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I EL PAPEL DEL CATASTRO EN LA PROMOCIÓN DE LOS VUELOS FOTOGRÁFICOS E L DESARROLLO de la fotografía aérea en España, co- mo en otros países, estuvo íntimamente ligado a sus aplicaciones en el plano militar. Los avances más destacados se produjeron durante la Segunda Guerra Mundial, como resultado de los progresos experimenta- dos tanto en la navegación aérea como en los métodos y técnicas fotográficas. A partir de entonces comienza a generalizarse su uso y es cuando, por su diversificación y especialización, se sientan las bases de la mayor parte de sus aplicaciones civiles actuales. Ería, 77 (2008), págs. 359-370 J. R. NÚÑEZ*, M. LUIS**, L. FERNÁNDEZ-PELLO**, F. QUIRANTES**, T. NOREÑA*, A. VIÑA*, J. BETHENCOURT***, Mª I. HERNÁNDEZ*** Y D. GARCÍA*** * Departamento de Historia. ** Departamento de Geografía. *** Becarios del Proyecto. Universidad de La Laguna Los inicios del Catastro de Rústica en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y la colección de fotografía aérea de 1954 RESUMEN El primer vuelo fotográfico con aplicación catastral de las Islas Canarias se realizó en 1954. En la actualidad, las fotografías aéreas se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Teneri- fe. Su calidad y estado de conservación son bastante deficientes, pero los importantes cambios socieconómicos ocurridos en las islas a media- dos del siglo pasado refuerzan el valor de muchas imágenes, que pue- den ser particularmente útiles en los estudios de dinámica del paisaje. RÉSUMÉ Les commencements du Cadastre de Rustique a Santa Cruz de Tenerife et la photographie aérienne de 1954.- Le premier survol photographique des Îles Canaries a finalité cadastrale eut lieu en 1954. Les photographies aériennes qui en résultèrent sont aujourd'hui gardées dans l'Archive Historique Provinciale de Santa Cruz de Tene- rife. Leur qualité et leur état de conservation sont certes assez défi- cients, mais l'évolution socioéconomique que les Îles Canaries ont connue depuis la moitié du siècle dernier a renforcé la valeur de beau- coup de ces images, car elles peuvent être particulièrement utiles pour des études de dynamique du paysage. ABSTRACT The beginnings of Rural Land Cadastral Recording in Santa Cruz de Tenerife and the 1954 aerial photography.- The first aerial photographs with cadastral purposes in the Canary Islands were taken in 1954. At present, the photographs are kept in the Archivo Histórico Provincial of Santa Cruz de Tenerife. Even though their quality and conservation conditions aren't good, the important socio- economic changes which took place in the islands during the last half of the past century increased the interest in these images, which can be particularly useful from the point of view of landscape dynamics studies. Palabras clave / Mots clé / Key words Fotografía aérea, catastro, vuelo de 1954, dinámica del paisaje, Is- las Canarias. Photographie aérienne, cadastre, survol de 1954, dynamique du paysage, Îles Canaries. Aerial photography, cadastre, 1954 flight, landscape dynamics, Canary Islands.

Los inicios del Catastro de Rústica en la provincia de …¡utica y sancionándose oficialmente el reconoci-miento de la utilidad catastral de la fotografía aérea por ... La inestabilidad

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IEL PAPEL DEL CATASTRO EN LA PROMOCIÓN

DE LOS VUELOS FOTOGRÁFICOS

E L DESARROLLO de la fotografía aérea en España, co-mo en otros países, estuvo íntimamente ligado a

sus aplicaciones en el plano militar. Los avances más

destacados se produjeron durante la Segunda GuerraMundial, como resultado de los progresos experimenta-dos tanto en la navegación aérea como en los métodos ytécnicas fotográficas. A partir de entonces comienza ageneralizarse su uso y es cuando, por su diversificacióny especialización, se sientan las bases de la mayor partede sus aplicaciones civiles actuales.

Ería, 77 (2008), págs. 359-370

J. R. NÚÑEZ*, M. LUIS**, L. FERNÁNDEZ-PELLO**, F. QUIRANTES**, T. NOREÑA*,A. VIÑA*, J. BETHENCOURT***, Mª I. HERNÁNDEZ*** Y D. GARCÍA***

* Departamento de Historia. ** Departamento de Geografía. *** Becarios del Proyecto.Universidad de La Laguna

Los inicios del Catastro de Rústica en la provincia de SantaCruz de Tenerife y la colección de fotografía aérea de 1954

RESUMEN

El primer vuelo fotográfico con aplicación catastral de las IslasCanarias se realizó en 1954. En la actualidad, las fotografías aéreas seconservan en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Teneri-fe. Su calidad y estado de conservación son bastante deficientes, perolos importantes cambios socieconómicos ocurridos en las islas a media-dos del siglo pasado refuerzan el valor de muchas imágenes, que pue-den ser particularmente útiles en los estudios de dinámica del paisaje.

RÉSUMÉ

Les commencements du Cadastre de Rustique a Santa Cruz deTenerife et la photographie aérienne de 1954.- Le premier survolphotographique des Îles Canaries a finalité cadastrale eut lieu en1954. Les photographies aériennes qui en résultèrent sont aujourd'huigardées dans l'Archive Historique Provinciale de Santa Cruz de Tene-rife. Leur qualité et leur état de conservation sont certes assez défi-cients, mais l'évolution socioéconomique que les Îles Canaries ontconnue depuis la moitié du siècle dernier a renforcé la valeur de beau-coup de ces images, car elles peuvent être particulièrement utiles pourdes études de dynamique du paysage.

ABSTRACT

The beginnings of Rural Land Cadastral Recording in SantaCruz de Tenerife and the 1954 aerial photography.- The first aerialphotographs with cadastral purposes in the Canary Islands weretaken in 1954. At present, the photographs are kept in the ArchivoHistórico Provincial of Santa Cruz de Tenerife. Even though theirquality and conservation conditions aren't good, the important socio-economic changes which took place in the islands during the last halfof the past century increased the interest in these images, which canbe particularly useful from the point of view of landscape dynamicsstudies.

Palabras clave / Mots clé / Key words

Fotografía aérea, catastro, vuelo de 1954, dinámica del paisaje, Is-las Canarias.

Photographie aérienne, cadastre, survol de 1954, dynamique dupaysage, Îles Canaries.

Aerial photography, cadastre, 1954 flight, landscape dynamics,Canary Islands.

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Las primeras aplicaciones en nuestro país fueronpromovidas por los trabajos catastrales. En este sentido,el avance catastral propuesto por la Ley de 23 de marzode 1906, que dio comienzo al moderno Catastro de Rús-tica en España, establecía la necesidad de contar condetallados mapas parcelarios del territorio que debíanservir para evaluar las superficies de las explotacionesagrarias y determinar la cuota resultante de la Contri-bución Rústica y Pecuaria. Las dificultades para la ela-boración de tales planos animaron a recurrir a técnicasnovedosas que pudieran agilizar las labores proyectadas.Así, en 1923 se firmó un acuerdo entre el Ministerio deHacienda y el Instituto Geográfico que contemplaba laaplicación experimental de la fotografía aérea al Catas-tro. Sin embargo, los convulsos avatares de la políticanacional afectaron seriamente a la ejecución de estosproyectos y no sería hasta la Segunda República cuandose retomaría la idea de aprovechar los recursos propor-cionados por los procedimientos fotográficos para laelaboración del Catastro, creándose un Servicio de Foto-grafía Aérea, dependiente de la Dirección General deAeronáutica y sancionándose oficialmente el reconoci-miento de la utilidad catastral de la fotografía aérea porla Ley de 6 de agosto de 19321. La inestabilidad de losgobiernos republicanos y la Guerra Civil volverían a in-terrumpir nuevamente el proceso, que sólo se reinicia-ría, de manera definitiva, al término de la contienda. Apartir de esas fechas se reafirma el respaldo legal a laaplicación catastral de la fotografía aérea, consolidándo-se su implantación con una programación sistemática ycontinuada de objetivos. Las medidas adoptadas propi-ciaron avances extraordinarios en los proyectos de iden-tificación catastral y, como consecuencia de ello, pro-pulsaron también las iniciativas orientadas a completarla cobertura fotográfica de todo el territorio nacional.Este último objetivo, a pesar de las previsiones contem-pladas en diferentes propuestas2, se logró con el vuelogeneral efectuado por el ejército de los Estados Unidos

entre 1956 y 1957, conocido como Serie B3. Este desa-rrollo paralelo de la fotografía aérea y el Catastro en lasdécadas centrales del siglo pasado se refleja bastantebien considerando que, en torno a los años 60, casi lamitad de los cincuenta millones de hectáreas de superfi-cie catastrada se habían obtenido gracias a la informa-ción proporcionada por la fotografía aérea4.

Canarias participó, casi por las mismas fechas, deesa inercia progresiva y simultánea que se produjo aescala nacional entre los reconocimientos fotográficosaéreos y la información catastral. En concreto, los pri-meros trabajos sistemáticos del Archipiélago datan de1954 y se realizaron a instancias de la Mancomunidadde Cabildos de la Provincia de Santa Cruz de Tenerifepara facilitar la elaboración del Catastro de Rústica. Lasrazones que impulsaron a una corporación provincial ahacerse cargo de este tipo de iniciativas y contratar unvuelo fotográfico, tuvieron que ver con la intención delMinisterio de Hacienda de acelerar la confección delCatastro de Rústica a comienzos de la década de 1950.Por entonces, los trabajos completados suponían el41,5% de la superficie del país; estaban pendientes deconclusión, pero avanzados, en el 42,6% del territorio, yaún no se habían comenzado en 13 provincias, que re-presentaban un porcentaje del 15,8% de la superficie to-tal e incluía a los dos archipiélagos, Galicia, la cornisaCantábrica, Gerona y Lérida5.

Tras el intento fallido de la Ley de 5 de octubre de1941 para confeccionar el Catastro a través de la revi-sión de los Amillaramientos de Riqueza Rústica y Pe-cuaria, la Ley de 20 de diciembre de 1952 estableció de-finitivamente

«la implantación del Catastro en las provincias que continúanaún en régimen de amillaramiento, con el fin de unificar rápida-mente el sistema tributario de la riqueza rústica y pecuaria».

A tal objeto, el artículo 4º de la Ley autorizaba al Mi-nisterio de Hacienda a la «adquisición de fotografíasaéreas del terreno o fotogrametrías hasta un límite de tres

3 Existe un vuelo fotográfico nacional anterior, la Serie A, efectuado tam-bién por el ejército americano para el estado español entre 1945 y 1946. Sin em-bargo, su uso pudo ser sólo parcial lo que le relegó al olvido durante muchotiempo. Ver FERNÁNDEZ GARCÍA, F. y QUIRÓS LINARES, F. (1997): «El vuelo dela Serie A», Ería, 43, págs. 190-198.

4 FERNÁNDEZ GARCÍA, F. (1998): «Las primeras aplicaciones civiles de lafotografía aérea en España. 1: El Catastro y las Confederaciones Hidrográficas»,Ería, 46 (1998), pág. 129.

5 Memoria sobre los trabajos realizados por estos servicios durante losaños de 1944 y 1945. Madrid: Ministerio de Hacienda - Dirección General dePropiedades y Contribución Territorial, 1946, págs. 23-25.

1 El artículo 5º recomendaba la utilización de fotografías aéreas para laidentificación de las parcelas y subparcelas agrícolas o forestales (BOE de 9 deagosto de 1932, págs. 1.034-1.036).

2 Las previsiones iniciales establecidas en 1932 calculaban fotografiar elterritorio nacional a un ritmo de dos millones de hectáreas anuales. Ver PRO

RUIZ, J.: Estado, Geometría y Propiedad. Los orígenes del catastro en España(1715-1941). Madrid: Subdirección General de Estudios y Estadística - Ministe-rio de Economía y Hacienda, 1992, págs. 310-316. FERRER RODRÍGUEZ, A.;CRUZ VILLALÓN, A.: «La historia del Catastro de Rústica en España» en El Ca-tastro en España. De 1906 a la época actual. Madrid: Centro de Gestión Catas-tral y Gestión Tributaria - Ministerio de Economía y Hacienda, 1988, volumenII, págs. 31-58.

LOS INICIOS DEL CATASTRO DE RÚSTICA EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE Y LA COLECCIÓN DE… 361

millones de hectáreas anuales», en tanto que una disposi-ción transitoria de la ley autorizaba al Ministerio a acep-tar la colaboración de las corporaciones locales y provin-ciales «para la más rápida realización del Catastro»6.

El régimen de colaboración de las entidades localesy provinciales quedó regulado en la Orden de 19 de ene-ro de 1953 de la Dirección General de Propiedades yContribución Territorial, fijándose un plazo de 15 díaspara que las Diputaciones Provinciales que así lo esti-maran, presentasen su solicitud y propusieran un plan deactuación en el plazo de dos meses. Los cometidos queasumían las corporaciones locales y provinciales com-prometidas tendrían que estar terminados en un plazomáximo de cinco años, dentro de los cuales debería cul-minarse también el programa del Catastro, con la co-rrespondiente cartografía, peritación y formación de lospadrones, pudiendo concederse a las corporaciones unaño adicional, si hubiese causa justificada. Las Diputa-ciones tendrían que constituir una «Sección de Catas-tro» que, bajo la dirección de un ingeniero agrónomo ode montes, se haría cargo de los trabajos, actuando encoordinación con el Ingeniero Jefe del Servicio de Ca-tastro de Rústica y con el Administrador de Propiedadesy Contribución Territorial de la provincia respectiva.Como compensación, las corporaciones provinciales ylocales que colaborasen con el Ministerio tendrían dere-cho a percibir en total un 15% de la recaudación, con-forme se había establecido en el artículo 6º de la Ley de26 de septiembre de 1941, sobre ordenación de la Con-tribución Territorial Rústica y Pecuaria7.

IICONSIDERACIONES HISTÓRICAS SOBRE EL

VUELO FOTOGRÁFICO DE 1954

El 28 de enero de 1953 el pleno de la Mancomuni-dad acordó acogerse al ofrecimiento del Ministerio deHacienda y por esas mismas fechas se recibieron en laPresidencia de la Corporación ofertas de compañías in-teresadas en realizar los trabajos fotográficos que se re-querían para la confección del Catastro de Rústica8. La

primera empresa que se ofreció para realizar el proyectofue «Oficina Técnica de Amillaramientos» y la segunda«Aerotécnica SA»; ésta última, fundada por Juan Ler-ma, Jaime Illera y Ultano Kindelán, a la postre fue laque resultó seleccionada y así se lo comunicó el Presi-dente de la Mancomunidad el 2 de mayo de 1953.

El contrato con «Aerotécnica SA» se ajustó literal-mente al modelo de concurso que sacó a licitación la Di-rección General de Propiedades y Contribución Terri-torial para los trabajos de fotografía aérea de aquellasprovincias que habían sido asumidas directamente por elServicio de Catastro de la Dirección General. El contratotenía un plazo de ejecución de 40 días y comprendía unasuperficie de 400.000 hectáreas, que se pagarían a razónde 1,74 pesetas por hectárea, para la fotografía aérea deTenerife y 1,89 pesetas por hectárea, para las demás islasde la Provincia. Se contemplaba, no obstante, que si es-tuviese operativo el aeropuerto de La Palma, el preciopor hectárea de los fotogramas de esta isla sería el mis-mo que para Tenerife. Las condiciones principales esta-blecidas en el contrato acerca de la colección contem-plaban que el 85% de las parcelas reproducidas en lasampliaciones fotográficas debería quedar representadapor superficies superiores a 1 cm2; la colección com-prendería un cliché negativo original, dos pruebas positi-vas por contacto (brillante y mate) en formato de 23 × 23y dos ampliaciones de 50 × 50; la empresa debería pro-porcionar además un plano ordenador del vuelo y tresejemplares del plano director de la fotografía aérea; y,por último, que la escala de los clichés no sería menor de1:10.000, adaptando tanto ésta como la altura del vueloa la de las ampliaciones, que estarían comprendidas en-tre 1:1.000 y 1:10.000, según la parcelación del terreno.

Por otra parte, como el registro catastral de fincas seorganizaba en términos municipales, polígonos y parce-las, se exigía a la empresa que las «unidades de entrega»estuviesen organizadas por municipios, de manera queen el caso de las fotografías que abarcaran terrenosdispuestos entre varios términos municipales, deberíansuministrarse varias copias directas en papel mate y bri-llante, así como sus ampliaciones, hasta completar elmosaico de todos y cada uno de los municipios de laProvincia.

del Ministerio de Hacienda por la cual se ofertaba la posibilidad de colaborar enla realización del Catastro y se mostraba interesada en participar en estos traba-jos, en tanto que la empresa «Aerotécnica SA» se manifestaba en términos simi-lares el 20 de marzo de 1953. Véase: Expediente Aerotécnica - Archivo Histó-rico Provincial de Santa Cruz de Tenerife - Fondo Mancomunidad - DiputaciónProvincial - Caja 2.300.

6 BOE nº 359, de 24 de diciembre de 1952, págs. 6.345-6.346.7 BOE nº 25, de 25 de enero de 1953, págs. 514-515 y BOE nº 278, de 5 de

octubre de 1941, págs. 7.675-7.678.8 Memoria del Presidente de la Mancomunidad sobre el Catastro. Archivo

Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife - Fondo Mancomunidad - Dipu-tación Provincial - Caja 2.293. El 30 de enero de 1953 la compañía Oficina Téc-nica de Amillaramientos notificaba a la Mancomunidad la orden de 25 de enero

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Mientras se tramitaba la adquisición de la fotografíaaérea se realizaron las gestiones para conformar la «Sec-ción de Catastro» y dotarla de los medios técnicos y elequipamiento necesario. La dirección de los trabajos ca-tastrales fue encomendada al ingeniero Eugenio Macha-do Von Tschusi, auxiliado por un ayudante de montes y36 peritos que se encargarían de las tareas de campo ygabinete relativas a la identificación, medición y valora-ción de las parcelas. Al mismo tiempo, se iniciaron lostrámites para la adquisición de mobiliario, cinco vehícu-los todo-terreno y se realizaron las obras de adecuaciónde locales en el palacio provincial.

Los planes iniciales del Ingeniero Jefe de la Secciónde Catastro consistían en comenzar por el sector del va-lle de Güímar, que actuaría como campo de experimen-tación para el equipo, pero los problemas con la fotogra-fía aérea retrasaron los trabajos hasta 1954.

El 7 de octubre de 1953 se recibió una comunicaciónde la Capitanía General de Canarias dando cuenta deque el Ministerio del Aire había prohibido fotografiar unárea de Tenerife comprendida entre el Puerto de Güí-mar, Güímar, Realejo Alto y Realejo Bajo, una extensafranja de terreno que partía en dos la Isla, al tiempo quese imponían serias restricciones a los vuelos y a ladisponibilidad de las fotogramas. A pesar de tales li-mitaciones, en noviembre de 1953 la empresa estabadispuesta a comenzar los vuelos, aunque se seguían rea-lizando gestiones ante el Ministerio del Aire para que sesuprimieran las restricciones impuestas. Con todo, lostrabajos no habían comenzado aún en marzo de 1954,por lo que el Presidente de la Mancomunidad remitióuna carta conminatoria a Ultano Kindelán, Director de«Aerotécnica SA», requiriéndole la realización inmedia-ta del vuelo contratado:

«ya sabe usted cual es nuestra situación con el Ministerio [deHacienda] en orden a este servicio y como, por no haber hecho la-bor alguna en el primer año llegaron a considerarnos decaídos enel derecho a realizar el trabajo y si nos lo han prorrogado ha sidocon la condición de que en este año hagamos la labor de dos, osea lo que debíamos hacer en el pasado y lo del corriente. Por tan-to, cuanto más se retrase la fotografía aérea, mucho mayor es ladificultad para poder cumplir y nos coloca en una situación verda-deramente difícil para con el Ministerio. De otra parte, no estamosya a tiempo de volvernos atrás, pues hemos realizado importantesobras en el palacio provincial para instalar el servicio; está nom-brado el personal técnico (ingeniero, ayudante de montes, peritosagrícolas) y parte del administrativo»9.

El 20 de marzo de 1954 la empresa anuncia la salidainmediata del equipo de vuelo para las Islas, pero el día25 indican por carta que aún están en negociaciones conel Servicio Cartográfico y Fotográfico del Ejército delAire, pues las condiciones impuestas deben quedar acla-radas «perfectamente». Dichas condiciones exigían queun oficial de la Zona Aérea de Canarias acompañase alos pilotos, que el material sin revelar quedase precintadouna vez realizado cada vuelo y que otro oficial del servi-cio debería estar presente en Madrid, cuando se abriesenlos precintos y se realizasen las labores de revelado.

Aunque en marzo el piloto Rafael López Herranz ysu equipo ya habían empezado los vuelos fotogramétri-cos en la Provincia, éstos fueron rápidamente interrumpi-dos por la propia compañía al comprobar que tras 17 jor-nadas apenas avanzaban los trabajos debido a las malascondiciones meteorológicas reinantes10. Con posteriori-dad, un accidente que afectó a un avión de la compañía yla preferencia de otros contratos con clientes de la Penín-sula retrasaron la reanudación de los vuelos en Canarias,que definitivamente se retomaron a mediados de julio de1954 y quedaron concluidos el 21 de septiembre de esemismo año. Sin embargo, la Mancomunidad no esperó ala finalización de los vuelos para comenzar a requerirresultados. Así, ya en agosto instó a la compañía paraque le remitiese las fotografías correspondientes a lostérminos municipales de Güímar, Arafo, Candelaria yFasnia, que comprendían el área de prueba en el plandel Catastro de la Provincia. A pesar de ello, «Aerotéc-nica SA» no suministró ningún fotograma hasta el 28 dediciembre de 1954. Las causas de este retraso fueronatribuidas, por parte de la empresa, a los inconvenientesimpuestos por el Servicio Cartográfico y Fotográfico delEjército del Aire, pero en realidad concurrieron ademásotras razones menos confesables, como la mala calidadde las fotografías obtenidas en el primer viaje a Cana-rias o «el defectuoso mapa de las pasadas de recubri-miento que fue presentado por primera vez»; aparte deque la compañía se encontraba ocupada en otros encar-gos para las diputaciones de Zaragoza y Vizcaya, a losque daba preferencia por resultar más lucrativos.

A partir de enero de 1955 y hasta 1959 se desarrollaun activo intercambio de correspondencia entre la Man-comunidad y «Aerotécnica SA». Esta intensa relación

10 Así lo comunica la compañía aérea a la Mancomunidad en carta fechadael 10 de abril de 1954, indicándole que durante esos 17 días sólo han podido rea-lizar la mitad del trabajo, cuando, en otras condiciones, se podría haber termina-do en 6 días.

9 Carta del Presidente de la Mancomunidad a «Aerotécnica SA» fechada el18 de marzo de 1954.

LOS INICIOS DEL CATASTRO DE RÚSTICA EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE Y LA COLECCIÓN DE… 363

epistolar, al referirse a cuestiones como la subsanaciónde imágenes defectuosas, lagunas en la fotografía aérearemitida, demanda de duplicados o de fotos retenidas porel Servicio Cartográfico del Ejército del Aire11, permiteintuir, por una parte, el ritmo normalmente retrasadocon respecto al previsto; y por otra, la deficiente calidaddel material producido, al menos del correspondiente alas primeras entregas. Así se aprecia, por ejemplo, enuna carta dirigida por el presidente de la Mancomunidada la empresa el 18 de mayo de 1955 solicitando el envíode las fotografías repetidas con objeto de completar lostérminos municipales; una prueba positiva de contactoen papel mate; un croquis ordenador sobre plano1:20.000 y una de las ampliaciones a escala 50 × 50.

Con la transferencia de las competencias del Catas-tro desde la Mancomunidad de Cabildos de la Provinciaa la Gerencia Territorial del Catastro, el material corres-pondiente al vuelo de 1954 se segregó en dos: una co-lección «trabajada» de fotografía a escala 1:2.500, con-teniendo la rotulación del parcelario y los polígonoscatastrales, quedó en manos del Servicio Catastral, quese reservó también las dos colecciones de fotogramas«directas» de 23 × 23 (mate y brillante) realizadas porcontacto, en tanto que la segunda colección, a escala1:2.500, quedó en el Archivo de la Mancomunidad. Re-cientemente, el traslado de fondos documentales al Ar-chivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife(AHPSCT) ha reunificado en un mismo centro todas lascolecciones que se conservan del vuelo de 1954. El tras-paso de los fondos del Catastro procedentes de la Ge-rencia Catastral ha incorporado al Archivo la fotografía«trabajada» con el parcelario y las indicaciones de lospolígonos catastrales, en tanto que la disolución de laMancomunidad Provincial ha supuesto la remisión alAHPSCT de la colección de 50 × 50 sin ordenar y sin tra-bajar que se custodiaba aún en aquellas dependencias,así como los planos directores.

En el fondo Mancomunidad - Diputación Provincialse conservan diversos inventarios de la fotografía aéreade 1954. El primero de ellos es la «Relación de fotogra-fías aéreas que posee este Servicio y que están trabaja-das», consistente en una relación alfabética de los ayun-tamientos de la Provincia con la indicación del número

de fotos que componen el mosaico de cada término mu-nicipal, los números que faltan y cuántas se encuentranduplicadas. Por otra parte, se puede consultar el inventa-rio del vuelo de 1954, organizado por islas y polígonos,que ofrece la siguiente información: pasada, escala (ge-neralmente 1:2.500 y 1:5.000), relación de números defotogramas de cada pasada, números que faltan, total deejemplares originales y repetidos. Junto a este inventa-rio, existe además una relación de «fotografías recibidasy no utilizadas en el año de 1958» correspondientes alos polígonos «E» y «F» de Tenerife y al polígono «A»de La Palma que parecen ampliaciones (octantes) de cli-chés originales, pues muchas de ellas tienen una escala1:1.250. Un nuevo inventario de 1 de marzo de 1959 re-laciona las fotografías directas (23 × 23) en papel matey brillante, organizadas por islas, polígonos y pasadas,lo que permitirá el cotejo de la colección de fotos de pe-queño formato que se conserva aún en el Archivo12.

IIICARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL VUELO Y

DEL MATERIAL FOTOGRÁFICO

El vuelo fotogramétrico de 1954 se llevó a cabo du-rante los meses estivales. Su ejecución en esas fechas,

12 AHPSCT Fondo Mancomunidad - Diputación Provincial. Caja 2.299 - Re-lación de fotografías aéreas.

11 En una carta dirigida por «Aerotécnica SA» a la Mancomunidad, el 8 defebrero de 1955, le informa que el Servicio Cartográfico del Ejército del Aire leha requerido los fotogramas 2.736 y 2.737, correspondientes a la pasada 10 delpolígono «F», para borrar de ellos objetivos militares calificados de carácter se-creto. Las fotos de las zonas prohibidas fueron remitidas a la Mancomunidad el25 de agosto de 1955.

FIG. 1. Mapa director de la fotografía aérea de Tenerife de 1954.Las pasadas se organizaron en seis polígonos, en los que las direccionesde vuelo se adaptaron a la fisonomía insular. La mayor parte de los es-pacios en blanco corresponden a fotogramas actualmente extraviados.

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como se ha señalado, estuvo mediatizada por factoresajenos en su mayoría a los criterios que garantizan la ca-lidad de las reproducciones fotográficas. Ciertamente, alrealizarse durante el verano, se ignoraron las recomen-daciones de ejecutar los vuelos en las estaciones equi-nocciales, para evitar los efectos del reflejo luminoso ydel alargamiento de las sombras, y además no se tuvo encuenta la elevada frecuencia del manto de estratocúmu-los de los alisios durante esta estación que, en algunoscasos, como en Anaga, correspondiente al polígono «F»de Tenerife, dio lugar a fotogramas con coberturas nu-bosas densas de más del 80% de su superficie.

En cuanto al ritmo y periodización de los vuelosapenas existe información. Sólo se puede deducir quedado el retraso general con el que se iniciaron y la inte-rrupción que inmediatamente después se produjo, losvuelos debieron sucederse con arreglo a una cadenciabastante intensiva, aunque sin llegar a lograr el ritmoprevisto en las condiciones contractualmente estipula-das, que establecían un plazo de cuarenta días para com-pletar los trabajos.

La cobertura territorial incluida en las fotografíasaéreas verticales del vuelo de 1954 abarca las cuatro is-

las de la Provincia occidental canaria. En cada una deellas y dependiendo de sus dimensiones, las secuenciasfotográficas se organizaron por polígonos que se corres-pondían a unidades territoriales caracterizadas por el pa-ralelismo mantenido en las líneas de vuelo de las pasa-das. Estos polígonos se trazaron sobre mapas a escala1:20.000 y se identificaban con letras mayúsculas. Enconcreto, la organización de los polígonos de cubri-miento en las distintas islas se llevó a cabo con arreglo alas siguientes divisiones: Tenerife (seis polígonos: A, B,C, D, E y F); La Palma (tres: A, B y C); La Gomera(uno) y El Hierro (uno).

Centrándonos en el caso de Tenerife por tratarse deuna de las colecciones más compleja y, en conjunto,bastante expresiva de las características generales delvuelo, lo primero a destacar en la ordenación territorialde los polígonos es la diversidad de las orientaciones delas líneas de vuelo imperante en cada uno de ellos. Entrelas razones que determinaron que el trazado de los rum-bos dominantes variara de un polígono a otro, no cabeduda de que uno de los criterios más decisivos fue laobligación de ajustar los recubrimientos fotográficos ala disposición longitudinal alargada de costa a cumbre

FIG. 2. En el polígono «E» delvuelo de 1954 se puede observar elsolapamiento y el cruce de lasdiferentes pasadas.

LOS INICIOS DEL CATASTRO DE RÚSTICA EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE Y LA COLECCIÓN DE… 365

de la mayoría de los términos municipales. Este argu-mento se reafirmaba además porque siguiendo esas di-recciones de vuelo, casi siempre perpendiculares a lasorientaciones de las vertientes, se podía reproducir me-jor el sistema parcelario adaptado a las mismas, lo quetenía una importancia capital dada la finalidad catastraldel vuelo. A estas causas se debieron añadir tambiénotras más empíricas u operativas, incluso económicas,pues a diferencia de los vuelos más modernos en los quelas alineaciones de las pasadas se disponen manteniendoinvariablemente un rumbo E-O, al organizarse las mis-mas, en el caso que nos ocupa, de forma paralela a laslíneas de costa, se reduce considerablemente la superfi-cie de mar sobrevolada. Estas circunstancias podrían ex-plicar casos como el de la pasada 2 del polígono «C»,donde la línea de vuelo dibuja un arco que coincide conel que describe el litoral suroccidental de la isla.

Aunque todos los polígonos comparten áreas territo-riales, estos solapamientos no impidieron que quedarasin cubrir una pequeña superficie triangular de terrenoenmarcada entre los polígonos «C» y «E». La existenciade esta laguna, coincidente con las cumbres insulares,podría estar justificada por la falta de interés catastralde este ámbito, aunque por otro lado también pudocoincidir con la reclamación que hizo el Presidente dela Mancomunidad Provincial, en 1955, a la compañía

aeronáutica, requiriéndole los fotogramas que con ciertaimprecisión se asimilaron a los altos de los municipiosde Adeje, Granadilla y Arico. Salvo en este caso, lospolígonos presentan solapamientos en los que se super-ponen pasadas de orientaciones casi siempre bastantecontrastadas. Mención especial merece la situación quese da entre los polígonos «A» y «E» que llegan a com-partir una pasada completa (la 12 del polígono «A» y la16 del «E»).

El número de pasadas por polígono fluctúa entre 10y 16, si bien este dato no es indicativo del número de fo-togramas pues las longitudes de los ejes de vuelo varíanmucho. El solape longitudinal de los fotogramas alcan-zó, en general, los porcentajes adecuados para garanti-zar la visión estereoscópica, pero no sucedió lo mismocon los solapes transversales, que con mucha frecuenciadejaron claros que obligaron a ser sobrevolados conposterioridad, dando lugar a nuevas pasadas; éstas, sóloen contadas ocasiones, respetaban el paralelismo de sulínea de vuelo con el de las pasadas anteriores13. En este

13 A pesar de que entre las exigencias incluidas en las cláusulas del contra-to firmado el 27 de junio de 1953 entre las partes, se explicitaba que los ejes dedirección de los vuelos fotográficos tendrían que ser considerablemente parale-los para evitar la existencia de zonas sin cobertura fotográfica.

FIG. 3. Comparación de los paisajes agrarios de las medianías de las vertientes norte y sur de Tenerife. Obsérvense las notables diferenciasde tamaño de las parcelas existentes entre el municipio norteño de S. Juan de la Rambla (foto de la izquierda, polígono «E», pasada 5, nº 665) y elde Arafo (foto de la derecha, polígono «F», pasada 11, nº 2661).

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sentido, uno de los ejemplos más llamativo de discor-dancia es el que se da en el polígono «D», en el que laspasadas «A», «B» y «C», se cruzan casi perpendicular-mente con las restantes. Es probable también que algu-nas de estas pasadas respondiesen a fines diferentes ysu obtención a posteriori obedeciera al deseo de mejo-rar la nitidez o precisión de sectores defectuosamentecaptados en tomas previas. En cualquier caso, de lo queno cabe duda es que la obtención de estas instantáneasse produjo en vuelos efectuados con posterioridad aaquellos otros a cuyas pasadas se superponen. Sobre lasucesión temporal de los vuelos en la isla, sabemos porla correspondencia cruzada entre «Aerotécnica SA» yla Mancomunidad Provincial de Cabildos, que los pri-meros polígonos fotográficos que se completaron fue-ron los correspondientes a las bandas suroccidentales yal extremo sur insular («C» y «B») y los últimos, losque cubrían el centro-norte y el apéndice noroccidental(«E» y «D»).

En cuanto a los fotogramas, lo primero a reseñar esque al no contarse con los clichés negativos, se ignorael número de rollos que pudieron impresionarse durantetoda la campaña fotográfica. Las reproducciones en pa-pel conservadas se limitan a colecciones bastante in-completas de los dos formatos contratados: el de 23 ×

23 cm, que suele ser el más utilizado en los trabajos defotogrametría y fotointerpretación, con copias en papelbrillante y mate; y el de 50 × 50 cm, correspondiente aampliaciones del anterior. Las fotos directas de 23 × 23apenas ofrecen en sus anversos más información que laproporcionada por las marcas fiduciales y el númerodel fotograma. En sus márgenes no figuran, por tanto,como en otras colecciones, reproducciones de aparatosde registros que ofrezcan datos sobre el momento o lascondiciones en las se realizaron las tomas (hora, altitud,grado de verticalidad o distancia focal). La carencia dealgunas de estas mediciones, en particular de la distan-cia focal y de la altitud de las pasadas, limita seriamen-te la posibilidad de calcular con exactitud la escala delas fotografías aéreas.

Sobre esta cuestión, sabemos que el 26 de abril de1954 el Ingeniero Jefe del Servicio de Catastro de Rús-tica estableció la obligación de obtener fotos a dos es-calas, diferenciadas en función de la altitud de los terre-nos fotografiados. En los dispuestos por debajo de lacota 1.000 m, las fotos deberían realizarse a una escala1:2.000, de más detalle, por concentrarse allí la mayory más fraccionada proporción del parcelario insular.Mientras que la escala a utilizar por encima de dichacota debería ser 1:5.000, pues el parcelario agrupaba

FIG. 4. La fotografía aérea de 1954 permite apreciar los cambios paisajísticos relacionados con la actividad turística en la costa meridional deTenerife. En color, imagen del Google Earth del complejo de Las Américas; la composición en blanco y negro (fotos 73 a 76 de la pasada 2, delpolígono «C») muestra una imagen retrospectiva del mismo espacio correspondiente al litoral del municipio de Adeje.

LOS INICIOS DEL CATASTRO DE RÚSTICA EN LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ DE TENERIFE Y LA COLECCIÓN DE… 367

explotaciones de mayores dimensiones, al estar en granparte conformado por montes de utilidad pública ygrandes fincas de pastos y baldíos desamortizadas du-rante el siglo XIX. Este criterio, sin embargo, debiómodificarse poco tiempo después, pues el 25 de mayode 1955 la empresa «Aerotécnica SA» apuntaba en unade sus cartas que

«… las ampliaciones se contrataban a escala 1:5.000 y dehaberse realizado a esta escala hubiésemos debido remitirles doscolecciones de ampliaciones. Sin embargo, a petición de vds. sehan hecho todas las ampliaciones en una colección única a escala1:2.500…».

Este último extremo se ha podido comprobar en losinventarios de fotografías conservados, donde se apre-cia que los polígonos y pasadas de todos los municipiosestán compuestos por mosaicos de fotos de 50 × 50 aesa escala. En general, los datos sobre la escala suelenfigurar escritos a mano en el reverso de los fotogramas,aunque no en todos los casos, apreciándose con fre-cuencia a simple vista variaciones entre ejemplares deuna misma pasada.

La finalidad catastral determinó que en las coleccio-nes ampliadas de 50 × 50 existan fotografías en las quesólo se reproducen los sectores centrales, permitiendoasí una suerte de montaje de mosaicos controlados, que

facilitarían la delimitación precisa de las parcelas, aleliminarse los efectos de las deformaciones radiales in-herentes a las proyecciones cónicas.

A grandes rasgos, la calidad de conjunto y el estadode conservación de los fotogramas presenta muchas de-ficiencias, empezando porque los mapas directores ori-ginales no son del todo fiables. Así, se han detectadodesfases de correspondencia entre las representacionesde las fotos o las pasadas y las áreas territoriales real-mente reproducidas en ellas (un buen ejemplo es la pa-sada 9 del polígono «F»). Por otro lado, se dan tambiéncasos de pasadas que no aparecen representadas en susrespectivos mapas directores. Las colecciones muestranademás importantes lagunas provocadas por la desapa-rición de fotogramas, sobresaliendo a este respecto losvacíos que, con formato de 23 × 23, se observan en losmunicipios de Santa Cruz, La Laguna, Tacoronte, Icodde los Vinos, Los Silos, Arico y Güímar. Algunos otrosvanos fotográficos responden, sin embargo, a causasmás evidentes, como la mera censura. De su drásticaeficacia dan muestra algunas fotos, de 50 × 50, quesimplemente aparecen mutiladas por tijeretazos enaquellas partes que reproducían espacios o instalacio-nes considerados de interés estratégico. Muchas foto-grafías acusan también a través de su decoloración el

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paso del tiempo y de las tonalidades blancas y negrasoriginales, han evolucionado a pigmentaciones sepia. Atodos estos defectos señalados se deben añadir igual-mente los debidos a la falta de nitidez de las imágenes,reconociéndose aquí toda una graduación, que va desdelas visiones desenfocadas o borrosas a las totalmentecegadas por la interposición, por ejemplo, de una po-tente y tupida capa nubosa.

Por último, no puede obviarse el hecho de que mu-chas fotografías se encuentran «trabajadas», es decir,sobre ellas se han dibujado los perímetros de las par-celas o los polígonos catastrales o se han hecho anota-ciones toponímicas o de otro tipo. Esta circunstancia,como se apuntó, afecta fundamentalmente a los fotogra-mas ordenados por municipios, de formato 50 × 50,procedentes de la Gerencia Catastral. La otra coleccióndel mismo formato que se conservó en el archivo de laMancomunidad, aunque contiene fotos no trabajadas,está desordenada y, por ello, resulta imposible saber porahora si los mosaicos cubren términos municipalescompletos o constituyen restos de serie que fueron de-sechados cuando se completó el trabajo catastral. Lascolecciones de fotos directas de formato de 23 × 23 sir-vieron para delimitar los polígonos catastrales antes deafrontar la medición y rotulación del parcelario.

IVAPLICACIONES GEOGRÁFICAS DEL VUELO

La fotointerpretación de imágenes aéreas antiguasconstituye un recurso investigador de primera magni-tud. Este tipo de análisis no sólo pone en evidencia loscambios experimentados por hechos y fenómenos contrascendencia espacial y permite especular sobre susprocesos generadores, sino que, además, y como conse-cuencia de la combinación de esos dos tipos de datos,proporciona información que puede llegar a ser esencialpara precisar las velocidades y ritmos de evolución delas manifestaciones territoriales. La fotografía aérea an-tigua, como fiel reflejo de la realidad en un momentodado, pero también como referencia de las transforma-ciones experimentadas desde entonces, se convierte asíen una fuente documental importantísima en los estu-dios de naturaleza dinámica. Su utilidad puede ser tantoretrospectiva o histórica, informando sobre la evoluciónde hechos o procesos agotados o en funcionamientohasta el momento presente, como prospectiva, aportan-do claves para descifrar las cadencias de sucesión delos fenómenos, para la construcción de modelos que

permitan establecer previsiones basadas en los ritmosde progresión calculados.

Centrándonos en el plano de las utilidades geográfi-cas, las aplicaciones de la fotointerpretación afectan atodos los componentes del paisaje, si bien su rentabili-dad se encuentra obviamente condicionada por la natu-raleza de las transformaciones de los distintos elemen-tos del medio. No todos cuentan con períodos dedesarrollo reproducibles a través de un recurso tan re-ciente como la fotografía, lo que explica que la fotoin-terpretación sea un procedimiento de análisis más fruc-tífero para aplicarlo al conocimiento de la dinámica deunos agentes espaciales que de otros. En este sentido, elempleo de imágenes aéreas para el estudio dinámicodel paisaje es particularmente provechoso para aquéllosfenómenos cuya incidencia sobre el territorio sea per-ceptible en intervalos temporales breves y tan recientescomo para que se cuenten con fondos fotográficos quelos reflejen.

Los condicionamientos temporales no sólo puedenllegar a ser determinantes y hasta selectivos a la hora devalorar las posibilidades de hacer un seguimiento foto-gráfico de los procesos del medio, sino que, por lasmismas razones, su influencia también se hace notar enla idoneidad de la fecha de obtención de las imágenes.Desde esta perspectiva, no todos los vuelos fotográficosson iguales, pues no todos tienen la oportunidad de cap-tar las transformaciones físicas o socioeconómicas másrelevantes de un marco geográfico. En concreto, es evi-dente que la mayor parte de las grandes transforma-ciones paisajísticas con repercusiones actuales se em-pezaron a fraguar a partir del comienzo de la etapadesarrollista de mediados del siglo pasado. Sin duda, eltérmino de la autarquía, el comienzo de la apertura denuestro país a los foros e instituciones políticas y eco-nómicas internacionales, los decididos impulsos tec-nológicos e industriales promovidos…, conllevaron to-da una serie de reformas y mutaciones que tuvieronclaros reflejos territoriales. A partir de este enfoque, esprecisamente desde el que adquieren un interés inusita-do los vuelos fotográficos que han dejado testimoniodel entramado espacial de esos episodios históricos. Asíocurre con las oportunidades que para el análisis de lospaisajes históricos brindan los dos primeros vuelosgenerales del territorio nacional que se conservan, losllamados Serie A (1945-1946) y Serie B (1956-1957),también conocidos como vuelos americanos. Su validezpara este tipo de investigaciones puede ser complemen-tada con la de otros vuelos parciales, regionales, inclu-so de ámbito espacial más reducido, normalmente reali-

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zados a escalas mayores y por ello más adecuados parael análisis de cuestiones de detalle14.

La idoneidad del vuelo fotográfico de 1954 paramostrar las importantes transformaciones espacialesque se estaban produciendo en Canarias por aquellas fe-chas, cuando el desarrollo turístico empezaba a relegaral sector primario a un segundo plano en la economíaregional, revaloriza su interés y resta significación a lasincuestionables carencias y limitaciones anteriormenteanotadas. La existencia de éstas reduce la validez globaldel vuelo que, sin embargo, sigue atesorando ejemplospuntuales extraordinariamente expresivos para entenderla dinámica de ciertos elementos del paisaje canario.

Sin pretender hacer ahora un análisis exhaustivo delos cambios geográficos registrados en el paisaje de laisla de Tenerife en los últimos cincuenta años, sirva co-mo ejemplo de las posibilidades que para investigar enestas cuestiones ofrece el análisis de las fotografías deeste vuelo los casos que a continuación se comentan.

Como indicamos antes, son sin duda las mutacionesde elementos paisajísticos de ciclo breve las que mejorse aprecian en los estudios de dinámica histórica. Poreste motivo, en las comparaciones retrospectivas de

imágenes las diferencias más evidentes son las relacio-nadas con los procesos de construcción del paisaje porparte del hombre. A este respecto, los fotogramas delvuelo de 1954 sirven para destacar los cambios urbanosacontecidos en algunas ciudades (capitales insulares) opueblos, poniendo de manifiesto no sólo la expansiónespacial de los mismos sino también las transformacio-nes internas experimentadas. De este modo, se percibenmodificaciones tales como la apertura de nuevos via-rios, los cambios de uso del suelo urbano o los ritmosdel proceso de urbanización. En relación con la eclo-sión urbanística promovida por el turismo, los procesosde neourbanización y recalificación territorial o de losfenómenos de reubicación demográfica y económica li-gados al mismo, probablemente uno de los casos másejemplares es el que ofrecen las conclusiones que seextraen al contrastar las actividades agropecuarias deescaso impacto que se daban a mitad del siglo pasadoen las costas de los municipios de Adeje y Arona con laactual urbanización turística de Las Américas, que hoyse asienta sobre dicho territorio.

Tratándose de una colección fotográfica impulsadacon fines catastrales su aplicación para el seguimientode los paisajes rurales es manifiesta. Los cambios espa-ciales en estos medios son importantísimos y el análisisde la fotografía histórica puede poner de relieve lasconsecuencias espaciales de cuestiones tales como lamecanización del campo, el desarrollo del modelo de

14 FERNÁNDEZ GARCÍA, F. (2000): Introducción a la fotointerpretación.Ariel, Barcelona, pág. 182.

FIG. 5. El desarrollo urbanístico de la costa de El Médano (Granadilla de Abona) ha interferido los aportes de arenas eólicas a la playa. Ladirección del oleaje en los fotogramas 4 y 5 de la pasada 1, del polígono «A» del vuelo de 1954, ofrece la posibilidad de especular sobre la impor-tancia de la deriva litoral y sus repercusiones en la dinámica de la playa.

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agricultura a tiempo parcial, la terciarización de la po-blación rural, el abandono de los cultivos de secano, laimplantación de nuevos cultivos o las fluctuaciones delos deslindes entre las tierras de cultivo y los dominiosforestales. Pero, además de estudios diacrónicos, los fo-togramas del vuelo de 1954 ofrecen la posibilidad deverificar, por ejemplo, las diferencias entre las estructu-ras parcelarias de dos ámbitos tan contrastados desde elpunto de vista climático, pero también demográfico, so-cial, económico y cultural, como eran, a mediados delsiglo pasado, las medianías de la vertiente norte y surde Tenerife.

Por último, aunque el empleo de la fotografía aéreaen el campo de los estudios del medio natural está máslimitado por la duración de los intervalos de recurrenciade los fenómenos físicos, es posible encontrar tambiénentre los fotogramas del vuelo estudiado ejemplos ex-presivos de la dinámica geomorfológica de ciertos pro-cesos. En efecto, la observación detallada de las imáge-nes de El Médano, en el extremo sureste de Tenerife,permite apreciar variaciones en la dinámica litoral y enlos procesos de transporte eólico de las arenas comoconsecuencia de las barreras urbanísticas interpuestas aldesarrollo de estos fenómenos.

Este artículo se ha realizado dentro del proyecto de investigación «Historiade los montes de Tenerife», enmarcado en el Convenio suscrito con el Excmo.Cabildo Insular de Santa Cruz de Tenerife.

Recibido: 12 de mayo de 2008Aceptado: 15 de mayo de 2008