    MISA DE LOS FIELES

    PRIMERA PARTEPREPARACION DEL SACRIFICIO DEL OFERTO-

    RIO AL PREFACIO

    OFERTORIO

    Terminada la recitacin del Credo, o cuando no hay Credo, despusde la lectura del Evangelio, el sacerdote va al medio del altar, lo besa, sevuelve de cara al pueblo, y dice

    :

    V- El Seor sea con vosotros.|

    S'. Dminus vobscum.p. Y con tu espritu. | p. Et cum spritu tuo.

    Volvindose de nuevo de cara al altar, dice

    :

    Oremos.I

    Ormus.

    A continuacin recita con voz inteligible el Ofertorio del da. (Vaseel Propio.) En las Misas cantadas, despus que el sacerdote ha dicho

    :

    Ortnus; el coro canta la Antfona del Ofertorio. Mientras tanto, el ce-lebrante hace la ofrenda del pan y el vino.

  • ORDINARIO DE LA MISA XXIII

    OFRENDA DEL PAN

    Recitada la Antfona de; Ofertorio, el sacerdote hace inmediatamen-te la ofrenda del pan. diciendo:

    Recibe, oh Santo Padre, omnipo-tente y eterno Dios, esta inmacula-da Hostia, que yo. indigno siervotuyo, te ofrezco a Ti, mi Dios vivoy verdadero, por mis innumerablespecados, y ofensas y negligencias,

    y por todos los circunstantes, ytambin por todos los fieles cris-tianos vivo.- y difuntos : para que.a m y a ellos, nos aproveche parala salud en la vida eterna. Amn.

    Sscipe Snete Pater. omnpotensaetrne Deus hanc immacultamHniam, quam ego indignus fmu-lus tuus ffero tibi, Deo meo vivo etvero, pro innumerabilibus pecetis,et offensinibus et negligntiismeis, et pro mnibus circunstnti-bus sed et pro mnibus fidlibuschristinis vivis adque defnctis

    :

    ut mihi, et illis proficiat ad sal-tem in vitam aetrnam. Amen.

    INFUSION DE LAS GOTAS DE AGUA

    Hecha la ofrenda del pan. el sacerdote purifica el cliz, echa vinoen l y aade despus unas gotitas de agua. Antes de mezclar las gotasric agua, traza sobre ellas la seal de la cruz. (Esta bendicin se omiteen las Misas de Difuntos.) Mientras echa las gotas de agua y limpiaei cliz, recita en voz baja la Oracin siguiente:

    J-Os Dios, que creaste maravillo- 1 -fDeus, qui humnae rubtntiaesmente la dignidad de la naturaleza' dignittem mirabliter condidsti, ethumana, y la reformaste ms ma- mirablius reformsti : da nobisravillosamente an : haz que, por el per hujus aquae et vini myst-misterio de este agua y vino sea- | rium. ejus divinittis esse consr-mos consortes de la divinidad de tes, qui humanittis nostrae feritu Hijo, nuestro Seor Jesucristo,

    j

    digntus est prticeps, Jess Chris-que se dign hacerse partcipe de ] tus Flius tuus Dminus noster:nuestra humanidad. El cual vive y j Qui tecum vivit et regnat in uni-reina contigo en la unidad del Es- tte Spritus Sancti. Deus, per m-pritu Santo Dios por todos los si- nia saecula saeculrum. Amen,glos de los siglos. Amn.

    En las Misas cantadas, mientras el celebrante recita la Antfona delOfertorio, el dicono prepara el cliz y el subdicono echa las gotitas deagua en el vino. Antes de echarlas en el cliz, pide la bendicin al cele-brante con una inclinacin de cabeza, diciendo

    :

    Sub. Bendice, padre reverendo. Sub. Benedcete. pater revernde.

    El celebrante, volviendo su cara hacia el subdicono traza en el airela seal de la cruz, mientras recita en voz baja la Oracin anterior.

  • XXIV ORDINARIO DE LA MISA

    OFRENDA DEL VINO

    Una vez que el sacerdote, o el dicono, ha preparado el vino, el cele-brante toma el cliz, va al medio del altar y, teniendo el cliz elevado conlas dos manos, reza en voz baja la Oracin siguiente

    :

    Ofrecrnoste, Seor, este Cliz de i Offrimus tibi. Dmine, Clicemsalud, implorando tu clemencia: salutris, tuam deprecntes clemn-para que, con olor de suavidad, su- 1 tiam : ut in conspctu divinae ma-ba hasta la presencia de tn divina jesttis tuae, pro nostra, et tot'usMajestad, por nuestra salud y por mundi salte, cum odre suavittisla de todo el mundo. Amn. ascndat. Amen.

    OFRENDA DE SI MISMO

    Hecha la ofrenda del vino, el sacerdote deposita sobre el altar el c-liz, lo cubre con la palia, se inclina despus reverente y, con las manosjuntas y apoyadas en el altar, recita con voz baja la Oracin siguiente

    :

    Con espritu de humildad y connimo contrito seamos recibidos porTi. Seor: y sea tal hoy en tu pre-sencia nuestro sacrificio, que teagrade, oh Seor Dios

    In spritu humilittis, et in ni-mo contrito suscipimur a te, D-mine : et sic fiat sacrificium nos-trum in conspctu tuo hdie, ut pl-ceat tibi, Dmine Deus.

    INVOCACION DEL ESPIRITU SANTO

    Recitada la Oracin anterior, el sacerdote se incorpora de nuevo y,alzando en alto sus manos, las junta otra vez en seguida, para trazarfobre el cliz la seal de la cruz. Mientras hace estas ceremonias, recitaen voz baja la Oracin siguiente

    :

    Ven santificado!- omnipotente,eterno Dios : y bendice

    -f- este sacri-ficio preparado para tu santo nom-bre.

    Veni, santifictor omnpotens, ae-trne Deus ; et bnedic

    -f hoc sacri-ficium tuo sancto nomini praepa-rtum.

    INCENSACION DE LA OBLATA

    En las Misas cantadas, despus de la Oracin anterior, tiene lugarinmediatamente la incensacin de la Oblata, del altar y de los fieles. Alconcluir dicha oracin, el celebrante se acerca al dicono con la navetadel incienso en la mano, y le dice:

    D. Bendice, nadre reverendo. j D. Benedcete, pater revernde.

  • ORDINARIO DE LA MISA XXV

    El celebrante contesta al ruego del dicono con la Oracin siguiente :

    Por intercesin del bienaventura-do San Miguel Arcngel, que esta la diestra del altar del incienso,

    y de todos sus elegidos, dgnese elSeor bendecir

    -f-este incienso, y re-

    cibirlo en olor de suavidad. Por Cris-to, nuestro Seor. Amn.

    Per intercessinem beti Micha-lis Archngeli, stantis a dextris al-tris incnsi et mnium electrumsurum. incnsum istud dignturDminus benedfcere

    -f- et in odiemsuavittis accipere. Per ChristumDminum nostrum. Amen

    Mientras recita esta Oracin, echa incienso en el incensario y trazadespus sobre l la seal de la cruz. Toma luego el incensario de manosdei dicono, e inciensa la Oblata, diciendo:

    Este incienso, por Ti bendecido,suba hasta ti, Seor: y desciendasobre nosotros tu misericordia.

    Incnsum istud, a te benedic-tum, ascndat ad te, Dmine : etdescndat super nos misericordiatua.

    Despus de la Oblata, inciensa tambin el Cristo y el altar, diciendomientras tanto

    :

    Dirjase, Seor, mi oracin, comoj

    Dirigtur, Dmine, ortio mea.el incienso, hacia tu prerencia, la I sicut incnsum in conspctu tuo

    :

    elevacin de mis manos sea comoj

    elevtio mnuum merum sacrifi-un sacrificio vespertino. Pon, Se- cium vespertinum. Pone, Dmine,or. guarda en mi boca, y una puer- ' custdiam ori meo, et stium cir-ta de silencio en mis labios : para cunstntiae lbs meis : ut non de-que no se incline mi corazn a pala- clinet cor meum in verba maltiae.bras de malicia, ni a buscar excu- ad excusndas excusatines in pec-sas en los pecados. ctis.

    Terminada la incensacin de la Oblata y del altar, el sacerdote entregael incensario al dicono, diciendo al mismo tiempo en voz baja :

    Encienda en nosotros el Seor el . Accndat in nobis Dminus ig-fuego de su amor y la llama de la nem sui amris et flammam aetr-eterna caridad. Amn. | nae carittis. Amen.

    Recibido el incensario de manos del celebrante, el dicono inciensaprimero al sacerdote, luego al coro y, finalmente, al subdicono. Entregadespus el incensario al turiferario, el cual inciensa primero al dicono ycpspus a toda la asamblea de los fieles. En las Misas de Difuntos no seinciensa ms que al sacerdote.

    LAVATORIO DE LAS MANOS

    Terminada la incensacin del altar, el celebrante, antes de conti-nuar el santo Sacrificio, se lava las manos, diciendo:

  • XXVI ORDINARIO DE LA MISA

    1. Lavar entre los inocentesmis manos : y rondar tu altar, Se-or.

    2. Para or la voz de tu alaban-za : y contar todas tus maravillas.

    3. Seor, he amado el decoro detu casa : y el lugar donde reside tugloria.

    4. No pierdas con los impos mialma, oh Dios : ni mi vida con loshombres sanguinarios.

    5. En cuyas manos estn las ini-quidades : y su diestra est llena deregalos.

    6. Mas yo he caminado en miinocencia: redmeme, y ten piedadde m.

    7. Mi pie siempre ha sido rec-to : en las asambleas te bendecir.Seor.

    8. Gloria al Padre...9. Como era...

    1. Lavbo inter innocntes ma-nus meas : et circmdabo altaretuum, Dmine.

    2. Ut udiam vocem laudis : etenrrem univrsa mirabilia tua.

    3. Dmine, dilxi decrem do-mus tuae : et locum habitatinisglriae tuae.

    4. Ne perdas cum mpiis, Deus.nimam meam : et cum viris sn-guinum vitam meam.

    5. In quorum mnibus iniquit-tes sunt : dxtera erum repltaest munribus.

    6. Ego autem in innocntia meaingrssus sum : rdime me, et mise-rre mei.

    7. Pes meus stetit in. dircto

    :

    in ecclsiis benedcam te, Dmine.8. Gloria Patri...9. Sicut erat...

    (En las Misas de Difuntos, y en las del Tiempo de Pasin, se omite elGloria)

    OFRENDA A LA SANTISIMA TRINIDAD

    Lavadas las manos, el celebrante va al centro del altar, se inclina pro-fundamente, y reza en silencio la Oracin siguiente

    :

    Recibe, oh Santa Trinidad, estaOblacin, que te ofrecemos en me-moria de la Pasin, de la Resurrec-cin y Ascensin de Jesucristo,nuestro Seor : y en honor de laBienaventurada siempre Virgen Ma-ra, y del bienaventurado San JuanBautista, y de los santos apstolesPedro y Pablo, y de stos, y de to-dos los santos : para que aprovecheen su honor y a nuestra salud : yse dignen interceder por nosotros enlos cielos aquellos cuya memoria ce-lebramos en la tierra. Por el mismoCristo, nuestro Seor. Amn.

    Sscipe, sancta Trnitas, hancoblatinem, quam tib offrimus obmemriam passinis, resurrectiniset ascensinis Jesu Christi Dmi-ni nostri : et in honrem bete Ma-r:'ae semper Vrginis, et beti Jon-nis Baptstae, et sanctrum Apos-tolrum Petri et Pauli, et istrumet mnium Sanctrum : ut illis pro.fciat ad honrem, nobis autem adsaltem : et illi pro nobis interc-dere dignntur in caelis, quorummemriam gimus in terris. Peremdem Christum Dminum nos-trum. Amen.

  • ORDINARIO DE LA MISA XXVII

    ORATE FRATES

    Rezada la Oracin anterior, ei celebrante besa el altar, se vuelvec'espus de cara a los fieles y, abriendo sus brazos, les invita a orar,enciendo

    :

    S. Orad, hermanos: para queeste sacrificio, mo y vuestro, seaaceptable ante el Dios Padre omni-potente.

    S. Orate, frates : ut meum acvestrum sacrificium acceptbile fatapud Deum Patrem omnipotntem-

    El pueblo, por boca del subdicono o del ayudante, responde diciendo :

    R. Reciba el Seor el sacrificiode tus manos, para loor y gloria desu nombre, y tambin para utilidadnuestra y de toda su santa Iglesia.

    R. Suscipiat Dminus sacrifi-cium de mnibus tuis, ad laudem.et glriam nminis sui, ad utilit-tem quoque nostiam. totisque Ec-clsiae suae sanctae.

    A estas palabras responde el celebrante con un Amn dicho en vozbaja.

    Dicho el Amn anterior, el celebrante lee en silencio la Secreta o Se-cretas del da. (Vase el Propio.) Con estas Oraciones se termina la pri-mera parte de la Misa de los Fieles, o sea., la preparacin inmediata parael Sacrificio eucaristico.

    SEGUNDA PARTEREALIZACION DEL SACRIFICIO

    (Del Prefacio al Pater noster)

    Leda la Secreta o Secretas del dia, el sacerdote dice, levantando lavoz

    :

    V. Por todos los siglos de los si-glos,

    . Amn.V. El Seor sea con vorotros.V. Y con tu espritu.V. Arriba los corazones!p. Los tenemos (elevados i al Se-

    or.V. Demos gracias al Seor, nues-

    tro Dios.. Es digno y justo.

    v. Per mnia saecula saecul-um.

    B. Amen.V. Dminus vobscum.V. Et cum spiritu tuo.V. Sursum corda.8. Habmus ad Dminum.\"". Grtias agmus Dmino Deo

    nostro.

    ?. Dignum et ju ; tum est.

  • XXVIII ORDINARIO DE LA MISA

    PREFACIO COMUNSe dice en todas las fiestas que no lo tienen propio y en las ferias

    de! ao, excepto las de Cuaresma. Tambin se dice en las fiestas dea Dedicacin a la Iglesia y las de los Angeles.

    Es verdaderamente digno y jus-to, equitativo y saludable, que, siem-pre y en todas partes, te demos gra-cias a Ti, Seor santo, Padre om-nipotente, eterno Dios : por Cristo,nuestro Seor. Por quien a tu Ma-jestad alaban los ngeles, la adoranlas dominaciones, la temen las po-testades. Los cielos y las Virtudesde los cielos, y los santos Serafines,la celebran con igual exaltacin.Con los cuales te suplicamos admi-tas tambin nuestras voces, dicien-do con humilde confesin :

    Ver dignum et justum est, ae-quum et salutre, nos tibi semper,et ubique grtias gere : Dminesnete, Pater omnipotens, aetrneDeus : per Christum Dminum nos-trum. Per quem majesttem tuamlaudant Angeli, adrant Dominati-nes, tremunt Potesttes. Caeli, cae-lormquem Virttes, ac beata S-raphim, scia exsultatine conc'e-brant. Cum quibus et nostras voces,ut admtti jbeas deprecmur, sp-plici confessine dicntes :

    SANCTUS

    Santo, Santo, Santo es el Seor.Dios de los ejrcitos. Llenos estnlos cielos y la tierra de tu gloria.Ho?anna en las alturas!Bendito sea el que viene en nom-

    bre del Seor. Hosanna en las al-turas !

    Sanctus, Sanctus, Sancus Dmi-nus Deus Sbaoth. Pleni sunt caeliet trra gloria tua. Hosanna in ex-clsis

    !

    Benedctus qui vent in nomineDmini. Hosanna in exclsis!

    CANONTerminado el Prefacio y el Sancus, el celebrante elevando al cielo

    las manos y los ojos, e inclinndose despus profundamente, dice con vozsilencio;" a :

    Ai Invocacin al Padre Eterno.

    A Ti, pues, clementsimo Padre,humildemente rogamos y pedimospor Jesucristo, tu Hijo, nuestro Se-or, aceptes y bendigas estos dones,estos presentes, estos santos sacri-ficios libados.

    Te igitur, clementssime Pater.

    per Jesum Christum Filium tuumDminum nostrum, spplices ro-gmus, ac ptimus, ut accpta h-beas, et benedcas, haec

    -f-dona,

    haec -- numera, haec-f sancta sa-

    crifcia illibta.

    B"> Memento de los vivos.

    Que te ofrecemos, en primer lu-gar, por tu santa Iglesia catlica

    :

    para que te dignes pacificarla, cus-

    In primis, quae tibi offrimus proEcclsia tua sancta cathlica

    :

    quam pacificre, custodire. adun-

  • ORDINARIO DE LA MISA XXIX

    lodiarla, unirla y regirla en todo el orbe de las tierras : junto con tusiervo, nuestro Papa N... y nues-tro obispo N..., y todos los ortodo-xos que profesan la fe catlica yapostlica.

    Acurdate, Seor, de tus siervosy siervas N. y N y de todos loscircunstantes, cuya fe y devocinte son conocidas, por los cuales teofrecemos, o ellos mismos te ofre-cen, este Sacrificio de alabanza,por ellos y por todos los suyos

    :

    por la redencin de sus almas, porla esperanza de su salud y de suincolumidad : y presentan sus vo-tos a Ti, eterno Dios, vivo y ver-dadero.

    re et rgere dignris toto orbe te-rrrum : una cum fmulo tuo Papanostro N... et Antstite nostro N... etmnibus orthodxis, atque cathli-cae et apostlicae fidei cultribus.

    Memnto, Dmine, famulrumfamuiarmque turum N. et N., etmnium circumstntium, quorumtibi fides cognta est, et nota dev-tio, pro quibus tibi offrimus : velqui tibi fferunt hoc sacrifciumlaudis, pro se, susque mnibus proredemptine animrum surum. pro-spe saltis, et incolumittis suae

    :

    tibique reddunt vota sua aetrnoDeo, vivo et vero.

    C> Recuerdo de los Santos.

    Unidos en una misma comuni-dad, veneramos la memoria, en pri-mer lugar, de la gloriosa siempreVirgen Mara, Madre de nuestroDios y Seor Jesucristo : y tambinla de tus santos Apstoles y mrti-res Pedro y Pablo, Andrs, Santiago,Juan, Toms, Santiago, Felipe, Bar-tolom, Mateo, Simn y Tadeo : Li-no, Cleto, Clemente, Sixto, Cornelio.Cipriano, Lorenzo, Crisgono, Juan yPablo, Cosme y Damin : y la de to-dos tus santos, por cuyos mritos ypreces te suplicamos hagas que sea-mos defendidos en todo con el auxi-lio de tu proteccin. Por el mismoCristo, nuestro Seor. Amn.

    Communicntes, et memriam ve-nerantes, in primis glorisae sem-per Virginis Marae, Genitricis Deiet Dmini nostri Jesu Christi : sedet beatram Apostolrum ac Mrty-rum turum, Petri et Pauli, An-drae, Jacbi, lonnis, Thomae, Ja-cbi, Philippi, Bartholomaei, Mat-thaei, Simnis et Thaddaei, Lini,Cleti, Clemntis. Xysti, Cornlii,Cyprini, Laurnt, Chrysgoni,Jonnis et Pauli, Cosmae et Damia-ni, et mnium Sanctrum turum,quorum mritis, precibsque conce-das, ut in mnibus protectioni?tuae munimur auxilio. Per eumdemChristum Dminum nostrum. Amen.

    D) Oraciones preparatorias para la Consagracin.

    Suplicrnoste, pues. Seor aceptesaplacado esta oblacin de nuestraservidumbre, y de toda tu familia

    :

    y dispongas nuestros das en tupaz : y nos libres de la condena-cin eterna; y mandes contarnos enla grey de tus elegidos. Por Cristo,nuestro Seor. Amn.

    Hanc igitur oblatinem servit-tis nostrae, sed et cunctae familiaetuae quaesumus, Dmine, ut plac-tus accpias disque nostros in tuapace dispnas atque ab aetrnadamnatine nos ripi, et in elect-rum turum jbeas grege numer-ri. Per Christum Dminum nos-trum. Amen.

  • XXX ORDINARIO DE LA MISA

    La cual oblacin, te suplicamos,oh Dios, te dignes hacerla en todobendita, f adscripta, -)- rata, f ra-cional y aceptaole : a n de que sehaga para nosotros Cuerpo

    -f- y San-gre f de tu dilectsimo Hijo nues-tro Seor Jesucristo.

    Quam oblatinem tu Deus, inmnibus, quaesumus, benedictam,y adscrptam, + ratam, t ratinabi-lem, acceptabiliemque fcere dign-ris : ut nobis Corpus

    -f et Sanguisf fiat dilectissimi Flii tui Dmininostri Jesu Christ.

    E) Consagracin del Pan.

    El cual, el da antes de morir, to-m el pan en sus santas y venera-bles manos, y, elevados los ojos alcielo, a Ti, Dios, Padre suyo omni-potente, dndote gracias, lo bendi-jo, f lo parti y lo di a sus discpu-los, diciendo : Tomad, y comed,porque ste es mi Cuerpo.

    Qui pridie quam patertur, acc-pit panem in caetas, ac venerbi-lis manus suas et elevtis culisin caelum ad te Deum Patrem suumomnipotntem, tibi grtias agens,benedxit,

    -f-fregit, deditque disc'pu-

    lis sui? , dicens : Accpite. et man-dcate ex hoc omnes. Hoc est enimCorpus meum.

    F) Consagracin del Vino.

    De igual modo, despus de cenar,tomando tambin este precioso C-liz en sus santas y venerables ma-nos, dndote igualmente gracias aTi, lo

    -f-bendijo, y lo di a sus disc-

    pulos, diciendo : Tomad, y bebedtodos de l, porque ste es el Clizde mi Sangre del nuevo y eternoTestamento : (el misterio de la fe),la cual ser derramada por vos-otros y por muchos, para remisinde los pecados.Cuantas veces hicireis esto, lo

    haris en memoria de M.

    Smili modo postquam coentumest, accipiens et hunc praeclmmClicem in sanctas ac venerbilismanus suas : item tibi grtias agens,benedixit, + deditque discpulis suis,dicens : Accpite et bibite ex eo om-nes. Hie est enim Calix Snguinismei, novi et aetrni testamnti

    :

    mystrium fdei : qui pro vobis etpro multis effundtur in remissi-nem peccatrum.

    Haec quotiescmque fecritis, in!mei memriam facitis.

    G) Ofrenda de la Vctima Sacrificada.

    Por lo que, acordndonos tambin,Seor, nosotros tus siervos, y tu san-to pueblo, de la bienaventurada Pa-sin del mismo Jesucristo, tu Hijo,nuestro Seor, y de su resurreccindel sepulcro, y tambin de su glorio-sa Ascensin a los cielos : ofrece-mos a tu preclara Majestad, de tusdones y ddivas, esta Hostia

    -f-pura,

    esta Hostia + santa, esta Hostia f in-

    unde et mmores. Dmine, nosserv tui, sed et plebs tua sancta,ejsdem Christi Flii tui Dmininostri tam betae Passinis, necnon et ab infers Resurrectinis.sed et in caeios glorisae Ascensi-nis: offrimus praeclrae majest-ti tuae, de tuis donis, ac datis, hs-tiam 4- puram, hstiam + sanctam.hstiam-f-inmacultam. Panem sane-

  • ORDINARIO DE LA MISA XXXI

    maculada, este Pan + santo de lavida eterna, y este Cliz

    -f-de perpe-

    tua salud.Sobre los cuales (dones) dgnate,

    Seor, mirar con rostro propicio ysereno : y acptalos, como te dig-naste aceptar los de tu justo sier-vo Abal, y el sacrificio de nuestropatriarca Abraham : y el que teofreci tu sumo sacerdote Melquise-dec, sacrificio santo, hostia inmacu-lada. i

    tum + vitae aetrnae, et Clicem -1-saltis perptuae.

    Supra quae proptio ac serno vul-tu respcere dignris : et accptahabre, sicuti accepta habre dig-ntus es muera puri tui justi Abel,et sacrifcium Patrirchae nostriAbrahae : et quod tibi btulit sum-mus sacrdos tuus Melchsedech.ranctum sacrifcium, immacultamhstiam.

    Inclinndose despus profundamente, prosigue, diciendo :

    Rogrnoste humildemente, oh Diosomnipotente, mandes que estos do-nes sean llevados por las manos detu santo Angel a tu sublime altar,ante tu divina majestad : para quetodos los que participando de estealtar recibiramos el sacrosantoCuerpo + y Sangre + de tu Hijo, sea-mos colmados de toda bendicin ce-leste y de toda racia. Por el mismoCristo, nuestro Seor. Amn

    Spplices te rogmus, omnipotensDeus : jube haec perfm per ma-nus sancti Angeli tui in sublime al-tre tuum, in conspctu divinae ma-jesttis tuae : ut quotquot, ex hacaltris participatine sacrosnctumFlii tui Corpus + et Snguinem

    -f-

    sumpsrimus, omni benedictinecaelsti et grtia replemur. Peremdem Christum Dminum nos-trum. Amen.

    H) Mementos ite los Difuntos.

    Acurdate tambin, Seor, de tussiervos y siervas N. y N., que noshan precedido con el signo de la fey duermen el sueo de la paz.

    A ellos. Seor, y a todos los quedescansan en Cristo, te rogamos lesdes el lugar del refrigerio, de la luzy de la paz. Por el mismo Cristo,nuestro Seor. Amn.

    Memnto tiam, Dmine, famu-lruxn, famularmque turum N. etN., qui nos praecessiunt cum sig-no fidei, et drmiunt in somno pa-cis.

    Ipsis, Dmine, et mnibus inChrifto quiescntibus, lecum refri-grii, lucis et pacis ut indlgeas, de-precmur. Per emdem ChristumDminum nostium Amen

    D Invocacin de los Santos.

    Dndose despus un golpe de pecho, el celebrante prosigue en se-creto :

    A nosotros tambin, pecadores, I Nobis quoque peccatribus fmu-siervos tuyos, que confiamos en la | lis tuis, de multitdine miserati-abundancia de tus misericordias.

    |num turum sperntibus, partem

    dgnate darnos alguna parte y com-J liquam, et societtem donare dig-

  • XXXII ORDINARIO DE LA MISA

    paa con tus santos Apstoles yMrtires : con Juan, Esteban, Ma-tas, Bernab, Ignacio, Alejandro,Marcelino, Pedro, Felicidad, Perpe-tua, Agueda, Luca, Ins, Cecilia,Anastasia, y con todos tus santos:en cuyo consorcio te rogamos nosadmita?, no por nuestros mritos,sino por tu gracia. Por Cristo, nues-tro Seor. Amn.

    nris, cum tuis sanctis Apstolis etMartyribus : cum Jonne, Stpha-no, Mattha, Brnaba, Igntio, Ale-xndro, Marcellino. Petro, Felicit-te, Perptua, Agatha, Lucia, Agn-t, Caecilia, Anastasia et mnibusSanctis tuis, intra quorum nos con-srtium, non aestimtor mriti, sedvniae, quaesumus, largtor admit-te. Por Christum Dminum no?-tium. Amen.

    Antiguamente se bendecan en este momento las primicias del trigo,del vino y de los frutos de la tierra. Hoy se bendice todava. El JuevesSanto, el Oleo de los enfermos.

    Por quien, Seor, siempre creastodos estos bienes, los f santificas,los + vivifica?, los

    -f bendices, y noslos das a nosotros.

    Per quem haec mnia, Dmine,semper bona creas,

    -f sanctficas.

    f vivificas, + benedcis, et praestasnobis.

    J) DOXOLOGA FINAL.

    Por-f El, y con

    -f-El y en t El, es i Per -j- ipsum, et cum

    -f-ipso, et in

    a Ti, oh Dios Padre-f-

    omnipotente,j

    -)- ipso, est tib Deo Patri f omnipo-en la unidad del Espritu + Santo tnti, in unitte Spritus + Sancti,todo honor y gloria. Por todos lo? si- omnis honor, et gloria. Per mniaglos de los siglos. I saecula saeculrum

    El pueblo, por boca del ayudante, responde

    :

    V Amn. i i. Amen.

    TERCERA PAR TECOMUNION O BANQUETE SACRIFICIAL

    (Del Valer nosler a las abluciones)

    EL PADRE NUESTRO

    Despus de cubrir el Cliz, el sacerdote hace genuflexin, se levantade nuevo, y dice con voz inteligible

    :

    Oremos.Amone?tados con pre- Ormus.Praecptis salutribusceptos saludables, y formados por mniti, et divina institutine for-la enseanza divina, nos atrevemos mti, audmus dcere

    :

    a decir

    :

  • ORDINARIO DE LA MISA

    Al llegar aqu, el celebrante extiende sus manos, y prosigue despuscu voz alta

    :

    Padre nuestro, que ests en loscielos : santificado sea tu nombre :venga a nos el tu reino : hgase tuvoluntad asi en la tierra como en elcielo. El pan nuestro de cada da,dnosle hoy: y perdnanos nuestrasdeudas, asi como nosotros perdona-mos a nuestros deudores. Y no nosdejes caer en la tentacin.

    Pater noster, qui es in caelis

    :

    Sanctifictur nomen tuum : Adv-niat regnum tuum : Fiat voluntastua, sicut in celo et in trra. Pa-nem nostrum quotidinum da no-bis hdie : et dimitte nobis dbitanostra, sicut et nos dimittimus de-bitribus nostris. Et ne nos indca cun tentatinem.

    El pueblo, por boca del ayudante, responde

    :

    # Mas Lbranos del mal.[

    . Sed libera nos a malo.

    El celebrante concluye diciendo por lo bajo: Amn. Despus prosi-gue diciendo en silencio:

    Suplicrnoste, Seor, nos libres detodos los males, pasados, presentesy futuros : y, por intercesin de labienaventurada y gloriosa siempreVirgen Mara, Madre de Dios, y detus santos Apstoles Pedro y Pa-blo y Andrs, y de todos los santos,da propicio la paz a nuestros tiem-pos : para que ayudados con el au-xilio de tu misericordia, estemossiempre libres de pecado, y segurosde toda perturbacin. Por el mismoJesucristo, tu Hijo, nuestro Seor.El cual vive y reina contigo en launidad del Espritu Santo, Dios. Portodos los siglos de los siglos

    Libera nos, quaesumus, Dmine,ab mnibus malis, praetritis, prae-sntibus et futris : et intercedn-te beata, et gloriosa semper Virgi-ne Dei Genitrice Maria cum betisApstolis tuis Petro et Paulo atqueAndra, et mnibus Sanctis, da pro-ptius pacem in dibus nostris : utope misericrdiae tuae adjti, et apeccto simus semper liberi, et abomni perturbatione secri. Per em-dem Dminum nostrum Jess Chris-tum Filium tuum. Qui tecum vivitet regnat in unitte Spritus Sanc-ti, Deus, per mnia raecula saecu-lrum.

    El pueblo, por boca del ayudante, responde:

    5 Amn. | y. Amen.

    FRACCION DEL PAN

    Mientras el celebrante pronuncia las ltimas palabras de la Oracinanterior, parte la sagrada Hostia en dos mitades. Deja despus en lapatena la parte de la mano derecha, y de la que tiene en la mano izquier-da, rompe una nueva partcula, con la cual hace despus tres crucesobre el cliz, diciendo al mismo tiempo

    :

    V La paz-f-

    del Seor 4- sea siem- 1 T Pax-f Dmini sit -f- semper vo-

    pre + con vosotros I bis f cum.

    LA MISA. i

  • XXXIV ORDINARIO DE I.A MISA

    El pueblo, por boca del ayudante, responde

    :

    9 Y con tu espritu. | p. Et cum sp:'ritu tuo.

    El celebrante echa ahora en el cliz la partecita de Hostia que tieneentre los dedos y dice al mismo tiempo

    :

    Esta mezcla y consagracin del Haec commixtio, et consecrtioCuerpo y Sangre de nuestro Seor Crporis et Snguinis Dmini nostriJesucristo nos sirva, a los que la to- Jesu Christi, fat accipientibus no-mamos para la vida eterna Amn. ' bis in vitan aetrnam. Amen.

    AGNUS DEI

    A continuacin dice en voz inteligible

    :

    Cordero de Dios, que quitas lospecados del mundo : ten piedad denosotros.Cordero de Dios, que quitas los

    pecados del mundo : ten piedad denosotros.Cordero de Dios, que quitas los

    pecados del mundo, danos la paz.

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : miserre nobis.

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : miserre nobis.

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : dona nobis pacen.

    En las Misas de Difuntos se dice de esta otra forma :

    Cordero de Dios,pecados del mundocanso.

    Cordero de Dios,pecados del mundocanso.

    Cordero de Dios,pecados del mundocanso eterno

    que quitas los: dales el des-

    que quitas los: dales el des-

    que quitas losdales el des-

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : dona eis rquiem.

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : dona eis rquiem.

    Agnus Dei, qui tollis peccta mun-di : dona eis rquiem sempitrnam.

    ORACION DE LA PAZ

    Seor mo Jesucristo, que dijistea tus Apstoles : la paz os dejo, mipaz os doy, no mires mis pecados,sino la Fe de tu Iglesia ; y dgnatepacificarla y unirla, segn tu volun-tad. T, que vives y reinas, Dios,por todos los siglos de los siglos.Amn.

    Dmine Jess Christe, qui dixis-ti Apstolis tuis : Pacem relinquovobis, pacem meam do vobis; nerespicias peccta mea, sed fidemEcclsiae tuae emque secmdumvolunttem tuam pacificre et coa-dunre dignris. Qui vivis et reg-nas, Deus, per mnia saecula saecu-lrum. Amen.

    Esta Oracin se omite en las Misas de Difuntos. En las Misas can-tadas:, despus de la Oracin anterior, el celebrante besa el altar y,volvindose de cara al dicono, le da el sculo de paz, diciendo

    :

  • ORDINARIO DE LA MISA XXXV

    S. La paz contigo. S. Pax tecum.D. Y con tu espritu. D. Et cum Spritu tuo.

    El dicono, a su vez, da la paz al subdicono y ste al presidente delcoro. Tanto el que da como el que recibe la paz dicen las mismas pala-tras anteriores. En las Misas de Difuntos se omite el sculo de paz.

    ORACIONES PREPARATORIAS A LA COMUNION

    Antes de comulgar, el celebranteguientes

    :

    Seor mo Jesucristo. Hijo de Diosvivo, que, por voluntad de! Padre,cooperando el Espritu Santo, vivi-ficaste al mundo con tu muerte : poreste tu Sacrosanto Cuerpo y San-gre lbrame de todas mis iniquida-des y de todos los males, y haz quesiempre me adhiera a tus mandatos,y no permitas que nunca me sepa-re de ti. T, que, con el mismo DiosPadre, y con el Espritu Santo, vi-ves y reinas, Dios, por los siglos delos siglos. Amn.La recepcin de tu Cuerpo, Seor

    mo Jesucristo, que yo, indigno, meatrevo a tomar, no sea para m cau-sa de juicio y condenacin : antes,por tu piedad, me aproveche paradefensa del alma y del cuerpo, ypara alcanzar alivio. T, que vivesy reinas con Dios Padre en la uni-dad del Espritu Santo, Dios, por to-dos los siglos de los siglos. Amn.

    recita todava las dos oraciones si-

    Dmine Jesu Christe Fili Dei vi-v, qui ex volntate Patris. coope-rante Spritu Sancto, per mortemtuam mundum vivificsti : liberame per hoc sacrosntum Coi-pus etSnguinem tuum ab mnibus ini-qittibus meis, et univrsis malis :et fac me tuis semper inhaerremandtis, et a te nunquam sepa-rri permitas : Qui cum edem DeoPatre, et Spritu Sancto, vivis etregnas, Deufi, in saecula saecul-rum. Amen.

    Percptio Crporis tui DmineJesu Christe, quod ego indignus s-mere praesmo, non mihi provniatin judcium et condemnatinem

    :

    sed pro tua piette prosit mihi adtutamntum ments et crporis, etad medlam percipindam ; Qui vi-vis et regnas cum Deo Patre in uni-tte Spritus Sancti, Deus, per m-nia saecula saeculrum. Amen.

    COMUNION DEL CELEBRANTE

    Dichas las Oraciones anteriores, el celebrante hace genuflexin, se le-vanta, toma en sus manos la sagrada Hostia y dice en voz baja

    :

    Tomar el Pan celestial e invo- 1 Panem caelstem accpiam, et no-car el nombre del Seor.

    | men Dmini invocbo.

    Luego, dndose tres golpes de pecho con la mano derecha, dice portres veces consecutivas y en voz inteligible

    :

    Seor, yo no soy digno de que : Dmine, non sum dignus, ut in-entres en mi morada : mas di slo tres sub tectum meum : sed tantumuna palabra, y ser sana mi alma. I dic verbo, et sanbitur nima mea.

  • XXXVI ORDINARIO DE LA MISA

    Elevando un poco la sagrada Hoel aire, dice al mismo tiempo

    :

    El Cuerpo-f-

    de nuestro Seor Je-sucristo guarde mi alma para la vi-da eterna. Amn.

    tia y trazando con ella una cruz en

    Corpus-f-

    Dmini nostri JesuChristi custdiat nimam meam invitam aetrnam. Amen.

    Rec.bido el sacrosanto Cuerpo del Seor, el celebrante se detiene unosmomentos, meditando en el rico tesoro que encierra en su pecho. Luegoprosigue en voz baja :

    Qu retornar al Seor por todoio que El me ha dado? Tomar elcliz de la salud e invocar el nom-bre del Seor.Invocar al Seor con alabanzas,

    y ser ralvo de mis enemigos.

    [

    Quid retribuam, Dmino pro m-nibus quae retribuit mihi? Clicemsalutris accipiam, et nomen D-mini invocbo.Laudans invocbo Dminum et

    ab inimicis meis salvus ero.

    Tomando despus en sus manos el cliz, lo eleva un poco, traza con lma cruz en el aire, e inclinando la cabeza, dice :

    La Sangre + de nuestro Seor Je-sucristo guarde mi alma para la vi-da eterna. Amn

    Sanguis + Dmini nostri JesuChristi custdiat nimam mean invitam aetrnam. Amen.

    COMUNION DE LOS FIELES

    Mientras el celebrante consume el precioso Sanguis, el ayudante, arro-dillado en la grada del altar, reza en voz alta el Confteor. XVI. Mien-tras tanto, los fieles que comulguen dentro de la Misa se acercan orde-nadamente al altar. Cuando el ayudante ha terminado de rezar el Con-fteor, el sacerdote hace genuflexin, abre el sagrario, saca el copncon las sagradas formas, lo destapa, vuelve a hacer genuflexin y, po-nindose un poco cara a los comulgantes dice con las manos juntas:

    V Compadzcase de vosotros elDios omnipotente, y, perdonadosvuestros pecados os lleve a la vidaeterna.

    Amn.

    T. Miseretur vestri omnipotensDeus et. dimissis pecctis vestrisperdcat vos ad vitam aetrnam.

    T. Amen.

    Luego, trazando una cruz en el aire con la mano derecha, dice al mis-mo tiempo

    :

    El Seor omnipotente y miseri-cordioso os conceda la + indulgen-cia, la absolucin y el perdn devuestros pecados.

    lt Amn.

    Indulgntiam, + absolutinem, etremissinem peccatrum vestrrumtribuat vobis omnipotens et misri-cors Dminus.

    5. Amen.

  • ORDINARIO DE LA MISA XXXVII

    Volvindose despus de cara al altar, hace genuflexin, se levanta,toma con la mano izquierda el copn de las sagradas formas y con lamano derecha una de dichas formas. Se vuelve despus de cara al pue-blo, y levantando la sagrada forma con los dedos pulgar e ndice de lamano derecho, dice en voz alta :

    He aqu el Cordero de Dios ; he i Ecce Agnus Dei. ecce qui tollitaqu el que quita os pecados del I peccta mundi.mundo.

    Conservando despus en alto la sagrada forma dice por tres vecesconsecutivas y tambin en voz alta :

    Seor, yo no soy digno de que en-|

    Dmine, nos sum dignus ut in-tres en mi morada : mas di slo una

    jtres sub tectum meum : sed tam-

    palabra. y ser sana mi alma. :tum dic verbo, et sanbitur nimamea.

    Dichas tres veces las palabras anteriores, el celebrante baja al comul-gatorio y da a los fieles la sagrada Comunin, diciendo a cada uno detilos a! alargarles la sagrada forma :

    El Cuerpo de nuestro Seor Jesu-j

    Corpus Dmini nostri Jesu Chris-cristo guarde tu alma para la vida ti custdiat nimam tuam ;n vitameterna. Amn. I aetrnam. Amen

    Terminada la Comunin de los fieles, el celebrante torna de nuevo alaltar y, sin decir nada, hace genuflexin, mete en el Sagrario el copn,v.ielve a hacer genuflexin, cierra la puerta del Sagrario, y as termi-na esta ceremonia.

    CUARTA PARTEACCION DE GR A CIAS

    (De a Comunin al final)

    LAS ABLUCIONESConsumido el Sanguis o, si hubiere comunin de los fieles, despus

    de terminada sta, el celebrante purifica el cliz, diciendo:

    Lo que hemos tomado con la bo- 1 Quod ore smpsimus. Dmine,,ca. Seor, recibmoslo con el alma pura mente capimos : et de mne-pura

    : y, de presente temporal, tr- re temporli fiat nobis remdiumnese para nosotros remedio eterno. I sempitmum.

  • XXXVIII ORDINARIO DE LA MISA

    A continuacin, purifica tambin los dedos. Mientras el ayudanteo"ha el vino y el agua sobre los dedos del celebrante ste dice la Ora-cin siguiente

    :

    Tu Cuerpo, Seor, que he tomado;

    y tu Sangre, que he bebido, adhi-ranse a mis entraas : y haz queno quede mancha de pecado en m,a quien han alimentado estos purosy santos Sacramentos. T, que vivesy reinas por los siglos de los siglos.Amn.

    Corpus tuum, Dmine, quodsumpsi, et Sanguis quem potvi.adhaereat viscribus meis et praes-ta, ut in me non remneat scle-rum mcula, quem pura et sanctarefecrunt sacramenta : Qui viviset regnas in saecula saeculrum.Amen.

    ANTIFONA DE LA COMUNIONPurificado el Cliz y los dedos, y consumidas las abluciones, el cele-

    brante cubre el Cliz y lo deposita en medio del altar. Va despus allado de la Epstola, y lee en el Misal la Antfona de la Comunin. (Va-se Propio.)

    POSCOMUNIONDicha la Antfona de la Comunin, el celebrante torna al medio del

    altar, y volvindose de cara a los fieles, dice:

    f El Seor sea con vosotros. I V. Dminus vobiscum.B Y con tu espritu. | V- Et cum spritu tuo.

    Luego se dirige de nuevo al Misal y lee o canta en voz alta la Posco-munin. (Vase el Propio.) Al fin de esta Oracin, el pueblo, por bocadel ayudante, responde

    :

    t Amn.I

    JA Amen.

    ITE MISSA EST

    Terminada de leer o cantar la Poscomunin o Poscomuniones del da,el celebrante cierra el Misal, va al centro del altar, besa ste, se vuelvede cara al pueblo y dice

    :

    V El Seor sea con vosotros.5 Y con tu espritu,y Id, ha terminado la Misa. Gracias a Dios.

    f. Dminus vobiscum.1!. Et cum spritu tuo.ir. Ite Missa est.y. Deo grtias.

    En las Misas cantadas el dicono es el que canta el Ite Missa est. Lohace vuelto de cara al pueblo.

    En las Misas que no tienen Gloria in excelms, en vez del Ite MissaEst, se dice

    :

    V Bendigamos al Seor | y. Benedicmus Dmino. Gracias a Dios . Deo grtias

  • ORDINARIO DE LA MISA XXXIX

    En las Misas de Difuntos no se dice ni Ite Missa Est. ni BenedicmusDmino, sino que se dice

    :

    V Descansen en paz. V. Requiscant in pace.V Amn. B. Amen.

    ' OFRENDA A LA SANTISIMA TRINIDAD

    Dicho el Ite Missa Est, o el Benedicmus Dmino, el sacerdote se in-clina en medio del altar y, con las manos juntas y apoyadas en l, diceen secreto

    .

    Agrdete, oh Santa Trinidad, elobsequio de mi rervidumbre, y hazque este Sacrificio que yo, indigno,he ofrecido a los ojos de tu Majes-tad te sea acepto y, por tu miseri-cordia, sea propiciatoria para m ypara aquellos por quienes lo he ofre-cido. Por Cristo, nuestro Seor.Amn.

    |Plceat tib, sancta Trinitas, ob-

    I squium servittis meae : et praes-ta, ut sacrificium. quod oculis tuaemajestatis indignus obtuli, tibi sitacceptabile, mihique et mnibus,pro quibus illud btuli, sit te mise-rnte, propitibile. Per ChristumDminum nstrum. Amen

    BENDICION FINAL

    Rezada a Oracin anterior, el celebrante besa el altar, se vuelve decara a los fieles y, trazando sobre ellos una cruz en el aire con la manoderecha, dice al mismo tiempo

    :

    Bendgaos + el Dios omnipotente: i Benedicat -f- vos omnpotens Deus:el Padre, el Hijo y el Espritu Santo,

    j

    Pater, et Filius, et Spritus Sanctus.B Amn. B- Amen.

    ULTIMO EVANGELIO

    Daba la bendicin, el celebrante se dirige al lado derecho del altary de pie. lee con voz inteligible el Evangelio de San Juan diciendo

    :

    V El Seor sea con vosotros.B Y con tu espritu.V + Comienzo del santo Evange-

    lio de San Juan.i; Gloria a ti, Seor.En el principio era el Verbo, y el

    Verbo estaba en Dios, y el Verbo eraDios. El estaba al principio en Dios.Todo fu hecho por El : y sin El, nofu hecho nada de lo hecho : en Elestaba la vida, y la vida era la luz de

    V. Dminus vobscum.B. Et cum spritu tuo.V

    -f-Initium sancti Evanglii se-

    cndum Jonnem.B. Gloria tibi Dmine.In principio erat Verbum. et Ver-

    bum erat apud Deum, et Deus eratVerbum. Hoc erat in principio apudDeum. Omnia per ipsum facta sunt:et sine ipso factum est nihil. quodfactum est : in ipso vita erat. et vi-

  • XL ORDINARIO DE LA MISA

    los hombres : y la luz brill en las ti-nieblas, y las anieblas no la com-prendieron. Hubo un hombre envia-do por Dios, cuyo nombre era Juan.Este vino a ser testigo, para dar tes-timonio de la luz, para que todoscreyeran por l. No era la luz, sinoque (vino) para dar testimonio dela luz. Era la luz verdadera, la queilumina a todo hombre que viene aeste mundo. Estuvo en el mundo, yel mundo fu hecho por El, y elmundo no lo conoci. Vino a los su-yos, y los suyos no le recibieron.Mas a todos los que le recibieron,a los que creen en su nombre, lesdi potestad de hacerse Hijos deDios : los cuales no han nacido dela sangre, ni de la voluntad de lacarne, ni de la voluntad de varn,sino que han nacido de Dios. (Aquse arrodilla.) Y el Verbo se hizo car-ne y habit entre nosotros : y vi-mos su gloria, gloria como del Uni-gnito del Padre, lleno de gracia yde verdad,

    i Gracias a Dios.

    ta erat lux hminum: et lux in t-nebris lucet, et tnebrae eam noncomprehendrunt Fuit homo mis-sus a Deo, cui nomen erat Jonnes.Hic venit in testimnium, ut testi-mnium perhtbret de lmine, utomnes crderent per illum. Non eratille lux, sed ut testimnium perhi-bret de lmine. Erat lux vera, quaeillminat omnem hminem venin-tem in hunc mundum. In mundoerat, et mundus per ipsum actusest, et mundus eum non cognvit.In prpria venit et sui eum nonrecperunt. Quotquot autem recep-tunt eum, dedit eis potesttem fi-lios Dei fieri, his, qui credunt innomine ejus : qui non ex sanguini-bus, eque ex volntate carnis, e-que volntate viri, sed ex Deo natisunt. (Hic genuflctitur.) Et Verbumcaro factum est, et habitvit in no-bis : et vdimus glriam ejus, gl-riam quasi Unigniti a Patre. ple-num grtiae et verittis.

    ?. Deo grtiasI

    As termina la Misa solemne. En las Misas rezadas, dicho el ltimoEvangelio, el sacerdote se arrodilla en la grada del altar, y dice tresAvemarias, la Salve y dos oraciones en que se pide la proteccin de lossantos y en particular de San Miguel sobre la santa Iglesia. Estas precesfueron prescritas por Len XOT. Po X aadi ms tarde las tres invo-caciones finales al Sagrado Corazn.

  • LA SANTA MISA

  • CAPITULO PRIMERO

    LAS VESTIDURAS SACERDOTALES

    El Ejrcito, la Universidad, la Magistratura, todas lasgrandes instituciones sociales, tienen sus distintivos, sus uni-formes, sus vestiduras pro-

    pias, con la obligacin dellevarlos en los actos mssolemnes del ejercicio de suprofesin. Otro tanto suce-de con el sacerdocio. Ya enel Antiguo Testamento nosencontramos con esta lrica

    descripcin : Como la es-trella de la maana en me-dio de la niebla, como el li-rio a la orilla del arroyo,

    como el aroma del inciensoentre los ardores del esto,as era Simn, hijodeOsas,en el templo de Dios, cuan-do se presentaba con su Un presbitero en Za iglesia primitiva.vestido de gloria y las in-signias de su dignidad. Cuando un hombre apareceante el altar, lleva la representacin de la multitud. Yano es el mismo, sino el pueblo en cuyo nombre va a hablar,y el pueblo necesita ver hasta en su exterior algo que denote

  • 4 FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL

    esta superposicin o transformacin de personalidad que lehaga olvidar la persona privada, momentneamente ilumina-da en virtud del oficio que se va a desarrollar. El uso de losvestidos sacerdotales no es ms que el smbolo visible deesta ntima realidad, ms ntima y real en el sacrificio cris-tiano, puesto que el sacerdote es en l al mismo tiempo mi-nistro de Cristo y representante del pueblo.

    Comienzo de la diferenciacin

    No hay que creer, sin embargo, que las vestiduras nacenal mismo tiempo que el Sacrificio o que fueron creadas pordecreto de alguna Congregacin romana. El primer Sacri-ficio de la nueva Ley fu el que ofreci el mismo Cristo enla noche de la Cena. Su indumentaria en aquel momento erala que iba a llevar al da siguiente al Calvario, la que se iban

    a repartir, codiciosos, los soldados : la tnica inconstil y elamplio manto, si es que haba vuelto a ponerlo sobre sushombros despus de lavar los pies a sus discpulos. Y cuan-do en Troas, despus de haber hablado durante toda la no-che, procedi San Pablo a la fraccin del pan, no podemosimaginarle entrando en la sacrista, buscando los ornamen-tos sagrados y colocndolos sobre su ropa de viaje. Es se-guro que en estos primeros tiempos los sacerdotes no tenanvestidos especiales para decir la Misa. Los vestidos de cele-brar eran los que llevaban en todo momento, tal vez con lanica preocupacin de presentarse ante el pblico con ma-yor decoro y limpieza o en la forma ms elegante que exi-ga la Majestad de Dios. Esta preocupacin va a crear, an-dando el tiempo, el traje de la ceremonia sacrificial.

    Un sacerdote poda proceder de una familia humilde, po-da ser un esclavo, como lo haba sido el Papa San Calixto,que gobern la Iglesia a principio del siglo ni

    ;pero en el

  • LA MISA 5

    momento en que suba al altar para llevar la voz de todoslos cristianos, tena ya una categora que deba manifestarsehasta en su porte exterior. Por eso no poda piesentarse conel traje de las gentes humildes, sino vistiendo a la manerade las personas acomodadas. Todava hacia el ao 600, esdecir, en -tiempo de San Gregorio, el gran organizador dela Liturgia, se miraba como una cosa absurda la prescrip-cin de un uniforme especial para la celebracin de la Misa,exigindose nicamente de los ministros del culto que paracelebrar usasen un traje ms decente que el que llevaban enla vida de sociedad y que lo reservasen para las ceremoniasdel temple. Con esos fines aadieron muv pronto algunosadornos llamativos, como cruces, smbolos litrgicos o an-chas franjas de lienzo que hubieran hecho poco prctico suuso en la calle. Y por eso, mientras el traje de sociedad evo-lucionaba, llevando a la desaparicin del hbito talar entrelos hombres, en la Iglesia se conservaban las principalesprendas del antiguo traje romano, adaptadas a las exigen-cias de las ceremonias sagradas \ transformadas en un senti-do hiertico y convencional.

    Las prendas del patriciado

    Pero si para llegar al hbito del monje influir, sobretodo, el romano del pueblo y de la aldea, la indumentariade los ministros del altar se inspirar especialmente en losvestidos que llevaba el patricio. Y de esta manera perdura-r dentro del templo el traje de la Roma imperial, aunqueen forma estilizada y con cambios impuestos por las necesi-dades del culto. En el amito, que envuelve la garganta, cu-bre la cabeza y cae por la espalda, sobrevive el amictus, queabrigaba la parte superior del cuerpo. El alba, con su corres-pondiente cngulo, es sencillamente la tnica antigua. Su

  • G FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL

    nombre alude al color que hoy tiene ; pero en los primerostiempos no era necesariamente blanca. Lo que importaba,

    sobre todo, es que estuviese hecha de lino, y por eso se lallamaba linea. Un romanodistinguido deba llevartambin un sudarium o m-pula, es decir, el pauelo

    destinado a enjugar el su-dor, a asear las manos o a

    limpiar la aira. Es el ma-

    npulo, llamado as porquese le llevaba en la mano o

    se le ocultaba entre la man-

    ga. La Liturgia lo conservcomo adorno del brazo iz-quierdo. Pero se necesitaba

    adems otro lienzo para lim-piar los vasos sagrados y laboca de los que iban a co-mulgar. El sacerdote y el

    dicono, cuando oficiabanen la Misa, lo suspendan alcuello, y con las extremida-

    des realizaban aquel oficio de purificacin y limpieza. Poreso se le llamaba orarium, de la palabra latina ora, quesignifica borde, extremidad. Ms tarde se destin a estosusos otro pequeo lienzo, que recibi el nombre de purifica-dor, y el orarium se convirti en una prenda de adorno, re-cibiendo equivocadamente el nombre de estola, que eraentre los romanos un vestido talar abierto por delante. To-dava en Oriente, segn la rbrica, cuando el sacerdote sedirige al pueblo diciendo : Venid y bebed todos, el mi-nistro debe limpiar los bordes del cliz con el orarium, comose le llama todava en las liturgias griegas.

    Vestiduras sacerdotales: 1. Amito.2. Alba3. Cngulo4. Manpulo.

    5. Estola.6. Casulla.

  • LA MISA 7

    La casulla

    En los ltimos tiempos del Imperio, la toga de los roma-nos haba acabado por convertirse en una especie de mantode amplios pliegues, que tomaba dos formas principales :

    La Eucarista en la primitiva Iglesia.

    una circular, con un orificio en el centra para dar paso a lacabeza

    ;otra, con dos aberturas laterales para los brazos,

    adems del orificio central. Este manto fu adoptado por laLiturgia en su doble forma. En la forma primera es el orna-mento superior del sacerdote. Muy parecido al poncho ame-ricano, aunque de ms holgado corte, envolva al sacerdotecomo bajo una tienda, cayendo hasta los pies por todos los la-dos. Por eso reciba el nombre de casulla, es decir, casa pe-quea, de donde viene el nuestro de casulla. En algunos sitiospareci incmoda esta prenda para el movimiento de los bra-zos, y as aparecieron las dos aberturas de los lados. Esta

  • 8 FRAY JUSTO PEREZ DE URBEI,

    innovacin parece que se hizo en Dalmacia, de donde la p-nula, as modificada, empez a llamarse dalmtica. Hov estodava la prenda superior que llevan en las Misas solemnesel dicono y el subdicono.

    Estabilidad y evolucin

    Tal es el origen de los ornamentos sagrados eme vienena realzar la liturgia de la Misa. No hay en l preocupacionesde significacin simblica, ni de evocacin evanglica, nipensamiento ninguno de carcter teolgico. El respeto algran Sacrificio, la conciencia de la presencia de Dios, se im-ponen desde el primer momento a la consideracin de los cris-tianos, existiendo un cuidado especial en la indumentaria quedeba llevarse en el templo

    ; y ya Clemente de Alejandraafirmaba en el siglo n que las personas destinadas al servi-cio del altar deban usar en ese servicio sus vestidos ms pre-ciosos. Ese mismo respeto hizo que la ropa de la Iglesia que-dase pronto separada de todo uso exterior, pues vemos queya en el ao 530 el Papa Esteban prohiba que los vestidossagrados se llevasen fuera del templo. Haba ya, por tanto,unos vestidos sagrados distintos de los que se usaban en lacalle. Estos vestidos sagrados, usados slo en el culto divino

    y con frecuencia sumamente preciosos, eran ms duraderosque los que se llevaban constantemente en la vida social. Ade-ms, una preocupacin respetuosa de hieratismo y de apegoa la tradicin religiosa los libraba de los cambios continuosde la moda. La diferencia entre ellos y la indumentaria vul-gar fu hacindose cada vez mayor, hasta el punto de que hovapenas podemos comprender que los ornamentos sacerdota-les tengan su origen en el vestido ordinario de las gentes.

    Sin embargo, tambin ellos hubieron de someterse a laley de la evolucin : el amito ya no cubre la cabeza v el cue-llo sino en algunas Ordenes religiosas

    ; el alba ha de ser nece-

  • LA MISA 9

    sariamente blanca, y desde el siglo XVII aparece adornada delos ms finos encajes. La mapula se transform en el man-pulo, y perdi su uso primitivo,quedando reducida a un simpleadorno ; una transformacin se-mejante sufre el orarium, que cam-bia de nombre y pierde su antiguautilizacin ; la casulla conserva el

    nombre, pero deja de ser lo queel nombre significa. En ella serealiza una lenta transformacin,

    que tiene su origen en el mismoprincipio de la comodidad quehizo la dalmtica, pues en vez de

    buscar una salida para los brazos

    por unas aberturas laterales, co-

    mo hicieron los monjes con suscogullas, se fu reduciendo siglo

    tras siglo por ambos lados, hastallegar a las casullas actuales, que

    tienen la forma de una guitarra.En el primer paso de este cam-bio el vuelo llega hasta las ma-

    nos, y sta es la casulla que sue-

    len llevar las estatuas yacentes delos prelados en las tumbas sepul-crales de la poca romnica. Un salto ms, y ya no llegams que hasta el codo, como en las casullas ptreas de lossarcfagos que adornan nuestras catedrales. En el siglo xvitodava cubre ampliamente los hombros v desciende has-ta el suelo, como puede verse en las magnficas coleccionesde ornamentos sagrados que se conservan en los tesoros denuestras iglesias, especialmente en El Escorial, en Guada-lupe y en la Catedral de Toledo.

    Lauda de Dardanic. Indu-mentaria del siglo IV.

  • 10 FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL

    Goticismo y romanismo

    De esta evolucin nos habla tambin la distincin de or-namentos gticos y romanos que se han introducido en po-ca reciente y en torno a la cual se van condensando predilec-ciones y apasionamientos. Hay que observar ante todo quelos nombres estn muy mal puestos. Ni los ornamentos roma-nos son los romanos, ni los gticos son gticos. Los orna-mentos romanos son, en realidad, la ltima evolucin de laindumentaria litrgica, lo ms distante, por tanto, dela toga de Cicern y de la pnula de Constantino, lo msdistinta de lo romano y de lo litrgico primitivo. Es difcil

    sealar por qu se llamaron romanos, pues de hecho no tie-nen ms de tres siglos de existencia. Se ha dado en llamarornamentos gticos a los de vuelo ms holgado, de ms am-plios pliegues y de forma ms solemne y ampulosa, sobretodo en la casulla, que vuelve a extenderse por los lados,como en los primeros siglos del cristianismo y como enlas figuras orantes de las catacumbas. En vez de los enca-jes y de una pesada decoracin, buscan el efecto esttico enla gracia de los pliegues y en la belleza de la lnea ; peroms que gticos se los podra llamar romanos primitivos.Probablemente un contemporneo de San Calixto o de SantaIns o de San Gregorio Magno llegara a reconocer con fa-cilidad a un sacerdote vestido con esos ornamentos llamadosgticos, y, en cambio, quedara desconcertado ante esos otrosvestidos ms recientes, que hemos dado en llamar romanos.Muchos desearan que los ornamentos gticos se extendiesenrpidamente; otros se oponen tenazmente a su uso, y exis-ten decretos de la Sagrada Congregacin de Ritos que losfavorecen

    ;pero la misma Congregacin abre con razona-

    bles dispensas el camino hacia lo nuevo, cortando el pasea los caprichos y a las extravagancias. En definitiva, se tra-

  • LA MISA 11

    ta de una cuestin en la que hay que juntar la obedienciaal buen gusto. Dirase que al llegar al extremo de la evolu-cin se haca ya imposible seguir hacia adelante. Porque

    qu se les poda quitar a esas casullas que apenas llegabanva hasta la rodilla y, reducindose sin cesar por ambos lados,slo conservaban ya junto al cuello la estrecha franja nece-saria para sostenerse ? Haba que dar marcha atrs, y enesto estamos todos de acuerdo : lo peda el instinto del buengusto, afinado por la restauracin litrgica, y al mismo tiem-po ese sentido de variacin que tiene todo lo que vive. Pero

    en qu siglo bamos a quedarnos? Buscaramos las nor-mas nacionales que nos sealan los brocados y los tercio-

    pelos de nuestra poca imperial ? Tomaramos como mode-los a las figuras de sacerdotes y prelados que duermen elltimo sueo en nuestros claustros o en nuestras baslicas,envueltos en las hopalandas majestuosas, indicadoras de sudignidad? O iramos ms lejos todava, remontndonos alas pocas en que estas vestiduras desaparecan de la callepara comenzar en el templo una existencia ms gloriosa yms brillante ? Es, en cierto sentido, el problema que se pre-senta ante el arquitecto que busca intilmente una formanueva para levantar un templo, y que, en definitiva, se ve

    obligado a seguir las lecciones de una tradicin milenaria,indeciso ante la graciosa simplicidad de la baslica primiti-va, o ante la mstica religiosidad del estilo romnico, o anteel anhelo generoso de la arquitectura ojival, o ante las lneaspuras y clsicas del Renacimiento. El tiene libertad omn-moda dentro de su arte o de su religin. En lo que serefiere a los ornamentos sagrados, hay unas normas, normasobligatorias, pero que no pueden estar en contra del arte.

  • CAPITULO II

    EL SIMBOLISMO DE LOS ORNAMENTOS

    El mundo del gtico

    Se ha dicho, con razn, que el arte gtico no es sola-

    mente un estilo del arte, sino tambin un estilo del tiempo.Es la expresin del alma de una poca, de sus anhelos, desus audacias, de sus rebeldas, de su actitud ante la vida

    v ante la muerte. Nuevas formas, nueva manera de ser.Mientras que hasta entonces los pueblos jvenes que seestaban organizando en lo que fu el solar del antiguoImperio romano recogan con avidez, como dciles imi-tadores, las lecciones del orden viejo, que tena como re-presadas las energas ms ntimas y originales de su ser,al llegar ese momento empiezan a considerarse bastantefuertes y experimentados para expresar su vida con todo elvigor de su recia espontaneidad. Es un orden nuevo que

    nace. Irrumpe vigorosamente lo individual y lo subjetivo,la manera propia de ver y de sentir, de pensar y de rea-

    lizar, acentundose la expresin de lo concreto, surgiendoa la superficie de la vida las fuerzas de lo real y lo autnti-

    co, v dando as salida a una multitud de formas que esta-ban como represadas y encarceladas. Este espritu nuevoinvade tambin el campo del sentimiento religioso, y tienesu manifestacin en la evolucin del culto y hasta en laliturgia de la Misa. Es entonces cuando las bvedas se le-

  • LA MISA 13

    vantan al espacio en una espiritualizacin de la materia,

    y es entonces tambin cuando, siguiendo la direccin delas lneas arquitectnicas, se levantan las miradas y las al-mas de los fieles, como atradas por las especies sacramen-tales, que se alzan tambin en el nuevo rito de la elevacin,protesta contra el hereje Berengario, que no parece darsecuenta de eme han pasado el artesonado de cortos vuelos de labaslica primitiva y la recogida penumbra del templo ro-mnico en su primera hora. Un principio gtico es el dela acumulacin, el de la repeticin de un mismo rasgo, elde la reincidencia en la ornamentacin, v tambin l dejasu huella en la liturgia de la .Misa. Hasta el siglo xn, elcelebrante slo besaba el altar cuando iba a empezar el sa-crificio y cuando, una vez terminado, iba a salir de la igle-sia. Esta era la tradicin. Desde el siglo xm. estos sculosse multiplican ; los vemos aparecer en el Supplices, en laoracin Veni Sanctificator omnipotens, cada vez que elsacerdote se vuelve hacia el pueblo ; lo mismo sucede conlas cruces, con los movimientos de las manos, con los to-nos de la voz, con la actitud del cuerpo y la elevacin delos ojos. Hay que extender las manos en forma de cruz,dicen las rbricas de la poca

    ;hay que levantarlas un po-

    co en seal de que Cristo, el Len invicto, resucit: havque alzar los brazos para indicar la Ascensin de Cristo,Dios y Hombre. Y un annimo deca, a fines del si-glo xm : Por lo que a la Misa se refiere, todo cuanto hayque ensear a los laicos se refiere a estas tres cosas : a lasfrmulas textuales, a las vestiduras y a los gestos, es decir,a los siete sculos, a las cinco veces que debe volverse elsacerdote, a las cuatro inclinaciones, a las veinticinco cru-ces o bendiciones.

    Todo va concretndose en un nmero definido, que tie-ne su significado, que no puede dejarse al azar. Cada ges-to ser desde ahora la figura o la evocacin de algo. Los

  • 14 FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL

    tres silencios que guarda el sacerdote en la Secreta, en elCanon y en el Peder Noster significan los tres das que pa-s Cristo en el sepulcro ; las cinco veces que el sacerdote sevuelve hacia el pueblo recuerdan las cinco apariciones deCristo a sus discpulos despus de la Resurreccin ; lastres cruces del Te igitur son la figura de las injurias quesufri Cristo ante los tres tribunales del Sumo Sacerdote,de Herodes y de Pilatos.

    Lo simblico

    Esta concepcin simbolista es otro rasgo de la poca,que se reflejar lo mismo en la Liturgia que en el arte, ypuede decirse que hasta en la vida. Se escriben libros conttulos como stos : Imagen del rmmdo, Espejo de la na-turaleza. La naturaleza reflejaba los atributos v perfec-ciones de Dios ; el mundo era mirado como la imagen de otromundo superior, ya que, segn la Sagrada Escritura, todoestaba dispuesto en nmero, peso y medida. Y lo que Dioshaba hecho en sus obras deban hacerlo los hombres enlas suyas. El abad Sger, uno de los hombres que ms in-fluyeron en el arte medieval, se expresa de esta manera :Cuando sucede que el variado brillo de las piedras pre-ciosas encadena mi mirada y aparta mi pensamiento delas cosas exteriores, una piadosa meditacin, transportan-do mi espritu de las cosas materiales a las inmateriales,me hace ver all la diversidad de las virtudes, que son elornamento de nuestra alma. Y entonces creo hallarme enun lugar extrao, de alguna manera, a este mundo, un lu-gar que no est enteramente en el barro de la tierra, ni tam-poco en la regin pura de los cielos. Pero me parece quedesde esta morada inferior puedo ya, por permisin divi-na, levantarme a aquella otra que est mucho ms arriba.

  • LA MISA 15

    Y el hombre que as senta podra grabar en el frontispiciode su baslica de San Dionisio, de Pars, aquel verso queresume su pensamiento :

    Mens hebcs ad Deum per naturalia surgit.

    El mundo material era una escala para subir al inmate-rial; los animales extraos esculpidos en los capiteles delos claustros y las iglesias eran otros tantos centinelas que

    estaban dictando al pasajero de la vida una leccin de mo-ral ; una florecilla en una mnsula, una cabeza que seasomaba en un alero, un nmero, un gesto, encerrabanun pensamiento y hablaban un lenguaje fcil de interpre-tar, v que las gentes mismas del pueblo estaban prepara-das para comprender. Todos saban que el nmero tresera el nmero de la Divinidad, y el nmero cuatro el de lahumanidad, a causa de los cuatro elementos de que secomponen las cosas

    ; y todos saban que el nmero siete,integrado por ambos, representaba el mundo espiritual ysu conjuncin con el mundo material. Y lo mismo que losnmeros, tenan su significado los colores. Santa Hilde-gardis, la gran mstica del siglo xn, escribe un libro so-bre las piedras preciosas, sus propiedades sus virtudes vel simbolismo de sus diversos matices y coloraciones.

    Los colores

    Como era de esperar, estas ideas entran tambin enla Liturgia. Es ahora cuando se fijan definitivamente los co-lores litrgicos y sus relaciones con las fiestas v los tiem-pos del ao eclesistico, de acuerdo con estas prescripcio-nes, que, aunque pertenecen a una poca posterior, reflejanuna costumbre varias veces secular : Los ornamentos delaltar, del celebrante y de los ministros han de ser del co-lor conveniente al oficio y misa del da... En la celebra-

  • 16 FRAY JUSTO PEREZ DE URBEL

    cin de la Misa y en otras funciones eclesisticas no se per-mite usar ornamentos, aunque sean preciosos, que no co-rrespondan a los colores prescritos por la rbrica... Enlo tocante a los ornamentos, debe observarse estrictamentelo que manda el misal.

    Estas prescripciones son relativamente recientes;

    pero

    antes que hablase la Congregacin de Ritos se haba lle-gado a una especie de consentimiento general de la cris-tiandad. Es sorprendente, por ejemplo, leer en la vida deSan Livino, escrita hacia el ao 600, que su maestro, SanAgustn de Cantorbery, apstol de Inglaterra, le di el dade su ordenacin una casulla de prpura, prenda dulcsi-ma de su caridad y anuncio de su glorioso martirio, queestaba recamada de oro y piedras preciosas, sm