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quienes se les ha intentado que se
conformen a una serie de reglas, sin
hacer ningún esfuerzo en buscar el
crecimiento espiritual y que la fe sea la
que condicione la conducta. Entiendo
que esto no puede ser una
generalización de la realidad juvenil en
las estructuras eclesiales, pero la
verdad es que pasa a menudo y por
ende es una preocupación personal a
la hora de formar y desarrollar
jóvenes.
Por tanto, y como tercer punto, se
busca que el testimonio del joven sea
el que se espera de un cristiano, pero a
través de normas, y no a través del
fruto espiritual como elemento básico
de su identificación con Jesús y de sus
convicciones. El peligro en el cual
pueden entrar los jóvenes es pensar
que, mientras se conformen a las
expectativas, o al listado de reglas,
estarán haciendo lo correcto y puede
que se consideren hasta cristianos,
solo por seguir algunas normas.
Sin embargo, además de estos tres
puntos, existen muchos otros
elementos que podríamos analizar en
la relación juventud e iglesia, pero a mi
parecer, hay cuatro aspectos que
considero básicos, los cuales nos
pueden ayudar a marcar una hoja de
ruta para el desarrollo de la juventud
en nuestras iglesias y comunidades. A
ellos me dedicaré en los próximos
cuatro artículos.
Para concluir, en la iglesia de hoy
tenemos un gran reto por delante, si
deseamos alcanzar y formar jóvenes.
Hemos de buscar sabiduría, y
humildad, para acercarnos y
entendernos con esta generación de
jóvenes, pero reconociendo el
contexto donde viven e informándonos
de la verdad bíblica para ayudarles en
su andar cristiano. Estoy convencido
que no nos sirven fórmulas de tipo
“aquí siempre lo hemos hecho así”,
sino por el contrario, hemos de ser
entendidos en los momentos y
tiempos en los que viven los jóvenes,
para identificar, analizar, y hacer
propuestas de vida basadas en la obra
de Jesús.
_________________________________
VVIIDDAA EENN EELL AAMMOORR
EErrnneessttoo CCaarrddeennaall
odas las cosas se aman. La
naturaleza toda tiende hacia un
tú. Todos los seres vivos están en
comunión unos con otros. […]
Y todas las cosas nos hablan de
Dios, porque todas las cosas suspiran
por Dios: el cielo estrellado lo mismo
que las cigarras, las inmensas galaxias
y la ardilla listada que juega todo el día
con todo lo que la rodea y teme a todo
lo que la rodea y se esconde de todo (y
todo cuanto hace es un movimiento
inconsciente hacia Dios).
Hacia Él se mueven todos los astros
y la expansión del universo es hacia Él,
hacia Él de donde han salido todos los
astros y de donde salió el primer gas
original, y sólo en Él descansará el
universo. […]
PPAASSTTOORR PPRREESSBBIITTEERRIIAANNOO EESSPPEERRAA AAPPOOYYOO DDEELL GGOOBBIIEERRNNOO
DDEELL EESSTTAADDOO PPAARRAA SSUU IIGGLLEESSIIAA
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El pastor de la Iglesia Presbiteriana de Veracruz, Sergio
Morales, se mostró satisfecho con el respaldo del gobierno
de Veracruz a la joven Ángel de María Soto, y acotó que la
comunidad evangélica ahora espera que Javier Duarte
también les apoye.
El pastor dijo es de esperar que así como el Ejecutivo dio
ayuda a esta chica, “ojalá nos apoye a todos los veracruzanos
a cumplir nuestros sueños religiosos”.
Afirmó que para que el trato sea justo, el gobierno de Veracruz tendrá que
responder las peticiones de recursos para remodelar iglesias, construir nuevos
templos y para organizar congresos evangélicos que se han solicitado a lo largo
del año y que no se han materializado.
Puntualizó que si “así de rápido se apoyó a la iglesia (católica), esperamos
que a todos nos atiendan de la misma manera”.
Sobre el viaje, recalcó que “lo debería pagar la iglesia pero si así van a
apoyar a todas las iglesias pues bienvenido el apoyo, aun que lo dudo”.
Sin embargo, señaló que desde sus iglesias, los evangélicos trabajan a
diario para contar con los beneficios necesarios para atender a sus
comunidades pues “nosotros no buscamos beneficios”.
Ángel de María Soto, después de ser exonerada de acusación de
narcotráfico, dijo que fue beneficiada por un “milagro”. El gobierno estatal
anunció hoy que le pagarán el viaje a Brasil a ella y a su familia.
T
TTRREESS OOBBSSTTÁÁCCUULLOOSS
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PPrrootteessttaannttee DDiiggiittaall,, 2200 ddee jjuulliioo ddee 22001133
En mi primer artículo hablé del reto
de considerar la juventud como la
etapa biológica de paso de la niñez a
la madurez y en el siguiente intenté
hacer un análisis de la juventud
dentro de la sociedad, con sus
características y retos, desde la
perspectiva bíblica de intentar ser
entendidos en los tiempos y que sepamos qué curso debemos tomar, reflejada en
2 Crónicas 12.
En el presente texto, intento acercarme a la categoría juventud dentro de las
estructuras eclesiales en la cuales se encuentra embebida. Sé que es una empresa
un tanto desafiante, al menos para mí, debido a que a partir de ahora, intentaré
analizar el estado de la cuestión e indefectiblemente he de hablar de ciertos
elementos y características considerados “cuasi-sagrados” para muchos
miembros de estas estructuras. Así que si crees que mi análisis raya la crítica, te
pido que utilices el apartado de comentarios que se encuentra al final de este
artículo.
De aquí en adelante, en donde utilice la palabra “iglesia”, me estaré
refiriendo al grupo de cristianos, separados para Dios, bajo pacto de redención
por lo hecho por Jesús. En ningún caso querré correlacionar la palabra a una
reunión, un programa, o a un edificio o local en particular. Cuando quiera
referirme a lo que hoy vemos y se denominan Iglesias Cristianas, preferiré
denominarlas como iglesias oficiales o estructuras eclesiales.
Primero que nada me gustaría dejar claro que no creo que debamos hacer
una separación entre juventud e iglesia, puesto que ese grupo de chicos y chicas,
por jóvenes que sean, también son iglesia, y no un grupo separado de ella. Y aquí
está una característica que se ve en algunas de las estructura eclesiales de hoy en
día, en donde se trata al grupo de jóvenes como personas de menor categoría
que no son capaces de aportar y contribuir a la organización, y se encuentran
fuera de toda esfera de toma de decisiones. Me viene a la mente el consejo de
Pablo a Timoteo: “Que nadie tenga en poco tu juventud...”.
La sociedad moderna, con su origen en la Ilustración, influyó de manera
directa en lo que vemos y denominamos como iglesias oficiales —oficiales porque
necesitan de la oficialidad del gobierno o de algún organismo para que certifique
dicha oficialidad—. Esta influencia viene dada en la manera de procesar el
concepto de la verdad, que según la propuesta modernista, puede ser entendida
utilizando solamente la razón y por ende, todo esfuerzo apologético o expositivo
solo contemplará el aspecto cognitivo e intelectual, y aquí es donde muchas
iglesias de hoy día están experimentando retos, cuando tratan de comunicarse
y/o relacionarse con los jóvenes.
Éstos últimos, están teniendo también una dificultad para conectar con una
forma de comunicación caduca, cuando es situada dentro del contexto social en
el cual viven. El aparato cognitivo es necesario para acceder a cualquier propuesta
de conocimiento, pero no el único que ha de ser puesto en marcha para intentar
acceder a tal conocimiento. Acaso, ¿qué fue lo que le dijo Felipe a su hermano
cuando intentaba que supiera de Jesús? ¿Ven y aprende? ¿Ven y lee? ¿Ven y
procesa con tu mente? No, le dijo: “ven y ve”, que a mi parecer le dice “ven y
utiliza tus sentidos físicos y procesa luego con tu aparato cognitivo, para que
luego tu espíritu tome la decisión acerca de si es el Mesías o no”. Pero sólo a
través de la relación con la persona de Jesús, no a través de una serie de
conceptos y dogmas.
Por ello, estas iglesias oficiales están teniendo este reto, el de comunicar la
verdad como una persona, que es Jesús, y por el contrario desean que se acepte
una serie de lista de propuestas conceptuales. Y mientras los jóvenes asientan
intelectualmente a estas propuestas, estaremos todos tranquilos, que la meta se
ha alcanzado (perdón por la ironía).
Sin embargo, de esta práctica cognitiva se despliegan otros tres retos para la
comunicación de la iglesia con la juventud: a) El no ser una estructura de
credibilidad, b) La fe como un listado de normas y reglas y c) la falta de fruto
como identificador de su conversión.
El primero, que la comunidad no actúa como una estructura de credibilidad,
no es más que el reclamo de que un grupo humano viva lo que dice, y lo que diga,
lo viva. ¿Acaso no es esto una de las principales razones por la cual los jóvenes
abandonan o se decepcionan de las iglesias oficiales? Esto sucede cuando
intentamos explicar algún concepto, pero luego en la práctica no se nos ve que
ese concepto sea vivido o experimentado en nosotros, o en la vida de la
comunidad.
En segundo lugar, para muchos jóvenes, la propuesta de fe que se les hace
consiste en una serie de normas que han de cumplir, que por lo general
contemplan el no fumar, el no beber, y el no tener sexo. Particularmente puedo
estar de acuerdo que para un/a joven cristiano/a estos deberían ser elementos
identificadores de sus convicciones, pero siempre como resultado de esas
convicciones, y no de manera inversa. Muchas veces he tratado con jóvenes a