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Las Leyes de la Historia II 1 ¿Leyes de la historia? Tomo II Alfonso Klauer ¿Leyes de la historia? Tomo II / Alfonso Klauer 134 Lima, 2003 ÍNDICE / Tomo II La Quinta Ola: el Imperio Romano.......................................... Los “bárbaros”.......................................................................... – Los que huyeron del terror romano............................... – ¿Viejos destacamentos de frontera?.............................. – ¿Grupos transplantados por los romanos?.................... – ¿Cuántos se enfrentaron al poder hegemónico?............ – Los hunos...................................................................... La inverosímil Historia tradicional........................................... 9) Ningún pueblo ha recuperado la posta 10) Un fenómeno eminentemente “nacional” 11) Vigencia cada vez más corta El proceso de las grandes olas Colapso: características y constantes Las grandes olas: centro y periferia Independencia respecto del centro Dependencia y sojuzgamiento Transferencia de riquezas Independencia secular: el caso de Estados Unidos Hegemonías sucesivas: el caso del Perú Generación de riqueza e inversión Centralismo y descentralización en la historia El desafío del multi–etno–lingüismo La Décima Ola de la historia La globalización y la factura de la historia Los caminos del futuro Condonar deuda e invertir ¿Leyes de la historia? Tomo II / Alfonso Klauer 135 O soportar la invasión Gráficos La Quinta Ola: El Imperio Romano A modo de ejemplo, una vez más, veamos el caso de lo ocurrido en la Quinta Gran Ola de Occidente: el Imperio Romano. El Imperio Romano, en varios siglos –y como puede apreciarse en el Gráfico Nº 18–, alcanzó a controlar un vasto territorio en torno a las riberas del Mediterráneo. El pueblo romano, como ningún otro de los vecinos de Grecia, había venido comerciando durante siglos con ésta, el centro de la ola precedente. Como hemos visto antes, al unísono con las mercancías fluía el conocimiento que, entre otras cosas, incluía el idioma del pueblo hegemónico. También en esto puede advertirse que la voluntad de los hombres quedaba virtualmente al margen. O, si se prefiere, los romanos, a su pesar – por lo menos en el caso de la inmensa mayoría que lo hicieron–, se habían visto

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    Leyes de la historia?Tomo IIAlfonso KlauerLeyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 134Lima, 2003NDICE / Tomo IILa Quinta Ola: el Imperio Romano..........................................Los brbaros.......................................................................... Los que huyeron del terror romano............................... Viejos destacamentos de frontera?.............................. Grupos transplantados por los romanos?.................... Cuntos se enfrentaron al poder hegemnico?............ Los hunos......................................................................La inverosmil Historia tradicional...........................................9) Ningn pueblo ha recuperado la posta10) Un fenmeno eminentemente nacional11) Vigencia cada vez ms cortaEl proceso de las grandes olasColapso: caractersticas y constantesLas grandes olas: centro y periferiaIndependencia respecto del centroDependencia y sojuzgamientoTransferencia de riquezasIndependencia secular: el caso de Estados UnidosHegemonas sucesivas: el caso del PerGeneracin de riqueza e inversinCentralismo y descentralizacin en la historiaEl desafo del multietnolingismoLa Dcima Ola de la historia La globalizacin y la factura de la historiaLos caminos del futuroCondonar deuda e invertirLeyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 135O soportar la invasinGrficosLa Quinta Ola: El Imperio RomanoA modo de ejemplo, una vez ms, veamos el caso de lo ocurrido en la QuintaGran Ola de Occidente: el Imperio Romano.El Imperio Romano, en varios siglos y como puede apreciarse en el Grfico N18, alcanz a controlar un vasto territorio en torno a las riberas del Mediterrneo. Elpueblo romano, como ningn otro de los vecinos de Grecia, haba venido comerciandodurante siglos con sta, el centro de la ola precedente. Como hemos visto antes, alunsono con las mercancas flua el conocimiento que, entre otras cosas, inclua elidioma del pueblo hegemnico. Tambin en esto puede advertirse que la voluntad de loshombres quedaba virtualmente al margen. O, si se prefiere, los romanos, a su pesar por lo menos en el caso de la inmensa mayora que lo hicieron, se haban visto

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    obligados a aprender el griego, el idioma del pueblo que haba estado hegemonizando.Del mismo modo que hoy, muy a su pesar, y aunque no sean concientes de ello o seLeyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 136resistan a admitirlo, millones de hombres y mujeres del mundo entero se venobligados a aprender ingls, el idioma del pueblo hegemnico.Es una verdad meridiana que los que conciente o inconcientemente se resisten aesa descomunal fuerza inercial, quedan virtualmente condenados a quedar a la zaga, enconocimientos, en informacin, en oportunidades de negocios o de empleo, etc. Noseran esas las mismas razones por las cuales muchos romanos haban tenido queaprender a hablar y escribir el griego? Todo parece indicar que s. De all que, en elsiglo I aC, la mayora de los romanos cultos adems de latn, hablaba y escriba engriego 1. Ms todava como informa Julio Csar 2, el idioma y la escritura de losgriegos se haba extendido incluso ms all de la pennsula italiana: los druidas osacerdotes de los galos utilizaban el alfabeto griego. Ser necesario insistir en que paraque ello ocurriera con los romanos y los galos, no haba sido necesaria una guerragriega de conquista?El progresivo y lento debilitamiento de la que haba sido la Gran Ola Helnica(cuya debacle final fue precipitada por la catastrfica campaa de Alejandro Magno enfrica y Asia, en el siglo IV aC, y de la que los romanos inadvertidamente resultaranlos ms beneficiados), permiti que en trminos relativos, se acrecentaran cada vezms las fuerzas de los pueblos asentados en la pennsula itlica, y en particular delromano. Surge entonces, hacia el siglo III aC, la ambicin de los gobernantes de ladenominada Repblica Romana de ampliar sus dominios. Puede afirmarse que, recinen este momento de formacin de la nueva ola, entra en juego la voluntad de loshombres, en este caso la de los gobernantes del pueblo que, sin que se lo hubierapropuesto, era ya el principal protagonista de la naciente Quinta Gran Ola de Occidente.La historiografa tradicional se ha cuidado de ser muy meticulosa en ladescripcin de las conquistas de ste como de otros imperios en la historia: nombres deterritorios y ciudades, fechas de las conquistas, nombres y biografas detalladas de losgrandes generales, detalle minucioso de los acontecimientos blicos, etc. Persisteostensiblemente, sin embargo, un enorme y grave vaco: mostrar siquiera a manera dehiptesis la lgica y racionalidad de la expansin imperial. Ensayaremos pues unaversin a este respecto, tratando de responder las siguientes interrogantes: tiene algunaracionalidad el hecho de que la progresin de las conquistas fuera la que se dio y nootra?, y, por qu se conquistaron determinados territorios y no otros?En la poca (siglo III aC) el pueblo romano estaba constituido poraproximadamente 3 millones de personas. Y su ejrcito estaba compuesto por ms de290 000 hombres 3. Era pues, como podemos entrever, una potencia militar; puedesuponerse incluso que era, largamente, la ms importante de Europa. Mas ello tena quecorresponderse, necesariamente, con un economa muy prspera, quiz tambin mayory ms dinmica que la de cualquiera de sus vecinos, capaz de generar los enormesexcedentes que permitan mantener en el ejrcito a una poblacin tan numerosa almargen de las actividades productivas. Extraamente, sin embargo, y para esa fecha, nila imagen de una potencia militar ni la de una economa grande y slida sonprecisamente las que nos muestran la mayor parte de los libros de Historia.1Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 60.2Julio Csar, Los Comentarios..., p. 118.3Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 62.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 137El primer objetivo de los gobernantes y generales romanos fue dominar y

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    consolidarse militarmente en su propio territorio. De all que era imprescindibleconquistar las colonias griegas que subsistan en el extremo sur de la pennsula. Laprimera victoria internacional de los romanos, se logr en el ao 280 aC. Grecia, enprofunda crisis, sin reponerse de la catstrofe econmicomilitar que suscit lamegalomana de Alejandro Magno, fue incapaz de responder la reivindicacinterritorial de los romanos. A partir de all, podan acaso los generales romanos iniciarla expansin imperial en Europa, lanzndose primero hacia el norte o hacia el este,dejando peligrosa e ingenuamente en la retaguardia al Imperio Cartagins, quecontrolaba Sicilia, Crcega y Cerdea, ubicadas en las inmediaciones mismas de Roma,y que, por lo dems y sin duda, los romanos consideraban territorio naturalmentepropio? Ciertamente no.Liquidar al imperio de Cartago era, inexorablemente pues, el objetivo estratgicoms importante de los estrategas romanos. Y procedieron en consecuencia con ello apartir del 264 aC, inicindose la Primera Guerra Pnica. Es absurdo por eso sostener como por ejemplo lo hace Barraclough 4, que ms por casualidad que por voluntad,los romanos y cartagineses entraron en conflicto.... La prueba ms concluyente de queel principal y estratgico enemigo de Roma era el vecino Imperio Cartagins, est dadapor el hecho de que Roma no emprendi ninguna otra conquista sino hasta derrotar aCartago, al finalizar la Segunda Guerra Pnica, tras 60 aos de enfrentamiento, en el201 aC.El Imperio de Cartago, como generalmente s se admite en los textos de Historia,era, hasta entonces, la mayor potencia econmica y militar del Mediterrneo. En virtudde ello, y no por casualidad, Cartago tena el monopolio del comercio martimo en elMediterrneo occidental 5. Es decir, controlaba el destino y los precios de la riqusimaproduccin agrcola del valle del Nilo, pero tambin la de Mesopotamia. La derrota deCartago slo poda llevarla a cabo, pues, una potencia equivalente. Cmo habaalcanzado el pueblo romano esa prosperidad econmica? Haba sido acaso que desdelas dcadas precedentes el clima era particularmente benfico con el pueblo romano,permitindole excedentes econmicos extraordinarios? Qu papel jug la voluntad delpueblo romano y de la sus dirigentes en la formacin de esa slida y prspera economaque los estaba colocando en el centro de la nueva gran ola de Occidente? Son puespreguntas que an la ciencia debe responder.Las que finalmente fueron las muy costosas tres guerras Pnicas, y queenfrentaron durante 120 aos a los ejrcitos y armadas ms poderosas del Mediterrneode entonces, bien pueden ser consideradas como las guerras mundiales de la poca.El definitivo y aplastante triunfo sobre Cartago supuso, con el dominio y controlromano de los territorios de aqul, el inicio de la formacin del Imperio Romano: elpueblo romano dominando el norte de frica (en lo que hoy son territorios de Libia,Argelia, Tnez, Marruecos) y el sur de Espaa.La ola haba empezado entonces a expandirse y a arrasar con todo lo que estaba asu paso. Puede alguien sostener que los antecesores de los libios, argelinos, tunecinos,4Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 64.5Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 62.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 138marroques y espaoles del sur, tenan previsto pasar, violenta e inmediatamente, de ladominacin de Cartago a la de Roma? Puede sostenerse que era eso lo que ellosqueran y ms anhelaban? No. Todo ello sobrevino al margen de su voluntad, contra suvoluntad. Una fuerza inexorablemente ms fuerte los aplast y domin, a partir de esemomento, y por siglos.Liquidado Cartago, con la retaguardia bien protegida, Roma recin podaemprender la conquista de Europa y del resto del Mediterrneo. A partir de all, y en

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    poco ms de 150 aos, el Imperio Romano alcanz su mxima extensin,conquistndose el inmenso territorio de decenas de pueblos y naciones. La ola habaalcanzado su punto ms alto y su ms amplia envergadura. Puede sostenerse queestaba en la voluntad de los espaoles, franceses, ingleses, belgas, holandeses,alemanes del oeste del Rin, suizos, austriacos, macedonios, griegos, turcos, armenios,sirios, libaneses, palestinos y egipcios, caer bajo la violentsima dominacin militar delos italianos? Puede afirmarse que todos ellos queran la guerra, que todos ellosambicionaban ser conquistados?Pues bien, por qu se conquistaron esos territorios y no otros? Grecia,Yugoslavia, Austria, Suiza, Francia, Blgica y Espaa, porque como resulta obvioviendo el mapa, constituan el entorno inmediato de la pennsula itlica, sus vecinosinmediatos, sus vctimas naturales. Francia y Espaa eran, adems, despensasagrcolas y ganaderas muy apetecibles y proporcionaron grandes botines y riquezamineral a los gobernantes romanos. Menor importancia a este respecto tuvieronInglaterra y Holanda, as como la pequea franja oeste de Alemania al oeste del Rin,mas todos esos territorios iban a complementar los enormes saqueos que habandecidido emprender los conquistadores. Suiza, que quiz era un territorioeconmicamente poco apetecible en s mismo, era, no obstante, el obligado territorio detrnsito de los legiones romanas hacia el oeste (desde Inglaterra hasta Espaa). YAustria el espacio por donde tenan que trajinar las legiones que se desplazaban al este(Yugoslavia Macedonia y Grecia).El valle del Nilo, a 15 das de navegacin desde Roma, era en la poca la msgrande e inagotable despensa de trigo del planeta, es decir, un codiciadsimo botn. Losterritorios de Siria, Lbano e Israel de hoy, tenan gran importancia porque eran el puntode acopio, tanto de la variadsima produccin agrcola que se cosechaba en los frtilesvalles del ufrates y el Tigris, como de la produccin que proceda de la India y, atravs de la Ruta de la Seda, la que proceda desde China. Finalmente, Turqua yArmenia, que quiz eran tambin territorios agrcolamente pobres, tenan, no obstante,una gran importancia estratgica: constituan un tapn contra las siempre peligrosasambiciones expansionistas de los persas (que los romanos conocan sin duda por lahistoria de Grecia).En el siglo II aC, cuando se iniciaron las grandes conquistas romanas, qurazones podan esgrimir los conquistadores para tan grande avasallamiento? Acaso lade sustituir el pantesmo inferior de los brbaros por el pantesmo superior de losromanos? Acaso iluminar a los brbaros con la cultura romana? Eran evanglicasy alfabetizadoras sus razones? No. Todas las buenas razones de las conquistasromanas han sido elaboradas y racionalizadas despus en los siglos siguientes porlos panegiristas del imperio, que pulularon siempre, sedientos de reconocimiento, entorno al poder de los csares. Dejemos de engaarnos, en el siglo II aC, losLeyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 139conquistadores romanos, a cuya cabeza estuvieron los sectores dominantes yprivilegiados del propio pueblo romano, fueron impelidos, nica y exclusivamente, porambiciones de riqueza, de poder y de grandeza, contra las que, en la poca, no habacortapisas, ni lmites de ningn gnero, salvo las que definan las propias fuerzas delconquistador, que arrollaban mientras podan.Rpidamente las ambiciones fueron rindiendo sus frutos. Los valiosos botines [...y...] la riqueza que manaba de las provincias conquistadas (...) permiti suprimirtotalmente los impuestos directos a los ciudadanos romanos 6. Es decir, los ciudadanos(esclavistas virtualmente todos), que no eran sino los que conformaban el sectorprivilegiado de la sociedad romana, dejando de pagar impuestos, automticamentepasaban a ser ms ricos, a expensas de las contribuciones que remitan a Roma

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    poblaciones remotas y desconocidas. Y con las que se financi, adems tantasgigantescas construcciones que la economa romana, por s sola, y durante el mismoperodo, no hubiera podido solventar: arcos, columnatas, palacios, coliseos, baosrecreacionales y banquetes descomunales; un presupuesto militar que a cifras de hoysin duda tendra magnitudes exorbitantes.Roma, pues, fue en centro de una cuantiossima transferencia de riquezas quelleg desde la periferia conquistada. Puede sostenerse que ese sacrificio estaba dentrode los objetivos de los pueblos conquistados? Pero s puede afirmarse, por el contrario,que ello estaba dentro de las desmedidas ambiciones de los gobernantes y los miembrosdel sector dominante del pueblo romano.Cmo se explica, finalmente, que el Imperio Romano no fuera an ms grandeen territorio, ya sea hacia el norte, o hacia el este y el sur, en incluso hacia el oeste? Nofue ms all de los lmites alcanzados la ambicin de los generales y emperadoresromanos? Sin duda la ambicin fue mayor. Mas las dimensiones del imperio eranrealmente impresionantes en trminos de la poca, al extremo que muchas veces queden evidencia que resultaba difcil y complejo su manejo poltico, militar yadministrativo.En el mismo sentido, las enormes dimensiones del imperio obligaron asubdivisiones administrativas sucesivas que fueron exacerbando las ambiciones deautonoma de los gobernadores de las provincias del imperio, ambiciones stas queatentaban contra los intereses del poder imperial central. Por lo dems, tras siglos derepartirse grandes botines, los generales y administradores romanos haban alcanzadoenormes riquezas cuyo disfrute con seguridad estaba reido con nuevas y siemprearriesgadas conquistas para las que eran cada vez ms renuentes. Pero, adems, en elcenit del imperio, los gobernantes y generales romanos debieron tener conciencia delriesgo que representaba el hecho de que, para controlar el enorme territorio, las legionesestaban, cada vez ms numerosamente compuestas de soldados de los pueblosconquistados, es decir, de enemigos potenciales, que de soldados romanos. El imperio,pues, pero esta vez a despecho de la ambicin romana, haba llegado a sus mximasdimensiones posibles, a un lmite irrebasable.En este sentido, sin embargo, una vez ms toc a la naturaleza jugar un papeldecisivo. En efecto, no es una simple casualidad que, como hemos mostrado en el6Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 64.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 140mapa, hacia el norte, el lmite del imperio haya estado constituido por el Rin y elDanubio. Sin duda, los dos ms grandes y caudalosos ros de Europa Central pero enparticular el Rin, ancho, impetuoso y profundo, como reconoci Julio Csar 7resultaron una barrera muy difcil de superar y ms an de dominar. Pero tambin debeconsiderarse que, con la tecnologa disponible en la poca, construir los enormespuentes fluviales y flotas que demandaba controlar esos ros, resultaba una operacinposible pero poco rentable, habida cuenta de los fros y poco productivos territorios quehabitaban los brbaros germanos al este del Rin y al norte del Danubio (hngaros,rumanos y polacos). Cun poco productivos resultaron a ojos de los romanos losterritorios de Europa del Norte, que Csar, despus de construir un sofisticado ycostossimo puente sobre el Rin, luego de permanecer slo dieciocho das al otro ladodel ro quemando pueblos y aldeasdio la vuelta (...) y deshizo el puente 8.Hacia el este, como est dicho, el Imperio Persa era un enemigo que, adems delejano, y por consiguiente costoso de conquistar, era de cuidado. Tampoco es unasimple casualidad, entonces, que, en el siglo III dC, correspondiera precisamente alImperio Persa, con invasiones y sucesivas victorias militares, acelerar la debacle del

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    Imperio Romano. Hacia el sur, un obstculo insalvable e improductivo objetivo fueel enorme desierto del Sahara. Y por el oeste, el ocano Atlntico fue un gigantesco retoque los marinos romanos virtualmente nunca intentaron superar. El mundo nutico delos romanos, pues, terminaba en Gibraltar. Resultan entonces consistentes y poderosaslas razones que permiten entender la extensin y lmites del Imperio Romano.Todo parece indicar entonces como creemos, que no ha sido la voluntad delhombre la que defini: a) que un pueblo, como el romano en este caso, se convierta enel centro hegemnico de una ola; b) los lmites y la envergadura de la ola; c) que lospueblos que circundaban el centro de la ola cayeran bajo la dominacin de la misma, y;d) que los pueblos de la periferia mediata quedaran fuera de ella.Si durante la expansin de la Quinta Ola la voluntad de los pueblos de Europa,Asia Menor y del norte de frica hubiera estado en juego, es decir, si sus intereses yobjetivos, deliberados y concientes, hubieran intervenido en la definicin de losacontecimientos, el mapa del Imperio Romano habra sido completamente distinto.Habra sido, por ejemplo, uno como el mostramos en el Grfico N 19, o una variantede l.7Julio Csar, Los Comentarios..., p. 82.8Julio Csar, Los Comentarios..., p. 82.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 141Un mapa como se o cualquier de espritu equivalente habra mostrado que,efectivamente, la voluntad de todos los actores en escena haba estado presente, con elGrespeto y acatamiento de todas las partes intervinientes. As, los pueblos quearbitrariamente hemos numerado 123, habran puesto de manifiesto que, de modovoluntario, hicieron prevalecer sus propsitos de independencia frente al Estado X,adscribindose por el contrario a la administracin del Estado Y. Y los pueblos quehemos identificado de ABC, dentro del rea de influencia inmediata de ste, perobajo el arbitrio de su libre voluntad, habran reclamado y logrado pertenecer a aqul.Dentro del mismo esquema, en el rea de influencia del Estado X, el pueblo al quehemos denominado 4 se habra mantenido independiente de ste, manifestandosimpatas y proclividad de alianza con el Estado Y; y el que hemos denominado D,por el contrario, simpatas y proclividad de alianza con el Estado X. Y finalmente losterritorios definidos como RST se habran manifestado neutrales, absolutamenteindependientes.No obstante, por lo que hoy conocemos de la historia siendo a estos efectosdifcil prescindir de una experiencia tan cercana como la que se vivi durante la GuerraFra, no es difcil establecer las siguientes conjeturas: a) el Estado X habra ejercidoenormes presiones sobre los pueblos 123 para incorporarlos a sus dominios; y elEstado Y habra hecho otro tanto en relacin con los pueblos ABC; en uno y otrocaso los pueblos correspondientes estaban dentro del rea natural de influencia decada potencia; b) el Estado X, en relacin con el pueblo 4, y el Estado Y, enrelacin con los pueblo D, habran realizado tambin grandes presiones para someterlosrespectivamente a sus dominios. Por ultimo, equidistante de ambos centros de poder, elpueblo S habra soportado amenazas y recibido ofrecimientos de todo gnero de laspotencias rivales.Para todos sus efectos, el inverosmil caso planteado habra representado a las dospotencias un gasto militar cuantioso y una tambin muy costosa politica internacional,que en suma les habra minado sensiblemente sus presupuestos de inversin.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 142No obstante, de haberse mantenido en el tiempo un mapa con la configuracinsealada, s habra quedado demostrada la prevalescencia de la voluntad de todas y

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    cada una de las partes.Este singular ejercicio, pues, no tiene otro objeto que: a) patentizar que el procesode expansin y la magnitud alcanzada por cada una de las olas de la historia cada unacon las limitaciones propias de su tiempo, ha tenido una racionalidad que lahistoriografa tradicional virtualmente no se ha preocupado en mostrar, y; b) sobre todo,mostrar que, como nos parece cada vez ms consistentemente, la voluntad de lospueblos el del centro de la ola, los que cayeron bajo su hegemona, y los que quedaronen la periferia no ha estado en juego. Unos y otros jugaron los roles que lascircunstancias, y no ellos mismos, hacan posible.Ello nos resulta sumamente claro y evidente. No obstante, el enraizado prejuiciode que cada pueblo es dueo de su propio destino y, ms an, la absurda hiptesis deque como regla general est a disposicin de los pueblos elegir o no la guerra ysus consecuencias, nos obligan a abundar un poco ms a fin de contribuir a erradicaresos prejuicios antihistricos. En efecto, resulta harto evidente que frente a laarrolladora fuerza de los ejrcitos imperiales romanos, la inmensa mayora de lospueblos de la periferia de la pennsula itlica no tuvieron alternativa o, si se prefiere,no tuvieron escapatoria, y, conquistados, pasaron a formar parte del imperio.Los brbarosComo recuerda Asimov 9, los hoy denominados griegos, desde muy antiguo,dicotmicamente dividieron a los pueblos en dos grupos: de un lado, ellos, loshelenos, y del otro, todos los dems. En otros trminos, para ellos slo habahelenos y barbaroi. Y barbaroi, por cierto, eran todos aquellos que no hablaban elidioma de los habitantes de la Hlade.Barbaroi que en castellano pas a ser brbaros, eran pues los extraos alos helenos, los extranjeros, todos los extranjeros. As, en el tiempo en que en todo elMediterrneo predominaba la cultura y el imperio faranico, y la Hlade era an unterritorio primitivo y casi desconocido, para los helenos tambin eran brbaros losmuy prestigiados y hegemnicos egipcios. Brbaro, pues, en sus orgenes, era ungentilicio genrico, un sustantivo, no un adjetivo calificativo.Pero cuando al cabo de siglos los griegos alcanzaron un gran desarrollo, y seconvirtieron en el centro expansivo y modelo de la civilizacin occidental, losbrbaros ya no slo eran considerados extranjeros, sino, por comparacin, tambinincivilizados.As, poco a poco el trmino fue adquiriendo cada vez ms connotacionespeyorativas, hasta, finalmente, denotar slo calificaciones despectivas. Los romanosdifundieron y generalizaron an ms el uso del trmino, consolidando y agravando suagresiva nueva connotacin.9Isaac Asimov, Los griegos, pp. 1819.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 143Hoy, llevndose al extremo las connotaciones peyorativas del trmino, entre elcomn de los pueblos siguiendo por ejemplo al historiador sueco Carl Grimberg, yano se habla sino de hordas brbaras 10.La Repblica Romana, antes de erigirse en imperio, estaba pues completamenterodeada de brbaros, de pueblos extranjeros. Con el tiempo, muchos de esos pueblosbrbaros fueron conquistados y pasaron entonces a formar parte del imperio. Pero laHistoria oficial romana y con ella la Historia tradicional que se lee y estudia en nuestrotiempo, se encargaron de que durante la mayor parte del Imperio Romano losbrbaros salieran completamente de escena. Y, muy extraa y sospechosamente, se leshizo y hace reaparecer de improviso durante la crisis final del imperio. Intentaremospues llenar el vaco resolver la inconsistencia de la Historia tradicional, a fin dedescubrir si se encuentra o no relacin entre los brbaros que haba antes de la

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    formacin del imperio y los que aparecieron a la cada del mismo. Veamos.Confrontados ante el expansionismo militar romano, algunos pueblos pudieronelegir, tuvieron alternativa. Mas, en rigor, debe decirse que tuvieron una solaposibilidad: escapar del vendaval romano. Cules fueron esos pueblos, dndeestaban ubicados, por qu ellos s pudieron escapar y hacia dnde fueron? Focalicemosentonces un instante nuestra atencin en el Grfico N 20 (en la pgina siguiente).Como puede apreciarse, los pueblos de la pennsula ibrica y la mayor parte delos pueblos de Francia (Galia), adems de no haber podido enfrentar con xito a losejrcitos romanos, tambin ms all de su voluntad se vieron impedidos de escapar. Notenan a dnde ir huyendo del vendaval romano. Ciertamente los ocanos no eran unaalternativa.10Nombre con el que Grimberg titula su tomo nmero 10.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 144Los que huyeron del terror romanoLos anglos, pictos y escotos, para su fortuna, pero no porque la voluntad lodecidiera, asentados en las islas britnicas, estaban apenas separados del continente porel estrecho Mar del Norte. Lograron pues trasladarse hasta la margen derecha del Rin.Otros, como los belgas, helvecios y otros pueblos asentados en la margen izquierda delRin, entre los que tambin haba germanos, tuvieron la tambin la circunstancial y nodeliberada chance de estar prximos para cruzar el ro y trasladarse a compartir el fro ypoco poblado gran territorio de Europa del Norte con los germanos de la ribera derechay otros pueblos de la zona. Tambin ello, sin duda, debi ocurrir con los bvaros, loseslavos y otros pueblos de la margen derecha del Danubio, que tambin se desplazarona territorio germnico.Los germanos de Europa del Norte dijo Julio Csar:tienen por la mayor gloria (...) que todos sus contornos por muchas leguasestn despoblados 11.El casi desocupado territorio se prestaba pues para ser invadido por quienesprecipitadamente huan. Pero por qu desocupado territorio? podemos preguntarnos.Pues porque el rea era agrcolamente muy pobre, comparada por lo menos con el deFrancia. El propio Julio Csar 12 lo expres en los siguientes trminos:11Julio Csar, Los Comentarios..., p. 78.12Julio Csar, Los Comentarios..., p. 40.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 145no tiene que ver el terreno de la Galia con el de Germania.Pero, as como la agrcola, la produccin minera de esos territorios de Europa delNorte tampoco fue ambicionada por los emperadores romanos, que bien saban que endichos rincones era escasa.Todo apunta a pensar pues que la Europa del Norte, a la derecha del Rin y sobre laizquierda del Danubio, fue el territorio de refugio de los pocos pueblos que, estando enlas inmediaciones, pudieron llegar hasta all para en palabras de Aulo Hircio 13,romano con el que ms:evitar el yugo del imperio.Y as lo hicieron. En este caso, entonces, tambin fueron las circunstancias y nofundamentalmente su voluntad la que defini la conducta de esos pueblos.Son sin embargo necesarias algunas precisiones para afianzar el valor de lahiptesis de que Europa del Norte fue una zona de refugio en la que miles y miles dehombres escaparon del yugo romano. Durante el proceso inicial de expansin delImperio Romano, y desde mucho tiempo atrs, en efecto, los germanos, ambicionandolas ricas tierras al oeste o izquierda del Rin, es decir,

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    atrados de la fertilidad del terrenocomo admite el propio Csar 14, sin ambages y en elocuente prueba de cmo tanto losromanos como los no romanos valorizaban la riqueza natural disponible, cruzabanconstantemente el ro e invadan las tierras de los galos, belgas y suizos. Csar se dicea s mismo en sus memorias:...es quien, o con su autoridad y el terror de su ejrcito (...) o en nombre delPueblo Romano, puede intimidar a los germanos, para que no pase ya ms gentelos lmites del Rin, y librar a toda la Galia de la tirana de [los germanos] 15 eimponer la tirana romana, hay que agregar.Sin duda, y desde siglos atrs, los germanos, huyendo del fro o paraaprovisionarse para el invierno, cruzaban el Rin hacia el oeste, saqueando, capturandorehenes y en general aterrorizando a sus vctimas 16. En algn momento anterior, sinembargo, y muy posiblemente en presencia de clima clido, como refiere el propioCsar se haba experimentado el proceso contrario: los galos invadan las tierras de losgermanos, al otro lado del Rin 17. Se trataba entonces de pueblos que por centurias sedisputaron y guerrearon por los mismos territorios, quiz fundamentalmente en raznde las variantes circunstancias climticas tal como a ttulo de hiptesis planteamos enel Grfico N 21. Mas en el perodo en que se dieron las avasallantes conquistas13Aulo Hircio, en Julio Csar, Los Comentarios..., p. 171.14Julio Csar, Los Comentarios..., p. 38.15Julio Csar, Los Comentarios..., p. 40.16Julio Csar, Los Comentarios..., p. 78 y otras.17Julio Csar, Los Comentarios..., p. 121.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 146militares de Julio Csar, el predominio militar sobre sus vecinos lo haban estadoteniendo los germanos.Pues bien, durante sus campaas en lo que hoy es territorio de Suiza, Julio Csarafirm que a imitacin de viejas prcticas que para su poca dio cuenta Herodoto 18,miles de hombres, conjuntamente con sus ancianos padres, mujeres e hijos, huyendodel terror germano, haban abandonado sus tierras: 36 000 tulingos (o turingios, queno seran otros que los suizoitalianos, de la vecindad del Turn de hoy); 32 000 boyos(o bvaros, que a su vez no seran otros que los suizoalemanes, de las proximidades dela Baviera de hoy); as como 273 000 suizos (que bien podemos presumir eran suizofranceses); y, entre unos y otros, 92 000 adultos en edad de trabajar y guerrear....entre todos componan trescientos sesenta y ocho mil,anota escrupulosamente el guerrero y cronista romano 19. Debemos aceptar al pie dela letra que, como dice Csar, aquellos hombres tan cuidadosamente censados enverdad huan del terror germano?De los 368 000 que haban escapado, el conquistador slo logr hacer regresar a110 000 como l mismo admite 20. Es decir, a slo uno de cada tres. En otrostrminos, siete de cada diez, no regresando a sus tierras, mostraban que, ms que a losgermanos (a cuyas tierras fueron a parar), teman a los romanos (de cuyas manosescapaban). No ha sido acaso el propio Csar el que nos ha dicho que se tena terrorde su ejrcito?18Herodoto, Los nueve libros..., p. 242.19Julio Csar, Los Comentarios..., p. 38.20Julio Csar, Los Comentarios..., p. 38.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 147

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    S, ese terror ya lo haban experimentado los eduos, santones, tolosanos,centrones, gravocelos, caturiges, voconcios, segusianos, ambarros y albroges, todoslos cuales, adems de perder las guerras, adems de entregar alimentos y animales a losejrcitos conquistadores, haban tenido que entregarles como rehenes a muchos de sushijos e hijas.Como lo reconoce el propio Julio Csar, muchos de los pueblos con los queguerreaba estaban absolutamente dispuestos a abandonar sus tierras y refugiarse enterritorios propios o extraos pero lejanos, en vez de someterse al yugo delconquistador. Llegado el momento, se provean de harina para tres meses de caminata,prendan fuego a sus comarcas y quemaban el resto de las cosechas y sembrospara que perdida la esperanza de volver a su patria, estuviesen ms prontos atodos los trances... 21Habr de ser el mismo Csar el que nos d la pauta del destino geogrfico de losgrupos de boyos que huyeron. En efecto, stos antecesores de los suizoalemanes y delos bvaros de hoy, que por cierto tambin eran germanos, atravesando unos el Rin yotros el Danubio, se habran dirigido al norte de su propio territorio que como informaCsar, limitaba con el de los pueblos noricos 22, a los que hoy identificamos comonrdicos. Por su parte, los grupos de tulingos o turingios antecesores de los suizoitalianos de hoy, atravesando tambin el Rin, se habran refugiado en unaprobablemente poco hospitalaria y despoblada selva germana, a la que habranterminado dando el nombre con la que hasta hoy se le conoce: Selva de Turingia.Por ltimo, puede razonablemente presumirse que similar fue el destino deaquellos grupos a los que Csar denomina simplemente helvecios y que por descarteasumimos que se trata de los antecesores de los suizofranceses de hoy. Los que fueronrecapturados habran sido aquellos que errneamente se dirigieron hacia el oeste y elnoroeste de su territorio. El resto, la mayora que exitosamente alcanz a autoexiliarse,coherentemente con la pauta que ofrece el mismo Csar, habra pues terminadoalojndose en el territorio germano de la Europa del Norte, quiz al cabo de variasetapas, y quiz por diversos caminos. En efecto, Csar informa de 6 000 helvecios deun cantn suizo quese retiraron hacia el Rin y las fronteras de Germania 23.Efectivamente, entonces, los territorios de Europa del Norte, en general, y, dentrode ella, los de los germanos, en particular, habran servido como una suerte de refugiouniversal. sa fue la nica rea de Europa Occidental que nunca llegaron a conquistarlos romanos. Fue pues, a la postre, un refugio seguro.Es verdad, como ya hemos indicado, que en los escritos de Csar y a partir deellos en la historiografa tradicional, se insiste bastante en que muchos pueblos, entrelos que se encontraban los suizos, galos y belgas, teman y odiaban a los germanos que21Julio Csar, Los Comentarios..., p. 29.22Julio Csar, Los Comentarios..., p. 29.23Julio Csar, Los Comentarios..., p. 38.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 148constantemente los invadan desde el otro lado del Rin. Cmo explicar, entonces, quelas vctimas de los germanos fueran a refugiarse en el territorio de stos? Quiz paraotras circunstancias sera suficiente para resolver esa aparente inconsistencia conrecurrir al principio estratgico segn el cual los enemigos de mis enemigos son misamigos. En virtud de ello, ante la ferocidad mostrada por los romanos, muchos de lospueblos que eran enemigos entre s habran realizado alianzas para neutralizar o lucharcontra el enemigo comn o para escapar de l. Sin embargo, no ser necesario incurriren especulaciones gratuitas cuando, una vez ms, es el testimonio del propio Csar el

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    que termina resolviendo la aparente inconsistencia. En efecto, Csar admite, porejemplo, que se vio obligado a desplegar grandes esfuerzospara impedir que (...) se coliguen naciones tan poderosas como los galos, losbelgas y los germanos 24.Las referencias de Csar a este tipo de alianzas tcticas son innumerables y, engeneral, sus protagonistas estuvieron repartidos en toda Europa, tanto en la continentalcomo en la insular. As, l mismo informa que los pueblos de Bretaa, antes de que susejrcitos invadieran la isla, abiertamente haban apoyado a los galos en su lucha contralos romanos 25.Ante tan inobjetables evidencias, cmo desconocer, entonces, que, en el contextode esas alianzas, y sin otra alternativa de por medio, los germanos de la margen derechadel Rin y de la izquierda del Danubio, as como los nrdicos, accedieran a acoger ensu vasto, despoblado y fro territorio a miles y miles de hombres, mujeres y nios quehuan del yugo romano? Si, como puede presumirse, ms de 250 000 huyeron durantelas campaas de Julio Csar, cuntos ms no habrn hecho lo mismo en los siguientes300 aos del imperio?Csar, reiteradamente, nos ofrece la evidencia de pueblos que, ante la ostensibledisparidad de fuerzas, huan de la amenaza de los ejrcitos romanos y se refugiaban enlas entraas de los bosques, esparcindosepor todas las partes de la selva 26; los vecinos al Ocano en los islotes quesuelen formar los esteros 27, etc.Y ms an, algunos pueblos, no obstante habitar en las tierras orientales del Rindesde que supieron de cierto la venida de los romanos (...) se haban retiradotierra adentro a lo ltimo de sus confines 28.En fin, como admite Csar:24Julio Csar, Los Comentarios..., p. 69, p. 101 y, por ejemplo tambin, p. 110, 113114, 116, 166, 177,etc.25Julio Csar, Los Comentarios..., p. 84.26Julio Csar, Los Comentarios..., p. 75, p. 83, y p. 96, por ejemplo.27Julio Csar, Los Comentarios..., p. 123.28Julio Csar, Los Comentarios..., p. 117.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 149cada cual se guardaba donde hallaba esperanza de asilo a la vida, o en lahondonada de un valle, o en la espesura de un monte, o entre lagunas[inaccesibles] 29.En sntesis, pues retomando la hiptesis general, parte de la poblacin dealgunos pueblos como los anglos, sajones, galos, belgas, suizos y otros, y porqueestuvo a su alcance, eligi la paz, pero al precio de abandonar sus preciadas tierrasancestrales. Ello sin embargo no fue suficiente para evitar todas las consecuencias de laagresin imperial. En efecto, los millares y millares de hombres que como se ha vistolograron escapar hacia Europa del Norte, ciertamente no fueron conquistados, perosufrieron, durante siglos, los rigores del destierro. Mas, como si ello no bastara, esedestierro al propio tiempo forzado y voluntario ha dado origen como veremos msadelante, a gruesas incomprensiones y distorsiones historiogrficas.Pues bien, a diferencia de los que pudieron huir, la mayora de los pueblosconquistados por los romanos no tuvo alternativa. Tuvieron inexorablemente queresignarse a sufrir el alto precio de la conquista: fue el caso de todos los habitantes de lapennsula ibrica, y de casi todos los galos, rumanos, griegos, armenios, sirios,libaneses, palestinos, israeles, egipcios, libios, tunecinos, argelinos y marroques. Sinhaber elegido la guerra fueron obligados a sufrirla en todos sus extremos. Amantes de

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    la paz en tanto que como afirma el propio Csar naturalmente (...) celosos de sulibertad y enemigos de la servidumbre, fueron obligados a la guerra; y como admitiren otro momento fueron obligados a sentiren el alma el haber perdido la soberana 30.Mal puede entonces seguirse insistiendo, con tanta superficialidad y simplismo, ycon tanta irresponsabilidad y desvergenza, que todos los pueblos pueden elegir lapaz, o, a la inversa, que todos pueden elegir la guerra. Ni una ni la otra dependenslo de los pueblos y sus gobernantes. Por lo general, como est visto, ms que lavoluntad de las vctimas pesan las circunstancias en las que se catapulta un pueblo hastaconvertirse en conquistador y protagonista de un imperio.Pues bien, el xodo a la vez forzado y voluntario que hemos analizadoextensamente, no fue la nica modalidad de destierro que se conoci durante el ImperioRomano. En efecto, como ya haban realizado los imperios de Mesopotamia, Egipto,Grecia, y como tambin hara siglos ms tarde el Imperio Inka en los Andes, losromanos desplazaron grandes contingentes militares a expandir primero el imperio y acuidar luego las fronteras del mismo a sus cada vez ms alejados y remotos confines.Pero, adems, en el contexto de las conquistas imperiales, otra forma de destierrola experimentaron las poblaciones conquistadas que, compulsivamente, fuerondesplazadas desde su tierra natal a diversos espacios dentro de los lmites del imperio,por lo general a poner en produccin tierras eriazas. Esa modalidad la aplicaronsistemticamente los romanos en Europa. Csar, sin embargo, alude indirectamente aella en una sola ocasin, cuando, hablando de los suizos, afirma que29Julio Csar, Los Comentarios..., p. 124.30Julio Csar, Los Comentarios..., p. 151.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 150estaban ellos prontos a ir y morar donde [l] lo mandase y tuviese porconveniente 31.Bien puede ponerse en duda sin embargo que los suizos y cualquier otro puebloestuvieran prontos a ir donde al conquistador viniera en gana, o, si se prefiere,voluntariamente dispuestos a desarraigarse de sus tierras.A ese respecto, el prestigioso historiador espaol Rafael Altamira afirmacategricamente que los romanos cuando hallaban gran resistencia [entre laspoblaciones de la pennsula] aplicaban procedimientos duros y crueles, desterrando apuntos lejanos grupos enteros de poblacin... 32.No puede soslayarse sin embargo que, en una nueva y deplorable omisin, lahistoriografa tradicional no haya seguido el rastro de esos desplazamientos forzados, ymenos pues se haya sealado los parajes a donde fueron confinados. Ese vaco, esesilencio, ha dado lugar como trataremos de mostrar a errores de anlisis einterpretacin, tan maysculos que su correccin podra dar origen a un sensacionalvuelco respecto de las ms comnmente aceptadas tesis sobre la cada del ImperioRomano.31Julio Csar, Los Comentarios..., p. 32.32Rafael Altamira, Historia de la civilizacin espaola, Edit. Crtica, Barcelona, 1988, p. 83.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 151Pues bien, el Grfico N 22 muestra, pero ya para el siglo III dC constatndose asel vaco al que acabamos de referirnos, es decir, ya slo para las postrimeras delimperio, la ubicacin de los principales pueblos brbaros de Europa, dentro y fueradel territorio imperial. De l, sin embargo, tras excluir a los pueblos quedeliberadamente huyeron del terror romano, deduciremos cules habran sido entonces

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    los herederos de grandes grupos que los romanos arrancaron de sus tierras paratransplantarlos en otros y lejanos territorios.Se reconoce pues a los sajones (1) y a los anglos (2) que, como venimosasumiendo, seran los descendientes de aquellos que, cuatrocientos aos antes, habranfugado de Inglaterra poco antes y/o durante la conquista romana a la isla.Se identifica tambin a los francos, en la margen derecha y central del Rin (3),que no seran sino herederos de aquellos grupos de galos y belgas que escaparon de lasmanos de los ejrcitos de Csar. En la vecindad, en menor nmero, estaban losburgundios, que no por simple casualidad haban sido tambin sus vecinos antes departir: los borgoeses, viejos habitantes de la Borgoa francesa.Estn adems los lombardos (4), casi en la cabecera izquierda del Danubio.Cmo y de qu lugar habran llegado los lombardos? No se nos dice. No obstante, noes acaso Lombarda la amplia zona del norte de Italia a la que pertenece Turn? Noresulta entonces consistente asumir que los lombardos no eran sino los descendientes delos tulingos o, mejor, turingios que mostr Csar abandonando sus tierras paraescapar del yugo imperial?Todos los anteriores, pues, perteneceran a la luz de la primera hiptesis quevenimos planteando sobre este tema, al conjunto de pueblos en los que una partesignificativa de su poblacin, forzada pero tambin deliberadamente, migr paraescapar de las garras del imperio. Formaban tambin parte de ese conjunto losmarcomanos, erulos, jutos y gepidos a los que Barraclough ubica en uno de susmapas 33? Quiz.Pero asimismo encontramos a los germanos (5), bsicamente en el territorio de loque es la Alemania actual. Unos, quiz la minora, haban llegado del otro lado del Rin.Para la inmensa mayora, sin embargo, se era su territorio ancestral y del que nuncatuvieron que migrar.Pero haba adems dos grupos de ostrogodos (6), unos en la margen izquierda ycentral del Danubio, y otros en torno a las nacientes del Vstula. Mas sobre ellosharemos un mayor desarrollo inmediatamente despus, porque se trata de un caso sobreel que planteamos una segunda hiptesis.Y el grfico muestra por ltimo a los suevos (A) tambin llamados cuados yquades 34, segn parece por deformacin fontica del nombre; y a vndalos (B),visigodos (C), avaros (D) y alanos (E). Sus casos ameritan tambin un mayordesarrollo, en tanto permiten plantear a su vez una tercera y diferente hiptesis.33Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 69.34Engel, Espaa, del Oriente..., p. 66. Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 64.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 152Viejos destacamentos de frontera?Parte de la Historia tradicional presenta a los ostrogodos posesionados de un reade buenos pastos irrigada por generosos ros rusos como precisa Barraclough 35. Ladescripcin del territorio ostrogodo que hace dicho historiador corresponde ms bienal territorio de los avaros y alanos. Ms adelante, sin embargo, fundamentaremos lasrazones por las que Barraclough, como muchos otros historiadores habran cado en eseerror.OstrogodosEl examen de la informacin ms divulgada permite definir sin embargo que losterritorios de los ostrogodos eran los dos que indicamos en el Grfico N 22, es decir,territorios de la Hungra de hoy, al norte del Danubio (6a), y el valle del alto Vstula(6b) Polonia, en las proximidades de Cracovia 36; ambos en torno a la Dacia, laltima gran conquista imperial romana en Europa.Qu sabemos de los ostrogodos que nos permita entender, durante la crisis de

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    colapso del Imperio Romano, su viaje de ms de 1 000 2 000 kilmetros hasta Roma;su asentamiento definitivo en la pennsula italiana; y el no menos sorprendente hechode que uno de ellos alcanzara a erigirse en el sucesor del ltimo emperador romano?Se nos dice, por ejemplo, que a partir del ao 370 dC empezaron a huir hacia eloeste huyendo de las invasiones de los hunos. Sabemos tambin que 80 aos despus,en el 451 dC, se les vio en el centro de Francia, aliados con los ejrcitos romanos y conotros brbaros, pero esta vez derrotando a las temidas huestes de los hunos. Y quecuatro dcadas ms tarde, en el 493 dC, uno de ellos Teodorico el Grande se instalcomo rey en la pennsula, en Ravena, 300 kilmetros al noreste de la Roma que habanarrasado los visigodos en el 410 dC y los vndalos en el 455 dC.Por qu el grupo de ostrogodos que supuestamente haba salido en estampidahuyendo de los hunos, abandonando sus ricas tierras paradjicamente terminafincndose en la pobre y ya derruida Italia tras la derrota de los hunos? Acaso sloporque idos los vndalos e idos los visigodos haba quedado el terreno a su disposicin?Qu los atrajo y cautiv de aquella pennsula cuyos campos y ciudades lucan asoladospor las secuelas de las pestes, la sequa, la hambruna y una brutal destruccin fsica enla que todos los protagonistas haban tenido arte y parte? No es razonable presumirque derrotados los hunos que los haban empujado, estaban pues dadas las condicionespara retornar a sus tierras de Hungra y de Polonia? Por qu no lo hicieron? Cmoexplicar adems su alianza militar con los romanos? Por ltimo, una pregunta claveque, no obstante, est ausente en la mayor parte de los textos: qu idioma hablaban losrenombrados ostrogodos? Nada hasta aqu nos permite dar respuestas razonablementeverosmiles a esas interrogantes? Busquemos pues otros derroteros.Teodorico haba nacido en el 455 dC, es decir, el mismo ao en que los vndalossaquearon Roma, y cuatro aos despus que la generacin de sus padres haba35Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 96 y p. 98.36Es poco verosmil que, como registran algunos autores, los ostrogodos estuvieran ubicados en elvalle bajo del Vstula.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 153contribuido a derrotar a los hunos en los campos Catalunicos de Francia. Si como seafirma, naci en Hungra, al norte del Danubio, bien pudo ser pues que sus padres noestuvieron como otros ostrogodos en los campos Catalunicos, o que despus de esaepopeya haban retornado a sus ricas tierras hngaras. Pero lo cierto es que el quellegara a ser el rey de los godos brillantes como los califica Robert Lpez 37,recibi luego una esmerada educacin en Constantinopla. Fue ste un premio especialpor la contribucin de los ostrogodos para librar de los hunos al desfalleciente imperio?No, como veremos, hay razones para pensar en otra posibilidad.Como fuera, el hecho incontrovertible es que Teodorico, y sin duda otrosostrogodos que estaban dentro del rea de influencia del Imperio Romano de Oriente,se educaban en Constantinopla. No eran pues extranjeros, ajenos y enemigos declaradosdel imperio. Los ostrogodos nos resulta tan evidente eran sbditos del imperio! Deall que en los campos Catalunicos, no como aliados como errneamente se siguediciendo en los textos, sino como parte de lo que iba quedando del ejrcito imperial,enfrentaron a los genuinos brbaros (extranjeros) hunos y sus aliados. El hecho deque fueran sbditos del imperio ayuda a explicar tambin que, como se sabe, noparticiparan en los saqueos de Roma.Teodorico el Grande, diablico para unos, y hroe sin tacha para otros de loshombres de su tiempo 38, y gobernante sabio 39 para algunos historiadoresmodernos, emprendi el viaje hacia Italia, cuando frisaba los 40 aos de edad,ostentando probablemente poder econmico y sin duda al mando de un destacamentomilitar no despreciable. Su objetivo militar no era destruir el imperio al que perteneca,

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    sino que tena los mismos visos de las guerras civiles que en tantas ocasiones habansacudido al imperio. Su nico y muy preciso objetivo era derrocar y sustituir aOdoacro, el militar que acababa de asumir el puesto de emperador de un rgimen queen la prctica ya no imperaba ni en Europa, ni en la pennsula italiana y ni siquiera enRoma. No obstante, todava resplandeca la estela de prestigio, de poder y de gloria delviejo y poderoso imperio y de los antiguos y omnmodos emperadores. Ello atrajo puesa Teodorico. Pero tuvo que resignarse a reinar en Ravena, dado que Roma tena yacuatro dcadas en ruinas tras los saqueos de los vndalos y visigodos.As, la ceguera y la ambicin llevaron a Teodorico y a los ostrogodos que loseguan a un trono sin reino que, sin embargo, coherentemente con el origen de estasgentes, fue legitimado por el emperador del Imperio Romano de Oriente 40. Esto ltimotambin avala la hiptesis del origen no extranjero y la condicin no brbara de losostrogodos.Teodorico el Grande, desde su trono en Ravena, fue incapaz de empinarse porencima de sus pares. En efecto, no logr su meta de organizar una confederacin quecoordinara el accionar de los reyes diseminados en lo que haba sido el antiguoterritorio imperial, desde Alemania hasta el frica 41. Fue incapaz de percibir que ya no37Lpez, El nacimiento..., p. 32.38Lpez, El nacimiento..., p. 33.39Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 97.40Lpez, El nacimiento..., p. 32.41Lpez, El nacimiento..., p. 32.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 154haba condiciones para restituir el viejo imperio. En fin, sin haber hecho realmentehistoria, figura en los textos como tantos otros, con una talla que, sin duda, no lecorresponde.A los ostrogodos se les viene atribuyendo la formacin de un reino que ocupabatoda la Italia actual, gran parte de Austria y de Hungra, y todo lo que hoy sonEslovenia, Croacia y Bosnia. Es decir, buena parte del territorio que va de la margenderecha del Danubio hasta el Mediterrneo. No resulta extrao que abandonaran deltodo los espacios que se les asigna como lugar de origen? No asoma ya comointerpretacin la posibilidad de que, a este respecto en la crisis final del imperiohubieran encontrado la oportunidad de abandonar las tierras que nunca consideraronpropias, para regresar a las tierras a las que secularmente sentan pertenecer?Eran pues ostrogodos los ostrogodos? Tal parece que no. Tal parece que eranromanos o, mejor an, genricamente italianos. Expliqumonos. Se dicetextualmente, por ejemplo, que el pueblo ostrogodo entero (...) pudo encerrarsedurante algunos meses en los muros de Pavia [al norte de Italia, muy cerca de Miln]sin desalojar siquiera a los habitantes 42. La frase del historiador norteamericanoRobert Lpez tiene una expresin absolutamente inverosmil: el pueblo ostrogodoentero. Ello es inaceptable si nos atenemos al hecho de que 80 aos antes delnacimiento de Teodorico muchos ostrogodos, huyendo de Atila, se dispersaron. Muchospues no estuvieron en Pavia. Por lo dems, debe pensarse que muchos, entre los que sinduda estaban los campesinos ms viejos, decidieran quedarse en Hungra y Polonia que,por lo menos para ellos, ya haban pasado a ser sus tierras.La frase de Lpez, no obstante, ofrece dos pautas muy valiosas. En primer lugar,queda claro que el ejrcito de ostrogodos que acompaaba a Teodorico, sin serdespreciable, no era tampoco muy numeroso. Cmo si no pudo guarecerse ntegro ydurante meses dentro de los muros de Pavia? Siendo as, cmo pudo entonces lograr lahazaa de conquistar Roma e Italia? A tanta debilidad haban quedado reducidas las

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    fuerzas del imperio que 40 aos antes haban sido capaces de derrotar a los hunos deAtila, a los que ms de una vez se ha atribuido el nmero de 700 000 entre adultos ynios?La cita del profesor Lpez da pie entonces para, en segundo trmino,preguntarnos: cmo entender la pacfica convivencia de Teodorico y los suyos con loshabitantes de Pavia? Sin duda, por el hecho de que Teodorico educado por losromanos en Constantinopla, recordmoslo, y todos los que lo acompaaban,hablaban el mismo idioma que sus improvisados anfitriones. Eran pues tan romanos oitalianos como ellos.Quines, pues, eran estos ostrogodos nuestros cada vez ms enigmticosbrbaros romanos contra los que nada ni nadie se interpuso en el camino haciaRoma? Nuestra hiptesis es que los tan nombrados ostrogodos no eran sino herederosde viejas colonias romanas, abandonadas durante siglos, cada vez ms a su suerte, y convnculos cada vez ms dbiles con el Imperio Romano que ya para la fecha era eldecadente y alicado Imperio Romano de Occidente.42Lpez, El nacimiento..., p. 27.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 155Asumamos pues, por un momento, que las dos ubicaciones en las que lahistoriografa ha ubicado a los ostrogodos correspondan a otros tantos grandesdestacamentos desplazados por el imperio para cuidar sus fronteras, en este caso las deDacia. Y no es arbitrario suponer que ambos fueron grandes destacamentos militares.Al fin y al cabo, tras la derrota de los cartagineses, el gran peligro para los romanos loconstitua el Imperio Persa, que tantos dolores de cabeza haba dado a los ejrcitos deGrecia, historia que insistimos muy bien conocan los estrategas romanos. Escompletamente razonable pues que los estrategas romanos siempre tuvieran el temor deun poderoso ataque persa por la retaguardia, que, bordeando el Mar Negro yatravesando Ucrania y Polonia, amenazara muy cerca a Roma. Tambin contra esosataques sorpresivos y de distante origen estaban curados de espanto los estrategasromanos, a raz de la increble incursin cartaginesa que haba liderado Anbal. ste como se recuerda, en vez de enfrentar directamente con su flota a los romanos, tratde sorprenderlos por la retaguardia, y, hasta con elefantes, cruz Gibraltar, Espaa yFrancia llegando a los Alpes. Pero, adicionalmente, tambin los germanos del norte deEuropa constituan un peligro latente contra el imperio, haba pues que protegerlo deellos. E incluso, en tercer lugar, era necesario apostar destacamentos de avanzada,dispuestos siempre para ampliar las conquistas territoriales.Aceptemos entonces que, durante los primeros siglos de la expansin imperial, losemperadores romanos ubicaron y mantuvieron a dos grandes destacamentos militaresen Hungra y en las proximidades de Polonia. En qu fecha ha registrado la historia laconquista de Hungra? Pues en el siglo I aC Y en qu fecha refiere la Historiatradicional que se encontraban los godos en el valle del Vstula? Pues tambin en elsiglo I aC. Debemos aceptar que se trata de una simple coincidencia. No, tal pareceque las dos distintas denominaciones que estamos utilizando destacamentos militaresromanos (en Hungra y Polonia) y ostrogodos , corresponden al mismo grupohumano, rebautizado al cabo de varios siglos.Es difcil imaginar lo que, al cabo de cuatro siglos, haba ocurrido con esosdestacamentos militares romanos? No estaban acaso compuestos, en todos los casos,por dos tipos de hombres: los que tenan poder y vnculos para, al cabo de un tiempo,lograr el relevo y el retorno a Roma; y las numerosas huestes, civiles y militares, quegeneracin tras generacin tuvieron que resignarse a permanecer en el rincn al quehaban sido confinados? Es harto comprensible que, sin perder la expectativa delretorno, miles y miles de soldados y trabajadores romanos, sin tener otra alternativa e

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    inadvertidamente, fueran progresivamente asimilando la cultura local usos ycostumbres, entonacin del idioma, etc., que paulatina e imperceptiblemente los ibadesromanizando cada vez ms. No por ello dejaban de considerarse, con orgullo,romanos. Tampoco es difcil imaginar que, cuando aparecieron los primeros apremioseconmicos del imperio digamos por ejemplo que durante la sequa de SanCipriano, los gobernantes romanos no pusieron como primera de sus prioridadesatender los sueldos de quienes estaban en los confines del imperio. Por el contrario, losabandonaron del todo y a su suerte. Pero no por ello stos dejaban de aorar Roma o deconsiderarse romanos o italianos.Imaginemos, por ejemplo, a un numeroso destacamento desplazado durante elrgimen de Augusto a la frontera noreste del imperio, esto es, y por entonces, a unterritorio prximo a se que hoy absurdamente se nombra como ostrogodo. Con eltiempo, y las conquistas siguientes, la guarnicin fue necesariamente desplazndoseLeyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 156cada vez ms al norte hasta que lleg al emplazamiento final en que la Historia ubica alos ostrogodos. Pues bien, Teodorico como estamos asumiendo y los de su edad,pertenecan, cuando menos, a la vigsima cuarta generacin: eran cinco vecestataranietos de los primeros que haban llegado. Pero, adems, constituan la dcimageneracin de exiliados cuya economa ya no dependa de Roma sino de ellos mismosque, en su inmensa mayora, estaban dedicados a la agricultura.Los haba pobres y los haba ricos. No es difcil imaginar que, llegado elmomento, cuando dejaron de remitirse los sueldos desde Roma, los de ms algo rangodel abandonado destacamento, se hicieran no slo de las ms ricas tierras, sino tambinde los campos ms grandes y de los ms numerosos hatos de ganado. Ellos y sus hijos ysus descendientes eran pues ricos. Pobres, sin duda, eran los descendientes de lossoldados. Los ricos, est claro, eran precisamente aquellos que podan mandar aestudiar a sus hijos a Constantinopla, a 1 000 kilmetros de distancia, donde, por suextirpe y pergaminos, eran bien recibidos. En este contexto, coherentemente, aunquesin dejar de llamarnos la atencin, durante mucho tiempo se denomin justamentegodo al rico y poderoso 43. Tal parece pues que Teodorico era rico y poderoso.Al cabo de veinticuatro generaciones en el destierro, Teodorico y los suyos habanperdido gran parte de la cultura romana, mas no el idioma. Tampoco la ambicin. Y seconsideraban romanos de alma y corazn, aunque haban perdido hasta el nombre.Ahora se les llamaba godos y ostrogodos. Mas, en extrema ausencia de rigor, en lahistoriografa tambin se les confunde con los visigodos.En la hecatombe del imperio, Teodorico encontr la ocasin no slo de regresar ala pennsula en donde haban nacido sus ms remotos antecesores, sino de hacerse delpoder, es decir, de lo poco que quedaba de l. l y sus huestes no fueron obstaculizadosa su paso por la pennsula, porque no iban arrasando ni incendiando pueblos. Teodoricoy la legin romana que comandaba atravesaron casi toda Italia con un slo objetivo:destronar al emperador de turno.En sta, como en casi todas las guerras civiles romanas, las masas muchas vecesslo participaban como mudos testigos de los acontecimientos. En sta, no obstante,tuvieron una importantsima participacin, que si bien la Historia ha recogido, no les hareconocido explcitamente el mrito. En efecto, los pobladores de Italia que los veanpasar, en el campo y en las ciudades, an cuando los escuchaban hablar en su mismoidioma, reconocan en l un acento extrao. Para estos campesinos y ciudadanos pobresque nada tenan de cosmopolitas, tambin les resultaban extraos los vestidos ycostumbres que de desconocidas y lejanas tierras traa esa desconocida legin deromanos enriquecidos. Todos, pues, contribuyeron a bautizarlos definitivamente comoostro (oriente) godos (ricos): hombres ricos de oriente.

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    Grupos transplantados por losromanos?De lo que muestra el Grfico N 22 resta pues hablar sobre los vndalos,visigodos, avaros, alanos y suevos que, a decir de la Historia tradicional, conjuntamente43Larousse Ilustrado..., p. 507.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 157con todos los anteriores formaran ese complejo conjunto de extranjeros que desde laperiferia asolaron al imperio.VndalosCmo y de dnde aparecieron los vndalos, los ms antiromanos 44 de losbrbaros? Diremos por lo pronto que como registra el grfico aludido, la Historiatradicional los ubica emplazados en la margen izquierda del Danubio, casi al centro delrecorrido del ro. Y que quiz el ms encumbrado de todos ellos lleg a ser Estilicn,uno de los ms clebres generales de las postrimeras del imperio, que lleg a casarsenada menos que con una sobrina del emperador romano Teodosio 45. Podemosimaginar a un extranjero ignorante, a un brbaro, por lo dems asentado tan lejos deRoma y de Constantinopla, adquiriendo sendos privilegios?Cundo partieron de su tierra para emprender el viaje a su punto de destino?No est claro. Pero s pues que, adems de recorrer gran parte del centro de Europa, yatravesar Francia, Espaa, Marruecos y Argelia, sorprendentemente se instalaron nadamenos que en Cartago (hoy Tnez en el Grfico N 22) en torno al 435 dC. Conello segn Grimberg 46, qued fundada la nueva Cartago.Cmo entender que un pueblo mediterrneo, intrnsecamente agrcola yganadero, distante cientos de kilmetros del mar, abandone las frtiles riberas delDanubio y termine al cabo de un prolongado y penoso viaje de casi 6 000 kilmetrosinstalndose en un territorio que, adems de agrcolamente pobre era intrnsecamentemarino?Y cmo entender ese sorpresivo calificativo de el ms antiromano de lospueblos brbaros? La historiografa tradicional dice que los vndalos saquearonRoma con brutal salvajismo en el ao 455 dC. La ciudad sostiene Grimberg 47 sufriun saqueo an ms horroroso que el que soportara con los visigodos 45 aos antes.Durante dos semanas se desmandaron las insaciables hordas por la ciudad y se llevarontodo cuanto tena algn valor.La campaa fue liderada por Genserico, a la sazn rey de los vndalos, y al que elhistoriador sueco reputa de origen germnico 48. A raz de ese terrible episodio de lahistoria, los vndalos, con su nombre, dieron pues origen a la palabra vandalismo?La nueva Cartago vengaba a la antigua dice al respecto sin inmutarse el mismohistoriador. Debemos admitir que aquellos agricultores, los recin llegados habitantesde la nueva Cartago, slo con respirar el viejo aire de la ciudad adoptaron tan grandeodio contra Roma?44Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 98.45Grimberg, Historia, T. 10, p. 37.46Grimberg, Historia, T. 10, p. 50.47Grimberg, Historia, T. 10, p. 49.48Grimberg, Historia, T. 10, p. 42.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 158Y por qu despus de la toma y saqueo no se instalaron en o en torno a Roma como habra sido lo lgico, sino que ms bien, cumplido su cometido, volvieron amarcharse?

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    Y cmo llegaron y retornaron de Roma, acaso por tierra? No, Grimberg nos lospresenta a slo veinte aos de haber llegado a Cartago en una flota surcando ladesembocadura del Tber en camino al saqueo de Roma 49. As, sin pudor ni empachoalguno, los expertos agricultores y ganaderos del Danubio, resultan transformados porel gran historiador sueco, casi de la noche a la maana, en expertos navegantes. Aunqueinslita y extraordinaria, esa tremenda metamorfosis no ha asombrado ni llamado asospecha a muchos historiadores.Pues bien, en funcin al destino al que arribaron, y en funcin a su ostensibleanimosidad contra Roma, resulta inevitable que venga a la mente la imagen de los 120aos que ocho siglos antes estuvieron cruentamente enfrentados cartagineses yromanos. E inevitable asimismo que la mente evoque que los romanos sellaron sutriunfo destruyendo completamente la gran ciudad de Cartago, lo que por cierto noimplic el exterminio de los cartagineses. Cartago debe por lo dems recordarse,haba sido fundada por los fenicios, as, los habitantes de la ciudad tenan pues la sangredel pueblo fundador.No resulta entonces verosmil que tras esos dramticos acontecimientos losromanos hubieran obligado a los sobrevivientes de Cartago a desplazarse hasta elDanubio, en la creencia ciertamente errnea, de que as borraban del mapa y de lahistoria al pueblo cartagins? Y que aquellos que fueron desplazados a la margenderecha del Danubio o sus descendientes como muchos otros decidieron escapar delyugo imperial cruzando todos o gran nmero de ellos a la otra orilla del caudalosoro, desde donde a la postre partieron de retorno hacia la tierra de sus padres?Ninguno de sus avatares, ni los siglos de distancia, habran de borrar de susmentes la historia de sus antepasados, es decir su propia historia, que haba pasado deboca en boca, generacin tras generacin. As, la memoria de Anbal les resultabaimperecedera; el recuerdo de sus glorias martimas los jalaba hacia el ocano en el quehaban protagonizado sus hazaas. A su turno, el recuerdo de la destruccin de Cartagoconverta a Roma en el ms anhelado objetivo de su venganza. Y la vengaron conprocedimientos que es propio admitirlo no fueron ms brbaros que los que habanempleado los cultos romanos cuando arrasaron Cartago.Por su parte, quines eran y de dnde aparecen los visigodos, alanos, avaros ysuevos? Y por qu, ellos tambin, al cabo de largusimos recorridos, pudindose quedaren cientos de distintos espacios de Europa, por igual la atravesaron ntegramente para,cruzando los Pirineos, establecerse precisa y finalmente en Espaa? Llegaron a Espaatambin por accidente? O era se y no otro el destino que se haban prefijado? Y porqu habran querido sealar a Espaa como el fin de su marcha?Para responder a estas interrogantes valdr la pena volver a tener en mente que losromanos, as como habran erradicado de sus tierras del norte de frica a loscartagineses, definitivamente s lo hicieron con muchos otros pueblos. Ya vimos que el49Grimberg, Historia, T. 10, p. 49.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 159historiador espaol Altamira afirma que los romanos (...) aplicaban procedimientosduros y crueles, desterrando a puntos lejanos grupos enteros de poblacin... 50As, entre otros, y durante la conquista de Espaa, los romanos habran desterradoa remotos parajes del imperio a los fenicioespaoles, esto es, a los herederos de losprimeros fenicios que siglos atrs se haban instalado en el sur de la pennsula ibrica,especialmente en torno a Cdiz. Pero tambin a los destacamentos feniciocartaginesesque se encontraban en ella en calidad de grupos de ocupacin en nombre de Cartago. Ya los griegocatalanes, esto es, a los descendientes de los griegos que tambin desdesiglos antes ocupaban diversos puntos de las costas ibricas, pero en particular las deCatalua. Y, ciertamente, a grupos de diversos pueblos cantbricos gallegos, astures,

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    vascos del norte de la pennsula Ibrica.Avaros AlanosPues bien como se ha visto en el Grfico N 22, para las postrimeras delImperio Romano, Barraclough 51 ubica a los avaros fsicamente cerca de los alanos,unos y otros a orillas del Mar Negro, colindantes con las dos ms remotas y aisladascolonias del imperio.Agrguese a la proximidad fsica entre ellos el hecho de que la similitudlingstica e incluso fontica de ambos nombres es indiscutible. Todo ello da pie parapensar que efectivamente correspondan a un mismo pueblo que, por aadidura fuetambin genricamente denominado godo.Qu significa avaro? Pues no otra cosa que tacao y usurero, caractersticasque, por lo general, tambin han estado asociados con el rico y poderoso, es decir, conel godo. Por lo dems, es milenaria la asociacin que se ha hecho entre avaro yfenicio. Se tratar de una simple coincidencia?50Rafael Altamira, Historia de la civilizacin espaola, Edit. Crtica, Barcelona, 1988, p. 83.51Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 69.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 160Y en qu fecha ubica la historiografa a estos avaros / alanos asentados en Escitiaal noreste del Mar Negro y en las riberas del Dniper, es decir, en los lmites delextremo nororiental del imperio, y a tiro de piedra de los persas 52 (D) y (E) en elGrfico N 22? Pues en el siglo II aC. En qu fecha los romanos invadieron Espaaen su lucha contra Cartago, y empezaron a desterrar a los fenicios o fenicioespaolescomo los hemos denominado antes radicados en el sur de la pennsula ibrica? Puestambin en el siglo II aC. Tenemos que admitir que se trata tambin de una simplecoincidencia? No seran entonces estos avaros que desde Escitia llegaron a Espaa losdescendientes de los fenicios que los romanos derrotaron, conquistaron, esclavizaron ydesterraron precisamente de Espaa?Podra objetarse que no, argumentndose que los avaros de Escitia eran un pueblolibre y vecino y, en consecuencia, ajeno al imperio? Pero sern los propios protagonistasquienes nos aclaren las cosas. As, Sinesio, romano de la poca, escribi:En toda familia acomodada hay un esclavo escita... 53.Los avaros de Escita, pues, no eran extraos al imperio, sino parte de los pueblosconquistados y esclavisados por el poder hegemnico romano.Pues bien, a la cada del imperio, a la mayor parte de los avaros o alanos, tras sulargusima caminata, no les interes tanto llegar a Espaa, sino a un rincn muy especialde ella. As, una vez en la pennsula, la atravesaron ntegra y terminaron refugindose enel extremo sur, en general, en las proximidades de Gibraltar, el territorio que losromanos denominaron Btica o Batica 54; y, en particular, en torno a Cdiz.Es decir, exactamente al territorio de donde haban sido desterrados los fenicioespaoles. Debemos admitir que esta es slo una nueva, aunque ya exageradacoincidencia, pero que contribuira a dar mayor verosimilitud a nuestra hiptesis?No es verosmil como proponemos, que estos avaros o alanos del Mar Negrofueron descendientes de los fenicioespaoles que haban sido esclavizados ydesterrados de Cdiz por los conquistadores romanos? No habra sido esa una raznabsolutamente suficiente para que, llegado el momento, quisieran precisamente regresara Espaa y dentro de ella a Cdiz, en vez de asentarse en cualquier otro lugar deEuropa?Por qu a estos avaros o alanos, genricamente se les denomin tambingodos? Eran acaso tambin ricos y poderosos? Sin duda, as como haba esclavospobres entre ellos, haba tambin hombres que haban alcanzado a ser libres, primero, yricos y poderosos, despus.

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    52A este respecto, el mapa que presenta Barraclough en la p. 69 de su Atlas de la Historia esconcluyente.53En Carl Grimberg, Historia..., T. 10, p. 38. La cursiva es nuestra.54Altamira, Historia de la..., p. 95. Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 64.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 161Muchos de estos avaros o alanos por cuyas venas corra casi impoluta la sangrefenicia, en el transcurso de los siglos de exilio haban conseguido hacerse ricoscontrolando el comercio, como bien les ensearon sus abuelos, pero esta vez entre lospueblos persas y los del extremo oriental del Imperio Romano, tanto en el Mar Negrocomo remontando el Danubio.Coincidentemente, Sinesio habla adems de la existencia de escitas corruptoresde la [burocracia] 55. Quines sino los ricos y poderosos podan corromper a laburocracia romana?Los romanos que tomaron la decisin de originalmente recluirlos tan lejos, nuncasupieron que, adems, esas colonias se contaran entre las primeras en enterarse, siglosdespus, de la presencia de los hunos que, en interminables oleadas de migracin, perotambin de asalto, llegaran desde el centro del Asia, desde miles de kilmetros dedistancia.Puede presumirse que las familias ricas de escitas avaros o alanos, para no verreeditado en ellos el drama de sus antepasados, salieron en estampida de las tierras queocupaban, tan rpido como divisaron y soportaron las primeras y multitudinariasavanzadas de hunos. La fuga y trnsito de aqullos por Europa, que en los siglos demayor podero del poder imperial era inimaginable, resultaba en las nuevascircunstancias posible pues el imperio sufra ya los extertores de la muerte, el descontrolsobre el territorio era casi absoluto.Habiendo partido casi simultneamente con los visigodos, aunque desdemuchsimo ms lejos, llegaron a Espaa cinco aos antes que stos, pero casisimultneamente con el primer contingente de vndalos. No obstante, la conducta de lagran y final oleada de vndalos marcara la real diferencia con los avaros o alanos queslo buscaron salvar el pellejo.La historiografa espaola afirma que, veinte aos despus del arribo de losavaros o alanos a Espaa, fueron expulsados de ella por los visigodos en el ao 429.Vale la pena tratar de entender esa violenta conducta de los visigodos o, si se prefiere,tamaa animosidad. Pero lo veremos algo ms adelante.De otro lado, no es digna de sospecha la coincidencia de que los vndalos quepresumimos herederos tanto de los cartagineses, o, si se prefiere, de los feniciocartagineses de Cartago; como de los feniciocartagineses del sur de Espaa, y losavaros que a su vez presumimos herederos de los fenicioespaoles del sur de lapennsula ibrica, llegaran simultneamente a sus respectivos destinos?Bien puede suponerse que su comn extirpe fenicia hubiera sido la que motivarauna buena y fluida comunicacin entre ellos, facilitada por el Mar Negro y el Danubio como claramente se aprecia en el Grfico N 24.55En Grimberg, Historia..., T. 10, p. 38.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 162Debe por ltimo recordarse que los fenicioespaoles, en Cdiz, como losfeniciocartagineses, en Mlaga y Cartagena, compartieron en Espaa un mismoterritorio: Andaluca.No resulta sorprendente que, al retornar siglos despus, su nombre (vndalos) como lo afirma el propio y erudito Grimberg, parece hallarse en la etilomoga de la vozAndaluca (Vandaluca)... 56.

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    No resulta absolutamente sugerente que llegaron precisamente con el nombre delterritorio al que arribaron? No habra sido ms lgico que llegaran con el nombre delterritorio de donde venan? Puede todo ello tratarse, tambin, slo de simplescasualidades? Deja por el contrario de ser una simple casualidad si asumimos quellegaron a Andaluca (Vandaluca) los herederos de muchos de los que haban sidoprecisamente desterrados de Andaluca.VisigodosLos visigodos, por su parte, provenan, segn se ha visto (C) en el Grfico N 22y como tambin se aprecia en el Grfico N 24, de la ribera norte o margen izquierdadel Danubio. Y, conforme lo sostiene la historiografa tradicional, en una marcha demiles de kilmetros, atravesaron gran parte del territorio de Europa para establecerse yfundar un reino en la pennsula en Espaa.Dice la historiografa tradicional que como los vndalos, los visigodosabandonaron sus tierras en el 370 de nuestra era, presionados por otros brbaros quevenan del este huyendo de las huestes de Atila 57. Y tambin se nos dice que, ocho aosms tarde, en el 378 dC, doblaron las campanas que anunciaban la muerte del imperio,[las legiones romanas quedaron] aniquiladas por el ataque de la caballera visigoda 58.56Grimberg, Historia, T. 10, p. 42.57Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 96.58Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 96. La cursiva es nuestra.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 163Resiste el ms mnimo anlisis que un pueblo que huye despavorido fuera capazde aniquilar a las legiones romanas? Por qu los estrategas romanos concentraron suatencin en estos prfugos si el gran enemigo, como se nos ha dicho, eran los temibles ynumerossimos hunos? Debemos aceptar que los visigodos eran tan necios de enfrentara las legiones romanas cuando les pisaban los talones los temidos hunos? Es que noerams sensato desperdigarse por los campos y esconderse en los bosques y lagunasinaccesibles, como lo haban hecho los pueblos durante la cacera de Julio Csar? Noera tambin ms razonable cambiar de rumbo para dar paso a que los romanos seenfrenten directamente y se eliminen con los hunos? Y por ltimo, como ms tarde loharan los ostrogodos, no era ms sensato aliarse con los romanos para juntos enfrentarcon mayores posibilidades de xito a los hunos, el enemigo comn?Las cosas se nos complican an ms si retomando la imagen de los Grficos N22 y N 24, observamos la ubicacin de Adrianpolis, all donde los visigodos, a pesarde estar supuestamente huyendo en estampida, destrozaron a las legiones romanas.Resiste algn anlisis imaginar que Adrianpolis al sudeste de su punto de partidaestuviera en el camino de su marcha de huida? No es evidente ms bien que llegar aAdrianpolis constitua un evidente desvo que la historiografa tradicional no tienecmo ni ha intentado explicar?Treintids aos ms tarde, siempre supuestamente en su marcha de huida, se nospresenta a los visigodos, tomndose el no pequeo esfuerzo de desviarse 500 kilmetrosde ida y otros tantos de vuelta, para saquear Roma en el ao 410 dC. Eran tan neciosde arriesgarse nuevamente, pero esta vez para que la mancha de hunos les tapone lasalida hacia el continente y los arroje irremediablemente a que se ahoguen en elMediterrneo? Pues bien, sern otros datos y otras interrogantes las que nos saquen delatolladero.Su actuacin en la capital del imperio sacudi al mundo civilizado como anotaBarraclough 59. Saquearon [Roma] durante tres das y tres noches dice esta vezGrimberg 60, y agrega que salieron de ella cargando un inmenso botn y un nmero

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    incontable de prisioneros, entre ellos a la hermana del emperador. Cumplido suobjetivo, pudiendo quedarse en Roma o en las campias de Italia las despreciaron,reiniciando el largo viaje a pie que finalmente los llev hasta Espaa. Por qu ellospues tambin a Espaa?Por qu pudiendo adems quedarse en Francia siguieron adelante? Qu los llevo qu los llevaba hasta Espaa? Y por ltimo, por qu, como lo haban hecho losvndalos, los visigodos en cambio no cruzaron Gribaltar ni siguieron adelante, sino quese estacionaron pues en la pennsula Ibrica?Ser que, como hemos supuesto para los avaros o alanos y los vndalos, losvisigodos tenan tambin un objetivo preciso y slo uno, y que ste fuera precisamentellegar a Espaa y slo a ella?59Barraclough, Atlas de la Historia..., p. 96.60Grimberg, Historia, T. 10, p. 39.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 164El origen de su larga marcha nos da una primera pauta para la respuesta. Y es queel origen de los visigodos fue la Dacia romana, esto es, ni ms ni menos que Rumaniaactual. Rumania, como se sabe, es el nico pueblo del este de Europa con lengua deorigen latino. La historiografa tradicional atribuye esa caracterstica a la colonizacinromana, desde la conquista de esos territorios y pueblos durante el imperio de Trajano,en el siglo II dC.Pero si la colonizacin romana fuera la razn del origen latino del idiomarumano, tanto o ms deberan tener esa caracterstica los idiomas de Suiza, Blgica, delos germanos del oeste del Rin, de los austriacos, eslovenos y croatas, todos los cualesestuvieron hasta fsicamente, ms cerca de la influencia romana que los rumanos, e,incluso, durante un perodo ms prolongado que stos. Tal parece, pues, quenecesitamos una razn ms coherente y convincente que sa. Tratemos de encontrarla.A dnde fueron a parar en los primeros siglos de expansin imperial losconquistados, esclavizados y desterrados griegocatalanes que expulsaron los romanosde sus ricas, pobladas y prsperas viejas colonias del noreste de Espaa (vase elGrfico N 23)?No es difcil imaginarlos por ejemplo, e hipotticamente, siendo trasladados poroleadas, durante las primeras dcadas de expansin imperial, a la Bulgaria de hoy, al suro margen derecha del Danubio. Tampoco es difcil imaginar que, duros e indciles comohaban sido con sus conquistadores romanos, muchos de ellos atravesaran el Danubiopara establecerse en la Dacia, fuera del alcance del yugo imperial.All la masiva presencia peninsular griegocatalana fue sin duda perfilandopaulatinamente el carcter latino al idioma del pueblo nativo.Debe sin embargo tenerse en cuenta otro aspecto importante. Y es que lascaractersticas de la resistencia peninsular contra los romanos nos permiten imaginar amuchos de los ms cultos, prsperos y experimentados griegocatalanes siendoexpulsados de sus tierras y llevados a esos pobres, poco poblados y poco desarrolladosterritorios de Bulgaria, y de donde huyeron hacia los no menos pobres y poco pobladosde la vecina Dacia.As, su influencia de todo orden en el territorio al que llegaron debi serrelativamente grande, asombrando con sus conocimientos a los nativos. Ello, sin duda,les concedi gran ascendiente. Y esto, a su turno, facilit la dispersin en ese territoriodel idioma o, mejor, de la mezcla de idiomas latinos que traan.Cientos y miles de descendientes de esos griegocatalanes habran ido naciendo,creciendo y multiplicndose en la Dacia, pero conservando en la mente el orgullo yamor por su patria de origen y su profunda identificacin como griegocatalanes.Si grupos enteros de poblacin griegocatalana haban sido expulsados de su

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    tierra en el siglo II aC, no debi ser insignificante respecto de la poblacin nativa elnmero de los descendientes e hijos mestizos de los migrantes asentados en la Dacia,hacia el siglo II dC, al cabo de cuatro siglos de estancia, cuando Trajano emprendi laconquista de esos territorios y su incorporacin al imperio.Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 165La Dacia (Rumania) fue una de las ltimas conquistas imperiales. Por qu laemprendi Trajano y no alguno de sus predecesores? Sera acaso porque Trajano fue elprimer hombre que lleg a ser emperador romano habiendo nacido precisamente enEspaa 61 y, sin duda, habiendo aprendido de nio el idioma de los peninsulares?Es verosmil pues que Trajano hubiera considerado que la avanzada peninsularque de hecho estaba instalada en la Dacia facilitaba enormemente el sometimiento deese territorio. Y que el idioma comn entre l y esa avanzada facilitaba tambin lascosas. Y no debera extraarnos que, por iniciativa del propio Trajano, la conquista de laDacia hubiera reportado grandes beneficios a ms de uno de los descendientes de lostrasplantados griegocatalanes all asentados.Qu caractarsticas tuvo la conquista romana de la orilla norte del Danubio en laDacia? No hemos encontrado informacin pertinente, mas en el contexto que venimosdesarrollando, no sera de extraar que esa conquista romana hubiera tenido, ms quemilitares, ribetes polticoadministrativos. En todo caso ello puede desprenderse de lasiguiente afirmacin del historiador espaol Rafael Altamira: los visigodos vivieronmucho tiempo en contacto pacfico con los romanos 62.Cmo explicar ese contacto pacfico? Pues es muy probable que por el hechode que las presunciones de Trajano fueron acertadas. Esto es, que la comunidadidiomtica con la avanzada peninsular asentada en la Dacia ya varios siglos, reportmagnficos resultados de intermediacin y entendimiento entre las huestes de Trajano ylos habitantes de la Dacia. As, la animosidad contra los nuevos contingentes romanos,tanto de los nativos originarios, de sus viejos huspedes descendientes de griegocatala-nesy de los comunes hijos mestizos de ambos grupos, quiz ni siquiera existi o,en su defecto, fue menor que la de otros pueblos conquistados.Sobre las caractersticas de la poblacin asentada en la Dacia que encontraron laslegiones de Trajano, hay un aspecto complementario en el que generalmente poco serepara, pero que es de enorme importancia. En efecto, despus de los enfrentamientosde resistencia durante la conquista de la pennsula Ibrica en el siglo II aC, y luego de lasrepresalias y genocidios perpetrados por los romanos, no debemos estar muy lejos de laverdad si estimamos que, en su gran mayora, la poblacin exiliada de griegocatalanesque lleg a la Dacia estuvo conformada mayoritariamente por mujeres, nios yancianos. Esa poblacin trasplantada, a la que nos resistimos a imaginarautoextinguindose, slo pudo pervivir mezclando su sangre con la de los nativos de laDacia.As, en el siglo III dC, es decir, poco antes del inicio de la gran marcha de retorno,ya se haban cumplido cinco siglos de estancia y mestizaje cultural, tnico eidiomtico en las riberas del Danubio. Haban pues transcurrido venticincogeneraciones. Todos los descendientes de los primeros exiliados, sin excepcin, habannacido all. Todos, sin excepcin, eran tataranietos mestizos de pobladores que, a su vez,eran tataranietos de quienes tambin haban nacido all. Todos, sin la ms mnima duda,tenan en sus venas sangre de la pennsula y sangre del Danubio.61Ello, sin embargo como razona Amrico Castro (en Sobre el nombre..., p. 42) no le otorgaba aTrajano la condicin de espaol. Trajano, como Sneca, era, simple y llanamente, un romano nacido en Espaa.62Altamira, Historia de la..., p. 96. La cursiva es nuestra.Leyes de la historia? Tomo

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    II / Alfonso Klauer 166Mas para esa fecha, un siglo haca ya a su vez que esa mixtura de pobladores de laDacia alternaba y se mezclaba con los legionarios romanos que emplaz Trajano en eseterritorio. Los mismos que, como hemos presumido para el caso de los ostrogodos, alentrar en crisis el imperio, fueron tambin abandonados a su suerte, de modo que parasupervivir se vieron precisados a integrarse con sus anfitriones de manera an msintensa.Con qu gentilicio entonces se identificaban? Es decir, cmo se designaban a smismos los descendientes de los desterrados originales? Cmo llamaban stos a losnativos propiamente dichos? Cmo denominaban los nativos a los viejos migrantes y alos legionarios que recientemente haban llegado? Y, finalmente, cmo denominabantodos ellos a sus comunes y mestizos descendientes que muy probablemente eran ya lamayora dentro del conjunto de la poblacin de la Dacia?A este propsito, bien vale recordar que as como los cretenses bautizaron a loscomerciantes del extremo este del Mediterrneo como fenicios, y los romanosrebautizaron con xito como griegos a los helenos, muchos pueblos terminanllamados no como ellos a s mismos se denominaban, sino tal y como otros losllamaron.Pues bien, ya no resulta muy riesgoso presumir pues que el gentilicio de los cuatrogrupos de la poblacin de la Dacia hacia el siglo III dC el anfitrin nativo, losdescendientes no mestizos de los viejos inmigrantes, los miembros de los destacamentosmilitares romanos que ya haban acumulado all un siglo, y los hijos mestizos de los tresgrupos anteriores terminara siendo virtualmente el mismo. Pero cul era?Durante cuatro siglos, antes de la conquista oficial de la Dacia, el nombre que msse repeta en Europa era romanos. As, no es difcil imaginar que los nativosoriginales de la Dacia identificaran con ese nombre a los desterrados griegocatalanesque haban llegado como inmigrantes e invasores a su territorio: sin duda los veancomo romanos (pronuncindolo como rumanos), por el hecho de haber sidollevados o empujados all precisamente por los genuinos romanos. Los dacios, pues,para denominar de alguna manera a los nativos, creyeron que haban llegado romanosy los llamaron as de all en adelante.Pero tampoco es difcil imaginar que tras adquirir gran prestigio entre la poblacinnativa, y al cabo de muchas generaciones de tener hijos mestizos con ella, los viejosinmigrantes terminaran por esta va, sin pretenderlo, endosando a sus hijos mestizos elnombre que a su vez les haba sido endosado a ellos. As, los invasores los herederosde los griegocatalanes, los invadidos los nativos de la Dacia, y sus hijosmestizos, quedaron todos convertidos en romanos, del que es evidente habraderivado fonticamente rumanos. Y, sin duda, desde la llegada de los legionariosromanos de Trajano el comn gentilicio qued totalmente consagrado.En todo caso, todava los lingistas tienen la palabra: efectivamente Roma yromanos, dieron origen a Romnia como oficialmente y en su propia lengua sellama hoy Rumania, y a rumanos su gentilicio en castellano?Leyes de la historia? TomoII / Alfonso Klauer 167Pero tambin debern explicar por qu precisamente en idioma cataln convalidando nuestra hiptesis del origen griegocataln de los visigodos, Rumania seescribe Romania, esto es, casi exactamente igual pues que en el idioma rumano 63.Tratemos de comprender entonces ahora el comportamiento de estos romanos rumanos, presuntos descendientes pues de griego-catalanes, y a la postrevisigodos, que salieron desde el Danubio con destino a Espaa. Y prescindamos porun instante de la idea de que fueron empujados por la invasin de los hunos. Quseas haban recibido para suponer que la hora del retorno haba llegado? Ellos, segn

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    se nos ha dicho, partieron hacia el ao 370 dC (coincidiendo sin embargo con la llegadade las primeras oleadas de hunos a Europa).Pues bien, en el siglo anterior (en el ao 235 aC), el