Las Ideas Politicas en Cesar Vallejo y Su Aporte Educativo Al Peru

Embed Size (px)

Citation preview

LAS IDEAS POLITICAS EN CESAR VALLEJO Y SU APORTE EDUCATIVO AL PERU

INTRODUCCINCsar Vallejo es el poeta ms importante en el canon literario peruano y una figura importante de la poesa latinoamericana que expresa una de las voces ms originales de la lengua castellana. Thomas Merton, un monje trapense, poeta y pensador estadounidense, comenta sobre Vallejo, "el ms grande poeta universal despus deDante". Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo, comenta que Vallejo ha influido en poetas renombrados en Latinoamrica e incluso en l: En Vallejo hay un fondo de honestidad, de inocencia, de tristeza, de rebelin, de desgarramiento, de algo que podramos llamar soledad fraternal, y es en ese fondo donde hay que buscar las hondas races, las no siempre claras motivaciones de su influencia. Jos Carlos Maritegui, escritor, socilogo y poltico socialista peruano, defiende al libro de poemas Trilce por las crticas que recibi por los intelectuales limeos: El libro ha nacido en el mayor vaco. Soy responsable de l. Asumo toda la responsabilidad de su esttica. Hoy, y ms que nunca quizs, siento gravitar sobre m, una hasta ahora desconocida obligacin sacratsima, de hombre y de artista: la de ser libre! Si no he de ser hoy libre, no lo ser jams. Jos Mara Arguedas, escritor, antroplogo y etnlogo peruano, dice que Vallejo entiende al amerindio que est en conflicto con su idioma y el castellano y as, marca un precedente que da comienzo a la nueva poesa peruana: Vallejo marca el comienzo de la diferenciacin de la poesa de la costa y de la sierra del Per. Porque en Vallejo empieza la etapa tremenda en que el hombre del ande siente el conflicto entre su mundo interior y el castellano como su idioma. El cambio violento que hay entre los Heraldos negros y Trilce es principalmente la expresin de este problema. Pablo Neruda comenta que en la poesa de Vallejo hay una solemne soledad con mucho dolor y tormento, pero ya que conoci a Vallejo, tambin comenta que Vallejo era una persona alegre: Csar Vallejo era sombro tan solo exactamente, como un hombre que hubiera estado en la penumbra, arrinconado durante mucho tiempo. Era solemne por naturaleza y su cara pareca una mscara inflexible, casi hiertica. Pero la verdad interior no era esa. Yo lo vi dar saltos escolares de alegra. Despus volva a su soledad y a su sumisin. Nicols Guillen, poeta cubano considerado el representante de la poesa negra en Cuba, admira la poesa Vallejiana y cree en el poeta que dejo todo su ser en su pluma y lamenta su muerte: Vallejo era un hombre silencioso, magro, indio de pelo atesado y liso. Me deca negro como es costumbre afectuosa en su pas con las personas de mi tipo. Me doli mucho su muerte. Admiro mucho su dramtica poesa. Respeto mucho su vida dolorosa, sincera, desinteresada, con hambre y rebelda. Creo mucho en l.Csar Vallejo comenz a relacionarse tempranamente - como Bachiller en Letras de la Universidad de Trujillo (1915) con destacados artistas e intelectuales: Vctor Ral Haya de la Torre, Jos Eulogio Garrido, Alcides Spelucn, Macedonio de la Torre, entre otros, integrantes de "Norte", grupo liderado por Antenor Orrego. A aquella poca febril, sacudida por cambios sociales, polticos (mayor influencia de las Fuerzas Armadas y progresivo deterioro de la oligarqua) e ideolgicos (irrupcin de la filosofa marxista y del psicoanlisis), corresponden sus primeros versos publicados. Csar participo activamente del Grupo Norte, que se dedicaron en gran parte a la poltica, y la educacin. Juan Espejo Asturrizaga, por ejemplo, fue principalmente un educador;. Los ms destacados, sin embargo, tuvieron una inquietud signada por el partidismo, y en las filas del APRA, muchas veces se jugaron enteros por una causa que -en su propia percepcin del mundo y de la vida- encarnaba entonces ese Partido.Csar Vallejo como integrante del Grupo Norte estuvo influido por las ideas vigentes para estas jvenes figuras de nuestra cultura, con la salvedad que el poeta hizo su propio proceso de formacin ideolgica y avanz ms all hasta visualizar el socialismo como su ideal de futuro.Vallejo tuvo, desde el inicio de su vida, una formacin y una conciencia poltica claramente definida que marc de comienzo a fin su itinerario, y que sell su obra en todos los gneros que supo cultivarla. Vallejo fue, en efecto, un pensador y un activista que hizo poesa, periodismo, relato, historia, cuento, teatro, leyenda, novela, pero tambin -y de manera constante- poltica. As, comprometi el total de su legado, con un mensaje que hoy nadie se atreve a negar.

IDEAS POLITICAS EN CESAR VALLEJOGonzlez Viaa recuerda que en 1923 Csar Vallejo no estaba libre, ni lo estara jams, de la persecucin judicial que contra l haban entablado sus enemigos. En esa circunstancia -dice- Antenor Orrego decidi alentarlo para que se fuera a Europa, dicindole Si te quedas en el Per, Csar, hermano, en algn momento te apresarn y volvers a la crcel de Trujillo. Adems, si te salvaras de eso, nadie en Lima reconocera nunca tu talento. Tan slo seras acogido con la risita envidiosa que t conocesDe este modo, el fundador del Grupo Literario Norte, que influyera tan decisivamente en el surgimiento de una apreciable corriente del pensamiento peruano, sold su relacin personal con Vallejo al mismo tiempo que le seal un derrotero de vida por cierto inesperado, pero que convirti al autor de Los heraldos negros en una figura emblemtica de la vida peruana y, al mismo tiempo, en un expatriado voluntario que nunca pudo volver al Per.La ancdota tiene importancia no slo porque refleja un contenido de la poca, sino tambin porque deja testimonio claro que la vida -y la obra- de Vallejo no estuvo nunca lejos del quehacer poltico. Al contrario, desde los aos de su mocedad, Vallejo vivi estrechamente vinculado a la dura y acuciante realidad que nos rodea.Como se recuerda, el Grupo Norte que tambin integrara en su momento Vctor Ral Haya de la Torre fue una fuente inagotable de propuestas, ideas y sugerencias de diverso tipo que incidieron en la vida nacional en la primera parte del siglo XX. El APRA se revindica, por eso, sin aportar muchos elementos, como una fuerza eslabonada a estas inquietudes que hicieron de aquella generacin, una de las ms brillantes de nuestra vida intelectual.No todos los miembros del Grupo Norte, finalmente, dedicaron su preocupacin principal a la poltica. Juan Espejo Asturrizaga, por ejemplo, fue principalmente un educador; y Macedonio de la Torre, por encima de todo, fue un eximio pintor. Los ms destacados, sin embargo, tuvieron una inquietud signada por el partidismo, y en las filas del APRA, muchas veces se jugaron enteros por una causa que -en su propia percepcin del mundo y de la vida- encarnaba entonces ese Partido.Csar Vallejo integr por cierto el Grupo Norte. Y estuvo influido por las ideas vigentes para estas jvenes figuras de nuestra cultura, con la salvedad que el poeta hizo su propio proceso de formacin ideolgica y avanz ms all hasta visualizar el socialismo como su ideal de futuro.Lo importante, por eso, no estriba en subrayar las coincidencias que lo vincularon al Grupo Norte, sino en precisar la idea que Vallejo tuvo, desde el inicio de su vida, una formacin y una conciencia poltica claramente definida que marc de comienzo a fin su itinerario, y que sell su obra en todos los gneros que supo cultivarla.Vallejo fue, en efecto, un pensador y un activista que hizo poesa, periodismo, relato, historia, cuento, teatro, leyenda, novela, pero tambin -y de manera constante- poltica. As, comprometi el total de su legado, con un mensaje que hoy nadie se atreve a negar.Una mirada a sus primeros aos nos lleva a recordar que en 1915 haba optado por una carrera universitaria en Trujillo y otras en Lima. Ese fue un ao importante en la vida mundial porque marc un hito en la historia: la Conferencia de Zimmerwald septiembre de ese ao- lanz el primer grito contra la guerra, y un fervoroso llamamiento a los pueblos para que alienten y promuevan la paz. El documento, tan importante que Lenin lo encomi en su momento, fue recogido aqu por Jos Carlos Maritegui quien lo consider el primer despertar de la conciecia poletaria . La guerra del 14, como se recuerda, vino escondida en un discurso patritico. Se ciment en la idea de afirmar el orgullo nacional haciendo escarnio de la supuesta inferioridad del vecino y se orient a enfrentar a unos pueblos contra otros porque los grandes monopolios estaban convencidos que el comercio de armas y la industria de muerte les permitira afrontar la crisis de descomposicin de un sistema que ya en ese entonces comenzaba a desmoronarse.Hubo quienes, en el mundo, no se tragaron esa argumentacin. Lenin, por ejemplo escribi en 1915: Se trata de una guerra entre dos grupos de grandes potencias rapaces por el reparto de colonias, por la esclavizacin de otras naciones, por obtener ventajas y privilegios en el mercado mundial. Es la guerra ms reaccionaria. La guerra de los esclavistas modernos por conservar y afianzar la esclavitud capitalista Vallejo vino a Lima en diciembre de 1917, y muy pronto se vio arrastrado al mundo de la literatura, En 1918, en efecto, mientras en Europa se silenciaban los caones y se pona fin a la Primera Gran Guerra sin que se resolvieran los grandes problemas que agobiaban a sus pueblos, entregaba su primer libro de poemas -Los heraldos negros- que bien podran conciliarse con los agoreros de la aguda confrontacin que golpeaba al mundo en ese entonces. Y es que, en efecto, los pregoneros de la guerra, los nacionalistas fanticos y los revanchistas de los ms diversos pelajes, podran ser los heraldos negros que nos traeran la muerte asestando sobre los hombros de los pueblos golpes feroces, terribles.Un trabajo bastante serio referido a las ideas polticas de Vallejo fue elaborado hace algunos aos por Manuel Miguel de Priego Chacn. Se trat de un trabajo riguroso y prolijo que, en su momento, fue insertado como prembulo a los Ensayos y reportajes completos de Vallejo, publicados por la Pontificia Universidad Catlica en el ao 2002 El trabajo, sin embargo, ha quedado en buena medida relegado por cuanto los estudiosos de Vallejo han preferido ignorar la importancia de esta esfera de su pensamiento y optado ms bien por el lado romntico -o incluso simplemente humano- de su obra.Quiz por eso tenga algn mrito especial el hecho que se haya optado por analizar el tema. Y es que, en este marco, debe recogerse la esencia del estudio en referencia, como testimonio de la voluntad de la inteligencia peruana de colocar la obra de Vallejo en el sitial que le corresponde.Como es sabido, Vallejo fue uno de los pocos peruanos de la poca que tuvo la posibilidad de visitar la Unin Sovitica, y lo hizo en tres oportunidades. En ese inmenso pas, no estuvo slo en Mosc, sino que recorri varias ciudades venciendo diversos obstculos algunos de los cuales -como el idioma- le parecieron francamente infranqueables. En cada recodo del camino pudo el poeta palpitar con la vida de su pueblo, interiorizarse en el drama personal de cada ciudadano, y conocer uno por uno los retos que implicaba la construccin de una nueva sociedad en las condiciones ms adversas,Cuando decimos que Vallejo se hizo revolucionario, debemos admitir entonces que eso fue el resultado de un proceso de formacin ideolgica y poltica que se oper a travs del tiempo, y al contacto directo con una realidad que pudo palpar con sus propias manos. Nadie le mostr a Vallejo aquello que era bonito ni atractivo. Hizo su propia escuela de combate percibiendo los fenmenos y haciendo un vigoroso esfuerzo de interpretacin no slo en el marco de la realidad que tena ante sus ojos, sino tambin en procura de pergear el porvenir, otear el horizonte para ver a la distancia el camino que se habra de recorrer.De ah su admiracin concreta por el pueblo sovitico -que no disminuy un pice- ni su entusiasta adhesin al militante revolucionario de ese pas, el Bolchevique, al que describi con maestra deslumbrante en Rusia 1931.Reflexiones al pie del Kremlin. El bolchevique dijo- se distingue de los dems sectores rusos, ante todo y sobre todo, por su ejemplaridad revolucionaria. El bolchevique es el padre de la vida sovitica. Es el abanderado de la causa proletaria. Es el Pioneer del socialismo. Como tal, su conducta participa del herosmo sacerdotal y artstico, la abnegacin y el sacrificio, la audacia y el tesn estn a la base de su tcnica vital. En el trabajo cotidiano de la fbrica, en su accin militante, en las circunstancias banales de su vida personal, el bolchevique no piensa ni practica nada sino al servicio de la causa revolucionaria.Ha habido quienes han procurado desentraar las interioridades del texto vallejiano y los avatares de su propia vida, para encontrar supuestas o reales disidencias del poeta con el rgimen sovitico de entonces. Es claro que, en efecto, nuestra figura nacional tuvo ideas propias y criterios definidos, y que sus puntos de vista no necesariamente coincidieron en toda su extensin con la mirada de los comunistas rusos al escenario mundial. Pero eso no debiera sorprender a nadie. Hoy mismo, revolucionarios de diversos pases tenemos matices de opinin en relacin a numerosos procesos que ocurren en nuestro tiempo. Con mayor razn esa licencia se puede adjudicar a quienes desarrollaron su accin a mediados de 1930, cuando no existan las posibilidades de informacin y de comunicacin de hoyEse periodo, comprendido entre 1928 y 1931, fue muy rico en acontecimientos que bien vale la pena resear. En 1928, como se recuerda, tuvo lugar el VI Congreso de la Internacional Comunista, evento que encontrara en el cenit de su poder a Nicols Bujarin, el ms querido de los lderes bolcheviques al decir de Lenin, y quien cayera en desgracia poco despus. En la XVI Conferencia del Partido Comunista de la Unin Sovitica, Bujarin, Tomski y Rykov, considerados entonces lderes del ala derechista del Partido, fueron separados y sancionados.Tuvo Vallejo informacin en torno a estos hechos y pudo valorarlos con objetividad? Seguramente que no. No solamente no alude a ellos en ninguno de sus escritos, sino que no muestra ninguna diferencia con la poltica de entonces del Partido Sovitico, menos en lo que podra suponerse una supuesta desviacin derechista. Vallejo, por la experiencia de su vida y por el escenario en el que actuaba, era ms bien un radical, un hombre dispuesto a la batalla. Y lo acredit as en cada circunstancia.Por lo dems, hay que admitir que estas desavenencias que se registraban en la alta direccin del Partido Bolchevique en ese entonces, no eran de dominio pblico. Seguramente los propios ciudadanos soviticos -an los ligados a las esferas del Poder- carecan de elementos de juicio suficientes para definir un criterio o perfilar una opcin. Aceptar lo que hoy se califica como la verdad oficial resultaba, objetivamente, la nica posibilidad real del observador en aquellos tiempos, salvo que se quisiera -lo que no era por cierto la intencin de Vallejo- encontrar elementos de discordancia que contribuyeran a debilitar la imagen del Poder Sovitico.1929, no se olvide, fue el momento ms grave -en el periodo- de la crisis mundial del sistema de dominacin capitalista. El clebre jueves negro de Nueva Yorkj, remeci al mundo e hizo incubar la idea de un rpido proceso de desmoronamiento del sistema basado en la propiedad privada sobre los medios de produccin, que, sin embargo, no ocurri. Como expresin de la crisis se recuerda el hecho que en Estados Unidos se elev a 17 millones el nmero de trabajadores desocupados, y que tres aos ms tarde, en Alemania, el porcentaje de desocupados se elevaba al 44% de la Poblacin Econmicamente ActivaDos aos ms tarde, en junio 1931, en el marco de una Conferencia del Partido Comunista de la URSS dedicada a encarar temas de la industria, Stalin dise un panorama definido. En diez aos, dijo, las fuerzas de la reaccin mundial desencadenarn una guerra de agresin contra nosotros. Para afrontar ese peligro tenemos asegur- que concretar dos polticas: la industrializacin, forzada y la colectivizacin forzosa de la tierra. Fueron esas los dos ejes de la construccin del socialismo sovitico en ese periodo.Hoy hay elementos de juicio suficientes para hacer una mirada crtica a esa etapa de la historia y reformular incluso la opinin que cada quin tena -o an tiene- sobre personalidades o liderazgos; pero no hay que olvidar que, en efecto, diez aos ms tarde, la amenaza sealada por Stalin en 1931 se cumpli rigurosamente. El 21 de junio de 1941 las tropas nazis invadieron la URSS y abrieron cauce a la II Gran Guerra. Vallejo no estaba ya para juzgar estos hechos, pero no cabe ninguna duda que se habra sumado a la defensa irrestricta del pas sovitico en ese duro y lgido periodo de la vida humana.No hay que olvidar que Vallejo en 1932 se incorpor formalmente al Partido Comunista de Espaa, el Partido -entonces- de Jos Daz y de Dolores Ibarruri, que habran de hacer historia poco ms tarde en los aciagos das de la Guerra Civil, en la que Vallejo tuvo tambin participacin definida. El Partido al que se adhiri en ese entonces nuestro poeta no era un partido ms, ni una fuerza marginal. Era la herramienta fundamental para la poltica de los trabajadores en la parte ms extrema de Europa occidental en una circunstancia en la que el fascismo se alzaba como una amenaza contra el mundo.En enero de 1933, en efecto, Adolfo Hiller lograba hacerse del Poder recibiendo la nominacin de Canciller del Reich de manos -nada menos- que el mariscal Hindenburg, el mismo que muy poco tiempo antes haba asegurado aludindolo: Este maldito hombre llevar nuestro Reich al abismo.Estos primeros aos de la dcada del 30 fueron decisivos en la arena mundial. En 1932 Mussolini cumplira diez aos de poder imbatible en la Italia fascista. Antonio Gramsci llevaba ya cinco en prisin, sin esperanza de recobrar su libertad. El Japn se enrumbaba hacia una dictadura del generalato a la sombra del Emperador. En las calles de Berln las huestes hitlerianas se aprestaban al asalto final. Es Amrica Latina se entronizaban dictaduras brutales que vean con buenos ojos al Eje Berln-Roma-Tokio que se formalizara ms tarde. En Espaa, la Repblica, surgida formalmente en 1931, se debata en el caos por la presin de los grupos tradicionales y la tozudez de los Borbones, pero tambin por la precariedad del movimiento popular. En este cuadro dramtico, fue que Vallejo opt resueltamente por su filiacin partidista. Y ella lo acompa en Espaa y Francia los seis ltimos aos de su vida.Esa militancia no se limit a Espaa. Es conocido el hecho que Vallejo tuvo que desplazarse en uno y otro momento entre Pars y Madrid en funcin de los cambiantes escenarios polticos de entonces. Expulsado de un pas por su reconocida militancia comunista deba irse al otro para sobrevivir en condiciones ciertamente adversas. As fue su estancia entre Espaa y Francia en esos aos hasta el estallido de la sublevacin franquista en julio de 1936.La produccin intelectual de Vallejo se conoci poco en aquellos aos y casi no lleg a nuestras costas. Sus artculos periodsticos tuvieron una cierta difusin. Sus principales relatos Paco Yunque y Tungsteno se publicaron en esa etapa, pero su aporte principal asom ms precisamente en la poesa. En Poemas humanos, recopilados despus de su muerte y publicados por Georgette, resalta, por ejemplo, Salutacin anglica:Eslavo con respecto a la palmera / alemn de perfil al sol, ingls sin fin / francs en cita con los caracoles / italiano ex profeso, escandinavo de aire / espaol de pura bestia, tal el cielo / ensartado en la tierra por los vientos / tal el beso del lmite en los hombros Ms slo tu demuestras, descendiendo / o subiendo del pecho, bolchevique, tus trazos confundibles / tu gesto marital / tu cara de padre / tus piernas de amado / tu cutis por telfono / tu alma perpendicular / a la ma / tus codos de justo / y un pasaporte en blanco en tu sonrisaMuchos de los versos recogidos en Los heraldos negros, Trilce, Poemas humanos o Espaa, aparta de m este cliz contienen definiciones de alto contenido poltico. Debiramos recordar, sin embargo, Aldeana, Los nueve monstruos, Telrica y magntica, Considerando en fro, otro poco de calma, camarada y otros que seguramente sern citados y analizados a lo largo de este Simposio; para remarcar el hecho que Vallejo fue un poeta comprometido hasta los huesos con la causa de los pueblos. Por eso, hizo bien Maritegui en abrirle las puertas de la revista Amauta, y asegurar que, con su obra, Vallejo no se hunde en la tradicin ni se interna en la historia, para extraer de ella emociones perdidas Su poesa y su lenguaje emanan de su carne y de su nima, dira el autor de los 7 EnsayosPero donde se encuentra incluso ms definida la voluntad poltica de Vallejo y sus ideas bsicas, es la intervencin que tuvo en 1937 en el Congreso de Escritores Antifascistas celebrado en Valencia, en el que se dio la mano con los ms caracterizados intelectuales de la poca, desde Pablo Neruda hasta Rafael Alberti, pasando por Andr Malraux, Vicente Huidobro, Alejo Carpentier, Nicols Guilln, y otros.En esa circunstancia y alarmado por el avance desenfrenado del fascismo que se alzara en armas contra La Repblica Espaola en julio del ao anterior, Vallejo dijo: Los responsables de lo que sucede en el mundo somos los escritores, porque tenemos el arma ms formidable, que es el verbo. Arqumedes dijo: Dadme un punto de apoyo, la palabra justa y el asunto justo, y mover el mundo; a nosotros que poseemos este punto de apoyo, nuestra pluma, nos toca, pues, mover el mundo con estas armas.Era esa una reflexin autocrtica que aluda a dos vertientes: a la extremadamente grave etapa por la que atravesaba la humanidad en ese entonces, y al papel y las tareas que deba asumir la intelectualidad en ese tiempo. Se trataba de un llamamiento a la conciencia, a la lucha, y a la imperiosa necesidad de colocar ideas y palabras -es decir, el verbo- al servicio de las mejores causas.Es muy conocida la adhesin militante a la Repblica Espaola. Por ella habl en actos pblicos, mtines, asambleas obreras, universidades y centros de cultura. Y a ella dedic todas las fuerzas humanas que su castigada integridad fsica pudo entregar. Enfermo en la ltima etapa de su vida, y fatigado por el inmenso esfuerzo mental que debi afrontar, fue capaz de producir su ms valiosa y comprometida poesa.Si hay, en efecto, un libro de Vallejo ms identificado con una causa, ste es Espaa, aparta de mi este cliz. Se trata apenas de un total de 15 poemas, y constituye de comienzo a fin un grito de guerra, un llamado dramtico, desesperado a la solidaridad y una exaltacin del valor y el coraje de un pueblo que lucha con las armas en la mano no slo con la idea de impedir la victoria del fascismo, sino tambin con la esperanza de una nueva sociedad, ms humana y ms justa:Voluntario de Espaa, milicianoDe huesos fidedignos, cuando marcha a morir tu corazn,Cuando marcha a matar con su agonaMundial, no s verdaderamenteQu hacer, dnde ponerme: corro, escribo, aplaudo,Lloro, atisbo, destrozo, apagan, digoA mi pecho que acabe, al que bien, que venga,Y quiero desgraciarmeA lo largo del poema se exalta el valor del herosmo, la extraordinaria importancia del compromiso con la lucha y con la vida, la necesidad de hacer frente a los retos que se plantean ante los pueblos empeados en construir su historia:Batallas? No! Pasiones. Y pasiones precedidasDe dolores con rejas de esperanzas,De dolores de pueblos con esperanzas de hombres!Un poema de 177 versos -el primero- en el que, adems de fuerza telrica, ritmo musical y belleza expresiva, hay reflexiones polticas de hondo contenido:Un da prendi el pueblo su fsforo cautivo, or de cleraY soberanamente pleno, circularCerr su natalicio con manos electivas(Todo acto o voz genial viene del puebloO va hacia l, de frente o trasmitidoPor incesantes briznas, por el humo rosadoDe amargas contraseas sin fortuna)Proletario que mueres de universo, en qu frentica armonaAcabar tu grandeza m tu miseria, tu vorgine impelenteSe amaran todos los hombresY comern tomados de las puntas de vuestros pauelos tristesY bebern en nombreDe vuestras gargantas infaustas!Obrero, salvador, redentor nuestroPerdnanos, hermano, nuestras deudas!De todos estos poemas, quiz los ms difundidos han sido el Poema III:Sola escribir con su dedo grande en el aire:Viban los compaeros! Pedro RojasTambin el poema XIV, que es un dramtico llamado a la conciencia de los hombres y una severa advertencia para que cuiden la integridad de su lucha y la limpieza de sus banderas:Cudate, Espaa, de tu propia EspaaCudate de la hoz, sn el martillo,cudate del martillo sin la hoz!Cudate de la vctima a pesar suyo,del verdugo a pesar suyoy del indiferente a pesar suyoPero el poema Masa -el XII de esa a compilacin-, es una bella creacin literaria que exalta la imperiosa necesidad de la ms amplia unidad entre los hombres, la nica llamada a encarar y resolver los ms grandes desafos que la humanidad afrontaY es que, en efecto, slo cuandoEntonces todos los hombres de la tierra le rodearon; les vio el cadver triste, emocionado;incorporose lentamente,abraz al primer hombre; echose a andarFirme invocacin a la solidaridad humana y a la unidad en la lucha por la vida, por las ms legtimas causas por las que combate el hombre de nuestro tiempo. Y optimismo claro de que esa batalla, al fin habr de ganarse. Mientras eso no ocurra, mientras sigan galopando por nuestra pradera los potros de brbaros atilas el deber de todos ser persistir en la brega. Si Espaa -es decir, si nuestra esperanza cae- entonces la tarea, es ir a buscarla. (fin)EL PENSAMIENTO EDUCATIVO DE VALLEJOCsar Vallejo, fue hombre de pensamiento creador, humanista, de original concepcin potica; cuya obra contiene temtica diversa y profunda, centrada en el hombre, sujeto de todos sus preocupaciones y desvelos. Durante su vida, desde su niez como la de estudiante de primaria, secundaria, universitaria o como preceptor y maestro de enseanza de nios del nivel primario o elemental; en los das aciagos o felices en nuestro pas Vallejo se podra decir que fue en cada circunstancia de su existencia un maestro por vocacin al servicio de la educacin de la patria. Desde el candor de los aos mozos, cuando enseaba a los hijos del hacendado minero Sotil en Hunuco; pasando por realizar peridicas y orgnicas sesiones de enseanza aprendizaje para los nios y jvenes en la Escuela de Varones N 241 o Centro Viejo y en los colegios ms importantes del pas como el San Juan de Trujillo y el Guadalupe de Lima, haciendo uso de la didctica educativa y el empleo del mtodo dialctico; hasta realizar la obra excelsa de ensear el idioma espaol a los Franceses, as como adoctrinar en conocimientos a los milicianos en la Guerra Espaola en Europa; lo cual exhibe un constante inters en el perfeccionamiento del hombre mediante la educacin.Su pensamiento educativo y sus aportes a la educacin es una faceta poco explorada por los estudiosos de Vallejo, centrndose fundamentalmente en su rico pensamiento potico, narrativo, teatral y periodstico en el que se encuentran insospechados y sustanciosos temas educacionales. Sus ideas al respecto son como un abanico que se abre para mostrar distintas lneas. Vallejo como maestro conoci el movimiento de la Escuela Nueva o Escuela Activa que, desde fines del siglo XIX y principios del XX propuso a travs de diferentes autores, sus valiosos aportes en el campo pedaggico que trascienden hasta nuestros das. Este movimiento abog por una educacin integral; por lo tanto, una educacin moral, esttica y laboral, propuso el uso de mtodos activos y fundamentalmente reivindic y propag la concepcin roussoniana y pestalociana del paidocentrismo, que consider al alumno en el centro del sistema educativo.La educacin debe pues, desarrollarse como un proceso integral que eleve la aspiracin superior del hombre; que busque formar hombres, con la mirada puesta en el futuro, pero sin ignorar el pasado ni descuidar el presente; que abra paso a la verdad, a la crtica y a las nuevas vas de realizacin del hombre; por lo tanto debe ser concebida, defendida, planificada, implementada, conducida y evaluada dentro de una estructura social especfica, de acuerdo a la realidad socioeconmica.Por eso cuando se dirige a los preceptores en la conferencia sobre la Enseanza de la Educacin Moral, lo hace con mucho respeto y absoluta sinceridad. Siembra el optimismo entre los maestros y les pide prepararse para la accin creadora, hacer uso de los mtodos inductivos y deductivos, estudiar constantemente y realizar bien el trabajo docente elegido, le insta a descubrir nuestra recndita realidad, a mantener siempre rectitud en su lnea moral, seguir el ejemplo de hombres probos, cuyas acciones son dignas de ser ledas y valoradas por todos.Por otro lado, en un artculo escrito desde Europa en 1927 en donde hace una dura crtica a la Universidad Latinoamericana, acusa a sta de haber descendido de su rol creador a la barricada lugarea y capitulera con todas sus rutinas, sus personalismos de charol y sus mesianismos de segunda mano; no crea filosofas, ni ideales polticos ni corrientes cientficas. Ella vive de las migajas ideolgicas de Europa y todo su papel se reduce a repetirlas al alumnado dentro o fuera de los claustros. Cuestiono el sistema universitario arcaico, dogmtico, de espaldas a los problemas palpitantes de nuestros pases. La enseanza era retrica, la mediocridad se impona sobre la capacidad. La Universidad se mantena esttica, desvinculada de los acontecimientos internacionales y de las nuevas ideas, su nivel acadmico era bajo. Hasta entonces poco se consigui, a pesar de los reclamos estudiantiles que se iniciaron en Crdova.Vallejo, en su labor pedaggica hizo uso de las concepciones modernas como: el aprendizaje significativo, aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje reflexivo, el aprendizaje sociocultural; la enseanza de valores; uso de mtodos activos; no castigaba a los alumnos, conoca su condicin socioeconmica de cada uno de ellos, mostrando flexibilidad segn los casos particulares que se presentaban. Mostrando todas estas cualidades, que en aquella poca pasaban por defectos, lo que significaba no ser un buen maestro; podramos decir que el maestro Vallejo se adelant a su poca moderna que ahora la actual pedagoga hace nfasis en dichos aspectos.Las ideas educativas del maestro Vallejo, como las de otros educadores y peruanos ilustres, entre ellos: Jos Carlos Maritegui, Antenor Orrego, Carlos Uceda Meza, Jorge Basadre, Jos Antonio Encinas, Luis E. Valcrcel, Luis Alberto Snchez, Vctor Andrs Belaunde, Julio Chiriboga Vega, Alejandro Deustua, Vicente Villarn y otros fueron difundidas y expuestas antes que se conocieran o divulgaran los planteamientos psicopedaggicos de Piaget, Ausubel, Vigotsky, Brunner y Rogger, todos ellos en boga dentro de la denominada concepcin constructivista que aliada a los aportes de la Escuela Activa han orientado los cambios en los lineamientos del Sistema Educativo. Es necesario conocer y utilizar las corrientes universales de la pedagoga, pero es necesario implantar lo nuestro de acuerdo a la realidad y eso lo que hizo este ilustre santiaguino en su poca de maestro.

IDEARIO PEDAGGICOVallejo fue brillante en el aula, como estudiante y luego como maestro, jams se deslig de su vocacin de enseanza y de servicio al hombre, centro de sus preocupaciones y desvelos. Orient la enseanza para calar a profundidad en el espritu de los nios hasta constituir verdaderas normas de vida. De su experiencia estudiantil obtuvo extraordinarios juicios de carcter pedaggico.A continuacin se presenta el ideario vallejiano: La educacin, es una accin de interrelacin social entre los seres humanos y la base de la sociedad. La educacin primaria o elemental, el es nivel educativo en que se forma integralmente al alumno, ya que ah adquieren conocimientos, hbitos y cultivan actitudes, se adaptan a la comunidad y forman su conducta, personalidad de lo que ser en el futuro. El proceso educativo debe buscar la formacin integral del nio, del hombre: desarrolla la conducta de la persona, la interrelacin con la sociedad y la incorporacin cultural y cientfica. En el proceso educativo se debe poner mayor nfasis en la participacin activa, imaginativa y creativa del alumno. La educacin moral cumple un rol protagnico en la formacin integral del educando. Orientar la enseanza para calar a profundidad en el espritu de los nios hasta constituir verdaderas normas de vida. Dar mucha importancia a la enseanza de la ciencia, porque es un factor de progreso y desarrollo social que conduce a un cambio en el ser humano y de la sociedad. Practicar en la enseanza diaria el empleo de mtodos y tcnicas adecuadas para el desarrollo de los conocimientos, hbitos, habilidades, destrezas, actitudes, valores de los alumnos para su formacin integral. Hacer uso de la didctica, lo que puede resumirse en lo siguiente: Exploracin para dar cuenta de la cantidad de conocimiento que el escolar posea sobre la tema a tratar. Mediante una hbil entrevista lograba obtener del escolar los conocimientos previos para la clase. Cuando no prosperaba dicha metodologa l supla e intervena para complementar o perfeccionar dicho conocimiento.Su didctica expresa los principios del aprendizaje significativo, reflexivo que la actual pedagoga moderna postula. Incentivar a los alumnos a descubrir sus potencialidades en base a la creatividad. Propiciar a que los alumnos de nivel primario se identifique con la sociedad y asuman los valores morales con objetividad.Asimismo, en el perfil del maestro Vallejo debe ponerse en relieve lo siguiente: Se comprometi durante su etapa de maestro con el hombre y la sociedad peruana. Su prctica pedaggica, resalt el entusiasmo, la pasin generosa, el desinters personal con el nico fin de alcanzar la formacin integral del alumno. Fue el primero en el Per que formul y puso en prctica la poesa pedaggica e infantil con un fin didctico y de complementacin a los temas tratados.

CONCLUSIONES

Sin discusin, el poeta peruano ms grande de todos los tiempos, una figura capital de la poesa hispanoamericana del siglo XX -al lado de Neruda y Huidobro- y una de las voces ms originales de la lengua espaola. Vallejo es considerado el ms grande poeta peruano. Desde su primer libro, logr la superacin del modernismo y una nueva tonalidad expresiva. Luego, irrumpi en la vanguardia antes que nadie con Trilce, quiz el libro ms audaz de la poesa contempornea en castellano. Tambin destac en gneros como la narrativa y el ensayo. Cuando hacemos la valoracin de Vallejo docente lo que pretendemos es subrayar, primero, su experiencia de vida; segundo, su coherencia y toma de posicin que lo compromete a buscar la transformacin de esa realidad; y, tercero, su experiencia no slo dentro del aula, que no fue poca, sino tambin su capacidad para hacer docencia como escritor y como periodista. La poltica tambin fue una preocupacin en el vate de Santiago de Chuco. Cuando muchos dudaban, opt por el socialismo y se preocup por la expresin de un arte comprometido. Se adhiri a un humanismo revolucionario sin encasillamientos, reclam siempre la libertad expresiva del poeta y del artista, asegura el estudioso. Vallejo encarna la trayectoria de vida de una parte de la humanidad que afirmaba su propio proyecto de vida y que al ser sometida pierde su libertad y sus posibilidades de realizacin. Vallejo encarna la esperanza y el optimismo de esa cultura. Vallejo es un ejemplo de maestro. Aunque no todos los maestros pueden ascender a las cimas de la poesa, no estn obligados a ello. Lo importante es que den todo de s y que pongan en el centro de su diario trajn a sus alumnos para que stos logren aprendizajes fundamentales y se comprometan con el pas y las mayoras de las mayoras. En la descripcin que hace Ciro Alegra vemos a un Vallejo preocupado, esmerado por sus alumnos. Hoy cuando los maestros han perdido mucho de su autoestima y de la estima a sus alumnos, Vallejo tambin es un referente para los que ejercen la responsabilidad de educar a los hijos de nuestro pueblo. El propsito de resaltar las cualidades didcticas y metodolgicas del docente Csar Vallejo, hace una apreciacin pedaggica de su maestro. Nos muestra un docente que hace pedagoga recurriendo al auxilio de la poesa, que brota en l desde el fondo de su alma de manera natural. Las experiencias de vida, Vallejo la guardar para siempre en su mundo interior. Entiende que la explotacin no slo es econmica, sino tambin un acto de degradacin y deshumanizacin. Por lo dems sta forma de explotacin es una prctica institucionalizada y transversal en el viejo orden oligrquico, en el moderno orden capitalista y an en la post modernidad de estos tiempos.

REFERENCIAS BIBLIOGRFICOS (*) Ponencia presentada ante el Simposio Vallejo y al Congreso Vallejo, organizados por la Casa Maritegui y los Amigos de Maritegui y por la Academia Peruana de la Lengua, respectivamente.(**) Presidente de la Asociacin Amigos de Maritegui

Basadre, Jorge: Historia de la Repblica del Per. 1822 - 1933, Octava Edicin, corregida y aumentada. Tomo 14. Editada por el Diario "La Repblica" de Lima y la Universidad "Ricardo Palma". 1998. Cornejo Polar, Antonio: Historia de la literatura del Per republicano. Incluida en Historia del Per, Tomo VIII. Per Republicano. Lima, Editorial Meja Baca, 1981. Coyn, Andr: Medio siglo con Vallejo. Lima, Fondo Editorial PUCP, 2000. Espejo Asturrizaga, Juan: Csar Vallejo. Itinerario del hombre. 1892-1923, Librera Editorial Juan Meja Baca, Lima, 1965. Maritegui, Jos Carlos: 7 ensayos de interpretacin de la realidad peruana. En: El proceso de la literatura. Lima, Ediciones Cultura Peruana, 2004. Mateo de Paz, Csar Vallejo, el poeta de los pobres. Madrid: El Rompecabezas, 2008. Biografa literaria destinada al pblico infantil. Mongui, Luis: Csar Vallejo, vida y obra. Lima, Editora Per Nuevo, 1952. Tauro del Pino, Alberto: Enciclopedia Ilustrada del Per. Tercera Edicin. Tomo 17, VAC-ZUZ. Lima, PEISA, 2001. ISBN 9972-40-166-9 Vallejo Mendoza, Csar: Desde Europa - Crnicas y artculos (19231938), recopilacin, prlogo, notas y documentacin por Jorge Puccinelli, Lima, Ediciones Fuente de la Cultura Peruana, 1987. Novelas y cuentos completos. Lima, Francisco Moncloa Editores, 1967, (edicin supervisada por Georgette de Vallejo). Poesa Completa. Edicin, prlogo y notas de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Pontificia Universidad Catlica del Per. 1997. Teatro completo, Lima, Fondo Editorial Pontificia Universidad Catlica del Per, 1979. Editado y prologado por Enrique Balln Aguirre y Georgette de Vallejo. Verani, Hugo. Las vanguardias literarias en Hispanoamrica. Manifiestos, proclamas y otros escritos. Roma: Bulzoni Editore. 1986 Favorables Pars Poema. N 1. Julio de 1926. N 2. Agosto de 1926.Grandes Forjadores del Per. Lima, Lexus Editores, 2001. ISBN 9972-625-50-8