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Lunes de la X (10ª) Semana CANTO Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo; alma mía, recobra tu calma, que el Señor escucha tu voz. PRIMERA LECTURA Lectura del primer libro de los Reyes 17, 1-6 En aquellos días, Elías el tesbita (de Tisbé de Galaad) dijo a Ajab: ¡Vive el Señor Dios de Israel a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia, si yo no lo mando. Luego el Señor le dirigió la palabra: Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del torrente, y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida. Elías hizo lo que le mandó el Señor y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente. Palabra de Dios Elías significa “Yahveh es mi Dios”. La ausencia de lluvia es signo de la ausencia del Señor, a quien habían dejado de lado y aceptado otros dioses. Que esa “lluvia”, la gracia de Dios, nunca deje de derramarse sobre nosotros. Salmo responsorial: Salmo 120, 1-8 El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

Lunes de la X (10ª) Semana · 2020. 6. 4. · aduladores, para los que están con Dios y con el diablo. No, para ellos no hay espacio en la comunidad de Jesús mientras no haya deseo

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  • Lunes de la X (10ª) Semana

    CANTO

    Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo; alma mía, recobra tu calma, que el Señor escucha tu voz.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del primer libro de los Reyes 17, 1-6

    En aquellos días, Elías el tesbita (de Tisbé de Galaad) dijo a Ajab:

    ¡Vive el Señor Dios de Israel a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia, si yo no lo

    mando.

    Luego el Señor le dirigió la palabra:

    Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe

    del torrente, y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida.

    Elías hizo lo que le mandó el Señor y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán.

    Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.

    Palabra de Dios

    Elías significa “Yahveh es mi Dios”. La ausencia de lluvia es signo de la ausencia del Señor, a quien

    habían dejado de lado y aceptado otros dioses. Que esa “lluvia”, la gracia de Dios, nunca deje de

    derramarse sobre nosotros.

    Salmo responsorial: Salmo 120, 1-8

    El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

    Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.

  • No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel.

    El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.

    El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre.

    EVANGELIO

    Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5, 1-12

    En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus

    discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

    Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

    Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la Tierra.

    Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

    Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

    Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

    Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

    Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán "los Hijos de Dios".

    Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

    Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi

    causa.

    Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma

    manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.

    Palabra del Señor

    La comunidad (Iglesia) tiene que ser lugar de iniciativa y arranque para hacer posible el sueño de

    Dios; lugar donde se vivan las bienaventuranzas y desde ahí hacer posible el reino de Dios. En la

    comunidad no hay espacio para los prepotentes, para los que no sienten el dolor ajeno, para los que

  • no quieren que las cosas cambien para mejor y para todos, para los falsos e hipócritas, para los

    aduladores, para los que están con Dios y con el diablo. No, para ellos no hay espacio en la

    comunidad de Jesús mientras no haya deseo de conversión a los valores del reino.

    ORACIÓN DE LOS FIELES

    Para que los misioneros y catequistas hagan presente a Dios que camina en medio de su pueblo y atraigan a muchos al Evangelio.

    Por los que lloran la muerte de sus seres queridos, por los que tienen hambre y sed de justicia, de pan y de amor, por los que son perseguidos a causa de su fe: para que se sientan dichosos sabiendo que el Señor enjuga sus lágrimas, defiende su causa y les asegura el Reino de los cielos.

    Por nuestra tierra: para que el Señor conceda fecundidad a los campos, y para que las cosechas abundantes sean compartidas por todos los hombres.

    Por nosotros y por los que han muerto esperando ver a Jesús glorificado: para que un día gocemos juntos de su bienaventuranza eterna.

    CANTO OFERTORIO "El mirar de Dios es amar". "El mirar de Dios es amar". "El mirar de Dios es amar". "Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura, y, yéndolos mirando con sola su figura, vestidos los dejó de su hermosura."

    CANTO DE COMUNIÓN Eres Señor nuestra luz, eres Señor nuestra paz,

  • eres Señor nuestra vida. Danos tu luz, danos tu paz, danos tu vida. Danos tu luz, danos tu paz, danos tu vida.

    CANTO FINAL Hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, Madre mía del cielo. Si en mi alma hay dolor, busco apoyo en tu amor y hallo en ti mi consuelo. Hoy te quiero cantar, hoy te quiero rezar, mi plegaria es canción. Yo te quiero ofrecer, lo más bello y mejor que hay en mi corazón.

    Oración de la comunión Jesús, confianza nuestra, tú vienes a encender en nosotros un resplandor. Aunque sea muy débil, es suficiente para sostener en nuestros corazones el deseo de Dios.

  • Martes de la X (10ª) Semana

    CANTO Caminad mientras tenéis luz antes que os envuelvan las tinieblas. Caminad.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del primer libro de los Reyes 17,7-16

    En aquellos días, se secó el torrente donde estaba escondido Elías, pues no hubo lluvia sobre el

    país. La palabra del Señor llegó entonces a Elías diciendo:

    -«Levántate, vete a Sarepta de Sidón y establécete, pues he ordenado a una mujer viuda de allí

    que te suministre alimento».

    Se alzó y fue a Sarepta. Traspasaba la puerta de la ciudad en el momento en el que una mujer

    viuda recogía por allí leña. Elías la llamó y le dijo:

    -«Tráeme un poco de agua en el jarro, por favor, y beberé».

    Cuando ella fue a traérsela, él volvió a gritarle:

    -«Tráeme, por favor, en tu mano un trozo de pan».

    Ella respondió:

    -«Vive el Señor, tu Dios, que no me queda pan cocido; solo un puñado de harina en la orza y un

    poco de aceite en la alcuza. Estoy recogiendo un par de palos, entraré y prepararé el pan para mí y

    mi hijo, lo comeremos y luego moriremos».

    Pero Elías le dijo:

    -«No temas. Entra y haz como has dicho, pero antes prepárame con la harina una pequeña torta y

    tráemela. Para ti y tu hijo la harás después. Porque así dice el Señor, Dios de Israel:

    “La orza de harina no se vaciará

    la alcuza de aceite no se agotará

    hasta el día en que el Señor conceda

    lluvias sobre la tierra”».

  • Ella se fue y obró según la palabra de Elías, y comieron él, ella y su familia.

    Por mucho tiempo la orza de harina no se yació ni la alcuza de aceite se agotó, según la palabra

    que había pronunciado el Señor por boca de Elías.

    Palabra de Dios

    El profeta es imagen del Señor que no permite la muerte de ninguno de sus hijos.

    La viuda representa a la gente humilde que comparte lo que tiene. Salmo responsorial: Salmo 4 Haz brillar sobre nosotros, Señor, la luz de tu rostro. Escúchame cuando te invoco, Dios de mi justicia; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad de mi y escucha mi oración. Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño? Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor, y el Señor me escuchará cuando lo invoque. Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho. Hay muchos que dicen: «¿Quién nos hará ver la dicha, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?» Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría

    que si abundara en su trigo y en su vino.

    Aleluya, aleluya, aleluya. Mateo 5,16

    Brille así vuestra luz ante los hombres,

    para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre.

    EVANGELIO

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,13-16

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    -«Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán?

    No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se

    puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte.

    Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el

    candelero y que alumbre a todos los de casa.

    Brille así vuestra luz ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro

    Padre que está en los cielos».

    Palabra del Señor

  • “Sal” siempre presente de manera callada, humilde, y que da sabor, vida a la comunidad.

    “Luz” que orienta e impide caídas en el camino hacia Dios.

    Nuestro estilo de vida cuestione y conduzca a Dios, para su gloria y nunca la nuestra.

    ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos al Padre-Dios que ha enviado a su Hijo Jesucristo como luz de todos los hombres. Que tu luz brille por medio de nosotros.

    Que tu Iglesia acierte a ser testigo de la luz, y encamine a los hombres hacia Cristo sin caer en lucimiento propio. Que los creyentes nos dejemos sazonar por el sabor del evangelio, y asimilemos en la oración su sabiduría.

    Que la gestión pública sea transparente, y la información veraz.

    Que el talante misionero de tus fieles, se apoye más en la justicia de las obras que en la influencia del poder.

    Que nuestra comunidad parroquial, sea punto de referencia por la calidad de su compromiso con los empobrecidos.

    Haz Señor, que nuestra oración sea digna de escuchar tu respuesta: "Aquí estoy". P. J. N. S.

    CANTO OFERTORIO Señor, Dios nuestro qué admirable es tu nombre en toda la tierra. en toda la tierra.

    CANTO DE COMUNIÓN

    Eres, Señor, nuestra luz, eres Señor, nuestra paz, eres, Señor nuestra vida. Danos tu luz, danos tu paz, danos tu vida. Danos tu luz, danos tu paz, danos tu vida. ORACIÓN

    Espíritu Santo, por tu continua presencia en nosotros, nos llevas a dar nuestra vida por amor.

  • E incluso si a veces te olvidamos, infundes en nosotros la alegría.

    CANTO FINAL Salve, Madre, en la tierra de mis amores te saludan los cantos que alza el amor. Reina de nuestras almas, flor de las flores, muestra aquí de tus glorias los resplandores, que en el cielo tan sólo te aman mejor. Virgen santa, Virgen pura, vida, esperanza y dulzura del alma que en ti confía, Madre de Dios, Madre mía, mientras mi vida alentare, todo mi amor para ti, mas si mi amor te olvidare, Madre mía, Madre mía, aunque mi amor te olvidare, tú no te olvides de mí.

  • Miércoles de la X (10ª) Semana

    CANTO Juntos para soñar, nuevas inmensidades, juntos para marcar, ritmos de nuevo amor. Juntos marchamos unidos, como escuadrón del amor, juntos templamos en forja, la paz de un mundo nuevo y mejor. Juntos tendemos los ojos, sobre el espejo de Dios, juntos sentimos la tierra, mientras cantamos: Dios es amor.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del primer libro de los Reyes 18,20-39

    En aquellos días, el rey Ajab dio una orden entre todos los hijos de Israel y reunió a los profetas de

    Baal en el monte Carmelo.

    Elías se acercó a todo el pueblo y dijo:

    -«¿Hasta cuándo vais a estar cojeando sobre dos muletas? Si el Señor es Dios, seguidlo; silo es

    Baal, seguid a Baal».

    El pueblo no respondió palabra. Elías continuó:

    -«Quedo yo solo como profeta del Señor, mientras que son cuatrocientos cincuenta los profetas de

    Baal. Que nos den dos novillos; que ellos elijan uno, lo descuarticen y lo coloquen sobre la leña,

    pero sin encender el fuego. Yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, también sin

    encender el fuego. Vosotros clamaréis invocando el nombre de vuestro dios y yo clamaré

    invocando el nombre del Señor. Y el dios que responda por el fuego, ese es Dios».

    Todo el pueblo acató:

    -«¡Está bien lo que propones!».

    Elías se dirigió a los profetas de Baal:

  • -«Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, pues sois más numerosos. Clamad invocando el

    nombre de vuestro dios, pero no pongáis fuego».

    Tomaron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando el nombre de Baal desde la

    mañana hasta el mediodía, diciendo:

    -«¡Baal, respóndenos!».

    Mas no hubo voz ni respuesta. Brincaban en torno al altar que habían hecho.

    A mediodía, Elías se puso a burlarse de ellos:

    -«Gritad con voz más fuerte, porque él es dios, pero tendrá algún negocio, le habrá ocurrido algo,

    estará de camino; tal vez esté dormido y despertará!».

    Entonces gritaron con voz más fuerte, haciéndose incisiones con cuchillos y lancetas hasta chorrear

    sangre por sus cuerpos según su costumbre.

    Pasado el mediodía, entraron en trance hasta la hora de presentar las ofrendas, pero no hubo voz,

    no hubo quien escuchara ni quien respondiese.

    Elías dijo a todo el pueblo:

    -«Acercaos a mí».

    Y todo el pueblo se acercó a él. Entonces se puso a restaurar el altar del Señor, que había sido

    demolido. Tomó Elías doce piedras según el número de tribus de los hijos de Jacob, al que se

    había dirigido esta palabra del Señor:

    -«Tu nombre será Israel».

    Erigió con las piedras un altar al nombre del Señor e hizo alrededor una zanja de una capacidad de

    un par de arrobas de semilla. Luego dispuso leña, descuartizó el novillo y lo colocó encima.

    -«Llenad de agua cuatro tinajas y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña».

    Ordenó y así lo hicieron. Pidió:

    -«Hacedlo por segunda vez».

    Y por segunda vez lo hicieron.

    -«Hacedlo por tercera vez».

    Y una tercera vez lo hicieron.

    Corrió el agua alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó a rebosar.

    A la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y comenzó a decir:

    -«Señor, Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, que se reconozca hoy que tú eres Dios en Israel,

    que yo soy tu servidor y que por orden tuya he obrado todas estas cosas. Respóndeme, Señor,

    respóndeme, para que este pueblo sepa que tú, Señor, eres Dios y que has convertido sus

    corazones».

    Cayó el fuego del Señor que devoró el holocausto y la leña, lamiendo el agua de las zanjas.

    Todo el pueblo lo vio y cayeron rostro en tierra, exclamando:

    -«¡El Señor es Dios. El Señor es Dios!».

    Palabra de Dios

    No se puede seguir al Señor a medias tintas, estar con Él y con los “ídolos”, porque eso es una

    auténtica idolatría. Elías el profeta nos llama a la fidelidad al único Dios y Señor.

    Salmo responsorial: Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti. Yo digo al Señor: «Tú eres mi Dios».

  • Se multiplican las desgracias de quienes van tras dioses extraños; yo no derramaré sus libaciones con mis manos, ni tomaré sus nombres en mis labios. El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré.

    Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

    Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 24,4

    Dios mío, instrúyeme en tus sendas,

    haz que camine con lealtad.

    EVANGELIO

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,17-19

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    -«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.

    En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o

    tilde de la ley.

    El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será

    el menos importante en el reino de los cielos.

    Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».

    Palabra del Señor

    La plenitud de la ley, la “tierra prometida” o el “paraíso”. El mismo Señor es la tierra prometida y

    en ella vamos entrando conforme nace y se arraiga nuestra amistad con Él.

  • ORACIÓN DE LOS FIELES Ponemos los ojos en ti, Señor, que eres santo, y cuidas de tus hijos para que ninguno se

    pierda.

    Que sepamos ser contemporáneos de nuestro mundo, preocupándonos de sus problemas, y

    haciéndonos eco de las angustias de la humanidad.

    Que sepamos abstenernos de toda violencia, tanto en casa como en la calle, frente a la

    naturaleza y el planeta.

    Que sepamos vivir la desmesura del amor, reconociendo que sólo así podemos ir recreando el

    mundo con entrañas de humanidad.

    Que sepamos que ser santos como lo eres tú, Padre, nos hace conflictivos y molestos,

    militantes del bien común.

    Ayúdanos a ser, Señor, activos y cariñosos, verdaderos y compasivos, audaces y pacíficos, para seguir recreando tu reino de justicia y misericordia. Amén.

    CANTO OFERTORIO

    Guardo tus palabras en mi corazón, ellas en mi camino luz y vida son.

    CANTO DE COMUNIÓN Amar es darse a todos los hermanos, uniendo en nuestras manos el gozo y el dolor; y al amarnos el mundo se renueva la vida siempre es nueva, siempre es nuevo el amor. Yo sé, Señor, que aunque hablara las lenguas del mundo, aunque todos me llamen profeta, si no puedo amar, soy sólo un rumor; yo sé que sabiendo las ciencias extrañas, conociendo secretos ocultos, seré poca cosa si no tengo amor. Yo sé, Señor, que aunque tenga una fe tan intensa, que traslade montañas y rocas, de nada me sirve si no tengo amor; yo sé que aunque queme mi cuerpo en las llamas, aunque todo lo entregue a los pobres, si no puedo amar es todo ilusión.

    ORACIÓN

    Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor y no olvides sus beneficios.

  • El perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos trata como merecen nuestros pecados, ni nos paga según nuestras culpas. Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos, como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles.

    CANTO FINAL Cosas grandes hizo Dios en mí, su nombre es santo, fiel siempre su amor, alegre canto las grandezas del Señor, gozo por siempre en Dios mi salvador. Porque ha mirado la pequeñez de su esclava, los pueblos todos aclaman tu grandeza y dignidad. Porque ha elegido tu libertad siempre nueva, para marcar un camino a toda la humanidad.

    En el hombre pone su ilusión, mas al soberbio, sin más dispersó, llena al sencillo de ternura y protección, quien se hace libre Dios le colma de su amor.

  • Jueves de la X (10ª) Semana San Bernabé, apóstol

    CANTO ¡Qué alegría cuando me dijeron: "Vamos a la casa del Señor"! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 11, 21b-26; 13, 1-3

    En aquellos días, gran número creyó y se convirtió al Señor.

    Llegó noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de

    la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño;

    como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al

    Señor.

    Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un

    año fueron huéspedes de aquélla Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por

    primera vez llamaron a los discípulos cristianos.

    En la Iglesia de Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio

    el Cireneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo.

    Un día que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo:

    -"Apartadme a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado."

    Volvieron a ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.

    Palabra de Dios

    Inicios de la Iglesia con el Espíritu Santo (amor de Dios) de protagonista, como siempre.

  • Bernabé, “hombre de bien y lleno del Espíritu Santo y de fe”, cuyo testimonio empujó a muchos a

    acercarse para conocer al Señor.

    También somos testigos y estamos llenos del amor del Señor y, Dios mediante, podemos encaminar

    a muchos a acoger a Dios en su vida.

    Salmo responsorial: Salmo 97 El Señor revela a las naciones su justicia.

    Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. Tañed la cítara para el Señor, suenen los instrumentos: con clarines y al son de trompetas, aclamad al Rey y Señor.

    Aleluya Mt 28, 19a. 20b

    Id y haced discípulos de todos los pueblos -dice el Señor-;

    yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

    EVANGELIO

    Lectura del santo evangelio según san Mateo 10, 7-13

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

    -"Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad

    leprosos, echad demonios.

    Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.

    No llevéis en la faja oro, plata ni calderilla; ni tampoco alforja para el camino, ni túnica de repuesto,

    ni sandalias, ni bastón; bien merece el obrero su sustento. Cuando entréis en un pueblo o aldea,

    averiguad quién hay allí de confianza y quedaos en su casa hasta que os vayáis. Al entrar en una

  • casa, saludad; si la casa se lo merece, la paz que le deseáis vendrá a ella. Si no se lo merece, la

    paz volverá a vosotros”.

    Palabra del Señor

    Proclamad el evangelio como lo hacía Jesús: haciendo presente la vida (quitar enfermedades, echad

    demonios…).

    Gratuidad del amor de Dios.

    No buscar el beneficio, lucro o la ganancia porque llevamos un tesoro, el amor de Dios y la Buena

    Noticia, el Evangelio.

    ORACIÓN DE LOS FIELES Edificados sobre el cimiento de los apóstoles, oremos al Padre por su pueblo diciendo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.

    Padre Santo, que quisiste que tu Hijo resucitado se manifestase en primer lugar a los apóstoles, haz que también nosotros seamos testigos de Cristo resucitado.

    Padre, que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los pobres, haz que el evangelio sea proclamado a toda la creación.

    Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la Palabra, que seamos también nosotros sembradores de tu palabra.

    Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara al mundo contigo, haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de todas las personas.

    Tú que has sentado a tu Hijo a tu derecha en el cielo, admite a los difuntos en tu reino de felicidad.

    CANTO OFERTORIO Haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz.

    Donde haya odio que yo ponga el amor. Donde haya ofensa que yo ponga el perdón.

  • CANTO DE COMUNIÓN Tú has venido a la orilla no has buscado ni a sabios ni a ricos, tan solo quieres que yo te siga. Señor, me has mirado a los ojos, sonriendo has dicho mi nombre. En la arena he dejado mi barca, junto a ti buscaré otro mar. Tú sabes bien lo que tengo. En mi barca no hay oro ni espadas. Tan sólo redes y mi trabajo. Tú necesitas mis manos, mi cansancio que a otros descanse, amor que quiera seguir amando.

    ORACIÓN DE LA COMUNIÓN Vosotros que escuchasteis la llamada de viva voz que Cristo os dirigía, abrir nuestro vivir y nuestra alma al mensaje de amor que él nos envía. Vosotros que invitados al banquete gustasteis el sabor del nuevo vino, llenad el vaso, del amor que ofrece, al sediento de Dios en su camino. Vosotros que tuvisteis la gran suerte de verle dar a muertos nueva vida, no dejéis que el pecado y que la muerte nos priven de la vida recibida. Vosotros que lo visteis ya glorioso, hecho Señor de gloria sempiterna, haced que nuestro amor conozca el gozo de vivir junto a él la vida eterna.

    CANTO FINAL María, tú que velas junto a mí, y ves el fuego de mi inquietud. María, madre, enséñame a vivir con ritmo alegre de juventud. Ven, Señora, a nuestra soledad, ven a nuestro corazón,

  • a tantas esperanzas que se han muerto, a nuestro caminar sin ilusión. Ven y danos la alegría que nace de la fe y del amor, el gozo de las almas que confían en medio del esfuerzo y del dolor.

  • Viernes de la X (10ª) Semana

    CANTO Abre mis labios, Señor, para poderte alabar, abre mi corazón para poderte adorar.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del primer libro de los Reyes 19,9a. 11-16

    En aquellos días, Elías llegó hasta Horeb, el monte de Dios, se introdujo en la cueva y pasó la

    noche.

    Le llegó la palabra del Señor, y le dijo:

    -«Sal y permanece de pie en el monte ante el Señor».

    Entonces pasó el Señor y hubo un huracán tan violento que hendía las montañas y quebraba las

    rocas ante el Señor, aunque en el huracán no estaba el Señor. Después del huracán, un terremoto,

    pero en el terremoto no estaba el Señor.

    Después del terremoto fuego, pero en el fuego tampoco estaba el Señor.

    Después del fuego el susurro de una brisa suave. Al oírlo Elías, cubrió su rostro con el manto, salió

    y se mantuvo en pie a la entrada de la cueva.

    Le llegó una voz que le dijo:

    -«¿Qué haces aquí, Elías?».

    Y él respondió:

    -«Ardo en celo por el Señor, Dios del universo, porque los hijos de Israel han abandonado tu

    alianza, derribado tus altares y pasado a espada a tus profetas; quedo yo solo y buscan mi vida

    para arrebatármela».

    Le dijo el Señor:

    -«Vuelve a tu camino en dirección al desierto de Damasco. Cuando llegues, unge rey de Siria a

    Jazael, rey de Israel a Jehú, hijo de Nimsí, y profeta sucesor tuyo a Eliseo, hijo de Safat, de Abel

    Mejolá».

    Palabra de Dios

    El profeta huye y se protege en la cueva. ¿De quién huye, de otros o de sí mismo?

  • La voz del Señor resuena en el interior del profeta para que éste siga el camino de Dios y no el

    suyo propio, el proyecto del Señor y no el suyo personal. Salmo responsorial: Salmo 26 Tu rostro buscaré, Señor. Escúchame, Señor, que te llamo; ten piedad, respóndeme. Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro». Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. No rechaces con ira a tu siervo, que tú eres mi auxilio; no me deseches. Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente,

    ten ánimo, espera en el Señor.

    Aleluya, aleluya, aleluya. Filipenses 2,15-16

    Brilláis como lumbreras del mundo,

    manteniendo firme la palabra de la vida.

    EVANGELIO

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,27-32

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

    -«Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”. Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer

    deseándola, ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.

    Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser

    echado entero en la “gehenna”.

    Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que

    ir a parar entero a la “gehenna”.

    Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a

    su mujer —no hablo de unión ilegítima— la induce a cometer adulterio, y e! que se casa con la

    repudiada comete adulterio».

    Palabra del Señor

    El cuerpo, con sus miembros, es para el encuentro y nunca para separar o dividir a las personas.

    El proyecto de Dios es de amor, que une a las personas para asumir juntos un mismo proyecto de

    amor, donde no hay nadie por encima de otro.

  • ORACIÓN DE LOS FIELES

    Ponemos los ojos en ti, Señor, que eres santo y cuidas de tus hijos para que ninguno se pierda, y te

    decimos: Haznos buenos, como lo eres tú, Señor.

    Que sepamos ser contemporáneos de nuestro mundo, preocupándonos de sus problemas y

    haciéndonos eco de las angustias de la humanidad.

    Que sepamos abstenernos de toda violencia, tanto en casa como en la calle, frente a la

    naturaleza y el planeta.

    Que sepamos vivir la desmesura del amor, reconociendo que sólo así podemos ir recreando el

    mundo con entrañas de humanidad.

    Que sepamos que ser santos como lo eres tú, Padre, nos hace conflictivos y molestos,

    militantes del bien común.

    Ayúdanos a ser, Señor, activos y cariñosos, verdaderos y compasivos, audaces y pacíficos, para

    seguir recreando tu reino de justicia y misericordia. Amén.

    CANTO OFERTORIO Mi alma glorifica al Señor mi Dios, gócese mi espíritu en mi salvador. Él es mi alegría, es mi plenitud, Él es todo para mí.

    CANTO DE COMUNIÓN

    Como el Padre me amó yo os he amado, permaneced en mi amor, permaneced en mi amor. Si guardáis mis palabras y como hermanos os amáis, compartiréis con alegría el don de la fraternidad. Si os ponéis en camino, sirviendo siempre la verdad, fruto daréis en abundancia, mi amor se manifestará.

    ORACIÓN Quiero escuchar a Jesús, como los primeros discípulos: "venid conmigo y os haré pescadores de hombres".

    Quiero escuchar a Jesús, como la muchedumbre: "Bienaventurados los pobres..."

    Quiero escuchar a Jesús, como el tentador:

  • "No sólo de pan vive el hombre..."

    Quiero escuchar a Jesús, como los apóstoles: "Cuando oréis decid: Padre nuestro..."

    Quiero escuchar a Jesús, como el sordomudo: "Ábrete".

    Quiero escuchar a Jesús, como el paralítico:

    "tus pecados quedan perdonados..."

    Quiero escuchar a Jesús, como Pedro: "Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado? Quiero escuchar a Jesús como los enviados a la misión: "El Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros"

    Quiero escuchar a Jesús, como la gente: "Venid a mí todos los que estáis cansados, que yo os aliviaré".

    CANTO FINAL Miles de ermitas pequeñitas, cobijan tu imagen, Señora, campanas que el Ángelus rezan, paisajes que cantan y lloran. Mas sé que prefieres y añoras la ermita de mi corazón, temblores de paz en el alma, el eco de una oración. Ave, María, Ave, María, Ave, María, Ave, María.

  • Sábado de la X (10ª) Semana San Antonio de Padua

    CANTO Somos un pueblo que camina y juntos caminando podremos alcanzar otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad. Somos un pueblo que camina y marcha por el mundo buscando la verdad. Somos errantes peregrinos en busca de un destino, destino de unidad. Siempre seremos caminantes, pues sólo caminando podremos alcanzar, otra ciudad que no se acaba, sin penas ni tristezas, ciudad de eternidad.

    PRIMERA LECTURA

    Lectura del primer libro de los Reyes 19,19-21

    En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Eliseo, hijo de Safat, arando con doce

    yuntas en fila, y él llevaba la última.

    Elías pasó a su lado y le echó encima su manto.

    Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió:

    -“Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo”.

    Elías contestó:

    -“Ve y vuelve, ¿quién te lo impide?”

    Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los mató, hizo fuego con los aperos, asó la carne y

    ofreció de comer a su gente.

    Luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a sus órdenes.

    Palabra de Dios

  • Desprendimiento (mata la yunta de bueyes) de Eliseo y generosidad (da de comer a la gente) para

    seguir no al profeta Elías sino al Señor.

    Salmo responsorial: Salmo 15 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: Tú eres mi bien.

    El Señor es el lote de mi heredad y mi copa, mi suerte está en tu mano. Bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

    EVANGELIO

    Lectura del santo Evangelio según san Mateo 5,33-37

    En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos.

    -“Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor».

    Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra,

    que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza,

    pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa

    de ahí viene del Maligno”.

    Palabra del Señor

    Que nos caracterice la autenticidad de corazón, sin dobleces ni hipocresías.

    Como el Señor, un corazón limpio y coherencia de vida, viviendo de acuerdo a nuestra fe.

    ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos al Señor, nuestro Dios. Él es la roca de nuestro refugio.

    Para que la Iglesia se edifique siempre sobre la roca, que es la palabra de Cristo. Roguemos al Señor.

    Para que la paz y la prosperidad de las naciones se fundamenten sobre la base de la justicia y la libertad. Roguemos al Señor.

  • Para que los hombres de todas las religiones, que se esfuerzan por agradar a Dios con sus buenas obras, lleguen a la fe. Roguemos al Señor.

    Para que los cristianos ofrezcamos al mundo un ejemplo sólido de nuestras creencias firmes como la roca y acogedoras como un hogar. Roguemos al Señor.

    Para que los creyentes terminemos con un cristianismo de meras fórmulas, inconsistente como la arena y nos decidamos a poner en práctica las palabras de Jesús. Roguemos al Señor.

    Inclina, Señor, tu oído a nuestras súplicas; a ti nos acogemos; que no quedemos defraudados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

    CANTO OFERTORIO Si vienes conmigo, y alientas mi fe, si estás a mi lado, ¿a quién temeré?

    CANTO DE COMUNIÓN

    Andando por el camino, te tropezamos, Señor, te hiciste el encontradizo, nos diste conversación. Tenían tus palabras fuerza de vida y amor, ponían esperanza y fuego en el corazón. Te conocimos, Señor, al partir el pan, tú nos conoces, Señor, al partir el pan. Llegando a la encrucijada, tú proseguías, Señor; te dimos nuestra posada, techo, comida y calor; sentados como amigos a compartir el cenar, allí te conocimos al repartirnos el pan. Andando por los caminos, te tropezamos, Señor, en todos los peregrinos que necesitan amor; esclavos y oprimidos que buscan la libertad, hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.

    ORACIÓN Jesús: Si hubieses venido para los sanos, yo no estaría. Si hubieses venido para los grandes, yo no estaría. Si hubieses venido para los santos, yo no estaría. Viniste para los pobres, y aquí estoy. Viniste para los pecadores, y aquí estoy. Viniste para los débiles, y aquí estoy. Viniste para los que te deben todo, y aquí estoy. Viniste para los que te necesitan, y aquí estoy. A la puerta de tu misericordia, sin pedirte nada, pero necesitado de todo.

  • CANTO FINAL Madre, óyeme, mi plegaria es un grito en la noche; Madre, mírame, en la noche de mi juventud. Madre, sálvame, mil peligros acechan mi vida. Madre, lléname de esperanza, de amor y de fe. Madre, mírame, en la sombra no encuentro el camino. Madre, llévame, que a tu lado feliz cantaré: la, la, la, la, la, la, la, la, la, la...

    Paseo María Agustín, 8. Zaragoza www.parroquiadelcarmen.es

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