Libro Otros Lobby Israeli

JOHN J. MEARSHEIMER Y STEPHEN M. WALT

EL LOBBY ISRAELÍY LA POLÍTICA EXTERIOR

DE ESTADOS UNIDOS

PENSAMIENTO

TAURUS

03 El lobby Israel NOTAS.qxp 5/11/07 13:19 Página 1


NOTAS

A menos que se indique lo contrario, las referencias a las siguientespublicaciones y agencias de noticias lo son a sus versiones en línea:American Prospect, Associated Press, Boston Globe, Chicago Sun-Times,Chicago Tribune, Christian Science Monitor, Daily Telegraph (Londres), Fi-nancial Times, Forward, Guardian, Ha’aretz, Independent, InternacionalHerald Tribune, Inter Press Service, Jerusalem Post, Jewish Week, Los An-geles Times, Nation, Newsweek, New York Review of Books, New York Sun,New York Times, Observer, Reuters, Sunday Telegraph (Londres), SundayTimes (Londres), Time, USA Today, U.S. News & World Report, Wall StreetJournal, Washington Monthly, Washington Post, Washington Times y WeeklyStandard. También accedimos a algunas publicaciones a través de losarchivos digitales Lexis-Nexis, FACTIVA y JSTOR.

INTRODUCCIÓN

1 Joshua Mitnick, «Iran Threat Steals Show at Herzliya», Jewish Week,26 de enero de 2007. Véase también Ron Kampeas, «As CandidatesEnter 2008 Race, They Begin Courting Jewish Support», JTA.org, 25 deenero de 2007; Ron Kampeas, «AIPAC Conference — The First Pri-mary?», JTA.org, 6 de marzo de 2007; Joshua Mitnick, «CandidatesCourt Israel, Cite Iran Risks», Washington Times, 24 de enero de 2007 yM. J. Rosenberg, «Pandering Not Required», columna de opiniónsemanal, número 310, Israel Policy Forum, Washington, DC, 9 de fe-

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brero de 2007. Las transcripciones de las presentaciones de Edwards,Gingrich, McCain y Romney se pueden encontrar en www.herzliya-conference.org/Eng/_Articles/Article.asp?CategoryID=226&Arti-cleID=1599.

2 «Senator Clinton’s Remarks to the American Israel Public AffairsCommittee (AIPAC)», 1 de febrero de 2007, http://clinton.senate.gov/news/statements/details.cfm?id=268474. Véase Joshua Frank, «Hi-llary Clinton and the Israel Lobby», Antiwar.com, 23 de enero de 2007;y E. J. Kessler, «Hillary the Favorite in Race for Jewish Donations», For-ward, 26 de enero de 2007.

3 Thomas Beaumont, «Up-Close Obama Urges Compassion in Mi-deast», Des Moines Register (en línea), 12 de marzo de 2007; James D. Bes-ser, «Obama Set for Big Jewish Push», Jewish Week, 16 de febrero de 2007;Larry Cohler-Esses, «Obama Pivots Away from Dovish Past», Jewish Week,9 de marzo de 2007; y Lynn Sweet, «Obama to Offer Pro-Israel Views atChicago Gathering», Chicago Sun-Times, 1 de marzo de 2007.

4 Para ver las declaraciones pro-Israel de McCain, Clinton, Obama,Romney, Richardson y Brownback, consultar «The Road to the WhiteHouse: Israel-US Ties», Jerusalem Post, 24 de mayo de 2007.

5 En su amena historia popular Power, Faith, and Fantasy: America inthe Middle East 1776 to the Present, Nueva York, Norton, 2007, el escritorisraeloamericano Michael B. Oren ofrece varios ejemplos gráficos dela anterior implicación estadounidense en la región. Implícita en suargumento, que él ha hecho explícita en presentaciones públicas, estála idea de que la implicación estadounidense en Oriente Próximoprecede con mucho a la creación de Israel y por lo tanto el actual apo-yo de Estados Unidos al Estado judío tiene poco que ver con las activida-des del lobby israelí. Para una típica declaración pública en este sentido,véase la intervención de Oren en la Conferencia sobre Políticas 2007del AIPAC, en la que describió al propio AIPAC como «una expre-sión de una larga tradición de casi 400 años en la que la idea de EstadosUnidos es virtualmente indivisible e inseparable de la idea de un nueva-mente creado Estado judío. Es la encarnación de una convicción tanantigua como esta misma nación que la creencia en el Estado judío esequivalente a la creencia en estos Estados Unidos». Este extraño argu-

EL LOBBY ISRAELÍ Y LA POLÍTICA EXTERIOR DE ESTADOS UNIDOS

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mento ignora cuánto ha cambiado el papel de Estado Unidos en OrientePróximo desde 1776, y especialmente desde 1948 y 1967. Para una trans-cripción, véase www.aipac.org/Publications/Oren-PC-2007.pdf.

6 En palabras del historiador Peter L. Hahn, «con anterioridad a laSegunda Guerra Mundial, Estados Unidos mostró relativamente pocointerés oficial en Oriente Próximo. Aunque algunos imperios europeosse habían involucrado desde hacía tiempo en la llamada “cuestiónoriental” —una rivalidad diplomática por el dominio en Oriente Pró-ximo (además de en el sur de Asia)— el gobierno de Washington noidentificó ningún interés estratégico o político en el área y por tantoevitó enredarse en la rivalidad imperial allí». Véase su Crisis and Cross-fire: The United States and the Middle East since 1945, Washington, DC,Potomac Book, 2005, p. 1.

7 Macmillan escribe también en relación con la disposición de Pales-tina: «Estados Unidos, en contraste con lo que pasó tras la II GuerraMundial, tuvo un papel menor». Véase Paris 1919: Six Months that Chan-ged the World, Nueva York, Random House, 2001, pp. 422-423 [París 1919:Seis meses que cambiaron el mundo, Barcelona, Tusquets Editores, 2005].

8 Sobre los orígenes de la cooperación saudí-americana en materiade seguridad, véase Nadav Safran, Saudi Arabia: The Ceaseless Quest forSecurity, Cambridge, Harvard University Press, 1985, pp. 60-68; y Ra-chel Bronson, Thicker than Oil: America’s Uneasy Partnership with SaudiArabia, Nueva York, Oxford University Press, 2006, capítulos 1-2. So-bre el pacto de Bagdad, véase Stephen M. Walt, The Origins of Alliances,Ithaca, Cornell University Press, 1987, pp. 58-59.

9 El comentario de Wieseltier aparece en su reseña de las memoriasdel intelectual palestino Sari Nusseibeh. Véase «Sympathy for the Other»,New York Times Book Review, 1 de abril de 2007, p. 13.

10 Esta acusación se basaba en que Carter había escrito una bre-ve nota en una carta recibida en 1987 de la hija de un antiguo guar-da de prisiones nazi, que protestaba por la deportación de su padre.La nota de Carter, de una sola línea, no expresaba ninguna simpa-tía por el antiguo guarda y no recomendaba que se tomara ningunamedida en su nombre, sino que simplemente decía que esperabaque la Oficina de Investigaciones Especiales (la agencia estadouni-

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dense responsable de llevar a los tribunales los crímenes de guerradel periodo nazi) prestara «especial consideración a las familiasafectadas por razones humanitarias». Sin embargo, este episodiofue usado para difamar a Carter presentándolo como alguien consimpatías por el nazismo. Véase Daniel Freedman, «President Car-ter Interceded on Behalf of Former Nazi Guard», New York Sun, 19de enero de 2007.

11 Jodie T. Allen y Alec Tyson, «The U.S. Public’s Pro-Israel His-tory», Pew Research Center, 19 de julio de 2006; y Pew Research Cen-ter for the People and the Press en asociación con el Council on Fo-reign Relations, «America’s Place in the World 2005: An Investigationof the Attitudes of American Opinion Leaders and the American Pu-blic about International Affairs», noviembre de 2005, pp. 11-12.

12 La encuesta fue elaborada por Zogby International entre el 10 yel 12 de octubre de 2006 y encargada por el Council for the NationalInterest. Los resultados están disponibles en www.cnionline.org/learn/polls/czandlobby/index2.htm.

13 Daniel Maliniak et al., «Inside the Ivory Tower», Foreign Policy,159, marzo-abril de 2007, p. 66.

14 Ésta es la razón de que Osama Bin Laden originalmente quisieraatacar el Capitolio el 11 de septiembre de 2001; lo consideraba el prin-cipal bastión de apoyo a Israel en Estados Unidos. «Outline of the9/11 Plot», Staff Statement No. 16, Comisión Nacional sobre los ata-ques terroristas a Estados Unidos, 16 de junio de 2004, p. 4.

15 Michael Massing, «The Storm over the Israel Lobby», New YorkReview of Books, 8 de junio de 2006; y Jeffrey Goldberg, «Real Insiders»,New Yorker, 4 de julio de 2005.

16 Como Nadav Safran señaló en su libro sobre la alianza EstadosUnidos-Israel: «Los judíos no son el primer grupo étnico o religioso deEstados Unidos que ha buscado influir sobre la política exterior esta-dounidense a favor de compatriotas o correligionarios [...] Las políti-cas etnorreligiosas, como las políticas en relación con los grupos de in-terés en general, han sido una inevitable consecuencia del pluralismoy de la multiplicidad de intereses de la vida americana», The United Sta-tes and Israel, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1963, p. 276.


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17 Algunas obras útiles en esta amplia literatura incluyen: TonySmith, Foreign Attachments: The Power of Ethnic Groups in the Making ofAmerican Foreign Policy, Cambridge, MA, Harvard University Press,2000; Ethnic Groups and U.S. Foreign Policy, ed. M. E. Ahrari, Westport,CT, Greenwood Press, 1987; Ethnicity and U.S. Foreign Policy, 2.ª ed., A.A. Said, Nueva York, Praeger, 1981; Charles McC. Mathias, Jr., «EthnicGroups and Foreign Policy», Foreign Affairs 59, n.º 5, verano de 1981;Alexander DeConde, Ethnicity, Race and American Foreign Policy, Bos-ton, Northeastern University Press, 1992; Yossi Shain, «Ethnic Diaspo-ras and U.S. Foreign Policy», Political Science Quarterly 109, n.º 5, 1994-1995; Paul Watanabe, Ethnic Groups, Congress, and American ForeignPolicy: The Politics of the Turkish Arms Embargo, Westport, CT, GreenwoodPress, 1984; Patrick J. Haney y Walt Vanderbush, «The Role of EthnicInterest Groups in U.S. Foreign Policy: The Case of the Cuban-Ame-rican National Foundation», International Studies Quarterly 43, n.º 2,junio de 1999; Gabriel Sheffer, Diaspora Politics: At Home Abroad, Nue-va York, Cambridge University Press, 2003; David King and MilesPomper, «Congress and the Contingent Influence of Diaspora Lob-bies: Lessons from U.S. Foreign Policy toward Azerbaijan and Arme-nia», Journal of Armenian Studies, 8, n.º 1, verano de 2004; y R. HrairDekmejian y Angelos Themelis, «Ethnic Lobbies in U.S. Foreign Po-licy: A Comparative Analysis of the Jewish, Greek Armenian and Tur-kish Lobbies», Occasional Research Paper 13, Instituto de RelacionesInternacionales, Universidad Panteion de Ciencias Políticas y Socia-les, Atenas, Grecia, octubre de 1997.

18 Sobre la historia del antisemitismo, véase James Carroll, Constan-tine’s Sword: The Church and the Jews: A History, Boston, Houghton Mif-flin, 2001; Edward H. Flannery, The Anguish of the Jews: Twenty-ThreeCenturies of Antisemitism, 2.ª ed. rev., Nueva York, Paulist Press, 2004; Is-rael Pocket Library, Anti-Semitism, Jerusalén, Keter, 1974; y MarvinPerry y Frederick Schweitzer, Anti-Semitism: Myth and Hate from Anti-quity to the Present, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2002. Sobre lasituación y el tratamiento de los judíos en el mundo árabe, véaseBernard Lewis, Semites and Anti-Semites: An Inquiry into Conflict and Pre-judice, Nueva York, Norton, 1986, capítulo 5 y Charles D. Smith, Pales-

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tine and the Arab-Israeli Conflict: A History with Documents, 5.ª ed., NuevaYork, St. Martin’s Press, 2004, 8, pp. 10-11.

19 Citado en The Middle East, 5.ª ed., Washington, DC, Congressio-nal Quarterly, 1981, p. 68.

20 Como señalaba un comité oficial del gobierno indio en 2002, «losindio-americanos se han movilizado eficazmente en temas que van delas pruebas nucleares en 1998 a Kargil, han tenido un papel crucial a lahora de generar un clima de opinión favorable en el Congreso [de Es-tados Unidos] [...] y han ejercido presión de manera eficaz en otrascuestiones que les preocupan [...] Por primera vez, India tiene un con-junto de defensores en Estados Unidos con una influencia y estatusreales. La comunidad india en Estados Unidos constituye un valiosoactivo en el reforzamiento de las relaciones de India con la única su-perpotencia del mundo», Report of the High Level Committee on the IndianDiaspora, Nueva Delhi, Gobierno de India, enero de 2002, pp. xx-xxi.

21 Además de la declaración de Gephardt, otras citas sobre la influen-cia del AIPAC pertenecientes a Bill Clinton, Newt Gingrich y diversas fi-guras destacadas estaban previamente disponibles en www.aipac.org/documents/whoweare.html#say (se accedió a ellas el 14 de enero de2005). AIPAC parece haber eliminado estas afirmaciones de la actualversión de su página web.

22 Alan M. Dershowitz, Chutzpah, Boston, Little, Brown, 1991, p. 16.23 Citado en Samuel G. Freedman, «Don’t Blame Jews for This

War», USA Today, 2 de abril de 2003.24 Sobre el papel de los grupos de interés en la política estadouni-

dense, véase Frank R. Baumgartner y Beth L. Leech, Basic Interests: TheImportance of Groups in Politics and in Political Science, Princeton, NJ,Princeton University Press, 1998; Richard L. Hall y Frank W. Wayman,«Buying Time: Moneyed Interests and the Mobilization of Bias inCongressional Committees», American Political Science Review, 84, n.º 3,septiembre de 1990; Richard L. Hall y Alan V. Deardorff, «Lobbying asLegislative Subsidy», American Political Science Review 100, n.º 1, febrerode 2006); John Mark Hansen, Gaining Access: Congress and the FarmLobby, 1919-1981, Chicago, IL, University of Chicago Press, 1991; KenKollman, Outside Lobbying: Public Opinion and Interest Group Strategies,


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Princeton, NJ, Princeton University Press, 1998; Richard A. Smith,«Interest Group Influence in the U. S. Congress», Legislative StudiesQuarterly 20, n.º 1, febrero de 1995; Raymond A. Bauer, Ithiel de SolaPool y Lewis Anthony Dexter, American Business and Public Policy: ThePolitics of Foreign Trade, Cambridge, MA, MIT Press, 1963; David B. Tru-man, The Governmental Process: Political Interests and Public Opinion, Nue-va York, Knopf, 1951; y James Q. Wilson, Political Organizations, NuevaYork, Basic Books, 1973.

25 Véase, arriba, la nota 17.26 Véase George W. Ball y Douglas B. Ball, The Passionate Attach-

ment: America’s Involvement with Israel, 1947 to the Present, Nueva York,Norton, 1992; Mitchell G. Bard, The Water’s Edge and Beyond: Definingthe Limits to Domestic Influence on U.S. Middle East Policy, Nueva York,Transaction Books, 1991; Paul Findley, They Dare to Speak Out: Peopleand Institutions Confront Israel’s Lobby, Westport, CT, Lawrence Hill,1985; J. J. Goldberg, Jewish Power: Inside the American Jewish Establish-ment, Nueva York, Perseus Books, 1996; Anatol Lieven, America Rightor Wrong: An Anatomy of American Nationalism, Nueva York, OxfordUniversity Press, 2004, capítulo 6; Michael Lind, «The Israel Lobby»,Prospect, 73, abril de 2002; Massing, «Storm over the Israel Lobby»; Mi-chael Massing, «The Israel Lobby», Nation, 10 de junio de 2002; MichaelMassing, «Deal Breakers», American Prospect, 11 de marzo, 2002; Ed-ward Tivnan, The Lobby: Jewish Political Power and American Foreign Po-licy, Nueva York, Simon and Schuster, 1987 y James Petras, The Powerof Israel in the United States, Atlanta, GA, Clarity Press, 2006. No esta-mos de acuerdo con todas las afirmaciones realizadas en estas obraspero cada una de ellas contiene información útil sobre la relación Es-tados Unidos-Israel.

27 Steven L. Spiegel, The Other Arab-Israeli Conflict: Making America’sMiddle East Policy from Truman to Reagan, Chicago, IL, University ofChicago Press, 1985 y Warren Bass, Support Any Friend: Kennedy’sMiddle East and the Making of the U.S.-Israeli Alliance, Nueva York, Ox-ford University Press, 2003. Otras obras útiles incluyen Abraham Ben-Zvi, The United States and Israel: Limits of the Special Relationship, NuevaYork, Columbia University Press, 1993; Abraham Ben-Zvi, Decade of

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Transition: Eisenhower, Kennedy and the Origins of the American-Israeli Re-lationship, Nueva York, Columbia University Press, 1998; Peter L.Hahn, Caught in the Middle East: U.S. Policy toward the Arab-Israeli Con-flict, 1945-1961, Chapel Hill, NC, University of North Carolina Press,2004; William B. Quandt, Peace Process: American Diplomacy and the Arab-Israeli Conflict since 1967, 3.ª ed., Washington, DC, Brookings Institu-tion, 2004; David Schoenbaum, The United States and the State of Israel,Nueva York, Oxford University Press, 1993 y Peter Grose, Israel in theMind of America, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1983.

28 Entre las obras relevantes están: Shlomo Ben-Ami, Scars of War,Wounds of Peace: The Israeli-Arab Tragedy, Nueva York, Oxford UniversityPress 2006 [Cicatrices de guerra, heridas de paz, Barcelona, Ediciones B,2006]; Simha Flapan, The Birth of Israel: Myths and Realities, Nueva York,Pantheon Books, 1987; Baruch Kimmerling, Politicide: Ariel Sharon’sWar against the Palestinians, Londres, Verso, 2003; Benny Morris, Righ-teous Victims: A History of the Zionist-Arab Conflict, 1881-1999, NuevaYork, Alfred Knopf, 1999; Ilan Pappe, The Ethnic Cleansing of Palestine,Oxford, Oneworld Publications, 2006; Tom Segev, One Palestine, Com-plete: Jews and Arabs under the British Mandate, trad. Haim Watzman,Nueva York, Metropolitan Books, 2000; Tom Segev, 1967: Israel, theWar, and the Year that Transformed the Middle East, trad. Jessica Cohen,Nueva York, Metropolitan Books, 2007; Avi Shlaim, The Iron Wall: Israeland the Arab World, Nueva York, Norton, 2000 [El muro de hierro: Israel yel mundo árabe, ALMED, Granada, 2003] y Zeev Sternhell, The Foun-ding Myths of Israel: Nationalism, Socialism, and the Making of the JewishState, trad. David Maisel, Princeton, Princeton University Press, 1998.

29 Véase, por ejemplo, Nur Masalha, Expulsion of the Palestinians:The Concept of «Transfer» in Zionist Political Thought, 1882-1948, Washing-ton, DC, Institute for Palestine Studies, 1992; Eugene L. Rogan y AviShlaim, eds., The War for Palestine: Rewriting the History of 1948, NuevaYork, Cambridge University Press, 2001; Norman G. Finkelstein, Ima-ge and Reality of the Israel-Palestine Conflict, Londres, Verso, 2001 [Imageny realidad del conflicto palestino-israelí, Ediciones Akal, 2003] y RashidKhalidi, The Iron Cage: The Story of the Palestinian Struggle for Statehood,Boston, Beacon Press, 2006.


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CAPÍTULO 1EL GRAN BENEFACTOR

1 «Address by PM Rabin to the U.S. Congress-26-Jul-94», Ministerioisraelí de Asuntos Exteriores, www.mfa.gov.il/MFA/Archive/Spee-ches/; y Benjamín Netanyahu, «Speech to Joint Session of Congress,July 10, 1996», www.netanyahu.org/joinsesofusc.html.

2 Según el Libro Verde de la Agencia para el Desarrollo Internacio-nal de Estados Unidos (USAID) que recoge «los préstamos y donacio-nes directas en el extranjero», Israel ha recibido 153.894.700.000 dó-lares (en dólares de 2005) de Estados Unidos a lo largo de 2005. Véasehttp://qesdb.usaid.gov/gbk.

3 Según el Servicio de Investigación del Congreso, Estados Unidosno proporcionó a Israel ninguna asistencia militar directa entre 1949y 1959. Véase Clyde Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», Issue Brieffor Congress, Servicio de Investigación del Congreso, 26 de abril de2005, p. 13, Tabla 3. Estados Unidos sí vendió a Israel cien rifles anti-tanque sin retroceso en 1958, en parte como recompensa por el apo-yo de Israel durante la crisis con Jordania de 1958. Véase Warren Bass,Support Any Friend: Kennedy’s Middle East and the Making of the U.S.-IsraeliAlliance, Nueva York, Oxford University Press, 2003, p. 151; y DouglasLittle, «The Making of a Special Relationship: the United States andIsrael, 1957-68», International Journal of Middle East Studies 25, n.º 4,noviembre de 1993, p. 566. William H. Mott IV recoge que Israel obtu-vo de manera encubierta un excedente de 500 blindados durante laguerra de Independencia y también recibió algunos excedentes detanques en 1951-1952. Washington ayudó además a subvencionar lacompra por parte de Israel de aviones franceses de combate en 1954,«como parte de la asistencia militar estadounidense a Francia para eldesarrollo de la industria militar francesa» y proporcionó un subsidiosimilar para la compra de aviones franceses Mystere en 1955. Debido aque Francia fue el ostensible beneficiario de estas subvenciones, lascantidades no están incluidas en la mayoría de las descripciones deayuda estadounidense a Israel. Mott informa de un total de 94,5 millo-nes de dólares en asistencia militar entre 1946 y 1955 y unos adiciona-

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les 189,1 millones de dólares de 1956 a 1965. Véase William H. Mott IV,United States Military Assistance: An Empirical Perspective, Westport, CT,Greenwood Press, 2002, pp. 176-177.

4 Véase Zach Levey, «Israel’s Quest for a Security Guarantee fromThe United States, 1954-1956», British Journal of Middle East Studies 22,n.ª 1/2, 1995. Levey describe a David Ben Gurion como ambivalenterespecto a las virtudes de una garantía estadounidense en este perio-do; aun reconociendo el valor de la protección de una gran potencia,le preocupaba que pudiera reducir la autonomía de Israel. Levey se-ñala además que algunos funcionarios israelíes (principalmente, MosheSharett) veían una garantía de Estados Unidos como una manera decontener las políticas más agresivas hacia las que se inclinaban BenGurion y otros.

5 Michael Brecher, Decisions in Israel’s Foreign Policy, New Haven, YaleUniversity Press, 1975, pp. 191-192, 220.

6 Avi Shlaim, The Iron Wall: Israel and the Arab World, Nueva York,Norton, 2001, pp. 172-173 [El muro de hierro: Israel y el mundo árabe, AL-MED, Granada, 2003].

7 Véase Shlaim, Iron Wall, 178-185; Benny Morris, Righteous Victims: AHistory of the Zionist-Arab Conflict, 1881-2001, Nueva York, Vintage, 2001,pp. 290, 297-300; Brecher, Decisions in Israel’s Foreign Policy, pp. 282-303;Steven L. Spiegel, The Other Arab-Israeli Conflict: Making America’s MiddleEast Policy from Truman to Reagan, Chicago, IL, University of ChicagoPress, 1985, pp. 74-82 y David Schoenbaum, The United States and the Sta-te of Israel, Londres, Oxford University Press, 1993, pp. 115-123.

8 Según Warren Bass, «la administración de Kennedy […] constitu-ye la presidencia central en las relaciones Estados Unidos-Israel, la bi-sagra que dio el giro decisivo alejándose de la fría asociación de la décadade 1950 para entrar en la alianza a gran escala que hoy conocemos». Sup-port Any Friend, 3. Abraham Ben-Zvi fecha el comienzo de la asociaciónestratégica en los últimos años de la década de 1950 y especialmenteen la aceptación por parte de Israel de la «Doctrina Eisenhower» (queprometía apoyo estadounidense para los países de Oriente Próximoamenazados por el «comunismo internacional») y en su respaldo du-rante diversas crisis en Líbano, Irak y Jordania. Véase Decade of Transi-


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tion: Eisenhower, Kennedy and the Origins of the American-Israeli Alliance,Nueva York, Columbia University Press, 1998 y Little, «Making of aSpecial Relationship».

9 Kennedy fue más comedido al describir el compromiso de Esta-dos Unidos en una posterior rueda de prensa. Véase Bass, Support AnyFriend, 3, p. 183 y Spiegel, Other Arab-Israeli Conflict, pp. 106-107.

10 Warren Bass señala correctamente que el lobby israelí (que él descri-be como un «centro neurálgico de Washington para la década de losochenta») era menos poderoso a comienzos de la década de 1960 y afir-ma que «no hay prácticamente ninguna prueba documental de que laventa de los Hawk estuviera impulsada por consideraciones de políticanacional». La ausencia de evidencias documentales no es sorprendente,sin embargo, en la medida en la que es improbable que los presidentesy sus asesores admitan que se están formulando importantes decisionesestratégicas en función de consideraciones de política nacional. Basstambién reconoce que «aunque los argumentos de Israel [para la ventade los Hawk] estaban expresados exclusivamente en términos estratégi-cos, las inminentes elecciones en medio del mandato presidencial difícil-mente podían ser un factor en contra —por muy silenciado que estu-viera—», observando además que «Kennedy era un animal político, y élsabía que la venta de los Hawk no podría sino ser de ayuda con los votan-tes y donantes pro-Israel». Véase Bass, Support Any Friend, pp. 145-150.Véase también Spiegel, Other Arab-Israeli Conflict, pp. 106-110 y MordechaiGazit, President Kennedy’s Policy toward the Arab States and Israel, Tel Aviv,Shiloah Center for Middle Eastern and African Studies, 1983, pp. 30-55.

11 En este tiempo también se alcanzó un acuerdo para la venta decaza bombarderos A-4 Skyhawk, aunque los aviones no se entregaronhasta varios años después. Véase Stockholm International Peace Re-search Institute (SIPRI), The Arms Trade with the Third World, NuevaYork, Humanities Press, 1971, pp. 532, 535.

12 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», pp. 6, 13.13 Calculado a partir del «Libro Verde» de USAID, en http://qesdb.

cdie.org/gbk/index.html.14 Ibid; y The Military Balance 2006, Londres, International Institute

for Strategic Studies, 2006.

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15 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», pp. 2, 10 y Matthew Ber-ger, «Good News —and Bad— for U.S. Aid to Israel», JTA.org, 28 demarzo de 2003.

16 Edward T. Pound, «A Close Look at U.S. Aid to Israel Reveals Dealsthat Push Cost Above Publicly Quoted Figures», Wall Street Journal, 19 deseptiembre de 1991.

17 Según Clyde Mark, de la División de Asuntos Exteriores, Defen-sa y Comercio del Servicio de Investigación del Congreso, Israel «reci-be trato favorable y beneficios bajo los programas de asistencia esta-dounidenses que pueden no estar disponibles para otros países».Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», p. 8.

18 Jeremy M. Sharp, «U.S. Foreign Aid to Israel», Report for Congress,Servicio de Investigación del Congreso, 5 de enero de 2006, pp. 5-6.

19 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», pp. 8-9.20 «U.S. Assistance to Israel», http://telaviv.usembassy.gov/publish/

mission/amb/assistance.html.21 Duncan L. Clarke, Daniel B. O’Connor y Jason D. Ellis, Send

Guns and Money: Security Assistance and U.S. Foreign Policy, Westport, CT,Praeger, 1997, p. 24; Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», p. 10 yShirl McArthur, «A Conservative Estimate of Total Direct U.S. Aid toIsrael: $108 Billion», Washington Report on Middle East Affairs, julio de2006, pp. 16-17.

22 Sharp, «U.S. Foreign Aid to Israel», p. 11.23 La GAO también descubrió que el Departamento de Defensa

había perdonado a Israel las estipulaciones sobre las obligacionesen caso de finalización (las cantidades que los compradores debenmantener en reserva para cubrir los costes de finalizar un contra-to), pero cree que «a causa de la probabilidad de una continuadaayuda a Israel, esta exoneración representa un riesgo mínimo». Ofi-cina de Contabilidad General de Estados Unidos, «Military Sales CashFlow Financing», GAO/NSIAD-94-1024, Washington, DC, 8 de fe-brero de 1994.

24 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», p. 8. 25 El contraste se hace claramente visible cuando se compara la pá-

gina de USAID dedicada a Israel (www.usaid.gov/policy/budget/


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cbj2007/ane/il.html) con las de otros importantes receptores de laayuda estadounidense.

26 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», p. 7.27 El CRS también recoge que aproximadamente un 4 por ciento

de la cantidad garantizada se aparta para ingresarla en una cuenta deltesoro como una reserva en caso de impago. Para un préstamo de10.000 millones de dólares, esta asignación supone aproximadamen-te 400 millones de dólares. Véase Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistan-ce», p. 3; Larry Nowels y Clyde Mark, «Israel’s Request for U.S. LoanGuarantees», Issue Brief for Congress, Servicio de Investigación del Con-greso, 8 de octubre de 1991 y Sheldon L. Richman, «The EconomicImpact of the Israeli Loan Guarantees», Journal of Palestine Studies 21,n.º 2, invierno de 1992.

28 Según Mark del CRS, «se estima que Israel recibe cerca de 1.000millones de dólares al año a través de obras filantrópicas, y una canti-dad igual mediante préstamos comerciales a corto y largo plazo, y al-rededor de 1.000 millones en ganancias de los bonos de Israel». Véa-se Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», página de sumario. Losbonos del Estados de Israel se venden en Estados Unidos a través de laCorporación de Desarrollo para Israel (DCI, en sus siglas en inglés).Estos bonos son no negociables y son considerados por el gobierno deIsrael como una «fuente estable de préstamos provenientes del ex-tranjero además de como un importante mecanismo para mantenerlos lazos con los judíos de la diáspora». Los tipos de interés rondaronuna media del 4 por ciento de 1951 a 1989 (lo que significa un fuerte«descuento patriótico» ya que los tipos del Tesoro estadounidense su-bieron rápidamente tras 1980), pero «las ofertas de bonos del DCI sehan tenido que desplazar durante los últimos años hacia los preciosde mercado». Las ventas de bonos israelíes supuestamente alcanzaronlos 1.200 millones de dólares en 2006, y el total acumulado de fondosrecaudados mediante estos bonos supera los 25.000 millones de dó-lares. Véase Suhas L. Ketkar, «Diaspora Bonds: Track Record andPotential», World Bank Discussion Paper, 31 de agosto de 2006 y Avi Kra-witz, «Israel Bonds Raises $1.2 billion in 2006», Jerusalem Post, 10 de di-ciembre de 2006.

NOTAS

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29 Dale Russakoff, «Treasury Finds Bite in Israel Bonds; 1984 Law Pla-ces New Tax on Artificially Low Interest Rates», Washington Post, 12 de sep-tiembre de 1985; «Tax Report», Wall Street Journal, 20 de agosto de 1986 yRussell Mokhiber, «Bonds of Affection», Multinational Monitor (1988),http://multinationalmonitor.org/hyper/issues/1988/04/mm0488_10.html.

30 Según el IRS*, para tener derecho a la desgravación, la contribu-ción del contribuyente «debe hacerse a una organización creada y re-conocida como una organización benéfica bajo las leyes de Israel. Sepermitirá la deducción por el valor que se permitiría si la organiza-ción estuviera creada bajo las leyes de Estados Unidos, pero está limi-tada al 25 por ciento de la renta bruta [del contribuyente] recibida defuentes israelíes». «Charitable Contributions», Publication 526, U.S.Internal Revenue Service. México y Cánada parecen ser los únicosotros países que poseen disposiciones similares.

31 La labor clandestina de obtención de armas para las fuerzas mi-litares sionistas antes de la independencia se narra en Leonard Slater,The Pledge, Nueva York, Simon & Schuster, 1970.

32 Simón Peres, Battling for Peace: A Memoir, Nueva York, RandomHouse, 1995, p. 119; Michael Karpin, The Bomb in the Basement: How Is-rael Went Nuclear and What That Means for the World, Nueva York, Simon& Schuster, 2005, pp. 135-137 y Avner Cohen, Israel and the Bomb, Nue-va York, Columbia University Press, 1998, pp. 67, 70.

33 Amigos de las Fuerzas de Defensa Israelíes, «Mission Statement»,www.israelsoldiers.org/ y Aimee Rhodes, «New York Dinner Raises$18m for IDF», Jerusalem Post, 3 de abril de 2007.

34 Como una guía para organizaciones benéficas del Banco de Israelinformaba recientemente, «aunque las leyes que regulan las contri-buciones estadounidenses a las organizaciones benéficas extranjerashan existido siempre, éstas eran vagas y por consiguiente raramente sehacían cumplir. Las contribuciones provenientes de individuos y em-presas estadounidenses 501c(3) a organizaciones israelíes de caridad


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* Internal Revenue Service, organismo equivalente al Ministerio de Hacienda enEstados Unidos [N. de los T.]


no eran supervisadas y era difícil seguirles la pista y determinar su usofinal». La guía advierte de que esta situación ha cambiado de manerasignificativa desde el 11 de septiembre de 2001. Banco de Jerusalén,«Help Them Help You: A Recommendation for the Israeli Charity»,www.bankjerusalem.co.il/indexE.php?page=588, visitada el 28 de mar-zo de 2007.

35 Gershom Gorenberg, The Accidental Empire: Israel and the Birth ofthe Settlements, 1967-1977, Nueva York, Times Books, Henry Holt, 2006,pp. 218-219. De manera similar, en declaraciones recogidas por losmedios, el científico político israelí David Newman ha descrito cómola Agencia Judía y el WZO operaban «bajo un único paraguas, con losmismos empleados, departamentos y administradores supervisandosus actividades». Véase Amy Teibel y Ramit Plushnick-Masti, «As IsraelLeaves Gaza, Bill for its Settlement Ambitions is Shrouded in Mys-tery», Associated Press, 10 de agosto de 2005.

36 Nathaniel Popper, «Jewish Officials Profess Shock over Reporton Zionist Body», Forward, 18 de marzo de 2005 y «Summary of theOpinion Concerning Unauthorized Outposts» (Informe Sasson),www.fmep.org/documents/sassonreport.html.

37 «U.S. Tax-Exempt Charitable Contributions to Israel: Donations,Illegal Settlements, and Terror Attacks against the US», Middle East Fo-reign Policy Research Note, 5 de octubre de 2005, www.irmep.org/tec.htm.

38 Fondo Monetario Internacional, «World Economic Outlook Da-tabase for September 2006», www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2006/02/data/index.aspx.

39 Informe de Desarrollo Humano 2006, Nueva York, Programa de lasNaciones Unidas para el Desarrollo, 2006, http://hdr.undp.org/hdr2006/statistics; y Economist Intelligence Unit, «2005 Quality of LifeRankings», www.economist.com/media/pdf/QUALITY_OF_LIFE.pdf.

40 Mitchell G. Bard y Daniel Pipes, «How Special is the U.S.-IsraelRelationship?», Middle East Quarterly 4, n.º 2, junio de 1997, p. 43.

41 Bishara A. Bahbah, «The United States and Israel’s Energy Secu-rity», Journal of Palestine Studies 11, n.º 2, invierno de 1982, pp. 118-130.En relación con el texto del acuerdo original, véase «United States-Is-rael Memorandum of Understanding, September 1, 1975» y «Memo-

NOTAS

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randum of Agreement between the Governments of The United Statesof America and Israel-Oil», www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Peace/mou1975.html, y www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Peace/cdoilmou.html. Véase también «Oil from Iraq: An Israeli Pipedream»,Jane’s Middle East/Africa Report, 16 de abril de 2003, www.janes.com/re-gional_news/africa_middle_east/news/fr/fr030416_1_n.shtml.

42 William B. Quandt, Camp David: Peacemaking and Politics, Washing-ton, DC, Brookings Institution, 1986, p. 313; Spiegel, Other Arab-Israe-li Conflict, pp. 371-372; Moshe Dayan, Breakthrough: A Personal Accountof the Egypt-Israeli Peace Negotiations, Nueva York, Knopf, 1981, pp. 274-276; «Israel: Oil Supply Arrangement», Memoranda of Agreement,United States Treaties and Other International Act Series 9533, 30UST 5994, Washington, DC, marzo de 1979, 5989-5996; Judith Miller,«Israel Pressing U.S. on Oil Sales Accord», New York Times, 17 de agos-to de 1980 y Steven Rattner, «U.S. and Israel Reach Agreement onOil», New York Times, 16 de octubre de 1980.

43 Libro Verde de USAID.44 Alfred Prados, «Jordan: U.S. Relations and Bilateral Issues», Issue

Brief for Congress, Servicio de Investigación del Congreso, 9 de enerode 2002 y «Libro verde» de USAID.

45 El Memorando de Entendimiento americano-israelí de 1975comprometió a Washington a «hacer todos los esfuerzos por ser com-pletamente receptivos […] a las necesidades en equipamiento military otro tipo de necesidades de defensa de Israel» y «a continuar man-teniendo la fuerza defensiva de Israel mediante el suministro de tiposavanzados de equipamiento».

46 Sharp, «U.S. Foreign Aid to Israel», p. 1.47 David Rogers y Edward T. Pound, «How Israel Spends $1.8 Bi-

llion a Year at Its Purchasing Mission in New York», Wall Street Journal,20 de enero de 1992.

48 La Agencia de Defensa Seguridad y Asistencia (DSAA, en sus si-glas en inglés) fue rebautizada como Agencia de Defensa, Seguridady Cooperación (DSCA, en sus siglas en inglés) en 1998.

49 Según la GAO, «mientras otros países fundamentalmente usanel proceso “de gobierno a gobierno”, Israel usa contratos comerciales


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para cerca del 99 por ciento de sus compras [...] al usar el proceso co-mercial, Israel puede evitar el coste administrativo del 3 por cientoque el Departamento de Defensa impone en las ventas FMS*». Haytambién una supervisión gubernamental y unos criterios de aproba-ción más flexibles para las ventas comerciales a Israel. «No se exigeque la DSAA revise los contratos y las órdenes de compra de 50.000 a500.000 dólares hasta después de que Israel recibe los fondos FMS» y«la DSAA no revisa los contratos y las órdenes de compra por debajode los 50.000 dólares». Además, el «modo excepcional en el que laDSAA administra el programa israelí y las limitaciones de personalcomplican la completa implementación del acuerdo para informarsobre [...] artículos sensibles». Oficina de Contabilidad General de Es-tados Unidos, «Security Assistance: Reporting of Program ContentChanges» (GAO/NSIAD-90-115), Washington, DC, mayo de 1990,pp. 8-9, 14.

50 Citado en Steven Pearlstein, «U.S. Military Office Defends IsraeliAid; Closer Scrutiny of Program Described as Unnecessary», Washing-ton Post, 30 de julio de 1992. Véase también David Rogers y EdwardPound, «The Money Trail: U.S. Firms are Linked to an Israeli Generalat the Heart of a Scandal», Wall Street Journal, 20 de enero de 1992; Ro-gers y Pound, «How Israel Spends $1.8 Billion»; Joel Brinkley, «IsraeliGeneral Pleads Guilty in Bribery Case», New York Times, 28 de marzode 1991; Hillel Kuttler, «U.S. Defense Procurement Faults led to Do-tan Affair», Jerusalem Post, 12 de agosto de 1993 y Oficina de Contabi-lidad General de Estados Unidos, «Foreign Military Aid to Israel: Diver-sion of U.S. Funds and Circumvention of U.S. Program Restrictions»,GAO/ T-OSI-94-9, Washington, DC, octubre de 1993.

51 A fecha de 2004, los gastos en el Lavi, Merkava, Arrow y otros pro-gramas ascendían a 2.680 millones de dólares. Véase «U.S. Assistanceto Israel».

52 Dov S. Zakheim, Flight of the Lavi: Inside a U.S.-Israeli Crisis, Washing-ton, DC, Brassey’s, 1996. Zakheim era vicesubsecretario de Defensa en

NOTAS

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* El FMS o Foreign Military Sales es un programa de ventas de material militar es-tadounidense a gobiernos extranjeros [N. de los T.]


la administración de Reagan y un experimentado analista de defensa.Era también un judío ortodoxo y un firme partidario de Israel, y sinembargo su decidido empeño en evaluar los verdaderos costes delproyecto del Lavi y en última instancia de cancelarlo le ganó repetidosataques sobre su carácter. De hecho, él cuenta que el ministro israelíde Defensa Moshe Arens le llamó una vez «traidor a la familia». Véa-se xv, 256-257. Véase también Duncan L. Clarke y Alan S. Cohen, «TheUnited States, Israel and the Lavi Fighter», Middle East Journal 40,n.º 1, invierno de 1986, y James P. DeLoughry, «The United States andthe LAVI», Airpower Journal 4, n.º 3, otoño de 1990.

53 Mark, «Israel: U.S. Foreign Assistance», p. 8; Carol Migdalovitz, «Is-rael: Background and Relations with The United States», Report for Con-gress, Servicio de Investigación del Congreso, 31 de agosto de 2006, p. 19y Duncan L. Clarke, «The Arrow Missile: The United States, Israel, andStrategic Cooperation», Middle East Journal 48, n.º 3, verano de 1994.

54 «Memorandum of Understanding between the Government ofThe United States and the Government of Israel on Strategic Coope-ration», 30 de noviembre de 1981, colgado en el sitio web del Proyec-to Avalon de la Yale Law School, www.yale.edu/lawweb/avalon/mi-deast/pal03.htm.

55 El Congreso estableció la designación de «importante aliado almargen de la OTAN» («Major non-NATO Ally») en 1988, como partedel Título 10 del Código legal de EEUU (Fuerzas armadas). VéaseSubtítulo A, Parte IV, Capítulo 138, Subcapítulo II, Sección 2350a. So-bre la designación de Israel, véase Migdalovitz, «Israel: Backgroundand Relations», p. 19.

56 Yitzhak Benhorin, «US to Double Emergency Equipment Storedin Israel», Ynetnews.com, 12 de diciembre de 2006.

57 Feldman señala también que sería difícil y costoso para EstadosUnidos transportar este material de Israel a su más probable área dedespliegue (el golfo Pérsico). Véase Shai Feldman, The Future of U.S.-Israel Strategic Cooperation, Washington, DC, Instituto de Washingtonpara la Política de Oriente Próximo, 1996, pp. 45-46. Clarke et al.,Send Guns and Money, pp. 162-163.

58 Benhorin, «US to Double Emergency Equipment».


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59 Estos acontecimientos están documentados en Spiegel, OtherArab-Israeli Conflict, pp. 410-11; Migdalovitz, «Israel: Relations», pp. 18-19;Bard and Pipes, «How Special is the U.S.-Israel Relationship?»; ClydeMark, «Israeli-United States Relations», Issue Brief for Congress, Serviciode Investigación del Congreso, 9 de noviembre de 2004, pp. 9-10; ySchoenbaum, The United States and the State of Israel, pp. 280-281.

60 Jeffrey T. Richelson y Desmond Ball, The Ties that Bind: Intelligen-ce Cooperation Between the UKUSA Countries, Boston, Unwin Hyman,1990, pp. 173, 304; Jeffrey T. Richelson, «The Calculus of IntelligenceCooperation», International Journal of Intelligence and Counterintelligence4, n.º 3, otoño de 1990, p. 314 y Benjamin Heit-Hallahmi, The IsraeliConnection: Who Israel Arms and Why, Nueva York, Pantheon Books,1987, pp. 40-41.

61 Véase Jeffrey T. Richelson, The U.S. Intelligence Community, 2.ª ed.,Cambridge, MA, Ballinger, 1989, pp. 275-277 y Seymour Hersh, TheSamson Option: Israel’s Nuclear Arsenal and American Foreign Policy, Nue-va York, Random House, 1991, pp. 3-8.

62 Ephraim Kahana, «Mossad-CIA Cooperation», International Jour-nal of Intelligence and Counterintelligence, 14, n.º 3, julio de 2001, p. 416.

63 Robert Norris et al., «Israeli Nuclear Forces, 2002», Bulletin of theAtomic Scientists 58, n.º 5, septiembre/octubre de 2002, pp. 73-75 e «Is-rael Profile: Nuclear», Nuclear Threat Initiative, www.nti.org/e_research/profiles/Israel/Nuclear/index.html.

64 Bass, Support Any Friend, pp. 198, 206.65 Ibíd., pp. 216, 219, 222.66 Citado en Karpin, Bomb in the Basement, p. 237.67 Cohen, Israel and the Bomb, p. 193. El asistente de la Casa Blanca

Robert Komer afirmó más tarde que la decisión de Kennedy de pro-porcionar armas estadounidenses a Israel en la década de 1960 forma-ba parte de un deliberado intento de convencer a Jerusalén de no ha-cerse con armamento nuclear, pero si éste era en realidad el objetivo,claramente falló. Como señala Michael Karpin, «Israel quería tanto elproducto de Dimona [esto es, armas nucleares] como el armamentode ataque de Estados Unidos. Y esto es lo que en última instancia ob-tuvo». Bomb in the Basement, p. 238.

NOTAS

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68 Bass, Support Any Friend, p. 252.69 Hersh, Samson Option, pp. 188-189. Bass describe el enfoque de

Johnson sobre Dimona como «dispuesto a conformarse con un mu-tuamente tolerable nivel de engaño», Support Any Friend, p. 252.

70 Avner Cohen, «Israel and Chemical/Biological Weapons: His-tory, Deterrence, and Arms Control», Nonproliferation Review 8, n.º 3,otoño-invierno 2001.

71 La ayuda total soviética a Cuba puede haber sido tan grandecomo la ayuda estadounidense a Israel en algunos años (aproximada-mente 3.000 millones de dólares al año), pero estos cálculos usan elcambio oficial dólar-peso y por tanto sobrestiman la cantidad total deayuda soviética. La población de Cuba es además cerca del doble de lade Israel, por lo que la ayuda soviética per cápita era significativamen-te menor que la ayuda estadounidense a Israel, y Estados Unidos haestado respaldando a Israel durante un periodo mayor del que Moscúsubvencionó a La Habana. Castro fue además un cliente más dócil.Como señaló Jorge Domínguez: «Cuba no se opone a los intereses so-viéticos; ejercita su autonomía con esos intereses en mente y de mane-ra que sea coherente con ellos. En momentos cruciales, como en la in-vasión soviética de Afganistán, Cuba ha adoptado políticas con un altocoste para sus propios intereses [...] E incluso respecto a políticas so-viéticas internas que son contrapuestas con las propias políticas deCuba, Cuba es comedida en sus críticas hacia Moscú. La firme hegemo-nía soviética impone así verdaderos e importantes límites a la autono-mía de Cuba». To Make a World Safe for Revolution: Cuba’s Foreign Policy,Cambridge, MA, Harvard University Press, 1989, p. 111 y Apéndice B.

72 Quandt, Peace Process, p. 249. Algunas fuentes afirman que enrealidad Begin no rompió su promesa, argumentando que él no habíainiciado la discusión sobre los AWACS sino que simplemente había ex-presado su fuerte oposición a la venta cuando miembros del Congre-so le preguntaron sobre ella. Queda claro en las memorias de Reaganque el ex presidente no consideraba convincente esta explicación dela conducta de Begin: «No me gustaba tener representantes de unpaís extranjero —cualquier país extranjero— intentando interferir enlo que yo veía como nuestro proceso político interno y el estableci-


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miento de nuestra política exterior [...] Sentí que él [Begin] habíaroto su palabra y me enfadé por ello». Ronald Reagan, An AmericanLife, Nueva York, Simon & Schuster, 1990, pp. 412, 414-416 [Una vidaamericana, Barcelona, Plaza & Janés Editores, 1991].

73 El texto en inglés de la Resolución 242 está recogido en The Arab-Israeli Conflict: Readings and Documents, ed. John Norton Moore, Prin-ceton, NJ, Princeton University Press, 1977, pp. 1083-1084. Véase tam-bién David Pollock, The Politics of Pressure: American Arms and IsraeliPolicy since the Six Day War, Westport, CT, Greenwood Press, 1982, p. 74.

74 A pesar del creciente nivel de ayuda estadounidense desde 1968,las relaciones americano-israelíes sufrieron a menudo tensiones por lasdisputas en torno al nivel de apoyo militar estadounidense y la reticen-cia de Israel a aceptar ninguna de las propuestas de paz ofrecidas porlos diferentes mediadores. No obstante, los intentos de Estados Unidosde forzar concesiones israelíes restringiendo las armas generalmentefracasaron y las concesiones sólo se lograron mediante promesas deapoyo adicional. Véase William B. Quandt, Decade of Decisions: AmericanPolicy toward the Arab-Israeli Conflict, 1967-1976, Berkeley, University ofCalifornia Press, 1977, pp. 97-98, 100-102; Pollock, Politics of Pressure,pp. 74-77; Brecher, Decisions in Israel’s Foreign Policy, pp. 487-88, 493-96;y Spiegel, Other Arab-Israeli Conflict, pp. 190-191.

75 Citado en Brecher, Decisions in Israel’s Foreign Policy, p. 493. 76 Estas cantidades están en dólares de 2005. Libro Verde de USAID.77 Véase Shlaim, Iron Wall, pp. 603-605. 78 Dennis Ross, The Missing Peace: The Inside Story of the Fight for

Middle East Peace, Nueva York, Farrar, Straus & Giroux, 2004, p. 478.79 Ben-Zvi continúa: «Los lazos estratégicos entre Washington y Je-

rusalén continuaron desarrollándose durante 1996-1999 [...] Estos in-cluían el posicionamiento por adelantado de armas y municiones enIsrael en tiempos de guerra, y el desarrollo de sistemas antimisiles in-cluyendo el Arrow, el Nautilus y el de Interceptación en la Fase deAceleración. Los dos países se reunían con regularidad a nivel de gru-pos de expertos como el Grupo Conjunto de Planificación Política yMilitar, el Grupo Conjunto de Planificación de la Asistencia en Segu-ridad y el Grupo Conjunto Político y Militar [...] De hecho, el comité

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conjunto americano-israelí de planificación estratégica [...] se reuniócomo estaba previsto el 21 de febrero de 1999 a pesar de la decisión deIsrael de suspender un nuevo despliegue estipulado en los acuerdosde Wye». «The United States and Israel: The Netanyahu Era», StrategicAssessment, Centro Jaffee de Estudios Estratégicos, Universidad de TelAviv, 2, n.º 2, octubre de 1999.

80 Sobre el destino de la reevaluación de Ford, véase Quandt, Deca-de of Decisions, pp. 267-271; Edward Tivnan, The Lobby: Jewish PoliticalPower and American Foreign Policy, Nueva York, Simon & Schuster, 1987,p. 89; Charles McC. Mathias, Jr., «Ethnic Groups and Foreign Policy»,Foreign Affairs 59, n.º 5, verano de 1981, pp. 992-993 y Spiegel, OtherArab-Israeli Conflict, p. 296.

81 Carter recordó más tarde: «Creo que Begin saboteó deliberada-mente todo el asunto con los malditos asentamientos. Él sabe quemintió. No hacía ni doce horas que había abandonado Camp Davidcuando se encontró ante una enorme presión [interna] [...] En nin-gún momento hubo ningún equívoco en Camp David respecto al he-cho de que no habría asentamientos durante el periodo de transición,durante el que estaríamos negociando el acuerdo final de paz. Eso fueabsoluta y completamente comprendido». Citado en Kenneth W.Stein, Heroic Diplomacy: Sadat, Kissinger, Carter, Begin, and the Quest forArab-Israeli Peace, Nueva York, Routledge, 1999, p. 256.

82 El arrebato de ira de Clinton se cita en Hussein Agha y RobertMalley, «Camp David: The Tragedy of Errors», New York Review of Books,9 de agosto de 2001, p. 60.

83 William B. Quandt, Camp David: Peacemaking and Politics, Washing-ton, DC, Brookings Institution Press, 1986, pp. 103-104.

84 Sharp, «U.S. Foreign Aid», p. 4. 85 Itamar Rabinovich, The War for Lebanon, 1970-1985, ed. rev., Itha-

ca, NY, Cornell University Press, 1985, pp. 138-143.86 William B. Quandt, Peace Process: American Diplomacy and the Arab-

Israeli Conflict since 1967, 3ª ed., Washington, DC, Brookings Institu-tion, 2004, pp. 307-310 y Glenn Frankel, Beyond the Promised Land: Jewsand Arabs on the Hard Road to a New Israel, Nueva York, Simon & Schus-ter, 1994, pp. 301-304.


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87 Las tasas de crecimiento de la población para Israel propiamen-te dicho en 1991, 1993 y 1994 fueron del 4,9 por ciento, 2,5 por cientoy 2,7 por ciento respectivamente. «Sources of Population Growth: To-tal Israeli Population and Settler Population, 1991-2003», Fundaciónpara la paz en Oriente Medio, Washington, DC, www.fmep.org/settle-ment_info/stats_data/settler_population_growth/sources_popula-tion_growth_1991_2003.html.

88 La Unión Soviética/Rusia usó su veto 119 veces entre 1946 y 1958,pero sólo cuatro veces desde entonces. Estados Unidos no emitió su pri-mer veto hasta 1970, pero lo ha usado 82 veces a fecha de marzo de 2007.«Changing Patterns in the Use of the Veto in the Security Council», Foropara las Políticas Globales, www.globalpolicy.org/security/data/veto-tab.htm.

89 Esta posición llegó a ser conocida como la «Doctrina Negropon-te». Véase Michael J. Jordan, «Symbolic Fight for Israel at U.N.», Chris-tian Science Monitor, 8 de diciembre de 2003.

90 Estados Unidos votó a favor de las resoluciones del Consejo deSeguridad condenando el sangriento asalto israelí de Qibya en 1953y su ataque al reactor de Osirak en Irak en 1981. También votó en fa-vor de las Resoluciones 672 y 681 en 1990, que criticaban las deporta-ciones por parte de Israel de palestinos de los Territorios Ocupados.Estados Unidos se abstuvo en la Resolución 573 de 1985, que conde-naba el bombardeo israelí del cuartel general de la OLP en Túnez yvotó a favor de la Resolución 1073 en 1996, que expresaba preocupa-ción por la construcción de Israel de un túnel en las cercanías de lamezquita de Al Aqsa en Jerusalén.

91 Los registros de las votaciones de la ONU han sido obtenidos enhttp://unbisnet.un.org:8080/. Para una lista de las resoluciones de laAsamblea General relativas a Israel, además de registros parciales de lasvotaciones, Véase www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/UN/gatoc.html.

92 Marc Perelman, «International Agency Eyes Israeli Nukes», For-ward, 5 de septiembre de 2003.

93 Michael Oren ofrece una narración de la guerra ampliamente do-cumentada aunque decididamente proisraelí en Six Days of War: June1967 and the Making of the Modern Middle East, Nueva York, Oxford Uni-

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versity Press, 2002 [La Guerra de los Seis días: junio de 1967 y la formacióndel Próximo Oriente moderno, Barcelona, Editorial Ariel, 2003]; un correc-tivo convincente es Roland Popp, «Stumbling Decidedly into the SixDay War», Middle East Journal 60, n.º 2, primavera de 2006. Para un trata-miento reciente y más equilibrado por parte de otro historiador israelí,véase Tom Segev, 1967: Israel, the War, and the Year that Transformed theMiddle East, trad. Jessica Cohen, Nueva York, Metropolitan Books, 2007.

94 Wheeler es citado en Spiegel, Other Arab-Israeli Conflict, p. 141; el co-mentario de Johnson a Eban proviene de Popp, «Stumbling Decidedlyinto the Six Day War», p. 304. Popp señala también que «casi nadie den-tro de la administración estadounidense tenía dudas de que las adver-tencias israelíes [sobre un inminente ataque árabe] no tenían funda-mento» (302) y William Quandt recoge que la CIA y el Pentágonodijeron al ministro israelí de Asuntos Exteriores Abba Eban que «esta-ban convencidos de que Israel ganaría fácilmente si comenzaran las hos-tilidades, sin importar quién atacara primero». Decade of Decisions, 50.

95 El gobierno israelí envió telegramas al ministro de Asuntos Exte-riores Eban y al embajador Avraham Harman en Washington el 25 demayo, afirmando que un ataque árabe era inminente y pidiéndolesque solicitaran un inmediato compromiso estadounidense para tratarun ataque sobre Israel de manera equivalente a un ataque a EstadosUnidos. Pero, como señala Tom Segev, «la evaluación de inteligenciaisraelí de esa misma tarde era bastante diferente de lo que había sidotelegrafiado a Washington [...] [El primer ministro] Eshkol estaba ob-viamente intentado desinformar a Eban, y a través de él al presidenteJohnson, con el fin de asegurarse el apoyo estadounidense. Sobre unacopia del telegrama a Harman, Eshkol escribió de su puño y letra:“Todo para crear una coartada”». Segev, 1967, pp. 256-257.

96 Al reunirse con Eban en la tarde del 26 de mayo, Johnson le dioun memorandúm que finalizaba: «Debo subrayar la necesidad de queIsrael no se haga responsable del inicio de las hostilidades. Israel noestará solo a menos que decida hacerlo solo. No podemos imaginarque Israel tome esta decisión». Citado en Brecher, Decisions in Israel’sForeign Policy, p. 393. Johnson repitió una advertencia similar en unacarta a Eshkol el 28 de mayo.


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97 En palabras de William Quandt, Johnson «no tenía razones paraestar sorprendido cuando se despertó la mañana del 5 de junio con lanoticia de que había comenzado la GUERRA. Después de todo, él habíadado pasos para asegurar a los israelíes que la “luz roja” del 26 demayo se había vuelto ámbar [...] La “luz ámbar” que se había insinua-do en su carta a [el primer ministro israelí Levi] Eshkol el 3 de junio,y reiterado en comentarios de [Abe] Fortas y [Arthur] Goldberg, sig-nificaba “ten cuidado” y “no cuentes con Estados Unidos si te ves enproblemas”. Pero, como para la mayoría de los automovilistas, la luzámbar era equivalente a una verde». Quandt señala también que«Johnson no había dado exactamente a los israelíes una luz verde,pero había retirado el veto a sus acciones». Peace Process, 38, pp. 41-42;y Cheryl Rubenberg, Israel and the American National Interest: A CriticalExamination, Urbana, University of Illinois Press, 1986, p. 120.

98 En una reseña de Six Days of War de Oren, Quandt señala que«Johnson [le dijo a] los israelíes que no actuaran solos, y por un tiem-po pareció que lo decía en serio. Pero para finales de mayo, aparente-mente había cambiado de idea. Los israelíes se dieron cuenta del cam-bio rápidamente, y le dieron importancia ya que decidieron ir a laguerra. Pero todavía no sabemos por qué Johnson estaba inicialmentetan indeciso, porque adoptó después una línea dura con Israel o porqué posteriormente cambió de idea». «Book Review: Six Days of War»,Journal of Cold War Studies 6, n.º 4, verano de 2004, p. 147. En relacióncon otras presiones que se ejercieron sobre Johnson, incluyendo lacampaña de envío de cartas, véase Segev, 1967, pp. 253-54, 264-265, 304.

99 Quandt, Peace Process, pp. 43-44.100 El 8 de junio de 1967, mientras estaba en marcha la guerra de

los Seis Días, aviones y lanchas torpedo israelíes atacaron el buquede inteligencia estadounidense U.S.S. Liberty, que estaba en aguas inter-nacionales a la altura de la península de Sinaí. El ataque mató a 34 ma-rineros estadounidenses y causó grandes daños al barco. Israel hamantenido durante mucho tiempo que el ataque fue un accidente ba-sado en una identificación errónea, y se disculpó con Estados Unidosy pagó unos 13 millones de dólares en compensación. Los supervi-vientes del ataque, otros oficiales de la Marina de Estados Unidos y di-

NOTAS

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versos funcionarios estadounidenses (incluyendo el director de la CIARichard Helms y el secretario de Estado Dean Rusk) creyeron que el ata-que fue deliberado, y los defensores de esta visión afirman que las poste-riores investigaciones fueron superficiales e incompletas. Otros comen-taristas defienden la versión de Israel del incidente y lo consideran unlamentable percance. Para diferentes explicaciones, véase James Bam-ford, Body of Secrets: Anatomy of the Ultra Secret National Security Agency, Nue-va York, Random House, 2002; A. Jay Cristol, The Liberty Incident: The1967 Attack on the U.S. Navy Spy Ship, Washington, DC, Potomac Books,2002; James M. Ennes, Jr., Assault on the Liberty: The True Story of an IsraeliAttack on an American Intelligence Ship, Gaithersburg, MD, Reintree Press,2003; Oren, Six Days of War, pp. 263-271 y Segev, 1967, p. 386.

101 La diplomacia de la Guerra de Desgaste está resumida en Law-rence Whetten, The Canal War: Four-Power Conflict in the Middle East,Cambridge, MA, MIT Press, 1974. Algunas perspectivas israelíes útilesincluyen Ya’acov Bar-Siman-Tov, The Israeli-Egyptian War of Attrition,1969-1970, Nueva York, Columbia University Press, 1980 y JonathanShimshoni, Israel and Conventional Deterrence: Border Warfare from 1953to 1970, Ithaca, Cornell University Press, 1988, capítulo 4.

102 Quandt, Decade of Decisions, p. 147. Véase también Pollock, Poli-tics of Pressure, pp. 112-114, 124, 126-127; Isaac Rabin y Brecher, Deci-sions in Israel’s Foreign Policy, p. 510.

103 Henry A. Kissinger, Years of Upheaval, Boston, Little, Brown,1982, p. 468.

104 Al ayudar a Israel a colocarse en situación de ventaja en el cam-po de batalla, Nixon y Kissinger pretendían convencer a Egipto y Siriade que aceptaran un alto el fuego y tuvieran que reconocer los límitesdel apoyo soviético. Véase Quandt, Peace Process, pp. 113-115, 118.

105 Stein, Heroic Diplomacy, pp. 78-79.106 Ibíd, 86, 90; William Burr, ed., The October War and U.S. Policy,

Washington, DC, National Security Archive, 7 de octubre de 2003 yQuandt, Peace Process, p. 118.

107 «Kissinger Gave Green Light for Israeli Offensive Violating 1973Cease-Fire», Nota de Prensa del Archivo de Seguridad, 7 de octubrede 2003 y Quandt, Peace Process, pp. 120, 461 n. 62, 63. Kenneth Stein


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recoge que «Kissinger le dijo a los líderes israelíes que si su intención erahacer rendirse por hambre al Tercer Ejército egipcio, Estados Unidos “sedesvincularía de ello”. Pero Kissinger no dijo a los israelíes que no mejo-raran su ventaja militar en el terreno. Dayan quería otras 72 horas yKissinger accedió». Stein señala también que «con impunidad y la au-torización de Kissinger —de la que Sadat no era consciente—, Israelvioló la resolución de alto el fuego». Heroic Diplomacy, 92.

108 «U.S.-Israel Memorandum of Understanding, September 1,1975». La legislación del Congreso (Sección 535, P.L. 98-473, 12 deoctubre de 1984) añadió la estipulación de que la OLP «renuncia alterrorismo». Véase Clyde Mark, «Palestinians and Middle East Peace:Issues for The United States», Issue Brief for Congress, Servicio de Inves-tigación del Congreso, 24 de octubre de 2002, p. 2.

109 Shlaim, Iron Wall, pp. 337-340. Como señala Steven Spiegel,«aquí también Estados Unidos prometió una estrategia unificada conIsrael, restringiendo así la capacidad de Estados Unidos de hablar in-dependientemente con la OLP». Other Arab-Israeli Conflict, p. 302. So-bre la acción del Congreso en 1984, véase Clyde Mark, «Israeli-UnitedStates Relations», Issue Brief for Congress, Servicio de Investigación delCongreso, 28 de abril de 2005, p. 9.

110 El pretexto para la guerra fue el intento de asesinato del emba-jador israelí en Londres. Este acto se quedaba muy lejos del conjuntode criterios de Haig, en la medida en que no tenía nada que ver con lasituación a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano y no fue orde-nado por Yasir Arafat o Al Fatah, sino por un grupo disidente palesti-no liderado por Abu Nidal. Como observa Shlomo Ben Ami, Haig«debería haber sabido que los políticos israelíes no son especialmen-te sensibles a los matices y la moderación cuando usó un lenguaje inne-cesariamente ambiguo en su conversación con Sharon». Véase BenAmi, Scars of War, Wounds of Peace: The Israeli-Arab Tragedy, Nueva York,Oxford University Press, 2006, p. 179 [Cicatrices de guerra, heridas de paz,Barcelona, Ediciones B, 2006]; Quandt, Peace Process, pp. 250-251;Ze’ev Schiff, «The Green Light», Foreign Policy, n.º 50, primavera de1983; Ze’ev Schiff y Ehud Ya’ari, Israel’s Lebanon War, trad. Ina Fried-man, Nueva York, Simon and Schuster, 1984, pp. 71-73; Avner Yaniv,

NOTAS

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Dilemmas of Security: Politics, Strategy, and the Israeli Experience in Lebanon,Nueva York, Oxford University Press, 1987, pp. 102-103, 105 y JamesMcCartney, «Officials Says Haig Let Israel Think U.S. Condoned Inva-sion of Lebanon», Philadelphia Inquirer (en línea), 23 de enero de 1983.

111 Avi Shlaim, The Iron Wall, p. 416.112 Para cuando el alto el fuego entró en vigor, señala el historiador

israelí Itamar Rabinovich, «el IDF había tenido éxito tanto en derro-tar al ejército sirio en Líbano como en limitar el alcance del choque[...] Y lo que es igualmente importante, Siria, al buscar pronto un altoel fuego, dejó a Israel libre para centrarse en Beirut. En los días que si-guieron al alto el fuego, las fuerzas israelíes continuaron avanzandohacia el sur y este de Beirut y establecieron una conexión territorialcon las fuerzas del Frente Libanés». War for Lebanon, p. 138.

113 Rabinovich continúa: «Sin embargo pasó a ser cada vez más difícilmantener esa política contra la acumulación de críticas, especialmenteen la turbia situación en Beirut de la última parte de junio. Estas dificul-tades […] indujeron a la administración a distanciarse de manera mani-fiesta de Israel, pero no cambiaron la esencia de su política». Ibíd., 146.

114 George P. Shultz, Turmoil and Triumph: My Years as Secretary of Sta-te, Nueva York, Scribner, 1993, p. 112.

115 Véase Quandt, Peace Process, pp. 258-259.116 Quoted in Edward R. F. Sheehan, The Arabs, Israelis and Kissin-

ger: A Secret History of American Diplomacy in the Middle East, Pleasantville,NY, Reader’s Digest Press, 1976, p. 199.

117 En su relato del proceso de paz, el negociador estadounidenseDennis Ross ofrece numerosos ejemplos en los que la administraciónde Clinton se adaptó a las tácticas de negociación preferidas por elprimer ministro Ehud Barak, en especial en relación con el fracasadointento de alcanzar un tratado de paz con Siria. Véase Ross, MissingPeace, pp. 530-532, 539, 550-551, 578-580. Y como señalan Agha y Malleyen su exposición sobre Camp David: «Al final, en cambio, y en lo querespecta a casi todas estas valoraciones tácticas cuestionables, EstadosUnidos se rindió o cedió, conformándose a regañadientes con la ma-nera en la que Barak hacía las cosas por respeto a las cosas que estabaintentando hacer». «Camp David: The Tragedy of Errors», p. 60.


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118 Ron Pundak, «From Oslo to Taba: What Went Wrong?», Survi-val 43, n.º 3, otoño de 2001, pp. 40-41.

119 Agha y Malley, «Camp David: The Tragedy of Errors», pp. 62-63.120 «Lessons of Arab-Israeli Negotiating: Four Negotiators Look Back

and Ahead», transcripciones del debate del grupo de expertos, Institutode Oriente Próximo, 25 de abril de 2005; Nathan Guttman, «U.S. Accu-sed of Pro-Israel Bias at 2000 Camp David», Ha’aretz, 29 de abril de 2005 yAaron D. Miller, «Israel’s Lawyer», Washington Post, 23 de mayo de 2005.

121 «A History of Foreign Leaders and Dignitaries Who Have Addres-sed the U.S. Congress», http://clerk.house.gov/art_history/ art_arti-facts/foreignleaders.html. El primer líder israelí en dirigirse a una se-sión conjunta del Congreso fue Isaac Rabin en 1976; otros Estadoscuyos líderes han hablado ante múltiples sesiones del Congreso enel mismo periodo incluyen India (4), Irlanda (3), Italia (3), y Corea delSur (3). Si se comienza a contar en 1948 (el año en que fue fundadoIsrael), Israel está empatado a seis con Francia.

122 Bard y Pipes, «How Special is the U.S.-Israel Relationship?», p. 41.123 La pregunta planteada fue: «¿Cuál es su opinión de la política es-

tadounidense en Oriente Próximo: diría que es justa, o favorece dema-siado a Israel, o favorece demasiado a los palestinos?», véase el ProyectoPew sobre Actitudes Globales, Views of a Changing World 2003, Washing-ton, DC, The Pew Research Center for the People and the Press, 2003, 5;Proyecto Pew sobre Actitudes Globales, «Wave 2 Update Survey; 21 Pu-blics Surveyed, Final Topline (2003)», T-151, http://pewglobal.org/re-ports/pdf/185topline.pdf.

CAPÍTULO 2ISRAEL: ¿ACTIVO ESTRATÉGICO O CARGA?

1 A.F.K. Organski, The $36 Billion Bargain: Strategy and Politics in U.S.Assistance to Israel, Nueva York, Columbia University Press, 1990; Ste-ven L. Spiegel, «Israel as a Strategic Asset», Commentary, junio de 1983;Steven L. Spiegel, The Other Arab-Israeli Conflict: Making America’s MiddleEast Policy from Truman to Reagan, Chicago, University of Chicago

NOTAS

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Press, 1985; Steven L. Spiegel, «U.S.-Israel Relations after the GulfWar», Jerusalem Letter/Viewpoints 117, Jerusalem Center for Public Af-fairs, 15 de julio de 1991. Véase también Steven Rosen, «The StrategicValue of Israel», AIPAC Papers on U.S.-Israel Relations, Washington, DC,Comité Estadounidense de Asuntos Públicos de Israel, 1982.

2 Citado en Ben Bradlee, Jr., «Israel’s Lobby», Boston Globe, 29 deabril de 1984.

3 Véase http://aipac.org/Publications/AIPACAnalysesIssueBriefs/The_U.S.-Israel_Strategic_Partnership.pdf y http://aipac.org/ Publi-cations/AIPACAnalysesIssueBriefs/The_U.S.-Israel_Relationship.pdf.

4 Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, «Letter to PresidentBush on the War on Terrorism», 20 de septiembre de 2001, www.newa-mericancentury.org/Bushletter.htm y «Mission Statement», InstitutoJudío para Asuntos de Seguridad Nacional, www.jinsa.org/about/agenda/agenda.html.

5 Martin Kramer, «The American Interest», Azure 5767, no. 26, oto-ño de 2006, pp. 24-25.

6 Efraim Inbar, «Still a Strategic Asset for the US», Jerusalem Post, 8de octubre de 2006.

7 Como era de esperar, estudiosos como Spiegel, Organski y Kra-mer restan importancia o niegan el impacto de la política nacional deEstados Unidos o de los grupos de influencia en el apoyo estadouni-dense a Israel. Organski afirma que «las decisiones en torno a laspolíticas estadounidenses con respecto a Israel han, en general,sido realizadas por presidentes y por élites en materia de política exte-rior, por sí mismos y por razones razones enteramente propias», Kra-mer sugiere que «si las instituciones del lobby [israelí] desaparecieranmañana, es bastante probable que el apoyo estadounidense y otrosapoyos occidentales no disminuirían», Spiegel describe la creencia deque el lobby proisraelí tiene «una importante posición de poder»como «mito». A pesar de estas afirmaciones, el estudio de Spiegel con-tiene numerosos ejemplos de cómo el lobby configura las percepcionesy comportamiento de personas clave en la toma de decisiones. La pro-pia carrera de Kramer indica que él no se cree su propio argumento,ya que ha dedicado una considerable cantidad de tiempo y esfuerzo a


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defender el apoyo estadounidense a Israel y a atacar a aquellos quelo cuestionan. Véase Organski, $36 Billion Bargain, p. 27; Spiegel,Other Arab-Israeli Conflict, pp. 386, 388; y Kramer, «American Inte-rest», p. 31.

8 Los estudiosos han analizado exhaustivamente las decisiones deTruman, alcanzando distintas conclusiones sobre la importancia de lapolítica nacional de Estados Unidos y su sensibilidad a la opinión judía.Está claro que no fue el único factor que influyó sobre su conductamientras intentaba conducir la compleja situación en Palestina, peroprácticamente todas las fuentes coinciden en que las preferencias polí-ticas de la comunidad judía estadounidense (amplificadas por las pre-vistas elecciones de 1948) no tuvieron un papel trivial en sus cálculos.Véase Spiegel, Other Arab-Israeli Conflict, pp. 47-48; Kenneth Ray Bain,The March to Zion: United States Policy and the Founding of Israel, CollegeStation, Texas, A & M Press, 1979, pp. 195-197, 202; Zvi Ganin, Truman,American Jewry, and Israel, 1945-1948, Nueva York, Holmes & Meier, 1979y Michael B. Oren, Power, Faith and Fantasy: America in the Middle East1776 to the Present, Nueva York, Norton, 2007, pp. 484, 488-489, 499.

9 Citado en Jerome Slater, «Ideology vs. the National Interest:Bush, Sharon, and U.S. Policy in the Israeli-Palestinian Conflict», Se-curity Studies 12, n.º 1, otoño de 2002, p. 167.

10 Warren Bass, Support Any Friend: Kennedy’s Middle East and the Ma-king of the U.S.-Israel Alliance, Nueva York, Oxford University Press,2003, pp. 148-149 y David Schoenbaum, The United States and the Stateof Israel, Nueva York, Oxford University Press, 1993, pp. 136-137.

11 La estrategia Nixon/Kissinger es resumida en William B. Quandt,Peace Process: American Diplomacy and the Arab-Israeli Conflict in 1967, 3.ª ed.,Washington, DC, Brookings, 2005, pp. 69-70, 92-94; Henry Kissinger,White House Years, Boston, Little, Brown, 1979, pp. 1279, 1289-1291, ca-pítulo 10 y Henry Kissinger, Years of Upheaval, Boston, Little, Brown,1982, pp. 195-205.

12 Israel permitió a aviones occidentales sobrevolar territorio is-raelí durante la crisis de Jordania de 1958 y accedió a las peticiones deEstados Unidos para intervenir en apoyo del rey Hussein tras la inter-vención siria en el enfrentamiento entre Hussein y la OLP en 1970.

NOTAS

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Al final, unidades aéreas jordanas atacaron por su cuenta a los sirios y és-tos se retiraron sin que Israel tuviera que responder. Los funcionariosestadounidenses se mostraron agradecidos por el apoyo israelí en am-bos casos, pero, como señala Alan Dowty, la contribución de Israel enla resolución de la crisis de 1970 fue «como mucho secundaria». NigelAshton sugiere también que Hussein consideraba a Israel como unaamenaza potencial durante la crisis y que los funcionarios estadouni-denses erróneamente «atribuyeron a Israel el haberles ayudado a lo-grar una victoria en la Guerra Fría en lo que, en realidad, era una lu-cha árabe interna». Alan Dowty, Middle East Crisis: Decisionmaking in1958, 1970, and 1973, Berkeley, University of California Press, 1984,p. 177; Nigel J. Ashton, «Pulling the Strings: King Hussein’s Role du-ring the Crisis of 1970 in Jordan», International History Review 28, n.º 1,marzo de 2006, p. 109 y Quandt, Peace Process, pp. 79-83.

13 Dan Raviv y Yossi Melman, Friends in Deed: Inside the U.S.-IsraelAlliance, Nueva York, Hyperion, 1994, pp. 66-68, 114-115.

14 Para un análisis comprensivo pero escéptico con el argumentodel «activo estratégico» por parte del que fue durante mucho tiemporesponsable de la División de Asistencia Militar de la Oficina de Ges-tión y Presupuesto, véase Harry Shaw, «Strategic Dissensus», ForeignPolicy, 61, invierno de 1985-1986.

15 Aunque supuestamente fue una respuesta al asesinato de un ci-clista israelí por infiltrados desde Egipto, el ataque de Gaza tambiénha sido interpretado como un modo de estimular la moral israelí porparte de Ben Gurion, añadiendo dramatismo a su regreso al poder yreduciendo el creciente prestigio de Nasser. Pero como observa Shlo-mo Ben Ami, «más que interrumpir el compromiso egipcio hacia unaestrategia bélica [la operación de Gaza] lo potenció». Véase Scars ofWar, Wounds of Peace: The Israeli-Arab Tragedy, Nueva York, Oxford Uni-versity Press, 2006, p. 77 [Cicatrices de guerra, heridas de paz, Barcelona,Ediciones B, 2006]; Avi Shlaim, The Iron Wall: Israel and the Arab World,Nueva York, Norton, 2001, pp. 123-129 [El muro de hierro: Israel y elmundo árabe, ALMED, Granada, 2003]; Michael Brecher, Decisions in Is-rael’s Foreign Policy, New Haven, Yale University Press, 1975, pp. 254-255,esp. nota 1 y E. L. M. Burns, Between Arab and Israeli, Nueva York, Ivan


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Obolensky, 1963, p. 20. Siria tenía motivos similares para intentar con-seguir armas soviéticas durante este periodo y su deseo de ayuda se viointensificado por un ataque israelí especialmente fuerte en diciembrede 1955. Véase Stephen M. Walt, The Origins of Alliances, Ithaca, Cor-nell University Press, 1987, p. 62, esp. nota 36.

16 Sobre el asunto de la turbulenta relación de la Unión Soviéticacon sus aliados árabes, véase Mohamed Heikal, The Sphinx and theCommissar: The Rise and Fall of Soviet Influence in the Middle East, NuevaYork, Harper, 1976; Alvin Z. Rubinstein, Red Star on the Nile: The Soviet-Egyptian Influence Relationship since the June War, Princeton, N.J., Prince-ton University Press, 1977 y Ya’acov Roi, ed., From Encroachment to In-volvement: A Documentary Study of Soviet Foreign Policy in the Middle East,1945-1973, New Brunswick, NJ, Transaction Books, 1974.

17 Para un convincente argumento a tal efecto, véase Jerome Slater,«The Superpowers and an Arab-Israeli Political Settlement: The ColdWar Years», Political Science Quarterly 105, n.º 4, invierno de 1990-1991.

18 «Kissinger Memorandum: “To Isolate the Palestinians”», MERIPReports 96, mayo de 1981, p. 24. Este artículo es un memorándum deuna conversación de junio de 1975 entre Kissinger y el llamado «gru-po de Klutznick», una congregación de líderes judioestadounidensesorganizada por Philip Klutznick, un antiguo presidente de B’nai B’rithInternational y ex secretario estadounidense de Comercio. Véase tam-bién Quandt, Peace Process, pp. 103-104.

19 Ussama Makdisi, «“Anti-Americanism” in the Arab World: An In-terpretation of a Brief History», Journal of American History 89, n.º 2,septiembre de 2002, pp. 538-539. Alfred Prados del Servicio de Inves-tigación del Congreso coincide, señalando que «Estados Unidos, unode los últimos en llegar a Oriente Próximo, disfrutó de una imagenmás favorable en la región que la que tenían sus homólogos europeosen el siglo XIX y comienzos del XX». «Middle East: Attitudes toward theUnited States», Informe para el Congreso, Servicio de Investigacióndel Congreso, 31 de diciembre de 2001, p. 2.

20 Shibley Telhami, The Stakes: America and the Middle East, Boulder,CO, Westview, 2002, pp. 50-59 y Makdisi, «“Anti-Americanism” in theArab World», pp. 548-550.

NOTAS

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21 Shaw, «Strategic Dissensus», p. 137.22 Moshe Dayan: Story of My Life, Nueva York, William Morrow, 1976,

pp. 512-513. 23 El coste total ocasionado por el «arma del petróleo» fue con casi

total seguridad mayor, ya que tuvo efectos a largo plazo sobre la infla-ción, la renta real y el crecimiento de la productividad, así como efec-tos indirectos sobre la inversión, la volatilidad del precio del dinero yotros factores, pero existe un considerable desacuerdo entre los eco-nomistas en lo que se refiere a la magnitud de estos efectos. Sobre lasimportaciones de petróleo, véase Dominick Salvatore, «PetroleumPrices and Economic Performance in the G-7 Countries», en SiamackShojai y Bernard S. Katz, eds., The Oil Market in the 1980s: a Decade of De-cline, Nueva York, Praeger, 1992, p. 94, y Mancur Olson, «The Produc-tivity Slowdown, the Oil Shocks and the Real Cycle», Journal of Econo-mic Perspectives 2, n.º 4, otoño de 1988, pp. 43-69. El coste para lospaíses de la OCDE fue la subida de sus facturas netas de importaciónde petróleo de los 35.000 millones de dólares en 1973 a más de100.000 millones en 1974. Véase Robert J. Lieber, The Oil Decade: Con-flict and Cooperation in the West, Nueva York, Praeger, 1983, p. 21. El cálcu-lo del Producto Nacional Bruto es el de la Administración Federalde la Energía y el de muchos economistas. Véase Edward N. Krapels,Oil Crisis Management: Strategic Stockpiling for International Security, Balti-more, Johns Hopkins University Press, 1980, p. 34; Fiona Venn, TheOil Crisis, Londres, Longman, 2002, pp. 154-155. El cálculo en dólaresde 2000 utiliza datos de Louis D. Johnston y Samuel H. Williamson,«The Annual Real and Nominal GDP for Estados Unidos, 1790 – Pre-sent», Servicios de Historia Económica, octubre de 2005.

24 Citado en Jeffrey Richelson, The U.S. Intelligence Community, 2.ª ed.,Cambridge, MA, Ballinger, 1989, p. 277.

25 Citado en Roland Popp, «Stumbling Decidedly into the Six DayWar», Middle East Journal 60, n.º 2, primavera de 2006, p. 300. Tom Segevha confirmado que la valoración de Rostow era esencialmente correcta.Véase su 1967: Israel, the War and the Year that Transformed the MiddleEast, trad. Jessica Cohen, Nueva York, Metropolitan Books, 2007,pp. 256-258.


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26 Véase Shlomo Brom, «The War in Iraq: An Intelligence Failure»,Strategic Assessment, Centro Jaffee de Estudios Estratégicos, Universi-dad de Tel Aviv, 6, n.º 3, noviembre de 2003; «Selections from the Me-dia, 1998-2003», ibíd., pp. 17-19; Gideon Alon, «Report Slams Assess-ment of Dangers Posed by Libya, Iraq», Ha’aretz, 28 de marzo de 2004;Dan Baron, «Israeli Report Blasts Intelligence for Exaggerating the IraqiThreat», JTA.org, 28 de marzo de 2004; Greg Myre, «Lawmakers RebukeIsraeli Intelligence Services over Iraq», New York Times, 29 de marzo de2004 y James Risen, State of War: The Secret History of the CIA and the BushAdministration, Nueva York, Simon & Schuster, 2006, pp. 72-73.

27 Kramer, «American Interest», pp. 24-25.28 Shaw señala también que «todos los israelíes son sumamente cons-

cientes de la carga que para un país de sólo cuatro millones de habitan-tes son las vidas perdidas incluso en las guerras cortas y victoriosas. Israelsimplemente carece del personal que sacrificar en costosas aventuras mi-litares más allá de su inmediato vecindario». «Strategic Dissensus», p. 130.

29 Citado en Duncan L. Clarke, Daniel B. O’Connor y Jason D. Ellis,Send Guns and Money: Security Assistance and U.S. Foreign Policy, West-port, CT, Praeger, 1997, p. 173. Otro funcionario del Departamentode Defensa señaló que «la proximidad [de Israel] al Golfo no es sufi-ciente para ser realmente útil como una base para luchar allí, exceptosobre el papel. Necesitamos acercarnos mucho más en el caso de cual-quier contingencia real, y por eso es por lo que nos inclinamos por si-tuar bases adelantadas en Omán». La contribución de Israel estaría li-mitada al mantenimiento y, posiblemente, a instalaciones hospitalarias.Véase Joe Stork, «Israel as a Strategic Asset», en MERIP Reports N.º 105,Reagan Targets the Middle East, mayo de 1982, p. 12.

30 Shaw, «Strategic Dissensus», p. 133.31 Véase el análisis de la Operación «Earnest Will» en www.globalse-

curity.org/military/ops/earnest_will.htm y Dilip Hiro, The Longest War:The Iran-Iraq Military Conflict, Nueva York, Routledge, 1991, pp. 129-132,166, 186-191, 202-204.

32 «Kissinger Memorandum», p. 25. 33 Durante la campaña de 1980, Reagan declaró ante la Asociación

Estadounidense de la Prensa Judía que «Israel es un activo estratégico

NOTAS

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para Estados Unidos, [y] creo que tenemos que tener políticas queden una expresión concreta a esa posición». Véase Stork, «Israel as aStrategic Asset», p. 3 y Ronald Reagan, An American Life, Nueva York,Simon & Schuster, 1990, pp. 410 [Una vida americana, Barcelona, Pla-za & Janés Editores, 1991].

34 Con respecto a este último elemento, Feldman dice que «la másclara manifestación de este fenómeno es el singular papel del influyen-te Comité Estadounidense de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC)».Véase su The Future of U.S.-Israel Strategic Cooperation, Washington, DC, Ins-tituto de Washington para la Política de Oriente Próximo, 1996, pp. 5-6.

35 Bernard Lewis, «Rethinking the Middle East», Foreign Affairs 71,n.º 4, otoño de 1992, pp. 110-111; Bernard Reich, Securing the Cove-nant: United States-Israeli Relations after the Cold War, Westport, CT, Prae-ger, 1995, p. 123, y Robert J. Art, A Grand Strategy for America, Ithaca,Cornell University Press, 2003, p. 137.

36 Waldegrave es citado en David Kimche, The Last Option: After Nas-ser, Arafat, and Saddam Hussein, The Quest for Peace in the Middle East,Nueva York, Scribner, 1991, p. 236; Lewis, «Rethinking the MiddleEast», pp. 110-111. La historia se repitió durante la segunda guerra delGolfo en 2003. Estados Unidos necesitaba reunir una gran coaliciónpara hacer que su guerra preventiva pareciera legítima y por lo tantose esforzó al máximo para convencer a una variedad de países de queaportaran tropas a la «coalición de la voluntad». Pero Israel estaba au-sente de esta lista, incluso a pesar de que sus líderes y habitantes apo-yaban con fuerza la guerra. Abordamos este asunto con mayor ampli-tud en el capítulo 8.

37 Basado en información de la base de datos del Memorial Institu-te for the Prevention of Terrorism www.tkb.org.

38 Daniel Benjamin y Steven Simon han mostrado que algunosmiembros de la administración de Clinton dieron alta prioridad alcontraterrorismo, pero también documentan lo difícil que fue hacerefectiva esa prioridad durante la década de 1990. En sus palabras: «Eltrabajo fue difícil porque un gobierno que nunca había visto el terro-rismo como una amenaza de primera importancia no tenía ni la orga-nización ni la legislación para abordarlo de esa manera. En muchas


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agencias las oficinas que manejaban el contraterrorismo eran pozosburocráticos cuyos gestores no tenían el peso de colegas que se encar-gaban de regiones geográficas o de temas de perfil alto como el con-trol de armas». Es también revelador que la administración de Bushno diera una alta prioridad al terrorismo tras su llegada al poder. Véa-se Daniel Benjamin y Steven Simon, The Age of Sacred Terror, Nueva York,Random House, 2002, p. 221, 327-329 y Richard A. Clarke, Against AllEnemies: Inside America’s War on Terror, Nueva York, Free Press, 2004,pp. 227-236 [Contra todos los enemigos, Madrid, Taurus, 2004].

39 Dicho de diferente manera, el presupuesto de Defensa de Esta-dos Unidos era más del doble de la suma total de las economías ente-ras de estos cuatro Estados (medido en base a la paridad de compra).Cifras extraídas de The Military Balance 2000-2001, Londres, Interna-tional Institute for Strategic Studies, 2001 y Agencia Central de Inteli-gencia (CIA), World Factbook 2000 (en línea).

40 Para un excelente análisis de la política estadounidense en rela-ción con Irak e Irán, y hacia los Estados canallas de manera más gene-ral, véase Robert Litwak, Rogue States and U.S. Foreign Policy: Contain-ment after the Cold War, Washington, DC, Woodrow Wilson CenterPress, 2000. Aunque el Congreso, controlado por los republicanos,generalmente estuvo a favor de políticas más agresivas hacia Irán eIrak y ocasionalmente votó para apoyar sanciones más rígidas y a va-rios exiliados antirrégimen, la administración de Clinton nunca llevóa cabo un verdadero intento de cambio de régimen.

41 Bruce W. Jentleson y Christopher A. Whytock, «Who “Won” Lib-ya? The Force-Diplomacy Debate and Its Implications for Theory andPolicy», International Security 30, n.º 3, invierno 2005-2006, pp. 47-86;Ronald Bruce St. John, «Libya is Not Iraq: Preemptive Strikes, WMD,and Diplomacy», Middle East Journal 58, n.º 3, verano de 2004 y FlyntLeverett, «Why Libya Gave Up on the Bomb», New York Times, 23 deenero de 2004.

42 Litwak, Rogue States and U.S. Foreign Policy, pp. 168-169.43 Sharon es citado en William Safire, «Israel or Arafat», New York Ti-

mes, 3 de diciembre de 2001; el funcionario que no se nombra es citadoen Robert G. Kaiser, «Bush and Sharon Nearly Identical on Mideast Po-

NOTAS

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licy», Washington Post, 9 de febrero de 2003. Véase también Nathan Gutt-man, «A Marriage Cemented by Terror», Salon.com, 4 de enero de 2006.

44 «Netanyahu Speech before the U.S. Senate», 10 de abril de 2002,www.netanyahu.org/netspeacinse.html; y Benjamín Netanyahu, «ThreePrinciples Key to Defeat of Terrorism», Chicago Sun-Times, 7 de enerode 2002.

45 Ehud Barak, «Democratic Unity is the Only Answer to Terro-rism», Times, Londres, 13 de septiembre de 2001.

46 «Entire Text of Olmert Speech to Congress», Jerusalem Post, 24 demayo de 2006.

47 Robert Satloff, «Israel’s Not the Issue, Pass it on», Los Angeles Ti-mes, 10 de octubre de 2001.

48 «Peace Can Only Come Once the US Gives Israel the GreenLight to Eliminate Hamas and the Hezbollah», nota de prensa, Ofici-na de Charles Schumer, Senado de Estados Unidos, 3 de diciembre de2001, www.senate.gov/~schumer/1-Senator%20Schumer%20Websi-te%20Files/pressroom/press_releases/PR00766.html.

49 Véase H. Res. 392, 2 de mayo de 2002 y S. Res. 247, 22 de abrilde 2002.

50 Según una versión, «a la vez incluso que los oradores identifica-ban a [Yasir] Arafat como un problema que requiría acción inmedia-ta, también le describían como sólo uno de los socios de una “coali-ción de fuerzas” mucho más amplia que incluía a Irán, Irak y Siria [...]Respecto a la neutralización de estas amenazas, el cambio de régimenera la opción preferida». Véase Dana Hearn, «AIPAC Policy Conferen-ce, 21-23 April 2002», Journal of Palestine Studies 31, n.º 4, verano de2002, pp. 67-68.

51 «Letter to President Bush on Israel, Arafat, and the War on Terro-rism», Proyecto para el Nuevo Siglo Americano, 3 de abril de 2002,www.newamericancentury.org/Bushletter-040302.htm. El autor prin-cipal de la carta abierta, William Kristol, ofreció la misma opinión du-rante la guerra de Israel en Líbano en 2006, escribiendo que «aunqueSiria e Irán son enemigos de Israel, también son enemigos de EstadosUnidos» y concluyendo: «Ésta es también nuestra guerra». WilliamKristol, «It’s Our War», Weekly Standard, 24 de julio de 2006.


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52 Maoz y Seale son citados en Susan Taylor Martin, «Experts Disagreeon Dangers of Syria», St. Petersburg Times, (en línea), 3 de noviembre de2002. Véase también Benjamin y Simon, Age of Sacred Terror, p. 194.

53 Véase, entre otros estudios: Tanya Reinhart, Israel/Palestine: Howto End the War of 1948, 2.ª ed. expandida, Nueva York, Seven StoriesPress, 2005 [Israel/Palestina: cómo acabar con el conflicto, Barcelona, RBALibros, 2004] y Tanya Reinhart, The Road Map to Nowhere: Israel/Palesti-ne since 2003, Londres, Verso, 2006.

54 Como Robert Pape ha mostrado de manera convincente, el te-rrorismo suicida es una táctica que ha adoptado una diversa serie demovimientos políticos, normalmente cuando son débiles e intentanderrotar a un adversario democrático embarcado en lo que los terro-ristas consideran como una ocupación ilegítima. Véase Robert A.Pape, Dying to Win: The Strategic Logic of Suicide Terrorism, Nueva York,Random House, 2005 [Morir para ganar: Las estrategias del terrorismo sui-cida, Barcelona, Ediciones Paidós, 2006].

55 Véase Satloff, «Israel’s Not the Issue»; Kramer, «American Inte-rest», p. 29; Norman Podhoretz, «Israel Isn’t the Issue», Wall Street Jour-nal, 20 de septiembre de 2001; Norman Podhoretz, «World War IV:How It Started, What It Means, and Why We Have to Win», Commen-tary, septiembre de 2004; Andrea Levin, «Don’t Scapegoat Israel», Bos-ton Globe, 6 de octubre de 2001 y Dennis Ross, «Bin Laden’s TerrorismIsn’t about the Palestinians», New York Times, 12 de octubre de 2001.Entre otros que expusieron este argumento en respuesta a nuestro ar-tículo original se incluyen Alan Dershowitz, «Debunking the Newest—and Oldest— Jewish Conspiracy: A Reply to the Mearsheimer-Walt“Working Paper”», John F. Kennedy School of Government FacultyResearch Working Paper, Universidad de Harvard, abril de 2006, p.29; Marc Landy, «Zealous Realism: Comments on Mearsheimer andWalt», Forum (Berkeley Electronic Press), 4, número 1, artículo 6, 2006y Steven Simon, «Here’s Where “The Israel Lobby” is Wrong», TheDaily Star, 4 de mayo de 2006.

56 Véase Abdel Mahdi Abdallah, «Causes of Anti-Americanism inthe Arab World: A Socio-Political Perspective», Middle East Review of In-ternational Affairs, 7, n.º 4, diciembre de 2003.

NOTAS

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57 Qutb se formó sus impresiones sobre Estados Unidos duranteuna visita aquí en 1948, y fue más tarde ejecutado por el gobiernoegipcio en 1966. Véase Yvonne Y. Haddad, «Sayyid Qutb: Ideologue ofIslamic Revival», en Voices of Resurgent Islam, ed. John Esposito, NuevaYork, Oxford University Press, 1983, pp. 67-98.

58 Citado en Makdisi, «“Anti-Americanism” in the Arab World»,p. 555.

59 Steve Coll, Ghost Wars: The Secret History of the CIA, Afghanistan,and Bin Laden, from the Soviet Invasion to September 10, 2001, Nueva York,Penguin Press, 2004, pp. 250-251, 273 y «Transcript: the Yasin Inter-view», 60 Minutes, 2 de junio de 2002, www.cbsnews.com/stories/2002/06/02/60minutes/printable510847.shtml.

60 Anónimo [Michael Scheuer], Through Our Enemies’ Eyes: Osamabin Laden, Radical Islam, and the Future of America, Washington, DC,Brassey’s, 2002, p. 87.

61 Citado en Lawrence Wright, The Looming Tower: Al Qaeda and theRoad to 9/11, Nueva York, Knopf, 2006, pp. 75-76.

62 Messages to the World: The Statements of Osama bin Laden, ed. BruceLawrence, Londres, Verso, 2005, p. 4.

63 Benjamin y Simon, Age of Sacred Terror, pp. 140-141.64 Bin Laden, «From Somalia to Afghanistan», marzo de 1997, en

Lawrence, Messages to the World, p. 46. Para hallar otras condenas a Esta-dos Unidos por su apoyo a Israel previas al 11-S, y acusaciones de que Es-tados Unidos se estaba confabulando con Israel, véase la siguiente selec-ción de la misma obra: «Declaration of Jihad», 23 de agosto de 1996,p. 30; «The World Islamic Front», 23 de febrero de 1998, pp. 60-61 y «AMuslim Bomb», diciembre de 1998, pp. 66-70; véase también «Jihadagainst Jews and Crusaders» y «New Osama bin Laden Video ContainsAnti-Israel and Anti-American Statements», sitio web de la Liga Antidi-famación, www.adl.org/terrorism_america/bin_l_print.asp.

65 Max Rodenbeck, «Their Master’s Voice», New York Review of Books,9 de marzo de 2006, p. 8. Los libros reseñados eran Peter L. Bergen,The Osama bin Laden I Know: An Oral History of al Qaeda’s Leader , NuevaYork, Free Press, 2006 [Osama de cerca: Una historia oral del líder de Al-Qae-da, Barcelona, Editorial Debate, 2007] y Lawrence, Messages to the World.


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66 «Outline of the 9/11 Plot», Staff Statement No. 16, Comisión Na-cional sobre los Ataques Terroristas a Estados Unidos, 16 de junio de2004, p. 18. Véase también Nathan Guttman, «Al-Qaida Planned At-tacks during PM’s Visit to White House», Ha’aretz, 17 de junio de 2004y Marc Perelman, «Bin Laden Aimed to Link Plot to Israel», Forward,25 de junio de 2004.

67 «Outline of the 9/11 Plot», p. 18.68 Ibíd., p. 4.69 The 9/11 Commission Report: Final Report of the National Commission

on Terrorist Attacks Upon The United States, Nueva York, Norton, 2004,pp. 145, 147 [11-S. El informe: extracto del informe final de los atentados te-rroristas contra Estados Unidos, Barcelona, Ediciones Paidós, 2004].

70 Sobre la Primera Intifada, véase Joost R. Hiltermann, Behind the In-tifada: Labor and Women’s Movements in the Occupied Territories, Princeton,Princeton University Press, 1991; Intifada: The Palestinian Uprising AgainstIsraeli Occupation, ed. Zachary Lockman y Joel Beinin, Boston, MA, SouthEnd Press, 1989; Benny Morris, Righteous Victims: A History of the Zionist-Arab Conflict, 1881-2001, Nueva York, Vintage, 2001, capítulo 12 y Ze’evSchiff y Ehud Ya’ari, Intifada: The Palestinian Uprising, Israel’s Third Front,ed. y trad. Ina Friedmann, Nueva York, Simon & Schuster, 1991.

71 Citado en Michael Slackman, «As Crowds Demand Change, Le-banese Premier is Puzzled», New York Times, 11 de diciembre de 2006.

72 Proyecto Pew de Actitudes Globales, A Year After Iraq War: Mis-trust of America in Europe Even Higher, Muslim Anger Persists, WashingtonDC, Pew Research Center for the People and the Press, 16 de marzode 2004, p. 21.

73 Proyecto Pew de Actitudes Globales, «What the World Thinks in2002», Washington, DC, Pew Research Center for the People and thePress, diciembre de 2002, p. 54.

74 Shibley Telhami, The Stakes: America and the Middle East, Boulder,CO, Westview Press, 2002, p. 96. Véase también, Ami Eden, «9/11Commission Finds Anger at Israel Fueling Islamic Terrorism Wave»,Forward, 30 de julio de 2004.

75 Makdisi continúa: «Ninguna explicación del antiamericanismo enel mundo árabe que no aborde directamente la noción árabe de Israel

NOTAS

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puede siquiera comenzar a transmitir la naturaleza, profundidad y ab-soluta intensidad de la ira árabe hacia Estados Unidos», «“Anti-Ameri-canism” in the Arab World», p. 552.

76 «Impressions of America 2004: How Arabs View America, HowArabs Learn About America», Washington, DC, Zogby International,junio de 2004, pp. 3-5; «Five Nation Survey of the Middle East», Washing-ton, DC, Arab-American Institute/Zogby International, diciembre de2006, p. 4; y Prados, «Middle East: Attitudes toward Estados Unidos»,p. 8.

77 Citado en Peter Ford, «Why Do They Hate Us?», Christian Scien-ce Monitor, 27 de septiembre de 2001.

78 Report of the Defense Science Board Task Force on Strategic Communica-tion, Washington, DC, Oficina del subsecretario de Defensa para Ad-quisiciones, Tecnología y Logística, septiembre de 2004, p. 40; y 9/11Commission Report, p. 376.

79 «Impressions of America 2004: A Six Nation Survey», Washing-ton, DC, Zogby International, 2004; Shibley Telhami, «Arab PublicOpinion: A Survey in Six Countries», San Jose Mercury (en línea), 16 demarzo de 2003; John Zogby, The Ten Nation Impressions of America Poll, Uti-ca, NY, Zogby International, 11 de abril de 2002; y Shibley Telhami, «ArabAttitudes Towards Political and Social Issues, Foreign Policy, and theMedia», un sondeo de opinión pública realizado por la Cátedra de Paz yDesarrollo Anuar el Sadat, Universidad de Maryland y Zogby Internatio-nal, octubre de 2005, www.bsos.umd.edu/sadat/pub/survey-2005.htm.

80 Changing Minds, Winning Peace: A New Strategic Direction for U.S.Public Diplomacy in the Arab and Muslim World, Informe del grupo ase-sor en diplomacia pública para el mundo árabe y musulmán, presen-tado al Comité de asignaciones presupuestarias, Cámara de Represen-tantes de Estados Unidos, 1 de octubre de 2003, p. 18. Véase tambiénProyecto Pew de Actitudes Globales, Views of a Changing World 2003:War with Iraq Further Divides Global Publics, Washington, DC, The PewResearch Center for the People and the Press, 3 de junio de 2003.

81 Warren Hoge, «U.N. Distances Itself from an Envoy’s Rebuke ofIsrael and the U.S.», New York Times, 24 de abril de 2004; «Brahimi’s Is-rael Comments Draw Annan, Israeli Fire», Ha’aretz, 23 de abril de 2004;


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y «Egyptian Prez: Arabs Hate US», www.cbsnews.com/stories/2004/04/20/world/printable612831.shtml.

82 David Shelby, «Jordan’s King Abdullah Stresses Urgency of MideastPeace Process», 7 de marzo de 2007, www.usinfo.state.gov.

83 «President Discusses War on Terror and Operation Iraqi Free-dom», Cleveland, Ohio, Casa Blanca, Oficina del secretario de Pren-sa, 20 de marzo de 2006.

84 Charles Krauthammer, «The Tehran Calculus», Washington Post,15 de septiembre de 2006. También Bernard Lewis, «August 22», WallStreet Journal, 8 de agosto de 2006. Para una declaración similar porparte de dos académicos israelíes, véase Yossi Klein Halevi y Michael B.Oren, «Contra Iran», New Republic, 5 de febrero de 2007. Para el argu-mento de que Sadam Husein era también irracional y por lo tanto nose le podía disuadir mediante intimidación, véase Kenneth M. Po-llock, The Threatening Storm: The Case for Invading Iraq, Nueva York,Random House, 2002.

85 Mao Zedong sí realizó algunos comentarios de indiferencia so-bre la guerra nuclear antes de que China obtuviese la bomba, pero es-tas afirmaciones estaban casi con toda seguridad dirigidas a disuadir aotras potencias nucleares de ejercer presión sobre Pekín. Véase AliceLangly Hsieh, Communist China’s Strategy in the Nuclear Era, EnglewoodCliffs, NJ, Prentice-Hall, 1962. La afirmación de Rusk se puede encon-trar en The China Reader, vol. 3: Communist China, ed. Franz Schur-mann y Orville Schell, Nueva York, Vintage, 1967, p. 508. Sobre laUnión Soviética, una exposición clasica es Richard Pipes, «Why theSoviet Union Thinks It Can Fight and Win a Nuclear War», Commen-tary, julio de 1977.

86 Para la carta de los diplomáticos británicos, véase «Doomed toFailure in the Middle East», Guardian, 27 de abril de 2004. Véase tam-bién Nicholas Blanford, «US Moves Inflame Arab Moderates», Chris-tian Science Monitor, 26 de abril de 2004; Rupert Cornwell, «Allies WarnBush that Stability in Iraq Demands Arab-Israeli Deal», Independent, 10de junio de 2004; Glenn Kessler y Robin Wright, «Arabs and Euro-peans Question “Greater Middle East” Plan», Washington Post, 22 de fe-brero de 2004 y Robin Wright y Glenn Kessler, «U.S. Goals for Middle

NOTAS

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East Falter», Washington Post, 21 de abril de 2004. La carta estadouni-dense se puede encontrar en www.wrmea.com/letter_to_bush.html.

87 Ze’ev Schiff, «Fitting into America’s Strategy», Ha’aretz, 1 deagosto de 2003.

88 Jay Solomon, «Religious Divide: To Contain Iran, U.S. SeeksHelp from Arab Allies», Wall Street Journal, 24 de noviembre de 2006.

89 James A. Baker III y Lee H. Hamilton, copresidentes, The IraqStudy Group Report, Washington, DC, U.S. Institute of Peace, diciembrede 2006, p. 39.

90 Sobre el «Asunto Lavon», véase Schoenbaum, The United Statesand the State of Israel, pp. 107-108. Sobre las diversas transacciones de Is-rael con Irán, véase «Israel-Iran Oil Deal Disclosed and Tied to Capti-ves», New York Times, 20 de diciembre de 1989; Youssef M. Ibrahim,«Oil Sale Disclosure Upsets Israeli-Iranian Contacts», New York Times,21 de diciembre de 1989; Bishara Bahbah, «Arms Sales: Israel’s Link tothe Khomeini Regime», Washington Report on Middle East Affairs (en lí-nea), enero de 1987 y Benjamin Beit-Hallahmi, The Israeli Connection:Who Israel Arms and Why, Nueva York, Pantheon Books, 1987, pp. 3-22,108-175. Es cierto que la administración de Reagan suministró armasa Irán como parte del célebre escándalo de armas Iran-Contra, peroesta operación encubierta estaba en gran medida destinada a asegu-rar la liberación de rehenes estadounidenses en Líbano y fue conside-rada de manera general como contraria a los intereses de EstadosUnidos en sentido amplio una vez que fue descubierta.

91 Citado en Duncan L. Clarke, «Israel’s Unauthorized Arms Trans-fers», Foreign Policy, n.º 99, verano de 1995, p. 94.

92 Richard C. Stiener, «Foreign Military Aid to Israel: Diversion ofU.S. Funds and Circumvention of U.S. Program Restrictions», testi-monio ante el Subcomité de supervisión e investigaciones, Comitéde Energía y Comercio, Cámara de Representantes, Washington, DC,Oficina de Contabilidad General de Estados Unidos, octubre de 1993,p. 22. Véase también Edward T. Pound, «Israel is Impeding U.S. Do-tan Probe, Documents Show», Wall Street Journal, 29 de julio de 1992 yEdward T. Pound, «U.S. Says Israel Withheld Help in Dotan Probe»,Wall Street Journal, 25 de julio de 1992.


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93 Sobre esta prolongada disputa, véase Aluf Benn y Amnon Bar-zilai, «Pentagon Official Wants Yaron Fired», Ha’aretz, 16 de diciem-bre de 2004; Caroline B. Glick y Arieh O’Sullivan, «Pentagon De-nies It Wants Yaron Dismissed», Jerusalem Post, 16 de diciembre de2004; Nina Gilbert, «Yaron Won’t Give Info on Arms Sales to Chi-na», Jerusalem Post, 30 de diciembre de 2004; «Israeli, U.S. Talks onWeapons Deals with China End without Result», Ha’aretz, 29 de ju-nio de 2005; Marc Perelman, «Spat Over Sales of Weapons ChillingTies Between Jerusalem and Beijing», Forward, 24 de diciembre de2004; Marc Perelman, «China Crisis Straining U.S.-Israel Ties», For-ward, 5 de agosto de 2005; Marc Perelman, «Israel Miffed over Lin-gering China Flap», Forward, 7 de octubre de 2005; Ze’ev Schiff,«U.S.-Israel Crisis Deepens over Defense Exports to China», Ha’aretz,27 de julio de 2005 y Janine Zacharia, «“Something Wrong” in US-Israeli Military Ties as Split Deepens on China», Jerusalem Post, 26 dediciembre de 2004.

94 Citado en Zacharia, «“Something Wrong” in US-Israeli MilitaryTies as Split Deepens on China», Jerusalem Post, 26 de diciembre de 2004.

95 Citado en Duncan L. Clarke, «Israel’s Economic Espionage inThe United States», Journal of Palestine Studies 27, n.º 4, verano de1998, p. 21. Véase también Bob Drogin y Greg Miller, «Israel HasLong Spied on U.S. Say Officials», Los Angeles Times, 3 de septiembrede 2004; «FBI Says Israel a Major Player in Industrial Espionage», Je-wish Bulletin (en línea), 16 de enero de 1998; Clyde R. Mark, «Israeli-United States Relations», Issue Brief for Congress, Congressional ResearchService, 9 de noviembre de 2004, pp. 14-15; y Joshua Mitnick, «U.S. Ac-cuses Officials of Spying», Washington Times, 16 de diciembre de 2004.

96 El periodista Seymour Hersh alega que Israel pasó parte de lainformación de inteligencia robada a la Unión Soviética con el fin deobtener visados de salida para judíos soviéticos. Otros han cuestiona-do esta afirmación, pero Hersh se reafirma en su historia. SeymourM. Hersh, The Samson Option: Israel’s Nuclear Arsenal and American Fo-reign Policy, Nueva York, Random House, 1991, pp. 285-305; y Sey-mour M. Hersh, «Why Pollard Should Never Be Released», New Yorker,18 de enero de 1999.

NOTAS

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97 Sobre estos incidentes, véase Edward T. Pound y David Rogers,«Inquiring Eyes: An Israeli Contract with a U.S. Company Leads to Es-pionage», Wall Street Journal, 17 de enero de 1992.

98 Para una visión general del caso Franklin, véase Jeffrey Gold-berg, «Real Insiders: A Pro-Israel Lobby and an F.B.I. Sting», New Yorker,4 de julio de 2005. Rosen y Weissman han negado los cargos y el casoestá todavía en trámite.

CAPÍTULO 3 UN ARGUMENTO MORAL EN DECLIVE

1 «President Speaks to the American Israel Public Affairs Commit-tee», Centro de Convenciones de Washington, Washington, DC, CasaBlanca, Oficina del Secretario de Prensa, 18 de mayo de 2004.

2 Citado en Mark Chmiel, «Elie Wiesel and the Question of Palesti-ne», Tikkun.org, noviembre/diciembre de 2002.

3 Paul Breines, Tough Jews: Political Fantasies and the Moral Dilemma ofAmerican Jewry, Nueva York, Basic Books, 1990, pp. 54-59; Michelle Mart,Eye on Israel: How America Came to View Israel as an Ally, Albany, State Univer-sity of New York Press, 2006, pp. 169-174; Melani McAlister, Epic Encoun-ters: Culture, Media, and U.S. Interests in the Middle East, 1945-2000, Berkeley,CA, University of California Press, 2001, pp. 159-165; Edward Tivnan, TheLobby: Jewish Political Power and American Foreign Policy, Nueva York, Simonand Schuster, 1987, pp. 50-51 y David Twersky, «Novelist Leon UrisTaught Jewish Readers to Stand Tall», Forward, 27 de junio de 2003.

4 Los principales mitos se exponen y refutan en Simha Flapan, TheBirth of Israel: Myths and Realities, Nueva York, Pantheon Books, 1987.

5 Para una breve pero excelente síntesis de la «nueva historia», véaseAvi Shlaim, «The New History of 1948 and the Palestinian Nakba»,Miftah.org, 18 de marzo de 2004.

6 Meron Rappaport, «IDF Commander: We Fired More Than a Mi-llion Cluster Bombs in Lebanon», Ha’aretz, 12 de septiembre de 2006y «Shooting without a Target», editorial de Ha’aretz, 14 de septiembrede 2006.


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7 Benny Morris, 1948 and After: Israel and the Palestinians, NuevaYork, Oxford University Press, 2003, p. 13. Véase también Flapan,Birth of Israel, pp. 187-199.

8 Morris, 1948 and After, 14. Morris criticó duramente nuestro ar-tículo original «The Israel Lobby» en un extenso artículo («And Nowfor Some Facts: The Ignorance at the Heart of an Innuendo», New Re-public, 8 de mayo de 2006), alegando que habíamos incurrido en nu-merosos errores históricos. En concreto, cuestionó nuestra interpre-tación del equilibrio de poder militar en la guerra de Independenciade 1948, así como nuestra interpretación de otros episodios clave dela historia sionista e israelí. La crítica de Morris le exigía contradecir-se en sus propias y muy importantes primeras investigaciones (y al tra-bajo de otros respetados historiadores) que tanto han hecho para ilu-minar la fundación de Israel y la relación con sus vecinos árabes y lospalestinos. Nosotros creemos que estas investigaciones respaldannuestra descripción de la superioridad militar y las ambiciones territo-riales de Israel, así como sus políticas respecto a los refugiados. Hemosabordado las acusaciones de Morris en John J. Mearsheimer y StephenM. Walt, «Setting the Record Straight: A Response to Critics of “TheIsrael Lobby”», 12 de diciembre de 2006, pp. 26-46, disponible enwww.israellobbybook.com.

9 Sobre el balance de poder militar en la guera de 1948, Véase Tre-vor N. Dupuy, Elusive Victory: The Arab-Israeli Wars, 1947-1974, NuevaYork, Harper, 1978, pp. 3-19, 121-125; Rashid Khalidi, «The Palesti-nians and 1948: The Underlying Causes of Failure», en The War for Pa-lestine: Rewriting the History of 1948, ed. Eugene L. Rogan y Avi Shlaim,Nueva York, Cambridge University Press, 2001, pp. 12-36; Rashid Kha-lidi, The Iron Cage: The Story of the Palestinian Struggle for Statehood, Bos-ton, Beacon Press, 2006, capítulo 4; Haim Levenberg, Military Prepara-tions of the Arab Community in Palestine, 1945-1948, Portland, OR, FrankCass, 1993; Benny Morris, The Birth of the Palestinian Refugee Problem Re-visited, Nueva York, Cambridge University Press, 2004, capítulos 1, 3;Benny Morris, Righteous Victims: A History of the Zionist-Arab Conflict,1881-1999, Nueva York, Knopf, 1999, pp. 187-189, 191-196, 215-223,235-236, 241-242; Morris, 1948 and After, pp. 13-16; y Martin Van

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Creveld, The Sword and the Olive: A Critical History of the Israeli DefenseForces, Nueva York, Public Affairs, 1998, pp. 77-82.

10 Ilan Pappe, The Ethnic Cleansing of Palestine, Oxford, OneworldPublications, 2006, p. 45.

11 Citado ibíd, 22. Para encontrar evidencias de que los sionistas en-tendieron que sus fuerzas de combate tenían una ventaja decisiva sobrelas palestinas y que esta situación les permitía aplicar políticas agresivascontra los palestinos, Véase ibíd, pp. 22-23, 26, 41, 44-46, 70, 79, 84.

12 Morris, 1948 and After, p. 15.13 Ibíd.14 Morris, Righteous Victims, p. 393.15 Sobre el equilibrio de poder militar en las guerras de 1956, 1967

y 1973, véase Dupuy, Elusive Victory, pp. 146-147, 212-214, 231-244,333-340, 388-390, 597-605, 623-633; Morris, Righteous Victims, 286-291,311-313, 393-395 y Van Creveld, The Sword and the Olive, pp. 137-138,179-182, 239-243.

16 La economía de Israel sufrió una caída en 2001-2002, tras el co-mienzo de la Segunda Intifada en octubre de 2000. La mayoría de losexpertos creen, sin embargo, que la crisis de la economía mundial fue engran medida la responsable de ese deterioro. Un artículo en Forbes a fina-les de mayo de 2002 sintetiza la opinión comúnmente aceptada: «El go-bierno israelí y economistas privados calculan que dos tercios del drásti-co desplome del crecimiento del PIB de Israel, de 6,4 por ciento en 2000a una tasa actual de cero, no fue debido al terrorismo sino a un bajónque se produjo en todo el mundo liderado por el sector de la alta tecno-logía». David Simons, «Cold Calculation of Terror», Forbes, 28 de mayode 2002. La economía repuntó en 2003-2005, a pesar incluso de que larevuelta palestina continuaba. Véase también Emma Clark, «Israel’s Ne-glected Economy», BBC News (en línea), 2 de septiembre de 2002; NadavMorag, «The Economic and Social Effects of Intensive Terrorism: Israel,2000-2004», Middle East Review of International Affairs 10, n.º 3, septiembrede 2006); Neal Sandler, «Israel’s Economy: As if the Intifada Weren’tEnough», Business Week, 18 de junio de 2001 y Linda Sharaby, «Israel’sEconomic Growth: Success without Security», Middle East Review of Inter-national Affairs 6, n.º 3, septiembre de 2002.


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17 Amos Harel, «Israel Maintains Its Strategic Advantage, Says Jaf-fee Center», Ha’aretz, 23 de noviembre de 2005. Véase también UriBar-Joseph, «The Paradox of Israeli Power», Survival 46, n.º 4, invier-no de 2004-2005 y Martin Van Creveld, «Opportunity Beckons», Jeru-salem Post, 16 de mayo de 2003. El Centro Jaffee ha sido incorporadoahora a una nueva institución, el Instituto de Estudios EstratégicosNacionales.

18 Alan Dershowitz, «Debunking the Newest —and Oldest— JewishConspiracy: A Reply to the Mearsheimer-Walt “Working Paper”», JohnF. Kennedy School of Government Faculty Research Working Paper,Universidad de Harvard, abril de 2006, p. 22 y Martin Peretz, «KillerAngels: Murdering Jews, Then and Now», New Republic, 15 de abril de2002, pp. 17-18.

19 Morris, 1948 and After, pp. 11-12. La cita posterior de Morris eneste párrafo es de ibíd., p. 13.

20 Shlomo Ben Ami, Scars of War, Wounds of Peace: The Israeli-ArabTragedy, Nueva York, Oxford University Press, 2006, pp. 35-36 [Cicatri-ces de guerra, heridas de paz, Barcelona, Ediciones B, 2006]. Véase tam-bién, Birth of Israel, pp. 119-152.

21 Esta extendida creencia está reflejada en Michael B. Oren, «DidIsrael Want the Six-Day War?», Azure 5759, n.º 7, primavera de 1999 yMichael B. Oren, Six Days of War: June 1967 and the Making of the Mo-dern Middle East, Nueva York, Oxford University Press, 2002 [La Guerrade los Seis días: junio de 1967 y la formación del Próximo Oriente moderno,Barcelona, Editorial Ariel, 2003].

22 Las mejores nuevas obras sobre los orígenes de la guerra de 1967incluyen Ben Ami, Scars of War, pp. 96-114; Norman G. Finkelstein,«Abba Eban with Footnotes», Journal of Palestine Studies 32, n.º 3, pri-mavera de 2003; Roland Popp, «Stumbling Decidedly into the Six-DayWar», Middle East Journal 60, n.º 2, primavera de 2006 y Tom Segev,1967: Israel, the War, and the Year that Transformed the Middle East, trad.Jessica Cohen, Nueva York, Metropolitan Books, 2007.

23 Avi Shlaim, The Iron Wall: Israel and the Arab World, Nueva York,Norton, 2000, p. 237 [El muro de hierro: Israel y el mundo árabe, Granada,ALMED, 2003].

NOTAS

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24 Ibíd., p. 235. Véase también Stephen S. Rosenfeld, «Israel and Sy-ria: Correcting the Record», Washington Post, 24 de diciembre de 1999.

25 Ben Ami, Scars of War, p. 100.26 Segev, 1967, pp. 202-212, 295-296.27 Citado en Segev, 1967, p. 300. Véase también ibíd., pp. 387-388.28 Citado en Ben Ami, Scars of War, pp. 76-77.29 Morris, Righteous Victims, p. 387. Véase también John J. Mearshei-

mer, Conventional Deterrence, Ithaca, Cornell University Press, 1983,pp. 155-162.

30 Citado en Mearsheimer, Conventional Deterrence, p. 159.31 Yoram Meital, Peace in Tatters: Israel, Palestine, and the Middle East,

Boulder, CO, Lynne Rienner, 2006, pp. 148-152; Charles A. Radin,«Arabs Offer to Accept Israel with Conditions», Boston Globe, 29 demarzo de 2002 y Howard Schneider, «Arab Countries UnanimouslyEndorse Saudi Peace Plan», Washington Post, 29 de marzo de 2002.

32 Según la Ley del Retorno, un «judío» es definido como «una per-sona nacida de una madre judía o que se ha convertido al judaísmo yque no es miembro de otra religión». La ley actual y las enmiendas re-levantes se pueden encontrar en el sitio web del ministerio israelí deAsuntos Exteriores: www.mfa.gov.il/MFA/MFAArchive/1950_1959/Law%20of%20Return%205710-1950. Recientemente se ha produci-do un debate en Israel sobre la aprobación de legislación para recono-cer como judíos a aquellos individuos que tienen un padre judío perono una madre judía. Véase Shahar Ilan, «Bill Would Recognize Ju-daism through Father», Ha’aretz, 12 de marzo de 2006.

33 «The Declaration of the Establishment of the State of Israel»puede encontrarse en John Norton Moore, ed., The Arab-Israeli Con-flict: Readings and Documents, Princeton, Princeton University Press,1977, pp. 934-937.

34 David Ben Gurion, Israel: A Personal History, trad. Nechemia Me-yers y Uzy Nystar, Nueva York, Funk and Wagnalls, 1971, p. 839.

35 Estas cifras están basadas en la Oficina Central de Estadísticas (CBS,en sus siglas en inglés), Statistical Abstract of Israel, 2006, Tabla 2.1,www1.cbs.gov.il/reader/; y la Sociedad Académica Palestina para el Estu-dio de los Asuntos Internacionales, Palestine Facts and Info, «Population»,


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www.passia.org/palestine_facts/facts_and_figures/0_facts_and_figu-res.htm. Existen cerca de 300.000 individuos viviendo en Israel que es-tán definidos como «otros» por la CBS. La mayoría de ellos son miem-bros de familias de inmigrantes judíos que tienen antepasados judíospero no una madre judía, y por tanto no entran en la categoría de ju-díos para el gobierno israelí. Si se les clasifica como judíos, entonces elnúmero total de judíos en Israel sería aproximadamente de 5,6 millo-nes, no de 5,3 millones, que es la cifra que usa la CBS.

36 Un sondeo de opinión pública realizado a judíos israelíes en fe-brero-marzo de 2007 concluyó que «el desafío demográfico es de unaurgencia creciente para la mayoría de la población judía y contribuyea definir el enfoque colectivo sobre cuestiones de seguridad nacio-nal». Yehuda Ben Meir y Dafna Shaked, «The People Speak: Israeli Pu-blic Opinion on National Security, 2005-2007», Memorándum N.º 90,Tel Aviv, Institute for National Security Studies, mayo de 2007, pp. 10,64-65. Véase también Aluf Benn, «Israel’s Identity Crisis», Salon.com, 16de mayo de 2005; Larry Derfner, «Sounding the Alarm about Israel’sDemographic Crisis», Forward, 9 de enero de 2004; Jon E. Dougherty,«Will Israel Become an Arab State?», NewsMax.com, 12 de enero de2004; Lily Galili, «A Jewish Demographic State», Ha’aretz, 28 de juniode 2002 y Gideon Levy, «Wombs in the Service of the State», Ha’aretz,9 de septiembre de 2002.

37 Shulamit Aloni, «A Country for Some of Its Citizens?», Ha’aretz, 24de febrero de 2007. La Ley Básica sobre la Dignidad y Libertad Humanase puede encontrar en el sitio web de la Kneset: www.knesset.gov.il/laws/special/eng/basic3_eng.htm

38 Jonathan Cook, Blood and Religion: The Unmasking of the Jewish andDemocratic State, Ann Arbor, MI, Pluto Press, 2006, pp. 17-18. Véasetambién Adalah y The Arab Association for Human Rights, «EqualRights and Minority Rights for the Palestinian Arab Minority in Israel»,un informe al Comité de Derechos Humanos de la ONU sobre laimplementación de Israel de los artículos 26 y 27 del Pacto Internacio-nal de Derechos Civiles y Políticos, julio de 1998; As’ad Ghanem, Na-dim Rouhana y Oren Yiftachel, «Questioning “Ethnic Democracy”: AResponse to Sammy Smooha», Israel Studies 3, n.º 2, otoño de 1998;

NOTAS

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David B. Green, «The Other Israelis», Boston Globe, 25 de febrero de2007; Human Rights Watch, Second Class: Discrimination against Palesti-nian Arab Children in Israel’s Schools, Nueva York, septiembre de 2001,capítulo 8; Frances Raday, «Religion, Multiculturalism and Equality:The Israeli Case», en Israel Yearbook on Human Rights, Vol. 25, 1995, ed.Yoram Dinstein, La Haya, Martinus Nijhoff, 1996, pp. 193-241; AhmadH. Sa’di, «Israel as Ethnic Democracy: What Are the Implications forthe Palestinian Minority?», Arab Studies Quarterly 22, n.º 1, invierno de2000 y Sammy Smooha, «Ethnic Democracy: Israel as an Archetype»,Israel Studies 2, n.º 2, otoño de 1997.

39 «The Official Summation of the Or Commission Report», publi-cado en Ha’aretz, 2 de septiembre de 2003. Para hallar evidencias decuán hostiles fueron muchos israelíes a los resultados y recomenda-ciones del informe, véase «No Avoiding the Commission Recommen-dations», editorial de Ha’aretz, 4 de septiembre de 2003 y Molly Moo-re, «Israelis Look Inward after Critical Report», Washington Post, 3 deseptiembre de 2003. Véase también Bernard Avishai, «Saving Israelfrom Itself: A Secular Future for the Jewish State», Harper’s, enero de2005; Ian Lustick, Arabs in the Jewish State: Israel’s Control of a NationalMinority, Austin, University of Texas Press, 1980 y Chris McGreal,«Worlds Apart», Guardian, 6 de febrero de 2006.

40 Roee Nahmias, «Marriage to an Arab is National Treason», Ynet-news.com, 27 de marzo de 2007 y Yoav Stern, «Poll: 50% of Israeli JewsSupport State-Backed Arab Emigration», Ha’aretz, 27 de marzo de2007. Para resultados similares en una encuesta de 2006, véase Eli Ash-kenazi y Jack Khoury, «Poll: 68% of Jews Would Refuse to Live in SameBuilding as an Arab», Ha’aretz, 22 de marzo de 2006; Chris McGreal,«41% of Israel’s Jews Favor Segregation», Guardian, 24 de marzo de2006; Sharon Roffe-Ofir, «Poll: Israeli Jews Shun Arabs», Ynetnews.com,22 de marzo de 2006 y Kenneth J. Theisen, «Racism Alive and Well inIsrael?», Pittsburgh Independent Media Center (en línea), 1 de juniode 2006.

41 Israeli Democracy Institute, «The Democracy Index: Major Fin-dings 2003». Este resumen del informe se puede encontrar enwww.idi.org.il/english/article.asp?id=1466.


54


42 Según una encuesta de opinión pública de 2007, un 63 por cien-to de los judíos israelíes se oponía a incluir a un ministro árabe en elgobierno. En 2004, el 75 por ciento se oponía a la idea, mientras un 60por ciento se oponía a ella en 2005 y 2006. Ben Meir y Shaked, «ThePeople Speak», p. 80. Véase también ibíd., pp. 22, 79-82; Orly Hal-pern, «Arab Cabinet Pick Stirs “Zionism-Racism” Debate», Forward, 19de enero de 2007; Gil Hoffman, «“Majadleh Slot the End of Zionism”»,Jerusalem Post, 10 de enero de 2007; Ronny Sofer, «Cabinet ApprovesFirst Arab Minister», Ynetnews.com, 28 de enero de 2007 y Scott Wilson,«In First, Arab Muslim Joins Israeli Cabinet», Washington Post, 29 deenero de 2007.

43 Citado en Justin Huggler, «Israel Imposes “Racist” Marriage Law»,Independent, 1 de agosto de 2003. Véase también James Bennet, «Isra-el Blocks Palestinians from Marrying into Residency», New York Times,31 de julio de 2003; «Racist Legislation», editorial de Ha’aretz, 19 dejulio de 2004; «Racist Legislation», editorial de Ha’aretz, 18 de enerode 2005 y Shahar Ilan, «Law Denying Family Unification to Israelis andPalestinians Extended», Ha’aretz, 21 de marzo de 2007. Incluso la LigaAntidifamación criticó la legislación, aunque moderadamente. Nat-han Guttman, Yair Ettinger y Sharon Sadeh, «ADL Criticizes Law Den-ying Citizenship to Palestinians Who Marry Israelis», Ha’aretz, 5 deagosto de 2003.

44 Citado en Tovah Tzimuki, «Government Supports Revocation ofCitizenship», Ynetnews.com, 8 de enero de 2007. Véase también SaedBannoura, «Israeli Knesset Passes Law to Revoke Citizenship of “Un-patriotic” Israelis», International Middle East Media Center (en lí-nea), 10 de enero de 2007; Sheera Claire Frenkel, «“Disloyalty” BillPasses First Hurdle», Jerusalem Post, 10 de enero de 2007; Tom Segev,«Conditional Citizenship», Ha’aretz, 11 de enero de 2007 y YuvalYoaz, «Government to Back Bill Allowing Court to Rescind Traitors’Citizenship», Ha’aretz, 7 de enero de 2007.

45 Citado en Larry Derfner, «Rattling the Cage: A Bigot CalledBibi», Jerusalem Post, 3 de enero de 2007. Véase también Aluf Benn andGideon Alon, «Netanyahu: Israel’s Arabs are the Real DemographicThreat», Ha’aretz, 18 de diciembre de 2003; Ron Dermer, «The Nerve

NOTAS

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of Bibi», Jerusalem Post, 9 de enero de 2007; Karina’s Kolumn (KarinaRobinson), «Benjamin Netanyahu: Israel’s Prime Minister in Wai-ting», The Banker (en línea), 1 de julio de 2004 y Neta Sela, «Netan-yahu: Pensions Cut—Arabs’ Birth Rate Declined», Ynetnews.com, 3 deenero de 2007.

46 Estas afirmaciones no son ejemplos aislados. A comienzos de2004, por ejemplo, el viceministro de Defensa, Ze’ev Boim, sugirióque el terrorismo palestino es debido a un «defecto genético». Susopiniones fueron apoyadas por otro miembro de la Kneset, quien dijoque el terrorismo «está en su sangre», que es por lo que un árabe «teapuñalará por la espalda» si le «das la espalda». Incluso Benny Morris,el historiador cuyos estudios realizados en sus comienzos han hechotanto para revelar las verdaderas políticas de Israel hacia los palesti-nos, se ha referido, sin embargo, a ellos como «bárbaros» que deberíanser tratados como «asesinos en serie». El comentario de Begin provienede Amnon Kapeliuk, «Begin and the “Beasts”», New Statesman, 25 de ju-nio de 1982, p. 12; los comentarios de Eitan son de David K. Shipler,«Most West Bank Arabs Blaming U.S. for Impasse», New York Times, 14de abril de 1983 y Uzi Benziman, Sharon: An Israeli, Nueva York, Ada-ma Books, 1985, p. 264. El comentario de Ya’alon’s proviene de AriShavit, «The Enemy Within», Ha’aretz, 27 de agosto de 2002. El co-mentario de Boim y el de la persona que lo respaldó vienen de YuvalYoaz, «AG: Ethics Committee to Probe Racist Comments Made byMKs», Ha’aretz, 10 de agosto de 2004. El comentario de Morris es deAri Shavit, «Survival of the Fittest», Ha’aretz, 9 de enero de 2004.

47 Larry Derfner, «Rattling the Cage: The Racism of Israeli Youth»,Jerusalem Post, 17 de enero de 2007. Véase también Ahiya Raved,«Youth Believe Arabs Dirty, Uneducated», Ynetnews.com, 9 de enerode 2007.

48 Citado en Ben Lynfield, «The Rise of Avigdor Lieberman», Na-tion, 14 de diciembre de 2006. Véase también Uri Avnery, «The Lova-ble Man? Lieberman and the Decline of Israeli Democracy», Antiwar.com,3 de noviembre de 2006; Akiva Eldar, «Let’s Hear It for the Haiders»,Ha’aretz, 30 de octubre de 2006; Leonard Fein, «The Fantasies of Avig-dor Lieberman», Forward, 20 de octubre de 2006; Gershom Goren-


56


berg, «The Minister for National Fears», Atlantic, mayo de 2007 y HenrySiegman, «Hurricane Carter», Nation, 22 de enero de 2007. Effi Ei-tam, el antiguo responsible del partido Religioso Nacional, y RehavamZe’evi, un general israelí que fundó el derechista partido Moledet,fueron los anteriores ministros del gobierno que hablaron a favor dela transferencia.

49 «The Democracy Index: Major Findings 2003»; Yulie Khrom-chenko, «Survey: Most Jewish Israelis Support Transfer of Arabs»,Ha’aretz, 22 de junio de 2004; Yoav Stern, «Poll: Most Israeli Jews Say Is-raeli Arabs Should Emigrate», Ha’aretz, 4 de abril de 2005; McGreal,«41% of Israel’s Jews»; Amiram Barkat y Jack Khoury, «Poll: Gov’tShould Help Arab Citizens Emigrate», Ha’aretz, 10 de mayo de 2006;y Roffe-Ofir, «Poll». Véase también Uzi Arad, «Swap Meet: TradingLand for Peace», New Republic, 28 de noviembre y 5 de diciembre de2005; Amnon Barzilai, «More Israeli Jews Favor Transfer of Palesti-nians, Israeli Arabs—Poll Finds», Ha’aretz, 10 de octubre de 2005; ArikCarmon, «A Blot on Israeli Democracy», Ha’aretz, 12 de diciembre de2005; Evelyn Gordon, «No Longer the Political Fringe», Jerusalem Post,14 de septiembre de 2006; Ben Lynfield, «Israeli Expulsion Idea GainsSteam», Christian Science Monitor, 6 de febrero de 2002; Stern, «Poll: 50%of Israeli Jews»; Matthew Wagner, «New Proposal: Transfer-for-CashPlan», Jerusalem Post, 21 de enero de 2007 y Steven I. Weiss, «Israeli Righ-tist Calls for Transfer of Arabs», Forward, 15 de septiembre de 2006.

50 B’Tselem, «The Scope of Israeli Control in the Gaza Strip», www.bt-selem.org/ english/Gaza_Strip/Gaza_Status.asp; David Sharrock, «Is-rael’s “Invisible Hand” Still Controls Gaza, Says Report», Times, Lon-dres, 15 de enero de 2007 y Scott Wilson, «For Gaza, a Question ofResponsibility», Washington Post, 21 de marzo de 2007.

51 Jan Egeland y Jan Eliasson, «La catastrophe humaine de Gaza estune bombe à retardement», Le Figaro (en línea), 28 de septiembre de2006. Véase también Steven Erlanger, «As Parents Go Unpaid, GazaChildren Go Hungry», New York Times, 14 de septiembre de 2006; Ste-ven Erlanger, «Years of Strife and Lost Hope Scar Young Palestinians»,New York Times, 12 de marzo de 2007; Donald Macintyre, «Gaza in Dan-ger of Turning into a “Giant Prison”, Says Mideast Envoy», Independent,

NOTAS

57


14 de noviembre de 2005; Rory McCarthy, «Occupied Gaza Like Apart-heid South Africa, Says UN Report», Guardian, 23 de febrero de 2007;Sara Roy, «The Economy of Gaza», Znet (en línea), 9 de octubre de2006; Mohammed Samhouri, «Looking Beyond the Numbers: ThePalestinian Socioeconomic Crisis of 2006», Middle East Brief N.º 16,Crown Center for Middle East Studies, Universidad de Brandeis, fe-brero de 2007; Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios dela ONU (OCHA, en sus siglas en inglés), «Statement on Gaza by UnitedNations Humanitarian Agencies Working in the Occupied PalestinianTerritory», 3 de agosto de 2006 y OCHA, «The Humanitarian Monitor:Occupied Palestinian Territory», n.º 10, febrero de 2007.

52 «Making the Law a Laughingstock», editorial de Ha’aretz, 31 dediciembre de 2006.

53 Steven Erlanger, «West Bank Sites on Private Land, Data Shows»,New York Times, 14 de marzo de 2007; Nadav Shragai, «Peace Now: 32%of Land Held for Settlements is Private Property», Ha’aretz, 14 de mar-zo de 2007. Véase también Greg Myre, «For West Bank, It’s a Highwayto Frustration», New York Times, 18 de noviembre de 2006 y «Legitimiza-tion of Land Theft», editorial de Ha’aretz, 27 de febrero de 2007.

54 La primera oleada de judíos europeos que llegó a Palestina se de-nomina «Primera Aliyah», y abarca los años que van de 1882 a 1903.En 1882 apenas había en Palestina unos quince mil judíos según elcenso de los otomanos. Justin McCarthy, The Population of Palestine:Population History and Statistics of the Late Ottoman Period and the Man-date, Nueva York, Columbia University Press, 1990, pp. 10-13, con-tiene datos excelentes sobre los años que van de 1850 a 1915. Sinembargo, las cifras de McCarthy, que se basan en el censo de losotomanos, excluyen «un número desconocido de inmigrantes judíosque mantuvieron su ciudadanía original». Señala además que «tuvo quehaber relativamente pocos judíos no naturalizados en fecha muytemprana», y estima el número «tal vez entre mil y dos mil». Asípues, el límite por arriba es probablemente de 17.000 judíos en Pa-lestina en 1882. Véase asimismo Mark Tessler, A History of the Israeli-Palestinian Conflict, Bloomington, Indiana, Indiana University Press,1994, p. 124.


58


55 La población total de Palestina en 1893 era aproximadamentede 530.000 habitantes, de los cuales unos 19.000 eran judíos (3,6 porciento). Los árabes eran la amplia mayoría de la población restante.McCarthy, La población de Palestina, p. 10.

56 Esta cuestión fue revisada a mediados de los años ochenta, cuan-do Joan Peters publicó From Time Immemorial: The Origins of the Arab-Je-wish Conflict over Palestine, Nueva York, Harper and Row, 1984. Peterssostenía en su libro que cuando los judíos comenzaron a llegar a Pa-lestina procedentes de Europa había incluso menos árabes allí de loque se suponía convencionalmente, y afirmó que los árabes se habíandesplazado en gran número a Palestina sólo después de que los judíoscomenzaran a cultivar la tierra. El libro de Peters fue apoyado con en-tusiasmo por parte de un gran número de personas entre los judíos es-tadounidenses de mayor relevancia. Sin embargo, poco después depublicarse, algunos especialistas demostraron no sólo que Desde tiem-po inmemorial se basaba sobre todo en un «empleo altamente tenden-cioso —o bien en un manejo descuidado— de los materiales disponi-bles», sino que su tesis central era un craso error. Yehoshua Porath,«Mrs. Peters’s Palestine», New York Review of Books, 16 de enero de1986. En una conversación con el New York Times, Porath, distinguidohistoriador israelí, dijo que el libro de Peters era «pura falsedad», yque en Israel «ha sido tachado de basura casi universalmente, a noser que se trate de un arma de propaganda». Colin Campbell, «Dispu-te Flares over Book on Claims to Palestine», New York Times, 28 de no-viembre de 1985. Véase asimismo Norman G. Finkelstein, Image andReality of the Israel-Palestine Conflict, Londres, Verso, 2001, cap. 2 [Ima-gen y realidad del conflicto palestino-israelí, Madrid, Akal, 2003].

57 Laurence J. Silberstein, The Postzionism Debates: Knowledge and Po-wer in Israeli Culture, Nueva York, Routledge, 1999, p. 51.

58 Ben Ami, Scars of War, p. 9.59 Había 1.200.000 palestinos además de los 650.000 judíos residen-

tes en Palestina en 1948, lo cual se traduce en una población que es-taba compuesta por un 65 por ciento de palestinos y 35 por ciento dejudíos. Véase Morris, 1948 and After, p. 14. Flapan emplea cifras de po-blación en las que los judíos suman un 33 por ciento de la población

NOTAS

59


(The Birth of Israel, p. 44), mientras Morris cifra el número en un 37por ciento en Righteous Victims, p. 186.

60 Algunos creen que Ben Gurion y sus seguidores no tenían ambi-ciones territoriales tan grandes como los revisionistas de Vladimir Ja-botinsky. Pero tal como ha aclarado Avi Shlaim, «la diferencia entre[Ben Gurion] y los revisionistas no consistía en que él fuese minima-lista en lo territorial y ellos maximalistas territoriales, sino más bien enque él perseguía una estrategia gradual y ellos se adhirieron a un plan-teamiento de todo o nada». Shlaim, El Iron Wall, p. 21. Los sionistaspusieron un gran cuidado en no decir en público apenas nada sobresus objetivos últimos en Palestina, por miedo a encolerizar a los árabesy a los británicos, lo cual hubiera puesto en grave peligro la empresaen que se habían embarcado. No obstante, Ben Gurion sí sentó su vi-sión de lo que habrían de ser las fronteras de Israel en un libro del quefue coautor, un libro escrito en yidis y publicado en Estados Unidos en1918. Además de lo que hoy es Israel, la visión de Ben Gurion abarca-ba los Territorios Ocupados, el sur de Líbano hasta el río Litani, par-te del sur de Siria, una parte considerable de Jordania y la penínsuladel Sinaí. Morris, Righteous Victims, p. 75.

61 Flapan, Birth of Israel, pp. 103-104; Morris, Birth Revisited, p. 69.62 Estas citas están tomadas de Flapan, Birth of Israel, p. 22, y Shlaim,

El Iron Wall, p. 21. Para una discusión más detallada sobre el pensa-miento de los primeros sionistas sobre la partición, véase Mearshei-mer y Walt, «Setting the Record Straight», pp. 33-37.

63 Uri Ben-Eliezer, The Making of Israeli Militarism, Bloomington, In-diana University Press, 1998, p. 150.

64 Avi Shlaim, The Politics of Partition: King Abdullah, the Zionists, andPalestine, 1921-1951, Nueva York, Oxford University Press, 1998. Véaseasimismo Morris, 1948 and After, p. 10; Benny Morris, The Road to Jeru-salem: Glubb Pasha, Palestine and the Jews, Londres, I. B. Tauris, 2002;Ilan Pappe, Britain and the Arab-Israeli Conflict, 1948-1951, Nueva York,St. Martin’s, 1988; Mary C. Wilson, King Abdullah, Britain and the Ma-king of Jordan, Cambridge, Cambridge University Press, 1987.

65 Benny Morris, «Revisiting the Palestinian Exodus of 1948», enThe War for Palestine: Rewriting the History of 1948, ed. Eugene L. Rogan


60


y Avi Shlaim, Nueva York, Cambridge University Press, 2001, p. 40. Véa-se asimismo Ben Ami, Scars of War, pp. 33-34; y Shlaim, Iron Wall, p. 25.

66 Nur Masalha, Expulsion of the Palestinians: The Concept of «Transfer»in Zionist Political Thought, 1882-1948, Washington, D. C., Institute forPalestine Studies, 1992; Morris, Birth Revisited, cap. 2; Morris, «Revisi-ting the Palestinian Exodus», pp. 39-48.

67 Citado en Masalha, Expulsion of the Palestinians, p. 128. Véase asi-mismo Morris, Righteous Victims, pp. 140, 142, 168-169. La declaraciónde Ben Gurion está tomada de unos apuntes que redactó antes delCongreso Sionista Extraordinario que tuvo lugar en el Hotel Biltmorede Nueva York en mayo de 1942.

68 Citado en Michael Bar-Zohar, Facing a Cruel Mirror: Israel’s Mo-ment of Truth, Nueva York, Charles Scribner’s Sons, 1990, p. 16.

69 Citado en Shavit, «Survival of the Fittest». Véase asimismo BennyMorris, «A New Exodus for the Middle East?», Guardian, 3 de octubrede 2002. Ben Gurion comunicó al Comité Central del Histadrut el30 de diciembre de 1947 que «en la zona adjudicada para el Estado ju-dío no viven más de 520.000 y unos 350.000 no judíos, en su mayoríaárabes. Sumados a los judíos de Jerusalén, la población total del Estadojudío en la hora de su creación rondará un millón de personas, inclui-do casi un 40 por ciento de judíos. Semejante composición de pobla-ción no supone una base estable para un Estado judío. Esta realidad[demográfica] ha de considerarse en toda su claridad. Con semejantecomposición de la población ni siquiera se puede tener absoluta cer-teza de que el control esté en manos de la mayoría judía… No habráun estado judío estable y fuerte mientras la mayoría judía sea sólo del60 por ciento». Citado en Masalha, Expulsion of the Palestinians, p. 176.

70 Citado en Morris, Righteous Victims, p. 169.71 Morris, «Revisiting the Palestinian Exodus», pp. 43, 44.72 Morris, Birth Revisited, y Pappe, Ethnic Cleansing of Palestine, contie-

nen detalladas crónicas de este suceso. Véase asimismo Meron Benvenis-ti, Sacred Landscape: The Buried History of the Holy Land since 1948, trad. deMaxine Kaufman-Lacusta, Berkeley, California, University of CaliforniaPress, 2000, caps. 3-4; Masalha, Expulsion of the Palestinians, cap. 5. Morrisindica que «el pensamiento azaroso sobre la transferencia antes de 1937

NOTAS

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y el consenso virtualmente logrado en apoyo a la idea a partir de1937 contribuyeron a lo ocurrido en 1948 en el sentido de que condicio-naron a la cúpula del sionismo, y también a los cargos que se ocuparonde la administración de las agencias civiles y militares del nuevo Esta-do, de cara a la transferencia que se llegó a realizar. En mayor o menorgrado, estos hombres que llegaron en 1948, en medida considerable gra-cias a la continua violencia antisionista de los árabes, por contraste con lapersecución que había arreciado en el centro y el este de Europa sobrelos judíos de la Diáspora, estaban abiertos a la idea y a la puesta en prác-tica de la transferencia y la expulsión. Y la transferencia que se llevó aefecto —sin oposición seria por ninguna de las partes del Yishuv— noplanteó complicaciones, gracias sobre todo a este condicionamientoprevio». Morris, «Revisiting the Palestinian Exodus», p. 48.

73 Erskine Childers, «The Other Exodus», Spectator, 12 de mayo de1961; Flapan, Birth of Israel: Myths and Realities, pp. 81-118; Walid Khalidi,«Why Did the Palestinians Leave Revisited», Journal of Palestine Studies 34,núm. 2 (invierno de 2005), pp. 42-54; Walid Khalidi, «The Fall of Haifa»,Middle East Forum 35, núm. 10 (diciembre de 1959), pp. 22-32; Morris,Birth Revisited; Pappe, Ethnic Cleansing of Palestine, p. 131. No cabe dudade que algunos mandos árabes instruyeron a los civiles palestinos queevacuasen sus hogares durante los combates, bien para asegurarse deque no los mataran las fuerzas sionistas que llevaron a cabo la limpiezaétnica, bien para asegurarse de que no los alcanzase el fuego cruzado.El miedo a morir a manos de los judíos fue un motivo especialmente po-deroso para evacuar las aldeas después de la tristemente famosa masacrede Deir Yassin, donde fueron asesinados entre cien y ciento diez palesti-nos el 9 de abril de 1948. Morris, Righteous Victims, p. 209. Como dice Mo-rris, «el servicio de inteligencia de las IDF (fuerzas armadas israelíes)consideró Deir Yassin “un factor de aceleración decisivo” en el éxodo ge-neral de los árabes». Righteous Victims, p. 209. Las órdenes de evacuaciónde este tipo no están relacionadas con el mito de una evacuación volun-taria o dirigida por la élite. Véase Ben Ami, Scars of War, pp. 43-44.

74 Citado en Morris, Birth Revisited, p. 318. Para más detalles sobrela oposición de los sionistas a la idea de permitir que los refugiados pa-lestinos retornaran a sus hogares, véase ibíd., cap. 5.


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75 Baruch Kimmerling, Zionism and Territory: The Socio-Territorial Di-mensions of Zionist Politics, Berkeley, California, Institute of Internatio-nal Studies, 1983, p. 143.

76 Pappe, Ethnic Cleansing of Palestine, p. xiii. Véase asimismo WalidKhalidi, ed., All That Remains: The Palestinian Villages Occupied and De-populated by Israel in 1948, Washington, D. C., Institute for PalestineStudies, 1992, que identifica el número de aldeas destruidas en 418,no en 531. La diferencia de número es resultado de distintas defini-ciones de lo que constituía una aldea palestina. Pappe y algunos otroshistoriadores palestinos incluyen algunas comunidades menores ensu cómputo de las aldeas, mientras Khalidi las excluye. Corresponden-cia entre los autores e Ilan Pappe, 15 de mayo de 2007.

77 Citado en Khalidi, All That Remains, xxxi.78 Citado en Nahum Goldmann, The Jewish Paradox, trad. ing. de

Steve Cox, Nueva York, Grosset and Dunlap, 1978, p. 99. 79 Citado en Ian Lustick, «To Build and To Be Built By: Israel and

the Hidden Logic of the Iron Wall», Israel Studies 1, n.º 1 (primaverade 1996), p. 200.

80 Citado en Ben Ami, Scars of War, p. 12.81 Geoffrey Aronson, Israel, Palestinians, and the Intifada: Creating

Facts on the West Bank, Londres, Kegan Paul International, 1990; Am-non Barzilai, «A Brief History of the Missed Opportunity», Ha’aretz, 5de junio de 2002; Amnon Barzilai, «Some Saw the Refugees as the Keyto Peace», Ha’aretz, 11 de junio de 2002; Moshe Behar, «The PeaceProcess and Israeli Domestic Politics in the 1990s», Socialism and Demo-cracy 16, n.º 2 (verano-otoño de 2002); Jimmy Carter, Palestine PeaceNot Apartheid, Nueva York, Simon and Schuster, 2006; Adam Hanieh yCatherine Cook, «A Road Map to the Oslo Cul-de-Sac», Middle East Re-port Online, 15 de mayo de 2003; «Israel’s Interests Take Primacy: AnInterview with Dore Gold», en bitterlemons.org, «What Constitutes a Via-ble Palestinian State?», 15 de marzo de 2004, Edition 10; Baruch Kim-merling, Politicide: The Real Legacy of Ariel Sharon, Londres, Verso, 2003;Nur Masalha, Imperial Israel and the Palestinians: The Politics of Expan-sion, Londres, Pluto Press, 2000 [Israel, teorías de la expansión territorial,Barcelona, Edicions Bellaterra, 2002]; Tanya Reinhart, The Road Map

NOTAS

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to Nowhere: Israel/Palestine since 2003, Londres, Verso, 2006; Sara Roy,«Erasing the “Optics” of Gaza», Daily Star (en línea), 14 de febrero de2004; «36 Years, and Still Counting», Ha’aretz, 26 de septiembre de 2003.

82 Citado en Rashid Khalidi, Palestinian Identity: The Construction ofModern National Consciousness, Nueva York, Columbia University Press,1997, p. 147. Meir también dijo que «no fue como si existiera un pue-blo palestino residente en Palestina y que se considerase de hecho pa-lestino y que nosotros llegásemos y los echásemos y les arrebatásemossu país. Ellos no existían». Citado en Masalha, Israel, teorías de la expan-sión territorial, p. 47.

83 Dayan, citado en Benny Morris, Israel’s Border Wars, 1949-1956,Nueva York, Oxford University Press, 1997, p. 12. En lo tocante a lospuntos de vista de otros generales de las IDF, véase ibíd. Sobre el pen-samiento de Ben Gurion, véase Morris, Righteous Victims, pp. 261, 290.

84 Morris, Israel’s Border Wars, p. 11.85 Citado en Hanieh y Cook, «Road Map». Véase asimismo Akiva El-

dar, «On the Same Page, Ten Years On», Ha’aretz, 5 de noviembre de2005; David Grossman, «The Night Our Hope for Peace Died», Guar-dian, 4 de noviembre de 2005; Michael Jansen, «A Practice that “Pre-vents the Emergence of a Palestinian State”», Jordan Times (en línea),10 de noviembre de 2005. Shlomo Ben Ami deja bien claro que nosólo Rabin, sino también su inmediato sucesor, Simón Peres, se opu-sieron a la creación de un Estado palestino. Scars of War, p. 220. Por úl-timo, una clara mayoría de los israelíes se opuso a la creación de unEstado palestino durante la etapa de Rabin como primer ministro(1992-1995). Hasta 1997 no se dio la situación de que al menos la mi-tad de los judíos de Israel apoyase el establecimiento de un Estado pa-lestino. En el momento de los Acuerdos de Oslo, en 1993, el 35 porciento estaba a favor de la creación de un Estado palestino. Ben Meiry Shaked, «The People Speak», pp. 64-65.

86 Hillary Clinton, citada en Tom Rhodes y Christopher Walker,«Congress Tells Israel to Reject Clinton’s Pullout Plan», The Times(Londres), 8 de mayo de 1998. Sobre la respuesta de la Casa Blanca,véase James Bennet, «Aides Disavow Mrs. Clinton on Mideast», NewYork Times, 8 de mayo de 1998. Véase asimismo Robin Dorf, «News


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Analysis: What Motivated Hillary’s Call for a Palestinian State?»,JTA.org, 15 de mayo de 1998; «Hillary’s Folly», editorial del Jewish Week,15 de mayo de 1998; Brian Knowlton, «Mrs. Clinton Starts Storm ByBacking Palestine», International Herald Tribune, 8 de mayo de 1998.

87 «Ex-PM Shamir Objects to Palestinian State, but Still SupportsSharon», Ha’aretz, 26 de noviembre de 2002; Benjamín Netanyahu,«A Limited Palestinian State», Washington Post, 20 de junio de 2003.En una entrevista de 1998, Shamir afirmó que las fronteras de Israeliban «desde la frontera del reino de Jordania hasta el mar Mediterrá-neo», y añadió que «el mayor peligro» de Israel era «la creación de unestado palestino en Israel». Véase «Yitzhak Shamir: A Lifetime of Ac-tivism», Middle East Quarterly 6, n.º 2 (junio de 1999).

88 En un discurso de octubre de 2005, Mahmud Ahmadineyad, presi-dente de Irán, presuntamente invocó que Israel fuese «borrado delmapa», afirmación que fue ampliamente interpretada como una amena-za de destrucción física del Estado judío y sus habitantes. Una traducciónmás exacta de las palabras precisas de Ahmadineyad vendría a ser ésta:«el régimen de ocupación que pesa sobre Jerusalén debería desaparecerde la página del tiempo» (o, a modo de alternativa, «ser eliminado de laspáginas de la historia»). En vez de invocar la destrucción física de Israel,Ahmadineyad quiso sugerir que el control que Israel detenta sobre Jeru-salén y Palestina sea considerado una condición temporal que puedesubvertirse, como el control soviético del este de Europa o el régimendel Sha en Irán. Si bien sigue siendo una provocación y sigue siendo su-mamente objetable, invocar el desmantelamiento político del Estado ju-dío en Palestina no es lo mismo que invocar la destrucción física de Is-rael o de su población. Véase Ethan Bronner, «Just How Far Did TheyGo, Those Words Against Israel?», New York Times, 11 de junio de 2006;Jonathan Steele, «Lost in Translation», The Guardian, 14 de junio de2006; «Iranian President at Tehran Conference: “Very Soon, This Stainof Disgrace [i.e., Israel] Will Be Purged from the Center of the IslamicWorld: and This is Attainable”», Instituto de Investigaciones para Orien-te Próximo, Despachos especiales, n.º 1013, 28 de octubre de 2005.

89 «Bombs», editorial del New Republic, 27 de agosto y 3 de sep-tiembre de 2001; Martin Peretz, «Good Fight», New Republic, 27 de

NOTAS

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mayo de 2002; Martin Peretz, «Blows to Israel Must Never Go Unans-wered», Los Angeles Times, 5 de septiembre de 2003. En lo referentea Dershowitz, su obra más relevante es The Case for Israel, Hoboken,Nueva Jersey, John Wiley & Sons, 2003. Para una incisiva crítica a fon-do de este libro, véase Norman G. Finkelstein, Beyond Chutzpah: Onthe Misuse of Anti-Semitism and the Abuse of History, Berkeley, California,University of California Press, 2005. Véase asimismo Michael Desch,«The Chutzpah of Alan Dershowitz», American Conservative, 5 dediciembre de 2005, y «Dershowitz v. Desch», American Conservative,16 de enero de 2006.

90 Yaakov Katz, «IDF the Most Moral Army in the World», JerusalemPost, 11 de junio de 2006; Leslie Susser, «Israelis Question Army Mora-lity», JewishJournal.com, 17 de diciembre de 2004; y «Cabinet Commu-nique», Ministerio Israelí de Asuntos Exteriores, 12 de diciembre de2004, copia del cual puede encontrarse en: www.mfa.gov.il/MFA/Go-vernment/Communiques/2004/Cabinet% 20Communique%2012-Dec-2004. Véase asimismo Richard Cohen, «Truth Massacred», Was-hington Post, 6 de agosto de 2002; y Neve Gordon, «Israel’s SlipperyMoral Slope», In These Times (en línea), 31 de enero de 2003.

91 Meron Benvenisti, «The Model of the Mythological Sabra», Ha’a-retz, 12 de septiembre de 2002.

92 Morris, Righteous Victims, caps. 2-5.93 Citado en Shabtai Teveth, Ben-Gurion: The Burning Ground,

1886-1948, Boston, Houghton Mifflin, 1987, p. 544.94 Morris, Birth Revisited. Muchos documentos israelíes relativos a

los acontecimientos de 1948 siguen estando clasificados; Morris espe-ra que «con respecto tanto a las expulsiones como a otras atrocidades,podamos disponer de revelaciones adicionales a medida que pasenlos años y estén disponibles más documentos oficiales israelíes». Morris,«Revisiting the Palestinian Exodus», p. 49. De hecho, sostiene que loscasos de violación de los que tiene constancia no son «más que la pun-ta del iceberg». Véase Shavit, «Survival of the Fittest».

95 Citado en Pappe, Ethnic Cleansing of Palestine, p. 69. Para más in-formación sobre el contexto del comentario de Ben Gurion, véaseibíd., pp. 61-72.


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96 Morris, Israel’s Border Wars, p. 432. Véase asimismo ibíd., pp. 126-153, 178-184.

97 Gabby Bron, «Egyptian POWs Ordered to Dig Graves, Then Shotby Israeli Army», Yedioth Ahronoth, 17 de agosto de 1995; Ronal Fisher,«Mass Murder in the 1956 Sinai War», Ma’ariv, 8 de agosto de 1995(hay copias de estos dos textos en Journal of Palestine Studies 25, n.º 3,primavera de 1996, pp. 148-155); Galal Bana, «Egypt: We Will Turn tothe International War Crimes Tribunal in the Hague if Israel Will NotCompensate Murdered Prisoners of War», Ha’aretz , 24 de julio de2002; Zehavit Friedman, «Personal Reminiscence: Remembering AmiKronfeld», en Jewish Peace News, 25 de septiembre de 2005; KatherineM. Metres, «As Evidence Mounts, Toll of Israeli Prisoner of War Mas-sacres Grows», Washington Report on Middle East Affairs (en línea), fe-brero-marzo de 1996; Roee Nahmias, «Egypt May Petition Hague over“Murder of POWs”», Ynetnews.com, 6 de marzo de 2007; Roee Nahmias,«Former Meretz Leader Decries 1967 War Crimes», Ynetnews.com, 3 demarzo de 2007; Meron Rapoport, «Into the Valley of Death», Ha’aretz,13 de febrero de 2007; Segev, 1967, pp. 371-376.

98 Avnery, «Crying Wolf?», CounterPunch.org, 15 de marzo de 2003;Robert Blecher, «Living on the Edge: The Threat of “Transfer” in Israeland Palestine», MERIP, Middle East Report Online, n.º 225 (invierno de2002); Kimmerling, Politicide, p. 28. Véase asimismo Noam Chomsky,Fateful Triangle: The United States, Israel and the Palestinians, 2.ª ed., Cam-bridge, Massachussets, South End Press, 1999 [El triángulo fatal, Madrid,Editorial Popular, 2002), p. 97; Morris, Righteous Victims, pp. 328-329;Tanya Reinhart, Israel/Palestine: How to End the War of 1948, NuevaYork, Seven Stories Press, 2002 [Israel-Palestina, cómo acabar con el con-flicto, Barcelona, RBA, 2004], p. 8; Tom Segev, «The Spirit of the KingDavid Hotel», Ha’aretz, 23 de julio de 2006; Segev, 1967, pp. 400-412,523-542. Morris informa de que cien mil palestinos solicitaron permi-so para regresar a sus hogares nada más terminar la guerra de 1967,pero Israel permitió regresar sólo a 17.000. Righteous Victims, p. 329.

99 Avnery, «Crying Wolf?»; Ami Kronfeld, «Avnery on Ethnic Clean-sing and a Personal Note», en Jewish Peace News (en línea), 17 de mar-zo de 2003; Metres, «As Evidence Mounts».

NOTAS

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100 Danny Rubinstein, «Roads, Fences and Outposts Maintain Con-trol in the Territories», Ha’aretz, 12 de agosto de 2003.

101 «Report of the Commission of Inquiry into the Events at the Re-fugee Camps in Beirut», 7 de febrero de 1983. Se conoce el informecon el nombre habitual de «Informe de la comisión Kahan» debido alpresidente de la misma, Yitzhak Kahan. Véase asimismo Morris, Righ-teous Victims, pp. 542-549; Shlaim, Iron Wall, pp. 415-417. Conviene ha-cer hincapié en que los soldados israelíes no fueron los autores de lasmatanzas en Sabra y Chatila, que corrieron a cargo de la milicia cris-tiana libanesa (falangista), aliada con Israel. Después de que las IDF(fuerzas armadas israelíes) rodease dos campos de refugiados palesti-nos, Sharon «ordenó a las IDF que permitieran a los falangistas en-trar… en los campos». Los falangistas y los palestinos no sólo eranenemigos encarnizados, sino que los falangistas estaban además se-dientos de venganza, porque su líder acababa de ser asesinado. Casicon total seguridad iban a masacrar a los palestinos, hecho que ha-bían comprendido perfectamente los líderes israelíes que tomaronparte en la operación. Una vez comenzada la matanza, los soldadosisraelíes se dieron cuenta muy pronto de que iba a producirse una au-téntica masacre, «pero no hicieron nada para impedirlo». Shlaim,Iron Wall, p. 416. Ariel Sharon, ex primer ministro al que el presiden-te Bush llamó «hombre de paz», tiene una historia de violencia y bru-talidad sin ambigüedades en contra de civiles. Por ejemplo, en abrilde 1953 encabezó un ataque contra la ciudad jordana de Qibya en elque perdieron la vida 69 civiles asesinados sin piedad; dos terceraspartes de los muertos eran mujeres y niños. Según Benny Morris,«Sharon y las IDF con posterioridad afirmaron que los lugareños sehabían escondido en sótanos y en desvanes y que las tropas no estuvie-ron al tanto de este hecho cuando volaron los edificios. En realidad,los soldados habían ido casa por casa disparando por puertas y venta-nas, y los forenses jordanos informaron de que la mayoría de losmuertos habían perecido por efecto de las balas y de la metralla, nopor los derrumbes ni por las explosiones. En cualquier caso, las órde-nes operativas del Centro de Mando a las unidades implicadas… con-sistieron explícitamente en la destrucción y en el máximo de muertes


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que fuera posible lograr», Righteous Victims, p. 278. Véase asimismoibíd., pp. 276-279, 294-295, 494-560; Benziman, Sharon; Uzi Benziman,«The Cock’s Arrogance», Ha’aretz, 15 de junio de 2003; Thomas L.Friedman, From Beirut to Jerusalem, Nueva York, Anchor Books, 1990,caps. 6-7; Kimmerling, Politicide; Morris, Righteous Victims, pp. 276-279,294-295, 494-560; Ze’ev Schiff y Ehud Ya’ari, Israel’s Lebanon War, trad.de Ina Friedman, Nueva York, Simon and Schuster, 1984, 250-285; yShlaim, Iron Wall, pp. 90-92, 149-150, 384-423.

102 Perry Anderson, «Scurrying Towards Bethlehem», New Left Re-view, n.º 10, julio-agosto de 2001, p. 5.

103 Morris, Righteous Victims, p. 341. Para un detallado relato sobre elmodo en que trata Israel a los palestinos en los Territorios Ocupados,véase Amira Hass, Reporting from Ramallah: An Israeli Journalist in anOccupied Land, ed. y trad. de Rachel Leah Jones, Los Ángeles, California,Semiotext(e), 2003. Sobre el uso de la tortura por parte de Israel, véaseB’Tselem y Hamoked (Centro para la Defensa del Individuo), «UtterlyForbidden: The Torture and Ill-Treatment of Palestinian Detainees»,borrador para un informe, Jerusalén, abril de 2007; Glenn Frankel,«Prison Tactics A Longtime Dilemma for Israel», Washington Post, 16 dejunio de 2004; Ron Kampeas, «State Report Claims Israel Tortures Pa-lestinian Detainees», JTA.org, 8 de marzo de 2007; Comité Público con-tra la Tortura en Israel, «“Ticking Bombs”: Testimonies of Torture Vic-tims in Israel», borrador del informe, Jerusalén, mayo de 2007; WilliamF. Schulz, «An Israeli Interrogator, and a Tale of Torture», carta al NewYork Times, 27 de diciembre de 2004; y Aviram Zino, «Report: HighCourt Permits Torture of Palestinians», Ynetnews.com, 30 de mayo de2007. Israel también ha sido acusado por B’Tselem de utilizar a niños pa-lestinos como escudos humanos. Véase «Israeli Soldiers Use PalestinianMinors and an Adult as Human Shields in the Operation in Nablus»,boletín de prensa de B’Tselem, Jerusalén, 8 de marzo de 2007.

104 Los datos y las citas de este párrafo y del siguiente están tomadosde la rama sueca de Save the Children, «The Status of Palestinian Chil-dren during the Uprising in the Occupied Territories», material ex-tractado del sumario, Jerusalén, enero de 1990, en Journal of PalestineStudies 19, n.º 4, verano de 1990, pp. 136-146. Véase asimismo Joshua

NOTAS

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Brilliant, «Officer Tells Court Villagers Were Bound, Gagged and Beaten.“Not Guilty” Plea at “Break Bones” Trial», Jerusalem Post, 30 de marzode 1990; Joshua Brilliant, «“Rabin Ordered Beatings”, Meir Tells MilitaryCourt», Jerusalem Post, 22 de junio de 1990; Jackson Diehl, «Rights GroupAccuses Israel of Violence Against Children in Palestinian Uprising»,Washington Post, 17 de mayo de 1990; James A. Graff, «Crippling a Peo-ple: Palestinian Children and Israeli State Violence», Alif, n.º 13, 1993;Morris, Righteous Victims, pp. 586-595; y Ronald R. Stockton, «IntifadaDeaths», Journal of Palestine Studies 19, n.º 4, verano de 1990.

105 «Unbridled Force», editorial de Ha’aretz, 16 de marzo de 2003. Paraotras pruebas, véase Jonathan Cook, «Impunity on Both Sides of theGreen Line», MERIP, Middle East Report Online, 23 de noviembre de 2005;«When Everything Is Permissible», editorial de Ha’aretz, 6 de junio de2005; «It Can Happen Here», editorial de Ha’aretz, 22 de noviembrede 2004; Chris McGreal, «Snipers with Children in Their Sights», Guar-dian, 28 de junio de 2005; Chris McGreal, «Israel Shocked by Image ofSoldiers Forcing Violinist to Play at Roadblock», Guardian, 29 de noviem-bre de 2004; Greg Myre, «Former Israeli Soldiers Tell of Harassment ofPalestinians», New York Times, 24 de junio de 2004; Reuven Pedatzur,«The Message to the Soldiers Was Clear», Ha’aretz, 13 de diciembre de2004; Conal Urquhart, «Israeli Soldiers Tell of Indiscriminate Killings byArmy and A Culture of Impunity», Guardian, 6 de septiembre de 2005.

106 Reuvan Pedatzur, «More than a Million Bullets», Ha’aretz, 29 dejunio de 2004; Clayton E. Swisher, The Truth about Camp David: The Un-told Story about the Collapse of the Middle East Peace Process, Nueva York,Nation Books, 2004, pp. 387-388.

107 Estas cifras abarcan el periodo comprendido entre el 29 de sep-tiembre de 2000 y el 31 de diciembre de 2005, y están tomadas del co-municado de prensa de B’Tselem, 4 de enero de 2006.

108 Nathan Guttman, «“It’s a Terrible Thing, Living with the Know-ledge that You Crushed Our Daughter”», Ha’aretz, 30 de abril de 2004;Joshua Hammer, «The Death of Rachel Corrie», MotherJones.com,septiembre-octubre de 2003; Adam Shapiro, «Remembering RachelCorrie», Nation, 18 de marzo de 2004; Tsahar Rotem, «British PeaceActivist Shot by IDF Troops in Gaza Strip», Ha’aretz, 11 de abril de 2003.


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109 Amnistía Internacional informa de que desde que comenzó laSegunda Intifada en el otoño de 2000, «las autoridades israelíes ruti-nariamente han obviado toda investigación sobre los asesinatos almargen de la ley y otros abusos de los que han sido objeto los palesti-nos a manos de las fuerzas armadas y los colonos israelíes… Las fuer-zas armadas israelíes han matado a miles de palestinos, a muchos deellos al margen de la ley, si bien apenas ni uno solo de tales incidentesha merecido una investigación en toda regla y menos aún ha dado porresultado que el autor de los desmanes haya sido puesto en manos dela justicia... En los contados casos en los que las autoridades israelíeshan llevado a cabo investigaciones serias sobre las matanzas de los pa-lestinos, la acusación resultante por lo general no ha prosperado, obien ha dado por resultado la imposición de condenas que no eran lasadecuadas a la gravedad del delito», Amnistía Internacional, «Caminoa ninguna parte», diciembre de 2006, pp. 27-28.

110 Para un comentario detallado del comportamiento israelí conlos palestinos, que se sirve por extenso de los informes preparadospor los distintos grupos en defensa de los derechos humanos, véaseFinkelstein, Beyond Chutzpah, caps. 4-9.

111 Citado en Molly Moore, «Ex-Security Chiefs Turn on Sharon»,Washington Post, 15 de noviembre de 2003; «Ex-Shin Bet Heads Warnof “Catastrophe” without Peace Deal», Ha’aretz, 15 de noviembre de2003. Estos comentarios estaban basados en una entrevista publicadaen el periódico israelí Yedioth Ahronoth el 14 de noviembre de 2003.Hay copia de la entrevista, que se titula «We Are Seriously Concernedabout the Fate of the State of Israel», en la página web de Global Po-licy Forum, en www.globalpolicy.org/security/issues/israel-palesti-ne/2003/1118fate.htm.

112 Por ejemplo, B’Tselem informa de que «en julio [de 2006], losmilitares israelíes asesinaron a 163 palestinos en la Franja de Gaza, 78de los cuales (el 48 por ciento) no tomaban parte en las hostilidadescuando fueron asesinados. 36 de las víctimas eran menores, y 20 eranmujeres. En Cisjordania, quince palestinos fueron asesinados por lasfuerzas israelíes en el mes de julio. El número de víctimas palestinasen julio fue el más alto de los de cualquier mes desde abril de 2002».

NOTAS

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Comunicado de prensa de 3 de agosto de 2006, que se puede encon-trar en www.btselem.org/english/Press_Releases/20060803.asp. Am-nistía Internacional informa de que desde el 27 de junio de 2006, fe-cha en que las IDF volvieron a ocupar Gaza, hasta finales de noviembrede 2006, las fuerzas armadas israelíes «mataron a más de cuatrocien-tos palestinos e hirieron a más de 1.500 personas en la Franja de Gaza,incluidos muchos civiles desarmados. Unos 80 de los asesinados eranmenores y más de 300 niños resultaron heridos. En ese mismo perio-do, dos civiles israelíes fueron asesinados y unos 20 resultaron heridosen el sur de Israel debido a cohetes disparados por grupos armados pa-lestinos desde Gaza». «Road to Nowhere», pp. 8-9.

113 Citado en Rory McCarthy, «UN Condemns Massive HumanRights Abuses in Gaza Strip», Guardian, 21 de noviembre de 2006.Para otras descripciones sobre el daño que las IDF han infligido a lospalestinos residentes en Gaza, véase Amnistía Internacional, «Road toNowhere», pp. 7-13; Gideon Levy, «Gaza’s Darkness», Ha’aretz, 3 deseptiembre de 2006; y OCHA, «The Humanitarian Monitor».

114 Citado en Bill Maxwell, «U.S. Should Reconsider Aid to Israel»,St. Petersburg Times (en línea), 16 de diciembre de 2001. Véase asimis-mo Ron Pundak, «From Oslo to Taba: What Went Wrong?», en Survi-val 43, n.º 3 (otoño de 2001), p. 37.

115 En efecto, si Israel hubiera sido derrotado en la guerra de losSeis Días en 1967 y algún gobernante árabe hubiera tenido a su pobla-ción sometida en las mismas condiciones que han tenido que sufrirlos palestinos, los israelíes casi con toda certeza habrían recurrido alterrorismo en contra de sus opresores, y algunos judíos de la Diásporacasi con toda certeza se hubieran movilizado en su auxilio, tal comolos irlandeses de Norteamérica y los tamiles del extranjero se han mo-vilizado en respaldo de ciertos grupos terroristas que operaban en suspatrias ancestrales.

116 Morris, Righteous Victims, pp. 147, 201. Véase asimismo LenniBrenner, The Iron Wall: Zionist Revisionism from Jabotinsky to Shamir, Lon-dres, Zed Books, 1984, p. 100, y Yehoshua Porath, The Palestinian ArabNational Movement: from Riots to Rebellion, vol. 2, 1929-1939, Londres,Frank Cass, 1977, p. 238. Morris apunta que durante la guerra de 1948


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los principales grupos terroristas judíos «conscientemente pusieronbombas en paradas de autobús con la intención de asesinar a no com-batientes, entre ellos mujeres y niños», Birth Revisited, p. 80.

117 J. Bowyer Bell, Terror Out of Zion: The Fight for Israeli Independence1929-1949, New Brunswick, Nueva Jersey, Transaction Publishers,1996, pp. 103-253; Johann Hari, «Israel Should Remember Its Own“Terrorist” Origins», Independent, 24 de julio de 2006; Joseph Heller,The Stern Gang: Ideology, Politics and Terror, 1940-1949, Londres, FrankCass, 1995; Bruce Hoffmann, The Failure of British Military Strategy withinPalestine, 1939-1947, Israel, Bar-Ilan University, 1983; Morris, RighteousVictims, pp. 173-180; Tom Segev, One Palestine, Complete: Jews and Arabsunder the British Mandate, trad. de Haim Watzman, Nueva York, HenryHolt, 2000, cap. 22. Según Haim Levenberg, 210 de las 429 víctimasdel terrorismo judío en Palestina durante 1946 eran civiles. Las otras219 eran policías y soldados. Véase Levenberg, Preparativos militares,p. 72.

118 Bell, Terror salido de Sión, pp. 336-340.119 Citado en Chomsky, El triángulo fatal, pp. 485-486, y en Bell, Te-

rror Out of Zion, p. 340. Sobre Shamir, véase Avishai Margalit, «The Vio-lent Life of Yitzhak Shamir», New York Review of Books, 14 de mayo de1992. Shamir también dijo que el «logro del que estaba más orgullo-so» era «cuando, a nuestros esfuerzos, fuimos capaces de unir porcompleto a todos los grupos clandestinos que luchaban por la libera-ción de Israel». Véase «Shamir: una vida dedicada al activismo».

120 Barzilai, «A Brief History of the Missed Opportunity».121 «Autoridad Palestina», editorial del New Republic, 18 de febrero

de 2002, p. 7.122 Entre las crónicas más objetivas de lo que aconteció en Camp

David y durante el semestre siguiente a las conversaciones se hallanCharles Enderlin, Shattered Dreams: The Failure of the Peace Process in theMiddle East, 1995-2002, trad. de Susan Fairfield, Nueva York, OtherPress, 2003; Jeremy Pressman, «Visions in Collision: What Happenedat Camp David and Taba?», International Security 28, n.º 2, otoño de2003; Pundak, «From Oslo to Taba»; Jerome Slater, «What Went Wrong?The Collapse of the Israeli-Palestinian Peace Process», Political Science

NOTAS

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Quarterly 116, n.º 2, julio de 2001; Deborah Sontag, «Quest for MideastPeace: How and Why it Failed», New York Times, 26 de julio de 2001;Swisher, The Truth about Camp David.

123 Las cifras de este párrafo y del siguiente están tomadas de Press-man, «Visions in Collision», pp. 16-18. La oferta de Barak incluía asi-mismo un uno por ciento de canje de tierra fuera de Cisjordania, demodo que algunos comentaristas hablaron de que la oferta era del 92y no del 91 por ciento.

124 El territorio original asignado a Gran Bretaña en los tratadosque pusieron fin a la Primera Guerra Mundial comprendía la orillaeste y la orilla oeste del río Jordán. Sin embargo, en 1922 Gran Breta-ña creó el estado de Transjordania (después llamado Jordania) en laorilla este. Por consiguiente, el Mandato británico en Palestina abar-caba el territorio que hoy comprende Israel, la Franja de Gaza y Cisjor-dania. Cuando nos referimos a la Palestina del Mandato, hablamos delos territorios posteriores a 1922, de los cuales Israel abarca el 78 porciento y los Territorios Ocupados el 22 por ciento.

125 Al describir una larga entrevista a Ehud Barak acerca de lo acon-tecido en Camp David, Benny Morris escribe lo siguiente: «Sin embar-go, en Cisjordania, dice Barak, a los palestinos se les prometió un te-rritorio con soberanía ininterrumpida, salvo la finísima franja israelíque parte de Jerusalén y recorre Maale Adumín hasta llegar al río Jor-dán», Benny Morris, «Camp David and After: An Exchange (1. An In-terview with Ehud Barak)», New York Review of Books, 13 de junio de 2002,p. 44. Véase asimismo el mapa de Pundak, «From Oslo to Taba», p. 46.Sobre la versión palestina del aspecto que tenía el mapa, véase TheOrient House (Jerusalén), «Israel’s Concessions», Le Monde Diplomati-que, diciembre de 2000; asimismo, el mapa titulado «Palestinian Cha-racterization of the Final Proposal at Camp David», en Dennis Ross,The Missing Peace: The Inside Story of the Fight for Middle East Peace, NuevaYork, Farrar, Straus and Giroux, 2004. En contra de lo que sostienentanto Barak como los palestinos, Ross defiende que el mapa final deCamp David entregaba a los palestinos el control sobre un territorioininterrumpido en Cisjordania. Véase «Map Reflecting Actual Propo-sal at Camp David», en ibíd. La afirmación de Ross no es del todo ve-


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rosímil, evidentemente, ya que el propio Barak reconoce que una ca-rretera controlada por Israel que una Jerusalén con el valle del río Jor-dán habría supuesto una bisección de Cisjordania. Mientras Israelcontrolase ese valle de gran importancia estratégica, necesitaría a todacosta acceder a él utilizando al menos una carretera de conexión biendefendida. Así como Barak imaginaba una carretera de conexión quecorriese al este desde Jerusalén, los palestinos al parecer habían su-puesto la existencia de una segunda carretera que corriese al este des-de el asentamiento de Ariel, en el valle del Jordán. Se podría discutirque los israelíes a la postre abandonasen esas carreteras de conexióncuando entregaran el valle del Jordán. Como ya se ha apuntado, de to-dos modos, no hubo garantías de que los israelíes alguna vez llegasena dejar ese valle, e incluso en el supuesto de que lo hicieran tampocolas había de que renunciasen alguna vez a las carreteras de conexión.La razón principal de la constante confusión en torno al aspecto quetenía el mapa definitivo de Camp David es que nunca se trazó ningúnmapa oficial durante las negociaciones y que «por insistencia de Barak,no se conservaron actas escritas de las reuniones», Jerome Slater, «TheMissing Pieces in the Missing Peace», Tikkun.org, mayo-junio de 2005.

126 Pressman, «Visions in Collision», p. 18.127 Enderlin, Shattered Dreams, pp. 243-251; Slater, «What Went

Wrong?» y Sontag, «Quest for Mideast Peace».128 Citado en «Norman Finkelstein & Former Israeli Foreign Minis-

ter Shlomo Ben-Ami Debate: Complete Transcript», en DemocracyNow! Programa de radio y televisión, 14 de febrero de 2006.

129 No existen pruebas de que Arafat desencadenase tampoco laPrimera Intifada. Véase Morris, Righteous Victims, p. 561. «La fuerzaprincipal que dio energía a la Intifada —escribe Morris— fue la frus-tración de las aspiraciones nacionales de 650.000 habitantes de laFranja de Gaza, 900.000 de Cisjordania y 130.000 del este de Jerusalén,deseosos de vivir en un Estado palestino y no como habitantes sin Esta-do y sujetos a una brutal ocupación militar y extranjera», ibíd., p. 562.

130 Enderlin, Shattered Dreams, pp. 284-285.131 Citado en Jeremy, «The Second Intifada: Background and Cau-

ses of the Israeli-Palestinian Conflict», Journal of Conflict Studies 22, n.º 2

NOTAS

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(otoño de 2003), p. 116. Véase asimismo Yezid Sayigh, «Arafat and theAnatomy of a Revolt», Survival 43, n.º 3, otoño de 2001; Henry Sieg-man, «Partners for War», New York Review of Books, 16 de enero de2003, p. 24; Henry Siegman, «Sharon and the Future of Palestine»,New York Review of Books, 2 de diciembre de 2004, p. 12; Slater, «Piezasausentes».

132 Comité de investigación de Sharm El-Sheikh, Final Report, 30 deabril de 2001, p. 7.

133 Ibíd, p. 5.134 Ian S. Lustick, «Through Blood and Fire Shall Peace Arise»,

Tikkun.org, mayo-junio de 2002; Pressman, «The Second Intifada»;Mouin Rabbani, «A Smorgasbord of Failure: Oslo and the Al-Aqsa In-tifada», en The New Intifada: Resisting Israel’s Apartheid, ed. Roane Ca-rey, Londres, Verso, 2001; Sara Roy, «Why Peace Failed: An Oslo Au-topsy», Current History 101, n.º 651, enero de 2002, pp. 8-16; Sara Roy,«Ending the Palestinian Economy», Middle East Policy 9, n.º 4 (diciem-bre de 2002).

135 Ben Ami, Scars of War, p. 264.136 Roy, «Why Peace Failed», p. 9.137 Ron Dudai, «Trigger Happy: Unjustified Shooting and Viola-

tion of the Open-Fire Regulations during the al-Aqsa Intifada», B’Tse-lem, borrador del informe, marzo de 2002.

138 Yasir Arafat, «The Palestinian Vision of Peace», New York Times, 3de febrero de 2002; Yasir Arafat, texto de la rueda de prensa, 14 de di-ciembre de 1988, Ginebra, en Journal of Palestine Studies, 18, n.º 3, pri-mavera de 1989, pp. 180-181; «Palestinians Affirm Israel’s Right toExist», CNN.com, 14 de diciembre de 1998; Pressman, «Visions in Co-llision», pp. 24-27; Yezid Sayigh, Armed Struggle and the Search for State:The Palestinian National Movement, 1949-1993, Oxford, ClarendonPress, 1997; Jerome M. Segal, Creating the Palestinian State: A Strategy forPeace, Chicago, Lawrence Hill Books, 1989, cap. 1. Se podría defenderque el compromiso de Arafat con el «derecho al regreso» de los pales-tinos revela que aún estaba resuelto a destruir a Israel. Sin embargo,Arafat reconoció sin ninguna ambigüedad que los líderes israelíesnunca se pondrían de acuerdo en negociar un acuerdo de paz que


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permitiera a un número importante de palestinos regresar a Israel. Almismo tiempo, pese a todo, para Arafat tenía su lógica no suavizar susposturas sobre el derecho al regreso antes de las negociaciones, demodo que pudiera emplear esta cuestión como arma negociadora.No es de extrañar que haya pruebas más que suficientes de que los lí-deres palestinos (incluido Arafat antes de su muerte) reconocieranque tendrán que hacer grandes concesiones en esta importantísimacuestión para llegar a un acuerdo definitivo. Véase Akiva Eldar y DavidLandau, «Arafat: Israel is Jewish; Won’t Cite Figure on Refugees»,Ha’aretz, 18 de junio de 2004; Associated Press, «PA Minister Sha’ath:Palestinian Right of Return is Negotiable», Ha’aretz, 20 de agosto de2003; Pressman, «Visions in Collision», pp. 28-33; M. J. Rosenberg,«Intractable Issue?», Columna de opinión semanal, n.º 144, Foro dePolítica Israelí, Washington, 18 de julio de 2003.

139 Akiva Eldar, «Popular Misconceptions», Ha’aretz, 11 de junio de2004; Akiva Eldar, «While They Were Sleeping», Ha’aretz, 17 de septiem-bre de 2001; Danny Rubenstein, «The Stronger Side Creates Reality»,Ha’aretz, 16 de junio de 2004; Emmanuel Sivan, «What the General isAllowed», Ha’aretz, 14 de junio 2004.

140 Pressman, «Visions in Collision», p. 25.141 Véase «Respuesta oficial palestina a los parámetros de Clinton (y

carta abierta a la comunidad internacional)», 1 de enero de 2001, dispo-nible en www.robat.scl.net/content/NAD/negotiations/clinton_pa-rameters/param2.php.

142 «Excerpts: White House Spokesman on Clinton-Arafat Talks»,publicado por la sección de prensa de la embajada estadounidense enIsrael, 3 de enero de 2001; transcripción del «Discurso de Clinton so-bre los parámetros de paz en Oriente Medio» (7 de enero de 2001),Oficina de la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca, 8 de enero de2001; Enderlin, Shattered Dreams, p. 344. Véase asimismo Akiva Eldar,«The Battle for Public Opinion», Ha’aretz, 24 de junio de 2002, y Press-man, «Visions in Collision», p. 20; ambos dejan claro que Israel tam-bién tenía serias reservas sobre los parámetros de Clinton.

143 Sontag, «Quest for Mideast Peace»; Enderlin, Shattered Dreams,pp. 349-350.

NOTAS

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144 Jeff Jacoby, «America Takes Side of Israel», Boston Globe, 26 demarzo de 2006. A Block se le cita en Tony Czuczka, «Under Fire, IsraelLobby Rallies US Backers», EUX.TV: The Europe Channel (en línea), 10de marzo de 2007. Véase asimismo Mart, Eye on Israel; Martin Peretz,«Oil and Vinegar: Surveying the Israel Lobby», New Republic, 10 deabril de 2006.

145 Según la historiadora Michelle Mart, durante la Guerra Fría «los is-raelíes se “norteamericanizaron”», y esta transformación fue en gran par-te debida al sentido de la «unidad judeocristiana». «The Cultural Foun-dations of the US/Israel Alliance», Tikkun.org, 11 de noviembre de 2006.

146 Jodie T. Allen y Alec Tyson, «The U.S. Public’s Pro-Israel His-tory», Centro de Investigaciones Pew, 19 de julio de 2006; «Americans’Support for Israel Unchanged by Recent Hostilities», Centro de Inves-tigaciones Pew, comunicado de prensa, 26 de julio de 2006; RobertRuby, «A Six-Day War: Its Aftermath in American Public Opinion»,Centro de Investigaciones Pew, 30 de mayo de 2007.

147 Allen y Tyson, «La historia proisraelí del público estadouniden-se»; Centro de Investigaciones sobre el Pueblo y la Prensa en asocia-ción con el Consejo de Relaciones Internacionales, «America’s Placein the World 2005: An Investigation of the Attitudes of American Opi-nion Leaders and the American Public about International Affairs»,noviembre de 2005, pp. 11-12.

148 «Conspiracy Theories and Criticism of Israel in Aftermath ofSept. 11 Attacks», comunicado de prensa de la Liga Antidifamación, 1de noviembre de 2001.

149 Steven Kull (investigador principal), «Americans on the MiddleEast Road Map (Program on International Policy Attitudes)», Univer-sidad de Maryland, 30 de mayo de 2003), pp. 9-11, 18-19.

150 «American Attitudes toward Israel and the Middle East», estu-dio realizado el 18-25 de marzo y el 19-23 de junio de 2005 por el Gru-po de Comunicaciones Marttila para la Liga Antidifamación.

151 Andrew Kohut, «American Views of the Mideast Conflict», NewYork Times, 14 de mayo de 2002.

152 Sobre la responsabilidad israelí en la segunda guerra de Líbano,véase el sondeo de ABC News-Washington Post llevado a cabo entre el 3


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y el 6 de agosto de 2006, y el sondeo de CBS News-New York Times lle-vado a cabo entre el 21 y el 25 de julio de 2006; ambos se encuentranen «Israel, the Palestinians», PollingReport.com. En cuanto a que Esta-dos Unidos no tome partido, véase el sondeo de USA Today-Gallup enibíd., y el sondeo de Zogby llevado a cabo entre el 11 y el 15 de agostode 2006, los resultados de los cuales se describen en «Zogby Poll: U.S.Should Be Neutral in Lebanon War», comunicado internacional deprensa de Zogby, 17 de agosto de 2006.

CAPÍTULO 4¿QUÉ ES EL LOBBY ISRAELÍ?

1 Véase Andrew C. Revkin, «Bush Aide Edited Climate Reports»,New York Times, 8 de junio de 2005; Andrew C. Revkin y Matthew Wald,«Material Shows Weakening of Climate Reports in Hundreds of Ins-tances», New York Times, 20 de marzo de 2007.

2 Entre los trabajos importantes sobre los lobbies étnicos y su im-pacto en la política exterior se cuentan los de Tony Smith, Foreign At-tachments: The Power of Ethnic Groups in the Making of American Foreign Po-licy, Cambridge, Massachussets, Harvard University Press, 2000; Ethnicityand Foreign Policy, 2.ª ed., ed. de A. A. Said, Nueva York, Praeger, 1981;Ethnic Groups and U. S. Foreign Policy, ed. de M. E. Ahrari, Nueva York,Greenwood Press, 1987; Paul Watanabe, Ethnic Groups, Congress, andAmerican Foreign Policy: The Politics of the Turkish Arms Embargo, West-port, Connecticut, Greenwood Press, 1984; R. Hrair Dekmejian y Ange-los Themelis, «Ethnic Lobbies in U.S. Foreign Policy: A ComparativeAnalysis of the Jewish, Greek, Armenian and Turkish Lobbies», Occasio-nal Paper, n.º 13, Instituto de Relaciones Internacionales, UniversidadPanteion de Ciencias Políticas y Sociales, Atenas, octubre de 1997.

3 Éste es un problema habitual en el análisis político. Por ejemplo,los conceptos de «liberal» y «conservador» se entienden de sobra y sincontroversias, y es fácil pensar en ejemplos de cada uno de los tipos(así, el senador Ted Kennedy es «liberal» y el ex congresista Newt Gin-grich es «conservador»). Hay, sin embargo, individuos que no son tan

NOTAS

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fáciles de clasificar, como sería el caso del senador Joseph Liebermano del difunto senador Henry «Scoop» Jackson; ambos eran liberalesen materia de política interna, pero conservadores en todo lo que hi-ciera referencia a la política exterior.

4 Melvin I. Urofsky, American Zionism from Herzl to the Holocaust, Gar-den City, Nueva York, Anchor Press, 1975, 1; y Steven T. Rosenthal,«Long Distance Nationalism: American Jews, Zionism, and Israel», enThe Cambridge Companion to American Judaism, ed. de Dana Evan Ka-plan, Cambridge, Cambridge University Press, 2005, p. 209.

5 Robert H. Trice, «Domestic Interest Groups and the Arab-IsraeliConflict», en Ethnicity and U.S. Foreign Policy, 2.ª ed., ed. de A. A. Said,Nueva York, Praeger, 1981, pp. 121-122.

6 Steven M. Cohen, The 2004 National Survey of American Jews, patro-cinado por la Agencia Judía de Israel del Departamento de EducaciónJudía-Sionista, 24 de febrero de 2005. Véase asimismo 2006 AnnualSurvey of American Jewish Opinion, llevado a cabo entre el 25 de septiem-bre y el 16 de octubre de 2006, Comité Judío Estadounidense, 18 deoctubre de 2006; Steven M. Cohen, «Poll: Attachment of U.S. Jews toIsrael Falls in Past 2 Years», Forward, 4 de marzo de 2005; y M. J. Rosen-berg, «Letting Israel Sell Itself», Columna de opinión semanal, n.º 218,Foro para la Política Israelí, Washington, D. C., 18 de marzo de 2005.Un informe reciente preparado para el Comité Judío Estadounidenseapunta que «existe consenso entre los distintos estudios, en el sentidode que Israel no es algo vital en la identidad judía de los jóvenes». Ja-cob B. Ukeles et al., «Young Jewish Adults in the United States Today»,Comité Judío Estadounidense, septiembre de 2006, p. 34. Véase asi-mismo Amiram Barkat, «Young American Jews Are More Ambivalenttoward Israel, Study Shows», Ha’aretz, 7 de marzo de 2005.

7 Tal como señaló en 1957 el Plan de programa conjunto del ConsejoAsesor de Relaciones con la Comunidad Nacional Judía (NJCRAC),una de las principales agencias judías, «el público estadounidenseaceptó la preocupación de los judíos norteamericanos sobre Israel...por ser una manifestación natural, normal, de los intereses basados enlas simpatías y las adhesiones emocionales de un tipo muy corrienteentre muchos ciudadanos norteamericanos», citado en Jack Werthei-


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mer, «Jewish Organizational Life in the United States since 1945»,American Jewish Yearbook 1995, Nueva York, American Jewish Commit-tee, 1995, p. 13.

8 Rosenthal, «Long Distance Nationalism», p. 211; Thomas A. Kolsky,Jews against Zionism: The American Council for Judaism, 1942-1948, Fila-delfia, Pensilvania, Temple University Press, 1990.

9 El desplazamiento queda captado a la perfección en la evoluciónde la postura de la Conferencia Central de Rabinos Estadounidenses(CCAR), la corporación rabínica del Judaísmo Reformado. En 1897,el CCAR afirmó: «Condenamos por completo todo intento de estable-cer un Estado judío. Tales intentos demuestran un grave error decomprensión de la misión que tiene Israel», y no avaló la DeclaraciónBalfour en 1917. En 1967, por el contrario, el CCAR declara «su soli-daridad con el Estado y el Pueblo de Israel. Sus triunfos son los nues-tros. Sus terribles experiencias son las nuestras. Su destino es el nuestro».Citado en Chaim I. Waxman, «All in the Family: American Jewish At-tachments to Israel», en A New Jewry?: America Since the Second WorldWar, Estudios sobre la judería contemporánea: anuario, vol. VIII, ed.de Peter Y. Medding, Nueva York, Oxford University Press for the Ins-titute of Contemporary Jewry, Universidad Hebrea, 1992, p. 140.

10 Rosenthal, «Long Distance Nationalism», p. 212.11 Waxman, «All in the Family», p. 134. Por señalar un solo ejem-

plo, el primer ítem que se enumera en la lista del Congreso Judío Es-tadounidense, que desglosa su programa básico, es «la seguridad eintegridad de Israel y de la comunidad judía mundial». Véase www.aj-congress.org/site/PageServer?pagename=about. La situación es hoyen día similar; hay más de 90 grupos distintos identificados con el mar-chamo «relacionado con Israel» en la edición de 2005 del Anuario.

12 «Quiénes somos» y «Qué hacemos», descargado de la páginaweb de la Conferencia de Presidentes, www.conferenceofpresidents.org/content.asp?id=52. La Conferencia de Presidentes se creó en 1954, enrespuesta a la queja del adjunto al Secretario de Estado, Henry By-roade, en el sentido de que le resultaba difícil tratar con tan gran mul-tiplicidad de organizaciones judías, aconsejando la conveniencia deque tuvieran una sola voz. Véase Edward Tivnan, The Lobby: Jewish Po-

NOTAS

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litical Power and American Foreign Policy, Nueva York, Simon & Schuster,1987, pp. 40-41.

13 Esta cifra no recoge las aportaciones personales y por tanto su-bestima el papel de las aportaciones pro-israelíes en campaña elec-toral. Véase www.crp.org/pacs/industry.asp?txt=Q05&cycle=2006.Sobre el fenómeno en general de los «PACS firmes», véase Richard H.Curtiss, Stealth PACS: Lobbying Congress for Control of U.S. Middle East Po-licy, 4.ª ed., Washington, D. C., American Educational Trust, 1996.

14 Jeffrey H. Birnbaum, «Washington’s Power 25», Fortune, 8 de di-ciembre de 1997. La AIPAC quedó situada en el número 4 en un estu-dio similar, llevado a cabo en 2001. Véase Jeffrey H. Birnbaum y Rus-sell Newell, «Fat and Happy in D.C.», Fortune, 28 de mayo de 2001.

15 Richard E. Cohen y Peter Bell, «Congressional Insiders Poll», Natio-nal Journal, 5 de marzo de 2005; James D. Besser, «Most Muscle? It’s NRA,Then AIPAC and AARP», Chicago Jewish Star, 11-24 de marzo de 2005.

16 Dymally aparece citado en Robert Pear y Richard L. Berke, «Pro-Israel Group Exerts Quiet Might as it Rallies Supporters in Congress»,New York Times, 7 de julio de 1987; Hamilton aparece citado en Geor-ge D. Moffett III, «Israeli Lobby Virtually Unmatched», Christian Scien-ce Monitor, 28 de junio de 1991.

17 En lo referente al papel desempeñado por Brandeis, Wise yotros, véanse Irvine Anderson, Biblical Interpretation and Middle East Po-licy: The Promised Land, America and Israel, 1917-2002, Gainesville, Flo-rencia, University Press of Florida, 2005, pp. 61-62, y Peter Grose, Israelin the Mind of America, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1983, pp. 67-71.Un antiguo socio de Truman en diversos negocios, Eddie Jacobsen, leconvenció de que recibiera a Chaim Weizmann en 1948, y algunosasesores prosionistas, como David Niles y Clark Clifford, ayudaron aconvencer a Truman de que respaldase el plan de partición de 1947 yde que reconociera al nuevo Estado en 1948. Para una visión diferen-te sobre las diversas influencias que dieron forma a las decisiones deTruman, véanse Peter L. Hahn, Caught in the Middle East: U.S. Policy to-ward the Arab-Israeli Conflict, 1948-1961, Chapel Hill, Carolina del Nor-te, University of North Carolina Press, 2006, especialmente pp. 26-31y caps. 2-3; Zvi Ganin, Truman, American Jewry, and Israel, 1945-1948,


82


Nueva York, Holmes and Meier, 1979; Steven L. Spiegel, The OtherArab-Israel Conflict: Making America’s Middle East Policy from Truman toReagan, Chicago, University of Chicago Press, 1985, cap. 2; KennethRay Bain, The March to Zion: United States Policy and the Founding of Israel,College Station, Texas, Texas A & M Press, 1979; Warren Bass, SupportAny Friend: Kennedy’s Middle East and the Making of the U.S.-Israeli Alliance,Nueva York, Oxford University Press, 2003, pp. 23-34.

18 Lloyd Grove, «The Men with Muscle: the AIPAC Leaders, Battlingfor Israel and Among Themselves», Washington Post, 14 de junio de 1991.

19 J. J. Goldberg, Jewish Power: Inside the American Jewish Establishment,Nueva York, Basic Books, 1996, p. 158.

20 Stuart Eizenstat, «Loving Israel, Warts and All», Foreign Policy, n.º 81,invierno de 1990-1991, p. 92.

21 Ibíd., «Loving Israel», p. 92; Melvin I. Urofsky, We Are One!: Ame-rican Jewry and Israel, Garden City, Nueva Jersey, Doubleday, 1978.

22 Como dice Wertheimer, «poca duda puede caber de que las preo-cupaciones y el estado anímico de la comunidad judía organizadaexperimentó profundos cambios después de la guerra de los SeisDías… La judería norteamericana se identificó plenamente con Israel,identificación que vino a galvanizar a la comunidad provocando enella extremos hasta entonces sin precedents de donaciones filantrópi-cas y de voluntariado». Véase «Jewish Organizationl Life», p. 32; Me-nahem Kaufman, «Envisaging Israel: The Case of the United JewishAppeal», en Envisioning Israel: The Changing Ideals and Images of NorthAmerican Jews, ed. Allon Gal, Jerusalén, The Magnes Press/HebrewUniversity, 1996, pp. 232-234.

23 Wertheimer, «Jewish Organizational Life», pp. 32-33.24 Ibíd., p. 55.25 Citado en Wolf Blitzer, «The AIPAC Formula», Moment, noviem-

bre de 1981, p. 23.26 El AIPAC no revela la cuantía de su presupuesto anual; las cifras

están tomadas de Blitzer, «La fórmula del AIPAC», p. 23; Lloyd Grove,«On the March for Israel; The Lobbyists from AIPAC Girfding for Battlein the New World Order», Washington Post, 13 de junio de 1991; JeffreyH. Birnbaum, «Pro-Israel Lobby Holds Meeting Amid Worries»,

NOTAS

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Washington Post, 19 de mayo de 2005; Thomas B. Edsall y Molly Moo-re, «Pro-Israel Lobby Has Strong Voice», Washington Post, 5 de sep-tiembre de 2004; James Petras, «AIPAC on Trial», CounterPunch.org, 7-8 de enero de 2006.

27 Citado en Goldberg, Jewish Power, p. 223.28 Bass, Apoyar a cualquier amigo, p. 147. Véase asimismo Goldberg,

Jewish Power, pp. 197-203. 29 Goldberg, «Old Friend, Shattered Dreams», Forward, 24 de diciem-

bre de 2004; Esther Kaplan, «The Jewish Divide on Israel», Nation, 12 dejulio de 2004; Michael Massing, «Conservative Jewish Groups HaveClout», Los Angeles Times, 10 de marzo de 2002; Eric Yoffie, «Reform theConference», Forward, 2 de agosto de 2002; William Fisher, «U.S. JewishGroups Press Mideast Peace», Antiwar.com, 25 de noviembre de 2004.

30 Daniel Levy, «Is It Good for the Jews?», American Prospect, 5 de ju-lio de 2006.

31 Citado en Sharon Samber, «Congress Urged Not to Link IsraelAid to China Arms», JTA.org, 13 de junio de 2000.

32 Véase, por ejemplo, Estadounidenses por la Paz Ahora, «Briefingfor the 110th Congress: Securing Israel’s Future Through Peace», 8, des-cargado de www.donteverstop.com/files/apn/upl/assets/APN110thB-Book.pdf.

33 Según la página web del IPF, «el Foro de Política Israelí cree quepor medio de una solución biestatal al conflicto israelí-palestino, Israely sus vecinos árabes, así como la región en su totalidad, será más segura,más próspera y más estable». Veáse www.ipforum.org/display.cfm?id=1.

34 Véase Jewish Voice for Peace, «U.S. Military Aid to Israel», enwww.jewishvoiceforpeace/org/publish/printer_17.shtml.

35 Citado en Tivnan, The Lobby, p. 93. 36 Citado en Goldberg, Jewish Power, p. 206.37 Ori Nir, «FBI Probe: More Questions Than Answers», Forward, 13

de mayo de 2005; Bookbinder aparece citado en Wolf Blitzer, BetweenWashington and Jerusalem: A Reporter’s Notebook, Nueva York, OxfordUniversity Press, 1985, pp. 147-148.

38 Sobre estos incidentes, véase Peter L. Hahn, Caught in the MiddleEast: U.S. Policy toward the Arab-Israeli Conflict, 1945-1961, Chapel Hill,


84


Carolina del Norte, University of North Carolina Press, 2004, pp. 39-42,46-51, 57-59, 79-82.

39 Estas actividades (y las comunicaciones israelíes citadas) estándescritas en Tom Segev, 1967: Israel, the War, and the Year that Transfor-med the Middle East, trad. de Jessica Cohen, Nueva York, MetropolitanBooks, 2007, pp. 254, 264-265, 304-305.

40 Citado en David Landau, «The Battle for Washington», Ha’aretz,28 de marzo de 2003.

41 Jonathan Marcus, «Discordant Voices: The U.S. Jewish Commu-nity and Israel during the 1980s», International Affairs 66, n.º 3, julio de1990, p. 546. Véase asimismo Sarah Bronson, «Orthodox Leader: U.S.Jews Have No Right to Criticize Israel», Ha’aretz, 2 de agosto de 2004; Da-niel Ben Simon, «Storm Warnings», Ha’aretz, 14 de noviembre de 2003.

42 Rosenthal, «Long Distance Nationalism», p. 214; Bookbinderaparece citado en Blitzer, Between Washington and Jerusalem, pp. 147-148. En los años ochenta, el historiador David Biale observó que «lahegemonía ideológica que logró el sionismo en la comunidad judíaorganizada durante las dos últimas décadas ha tenido por efectoacallar el debate en muchas de las cuestiones específicas de la polí-tica desarrollada por el gobierno israelí». Véase David Biale, Powerand Powerlessness in Jewish History, Nueva York, Schocken Books,1986, p. 189.

43 2004 Survey of American Jewish Opinion, encuesta llevada a caboentre el 18 de agosto y el 1 de septiembre de 2004, Comité Judío Esta-dounidense, 21 de septiembre de 2004, pregunta n.º 16. Anteriores es-tudios estadísticos dieron resultados casi idénticos.

44 Esta crónica de la breve historia de Breira se basa en Michael E.Staub, Torn at the Roots: The Crisis of Jewish Liberalism in Postwar America,Nueva York, Columbia University Press, 2002, cap. 8; Tivnan, TheLobby, pp. 90-96; Wertheimer, «Jewish Organizational Life», pp. 39-43;Goldberg, Jewish Power, pp. 207-208.

45 Goldberg, Jewish Power, p. 208.46 Tivnan, The Lobby, p. 76. David Biale propuso un punto de vista si-

milar en 1986, al escribir que «para la comunidad judía organizada, lafalta de apoyo a Israel equivale a la traición […] Israel es la única cues-

NOTAS

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tión en la que la falta de fe se considera una herejía», Power and Power-lessness, p. 188.

47 Los líderes judíos estadounidenses se mostraron abiertamentemolestos cuando el primer ministro Yitzhak Shamir fugazmente res-paldó una propuesta para enmendar la Ley del Regreso de modo quese exigiera que la conversión al judaísmo se llevara a cabo de acuerdocon los preceptos de la halakha (ley rabínica) y por parte de rabinosortodoxos. Como dijo el rabino Eric Yoffie, del Movimiento Reforma-do de Estados Unidos, «si los rabinos de la Reforma de Israel no sonrabinos y si sus conversiones no son conversiones, eso significa quenuestro judaísmo no es judaísmo, y que somos sólo judíos de segundaclase». Citado en Rosenthal, «Long Distance Nationalism», p. 218. Véaseasimismo Goldberg, Jewish Power, pp. 337-342.

48 Lawrence Grossman, «Jewish Communal Affairs», American Je-wish Yearbook 1998, Nueva York, American Jewish Committee, 1998,pp. 110-11; Tom Tugend, «“Talk by N.Y. Times” Friedman Spurs ADL-ZOA Political Fuss», JTA.org, 6 de diciembre de 1996; Tom Tugend,«N.Y. Times Columnist Applauds ADL for Not Caving In to ZOA»,JTA.org, 13 de diciembre de 1996.

49 Inigo Gilmore, «U.S. Jewish Leader Hit over Letter», Sunday Tele-graph (Londres), 12 de agosto de 2003; Isi Liebler, «An Open Letter toEdgar Bronfman», Jerusalem Post, 6 de agosto de 2003.

50 Citas tomadas de Isi Liebler, «When Seymour Met Condi», Jeru-salem Post, 24 de noviembre de 2005; Ori Nir, «O.U. Chief DecriesAmerican Pressure on Israel», Forward, 2 de diciembre de 2005; OriNir, «Rice Trip Raises Concern over U.S. Pressure on Israel», Forward,18 de noviembre de 2005; Seymour D. Reich, «Listen to America», Je-rusalem Post, 13 de noviembre de 2005.

51 El autor del panfleto publicado por Estadounidenses por un Is-rael Seguro en el que se atacaba a Breira, Rael Jean Isaac, escribió unadiatriba similar contra Nueva Agenda Judía, y el jefe del capítulo de laZOA en Washington denunció a ese mismo grupo por ser «más proá-rabe que proisraelí». Ante las serias y recurrentes dificultades presu-puestarias y ante otras complicaciones, Nueva Agenda Judía desapare-ció en 1992, después de doce años plagados de contratiempos. Véase


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Jack Wertheimer, «Breaking the Taboo: Critics of Israel and the Ame-rican Jewish Establishment», en Gal, Envisioning Israel, pp. 410-411;Emily Nepon, «New Jewish Agenda: The History of an Organization,1980-1992», tesis de licenciatura, Goddard College, 2006, disponibleen www.newjewishagenda.org.

52 El material de este párrafo se basa en Kaplan, «Jewish Divide onIsrael». En otros dos incidentes similares, los directores del programaHillel de UC-Santa Cruz e Ithaca College al parecer dimitieron tras re-cibir reprimendas por haber publicado sendos artículos en los que seapoyaba la oposición tanto israelí como palestina a la ocupación.

53 Ari Paul, «Zionist vs. Zionist», American Prospect, 4 de enero de2007; Rebecca Spence, «Campus Coalition Split over ProgressiveUnion, Forward, 19 de enero de 2007; Rebecca Spence, «Groups FlipFlop as Controversy over Liberal Zionists Continues», Forward, 2 de fe-brero de 2007; Ben Harris, «Group that Criticized Israel to Stay inCampus Coalition Despite Protests», JTA.org, 24 de enero de 2007;«L.A. Israeli Consul General to Foreign Ministry: UPZ and Breakingthe Silence Programs Harm Israel’s Image and Must Be Stopped», co-municado de pensa, Organización Sionista de Estados Unidos, 31 deenero de 2007, tomado de www.zoa.org/2007/01/la_israeli_cons.htm

54 Ante la pregunta «en la actual situación, ¿está usted a favor de lacreación de un Estado palestino?», el porcentaje de judíos norteame-ricanos que respondieron «a favor» era del 54 por ciento en 2006, del56 por ciento en 2005, del 57 por ciento en 2004. «Estudio anual de laopinión pública entre los judíos norteamericanos», 2006, 2005 y 2004,disponible en www.ajc.org.

55 Goldberg, Jewish Power, p. 161.56 Ibíd., Jewish Power, p. 217, y asimismo pp. 159-162, 170-175, 216-

223. Véase asimismo Eric Alterman, «AIPAC Runs Right», Nation, 10de octubre de 2006; Goldberg, «Viejos amigos»; Massing, «Influencia delos grupos judíos conservadores»; Rosenthal, «Long Distance Natio-nalism», p. 217; Mark Seal, «Sitting on the Sidelines», Ha’aretz, 24 dediciembre de 2004.

57 En concreto, Hoenlein fue durante unos cuantos años presiden-te de la cena de gala anual para recaudar fondos destinados a apoyar

NOTAS

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a Bet El, un asentamiento de colonos israelíes militantes cercano a Ra-mala. Véase Michael Massing, «Deal Breakers», American Prospect, 11de marzo de 2002; Michael Massing, «The Israel Lobby», Nation, 10 dejunio de 2002.

58 Massing, «Deal Breakers». J. J. Goldberg propone un análisis si-milar, y escribe que «bajo la presidencia de [Tom] Dine, el comité eje-cutivo triplicó su número de miembros. Antiguamente, el comité esta-ba controlado por los jefes de las organizaciones nacionales judías consede en Nueva York. Ahora, los líderes de la comunidad judía quedanen minoría, desbordados por los donantes del propio AIPAC. La hin-chazón del comité ejecutivo […] desplazó el lobby de la estructura dela comunidad nacional judía, tal como era entonces, para ponerlo enlas férreas manos de unos contados donantes de grandes aportacionescuya única lealtad es la que tienen contraída con el AIPAC». Jewish Po-wer, p. 201.

59 Michael Massing, «The Storm over the Israel Lobby», New YorkReview of Books, 8 de junio de 2006; Matthew Dorf, «After Barak Win,AIPAC Reverses Opposition to a Palestinian State», JTA.org, 28 demayo de 1999.

60 Este episodio está relatado en Goldberg, Jewish Power, pp. 54-57. 61 Massing, «Deal Breakers»; Levy, «Is It Good for the Jews?».62 Peter Beinart y Hanna Rosin, «AIPAC Unpacked», New Republic, 20

de septiembre de 1993, pp. 20-23; Goldberg, Jewish Power, pp. 225-226.63 Waxman, «All in the Family», pp. 143-144.64 Jonathan Woocher, «The Geo-Politics of the American Jewish

Community», Jerusalem Letter/Viewpoints, Centro de Asuntos Públicosde Jerusalén, 15 de enero de 1992, p. 3.

65 Thomas L. Friedman, «Foreign Affairs: Mischief Makers», NewYork Times, 5 de abril de 1995.

66 Tal como señala Massing, el Fórum de Política Israelí se las ha«ingeniado para forjar unos lazos estrechos con muchos de los miem-bros del Congreso más influyentes, pero la carencia de una serie demiembros formales y de un aparato potente de recaudación de fon-dos le impide estar a la altura de la influencia que ejercen el AIPAC yla Conferencia», Massing, «Deal Breakers».


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67 Entre las mejores obras sobre el neoconservadurismo se cuentanGary Dorrien, The Neoconservative Mind: Politics, Culture, and the War ofIdeology, Filadelfia, Temple University Press, 1993; Gary Dorrien, Impe-rial Designs: Neoconservatism and the New Pax Americana, Nueva York,Routledge, 2004; John Ehrman, The Rise of Neoconservatism: Intellectualsand Foreign Affairs, 1945-1994, New Haven, Conneticut, Yale UniversityPress, 2005; Murray Friedman, The Neoconservative Revolution: Jewish In-tellectuals and the Shaping of Public Policy, Nueva York, Cambridge Uni-versity Press, 2005; Francis Fukuyama, America at the Crossroads: Demo-cracy, Power, and the Neoconservative Legacy, New Haven, Connecticut,Yale University Press, 2006 [América en la encrucijada, Barcelona, Edi-ciones B, 2007]; Mark Gerson, The Neoconservative Vision: From the ColdWars to the Culture Wars, Lanham, Maryland, Madison Books, 1996;Goldberg, Jewish Power, pp. 159-161; Stefan Halper y Jonathan Clarke,America Alone: The Neoconservatives and the Global Order, Nueva York,Cambridge University Press, 2004; Irving Kristol, Neoconservatism: TheAutobiography of an Idea, Nueva York, Free Press, 1995.

68 Para una visión general del pensamiento neoconservador en ma-teria de política exterior norteamericana, véase John J. Mearsheimer,«Hans Morgenthau and the Iraq War: Realism versus Neo-Conserva-tism», en opendemocracy.com, colgado el 19 de mayo de 2005. Unacolección ilustrativa de escritos de sesgo neoconservador en materiade política exterior es la titulada Present Dangers: Crisis and Opportunityin American Foreign and Defense Policy, ed. de William Kristol y RobertKagan, San Francisco, California, Encounter Books, 2000; un retratoperspicaz de los neoconservadores y sus visiones en política exterior esel de Ian Lustick, Trapped in the War on Terror, Atrapado en la guerracontra el terror, Filadelfia, Pensilvania, University of PennsylvaniaPress, 2006, cap. 4.

69 Para una característica declaración neoconservadora sobre elmultilateralismo y las instituciones, véase Charles Krauthammer, «De-mocratic Realism: An American Foreign Policy for a Unipolar World»,Conferencia Irving Kristol 2004, Instituto Empresa de Estados Uni-dos, Washington, D. C., 10 de febrero de 2004, p. 3. La visión neocon-servadora de Europa la ejemplifica Robert Kagan, Of Paradise and Po-

NOTAS

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wer: America and Europe in the New World Order, Nueva York, Alfred A.Knopf, 2003 [Poder y debilidad: Europa y Estados Unidos en el nuevo ordenmundial, Madrid, Taurus, 2003].

70 Para un comentario sobre la táctica de subirse al carro, véaseStephen M. Walt, The Origins of Alliances, Ithaca, Nueva York, CornellUniversity Press, 1987.

71 Max Boot, «What the Heck is a “Neocon”?», Wall Street Journal, 30de diciembre de 2002; Max Boot, «Think Again: Neocons», Foreign Po-licy, núm. 140 (enero-febrero de 2004), p. 22. Véase asimismo DonAtapattu, «Interview with Middle East Scholar Avi Shlaim», Nation, 16de junio de 2004; Halper y Clarke, America Alone, pp. 41, 58-60, 82,167-168; Irving Kristol, «The Political Dilemma of American Jews»,Commentary, julio de 1984, pp. 23-29; Jim Lobe, «Energized NeoconsSay Israel’s Fight Is Washington’s», Antiwar.com, 18 de julio de 2006.

72 Benjamin Ginsberg, The Fatal Embrace: Jews and the State, Chicago,University of Chicago Press, 1993, p. 231.

73 «A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm», prepa-rado por el Instituto de Estudios Avanzados de Estrategia y Política,1996; descargado de www.iasps.org/strat1.htm. El grupo de estudioque redactó este informe estaba encabezado por Richard Perle; entresus integrantes se hallaban James Colbert, Charles Fairbanks, Jr., Dou-glas Feith, Robert Loewenberg, Jonathan Torop, David Wurmser yMeyrav Wurmser.

74 Citado en Dorrien, The Neoconservative Mind, p. 344. Véase asimis-mo ibíd., pp. 343-345; Ginsberg, The Fatal Embrace, pp. 231-236; JohnB. Judis, «The Conservative Wars», New Republic, 11 y 18 de agostode 1986.

75 Patrick J. Buchanan, «Whose War?», American Conservative, 24 demarzo de 2003; Paul Craig Roberts, «Neocon Treason», Antiwar.com,24 de agosto de 2004.

76 Friedman, Revolución neoconservadora, p. i. En las páginas de For-ward, Gal Beckerman señaló que «reconocer la condición judía delneoconservadurismo es algo que siempre ha activado las luces rojas yla alarma del antisemitismo [...] Pero algo de verdad hay en el recelo.Si existe en Estados Unidos un movimiento intelectual cuya invención


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sea exclusiva de los judíos, es por fuerza el neoconservadurismo». GalBeckerman, «The Neoconservative Persuasion», Forward, 6 de enerode 2006.

77 Max Blumenthal, «Born-Agains for Sharon», Salon.com, 30 de octu-bre de 2004; Darrell L. Bock, «Some Christians See a “Road Map” to EndTimes», Los Angeles Times, 18 de junio de 2003; Nathan Guttman, «Wi-ping Out Terror, Bringing on Redemption», Ha’aretz, 29 de abril de2002; Tom Hamburger y Jim VandeHei, «Chosen People: How Israel Be-came a Favorite Cause of Christian Right», Wall Street Journal, 23 de mayode 2002; Paul Nussbaum, «Israel Finds an Ally in American Evangeli-cals», Philadelphia Inquirer (en línea), 13 de noviembre de 2005.

78 Sobre la influencia de las creencias cristianas en Balfour, véaseAnderson, Interpretaciones bíblicas, pp. 60-62. Algunos autores sugierenque las creencias cristianas también influyeron en el aval de Wilson a laDeclaración Balfour y en el respaldo de Truman a la creación de Israel,aunque ninguno de los dos fuese dispensacionalista. Ibíd., pp. 87-89,y Grose, Israel a ojos de Estados Unidos, pp. 67-71.

79 Timothy P. Weber, On the Road to Armageddon: How Evangelicals Be-came Israel’s Best Friend, Grand Rapids, Misuri, Baker Academic, 2004,pp. 188-196.

80 Weber, On the Road to Armageddon, p. 184. Como señala ColinShindler, «el crecimiento de la derecha cristiana durante los años se-tenta fue paralelo al crecimiento de la derecha israelí, y ambos fenó-menos tuvieron su catalizador en la guerra de los Seis Días». Véase«Likud and the Christian Dispensationalists: A Symbiotic Relation-ship», Israel Studies 5, n.º 1, primavera de 2000, p. 163.

81 Tal como escribió L. Nelson Bell en Christianity Today, «el hecho deque por primera vez en más de dos mil años Jerusalén se halle ahoracompletamente en manos de los judíos es algo que produce a un estu-dioso de la Biblia una emoción y una fe renovada en la exactitud y en lavalidez de la Bilbia». Citado en Weber, On the Road to Armageddon, p. 184.

82 Citado en Jane Lampman, «Mixing Prophecy and Politics», Chris-tian Science Monitor, 7 de julio de 2004.

83 Daniel Pipes, «[Christian Zionism]: Israel’s Best Weapon», NewYork Post (en línea), 15 de julio de 2003; Michael Freund, «Christian

NOTAS

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Zionists Key to Continued U.S. Support for Israel», Jewish Press (en lí-nea), 27 de diciembre de 2006.

84 Hagee aparece citado en Bill Berkowitz, «Pastor John HageeSpearheads Christians United for Israel», Media Transparency, 19 demarzo de 2006, en www.mediatransparency.org/story.php?storyID=116

85 Las declaraciones entrecomilladas están tomadas de la página webde la IFCJ, www.ifcj.org, a las que se accedió el 27 de febrero de 2007.

86 «The Apple of HIS Eye: Why Christians SHOULD Support Is-rael», descargado de la página web de los Ministerios de John Hagee(www.jhm.org/print-Israel.asp); Andrew Higgins, «A Texas PreacherLeads Campaign to Let Israel Fight», Wall Street Journal, 27 de juliode 2006.

87 «Zion’s Christian Soldiers», 60 Minutes, 8 de junio de 2003, des-cargado de www.cbsnews.com/stories/2002/10/03/60minutes/prin-table524268/shtml

88 Citado en Lampman, «Mixing Prophecy and Politics».89 Weber, On the Road to Armageddon, pp. 226-227; Brent Boyer, «Ar-

vada Church Champions Israeli Cause» [La iglesia de Arvada defien-de la causa israelí], Denver Post (en línea), 22 de noviembre de 2002;Danielle Haas, «U.S. Christians Find Cause to Aid Israel; EvangelicalsFinancing Immigrants, Settlements», San Francisco Chronicle (en lí-nea), 10 de julio de 2002.

90 Donald Wagner, «For Zion’s Sake», Middle East Report, n.º 223, ve-rano de 2002, p. 55.

91 Citado en Shindler, «Likud and the Christian Dispensationa-lists», p. 175.

92 «Robertson: God Punished Sharon», Ynetnews.com, 6 de enero de2006; «Robertson Suggests Stroke is Divine Rebuke», New York Times, 6de enero de 2006; «Robertson Apologizes to Sharon Family», New YorkTimes, 13 de enero de 2006.

93 Citado en Barbara Slavin, «Don’t Give Up 1967 Lands, DeLayTells Israel Lobby», USA Today, 23 de abril de 2002.

94 Matthews pidió a Armey que confirmase que ésa era su visión delas cosas, y Armey dijo «sí». Armey después se desdijo de esta afirma-ción, tras ser criticado por favorecer la limpieza étnica de los palesti-


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nos en Cisjordania. Véase Matthew Engel, «Senior Republican Callson Israel to Expel West Bank Arabs», Guardian, 4 de mayo de 2002;«Richard Armey Supports Ethnic Cleansing of Palestinians», MediaMonitors Network, 2 de mayo de 2002, en www.mediamonitors.net/amr115.html, descargado el 13 de mayo de 2007.

95 «Peace in the Middle East», Declaración en el Senado del senadorInhofe, 4 de marzo de 2002; descargado de http://inhofe.senate.gov/pressapp/record.cfm?id=183110 el 22 de enero de 2007.

96 Shindler, «Likud and the Christian Dispensationalists», p. 156.97 Grace Halsell, Prophecy and Politics: Militant Evangelists on the

Road to Nuclear War, Westport, Connecticut, Lawrence Hill, 1986,pp. 71-76.

98 «Pat Robertson Forms Alliance with Mayor of Jerusalem», BaptistStandard (en línea), 11 de noviembre de 2002; e «Israel WelcomesChristian Support in Battle for Survival, Sharon Aid[e] Says», ChristianExaminer (en línea), 6 de septiembre de 2002.

99 Citado en Weber, On the Road to Armageddon, pp. 214-218.100 Citado en Norton Mezvinsky, «The Impact of Christian Zionism

on the Arab-Israeli Conflict», NthPosition.com, marzo de 2005.101 Jerry Falwell, «On the Threshold of Armageddon», WorldNet-

Daily.com, 22 de julio de 2006; Sarah Posner, «Lobbying for Armaged-don», AlterNet.org, 3 de agosto de 2006.

102 Hal Lindsey, «Mushrooms over the Middle East», WorldNet-Daily.com, 12 de enero de 2007; John Hagee, Jerusalem Countdown: AWarning to the World, Lake Mary, Florencia, Frontline, 2006, p. 17. Ba-sándose en su propia interpretación de algunos pasajes bíblicos, Ha-gee afirma que un ataque contra Irán provocará que Rusia encabeceuna coalición de Estados árabes que entablen una guerra contra Is-rael, que será entonces abandonado a su suerte por Estados Unidos.Dios intervendrá entonces para destruir a los invasores de Israel, peroel vacío resultante lo ocupará el Anticristo, «que será quien encabecela Unión Europea». Bajo su mando, los ejércitos de Occidente se con-gregarán en Israel para emprender la batalla de Armagedón contra«el rey de Oriente» (China), momento en el cual reaparecerá Cristopara abatir al Anticristo y restablecer el reino de Dios. Concluye di-

NOTAS

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ciendo que «el fin del mundo tal como lo entendemos se aproxima apasos agigantados» (pp. 113-122).

103 Cristianos Unidos por Israel, «CUFI Membership Weekly Update»,11 de diciembre de 2006, descargado de www.cufima.com/id10.html.

104 Shindler, «Likud and the Christian Dispensationalists», pp. 165-166; Kristol, «The Political Dilemma of American Jews».

105 Perlmutter aparece citado en Weber, On the Road to Armageddon,p. 232; los comentarios de Foxman están tomados de «Jews and Evan-gelicals: Support for Israel Isn’t Everything», Time, 16 de enero de 2007.

106 Citado en Bill Broadway, «The Evangelical-Israeli Connection:Scripture Inspires Many Christians to Support Zionism Politically,Financially», Washington Post, 27 de marzo de 2004.

107 Sobre la inquietante actitud de Hagee sobre los judíos, véaseJerusalem Countdown, pp. 56-57, 109. Sobre su comparecencia en elCongreso Político del AIPAC, véase Gregory Levey, «Inside Ameri-ca’s Powerful Israel Lobby», Salon.com, 16 de marzo de 2007; «Chris-tians for Israel», editorial del Jerusalem Post, 14 de marzo de 2007; Sa-rah Posner, «The Goy Who Cried Wolf», American Prospect, 12 demarzo de 2007.

108 Citado en James D. Besser, «Hardline Pastor Gets Prime AIPACSpot», Jewish Week, 9 de marzo de 2007.

109 Naomi M. Cohen, «Dual Loyalties: Zionism and Liberalism», enGal, Envisioning Israel, p. 326.

110 Jo-Ann Mort, «An Unholy Alliance in Support of Israel», Los An-geles Times, 19 de mayo de 2002. Las citas de Alpher y Gorenberg estántomadas de «Soldados cristianos de Sión». Véase asimismo GershomGorenberg, The End of Days: Fundamentalism and the Struggle for the Tem-ple Mount, Nueva York, Free Press, 2000; y Weber, On the Road to Arma-geddon, p. 231.

111 El turismo experimentó un declive tras el estallido de la Segun-da Intifada y más aún con el 11-S, pero ha tenido un repunte con pos-terioridad. Véase Naciones Unidas, World Tourism Organization Statisti-cal Database and Yearbook 2005, Nueva York, Naciones Unidas, 2005;Eric Silver, «Return of the Tourist», The Jerusalem Report, 21 de febrerode 2005; Laurie Copans, «Israel: Tourism Surges as Christian Pilgrims


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Walk in the Footsteps of Jesus», USA Today Online, 13 de diciembre de2004; William A. Orme, «Fighting in Mideast Blocks Wave of ChristianTourism», New York Times, 11 de noviembre de 2000.

112 Anderson, Interpretaciones bíblicas, pp. 103, 138. Éste es tambiénuno de los temas centrales de Michael B. Oren, Power, Faith and Fan-tasy: America in the Middle East 1776 to the Present, Nueva York, W.W. Nor-ton, 2007, aunque exagera su impacto sobre las decisiones políticas es-tadounidenses.

113 Anderson, Biblical Interpretation, pp. 111, 114-115; Ruth W. Mouly,The Religious Right and Israel: The Politics of Armageddon, Cambridge,Massachussets, Political Research Associates, 1985.

114 Zev Chafets, «The Rabbi Who Loved Evangelicals (and Vice Ver-sa)», New York Times Magazine, 24 de julio de 2005.

115 En agosto de 2006, el enviado especial del Vaticano a TierraSanta y los obispos de las Iglesias episcopaliana, evangélica luteranay ortodoxa siria de Jerusalén firmaron una declaración conjunta enla que se rechazaban las enseñanzas del sionismo cristiano, acusan-do además al movimieno de fomentar «la exclusividad racial y laguerra perpetua». Véase Matthew Tostevin, «Holy Land ChurchesAttack Christian Zionism», reportaje de Reuters, 31 de agosto de 2006.Algunas de las demás iglesias protestantes con mayor número defieles se han mostrado críticas con la política israelí y han considera-do seriamente la posibilidad de una «desinversión selectiva» deaquellas compañías que sean operativas en Israel. El lobby, sin embar-go, se ha esforzado lo indecible por desbaratar estos esfuerzos, y engran medida ha tenido éxito. Véase James D. Besser, «Church Poisedto Kill Divestment», Jewish Week, 23 de junio de 2006; Alan Cooper-man, «Israel Divestiture Spurs Clash», Washington Post, 29 de sep-tiembre de 2004; Michael Conlon, «US Presbyterians Consider Di-vesting over West Bank», Washington Post, 17 de febrero de 2005;Laurie Goodstein, «Presbyterians Revise Israel Investing Policy»,New York Times, 22 de junio de 2006; Nathan Guttman, «A WarningSignal from the Churches», Ha’aretz, 26 de noviembre de 2004; ChrisMoore, «Mainline Protestants Challenge Israel Lobby», Antiwar.com,7 de diciembre de 2004; Marc Perelman, «Effort Eyed to Combat Di-

NOTAS

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vestment», Forward, 15 de julio de 2006; Rachel Pomerance, «Episco-pal View on Mideast Conflict an Improvement, Jewish Groups Say»,JTA.org, 9 de noviembre de 2004.

116 El papel limitado del sionismo cristiano en el terreno de las fi-nanzas lo ilustran las donaciones relativas hechas a Israel después dela guerra de 2006 en Líbano. Según Ha’aretz, los grupos cristianos do-naron cerca de veinte millones de dólares para la reconstrucción y losesfuerzos de reasentamiento en Israel. Por comparación, las Comuni-dades Judías Unidas donaron más de 340 millones de dólares. VéaseDaphna Berman, «Christians’ Wartime Donations of $20m Went Lar-gely Unheralded», Ha’aretz, 3 de noviembre de 2006.

117 Sobre el papel de los grupos de interés en la política estadou-nidense, véase Frank R. Baumgartner y Beth L. Leech, Basic Inte-rests: The Importance of Groups in Politics and in Political, Princeton,Nueva Jersey, Princeton University Press, 1998; Richard L. Hall yFrank W. Wayman, «Buying Time: Moneyed Interests and the Mo-bilization of Bias in Congressional Committees», American PoliticalScience Review 84, n.º 3, septiembre de 1990; John Mark Hansen,Gaining Access: Congress and the Farm Lobby, 1919-1981, Chicago,University of Chicago Press, 1991; Ken Kollman, Outside Lobbying:Public Opinion and Interest Group Strategies, Princeton, Nueva Jersey,Princeton University Press, 1998; Richard A. Smith, «Interest GroupInfluence in the U. S. Congress», Legislative Studies Quarterly 20,n.º 1, febrero de 1995; David B. Truman, The Governmental Process:Political Interests and Public Opinion, Nueva York, Alfred A. Knopf,1951; James Q. Wilson, Political Organizations, Nueva York, BasicBooks, 1973.

118 Citado en Mary A. Barberis, «The Arab-Israeli Battle on CapitolHill», Virginia Quarterly Review, 52, n.º 2, primavera de 1976, p. 209.

119 Trice, «Grupos domésticos de interés», pp. 125-126.120 Citado en Ben Bradlee, Jr., «Israel’s Lobby», Boston Globe, 29 de

abril de 1984.121 Shai Feldman, The Future of U.S.-Israeli Strategic Cooperation,

Washington, D. C., Instituto Washington para la Política en OrientePróximo, WINEP, 1996, pp. 5-6.


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122 Citado en Grove, «On the march for Israel; The Lobbyists fromAIPAC: Girding for Battle in the New World Order», Washington Post,13 de junio de 1991.

123 Las citas de Bard y de Truman están tomadas de Mitchell Bard,«The Israeli and Arab Lobbies», www.jewishvirtuallibrary.org. Véase asi-mismo Mark N. Katz, «Where is the Arab Lobby?», Middle East Times(en línea), 3 de julio de 2006; Noam N. Levey, «In Politicians’ Pro Is-rael Din, Arab Americans Go Unheard», Los Angeles Times, 23 de juliode 2006; Ali A. Mazrui, «Between the Crescent and the Star-SpangledBanner: American Muslims and U.S. Foreign Policy», International Af-fairs 72, n.º 3, julio de 1996; Nabeel A. Khoury, «The Arab Lobby: Pro-blems and Prospects», Middle East Journal 41, n.º 3, verano de 1987;Andrea Barron, «Jewish and Arab Diasporas in the United States andTheir Impact on U.S. Middle East Policy», en The Arab-Israeli Conflict:Two Decades of Change, ed. de Yehuda Lukacs y Abdalla M. Battah, Lon-dres, Westview, 1988, pp. 238-259. La debilidad del «lobby palestino»en concreto se plasma en estos artículos: Nora Boustany, «Palesti-nians’ Lone Hand in Washington», Washington Post, 19 de abril de2002; George Gedda, «PLO Loses D.C. Office Because of UnpaidRent», Chicago Tribune, 12 de abril de 2002.

124 Trice, «Grupos domésticos de interés», p. 123.125 Para un ejemplo característico, véase Harold Siddiqui, «“Oil

Lobby Determined to Have Its War” in Iraq», Toronto Star Online, 19 deenero de 2003, colgado en www.commondreams.org.

126 Stephen Zunes, «The Israel Lobby: How Powerful is It Really?»,Foreign Policy in Focus Special Report, 16 de mayo de 2006; NoamChomsky, «The Israel Lobby», Znet, 28 de marzo de 2006; Martin Pe-retz, «Oil and Vinegar», New Republic, 30 de marzo de 2006.

127 Véase en especial Craig Unger, House of Bush, House of Saud: TheSecret Relationship between the World’s Two Most Powerful Dynasties, NuevaYork, Scribner’s, 2004. Este tema también era parte clave en el contro-vertido documental de Michael Moore, Fahrenheit 9/11.

128 En 2006, cerca del 40 por ciento de las importaciones de crudode Estados Unidos fueron procedentes de Canadá, México y Venezue-la, mientras que Arabia Saudí aportó sólo el 14 por ciento. Véase De-

NOTAS

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partamento de Energía de Estados Unidos, Petroleum Supply Monthly,Washington, D. C., febrero de 2007, p. 58.

129 Bernard Gwertzman, «U.S. Said to Drop Jordan Arms Sale»,New York Times, 21 de marzo de 1984.

130 Citado en «Congressional Quarterly», The Middle East, 5.ª ed., 68.131 Trice, «Grupos domésticos de interés», pp. 137-138.132 www.api.org/policy. Las discusiones sobre política exterior son

igualmente escasas en las páginas web de Exxon/Mobil y de BritishPetroleum.

133 Citado en Tivnan, The Lobby, p. 194.134 Trice, «Grupos domésticos de interés», p. 137; William B.

Quandt, «United States Policy in the Middle East: Constraints andChoices», en Political Dynamics in the Middle East, ed. de Paul Ham-mond y Sidney Alexander, Nueva York, Elsevier, 1972, pp. 529-530.

135 Danny Fortson, Andrew Murray-Watson y Tim Webb, «Future ofIraq: the Spoils of War», The Independent, 7 de enero de 2007.

136 «Cheney Pushed for More Trade with Iran», FOXnews.com, 9 deoctubre de 2004, en www.foxnews.com/story/0,2933,134836,00.html.

137 Trice, «Grupos domésticos de interés», pp. 137-138.138 Citas tomadas de Roger Hilsman, The Politics of Policy Making in

Defense and Foreign Affairs, Nueva York, Harper and Row, 1971, 149;Bard, «Israeli and Arab Lobbies»; «Pro-Israel Lobby on CapitolHill», BBC Newsnight (en línea), 8 de mayo de 2003, disponible enhttp://news.bbc.co.uk/1/hi/programmes/newsnight/3010371.stm.

139 «En los regímenes democráticos y liberales —escribe Sheffer»—,y muy especialmente en Estados Unidos, Canadá, Australia, Dinamar-ca, Holanda y Noruega, los judíos han sido capaces de mantener rela-ciones abiertas e intensas con la comunidad judía primero en Palestinay ahora en Israel […] Determinados segmentos de dichas comunida-des […] demostraron una lealtad absoluta a sus sociedades y gobier-nos de acogida [...] Los que se identificaron abiertamente como par-tidarios del movimiento sionista y de la comunidad judía de Palestina(el Yishuv) y después de Israel desarrollaron lealtades duales. Los sio-nistas más determinados y otros partidarios de Israel adoptaron la ac-titud de las lealtades divididas, es decir, en determinados sentidos


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eran leales a sus países de acogida, y en otros lo eran a su patria espi-ritual». Diaspora Politics: At Home Abroad, Cambridge, Cambridge Uni-versity Press, 2003, pp. 232-233.

140 Malcolm Hoenlein, «Crossing the Line of the Acceptable»,Ha’aretz, 31 de diciembre de 2004.

141 Proyecto Pew sobre actitudes globales, «Muslims in Europe:Economic Worries Top Concerns about Religious and Cultural Iden-tity», Washington, D. C., 6 de julio de 2006, p. 3.

142 Citado en David K. Shipler, «On Middle East Policy, a Major In-fluence», New York Times, 6 de julio de 1987.

143 Citado en Kurt Eichenwald, «U.S. Jews Split on Washington’sShift on Palestinian State», New York Times, 5 de octubre de 2001.

144 David S. Cloud y Helene Cooper, «Israel’s Protests are Said toStall Gulf Arms Sale», New York Times, 5 de abril de 2007.

145 Henry A. Kissinger, Years of Upheaval, Boston, Little, Brown,1982, p. 203.

146 Las dos citas están tomadas de Goldberg, Jewish Power, pp. 232,235.

147 Eric Alterman, «Can We Talk?», Nation, 21 de abril de 2003.148 Stephen Steinlight, «The Jewish Stake in America’s Changing

Demography: Reconsidering a Misguided Immigration Policy», Cen-tro de Estudios de Inmigración, Washington, D. C., 10-11 de octubrede 2001. Para una expresión anterior y no menos reveladora de estamisma visión de las cosas, véase Nathan Glazer, «McGovern and theJews: A Debate», Commentary, septiembre de 1972, p. 44.

149 Véase Samuel P. Huntington, Who Are We? The Challenges to Ame-rican National Identity, [¿Quiénes somos? Los desafíos a la identidad nacio-nal estadounidense, Barcelona, Paidós, 2004], pp. 276-291.

150 Citado en Massing, «Deal Breakers». 151 Hagee, «The Apple of HIS Eye»; Wagner, «For Zion’s Sake»,

p. 56. Véase también Lee Underwood, «Israel’s Right to the Land»,4 de enero de 2004, descargado de http://christianactionforisrael.org.right.html.

152 La información sobre Lenny Ben-David está tomada de www.is-raelunitycoalition.org/sbureau/lbendavid.php.

NOTAS

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CAPÍTULO 5GUÍA DEL PROCESO POLÍTICO

1 Hace veinte años, un alto funcionario del Departamento de Esta-do le dijo a David Shipler, del New York Times, que el lobby «tiende a ses-gar la consideración de las cuestiones […] No se toman la molestia deconsiderar a fondo algunas opciones». Otro ex funcionario de la CasaBlanca, de los tiempos de Reagan, comentó que si bien el AIPAC era«un factor», no conocía «un solo caso en el que hubiera sido decisivo,al menos en la fase analítica». Sin embargo, este mismo funcionarioreconoció que, dicho con palabras de Shipler, «la mayor influenciaparecía darse a nivel político, en la toma de decisiones». David K. Shi-pler, «On Middle East Policy, a Major Influence», New York Times, 6 dejulio de 1987.

2 M. J. Rosenberg, «Kangaroo Congressional Hearing», Columnade opinión semanal, n.º 311, Foro de Política Israelí, Washington, D. C.,16 de febrero de 2007. Véase asimismo Michael F. Brown, «Dems’ Dis-dain for Palestine», TomPaine.com, 20 de febrero de 2007; Daniel Levy,«Yikes —Warmonger Daniel Pipes Testifying to Congress— Do TheyLearn Nothing?», en www.tpmcafe.com, 12 de febrero de 2007.

3 Armey aparece citado en Jake Tapper, «Questions for Dick Ar-mey: Retiring, Not Shy», New York Times Magazine, 1 de septiembre de2002. Klein aparece citado en Ron Kampeas, «On Somber Day, De-Lay’s Spirits Raised by Pro-Israeli Group’s Support», JTA.org, 2 de oc-tubre de 2005; DeLay aparece citado en James Bennet, «DeLay SaysPalestinians Bear Burden for Achieving Peace», New York Times, 30 dejulio de 2003.

4 Tras las elecciones al Congreso de 2006, 13 de cada cien senado-res y 30 de un total de 435 congresistas eran judíos, porcentajes signi-ficativamente más elevados que la proporción de judíos en el total dela población estadounidense, que posiblemente sea inferior al 3 porciento. Amiram Barkat, «Number of Jewish Parliamentarians Worldwi-de Reaches Record High», Ha’aretz, 9 de noviembre de 2006.

5 Joseph Lieberman, «Speech to the AIPAC National Policy Confe-rence», marzo de 2007, http://lieberman.senate.gov/newsroom/re-


100


lease.cfm?id=270526; Charles Schumer, «The Peace Process Has BeenOne-Sided» (entrevista), Middle East Quarterly 7, n.º 4 (diciembre de2000); Henry Waxman, «Israel Fights for Survival», Beverly Hills Weekly,19 de abril de 2002; Robert Wexler, «Israel y Oriente Medio», enhttp://wexler.house.gov/issues.php?ID=19.

6 Citado en Matthew E. Berger, «US Vote May Alter Stance on MiddleEast», Jerusalem Post, 7 de noviembre de 2006.

7 Citado en Janine Zacharia, «Lantos’s List», Jerusalem Post, 13 deabril de 2001. Véase asimismo Jeffrey Blankfort, «A Tale of Two Mem-bers of Congress and the Capitol Hill Police», CounterPunch.org, 17 deabril de 2006; Mark Simon, «Middle East Hits Home in House Race»,San Francisco Chronicle (en línea), 16 de mayo de 2002.

8 Citado en Mitchell Bard, «Israeli Lobby Power», Midstream 33,n.º 1 (enero de 1987), p. 8.

9 Para un ulterior análisis de la estructura y las operaciones del AIPAC,que complementa lo que aquí se argumenta, véase Michael Massing,«The Storm over the Israel Lobby», New York Review of Books, 8 de junio de2006. Véase asimismo Paul Findley, They Dare to Speak Out: People and Ins-titutions Confront Israel’s Lobby, 3.ª ed., Chicago, Lawrence Hill Books, 2003;Michael Lind, «The Israel Lobby», Prospect, núm. 73 (abril de 2002).

10 Las citas de Clinton, Gingrich, Reid y el New York Times se handescargado de la página web del AIPAC, (www.aipac.org/documents/whoweare.html#say).

Jeffrey Goldberg, «Real Insiders», The New Yorker, 4 de junio de2005. La afirmación de Gingrich también aparece citada en MichaelKinsley, «J’accuse, Sort of», Slate.com, 12 de marzo de 2003. La cita delNew York Times aún estaba en la página web en mayo de 2007; las otrashan sido retiradas.

11 Michael Massing, «Deal Breakers», American Prospect, 11 de mayode 2002; Massing, «Storm over the Israel Lobby».

12 En el mismo artículo se señalaba que uno de cada cinco miem-bros de la directiva del AIPAC fue uno de los principales recaudadoresde fondos para las campañas presidenciales de John Kerry y GeorgeW. Bush en 2004. Véase Thomas B. Edsall y Molly Moore, «Pro-IsraelLobby Has Strong Voice», Washington Post, 5 de septiembre de 2004.

NOTAS

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13 Basado en los datos de la base de la Federal Election Commissionen www.fec.gov/finance/disclosure/norindsea.shtml.

14 David Biale, Power and Powerlessness in Jewish History, Nueva York,Schocken Books, 1986, pp. 186-187.

15 La declaración de Friedman se encontraba en una carta a losmiembros del AIPAC, en la cual se les felicitaba por ayudar a mantenerel apoyo de Estados Unidos a Israel durante la guerra de Líbano. Apare-ce citada en John Walsh, «AIPAC Congratulates Itself on the Slaughter inLebanon», CounterPunch.org, 16 de agosto de 2006. Esta política ha sidoel procedimiento habitual de operaciones desde hace algún tiempo.En 1987, el director del AIPAC, Tom Dine, dijo a sus partidarios que «enla campaña de 1985-1986, el AIPAC puso a sus director y a su personal adisposición de todos los senadores que se presentasen a la reelección,con una sola excepción, así como de 49 candidatos al Senado y candida-tos a la cámara baja, incluidos todos los nuevos miembros». Citado enRobert Pear y Richard L. Berke, «Pro-Israel Group Exerts Quiet Might asIt Rallies Supporters in Congress», New York Times, 7 de julio de 1987.

16 Hayden también dice que su voluntad de defender la invasión deLíbano llevada a cabo por Israel en 1982 fue «el gran error de mi carre-ra política». Véase Tom Hayden, «Things Come ’Round in Mideast»,truthdig.com, 18 de julio de 2006.

17 Harry Lonsdale, correspondencia personal, 16 de mayo de 2006.Lonsdale también señala que «pese a todo, el senador Hatfield invir-tió más que yo, y así perdí la elección», lo cual confirma algo evidente,y es que el AIPAC no controla todas las elecciones.

18 Evans aparece citado en John J. Fialka, «Linked Donations? Po-litical Contributions from Pro-Israel PACs Suggest Coordination»,Wall Street Journal, 24 de junio de 1987.

19 Goldberg, «Real Insiders». 20 Charles R. Babcock, «Papers Link Pro-Israel Lobby to Political

Funding Efforts», Washington Post, 14 de noviembre de 1988; Fialka,«Political Contributions from Pro-Israel PACs».

21 Sobre el mecanismo rector del FEC, véase John J. Fialka, «Pro-Is-rael Lobbying Group is Accused of Breaking U.S. Campaign-FundsLaw», Wall Street Journal, 13 de enero de 1989; Charles R. Babcock,


102


«FEC Rules Pro-Israel Lobby, PACs Are Not “Affiliated”», WashingtonPost, 22 de diciembre de 1990.

22 David D. Newsom, The Public Dimension of Foreign Policy, Bloo-mington, Indiana, Indiana University Press, 1996, p. 187.

23 «Pro-Israel Contributions to Federal Candidates, 2005-2006»,descargado de www.opensecrets.org/pacs/industry.asp?txt=Q05&cy-cle=20006.

24 Lexington, «Taming Leviathan», The Economist, 15 de marzo de2007; asimismo, Kelley Beaucar Vlahos, «Pro-Israel Lobby A Force toBe Reckoned With», FOXnews.com, 28 de mayo de 2002; Massing,«Deal Breakers»; Massing, «Storm over the Israel Lobby».

25 Citado en Vlahos, «Pro-Israel Lobby».26 Estas cifras incluyen sólo las aportaciones de los PACs, no las

aportaciones de los individuos. Calculado a partir de la página web delCenter for Responsive Politics www.opensecrets.org.

27 Ron Kampeas, «Pro-Israel Political Funds in U.S. Target FriendlyIncumbents— and Challengers», JTA.org, 3 de octubre de 2006.

28 Janet McMahon, «Record Pro-Israel PAC Contributions Failed toSave Senate Minority Leader Tom Daschle’s Seat», Washington Reporton Middle East Affairs (en línea), julio de 2005.

29 Jonathan Allen, «McKinney Opponent Rakes in Pro-Israel Cash»,The Hill, 2 de agosto de 2006, en www.hillnews.com. Según el Centrode Política de Respuesta, McKinney gastó aproximadamente 365.000dólares en su campaña para las primarias, mientras Hank Johnson, elvencedor, gastó unos 800.000 dólares en las primarias y en las genera-les en total. Véase también David Firestone, «A Nation Challenged:The Lawmaker; Call to Study U.S. Stance on Mideast Draws Anger»,New York Times, 18 de octubre de 2001; Nathan Guttman, «Lobbyingfor the Pro-Israel Candidates», Ha’aretz, 7 de julio de 2004; «MideastFuels 2 Democratic Primaries», Washington Post, 6 de junio de 2002; Jo-nathan Weisman, «House Incumbents McKinney, Schwarz Fall in Pri-maries», Washington Post, 9 de agosto de 2006.

30 Goldberg, «Real Insiders». 31 John J. Fialka, «Pro-Israel Politics: Jewish Groups Increase Cam-

paign Donations, Target Them Precisely», Wall Street Journal, 3 de

NOTAS

103


agosto de 1983; Richard H. Curtiss, Stealth PACs: How Israel’s AmericanLobby Seeks to Control U.S. Middle East Policy, 4.ª ed., Washington, D. C.,American Educational Trust, 1996, p. 47.

32 Goldberg, «Real Insiders». Véase asimismo David M. Halbfinger,«Generational Battle Turns Nasty in Alabama Primary», New York Ti-mes, 3 de junio de 2002; Tom Hamburger, «Mideast Haunts AlabamaRace», Wall Street Journal, 31 de mayo de 2002; «Money from Suppor-ters of Israel Played Role in Alabama Upset», New York Times, 27 de ju-nio de 2002; Juliet Eilperin, «Davis Ousts Rep. Hilliard in Alabama Ru-noff», Washington Post, 26 de junio de 2002; Benjamin Soskis, «Pro-IsraelLobby Backing Challenger in Alabama Race», Forward, 10 de mayo de2002.

33 Citado en Edward Walsh, «Jewish PACs Flex Muscle: On Hill,Being Viewed as Anti-Israel Can Be Risky», Washington Post, 10 demayo de 1986; y Curtiss, Stealth PACs, pp. 65-66. Para más detalles adi-cionales sobre estos casos, véase Findley, They Dare to Speak Out, cap. 3.

34 «Californian Spent $1.1 million on Illinois Race», New York Times,10 de octubre de 1985; Richard L. Berke, «Cranston Backer Guilty inCampaign Finance Case», New York Times, 8 de mayo de 1990; Tom Tu-gend, «Israel Financial Backers Convicted on U.S. Election Law Char-ges», Jerusalem Post, 7 de mayo de 1990.

35 Citado en Edward Tivnan, The Lobby: Jewish Political Power andAmerican Foreign Policy, Nueva York, Simon and Schuster, 1987, p. 191.Los detalles de este párrafo están tomados de ibíd., pp. 189-191. Véa-se también Charles R. Babcock, «Pro-Israel Political Activists Enforce“Percy Factor”», Washington Post, 7 de agosto de 1986.

36 Citado en John Diamond y Brianna B. Piec, «Pro-Israel GroupsIntensify Political Front in U. S.», Chicago Tribune, 16 de abril de 2002.

37 Lucille Barnes, «Retiring Sen. Jesse Helms Caved to Pro-IsraelLobby Halfway Through His Career», Washington Report on Middle EastAffairs, marzo de 2002, p. 34; Tom Hamburger y Jim Vandehei, «Cho-sen People: How Israel Became a Favorite Cause of Christian Right»,Wall Street Journal, 23 de mayo de 2002.

38 Freedman aparece citado en Patrick Healy, «Clinton Vows to BackIsrael in Latest Mideast Conflict», New York Times, 18 de julio de 2006.


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Véase también Adam Dickter, «Hillary: “I Had A Lot to Prove”», JewishWeek, 18 de noviembre de 2005; Joshua Frank, «Hillary Clinton andthe Israel Lobby», Antiwar.com, 23 de enero de 2007; Rachel Z. Fried-man, «Senator Israel», National Review Online, 25 de enero de 2005;Ron Kampeas, «Candidates for 2008 Courting Jewish Support», Jeru-salem Post, 24 de enero de 2007; E. J. Kessler, «Hillary the Favorite inRace for Jewish Donations», Forward, 26 de enero de 2007; KristenLombardi, «Hillary Calls Israel a “Beacon” of Democracy», Village Voi-ce (en línea), 11 de diciembre de 2005.

39 Kessler, «Hillary the Favorite in Race for Jewish Donations»; da-tos de finanzas en campaña tomados de la página web del Centro dePolítica de Respuesta, www.opensecrets.org.

40 A veces, el AIPAC y otros grupos proisraelíes animan a sus enemi-gos potenciales a guardar silencio, como hicieron con John Sununudurante las elecciones al senado en New Hampshire en 2002. Sunu-nu tenía dos cuestiones de compromiso en su haber: es de ascenden-cia palestina y libanesa, y algunos grupos del lobby creyeron que su his-torial en las votaciones distaba de ser estelar. El Consejo DemocráticoNacional Judío emitió un comunicado de prensa sobre él, diciendoque su historial de actuaciones en temas relacionados con Israel «des-taca… de un modo nada adulador para él», y el AIPAC dejó bien claroque era uno de sus objetivos primordiales, llegando a conseguir que elex primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se desplazara parahacer campaña en favor del adversario de Sununu. Según el directorejecutivo de la Coalición Republicana Judía, Sununu respondió con«una halagüeña toma de posición por escrito» con la que hizo hinca-pié en su compromiso con la preservación de la superioridad militarisraelí. Tras ganar las elecciones, Sununu formuló tan sólo alguna crí-tica aislada y en sordina sobre la campaña de bombardeos de Israel enLíbano durante el verano de 2006. Véase Consejo Demócrata Nacio-nal Judío, «John Sununu: A Singular Voting Record», comunicado deprensa, 28 de octubre de 2002; Matthew E. Berger, «New RepublicanCongress Retains Pro-Israel Bent», JTA.org, 8 de noviembre de 2002.Para información adicional, véase Franklin Foer, «Foreign Aid: AMiddle East Proxy War in New Hampshire», New Republic, 26 de no-

NOTAS

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viembre de 2001; Ralph Z. Hallow, «Pro-Israel Lobby Looks for Dealwith Sununu», Washington Times, 4 de septiembre de 2002; Ori Nir,«Despite Hype, Israel Lobby Sits Out Tight New Hampshire Race»,Forward, 8 de noviembre de 2002.

41 «A Letter to AIPAC», New York Review of Books, 8 de junio de 2006.42 Citado en George D. Moffett III, «Israeli Lobby Virtually Unmat-

ched», Christian Science Monitor, 28 de junio de 1991.43 Amitay aparece citado en Berger, «New Republican Congress»;

Carter aparece citado en Yitzhak Benhorin, «Balanced Stand on ME isPolitical Suicide, Says Carter», Ynetnews.com, 26 de febrero de 2007.

44 Richard L. Hall y Alan V. Deardorff, «Lobbying as LegislativeSubsidy», American Political Science Review 100, n.º 1, febrero de 2006.

45 Citado en Camille Mansour, Beyond Alliance: Israel in U.S. ForeignPolicy, trad. de James A. Cohen, Nueva York; Columbia UniversityPress, 1994, p. 242.

46 Jonathan Weisman y Jeffrey H. Birnbaum, «Senate Passes EthicsPackage», Washington Post, 19 de enero de 2007; Nathan Guttman, «Je-wish Groups to Challenge Ethics Reform», Forward, 1 de diciembre de2006; Jim Abourezk «The Hidden Cost of Free Congressional Trips toIsrael», Christian Science Monitor, 26 de enero de 2007; asimismo, la en-trada de la AIEF en el Centro para la Integridad Pública, en www.pu-blicintegrity.org.

47 Stephen Isaacs, Jews and American Politics, Nueva York, Double-day, 1974, pp. 255-257.

48 Citado en Seth P. Tillman, The United States in the Middle East: In-terests and Obstacles, Bloomington, Indiana, Indiana University Press,1982, p. 67.

49 El texto de la carta a Rice está tomado de www.aipac.org/Publica-tions/SourceMaterialsCongressionalAction/Nelson-Ensign_Letter_FI-NAL.pdf. Véase asimismo Nathan Guttmann, «AIPAC Urges U.S. toEnd Contacts with Palestinian Authority», Forward, 14 de marzo de2007.

50 Citado en Lloyd Grove, «On the March for Israel: the Lobbyistsfrom AIPAC: Girding for Battle in the New World Order», WashingtonPost, 13 de junio de 1991.


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51 Aunque el AIPAC ha sido capaz de emplear su fuerza políticapara no tener que actuar en el registro de agente extranjero a favor deotro gobierno, hoy en día tiene una especial preocupación por esteproblema debido al escándalo de espionaje de Larry Franklin, y portanto tiene que hacer lo indecible para subrayar y enfatizar su «facetaestadounidense». Véase Ron Kampeas, «New Ruling in AIPAC CaseRaises Questions about “Foreign Agents”», JTA.org, 23 de agosto de2006; Ori Nir, «Leaders Fear Probe Will Force Pro-Israel Lobby to Fileas “Foreign Agent” Could Fuel Dual Loyalty Talk», Forward, 31 de di-ciembre de 2004; Ori Nir, «Leaders Stress American Side of AIPAC»,Forward, 27 de mayo de 2005.

52 «Sen. Hollings Floor Statement Setting the Record Straight onHis Mideast Newspaper Column», 20 de mayo de 2004, colgada origi-nalmente en la web del ex senador (hoy inactiva), pero aún disponi-ble en www.shalomctr.org/node/620.

53 Citado en Grove, «Lobbyists from AIPAC».54 El comentario de Sharon fue publicado en un anuncio del AI-

PAC en el Chicago Jewish Star, 29 de agosto-11 de septiembre de 2003;la declaración de Olmert aparece citada en «To Israel with Love», Eco-nomist, 5 de agosto de 2006.

55 Jordan escribió: «De un total de 125 miembros del Consejo Na-cional Demócrata de Finanzas, más de 70 son judíos; en 1976, más del60% de los grandes donantes al Partido Demócrata eran judíos; másdel 60% del dinero percibido por Nixon en 1972 procedía de aporta-ciones de judíos; más del 75% del dinero percibido por Humphreydurante la campaña de 1968 procedía de aportaciones de judíos; másdel 90% del dinero percibido por Scoop Jackson en las primarias delPartido Demócrata procedía de aportaciones de judíos; a pesar deque uno fuese una remota posibilidad y procediera de una región delpaís en la que existe una comunidad judía más reducida, aproxima-damente el 35% de los fondos primaries procedían de aportacioneshechas por donantes judíos». Hamilton Jordan, archivo confidencial,caja 34, archivo «Informe sobre política exterior /política interior,Informe de HJ, 6/77», Biblioteca Carter, desclasificado el 12 de juniode 1990.

NOTAS

107


56 Thomas B. Edsall y Alan Cooperman, «GOP Uses Remarks toCourt Jews», Washington Post, 13 de marzo de 2003. Véase asimismo Ja-mes D. Besser, «Jews’ Primary Role Expanding», Jewish Week, 23 de ene-ro de 2004; Alexander Bolton, «Jewish Defections Irk Democrats», TheHill (en línea), 30 de marzo de 2004; E. J. Kessler, «Ancient Woes Re-surfacing as Dean Eyes Top Dem Post», Forward, 28 de enero de 2005.

57 Isaacs, Jews and American Politics, pp. 115-139; Amy Keller, «Cha-sing Jewish Dollars: Can GOP Narrow Money Gap in 2004?», AtlantaJewish Times (en línea), 17 de enero de 2003; Kessler, «Hillary, favoritaen la carrera por las donaciones judías».

58 Jeffrey S. Helmreich, «The Israel Swing Factor: How the Ameri-can Jewish Vote Influences U.S. Elections», Jerusalem Letter/Viewpoints(en línea), núm. 446 (15 de enero de 2001), p. 1.

59 Kampeas, «Candidates for 2008». 60 E. J. Kessler, «Lieberman and Dean Spar over Israel», Forward, 12

de septiembre de 2003; Stephen Zunes, «Attacks on Dean Expose De-mocrats’ Shift to the Right», Tikkun.org, noviembre-diciembre de2003.

61 Zunes, «Los ataques contra Dean»; James D. Besser, «Dean’s Je-wish Problem», Chicago Jewish Star, 19 de diciembre de 2003-8 de ene-ro de 2004.

62 E. J. Kessler, «Dean Plans to Visit Israel, Political Baggage inTow», Forward, 8 de julio de 2005; Zunes, «Attacks on Dean».

63 Está disponible una transcripción de la conversación entre Stei-ner y Katz en www.wrmea.com/backissues/1292/9212013.html. Véa-se asimismo Thomas L. Friedman, «Pro-Israel Lobbyist Quits over Au-diotaped Boasts», New York Times, 5 de noviembre de 1992; «IsraeliLobby President Resigns over Promises; Bragged to Contributorabout Lies to Clinton», Washington Times, 4 de noviembre de 1992.

64 John Heilprin, «Ex-Deputy Pleads Guilty in Abramoff Case», Bos-ton Globe, 23 de marzo de 2007; Stacey Schultz, «Mr. Outside Moves In-side», U.S. News & World Report, 16 de marzo de 2003.

65 Laura Blumenfeld, «Three Peace Suits; For These PassionateAmerican Diplomats, a Middle East Settlement is the Goal of a Lifeti-me», Washington Post, 24 de febrero de 1997; Clayton E. Swisher, The


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Truth about Camp David: The Untold Story about the Collapse of the MiddleEast Peace Process, Nueva York, Nation Books, 2004, pp. 35-38, 183-187.En una reseña de The Missing Peace, la crónica de Ross sobre el fraca-so del proceso de paz en Oriente Próximo, el historiador israelí AviShlaim describió que el equipo de Clinton llegó a asegurar que era«una de las administraciones más fervientemente proisraelíes» de lahistoria de Estados Unidos, y añadió que «es difícil pensar en un fun-cionario estadounidense que sea más quintaesencialmente proisraelíen sus planteamientos que Dennis Ross». Véase Avi Shlaim, «The LostSteps», Nation, 30 de agosto de 2004. Véase asimismo Michael C.Desch, «The Peace that Failed», American Conservative, 8 de noviembrede 2004; Jerome Slater, «The Missing Pieces in The Missing Peace», Tik-kun.org, mayo de 2005.

66 Samuel Berger, asesor de Seguridad Nacional del presidenteClinton, informa de que en un determinado momento de las negocia-ciones de Camp David (julio de 2000), Dennis Ross comentó que «siBarak ofrece una cosa más, estaré en contra de este acuerdo». Trans-cripción no editada de «Comentarios de Sandy Berger en el lanza-miento de How Israelis and Palestinians Negotiate» (USIP Press, 2005),Instituto Estadounidense de la Paz, Washington, D. C., 7 de junio de2005, disponible en www.usip.org/events/2005/0607_beberger.pdf.

67 Hussein Agha y Robert Malley, «The Tragedy of Errors», New YorkReview of Books, 9 de agosto de 2001. La queja de los palestinos apare-ce citada en Blumenfeld, «Three Peace Suits».

68 David K. Shipler, «On Middle East Policy, A Major Influence»,New York Times, 6 de julio de 1987.

69 Douglas Brinkley, «The Lives They Lived; Out of the Loop», NewYork Times Magazine, 29 de diciembre de 2002.

70 Marius, evidentemente, no fue nunca antisemita. Se limitó a es-cribir en la reseña aducida que «la crónica [que hace el libro] de labrutalidad del Shin Bet, la policía secreta israelí, es pavorosamente si-milar a las historias de la Gestapo, la Geheimstaatspolitzei, en los terri-torios ocupados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial». VéaseLloyd Grove, «The Outspoken Speechwriter; Gore Reverses HiringDecision after Review Critical of Israel», Washington Post, 19 de julio de

NOTAS

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1995; Richard Marius, «Al Gore and Me, or How Marty Peretz SavedMe from Packing My Bags for Washington», Journal of Palestine Studies25, n.º 2, invierno de 1996, pp. 54-59.

71 Lawrence Kaplan, «Torpedo Boat: How Bush Turned on Arafat»,New Republic, 18 de febrero de 2002.

72 Elliott Abrams, Faith or Fear: How Jews Can Survive in a ChristianAmerica, Nueva York, Simon and Schuster, 1997, p. 181.

73 Nathan Guttmann, «From Clemency to a Senior Post», Ha’aretz,16 de diciembre de 2002.

CAPÍTULO 6DOMINAR EL DISCURSO PÚBLICO

1 Véase Robert H. Trice, «Interest Groups and the Foreign PolicyProcess: U.S. Policy in the Middle East», Sage Professional Papers in In-ternational Studies, ed. V. Davis y M. East, Beverly Hills, California, SagePublications, 1976, pp. 63-65.

2 Eric Alterman, «Intractable Foes, Warring Narratives», MSNBC.com,28 de marzo de 2002.

3 Cathy Young, de la revista Reason, protestó en contra de su inclu-sión en la lista de entendidos «intencionalmente» proisraelíes queconfeccionó Alterman, y Alterman reconoció su error.

4 Kristof comenzó por observar que «no había un debate politico se-rio entre los demócratas ni entre los republicanos acerca de nuestra po-lítica en torno a los israelíes y los palestinos», y sugirió que esto era nega-tivo para todas las partes implicadas, incluido Israel. Este punto nodebiera haber dado lugar a mayores polémicas, pero fue merecedor deuna carta de protesta de la Liga Antidifamación; la postura de Kristof fuecalificada como «un enfoque unilateral consistente en culpar a Israel»por parte de CAMERA, un grupo de vigilancia proisraelí. Véase su «Tal-king About Israel», New York Times, 18 de marzo de 2007; «Carta al direc-tor», www.adl.org/media_watch/newspapers/20070319_NYTimes.htm;«La cháchara con la que Kristof culpa a Israel», 21 de marzo de 2007, dewww.camera.org/index.asp?x_context=2&x_outlet=139&x_article=1303


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5 Citado en Bret Stephens, «Eye on the Media by Bret Stephens:Bartley’s Journal», Jerusalem Post, 22 de noviembre de 2002.

6 Véase Jerome N. Slater, «Muting the Alarm: The New York Timesand the Israeli-Palestinian Conflict, 2000-2006», International Security,32, n.º 2, otoño de 2007; y Howard Friel y Richard Falk, Israel-PalestineOn Record: How the New York Times Misreports Conflict in the Middle East,Londres, Verso, 2007.

7 Max Frankel, The Times of My Life And My Life with the Times, NuevaYork, Random House, 1999, pp. 401-403.

8 Citado en Robert I. Friedman, «Selling Israel to America: TheHasbara Project Targets the U.S. Media», Mother Jones, febrero-marzode 1987.

9 El comentario de Peretz sobre su amor por Israel aparece citadoen Alexander Cockburn y Ken Silverstein, Washington Babylon, Lon-dres, Verso Books, 1996, p. 6. Su afirmación sobre la «línea del parti-do» en el New Republic aparece citado en J. J. Goldberg, Jewish Power:Inside the American Jewish Establishment, Reading, Massachussets, Addi-son-Wesley, 1996, p. 299. La revista Time describió una vez New Republicbajo el mando de Peretz como «de un apoyo inflexible a favor de Israel».Véase William A. Henry III, «Breaking the Liberal Pattern», Time, 1 deoctubre de 1984.

10 Citado en Michael Massing, «The Israel Lobby», Nation, 10 de ju-nio de 2002.

11 Felicity Barringer, «Some U.S. Backers of Israel Boycott Dailiesover Mideast Coverage That They Deplore», New York Times, 23 demayo de 2002; Michael Getler, «Caught in the Crossfire», WashingtonPost, 5 de mayo de 2002; Tim Jones, «Pro-Israel Groups take Aim atU.S. News Media», Chicago Tribune, 26 de mayo de 2002; Massing, «Ellobby israelí»; David Shaw, «From Jewish Outlook, Media are AnotherEnemy», Los Angeles Times, 28 de mayo de 2002.

12 Citado en Massing, «Israel Lobby».13 Citado en Friedman, «Selling Israel to America».14 Ifshin aparece citado en Lloyd Grove, «On the March for Israel:

the Lobbyists from AIPAC: Girding for Battle in the New World Or-der», Washington Post, 13 de junio de 1991. Véase asimismo Daniel

NOTAS

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Eisenberg, «AIPAC Attack?», Columbia Journalism Review, enero-febre-ro de 1993; Robert I. Friedman, «The Israel Lobby’s Blacklist», VillageVoice, 4 de agosto de 1992; Robert I. Friedman, «A PAC with McCarthy»,Village Voice, 25 de agosto de 1992; Robert I. Friedman, «The WobblyIsraeli Lobby», Washington Post, 1 de noviembre de 1992; Thomas A.Dine y Mayer Mitchell, «The Truth about AIPAC», Washington Post, 14de noviembre de 1992; Lawrence N. Cohler, «The AIPAC Flap»,Washington Post, 5 de diciembre de 1992.

15 Véase, por ejemplo, «Conflict of Interest Fits NPR Bias», enwww.camera.org/index.asp?x_context=4&x_outlet=28&x_article=100;y Joel Berkovsky, «NPR Responds to Claims of Bias with Weeklong Se-ries on Mideast», JTA.org, 4 de octubre de 2002.

16 Para ver el anuncio real, www.camera.org/images_user/adverti-sements/large/CAMERA_CarterAD.pdf.

17 Esta discusión sobre CAMERA y la NPR está tomada de Barrin-ger, «Algunos partidarios estadounidenses»; James D. Besser, «NPRRadio Wars Putting Jewish Groups in a Bind», Jewish Week, 20 de mayode 2005; Samuel Freedman, «From “Balance” to Censorship: Bush’sCynical Plan for NPR», Forward, 27 de mayo de 2005; Nathan Gutt-man, «Enough Already from Those Pro-Israel Nudniks», Ha’aretz, 1 defebrero de 2005; Mark Jurkowitz, «Blaming the Messenger», BostonGlobe Magazine, 9 de febrero de 2003; E. J. Kessler, «Hot Seat Expectedfor New Chair of Corporation for Public Broadcasting», Forward, 28de octubre de 2005; Gaby Wenig, «NPR Israel Coverage Sparks Pro-tests», The Jewish Journal of Greater Los Angeles (en línea), 9 de mayo de2003; Gila Wertheimer, «NPR Dismisses Protest Rallies», Chicago JewishStar, 30 de mayo-12 de junio de 2003.

18 Bret Stephens, «An Open Letter to Ian Buruma», Jerusalem Post,5 de septiembre de 2003. Para ver el artículo original de Buruma,véase «How to Talk about Israel», New York Times Magazine, 31 de agos-to de 2003.

19 Judt reveló este incidente en un debate sobre el lobby israelí cele-brado en Cooper Union el 28 de septiembre de 2006. Hay disponibleun vídeo del debate en www.scribemedia.org/2006/10/11/israel-lobby/.


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20 James Traub, «Does Abe Foxman Have an Anti-Anti-Semite Pro-blem?», New York Times Magazine, 14 de enero de 2007.

21 www.conferenceofpresidents.org/content.asp?id=34; www.ame-ricasvoices.net. Vale la pena señalar que en este caso la organizaciónnorteamericana (la Conferencia de Presidentes) describe la iniciativadiciendo que es parte clave de las actividades de relaciones públicasde Israel (la hasbara).

22 Sobre el papel y las actividades en constante aumento de los«think tanks», véase Donald E. Abelson, American Think-tanks andTheir Role in U.S. Foreign Policy, Nueva York, St. Martin’s Press, 1996;Trudy Lieberman, Slanting the Story: the Forces That Shape the News, Nue-va York, New Press, 2000; David M. Ricci, The Transformation of Ameri-can Politics: the New Washington and the Rise of Think Tanks, New Haven,Connecticut, Yale University Press, 1993; James Allen Smith, The IdeaBrokers: Think Tanks and the Rise of the New Policy Elite, Nueva York, FreePress, 1991; Diane Stone, Capturing the Political Imagination: Think-Tanks and the Policy Process, Londres, Frank Cass, 1996.

23 Joel Beinin, «Money, Media and Policy Consensus: The Washing-ton Institute for Near East Policy», Middle East Report Online, enero-febre-ro de 1993, 10-15; Goldberg, Jewish Power, pp. 221-222; Mark H. Milstein,«Washington Institute for Near East Policy: An AIPAC Image Problem»,Washington Report on Middle East Affairs (en línea), julio de 1991.

24 Citado en Milstein, «Washington Institute».25 Toward Peace in the Middle East: Report of a Study Group, Washing-

ton, D. C., Brookings Institution, 1975. 26 Andrew Ross Sorkin, «Schlepping to Moguldom», New York Ti-

mes, 5 de septiembre de 2004. Saban es asimismo uno de los principa-les partidarios de Hillary Clinton en su campaña presidencial; véaseJeffrey H. Birnbaum y Matthew Mosk, «Clinton Fundraising Goes FullForce», Washington Post, 7 de febrero de 2007.

27 Leverett trabajó en el Centro Saban de la Institución Brookingsdesde mayo de 2003 hasta junio de 2006, donde fue inicialmente pro-fesor visitante y después profesor senior. Tuvo significativos desacuer-dos con su jefe, Martin Indyk, sobre la política estadounidense en Irány Siria. Leverett sostuvo que no tenía sentido amenazar a Irán con un

NOTAS

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ataque militar en caso de que no abandonase su programa nuclear, yque habría sido más sensato buscar un acuerdo de máximos con Tehe-rán. Indyk defendía el punto de vista contrario. Leverett también estu-vo en desacuerdo con la visión que tenía Indyk del asesinato del pri-mer ministro Rafic Hariri, de Líbano, en el sentido de que supusierauna oportunidad excelente para perjudicar a Bachar el Asad, presi-dente sirio. Leverett se vio obligado a salir de la Brookings, en partepor sus desacuerdos con Indyk y en parte por criticar al Director deInvestigación del Centro Saban, Kenneth Pollack, defensor de la gue-rra de Irak. Entrevista a los autores, 17 de octubre de 2006; correspon-dencia con los autores, 6 y 12 de junio de 2007.

28 El Foro de 2005 se celebró en Israel y hubo una sesión con el pre-sidente palestino, Mahmud Abbas, el ministro de Finanzas Salam Fa-yad y el ministro de Asuntos Civiles, Mohamed Dahlan.

29 Foxman aparece citado en David E. Sanger, «Iran’s Leader Re-lishes 2nd Chance to Make Waves», New York Times, 21 de septiembrede 2006. Véase también «Ahmadinejad Talks to U.S. Think Tank»,Washington Post, 21 de septiembre de 2006; y Eli Lake, «N.Y.’s JewishLeaders Reject Offer to Meet Iran’s Leader», New York Sun, 18 de sep-tiembre de 2006.

30 James D. Besser, «Turning up Heat in Campus Wars», Jewish Week,25 de julio de 2003; Ronald S. Lauder y Jay Schottenstein, «Back toSchool for Israel Advocacy», Forward, 14 de noviembre de 2003; y Ra-chel Pomerance, «Israel Forces Winning Campus Battle, Say StudentsAttending AIPAC Meeting», JTA.org, 31 de diciembre de 2002.

31 Michael Lando, «Christians to Train in Israel Advocacy», Jerusa-lem Post, 14 de mayo de 2007.

32 Besser, «Turning up Heat»; Pomerance, «Israel Forces Winning».En la primavera de 2005, AIPAC acogió en su reunión anual a cienpresidentes de órganos estudiantiles (ochenta de los cuales no eranjudíos). Nathaniel Popper, «Pro-Israel Groups: Campuses Improving»,Forward, 24 de junio de 2005.

33 «Policy Conference Highlights», en www.aipac.org/2841.htm. 34 Jonathan S. Kessler y Jeff Schwaber, The AIPAC College Guide: Ex-

posing the Anti-Israel Campaign on Campus, edición especial para la Hi-


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llel Foundation, Washington, DC, AIPAC, 1984; y Kristine McNeil,«The War on Academic Freedom», Nation, 11 de noviembre de 2002.

35 Michael Dobbs, «Middle East Studies Under Scrutiny in U.S.»,Washington Post, 13 de enero de 2004; Michele Goldberg, «Osama Uni-versity?», Salon.com, 6 de noviembre de 2003; Kristine McNeil, «TheWar on Academic Freedom», Nation, 11 de noviembre de 2002; y Za-chary Lockman, «Behind the Battle over US Middle East Policy»,Middle East Report Online, enero de 2004.

36 Tanya Schevitz, «“Dossiers” Dropped from Web Blacklist; Mide-ast Center Says Denouncing Professors Was Counterproductive», SanFrancisco Chronicle (en línea), 3 de octubre de 2002.

37 «The International Studies in Higher Education Act (HR 3077)»,text from www.govtrack.us/congress/billtext.xpd?bill=h108-3077.

38 Stanley Kurtz, «Anti-Americanism in the Classroom», NationalReview Online, 16 de mayo de 2002; Martin Kramer, Ivory Towers onSand: The Failure of Middle East Studies in America, Washington, DC,Washington Institute for Near East Policy, 2001.

39 El texto de la carta puede encontrarse en la página web de MarinKramer: www.geocities.org/martinkramerorg/Documents/HR3077/jointletter.htm.

40 Goldberg, «Osama University?»; Ron Kampeas, «Campus Over-sight Passes Senate as Review Effort Scores a Victory», JTA.org, 22 denoviembre de 2005; Stanley Kurtz, «Reforming the Campus: CongressTargets Title VI», National Review Online, 14 de octubre de 2003; McNeil,«War on Academic Freedom»; Ori Nir, «Groups Back Bill to MonitorUniversities», Forward, 12 de marzo de 2004; Sara Roy, «Short Cuts»,London Review of Books, 1 de abril de 2004; y Anders Strindberg, «TheNew Commissars», American Conservative, 2 de febrero de 2004.

41 Véase HR 609 [109.º Congreso], «College Access y OpportunityAct of 2006», www.govtrack.us/congress/bill.xpd?bill=h109-609.

42 Véase Martin Kramer, «Title VI Verdict», http://sandbox.blog-city.com/title_vi_verdict.htm; y Stanley Kurtz, «Title Bout: BipartisanHope for Middle East Studies Reform», National Review Online, 2 deabril de 2007. Véase también Committee to Review the Title VI y Ful-bright-Hays International Education Programs, «International Edu-

NOTAS

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cation and Foreign Languages: Keys to Securing America’s Future»,Washington, DC, National Research Council, 2007, p. 3.

43 Citado en Scott Jaschik, «New Approach to International Educa-tion», Inside Higher Ed (en línea), www.insidehighered.com/news/2007/03/28/intl. Véase también Sierra Millman, «Education Depart-ment Should Have High-Ranking Official to Oversee Foreign Langua-ge Study», Chronicle of Higher Education Daily Report, 28 de marzo de2007.

44 Draft legislation, «Title VI International Education Programs»,19 de abril de 2007. En el borrador de la normativa se exigía a quienessolicitaban financiación federal: «describa el solicitante cómo gestio-nará las disputas surgidas si las actividades para las que se solicita fi-nanciación reflejan distintos enfoques y un amplio abanico de puntosde vista». Y una cláusula posterior señala: «Si una queja relacionadacon las actividades para las que se solicita financiación no se resuelvede acuerdo con el proceso detallado en la solicitud, esa queja deberáser tramitada con el Departamento [de Educación] y examinada porel Secretario».

45 El número 130 es de Mitchell G. Bard, «Tenured or Tenuous: De-fining the Role of Faculty in Supporting Israel on Campus», infor-me publicado por Israel on Campus Coalition y la American-IsraeliCooperative Enterprise, 11 de mayo de 2004. Véase también NachaCattan, «NYU Center: New Addition to Growing Academic Field», For-ward, 2 de mayo de 2003; Samuel G. Freedman, «Separating the Poli-tical Myths from the Facts in Israel Studies», New York Times, 16 de fe-brero de 2005; Jennifer Jacobson, «The Politics of Israel Studies»,Chronicle of Higher Education, 24 de junio de 2005, pp. 10-12; Michael C.Kotzin, «The Jewish Community y the Ivory Tower: An Urgent Needfor Israel Studies», Forward, 30 de enero de 2004; y Nathaniel Popper,«Israel Studies Gain on Campus as Disputes Grow», Forward, 25 demarzo de 2005.

46 Citado en Cattan, «NYU Center». 47 Shmuel Rosner, «Donor May Fund Georgetown Jewish Center to

Give U.S. Leaders Another Viewpoint», Ha’aretz, 14 de junio de 2006;Shmuel Rosner, «Academic Lies About Israel», Ha’aretz, 14 de junio


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de 2006; y Stephen Santulli, «Jewish Program May Get Major Gift»,Hoya (en línea), 1 de septiembre de 2006.

48 Para la queja original, véase Chicago Friends of Israel, «Jewishand Pro-Israel Students at the University of Chicago Subject to Intimi-dation and Hate», 14 de julio de 2002, en la página web CampusWatch. Véase también Ron Grossman, «Mideast Conflict Boosts Ten-sions at U.S. Colleges», Chicago Tribune, 17 de octubre de 2002; DaveNewbart, «Allegations of Anti-Semitism on Campus», Chicago Sun-Ti-mes, 4 de noviembre de 2002; Joshua Steinman, «University ProfessorsLabeled Anti-Israeli by Campus Watch Site», Chicago Maroon (en lí-nea), 29 de octubre de 2002; «University Responds to Anti-Semitic In-cidents», University of Chicago Magazine, octubre de 2002; y Sean Were-ley, «Students Debate Presence of Anti-Semitism on Campus», ChicagoWeekly News, 17 de octubre de 2002.

49 Véase Jonathan R. Cole, «The Patriot Act on Campus: Defendingthe University Post-9/11», Boston Review, verano de 2003; ChanakyaSethi, «Khalidi Candidacy for New Chair Draws Fire», Daily Princeto-nian (en línea), 22 de abril de 2005; Chanakya Sethi, «Debate growsover Khalidi Candidacy», Daily Princetonian (en línea), 28 de abril de2005; y «Scholarship, Not Politics, Is the Measure of a Professor», edi-torial del Daily Princetonian (en línea), 27 de abril de 2005.

50 Cole, «The Patriot Act on Campus». 51 Robert Gaines, «The Battle at Columbia University», Washington

Report on Middle East Affairs (en línea), abril de 2005; Caroline Glick,«Our World: The Columbia Disaster», Jerusalem Post, 4 de abril de2005; Joseph Massad, «Witch Hunt at Columbia: Targeting the Uni-versity», CounterPunch.org, 3 de junio de 2005; Nathaniel Popper, «Co-lumbia Students Say Firestorm Blurs Campus Reality», Forward, 11 defebrero de 2005; Scott Sherman, «The Mideast Comes to Columbia»,Nation, 4 de abril de 2005; y Chanan Weissman, «Film on “Bias” at Co-lumbia U. Sparks Fury Among Israeli Alumni», Jerusalem Post, 6 de fe-brero de 2005.

52 «Columbia University Ad Hoc Grievance Committee, Final Re-port, New York, 28 March 2005 (excerpts)», Journal of Palestine Studies34, n.º 4, verano de 2005, pp. 90-100.

NOTAS

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53 Scott Jaschik, «Blackballed at Yale», Inside Higher Ed (en línea), 5de junio de 2006; Liel Liebovitz, «Middle East Wars Flare Up at Yale», Je-wish Week, 2 de junio de 2006; Steve Lipman, «Opening the Ivy Doors»,Jewish Week, 22 de diciembre de 2006; Philip Weiss, «Burning Cole»,Nation, 3 de julio de 2006; y el simposio «Posting Mortem», Chronicle ofHigher Education, 28 de julio de 2006.

54 Paul Findley, They Dare to Speak Out: People and Institutions Con-front Israel’s Lobby (3.ª ed.), Chicago, Lawrence Hill, 2003, pp. 50-58; y«Stanford Apologizes to Ex-Representative McCloskey», WashingtonPost, 28 de julio de 1983.

55 Peter Dombrowski, miembro facultativo del Naval War College,nos relató esta historia el 13 de junio de 2006, y la confirmó por co-rreo electrónico el 5 de abril de 2007.

56 Véase «UM Deserves to Hear Both Sides on Israel Lobby», carta,Montana Kaimin, 7 de septiembre de 2006; Trevor Kilgore, «Profs Off-Base in Labeling Lecturer as Anti-Semitic», carta, Montana Kaimin, 8 deseptiembre de 2006; Brenna Moore, «U.S. Foreign Policy Mistakes,Consequences Discussed by International Relations Expert», MontanaKaimin, 12 de septiembre de 2006; Rob Chaney, «Professor QuestionsU.S.-Israeli Relationship», Missoulian, 12 de septiembre de 2006; «Anti-Semitic Lecturer Bad for UM», carta, Montana Kaimin, 13 de septiem-bre de 2006; «Presidential Lecturer Starts Debate, Not Hatred», carta,Montana Kaimin, 12 de septiembre de 2006. En octubre, en la misma se-rie de conferencias intervino Joseph Joffe, conocido especialista euro-peo en política exterior y severo crítico de nuestro artículo original. Supresencia no apaciguó a los críticos de la invitación a Walt, que conti-nuaron su, en última instancia, nada fructífera campaña por expulsar alcoordinador de la conferencias. Hannah Heimbuch, «Lecture SeriesNot Skirting Foreign Policy», Montana Kaimin, 26 de octubre de 2006.

57 Ralph Blumenthal, «Cries to Halt Publication of HolocaustBook», New York Times, 10 de enero de 1998; y Norman G. Finkelstein,Beyond Chutzpah: On the Misuse of Anti-Semitism and the Abuse of History,Berkeley, University of California Press, 2005, pp. 55-56.

58 Jon Weiner, «Giving Chutzpah New Meaning», Nation, 11 de juliode 2005; y la correspondencia siguiente ibíd., 29 de agosto de 2005.


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Y también «Dershowitz, Prof Spar over Plagiarism», New York Times, 14de julio de 2005; Neve Gordon, «The Real Case for Israel», In These Ti-mes (en línea), 12 de octubre de 2005; Jennifer Howard, «Calif. PressWill Publish Controversial Book on Israel», Chronicle of Higher Educa-tion, 22 de julio de 2005; y Jon Wiener, «Chutzpah and Free Speech»,Los Angeles Times, 11 de julio de 2005.

59 Andy Humm, «Academic Freedom, Intimidation, and MayoralPolitics: The Case of Rashid Khalidi», Gotham Gazette (en línea), 7 deabril de 2005; Julia Levy, «Khalidi Is Tapped to Teach Teachers AboutMiddle East», New York Sun, 15 de febrero de 2005; Julia Levy, «Educa-tion Dept. Drops Columbia Prof. from Teaching Program for Teachers»,New York Sun, 16 de febrero de 2005; y Alisa Solomon, «When AcademicFreedom Is Kicked Out of Class», Forward, 4 de marzo de 2005.

60 Yaniv Halili, «New Yorkers to Study About Israel», Ynetnews.com,8 de septiembre de 2006; y David Andreatta, «Schools Back IsraeliTeacher Course», New York Post (en línea), 28 de septiembre de 2006.También se puede ejercer presión en centros de enseñanza secunda-ria privados. En enero de 2007, las quejas de los padres y del JewishCommunity Relations Council of Silicon Valley motivaron la cancela-ción de una charla de Joel Beinin, profesor de la Universidad deStanford, en el Harker School, un colegio privado de San José. Bei-nin es judío y no pone en duda el derecho de Israel de existir, pero sucondición de crítico con la política del gobierno israelí le incapacita-ba para dar una charla a un grupo de alumnos de secundaria. JoelBeinin, «Silencing Critics Not Way to Middle East Peace», San Francis-co Chronicle (en línea), 4 de febrero de 2007.

61 Max Gross, «Israel Advocacy Coalition Targeting High Schools»,Forward, 23 de enero de 2004; Rachel Pomerance, «With Israel IssueHot on Campus, Groups Train High School Advocates», JTA.org, 22 deenero de 2004; y «New Pro-Israel Campaign Targets High School Stu-dents», JTA.org, 2 de junio de 2004.

62 Jonathan Kessler, «Pro-Israel Activism Makes Comeback on Cam-pus», Forward, 26 de diciembre de 2003; Popper, «Pro-Israel Groups:Campuses Improving», Forward, 24 de junio de 2005; Barry Silvermany Randall Kaplan, «Pro-Israel College Activists Quietly Successful on

NOTAS

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Campus», JTA.org, 9 de mayo de 2005; y Chanan Tigay, «As StudentsReturn to Campus, Activists Prepare a New Approach», JTA.org, 1 deseptiembre de 2005. No obstante, la eficacia del lobby en los campustiene sus límites. Véase Joe Eskenazi, «Book: College Campuses Quiet,but Anti-Israel Feeling Is Growing», JTA.org, 29 de noviembre de 2005;y Gary Rosenblatt, «U.S. Grad Students Seen Hostile to Israel», JewishWeek, 17 de junio de 2005.

63 Harris y el cónsul general de Polonia Krzystof Kasprzyk apare-cen citados en Michael Powell, «In N.Y., Sparks Fly over Israel Criti-cism», Washington Post, 9 de octubre de 2006. Véase también J. J.Goldberg, «A “Lobby” Prof Asks: Can We Talk?», Forward, 13 de octu-bre de 2006; Larry Cohler-Esses, «Off Limits? Talk by Israel CriticCanceled», Jewish Week, 6 de octubre de 2006; e Ira Stoll, «PolandAbruptly Cancels a Speech by Local Critic of the Jewish State», NewYork Sun, 4 de octubre de 2006. Una copia de la carta abierta se pue-de leer en «The Case of Tony Judt: An Open Letter to the ADL», NewYork Review of Books, 16 de noviembre de 2006. Para la respuestade ADL y la réplica de los dos autores de la carta original, véase «TheADL & Tony Judt: An Exchange», New York Review of Books, 30 de no-viembre de 2006.

64 Graham Bowley, «Lunch with the FT: Tony Judt», Financial Times,16 de marzo de 2007.

65 Citado en «French Embassy Cancels N.Y. Book Launch over Aut-hor’s Israel Views», Ha’aretz, 10 de octubre de 2006. También Ed Pil-kington, «US Free Speech Row Grows as Author Says Jewish Com-plaints Stopped Party», Guardian, 11 de octubre de 2006; y HenryPorter, «The Enemies of Free Speech Are Everywhere», Observer, 15 deoctubre de 2006. El pasaje del libro de Callil dice así: «Los francesesolvidaron Vichy, los australianos se olvidaron de los aborígenes, losingleses olvidaron a los irlandeses, los unionistas olvidan a los católi-cos de Irlanda del Norte, Estados Unidos olvidó Chile y olvida Guan-tánamo. Todo el mundo olvida Timor Oriental y Ruanda. Mientrasescribo este libro, la gente me pregunta cómo puedo soportar escri-bir sobre un villano así y pensar en cosas tan terribles. En realidad,los horrores del pasado no me detienen. Lo que me ha causado cau-


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sado angustia […] ha sido vivir tan cerca del terror desamparado delos judíos de Francia y ver que los los judíos de Israel se lo están trans-mitiendo al pueblo palestino. Como el resto de la humanidad, los ju-díos de Israel olvidan a los palestinos. Todo el mundo olvida, todoslos países olvidan». Carmen Calill, Bad Faith: A Forgotten History of Fa-mily, Fatherland, and Vichy France, Nueva York, Random House, 2006,p. 437.

66 Jesse McKinley, «Play about Demonstrator’s Death Is Delayed»,New York Times, 28 de febrero de 2006; y Katharine Viner, «A MessageCrushed Again», Los Angeles Times, 1 de marzo de 2006. Véase tambiénRachel Irwin, «Censoring Rachel’s Words?», Jerusalem Post, 20 de marzode 2006; Edward Rothstein, «Too Hot to Handle, Too Hot to Not Hand-le», New York Times, 6 de marzo de 2006; y Philip Weiss, «Too Hot for NewYork», Nation, 3 de abril de 2006.

67 Richard Ouzounian, «“Corrie” Cancelled in Canada», Variety (enlínea), 22 de diciembre de 2006.

68 Christine Dolen, «Theater Won’t Stage Controversial Drama»,Miami Herald (en línea), 3 de abril de 2007. Dolen señala tambiénque un montaje de la obra en Seattle que tuvo mucho éxito suscitóla protesta de tres grupos judíos que repartieron panfletos entre elpúblico.

69 Foxman aparece citado en Jim McGee, «Jewish Groups TacticsInvestigated», Washington Post, 19 de octubre de 1993. Sobre el caso dela ADL, véase Chip Berlet y Dennis King, «ADL-Gate», Tikkun.org, ju-lio-agosto de 1993; Jeffrey Blankfort, Anne Poirier y Steve Zeltser,«The ADL Spying Case Is Over, but the Struggle Continues», Counter-Punch.org, 25 de febrero de 2002; Phil Bronstein, «Suspect in Cop SpyCase Tells His Story», San Francisco Examiner, 22 de enero de 1993; Lyn-ne Duke, «Anti-Defamation League Sued: Rights Violations Alleged inSpying», Washington Post, 22 de octubre de 1993; Bob Egelko, «JewishDefense Group Settles S.F. Spying Suit», San Francisco Chronicle (en lí-nea), 23 de febrero de 2002; Robert I. Friedman, «The Enemy Within»,Village Voice, 11 de mayo de 1993; «Inquiry Is Dropped over Spy Char-ges», New York Times, 17 de noviembre de 1993; y «The ADL Snoops»,CounterPunch.org, 11 de noviembre de 1998.

NOTAS

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70 Como hemos comentado en el capítulo 4, consideramos que laexpresión «lobby judío» es inapropiada y da lugar a malentendidos. Daa entender que todos los judíos apoyan las posturas del lobby y prescin-de de las personas y los grupos no judíos que también forman parte deesa coalición.

71 Mortimer B. Zuckerman, «A Shameful Contagion of Anti-Semi-tism in Europe», U.S. News & World Report, 7 de octubre de 2002; y JeffJacoby, «The Cancer of Anti-Semitism in Europe», Boston Globe, 21 demarzo de 2004.

72 Citado en Tony Judt, «Goodbye to All That?», Nation, 3 de enerode 2005.

73 Anti-Defamation League, «Attitudes Toward Jews, Israel y the Pales-tinian-Israeli Conflict in Ten European Countries», abril de 2004; PewGlobal Attitudes Project, A Year After Iraq War: Mistrust of America in EuropeEven Higher, Muslim Anger Persists, Washington, DC, Pew Research Centerfor the People and the Press, 16 de marzo de 2004, pp. 4-5, 26. Para el es-tudio de la ADL, véase «ADL Survey Finds Some Decrease in Anti-Semi-tic Attitudes in Ten European Countries», comunicado de prensa de laADL, 26 de abril de 2004; y Shlomo Shamir, «Poll Shows Decrease inAnti-Semitic Views in Europe», Ha’aretz, 27 de abril de 2004. Estos hallaz-gos no tienen prácticamente ningún efecto en los expertos proisraelíes,que han continuado sosteniendo que en Europa impera el antisemitis-mo. Véase por ejemplo Daniel J. Goldhagen, «Europe’s Toothless Replyto Anti-Semitism: Conference Fails to Build Tools to Fight a Rising Sick-ness», Los Angeles Times, 30 de abril de 2004; y Charles Krauthammer,«The Real Mideast “Poison”», Washington Post, 30 de abril de 2004.

74 Martin Peretz, «Cambridge Diarist: Regrets», New Republic, 22 deabril de 2002, p. 50.

75 Los datos de este párrafo son de «Anti-Semitism in Europe: Is ItReally Rising?», Economist, 4 de mayo de 2002.

76 Citado en Marc Perelman, «Community Head: France No MoreAntisemitic Than U.S.», Forward, 1 de agosto de 2003. Véase tambiénFrançois Bujon de l’Estang, «A Slander on France», Washington Post,22 de junio de 2002; y «French President Accuses Israel of ConductingAnti-French Campaign», Ha’aretz, 12 de mayo de 2002.


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77 «French Police: Anti-Semitism in France Sharply Decreased in2005», Ha’aretz, 19 de enero de 2006.

78 «French Protest for Murdered Jew», BBC News (en línea), 26 defebrero de 2006; y Michel Zlotowski, «Large Memorial Held for Pari-sian Jew», Jerusalem Post, 23 de febrero de 2006.

79 Avi Beker, «The Eternally Open Gate», Ha’aretz, 11 de enero de2005; Josef Joffe, «A Boom, if Not a Renaissance, in Modern-Day Ger-many», Forward, 25 de julio de 2003; Nathaniel Popper, «ImmigrantPolicy Eyed as German Community Swells», Forward, 25 de julio de2003; y Eliahu Salpeter, «Jews from the CIS Prefer Germany to the Je-wish State», Ha’aretz, 28 de mayo de 2003. Asimismo, el Times de Lon-dres informó en la primavera de 2005: «Se calcula que unos 100.000judíos han vuelto a Rusia en los últimos años, lo cual ha supuesto unespectacular renacimiento de la comunidad judía en un país con unalarga historia de antisemitismo». Jeremy Page, «Once Desperate toLeave, Now Jews Are Returning to Russia, Land of Opportunity», Ti-mes (Londres), 28 de abril de 2005. Véase también Lev Krichevsky,«Poll: Russians Don’t Dislike Jews, and More Are Against Anti-Semi-tism», JTA.org, 2 de febrero de 2006.

80 El presidente del Departamento de Educación de la Agencia Ju-día para Israel ha dicho: «Hoy en días, el antisemitismo violento tienesu origen en dos fuentes separadas: los radicales islamistas en Orien-te Próximo y Europa occidental y la juventud neonazi en Europaoriental y Latinoamérica», Jonathan Schneider, «Anti-Semitism Still aWorld Problem», Jerusalem Post, 26 de enero de 2006.

81 «Study: Anti-Semitic Attacks Hit Record Level in Britain in 2006»,Ha’aretz, 1 de febrero de 2007; y Community Security Trust, «Antisemi-tic Incidents Report 2006», www.thecst .org.uk.

82 En concreto, la policía londinense informó de que los incidentesantisemitas habían remitido un 25 por ciento en los últimos cincoaños y que «los ataques racistas a negros, asiáticos y árabes son signifi-cativamente mayores». Las cifras del Foro Global señalan una ligeradisminución (3 por ciento) de los incidentes antisemitas entre 2005 y2006. Jonny Paul, «Sharp Rise in U.K. anti-Semitism? Numbers Don’tAdd Up for Everyone», JTA.org, 22 de febrero de 2007.

NOTAS

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83 Para consultar ejemplos de este argumento: Phyllis Chesler, TheNew Anti-Semitism: The Current Crisis and What We Must Do About It, SanFrancisco, Jossey-Bass, 2003; Hillel Halkin, «The Return of Anti-Semi-tism: To Be Against Israel Is to Be against the Jews», Wall Street Journal,5 de febrero de 2002; Barry Kosmin y Paul Iganski, «Judeophobia—Not Your Parents’ Anti-Semitism», Ha’aretz, 3 de junio de 2003; Am-non Rubinstein, «Fighting the New Anti-Semitism», Ha’aretz, 2 de di-ciembre de 2003; Gabriel Schoenfeld, The Return of Anti-Semitism, SanFrancisco, Encounter Books, 2003; Natan Sharansky, «Anti-SemitismIs Our Problem», Ha’aretz, 10 de agosto de 2003; Yair Shele, «A WorldCleansed of the Jewish State», Ha’aretz, 18 de abril de 2002; y Yair She-leg, «Enemies, a Post-National Story», Ha’aretz, 8 de marzo de 2003.Para las críticas, véanse: Akiva Eldar, «Anti-Semitism Can Be Self-Ser-ving», Ha’aretz, 3 de mayo de 2002; Brian Klug, «The Myth of the NewAnti-Semitism», Nation, 2 de febrero de 2004; Ralph Nader, «Critici-zing Israel Is Not Anti-Semitism», CounterPunch.org, 16-17 de octubrede 2004; Henri Picciotto y Mitchell Plitnick (eds.), Reframing Anti-Se-mitism: Alternative Jewish Perspectives, Oakland (California), Jewish Voi-ce for Peace, 2004; y Finkelstein, Beyond Chutzpah, capítulos 1-3.

84 Helen Nugent, «Chief Rabbi Flays Church over Vote on Israel As-sets», Times (Londres), 17 de febrero de 2006. Además, Bill Bowder,«Sacks Seeks Talks after Synod Vote on Disinvestment», Church Times(en línea), 17 de febrero de 2006; «Bulldozer Motion “Based on Igno-rance”», Church Times (en línea), 10 de febrero de 2006; Ruth Gledhill,«Church Urged to Reconsider Investments with Israel», Times (Lon-dres), 28 de mayo de 2005; e Irene Lancaster, «Anglicans have Betra-yed the Jews», sitio web de Moriel Ministries (UK), www.moriel.org/articles/israel/anglicans_have_betrayed_the_jews.htm. También «U.K.Chief Rabbi Attacks Anglicans over Israel Divestment Vote», Ha’aretz,17 de febrero de 2006.

85 Que la Iglesia Anglicana se limitaba a criticar la política de Israelsin incurrir en ninguna actitud antisemita lo corroboró el 10 de febre-ro de 2006 Rowan Williams, arzobispo de Canterbury, en una cartaenviada a Jonathan Sacks, el rabino más importante del Reino Unido,para explicarle la decisión. «Archbishop: Synod Call Was Expression of


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Concern», sitio web de Church of England: www.cofe.anglican.org/news/pr2006.html.

86 Arnold Forster y Benjamin R. Epstein, The New Anti-Semitism,Nueva York, McGraw-Hill, 1974. En sus propias palabras: «[el] cora-zón del nuevo antisemitismo» era, «en gran medida, la indiferenciaante los más profundos temores del pueblo judío, una blandura y apa-tía a la hora de tratar con las conductas antisemitas, una amplia inca-pacidad o falta de voluntad por comprender la necesidad de la exis-tencia de Israel para la seguridad y supervivencia de lo judío en elmundo» (p. 324).

87 Según los Perlmutter, «Fue el guante de seda del antisemitismoel que dio a la Administración [de Reagan] los puntos necesarios parala victoria [en el asunto de los AWACS]». Véase Nathan Perlmutter yRuth Ann Perlmutter, The Real Anti-Semitism in America, Nueva York,Arbor House, 1982, p. 236.

88 En palabras de los Perlmutter: «Hoy, el interés de los judíos noestá tan amenazado por su familiar némesis o un crudo antisemitismocomo por políticas gubernamentales asemitas cuyos defensores pue-den no ser antisemitas». Entre esas políticas se incluyen: «El hambre delas economías occidentales por los petrodólares reciclados», el neoais-lacionismo y los derechos de los grupos compensatorios (como acciónafirmativa), entre otros. Y desde su punto de vista, «hoy en día, losjudíos se enfrentan a un riesgo mucho mayor de sectores que, aunquelibres de fanatismo, plantean mayor peligro que las sevicias tradicio-nales, tan reconocibles. Incontestados y sin obstáculos, estos asuntosen apariencia semíticamente neutrales pueden herir a los judíos y, pormucho que haya que oponerles resistencia, pueden dar pie una vez másal antisemitismo de siempre», Real Anti-Semitism, 9, pp. 231-232.

89 Citado en Hillel Halkin, «The Return of Anti-Semitism», Com-mentary, febrero de 2002, 30.

90 Natan Sharansky, «Anti-Semitism Is Our Problem», Ha’aretz, 10 deagosto de 2003. Véase también: Zuckerman, «Shameful Contagion».

91 Peter Novick, The Holocaust in American Life, Nueva York, HoughtonMifflin, 1999; Jack Wertheimer, «Jewish Organizational Life», en Ame-rican Jewish Yearbook 1995, Nueva York, American Jewish Committee,

NOTAS

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1995, 70; y Frank Rich, «The Booing of Wolfowitz», New York Times, 11de mayo de 2002.

92 Leon Wieseltier, «Hitler Is Dead: The Case against Jewish EthnicPanic», New Republic, 27 de mayo de 2002 (tanto Hentoff como Rosen-baum aparecen citados en este artículo). El ex subsecretario de Esta-do Stuart Eizenstat dio muestras de la misma cautela en abril de 2007al escribir: «El antisemitismo blanco no se ha extinguido, la gravedaddel Holocausto forma parte de la opinión mundial. Los niveles de lasactitudes de antisemitismo general han descendido marcadamente.Católicos y judíos llevan dialogando con éxito varias décadas y el Vati-cano ha realizado importantes declaraciones que han valido para queel antisemitismo religioso disminuya […] La mayoría de los países deEuropa occidental conmemoran el Holocausto en días señalados y envarios de ellos hay museos que lo recuerdan […] Casi todas las nacio-nes más importantes de Europa protegen las sinagogas y las escuelasjudías. Los incidentes antisemitas se topan con una contundente res-puesta, como sucedió en Francia, aunque con cierto retraso», StuartEizenstat, «The Dangers Are Great, but It Is Not 1938», Forward, 20 deabril de 2007.

93 Yossi Beilin, «The Case for Carter», Forward, 16 de enero de 2007. 94 Entre los israelíes eminentes que han empleado el término están

el ex fiscal general Michael Ben Yair, el vicealcalde de Jerusalén Me-ron Benvenisti, el activista por la paz Un Avnery, el ex ministro de Edu-cación Shulamit Aloni y diveros grupos de paz israelíes. Véase JosephLelyveld, «Jimmy Carter and Apartheid», New York Review of Books, 29de marzo de 2007. Sobre Tutu y Kasrils, véase Desmond Tutu e Ian Ur-bina, «Against Israeli Apartheid», Nation, 27 de junio de 2002; y JonnyPaul, «South African Jewish Minister Sends Support to “Israel Apar-theid Week” Organizers», Jerusalem Post, 22 de febrero de 2007.

95 Como advierte Shmuel Rosner, casi todos los críticos con el librode Jimmy Carter son judíos, pero como la cita de Yossi Berlin en el ca-pítulo anterior pone de manifiesto, no todos los judíos son críticoscon el ex presidente. «The Carter Trap», Ha’aretz, 15 de enero de2007. El libro de Carter suscitó una reacción muy distinta entre losgentiles, véase M. J. Rosenberg, «Israel’s Increased Isolation», Weekly


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Opinion Column, Issue #308, Israel Policy Forum, Washington, DC, Ja-nuary 19, 2007.

96 Foxman aparece citado en James Besser, «Jewish Criticism ofCarter Intensifies», Jewish Week, 15 de diciembre de 2006; y Martin Pe-retz, «Carter’s Legacy», The Spine (blog de Internet del New Republic),28 de noviembre de 2006.

97 Deborah Lipstadt, «Jimmy Carter’s Jewish Problem», WashingtonPost, 20 de enero de 2007.

98 «Carter Defends Book on Israel Conflict», Jerusalem Post, 21 deenero de 2007.

99 Concretamente, Krauthammer calificó el argumento de Fuku-yama de «nueva forma de judaísmo neoconservador» y dijo «no esdel tipo duro [de argumentación] que entre otros avanzaron PatBuchanan y Mahathir Mohamad de Malasia, de que los neoconser-vadores estadounidenses (es decir, judíos) siguen, simplemente, lavoluntad de Israel, apropiándose de la política exterior estadouni-dense al servicio de Israel y de la gran conjura judía. El de Fukuya-ma es más sutil e implícito». A pesar de esta distinción, Krautham-mer sugería que Fukuyama era un «sutil» antisemita. Por contrastar,véase Francis Fukuyama, «The Neoconservative Moment», NationalInterest, 76, verano de 2004, 57-68; Charles Krauthammer, «In De-fense of Democratic Realism», National Interest, 77, otoño de 2004,15-25; Francis Fukuyama, «Letter», National Interest, 78, invierno2004-2005, 11; y Charles Krauthammer, «Letter», National Interest,79, primavera de 2005.

100 Eliot Cohen, «Yes, It’s Anti-Semitic», Washington Post, 5 de abrilde 2006; y Eli Lake, «David Duke Claims to Be Vindicated by a Har-vard Dean», New York Sun, 20 de marzo de 2006.

101 Anti-Defamation League, «Mearsheimer and Walt’s Anti-IsraelScreed: A Relentless Assault in Scholarly Guise», ADL Analysis (en lí-nea), 24 de marzo de 2006; Josef Joffe, «Common Denominator»,New Republic Online, 10 de abril de 2006; Benny Morris, «And Now forSome Facts: The Ignorance at the Heart of an Innuendo», New Repu-blic, 8 de mayo de 2006; Michael B. Oren, «Quiet Riot: Tinfoil Hats inHarvard Yard», New Republic, 10 de abril de 2006; y Martin Peretz,

NOTAS

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«Oil and Vinegar: Surveying the Israel Lobby», New Republic, 10 deabril de 2006.

102 William Kristol, «Anti-Judaism», Wall Street Journal, 8 de septiem-bre de 2006; Ruth R. Wisse, «Israel Lobby», Wall Street Journal, 22 demarzo de 2006; y Shmuel Rosner, «Is Carter an Anti-Semite?», Ha’aretz,21 de diciembre de 2006.

103 Las citas son de Alvin H. Rosenfeld, «“Progressive” JewishThought and the New Anti-Semitism», American Jewish Committee,diciembre de 2006, v. 9. Véase también Patricia Cohen, «Essay LinkingLiberal Jews and Anti-Semitism Sparks a Furor», New York Times, 31 deenero de 2007; Larry Cohler-Esses, «Anger over Broadside Aimed atJewish Leftists», Jewish Week, 9 de febrero de 2007; Ben Harris, «Sud-denly, Little-Noticed Essay Is Focus of Debate on Israel Criticism»,JTA.org, 7 de febrero de 2007; Alan Wolfe, «Free Speech, Israel, and Je-wish Illiberalism», Chronicle Review (del Chronicle of Higher Education),18 de noviembre de 2006; y Gaby Wood, «The New Jewish Question»,Observer, 11 de febrero de 2007.

104 Michael Lerner, «There Is No New Anti-Semitism», BaltimoreChronicle & Sentinel (en línea), 2 de febrero de 2007.

105 Kristof, «Talking About Israel»; George Soros, «Of Israel, Ame-rica, and AIPAC», New York Review of Books, 12 de abril de 2007; y «Dias-pora Blues», editorial del Economist, 13 de enero de 2007.

106 Kristol, «Anti-Judaism». En vez de ello, la solución de Kristol esacusar a los críticos de Israel —incluidos nosotros— de «fanatismo» yde ser «antijudíos».

INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA PARTE

1 Para un buen ejemplo de convencionalismos en el terreno de lasideas, véase Nathan Guttman, «A Marriage Cemented by Terror», Sa-lon.com, 24 de enero de 2006.


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CAPÍTULO 7EL LOBBY, CONTRA LOS PALESTINOS

1 Thomas Oliphant, «A Delicate Balance», Boston Globe, 18 de sep-tiembre de 2001; y Jane Perlez y Patrick E. Tyler, «Before Attacks, U.S.Was Ready to Say It Backed Palestinian State», New York Times, 2 de oc-tubre de 2001.

2 Robert G. Kaiser, «Bush and Sharon Nearly Identical on MideastPolicy», Washington Post, 9 de febrero de 2003.

3 Jane Perlez y Katharine Q. Seelye, «U.S. Strongly Rebukes Sharonfor Criticism of Bush, Calling It “Unacceptable”», New York Times, 6 deoctubre de 2001. También John Donnelly, «Nation Set to Push Sharonon Agreement», Boston Globe, 10 de octubre de 2001; Lee Hockstader,«Sharon Apologetic over Row with U.S.», Washington Post, 7 de octu-bre de 2001; Lee Hockstader y Daniel Williams, «Israel Says It Won’t“Pay Price” of Coalition», Washington Post, 18 de septiembre de 2001;«Israel’s Opportunity», editorial del Los Angeles Times, 18 de septiem-bre de 2001; y Jonathan Karp, «Sharon Cancels Peace Talks in Rebuffto U.S. Concerns», Wall Street Journal, 24 de septiembre de 2001.

4 Julian Borger, «US Backs State for Palestine», Guardian, 3 de octu-bre de 2001; Kurt Eichenwald, «U.S. Jews Split on Washington’s Shift onPalestinian State», New York Times, 5 de octubre de 2001; y Glenn Kessler,«Talking Points Aside, Bush Stance on Palestinian State Is Not a First»,Washington Post, 5 de octubre de 2001. Al mismo tiempo, el primer mi-nistro Tony Blair hizo «la mayor defensa» que Gran Bretaña hubiera he-cho hasta la fecha del Estado palestino», Michael Dobbs, «Blair BacksCreation of Palestinian State», Washington Post, 16 de octubre de 2001.

5 Hockstader, «Sharon Apologetic». 6 James Bennet, «Sharon Invokes Munich in Warning U.S. on

“Appeasement”», New York Times, 5 de octubre de 2001; Perlez y Seelye,«U.S. Strongly Rebukes Sharon»; y Alan Sipress y Lee Hockstader, «Sha-ron Speech Riles U.S.», Washington Post, 6 de octubre de 2001. Para prue-bas de que otros israelíes compartían los temores de Sharon, véase IsraelHarel, «Lessons from the Next War», Ha’aretz, 6 de octubre de 2001.

7 Sipress y Hockstader, «Sharon Speech».

NOTAS

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8 Donnelly, «Nation Set to Push Sharon»; Perlez y Seelye, «U.S.Strongly Rebukes Sharon»; y Sipress y Hockstader, «Sharon Speech».

9 Hockstader, «Sharon Apologetic»; y Serge Schmemann, «RaisingMunich, Sharon Reveals Israeli Qualms», New York Times, 6 de octubrede 2001.

10 Citado en Tim Weiner, «Israel Rebuffs Demands to End WestBank Raids», New York Times, 24 de octubre de 2001.

11 Suzanne Goldenberg, «Sharon Defies US Demand to Retreat»,Guardian, 24 de octubre de 2001. Véase también Peter Beaumont,«Defiant Israelis Abandon Pull-out», Observer, 28 de octubre de 2001;Suzanne Goldenberg, «Israel Lays Down Tough New Conditions forWithdrawal», Guardian, 27 de octubre de 2001; Dana Milbank y LeeHockstader, «Israeli Incursion Strains Relations», Washington Post, 24de octubre de 2001; y Staff and Agencies, «US Criticizes Israeli Offen-sive», Guardian, 22 de octubre de 2001.

12 William Safire, «“Israel or Arafat”», New York Times, 3 de diciem-bre de 2001. Véase también Aluf Benn, «Analysis: Clutching at Straws»,Ha’aretz, 18 de septiembre de 2001; y «Excerpts from Talk by Sharon»,New York Times, 4 de diciembre de 2001.

13 Shlomo Shamir, «U.S. Jews: Sharon Is “Worried” by TerrorismDistinction», Ha’aretz, 18 de septiembre de 2001.

14 Esta carta fue publicada en el Weekly Standard del 1 de octubrede 2001.

15 Citado en James D. Besser, «Terror Clouds Bush Plan to Back Pa-lestinian State», Jewish News Weekly, 5 de octubre de 2001.

16 Citado en Kurt Eichenwald, «U.S. Jews Split on Washington’sShift on Palestinian State», New York Times, 5 de octubre de 2001. Véa-se también Michael J. Jordan, «Bush Backed—Finally», Jewish Journalof Greater Los Angeles (en línea), 12 de octubre de 2001.

17 Comunicado de prensa de ADL, «ADL “Extremely Troubled” byComments from State Department Official», 23 de octubre de 2001.Véase también Milbank y Hockstader, «Israeli Incursion».

18 Citado en Kenneth R. Bazinet, «Israel Rejects Call for Pullout;Bush, Powell Demand Troops Leave Six Towns», New York Daily News(en línea), 24 de octubre de 2001.


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19 Elaine Sciolino, «Senators Urge Bush Not to Hamper Israel»,New York Times, 17 de noviembre de 2001.

20 Citado en Dana Milbank, «Bush Spokesman Gentle on Israeli As-sault», Washington Post, 3 de diciembre de 2001; y David Sanger, «U.S.Walks a Tightrope on Terrorism in Israel», New York Times, 4 de di-ciembre de 2001. Véase también Safire, «Israel or Arafat».

21 Entre los artículos que plantean dudas sobre la relación de lospalestinos con el Karine A están: Charles D. Smith, «The “Do More”Chorus in Washington», Middle East Report Online, 15 de abril de 2002;Brian Whitaker, «Voyage of the Arms Ship», Guardian, 14 de enero de2002; y Brian Whitaker, «The Strange Affair of Karine A», Guardian, 21de enero de 2002.

22 James Bennet, «Skipper Ties Cargo to Arafat’s Group», New YorkTimes, 8 de enero de 2002; Lawrence F. Kaplan, «Torpedo Boat», NewRepublic, 18 de febrero de 2002; Ion Mihai Pacepa, «The Arafat IKnow», Wall Street Journal, 10 de enero de 2002; Tom Rose, «Arafat’sNaval Adventure: It’s Time for Him to Go», Weekly Standard, 21 de ene-ro de 2002; Robert Satloff, «Karine-A: The Strategic Implications ofIranian-Palestinian Collusion», Policy Watch n.º 593, Washington Insti-tute for Near East Policy, 15 de enero de 2002; y Gerald M. Steinberg,«The Demilitarization Scam», Jerusalem Post, 11 de enero de 2002.Véase también Robert Satloff, «The Peace Process at Sea: The Karine-AAffair and the War on Terrorism», National Interest 67, primavera de 2002.

23 Powell dijo una semana después de la captura del Karine A: «Lainformación que hemos recibido […] evidencia que existen lazos cla-ros con la Autoridad Palestina. Sin embargo, no he visto nada que de-muestre una implicación directa con el presidente Arafat». «PowellComments on Arms Shipment Seized by Israel», 10 de enero de 2002,CNN.com./Transcripts. Arafat, que estaba sometido a la presión de laadministración de Bush para asumir la responsabilidad del accidente,lo hizo finalmente, aunque negó que lo supiera de antemano. «ArafatTakes Blame for Arms Shipment», BBC News (en línea), 14 de febrero de2002; Lee Hockstader, «Arafat Arrests 3 in Arms Incident», WashingtonPost, 12 de enero de 2002; y «Powell Says Arafat Takes Responsibility»,New York Times, 14 de febrero de 2002.

NOTAS

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24 «Remarks by President George Bush y Prime Minister Ariel Sha-ron in Photo Opportunity», Casa Blanca, 7 de febrero de 2002, puedeencontrarse un ejemplar en la página web del Ministerio de AsuntosExteriores israelí, www.mfa.gov.il/.

25 Keith B. Richburg y Molly Moore, «Israel Rejects Demands toWithdraw Troops», Washington Post, 11 de abril de 2002. Todas las citasde este párrafo son de Fareed Zakaria, «Colin Powell’s Humiliation:Bush Should Clearly Support His Secretary of State—Otherwise HeShould Get a New One», Newsweek, 19 de abril de 2002. Véase tambiénMike Allen y John Lancaster, «Defiant Sharon Losing Support in Whi-te House», Washington Post, 11 de abril de 2002, que describe el enfa-do del gobierno de Bush con Sharon.

26 Karen DeYoung, Soldier: The Life of Colin Powell, Nueva York,Knopf, 2006, p. 383.

27 William Kristol y Robert Kagan, «“Senior White House Aides”:Speak Up!», Weekly Standard, 11 de abril de 2002.

28 Transcripción de «Shields and Brooks», NewsHour with JimLehrer, 12 de abril de 2002, www.pbs.org/newshour/bb/political_wrap/jan-june02/sb_4-12.html.

29 Elaine Sciolino, «Netanyahu Says Powell Mission “Won’t Amount toAnything” and Urges Arafat’s Exile», New York Times, 11 de abril de 2002.

30 Bob Woodward, Bush at War, Nueva York, Simon & Schuster,2002, pp. 323-326.

31 Citado en DeYoung, Soldier, 383. Bush le había dicho a Powell an-tes de que éste partiera hacia Oriente Próximo: «Sé que va a ser muyduro. Va a ser muy difícil, pero tú tienes aguante suficiente […] te vasa quemar, pero puedes con ello. Cuando pase, todavía quedará bas-tante de ti». Ibíd., p. 379.

32 John Simpson, «Israeli Leader Has More Power in Washingtonthan Powell», Sunday Telegraph (Londres), 14 de abril de 2002.

33 James D. Besser, «No Tennessee Waltz», Jewish Week, 27 de diciem-bre de 2002; y Romesh Ratnesar, «The Right’s New Crusade», Time, 6 demayo de 2002. Véase también Mike Allen y Juliet Eilperin, «White Hou-se and DeLay at Odds», Washington Post, 26 de abril de 2002; y Judith Eil-perin y Helen Dewar, «Lawmakers Endorse Israel’s Offensive», Washing-


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ton Post, 3 de mayo de 2002. Bush recibía las presiones no sólo de los le-gisladores, sino también de los líderes judíos y evangélicos. Véase Allen yLancaster, «Defiant Sharon»; Dan Balz, «Bush Statement on Mideast Re-flects Tension in GOP», Washington Post, 7 de abril de 2002; Elisabeth Bu-miller, «Seeking to Stem Growing Political Fury, Bush Sends Conservati-ve to Pro-Israel Rally», New York Times, 16 de abril de 2002; BradleyBurston, «Background: Can Bush Afford to Press Sharon for Peace?»,Ha’aretz, 6 de mayo de 2002; Alison Mitchell, «U.S. Political Leaders SeekUnity on Mideast, for Now», New York Times, 12 de abril de 2002; WilliamSafire, «On Being an Ally», New York Times, 11 de abril de 2002; DianaJean Schemo, «Over 100,000 Rally in Washington to Support Israel»,New York Times, 16 de abril de 2002; Alan Sipress, «Policy Divide ThwartsPowell in Mideast Effort», Washington Post, 26 de abril de 2002; y AlanSipress y Karen DeYoung, «U.S. Presses Ahead with Peace Efforts»,Washington Post, 9 de mayo de 2002.

34 Ratnesar, «The Right’s New Crusade». 35 Randall Mikkelsen, «White House Calls Sharon “Man of Peace”»,

Reuters, 11 de abril de 2002; y Bill Sammon, «White House SoftensTone with Israel», Washington Times, 12 de abril de 2002. Más tarde,Bush dijo de Sharon que era «un mentiroso de mierda» por llamarle«hombre de paz». Glenn Kessler, «Bush Sticks to the Broad Strokes»,Washington Post, 3 de junio de 2003.

36 David Sanger, «President Praises Effort by Powell in the MiddleEast», New York Times, 19 de abril de 2002; y Peter Slevin y Mike Allen,«Bush: Sharon a “Man of Peace”», Washington Post, 19 de abril de 2002.Para una transcripción de la rueda de prensa, véase «President Bush,Secretary Powell Discuss Middle East», Casa Blanca, Oficina de la Se-cretaría de Prensa, 18 de abril de 2002.

37 Todas las citas de este párrafo son de Matthew E. Berger, «D.C.Rally Is Large and Loud— but Will Bush Listen?» JTA.org, 19 de abrilde 2002. Véase también Sharon Samber y Matthew E. Berger, «Spea-kers Stick to Consensus Theme at National Solidarity Rally for Israel»,JTA.org, 15 de abril de 2002.

38 John Diamond, «Netanyahu Tells U.S. That Arafat “Has to Go”»,Chicago Tribune, 11 de abril de 2002; y Nathan Guttman, «Ladies and

NOTAS

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Gentlemen, Benjamin Netanyahu», Ha’aretz, 15 de abril de 2002. Véasetambién Benjamín Netanyahu, «The Root Cause of Terrorism», WallStreet Journal, 19 de abril de 2002.

39 Eilperin y Dewar, «Lawmakers Endorse Israel’s Offensive»; JulietEilperin y Mike Allen, «Hill Leaders Plan Votes on Pro-Israel Resolu-tions», Washington Post, 2 de mayo de 2002; y Alison Mitchell, «Houseand Senate Support Israel in Strong Resolutions», New York Times, 3 demayo de 2002. Véase «2 Resolutions “Expressing Solidarity with Israel”»,New York Times, 3 de mayo de 2002; y Matthew E. Berger, «Bills in Con-gress Boost Israel, Treat Arafat as Terrorist», Jewish Bulletin (en línea),26 de abril de 2002.

40 Arieh O’Sullivan, «Visiting Congressmen Advise Israel to ResistAdministration Pressure to Deal with Arafat», Jerusalem Post, 6 de mayode 2002.

41 Eli Lake, «Israeli Lobby Wins $200 Million Fight», United Press In-ternational, 11 de mayo de 2002.

42 Las dos citas de este párrafo son de Jefferson Morley, «Who’s inCharge?», Washington Post, 26 de abril de 2002. Akiva Eldar señaló jus-to antes de que Sharon pasara por encima de Bush: «Sharon tiene mu-cha experiencia metiéndoles el dedo en el ojo a los estadounidenses[…] En definitiva, fuera el miedo de los palestinos, los errores deArafat o la política nacional, el caso es que los estadounidenses fue-ron a la picota». Véase «Words Are Not Enough», Ha’aretz, 8 de abrilde 2002.

43 «President Bush Calls for New Palestinian Leadership», trans-cripción de un discurso del 24 de junio de 2002, Casa Blanca, Oficinade la Secretaría de Prensa.

44 Citado en Tracy Wilkinson, «In Mideast, Sharon Looks Like aWinner After Speech», Los Angeles Times, 25 de junio de 2002.

45 Uzi Benziman, «Right-hand Man», Ha’aretz, 28 de junio de 2002. 46 Aluf Benn, «Analysis: Ariel Sharon Agrees to His Own Ideas»,

Ha’aretz, 5 de julio de 2002. Véase también Elisabeth Bumiller y DavidE. Sanger, «Bush Demands Arafat’s Ouster Before U.S. Backs a NewState; Israelis Welcome Tough Line», New York Times, 25 de junio de2002; Glenn Kessler, «Framework for Peace Tough on Palestinians»,


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Washington Post, 25 de junio de 2002; y Don Wycliff, «Sharon Dictatesand Bush Follows», Chicago Tribune, 27 de junio de 2002.

47 «An Uncertain Road Map», editorial del Washington Post, 25 de ju-nio de 2002; «A Plan Without a Map», editorial del New York Times, 25 dejunio de 2002; Richard Cohen, «Answers on an Empty Page», Washing-ton Post, 27 de junio de 2002; Jonathan Freedland, «George W’s BloodyFolly», Guardian, 26 de junio de 2002; Jim Hoagland, «Thorny Details toCome», Washington Post, 26 de junio de 2002; Gideon Samet, «AnotherStep Toward Nowhere», Ha’aretz, 26 de junio de 2002; y Patrick E. Tyler,«Clear Terms, Murky Future», New York Times, 25 de junio de 2002.

48 James Bennet, «Arafat Wants No. 2 Man in the P.L.O. as the Pre-mier», New York Times, 7 de marzo de 2003.

49 «A Performance-Based Roadmap to a Permanent Two-StateSolution to the Israeli-Palestinian Conflict», comunicado de prensa,Departamento de Estado, Oficina del Portavoz, 30 de abril de 2003.

50 Citado en Ami Eden, «Bush’s Maneuvers Bewilder Jerusalem andActivists», Forward, 6 de junio de 2003. Véase también Ronald Brown-stein, «Push for Peace Poses Domestic Political Risk for Bush», Los An-geles Times, 5 de junio de 2003; y David E. Sanger, «Middle East Media-tor: Big New Test for Bush», New York Times, 5 de junio de 2003.

51 «Mr. Sharon’s Promise», editorial del Washington Post, 16 de di-ciembre de 2002. Véase también Akiva El-dar, «Truth or Consequen-ces», Ha’aretz, 12 de diciembre de 2002.

52 Ori Nir, «U.S. Groups Seek to Cast Peace “Map” as a Threat», For-ward, 2 de mayo de 2003; y Chemi Shalev, «Sharon Government Scram-bles as Bush Prepares “Road Map”», Forward, 21 de marzo de 2003.

53 Shalev, «Sharon Government». Véase también Glenn Kessler yMolly Moore, «Sharon’s Refusal to Accept Plan Vexes Powell Trip»,Washington Post, 13 de mayo de 2003; y Gideon Samet, «From Determi-nation to Wimpiness», Ha’aretz, 14 de mayo de 2003.

54 «No New Sharon», editorial de Ha’aretz, 14 de abril de 2003. 55 Citado en Nir, «U.S. Groups».56 Todas las citas y los datos que aparecen en este párrafo los hemos

recogido en Nathan Guttman, «American Jews Tread Softly on “RoadMap” During War in Iraq», Ha’aretz, 26 de marzo de 2003.

NOTAS

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57 Nir, «U.S. Groups». Véase también Nathan Guttman, «Senators,Congressmen Put Pro-Israel Stance in Writing», Ha’aretz, 18 de abrilde 2003.

58 Ori Nir, «Right Slams Plan, Center Remains Quiet», Forward, 6 dejunio de 2003.

59 Charles Krauthammer, «The Roadblock on the Road Map»,Washington Post, 9 de mayo de 2003.

60 Nir, «Right Slams Plan». 61 Bradley Burston, «Background: Betting on Abu Mazen—to Lose»,

Ha’aretz, 1 de mayo de 2003. Véase también Dan Izenberg, «Bush Sta-tehood Call Doesn’t Faze Israel», Jerusalem Post, 16 de marzo de 2003.

62 Aluf Benn, «Analysis: The U.S. Is Now Micro-managing the Pro-cess», Ha’aretz, 22 de junio de 2003; Uzi Benziman, «Corridors of Power:On the Road to Nowhere», Ha’aretz, 13 de junio de 2003; Burston,«Background: Betting»; y Ori Nir, «No Discussion of Settlements, Di-plomats Say», Forward, 9 de mayo de 2003.

63 Guy Dinmore y Harvey Morris, «“Road Map” Drivers Reluctant toEmbark on First Leg of Journey», Financial Times, 9 de mayo de 2003.

64 Bradley Burston, «Background: Has Sharon’s Hamas Hitlist Con-verted Bush?», Ha’aretz, 17 de junio de 2003.

65 Ze’ev Schiff, «Focus: Americans Fear Abu Mazen Is FurtherWeakened», Ha’aretz, 12 de junio de 2003.

66 Arnon Regular, «Hamas Says It Will Consider Renewing Cease-fire Dialogue», Ha’aretz, 10 de junio de 2003.

67 «Sad, but Not Surprising», editorial de Forward, 13 de junio de2003.

68 Burston, «Background: Sharon’s Hamas Hitlist». Véase tam-bién Uzi Benziman, «The Cock’s Arrogance», Ha’aretz, 15 de juniode 2003.

69 Todas las citas y los datos que aparecen en este párrafo las hemosrecogido en Dana Milbank, «Bush’s Shift on Israel Was Swift», Washing-ton Post, 21 de junio de 2003. Véase también Ori Nir, «American-IsraeliRelations Strained Following Attack», Forward, 13 de junio de 2003; ySteven R. Weisman y James Dao, «Bush Under Fire in Congress forCriticizing Israel», New York Times, 12 de junio de 2003.


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70 Glenn Kessler, «White House Backs Latest Israeli Attacks»,Washington Post, 13 de junio de 2003. Véase también Burston, «Back-ground: Sharon’s Hamas Hitlist».

71 Citado en Kessler, «White House Backs Latest Israeli Attacks». 72 «U.S. Congress Backs Israel’s Response to Terrorist Attacks»,

Ha’aretz, 26 de junio de 2003. 73 Edward S. Walker, presidente del Instituto de Extremo Oriente y

ex diplomático estadounidense, señaló entonces que: «Bush hace unadeclaración y a Sharon le resbala. Tiene un problema de credibili-dad». Citado en Kessler, «White House Backs Latest Israeli Attacks».

74 Para un mapa detallado de la ruta propuesta para la «barrera deseparación», véase la página web del grupo israelí de defensa de losderechos humanos B’Tselem, www.btselem.org/Download/Separa-tion_ Barrier_Map_Eng.pdf.

75 «President Bush Welcomes Prime Minister Abbas to White Hou-se», transcripción de los comentarios del presidente Bush y del primerministro Mahmud Abbas, Casa Blanca, Oficina de la Secretaría dePrensa, 25 de junio de 2003.

76 Rupert Cornwell, «Sharon Rejects Bush’s Call to Take Down “Se-curity” Fence», Independent, 30 de julio de 2003; Herb Keinon, «Israel-US Rift Emerges over Security Fence Issue», Jerusalem Post, 30 de juniode 2003; «PM: We Will Build Fence; Bush: PA Must Dismantle TerrorGroups», Ha’aretz, 30 de julio de 2003; y David Stout, «Israel to Conti-nue Building Security Fence Criticized by Bush», New York Times, 29 dejulio de 2003.

77 Israel recibiría tres mil millones de dólares al año durante tresaños. Ze’ev Schiff, «U.S. Warns of Financial Sanctions over SecurityFence», Ha’aretz, 3 de agosto de 2003; «U.S. Officials Confirm Aid toIsrael May Be Cut over Fence», Ha’aretz, 5 de agosto de 2003; Steven R.Weisman, «U.S. May Reduce Aid to Get Israel to Halt Barrier», NewYork Times, 5 de agosto de 2003; y Robin Wright, «U.S. May Punish Israelfor Building Fence in W. Bank», Los Angeles Times, 5 de agosto de 2003.

78 Citado en Ori Nir, «Bush Eases Pressure on Both Sides over Pea-ce Plan», Forward, 8 de agosto de 2003. Véase también Stewart Ain,«Bush Rapped for Mulling Sanctions over Fence», Jewish Week, 8 de

NOTAS

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agosto de 2003; y Eric Marx, «Dems Blast Bush over Threats to Israel»,Forward, 15 de agosto de 2003.

79 Citado en James Bennet, «Israel Reportedly Willing to Delay Por-tions of Barrier», New York Times, 8 de agosto de 2003.

80 Nathan Guttman, «U.S. Confirms Fence Prompted Loan Cuts»,Ha’aretz, 27 de noviembre de 2003. Véase también Guy Dinmore, «US“to Withhold Funds” over Israeli Actions», Financial Times, 15 de sep-tiembre de 2003; y Richard W. Stevenson, «U.S. Cutting Loan Guaran-tees to Oppose Israeli Settlements», New York Times, 17 de septiembrede 2003.

81 Douglas Jehl, «U.S. Wary of Steps by Israelis on Arafat», New YorkTimes, 12 de septiembre de 2003; «Powell Says U.S. Opposes Expul-sion of Arafat», New York Times, 12 de septiembre de 2003; y Steven R.Weisman, «Bush Administration Warns Israel Not to Expel Arafat»,New York Times, 8 de septiembre de 2003.

82 Dov Weisglass, uno de los principales asesores de Sharon, recor-daría luego que a finales del verano de 2003, llegaron «a la triste con-clusión de no había nadie con quien hablar, nadie con quien nego-ciar. De ahí nuestra desafección del plan. Porque cuando se juega ensolitario, cuando nadie se sienta al otro lado de la mesa, no hay más re-medio que servirse las cartas uno mismo». Citado en Avi Shavit, «TheBig Freeze», Ha’aretz, 8 de octubre de 2004.

83 Aluf Benn, «Sharon Met Secretly with U.S. Emissary», Ha’aretz,24 de noviembre de 2003; y Peter Slevin, «Delicate Maneuvers Led toU.S.-Israeli Stance», Washington Post, 16 de abril de 2004. Véase tam-bién Chris McGreal, «U.S. to Endorse Israeli Plans for Gaza», Guar-dian, 18 de febrero de 2004.

84 Yossi Alpher, «Middle East: Beware of Ariel Sharon BearingGifts», International Herald Tribune, 13 de abril de 2004; Aluf Benn, «Is-rael’s Identity Crisis», Salon.com, 16 de mayo de 2005; Meron Benvenis-ti, «Sharon’s Second “Big Plan”», Ha’aretz, 12 de enero de 2006; y«Indyk: Sharon’s Plan to Pull Out of Gaza and Part of West Bank CouldLead to Increased Violence», entrevista a Martin Indyk llevada a cabopor Bernard Gwertzman, 19 de marzo de 2004, Council on ForeignRelations, www.cfr.org/publication/6882/.


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85 Citado en Shavit, «Big Freeze». Véase también John Ward An-derson, «Sharon Aide Says Goal of Gaza Plan Is to Halt Road Map»,Washington Post, 7 de octubre de 2004; Aluf Benn, «Analysis: The Advi-ser That Roared», Ha’aretz, 8 de octubre de 2004; y Terence Neilan,«Israeli Causes Uproar over Status of Road Map», New York Times, 6 deoctubre de 2004.

86 «Rice: Israel Must Fulfill Its Responsibilities for Peace», Ha’aretz,25 de agosto de 2003.

87 «Bush Says World Owes Sharon a “Thank You”», Ha’aretz, 21 deabril de 2004; George W. Bush, «Our Nation Is Stronger and Saferwith Israel as an Ally», discurso ante la Convención Anual del AIPACAnnual Conference, 18 de mayo de 2004. Véase también «PresidentBush Commends Israeli Prime Minister Sharon’s Plan», transcripción delos comentarios del presidente Bush y el primer ministro Ariel Sharon,Casa Blanca, Oficina de la Secretaría de Prensa, 14 de abril de 2004.

88 En relación con los puntos de vista de los presidentes anteriores,véase Clyde R. Mark, «Israeli-United States Relations», Investigaciónpara el Congreso, Servicio de Investigación del Congreso, 29 de agos-to de 2002, 7. Para los comentarios de Bush, véase «Statement by thePresident Regarding Israel-Arab Peace Process», 14 de abril de 2004; y«President Bush’s Letter to Prime Minister Sharon», 14 de abril de2004, ambas se pueden consultar en www.jewishvirtuallibrary.org/.Véase también Slevin, «Delicate Maneuvers».

89 Sobre la reacción árabe, véase «Bush Says World Owes Sharon».En relación con las consecuencias de la reelección de Bush, véase E. J.Kessler, «Hardliners Knock Bush for Endorsing Sharon Initiative»,Forward, 23 de abril de 2004; Dana Milbank y Mike Allen, «Move CouldHelp Bush Among Jewish Voters», Washington Post, 15 de abril de2004; y Maura Reynolds y Peter Wallsten, «Bush Gains in Efforts toWin Over Jewish Vote», Los Angeles Times, 19 de mayo de 2004.

90 Thomas L. Friedman, «A Rude Awakening», New York Times, 5 defebrero de 2004.

91 «A Performance-Based Roadmap». En relación con las diferen-cias entre Israel y la administración de Bush a propósito de los acuer-dos, los siguientes artículos constituyen una muestra de los muchos

NOTAS

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que se han escrito sobre el tema: «Bush Condemns Settlement Policy;UN Adopts Road Map», Ha’aretz, 20 de noviembre de 2003; «IsraelHas Stepped Up the Pace of Settlement Building», Guardian, 3 demarzo de 2004; Donald Macintyre, «Sharon Vows to Defy Bush overExpansion of Israeli Settlements», Independent, 22 de abril de 2005;Greg Myre y Steven R. Weisman, «Israel to Build 600 Homes in 3 Set-tlements; U.S. Officials Are Critical», New York Times, 3 de octubre de2003; Ze’ev Schiff, «U.S.: Israel Shirking Its Promises on SettlementBoundaries», Ha’aretz, 15 de marzo de 2005; Peter Slevin, «Bush Won’tPress End to Israeli Settlements», Washington Post, 28 de julio de 2002;y Amy Teibel, «U.S. to Israel: Stop Expanding Settlements», Washing-ton Post, 26 de junio de 2005.

92 Citado en Karen DeYoung, «U.S. Decries Israeli Missile Strike,Ponders Effect on Peace Bid», Washington Post, 24 de julio de 2002.Véase también John Ward Anderson y Molly Moore, «Palestinians VowRevenge after Gaza Missile Strike», Washington Post, 24 de julio de2002; James Bennet y John Kifner, «Palestinian Cease-Fire Was inWorks Before Israeli Strike», New York Times, 25 de julio de 2002; y Ja-mes Bennet, «Stalemate in Mideast After Deadly Bombing», New YorkTimes, 28 de julio de 2002.

93 Jim Hoagland, «Sharon and the Big Picture», Washington Post, 25de marzo de 2004. Véase también Roane Carey y Adam Shatz, «IsraelPlays with Fire», Nation, 12 de abril de 2004; H.D.S. Greenway, «Assas-sination Fallout Bodes Ill for US», Boston Globe, 26 de marzo de 2004;Tony Karon, «How Israel’s Hamas Killing Affects the U.S.», Time, 23 demarzo de 2004; Bill Nichols, «U.S. Objectives at Risk in Anti-Israel Bac-klash», USA Today (en línea), March 22, 2004; David R. Sands, «Israel’sKilling of Yassin Puts U.S. in Line of Fire», Washington Times, 23 demarzo de 2004; y Brian Whitaker, «Assassination Method: Surveillan-ce Drone and a Hellfire Missile», Guardian, 23 de marzo de 2004.

94 John Ward Anderson, «Top Hamas Leader in Gaza City Killed»,Washington Post, 17 de abril de 2004.

95 Hussein Agha y Robert Malley, «The Last Palestinian», New YorkReview of Books, 10 de febrero de 2005; Steven Erlanger, «Abbas Decla-res War with Israel Effectively Over», New York Times, 14 de febrero de


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2005; Donald Macintyre, «Abbas Pledges to Seek Peace with Israel»,Independent, 16 de enero de 2005; y Arnon Regular y Amos Harel, «Re-port: Abbas to Declare Not All Refugees to Return to Israel», Ha’aretz,15 de marzo de 2005.

96 «No Time for Dithering», editorial de Forward, 22 de octubre de2004; Ori Nir, «Influential American Jewish Coalition Balks at Endor-sing Sharon’s Gaza Plan», Forward, 22 de octubre de 2004; y ShlomoShamir, «U.S. Jewish Leaders Split over Public Support for Pullout»,Ha’aretz, 17 de octubre de 2004. Véase también James D. Besser, «TheReal Coalition: U.S. and Israel», Jewish News Weekly (en línea), 5 demayo de 2006; y James D. Besser, «Olmert Capitalizes on Uncertain-ties in Washington», Jewish News Weekly (en línea), 2 de junio de 2006.

97 Bradley Burston, «Hamas ‘R’ Us», Ha’aretz, 18 de enero de 2006.Véase también Akiva Eldar, «Kadima to a New Middle East», Ha’aretz,19 de diciembre de 2005; Akiva Eldar, «Who Needs Abu Mazen?»Ha’aretz, 7 de noviembre de 2005; Ran HaCohen, «Hamas and Israel:Rival Twins», Antiwar.com, 6 de febrero de 2006; M. J. Rosenberg, «NoPartner—As Always», columna semanal de opinión n.º 260, Foro dePolítica Israelí, Washington, DC, 3 de febrero de 2006; Danny Rubens-tein, «All We Did Was Switch the Non-Partner», Ha’aretz, 5 de febrerode 2006; y «Disarray Among the Palestinians», editorial del New YorkTimes, 17 de enero de 2006.

98 Peter Baker y Glenn Kessler, «Israel Has “Bold Ideas”, Bush Says»,Washington Post, 24 de mayo de 2006; y Aluf Benn, «Analysis: GeorgeBush Wants the Convergence Plan Too», Ha’aretz, 24 de mayo de 2006.

99 Ian Fisher y Steven Erlanger, «Israel: Troops Move into Gaza»,New York Times, 28 de junio de 2006.

100 Citado en Aluf Benn, «PM: Unilateralism Has Been a Failure»,Ha’aretz, 9 de enero de 2007. Véase también Yehuda Ben Meir y Daf-na Shaked, «The People Speak: Israeli Public Opinion on National Se-curity, 2005-2007», Memorandum n.º 90, Tel Aviv, Institute for Natio-nal Security Studies, mayo de 2007, 10, 20, 59-63; Akiva Eldar, «APost-Zionist Agenda», Ha’aretz, 8 de octubre de 2006; Yoav Peled, «Illu-sions of Unilateralism Dispelled in Israel», Middle East Report Online,11 de octubre de 2006; y Jeremy Pressman, «Israeli Unilateralism and

NOTAS

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Israeli-Palestinian Relations, 2001-2006», International Studies Perspecti-ve 7, n.º 4, noviembre de 2006, pp. 360-376.

101 Cuando la secretaria de Estado Condoleezza Rice se esforzó, yaen 2007, por que el proceso de paz avanzara, Martin Indyk, de laInstitución Brookings, dijo: «Hay en la Administración otras perso-nas que quieren powellilzarla». Esas «otras personas» eran sin dudalos neoconservadores, y se referían a que querían que su influenciaen los asuntos de Oriente Próximo se redujera, como había sucedidocon Powell cuando era secretario de Estado. Indyk aparece citado enJim Lobe, «Rice Faces Formidable White House Foe», Inter Press Ser-vice, 21 de febrero de 2007.

102 Aluf Benn y Avi Issacharoff, «Jordan: US Must “Actively Push” toRevive Mideast Peace Efforts», Ha’aretz, 14 de enero de 2007; GlennKessler, «Abbas Rejects “Temporary Borders” for Palestinian State»,Washington Post, 15 de enero de 2007; y Associated Press, «Rice Resta-tes US Road Map Commitment», Jerusalem Post, 14 de enero de 2007.

103 Las propuestas que hizo la Liga Árabe en 2002 y 2007 se puedenconsultar en la página web del Movimiento de Paz Regional de Israel,www.rpm.org.il/initiative.html.

104 Helene Cooper, «After the Mecca Accord, Clouded Horizons»,New York Times, 21 de febrero de 2007.

105 Olmert dijo también: «Nunca aceptaré una solución basada ensu regreso a Israel, sea en el número que sea»; y: «no creo que deba-mos aceptar ningún tipo de responsabilidad por la creación de eseproblema. Punto». Citado en Steven Erlanger, «Olmert Rejects Rightof Return for Palestinians», New York Times, 31 de marzo de 2007.

106 «A Welcome Summit in Riyadh», editorial del Ha’aretz, 29 demarzo de 2007. Véase también Yossi Alpher, «Respond to Riyadh byConvening “Consultations”», Forward, 13 de abril de 2007; Alon Ben-Meir, «Israel Must Choose Peace, Not Occupation», Jerusalem Post, 10de abril de 2007; Akiva Eldar, «The Lost Five Years of the Peace Pro-cess», Ha’aretz, 15 de marzo de 2007; Jonathan Freedland, «Now Isthe Time to Call the Bluff of the Land of Missed Opportunities»,Guardian, 28 de marzo de 2007; M. J. Rosenberg, «Go for the SaudiPlan», columna semanal de opinión, n.º 316, Foro de Política de Israel,


142


Washington, DC, 30 de marzo de 2007; Ze’ev Tsahor, «Our Leaders’Blindness», Ynetnews.com, 1 de abril de 2007; y «U.S. Should Insist Is-rael Engages with Arab Peace Plan», editorial del Financial Times, 20de marzo de 2007.

107 Orly Halpern, «Foxman, Wiesel Upbraid Israel for Pace of Pea-ce Effort», Forward, 18 de mayo de 2007; Aluf Benn, «PM: I’m Ready toNegotiate Saudi Peace Plan with Arab Leaders», Ha’aretz, 15 de mayode 2006; «PM Invites Arab Leaders to Talk Peace», Jerusalem Post, 15 demayo de 2007; Akiva Eldar, «Headlines Instead of Initiatives», Ha’aretz,5 de abril de 2007; y Herb Keinon, «Israel to Brand Arabs as PeaceSpoilers», Jerusalem Post, 23 de marzo de 2007.

108 Adam Morrow y Khaled Moussa al-Omrani, «Egypt: Israel Seenas Fighting Peace», Inter Press Service, 12 de abril de 2007.

109 Nathan Guttman, «Rice Briefs Jewish Groups as PalestiniansMake Deal», Forward, 9 de febrero de 2007. Los grupos judíos teníanpocos motivos de preocupación, puesto que en el mes anterior Riceno había dado indicios de que ejercería alguna presión sobre Israel niexpondría los posibles términos del acuerdo final. Véase Anne Gea-ran, «Rice Has Loose Agenda for Mideast Talks», Chicago Tribune, 18de enero de 2007; Glenn Kessler, «Rice Highlights Opportunities Af-ter Setbacks on Mideast Trip», Washington Post, 19 de enero de 2007; yThom Shanker y Greg Myre, «Rice Backs Mideast Moderates, but Of-fers No Plan», New York Times, 14 de enero de 2007.

110 «Charade in Jerusalem», editorial del New York Times, 21 de fe-brero de 2007. Véase también Glenn Kessler, «Rice’s Mideast TalksYield Little Except a Promise to Meet Again», Washington Post, 20 de fe-brero de 2007; y Glenn Kessler, «Rice Looks Back for a Way Forwardon Mideast Peace», Washington Post, 21 de febrero de 2007.

111 Tim Butcher, «Israel Snubs Condoleezza Rice», Daily Telegraph(Londres), 28 de marzo de 2007. Véase también Helene Cooper, «Mi-deast Leaders to Hold Talks Twice a Month», New York Times, 28 demarzo de 2007; Glenn Kessler, «On Mideast Trip, Rice to Try a NewFormula», Washington Post, 23 de marzo de 2007; y Donald MacIntyre,«Israel Resists Rice Plan for Talks on Peace Settlement», Independent,27 de marzo de 2007.

NOTAS

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112 Associated Press, «Israel Breaks Settlement Promise to U.S.»,MSNBC.com, 26 de diciembre de 2006; Associated Press, «U.S. Cha-llenges Israel on Settlement», MSNBC.com, 27 de diciembre de 2006;Steven Erlanger, «First Settlement in 10 Years Fuels Mideast Tension»,New York Times, 27 de diciembre de 2006; Mark Lavie, «Israel ApprovesNew Housing in West Bank», San Diego Union-Tribune (en línea), 15 deenero de 2007.

113 Uri Avnery, «Next to Israel, Not in Place of It», London Review ofBooks, 8 de marzo de 2007; Glenn Kessler, «Rice Cautions Israel onSyria», Washington Post, 30 de mayo de 2007; y Gideon Levy, «IsraelDoesn’t Want Peace», Ha’aretz, 8 de abril de 2007.

114 Véase Khalil Shikaki, «With Hamas in Power: Impact of Palesti-nian Domestic Developments on Options for the Peace Process», Do-cumento de Trabajo n.º 1, Centro Crown para Estudios sobre Orien-te Próximo, Universidad de Brandeis, febrero de 2007.

115 Lobe, «Rice Faces Formidable White House Foe». 116 Daniel Levy, «Time to Change the Tune», Ha’aretz, 24 de marzo

de 2007. 117 Citado en Lobe, «Rice Faces Formidable White House Foe». 118 Aluf Benn y Shmuel Rosner, «Olmert Reminds Rice: Bush Is

Still Her Boss», Ha’aretz, 2 de abril de 2007. The «eye-to-eye», la cita esde este artículo.

119 Philip Zelikow, «Strategies for the Multifront War against Radi-cal Islamists», discurso ante la Convención de la Fundación Weinbergen el Instituto de Washington para la Paz en Oriente Próximo, 15 deseptiembre de 2006. Véase también Nathan Guttman, «US Sees LinkBetween Iran, Peace», Jerusalem Post, 18 de septiembre de 2006; yShmuel Rosner, «State Dept. Adviser: U.S. Tying Iran Policy to Pales-tinian Issue», Ha’aretz, 18 de septiembre de 2006.

120 Helene Cooper y David Sanger, «Rice’s Counselor Gives AdviceOthers May Not Want to Hear», New York Times, 28 de octubre de 2006.Véase también Helene Cooper, «Senior Aide to Rice Resigns fromPost», New York Times, 28 de noviembre de 2006; Yochi J. Dreazen,Cam Simpson, y Mariam Fam, «Mideast Turmoil Pressures Bush to Re-vise Tactics», Wall Street Journal, 30 de noviembre de 2006; y Glenn


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Kessler, «Close Advisor to Rice Plans to Resign», Washington Post, 28 denoviembre de 2006.

121 Glenn Kessler, «Rice Names Critic of Iraq Policy to Counselor’sPost», Washington Post, 2 de marzo de 2007; Eli Lake, «Trouble Loo-ming for Rice», New York Sun, 5 de marzo de 2007; y Jim Lobe, «RicePicks Neocon Champion of Iraq War as Counselor», Antiwar.com, 3 demarzo de 2007.

122 James Besser, «New Fight Brewing on PA Aid, Contacts», JewishWeek, 6 de abril de 2007; Helene Cooper, «Splits Emerge BetweenU.S. and Europe over Aid for Palestinians», New York Times, 22 de fe-brero de 2007; Nathan Guttman, «U.S., Israel at Odds over Palesti-nian Coalition», Forward, 23 de marzo de 2007; y Eli Lake, «N.Y. Law-maker Freezes $86M Meant for Abbas», New York Sun, 14 de febrerode 2007.

123 Nathan Guttman, «As Capitals Cautiously Greet PalestinianDeal, Israel’s Allies in D.C. Push for Pressuring Hamas», Forward, 16 defebrero de 2007.

124 Citado en Besser, «New Fight Brewing». 125 Véase Guttman, «As Capitals Cautiously Greet Palestinian Deal». 126 Besser, «New Fight Brewing»; Nathan Guttman, «Lawmakers Sign

Protest on Palestinian Aid», Forward, 30 de marzo de 2007; Guttman,«U.S., Israel at Odds»; Rosenberg, «Go for the Saudi Plan»; y ShmuelRosner, «Battles Lost and Won», Ha’aretz, 22 de marzo de 2007.

127 «Lowey Will Not Place Hold on Revised PA Security AssistanceProposal», comunicado de prensa de la Oficina de la congresista NitaM. Lowey, 30 de marzo de 2007.

128 «Poll: Americans Support Cutting Aid to Israel», Reuters, 12 deabril de 2002; y Jean-Michel Stoullig, «Americans Want Cutback in Aidto Israel, If It Refuses to Withdraw: Poll», Agence France Presse, 13de abril de 2002. Véase también Israel and the Palestinians, Programa deActitudes Políticas Internacionales, Universidad de Maryland, últimaactualización: 15 de agosto de 2002.

129 Steven Kull (investigador principal), Americans on the Middle EastRoad Map, Programa de Actitudes Políticas Internacionales, Universidadde Maryland, 30 de mayo de 2003, 9-11, 18-19. Véase también Steven

NOTAS

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Kull et al., Americans on the Israeli-Palestinian Conflict, Programa de Ac-titudes Políticas Internacionales, Universidad de Maryland, 6 de mayode 2002.

130 «American Attitudes Toward Israel and the Middle East», estudiollevado a cabo entre el 18 y el 25 de marzo de 2005 y el 19 y el 23 de ju-nio de 2005, por el Grupo de Comunicaciones de Marttila, de la ADL.

131 «US Scowcroft Criticizes Bush Admin’s Foreign Policy», Finan-cial Times, 13 de octubre de 2004. Véase también Glenn Kessler, «Scow-croft Is Critical of Bush», Washington Post, 16 de octubre de 2004.

CAPÍTULO 8IRAK Y EL SUEÑO DE TRANSFORMAR ORIENTE PRÓXIMO

1 George Packer, The Assassins’ Gate: America in Iraq, Nueva York,Farrar, Straus and Giroux, 2005, 46. El ex director de la CIA GeorgeTenet ofrece un punto de vista similar. En sus memorias dice: «Uno delos grandes misterios es saber en qué momento la guerra de Irak sehizo inevitable», George Tenet y Bill Harlow, At the Center of the Storm:My Years at the CIA, Nueva York, Harper, 2007, p. 301.

2 Cuando en mayo de 2003 Thomas Friedman, columnista del NewYork Times, observó: «No sólo los neoconservadores nos han conduci-do a las afueras de Bagdad. Lo que nos ha conducido a las puertas deBagdad es una combinación muy estadounidense de ansiedad y or-gullo», véase Ari Shavit, «White Man’s Burden», Ha’aretz, 4 de mayode 2003.

3 Citado en Emad Mekay, «Iraq Was Invaded “to Protect Israel”—USOfficial», Asia Times Online, 31 de marzo de 2004. Empleamos estas ci-tas en nuestro artículo original de la London Review of Books, y Zelikowpuso en tela de juicio nuestra interpretación de las mismas. Basamosnuestra argumentación en un registro completo e incontestable desus comentarios y el hecho de que la ponga en tela de juicio no tieneen realidad ninguna base. Para un comentario más detallado de laacusación de Zelikow y de nuestra respuesta, véase «Letters», LondonReview of Books, 25 de mayo de 2006. Zelikow también trabajó con Rice


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en el Consejo de Seguridad Nacional durante la primera legislaturade Bush y, más tarde, colaboró con ella en un libro sobre la reunifica-ción de Alemania. Fue una de las principales autoras de un documen-to que probablemente sea la declaración más completa de la doctrinade Bush: The National Security Strategy of the United States of America,Washington, D. C., Casa Blanca, septiembre de 2002.

4 Citado en «US Assumes UK Help in Iraq, Says General», Guar-dian, 20 de agosto de 2002.

5 Citado en una entrevista a Sascha Lehnartz, «Dann helfen uns ebendie Osteuropaer», Frankfurter Allgemeine Sonntagszeitung, 26 de enerode 2003. Sobre la defensa de la Junta de Política de Defensa en el Pen-tágono de Donald Rumsfeld, véase Stephen J. Hedges, «Iraq HawksHave Bush’s Ear», Chicago Tribune, 18 de agosto de 2002.

6 Joe Klein, «How Israel Is Wrapped Up in Iraq», Time, 10 de febre-ro de 2003.

7 Senador Ernest F. Hollings, «Bush’s Failed Mideast Policy Is Crea-ting More Terrorism», Charleston Post and Courier (en línea), 6 de mayode 2004; y «Sen. Hollings Floor Statement Setting the Record Straighton His Mideast Newspaper Column», 20 de mayo de 2004, original-mente colgado en la página web del ex senador (ya difunto) y que to-davía puede encontrarse en www.shalomctr.org/node/620.

8 «ADL Urges Senator Hollings to Disavow Statements on Jews andthe Iraq War», Comunicado de prensa de la ADL, 14 de mayo de 2004.

9 Matthew E. Berger, «Not So Gentle Rhetoric from the Gentlemanfrom South Carolina», JTA.org, 23 de mayo de 2004; «Sen. HollingsFloor Statement»; «Senator Lautenberg’s Floor Statement in Support ofSenator Hollings», 3 de junio de 2004, http://lautenberg.senate.gov/newsroom/video.cfm.

10 Aluf Benn, «Scapegoat for Israel», Ha’aretz, 13 de mayo de 2004;Matthew Berger, «Will Some Jews’ Backing for War in Iraq Have Re-percussions for All?» JTA.org, 10 de junio de 2004; Patrick J. Bucha-nan, «Whose War?» American Conservative, 24 de marzo de 2003; Ar-naud de Borchgrave, «A Bush-Sharon Doctrine?», Washington Times,14 de febrero de 2003; Ami Eden, «Israel’s Role: The “Elephant”They’re Talking About», Forward, 28 de febrero de 2003; «The Ground

NOTAS

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Shifts», Forward, 28 de mayo de 2004; Nathan Guttman, «ProminentU.S. Jews, Israel Blamed for Start of Iraq War», Ha’aretz, 31 de mayo de2004; Spencer S. Hsu, «Moran Said Jews Are Pushing War», Washing-ton Post, 11 de marzo de 2003; Lawrence F. Kaplan, «Toxic Talk onWar», Washington Post, 18 de febrero de 2003; E. J. Kessler, «Gary HartSays “Dual Loyalty” Barb Was Not Aimed at Jews», Forward, 21 de febre-ro de 2003; Ori Nir y Ami Eden, «Ex-Mideast Envoy Zinni Charges Neo-cons Pushed Iraq War to Benefit Israel», Forward, 28 de mayo de 2004;y Robert Novak, «Sharon’s War?» CNN.com, 26 de diciembre de 2002.

11 Citado en Akiva Eldar, «Sharp Pen, Cruel Tongue», Ha’aretz, 13de abril de 2007.

12 Michael Kinsley, «What Bush Isn’t Saying About Iraq», Slate.com,24 de octubre de 2002. Véase también Michael Kinsley, «J’Accuse, SortOf», Slate.com, 12 de marzo de 2003.

13 Nathan Guttman, «Some Blame Israel for U.S. War in Iraq»,Ha’aretz, 5 de marzo de 2003.

14 Bill Keller, «Is It Good for the Jews?», New York Times, 8 de marzode 2003.

15 Ori Nir, «FBI Probe: More Questions than Answers», Forward, 13de mayo de 2005.

16 Shai Feldman, «The Bombing of Osiraq—Revisited», Internatio-nal Security 7, n.º 2, otoño de 1982, pp. 114-142; y Dan Reiter, «Preven-tive Attacks Against Nuclear Programs and the “Success” at Osiraq»,Nonproliferation Review 12, n.º 2, julio de 2005, pp. 355-371.

17 Joel Brinkley, «Confrontation in the Gulf: Israelis Worried byU.S. Restraint», New York Times, 30 de agosto de 1990; Joel Brinkley,«Top Israelis Warn of Deep Worry over Diplomatic Accord in Gulf»,New York Times, 4 de diciembre de 1990; Hugh Carnegy, «Pullout NotEnough, Says Israel», Financial Times, 10 de enero de 1991; SabraChartrand, «Israel Warns Against a Gulf Retreat», New York Times, 6 dediciembre de 1990; Jackson Diehl, «Israelis Fear Iraqi Threat Will En-dure», Washington Post, 29 de agosto de 1990; Rowland Evans y RobertNovak, «Israel’s Call for Action», Washington Post, 24 de agosto de1990; Michael Massing, «The Way to War», New York Review of Books, 28de marzo de 1991, 17-22; Martin Merzer, «Israel Hopes Diplomacy


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Won’t Let Iraqi Stay in Power», Miami Herald, 29 de agosto de 1990; y«Sharon to Americans: Blast Iraqis Immediately», Jerusalem Post, 12 deagosto de 1990.

18 Aluf Benn, «Sharon Shows Powell His Practical Side», Ha’aretz,26 de febrero de 2001.

19 Seymour Hersh, «The Iran Game», New Yorker, 3 de diciembre de2001, 42-49; Peter Hirschberg, «Background: Peres Raises IranianThreat», Ha’aretz, 5 de febrero de 2002; David Hirst, «Israel ThrustsIran in Line of US Fire», Guardian, 2 de febrero de 2002; «Israel OnceAgain Sees Iran as a Cause for Concern», Ha’aretz, 7 de mayo de 2001;y Alan Sipress, «Israel Emphasizes Iranian Threat», Washington Post, 7de febrero de 2002.

20 Robert Novak, «Netanyahu’s Nuke Warning», Chicago Sun-Times,14 de abril de 2002; Robert Novak, «War on Iraq Won’t Be “Cake-walk”», Chicago Sun-Times, 25 de abril de 2002; y William Raspberry,«To Solve the Crisis», Washington Post, 15 de abril de 2002.

21 Elizabeth Sullivan, «Sharon Aide Expects United States to AttackIraq; He Says Saddam Must Be Stopped from Making Nuclear Arms»,Cleveland Plain Dealer (en línea), 3 de mayo de 2002.

22 Citado en Joyce Howard Price, «Peres Encourages U.S. Actionon Iraq», Washington Times, 12 de mayo de 2002.

23 Ehud Barak, «No Quick Fix», Washington Post, 8 de junio de 2002. 24 Citado en Gideon Alon, «Sharon to Panel: Iraq Is Our Biggest

Danger», Ha’aretz, 13 de agosto de 2002. Véase también Nina Gilbert,«Iraq Poses Greatest Threat», Jerusalem Post, 13 de agosto de 2002.

25 «Israel to US: Don’t Delay Iraq Attack», CBSNews.com, 16 de agos-to de 2002. Las citas de Sharon y de Peres pertenecen a Aluf Benn,«PM Urging U.S. Not to Delay Strike Against Iraq», Ha’aretz, 16 deagosto de 2002. La cita de Gissen es de Jason Keyser, «Israel Urges U.S.to Attack», Washington Post, 16 de agosto de 2002. La cita de Shiryproviene de Ben Lynfield, «Israel Sees Opportunity in Possible USStrike on Iraq», Christian Science Monitor, 30 de agosto de 2002. Véasetambién Anton La Guardia, «Sharon Urges America to Bring DownSaddam», Daily Telegraph (Londres), 17 de agosto de 2002; ReuvenPedhatzur, «Israel’s Interest in the War on Saddam», Ha’aretz, 4 de

NOTAS

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agosto de 2002; Jonathan Steele, «Israel Puts Pressure on US to StrikeIraq», Guardian, 17 de agosto de 2002; Walter Rodgers, «Rice and PeresWarn of Iraqi Threat», CNN.com, 16 de agosto de 2002; Tony Snow etal., entrevista a Ra’anon Gissen, «Fox Special Report with Brit Hume»,16 de agosto de 2002; y Ze’ev Schiff, «Into the Rough», Ha’aretz, 16 deagosto de 2002.

26 Benn, «PM Urging U.S.». Para pruebas adicionales de que «Israely sus partidarios» estaban muy preocupados en 2002 de que «sus crí-ticos alegaran que Estados Unidos iba a la guerra en defensa de Israel»,o, como algunos sugirieron, «a instancias de Israel», véase Marc Perel-man, «Iraqi Move Puts Israel in Lonely U.S. Corner», Forward, 20 deseptiembre de 2002.

27 Para las inquietudes del lobby en la carrera a la Guerra del Golfode 1991, véase John B. Judis, «Jews and the Gulf: Fallout from the Six-Week War», Tikkun, mayo-junio 1991; Allison Kaplan, «Saddam SplitsJewish Lobby», Jerusalem Post, 14 de enero de 1991; y David Rogers,«Pro-Israel Lobbyists Quietly Backed Resolution Allowing Bush toCommit U.S. Troops to Combat», Wall Street Journal, 28 de enero de1991. Acerca de las preocupaciones de Israel en aquella misma época,véase Brinkley, «Top Israelis Warn of Deep Worry»; Carnegy, «PulloutNot Enough»; Chartrand, «Israel Warns»; Diehl, «Israelis Fear IraqiThreat»; y Merzer, «Israel Hopes». La cita de Buchanan proviene deChris Reidy, «The War between the Columnists Gets Nasty», BostonGlobe, 22 de septiembre de 1990.

28 Benn, «PM Aide»; y Keyser, «Israel Urges U.S. to Attack». 29 Citado en Rodgers, «Rice and Peres Warn of Iraqui Threat». 30 Benn, «PM Aide».31 Alon, «Sharon to Panel». En una rueda de prensa que el presi-

dente Bush dio en la Casa Blanca el 16 de octubre de 2002, Sharondijo: «Me gustaría darle las gracias, señor presidente, por la amistad ycooperación. Y por lo que yo recuerdo, no creo que en los últimosaños hayamos tenido tan buenas relaciones con ningún presidente deEstados Unidos y con ningún gobierno hemos disfrutado de la coope-ración de que gozamos ahora». «President Bush Welcomes Prime Mi-nister Sharon to White House; Question and Answer Session with the


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Press», transcripción de la rueda de prensa, Departamento de Estado deEstados Unidos, 16 de octubre de 2002. Véase también Robert G. Kaiser,«Bush and Sharon Nearly Identical on Mideast Policy», WashingtonPost, 9 de febrero de 2003.

32 Shlomo Brom, «An Intelligence Failure», Strategic Assessment,Centro Jaffee de Estudios Estratégicos, Universidad de Tel Aviv, 6, n.º 3,noviembre de 2003, 9. Véase también «Intelligence Assessment: Se-lections from the Media, 1998-2003», ibíd., 17-19; Gideon Alon, «Re-port Slams Assessment of Dangers Posed by Libya, Iraq», Há aretz, 28 demarzo de 2004; Dan Baron, «Israeli Report Blasts Intelligence forExaggerating the Iraqi Threat», JTA.org, 29 de marzo de 2004; MollyMoore, «Israel Shares Blame on Iraq Intelligence, Report Says»,Washington Post, 5 de diciembre de 2003; Greg Myre, «Israeli ReportFaults Intelligence on Iraq», New York Times, 28 de marzo de 2004; OriNir, «Senate Report on Iraq Intel Points to Role of Jerusalem», For-ward, 16 de julio de 2004; y James Risen, State of War: The Secret Historyof the CIA and the Bush Administration, Nueva York, Simon & Schuster,2006, pp. 72-73.

33 Sobre el fenómeno general de echarle la culpa a otros, véaseJohn J. Mearsheimer, The Tragedy of Great Power Politics, Nueva York,Norton, 2001, 157-162.

34 Citado en Perelman, «Iraqi Move». 35 Herb Keinon, «Sharon to Putin: Too Late for Iraq Arms Inspec-

tion», Jerusalem Post, 1 de octubre de 2002. 36 «Peres Questions France Permanent Status on Security Coun-

cil», Ha’aretz, 20 de febrero de 2003. 37 Perelman, «Iraqi Move». 38 Shlomo Avineri, «A Haunting Echo», Los Angeles Times, 24 de no-

viembre de 2002. Véase también Benjamín Netanyahu, «The Case forToppling Saddam», Wall Street Journal, 20 de septiembre de 2002; yNathan Guttman, «Shimon Peres Warns Against Repeat of 1930s Ap-peasement», Ha’aretz, 15 de septiembre de 2002.

39 Para algunos editorials representativos, véase «Next Stop, Bagh-dad», editorial del Jerusalem Post, 15 de noviembre de 2001; «Don’tWait for Saddam», editorial del Jerusalem Post, 18 de agosto de 2002;

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«Making the Case for War», editorial del Jerusalem Post, 9 de septiem-bre de 2002. Si se desea consultar algunos artículos de opinión, véaseRon Dermer, «The March to Baghdad», Jerusalem Post, 21 de diciem-bre de 2001; Efraim Inbar, «Ousting Saddam, Instilling Stability», Jeru-salem Post, 8 de octubre de 2002; y Gerald M. Steinberg, «Imaginingthe Liberation of Iraq», Jerusalem Post, 18 de noviembre de 2001.

40 «Don’t Wait for Saddam». 41 Ehud Barak, «Taking Apart Iraq’s Nuclear Threat», New York Ti-

mes, 4 de septiembre de 2002.42 Netanyahu, «The Case for Toppling Saddam». Véase también

Benjamin Netanyahu, «U.S. Must Beat Saddam to the Punch», Chica-go Sun-Times, 17 de septiembre de 2002.

43 Véase, por ejemplo, «Benjamin Netanyahu Testifies About Iraqto Congress», CNN Live Event, CNN.com, 12 de septiembre de 2002;Jim Lobe, «Hawks Justify Iraq Strike as War for Democracy», InterPress Service, September 27, 2002; y Janine Zacharia, «Netanyahu: USMust Guarantee Israel’s Safety from Iraqi Attack», Jerusalem Post, 13 deseptiembre de 2002.

44 Aluf Benn, «Background: Enthusiastic IDF Awaits War in Iraq»,Ha’aretz, 17 de febrero de 2002; James Bennet, «Israel Says War onIraq Would Benefit the Region», New York Times, 27 de febrero de2003; y Chemi Shalev, «Jerusalem Frets as U.S. Battles Iraq War De-lays», Forward, 7 de marzo de 2003.

45 Citado en James Bennet, «Clinton Redux», The Atlantic@Aspen, 8de julio de 2006.

46 Asher Arian, «Israeli Public Opinion on National Security 2002»,Centro Jaffe de Estudios Estratégicos, Universidad de Tel Aviv, Memo-randum n.º 61, julio de 2002, 10, 34.

47 Ephraim Yaar y Tamar Hermann, «Peace Index: Most IsraelisSupport the Attack on Iraq», Ha’aretz, 6 de marzo de 2003. En relacióncon Kuwait, de acuerdo con una encuesta de opinión realizada en mar-zo de 2003, el 89,6 por ciento de los kuwaitíes estaba a favor de la guerracontra Irak. James Morrison, «Kuwaitis Support War», Washington Times,18 de marzo de 2003. En una encuesta realizada en Israel a primeros demarzo de 2007, el 59 por ciento de los encuestados afirmó que la deci-


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sión de Estados Unidos de invadir Irak era acertada. «Poll Shows ThatIsrael Is a Staunch American Ally», comunicado de prensa de la ADL,18 de mayo de 2007. En ese momento, la mayoría de los estadouniden-ses afirmaba que la guerra había sido un trágico error.

48 «America’s Image Further Erodes, Europeans Want Weaker Ties:a Nine-Country Survey», Centro de Investigación Pew para el Ciuda-dano y la Prensa, Washington, DC, 18 de marzo de 2003. Véase tam-bién Alan Travis e Ian Black, «Blair’s Popularity Plummets», Guardian,18 de febrero de 2003.

49 Gideon Levy, «A Deafening Silence», Ha’aretz, 6 de octubre de2002.

50 Véase Dan Izenberg, «Foreign Ministry Warns Israeli War TalkFuels US Anti-Semitism», Jerusalem Post, 10 de marzo de 2003, que se-ñalaba que el Ministerio de Asuntos Exteriores había recibido infor-mes de Estados Unidos que aseguraban que los israelíes tenían queser más discretos porque los medios estadounidenses afimaban que Is-rael trataba de «empujar a Estados Unidos a la guerra».

51 Citado en Dana Milbank, «Group Urges Pro-Israel Leaders Silen-ce on Iraq», Washington Post, 27 de noviembre de 2002.

52 David Horovitz, «Sharon Warns Colleagues Not to Discuss IraqConflict», Irish Times, 12 de marzo de 2003. Véase también James Ben-net, «Threats and Responses: Israel’s Role; Not Urging War, SharonSays», New York Times, 11 de marzo de 2003; y Aluf Benn, «Sharon SaysU.S. Should Also Disarm Iran, Libya and Syria», Ha’aretz, 18 de febre-ro de 2003.

53 La influencia de los neoconservadores y de sus aliados se vio am-pliamente reflejada antes de la guerra y los siguientes artículos la reco-gen con claridad. Todos ellos están escritos antes o justo después deque empezase la guerra: Joel Beinin, «Pro-Israel Hawks and the SecondGulf War», Middle East Report Online, 6 de abril de 2003; Elisabeth Bu-miller y Eric Schmitt, «On the Job and at Home, Influential Hawks’30-Year Friendship Evolves», New York Times, 11 de septiembre de2002; Kathleen y Bill Christison, «A Rose by Another Name: The BushAdministration’s Dual Loyalties», CounterPunch.org, 13 de diciembrede 2002; Robert Dreyfuss, «The Pentagon Muzzles the CIA», American

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Prospect, 16 de diciembre de 2002; Michael Elliott y James Carney,«First Stop, Iraq», Time, 31 de marzo de 2003; Seymour Hersh, «TheIraq Hawks», New Yorker, 24-31 de diciembre de 2001, 58-63; MichaelHirsh, «Hawks, Doves and Dubya», Newsweek, 2 de septiembre de 2002;Glenn Kessler, «U.S. Decision on Iraq Has Puzzling Past», WashingtonPost, 12 de enero de 2003; Joshua M. Marshall, «Bomb Saddam?»,Washington Monthly, junio de 2002; Dana Milbank, «White House Pushfor Iraqi Strike Is on Hold», Washington Post, 18 de agosto de 2002;Susan Page, «Showdown with Saddam: The Decision to Act», USA To-day, 11 de septiembre de 2002; Sam Tanenhaus, «Bush’s Brain Trust»,Vanity Fair, julio de 2003; Patrick E. Tyler y Elaine Sciolino, «Bush Ad-visers Split on Scope of Retaliation», New York Times, 20 de septiembrede 2001; y Jason A. Vest, «The Men from JINSA and CSP», Nation, 2-9 deseptiembre de 2002.

54 Janine Zacharia, «All The President’s Middle East Men», Jerusa-lem Post, 19 de enero de 2001.

55 «Rally Unites Anguished Factions Under Flag of “Stand with Is-rael”», Forward, 19 de abril de 2002; y «Forward 50», Forward, 15 de no-viembre de 2002.

56 John McCaslin, «Israeli-Trained Cops», Washington Times, 5 denoviembre de 2002; y Bret Stephens, «Man of the Year», Jerusalem Post(Rosh Hashana Supplement), 6 de septiembre de 2003; y Janine Za-charia, «Invasive Treatment», ibíd. Otros artículos interesantes sobrePaul Wolfowitz: Peter J. Boyer, «The Believer», New Yorker, 1 de noviem-bre de 2004; Michael Dobbs, «For Wolfowitz, a Vision May Be Reali-zed», Washington Post, 7 de abril de 2003; James Fallows, «The Unila-teralist», Atlantic, marzo de 2002; Bill Keller, «The Sunshine Warrior»,New York Times Magazine, 22 de septiembre de 2002; y «Paul Wolfowitz,Velociraptor», Economist, 7 de febrero de 2002.

57 Véase, por ejemplo, Douglas J. Feith, «The Inner Logic of Israel’sNegotiations: Withdrawal Process, Not Peace Process», Middle EastQuarterly 3, n.º 1 (marzo de 1996); y Douglas Feith, «A Strategy for Is-rael», Commentary, septiembre de 1997. Algunos comentarios muyútiles sobre el punto de vista de Feith pueden consultarse en JeffreyGoldberg, «A Little Learning: What Douglas Feith Knew and When


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He Knew It», New Yorker, 9 de mayo de 2005; Jim Lobe, «Losing Feith,or Is the Bush Team Shedding Its Sharper Edges?», Daily Star (en lí-nea), 31 de enero de 2005; James J. Zogby, «A Dangerous Appoint-ment: Profile of Douglas Feith, Undersecretary of Defense UnderBush», Centro de Información Sobre Oriente Próximo, 18 de abrilde 2001; e «Israeli Settlements: Legitimate, Democratically Manda-ted, Vital to Israel’s Security and, Therefore, in U.S. Interest», Cen-tro de Política de Seguridad, Informe de Transición n.º 96-T 130, 17de diciembre de 1996. Adviértase que el título de este documento,que fue publicado por una organización del lobby, identifica los inte-reses de Israel con los intereses de Estados Unidos. En «LosingFeith», Lobe escribe: «Según un informe interno de Washington, elInforme Nelson, en 2003, cuando Feith, que sustituía a Rumsfeld enuna “reunión de notables” de varios organismos dedicada a OrientePróximo, concluyó sus comentarios en nombre del Pentágono, [laconsejera de Seguridad Nacional Condoleezza] Rice dijo: “Gracias,Doug, pero cuando queramos saber la postura de Israel, llamaremosal embajador”».

58 «A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm» fue pre-parado por el Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos de Jerusa-lén y publicado en junio de 1996. Puede consultarse en www.iasps.org/strat1.htm.

59 Akiva Eldar, «Perles of Wisdom for the Feithful», Ha’aretz, 1 de oc-tubre de 2002.

60 Packer, Assassins’ Gate, p. 32. 61 «Israel’s UN Ambassador Slams Qatar, Praises U.S. Envoy Bol-

ton», Ha’aretz, 23 de mayo de 2006. Véase también «Bolton Is Israel’sSecret Weapon, Says Gillerman», Big News Network.com, 18 de noviem-bre de 2006; y Ori Nir, «Senate Probes Bolton’s Pro-Israel Efforts», For-ward, 6 de mayo de 2005.

62 Marc Perelman, «Siding with White House, Groups Back Bol-ton», Forward, 17 de noviembre de 2006; y «Dear John», editorial deForward, 8 de diciembre de 2006.

63 Ori Nir, «Libby Played Leading Role on Foreign Policy Deci-sions», Forward, 4 de noviembre de 2005.

NOTAS

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64 «He Tarries: Jewish Messianism and the Oslo Peace», Conferen-cia Rennert de 2002. Krauthammer defiende con ardor a Israel en to-das sus columnas.

65 Asla Aydintasbas, «The Midnight Ride of James Woolsey», Salon.com,20 de diciembre de 2001; Anne E. Kornblut y Bryan Bender, «CheneyLink of Iraq, 9/11 Dismissed», Boston Globe, 16 de septiembre de 2003; Da-vid E. Sanger y Robin Toner, «Bush and Cheney Talk Strongly of QaedaLinks with Hussein», New York Times, 18 de junio de 2004; y R. James Wo-olsey, «The Iraq Connection», Wall Street Journal, 18 de octubre de 2001.

66 Goldberg añadió: «Entre los judíos que se encuentran en las in-mediaciones del lobby, el apoyo a la inminente guerra casi se da por he-cho: varios están perplejos ante la sugerencia de que cualquier tipode oposición enérgica a una invasión de Irak casi se da por hecha».Michelle Goldberg, «Why American Jewish Groups Support War withIraq», Salon.com, 14 de septiembre de 2002.

67 «An Unseemly Silence», editorial de Forward, 7 de mayo de 2004. 68 Nacha Cattan, «Resolutions on Invasion Divide Jewish Leadership»,

Forward, 11 de octubre de 2002; Laurie Goodstein, «Threats and Res-ponses: American Jews; Divide Among Jews Leads to Silence on IraqWar», New York Times, 15 de marzo de 2003; y Milbank, «Group Urges».

69 Matthew E. Berger, «Jewish Groups Back U.S. Stand on Iraq», Je-wish Journal (en línea), 18 de octubre de 2002; y Jewish Council for Pu-blic Affairs, «Statement on Iraq», adoptado por la Junta de Directoresde la JCPA, octubre de 2002.

70 Mortimer B. Zuckerman, «No Time for Equivocation», U.S. News& World Report, 26 de agosto-2 de septiembre de 2002. Véase tambiénMortimer B. Zuckerman, «No More Cat and Mouse», U.S. News &World Report, 28 de octubre de 2002; Mortimer B. Zuckerman, «Clearand Compelling Proof», U.S. News & World Report, 10 de febrero de 2003;y Mortimer B. Zuckerman, «The High Price of Waiting», U.S. News &World Report, 10 de marzo de 2003.

71 Ambas citas son de Goldberg, «Why American Jewish Groups». 72 Gary Rosenblatt, «The Case for War Against Saddam», Jewish

Week, 13 de diciembre de 2002. Véase también Gary Rosenblatt, «HusseinAsylum», Jewish Week, 23 de agosto de 2002.


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73 Ron Kampeas, «Cheney: Iran, Iraq a Package Deal», JTA.org, 13de marzo de 2007.

74 Nathan Guttman, «Background: AIPAC and the Iraqi Opposi-tion», Ha’aretz, 7 de abril de 2003. Véase también Dana Milbank, «ForIsrael Lobby Group, War Is Topic A, Quietly», Washington Post, 1 deabril de 2003.

75 David Twersky, «A Bittersweet Affair for AIPAC», New York Sun, 23de enero de 2003. Sobre el ADL, véase Cattan, «Resolutions on Inva-sion»; Nacha Cattan, «Jewish Groups Pressed to Line Up on Iraq», For-ward, 23 de agosto de 2002; y Nathan Guttman, «Groups Mum onIraq, Despite Antiwar Tide», Forward, 2 de marzo de 2007.

76 Jeffrey Goldberg, «Real Insiders: A Pro-Israel Lobby and an FBISting», New Yorker, 4 de julio de 2005. Near East Report (NER, Informesobre Oriente Próximo) es una publicación quincenal del AIPAC quese ocupa de temas relacionados con Oriente Próximo y en la que enlos meses previos a la guerra se publicaron muchos artículos que seocupaban de la cuestión de Irak. Aunque ninguno reclama explícita-mente la invasión de Irak, todos retratan a Sadam como una amena-za especialmente peligrosa y dejan al lector pocas dudas de que tantoIsrael como Estados Unidos se verían en graves problemas en caso deno derrocarlo. Véase, por ejemplo, «Saddam’s Diversion», NER, 7de octubre de 2002; entrevista a Ze’ev Schiff, NER, 21 de octubre de2002; entrevista a Amatzia Baram, NER, 25 de febrero de 2002; entre-vista a Amatzia Baram, NER, 7 de octubre de 2002; entrevista a Ken-neth M. Pollack, NER, 23 de septiembre de 2002; «Arming Iraq», NER,1 de julio de 2002; y «Backing Saddam», NER, 3 de febrero de 2003.

77 John Bresnahan, «GOP Turns to Israeli Lobby to Boost Iraq Sup-port», Roll Call, 6 de octubre de 2003.

78 Matthew E. Berger, «Bush Makes Iraq Case in AIPAC Appearan-ce», Deep South Jewish Voice (en línea), 11 de mayo de 2004.

79 David Horovitz, «Editor’s Notes: Wading into the Great Debate»,Jerusalem Post, 15 de marzo de 2007. Según Ron Kampeas, «el mensa-je de Cheney no fue recibido con mucho entusiasmo. Sólo cerca deun tercio a la mitad de los presentes […] le aplaudieron con cortesía».Véase «Cheney: Iran, Iraq, a Package Deal». De igual modo, Nathan

NOTAS

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Guttman escribió que el discurso de Cheney «recibió una tibia acogi-da». Véase «Cheney Links Action on Iran to Winning Iraq», Forward,16 de marzo de 2007. Sin embargo, escribiendo en Salon, Gregory Le-vey señaló: «Cheney recibió una tibia acogida y un aplauso forzado».Véase «Inside America’s Powerful Israel Lobby», Salon.com, 16 de mar-zo de 2007.

80 Sobre la acogida dispensada a Boehner y Pelosi, véase Guttman,«Cheney Links Action»; Levey, «Inside»; e Ian Swanson, «Pelosi HearsBoos at AIPAC», The Hill (en línea), 13 de marzo de 2007.

81 Guttman, «Groups Mum on Iraq». 82 Ibíd.; y Jeffrey M. Jones, «Among Religious Groups, Jewish Ame-

ricans Most Strongly Oppose War», Gallup News Service, 23 de febrerode 2007.

83 Poco antes de que Estados Unidos invadiera Irak, el congresistaJames P. Moran armó un gran revuelo al declarar: «Si no fuera por elfirme apoyo de la comunidad judía a esta guerra con Irak, no haría-mos esto». Citado en Hsu, «Moran Said». Sin embargo, Moran se equi-vocaba, porque en la comunidad judía no estaba tan extendido el apo-yo a la guerra de Irak. Debería haber dicho: «Si no fuera por el granapoyo de los neoconservadores y el liderazgo del lobby israelí a estaguerra con Irak, no lo haríamos».

84 Samuel G. Freedman, «Don’t Blame Jews for This War», USA To-day (en línea), 2 de abril de 2003. Véase también James D. Besser,«Jews Souring on Iraq War», Jewish Week, 24 de septiembre de 2004;Goodstein, «Threats and Responses»; y Ori Nir, «Poll Finds Jewish Po-litical Gap», Forward, 4 de febrero de 2005. La misma situación se pro-dujo antes de la guerra del Golfo de 1991. Cuando el Congreso votópor la guerra el 12 de enero de 1991, «la única organización judía im-portante de Washington que no defendió la postura de la Administra-ción fue American Friends of Peace Now (Amigos Estadounidensespor la Paz Ahora), que defendía continuar con las sanciones». Judis,«Jews and the Gulf», 13. Pese a los esfuerzos del lobby en favor de laguerra del Golfo de 1991, una gran parte de la comunidad judioesta-dounidense se oponía al conflicto, y lo mismo sucedió en 2003. Porejemplo, entre los miembros judíos de la Cámara de Representantes


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hubo diecisiete frente a dieciséis en contra de la resolución de apoyoa la guerra; y los senadores votaron cinco frente a tres contra ella.Ibíd., 14. Este resultado refleja el hecho de que, frente a lo que ocu-rrió en 2002 y 2003, entre 1990 y 1991 se produjo un serio debate paradecidir si se iba a la guerra o no, y también el hecho de que, a veces,el lobby adopta posiciones que se oponen a la opinión mayoritaria dela comunidad judioestadounidense.

85 La carta del 26 de enero de 1998 puede encontrarse en la páginaweb del PNAC, www.newamericancentury.org/iraqclintonletter.htm; lacarta del 19 de febrero de 1998 puede consultarse en la página web deIraq Watch, www.iraqwatch.org/perspectives/rumsfeldopenletter.htm.Para investigar la historia del Comité de Paz y Seguridad del Golfo,véase Judis, «Jews and the Gulf», 12. Véase también la carta del 29 demayo de 1998, carta dirigida al portavoz de la Cámara Newt Gingrichy al líder de la mayoría en el Senado Trent Lott y escrita bajo los auspiciosdel PNAC, www.newamericancentury.org/iraqletter1998.htm. Deberíasubrayarse que los neoconservadores defendieron la invasión de Irakpara derrocar a Sadam. Véase «The End of Containment», Weekly Stan-dard, 1 de diciembre de 1997; Zalmay M. Khalilzad y Paul Wolfowitz,«Overthrow Him», ibíd.; Frederick W. Kagan, «Not by Air Alone»,ibíd.; y Robert Kagan, «A Way to Oust Saddam», Weekly Standard, 28 deseptiembre de 1998.

86 Un ejemplar de la Ley de Liberación de Irak puede encontrarseen www.iraqwatch.org/government/US/Legislation/ILA.htm.

87 John Dizard, «How Ahmed Chalabi Conned the Neocons», Sa-lon.com, 4 de mayo de 2004; «Iraqi Myths», editorial del Jerusalem Post,7 de octubre de 1998; Seth Gitell, «Neocons Meet Israeli to Gain U.S.Backing», Forward, 31 de julio de 1998; Kagan, «A Way to Oust Saddam»;Martin Kettle, «Pentagon Balks at ‘Idiotic’ Law Urging Bay of Pigs–typeInvasion of Iraq», Guardian, 21 de octubre de 1998; y Vernon Loeb,«Congress Stokes Visions of War to Oust Saddam; White House FearsFiasco in Aid to Rebels», Washington Post, 20 de octubre de 1998. So-bre JINSA, véase «Concrete Responses to Saddam», JINSA Online, in-forme n.º 79, 10 de agosto de 1998; «To Overthrow Saddam», JINSAOnline, informe n.º 82, 2 de octubre de 1998; «Spring 1998 Board Re-

NOTAS

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solution-Iraq», JINSA Online, 22 de marzo de 1998; y «Resolution inSupport of the Iraqi Opposition», JINSA Online, 19 de octubre de1998.

88 Véanse los comentarios de Clinton después de que firmara laLey de Liberación de Irak de 1998. Declaración del Presidente, Ofici-na de Prensa de la Casa Blanca, 31 de octubre de 1998. Véase tambiénKettle, «Pentagon Balks»; y Loeb, «Congress Stokes».

89 Vernon Loeb, «Saddam’s Iraqi Foes Heartened by Clinton»,Washington Post, 16 de noviembre de 1998; Nicholas Lemann, «TheIraq Factor: Will the New Bush Team’s Old Memories Shape Its ForeignPolicies?» New Yorker, 22 de enero de 2001; y Robert Litwak, Rogue Sta-tes and U.S. Foreign Policy, Washington, DC, Woodrow Wilson CenterPress, 2000, cap. 4.

90 Packer, Assassins’ Gate, 41. 91 Jane Perlez, «Capitol Hawks Seek Tougher Line on Iraq», New

York Times, 7 de marzo de 2001; y «Have Hawks Become Doves?», edi-torial del Washington Times, 8 de marzo de 2001. Véase también Ste-fan Halper y Jonathan Clarke, America Alone: The Neo-Conservativesand the Global Order, Nueva York, Cambridge University Press, 2004,pp. 129-131.

92 Richard A. Clarke, Against All Enemies: Inside America’s War on Terror,Nueva York, Free Press, 2004; y Ron Suskind, The Price of Loyalty: Geor-ge W. Bush, the White House and the Education of Paul O’Neill, Nueva York,Simon & Schuster, 2004.

93 Bob Woodward, Plan of Attack, Nueva York, Simon & Schuster,2004, 12. Véase también Lemann, «Iraq Factor»; y Eric Schmitt y Ste-ven Lee Meyers, «Bush Administration Warns Iraq on Weapons Pro-grams», New York Times, 23 de enero de 2001.

94 También señaló que si Irak se hacía con armas de destrucciónmasiva, la respuesta más adecuada de Estados Unidos sería «una de-claración clásica y clara de disuasión: si se hacen con armas de destruc-ción masiva, no podrá usarlas porque cualquier intento de hacerlo sesaldará con la destrucción total de ese país». Condoleezza Rice, «Pro-moting the National Interest», Foreign Affairs 79, n.º 1 (enero-febrerode 2000), pp. 60-62.


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95 Timothy Noah, «Dick Cheney, Dove», Slate.com, 16 de octubre de2002; Adam Meyerson, «Calm After Desert Storm», entrevista a DickCheney, Policy Review 65, verano de 1993.

96 Citado en Kessler, «U.S. Decision on Iraq Has Puzzling Past»,Elliott y Carney («First Stop, Iraq») afirman que a ciertos neoconser-vadores como William Kristol no les gustó nada que Cheney fuera ele-gido para acompañar a Bush en la carrera presidencial porque en laprimera guerra del Golfo Cheney defendió que había que poner fin ala guerra. Pero después del 11 de septiembre de 2001, «señala Kristol,los conservadores empezaron a considerarle “un compañero de viaje”».

97 Elliott y Carney, «First Stop, Iraq»; Glenn Kessler y Peter Slavin,«Cheney Is Fulcrum of Foreign Policy», Washington Post, 13 de octubrede 2002; Kessler, «U.S. Decision on Iraq Has Puzzling Past»; y «VicePresident Dick Cheney Talks About Bush’s Energy Plan», entrevista aTim Russert en NBC’s Meet the Press, 20 de mayo de 2001. Aunque elpunto de vista de Cheney sobre la conquista de Irak cambió funda-mentalmente después del 11 de septiembre, esto no ocurrió de la no-che a la mañana. Véase «The Vice President Appears on Meet thePress with Tim Russert», Camp David, Maryland, Oficina de la Secre-taría de Prensa de la Casa Blanca, 16 de septiembre de 2001. La res-puesta de Cheney a asuntos concretos sobre Irak no indica que susideas sobre la necesidad de derrocar a Irak hubieran cambiado a loscinco días de la caída de las Torres Gemelas.

98 Las dos citas de Kagan provienen de Packer, Assassins’ Gate, 38.Véanse también unos comentarios similares del propio Packer enibíd., 32.

99 Woodward, Plan of Attack, 25-26. 100 Page, «Showdown with Saddam». 101 Elliott y Carney, «First Stop, Iraq». Woodward describe a Wolfo-

witz «como un tambor que no cesa de tocar». Plan of Attack, 22. 102 Woodward, Plan of Attack, 1-44. 103 En relación a la influencia de los neoconservadores sobre Cheney,

véase Elliott y Carney, «First Stop, Iraq»; Page, «Showdown with Sad-dam»; Michael Hirsh, «Bernard Lewis Revisited», Washington Monthly,noviembre de 2004, 13-19; Frederick Kempe, «Lewis’s “Liberation” Doc-

NOTAS

161


trine for Mideast Faces New Tests», Wall Street Journal, 13 de diciembre de2005; y Carla Anne Robbins y Jeanne Cummings, «How Bush DecidedThat Hussein Must Be Ousted from Atop Iraq», Wall Street Journal, 14 dejunio de 2002. Sobre Ajami en particular, véase Adam Shatz, «The Nati-ve Informant», Nation, 28 de abril de 2003.

104 Jacob Weisberg, «Are Neo-cons History?», Financial Times, 14 demarzo de 2007. Este artículo deja claro que Cheney y Lewis mantie-nen una estrecha relación.

105 Woodward describe sucintamente la influencia de Libby enPlan of Attack (48-49): «Libby ostentaba tres cargos oficiales: era jefe dePersonal del vicepresidente Cheney; era también consejero de Seguri-dad Nacional del vicepresidente y, además era asesor del presidenteBush. Es probable que nadie haya acumulado tres cargos de tanta im-portancia anteriormente: Scooter era un núcleo de poder en sí mismo[…] Libby era uno de los dos notables que asistía a las reuniones delConsejo de Seguridad Nacional con el presidente y a las reunionesde notables que presidía Rice». Véase también ibíd., 50-51, 288-292,300-301, 409-410; Bumiller y Schmitt, «On the Job and at Home»; Ka-ren Kwiatkowski, «The New Pentagon Papers», Salon.com, 10 de marzode 2004; y Tyler y Sciolino, «Bush Advisers Split».

106 Tyler y Sciolino, «Bush Advisers Split». Véase también Bumillery Schmitt, «On the Job and at Home»; y William Safire, «Phony WarII», New York Times, 28 de noviembre de 2002.

107 Sobre la influencia significativa de Cheney en la Administraciónde Bush, véase Jeanne Cummings y Greg Hitt, «In Iraq Drama, Che-ney Emerges as President’s War Counselor», Wall Street Journal, 17 demarzo de 2003; Mark Hosenball, Michael Isikoff y Evan Thomas,«Cheney’s Long Path to War», Newsweek, 17 de noviembre de 2003;Kessler y Slavin, «Cheney Is Fulcrum»; Barbara Slavin y Susan Page,«Cheney Rewrites Roles in Foreign Policy», USA Today, 29 de julio de2002; y Woodward, Plan of Attack, 27-30.

108 Kessler, «U.S. Decision on Iraq Has Puzzling Past»; y Woodward,Plan of Attack, 410. Véase también ibíd., 164-165, 409.

109 Citado en Eric Schmitt, «Pentagon Contradicts General on IraqOccupation Force’s Size», New York Times, 28 de febrero de 2003.


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110 «This Goes Beyond Bin Laden», JINSA Online, 13 de septiembrede 2001. Véase también Vest, «The Men from JINSA and CSP».

111 Esta carta fue publicada en el Weekly Standard del 1 de octubrede 2001. Entre quienes la firmaron se encontraban William Bennett,Eliot Cohen, Aaron Friedberg, Donald Kagan, Robert Kagan, JeaneKirkpatrick, William Kristol, Charles Krauthammer, Richard Perle,Norman Podhoretz, Stephen Solarz y Leon Wieseltier.

112 Charles Krauthammer, «The War: A Road Map», WashingtonPost, 28 de septiembre de 2001; y Robert Kagan y William Kristol, «TheRight War», Weekly Standard, 1 de octubre de 2001. Véase también«War Aims», editorial del Wall Street Journal, 20 de septiembre de 2001.

113 Michael Barone, «War by Ultimatum», U.S. News & World Report,1 de octubre de 2001. Véase también Bill Gertz, «Iraq Suspected ofSponsoring Terrorist Attacks», Washington Times, 21 de septiembrede 2001; «Drain the Ponds of Terror», editorial del Jerusalem Post, 25 deseptiembre de 2001; William Safire, «The Ultimate Enemy», New YorkTimes, 24 de septiembre de 2001; y Mortimer B. Zuckerman, «A Ques-tion of Priorities», U.S. News & World Report, 8 de octubre de 2001.

114 La carta del 3 de abril de 2002 puede consultarse en www.newa-mericancentury.org/Bushletter040302.htm.

115 Daniel Byman, Kenneth M. Pollack y Gideon Rose, «The Roll-back Fantasy», Foreign Affairs 78, n.º 1, enero-febrero de 1999.

116 Kenneth M. Pollack, The Threatening Storm: The Case for InvadingIraq, Nueva York, Random House, 2002; Kenneth M. Pollack, «WhyIraq Can’t Be Deterred», New York Times, 26 de septiembre de 2002;Kenneth M. Pollack, «A Last Chance to Stop Iraq», New York Times, 21de febrero de 2003; Martin S. Indyk y Kenneth M. Pollack, «How BushCan Avoid the Inspections Trap», New York Times, 27 de enero de 2003;y Martin S. Indyk y Kenneth M. Pollack, «Lock and Load», Los AngelesTimes, 19 de diciembre de 2002.

117 William Kristol, «The Axis of Appeasement», Weekly Standard, 26de agosto-2 de septiembre de 2002; Robert Bartley, «Thinking ThingsOver: What We Learned», Wall Street Journal, 9 de septiembre de 2002;Michael Ledeen, «Scowcroft Strikes Out», National Review Online, 6 deagosto de 2002; George Melloan, «Who Really Doubts That Saddam’s

NOTAS

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Got to Go», Wall Street Journal, 10 de septiembre de 2002; John O’Sulli-van, «Chamberlain Deserves an Apology: Scowcroft, Hagel, and Rai-nes Are No Chamberlains», National Review Online, 3 de septiembre de2002; «This Is Opposition? There Is No Revolt in the GOP AgainstBush’s Iraq Policy», editorial del Wall Street Journal, 19 de agosto de 2002;y «Who Is Brent Scowcroft?», editorial del New York Sun, 19 de agosto de2002. Ninguno de los objetivos de la ira de los neoconservadores defen-día una política de apaciguamiento en Irak, sino la guerra.

118 William Safire, «Our “Relentless” Liberation», New York Times, 8de octubre de 2001. Véase también William Safire, «Saddam and Te-rror», New York Times, 22 de agosto de 2002; y William Safire, «Big Mo»,New York Times, 19 de noviembre de 2001.

119 Robert Kagan, «On to Phase II», Washington Post, 27 de noviem-bre de 2001; Robert Kagan y William Kristol, «What to Do AboutIraq», Weekly Standard, 21 de enero de 2002; y Safire, «Saddam andTerror».

120 Robert Kagan y William Kristol, «The U.N. Trap?», Weekly Stan-dard, 18 de noviembre de 2002; Charles Krauthammer, «A Costly Cha-rade at the U.N.», Washington Post, 28 de febrero de 2003; George F.Will, «Stuck to the U.N. Tar Baby», Washington Post, 19 de septiembrede 2002; y William Safire, «The French Connection», New York Times,14 de marzo de 2003.

121 Krauthammer, «Our First Move». Véase también Reuel MarcGerecht, «A Necessary War», Weekly Standard, 21 de octubre de 2002; yCharles Krauthammer, «Where Power Talks», Washington Post, 4 deenero de 2002.

122 Un relato excelente de la campaña de la Administración paravender la guerra de Irak es Frank Rich, The Greatest Story Ever Sold: TheDecline and Fall of Truth from 9/11 to Katrina, Nueva York, Penguin Press,2006.

123 James Bamford, A Pretext for War: 9/11, Iraq, and the Abuse of Ame-rica’s Intelligence Agencies, Nueva York, Doubleday, 2004; caps. 13-14;Karen DeYoung, Soldier: The Life of Colin Powell, Nueva York, Knopf,2006, 440-446; y Woodward, Plan of Attack, 288-292, 297-301. Véasetambién ibíd., 72, 163.


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124 Woodward, Plan of Attack, 290. 125 «Powell Regrets UN Speech on Iraq WMDs», ABC News Online, 9

de septiembre de 2005. 126 Bamford, Pretext for War, 287-291, 307-331; Julian Borger, «The

Spies Who Pushed for War», Guardian, 17 de julio de 2003; David S.Cloud, «Prewar Intelligence Inquiry Zeroes in on Pentagon Office»,Wall Street Journal, 11 de marzo de 2004; Seymour M. Hersh, «SelectiveIntelligence», New Yorker, 12 de mayo de 2003, 44-50; Kwiatkowski,«New Pentagon Papers»; W. Patrick Lang, «Drinking the Kool-Aid»,Middle East Policy 11, n.º 2, verano de 2004; Jim Lobe, «Pentagon Offi-ce Home to Neo-Con Network», Inter Press Service, 7 de agosto de 2003;Greg Miller, «Spy Unit Skirted CIA on Iraq», Los Angeles Times, 10 demarzo de 2004; Paul R. Pillar, «Intelligence, Policy, and the War in Iraq»,Foreign Affairs 85, n.º 2, marzo-abril de 2006, 15-27; James Risen, «HowPair’s Finding on Terror Led to Clash on Shaping Intelligence», NewYork Times, 28 de abril de 2004; y Eric Schmitt y Thom Shanker, «Threatsand Responses: A C.I.A. Rival; Pentagon Sets Up Intelligence Unit»,New York Times, 24 de octubre de 2002.

127 Risen, State of War, 72-73. 128 Lobe, «Pentagon Office». Sobre Makovsky, véase Jack Herman,

«A Whole New Ballgame Overseas», St. Louis Post-Dispatch, 20 de febre-ro de 1989. Este artículo fue escrito cuando Makovsky estaba a puntode dejar Estados Unidos y trasladarse a Israel. «Tengo muchas ganas deayudar a la construcción de un Estado judío», dijo a Herman, y luegoañadió: «Es como volver a las raíces».

129 Borger, «The Spies». 130 Inspector general, Departmento de Defensa, «Review of the

Pre–Iraqi War Activities of the Office of the Under Secretary of Defen-se for Policy», informe n.º 07-INTEL-04, 9 de febrero de 2007.

131 Franklin Foer, «Founding Fakers», New Republic, 18 de agosto de2003.

132 Robert Dreyfuss, «Tinker, Banker, NeoCon, Spy», American Pros-pect, 18 de noviembre de 2002. Véase también «Who Will Lead aFree Iraq?» JINSA Online, 9 de mayo de 2003; y «Creating a Post-SaddamIraq», JINSA Online, informe n.º 481, 6 de abril de 2005.

NOTAS

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133 Citado en Dreyfuss, «Tinker, Banker». Véase también MatthewE. Berger, «Iraqi Exiles and Jews Form Unlikely Alliance», Jewish News We-ekly (en línea), 18 de octubre de 2002; Juan Cole, «All the Vice-Presi-dent’s Men», Salon.com, 28 de octubre de 2005; y Michelle Goldberg,«The War over the Peace», Salon.com, 14 de abril de 2003.

134 Citado en Robert Dreyfuss, «Chalabi and AEI: The Sequel»,TomPaine.com, 10 de noviembre de 2005. Véase también Laurie Myl-roie, «Unusually Effective», New York Sun, 8 de noviembre de 2005; y Mi-chael Rubin, «Iraq’s Comeback Kid», National Review Online, 5 de di-ciembre de 2005.

135 Bernard Lewis, «Put the Iraqis in Charge», Wall Street Journal, 29de agosto de 2003. Véase también Ian Buruma, «Lost in Translation»,New Yorker, 14 de junio de 2004; y Michael Hirsh, «Bernard Lewis Re-visited», Washington Monthly, noviembre de 2004.

136 Dizard, «How Ahmed Chalabi Conned the Neocons». A media-dos de junio de 2003, Benjamín Netanyahu anunció: «No tardaránmucho en ver el petróleo iraquí fluyendo hacia Haifa». Reuters, «Ne-tanyahu Says Iraq-Israel Oil Line Not Pipe-Dream», Ha’aretz, 20 de juniode 2003. Por supuesto, esto no ocurrió y es poco probable que ocurraen un futuro previsible. Véase también Douglas Davis, «Peace with Is-rael Said to Top New Iraq’s Agenda», Jerusalem Post, 21 de abril de 2003.

137 Matthew E. Berger, «New Chance to Build Israel-Iraq Ties», JewishJournal (en línea), 28 de abril de 2003. Véase también Bamford, Pre-text to War, 293; Ed Blanche, «Securing Iraqi Oil for Israel: The PlotThickens», Lebanonwire.com, 25 de abril de 2003.

138 Nathan Guttman, «Mutual Wariness: AIPAC and the Iraqi Op-position», Ha’aretz, 27 de abril de 2003.

139 Citado en Packer, Assassins’ Gate, 41. 140 Friedman puntualizó el comentario añadiendo: «Al final, lo que

fomentó la guerra es la reacción exagerada de Estados Unidos al 11 deseptiembre». Coincidimos con él: fue una combinación de la promo-ción activa de los neoconservadores en favor de la guerra, del apoyode grupos clave del lobby y de un conjunto de circunstancias naciona-les e internacionales lo que condujo a Estados Unidos al atolladero deIrak. Véase Shavit, «White Man’s Burden».


166


141 Noam Chomsky, «The Israel Lobby?», Znet (en línea), 28 de mar-zo de 2006. Véase también Stephen Zunes, «The Israel Lobby: HowPowerful Is It Really?», Znet (en línea), 25 de mayo de 2006.

142 Un experto señala que el «eslogan preferido» de los sectores an-tibélicos en la antesala de la guerra de Irak era «No blood for oil»(Sangre por petróleo no). John B. Judis, «Over a Barrel», New Repu-blic, 20 de enero de 2003, 20. Véase también William R. Clark, Petrodo-llar Warfare: Oil, Iraq and the Future of the Dollar, Gabriola Island (Cana-da), New Society Publishers, 2005; Michael Elliott, «The Selling of thePresident’s War: Bush Should Take Israel and Oil Out of the IraqEquation», Time, 18 de noviembre de 2002; Michael Meacher, «ThisWar on Terrorism Is Bogus», Guardian, 6 de septiembre de 2003; Ke-vin Phillips, «American Petrocacy», American Conservative, 17 de juliode 2006; y Sandy Tolan, «Beyond Regime Change», Los Angeles Times,1 de diciembre de 2002.

143 Judis, «Jews and the Gulf», 16-17. 144 Stephen J. Hedges, «Allies Not Swayed on Iraq Strike», Chicago

Tribune, 28 de agosto de 2002; «Saudi Arabia Says It Won’t Join a War»,New York Times, 19 de marzo de 2003; «Saudis Warn US over IraqWar», BBC News (en línea), 17 de febrero de 2003; Jon Sawyer, «SaudiArabia Won’t Back War on Iraq without U.N. Authority, PrinceWarns», St. Louis Post-Dispatch (en línea), 23 de enero de 2003; «Score-card: For or Against Military Action», New York Times, 27 de agosto de2002; y Brian Whitaker y John Hooper, «Saudis Will Not Aid US WarEffort», Guardian, 8 de agosto de 2002.

145 Peter Beinart, «Crude», New Republic, 7 de octubre de 2002; Mi-chael Moran y Alex Johnson, «The Rush for Iraq’s Oil», MSNBC.com, 7de noviembre de 2002; Anthony Sampson, «Oilmen Don’t WantAnother Suez», Observer, 22 de diciembre de 2002; John W. Schoen,«Iraqi Oil, American Bonanza?», MSNBC.com, 11 de noviembre de2002; y Daniel Yergin, «A Crude View of the Crisis in Iraq», WashingtonPost, 8 de diciembre de 2002.

146 Remarks by the Vice President to the Veterans of Foreign Wars 103rd Na-tional Convention, Nashville, Tennessee, Casa Blanca, Oficina de la Secre-taría de Prensa, 26 de agosto de 2002. Véase también Remarks by the

NOTAS

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Vice President to the Veterans of the Korean War, San Antonio, Texas, CasaBlanca, Oficina de la Secretaría de Prensa, 29 de agosto de 2002.

147 Se puede consultar el discurso en «In the President’s Words:“Free People Will Keep the Peace of the World”», New York Times, 27de febrero de 2003. Véase también Remarks by the President to the UnitedNations General Assembly, New York, Casa Blanca, Oficina de la Secreta-ría de Prensa, 12 de septiembre de 2002; Remarks by the President to theGraduating Class, West Point, Casa Blanca, Oficina de la Secretaría dePrensa, 12 de junio de 2002; President’s Inaugural Speech, Washington,DC, Casa Blanca, Oficina de la Secretaría de Prensa, 20 de enero de2005; y National Security Strategy of the United States, 2002.

148 Robert S. Greenberger y Karby Leggett, «President’s Dream:Changing Not Just Regime but a Region: A Pro-U.S., Democratic AreaIs a Goal That Has Israeli and Neo Conservative Roots», Wall Street Jour-nal, 21 de marzo de 2003. Véase también George Packer, «Dreamingof Democracy», New York Times Magazine, 2 de marzo de 2003; PaulSperry, «Bush the Nation-Builder: So Much for Campaign Promises»,Antiwar.com, 6 de octubre de 2006; y Wayne Washington, «Once AgainstNation-Building, Bush Now Involved», Boston Globe, 2 de marzo de 2004.

149 Charles Krauthammer, «Peace Through Democracy», Washing-ton Post, 28 de junio de 2002.

150 Barak, «Taking Apart». 151 Citado en Lynfield, «Israel Sees Opportunity in Possible U.S.

Strike on Iraq». 152 Benn, «Background». 153 Bennet, «Israel Says». 154 Shalev, «Jerusalem Frets». 155 Véase, por ejemplo, Rebuilding America’s Defenses: Strategy, Forces

and Resources for a New Century, Report of the Project for the New AmericanCentury, Washington, DC, septiembre de 2000, 14, 17-18.

156 Martin Indyk, «The Clinton Administration’s Approach to theMiddle East», discurso ante el Simposio Soref, Instituto Washingtonpara la Política en Oriente Próximo, 18 de mayo de 1993. Véase tam-bién Anthony Lake, «Confronting Backlash States», Foreign Affairs 73,n.º 2, marzo-abril de 1994, 45-55.


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157 Kenneth M. Pollack, The Persian Puzzle: The Conflict Between Iranand America, Nueva York, Random House, 2004, 261-265.

158 Robert Kagan y William Kristol (eds.), Present Dangers: Crisis andOpportunity in American Foreign and Defense Policy, San Francisco, En-counter Books, 2000; Charles Krauthammer, «Universal Dominion:Toward a Unipolar World», National Interest 18, invierno 1989-1990;Michael A. Ledeen, Freedom Betrayed: How America Led a Global Democra-tic Revolution, Won the Cold War, and Walked Away, Washington, DC, AEIPress, 1996; Joshua Muravchik, Exporting Democracy: Fulfilling America’sDestiny, Washington, DC, AEI Press, 1991; Marina Ottaway et al., «De-mocratic Mirage in the Middle East», Policy Brief 20, Washington, DC,Fundación Carnegie para la Paz Internacional, octubre de 2002; Nor-man Podhoretz, «Strange Bedfellows: A Guide to the New Foreign-Po-licy Debates», Commentary, diciembre de 1999; «Statement of Princi-ples», Project for the New American Century, 3 de junio de 1997; y AlbertWohlstetter, «A Vote in Cuba? Why Not in Iraq?» Wall Street Journal, 24de mayo de 1991.

159 Para las ideas de los neoconservadores acerca de la transforma-ción regional, véase Robert Blecher, «Free People Will Set the Cour-se of History», Middle East Report Online, marzo de 2003; Jack Donnellyy Anthony Shadid, «Iraq War Hawks Have Plans to Reshape Entire Mi-deast», Boston Globe, 10 de septiembre de 2002; Halper y Clarke, Ame-rica Alone, pp. 76-90; Nicholas Lemann, «After Iraq: The Plan to Rema-ke the Middle East», New Yorker, 17 de febrero de 2003; y Klein, «HowIsrael».

160 Citado en Roula Khalaf, «Rice “New Middle East” CommentsFuel Arab Fury over US Policy», Financial Times, 31 de julio de 2006.

161 Orly Halpern, «Israeli Experts Say Middle East Was Safer withSaddam in Iraq», Forward, 5 de enero de 2007. Véase también LeslieSusser, «Iraq War: Good or Bad for Israel? Saddam’s Execution Revi-ves Debate», JTA.org, 2 de enero de 2007.

162 Citado en Chris McGreal, «Israelis May Regret Saddam Ousting,Says Security Chief», Guardian, 9 de febrero de 2006.

163 James A. Baker III y Lee H. Hamilton (copresidentes), The IraqStudy Group Report, Nueva York, Random House, 2006, xv, 28-29, 43-45,

NOTAS

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50-58. Tony Blair, que repetidamente ha apelado a la solución del con-flicto palestino-israelí y que favorece la negociación con Irán y Siria,ha afirmado que el Grupo de Estudio sobre Irak «ofrece una buenaperspectiva para avanzar». Citado en Sheryl Gay Stolberg y Kate Zernike,«Bush Expresses Caution on Key Points in Iraq Panel’s Report», NewYork Times, 7 de diciembre de 2006. Véase también Kirk Semple, «SyrianOfficial, in Iraq, Offers Assistance», New York Times, 19 de noviembrede 2006.

164 Akiva Eldar, «The Gewalt Agenda», Ha’aretz, 20 de noviembrede 2006.

165 Michael Abramowitz y Glenn Kessler, «Hawks Bolster SkepticalPresident», Washington Post, 10 de diciembre de 2006; Associated Press,«Israel Experts Doubt Focusing on Israel-Arab Conflict Will Help inIraq», International Herald Tribune, 6 de diciembre de 2006; «Gates’sShocking Thinking on Iran», editorial del Jerusalem Post, 6 de diciem-bre de 2006; Nathan Guttman, «Baker Group Advisers “Surprised”“Upset” at Report’s Israel-Iraq Link», Forward, 30 de enero de 2007;Jeff Jacoby, «Fighting to Win in Iraq», Boston Globe, 3 de diciembre de2006; Robert Kagan y William Kristol, «A Perfect Failure», Weekly Stan-dard, 11 de diciembre de 2006; Ron Kampeas, «ISG Fallout Continueswith Query: Is Israeli-Arab Peace the Linchpin?», JTA.org, 10 de di-ciembre de 2006; Jim Lobe, «Neocons Move to Preempt Baker Re-port», Antiwar.com, 6 de diciembre de 2006; Marc Perelman, «AsWashington Studies Iraq Report, Jerusalem Frets over Tehran Talk»,Forward, 15 de diciembre de 2006; Shmuel Rosner, «Baker’s Brew»,Ha’aretz, 8 de diciembre de 2006; y «The Iraq Muddle Group», edito-rial del Wall Street Journal, 7 de diciembre de 2006.

166 Citado en Shmuel Rosner, «FM Livni: U.S. Must Stand Firm onIraq», Ha’aretz, 13 de marzo de 2007. Véase también Shmuel Rosner,«Livni to AIPAC: U.S. Can’t Show Weakness on Iraq, Iran», Ha’aretz, 12de marzo de 2007.

167 Las citas de Olmert proceden de Bradley Burston, «Israel MustStay the Hell Out of U.S. Debate on Iraq», Ha’aretz, 13 de marzo de2007; y Hilary L. Krieger, «PM’s AIPAC Talk Surprises Delegates», Jeru-salem Post, 13 de marzo de 2007.


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168 Burston, «Israel Must Stay». Véase también Krieger, «PM’s AI-PAC Talk»; y Shmuel Rosner, «No Easy Answers on Israel and the IraqDebate», Ha’aretz, 13 de marzo de 2007.

169 «President Bush Welcomes Prime Minister Olmert of Israel tothe White House», Casa Blanca, Oficina de la Secretaría de Prensa, 13de noviembre de 2006.

170 Citado en James D. Besser, «Olmert Support for Iraq War StirsAnger», Jewish Week, 17 de noviembre de 2006.

171 David Horovitz, «Editor’s Notes: Wading into the Great Deba-te», Jerusalem Post, 15 de marzo de 2007.

172 Citado en Glenn Frankel, «A Beautiful Friendship?», Washing-ton Post Sunday Magazine, 16 de julio de 2006.

173 Martin Kramer, «The American Interest», Azure 5767, n.º 26, oto-ño de 2006, 29. Kramer dice también: «La afirmación de que la Guerrade Irak se libra en defensa de Israel es pura ficción»; comentario queno coincide con la declaración que Ehud Olmert hizo ante la Conven-ción Política del AIPAC en 2007, cuando vinculó explícitamente la se-guridad de Israel a la victoria en Irak. Véase nota 167. Véase tambiénYossi Alpher, «Sharon Warned Bush», Forward, 12 de enero de 2007.

174 Alpher, «Sharon Warned Bush». Véase también Herb Keinon,«Sharon Warned Bush of Saddam Threat», Jerusalem Post, 11 de enerode 2007.

175 Véanse las notas 21 y 25.

CAPÍTULO 9APUNTANDO A SIRIA

1 James A. Baker III y Lee H. Hamilton (copresidentes), The IraqStudy Group Report, Nueva York, Random House, 2006, 50.

2 Ferry Biedermann y Roula Khalaf, «Western Politicians Take theRoad to Damascus», Financial Times, 22 de diciembre de 2006; NathanGuttman, «Senators Visit Damascus, Push for Syrian Talks», Forward,29 de diciembre de 2006; Hassan M. Fattah y Graham Bowley, «PelosiMeets with Syrian Leader», New York Times, 4 de abril de 2007; y Anthony

NOTAS

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Shadid, «Pelosi Meets Syrian President», Washington Post, 4 de abril de2007. Otro congresista, Darrell Issa, visitó a El Asad un día despuésque Pelosi. Yoav Stern, Amiram Barkat y Barak Ravid, «U.S. Republi-can Meets Assad Day after Contentious Pelosi Visit», Ha’aretz, 5 deabril de 2007.

3 Richard M. Bennett, reputado analista militar, describe sucinta-mente la amenaza que Siria representa para Israel: «Si todavía puededecirse que el Ejército sirio sigue siendo uno de los mayores y mejorentrenados del mundo árabe, no podemos olvidar que ha perdido to-dos los enfrentamientos importantes con Israel desde 1948. Su poten-cia de combate ha decaído espectacularmente en los últimos quinceaños a medida que su material se hace obsoleto, el mantenimiento esmalo y escasean los recambios». «Syria’s Military Flatters to Deceive»,Asia Times Online, 28 de julio de 2006. Asimismo, Arieh O’Sullivan es-cribe: «El Ejército sirio no supone una amenaza táctica significativapara Israel y no tiene posibilidades de librar una guerra táctica […]Por decirlo sin tapujos, el Ejército sirio no sólo no ha mantenido supotencial en los últimos años, sino que lo ha perdido». «How Big aThreat?», Jerusalem Post, 10 de octubre de 2003. Véase también AriehO’Sullivan, «Jaffee Center: Syrian Military Weakening», Jerusalem Post,23 de noviembre de 2005; Susan Taylor Martin, «Experts Disagree onDangers of Syria», St. Petersburg Times, 3 de noviembre de 2002; MartinSieff, «Eye on Iraq: Enter the Saudis», United Press International, 27 denoviembre de 2006; y Stephen Zunes, «Bush Has Clear Run at Syria»,Asia Times Online, 2 de marzo de 2005. Para una descripción de la ca-pacidad militar de Siria y cifras comparativas de los presupuestos dedefensa, véase The Military Balance, 2007, Londres, International Insti-tute for Strategic Studies, enero de 2007, 243-245.

4 Karen DeYoung, «U.S. Toughens Warnings to Syria on Iraq, OtherIssues», Washington Post, 15 de abril de 2003; Flynt Leverett, InheritingSyria: Bashar’s Trial by Fire, Washington, DC, Brookings InstitutionPress, 2005, 13-14; y Alfred B. Prados, «Syria: U.S. Relations and Bi-lateral Issues», Informe RS para el Congreso, Servicio de Investiga-ción del Congreso, 22 de junio de 2006, 11-12. Para los detalles dela capacidad de Siria en armas de destrucción masiva y misiles balís-


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ticos, véase el «Syria Profile» de la Nuclear Threat Initiative (NTI) enwww.nti.org/e_research/profiles/Syria/index.html.

5 Lo que se piensa mayormente en Israel sobre las armas químicasde Siria lo resume Reuven Pedatzur: «El Ejército israelí sabe que los si-rios no se atrevería a lanzar misiles balísticos cargados con cabezasquímicas sobre Israel porque es evidente que tendrían que pagar porello un precio tan alto —el Ejército israelí atacaría la retaguardia si-ria— que ni siquiera el primer ataque estaría justificado». «Updatethe Gas Masks, There’s a Syrian Threat», Ha’aretz, 5 de agosto de 2003.

6 Citado en Martin, «Experts Disagree». 7 Seymour M. Hersh, «The Syrian Bet», New Yorker, 28 de julio de

2003. Véase también Richard Spring, «This Is Not Another Iran»,Guardian, 27 de octubre de 2006.

8 Las generalmente buenas relaciones que existieron entre Siria yEstados Unidos durante los años noventa se ven reflejadas en las me-morias de figuras muy importantes de la administración de Clinton:Madeleine Albright y Bill Woodward, Madame Secretary: A Memoir, Nue-va York, Miramax Books, 2003; Bill Clinton, My Life, Nueva York, Vin-tage Books, 2004 [Mi vida, Barcelona, Plaza & Janés Editores, 2004];Warren Christopher, Chances of a Lifetime: A Memoir, Nueva York, Scrib-ner, 2001; y Dennis Ross, The Missing Peace: The Inside Story of the Fightfor Middle East Peace, Nueva York, Farrar, Straus and Giroux, 2004. Véa-se también Helena Cobban, The Israeli-Syrian Peace Talks: 1991-96 andBeyond, Washington, DC, U.S. Institute of Peace Press, 1999, que propor-ciona un relato detallado de las negociaciones entre Israel, Siria y Esta-dos Unidos durante los años en que Rabin y Peres dirigieron el gobiernoisraelí, e Itamar Rabinovich, The Brink of Peace: The Israeli-Syrian Negotia-tions, Princeton, Princeton University Press, 1998.

9 Citado en Douglas Jehl, «Clinton in the Middle East: The Over-view; Clinton Reports Progress in Talks in Syrian Capital», New York Ti-mes, 28 de octubre de 1994. Véase también «Clinton in the MiddleEast; Assad and Clinton Speak: Shared Quest for Peace», New York Ti-mes, 28 de octubre de 1994.

10 Henry Kissinger, Years of Renewal, Nueva York, Simon & Schuster,1999, cap. 33; y William B. Quandt, Peace Process: American Diplomacy y

NOTAS

173


the Arab-Israeli Conflict Since 1967, Washington, DC, Brookings Institu-tion Press, 1993, 250-254.

11 Leverett, Inheriting Syria, 134. Véase también Jim Lobe, «The Da-mascus Dance», Antiwar.com, 28 de octubre de 2006; «Syrian Ambassa-dor Calls for Comprehensive Peace Settlement in the Middle East»,Discurso de Imad Moustapha en el Centro Burkle, UCLA, 2 de juniode 2005, www.international.ucla.edu/bcir/article.asp?parentid=25567;y Volker Perthes, «The Syrian Solution», Foreign Affairs 85, n.º 6, no-viembre-diciembre de 2006, 33-40.

12 Hersh, «Syrian Bet».13 Flynt Leverett apunta: «La política de Estados Unidos con Siria

[…] ha fluctuado entre esfuerzos por facilitar acuerdos entre Israel ySiria y tentativas de aislar y presionar a Damasco con el fin de que éstecambie sus condiciones y tácticas para conseguir un acuerdo de paz»,Inheriting Syria, p. 7. Leverett seguramente tenga razón, sin embargonunca explica a qué se debe esta fluctuación, aunque su libro aportamuchas muestras de que Israel y el lobby son las principales fuerzas trasestos cambios de política.

14 La Ley de los Altos del Golán fue aprobada en la Kneset en di-ciembre de 1981 y extendía la ley israelí al territorio del Golán. Nocontiene, sin embargo, el término «anexión» ni hace referencia a lasoberanía israelí sobre los Altos. Durante el debate del proyecto de leyen la Kneset, el primer ministro, Menachem Begin, respondió a unacrítica de la siguiente manera: «Usted está usando la palabra anexión,pero yo no». Véase Ian S. Lustick, «Has Israel Annexed East Jerusa-lem?», Middle East Policy 5, n.º 1, enero de 1997; y «The Golan HeightsLaw», descargado de la página web www.mfa.gov.il/MFA/Peace+Pro-cess/Guide+to+the+Peace+Process/Golan+Heights+Law.htm, 25 deabril de 2007.

15 «Golan Statistics», descargado el 24 de abril de 2007 desde lapágina www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/peace/golanstats.html;«Settlements in the Golan Heights», Foundation for Middle East Pea-ce [Fundación para la Paz en Oriente Próximo], Settlement Report 17,n.º 1, enero-febrero de 2007; y «Regions and Territories: The GolanHeights», BBC News (en línea), 26 de abril de 2007.


174


16 Clinton, Mi vida, pp. 883-884; Cobban, Israeli-Syrian Peace Talks,cap. 3; Leverett, Inheriting Syria, p. 47; Ross, Missing Peace, p. 111. La«fianza de Rabin» se conoce también como el «compromiso de bolsi-llo» o el «bolsillo de Rabin».

17 Aunque Netanyahu negó que estuviera dispuesto a volver a lasfronteras entre Israel y Siria del 4 de junio de 1967 («I Never Agreedto Full Golan Withdrawal», IsraelNationalNews.com, 23 de junio de2004), existen numerosas muestras de que sí aceptó tomar esta postu-ra cuando fue primer ministro entre 1996 y 1999. Véase Akiva Eldar,«Ex-MI Chief: “Netanyahu Was Ready to Give up All of the Golan”»,Ha’aretz, 24 de junio de 2004; Clinton, Mi vida, p. 883; Ross, MissingPeace, pp. 527-528 y 577; y Daniel Pipes, «The Road to Damascus: WhatNetanyahu Almost Gave Away», New Republic, 5 de julio de 1999. SobreBarak, véase Clinton, Mi vida, pp. 883-888 y 903; Leverett, Inheriting Sy-ria, pp. 47-48; y Ross, Missing Peace, caps. 20 a 22. Ross comenta que «laposición de Barak con respecto a la paz con Siria era menos abiertaque la de Netanyahu», en ibíd., p. 528.

18 Clyde Haberman, «Israelis Look to Clinton Trip for Progresswith Syrians», New York Times, 25 de octubre de 1994.

19 Ross, Missing Peace, p. 589.20 Clinton, Mi vida, pp. 883-888 y 903. Según Ofer Shelah, «La ma-

yoría de los dirigentes [de Israel] está de acuerdo con el punto de vis-ta expuesto por Bill Clinton en su libro, Mi vida, es decir que Barak seechó atrás porque las encuestas de opinión mostraban que la opiniónpública israelí se oponía al precio territorial exigido por los sirios».Véase «The Situation: Syrian Offer of Talks Throws a Wrench into Sha-ron’s Plans», Forward, 17 de septiembre 2004. Véase también JeromeSlater, «Lost Opportunities for Peace in the Arab-Israeli Conflict: Israeland Syria, 1948-2001», International Security 27, n.º 1, verano de 2002,pp. 97-100; y Akiva Eldar, «Between Katzrin and Nahariya», Ha’aretz,24 de julio de 2006. Barak, sin embargo, negó la acusación de Clinton.Véase Yifat Zohar, «Barak Rejects Clinton’s Charges of Missed SyriaDeal», Maariv International (en línea), 29 de junio de 2004.

21 Citado en «Sharon Suggests Future Attacks on Syria», New YorkTimes, 17 de octubre de 2003. Véase también Aluf Benn, «U.S. Offi-

NOTAS

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cials Eyeing Possible Assad Successors», Ha’aretz, 3 de octubre de2005; Ori Nir, «Bush Seeks to Pressure Iran, Syria on Weapons», For-ward, 2 de enero de 2004; y Ofer Shelah, «Pressured, Assad OffersCharm Campaign», Forward, 9 de enero de 2004.

22 Citado en Harry de Quetteville, «Syria Threat over Golan Puts Is-rael on War Alert», The Daily Telegraph, Londres, 30 de septiembre de2006. Véase también Larry Derfner, «Why Israel Must Talk to Syria»,Jerusalem Post, 9 de noviembre de 2006; Tovah Lazaroff, «Peretz Open toSyrian Talks», Jerusalem Post, 27 de septiembre de 2006; y Gideon Samet,«O.K. from A Declining America?», Ha’aretz, 20 de diciembre de 2006.

23 Citado en Amnon Meranda, «Israel Will Never Return GolanHeights», Ynetnews.com, 14 de marzo de 2007. Véase también «EUBacks Syria’s Aim to Regain Golan Heights —Solana», Ynetnews.com,14 de marzo de 2007.

24 Yoav Stern y Aluf Benn, «PM Associates: Syria Will Support Te-rror, Even with Golan», Ha’aretz, 17 de diciembre de 2006.

25 «Israeli Opinion Regarding Peace with Syria and Lebanon»,www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/politics/golanpo.html.

26 Shelah, «The Situation». Véase también Aluf Benn, «United StatesLeaving Syrian Track to Israel’s Discretion», Ha’aretz, 8 de enero de 2004;Aluf Benn y Amos Harel, «IDF Presses Sharon for Talks with Syria»,Ha’aretz, 8 de enero de 2004; Shlomo Bron, «Israel-Syria Negotiations: AReal Possibility?», Strategic Assessment, Centro Jaffee de Estudios Estratégi-cos, Universidad de Tel Aviv 7, n.º 1, mayo de 2004; «Israel “Can Give upGolan to Syria”», Straits Times, 14 de agosto de 2006; «Jerusalem’s Rejec-tionists», editorial de Ha’aretz, 9 de enero de 2004; Ilan Marciano,«Foreign Ministry Official: Syria Ready to Negotiate», Ynetnews.com,26 de diciembre de 2006; y Ori Nir, «As Israel Debates Syrian Overture,Washington Presses to Stop Talks», Forward, 17 de diciembre de 2004.

27 Yaakov Lappin, «New Forum Pushes for Syria Talks», Ynetnews.com,28 de enero de 2007; y Roi Mandel, «Former Shin Bet Chief Calls forDialogue with Syria», Ynetnews.com, 29 de enero de 2007.

28 «Don’t Turn Syria Away», editorial de Ha’aretz, 18 de diciembrede 2006; y «Respond to Assad, Convince Bush», editorial de Ha’aretz, 21 dediciembre de 2006. Sobre Peretz, véase Gideon Alon, Aluf Benn y Yoav


176


Stern, «Olmert: Now Is Not Time to Start Talks with Syria, Bush Oppo-sed», Ha’aretz, 17 de diciembre de 2006; y Gideon Alon, «Olmert, Pe-retz Spar over Syrian Overtures», Ha’aretz, 18 de diciembre de 2006.

29 Moshe Maoz dejó este punto muy claro: «No importa cuál sea laposición de la administración, Sharon no quiere negociar porque noquiere prescindir de los Altos del Golán». Citado en Ori Nir, «As IsraelDebates».

30 Citado en Ori Nir, «U.S. Advice to Israelis: Don’t Start SyriaTalks», Forward, 23 de enero de 2004.

31 «A Serious Proposal», editorial de Ha’aretz, 30 de diciembre de2003; Aluf Benn, «UN Envoy Urges Israel to Exploit Syrian Peace Mo-ves», Ha’aretz, 9 de enero de 2004; De Quetteville, «Syria Treta»; y MarcPerelman, «Syria Makes Overture over Negotiations», Forward, 11 dejulio de 2003.

32 Ze’ev Schiff, «The Peace Threat from Damascus», Ha’aretz, 8 dediciembre de 2003. A finales del verano de 2004, después de que Siriahiciera otra oferta de paz, un artículo de Forward comenzaba con el si-guiente párrafo en tono de broma: «Como si no tuviera problemas su-ficientes, con una oposición a su plan de retirada cada vez mayor porparte de la derecha, el terrorismo palestino de nuevo en movimientoy la coalición de su gobierno en plena agitación, ahora resulta que elprimer ministro Sharon tiene apuros en el frente norte. Siria, el ene-migo más intransigente de Israel, está ofreciéndole hacer las paces».Shelah, «The Situation».

33 Citado en Stern y Benn, «PM Associates».34 Ibíd.; y «Syria Expert: Assad’s Overtures Serious», Jerusalem Post,

31 de diciembre de 2006. Véase también «You Can’t Bring Peace toIraq without Working with Syria», entrevista con el ayudante del Pri-mer Ministro sirio, Spiegel Online, 21 de febrero de 2007.

35 Alon, Benn y Stern, «Olmert: Now Is Not Time»; Aluf Benn,«Bush vs. Olmert», Ha’aretz, 8 de febrero de 2007; Akiva Eldar, «Clo-sed-Door Policy», Ha’aretz, 26 de febrero de 2007; Akiva Eldar, MazalMualem, Shmuel Rosner y Yoav Stern, «PM: Conditions Not Ripe forTalks with Syria», Ha’aretz, 8 de diciembre de 2006; «Israel, Syria andBush’s Veto», editorial de Forward, 22 de diciembre de 2006; Shmuel

NOTAS

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Rosner, Akiva Eldar y Yoav Stern, «Olmert Rejects Talks with Syria,Says Conditions Are “Not Ripe”», Ha’aretz, 7 de diciembre de 2006; Sa-met, «O.K. from A Declining America»; y Ze’ev Schiff, Amos Harel yYoav Stern, «U.S. Takes Harder Line on Talks between Jerusalem, Da-mascos», Ha’aretz, 24 de febrero de 2007.

36 Aluf Benn, «Israel, U.S. Sources Say Views on Israel-Syria TalksUnchanged», Ha’aretz, 25 de mayo de 2007; Akiva Eldar, «U.S. Ambas-sador: We Won’t Stop Israel from Talking to Syria», Ha’aretz, 14 demarzo de 2007; y Ze’ev Schiff, «U.S. Envoy Denies Pressure on IsraelNot to Engage in Talks with Syria», Ha’aretz, 23 de mayo de 2007. Véa-se también Hilary Leila Krieger, «No New Overture to Syria in theWorks», Jerusalem Post, 7 de marzo de 2007.

37 Benn, «Israel, U.S. Sources Say».38 Peretz citó en Alon, Benn y Stern, «Olmert: Now Is Not Time»;

Samet, «O.K. from A Declining America?». Véase también Uzi Benzi-man, «Help, They Want Peace», Ha’aretz, 17 de enero de 2007.

39 Akiva Eldar, «Secret Understandings Reached between Repre-sentatives from Israel and Syria», Ha’aretz, 16 de enero de 2007. Lasdos siguientes citas de este párrafo son de ibíd. Véase también AkivaEldar, «Exclusive: Full Text of Document Drafted During SecretTalks», Ha’aretz, 16 de enero de 2007; Akiva Eldar, «Background: FromTurkey, Via Europe, to Damascus», Ha’aretz, 16 de enero de 2007; «Ol-mert: No Government Officials Involved in Secret Syria Talks», Ha’aretz,17 de enero de 2007; y M. J. Rosenberg, «When Uncritical SupportLeads to Disaster», columna de opinión semanal n.º 307, Israel PolicyForum, Washington DC, 19 de enero de 2007.

40 Citado en Fattah y Bowley, «Pelosi Meets with Syrian Leader».Véase también Hassan M. Fattah, «Pelosi, Warmly Greeted in Syria, isCriticized by White House», New York Times, 4 de abril de 2007; y Sha-did, «Pelosi Meets Syrian President».

41 Citado en Fattah y Bowley, «Pelosi Meets with Syrian Leader».Véase también Ron Kampeas, «Rhetorical Battle over Pelosi Trip»,JTA.org, 8 de abril de 2007; y Yoav Stern y Amiram Barkat, «PMO: Pe-losi Did Not Carry Any Message from Israel to Assad», Ha’aretz, 5 deabril de 2007.


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42 «Olmert to Assad: Israel Willing to Withdraw from Golan Heights»,Ynetnews.com, 8 de junio de 2007; Aluf Benn y Yoav Stem, «MK Orlev:PM Willing to Sell Golan Heights in Order to Stay in Power», Ha’aretz,8 de junio de 2007; y Aluf Benn y Yoav Stern, «Peres Downplays Chan-ces of New Syria Talks, Says Damascus Not Ready», Ha’aretz, 10 de ju-nio de 2007. De acuerdo con estos informes, Bush fue consultado ydijo: «Estados Unidos no se interpondrá en el camino de Israel». Véase«Olmert to Assad». Véase también Sever Plocker, «Suddenly Syria»,Ynetnews.com, 10 de junio de 2007, que explica por qué la instancia deOlmert a establecer conversaciones no es más que un «gesto políticovacío».

43 Véase, por ejemplo, «Sharon Wants U.S. Action against Syria»,NewsMax.com, 16 de abril de 2001.

44 Hersh, «Syrian Bet»; Molly Moore, «Sharon Asks U.S. to Pressu-re Syria on Militants», Washington Post, 17 de abril de 2003; Ori Nir,«Jerusalem Urges Bush: Next Target Hezbollah», Forward, 11 de abrilde 2003; Ori Nir, «Sharon Aide Makes the Case for U.S. Action AgainstSyria», Forward, 18 de abril de 2003; Marc Perelman, «Behind War-nings to Damascus: Reassessment of Younger Assad», Forward, 18 deabril de 2003; y Daniel Sobelman y Nathan Guttman, «PM Urges U.S.to Keep Heat on Syria, Calls Assad “Dangerous”», Ha’aretz, 15 de abrilde 2003.

45 Las citas de Sharon y su lista de demandas se obtuvieron en So-belman y Guttman, «PM Urges U.S. to Keep Heat on Syria». Véasetambién Moore, «Sharon Asks U.S.».

46 Herb Keinon, «Sharon Criticized for Public Statements on Syria-U.S. Tension», Jerusalem Post, 16 de abril de 2003.

47 Citado en Ori Nir, «Sharon Aide Makes the Case». Véase tambiénDeYoung, «U.S. Toughens Warnings»; y Moore, «Sharon Asks U.S.».

48 Ori Nir, «Sharon Aide Makes the Case». Véase también DeYoung,«U.S. Toughens Warnings»; y Perelman, «Behind Warnings».

49 Ephraim Halevy, «The Post-Saddam Middle East: A View from Is-rael», intervención durante el Soref Symposium 2003, WashingtonInstitute for Near East Policy, www.washingtoninstitute.org/templa-teC07.php?CID=147.

NOTAS

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50 Moore, «Sharon Asks U.S.». La cita de Alpher es de ibíd. Véasetambién Marc Perelman, «Syria Makes Overture over Negotiations»,Forward, 11 de julio de 2003.

51 Perelman, «Behind Warnings»; Laurie Copans, «Israeli MilitaryBoss Claims Iraq Had Chemical Weapons», Associated Press, 26 deabril de 2004; Dany Shoham, «An Antithesis on the Fate of Iraq’s Che-mical and Biological Weapons», International Journal of Intelligence andCounterIntelligence 19, n.º 1, primavera de 2006; Ira Stoll, «Saddam’sWMD Moved to Syria, Israeli Says», New York Sun, 15 de diciembre de2005; e Ira Stoll, «Iraq’s WMD Secreted in Syria, Sada Says», New YorkSun, 26 de enero de 2006.

52 Michael Casey, «Israeli Ambassador Believes Truck Used in Bom-bing of UN Headquarters Came from Syria», Associated Press, 21 deagosto de 2003; e «Israeli Envoy Links Syria to UN Blast, Stirs Flap»,Reuters, 21 de agosto de 2003.

53 Hersh, «Syrian Bet». Rabinovich también se lo dejó claro aHersh: «Israel le ha insistido a Washington que no vuelva a establecercomunicaciones extraoficiales con Assad». En su lugar, Israel queríaque Estados Unidos fuera duro con el líder sirio.

54 Ending Syria’s Occupation of Lebanon: The U.S. Role, informe delMiddle East Study Group, Filadelfia, Foro de Oriente Próximo, mayode 2000.

55 Jordan Green, «Neocons Dream of Lebanon», ZNet (en línea), 23de julio de 2003; David R. Sands, «Hawks Recycle Arguments for IraqWar Against Syria», Washington Times, 16 de abril de 2003; y la páginaweb del U.S. Committee for a Free Lebanon en www.freelebanon.org.

56 Matthew E. Berger, «AIPAC Mounts New Offensive to DisplaySupport of Congress», JTA.org, 22 de abril de 2002. El título completopropuesto para el proyecto de ley era «Syria Accountability and Leba-nese Sovereignty Restoration Act».

57 Con respecto al proyecto de ley propuesto, véase Zvi Bar’el, «De-ciphering the Syrians», Ha’aretz, 9 de julio de 2003; «The Return of the Sy-ria Accountability Act», NewsMax.com, 19 de abril de 2003; y Claude Salha-ni, «The Syria Accountability Act: Taking the Wrong Road to Damascus»,Policy Analysis 512, Instituto CATO, Washington DC, 18 de marzo de 2004.


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58 Ron Kampeas, «Bush, Once Reluctant on Sanctions, Prepares toTake Tough Line with Syria», JTA.org, 16 de marzo de 2004.

59 Wolfowitz citado en Nathan Guttman, «Some Senior U.S. Figu-res Say Syria Has Crossed the Red Line», Ha’aretz, 14 de abril de 2004;Perle citado en Michael Flynn, «The War Hawks: The Right FlexesMuscle with New U.S. Agenda», Chicago Tribune, 13 de abril de 2003.Sobre Wolfowitz, véase también Leverett, Inheriting Syria, pp. 151-152.

60 Perelman, «Behind Warnings. James Woolsey, miembro de la lí-nea dura del Defense Policy Board, argumentaba justo después de lacaída de Bagdad que Estados Unidos estaba envuelto en la CuartaGuerra Mundial, y que sus principales adversarios eran Estados fascis-tas como Siria. Barbara Slavin, «Some Véase Victory Extending Be-yond Iraq», USA Today (en línea), 11 de abril de 2003.

61 Flynn, «The Right Flexes Muscle». Véase también John R. Bol-ton, «Beyond the Axis of Evil: Additional Threats from Weapons ofMass Destruction», comentarios a la Fundación Heritage, Oficina dela Secretaría de Prensa, Departamento de Estado de Estados Unidos,6 de mayo de 2002.

62 Douglas Jehl, «New Warning Was Put Off on Weapons SyriaPlans», New York Times, 18 de julio de 2003; Marc Perelman, «State De-partment Hawk under Fire in Intelligence Flap over Syria», Forward,25 de julio de 2003; y Warren P. Strobel y Jonathan S. Landay, «Intelli-gence Data on Syria Now Disputed», Philadelphia Inquirer, 17 de juliode 2003.

63 Nathan Guttman, «U.S.: Syria Supporting Terror Groups Develo-ping WMD», Ha’aretz, 16 de septiembre de 2003.

64 Citado en Robin Wright, «U.S. Insists Syria Alter Its Course», LosAngeles Times, 14 de abril de 2003. Véase también la retórica dura deMartin Indyk y Dennis Ross sobre Siria Hersh, «Syrian Bet».

65 Frank Gaffney, Jr., «Who’s Next in Line?», Washington Times, 15de abril de 2003.

66 Lawrence F. Kaplan, «White Lie», New Republic, 21 y 28 de abrilde 2003. Véase también William Kristol y Lawrence F. Kaplan, The Warover Iraq: Saddam’s Tyranny and America’s Mission, San Francisco, En-counter Books, 2003.

NOTAS

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67 Jed Babbin, «Regime Change, Again», National Review Online, 12de noviembre de 2003.

68 Marc Ginsberg, «Bashing Bashar», Weekly Standard, 28 abril de 2003.69 Citado en Robert Fisk, «Western “Intelligence” Services», Inde-

pendent, 29 de septiembre de 2003. Véase también Babbin, RegimeChange; y Prados, Syria, p. 10.

70 DeYoung, «U.S. Toughens Warnings» y Melissa Radler, «Bill toImpose Sanctions on Syria Brought to Congress», Jerusalem Post, 13 deabril de 2003.

71 Sands, «Hawks Recycle Arguments».72 «Engel Meets with Sharon in Jerusalem», noticia en prensa de la

Oficina del congresista Eliot Engel, 18 de agosto de 2003; «NY Congress-man Says Will Push Bill to Pressure Syria», Ha’aretz, 18 de agosto de 2003;y Janine Zacharia y Arieh O’Sullivan, «Sharon Tells Congressmen U.S.Must Pressure Assad More», Jerusalem Post, 18 de agosto de 2003.

73 Bar’el, «Deciphering the Syrians». Véase también Matthew E. Ber-ger, «Struggle over Syria Looms», Jewish News of Greater Phoenix (en línea),27 de septiembre de 2002; Barbara Slavin, «White House Stops BlockingSyria Bill», USA Today (en línea), 8 de octubre de 2003; y Janine Zacha-ria, «U.S. Probes Syria Policy», Jerusalem Post, 18 de septiembre 2002.

74 Salhani, «Syria Accountability Act», p. 5.75 Hersh, «Syrian Bet»; y Salhani, «Syria Accountability Act», p. 6.

Véase también Leverett, Inheriting Syria, que revela gran cantidad depruebas sobre la brecha en el seno de la administración de Bush conrespecto a cómo lidiar con Siria.

76 Kampeas, «Bush, Once Reluctant».77 «Statement by the President on H.R. 1828», Casa Blanca, Oficina

del Secretario de Prensa, 12 de diciembre de 2003; y Janine Zacharia,«Bush Signs Syria Accountability Act», Jerusalem Post, 14 de diciembrede 2003.

78 Hersh, «Syrian Bet». Otros escritos que discuten las ventajas paraEstados Unidos de cooperar con Siria incluyen Clifford Krauss, «U.S.Welcomes Thaw in Relations with “Pragmatic” Syria», New York Times,2 de enero de 2003; Martin, «Experts Disagree»; James Risen and TimWeiner, «C.I.A. Is Said to Have Sought Help from Syria», New York Ti-


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mes, 30 de octubre de 2001; Salhani, «The Syria Accountability Act»; yZunes, «Bush Has Clear Run».

79 Leverett, Inheriting Syria, p. 142.80 Hersh, «Syrian Bet»; y Perelman, «Syria Makes Overture».81 Leverett, Inheriting Syria, p. 142. Véase también Hersh, «Syrian Bet».82 Julian Borger, «Bush Vetoes Syria War Plan», Guardian, 15 de abril

de 2003. Véase también Hersh, «Syrian Bet»; y Warren P. Strobel yJohn Walcott, «Bush Advisers Debating Syria’s Role in Terrorism»,Miami Herald (en línea), 11 de enero de 2004.

83 Robin Wright y Glenn Kessler, «Some on the Hill Seek to PunishSyria for Broken Promises on Iraq», Washington Post, 30 de abril de2004. Véase también Glenn Kessler, «President Imposes Sanctions onSyria», Washington Post, 12 de mayo de 2004; Marc Perelman, «IsraelBlames Attacks on Syria-Iran Axis», Forward, 14 de Julio de 2006; Bar-bara Slavin, «U.S. Warns Syria; Next Steps Uncertain», USA Today (enlínea), 17 de septiembre de 2003; y Janine Zacharia, «U.S. May Postpo-ne Syria Sanctions», Jerusalem Post, 19 de marzo de 2004.

84 Schiff, «The Peace Threat».85 Benn, «United States Leaving Syrian Track».86 Nir, «As Israel Debates»; y Nir, «U.S. Advice».87 Tras la caída de Bagdad en 2003, dos artículos publicados en For-

ward sugerían cuánto habían influido Israel y el lobby en la política ex-terior de Estados Unidos hacia Siria. En un artículo de mediados deabril, el autor escribía: «La oleada repentina de advertencias de estosúltimos días por parte de Estados Unidos a Siria indica que Washing-ton está acometiendo lo que Israel y sus afines en Estados Unidos lle-van meses intentando que haga: una reevaluación exhaustiva del man-datario sirio Bachar el Asad». Perelman, «Behind Warnings». Unosmeses más tarde, a mediados de julio, el mismo autor escribía: «Du-rante los últimos meses, altos cargos israelíes han advertido a sus aná-logos estadounidenses y a la audiencia con respecto a la poca fiabili-dad de Asad. Altos funcionarios estadounidenses se han hecho eco deesta actitud, y varios reportajes de prensa han llegado a especular sobrela posibilidad de una intervención militar estadounidense en Siria».Perelman, «Syria Makes Overture».

NOTAS

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88 Jim Lobe, «Are They Serious About Syria?», Antiwar.com, 17 de di-ciembre de 2004; Eric S. Margolis, «Syria in the Sights?», AmericanConservative, 28 de marzo de 2005; y «Serious About Syria?», editorialdel Wall Street Journal, 15 de diciembre de 2004.

89 Citado en Yitzhak Benhorin, «Neocons: We Expected Israel toAttack Syria», Ynetnews.com, 16 de diciembre de 2006.

90 Richard Boucher, Daily Press Briefing, U.S. State Department, 24de mayo de 2005; Douglas Jehl y Thom Shanker, «Syria Stops Coope-rating with U.S. Forces and C.I.A.», New York Times, 24 de mayo de2005; Michael Hirsh y Kevin Peraino, «Dangers in Damascus», Newsweek,17 de octubre de 2005; «Syria Halts Cooperation with U.S.», CNN.com,24 de mayo de 2005.

91 Leverett, Inheriting Syria, pp. 134-142; Prados, Syria, pp. 8-11.92 Jim Lobe, «Bush Under Growing Pressure to Engage Syria», In-

ter Press Service, 27 de octubre de 2006. Véase también Jim Lobe,«Damascus Now Seen as Pivotal in Mideast Crisis», Inter Press Service,25 de julio de 2006.

93 Algunos informes en los medios de comunicación apuntaban aque, dado lo acontecido en Irak desde que Sadam fue derrocado, loslíderes israelíes posiblemente habían perdido su entusiasmo por uncambio de régimen en Siria. Véase Stewart Ain, «Israel Getting Drag-ged into Syrian Mess», Jewish Week, 28 de octubre de 2005; y Ori Nir,«America, Israel Bracing for Violence from Siria», Forward, 2 de di-ciembre de 2005. Aunque esto pueda ser cierto, Israel sigue profunda-mente determinado a asegurarse de que Washington mantenga unapolítica de confrontación con Damasco.

CAPÍTULO 10IRÁN EN EL PUNTO DE MIRA

1 Para más detalles sobre las armas de destrucción masiva de Irán ysu arsenal de misiles balísticos, véase «Iran Profile» en www.nti.org/e_research/profiles/Iran/index.html, elaborado por la Nuclear ThreatInitiative; véase también Iran’s Strategic Weapons Programmes: A Net Assess-


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ment, International Institute for Strategic Studies, Nueva York, Rout-ledge, 2005; y Uzi Rubin, «The Global Reach of Iran’s Ballistic Missi-les», Memorandum, n.º 86, Tel Aviv, Institute for National Security Stu-dies, noviembre de 2006.

2 Comentario del presidente iraní en una conferencia en Teherán:«Muy pronto, esta mancha de desgracia [es decir, Israel] será purgadadel centro del mundo islámico... y esto está a nuestro alcance», Midd-le East Media Research Institute, Special Dispatch Series, n.º 1013, 28 deoctubre de 2005. Para una argumentación más detallada de la traduc-ción del discurso de Ahmadineyad, véase la nota 88 del capítulo 3.

3 Los dos mejores indicadores del potencial militar de un país sonel tamaño de su población y su riqueza, aunque su verdadera capaci-dad militar depende de lo eficaz que sea a la hora de traducir estos pa-rámetros en fuerzas militares convenientemente formadas y equipadas.Irán tiene una población sustancialmente mayor, así como mayor ri-queza, que Irak, su competidor más cercano en la región del golfoPérsico. Por ejemplo, si comparamos las poblaciones de ambos países,Irán tenía en 1989 una ventaja de 3 a 1 sobre Irak 1989 (54,5 millonesfrente a 17,6 millones), y una ventaja de más o menos 2,4 a 1 en 2006(65 millones frente a 26,8 millones), International Data Base, Oficinadel Censo de Estados Unidos, actualizado el 24 de agosto de 2006. Siusamos el PIB como indicador de riqueza, Irán tenía en 1985 una ven-taja de 4 a 1 (179.800 millones contra 44.200 millones de dólares) yuna ventaja de 3,9 a 1 en 2000 (101.000 millones contra 25.900 millo-nes de dólares), Country at a Glance (Iran and Iraq), Banco Mundial, 13de agosto de 2006; y Grupo del Banco Mundial, «Iran Data Profile andIraq Data Profile», World Development Indicators Database, abril de 2006.

4 Éste es el título de un artículo escrito por Alissa J. Rubin en LosAngeles Times, 10 de diciembre de 2006. Véase también, Geoffrey Kemp,«Iran and Iraq: The Shia Connection, Soft Power, and the Nuclear Fac-tor», Special Report 156, Washington DC, U.S. Institute of Peace, no-viembre de 2005; «Iran Grows Strong, the World Yawns», editorial deHa’aretz, 13 de diciembre de 2006; Liz Sly, «Iranian Influence Soaringin Iraq», Chicago Tribune, 8 de marzo de 2007; Megan K. Stack y Bor-zou Daragahi, «Iran Was on Edge; Now It’s on Top», Los Angeles Times,

NOTAS

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18 de febrero de 2006; y Edward Wong, «Iran Is in Strong Position toSteer Iraq’s Political Future», New York Times, 3 de julio de 2004.

5 Citado en Trita Parsi, «Israeli-Iranian Relations 1970-2001: Ideo-logical Calculus or Strategic Rivalry?», tesis doctoral, Johns HopkinsUniversity, abril de 2006, pp. 159-162, 262-263, 275-276, 300-301, 392-393, 406-411 y 413. Véase también Trita Parsi, «Israel and the Originsof Iran’s Arab Option: Dissection of a Strategy Misunderstood», Mid-dle East Journal 60, n.º 3, verano de 2006; y Trita Parsi, «The Geo-Stra-tegic Roots of the Israeli-Iranian Enmity», Heartland-Eurasian Review ofGeopolitics 4, verano de 2005.

6 Bernard Lewis, «August 22: Does Iran Have Something in Store?»,Wall Street Journal, 8 de agosto de 2006.

7 Para encontrar un análisis minucioso y convincente de que ladisuasión funcionaría contra un Irán nuclear, véase Barry R. Posen,«A Nuclear Armed Iran: A Difficult but Not Impossible Policy Pro-blem», Century Foundation, Washington DC, 2006; y Barry R. Posen,«We Can Live with a Nuclear Iran», New York Times, 27 de febrero de2006. El presidente francés Jacques Chirac hizo esta observación enenero de 2007 pero tuvo que retractarse rápidamente, pues en Occi-dente es políticamente incorrecto decir que se podría disuadir a unIrán nuclear. Véase Elaine Sciolino y Katrin Bennhold, «ChiracStrays from Assailing a Nuclear Iran», New York Times, 1 de febrerode 2007.

8 Ray Takeyh, «Iran’s Nuclear Calculations», World Policy Journal 20,n.º 2, verano de 2003.

9 Después de todo, esto es lo que hizo Irak después de que los is-raelíes eliminaran su incipiente capacidad nuclear en 1981. VéaseDan Reiter, «Preventive Attacks Against Nuclear Programs and the“Success” at Osiraq», Nonproliferation Review 12, n.º 2, julio de 2005.

10 Zbigniew Brzezinski, «Do Not Attack Iran», International HeraldTribune, 26 de abril de 2006; James Fallows, «Will Iran Be Next?»,Atlantic, diciembre de 2004; y Michael J. Mazarr, «Strike Out: Atta-cking Iran Is Bad Idea», New Republic, 15 de agosto de 2005.

11 Michael Smith y Sarah Baxter, «U.S. Generals “Will Quit” if BushOrders Iran Attack», Sunday Times, Londres, 25 de febrero de 2007.


186


12 Parsi, «Israel-Iranian Relations», pp. 285-297, 354-361, 400-401; yGary Sick, «The Clouded Mirror: The United States and Iran, 1979-1999», en John L. Esposito y R. K. Ramazani, Iran at the Crossroads,Nueva York, Palgrave, 2001, p. 204.

13 David Hoffman, «Israel Seeing to Convince U.S. That West IsThreatened by Iran», Washington Post, 13 de marzo de 1993.

14 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 402. Para más detalles sobrela influencia de Israel en la elaboración de la política de doble conten-ción, véase ibíd., pp. 297-299; y Kenneth M. Pollack, The Persian Puzz-le: The Conflict Between Iran and America, Nueva York, Random House,2004, pp. 261-265.

15 Pollack, The Persian Puzzle, p. 269.16 Con respecto a la version oficial de la política de doble conten-

ción, véase Martin Indyk, «The Clinton Administration’s Approach tothe Middle East», discurso durante el Soref Symposium, WashingtonInstitute for Near East Policy, 18 de mayo de 1993. Véase también Sick,«Clouded Mirror», pp. 198-199, 209 n. 13.

17 Sobre los esfuerzos de Rafsanyani por tenerle una mano a Esta-dos Unidos, véase Ali M. Ansari, Confronting Iran: The Failure of Ameri-can Foreign Policy and the Next Great Crisis in the Middle East, Nueva York,Perseus Books, 2006, pp. 115-146; Parsi, «Israeli-Iranian Relations»,pp. 257-266; Pollack, Persian Puzzle, cap. 9-10; y R. K. Ramazani, «Re-flections on Iran’s Foreign Policy: Defining the “National Interests”»,en Esposito y Ramazani, Iran at the Crossroads, pp. 217-222.

18 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», pp. 298-299. Para críticas deutilidad de la política de doble contención, véase F. Gregory Gause III,«The Illogic of Dual Containment», Foreign Affairs 73, n.º 2, marzo-abril de 1994; y Barbara Conry, «America’s Misguided Policy of DualContainment in the Persian Gulf», Foreign Policy Briefing, n.º 33, Insti-tuto Cato, Washington DC, 10 de noviembre de 1994.

19 Zbigniew Brzezinski y Brent Scowcroft, Differentiated Containment:U.S. Policy Toward Iran and Iraq, informe de un Grupo de Estudio Inde-pendiente sobre la Estabilidad y la Seguridad en el Golfo, Nueva York,Council on Foreign Relations, 1997, pp. 5-32; y Gary Sick, «RethinkingDual Containment», Survival 40, n.º 1, primavera de 1998.

NOTAS

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20 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», pp. 304-305; y Pollack, PersianPuzzle, pp. 269-270.

21 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 305.22 Pollack citado en ibíd., p. 308. Según se informa, Pollack añadió

que la administración de Clinton sólo tuvo en cuenta la actitud de Tehe-rán hacia el conflicto entre Israel y Palestina. Citado en ibíd., p. 309.

23 AIPAC, Comprehensive U.S. Sanctions Against Iran: A Plan for Action,Washington DC, 2 de abril de 1995.

24 Pollack, Persian Puzzle, pp. 270-271.25 La siguiente discusión sobre el caso Conoco y las diversas sancio-

nes impuestas a Irán por la administración de Clinton se basan en Sa-san Fayazmanesh, «The Politics of the U.S. Economic Sanctionsagainst Iran», Review of Radical Political Economics 35, n.º 3, verano de2003; Herman Franssen y Elaine Morton, «A Review of U.S. UnilateralSanctions Against Iran», Middle East Economic Survey 45, n.º 34, 26 deagosto de 2002; Dilip Hiro, Neighbors Not Friends: Iraq and Iran After theGulf Wars, Nueva York, Routledge, 2001, cap. 9; Kenneth Katzman,«The Iran-Libya Sanctions Act (ILSA)», CRS Report for Congress, Serviciode Investigación del Congreso, 11 de octubre de 2006; Laurie Lande,«Second Thoughts», International Economy 11, n.º 3, mayo/junio de 1997;Pollack, Persian Puzzle, cap. 9 y 10; y Sick, «Clouded Mirror», pp. 198-207.

26 «Remarks at the World Jewish Congress», transcripción del dis-curso del presidente Bill Clinton durante la cena del Congreso JudíoMundial en la ciudad de Nueva York, 30 de abril de 1995, www.findar-ticles.com/p/articles/mi_m2889/is_n18_v31/ai_17157196. Véase tam-bién Agis Salpukas, «Conoco’s Deal in Iran Faces Board Hurdle», NewYork Times, 14 de marzo de 1995; y Daniel Southerland y Ann Devroy,«Clinton Bars U.S. Oil Pacts with Iran», Washington Post, 15 de marzode 1995.

27 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 310.28 Orden Ejecutiva núm. 12959, Casa Blanca, Oficina de la Secretaría

de Prensa, 8 de mayo de 1995.29 Todd Purdum, «Clinton to Order a Trade Embargo against

Tehran», New York Times, 1 de mayo de 1995; y «Remarks at the WorldJewish Congress».


188


30 Pollack, Persian Puzzle, p. 27331 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», pp. 308, 311, 329-330.32 A. M. Rosenthal, «Plugging the Leak», New York Times, 14 de mar-

zo de 1995.33 Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 312. Según otra fuente, un

miembro del AIPAC declaró que el Congreso escribió el proyecto deley «con ellos, frase a frase». Franssen y Morton, «Review of U.S. Uni-lateral Sanctions». Véase también George Moffett, «Push to WidenLibya Sanctions Riles U.S. Allies», Christian Science Monitor, 24 de ene-ro de 1996.

34 Pollack, Persian Puzzle, p. 287.35 Citado en Brzezinski y Scowcroft, Differentiated Containment, p. 6.36 James Schlesinger, «Fragmentation and Hubris: A Shaky Basis

for American Leadership», National Interest 49, otoño de 1997, 5.37 Fayazmanesh, Politics of the U.S. Economic Sanctions, pp. 231-235.38 Reuters, «Call for “Détente” as Tehran Swears in Moderate Presi-

dent», Australian, 5 de agosto de 1997; Douglas Jehl, «Iranian Presi-dent Calls for Opening Dialogue with U.S.», New York Times, 15 de di-ciembre de 1997; y «Transcript of Interview with Iranian PresidentMohammad Khatami», CNN.com, 7 de enero de 1998.

39 «Interview with Khatami»; y Parsi, «Israeli-Iranian Relations»,pp. 330-336.

40 Sobre el hecho de que la administración de Clinton consultó alos israelíes, véase Pollack, Persian Puzzle, p. 319. Para un análisis másgeneral de los pasos que dio la administración de Clinton en res-puesta a las aperturas de Jatami, véase Hiro, Neighbors, cap. 10; Par-si, «Israeli-Iranian Relations», pp. 331-345; Pollack, Persian Puzzle,pp. 319-342; y Sick, «Clouded Mirror», pp. 200-206.

41 Citado en Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 329.42 Ansari, Confronting Iran, cap. 5; Hiro, Neighbors, pp. 235-240; Po-

llack, Persian Puzzle, pp. 325-342; y Ray Takeyh, Hidden Iran: Paradoxand Power in the Islamic Republic, Nueva York, Henry Holt, 2006, pp. 44-54y 110-116.

43 Yerah Tal, «U.S., Iran in Secret Talks», Ha’aretz, 15 de diciembrede 1997.

NOTAS

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44 Sick, «Clouded Mirror», p. 210 n. 32.45 Eli Lake, «Israel, U.S. Jewish Lobby Disagree on Iran Sanctions»,

United Press International, 23 de septiembre de 2000.46 Citado en Parsi, «Israeli-Iranian Relations», p. 298.47 Citado en ibíd., p. 403. Durante los primeros años noventa, Sneh

jugó un papel clave en la defensa del argumento de que Irán repre-sentaba una amenaza mortal para Israel. Véase ibíd., p. 286.

48 Citado en Alan Sipress, «Israel Emphasizes Iranian Threat»,Washington Post, 7 de febrero de 2002. Este artículo, escrito cuandoSharon llegó a Washington, deja muy claro que Jerusalén estaba «do-blando los esfuerzos por advertir a la administración de Bush de queIrán supone una amenaza mayor que el régimen iraquí de SadamHusein». Véase también Seymour M. Hersh, «The Iran Game», NewYorker, 3 de diciembre de 2001; Peter Hirschberg, «Background: Pe-res Raises Iranian Threat», Ha’aretz, 5 de febrero de 2002; DavidHirst, «Israel Thrusts Iran in Line of U.S. Fire», Guardian, 2 de febre-ro de 2002; «Israel Once Again See Iran as a Cause for Concern»,Ha’aretz, 7 de mayo de 2001; Dana Priest, «Iran’s Emerging NuclearPlant Poses Test for U.S.», Washington Post, 29 de julio de 2002; yZe’ev Schiff, «Iran: Clear and Present Danger», Ha’aretz, 31 de mayode 2002.

49 Stephen Farrell, Robert Thomson y Danielle Haas, «Attack Iranthe Day Iraq War Ends, Demands Israel», Times, Londres, 5 de noviem-bre de 2002; y Stephen Farrell y Robert Thomson, «The Times Inter-view with Ariel Sharon», ibíd.

50 Citado en «Ambassador to U.S. Calls for «Regime Change» inIran and Syria», Ha’aretz, 28 de abril de 2003.

51 Steven R. Weisman, «New U.S. Concerns on Iran’s Pursuit of Nu-clear Arms», New York Times, 8 de mayo de 2003.

52 Simón Peres, «We Must Unite to Prevent an Ayatollah Nuke»,Wall Street Journal, 25 de junio de 2003.

53 Jim Lobe, «U.S. Neo-Cons Move Quickly on Iran», Inter PressService, 27 de mayo de 2003.

54 Marc Perelman, «Pentagon Team on Iran Comes under Fire»,Forward, 6 de junio de 2003. Véase también Marc Perelman, «White


190


House Is Aiming to Raise Iranian Nukes at U.N. Security Council»,Forward, 9 de mayo de 2003; y Marc Perelman, «New Front Sets Sightson Toppling Iran Regime», Forward, 16 de mayo de 2003.

55 William Kristol, «The End of the Beginning», Weekly Standard, 12de mayo de 2003.

56 Michael Ledeen, «The Others», National Review Online, 4 de abrilde 2003. Ledeen escribió también a mediados de abril de 2003: «esimposible ganarle la guerra al terrorismo mientras los regímenes deSiria e Irán se mantengan en el poder». Prosiguió afirmando que «labuena noticia es que ambos son vulnerables al ataque político». Cita-do en Ronald Brownstein, «Those Who Sought War Are Now PushingPeace», Los Angeles Times, 17 de abril de 2003. Véase también AlexKoppelman, «Iranian Regime Change: “Faster, Please!”», Salon.com,15 de enero de 2007.

57 Daniel Pipes y Patrick Clawson, «Turn up the Pressure on Iran»,Jerusalem Post, 21 de mayo de 2003; y Lawrence Kaplan, «Iranamok»,New Republic, 9 de junio de 2003.

58 Una copia del folleto que anunciaba la conferencia, cuyo títuloera «The Future of Iran: Mullahcracy, Democracy, and the War onTerror», puede encontrarse en www.aei.org/events/eventID.300/event_detail.asp. Véase también Jordan Green, «Neocons Dream ofLebanon», ZNet (en línea), 23 de julio de 2003; y Lobe, «Neo-ConsMove Quickly».

59 Connie Bruck, «Exiles: How Iran’s Expatriates Are Gaming theNuclear Threat», New Yorker, 6 de marzo de 2006; Lobe, «Neo-ConsMove Quickly»; Ron Perelman, «New Front Sets Sights on TopplingIran Regime», Forward, 17 de mayo de 2003; y «Shah of Iran’s HeirPlans Overthrow of Regime», Human Events Online, 1 de mayo de 2006.

60 Toda la información proviene de «Senator Brownback Announ-ces Iran Democracy Act with Iranian Exiles», comunicado de prensadel National Iranian American Council, 20 de mayo de 2003; e «IranDemocracy Act Passed, but No Money to Opposition and SatelliteTV’s», comunicado de prensa del National Iranian American Council,24 de julio de 2003.

61 Lobe, «Neo-Cons Move Quickly».

NOTAS

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62 Michael Ledeen, «The Iranian Hand», Wall Street Journal, 16 deabril de 2004.

63 «President Discusses War on Terror and Operation Iraqi Free-dom», charla ofrecida en Cleveland, Ohio, Oficina de la Secretaría dePrensa de la Casa Blanca, 20 de marzo de 2006.

64 Citado en Ori Nir, «Groups to Bush: Drop Iran-Israel Linkage»,Forward, 12 de mayo de 2006.

65 Associated Press, «John McCain Jokes about Bombing Iran atU.S. Campaign Stop», International Herald Tribune, 19 de abril de 2007.

66 «The Road to the White House: Israel-U.S. Ties», Jerusalem Post,24 de mayo de 2007.

67 Ori Nir, «Groups to Bush». Véase también James D. Besser yLarry Cohler-Esses, «Iran-Israel Linkage by Bush See as Threat», JewishWeek, 21 de abril de 2006; James D. Besser, «JCPA Delegates Spurn Is-rael Demands», Jewish Week, 2 de marzo de 2007; «Groups Fear PublicBacklash over Iran», Forward, 2 de febrero de 2007; Ron Kampeas, «AsJewish Groups Huddle, Quagmire in Iraq Undermines Resolve onIran», JTA.org, 28 de febrero de 2007; y Jim Lobe, «Jewish CommunityWorried About Iran Backlash», Inter Press Service, 10 de mayo de 2006.

68 Citado en Besser y Cohler-Esses, «Iran-Israel Linkage».69 Citado en Ori Nir, «Bush Overture to Iran Splits Israel, Neo-

cons», Forward, 9 de junio de 2006.70 Gareth Porter, «Strategy Paper Reveals Bush Won’t Attack Iran»,

Inter Press Service, 20 de junio de 2006.71 James Bamford, «Iran: The Next War», Rolling Stone, 24 de julio

de 2006; Seymour M. Hersh, «The Coming Wars», New Yorker, 24 a 31 deenero de 2005; Seymour M. Hersh, «The Iran Plans», New Yorker, 17de abril de 2006; Seymour M. Hersh, «Last Stand», New Yorker, 10 de ju-lio de 2006; Seymour M. Hersh, «The Redirection», New Yorker, 5 demarzo de 2007; e «Iran: The Next Strategic Target», entrevista de Sey-mour Hersh con Amy Goodman del Democracy Now!, AlterNet.org, 19 deenero de 2005. Véase también Peter Baker, Dafna Linzer y Thomas E.Ricks, «U.S. Is Studying Military Strike Options on Iran», WashingtonPost, 9 de abril de 2006; Perelman, «Pentagon Team on Iran»; y CraigUnger, «From the Wonderful Folks Who Brought You Iraq», Vanity


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Fair, marzo de 2007. Todas las citas de este párrafo están incluidas enHersh, «Coming Wars».

72 Los datos de este párrafo están extraídos de Helene Cooper yMark Mazzetti, «To Counter Iran’s Role in Iraq, Bush Moves BeyondDiplomacy», New York Times, 11 de enero de 2007; Tony Karon, «TheProblem with Confronting Iran», Time, 16 de enero de 2007; Eli Lake,«GIs Raid Iranian Building in Irbil», New York Sun, 12 de enero de2007; David E. Sanger, «Opening a New Front in the War, against Ira-nians in Iraq», New York Times, 15 de enero de 2007; David E. Sanger yMichael R. Gordon, «Rice Says Bush Authorized Iranians’ Arrest inIraq», New York Times, 13 de enero de 2007; y Trita Parsi, «Bush’s IraqPlan: Goading Iran into War», Inter Press Service, 17 de enero de 2007.

73 Helene Cooper, «U.S. Not Pushing for Attack on Iran, Rice Says»,New York Times, 1 de junio de 2007. Véase también Arnaud deBorchgrave, «Guns of August?», United Press International, 4 de juniode 2007; Steven C. Clemons, «Cheney Attempting to ConstrainBush’s Choices on Iran Conflict: Staff Engaged in InsubordinationAgainst President Bush», weblog del Washington Note, 24 de mayo de2007, www.thewashingtonnote.com/archives/002145.php; MichaelHirsh y Mark Hosenball, «Cheney vs. Rice: A Foreign-Policy Show-down», MSNBC.com, 11 de junio de 2007; y Glenn Kessler, «CheneyBacks Diplomacy on Iran Program, Rice Affirms», Washington Post, 2de junio de 2007.

74 Estas citas han sido extraídas del «Agreed Statement» del 21 deoctubre de 2003, del que se puede encontrar una copia en el Internatio-nal Institute for Strategic Studies, Iran’s Strategic Weapons Programmes 19.Para más detalles sobre las negocioaciones entre Irán y los UE-3, véaseibíd., cap. 1; International Institute for Strategic Studies, Strategic Survey2004/2005, Nueva York, Routledge, mayo de 2005, pp. 196-200; e Inter-national Institute for Strategic Studies, Strategic Survey 2006, NuevaYork, Routledge, 2006, pp. 210-222.

75 Kaveh L. Afrasiabi, «The Myth of the EU Olive Branch», Asia Ti-mes (en línea), 13 de agosto de 2005; Ansari, Confronting Iran, cap. 7;British American Security Information Council, «EU3 Negotiationswith the Islamic Republic of Iran: Not Out of the Woods Yet and Time

NOTAS

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Is Short, Very Short», BASIC Notes: Occasional Paper on International Se-curity Policy, julio de 2005; y Hersh, «Last Stand».

76 Elissa Gootman, «Security Council Approves Sanctions againstIran over Nuclear Program», New York Times, 24 de diciembre de 2006;Colum Lynch, «Sanctions on Iran Approved by UN», Washington Post,24 de diciembre de 2006. Véase también Nazila Fathi, «Iran Is Defiant,Vowing to U.N. It Will Continue Nuclear Efforts», New York Times, 25de diciembre de 2006; Ron Kampeas, «The Iran Sanctions Package:Some Assembly Required, Teeth Not Included», JTA.org, 25 de diciem-bre de 2006; Nasser Karimi, «Iran Rebuffs U.N., Vows to Speed UpUranium Enrichment», Washington Post, 25 de diciembre de 2006; yNeil King, «U.S. Bid to Limit Iran Gets Wary Response», Wall StreetJournal, 29 de diciembre de 2006.

77 Daniel Bilefsky, «Europe Approves More Sanctions AgainstIran», New York Times, 24 de abril de 2007; Daniel Dombey y GarethSmyth, «New EU Sanctions Raise Pressure on Iran», Financial Times,23 de abril de 2007; Warren Hoge, «U.N. Council Gets New Draft De-cree on Iran Nuclear Sanctions», New York Times, 16 de marzo de 2007;Colum Lynch, «U.N. Backs Broader Sanctions on Tehran», Washing-ton Post, 26 de marzo de 2007; Colum Lynch, «U.S., Allies Agree toDrop Proposed Iran Travel Ban», Washington Post, 10 de marzo de2007; y Thom Shanker, «Security Council Votes to Tighten Iran Sanc-tions», New York Times, 25 de marzo de 2007.

78 Hersh, «The Redirection».79 Nathan Guttman, «Activists Set to Push New Sanctions against

Iran», Forward, 9 de marzo de 2007. Véase también Eli Lake, «AIPACWill Press for Hard Line on Iran Regime», New York Sun, 7 de marzode 2007; Ian Swanson, «Chairmen Try to Tighten Screws on Iran», TheHill (en línea), 14 de marzo de 2007; y Steven R. Weisman, «U.S. Tigh-tens Financial Squeeze on Iran», International Herald Tribune, 20 demarzo de 2007.

80 Richard Beeston y James Bone, «Hostage Fears over Troops Sei-zed by Iran», Times (Londres), 24 de marzo de 2007; Sarah Lyall, «IranSeizes 15 Britons on Patrol in Persian Gulf», New York Times, 24 de mar-zo de 2007; Vali Nasr y Ray Takeyh, «What We Can Learn from Britain


194


About Iran», New York Times, 5 de abril de 2007; y Kevin Sullivan, «15Britons Taken to Tehran as Iran Dispute Intensifies», Washington Post,25 de marzo de 2007.

81 Guttman, «Activists Set to Push»; Lake, «AIPAC Will Press»; yWeisman, «U.S. Tightens Financial Squeeze». Con respecto a las reti-cencias de Europa de reducir sus relaciones económicas con Irán, véaseSteven R. Weisman, «Europe Resists U.S. Push to Curb Iran Ties», NewYork Times, 30 de enero de 2007.

82 Todas las citas de este párrafo proceden de Hassan M. Fattah,«Saudi King Condemns U.S. Occupation of Iraq», New York Times, 28de marzo de 2007. Véase también William J. Broad y David E. Sanger,«With Eye on Iran, Rivals Also Want Nuclear Power», New York Times,15 de abril de 2007; Rachel Bronson, «Good Neighbors: What SaudiArabia Wants», New Republic (en línea), 3 de abril de 2007; HeleneCooper, «U.S. Feels Sting of Winning Saudi Help with Other Arabs»,New York Times, 30 de marzo de 2007; Helene Cooper y Jim Rutenberg,«A Saudi Prince Tied to Bush Is Sounding Off-Key», New York Times, 29de abril de 2007; Hassan M. Fattah, «Bickering Saudis Struggle for anAnswer to Iran’s Rising Influence in Middle East», New York Times, 22de diciembre de 2006; y Jonathan Steele, «As U.S. Power Fades, ItCan’t Find Friends to Take on Iran», Guardian, 2 de febrero de 2007.

83 «Israeli PM Olmert Addresses Congress», Washington Post, 24 demayo de 2006. Olmert también visitó la Casa Blanca y le hizo saber alpresidente Bush su visión con respecto a Irán. Véase «President Bushand Prime Minister Ehud Olmert of Israel Participate in Joint PressAvailability», Oficina de la Secretaría de Prensa de la Casa Blanca, 23de mayo de 2006. El académico israelí Benny Morris también ha ex-puesto una visión apocalíptica de lo que le pasará a Israel si Irán adquie-re armas nucleares. Véase Benny Morris, «Essay: This Holocaust Will BeDifferent», Jerusalem Post, 18 de enero de 2007; y Benny Morris, «The Se-cond Holocaust Is Looming», Israelinsider.com, 15 de enero de 2007.

84 Lally Weymouth, «Israel’s P.M. on Iran, Lebanon, Palestinian Sta-te», entrevista para Newsweek, MSNBC.com, 11 de noviembre de 2006.Véase también Uzi Benziman, «Trigger-Happy (On the Button)»,Ha’aretz, 17 de diciembre de 2006; «Iran Complains to UN Security

NOTAS

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Council over Sneh Comments», Ha’aretz, 11 de noviembre de 2006; yRonny Sofer, «IDF: Only U.S. Operation Can Stop Iran», Ynetnews.com,12 de octubre de 2006.

85 Citado en Gil Yaron, «Missile Raid Would Hit Iran NuclearPlants-Olmert», Ynetnews.com, 28 de abril de 2007.

86 Oded Tira, «What to Do with Iran?», Ynetnews.com, 30 de diciem-bre de 2006.

87 La cita de Sharon proviene de Uzi Mahnaimi y Sarah Baxter, «Is-rael Readies Forces for Strikes on Nuclear Iran», Sunday Times, Lon-dres, 11 de diciembre de 2005. El informe más reciente —y la negaciónde Israel—, está sacado de Uzi Mahnaimi y Sarah Baxter, «Revealed: Is-rael Plans Nuclear Strike on Iran», Sunday Times, 7 de enero de 2007; yUzi Mahnaimi y Sarah Baxter, «Israel Denies Planning Iran Nuke At-tack», Associated Press, 7 de enero de 2007. Véase también RichardBoudreaux, «Israel Sounds Alarm on Iran’s Nuclear Efforts», Los Ange-les Times, 7 de febrero de 2007; e Ilene Prusher, «Israel Buzzes over No-tion of Attacking Iran», Christian Science Monitor, 16 de enero de 2007.

88 «Israel may Have to Act Alone», entrevista a Avigdor Lieberman,Spiegel Online, 12 de febrero de 2007.

89 Para una muestra de la extensa literatura que trata de este tema,véase Stewart Ain, «Israel Urging U.S. to Stop Iran Nukes», JewishWeek, 7 de octubre de 2005; Martin S. Indyk, «Iran’s Bluster Isn’t aBluff», Los Angeles Times, 1 de noviembre de 2005; Ron Kampeas,«With Time Short on Iran Nukes, AIPAC Criticizes Bush Approach»,JTA.org, 2 de diciembre de 2005; Yossi Klein Halevi y Michael B. Oren,«Israel’s Worst Nightmare: Contra Iran», New Republic, 5 de febrero de2007; Frederick Kempe, «Elie Wiesel Sounds the Alarm RegardingIran», Wall Street Journal, 20 de junio de 2006; Dafna Linzer, «Pro-IsraelGroup Criticizes White House Policy on Iran», Washington Post, 25 dediciembre de 2005; Ori Nir, «Israeli Aides Warn U.S. Not to Drop Ballon Iran», Forward, 9 de diciembre de 2005; Ori Nir, «Jewish GroupsPress for Iran Sanctions», Forward, 23 de septiembre de 2005; Ori Nir,«Groups Push for Sanctions, Fear U.S. Will Falter on Iran», Forward, 1de septiembre de 2006; Marc Perelman, «Groups Head to Emirates,as Worries Grow over Iran», Forward, 19 de enero de 2007; y Brad


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Sherman, «The Unmet Threat of a Nuclear Iran», Forward, 27 de octu-bre de 2006.

90 Joshua Muravchik, «Operation Comeback», Foreign Policy 157,noviembre/diciembre de 2006, p. 68.

91 Citado en Yossi Melman, «To Attack or Not to Attack?», Ha’aretz,24 de enero de 2007.

92 Shmuel Rosner, «AIPAC Conference Focuses on Hamas and Iran»,Ha’artez, 7 de marzo de 2006; y Guttman, «Activists Set to Push». Véasetambién «Iran’s Pursuit of Nuclear Weapons», www.aipac.org/Publica-tions/AIPACAnalysesIssueBriefs/Irans_Pursuit_of_Nuclear_Wea-pons(1).pdf.

93 Citado en James D. Besser, «Hardline Pastor Gets Prime AIPACSpot», Jewish Week, 9 de marzo de 2007.

94 Citado en «Christians for Israel», editorial del Jerusalem Post, 14de marzo de 2007.

95 Maggie Haberman, «Israel Fans Groan over Hill Speech», NewYork Post (en línea), 2 de febrero de 2007.

96 Jonathan Allen, «Iran Language Draws Opposition as DemocratsNear Agreement on Supplemental», CQ Today, 8 de marzo de 2007;«Dems Abandon War Authority Provision», Associated Press, 13 demarzo de 2007; Eli Lake, «Democrats Retreat on War Funds», New YorkSun, 14 de marzo de 2007; «Engel’s Finest Hour», editorial del NewYork Sun, 14 de marzo de 2007; y John Walsh, «Why Is the Peace Move-ment Silent About AIPAC?», CounterPunch.org, 17 de abril de 2007.

97 Capuano es citado en Walsh, «Peace Movement Silent», dondetambién se discute la respuesta de Kucinich.

98 Leon Hadar, «Osirak Redux?», American Conservative, 15 de ene-ro de 2007; Gideon Rachman, «Talk of Another Preventive War in theMiddle East Is Folly», Financial Times, 21 de noviembre de 2006; y ScottRitter, Target Iran: The Truth About the White House’s Plans for RegimeChange, Nueva York, Nation Books, 2006, pp. 203-206.

99 Citado en Jim Lobe, «Pressure Grows on Bush to Engage Iran Di-rectly», Antiwar.com, 26 de mayo de 2006.

100 La encuesta fue llevada a cabo por la Universidad Bar-Ilan y laAnti-Defamation League, y llegó a la conclusión de que «un 71 por

NOTAS

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ciento de los israelíes cree que Estados Unidos debería lanzar un ata-que militar sobre Irán si los esfuerzos diplomáticos no consiguen fre-nar el programa nuclear de Teherán». Véase Aluf Benn, «Poll: 71 per-cent of Israelis Want U.S. to Strike Iran if Talks Fail», Ha’aretz, 18 demayo de 2007.

101 La cita original de Clark figuraba en The Huffington Post el 4 deenero de 2007, www.huffingtonpost.com/arianna-huffington/dc-notes-wes-clark-is-_b_37837.html. La cita de Yglesias proviene de MatthewYglesias, «Smears for Fears», American Prospect (en línea), 23 de enero de2007. Véase también James D. Besser, «General Clark’s Controversy», Je-wish Week, 12 de enero de 2007; Nathan Guttman, «Top Dem WesleyClark Says «N.Y. Money People» Pushing War with Iran», Forward, 12 deenero de 2007; y Shmuel Rosner, «The General and the «Money Peo-ple»«, Ha’aretz, 9 de enero de 2007. Un artículo en Forward discute elmiedo de la comunidad judía norteamericana a ser acusada de una gue-rra estadounidense contra Irán, aun reconociendo el hecho de que «losgrupos judíos están jugando un papel protagonista en la presión a favorde una línea dura contra Irán». El artículo también incluía el siguientecomentario: «Muchos de los esfuerzos en defensa [de una línea dura],aun cuando no están vinculados a Israel, llevan la huella indeleble de lamano judía». Véase «Groups Fear Public Backlash».

102 Ritter, Target Iran, p. 211.103 Para consultar una excelente discusión de lo que significaría un

acuerdo ambicioso con Irán, véase Flynt Leverett, Dealing with Tehran:Assessing U.S. Diplomatic Options Toward Iran, Nueva York, CenturyFoundation, 2006, pp. 19-25.

104 La siguiente discusión sobre los intentos fallidos de Irán portenderle la mano a la administración de Bush está basada en GregoryBeals, «A Missed Opportunity with Iran», Newsday, 19 de febrero de2006; Bruck, «Exiles»; Leverett, Dealing with Tehran, pp. 11-16; FlyntLeverett y Hillary Mann, «What We Wanted to Tell You About Iran»,New York Times, 22 de diciembre de 2006; Glenn Kessler, «In 2003, U.S.Spurned Iran’s Offer of Dialogue», Washington Post, 8 de junio de2006; Nicholas D. Kristof, «Diplomacy at Its Worst», New York Times, 29de abril de 2007; Jim Lobe, «Bush Administration Divided over Road


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to Tehran», Foreign Policy in Focus, 11 de agosto de 2003; Jim Lobe,«Bush Administration Paralyzed over Iran», Asia Times Online, 9 deagosto de 2003; Gareth Porter, «How Neocons Sabotaged Iran’s Helpon al-Qaeda», Antiwar.com, 23 de febrero de 2006; Gareth Porter,«Burnt Offering», American Prospect, 6 de junio de 2006; Gareth Por-ter, «Neocons Blocked 2003 Nuclear Talks with Iran», Antiwar.com, 29de marzo de 2006; y Gareth Porter, «Iran Proposal to U.S. OfferedPeace with Israel», Antiwar.com, 25 de mayo de 2006.

105 La propuesta de 2003 descrita en este párrafo estaba detallada enun documento iraní que fue transmitido al Departamento de Estado y ala Casa Blanca. Una copia de éste puede consultarse en la página web delcolumnista del New York Times Nicholas D. Kristof, kristof.blogs.nytimes.com.

106 James A. Baker III y Lee H. Hamilton, copresidentes, The IraqStudy Group Report, Nueva York, Vintage Books, 2006, pp. 50-52.

107 Sobre Afganistán, véase David Rohde, «Iran Is Seeking More In-fluence in Afghanistan», New York Times, 27 de diciembre de 2006.

108 Lobe, «Pressure Grows on Bush», Antiwar.com, 26 de mayo de2006; y Steven R. Weisman, «U.S. Is Debating Talks with Iran on Nu-clear Issue», New York Times, 27 de mayo de 2006. También merece lapena observar que el apoyo de los judíos estadounidenses a un ataquemilitar de Estados Unidos a Irán ha disminuido notablemente. En otoñode 2005, el 49 por ciento apoyaba la acción militar; llegado el otoño de2006, tan sólo un 38 por ciento seguía estando a favor. «Poll: U.S. JewsBack Strike against Iran by Israel», Forward, 27 de octubre de 2006.

109 Steven Kull, «Americans Assess U.S. International Strategy», en-cuesta de WorldPublicOpinion.org realizada por el Program on Interna-tional Policy Attitudes, 7 de diciembre de 2006. Véase también «Ba-ker-Hamilton Redux: The U.S. Public Remains Enthusiastic about theBipartisan Proposals», Pew Research Center, 29 de mayo de 2007.

110 Thomas L. Friedman, «Not-So-Strange Bedfellow», New York Ti-mes, 31 de enero de 2007.

111 Marc Perelman, «As Washington Studies Iraq Report, JerusalemFrets over Tehran Talk», Forward, 15 de diciembre de 2006. Véase tam-bién Nathan Guttman, «Groups Mute Criticism of Iraq Report», For-ward, 15 de diciembre de 2006.

NOTAS

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CAPÍTULO 11EL LOBBY Y LA SEGUNDA GUERRA DE LÍBANO

1 Human Rights Watch estima que 1.125 libaneses perdieron lavida durante la guerra, 300 o 350 de los cuales eran combatientes. Co-rrespondencia personal con HRW, 24 y 30 de mayo de 2007. La cifrade un tercio de víctimas infantiles corresponde a información de Am-nistía Internacional, «Israel/Lebanon: Deliberate Destruction or “Co-llateral Damage”? Israeli Attacks on Civilian Infrastructure», InformeMDE 18/007/2006, 23 de agosto de 2006. Con respecto a los daños ala infrastructura, véase ibíd.; Amnistía Internacional, «Israel-Leba-non: Out of All Proportion—Civilians Bear the Brunt of the War», In-forme MDE 02/033/2006, 21 de noviembre de 2006; y «Middle EastCrisis: Facts and Figures», BBC News (en línea), 31 de agosto de 2006.

2 Sobre el mandato de la Comisión Winograd, véase Redacción deHa’aretz, «The Main Findings of the Winograd Partial Report on theSecond Lebanon War», Ha’aretz, 1 de mayo de 2007.

3 Citado en Matthew Kalman, «Israel Set War Plan More than a YearAgo: Strategy Was Put in Motion as Hezbollah Began Increasing ItsMilitary Strength», San Francisco Chronicle (en línea), 21 de julio de2006. Véanse también los comentarios de Martin Fletcher a Tim Rus-sert en Meet the Press poco después de comenzar la guerra, «Transcriptfor July 16», MSNBC.com, 16 de julio de 2006; Bernard Gwertzman,«Steinberg: Israel Hoping Attacks on Hezbollah Serve as a Warning toIran», entrevista a Gerald M. Steinberg, Council on Foreign Relations,1 de agosto de 2006; Yagil Levy, «A Voluntary “Putsch”», Ha’aretz, 24 dejulio de 2006; Andrea Mitchell, «U.S. Stands Alone in Defending Is-rael», MSNBC.com, 13 de julio de 2006; Robert Novak, «No PoliticalUpside in Criticizing Israel», Chicago Sun-Times, 7 de agosto de 2006; yTanya Reinhart, «Israel’s “New Middle East”», CounterPunch.org, 27 dejulio de 2006.

4 Seymour M. Hersh, «Watching Lebanon», New Yorker, 21 de agos-to de 2006. De forma similar, Matthew Kalman escribe: «En los añosdesde que Israel abandonó la ocupación militar del sur de Líbano, haestado observando con gran atención cómo Hezbolá reforzaba su pre-


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sencia militar en la región. Cuando los militantes de Hezbolá secues-traron a dos soldados israelíes la semana pasada, el Ejército israelí es-taba preparado para reaccionar de forma casi instantánea». Kalman,«Israel Set War Plan».

5 Véase «Main Findings of the Winograd Partial Report». El testi-monio de Olmert ante la Comisión Winograd está recogido en AlufBenn, «PM Says Decided on Response to Abductions Months BeforeWar», Ha’aretz, 8 de marzo de 2007. Véase también Aluf Benn, «Re-port: Interim Findings of War Won’t Deal with Personal Failures»,Ha’aretz, 8 de marzo de 2007; Josef Federman, «Reports: Israel ReadyBefore Lebanon War», Washington Post, 9 de marzo de 2007; Amos Ha-rel, Nir Hasson, Mazal Mualem y Aluf Benn, «Officers Slam PM forPlanning War but Not Preparing IDF», Ha’aretz, 9 de marzo de 2007;y Nir Hasson, «Senior IDF Officer to Haaretz: PM Did Not Order Us toPrepare for War», Ha’aretz, 12 de marzo de 2007.

6 Hersh, «Watching Lebanon»; y Kalman, «Israel Set War Plan».Véase también «Israel: Did Blair Know All Along?», Daily Mail, 14 deagosto de 2006.

7 Hersh, «Watching Lebanon».8 El Project for the New American Century [Proyecto para el Nue-

vo Siglo Americano] le envió al presidente Bush una carta abierta fir-mada por un grupo de prominentes neoconservadores el 20 de sep-tiembre de 2001, que decía: «Cualquier guerra contra el terrorismotiene que tener como objetivo a Hezbolá». Esta carta se publicó en elWeekly Standard el 1 de octubre de 2001.

9 Helene Cooper, «Rice’s Hurdles on Middle East Begin at Home»,New York Times, 10 de agosto de 2006. Véase también Sidney Blumenthal,«The Neocons’ Next War», Salon.com, 3 de agosto de 2006; Hersh, «Wat-ching Lebanon»; y Shmuel Rosner y Aluf Benn, «How to Win Friendsand Influence Governments», Ha’aretz, 28 de julio de 2006.

10 Marc Perelman, «Cheney Taps Syria Hawk as Adviser on Mideast»,Forward, 31 de octubre de 2003. Véase también Jim Lobe, «New Che-ney Adviser Sets Syria in His Sights», Inter Press Service, 20 de octubrede 2003. John Hannah es otro importante neoconservador que perte-necía al equipo de Cheney antes y durante el conflicto de Líbano.

NOTAS

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Robert Dreyfuss, «Vice Squad», American Prospect, mayo de 2006; y Ja-nine Zacharia, «Bush Appoints Mideast Advisers», Jerusalem Post, 7 defebrero de 2001.

11 «A Clean Break: A New Strategy for Securing the Realm» fue redac-tado para el Institute for Advanced Strategic and Political Studies de Je-rusalén y publicado en junio de 1996. Una copia de este informe se pue-de encontrar en la página web del Instituto, www.iasps.org/strat1.htm.

12 Adam Shatz, «In Search of Hezbollah», New York Review of Books,29 de abril de 2004. Véase también Mark Hosenball y Michael Isikoff,«Secret Proposals», Newsweek, 9 de agosto de 2004.

13 Éstas son las palabras utilizadas por el Economist para describir elapoyo de Estados Unidos a Israel durante la guerra de Líbano. Véase«To Israel with Love», Economist, 5 de agosto de 2006.

14 Antes de la guerra, el embajador israelí Dan Gillerman dijo du-rante una reunión de B’nai B’rith en Nueva York: «Hoy ya no es un se-creto. En realidad no somos sólo cinco diplomáticos [en la misión is-raelí de la ONU]. Somos al menos seis incluyendo a John Bolton».Citado en Irwin Arieff, «Israel’s UN Ambassador Slams Qatar, PraisesBolton», Reuters, 22 de mayo de 2006. Con respecto a las accionesde Bolton, véase Associated Press, «Bolton: U.S. Wanted HizbullahEliminated», Jerusalem Post, 22 de marzo de 2007; «Bolton Admits Leba-non Truce Block», BBC News (en línea), 22 de marzo de 2007; RobinWright, «Strikes Are Called Part of Broad Strategy», Washington Post,16 de julio de 2006; y «U.S. Vetoes Criticism of Israel», New York Times,13 de julio de 2006.

15 Transcripción de «Special Briefing on Travel to the Middle Eastand Europe», 21 de julio de 2006, www.state.gov/secretary/rm/2006/69331.htm; y Roula Khalaf, «Rice “New Middle East” Comments FuelArab Fury over U.S. Policy», Financial Times, 31 de julio de 2006.

16 Citado en Warren Hoge y Steven Erlanger, «U.N. Council BacksMeasure to Halt War in Lebanon», New York Times, 12 de agosto de 2006.

17 «Comentarios del embajador John R. Bolton, representante deEstados Unidos ante las Naciones Unidas, con respecto a la situaciónen Oriente Próximo durante la operación de vigilancia del Consejode Seguridad, 17 de julio de 2006», USUN Press Release, n.º 174 (06).


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La defensa incondicional de Israel por parte de Bolton provocó que laUnion of Orthodox Jewish Congregations of America rompiera su tra-dición de «no inmiscuirse en los nombramientos de cargos» y solicita-ra al Senado que Bolton fuera designado embajador permanente antela ONU. Rosner y Benn, «How to Win Friends».

18 Blumenthal, «Neocons’ Next War»; y David S. Cloud y HeleneCooper, «U.S. Speeds Up Bomb Delivery for the Israelis», New York Ti-mes, 22 de julio de 2006.

19 John Diamond, «Officials: U.S. Blocked Missiles to Hezbollah»,USA Today (en línea), 18 de agosto de 2006.

20 Citado en Sheryl Gay Stolberg, «Bush’s Embrace of Israel ShowsGap with Father», New York Times, 2 de agosto de 2006.

21 Citado en David J. Silverman, «Politicking over Israel: Jewish Sta-te Becomes Fodder in Congressional War», JTA.org, 15 de agosto de2006. Véase también Jim VandeHei, «Congress Is Giving Israel Vote ofConfidence», Washington Post, 19 de julio de 2006.

22 Citado en Silverman, «Politicking over Israel». Durante una asam-blea en apoyo de las acciones de Israel en la guerra, según informacionesdel New York Times, «era tal el fervor que el presidente Bush, quien ha de-fendido las acciones de Israel, recibió los elogios de un auditorio integra-do de políticos en su inmensa mayoría demócratas». Clyde Haberman,«At Israel Rally, a Word Fails», New York Times, 18 de julio de 2006.

23 James D. Besser, «Scoring Points with the Israel Issue», JewishWeek, 28 de julio de 2006; y «To Israel with Love».

24 Brian Skoloff, «Dean Calls Iraqi PM an «Anti-Semite», «SeattlePost-Intelligencer (en línea), 26 de julio de 2006.

25 Rahall citado en Anne Plummer Flaherty, «House Overwhel-mingly Backs Israel in Vote», Guardian, 20 de julio de 2006; Zogby ci-tado en Noam N. Levey, «In Politicians’ Pro-Israel Din, Arab Ameri-cans Go Unheard», Los Angeles Times, 23 de julio de 2006.

26 Sobre Clinton, véase Gal Beckerman, «New York Jews Rally inSupport of Israel», Jerusalem Post, 18 de julio de 2006. Sobre McCain,véase Christopher Grimes, «European Criticism of Israel ‘Amazes’ Se-nator», Financial Times, 18 de julio de 2006. Sobre Biden y Gingrich,véanse sus comentarios en Meet the Press con Tim Russert el 16 de julio

NOTAS

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de 2006. Véase también Michael Abramowitz, «Conservative AngerGrows over Bush’s Foreign Policy», Washington Post, 19 de julio de 2006.

27 Novak, «No Political Upside».28 «Editorials Continue to Back Wide Air War against Lebanon»,

Editor & Publisher, 20 de julio de 2006. Véase también Greg Mitchell,«Few Editorials Find Fault with the Bombing of Beirut», Editor & Pu-blisher, 18 de julio de 2006. Una excepción importante a esta pauta esNicholas D. Kristof, «In Lebanon, Echoes of Iraq?», New York Times, 25de julio de 2006.

29 Citado en Marvin Kalb y Carol Saivetz, «The Israeli-HezbollahWar of 2006: The Media as a Weapon in Asymmetrical Conflict», Fa-culty Research Working Paper, RWP07-012, John F. Kennedy School ofGovernment, Universidad de Harvard, 15 de febrero de 2007. El estu-dio de Kalb y Saivetz, que fue escrito desde una perspectiva proisraelí,argumenta que Israel fue injustamente tratado por los medios de co-municación porque éste es una «sociedad abierta» mientras que Hez-bolá es una «sociedad cerrada». Debido a que el informe se concentraen la cobertura de las noticias e ignora casi por completo los editoria-les y comentarios de opinión, es capaz de argumentar que Israeltendía a ser representado bajo un prisma más negativo que Hezbolá.La alegación de que Israel estaba en desventaja en los medios de co-municación debido a su apertura relativa no es demasiado convincen-te, pues los periodistas podían ver claramente lo que estaba pasandotanto en Israel como en Líbano.

30 La cantidad de víctimas mortales civiles está basada en los datosfacilitados por Human Rights Watch mencionados en la nota 1 de estecapítulo. El número de edificios dañados o destruidos está sacado de«Middle East Crisis: Facts and Figures».

31 Andrew Gumbel, «America’s One-Eyed View of War: Stars, Stri-pes, and the Star of David», The Independent, 15 de agosto de 2006. Véa-se también «Is America Watching a Different War? American, Leba-nese and Israeli Panel on How the U.S. Media Is Covering the Invasionof Lebanon», DemocracyNow.org, 3 de agosto de 2006.

32 «Main Findings of the Winograd Partial Report». El informe afir-ma también que «la habilidad de obtener ventajas militares que tuvie-


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ran un peso político en la escena internacional era limitada» y que «al-gunos de los objetivos declarados de esta guerra eran [...] en parte inal-canzables mediante los procedimientos autorizados de acción militar».

33 Citado en Larry Cohler-Esses, «Israel Sees to Redefine Victory»,Jewish Week, 4 de agosto de 2006. Véase también Jack Khoury, «Top IDFOfficer: We Knew War Would Not Get Our Soldiers Back», Ha’aretz, 26de abril de 2007; y Ori Nir, «Israel Sees to Eliminate Iran’s HezbollahOption», Forward, 14 de julio de 2006.

34 Citado en Wright, «Strikes Are Called».35 Benjamín Netanyahu, «No Ceasefire in the War on Terror», Wall

Street Journal, 22 de julio de 2006.36 Un oficial superior israelí le dijo al New York Times: «El Ejército

tenía planeada una ofensiva aérea de 15 días antes de la entrada decualquier tipo de fuerza de tierra [...] Preferíamos no llevar a caboofensiva terrestre y pensamos que podríamos crear las condicionesoportunas para un alto el fuego sin la necesidad de una ofensiva te-rrestre de gran envergadura». Citado en Steven Erlanger, «IsraeliOfficer Says Army Aims to Kill Nasrallah», New York Times, 20 deagosto de 2006.

37 Las dos citas de Olmert mencionadas en este párrafo han sidoextraídas de «PM Olmert: Lebanon Is Responsible and Will Bear theConsequences», transcripción de la conferencia de prensa, Israeli Mi-nistry of Foreign Affairs, 12 de julio de 2006.

38 Esta estrategia elemental es ya un clásico de la política militar is-raelí. Durante la década de 1950, por ejemplo, parte del objetivo delas represalias israelíes contra el Ejército y las unidades policiales jor-danos consistía en convencer al Gobierno de Jordania de que doble-gara a los grupos palestinos que estaban llevando a cabo incursionesen terriorio isralí. Véase Jonathan Shimshoni, Israel and ConventionalDeterrence: Border Warfare from 1953 to 1970, Ithaca, Cornell UniversityPress, 1988, cap. 2.

39 Noam Ophir, «Look Not to the Skies: The IAF vs. Surface-to-Sur-face Rocket Launchers», Strategic Assessment, Jaffee Center for Strate-gic Studies [Centro Jaffee de Estudios Estratégicos], Universidad deTel Aviv 9, n.º 3, noviembre de 2006.

NOTAS

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40 Uzi Rubin, «Hezbollah’s Rocket Campaign against Northern Is-rael: A Preliminary Report», Jerusalem Issue Brief, Jerusalem Center forPublic Affairs 6, n.º 10, 31 de agosto de 2006.

41 Jonathan Finer and Edward Cody, «No Cease-Fire Soon, IsraeliLeader Says», Washington Post, 1 de agosto de 2006; y Yochi J. Dreazeny Marc Champion, «U.S., Israel Start to Diverge as Casualties Mount»,Wall Street Journal, 1 de agosto de 2006.

42 Amos Harel, «Analysis: Hezbollah Is Still Showing No Signs of Brea-king», Ha’aretz, 20 de julio de 2006; John Kifner, «Israel Is Powerful, Yes.But Not So Invincible», New York Times, 30 de julio de 2006; Ze’ev Schiff,«A Strategic Mistake», Ha’aretz, 20 de julio de 2006; Ari Shavit, «An AerialWar», Ha’aretz, 20 de julio de 2006; «What About the Missiles?», editorialde Ha’aretz, 3 de agosto de 2006; y Martin Van Creveld, «In This War, Too,Victory Is Unlikely», International Herald Tribune, 2 de agosto de 2006.

43 John Kifner y Greg Myre, «After U.N. Accord, Israel ExpandsPush in Lebanon», New York Times, 13 de agosto de 2006.

44 El trabajo decisivo con respecto a este tema es: Robert A. Pape,Bombing to Win: Air Power and Coercion in War, Ithaca, Cornell Univer-sity Press, 1996. Véase también John J. Mearsheimer, The Tragedy ofGreat Power Politics, Nueva York, Norton, 2001, pp. 85-110.

45 Amnistía Internacional, «Unlawful Killings During Operation“Grapes of Wrath”», julio de 1996; Warren Christopher, «A Time toAct», Washington Post, 28 de julio de 2006; Human Rights Watch, «Ope-ration Grapes of Wrath: The Civilian Victims», septiembre de 1997;Ze’ev Schiff, «Strategic Mistake»; y Avi Shlaim, «Israel’s Error, Thenand Now», International Herald Tribune, 4 de agosto de 2006.

46 Beirut Center for Research and Information, «Poll Finds Sup-port for Hezbollah’s Retaliation: Opinions Diverge on Sectarian Lines—But Not Completely», 29 de julio de 2006; Dahr Jamail, «HezbollahRides a New Popularity», Antiwar.com, 8 de agosto de 2006; NadimLadki, «U.S. Policy Alienates All the Lebanese», Gulf Times, 1 de agos-to de 2006; Neil MacFarquhar, «Tide of Arab Opinion Turns to Sup-port for Hezbollah», New York Times, 28 de julio de 2006; y Shibley Telha-mi, «Hezbollah’s Popularity Exposes al-Qaeda’s Failure to Win theHearts», San Jose Mercury News (en línea), 30 de julio de 2006.


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47 Cohler-Esses, «Israel Sees to Redefine Victory»; Steve Erlanger,«Israel Sees Hint of Victory», New York Times, 13 de agosto de 2006;Anshel Pfeffer, «Analysis: The IDF’s New Definition of Victory», Jeru-salem Post, 26 de julio de 2006; y Ze’ev Sternhell, «The Most Unsuccess-ful War», Ha’aretz, 2 de agosto de 2006.

48 Charles Krauthammer, «Israel’s Lost Moment», Washington Post,4 de agosto de 2006; y Ori Nir, «Conservatives Slam Israeli War Strategy»,Forward, 11 de agosto de 2006. Véase también Bret Stephens, «Israel IsLosing This War», Wall Street Journal, 1 de agosto de 2006; y «Olmertand Bush», editorial del Wall Street Journal, 1 de agosto de 2006. La ac-tuación de las IDF en Líbano no mejoró en el tiempo transcurridoentre estos dos artículos, y la guerra terminó el 14 de agosto de 2006.

49 Para encontrar alegaciones de que Israel ganó la guerra, o al me-nos de que no la perdió, véase Nahum Barnea, «Think Again: Israel vs.Hezbollah», Foreign Policy 157, noviembre-diciembre de 2006; Came-ron S. Brown, «Iran’s Investment Just Went Down the Tubes», Ha’aretz,10 de septiembre de 2006; Shai Feldman, «The Hezbollah-Israel War:A Preliminary Assessment», Middle East Brief, n.º 10, Crown Center forMiddle East Studies, Universidad de Brandeis, septiembre de 2006;Michael A. Fletcher, «Hezbollah the Loser in Battle, Bush Says»,Washington Post, 15 de agosto de 2006; Efraim Halevy, «Blind Date»,New Republic, 14 y 21 de agosto de 2006; Shmuel Rosner, «U.S. Diplo-mats Begin Viewing Lebanon War as Success», Ha’aretz, 15 de septiem-bre de 2006; y Asher Susser, «Lebanon: A Reassessment», JerusalemPost, 13 de septiembre de 2006. Era imperativo para Israel y para ellobby darle la vuelta a la guerra para que pareciera una victoria israelí,aunque sólo fuera levemente, con el fin de que los estadounidensescontinuaran viendo a Israel como un aliado digno de confianza. LeonHadar defiende esta opinión en «Neocons amid Lebanon’s Rubble: AChallenge to Krauthammer’s Israel as Strategic-Asset Argument», Na-tional Interest (en línea), 14 de septiembre de 2006. En este sentido,cabe observar que Charles Krauthammer, que ya veía a Israel perdien-do la guerra el 4 de agosto («Israel’s Lost Moment»), escribió una co-lumna el 1 de septiembre («Hezbollah’s “Victory”», Washington Post)proclamando: «Hezbolá quizás haya ganado la guerra propagandísti-

NOTAS

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ca, pero sobre el terreno perdió de mala manera». No obstante, la ma-yoría de los oficiales israelíes pensaban de otra forma. Véase Amos Ha-rel, «Chief Education Officer: We Lost Lebanon War», Ha’aretz, 22 deseptiembre de 2006; y Hanan Greenberg, «Officers Slam IDF WarConference», Ynetnews.com, 2 de enero de 2007. Asimismo, el New YorkTimes publicó una encuesta llevada a cabo por Ha’aretz justo antes delfin de la guerra que determinaba que sólo el 20 por ciento de los israe-líes creían que Israel estaba ganando, el 30 por ciento pensaba que Is-rael estaba perdiendo y el 43 por ciento opinaba que ninguna de lasdos partes estaba ganando. Véase Hoge y Erlanger, «U.N. CouncilBacks Measure». La mayoría de los israelíes estaban de acuerdo conesta valoración después de la guerra, como demuestra una encuestarealizada a principios de 2007 según la cual el 51 por ciento de los en-cuestados creía que ninguna de las dos partes había ganado la guerra,mientras que el 26 por ciento afirmaba que Hezbolá había ganado y el23 por ciento decía que lo había hecho Israel. Ben Meir y Shaked,«The People Speak», 9, pp. 20-21. Por otra parte, otra encuesta reali-zada poco después de acabar la guerra concluía que el 63 por cientode los participantes creía que el primer ministro Olmert debía dimi-tir; el 74 por ciento pensaba que el ministro de Defensa Amir Peretzdebía dimitir; y el 54 por ciento opinaba que el general Dan Halutz,jefe del Estado Mayor de las IDF, debía dimitir. «Poll: Majority WantsOlmert Out», Ynetnews.com, 25 de agosto de 2006.

50 Para una excelente valoración del conflicto, que argumenta queHezbolá fue, en última instancia, el ganador, véase la serie de tresartículos publicados en Asia Times Online y escritos por Alastair Croo-ke y Mark Perry: «Winning the Intelligence War», 12 de octubre de2006; «Winning the Ground War», 13 de octubre de 2006; y «The Po-litical War», 14 de octubre de 2006. Véase también Anthony H. Cor-desman, «Preliminary «Lessons» of the Israeli-Hezbollah War», Cen-ter for Strategic and International Studies, Washington DC, 17 deagosto de 2006; Ron Tira, «Breaking the Amoeba’s Bones», StrategicAssessment, Jaffee Center for Strategic Studies, Universidad de Tel Aviv9, n.º 3, noviembre de 2006; y Amir Kulick, «Hizbollah vs. the IDF:The Operational Dimension», ibíd.


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51 «Main Findings of the Winograd Partial Report». Véase tambiénGregory Levey, «Israel’s Surge of Despair», Salon.com, 15 de febrero de2007.

52 «Hizbullah Secretary-General Hassan Nasrallah Calls upon ArabLeaders to Promote Cease-Fire in Meetings with the Americans»,Middle East Media Research Institute, proyecto monitor TV, clip n.º 1219,3 de agosto de 2006, www.memritv.org/Transcript.asp?P1=1219, 17 demayo de 2007.

53 Véase Information International Poll, 22 a 27 de agosto de 2006,en Gary C. Gambill, ed., «Lebanese Public Opinion», Mideast Monitor1, n.º 3, septiembre-octubre de 2006.

54 Encuesta: «64 percent of Lebanese Say Opinion of U.S. Worse-ned After War», Ha’aretz, 14 de noviembre de 2006. Véase tambiénJim Lobe, «Backing for Israel Stymies Larger U.S. Aims in the Re-gion», Antiwar.com, 22 de julio de 2006; Jim Lobe, «Losing ArabAllies’ Hearts and Minds», Inter Press Service, 14 de diciembre de2006; Shmuel Rosner, «They Know You Know They’re Winning»,Slate.com, 4 de diciembre de 2006; y Shibley Telhami, «Annual ArabPublic Opinion Survey» (con Zogby International), resultados deuna encuesta realizada en Líbano entre el 11 y el 16 de noviembrede 2006.

55 Zogby International, «Five Nation Survey of the Middle East»,encuesta realizada por el Arab American Institute, diciembre de 2006.Véase también Zogby International, «AAI Poll: Continuing Conflict inIraq and Palestine Deepens U.S.—Arab Rift with Growing Costs toBoth Sides», 14 de diciembre de 2006.

56 Thanassis Cambanis, «Travel Industry Suffers another Blow inLebanon», Boston Globe, 4 de septiembre de 2006.

57 Information International Poll, 22 a 27 de agosto de 2006; yTelhami, «Annual Arab Public Opinion Survey». Vale la pena señalarque la mayoría de los libaneses parece no culpar a Hezbolá del iniciode la guerra, según determinó una encuesta que concluía que el 84por ciento de los encuestados «está de acuerdo en que la guerra entreIsrael y Líbano había sido consecuencia de un intento conjunto de Is-rael y Estados Unidos por imponer su orden en Oriente Próximo».

NOTAS

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Véase la encuesta del Center for Strategic Studies publicada en Gam-bill, «Lebanese Public Opinion».

58 «Another Killing in Lebanon», editorial del New York Times, 23 denoviembre de 2006; «Beirut Rally Attracts Huge Crowd», BBC News(en línea), 10 de diciembre de 2006; Akiva Eldar, «Israel Fears SinioraGovernment May Fall», Ha’aretz, 3 de diciembre de 2006; «FleetingGains from Lebanon War?», Jewish Week, 8 de diciembre de 2006; Mi-chael Slackman, «Anti-Syrian Minister Is Assassinated in Lebanon»,New York Times, 21 de noviembre de 2006; «Lebanon on the Brink»,editorial del Chicago Tribune, 23 de noviembre de 2006; Tim McGirk,«Losing Lebanon», Time, 3 de diciembre de 2006; Jim Quilty, «Winterof Lebanon’s Discontent», Middle East Report Online, 26 de enero de2007; y Anthony Shadid, «As Crises Build, Lebanese Fearful of a FailedState», Washington Post, 5 de junio de 2007.

59 Michael Slackman, «Iran’s Strong Ties with Syria ComplicateU.S. Overtures», New York Times, 28 de diciembre de 2006.

60 Rafael D. Frankel, «Israel Troubled That War in Lebanon DroveIts Enemies Closer», Christian Science Monitor, 22 de septiembre de 2006.

61 Blumenthal, «Neocons’ Next War»; Max Boot, «Israel ShouldHit Syria First», Los Angeles Times, 23 de agosto de 2006; Daniel J. Goldha-gen, «Israel’s Way Out», Los Angeles Times, 8 de agosto de 2006; WilliamKristol, «It’s Our War», Weekly Standard, 24 de julio de 2006; MichaelLedeen, «The Thirties All Over Again?», National Review Online, 31 dejulio de 2006; Ori Nir, «U.S. Ripped for Inaction on Israeli, SyrianFront», Forward, 4 de agosto de 2006; Michael B. Oren, «NecessarySteps for Israel», Washington Post, 14 de julio de 2006; Michael B.Oren, «Why Israel Should Bomb Syria: Attack Add», New Republic On-line, 17 de julio de 2006; Tom Regan, «U.S. Neocons Hoped IsraelWould Attack Syria», Christian Science Monitor, 9 de agosto de 2006; yGeorge F. Will, «Transformation’s Toll», Washington Post, 18 de juliode 2006.

62 Yitzhak Benhorin, «Neocons: We Expected Israel to Attack Syria»,Ynetnews.com, 16 de diciembre de 2006. Véase también Jim Lobe,«Neo-Cons Wanted Israel to Attack Syria», Inter Press Service, 18 dediciembre de 2006.


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63 Robin Hughes, «Iran Replenishes Hizbullah’s Arms Inventory»,Jane’s Defence Weekly, 3 de enero de 2007; Yaakov Katz, «Syria Resuppl-ying Hizbullah with Long-Range Missiles», Jerusalem Post, 4 de diciem-bre de 2006; David R. Sands, «Iran, Syria Rebuild Hezbollah», Washing-ton Times, 25 de octubre de 2006; Elaine Shannon y Tim McGirk, «Iranand Syria Helping Hizballah Rearm», Time, 24 de noviembre de 2006;y Ronny Sofer, «Ashkenazi: Hizbullah Trying to Move South of Litani»,Ynetnews.com, 29 de abril de 2007.

64 Damien Cave, «Protestors in Baghdad Denounce U.S. and Israel»,New York Times, 4 de agosto de 2006; Andy Mosher, «In Baghdad, ShiitesRally for Hezbollah», Washington Post, 5 de agosto de 2006; y «Tens ofThousands Rally in Baghdad to Show Support for Hezbollah», USAToday, 4 de agosto de 2006.

65 Michael R. Gordon and Dexter Filkins, «Hezbollah Said to HelpShiite Army in Iraq», New York Times, 28 de noviembre de 2006.

66 MacFarquhar, «Tide of Arab Opinion». Véase también ScottMacLeod, «Egypt’s Mubarak: “No Light at the End of the Tunnel”»,Time, 27 de julio de 2006; «Saudi Arabia Harshly Criticizes Hezbollahfor Escalating Mideast Crisis», Associated Press, 14 de julio de 2006; yAndy Mosher, «From Arab Leaders, Sympathy for Civilians but NotHezbollah», Washington Post, 18 de julio de 2006.

67 Philip Gordon y Jeremy Shapiro, «U.S. Has Emerged as a Loser inthe Middle East», Financial Times, 29 de agosto de 2006; Richard Hol-brooke, «The Guns of August», Washington Post, 10 de agosto de 2006; Ho-ward LaFranchi, «Why Europe, U.S. Differ on Mideast», Christian Scien-ce Monitor, 4 de agosto de 2006; Neil MacFarquhar, «Anti-U.S. FeelingLeaves Arab Reformers Isolated», New York Times, 9 de agosto de 2006; Ty-ler Marshall, «On Cease-Fire, U.S. Diplomacy Again Takes a Go-It-AlonePath», Los Angeles Times, 1 de agosto de 2006; Tyler Marshall y Alissa J. Ru-bin, «U.S. Clout a Missing Ingredient in Mideast», Los Angeles Times, 8 deagosto de 2006; Mark Perry y Alastair Crooke, «The Loser in Lebanon:The Atlantic Alliance», Asia Times Online, 8 de agosto de 2006; «The U.S.and Israel Stand Alone», entrevista con Jimmy Carter, Spiegel Online, 15de agosto de 2006; y Robin Wright y Colum Lynch, «U.S. at Odds withAllies on Mideast Conflict», Washington Post, 20 de julio de 2006.

NOTAS

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68 Peter Kiernan, «Middle East Opinion: Iran Fears Aren’t Hittingthe Arab Street», WorldPoliticsWatch.com, 1 de marzo de 2007. Véasetambién Jim Lobe, «Arabs Less Worried about Iran», Inter Press Servi-ce, 8 de febrero de 2007.

69 Citado en Stolberg, «Bush’s Embrace». Véase también John B.Judis, «Bush’s Failed Israel Strategy: Apocalypse Now», New RepublicOnline, 2 de agosto de 2006.

70 Citado en Nir, «Conservatives Slam Israeli War Strategy». Véasetambién Eliot Cohen, «Nasrallah’s War: Observations upon Returningfrom Israel», Berlin Journal 13, otoño de 2006, pp. 23-25.

71 Tres soldados de las IDF murieron durante la incursión inicial deHezbolá, y otros cinco perecieron durante el intento primero de lasIDF de rescatar a su personal capturado. Helena Cobban, «The 33-Day War», Boston Review, noviembre/diciembre 2006; Amos Harel,«Hezbollah Kills 8 Soldiers, Kidnaps Two in Offensive on NorthernBorder», Ha’aretz, 13 de julio de 2006; «Hezbollah Warns Israel overRaids», BBC News (en línea), 12 de julio de 2006; Greg Myre y StevenErlanger, «Clashes Spread to Lebanon as Hezbollah Raids Israel», NewYork Times, 13 de julio de 2006; y Anthony Shadid y Scott Wilson, «Hez-bollah Raid Opens 2nd Front for Israel», Washington Post, 13 de juliode 2006.

72 Citado en Shadid y Wilson, «Hezbollah Raid». Nasralá volvió adejar claro que no tenía ningún interés en una guerra con Israel cuan-do dijo, tras el conflicto, que no habría ordenado la incursión de ha-ber sabido que ésta iba a provocar la guerra. Zvi Bar’el, «Analysis:Nasrallah Is Still in Charge», Ha’aretz, 28 de agosto de 2006; y RoryMcCarthy, «Hizbullah Leader: We Regret the Two Kidnappings ThatLed to War with Israel», Guardian, 28 de agosto de 2006.

73 Shlomo Brom, «The Confrontation with Hezbollah», Tel-AvivNote n.º 177, Jaffee Center for Strategic Studies, 13 de julio de 2006;Margot Dudkevitch, «UN-Brokered Cease-Fire Holds after HizbullahShells Mount Dov», Jerusalem Post, 3 de febrero de 2006; «Israeli ArmyTargets Hezbollah», Los Angeles Times, 4 de febrero de 2006; Herb Kei-non, «Security Council Condemns Hizbullah», Jerusalem Post, 24 denoviembre de 2005; Greg Myre, «Israel Strikes Northern Gaza and


212


Lebanon with Planes», New York Times, 28 de diciembre de 2005; An-ders Strindberg, «Hizbullah’s Attacks Stem from Israeli Incursionsinto Lebanon», Christian Science Monitor, 1 de agosto de 2006; ScottWilson, «Hezbollah Shelling Kills 1; Ends Calm on Israeli Border»,Washington Post, 30 de junio de 2005; Scott Wilson, «Hezbollah, Israe-li Forces Clash on Lebanese Border», Washington Post, 22 de noviem-bre de 2005; y Scott Wilson, «Violence Flares Across Israel-LebanonBorder», Washington Post, 29 de mayo de 2006.

74 Margot Dudkevitch, «Nasrallah Vows More Kidnapping Attempts»,Jerusalem Post, 27 de noviembre de 2005.

75 «Day-by-Day: Lebanon Crisis—Week One», BBC News (en línea),19 de julio de 2006.

76 Citado en Chris McGreal, «Capture of Soldiers Was “Act of War”Says Israel», Guardian, 13 de julio de 2006. El antiguo primer ministroEhud Barak comentó para la CNN justo antes del final de la guerra:«Es el momento de hacer cuanto podamos por destruir el máximo deinfraestructura posible durante las próximas 12 o 13 horas; después,ya veremos lo que pasa». Citado en Cobban, «The 33-Day War».

77 Citado en Hassan M. Fattah y Steven Erlanger, «Israel Blockades Le-banon; Wide Strikes by Hezbollah», New York Times, 14 de julio de 2006.

78 Amnistía Internacional, «Israel/Lebanon: Deliberate Destruction».79 William M. Arkin, «Israel’s Failed Strategy of Spite», 15 de agosto de

2006, blog.washingtonpost.com/earlywarning/2006/08/did_israel_win.html.80 David S. Cloud, «Inquiry Opened into Israeli Use of U.S. Bombs»,

New York Times, 25 de agosto de 2006; y Richard Moyes y Thomas Nash,Cluster Munitions in Lebanon, Londres, Landmine Action, noviembrede 2005, pp. 7-12.

81 Richard Ben Cramer, «Israel Criticized for Use of IndiscriminateBombs», Washington Post, 30 de junio de 1982; Kevin Danaher, «Israel’sUse of Cluster Bombs in Lebanon», Journal of Palestine Studies 11-12,n.º 4 y 1, verano-otoño de 1982; Judith Miller, «U.S. Bars Cluster Shellsfor Israel Indefinitely», New York Times, 28 de julio de 1982; y «U.S. Remo-ves Ban on Bombs to Israel», Washington Post, 7 de diciembre de 1988.

82 Cloud, «Inquiry Opened into Israeli Use of U.S. Bombs»; HumanRights Watch, «Israeli Cluster Munitions Hit Civilians in Lebanon»,

NOTAS

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nota de prensa, 24 de julio de 2006; Greg Myre, Israel Orders Investi-gation of Bomb Use in Lebanon», New York Times, 21 de noviembre de2006; Meron Rappaport, «IDF Commander: We Fired More Than aMillion Cluster Bombs in Lebanon», Ha’aretz, 12 de septiembre de2006; «Shooting Without a Target», editorial de Ha’aretz, 14 de sep-tiembre de 2006; y Michael Slackman, «Israeli Bomblets Plague Leba-non», New York Times, 6 de octubre de 2006.

83 Citado en Meron Rappaport, «What Lies Beneath», Ha’aretz, 8de septiembre de 2006.

84 Citado en «U.N. Official Denounces Israel Cluster Bomb Use»,MSNBC.com, 30 de agosto de 2006.

85 Citado en Rappaport, «IDF Commander».86 «U.N. Official Denounces Israel Cluster Bomb Use».87 Associated Press, «UN Envoy: Israel Broke International Law in

War», Jerusalem Post, 13 de abril de 2007. Véase también Thomas Nash,Foreseeble Harm: the Use and Impact of Cluster Munitions in Lebanon, 2006,Londres, Landmine Action, octubre de 2006.

88 La obra de referencia sobre este tema es Michael Walzer, Just andUnjust Wars: A Moral Argument with Historical Illustrations, 4ª ed., Nue-va York, Basic Books, 2006 [Guerras justas e injustas : un razonamientomoral con ejemplos históricos, Barcelona, Ediciones Paidós Ibérica, 2005].

89 Amnistía Internacional, «Israel/Lebanon: Out of All Propor-tion», pp. 26, 28 y 45.

90 Human Rights Watch, «Fatal Strikes: Israel’s Indiscriminate At-tacks against Civilians in Lebanon», Hrw.org, vol. 18, n.º 3, agosto de2006, p. 3.

91 Ibíd. Véase también Peter Bouckaert, «For Israel, Innocent Civi-lians Are Fair Game», International Herald Tribune, 3 de agosto de 2006;Peter Bouckaert, «White Flags, Not a Legitimate Target», Guardian, 31de julio de 2006; y Kenneth Roth, «Fog of War Is No Cover for CausingCivilian Deaths», Forward, 4 de agosto de 2006.

92 Las citas de Ramon se encuentran en Mark Levine, «Qana Ru-les», CommonDreams.org, 31 de julio de 2006; y Amnistía Internacional,«Out of All Proportion», p. 21. Véase también Gideon Levy, «Days ofDarkness», Ha’aretz, 30 de julio de 2006.


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93 Amnistía Internacional, «Israel/Lebanon: Out of All Propor-tion», pp. 21-22 y 28-30.

94 Ibíd., p. 64.95 Human Rights Watch, «Fatal Strikes», 5.96 Citado en Shimon Golding, «New Yorkers Rally for Israel», Jewish

Press (en línea), 19 de julio de 2006. 97 Steven Erlanger, «With Israeli Use of Force, Debate over Propor-

tion», New York Times, 19 de julio de 2006; y teniente coronel Reuven Er-lich, «Hezbollah’s Use of Lebanese Civilians as Human Shields», Intelli-gence and Terrorism Information Center, Center for Special Studies,Israel, noviembre de 2006. Este estudio fue avalado por las IDF y por elministro de Asuntos Exteriores israelí. Para una breve crítica de éste,véase Kenneth Roth, «Violation of Rules of War in Israel’s LebanonAttacks», carta al editor, Wall Street Journal, 19 de diciembre de 2006.

98 Amnistía Internacional, «Israel/Lebanon: Out of All Propor-tion», pp. 63-64.

99 Mitch Prothero, «The “Hiding Among Civilians” Myth», Salon.com,28 de julio de 2006.

100 Human Rights Watch, «Fatal Strikes», vol. 3.101 Roth, «Violation of Rules of War».102 Sarah Leah Whitson, «Armchair Sleuths», carta al editor, Jerusa-

lem Post, 7 de septiembre de 2006.103 Human Rights Watch, «Fatal Strikes», 3. Véase también Amnis-

tía Internacional, «Israel/Lebanon: Out of All Proportion», pp. 59-64,que llega a la misma conclusión.

104 El informe «Fatal Strikes» (3 y 5) indica que los investigadoresde HRW no encontraron pruebas de actividad militar en los alrededo-res de ninguna de las 24 áreas objetivo de las IDF. No obstante, tras in-vestigar más a fondo, salieron a relucir muestras de actividad militaren una de estas zonas. Correspondencia personal de HRW con los au-tores, 30 de mayo de 2007.

105 Citado en Amnistía Internacional, «Israel/Lebanon: Out of AllProportion», p. 26.

106 Nathan Guttman, «American Jews Mobilize for Israel», JerusalemPost, 16 de julio de 2006. Véase también Jacob Berkman, «Emergency

NOTAS

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Drive Tops $320 Million; Shifts Toward Rebuilding Israel’s North»,JTA.org, 10 de octubre de 2006; Laurie Goodstein, «As Mideast Churns,U.S. Jews and Arabs Alike Swing into Action», New York Times, 28 de ju-lio de 2006; Avi Krawitz, «Israel Bonds Raises $1.2 Billion in 2006», Je-rusalem Post, 10 de diciembre de 2006; Ori Nir, «Bush Urged to Give Is-rael More Time for Attacks», Forward, 21 de julio de 2006; y ShmuelRosner, «Despite Criticism, War Raises Genuine Concern for Israel tothe Fore», Ha’aretz, 20 de agosto de 2006.

107 Ari Berman, «AIPAC’s Hold», Nation, 29 de julio de 2006; y Sil-verman, «Politicking over Israel».

108 Carta del congresista Chris Van Hollen a la secretaria de EstadoCondoleezza Rice, 30 de julio de 2006, www.buzzflash.com/articles/releases/6.

109 Shmuel Rosner informó el 9 de agosto: «El congresista Chrisvan Hollen (demócrata por Maryland) ha enfurecido a algunos gru-pos del lobby pro-Israel al enviarle una carta a la secretaria de EstadoCondoleezza Rice instándola a “solicitar un alto el fuego inmediato”en Líbano. Hoy mismo tendrá una reunión con representantes delAIPAC durante la cual le será comunicado que su gesto es del todoinaceptable». Véase «Rosner’s Mid-Term Diary: On the Mid-Terms,the Mideast, the Jewish Voters and Israel», Ha’aretz, 10 de agosto de2006.

110 Citado en Eric Fingerhut, «Van Hollen Issues Clarification;Some Critics Still Question Commitment to Israel», Washington JewishWeek (en línea), 16 de agosto de 2006. Véase también Eric Fingerhut,«Van Hollen “Advice” Draws Critics», Washington Jewish Week (en lí-nea), 10 de agosto de 2006; y Eric Fingerhut, «At Odds», Washington Je-wish Week (en línea), 30 agosto de 2006.

111 Ambas citas han sido extraídas de Fingerhut, «Van Hollen IssuesClarification».

112 Citado en Elise Labott, «U.S. Worried Israeli Operations CouldWeaken Lebanese Government», CNN.com, 14 de julio de 2006. Véa-se también Peter Baker, «U.S. Urges Restraint by Israel», WashingtonPost, 14 de julio de 2006; Fattah and Erlanger, «Israel Blockades Leba-non»; y Wright, «Strikes Are Called Part of Broad Strategy».


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113 Citado en «Bush Criticized over Concern for Lebanese Regi-me», Forward, 14 de julio de 2006.

114 Transcripción de «Coverage of War in the Middle East», en Re-liable Sources de la CNN, 6 de agosto de 2006.

115 Para consultar la correspondencia entre Downie y Koch, véaseKathryn J. Lopez, «Ed Koch and Len Downie», en «The Corner», Na-tional Review Online, 17 de agosto de 2006; y Alex Safian, «Updated:Washington Post’s Thomas Ricks Charges Israel Intentionally Lea-ving Hezbollah Rockets Intact», www.camera.org/index.asp?x_con-text=2&x_outlet=38&x_article=1174.

116 Citado en Leora Folk, «Washington Post Editor Rebukes His Re-porter for Television Comments on Israel», New York Sun, 18 de agostode 2006.

117 Alan Dershowitz, «What Is “Human Rights Watch” Watching?»,Jerusalem Post, 25 de agosto de 2006. Véase también Alan Dershowitz,«Amnesty International Redefines “War Crimes”», Jerusalem Post, 31 deagosto de 2006. Los ataques a Amnistía Internacional y a HumanRights Watch continuaron en el periodo subsiguiente a la guerra.Véase Gerald Steinberg, «Scrutinize Amnesty International», New YorkSun, 23 de mayo de 2007; y Marc Stern, «The Media Was Misled byAmnesty’s Legal Advocacy», Forward, 30 de marzo de 2007.

118 Ken Silverstein, «AIPAC Points to Legion of Doom in Bekaa Va-lley», Harpers.org, 10 de agosto de 2006; «Israel Taking SignificantSteps to Prevent Casualties as Hizballah Hides Behind Civilians», me-morando del AIPAC, 1 de agosto de 2006; e «Israel’s Defensive Ac-tions in Lebanon and Gaza», AIPAC FAQ, 24 de julio de 2006.

119 Gerald M. Steinberg, «Ken Roth’s Blood Libel», JerusalemPost, 27 de agosto de 2006; «Roth’s Supersessionism», editorial delNew York Sun, 31 de julio de 2006; y Abraham Foxman, «No Acci-dent», New York Sun, 2 de agosto de 2006. Véase también Avi Bell,«Getting It Straight», New York Sun, 25 de julio de 2006; Joshua Mu-ravchik, «Human Rights Watch vs. Human Rights», Weekly Standard,11 de septiembre de 2006; Rabbi Aryeh Spero, «Why Liberals Refu-se to Admit the Reality of Islamic Fascism», Human Events Online, 16de agosto de 2006; «Roth’s False God», editorial del New York Sun, 8

NOTAS

217


de agosto de 2006; y «Sharansky Speaks», editorial del New York Sun,12 de septiembre de 2006.

120 Rosa Brooks, «Criticize Israel? You’re an Anti-Semite!», Los An-geles Times, 1 de septiembre de 2006. Para obtener excelentes discusio-nes sobre los intentos de desprestigiar a Human Rights Watch, véaseAryeh Neier, «The Attack on Human Rights Watch», New York Reviewof Books, 2 de noviembre de 2006, pp. 41-44; y Philip Weiss, «IsraelLobby Watch», Nation, 18 de septiembre de 2006. Véase también Kath-leen Peratis, «Diversionary Strike on a Rights Group», Washington Post,30 de agosto de 2006; e Ian Seiderman, «Right of Reply: BiasedAgainst Israel?», Jerusalem Post, 11 de septiembre de 2006.

121 Citado en Nathan Guttman y Yaakov Katz, «Israel Condemnedfor Cluster Bomb Use», Jerusalem Post, 7 de septiembre de 2006.

122 Nathan Guttman, «U.S. Senate Rejects Bid to Curb Use of Clus-ter Bombs», Jerusalem Post, 8 de septiembre de 2006. Este relato del pa-pel del AIPAC en la derrota del proyecto de ley se basa en informacio-nes de Human Rights Watch. Correspondencia personal entre HRW ylos autores, 13 de septiembre de 2006; 14 de septiembre de 2006; 30de mayo de 2007.

123 Citado en John Walsh, «AIPAC Congratulates Itself on theSlaughter in Lebanon», CounterPunch, 16 de agosto de 2006.

124 Citado en «To Israel with Love».125 William Kristol, «It’s Our War: Bush Should Go to Jerusalem

—and the U.S. Should Confront Iran», Weekly Standard, 24 de julio de2006. Véase también Jim Lobe, «Energized Neocons Say Israel’s FightIs Washington’s», Antiwar.com, 18 de julio de 2006; Charles Krautham-mer, «Israel’s Lost Moment»; y Krauthammer, «Lebanon: The OnlyExit Strategy», Washington Post, 19 de julio de 2006.

126 Citado en Tovah Lazaroff, «Evangelicals the World Over ArePraying Fervently for Israel», Jerusalem Post, 9 de agosto de 2006. Véasetambién George Conger, «U.S. Support for Israel Soars after Hizbu-llah War», Jerusalem Post, 27 de agosto de 2006.

127 «To Israel with Love».128 Citado en Daphna Berman, «U.S. Jewish, Christian Groups

Back Lebanon Operation», Ha’aretz, 14 de julio de 2006. Véase tam-


218


bién Zev Chafets, «I Want Falwell in My Foxhole», Los Angeles Times, 23de julio de 2006.

129 Citado en Flaherty, «House Overwhelmingly Backs Israel». Estalínea argumentativa también está reflejada en «To Israel with Love».

130 Si no se menciona lo contrario, todos los datos de las encuestas deesta sección provienen de «Israel, the Palestinians», PollingReport.com.

131 «Zogby Poll: U.S. Should Be Neutral in Lebanon War», comuni-cado de prensa de Zogby International, 17 de agosto de 2006.

132 Uri Avnery, «America’s Rottweiler», Gush-Shalom.org, 26 de agos-to de 2006. Véase también Yossi Ben-Ari, «America’s Honey Trap»,Ynetnews.com, 24 de julio de 2006; Lawrence F. Kaplan, «America’sProxy War: Other Means», New Republic, 31 de julio de 2006; y ShmuelRosner, «America’s Deadly Messenger», Ha’aretz, 19 de julio de 2006.

133 Ali Waked, «Nasrallah: U.S. Pressured Israel into War», Ynet-news.com, 7 de mayo de 2007.

134 Citado en Hersh, «Watching Lebanon». Véase también Cobban,«The 33-Day War».

135 Ori Nir, «Jerusalem Urges Bush: Next Target Hezbollah», For-ward, 11 de abril de 2003. Véase también Daniel Sobelman y NathanGuttman, «PM Urges U.S. to Keep Heat on Syria, Calls Assad “Dange-rous”», Ha’aretz, 15 de abril de 2003.

136 Citado en Hersh, «Watching Lebanon».137 Citado en Avi Shlaim, The Iron Wall: Israel and the Arab World,

Nueva York, Norton, 2001, p. 316 [El muro de hierro: Israel y el mundoárabe, Granada, ALMED, 2003].

CONCLUSIÓN:¿QUÉ SE PUEDE HACER?

1 Sobre este punto, véase Robert J. Art, A Grand Strategy for America,Ithaca, Cornell University Press, 2004, pp. 45-46.

2 Esta declaración puede resultar sorprendente, teniendo en cuen-ta la tendencia de los estadounidenses a asumir sin más que la seguri-dad de Israel es vital para la de Estados Unidos. En el año 2000, por

NOTAS

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ejemplo, una comisión independiente de destacados expertos en po-lítica exterior informaba de que preservar Israel como un Estado libreera «vital» para los intereses de Estados Unidos, sin embargo la comi-sión nunca explicó el porqué de esta afirmación ni en qué medida eldestino de Israel podía afectar a la seguridad o al bienestar de EstadosUnidos. Algo más de sentido muestra Robert Art cuando afirma: «Is-rael tiene poco valor estratégico para Estados Unidos y es, en muchossentidos, un obstáculo estratégico. No obstante, los vínculos entre Es-tados Unidos e Israel tienen raíces muy profundas, la afinidad de Esta-dos Unidos con otra democracia es fuerte y es evidente que existe uncompromiso moral de preservar a Israel». Véase Commission on Ame-rica’s National Interests, America’s National Interests, Cambridge, Massa-chusetts, Belfer Center for Science and International Affairs, 2000; yArt, A Grand Strategy for America, p. 137.

3 Los argumentos para el contrapeso a distancia están detalladosen Christopher Layne, «From Preponderance to Offshore Balancing:America’s Future Grand Strategy», International Security 22, n.º 1, vera-no de 1997; John J. Mearsheimer, The Tragedy of Great Power Politics,Nueva York, Norton, 2001, cap. 7; y Stephen M. Walt, Taming AmericanPower: The Global Response to U.S. Primacy, Nueva York, Norton, 2005,pp. 222-223 y 235-236.

4 Sobre este punto, véase Robert A. Pape, Dying to Win: The StrategicLogic of Suicide Terrorism, Nueva York, Random House, 2005 [Morir paraganar: las estrategias del terrorismo suicida, Barcelona, Ediciones PaidósIbérica, 2006].

5 James A. Baker III y Lee H. Hamilton, copresidentes, The IraqStudy Group Report, Washington DC, U.S. Institute of Peace, 2006, p. 39.

6 Hussein Agha y Robert Malley, «The Road from Mecca», New YorkReview of Books, 10 de mayo de 2007, p. 43. Agha y Malley escriben tam-bién: «Tampoco queda ya demasiado entusiasmo ideológico por unasolución de dos Estados. Los israelíes lo aceptan y la mayoría piensaque es inevitable, pero no se encuentra ni pasión ni fervor al respec-to», p. 44.

7 Véase, por ejemplo, Ali Abunimah, One Country: A Bold Proposal toEnd the Israeli-Palestinian Impasse, Nueva York, Metropolitan Books, 2006;


220


Josef Asevar, «Mideast Solution: A Confederation», Jewish Journal (enlínea), 3 de noviembre de 2003; Meron Benvenisti, «What Kind of Bi-national State?», Ha’aretz, 20 de noviembre de 2003; Richard Boudreaux,«Arabs Say Israel Is Not Just for Jews», Los Angeles Times, 22 de febrerode 2007; Tony Judt, «Israel: The Alternative», New York Review of Books,23 de octubre de 2003; Isabel Kershner, «Noted Arab Citizens Call onIsrael to Shed Jewish Identity», New York Times, 8 de febrero de 2007; yYaakov Lappin, «Academic: Israeli-Arabs Want End of Jewish State»,Ynetnews.com, 22 de enero de 2007.

8 Un informe de mayo de 2007 del Banco Mundial criticaba severa-mente el sistema de control interno de Israel y los puntos de controlisraelíes en los territorios ocupados, argumentando que estos impedi-mentos «han fragmentado el territorio en cantones todavía más pe-queños y desconectados entre sí» y que «una recuperación económicasostenible seguiría siendo inviable mientras se mantuvieran aisladaspara el intercambio comercial amplias zonas de la ribera occidental ycontinuara restringiéndose el movimiento de la gran mayoría de lospalestinos e inversores palestinos expatriados». Véase World Bank Tech-nical Team, «Movement and Access Restrictions in the West Bank:Uncertainty and Inefficiency in the Palestinian Economy», 9 de mayode 2007, 1-2, http://siteresources.worldbank.org/INTWESTBANK-GAZA/Resources/WestBankrestrictions9mayfinal.pdf.

9 En el 2007, una encuesta realizada por el BBC World Servicesobre 28.000 personas en 27 países determinó que Israel tenía lapeor imagen de la docena de países listados; entre los encuestados,un 56 por ciento declaró que Israel tenía una influencia «negativa»sobre el mundo y tan sólo un 17 por ciento opinaba que su influen-cia era «positiva». La imagen de Irán estaba en segundo peor lu-gar: el 54 por ciento consideraba su influencia negativa y el 18 porciento positiva. Véase Bradley Burston, «The BBC Poll: Israel as Sa-tan’s Bastard Child», Ha’aretz, 6 de marzo de 2007; e «Israel, IranTop “Negative List”», BBC News (en línea), 6 de marzo de 2007.Con respecto a los efectos perversos de la ocupación, véase DrorWahrman, «Is Israel Falling Apart?», History News Network, 5 de mar-zo de 2007, www.hnn.us/articles/35958.html.

NOTAS

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10 Shlomo Ben-Ami, Scars of War, Wounds of Peace: The Israeli-ArabTragedy, Nueva York, Oxford University Press, 2006, p. 167 [Cicatrices deguerra, heridas de paz, Barcelona, Ediciones B, 2006].

11 Yehuda Ben Meir y Dafna Shaked, «The People Speak: Israeli Pu-blic Opinion on National Security, 2005-2007», Memorandum, n.º 90, TelAviv, Institute for National Security Studies, mayo de 2007, pp. 65-67.

12 La referencia de las notas 28 y 29 de la Introducción.13 El rabino Gold citó igualmente la siguiente advertencia del anti-

guo primer ministro Yitzhak Shamir a los judíos estadounidenses: «Nopodemos permitirnos el lujo de tener a la opinión pública en contra orecibir críticas del público que le dan ventaja a nuestros enemigos», ycontestó a ésta diciendo: «No consigo comprender cómo el primerministro de una nación democrática que tiene una oposición políticaactiva puede intentar silenciar la crítica de la comunidad judía en elextranjero [...] ¿En qué consiste el peligro de la crítica judía estadou-nidense? ¿Es ésta verdaderamente peligrosa o lo son mucho más acasolas propias políticas y acciones que están siendo criticadas?». RabinoBen-Zion Gold, «The Diaspora and the Intifada: The Responsibility ofAmerican Jews», Boston Review, octubre/noviembre de 2002.

14 «Diaspora Blues», editorial del Economist, 13 de enero de 2007,pp. 14-15. Véase también «Second Thoughts About the PromisedLand», ibíd., pp. 53-56.

15 Sobre este tema, véase la reciente columna del rabino Eric Yoffie,presidente de la Union for Reform Judaism [Unión para la Reformadel Judaismo], «When We Let John Hagee Speak for Us», Forward, 18de mayo de 2007.

16 Nathan Guttmann, «Dovish Groups Mull Mega-Merger in Bid toBuild Peace Powerhouse», Forward, 30 de mayo de 2007; AmiramBarkat, «New Pro-Israel Lobby as Alternative to AIPAC», Ha’aretz, 12de noviembre de 2006; Bernd Debusmann, «Soros Adds Voice to De-bate over Israel Lobby», Washington Post, 15 de abril de 2007; Guy Din-more, «Jewish Lobby for Peace with Palestinians Gathers Pace in U.S.»,Financial Times, 24 de octubre de 2006; Gary Kamiya, «Can AmericanJews Unplug the Israel Lobby?», Salon.com, 20 de marzo de 2007; Gre-gory Levey, «The Other Israel Lobby», Salon.com, 19 de diciembre


222


de 2006; y Gidon D. Remba, «Wanted: A Moderate Pro-Israel Lobby»,Ha’aretz, 17 de noviembre de 2006.

17 Llegado el mes de abril de 2007, la declaración de las IJV habíaconseguido reunir más de 400 firmas. Para consultar la declaración yuna lista de los firmantes, véase la página web de las Independent Je-wish Voices, www.ijv.org.uk. Véase también Martin Hodgson, «BritishJews Break Away from “Pro-Israeli” Board of Deputies», Independent, 5de febrero de 2007; y Ned Temko, «Furor over Jewish Critics’ Challen-ge to State of Israel», Observer, 4 de febrero de 2007.

18 Ben Weinthal, «German Jews Feud over Criticizing Israel», For-ward, 9 de marzo de 2007. Véase también Jason Frenkel, «DissidentsSet for Australia-Wide Media Campaign», Australian Jewish News (en lí-nea), 1 de marzo de 2007; Antony Lowenstein, My Israel Question, Carl-ton, Australia, Melbourne University Press, 2007; y «Why the “SpecialRelationship” Between Germany and Israel Has to Be Reconsidered»,manifiesto de 25 investigadores alemanes por la paz, 15 de noviembrede 2006, www.tlaxcala.es/pp.asp?lg=en&reference=1569.

NOTAS

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