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Las Momias de San Andres

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Las Momias del Hospital Real de San Andres es la traducción del extracto de un libro publicado sobre esta investigacion por los arqueologos Antonio Coello Rodriguez y Brian S. Bauer.

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Las Momias del Hospital Real de San Andrés

Al igual que muchas sociedades, los incas tenían la costumbre de momificar a sus reyes muertos. Varias veces al

año estas momias eran reunidas, en orden cronológico de su reinado, en la Plaza de Cusco para que todos los

puedan ver. Durante el resto del año, las momias estaban en palacios o en las cercanías de sus antiguos bienes

y se oficiaban audiencias privadas, donde se realizaban “bailes y libertinaje” y servían como oráculos, con lo que

los antiguos reyes del Cusco aconsejaban y protegían a sus descendientes.

Las momias también se utilizaron también como embajadores del Inca. Por ejemplo, una rebelión en el Ecuador

fue evitada cuando Huayna Capac envió una imagen de su madre Mama Ocllo como oráculo para negociar con

los rebeldes; eran consultadas siempre en toda gestión política y miliar que emprendían los reyes.

Poco después de su llegada a Cuzco, Polo de Ondegardo inició la búsqueda de las momias reales de los incas.

Aunque el orden exacto en el que Polo de Ondegardo encontró las momias no se ha conocido, es claro que

su búsqueda ha dado resultados asombrosos. En un plazo relativamente corto, se encontró con las momias

de los Incas que habían gobernado el Cuzco. Junto con cada momia real. Polo de Ondegardo también recuperó

artículos históricos relacionados con su reinado. Más importante, descubrió su huaques (hermanos):

estatuas que se usaban como representante de un gobernante cuando no podían asistir a una reunión o evento.

Polo también encuentra las momias de varias coyas Incas (reinas), sin embargo, poco se sabe acerca de

ellas. El descubrimiento de estos individuos muy venerados y sus objetos, representaron un golpe mortal a la ya

debilitada nobleza de la ciudad imperial.

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En 1560, Garcilaso de la vega, descendiente de los reyes incas visita a Polo de Ondegardo y esto es lo que el

narra de este encuentro: “Cuando yo iba a venir a España, visite la casa del licenciado Polo Ondegardo, natural

de Salamanca, que era corregidor de la ciudad, a besarle la mano y despedirme de él antes de su

salida. Entre otros favores que me mostró, dijo: "A medida que se van a España, entra en esta sala, y

verás algunos de sus antepasados quienes he exhumado: ”En la habitación encontre cinco cuerpos de los

gobernantes incas, tres varones y dos hembras .... Los cuerpos estaban perfectamente conservados, sin la

pérdida de un cabello de la cabeza o la frente o una las pestañas. Estaban vestidos como lo habían sido en la

vida, con llautus [diademas reales] en sus cabezas, pero no otros adornos o real insignia. Fueron enterrados en

una posición sentada, sus manos cruzadas a través de su pecho, la izquierda sobre la derecha, y sus ojos bajos,

como si buscara en el suelo.... Recuerdo haber tocado uno de los dedos de Huaina Capac, que parecía como el

de una estatua de madera, que era tan duro y rígido. Los cuerpos pesaban tan poco que cualquier

indio podría llevar en sus brazos o [en] la espalda de casa en casa.”

Cuenta Gracilaso que cuando los cuerpos eran trasladados muchos indios se inclinaban con lagrimas y gemidos,

incluso los españoles se quitaban sus sombreros y hacían reverencias, ya que eran cuerpos reales y los indios se

mostraban agradecidos por esta atención.

Después que Garcilaso de la Vega visitó la casa de Polo de Ondegardo, las momias fueron enviadas al

Virrey Hurtado de Mendoza, en Lima.

Después de su llegada a Lima, las momias fueron colocadas dentro de los límites del Hospital Real de

San Andres. Aunque un gran número de personas vieron los cuerpos de los gobernantes incas en Lima, solo

tenemos el registro escrito de dos de los que los vieron. En 1590, casi 30 años después que las momias fueron

traidas, Jose De Acosta ofrece una breve reseña de los reyes difuntos y su condición en Lima y confirma que

uno de los cuerpos era el de Pachacuti Inca Yupanqui:

"El cuerpo [de Pachacuti Inca Yupanqui] se encuentra

tan bien conservado, y con una cierta

resina, que parecía vivo. Los ojos se hicieron

de pan de oro tan bien colocado que no había

necesidad de los naturales, y tenia una contusión

en la cabeza que había recibido

de una piedra en una cierta batalla. Tenía el cabello

gris y nada de eso había desaparecido, como si hubiera

muerto ese mismo día, aunque en realidad su muerte

se habían producido más de sesenta u ochenta años

antes. Este cuerpo, junto con los de otros

Incas, fue enviado por Polo a la ciudad de Lima

bajo las órdenes del virrey, el Marqués

de Cañete, ya que era necesario para acabar con la

idolatría del Cuzco, y muchos españoles han

visto este cuerpo, junto con los demás, en el

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hospital de San Andrés, fundado por el

virrey mencionados, aunque por ahora se

muy maltratados y en mal estado."

Como leemos, Acosta señala que la momia de pelo gris tenía una cicatriz en la cabeza que recibió durante una

guerra. Esta herida puede haber sido el resultado de una batalla con los Acos o un intento de asesinato contra

Pachacuti Inca Yupanqui, que es documentado por varios autores. Se presta apoyo a la creencia de que la

momia de cabellos grises visto por Acosta en el Hospital de San Andrés es del famoso noveno Inca, Pachacuti

Inca Yupanqui, y no de su padre, Viracocha Inca, según lo sugerido por Garcilaso de la Vega; también indica

que una de las momias masculinas que vio en Lima fue la de Huayna Capac y que una momia femenina fue la

de su madre, mamá Ocllo.

La momia de Pachacutec segun recreación realizada por America Television para su documental acerca de

Macchu Pichu

Tiene lógica que el virrey Hurtado de Mendoza ordenara colocar las momias de los reyes Incas en el Hospital de

San Andrés, ya que fue uno de los principales benefactores del mismo. Además, dado que el hospital era

exclusivamente para los españoles de Lima, las momias habrían sido puesto en exhibición para los Ciudadanos

españoles, mientras que al mismo tiempo los mantenia fuera de la vista de la población nativa. Antonio de la

Calancha, casi 80 años después de que las momias reales fueron encontradas por Polo de Ondegardo, confirma

el hecho de que varios de los Incas fueron enviados al Hospital de San Andrés. También señala la existencia de

un frasco que contenía las cenizas del Inca Viracocha, que había sido quemado por Gonzalo Pizarro, los indios

recogieron las cenizas y los pusieron en un frasco pequeño que ellos adoraban.

Entonces tenemos los registros visuales de Jose de Acosta y Antonio de la Calancha acerca de la existencia de

estas momias reales en Lima. Ahora hablaremos acerca del Hospital Real de San Andres en aquellos años.

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Desde el momento de la creación de la ciudad de Lima en 1535, la salud publica fue un tema prioritario. El

Cabildo de Lima y la iglesia emprendieron la construcción de hospitales que garantizaran una atención a la

población tanto española como indigena.

Como resultado, el Hospital de San Andrés fue uno de varios hospitales que se construirán en el área que ahora

es el centro de Lima. Se dedicó para servir a los españoles de la ciudad, mientras que el Hospital de Santa Ana

fue construida al frente de la misma calle para servir a los pueblos nativos de Lima. Otros hospitales que

existían en Lima eran el Hospital de Santa María de la Caridad (1559), construido para las mujeres pobres de la

ciudad; el Hospital de San Lázaro (1563), construido para los leprosos; el Hospital de Espíritu Santo (1575),

construido para los marineros; el Hospital de San Diego (1593), y el Hospital de San Bartolomé (1646),

construida para los esclavos negros. Todos estos continuaron al servicio de sus distintas poblaciones y se

mantuvieron en lugares prominentes de la ciudad durante siglos.

La construcción del Hospital de San Andres se inicio en 1550 y aun se continuaba despues de 1555. Es durante

el gobierno del Virrey Andres Hurtado de Mendoza, Marques de Cañete (1556-1561), que se termina y a el debe

su nombre de San Andres, ya que fue su principal benefactor. Mas tarde durante el virreinato de Francisco

Toledo se añaden mas estructuras al hospital y es asi que en 1563 se lleva la primera inspección formal del

hospital con informe al Rey de España.

Patio principal e iglesia del Hospital

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El resultado de esta inspección da cuenta que el hospital contenía varios salones amplios y patios, así como una

iglesia, una capilla, una farmacia, y un cementerio. También señala que para los terrenos del hospital se tomó

una manzana entera y que contenía numerosos edificios de apoyo para lavar, cocinar y hornos, así como un

jardín, un gran huerto, y varios corrales de animales.

El documento señala que la parte central de la construcción fue diseñada en forma de una cruz. Tres lados de la

cruz que eran amplias habitaciones para los enfermos, y el cuarto contenía una iglesia. El altar de la iglesia fue

colocado en el centro de esta distribución de cruz para que los asistentes a la iglesia, así como cualquier

paciente que no podía dejar la cama, pudiera observar la misa. En este sentido, la forma de San Andrés y las

formas de muchos otros hospitales coloniales seguian las sugerencias presentadas por primera vez por

Bartolomé de Las Casas para la construcción de hospitales en las Américas.

Distribución del Hospital en 1563

Fuera de la iglesia tenia una torre de reloj con una campana que sonaba con la hora. Bernabe Cobo menciona

que esta campana se posia escuchar en gran parte de Lima. Hubo también una puerta en un lado de la

iglesia que llevaba a un cementerio para las personas que murieron en el hospital.

Cerca a la iglesia y el cementerio habia un espacio independiente de enfermería para las mujeres, que contenía

un patio, varias dependencias, y un jardín. Uno de los grandes enfermerías contenía dosventanas, así como una

puerta que daba al jardín del hospital y la huerta. Esta zona exterior también contenía corrales de gallinas y

pollos. Parece que también habia numerosos edificios cercanos a la enfermería que daban otros servicios anexos

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al hospital. Esto incluian un patio, donde la ropa se lavaba y secaba, una despensa, una cocina, una panadería,

una leñera, un canal de agua, un establo, y una salia secundaria a la calle.

Al momento de su primera inspección, el hospital tenia 44 los pacientes entre quirúrgicos y psiquiátricos.

Su personal crecería a través del tiempo donde incluiria a los sacerdotes. cirujanos, y laicos, así como los

esclavos. Por desgracia, aunque las momias de los incas deben haber estado alojados en el hospital en el

momento de la inspección de 1563, no son descritas por los inspectores.

El hecho de que las momias no se mencionen durante estas visitas se puede interpretar de varias maneras. En

primer lugar, tal vez en el clima cultural de la época colonial, la momias eran irrelevantes para las descripciones

formales del hospital. En este sentido, cabe destacar que las historias de las momias se encuentran dentro de

documentos acerca de la vida de los Incas y no en los documentos administrativos formales. En segundo

lugar, las momias no puedieron haber estado en exhibición abierta en el hosptal y mas bien pudieron ser

colocadas en un area especial del hospital al que solo se accedia por solicitud. De esta manera, no habrian sido

vistas durante las inspecciones oficiales en las que se refiere a la dotación de personal y el bien

ordenado funcionamiento del hospital. Y en tercer lugar, tal vez las momias no estaban en el hospital. Esta

última posibilidad, por supuesto, podria contradecir a Acosta y Calancha, quienes

escribieron que personalmente vieron las momias y que son considerados escritores confiables en

muchos otros puntos históricos.

Sin embargo, esta tercera versión podria tener cierto asidero, como veremos mas adelante.

El Hospital Real de San Andrés fue utilizado como tal durante varios siglos. Tambien funciono alli la primera

Escuela de Medicina a principios de 1800: el Anfiteatro Anatomico, creado por gestiones nada menos de Hipolto

Unanue e inaugurado por el virrey Fernando de Abascal, en una de las salas llamadas de las "crujias" y donde

se hicieron los primeros estudios de disecciones en seres humanos. Renovaciones a gran escala se llevaron a

cabo en varias ocasiones conforme el número de pacientes fue aumentando constantemente.

Cuando quedo abandonado a consecuencia de la independencia, fue tomado nuevamente, pero esta vez para

convertirse en el primer manicomio u hospital de orates, hasta la construcción del Hospital de la Misericordia en

El Cercado, actual Av. Sebastian Lorente y que tambien fue local de la Escuela de Oficiales de la Guardia Civil

(actual colegio Alipio Ponce).

Despues se convirtio en Hospital General, pero pronto quedo pequeño para la canitdad de atenciones medcas

que una ciudad en crecimiento como Lima demandaba. Viendo la necesidad de un nuevo hospital, en 1875 el

nuevo hospital Dos de Mayo, quedo terminado, y los pacientes fueron trasladados a el. Durante la primera mitad

del siglo XX, el convento católico de Las Hijas de María Inmaculada utilizan los edificios centrales de San Andrés

como un orfanato, mientras que la Beneficencia Pública de Lima poco a poco comenzó a vender partes de los

terrenos del hospital antiguo.

En los ultimos años recien el hospital fue declarado Monumento histórico (1970), y los edificios de San Andrés

se han utilizado para con fines educativos, como el Colegio Nacional de Mujeres ''Oscar Miró Quesada de la

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Guerra". Sin embargo, el área de San Andrés, que abarcaba toda la manzana actual, se ha visto reducido, y sólo

conserva su patio central y otras areas adyacentes al nucleo original de la edificacion.

El interés historico por el hospital parece haber surgido a mediados y finales del siglo XIX. El 28 de octubre de

1868 se asignan fondos publicos para reparaciones de emergencia en San Andrés. Al siguiente día, el principal

diario de Lima, El Comercio informa que el cuerpo de un obispo había sido hallado en un patio del hospital. La

exacta identidad del obispo no se conocio en ese momento, sin embargo sus restos fueron depositados en una

cripta de grandes dimensiones debajo de la iglesia. (Fue más tarde, que se concluyó que eran los restos de José

Cuero y Caicedo, Obispo de Quito, que había muerto en 1815)

Iglesia del hospital de San Andres (Foto. Santiago Stucchi)

Aproximadamente nueve años más tarde, en 1877, José Toribio Polo interesado en conocer la verdad acerca

de las momias de los Incas, informó que una gran cantidad de huesos humanos, (dijo que correspondian

de 1000 a 1500 cuerpos), había sido encontrado entre dos paredes del hospital. Por desgracia, no proporciona

información adicional sobre este descubrimiento y no dio detalles sobre cómo llegó a este número notablemente

alto.

Un esfuerzo más grande y más notable para encontrar las momias reales de los Incas se inicio en 1937. Con la

venta de varias partes del terrenos del hospital y el proyecto de construcción de varias tiendas y casas, la

Beneficencia Pública de Lima formó una comisión para buscar las momias reales. La comisión estuvo

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encabezada por José de la Riva-Agüero y Osma, que estaba a cargo de llevar a cabo el trabajo de campo

e investigación en archivos para obtener información adicional sobre la la historia del hospital.

Las excavaciones de Riva Agüero se iniciaron a principios de agosto de 1937, y los trabajadores

encontraron diversos objetos de interés. Estos hallazgos se registraron brevemente en el diario de circulación

nacional, El Comercio, así como en las notas y correspondencias de Riva Agüero. Si bien gran parte de su

trabajo se concentró en el área de los antiguos jardines y las huertas del hospital, las excavaciones también se

llevaron a cabo en algunos de los

patios. Artículos de periódicos que datan de 04 de agosto menciona que los arqueólogos hallaron una cripta, en

dirección este-oeste, de aproximadamente 1 m por debajo de la superficie de la tierra en el patio interior, detrás

de la iglesia.

Riva Aguero consiguio el apoyo de una antigua trabajadora del hospital, la anciana Constanza Lazo que les

indico donde podian empezar a excavar. Asi fue que se encontro en un patio interior mas entierros y lo que

pudo haber sido el pequeño cementerio ya descrito en 1563 y que tenia un monumento llamado Monte Calvario.

Se menciona el hallazgo de huesos humanos en malas condiciones, un ataud sin tapa y un medallon de cobre.

Lo mismo ocurrio bajo el suelo de la iglesia del hospital: se encontraron los restos del Obispo antes mencionado

y los restos dispersos de otras personas.

Durante el curso de su proyecto, Riva-Agüero recibio información preocupante de la Sra. Lazo, la misma mujer

que había aconsejado a su equipo dónde cavar en la plaza interior, sugirió que las momias pudieron haberse

encontrado años antes por el capellán de San Andrés, el canónigo Barrantes que les menciono que en el mismo

patio interior contigua a la capilla y la lavanderia, se habia hallado una pequeña bóveda que contenía momias

que por el pelo y las formas parecian ser indios.

Esto era algo inusual en este edificio, a menos que fueran los incas enterrados a mediados del siglo 16. Sin

investigar esta posibilidad, un Inspector ordenó su inmediato traslado al cementerio general, sin consultar con la

sociedad y el gobierno, que ya poseía un museo. Finalmente menciona que fueron enterados en una fosa

común.

Fue difícil para Riva-Agüero saber qué hacer con esta información de segunda mano. También es

frustrante teniendo en cuenta que aunque el capellán estaba vivo cuando a Riva-Agüero se le dio esta extraña

version, no haya podido ponerse en contacto con el capellán para obtener un conocimiento mas detallado de los

posibles eventos ocurridos con las momias.

En su lugar, Riva-Agüero escribió a un amigo solicitando que se buscara en el Archivo General de Indias

información adicional sobre San Andrés. Riva-Agüero solicitó específicamente que su amigo investigara la

posibilidad de que las momias se hayan encontrado y vuelto a enterrar después en el cementerio

general. También pidió que su amigo, Lasso de la Vega investigara la posibilidad de que uno de los virreyes,

el Príncipe de Esquilache (1615-1621) puede haber extraído de las momias. A pesar de

estas inquietantes posibilidades, está claro que Riva-Agüero mantuvo la esperanza de que las momias reales de

los incas algún día se encontrarían dentro de los terrenos del hospital.

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Nuevas investigaciones, y con aparatos mas modernos vendrían en este siglo XXI.

Hemos visto que varias fuentes históricas mencionaron la existencia de las momias reales de los Incas en el

interior del Hospital de San Andrés. Polo de Ondegardo envió varias momias a Lima, donde fueron puestos en

exhibición publica dentro del mencionado Hospital. A pesar que las versiones varían, lo mas probable es que

hayan sido las momias de Huayna Capac, Pachacutec, Amaru Tupac Inca (hermano del decimo rey), las cenizas

de Viracocha en una vasija de ceramica y la momia de una Colla, muy probablemente Mama Ocllo (la reina

madre de Huayna Capac). José de Acosta en 1590 las describe en su estancia en Lima, pero menciona que su

estado de conservación ya era decadente. Quizá el cambio del clima frio y seco del Cusco a las condiciones

cálidas y húmedas de Lima hayan influido en esto. Antonio de la Calancha en 1638 aun menciona la existencia

de las momias en el hospital junto con el frasco de Viracocha.

Por desgracia, pero como es lógico, no hay una información directa del lugar de descanso de los reyes incas. se

sabe que llegaron desde San Andrés en Cusco poco después de 1560 y que fueron vistas por ultima vez en

1638. Se encontraron un numero limitado de descripciones de las momias en San Andrés, lo que sugiere que

solo podían ser vistas con permiso, y que el acceso pudo haber sido restringido.

Desde hace mas de 100 años, muchos investigadores han sugerido que los restos de las momias aun pueden

estar dentro de los limites de San Andrés, sin embargo todo intento de encontrarlos no ha tenido éxito. Dos

proyectos para la búsqueda de las momias realizados en 1877 y 1937 confirmaron la existencia de una cripta

grande bajo la Iglesia del Hospital. Además también se encontraron dos criptas mas pequeñas fuera pero cerca

de la Iglesia. Ahora se sabe que estas dos últimas criptas pertenecieron a un cementerio del hospital, que según

documentos de 1563, se llama Monte Calvario.

Las momias reales no se encontraron en estas criptas, a pesar que parecen haber contenido restos humanos.

Con el desarrollo de nuevas tecnologías, especialmente de radares de subsuelo, se creyó importante volver a

San Andrés y renovar la búsqueda de las momias reales de los Incas. En 2011 se inicio una prueba de radar de

penetración en el suelo del Hospital. Los resultados presentaron varias anomalías del subsuelo en diferentes

áreas de San Andrés. El 2005 se realizaron excavaciones de prueba en esos lugares detectados. Las

excavaciones confirmaron la exactitud de la prueba de radar en esos lugares. Se encontraron un pozo de basura

colonial, una fuente del tiempo de la fundación, partes del antiguo cementerio colonial y una estructura

abovedada enterrada.

El pozo de basura colonial es especialmente interesante ya que estuvo en uso durante un breve periodo de

tiempo y contenía una serie de vegetales andinos y europeos y restos de animales, así como cerámica de varias

regiones de Perú y Europa. La estructura abovedada también es interesante, ya que se encuentra fuera de los

límites del cementerio del Hospital. Con una empinada escalera que conducía a ella, una larga entrada en forma

de pasaje y una cámara, parece haber sido originalmente construida como una cripta.

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Cripta abovedada

Ingreso en L a la Cripta

La existencia de esta cripta, junto con su ubicación inusual, presenta la fascinante posibilidad de que pudieran

haber contenido importantes restos humanos. Sin embargo, hubieron unas ultimas reformas a la estructura del

edificio (como el derrumbamiento de paredes por inquilinos y la colocación de un piso de cemento en esta área

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en investigación) y esto destruyó toda prueba de su contenido original. Por tanto, el destino de las

momias reales de los Incas sigue siendo desconocido.

Fuente:

Antonio Coello Rodriguez y Brian S. Bauer: The Hospital of San Andres (Lima, Peru) and the Search for the Royal

Mummies of the Incas

Publicado en Lima la Única: www.limalaunica.blogspot.com