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leyes
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Universidad Andrés BelloFacultad de ciencias de la rehabilitación Terapia Ocupacional
Segundo informe práctica Profesional CREAD Playa Ancha
Leyes de la infancia en Chile
En la actualidad la protección de los derechos de los ciudadanos corresponden
una de las funciones primordiales de cada nación, basadas en la declaración de los
derechos humanos donde se plantea el reconocimiento de que cada persona, incluido los
niños, gozan de derechos consagrados y que es deber de los Estados promover y
garantizar su efectiva protección ( Cillero, 1997), en ella se menciona en el artículo 3
"Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
La protección de los derechos del niño se basan en el perfeccionamiento gradual de la
corriente más universal de progreso de la garantía de los derechos humanos que se
expresa a través de instrumentos jurídicos (Cillero, 1997). Estos Derechos de la infancia
se encuentran plenamente estipulados en la Convención sobre los derechos del niño, la
cual fue aprobada como tratado internacional de derechos humanos el 20 de noviembre
de 1989.
La Convención de los derechos del niño a lo largo de sus 54 artículos, reconoce que los
niños son individuos con derecho de pleno desarrollo físico, mental y social, y con
derecho a expresar libremente sus opiniones, entendiendo al niño como todo ser humano
menos de 18 años de edad. La cual ah implicado un cambio radical en la concepción de la
infancia, transformando a los niños y niñas en sujetos de derechos y regulando desde
esta perspectiva su situación jurídica y sus relaciones con la familia, la sociedad y el
Estado.
Una de las características más importantes de la Convención sobre los Derechos del Niño
es su integralidad, esto es, abarcar todas las dimensiones de la vida y desarrollo de las
niñas y los niños, además de tener el carácter de ser interdependiente, es decir, se exige
la satisfacción conjunta de todos los derechos. Se estructura a su vez a partir de ciertos
principios como los de interés superior del niño, la no discriminación, la efectividad y el de
la autonomía y la participación (Cillero M., 1997)
Esta, como primera ley internacional sobre los derechos de los niños y niñas, es de
carácter obligatorio para los Estados firmantes. Se menciona dentro de su Articulo 2 " Los
Estados Partes respetarán los derechos enunciados en la presente Convención y
asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin distinción alguna,
independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política o
de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos
físicos, el nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus
representantes legales". También menciona que "Los Estados Partes tomarán todas las
medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda forma de
discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones
expresadas o las creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares".
El estado chileno consciente de que la protección de los derechos del niño requiere de
una estructura legislativa y una institucionalidad publica acorde a los mandatos
establecidos en la Convención sobre los Derechos del Niño, se agrega a esta, entrando
en vigencia el 13 de agosto de 1990 (De infancia y adolescencia, 2012).
Desde la vigencia de la Convención sobre los Derechos del Niño se ha ido avanzando en
la adecuación de los instrumentos para la efectividad de los derechos, como reformas
legales, institucionales, de políticas públicas y prácticas sociales. De esto en el 2001 se
aprobó la Política y Plan Nacional de Infancia y Adolescencia que recoge los principios y
derechos consagrados en la Convención. Su objetivo es ser un instrumento de
planificación intersectorial para facilitar una nueva forma de hacer política pública en torno
a la infancia, desde la integralidad de sus derechos (Zanzi O. 2005).
La Política Nacional a favor de la Infancia y la Adolescencia reconoce como derechos
generales de todos los niños, niñas y adolescentes que vivan en Chile, los siguientes:
1. Derecho intrínseco a la vida.
2. Derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y a preservar su
identidad.
3. Derecho en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos, y
a preservar las relaciones familiares de conformidad con la ley, sin injerencias ilícitas.
4. Derecho de todo niño a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental,
espiritual, moral y social.
5. Derecho a beneficiarse de la seguridad social.
6. Derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el
tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud.
7. Derecho del niño a la educación.
8. Derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades
recreativas propias de su edad.
9. Derecho a ser protegido contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental,
descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual.
10. Derecho a ser protegido contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias
sicotrópicas.
11. Derecho a estar protegido contra la explotación económica.
12. Derecho del niño a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión.
13. Derecho a la protección de la ley contra injerencias arbitrarias o ilegales en su vida
privada..
14. Derecho del niño a expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan,
teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño.
15. Derecho del niño a la libertad de expresión.
16. Derecho del niño a participar plenamente en la vida cultural y artística.
17. Derecho del niño a la libertad de asociación.
18. Derecho del niño y de sus padres a salir de cualquier país, incluidos el propio y de
entrar en su propio país para los efectos de la reunión de la familia.
Así mismo, la Política Nacional a favor de la Infancia y la Adolescencia reconoce como
derechos especiales de los niños, niñas y adolescentes que vivan en Chile, los siguientes:
1. Derecho del niño que esté separado de uno o de ambos padres a mantener relaciones
personales y contacto directo con ambos padres de modo regular.
2. Todo niño cuyos padres residan en Estados diferentes tendrá derecho a mantener
periódicamente, salvo en circunstancias excepcionales, relaciones personales y contactos
directos con ambos padres.
3. Los niños cuyos padres trabajan tengan derecho a beneficiarse de los servicios e
instalaciones de guarda de niños para los que reúnan las condiciones requeridas.
4. Derecho a la protección y asistencia especiales del Estado, de los niños temporal o
permanentemente privados de su medio familiar.
5. Derecho del niño con discapacidad a recibir cuidados especiales.
6. Derecho del niño que ha sido internado en un establecimiento por las autoridades
competentes para atención, protección o tratamiento de su salud física o mental a un
examen periódico del tratamiento a que esté sometido.
7. Derecho del niño indígena o el que pertenece a minorías étnicas, religiosas o
lingüísticas, a tener su propia vida cultural.
8. Todo niño privado de su libertad tendrá derecho a mantener contacto con su familia por
medio de correspondencia y de visitas, salvo en circunstancias excepcionales.
9. Todo niño privado de libertad tendrá derecho a un pronto acceso a la asistencia jurídica
y otra asistencia adecuada.
10. Derecho de todo niño de quien se alegue que ha infringido las leyes penales o a quien
se acuse o declare culpable de haber infringido esas leyes a ser tratado de manera
acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que fortalezca el respeto del
niño por los derechos humanos y las libertades fundamentales de terceros y en la que se
tengan en cuenta la edad del niño y la importancia de promover la reintegración del niño y
de que éste asuma una función constructiva en la sociedad.
Entorno a estas premisas, la implementación y la protección de los derechos en la
infancia en Chile se promueven políticas tanto universales como focalizadas. Las políticas
universales definidas según el Instituto Interamericano del Niño (IIN, 2003) como la
expresión de un deber del Estado y de un derecho de los niños y las niñas, de los jóvenes
y de las familias de toda la sociedad. En muchos países, estas políticas y los programas
que se implementan tienen rango constitucional, y usualmente se refieren a servicios
básicos de salud, educación, vivienda y alimentación, entre otros. Son universales en la
medida que están disponibles para toda la población infantil, sin discriminación alguna
como por ejemplo el sistema de protección a la primera infancia Chile Crece Contigo,
donde todos los niños y las niñas, sin discriminación de origen, religión o etnia, quedan
automáticamente incorporados al sistema a contar del primer control de embarazo de la
madre (Ministerio de Planificación, 2007), como se promueve en el artículo 9 de la ley
20379 " Créase el subsistema de Protección Integral de la Infancia, denominado "Chile
Crece Contigo", cuyo objetivo es acompañar el proceso de desarrollo de los niños y niñas
que se atiendan en el sistema público de salud, desde su primer control de gestación y
hasta su ingreso al sistema escolar, en el primer nivel de transición o su equivalente".
Las políticas focalizadas definidas igualmente por el Instituto Interamericano del Niño (IIN,
2003) tienen como objetivo procurar igualar las oportunidades de aquellos niños, niñas y
adolescentes que se encuentran en situación de vulnerabilidad. Es decir, la población
beneficiaria de estos programas o prestaciones son aquellos niños, niñas y adolescentes
que tienen bloqueadas las oportunidades de desarrollar sus potencialidades, de
compensar déficits, o de integrarse o reintegrarse a sus familias, a sus comunidades, al
sistema educativo o al mercado laboral formal. En Chile estas políticas son
implementadas por el Servicio Nacional de Menores (SENAME), orientadas a niños y a
niñas que han sufrido alguna vulneración de derechos, o se encuentran en situación de
riesgo o de vulnerabilidad social a causa de problemas de convivencia dentro de sus
familias, problemas de tipo conductual o por haber infringido la ley (Andrade C., 2010)
El enfoque de derechos empieza a ser utilizado como un concepto desde fines de los
años noventa del siglo XX, para dar cuenta del grado de involucramiento que tenían las
políticas públicas dirigidas a la infancia, niñez y adolescencia, con los principios
planteados por la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN). Estas políticas hacen
una enunciación de los derechos correspondientes pero no dan cuenta de las implicancias
prácticas que estos derechos tienen en la implementación de ellas. El enfoque de
derechos convoca a concebir al niño, a la niña o adolescente como tal, como el referente
inevitable, aquel o aquella que no podemos evitar y esto es lo que la Convención sobre
los Derechos del Niño consagra en el principio del interés superior del niño (Cusianovich,
2007). Lo que significa plena satisfacción o satisfacción integral de todos sus derechos.
En relación a la Terapia Ocupacional, la intervención debe constituirse en un espacio de
desarrollo y empoderamiento colectivo de los niños, niñas y adolescentes, asumiendo la
responsabilidad profesional de aportar sus conocimientos para que el proceso se pueda
dar en este sentido, igualmente es importante la creación de un vínculo y este tiene que
ser expedito, fluido y respetuoso. En este proceso los niños, niñas y adolescentes se
asumen importantes para el éxito de la intervención al sentirla propia, al ser parte de la
reflexión respecto de la situación que están viviendo y que quieren cambiar, al construir
junto con el equipo alternativas de solución y de cambio de la situación inicial en la cual
asumen un rol concreto y relevante.
Además de restituir y resignificar el rol que se haya disipado a causa de la vulneración en
la que haya estado inmerso el niño, niña y adolescente. También se interviene en
fomentar la participación en actividades de la vida diaria o cualquier contexto en el que se
encuentre ya que con esto se permite el desarrollo de competencias y la adquisición de
habilidades esenciales para el desarrollo de la autonomía, confianza y del carácter. En
caso de que estén en alguna residencia u hogar del SENAME se procederá a reforzar y
apoyar el proceso de conformación de la rutina diaria diferenciada, centrada en favorecer
la adherencia a los procesos así como a la contención y acompañamiento emocional
permanente. Esta debe contener los elementos centrales de la Rutina planteada para el
modelo CREAD relacionada con el enfoque de la Socio Ocupación, debiendo contener:
Actividades de la vida diaria
Actividades instrumentales de la vida diaria
Descanso y Sueño
Apresto y Educación
Talleres
Juego y recreación
Tiempo libre/ocio
Participación Social
Bibliografía
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