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35 La moneda representa uno de los pocos objetos crea- dos por la humanidad que, a lo largo de sus veintiséis siglos de historia, mejor ha mantenido sus caracterís- ticas formales en su paso de generación a generación. La moneda, en sus diferentes tipologías, y junto a los elementos que forman parte de su fabricación, confor- man la Numismática como uno de los conjuntos más significativos, tanto en número como en calidad, de los bienes integrantes del Patrimonio Histórico de cualquier país. Además, la moneda ha adquirido un papel muy especial en el desarrollo de los estudios históricos, y muy en particular en el nacimiento de la Arqueología, como método para la interpretación y datación de numero- sas civilizaciones, culturas y periodos históricos. Así, en el Renacimiento la moneda fue una de las principa- les claves para el estudio de la Antigüedad siendo el complemento de las fuentes literarias en su descrip- ción del mundo clásico. Un claro ejemplo es la magnífica obra de una gran figura de la numismática, Antonio Agustín (1517- 1886), quien en España, país no ajeno a este fenóme- no, escribe Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüedades. Este libro, publicado en 1587, fue una de las principales obras para el establecimiento de una nueva metodología en las investigaciones de las mone- das, basada en la intención científica, más que en el valor estético. Pero ya hacía tiempo que reyes y príncipes, aristócra- tas y eclesiásticos se habían interesado por este tipo de piezas como parte de su faceta humanística, viendo en ellas no sólo objetos de placer estético o meros restos de la Antigüedad, sino una fuente de inspiración moral que les llegaba a través de los retratos de los gober- nantes del pasado imperial romano. En España entre los más insignes coleccionistas numismáticos destacan Alfonso V de Aragón, que influido por las corrientes italianas se interesó por la moneda, o el Cardenal Pedro González de Mendoza, consejero de los Reyes Católicos, cuya colección era muy conocida a finales del siglo XV y que a su muerte pasó a manos de la Reina Isabel de Castilla, siendo éste el origen de las colecciones reales españolas. En posteriores décadas la ciencia numismática siguió cultivándose y así estudiosos como Vincencio Juan de Lastanosa, con su obra Museo de las medallas desconocidas españolas (1645) o posteriormente, ya en el siglo XVIII, Luis José Velázquez con su Ensayo sobre los alfabetos de las letras desconocidas, que se encuentran en las más antiguas medallas y monumentos de España (1752), eligen para sus estudios las acuñaciones con leyendas ibéricas y púnicas, un des- afío en aquella época, ya que aún no se leía ninguno de estos alfabetos. Algo después se edita una de las obras básicas de la historiografía numismática española, Medallas de las Colonias, Municipios y pueblos antiguos de España (1757-1773), del fraile agustino Enrique Flórez, una figura esencial en la investigación española del siglo XVIII y en la proliferación de los estudios históricos Las colecciones de Numismática en los museos estatales MARINA CHINCHILLA * * Subdirectora General de Museos Estatales. Ministerio de Cultura Antonio Agustín, Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüedades. Versión latina de Andrés Scoto. Amberes, 1617

Las colecciones de Numismática en los museos estatales · Reina Isabel de Castilla, siendo éste el origen de las ... ceso iniciado en el siglo XVI. No del mismo valor, pero sí

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La moneda representa uno de los pocos objetos crea-dos por la humanidad que, a lo largo de sus veintiséissiglos de historia, mejor ha mantenido sus caracterís-ticas formales en su paso de generación a generación.La moneda, en sus diferentes tipologías, y junto a loselementos que forman parte de su fabricación, confor-man la Numismática como uno de los conjuntos mássignificativos, tanto en número como en calidad, delos bienes integrantes del Patrimonio Histórico decualquier país.

Además, la moneda ha adquirido un papel muy especialen el desarrollo de los estudios históricos, y muy enparticular en el nacimiento de la Arqueología, comométodo para la interpretación y datación de numero-sas civilizaciones, culturas y periodos históricos. Así,en el Renacimiento la moneda fue una de las principa-les claves para el estudio de la Antigüedad siendo elcomplemento de las fuentes literarias en su descrip-ción del mundo clásico.

Un claro ejemplo es la magnífica obra de una granfigura de la numismática, Antonio Agustín (1517-1886), quien en España, país no ajeno a este fenóme-no, escribe Diálogos de medallas, inscripciones y otrasantigüedades. Este libro, publicado en 1587, fue una delas principales obras para el establecimiento de unanueva metodología en las investigaciones de las mone-das, basada en la intención científica, más que en elvalor estético.

Pero ya hacía tiempo que reyes y príncipes, aristócra-tas y eclesiásticos se habían interesado por este tipo depiezas como parte de su faceta humanística, viendo enellas no sólo objetos de placer estético o meros restosde la Antigüedad, sino una fuente de inspiración moralque les llegaba a través de los retratos de los gober-nantes del pasado imperial romano. En España entrelos más insignes coleccionistas numismáticos destacanAlfonso V de Aragón, que influido por las corrientesitalianas se interesó por la moneda, o el CardenalPedro González de Mendoza, consejero de los Reyes

Católicos, cuya colección era muy conocida a finalesdel siglo XV y que a su muerte pasó a manos de laReina Isabel de Castilla, siendo éste el origen de lascolecciones reales españolas.

En posteriores décadas la ciencia numismática siguiócultivándose y así estudiosos como Vincencio Juan deLastanosa, con su obra Museo de las medallas desconocidasespañolas (1645) o posteriormente, ya en el siglo XVIII,Luis José Velázquez con su Ensayo sobre los alfabetos de lasletras desconocidas, que se encuentran en las más antiguas medallasy monumentos de España (1752), eligen para sus estudioslas acuñaciones con leyendas ibéricas y púnicas, un des-afío en aquella época, ya que aún no se leía ninguno deestos alfabetos. Algo después se edita una de las obrasbásicas de la historiografía numismática española,Medallas de las Colonias, Municipios y pueblos antiguos de España(1757-1773), del fraile agustino Enrique Flórez, unafigura esencial en la investigación española del sigloXVIII y en la proliferación de los estudios históricos

Las colecciones de Numismática en los museos estatales

MARINA CHINCHILLA*

* Subdirectora General de Museos Estatales. Ministerio de Cultura

Antonio Agustín, Diálogos de medallas, inscripciones y otras antigüedades. Versión latina de Andrés Scoto. Amberes, 1617

como del coleccionismo. Una tendencia que tuvo con-tinuidad en la centuria siguiente a través de institucio-nes diversas y sociedades científicas de carácter tantopúblico como privado, y que fueron, en gran medida, elgermen para la formación de importantes colecciones yla creación de algunos de los museos que hoy existen.

HISTORIA DE LAS COLECCIONES NUMISMÁ-TICAS EN LOS MUSEOS ESTATALES1

No es posible en el marco de esta ponencia ofrecer unavisión completa de todas y cada una de las numerosasinstituciones estatales que en España conservan colec-ciones numismáticas. El panorama es muy amplio tantopor lo que se refiere a sus contenidos como por su titu-laridad –Estatal, Autonómica, Local– y gestión, y cons-tituye un reflejo natural no sólo de la evolución delpropio concepto de museo y de la Numismática, sinotambién de la historia de nuestro país.

Corresponden a la Administración del Estado un eleva-do número de centros museísticos cuya gestión depen-de, en su mayor parte, del Ministerio de Cultura; enalgunos casos corresponde a otros Ministerios como elde Economía o el de Defensa, o bien pertenecen alPatrimonio Nacional o a las Reales Academias.

En concreto vamos a centrarnos en los museos de titu-laridad estatal pertenecientes al Ministerio de Cultura,dependientes de la Dirección General de BienesCulturales y gestionados directamente por laSubdirección General de Museos Estatales. De los 16centros que responden a estas características, además delMuseo Arqueológico Nacional, que conserva la colec-ción numismática nacional del Estado español por exce-lencia, otros ocho cuentan entre sus fondos conejemplos de este rico patrimonio. Cabe mencionar queestos objetos, al estar custodiados en museos de titula-ridad estatal, están declarados por ley Bien de InterésCultural y que están a cargo de funcionarios del CuerpoSuperior Facultativo de Conservadores de Museos.Excepto en los casos del Museo Nacional de ArteRomano de Mérida, del Museo Nacional de ArqueologíaMarítima de Cartagena y del Museo Sefardí de Toledo,el resto se encuentran ubicados en Madrid.

Las colecciones numismáticas presentes en estos cen-tros ofrecen una enorme diversidad en cuanto a susorígenes y procedencias, lo que determina su volumeny composición específica2.

La más relevante se conserva en el Museo ArqueológicoNacional, una de nuestras instituciones más emblemá-ticas. Su fundación se debió al propósito de crear ungran museo en el que se custodiase el PatrimonioHistórico de la nación, siguiendo las corrientes cultu-rales del siglo XIX. Como veremos más adelante, poseeun Departamento específico de Numismática que cus-todia la colección pública de mayor antigüedad y másimportante de España por la calidad y riqueza de susfondos, reunidos en el transcurso de un complejo pro-ceso iniciado en el siglo XVI.

No del mismo valor, pero sí de un gran interés es laconservada en el Museo Cerralbo, producto, al igualque el resto de sus fondos, del entusiasmo y del empe-ño personal de Enrique de Aguilera y Gamboa, mar-qués de Cerralbo, aristócrata, político, coleccionista,intelectual y arqueólogo que desarrolló su actividadcientífica entre los últimos años del siglo XIX y losprimeros del XX. En su caso fueron precisamente lasmonedas los objetos que le llevaron a su pasión por laarqueología y esta circunstancia tiene puntual reflejoen el actual museo.

En cuanto al Museo Nacional de Arte Romano deMérida, fundado para acoger los importantes restos dela ciudad romana de Augusta Emerita, contiene un volu-men apreciable de piezas numismáticas, procedentes ensu mayoría de hallazgos realizados en la zona. De bas-tante menor entidad, pero también formado por ejem-plares de probable origen local y procedentes deprospecciones y excavaciones en la región, es el mone-tario del Museo de Arqueología Marítima de Cartagena.

Los cinco centros restantes conservan un númeromucho más reducido de piezas que en algunos casosno llegan al centenar, pero que son utilizadas en sudiscurso museográfico para completar y contextuali-zar el resto de sus fondos. Así sucede, por ejemplo,

1. Agradecemos a los Directores y a todo el personal de los MuseosEstatales su activa colaboración en la aportación de los datos utiliza-dos para la redacción de esta ponencia.

2. Los Museos Estatales que conservan algún tipo de colección numis-mática son: el Museo Arqueológico Nacional (unos 300.000 ejem-plares); Museo Cerralbo (24.500); Museo Nacional de Arte Romano(4.100); Museo Nacional de Arqueología Marítima (154); MuseoRomántico (84); Museo de América (80, depósito del MuseoArqueológico Nacional de 1944); Museo Sefardí (63); MuseoSorolla (31); Museo Nacional de Antropología (objetos utilizadoscomo formas de dinero tradicional); y Museo del Traje-Centro deInvestigación del Patrimonio Etnológico (presencia testimonial for-mando parte de joyas o accesorios de indumentaria).

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con el Museo Sorolla, dedicado a la obra y la vida delpintor Joaquín Sorolla, creado en 1931 a partir dellegado de su viuda. La mayoría de su colección numis-mática son medallas obtenidas por el pintor en su tra-yectoria artística, y un pequeño y variopinto conjuntode monedas y medallas propiedad del pintor y suesposa. O bien con el Museo Sefardí, ubicado enToledo, fundado en 1964 con el fin de recopilar ydifundir los testimonios materiales y la historia de lacultura judía en España, que cuenta con monedas queabarcan desde los siglos II a.C. al XV procedentes deadquisiciones, donaciones y de un depósito de la IsraelAntiquities Authority realizado en los años noventa.

El Museo Romántico, actualmente en proceso deremodelación, conserva un pequeño conjunto demonedas y medallas del siglo XIX cuyo fin es ilustrarla sociedad y los personajes del Romanticismo. Si bienel origen del museo se encuentra en la colección del IImarqués de la Vega-Inclán (1848-1942), la mayoríaingresaron en los años cuarenta a través del Servicio deRecuperación Artística, dependiente de la Comisaríade Defensa del Patrimonio Artístico Nacional.

El Museo Nacional de Antropología, cuya colecciónpermite ofrecer un panorama global de las culturas dediversos pueblos de los cinco continentes, no conser-va monedas ni medallas, pero sí un conjunto de obje-tos utilizados como dinero tradicional en distintaspartes del mundo, como, por citar algunos, un cintu-rón decorado con cuentas dibidibi y mantas de algodónde la cultura ifugao, procedentes de Filipinas, o caurísy hachas en miniatura (bikuele amu) de la cultura fang,de Guinea Ecuatorial.

Los fondos del actual Museo del Traje y Centro deInvestigación del Patrimonio Etnológico, antiguo

Museo del Pueblo Español, están centrados en diver-sos aspectos de la cultura tradicional española y lasmonedas que posee son pocas, pero resultan unamuestra interesante de los otros usos dados a este tipode piezas y su reutilización en la joyería popular –pen-dientes, collares y broches portados por las amas decría–, y como accesorios de indumentaria masculina–botones realizados con reales de plata– en la Españadel siglo XIX y principios del XX.

Finalmente debe mencionarse el Museo de América,creado en 1941 a partir de los fondos de arqueologíay etnografía americanas del Museo ArqueológicoNacional. Su monetario es en realidad un depósitorealizado por el Museo Arqueológico poco después desu creación, constituido por un pequeño conjunto depiezas acuñadas por los Austrias y Borbones en lascecas americanas y cuya finalidad es completar lascolecciones de época colonial del centro.

De todos estos museos los monetarios más destacadosson los conservados en el Museo Arqueológico Nacional,el Museo Cerralbo y el Museo Nacional de Arte Romano,por lo cual nos detendremos algo más en ellos.

Museo Arqueológico Nacional, Madrid

Museo Nacional de Antropología, Madrid

Museo Arqueológico Nacional

Como ya hemos señalado, la colección numismáticamás sobresaliente por su volumen y universalidad es,sin duda, la del Museo Arqueológico Nacional, quecuenta con unas 300.000 piezas entre monedas,medallas, sellos y matrices sigilares, condecoraciones einstrumentos de acuñación que abarcan desde lainvención de la moneda hasta la actualidad.

El origen de sus fondos se encuentra en la RealLibrería fundada por Felipe V en 1711 y abierta enMadrid el 1 de marzo de 1712 con los fines especí-ficos de difusión y divulgación al público. En ella seintegraron los libros, monedas y antigüedades de lascolecciones reales existentes en palacio, formadas a lolargo del tiempo por los monarcas españoles, juntocon otras importantes colecciones particulares adqui-ridas en aquel momento y que pasaron a constituir elllamado Museo de Medallas y Antigüedades. En 1836 estainstitución dejó de ser propiedad privada del Reypara convertirse en parte del acervo cultural de lanación, pasando a ser denominada BibliotecaNacional. A lo largo de todo este tiempo el Museo deMedallas no dejó de incrementar sus fondos a través de

donaciones, compras y asignaciones imposibles dereseñar aquí3, al igual que cuando a partir de 1867pasa a formar parte de los fondos fundacionales delrecién creado Museo Arqueológico Nacional, juntocon las procedentes del Museo de Ciencias Naturalesy la de la Escuela Superior de Diplomática entreotras. Adquisiciones de importantes colecciones, ade-más de numerosos hallazgos de tesoros, monedasprocedentes de excavaciones o de la labor de las comi-siones científicas tanto en España como en el extran-jero continuaron enriqueciendo sus series pese a ladesgraciada pérdida de casi toda su colección de orodurante la Guerra Civil4. Así pues, durante 300 añosesta colección ha sido la depositaria del más impor-tante patrimonio numismático español.

Como era de esperar, su colección de moneda espa-ñola de todas las épocas es la mejor del mundo; así,por ejemplo, las acuñaciones hispánicas constituyenun material indispensable para el conocimiento de lapenínsula ibérica en la Antigüedad. Lo mismo cabedecir de las monedas islámicas de Al-Andalus, debi-do sobre todo a la particular formación de estaserie, que se vio enriquecida a finales del siglo XIXy principios del XX por el ingreso de un conjuntode colecciones que habían pertenecido, precisamen-te, a los más importantes especialistas de la época enla materia, como Antonio Vives. Además conservaun elevado número de tesoros de todas las épocas.Otras series no españolas, como la romana, tantorepublicana como imperial, están al nivel de otrosgrandes centros museísticos internacionales, y muydestacada es también, por citar alguna otra, la colec-ción de piezas del Extremo Oriente.

Cabe señalar además la presencia de varios cuños, obje-tos que no suelen ser muy frecuentes en colecciones deeste carácter y que se han adquirido en fechas recientes.En cuanto a las medallas, sobresale un tipo muy caracte-rístico de España, las medallas de proclamación, piezasemitidas en honor del advenimiento al trono de los reyes

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3. Entre los muchos ingresos de esta etapa están, por ejemplo, lacolección de Charles d’Orléans de Rothelin, una de las más cele-bradas de Europa, la del anticuario italiano Mazzochi, la delInfante Luis de Borbón, hermano de Carlos III y la de su hijo, elInfante D. Gabriel, o el monetario de la Biblioteca jesuita de losReales Estudios de San Isidro.

4. Algunos ejemplos de este período son el Monetario de la Bibliotecade la Universidad Central de Madrid, procedente de la colección quehabía pertenecido al Cardenal Cisneros; las colecciones adquiridas aMonseñor Taggiasco y a Eduardo Toda, y ya en el siglo XX, la de JuanAntonio Ruiz-Casaux, y sobre todo, la de Domingo Sastre en 1973.Museo de América, Madrid

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españoles y que se distribuían durante las fiestas, en unacostumbre muy popular a partir del siglo XVIII, perotambién son muy representativas las correspondientes alRenacimiento o a los Papas. Finalmente hay que men-cionar la colección de dinero tradicional, que en los últi-mos años ha experimentado un fuerte crecimiento.

Dentro de todo este conjunto se pueden singularizaralgunas piezas por su extraordinaria relevancia, como elcuaternión de Augusto, dos múltiplos de oro deMaximiano Hércules y Constancio Galo, la llamada GranDobla de Pedro I el Cruel de Castilla, la magnífica seriede múltiplos de oro de los Reyes Católicos, en especiallos veinte excelentes acuñados en Segovia, el centén deFelipe IV, dos medallas de Carlos V, una diseñada por

Durero y otra realizada por Hans Reinhardt, y la deFerdinando Carlo Gonzaga.

Museo Cerralbo

Las casi 25.000 monedas y medallas que conserva elMuseo Cerralbo suponen un tanto por ciento muyimportante de los fondos totales del centro, muchomás de la mitad, en consonancia con el interés de sufundador por la Numismática, una auténtica obsesiónpues ya de niño, con la peseta que le dieron para suprimera paga semanal, el marqués corrió a comprarsemonedas antiguas. Su colección y la correspondientebiblioteca estaban consideradas de las más completasde la época. Aunque en aquellos momentos la legisla-ción permitía a los arqueólogos conservar parte de losmateriales hallados en los yacimientos que excavaban,el marqués entregó los objetos procedentes de susexcavaciones al Museo Arqueológico Nacional, for-mando su colección privada con regalos y sobre todocompras realizadas durante sus viajes.

La mayoría son monedas, pues las medallas sóloalcanzan un millar, y abarcan desde moneda antigua–griega, romana e hispánica–, hasta emisionesmodernas extranjeras, en consonancia con la variedadde intereses del marqués, aunque siempre hizo hin-capié en la Antigüedad. En la actualidad la cataloga-ción de los fondos del museo está en proceso derevisión y actualización, así como el Archivo, que sinduda proporcionará datos importantes no sólo parala historia y la procedencia de la colección, sino parala historiografía de la numismática y la arqueologíaespañolas de finales del XIX y principios del XX. ElMuseo conserva también la colección reunida por suhijastro, el marqués de Villa-Huerta. Por sus espe-ciales características, además, se trata de una colec-ción cerrada en la que no se prevén nuevos ingresos.

Museo Nacional de Arte Romano

El Museo Nacional de Arte Romano, aunque creadocomo tal en 1975, tiene su origen en 1838, cuandoel Estado, ante la importancia arqueológica deMérida, decidió crear allí un museo para instalar laspiezas descubiertas en la ciudad. A partir de 1910 seemprendieron excavaciones sistemáticas y esto pro-dujo un aumento tal de los fondos que se hizo nece-sario un nuevo edificio, encargado al conocido

La Casa del Tesoro, primer emplazamiento de la Real Librería.Plano de Madrid de Gaspar de Witt (1622-1623). Museo Municipal de Madrid

Gran dobla de oro de Pedro I de Castilla y León. 1360

arquitecto Rafael Moneo, que fue inaugurado en1987. Pero aunque el museo está centrado en la cul-tura material emeritense, su objetivo es mostrar através de ella el proceso histórico de la Hispaniaromana. Las noticias más antiguas que se conservande su colección numismática son de 1910 y citan tansólo 114 monedas, pero como consecuencia de lasexcavaciones, así como de donaciones particulares yde las compras realizadas por el Ministerio, en laactualidad la colección asciende a 4.110 piezas.

Los fondos están adscritos a la Sección de Epigrafía yNumismática y abarcan desde la época antigua hasta lacontemporánea. Por las características de la colección, elvolumen de medallas es muy reducido, pues tan sólohay una veintena de ellas. La importancia de la Méridaromana, que llegó a tener ceca propia, tiene como con-secuencia que la mayor parte de las piezas pertenezca ala época romana, si bien hay cantidades importantes deejemplares de momentos posteriores, como la etapavisigoda, cuando volvió a ser sede de un taller monetal.Además del valor que supone el hecho de que se tratede hallazgos locales, a veces bien contextualizados,podemos destacar como conjuntos relevantes los fon-dos de moneda de oro romana y visigoda, así como dostesorillos de época islámica.

LA NUMISMÁTICA EN LAS FUNCIONES DELMUSEO

Adquisiciones

Sin duda una de las funciones primordiales de losmuseos se encuentra en el enriquecimiento de sus colec-ciones. Sin embargo no se trata de propiciar una meraacumulación de bienes culturales. El auténtico valor deesta función se encuentra expresado con claridad ennuestro marco legislativo, ya que tanto la ConstituciónEspañola (artículos 46 y 148.1.28) como la Ley delPatrimonio Histórico Español establecen que es deberdel Estado no sólo la conservación del Patrimonio, sinotambién su acrecentamiento de cara a las futuras genera-ciones, así como su protección frente al expolio y laexportación ilegal. Un aspecto al que se ha dedicado ungran esfuerzo económico en los últimos años, y con elque se pretende que los museos continúen siendo insti-tuciones vivas y en constante crecimiento.

A esta línea de actuación se dirige la política de incremen-to del Patrimonio Histórico Español llevada a cabo por elMinisterio de Cultura, máximo órgano responsable de laadquisición de bienes culturales con destino a los museosde titularidad estatal y que cumple esta función a través

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Museo Cerralbo, Madrid Museo Nacional de Arte Romano, Mérida (Badajoz)

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de la Subdirección General de Protección del PatrimonioHistórico y, en concreto, de la Junta de Calificación,Valoración y Exportación de Bienes Culturales delPatrimonio Histórico Español. La Junta es un órganocolegiado de carácter consultivo de la Administración delEstado y entre sus funciones está valorar e informar sobrelos bienes que se van a adquirir para los centros de titula-ridad estatal, así como actuar como asesor de aquellosque, aún siendo de diferente titularidad, carecen de órga-nos de valoración propios, así como de las ComunidadesAutónomas. Como norma general puede apuntarse quelos criterios que rigen la asignación a uno u otro centro delos bienes adquiridos, recibidos o recuperados por elEstado se basan en las funciones que desempeña cada unode ellos y sus necesidades concretas.

Por lo que se refiere al campo de la Numismática, el inte-rés se ha centrado en completar series, como sucede en elMuseo Nacional de Arte Romano donde se pretendecubrir lagunas existentes en las series imperiales romanas,sobre todo de oro y, de forma sistemática, en las emisio-nes de la ceca de Emerita o de períodos concretos, como lamoneda visigoda, con vistas al proyecto de una nuevasede para la Colección de Arte Visigodo. En otras oca-siones se busca la adquisición de ejemplares poco repre-sentados o inexistentes en las colecciones, peronecesarios a efectos museográficos, como por ejemplo lacompra de monedas acuñadas en Toledo para ser adscri-tas al Museo Sefardí. Finalmente, en otros casos se tratade ejemplares que destacan bien por su singular excep-cionalidad –como los veinte excelentes de los ReyesCatólicos acuñados en Segovia–, por su valor artístico–la medalla de Carlos V realizada por Hans Reinhardt–o por su interés historiográfico o científico –el caso deltesoro de época medieval de Gallur–, estos tres últimosejemplos con destino al Museo Arqueológico Nacional.

Esta labor de enriquecimiento de los fondos numis-máticos de nuestros museos se realiza mediante lasdiversas vías que establece la normativa legal; la mayorparte son adquisiciones del Estado. Mediante compradirecta a particulares se ha adquirido, por ejemplo, lacolección Juan Cayón, integrada por 223 piezas queabarcan las más variadas formas de dinero tradicional,que unidas a los fondos de este tipo ya existentes enel Museo Arqueológico Nacional y a nuevas comprasdirectas realizadas recientemente, como el tevau odinero pluma de las islas de Santa Cruz, ha permitidoque esta institución cuente con una de las mejoresseries de objetos premonetales, un campo peculiardentro del mundo de la numismática.

El ejercicio del derecho de tanteo en subastas públicasen España ha sido el sistema utilizado preferentementepara el incremento de bienes destinados a los museos.Por otra parte, la compra en subastas en el extranjero hapermitido ir cumpliendo con uno de los objetivos de lapolítica de ingresos respecto al Museo ArqueológicoNacional. Estas compras se han dirigido especialmentea la adquisición de ejemplares relevantes de oro con elfin de paliar la pérdida de casi toda la colección duran-te la Guerra Civil. Así sucede con los ya mencionadosveinte excelentes de los Reyes Católicos, la medalla deHans Reinhardt o la reciente compra en 2002 de tresgrandes múltiplos romanos imperiales, dos piezas de

Carlos V. Medalla de oro realizada por Hans Reinhardt el Viejo en 1537

ocho áureos de Claudio II y Maximiano Hércules y otrade cinco sólidos de Constancio Galo.

En menor medida, aunque debe ser destacado, los fon-dos se han visto acrecentados gracias a donaciones afavor del Estado, cuya aceptación es competencia delMinisterio de Cultura. Así, con destino al MuseoNacional de Arte Romano se han aceptado diversasdonaciones procedentes, principalmente, de laAsociación de Amigos del Museo.

Entre las diversas competencias que ejerce la SubdirecciónGeneral de Protección del Patrimonio está la importantelabor que desempeña en su defensa y protección frente ala exportación ilícita. Resultado de esta actuación ha sidola recuperación de una destacada colección exportada ile-galmente del territorio nacional y compuesta por cerca de2000 medallas, en su gran mayoría proclamaciones de losreyes de España, que ha pasado a ser propiedad del Estado.

Sin embargo, para cumplir con su auténtica funciónsocial, esta política de adquisiciones debe verse culminadacon la puesta a disposición del público de los bienes parasu disfrute. Esta tarea se materializa en exposiciones decarácter temporal con las que, cada cierto tiempo, losmuseos van dando cuenta de los nuevos ingresos. Coneste fin el Museo Arqueológico Nacional organizó en2001 y 2002 dos muestras, La herencia del pasado: últimasadquisiciones del Museo Arqueológico Nacional, donde se presen-taron, entre otros, los ingresos numismáticos producidosen los años 2000 y 2001, y la monográfica Dinero exótico.Una nueva colección del Museo Arqueológico Nacional, en la quedio a conocer la ya citada colección Cayón. Además estamisma institución cuenta en la sala permanente deNumismática con una vitrina dedicada exclusivamente a laexposición de las nuevas piezas. En total en el períodoentre 1990 y 2001 han ingresado en el museo 5.287 pie-zas de carácter numismático.

En este aspecto podemos señalar que el balance esmuy positivo y refleja el esfuerzo conjunto y el traba-jo continuado realizado por el Ministerio de Culturay los museos.

Documentación

La razón de ser de las colecciones públicas es su pro-tección y conservación con el fin de ponerlas a disposi-ción de una sociedad que día a día demanda un mejorconocimiento de su patrimonio cultural. El primer paso

imprescindible para lograr tales objetivos es documen-tarlas lo más completa y exhaustivamente posible y asílo contempla la legislación española. Efectivamente, losrepertorios documentales, inventarios y catálogos, sonlos principales instrumentos para garantizar la protec-ción de los bienes conservados en nuestros museos, altiempo que la información que contienen es la basefundamental para su correcta difusión.

La situación actual del inventario y la catalogación delas colecciones numismáticas de los museos estatales noes uniforme, sino que difiere según su trayectoria his-tórica y sus características. En museos como el deArqueología Marítima, el Sefardí, el de América, elSorolla o el Romántico, cuyo volumen de piezas no es

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Maximiano Hércules. Ocho áureos acuñados en Treveris c. 303 d.C.

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muy elevado, se encuentran totalmente inventariadas yen la mayoría de ellos catalogadas en una gran parte.Otros museos cuentan con documentación antigua que,aunque es muy valiosa para la historia de la formaciónde las colecciones, no siempre es útil a efectos de sucontrol. Es el caso del Museo Cerralbo, donde si bienlas colecciones cuentan con diversos inventarios, el pri-mero iniciado por Juan Cabré en 1924, en general suutilidad es muy desigual y en este momento se encuen-tra en pleno proceso de actualización documental. Eneste sentido es paradigmático el Museo ArqueológicoNacional, pues desde su creación como Museo de Medallasdentro de la Real Librería existe una relación continuade inventarios más o menos completos que son de unenorme interés historiográfico pero en absoluto preci-sos para llevar a cabo la identificación concreta de laspiezas hoy día. Por otra parte, aspectos como el cons-tante crecimiento de sus fondos a lo largo de los años,el criterio decimonónico de integración de los ejempla-res en cada serie, y los problemas padecidos a causa delas diversas vicisitudes y múltiples traslados por los queha pasado la colección han hecho evidente la necesidadde una reelaboración de los inventarios y la puesta al díade los criterios de catalogación. En cambio el MuseoNacional de Arte Romano, cuyo primer inventario demateriales numismáticos data de 1910, a cargo deMaximiliano Macía, ha conseguido completar práctica-mente todo el proceso documental, incluida la docu-mentación gráfica.

En todo caso, por lo que a los sistemas documentalesmuseísticos se refiere, y gracias a las posibilidades que per-miten las nuevas tecnologías, nos encontramos en unmomento de transición no sólo del uso de los soportesclásicos a los nuevos soportes informáticos y digitales,sino de búsqueda de una mayor eficacia y seguridad deéstos. En este sentido, el Ministerio de Cultura, a travésde la Dirección General de Bellas Artes y como uno de losejes fundamentales del Plan Integral de Museos Estatales,comenzó en 1996 a desarrollar el Programa DOMUS,iniciado a partir del Proyecto de NormalizaciónDocumental de Museos llevado a cabo por el Ministeriodesde 1993. DOMUS es un sistema integral de gestiónmuseográfica con el que se pretende la unificación de losprocesos de trabajo y que abarca desde las tareas adminis-trativas hasta las labores de documentación. Se ha traba-jado bajo los presupuestos de la normalización de laestructura de la información, la forma de identificación, ladescripción y clasificación de los bienes, así como delvocabulario utilizado para introducir y consultar la infor-mación. El objetivo es implantarlo en todos los centros

que integran el Sistema Español de Museos, contandopara ello con la cooperación de las ComunidadesAutónomas y procurando así el intercambio de informa-ción necesaria para obtener un catálogo informatizado detodos los bienes culturales que forman parte delPatrimonio Histórico Español. El fin último delMinisterio con este proyecto es no sólo garantizar su pro-tección y conservación, sino también acercar este patri-monio a todos los ciudadanos a través de Internet.

Las colecciones numismáticas, dadas sus peculiares carac-terísticas y el elevado tanto por ciento que representan enel volumen total de nuestras colecciones, ocupan un lugarrelevante en este proceso. En la actualidad se está proce-diendo a la implantación progresiva del ProgramaDOMUS en los Museos Estatales. Hasta el momento sehan llevado a cabo los procesos de carga desde los siste-mas informáticos antes utilizados hacia el nuevo sistemay en estos momentos nos encontramos en la fase deintroducción de nuevos datos. Respecto al materialnumismático, el proceso se ha completado en algunos delos que conservan un menor volumen de ejemplares,como el Museo de América y el Museo Romántico. Encuanto a colecciones de mayor envergadura, el MuseoCerralbo ha iniciado recientemente el proceso, al igual

Museo Cerralbo. Biblioteca del marqués

que el Museo Arqueológico Nacional donde, además delas piezas ya incluidas y digitalizadas con anterioridad, seha emprendido la informatización sistemática de la sec-ción de medallística al tiempo que se están preparandolos inventarios actualizados para su futuro tratamiento.Hasta el momento actual existen 39.050 registros defondos museográficos y documentales numismáticosincorporados a aplicación DOMUS en las colecciones delos museos estatales de gestión exclusiva.

Una de las principales actuaciones del Ministerio deCultura está enfocada a la normalización terminológica,base fundamental de todo proceso informático. Así se hapuesto en marcha un programa de publicaciones sobreterminología propia del patrimonio cultural, que hacomenzado a dar sus primeros resultados y que preten-de ser una herramienta de trabajo útil para todos losprofesionales de museos y en particular para aquellosque se dedican a la documentación. Una de las tareas deeste programa de normalización ha sido la elaboraciónde un diccionario de términos numismáticos, encomen-dado al Departamento de Numismática del MuseoArqueológico Nacional y de próxima publicación, quedebe contener la relación de términos técnicos específi-cos para su uso en la descripción de los objetos y untesauro que facilite la catalogación homogénea de estetipo de bienes.

Investigación

Evidentemente la investigación realizada sobre y a partirde las colecciones es una actividad clave de los museos yla base imprescindible para obtener una documentacióncorrecta y útil. En gran parte llevada a cabo por el pro-pio personal del centro, que es quien mejor conoce losfondos, se desarrolla en una doble dirección, la recons-trucción de la historia de la colección y el estudio cien-tífico de las piezas. Los resultados obtenidos sematerializan en publicaciones y actividades científicascomo catálogos, conferencias, cursos, congresos y expo-siciones, que no sólo son a su vez una ayuda esencialpara el progreso de la investigación, sino que entran delleno en el campo de la difusión de las colecciones delmuseo, que veremos después. Dentro del conjunto delos Museos Estatales el desarrollo de esta investigaciónrecae especialmente en los centros que cuentan con per-sonal con una formación específica en numismática.

Sin embargo una parte muy importante del trabajo dia-rio del personal de un museo, sobre todo en los grandes

centros, es la atención a los especialistas que acuden aestudiar las colecciones. En un museo como elArqueológico Nacional son muy frecuentes las consultasde investigadores, tanto españoles como extranjeros yprocedentes no sólo de la numismática, sino también dediferentes ámbitos de la arqueología, el arte o la histo-ria. Estas consultas generan un trabajo que ocupa buenaparte del tiempo del personal al cuidado de la colección;así, el Departamento de Numismática del Arqueológicoatiende cada año en torno a cincuenta peticiones, tantopara estudiar directamente los fondos mediante una visi-ta personal como de consultas por correspondencia.

Los museos, como instituciones públicas, desarrollanademás un importante papel en la formación de inves-tigadores, especialmente en la realización de trabajosuniversitarios, memorias de licenciatura y tesis docto-rales, poniendo los medios para que aprendan a mani-pular y estudiar directamente los materiales ybeneficiándose al tiempo de su trabajo y los resultadosde su investigación. Por otra parte, el Ministerio con-voca anualmente un conjunto de becas destinadas aproyectos museológicos, algunas de las cuales hanrecaído en las colecciones numismáticas.

Difusión

La difusión de las colecciones, su significado cultu-ral y la investigación que sobre ellas se desarrolla esun deber ineludible para un museo, en cuanto suproyección pública es esencial para la concienciaciónde los ciudadanos sobre la importancia del patrimo-nio histórico y por consiguiente para su conoci-miento y protección. Hay un conjunto de víasclásicas para ello, entre las que se encuentran laspublicaciones, tanto dirigidas a un público generalcomo a la investigación especializada, la organiza-ción de congresos, cursos, conferencias y actividadesdesarrolladas en torno a los objetos expuestos comola “pieza del mes”, además de las exposiciones, quemerecen un desarrollo aparte.

El problema de las colecciones numismáticas es que laespecialización que requiere su investigación y puestaen valor, así como las características físicas de lamayoría de los ejemplares, que no hacen precisamentecómoda su contemplación, pueden llegar a retraer sudifusión al público, quedando relegadas ante otrosobjetos más vistosos y fáciles de disfrutar con menosesfuerzo. Por eso es particularmente necesario impul-

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sar la difusión de estos fondos por todos los mediosal alcance. Uno de los más relevantes es precisamentela organización de congresos y encuentros científicoscomo este XIII Congreso, en cuanto que contribuyenno sólo a intercambiar ideas entre investigadores dedistintas formaciones y procedencias, sino a difundirla importancia y la trascendencia de la investigación,en este caso numismática, entre el público no especia-lizado. En este sentido el Ministerio de Cultura harealizado un gran esfuerzo a lo largo de estos añospara acoger no sólo este encuentro internacional, sinootros de ámbito más reducido pero de gran influenciaen su campo, como fue, en 1990, el III Jarique deNumismática Hispano-Árabe, cuya sede fue el MuseoArqueológico Nacional, además de colaborar con eltrabajo de su personal en la organización científica delX Congreso Nacional de Numismática, celebrado en 1998.

En esta área de actuación cursos, seminarios y confe-rencias sirven igualmente para divulgar las coleccionesde forma directa e inmediata entre estudiantes, espe-cialistas y público en general, según a quién vayandirigidos. En este campo ha sido el MuseoArqueológico Nacional quien, por razón de la enver-gadura de la colección y de la existencia de unDepartamento especializado, se ha ocupado más de laorganización de este tipo de actividades, en ocasionescomo complemento a la exhibición de exposicionestemporales temáticas, como fueron La moneda, algo másque dinero (1997) y Dinero exótico (2001).

Las publicaciones cumplen un papel similar, con lasdiferencias naturales en cuanto estén dirigidas a unpúblico especializado o general. Dentro de las prime-ras son particularmente relevantes las revistas de losmuseos, como el Boletín del Museo ArqueológicoNacional y el del Museo de América, en cuanto dansistemática y paulatinamente a conocer las coleccionesde los respectivos centros, y los catálogos específicosactualizados. En los últimos años se han publicadocatálogos monográficos como el de las monedas deoro antiguas del Museo Arqueológico Nacional y elprimer volumen de la serie internacional SyllogeNummorum Graecorum, dedicado a dos cecas hispanas,Gadir y Ebusus, pero también otras colecciones peque-ñas que quedan integradas en obras de carácter másamplio, como el catálogo de los fondos de Esculturadel Museo Sorolla, en el que se incluyen las medallasallí conservadas, o las piezas halladas en el Templo deDiana de Mérida, recogidas en la publicación mono-gráfica del mismo.

Dirigidas al público en general contamos con obras deintención más divulgativa, aunque no menos valiosastambién para el mundo de la investigación, las másimportantes las propias guías y libros “instituciona-les” de los museos y los catálogos de exposiciones, quealcanzan gran difusión y con ello ponen a disposiciónde un público muy amplio no sólo una informaciónprecisa, sino una explicación científica razonada queayuda a la comprensión de las colecciones.

En la actualidad las posibilidades de Internet comien-zan a ser aprovechadas para la difusión del patrimo-nio cultural, los fondos y las actividades de losmuseos, encontrando en la red no sólo un medio dellegar con inmediatez a todo el mundo, sino un enor-me impacto mediático. Con el fin de impulsar su pre-sencia en la red el Ministerio de Cultura ha iniciado,a través de la Subdirección General de Museos ycomo parte del Plan Integral de Museos el proyectoPatrimonio.es, que se prevé esté completado en 2008.Sus objetivos son, por un lado, obtener un catálogode los bienes integrantes del Patrimonio HistóricoEspañol –archivos, bibliotecas y museos-, en colabo-ración con las Comunidades Autónomas, con el fin deofrecer al ciudadano una visión global de su riqueza,y por otro, desarrollar un portal de los Museos yColecciones de España que permita acceder a toda lainformación disponible sobre los centros, su ubica-ción, colecciones, servicios y actividades culturales.Este proyecto está evidentemente muy ligado alSistema Domus, que es quien debe proporcionar laimprescindible base documental.

No debemos olvidar que además de estos grandes pro-yectos, publicaciones y exposiciones debe existir unaacción continua en la vida diaria del museo. En estecampo los mejores ejemplos son actividades del tipode la “pieza del mes” y las visitas guiadas, general-mente llevadas a cabo por guías voluntarios, muchasveces jubilados, que ponen todo su entusiasmo enexplicar a escolares y adultos las salas del museo.

Exposiciones

Efectivamente la exposición de objetos numismáticos,y especialmente de las monedas, no es fácil y planteauna serie de problemas que se deben resolver para per-mitir y facilitar no sólo su correcta visión, sino su dis-frute. Por una parte tenemos sus dimensiones, queexcepto en el caso de los grandes múltiplos y de las

medallas de gran formato suele ser bastante reducidoy obliga al espectador a aproximarse mucho a la vitri-na; por otra, el hecho, aunque parezca obvio, de quetienen dos caras, lo cual obliga a elegir cuál se quieremostrar si no se posee más de un ejemplar en buenestado. Esto último no suele ser un obstáculo en lascolecciones grandes, que pueden mostrar sin proble-mas dos ejemplares en la mayoría de los casos, pero síen las pequeñas o en caso de piezas únicas o muyraras, para las que hay que buscar un medio alternati-vo de mostrar la otra cara. Sin embargo en muchoscasos la exposición de monedas encuentra otras difi-cultades de tipo conceptual, provocadas por la dificul-tad de extraer toda la información que puedenproporcionar e integrarla en el discurso general de laexposición del museo.

Exposiciones permanentes

A todo ello se une que la amplitud y diversidad debienes que custodian nuestros museos no hace posi-ble su completa exposición. En el caso de las colec-ciones numismáticas su presencia en las áreas deexposición permanente presenta un valor desigual, enalgunas ocasiones es representativa pero en otras noes todo lo significativa que debiera. Se da la circuns-tancia, ciertamente lógica, de que los museos concolecciones más pequeñas son los que cuentan conuna mayor proporción de piezas en exposición.Centros como el Museo Nacional de Arte Romano,el Sorolla y el Sefardí tienen expuesto una quintaparte de sus fondos y el Museo de América llega casial 50%, mientras que el Museo Cerralbo y elArqueológico Nacional exhiben menos del 1% deltotal de sus colecciones.

El papel que desempeñan en el discurso expositivovaría dependiendo del centro, aunque en general seencuentran integradas en las diversas áreas. En elcaso del Museo Sorolla forman parte de un espaciodedicado a la vida y la época del artista, mientras queen el Sefardí se utilizan para completar y contextua-lizar el resto de la colección. En el Museo de Américase disponen en el área de Economía, dentro del espa-cio destinado a los Estados, y en el Cerralbo su pre-sencia es puramente testimonial, pues forman partede los armarios-vitrina de la biblioteca del marqués.En Mérida la exposición tiene un sesgo temático,pues se dispone en tres vitrinas, dedicada una a laceca de la colonia Augusta Emerita y las otras dos a las

emisiones del Imperio Romano. Además, los mate-riales procedentes de las algunas de las excavacionespracticadas en la ciudad, como es el caso del Templode Diana o del Circo, están acompañadas de loshallazgos numismáticos producidos en estos lugares.

En cuanto al Museo Arqueológico Nacional, hasta1951 contó con una gran exposición de la colecciónrepresentativa de sus fondos, montada en vitrinasubicadas en el centro de la misma sala que custodia-ba la colección no expuesta, instalada ésta en losarmarios que, procedentes de la Botica Real deCarlos III, regaló al Monetario Fernando VII en1825. En 1951 la sala se cerró, siguiendo el pecu-liar criterio expositivo de la Dirección de la época,que consideraba que la Numismática sólo era inte-resante para la investigación, y aunque los proyectosde reforma de los años setenta contemplaban la exis-tencia de una amplia sala destinada a la exposiciónpermanente de los fondos numismáticos, por diver-sas circunstancias nunca se llevó a término, por loque el centro se vio privado durante muchos años de

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Museo Arqueológico Nacional. Sala Tesoros del Gabinete Numismático

Museo Nacional de Arte Romano. Sala de Numismática

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una muestra permanente de la colección. En losúltimos años la situación se ha ido paliando en cier-ta forma. Las monedas, como objetos arqueológicosque son y parte de la cultura material de cada época,han ido encontrando su lugar dentro de los diferen-tes ámbitos culturales que muestra el museo, convitrinas en las salas de Egipto, el mundo prerroma-no, Roma y las Edades Media, Moderna yContemporánea. Las salas de colecciones de lossiglos XVI a XIX, en concreto, han sido las últimasen inaugurarse, en 2001, y en ellas no sólo se expo-nen las emisiones monetarias españolas de la épocasino también una selección de medallas delRenacimiento y de proclamación.

Desde hace pocos años este centro cuenta tambiéncon un espacio específico donde se expone una selec-ción de los ejemplares más representativos de suvariada colección numismática. La sala nació comoresultado de una muestra temporal, Tesoros del GabineteNumismático del Museo Arqueológico Nacional, celebradaen 1999 y convertida posteriormente en parte delrecorrido permanente del museo. Para su instalación,con el fin de evocar la larga historia de la coleccióny el ambiente de los antiguos gabinetes, se utilizaroncomo soportes expositivos precisamente los antiguosarmarios de la Botica Real que contuvieron la colec-ción desde 1825 hasta 1951. Así pues, la visitanumismática al Museo Arqueológico se articulamediante un doble recorrido: un itinerario cultural,siguiendo el de las salas temáticas, y el especializadocon las 100 piezas más representativas de la colec-ción. En la actualidad el volumen de piezas expuestoasciende en total a 843 ejemplares.

Exposiciones temporales

Otro aspecto a resaltar y en el que la Numismáticatiene un papel protagonista es el apartado de lasexposiciones temporales. Dentro de la labor de difu-sión del patrimonio histórico conservado en nues-tros museos es ésta una actividad que se ha vistopotenciada en los últimos años, tanto en lo que serefiere a préstamos para exposiciones ajenas como almontaje de producciones propias de los museosestatales.

El papel de la Numismática en ellas, tanto monedascomo medallas, suele ser muy relevante numérica-mente ya que son de los objetos que más se solicitan,

suponiendo un tanto por ciento elevado de las piezasde una exposición. Las monedas son objetos recono-cibles y próximos a nosotros, y por ello llamativos,lo cual impulsa a los comisarios de las muestras acontar con ellas; admiten además una multiplicidadde lecturas que las hacen apropiadas para aludir aaspectos muy diferentes de un tema, aunque es obli-gado reconocer que no siempre se aprovecha esta ver-satilidad y muchas veces se utilizan como merasilustraciones o anécdotas. Además su exposiciónexige un esfuerzo por parte de comisarios y diseña-dores para disponerlas de modo que se facilite sucomprensión y su contemplación. De los museosestatales con colecciones numismáticas prácticamentesólo tres, el Nacional de Arte Romano, el Cerralbo y elArqueológico participan en exposiciones temporales,tanto propias como ajenas, aunque es el último el quetiene una presencia mayor y habitual, prestando siste-máticamente piezas para todo tipo de muestras.

Los últimos años han presenciado un enorme creci-miento de las exposiciones temporales, concebidas

Museo Arqueológico Nacional. Vitrina de las salas de la Edad Moderna

Exposición Dinero exótico (Museo Arqueológico Nacional, 2001)

como una forma de difundir el patrimonio y de atraer aun público que periódicamente se interesa por la pro-gramación cultural. En España, organismos oficialescomo la Subdirección General de Promoción de lasBellas Artes y la Sociedad Estatal para la AcciónCultural Exterior (SEACEX) centran su actividad en lapromoción y la difusión cultural a través de muestras decarácter nacional e internacional, organizando tantomuestras independientes como ciclos relacionados congrandes conmemoraciones, como el quinto centenariodel nacimiento de Carlos V.

En lo que se refiere a los préstamos para exposicionesajenas, el Museo Arqueológico es quien más cantidad depeticiones recibe al año, tanto en número de solicitudescomo en volumen de material cedido. En los últimosaños ha participado en unas quince exposiciones al año,la mayoría muestras de temática muy variada, siendouna minoría las estrictamente numismáticas.

Las exposiciones de producción propia en las que haintervenido material numismático han estado a cargodel Museo Cerralbo y nuevamente del Arqueológico.En el primer caso las muestras se han centrado en elfundador (El marqués de Cerralbo, 1996) y la historia delmuseo (De palacio a museo, 2000), figurando en ellasnecesariamente las monedas al tener una presenciamuy importante tanto en los fondos como en la pro-pia vida del marqués de Cerralbo.

En el caso del Arqueológico, además de incluir asidua-mente monedas en las exposiciones propias de otra temá-tica, como Cien años de una Dama o Torques: belleza y poder, haorganizado en los últimos años varias exposicionesmonográficas sobre sus colecciones numismáticas: Lamoneda, algo más que dinero (1997), Tesoros del GabineteNumismático (1999) y Dinero exótico (2001), además deEsto es dinero. De los orígenes al euro (2001), exhibida fuera desu sede, en La Coruña.

PERSPECTIVAS DE FUTURO

Pese a todo lo conseguido en los últimos años, aúnqueda mucho que hacer para potenciar el papel de lanumismática en el ámbito de los museos estatales ypoder acometer con eficacia todas las funciones quetienen encomendadas los museos en la actualidad. Laactuación del Ministerio en este campo se articula através del Plan Integral de Museos Estatales, con el fin dellevar a cabo una actuación sistemática y global sobreel conjunto de los museos, de forma coordinada y conunos objetivos comunes y definidos. Para ello apuntaa varias direcciones: las infraestructuras, las coleccio-nes y los recursos humanos.

En lo que concierne a las instalaciones que acogen lascolecciones, hay que reconocer que no siempre presentanlas mejores condiciones y que necesitan, ante todo, unamodernización. El mayor esfuerzo de la SubdirecciónGeneral está actualmente enfocado a la modernización delas infraestructuras. Las reformas arquitectónicas, larenovación de las instalaciones y la aplicación de nuevosplanteamientos museográficos permitirán dar cabida anuevas colecciones que hasta ahora han tenido poca pre-sencia en la exposición permanente, y entre ellas seencontrarán sin duda los fondos numismáticos.

Por otro lado, se quiere impulsar el concepto delmuseo como institución viva, en constante comunica-ción e intercambio con la ciudadanía. Para ello la redofrece un campo en constante crecimiento y un modode presentar las colecciones en una suerte de museovirtual que resulta sumamente cercano al usuario. Elplan Patrimonio.es proporcionará una oportunidad derevalorizar, potenciar y mostrar las colecciones numis-máticas al público de un modo sumamente atractivo,sin las cortapisas que a veces conllevan las limitacio-nes físicas de las piezas. Aunque sin duda nada susti-tuirá nunca al disfrute directo de las obras.

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