Diseño, Innovación y Revolución: partes de un todo.

La revolución (del latín revolutio, "una vuelta") como un cambio social fundamental en la estructura de

poder o la organización que toma lugar en un periodo relativamente corto o largo dependiendo la

estructura de la misma. Aristóteles describía dos tipos de revoluciones políticas: Cambio completo

desde una constitución a otra ó modificación desde una constitución existente. En el contexto que nos

ocupa, la innovación es exactamente una revolución mediante la cual se busca establecer un nuevo

contexto o modificar el existente para diferenciarlo o mejorarlo, y el diseño es una herramienta muy

poderosa para alcanzar un giro de paradigmas, y en el mercado actual, cualquier elemento que

permita diferenciarse de las demás propuestas existentes es de altísima valía, y es fundamental en el

proceso de posicionamiento de una marca.

En el proceso de generar innovación, se debe contar con una estrategia que mediante combinación

de cambio y posicionamiento, que ayude a incorporar nuevas propuestas al catálogo de servicios

ofrecidos, de tal manera que se mejore la propuesta de valor de la empresa y que se busque mejor

posicionamiento y reconocimiento de la empresa en un mercado cada vez más complejo y azaroso,

en donde la demanda es cada vez más exigente, mas segmentada y difícil de complacer; y es donde

el diseño cobra su papel protagónico, pues esta especialidad nos permitirá pensar de manera

metódica sobre la solución a las necesidades del mercado.

El diseño aplicado al modelamiento del servicio es una herramienta que ayuda a ordenar, seleccionar

prioridades y mejorar el proceso de implementación de innovación en cualquier empresa con el fin de

lograr éxito en el mercado, pues con el diseño se determina mejor lo que realmente se está

requiriendo, la forma, el momento y otras características de como se está requiriendo y los recursos

con los que se cuenta y las capacidades disponibles para el desarrollo de la iniciativa, con la finalidad

última de optimizar los recursos invertidos y se mejore la competitividad, así como incrementar la

aceptación y satisfacción de las personas y mejorar el bienestar social en general, que no es otra

cosa que posicionamiento.

Del mismo modo, el diseño estructurado del servicio nos ayuda a establecer el modelo que debemos

implementar para controlar el riesgo y lograr el resultado más adecuado, y es ahí donde el líder de

diseño o el líder innovador toma trascendencia, para gestionar el posicionamiento del área de diseño

dentro de la empresa, para hacer que no se tome a la ligera una disciplina tan importante para la

toma de decisiones y rumbos empresariales. El líder de diseño también será el encargado por

encontrar la mejor forma de lograr la innovación en la empresa y puede optar por el modelo

tradicional, un modelo ágil o un paquete prediseñado de mejoras que se configure adecuadamente a

la empresa.

El diseño además nos da una estructura para el proceso de diagnóstico de las necesidades y/o

oportunidades de una empresa, partiendo de la observación de la forma y los rituales en que los

usuarios utilizan actualmente el servicio, luego se involucra en el proceso a fin de entender sus

reveses, y conseguir de primera mano ideas y propuestas de mejora, humanizando la relación entre

artefactos y gente. El estratega de diseño cambia el foco de atención hacía el análisis del problema y

de la problemática y su tarea es idear, expresar y transmitir formas de avanzar en la realización del

sentido colectivo de la empresa y estar atento a las oportunidades que surjan para nuevos proyectos,

procesos y conceptos pues su origen puede ser al interior de las organizaciones, o pueden provenir

de clientes, del entorno social, cultural y económico, pueden derivar de los cambios de circunstancias

de las nuevas demandas internas y externas, o sencillamente pueden resultar de salirse del

estereotipo y meterse en los zapatos de los clientes, para entenderlos mejor. En definitiva, el diseño

hoy cumple un rol que va de lejos mas allá de una dimensión estética o funcional, púes nos ayudara a

prototipar ideas y acelerar la retroalimentación de los usuarios, lo que permite una innovación

incremental.

El líder de diseño debe además tener la capacidad de influencia y la suficiente jerarquía dentro del

organigrama de la compañía, y de ser posible debe ser Segundo oficial “al mando del barco”, en

donde sus opiniones, posiciones y decisiones sean escuchadas y sean tenidas en consideración para

dirigir el rumbo de esa nave llamada empresa. Una vez definida la hoja de ruta, es necesaria además

de una buena etapa de planeación, una buena etapa de implementación para alcanzar lo propuesto

en la fase de diseño, en donde se debe concebir un paquete de producto-servicio que es lo que al

final el cliente está consumiendo, pues no sirve de nada mejorar uno sin mejorar el otro, y más bien

constituyen ambos los contrapesos de una balanza, y todo esto contextualizado en un marco general

de buena ética empresarial.

Los diseñadores además crean conceptos de valores a veces para proporcionar algo que un cliente

potencial no desea hasta que lo vea en realidad, diseñan productos y le dan a la marca algo

diferenciador que evoca entusiasmo, admiración, deseo y lealtad, lo que redundará en

posicionamiento y recordación de la marca, todo esto manteniendo un delicado equilibrio entre

valores, clientes y costos, pues alguno de estos que se salga de alineación puede desbaratar la

estructura creada.

El diseñador además participa en el desarrollo de la misión de la empresa, que es considerada el ser

de la empresa, que conlleva a la emisión de conceptos que unifican las comunicaciones de la

empresa y los valores estratégicos. La misión no es una definición estática, y debido a que la

empresa está incluida en un ecosistema en donde interactúan muchos agentes (competencia,

clientes, proveedores, productos o servicios sustitutos) la misión debe estar constantemente

evolucionando y adaptándose a ese entorno, y en esa labor el estratega de diseño es un actor

importante, pues ayuda identificar los cambios de ambiente y las nuevas oportunidades, por lo tanto

ayuda a re-definir el objetivo y el enfoque.

La buena dirección de una empresa es la que determina que intereses debe atender la empresa de

que manera sus prioridades y objetivos deben ser establecidos, y de las acciones que deben

desarrollar a corto y mediano plazo para conseguirlos. La dirección debe crear la formula entre

diseño, estrategia, identidad, cultura empresarial.

La persona encargada del diseño y la innovación en la empresa será líder en la promoción del diseño

en todos los ámbitos de la empresa, de definir la estrategia de diseño, y de promover la política de

diseño para hacer realidad la visión de la empresa. Básicamente, será la encargada de modificar el

código genético de la empresa para hacer que el diseño sea parte de su ADN, pues esta nueva

configuración resultará en mejores capacidades para atención de las adversidades del mercado, pues

hoy en día no basta con que un producto sea funcional para tener éxito en el mercado, sino que debe

contener una alta dosis de diseño para abordar los problemas de la manera mas creativa posible, y

para procurar crearle al cliente toda una experiencia que hará que prefiera tanto el producto como el

servicio que viene ligado a él, incluso creando si es posible un entorno elaborado en donde la

experiencia del usuario sea mayor, y de esta forma hacer diferenciador tanto nuestro producto como

nuestro servicio.

Cuando se tiene implantado el proceso de diseño en una empresa, es necesario que todas las ideas

que surjan sean sometidas no deben ser adoptadas ni rechazadas sin antes someterlas a un análisis

crítico de reflexiones y verificaciones, estas abaran todos los procesos de la estructura organizacional