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La trampa neoliberal: ¿Individuos violentos o situaciones violentas? Alisa Garni y Frank Weyher* El Faro / Publicado el 16 de marzo de 2015 En El Salvador las condiciones sociales y la enajenación se combinan con el discurso oficial para fomentar la ilusión de que el problema de la delincuencia son los “individuos violentos” en lugar de lo que el sociólogo Randall Collins llamó las “situaciones violentas”. Quienes viven en comunidades estrechamente vinculadas al capitalismo global se apropian de esta visión individualizada de la delincuencia, que ignora sus bases sociales. Escolares de California, Usulután, juegan a la violencia, incluyendo frases de contenido sexual. El Salvador debate desde hace años la violencia estudiantil, especialmente en las instituciones estatales. Irónicamente, el juego de estos niños ocurre en uno de los únicos ocho municipios que al iniciar el año

La Trampa Neoliberal

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Artículo sobre la relación entre violencia social y neoliberalismo

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La trampa neoliberal: Individuos violentos o situaciones violentas?Alisa Garni y Frank Weyher*El Faro / Publicado el16 de marzo de 2015En El Salvador las condiciones sociales y la enajenacin se combinan con el discurso oficial para fomentar la ilusin de que el problema de la delincuencia son los individuos violentos en lugar de lo que el socilogo Randall Collins llam las situaciones violentas. Quienes viven en comunidades estrechamente vinculadas al capitalismo global se apropian de esta visin individualizada de la delincuencia, que ignora sus bases sociales.

Escolares de California, Usulutn, juegan a la violencia, incluyendo frases de contenido sexual. El Salvador debate desde hace aos la violencia estudiantil, especialmente en las instituciones estatales. Irnicamente, el juego de estos nios ocurre en uno de los nicos ocho municipios que al iniciar el ao 2009, tenan ocho aos de no registrar un solo asesinato. Foto: Archivo de El faro.Culpndose a s mismos o los unos a los otros por problemas derivados de la enajenacin extrema, muchos salvadoreos experimentan la profundizacin de la inseguridad y su alta vulnerabilidad a la delincuencia como lo que la antroploga Ellen Moodie ha documentado como una preocupante sensacin de aislamiento de todos contra todos. Sin embargo, el oscurecimiento de las bases sociales del crimen y su individualizacin aumenta a medida que las relaciones capitalistas globales actuales penetran ms profundamente en las comunidades locales.En 2006 y 2007, uno de nosotros recogi 102 entrevistas, cientos de horas de observacin, notas de campo y documentos que reflejan las condiciones sociales, econmicas y polticas en dos comunidades de El Salvador. En cada comunidad se seleccionaron los hogares a travs de una tcnica de muestreo aleatorio, usando mapas para numerar los hogares, y un generador de nmeros aleatorios para seleccionar una muestra de aproximadamente el quince por ciento. La alta tasa de respuesta produjo un total de sesenta y tres entrevistas de hogares. Las treinta y nueve entrevistas adicionales fueron con lderes locales, jvenes y ancianos.Nuestro anlisis de esta evidencia sugiere que cuando se encontraba un mayor sentido de cohesin social, es decir, en comunidades ms aisladas de la economa global y en gran medida dependientes de la agricultura de subsistencia, los informantes tendan a atribuir el crimen a problemas estructurales de mayor envergadura. En las comunidades donde prevaleca ms una mentalidad de mercado, era ms pronunciada la individualizacin de la delincuencia. En ambos casos, sin embargo, la mayora de los informantes expresaron en sus testimonios un sentimiento de impotencia. Por ejemplo, Carlos y Lola (seudnimos) argumentaron que la formacin de pandillas y el abuso de drogas estn relacionados con el hecho de que los jvenes se sienten impotentes. Cuando se referan a uno de esos jvenes que quera dinero para drogas, describieron la situacin general de la siguiente manera:Lola: Como ellos tienen como un complejo con las drogas, tienen una idea que son importantes, que son poderosos y por eso para no vivir la vidaAlisa: Y qu es esa vida? Cmo es esa vida?Lola: Pobres, no tienen zapatos, ropa, comida viven en un ranchito, entonces con las drogas ellos viven en otro mundo.Alisa: De dnde viene el dinero para poder conseguir las drogas?Lola: All est. Primero, prstamo.Alisa: De quin?Carlos: A m, l viene que yo le de $2, que le regale $1, y van de dos, tres personas y all dos personas que le den $2 y con $4 compra. Compra la droga. Y as hace. Dicho de otra manera, ellos mantienen el vicio, compran las drogas con el dinero que nosotros lo consumimos y que trabajamos. Adquirimos un poquito para nosotros, tenemos que compartirlo con ellos porque ellos, si no lo hacemos, cualquier dao me pueden hacer a mi.Porque a mi cuada que fueron a pedir dinero, $400, se los tuvo que dar a los jvenes y le dijeron maana queremos quinientos, si no te matamos Cuando te digan te mato, te mato. Y lo matanLola: No, da. Entonces s, comienzan ellos pidiendo comida, medicina. Vino un jovencito, prstame diez. No, no, unos 5 tengo. Vino un muchacho, prstame $27. Quiero comprar.Ese Si no tiene [lo que necesitamos], lo vamos a matar transmite un mensaje paralelo, de forma trgica, a los mensajes que muchos salvadoreos -tal vez inconscientemente- reciben de la economa globalizada bajo el neoliberalismo: Si no tiene lo que [la economa] necesita en el mundo actual usted no cuenta como individuo, es desechable: puede irse [migrar] o morir [la pobreza lo matar]. La juventud que busca unos pocos dlares para drogas, as como los adultos que en vano buscan empleos que podran pagar unos cuantos dlares al da, y los inmigrantes que trabajan duramente en el extranjero para poder enviar unos pocos dlares a casa, todos ellos equiparan esos dlares al precio de la vida. En el nuevo El Salvador neoliberal, el logro individual de dinero es todo, especialmente en economas basadas en el comercio impulsado por las remesas. Existe un fetichismo del dinero y las cosas son de tal manera que las relaciones sociales reales se ven oscurecidas y slo se experimentan indirectamente.La reestructuracin neoliberal en El Salvador ha renovado y ampliado las condiciones de alienacin. Mientras que algunas lites abrazaron la reestructuracin neoliberal como un medio para asegurar su posicin dentro de la nueva clase capitalista transnacional del capitalismo global, en gran medida el resto de la poblacin ha quedado fuera y tiene que valerse por s misma. Como resultado, casi la mitad de la poblacin se dedica a la economa informal.Para exacerbar estas condiciones, algunas lites nacionales utilizan las remesas de los migrantes como reservas de divisas para buscar prstamos internacionales. Segn una investigacin realizada por el economista Alexander Segovia, las lites privatizaron los bancos y los servicios (como las telecomunicaciones y el transporte) de tal manera que los salvadoreos consumen cada vez ms mediante el uso de las remesas. La dolarizacin en el ao 2001 y la ratificacin del CAFTA representaron nuevos golpes. Como argumenta la politloga Cori Madrid, las reducciones arancelarias en el marco del CAFTA amenazaron ms empleos de los que se ganaron. Promocionando empleo en la maquila, estas polticas ignoraban el hecho de que este sector est en ms del 80 por ciento en manos de mujeres, representa menos del 10 por ciento del empleo total en El Salvador, y ofrece los salarios ms bajos de todos los sectores: $152 por mes (que cubre el 88 por ciento de la canasta bsica de alimentos). Para el ao 2007 el sector financiero, un sector atractivo para el capital transnacional, era la parte ms grande y ms dinmica de la economa salvadorea, mientras que casi la mitad de la poblacin estaba desempleada o subempleada. Como dicen Grard Dumnil y Dominique Lvy, del Centro Nacional de Investigacin Cientfica de Pars: El neoliberalismo es la expresin de la nueva hegemona de las finanzas.La violencia estructural impuesta por la reestructuracin neoliberal margina an ms a la mayora ms pobre de una sociedad cada vez ms dominada por el capital transnacional, an a travs de la violencia simblica de la ideologa neoliberal, esta realidad est convenientemente empaada. No slo se culpa a las vctimas de la guerra y la reestructuracin, sino tambin stas se culpan a s mismas por su situacin desesperada. Es ms probable que la sospecha mutua altamente individualizada sustituya a visiones previas de tipo colectivo y orientadas hacia la comunidad, el apoyo mutuo y la camaradera que prevalecan antes de y durante la guerra.*Alisa Garni y Frank Weyher son profesores titulares de Sociologa del Departamento de Sociologa, Antropologa y Trabajo Social en Kansas State University. Este artculo es un resumen deNeoliberal Mystification: Crime and Estrangement in El Salvador,Sociological Perspectives(Volume 56, Issue 4, 2013): 623-645.