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Hoy los bosques cubren más de la cuarta parte de las tierras emer- gidas, excluyendo la Antártida y Groenlandia. La mitad de los bos- ques están en los trópicos; y el resto en las zonas templadas y bo- reales. Siete países albergan más del 60 por ciento de la superficie forestal mundial: Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos, China, Indonesia y Congo (el antiguo Zaire). La mitad de los bosques que una vez cubrieron la Tierra, 29 millones de kilómetros cuadrados, han desaparecido, y lo que es más importante en términos de bio- diversidad, cerca del 78 por ciento de los bosques primarios han sido ya destruidos y el 22 por ciento restante están amenazados por la conversión a otros usos como la agricultura y la ganadería, la especulación, la minería, los grandes embalses, la extracción de madera, las carreteras y las pistas forestales, el crecimiento demo- gráfico y el cambio climático. Un total de 76 países han perdido ya todos sus bosques primarios, y otros once pueden perderlos en los próximos años. Hasta décadas recientes, la mayor parte de la pérdida de bosques tuvo lugar en Europa, el Norte de África, Oriente Próximo y la zona templada de América del Norte, como documenta John Perlin en la Historia de los Bosques , así como en China. A mediados de este siglo, estas regiones habían perdido gran parte de sus bosques ori- ginales. Ahora la superficie forestal en Europa y Estados Unidos está estabilizada, o aumenta, por la sustitución de los bosques pri- marios por secundarios y plantaciones forestales. Los bosques más amenazados en términos relativos no son los tropicales, como cabría pensar por la atención de los medios de comunicación, sino los bosques templados de Europa y Estados Unidos. Los bosques boreales son los mejor conservados, y hoy representan el 48 por ciento de la frontera forestal, frente al 44 por ciento de los bosques tropicales y apenas un 3 por ciento de los bos- ques templados. NOTAS Y COMENTARIOS 481 A ITUACIÓN CTUAL DE LOS OSQUES EN EL UNDO José Santamarta 481

La Situacion Actual de Los Bosques

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LA SITUACIÓN SCTUAL DE LOSBOSQUES EN EL MUNDO

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  • Hoy los bosques cubren ms de la cuarta parte de las tierras emer-gidas, excluyendo la Antrtida y Groenlandia. La mitad de los bos-ques estn en los trpicos; y el resto en las zonas templadas y bo-reales. Siete pases albergan ms del 60 por ciento de la superficieforestal mundial: Rusia, Brasil, Canad, Estados Unidos, China,Indonesia y Congo (el antiguo Zaire). La mitad de los bosques queuna vez cubrieron la Tierra, 29 millones de kilmetros cuadrados,han desaparecido, y lo que es ms importante en trminos de bio-diversidad, cerca del 78 por ciento de los bosques primarios hansido ya destruidos y el 22 por ciento restante estn amenazados porla conversin a otros usos como la agricultura y la ganadera, laespeculacin, la minera, los grandes embalses, la extraccin demadera, las carreteras y las pistas forestales, el crecimiento demo-grfico y el cambio climtico. Un total de 76 pases han perdido yatodos sus bosques primarios, y otros once pueden perderlos en losprximos aos.

    Hasta dcadas recientes, la mayor parte de la prdida de bosquestuvo lugar en Europa, el Norte de frica, Oriente Prximo y lazona templada de Amrica del Norte, como documenta John Perlinen la Historia de los Bosques, as como en China. A mediados de estesiglo, estas regiones haban perdido gran parte de sus bosques ori-ginales. Ahora la superficie forestal en Europa y Estados Unidosest estabilizada, o aumenta, por la sustitucin de los bosques pri-marios por secundarios y plantaciones forestales.

    Los bosques ms amenazados en trminos relativos no son lostropicales, como cabra pensar por la atencin de los medios decomunicacin, sino los bosques templados de Europa y EstadosUnidos. Los bosques boreales son los mejor conservados, y hoyrepresentan el 48 por ciento de la frontera forestal, frente al 44 porciento de los bosques tropicales y apenas un 3 por ciento de los bos-ques templados.

    NOTAS Y COMENTARIOS 481

    A ITUACIN CTUAL DE LOSOSQUES EN EL UNDO

    Jos Santamarta

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  • Por lo menos 5 millones de km2 de bosques tropicales han sidotalados slo entre 1960 y 1995, una superficie equivalente a diezveces Espaa. Asia perdi un tercio de su superficie forestal, yfrica y Amrica Latina perdieron el 18 por ciento cada una.Durante la primera mitad de los aos noventa, estas regiones con-tinuaron perdiendo porciones significativas de su cobertura fores-tal. Ms de la mitad (el 57 por ciento) de la prdida neta de bosquesentre 1980 y 1995 tuvo lugar en slo siete pases: Brasil, Indonesia,Congo (Zaire), Bolivia, Mxico, Venezuela y Malaisia. Los bosquestropicales secos, los manglares y los bosques templados hmedosde las Amricas (Canad, EE UU y Chile), han experimentado pr-didas muy altas.

    Al terminar el siglo XX hay una prdida neta anual de 11,3 millo-nes de hectreas de bosques, segn la FAO, que se destinan a otrosusos. Entre 1990 y 1995, por lo menos 107 pases registraron una

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    TABLA1: SUPERFICIE FORESTAL Y FRONTERAS POR REGIN, A MEDIADOS DE LOS NOVENTA.

    f r i c a 6 . 7 9 9 2 . 3 0 2 5 2 7 - 0 , 7 3 4 8A s i a 1 5 . 1 3 2 4 . 2 7 5 8 4 4 - 0 , 7 2 8 6Norte y Centroamrica 1 2 . 6 5 6 9 . 4 5 3 3 . 9 0 9 - 0 , 1 7 5 3 1C e n t r o a m r i c a 1 . 7 7 9 9 7 0 1 7 2 - 1 , 2 5 5 1 0Amrica del Norte 1 0 . 8 7 7 8 . 4 8 3 3 . 7 3 7 0 . 2 7 8 3 4Amrica del Sur 9 . 7 3 6 6 . 8 0 0 4 . 4 3 9 - 0 , 5 7 0 4 6Rusia y Europa 1 6 . 4 4 9 9 . 6 0 4 3 . 4 6 3 5 8 2 1E u r o p a 4 . 6 9 0 1 . 5 2 1 1 4 0 , 3 3 2 0 , 3R u s i a 11 . 7 5 9 8 . 0 8 3 3 . 4 4 8 0 , 1 6 9 2 9O c e a n a 1 1 . 4 3 1 9 2 9 3 1 9 - 0 , 1 6 5 2 2M u n d o 62.203 33.363 13.501 -0,3 54 22

    1 Papa Nueva Guinea, Australia y Nueva Zelanda.2 TOTALRESTANTECOMOPORCENTAJEDELBOSQUEORIGINAL3 FRONTERAFORESTALCOMOPORCENTAJEDELBOSQUEORIGINAL.Fuentes: Worldwatch Institute, Signos Vitales 1998/99 (Madrid, Gaia Proyecto 2050 y Bakeaz, 1998); DirkBryant, Daniel Nielsen y Laura Tangley, The Last Frontier Forests: Ecosystems and Economies on the Edge(Washington, DC: Instituto de Recursos Mundiales, 1997); cambio anual neto basado en la FAO, State of theWorlds Forests 1997 (Oxford, R.U.: 1997).

    REGIN

  • prdida neta de superficie forestal, segn el Worldwatch Institute.En el mismo periodo el rea forestal se redujo en 56 millones dehectreas, resultado de una prdida de 65 millones de hectreas enlos pases en desarrollo y un aumento de 9 millones de hectreas enlos pases industrializados. La deforestacin sigue siendo uno delos grandes problemas ambientales, junto con la amenaza nuclear,el cambio climtico y la prdida de biodiversidad.

    La frontera forestal

    Por razones ticas, ambientales, econmicas y culturales es necesa-rio salvar y gestionar de forma sostenible los bosques, y muy espe-cialmente lo que el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) llama lafrontera forestal, los grandes bosques primarios an no fragmenta-dos en pequeos pedazos y capaces de albergar poblaciones via-bles de todas las especies asociadas a un determinado tipo de bos-que.

    Los bosques protegen la biodiversidad, proporcionan madera,lea y otros productos forestales, evitan la erosin, regulan el ciclohidrolgico, retienen el carbono y frenan el cambio climtico, y sonun lugar de disfrute y de ocio para una poblacin cada vez msurbana y alejada de la naturaleza. Entre el 50 y el 90 por ciento detodas las especies terrestres habitan en los bosques, segn la UICN.Slo la frontera forestal (los 13,5 millones de km2 de bosques pri-marios que an quedan) almacena 433.000 millones de toneladas

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    Fuente: Dirk Bryant, Daniel Nielsen y Laura Tangley, The Last Frontier Forests: Ecosystems and Economies on the Edge(Washington, DC: Instituto de Recursos Mundiales, 1997)

    El 78 % de la frontera forestalmundial ha sido ya destruida.

    Slo queda el 22% de la fronteraforestal mundial.

  • de carbono, cifra equivalente a las emisiones de dixido por laquema de combustibles fsiles y produccin de cemento durantelos prximos 70 aos. Ni que decir tiene que la deforestacin agra-var el cambio climtico causado por las emisiones de gases deinvernadero. La opcin ms barata y lgica para mitigar el cambioclimtico es conservar la frontera forestal. Los bosques primariosson el hogar de ms de 50 millones de personas pertenecientes acomunidades indgenas.

    Ms del 75 por ciento de la frontera forestal del mundo est entres grandes reas: los bosques boreales de Canad y Alaska, losbosques boreales de Rusia, y los bosques tropicales de la Amazoniay el escudo de las Guayanas. Slo ocho pases, Brasil, Surinam,Guyana, Canad, Colombia, Venezuela, Rusia y Guayana Francesa,tienen grandes porciones de sus bosques originales en inmensosbloques ininterrumpidos. Otros pases que han perdido buenaparte de sus bosques originales, como Indonesia, Estados Unidos yCongo, an tienen reas de frontera en virtud de su tamao.Setenta y seis pases no tienen ningn bosque de frontera; otros 11estn a punto de perderla. En Europa slo queda el 0,3 por ciento

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    (Porcentaje)

    Nota: Los datos no incluyen a los pases de la antigua Unin Sovitica

    Cambio en el rea forestal entre 1980 y 1995(Fuente: FAO, State of the Worlds Forest 1999)

    4,1

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    -6,4

    -10,5-9,7

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  • del bosque original en grandes reas ininterrumpidas, en Suecia yFinlandia.

    La deforestacin no es la nica amenaza. La fragmentacin y laprdida de calidad afecta a los bosques de todo el mundo. Los bos-ques templados son los ms fragmentados y perturbados de todoslos tipos de bosque. Del 95 al 98 por ciento de los bosques deEstados Unidos han sido talados por lo menos una vez desde lacolonizacin por los europeos. Los bosques secundarios y las plan-taciones que sustituyen a la cubierta original son muy diferentes alos bosques primarios. En todo el mundo, por lo menos 180 millo-nes de hectreas de bosque se han convertido en plantacionesforestales. En los ltimos 15 aos, el rea cubierta por plantacionesse dobl y se espera que se duplique de nuevo en los prximos 15aos.

    La contaminacin atmosfrica (lluvias cidas, ozono troposfri-co) tambin afecta a los bosques mundiales, y en particular enEuropa, Amrica del Norte y Asia, as como en las reas cercanas alas ciudades de todo el mundo. Ms de la cuarta parte de los rbo-les europeos muestra un grado moderado a severo de defoliacin acausa de la exposicin a la contaminacin y a sus consecuencias,segn estudios realizados por la Comisin Econmica para Europade las Naciones Unidas. Aunque la situacin ha mejorado de formanotable en Europa y Estados Unidos, en China ha empeorado acausa del aumento del consumo de carbn, y dadas las perspecti-vas de rpido crecimiento el problema podra agravarse, a no serque se adopten otras polticas energticas, que den prioridad a laeficiencia, el gas natural y la energa elica.

    Amenazas

    El tamao y lejana de las fronteras forestales no las asla de lasamenazas. La industria maderera se ha identificado como unaamenaza de la mayora de los bosques, incluidos los de frontera. Laminera, la invasin de especies exticas, los incendios forestales,las infraestructuras del desarrollo y la energa, tambin son ame-nazas. stas actividades y las explotaciones madereras juegan unpapel importante en la apertura de las fronteras a otras actividades,como la agricultura y la ganadera. El rcord de incendios enIndonesia y Brasil en 1997 y 1998 para talar los bosques y estable-cer grandes plantaciones y pastos para la ganadera extensiva, lascarreteras en construccin a travs de los remotos bosques de

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  • Amrica del Sur, y la extraccin de madera en todas las regiones(tropicales, templadas y boreales), muestran que incluso los bos-ques ms remotos estn amenazados.

    El consumo de lea en las regiones tropicales secas tambin ejer-ce una presin importante, sobre todo en numerosos pases africa-nos, China, India, Pakistn, Bangladesh y Nepal. Indonesia y Brasiltambin son grandes consumidores de biomasa. El 55% de lamadera que se extrae anualmente se usa como combustible, ya sealea o para producir carbn vegetal. Cerca de 2.000 millones depersonas dependen de la lea y el carbn vegetal como fuente prin-cipal de combustible. En frica represent el 60% del consumo deenerga en 1995, en el sur de Asia el 56%, en China el 24%, enLatinoamrica el 18% y slo el 3% en los pases industrializados. Elconsumo mundial de biomasa en 1995, segn la A g e n c i aInternacional para la Energa, ascendi a 930 millones de toneladasequivalentes de petrleo, el 14% del consumo de energa.

    El comercio internacional de maderas tropicales es objeto de lascampaas pblicas para poner coto a la deforestacin, pues se con-sidera que la extraccin depredadora de madera es una de lasmayores amenazas, que segn el WRI afecta a ms del 70 por cien-to de los bosques primarios del planeta. Numerosos pases queantes eran grandes exportadores de madera han pasado a impor-tarla, como es el caso de Nigeria, Filipinas y Tailandia. No obstan-te conviene destacar que los mayores productores de madera sonpases industrializados, como Estados Unidos, Canad y Rusia, yde hecho las maderas procedentes de bosques boreales y templa-dos representan el 83% de las destinadas a usos industriales.

    Maderas certificadas

    Sin embargo, la prohibicin indiscriminada de las maderas tropi-cales pudiera tener un efecto contrario al perseguido, al hacer quelos bosques fueran menos competitivos que la agricultura, lo queprovocara una deforestacin mayor que la causada por la tala derboles para madera. Las prohibiciones igualmente socavaran lospocos incentivos que tienen algunos proyectos pioneros de uso sos-tenible del bosque. Dados estos inconvenientes, existe un crecientemovimiento encaminado a usar el mercado para promover lasmaderas producidas de manera sostenible, valindose del etiqueta-do de los productos madereros, en vez de prohibir de forma indis-criminada todas las maderas tropicales, o de otras procedencias.

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  • Para ello se debe asegurar a los consumidores que los productosmadereros que adquieren han sido producidos en bosques biengestionados, ayudando de este modo a desarrollar mercados paraestos productos, y asegurando en ltima instancia incentivos sufi-cientes a los productores que adoptan prcticas sostenibles de ges-tin forestal.

    Las organizaciones que se encargan de certificar de forma inde-pendiente lo hacen bajo el principio de que una madera etiquetadadebe significar ms que una oferta sostenible; tambin significamantener la integridad del ecosistema forestal, y asegurarse de quetodas las partes implicadas comparten los beneficios. Las partesincluyen tanto a las personas como a las especies vegetales y ani-males que viven en el bosque, a los pueblos indgenas con derechostradicionales sobre las tierras, y a los propietarios y madereros quetienen necesidades econmicas legtimas. La mayora de las certifi-caciones tratan de alcanzar estos fines con la exigencia de un plande gestin a largo plazo, que incluya, adems, la utilizacin efi-ciente de todos los productos forestales no maderables, y audi-toras independientes.

    Segn el WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) el comerciode madera es una de las causas principales de la prdida de bos-ques, no slo en los trpicos, sino tambin en los pases templadosy boreales que todava tienen importantes bosques autctonos. Laexigencia de que los productos obtenidos en tales bosques sean cer-tificados tendr un impacto muy importante.

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  • En 1993 se cre el Consejo de Certificacin Forestal (Fore s tS t e w a rdship Council, FSC) para establecer las normas que deberanregir y reunir las organizaciones que certifican la sostenibilidad de losbosques productivos. En el proceso de creacin del FSC han partici-pado ecologistas, re p resentantes de las poblaciones locales y la indus-tria. Aunque las certificaciones suponen un avance, no hay ningunaseguridad de que cambien las prcticas de gestin forestal en un futu-ro inmediato. La demanda de madera etiquetada supera a la oferta enEstados Unidos y en el Reino Unido, pero sigue siendo muy pequea.

    El volumen de madera o troncos certificados, incluyendo made-ra aserrada, chapas y celulosa era menos del 3 por ciento del totalde la produccin de la industria forestal (unos 1.700 millones demetros cbicos) en 1996, pero tal cifra era ya el doble de la alcan-zada en 1994. A finales de 1998 cerca de 11 millones de hectreas en27 pases haban sido certificadas por el FSC, el doble que en 1997.Pero slo con la accin de los consumidores (demandando slo losproductos forestales etiquetados) es poco probable que se frene ladeforestacin. Ser necesario que un mayor nmero de producto-res madereros vean las ventajas de la certificacin. Esto podraconseguirse de dos maneras: los productos forestales de bosquesgestionados de forma sostenible tendran una ganancia verde; ylos productores podran evitar la prdida del acceso a los mercadosque exigen la certificacin, o ganaran cuota de mercado donde laconciencia ambiental de los consumidores fuera alta.

    La Organizacin Internacional de las Maderas Tro p i c a l e s(International Tropical Timber Organization, ITTO), dependientede la Organizacin de las Naciones Unidas, con 42 pases miem-bros entre consumidores y productores, ha establecido como obje-tivo que a partir del ao 2000 slo se comercie internacionalmentecon productos forestales obtenidos de forma sostenible. El impactoeconmico ser mayor cuando aumente la demanda de los consu-midores. Estados Unidos y Europa importan slo el 7,5 por cientoy el 20,1 por ciento, respectivamente, de todas las maderas tropica-les. Cerca de la mitad de todas las maderas tropicales las importanJapn, Corea del Sur, China y Singapur. Slo Japn importa msdel 28 por ciento del total mundial de las maderas tropicales. Y,sobre todo, la mayor parte (85 por ciento) de las maderas tropica-les se consumen en los mercados nacionales, donde la demanda demadera certificada es pequea o inexistente. En aquellos pases, ymuy probablemente en todo el mundo, lo ms importante esaumentar la conciencia de lo que est en juego al consumir made-ra, ms all del coste inmediato para el comprador.

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  • Bosques de papel

    En 1997 se consumieron 298 millones de toneladas de papel y car-tn, lo que representa un consumo anual por habitante de 51 kilo-gramos en el mundo, aunque el consumo en muchos pases africa-nos no lleg ni a 1 kilogramo por habitante, cifra muy alejada de los330 kilos del norteamericano medio o los 135 kilos de Espaa.Estados Unidos, Europa Occidental y Japn, que representanmenos del 15 por ciento de la poblacin mundial, consumen el 66

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  • por ciento del papel y cartn. Sin embargo, el consumo de los pa-ses en desarrollo est aumentando. Si en 1980 estas naciones con-sumieron el 15 por ciento del papel, en 1993 esta porcin se eleval 25 por ciento.

    El papel es un producto bsico y necesario para mltiples usos,e n t re ellos la cultura y el saber, pero tambin se emplea de formadespilfarradora. Cada tonelada de papel reciclado evita la tala devarios rboles, ahorra energa (de 0,25 a 0,4 toneladas equivalentesde petrleo), agua y contaminacin; en general puede suponer unamejora notable sobre la obtencin de papel a partir de pasta virg e n .P e ro el reciclaje tambin tiene un cierto impacto ambiental, al tener-se que eliminar la tinta, rellenantes y materiales para el laminado,como el yeso; el contenido de metales pesados no es despre c i a b l e .El papel puede ser reciclado varias veces (de 3 a 15 veces, segnp rocesos y productos) pero no indefinidamente, al ir perdiendo cali-dad y ser necesario aadir una cantidad mayor o menor de fibrasv rgenes. Entre 1975 y 1995, el volumen mundial de papel re c u p e-rado se duplic, de 49 a 114 millones de toneladas. Durante esetiempo, la tasa de recuperacin o porcentaje del papel usado que esrecuperado, aument del 38 al 41 por ciento. La FAO predice que enel 2010 el consumo de papel recuperado alcanzar los 181 millonesde toneladas, con una tasa de recuperacin del 46 por ciento.

    Los mayores exportadores de pasta y de papel no son pases delTercer Mundo, sino pases industrializados, con bosques de taiga

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  • como Canad, Finlandia y Suecia. En Canad la deforestacin debi-do a la produccin de pasta es significativa y ha ocasionado variosconflictos. Los pases escandinavos producen papel y cartn a par-tir de especies autctonas, no hay deforestacin neta y la industriapapelera contamina menos de lo que es usual en otras latitudes,debido a una poblacin muy sensible y motivada por la proteccindel medio ambiente. No obstante, tambin en los pases escandina-vos se seala la desaparicin de turberas al ser empleada la turbacomo combustible, plantaciones en zonas hmedas desecndolas yla contaminacin ocasionada en los ros, en el litoral y en la atms-fera, sobre todo en el pasado, pues en los ltimos aos se ha elimi-nado casi totalmente el empleo de cloro. Las plantaciones en tierrasdegradadas por el uso agrcola o la deforestacin, tienen el poten-cial para proporcionar servicios como control de la erosin o absor-cin de carbono mientras tambin proporcionan una fuente defibra de madera y otros productos forestales. Sin embargo, en algu-nos casos el desarrollo de las plantaciones se ha realizado a costadel bosque natural.

    La madera de los rboles rara vez tiene ms de un 50% de celu-losa, y sta se fortalece con lignina, cuya cantidad no suele bajar del20% e incluso supera el 45%, como en el haya. Para fabricar la pastahay que eliminar la lignina, con la excepcin de la pasta mecnica.En la pasta qumica se elimina la lignina, con un gran consumo deenerga, proporcionada en gran parte por la misma lignina utiliza-da como combustible, y de madera, al perderse parte de la materiaprima; el proceso al sulfato hoy es el ms comn. Los restos de lig-nina, que rara vez bajan del 5%, dan a la pasta qumica un colormarrn. Para blanquearla se utilizan compuestos de cloro, al obje-to de eliminar la lignina; la reaccin de parte del cloro con molcu-las orgnicas de la madera produce compuestos organoclorados,altamente txicos. En la pasta mecnica, con mucha lignina, no seemplea el cloro, sino el agua oxigenada.

    Se han propuesto varios productos alternativos al blanqueo conc l o ro, como la deslignificacin con oxgeno, o la modificacin de lalignina con agua oxigenada (perxido de hidrgeno), o el empleo deenzimas naturales y biodegradables. Por otra parte ya existen variasfbricas de pasta qumica al sulfito que blanquean la pasta sinemplear cloro. La sustitucin del gas cloro por dixido de cloro re d u-ce la emisin de organoclorados, pero no los elimina totalmente. Lapasta mecnica consume ms energa convencional que la qumica,pues sta quema la madera no transformada en papel, por lo quedebe hacerse un balance global, si se tiene en cuenta que la pasta

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  • mecnica transforma la misma cantidad de madera en el doble depasta que la producida con el proceso kraft. En el papel re c u p e r a d ose ha eliminado ya la lignina, en el proceso inicial de fabricacin,razn de ms para incrementar la recogida selectiva y el empleo depapel reciclado, especialmente en todos los usos adecuados, comocartn, papel higinico, sobres y embalajes en general.

    La Amazonia es el mayor y an mejor conservado bosque tropicalde la Tierra, tiene ms de 6 millones de kilmetros cuadrados, ycuenta con la quinta parte de las disponibilidades mundiales deagua dulce, un tercio de las selvas tropicales, el 42% del territoriobrasileo, la mitad de Ecuador y Bolivia, un tercio de Colombia ydos terceras partes de Per. El Amazonas es el mayor ro del pla-neta en volumen de agua con ms de 1.000 afluentes y 2.400 espe-cies de peces. La regin dispone de grandes recursos minerales yforestales, y est marcada por precipitaciones medias superiores alos 2.000 mm, altas temperaturas (25C) con escasas oscilaciones yes una de las zonas ms antiguas de la tierra. Tales condiciones decalor, luz y humedad, sin estaciones ni sequas, y a lo largo demillones de aos, explican la alta biodiversidad de la regin, frutode la evolucin en unas condiciones extremadamente favorables.Pero estas mismas condiciones explican la pobreza de los suelos,debido a la lixiviacin de los nutrientes. En unas pocas hectreas debosque primario hay ms especies de rboles e insectos que en todaEuropa. Pero el proceso de devastacin en apenas 30 aos ha des-truido ms que en diez mil aos de presencia humana.

    En 1978 se haban deforestado 152.000 kilmetros cuadrados en laAmazonia brasilea (el 3,8% del total), en 1988 la cifra ascenda a 377.000k m2 (9,4%) y en 1998 alcanzaba los 532.000 km2 (13,5%). A esta cifra hayque aadir otros 150.000 km2 talados en Per (60.000 km2), Colombia(55.000 km2), Ecuador (25.000 km2), Bolivia y Venezuela. La pluvisilvaatlntica brasilea ha quedado reducida a un 8% de su extensin originalen menos de un siglo, y de seguir las cosas as la selva amaznica habrd e s a p a recido antes de 50 aos, si bien el punto de no retorno a partir delcual el ecosistema pierde su funcionalidad se alcanzar mucho antes.

    492 LOS BOSQUES DEL MUNDO

    AMAZONIA, LA LTIMA FRONTERADE LA BIODIVERSIDAD

    ANDREAResaltado

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  • LOS BOSQUES DEL MUNDO 493

    La Amazonia es el mayor bosque tropical de la Tierra. (Barboza Leite y Percy Lau, Tipose Aspectos do Brasil, Ro de Janeiro, 1975).

  • Si el retroceso de la poblacin indgena comienza con la llegadade los europeos en el siglo XVI (guerras, trabajo en las haciendas ysobre todo las nuevas enfermedades para las que su sistema inmu-nolgico no estaba preparado), el verdadero deterioro ecolgico dela Amazonia como ecosistema se inicia en la dcada de 1960.

    Integrar para no entregar

    En la dcada de los sesenta algunos estrategas brasileos pensabanque si los brasileos no ocupaban la Amazonia, tarde o tempranosta sera internacionalizada por un consorcio de naciones, al obje-

    494 LOS BOSQUES DEL MUNDO

    Disminucin de la selva en Sao Paulo, Brasil, 1500-2000.La Amazonia podra correr la misma suerte

  • to de poblarla, probablemente con habitantes de la superpobladaAsia. En 1965 Herman Kahn y su Instituto Hudson propuso elPlan de los Grandes Lagos Sudamericanos, en el que se plantea-ba la construccin de una gran presa en el ro Amazonas a la altu-ra de Monte Alegre, con el fin de producir electricidad y crear uninmenso lago. Tal propuesta desencaden las iras de Arthur CzarFerreira Reis, por entonces gobernador del Estado de Amazonas ydio pie a la teora de la internacionalizacin de la Amazonia, utili-zada por los militares brasileos para ocuparla, con el pretexto dela amenaza a la integridad nacional. La verdadera internacionali-zacin vino despus, y de la mano del nacionalismo militar, intere-sado en integrar la Amazonia y sus recursos mineros, forestales ehidroelctricos en el mercado internacional. El lema integrar parano entregar se acab convirtiendo en un integrar para entregarmejor, exportar es lo que importa. Endeudarse para exportar,exportar para pagar la deuda.

    La poltica de los militares, tras el golpe de estado en 1964, esmeridiana: integrar para no entregar, o en otras palabras, ocupar laAmazonia brasilea, al objeto de impedir su internacionalizacin,explotando de manera poco o nada sostenible los recursos natura-les de la regin, pero salvaguardando la soberana brasilea.

    El Programa de Desenvolvimento do Noroeste Brasileiro (Polonoroeste), financiado por el Banco Mundial, permite apreciarlas consecuencias de una poltica de ocupar sin conocer, a partir delasfaltado de la carretera BR-364 que une Cuiab con Porto Velho:ocupacin de las tierras indgenas, destruccin del bosque tropical,ruina de los recolectores de caucho (seringueiros) y fracaso de losproyectos agrcolas, en una lgica de ampliacin constante de lafrontera agrcola mediante el procedimiento de roza y quema, paraal final dejar las cosas peor que al principio, con la propiedad de latierra ms concentrada y la selva y todos sus productos arrasados.El mismo Banco Mundial reconoci los errores del proyecto, para-lizando la concesin de nuevos crditos para asfaltar la carreteraBR-364, al igual que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

    El peso de la deuda externa de Brasil empuja a una explotacindepredadora de los recursos naturales de la Amazonia. Pero paraexplotar esos recursos se precisan imponentes inversiones, lo queobliga a contraer nuevos prstamos. Exportar es lo que importa, sinreparar mucho en el coste ambiental. Maderas, rboles convertidosen carbn vegetal para combustible de las siderurgias, agua (ener-ga hidroelctrica para la produccin de aluminio) y mineralescomo hierro, manganeso, estao, bauxita y oro son las monedas

    LOS BOSQUES DEL MUNDO 495

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    El caucho es uno de los muchos productos que proporciona el bosque. (Helio Melo, OCaucho, a Seringueira e seus Misterios, Acre, 1986)

  • brasileas para un intercambio desigual. El resultado de la estrate-gia ocupadora ha sido un xito para sus autores, ya que ha llenadoel vaco demogrfico, y hoy viven ms de 15 millones de personasen la Amazonia brasilea. Pero ha tenido costes econmicos, socia-les y ecolgicos enormes. La construccin de las carreteras (ms de50.000 km en los ltimos 30 aos), la colonizacin de Rondonia, losincentivos fiscales para proyectos agropecuarios, la construccinde centrales hidroelctricas, la fabricacin de papel en Jari o el pro-grama Grande Carajs, han fracasado econmicamente en la mayo-ra de los casos, con la sola excepcin de las dos nicas actividadesrentables en la Amazonia: la extraccin depredadora de madera yla minera (petrleo, oro, hierro, manganeso, bauxita y estao).

    Tierra sin hombres para hombres sin tierra

    Junto a la destruccin del bosque tropical, conviene sealar los pro-blemas sociales generados por las explotaciones ganaderas, que en elcaso brasileo han sido, en buena parte, arrebatadas a los pequeoscampesinos sin ttulo de propiedad (posseiros), a los re c o l e c t o re sde caucho (seringueiros) y a los indgenas, emplendose para ellotodo tipo de procedimientos. Emilio Garrastazu Mdici, militar y pre-sidente de la dictadura brasilea en los primeros aos de la dcada delos setenta, decidi resolver el problema agrario del pas enviando alos campesinos sin tierra a la Amazonia, para lo que haba que cons-t ruir toda una amplia red de carreteras con el fin de posibilitar la emi-gracin masiva de los campesinos sin tierra a la tierra sin hombres.

    En Brasil el 1% de los propietarios posean el 45% de las tierrasagrcolas, mientras que 10,6 millones de campesinos carecen de tie-rras, cifras que en el conjunto de Amrica Latina se traducen en queel 7% de los propietarios dispongan del 93% de la superficie cultiva-ble. El constructor Cecilio do Rego Almeida tiene en la Amazonia elmayor latifundio del mundo, con un total de 70.000 km2, un latifun-dio rico en caoba, oro y diamantes, adquirido ilegalmente.

    Las carreteras Transamaznica, Brasilia-Belm, Cuiab-PortoVelho-Rio Branco, Porto Velho-Manaos, Manaos-Boa Vista yCuiab-Santarm, son las vas por las que fluye la gran corrientemigratoria de los desheredados del Sur y del Nordeste hacia elOeste, que ante la perspectiva de acabar sus das en una favela,optan por probar fortuna como garimpeiros (buscadores de oro) oposseiros (campesinos sin ttulo de propiedad). Todo esto en unpas con recursos inmensos y mal distribuidos, en el que existen

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  • 800.000 kilmetros de tierra frtil en el sur del pas sin otro apro-vechamiento que el especulativo.

    La extraccin de madera, y en especial algunas especies como lacaoba, es una de las causas actuales de la deforestacin, sobre todopor la apertura de pistas forestales, lo que abre nuevas zonas a lacolonizacin. Tras una o dos cosechas de yuca o arroz, las zonasdeforestadas se destinan a la ganadera extensiva. La cra de gana-do de engorde en grandes haciendas es una de las causas principa-les de la destruccin de la selva tropical en Brasil, Colombia,Bolivia y Venezuela, una destruccin a todas luces injustificada,dados los bajos rendimientos obtenidos, los destrozos causados, losproblemas sociales generados y la viabilidad de otras alternativas.En la Amazonia se obtienen de 30 a 50 kilogramos de carne devacuno por hectrea y ao frente a los 600 kilogramos de carne y5.000 litros de leche obtenidos en Europa.

    Los pastos son abandonados a los pocos aos debido a los ren-dimientos decrecientes, con lo que se reinicia el proceso de tala delbosque, quema de la vegetacin, obtencin de dos o tres cosechasde maz o yuca, para acabar sembrando el capim (hierba forraje-ra de origen africano), a veces desde avionetas, dadas las enormesextensiones de las fincas. Estudios realizados en Par (Amazoniabrasilea) han demostrado que los pastos apenas soportan unavaca por hectrea al poco de haber talado y quemado la selva, parair descendiendo segn pasan los aos y disminuye la fertilidad delsuelo, hasta las 10 hectreas por res. De hecho la Amazonia debeimportar carne de otras zonas, y la llamada hamburger connection esun mito tan falso como el famoso pulmn del mundo.

    Programa Grande Carajs

    El programa Grande Carajs (PGC) es el mayor proyecto en laselva amaznica desarrollado hasta el momento. El origen del PGCse remonta a 1967, ao en que una subsidiaria de la compaa esta-dounidense United States Steel Co. descubre uno de los mayoresyacimientos de hierro del mundo: 18.000 millones de toneladas,siendo el contenido de hierro metlico del 66%. La zona cuentaigualmente con grandes reservas de cobre, manganeso, oro y otrosminerales estratgicos. En el pasado los grandes proyectos fueronel ferrocarril Madeira-Mamor, la colonizacin de Bragana yFordlandia. Hoy son la explotacin del manganeso de la Serra doNavio, la Zona Franca de Manaos, la Transamaznica, el proyecto

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  • Jari, Polonoroeste, las minas de bauxita del ro Trombetas, las cen-trales hidroelctricas y, sobre todo, el Programa Grande Carajs.

    Para explotar los yacimientos de hierro fue necesaria la cons-truccin del ferrocarril Carajs-Porto de Itaqui, en Sao Luis doMaranhao, de 889,34 km de extensin, lnea que fue inaugurada enfebrero de 1985. El rea afectada asciende a 900.000 Km2, superficieequivalente a la suma de la Pennsula Ibrica e Italia, y los costesde los proyectos mineros, metalrgicos, energticos, forestales,ganaderos y de transporte alcanzan la cifra de 61.700 millones dedlares, casi la mitad de la deuda exterior actual de Brasil, inver-sin protagonizada por la empresa Compaa Vale do Ro Doce,privatizada en 1998.

    La Comunidad Econmica Europea y el Banco Mundial son dosde las entidades que financiaron el Programa Grande Carajs, planque contempla la conversin de 25 millones de metros cbicos demadera nativa en carbn vegetal para abastecer a las siderurgias, loque supondr la prdida de 74.000 hectreas anuales de selva vir-gen slo por este rubro. Brasil es el nico pas del mundo queemplea de forma masiva el carbn vegetal para la produccin dehierro y ferroaleaciones.

    El Programa Grande Carajs ha agravado los conflictos de la tie-rra y la deforestacin en el sur del estado de Par. Todo la reginest siendo destruida en uno de los atentados ecolgicos ms gra-ves, y desconocidos, de las ltimas dcadas.

    Grandes embalses

    En la Amazonia brasilea, cinco grandes presas (Tu c u ru, Balbina,Samuel, Curu-Una y Paredao) retienen el natural curso del agua haciael mar, anegando ya 5.335 km2 de selva, para abastecer de electricidada bajo precio a las factoras de aluminio y a otras industrias intensivasen energa. Estas 5 presas son slo el principio de un megalmano plan.La primera fase es el llamado Plan 2010 de la empresa pblica brasile-a ELETROBRAS (en proceso de privatizacin), en el que se contem-pla la construccin de 136 grandes embalses en Brasil, 22 de ellos en laAmazonia, y la segunda el Plan 2020, cuyo objetivo es edificar antes del2020 un total de 297 presas en Brasil, 78 de ellas en la Amazonia conuna potencia equivalente a 86 centrales nucleares (85.900 megavatios).La empresa ELETROBRAS y su filial amaznica ELETRONORTE, jus-tifican tales planes argumentando que 100.000 kilmetros cuadradosslo re p resentan el 2 por ciento de la Amazonia.

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  • Las centrales hidroelctricas previstas en la Amazonia emitirngrandes cantidades de metano (CH4), segn el eclogo PhilipFearnside, del Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia, consede en Manaos, y su contribucin al cambio climtico ser mayorque si esa misma electricidad fuera producida en centrales termoe-lctricas de combustibles fsiles. Una molcula de metano contri-buye al efecto invernadero, de forma directa, a lo largo de 100 aos,tanto como 24,5 de CO2 (62 veces ms si el periodo considerado sereduce a 20 aos).

    La deuda de ELETROBRAS con bancos extranjeros supera los14.000 millones de dlares, el 10 por ciento de la deuda externa deBrasil, por lo que cabe dudar de la viabilidad del plan, al no haberrecursos financieros suficientes para acometerlo. El Banco Mundialha cuestionado su oportunidad y hoy est abandonado, aunque con-tinuamente surgen ru m o res de nuevos proyectos hidro e l c t r i c o s .

    En 1964 se inaugur la presa de Brokopondo en Surinam, cren-dose un lago artificial de 915 kilmetros cuadrados, el primero delos construidos sobre bosques tropicales. Al poco de inaugurarse,la vegetacin sumergida empez a descomponerse, produciendogas sulfhdrico; el mal olor era tal, que los empleados de la presatuvieron que usar mscaras durante dos aos. El agua se volvicida y anxica (insuficiencia de oxgeno), causando la muerte delos peces, principal alimento de la poblacin local, y provocando lacorrosin de las turbinas, aunque lo peor fue la proliferacin deenfermedades como la malaria y la leishmaniasis.

    En el ro Caron, afluente del Orinoco, el gobierno de Venezuela tienep revisto instalar 25.754 megavatios, de los que ya se han terminado10.000 MW en la presa Ral Leoni (Guri) y 370 MW en Macagua I. Lap resa de Guri ha creado un inmenso lago artificial de 4.250 kilmetro scuadrados, contaminado por metilmercurio, cuyo fin principal es pro-ducir electricidad que se vende a precios irrisorios a las muy contami-nantes industrias del aluminio (Interalmina, ALCASA, VENALUM),s i d e r rgicas (Siderrgica del Orinoco, Venezolana de Ferrosilicio) yqumicas, instaladas en Puerto Ordaz. Los programas de laCorporacin Venezolana de Guayana son muy parecidos a los delP royecto Grande Carajs en la Amazonia Oriental brasilea: grandesh i d roelctricas como Guri (Venezuela) y Tu c u ru (Brasil) pro p o rc i o n a nelectricidad a bajsimos precios a industrias productoras de acero ,f e r rosilicio, aluminio o celulosa, cuyas producciones son exportadas aJapn y otros pases industrializados. La produccin mundial de alu-minio, que en 1959 era de 4 millones de toneladas, hoy supera los 20millones; los mayores pro d u c t o res son EE UU (4,1 millones de tonela-

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  • das), Rusia (2,3), Canad (1,8), Australia (1,2), Brasil (1,1) y Ve n e z u e l a .Japn, tras la subida de los precios del petrleo en 1973 y 1979, dej dep roducir aluminio, siendo hoy el mayor importador.

    El precio del oro

    El fracaso de la mayora de los programas de colonizacin agrcolaen la Amazonia hace que una parte de la poblacin asentada en laAmazonia se dedique a la extraccin de minerales. Los cerca de300.000 garimpeiros (buscadores de oro) y las empresas mineraslocalizadas en la Amazonia producan en 1998 entre 80 y 120 tone-ladas anuales de oro. En el momento de mayor auge, en 1989, llega haber ms de un milln de garimpeiros. Los conflictos entre garim-peiros y compaas mineras, como Paranapanema, y las invasionesde los territorios indgenas (yanomami, tucanos, macu) en buscadel preciado metal son una constante en la historia reciente de laAmazonia, regin que vivi una autntica fiebre del oro y que estsufriendo una grave contaminacin por el mercurio empleado paraobtener el polvo de oro.

    El vertido de mercurio afecta a todos los ros de la regin, ascomo a la zona hmeda ms grande del planeta, el Pantanal, endonde se vierten anualmente diez toneladas de mercurio. El respi-ro actual se debe a los bajos precios del oro en los mercados inter-nacionales, pero su posible recuperacin relanzara una actividadterriblemente destructora y contaminante.

    En la Amazonia el mercurio que se emplea es importado legal-mente (para reventa), pero su comercializacin es informal y sinningn control gubernamental. La mayor parte del mercurio utili-zado en la Amazonia procede de Holanda, Alemania y ReinoUnido (el 75%), pases no productores. Probablemente buena partedel mercurio sea originario de Almadn, en Espaa.

    Por cada kilo de oro extrado, se pierde actualmente 1,32 kg dem e rcurio; el 45% va a los ros y el 55% restante a la atmsfera. Lasp rdidas se podran reducir a la dcima parte si se empleasen algu-nas tcnicas de recuperacin. La minera del oro en la A m a z o n i abrasilea ha causado en la ltima dcada el vertido de cerca de1.400 toneladas de mercurio metlico. El 70% del mercurio se pier-de durante los procesos de quema de la amalgama. Las condicionesreinantes, tanto en la Amazonia como en el Pantanal, con parte dela vegetacin sumergida durante varios meses, propician el aumen-to de la actividad microbiana, y consecuentemente la transforma-

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  • cin del mercurio en metilmercurio. El consumo de pescado, prin-cipal y casi nica fuente de protenas animales para la poblacinrural y los pobres urbanos, ocasiona la penetracin en el org a n i s m ode un producto de gran toxicidad, mucho ms txico que el merc u-rio metlico, que se elimina ms fcilmente por la orina. La conta-minacin por mercurio en la Amazonia ocasionar efectos pernicio-sos a largo plazo, a medida que se transforme en metilmerc u r i o .

    El impacto ecolgico

    La importancia de la Amazonia como exportadora de maderaaumentar, debido a que las selvas tropicales de frica y Asia, tra-dicionales abastecedoras, estn al lmite de sus posibilidades, porno decir de su desaparicin. Varios miles de serreras, en un 80%ilegales, surten de madera a las empresas exportadoras. Japn, laUnin Europea y Estados Unidos monopolizan las importaciones.

    Los cultivos de coca tambin contribuyen a la deforestacin. ElAlto Huallaga en Per y el Guaviare en Colombia, regiones en lasque la presencia del Estado ha sido siempre mnima, hoy son esce-narios de las guerras de la coca. Pequeos cultivadores de coca,narcotraficantes, guerrilleros, policas y ejrcito, son los protago-nistas. Trescientas mil hectreas de selva han sido deforestadaspara dar paso al cultivo ms rentable y con un mercado asegurado.La extraccin de petrleo afecta gravemente a algunas zonas deEcuador, Per y Colombia.

    La devastacin que est sufriendo la Amazonia tendr gravesconsecuencias ecolgicas, econmicas y sociales a escala local,regional e incluso mundial.

    Localmente aumentar la lixiviacin y la erosin de los frgilessuelos tropicales, desde slo 0,1 toneladas anuales por hectrea concobertura forestal, a un nivel que puede variar entre 60 y 300 tone-ladas por hectrea y ao. No menos importante ser la prdida demiles de especies (actualmente desaparecen treinta al da), elaumento de las plagas, la disminucin de las cosechas, la prdidade agua por escorrenta al desaparecer el efecto esponja, la com-pactacin de los suelos y el deterioro de la calidad de las aguas.

    Regionalmente disminuirn las precipitaciones (la evapotranspi-racin origina la mitad de las lluvias en la Amazonia, frente al 10%de las zonas templadas), aumentarn las inundaciones y las se-quas, se reducirn las cosechas y la vida til de los embalses, seextremarn las temperaturas y se alterar el balance hdrico.

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  • Globalmente, los incendios forestales que asolan la Amazoniaestn contribuyendo al efecto invernadero y a los posibles cambiosclimticos a l asociados; reducirn las precipitaciones e incremen-tarn el albedo terrestre, haciendo que se absorba menos radiacinsolar e induciendo cambios en el balance calrico global. La prdi-da irreversible de biodiversidad tendr consecuencias gravsimaspara el futuro de la investigacin sobre los remedios para curar elcncer y otras enfermedades. La Amazonia no es el pulmn delmundo ni produce la mitad del oxgeno que consumimos, ya queel oxgeno producido es prcticamente igual al consumido, pero nopor ello su importancia ambiental es menor.

    Cualquier alternativa a la devastacin del bosque tropical pasaen primer lugar por lograr frenar la agresin a la naturaleza y a sushabitantes, algo que se puede alcanzar con la presin de la opininpblica, tanto en los pases afectados, como en aquellos otros quesomos tambin responsables del saqueo de los recursos y de laexplotacin de sus habitantes.

    La alternativa a la destruccin actual tampoco puede ser la con-versin de la Amazonia en un inmenso parque natural intocado,patrimonio de la Humanidad, algo inviable debido a las necesida-des de las poblaciones que en ella habitan, sino otro modelo deexplotacin y de desarrollo sostenible, que contemple la utilizacinracional e inteligente del ecosistema tropical, y no su reemplazopor pastos de engorde de ganado, cultivos anuales en suelos ina-propiados, centrales hidroelctricas, repoblaciones con especies decrecimiento rpido (pinos y eucaliptos) o produccin de carbnvegetal. Las actividades recolectoras y extractoras de los productosde la floresta, las llamadas reservas extractivas, y el mejor aprove-chamiento del inmenso banco gentico que es la Amazonia, sonuna alternativa mejor que las actuales; la recoleccin del caucho,nuez de Par, frutas tropicales, un aprovechamiento forestal que nodestruya el bosque, algunos cultivos perennes, la cra de animalesnativos, la piscicultura o el ecoturismo, son algunos ejemplos deactividades que no comprometen la preservacin de la diversidadbiolgica y la utilizacin sostenible del bosque tropical, aunque suviabilidad econmica, sin considerar los servicios ambientales delbosque, est por ver. Las poblaciones indgenas han vivido duran-te milenios en la Amazonia, acumulando un vasto saber sobre elempleo racional de los recursos, hoy en grave peligro de desapari-cin. Probablemente ellos tienen algunas de las claves de pordonde podra ir el uso sostenible de los recursos de la cuenca ama-znica.

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  • Las reservas extrativistas creadas a raz de la muerte de ChicoMendes estn en crisis, a causa de los bajos precios del caucho,incapaces de competir con los monocultivos y las importaciones, yotros productos alternativos, como la castaa de Par, el aa, y fru-tas como el cupuau o el camu-camu, es difcil que proporcionen unavida digna a la poblacin. Las alternativas a largo plazo probable-mente vayan por una gestin sostenible de los recursos amazni-cos junto con el pago de los servicios ambientales que la conserva-cin del bosque de la Amazonia presta a Brasil, a Suramrica y almundo, como el ciclo hidrolgico, el freno a la erosin, la conser-vacin de la biodiversidad, o la retencin de carbono.

    Para afrontar los graves riesgos de la deforestacin y la prdida debiodiversidad urgen nuevas polticas, encaminadas a la sostenibili-dad, con la creacin de ms y mayores espacios protegidos, mayoreficiencia en el consumo de madera, establecer normas de etique-tado en la lnea del Consejo de Certificacin Forestal (ForestStewardship Council, FSC), aumento del reciclaje de papel y car-tn, repoblaciones con especies adecuadas en zonas previamentedeforestadas, mayor equidad social que evite la emigracin a la lla-mada frontera forestal, y prcticas de gestin forestal menos depre-dadoras en la extraccin de madera y otros productos forestales, lacaza y la pesca, el turismo y el ecoturismo.

    El WWF y la UICN han propuesto que al menos el 10 por cientode cada tipo de ecosistema forestal sea zona protegida, y que talproteccin no sea meramente nominal, tal como ocurre en la actua-lidad en gran parte de las reas con algn tipo de proteccin.Igualmente es urgente establecer corredores entre las reas prote-gidas, encaminados a conservar la diversidad biolgica. Comomnimo se debe tratar de conservar varias muestras lo suficiente-mente representativas de todos los ecosistemas forestales, estable-ciendo una gestin sostenible en las zonas no protegidas. La coo-peracin y participacin de las poblaciones afectadas, los consumi-dores, las ONGs, las empresas y las diferentes administraciones yorganismos internacionales es necesaria para frenar los procesos de

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    GESTIN SOSTENIBLE DE LOS BOSQUES

  • deforestacin y prdida de biodiversidad. Se han dado ya pasosimportantes hacia la sostenibilidad, pero an queda mucho porhacer, sobre todo en los pases en desarrollo.

    Urge frenar la guerra contra los bosques iniciada hace cientos deaos, tal como documenta John Perlin en su Historia de los Bosques,y es necesario dedicar todo tipo de esfuerzos y recursos a conser-var lo que queda de los bosques primarios, algo que no ser nadafcil como muestra la rpida destruccin de los bosques tropicales,desde la Amazonia a Indonesia, o lo que es ms llamativo, la talade los ltimos reductos de bosques primarios en Estados Unidos ola deforestacin de los bosques hmedos de la Columbia Britnicaen Canad.

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