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Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

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Page 2: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

… A ¡ r r Asxñ º 'a Fs' 'v ./ x N .f-I I -l x v ./ v ¡V M ./ v x sVs'v -/ v v z—¡ M ar

- A .—a o -x -s - n ¡so

MANTO S Y CAPAS .

LO Q U E VALE E L TALENTO .”

LECTOR :

Tú que te embozas cuidadosamente cuando soplan los aires delinvierno

,en los holgados pl iegues de una capa española ; tú que sue

'

lesl levar tu entusi asmo hasta usar capa con vuel tas encarnadas tú“

que en varias y repetidas ocasiones empleaste consocarronería esamisma capa

,para ocul tar la i ndiscreción de tacto que acostumbras

cometer,cuando

,apoyada en tu brazo , va tu novi a oyendo los re

quiebros y l as flores , tan menospreciado por una viej a dama queconozco y por l a púdíca matrona que comercia en j amones de Ch ica

go ,y envía sus correspondenc ias y sus cartasalMom

'

torRefuólz'

cano;

lector,tú que has hecho todo esto y mucho más, recuerda que esas

capasfueron obj eto, en otros años , defuriosas i ras ;que un min istro

napol i tano las prohibió y que ,creciendo en importancia hi stórica

,

dieron pretexto á una asonada popular y disculpa a l destierro de losj esuitas . No quiero obligarte á que leas la historia de LaFuente n i

l a correspondencia de Florida Blanca . Contrata un fuerte emprésti to con ocho casas de comercio , adquiere un duro , paga tu entradaen la contaduría del teatro y estudia h istoria desde la butaca , oyendo

los galanos versos de Santero,l as graciosas armonías delmaestro

Fernández Cabal lero,y contemplando elcuerpo arrogantísimo de la

Srita . Moriones , que pudiendo ceñ irse la azul coraza de lasamazonas , prefi ere vestir traj es d ignos deWorth ,

aunqueno son aún dignos de el l a . Lector

,si t ienes capa

,ve al teatro . Si no la tienes , ve

también .

Page 3: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

4 MANUEL GUTIERREZ NÁJ ERA

—¿Qué opina Ud . de << Mantos y Capas » ? Me preguntaba un di

putado .

—¿Qué opino ? Pues que indudablemente la música á lasfi eras

domestica . Ahí están esasfi eras , mej or dicho , ahí están esas coristas . Sus bocas siguen siendo parecidas á la boca del i nfi erno ; suscuerpos siguen siendo desgarbados

,pero ya cantan

, ya no berrean ,

ya no ulul an , ya no graznan : incuestionablemente , están domesticadas . E l maestro jul ián es un admirable domador .

En Mantos y Capas,» como en las tragedias de Esqui lo ,

… el coroi nterviene en la acción , casi es el protagon i sta verdadero . Hay ocho

coros,todos fáci les

,graciosos

,pegadi zos .

Qui tad el precioso duo del tercer acto,y todos los números agra

dablesde la parti tura son loscoros . Lector,si tienes un duro , ve

al teatro . Si no lo t ienes , pídelo prestado .

La trama de <cMantosy Capas » está cortada por elpatrón de to

dasl as zarzuelas españolas . Nada hay que guste á l os espectadores españoles tanto , como ver en escena la caída de un min istro .

Cuando no pueden derribar á Cánovas , á Martínez Campos ó 5.Sagasta

,encargan á un l ibretista que derribe en cuartetasó en quin

t i l l as á Olivares , Ensenada 6 Esqui lache . En esta vez el Sr . Santero echó sobre sus hombros la responsabi l idad de aquel la crisi s . Vióá Esq'uilache Viej o , odiado por su origen extranj ero y por sus d isposiciones hacendarias

,mal tratado por el Sr . Fernández y Gonzá

lez que , probablemente , le pidió con mal éxi to un empleo ; y recordando la afición que todo español t iene á derribar—losministeriosy la inquina especial con que vé siempre al m in istro de Hacienda ,sea quienfuere

,resolvió que elmarqués napol i ta

'

no cantara una tirana y cuatro seguidi llas

,presentando su dimisión en verso de ocho

sílabas>¡Yo creo que el Sr . Esqui lache estará en el cielo : si acasoanduvo por elpurgatorio , de al l í le sacóFernández y González conescr ibi r la novel a en queñgura su excelencia . Pero por si acaso el

ministro del rey CarlosIIIno ha rescatado aún su alma , la pena

( 1 ) D iré en honor de laverdad , quesólo en estose asemeja la zarzuela española á la traged ia griega .No qu iero perjudicar alempresario .

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 5

de verse en zarzuela habrá sido bastan te para colmar la medida de

sufrimientos que la Divina Justici a le haya impuesto . No lo digoporque la obra del Sr . Santerosea de aquel las que dan palma demárti r al protagonista y ganan el cielo para su autor

,en vi rtud

de aquel la bienaventuranza que promete elcielo á los que son pobres de e spíri tu ; no lo digo por eso . La obra delSr . Santero tieneo portunos chistes

,natural gracej o

,fáci l trama y versosdel icados .

Lo digo porque eso de verse obl igado á cantar polkas , siendo todoun min istro

,es mucho cuento . De todas suertes , si elSr . Esqui la

che pena aún,lo cierto es que ha estado próximo del cielo

,estando

cerca de la Srita . Moriones .

En la zarzuela hay varias inexacti tudes históricas . Ni Esqui lachefué i nmediatamente desterrado

,n i el rey lo obl igó á presentar

su dimisión en Madrid sino enAranjuez , adonde había ido la cortehuyendo del tumul to . Esta asonada estal ló en Madrid el 26 de Marzo de 1 766 ,

d ía Domingo de Ramos por más señas . ¿La provocó eldecreto que ordenaba la l impia y alumbrado de las ca l les

,y prohibía

eluso de capas , mantos y chambergos, fáci l d isfraz de pecadores ybel lacos

,ó la carestía delpan y delace i te , motivada por el monopo

l i o“

de estos artículos , concedido por el min istro ? Esta úl timafué l acausa verdadera ;mas el pretexto fué la prohibición de las“capa5 ymantos y chambergos."

Ya apaciguada la revuel ta , volvieron_

'

á encenderse y enconarselosánimos con l a notici a de '

que elrey, ta imadamente,habíase re

fugiado en Aranj uez . D iputóse á un cochero , escogido entre losprincipales alborotadores , para que en nombre del pueblo exigieraalsoberano el cumpl imiento de lo que h abía ofrecido en sus capitulac iones. E l cochero fué recibido en Aranj uez con grande m iram

_

iento , y al l í el rey anunció la dimisión de' Esqui lache y elnom

bramiento de D . Miguel Muzquiz que iba asubstituirle .

El Sr . Santero d i rá , que al escribi r zarzuelas no debe uno pararseen todas las n imiedades de la Histori a . Dirá bien : 51 mi me basta

quehaya dado ocasión á un músico de i ngen io para escribi r alegresy traviesos coros que cosqui llean agradable… nte l os oídos . Estoscoros , elduo del tercer acto y l a melopea del mismo ,

puedenseroídos sin cansancio varias veces . Mantos y Capas » ha nacido viable

,y no me aventuro si le pronosti co larga vida .

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6 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA.

No pasa así con la Companía delteatro Principal . Una vezqueel Sr . Delgado nofigura másen el la ,fáci l espreveer un descalabro .

Noches pasadas pasé j unto á la puerta del teatro,y como l lovía á

cántaros,y esmenos malo oír al Sr . Prado que moj arse , entré en el

teatro . Según rezaban los anuncios,iba arepresen tarse una comedia

cuyo títul o es : a Lo que vale el talento .»

Antes de entrar en el teatro,había hecho para mis adentros este

si logismo : ¿Qué vale eltalen to ? Nada . Luego la comedi a no debevaler nada . Si quiere ser real i sta y lógica , como consta de tres actos ,fuerza es que cada acto valga cero . Afortunadamente para el arteno es así . La comedia del Sr . Pé

'

rez Echeverría es bastante buena .

Los dos primeros actossondignos de Emil io Augier , cuyo esti loy manera predi lecta tienen . E l desenlace es malo : la manía española de recompensar holgadamente á l a vi rtud y castigar al v ic io ,aparece inesperada é i noportunamente . Cada actofi nal de una comedia española

,se me ngura el d iscurso de algún académicofran

cesal conceder el premio Monttigon , ó una escena de lasfi estas del a rosa de Salency . E l públ ico

,que si es sensible

,cosa que d iñculto

mucho,ha padecido durante los dosprimeros actos m irando la '

vir

tud menospreciada y agasaj ado el crimen,respi ra ya él sus anchas

en cuantose alza la cort ina para principiar el úl timo acto,porque

está seguro de que todo se arreglará á pedi r de boca ,y de que la

mora l , esa infel i z señora á quien han calumniado tantas veces , sa ldrá i lesa y triunfante

,con la rama de ol iva en una mano y con . el

cuerno de la abundanci a en la otra .

Sucédeme ya , cuando concurro á estas represen taciones , que nome apenan ó acongojan las malandanzas y desventuras de lospersomaj es , pues aunque éstas acontezcan á porri l lo ,

y aunque mi del icadeza de sentimientossea extremada

,como ver de antemano cuál

será el desenlace i nevitable,reservo mi compasión y mi terneza para

más oportunas ocasiones , á manera del burdo paleto que oyendo unsermón sobre la muerte de Jesús

,reía tairnadamente ,

hasta que pre

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MANUEL GUTIERREZNÁJERA.

guntado por elorigen de sus impertinentes ri sotadas , hubo de con

testar :

Me río porque yo estoy en el secreto .

¿En qué secreto ?En que al tercero día resuci tó .

Talme pasa en los dramas españoles . Por másque miro cómo lavirtud sube alCalvario y cómo expira , yo ,

lej os de añigirme , me al

borozo,porque estoy convencido

,segurísimo ,

de que en el tercer

acto resuci tará .

Losdesenlaces de este j aez me ponen verdaderamente nervioso .

De el los puede deci rse como en el Mag ní/z'

cat, que abaten á los pode

rosos,ensalzan á los humildes , á losnecesi tados los l lenan de bienes

y á losri cos losdej an sin cosa alguna .

Si la creación hubiera estado a cargo de un dramaturgo español ,pienso que el mal no exi sti ría nunca en elUniverso .

La comed i a de D . Francisco Pérez Echeverría , por ej emplo , esuna muestra efi cacísima de estas verdades . La idea madre—digamoslo así

,—fuede primera l ínea . El género esmagnífi co : la come

dia social , la comedia in tencionada , la comedia seria que busca unapasión cualquiera , un vicio determinado , y sin abultarlo n i hacer

de él una caricatura , estúdialo á conciencia , sin necesidad de recurrir á si tuaciones excepcionales como las que plantea el Sr . Echagaray , y sin sal i rse del cauce vulgar y l imi tado de loshechosdiarios .

Los dosprimeros actos de Lo que vale eltalen to , son reales , perfectamente reales .

Hay un conde del Ataj o,tipo de petulancia hueca y vaciedadso

nora , hombre de infl uj o y de dinero , nacido en pobres pañales;peroDios sabe por qué artes levantado hasta elpináculo del poder y la riqueza ;célebre en l a bol sa ,famosísimo en las cortes ,fuerte en la política

'

y candidato probable,segúnlavozde los partidos , para colarse en

el gabinete de gobierno por l a puerta en tornada de la primera crisis .

Escribe en losperiódicos,y sin embargo

,es incapaz de poner una

simple gaceti l l a perora en el Congreso , y sin embargo , á todos susamigos ín timos les consta que no puede decir cuatro palabras medianamente hi lvanadas ;eshombre de partido , y sin embargo , no en

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8 MANUEL GUTIERRRZ NÁJERA .

tiende un ápice de soc iología ni economía pol í tica ;de modo que , áfuerza de cin ismo y desvergiienza ,

el conde,delAtaj o , necio , igno

rante y todo,ha hecho para su fortuna propia , lo que sólo después

de l argos años invertidos en escribi r cuarti l l as y hoj ear librotes, 10gran hacer aquel los infel ices que recibieron ,

por castigo de los cielos ,una dosis másal ta de talen to y una porción más pequeña de charlatanería y descoco .

El conde no ten ía eviden temente in tel igencia para l legar á esasalturas cortesanas. Pero la i n tel igencia se alqui l a como un coche .

Nuestro hombre descubrió un grano de arena,que podía serle úti l ,

en elocéano desmesurado de la vida . Era un j oven provinciano ,

crédulo,ambicioso

, con esa noble ambición que esel tesoro de laj uven tud ; hábi l , i n tel igente , diestro en la pol ítica , necesi tado de unpedazo de pan que llevar á sus labios y un poco de gloria para calmar el hambre de su espíri tu . E l conde l iga la ex istencia desventurada de este pobre mozo

,á l a fastuosa vida suya . Le hace suse

cretario . ¿Se trata de pronunciar un discurso en l as cortes .

? Ahí estáValentín para hacerl o . Ahí está Valen tín para zurci r escri tos yfolletos, para contestar los ataques de partido ,

para reñi r batal las en

la prensa .

Eso sí : al día siguiente la prensa encomia el discurso ,el folleto ,

elescri to,el programa desu excelencia el conde del Ataj o . Ni una .

palabra para Valentín,elpobre héroe desconocido

,que ren ia bata

l lasformidables sin esperanza de lograr v ictori a, que iba amasando

con el sudor de su frente y el sudor de sus ideas el pedestal en quese alzaba orgul loso su poderoso dueño ! Pero Valen tín, ensusnoches

de vigil ias,cuando su mano convulsa por lafi ebre

,manej aba la plu

ma como el cabal lero de Sain t Georges manej aba suflorete , en lastreguas l igeras de ese combate diario ,

se decía : ayo haré la gloria ,

lafortuna ,la riqueza de este hombre ;toda su posición será obra mía ;

pero cuando el fi n l legue,cuando hayamos torcido el cabo de l as

tempestades , cuando este manequí á quien yo dirij o ,haya escalado

,

subiendo por mis hombros , l as al turas del poder , entonces ¡oh ! ¡sí !

yo de un golpe habré hecho mi carrera , no habrá más esclavitud n imásprofanación de m is ideas

,ni másvergonzante alquiler de mi

cerebro ;su agradecimiento me abri rá las puertas de las cortes , podre l legar , porfin, a ese palenque en donde pugnan los modernos

cides , y he de l ibrar descomunales batal l as , he de vencer como venzo .

ahora ;ahora que mi palabra escri ta , mi palabra nerviosa , mi pala

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 9

bra e locuente , mi palabra acerada sale como pesada y trabaj osamente de los labios del conde

,inhabilpara estas grandes luchas á

que me sien to vehementemente arrebatado !Y mien tras Valentín pensaba todo esto

,en l a superficie blanca y

tersa de l a hoj a de papel en que escribía,se perfi laba como ideal es

bozo , l afigura aristocráticamente bel la de Leonor . Leonor apuesto 51 que ya lo han presentido ustedes !— era la h ija del conde , unaniña delgada y enfermiza

,mudable y caprichosa

,como todas 6 cas i

todas las muj eres ricas ; una de esas muj eres camel ias que se desarrollan baj o elsolanémico de los salones y en mitad de una constante primavera de flores de trapo. ¡Si Dios hubiera decapi tado áEva , cuántas desgracias menos habría en l a vida humana !Fáci l es suponer que el espectador asi ste desde la primera escena

á una gran bancarrota de i lusiones . Valentín logra elevar al conde ;pero el conde no eleva a Valentín . Valentín ama á Leonor ; peroLeonor que no ama , como las camel ias no tienen perfume , se cansade una pueri l coquetería que puede comprometerla gravemente , y

renuncia sin pena a l cariño leal y desinteresado de aquel pobre loco .

Valent ín se ve herido en su ambición, que era todo su porven i r ;en

su amor que era toda su vida ;hasta en su mismo padre , pobre viej o

que trae de la dehesa ,lo único que suele no encontrarse en las ciu

dades : corazón . Todos reniegan de él ; l e abandonan como se abandona á un apestado ,

le arroj an de la casa , porque se ha atrevido álevantar los oj os hasta la heredera de aquel los m il lones;¡á é l , queha pasado tan tas horas de v igi l i a para obtener elaseguramiento deaquel la fortuna ;á él que sien te más nobleza en su corazón que l a

encerrada en loscomprados pergaminos de su amo ! Ruy Blas siempre esRuy Blas , y el hombre de corazón é i ntel igencia ,

cuando es

pobre , por más vuel tas que demos al asunto , no dej a n i dej ará deserlacayo .

Paralel a á la vida de Valentín,corre la vida de un imberbe primo

suyo , a quien é l protege y ampara con su ayuda . Es necio,es igno

rante , esatrevido ;por consecuencia lógica ,mien tras Valentín baj a

,

el primo sube ; cuando Valentín pierde la novia,el primose la gana ;

cuando aquél no recibe como recompensa mas que una administración de rentas en M inganilla ,

éste es nombrado gobernador de unaprovincia . Todavía más , hasta el tío Roque , ricacho provinciano áquien deben heredar los dos sobrinos

,está alpun to de no dej ar un

solo octavo á Valentín , para entregar todos sus caudale s á R icardo .

2

Page 9: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

Io MANUEL GUTIERREZ NÁJERA.

Pero Valentín—estad seguros de el l o !—va á vengarse . Va . ¡no !cuando no se ha nacido para víbora

,es imposible

,aunque se quiera

,

cumpl i r este avafar maravi l loso . Valentín renuncia á la venganza ,renuncia al porvenir

,renuncia á todo . En rigor de verdad

,aqu í de

bía conclui r el drama . Alguna escena más,y elpensamiento quedaba

bien redondo;el conde subiría al poder , Leonor olvidaría á Valentín

, R icardo saldría con elbastón de gobernador para provincias ,Valentín y su padre perecerían de hambre , y la moral— con permiso

sea dicho de D . Pedro Anton io de Alarcón—saldría preci samentede este contraste eternamente real y de esta real idad enteramentetriste .

Pero el autor no olvidó que era moral,y quiso terminar de otra

manera , falseando horriblemente loscaracteres . E l tío Roque legatoda su fortuna á Valent ín

,el conde essilbado en las cortes y si l

bado en la pol ítica,R icardo queda sin un sólomaravedí y hasta Leo

nor , la pequeñ ita Leonor , viene á ofrecer de nuevo su cariño en pagode una tregua amistosa

,otorgada a su padre el conde del Ataj o .

Valentín no hace la guerra al conde,pero tampoco se casa con Leo

nor . Del mal . _el menos . De manera que como el título de la comediaes Lo que vale eltalento , » y el resul tado esuna herencia inesperada , podemos perfectamente decir de esta manera : ¿cuánto vale el talento ? ¡Dos mil lones ! Sólo que esta reglafal la 6 debefal lar en todosaquel los que no tengan un tío Roque á prevención .

No cabe duda : esta comedia tiene dos actos de Emil io Augier yuno de uisMariano de Larra .

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N., r . JW Js'v—N v J—v ' _ u x W - VNA x r x Nf M NN'; w sx. JV 'xNNVx

V“ A N A x ¡ n lx ¡NN f/ g , ¡ V r 5 A A ; W M NI F A N “ ¡ A A P A HF M _ 'A ' *4 V W ' -'V ' ¡ VV 'V “

T EATR O D E O P E R ETA .

MR. GRAU , C O M ELLI,

“C A R M EN” Y LA G R EGO I R E .

Recuerdo haber leído en l aNaná un trozo de observacronfi nísima

y de natural ismo del icioso : es elprimer capítulo en quese habl a delteatro

,del empresario Bordenave

,de las coristas y losaccesorios .

Así esen verdad ,así es el teatro . Pasad el ancho pórtico delNa

cional,subid los cuatro 6 cinco escalones que os separan de l a sala ,

recorred los corredores,entrad luego al escenario y decidme después ,

con el estudio de Zola en la mano , si hay exageración ,menti ra ó

simple disimulo en ese croquis trazado sobre papel velz'

n con l ápizroj o

,por un hombre que hace retratos con la pluma

,como Daudet

hace paisaj es y como esculpía Gautier estatuas . Preciso es atenderpor de contado

,á l a enorme diferencia que hay entre los grandes cen

tros pari sienses y nuestra sociedad pobre y raquítica . Por eso mismohe puesto en parangón el mej or teatro de México con el teatro mez

quino ysegundón del empresario Bordenave . Habrá,si n duda , gran

des diferencias,pero lasl íneas principales son las mismas . La levita

varía deforma,está cortada por Dambourgésó mal zurcida por el

humilde remendón de algún portal ;pero el hombre que la l leva esel mismo .

Así es por lo común el empresario : un vividor, gotoso , gruñón ,

l leno de deudas,procaz y crudo en el hablar ;un Júpiter aglomera

dor de nubes que lanza rayos desde la contaduría ;un sultán de sietecol as , cuyo harem es el escenario y que , como elfamoso príncipe deHohenzóllern

,d ice á sus amadas : Tengo una pierna de plata ;¿quiere

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I2 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

usted arañarla ? Por lo común tamb1en ,a fuerza de pell i zcos y de

araños, elempresario se va quedando sin su pierna , y muere comoMiirger, comoHe'gésipe H . Moreau , como los grandes poetassoñadores : en el hospi tal … Losperiodistas tutean a l v iej o zorro que les envía bil letes para cadafunción y lospresenta con l as actrices más enboga . All í , tras la angosta rej a de la contaduría ,

muy más terrible

aún que l a rej i l la delconfesonario ,se forj a ese monstruo de cien ca

bezas y cien bocas que se l lama la opinión públ ica ;pero esas bocas

deformes no despiden fuego como losendriagosgigantescos queasombran á los chicuelos y niñeras en las grandes comedias de espectáculo ,

sino graciosos chorros de kananga que rocían y perfumaná la primadonna . Las actrices van a l l í á desgreñarse y a cobrar elsueldo . E l empresario preside

,como Júpi ter

,lastempestades : j ura

y blasfema como un carretero ó un gomoso,raj a la mesa afuerza de

golpearla con su bastón Poder ejecuíz'

w,y paga . cuando qu iere .

E l mej or d íase escapa la primera dama con elgalán ; sufre unalaringi ti s el barítono

,ó aporrean a l baj o : entonces salen á luz los

furores trágicos,l as cachiporras en tran en ejercicio , se impacienta

el públ ico ,có rrese el telón , y el empresario hace saber a los espec

tadores, por medio del único actor que ha retrocedido ante l a deserción , lafatal nueva : ¡Fug eíeVénercs/¡Vida inquieta ,

terrible y batalladora l a del empresario ! Algunos— los que son pruden tes como

U l ises ,—l l egan alfin al puerto , con un botí n que envidiarían lospiratas y los zapateros

,y enj ugan al l í su cuerpo mojado por el agua

pegaj osa de losmares . Esos se hanamarrado a l másti l del navío

para vencer la tentación de lassi renas

M . Grau pertenecesi otra esti rpe de empresarios : es el hombrehábi l que olfatea el di nero

,como los lebreles olfatean losj abal íes y

los cochinos olfatean las trufas : ha levantado el velo de Isi s y otrosmuchos velos . Sabe los manj ares que convienen al pal adar hastiadode los espectadores . Grau y Moreno han nacido para comprenderse .

Ambos dominan a esa diosa loca y ciega quese l lama la Fortunaambos conducen sinsacudimientosbruscos n i terribles choques eset i ro de cuarenta cabal los quese l l ama una compañía .

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 1 3

Entremos,si os parece

,en el Nacional . Doce pi ll uelos que venden

ceri l los y acaban por comérseloscuando tienen hambre , expendenen el pórtico bil letes á precios módicos . Esos pi l luelosforman la contaduría ambulante del teatro . Apenas l lega un carruaj e y los papáesdescienden gravemente pensando en el pagaré que va á cumpl i rse

y en el novio que todav i a no se presen ta , l os pi l luelos se agrupan yesperan con recóndi ta impaciencia la aparición del j oven intonso ,

que comercia con losbi l letes sobran tes de su palco para satisfacersus deudas de bi l lar y sus compromisos de canti na . E l los provee

,si cambio de unas cuan tas pesetas ó de un retrato de Mary Val lot .Seis 6 siete enamorados pasean por el vestíbulo ,

esperando l a bajade los bi lletes

, que obedecen á la eterna ley de la oferta y la demanda .

Miden el trecho que hay entre la cantina y la suci a barraca donde

venden dulces cuentan l as telarañas que t ienden su dorada red entre

las columnas,y leen quin i entas veces elprograma . Algunos

,y esto

pasa generalmen te los domingos,logran entrar cuando comienza el

tercer acto . ¡la hora aristocrática !Tras de la rej a aguardan con severo ademán losboleteros. S i el

novio pobre es poeta,cual idad i nheren te á la pobreza

,reci ta entre

dientes unas cuantas estrofas de Plaza,despilfarra su bi l i s en quej as

y declamacionescon tra la sociedad , y compara á los boleteros conlos eunucos que vigi lan elharem , ó con el cancerbero . ¡Qué mal or

ganizada está la sociedad ! Comelli , con un clavel en el oj al , descansa

en una si l l a desvencijada . Los miembros de la prensa vol an te le acosan con sus rei teradas peticiones :

¡Como lasgotasque en verano l l uevenCon elardor delsol

,nacen poetillas!

Comelli nose inmuta,expide pases

,admira la muchedumbre de

escri tores , más ó menos inéd itos , que hay en México , y bebe á grandes sorbos la cerveza de San Luis . Es el a tlas de la compañía .Nosostiene elmundo pero ha sosten ido á Amel ie Vazin . ¡esos

dos mundos ! Los ahuehuetes de Chapul tepec le l laman ¡companero ! Cuando M . Mauricio Grau necesite una étoz

'

lé Comelli la descolgaradel fi rmamento .

En la contaduría cae un chorro de pesos . Grau toma un baño deplata yse hace un traj e de bil letes . Losmozos , manej ando sus enormesbrochas

,untan de engrudo los cartelones, verdes , roj os y azu

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'

I4 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

les,de la próximafunción . Entremos en la sal a . Losabanicos de mar

filse abren y cierran armoniosamente . Lasluces del gas se reflej anen las pupi las negras 6 azules de lasdamas y en los cristales de losanteoj os . Hay muchos calvos en elpatio . ¡Oh ,

si l loviera acei te de

bel lotas Dosgomosos cantan si n música un diálogo delOl lendorf.

Hacefrío .

Sí ; pero anoche me apabullaron l a chistera .

¡Qué bien canta la tiple !

¡Los pavos fríosson del iciosos !La l inda mi tad de un mi llonario guiña los oj os á ese cabal lero

¡l a m i tad de un mi l lonario , es deci r , l a señora de quin ien tos mi l !Dos enamorados sostienen en elpalco de la i zquierda una conver

sación ,que no es precisamente la que escucharon las alondrasen el

balcón abierto de Julieta . Hab lan de losavisos del telón . La cabeza

Poz'

vre elseldeld irector de orquesta ,se destaca á l a al tura del piano .

Losbaj os duermen con l a quietud beatíñca de losescapados de presidi o

,y losbanquerosse han robado mucho . Los clarinetes riegan

el suelo,y el papel pautado

'se extiende sobre losatriles. La orquesta ,en este instante de reposo , se asemej a á l a redacción de La Lz

'

óeríaa'

an tes de que aparezca Telesforo .

Ya suena la campan i l la : va á correrse la cortina . Las cabezas cal

vas se descubren y si rven de reflectores . ¡Porque loshombres permanecen con el sombrero puesto durante losentreactos !¡L asún icas señoras que hay en el teatroson las actrices ! Yo lo

dudo mucho . La orquesta se pone en movim ien to . Los baj os gru

ñen,losclarinetes vuelven á sentir el áspero contacto de los labios

belfos,y el arco pasa sobre l as cuerdas del viol ín

,como la angulosa

mano de una viej a sobre la rubi a cabeza de su nietezuelo . Aproximanse las si l las a l antepecho de l os palcos y se oye el roce de l aseda . Va á empezar el acto .

Todos losanteoj os sefi j an en Mary Vallot , que aparece sobre unamesa en el escenario . Un j oyero avalúa sus alhaj as . E l l a sonríe .

como lasreinas en eltrono y lascirquerasen el trapecio .

Maugé ,un barítono muy apreciable y muy apreciado

,sale á es

cena . ¡Qué admirable esun francés en traj e de torero ! Juan deDios Reza ,

que se cree español porquenunca se ha visto en el espej o ,“ siente un movimiento de en tusiasmo . Los toreros franceses usanarracadas y se untan de cosmético el bigote . A esos toreros no aco

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 1 5

metería j amás eltoro . Les diría como á los soldados de Luis XVel

enemigo,en la batal la de Fontenoy

—Disparen ustedes primero .

¡Qué del iciosos traj es los de las gi tanas ! Asíse visten las muj eres de Circasia . Para un francés no hay másmundo civi l i zado queelque se divi sa desde la cúpula de los invál idos . España no tiene

para el los másque tresformas ún icas : el fra i le , el bandido ó elto

rerofLas señoras de l a corte española usan n avaja en la l iga y lospríncipes de la sangre clavan banderi l las en honor de sus dulcineas .No hay más que tres tipos de espanoles : Diego Corrientes , PepeHillo y el cura Merino . Para un francés

,la marsel lesa de los espa

ñoleses la j ota .

Durante el actose aquieta un tanto cuan to el movimiento de losgomosos en el escenario . Este escenario es el mismo que describió elnovel ista parisiense enNami . Losmismos cuartos sucios , losmismosai res colados

,l as mismas manchas vinosasen el terciopelo chafado

de los si l lones . Todo igual . Diez ó doce infel ices vestidas á la úl tima moda del Paraíso ,

tiemblan de frío apoyadas en losbastidores .

Los telones están viej os . Todo paisaj e escénico ,hasta el que repre

senta el<<Valle Chamounix» para Linda » es parecido aquí á la Selva

negra .

La ópera cómica másacabada que ha puesto en escena la compañía francesa es

,sin duda

,l a Carmen de Bizet .

Bizet,dice unfamoso crítico alemán fué yerno de Halevy

,y en la

música hij o adoptivo de Thomas,y gozo , como buen músico y de es

cuel a severa,de gran aprecio en la nueva escuela musicalfrancesa

,

que le daba el lugar preferen te como jefe de el la . Esta escu ela moderna

,precedida por l a de Auber , demuestra más genio y expedición

que original idad musical ; l a caracteri za la i ntención específi co—dramática

,la técn ica cuidadosa y á veces bri l lan te , el refinamiento en

el detal le ;aunque sería de desear que tuviera más sentimiento y novedad . Acercándose en parte al sen timenta l i smo de Gounod

,y en

parte a l gen io de A . Thomas , trata de unir estos elementos con el

método dramático de R . Wagner , hasta donde esto lesea accesibl e .

Obras como <<Carmen,tienen másméri tos que la música de operetas

calculadas ún icamente para elentreten imiento . La escuel a musicalfrancesa hace luci r aun talentos que no son de los más encumbradospor cierta perfección de l a forma : que estas óperas pueden animaré i nteresarnos , lo demuestra , entre otras , la Es una de las

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1 6 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

mej ores de la escuela auberiana ,y desde Mignon ( 1 866 ) ha sido

el triunfo másrenombrado de la ópera cómica , tanto que mientrasmás se ha repetido en París , más ha aumentado el círculo de sus

adictos .»

En la ópera cómica , quien ha sobresal ido hasta hov, después dePaol a Marié

,es Cecile Gregoi re ; tócale , pues , el turno en l a seri e

de retratos que estoy haciendo en estas crónicas .

La conocí en elrestaurant de Recamier,al d ía siguiente de su

l legada . Vestía un inmenso paletot de viaj e y devoraba un pedazoenorme de pastel . Lospolvos de arroz no habíansubstituido aúnal pegaj oso polvo del camino . En sus oídos debía sonar aún el ruído de la locomotora . Hacía una mañana hermosísima para vender

bri llantes,como dice un j oyero amigo mío . E l cielo , bien cubierto

con su espeso chaleco de franela,tosía asmáticamente , imitando el

estrépito del trueno . Mi paraguas,un mueble perfectamente imbe

ci l , descansaba en un rincón ,escurriendo con gravedad diplomática

elagua de los cielos . Mis boti nes conservaban una capa terciariade lodo . ¡Horror ! ¡Ya ha pasado un ano después de esto ! Recuerdoque á través de losvidrios empañados se fi l traba con t imidez unal uz amari l lenta , nada buena en verdad para comprar bri l lan tes n i

para ver muj eres . Sin embargo , yo que no suelo j uzgar la inteligencia de los hombres cuando acaban de comer

,n i la belleza de las ac

trices cuando acaban de l evantarse,pude si n riesgo aventurar esta

proposición : Ceci le Gregoire es la mujer másbel la de l a compañía .

No tiene esa hermosura teatral que puede contemplarse á ojo desnudo , siguiendo las pronunciadas curvas del busto escultural . Ceci le es una bel leza suave y del icada

, una mujer de porcel ana de Sévres, correcta como su voz y amable como su carácter . Perteneceá esa raza privi legiada de muj eres que compran flores para ponerselas en elcabel lo , y no cabel lo para ponérselo en las ñores .

Puede

exhibi rse á la curiosidad delpúbl ico , á la luz cruda de las tablasy álaluz de l a bomba deslustrada que alumbra lossecretos de su tocador :

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MANUEL GUT IERREZ NAJERA . I 7

su vida y su escuela de canto son irreprochables . ¿Por qué equivocación de su destino canta Ceci le elrepertorio de Offenbach

,en vez

de i n terpretar ún icamente la gran ópera cómicafrancesa ? Gregoireno tiene ciertamente ese talento de los bri ncos n i lasdislocacionesquearrancan tantos aplausos en la ópera bufa y en el c irco . La miradano parte de sus oj os con esa provocación resuelta é i n solen te que

hace baj ar los párpados de l a muj er honesta . Jamás la hemos visto,

n i aun cuando ha represen tado el papel pel igroso de la Bella Elena

,» en traj e de carta de confi anza

,esdecir

,sin cubierta . Laspesta

ñas negras ponen un velo de honestidad á sus miradas , y elescotediscreto de sus traj es

,nos prohibe deci rle lo que podíamos decir á

másde una corista .

—Se ha equivocado Ud . de puerta , elbaño está en la esquina .

Tales vi rtudes en semej an te si ti o,son raras

,como el talen to en el

periodismo y como la original idad en l a poesía .

“ Ceci le esuna de lasque han pasado á pie enj uto

,como losi srael i ta s

,ese mar roj o de

Borgona y de Carmín .

Un viaj ero que mucho se parecía á M . de la Pal isse,observó que

si no todas las conchas tenían perlas , casi todas lasperlasse encontraban en las conchas . Para lasmuj eres la conchase l lama el ma

trimon io! Ceci le Gregoi re es casada . Yo siempre temo entrar en el

cuarto de una actriz y ver de cerca lasdecoraciones . Soy algo conservador en pol í tica , en dinero y en i lusiones . Las muj eres de teatroson como esas serpien tes de Pharaónformadas por una débil ycaprichosa espi ral de humo : al menor contactose desvanecen . Porfortuna

,tratándose de la bel la Ceci le

,nose corre

,n i remotamente

,

ese peligro . Es una muj er que resi ste la prueba de la conversación.

Sus oj os pueden examinarse de cerca,siempre que los bomberos no

estén lej os . Me hielo de espanto y de pavor imaginando lo que ocurriría si Gregoi re contemplara con su mirada i ntensa un caj ón dedinamita .

Ceci le vive tranqui l a y sosegadamente,en compañía de Poyard ,

su marido , de la respetable Madame Poyard y de dospequeñuelascotorritas. Poyard esun corazón de oro asegurado de ladrones . Lasdos alegres cotorritasaprenden el francés interiormente , y pasan su existenci a mord iendo terrones de azúcar en la gra

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I8 MANUEL GUT IERREZ NÁJERA .

ciosa mano de Ceci le . Adentro , en grandes caj as ,se ad ivinan lostraj es de teatro . Madame Gregoi re tiene un admirable guardarro

pa . Si yo tuviera la aguj a de Valeria , escribiría con el l a una admirable crónica sobre esos traj es .

Por desgracia , cuando miro á Ceci le , no pienso en sus vestidos .

Su vozno es muy extensa , pero perfectamente afinada . Jamás asciende con esos gritos agudos que arrancan aplausos á los ignorantes

y desgarran eloído de los intel igentes . Es una vozcomo ella,hon

rada .

La biografía refi ere que Ceci le nac10 en Ital ia . Es una obra ital iana con pasta parisiense .

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20 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA.

Si c'est un malheureux mari ,

I l perd la femm'qui l

'importune !

Cesenvoyésdu parad isSont desmascottes, mesamis,Heureux celui que le ciel dote

D 'une mascotte !Buenafal ta hace á Vicente R iva Palacio une ]Wascolíe.

Bettina,la Lag a rdeu

'se de dz'na'ons— hay cosas que no pueden deci rse en castel lano ,—esune Mascotte. Lleva elbien á todas partes;su amose enriquece , sus amigos triunfan , su prometido logra lafelicidad : sólo el la permanece igual , con su basquiña rayada de azul ,su medi a roj a deshi lachada por el uso , su sombrero roto y el canasto

que cuelga eternamente de su brazo . Paula Marié hace una Bettina

perfectísima . Grandes mechones rubios se escapan en erizas ondasde su sombrero y caen desordenadamente cubriendo sus mej i llas y

sus oj os . Su boca se abre con cierta in solencia , mostrando la doble

hi lera de losdientes blancos , blancos , como el vell ón de loscorderos cuando salen

del baño . Es desgar_bada . Cuando anda

, pa

rece que va subiendo una escalera , echando el cuerpo hacía adelantey apoyándose confuerza en lostalones . Esos mechones rubios nohan sentido nunca los d ientes del peine , n i l as pastas perfumadas ,esos brazos

,casi rojos, han recibido lascarici as salvaj es del sol , las

mordeduras del“fr ío y la humedad de la l l uvia ;el agua clara de losríos l ava ese rostro que parece hecho confresas , y las bri sas durasde la montaña destrenzan en pequenos hi los de oro sus largas trenzas desal iñadas y divi nas .

Bettin a vive alegre , muy alegre ; los ecos repi ten su carcaj ada

rústica,y ell a

,correteando como una cierva por las veredas y las

rocas,vé con sus grandes ojos , casi estúpidos , l as alas de los paj a

rosque vuelan , l as ondas azules de losríos , lasflores y las nubes ,l as luciérnagas y lasestrel las . Bettina no es in tel igente n i esi diota .

Está en bruto. Para el la no hay n i puede haber más vida que la vidaabsorbente de la naturaleza . ¿Acaso hay seres quese ocupen de otracosa ? Bettina es un apeti to que devora grandes taj adas de pan y enor

meslonj as de j amón una boca que besa,pegándose reciamente á la

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 2I

mej i l la,con solapadas in tenciones de morder;una aldeana que co

me , corretea ,merienda

,duerme yse levanta dos horas an tes de que

raye elalba a la hora en que los luceros lanzan sus claridadesfríassobre la tierra y cacarean los gallos vigi lan tes en elcorral obscuro y

boruquiento . La paj a de losestablos se desprende en sus cabel losy en sus medias : ellodo de los campos va pegado en la dura suela

de sus grandes zapatones . Bettina no es pudorosa . Para pasar el

vado cenagoso ó saltar una charca ,se levanta la enagua hasta larodi l la . Si no hace frío

,desabotona su corpiño

,dej ando ver elseno

robusto y sonrosado . ¿Por qué no ?

Pero Bettina ignora absolutamente la virtud maravi l losa que po

see : no sabe que es Mascotte. Ay ! Las hadasson como los usureros , prestan siempre con duras cond iciones ; por ej emplo , Betti naperderá su poder mágico en cuan to p ierda su inocenci a , en cuanto

mañana hablaremos largamente de eso . Al fi n y alcabo,to

da muj er tiene algo de Mascotte. La i nocencia es su tesoro , essucapi tal , es su fortuna . No permitamos que el cristalse empane ,que la onda azulse rugue , que l a trémula gota de rocío prendidaen el botón de la camel ia

,caiga á la tierra yse convierta en lodo.

Pero ¿cómo ha podido la pastora conservarse tan pura y tan senci l laen esa prom iscua vida de los campos? Ninguno la ha enseñado ádefenderse . Su oído está muy cerca de la Naturaleza

,y oye siempre

sus voces elocuentes . Sus oj os— si n pensamiento n i mal icia—vencómose picotean las aves en el n ido y como se aman lasovej as enel campo . ¿Cómo ha podido conservarse pura ? Betti na no t iene la

ciencia de la vi rtud : tiene el instin to .

N'avancezpasou j'tape ,

Je n'aim'pascesjeux lá :

Et le premier qu'

j'attrape

Vrai , je ne vousd isqu'ca !Lá , franch 'ment á ma mine ,

Chacun de vouspeut la voir ,J'suispasd 'eell'squ'on luttineSansleur bon vouloir

,

Carj'suisBettina la rougeaude

Gare á vous! nom d'un jupon !

J'vousprometsqu'avant qu'on m'échaude

Y pass'ra d'l'eausousl'pont .

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22 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Bettina , sin embargo , tiene un novio; es Pippo , el rústico de

hercúlea musculación y reci a espalda . De una sola puñada mataun toro ; de un solo bocado devora un cuarto de cabrito . Ahí está

con su chaqueta roj a y su l anudo vel loci no terciado en la espalda

donairosamente. Esos amantes no se esconden n i buscan la obscuridad para besarse . Se aman al a i re , en plena luz , como sus aves ,como sus ovej as

,como todo lo que ama

,como todo lo que sien te en

esa gran naturaleza que lo ci rcunda y lo rodea con sus prestigios .

¡Qué roj a y cuán l lena de hierro debeser l a cal iente sangre de susvenas !

¡Bettina , Betti na ! oye los cuernos de caza ,cuya alegre sonata re “

piten ,escalonándose ,

los ecos : Halal i Halal i Ya viene, yase

acerca,ya ha l legado el noble y poderoso señor de la comarca ; el

príncipe gotoso á quien persigue y atenacea l a mala sombra . S i

hay una si l l a rota en la alquería , en el la i rá á sentarse elpríncipe ;si no queda más que un mastín rabioso en la comarca

,ese le mor

derá su augusta pierna ; si espera á que anochezca , para tener unaci ta de amor , baj o l os ti los , se acabarán lasnoches y el sol alumbrará constantemente el Un iverso . ¡Pobre Lorenzo XVI I I ! Es bonachón , grotesco y apacible . T iene una hij a novelera

,que se ena

morará de tu Pippo,y un futuro yerno

,almibarado ysietemesino

)

que se espanta como una colegial a . Sus cabel los están empomada

dos . Lo peina Micóló .

¡Bettina , Betti na ! ya el príncipe conoce la vi rtud milagrosa queposees ;va á l levarte consigo para conj urar l a mal a suerte ; te haceduquesa . ¡Adios , Betti na , adios !

Perdón señora : Va Ud . de mi brazo y no l a l levaré por el obscuro laberinto de las escenas que van asucederse en la <<Mascotte.

E l argumentose compl ica : la i nocenci a de Betti na es un capitalque se quiere conservar á toda costa , contra la voluntad de algunos personaj es interesados vivamente en su pérdida . E l asunto esde vidrio y puede romperse . Mej or es no tocarlo .

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MANUEL GUTIERREZ NAJ ERA . 23

Usted,señora

,busca en el teatro lasdulces sati sfacciones del oído ;

quiere embelesarse con las alegres notas que revolotean en el espa

cio .Oigamos

,pues

,ese precioso dúo del primer acto que huele á

tomi l lo húmedo,como las églogasde Garci lazo . Son las voces de

dos enamorados querellándose en el n ido . La armon ía es suave,melancól ica ; se oye el rumor de los grandes ramaj esagi tados porel viento; elrumiar de losbueyes á la hora de la siesta ; l os glou ,

glou de los pavos , y elbé , bé de l as ovej as .

El tema de este dúo travesea en toda la ópera , como una mariposaen medio de un salón orgiástico . Es la nota honrada .

¡La nota honrada ! Esa es la verdadera nota de la gran ópera cómica . Esossacudimientosepi lépticos que levantan la orquesta en

ciertos trozos ; esas c anciones de Cafe—Concert, que deben oírse conelcigarro en la boca y el sombrero puesto , pertenecen alrepertorio

de los bufos . E l autor de la ¡Waseoíte ha querido l i gar,alparecer

,

esos dosgéneros . La ópera cómica moderna , no esya la ópera cómica deHorald y de Auber . La risa—la risa honrada y sana—se haconvertido en mueca . Ese grotesco príncipe Laurent es un completopersonaj e de Offenbach . En su árbol genealógicofi guran el generalBum- Bum y el almiran te de la Vida Parisiense . Menelao

, elbaron

Grog y Barba Azul . La música de la Mascotte, salvo algunos trozos ,como el dúo del primer acto

,no se escucha

,se bai la .

Yo veía al barítono, M . Dangon ,que es un arti sta en toda la ex

tensión de la pal abra , luchando con la partitura , no como Jacob conel ángel , si no como Jacob con un mosquito ; incuestionablemente esano essu esfera . En elestrecho círculo de esa obra

,D angonse ahoga

,

como una águil a presa en lasredes de una j aula angosta donde nopuede n i extender sus alas . Su repertorio debe ser el de la músicafrancesa , no elde la música B ouleva rdí2re y parisiense .

Mlle . Lentz , que desempeñaba el ant ipático papel de la pri ncesa ,no ha gustado alpúbl ico

,encore une éíoz

'

le quejile, j ile,file, eí dis

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24 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

B laze de Bury decía que la música bufa no es la música del templo ,

n i la música delhogar , n i la música delteatro;es la música de

la calle . ¡Ay ,es verdad ! Pero la calle es como el centro de la vida

moderna . Allí v ivimos todos ; al l í pensamos .

Hace pocas noches pasaba yo l a velada de reyes en un hermoso ho

tel ari stocrático . La gran rosca de sabrosa harina se destacaba sobre

el man tel muy l impio y blanco ; aquel la era la fi esta de famil i a ;lalámpara de gas arroj aba su luz sobre la mesa ;cuatro amigos de con

fi anza hablábamos de paseos y d iversiones ; los n iños no , los

n1nosestaban acostados ya desde temprano .

E l v ino ardía en las copas de Bohemi a , y lospescados mostrabansu carne blanca en losplatones ! Cómo gozamos , cómo reímos esanoche ! ¡Son tan sabrosas esasfi estas defami l ia ! Los n iños , esa alegría ,

ese perfume de la casa ,estaban no , ya estaban acostados .

La lámpara— de gas— hacía resal tar maravi l losamente el rico traj eazul de la señora . Bien mirado

,era mej or que losn iños estuvieran

ya dormidos,así hablamos mej or , con más confi anza , de los aman

tesde de l a querida deH ¿quiénse podrá acordar de loque hablamos? Terminada la cena

,se part ió el pastel . E l haba

no , no ten ía haba la muñeca de porcelana china le tocó á unamigo . Eso l e obl i ga dar un baile . ¡Pobre chico ! quiere guardar l as

apariencias y se presen ta en todas partes como un potentado ; peroestoy seguro de que ese bai le va á costarle l a honra !D ada ya la media noche

,sal í de aquel lafi esta defamil ia . Losva

pores del vino ten ían aletargado mi cerebro . Por la portezuela delcoupé—nu coupé perfecto

,capitoneado ,

propio para dospersonas defamil i a—veía pasar á algunas gen tes . Yo cerré los oj os . Ví de nuevo aquel l a casa humilde y escondida

,con su verde zaguan y torcida

e scalera . Dí dosaldabonazosUn coro de alegres risas recibiómeadentro . Muchas cabezas rubias se apiñaban en torno de la mesa .

All í estaba sen tada la abuel ita,con su coña blanca

,muy blanca

,casi

tan blanca como sus canas . El papá,con el l ustroso cuchi l lo de la

mesa en la mano , dividía el pastel en partes igua les .

—Faba, domine.

Para quién—Para el buen D ios .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 25

—Faba ,domine. ¿Para quién ?

—Para los h ij os delbuen D ios , para los pobres .

Todas las caras se volvieron halagiieñasa l rincón donde yo estaba . Yo era el pobre , el humilde , el menesteroso . A mí me había tocado el haba . Yo era el rey ! Los niños me cercaron con sus brazos

,

gritándome ¡ave ! ¡ave ! Y yo elegí la reina : era una j oven bel la como

un sol . Bai lé con el la ;me dieron elprimer asiento de la mesa

¡yo era el rey ! Mis oj osse henchían de lágrimasA poco rato

Un sal to del eau/Jeme hizo despertar. Losvapores delvino—um

vino defami l ia,Champagne R

'

ó ederer,—tenían alertargado mi cere

bro . Eltabacose había apagado en tre mis labios . ¿Será verdad queEnrique es el amante de María ? ¡Qué hermosasson l asfi estas defami lia !

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28 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

los gal los viej osse mezclaba al grazn ido de laslechuzas y al c uáeuá de los patos . Yo pensaba en eldi luv io . Si esa era la tranquili

dad del arca,hubiera preferido ahogarme con lospecadores

,áso

brevivir en compañía de l afami l ia j usta y de losanimales .

Bablot estaba en su quinto apocalypsis, extasiado en la butaca como San Juan en Patmos . Un personaj e público roncaba junto á mí .No sé si ese ronquido también formaba parte de la orquesta . Cada

vez que mugían loscl arinetes parecía que hablaba Galza . Las flautas ten ían catarro y losviol i nes padecían retortijonesde estómago .

La orquesta tenía cól ico . Yo recordaba en ese instan te las congojasy angustias de una noche pasada en Tula . La alcoba que me habíandispuesto

,ten ía una ventana con vista al corral . Apenas me había

tend ido perezosamente en una cama apol i l l ada,cuando un mosco

de esos quese parecen á losperiódicos de oposición ,empezó á zum

bar . Me levanto,enristro un botín

,y ¡Zás! lo l anzo á la ven tana en

cuyo vidrio estaba descansando elmosco . El an imal voló ; en cambio elvidrio se hi zo añ icos . Cuatro perros hambrientos aul laban enl a puerta y doce gri llos gemían en lasconcavidades de l a piedra .

Un endiantrado olor de droguería escapábase por los tablones mal

un idos de un armario chapeteado . Descerrajé elarmar io ; aden troestaba un botiquín con pornos de cloruro

,acei te de bacalao

,esencia

de copaiba y trementina . Arroj é el botiquín por l a ventana y vol

ví á acostarme . Eran l as cuatro de la madrugada . E l gal lo que había ol ido la mañana como huele un lerd ista losbanquetes

,rasgó el

ai re con su agudo guz'

quíríguz'

. Estaba en voz . Creo que empezó á

cantar el credo de Pol iu to .» Las gal l i nas se despertaron y siguió

elconcierto . En un pan tano las ranas empezaron á cantar también ,

pidiendo rey . A poco andar,el tiempo

, por supuesto , se escuchó ungran bul l ic io en el corral . Mi huésped en traba armado de una cu

ch il l a tan afi lada como la de Saturno : iba á matar un cerdo . E l an imal sal ió pesadamente como un senador al terminarse la sesión . Los

verdugos se le echaron encima y empezó elcombate . De aquel ho

cico pétreo sal ían gruñidos de coraje y estornudos de dolor . Aquel lono era voz

,era un ronquido elevado al cubo . Los verdugos l anzaban

unos votos redondos y sonoros . ¡Qué agon ía ! Cuando el mayoralde la d i ligenci a tocó á l a puerta de mi alcoba para anunciarme lahora de la marcha

,yo estaba casi muerto .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 29

Mientras yo recordaba esa vigi l i a toledana , Bablot recorría con

su imaginación un álbum de den tista .

Aquellas notas agrias y desapacibles despertaban en su fantasíaá la bel la durmiente y á los misteriosos paladines habi tan tes de loscasti l los encantados . Es l a media noche . Una l una descolorida yfl aca pasea su anemi a por elcielo

,como esas j óvenes cloró ticasque

hacen ej ercicio en la Alameda . Estamos en Noviembre— elmesdel as apariciones ;—sobre esa doble franj a que t iende el encinar j untoá la roca

,se levan ta un casti l lo . Los torreones cubiertos dominan

todo el val le . Las ventanas están cerradas . Sobre la torre delhomenaj e se destaca una centinel a vestida de h ierro .

¡Dios guarde al noble burgrave que duerme al l í en la sala de sus

mayores,tendida de damasco y terciopelo ! Un caballero errante

,el

cabal lero de lassiete estrel las,viene á galope por el enci nar . Le si

guesu escudero . Los rayos de la l una se reflej an en su bruñida coraza

,en cuyo centro hay siete estrel las de oro

,y pugnan por descu

brir su i ncógn ita fi sonomía,ñltrándose por lasrej as mal unidas de

l a enorme Visera . D etiénese elgalán,echa pie á tierra ,

su escuderotiene del diestro el cabal lo

,cuya anca

,negra como la noche

,bri l la

con la tersura de la seda ;la espada larga delginete choca con laarmadura ¡Dios guarde al cabal lero de las siete estrel las ! Derrepente se oyen los suaves acordes de una l i ra : la voz del rondador

preludia una canción romántica y sombría ;se abre cautelosamenteuna de l as ven tanas delcasti l lo y aparece en ella el rostro encantador

de una muj er : cae la escala de seda azul , y por el l a trepa á sal tos e lmancebo

,l lega al balcón

,dosbrazos bl ancos y desnudos cmen su

cuel lo robusto,núblase l a luna , y el escudero queda abaj o inmóvi l ,

baj o lafronda delencinar , envuel to en su capota , con el cabal lo deldiestro y la li ra á sus plan tas en el suelo .

Cuando acabó el concierto, yo pensaba en los bruscossacudimien

tos de la di l igencia ; Bablot veía al cabal lero de las siete estrel las ,baj ando

,al primer canto de l a alondra , por la escala de seda azul

y broches de oro ,

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30 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

¡Música sabia ! Este absurdo maridaj e de palabras cr ispa misnervios . La música esun artefemenino , y ,

como la mujer,sólo tie

ne necesidad de ser hermosa . No me hableisde esas controversiasfi losóficas , expresadas por medio del contrapunto ; al fi n y al cabonadie las entiende . Donde uno encuentra ellenguaj e delamor .pla

tón ico,puede otro hal lar las crispacionesy desmayos del amorsen

sual . No vayamos á tener música doctoral y pedagoga , como yatenemos el drama trascendente y lafi nal idad dramática . La c ienci a

esla hormiga de Fontaine , que trabaj a afanosa todo eldía ,y elar

te es la cigarra que canta l ibremente . ¿Quié n sabe si la cigarra ten

ga al fin razón ?

La cigarra Yo pensaba noches pasadas en esa i nfatigablesoñadora

,mirando á Concha Méndez en e l escenario de un teatro se

gundón ,pobre y humilde . Esa cigarra ya está en el invierno . ¡Cómo

vuel an los anos ! También para Concha hubo un si tio de Querétaroy un Cerro de las Campanas ! Su gloria nació con la época bri l lan te

delImperio . Entonces había aún concurrencia en losteatros . La Pe

ral ta cantaba Con Tombessi , y Concha Méndez en tusi asmaba alpúbl ico en la Isl a de San Balandrán .

» Se iba al Vaudevi l le . Matarepresentaba losPavos Reales

,» la Levi ta y << Bienaventurados

los que l loran .» Era la época de l a Paloma . Cada vez que Concha

Méndez aparecía en las tablas , era saludada por una triple salva de

aplausos . Los habi tuados de l as butacas laterales volvían la espal

da al públ ico para verla mej or . Los viej os verdes lirnpiaban sus ah

teojos. Los pol losse ponían de punti l las .

Era aquel un desenfreno de entusiasmo . La Cola delDiablo »

y la Isla de San Balandran formaban elmenú teatral de todas

las semanas . Reinaba Maximi l iano en el Palac io,y S . M . Concha

Méndez en el teatro .

La polka de l asmoneditasde la Cola del Diablo hacíafuror entrela gente curiosa . La letra de esa canción está en un drama admira

ble de Theodore Barriere , en Les Fi l les de Martre .» Loscomposi

toresespañoles no hicieron másque un plagio . La canciónse …vió

precisada á mudar de domici l io . Pasó de un palacio á una cabaña .

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MANUEL GUTIERREZNAJERA. 3 1

Noches pasadas veía yo á Concha Méndez en las tablas , repre

sentando con Segarra un sainete imposible . Ya no canta la Palo

ma .» La canción ha huído ,

quién sabe si para siempre , de nosotros .

Es una abej a de oro que voló á l a colmena . Como todas las grandezasde este mundo

,tuvo su infancia , su viri l idad , su decadencia y su

ruina . La pol íticafué su perdición . Mientras cantó lasfl ores,elamor

y la muj er,vivió honesta

,fel i z y recatada . Eran lascanciones que

aprendieron nuestras madres . Después vino elperíodo de efervescencia para el la .

Era la época de losCang rejos. Ya está cerca l a Mamá Ca rlota . Y

entonces la canción,greñuda y harapienta

,arrastraba su man to lle

no de desgarronespor el suelo . Ya no era l a canción del campo,n i la

canción del hogar,n i la canción delteatro ;era la canción de la cal le .

Hoy no cantamos ni oímos cantar másque ari as,dúos ó concer

tantes de ópera . La canción franca y senci l la de otros tiempos esuna extranj era entre nosotros . Ni los pi l luelos cal lej eros entonan

esas viej as canciones populares . Su repertorio esun gran… repertorio zarzuelesco . Duran te elrei nado de Amalia Gómez y de Pollo

,se cantaba en lascalles la música i nsolente de la Gran Duquesa .»

Vino después la Fil le Angot y Lecocq destronó á Offembach . Los

organ i l los aturdían los oídos con el coro de losconspiradores y laFricasse .

» ¡He ahí Les cloches de Cornevi l le ! no puede andarseun paso sin oír el

Sonnez , sonnez , sonnez ,Sonnez

,cari l lons

,

Sonnez,sonnez

,sonnez ,

Di,di

,di

,di

,don

¡Paso á la Reina Indigo !» Alfredo Chavero traduce ell ibretoyla música se populari za grandemente en poco tiempo . LasondasdelDanuvio» i nundan nuestras cal les . Nuestras noches son lasMily una noches .

» ¡Qué lej os estamos ya de la canción terrible ó bonachona de otros tiempos ! Hoy suena , si n rival , en nuestras cal les ,eldelic ioso wals de la Mascota .

»

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LO S E N SAYOS .

M . MAURIC IO GRAU

T iene el honor de supl icar á Ud . , que honre con su asi stenci a lossolemnes funerales

,dispuestos en honor de la ópera francesa . El

duelo se despide en el teatro . ¡Rogad á D ios por eldescanso desuscuerpos !Guardé la invitacron en los bolsi l los de mifaltriquera y encaminé

mis pasos al teatro . E l pórtico estaba á obscuras . Dos boleteros dormitaban á la en trada , y dos lámparas de petróleo servían para distinguirmej or la obscuridad . En los corredores no había luz alguna .

Yo hice lo que Bismarck habría hecho en caso semej an te : encendíun ceri llo . Entré en el teatro

,me senté en una butaca j unto á l a or

questa,y me dispuse á oír lasfáci les armon ías dejour elNaz't. E l en

sayo de una ópera es siempre curioso .

Las muj eres y las comedias deben verse desde lej os .Nome acuerdo quién— debe de haber sido un sabio dij o que nohay hombre grande para su ayuda de cámara . César en bata y hastasi n bata

,era un hombre perfectamente insoportabl e . Sócrates sol ía

tener sus debi l idades . A éste le pegaba su muj er . Ese era sucio como las cal les de Venecia . Aquel se teñ ía elpelo . E l de aquí

,un gran

orador,vivía baj o el dominio de su suegra . E l de acá

,un guerrero

insigne , temblaba cuandoveía un ratón all ado suyo . E l demásal l á,

un poeta cristi ano,un trovador genti l enamorado delideal y la be

l leza,no creía en Dios n i en el di ablo , n i en el amor n i en nada . Cada

uno de esos seres novelescos que nosotros imaginamos en nuestra

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34 MANUEL GUTIERREZNAJERA.

fantasía , y á quienes atribuímos las más raras y exóticas v irtudes ,t iene su ración de pequeñeces y debi l idades

,como cualquier hij o de

vecino : estornuda , tose ,se suena estrep itosamente , t iene d ientespostizos

,huele mal. Vaya Ud . á saber si baj o la capa de un

Pablo 6 de un Romeo , se esconde un D . Hermógenes á carta cabal ,ó un pacífi co bosteza retirado delcomercio ! Para conservar lasi lusiones esnecesar io que nos alej emos de los "

ídolos . Si entramos en

lossecretos de l a Pi ton isa y queremos levantar el velo de Isis , adiosmenti ra ! adios engaño ! Lector , yo sé lo que l e d igo á Ud . : no mire

nunca lascomedias entre bastidores .

E l teatro estaba á media paga,quiero deci r

,estaba cas i á obscu

ras . Si viera Ud . qué feo esun teatro á obscuras ! La l uz es lasoberan a de las magas . Desde l a luz delsolque nosengana con loscolores

,esa superchería de losoj os , hasta la l uz delgas , ese otrosolde invención humana , que noshace morim os por l as bai l arinas ,

no hay luz n inguna que nosea una suprema embaucadora Parece

menti ra ;pero paraver más claro , t iene uno que estar entre dosluces.La luz es el error , esla menti ra , pero ¡es tan agradable la menti ra !Yo odio la verdad debe serfea la prueba es que siempre anda escoudida . En cambio la men tira y el engaño andan siempre de braceroy á la luz plena . Pocose me da que l as mujeres no sean bel las , si á

mí me lo parecen . Argensola decía que ese cielo azul que todos vemos

,n i escielo ni es azul ! Yo digo que esos rostros sonrosadosy

l indos que nos traen locos con sus guiños,noson l indos n isonro

sados . Mas ¿qué importa ? La luz , esa suprema embaucadora , nospinta todo de color de rosa

,y mientras haya luz

,somosfel ices . ¡No

apagueis la vel a !

E l telón estaba alzado , y en elforose movían nerviosamente losactoresPaola Marié vestía un enorme paletot color de almendra

,aboto

nado hasta la garganta . Cecile Gregoire se había cubierto el cuel locon una gran bufand a . Merle , i racundo como Júpiter ,se agitaba ámanera de una pi ton isa , en l a desvencijada si lla de madera . Du

plán ,con sus inmensos pantalones y su desgarbadopet—eu

ten ía lafacha de un rubicundo cervecero berl inés . LaVal lot estabasucia

,con los r izos despeinados y lasmedias floj as . Sólo Henriot

permanecía impasible , como un páj arofi lósofo , leyendo en al ta vozalgunas escenas y corrigiendo las pal abrasmaldichas por loscomedian tes . Las cori stas bostezaban mecánicamente

,escond iendo sus

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36 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

y se queda tanfresco Aquí me transformo en diablo , yse quedalo mismo !— Que salga un diablo y me arranque la cola , y sale ungandul con elsombrero roto , y pasa la mano por losfaldones delactor .

— Pero hombre, ¿qué sucede con esa pierna ?— Y un mozo encar

gado demover la pierna del gigante ,contesta con un sonoro ron

quido . Los espíri tus delai re ! ¿En dónde se. han metido losesp iri tus del ai re ?— ¡Que no platiquen las niñascon los endriagos!S i lfi de

,hágame usted favor de sol tar á ese chicuelo . ¿Le está

dando el pecho ? Pues ahora la necesi to para el grupo fi nal : suel teusted elmuchacho y que le dé de mamar aquel la otra n infa que estáal l í

.

—¡Y esos condenados ángeles que no vienen !— ¡Vamos ,adentro losportapala nquines! . pero , por Dios , coj an elpalan

qu in con un pañuelo : ¿no ven ustedes que se está manchando con

elcontacto de esas manos sucias ? Que salgan ahora lospáj arosazules ! ¿Por qué no viene aquel ? ¿por quése está remendando lospantalones ? ¡Yo l e remendará l as cost i l l as Hola

,ninfas delapo

téosis, á la escena ! (Lasn infas delapotéosisse han qui tado lasmedias para rel lenarlas de algodón y , por consigu ien te no salen á la

escena . )

¡Ah ! Si soi s vosotros de esos espectadores crédulos que imaginan

lo que miran en el teatro como real y verdadero ; s i no queré is perder

lasi lusiones , no vayái s á los ensayos del teatro . Yo que,aunque jo

ven, ya voy siendo viej o ,

he visto ya muchísimos ensayo s , unos en

elteatro ;otros , losmás desconsoladores , en el mundo . Las cosas quese miran en tre bastidores son muy tristes .

Aquel orador que tanto apl auden , habl a muyfuerte en los ensayos ;mas no tanto que sofoque la voz chi l lona delapun te que l e dicepausadamente su discurso . Aquel poeta i n signe

,j amás ha hecho un

verso . Ese hombre honrado esqui lma honradamente al prój imosinque nadie se entere de el lo

,y roba á manos l lenas cuando alguna

ocasión se le presenta . ¡Qué hermosa esesa muj er ! ¡Mentira ! Yola he visto en el ensayo general del tocador , con el cútis aj ado , losl abios amari l los , en l a cabeza un mechón de pelo grande como lapalma de la mano , y en la boca una doble hi lera de dientes posti zos .

Pero l legada la hora de la representación,cada cual toma su papel

en serio . Viene el oropel , l a l uz , los ángeles de talco , la pintura ;h ayhombres honrados , generales val ien tes , muj eres honestas , pol ít icosi nsignes , grandes escri tores Pero yo , que he estado acechando

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA … 37

dentro de bastidores , ríosocarronamente como Rabelais : ¡nome en

gañáis, por vida mía !Ya sé que ese coro de vírgenes suele ser una agrupación de bus

concillas; que esas aéreas n infas , n i son aéreas , nison n infas ; queaquel ej érci to de guerreros es un ej érci to de sacristanes ;que el ge

nera l á quien l levan en triunfo sobre áureo palanquín nose ha batido nunca ; que ese hombre honrado l leva l lenos losbolsi l los con el

dinero de losdemás ;que ese pol ítico es un mandria ;ese escri tor unignorante . Soy de confi anza

,conozco todos los secretos , he visto

los resortes de la maquinaria ;no podéis engañarme , porque h e asis

t ido á los ensayos .

Al lí un galán de buenafe habla de amores á una l inda polluelade veinte años . La niña baj a los oj os . ¡Tonto ! ¡Pues nose ha creídoque los baj a de vergii enza ! ¡Y no vé que le está mirando los bolsil los ! Fid ias había esculpido esas tres estatuas . Eran lastres graciasy representaban á l as tres muj eres máshermosas que había enAtenas : una era Lais . la otra Aspasia , la última Urinea . Aquel las tresestatuas habían s ido esculpidas por orden deAlcibíades. Cada ma

nanaIbaAlcibíadesal tal ler deFidias para exigi rle que le entregaralas estatuas : cada mañana Fidias daba una excusa nueva á Alcibíades. Y es que Fid ias amaba con el a lma sus estatuas: eran carnede su carne

,sangre de su sangre y alma de su alma . Difería elmo

mento inevi table de separación,ya que no le era dado quedarse con

sus estatuas toda la vida . La venta estaba hecha . Alcibíadeshabíadado el dinero

,ya no había remedio . PeroFid ias amaba sus estatuas

y les decía : No ,no sois vosotras de mármol n i de piedra

,sois muj e

res,y os amo . ¡Oh;sí , ! ¡Trabaj o de mis días , sueño sin reposo de mis

noches ! Ya no trabajará más , romperá mi cincel , porque vosotrassois m is obras maestras

, yporque yo he dej ado mi genio adormecido

para siempre en cada pl iegue de vuestros trajes blancos,en cadalínea

de vuestros rostros pál idos ! ¡Vivid ! ¡Amad ! ¡Pertenecedme como

yo ospertenezco ! ¡No ,no os comprarán

,no pueden compraros

,

creaciones del artista , porque nose compra el genio , no se compra elamor !

Pero Alcibíades reclamó con laj usticia su derecho . Las estatuasiban á ser arrebatadas al artista que lasdefendía . Mas Diógenes

,

sal iendo de su tonel,l i n terna en mano , quiso mediar en la cuestión ,

y dirigiéndose á l as estatuas,dij o : <<Que el las sean l as que digan si

quieren i r con Alcibíadesó quedar con Fi dias consul temos su vo

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38 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

luntad . »—Todos rieron de esta gran locura . Diógenes

,impasible

,

dij o á l as estatuas — Fidias es pobre : ¿queréis quedaros con aquel áquien debeis la gloria y la inmortal idad ?—Las estatuas permanecie

ronfrías y mudas—Diógenes prosiguió : Alcibíadeses rico : tieneél solo más que todos los reyes del Asia j untos ;¿queréis i ros con él ?—Lasestatuas i ncl inaron la cabeza . Eran estatuas ;pero alfin ¡eranmuj eres !

¡Ah ! ¡S i no queréis perder vuestras i lusiones , no miréis entre bas

tidoresn i ensayos ! La verdad es amarga y la ment i ra dulce . Haymuchos ángeles queson unos pi l luelos , y muchos demon ios que parecen peor de lo queson .

E l ensayo termina,y dos 6 tres gomosos i nvi tan á las coristas

menos repugnantes á tomar un buen plato de cangrej os y cuatro 6

ci nco copas de Champagne ! ¡Pobres Tenorios ! ¡Cuánta l ástima me

i n spiran !Se va el amor

,el viej o amor

,que no se compraba con un puñado

de oro . Hoy en torno de la mesa,después de una comida entre am i

gos por compromiso , á la hora del Champagne , nose habl a ya delosoj os de Clara n i de la sonrisa de Magdalena, hablamos de lasostras legítimas

,del¡>a íá defoz'sg ras, de los higos de Esmirna .

Nuestros amoresson unos amores raquíticos,entecos, viej os y

gotosos,que se arropan en sus chalecos de franel a para evi tar un

constipado,hunden sus manos en losguantes afelpados

,andan pesadamente

,como si padecieran del reuma

,y tienen esa mirada yerta

,

vidriosa y apagada que t iene elsolde Londres . ¿En dónde está laMussete

,de oj os negros y lácteos dientes que sabía mostrar tan bien

cuando reía ? Nuestras bacantes,cloró ticasé hipocondriacas , incul

can de no sé qué virusponzoñoso á sus amantes . ¡Ay ! y el primer

amor es como la mancha de Macbeth : pasan losaños ; pero no loborran . Así , de esas caricias que pon ían an tes la alegría en elalma ,sólo resulta unspleen

,compl icado con el tedio que persigue al hom

bre desde losbrazos de su primera novia hasta el regazo de su querida últ ima : la muerte .

Yo veo con l ágrimas á esos viej os restaurados que l lamamos j6

venes,l l amando alcorazón de la mujer con campana del bolsi l lo . ¿De

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 39

qué les si rve esa gran mil lonaria que se l lama j uventud , si compran

el amor,n i másn i menos , que el v iej o l ibidinoso , áfuerza de mone

da ? ¡Fz'

done ! Elamor no se compra ,se conquista .

La Venus que yo amé ten ía ceñ ida estrechamente su coraza , y erapreciso desatar uno por uno los l istones . La Venus de nuestros Lovelacesde cantina ha suprimido elcorsé , como una prenda inúti l yestorbosa .

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o :vo nqo ns

Ya estaba sufi cientemente preparado para asisti r á una comediade Sardou . Había pasado la tarde y una parte de la noche entreten iendo la imaginación con la lectura de diez novelas parisienses .

En una se trata de cierto esposo muy honrado y de cierta muj erque tiene todos losvicios

,inclusive el de muj er legítima . E l marido

hall a al amante en la habi tación—hotel de su señora . ¿Qué ha idoá hacer? Poca cosa : á sufri r una apoplegíafulm inante en el tálamo conyugal . Pasado este lígerísimo accidente , losdosi rán al campo ,

y el amante matará almarido . Esto es preciso . En otra narra

ción aparece una hij a casi espartana,que pasa las n oches fuera de

la casa paterna,con elhonestofi n de ganar la subsi stencia de su

padre . Estose l lama como cierta comedia de Pantaleón ºTovar : <<Una

deshonra subl ime .» La protagon ista se va al cielo . No se sabe si el

amante— que era elque pagaba—gana la glori a eterna ó el i nfi erno .

Semej antes lecturas habíanme preparado un tanto cuan to á en

tender lasfi cciones de esa l i teratura que vive de la paradoj a ,y que

busca las si tuaciones escabrosas con elmismo afán con que loscerdos buscan las trufas . Esa no es , propiamente hablando , la l i teraturafrancesa

,n i siquiera la l i teratura parisiense; esl a l i teratura de

losboulevards , que están eternamente l lenos de muj eres más6 menos públ icas y de maridos másó menos engañados E l poeta se rebaj a hasta hacer losofi cios del histrión : no crea , no inventa , nofustiga ;divierte , escandalizay tiende luego su sombrero para recibi r las

6

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42 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

monedas que le arroj an . Esta l i teratura está organi zada como laprosti tución . Tiene sus órganos en la prensa

,innúmerosrepresen

tantes en l a novela ,de apóstoles propagandistas en el teatro . D iríase

que las cal les de París vienen ya estrechas , no solamente á la circula

ción de losómnibus , de loscarruaj es y de los transeuntes , sino también á la ci rculación de las ideas

,y que éstas arroj adas de la vía

públ ica ,se abrigan en losalbañales y en loscanos , en esas atarj easi ncomparables que si rvieron de refugio á losfrenéticos de la comuna .

En París , hasta loscañosson confortables . Inúndalosl a luz , conserva elfango en el los una temperatura del iciosa

,y los curiosos que

navegan en barca por las atarj eas , pueden organ i zar la cacería deratas , y hasta hacer idi l ios . Lossacerdotes de esta l i teratura afrodisiaca deben ser eunucos . Pandurusde Troya no l es igualaría encin ismo . Queréisformaros una idea aproximada de sus obras ? Puesentrad en l a alcoba de una actri z ya viej a , cuando se esté vistiendo

para la comedia . Un humoso quinqué i lumina el cuarto; sobre elcanapé de terciopelo chafado y en los respaldos de las si l las , pendenó descansan las enaguas sucias y los bot ines que todavía conservan

el lodo pegaj oso de la cal le . Encima de lostablones mal un idos , quehacen veces de tocador

,están lospornos de esencias caseras

,losbo

tesde coloretes , los cosméticos rancios y los peines . La actriz abre

su boca desdentada para saludaros; cubre un poco sus hombros angulosos , quese arrugan como lospergaminos de un notario , y mientras al iña sus erizas crines pardas

, que dej a desprendidas entre los

dientes del peine , y viste el traj e aparatoso que ha de luci r en la comedia , oshabl a de sus triunfos pasados , de sus amantes y sus benefi ciosLeed después un l ibro pornográfi co

,de esos que diariamente

salen de las prensas parisienses,y sen tiréi s porfuerza el mismo sen

timiento repulsivo provocado por el olor de las pomadas rancias,

por la vista de las enaguas remendadas y por l a vozgangosa de una

viej a veterana , que guarda aún la parte repugnan te del vicio , la procacidad

, l a desenvoltura y la insolencia , sin tener el encanto de lasangre fresca n i la disculpa de una cara hermosa .

Elcarro que recoge diariamente l a basura,suele l levar en tre las

hoj as de col y las cáscaras de nabo,algunas páginas de la cartera

de un poeta , ó alguna l ibranza no cumpl ida aún .

En esa l i teratura hay también páginas dedicadas y hoj as exquisi tas . Pero esa verba y esa gracia se disipan como losgases contenidos en un tarro de cerveza . Sal ta eltapón la espuma se arremo

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44 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Yo no le concedo elderecho de escribi r nada que sea tan i nsen

satamente espi r itual como esa caricatura escén ica : no le concedo esederecho

,como tampoco le hubiera concedido á Miguel Angel el de

recho de emplearse en unafábrica de porcelana para hacer muñecos .

E l talen to obl iga,como la nobleza . Cuando Sardou hacía sus pri

meras armas,estas aven turas de picos pardos eran disculpables. E l

escándalo es como los porrazos dados en el pergamino de un tam

bor : atrae á loscuriosos . Pero cuando un autor logra vencer , cuando

escribe tesi s como el Dan iel Rochat,» cuando vapulea un vicioso

cial en la Fami l ia B enoiton ; cuando en tra en la Academia y visteel frac de palmas verdes ;cuando diserta sobre la virtud al reparti rl os prem iosMothyon ,

no tiene derecho para escaparse por laspuertasfalsas é i rse de broma con l a cocinera . Es un hombre casado queabandona á su senora , honesta , hermosa y buena , para cenar con

muj eres de mala v ida en el humoso gabinete de un café . E l marido

que hace semej an te cosa , h a merecido que su muj er ocupe el sitio que

él dej ó vacío en elcanapé con un amante . E l poeta que comete esasdefecciones , merece que su musa lo abandone .

Sardou ha sufrido siempre un tanto el con tagio de los boulevardsha rendido cien veces plei to—homenaje al d ios éxi to ; pero ,

recatado

siempre,supo costear las si tuaciones escabrosas y levantar la ena

gua de su musa para que no rozara el agua de los charcos . En D ivor

;07zstambién su musa se levanta el vestido ,pero hasta la cintura .

Elespi ri tual académico conoce bien esta verdad,yse d isculpa

confesando que escribió esta comedia casi áfuerza . Con efecto , en loscomienzos de su carrera l i terari a

,Sardou vendió al Pala isRoyaltres

obras : l a primera fué LesFemmesa'ze voz'sz'n,la segunda , Álag oí , y

la tercera . la tercera,no estaba escri ta todavía . Pasaron algunos

años; Sardou logró ocupar un al to rango en la l i teratura ; acometióserias empresas

,y ya no quiso escribi r para el Pala isRoyal. E l d irec

tor , empero , lo obl igó al cumpl imiento de sus compromisos . De aquí

procede D z'

wrgons, comedia escrita en—colaboración con Naj ac .

Esuna comedia verdadera Dz'wr;onsPermítaseme no discut i r

artísticamente esa caricatura del ic iosa,que ningún crítico de val ía

ha tomado en serio . Es un triunfo de arroj o y desenvol tura , unsuccesdefoa m'

re,no es una comedia . L a RevuedesdeuxMendes

,hablando

accidentalmente de esta pieza ,se pregunta : es la opinión deM . Sardou sobre eldivorcio ? Pues su opinión es para hacer reír en

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 45

1 880 ,y para hacer l lorar con <<Odette » en Yo de mí sé deci r

que j amás por j amás busco en los dramas una tesis , 6 una demos

tración,ó un axioma de matemáticasCuando pretendo instruirme

,

voy á l a cá tedra ; cuando pretendo moralizarme,leo algún l ibro de

ética . E l teatro no es n i una cátedra , n i un púlpito . S i elautor real i za simplemen te la bel leza

,cumple su tarea ; no le podemos pedi r

nada más. No es unfi lósofo ,es un sociólogo ;no es un mora l i sta , es

un poeta .

La cuestión del divorcio no puede resolverse en modo alguno condesenlaces de comedia . Eldramático escoge un caso determinado

para conmover ó diverti r con este conflicto social ;lo desarrol la comole parece y lo desata como se le an toj a ! Pero esta sol ución de un caso

másó menos excepcional,no puede general i zarse para todos . La

escopeta de M . Claude ó la sangrefría de M . Multou . no demuestrannada . Esta cuestión ,

tan del icada y tan complexa deldivorcio,no

puede resolverse en elteatro . El dramático presen ta datos,recoge

escenas,copia documentos humanos

,como diría M . Zola ;anal iza de

terminadas si tuaciones , pero no discute , no con trovierte , no resuelve . Algunos raciocinan de este modo : El matr imon io es una ratonera ,un cal lej ón si n sal ida

,una casa que no tiene másque una sola

puerta,y esa

,tapiada á piedra y lodo . Una vez aden tro ,

esfuerza resignarse . Pasada ya la vicaría , marido y muj er renunci an para siem

pre á toda intentona de escape ó deserción . ¿Queréis una imagen

fi el del matrimon io ? Pues asist id al tercer acto de En el seno dela muerte .

» E l conde de Argelez, la noble castel lana y elamante,

penetran al cementerio de lafortaleza . La puerta de bronce no tiene

másque una sola l l ave , y el conde la arroj a en el profundo pozo .

Cierra con bronco estrépi to la puerta , yArgelez, resuel to á enterrar

se vivo con su esposa deslea l y elvi l lano que l a ul traj ó ,d ice : Por

fin, ya estamossolos . Ese es el matrimon io : l a soledad de tres . Al

escri torse le permite corregir las pruebas ; al marido no se le con

cede ni enmendar sus yerros . Muchas veces , leyendo una charaday echándose á discuti r sobre su recóndi to sentido

,pasa que

, una vezaclarado el en igma ,se arroj a con menosprecio el papel estruj ado diciendo : ¡i diota ! ¡l a solución es imbéci l ! Así , n i másn i menos acontece con l a mujer : se gasta el t iempo y eldinero en conseguirla

,y

luego,cuandose está l igado á el l a para siempre

,descubre uno que

la esperada solución de esa charada humana era coqueta,adúltera

ó estúpida .» Qué

,por desanudar únicamente losenmarañados l is

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46MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

tones de un corsé , por arrugar la seda del vestido , por destrenzarlosri zos delcabel lo , se vende el alma , el porven i r , la hon ra , todo ?¿No hay pactos de retroventa

? ¿La soldadura es i rremediable? Enese caso , elmatrimonio esuna ratonera .

Otros,partiendo de un país disti n to y con los oj osñjos en el ideal ,

exclaman : Pero el d ivorcio , como vosotros lo queréis , esla prostitución legal . La muj er , según vuestras teorías no es la muj er quese casa n i la muj er quese vende ;esla muj er quese alqui la . Su ma

rido ya no esun propietario : no esmás que un i nqui l i no . Va el la,

se presenta ante un alcalde y le pide permiso para tener hij os,como

el comerciante sol ici ta una l icencia para abrir su t ienda .

Es una mujer quese alquil a parasermadre . Esto ya no es n i original n i nuevo . Hay romanas , decía Séneca , que cuen tan sus anos ,no por el número de cónsules , sino por el de maridos .

» Vete— d ice

un l iberto á su muj er , en Juvenal— vete , que te suenas con demasiadafrecuencia , y quiero casarme con otra que tenga las narices secas .

» La Niel—Saga refi ere un ej emplo notable de este poder despótico

.Un hombre l lega con su mujer al festín nupcial

,y tócale

,por

casual idad,estar colocado j unto á unajoven de singular hermosura .

Sus oj os no la pierden de vista , y reconviníéndole su consorte porel ardor de sus miradas

,é l exclama : esta muj er me es insoporta

ble ;la repudio , y quiero casarme con aquel l a muchacha ! » Así lo

hizo . La teoría disolvente del divorcio está encerrada en el códigoconyugal de Saint—Just : ¡losquese amanson esposos! Vosotros argumentáis de esta manera : E l matrimon io se apoya en un principioimpío

,á saber : que nose puede amar másque una vez . E l amor es

elún ico educador del mundo ; por lo tan to ,consagrar e l matrimo

n io esinmovilizarlo ,é inmovilizarlo es exti nguirlo . Sucede con las

afecciones lo mismo que con elai re ; el más puro y elmás cargado

de elementos nutri tivos no obrafavorablemente sobre nuestra organi zación más que durante los primeros d ías . E l hábi to de respi rarloamortigua poco á poco su acción benéfi ca . Es menester cambiarlopara que se renueven sus efectos . Lo propio acon tece con la pasión .

Los primeros tiempos del amorsonfecundos para lasalmas que están en correspondencia de sentimientos generosos ;mas desde quese han connaturalizado entre sí , cesala acción . Desunid

,pues

,á vues

tros esclavos del matrimonio , que se d irij an á nuevos seres para euri

quecerse con nuevas cual idades , y de esta manera , volando de afecciónen afección y de alma en alma , el hombre y la muj er perfeccionan

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

dose sin cesar con losmatrimonios sucesivos , caminarán á su mejoramiento ,

porque la ley delcambio es l a ley del progreso .

Pero ¿cuál será el l ími te de esos matrimon ios sucesivos ? ¿Señjaráalguno ? ¿Se les impondrá una duración ó marcará un tiempo ?

Sin duda,un tiempo racional . — Y ¿que entendé is por tiempo ra

cional Dosaños,por ej empl o . Por qué dos Uno

,si usted

quiere . Por qué un año ? ¿Por qué seis meses ? ¿Por qué quinced ías ? Hay personas que necesi tan mudar de ai res con másfrecuencia que otras . Usted t iene un temperamen to inactivo que se asim ilalen tamente las substancias nutri t ivas de l a atmósfera : yo me acl imato

i

pronto para el perfeccionamiento , conviene que me case d iariamente con una mujer d istinta .

¿Qué ? ¿Podemos arrancar de la casa paterna á una mujer joveny honesta

,arrebatarle ese tesoro de misterio y castidad

,qui tarle esa

pelusilla del icada del durazno ,esa pureza cándida del l i rio

,y luego

abandonarla en plena calle sin que ya tenga derecho á uno de esos

amores poderosos y eternos que se compran á precio de l a vida ?

¿Qué es en tonces la vida de famil i a ? Una vida de hotel . Nadiesabrá á punto fij o cuál apel l ido l leva una muj er . Habrá muchas

viudas en lutadas,cuyos maridos cenen alegremente en ma l a com

pañía ; y muchos viudos cuyas esposas sigan dando á lu z n iños vn iñas baj o otra razón social . La mujer será entonces un cigarro : secompra

,se fuma yse ti ra la col i l la .

Las dosargumentacionesson extremas . Viene un tercero en d iscordia

,y éste dice : yo pienso como Napoleón ; el matrimon io debe

ser indisoluble en la teoría , pero el divorcio es necesario en l a práct ica . ¿Por qué ? Por lascondiciones con que elmatrimonio se verifica . No hay contrato alguno

,n i aun el más pequeño

,quese celebre

con tanta l igereza . Para comprar un tarro de pepinos,me cerc ioro

de que el tarro no está vacío . Parafi rmar este contrato que me l igaá una muj er por toda la vida

,no pregunto nada . Los padres me

ocultan lo másposible á mi prometida . Tal parece que dicen :—Heaquí un canasto de ciruelas ; cómpralo si quieres , pero no te permito

I) Legouvé .

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48 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

que las pruebes La muj er escoge un amante ; pero acepta un esposo . ¿Quiere usted conocer sus sen timientos , sus vi rtudes ? Nada

másj usto ;lospadres consenti rán en que hable trei n ta ó cuaren taveces con usted ,

delante de el los , contestando ¡mecán icamente ávuestras preguntas

,con respuestas de catecismo . Usted i rá rasurado

,

empomadado,con corbata nueva y guan tes irreprochablesº el la ha

brá vestido el más aéreo y vaporoso de sus traj es ,se habra l imadol as uñas y habrá puesto unaflor en su cabel lo . Usted pensará en subigote que está mal cortado

,y el la en la novel a que está leyendo .

La conversación será banal,i nsignificante y anodina ;oi rá usted có

mo estropea su novia en el piano l a sinfon ía pastoral de Beethoven ,

y al cabo de algún tiempo ,i ré i s los dosá los al tares

,sin conoceros

mutuamente,como dosviaj eros que suben ,

si n haberse visto nunca,

al m ismo compartimen to del wagón . El la,arrod i l lada j un to á us

ted,pensará en su traj e blanco , en su corona de azahares , en su ca

misa con encaj es,y en l a rabia de su amigui ta Juana que no logra

casarse todavía . Usted no pensará en nada . Acabará la ceremoni a,

y los novios se i rán á beber champagne con losamigos,hasta que

suene la media noche en el reloj .

Este no es el consorcio de dos voluntades , n i la unión de dos almas; es la l iga de dos fortunas . Lo único que se averigua an tes delmatrimon io

,es el caudal del novio y lafortuna de la prometida . Son

dos valores humanos que se coti zan . No se pregunta ¿cuánto vales

si no ¿cuán to tienes ? Es una asociación que se establece . Ya no debedeci rse voy á pedi r la mano

,sino voy á pedi r la bolsa de mi novia

Se va , pues , á l a i glesia como se va á la cena de un bai le de carnaval . Nos encontramos a una muj er que l leva un dominó y una

careta : vernos sus guantes y sus boti nes ; nada más. Es al ta y eshelta ; presumimos que es hermosa y la invi tamos á cenar : el la rehusa ,

acepta luego,y cuando l lega la hora del Borgoña

,cuando lascin tas

de la careta se afloj an y el dominó se desabrocha,vemos que no es

una mujer sino una mómia . Así,n i másn i menos

,es elmatrimo

nio . Los padres no permi ten conocer á sus h ij as , porque estánsegurosde que conociéndolas , no cometeríamos la tontera de casarnos . Llevan careta y dominó . Las invi tamos , no á una cena , quese acaba pronto , si no á una vida que durará hasta que nosmuramos.Reformad , pues , l as condiciones en que hoyse verifi ca el matrimo

nio,ó estableced eldivorcio . Esto es lo lógico .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 49

Sardou no atiende á la opin ión del polo Sur , n i á la opin ión delpolo Norte

,n i á la opin ión delGolfo de Gui nea . E l d ivorcio para é l

esun asunto de comedi a y un asunto de drama : trescientas representacionesde D ivorconsy otras tantas de Odette . En la co

media alque me refi erose trata de un marido pastoso y flemáticocuya esposa nose sabe á puntofij o si es una ingénua ó una prostituta . El marido es un cabal lo de medio paso ; l a muj er , una yeguaque galopa . Como esnatural , no pueden aven i rse Else ha casadoá los cuarenta años y el l a á los qu ince . Elbusca

una retirada y el la

una batal l a . Consiguientemente , surge la i n tervención de una ter

cera persona,y ésta es elamante . ¿Sardou nos pin ta á una muj er

honrada ? Elafi rma que sí . Pero es una muj er honrada á l a francesa ; que recibe a l aman te en el salón , le escribe cartas y le dapromesas . El marido es un hombre de gelatina , un ser de atole . Descubre : los amoríos de su muj er , y se vale de una estratagema ínventada por elamante , para curarla . Quieres divorc iarte ?— le

pregunta . Conven ido ! Las Cámaras han votado l a ley sobre eldivorcio . Eres muy l ibre de i rte con tu amante . Aguarda nada másá que se cumpla el plazo prevenido por la l ey : diez meses .

La muj er,que no ha faltado aún . ( ¿á qué l lamaráfal ta Vic

torien Sardou ? ) abraza cordialmente á su marido y le promete serj u iciosa hasta que el plazo acabe . Cuánta bondad y cuánta discreción Decididamente

,esta mujer no es una esposa honrada —Yo

,

dice el marido , n osoy ya tu esposo . Somos dos amigos de confi anzaCuéntame , pues , tusamoríos .

— Por este medio qui so cerciorars e

Desprunellesde la e xtensión y profundidad de su deshonra . Cipriana

se sienta en lasrodi l las de su esposo y le repite los pecados venialesde su amor . Esta escena esuna de l as másatrevidas q ue registrala escena con temporánea . Esa muj er que presenta á su marido elinven tario de los abrazos recibidos y los besos dados

,essoberana

mente cínica . Ya no cabe duda : Cipri ana no es una mujer honrada .

Pero la medicina empieza ya á surti r sus efectos . E l amante,con

vertido en esposo legítimo . esfeo ,rid ículo é idiota . Es celoso

Cipriana empieza á aborrecerle . E l marido se convierte en amantey se minotauriza por sus propias manos . ¡Del icioso idi l io que pide

un acompanamiento de Bel l in i ! La muj er huye delamante . digo

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50 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

mal,del marido . digo bien , del amante , y se va de aventura con

su esposo . Decid idamente , esta muj er tiene hambre de aventuras :es capaz defaltar á su deber con el palafrenero . Marido y muj er van

á ocultar su infamia en unafonda . Al l í pasan escenas que nosonpara contadas ni mucho menos para vistas . E l amante p ierde terreno , ya es marido , ya es importuno , ya es molesto , ya esceloso .

Desprunellesinstruye á su muj er entre la sopa y losasados , enl a j urisprudencia fantástica de Sui za . Al l í , dice , cada vez que dos

cónyuges quieren d ivorciarse,se les encierra duramente en una al

coba que no t iene másque una cama , una mesa , una si l la ,un vaso

y un plato . All í pasan un mes. En ese tiempose conocen,cosa que

no han pod ido hacer en l a v ida matrimonial , y cuando salen les pregunta el alcalde : ¿queréis d ivorc iaros? y de cada diez , nueve contestan ¡no ! con vida y alma .

Cipriana y Desprunellescaen en la cuenta de que no se conocían .

Hacen la cuenta de su amor—esto estan repugnante como la l istade la ropa sucia que se da á una l avandera , y al En y postreseaman . El amante que pierde su prestigio desde que es marido ,huye en derrota . El marido—que esel amante

,

— tri unfa y domina .

Voe m'

d 0m'

óus/Pero ¡imbéci l ! ¿no ves que esa victoria es tu derrota ? No vences

como esposo,sino como amante ! Te pones cuernos á tí mismo ! Dis

frazasde pecado á la virtud ! Para ser lógico ,para que puedas pro

longar tu si tuación,es necesario que cedas tu muj er á algún amigo

,

y que sigas representando tu papel de amante . D e otro modo,l uego

que vuelvas alhogar,el amante se habrá desvanecido . Cuando tú

salgas,Cipriana

,tu esposa

,l l amará alcochero ! Mas¿y elamor que

he despertado en el la ? —me dirás . ¡Elamor triple id iota ! lo que l l a

masamor esl a combinación del vi no de Borgoña con l a sopa de cangrejos! El remedio inventado por Sardou para curar las infi del idadesconyugales

,sólo puede apl icarse cuando el marido es un Jorge Dan

din por vocación , el amante un menguado , y la muj er una soberana

prosti tuta . Es un remedio que me trae á la memori a l a conversación

que tuve no hace mucho con el padre de una bai larina i tal i ana . Yo

soy todo un cabal lero — me decía pero murió mi esposa,no pude

yo cuidar á mi h ij a , y co7zszjguz'entemezzfe la puse de bailari na .

Lamoral de la pieza viene siendo la sigu iente : E l divorcio es nulo ,porque lo agradable para la mujer es engañar á su marido

,y para

el hombre tener una muj er por cuenta aj ena . E l divorcio suprime las

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“EL SA LTO D EL PASIEGO .

LAM U S ! C A :sn ñouY LA M U S I CA FR A N C ES A .

Los que temen helarse en el salón de Invierno , acuden á la sal ade Arben . Ahíse representa el Sal to del Pasiego .

» Lasdecoraciones pin tadas por elescenógrafo Herrera , son preciosas . Ahí está

,

decía yo hace pocos d ías , eltorren te cuyas hirvientes aguasse precipi tan enelabra ;lasrocas de gran ito que empinan su cabeza agudaen el espacio ;la turba de campesinos quese agolpa á la ori l l a delabismo entre el ruido atronante de las aguas

,cuya espuma levan ta

su encaj e blanco en el abismo . La l una alumbra el horizonte con suténue resplandor ;losruiseñores , esos grandes artistas de la noche ,can tan entre la sombra espesa de los árboles

,sin curarse del espan

toso drama que desenvuelve sus peripecias trágicas en el torrente ;

elcielo está sereno y l ímpido : l a gran naturaleza asiste impasible a l

espectáculo terrible,como una coqueta recl inada en l a duquesa del

palco,á la agon ía de Hamlet .

Ahí está la alquería con su torcida escalera y sus paredes blancas . Los árboles que la sombrean elevan sus redondas copas porencima del tej ado

,y en lontananza se mira desparramado el caserío

tendido en lafalda de la montaña . Las torres se destacan en la atmósfera transparente

,y el bronce de las campanas bri l la herido por

la luz solar . Lostechos de tej a , escal onados en la l oma , muestransustubos angostos de porosasuperñc ie . Por esa pendiente baj an loscampesinos en los d ías defi esta , mientras l a esquil a parroquial vol

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54 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

tea en l a torre y el cura prepara sus ornamen tos en la sacristía . Porahí van

,endomingados y contentos

,respi rando el olor de lasflores

nuevas y delmusgo humedecido , mientras l as cabras tri scan y losch icuelos j uegan á laspuertas de sus casas .

La calma incomparable de la naturaleza ( lá vida y frescura alapacible cuadro

,y lospoetas , al mirarlo ,

suenan con Lui s de León

y Teócrito,con losgrandes cantores de l a quietud solemne y la cam

pma muda . E l efecto de la decoración es sorprendente . Lasnubesj uegan en el C ie lo como una turba de corderos blancos , l as hoj as delos árboles se mueven

,y el oxígeno puro de l os c ampos entra sus

oleadasfrescas en lospulmones .

Ay ¡losque hemos nacido lej os de estas calderas l lenas de hol l íny carnes pútridas quese l laman las grandes pobl aciones , sentimosque nuestra fuerza cobra vida ante el tranqui lo cuadro de loscampos, y recordamos con delei te los serenos d ías de n uestra infancia ,los días pasados baj o l a sombra amiga del castaño

,entre elperfume

del cercado y el sano olor de losestablos ! Vemos de nuevo la casi tablanca ;el corral donde cacareaban alegremente las gal l inas , y la ave

n ida de nogales por donde baj aban gravemente losrebaños , cuandodaba las oraciones la campana y se encendían las luces en el caserío ;las ovej as balando

,unidas y contentas

,resignadas al sacrificio y á

la muerte ; los tardos bueyes con sosegado andar , rend idos de can

sancio , y losi nquietos potros que rel inchando de alegría atravesaban á todo escape las cal zadas para i nundar l as cabal leri zas desenb iertas.

La música del Pasiego es del ic iosa . Suenan vagamen te en el l alos repiques de la esqui la que vol tea en el campanario ;losval idosde l as ovej as que despiertan

,l a voz sonora del torrente baj ando por su

escala de peñascos,y las canciones de los campesinos que distraen

eltrabaj o consusvoces . Cuando se escucha por primera vez l a mú

sica de esta zarzuela,eloído no percibe claramen te sus bel lezas . Los

españoles no han recibido de loscielos e l don de esa música improvisada y j uguetona

,en la que exceden ,

con tanto arte,losfrance

ses . Offenbach toma su viol ín,como un mal músico de murga , y

de pie sobre una si l l a , entre el tumulto de un café improvisa esasobras maestras de l igereza y desparpaj o

,en lasque a ratos nos pare

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 55

ce oír el choque de lascopas , lostaponazos del Champagne , lascascadas perladasde la risa y el coro del ic ioso de losbesos . Luegoseadivina

,si n el menor esfuerzo , el medio en que han sido creadas

esas obras . Hay en el las notas y frases que recuerdan elfru—frú de:la seda rozando en las alfombras , el bul l icio v tumulto de Mabille ,

las voces de los ébrios , el choque de lasbocas y elruido estrepi toso de los platos .

Los composi tores españoles modernos no alcanzan nunca esafacilidad diñcultósa . Su i nsti n to les conduce i rresistiblemente á lagrande ópera

,á l as

'

masas de orquestación , á los soberbios concertantes

,alduo sentimental , á la música seria ,

para decirlo de una vez .

Cuando un maestro español escribe una zarzuel a,resul ta

,áfi n de

cuentas,que ha escri to como el boceto de una ópera . El los tratan

á la música como á una muj er legítima : losparisienses la m i rancomo á una querida : loquean con el la , besan sus hombros desnudos

y su garganta descubierta,sin curarse del pudor celestial que le arre

batan,ni de las gracias coquetas que le roban .

Losmoral i stas huraños y severos que son los hombres más inmorales que conozco

,han declamado de todas suertes y en todas las es

calas,contra tan maravi lloso representante de la música paris iense .

Porque Offenbach pudo ser de orígen tudesco ;pudo l levar en susvenas esa sangre germánica , pastosa y encarnada pudo tener parien

tes próximos en Prusia ,pero no pudo nunca dej ar de serfrancés y

pari siense . Nació francés como D . Manuel Cañete nació académi

co : hay enfermedades incurables .

Esa música suya , tan mal iciosa y tan traviesa ,huele á las cenas

de la Maison d'Or. Es una música gri seta . Porque en elreino delas notas , como en el de l as crínolinas. hay una música honrada y

otra que no lo es,como hay muj eres del templo y muj eres de l a ca "

l le . La música de Offenbach ha sido vecina de Notre Dame de Lorette . Cuando sale de paseo

,va en un coupé cuyas persianas se han

cerrado discretamente muchas veces . Es una música ¿acei te,que de

be oírse con elcigarro en la boca y el sombrero puesto .

Pero esosi , esla música de l a época . No me hablé is de esas armoníasen igmáticas del porveni r creadas por R i cardo Wagner , el

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. 56MANUEL GUTIERREZ NAJ ERA .

sabio protegido por elrey de Baviera : eso no es música , esel Idealde la humanidad , que escribió Krausse , puesto en notas . Tampoco

mencioné is esas medi taciones sol lozan tes de Bel l i n i .

En nuestro tiempo , l as únicas medi taciones que producen oro ,son las de Lamartine . Los idi l ios y los traj es de medio paso perte

necen á otras épocas . Agusto Compte dec ia que los adolescentesseenamoran de las muj eres bel las

,los j óvenes de lasmujeres apasio

nadas y loshombres de las mujeres graciosas .

Esta regla tiene sus excepciones,porque en los anos que alcanza

mos, losniños nacen ya enamorados de las muj eres graciosas . Pero

pon iendo esto á un lado y aplicando aquel l a regl a al mundo , debe

mosconfesar que ,á pesar de los tr is tes augurios del abate Ganme ,se encuentra en el pleno desarrol lo de sus años . Es un hombre á

quien le gustan las muj eres graciosas , la música graciosa , l a l i tera

tura graciosa . Y en punto á gracia , desafío á quese me encuentre

algo máscoquetamente gracioso que l a Duquesa de Gerolstei n yBarba Azul .

Lo que prueba asimismo el gen io de Offenbach , en su destreza

para hal lar l ibretistas á propósi to … Para Offenbach , elmúsico parisiense por excelencia , habían nacido Henri Mei lhac y LudovicHálévy ,

losdramáticos más hij os de París . ¿Queréis comprender y m i

rar enforma humana la música de la <<Gran Duquesa?» Leed an tesFrau—Frau , una admirable comedia de Henri Mei lhac y LudovicHalevy . Esa muj er coqueta por i nsti nto , inconstante por temperamento ; que hace elmal si n querer hacerlo ; una locuela , una aturdida ,que

,como ciertas plantas , sólo v ivientes dentro de su invernadero ,

no puede exi sti r fuera de los salones;mitad muj er y mi tad telas;ñgurín de la moda revestido de carne y hueso;alegre ,

decidora, con

la sonrisa en loslabios y el abanico en lasmanos ; adorando á sumarido , pero queriendo al propio tiempo que losdemás la creanadúltera , sólo para imitar á sus amigas del gran mundo ; esaFrauFrau á quien condenan todas las apariencias y muere arrepentida

,

pero pensando siempre en traj es y en sombreros;esaFrau—Frau esla imagen viva de la música de Offenbach .

Dentro de dos d ias podremos oír de nuevo en elteatro la del ic iosa músicafrancesa . Losgrandes cartelonesencarnados de que tapi

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 57

zan lasesquinas , nosi ndican que ya ha l legado el momento de gastar vei n ticuatro pesos en el abono . Compadezco á los papáes.E l primer abono

,cuando menos

,de la compañía francesa

,t iene

asegurado el éxi to . Un tren expreso deposi tará en el paradero deBuenavista la carga de coristas y cantantes . Recamier agregarád iez galopines de mandi l blanco á su coci na . La puerta de I turbide

,con esa maj estad que sólo tienen laspuertas españolas , se abri

rá sonoramente dando paso á su maj estad la ópera bufa . Tres docenas de gomosos imposibles

, que se creen muy capaces de comprar áMargarita cuando no ex iste en l a plaza un Mefi stófeles sobrado cánd ido para prestarles baj o su palabra

,se arrojarán en seguida á los

corredores del hotel,en busca de aventuras . M icoló ha pein ado al

gunas cabezas de chorl i to , másque de costumbre . Sarre ha cortado

algunos chalecos durante l a semana . E l corte esperfecto , la tel aelegantísima ¡lástima que los bolsi l los estén vacíos ! ¡Pobres caza

dores en vedado ; creen que ha l legado e l momento de correr porentre los árboles de cartón ,

con la escopeta alhombro y el morralá un lado ! ¡Pobres cazadores ! ¡No ven que su escopeta está ya descompuesta !

La emoción que causa en los círculos galantes la l legada de unacuadril la de bufas

,no esprecisamente una galantería para lasme

xicanas. Salen de aquí alencuentro de una parvada de cori stas conel mismo entusi asmo de los corsarios que apresaron elnavío de lascien vírgenesLa estampi l l a francesa puesta en cada una de el las

,

hace subi r su preciofabulosamente . No hay que fi arse,si n embar

go , de las estampi l las , porque la mercancía suele estar averiada . Las

mujeres que nuestros pol los de buena fe apel l idan pomposamentepari sienses , son como elagua de sidra que nosvenden losalmacemistas á ci nco pesos botel la con elnombre de Champagne . Lo quepagamos es el nombre defábrica

,puesto con grandes letras de oro

en una etiqueta que se ha impreso en México . Son como los tabacosde cierto amigo mio

,que compra puros del D estino y los con

decora con la cin ta roj a de la legión de honor . esto es, con los an il losde los trabucos habaneros . Lo que yo extraño más , es que también

incurran en elpecado de inocencia los hombres que han vivido en

París algunos años . No habiendo tomado Champagne en Inglaterra

, elúnico país delmundo en donde Se toma Champagne , puede

creerse á pie j unti l las que la sidra es una gran bebida aristocrática .

Pero los que han paseado algunas noches por elboulevard de los

8

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58 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

i tal i anos y confunden á las cori stas de l a ópera con las grandes muj eres de París , no pueden alcanzar perdón delcielo . María Aimee,

por ej emplo , esuna parisiense viej a , pero esuna parisiense .

Nuestros grandes calaveras,si n embargo

,h an creído con la ma

yor óon/zommie delun iverso , que tienen á sus órdenes una comple

ta colección de damas pari sienses . Esta es una equivocación muylamentable .

Francamente hablando,debemos confesar que l a bel leza esuna

mercancía muy rara en México . D e otra suerte no comprenderíamos cómo hay hombres capaces de resisti r cinco 6 seis eternas ho

ras deferrocarri l, con el sólo obj eto de saludar primero que los otros

á esa turba de ratas de bast idores . Losque han l levado á cabo semejante hazaña , pueden i rse disponiendo para sal i r al encuentro de

l as indias que formaban elserrallo del i ndio Victorio .

Por lo menos,estas sul tanas salvaj es t ienen elgrande encanto de

l a novedad . Las muj eres que han acompañado en sus matanzas a l

héroe cabel ludo,merecen algo másque l as pari siensesfal sifi cadas

de la ópera . Entre las muj eres an tropófagas y lasmujeres del teatro,

exi ste muy pequeña diferencia ;ambas devoran á un hombre con lamayorfaci l i dad del mundo .

E l rico gomoso que cae en la trampa de los bastidores , me haceel efecto de Daniel en lafosa de leones . Losúnicos que pueden pasar á pie enj uto por ese mar roj o de albayalde ,

son los periodistas .

Preguntad á losveteranos de l a escena cuántas emboscadas puedenocultar losárboles pin tados de los bastidores . La cara másgraciosa y losojos más inocentes

,esconden la i n tención más pern iciosa .

Cuando con más descuido se pasea en el escenario,tropieza uno con

eltrabuco formidable de una contrabandista petrolera , que excla

ma sin misericordia : ¡la bolsa 6 l a vida !Se necesi ta ser viudo de ochocien tas muj eres

,paraser precavido

en tales casos . Por desgracia,hay muchos que celebran su cumple

anos el veintiocho de Diciembre,y para estose hizo el reino de las

tablas . E l piso delforo está encerado como los salones de Versal les,

y es casi i nevitable resbalar . En la puerta delteatro hay un letreroque dice en grandes letras de oro : Dej ad que losn iños se acerquená mí !

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60 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

novia de Lammermoorse vuelve loca por no casarse con un LordMemo

,flaco de piernas , baj o de estatura y largo de nariz .

El hermano de Lucía,cuyo nombre cuidará el regen te de mirar en

loscarteles,l l ama al Dr . Govantespara que cure á la graciosa des

peinada,y loscori stas tercian en su pecho el¡bla id de inv ierno , para

imprimi r cierto color local á l a ópera . La úl tima vezque asistí yo

en nuestro teatro á la audición de Lucía,Camero cantaba tam

bién el papel de Edgardo y Angela Peral ta luchaba á brazo part ido

con las notas de Doni zetti,como Jacob con elángel . La pobre noviase volvía loca verdaderamente , ¿Por qué pasan los años ? La diva

recordaba losminutos de oro de su carrera artística : veía la sala

l len a y escuchaba elrumor de losaplausos . Las señoras iban aún

al teatro con loshombros descubiertos . Había másen tusiasmo ymenos constipados . Los cabal leros ten íanfrac . Hoy hemos perdidoelrespeto á los grandes maestros ; tal vez t iene la culpa elmaestro

Gavira . Mariano Bárcena nose pone puños de encaj e para estud iarla H istoria natural

,y el académico Segura lee los clásicos si n ves

ti rse de l impio como Maquiavelo . E l domingo en la noche he vi stoen la ópera sacos rabones y sombreros anchos .No estaba así la sal acuando Angela Peral ta cantaba bien Lucía . Ahora bri l l an los oj os

de las damas,pero no bri l lan los d iamantes . ¡Cuánto tiempo ha

corrido desde entonces !Una señora que presenció los buenos días de l a Nataly

,me refe

ría aquel la gloriosa representación del Trovador » en que cantabael tenor Arrigunaga . Después hemos asistido á muchas aud iciones

del <<Trovador » y á muchas audiciones de Hemos admi

rado eltraj e de terciopelo guinda que vestía Enrique Tamberlick ylosvasos de ponche de huevo que tomaba Celada an tes de l anzarel do

de“

pecho . Tamberlick huyó de México por no leer las charlasde Juvenal ; Celada dió el do

' de -pecho y no quisieron devolvérselo;Angela Peral ta ha perdido el derecho de volverse loca en elacto segundo de y la Nataly escribe en la Republica .

Si el Sr . Camerofuera menos afi cionado á los al imen tos hari nosos, y elLord inglés que disputó la novi a á Edgardo no hubiera

escapado á l a degollación de Herodes , yo habría sal ido perfecta

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 6 I

mente satisfecho delteatro . La Ri zz i no es, en verdad ,unafi gura

de Ari Schefer . Si Thomas viene á México para cerciorarse de si lagraciosa pr imadonna es á propósi to para cantar la Francesca deRímin i

,» pierde el tiempo y el dinero . La R i zz i más bien es una

muj er holandesa . Camero la ha contagi ado . E l embon¡50inl de lafel icidad no perj udica

,si n embargo

,á l a voz del ic iosa de la R i zz i .

¿No lo cree así la Sra . Cuaranta ?

Arroj emos el velo de Isi s—frase de Mateos sobre los pensa

mien tos ín timos de esta amable dama que,fatigada de cantar los

<< Diamantes de la Corona » en las tandas , ha ido á cantar l as <<Hij asde Eva » en el teatroArbeu . E l públ ico de l a zarzuela ha recibidocon apl auso á la rol l i za tiple que fué , según parece , elídolo de losfenianos. Pero el públ ico no se preocupa actualmen te más que delos'ensayosy decoraciones del famoso << Sal to del Pasiego . Cadavezquese anuncia una zarzuel a de espectáculo me en tri stezco . Estomatará á aquello : l as magias , las pobres mag ias agon izan . Su último sacerdote y su úl tima sacerdoti sa ,son Manuel Estrada y laServín .

Yo lo siento : las magias tienen sobre mi una extraña influencia .

Me traen como una bocanada de airefresco , hench ido de ese aromaque sólo producían lasflores de mi infancia . Son como un repiquealegre tocado en la aldea cercan a

,y que ,

resbalando graciosamente

de eco en eco,viene traído por l as ráfagas del ai re . Parece que

modo de un vest ido usado,nosquitamos el t iempo largo y triste

,

para hundir nuestro cuerpo , ya desnudo , en el estanque terso y quieto de la adolescencia . La frescura penetra por todos nuestros porosy ti ñe de hermosos colores nuestros rostros . En la ori l la delestanque

,l as ropas quedan duras y rígidas ;esto es , l a seriedad obl igada ,

la desconfianza cautelosa , elbolsi l lo vacío y elalmasin i lusiones .

Y mientras culebreamos,ági les y suel tos

,por estas memorias de la

adolescenci a,nada nos preocupa

,n i l a certi dumbre de que el fríose irá apoderando paulatin amente de nosotros en elbaño y habre

mos de sal i r, friolentosy temblorosos, á l a ori l la , para volver á en

volvernos en los pl iegues de la levi ta l arga y recta del hastío negroy espeso .

Page 61: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

62 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Cuando asi sto á una comedia de magia , siento lo mismo que sentíhace poco al abrir elcaj ón de unseeré/a ire y hal larme con el pobremuñeco de madera que presenció mis j uegos infanti les . ¡Pobre mu

ñeco ! E l barni z de su cara se ha ido despegando con la humedad y—ya descascarado parece una de esasfachadas que han resi stido

con paciencia los chubascos , y en cuyas paredes , agrietadasy desnudas

,no hay ya n i una corteza de pintura . ¡Pobre muñeco ! Estás

como una viej a pintada , vista á la luz delsolcuando se acaba elbai le ! Tú y yo hemos asi stido á muchas comedias de magia , en las

que no había esas grandes decoraciones de l a << Guerra Santa,n i

ese opulento corsé de l a Moriones , pero que , á pesar de todo , nosd ivertían mi l veces más que l as de ahora . ¡Oh comedias de magia ,vistas desde el primer asien to de un palco en las tardes de los domin

gos, con los bolsi l los repletos de dulces y con el sabor del ú lt imocaramelo en el paladar ! Las hadas y losni ños siempre han ten idocompl icidades misteriosas . Yo creíafi rmemente en la existencia delashadas . Cuando , después de leer una leyenda de Perraul t , ú oír

el cuento que me refería torpemente alguna viej a cri ada,me acos

taba,creía que el rel i ncho

,distin to y prolongado

,que l legaba á mis

oídos desde la cabal leri za,era el de un cabal lo fantástico que iba á

conduci rme por los países azules de los buenos genios . Una manta

de terciopelo azu l con franj as de oro, como las que sol ía ver en los

cabal los de algún ci rco,me servía de si l la : de el la pendían

,esbel tos

y l igeros,dos graciosos estribos

,hechos con cinceladas barras de

oro . Apenas montábalo en sueños,y el corcel fan tástico

,negro co

mo los oj os de l a señori ta L .,partía á escape

,tendiendo al ai re

,

como una maraña colosal de seda,sus revuel tas crines

,y respirando

fuego por la ancha nari z , abierta y di latada . De esta manera subíayo lasmontañas de d iamantes y pasaba lostúneles inmensos de cri stalde roca . Baj o las al tas bóvedas de cristal

,irisadaspor los rayos

solares, que gemían cautivos en cañutosangostos de d iamante

,veía

á l as princesas , dormidas y despiertas , de l os cuen tos fabulosos .

Aquel huraño personaj e , de oj os hundidos como la cavidad de unagruta

,de l os que sal ía la mirada como la bal lesta del arco

,era el se

ñor de Barba Azul . Pulgarcillo aj ustaba sus botas , sentado en la

Page 62: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUT IERR EZ NÁJERA . 63

gran roca de corales,y la Caperuci ta roj a reía estrepi tosamente , l ibre

ya delOgro .

Buenas leyendas que empiedran de preciosas j oyas elcerebro delos n iños

,por donde luego pasa

,con el repiqueteo de cascabeles

,el

áspero chasquido del látigo y lasimprecacionessordas proferidaspor el mayoral

,ese pesado carruaj e que lo desn ivela todo y que se

l lama experiencia ! De cuando en cuando , a l pensar en esas hadas

que i luminaban con luz de Bengala nuestros primeros días,l anza

mosnu suspiro,como si recordáramos la primera ci ta de amor baj o

los al tos castaños de la aldea y el rostro picaresco de la primera

novi a

Page 63: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books
Page 64: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

W I L L I A M SHAKES P EA R E .

Mi querido amigo Eduardo Herrera tuvo la benevolencia de de

d icarme un estudio precioso y erudito , que ha publ icado elS iglo

XIX,sobre elS ueño de unaNor/ze de Verano. Ati za mi buen amigº

la ardiente lámpara que vigi lan te conservo en elal tar de Shakes

peare ; renueva en mí propósi tos pasados de escribi r cuanto piensoy cuanto siento deltrág ico bri tano ; i n tentos de reuni r y revisar lo

que ya tengo escri to y publ icado acerca de no pocas obras del exc elso poeta ;anhelos desegui r por esa senda , deteniéndome á admi

rar cada uno de los dramas que tan maravi l losamente construyó con

pentélicosmármoles ; ímpetus , en suma , no de hacer elanál i sis , la

c rítica de esos monumentos perdurables de l a l i teratura , pero sí de.

expresar largamente elefecto que me producen,los estímulos que

me avivan,los sentimientos que me encienden

,los recuerdos que me

dej an .

¡Ah , si tuviera la entrada franca de que disfruta el Sr . Herreraen el idioma inglés

,y que le permite reg i stra r hasta susmássecre

tos recodos y escondrij os ! ¡Si tuviera la competencia que ti ene é l para

juzgar á Shakespeare ! Pero carezco de tales privi legios , y por esome arredro .

Se entra con miedo al estudio de Shakespeare,como quien por

primera vez entra en el bote para cruzar el Océano . Con nada puedecompararse tan propiamen te el trágico inglés como con el mar . Como él tiene perlas

,y como él tiene monstruos . Como él copia , en

9

Page 65: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

66 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

sus noches de calma,los innúmerosastros

,y Como é lse levanta , en

furecido,en formidables ímpetus .

Sentimos en sus dramas que la inmensidad nosabruma como sin avegáramos en al ta mar . Es entre los trágicos lo que era la fuerzaentre los mithos. Se asemej a á Esqui lo ,

y tambiénse asemej a áRabelais . Sus carcaj adas son desemid ioshomérico , y sus imprecaciones desesperadas son deJob . Nada humano le es extraño , co

mo no lo era para el hombre de Terencio . Esqu i lo no sabí a reír ;Rabela is no sabía l lorar : Shakespeare aterra como el uno ,

y ridicu

l i za y befa como el otro . Cuando asciende ali deal , es la másal tac ima ;cuando baj a á las profundidades recóndi tas de la observación ,

es la mina másprofunda .

Su corona está hecha de diamantes arrancados y de estrel l as des

prendidas . Todo eldrama está en él,como estaba todo elun iverso

en la gran nebulosa . Vistofuera de su obra , como creador omnipoten te é impasible

,es un dios ;visto en sus personaj es , es la Human i

dad . Su al ti tudfatiga , desespera á veces , comofatiga y desespera l aascensión á una montaña cuya cúspide escasi i naccesible . Se l lega á

Eurípides,se l lega á Sófocles ,se l lega al talón de Esqui lo ,se l lega

á l a rodil la de Aristófanes : no se l lega á Shakespeare .

—¡Está mása lto !— nos dice Moliere—Másarriba—nosdice Calderón : Como elg igante de la balada huguiana ,

puedo bien exclamar

Je comba ttaisl'orage et ma bruyante ha leineDansleur volanguleux eteignait leséclairs;Ou

, joyeux devantmoi chassant que lque baleine ,L'Océan á mespasouvra itsa vaste plaine

Et mieux que l“ouragan mesjeux troub laient lesmers.Entre sus grandes an tepasados

,unos son dioses creadores olím

p icos , serenos ; otrosson hombres que gozan y sufren ,como goza

mos y sufrimos . Sólo Shakespeare esdios y hombre . Está á nuestrol ado y está muy arriba de nosotros .

Se nada en su obra colosal s inencontrar la ori l la . Se le ama

,pidiéndole perdón . ¡Y qué buzos los

que han baj ado á sus profundidades !Todos losgrandes entendimientos, todas las grandes ambiciones

van á él , como ríos caudalosos á l a mar . Este hal la perlas ; ese ,co

rales ; aquél , se ahoga ; pero eltesoro i nmenso no se agota.

Le ve

mos en esta de sus fases ó en esta otra,como los griegos veían á

Dios , ya arrastrado por caballos marinos , en la cerúlea superfi cie ,

Page 67: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

68 MANUEL GUTIERREZ NAJER—x.

hay para él regiones desconocidas . Es un viaj ero que está de vuel tade todoslospa íses .No sólo vivi rá siempre : en todos losti empos havivido .No sólo crea : reanima y resuci ta . El h i stori ador reconstruyelaboriosamente unafigura

,dato á da to , con pedazos de viej oscroni

eones, con hoj as de anales , con páginas de memorias . Shakespearepone la mano sobre el mármol de la tumba , exclama : ¡Surge ! y la

estatua yacente,cae volcada

,l a l ápidase a lza y el héroe muertose

levan ta . Así , al poder de su conj uro , aparecieron en la escena Co

r iolano ,Jul io César , R icardo I I I , el rey Juan Enrique IV . Son el los ,

con sus propias ideas,con sus m ismas pasiones

,con su lenguaj e

pecul i ar . Y Shakespeare no es su poeta :

essu con temporáneo . An

tes que Michelet , el trágico bri tano habra comprendido que << l a h istoria es una resurrección .

» Antes que Macaulay ,había apl icado los

proced imien tos de l a anatomía comparada á la reconstrucción delas grandes personal idades humanas . Antes que los corifeosde lamoderna escuela histórica

,había dado tanta importancia alpueblo

como al héroe .

Los hi storiadores de su época eran simples anal i stas : él , poeta ,era un supremo hi storiador . Esta maravi l losa adivi nación

,esta vi

denci a ex traordin aria , sólo pueden expl icarse con la frase de un tribuno insigne : <<Lospoetasson como las alondras: ven l a luz antesque los demás .

» Ni el pasado misterioso n i elporveni r . secretos ti e

nen para él . Creemos haber encontrado unafo rma nueva para expresar loséxtasi s delamor

,el torcedor de l a ambición ,

los arreba

tos de los celos ;y si es exacta , si es verdadera ,si es humana ,está en

Shakespeare , está en el balcón de Jul ieta , en el palacio de Macbeth

ó en l a alcoba de Desdemona .

Aquel hombre nossaqueó elporven i r . Porque mien tras l a huma

n idad exista , l as grandes pasiones serán siempre iguales , y él <lomóá todas . ysi todas el la s nos presenta , como á monstruos enormes ,en esas j aulas de bronce que l lamamos sus tragedi as. Shakespearees subl imemente vulgar . Eso que murmura Jul ieta ,

es lo que nosdice nuestra amada aldespedimos de el la . li so que rumia Shy lock ,

eslo que rumia el usurero al prestamos a lgunas monedas .Nada

másvulgar que un ¡te amo ! y un ¡me muero ! y en esa frase estántodos losi d i l ios , y en ésta todas lastragedias . No creo que en ni ngún otro poeta haya cabido tan ta humanidad como en Shakespeare .

Mi admiración , excesiva acaso , pod ía pronunciar elnombre deVíctorHugo; pero en Shakespeare está la human idad ;en Víctor Hugo es

Page 68: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERR E Z NAJERA. 69

tán la human idad y él . Elcon su trad ición ,con sus pasiones , con

sus amores,con sus od ios . Toma á los personaj es que le sirven para

encarnar una idea suya : habl a en el los . Su g i gantesca voz resuena siempre

,como la del Océano cuyos tumbos se escuchan aun an

tes de que aparezca á nuestros oj os . Shakespeare es impersonal .

Una vez concluida ,se alej a de su obra , como Dios de la creación .

Ya ha dado leyes á sus criaturas ; que luego obren por sí solas . Y

no aparece,no habla n i fi losofa en el curso del drama : está en él ;

pero como el cielo,muy arriba .

A mí me a trae el estudio de Shakespeare , como atrae el mar. Bien

sé que en m ifrági l barca de vela latina ,en mi barca construída para

que en el la cante barcarolasá muy corta distancia de la pl aya , voyá perderme en 'esa i nmensidad . Y sin embargo me aventuro con

la audacia de quien no sabe todavía lo que es la al ta mar . Pero estegrave estudio desespera . Miro á Hamlet , lo observo , creo haberlovisto

,haberlo escuchado

,haberlo comprendido

,que ya esmío , y

al volver l a hoj a al d ía siguiente me encuentro con otro Hamlet quen i siquiera conocía .

Un nuevo crítico me lo describe , una nueva frase me lo revela .

Y así siempre . ¡Pero imposible separarse de Shakespeare ! Unasveces nos tiene en tre sus brazos

,y otras en tre sus garras . Ya nos ata

con l ianas , ya nossuj eta con sus uñas . Nos sentimos humi l l ados ,y ,

no obstante,lo admiramosA ocasiones , es el can to de un ru i

señor extraordinario , y lo oímos extasi ados como el monj e Alfeo alave delParaíso . ¡Oh , qué suavidad ! ¡Oh ,

qué dulzura ! ¡Oh ,qué ter

neza ! T iemblan de voluptuosidad l as hoj as nuevas ;una alondra secolumpia en la escala de seda por donde Romeo acaba de subi r ;i nunda el bosque , parec ido á la nave de una catedral gigantesca ,un inmenso himno nupcial ; l as palomasjuntan sus cuerpos blancosysuspicos color de rosa

,Ofel i a pasa recsstada en losalmohadones

de encaj e que leforma la espuma del arroyo :se incl ina elsauce , nopara humedecer sus ramas en el agua si no para escuchar mej or lacanción de la blanca Desdemona ; los cri stales de la ven tana gótica

se rubori zan al sen ti rse tocados por la aurora,como la mej ill a de

una virgen besada tímidamente por su amant e ; se sien ten besos queno se oyen ; se ven almas de n iños en el a lba ,

yse dice temblando —¡que no acabe ! ¡que no se exti nga esta melod ía tan voluptuosamente casta ! que suenen siempre esas palabras tiernas

,que son las

que anhelamos suspi rar al oído de la muj er á quien queremos ! ¡Un

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70 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

minuto ! ¡un instante ! ¡que no acabe ! Y luego , elfol laj e chasca comosi una fi era ocul ta brincara de repente .

La nuca presiente l a mordida del tigre . E l corazón retrocedeencogiéndose como un cazador sorprendido ! ¡He ahí e l drama ! Ylas manos de Shakespeare son tenazas que caen sobre nuestros hom

bros,y caemos . ¡Oh ,

qué terror ! La hermosa joven muerta , tendidapara siempre sobre el mármol ; l a muj er que traiciona ;el padre , tri s

tey errabundo ,abandonado por sus hij as ;el n iño extrangulado en su

cuna ;la mancha de sangre , que jamásse desvanece , en la mano deLady Macbeth ; las bruj as quesalmodian en e l ai re su can to diaból ico : ¡lo horri ble eslo hermoso ! ¡lo hermoso es lo horrible ! ¡todo lomonstruoso ! todo lo malo

,todo lo deforme

,ventreando arrastran

dose,ó irguiéndose ,

todo eldolor que nos aguarda en esta vida ,alzándose y diciéndonos : ¡aquí estoy ! y más al l á ,

tras losobscurosl indes de esa comarca de donde nadie ha regresado ,

envuel ta en l a

azul obscuridad de la luz hiperbó rea ,lo desconocido ,

lo inñnito ,y

Hamblet pensativo contemplándolo sin poder arrancarle su secreto .

Shakespeare es entonces brutal .Nos estruj a

,nosgolpea

,remueve la daga en l a herida

,aprieta

nuestro cuel lo ; es el feroz burgravo clavando cien y cien veces supuñal en el pecho de la

'

esposa culpable : nos sentimos suyos , comola paloma del mi lano ; como la ovej a del boa ; como el n iño del osoque lo ahoga . Queremos correr y nossentimos con raíces y trémulos, é imprecantesmurmuramos : ¡Piedad ! ¡Perdón ! ¡Ya no ! ¡Ya no !Oíd el <<Otelo» representado por Salvin i ó por Rossi . El terror quese siente esel terror delárbol que no puede correr . ¿Quién ha hecho cantar ó rugi r de esta manera

,como en órgano colosal , todas

l as pasiones humanas? ¿Quién nos conoce como Shakespeare nosconoció? Cuando lo estudio , acércome á él con rel igioso respeto

,co

mo se acerca el levi ta al velado tabernáculo . Parece que me acerco

á un j uez . Su mirada entra en mi cuerpo y da en el alma . Nada di

go , porque adivi no que ha de contestarme : ya lo sé ! Me sien to descubierto

, aprehendido , y todo lo malo que hay en mi , se arrebuja y esconde como si quisiera l ibrarse de ser visto . Así se esconde el roboen l a manga del ladrón . Así se baj an los párpados ante el que ya conoce nuestra culpa . Pero seamos audaces . Lavela latina de mifrági l barca se destaca sobre el azul del horizon te . Naveguemos algunas brazas en el mar

, y si rvan de preámbulo estas l íneas á lo que mepropongo escribir más tarde sobre Shakespeare .

Page 70: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

aaaaaaaaaaaaaaaaasaaaaea

OT E LO .

Otelo esel mássoberbio león del teatro shakespeariano . Sen timosalencontrarnos con él

,lo que elniño al dar con un lobo en lo

más in trincado de la selva . Pero la fiera al tiva y desdeñosa,pasasm hacernos daño . Sólo azuzada

,provocada

,herida

,sacude l a me

lena,encaj a la garra

,hunde el colmil lo .

¡Qué hermoso es este monstruo !No posee la hermosura vulgar ,la que todos comprenden , si no l a arcana , la recóndi ta ; no la quesurge coqueta de l a espuma del mar

,con un espej o en la mano

,si

no aquell a á que es preciso descender por torcidas y tenebrosas galeríasl levando en la mano una l in terna sorda . Esbel l o porque esbel lo elvalor , porque es bell a la gloria ,

porque esbel lo eltri unfo .

Un himno guerrero acompaña su voz,como el sonido de la flauta

acompañaba las palabras de algunos oradores griegos . No enamoraá Desdemona : la conquista . No es ell a su amada : es su presa . La

abraza como el mar abraza á la tierra . La posee como el sol poseeá la nieve que sus rayos deshacen . Casi no cuenta sus hazañas : apa

rece , y las adivi namos . Se reflej an en su coraza de plata y en suspupilas llameantes. Desdemona las sabe

,y su amor nos las d ice al

oído en vozmuy baj a .

En Romeo y Jul ieta hay páj aros que cantan ;en Hamlet hay

buhos que aletean ; en Otelo hay bestias feroces que luchan y sed esgarran las entrañas en la arena candente del desierto . Aquel her

cúleo molde humano va á recibi r como chorro de bronce derretidol a máshorrible de… todas las pasiones : loscelos . Necesi tabaser tan

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72 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

fuerte y recio ,para no romperse y sal tar en añicos . Para eso alum

bró su cuna elsolde Africa : para eso endurecieronsu corteza carnal las tempestades en el Océano y lasbatal las en la tierra . La vi

da lo preparó como una sabia domadora,para esta lucha con el más

indómito de los monstruos .

Llega este drama á la escena , como unaflota empavesada al puerto . La luz de la montaña alumbra lanzas

,cascos

,banderas , ol as

que l legan á la proa de los navíos yse arrodi l l an ante el vencedor .

Los niños cantan un himno triunfal ; l as mujeres corren al encuentro de sus amantes;losviej os sien ten que , al agudo toque delclarin,

despiertan y se levan tan en sus almas glori as muertas . Otelo

no viene á l a escena por su propia vol untad ; el mar lo arroj a .

Después , toda_esa pompa desaparece . Eldrama se va ennegre

ciendo como el cielo cuando sube la noche de los abismos á los mon

tes y de los montes alespacio . Ya no ondula el raso de los traj esvenecianos ; ya no hechizan los oj os la púrpura y el armiño de losmantos . Otelo queda solo

,como una sombra másin tensa y másne

gra entre las sombras .

Consideremos brevemente las tres fi guras que van á destacarsesobre ell ienzo obscuro . Desdémona es la blanca . Parece una pál oma que no encontró su n i do y que vuel a perd ida en medio de la

noche . Ninguna otra fi gura de muj er en el teatro de Shakespeare ,t iene el encan to místico de ésta . Se va de la casa de su padre , por

que elamor se la l leva . No resiste,como la barca del pescador no

resi ste á la olaque la empuj a,n i el pétalo de rosa á la ráfaga de

aire que lo arranca . El amor l a besa en los oj os,y el la le dice como

obediente vi rgen :soy tu esclava ! Es elseñor ausen te que ha ven ido .

Al l í está su si l lón ,la copa servida

,el lecho preparado . Como la bí

bl ica Ruth,dice á su esposo : << tu pueblo es m i pueblo

,tu Dio s

es mi Dios ; al l í donde tú mueras , mori ré yo ; y al l í donde te entiet ren quedaré enterrada .

» Esuna n iña enamorada de loscuen tos…Otelo la cautiva refi riéndole los pel igros que ha corrido . Y todavía

en su ú ltima noche , Emil ia , como nodriza cariñosa , le narra cuentos y la arrul la con cancionesNo conoce l a vida ;va á conocer lamuerte nada más. Cuando expire

,se la l levarán los ángeles entre

sus blancos almohadones , como en una cuna . Está unida á aquelsoberbio guerrero , que es el hombre en su expresi ón más al ta , y parece una virgen . Cuando habla con Casio ,

creemos que va á decirlej ugaremos j untos . Cuandose acerca á Otelo

,t iene la mi rada de l a

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 73

n iña que no quiere entrar sol a á un tenebroso corredor y que dice

muy tímida : acompáñame ! Sin impuros deseos la vemos desvestirse ,desatar sus trenzas

,y en trar al lecho que no parece nupci al si no

de novia . Ti ene miedo y reza á la virgen para que la”

cu ide . ¿Miedo

á qué ? No ha hecho daño á n inguno , perosien te ese miedo vagode losniños al ladrón ,

al aparecido,alogro de loscuen tos . Sen

cil l a y cándida,qu iere volver á ver su blanco traj e de novi a , y se

duerme con él , como una n iña con su muneca . Su amor es tan quieto ,que Otelo la encuentra ya dormida .

¡Qué tranqui lo es su sueño ! Le cierra suavemente los párpadosy le dice á la muerte : aquí está ya ! » Lo que va á pasar

después esuna pesadi l la de que despertará en el cielo . Pesadi l la ,

esto es,algo que no es , que no puede ser , algo que se ríe uno cuando

lo recuerda ya despierto . ¡Amar á otro ¡Qué sueño tan ab

surdo ! ¿Se puede amar á otro que nosea el esposo? ¡Morir á ma

nos de ¿Matan acaso los que aman ? D esdémonaserei rá en el cielo de este sueño . Ahora está dormida ; suave respi ra

ción mueve sus senos ; su brazo blanco cae desnudo á un l ado dellecho

,mientras con elotro oprime todavía

,para que no se lo roben ,

el vestido de novia . Está soñando con las guerras , proezas y campanas de su amado; lo ve soberb io en el fragor de la pelea , ó lnchando cuerpo á cuerpo con monstruosos an imales en losdesiertosde

'Africa ¡Qué hermoso es ! ¡qué bi zarro ! ¡qué val ien te ! Pero la pobrecita , acobardada ,

le dice en sueños,con ternura inmensa : Dej a

que yo te qui te la coraza . Todo eso hiciste para que yo te amaraly

ya te amo . No me dej es, ya no te vayas ; tengo miedo ! Y si te vas ,

l lévame contigo !

Ninguna de las heroínas de Shakespeare estan del iciosamenten iña como Desdemona . Cuando Otelo refi ere al Senado l as artesque empleó para seduci rla

,nos la pin ta escuchando con ávidos oí

doslo que é l la contaba de caribes,de antropófagos

,de seres que

tienen la cabeza debaj o del hombro,de los ri esgos que él corrió por

mar y tierra , de cavernas lóbregas , de montañas que l legan casi a l

cielo . Desdemona oía todo atentamen te,y cuando los quehaceres

de la casa la l l amaban á otra parte,losdespachaba aprisa y volvía

al punto . Cuandose encuen tran solos,el la

,como un aman te pide

un beso , le ruega que le refi era << toda su vida por entero .» <<Y si te

nei s—le dice— algún amigo que me qui era , enseñadle á que mecuente esa misma historia

,y seré suya .

» ¿No veis? Está enamoradaIO

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74 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

del cuen to , está enamorada del héroe ;no delhombre .<<El l a me quiso

—dice Otel o—por lospeligros que yo había corrido , y yo la amépor la piedad que de mí tuvo . »

She loven mefor the dangersI ad passºdAnd I loved h er thatshe did pity them.

Hay algo defi l i a l en este amor .

Cuando Otelo la rechaza brutalmen te,el l ase reprocha á sí misma

culpas que no conoce,que no h a cometido

,con la sumisión de la

buena hij a que cree siempre j ustas l as reprensionesde su padre .

Habla , y su vozt iene del iciosos balbuceosi nfanti les . Y este es precisamente su mayor encanto . A Jul ietase la besa en losl abios ; áDesdémona en los oj os . Cuando mucho se ama ,

parece que el co

razón se vuelve niño . Un rayo desol lo alegra ; una palabra secalo afli ge . La vozde la muj er querida , en las supremas expansionesde ternura , esla vozdel n iño que despierta en su cami ta . Mamá !

y fe amo,se parecen mucho .

¡Cómo se encoj e elcorazón de pena al ver á aquel l a criatura bl ancaé indefensa en las garras del mi l ano ! Loshij os de Eduardo abrazándose convulsosen su lecho al o ír laspisadas de Glóster , i nspi ranmenos compasión .Nosrebelamos contra Otelo se busca el cuchi l l ode mon te para l anzarse contra lafiera y clavárselo en la nuca ; peroá poco , Otelo nos desarma ; su dolor nosarranca la hoja aguda :fuébrutal , pero i rresponsable como la piedra que cae

,como la ola que

se encrespa,como el bosque que se i ncendia !

Pongamos en cuontraposic ió n con la ideal bel leza de Desdémona

lafealdad torva de Yago . Desdémona,es blanca ;Otelo , roj o ;Yago ,

negro .

Page 75: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

76 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

su rabia desde afuera,y cuando ya lo mira enfurecido , entreabre la

puerta y le arroj a á Desdemona para que la devore .

En esa fi era había azuzado an tes todas lasfieras de loscelos . Enesa naturaleza primitiva y fecunda , había sembrado todas las pl antas venenosas . Y después ya es Otelo i rresponsable , como elleón

heri do que devora á su víctima , como la tierra que devuelve en ár

bol lo que en simiente recibió . Por eso Otelo no inspira i ndignación ,sino piedad .

¿Quién no compadece , quién no ama á Desdemona ? Shakespeare

es incomparable para crear i nocencias subl imes y maldades gigantescas. Yago es más perfecto que Luzbel ;Desdemona máshermosaque Eva . Su misma hermosura y su m isma bondad la matan , como

la propia luz consume al c irio . Porque estan hermosa y porque estan buena

,la ama mucho su esposo , y porque la ama mucho la ase

si na . Es un tesoro . y por eso la entierran .

El l a es el tipo acabado de la muj er que ama . Por su amadodej a á su padre

,y comete la ingrati tud inevi table del amor . Nada

la detiene y se va con é l,como la esclava con su amo , si él la lla

ma . ¿Qué es feo? ¿Qué es negro? ¿Y qué importa ? ¡Es su dueño !E l l a sabe que es hermoso : ¿Qué impº rta que no lo sepan los demás?

¡Mej or ! Así sólo será de el la esa hermosura ! La cordel ia del Rey

Lear,es la hij a por excelencia

,esa hij a que es como madre vi rgen

de un anciano . Jul ieta es la enamorada . Desdemona es la esposa .

En Ofel i a l lora la h ij a,habla la hermana

,can ta la n iña : en Desdé

mona no : sólo habl a la esposa . D ió su vida á Otelo : por eso nosequej a cuando se la qui ta . La ten ía prestada : era de él .

¡Qué admirable creación ! Menos blanca que la de Ofel ia ;pero másde carne.

Perdonamos á Otelo que la mate , y nosparece que dice bien ,

cuando gri ta después de sofocarla : ¡Tuve razón ! ¡Tuve razón !Sí ; tuvo razon ! Para é l le había robado el la todo su caudal de

amor . ¿Y para qué ? Para darlo á otro . Y la adúltera merece la muerte

Jesús perdonó á la Magdalena,á la cortesana ,

á la imputa ;pero no

dij o que perdonaba á la mujer adúl tera . Y eso que esa mujer no era

la suya .

Otelo mata á D esdémona ; pero no dej a de amarl a : ¡qué honda

fi losofía ! Ya está muerta y todavía quiere besarla .

.

Ya es cadáver

y aún le parece muy hermosa . ¡Que no sepan n i lascastas estrel las » su del i to ! E lfué j usticiero : no será delator .

Page 76: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 77

Cayó sobre esa vida , apagándol a tan naturalmente , como cae lanoche sobre elmundo .

Después: cuando sabeque esinocen te su Desdemona, ¡qué ex

plosión de dolor ! E l león entonces hinca las garras en su mismacarne . Ruge como si le hubieran robado sus cachorros l loracomo el umo arrancado de los brazos de la madre . Esuna cri aturay unafi era .

Nose vé criminal , no ; se vé solo . Nose castiga ; nose mata ;seva con el la .

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HAM L ET .

S iempre que reproduzco en el crista l de mi imagínac10n la pál ida

si lueta del sonador danés,recuerdo necesari amen te dos l ienzosso

beranosde dos grandes pi n tores , el Hamlet y Ofel ia , del artista

inglés Enrique Lehmann,y el Hamlet en el cementerio

,de Paul

Delacroi x . Shakespeare,Goethe , no han tenido nunca traductor

másin tel igente que Delacroix . Su <<Hamlet en elcementerio , » esunaobra maestra . E l j oven príncipe de Dinamarca tiene en tre sus manos el cráneo descarnado y frío de Yorik . De aquel pobre Yorikcuyas agudezas le habían hecho reír tan largamente en sus prime

ros anos,y que ahorafi nge una mueca imperturbable con la irón ica

risa de la muerte ! Los sepultureros , hundidos casi en la ya abierta

fosa,hablan

'

de obscen idades é impurezas , mientras Hamletfi losofa conHoracio . Nubes que se tomarán á primera vista pormurciélagos grotescos , azotan con sus alas tétricas elcielo l ívido y plomizo

queuna vislumbre de l a luz polar alumbra á medias . La tierra delcementerio saturada de putrefacción y recientemente removida , tieneun obscuro ti nte

,que cuadra á maravil la con la tri steza de la es

cena aquel la . Y sin embargo , á esa tierra sombría va á descenderel cuerpo de Ofel ia másblanco aún ,

con la blancura exangiie de

la asfi xia ; en esa tierra sombría y obscura va á empenarse la luchade Laertes con el príncipe .

E l l ienzo del pintor britán ico esmenos sombrío , no menos bel lo .

Hamlet,con sus ropas negras

,su cabel lera de un rubio pál ido , sus

oj os de azu l polar , y su porte de estudian te de Jena , semej a bien el

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80 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

j oven príncipe de Dinamarca , el soñador melancól ico que ha pasea

do sus indecisionespor l a pl ataforma delcasti l lo de Elsenor , entr

el quej ido de las ºlas delSund y lasfrías claridades de la l una dinvierno . Es el hombre del Norte , el descendiente enervado de lohéroes escandinavos , en quienes á la acción reemplazaba el pensa

miento . Primerº , l a manera extraña de interpretar eltipº legenda

rio,sorprende grandemente . Pero luego

,renunciando al ideal ro

mántico ,vese uno obl igado á confesar su admirable verosimi l i tud

y preci sión . La Ofel i a de Lehmann no es esa j ºven miss con rostro de Keepsake que deshoj a su corona de bai le en la oril la de un

río imaginario . Su rostro tiene elsel lº alemán ó danés,

—mej or d i

cho— pequeño el óvalº de la cara , redºndas las mej i l las , más bien

que pál idas , empalidecidas , cº n algº de la gracia infanti l de Margari ta ; l a Ofel i a de este l i enzo dej a escapar de su manº inerte unablanca margari ta , cuyos pétalos no deben haberle d ichº con su mudo id ioma lo que su alma deseaba , mientras cºn la otra mano sos

t iene nu pl iegue del traj e en donde l leva lasflores rústicas cogidasal borde del arroyo .

Hasta l as chispas de avena loca que l leva en elcabel lº , estántrazadas con pi ncel preciso . Solamente en sus pupi las puede adi

vinarse la sombría luz de la demencia . E l arti sta se ha cuidadobien de envolver á la hij a de Polºnio en esasmuselinasde cºlegial a

,

en esas ropas blancas que han estereotipado las actrices para lasescenas de locura . Un corpiño y una vestidura de damasco ramea

do . propios de su rango y condición , cubren el cuerpo de Ofel i a .

Viéndola . no puede menos de murmurar entre d ien tes aquel lºs cua

tro versos de Gustavo Becker :

Cºmo la brisa que lasangre oreaEn elobscuro campo de ba tal la ,

Cargada de perfumesy armoníasEn elsi lencio de la noche vaga !

Hamlet y Ofel i a componen una dual idad magnífi ca . Estud iemosla .

Siempre que medi to sobre la creac ion extraord inaria de Shakespeare

,experimento nose qué vago calºsfrío de miedº . Macbeth me

aterra con su ambiciónsin l ími tes,con su remord imientº eternº;

Page 80: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 8 1

Otelo,hºrriblemen te hermoso con su pa510n ,

con sus celos,con su

crimen,parece una fi gura desprendida del cuadro más sombríº y

fantástico de Rembrandt . E l rey Lear conmueve ;Jul ieta enternece .

Perº Hamlet,Hamlet tétrico

,meditabundo

,taci turno

,con la iron ía

en los labios y el dolor profund ísímo en elalma,dudando de todo

,

despreciando á todos,cºndenadº á no creer n i aun en su misma

madre,herido de muerte en sus más sagradas afecciones

,enfermo

,

ta l vez loco,si enfermedad ó locura es el ideal

,ebrio de sueños .

Atlas , agobiado pº r la i nmensa pesadumbre de la real idad ;Hamletnº sólo conmueve , no sólo aterra , no sólo enternece ;hace más que

esto todavía , produce un vértigo , vértigº que arranca lágrimas á lapupi la , pensamien tos a l cerebrº ;vértigo que nos arrebata de la t ie

rra , que nºsconduce á un caºs i ndescifrable en que la vi rtud y laverdad desaparecen y sólo se levanta aterrada la imagen espantºsade l a duda . Y sin embargº ,

nº he encºntradº en Hamlet nada decomún cº n los demás hombres .

-Mej or d icho , Hamlet no se asemej a en su conj unto á persºnal idad alguna : esla human idad

, eselhombre .No esun misántropo

,no es un loco; y sin embargo ,

tienemucho de misántropo y de loco . Aquí parece sabiº

,acullá necio .Nose sabe si habla ó sueña . Diserta como human ista é ideal i za

como un pºeta . En sufrente mirase grabada la honda arruga de l amedi tación . Conversa cons igo mismo . Su retina es bastan te poderosa para ver frente á fren te lo i nfi n i tº . Cuando la i rºn ía brota desus labiºs

,parece que ha conºcido á Vºl tai re . Es un soñadºr

,esto

es , un abismo . Diºs sabe qué secretas pláticas sostiene con l a naturaleza . A veces he l legado á creer que lafi l i ación poética de Hamletda ta del Sa tán de Mi lton . Como éste , es sabio ; como éste , orgu

llºso . Por algo veló Dios la ciencia de l a verdad ; quien la conoce ,muere . El amor de Hamlet no se asemej a alde lºsotros h º mbres,es un amor avergonzadº de serlo . ¡Qué amor tan tenebrosº ! Nadaquieto

,nada apacible hay en elespíri tu de ese sºñador sombríº .

Quién sabe qué aguas turbias ó cenagosasson lasque hierven en

el negro abismo de su alma . No removai s su memoria : removeríai s

cen i zas . Lo buenose ha refugiado en un rincón de su alma , comosi tuviese miedº de aparecer al mundº , 6vergiienza de haber ven ido

á él . Ti ene l a aspereza del sufrimiento . Lastima su palabra , por

que es hel ada y punzante cual la duda . Está habituado á sondea r l asprofundidades

, por esº todos le huyen . La fij eza de su mi rada esla fij eza delque vive en la muda contemplación de lo absoluto . Pa

II

Page 81: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

82 MANUEL GUTIERRRZ NÁJERA .

rece que siempre está delante de l a esfinge,cuya sonri sa de gran i to

se ha trasladado por espej ismo mágico á sus labios . Viene de lasprofundidades del corazón humano : ¿cómo no ha deser sombrío ?Daute cruzaba como espectro lascal les de Ravenna . ¡Ese vuelve delinñerno ! decía la medrosa gen te al contemplarlo . Hamlet ha re

corrido círculos másaterradores todavía que los círculos delvateñorentino . Al verlo desl i zarse como sombra

,torva lafren te y la mi

radafij a,podríamos exclamar : ¡Ese vuelve delespíri tu ! Hasta las

l ágrimas parece que lo han abandonado ; no l lora ,se muerde …

Desconfia de todos,porque en todos m ira la lepra de la carne .

Si no puede creer en su madre , ¿qué extraño es que dude de su amada ? En su cerebro

,la i dea del porven i r se ha borrado . All í no ca

be n i elamor , n i la ambición : el od io , sólo od io . Parece quefermentaentre sus labios l a sal iva de la cólera un iversal . La voz humana

tiene en su oído la resonancia del áspero rugido de la hiena . Cuando

ve á un hombre á sus pies,retrocede horrorizado

,como si temiese

la mordedura de una sierpe . La humanidad le causa náuseas . Ver

daderamente más que odiar , desprecia al mundo . Su od io esmásconcreto : odia a Claudio porque es el asesino de su padre . No

puede amar á su madre,porque el la , adúl tera , malvada , ha sido cóm

plice del crimen . Empero , máshumano en esto que el Orestes de

Sófocles,no confunde en un castigo único á ambos criminales .

Para Claudio la muerte, ¡y qué muerte ! No la muerte del cuerposo

l amente,sino también la muerte delespíri tu . Miradlo :se aproxi

ma á la cámara delrey ; ya l lega , en tra . Hé aquí a Cl audio quereza . No

,no lo matará en este momento º su alma

,purifi cada por

la oraci ón , volaría al cielo . Hamlet tendra la calma salvaj e delquesaborea á sorbos su venganza . Esperaré el momento oportuno , cuando C laudio

rouque

En ebriosueño cuando esté entregadoAla ira ó á losgocesincestuososDelmancil lado lecho ,

ó bien aljuego_jurando ú ocupado en algún actoContrario á lasal ud desu a lma eterna .

La venganza de Hamlet necesi ta la etern idad por escenario . Noasí para con su madre . Sabe que el la esacaso más criminal queC laud io ; pero ¡essu madre ! . Quiere hacerla ver su crimen ,

presen

tarla el frío cadáver de su cómpl ice , para que l lore , para quese

Page 83: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

-84 MANU EL GUTIERREZ NÁJERA .

rechazan !—Ofel ia mi raría al réprobo y le diría : ¡toma ! ¡bebe ! Lobueno l lena de tal suerte su alma , que elmal no l ograría en trar enel la

,aunque quisiese . Ofel ia es el polo opuesto á Hamlet . La palo

mase ciern e encima del abismo . La estrel la se reflej a en el h irvien teseno de losmares . La noche está enamorada del día . Ofel ia ama á

Hamlet .¡Pobre Ofel ia ! Aquel amor es su marti rio . No se enamora de un

hombre,si no de un espectro . E l l a

,toda ternura

,ama aquel hombre

en cuyo espíritu rebosa l a hie l más amarga : Hamlet no ama ; tiene

miedo de amar , su corazón no tiene savia . Al ver á Ofel i a ,sien te lo

que debió sen ti r Luzbel ca ído allevantar l a cabeza y ver a l cielo .

Ese amor es un rayo de luna que serpea por en tre las hoj as secasdel i nvierno . La brisa sopla , anímanse l as hoj as , parece quese empeñan en una danza lúgubre yfantástica ;pero se extingue elviento , losárboles enmudecen , todo cal l a , y vuelven las amari l len tashoj as a l a ti erra

,para mori r confúnebre chasquido baj o la huel la del

d istra ído viandan te que laspisa .

Cuando la duda se apodera de un espíri tu ,el amor huye de é l

como espan tado . Creer es amar : el que no cree no ama . Por esoHamlet martiri za á Ofel i a . La ha hecho concebi r un amor que nunca

h a de saci arse . ¡Pobre n iña ! ¡Qué amargamente tri ste esesa escenaen que Hamlet la rechaza ! ¡Cómo brota á borbotones la crueldad

humana de aquellos labios convulsospor la cólera ! En esa escenaHamlet horrori za . Todo lo que hay de bueno en su alma se esconde 'yse rebuja ,

y elmal , el odio rabioso é implacable , la hiel acumul ada durante largos años , l a desesperaci ón profunda , salen como furiosasEumen ides de su pecho , y destrozanñbra á fi bra el corazónde Ofel ia . ¡Verdad ,

triste verdad la de esa escena ! Herimos másá losque másnos aman . Aquel vampi ro , bebiendo , no la sangre ,sino el alma de una mna que lo adora

,es más terriblemen te trágico

que elconde de Ugol ino muriendo con sus hij os en l as negras mazmorras de la torre del Hambre .

Ofel i a es el ideal . Por eso cuando se asoma al borde de ese abismo que se l lama corazón , pierde el j uicio , se vuelve loca . Su locuraes apacible . No denuesta , no ul traj a , no maldice . Cruza los cam

posrecogiendofloresy cantando versos aprendidos en su i nfancia .Nadie huye de el la , pero todos l loran al mirarla . Llega á l a margende un arroyo

,trepa á un cercano sauce para colgar al l í gui rnaldas

,

cruj e de súbi to la rama , cae la enamorada_pálida á las aguas , man

Page 84: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 85

t1enenla sus ropas,y sin dej ar de cantar un instante

,ceñ ida la sien

de ortigas y ranúnculos,se va hundiendo poco a poco ;ya sólosed ivisa su cabel lo

,que ñota en esparcidos ri zos sobre el

después el cristal ino espej o vuelve a uni rse,no le ruga ya n i un

solo soplo ¡Pobre Ofel ia !

¿Hamlet es un loco? Yo no conozco el l ími te que media entre laabsorción y la locura . Como en el un iverso fisico

,hay en el mun

do de l os espíri tus un punto,fuera de l a atmósfera terrena , en el

que los cuerpos quédanse suspensos , atraídos por fuerzas con trarias . La ley de l a pesantez debe gobernar elmundo moral como go

bierna elfísico . Sucede en las regiones ideales lo que pasa en laatmósfera : cuandose asciende mucho ,

los poros brotan sangre . Un

sabio está muy cerca de ser un loco . La demencia no es másquela prolongación de un sueno . S i el sueño es hermoso ,se l lama lal ocura Ofel i a ; si eshorrible , l e apel l idamos Hamlet .PeroHamlet ,se me di rá , no es un RaymundoLulio , no es un Faus

to; Hamlet—contesto ahora—esmás que esto todavía : es unsimbolo . Aveces he l legado á creer que en uno de los apocal ipsis desu genio

,Shakespeare entrevió nuestro siglo y le d ió ser en Hamlet .

E l n iño caduco de la tragedia i nglesa,es el símbolo de l a human i

dad que duda . Su ciencia no es la quese adquiere en las universidades ; la escuela de este n iño ha sido el corazón humano Vino almundo cargado de i lusiones . No supo plegar a t iempo su maletade quimeras

,n i ponerse

,huérfano de sueños

,en el camino de los

otros hombres . La real idad no perdona nunca a los que suenan .

Cuando es cruel,mata el alma , como mató el alma de Hamlet ;

cuando es compasiva,mata la razón

,como mató la razón de Ofel ia .

Hamlet esun … no que se h a asomado ya alabi smo . Todas sus esperanzasse convierten en duda , todos sus suenos de vida ensueños demuerte . No ama más que á su padre . No ;me engano , qu1ere

también á Horacio,su único amigo . ¡Admirable previsión del ge

n io de Shakespeare ! E l corazón del hombre es como el gi rasol ; s i elastro rey no apareciese más en el Oriente , acabaría por mori r ennoche eterna . Y la noche para el espíri tu es la muerte . Si Hamletno creyese en la amistad de Horacio ,

si no l uchara con el amor de

Ofel ia,dejaria de ser hombre , sería un monstruo . Cuando el equi

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86 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

1ibriose pierde por completo ,el corazónse rompe . La muerte es

muerte porque no ama á nadie .

Tengo para mi que la locura de Hamlet , fi ctici a ó no,es indis

pensable . Si nose fi nge loco , pierde elj uicio . Necesi ta que todos

lo j uzguen insensato para mostrarse tal cual es . Un momento másde preci sión ,

y su cerebro estal la . Aquel n iño caduco tiene la desgraci a de haber pensado muy temprano . Estas eñorescenciasprematu ras son siempre dañosas .

Si Hamlet es un loco,tamb ien lo es nuestro siglo . La misma du

da,el mi smo descreimiento , elmismo deseo impaciente del suicidio .Noshemos divorci ado de nuestra Ofel ia : el sen timiento Gerutha

es lafi losofía que ha matado ala rel igión para uni rse con Claudio,

elateísmo . No creemos en nada , pero elsueño de l a tumba noscausamiedo . Sabemos todo ,

menos la ciencia de la fel icidad . Como elAshaverusde Quienet , el j u icio fi nal ha de veni r á sorprendernossin que hayamos resuel to todavía los obscuros problemas del espiri tu . ¿Estamos locos ? ¿Somos sabios ? Hamlet , como nosotros , sólot iene una i nterrogación en elcerebro . A fuerza de ver el solse hadeslumbrado . Bueno es contemplar lo i nfi ni to ; pero si no nosinclinamosdemasiado sobre el parapeto de la real idad que nosseparadelabismo , elvértigo se apodera de nosotros ;la profundidad nosl lama . ¿Había caído Hamlet al abismo ?No sé en dónde concluyela misantropía , n i en dónde da comienzo la locura . Yo de mi sé de

ci r , que cuando mi ro aHamlet en l a escena ,me parece que sus plan

tas no tocan en la tierra .

Hamlet es el sueño hecho hombre .

Page 86: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

R O M EO YJULIETA”

El drama por excelencia delamor,es Romeoy ] ulz

'

cta . EnHamletpasa elamor rápidamente

,como una paloma perdida que vuela en

posde sus compañeras . En todoHamlet no suena un solo beso . EnOfelo apenas el amor ha aparecido

,cuando ya los celos lo han cu

bierto , como la marea cubre la pl aya . En Romeoy ] ulz'

eía elamor

llena todo el drama . De esta obra , como de un nido de novios , saleperpetuo rumor de besos .

Desde las primeras escenas, elamorse enciende . Es un bosque

que empieza a arder : ¿quién ataja elincendio de un bosque? Romeo entra al bai le y ve á ]ulieta . es—dice—la dama queenriquece la mano de aquel cabal lero ? » Su hermosura está pendientede lafazde la noche

,como una j oya val iosa de la orej a de una etio

pe . ¡Hermosura , harto preciósa para la posesión , harto exquisi tapara la tierra . ¿Mi corazón h a amado hasta ahora? ¡No ! ¡Juradlo

,oj os m ios

,porque hasta hoy habeis contemplado la verdadera

hermosura !Y Jul ieta

,como eco vibrante de ternura

,dice en otro extremo de

la sala :Nodri za

,ven aquí . ¿Quién es aquel gent i l hombre? Si es ca

sado , la tumba será mi lecho nupcial . »

Dos vidas se encuen tran y se j untan,y se funden en una

,como

dos gotas de l luvia . Ya nose di rá : Romeo ;ya nose di rá : Julieta ;

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88 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

ya siemprese dirá : Romeo y Jul ieta . Entre esas dosexistencias lamirada formó un nudo .

Seguid la marcha de ese amor : es la marcha de una vida . Va de

recho y rápido a la muerte,como laHecha al blanco

,como el hal

cón á la presa,como el alud a l a l lanura .

Brotó una noche,como esos árbolesfabulosos y gigantescos de l a

India . Se estremecieron las olas y surgió la i sl a ; se movieron las rocas

y brotó el volcán ;se miraron los dosy ¡he al l í el amor ! ¿Quién losdetendrá ahora ? ¡Quien mude la leyes de la gravitación ! Para el amory para la muerte no hay remedio . Se ama y se muere fatalmente .

En torno de Romeo y de Jul ieta gruñen losodios,como perros

bravíos antes de acometerse se en roscan l as espadas ; se cruzan losi nsul tos : busca el puñal al corazón . E l los nada ven :se miran .

—¿Cuál es tu Dios? Romeo .

—¿Cuál es tu patria ? Jul ieta .

Para el los nada existe fuera de ellos . E l amor es una i sl a habitada por dos : en el la viven .

¡Con qué rapidez cam ina elamor de Romeo y elde Jul ieta ! Apenasse han visto en el ba i le

,y ya Romeo

,en la misma noche , ron

da la casa de su amada ; y ya Jul ieta se asoma para esperarle , por

que está cierta de que i rá .

En las demás obras de Shakespeare hay muchas fi guras de primer plano . En Romeoy/ulz

'

eía sólo hay dos : los amantes . Los otrospersonaj es

,el padre Lorenzo , l a nodriza , T ibaldo , Mercurio , for

man el coro .

Toda la obra es un dúo que empieza en mi radas , si

gue en besos y termina en la tumba ! Así es el amor ! Lopintan ciegoporque es ciego para el mundo ; porque sus oj os sólo reflej an otrosoj os . Alrededor de Romeo y Jul ieta todos odian : el los aman .

Notad que en estos amores no hay celos . ¿Cómo h a de encelarseuna pupila de lo que vé la otra

,si ambas ven lo mismo? Las dos

figuras de esos enamorados pasan unidas en eterno abrazo y sin mirar a n inguno . No es un drama este .

de Shakespeare ; es música y

l ienzo . La escena del bai le , la escena del balcón ,l a escena delse

pulcro ,son pinturas . E l diá10go en elbai le , el diálogo en el balcón ,

el d iálogo en la tumba,son dúos . Cuando Jul ieta y Romeo hablan

,su coloquio esuna serenata . Cuando cal l an y se besan,son las

fi guras de un cuadrito veneciano .

Todo canta en eldrama ;el ruisenor en elgranado,l a alondra en

el árbol , la palabra en el verso . Ved elcuadro : l os vidrios de colo

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MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA. 89

resse enroj ecen,rubori zados por elbeso de la aurora . Las estre

l lasse ahogan,pál idas

,en las ondasfrías del alba . La noche huye ,

con el secreto de los novios . Elsueno , que no entró á l a alcoba delos j óvenes esposos

,bate las alas y se va , cansado de esperar .

—Ya

os acompañé cantando,oh fel ices amantesl— dice el ruiseñor , y se

—duerme !—¡Ya es hora,oh imprudentes !— dice la alondra que des

pierta ! Y viene la l uz , y con l a luz , l a vida y con la ,vida ,la desgra

cia . La noche nupcia l ha term inado . Jul ieta y Romeo se asoman albalcón , como dos aves á la corni sa del n ido . Quieren volar , pero notienen alas , y por eso la muerte , el cuervo negro ,

cae sobre el los y

los cubre .

—Ya habeis amado—dice talvez—ya os dió la vida cuan topuede daros; ya soi s míos !Ese es el cuadro : ahora oíd la música :

—¿Ya quieres parti r? E l día no aparece . Esos gorj eos

que te han alarmado no son losde l a alondra : son los de un ruiseñor que pasa toda la noche can tando entre las ramas del granado .

Creeme, esposo mío , no era la alondra , era el ruiseñor el que can

taba .

—Romeo. No era el ruiseñor, era la alondra que anuncia la

proximidad de l a aurora . Mira ,amor mio ,

mira las ráfagas de luzque van penetrando por l as nubes en Oriente . Las antorchas noc

turnas se apagan,el d iase va asomando por la vaporosa cima de

los montes .No tengo másremedio que marcharme y vivi r , 6 quedarme y perecer .

—Esas ráfagas de luz que tú ves , no son las de la au

rora : lasproduce un meteoro que te servi rá de antorcha y te alumbrataen elcamino de Mantua . Espera un momento : aun no es preciso que te marches .

—Rom:º

a.

—¡Bien ,esperaré ! Si me prenden ,

si me l levan al cadalso, sea en hora buena : te habré complacido . Puesto que tú lo quie

res , d iré que a aquel resplandor no esel de la aurora , sino un reflej opál ido de luna ;que esos trinos que resuenan sobre nuestras cabezas ,a l to , muy al to , en l a bóveda del cielo , no son losde la alondra .

»

Menos temo el quedarme á tu l ado que elparti r . ¡Venga la muerte ! Pero ¿qué es lo que tú miras con tanta atención ,

amada mía ?

Respóndeme , bien mío ,respóndeme

.

—¡Esde día ! ¡Esde día ! ¡Huye , márchate ,ale

_1ate presuroso ! Es la alondra que can ta ;la reconozco en sus agudos tr inos !¡Ah , l íbrate de l a muerte , la luz va extendiéndose más y más .

»

1 2

Page 89: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

90 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Esta escena es toda de Shakespeare,es delgenio . Bendelio ,

el

novel ista i tal iano,de quien tomó Shakespeare el argumento de su

drama,apenas la i nd ica : á [a j ne comíncz

'

ando lº

aurora a valer uscz'resí bacz'a rono

,estrettamente abóaa '

aronogli amantz'

,etplem

'

a'z'

lag rz'

me

sospz'resz' dz'ssero ¿año.

En el drama ¡cuánta ternura ! ¡cuánta vida ! Solo hay otra escena á l a que ésta puede ser , aunque remotamente , comparada ; unaescena delpoema indio S acontala . A punto de abandonar la casa

paterna, Sacontalase siente deten ida por el velo :

Sacontala — ¿Quién tira de lospl iegues de mi .velo?Un anciano.

—Elcabritillo que tantas veces has al imentado con

granos desynmaka .No qu iere separarse dell ado de su bienhechora .

S acontala . Por qué gimes , t ierno cabritillo? Me veo en l a

precisión de tener que abandonar nuestra común morada . Cuando á

poco de haber nacido,perdiste á la madre

,yo te tomé baj o m i pro

tección .Vue'lvete á tu pesebre , pobre cabritillo mío : ahora es preciso separarnos .

Amar ó haber amado : eso basta —dice un gran poeta . YaJul ieta y Romeo

,amaron : ya pueden mori r

,porque han vivido ya .

Viene la luz para la naturaleza y viene la sombra para los amantes . E l alba da á los j óvenes esposos pal i dez de cadáver . Jul ietad ice en elbalcón :

¡Dios mio ! ¡Un presagio fatal habla en m i alma ! Ahora queestás alpie de mi balcón

,me pareces un muerto en elfondo delse

pulcro . O me engañan mis oj os 6 estás muy pál ido .

Y Romeo responde :—Creeme

,amor : tu estás muy pál ida también . La árida angus

tia bebe nuestra sangre .

Desde esta desped ida,el drama se ennegrece . Termina la sere

nata y empieza un himno funeral . E l monj e que dá el n arcótico áJul ieta ; el herbolario que vende eltósigo á Romeo

,sonfi guras ne

gras , pero fi guras acciden tales , episódicas , que no distraen l a vistadel grupo principal . E l amor , exclusivo y único , absorbe la atención delespectador . Aparecen como nubosos

,como esfuminados,

los padres de Jul ieta . Quieren casarla,y el la hasta con dureza les

responde , porque ya no esde el los ; esde él .

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92 MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA.

ci ncelada por egregio artista , el d ictamo que guardas blandamenteembriaga ! ¿Qué culpa tienes de no ser Anfora n i Urna , sino elAnfora y la Urna de losdos amantes , obrafueron del Gen io que lesdió á la i nmortal idad ?

En la música de Gounod hay devoción,car1no . Lleva ell aflores

á l a tumba,que es a perenne monumento ;» l lora arrodi l lada en la

gradería de mármol negro ; apoya el codo blanco en l a baranda esbel ta de la escal inata ( Pasan lasnotas , como coro de novici as , cirio en mano . Y este fúnebre séqui to es el que Gounod encabeza yrige . elque hoy acaso sal e á recibirle en el mi sterioso rei no del as sombras !

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LO POSIT |VO .'

“En la noche del 2 5 de Octubre de 1 862 ,un públ icoselectisimo

aguardaba con impaciencia en el teatro de Lope de Vega la representación de una comed ia , tomada delfrancés, t i tulada L a Posz'lz'vo,

y

acerca de cuya elaboración misteri osase hacian comentarios.Los

quese daban por mej or enterados decíanser de D . Joaquín Estébanez , seudónimo , si n duda , de algún escri tor conocido ;y ,

en efecto,

esefué elnombre que anunció un actor cuando el públ ico, enamo

radísimo de la obra , l l amó al actor repetidas veces . ¿Don JoaquínEstébanez? ¿Quién es ese cabal lero?se decían todos Y los

conocedores de la l i teratura contestabanz—¿Quién ha deser? ¡Tamayo !

Y alguno caía en l a cuen ta de que lafamosa Bausse l lamabaJoaqu ina y que Estébanezera el úl timo de sus apell idos .

En efecto,

Tamayo h abía cambiado de nombre , pero no de naturaleza l i teraria y artística

, y elmisterio era tan desc ifrable ,como si unjard inero

cambiase de nombre á las rosas sin cambiarlas.Aquel arre

glo no pod ia ser de nadie más que del principe del teatro con tem

poráneo , dominador de l as obras aj enas como de las propias ; tanfel i z en elsaber cercar como el saber desbrozar

,t ransformar y en

grandecer cuanto encontrara de su gusto ya creado . La Posz'tíw esuna imi tación de la comedia de León Laya Le D uc/ob, estrenadaen París , el año de 1859 . ElD uque/ob tiene once personas , cuatroactos y cincuenta escenas . En La Positivo,

el número de personas

está reducido á cuatro, á ve inticuatro el de escenas , y el de actos á

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94 MANUEL GUTIERREZ NAJERA

tres . E l diá logo es casi n uevo ; los caracteres y el desarrol lo de l aacción difieren no poco , y si n vaci lación puede asegurarse que el

pensamien to moral aparece más concreto . Es tan conocida esta producción—modelo , tal como la hemos visto , del real ismo más sim

pático y de l a poesía más práctica —que parece inú ti l detenerse aquí

en su elogio LoPositivo ha resul tado comedia española contemporánea como n inguna . Ceci l i a esmadri leña de pura raza ; ca lculadora ,

mientras no ama , derriba desdeñosamente sus columnasde número cuandose l a rebela elcorazón .

Cecil i a ha consentido en dar su mano á un aspi rante á banquero,

á un millón colorado , gordote , osten toso y magnífi co , de esos quehacen i luminar en sus retratos las sortij as

,la cadena del reloj

,

losbotones delchaleco ,elalfi ler de l a corbata y los gemelos de las

mangas de l a camisa . Ni el l a le quiere , n i élá el la . Pero elpadre

de Ceci l i a es rico y el nov io debe serlo . Ceci l i a está por lo posi t ivo ,y lo posi t ivo ,

en el primer acto,es tener mi l lones . Rafael , su primo

opina que lo posi t ivo es quererl a y ser correspondido por el la . ¡Sl

Rafael nofuese pobre ! ¡Elque es tan bueno !Nofalta quien le digaá Ceci l ia que con d inerose puedefundar una casa espléndida , pero

no unafami l i a dichosa ;quien evoque lostristes d ias de l a vej ez sincariño

,siguiendo á losborrascosos placeres de la j uven tud

Ceci l i a echa sus cuentas Talvez con lo que el la tiene dedote y lo que su primo conserva de sus rentas , se puede conci l iar ,quererse mucho y gastar de largo ; pero la ari tmética contesta que

no puede ser .

Sin coche,sin palco

,si n mesa para los amigos

,sin muchos traj es

,

si n veranear en el extranj ero , ¿se puede vivi r?La Consuelo de Ayala resolv ió que no; Cecil i a concluye por deci r

quesí .Pero—y en mi concepto este es un capital defecto de la obra

Ceci l i a no se resuelve por l a eñcacia de su propio sentimien to , sino

por advertencias exteriores , completamente aj enas á la acción : una

carta providencia l la cura delafan de lasriquezas , y se entrega enbrazos del amor honrado y pobre .

Si n embargo,como cuando la Providencia i nterviene una vez en

una comedia,concluye por arreg l arlo todo , Rafael, antesde casarse ,

hereda de un amigo unos cuan tos mi l lones .

Con lo cual queda probado , contra lo que Laya y Tamayo quisieron ta l vez , que lopositivo esamor y virtud y dinero .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 95

E l trabaj o de Tamayo es la quinta esencia del trabaj o de Layabasta deci r que uno de los personaj es másconsiderables de l a comediafrancesa ha sidosubstituido por una referencia de l íneas , conventaj a : l a madre de Ceci l i a . Es curioso también ver cómo Tamayoaprovecha las ocasiones para acen tuar su rel igi osidad l i teraria .

En ElD uque job, Rafael y Ceci l i a (j ean vEmma ) convienenen comparti r con los pobres losheredados mil lonesTamayo les hacedesti nar parte á sufragio por el alma delamigo á quien heredaron ,

es deci r,nombra herederos también á los curas . Lo Positivo es la

comedia máspopula r de Tamayo .

La genera l idad del públ ico le cons idera ún ico autor , y yo recuerdo que un afi cionado a l teatro , á quien presté el ej emplarfrancés, me dij o de buena fe :¡Este Laya le ha echado á perder la comedi a á Tamayo ! —Creía

que eltraductor era Laya , y era disculpable ta l error . Lo mej or setiene por original siempre .

La prosa de Lo Positivo es célebre : es como túnica de senci l lospl iegues

,suelta y honesta

,que dibuj a las formas escul turalmente :

prosa n ieta de Morat ín .

viese Ud .

—dice Ceci l i a á su tío—qué bueno es amar ! —Parece como que unase hace mej or

,como que el a lma se engrandece

yse eleva . Desde que amo á Rafaelse me fi gura que quiero másá mi padre

,y á mi hermano

,y á Ud . , y almundo entero .

»

Esta prosa es,sise qu iere

,sangre azul

,pero sangre pura del co

razón .

De esta manera j uzga el Sr . D . Isidoro Fernández Flores , másconocido entre la gen te de letras por el seudónimo de Fernanñor ,la obra que pocas noches hace vimos representada en el teatro Arbeu adonde toda incomodidad tiene su asien to»— por la compañíadramática delSr . Burón . La citada critica pertenece á un l ibro verdaderamente monumental , ideado y di rigido por el ten iente de navio Don Pedro Novo y Colson

,y publ icado en Madrid con el título

de los “Autores dramáticos contemporáneos .»

Todavía recuerdo la primera impresión que dejo en mi án imoesta comedia de Lo Positivo. Por segui r amándola , comose ama áuna novia para siempre ausente

,desearía no haberla visto ahora !

Yo no sabía en tonces que era un arreglo de ElD uque] oó , ni cono

cia de oídas siquiera,á León Laya , su genuino autor . Creo que

hasta me gustaban las comedias de Don Luis Mariano de Larra .

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96 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Temporamutauíur,elnosmuíamur z

'

u z'

llz's! Cayómástarde en mis

manos la obra original—aquí está todavía con su forro color deperla—y de tal manera me agradó

, que tomé para campar en la

prensa y como estrambote l i terario ese nombre romántico del D a

que/ob. Tempusedax rerum/No recuerdo qué extrañas y recón

d i tas afi n idades había en tre esta comedi a y yo ; hubiérala robado ,como hurta el n iño

,si n curarse de cánones morales , el obj eto que

le gusta ; y hoy , que tras larga ausencia he vuel to á verla ;hoy que ,en cierta manera

,

'

vivo atado á el la por el v inculo ó parentesco del

seudónimo que uso , no me gusta ! ¡Sol té al cabo esta frase dura yla mantengo !No es raro

,en verdad

,que un muchacho

,sobre todo si es po

bre,guste de esta obra

,en la que tan tose sermonea contra losbie

nesmateri ales , y en l a que sale tan bien l ibrada la pobreza . A tal

edad y en tales ci rcunstancias , oímos con dele i te losrelatos fabulososcuyo desenlace es el matrimon io de un trovador desval idocon la hermosa hij a delrey . Lospoetas , losnovel istas y los autoresdramáticos que arreglan el mundo , con mayor misericord ia que

la Providencia ,son nuestros amigos . ¡Y qué bien suena en los oí

dos de quien anda á maltraer,pulcro el domingo y de trapillo entre

semana,eso de que el di nero esmenospreciable para lasalmas ver

daderamente grandes , y que en l a honesta med ian ia residen ,como

en heredad propia,l a vi rtud y la ventura ! Lo Positivo y las demás

comedias de su indole,arrancarán siempre aplausos

,porque siem

pre habrá pobres ;y pobres que se enamoreu ;y pobres que crean á

pie j unti l las en que es posible azgar un premio de la loteria ó des

cubri r cri aderos de diaman tes en la cal le ; y pobres , ávidosde queun personaj e veríd ico ,

á j uzgar por la traza, por l a seriedad y por

los años , l es d iga en prosa ó verso ,desde e l tablado

, que el amoral lana todos losobstáculos y vence todas lasfuerzas ensoberbec idasde la materia , y satisface todas las necesidades ! Esa Ceci l ia que aglomera sumas en el papel

,para l legar á una resta total , nos parece

angél ica . E l marqués , el marqués tan sentencioso y tan probo , tan

d icharachero, tan co nvencido de que lasriquezasson van idad de

van idades ,se nosfigura un mago amigo ,poseedor de amuletos ca

bal ísticos , cuya vi rtud atrae y añanza l a fel i cidad . Y después delgeneroso desprendimien to de Ceci l i a

,de las condescendencias de D .

Pablo y de lossermones edifican tes del marqués,j uzgamos noso

lamen te posible , sino probable , lógico , natura l , evidentisimo, que

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MANUEL GUTIERRE Z NAJ ERA . 97

Rafael herede ó gane el premio gordo ; que l luevan onzas y que eldrama acabe con un gran apotéosisfi nal , en elque aparezca patente

la Divina Providencia en trono coruscante de oro y plata . Todo el loestá en nuestro código moral ; todo ello está en lasleyes inflexiblesde la j usticia distribu tiva nuestra ;y lo creemos y decimos de quienes no lo creen

,que tienen los bi l letes de Banco muy moj ados !

¡Ay ! Yo también lo creía como lo cree ese j oven á quien estoyviendo aún en l a memoria

,y que aplaude á rabiar cuando Burón

declama , á manera de Kempis mundano ,contra la codicia y la so

berbia . Pero esta creencia y el sarampión,son enfermedades de ni

ños , y como ha t iempo , ¡mucho tiempo ! que la n iñez huyó de mícorriendo y traveseando

,ya no me gustan l as comedias de magia

n i el ElD uque] 06 de León Laya , ni Lo Posi tivo de D . Manuel Ta

mayo y Baus .

El crítico á quien he citado arriba t iene la comedia de Tamayo

por mej or que lafrancesa . Disien to de su parecer . A haber dicho queestá mej or hablada escri ta con más unción y más ternura salpicada

defrases é ingeniosidadesmásoportunas , nada le obj etar1a ; pero encuanto á la traza dramática

,al movim ien to escén ico y á l averosimi

litud relativa de los caracteres,l a obra origin al essuperior . Comence

mos por el carácter del D uquej ob. En la comedia de Laya éste es unpersonaje que t iene vida propia

, que habla ,se mueve , in terviene activamente en lafábul a dramática

,l ucha , goza ,

padece y obra por s í

mi smo . En la comedia de Tamayo es un personaj e pun to menos quei nvisible

,un títere cuyas pitas mueve el marqués

,un atarantado

que sólo sale á escena para contarnos que acaba de cometer alguna

nueva tontería,ó para tararear un ári a de zarzuela ! En Lo Posz'íz'oo

,

el verdadero protagon i sta es elmarqués . A él , en rigor , l e tocaba

casarse con la muchacha ,porque él l a enamora

,é l castiga su van i

dad,é l la soj uzga . A Rafael le dan todavía de comer , acercándole

l a cuchara á l a boca , y le ponen babero para que no se ensucie .

Al Sr . Fernández Flores le pareció un mérito que Tamayo redujese á cuatro los once personaj es del D uque j ob. Esto dependedelpunto de vista en que se si túan por rutina casi todos lospoetasdramáticos españoles . A ellos no lesgusta que intervengan muchospersonaj es en un drama

,entre otras cosas

,porque no tienen actores

que los representen . Son partidarios de la l i teratura dramática porel si stema celul ar . Pero lo que economizan en fi guras de carne yhueso

,lo despilfarran en pal abras y lo pierden en vida . ¿Qué acaece

13

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98 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

por ej emplo,en lo Positivo? Que casi todo se reduce á monólogos

de Ceci l i a y á sermones delmarqués . Ni servidumbre hay en esacasa

,y parece extraño que no haya en el la algún criado á quien pe

dirl e un vaso de agua,sobre todo si se a tiende á que Ceci l i a y el

marqués deben tener la boca seca de tan to hablar . Parece bien ali ntel igente y galanísimo Fernández Flores que el Sr . Tamayo dej ara á Cecil i a si n madre ;y á mí paréceme muy mal , porque de ma

dre,y madre buena

,ha menester esa locuela vanidosa

,para que la

dé consej os buenos,y la inñuencia de éstos contribuya eficazmente

á la enmienda de su carácter . Tal se supone en la obra de Laya .

Otra excelencia que en Lo Positivo encuentra Fernández Floreses

,que en elreparto de la herencia toque una porción á los cu

ras.Esto ha de parecerlesmuy bien á los señores curas ; pero no

atino por qué ha de parecernos bien á nosotros . Semej ante donación

no qui ta defectos n i añade bellezas á l a obra . La supresión del ban

quero con quien la n iña va á casarse , es muy pocofel i z . No es tanextraño que el l a , en fmde cuen tas , renuncie a l en lace , porque nive n i oye al prometido ;y nosotros mismos , áfuerza de esperarle sinque l legue

,nossen timos tentados de gri tar á Rafael : Hombre

,no

se añija Ud . tanto , que puede ser que ese Muñoz no exista !

Losautores franceses dan á sus obras dramáticas másaparienci as de vida y real idad , y para conseguirlo echan mano de persona

j es secundarios .No es natural que en una casa sólo haya monólogosy diál ogos

,como sucede en la casa de D . Pablo , y esto durante todo

el día y tod a la noche , y duran te varios d ias y varias noches . Seme di rá que esto se hace en obsequio á l as reglas admitidas

,á las

famosas unidades , etc . ;pero yo contesto con el insigne Lord Macau

l ay : ya puestos á dar reglas , no alcanzamos por qué no se estable

cen otras del m ismo género , por ej emplo , unafijando el número deescenas de cada acto en tres ;otra el de los personaj es del drama queno podrían ser más n i menos de d iecisei s ; otra , el número de ver

sos de cada escena que sería par y decimal ;y otra , fi nalmente , porla cualse declarase de una manera clara y terminante , que cadatrein ta y sei s versos había de haber un dodecasílabo .

»

L o Positivo resul ta una comedia singul armente monótona . Y áeste v icio agréguese otro que no tiene el D uque] oó , el sermoneo .

La lección moral de una fábula dramática , si lección moral encierra ,

debe desprenderse de el la misma . Cuando voy al teatro no quiero

que me digan esto esbueno y aquel lo malo,si no verlo . En Lo Po

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Ioo MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

que sien ta el temor de que acarree desgracias ;bien sé que da sati s

facciones y placeres ; pero yo te lasacriñco porque te amo !

Y sobre todo,Sr . Tamayo , ¿en dónde ha visto Ud . que una carta ,

un trozo de id i l io ,no sólo modifique si no vuelva por el revés todo un

carácter? Aquí no hay real idad,aquí hay milagro , como el de l a con

versión de Saulo en el cam ino de Damasco ! Ahora caigo en l a cuenta

de por qué hace Ud . que den dinero á los señores curas . ¡Misa , ymisa solemne debe cantarse en acción de gracias del prod igio !

Pero yo no aconsej aría á Rafael quese casara con Cecil ia . Hoy—le digo—se entrega á tí al ocadamente pero luego verá que no to

das las quese casan con un hombre rico han de caer por fuerza enla desgracia y la deshonra ; luego aparecerá en el la el carácter seco y

van idoso que momentáneamentese ha ocul tado ,y deseará lo que

siempre ha apetecido y te engañará porfuerza ,puedes creérmelo !

Porfortuna , este es el momento de la comedia , del apotéosisiinal : Rafael hereda , él esrico ,

el la esrica,todos son ricos

hasta los señores curas quedan ricos ! El Sr . Muñoz avisa que si em

pre nose casa y planía á Ceci l ia ¡Ya decia yo que este Sr .

Muñoz no había deser estorbo para nada ! Y con la noticia de l a

herencia sal imos mástranqui los del teatro,y nos preocupa menos

el porven i r de los novios ;pero l a tesi s 6 l as tesis del d rama quedan

falseadas ;ya no hay sacrifi cios , y resul ta lo que había de resul tar , loque es muy cierto , que el di nero es necesario . En resumidas cuentas

,Rafael no conquista á Ceci l ia ;se la saca en l a lotería , l a acierta

en la ruleta . Es verdad que el la ya estaba decid ida áser pobre , perocontando con su carácter y con todo lo que hemos v isto y oído ha

cer y hablar en la comedia , no creíamos en la perseverancia de su

propósi to , y hubiéramos pedido otro acto para ver si de veras se casaba

,y otro máspara ver si eran dichosos .

La obra esfalsa , los caractéresde los personaj esson inexplicables

,porque si n i r másl ej os

,si ese padre tan avaricioso y duro en

los primeros actos , había de acabar sin lucha y sin esfuerzo , poracceder á todas las peticiones de l a hij a , y por resignarse á mante

ner alnov io , 6 el Sr . Tamayo lo calumnió al principio 6 todos

se volvieron locos de tan to estar encerradosy sin visitas en la casa .

La obra esfal sa , decía ;pero ¡qué ingenio el de Tamayo ! ¡qué l impidezde esti lo ! ¡cuánta gracia y cuánta ternura en algunas escenas !

¡qué hermosasfrases ! ¡cómo encanta Cecil i a al leemos l a carta de suamiga ! Y—para —conclu ir—¡cuánto talen to tiene la Srita . Casado !

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A S EC R ETO AG R AV| O ,

S EC R ETA VE N GANZ A .

Pudiera hacerse un muy curioso paralelo entre lasadúlteras delteatro antiguo y las adúl teras del drama moderno . No tengo el oc ioni los estudios suficientes para establecer este parangón pero burl aburlando , y áfalta de otro asunto para m is habituales pláticas cone l lector , apuntaré muy breves observaciones sobre este punto demoral l i terari a . La cuestión es de actual idad , puestoque acaba de re

presentarse en elteatro la comedia A secreto agravio,secreta ven

ganza , » de D . Pedro de Calderón .

Fijaremos , pues , nuestra atención en esta obra hidalga y en algu

nas otras delmismo autor, ya que estudiar eladul terio en los diversos

teatros antiguos, 6 aun cuando sólo fuere en los principales autores

españoles , sería empresa propia de un l ibro voluminoso , y no de un

artículo de poco momento . Las mujeres,en el teatro de Calderón ,

no están dibuj adas con tanto vigor y energía como los hombres Son

verdaderas tapadas,cuyos rostros no pueden verse sino áfavor del

viento que entreabre sus mantos,6 tras losbarrotes tupidos de las

rej as . ¿Qué creacionesfemen i les nos dej ó el gran Don Pedro , comparables en vigor y alteza

,al S eg ismundo de la “Vida essueño ; al

Tetra 7 ca de] erusalenz, alAlcalde de Zalamea,al /Ven'ica desu honra ;

ó al D on Lope,de aA secreto agravio

,secreta venganza ? » Lospersonajes mascul i nos eran los que él trazaba con cuidado escrupuloso

dej ando á l as hembras,por honestas y hermosas que fueran ,

en el

segundo plano de sus obras.

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102 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Semej ante preferenci a no debe achacarse á menosprecio por l amuj er . La verdad es que en la época de Calderón los varones erantodo y las damas vivían reducidas al papel de i nspi radoras de l os

poetas,ó pretextos obl igados de sus versos. Fuera de las haciendas

domésticas,los galanteos, los bai les yfestej os cortesanos , l a muj er

no tenía en otras esferas más ampl ias la sign ificación y la importancia que tiene hoy . E l rendimiento con que l a celebran lospoetas yla querían losamantes

,nacía de l a comezón de discretear , tan común

entonces . En apariencia , la muj er de aquel las épocas re inaba comorein a absoluta : el la d iscern ía en las j ustas y torneos lospremios reservadosal valor , á la puj anza y á la destreza ; el la era elobj eto de

todos loscantos y de todas lasñestas. Mas si estudiamos de cercael estado social de aquel la época

,veremos que la mujer era cousi

dérada,enfin de cuentas

,como un ser bel lo

,amable

,frívolo

,propio

,

por su m isma debi l idad,para que lossoberbios h idalgos le rindiesen

vasal laj e si n mengua de un decoro suspicaz ;pero que no tenía sino

cortísima i ngerenci a en losasun tos trascendentales de la vida,y és

taba en elhogar suj eta al hombre, por cuya merced y gracia recibía

los t ítulos de rein a,n infa ó diosa .

Calderón trató á l as hembras con l a misma y aun con máscortesia

, que sus coetáneos pero sin sacarl as delcírculo á que l as re4

ducían l as costumbres de la época .

Las muj eres de Calderón dicen é inspi ran versos muy gal lardossonfi nas en el querer , suti les en el pensar;buenas y honestas cuandohablan por la ventana con elnovio; j amás consienten que éste las

requ iebre,si no con extremada decencia y absoluto rend imiento ; y

cuando rebozadas,con paso breve

,sal en de aventura

,no van á co

meter deshonestidadesn i cosa que lo valga ,si no á impedi r que los

r ivalesse acuchi l len,ó á escuchar larguísimasti radas en las quese oyen comparadas con elsol

,con lasestrel las

,con lasflores y con

l as bel las habi tadoras delOl impo ;en tanto que la dueña quitañonacharla con lo gracioso recordando sus ya remotasmocedades . Po

dríamosdeci r que las heroínas de las antiguas comedi as español asson muy afi cionadas á lo que hoyse l l ama la pero con much ísimo másrecato que l as misses de hoy .

Con elteatro de Calderón,no podría hacerse lo que Paul de Sai n t

Victor , ueróz'g ra tía , hi zo con el teatro de Shakspeare y con losotrosde Goeth te : en tresacar los pri ncipales personaj esfemeninos y estud iarlosaparte . Las mujeres de Calderón son punto menos que iden

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1 04 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

tre el los . En la comedia española vemos una escena de noche , en

que desnudando á Marienesusdoncel las y viéndola pensativa ypreocupada con el pensamien to delfata l destino que la amenaza ,cantan , para distraerla , aquel los sentidos versos del Comendador

Escriba , que se encuentran en l as j oyas primi tivas de l a poesía po

pular espanola,atesoradas en el primer Cancionero g enera/:

Ven muerte tan escond idaQue no tesienta venir

,

Porque elplacer delmorirNose torne á dar la vida .

Versos y cantos bel l ísimos que recuerdan la escena de l a tragedia inglesa eu l a que

,poco antes de la muerte de Desdémona ,

cuando habla con Emil i a que la está desnudando , en tona ésta la viej acanción del Sauce .

»

Por lo dichose vé , que las heroínas del Médico de su honra , »

y del“Mayor monstruo , los celos , »son i nocentes ;Herodes qui ta lavida á Mariene

,porque no quiere que otro la posea . E l p intor D .

Juan Roca , y Sol ís , matan á sus muj eres , porque los heroes de Calderónson muy pundonorosos siempre ; pero á las veces suelen sermuy brutos .

Don Juan Eugen ioHa '

rtzembusch observó que a elprincipio del

honor profundamen te arraigado en España por aquellos tiempos,hacía bárbaros á algunos maridos celosos

,hacía heroínas subl imes

á algunas muj eres,y probablemente honradas á casi todas . El las

val ían mucho más que el los .» Yo no voy tan al lá como el crítico es

pañol, en esto de aseverar que e l principio del honor << hacía honradasá casi todas

,» pues adúl teras hubo entonces como ahora ; perosi creo que el ci tado pri ncipio

,an taño como ogaño ,

ha salvado lahonestidad de muchas y puesto á raya el deseo de los cortej os . Enc ualquier l ibro de esa épocase l een verídicas historias de muj eresque dan l a vida por no perder la cast idad . Abro al acaso loscuriosos<< Avisos de Pel l icer

,y hal lo estas dosnotici as que probable

mente i nspiraron e l Pin tor de su deshonra .»

28 de Jun io de I 643 .

—Ha sucedido en estos días un caso que tieneescandal i zada á l a corte , por el hecho y lasci rcunstancias . Estefuéel robo de la hij a de un contratante en l ienzos

,muy rica y con treinta

m il ducados de dote . Hízolo un hermano de la madrastra de l a moza

,que deshauciado de quese l a d ieran por muj er , i ntentó lafuerza ,

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MANUEL GUT IERREZ NÁJERA . 05

y acompañado de amigos con armas defuego y un coche de cuatromulas

,l legó á l a casa

,y armando de noche una pendencia , sal iendo

á la tienda la moza y la madrastra , l a cogieron , y metiéndola en elcoche dispararon pistol as para atemorizar á la gente y que no los si

guiesen . Corrió el coche muchas cal les de Madrid , dando por todas

partes grandes gri tos la robada,de suerte que todos creyeron , dado

el aparato y estruendo, que sólo alguna gran señora podía atreverse

á caso semej ante y tan violento . Pararon en la casa preven ida , don

de la moza , dicen ,se defendió con arte del hombre , diciendo : que

supuesto que debía de ser su muj er , no quería parecerlo si no hastaestar desposada . Hizo una cédula , y á la mañana , por el rastro de

un notario delVica rio,cogió al agresor y á otros dos cómpl ices el

alcalde D . Enrique de Sal inas . Están en la cárcel , yse entiende losahorcarán elj ueves ; y por ahora no se habla sino de esto , y de dosmujeresque han muertoamanosdesusma ridospor adúlteras, elunopintor y elotro bodeguero .

»

AVISO D E 1 4 D E JUN IO DE 1644 .

<< Suced10 cuatro d ías ha, que Alonso Cano ,

pintor de granfama ,tenía un pobre que acudía á su casa para copiar de él los cuerpos

que pintaba,y estando él fuera de casa y la mujer en la camasa

grada (virtuosísima cri atura) , el pobrese quedó cerrado en elobra

dor , y sal iendo alaposen to de la muj er,l a mató con qui nce puña

l adas con un cuchi l lo pequeno . Escapóse ,y á el la la encontraron

con matas de los cabel los delpobre en las manos . Vino su marido ,y por ind icios de disgustos que había tenido con el la y sobre moce

dades suyas , l e prendieron y le dieron tormento : negó en é l haberlahecho matar , y hase recibido la causa á prueba , y se cree está sinculpa .

»

A estas notici as inspi radas del << Pin tor de su deshonra,» pueden

agregarse estas otras másatroces :AVISO D E I6 D E OCTUBRE DE 1 640 .

Esta semana pasada , el j ueves , quemaron á un hombre .

y el d ía siguiente ( 1 2) ahorcó el consej o de guerra á un soldado

( alférez , dicen que era ) , porque cometió uno de los mayores del itos

que supo inventar de horror . No queriendo consenti r en sus torpe

14

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106 MANUEL GUT IERREZ NAJERA .

zas una doncella honrada,la mató

,y después de muerta cometió una

y otra vezel del ito que el l a no quiso consentir estando viva, per

diendo primero la vida que l a vi rgin idad ; caso atroz y apenas vistosi no en tre bárbaros .

“Jun io de 44 .

—Vino también nueva dellucero l astimoso de Euja ,

en que dice n que un rel igioso requirió d e amores á una doncel la h ij ade confesión suya

,y que habiéndola ten ido cerrada en el convento

algunos días,la mató y enterró . »

En estos y en otros sucesos semej antessefundaHartzembuschpara decir que el las val ían másque el los;y verdaderamente es ejemplar y digno de alabanza el n oble esfuerzo con que tales muj eres

defendieron su pudor . Lasheroín as del Pintor de su deshonra , » y

del Médico de su honra , fueron también muy animosas y resuel tas;maslos brutales , si n reparar en el lo , lesarrancaron la existencia .

D . Lope de Almeida , en ( ( A secreto agravio,secreta venganza , »

¿estan cruel y bárbaro como Roca y Sol ís Esto esl o que estudiaremosen otra ocasión , para poner de manifi esto el pensamientofilosófico de l a obra , y compararla con los modernos dramas de adulterio .

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108 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

cia trabazón de sus espaldas . Es una musa amazona , que avanzaá conquistar elrei no de la música

,pisoteando á l as que , raquíticas

y entecas,se oponen á su paso . Esla dominadora ; escoged , pues:

ú os apartais pruden tes para abrirle paso,ó morís aplastados por su

fuerte clava . Taleselcalor de la sangre que hierve y salta , no corre por sus venas

, que h asta un le ama esen sus labios elrugidode la pantera que contempla muertos sus cachorros . Los gatos sólo

saben maul lar,pero los leones rugensiempre . ¿Que no esclásico?

Pues yo os contestaré con aquellafrase de Víctor Hugo en el estrenode su drama “Hernani : esto no esclásico

,pero lo será .

»

R igoletto esun bufón,unser deforme , elt ipo de lafealdad hu

mana,l a protesta con tra la t i ranía de l a hermosura . R igoletto esde

forme; por eso esbufón . La bel leza ayuda siempre á la benevolen

cia . La fealdad es una gran colaboradora de loscrímenes . Si Byron

no hubiera sido coj o,no habría escri to e l Don Juan .

» S i R igolettono hubiera sido un monstruo

,no habría logrado elt í tulo de bufón .

R igoletto era malo,perverso

,con una maldad , una perversidad re

ñexiva . Eldesprecio en que la corte le tenía , las carcaj adas que por

do quiera eran su anuncio,i ban dej ando en su alma los fermentos

de un od io reconcentrado,frío

,pero mástemible aún que otro nin

guno,como que estaba ayuntado á la impotencia . Los seres que más

miedo me in spi ranson los que l lamamos impotentes . Los leones

hincan la garra en nuestro pechofren te á fren te . Las víboras muer

den cautelosamente por lasplantas . R igoletto , incapaz de vengarsecon la espada

,hería y h asta mataba con la lengua . La sáti ra es

casi siempre elproducto de la fealdadfísica ó moral. Un hombre'

sano de espíri tu y de cuerpo,satiri za con difi cu l tad ,

y si lo hace ,susHechas

,como las del pastorVirg iliono ,

van nunca envenenadas .

R igoletto odiaba á éste porque era hermoso,á ese porque era noble , á

aquélporque era rico,ésto es

,odiaba porque él no era noble , n i era

rico , n i era hermoso . R igoletto esdeforme . R igoletto está enfermo ,R igoletto esun bufón de corte : << triple miseri a que le convierte en unmalvado

,como dice Víctor Hugo expl icando elcarácter de Tribou

let. Odia al rey porque es rey ,á los señores porqueson señores , á

los hombres porque no tienen todos una j oroba en la espalda como

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 109

él . Depraba á su señor , le corrompe , le embrutece ,l e l leva á la t i

ranía,á l a ignorancia

,al vicio ; l e suel ta como un lebrel de caza en

el seno de lasfamil ias,señalándole l a muj er por seduci r

,l a esposa

por deshonrar , l a hij a por corromper . En sus manos no es másqueun ariete todo poderoso que le si rve para romper l as existencias queleson odiosas . R igoletto odia todas las formas bel las de la naturaleza .

Pero en el a lma depravada,asquerosa , repugnante de este mons

truo , hay una parte luminosa . R igoletto es bufón ,pero es padre .

Aquell a hij a suya le recuerda elúnico ser que vertió una gota deamor en ese vaso de odio . La ama ,

porque no prorrumpe en una

carcaj ada al mirar su fi gura grotesca,porque le sonríe , porque le

habla , po rque le acaricia ,porque le besa . El mendigo á quien to

dos arroj an con el pie , besa la mano del que le da hospedaj e , casa ,abrigo . R igoletto no puede ocul tar á G i lda la vergiienza de su alma .

Jun to á el l a esun monstruo , pero no esbufón . Es horrible,pero

no es perverso . La ha ocul tado en la casa mássol i tari a,en elba

rrio másdesierto,al l í donde nad ie la mire , donde nadie l a toque ,

donde nadie l a con tagie . Así como educa á su amo para el.

mal,

educa á su hij a para el bien . Son sus dos discípulos , y mientras másazuza al v icio al uno

,más quiere la vi rtud para la otra . Como él es

malvado,como sabe todo lo que se padece por elmal , quiere que su

hij a sea muy buena .

Pero hay un momento en que estas dosl íneas opuestasse cruzanen que estas dosexistencias se confunden . R i goletto ha inci tado a

su dueño para que viol e á l a hij a de un anciano desgraciado ; y elanciano maldice al viol ador y áR igoletto . ¿A R igoletto el bufón ? no ,

á Ri goletto el hombre,á Rigoletto elpadre : l a maldición tiene de

cumpl i rse . E l bufón va á ser cog ido en sus propias redes . Quiso

robar una mujer para su dueño,y el dueño le robó á su misma hij a .

Después querrá asesin ar a su senor,y su hij a será la asesinada .

Ri goletto es la personifi cación del malque engendra necesari a ,forzosa

,inevi tablemen te el mal

Sin embargo, ¡cuán ta compasron ,

cuán ta piedad inspira lafiguragrotesca del monstruoso j orobado ! No ama en la tierramásque unasola cosa

,yse l a quitan .No esamado másque por unser , y ese

desaparece . Es v íctima de su fealdad ,lafealdad le vuelve malo , y

el mal le hace desgraciado .

Pero la escena en que el bufón dej a de serlo para ser padre , en

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MANUEL GUT IERREZNAJERA.

que elmonstruo dej a deser monstruo para convertirse en hombre ,es terrible y hondamente conmovedora . E l espectador siente sobresu cabeza elaleteo trágico deldolor . Muerta su hij a , ¿qué le quedaal infel iz deforme?¡Ah ! primero debe expresar elartista la súbi ta explosión de la

rabia concentrada,mesar sus cabel los

,vociferar , morder sus labios .

E l dolor de aquel hombrese despoj a de lascampan i l las delbufóny se levanta alt ivo . Las palabras deben brotar de su boca como escupitajo . Después , l a rabia pasa , ya no hay castigo , ya no hay ven

ganza posible . La nubese deshace en l luvia . La penase deshaceen lágr imas . R igoletto queda sombrío y mudo , á solas con su eternamadrastra la naturaleza .

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1 1 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

elteatro losque corren . Seránlo acaso para el empresario , á quien

Júpi ter no visi ta todavía en l a forma meteorológica y metál ica enque visi tó á Danae ;masnunca para el arte que tiene devotos—pocos— eu l a sala del Teatro Nacional

,y sacerdotes muy escogidos y

preclaros,en el escenario Deploramos el éxodo de Coquel in , su

huída á Egipto,su regreso áFrancia ,

pero quienes sustentan y tremolan en sus manos la bandera de Melpómene y el estandarte de

Tal ia - ¡y qué esti lo tan cursi estoy usando ! - no son comedian tes

de pacoti l la n i buhoneros,sino arti stas de mérito y conciencia , fe

ligresescumpl idos y observantes de la i glesi a del di ablo , como lla

maba al teatro San Agustín .

No me atrevo á expresar todavía un j u ici o terminante respectoal méri to real de la Sra . Rei ter , delSr . Emmanuel y de sus compañeros

,porque las hadas no han querido y con tinúa elesti lo cursi !

¡sólofal ta el Carro de Téspis, pero ya oigo que se acercal—darmel icencia de apreciarlo en cuanto vale , justipreciándolo en diversas

ocasiones ;mas , como elta len to es casi siempre parlanchín ,decidor ,

boruquiento é inmodesto á su pesar , l a única vez en que á tales ar

tistasobservé,caí en cuenta de que tienen muchisimo talento . La

compañía es homogénea,parece unafamil ia muy un ida . Cada cual

hace lo que le atañe y corresponde , ó de otro modo , cada uno contribuye en su condición y cal idad para el gasto de la casa . Y se vive

decente,muy decentemente

,en esta pequeña casa de Mol iere ! ¡Qué

buena casa ! En el la v ive la n ina casadera , la Srita . Della Guardia ,cuya voz siempre está vestida de bl anco

,con l istones color de rosa

en l a cintura y un cl avel encarnado en elcorpiño . Da pena que re

presente dramas esa criatura ; siempre que l lora sent imos el dolorque causa una inj usticia . Emmanuel es quien soporta el peso de lafamil ia , elprevisor , el que trabaj a y lucha . Vi rginia Rei ter es el corazón;¡y qué corazón ! no el que exige para ser vi sto y admirado , quele arranquemos el corsé

,sino elquese asoma pudoroso á l as pupi

l as , como la niña en treabre su ventana para mirar al novio que l aronda .

Ya hablaré extensamente de estos artistas,l uego que al legue co

pia de observaciones sufi cien tes para apreciar sus excepcionales aptitudes. Toca ahora su turno en el proceso á l as obras dramáticasque han puesto en escena .

Page 112: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZNAJERA. I I 3

La primerafué Otelo. ¡Qué haríais s i osencontrarais desarmado — ó armado—delante de un león? Ante todo , retroceder . Esohago cuando me encuentro con este drama de Shakespeare . Ten

go miedo de que me devore . Miro cómo sacude su melena ; cómo se inyectan y encandilan sus pupi las , cómo hinca lasuñas enla t ierra . Y si no me ha visto , si puedo huir , huyo cobarde . Sha

kespeare eseldomador ; entra á la j aula y pone la mano en tre loscolmil los de las best iasferoces . Mas para en trar con Shakespeare áesa j aula

, esprecisoser vástago de Shakespeare , como lo era Victor Hugo . Losdemás , los pequeños , si intentamos hablar de obrastamañas

,sen timos que se nos entra áfuerza en la garganta la al

mohada con que Otelo sofocó á Desdémona .

Cuando el soberbio moro habl a de celos,ruge como unafi era que

tiene hambre . Cuando Yago murmura,si lba . Y si anda

,se arrastra sobre elvientre escamoso

,á manera de las víboras . Pavura ins

pi ran tales personaj es : este drama esun bosque y su crí tico debe serun cazador .

No pocas veces he querido hablar de Otelo,pero ¡en lascolum

nasde un diario en pocas l íneas Tanto valdría

luchar con el león en elreducido espacio de una alcoba ! No ; estasobras han menester

,para la crítica

,del l ibro de combate reñido á

campo abierto ! Y todo el teatro de Shakespeare esasí . Quiensel anza á explorarlo

,contará sin duda con elvalor de los primeros na

vegantesque aventuraron sus barcas toscas , sus hendidos troncosde árbol , en el Océano misterioso . EnHamletse desciende á unamina ; en Otelose desafía elsolard iente y elvien to huracanado delos desiertos africanos . Diré lo que un rey persa : atengo al ientospara luchar contra loshombres , masno contra lasfi eras de la naturaleza .

» Otelo esuna fiera de la naturaleza .

Prefi ero hablar del <<Matrimonio de Fígaro .» Un muy discreto

amigo mío dij o,poco ha

, en este mismo diario , que en opin ión dealgunos críticos

,la comedia de Beaumarchais había sido una de las

causas de la revolución francesa .No conozco á los crí t icos aludiIS

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

dos, pero su j uicio me parece no solamentefalso , sino ridículo . La

causas complexas é i n tri ncadas de la revolución de ochenta y nuevfueron muy otras y de orden superior . No determinó aquel cataclismo l a voluntad de un poeta dramático

,si no la necesidad hu

mana . E l <<Matrimon io de Fígaro» no es una causa , si no unsintoma . Pinta el'desorden y desbaraj uste sociales , el envalentonamiento de la gente de l ibrea subida á mayores , l a impotencia de l

nobleza,todas las condiciones tópicasenfm, de aquel agi tado ii !

de siglo .No estampoco una obra de colera é i ndignación n i acerbsáti ra pol ít ica . Las censuras que hace del gobierno eran á lasazó 1tan l lanas y parecían tan inofensivas en l a corte , que ésta y la mismreina acogieron y celebraron l a obra de Beaumarchais . ElaMatri

monio deFígaro» es una obra de decadencia ; t iene el rictus lascívdelsáti ro que acecha á las desnudas hamadriadas. En el l a se ma

ridan l a elegan te corrupción de Bocaccio y la gracia inci siva del li

bretista pol ítico . Sus autores podían ser Arlequín y Pasquino .

hay en verdad mucho de i tal i ano en esta pieza bufa cuyos personajestienen cierto paren tesco con los de las pan tomimas . ¿No sparecen B artolo á Casandro y Rosina á Colombina ? Tan ital iano eelteatro de Beaumarchais que espor excelencia i tal iano ;la músicse ha apoderado consenorío absoluto de sus obras ; el aBarbero» ede Rosinni; el ( (Matrimon

'

i o de Fígaro» es de Mozart .La comedia de Beaumarchai s simbol i za un período social seme

j ante al que Petron io cifra en su S a ty r icon ,una época de l icencia

desenvol tura,de esas que amamantan una revolución . ¿Quéson l a

revoluciones si no las hij as vengativas y viciosas de las cortesanasCuando la Susana de Beaumarchais asiste al tocado de Querubian te la condesa

,se asemeja á l a Quarti l l a l asciva del <<Satyricon .

Qua rtilla joca tium lióidz'

ne accensa .

Las gracias— pero gracias decadentes ; no frescas si no tempranameute envej ecidas— retozan en esta comedia . Querubín esunespecie de Euplirión de la l uj uri a . Al verlo d iscurri r , “l i gero com

abej a,» imberbe pero ya próximo áser viej o ,

no se piensa en elEro

griego,sino en el sagaz y l ibid inoso cupido de la mitología latina

Susana es la muj er digna de un irse a l desfachatado Fígaro . Todolospersonaj es , en suma , parecen l as figuras an imadas del frisoalgún baño pompeyano .

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'

I 1 6 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

honra ? Muda de nombre lafatal idad ,mas siempre existe . Y no es

únicamente el apel l ido— l afatal idad social es la que retrae al hombre de casarse con hij as de mujeres como Odette , es otra fatal idadfísica é i ndestructible , que n inguna ley puede destrui r : l afatal idadde la herencia .

Sardou no toma tan á pechos la cuest ion . E l divorcio es paraél

,el tema deldía . Lo explota , y con él , en Odette hace l lorar y en

D ioor;onsobl iga á reir . Dumas (hij o) habla en sus dramas , emite

su opin ión : Sardou pone en j uego los elementos dramáticos y descarta su personal idad .

Pero,á pesar de todo , ¡cuán to más in teresantesson dramas como

Odette , que melodramas más pat ibularios á semej anza de “LaMuerte C ivi l ! » Estese escribi ó ad—/zoc para que un gran actor comoEmanuelse muera cas i de verdad . Mas

,quien los hace

,no es el

dramaturgo,sino el cómico . De los aplausos tributados , con razón ,

aleminente trágico i tal iano , ¿qué parte corresponde á G i acometti ?

Casi la misma que al apuntador . Eldrama esmalo,pero elactor

esadmirable . Obras como “La Muerte Civi l , »son criaturas á quienesdej a el padre en eltorno de una casa de expósi tos ; al l í mueren

sin nombre,s i n inguno l as recoge

,pero si potentados como Salvin i

y Emanuel l as aceptan por hij as y les dan su nombre,son riquí

simas .

¿Por qué el di rector de la compañía que trabaj a en el teatroNacional, no pone en escena alguna de l as grandes obras del teatro ital i ano , antiguo y moderno? Esasson para la general idad del públ icouhermosasdesconocidas .

» Me atrevo á darle este consej o . ¿Quién

con más talen to y máscorazón que é l podría darnos á conocer lal i teratura dramática de su patria?

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DO N JU A N T E N O R I O .

E l Sr . D José Zorri l la dej ó á D . Juan Tenorio en la puerta delcielo ; pero el Sr . D . José Zorri l l a no supo que le reprobaron á D .

Juan la credencia l . Le consideraron como á diputado suplente y leenviaron al Purgatorio . Estofué grave , porque elPurgatorio no esun lugar seguro . Viene siendo como la cárcel de Belem de los espíritus. ElSr . Bartrina , que no era médico , pero sí poeta y loco , oyóuna misa bien oída

,y elalma de D . Juan sal ió de entre las l lamas ;

pero en vez de i rse á la bienaventuranza se volvió á l a t ierra . On

revient toujoursasespremiersamours.Con toda franqueza

,á mi me ha dado gusto volver á ver á D .

Juan Tenorio . Yo lo quiero . Es algofatuo , muy hablador , pero enel fondo

,un D . Juan de buena alma . Sobre todo , s iempre esplau

sible que á D . Juan le haya pasado lo mismo que á Gabriel Olarte .

En elprimer momento,dudé de la super—existencia rea l y posi

t iva de Tenorio . Yo no creo enmásresurrecciones que en l as resurreccionesde los i ngleses . Además

,me constaba haber visto el alma

de D .

“ Juan, enforma alcohól ica , subir al cielo , íntimamente unida

á l a de D º? Inés . Pero así como D . Juan vió pasar su propio entierroestando vivo

,nosotros le m iramos ascender al cielo

,cuando en real i

dad quedó en la tierra . Ahora no tengo la menor duda : D . Juan vive .

Acabo de verlo en el teatro . y representado por el Sr . Rosado

,lo que me hizo suponer que continuaba en el Purgatorio .

Acabo de verlo y con hábitos defrai l e . ¡Pobre D . Juan !—me dije

yo—¡alfin ha sentado la cabeza !

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I ¡8 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

No pude arroj arme en sus brazos,no obstante que esta escena de

t ernura solo habría ten ido doce ó catorce espectadores . Pero D . Juanc on la hidalgu ia española que en él es característica , me refi rió suh istoria . E l Capi tán Cen tel las nada más lo hirió . ¡Ya me lo supo

n ía ! ¿Cómo era posible que un capi tán en depósi to d iera muerte á

a quél épico D . Juan que era todo un Mazzantini? La escena del en1t ierro

,la de l as está tuas

,el frugal desayuno delcomendador , la

a parici ón de D º? Inés y la subida al cielo,fueron una simple aluci

n ación . Recuérdese que D . Juan ,en eldrama de Zorri l la , muere

a cabando de cenar . Esto expl ica todo . Los episodios delúl timo acto

eran losdel irios de una sol emne borrachera . Lo debíamos habersospechado an tes,alver aquel las dos llamitasque nos daban por

a lmas : eran de ponche !E l D . Juan del Sr . Bartrinase curó de la herida , seguramente

porque en su tiempo no había médicos ; y como á mi amigo Cazeneuve después del tifo

,le entró en la conval ecencia un arrepentí

miento rad ical . Hay que desconfi ar siempre de estos arrepentimientos que vienen detrás de las enfermedades . Sin embargo , el D . JuandelSr . Bartrina aparece en el primer acto muy contri to . Dice misa

y confi esa . ¡Imagináosá D . Juan diciendo m isa Lo ún ico

pecaminoso que le quedaba era el amor de D ? Inés . Esta pasión erauno de los raigonesde su alma . Podía , á pesar de todo , perdonár

sele esta mundana veleidad,porque si alfin y al cabo D ? Inés estaba

muerta y en el cielo,el deseo de un irse á el la , léjosde estorbarle la

práctica de l as vi rtudes,debía servi rle de poderoso estímulo para ga

nar la vida eterna .

Por desgraci a D . Inés no había muerto . En eldrama del Sr . Bar

trina todosson resuci tados . Eles un autor drámatico que no cree enla muerte . De pronto aparece en elconvento de D . Juan una monj aque desea reconci l i arse . Esta monj a es Inés . También el la , des

pues del gran escándalo,había profesado . D . Juan la reconoce y la

estrecha apasionadamente entre sus brazos,en el i nstante en que

toda la comunidad,l a Corte

,y creo que el mismo rey (no estoyse

guro,pero había entre los comparsas uno que parecía rey de bastos)

sorprenden esta escena de cromo . No cal ifi co la impertinenci a del as personas que se atrevieron á en trar de rondón á una celda, endonde dama tan virtuosa como D º? Inés

,se estaba confesando ; no

la cal ifi co , pero así pasó . D . Juan ,i ndignado

,olvida que esfra i le ,

Se qui ta loshabitos , metafóricamente hablando , y arremetefurioso

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Al a posada en que D . Juan está,y que por elaspecto debió ser

elmesón del Chino , l legó D? Inés con su raptor . Excusado esde

ci r que D . Juan lo mata . Pero da la desgracia de que á poco rato

aparece Pantoj a . Ya recordarán Uds . quien es Pan toj a el ma

rido de D ? Ana ! Este cabal lero, por causas que expl icó el Sr . Zo

rri l la , ten ía motivos serios de disgusto con Tenorio yse propuso mo

lestarle . Con efecto , le roba á D iº Inés . ¡Ya esto pica en historia ! C'est

unescie, como dicen losfranceses ! Es mucho cuento que en dos dramas y em quince cuadros

,no pueda D . Juan casarse con D ? Inés ,

cuando casi todas las comedias de tres actos concluyen en matrimo

n io ! A otro Sr . Bartrina que escriba el tercer “D . Juan Tenorio »voy á aconsej arle que le dé á D

? Inés una pól i za de seguros contrarobos .

D . Juan torna á lasandadas en persecución de D i? Inés (por cierto

que después de tantos raptos ya me expl ico por qué la l laman D?

)Pero no la busca por mar y tierra

,l a busca por mar . Se hace ma

rino . En la travesía apresa á un buque pi rata,y se enamora de una

mora que iba en él yse l l amaba Fátima . ¿De qué si rv ieron á D .

Juan los años de clausura ? Después de muerto quedó peor que vivo . Y no sólo se enamora deFátima

,sino de una duquesa , á quien

encuentra no me acuerdo en dónde . ¡Y con qué desplan tese enamora ! Un día dice alduque : Esta noche á l as d iez estaré en casade Ud . , porque me gusta mucho su señora .

—Elduque dice que no ,apuesta , y si túa cuarenta hombres á la en trada y cuarenta á l asal ida de la casa

,para que no dej en pasar á nadie . Aquí para i n ter

nos , yo creo que los cuarenta de l a sal ida sobraban . Pero , á pesar

de los ochen ta , Tenorio en tra d isfrazado de frai le , dice quién esála hora dada , yse si enta á cenar . El duque que probablemente erahombre de orden y de malas digestiones

,le contesta : Está bien , ¡he

perdido ! ¡Luego que acabemos de cenar nos bati remos !Porfortuna

,l a cenaporte conseil

,y entre l a sopa y los postres

,el

duque reflexiona que un cabal lero como él no puede batirse con untunante como D . Juan . Y resuelve mandar que l o asesinen . Entretan to como si Tenoriofuera D . Carlos de Borbón,lo convida á ju

gar . Tenorio pierde,pero en cambio apuesta á que l e robará á su

señora . El duque , seguro de su muj er , y para impedir que D . Juanse escape , porque desea que todo quede en casa , da orden á sus guardias de que rio dej en sal i r á nadie

,á menos de que vaya con él 6

con la duquesa . En esta disyuntiva,D . Juanseva con l a duquesa

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MANUEL GUT IERREZ NÁJERA . 1 2 1

Parece imposible que todos estos desatinos quepan en un sólo drama , pero así es . Y aunfal tan muchos por ci tar

,pero he perdido el

h i lo de l afábula dramática ; estoy mareado; en esta obra hay mucho humo . D

?“ Inés vuelve á ser monj a,lo que demuestra que en

aquella época había conventos con internado y externado; Pantoj a ,se l a roba de nuevo , la Inquisición la condena áser quemada viva ,y D . Juan dice muchas baladronadasá losinqui sidores

,y lesenseña

una bula ( todo un salvo conducto) expedida por elPapa , autorizándole á cometer toda suerte defechorías . Fel ipe I I consiente en

que D . Juan y D ? Inésse casen , no obstante que é l esfrai le y el lamonj a . Enfin, sucede ya no sé lo que sucede , porque no pude

soportar elúl timo acto . Lo que debe suceder esque D . Juansevayaal cielo , porque bastantes purgatorios ha sufrido , y que losautoresdel drama se condenen .

Espero , sin embargo , que en esta vezD . Juan haya muerto deveras . Yo lo quiero mucho

,pero ya no deseo verlo . Estoy entera

mente por la cremación l i teraria .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA

t ros espíri tus ? Es cierto que están ya Viej os nuestros padres , ¡peroson nuestros padres ! es cierto que está ya fea nuestra primera novia

, ¡pero nos pareció muy l inda cuando la quisimos ! es cierto queZorri l la ya no era elpoeta de esta edad , ¡pero fué nuestro poeta !Ya en su ataúd va encerrado mucho nuestro : van los TresMos

queteros; van los primeros versos que escribimos y quese nosantoj aron tan hermosos ; va el conato de duelo con un crítico que l l amó

desgarbada,zai na y burda

, á la dueña de nuestros pensamientos ,á nuestra D ulcinea , anuestra Mari tornes , á la Musa ; va el cadáverde una nmita á la que en vano pretendemos l lamar G loria , porquellamábase Esperanza va l a j uventud , que , naturalmente , murió

j oven ;va l a fe ,que no pudo vivi r porque no hal ló pechos que la

amamantaran ; va el amor asesi nado ;va elZorri l la que tuvimos y

que sen timos en elalma y que yase murió !Nuestro dolor

,por ende

, esegoísta .No l loramos alpoeta : l loramos por nosotros . Los nuevos tendrán pronto , tendrán ya su Zo

rri l l a pero,nosotros ya nó !

¿No recordais , viej os amigos m íos , elplacer con que leíamos áhurtadi l las

,y á hurtad il las declamábamos, losCantosdelTrovador ,

Granada,el E co delTorrente? ¡Y aqué l Don Pedro cuyas choque

zuelassuenan en el Zapa teroy elRey y en el¡Molino de Guadala

jara ! Y M a rg a r ita la ternera . ¿Y Pasionar ia . ¿Y Claquin

eltra idor . Porque para nosotrosse l l ama todavía Claquín ,no

Duguesclin . ¿Y elAlcalde Ronquillo ¿Y losmoros enamorados que tocaban serenatas .

Ver me parece aquel los l ibreros de mi padre . A VíctorHugo mel o escondían ; estaba preso . Si n embargo

,y no sé cómo

,yo oí misa

enNuestra S eñora y al l í h ice m i primera comunión con elromanticismo . ¡Zorri l la ! ¡Arolas ! ¡Los Romancesdel duque de R ivas !¡Han de Islandia ! ¡ElMoro Expósito ! ¡Otros muchos moros , queen nadase parecían al Turco de Carpio ! García Gutiérrez ! Espronceda . D espués

,como pecado

,como amigo malo

,Alfredo de

Musset ! ¡Y tener que i rme con él , en escapatoriasnocturnas , pretextando que ten ía ci ta pendiente con Don José Joaquín Pesado !¡Todo un mundo , ya muerto ! ¡Todo un planeta , helado y con

vertido en satél i te como la l una !Pero ¿cómo no guardar cariño y grati tud á los

_

que despertaron

nuestra fantasía ? ¿No amó la hermosa j oven encantada al principe gal lardo quefué á l ibrarl a del hechizo?

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MANUEL GUTIERREZNAJERA. I25

Por eso,pues

,amamos á Zorri l la , y por eso nosduele no escu

char nu gemido de dolor , un doble funeral en todas las catedralesgóticas del arte

,cuandose anuncia la notici a de su muerte . La

muerte de Víctor Hugofué un ecl ipse de sol . La de Zorri l la es lapuesta de la luna . Bri l lan y resplandecen lasestrel las , pero porquehay más sombra en elespacio . E lsol, el padre de l a v ida , se arroj ó ,envuel to en púrpura regia

,al Océano . La l una , pál ida , muerta co

mo Ofel ia,fl ota en elmisterioso lago azul Igneo , mañana ha

de volver el sol,y blanca y melancól ica la l una pero ese sol

no será ya el que ayer enardeció nuestra sangre j uven il , n i esa pál ida luna la que amorosamente y entre encaj es envolvió nuestros

suenos recién nacidos .

Después de todo, ¿no esmej or para el poeta mori r así , des

aparecer como Safo en elpiélago insondable , si n convertir l a vistaa trás

,ignorando quiénes lo l loran

,quiénes lo aman ? Cobrar deu

das es ser un comerciante . E l poeta lesdice á todos : no me debé isnada ! ¿Qué ave canora exige de nosotros grati tud porque canta?

¡Si no estaba suj eto á su albedrío cantar ó nó ! ¡Si era preciso , era

forzoso que cantara !E l poeta nos d ice : — Os he dado mi canto , os he dado missue

nos,oshe dado mi vida , por mandato de Dios , porque Elme dij o

que os d iera todo eso ,como á la flor le dice : da perfume ! y á los

astros : dad luz Pero nada os pido en cambió : no tenéi s con quépagarme . Con vuestras monedas no se compra nada en la inmorta

l idad . All í la menor moneda de oro es una estrel la . No muero,me

cal lo : no me voy , vuelo

¡Que vengan otros ! Yo seré siempre elque viva en el los ! Yo ,Zorri l la

,resucitaré cuando me plazca , en un romance , en una és

trofa,en una serenata de cualquier poeta nuevo , como resuci tóJu

venal eu los Yamóosde Barbier y en los Castzlgosde Hugo . Puesqué

, ¿pensa is que Víctor Hugo era un poeta ? No , Víctor Hugo no

era solo poeta ;era Homero , cuando Homero le refería las luchas delos hombres con dioses ; era Lucrecio , cuando Lucreciose dignabadescifrarle lossecretos de la naturaleza ; eraVi rgi l io , si Virgil io ibacon é l á l as selvas rumorosas fué Shakespeare , cuando Shakespearevisi tó los torreones de sus tramas fué Mol iere y fué Byron ,

fuéHafi z y fuéValmiky .

Los grandes artistas,los grandes viden tes Son eso : los vasos in

mutables en que vierten laseternas urnas de Ol impo al alma de las

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

generaciones ya pasadas,elsueno vago de l as venideras , la poesía !

Yo quedo vivo en la nota que arranque elviol in ista á l a cuerdav ibran te en el rumor que alcen los remos al heri r l a onda trémula ;en todos los susurros delfol laj e ; en todas lascadencias de losCéfirosen todo suspi ro

,en toda barcarola

,en toda serenata , en el rui

senor , en la tórtola , en la alondra .

Soy l a música : ¿sabe álguien que la música haya muerto?

Soy la brisa : ¿sabe álguien que entierren á l a brisa ?No muero . Los que han muerto son los que me conocieron ,los

que me l lamaron por mi nombre, losque yo desperté , los que ama

ron amores míos,los que ya no volverán á tener otro Zorri l la .

Vóyme con el los . Vóyme con los míos .

Y al l á se fué Zorri l la… con lossuyos !

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1 28 MANUEL GUT IERREZ NÁJERA .

tuarse en medallas de bronce ; de aquel los brazos que parecíanformadospara al zar el cetro . Al admirarla

,me incl inaba como un

cortesano . ¡S i ;Adela ida R i stori era una rei na , que había s ido diosa !Era una Musa .

He conocido también á una muj er, que estoda la mujer ; á una

actri z que es todo eldrama . ¡Qué loca y qué sabia ! ¡Qué flacay qué hermosa ! Ha vivido toda la vida moderna . Es Musa , perola Musa que inspiró á Musset , l a que culebrea como una víbora

de fuego en l asNeurosisde Rollinat; l a Musa que bebe aj enj o;l a Musa quese casa yse divorcia ; l a Musa que se adorna con ca

mel ias . Se acuerda de los griegos,se acuerda de Esqui lo , se acuer

da de Sófocles,comose acuerda una muj er de los pr imeros aman

tes . Pero sus besos de hoy ,losque se asoman rabiosos á sus la

bios,son los besos que han de posarse en el arte moderno , losque

quieren morder.

en carne viva . No parece que va á mori r , sinoqueva á envenenarse . La R i stori decía :— “

yosoy el gen io .

“ —E l l abalbucea :soy la locura porquesoy elgen io

,porque es Sarah Ber

nhardt !

Virgin ia Rei ter completará esta tri n idad de mis recuerdos . Pero

Virgin i a Rei ter,como la más j oven

, esla que másági lmente co

rretea en la escala del drama . Llora y ríe como una niña . T iene ,apenas

,vein tidós anos

,y parece que ya ha vivido mucho . Me cau

sa pena quesea artista ; me causa pena que tenga talento . yo

quisiera que fuera fel i z .

¿Vein tidós años , y ya rei n a de escena ? ¿Veint idós años , y ya pue

de comprender , y lo que es más , puede expresar la fría perversidad de la B arone d

'Aug e, y ser la D ama de lasCamelias, y serFrancillon

,yser Frau—Frau? Todas las hadas rodearon su cuna ,

fueron sus madrin as . Llegaron con sus cestas de fi l igrana cargadas de preciosos dones . Esta le traj o la noche en que la luz empieza á despertar

,y le puso esa noche en las pupi las . Aquéll a vino

con una l ira de marñly cuerdas de oro para enseñarla á hablar.Todas las gracias la besaron respetuosamente

,mientras el arte la

mostraba en un coj ín de raso blanco , así como las princesas besaná la infanta que mástarde será rein a . Pero la hada perversa , la

máspuntua l , la que cas i nunca fal ta en losbautismos; la hada

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MANUEL GUT IERREZ NÁJERA . I 29

viej a,la hada jorobada , la hada barbiaguda , vino en su palo de

escoba,y de la pringosa marmita sacó elpresente que tra ía : la

triste cienci a de la vida !

E l talento de la Señorita Rei ter esadmirable por su doci l idad . .

Juzgadla en dos obras tan diversas'comoHamlet y el Ma trimonio

deFígaro. La vemos represen tando á Ofel i a y j uramos que tienelos oj os azules; que no sabe nada . En la Susana delMa trimonio

deFígaro tiene losoj os negros; sabe todo .

En tre el gen io de Shakespeare y el ingen io de Beaumarchai s

¡qué diferencia ! Y ell a salva de un sal to esa distancia , como una

chiqui l la que bri nca la cuerda . T iene entrada l ibre á todos los teatros : al clásico , al romántico , alreal ista . Pasa de uno á otro , comosi pasara de esta pieza á l a siguien te . En el ¡Ma tr imonio deFíg aroes una española . Hasta su voz parece que sol ici ta un acompaña

mien to de gui tarra . En el papel de Jul ieta es una i ta l iana que amay canta . Vedla en Frou—Frou : es unafrancesa .

¿Qué nacion a l idad ti en e esta artista ? Una,la un iversal ,

del arte .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

que n ada dicen porque están en blanco ; siempre es el infel i z questá aguardando el ú ltimo acto para mori rse de golpe y porrazo

E l Sr . Burón t iene una voz ; t iene dosoj os— eu blanco ,

—tiene umodo de andar ; un modo de qui tarse losguantes ;un modo de enamorar

,habl ando apri sa ; un modo de torear á su interlocu tor ; u

modo de mori r . y no hay manera de equivocarlo con otro al

guno,porque siempre eselSr . Burón . Coquel in no tiene una voz

n i dos oj os,n i dos manos

,n i un cuerpo

,n i una manera idéntica

hacer las cosas,n i un esti lo propio

,n i una personal idad , en suma

Lo ún ico que lo i nd ividual iza es l a nari z . Será , por consiguiente

una nari z acomodatici a que se aj usta á muchas caras , pero no eun hombre . Ya es j oven ,

ya es viej o,ya grune

, ya can ta , y siem

pre ,siempre no es Coquel in

,sino otro . Hemos conocido á Taturfo

á Mascarille ,al Duque de Septmonts

,á Gr ingoire , al viej o Noel ,

Don César de Bazán ,pero no hemos conocido á Coquel in .

Me dij eron que é l era un hombre á quien ví en la cal le : baj o (1

estatura,de facciones gruesas

,de mirada fría y recta , como la d

un j uez que in terroga á losacusados ; de nari z abul tada , como 5

estuviera siempre olfateando alguna presa,y de manos que

,a l es

trechar otras , quieren detener , atrapar , como lasde un agen te dpol icía . Pero estoy cierto de que ese no era Coquel in ,

sino el em

presario de todos losCoquel i n que hay en Coquel in . Porque esthombre esuna especie de trabaj o ch ino : dentro de una bol i ta d

marfi l hay una bol i ta de pl ata y dentro de la bol i ta de plata , unbol i ta de oro ,

y dentro de la bol i ta de oro,otra de ágata , y así su

cesivamente , muchas otras bol i tas de cien materias y metales . As

dentro de Coquel i n hay incontables Coquel in . Yo creo que él mis

mose ha de desconocer algunas veces y se ha de preguntar , averse en el espej o : ¿quién será ese cabal lero? yse ha de hablar (1Ud . de cuando en cuando ; yse ha de perder y no se ha de encontrar , y ha de sen ti r que no sabe ya quié n es , n i en qué tiempo nació

,n i en qué lugares ha vivido

,n i cómo se l lama . Será casado .

Elt iene un hij o . pero eso nada prueba . Pues bien,s i es ca

sado,su señora tendrá porfuerza que pegársela con é l mismo . D

quién es hij o Coquel in hij o ? ¿De Don César de Bazán ? ¿De Scapin

¿De Perrichon? ¿D e Cadi l lac? ¿De Barbasson? ¿DelAníbal deAventurera ? Porque lo tengo dicho y lo repito : Coquel i n no esuhombre

,no es un apell ido : es una razón social . E l Proteo mitoló

gico no ha ten ido nunca más completa encarnación . Coquel in pue

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 1 33

d e ser todo : Francisco I ? y Triboulet,Carlos I I y Don Fernando

Valenzuela , Luis XVI y Robespierre . Coquel in puede ser Ud . ;Co

quelín puedeser yo . Lo quese ignora , lo que n i siquiera me ima

gino , escuándo Coquel in es Coquel in .

Para j uzgar á este actor,esnecesario j uzgar al personaj e que

e stá representando . Eldescarta su responsabi l idad Si algo se nosocurre reprocharle , repl ica luego — yo no soy ! éste es!—Y si el

personaj e nos parece malo,se encoj e de hombros , como diciendo

d esdeñosamente : ¿y á mi qué ? :Pero , vamos á cuentas , M . Coquel in ,

éste esun ard id que yo noacepto . No puede Ud . evadi r toda responsabil i dad . ¿Quién hace á

los personaj es , ¿Ud . ó elautor? Pa ter isest quod nu¡btiasdemostra t,

d i rá Ud . pero ya tiene bien sabido que eso no siempre esrigurosamente cierto . El Padre de muchas criaturas que vin ieron a lmundo con elnombre de Dumas

,de Augier

,de Landean ,

de Banvi l le , es Coquel i n . ¡Ah ,

cazador en vedado,no pensé is quedar im

pune ! ¡No neguéis ,feo Don Juan ,á vuestros hij os i legítimos ! ¡Qué

gloria la de haber ten ido amores,y amores fecundos

,con la Musa

honrada de Emi l io Augier ! ¡Qué satisfacción la de poder deci r :—ese pobre Dumas cree que el Duque de Septmonts es su hij o .

y no . es mio ! Más todavía (porque esos autores son con tem

poráneos, y sus musas , por honradas que sean ,pueden haber ten i

do debi l idades yflaquezas) . ¡Qué gloria la de saberse héroe en adulteriosretrospectivos ! ¡Qué j usto orgul lo el de tener razón para exclamar : Moliere y yo hicimos á Ta rtufo/ Competi r en derecho á lapatern idad , con los grandes genios , es glorioso .

Un l iterato,un autor dramático

,puede colaborar con Dumas ,

conHalévy ,con Sardou

,con Pailleron ,

con Henry Becque ; n in

gún l i terato , n ingún autor dramático , puede , como Coquel in ,co

l aborar con Mol iere . Y á Coquel in le toca,en j ustici a

,una parte

de la herencia que dej ó el inmortal poeta cómico . ¿Por qué? No es

su hij o , no essu descendien te ! Pero él encuentra en la heredad inmensa que dej ó Mol iere , riquezas desconocidas , no encontradas , ylas denuncia

,y se las adj udica .

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Acaso el mej or papel que ha representado Coquel in en México ,

es elde Ta rtufe… Yo vaci lo entre dar l a preferenciasi éste ó al delDuque de Septmonts en la Extranjera .

Ta rtuí e, es eterno . Todos conocemos á ese conocido de Moliere .

Pero lo conocemos en el mundo,lo conocemos en la cal le , lo cono .

cemospor haber sentido alguna vezsus arañosde gato ; no lo conocíamosen l a escena . Ahora sí lo conocemosOíd á Coquel incuando habla parece que está tramando una tel a de araña . Su voz

siempre sale moj ada en baba . Cuando se arrodi l l a , no es que s

arrodi l l a : es que busca algo quese ha caído,para levantarlo sola

padamente y robárselo . Cuando habla,comprendemos que su pa '

l abra es un rezo dicho de memori a,mecán icamente , mientras e

pensamiento anda á picos pardos . La mirada de ese hombre es

veces ganzúa que prende algún obj eto para hurtarlo ; otras , llav

falsa que abre una puerta si n hacer ruido . Cuando Ta rtufe bajlos párp ados , es que esconde la ganzúa ó l l ave falsa debaj o de 1manga . Si la concupi scencia encandila y enciende aquellos oj osentonces su mirada es una m irada que desnuda . No es la mirad ,

del ebrio : Ta rtu¡fe no se embriaga nunca porque no quiere exponerse á deci r nunca la verdad . Es l a m irada del sáti ro que tienmiedo; l a mi rada encogida que va á sal tar sobre su presa .

Y qué manos l as de Ta rtu¿7e ! ¡Siempre buscando algo que roba6 algo que desvest ir ! ¡Y qué nari z ! Esta en Ta rtuj

fe es la protago

nista en la cara de Coquel in .

En M asca r ille es otro hombre : M asca r i/le era un tipo nuevo erel teatro francés del t iempo de Moliere . Ti ene algo delescuderespanol , el escudero de T i rso ,

fecundo en dicharachosy agudezasEs más l igero que Sancho

,pero tiene menos buen sen tido y meno .

probidad que éste ; es la encarnación de l a in triga y de la ley na

tural , burl ándose de la ley humana ; es el bastardo de la esclavituantigua y de la farsa Itál ica .

“Despojadle de su capa“— de ray

color de tul ipán y encontraréi s en é l á Epidico y Davo , á Stora >y Parmenon

,á S tichusy Syrus ; al esclavo de l a Casina ,

tradu

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1 36 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

de encaj e ; pero tampoco creo preci so remedar á D i derot , quedandose eu mangas de camisa . Léase á B rantome , á Tallemant desReaux , á Scarron ,

á Bal zac,á Theophi le

,á Sai n t Amand : la

_cru

deza , l a obscen idad ventruda de lafrase , se exh ibe en toda su insolencia . En vano Ronsard y las Pláyadesl uchaban contra l a indecencia y elcin ismo . Ala almibarada y empalagosa alegoría de

Astrea respondíase con laHistoria cómica de Trancion. La mar

quesa de Ramboui l let tapándose los oídos con horror para no oír

l as palabras delvocabulario de Rabela is,prestó un servicio inmenso á la l i teratura

,enseñando l a moderación

,la pulcri tud ,

el arted e hacer que todo pase áfavor delvocablo , como dice Lafonta ine .

En otra esfera másalta,l a i nfluencia de l as apreciosas»fué trans

c endentaly benéfi ca . Desde elmomento que la muj er toma i nteréspor l as cuestiones i n telectuales ; desde elmomento en que lasc oncurrentes al “saloncito azul » delHotel Rambou i l let , quisieronsaber la ciencia ; de historia , de fi losofía é hi stori a y ciencia ,se humanizaron

,se v istieron con traj e de sociedad ,

sal ieron del claustro ,b aj aron de su torre

,y adquirieron el arte de agradar .

Los grandes escri tores del Siglo XV I son pedantes . Rabelais ,que se burla de lospedantes , es pedante . Eltrato íntimo de l a mu

jer y la ciencia , dió á ésta cierta dulzura ,cierta amabil idad , cierta

forma vulgari zadora y l i teraria, que l a h izo simpática . Elmérito

d e ser claros,de ser intel i gibles

,es el méri to másgrande de Pascal ,

'

en sus Ca rtasProvinciales,y de Descartes en su D iscurso del¡We'to

d o. Y éste méri tofué l uego el méri to de Voltaire , de Montesquieu ,

de Rousseau,de Buffon ; y es ahora— oj alá que el exquisitismo y el

d ecadentismo no lo borren el méri to del espíri tu francés y de lalenguafrancesa .

Esta humanizac10n de l a cienciase debe en mucha parte á lamujer

,á las aprec iosas. » Por supuesto queda dicho que la reacción

d e que el las fueron centro ,como toda reacciónfemen i na ,fué extre

mada . Cayeron en el defecto contrario del que censuraban ; prosc ribieron del id ioma muchas palabras expresivas y enérgicas . Perode todos los destierros inj ustosse vuelve

,y esas palabras regresa

ron . Losgiros pueri les , alambicados , anizados, r idículos , desaparecieron del l enguaj e . Eran caprichos de l a moda , tan efímerosc omo elmodo de hacerse elnudo de la corbata . Fueron l istones yc intajosdefrases que ,

ya descoloridos y arrugados,cayeron al ba

:surero .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 1 37

Y tampoco en esta afectación ridícula tuvieron como observaB runetiere— culpa tan grande las apreciosas. » ¿No hay en los conceili de Shakespeare

,en el se icentismo de losi talianos

, en elnismo de losi ngleses

,en elcul teranismo de los españoles

,pecados

d e buen gusto , como éste de quese burla Mol iere : avoy á pescar

en el lago de mi memoria con el anzuelo de m i pensamiento;» 6como este otro : apermitid que en la plaza públ ica de vuestra atenc ión dance el oso de mi elocuencia ? »Fué i nj usto Mol iere con los d iscreteosmuj eri les delHotel Ram

boui llet; pero ¡qué buena inj usticia la que nosproduj o “Las muj eres sabias» y “Las preciosas rid ículas ! »

Coquel in interpretando el papel de ¿Mascar ille,da á éste un realce

que n ingún otro puede darle . ¡Vedle cual se pavonea con l as plumas que le prestó su amo; como hincha elbuche; como hace larueda ! En Tartuffo era la lechuza ; aquí esel pavo .

La i n tel igencia del teatro antiguo ,del teatro de Mol ie re ,

no

amengua en Coquel i n la intelección del teatro moderno . ¿Hay algomás moderno queFrau—Fro Esta mujer de seda que l leva el almaatada con un l istón

,no sólo es moderna si no parisiense . Y su pa

dre , ese padre que no es padre , sino un señor que ha ten ido hij as;ese padre que no es padre hasta que el dolor le recuerde que loes;ese viej o que no sabe que es viej o , y habla enfamil i a de sus queridas

,y se tiñe las canas para no obl igar á que lo respeten , ¿puedeser másmoderno? Pues ese padre es Coquel i n .

No sabe uno á qué atenerse con este actor . En el Aníbal de L a

Aventurera es un perfecto canal la ; en el Noel de L a ] oi e/a it¡5eures un perfecto hombre de bien .No se muda de traj e : se muda deCoquel in . En La Aventurerase emborracha ; no puede negar quese emborracha . Y al conclu i r el acto se le disipa la embriaguez .

Una sóla cosa no sé á punto si Coquel in l a sabe hacer , y es mori rse .

Parece que no tiene vocación á la muerte . Sarah Bernhardt sabemori r de muchos modos y Coquel in sabe vivi r de todos modos .

¡Qué vida tan intensa la que da al duque de Septmonts en La

Extranjera ! Por loscabellos que lefaltan ,se cuentan los placeres

de que ha gozado en cada noche . Su vozes aguda , como si l a hu18

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1 38 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

biera contagiado el reti n tín de las copas en losgabinetes particul ares

,ó el chil l ido de l as fl au tas en los cafés cantantes . Es un la

cayo que parece un cabal lero . Correcto , frío ,sólo se revel a en la

mirada . Cuando ve á una muj er,parece que pide un placer proh i

bido . Dan tentaciones de arranca rle l a levi ta y de decirle —¡oye

tú,sé franco de una vez! Pero la lev i ta está muy bien abotona

da ! Vestido ese hombre es un g entleman; pero se ad ivina que des

nudo,en su recámara

,ha de ser un cochero

,con . menos la salud

y la robustez de loscocheros . Su cara es de color de desvel ada . Sucabel lo , escaso y ralo ,

esde color de bi li s a l d ía siguiente de unanoche de embriaguez .No hay hombre más canal la n i máscorrectoque este duque de Septmonts ! Hasta cuando insulta á Gérard lohace moviendo su palabra

,como si moviera un fuetecito yendo á

cabal lo en el Bois de Boulogne . La frase la si lba : diríase que tararea la picardía . ¡Nada de cólera aparen te , nada de punadasn i degri tos ! Su insul to es el l atigazo seco que da de paso el noble infame en la espalda del pechero .

Jamás olvidaré esta representamon de “La Extranj era .» Desde

l uego e l d rama me encanta por su sabor extraño y agrio . Sáleseun poco del esti lo corriente de Alej andro Dumas

,hij o . Esafi gura

de muj er escl ava,hij a de mulata

,nieta de negros , tiene ensusve

nas sangre de Alej andro Dumas,padre . ¿No será la Condesa de

Montecristo? ¿Qué ten ía Edmundo Dantés? La suprema riquezapuesta á servicio de las supremas represal ias

,de l a suprema ven

ganza . Y eso precisamente eslo que ambiciona L a Extranjera .

Sólo que Montecristo se vengaba y hacía el bien . La Extranjerase venga . Y es porque L a Extranjera se parece más á su padre

que á su abuelo , másá Dumas segundo que á Dumas primero .

Al ver á ésta tan astuta,tan cautelosa y con hambre de loba , y

al ver a l Duque de Septmonts tan corrompido y tan canal la ,sesien te deseo de arroj arle á ese noble bel laco para que lo devore ,como se arroj a un pedazo de carne podrida á l a j aula de unafi era .

Y este mismo Duque de Septmon ts es el honrado y maj adero

M . Perriclzon ,es el D iputado d e B omóig nac, es el protagon ista de

Lessur¡>risesdu divorce?No ;eso no puede ser;Coquel i n esleg ión !

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I 40 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

versos; pero estoy cierto de que s i oyera alguno dicho por Coquexlin

, no podría menos de exclamar : ¡qué hermoso es!

Pero ¿he conocido de veras á Coquel i n ?No sé deci rlo : pero si é lera

,he conocido al actor que mási n tenso sentimiento de la verdad

l leva á la escena ; elque mej or sabe deci r y con más suavidad ymásdulzura imponer la admiración .Nessun mag ier dolore .

¡Ah ! olvidaba que los señores de la Compañ ía I tal iana saben y haºblan su idioma .

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AP R O PO S I TO D E CO Q U E L I N .

Va á real izarse una de mis grandes i lusiones; oi r á Moliere d icho por Coquel i n ,

ó lo que es lo mismo conocer á Mol iere . Entre .

el gran poeta cómico y el gran actor comico , existe , á mi j u icio ,más que parentesco No desciende éste de aquél : son coexisten tes .

Los considero como á doscolaboradores en l a propia obra,losmez

clo,losconfundo

,losbaraj o , losgemelo ( cometiendo en esta frase

un barbarismo de lenguaj e) ; los miro en la imaginación como doscaras idén ticas que rien ; como dossiameses sentados j untos en la

barra del trapecio . He le ído muchísimo á Mol iere , pero , de seguro

,no le conozco porque no he visto á Coquel in . Y sin embargo

,

me parece haber visto alactor,porque he leído muchísimo al poeta .

De manera que van á serme presentados dos conocidos á quienes

no conozco .

¡Qué extravíos del entendimiento ! ¡Qué anacron ismos de la simpatia l Como hermano 6 caso 6 pego

,burlándome del ti empo

,

— que .

se in terpone ,como un mar ,

entre ambos— á dos seres perfectamente distantes uno de otro ! Y no obstante

,lo hago , porque com

prenderse esamarse , amarse es estar j un tos , y Coquel in comprendeá Mol iere : es de su casa . Cuando lo mire en elteatro , veré al otro ,porque el poeta no muere

,no es una l uz que se apaga , es una an

torcha que pasa , arrebatada , de mano en mano E l poeta dramático

,sobre todo

,vive en sus intérpretes . Estos lo completan , pro

longan su existencia , como un eslabón nuevo alarga la cadena ; lo .

traducen ; lo hacen leer de bul to ; lo expl ican , lo coment an ; lo Sllb º.

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1 42 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

rayan . Colaborar en una obra maestra,hecha hace siglos , esel

pr ivi legio de los grandes actores . Pueden el los vivi r para atrás ;ser lo que han sido .

Hablemos,pues , de Coquel i n—Mol iere ó Mol ie re—Coquel in ,

en

este i ntroi to de mis crón icas .

Dos grandes dramáticos son los que me subyugan : Shakespeare

y Mol iere . Shakespeare es máscompleto . Como Cervan tes se pre

sen ta l levando de l a mano derecha á Don Quij ote y de la i zquierda

á Sancho Panza . Quiere másá Don Quij ote . Mol iere l leva de l ad iestra á Sancho y de la si n iestra al cabal lero de la Mancha . Sha

kespearese sienta , como un juez, del an te de la humanidad ,y la in

terroga . Mol iere lo sabe,essu ayuda de cámara

,su i ngen ioso M as

ca r ille,trasi ega en su ropa sucia y la entrega á la l avandera . A

Shakespearese aproxima uno con terror,sabiendo que va á des

cubri r qué del i to hemos cometido ; á Mol iere con vergii enza ,sos

pechando que va á decirnos : tu camisa no está l impia . Shakes

peare busca crímenes ; Mol iere defectos . Aveces como en el Ta rtujf,l os dos se encuentran . Uno le habla de tú a Esqui lo y le dá

l a mano á Aristófanes ; el otro habl a de tú á Aristófanes y le dá lamano á Esqui loNingún otro poeta bucea tan hondo como éstos en el océano del

alma . Raci ne esun escul tor,hace estatuas soberbias como Fedra .

Cornei l le esculpe también y hace escul turas yacentes como el Cid .

Lope de Vega pin ta l ien zos á lo Velázquez y trama tapicerías y

gobelinos. Calderón hace óperas cantadas por décimas : toca decuando en cuando el corazón

,pero se va arrastrado por l as olas del

verso . Ti rso eshombre ; pero Mol iere y Shakespeare son human idad .

Shakespeare,acusa

,delata

,emplaza . Mol iere parece convencido

de que no existe tribunal que oiga l a acusación,y se rie de nues

tros vicios porque sabe que no tienen remedio . E l dramático inglésdice á Dios : — mi ra qué mala es la human idad !— y elfrancés ledice á l a humanidad : —y é quéfea eres !— Shakespearefij a la vistaafuera : Moliere , adentro . Shakespeare

,doma ;Moliere , exhibe .

En tre losdos insignes pensadores,hay

,si n embargo

,muchos

pun tos de coincidenci a . Se encuentran y tropiezan en el corazón

humano,como dosbarreteros en la obscura l abor de alguna mina .

AShakespeare no le basta lo que tiene an te los oj os , quiere medi rsusfuerzas con César , entra á saco en la histori a , revive á Cleopa

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1 44 MANUEL GUT IERREZ NÁJERA .

Pocas veces i n tenta navegar mar adentro en la historia . Desde

ña hacerlo , porque está seguro de que los hombres siempre hansido iguales . Otros dramáticos hacen figuras más ó menos bellas :Cornei lle , hace á Pol iuto; Racine , hace á Esther ; Schi l ler , hace áDon Carlos ;Alfieri , hace á Virgin ia ; Mol iere no hace , encuentraun tipo . Pero éste no ha menester de nombre; es un carácter .

tiene época es un ciudadano del mundo .

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E L T E AT R O ES PAñO L CO NT EM PO R A N EO .

La última temporada dramática de la compañ ía que dirige DonLeopoldo Burón ha ven ido á poner de realce la postración en quese hal la elteatro español . De el l a se quej an los críticos madri leños

,

aun l os más optimistas y losque ven con mej ores oj os las obras desus amigos . Ni en el drama n i en la comedi a hay actualmente uningenio español sobresal ien te . Echegaray

,á pesar de sus colosa les

defectos,es el dramático de mayores bríos y más empuj e ; pero sus

composiciones desproporcionadas,sus fi guras monstruosas

,su in

verosími l colorido,su dibuj o extravagante , impide quese le pre

sente como buen modelo,y an tes obl igando á mostrarlo como preciso

ej emplo de una imaginación desenfrenada y de un cerebro enloquec ido . Echegaray roba á mano armada ,

armada de talento,los aplau

sos ; pero elhecho es que los roba . El públ ico no lo aplaude de buengrado : si éntese vencido por este Hércules vigoroso y brusco que leoprime la mano hasta hacerlo gri tar;pero luego que elforzudo dramaturgo nos dej a l ibres , aunque lastimados , comprendemos que usó

con nosotros de violencia , y hasta guardamos rencor é inquina á esae specie de salvaj e que abusó de nuestra i nferioridad física .

García Gutiérrez era un poeta romántico,con todos los defectos

y todas lascual idades de su escuela . Sus dramas,mej or que dra

mas,son l eyendas . Piden acompañamiento de arpa , luz de luna ,

escalas de seda,coros de monj as , estrép ito de acero , torreones feu

dales,ven tanas góticas

,mucha poesía y poca ó n inguna verdad

I9

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1 46 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Pero esta escuela romántica , al fi n y postre era una escuela . GarcíaGutiérrez tuvo imi tadores , fel ices ó i nfel ices , en España y en laAmérica español a . Los imi tadores de Echegaray tienen que ser todosi nfel i ces , porque nose imi ta , aunquese quiera ,

lafuerza muscular de un Alcides que tuerce y retuerce , cual sifuera de canamo ,una barra de h ierro . Se ti ene esa fuerza ó no se tiene ; pero no se

imi ta,en ningún caso . ¿Qué es Echegaray ? Romántico . ¿Rea

l i sta . ? ¿Poeta .

? ¿Fi lósofo ¿Matemático ¿Al

quimista . Pues es todo en una pieza ; es una hermosa mons

truosidad l i terari a ; es , en una palabra , Echegaray . Lo que admiramos en élno es l a obra ,

es el gen io del autor . Echegaray no-traza

caracteres que tengan vida propia y cuya imagen se graba másprofundamente en la memori a á medida que pasa el tiempo

,así como

va ahondándose el nombre o l a cifra escr itos en la corteza de un arbol. Fuera de ( ( O l ocura ó santidad por ej emplo , no existe n ingún

Don Loren zo de Avendaño . Alospersonaj es del teatro de Echegaray los hemos conocido en ese teatro ; pero no los hemos visto

n i veremos en ni nguna otra parte . ¡Que diferencia entre esas bel l asó extravagan tesñgurasyloshombres—pasión de Shakespeare comoOtelo y Hamlet ;loshombres—símbolo de Víctor Hugo , como Tr iboulet

,y los hombres y muj eres , queson verdaderos hombresy ver

daderasmuj eres , de Dumas (hij o) y Augier .

Losdramas de Echegaray tampoco tienen trama real , nudo humano . Nos conmueven las si tuaciones trágicas á que l legan suspersonaj es

,como nosconmovería ver á un hombre colgado de la

canal más—al ta y quebradi za en el ú ltimo cuerpo de una torre , aunque no supiéramos por qué se encontraba en si tuación tan crítica .

E l autor no se pára á expl icarnos por qué coloca á su protagon istaen este despeñadero

,ó por qué lo encaj a en aqué l cal lej ón sinsa

l ida ; en vano le d i ríamos que pudo ponerlo en salvofáci lmente consólo dotarlo de sentido común . E l Sr . Echegaray no oye consej os

n i advertencias . Dice : este cabal lero que ospresento no puede escapar por n i ngún lado ,

y una vez admit ida esta si tuación ,tenemos

que apiadarnosde él . Pero ta l menosprecio de la real idad ,seme

j an te despotismo ej ercido en el públ ico,sólo puede admiti rse ó per

donarse en Echegaray ,porque ya sabemos que á trueque de esa

concesión nos va á dar el poeta una emoción estética . De modo quel o que triunfa en los dramas de Echegaray , es unfactor personalísimo é in im itable que se l l ama el talen to delSr . Echegaray .

Page 147: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Z'erói g ra tia ,hay fábulas y apólogospreciosos ; pero ambos poetas

d istan mucho , muchísimo ,de ser buenos dramaturgos . Halagan á

l as masas,porque es fáci l halagarlas: el pobrese complace en oi r

que losricos son avaros,malnacidosvbel lacos : l e agrada á la per

d ida oi r que l a culpa desu vergiienza está en el desastrado ordensocial , en l a fal ta de trabaj o para la muj er y

'

en la sobra de vicios

en loshombres ;se alegra el cesan te cuando en los sonoros (ó no

sonoros) versos , se le dice que el Gobierno está en manos de pícarosv truhanes ; goza elsacerdote rebaj ado ,

si di sparan saetas con

tra el clero ;se entusiasma el patriota con cualquiera baladronada .

y por este camino ,fáci l

,l l ano

,y excesivamente transi tado por l os

Señores Cano y Sel lés , se l lega siempre al buen éxi to teatral , siempre que por abuen éxi to» se entienda o ir aplausos é i nspi rar di tirambos á losgaceti l leros populares .

Pero ¿ésto es ser un buen actor dramático? ¿Este es arte 6 esofi cio? Tamayo no pensó en cortej ar laspasiones de la muchedumbre alescribir el “Drama Nuevo ,» ni Ayala tuvo en mientes pro

gramas social i stas al cincelar su admirable Y Ayalamurió y Tamayo se enterró en vida . y ya —aunque éste semej e

pesimismo— no queda en la dramaturgia español a más que unpoeta dramático

,que no es dramaturgon i espoeta , sino una rare

za artísti ca,en cuya composición entran Calderón y Edgard Poe ,

Shakespeare y Hoffman,Zol a y San ta Teresa de Jesús

,Don Qui

j ote y Pero Grullo . y que se l lama Echegaray . El tal en to de

Echegaray sería admirable , como el de Cervantes,si en

é l entrara por algo elsentido común : Sancho Panza .

En el siguiente artícu lo hablaré de los autores de comedias,más

abundantes que losautores de tragedias ó dramas en Espana,para

señalar l a decadencia evidente del género . Pero ya desde ahorapuedo aventurar esta opin ión : en España hay i n signes oradores

,

consumados l i teratos,elegantes escri tores ; poetas excelsos : Núñez

de Arce y Campoamor ; novel i stas egregios : Pérez Galdós , l a Señora Pardo Bazán y Pereda ; crí ticos buenos , humoristas de ingenio

,period istas agradablemente locuaces

,sabios

,i nven tores

lo que se quiera pero no hay en l a actual idad unsobresalientea utor dramá tico.

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 149

La decadencia del Tea tro , no espor cierto enfermedad de la l i teratura española . Dosgrandes l i teraturas dramáticas son las que hanimperado como soberanas en el re ino de las letras modernas : la es

pañola y la francesa . Son las grandes fuen tes . Inglaterra tiene áShakespeare

,lo que equiva le á tener un mundo . Alemania t iene á

Lessi ng . I tal i a tiene á Alñeri y á Goldoni . Pero n i Inglaterra n iAlemania n i I tal ia tienen sendas l i teraturas dramáticas que puedanser consideradas como primeras potencias . La española y lafrancesa son las que han desarrol lado

,si se permi te la frase , una pol i

ti ca colon ial,l as que han hecho conquistas

,l as que han agregado

pueblos y naciones á sus propios y casti zos domin ios,las que han

infundido y propagado su espíri tu en el mundo . Y la l i teratura dramática francesa y la l i teratura dramática española pasan por un periodo de enfermedad y decadencia . EnFrancia el teatro está herido

por dosformidables enemigos : por la novel a y por elespectáculo. La

marea de l a novela i nvade todo ; es el género l i terario propio de

esta época . En l a novela cabe , por así deci rlo ,nuestra vida com

pleja ,vari a

,laberintica . En elTeatro no . Buscamos el anál isi s

psicológico más suti l y exquisi to ; queremos no sólo l legar hastael fondo de una pasión

,sino conocer palmo á palmo todos sus re

codos,todas sus qu iebras ;estamos ávidos de desnudeces de cuerpos

y desnudeces de almas ; sen timos la curiosidad de ver y de pal

par,torni l lo por torni l lo , clavo por clavo ,

pieza por pieza ,esta com

pl icada maquinaria humana : y esta curiosidad . y aquéldeseo sólo

puedesac iarlosla novela . E l d rama,tiene que vivi r porfuerza de

ñcciones. E l m ismo drama real i sta,natural ista ó como quieran l la

marlo , rinde plei to homenaj e á l a menti ra . Y hoy la gran masa estásedienta de verdades . D iríase que había bebido mucho vino y queah ora quiere mucha agua . Aunque l laman materia l i sta á nuestraedad , el hecho es que en n inguna

,tan to como en ésta

,se observa

la inquietud del pensamiento,que anhela baj ar á todo y subir tam

bién á todo , la desa'zón del espíri tu ansioso de vivi r en otras esfe

ras ; l a avidez de saber , eldeseo inconscien te de dar con alguien quei nven te un nuevo Dios . Y todo esto no cabe en elteatro El dramaturgo no puede desmon tar la máquina humana para i rnos enseñando todas sus ruedas ; el dramaturgo no puede desenrollar las i n"

Page 149: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

I5o MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

mensas ti ras de las tesi sfi losófi cas,y por eso el novel ista que dispone

de mayor espacio y de más completa l ibertad,l e gana al públ ico .

Habi tuados ya á los exquisitismos,á los refi namientos , á las suti le

zas,á las profundidades de la novela

,losdramas nos parecen desa

bridosó defi cien tes . Cada drama es un vaso de agua,y nosotros ne

cesitamosmuchos vasos de agua : un tonel , para aplacar nuestra sed .

Así que,vamosal teatro para diverti rnos

,mej or que para sentir

l a pura y l impia emoción estética . Pedimos lo frívolo lo v istoso,lo

halagi—i eño ,lo sonri en te

,lo deslumbrador ; que la musicasea ale

gre,que nosadmire la magn ificencia del edifi cio , que cautiven nues

tra vista l as decoraciones y los traj es ; que lasactrices sean hermosas ; que elbufón nos haga rei r , y que el poeta nosdé algo nuevoy exci tante que remoce nuestros cansados estímulos sensuales .

Autores dramáticos de tan ta val ía como Sardou,recurren para

obtener buen éxi to á estos expedien tes,queson

,en l a esencia

,ex

trañosa l arte ; dan á sus obras el vigor sufi ciente para est imular lospaladares enfermos , el gusto en moda

,procuran que la crónica es

caudalosa les ayude,que lospersonaj es de sus dramas puedan se r

conocidos y señalados con el dedo entre los mismos espectadores ;

que l as decoraciones hechicen lasmiradas , y que la protagon istatenga ocasión de lucir su hermosura . De modo que muchos au

tores dramáticos de hoy en día ,dividen su triunfo con el pin tor

escenógrafo ,con los sastres

,con l as ¡modistas

,con l as bai lari nas

,

con l a l uz eléctrica ,y con piernas de muj eres bien formadas . El

públ ico que celebraba las tragedias de Esqui lo ,i ba á admirar la tra

gedi a desnuda . El públ ico que apl aude la Theodora ó el Cocodr ilode Sardou ,

aplaude un drama ricamente vestido .

Otros autores como Dumas (hij o) y como Augier y como Pai l le

ron y algunos otros , desdeñan esos triunfos . Mas para atraer y re

tener al públ ico,han menester también aprovechar el escándalo del

d ía ó la preocupación del momento . Este oportuni smo li terario esi ndi spensable para obtener un triunfo l i terario . Los simbol i smoscomo Le rois'amuse

,comoHernani

,como Ruy Blas, no están en

moda . El drama histórico de Dumas ( padre) sólo puede pasar ahora ,gracias al luj o de l as decoraciones . E l drama—

.pasión comoAntony

es imposible hoy . Necesi tamos que se nos hable de alguien á quien

conocemos y con quien acaso comimos antes de i r al teatro ; quese nos muestre , no un vicio de la humanidad ,

como lo hacía Mo

liére ,si no un vicio de fulano

,ó cuando menos

,un vicio de ésta ó

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1 52 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

La lengua castel lana le obedec ía como una esclava . ¿Qu ien ,des

pués de Quevedo,la había mandado con mayor nnperio ? ¿A quién

otro le ha confiado todos sus secretos ? Por l as comedias de Bretóncorre la sangre de todos losgrandes poetas cómicos españoles , pasaencaperuzada l a Celestina ,

travesea T i rso,asoman el ferreruelo de

Alarcón y los anteoj os de Quevedo . Anadie mej or que á Bretón del os Herreros sien ta el título de ing enio y de ing eniopr incipe , que

esel h ij o mimado y retozón del geni o . ¿Y Ayala . ¡Qué ad

mirable es su Consuelo, dechado de al ta comedia ,y muy superior ,

en mi senti r , aljustamentefamoso Tantopor ciento ! Ponedlajunto

a lHombre de mundo de Ventura de la Vega ,y decid á loscon tem

poráneos: Así se hacen comedias !Pero ¿á qué recordar nombres y obras ? Máselocuente es deci r

con elDante :Nessun magg ior dolore clze r icorda rsi delltempofelicenella misér ia !Hav mucha gracia en la comedi a española actual . Blasco hace

j uguetes muy bon i tos,chucherías de tocador encantadoras , estatui

tas que casi l legan á ser bellas,pero con la bel leza de un muñeco

de porcelana . Miguel Echegaray corta comedi as elegantísimamen

te . R icardo Vega se acuerda de Cruz y Cano . Zeferi no Palenciaseacordó de Bretón en el Gua rdián de la casa . Hay autores muy re

goc ijados, de muy buena sombra ,comoVitalAza , como Estremera

y muchísimos otros .

Pero, ¿ésta es la comedi a ? No ,

esto esperiodismo,esto es gace

t i l la,esto es caricatura

,estosson los M'

adr iles,esto es e l Madr id Cá

mico,estas son l as revistas de Luis Taboada

,puestas en escena , l a s

crón icas de toros l levadas al teatro,elarte vestido defi gurón y dan

zando y cantando en un martes de Carnestolendas. ¡Talento desperd iciado , prodigado ,

despilfarrado ! ¡Peteneras , Malagueñas , Soledades ! ¡Epigramas convertidos en personaj es ! ¡Un salero volcado en elmantel ! ¡PequeñitosGoyas , maj os atrevidos y decidores, graciososde la trampa

,gaceti l leros ingeniosos . . pero ni ngún poeta cómico !

Y un escalón abaj o de este género,cubierto por esta vacía de

Fígaro , e l género flamenco , que es el toreo en l i teratura , y que invade , i nfesta , ensucia los teatrillosde tercera clase , y hastase sube ámayores yse en tra

,como chiqui l lo malcri ado en respetables coli seos .

La comedia , como viuda i nconsolable que no quiere olvidar n icontraer segundas nupcias

, va en lutada y con coronas de siemprev ivas á la tumba de D . Manuel Bretón de los Herreros !

Page 152: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

FR O U -FR O U .

Gilberta . Ante todo , l e proh íbo á Ud . que me l l ame FrouFrou .

Valreas.— Pero si ese es el nombre de Ud .

Gilberta .

— Ese es mi nombre para papá y para mi hermana Luisa , no paraUd .

Valreas.— Sí , tambien para mi.¿Con qué otro nombre l lamaría , mej or que con éste á la del iciosa

ch icuela para quien fué inventado ? ¿No es Ud . ,toda Frou—Frou ?

Se abre una puerta , se oye en la escalera un ruido defaldas que sedesl i za como Frou—Frou ! Entra Ud .

,busca

,gi ra

,

espía , vuelve , revuelve , arregla ,desarregla ,

habla,charla

,ríe

,can

ta , sal ta , baila , pianotea ,» yse va ! ¡Frou—Frou ,

siempreFrouFrou ! Cuando Ud . duerme , yo estoy seguro de que el ángel de suguarda agi ta sus leves alas

,formando este blando ru ido : frú—frú .

»

Y esa es Frou—Frou . El l a lo dice con intensa verdad,cuando el

amante y el marido van á bati rse : “¡Matarse por mi Matarse

por Frou—Frou ! ¡No , no es posible ! Frou—Frou ,traj es ;Frou

Frou ,fi estas . ¡Eso era mi vida ! ¡Para eso estaba hecha ! ¡Para eso

solamente !

¿Conocé is algo másdel iciosamen te moderno que Frou—Frou ?Para la honrada Gretchen que prepara la c/zoucrozztte y escanc ia lacerveza en loshondos picheles, Frou—Frou será una cri atura imposible . Es necesario si tuarla en una gran capital

,en la ciudad por ex

20

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1 54 MANUEL GUT IERREZ NÁJERA .

celencia del placer y la moda,en París

,para darse cuenta desu

existencia posi tiva .

Abrid las elegantes páginas de la Vida Pa risiense, que es e l periódico másfrú—fruzal l í está el la d ibuj ada por Marcel in ;ese es su D íario Ofici al . D e n ingún peri ódico se desprende mej or el embriaganteoder difemmina esparci do en el mundo desde que la hermosa Evaapareció entre lasflores del Paraíso

,y torció Venus sus cabel los hú

medos en la ori l l a del mar Jón ico . Anima aquel las hoj as el a eterno femeni no » de que habl a Go

'

ethe , pero el eterno femen ino » encantadoramente vestido y ataviado . Recuerdo aquel la escena deMadame B ova ry en que el n iño Justino—nu Querubín boticariomi ra á Fel ici tas planchar la ropa blanca de Emma con el codo apo

yado sobre la l arga tabla en que Fel ici tas planchaba , veía con avidez todas aquel las prendas femen inas

,lasenaguas

,l os camisones ,

el encarruj ado canesú,loscuel los

,los

_jíclzzís, y a de qué si rve todo

esto ? »—preguntaba pasando la mano por encima de la cri nol i naqué si rve todo esto ? »

Esta infanti l pregun ta viene también á nuestros labios alrecorrer losgrabados de la Vida P a r isiense. Las muj eres que en el las

aparecen,Blanche d ºAltfort , Paulette d'Alaly ,

son muñecas primo

rosas vestidas . Son traj es con muj eres adentro All í está la muj er

como la han modelado tres siglos de civi l i zación y corsé . No esEva , n i Afrod i ta ,

n i Clóe;es la muj er de luj o , el más costoso de nues

tros j uguetes,es Frou—Frou . En su anatom ía

,como observa Jules

Lama i tre , está muy lej os de l as proporciones naturales y normalesque nosenseña la estatuaria griega

,pero cerca del ideal de gracia

femen ino,propio de este fi n de siglo . Conserva algo de los princi

pales tipos etnográñcosde la raza blanca , pero atenuado ysuavizado . Se parece algo á lasñgurasde Grevin ; pero estas ti enden visiblemente al tipo egipcio . La muj er en curVa de l a Vida Pa r isienserecuerda algunas estatuitasflorentinas .

Desvesti r á una de esas cri aturas,sería enorme crueldad . Lo esen

ci al en el las es el t raj e : al l í rad ica su idiosincrasia .

Observemos á Frou—Frou á primera vista ; considerada á la luzde la mo ral que todos aprendemos para no practicarl a , Frou—Frouesuna mujer mala . Se casa sin amor con un hombre hon rado y

bueno . Tiene un hij o y le desatiende y no le educa . Celosa de suhermana que la substi tuye en el hogar

,se escapa , si n pasión , con

un amante . E l marido mata al amante enduelo , yFrou—Frou vuel

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MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA.

la proyección de un ángel,el alma de la madre . Así , losnmos s

creen más próximos al cielo y menos cerca de la ti erra . Despuésla madre es la suprema i n iciadora de las grandes cosas . Como 1

ciencia esnecesaria,quiso el cielo poner j unto á la vida que co

mienza, á l a vida que acaba ; j unto á quien todo ignora ,

quien lsabe todo . La madre enseña á deletrear en el espíri tu . ¡Qué másJesús , con ser hij o de Dios , necesi tó el cariño de una madre y nquiso ser huérfano !Qui tad a l n iño algún sentido desde los primeros m inutos de 5

vida , y le habré is quitado todo un orden de ideas en el entendi

m iento . Quitadle el santo amparo de l a madre , y le habréi s qui tadtodo un l i naj e de v irtudes en elcorazón .

Frou—Frou es huérfana .

E l padre Brigard ,no l a educa . Dej a que el temperamento d

G i lberta se desarrol le á la i n temperie . ¡Y qué padre ! A él puedaplicársele la frase que Feui l let apl ica á algún personaj e de sus ncvelas : Nada hay más tri ste que un buen mozo viejo » B rigard ha

bla sin escrúpulo de sus aventuras con bai l ari nas y cocottes. Luisala Cendrillón

,la hormiga trabaj adora de l a casa

,podría deci r de é

lo que Dumas ( hij o) de Dumas primero : ami padre es un hij o gran

de que tuve an tes de nacer .»

En este medio vic iado creceFrou—Frou . Y crece mimada , sin qu

nadie,n i la rel igión , n i la educación ,

n i la necesidad ,aten la riend

á su albedrío . Halevy,sin espíri tu tendencioso

,nospresenta en s

drama un cuadro completo de la desmoral i zación de lafami l i a .Jules Claretie ,

dice muy bien,hablando deFrou—Frou : Esta pintur

al pastel de una sociedad más l igera que el l ápi z que la pin ta ,y qu

caerá deshecha en polvo,t iene el tono de la charl a y la fuerza desermón . Este drama es un hierro candente

,envuel to en polvo d

arroz . Huele bien ,pero cauteriza .

»

¡Frou—Frou se d iv ierte ! ¿Por qué se casa ? En parte , por dar gusto á su padre que desea ese enlace ;y en parte—la pri ncipal—porqusu novio puede l legar á ser embaj ador .No ama conpasión , no amará con pasión nunca : su novio es elespejo Pasa sobre lossentimientos sin tocarlos

,como el Eupherion de Fausto » sobre las llo

res . Casarse,para el la es tener más l i bertad ;derecho para ostenta

más j oyas en e l teatro ; esperanza de l uci r en alguna cortefastuosaapoyada en elbrazo de un señor con muchas condecoraciones , qu

se l lama Embaj ador . No puede uno i ndignarse porque esa l ind

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 1 57

frívola rompa un corazón,como losniños mimados rompen un ju

guete . Todas son cri si s de nervios en esa naturaleza . Todos laquieren y el la tiene amor para todos . Al mori r

,dice : “Todos me han

amado mucho : ¡por eso muero ! » Y ni al mori r dej a de ser coqueta ,de serFrou—Frou ! Cuando esté muerta— dice á Luisa— ponme tanbon ita como era antes .

»

¡Este vestido negro no lo quiero ! Busca entre mis traj es de bai leun traj e blanco el que tiene la falda salpicada de rosi tas . ¡Esees el que quiero ! Ya verás entonces como estoy boni ta , y cómovuelvo á ser Frou—Frou

, ¡Frou—Frou !¿Quién negaría el perdón á esta encantadora airresponsable? »

Se comprende que es muy buena,pero que su bondad está muy ves

tida,muy suj eta en el corsé

,muy oculta entre las sedas y las blon

das . Aesta muj er hay que deci rl a con Heine :¡Perdono,

olvido,olvido cuanto ¡zag a la pobrecita !

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1 60 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

actor que conoce á maravi lla el arte escén ico , y que á no ser por »

lo vetusto de su repertorio y lo arqueológico de su Compañ ía , h a

bría l ogrado un éxi to muy bueno . ¡Pobre Sr . Delgado ! Como un esparto va á quedar si permanece quince d ías en México ! Lafortun ale vuelve la espalda

,y va á tomar un vaso de cerveza con More

no . E l públ ico se alej a del teatro ,y el amari l lo jaramago crece ya

en loscoj ines empolvadosde lasbutacas . ¡Pobre señor Delgado !

La obra del senor Chavero ha sido , como dice cierto i n tel igen te

amigo mío,un fi asco laborioso . Estoy seguro de que n ingún dra

ma , n inguna comedia y ni ngún l ibro han costado a l Sr . Chaverotan tos afanes

,tantas vigi l i as

,tanto estudio

,como estos i nfel ices

“Amores de Alarcón,» que habían de ser eternamente desgraciados .

Yo diría que esta obra es un precioso ec/zantillo'n de arqueología

l i teraria ; pero no esun drama . Por una extraña idea que no me ex

pl ico,elSr . Chavero

,haciendo tan galanos versos como son lossu

yos empleó la prosa para los <<Amores de Alarcón .» Verdad es que

esa prosa,canta

,bri l la y coquetea como los versos

,perofáltale siem

pre elala de l a r ima , y no cautiva tan poderosamente l os oídos . Estaes l a obra en que el Sr . Chavero debía haber desparramado los topacios y rubíes de l as bel lezas poéticasLospersonaj es se prestaban admirablemen te á el lo

,siendo todospoetas ó farsantes ; y l a

corte caballeresca de Fel ipe IV,en l a que ,

comenzando por el m is

mo rey ,

todos ó casi todos,presumían de poetas

,es una tel a rica y

á propósi to para bordar en el l a madrigales y sonetos . ¿Por qué el

Sr . Chavero , que ocurri ó _

á l as galas poéticas para escribi r alguno

de sus dramas socia les ; no quiso ,esquivo

,aprovecharl as en losro

mánticos“Amores" de Alarcón »?La traza y disposición de l as escenas tiene algún parecido con

l a que artifi cialmen te emplea Tamayo en su “Drama Nuevo . » La

providencia,que en eldrama español se l lama Shakespeare

,toma

aquí el nombre de Villamediana . Nose crea que hago cargos poresto al Sr . Chavero , l a imi tación está lej os de ser baj a y servi l ; elmodelo es muy bel lo

,y hay grande original idad en el desenvolvi

mien to de la acción . Tamayo mismo , para escribi r su Drama Nuevo

,debió i nspi rarse

,y se i nspi ró probablemente en l a escena de

losfarsantes en el Hamlet » .

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MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA. 1 6 1

Lo verdaderamente digno de al to encomio en elpoema dramático del Sr . Chavero , es la acertada reéonstrucción delmedio socia ly de lospersonaj es . Así , así , eran los corrales en que lucía Josefa Vaca su hermosura

,y el Sr … Lope de Vega su ingen io peregri

no ; así eran los poetas cortesanos de aquel siglo ; así era el autorde l a compañía

,y eran así losalguaci les y corchetes . Todo está d i

bujado con absoluta verdad y exquisi to arte . Para escribi r esospreciosos diálogos

,en que lafrase culta muestra su corpiño dese

da y su chapín bordado;para hacer que estos personaj esse movieran y hablaran

,como debieron habl ar y moverse ; para presentar re

d ivivosá esosgrandes poetas , el señor Chavero necesitó sin dudaalguna de grande estudio ;fué preciso que , revolviendo códices , gacetas y librajos, adivinase el carácter rea l y posi tivo de cada uno deesos personaj es que in tervienen

,por másó por menos

, en lafábuladramática ; y fué preciso que reconstruyese con el pensamien to esemundo de poetas y farsantes que conocen tan poco , y tan mal losgraves histori adores españoles . Pero este l argo estudio y esta prol ij a tarea

, ¡oh discreto amigo ! no l a comprende el amodorrado espectador que va al Teatro á hacer digestión . Reuna Ud . á D . Ra

fael Angel de la Peña y á Don Alej andro Arango y Escandón , á

Pimentel y Altamirano , á R iva Palacio y al obispo Montes deOca ; lea Ud . su poema ante un concurso de eruditos y poetas

,con

sti l te luego su opin ión ,y estoy seguro de que celebrarán á una las

cruj ientes galas del lenguaj e , lo oportuno y fel i z de las i deas , lasenci ll ez amable de la fábula y sobre todo , l a poderosa reconstrucción de aquel la sociedad que hablaba en verso y se batía á la luzde los re tablos .

Pero ese grueso comerciante que bosteza en su platea , ese hortera ventrudo que apenas cabe en la butaca

,ese j oven prendido

como dama,no conocen elmundo que Ud . evoca n i han vivido en

comerci o in telectual con losi ngenios de esa corte estrep i tosa . Ud .

les habla en griego ó en hebreo : no le comprenden . Para el los nohay más Alarcón , que cierto escribiente de Ofi cina ;n i másVillamediana que cierto boletero de tranvías . La prosa cul ta que empleaUd . en losdi álogos y escenas , les parece el reci tado de alguna ópera i tal ian a . Dígales Ud . que así discurrían y tan enfáticamente háblaban los cortesanos de Fel ipe IV ; pues no lo entenderán incuestionablemente . Quieren que el autor crispe sus nervios con una

causa cé lebre,ó aguardar con ti ti laciones sádicas elmomento en

2I

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1 62 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

que Girof1é muerde borracha los azahares de su corona y l as heb il las de sus l igas. Déles Ud . enredos compl icados

,que recuerden

lasangusti as que padecen al desatar , ántesde acostarse , l a ci ntade sus zapatos baj os; que la Srita . Rusquella se case en el úl timoacto con Amato; que Delgado trepe por un estrecho caracol de palopara i r altapanco de la cocinera ; que Pedri to Servín desempeñe el

papel de ouisti ti y haga paseo de argol las en lasbambal i nas ; peroque no diserte D . Juan Ruiz

,que no sati rice D . Francisco Queve

do , que no maldiga deslenguado elpobre conde de Vi llamedi ana ,n ise sigan los aplausos que tributa elaudi torio al preclaro autorde la Verdad Sospechosa .

»

Alguno me decía al oír los “Amores de Alarcón ,» que esos poetas

atrevidos y mordaces que i nsul tan á la Jerónima y que solo para esosirven en l afábul a

,son person aj es absolutamen te inútil es

,figuras

decorativas y no más. Yo no j uzgo así . Lo que el Sr . Chaverosepropuso disenar , no fueron preci samente losamoríos de nuestroD on Juan y la Jerón ima Este era nada másel elemento de pasióni ndispensable al drama ; pero lo esenci al era poner sal iente y de re

l ieve esafigura noble delpoeta,desconocido

,menospreciado de sus

con temporáneos,hecho obj eto de mofas y de befas; y para el lo ,son

absolutamente indispensables esos person aj es que completan el cua

dro,expl ican lossufrimientos de Alarcón , y personifi can admira

blemente la envidia , la mordacidad y la maledicencia .

¡Que hermosafigura la de ese pobre D . Juan Rui z , corcovado ycon trahecho

,pero hermoso de corazón y perfecto de entendimien

to .Esta bondad en cuerpo tan ruin y desgraciado , me i nteresa y

maravi l l a . E l ser deforme es comunmente malo . Las burlas que pro

voca con su aspecto cacoquimio ,l as sátiras punzantes que van á

encaj arse en su cuerpo como agudos alfi leres , el desprecio con que

le miran losdemás , y hasta la misma compasión que i nspira á ánimasbuenas , van despertando en é l todo l inaj e de pasiones malas .

Aborrece á l a rosa porque tiene colores yfrescura ; aborrece á la estrel la porque despide luz

,y alcuerpo deAntinorisporque no tiene

giba . Odi a todas lasformas bel las de l a naturaleza y desahoga surabi a concen trada , en epigramas , esto es, en deseos impotentes dehacer mal . Cuando un hombre así dispone del poder

,se l lama el

Príncipe D . Carlos , y hace comer al zapatero las suelas de unoszapatos mal cosidos

,y acuchi l l a á l as viej as y conspira contra su

propio padre y soberano . Cuando es plebeyo,pobre y desgraciado

Page 163: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 64 MANU EL GUTIERREZ NÁJERA .

protagoni sta del drama . Elata y desata el nudo ; él castiga la im

pudencia del bachi l ler D . Cristóbal Suárez de Fi gueroa , contribuye á l a gloria de Alarcón y l e salva l a vida . Cuando la maledicen

ci a desgarra la honra de Jerónima,y el autor la arroj a ig

'nomi

niosamente del corral,l os deslenguados la i nsul tan desafi ando á

que alguno le dé el brazo y mientras Alarcón vuelve l a espal daá l a muj er que tan to le había amado

,si n atreverse '

á defenderla ,quien sale con el l a del corral

,noble y altivo

, esVill amediana .

En esta escena,como en muchas otras

,l afigura simpática y al

tiva es la delConde . ¿Era así el correo mayor de Enrique I I ? Biensabe que nó , elSr . Chavero . Maldiciente

,procaz vhasta bell aco ,

no dej ó buena memoria desi,y hasta lespareció muy merecido á

los contemporáneos su fin trágico . La leyenda pudo después her

mosearle,dándole la apostura de un amante desgraciado . La hi s

tori a que no presta vidafáci l á romanticismosy novelerías, l e pinta tal como era , huraño ,

agrio y envidioso . Ya otra vez , en artículo especia l

,podré ocuparme de ese personaj esingularísimo á quien

elbachil ler Suárez de Figueroa pudo bien di rigi r l as mismas frases que el Sr . Chavero pone en boca de Vi l lamedian a . Con verdad

sea d icho,el mald iciente conde no merecía desempeñar papel tan

generoso .

¿Qui ere Ud . ahora ,lector amigo

, que le dé un consej o ? Si tieneUd . amor al arte y á las letras ; si qu iere conocer el poema dramático

del Sr . Chavero , no vaya , por Dios al teatro Pri ncipal . Compreun ej emplar

,abríguese en su alcoba , mientras l a l luvia azota los

balcones,y léal o all í con atención y deten imiento . No mire Ud .

por Dios , esa pobreza de escenario ; esos traj es contemporáneos deD . Fernando Batres ; no mire Ud . á Don Francisco de Quevedorepresentado por Pedri to Servín y habl ando con las manos y _ los

pies,como el orangután de la “Venus Negra .

»No mire Ud . á esospoetas del siglo de oro , que másbien parecen poetas de la Sociedad Netzahualcoyotl . No vea Ud . á Alarcón reprensentado por

Amato . ¡Pobre D . Juan ! Esta era l a calamidad que lefal taba .

Page 164: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

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Cuando elSr . Echegaray tiene menos genio y másta len to ,lo

aplaudo con mayor gusto,s in que me quede remordimiento y si n

a tisbosde . haber sido i nfluenciado por prej u icios l i terarios . A élsile viene de perlas el apodo que dan á Cánovas sus enemigos : el

monstruo. D e una ventregada engendra tragedias , dramas , poemas

escén icos simból icos, á manera de los que escribió Lord Byron ; y

casi todas las criaturasde Echegarayson hermosas ; pero cabezonas

,ó coj as

,ó de oj os sal tones . De fij o que los dramas del poeta

noruego Ibsen han de cautivar al dramaturgo español , porque también salen de profundas criptas , recorren catacumbas cuyas paredes chorrean lágrimas , despiden luz si n iestra y roj iza como de

hacha resinosa,hablan solos vtienen mucho de dementesTolstoi ,

Ibsen,Maeterl inck , Echegarayson espíritus afi nes . Elmás gran

de es Tolstoi , pero Echegaray es de la famil ia , con la diferencia deque él ha le ido mucho á Calderón ,

y su pesimismo es un pesimismo

místico español,una noche rasgada á trechos por relámpagos de

Sinaí ; pesimismo en verso ósea romantici smo puro . En Un Cr i

tico [ncipiente la tristeza de Echegaray está de buen humor : llega á una resignación afable

,j ovial casi . Pero no cabe duda de que

en elfondo de esa obra hay una gran tristeza,una tristeza que sólo

pueden comprender losautores , los que h an padecido las miseriasde la vida l i teraria

,losque ya sintieron piquetes , arañosy puña

l adas de la envid ia ó la i gnorancia . Primero se subleva el esp i ri

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1 66 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

tu recto contra la palmaria é i nsul tante inj ustici a ; pero luego los

años nos van haciendo más dura la corteza,y yase ven con oj os

indiferentes y hasta con la sonrisa en losl abios,esas in trigas , esas

cábalas de pandi l l a,esos parrafejosbil iosos que sign ifi can el odio

de l a impotencia al ingen io creador .

Ese estado de alma es elque expresa Un Cr ítico [nc¿biente. Suautor le l l amó Capr iclzo dramá tico ,

porque probablemente para el

Sr . Echegaray,para que haya drama

,se necesi ta un homicidio ó

cuando menos algún l igero adul terio Pero créame el i nsigne dramaturgo : es drama el Cr i tico lnczjbiente ,

y másdrama todavía que0 Locura o

'S antidad y Lo que nopuede decirse ,

porque estas obrasson pesadi llas

,y aquel l a es real idad . ¿No es dramático el supl i

c io de una reputación ? ¿No es dramático elespectáculo de l a be

l l eza violada por la inj usticia ? ¿No es dramático que un hij o asesine en el periódico la obra de su padre ? Hasta parricid io con algodefratricid io es

,señor Echegaray .

Por la traza,Un Cri tico [ ncipiente es comedi a aristofanesca y

de excelente cepa . De acción dramática externa carece por com

pleto ó punto menos ; pero la i n terior ¡qué i ntensa ! Loscaracteresno son tales caracteres

,si no entidades ó cifras , que trazadas en el

pizarrón,representan sumas de la crítica pedan te

,de la crí tica en

vidiosa y de l a críti ca maj adera . Hay caricatura en esta comedia ,pero de la buena

,de l a que descubre la l ínea rid ícula en una fi so

nomía , y caracteriza ésta con unasola línea , por manera inequívo

ca . Caricatura que no tiende nada másá hacer reír si no áfustigarun vicio . Caricatura trascendente di remos

,ya que está en moda

hoy ser ampuloso . ¡Qué vivida , qué in tencionada es la obra !

D on Anton io ( es deci r , hablemos claro , Echegaray ,Don José ) ,

autor dramático célebre,quiere observar cómo le j uzgan sin que su

personal idad influya en eldictamen públ ico ,y da á l a escena ,

con

supuesto nombre,E l Conde U l rico ¿No ven ustedes cómo

se trata de Don José y no de Don Anton io ? Sólo Echegaray puede escribi r un drama que se ti tule ElConde Ulr ico El Don Anton io es un tipo real

,completo de la neurosis l i teraria que Eche

garay ha de conocer perfectamente,de esa que lleva á no vivi r si no

para el papel,para l a ti nta de imprenta , para el cómico , para el

gaceti l lero,para la vanidad de van idades . La hij a tiene un novio ;

pero apenas sise preocupa de el lo Don Anton io . La hij a verdade

ra,es la obra que se está representando aquella noche . ¿Y es dra

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1 68 MANUEL GUTIERREZ NAJ ERA .

Elhij o de Don Anton io también ha echado su cuarto á espadas

en el periodismo . i ngresando á la numerosa famil i a de los críticossietémesinos. Y para abri r boca ha empezado por reventa r,como

él dice,al Conde Ulr ico. Ese artículo es elque más ira h a causa

do á Don Anton io ; quiere éste saber el nombre delautor , y el h i

j o , sati sfecho de su obra . con la petulancia propia de los pocos

años , dice :— Pues soy y o !

Eldolor de Don Antonio en ese momento esrealmente humano ,

de lej os parecido . dado el temperamento l i terario del protagonista ,

alde Adan an te Caín . Todos los ya golpeados duramente en lavida artística

,conocen másó menos esa amargura . La crí tica que

duele es la delser queri do , la del hij o adoptivo de nuestra i nteligencia ,

la del que se ve crecer con orgul lo , y cuando empieza á

hombrear,clava al que se creía algo asi como su padre , el dardo

másponzoñoso,se burla de sus lacerias, y se agavilla con losmer

cenariosde la envidi a . Y casi todos loshij os l i terarios son como elde Don Antonio .

Rasgo bell í simo en la escena de que hablo : el muchacho se aver

giienza ,se indigna contra sí mismo

,porque es hij o de la carne y

no hij o del en tendimiento ; l lora por la herida que ha abierto y di

ce eu su defensa :Padre : si yo quería aplastar á ese Don Pablo , porque han di

cho que tiene más talento que tú ; si me gusta mucho elConde Ul

r ico,pero como no sabía que era tuyo ,

quise que no les gustara á

los demás !E l l i terato desaparece ; e l hombre habla ,

abraza alhij o , y recor

dando é lartículo que le había ofendido tanto , exclama :—¡La verdad es que el ch ico ti ene mucho talentol

—Ahí está el

padre .

Después,y ya tranqui lo con la resignación de que hablé alpri n

cipio y que les viene á todos losgrandes autores cri ticados , á vuelta de losaños

,va á almorzar con sus censores Ah ! v le da á

su hij a por esposa al critiquillo zas . el padre candi l que alabó

eldrama . También ah í está el padre del Conde Ulr ico !

Por supuesto que esta paterni dad lefué disputada . Los hij os de

nuestra i ntel igencia siempre tienen muchos padresEn el Cr itico[ ncipz

'

ente aparece un tipo eterno y exactamente reproducido : elplagi ado

.Este es el que tiene siempre en cartera una obra que na

die há l eído y que es igual ala obra que acaban de aplaudir . A

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .1 69

ese l e roban losgi tanos,lossal timbancos , todas las hij as boni tas

que engendra ; y digo que todas las hij as boni tas , porque las que

saca á l uz , l as que le quedan ,son muy feas .

Ese sempiterno reclamante tiene mucho talento cuando no hablaó se guarda todo lo bueno que hace , y tal vez en cumpl imiento de

algún voto , sólo enseña sus miseri as . Su vida es la de San Alej o .

Posee además , el secreto de descubri r semej anzas paradógícas.Para e l un narigón y un chato son iguales . Y es de senti rse que

ten iendo tanto i ngenio en l as obras que otros fi rman ,sea tan ma

jadero en las propias . Sus hij os legítimos muy feos ; los adul terinos

, muy boni tos . ¡Qué rareza !Resumiendo

,elCapr icho D ramá tico es una comedia de buena

raza y escri ta con muchísimo donaire . Otros dramas de Echega

ray sí que son caprichos , y de muchacho caprichudo mimado por lagloria .

¡Ay , Sr . Echegaray,qué gusto me da alabarle y reconocer su

gen io . porque me pega usted á veces unos sustos .

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I7 2 MANUEL GUTIERREZ NÁJE RA .

pluma de gal lo que l leva ese hombre extraño en el sombrero ,ti ene

mucho de simból ico : recuerda elcanto,el matinal agudo cacareo

que ahuyenta losespectros . Porque, en verdad ,

es momentáneo , ra

pidísimo, el contacto de aquél espíri tu mal igno con losséresdiabó

l icos, propiamente d ichos . Apenas le tocan se apagan

,á manera de

l uciérnagas tocadas por el frío . Elrecuerda sin duda , su origen demoníaco . Entonces d ice : Soy el espíri tu que siempre n iega , Y que

n iega siempre con razon , porque cuanto existe , sólo es bueno para

perecer , y más valdría que no exi stiese . De modo que lo que llamaispecado

, destrucción , el mal, en suma ,es mi propio elemento

Soy una parte de la parte que en el principi o lo era todo ;una partde las ti n ieblas que engendraron la Luz (Fa usto —P r imera pa r te)¿Será realmente la Fuerza rival de l a Bondad eterna esa que habla¿Será el malconcebido por lañlosofía , elque dice con Proclus : <<Sola sombra en donde acaba la divi na luz ;» Vcon Spinoza : SOY

que determi na la variedad y lafragi l idad de los modos divinos ; 3

con Hegel : << Sov el l ími te en que expira lo absol uto al externarse ?No :

no es eso . Ha hablado Mefi stófel es el pedante , Mefi stófeles eretorico . A poco ti ra l a capa de la metafísica y desenvain a el estoque , punzan te y relucien te

,de la eterna i ron ía .

Es el hombre , el vividor escéptico v de buen humor; elcomensal a legre ; el ventrudo y reidor devoto de l a Enciclopedia ; el qucomo Madame du Deffand no espera nada másque de la nada .

)

Cuando le i ncrepa Fausto por rufi án ó por trainel , repl ica Mefistófeles: Tusagravios me dan risa . ElDios que creó mozos y mozaslegitimó á la vez el noble oficio de proporcionarles la ocasión ,

Fansto.

— S eg unda pa rte) . Será hombre malo el que así habla ; pero ehombre . Mástodavía : parécenosfrancés . T iene ese es¡>r it que nes el GE IST germano . E l d i ablo de Alemania nació en FranciaHeine el alemán también era francés ; y en elespíri tu de Heine een el que ha cabido mayor cantidad de Mefi stófe les¡Qué arma tan terrible la de ese i nseparable companero deFaus

to ! Las anti nomias de Kant no desesperan tanto la razón como esesilbo de la sát i ra . Con arte superior manej a Mefi stófeles esa arma

fatal y ligerisima . Despl iega en talesgrima no se qué gracia pérñday deslumbradora . Cuando sentimos que ha dado en nosotros , tarde

esya . E l corazón por ell a herido , podrá maldeci r su mal ; curar ,j amás . Fausto es una i ntel igencia superior , de orden supremo ;mas¿acaso salvo está el gen io de temblar ante eli ngeni o , ante el inge

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 1 73

nio que se complace en destru ir ? Ca ro—Filosofia de Goetlze) Me

fistófelesno aborrece á los hombres . Los desprecia , como ati n ada

mente observa M . Wei ss . Es el mal igno , por excelencia i nsinuanteque , á veces— sólo á veces , porfortuna ,

se nos asemej a como unhermano .

Partout oú j'ai voul u dormir ,Partout oú j'ai voulu mourir ,l'artout oú j

'at touché la terrej

Sur ma route est venus'asseoiUn malh ereuxvé tu de noir,Qui me ressemblai t come unfrére .

Ese desconocido . tan conocido de nosotros; ese hermano nuestroque a l mori r no bendij o nuestro padre ;esa sombra de la eterna luz quehay en cada alma ; esa tristeza que l lega siempre y se nos j un ta ,cual si le hubiésemos dado alguna cita ; ese en lutado mortalmente

pál ido ,no es el Meñstófelesque tamb ién suele acompañarnos y que

se nos asemej a algunas veces . Empero Meñstófelestampoco es paranosotros un extraño . Conocemos ,

y mucho,á ese aque dice siempre

,

No ! Sabemos qué tristemente dobla elalegre repique de esa ri sa ,

cuando l e oímos desde lej os ¿Se encoge , tiembla ,se repl iega ,cal l a

algo bueno,algo puro en vuestrosér ?No lo dudéis : es Mefistófe

les que l lega . Esuna parte de esa infi ni ta parte quese l l ama elmal .Eslo que d ice a l oído eternamente : la vi rtud cae ; elamor pasa ;huye eli nstante ! ¿No hemos sentido con vergiienza , en ocasiones ,

que se nossube la carcaj ada hasta los l abios delan te de un dolor ?¿No percibimos , sin quererlo ,

en el t iempo que un rel ámpago dura ,

lo grotesco de l a pena ? EsMefi stófeles quien avisa , quien señala . La

duda fi losófi ca no ríe . Esta negación burlona , l ivi ana y banal , ríe ,

y ríe siempre .

Rie de la j oven que defi ende su honradez ;del padre viejo burl adopor la hij a ; del impotente que desea ; del artista á quien la glori avuelve las espaldas ; delanciano que aún ama ; del i nfel i z enfermoque se cae Rie

,y ríe siempre . Hoy es fi esta; hoy es amor ; hoy es

eltriunfo . Y HOY ,elMal igno ríe d iciéndonos : MANANA . No

está vestido de negro , no es elhermano mortalmente pál ido estávestido de roj o como el v ino , y nos empal idece como las org1as , y

suele asemejarse á nosotros como un hermano .

Le huiríamos, por repugnante , pero le seguimos como esclavos .

D icen que es la experiencia , que es elsabio Tenemos miedo á su

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1 74 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

risa . E i nstigados por ese d iablo humano , zaherimos la vi rtud y nosmofamos de la ancian idad y hacemos la comedia delamor . Y pronunci a el terrible ¡HER ZU M I R ! y le seguimosAhí está Mefi stófeles : ahí

,en la caricatura en la diatriba

,en la

frase zumbona , en la i ronía cortante , en la sati ra que clava , en els i lbido que apaga la incipiente y debi l claridad . Toda una gran ramade la l i teraturase estremece en l as manos del Eterno Mal igno . Las

abej as delHymeto, los epigramas griegos , picaban si n herir . En

rique Heine exclama

¡Están em? onzonadasmiscanciones!Mientras nos si rve de compañero Mefi stófeles

,no hay descanso

posible . Acibara todo néctar ¿Con qué ? Con una gota Corta toda ala .

¿Con qué ? Con l a delgada uña del meñique . Desti lador de los vemenos mássuti les

,destruye y an iqui la sin ruido . Su placer es matar

lo que empieza á vivi r . Satán arrebata . Mefi stófeles bolsea . Faustoanhelaba deci r almomento que huye : ¡detente , eres hermoso ! Y

no podía deci rlo , porque iba con él , con Mefi stófeles , con elátomo

obscuro que intercepta la l uz . De l a sonrisa hace Mefi stófeles l a mueca . De los oj os que l loran ve los párpados hinchados . Deldolor oye

e l hipo .

¡Pasa , huye , instante , no eres bel lo ! Te v i hermoso al veni r . Lle

gaste,y son muy hondas tus oj eras !

¡Al Brocken ! ¡Al Olimpo ! En todo nada ! ¡En todo eternamenteMefi stófeles !Margari ta esmuj er ;Helen a casi esdiosa : ¡hembras lasdos ! Ni

la carne , n i el mármol ; n i la sangre , n i el ideal ; n i l a pureza , n i lasabia y perfecta forma delamor . A la alcoba de Margari ta

,á los

desfi laderos delBrocken ,á lasi naccesibles cumbres delOl impo

,la

sociedad,el tedio trepan . Todo el rebaño de Mefi stófeles le sigue .

E l sátiro marcha á la cabeza de lostardos búfalos .

Si cuan tos conozcáis á ese Mal igno,deseáis saber lo que le da la

muerte,leed elmaravi l loso quinto acto que cierra la segunda yfi nal

parte del impasible gran poema . Es un inmenso balconaj e abiertohacia elOriente . Se oyen los cantos de la MAGNA PECCATRIX , de

la MULI ER SAMARITANA ,de M AR IA ]EGYRTIACA. Los CorosMís

t icos,los de NiñosFel ices

,los de los Angeles Novicios , los de los

Angeles Perfectos,ascienden en eli ncienso de los SantosAnacore

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I76 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

ri ta ;¿encantadora la romanza de Fausto : D a i campi da i prati ; yelegante l a combinación musical que forma el coro de ángeles entonando elS iam nimói volanti da i limbi; pero esas bel l ísimas ins

piracionesse abren paso difíci lmente por entre la in trincada maranaque enredó el composi tor .No así las melodías l ímpidas , di áfanas , quemanan de Fausto. Por 10 del icadamente artístico de su estructura , por el sentimiento que lo mueve , por la unción que exhala , elFa usto de Gounod t iene la relativa inmortal idad de lascreacionesbel l as .No pensó el maestro francés en traduci r fi elmente á Goethe enmúsica , porque elgen io j amás piensa n ise propone traducir ;en laobra suya vemos el poema alemán á través de otro espi ritu creador

también ;y de aquí la origi nal idad ,el hechizo de tal ópera . E l músi

co no hace crítica no puede deci rnos : este es Mefi stófeles ese , Fausto ; aquell a , Margari ta , comen tandosábiamente el texto . Elcantaen un mar que se l l ama Shakespeare ó en una encina que se l lama

Goethe . Recoge en su vozalgo de los son idos y rumores que en torno suyo se levanta ;pero no esun eco sino una harmonía . Y cuando

el personaj e que le sirve de portavoz es abstruso,semi—indecifrable

comoHamlet,como y otros

,la ten tativa de presentarles

con el carácter y la i n tención que elpoeta lesdió ó que ,según noso

tros,quiso darl es

,resul ta siempre frustránea

,porque en la música

habl an las pasiones,elamor

,los celos

,el orgul lo

,l a ira ;masnunca

los estados de conciencia n i las especulacionesfi losóficas . En elFausto

,Gounod vió más al hombre

,al amador voluble

,al prendado de

Margari ta ; y Boi to ,al genio delmal

,demonio ó lo que sea ;por eso

mismo,la ópera del ú lt imo resultaforzada

,no vivida n i sen tida , si n

tampoco l legar á l as cumbres sinfón icas cuyas nieves eternas suelensenti r divinos ósculos .

Como intérprete y comentador de Goethe,ah í está Berl ioz en su

D amna tion deFaust. Pero l as iutemperanciasdesu carácter y l asrarezas y extravagancias de su entendim ien to

,impid ieron que se

apreciara en cuan to vale su portentoso genio de sinfonista . Berl iozera innovador : quería entrar al templo de la gloria forzando suspuertas .

En vida le apelhuaron loco : hoy le erigen estátuasSin embargo ,Berl ioz nofundó escuelas . Gran parte de sus obras son alemanas ensu contextura y su tendencia ; pero de todas suertes debe recono

cerse que muy pocos le aventajan en vital idad y en energía . Otro

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . I 77

de losmaestros célebres franceses , Ambrosio Thomas , qu iso también habérselascon otro personaj e intraducible en música : <<Hamlet . Prescindo de lo poco 6 nada que se compadece el carácter em inentemente subj etivo del príncipe , con las exigencias del dramal írico Este vive del movimien to y la pasión . En <<Hamlet » todo esun deten ido estudio psicológico

,elexamen de un estado de concien

c ia ; y los principios fi losófi cos no cantan duos u i cavati nas . Yo noconcibo á << Hamlet disertando con acompañamiento de clari netes

,

en la plataforma de Elsenor.

E l to be or not to be no puede transformarse en ári a de barítono ótenor. Berl ioz no abordaba j amás asuntos semej antes

,sino valién

dose de l a s infon ía,que es á manera de i n terpretación 6 comenta

rio . Meyerbeer , el maestro de más gen io que ha habido en este siglo ,

no quiso nunca acometer tales empresas n i poner música á l as

grandes creaciones l i terarias . Lastragedias de Shakespeare podríanl levar elrótulo que ten ían ciertas armasfamosas :

Nad ie lasmuevaQue estar no pueda con Orlando á prueba . »

Es necesario estar en música á l a misma altura que el trágico britano eu la poesía

,para hombrearse con él y traduci r musicalmentesusideasY entre las tragedias de Shakespeare

,n inguna más arisca

n i más i nabordable para el músico,que

La ópera de Thomas esinapreciable por elarte exquisi to con queestá labrada la instrumentación

,parecida en lo gal larda y fi na y

minuciosa , á losfrisos de la alhambra . T i ene hoj as de acanto y tréboles , esbeltas y torcidasfi guras encadenadas caprichosamente . Esun precioso trabaj o caligráñco . Pero inúti lmente buscamos el podoroso arranque de la i nspi ración que subyuga y conmueve al aud itorio . Thomas ha ganado , y mucho , en ciencia ; pero ha dej adoen loszarzales delcamino la música delbardo . Los mosaistasnoconstruyen templos

,y Thomas es extremado mosaísta

.

Gounod fué másfel i z que todos losmaestrosfranceses en empresastales . D ió vida á Fausto,» pero vida de é l

,no copiada n i reflej a .

De modo que tenemos dos Faustos , el de Goethe y el de Gounod,

separados por enormes distancias,uno soberano y otro príncipe de

poca fortuna , pero ambos hermosos .

El Mefi stófeles de Boi to está condenado á i r á la zaga del poema .

E ssuoó.

Page 177: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 78 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

¿No es cierto que son mucho más simpáticos loscompositores quesuel tan la brida á su inspiración

,y sienten

,sufren y aman por su

cuenta propia ? Así era, por ej emplo , aquel incom parable Chopi n ,

de quien toca, con arte exquisitísimo ,

l a Srita . Blanca Llisó algunosnocturnos . Fel iz el l a que posee el secreto de decir lo que é l sintió .

Lo digo casi con envid ia,porque Chopin t iene para mi encan to es

pecial.

Lo veo con alas azul es,como á veces mi ro á Lamartine . Otras

veces aloír sus in imi tables nocturnos,me imagino que estoy oyen

do , cantada por el v iol ín ó por el piano , la Lucia de Musset

Unsoir nousétionsseuls;j'étaisassisprésd 'el le ,

e l le penchai t la té teetsurson clavecinlaissait , tout en révant ,

flotersa blanche ma in.

Ce n,

é tait qu'un murmure ;

on eñt dit lescoupsd'ai led'un zéphyr élo ignégl issantsur desroseauxet craignant , en passant ,de évei l ler lesoiseaux .

Lestiédesvoluptesdesnu itsmelancoliques,sortaient autour desnousdu cal ice desfleurs.Lesmarronniersdu parcet lesch énesantiquesse bergaient doucementsousleursrameaux en p leurs.Nousec0utionsla nu itla croisée entr'ouvertelaissait venir á nouslesparfumsdu printemps;lesventsétaient muets;la pla ine etait déserte ;nousetionsseuls

, pensifs,et nousavionsqu inze ans!

¿Por qué he comparado á Ch0pin con Musset ? Acaso porque losdos amaron á la misma muj er

,á Jorge Sand ; quesorbió de ambos

Page 179: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 80 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

había salvado l a vida á Stradell a . hermoso es,Dios mío

,

qué hermoso es ! ¡Más . más. —E l l a volvió á sen tarse alpi ano y cantó un salmo de Mercello . Chopinse puso más malo .

Todos,azorados ,se pusieron de rodi l las . nadie se atrevía á ha

blar sólo se oía lavozde la condesa,volando como celeste me

lod ia por encima de los sol lozos y l as lágrimas .»

En el arte , esos grandes enamoradosson máshermosos y másg randes que los sabiosEl que ama , crea .

Page 180: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

LOHE N G R I N .

FALSFAFF.

He hablado muchas veces de y me parece que hehablado de él muy poco . He dicho ,

he escrito,alsal i r de cada au

dición,lo que he sentido ,

y cada vez siento de manera diversa y

algo nuevo . Si enlaza , si eslaboua todos esos matices . todas esas mo

dulacionesde la emoción,un sentimiento profundamente rel igioso

,

másbien dicho,místico

,queda en mi alma , después de haber oído

en d ist intas épocas esa música celeste,como gemebundo éco de ó r

gano de órgano tocado por l a j oven pál ida , alcaer l a tarde ,trás de la rej a del coro

,en capil la que ocul ta espeso bosque

,el día

en que una novici a muy hermosa y que amó mucho , dij o ad iós a lmundo

,y vió caer

, trouchadassobre el mármol , sus trenzas de oro .

A creer en vidas an teri ores , diría yo que en alguna de el las— eu l a

blanca— oí esas distantes vagas harmon ias . Casi no tienen cuerpo ;son casi flú idas;no brotan y se abren como rosas ; no gorj ean y sáenden las alas como páj aros : nievan !Cuento de hadas

,único misterioso cuento de hadas que me tra

jo la j uventud ; gran izo intacto al que con ansia acerco losresecoslabios ; n iebla húmeda yfría que me vel as apenas lo i nfi ni to ;preludio de l a vida inmateri al en que el amor eterno esri tmo suave quede onda en ondase propagasin perder nada desi , trazando su indisoluble sucesión de círculos iguales en la absoluta inmensidad !Cabal lero delcisne blanco , tau parecido al candor de la inocen

cia como la blancura de las muertas hermosas ; cuando l legas ¿en

Page 181: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 8 2 MANUEL GUTIERREZ NAJ

qué sueño? ¿En l a mujer ? ¿En una mujer ? ¿En el amor ? ¿en D io.

Acaso? Tu amor no hace ruido . Te oímos si n despertar .

Elcan to de un ga l lo te rompe . E l roce de un pétalo te lastimaVives la vida impalpable é invisible de los aparecidos . ¿Eres el esp i ri tu blanco de mi hermano en lutado ? De ángel custodio estpalabra tierna pero de ángel custodio que está tri ste .

Tuviste un enamorado que se te parecía mucho . Era un genio pál ido que había sufrido i nmensamente

,sabe Dios en dónde .Nosco

nocimosmucho,mas ignoro en qué lugar . Había luz de luna , sí , en

el si t io melancól ico . Pero en elcielo no había luna ,sino estrel l as .

Rápido fué el encuen tro Vestía él como príncipe,como el ángel

príncipe de la Anunciac ion . Traía en l a mano simból ica flor azul .¿Ell i ri o ? ¿E l loto ? Y su mirada vaga en tró en mis oj os yfué apoderándose de todo mi ser como un hechi zo . Sin condiciones ,sinacuerdo previo

,un imos para siempre nuestras almas , viaj eras en la

nebl ina del ensueño . Y caminamos j un tos,brazo á brazo , pero siem

pre muy lej os uno de otro . Eramos como doscam inantes quesebuscan , que se hal lan ,

que no vuelven á separarse en elcamino , y

que se sien ten pero nose ven,porque la noche es negra y dura mucho

,

y no amanece ! ¡Oh mi Jul ián de l Casal ! ¡Oh mi pobre poeta ,hermano mío !No l legamos á conocernos , y tal vez por eso nosconocíamos houdamente . Aveces ca ían tus cartas y tus versos en mi mesa .

S i , caían ,como suele caer un rayo de luna sobre la página en

que escribo ! Yo repetía tu nombre y repetías el mío . Fuímos,so

moscomo dos ecos distan tes,enamorados de l a misma vaga me

lodia . ¡Oh mi poeta , elde los oj os cl aros é i ndecisos que no saben

ver ; oh mi poeta , el de los oj os tristes quesonrién por bondad y porcariño ; oh mi poeta ,

el de los oj os que no han muerto y que siem

pre estuv ieron despidiéndose ;contigo acarici é las alas ri zas del gallardo cisne ;j untos creímos en Lohengrin ,

oh mi poeta !Mañana . cuando haya luz cuando no sienta tanfría tu NI EVE » en tre mis manos cuando vuelvan á casa

m is pensamientos asustados y dispersos,i ré á aquel si tio melancó

l ico en donde por primera vez nos encon tramos . Mañana .

hablaré de ti con m i alma .

Ahora , el públ ico espera . Eltraspun te me l lama . Dej a que salgael comediante .

No puedo hablar de la ópera deWagner porque Lohengrin tam

Page 183: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 84 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

nana l a paj arera de Mozart,había oído el epi talamio deIlMa tri

monio di Figa ro; camino de la huerta encontró al viej o Auber , segu ido de chicuelos boruquientosque le pedían más golosi nas; enlos n idos ensayaban música de Cimarosa ; ¡era domingo en el ambiente diáfano ! ¡Qué sueño para Verdi el de ceñir su glori a confragante en redadera ! No había probado é l aquel las dichas ; no había

sentido esa patern idad amable : sus hij os nunca fueron niños . La

inspiración exúbera de aquel gran apasionado,fué ardorosa y fu

gazmente vi rgen .

La tentaci ón de esa mañana l ímpida le l levó al piano,como el re

pique de Pascua l levó aFausto al atri o de la iglesia . NacióFalstaj '

.

¡Ah , desde elnombre ,recio y espeso de la recién nacida criatura ,

condenábala á serforzadamente alegre ! Exótica y arcáica es su alegria ,

no de I tal i a,del Norte .

Por el bosque secular de las tragedias Shakespeari anas,en esa

selva obscura por do pasa ,como sombra másdensa que las otras

sombras,torvo el Daute ;baj o enormes encinas , guardadoras de mis

teriossagrados y de ri tos tenebrosos,serpean arroyos voci ngleros

cuyos aironesde espuma iriza el Sol. Esos arroyosson lascomedi asdel Poeta . Las conoce poco elvulgo ; tan de prisa corren , que es difícilsegu irlas

,y tan tas hoj as

,tan tas ramas

,tan tas arenas , tan ta

escoria arrastran en promiscua dispersión , que sólo al paciente esdado conocerlas y gustar de el las . Ora esas comediasson ñesta deluciérnagas y de exhalaciones

,como el S ueno de una noc/ze de Ve

rano; ora id i l ios y modelo de éstas ha sido ,es

,y será

,Como Gus

te'is; ya claros de l una ,

como B ueno eslo que bien acaba; ya noctiva

gas maravi l las,como la Tempestad . Shakespeare travesea desnudo

en esas obras,salpicándonosde agua ,

y descansando él en ese bañoreparador

,de lasfatigas d iarias . No ahonda el dibuj o ,

no le da co

lor , rasga en la hoj a blanca ,y lo que iba áser gato acaba por ser

hombre . Todo es vida , movimien to ,metamó rfosis, en esas comedias

parecidas á hormigueros,y , como las colmenas , rezumbantes.

La arqui tectura de esas fábricas ligeras . casi aéreas , esarqu itectura de muchacho travieso que alza casas y templos con pequeñosbloques de madera pin tada . Losque en ellafi guran ,

losque asomanpor en tre la trama ,son cria turas por esencia tornad izas, dotadas demovi lidad y de mutabi l idad extraord inarias . Un soplo desharía esoscasti l los de na ipes . Cuando Shakespeare escribía esos caprichos , ju

gaba Hércules .

Page 184: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Lasaleg rescomadresde Windsor ó Lastraviesaswindsoreñas(como queda mej or en habla de Casti l l a ) ,son verdaderamente enredoairoso de pl áticas y diálogos cortados

,i nterrumpidos . vuel tos á zur

ci r; charlas repiqueteantesde vecinas curiosas ; vaivén y trasiegode refranes ó dichos picarescos . Mucho de su intenciónse nosescapa , porque nose da con elmérito de la caricatura cuandose desconoce elretrato ; pero vive ,

espej ea,bul le

,hierve , rebosa ,

la conversación

, taj ada á cada instante por la ri sa . Si la prestái s atención ,

percibi ré is como ruido de tij eras manej adas por manos de chicuela

para cortar y retacear l ienzos de seda .

Hay , empero , en esa obra un personaj e de cuerpo entero : FalstaffEste bufón es la risa gruesa de Shakespeare.No procedeFalstaffdel a comedia i tal iana

,ni de l a l i teratura picaresca española : es Shakes

peariano . Shakespeare es Rey,yFalstaffes bufón . De alegría vasta

y vi nosa ; de vientre como odre , es como dij o su autor , pícaro iu

menso .» Sus chistes pesan mucho : por eso un ti tán es elque los le

vanta . Sus agudezas son agudecesde lanza . tempestad

murmuran las murmuradoras— arroj ó á nuestra playa esta ballena ,que trae en el vien tre tantos toneles de acei te ? »

Cuando el príncipe Enrique le reprocha alguna abominable desvergiieuza , responde él : La carne esflaca ,

y como tengomás carneque los demás , tengo , porfuerza , másflaquezas . » Esla best ia humana en figura de un admi rable Sileno deJordeaus. Li ndan á veces con lo al tamente trágico sus enormes bufonadas, como cuandodice : << Si tuviera resuel lo para rezar

, me a rrepenti ría .»

Esa masa noflota si no como tonel ó como corcho en la onda ar

mónica : flota sin vida . ¡Cuán diverso de este sáti ro ,glotón y ebrio

,

el Fígaro de Beaumarchais,de Mozart y de Rossin i ! Este brinca

,

sal ta , escala ;es simpático , bul languero ,buen catador si n ser borra

cho ,fresco ;l impio , como la espuma blanca del j abón . Y la distancia

que separa á Falstaffde Fígaro ,separa alB a rbero de S evilla de la

última ópera de Verdi . De ll!Vatr imonio di Figa ro separa á éstamucho más .

¿Hay talento en el Falsta¡jº ? ¡Oh ,y como no ! Talento supremo

que ha vivido mucho y bien ; talento para el cual no ti ene recond iteces el arte ;talento que albea en la ancianidad ,

tal como l l ameó en

la edad madura . Los d iscreteos, la charla ,el cuchichear de las ale

gres comadres , sus fugas , su i r y ven ir , su constante correr , culebrean , suenan en la música . El j uego de raqueta no se interrumpe ;

24

Page 185: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 86 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

l os volantes se cruzan d isparados y en elai re siempre . D i ría is que

una gati ta bl anca j uega con suti les cadenas de oro,enredáudolasá

su an toj o Ya las ata, ya lasdesata ;ya lasanuda , ya las desanuda ;

ya forma con ellas c irculos, ya óvalos , ya orlas , ya espirales l abe

rinticas. La madej a está siempre en movimien to ,girando el huso ,

la rueda de la rueca si n parar . Asombra la habil idad ,la destreza

de manos,l a rapidez en el escamoteo que l uce elcompositor . Y en

tal harmón ico desbarajuste ,si traduce Verdi á maravi l l a losdiálogos de Shakspeare . Falstaii' es el pasado ,

siempre se hunde , óse 50brepone como vacío barri l de vi no . Con él , no puede elmúsico , y cade

comme corpo morto cade. Hay miniaturas de prodigios en la parti

tura , ciencia extrema ; á veces rompe elai re , bri lla y se apaga unfuegofatuo;es l a nota del amor , el recuerdo de haber amado ;y ,

fuego fatuo al fin ,

de tumba sale . Deslumbra , hechi za ,poco vive . La

voluptuosidad del viej ose cansa á poco andar . Para supl i rl a , quedaá Verdi el arte

,l e queda l a riqueza .

Pero , maestro , ¿y Rosina ? ¿y la joven ,lafresca inspiración ? Huyó

la voluble; suele volver con una rosa en el corpiño y una cesta de re

chonchosduraznos en l a mano ;pero siempre que vuelve está de prisa ; l a trae la grati tud ,

y elamor se la l leva : espera á otro .

No es posible rehacer la j uventud n i transfi gurar la i nspi ración .

Ambas proezas i n tentaste is ¡oh maestro ! y sólo el haber osado tanto ,yñngido alcanzarlo , es virtud magna . Pero la nietezuela que deseá

¡

baisver j ugar y rei r en vuestras rodil l as,no de un brinco trepó

á el las n i sudorosa por haber corrido mucho en el j ardín ; 110 t ienela i nconsciencia del pel igro n i la gracia divina de la santa ignorancia : sabe mucho .

¿Qué habéi s hecho ? Un admirablefri so paravuestra tumba . La

enredadera que soñabais,no cuelga de la ventana abierta alsol.

Cuentan que la Tempestadfué la obra úl tima de Shakspeare . Enesa isl a maravi l losa

,pasada ya l a l ínea ecuatorial y la borrasca de

laspasiones humanas,pinta Saint Victor

,al excelso poeta en el ins

tante de arroj ar el ancl a . Durante el viaj e l anzó alOcéano sus an

gustiasy sus i ras : vedle l legar al fresco oasis que alumbran constelacionesnuevas , cual si l legase á otro hemisferio . All í reviste , enfi gura de Próspero

,la tún ica pontifi cia de mago bienhechor .

Vanamente quiso Verd i emularle : mas si cree haberlo alcanzado ,dej ad que el gran maestro duerma y sueñe el sueño de una nochede verano .

»

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Page 188: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

PO ETA S M E N O R ES .

Estaba pensando poner un aviso en los periódicos diciendo , poco

más ó menos,lo siguiente

<<Aviso alpzi ólieo: Se han perdido lospoetas españoles . Se dará

una buena gratifi cación ,sin averiguación n inguna , á quien encuen

tre á alguno de el los y lo traiga á esta imprenta .»

Y yo no puse elanuncio , por temor de que todavía exista algúnpoeta en España y crea ese desconocido caballero que tuve la intención de confund irlo con las perri tas ch ihuahueñas.Pero esverdad que ya no hay poetas en Espana . En la nación

en cuyo cie lo no se pon ía j amás elsol, yase pusieron —ó ya no ponen— los poetas .

Abro con avidez las páginas de la << I lustración Española yAme

ricana,» y no hallo versos , 6 ,

si los hal lo,vuelvo á dej arlos en su

si tio para no cargar con el los,porqueson muy pesados . Encuentro

algunos sonetos del Marqués de Dos Hermanas—personaje á quienno tengo elhonor de conocer

,y cuyo apell ido me parece que esta

ría bien como rótulo de alguna casa de modas ;— pero después deleerlos surge para mi un confli cto en tre dos deberes » : ¿á quién amo

más, á la l i teratura 6 á lafamil ia del Marqués ? ¿Desearé á éste lamuerte , 6 que se convierta y no escriba ? Como tiene dos hermanas ,es de caridad desearle al Marqués que viva y lasmantenga . Pero

como tiene más ripiosque hermanas , es de l i teratura el desear quese muera .

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1 90 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Pregunto por Núñez de Arce y por Campoamor ;pero Núñez deArce nunca está en casa : anda viaj ando

,probablemente ; y Cam

poamor preparasd maleta para un viaj e muy largo ! A Zorri l l a locoronan ¡pero Zorri l la ya no hace poesía se acuerda en susversos de que hacía poesías ! Velarde pinta y pintarraj ea . Gri loagrega otra 1 á su apel l ido y dice á éste que cante , por lasnoches ,en e l corredor de alguna marquesa . Fernández Show

, que era un

umo prodigio,dej ó deser prodigio aldejar de ser n ino , y se quedó en

Fernández . Menéndez Pelayo no ha querido ser poeta . Manuel delPalacio esun calaverón que no qu iso casarse con la poesía cuando

era j oven,y considera que ahora esmuy tarde . Valera siempre ha

sido viej o y ha gozado mucho de la musa aj ena , de modo que ya no

le esposible fecundar á la propia . Cánovas del Casti l lo espanta á

las musas, que huyen de é l . Núñez de Arce no quiere ; el Conde de

Cheste no puede . y elresultado es que no hay poetas ! E l poetamáspoeta que actualmente hay en España , es un poeta que no haceversos : Castelar .

T iene la l i teratura española en este año pedazos de autores có

micos,como VitalAza ;y autores dramáticos deformes , como Eche

garay ; pero no tiene n ingún poeta l írico cuya val ía pueda , relativamente

,equipararse á la de Castelar en la tribuna parlamentari a , n i

á la de Pérez Ga ldós ó Pereda en la novela .

Con decir que Gri lo ha decaído , queda dicho todo . ¡Es como sise dij era que cayó de l a cama un hombre que estaba durmiendo !

Pero ¿será una decadencia pecul iar de Espana ? ¿No agoniza , aquíy al lá

,como una pobre tísica , l a poesía ? ¿Qué gran poeta nuevo ha

surgido en Francia ? D iríase que todos lospoetas franceses estánpobres

,porque Víctor Hugo gastó mucha poesía . Lecomte de Lisle

pone en versofrancés la poesía helénica . Coppée versifi ca admirablemente la vida moderna . Pero ¿el quejido t ierno de Musset ? ¿laserenata de Lamartine ? ¿la regocij ada canción de Beranger ? ¡Nohay Beranger , n i hay Musset , n i hay Lamarti ne ? ¡Cada día haymáspoetas que hacen versos bon i tos y ati ldados y pulcros ; perohay menos poetas !

¡Porque hay menos amor ;porque hay menosfe Hij os delsi

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1 92 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

conductores que correspondená todas las estaciones telegráfi cas delG lobo . Por todo adorno

,en medio de un paño todo lleno de botones

eléctricos , había un espej o desazogado ,en cuyo vidrio

,gracias á los

i nventos delfamoso electricista,se pintaban por medio de una sim

ple vol ición del dueño . é instantáneamen te , loscuadros másmaravillososde la tierra

,cuadrosvivos y an imados del másindisputable

natural ismo . Merced á la combinación mágica de dosaparatos , parec idosá dos regaderas

,el colorojíjo y el vultóg rafo,Josuah Electric

man goza de una colección si n rival de panoramas espléndidos y

escenas urbanas del ic iosas . Por este medio obtiene,al propio tiem

po ,nu periódico vivo del mayor interés .

Las gaceti l la s aparecen al l í de carne y hueso . La máspequen avitriolada se exhibe en todos sus detal les horrorosos . La simple pre

sión del dedo pulgar en el botón núm . hace que el vulto'g rafode Borneo

,comunicado con el colore¡íjo de la misma estación ,

pro

duzca al i nstan te en el curioso gabi nete de Electricman lo que pasa

en un bosque virgen ó recién casado,orasea un combate ó el ama

ble cuadro de una boda de monos perturbada por las intempestivasreclamaciones de un tigre que se levanta de dormir la siesta . Enoprimiendo el núm. 22

,losdos pati tos

,como se dice en la l otería

,

la boda de losmonos desaparece , y surge una escena de estudiantespari sienses á l a hora de Tout á la joie. Electricman i nventa almor

zando ó almuerza inventando .

A la hora de comer,planta en su esófago un tubo en cuya boca

va desgranando , si n dej ar sus trabaj os habi tuales , un rosario de

perlas conten iendo diversos extractos : beesfsteak concentrado , esencia de legumbres , queso de píldoras , vino en cápsu l as , aroma decafé en pasta ,

etc . En tanto que manduca y que digiere , dictai nvenciones á su escr ióo'g rafo,

secretario mecánico que siempre estáde buen humor y goza de salud inal terable .

E l escrióo'g rafo,cuna y punto de partida del galvanopater , escribe ,

dibuj a,pinta

,esculpe

,cuenta las camisas

,cepi l la la ropa

,arregla los

papeles,busca losl i bros en la bibl ioteca , plancha la chistera , remien

da losparaguas viej os y hace los ofi cios de ese personaj e , ahora yai núti l

,que en las casas ricas se ocupaba sobre todo de cortejar á la

niña de l a casa . Es un tesoro verdadero : con resortes de nickel valecuarenta pesos ; con resortes de cobre treinta y cinco .

Después de almorzar,el honorable Mr .Josuah Electricman con

sul ta su medico'fero, que es un médico eléctrico de cuerda móvi l ,

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 193

y si la aguj a marca 75 grados , esdeci r , elequi l ibrio perfecto de lasfacul tades

,el gran sabio reza el B endito por medio de un t/zeo telé

g rama muy curioso,con ayuda delque puede rezarse hasta hacien

do trapecio,cosa que recomiendo á todos los gimnastas protestan tes

que ex isten en elterri torio de la Unión .

Concluida su oración,mueve elalambre núm . y elpoetá

g ene le delei ta duran te breve rato con la esmerada lectura de laspoesías máscélebres y doctas .

»

Llegando aquí,elpoeta suspiró tres veces

,y me d ijo : ¡Lástima

grande que nose haya descubierto la copa que decía la verdad 6sabe elolvido !

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1 96 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

contra el olvido en que se dej a á Campoamor . En cambio un ameno y discreto cron ista

,Fernández Bremon

,dice

,en resumen : ¡cal

ma y paciencia ; para todos hay !Sí—le repl icó— pero Campoamorse nos va , Campoamor no es un

mozalvete que d igamos ; ya su genio decl ina como un día muy her

moso . D áosprisa !Y la verdad es que en esta preferencia conced ida á Núñez de Ar

ce,entra comofactor esencialísimo elcarácter español .Insisto en lo que dij e : Núñez de Arce es más español que Cam

poamor y más catól ico que Campoamor , á pesar de sus dudas , queen rigor son poéti cas y de poco momento

,nofi losófi cas n i hondas .

Las dudas de Núñez de Arce son armas,gri tos de combate . La po

l í ticase l as da . Y las de Campoamor , aunque las n iegue ó d isfrace ,

están hasta en losarrebatos místicos delpoeta— Usted y yo —decía en una carta Campoamor á D . Juan Valera

ó D . Juan Valera á Campoamor— somos losdos catól icos , más católicosde España . Para esos catól icos— digo yo ahora— debe Dios

haber creado elinfi erno . Ambos,en mi sen ti r , son redomados be

llacosen materi as rel igiosas y que conservan la venera del catolicismo como se guarda en un salón de casa solariega la galería de

retratos en que fi guran,con armaduras 6 hábi tos de corte , losan

tepasados. T ienen principios y doctrinas muy catól icas;pero lostienen dentro del baúl . Son catól icos porque son españoles;pero ape

nas habrá dos hombres más hondamente descreídos ;mási ncl inadosá burlarse— eu elrefectorio , por supuesto , y á media voz—de las co

sas santas ; menos afectados á la mortifi cación y pen i tencia , cuyavirtud preconi za todo teólogo ;y menos devotos delcontempusmund i

,del menosprecio de la mategia y del martirio . Serán dosfrai les ,

si se quiere,pero dosfrai les relaj ados .

E l Sr Valera es afi cionadísimo á burlarse de todo ; no aprendepara saber sino para mofarse de los que no saben . Y

'

la broma másingen iosa de las suyas

,consiste en haber hecho creer á sus paisanos

que escri stiano rancio , si n olor de j udai zante ó luterano n i la mási nsign ifi cante levadura de heresi arca . Con losoj os baj os y en la ac

titud delcanónigo que canta ó rezonga losversículos de su breviario

, propinándose á cada rato , mas con parsimonia y suavidad ,al

gunos golpes de pecho,suel ta

, en tono de coro , lasmayores y másestupendas herej ías . Lasdoctri nas de Haeckel , las de Darwin , l as

de Spencer , todas las que l levan colgado al cuel lo unsambenito

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 197

puesto por la Iglesia , campean airosas en losl i bros de Valera , sibien nofrancas y desembozadas, si no vest idas de hábito y cogulla .

Este crítico es muy capaz de presen tarnos al di ablo d iciendo misa .

En la novela Pasarse de. l i sto he encontrado , ocul ta en no recuer

do qué sími l de un reloj y un relojero ,la teoría darwin iana del origen

de las especies . Trata Valera á lossantos con el desenfado de lossacristanesque tienen ya adquirida la costumbre desacud irlesel polvo d iariamente .

Pero esosi ; á renglón seguido de cometer una de estasfal tas derespeto

,uno de estos desacatos ó uno de estos sacri legios

,le veré i s

haciendo genuflexionesante el tabernáculo , ó besando la mano dealgún min istro de Dios . Por donde resulta , que quienes tan contrito y respetuoso le miran ,

se hacen lenguas de su virtud y hasta enolor de santidad le tienen . Y él se marcha contento de habe r em

bancado á beatas y viej os rezanderos,si rviéndoles el tósigo del l i

bre examen en las vinajerasdelal tar . A menos que ,áfuerza de en

ganar,haya conseguido engañarse ási mismo yse crea catól ico , no

siéndolo,cosa d ifíci l á mi j uicio

,porque tengo entendido que áVa

lera n i Valera le engaña .No sé lo que serán losdos catól icos de España pero aseguro

que noson buenos catól icos . Respecto al Sr . Valera ,mis dudasson

muchísimas con el mismo donairese ríe de unos y de otros . Su ré

tozona carcaj ada no sabe estarse quieta , y aunque él sube mucho el

embozo de la capa para encubrir elmovimien to de los l abios , losoj os le traicionan . E l Sr . Campoamor

,j urando y perjnrando que l a

vida es val le de lágrimas,lúgubre selva enmarañada por la que cá

minamos rumbo alcielo,nos da en sus versos la mej or receta de vivi r

bien , e l al icien te ó estimulante másenérgico para seguir viviendo ,en espera de que la muerte venga lo mástarde posible .

Y este poeta,cuyos versos se ponen sin reparo en manos de la niña

i nocente ó de l a muj er rezadora , dice con el mayor despej o las cosasmás i ndecibles

,plantea sin escrúpulo proposiciones heterodoxas

,

enciende lossen tidos con susfi l tros y bruj erías poéticas,si n que por

esto le llamen blasfemo como á Enrique Heine,n i lúbrico como á Al

fredo de Musset , n ise le cierren las columnas de los periódicos recalcitrantes

, conservadores y meticulosos , que harían el signo de lacruz á cualesquiera otros versos

,no garantizados por la catól icafi rma

de Campoamor . E l y Valera son como esos h ij os de casa que,para

disculpar sus trapisondasy esconder su descreimiento ,engañan á

Page 197: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

1 98 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

los padres rezando con el los,el rosario de rodi l las

,parte devotos y

en apari encia compungidos,parte mirando al sosl ayo

,con cierta mi

rada de requerimiento,á la criada másboni ta de la casa . Mucho les

vale y mucho les ayuda,para que el ard id les salga bien , habl ar en

español porque he notado que cualquiera indecencia puede decirseimpunemente en castel lano

,pero nunca enfrancés n i mucho menos

en gal icismo . Ahí están ,para no permi ti r que se me desmienta co

medias y sa inetes,plagados defrases que harían ruborizarse a un

sargento , y que oyen si n mengua de su honestidad ,lasmismas se

ñoritasque no van nunca á la ópera bufa francesa , porser esta invención aborrecible

,del demon io en persona . Parece que l as inde

cencias,dichas á lasclaras

,en español l i so y l lano

,de manera que

todos l as enti endan,noson i ndecencias .

Otro punto de contacto entre Valera y Campoamor es el misti

ci smo . Cómo palpi ta este en loscapi tulos de Pepi ta J iménez,» en

los cantos del Drama Universal,» en los admirables versos de los

Pequeños Poemas ! ¡Pero qué mistici smo el de estos grandes ar

tistas! Tómánlo el los como un excitante ;se ciñen el ci l icio y seazotan para avivar y enardecer sus sentidos desmayados . No es el

m istici smo de San Juan de la Cruz , desl igado de la carne , vestidode claridades no es el de Fray Luis de León , cantando en estrofas , dealas intactas

,la Asunción de la Virgen ,

» ó el encanto de la <<Noche

Serena ; no ,es el m isticismo que ve á los querubines de carne ;que

da al beso de amor el atractivo de un largo plazo ;que no vuela al

rededor de l as imágenesfeas ó repugnan tes , de lossan tos con l l agas ,de las doncel las si n senos

,como Santa Agueda , de losmártires cho

rreando sangre,sino en torno de l as vírgenesde mármol , animadas

al calor de su fuego,como la estátua de la pagana Galatea ; es el

misticismo de quien,tri stemente cierto de la muerte , seguro de que

porfuerza y sin remedio ha de sal i r alguna vez del mundo , pone otro

mundo y otras muj eres en el cielo .

Campoamorse enamora de la angél ica Teresa de Jesús , porquesabe que el l a es un ángel que no acaba en loshombros como losángeles de Muri l lo . Se irá al cielo este poeta ;perose irá como la pecadora de Magdalo por haber amado mucho

,» ó — lo que es más

probable para cerciorarse de que al l í están las once milvirgenes .

Se hará sacerdote , si queréi s y si quiere , cuando ya esté muy viej o ;pero ha de procurar que lo hagan confesor de monj as , para oír vocesde muj er

,sin t iendo su cosqui l leo gracioso en eloído , parasorpren

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Page 200: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

U N C R I M E N D E A M O R .

Al cerrar ell ibro,l a célebre frase de Madame Roland ,

me have

nido á la memoria : ¡Oh ,l ibertad

,cuántos crímenes se cometen en tu

nombre ! ¿No puede deci rse lo mismo del amor ? El n iño Eros , que lafantasía griega imaginó riendo y retozando en lasrodi l las de Afrodita ; el pequeñuelo á quien lospintores del siglo XVI I I h icieronrevolotear con al as de cera sobre el peinado de polvo de l as marquesas , en los cielos azules de los lechos ;elrapaz inocente que sonríeen los gobelinosy gorj ea en la música de Cimarosa ¡esunbandido ! Las flechas de su carcax están emponzoñadas como lasflechas del zulú ; no esel al igero y travieso Querubín que se acurruca en lasfaldas de raso y tiene que ponerse de punti l las sobre eltaburete para besar los labios de su dama ;no eselchicuelo que deshoj a rosas en la copa deAnakreón : ronda en los bosques;habita l ascavernas

,como loslegendarios trogloditas ;va con las bruj as á re

coger yerbas venenosas ; en el ai re , volando , esCalibán ; en la ciudad

,esel granuj a pervertido que roba al transeunte y viola á las

vendedoras de papeles ; l leva ya muchos siglos deser malo . Cátulo,

Horacio,Hafi z

,Meleagro ,se engañaron : el umo

,el rubio amor

,es

un malvado .

Ell ibro de Paul Bourget dej a en el alma elsentimiento dolorosoque ha dictado estas l ineas .

Hay algo nuestro ,un pedazo de carne propia en esa historia . Se

lee la anthología helén ica , y un perfume de rosas húmedas refresca26

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20 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA

nuestra sangre . E l amor se nospresenta en tonces como un j ovensano , acompañado por su séqui to de n infas . En esa erótica poesía ,el amor no engaña

,es fugaz

,es voluble

,como volubles y fugacesson l as mariposas ; pero sus pies de seda no doblan

_

lasespigas deltrigal ; can ta y se va , naturalmente , sin esfuerzo ,

si n l levarse nada

de nuestra alma,como enmudece el ruiseñor para que la alondra le

reemplace ; no traiciona , no enferma ; da lo que de él exige , comoel l icor da l a embriaguez y elgas la luz . E l amor moderno , el quesuspi ra en la poesía

,y gri ta

,como un enfermo á quien se opera , en

la novela , está postrado en un repugnan te catre de hospital , ha recorrido l as cal les con lospies descal zos en una noche de nubes negrasy de lodo pegaj oso ; viene de la taberna , en cuyas mesas verdea el

aj enj o , pega los dientes á nuestro cuti s cuando quiere besar , y se

va tri ste , arrastrando la bala del presid io ó el l ívido cadáver de una

v íctima . No somos ya sus dueños,como lofueron losgriegos , como

lofueron losl atinos : él nos tiene ;somos su cosa,» l a manceba vul

gar á quien golpea cuando vuelve borracho después de haber j ugado su j ornal .La verdad es que

, alestud iar estos problemas del amor , me encuentro como sin duda me hal laría en las cal les de Londres

,al sal

tar , si n guía n inguno , del vapor . Es una gran ciudad que me ensordece con sus ru idos de colmena ;nadie me dobla , nadie me conoce ;oigo palabras cuyo sentido no penetro

,y no acierto á saber si l as

muj eres que distingoson prosti tu tas en acecho ó grandes damas .

¿A dónde voy? ¿Hacia qué l ado tuerzo? Junto al palacio puede estarel lupanar ;j unto a l convento , l a misteriosa casa de lasci tas ;j untoá la catedral

,cuyas esbel tas torres suben á los cielos , l a taberna cu

yostorcidos sótanos descienden á l as profundidades de la tierra .Noes posible esculpi r en un solo bloque la fi gura gigan te del amor ;no es una casa

,es una Babi lon ia ; no es una raza , esuna humani

dad ; exi ste en loscandoresde Virgin i a , y existe en los descocosdeNaná . Se l l ama legión . Recordando lafrase de un poeta , podriadeci r :

Eslo noble y eslo abyecto ,

Eslo risueño y lo grave .

Esla flor y eselinsecto,

Eselrepti l y eselave !Lo que descorazona en l a novela de Bourget , es elexacto anál i si s

de un crimen que casi todos hemos cometido 6 nos sentimos capa

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204 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

viendo la vista a trás á todas partes , con miedo de que la engañen óla roben . Decimos si n escrúpulo que amamos ; pero estafrase correcon descuento

,como el papel moneda de ciertos gobiernos ; yase

sabe que vale menos de lo que representa . El amor es un vestido

que ponemos á nuestras concupiscencias, á nuestros caprichos y ánuestras van idades

,para que represen ten con decencia en la socie

dad . Es como el frac .No narraré los episodios de la novela de Bourget : escribo para unamigo que la conoce y no hago ahora un j uicio crítico : dej o que

salgan y que se vayan casi desnudos lospensamientos que su lectura despertó . Por otra parte , elcaso essencillisimo : un adulterionada más . El amantese bastia como casi todos los amantes . Reflex iona que el marido burlado es su amigo

,su condiscípulo

,su her

mano, que adora inmensamente á su muj er , que esi nfel i z porque el l a

no le ama,y como todavía es capaz de una buena acci ón

,el amante

abandona á la adúltera ; después de engañar al amigo , mata á l a

muj er ;¡esto es correcto ! Al cabo y alfin ,estas in trigas deben tener

un término . Una muj er que falta á sus deberes , que deshonra á suesposo y á su hij o

,es perversa

,si n duda . Mas puede arrepenti rse;

hay que dej arla . Además , seguramente él no había sido su primer

aman te . Con una muj er casada ,siempre se cree tener antecesor .

Esta creencia nosal ivi a,nos sentimos mej ores aceptándola . Alguien

había d icho alamante el nombre de otro,de un rival an tiguo . Quien

taldecía era un calumniador , pero la calumni a es como el agua de

mar : moj a nuestras ropas , lasropas se secan ,y no obstan te , en una

noche fría,l as ropas

, porsi solas , se humedecen . Mil veces , la esposa infi el

,en sus coloquios de ternura

,había d icho a l amante , que

por él y nada más por é l había fal tado . ¡Todas d icen lo mismo ! ¡Esla novela que estamos condenados á escuchar perpetuamente ! Lo

moral,pues

,era abandonar á la muj er . Lo extraordinario ,

lo mila

groso , lo improvisto ,era que verdaderamente lo quería .

Armando , en cambio ,no la habia amado nunca . Ten i a que con

fesarlo ;lo veía claro , patente . No es arduo n i difíci l observar si unabotel la está vacía . La habló de amor como ha bía hablado á muchasotras ;porque era el la hermosa y él sefastid iaba ;porque escribi r unnombre másen la l i sta de lasmille tre

,balaga siempre nuestro

amor propio ; porque la noche es sabia Celestin a , y el deseoformidable Galeoto . Su crimen ,

pues,consi stió en esto ;es decir : si n sen

tirlo . Yo te amo .» E l méri to de la novel a estriba en el estudio psi

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 205

cológico de esa desconfi anza del amor que nosaquej a á todos y dela asesina l igereza con que ,

no amando , prodigamos el amor . Hayuna muj er que nosl lama , que nossol ici ta . Está j unto al si l lón delabuelo enfermo 6 j unto á la cuna del n i ño . Nada nos sería mássenci l lo que pasar si n hablarla ;no la conocemos . Y , no obstante , sent i

mos el deseo de entrar en esa existencia , como sentimos eldeseo deen trar á un tranvía , sin saber para qué , por matar eltiempo . Pasa

un gorrión,tenemos una escopeta y disparamos . ¿Por qué no al

blanco ? ¿Por qué no al árbol ? ¡Por humorada ! ¡Por capricho ! Esamuj er puede proporcionar á nuestro amor propio un placer seme

j ante a l que sentimos cuando nos cosqui l lean el cuel lo con una plu

ma de faisán . Halaga oír deci r : esa morena ? ¡Es de Fulano ! Lasnochesson muy largas en invi erno , y la hora empleada

en una ci ta las acorta . E l deseo es nuestro cómpl ice ;pero eldeseo

se va á l a mi tad deldrama . ¡Está siempre de pri sa ! En tonces hay

que pensar en la reti rada . Estamos comose está en elbai le cuandola cenase demora y las conversaciones languidecen Hay que vol

ver al guardarropa,tomar el sobretodo , abrir elclaque é i rse al Club .

Lo ún ico que tenemos en cuen ta eselamor . Debemos despreciar

nos mucho , porque nunca creemos ser amados . Cuando nos dicen

te amo , » esafrase nosparece tan absurda como esta otra : << iluminas. » La muj er nosacepta , como acepta un companero para un wals .

E l wa ls concluye , y el compañero va á pedir l as próximas cuadri l l asá otra dama .

La verdad esque muchas veces pasa así .Pero suponed que no todas las muj eresson como esas ;suponed que

una nos amó . Esto sorprende , porque en elfondo debemos tener laconvicción de que somos terribles embusteros , puesto que j amás nosasalta elmiedo deser creídosHay una i ngenua que nos crea ? ¡Esuna mera suposición ! Porque nos aburríamos en un bai le

,porque

nosfastidiaba una ópera de Wagner , porque dos labios frescos hicieron aletear en nuestra boca besos dormidos

,porque murmuramos

unas cuantasfrases banales , l a vida de esa crédula se trunca . La

i nfel i z tomó como buenas lasmonedasfalsas que le dimosy quierecambiarl as . ¿No sabía que eran malas . ¿De qué paísvienen ?Esto nos maravil la , como si una actri z se desmayara de veras en undrama .

¡Y esimposible renunciar á decir : amo !» y esimposible creerque nos adoran !

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206 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

C'est le destin. I l faut une proie au trepas.I l faut que l 'herbe tombe au tranchant desfauci l les.I l faut que dansle ballesfolátrescuadrilles.¡Foulent desrosessousleurspas!

Somos crueles,somos criminalesDumas decía : cuando un hom

bre golpea á una muj er,siempre venga á álguien . S i nosotros amá

ramos , bien podriamos decir : cuando una mujer tra iciona á su aman

te , venga á otra .

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208 MANUE L GUTIERREZ NAJERA .

te : Para guardar la i nocencia de losyankees y de lasyankees ,seprohíbe en los Estados Un idos la lectura de toda novel a que noseaPablo y Virgini a .

Miremos ahora elcuerpo del del i to : la Sonata de Kreutzer .» La

publ icó en Par is hace muy poco un diario catól ico y de muy buentono

,el Figa ro. La han leído , por tan to , las damas ari stocráticas y

hasta los confesores de l as damas aristocráticas . ¿Cómo no causó

escándalo en esos circulos relativamente honrados,el l ibro de Tol s

toi ? ¿A tal extremo de corrupción habrá l legado la sociedad parisiense ? ¿Necesi tará que losyankees la moralicen y depuren ? ¿E ll ibro delnovel ista ruso es realmente i nmoral ? Este esel punto queme propongo examinar muy de pasada .

La << Sonata de' Kreutzer es,en resumidas cuentas

,unaformida

ble requisi tori a contra la indisolubilidad delmatrimonio . No es una

novel a es un monólogo . E l matrimonio,mien tras elamor dura , es

duro . Y sin el amor,es el monólogo de dos. Por eso esl a Sonata

de Kreutzer un monólogo .

E l autor nospresenta el choque de doselectricidades. Hay dospersonas condenadas á vivi r j untas y quese aborrecen por 10 mismo que la ley obl ígalas á amarse . E l odio de ambas , represo y com

primido , aprovecha la menor j untura para sal i r y manifestarse . Ayer

fué un beefsteale malhecho ;hoy es una vela que no está encendidaá tiempo ;mañana será un perro que ladra , un plato quese cae . D e

cuando en cuando el eterno tentador y la eterna necesidad,aproxi

man á esos dosenemigos . Pero—y en el lo está precisamente elméri tofisico—fi siológico de la novela

,

—de ese encuen trofatal nace enseguida elrayo , como del choque de dosnubes densamente cargadas de electricidad negativa y posi tiva . La naturaleza j unta por un

i nstan te á esos dos contendientes,y después ambos sientenvergii en

za de haberse necesi tado . Fueron cómpl ices deun del i to momentá

neo y se detestan .

Guerra terrible es la que narra el conde Tol stoi Es l a guerra detodos los días

,de todas las horas

,de todos los i nstantes . La misma

futileza de los movimientos que ocasionan cada crisis , cada batal l aentre esos dos esposos

,marca la i ntensidad delodio que se t ienen .

Y ¿odio , por qué ? Porque están i rremediablemente j untos ; por

que no pueden separarse .

¿Este es el matrimon io —se dirá .

—No por cierto,pero este es un

matrimonio ; uno de tantos matrimonios : dos hermanos siameses »

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 209

que no son hermanos,y á los que ha pegado y soldado para toda la

vida un precepto sºcia l .Dada esta falta de amor , es lógica , enteramente lógica , toda la

conducta del marido . E l d ió á la mujer su nombre la honra,lafor

tuna ; se dió á el la hasta la muerte , y cuandº ºbserva que se equivocó

, que no había comprado lo quese propuso comprar , y que yasu vida , toda su vida , estaba entregada cºmo precio de la compra ,se rebela rabiosº

,no contra la sociedad que no tiene cuerpo

,que no

t iene bºca para responder n i manºs para reñi r,sino contra la espo

sa que esel cuerpo del del i to y que puede proporciºnarle el placerde un al tercadº . Es como el n iño que se descalabra al dar cº n lacabeza en la pared y que

,en seguida

,golpea furioso la pared

,ha

c iéndose más daño . Estº es i lógico , pero humanº .

No veo que la tesi s de esta novela sea i nmoral . El autor no dice,

asíson todos los matrimonios,

—sino : —Hay matrimonios así Y ¿quéconcecuencia se desprende de este ejemplo? Pues la de que elhºmbrey la muj er antes de un i rse con perpetuos vínculos

,deben cºnocerse

,

estudiar y reflexiºnar cºn mucho seso si l a unión les cºnviene .

Sou demasiado na turalistasalgunos detal les de este l ibro ; perºen n ingún caso lo son tanto comº lºs que abundan y menudean en

l as novelas de Zolá ,en lasde Maupassan t , n i muchº menos en las

de Catulo Méndez . Las de este úl timº escri torsi son inmorales,pºr

cuantº á que no entrañan lección alguna,ysi presentan cuadrºs l i

bid iuososque excitan la imaginación y provocan a l vicio . CatulºMéndez , con todo su talento de artista , que es bien grande , pintasiempre muy bonito lº que nunca esfeo , pero siempre es perj udicial .En Tolstoi no hay voluptuosidad él nº halaga lºssentidos ;no

habla á lºsºj os con l íneas ó colºres , va derecho alpensamien tº . Ysorprenden sus obras,porque hay en ell as unafranqueza ruda

,semi salvaj e

,á lº que no estamos habituados . Parece carne cruda lo

que escribe . Chorrea sangre y é l nose cuida de ponerle salsa .

Ved comº anatomi za Paul Bourget : es un ciruj ano elegante . Tolstoi no : corta con el cuchi l lo , como un carnicero .

Viene de lascavernas delpesimismº ;surge ti znado de h º llín ha

visto á muchos sufri r muchº ;y no esconde su amargura no envuelvesus dolºres en el manto de la retórica ; gri ta , y su voz imprecativa

escomo aquellas que oyó el Dante en el tercer círculo del inñerno .

Esa vozha asustado alpud ibundo Administrador de Correos de

Nueva York .

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2 1 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

poesía de Campoamor es bel la,madg ré tout, como es hermosa una

muj er hermosa,aún antes de sal i r del tocador . Pero la misma dama

nºs parece más hermºsa tºdav ia cuando la vemos bien peinada ybien vestida . D esengáñese al maestro : el agua y la retóricasº n ú til es . Lavarse es conven iente .

¡Qué estragºs causarían . sifueran aceptadas las doctrinas del granpoeta ! como todos lºsversistascreen que ti enen muchísimo talento

,

se j uzgarían di spensados del menor al iñº . Saldrían desnudos , por

deci rlo así . y nº todos los hºmbres están para sal i r des

nudos .

Cla r in combate estas paradoj as , en su úl timofol leto l i terario , t itulado Meseun . Y también da uno que otro araño á la Sra . Pardo

Bazán .

Parece que en este asunto,en el de lºsaraños

,el crítico procede

cºn alguna inj ustici a . Con alguna , no con mucha ,y hasta tentadº

estoy de escribi r que cº n poquísima i nj usticia . A Cla rin le cargan

las muj eres l i teratas . A mi también . Pero esto es porque general

mente,l as muj eressº n malas l i teratas . Y cuando son de l as buenas

,

cºmo Madam Stael , como Jorge Sand y como la Sra . Pardo ,se cº n

vierten casi en hombres . Esto úl timo es lo que repugna Cla r in y loque reprocha á l a Sra . Pardo . Y en esta repugnancia es en lo que nºvoy de acuerdo con el crítico . S i la Sra . Pardo de Bazán es casi

hºmbre, será esº una desgracia para el Sr . Bazán . Para mi , no . Esmás, hasta quisiera que esa i l ustre muj er fuera máshombre . Mu

j eres sobran . Hombresson los que hacen fal ta .

Puede la escri tºra gal lega,serfea ;puede hablar cº n vozde cabo

primero 6 de sargento ; puede gastar bigote y barba puedefumarpipa esºs serán defectos que le encuen tre su marido; pero yo queno soy su marido n i su enamºrado

,sino su lector

,lo único que puedo

exigi rle , es que piense y escriba bien ,sea como hombre ó sea cºmo

muj er .

¿A qué sexo pertenecen las obras de l a Sra . Pardo ? Creo,con

Cla r ín , que no pertenecen al sexofemen ino . De éste son las cartas

de Madame Sevigué , cartas del génerº maternal . D e éste son lasnovel as de Doña María delPilar S inuésde Marco

,que parecen mo

distas , ó mej or dicho , costureras . Femen inasson también las leyendas de M l le . Scudery , que saben á dulces de esos que las señorashacen en sus casas . Pero no sºn femen inas las obras de MadameStael , á l a que todos encomiamoscon l a condición de nº volver á

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 2 1 3

leerlas , ni son femeninas , aunque Cla rin asien te quesi loson ,l as

novelas de Jorge Sand . S i estoy de acuerdo en que Madame Staelfué máshombre que Jorge Sand pero no digo que Jºrge Sandfuémujer . Una muj er no emplea toda su vida en predicar contra elma

trimº nio,la empleará en engañar á su marido , en divorci arse de é l

para uni rse á otro ; perº en deci r que el matrimonio es ma lo , ¡no !

Madame Staél, Jorge Sand , la Sra . Pardo , MadameAdam ,George

E l l iot y algunas ºtras,pertenecen á un sexo que pudiera l lamarse

el tercer sexo Y todavía hay otrº cuarto , elsexo de las malas es

critoras,que es elsexo tonto .

E l tercer sexo es elde l as escri toras de talento,elde las que iban

áser hombres. La Sra . Pardº pertenece á él . Por poco nº es varón !Y eso pocº que lefaltó para que le sal ieran barbas á su intel igencia

,

es lo que echamos de menos en el l a Leopºldo Alas y yo .

Cla rin no explica bien el fenómeno . E l d ice : aqui hay much isimo talen tº

,pero fal ta algº . Y ese algo ha de ser la ternura de la

mujer , l a piedad , todas las virtudes que hemºs conven ido en atribu ir al sexo débi l .Y con efecto

,no hay ternura : no h ayfe ,

prºpiamente dicha , enlas obras de la Sra . Pardo ; nº hay tampºco en el las mucho amºr .Ozamam

, hablando de San Francisco ,es más femeni nº

,máscre

yen te , más cariñoso , que la insigne gallega cuandº trata elpropiº

asunto . Lamartine, en cualquiera parte de sus l ibrºs , es más feme

n inº que la Sra . Pardo .

Perº ¿esto es un defecto en el la ?No , á mi j uicio . ¿Por qué quiere

Cla r in que escriba el l a como muj er? Si escribiera así . escribi ría mal,

como escribe la S inués. No puede negarse que esmuy muj er estaseñora . Aconsej a á sus hij os

,ósea ,

ásusl ectores,que cumplan lºs

mandamien tos de la ley de Dios ;que traten bien á sus señoras ;queno se embriaguen ; que nº j ueguen ; que no cometan adulterio ; habla de traj es , de peinados , de mºdas y porque es tan muj erno la leemos nosotrºs . La ternura

,la caridad . etc .

,que pide Cla r in

á la Sra . Pardo de Bazán, la pedi remos á nuestra esposa , á nuestras

hij as : pero no á el la . Precisamente lo que en substanci a queremosesquesea más hombre . Y también el la lo quiere sol o que nºpuede !Cuando escribe la Cuestión Pal¡> itante 6 sus conferencias sobre

Rusia , no esbastante hombre tiene temor á que le digan —una

señora comº Ud .

,no debe deci r eso .

— Cuando escribe la novela un

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2 14 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Viaje deNoviosó la Vida de S an Francisco, no es bastan te muj er ,porque quiere ser hºmbre . Y de esta incºmpatibi l idad entre eltalen to y elsexº ,

nace el defecto que hal la Cla rín en ta les ºbras .

Ya hablaré largamente de el las,con pretexto de este úl timº y

preciºso opúsculo delmásfranco y honrado de losbuenºs crít icosespañoles .

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2 16 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

l ugar , y permítaseme aquí inverti r elorden pºrque no quería rºm

per con sus amistades ari stocráticas,renunciar á la sºnrisa de las

ancianas marquesas y á ser el compañero de wals de lasmarquesitas ; y , en primero ,

porque le faltaba una condición indispensablepara ser como Musset : el gen io .No prescindió

,sin embargo

,de imi tar en algo al gran poeta ,

aun

cuando sólo fuera en el modo de anudarse la cºrbata . Las EscenasP roverbiosdeFeui l le tson como tímidos remedos de las lind ísimas

comed itasde Musset . Nº fué émulo de este gran poeta el pulcrºnovel ista ;perosifué su enamºradº . ¡Qué distancia los separa ! Musset comenzó á ser inmortal cuandº murió

,Feui l let ,fué en vida unº

de loscuarenta inmºrtales que suelen no vivir después de muertos .

Yo siento que este del icado escri tor haya muerto ; y siento máscreer que va á mori r de veras

,esto es

,en la memoria ,

en la admi

ración,en el cariño de l as generaciºnes que vengan y á lasque é l

no encantó con su t alentº de pian ista l i terario . Pero ello no será

culpa de é l que supo hacerse amar y que tuvo gran méri to , sinº de

esta formidable competencia,de esta excesiva producción l i terari a

que estamos presenciando ,de esta lucha por la vida i ntelectual en

l a que devoran losmásfuertes á losmenosfuertes y es preciso serHércules parasobrevivi r .No puede exigi rse de l a pºsteridad querecuerde tan prodigioso número de nombres y les rinda cul to .

—Nohay pºsada para tantos— noscontestaría

,

— como repuso un hoste

lerº al portuguésñnchado que l lama á l a puerta enumerando to

dºs lºsnombres,t í tulºs de nobl eza y dignidades que él ten ía . ¡Nº

hay templos,nº hay altares

,no hay horneras , no hay n ichos , nº hay

peanas, no hay creyen tes para ese ej érci to desantos! De suerte

que,muchºs

,muchi simos

,quedarán afuera , como la muchedumbre

quese agolpa en la plaza , an te un palacio ,paraver losbalcones res

plandecientesde las grandes salas en donde bailan ó cenan lºsprivilegiados.Y Feui llet estará entre esa multi tud de no i nvitadosLº digo con

tristeza,pºrque el talento de ese autºr me es muy simpático . Ya

he dicho la pal abra que me parece exacta y carac terística :simpático. Pero no simpático nada más por su buena presencia , por sugal án aspecto

, pº r la eleganci a en el vestir , sino porque era esen

cial,aunque tímidamente , artístico .

La obra de Feuil let es de medias tintas .No pintaba él con colores sino con matices . Las herºínas de sus nºvelasson honradas á

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .2 17

medias . Quieren á ratos ser malas,ya van á caer; perº en ese i ns

tante críti co,aparece el Sr . Feui llet , que . en resumidas cuentas , es

una especie de San Francisco de Sales , pecador y autor de la VidaD evota de la galantería ;á la dama que tropieza ,

le da el brazo yse lal leva á su marido . Suele l legar tarde ; pero ,

en tales casos , no cae

la heroína pº r su culpa ,si no por la de Feuil let que no supº ó no

pudo l legar á tiempo . Y entonces , como é l se considera en parte

responsable de la ca ida,procura con mucha habil idad disculpar á

la hermosa . distra ída . y lo consigue …

Casi todas las heroínas de este novel i sta salvan su honor .

¡por un cabel lo ! Y casi siempre , por el ún ico cabel lo que les quedaá sus maridos .

¿Son buenas óson malas esas encantadoras indeci sas ? Nº he logrado averiguarlo . Para muj er propia no me gusta n inguna de el l as .

Y para otra cosa . tampocº .

De esta perenne indecisión,de esta constante media luz ,

de l º

escurridizo de tales caracteres,resul ta acaso que l as creaciones de

Feui l let no pueden ser inmortales . Nunca se fij an . No se paran .

Pero esosi , son todasmuy boni tas .

Algunas l legan á ser pecadoras y malas ;feas ninguna . Feui l letlas absuelve

,l as purifi ca cº n el agua lustra l de la bel leza . Nos dice

—que ya están arrepentidas ,— y nosotros lo creemos porque .

aquell as can tatrices can tan mal ; pero con una boca tan bonita !

Si Dios hubiera consul tadº con Feuil let no habría hecho el infiernº … ó

,en caso extremº

,habría dej ado el i nfi erno para las feas .

E l ! ! í usset de lasfamilias. cºmº en algún tiempo le l lamaron , quería

i r a l cielo con lossantos y lassantas , con losbuenos y lasbuenas …

y con algunas pobrecitaspecadoras . La santa desu devºciónfué seguramente Magdalena .

Y es de adverti rse que este mismo temperamentº de las amablesheroínas es el de su creador . Quiere , perº no puede , óse acobarda .

Quiere ser Musset , ti ende la mano y no alcanza . Quiere ºbservarcomo Dumas hij o— no comº Balzac que lo asusta— ser real istanunca natural ista

,porque eso es demasiado— quiere escribi r nove

las experimentales pero tiene miedo de que lo vaya á saber elromanticismo . En resumen

, esun casado con la escuela romántica ,

cuandº la señora está cri ando,suele cenar en g abinet/) a rticulier , con

alguna dama . enteramente natural i sta .

Supongamºs un cuerpo hermoso de mujer : Zolá l lega y lº sacude28

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2 18 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

brutalmente ;Paul Bourget , con muchísima del icadeza , l e va sacando vísceras por vísceras

,entraña

, pº r entrana ;Feuillet toma las pin

zas, sabe de cirujano ,

va á hacer la autopsia . perose arrepiente ,lo pica . y luego lo acaricia .

Si hacemos un recuerdo de lo que Feui l let lega á l as letras , noencontraremos ºbras

,perosi páginas admirables . Tampºco hal la

remos nada feº ,nada vulgar

,porque todo lo suyo es bel lo y disti n

guido ;pero elcºnj unto nosdej a honda impresión en el espíri tu . Acasº

elpersonaj e que viva más será ese M . de Camois , que muere antes

de que empiece la novela dej ando una carta que es todo él y todauna obra maestra de moral inmoral y paradógíca .

Lº que siempre hallaré is en lºsl ibrºs del escri torfrancés reciénsal ido de la inmortal idad académica

,es un esti lº terso , correcto ,

bri l lante á veces,siempre elegantísimº

,que no se atreve á mucho ,

que no es muy lujosb, pero que cautiva y enamora . L a novela de

unjovenpobre. ¡qué bon ita ! S alammbo'

. ¡qué bel la ! LosM iserables. ¡que hermºso ! Muerto Feui l let , sus heroínas no per

tenecerían á otro . Jorge Ohnet las quiere . pero si para emular

á Mussetfal taba á Feui l let gen io ,para emular á Feui l let lefal ta á

Chuet ser artista .

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. 2 20 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

sos y de gri tºs , y el trono que levanta á sus héroes , es el trºno de sus

hombros , y , si n embargo , esta corºnación que ya mil veces h a lo

grado Gui l lermo Prieto , al triunfar en la Cámara , al term inar la lectura de una oda patriótica

,al levantarse á defender lºsi n teresesmás

sagrados de la Repúbl ica ; esta coronación tumultuosa ,espontánea

,

entusi asta ;esta cºronación de gri tos ysombrerazos( aunque lafrase sea vulgar , es gráfi ca) , vale más, mucho másque las coronacionesdecretadas y ofi ciales . Al Areti no

,poeta obsceno

,nauseabundo yma

lo, rayano en pésimº , lo coronaron con solemne pompa . ¿Quién se

acuerda hºy delAretino ? A Byron lº calumniaron ,lo despreciaron ,

lo infamaron en vida . ¿Quién no admira á Byron ?

S i estas coronaciones son como elveto imperi al impuesto á la poesia . Creen lºssoberanos que pueden armar poetas como pueden armarcaballeros . Piensan que l es dan lo ,

que el los tenían ya de antemano .

¿Qué repúbl ica ha coronado á los poetas ? Una sola ,la imaginari a re

pública de Platón,y eso para desterrarlos . Lamartine nofué corona

do , y Lamart ine era Romeo de la repúbl ica . A Víctor Hugº tampoco

se le coronó ; se le aclamó . Y la repúbl ica hace bien : las testas un

g idaspor el genio nose i ncl inan . Los laureles que deben ceñirlasno se compran . ¿Quién pondría la corona en la cabeza venerada de

Gui l lermo Prieto ? ¿Un poeta ? ¿Cuál ? ¿Un al tº funcionariº destinado por el Gobierno ? Qué blasfemia !A Petrarca lº coronó la voluntad de un Pºntífice ; á Quintana lº

mismo que á Tennyson la volun tad de una Reina , y Rein as y Pontifi cescreyeron que agraciaban

, quéfavorecían , que coronaban

Y lº que procuraron fué hacer su tributariº a l gen io; tºmarlo comºpretexto para l lamarse protectores de las letras;uncirlo á su carrº

de victºria ; obl igarlo á ponerse de rodi l l as .

Coronar á Gui l lermo Prieto me parece i núti l . Eltiene muchascoronas suyas

,nº recibidas pº r decretº n i merced , sinº ganadas en

la lucha ; y tiene además todas las coronas que haya cºnquistado la

actual generaci ón,que toda es suva . Recuso al tribunal que ha de

otorgarle esa recompensa,porque Prieto sólo pº r sus iguales puedeser juzgado .

Pero sise trata de manifestar admiración y grati tud al viej º bardo

,amado siempre de la j oven democracia , seré el primerº en pro

curar quese real ice solemne tal idea . Acaban de cºronar á Zº rri

lla en Granada ,y en Zorri l la h an coronado á una hermosa poesía

muerta.Le l levaronflºres , como l levanflores á un sepulcrº . En la

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 2 2 1

poesía de Zorri l l a al i en ta la España que ya nº existe , con sus grandezasy fanfarronadas , cºn sus vi rtudes y sus vicios , cº n sus caballerosy sus truhanes . Pero esta pº esía— pregunto yo—¿ha servidºde algº en la evºlución de España ? Ya sé que el arti sta no está obl i

gado másque á real izar la bel leza , y por eso celebro quese tributenhonores á Zorril la ; pero elartista que , real izandº la bel leza ,

persi

gue á l a vez un ideal social ; el que impulsa á los pueblos en el camino del progreso ; el que sabe an imar á lºssoldados en la l id ,

como

los an imaba elcan tº de Ti rteo ,ese es más grande

llermo Prieto .

Compárese una vida con otra : l a de Zorri l la esla del trovador quehalaga y hechiza á la hermosa castel lana con sus cantares y leyendas

,y cena en el casti l lo y se va l uego Es una música que pasa . Zo

rri l la se mefi gura peregrino que regresa de la España morisca,de la

España goda , de la España caballeresca , y que refiere , al amor del a lumbre

,lo que ha visto ;cºmo lºsperegrinos de ºtras épocas re

ferían lo que habían vistº en T ierra San ta cuando de el l a volvían .

Pero Zorri lla habl a siempre de muertos , del santo sepulcrº de España .Nº i n spi ra deseos de resucitar á loshéroes á quienes can ta :

porque h º y encausaríamosal a lcalde Ronqui l lo ,se l levarían á D º n

Juan Tenºrio los gendarmes , y Don Pedro I de Casti l l a tendría lam isma reputación y el mismo fi n que D . Rufi no Barriºs . Zºrri l lacanta á una pálida muerta ;Gui llermº Prietº , á una recién nacida :la l ibertad .

Este últ imo tiene un concepto máselevado y comprensivº de l afunción del poeta en l as sociedades mºdernas . No es el bufón quesolaza n i el trºvador que entretiene , n i eltañedor de l i ra que deleita : es el que entusiasma . A sus versºs les dij º : haced soldados Ysus versos los hicieron . Ha sacudido lºsnervios de tres generaciºnescon sus odas . A la repúbl ica le dij o : he aquí mi gen io Y le dij o

á l a l ibertad : ¡toma mi vida '

ese es Gui

¿Qué ha hecho Zorri l la ? Versos muy hermosos . ¿Qué ha hechºPrieto ? Inspirar en sus cantos el amor á la Libertad ; enseñarnoscº n su ej emplo á que seamos honradºs ; educar , instruir ,ser de todos maestro

,porque su vida esuna lección admirable .

Que Zorri l la acepte una corona , está en razón . E l fué siemprecortesano de la riqueza . Prieto , que ha despreciado siempre la riqueza

,no necesita de corºnasT iene más .

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2 24 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

sia de l imosna,están en prosa por derechº propio

,todas esas cien

cias que hemos mencionado ,y que sºn ciencias en el nombre porque

así lasha bauti zadº en alguna Real Orden,cualquier mini stro que

creyó que podía decretar la victoria,como Fel ipe I I cuandº eseri

bía : Marqués , tomad á Breda .»

Llamar ciencia á cualquier tanteo científi co,prueba que la prosa

esun gran mediº para hab l ar si n saber lo quese dice .

¿Quién lesha dicho á lºsseñores quese dignan no desdeña r lapoesía ,

que hay más ciencia que la metafísica ? ¿Dónde están lºspri ncipios absolutos que hacen una ciencia de la política n i de la

historia ? »

Cuandº el Sr . Campoamºr echa esºs cohetes; prende esos petar

dosy lanza al ai re esos graciosos globitosde goma ,l lenos de ai re

,

hay que celebrar su ingen io , abundan te en recursos , rico , muy rico ,

mi l lonario ! Hay que cederle l a acera con todo respeto , aclamarle co

mo se aclama aljugador de manos que acaba de maravil larnos con

su destreza ; y segu ir luego el consej o de Clarín : no hacerle caso .

Porque el Sr . Campoamºr , encaprichado en no ser viej o nunca , t ie

ne á la cienci a y á la prosa esa mala vºlun tad que le ti enen al de'mine los ch icos y al hablar de el las tal parece que les está d ispa

rando arvej as o bol i tas hechas cº n miga,comº pi l l in malcriado ,

desde el pupitré de l a escuela . Cadafrase es un gracioso¡bied de nea .

Qué muchachadastan i rrespetuosas y á la vez tan bon itas son estasde Campoamor ! ¿Conque no hay más ciencia que la metafísica ?

¿Conque la histori a y la economía política etc etc . sontanteos? ¡Qué graci a y qué travesura tiene todo estº !Lafrase que causó la mohina de Campoamor es simplementesán

dia. Lospeluconesdel Ateneo no desdeña rán la poesia ¡Pues

ya lo creo ! Cómo habian esºs viej os verdes de mirar con desdén á

muchacha tan guapa y tanfrescota ! Divina es la poesía ,como ase

vera Campoamor,y si alguien

, por darse ínfulas de hombre sesudoy grave

,le hace dengues

,provoca á ri sa como el hipócri ta Tartufi

cuando pº r simulada repugnancia se cubre lºsoj os para no mirar elrozagante senº de la fámula .

Pero la cienci a no es tan arisca y lagañosa como el poeta la pinta ,n i tampoco ha merecido la prosa elaguacerº de improperiºs queCampoamor le echa encima

,precisamente cuando el muy ingratose

está si rv iendo de el l a para desahogar l a cólera y rendi r cul to amo

roso á la Dulcinea de sus ensueños . Que para el Dantefuera Beatri z

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .225

la máshermºsa de todas las muj eres , puesto en 1azón está ;perº si e l

Dante, pº r balagar á su adºrada , hubiese di cho que lasdemás hem

bras eran todasfeas de encargº,habría caido en la i nj usticia másim

perdonable .

Campoamor no se tienta elcorazón para aporrear á la prosa . La

l lama jerg a animaldelser /zumano. La prosa— dice , —no es arte ,cºmo no lo son el gorj eo ni elbal ido . ¿Qué méri to artístico puedehaber en coger un sustantivº al acaso

,echar sobre é l un epíteto vul

gar,dandº algún movimientº á esta oraci ón in icia l cº n un verbo

cualquiera ? ¿Qué diferencia hay en tre esta articulación informe y laj erigonza gutural de algún animal casero ? ¿Se puede l lamar arte

el aprender á usar trescien tas palabras , vocabulariºmásextenso demuchos seres racionales

,cuandº aprendan trei nta por lo menos , lºs

tºrdos , las urracas y lºslºros ? »Por Dios , señor Campoamor , se puede cantar si n romper los vi

driosY quién dice tales abominaciones de l a prosa Precisamenteel poeta españºl que más prosa ha mezclado á la poesía Porque e l

Sr . Campoamor—y aqu i me agazapo y escondo para que no me pe

gue ,

— escºmo el M . Jourdan de Mol iere,que siempre había hablado

en prºsa si n saberlo Su pºesía no ca lza elcoturno como la de Núñezde Arce ;no es rígida n i escul tural , ni impecable ;nº vuela en alasde la oda ; no está vaciada en la turquesa neo—helénica de Chéniery Menéndez Pe layo ; no esmúsica 6 melodía como la de Zorri l la , n icul ta y acicalada como la de Valera : es poesía despreocupada

,suel ta

de ropas y cabellº ; poesía que anda á pie , tºma un coche v viaj a enferrºcarri l , poesía que recoge del tomo muchos vºcablos expósi tos ,de esos que no nacierºn en cuna de º rº y de marfil , pero que no porser pobres ,son menos expresivos y val iosos ;poesía , en suma , quese codea con la prosa , y le toma muchas lºcuciones , muchos giros ,hasta en el modo de andar , hasta lºsgestos . De esa poesía hay mu

-cha en Francia , mucha en Aleman ia mucha en Inglaterra ; pero

poquísima en España ;y uno de los mas relevantes méritºs de Cam

poamor,en mi concepto , consi ste en haberle dado carta de ciuda

dania y aceptándola como casti za . La mej or prueba de que en l aspoesías de Campºamor hay mucha prosa , es que muchasfrases , muchas imágenes

,muchas oraciones casi , de lºsPequeñosPoemasdel

D rama Universal, etc . ,etc . ,

estuvieron antes en prosa ( hasta queel Sr . Campoamor lasdesamortizó ) en lºsescri tos de Michelet , deVictor Hugo y de otros variºs . Nº hago pºr esto un capítul o de car

29

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2 26 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

gos al poeta . ¡D ios me l ibre de caer en tamaña vulgaridad ! Ya de

la acusación de plagiario defendió á Campoamor contra Campi l lo ,con muchºs sofi smas , mucha suti leza , mucho talento , y á pesar detodo

,con muchísima j usticia , elsuti l ,soñsta é inteligentisimº D .

Juan Valera .

Probado está que Campoamor no roba frases : no es padre de algun as

,pero á éstas l as ennoblece , lesda lºs tres espaldarazos y les

concede el honor de usar un título expedido por él .No de otro modºhacian ,

Napoleón el Grande mariscales,y Morelºs caudil los . Sobre

todo,el Sr . Campoamor no despoj a , nº explota á lospobres : cuando

está perezoso , ó de mal humor , desbalija á losricºs mej or dicho ,

les.quita si n consul tar su volun tad , exigua suma de esti lo, á

la que él , como socio industrial , fecunda yvuelve productiva . ¡ACampoamorsi que le roban descaradamente todos lossacapanuelosde la l i teratura hispano—americana ! Por fortuna é l tiene , cº n sucaudal propiº

,y no con el ajeno

,para dar y prestar eternamente .

Esto no qui ta , si n embargº , que tenga en sus poesías muchos versos que estuvieron antes ín tegros en prºsa . ¿Por qué maldecir , pues ,á tan amable colaboradora ?

B ien sabe el autor del Licenciado Torralba » hasta el vocablº

licenciado es muy prosaico que hay pºesia en prosa que la poe

sía no ha menester del consonante n i del verso medido ¡va

mos! ¡si él se permite hacer á cada paso versos que nosº n versos ,pero si poesía ! LosM iserablesde Hugo están en prosa ¡y cuántos

versos h a encontrado en el los Campoamºr ! Porque son perleros,porqueson minas , porque son cri aderos de º ro ,

porque Víctºr Hugo,

al escr ibir un l ibrº en prosa , hacía una Golconda ó una Cal iforn i apara que lºspoetas la explotaran . E l verso de Campoamor

,mal

d iciendo de la prosa , es comº el hij o que n iega á la madre .

T iene razón Clarín : á Campoamor , excelente prosista en prosa

y en verso cuandº habla mal de la prosa no hay que hacerle casº . »

Cómo he de tomarlo en serio cuando dice en elartículo á que aludo ,

queTácito

,comparado con el Dante

, esun habl ista de bodegón .»

¿Cómo he de creer , ófrancamen te hablando ,cómo he de entender

lo que al l í m ismo dice Lºshechos no son másque lºsflecos de latel a de l as ideas ? » Pero que hable Campoamor y que maldiga de

lo que le pl azca : ¡siempre hablará bienA fuerza de oírse l lamar plagiario , pºr lºsneciºs , él , acaso ysin acaso elpoeta másorigin al de España !se esfuerza enser origi

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D O S ESTATUA S

E l cantor de lºsmuertºs y una muy j oven v ictima de la muerte,

Ignacio Ramírez y Leandro Val le,tienen ya sus estátuas en el pa

seo de la Reforma . A Leandro Val le no le conocí . Vine almundºcuando ya élse iba , casi á la edad que ahora tengo , pero ya célebre ,ya ilustre , dej ándonos cºmo advertencia y enseñanza el ej emplo deuna vida úti l y de una muerte hermosa . Sus veintiocho años aver

gii enzan á mis vein tinueve .

En la i líada de la Reforma— ¿qué h ºméridasacometerán la empresa de cantarla ? tiene Val le elaspecto de esos j óvenes guerreros

, atrevidºs , simpáticos , resueltosy amados de las muj eres . Es unafi gura arrogan te de bajorelieve . Bien está en bronce Ignacio Ram irez , porque el bronce es triste , austerº . Para Leandro Val le hubiera

preferido el mármol , porque el mármol es j uveni l , bri l lan te , hermosº.

j ovensuc umbe elque losdiosesaman,decía Menandro . Y así ha de

ser porque todº amor nosda la muerte ! Leandro Val le fué amadode lºsdioses .

Unasenda perdida en la montañaBebiósusangre generosa yfuerte ! (I)

No ha mucho atravesaba yo por ese Monte de lasCruces en donde Valle pereció . Iba alegre , como se está cuando la vida nosda unbesº de pasada y nºs promete muchos otros . Corría el agua con su

( 1 ) Justo Sierra—Pº esía en memoria de Francisco Castañeda y Nájera .

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230 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

bata de espuma,j uguetºna y. traviesa

,á manera de j ºven recién ca

sada que , todavía con l a coña de encaj e , al levan tarse corre por elj ardin r isuena y ági l

,fi ngiendo huir de su marido , mas procurando

que elvestido se le prenda y enrede en lºsrosales para ser alcan zada sin quererlº ! Y como elagua que re ia y cantaba , bull íanfrescas cºrrientes de i lusiones en mi espíritu .

Acaso tan ufano como yo entró Val le á aquel monte . El amºr lecircuia—dice uno de sus biógrafos ,— l as balas parecian respetarlo ,lºsj óvenes se lo apropiaban ,

losviej os parecian complacerse en unaj uventud tan hermºsa . Pronto en la acción ,

elºcuen te en la pal abra ,j ovial en la vida privada

,nunca el rencor empañó su espíri tu . El

amor á sus padres y á sus hermanos era l a v ida de su corazón

hermºsa vida quefºrmó remanso en un bosque de laureles ! Cuando elrayo de un amor virginal venía á desatar con su casto halagonuevºs tesorºs de i lusiones y esperanzas , lo l l amó la voz del deber ,y del centrº de un festín partió para el patíbulo .

»

Con razón prorrumpe elGeneral R iva Palacio en estas enérgicaspalabras

<< Cuando considero,señores

, elcadáver de Leandro pendien te de

un árbol cºmo el de un faci neroso ,despojado de sus vestidos y ex

puesto á l a burla de una soldadesca desenfrenada ;cuando recuerdoese cadáver cubierto de sangre , el cerebro hueco , l a bocasangrienta y lºsoj os en treabiertos

,pero si n bri l lo n i luz

,con los brazos en l a

horrible posición en quefué suspendido , en tonces la sangre se agolpa en m i corazón ,

mis nervios se estremecen,se me eriza el cabello ,se me embarga la voz

,y sien to que de mi pecho se escapa un rugi

do de venganza y maldición

La fi gura de Márquez apareciendo sin iestra en acti tud de acechotras lºscuerpos j uveni les de Val le y D íazCovarrubias , recuerda a ltorvo infante Glóster , entrandº á la alcoba en que dormían abrazados loshij os de Eduardo .

Compadezcamos también al asesinº . Acaso ya ha sonadº en sus

oídos la voz que oyó Macbeth

¡Macbet/z,no duermas

, que ma taste alsueno !

El grave aspecto de Ignacio Ram írez contrasta con el j uveni l deLeandroVal le . A élsi lo conocí en lºs úl timos añºs de su vida . LO

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232 MANUEL GUTIERREZ nAJERA.

amada , para no exponerlo al aire heladº de la indiferencia y la maldad humanas .

Al l í ensu pedestal , frente al apuesto y arroj ado Leandro Valle ,parece sonre i r d iciéndole :— no vas á la glori a

,vas á la muerte !

Aig le, vautour on colombe

Vousallezou tout retombeEld'ou r ien n

'est revenu !

No ames á la l ibertad,ama l a vida .No mueras cº n glºria ;vive

mej or !

Eso parece deci r la sonri sa horaciana de Ramírez ;pero no ,nº lº

d ice . Que esos labios broncíneºsse despl ieguen ,y brotará de el los ,

como en los rostros del consti tuyente , el verbo inflamado de la Democracia ;que esa mano vibre el lá tigo de Juvenal , yflagelará como

antes , á losmercaderes del San tuario Entonces exclamará como enla discusión delart . 1 5

<<Eu 1 8 24 , cuando aún estaban humeantes lashºgueras de l a Inquisición , con uno de sus ti zones mal apagados

,se escribi ó en la

Consti tución de la Repúbl ica_el artículo que estableció l a intoleran

cia rel igiosa , y este articulo es el que ven imos á borrar en nombrede la humanidad , en nombre delEvangel io ,

y si es posible á costa de

nuestra sangre .»

Ese es el Ramírez verdadero ,elque agi ta la plúmbea maza sobre

las cabezas de sus enemigos ;el que brega . el que triunfa , el que estáen bronce !

Después volverá á su aisl amien to,á su impasibilidad ,

á susonri sa . Alighieri se transforma en tonces en Boccaccio

,pero en un Bo

ccaccio trascendental , porque si l a pal abra de Ramírezaplastaba , su

risa demol ia , comº perpetuo hi lo de agua que áfuerza defi ltrarse yde lamer lºscimientos de un edifi cio , acaba pº r echarlº abaj o .

¿Queréi s que de nuevo se asemej e al hombre torvo , espanto de lasmuj eres en Ravenna ? Pues vedle alzarse á pronunciar el brindis porlºsmuertos

,en el banquete de l a Asociación Gregoriana . Hermo

sa asociaci ón ésta en la que no hay ausentes y á cuyas fi estas vienen lasgrandes y amadas sombras de loshermanos desaparecidºs !Triste de aquél á quien toque tºmar la úl tima copa entre las almas i n

visibles y mudas ; aguardan á que l a apure para l levárselº con

el las !

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 233

Ramírezse levanta comº un gran sacerdote pronto á cumpl i r misteriososri tos. Tiene imperio en el mundo de las sombras , y por tenerlo

,exclama cº nfi rmeza

¡Vivosy muertos, escuchad mi canto !E l si lencio se espesa en torno suyo Sólo se oye elruido que pro

ducen lassonolientasolas de la Estigia,hend idas por l a barca de

Carón . ¡Hélosque l legan ,lºshermanos muertos ! La procesión de

espectros detiénese en la puerta . Vino al conj uro del pºeta y otra

palabra delpºeta la detiene en e l umbraL Qué nos queréis ? —ex

clama :Parasentarosá la mesa

,estarde !

Para irnºscon vºsºtrºs, estempranº !Mas no creáis

,sombras i lustres ;¡oh varones in signes de Plutareo !

en l a sinceridad de esa rudeza … Podéis entrar al salón del ágape .

Ah í están vuestrºs asientos ; ahí están vuestros hermanos . Ramírezºs presenta y anuncia uno por uno ,

como elpoeta griego enumera

y presenta á lºsj efes quesitiaban á Tebas . No tenían epi tafi o vuestras tumbas , y Ramírez arranca para vosotros , en cada terceto ,

un

pedazo de mármol pentélico y en él buri la cº n sustylo de bronce ,una inscripción helén ica .

¡Entrad muertos augustos ! El que os detuvo á la puerta con unaexclamacion imperiosa , va á deci ros después —amigos m ios , espe

rad un instante ; esperad á que el pétalo de rosase marchi te en elvino : esperad

,que ya voy á acompañaros

Madre na turaleza , ya no hayflºresPor do mi paso vacilante avanza ,

Nac ísin esperanza ni temoresVuelvo á tisin temoresni esperanza !

La poesía mexicana no tiene una página mássolemne que esta deRamírez. Parece cantofúnebre , acºmpañado por lavº zdel órgano ,á lasaltas horas de l a noche , en el cºro de una catedral desierta .

La i dea es moderna ;ha sufrido y l loradº en los claustros del pesimismo , es la i dea de un Kempis que no cree en Dios ;pero laforma

30

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2 34 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

tiene la l impieza y concisión lati nas . Se ve que quien tal hizo viviaen íntimo comercio con losgrandes poetas

,ciudadanos de Roma . Y

esto se advierte en tºdas laspoesías de Ramírez, ¿qu ién si no unpoeta del Lácio

,pudo exclamar comº Ramírez :

Vuélveme,Amor , mi juventud , y entoncesT22mismo ti m isr ivalesacaudilla !

Sonfrisºs de mármol circuídºsde pámpanos entrelazados y poblados de Eros j uguetones , losversos de Ramírez . A ocasiones , asoma

en el los el l ascivo Sáti ro que entreabre lafronda y adelanta la nariz deventani l las di latadas

,para olfatear elrastrº de las n infas .

“ Algunas

de estas cºmposiciºnesson incorrectas é i ncºmpletas . Se conoce que

elautor l as dej ó caer , y sabe que son incompletas é i ncorrectas ;pero

no le impºrta .

Pº r desgracia , l a obra poética de Ramírez , es bien exigua y anda

muy dispersa . E l no cuidó nunca de reun i r sus trabaj osfi losóficosy l i terariºs , y esta es otra señal de ese menosprecio del mundo que

me ha hecho compararlo á un Kempis ateo . Andaba como un avaro ,con las manos en lºsbolsi l los del pantalón

,talvezpara cerciorarse

de que allí estaban l as l laves de sus tesºros . Le disgustaba mostrarse

alvulgºse calumn iaba ási mismo para disfrazarse mejor y cº nservar elincógn i to en el mundo . Sabía parasi mismº pero como estemalº no podía dej ar de ser bueno

,daba de cuando en cuandº alguna

de las perlas de su pensamien to . Y prefería darlas hablando , porqueasi no l as daba en real idad , l as dej aba caer , y lºsdemás las recogían .

¿Pºr qué era avaro? Pues porque era viej0 porque Ramírezsiemprefué viej º , asi como Guil lermo Prietº es pródigo ,

porque Guillermo Prietº siempre ha sido j oven , elgran muchacho de la literatu

ra,el j ºven ardiente de la l i bertad ! El corazón de Prieto se derrama .

Todos tenemos algo de él . Por eso nos l lama á todos hij os , y lºsomºs .

Ram irez parece huraño . Lº buscamºs y s eesconde diría me

j or,si l afrase nofuere tan prosaica

,que se enconcha . Para ocul tarse

mej or á las m i radas impertinen tes y curiosas,busca un pseudónimº

,

y no un pseudónimo pastori l n i risueño como elde Prieto,sino ºtro

erizº,propio para asustar á lºsn iños y alej ar desi al vulgo :Nzgro

mante. Quisº hacernos creer que ven ia de la eriaza en donde Mac

beth encontró á las bruj as . E lfi l tro que nos bri nda es el de aquel las .

Page 235: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

236 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

era Gobernador del extensísimo Estado de Méxicº,y que conocía y

estimaba lostalen tos de Ramírez, le l levó á su lado para organizarl a admin istración . Ram irez correspondió ámpliamente á esta confi anza trabaj ando día y noche

,no sólo en la recºnstrucción admi

nistrativa, sinº también en l a defensa del terri torio naciºnal i nvadidº

por lashuestes de la Repúbl ica vecina . Fué en aquell a época y en

aquel Estado , en lºsque Ram irez comenzó á propagar las ideas yaind icadas en elperiodi smo según acabamos de decir . Además , ani

mado pº r elfuego sacro del amor á la patria , y con obj eto de organ izar las tropas del Estado de Méxicº

,asistió con el Gobernador Ola

gu ibel á la memorable acción de Padierna contra lºsamericanos .

E l di álogo soñado pº r elpoeta,diálºgo entre esas dos grandes

almas , ha de empezar por una palabra de grati tud para quien supºcomprenderlas y a lentarlas

.

La estátua de Ramirez esla primera estátua levantada en Méxicºá un hombre de letras . ¡Venturoso i ndicio éste , de reposº y de reflexión en la vida nacional ! La Repúbl ica no es ya , como D esdémona , la muj er que sólo gusta de mirarse retratada

,cºmº en un espej o

,

en la coraza delguerrero . No es ya la mujer á quien sólo enamorany cautivan

, como á aquél la , las narraciones de proezas mil i tares . LaRepúbli ca es la Justicia .

¿Y quémásgrandes héroes,qué más grandes l idi adores

, que estoshérºes y l idi adores de la idea? Un pedestal aguarda en ese paseo l aestátua de DonFrancisco Zarcº

,y tºca elerigirsela á Durango . Que él

representa, porque nadie lo ha merecidº más que él , en esa guardi a

palatina de la Repúbl ica,al period ismº . Ser periodista— ¡periodista

cºmº é l lofué !—¿no es ser caudil lº? ¿no es l ibrar una batal la diaria?¿no es recibi r una herida cada día más? ¡Herida que no se ve , pero de

esas heridas á las que puede apl icarse la frase que una i nscripciónlatina apl ica á las horas : Ultima neca t ! ¿Ser periodista como Zarcono es dar la vida , poco á poco ,

á la Libertad y aá la Repúbl ica? Deuna heridase sana ó se muere ;masdel trabaj o in telectual forzadosiempre , siemprese muere ! Y cº n l a muerte tri ste

,no con la muerte

trágica y subl ime de Leandro Val le,nº con la muerte que hiere de

l leno en el corazón y en un momento,sino con la muerte artera y si

Page 236: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 237

gilosa y vergonzante ,que entra apagando ideas en elcerebro ,

tal como apagan paulatinamente las velas del tenebrario;con la muerte

que va invadiendo , á modo de marea ,y hoy se apodera de aquí y des

pués de allá ;cº n la muerte que l l aman natural y que no puedeser ,nº esnatural !En las luchas por la Libertad ,

Zarcofué elAquiles de l a prensa .

E l j ºven que á los veinti sé is años defendió con talbrío en el S igloXIX y en la tribuna del Congreso Consti tuyen te

,la l ibertad de im

prenta ,la l i bertad de conciencia , todas las l ibertades , bien merece

una estátua , porquefué héroe . Ya que le qui tamos la vida poco á

pºco,démosle en cambio la vida augusta de losmármoles y bronces .

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Page 239: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

2 40 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Estos articulos míos siempre han vivido vida de hotel ú hospeder i a . Su traj ín nunca cesa

,

—y en l a existencia trashumante á que

el destino lºscondena,corren tierras sin más maleta que el rugado y

descolorido saco de viaj e,en el que apenas caben lºsmenesteres ab

solutamente i ndispensables : el ti nteri to en su estuche de plomo , la

pluma en su cañuto de latón , y el l ápi z y el cuaderno descosido , cu

yas páginas apenas recuerdan ya quefueron blancas . Libros .

¡qué han de l levar ! cuando mucho algún diariº de l a mañana en la

bolsa del cubre polvo .No t i enen tiempo de leer obras aj enas , y comºsólo se leen ási mismos

,cada d ía están más ignorantes y más ne

cios . Ya lºsl lama imperat ivamente un asunto político , ya lºsrequiere el teatro

,ya la nºvela nueva ó laflamante colección dever

sºs: orase l anzan en tre lºs amigºs reñidorespara separarlos , oraasi sten á algunafi esta rel igiosa ; y tºdo apri sa ,

inopinadamente , su

jetosal antoj o y al caprichº de l os edi tºres , como esos malaventu

rados cómicos de l a legua que van adonde le place al empresario y

representan lo que él qu iere .

¿Cómo trabaj an ? Al a luz de un mechón de acei te en la mesa del a posada . ¿Cómo descan san ? Con l a inquietud de quien teme caervencido por elsueño y aguarda oír de súbi to lºs chicotazºsdel ma

yoral, loscascabeles de las mulas , elsi lbato de l a locomotºra ó lavoz del mozo que l lame á la puerta para despertarlo .No

,estºs artículos mal vestidos

,malpeinados ;estos artículos que

no leen; estos art iculºs cansados siempre de sus perennes correrías

y de sus andanciassempi ternas,noson para La Revista Ilustrada

de Ud . , amigo mío . Son para que yo lºsdej e de paso y vergonzantemen te en el mostradºr de una imprenta

,cºmo si dej ara á can ij a y

enclenque criatura en eltºrno de una casa de expósi tos . Son para

que los lance á medio vivir , poco menºs que desnudos , á la cal l e ,á la prensa ; comº si l a casa en que vivense incendiara Su papel

en el mundo esel papel de estraza en que se imprimen lºsperiódicos . Y La Revista de Ud .

,es elhermosº vestíbulo de un gran pa

l acio,construido para albergar á lºsmagnates y á lospróceres de

la l i teratura hi spano—americana .

Mas , puestº que se digna acogerlos y ampararlos , al l á van esco

gidosy ojivados, que no á sus muchos v icios y defectos han de añadi r clde malagradecidos .

¿De qué escri biré ? ¡Sábelo Dios ! E l col ibri no sabe en qué florl ibará mañana el n éctar;l a onda azul ignora qué barqui l la va á sur

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 24 1

carla ;nadie dice al espej o cuál semblante copiará primero . Delpaisaj e

que me hechice , de la muj er que me enamore , del n iñ o que mesonría

,del l ibro que lea , de l a música que escuche den tro 6fuera de mi

alma,de la golondri na que anide en eltechado de mi casa , de l a

i lusión que me vi si te y descanse en m i hogar un breve rato , delam igº quese vaya

,del verso que me roce con sus alas de eso ,

d e esº escribiré .

Para dar comienzº á ésta mi humilde colaboración , voy á valermede ardides y artimañas . No quiero entrar solo n i tan desataviado áL a Revista . Mi esti lo esincºloro ; pero el cielo de México es muyazul ,se ve tan rubio por las tardes , cuando suel ta l a luz su cabel lera y se prepara al sueño ! Yo no tengo flores : pero toda cubiertadeflores duerme la vi rgen tierra mia . No tengo odas; pero t ienentorren tes mis montañas . Soy pobre ; perº mis poetas amigos sonmuy ricºs .

Así que,hablaré á Ud . de nuestros sitios pintorescºs , de nuestra

ubérrima naturaleza,de nuestras mágicas leyendas

,de nuestra h i s

toria ,mási ncreíble y hermosa que nuestras leyendas , de nuestros

escri tores,de nuestros poetas . Con estos úl timos subiré las escale

ras del palacio en que habita La Revista y asi los comensales de Ud .

,

lºsíntimos de la casa , losi nvi tados á susfiestas , dirán al ver lo desgarbado de mi traza y compararlo con elgal l ardo cºntinen te del

amigo que me acºmpañe : Este paleto tiene amigos principes .

No muy caudalosa esnuestra cºrri en te l i teraria ; pero arrastra áveces guijas de oro

,y en sus ondas se balancean nelumbiosde be

l leza encan tadora . Ya lº verá Ud . cuando le hable de Rafael Delgado y de su Calandria ,

novela que servi rá de tema á unº de mispróximos articulºs ; novel a descriptiva , l lena de l uz como lºspaisajesde Claudio el Lorenés, y de cuyas hoj as— verdaderas h ºjas,brota ese misterioso rumor nocturno de la tierra cal ien te

, ese rumordel que no puede deci rse si está en la atmósfera ó sale de la t ierra6 cae de las estrel las ; ese rumor en el que se mezclan y confunden el

can to monótono de losárboles que adormecidos cabecean,el j adear

del río lej ano que va huyendo , e l voluptuoso aban icarse de l as palmas , elprimer vagido de la flor recién nacida ,

l a ri sa mal iciosa del as cigarras sol teronas y elrasguear de l as vihuelas y las coplas de lºsmozos en la ºbscuridad de cal lej as culebreantes.Ya hablaré de una Pálida

,l ánguida y simpática comº hermosa

convaleciente . Ahora , amigº mío , tomo del brazo al másj oven de3 1

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242 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

mis poetas—¡dicen que l a j uventud porte—bon/zeur !— á Luis G . Ur

b ina .

Siebel coloca tu hazdeflºresQue ela irefrescº dela lba agita ,

M ientrasirrad ian losresplandoresEn loscristalesde milcol ºresD e la ventana de Margarita .

Sºbre lastapiasla enredadera

Cruje y º ndula cua l verdefaldaY asida almuro corre ligera ,

Hasta que en tornº de la vidrieraPrende festonescomo esmeralda .

Ya en losjardinesquese embel lecenBajo lasfrondaslasavestrinan ,

Y un misteriºsº cºntraste ofrecenCº n lasestrel lasque pal idecenLoshorizontesquese i l uminan .

Y mientrasFaustº consusdoloresVe la ,suspira ,

l lora,med ita ,

Se inunda elcielo de resplandoresY S iebel dejasu h azde floresEn la ventana de Margarita .

¿Oíste is ese breve tono de Gounod ? Pues , Siebel esel pºeta sul ibro

,el haz deflores . Veintiocho cºmposiciones , y las mássº n cº r

tas,forman el preciosº volumen . Es un ramito defloresfrescas

,atado

cº n ell i stón color de rosa quese le desprendió delcorpiño á la novia como se desprenden tºdºs lºsl istºnes que saben bien cuáles su obl igación .

Urbina esmuy j oven . Dice que ya conºce al Dolor pero no esc ierto : á la que cºnoce es á la primera novia del pºeta : á l a Melan

eól ica . T ienen sus versos la trizteza apacible de la madrugada . Los

envuelve,por decirlo así , una obscuridad azul . En esas elegías va

gas, que andan revolando y como en busca de la tumba , descono

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244 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

de Musset , de Becquer , de Lamartine , de Heine . Laflor creeque ha l lorado cuando se sien te húmeda de rocio ; y nº

,no ha llo

rado el l a,l loró el cielo .

Decidme sison de lágrimas ó de rocío lºsdiamantes que salpicanestos versos .

Entretantº , lasninfasdesnudasEn ellago tranqui lasse bañan;Y losgnomoslasmiran de lejºsEnsanchandosusºjosde l lamas.A l lá van a l lá van ! Persegu idasD e lºssilfºs. ¿Lasvéis? Son lashadasEn lºsjuncosflexiblesse pºsanY recorren la atmósfera d iáfana .

¡Cómº van despertando losbesºs!¡Cómo l lenan ela ire de ámbar !¡Cómº cruzan lasfrondasy en e llasEntre tejen b ri l lantesgu irnaldas!S º n lasfloreseltá lamo en donde

Acaricia Oberón á Titania .

¡A l lá van A l lá van Ligerisimas,Vaporosas, risueñasy aladas!¿Y esasniñasvestidasd e blancoQuiénessº n ? La'smemoriasde infanciaY esa tropa riente desilfos?Lºsprimerosamoresque pasanY a desciende elquerub delensueñº;Yasurg ísde la verde enramada ,

¡I lusiones, caléndulasde º rº !

¡Maripºsasde luz, esperanzas!¡Cómose h a transformado la noche !Cómo elhondº infi nitose esma l ta !Ah

,qué inmensº poder eseltuyo !

¡Tañe , bardº , ellaúd , canta ,canta !

A l l í está Se prendió traselbosqueUn cenda l luminºso , una franjaAmari lla y azul , que pa receSalpicada con po lvo de plata .

Todo va despertando Elroc í ºEn lºscá licestersosse cuaja ;Y ya elvientº recºrre losbºsquesEntonandosusd ulcesbaladas.¡Leñadores! Volved á laselva ,

Continuad la monótona charlaD e lostroncosque gimen heridosA l vibrante rumor de lashachas.

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 245

¡Cazadºres! Tomad la ba l lesta ,Persegu id á losciervosquesa ltan .

En lºshombrospºned loshalconesY tocad en lastrompasde caza .

Y tú , triste y errante pºeta ,

Ya no cantes,lospájarºscantan;

Ya la noche pasó ;yase abre

La pupila curiºsa dela lba .

¿Verdad que estos versos parecen << espº lvoreadospor elirisdeátomos de luz ? » Cuando los escribió el poeta

,l a Juventud , la queri

da que lº quiere mucho y á quien él no quiere,le ia pº r encima del

hombro de su amante .

Huele elverso á floresnuevaspodriamºs deci r imi tando á Zénea .

Perº esta frescura,esta humedad perfumada

,esta riqueza de cº

lor,se bºrra cuando el alma del pºeta se ensombrece . Tºdavía , ya

l º dij e,no gime en sus versos el dolor ; perºsi balbucea el presen

timiento . De pronto vuelve el poeta la cara y se encuentra con esej ºven vestido de negro que se nos parece mucho y á quien Alfredode Musset vió desde niño . ¿Quién es?No lo sabe ; perº ve que está muy triste .

¡Oj alá que nºsea el Urbi na de mañana ! Oj alá que no cruce estepoeta— como dice Justº Sierra en el hermosº prólogo de las poesíasá queme refiero en la barca i nfernal el aqueronte del pesimismo .

Difíc i l es salvarse de este pesimismo ambiente en que vive la mo

derna poesía . La ciencia , á pesar de haberse embel leci do tanto , nºha determinado aún su fórmula poética . Lasten tativas de pºesíacientífica

,real i zadas por Sul ly Prudhome

,han sido estéri les y vi

ven por la enérgica vi ta l idad que el ta len tº del autor supo infundi rles , por sus cual idades l i terarias , no por elfondo cient ífi co en quesearraigan . La fi losofía experimental tampoco ha producidº pºetas :esuna in terrogación que no puede cerrarse una i nterrºgaciónsin cºnsonante . La misma poesia material ista es talpºesía sólo encuantº se acoge á la naturaleza y la describe : espoesía pº r el panteísmo inconsciente que traduce en bella forma . Pero l a pºesía mo

dem a , la gran poesía , ó es creyente cºmo la de Hugo , ó esculturaly fría como la de Leconte de Lisle ó pesimista . Mien tras escribºestas l íneas dice Paul Bourget

, en sus'

Estudiosde Psicolog ia Con

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246 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

temporánea,al caer de un hermoso d ía de Jun iº ,

miro á un adolescente , de codos en su pupi tre de estudiante : lasflores se abren amorosamente al pie de la ventana ;el rayo tenue delsolpºniente , tiendeen el horizon te sus l íneas de exquisi ta del icadeza ; en el huerto vecino cºnversan dos muchachas ; pero eladolescente nada mira , ah

sorto en la l ectura de su l ibro . ¿Qué lee? lasFloresdelmalde Bau

dela i re,l aVida de] esdsde Renán , la S alambo deFl aubert , el Thomas

Gra indorg e de Taine ó elRojoyNeg ro de BayleEse j oven adolescente de Bourget

,se parece mucho á Urbina . Es

te propende á vivi r en comercio intimo cº n los del iciosos enervado

res de l a voluntad,con losTri stes inmortales . No lºscomprende

bien todavia,no siente cºmo el los sienten

,pero ya los ve como á sus

hermanºs mayºres . Puede é l deci r con Lamennais: <<mi alma naciócºn una herida .

»

Hasta ahora no aparece en sus versos elpesimismo defi n ido ,es

peso , densº de algunos modernos ; perosi transi ta pº r el los el j ºvenvestido de negro

, que se nosasemej a como un hermano. Es un escéptico t ierno . Viene de las tri stezas y va tal vez á l os dolores .Noes propiamente hablando

,poeta de esta edad

,pºeta compl icadº , poe

ta neurótico ó poeta que ahonda lºsproblemas trascenden tales de lavida ; perosi es descendiente de los románticos , de lºsmelancól icos ,de lºs que á ratos cre ian y á ratos nº ,

de los que cantaban en el Lag o

ó en la helada noche de Diciembre . No dirá como Baudelai re :

Morne espri t , autrefoisamoureux de la l utte ,

L'E5p0 ir, dont l'éperon a ttisait ton ardeur ,Ne vent plust'enfourcher. ¡Couche toisanspudeu r

Vieux cheva l dont le pied á chaque obstacle butte !Résigne toi , mon coeur , dorstº nsommei l de brute !

Perosi expresa con suavidad el m ismo anhelo de reposo y descansº en esta delicadísima poesía':

S U B T E R RA.

Cuando yo muera , que cubranCon miscantareselféretro ,

Que pongan por a lmohadaM iscorºnasy misversos;Quiero l levarme conmigºA lasºmbra y almisterioTodº lo que en este mundºB rotó de mi p ensamiento .

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248 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Estº es de Heine,tamizado

,de Heine á media luz . E l gran poeta

alemán dice en el epílogo de su lntermezzo :

Enterrar qu ierº miscantºs,Qu iero enterrar misquimeras

,

Féretro insondable qu iero,

Necesitº fosa inmensa .

Ha de gua rdar muchascºsasEla taúd bajo tierra ,

Quiero que tenga másfondºQue eltonel de He idelberg .

B uscadme féretro durºD e p lanchasfuertesy espesas,Aú n máslargo que elgran puenteQue h aysobre elRhin en Magencia .

Y buscad doce gigantesD e másvigor y másfuerzaQue elenorme San CristóbalQue hay de Col ºnia en la iglesia .

Que lº arrojen alprofundoSeno de la ma r inmensa

,

Que tala taúd ,talfosa

Esnecesariº que tenga .

¿Sabé is, ¡ay ! pº r qué esprecisoQue enºrme elféretrosea ?Pºrque en él , enterrar qu ieroM isamoresy mispenas.

La poesía de Urbina ci tada an tes , es como la hij a tímida de ésta ,sin que talparentesco acuse en U rbina im itación ,

s inofi l iación, pre

cedencia,afi n i dad . En lºsversºs de Hei ne predomina elelemento

mascul ino ;en l as del j oven pºeta mexicano el elementofemen ino .

Es t ierno,y por el lº se al ista entre losdismpulºspál idºs y tristes

de Alfredo de Musset . ¿Cómo no ha de recordarse algún pasaj e del asNoelles

,al leer este fragmento de la poesía Llueve?

A llá la noche prºfunda ,

La tormenta embravecida ,

Elcombate la fecunda ,

Palpitación de la vida .

Al lá la naturaleza ,Y la l ucha y elru idº ,Y aquí dentro , la tristeza ,Laso ledad , elºlvido .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 249

Aquí elhumi lde aposentoDondese entrega alreposoM i causadº pensamientºAmari llº y temblorosoBril la en lasºmbra cºnfusaElfulgor de mi bugía .

-

¿Eh ? ¿Quién llama ?—Y º,la M usa !

Entra pobreci ta mia .

¡Cómo a l umbran tusdestel losEste hºgar obscuro y frío !¡Cómo tienesloscabe l losEmpapadosde rocíº !

¡Oh mi amºr ! En la ventanaAún la ll uviase desgrana ;Deja que tusa laspl iegue ;¡Nº te vayas! ¡Y mañanaTe iráscon la luzque llegue !

La nºta tierna , senci l la , que brota del corazón naturalmente , esla mej or en Urbina . Cuando canta á las águi las : cuandº intenta encumbrarse en las alas de la oda ;cuando imita á Byron y exclama

A l l legar á lºsnegrosprecipióiosM issueñºsse espantaron ,

Y cua l nocturnospájaros, losviciosEn mi pá l ida frente aletearou ;

se ve laficc10n , y la pºes ia resulta defi ciente , rebuscada, leída , refleja , pero no sentida . En cambio

,cuando recuerda

,cuandº expresa

ese sentimiento nostálgico producido por l a ausencia de algo que tiene muchos nombres y que no se logra deñnir

,Urbina es verdadero y

su numen más simpáticº . Dice entonces

Yosoy muy pobre , pero un tesorºGuardº en elfondo de mi baúlUna cajita , color de oro

,

Que ata un bril lante listón azul .La abro ¿Qué tiene ? Hojasde rºsas,Secasrel iqu iasde viejo amor ,

A las,sin pºlvº , de maripºsas,M irtos, gardeniasy tuberosas¡Muchosrecuerdosen cada flor !

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250 MANUEL GUTIERRE Z NAJERA .

Elamuletº que ató á mi cue l lºM isanta madre cuando marché ;Elblondo rizo de aquel cabel lºQue tantasvecesacaricié .

¡Cómº me a legra la fecha escritaEn esta opaca cruz-de marfi l !¡Ah virgen mía ,

mi virgencita ,

Aqu i conservº la margaritaQue deshojaste pensando en mi !

Estasson n iñadas que siempre han de gustar , así cºmo siempreha de inspirar amor un n iño hermoso . Se sien te al leerl as comodice Menén dez Pelayo

,levan tarse voces i n teriºres que responden

á la voz del poeta , y moverse en la memoria , tempestad de hoj assecas y dar lumbre todavia al más apagado rescoldo .

»Ag noso veterisvestigia j?amce !

En una de lasprimeras composiciones de Urbina , en el poemitaL a últimaserena ta

,poeti za con singular acierto sus recuerdos de in

fanc ia . Acuérdase deLa ventana ruinosa

D o mi primera novia me besaba ;La iglesia de mi barriº ,silenciosa ,

Triste , churriguerescaCº nsu nave elevada y gigantesca ,

Su pórtico de toscasesculturasYsustorreshermosas

,

Recortando , pesadasy angulosas,Eltransparente azul de lasa l turas.

Aquí hay sobra , abusº de epí tetos é inexperiencia en la forma;pero hay también verdad y poesía . Másafortunada estodavía la descripción de la escuela

Aulasl lenasde luz; a l l í losrayosD e un espl énd idosol. limpiº ysereno ,

Bril laban indecisos,Orasºbre losrizºsD e cabezasa legres,soñadoras,Atentasá la a l turaEn que elmaestro ,

reposado y grave ,

Hablaba cº n mesura ;Ora por lºsrinconesI l uminandosol itariosbancºs0 biensobre losnegrºspizarrones,Llenosde cifrasy guarismosblancos.

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M IRTO S .

PO ES I A S PO R E N R I Q U E FE R N A N D EZ G R A N A DO S .

Coqueto como un ramito que en la mañana azu l de alegre dia defi esta env ia e l nov io á la novia , es el tomo de versos que con el ti

tulo de <<Mirtos » acaba de publ icar D . Enrique Fernández Gran ados . Parece , en verdad ,

un breve ramo de mirtos atado cº n l i stón

color de rosa . Linda es la edición hecha en la casa de Escalante , y

en la cincuenta y una páginas del brevísimº volumen , aparecen losversos en tre franjas roj as , como en el cuadrº de una ventana orladade clavell i nas . Precioso es elporta—bouquet y mucho más bel lassonlas floresE l Sr . Fernández Granados esmuy j oven . ¡Pºrque nº amanece

en su poesía ,tienen los versos que hace tantas y tan bri l l antes per

las de rocíº ! Estánfrescas sus composiciºnes l levan el pelo suelto;sº n muchachas hermosas que regresan cantando del baño matin al .Todavía para el las

,el amor consi ste en dar un beso .

¿Queré is imaginaros las inspiraciones de este pºeta ? Figuráosmuchas mariposas . La musa deFernández Granadºs es verdaderamente un chupamirto

Para al igerar su vuelo , huye del cºnsºnante , huve del endecasílabo

,y está más á su gustº en esas breves yflexibles anacreónticas,

en las que semej a elpensamien to algo muy suti l , aéreo casi , algocomo una abej a que l iba el j ugo de lasfl ores , sin posarse en ellas n idoblar sus pétalos . ¡Zumba , vuela y huye , estremeciéndose con laembriaguez del iciosa de la miel !

La poesía delautº r de Mirtos,» no es

,en ri gor

, una poesía pro

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254 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

pia,nacida en el alma tampocº me resigno á l lamarla poesía arcáica

,

porque este vºcablo trae aparej ada cierta idea de vetustez,y los

versos á que me refi ero son muy j uveni les : la l lamaré mej or poesíal ibada . Es un néctar bebido enflores jonias.En el grupo á que Fernández Granados pertenece

,en elgrupo

del Liceo Mexicano ,» hay un poeta que será un poeta viri l : José

M . Busti l los . Ya á éste le ha dol ido la vida . En algunos de sus versoshay tantas lágrimas como gºtas de rocío en l os de FernándezGranados . Perº no quiero hablar de él tan de pasada : deseo habl ar

largamente de esa bel la esperanza de l as letras y de todo esede esa capi l l i ta simpática de lospr imeroscomulg antesde l a l i teratura—si se me permite elgal icismo

,

— que van todavía con la cinta de

raso blanco atada albrazº,y que si n orgul lo , sin j actancia , oyendo

con buena voluntad lasadvertencias y consej os de sus hermanosmayores

,caminan bul l iciosos y risueños

,como lºsarroyuelos van

al mar . De t iempº atrás tienen establecido un periód ico más l i tera

rio,más cuidado

,más importante y representa tivo

,á pesar desu

pequeñez,que otras presuntuosas publ icaciones pseudoliterarias. Es

tudian,trabaj an , crecen . ¡Descuidad—lesdigo yo ,

— esa pé

queña capi l la será un templo !Ya han producido trabaj os tan sesudos , tan erudi tos y discretos

como lºsde Gºnzález Obregón ; ensayºs crít icos y biográfi cºs , tanfel ices como losde Antonio de la Peña y Reyes , buen habl ista ybuen cabal lero por herencia ;versos tan l i ndos cºmo lºsdeFernández Granados

,y poesías tan poesías como las de Busti l los . Ci to sólo

estos nombres porque voy de paso ; pero ya me referi ré á otros poetas y escri tores de costumbres

,y á novel istas y á bibl iófi los de ese

j oven Liceo .No son el los de esos muchachos á quienes embriaga yhace dar traspiés elprimer aplauso no despun ta en su espíritu la

envidia,n i buscan ávidos las ocasiones de luci r sus talentos , n isº

licitan que l a prensa dé un redoble en su tambºr para anunciarlos ,n i j uegan á grandes hombres . Ya lo dij e an tes : estudian

,trabaj an ,

crecen,y su pequena capil l a será un templo !

A esa modesta i ntel igencia y laboriosa j uventud pertenece elSr .

Fernández Granados . E l l ibro que acaba de publ icar revela que poseeel autor raras y envid iables condiciones de arti sta . Es una cesta demimbre

,tej ida primorosamen te y l lena de fragantes botones . Ma

nana,el Sr . Fernández Granados nos traerá , en canasti l lo , rosas

hermosísimas.

Page 255: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

256 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

den áfloresAnakreón , ha de ser el pºeta predi lectº deFernándezG ranadºs .

Hoy por hoy me agrada y sati sface que el autor de M irtosrindaese cultofervoroso alcisne de Teos , al Cupido de Parnaso , » á aquélcuyo esti lo sin teti za Horaci o en esta frase gráfica : non elabora tum

ad¡>edem . Ya con l a intelección de la bel leza que Fernández Granados pºsee

,seguirá más tarde á lºspoetas mayores .

<<Ala poesiade Anakreón— como dice M illler en suHistoria de la L itera turaGr ieg a ,

puede apl icarse con exacti tud el juicio de Aristóteles sºbre

la escuel a j on ia de pintura representada por Zenis: á pesar de la elegancia deldibuj o y del hechi zo del colorido ,

falta en el la el caráctermoral . » En l a poesía deAnakreón ,

todo es aleteo,todo es perfume ,

todo es murmú rio,todo es sabor dulce ; por eso Ticker en suHisto

ria de la L i tera tura Clásica l a compara á bri ll an te mariposa , cuyºscolores puede marchi tar e l contacto de la mano más suave; y Mon

falcón percibe en el l a el aroma de l a rosa ; y Escaligero ,l a dul zura

delpanal , y Víctor Hugo el murm ú rio de lafuente que brota en lamontaña . Los poetas eól icos , sus predecesores , eran más profundosy sentían mejor queAnakreón . ¿Amaba éste en real idad ? Basta leerla alegºría ti tulada L a Yeg ua de Trácia ,

para convencerse de que no

sabía lo que es amor . Ni pºr la j ºven Lesbense de que habl a Camaleón deHeráclea ,

n i por la rubia Euripele ,siente el poeta una pasión

verdadera . Se posa en ellas— ya lo he dich º ,

— como una abej a en

una flor . ¿Cómo ha de saber de amor quien cºmparando á cierta

esquiva con una yegua , le d ice :

¿Pºr qué yegii ita tráciaMe mirasdesoslayoY huyesy te imaginasQu izásque no cabalgo ?

Puesguarda no te enfreneY te haga , rienda en mano

,

En rededor delcircºTrazar milgirosrápidºs.Ahora brincasy paces

Retozona en losprados.A fal ta de un g ineteQue te refreuesabio .

Estose expl ica por la condición de las muj eres á quienes cantabaAnakreón. Dice Miiller : Las j óvenes con las cuales quiere bai lar

Page 256: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 257

y j uguetear Anakreón , ofreciéndºles , después de cena suculenta ,

una canción acompañada de péct ide ,sº n heta i ras ó cortesanas

,como

lasbeldades cantadas por Horacio . »

Inútilmente buscaréis en ese poeta uno de esos gri tos de pasiónhumana que brotan de la l i ra de Saffo . Anakreón no amó . Elcan talo agradable , lo dulce , lo bien ol ien te , lo bel lo .

<< Su pº esía— dice cº n muchº aciertº D . Federico Baráibar,

va nunca másal lá de l a superfi cie .»

Celebra los encantos delvino ; pero tampoco sospeche 15 por eso ,

que es un ebrio . Ateneo lo dij o : << Siendo sobrio y bueno,sefi nge

beodo alescribi r . » CuandoAnakreón dice estoy borracho, me

parece oir deci r á un chuparrosa , después de l ibar el néctar de unaflor : —salgo de la cantina .

Por cierto que sería curioso asunto para un estudio l i terariº com

parar á lºsdiversos poetas que han celebrado elj ugo de l as vides .

ParaAnakreón , por ej emplo ,era el vi no un esclavo que lo coronaba

deflores y dispon ía , para entretenerlo ,la danza de las n infas ; para

los vates románti cos , era elGanimedesque escanciaba el olv ido ;para muchos poetas modernos , cºmo Edgard Poe , como Baudel ai re ,Rollinat , comº muchos otros , es el amo ti rán ico el que nos postra

en t ierra , elque nºshinca la rodi l la en el pecho , el que nosenvilece ; elque nos azota , elque seguimºs á pesar de tºdo , como la mujer perd ida sigue al aman te brutal que la golpea . ¡Qué diferenci aentre el ri sueñº Dionysos deAnakreón y la terrible Hada Verde !ElBaco cantadº porAnakreón dice un buen criticº

,

— no esl apoderosa deidad cuyos vapores prºducían lºsfuriosos extremos y elfrenesí de las orgías , sinº elamable Lieo , disipadºr de penas y desa

rrugador de ceños , compatible con lasmusas , enemigo de estruendoy de gri tería , y amigo de la buena sociedad ,

cº n cuyos atractivos,

más bien que con el zumo de la vid , da al iviº y esparcimiento al

corazón.»

La poesia deAnakreón —poeta predi lecto de Fernández Granados

,

— estoda gracia . Pasa vºlando áflor de sen timiento,como el

pájarº á flor de agua , y si pº r acaso zabulle descuidada la extre

midad de sus plumas en las ºndas ,sacúdelasen el acto , dej andocaer bri llan tes perlas que i ri sa e lsolun breve instante . Pero esta

poesía , por excelencia superfi cial , espor excelencia amable . Noseresiste á su hechizo , y se encanta uno alverla travesear

,sana y ale

gre y bella y bull iciosa , cºmose encanta mirando corretear á un n iño33

Page 257: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

258 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

hermoso . T iene muy grande parecido esta poesía con el Eufor10n delFausto , » cºn aquel la criatura casi hecha de aire . Después de sabo

rearla , hay que exclamar cº n el comentador de la colección anacreón

t ica de Parma : <<Almas subl imes,discípulos de Apolo , que desde

Alemán habé is susci tado,cul tivadº y difundido en toda Grecia la

poesía l írica, ¿hay ,

por ventura,vate alguno que en i ngenuidad y

candor y dulzura métrica,haya podido vencer al cantor Teyº ? »

Hace bien el Sr . Fernández Granados en admirar á este poeta ;en cazar mariposas

, en beber vino en pétalos de flores y purpúreoslabiºs

,á condición de que luego

,él

, que puede volar muy alto , dej e

áAnakreón dormido,para i r á conversar con Virgi l io ó con otrº

de lospoetas magnos . Yº le encarezco,sobre todo

,que no caiga en

elamaneramiento de los empalagosos imitadºres españoles deAnakreón . Lea á Anakreón , lea á Ilyco ,

lea á Stericore ,á Erina , á

Alceo , mien tras le dure elamor á esa musa alada y voluptuosa , perº

nº lea ¡pºr Dios ! á Meléndez n i á Arriaza , n i á n ingún dulcero del

Parnaso ! Entre la pºesia de aquél los y la de éstos , hay la mismadiferencia que entre besar y besuquear .Venturosamente elSr . Fernández Granados ti ene excelentes ap

titudesde artista,y buen gusto . Ya lº l l ame Teócrito ya lo sol ici te

Ovidio; y él irá . En el romance ElB ano,aparecen de resal tesus

muy nºtables cual idades de poeta descriptivº . Esta composición ,

ElVino de Lesbosy ElB rindis,son

, á mi j uicio , l as mej ºres dell ibro . Andando el tiempo— no h a de cansarse mucho ,— nosdaráelSr . Gran adºs otras S infoníasde lºsveinte anos como las deArsén ioHoussaye .

Los M irtasrevelan que su autor es j oven y es poeta y es dichoso .

Merece serlo .

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260 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

simos impulsos de ataj ar alprimero que pase por la cal le y de gri

tarle,como si buena nuevafuera adarle Hombre de Dios , no sea

usted sandio ó cegatón ! Párese un rato ,y vea qué cosa tan l i nda

tengo"

aquí en la mano . ¡De esto no se ve todos losd ias mi

rel a,amigo !

Pero no todos me entenderían,porque no todos participan de mis

afi ciones y_

gustos: ustedsi , porque tiene muy culta y privi legiadaintel igencia y porque sabe saborear lo bueno . y eche de verque , al alabarle ,

de rechazo viéneme el elogio, por lo que no merez

co grati tud de usted . Para que no frunza el ceño algún Catón y defatuo me apode

,diré con mayor claridad y másmodestia : no sé si lo

que me gusta esbueno 6 malo ;pero sísé que h a de gustarle á usted .

En suma,que somos lobos de la misma camada .

Por eso me ha sal ido usted,que n i hecho de encargo , para confi

den te,y he de indilgarle siempre que vagar tenga para el lo , no pocas

cartas l i terarias,hablándole en el las

,no de los l ibros que estudie ,

pues los tales,por lo mismo que me leccionamy doctrin an ,

son superioresá mi , y bríos y audacia necesi taría para j uzgarles , sino delas obras que leo por pasatiempo , ya metido entre sábanas 6 en losd ías deñesta . Ahora , y para empezar con estrel la propici a , hablaremos

,si élusted le place

,de una dama , de mi Señora Doña Emil ia

Pardo de Bazán,noveladora i nsigne , de la cual , si no hubiese Vale

ras en el mundo,diría que es

,hoy por hoy , quien con másgraci a y

donosurja escribe el castel lano .No hago memoria de cómo se l lamaba el escri tor que dió comienzoá uno de sus artículos diciendo : Ha mucho tiempo que deseaba escribir algo con este título Pues bien

,ami me ocurre en este instante

algo muy parecido : tiempo ha que deseaba escribir algo respecto á

l a Sra . Pardo de Bazán . Recuerdo que cuando leí su primer l ibro (6uno de los pr imeros ) , el “Viaj e de Novios , » lo envié en el acto , ape

nas doblada la úl tima hoj a,á JorgeHammeken— un confi dente ¡ay !

que he perdido para siempre ! Aquél sí que era un artista ! D e su

casa á la mía i ban y ven ían losl ibros,como ramil letes deflores , como

cesti l los confresas . ¡Y qué gusto nosdaba darle gusto anuestra caprichosafantasía ! ¡Y qué j uicios crít icos tan buenos hablaba aquélpobre Jorge , que era imp iamen te perezoso para escribi r . ¡Trascendían a café r iquísimo aquel los juicios críticos hablados !Leía é l , más a su sabor , más a sus anchas , en los i nterminables

baños t ibios que tomaba con perniciosafrecuencia . De resultas de

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .26 1

esos baños,muchos de mis l ibros t ienen las pastas manchadas ó des

coloridas por el agua . Y en cada baño es deci r , cada d ía casi , de

voraba un tomo entero . Era un artista avido : lo que hoy l laman uninquieto. Amaba todo lo bel lo y . C

'est ¡a que l'a fue” !

Con ell ibro de la Señora Pardo de Bazán le enviaba yo otra obri l lanueva unajoya deslumbradora ,

el Pescador de Isl andia , novela , 6sinfon1a de Pierre Loti y en la esquela que acompañaba á los dosbreves volúmenes decía a Jorge : He descubierto un pescador de

perlas que ha escri to un admirable Pescador de Isl andia ;» y hehal lado algo másextraordinario todavía : he hal l ado á una españolaque . a pesar de ser 6 aparecer carl ista , tiene muchísimo tal ento !Te mando su Viaj e de Novios . Hazlo .

.digo,leelo .

Después le ímos y paladeamosotras obras de Pierre Lotí .Al a Señora Pardo de Bazán yo la he leído .

Y no me desdigo,tiene muchísimo talen to !

En otra carta,amigo mio

,d iré á vd . extensamente todo lo bueno

que pienso de la Sra . Pardo de Bazán ;la coyuntura que atrapo hoypara que charlemos de tan discre ta dama no es propicia . Para enaltecer debidamente á esa señora he menester considerarl a en su cal idad de novel ista

,porque eso es , y como ha escri to ya muchas no

velas , y como el examen de estas me cogería tiempo de que no

dispongo este sábado,limítome a hablar de la reciente colección de

artículos que ha publ icado ,baj o elrótulo ,

algún tanto importuno ,de ( ( Al pie de la Torre E ifñel;» y dij e ,

y dicho queda , que algún

tanto importuno,porque barrunto

, 6 mej or d icho , creo que lo quemenos preocupó en París á la autora

,fué l a célebre y manoceada

torre Eifñel. Advierto á vd . al pasar,que no aquil ate mi devolu

ción á la Señora Pardo ( apunté ya que la Señora Pardo es santa de

mi devoción por lo que hoy diga de ella . Este su últ imolibro es una

visi ta de confi anza que hace el la a sus lectores,y val ido yo de esa

misma confi anza con que se nostrata , me permiti ré algunasfranquezas.Por comienzo

,sol taré una barbaridad que es muy mía , que bien

quisiera detener en la perrera,pero que ya está rompiendo la cade

na : ¡á mí no me agrada que la Señora Pardo escriba para losperiódicos ! Detesto esos papeles ;si yofuera gobierno fundaría un asi lo deperiodistas arrepen tidos

,para meterlos á buen vivi r ; y cuando en

cuentro á un hombre de talento escribiendo boletines ó crónicas, ó

gaceti l l as , me apena ser pobre y estar , por ende , en la imposibili

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2 62 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

dad absoluta de deci rle : Sálgase de ese humoso café que se l lamaelperiodismo ¡Yo le daré para que ponga casa , 6 lo que vale tantopara que haga un l ibro !E l úl timo l ibro de la Señora Pardo de Bazán esuna colección de

artículos escri tos en París para no sé que periódico de España 6 SurAmérica . Resíentense esas crónicas

,no obstan te el talento y el i n

gen io de l a autora,de la premura y poca

'

reñexión con que han deescribirse las correspondencias de ese género . Y que escribamos asílos periodistas de ofi cio

,l os que no podemos ser otra cosa , los que

nosj actamos— ¡y me cae en gracia la jactanc ial—de escribi r al correr de la pluma , bien está ;pero ¡l a Señora Pardo no ,

esartista , verdadera arti sta . ¡No ,

no está bueno eso !Tiene , además , esa l i teratura menuda , elgrave inconven iente de

que en ell a porfuerza y con superabundancia aparece elyo mald ito

, que en la novela puede zabullirse ,6 cuando menos recatarse .

Y este ya es el _yo de solemnidad ,el yo de gran parada , el ya en la

cal le . Así , por ej emplo ,en la obra de que trato , l a Señora Pardo de

Bazán me da el di sgusto de presentárseme con manti l la español a y

l ibro de misa . Leo alguna de sus novelas y me olv ido 6 me desen

tiendo de que esmuj er ; pero leyendo este l ibro , no , no puedo ! Yno h a de ser l a Señora Pardo de Bazán como se pinta ;es deci r , no ha

de tener su fi sonomía todos los rasgos que luce ese retrato por el lamisma dibuj ado ;éste es el de l a Señora Pardo en traj e de visi ta , perono en traj e de casa . Está en públ ico

,recibe

,quiere compl acer á sus

amigos,t iene de aj ustarse ciertas cortapisas y artiñciososcánones

sociales,disfraza ó disimula su verdadero pensamien to para no heri r

susceptibi l idades y preocupaciones aj enas,m iente

,en suma , como

toda persona de buena sociedad y de buen tono . De otro modo , ¿cómohabía de i ncurri r en la vulgaridad de hablarnos á l as veces mal de

Franci a , porque losfranceses hicieron en España , y al lá por lost iempos del Rey que rab ió ,

no sé cuántas perrerías?Ami me cargaeso de quese traiga a cuento si n ton n ison ,

l a batal la de RonceVal les y la de San Quin tín y la de Pavía y lo de Zaragoza y lo deGeron a

,etc . ,

etc ! Y cuando l a Senora Pardo lo hace para agradode ci ertos patrioteros, me parece que l a veo de man ti l la y

no me gusta .

Tampoco me conformo con que le inspi re tanto horror la revolu

ción de ochenta y nueve enFrancia . Esdemasiado artista para eso .

Y ya lo ha visto ; predij o en su primera carta que la Exposición

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264 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Para que no se digan esas cosas de la Señora Pardo,no quiero que

haga crón icas de oficio . ¿Para qué , verbz'

gm íz'

a,en una de el las

,l as

da y las toma con Augusto Comte ? ¡No ,señora

,si nosotros no he

mosnacido para eso . si no entendemos cosa defi losofí a , n i noscae en gracia la economía pol í tica ! ¡Por D ios , señora , al arte , al arte !En el lo si esvd . maestra . Y si n embargo , ahora que he leído su

úl timo l i bro , descubro en vd . un pequeñísimo defecto : siempre resul ta que vd . es muj er ! Ya lo ten ía olvidado y ahora lo recuerdo .

Porser mujer ha de admirar Vd . tanto á los Goncourt . ¡Claro queyo también admi ro á esos dos gemelos i nseparables de la l i teraturafrancesa ! Daría . nose qué . por escribi r como el los , aunque

sólo fuese para obtener la dicha de que vd . traduj era al español al

guna de l as obras que yo escribo en ese id ioma mio ,como va a tra

duci r LosHermanosZemmg anno . Pero vamos a cuentas : 25. vd . le

gustan tanto,porque á l as muj eres les halagan muchísimo losen

caj es,l as plumas

,l as piedras preciosas

,los cach ivaches de porce

l an a . y en losGoncourt hay de todo eso . Deslumbran;hay quedeci r de el los lo que decía Lamartine de Alfredo de Musset : “paral eerlo

,tengo que ponerme an teoj os azules .

» Sus l ibros son mosaicospfeciosísimos, obten idos á fuerza de incesan te labor , y que recrean los oj os y elesp iri tu . Pero ¿no cree Vd . que ese su arte es muymucho artifi cioso ? ¿no cree vd . que esos maestros mosaistasnosonl os maestros de la novel a contemporánea ? ¿No atisba vd . algo de

afeminam iento en eltocado y atavío de su esti lo ? ¿No l e satisfacemás un buen Renán ?Le agradan tan to porque vd . es muj er y porque el los son boni

tos, así como también le s impati za Barbey d*Aurevilly , porque á lasmuj eres les gustan los hombres el egantes . Pero hay otros autoresa quienes vd . conoce mej or que yo ,

y aquienes en—elfondo—exami

nese bien— admira más.

Y ahora caigo,Sr . D . Bernabé

,en que he cometido una imper

donable cortesía : estaba hablando con vd . y sin ped irle ven ia ,me

puse á hablar con la Señora Pardo . Para consegui r la remisión de miculpa

,le envío el l ibro de que hablamos . Léalo , que á pesar de los

brevesseparosque le he puesto ,tiene páginas bel l ísimas , encan ta

doras algunas . como de quien son . Por de contado que , con su

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MANUEL GUTIERRE Z NÁJERA . 265

lectura , noseformará vd . exacta cuenta de l o que fué aquel grancertamen parisiense . ¡Imagínese que Doña Emil i a vió en el pabellón nuestro los traj es de los g auchosmexicanos ! ¡S i serían traj esde rurales .

Pero si no verá vd . en esa página l a Exposic ion ,verá en cambio

cosas que acaso valgan algomás. como Zolá y D audet , por ejem

plo . Y sobre todo,verá mucho talento .

Ya diré á vd . en otra carta muchísimo másbueno de l a insigneescri tora á quien hoy me he permitido dar un golpecito en elhom

bro torneado,con su propio aban ico ; pero no será en l a próxima ,

porque en esa quiero decirle algunas maj aderias á otro hombre—¡ydale con pensar que Doña Emil i a eshombre !—á otro hombre degran talento . para decirlo de una vez

,de gen io : á D . Ben i to Pé

rezGaldós .

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268 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

no los saludo . Sé queson honrados ; que lespuede unofiar oro enpolvo , pero como no he tenido necesidad de nuevo portero ó de nuevacocinera ,

no me he visto en elcaso de trabar con el los amistades .

Y h a dado en otra cosa peor este truhán de D . Beni to : ha dado

en que es el Zola español . Y no : es el Pérez Galdós de España ;esmuy él, vive de sus rentas y no tiene necesidad de pedirle prestadonada á nadie .

¡A cuántos ha perd ido , sobre todo en América , el aspi rar á que

cualquier maj adero digasenalándolosz— este es el Víctor Hugo deMéxico ,— ó— aque

'

l es el Víctor Hugo de Buenos Ai res — Cuandoveo esto

,sien to impulsos de decir a esos señores : Cómo han deser ustedes Víctor Hugo

,si Víctor Hugo no hay más que uno y no

alqui la n i está vacan te su apell ido ?

La famil ia posti za de Becquer traj o revuelto alparnaso por no

pocos años .

—¡Quiero ser Becquerl—Pero ¿quésigniñca eso , hom

bre de Dios ? ¿Cómo ha de ser usted Becquer si su papáse l l amaPérez ?

Y tamb ien a l Sr . Pérez Galdósse l e ha metido en tre cej a y cej ael propósi to de cometer este parricid io moral : quiere haber sido hijo

del padre de Zola. Cate usted que en consecuencia , se pone aescribir novel as sin asunto ; á contar losbotones que usa cada personaj e en el gabán : á serv i r carne cruda á sus comensales , porque esacarne según loscocineros natural i stas , es la mássabrosa y l a mássana ! . ¡yse sale de l as obras últimas del Sr . Pérez Galdóscon aburrim ien to

, con hastío y con algo de náuseas

Dej ar l a casa en que é l es amo y manda , para meterse de rondón

n l a aj ena y vivi r de parási to,es locura que no perdono á tan es

clarecido l i terato .

Tres l ibros h a publ icado recien temente el Sr . Pérez Galdós : T07

quemada eu la lzog uera ,lnco

'

g nz'

ía y ,Realz

'

dad .

Torquemada en la hoguera » es un bonito estudio ,si bien lafi

gura del protagon ista está,ami ver , un tanto exagerada . Torque

mada es un usurero desalmado con decir usurero , todo estád icho

.Pero Torquemada es padre tiene un hij o D ios a ve

ces se descuida y les manda hij os a los usureros . Este hij ose en

ferma , está muri éndose , y como élTorquemada lo acusa su conciencia de pecados muy gordos

,como sabe que no ha ten ido piedad de

otros padres desgraciados que le pedían unos cuan tos ochavos para

l levar pan y luz y medicina al n iño enfermo ;como todo esto que l a

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 269

conciencia le d ice muy quedito ,se lo repi te a voz en cuel lo el almade la pobre criatura

,Torquemadase conmueve , dej a de ser usu

rero por algunas horas para ser de veras padre , y sale resuel to ála cal le aprestar dinero ,

ya no al veinte por cien to sino al d iez,y

á deci rles a sus deudores que todavía no le paguen , que él no lesc obra con urgencia ; yse desespera cuando no encuentra á quienprestar y hasta da y vuelve á casa más tranquilo

,satisfecho de sí mismo , convencido de que escaritativo , de que es bueno , de que Dios no tiene por qué castigarlo , de que ya hizo con é llas paces

,mediante algunos regal i tos

,y de que

,por consiguiente

,

va a encon trarse al muchacho ya al iviado .

Todo esto es de un cómico trágico de muy buena ley . Recuerda enpequeño

, en pintura de género , lo que es en la gran pintura , en lasubl ime

, elTriboulet de Víctor Hugo , ese bufón malvado de alma ,y deforme de cuerpo que hace l lorar y hasta parece hermoso y bueno cuando le roban y le deshonran y le matan ala hij a . Y recuerda

también al usurero inmortal,a aquél j udío descastado de Venecia

,

al pobre Sh ilock de Shakespeare , á quiende grado perdonamos sus

raterías y sus ruindadesporque tiene una hij a , y porque la ama yy porque en el la lo castiga elcielo .

Elhij o de Torquemada se muere , porque á Dios nose le suhy enciona fáci lmen te

,n ise le contenta con pagarle en un día algunos

rezagos y Torquemada sigue achicharrando gente .

Repito que agrada mucho este cuadri to ,a pesar de que á veces

decl ina en caricaturesco ,y que es de Pérez Galdós

,del bueno

, del

de España .

Pero, ¡las otras dos novelas , Sr . Bravo . Ahora comprendo

que quiero mucho al Sr . Pérez Galdós puesto que tuve valor paraleerlas . Yo me decía : este mal icioso va a terminar la lnco'g nz

'

ta diciendo : ¿Ya ven ustedes como los hombres de talento sabemos ha

cer todo , hasta sandeces ? P ues yo les he hecho á ustedes este ma

marracho para que no lo imi ten ;para que vean quéfalsas y qué tediosas y '

qué inaguantablesson las malas novelas natural istas .

Además—agrega mi coleto,

— eu donde menos piense saltará eltalento delSr . Pérez Galdós . Se olvidará el autor que está vestidode lobo

,y nos d irá algo ingen ioso , algo bel lo , algo profundo

¡Y nada . ¡Que en la lnco'

g níía/elún ico que está de incóg

ni to,y riguroso

,eseltalento del Sr . Pérez Galdós !

Porque la lnco'

gm'

ía,l a heroína

,l a Augusta

,esasi no está de in

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2 70 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

cógnita . Yo le v í desde luego cara de perdida . Su primo el ena

morado platón ico de el la , el que l e escribió a Pérez Galdós lascartas que componen el l ibro , tampoco está de incógn ito ; es un

tonto ! Ton to santo , ton to rico , ¡pero ton to ! Y ¡vamos ! que comotodosson tontos en la novela del Sr . Pérez Galdós

,y como Pérez

Galdós ha dado enser natural ista,para lograr que resultara copia

exacta de la real idad la escribió en tonto .

Pero no paran en la úl tima hoj a de la lneógm'

ta las malandanzas

del lector . Yo imaginé que D . Ben i to iba a decirnos para remate de

su l ibro :—¿Ya leyeron ustedes todas las cartas de este alma de D ios,

6 de este alma de cántaro ? ¿Ya hicieron sus conj eturas? ¿Sí? ¡Puesson ciertas ! Esa señorase la pegaba á su marido con ese truhán

,

tramposo y tunantísimo que , amén de todo , era también val i entemaj adero en no aceptar dinero delmarido burlado

,ysi de la muj er

públ ica que lo manten ía , porque si es pi l lo , lo mej or esser pi l locompleto

,de una pieza ! Todo era cierto;se descubrió el enredo , y

el amante que estaba comido de deudas,y algo loco

,aconsecuencia

de las continuasnoches en vela que pasaba en la timba , se mató .»

Yo creí que con esto nosiba á dej ar en paz Pérez Galdós . Pero noA fuerza de tratar á tanto tonto en su novela , supuso que tambiéneran bobos los lectores . Y terminó su libro ci tándonos para otro ,para la continuación de la Ínco'g nz

'

ía,para la que había de darnos la

clave del enigma,para Realidad .

¡Y apechugó con Realidad ! Aquí—me pense va á asomar la

orej a,esdecir , eltalento , este gran socarrón .Va a deci rnos : he aquí

cómo he engañado á ustedes y burládome de todos . ¿Pensaron queesta senora era una perdida; que este j ugador manten ido por unaprosti tuta

,era mala persona;que este santo varón consentía los des

l ices de su esposa . Pues pasen adentro , y lesdemostrará que laseñora es un ángel , que el tahúr es excelente suj eto , que el santovarón esmuy l isto y que yo soy Pérez Galdós! Esperanzasfrustradas! Realidad es peor . Quiero decir

,es lo mismo , exacta

mente lo mismo ; pero es másl arga y está escri ta másmal.

La compuso elautor en forma de drama dividido en cinco interminables j ornadas

,y ¡qué j ornadas ! Dej an quebrantado el cuerpo

y mol idos loshuesos , como las j ornadas en di ligencia .

Y en Realidad no sólo imi ta Pérez Galdós á Zola, sino tambiéna Echegaray

,que es otro de losextranj eros pern iciosos para cual

quier 1i terato . Sólo que en donde Echagaray pone grifos , endriagos,

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“D E L N ATU R A L .

“| M PRESIONES Y R EC U E R DO S .

Con este títu lo ha publ icado en Guatemala mi buen amigo,el

j oven l i terato D . Federico Gamboa , una preciosa colección de novel itas

,6 mejor

,de cuadros sociales

,escri tos alcorrer de la pluma ,

con notable desembarazo,casi hablados

,en un esti lo , que si nser

ati ldado n i muy sumiso á l as pragmáticas y cánones de laAcademia , hechi za por su desgai re , por su natural idad y su gracej o . Creono equivocarme al deci r que el Sr . Gamboa va á ser , si quiere serlo ,un novel ista de méri to ; y que si pone empeño en conseguirlo

,s i

escribe con másreposo y lee más deten idamente por vía de buenadiscipl in a i n telectual á los autores clásicos españoles ,seformará unesti lo bien castizo ; sin caer en el antipát ico atesado arcaísmo , y ricoen color , en movimien to ,

en vida .

¡Excelente pin tor de género esGamboa !Hoy se adiestra dibuj ando cuadri tos

,bocetos ; traza aquí unafigura picaresca , al l á , una

caricatura ; acul lá , un retrato ; pero manana , con todos esos mate

ri ales , hará una ampl ia y levantada obra de arte . Ahora estudia ydescribe retazos de real idad ; después , en algún l ibro vasto y trascendente

, estudiará l a real idad entera .

Posee la real idad esencial que debe poseer elnovel ista ;ver bieny retener en la memoria lo quese ha visto .No ahonda mucho todavía , porque él sus años nose ahonda , yse prefi ere corretear en elcampo

,á baj ar á las minas ; no diserta pasiones , no hace anál isi s

psicológicos; pero ve bien ,retrata con tino y elegancia . es un

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2 74 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

j oven fotógrafo de genio que será , si conti núa estudiando , un buenpintor .

De su l ibrose desprende que ha l eído con mucho gusto y aprovechamiento á losnovel istasfranceses contemporáneos . Apostaría á

que le encantan las novelas cortas de Guy de Maupassant : los cuentosen extremo lúbricos de Catulo Méndez y las truhanescashistorietasde Armando Sylvestre . Y no estámalque le agraden esas obrillas, n ique l as haya leído con delei te , porque la verdad esque son muy bon i tas

, que sus autores tienen mucho talento y que leyéndolasse adquiere color ido y graci a para escribir y se conquista amenidad y

simpatía para elesti lo . Pero Gamboa puede hacer mucho másqueCatulo Méndez y Armando Sy lvestre . Maupassant cuando escribe

loscuentos , no muy catól icos , que suelen aparecer en elGilBlasy en otras publ icaciones parisienses

,lo hace

, en parte , por lucro , y

másespecialmente por /zaeerse la mano,como dicen los pintores , por

atrapar alpaso y por medio de la fotografia i nstantánea , observaciones l lenas de apuntes

,de cifras

,de notas tomadas a l vuelo y de

d ibuj os caprichosos,esbozados en un rato de buen humor .

Pero,á seguida de esas observaciones sueltas , de esos retratos

que élsolo sabe de qu ién son , de esos obj etos curiosos comprados

en diversos bazares y amontonados en su casa ,forma un l ibro , unaverdadera novela , como B elAmi

, 6 como Una Vida ,y en ese l ibro

aparece ya elarti sta superior , eldisc ípulo privi legi ado de Flaubert .Ni Catulo Méndez n i Sylvestre pueden hacer lo mismo . Son poe

tas que suelen escribi r en prosa ; capaces de reun ir en tomo muchaspoesías lindísimas;pero como se guardan en coe de marfi l lasperlassuel tas . E l los no hacen col lares ; hacen perlas .Federico Gamboa , si no me engaño (y creo que no me engano) ,

puede hacer lo que Guy de Maupassan t .En cuanto al est i lo nada tengo que aconsej ar al Sr . Gamboa . El

suyo ya t iene bri l lan tez ,ñexibilidad y despej o : con leer atentamenteá Jovel lanos ganaría mucho elautor del l ibro a que me refiero , porque Jovell anos , en mi j u icio , es el médico mej or que hay para curarnosde las enfermedades gramaticales que por contagio contraemos los devotos de la l i teratura francesa . Cervantes , por l a misma

fuerza de su ingen io , por la realeza de su entendimiento , es modelo másdifíci l . Elrein a en el idioma , y todos los que reinan cometen arbitrariedades . Los Lui ses— elde León y elde Granada

,—son

admirables ; pero ya están muy lej os de nosotros . Sólo D . JuanVa

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2 76 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

saltos del carro de Thespisen él regresaba de la vendimia amorosay me sabía de coro L e Roman Comique . Dice , por eso ,

que le en

vaneció algún desperd igado elogio mío . ¡Qué chico era entonces

ese gran buen chico !Le estoy viendo con su paltó color de avellana clara ; l as manos

en losbolsi l los y en la boca el puro que le nació con el periodismo ;gacha la cabeza

,sal i endo de sus ojazosmiradas trepadoras que re

corrían el cuerpo de l as actrices desde la punta del p ie hasta la crestade losrizos : pál ido y descolorido por frecuentes trasnochadas queno ten ían pizca de vigi l i as; tristón el sombrero de copa , mas no asíel semblante

,n i el humor retozón

,n i la palabra sal tarina . Le veo

pasar en victoria con Manuel Garrido,camino de la Reforma ; le

hal lo de nuevo agazapado j unto a un kiosko del Tivol i en acechode aventuras

,ó sentado a l piano moviendo la cabeza que también

bai laba dan za,entrecerrando losoj os y abriendo mucho los labios

ávidos de flamantes voluptuosidades . Y ¡si supiera él qué miedos me h izo pasar e l muy tunante ! Mucho y largo temí que se per

diera,que se acabara

, yéndosele el talen to y l a sa lud como sevaestéril

,derretida

,l a estearina de vela expuesta al a i re ; que se apa

gara,como , l amiendo la arandela con elpabi lo

,se apagaban las bu

jíasdel tri ste piano que tocab a Pomar en losba i les de trueno .

La vida periodística deslustra , mancha mucho en esta tierra : acostumbra al amor corredizo

,al dinero fácil

,a l a holganza ten tadora

,

á l as aspiraciones de real izac ión imposible,á las envidias

,á loses

carceosde venal idad ; á la cantin a , que es la bibl ioteca ; al vestidorde l a actriz en la noche

,si l evan tarse tarde

,á leer mal

,a no estu

d iar , y pocoApoco . no tan poco a poco , chupa el j ugo y tirael bagazo .

Pocosson l os que atraviesan por el la de pun ti l las , á salvo de esecontagio por codeo tan—difíci l de evi tar : pocos losque entrando , jóvenes é i nexpertos , conhambre de vida y de todas las vidas , conservan para losaños serios, ín tegro ya que no in tacto , elideal , i ncólumé l a dign idad , bri l lante el nombre ; pocos losque aman el estudiosalvador dentro del laberi nto de losamoríos; pocos lospruden tes , pocos losconstantes Y Federico andaba por los cal lej oncito

_salegres delperiodismo

,s in que lefal tara talento e 1ngemo para

cosas mayores , empujado por losamigos , por la j uventud ,incons

cien te , aturdido , con tento de la vida por gozarla y porque sabíanmuchos que é l v ivía .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 277

El,porfortuna

,es de buena cepa ; viene de famil i a distinguida ;

estaban y están abiertos para é l los salones elegantes;y sobre todo ,tiene mucho talento y essimpático . Respecto al talen to ten ía yomis dudas

,no en cuanto ala real idad de éste , para mí patente , si no

en cuanto al empleo adecuado para él . ¿Era talento de parloteo , de

charl a, á propósi to para la crón ica menuda , para la gaceti l l a pi

cante,para el chi ste caricaturesco ? ¿Para el ór ie—á—órac ? ¿Para

las baratij as ? Para más . Seré franco : no l legaba á fij ar m ij uicio bien a plomo .

Alguna vez le ví enamorado como nunca , y no de mujer parecidaá esas que le engatuzaran ,

según cuenta en su l ibro , sino de cria

tura i deal y pecadora nacida en la fantasía de un novel ista : enamo »

rado de la lvetle de Maupassan t .

¡Y qué gusto que me dió ! ¡Comprendía bien el arte aqué l mu

chacho ! La [vel/e era lindísima ,mej or dicho

,es lindísima

, y quería

Federico atreverse al rapto ,traduci rl a . Desde que hablamos de el la ,

de esa novia que tuve há mucho tiempo , ya no seguía yo dudando :ten ía tal ento

,y de l bueno

,Federico . Talen to ,

pero muy expuesto a

evaporarse,como la esencia en manos de mujer descuidada que no

cierra el frasco .

Por eso me alegré de veras , sen tí j úbi lo al saber que se iba Fe

derico como segundo secretario de nuestra legación en Cen tro América . ¡Porfm. Ya respi raba . Reid ,

vosotraslasreídoras,

si gustáis; pero es una de mis muchas debil i dades l a de querer con

un cariño muy miedoso á todos esos j óvenes poetas , j óvenes periodistas

,j óvenes novel istas—á los de buen a leyse entiende— que

entran vendados de los oj os á la vida callej era de l a vida l i teraria .

Fundaría,sifuera rico

,no un hospital para enfermos , sino una casa

para hospedar á todos esos talentos que van camino de enfermar .

Federicose i ba . ¡qué fortuna !T iempo después— no mucho recibí su primer l ibro : D e!Na

tural. ¡Ya estaba salvado aquel talen to ! ¡Ya ten ía casa , ya ten ía

famil ia,ya

'

era hombre ! Fij é mi j uicio : era un atinado observador;era un buen novel ista de costumbres .No conozco Su novelaApar iencias; ¡ha olvidado enviármela el i ngrato !Pero estasImpresionesy Recuerdosque

,sin yo habérmelo propues

to,he i do leyendo hasta acabar , me dan cabal idea de la transfor

mación que se h a operado en el bohemio que colgó loshábi tos ati empo

,en elgitano que dej ó elhampa y es hoy un escri tor , un ve

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278 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

r isl'a,acaso acaso un psicólogo sin saberlo . ¿Nada queda del v iej o

Federico el j oven ? S i , y hasta l a gracia . ¿Cómo había , cruel , de

arrojar lej os de sí a l a j uventud enamorada ? Quedan del j oven Federico la costumbre de escribir apri sa , sobre la rodil la ; l a afi ción , yadiscipl inada venturosamente

,á la vida errabunda

,l a travesura y .

esto es lo que no está bien pero que irá pasando ,l as vi ruelas locas

del amor,y esa fal ta de escrúpulos que le permite decir con cierta

encan tadora ingenuidad,cosas y cosazasque noson para d ichas , y

mucho menos cuando se trata de uno mismo . Losamigos'sabemosqueFederico es hondamente bueno y perdidamentefranco ;mas .

para losotros,hay que ser algo discreto . La h ipocresía es mala ,

por másque un gran ito de el la suela hacer provecho ;pero elsi lencio . ¡ah ,

el si lencio es una buena capa !Hay en el l i bro páginas brillantísimas

,t iernas como las de La

Ultima Armonia,del iciosas como En pr imeraslelras

,sabrosísimascomo esas de ¡Ve /zaeen terribl e y senci l lamen te dramaticas como en Íg norado .No soy avaro ,

no las qu iero para mi ; ya

lasi rán leyendo mis lectores . Y todos esos capítulos v ividos , reales hasta en sus menores detal les

,sin que les fal te n i una coma

,n i

si Mati ta el sombrero ladeado .

T iene mucho talento el que escribe así, elquefotagrafía con arte

una acti tud,un gesto

,una postura

,un mohín , un guiño , una es

cena,un cuadro

,un dolor

,una vida . ¡Qué buen rato me ha dado

este l ibro,todavía de period ista

,pero de periodista que recuerda y

le pone casa á sus recuerdos,de periodista que ya es hábil novel a

dor,que observa pronto y observa hondo ! Pasan por esas hoj as mu

chos amigos,muchas amigas

,tristezas

,alegrías

,entusi asmos , caí

mientosque yo tuve . Y pasa . no,no pasa , queda el bien

querido Federico . Así era entonces , como él se pin ta , ó másbien ,

como él se desviste .

Para hablar de La U l tima Campana,estrenada an teanoche con

gran éxi to en el Teatro Principal,sólo me queda en esta crónica

un breve hueco . No cabe en é l mi cariño aFederico Gamboa .

pero tampoco el cariño tiene vela en . esta procesión . Gamboano es de esos autores que solemos tratar con mimos porqueson bue

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280 MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA.

porque también de Ayala,de Tamayo

,deAugier y Sandeau hay

algo que no es del año del cometa .

No puede negarFederico que es mex icano . En su primer pronunciamiento

,en su primera campaña

,pasó de civi l ageneral .

lo raro es que se ganó elascenso .

Page 280: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

P E D R O A NTO N I O D E A LA R CON.

Ten ía deseos de arroj ar mi guante negro en la tumba del eminen te prosador y elegante poeta que acaba de morir en España ;porque

,puessi nadie es dada la potestad de revivirle ,

impone la ad

miración ,á losdevotos de él , tri ste deber de tributarle un úl timo

homenaj e de respeto y de cariño . No seamos ingratos con losama

bles y bondadosos hechiceros que convirtieron y convierten algunas

horas de nuestra vida en instantes luminosos que deslumbraronnuestrafantasía con l a magia desu palabra , procurándonosun pl acer parecido alque de n iños disfrutábamos en las noches defuegosartificiales .

Para mi , Alarcón es un amigo viej o .No tendría yo doce añoscuando en un gabinetito que mi padre me había arreglado para que

en él estudi ara ,leí con avidez elviaj e D e M

'

adrid ¿í _Napoles. Lohabía publ icado La Vozde México

,único d iario que en casa reci

bíamos,y yo había ido cortando y reun iendo los respectivosfol le

t ines,hasta que con mi doming o,

de quién sabe cuántos domingoshace

,con el peso que siempre me servía para comprar algún l ibro ,

pude l levar esos papeles á la encuadernación para que empastaran

los dostomos de que consta la obra .

Estoy viendo el gabinetito : muy angosto , como un cal lejon , peromuy l leno de luz . ¡tal vez ahora le dan más cl ar idades mis recuerdos ! con una Ventana que daba para la azotea de la casa contigua ; l leno de l ibros , y con unsofasito para leer esos l ibros , frente

36

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282 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

á la mesa en donde estaba,siempre casi olvidada mi olvidada piza

rra, en compañía del primer tomo de una obra que me causó muchos

disgustos , y que d ice en ellomo de l a pasta : CONTRERAS . M ATEMÁTICAS . Junto

,el pequeno oratorio ; y á veces ¡oh Dios mío !

en el si l lón de la mesa de mi buen padre .

En aquelsofasito le í elViaje deM'adr id aNápoles. ¡Quéfel i z era

Alarcón ! ¡Cuántos primores había visto ! Y con qué gracia,en qué

esti lo tan encantador refería todo ! Leyéndolo,estuve con él en Pa

ris, estuve en Venecia , estuve en Florencia , estuve en Roma , pasó

una deliciosa t arde en ell ago de Como,visi té losmuseos y sentí el

sano frescor de las montañas sui zas . ¡Oh ! ¡Si pudiera desandarseen la vida , volvería á aquel gabinetito para leer LasTresRamasdel abate Gaume

,L a Graziella ;ElViaje Or iente de Lamartine ;

sonoros versos de Zorri l la ;ElRené de Chateaubriand , todos losl ibros que leí en aquel en tonces !Para permiti rme que leyera ElS ombrero de ¿respicoshubo algu

nosescrúpulos ; pero ya estaba más crecido y se me dio , porfin,la

novela tan l argamente cod iciada . Nada tiene de i nmoral , y ,como

dice en el prólogo su autor,lo ún ico que dice es lo que saben hasta

los niños más inocentes : que sus padres duermen j untos como ma

rido y muj er . Recuerdo,sin embargo

, que presté ese cuento á unamuchacha muy bon ita que se l lamaba Rosa ,

y la mamá,a l a noche

sigu iente,en tono agrio

,me dij o que no prestara á su hij a l ibros in

morales .

Todas estas cosas son como el título de otro volumen de AlarcónCosasquefueronEste sí ya lo compré con el primer di nero que me pagaron en la

t ienda de ropa á que había entrado como dependiente , y para hacer

méri tos que j amás pude hacer,porque mi ún ico méri to consi stía en

i r a ocultarme en un tabuco húmedo del almacén en donde guardaban las casullasy demás paramentos de Iglesi a , con elhonesto

obj eto de leer l aHistor ia de Francia,escrita por Anquetil, y que

estaba arrumbada en aquel l a especie de bodega, 6 bien algún l ibro

que sol ía l levarme de casa,ocul to entre la camisa y el chaleco .

¡Y cómo me gustaron aquel las cosasquefueron ! Como nosgustansiempre todas esas cosas que ya no son ! La Noche Buena del poeta»— asíse l l ama uno de los artículos de esa preciosa colección ,

—meencan taba sobremanera . Aquél soñador , ido a Madrid en busca de

fortuna y que dej ó á lospadres en el quieto villó rrico ; aquél que ,

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284 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA

tre otros varios defectos descubro la intencwn deldoctrinario , el propósito del iberado dell iberal arrepentido y contr itoque reza enpúbl icoun pegue ó un eon¡í teor . Lo que el padre Manrique aconsej a á Fabián Conde , habríalo aconsej ado cualquier hombre de mundosinnecesidad de ser j esu ita . Y toda la obra adolece de esa tendenc iadoctri nal , de ese espíri tu de catequismo que cansa allector .

ElNiño de la B ola esdel icioso en algunos paisaj es,en algunas

escenas ;pero deficiente como novela é i nconexo . Loforman ( ( varias

novelas cortas , » hi lvanadas mal . Y en cuan to á la P ródiga ,digo lo

que dij e otra vez en extenso j uicio crí tico : me gusta mucho , recuér

dame á Feui llet ; pero no es una buena novela .

En cambio ¡qué lindísimoscuentos escribía Alarcón ! La palabracastel lana cuentos , no transmi te la idea que deseo transmiti r y quesí expresa la del id iomafrancés : nouvelle : Porque cuento parece denotar algo pueri l

,l a narración escri ta para solaz deln iño ; y en la

nouvelle cabe todo,desde elcuadri to de género

,» hasta el anál isi s

psicológico . Cul tívala enFrancia , con mucho acierto , Guy de Man

passant , siendo á la par , egregio novel ista : nouvelliste et romancier .

Y Alarcón es un Maupassan t casto .

Volviendo a leer ese Sombrero de trespicos, reflexioné que habíatenido razón la mamá de Rosa . Hay una i ntensa voluptuosidad '

en

esas hoj as , desde la escena de la merienda , de la parra , hasta la úl

tima . Lasend Frasquita es muy rozagante , muy fresca , demasiadohermosota . Pero aunque la novelita exhale voluptuosidad ,

no es in

moral . Es apeti tosa .

¡Qué cuadri to másbien acabado ! ¡Quéfi guras ! ¡Qué color ! ¡Quésanas risotadas ! ¡Qué alegría !

¿Y el Capitán Veneno. ¡Esa es una obrita maestra ! A ese capitán de furibundo mal genio , y que anda á gatas para que un n inocabalgue en él

,sí le conocemos . ¡Qué buen retrato ! ¡Cuán comple

to elparecido ! ¡Y qué buena persona y qué simpático es ese capitán de malhumor ! Se ve cómo elcariñova suavi zando con su tibia

humedad de l ágrimas,ese temperamento reseco y áspero . Con ha

ber escri to ese l i bro diminuto,se conformaría cualquiera .

¿Y el tie—tae. ¡No : quedará mucho de Alarcón aunque é l nolo haya creído ! No mori rá la memoria de ese del icado pi ntor de Miniaturas. Dij o él en verso :

Noe/zesvendrán cuya quietud g randiosaNo turbaremosya . nochesde olvido !

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA. 285

Pero no vendrán esas noches para él,si no lassabrosas vel adas en

lasque , á la l uz de l a lámpara verde ,se relean esos cuentos en famil i a , regocijando á losviej os , despertando curiosidades y mal ici asen los mozos

,haciendo reír á los abuelos y á los n iños .No morirá

tampoco la memoria delhombre hon rado y bueno . Al l i terato le de

bemos horas del iciosas,y en algunos de sus l ibros está escri to elver

so de Manzon i : CHE FORSENONMORRÁ .

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288 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

No se puede leer sin enternecimiento el l ibro de Peón . Es una h istori a vulgar

,narrada con emoción y con talen to ;y porque es vulgar ,

conmueve . Ni siquiera es de las ocurrencias sociales que dan asun to

á la crónica escandalosa ó á la crónica del crimen . Es de los dramasignorados que se ocul tan tras una gacetil l a ti tulada Defunción

,» (1

otra gaceti l l a ti tulada Matrimon io . Salvador ama á Veleidosala l lamo así porque su nombre propio me desplace

,

— se aman los dos;Veleidosa olv ida ; Salvador sigue amando , y después muere . Estoes corrien te

,l lano

,se ve todos los días . y por eso conmuevemás.

Es eldolor que ya sufrimos , salvando la vida , ó esel r iesgo á queestamos expuestos .

Unos recuerdan con tristeza ; otros preven asustados ; pero todoslos que aman 6 ya amaron ,

leen el l ibro .

Nome an tipatiza Veleidosa . Es muj er,y no tiene la culpa de el lo .

Ya la había conocido Lope de Vega cuando dij o que la muj er estornadiza como el viento y lasolas ;y ya l a había pintado Francisco Ien la vidriera de su casti l lo algrabar la máxima famosa

Souventfemme var íe

B ienfolest quis'yfi e;ya lo sabemos todos

,aunque siempre lo olvidamos . ¿Podeis casar

indisolublemente á unamariposa con un mirto ? Imposible , ¿verdad ?Y tal vez por esa misma volubilidad l a mariposa y la muj er son tanbon itas . Al gu ij arro p isamos tras de la alondra corremos . Nos en

cantan el agua que travesea y que sal ta ;la luz que muda de traj es ,

ya vistiendo el de oro y"

el azul,ya el de plata , y que viene , se va ,

nosama y nos olvida ;noshechi za todo lo que vuela , todo lo inconstan te

,como el pezque aparece , bri l l a y se escabul le; como espuma

efímera,como el íris rápido . Talvez el di amante nos parezca her

moso porque cambia de l uces . En cambio,elciprés impasible , inmu

table,i nmóvi l

,casi nos infunde tristeza . Sólo que sabiendo todo esto ,

aspiramos con i nfi ni ta aspi ración á algo eterno . ¿Buscarán lasalmas ,como el agua

,su nivel ? ¿Vendrán de cimas cerúleas en donde las

rosas viven vida perdurable ? Vamos á esas cúspides por otra nuevaescala de Jacob

,como creen losñamantesmagos delespi ri ti smo , caí

mosde el las,como asegura la doctrina cristi ana

,para volver á en

cumbrarnospor el camino del Calvario , ó enfermos , dementados , pedimos lo infi ni to á lofi n ito y lo eterno á lo mutable . Shakespeare—mal traducido

,

— dice : Frag ilidad , tienesnombre demujer . Eso no

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 289

es cierto : l afragi l idad es tanfemen ina como la vida . Y si n embargo ,lasaspiraciones nuestras y las insti tuciones en que lashemos corpori zado

,descansan en la perpetuidad delsen timien to .

Veleidosa— nombre alado—no me antipati za , porque no es responsable . Un niño ve un j uguete y quiere cogerlo , se lo dan y lo rompe ;se acerca á una buj ía ,

palpa laflama, quémase y l lora .Y Veleidosa es

n iña,no es muj er

,porque las muj eres noson mujeres sino después

de haber amado mucho,sufrido mucho 6 haber sido madres .

Veleidosa quiso al arti sta,su amante

,como la niña quiere al mu

ñeco de porcelana quevió en la jugueteria . Y le rompió la vida,como

la traviesa rompe su muñeco ¿No oshan dado tristeza nunca losj uguetes rotos?Salvador era paraVeleidos'a un juguete encantador . Dice un poeta

La mujer , como elave,se enamora

D e todo lo que bri l la y hace ruido .

Y Salvador bri l laba,hacía ruido ,

era un color hermoso como eldelos vestidos de moda

, era una música agradable como la de la danzaque se bai la de preferencia en los salones ;era un pompón de plumapara su tocado ;un clavel escarlata para su cabel lo .

To“

mar el alma de aquel a rti sta como se toma una somaj i ta de plata ;j ugar con su corazón como con un volante de raqueta;verse retratadapor ese pincel mágico ;impedi r que retratara á otras hermosas , ¡quéi rresistible ten tación ! ¡Qué l inda travesura !Y es tan fáci l deci r : te amo. Son tres sílabas casi dos. Y ¡te

amaré eternamente ! se dice en esos instan tes en los que cabe la etern idad por breve rato . hacefrío

,da sueño

,se bosteza

y se duermen cansados los amores . ¿Qué culpa tiene Veleidosa de

que hagafrío y dé sueño?Lo malofué que Salvador era soñador . Pintaba pa isaj es en su vi

da, como en el l ienzo . Aquífi ores ;al lá ,

aguas bul l idoras y cubriendo

todo un cielo azul que parece no acabarse nunca . E l cre ía en elamoreterno ¡Algunos creen así ! Acaso él mismo no habría logradohacer el suyo inmortal

,porque se requiere que venga la desgracia pa

ra que , convirt iendo en marmóreas estátuas yacentes losrecuerdos,

hagan que vivan luengos años losamores .

¡Qué bien nos pinta Peón Contreras elcontraste que , al nacer , presentaron esas dos simpatías : la de él á ell a , l a de ell a á él ! Veleidosase detiene un momento

,como rehi lete clavado con alfi ler de oro . Ama

37

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290 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

á Salvador por su donai roso traj e de artista, por la luz que cae de la

ventana al cabal lete , por la paleta que bri l la , por la marina empeza

da, por el nombre de él , por la aureola de gloria que rodea esa her

mosa y varon i l cabeza .

Salvador la l lega á querer,másque por bel la , por débi l , porque está

enferma . Su alma de arti sta esfemenina ; también ama lo bel lo por

ser bel lo; pero luego ese amor se convierte en hij o suyo ,y en tonces

quiere como una madre . Y por eso,por ser como de madre

,vive el

amor de Salvador másque el de Veleidosa .

¿En cuál cari ño can ta la matern idad cuando la heroína de la novel a está pál ida

,enferma y va á mori r? ¿En el de Genoveva que es la

madre humana?No ; en el de Salvador . Ese pintor se vuelve médico ; dej a la alegre luz de su tal ler por la amari l l a de l a veladora ;ya

no oye á lospáj aros en el bosque , para tener música en el a lma al pintar sus paisaj es

,sino la tosecita de la pobre tísica ;prepara la tisana ;es

tud in en l ibros las dolencias de su amada,mientras ell a reposa ;corre

a l hospi tal á consul tarsi sus amigos médicos ;á ver cómoson , cómoestán l as atacadas de ese propio mal; tiembl a cuando la hoj a amari

llea,cuando l lovizna

,cuando el aire enfría

,y á costa de sacrifi cios y

de esfuerzos,salva una madre á su hij a para que mástarde se la

l leve algún amante .

Todo el lo está dicho con becqueriana poesía en algunos capí tulos

de l a novela .

-Ya al leerlos ad ivi namos lo que seguirá . Salvadorva á

ser pronto infel i z . Estan bueno !Veleidosa recobra la salud y pierde el cariño romántico

,de con

valeciente ,que la un ía á Salvador . Vuelve á ser Veleidosa . Antes

había dej ado de serlo porque estaba como postrada en su sil lón de

enferma . E l crepúsculo vespertino de este amor en que todavía queda cariño y grati tud

,y eldeseo de ifse desasiendo dulcemente , sin

forzar,sin ofender“ la mano todavía ardorosa

,que detiene á la he

l ada , está pin tado admirablemente por Peón .Hayfrío afuera— dice

e l corazón ,

— y él cada ratose asoma á losoj os para ver si l lueve .

Sobrecoge el espíri tu un miedo vago . Está nublado . Se presiente ,casise cree ; pero nose quiere creer .

La que ya no ama , como Veleidosa , se pregunta — ¿cómo seréalgo buena , alser mala con él? Quiere que su novio entienda lo

que pasa , sin decírselo el la . Daría algunos años porque coquetea

ra— nada máscoqueteara ,

— con alguna otra . ¡Ah , pero entonces

losamantesson muyfi eles ! Temen sus corazones , y por nada salen

Page 291: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

292 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Al cerrar el l ibro,se apl ica el oído á l a cubierta para oír losl a

tidos de un corazón que en él queda . Está en prosa ; pero esa prosa escomo la fronda de losárboles : abriga muchos n idos , y en losn idos muchos can tos .

¿Por qué estan breve? ¿Por qué no está en verso?

Page 292: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

PR O LOG O

LO S V E R SO S D E A DA L B E R TO ES T EVA.

Tiene el autor del l ibro que va á leerse una cual idad que le d istingue de muchos que publ ican en volumen sus versos : espoeta ; yamén de esta supremacía que mucho le honra

, complázcome en re

conocerle otra vi rtud,

.

rarísima en estas regiones de las selvas virgenes, de los gen ios incul tos , de la vegetación exuberan te , de la poesíaenmarañada y de los talen tos sin peinar : es artista . No predominaen Adalberto Esteva el sentimiento

,aunque sí lo posee en dosis su

ficiente ,pues á no ser así fuera imposible que le l lamáramos poeta ;

no es la ternura cual idad distin tiva de sus versos,tan desemejantes

de l as cánt igasque sol lozan como de lasimprecacionesy blasfemiasque

,ai rado lanza á loscielos el ateo ó elpesimista ;no hallo en su

poesía tin tes densamente sombríos,n i arca ísmos y exquisitecesque

revelen,más que al vate

,al erudito ; tampoco le descubro elafei te

excesivo,afeminado

,á las veces grotesco , de esos decadentes— co

mo hoyse les l lama ,

—encaprichados en adornar,con ch illantescin

taj os ó primorosas bandeletas,momias poéticas : no ,

es la suya poesíasana y rozagante ,

si bien n ada tiene de campesi na zafi a y desaseada ; sana por j oven y de buena raza ;fresca porque se l ava d iariamente (y no temprano) , en rica palangana de alabastro , salpicada de rosasy perfumada con esencia de hel iotropo ;su carácter predominan tees la elegancia , y le asigno prosapia tan al ta , que aun creo mirar concuánto amor meció su cuna la más hermosa de las hechiceras : la ima

ginación . Hay versos que trascienden áflores si lvestres ó con esme

Page 293: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

294 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

ro cul tivadas : los del poeta que me otorga el honor de ser su prolo

gista , perfuman como las cazoletas áureas en que arde alguna gomaaromática preparada hábilmente por la mano del hombre . Hay imá

genes en la poesía que parecen reflej adas en l a onda corrien te , en el

cri sta l l ímpido de un lago : las de Esteva se reflej an en espej os circuídospor marcos cincelados .

Figurábame, poco ha , al recorrer por vía de repaso , l as páginas

del l ibro , que estaba en el tocador de hermosa y noble dama : ¡Qué

dulcemente enerva la voluntad el olor de esefrasco bohemio , entre

abierto por eltibio soplo de un perfume ! ¡Cuán bel l a la minúsculaAfrodi ta de alabastro que aparece , esbel ta y blanca , sobre el ébanode la mesa ! ¡Cómo detiene la mi rada elhechi zo de esa mujer cuyoretrato , en cuadro de fi l igrana ,

provoca besos y ríe al m irar quesepierden tembl ando en el espacio

,sin l legar nunca él el l a ! Y al l í la

relucien te luna biselada ;al lá la miniatura de Meissonnier , el paisaj ede Corot ; l a chuchería de París ; acul lá el canapé de pequeña esta

tura , cuyo respaldo azul todavía huele á trenzas rubias y hombrosníveos; por doquiera ,

refi namientos,golosinas de la vida moderna ,

el cartucho de dulces,cerrado por suave lazo de l i stones ; l a última

novel a de Bourget; l a esponj a fel i z que , hinchada de soberbia , nosl lama envidiosos

,y con mucha razón

,á cuan tos la miramos ;el mu

neco de Sevres ; l a acuarela casi diáfana ;elpeine ebúrneo yfi no , hecho á tratar consutilísimoscabellos ;la pasta rósea del j abón quemásl impia

,más blanda y perfumada queda cuando toca ó besa el cutis de

su dueña ;y la horqui ll a de oro , eltaburete no rugado n i hundido porque no pesan lospies que suelen j uguetear en él ;l a cartera de marfi l ,elguan te codicioso

,que por mucho abrazar t iene tan tos botones y es

tan l argo ; l a zapati l la de seda , y el si l lón que ha sentido tantas vecesel roce de un traj e de bai le

,el araño de un bri l lan te , y el voluptuoso

leta rgo de una bella enamorada .

Tales el efecto que en mi ánimo causan laspoesías de Esteva . Enlas eróticas

,más que el amor exal tado

,ardiente

,impetuoso que ve

mos, por ej emplo ,

en l as de Manuel Fl ores , maestro eximio , rei na— pero rei na sonriendo

,

—l a amable voluptuosidad . Todo es caricia

en el las ;no hincha aún l a pasión ese apacible y sibari ta río que se

adormece en sueño delei toso,saboreando elatenuado aroma de los

cuerpos j uven i les que se bañaron en sus ondas al caer la tarde . Nomuj e crecido ;no arrastra troncos desen rai zados ;no brinca , ciego y

desgajando su ropaj e por encima de ciclópeospeñascos ;no moj a con

Page 295: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

296 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

l abi os roj os , húmedos , y descubierto el cuel lo apiñonado ,can ta . Re

posa el espíritu con l a lectura de versos asi,l impios de esas negru

ras que se van extendiendo en la poesia moderna y en cuyofondotetro resa l tan losgatos fantásticos de Baudelai re ,

los animales deformes de Rollinat

,los demiurgos de Poe ,

l a roj as l lamaradas deRichepin , y cadáveres , espectros , aparecidos , esqueletos , carne en

putrefacción , vi siones de alcohól ico , espantos de novicia ,sueños

de novicia , sueños de verdugo . En estos mares de la poesi a predominan te —euFrancia sobre todo— hay olas de éter

,olas de mor

fi na , olas de aj enj o ,brumas de tabaco , y baj o el turbio cristal sólose desl i zan hambrien tos losmónstruosmari nos y dispone el pulpo

sus tentáculos en estratégica apti tud . Leed al Noruego Ibsen ,á

Maeterl inck,al ruso Tolstoi ;este último es el que ha bauti zado ,

sinpretenderlo ,

l a poesia de todos el los,al poner titulo á un drama : el

P oder de lasTinieblasEdgard Póe se h abía adelantado á todos estossemilocos

,de enorme talen to ; pero hoy las alas de este cuervo

que grazn aba el ríspido y espantable never more,proyectan sombra

densa en di latadas regiones de la l i teratura . Sopla v iento cargado de

quej as y losárboles se estremecen de pavor . Y ya no esel quej idode Heine

,ese quej ido que sal ió delcorazón atenaceado por la pena º

ya no es el l amen to elegiaco de Lamartine ;ya no es la bri l lante lá

grima de Musset,caida en la copa de aj enjo ,

n i l a imprecación col é

rica de Byron, por más que tenga mucho de ésta : es el gri to del epi

léptico ,el cl amor del neurótico en una horr ible pesadi l la . Huyó la

voluptuosidad de esta poesía , bacantemente hermosa , en cuyo des

nudo cuerpose enroscan lasvíboras de l a luj uria .

¿Cómo he de negar lasterribles bel lezas de esta poesía morbosa ?Inspirame el l a doble curiosidad : l a delartista y la del que exploramás osado que Stan ley

,el con tinen te negro del cerebro humano ;pe

ro déjola á sus legítimos poseedores , los enfermos , y me ufano alhal lar sanos y alegres á amigos de imaginación tan v iva y clara co

mo Esteva .

Ni en sus descripciones de la naturaleza echó de ver esa obscuridad de bosque

,tan frecuente en algunos grandes poetassudameri

canos ;esas umbrías que parecen deparadas por la Providenci a para

refugio del escl avo que va huyendo delazote ;esos barrancos , tal vezadrede abiertos por losdioses vencidos para que en el losse precipiten , ocul tando con al tivez su ignomini a 6 su desd icha , las razas

inmoladas; esas montañas sólo accesibles para elágui la y el indio;

Page 296: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 297

esos torrentes que son como la rabia de cien generaciones ya perdidas; ese rojear de oj os sanguinolentos en lafronda ; ese rugir defieras y la ventregada , elculebreo ,

la víbora,el zumbido de l aflecha

y la tremenda conjurac ión de lasenci nas desenraizadas por el huracán . En el Taba re— l i bro admi rable de Zorri l la de San Martínse quej a la naturaleza

,sufriendo al par que su primi tivo y despoj ado

señor . Es muy triste la extraña música de ese poemasingularísimo .

Me viene á la memoria,cuando leo tan melancól icas endechas , este

verso de otro poeta americano :

Llora,l lora Urutau

Así , tan plañideras suenan en mi oído .

Numa Pompi l io Llona ,en su Odisea delalma

,en suNoe/ze de do

lor en lasmontanas,composiciones de méri to al tísimo

,da también

al verso y á l a descripción ese t in tesombrío que parece ser para lal uz la marca de la esclavi tud .No busqué is en el l ibro de Esteva esa poesía descriptiva americana á que he aludido . La suya es plácida , másbien parecida á lade los laekistasi ngleses

,á la de los poetas lamartinianos, al amable

natural ista de Sain t Pierre,á los cuadros bien matizados , rozagan

tes de Rafael Obl igado ; y no por el lo pierde su colorido local , susabor á América

,sino que resul taser l a pintura de pai saj es mexi

canos , hecha por un artista educado en Europa . Para Esteva el paisaj e es telón de fondo que ha de servi r en espectáculo de sus col oquios amorosos , en sus id i l ios , en sus duos bellinianos, y por lo mismoapropiado á ta l uso

,j untando en él todo lo hospedador de volup

tuosidades, todo lo que aviva el deseo ,

y todo lo que , sati sfecho éste ,adormece después ensuavísimo l etargo ; todo lo que de noche bri l lapara ser visto

,como luciérnagas y estrel las

,pero sin alumbrar á

otros para que nos vean ; todo lo que can ta , masno alto y sofocando el rumor de l as palabras d ichas en voz baj a , si no quedo , muy

quedo,á modo de apacible serenata ó tañido de violas , dulce acom

pañamiento del eterno epi talamio , del d iálogo i nmortal que oyenatentas

,mudas y ansiosas en elai re ,

lasalmas de lossérespor veni r .Ese mar que pin ta Esteva es el riente golfo de Nápoles , no el ponto

encrespado que surcó Byron y con elque de igual á i gual hablaba :no es elOcéano cuyas ondas ti tánicas escalaban las rocas de Guernesey y Jersey para ver de cerca elaugusto desterrado que supo traduci r á lengua humana

,porque hombresson también los semidioses ,

38

Page 297: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

298 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

l as épicas estrofas deloleaj e embravecido ; no es el ávido abismo ,la sepul tura inmensa á donde Hei ne deseaba echar sus esperanzas ,sus l ívidas abogadas, para que , en muerte como en vidafueran pastode mónstruos;n i el imperio Mirifi co de Poséidon ;n i el de ondas encubridorasdefecundos amores , pródigas de vida , cristal ina bóvedaque vela á oj os mortales palac ios másdeslumbrantes y maravi l lososque elpalacio deAladino ;no es el prol ífico y resplandeciente que conesmal tes gemas y corales pi n ta Michelet

,n i el que surcan pávidos

marinos de atezado rostro ó con zozobra ven madres y esposas , tal

como nos lo describe Richepin en versos salobres unos , tempestuo

sos otros,l lenos de tumbos

,de fosforescencias y de cabrilléos: es la

quieta,rumorosa bah i a cuya corrien te empuj a con blandura la bar

qui l la de dosenamorados . La GranAzules la que can ta Esteva , 6mej or dicho

,l a que olea can tando mientras él habl a de amores .

En este l ibro de ternezas hay un colosal in truso : Napoleón elUnico . ¿Qué viene á hacer en estas páginas el corso de rala cabel l era

,» como le l lama Augusto Barbier en sus candentes Yambos?

Acaso,conquistador

,codicioso

,siempre anhelando nuevas invasio

nes,había

, porfuerza ,a toque de clarin ,

desenvai nado el acero,i n

troducídose en el l ibro , usurpando el primero y másal to pedestal .No debe

,empero

,pasar adelante ese ,

que no sintió uelhechi zo del

eternofemenino,fué sordo en el concierto perenne de l os sexos ;fué

mudo para deci r l a balbuciente palabra que derrama la vida . Bien está

en la puerta delharem,hermoso como un dios i ncapaz de humanarse .

Aparte de esa estátua ecuestre,el l ibro se asemej a á cierto l i enzo

de Bouguerau : Lasmocedadesde Dyonisos: es un retozo de figurasblancas

,ágiles

,entre hoj as verdes

,olorosas

,húmedas . No quiero ha

cer u i una ci ta de él,porque suele

,con imperti nencia

,el prologuista ,

arrancarflores para l levarlas á casa y para omar su oj al con una deel las

,rompiendo asi l a graciosa armon ía del ramil lete ¿Qué es el

autor de un preámbulo como este ? E l que l leva en bandej a de plataó pobre estaño

,en bucaro de porcelana 6 tosco barro

,unselam gra

nadi no,un manoj o de rosas y aleliésá la hermosa que espera tras de

la persian a . Dej o lasfl ores en el calado alfeizar,y me alej o . ah í

estáfrunciendo el ceño Napoleón .

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3oo MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

minantes , excelsos , en el l ibro , en el verso , en la tribuna . Al l í , oficiando , se unen al Espíritu de la suma sapiencia , al verbo inmortal .Después , yfuera ya del templo ,

distan tes del ara,son mortales en

greídoscon su gloria ,hoscos ó avaros .

La suerte , rara vez pródiga en sus dones , a l darles talento , inspiración , saber , les niegala más potente y hechiceresca de las vi rtudes :

la simpatía . Cuando esos hombres desaparecen,comprendemos que

la human idad ha perdido mucho ;pero nuestros afectos , i rreflexivosó fatales , j ustos ó inj ustos , no han perdido nada .

La muerte detAltamiran0 ha enlutado intel igencias y entri stecidocorazones . Eld ictado de Maestro no se lo dió elrespeto únicamente ,

sino el cariño también . Aquel temperamento pasional que , á l as ve

ces,en raptos de iracundia ,

cuya determinante era el amor á una idea

ó la obsesión de la elocuencia,baciale aparecer como enemigo vi ru

lento,ten ía substanci almen te una bondad extrema . Esos odios eran

fi ctic ios , era n retóricos , eran de momento y nacían de la rabi a queporfuerza dan la i nj usticia , l a i nfamia , el que alguno 6 algunos desconozcan méri tos reales y por qué no deci rlo si esto esesencial enciertos espíri tus priv i legi ados —l a ignorancia . Altamirano , cuando

odiaba,amaba . Amaba la verdad ,

amaba la j ustici a , amaba la be

lleza . Su odio era la nube que pasa fulminando rayos , Su amor , el

cielo inalterablemente azul .Porque supo amar

,y amar bien

,no dej a discípulos , sino huérfa

nos.Porquefué bueno , piadoso , cari ta tivo , en la acepción másam

pl i a y al ta de este vocablo ,se eleva hoy ,en loor suyo , solemne y ele

giaco,un coro triste .

Cari tativo : esta es l a palabra que caracteriza á ese grande hombre .

Yo no sé si otros hay que , másfel ices , más agraciados por la suerte6 enriquecidos áfuerza de atesorar , posean mayor copia de erudicióny doctrina l i terarias : sé que Altamirano , maestro inolvidable , es el

quemásha dado á lasletraspatri as . Piadoso derrochador , quéfal tahaces

Seguía Altamirano con tesón y cl arividencia incomparables , todoel movimien to in telectual de su época . Para reposar y como quien

nada haciendo elmuerto en sosegado rio , refrescaba su espíri tuen las ondas de l a l i teratura griega y latina . Pero no dormía en el las :

sus oj os, que sólo la muerte logró cerrar de veras , seguían siempre

e l vuelo de lasaves , con mirada de augur , el curso de los vientosy el vaivén de l asfrondas .

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MANUEL GUTIERREZNAJERA. 30 1

Lo radical , lo tópico es que no hacia esa indagac10n constante é

incansable parasi nada más , para satisfacer una necesidad de su pensamiento ávido y curioso

,por placer egoista : hacíala para otros

,para

sufamil ia , para su prole , para su gente , para todos . Divulgaba con

indecible faci l idad y con incomparable entusiasmo . De apostol ado

fué l a m isión que traj o al mundo . Y por eso,aunque su obra propi a

sea imperecedera , le j uzga mal quien por el la le avalora . La obra real

de Altamirano anda dispersa en muchos cerebros ; está fluida en

nuestra atmósfera i n telectual . Fué ese maestro obrador de bel lezaensi y en otros .

Si hubiera vivido parasi únicamente,habría l legado áser poeta

más grande todavía de lo quefué criti co más profundo ;escri tor másl impido y espléndido ;pero no habríaformado las dos generacionesl i terarias que élformó . En esas vive su espíritu : todos los grandesde esas dos noblezas , recibieron su titulo de él .

La j uventud le quiso como la novi a al amado . Si por acaso leé isalgo en quese censure á Altamirano

,estad seguros de que el autor

es un viej o .

¿Por qué no quiso l legar á anciano elgeneroso Maestro ? Su muerte

fué una coquetería . Y tan compasivo,tan bueno era

, que para mori rsefué de México ,no queriendo darnos la congoj a de quesiguiéra

mospalpi tantes su agonía .

No es tiempo aún de juzgarle ni de que alce el vuelo l a oda que lecante

.Hablamos de él porque no es posible hablar de otra cosa ;por

quenecesitamos invenciblemente hablar de él . Pero siempre

,aun

remontándonos á consideraciones l i terarias , aun procurando hacer

crítica,ven imos á caer en este páramo que se l lama eldolor . Y se em

pañan losoj os y espreciso concluir .

Fel i z tu ,gran l i terato

,en quien veremos siempre al hombre bueno !

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3o4 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

l a noche , para vosotros está cerrado este reci nto ! ¡Muerte ! habl amosal Inmortal : aqu i no tienes tú creyentes !

San Remo es la población rien te y coquetuela que , en tre Niza y

Génova , parece una canasta de camel i as caída y olvidada en el camino . Arriba del alegre caserio está la ermita de San Rómulo , sur

giendo de en tre un enorme rami llete de palmas . Y de esas palmas ,obedeciendo á tradicional costumbre

,cortan ami llares las que ou

dulan y se c imbran gráci les en Roma el Domingo de Ramos . Luego

esas mismasflámulasde triunfo,reducidas á pavesa , van á fij arse

el M iércoles de Cen i za en la frente de los catól icos , advi rtiéndolesque todo lo humano es efímero

,todo es polvo , todo es nada .

No era el Maestro extraño en esa t ierra : si n haberle visto , conociale aquel cielo

,como conocía á Byron an tes de haberl e contem

plado de pie sobre las ondas,elmar que l lega voluptuoso á las cos

tas de Greci a . I tal ia,alma ma ter

,pudo al fi n dar un beso largo y

último á su h ij o . Tampoco las palmas de San Remo le desconocían :eran para é l recuerdo vago de lasflorestas donde nació ;» símbolode sus triunfos

,yse l l amaban como una de l as hij as de su corazón .

Aquel las palmasse i ncl inaron,como arrodillándose

,el día en que

ese Maestro entró á la eterna Jerusalem . Aquel las palmas , en triste

Miércoles de Ceniza,vin ieron

,hechas pavesa

, por el ai re , á posarse ,enlutadas en lasfrentes nuestras .

Fué esa Ascensión en d ia funesto : el trece . En el catorce deigual mes asesinaron alsemidiós de Alt amirano

,al gran Guerrero .

Puntual á la ci ta y para no dej ar vacío su asiento en elbanquete

conmemorativo,partió el Maestro y dij osi losInmortales : Héme

aquí !También , señores , y sigamos eslabonando l a misteriosa cadena

de l a fatal idad cuyos extremos serán siempre i nvisibles,la fecha

en que noscongregamos para can tar alAusente,esuna fechasa

grada .

Losl atinos , enñesta colect iva , celebraban á sus dioses Manes elveintiuno de Febrero . Al an iversario de la muerte l lamaban ¡?arenta tio; y á esta solemnidad de hoy ,

entusi asta y no fúnebre, la

Feralia ó la Ca ristia . Y eran los Dioses Mames,almas de progeni

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 305

tores div in izadas por l a muerte .“Dad á los Mames—dice C icerón ,

lo que suyo es :son hombres que dej aron la exi stencia , y tenedlespor seres ya divinos .

»—ElMaestro es uno de nuestros primeros D iosesManes . Celebremosfervientes su Ca ristia .

Pero aquel los Antiguos, que serán siempre j óvenes para el artista ,

daban á la muerte una vida aterradora que nosotros no le damos .

En elsepulcro encerraban cuerpo y alma . Preso en elfúnebre monumento ,sentía el muerto hambre ,sed , odio y amor . Agamenón

en su tumba pedia venganza . Y esa tumba , en la Orestia de Esquilo

,esun verdadero personaj e con el cual conversan E lectra ,

Orestes y el Coro .

Aquí no hay sepulcro ; aquí no hay túmulo ! De tuforma corpórea ,

Maestro excelso,nada queda . Acaso , á haber expirado entre

nosotros,habría sido imposible para tí hurtarnostu cadáver ve

nerando : l e reclamaba la tierra , necesi tada desávia ,de calor

, de

energia . Era del barro mexicano,delque formó la figura épica

de Morelos , y al acervo común habria cal ladamente reingresado .

Tus hij os,creyendo en tí , y esperando el milagro , hubiéramos

guardado,fi eles y celosos , todo lo humano que en tí hubo . Pero

moriste lej os de tuHogar ; y nada tuyo , esto es , nada de tu yo palpahle

,á los extraños lesdej aste . Nadie secuestra lo que nos per

tenece,porque talfué tu voluntad ; el Fuego te arrebató , cual á

Rómulo,en su carro ; y convertido en ténue leve incienso , subiste

al Sol¡oh esclarecido hij o del Sol ! Gracias , gracias de nuevo , buenMaestro !

Hay navidad en las montañas del Ol impo . Ya j amás,contendor

hecho á l ides que gloriflca l a epopeya , te miraremos braceando , nudo y sudoroso

,en el mar de la existencia ;ya nunca ,

nunca senti rán

tus plan tas las arenas quemantesdel desierto humano ;ya no lafatigosa l abor diari a encorvará ,

alatardecer,tu espíri tu ; ya no para

los tuyos , buscarás con esfuerzo el pan y la esperanza ;ya eres hermoso

,ya eres todo luz

, ya eres inmortal . De ti no queda la materia torpe , y , l ímpida tu alma entra radian te y vencedora á la regiónen donde cantan losruidos , a la vida sin sombras y perpetuamentediáfana .

¡Salve , fel i z amado de la Gloria ! Ovid io ,en la elegía tercera de

8115 T7 2'

SÍ€S ; exclamaba : <<Guardad en modesta urna mis ceni zas yllevadlasá Roma . Asi , después de muerto ,

no estaré en exi l io . »

Ese , de cierto , fué tu último voto , buen Maestro , y j uramos cum39

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306 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

plirlo . Pero en este instante estás aquí,reencarnas en nuestro pen

samiento,y reverentes

,pál idos

,te presentamos el cál i z de l a boda .

Enton a el h imno .

Como Orestes en l a esquiliana trilogia , yo te digo—Aquí estoy y te l lamo, Padre , escúchame .

(I) Elegía pronunciada en la velada fúnebre que el¡(Liceo Mexicano» cclebró en honor delMaestro A l tamirano .

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30 8 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

ración y m i respeto por Ud .,para inclinarle á enseñarme algo , res

pondiéndome .

Leía extasi ado su hermosísimo discurso leído en honor de Altam irano , cuando un amigo mío que me escuchaba , no menos extas iado , me i n terrumpió preguntándome

¿Es verso 6 prosa ?

l a música tierms1ma de Gutiérrez Náj era,respondí .

Pero á una nueva pregunta,cesé la lectura y le di el periódico

á mi am igo . El , afortunado buzo , sacó este tesoro de perlas .»

¡Aquí erihebra Ud . muchos renglones míos que en nada se asemej an á l as perlas

,pero de los cuales CAS I TODOSson súbd itos de

l a rima ;y luego añade :<<Ahora yo pregun to respetuosamente

,poeta : ¿es en castel l ano un

defecto l i terario la prosa en verso,como lo es el verso prosaico?

La respuesta de Ud . será una lección úti l parami,y no me la ne

garé Ud . que es tan bondadoso,tan i ntel igente y tan instruido .

Los hombres como Ud .

,son

,señor

,losque deben enseñar . Su glo

ria les impone ese noble deber .»

Seguramente , Sr . D . Angel Franco,es Ud . muy j oven ,

y por esocree que yo sé mucho , me j uzga capaz de darle una lección y hastai ncurre en la imperdonable y reprensible debi l idad de admirarme .No quiero que me admiren quiero que me quieran

,y me ufano

muchísimo cuando presumo que lo voy logrando , puesto , y vaya

un ej emplo flamante, que Ud . mismo , redactor del D emócra ta

,dia

rio cuy a manía obstruccionista combato y combati ré por convicción ,

publ ica en él las inmerecidas al abanzas que dej é copiadas . Hablo ,pues

,al amigo

,al desconocido que me quiere

,no al di scípulo ,

porque,le digo á Ud .

,no con modestia

,l l amada en buen romance

hipocresia,sino con corazón : por completo mefal tan las cual idades

imprescindibles de que ha de estar dotado el educador , desde l a ciencia adquirida á tiempo oportuno y metodizada

,hasta la severidad

que necesi ta el que tiene que transmiti r esa tal ciencia . Y ,para el

caso presente,más notori a es m i ignorancia

,porque no en tiendo cosa

de retórica ;olvidé , si es que lo supe , cuan to me ensenaron algunospreceptistasde l i teratura , y á vuelta de leer , por i nnata afi ción , l ibrosfranceses—lo cual aconsej o á Ud . que no haga con exceso y

frenesí— ando muy descarri ado en español .Hechas lasanteriores salvedades

,paso á contestarle amistosa

mente su pregunta .

Page 308: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 309

¿La prosa en verso esun defecto? Creo que no , si elasunto es poresencia poético . E l verso prosáico ,

de segurosi .Cuando escribí de carrera

,como por desgracia escr ibo todo , la

breve alocución á que Ud . se refiere , mi estado de án imo era éste :

no quería acordarme del hombre , delMaestro Altamirano en carney hueso ; porque á haberme acordado de ese amigo á quien tan toquise

,no habria sido posible que escribiera n i una linea no me en

contraba competente para j uzgar la obra l i terari a de tan pródigo

Mentor,y esa tarea , en mi j uicio ,

tocaba á Justo Sierra , que altopiensa y hondo siente tampoco tuve el vagar y reposo necesariospara zurcir versos discipl inados á la rima hice memoria , Dios sabe

cómo,de la fecha que era , correspondiente á la en que celebraban

losantiguos sufiesta de los Manes como en tropel se me vin ieronal recuerdo mis pláticas de antaño con el horaciano can tor de l as

Abejas, la devociónferviente que les tuvo á los poetas griegos y l atimos

,l a ternura que I tal i a le inspiraba é inmaterializándole ,

vién

dole en alma nada más,escribí algo que

,siendo prosa , hablaba en

verso si n saberlo .No lo h ice de propósi to , nofué artifi cio;así brotó .

Yo oía,como un eco lej ano

,escondido en selvática espesura , l aNE

N IZE,el canto orfeónico que entonaban los latinos en la fi esta de los

Mames,parecido al que alzaban los griegos en igual dia del mes de

Anthesterión,al que despertó á la cal lada y blanca sombra de Eury

dice . ¿Aquel canto era verso ? ¿Era prosa ? La ignorancia de todos

respecto á la pronunciación del idioma griego y de la lengua latin a ,imposibi l i ta la resolución del problema pero

,en todo caso

,era un

himno cadencioso y l ibre,no suj eto á pragmáticas particularesMe

lo imagino como elverso blanco nuestro , más con mucha mayor l ibertad que el verso blanco . Y asi en esa forma , aunque muy mal

,

me sal ió por manera espon tánea, que no obedeciendo á propósi to

del iberado, la . cosa que Ud . con inj ustici a encomia . Se me cá

yeron versos en ell a , porque asi pasó y esos versos son malos , comomíos ; pero no es malo prender versos en la prosa .

¿Cómo , pues , que no le gusta á cualquiera ver á una muchachaguapa con una camel ia en el corpiño

,con una rosa en el cabello ?

La prosa de buena cepase viste de andaluza , como en el Sombrerode trespicos;se v iste de monj a ; cal za el coturno griego , corretea

como retozona parisiense ;declama á veces ; hace números , otras ;y ,si la ocasión es apropiada,también hace versos Spir i tusfla t ubi

vult.

Page 309: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA

Lo in teresante es transmitir á otros la sensación nuestra . E l quelo consigue es verdaderamente un escri tor . Zorri l la , para mi , fuéun gran músico

,y si está en el cielo

,como lo deseo

,ha de haber

ido á l a esfera ó círculo en que toque Santa Cecil i a . El lo es que logróhacernos oír melod ias incomparables y que por eso le estamos agradecidos. Otrossienten un color y lo reflej an en las almas que conel lossimpatizan. Lecomte de Lisle sien te una l ínea y la buri la en

los cerebros de los que saben leerle .

Pero , me dirá Ud . ,esos son poetas

,y yo hablo de prosistas . Bue

no . Pues respondo que,en achaques de arte

,no hay poetas n i prosistas

, sino artistas y no arti stas . La prosa tiene su ri tmo recóndi to .

En Quevedo suena á carcaj ada en Fray Luis de Gran ada,á h imno

sacro ; pero una y otra ,si n que elasceta n i el satírico se propusie

ran hacerlo,tienen cierta cadencia especial y perceptible . La Bibl i a

está escri ta casi en verso,y muy casi . E l Contempus¡Wundi , l l a

mado vulgarmenteKempis,es un M iserere un D eProfundis, un cán

t ico sagrado . La prosa de Castel ar , que es el más conspicuo representante contemporáneo de la prosa genuinamente española ,es

, en

resumen,una sarta de octavas reales agrandadas En la de Renán

abundan versos ; y en la profética de Carlyle , mástodavía .

S i l e digo á Ud .,amistosamen te

,Sr . D . AngelFranco , que aj uste

su prosa al asunto de que trate . Si este esseco ,árido

,séalo el la . Si

es doctrinal,que sea cl ara . Pero si l lega elentusi asmo ,

precedido

por los redoblesdeltambor ; siflamean los ideales ; si cal ienta el sollas bayonetas

,que surj a de esa prosa elyamboflulmíneo que éntre

el verso batal l ador por en tre susfi l as apretadas , como entra el toquedel clarín sacudiendo las soñol ien tas energias .

Entonces la rse retuerce , retumba el período ,relampaguea lafra

se descarada,raya la pluma el papel en que escribimos , ruedan ru

giendo l as palabras ;y al término , en l a cumbre , se clava la bandera ,orgullosa

,flameante

,l l en a de vida

,l lena de calor , l lena de sol . Poco

importa que el verso entre ; es un al i ado . es l a música del regim ien to .

Cuando cae la tri steza len tamente,surge el verso

, por lo mismo

que al anochecer van bri l lando las estrel l as , trémulas como las lá

grimas .No l e dej emos afuera ;está solo , está desnudo , pidehospi tal i dad iba á ser Elegía ,

pero sus padres l o dej aron ! Es buenoque l a prosa tenga versos en ciertas ocasiones

,porque es bueno l lo

rar,y suele ser e l verso una l ágrima caida en el papel .

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Page 312: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

E L M A E ST RO

R E CUERD OS .

En Agosto de ochenta y nueve Altamirano sal ió para París . E laLiceo Mexicano » le dedicó una velada á l a que no pudo asisti r ;y

en aquel en tonces escribí para el l ibro que á Altamirano consagra

mos,el artículo que copio abaj o

Teníamos razón de tener m iedo !

Pensaba haber dicho algunos versos en la velada que ded icó el

Liceo Mexicano » alMaestro que se va ; pero losversos me dej aron . All i van losapuestos cabal leros :¡elpaj e con su halcón prendidoal hombro ; el doncel vestido de seda; el capi tán con su coraza de

bruñido acero ! ¡All í van losblancos penachos de pluma , l as lucientespicas de l as l anzas ! Miro la nube de polvo , oigo elgalope de loscorceles ! ¡Al l i van mis versos ! Entro á mi poesía ,

y es un casti l losol itario . Los leños de la chimenea , ya amaron , ya ardieron . Cnelgan de losmuros algunos retratos de hombres torvos . Las grandesarmaduras aguardan cuerpos quesefueron ,

como loscadáveresaguardan almas que volaron . Este casti l lo no puede ya hospedaros ,¡oh maestro ! Está en ruinas .

Algo nuestro va á i rse en esa nave que espera en la bahía . Todos tenemoscon Altamirano próximo parentesco i n telectual . Es elautor de sus preclaras obras

,y en mucha parte es el coautor tam

40

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3 14 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

bién de casi todas las obras buenas de nuestras dos úl timas gene

raciones l i terari as . Ha si do, por el voto unán ime de todos l os escri

tores l iberales , algo asi como Presidente en la Repúbl ica de las letrasmex icanas . E l ha procurado independerla ,

desvincularla,en cuanto

esconven iente y razonable,de la l i teratura española . Su influem

cia , pues , ha sido efectiva , trascendental y provechosa . Ha aconsej ado , ha alentado , ha dirigido . Por j uro de heredad es elmaestro .

La influencia de D . Ignacio Ram irez y aventuro con miedo,

pero en concienci a,esta idea ,

— nofué tan efi caz en la l i teratura . Se

sien te másen eldesarrol lo pol í tico de México,y menos en el arte .

Ram irezfué de los grandes demoledores,y como buen escéptico

,

desdeñoso delvulgo,poco amigo de dar de su espír i tu en comunión

á la general idad,fi losóficamente egoísta . Su burla alej aba . Era su

pensamien to de difíci l acceso,como fortaleza al zada en la cumbre

del peñón másárido y másal to . Ven ia Ramírez de l as persecuciones

, de los calabozos , de los destierros , y venía , no con odios , perosi con amarguras,si con desesperanza ,si con incredul idad ,

si condesprecios . Podría deci rse que ,

como Dante,regresaba delinfi erno .

Sentía el agrio dej o de su vida azarosa . Su pereza no era modorradelentendimiento n i egoísmo signifi caba lo que el a quoi bon? esori to por Lamartine en la úl tima página delcontem;busmundi . ¿Paraqué . ¿Para qué escribi r ¿Para qué luchar . ¡Todo

esinú ti l ! E l Nigromante no sembró ; no creía en lafecundidad dela t ierra :se le cayeron de l as manos muchas simientes y de ell asbrotaron las espigas . Ya unavezadmitidos en su intimidad ,

ya una

vez hospedados en su castil lo,veiamosle talcual era , hon rado , bon

dadoso,sabio . Pero ¡cuán escabrosa la subida ! Acaso ninguno de

nuestros pensadores descendió á tan hondos abismos como él acason inguno l legó á cumbres más al tas ; pero , al volver á la t ierra , Ra

m irez se reía de nosotros . Su Laura estaba en la cuarta esfera delPetrarca su Beatri z en el paraíso . No cantaba sus dolores porquetemía que h iciéramos mofa de sus lágrimas . No enseñaba , más delo que enseñó

,porque temía que no aprendiéramos .

Abrid lostomos de sus obras . D iríase al leerl as que visi tamosruinas clási cas . Y noson ruinas , sino acopio de preciosos materi alespara construir un soberbio edificio . All í hay mármol , al l i hay oro ,al l í hay piedras preciosas;all í hay arcadas , al l i hay plintos, al l í haycapi teles

,volutas

,frisos de l abor exquisi ta

,pero todo está dispe rso ,

y todo adrede arrinconado . Parece que el arqui tecto , como entre

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3 16 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

Es un prodigio : da todo lo que tiene . No estudia parasi,estudia

para todos . Su intel igencia no es avara,nada guarda . Altamirano

es un admirable man irroto que á nadie escatima su talento . E l d ij o :D ejad que losninosse acerquen á mi ! y fué dueño de toda una generación ! Esos n iñosfueron hombres;esos hombresson célebres;¡yson suyos !Por tener talespíri tu de propaganda

, por sen ti r tal amor , Alta

mirano— y estosi l o digo si n miedo y en conciencia esmáspoetaque Ramírez .No es poeta arcaico , pero no porque no conozca á ma

ravilla,no porque no ame á l os poetas latinos y á los griegos

,sino

porque alentrar l a poesía clásica en sus versos,entra previo el requi

s i to de que Altamirano la natural ice y le dé carta de ciudadan ía me

xicana . Léanse LasAbejas. Descienden de las abej as deHymeto

pero son de México . En susNa ranjospueden posarse lascigarrasque oyó cantar Virgi l io ; pero son naranj os de nuestra tierra .

tros poetas americanos— este esvicio detestable,

—han exage

rado muchísimo lo que l laman algunos elcolor local. En Cuba hayvates que loson nada másporque riman mamey con siboney y concarey . Esa poesía emborracha como el olor de un plantío de chirimoya ó guayabo . Altamirano es un poeta americano

,por excelencia

americano,pero que habla en correcto español , y que antes deser

americano,ha sidofrancés

,ha sido lati no

,ha sido griego .

En Al tamirano,al par que una intelección perfecta de la poesía

clásica,existe el culto á la poesía moderna ;y en lospoetas próceres

de la antigiiedad ,y en los poetas del romanticismo

,y en losfran

ceses de l a época presen te,y en los alemanes como Heine

,y en los

ingleses como Tennynson ,y en losportugueses como Herculano ,

y en losde Norte y Sur América ha l ibado la miel que dest i lan susversos y que resul ta ,fi l trada por su ingenio , esencialmente mexicana . Esto es ser , en real i dad ,

un poeta original : no inculto , noignorante

,no sólo inspirado

,no espontáneo nada más , sino del iberado

ysábiamente original .Pero en Altamirano

,el l i terato es talvez superior al poeta . No

tenemos otro l i terato másl i terato que él . Tendremos mej oresñlólogos, máspulcros habl istas esti l istas más bri l lan tes , eruditos quehayan ahondado másesta o aquel la mina delsaber; pero no tenemosn ingún l i terato superior á Altamirano . Literato á la manera de

Sai n t Beuve crítico que es artista ; erudi to que resuci ta la bel leza ,no erudito de esos que parecen indices en una palabra : Altamirano

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MANUEL GUTIERREZNAJERA. 3I7

es el l i terato que pintaba Lessing,el que ama apasionadamente las

letras y es apasionadamente amado de el las .»

Tan l i terato y tan poeta es , que al escribi r acerca de él , me olvido

de los muchos otros títulos que tiene para pasar á la posteridad ,ré

vestido de gloria,y para merecer nuestra grati tud . Pero no quiero

ya n i encarecer esta su i lustre primacía . Lo que Altamirano vale ,sólo como l i terato y como poeta

,nose dice , no cabe en un artículo .

En éste,el amigo se despide del amigo ; el soldado raso presen ta el

arma á su general en j efe !De todas maneras

,habría preferido hablarle en verso . Más

á propósi to es el verso para expresar i ntensas emociones . Hacer unj uicio crítico del maestro

,me es ahora imposible . Puede ser que sus

obras tengan defectos . pero,en ese i nstante

,al despedirme de

él,no se los hal lo . No quiero , por egoísmo y por caridad , por no au

mentar la pena mía y la pena de los otros,hacer memoria hoy de

todas sus vi rtudes .

Quisiera,cobardemente

, que no fuera un gran l i terato , que no

fuera un gran poeta , que nofuera un gran amigo , para verlo parti r

con oj os serenos . Va á ser úti l á l a l i teratura nuestra en Europa ;después de habernos educado

,va á darnos á conocer . y

,si n em

bargo . ¡yo quisiera mej or que no se fuera !¡Vamos . E l hombre siempre es n iño ! Y el n iño tiene siem

pre miedo al mar . y l lora cuandose alej a de sus padres !Este artículo no es un j uicio crítico

,no esnada . No dice adiós al

maestro; no le dice hasta luego » . l e dice,sencil la y tri ste

mente : ¡Volved pronto !

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320 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

sus manos en las rodil las,y se diría que ve j ugar á los traviesos n ie

tezuelos. Sati sfacción en la carne ; resignación en el espiri tu ; eso eslo quese adiv ina en el retrato . Hombre más hecho de nervios , nohabría l legado como Renán y con la propia avidez defe ,

á la edadde setenta años . A ese amante desgraciado de la rel igión ,

le dió la

materi a sus inullidosalmohadones para que descansara , para quesonara . En su orien tal letargo con templaba á Sulamita entonandoelcantar de los cantares . La voluptuosidad cerraba aquellos oj os ,cuando iban á l l orar

,con dos fragan tes pétalos de rosa .

Ve uno el retrato de Musset,y alpunto dice :— ¡ese pobre poeta

que sufre tan to,bebe mucho !— Y se exclama al ver este retrato de

Renán —ese no bebe,come y ama bien .

Pero adentro de esa materi a densa,tras la capa de grasa quefor

mó la vida providente para que en el l a se embotaram los tiros del

dolor,hay un espiri tu inquieto que cae en sopor blando á la hora

de los postres ;pero que suele despertar , erguirse , y deci r supl icante :

¿en dónde estoy ? ¡quiero irme á casa ! Ese espíri tufué otro ; lo euluta como -la sombra de una catedral ; l lora á un padre que tuvo yá qu ien acaso ya nunca h a de encontrar . Ese espiri tu ,

impaciente

desde la niñez,sal ió del Seminario de San Sulpicio para i r á Pales

tina y ¡ay ! ¡é lsi quefué á la conquista de un sepulcro vacío !En ese enterró al Jesús de barba rubia

,y alrededor de ese monu

mento anduvo siempre,como las santas muj eres

,pero esperando

en vano que Jesús resuci tara .

Toda la existenci a de Renán,esuna perpetua , i núti l correría por

T i erra San ta . Ni sufe i da , n i su hermana muerta revivieron . Volvió desnudo como la verdad

,y triste como el la .No engañó , dij o

todo : no tengo nada !Bien sabia que

,al deci rlo

,desgarraba corazones buenos y para

él queridos ; desataba losmás estrechos lazos ;se iba de los suyos;pero no quiso menti r .

Había él nacido,no para los grandes éxtasi s de Patmos

,perosi

para los deliquiosm isticamente amorosos de Teresa de Jesús . Sucanto requería , como acompañamiento , la rel igiosa voz del órgano .

Y con haber ocultado su incredulidad,con haber dicho hermosa

mente elsalmo que esperaban las piadosas muchedumbres , habríasido por fuerza el sumo sacerdote , el corifeo de la oración .

Prefi rióser sincero . Y despidióse del amor de losque amaba , y latr isteza de la despedida rodea como de luz crepuscular toda su obra .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 32 1

Cuando la materi a de Renán dormi ta ,el pensamiento de ese nos

tálgico ,á modo de golondrina que busca el viej o n ido en la torre

de un templo,vuelve á su amado San Sulpicio

,y desde la ven tana ,

sin arrodil larse,porque l as aves no se arrodil lan nunca , oye l a misa .

Parece que deseaba reconci l iarse , sinfalsía ,con aquel los que por

deber le desterraron de su comunión . Ehizo un Jesús humanamented ivi no , un San Pablo hermosísimo pero su Jesús era hombre ; y suPablo era apóstol

,y lo que le pedían sedi en tas turbas , era un Dios

y era un Santo .

¡Qué páginas tan melancól icas hay en los Recuerdosde Ínfanciayj uventud y en lasHojasD es

_t rendidasl E l i dioma francés canta enlos labios de esa prosa marmórea de divina elegía y el supremo epitalamio . Ningún gemido desgarrador como el de Job : el eco solamente de sol lozos lej anos .

Habia baj ado Renán á las profundidades de las lenguas semíticaspara hal l ar la pal abra sagrada ;mas no pudo hal larla . Habia dichoá la estátuaz— ¡sé dios !— pero no se an imó aquel blanco mármol ,como antes se habia an imado el de l a amante Galatea . Había idocon sed , con hambre y con fatiga , siguiendo alpueblo de Israel ensu penosa caminata ; pero no columbró j amás el Monte Nevo .

La ún ica car i tativa para con él,fué la esperan za . Murió pensando

que tenía un Padre desconocido al lá en loscielos . Y su amargura,

cuando la voluptuosidad le abandonaba , era la de pensar que no lequerían

,que no pod ían quererle tantos espíri tus honrados , tantas

a lmas puras !

¡Cómo en esos i nstantes de honda tri steza que se d ibuj an en susl ibros

,habría deseado tener una fe i nmensa , para darle algo , si n

quedarme entre sombras,de la mía !

¡Y cómo me indigna ver lo que ya ese pensador había previstola l luvia de i nj u rias cayendo sobre la losa de la tumba ! Para él , queamó tanto á su fe muerta y que mantuvo siempre viva la osci lantelámpara de la esperanza

,los que tienen deber de amar no han te

n ido ni tienen caridad !En su último l ibro están sus ú ltimas y sinceras pal abras : orad

por mi .»

Hoy esos oj os,cansados de esperar , yase cerraron . Aqu i yace

el que mucho é in tensamente quiso creer,pero no pudo .

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3 22 MANUEL GUTIERREZNÁ]ERA.

Mi articulo sobre Ernesto Renán produj o,en cierta prensa

, una

marej ada de insul tos , que se rompe en el pedestal de la estátua levan

tada por la admiración universal á ese hombre honrado y grande .

Dij e que su método fi losófi co no era elmío ; y con toda mala fehánme querido presen tar como incondicional devoto suyo . Pero mi

obscura , i nsignifi cante personal idad no hace al caso :si l astima átodo espi ri tu recto el ver inj uri ado á quien respeto merece y de autemano había perdonado á sus i nsul tadores .

Cuentan que Renán , moribundo , dij o á un amigo : <<Yo no sé en

qué forma volveremos á vernos,pero nos veremos .

» Y un periódicodice

,comentando esa frase

, que el l a desmien te la vida toda de Renán . ¡Oh qué ignorancia !

Abro uno de los úl timos l ibros que publ icó,el Porvenir de la

Ciencia ,y leo lo siguien te

Fuiformado por la Iglesia ,debo á el l a lo quesoy ,

y j amás lo ol

vidaré,Porque me separó de lo profano

,le debo y tengo grati tud .

Aquél á quien Dios ha tocado , es y será siempre unsér disti nto delos otros ; haga lo que haga , estará en toda época fuera de lugar enmedio á loshumanos , l leva una insign ia ,

y por esa insign iase l ereconoce . Para él no son h alagiieñasl as promesas de losj óvenes ,y para él l as j óvenes no sonríen j amás . Desde que él miró á Dios

,

le cuesta trabaj o hablar : ya no conversa de las cosas terrenas . ¡Oh

D ios de mi j uventud ! Por l argo tiempo esperé volver á T í , con lasbanderas desplegadas

,con la al t ivez de la razón triunfante

,y acaso

he de buscarte humi lde y vencido, como débi l hembra ! »

En otra edad ,Tú me escuchabas ten ía la esperanza de volver á

ver tu rostro , porque me oías y con testabas mi clamor . Y he vistodesmoron arse el templo

,piedra tras de piedra ;y ya no hay ecos en

el Santuario,y en vez de aquel al tar

,adornado con dulces y con iló

res,miro erguirse an temi un al tar de bronce , contra elque va á rom

perse la plegari a ,desmantel ado

,adusto

,sin tabernáculo n i imáge

nes, y por lafatal idad ensangren tado . Es culpa mía ? Es tuya? ¡Ah !

¡Con qué agrado golpearía yo mi pecho . si aún esperase oír aque

lla voz amada , que en otra edad me conmovía ! Pero no ; sólo quedal a naturaleza i nflex ible . Busco tu ojo de padre , y sólo hal lo la ór

bita vacía y si nfondo del infin ito busco tu frente celestia l , y choco

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324 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

De modo que las torres de las Catedrales,l as torres cuyas aguj as

góticas parecen precavernos y salvarnos de los rayos d ivi nos,están

bien clavadas en l a tierra,y no hay poder humano sufi cien te á arran

carl as . Necesitamos hablar de lo eterno . E l materi al i smo haceeterna l a materi a . El se hace D ios

,puesto que puede concebir l a

etern idad , y se desposa con lo inan imado .

Los santos salen corridos de una iglesi a cri st iana de París ; pero

entran á el l a los poetas,lossabios y los héroes : otros santos ! La

human idad cambia de amantes,pero siempre ama á dioses .

Renán se fué despid iendo con mucho cariño y con much isima

tristeza de sus creencias cri stianas; pero cómo sin decirles ¡adiós !

s ino ¡hasta luego ! —Adiós ¡oh mi Jesú s ! Yo quisiera que fuerasd ios , yo creo que lo mereces y te haria dios , si pudiera . pero mis

maestros dicen que no lo eres y que te dej e y que me vaya —Y Renán entierra á Jesús , y con su talento gen ial de i nsigne lapidario ,le erige un monumento de mármol

,un admirable mausoleo

,La es

tátua del Nazareno l a esculpe é l y,aunque nosdiga el autor que es

la estátua de un hombre, nosotros repl icamos : ¡no ,ese es ángel !

,Adiós— dice Renán ,

—oh mi San Pablo ! —y lo sepul ta en un

sarcófago de alabastro . Ya que no puede darle l a inmortal idad del

cielo , le da esto que aqu i l lamamos inmortal idad : l a duración del genio en l a memoria de loshombres .

Pero todas estas despedidas fueron muy tristes para el historiador no . para e l arti sta excelso . Sal ió del templo ,

como saleel novio de la casa de sus padres cuando va á casarse

,l lorando y

sin saber si_en el nuevo hogar seráfel iz . Másclaramen te dicho : no

sal ió , se lo l levaron . Elera dichoso en la casa paterna , pero queriasermásfel i z , y amaba á l a ciencia que después

,á lo que parece ,

le causó muy grandes desengaños .La úl tima i lusión de su vida es la úl tima i lus ion de todos; l a de

vivi r más todo lo posibl e . Y como está seguro de que el cristian i smo há de v ivi r más que su nombre— y aldeci rlo creo que tributoá Renán el elogio supremo

,— quiere l igar sufama á esa rel igión que

era su novi a y á qu ien dej ó por otra , pero sin olvidarla y querién

dol a másy más cada dia . Quiere entresacar de sus l ibros páginashermosas , que puedan ser leidas , no ,

rezadas en l a Iglesia,por la

anciana triste que va en busca de consuelo , por la mujer que sufre ,por la j oven que espera . Esa inmortal idad , l a del l>reviario ,

la del

libro de oraciones , es la que codicia y ambiciona . Hacer que crean

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MANUEL GUT IERREZ NÁJERA . 325

y esperen y amen lasbuenas almas,es lo que desea y lo propone

hacer é l que no cree . A que l leguen á Jesús , entre nubes de i ncienso , l as palabras de él que no cree en la d ivi n idad de Jesús , es álo que aspi ra . S i fuera posible— dice en su último artículo , —vivi rotra vida

,renacer en otro cuerpo , si la transmigración de las almas

(que es el ún ico error en que yo no he incurrido nunca) , fuera unhecho , yo anhelaría , en otra existencia , ser muj er .

Irrita que á quien ha hablado con amor tanto de l afe le insultenlos creyentes . Lo había previsto

,lo había sufrido y lo había perdo

nado .

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328 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

en sus <<Yambos» pasó para no volver,como el redoble marcia l de

lostambores que despierta en las al tas horas de la noche á los tranqui los habi tantes de una aldea . E l regimiento pasa

,el redoble se

a lej a , se desvanece poco á poco,y las ondas sonoras vuelven á cerrarse como la superfi ci e de un lago rugada por la caída de una piedra .

La glori a , esa querida de un momento , abandonó al poeta . Barbier

corria tras el la como un i nsensato ; pero la esquiva d iosa azuzaba

con el acicate de oro su montura alada yse perdía en lasnubes delOl impo .

Causa pena segui r con l a imaginacron esta carrera de la tortugatras la C i erva . He le ido alguna de esas obras que Barbier publ icó

,

después de sus terribles <<LosCantos Civi les y Rel igiosos,» <<Las R imas Heróicas

,» LasS ilbas » y <<LasSáti ras .

»

E l poeta se esfuerza en vano . Una musa indignada alej ó de suslabios l a trompa heróica . E l ángel , vibrando su espada de fuego ,

quedó guardando elpara iso . Su i nspi ración estaba muerta y quisoembalsamarla ;mas el cuerpo disy ecto ,

adobado con ungiientosvceñ ido de bandeletas

,exhalaba el olor de loscadáveres .

Las obras en prosa de Augusto Barbier son insignifican tes . Yo

conozco solamente dos : Tres Pasiones » é Histori as de Viaj es .»

Esta última se publicó en París ha pocos meses . La posteridad , que

h abía ya comenzado para Barbier,discurriendo sobre la nul idad de

sus obras posteriores,l legó hasta sospechar que los<<Yambos» no

eran exclusivamen te suyos . E l poeta , como el Carlos V legendario ,presenci aba sus propiosfunerales . Elpoeta se sobrevivía .No quedan , pues , del can tor i ndignado ,

más que los hemistiquiosenroj ecidos de sus Con el los se h abía presentado á la in

mortal idad , y esafué lagran l l ave de bronce que le abrió las puertasde l a Academia

,en competenci a con Theophi le Gautier . Aquel lavez,

hablando del pagano autor de los<<Esmal tes y Camafeos , » Barbierpudo deci r lo que Pirón decía refi ri éndose á Vol taire : E l hace mosaicosy yo estátuas .

» Pero aquel la vez,Barbier habia mentido como

Pirón mintió . Los mosaicos quedaron en el Vaticano y las estátuasfueron á esconderse en los telarañososaccesorios de un teatro .

Barbier no es , como lo quieren sus admiradores , el gran poeta nacional . La t ierra necesi ta la honda herida del arado para que la

semi l l a arraigue yfructifique . Las naciones necesi tan que el dolor ,ese arado , l as desgarre , para tener una poesia verdaderamente patrió tica . Barbier pertenece á lafalange de los poetas pol íticos

,no es

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 3 29

un poeta nacional,es un poeta de partido . Ataca una pandi l l a , un

grupo aisl ado ;pugna con determinada corrien te de la opin ión , como

el nadador que sigue río arriba,l ucha y bracea contra la corriente de

las aguas . Francia no había ten ido poetas nacionales , propiamentehablando . Lamartine

,Víctor Hugo , Soumet y Gu iraud ,

cantando el<<Nacimiento delDuque de Burdeos , » <<Las Vírgenes de Verdun ,

» l as<<Víctimas del 2 1 de Enero r y de Luis XVI I , » hacianpoesía monárqu ica . Méry , el marsellés y Barthélemy en la <<Véme

si s » pon ian su musa á sueldo de lasarmas napoleón icas . E l m ismoV ictor Hugo en sus no es el poeta nacional

,en la acep

ción legítima de esta palabra,es elpoeta de la l ibertad : es elgigante

que golpea con su férrea maza sobre el yunque de Francia á todoslos ti ranos . Como Lamartine en su Marsel lesa de la Paz ,

» no hace

poesia francesa,hace poesía universal . Para el t itán no hay divi

siones ni barreras,su mi rada se espacia por los cuatro ángulos del

hori zonte y pasa por encima de la montaña ,como elágui la ; en su

ret ina poderosa se reflej an los i ncendios de Varsovia ,l as convulsio

nes deHungría ,l as heróicas pugnas de Grecia . Llegan á é l los cua

tro vientos delespiri tu,y su oídose i ncl i na á todos los dolores . Ese

es eleco majestuoso que repi te lavozdol iente de todas lasconn as.A cada herida que la humanidad recibe

,sangra su pecho . Por esa

boca hablan los siglos . No es el poetafrancés,sino el poeta humano .

Barbier pertenece á la categoría de los poetas pol i ticos . Su obraestá l igada con las pasiones de momento y losideales perecederos .

Franci a no tuvo una poesía propia hasta los d ías aciagos de la guerra franco—prusian a .

E l arado pasó por el la abriendo un hondo surco,y el dolorse hizo

carne . Lospoetas nacionales de ese período angustioso , son Sully

Prudhome, Derouléde y Coppe. E llos encontraron el gri to que lanza

l a leona cuando le arrancan sus cachorros : la elocuencia i ndignada

del dolor . Beranger,el gran poeta de carácter nacional , el ponti

fi ce del buen sentido—poutífice que usaba en vezde tiara un gorrode dormir

,

— no hal ló j amás esos arranques vi ri les de águi la desan

grada , másno muerta . La poesía de Beranger , es la poesia del Bon

homme cantada porNadaudI l pleut ? j'a i mon parapl uie !I l faitfro id ? j'a i mon manteau !S i , par hasard , je mennuie ,

Je m'en vais, vo ir couler l'eau !

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330 MANUEL GUTIERREZ NA]ERA

Lospoetas de la guerrafranco—prusiana no cantaban después decomer , n i escribían oyendo el cadencioso hervi r de la grasa en la ol l a

del puchero . Escri bían ayunos,escuchando el rodar de las curenas

y v iendo cómo la metral la rompía en elai re negrosuflor roj a .

Barbier no alcanzó esa glori a augusta . La sáti ra no puedeflamearnunca tan al to como la verdadera poesía patriótica . La sátira se

arrastra ;la oda vuela . Mas en lai

categoría de lospoetas pol iticos ,Barbier ocupa uno de los primeros escabeles . Su verso canden techirriaba a l tocar l a carne v iva . Pero el hierro se enfrió sobre eldesnudo yunque

,y el poeta no volvió á hal lar el horno incandes

cente de otros d ías .

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332 MANUE L GUTIERREZ NAJERA .

mo hermosa , sale poco á la cal le : asi que , cada vez que l a vemoshemos de saludarl a con cariño y detenerla con respeto para sabrosamente conversar .

Ya está , Manuel , mi nuevo joven y gallardo huésped ,en el aloj a

miento pobre que muy de buena volun tad le d i ;no entre l ibros queated ian á los poetas

,n i oprim ido por gruesos volúmenes

,n i revuelto

con plebeyos n i manoseados papeles,s ino en la sala de armas donde

esplenden los TROFEOS de José Mar ia de Heredia , el oríñce insuperable del SONETO . Ahí le tengo para que pruebe las armas con Abe

lardo López de Ayala y Numa Pompi l io Llona ,losdossonetistas más

ai rosos y d iestros que conozco de cuantos esgrimen habl a castel lana .

Ti ene Ud . ,buen amigo

,entre otras varias cual idadesseducto

ras , una que por igual cau tiva á cabal leros y á damas : el valor . Confiésole que me desespera y pone miedo la perfección del soneto , no

producto de muy pacien te labor china,como quieren algunos , sino

obra de prócer mosa ísta . Sain t Benve , en un rasgo másde poeta quede crí tico , defi n ía el soneto diciendo que << esuna lágrima dentro deuna gota de roc io . Qué trabaj o elde encerrar aquel la diáfanaamargura dentro de esa fresca l impidez¡Y qué di ré deltalsoneto , después de haber le ido y releído Les

de Heredia ! ¡Ah ,en verdad abruma la impecabilidad de

ese poeta ! Si no fuera porque es del i to blasfemar,diría que á ratos

causa l a vi rtud artística,si n arrugas n i máculas

,del Arístides que

nombré .

Ningún poeta francés de l a época presen te , ni Leconte de Lisle ,le supera en pulcri tud

,en l impieza

,en atav io imperial : ha escudri

ñado todos lossecretos de l aforma ;ha vencido todas lasdifi cul tadesy todas las asperezas del id ioma ;doma la idea , pule lafrase , esmal tal a imagen ; rebusca elvocablo que esculpe

,que colora ó que canta ;

traza con inflexible precisión la l inea ;redondea por sabio modo cadaángulo ;y cuando el soneto , ya acabado , alai re l i bre , prende y ma

tiza losrayos de luz en susfacetas,no corre n inguna gota de sudor

por la apolínea fren te del artista , n i algo sal iente , hinchado en sumusculatura

,indica elpuj ante esfuerzo que requirió la magna obra .

Con razón dice de é l Jul io Lema itre que h a escri to sonetos tan l lenosque valen tan to como largos poemas y tan sonoros que , bastandola voz humana para recitarlos

,se ha menester deci rlos en bronc ínea

trompa … » Paul Verla i ne,refi riéndose a l mismo Heredia ,

ha dichoque el soneto ha tenido en ese espanol singul armen te francés ,su

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 333

gran poe ta defini tivo ¡Oh ,á esefastuoso soberano del ri tmo ,

delcolor y la euri tmia

,hay que acercarse con las manos l lenas de done s

y los oj os baj os !

¿Traduci r á Heredia en verso castel lano . ¡Qué locura !

¿Hacer sonetos después de Heredia . Qué temeridad ! Y si n

embargo , Manuel Ud . tuvo ese arroj o ,fué temerario , noble y al ta

mente : l aFortuna prometida á los audaces , l e ha premiado . Como los

CONQUISTADORES que pin ta Heredia en admi rable soneto , yendo á

la conqui sta del fabuloso metal que Cipango acendra en sus lej a

nas minas,partió Ud .

,hendiendo el azul fosforescente delmar de

los trópicos » que le halagaba como en sueños con áureos y perennes

espej i smos, y asomado en la <<carabela blanca vió surgi r delpiélago

profundo y remontarse a l cielo desconocido,nuevos astros .

La tarea debe haber sido improba . En eli dioma castell ano—dice

un crítico muy entend ido,Don Manuel de la Cruz— menos traba

j ado que el i dioma francés y por su indole menos expresivo ,acaso

Heredia no hubiese podido ej ecutar sus maravi l losas min i aturas del íneas

,colores y sonidos .No obstan te su sonora pompa y su tenden

cia i ngéni ta á l a ampl ifi cación, que lo hacen tan apto para el enfe

mismo,por la misma opulencia de su caudal , cont iene todos los

elementos propios para real i zar en prosa ó en poesía labor idéntica

á la real i zada por Hered ia en su lengua adoptiva . Pero esa opulencia del castel lano redunda en daño suyo : raro es el escri tor cuyovocabulario corresponde á la riqueza delid ioma ;muchos i terat ivos a l

par que tantólogoshacen pensar en la lucha primitiva del cerebrode un cafre , preparado para manej ar dialecto rudimentario de al aridos y si lbidos

,y empeñado en adoptar por instrumento de expre

sión un id ioma próvido ,de matices i ncontables que lo anonadan y

ahogan . Recuerdan los más el estado del hombre primario ,i nerme

ante la fi era armada de sus garras,desnudo ante elsolque lo tuesta

y el frio que lo entumece ; i gnorante de que baj o elpedruzco que

pi sa su planta desgarrada , está el hi erro con que puede abati r á losreyes de la selva ;en l a h ierba , lafi bra que puede l ibrarlo de l as quemaduras de l a l uz; y en el vel lón de l a ovej a ó en el copo de nievedel algodonero

,la lana que lo escudará de losdardos punzantes de

los hielos . Nuestro arcaísmo no es , en rigor , l a moneda que pierdesu ley en l a ci rculación ;es la hoj a de Toledo que la incuria y la ignorancia abandonan á los estragos de la i ntemperie y á la voracidaddel tiempo . Así se expl ica que un fi lólogo cómo el venezolano Ba

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

ralt cal ifi cara como espúreosgal icismos numerosas palabras del másrancio abolengo

,y asíse expl ica

, en consumados habl i stas , el horror i nvencible al neologismo

,aunque éstasea la expresión de una

necesidad inelud ible .

Usted,Manuel , ha sorteado en susFLORES DE IRIS losobstáculos

másrecios ;ha escogido bien laspalabras para producir determinadassensaciones y su trabaj o prismático deslumbra , como que reflej ay despide

,en haz de bri l lantes dardos

,nuestra luz ;encan ta por su

tersura y pul imento , como obra de tenaz y óptimo lapidario . La no :

ta más grave que el ojo humano puede percibir esel roj o , dice Briat ,y la nota más aguda eselvioleta : entre esas dosnotas extremasestán comprendidos todos los colores del iri s .

Delroj o al violeta se extiende eldominio señori al de Ud . Pro

ceden de Heredi a esos sonetos qué mayor elogio ! por laformapolicromática y cincelada :son rigurosamente Qué

col lar tan rico ! ¡Para cuello de reina oriental lo trabaj aron ! Del áu

guloflotante de Iris <<la aérea y vaporosa,» de Iris la que en sus san

dal ias y en sus hombros l leva alas de oro ; l a que l leva en la diestra el

cadúceo y en la sin iestra mano el canast i l lo colmado de j ugososfrutosla de tún ica larga y breve pie , cayeron esos sonetos luminosos

Cuentan los am igos íntimos de Ud . ,que no le costó esfuerzo ni

perseverancia el escribirlos : al ci elo azul,cuando anochece , no le

cuesta trabaj o hacer estrel las .

¡Qué magn ifi ca es, Manuel , la j uventud ,si el gen io la fecunda !

Siga Ud . amando á l a mensaj era de los dioses , siga ascendiendo

por el arco—i r is que une las profundidades delOcéano con la cumbre

del Monte Ida,y cul tive el soneto ,

<< l a estrofa ún ica cuyasimetría

nace de la semej anza de una sola serie con un tipo mental conocí

do .» Ame la luz . y no olvide á la dol ien te y pobre sombra , que

también la sombra tiene astrosLemaitre aconsej a á Heredia esto :hoj ear

,an tes de acostarse

,catálogos de espadas

,armaduras y mue

bles an tiguos ;pero a l propio tiempo ,echarse de bruces con másfre

cuencia sobre la roca musgosa en que soñaba Sabinula . »

Yo me permi to aconsej ar á Ud . que á veces guarde una lágrimadentro de irisada gota de rocío .

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336 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Pan el dulce caramil lo ;brota Ci terea de l as húmedas ondas de Neptuno ; despiertan l as n infas de losarroyos y corren j uguetonas porl as azul adas montañas de Thesalia ;aparece un nuevo reinado de Saturno

,un nuevo día de Astrea ;Narciso ,

elhij o de la cerú lea n infa ,Kiriope ,

torna á emprender su marcha por losbosques con el arco enla espalda

,laflecha en la mano , enamorando á lasflores que doble

gan hum ildes sus corolas para mori r dichosas á sus pl antas ;Diana ,la casta reina de l as noches , baj a á besar lafren te de Endimión dormido ; las náyades se bañan en el l ímpido manantial que brota deesponj osa peña ; se pueblan desilii deslos ai res , de driadasl as cavernas ;Eolo refrena el al ien to ó desencadena á su sabor loshuracanes;l a n infa Hesperi a enjúgase el cabel lo en las ori l las del Cebreno ;Bacose corona de pámpanos

,Vénus demyrthos, Apolo de l aureles ;Circe ,

l a encantadora,vuel a rozando consusal as de i ncomparable n i tidez

,

l as crestas espumosas de l as ondas ;Tysifone ,con su cabel lera de vi

boras,su manto empapado en sangre , ceñ ido el cuerpo por un cinturón

de serpien tes,avanza con roj a y funerari a antorcha en l a sin i estra

mano,y l lega hasta el lecho donde

,con tranqui lo sueño

,duermen

Athamas y su esposa,y arrancándose sus animados cabel los , quesilban y desti lan veneno y chasquean y muestran roj as lenguas , los

esparce sobre el seno de sus víctimas,para que hinquensusdientes

y losmuerdan con terribles mordeduras , á l a vez que un venenoformado por lassubstanci as más letales del i nfi erno , se escapa y se d i

lata por los a i res , penetra en l os pulmones , los abrasa , y abrasa'también en el los la existencia ; l a hermosa Iri s extiende sus matices enelcielo como el pavo real su col a espléndida ;el roc io cuelga sus gotas

cristal i nas,desciende á los tortuosos senderos , á l as profundas tin ie

bl as,alhondo si lencio de l a baj ada de los muertos á la eternidad ,

abierta entre losmefíticosvapores de la l aguna Estigia ; y las plomízasaguas del río Lethco se pueblan de fantasmas , pál idos comola icrericia y terribles como el remordimiento , si n huesos y sin pelo ,pero con destel lofatíd ico en losoj os , semej ante alrevolotear defuegosfatuos sobre el sangriento campo de batal la ;y de todo este conj unto de monstruosidades y grandezas

,baj o un cie lo de cristal ina

transparenciaformado por losátomos que andan como l luvi a eternaen lo i nfi n ito

,moviéndose en danza perpetua y

,

compon iendo mis

teriososcirculos , ya cayendo en polvi l lo bri l lan te sobre las ténuesalas de l a mariposa, ya enrojec iendo l as tintas de la aurora , ó con

densándose en cri sta l de roca ó escapándose y desvaneciéndose en

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MANUEL GUTIERREZNAJERA . 337

elhumo ;á la ori l la de lagos apacibles no desflorados nunca ni porl as hoj as de una rosa 6 de una violeta , n i por l as alas de una ave

,

de un insecto ;baj o la sombra del plátano gallardo del Pi reo , de este

tálamo misterioso de la naturaleza , surge la estatua griega con el cán

tico eu los labios y la radiosa i nspi ración en la frente , simbolo deaquel l a edad de sín tesi s suprema , en que la vida del hombre y l a vidade la naturalezase confundieron yse i dentifi caron en el lecho de

amores de l a Grec ia !Esta resurrección maravi l losa de la mitología

,de esa augusta des

terrada de nuestra l i teratura ;esta resurrección de l aforma helénica ,d e la severaforma clásica , encerrando el espi ritu cri stiano como enurna blanquisima de mármol trae á la memoria el gran trabaj o de

unidad emprendido y l levado a cabo por elRenacimiento . A vecesme

i ncl i no á creer—Dios quiera perdonarme la blasfemia,

— que Ipand ro Acaico

,como poeta y como artista

,tiene no poca semej anza con

elapóstata Jul iano . Afuerza de traduci r á los bucólicos griegos,ha

l legado á impregnarse de ese perfume indefinible que , si lafrasese me

permi tiera , diría que huele á yerbafresca . Sus versos creyéranse talladospor un cincel hel én ico . Pudiera deci rse que su esti lo es trans

parente . ¡Cómo cobra nuevoser y nueva vida en esas pági nas l a proscripta falange de los seres mitológicos ! ¡Qué elegancia en laforma !¡Qué tersura en lafrase ! Vuelvo á decirlo : si no estuviera palpablemente convencido de lo contrario , afi rmaría que algunos de sus versospertenecen áa un poeta del Renacim iento .Nose encuentra en el losesa renuncia de la naturaleza que caracteri za á los poetas de los siglosmedios ; tampoco tienen nada del arte elegiaco ysatírico de los romanos

,verdadera descomposición del cl asici smo

,último suspiro del

d ios naturaleza;n i del arte m istico , desal iñado en laforma , pero castoy t iernísimo en elfondo ,

arte asceta y macerado de los primi tivos cri s

tianosno son teológicos como los tercetos delDante,n i melancól icos

como las raras cántigas de trovadores ysirventesiosprovenzales;no ,

a l l í la naturaleza celebra sus nupcias con el espíri tu,al l i el amor á

l aforma resuci ta ;creyéranse ideados en la Atica , á ori ll as de lafuente delIliso que murmura mezclando ese murmurio de sus aguas conelchirrido de la cigarra escondida en l os haces de trigo que el l abrador amontona por l as tardes;en las majadas y en los oteros queescucharon los regalados versos de Teócrito á la sombra de los ol ivos y los mvrthosdel val le de Colonna ;entre e l coro de ruiseñoresquese annaba á loscantos poéticos de Apolo desde lasramas y los

43

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338 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

l aureles delHimeto; en las ori l l as del Mediterráneo ,de ese claro

espej o que reflej ó á la Pi ton i sa rasgando su blanco velo , su coronade verbena , y arroj ando lej os desi el áureo ti rso que empuñaba enantes desde su excelso tripode

,y que recibi ó en su húmedo seno al

alma de la Grecia,de esa escul tora clásica del hombre

,caída como

estatuafunerari a sobre el derruido al tar delgenti l i smo .

Pero enIpandro Acaico ,al l ado de ese amor á la bel leza pláslica ,

encuéntrase l a i rreprochable pureza del espíri tu . Es elHomoD uplexde que nos hablan los antiguos . E l culto á laforma no l lega nunca ené l á sofocar l a idea . El misticismo

,esa evaporación de nuestro espi

r i tu , brota á cada paso de sus versos . ¡Oh ,y el mistici smo es una

fuente inagotable de poesía ! Santa Teresa de Jesús,escondida en el

ángulo másobscuro de su celda,abrazando con sus nerviosos brazos

los pies del San to Crucifij o;vestida de un sayal burdo y grosero , ceñida por durísima correa ;con las rodi l las en las duras losas y el a lmaen losespacios celestiales ; l lamando á grandes voces á la muerte ,porque la muerte no era para el l a másque la espada tremenda delarcángel que corta las l igaduras terrenales

,abriendo así l a cárcel

del espíri tu San ta Teresa de Jesús,decia

,es la másperfecta encar

nación de esa poesia m istica que trasciende á losl i rios orientales;deesa poesía erem ita y macerada

, que perdiéndose en i deal idades her

mosísimas,debe subir al cielo como las espira les del incienso

,de

j ando al espíritu del hombre sumergido en un éxtasi s del icioso . Enesta poesía asceta y fervorosa es también extremadoIpandro Acaico . T iene l a unción del peregri no que con lassandal ias todavía cubiertaspor el polvo venerado de laTierra Santa , oreados loscabel lospor lasbrisas de la Palesti na , apoyado en el bordón de viaj e , trayendo en su grosero saco de camino todo un tesoro de rel iquias pre

ciosísimas, l l ama á la puerta de humi lde hospedería , y mientras lafrugal cen a se prepara , rodéase de las curiosas muj eres que le dir igen una l l uvia de preguntas ; de losn iños , que , despertando de susueño

,se sientan en el pobre j ergón y con gesto asustado le contem

plan ;y all í , repasando su memoria , rel ata una por una las grandezas

de la T ierra Santa , extiéndese ante su vista el magn ífi co panorama de su viaj e

,y concluye su magnífi co relato con unaferventísima

p legari a .

Pero ¿sientan bien á losarranques místicos , á lasleyendas rel igiosas, á l as efusiones del amor divino , esos arreos vistosos y galanos

,esa vestidura espléndida y profana

,tomada ciertamente de los

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340 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

sufi ereza y á l as serpien tes de su astucia ;que un nuevo orden nacerá del seno de los siglos

,y la naturaleza se colmará defrutos y los

hombres de virtudes ; i rán las j uguetonas cabras al aprisco y entre

garán de grado sus tetas cargadas de leche ; el buey no senti rá el

peso desu yugo n i la yerba la mordedura de la hoz ; las adelfas perderán su ponzoña y las almas sus i nquietudes

,porque losantiguos

d ioses huyen y en el horizonte de lostiempos amanece el d ia eterno ,el d ia esperado

,el d ía bendecido de la nueva era

¡Cuánta melancól ica poesía encierra aquel preci05 15 1mo soneto consagrado á l a memoria de su padre ! Ausen te en lej anas tierras , cuando el pál ido espectro de la muerte vino ásentarsejunto á la apagadalumbre de su hogar

,eleva á l a memoria de su padre un cántico senci

l lo,y con honda aflicción convierte al cielo sus miradas : ¿por qué no

lefué dado sentarse á la cabecera de aquel lecho,en donde agon iza

ba l a prendamásquerida de su a lma ? ¿por qué sus tré mulas manosno cerraron aquel los párpados tantas veces humedecidos por sus besos? Sacerdote extraño le ayudó en el durísimo pasaj e á l a eternidad ; acaso elpobre anciano quería deposi tar en el seno de su hij osusú ltimas y santas confi dencias pero un inmenso piélago 105 se,paraba , y n i siquiera tuvo eltriste huérfano el consuelo dolorosisimo de acompañar al fúnebre cortej o hasta que l a ti erra hubiese yacubierto aquel los restos venerados y caros para su alma ! Podria apl i

carse á este soneto aquel la afiligranadafrase de Sain t Benve : es unagota de esencia encerrada en una l ágrima de cristal .

Ipandro Acaico podrá noser un gran poeta ;pero es seguramenteun gran artista .

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A LFR E D O SA B LOT .

Acaba de mori r el más val iente,el más elegante . el mássimpá

tico,el más hábi l revolucionario de la prensa mexicana .

Zarco personifi có la prensa de los grandes combates , de las batal las campales : fué el publ ici sta en la más alta acepción de esta pal abra . Y por aquel entonces Bablot era el que regía corcel más ágil ,de escarceos airosos

,de gualdrapasdeslumbrantes , de lomo que

espej eaba como raso nuevo . Losacicates del ginete eran de oro y vestía él de rica seda . ¡Qué campeón tan genti l y tan gal lardo ! Enla crónica desnudaba el florete de pomo cincelado y se bat ia con l aarrogancia y la destreza atribu ida á los mosqueteros de Luis X I I I .

Maestro en todo género de esgrima,é l enseñó la esgrima de la ga

cetilla,y era esta , en su mano ,

como dagaflorentina . Ninguno estoqueaba con más rapidez y galanura ; ninguno ten ía como él tinotan grande para i rse áfondo en el momento preciso ; nadie tan experto para las fi n tas y losquites . E l i nventó en México la gaceti l laavispa , la gaceti l l a luciérnaga , la gaceti l l a no me olvides.En aqueltiempo sus afi ciones artísticas , sus conocimientos musicales

,su buen humor

,llevábanle al teatro y á escribi r de teatros

le obl igaban . E l primer periódico quefundó en México,el D ag ue

rroti¡>o, estaba dedicado especialmente á tratar de ocurrenci as teatral es . ¡Y qué verba , qué denosura y qué elegancia hay en esas crón icasde ópera que publ icó duran te varios años en el S igloXIX !No haten ido ese diario cronista de mayorfuerza , 6 ,

mejor dicho,de más

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342 MANUEL GUTIERREZ NAJE RA .

asombrosa agi l idad y de más centelleante bri l l antez . Ni losotrosperiódicos tuvieron r ival que presentarle ó ajustador que le vencieraen el torneo .

Bablot ten ía en grado sumo lafacul tad esencial del periodista , la

facul tad de asimi larse todo . Su intel igencia era d iestrísima parala fotografia instan tánea . Y en la l ucha política úti lesson los public istascomo Zarco

,los que dej an caer la clava aplastando al con

tendor, y úti l también el period ista como Bablot , que desconcierta

al enemigo con movim ien tos rápidos,caracolea atarantándole y en

el i nstante oportuno descubre la j untura de la coraza y por ah i eu

caj a el estoque .

No le confundáis con los afrancesados de hoy en dia ,con losneu

ró ticos,con losdesequi l ibrados

,con losbebedores de aj enj o , que

convierten la historieta en crápula y en obscenidad l a agudeza ; no

lo confundái s con loscondottier i que merodean en la gaceti l l a y quepiensan ya poseer la graci a gala porque tienen la desvergiíenza delgranuj a ; no era de losque visten la mómia de una idea con cintajosarrancados á l a l i teratura menuda de la Vida Pa r isiense, del Ga toNeg ro 6 delGilBlas, n i con los que ávidos se abrevan en lasfuentesmásturbi as de Lutécia : ¡ah ,

no ! su prosapia era muy otra ;había bebido con delei te en losmanantiales l ímpidos yfrescos de las letraslatinas ; en su vaso escanciaban l as musas vino de Chipre , que noabsintio ;sano , rozagante ,fresco era su ingen io ,

y si , curioso , moderno enamorado de lo antiguo

,iba á la saturnal alguna vez , entraba

á el la,no tambaleando y con el cútis pál ido por l as vigi l i as crapu

l osas,si no como risueño j oven griego

,coronada la sien de verdes

pámpanos : era el francés alegre , malicioso , agudo :

eldocto en ese

arte d iñcilísimo que nosenseña á ser reticentes y a poner en su lngar los puntos suspensivos ; á deci r cosas claras sin deci r cosas cru

das ; el francés que tiene en el fondo mucho de Rabelai s , pero quesabe en treabri r losl abios cuerdamente para que de la carcaj ada sólo,salga afuera l a sonrisa .

Muchos copian lasdesnudeces de Gautier : pero el gran Theo desnudaba diosas y sus imi tadores arrancan la camisa de la betera .

Muchos pretenden imi tar la virulencia y procacidad de Rochefortpero l a arma de éste es el puñal bri l lan te

,y la de aquel los una su

c ia navaj a de rapista .

Bablot no era de esos . Su vida periodística l lena más de cuarentaaños

,y en toda ell a ¡cuántas peripecias ! ¡cuántos lances y aventu

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344 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

lo se lo apropiaban de tal suerte , que aparecía , y casi era de la redacción á queservían ,

el impreso cortado . ¿Dej aban sólo á Bablotl os redactores ? Pues sol ía esto sermej or para los subscriptores in te

ligentesdel periódico .

Si alguna vez l lego á escribi r mis recuerdos 6 á histori ai la vida

de los di arios en que he escri to , ya hablaré largamente de losdosúlt imos años delFederalista ,

ún icos de que fui testigo . Fueron losanos tristes

,los del esfuerzo heróico

,los de la bárbara agonia

D elque quiere evita r lo inevitable.

Pero en sus anos juveni les , en las primeras campañas de ese R ichel ieu

, ¡qué triunfos y quéfiestas ! Su algazara l legaba á mis oídosde n iño . Con el Federalista ,

Bablot hizo una gran revolución en laprensa de México . Arrumbó losídolos: señaló la peluca rid ícul a delpedante y doctrinario ed i tori al , vestido siempre de negro ; i nventó

la gaceti l l a vivien te ;dió alperiodismo su escuadrón volante , su cabal leria l igera . Con perspicacia finísima descubría al hombre i nte

ligente ,y éste iba á él

,no prend ido e n el chuzo del trapero

,sino

obedeciendo á losimpulsos de i rresistible simpatia . La i n tel igencia

se le agrupó : y la i n tel igencia lo quiso .

E l Federalista era min i steri al ; el Federalista en los úl timos añosde Lerdo , defend ía un gobierno que era ya detestado ; y á pesar de

eso,el Federalista era el diario más simpático

,el másbuscado

,el

másle ído . Era B ablot haciendo suertes : escamoteaba al gobierno,

aparecía él en su lugar y le aplaudían .

De esta simpatía,propia del hombre

,era reflej o e l esti lo del

escri tor . Defi n ir ese esti lo , esmuy difíc i l : llamarémosle proteico.

Unas veces serio,otrasfestivo ;ya mal in tencionado ,

ya galante ;ora

vestido con el manto que tiñó el múrice de Tyro , ora l levando condesgai re l a chaqueti l l a del pi l luelo pari siense

,ese esti lo se transfor

maba en i n terminables avatares . Pero esosi lo que escribía Alfredoera leído siempre . La primera l ínea del artículo era un aperi tivo ;la

segunda un arenque ; y estimulada ya l a sed ,bebíamos todo .

Tan grande era sufacultad de asimi lación ,que vino á Méxicosa

biendo bastan te latín , muchofrancés y con buenos estudios de hu

manidades;pero sin saber pi zca de español ;y á poco ya escribía enca stell ano

,con i gual sol tura que en su lengua nativa ; ya escribía

en nuestro id ioma l i terariamente,empleando giros clásicos y lucien

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MANUEL GUTIERRE Z NAJERA. 345

do todas l as galas del buen deci r,muy másque los ten idos en aquel

en tonces por disertos y por gal anos escritores .

¿A cuálse parecía ese esti lo de Bablot ? Un poco alde Janin , conquien tenía Alfredo afi nidades por su latin ismo y por el culto alpoeta de Mantua , lo propio que por l a mi lagrosafaci l idad con que ambos escribieron . Pero si Bablot queria , su esti lo se asemej aba alde

cualquier otro .

Fíguraosun bai le de máscaras en Venecia , un combate defloresen Niza

,una batal la de confetti; muchas luciérnagas , muchas ma

riposas, rumor de granizo , ri sas de … nos en la tarde del sábado ,ruido

de incontables cabeci tas de alfi ler quellueven sobre tej ados de metal ;y entre esta baraunda

,un pl into griego

,un fresco pompeyano , un

verso de Ovidio,un lat igazo de Juvenal

,una estatuita de Versal les ,

una l inea de Rafael,una gota de color ca ída del pi ncel de Rubens ,

y todo eso admirablemente combinado era el esti lo de Bablot . Ba

rajaba cartas muy bon itas , y siempre , al caer en el tapete verde , predecian buena ventura .

¡Y todo eso perdido ¡Todo ese talento ya apagado como el

esqueleto del castillo que tan deslumbrantes cohetes lanzó al aire !¡Allá en las colecciones de periódicos que encierran el pensamien to

como en ataúd ! ¡Allá en l a memoria de los amigos que también se

va apagando ¡El periodista crea para el olvido !A la tumba delque bien quise no i ré hoy con elegías . A él le apenó

siempre ver triste á algún amigo . D e rosas frescas , no de amari l lasi nmortales , es la corona que le

'

dejo .

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348 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

jados, an imosos , á manera de aquel los pontífi ces medioevales, tanexpertos teólogos como hábi les ginetes

,y tan duchos en controver

sias como en l ides . Se les tomará por san tos desprendidos de polvoso l ienzo monacal ;peroson campeadores de poderosa resistenciay a lma impávida .No encontraréi s en losmodernos sabios ó guerreros

,esa ecuanim idad inal terable . Fueron hombres de una pieza ,

duros , macizos , briosos y altos .

En algunos , como en D . Andrés Quintana Roo,elfísico y hasta

la benévola mi rada no revelaban a l robusto contendor : parecían débi les aquellosforzudos combatien tes

,aquel los recios pensadores .Ha

bía que retraerlespara j uzgarles .

Así , supongo , que á Prie to pasmaria en su primer encuentro con

Quintana _

Roo,verle encorvado

,viej eci to

,de a barragán encarnado ;

vestido nuevo,negro y correcto

,corbata bl anca mal anudada y som

brero mal trecho con la falda levantada por detrás , » talcomo noslopinta en sus preciosisimasMEMORIAS , aun inéditas . Pero ,

á poco ,

Prietose fij a en losoj os << expresivos y bri l lantes » del anciano ; en

su frente ol ímpica y llena de magestad,» y entonces se da cuen ta

de que todav ia anima á aquel hombre el alma en tera de laIndependencia . Oye hablar á Quin tana ,

y quedafascin ado , siente correr lainsurrección por sus h inchadas venas

,ve á Morelos

,penetra en el

claro y recto camino que señaló por vez primera l a Repúbl ica en

el Congreso de Chilpalc ingo .

La poesía de Quintana era la única entusiasta , á veces la única

que de cuando en cuando sonaba á bronce , á chocar de escudos ;la

única viri l en aquell a época que requería toda la viri l idad de la na

ción para el combate armado,y no la desperdiciaba en versos n i en

arengas . Alza su pecho de amazona en algunas estrofas , vigorosay genial respi ración . La bandera comienza á ondear , i zada en el

másti l,en el adónico de unsáfico . Ya h ay Patri a y ya hay Amé

rica en esa ampl i a poesía .

Antes de Quintana Roo, ¡qué tri stes y qué l ív idos lospoetas , que

n i me atrevo á l lamar nuestros,de las edades anteriores ! Y en su

tiempo, ¡qué débi les y qué enfermizos los coetáneos ! Restaurador

del buen gusto,» l e l laman

,á pesar de que el Sr . D . Francisco Pi

men tel,en su muy laboriosa y erudita Historia Crítica de la Poesía

en México,» no parezca consen tir con benepláci to en que taltí tulo

le den, por tener éste como ya ganado antes por el melífluo padre

Navarrete . Tampoco por restaurador le tengo yo , porque nada cas

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 349

.tizo había que restaurar . Los poetas nacidos en México yflorecientes en lossiglos XVI

,XVI I y XV I I I , son imi tadores más 6 me

nosfáci les , más ó menos correctos de l atinos , ya muy desfiguradospor expurgos, ó de culteranosy artiñciososespañoles .No exceptúon i á l a décima musa

,á la genti l Sor Juana Inés , porque labor de

monj a,un tanto cuan to mundana

,es la que nosdej ó ; y no obstante ,

lo suti l y agraciado de su ingenio,sa lvo talcual acierto y d ispersosdonai res , nada traj o al acervo l i terario .

Parafraseaban salmos , trenos ó h imnos bíblicos , aquel los buenosfranciscos

,agusti nos ó domin icos ;procuraban infundi rfervor y pie

dad en sus poesías;mássiemprefué para el los muda la naturaleza ,guardadora , para otros , de recóndi tas bel lezas ; siemprese les aparecieron muy vestidos y afeados los modelos clásicos

,y no vivi rán

,

no viven,apenassi vivieron

,versos que duran lo que breves ci rios

puestos en más ó menos pulcras cornucopias .

No me convence de lo con trario , el sabio D . Francisco Pimen

tel , por más que hable de Saavedra Guzmán ,de Terrazas

,del te

paneca Plácido y de Eslava . Aquel la poesia pobre,mal traída y

sufragánea de la española y de la española piadosa , carece de vigor ,y siempre careció de lozan ia . Y eso por lo que toca á la poesia delsiglo XVI, que en cuanto á la de las doscenturias siguien tes , cas itoda es misérrima . Huélgome de que elj esu ita Landivar escribierasu poema lati no Rustica tio/Wexicana ; pero huélgome ,

porque dió

lugar á que el padre Pagaza parafraseara , hermoseándolo , y no porgusto

,si por complacencia , el tal poema ; pues quien ha embelle

cido las versiones castel lanas de Virgil io y Horacio,bien que puede

hermosear,transfi gurándolo ,

á Landivar .

El Padre Fray Manuel Navarrete , el bí ayoraldi lecto de la Arca rdia , era ,

en resumen,Mayoral ex traño , como aquel del soneto

tan gustado » Y,baj ando á los contemporáneos de Quintana Roo

,

al padre Ochoa y á Tagle , ambos conspicuos , puede aseverarse que

n i en uno n i en otro hubo robustez n i espon táneas y libresenergias.¿Qué había de restaurar Quintana Roo ? E l , sí ten ía excelen te

intelección de la l i teratura clásica , y por ende l levó al redi l ovej asdescarriadas . Sabía por do quedaban los viej os l ares de la poesía .

Pero,sólo con eso

,de poco habria servido la bel leza y nada habría

fundado n i entrevisto algo nuevo . ¿Y fundó ? En rigor , no ; perosifué de los primeros en columbrar un gran amanecer . S intió elsoplo de la Oda que pasaba , y sacudió sus cadenas y tuvo intentos de

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350 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

volar para alcanzarla . De sus l abios como de la estátua de Mem

nón ,herida por elsolnacien te , broto el canto , ¿Cómo culparle de

que no corriera por todo el i nflamado ñrmamento en l a cuadriga

voladora de los cantos épicos , si epopeya mayor , poesia másal ta ,tocábale real izar en la contienda humana ? Adivinar la Repúbl icasen ti rla

,verla

,hacerl a en el Orien te para que ascienda é i lumine a

'

una l ibre Nac ion : he ahí su glori a . Vivió elpoema . Hizo la haza

ña para la oda y para elbronce .

La fórmula de nuestra nacional idad ,l a dió Quintana . D ijo á la

Libertad : tu san tuario es la Repúbl ica . Ya por t ierra echaste lasfortalezasenemigas : en tra ahora á la tuya !Y en el crepúsculo vesperti no de una existenciafatigosa , cuando ,

como dice Manzon i,cae

,sobre la blanca página

,lánguida la ma

no,» can taba elviej o bardo y habia broncíneosecos en sus versos .

Amó l a patri a,l a l ibertad y la bel leza . Su nombre osdará amparo

y propici a suerte,amigos j óvenes !

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352 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

hecho es que no puede andar si n dar empel lones,n i enfadarse con

l a cocinera y ti rarle los platos á l a cara ; es, en suma , un D . Frutos

Cal amocha de la l i teratura,muy sensato

,muy veraz

,muyfranco y

muy grosero . Remeda,como escolapio malcriado

, á losque cri ti ca ,y asi para pintar á Cánovas

, escribe : P uezyo poco lezpodré alluda rá uztedez

, porque me zefi gura que Zag asta va á caer y voy á lenel

que hacer elzacrzjício de volver á la P recidencia del Concejo; y si

trata de otro académico tartamudo,l e hace deci r : Qué … . no

che tan fri a etc .,etc . Al conde de Cheste no le d ice

que sus versosson malos ; le d ice claramente usted esun bruto. A

Cañete le ha dicho muchas veces que <<debe comer alfalfa y revolcarseluego en elpotrero con los burros . No hay escri tor—de los buenos

,se en tiende— másclaridoso ni burdo que éste . Elno recurre nuncaá ci rcunloqu ios ni rodeos . Es una verdulera

,de mucho saber y de

muchísimo talen to,que con los brazos en j arras

,l e d ice á l a Aca

demia << lo que no puede decirse .»

La obra capital del Sr . Valbuena es la Fe de erratas del nuevoDiccionario de l a Academia .

» Dos tomos lleva de ell a publ icados,y

á fe que en ambos prueba su extenso y profundo conocim iento dela lengua española y la corrección y l impieza con que él sabe escribi r .

Lo cegará ,á ocasiones

,la i nquina que le ti ene á la Academia ; serán

inj ustas no pocas de las críticas acerbas que le hace ; pero innegable

es que en much ísimas otras tiene razón de sobra , como que nadiecomo él trasiega el castel lano sacándole hábilmente todo el j ugo .

La Academia debe aprovecharse de las advertencias queValbuenale ha hecho

,por más que vayan enforma tan i rrespetuosa . La ver

dad no dej a de ser verdad porque la diga un záfio á gri tos y en treterno y terno . Y de que el Sr . Valbuena conoce á maravi l la el español, de que ha leído con provecho á los escri tores clásicos espanol es

,de que es muy español

,hasta en lo mal hablado , no cabe duda .No es mi intento entrar ahora en regateosde si aquíse equivocó ,

n i s i al l á d ij o mal ó acul lá dió un traspiés . Me propongo hablar delSr . Valbuena como crítico y no como conocedor del castel lano , por

que n i para esto tengo los tamaños requeridos,n i taltrabaj o puede

hacerse l igera y atolondradamente . Y tal me he propuesto,porque

en ciertos j óvenes escri tores mexicanos está ej erciendo perj udicial

i nfluencia el Sr . Valbuena,de quien

,más que l a Fe de erratas »

háse l eído por acá eltomito t i tul ado <<Ripiosari stocráticos .»

D . Anton io de Valbuena , no es , n i con mucho ,modelo de críticos .

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA . 353

Lo seria ,entre los españoles , D .JuanValera , si D . Juan Valera d i

j era siempre lo que piensa . Cuando lo dice , éslo . Pero á menudo

no lo dice,y entonces hay que leerlo y gustarlo siempre como

modelo de buenos habl istas .

Valera es excelente crítico porque sabe mucha fi losofia,mucha

h istoria,mucha l i teratura

,porque conoce muchas lenguas

,porque

po see , en resumen ,mucha ciencia . Valbuen a no tiene la un iversa

l idad de conocimientos de Valera ; n i l a madurez de Revil la ; n i el

purísimo sentimiento estético n i la erudición de Menéndez Pelayo,

n i estan l i sto , tan despejado y tan gracioso como Clarín ,á quien

tampoco propongo como modelo . Clarin conoce bien las l i teraturas

e xtranj eras , aunque lasconozca en francés , y ya esto sólo bastaríapara que fuera superior á Valbuena como crít ico ; Clarín es agudo ,

esingenioso y ,de cuando en cuando

,grosero ;Valbuen a , nunca es

agudo,nunca es ingenioso

,pero es grosero siempre . Clarín l legará áser maestro

,si continúa leyendo y estudiando;si la suerte le permite

d esprenderse del periodismo , en elque ahora desperdicia y derrocha

su talen to ;si los años , atemperando su i rri table sangre , apagan en su

ánimo las j uveniles an tipatías y los rencores personales : Valbuenano l leva trazas de l legar á cr i tico . Sabe muy bien el español , pero nosabe mucho más . Carece de gusto artistico . Escribe con propiedady corrección

,pero sin pizca de elegancia . Su esti lo es sano

,pero

tiene la salud del campesino mocetón,grueso y colorado . De gra

c ia,ati ldada y discreta

,nada entiende . Valera tiene gracia ; Clarin

d a con el la á ratos,y en gracej o es riquísimo . Valbuena tiene des

p l an te y atrevimien to . Se ríe uno de alguno desuschistes,como se

r ie cuando ve tropezar y caer en la cal le á alguna persona . Para l la

mar borrico á un mal poeta , no se requ iere mucho ingen io . En unapalabra

,D . Antonio de Valbuena , como conocedor del castel lano ,

esmaestro : como crítico ,es un simple gaceti l lero

,desenfadado é in

solente .

Los <<Ripiosaristocráticos , » tan imi tados en México , no son másque obra de periodista , y de periodista político ,

no obra de cri tica .

Cazar gazapos en poesías pésimas,es como coser y cantar . Y toda

vía Clarín ,Armando Palacio

,y muchos otros periodistas i nferiores á

e l los,de los que escriben muy regocijadamente en Madrid

,los cazan

con más gracia que Valbuena . En el l ibro de éste,la gracia estriba

e n que los versos criticosson de veras muy malos , y en queValbuenallama á sus autores brutos. Es l lano saber si un verso escoj o ó no lo

45

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354 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

difíc i l es apl icar la crí tica al estudio de obras dignas de ser estudiadas

,y real zarsusbel lezas é inqui ri r sus defectos .

Además de esto,hay en el l ibro de Valbuena un apasionamiento

i n tolerable . Ya sabemos que á todo noble , cul tor de las letras y de la

poesia , ha de buscarle cuan tos malos versos haya hecho para sacar

los á plaza sin curarse de si ha escrito algo bueno ó hermoso . La

verdad es que encon tró ancho campo en que espigar,porque hay

nobles en España que merecen i r á la guil lotina , condenados por unComité de salud l i teraria . Pero Valbuena no separa e l trigo de la

zizaña y arremete ciego contra todos . Es,pues inj usto

,es grosero ,

y no rescatan el ingeni o sus i nj usticias n i sus groserías .

U l timamente ha ten ido ocasión de luci r sus dotes criticas y no hapodido hacerlo porque no las tiene . Publ icase en Madrid una série

defol letos , con eltítulo de Celebr idadesEspañolascontemporáneas.Tocó á Valbuena hablar de D . José Zorri l la y acaba de publ icar subreve monografia . Elasunto es ampl ísimo .

"

Trátase,no de un poe

ta ,sino de toda una edad poética , de toda una poesía que , ya muerta

y hel ada,como la luna

,aparece con melancól ica bel leza

,en el cie lo

l i terario . Pequeño era el espacio de un brevisimo fol leto para desarrol lar tamaña empresa : mas por lo mismo que era pequeño ,

ten ia

Valbuena el deber de l lenarlo con grano,y no con paj a . En poquí

simas páginas de su <<Nuevo Viaj e al Parnaso,» nosdi ó Armando

Pa lacio,años ha

,un buen retra to de Zorrilla º lo mismo acaba de há

cer,con deslumbrante colorido IsidoroFernandez Flores , y lo mis

mo han hecho en España y en la América espanola , centenares deescri tores . Encon trar bel lezas en laspoesías de Zorri l l a es muyfáci l ,tanfáci l como encontrarles defectos . Pues n i eso sabe Valbuena , porque carece de buen gusto . Lo que ci ta eslo mediano

,cuando no lo

malo . Palacio Valdés había citado esta descripción

M uerta la lumbreso larIba la noche cerrando

Y dosginetescruzandoA cabal lo un o l iva r.

CrujensuslargasespadasA l trotar de losbridones,Yse ven por losarzonesLaspistolasasomadas.Ca ladosanchossombreros

,

Ensendascapasocul tos,

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356 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Aquí está elpoeta —exclama Valbuena —Aquí le tenemos adelantándose á su edad y sinteti zando en cuatro versos esculturalesdeg randiosa expresión los pecados y loscastigos de una época desgraciada que aún no ¡cabía lleg ado.

» ¡Qué escul tura n i qué época ! No

hay talescul tura , y la época en que unosse emborrachan y otrossemueren de hambre

, ya era viej a cuando nació Zorri l la !E l l ibri to delSr . Valbuena es una biografía sosa

,sin color , des

garbada,si n asomosde espíri tu crítico

,s in elegancia de lenguaj e n i

bri l l antez de esti lo . Todo respi ra la pasión delperiodista reaccionario que detesta á losl iberales y que sólo hal la buenos á los de subando . Valbuena dice claramente que para él Zorri l la <<esun granpoeta porque esmuy buen cri stiano » y porque ha can tado las trad ic iones de España . Lo que equivale á recomendam os á un zapa

tero porque hace buenos sombreros ! Su principal empeño es demos

tramos que Zorri l la es espanol,

—lo que j uro,

— que es buen catól ico—lo que dudo

,

—que es buen hij o,

—lo que n iego , porque Zorri l lam ismo lo ha negado ,— y que hi zo losversos á Larra si n senti rlos—loque creo . Llega hasta celebrarle que ,

en desagravio de aquel los ver

sosá un suicida,dij era mástarde esta impiedad y esta ment ira

<<Broté como una yerba corrompidaA l borde de la tumba de un malvado !

No,Sr . Valbuena , un escul tor no es grande porque haga santos de

madera : un escul tor es bueno si buenasson sus escul turas . Zorri ll ano es grande porque haya escri to versos devotos , sino porque entre

sus poesíasdevotas ó profanas , hay algunas muy bel las . Y tampoco

es verdad que Zorri l la,como Ud . d ice

,sea inconcusamente << elpri

mer poeta de este siglo » —por donde se ve que ha leído Ud . á muy

pocos poetas .

En suma , Ud . sabe mucho español ; pero no es crítico . Esosi !¡Tampoco yo !

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RIPIO S ACA D E M I CO S .

"

Si un nuevo l ibro de D . Anton io de Valbuena no es un aconte

cimiento—porque hay qu ien l lama acontecimientosá los sucesosdignos de memori a perdurable

,

—sí es,cuando menos

,un escándalo

l i terario . Hablemos , pues , de la última obra de este anti—académi

co,anti—ari stocrá t ico y anti—cari tativo periodista cler ical

,célebre

en Espana , y en la América ex—española mucho másque en España

,por su perfecto conocimiento de l id ioma castel lano

, por su

travieso ingen io,por su odio incurable á la Academia de la Lengua

y por el aplomo y desparpaj o con que planta frescas a l lucero dela lba : hablemos de los<<RipiosAcadémicos . »

Como prólogo,y para curarme en salud

,diré al Sr . de Valbuena

que no entiendo n i quiero entender cosa de gramática . Hablo asicomo me enseñaron y escribo como -hablo . De modo quesiencuentra en este artículo malas construcciones y peores gal icismosno le cause extrañeza tal hal lazgo : es natural , muy natural que as isuceda .

Persisto en cri ticar á este ameno,j ovia l y burdo critico , porque

echo de ver que en México tiene adeptos á port i l los ;que le imi tanlos j óvenes , másd ispuestos siempre á señalar los defectos aj enosque á mostrar y lucir las excelencias propias ;que cautiva el garbodesdeñoso con que trata á lospróceres de la l i teratura espanola , yque es muy celebrado y aplaudido por todos losestudiantes aprovechadosde gramática .

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358 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Los imi tadores , en México , y creo que en todas partes , son calamidadespúbl icas . Hemos ten ido imi tadores de Zorri l la

,imi tadores

de Esp ronceda , imi tadores de Selgas , im i tadores de Becquer , imiº

tadoresde Velarde y G ri l lo (que es cuanto hay que deci r) , im itadores , en décimas , de López García

,i m itadores

, (¡libranosde Emil io Castelar hemos ten ido

,en suma

,i ncon tables i nter

vencionesextranj eras,á cual más pern iciosa . Protestemos á tiempo

contra esta nueva dominación espanola que nosimpone en la crít ical i terari a D . Anton io de Valbuena .

E l Sr . de Valbuena t iene dosbondades : dos nada más . ¡Ni tres ,n i una , porque lo quese l lama bondad en singul ar le es desconocido !Primera : conoce y escribe correctamente el castel lano . Segunda

tiene gracia . Es un seminari sta que ha de haber obten ido muybuena caliñcación en el examen de gramática española ; y es un gacetillero de retozón y puntiagudo ingenio . Es , además , carl is ta ;pero esta no es bondad n i tampoco es defecto que podamos reprocharleasí n ació y de eso vive .

Lo que no puede ser D . Anton io de Valbuena aunque lo j urentodos losguerri l leros de l a prensa

,es crí ti co . Sera un cel oso y avis

pad0 corrector de pruebas l i terario ,muy capaz de poner las comas

en donde haganfal ta , y de supli r conbuenjuicio ,alguna palabra que ,

por descuido del autor , haya quedadofuera de la oración ,dej ándola

imperfecta ;pero no tiene alcances , n i estudios , n i vocaci ón parasercrítico . Amén de todo lo dicho

, esapasion ado ,vehemente , procaz ,

y está pervertido por l a pol ítica y por el periodismo . E l tiene susdogmas particul a res

,como éste

,por ej emplo : losl i berales nunca

t ienen talento y los conservadores l iberales mucho menos . Y eso deafuera del carlismo no hay l i teratura

,» es mucho cuento .

Cuando trata,verbi g ra tia ,

de Cánovas,trae á colación Valbuena

lo de que ha sido mal mini stro y tránsfuga y acomodaticio , etc . , pe

cados que tendrá 6 no el Sr . de Cánovas,pero que no ti enen vozn i

voto en un j uicio l i terario : Culpa á Valera de ser complaciente yhasta adulón con losherej es ;echa en cara á Menéndez Pelayosusamistades con losl i berales ;y todo el lo estará d icho con donosura ygracia

,será muy propio del polemista que i ntenta heri r á su ene

migo ;pero no tiene pizca de crí tica l i teraria . Es gaceti l la , es gro

seria,es lo quese quiera ;pero crítica no .

E l procedimiento empleado por D . Antonio deValbuena paraj uzgar á lospoetas españoles

,es meramente pol itico y gramatical .

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360 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Lengua trein ta y tantos infal ibles legos,sólo por darle gusto á vues

tra señoría ? Que se equivocan los académicos ? S i muy á menudo .

¿Que algunos hacen versos pésimos ? De acuerdo . Pero si Ud . ex

trema por tal modo su teoría , va á resul tar que , en su opinión ,la

Academia ha de componerse,exclusivamente de gramáticos infa

liblesé impecables , y de poetas de primera magn i tud .

Voy ahora,y por pri ncipio de cuentas , á examinar si tiene Ud .

razón al afi rmar que Menéndez Pelayo y que Valerason poetasdetestables. D ilucidado este primer punto

,veremos si Ud . es crít ico

Ya escri tos mis artículos an teriores he le ído losdos que l leva publicadosLeopoldo Alas en el M adr id Cómico,

respecto al l ibro de

Valbuena,y como coincidimos en j uicios , como sostenemos idén

t icos pri ncipios,é l con talento y yo sin él , me parece que huelga

este tercero,y si lo escribo es solamente por cumpl i r m i promesa .

También Clar ín y cómo no —sale brioso á l a defensa de Valeray de Menéndez Pelayo

,de Echegaray y Núñez de Arce ! Admira

mucho másque yo á D . Antonio de Valbuena ; es muy su amigo;pero másamigo es aún de la verdad . Y como lo que él dice en Ma

drid eslo que yo habia d icho al propio tiempo en Méx ico , me apartorespetuoso para dej ar l a acera á mi mayor en edad , saber y goblerno

, regocijándome de esta comunidad de pareceres , en sumo grado …

honrosa para mi,y sin tiendo á la vez que me desarme , qui tándome

l a pluma de la mano . Ganan losdefendidos y pierde este ofi ciosoé indocto defensor

,aquende el mar.No i nsisti ré

,pues

,en real zar losméri tos de Pelayo y de Valera .

Ya dej o dicho,á grandes trazos

,en lo que radican para mi . Ni D .

Juan n i D . Marcel inoson poetas en tusiastas ; n i s ienten i ntensamente esas pasiones ardorosas que l levan como calor y vida al verso ,n i conmueven como Espronceda ; n i poseen el ingen io de Campoamor ; n i losrecursos musicales de Zorri l la . Pero estos m ismos de

fectosconsti tuyen sus excelencias , no como poetas propiamentedichos

,si no como maestros 6 educadores de poetas . ¿Qué no hay

bel leza en l as poesíasde Menéndez . ¡Con una sóla de las mu

ch isimasquese encuentran en su l ibro haría una fami l i a de bel lezascualquier poeta másatrevido, máselocuente , menos devoto de

Page 360: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 36I

l a antigua sobriedad ! Se ve la hermosa l ínea griega en muchos de

esos versos ; sólo que para admi rarla es necesario haber aprendido á

disfrutar de esa hermosura . Si ponéis delante de un profano laVenus de Milo

,y alguna Venus de cualquier gran estatuário moderno ,

gustará másde ésta ; porque la ve másdesnuda , si se permite laexpresión ;porque le parece más muj er : porque la vemej or , en suma ,mientras que á la otra no la ve ni sabe en qué consi ste su bel leza .

Cansaría y me causaría espigando en el l ibro de Menéndez . Quéaugusta seren idad en algunas imágenes Qué blancura de n iveo

mármol en algunasfrases ! Cómo se echa de ver que para produci resas del ici as

,que no entran por el oído n i por la vi sta , alalma , s ino

que derechamente van á ell a, espreciso haber estado en muy estre

cho comercio in telectual con los grandes maestros de la forma .

A otros poetas lessalen bien ,admirablemente

,algunos versos;

á Menéndez no l esale n inguno . E l loshace , los labra . Y aun ba

rrunto que podría ser poeta de mayores y más osados vuelos , con

sólo olv idar,no dolores

,no desengaños

,sino ciencia . Por lo mismo

que anhela real iza r una bel leza superior y por lo mismo que sabe ,como pocos

,de qué manera supieron otros reali zarla , encuéntrase

cohibido y entrabado . Ya puede— póngase por caso ,—deci r algo

muy bel lo ; mas columbra que aun lo podria decir más lindamen

te . . y no lo d ice . Se acerca temblando al al tar de la poesia .

No sube su escal in ata como conquistador,sino como creyen te y

humildoso sacerdote .

Valera es más despreocupado y,á mi modo de ver , menos poeta .

E l ha hecho máspoesias para sal i r del paso,y,como sabe que t iene

gran talen to en prosa,no se empeña en tenerlo en verso . No cree

que es poeta ; porque D . Juan no ha de creer nada . Le piden un

soneto y lo da,porque esmuy complacien te . Y le piden un elo

gio . . y sucede lo mismo . Pero si Valera , por capricho ,quisiera

demostrar (en prosa por supuesto) que es un gran poeta , no se locreeríamos; pero lo demostraría .

Pero D . Juan , que no necesi ta ser poeta para entrar á la glori a ,así como tampoco ha de ganar el cielo con deci r que es muy cató

l ico , ha sido muy úti l á la poesía española .. como agente de co

lonización. . ó ,sise quiere

,como introductor de embaj adores .

Ora i n troduce á Valmiki ora á Goethe hoy á Shakespeare ;mañana , á Lessi ng ; y así van sabiendo los poetas de la pen ínsula que nosólo hay moros y cristianos

,flores y esp inas

,en la l iteratura .

46

Page 361: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

362 MANUEL GUTIERREZNAJERA.

Menéndez Pel ayo y Valera no son cantores como Núñez de Arce ;n i cantantes como Velarde : son maestros de canto .

Supongo que entre este juicio y el que publ ique Leopoldo Alas ensu tercer articulo ,

no habrá n inguna discrepanci a substancial . Y

omi to hablar de Núñez de Arce y de Echegaray,primero

,porque

ya Cla rin losdefendió ;y segundo ,porque el los m ismosse defi endan.

Cuando Valbuena dice de el los que no son poetas,le pasa á élmismo

lo que á Valera cuando muy serio afi rma que tal 6 cual mamarra

cho tiene muchísimo talen to : que n inguno se lo cree . Unos dan yotros quitan . Unosson pródigos y otros son ladrones .

S i , sospecho que no hemos de i r tan de acuerdo Cla r ín y yo en l a

apreciación deltalento de Valbuena como críti co . Puede ser que en

elfondosi nademos j un tos ; pero no en la superfi cie . Cla r in confi esaque Valbuena hace de é l (de Cla r in) , buenas ausencias . Demodo que ,por cortesía

,no puede ser Leopoldo Alas imparcial .

¿Que pesa el talento de Valbuena . ¡S i que pesa ! ¿Que es

grande . ¡S i que es grande ! ¿Que conoce ese autor elcastellanopor el derecho y elrevés . ¡S i que lo conoce ! ¿Que es un buen

crítico . ¡Esosi que no !¿En qué obra de este ingenio se revela que conozca , ya no digomo

dernas l i teraturas , que leson extrañas por completo , perosi antiguasó clásicasi? Aparte de la española , que conoce como gramático , y nada

más como g_ramático

,es deci r

,por defuera , nada entiende de las otras …

Le parece malo el Oa ristysde Teócrito ,y con esto queda dicho todo .

Y no se diga que es porque no sabe griego que esta ignorancia , al

cabo y alfin,no es un pecado

,

— si no porque no puede saberlo ,aun

que se desviva . Valbuena es refractario á la bel leza . Escomo esoshurones á quienes no les gustan l as muj eres boni tas . Jamás admit i rá que algo puede ser sublime si n ser correcto . Su cri terio estre

ch isimo está l imi tado por dos murallas chinasUna : el carlismo. Otrala gramática . Y por las otras dosfronteras de ese cri terio , no entranadie .

Cla r in conoce un mi l lón de veces mej or que yo á losverdaderoscrí ticos : ¿en qué se les parece D . Antonio de Valbuena ? ¿Crea ,

acaso,al cri t ica r

,como Sain t Benve? ¿Es psicólogo como Taine ? ¿Es

artista como Sain t Víctor ? ¿Demuele como Zola ? Estudia el medioen que una in tel igencia ha crecido

,y el temperamento y eldesarrol lo

ancestral del pensador,del l i terato ó del poeta á quien cri tica ?

Valbuena es en la críti ca e l gendarme que se l leva a l ratero , ó

Page 363: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

364 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

t igua metrópol i : elsolsale y se pone en muchos paises,y es conve

n ien te procurar ver todo lo que alumbra . Conserve cada raza su

carácter substancial ; pero no se a isle de las otras , n i lasrechace , sopena de agotarse y mori r . E l l ibre cambio es bueno en el comercioi n telectual y tiene sobre el l ibre cambio mercanti l la ven taj a de que

podemos establecerlo hasta con pueblos y naciones que no existen ya .

Mientras más prosa y poesía alemana,francesa

,inglesa

,i tal iana ,

rusa , norte y sud—americana , etc . ,importe la l i teratura española

,más

produci rá , y de más ricos y máscuantiosos productos será su exportación . Parece que reniega la l i teratura de que yo le aplique estos

plebeyos térm inos de comercio ; pero no hal lo otros que traduzcantan bien mi pensamien to .

No puede negarse que en España hay mej ores novel i stas que poetas l í ricos . ¿Y á qué se debe esta disparidad ? Pues á que esos novelistashan le ido á Balzac

,áFlaubert

, á S thendhal, á George El l iot ,á Thackeray

, á Bret Harti á SalvatoreFarina ,á Tolstoi

,á muchos

otros,y este roce con otros temperamentos l i terarios

,con otras l i te

raturas , ha sido provechoso para el los . Entre losbuenos novel i stasde al lá Pereda es

,á mi j uicio

,

elmás genuinamente español , el másespontaneo

,elmás de l a tierruca pero

,á pesar de el lo sus procedi

m ientos y métodos de observación revelan que conoce a autores clá

sicosan tiguos y modernos .

E l renacimien to de l a novela en España ha coincididoy debía coincidir con l a abundancia de traducciones publicadas . Leen hoy los españolesmucho Zol a , mucho Daudet , mucho Bourget , mucho Goncourt

,mucho Feui l let ;y por lo mismo ,

los rumbos de l a novel a han

cambiado para los novel istas casti zos . En una palabra : la novela es

pañola ha viaj ado y ha aprendido bastan te en sus viaj es .No pasa lo mismo con la poesía l írica . Lospoetas delsiglo de orofueron muy buenos

,entre otras cosas porque habían cursado huma

nidadescon muchísimo provecho ;porque se sabían de coro á Horacio

,á Virgi l i o

,á Ovid io

,á losgrandes modelos . Quevedo era tan eru

di to como gracioso . Fray Luis de León traducía sus pensamientosdel latín para vaciarlos en la turquesa de su idioma propio . Lat inosé i tal i anosfueron los maestros de todos los grandes poetas de aqueltiempo .

Hoy ha ca ido en desuso el estudio extenso de lasl l amadas lenguasmuertas y de las l i teratu ras antiguas

,y tampoco leen mucho lospoe

tas españoles á losbuenos poetas de otras tierras . En las Américas la

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MANUEL GUTIERRE Z NAJERA . 365

t inas pecan mucho de exceso de imi tación,particularmente los que

imi tan ali n imi table , 6 mej or dicho , lo in imi table : Víctor Hugo . EnEspaña perdería su t iempo el que anduviera buscando , con l in terna6 si n el la , poetas en quienes al iente el alma de Musset , ó que ri ndancul to al ideal de Leconte de Lisle , a l de Gautier

,alde Sul ly Prud

home ;ó que revelen haber le ido á Leopard i . La influencia de Heine ,

que es una corrien te l i teraria tau visible como visible es elg ulf—stream,

apenas se echa de ver en l a poesía española ;á pesar de que Becquerla si n tió y de que Becquer tuvo muchos y muy malos imi tadores . Só

lo eu Campoamor bay Heine . La poesia tétrica de Edgard Poe, que

ha avasallado á tantos poetas europeos , no dej ó rastros en los castel lanos . Y tampoco tiene hoy por hoy España un poeta popular , genuino

,propio

,de la fuerza de Ruiz Agui lera 6 de Zorri l l a

,porque

Ruiz Agui lera sen tía con el pueblo español de ahora y Zorri l l a conel pueblo español de ha doscien tos años .

Unos im i tan por al l á á Campoamor,á Núñez de Arce

, á Zorri l la ;otros á Espronceda ;algunos á Quintana : los que aspiran á ser l lamados clásicos

,im i tan al maestro León

,á Argensola

,á R ioj a y muchos

im i tan,sin saberlo

,á Calderón y áLope , cuyos versos no han leído pe

ro cuyafacundia les ha enamorado al encontrarl a,de reflej o

,en otros

vates . Por manera que la imitación de los buenos modelos la tinosfuédecayendo en España , hasta quedarse como aletargada desde elcomienzo de este siglo . Ya Meléndez era elvino de Samos converti doen agua con grosel l a . La im i tación de losclásicos propios no está enmoda

,n i puede estarlo

,en cuanto atañe á lo esenci al de la poesia

, por

lo mismo que no está en moda andar vestido de chupa n i con sombre

ro de tres picos . Y cºmo tampocose adapta á l a índole de l a poesíaespañol a elesp iri tu y laforma de poesías extrañas , resul ta aquel l ai n sipida y descolorida . No esantigua n i es moderna .

Los ún icos poetas que sobresalen ,conocen l i teraturas extranj eras .

En Campoamor,que á pesar de sus plagios es el poetamásoriginal y

sugest ivo de su tierra,se nota mucha lectura de poesías alemanas

,in

glesasyfrancesas … En Núñez de Arce , aparte de su amor i nsti ntivoá l aforma helén ica y de su estudio de los clásicos hispanos

,hay ver

dadero conocimien to de los modernos ideales y de los nuevos procedimientospoéticos . Sus poemas ( que son muy suyos ) , estánfundidosen dondefundieron los suyosTennysson ,

Carducci,y los poetasfran

ceses de más al to vuelo .

No quiero que imi ten los poetas españoles;perosi quiero que co

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366 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

nozcan modelos extranj eros; que adapten al casti zo esti los aj enos ;que revivan viej as bel lezas , siempre j óvenes;en resumen , que su poesia se vigorice por el cruzamiento .

Y á esto han contribuido muchísimo Menéndez Pelayo y Valera .No son poetas sugestivos ;no se dej an arrebatar por el ímpetu propio ,lo que demuestra la escasa energía de éste ;pero reflej an á maravi l lahermosuras de otros parnasos . Unos poetas

,como Homero

,son dis

cípulosdel mar ;otros , comoVi rgi l io , de los bosques y loscampos ;lospoetas bíbl icos se inspi ran en lafe relig iosa ;y así van bebiendo losdemásen variasfuentes ;en elsentimiento ,

enla imaginación ,en el amor

patrio,en lavoluptuosidad ,

en las tradiciones . Menéndez Pelayoes un discípulo de losgrandes poetas antiguos . Reci ta pensamientos de el los en irreprochableforma española . En Grecia está la patri ade sus ideas . ¿Que no es poeta de hoy ? Convenido Su mismo amor

al arte lo det iene y le pone trabas ;su odio á todo lo vulgar , le obliga áser parsimonioso en la producción poética : es poeta de hace muchossiglos

,que nació hace poco .

Valera es menos helén ico ;le gustan más que á Menéndez las l i teraturas exóticas;tiene buen paladar para gustar de las modernas y

novísimas ;y ambas , presen tando , en buen español , dechados de belleza recogidos en sus viaj es in telectuales , corrigen la poes i a patri a

de esa hinchazón ,de esasuperabnndancia ,

de esa excesiva espontaneidad y de esa sufi ciencia que la pierden . Porque son menos músicos

que losdemás , curan una l i teratura enferma de melomania Porque

reviven á los muertos i nmortales y hospedan á los próceres modernos,

son úti les á una poesía que tiene cerradas todas sus puertas y que yano l levaflores á la tumba de losclásicos .

Todos estos merecimientos y otros muchos másse le escapan á D .

Antonio de Valbuena , y por eso dij e que no es crítico;mas la demostración de semej an te dicho ya no me cabe en este artículo .

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368 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

lumen impreso , colección alguna . Sólo tengo aquí elfolletito en quereunió sus preciosos articulos sobre la tragedi a E dipo y el pequenotratado de Retórica y Poética . Lo demás de su producción intelec

tual , anda braceando y próximo á ahogarse en las revistas l i terarias y en la prensa pol ítica . Tuvo él la dej adez que aquej a aquí ácasi todos losque cul tivan la l i teratura . Porfal ta de estímulo , por

carencia de recursos 6 de protección, por desencanto ó por deses

peranza de l legar áser le ídos y estimados , dej an el los en elcaj ónde la mesa ó enla hoj a efímera de una publ icación cualquiera ,

obras

dignas de mej or suerte . Esta merecen todas lasde Peredo , y si Diosno lo remedi a , caerá sobre muchas de el las e l al a negra del olvido .

Para mi , Peredo era el representante delrenacimiento l i terario

que se real i zó á ra íz de la restauración republ icana ;no porque fuerasu in iciador n i su apóstol n i su fi gura más conspicua

,s ino porque

estuvo l igado á él íntimamente y fué algo así como su historiador6 su cronista . Ya

,con anterioridad

,había publ icado crí ticas y ver

sos,como que ,

según presumo, ya rayaba , al mori r , en lossesenta

años . Pero , á pesar de eso ,Peredo nofué Peredo en real idad ,

hasta

que Juárez no volvi ó triunfante .

E l movimiento l i terari o que hubo durante el imperio de Maximil i anofué i nsign ifican te . D e él no quedarán acaso más que las S erena tasde Zorri l la á l a Emperatriz Carlota y algunas poesias delelegantísimo Roa Bárcena . Por lo menos , no conozco publ icaciones

l i terarias de aquella época que señalen i n tensa v ida i ntelectual . En

honor de la verdad,Maximi l i ano quiso impulsar el desarrol lo de las

letras : hizo un teatro desti nado á que en é l se represen taran preferentemente

,convocó un concurso para premiar con fuerte suma el

mej or drama y la comedia ; y dió algunos otros pasos para conquistar la simpatí a de l a gente de pluma . Pero loshombres de plumaeran

,antes que todo ,

mexicanos y necesi taban de ésta para combati r

á losi nvasores . De modo que hasta que volvieron Iglesias , Prieto ,R iva Pal acio

,Altamirano

,etc . ,

no tuvimos vida l i teraria propiamente dicha .

Muy acertadofué el t i tulo que escogieron losfundadores del Renacimiento,

porque renacim iento l i terariofué , en verdad , el que tuvimos eu los primeros años de la restauración . Los hombres de letras

que habían tomado parte activa en la lucha contra losfranceses , regresaban á sus l ibros másamorosos y entusiastas , como se vuelve ,tras de l arga ausencia , á los brazos de la esposa amada .

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 369

Entonces Altamirano fué graduado de maestro y R iva Palac ioformó un núcleo de escri tores en su elegante

,hospi tala ria casa . Y ,

alcalor de esos hogares intelectuales,rompieron su crisál ida mari

posas deslumbran tes . Organizáronse veladas l i terarias— por desgracia sobrado suntuosas

,

—y Martinez de la Torre recibió como á

reyes,en sus áureos salones

,á los príncipes y á la pequeña nobleza

de l as letras . Escribía Santacilia que ¡ay ! no ha vuel to á escribi r .

Comenzaba á describi r su trayectori a luminosa Justo Sierra . Pu

blicaba Vicente R iva Palac io sus novel as,vulgari zando l a h istori a

patria ;novel as que no son por cierto su mej or timbre de gloria , peroque i nd ican una nueva corrien te en la l i teratu ra mex icana ,

el deseo de uac ioualizarla

,de romper con la rutina y eltradicional i smo .

En lasesqui nas,grandes cartelonesencarnados anunciando elL i

bro Rojo; y carteles blancos trayéndonosla buena nueva de que ibaAltamirano á publ icar su Clemencia . Por aquel tiempo AcuñafuéAcuna y Flores fué primavera .

Omito á muchos,primeramente porque eran muchos lo notables ,

y luego porque no fui de aquel la época n i tengo á mano datossuficientespara reconstruírla . Pero ahí están las publ icaciones l i te

rarias de aquel tiempo,y en el las muchos nombres i lustres y muchos

escri tos de gran mérito . ElRenacimiento no sólo fué un gran semanario

,sino un buen negocio para sus ed i tores . Y ¡qué prec iosi

d ades contiene ! Para mi el Renacimiento esAl tamirano como el

D oming o esSanti ago Sierra,no porquefueran éstos losmasasiduos

col aboradores de esas publ icaciones,sino porque sus obras fueron

l as que más cautivaron mi atención . Muchos de losde entonces handesaparecido : otros están olvidados . ¿Quién , por ej emplo ,

recuerdaá Luis Ponce

,cuyas poesías eran dechado de te rnu ra y melancól ica

bel leza ? ¡Asíse naufraga en la prensa yse hunde el poeta en el01vido !De aquel gremio

,de la casa deFacundo , de las velada s l i terari a s

de la S emana L i tera r ia,del Renacimiento

,del D oming o, era el Dr .

Peredo . En tales periódicos escribia de preferencia críticas d ramáticas . Este era su género pred i lecto . Y ¡con qué acopio de erudicióncon qué sano cri terio

,con qué galana senci l lez

,con qué tersura y

corrección de esti lo,escribía aquel las revistas ! Parec íause por lo

buenas,por lo pulcras

,por lo i nstruidas

,por lo seriamente elegan

tes. á D . Casimiro del Col lado .

Durante aquel periodo animóse muchísimo elteatro . Vino Eduar

47

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370 MANUEL GUTIERREZ NAJERA

do González con una buena compañ ía y no rechazó,que antes bus

có,producciones de autores mexicanos .No hago memoria de todas

,

sino de poqu ísimas ;pero recuerdo una de Torroel la , aquél á quiéntodos querian y aplaudían por fuerza

,hasta sus malquerientes, al

oírle leer versos ;la P iedad ,de Justo S ierra lasPlantasvenenosas

,

del Barón GOstkowski ;algo de Rafael de Zayas , tan i nspirado co

mo todo lo suyo y no sé si entonces 6 poco después se pusieron enescen a obras de Gustavo Baz

,l a Fernanda

,verbi g ra tia ,

y el L irioentre Za rzas, de la i nsigne Sra . Isabel Prieto de Landázuri . S i , estoy seguro de que representó Eduardo González la Sera/ina de Sardou

,arregl ada á la escena española por el Dr . Peredo

,y el D uelo

de Ferrari,traducido del i ta l iano por el amigo cuya muerte hoy de

ploramos. También durante aquel la época refundió Peredo conacierto singular una comedia de Sor Juana .

De todo esto sabe mucho Enrique de Olavarría , que tomó efi cazparticipación en aquel renacimiento ,

y que tanto ha hecho y ha de

hacer todavía,Dios mediante

,en bien de la historia y de lasletras

mexicanas .

Las crí ticas de Peredo eran famosas , y á fe que con justicia . Sin

pasión,si n excesiva severidad

,cuando de autores novelesse trataba ,

escribía de manera que , si n lastimar á nad ie , fueran fructuosos susconsej os

,úti les sus advertencias

,fecunda su erudic ión . Pero de

todas sus críticasla mej or y perdurable es la de Edipo, tragedi a

de Martínez de la Rosa , dada aquí por D . José Valero .

¡Cómo recuerdo á D . José en ese papel ! Entoncessi ya iba a lteatro

,y tal me impresionó el autor español en la tragedia , que de

seoso de horrarme esa'

impresión dolorosa,concurrí á la represen

tación del Drama Nuevo,» creyendo —vean ustedes mi ignoran

c ial— que era esta obra festiva .

Después he releído la critica de Peredo : es una obra acabada .

Creo.

que ésta y la de M'

edea,obra de Altamirano ,

son las doscriticas dramáticas mej ores de cuantas se han escri to en México .

Eldoctor traducía también ,si n duda para ayudarse á ganar el

pan de cada d ía ,l asHumoradasdominicalesque publ icaba á la sá

zón Gostkovvski en el D oming o, y que siguió l uego publ icando en

la Revista Universal. Qué simpático es el ta l Barón ! T iene mucho talen to pero no siempre

,en aquel entonces, le daba la gana de

tener talento. Conocíanse muy poco por aquel los años , losperió

d icos pari sienses y el Barón ten ia siempre j unto á su cama un alto

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M O N T EC R I STO .

He ten ido elgusto de saber por loscarteles de teatro que todavía no ha muerto elseñor conde de Montecri sto . Lo cºnocí hacetan tos años—yya en aquel entonces era viej o ,—que ya lo creía euterrado en una fosa de primera clase . Pero vive .

Tengo alboroto de volver a'

verlo, ¡Que simpático me parec10

cuando lo conocí ! ¡Tan rico ,tan buen mozo

,tan gastador

,tan ge

neroso Me figuraba que iba á prestarme di neroDespués , el conde de Montecristo y yo ,

no volvimos á vernos .

Hasta creo haber hablado mal de él , y me arrepiento de ta les habladurias, porque estoy ahora de uñas con la novel a dogmática óínmoralizadora

,y echo de menos la novela que en treten ía sin ense

ñar másque talento . Siempre que viaj o,siempre que me enfermo

y guardo cama,l amen to haber le ído el Conde de A! ontecr isto,

LosTres.Mosqueteros, LosMobicanos

,Elj udío E rrante , LosM ister ios

de Pa r is,y hasta otras novelas de autores mediocres vaciadas en un

molde semej an te . Ta l vez n inguno ha divertido tanto á la human idad como Dumas padre . Y francamente , lo que piden los niños ,l as muj eres y los hombres

,a l l i terato

,es en treten imiento . Lo que

deseamos es que noscuen tenmenti ras . Esasson las boni tas . Y hoylosautores de novelasse empeñan en contarnos verdades , que ta lvez sean menti ras

,pero quesonfeas , si n talvez . O tros no cuentan

menti ras n i verdades sino tonterías .

Hay , por ej emplo ,novelas modernas escri tas con much ís imo in

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374 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

genio y cuyo argumento es l a v ida de una persona á l a que nunca

le sucedió nada . Sabemos á qué hora se levan taba esa persona,qué

comía,cuál era la causa fi siológica de su afi ción á losrabioles

,por

qué estuvo enferma de l aringi tis , etc .,etc . Pero al cerrar ell ibro se

pregunta uno :—Bueno , ¿y ámi quéme importa todo eso Así haygen tes que paran á cualquier amigo en una esquina para referirlemi l sandeces . Con esas tenemos alguna amistad ,

y sin embargo nosaburren . ¿Cómo no han de aburrirnoslospersonaj es novelescos dela calaña referida? Una gran parte de las novel as en moda se reduceá enterarnos de las razones que tuvo doñafulana para enganar á sumarido . Esas razones casi siempre son las m ismas ;ya lo sé ;y aunque no l as supiera seria igual

,porque

,mald i ta l afalta que me hace

conocerlas . No conozco á ese marido , no tengo la culpa de lo quele pasa , no puedo salvarlo , y sobre todo , no es un tipo ún ico : haymuchos maridos burlados con quienes tropiezo á cada rato , y aun

que éstos pudieran inspirarme un i n terés mayor , no los detengo para

oí r sus cui tas,n i mucho menos les pago porque me las digan .

Cuando compro una novel a , es porqué deseo diverti rme . Mientras más i nverosími lsea

,mej or . Menti ras , eso es lo que compro .

Verdades me las dan grati s .

Por eso dij e que me encanta el ¡Montecr isto y que me agradan todos los l ibros de ese género

,cuando están escri tos con talen to . ¡Lás

t ima que no puedan leerse más que una sóla vez ! En mis estantesguardo con mucho cuidado la Condesa de Cbarny , ] ose'B álsamo

,El

Colla r de la Reina y otras muchas novel as parecidas que aún no leo ,

para leerlas luego que me enferme . No hay mej ores compañeros de

encierro que esos l ibros . Con el los se descansa . Parece que en sulectura se acuesta la imaginación . E l los no le piden al pensamiento

que trabaj e . Muy al revés , lo obl igan á estarse quieto , 6 lo dej an divagar á su an toj o . Son esas novelas como las sul tanas Scherezadasde los pobres .

En todos nosotros,aun en losmás incrédulos , hay cierta inven

cible tendenci a á lo maravi lloso . Por eso nosgusta lo que sale delo común ,

lo que no es verdad ,lo que no puede ser . ¿Qué hombre

conocemos parecido á Montecristo ? Ninguno , y por eso eshermoso .

Primero noscautiva la h istoria de sus aventuras , por lo amena , porlo pi n toresca ,

por lo extraña . Pero luego , cuando ya avanzamos enedad

,vemos que encierra algo eterno : lafuerza del oro y el placer

de la venganza . Todas las leyendas , todos loscuentos que pasan de

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376 MANUE L GUTIERREZ NAJERA.

hombre , como el ave ,pudo hacer un n ido . Entonces murió la hem

bra y apareció rad iante la muj er .

Ya está sola ; ya tiene una cabaña hecha de tablones mal unidos ,por cuyas rendij as se cuelasilbando e l v iento de i nvierno ; ya tienehogar , ya tiene un banco ,

un lecho y un cofre .

En ese hogar naciente y miserable,nace l a leyenda . En losri n

cones está el duende famil ia r . Encima de la cama,revolotean las

h adas por la noche . E l escl avo,que vive en la i ndigencia

,busca

con l a imaginación un mundo de servidores obedien tes . Las hadaseran trabaj adoras ; todavíase dice : cose como una li ada . Mien tras la

muj er hi la en su tosco huso, losduendes y las hadas vuelan ensu

torno . ¿Quiénes eran las hadas ? Unas reinas de Gal ia ,que no qu i

sieron reconocer á Jesucristo,y que están condenadas á vivi r mien

tras elmundo exista . ¡Tri ste pena ! Antes eran enormes ; hoysondiminutas

,como la Reina Cab

,cuya carroza regia está hecha en

una cáscara de nuez . Las bowr inggwans— hadas enanas , —son l asreinas de ese brumoso mundo sobrenatura l .Segu id lafi l i ación de esos maravi l losos cuen tos de hadas . Cada

uno nace de un dolor y de una lágrima . E l dolor h a creado el arteen todas sus manifestaciones y sus formas . Seguid el curso de losrios y l legaré i s al Océano . Seguid la historia de l a leyenda y llegaré is al corazón del pueblo . Ese ogro qhe devora á los pequenos , noes más que el s imbolo popular de las terribles hambres que asola

ron,como un vien to de muerte en la Edad Med ia . Esos di amantes

que adornan como estalacti tas l a corona de Aladino,son lascrista

lizadaslágrimas del pueblo . Sueña el ciego que ve y elpobre queposee . Ansia de amor sobrecoge sus almas , y crean ese admi rable

cuento de laHermosa durmiente que les aguarda en el si lencio delosbosques .

Miran en torno suyo,y ven á l a muj er afeada por el trabaj o y l a

m iseria ;en tonces , para redimi rl a , para purifi carla ,i nventan esafá

bula dol ien te de una hermosa ocul ta baj o la forma de una bestia .

Todos persiguen con la vista las curvas que dibuj a en el espacio el

P ája ro azul,esto es

,el ideal . Todos repi ten como un coro aquel l a

exclamación de Riíckert : alas ! ¡alas ! All í está el ahogado dolorde la aldeana

,á quien dice e l corazón : debes ser bel la para agradar

si tu señor,y á qu ien responde el ondulante espej o del arroyo : tú

e res fea ! Ahí está la congoja del vasal lo que riega de sudores yl lanto el terruño

,pero que tiene un alma

,alma que sueña con la s

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 377

erguidas castel lanas de vistosos traj es,que atraviesan en su caba

llo blanco la l l anura !Es el an tiguo id i li o de l Oriente : la rosa que se enamora del ru i

señor : l a cosa inmóvi l enamorada de la cosa al ada . Pero aquí la

rosa no tiene espléndido matiz : está desnuda de hoj as ;y el rui señor es una ave cobarde de rapiña . Ahí está escri ta la eterna aspiración alideal . La i maginación macerada por el ayuno , esla quecrea mej ores palacios fabulososLos hambrientos son los autores delmundo sobrenatural . To

da esa riqueza,todas esas pedrerías que abundan en las leyendas

y en los cuentos,fueron creadas por un pueblo que carecía de pan y

carecía de amor :forman la historia de su aspiración . Por eso vemoscómo en la leyenda la esclava ama tanto que l lega á ser amada ; yelmónstruo se enamora de tal suerte que se vuelve hermoso .

Esas leyendas marcan también las inj usticias y las ignomin ias .

La compasión popular desciende como un rocio sobre el dolor . Ah íestá l a madrastra que golpea á la niña Cenicien ta , y la garrida castellana presa en las redes delferoz barón . Todo lo que sufre y todolo que l lora tiene cabida en esas narraciones . Los animales , en loscuen tos de hadas

,tienen alma también como nosotros . Leed el cuen

to de Piel de Asno .» Creeriase escri to por Michelet . La redención

subl ime delamor alcanza á todos . La l eyenda es la histori a de la

Edad Media con tada por la mujer .

¿No creei s que el b/[ ontecr isto cuando haya transcurrido muchotiempo

,será también considerado como símbolo de l a aspiración á

poseer que agita á las generaciones modernas ? Esel D on j uan del

socia l ismo . Y ,exactamente

,el !Vontecr isto se escri bió cuando te

nían enFrancia mayor boga las doctrinas social istas ; y cuando Eugenio Sué las explotaba en la novela . Adqui rirfortuna y vengarse de las i nj usticias sufridas ;ese es sufondofi losófi co PeroDios mio qué viej o y qué pedante debo de estar cuando ya ledescubrofilosofíasal M ontecr isto !

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380 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

tantos kilómetros deferrocarri les,tan tos cupones

,tan tas entradas

aduanales. La paztanfavorable para la Repúbl ica es , por lo pronto ,perj ud ici al para el Parnaso . Los poetas de antaño no comían ; perocan taban . Los de ogaño comen y no can tan . ¿Será verdad que delHambreson hij as lasmusas ? Podía esperarse que las insti tucionesderru idas tuvieran grandes cantoreselegiacos. La tristeza in spira ;lo pasado tiene misterio

,sideral hechizo

,y en su tremulante clar i

dad de luna , vagan cantando las hadas . Pero ¿en dónde está el poet aegregio que l lore en losescombros y ru inas del templo derrumbado ?¿En dónde el que narre con divino idioma las grandezas ya idas?E l más preclaro de todos aquel los en quienes pudiera suponerse talpropósi to

,el Sr . Canónigo D . Joaquín Arcad io Pagaza ,

refúgiase ,y bien hace

,en los huertos tibereanos

,reviviendo << eu l a vernácula

zampoña cánticos helén icos .» Roa Bárcena es admirable paisaj i sta .

Pero ¿quién l lora en el sepulcro de losideales ya no amados por unagran parte de esta incrédula generación ? Poetas de novena

,arra

piezosseminari stas ,sochantresgangosos , mónagostraviesos , substituyen á lospoetas que en no remotos días cantaron dignamente lasbel lezas del cristi an ismo .

En el campo l iberal— desde que ya no escampamento,

— los vie

josvates duermen fatigados . Mas ¿losj óvenes .

Estos , hoy en día ,se cansan pronto . Como no tienen que l id iar

por algo que merezca el sacrifi cio de todo in terés propio,apenas los

i lumina,para que sean vi stos

,la primera l l amarada de su inteligen

cia ;hay quien los l leve á una ofi c ina ó los tra iga al periodismo . Cam

bian elpesofuerte que tra ían y lo van gastando en cen tavos .

Y el period ismo les vasorbiendo paulati namente todo elj ugo . En

la prensa la uva pronto es pasa . Acostúmbranse , porfuerza , á que elpensamiento no guarde el decoro debido ,

á que no se acicale para

sal i r á l a cal le . Muy pocos conservan lasenergías vitales de su inteligenc ia tras tan durafaena . Y cuántos mueren , como Luis Ponce

y otros muchos,si n haber ten ido el tiempo sufi ciente para hacer un

trabaj o de selección de sus propios escri tos,reuniendo en fresco ra

millete lo más fragante de el los !Taltrabaj o ( al quese en trega hoy Adalberto A . Esteva , quien

muy en breve publ icará un tomo de versos ) , tiene mucho de tris

teza . La verdad es que , para vivi r con tento ,hay que andar mirando

adelante adonde están todas las menti ras , sin volver la vista atrás ,adonde quedan todas las verdades . Ti ene algo de testamento esto

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA. 38I

de reuni r poesías en un volumen . Primero,como artista experi

menta uno amarga decepción . Evidentemente y sinfa l sa modesti a ,

esas composiciones nos parecieron bel las cuando las dimos á la éstampa . Y después de algunos años ¡qué malas nos parecen ! Yaestán viej as

, ya no las queremos , y todos sus defectos , todas susarrugas aparecen de rel ieve á nuestros oj os . Sen timos vergiienza ,como si en la cal le nosdij eran —á esafea que va al l í , tú l a quisi ste !—Espreferible que se queden envuel tas en la bruma delrecuerdo ,

que no vuelvan j amás esas ausen tes de quienes apenas nos acorda

mos, pero todavía con algún cariño .

Hay algo de sal ida de bai le en esta recolecc10n de cosas pasadas .

Luego,los sentimien tos que i n spi raron esas poesías se han extin

guido como lasbrasas en elhogar . Me da ri sa,por ej emplo

,tropezar

con unos versos que publ iqué á los 1 8 años , y e n losque amargamente lamentaba mi desgracia . Y es probable que al escribi rlos losintiera . ¡Oh ,

amigos míos,este j u icio fi nal de versos propios

, esmuy triste ! Se va entrando en elaltamar de la vida

,se cree que no

se h a amado n i sufrido an tes , y las estrofas en que cantábamos amores ó l lorábamos infortunios

,nos parecen pueri les

,6 , mej or dicho ,

personas extrañas que vienen intrusas,á habi tar en nuestra casa .

Yo aconsej o ,sin embargo ,a todos los poetas de talen to

,quese

resignen á las tri stezas de esa desconsoladora selección . Y asimismolesdigo que no sólo recopilen ,

que no sólo reproduzcan,que no sólo

en tierren,dándoles cristiana sepultura

,versos suyos

,sino que den

vida á otros nuevos . Me entristece que Luis Urbina , poeta gen ial ,copie en el S iglo XIX sus versos viej os . Luis Urbi na está obl igadoá tener siempre versos nuevos . Y hasta me entri stece que sea orador en fi estas cívicas .

En cambio,cuando leo el S iglo por las tardes y me hal lo con una

gota de roc io,con una gota de perfume

,ca ída de la pluma elegan

tisima de nuestro anacreon te , de Rafae l Zayas , sien tofrescura en elespíri tu . Ese viej o . ¡perdón ! ese muchacho , aun no dej a á l a

pobre Dido abandonada .

Siento alegría al ver en el Universalversos de José Juan Tablada ,pensados en francés

,casi escri tos en francés

,algo neuróticos

,pero

siempre bel los y reveladores de un gran talen to artísti co . Me regocij a que Fernán Grana siga l ibando la miel de mirtosjónicosy queBalbino Dávalos , al traducir , haga creaciones verdaderas . ¿Quéharía yo para Sacar áM icrosdelNacional; á Busti l los y Carlos López

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382 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

delCorreo . á tantos otros que se tragan esos pozos l lamadosredacciones ú ofi cinas ?Tener d icho dinero

,claro está : y á tenerlo , de cierto que lo har ía .

Pero en tretanto (este entretanto quiere deci r entre mucho) ,“no

tenemos una publ icación l i teraria de importancia,n i unsaloncito

en donde hablar de arte . Casi n i amigos tenemos .

Porfortuna,el mozo acaba de traerme el Correo de S an Lu is

,co

rrespondiente al domingo ú ltimo . Suelo consolarme leyendo esosCorreos dominicales .

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384 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

que vaga con su lámpara en la mano,de planeta muerto en plane

ta muerto , buscando un al tar , un ara en que dej arla .

Hay un ángel <<eu medio de la sombra» de esos Tobias que construyen , á tientas , sepulcros como el de S an Pablo, 6 quese echansobre losoj os la capucha del B ea to Calasanzpara ocultar l a dantescá pal idez de sus semblan tes . Es ciega la fe de ellos ; pero no comola virtud teológica ; es ciega porque no ve l a d ivin idad que si en te .

Les guía la Caridad como Cordel i a guiaba al rey Lear,y después

de cruzar por muchos círculos de tin ieblas,cansados

,desfal lecidos ,

se preguntan—Pués qué

, ¿no estaba en el amor humano nuestro punto dereposo ? ¿No era él la cisterna ó no era la escanciadora aquel l amuj er de Samaria ? Fausto

, ¿l a verdad nose l lama Margari ta? ¿Porqué ¡oh Dante ! quemó tus oj os y tu cara elresplandor roj o del i ntierno , antes de que encontraras á Beatri z ? Y esa tristeza delamormortal perdido para siempre

,aflije á losque buscaron lo inmortal

y no supieron ó no pudieron encontrarlo . Esa tr isteza rebosan laAbadesa de Tona rre y el B ea to Calasanz.

Habi taba en remotos días un humi lde pueblo de la India un faki r

,sabio y santo

,l lamadoValm iki . Desde púber puso todo su em

peño en domar y vencer las concup15cenc1asde l a carne , y en laabsti nencia y¿en la maceración purifi cábase para entrar , vivo todav ia

,en l a paz delNiruana . Empero

,á fuerza de leer y medita r

,

aquel j usto varón se cercioró de que su esperanza era mentida y de

que Buddha no era Dios . Y tan vivafué entonces su congoj a quemovió á

'compasión á cuantos le querían y muchos eran ,

inconta

bles cas1,porque la mansedumbre y la piedad ,

l a graci a y suma

al teza de aquel hombre habianle hecho padre,más que maestro ,

de losque le oían .

Viva fué su congoja , mas no por el desencanto que sufrió , hubode darse á los goces sensua les

,pues

,s i tal hubiera hecho

,habrían

imaginado,que por disfrutarlos renegaba de sus doctrinas y creen

cias . S i se echó de ver que en sus escri tos y discursos habló desde

aquel_'

e11toncescon ternura y amor de la muj er ; á ta l punto que unahermosa viuda de tre in ta años

,adivinando las recóndi tas inquietu

des de Valmiki,se propuso calmarlas consolándole .

Mari a—asi se l lamaba ,—reflexionó de esta manera - Deplora el

no'

h abernosconocido , ysea por timidez , ó sea porque no pueda dudar nadie de ique en verdad está desengañado por la v irtud de la

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MANUEL GUT IERREZNAJERA. 385

razón y no por seducciones de l uj uria , persiste en su alej amientode nosotras . Iré á buscarle y seré suya , si n que el mundo lo sepan i adiv ine . Yo quiero ser su in iciadora . Y vestida de gasas y ci rcu ida de aromas

,fué á Valmiki . Pero Valmiki no la quiso .

Por la ventana abierta de la estancia en que j untos estaban ,des

cubriase elcampo , y en él una pastora de qu ince anos , rubia comoeltrigo y como rosa nueva , l i nda y fresca . E l sabio

,señalándola

,

d ij o á la v iuda María :Lo que ,

á ser posible , yo querria , estener vei nte años yseramado de una muchacha como esa !

La j uventud perdida , la vida i rremisiblemente pasada , ¿no esesolo que l lora en un instante de trágico aniquilamieuto elalma deCalasanz? En su desesperan za i nvoca al diablo , comoFausto;perola salamandra no corusca

,n i la ondina serpea

,n i elsi lfose esfuma

,

n i trabaj a elgnomo,n i á l a luz deláscua , tres veces incandescente ,

Satán surge . La noche viste de luto por el diablo .

E l drama humano esen CALASANZ másterrible é i nsoluble queen elpoema de Goethe . Lo maravi l loso no puede en é l interveni r ;no puede dar n i la real idad del pecado . Impasible está el c ielo azul ;mudo el abismo de la eterna tiniebla . Pero en med io de esa NAD A val ri tmo de ese NUNCA ,

NUNCA , NUNCA , anotado por el poeta en verso

que parece de cábala , la fe ,como una procelaria ,

lanza alvacio su

últ imo gri to : ¡vo CREO ENTI, D IOS M IO !

Sugestivo y hermoso es el poema de Justo . Aquel frai le se nosqueda grabado en la memoria como cenobi ta de bajorelieve medio

eval . Pero no tienen sus con tornos la dureza de la p iedra labrada concincel no está muerta n i esfría y áspera esafi gura ;más bien parecepintada por R ivera en un l ienzo por cuyas porosidades ha entradomucho incienso .

Cuando elB ea to Calasanzse publ ique , cuando la plena luz hieraese hábito de parda estameña

,esas carnes demacradas

,en lasque

el ci l icio enreda sartas hechas con gotas de sangre,será tiempo de

examinar la obra del poeta y la ciencia delartista .A un grupo de pri

vileg iados, el BEATO se nosapareció á la media noche—hora de losconjuros,—de un día de aparecidos : el sábado . Pero no lo vimos

49

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386 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

la l uz de un retablo,caminar por el claustro

,n i sal i r de entre losper

gaminosamontonados por monj e predicador ó exégeta en los rincones de la celda : Pablo Macedo le invi tó á su casa

,y en el l a se nos

presentó . En aquel centro de eleganciasy refi namientos de bienestar

,oímos aquel tremendo despertar de un éxtasi s . Poco antes , en

e l suntuoso comedor,saboreando ricos manj ares y vinos contempo

ráneosdel diablo que CALASANZ no pudo hal lar , habíamos habladoa legremente de cosas serias y de cosasfrívolas . Luego , á través de las

pestañas rubias con que el Champagne suele velar la mirada,vimos

á Justo abri r su cuaderno roj o y leer los admirables versos del poema .

Alfin de cada cláusula sonora , y l lena de idea , alzábase un murmullo de aprobación ,

la admiraciónse deten ía á tomar resuel lo . << Em

puj a y abre las puertas de la antesala un soplo de poesía—decía Caro

cuando Paul Derouléde l eyó elMoabita —Esasfrases de entusiasmoquese condensan en una vocal d ilatada , agrandada , producen elru

mor de alas quese d ividen y recogen para dar paso al poeta . Moiséspasa

,á pie enj uto , en medio de l as aguas .

Caia el verso,i nflamado

,como chorro de bronce derret ido en el

molde de la estátua .

Oímos aquel l a noche el murmullo de l as palmas ; ya había empe

zado el día diez de Nisan,el día de Ramos .

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388 MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA.

erofuego . Y nzoclzo ypuro están trascordados;porque hay escritoresmuy catól icos , muy imperial i stas y hasta muy obispos , que escriben

si n sin taxis,sin prosodi a y si n ortografía

,así como hay poetas capa

ces de ser inmaculadosen otra peregrinación á Paso del Norte,pero

que no t ienen pizca de estro . Esosi : moc/zosy purosse encariñanmucho con e l papel que el los mismos se dan . Al poeta iturbidista leparecería un pecado

,y pecado mortal

,tener i nspiración . E l poeta

jua r ista consideraría como una defección suya , como una tra icióná su partido

,escribi r con arreglo á la gramática . Unos toman á gra

cia el-estar siempre muy resecos;otros , el estar siempre chorreandoagua . Y de todo resulta que aquí no se traba lucha entre clásicosy románticos

,entre real istas é ideal i stas ; aqu i no hay más que dos

l i teraturas en campaña : la l i teraturajua r ista y la l i teratura iturbidista .

Esto de i nvolucrar la pol í tica y l as le tras es superlativamente ton

to : mas ya que de talmodose ha partido la arena , he de hablar al

guna vez de lasl i teraturas i turbidista,santanista

,miramoncista ,

zuloagu ista y maximilianista,etc .

Lo que ahora me propongo es hablar de loscríticos .

De presumirse es que entre losdeposi tarios de la verdad y de lagramática estén loscrí ticos serios . En el grupo de l iberales , heterodoxos

,de i nd iscipl inados

,estarán lospoetas

,los entusiastas : l a

critica atañe al gremio de los que no se entusi asman,de los que ,

por razón de ofi cio , saben mucho latín y han leído á losmísticosespañoles , queson maestros de la lengua . ¿Cuál es e l crítico entrelosl i teratos iturbidistas?A la verdad

,no le conozco . Acaso ex iste

,pero no sale á la calle .

Entre algunos de esos escri tores iturbid istas,la manía dominan te

es la de zaheri r á Gui l lermo Prieto y áJusto Sierra . Lostraen á colación con cualquier pretexto ;son sus dossombras enemigas . Paraesepseudo—critico , Prieto es e l reformista aborrecido , el amigo y compañero de Juárez , y sobre Prieto y sobre todo lo suyo , l anza elanatema . Y solamente he ci tado al patriarca de nuestra poesía

,porque

con deci r que un crí tico no encuentra en é l i nspiración,entusiasmo ,

y donaire yfrescura,para describi r tipos

,escenas nacionales

,basta

para demostrar que no es tal crí t ico .

El esti lo de Prieto es como él : l leva el sombrero ladeado,l a cor

bata suel ta , el chaleco á medio abotonar , el levitón hecho << ludibriodel v ien to » y el paliacate sal iéndoseaca lorado , abochornado , de la

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 389

bolsa . E l esti lo de otros que presumen de clásicos es una levi ta,no

mal n i bien cortada , una levi ta hecha , una levi ta como hay muchas .

Pero dentro del traj e desbarajustado deGui l lermo Prieto ,va un hom

bre,una posi t iva gen ial idad l i teraria ; dentro de la levi ta á que alu

di , no hay nada : está colgada en el perchero , ó en un manequí de la<<Bel la Jardinera , aguardando á que alguno la compre yse l a ponga .

¡Cuánta gracia hay'

en Prieto ! ¡Cuánta soltura ! ¡Cuánta inspiración ! Este hij o travieso y desobed ien te de la l i teratura es su h ij om imado . Muchas veces no sabe de memori a su lección

,no l a h a

repasado ,no la ha leido talvez ;pero ¿qué importa ? ¡E l la i nventa !

No sabrá tanta gramática como un dómine de seminar io ;pero sabe

mucho másestética que todos sus enemigos j untos . A él lefaltaráncomas y acen tos; á el los lesfaltan imágenes é i deas .

Justo Sierra es acaso en México el cul tivador más honrado de laheredad intelectual . Su pensamiento vuela ; su corazón está abiertopara todo lo noble ;j amás hiere su palabra ;nunca es él i rrespetuosocon las creencias de otros ; y á este Justo que merece l lamarse así ,le a tacan con sana inexpl icable ciertos escri tores iturbidistas. ¿Porqué ? Porque entre losdepositarios de l a verdad y de la gramática

,

no hay crí ticos . No hay más que enemigos i rreconci l i ables de losl iberales .

Los l iberales tampoco tenemos un verdadero crítico ;y no porquefal ten entre nosotros personas muy capaces de ej ercer la crítica

,si

no porque éstas no quieren,y consobradísima j usti cia

,buscarse

enemistades y quebraderos de cabeza . Altamirano,R iva Palac io

,

Justo Sierra y muchos otros,pueden hacer notables

,trascendenta

lesobras cri ticas , pero no quieren ,porque no les conviene . T ienen

que cul tivar lo que llamaremos crít ica retrospectiva . Así escribió

Peredo su estudio sobre elEdipo y Altamirano su estudio sobreMedea . A los vivos ¡nadie losmueva que estar no puedacon Orlando á prueba ! Se publican de cuando en cuando artículos

muy buenos sobre l ibros extranj eros ;pero de los nuestros nose hábla , s i no esde aquel los que merecen elogio ( el que , por lo común ,

siempre resul ta exagerado) , ó de otros que si n ser dignos de alaban

za , la obtienen porque su autor esmuy simpático ,ó muy bueno

muy l iberal , 6 muy amigo .

Los Cerosde R iva Palacio,son del iciosos articulos humoríst icos ;

los prólogos de Altamiranoson notables y elegantísimosestudiossobre la poesía erótica

,laº poesia dramática

,la poesía épica

,etc . ;

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390 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Justo Sierra, con toda la cien ci a que cabe en él , ¡y cuidado si cabe !

y con toda la poesía que D ios le dió,diserta admirablemente acerca

de la histori a y acerca del arte . Pancho Sosa ha prestado un emi

nen te serv icio á la l i teratura patria con sus d iscretas y sesudas bio

grafías,y hasta se ha desl i zado algunas veces en elcampo de ma

niobrasde la críti ca m il i tante . En el prólogo á laspoesíasdel PadrePagaza ,

D . Rafael Angel de la Peña nosda excelente muestra desus profundos conocimientos en poesía l atina ; todos el los podíanser críticos

,y lo son en sus conversaciones , loson in pectore; pero

no ej ercen l a profesión . La v ivisección l i terari a no ex iste en

México .

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392 MANUEL GUTIERREZNAJERA.

de plomo , barcos de cartón . e l diccionario se desborda,los

cohetes serpean en el a ire,Fígaro canta su serenata

,Arlequín gol

pea á Pierrot , Pierrot á Colombina , l l ueve polvo de arroz , loscascabelesriñen , las palabras se atropellan ,

se descrisman,se aranan

,

y de toda esta confusión de teatro quese i ncendia,salen unos des

calabrados,otros si n reloj

,todos aturdidos

,y preguntándose al verse

en salvo : Qué pasó ? Para hacer estos j uegos malabares,para dar

estos sal tos mortales,para poner en movimiento tantos autómatas

á la vez, se requiere especial habi l idad ,y Mateos la t iene supera

bundantemente .

Qué cabeza la suya para no desvanecerse en el columpio,para

no marearse en el canal de la Mancha,n i en el ferrocarri l In tero

ceánico Qué sol tura para desprenderse de un trapecio y asi r otro

Para sobresal i r en este género de ej erciciosse requiere no tenerle

m iedo á nada . Y á Mateos nada le i n timida . Planta la i sl a de Santa

E len a en elmar de la Indi a ; abre un balcón de las Tulleríasen lanoche de San Bartolomé ; regala á Humboldt carabelas ; convierte

á Colón en Cortés,y á Carlos IV en FernandoVII, y su señorío en

el mapa , enla historia ,en todo

,no conoce l ím ites .

Pero de esas borrascas que l lama él discursos , de esos nortes furibundos, sale siempre i lesa una hermosa criatura : l a imaginacióndel autor . De repen te se abre el período másenmarañado

,mássel

vático ,y parte deslumbrantefogonazo . La poesía disparasu saeta

de oro el humorismo muestra sufazdefauno ; l a metáfora , de plu

maj e esplendente ,sal ta á manera de esas aves raras que suele hal lar

e l explorador de un bosque vi rgen .

Mi querido amigo Juan Mateos no se enfadará conm igo ,Sl reco

nociendo,como reconozco

,su gran talen to

,estimo que él como ora

dor parlamentario es un excelente autor de comedias de mágia . La

compañía de que dispone esmuy numerosa ;lostelones que ha adquirido para su teatro ,son de efecto sorprendente ; el vestuario esr iquisimo y las obras anunciadas en el cartel siempre son de palpitante actual idad Su procedimien to es muy parecido .alde Sardou .

Este dramaturgo lee mucho y muy atentamente la gaceti l l a de losdi arios ; descubre en el la un suceso ó una serie de sucesos que preo

cupan á la sociedad durante un mes, una semana , un día ; observa

qué curso sigue la corrien te de la moda y de ese hecho aislado ó de

esa madej a de hechos,desprende un conflicto dramático que suele

entrañar algún problema trascenden te . Cuando por ah í Dios no le

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MANUEL GUT IERREZ NAJERA. 393

da , persigue lo nuevo , lo extraordinario , lo fascinador ; busca primero una actri z

,después la viste ó desviste primorosamente , in

ven ta , por úl timo , decoraciones admirables , y ,hecha ya la ensalada ,

pone el drama . En n ingún casose aísla delmovim ien to general ;marcha de acuerdo con el calendario sabe el día en que vive . Y en

este oportunismo » se parecen los dramas de Sardou á l as óperasparlamen tarias de mi amigo Mateos . No hay que exigir á este di

putado precisión en las ci tas históricas ;ej erce al pronunciar sus dis

cursos ese derecho de violar que disfrutaban algunos senoresfeudales . Losanacronismos abundan en admirados y admirables dramashistóricos . Ah í está todo elteatro de V ictor Hugo .

E l Sr . Mateos tiene su Carlos IV como Tolsa tiene elsuyo , y siel de Mateos resul ta Fernando VI I

,el de Tolsa resulta un César .

Lo importan te para el diputado á quien al udo , essacudi r la atenciónamodorrada , dar la vuelta al mundo en ochentafrases de muchísimoaparato , y deci r siempre algo quesea de i n terés v ivo . En su defensa6 descargo puede bien decir que los hechos le conceden á menudo la

razón . Presentó hace poco una in ici ativa sobre divorcio , y hoy nose habla más que de matrimon ios mal aven idos y de casados que

quieren d ivorciarse . Hablaba elmiércoles en la Cámara contra D .

Antonio Cánovas delCasti l lo,y horas después caía en Madri d el

gabi nete Cánovas . La caricatura dice : qué nariz la de Mateos La

Histori a dirá Pero y qué olfato !No es sacri legio

,cual pudiera creerse

,elde traer á cuento la His

toria,hablando de Mateos . Esta le perdonará mucho porque mucho

l a ha amado y de todas las maneras posibles . Quien bien te quiera te

hará l lorar , dice eladagio .

Habrá tres historias : l a h istori a antigua ; la histori a hecha por el

Sr . Mateos con muchísima gracia ;y la historia que hará la hi stori a

delSr. Mateos . Ese género de elocuencia tan peculiar delorador quei ntenta desmontar á Carlos IV—no sé si para ponerlo en los cuernosde la luna cometiendo otro pleonasmo

,

— esta elocuenci a i ndependiente de todo yugo

,nose perderá esfumándose enlosanales del

parlamento mexicano . Observo su influencia , su luz reflej a en muchos otros oradores . E l Sr . Mateos es rico y pródigo ;no cuida decerrar sus arcas

,y muchasfrases de él se le han huido yéndose con

otros . Elt iene elmérito i nnegable de l a origi nal idad . Eles é l .No todos pueden j actarse de lo mismo .

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3 96 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

en voz al ta mis pecados .Nosee te ipsum—dice el sabio .Como na

die puede tener mej ores datos que yo para hablar de mi mismo , ycomo puedo ser todo lo duro é insolente quesea posible para hablar conmigo , confi ado en que no hay desafío posi ble dadas estas

o o co º

cond ic iones , voy a vapulearmesm grac ia nr m iser icord ia en lasigu1ente forma :

Sr . D . MANUEL GUTIERREZNAJERA.

Te conozco desde hace mucho tiempo,y la i n timidad en que vi

vimos me autori za á decirte la verdad, que siempre amarga . Tus

artículos y escri tos no valen un comino ; pero siempre es bien queloshombres te j uzguen por tus obras y no por l as aj enas . Precisa

defi ni r lo que escribi ste y apuntar con esmero lo robado . Es unacuestión de l ímites tan seri a como la de Guatemala Sé de buena

t inta que escribes trescientos sesenta y cinco artículos alaño,cuando

no es bisiesto . Pues bien , supon iendo , y ya es mucho suponer , quehayas robado sesenta y cinco al año

,siempre quedarán trescien tos

más ó menos ma los , pero tuyos . Yo repito que es una mera supo

sición ; para robar con oportun idad sesenta y cinco artículosa l año ,

se requiere un gen io de adaptación maravi l loso,una lectura vari a

dísima y una buena bibl ioteca,cosas todas de que tú totalmente

careces . No fabriques casti l los en el ai re . Te has creido un pl agior io digno de la h istori a

,y eso esfalso . No hasñrmado ochenta y

tan tas novelas aj enas como Dumas,n i aprovechado el gen io de los

novel i stas pobres , como Balzac . Tusrobosson vergonzantes. Tienes la estupidez de apropiarte l as monedas falsas y los mendrugosenmohecidosEres un idiota .

Te l evantas un día de malhumor,y en vezde ponerte á trabaj ar ,

cortas una novela de Zola,la dasá traducir

,y la envías con tu pseu

dónimo á un semanario de caricaturas . Te nombran para pronunciar

una poesia en una veladafúnebre,y como losversos y losversistas

te fastid ian , robas una poesía á Fernández y González . Quieresdormir después de un bai le y haces que tu secretario te traduzca una6 doshistorietas de Mendés. Publicanse ,

autorizadas por alguno de

tus pseudónimos,y sin saberlo

,te encuen tras convertido en el autor

de alguna historia escandalosa,que nunca habrías escri to n ifi rmado

porque te sabes respetar bastante . Dos vueltas más de wals por la

noche,una correría matinal por el Bosque , los oj os de una señora

ó la ci ta de un amigo ,te han decidido á cometer los pl agios que te

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 397

echo en cara . Hace pocas semanas se publ icó en la L ibertad un l argo

artículo sobre eldrama << O Locura ó Santidad ,» de Echegaray . E l

autor de esa crítica es un l iterato cubano , D . José Román Leal ,quien hace tiempo la dió á luz en un diario de laHabana . Pues

bien,hará apenas cuatro años

,cuando empezabas tu carrera l i tera

ria,publ icaste ese mismo estudio con tufi rma en elFederalista . Los

l ectores curiosos pueden buscarlo en la colección de ese periódico ,

y confrontarlo en seguida con el de Román Leal .Es casi elmismo . Las ideas

,el plan , y hasta gran parte de l as

palabras mismas son plagiadas . S i nofuera tan l argo y tan pesado ,

l o copiaría integro para confundirte . Basta para mi propósi to que loscuriosos recurran á la B ibl ioteca y comparen ambas críticas . Verdad

es, que tu pusiste en ese artículo algunas frases de Víctor Hugo yotras tuyas .No te empeñes en conservarlas porque son mal ísimas .

La última frase,sobre todo

,esnauseabunda .

Yo esperé que algún amigo periodista te echara al rostro semej an te pl agio . Nadie lo dij o

,aunque ahora todos te di rán que ya

habían caído en cuenta,y yo , por ende , me creo obligado en con

ciencia á reprenderte . Tú plagias con descaro,porque quieres es

cribir más de lo que humanamente puedes,porque vas á todos los

ba i les,á todos los teatros

,á todos los paseos si n que te quede tiempo

para nada,y porque tienes en muy poco a tus lectores . ¿Piensas

que no conocen el secreto de tu laboratorio ? Te equivocas . Aquiestoy armado de punta en blanco

,y pronto á seguir lanzándote zae

tas,l uego que haga memori a de otros plagios .

Resumamos : dosartículos más ó menos robados á Zola,un cuen to

de Mendés,una estrofa de Fernández y González y una cri tica

enorme de Leal , son cinco . D e los trescientos sesenta y ci nco ar

ticulosanuales te quedan todavía trescien tos sesenta . Y advierte

que te cargo á l a cuenta de este año,lo que escribías elano de 77 ,

cuando pensabas en hacer poesías y usabas un saco de terciopelo

negro . Soy muy compasivo .

Tuyo siempre .

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LA L I B E RTA D D E T ESTA R .

D iscurso nopronunciadoen lasesión pú bli ca de la Soci eda d deAbog ados.

Senores

Yo no soy abogado Y supl ico á Udes) que no atribuyan áj actancia mia esta confesión . ¡No quiero envanecerme de nada! nohago alarde de virtudes ; no me enorgul lezco por la honradez reconocida en mi

,por todo elmundo , n i de los otrosfavores que debo

á la Providencia ; no quiero presentarme como l impio defal tas y defectosnó me propongo á la consideración de la sociedad como unmodelo; pero . la verdad es

,que yo nosoy abogado . Venzo

m i modesti a para confesarlo ; qu isiera guardar este secreto en lo ínt imo de m i alma para no despertar legítimasenvidias

,pero en esta

ocasión solemne,tengo que deci rlo no soy abogado .

— Pero si no lo sóis— se me dirá, que venís á hacer entre nos

otros

Osdaré una respuesta categórica . Ante todo debe i s tener en

cuenta y en abono mío , el rasgo innecesario defranqueza que he ten ido á bien daros . Pude perfectamente presentarme en esta doctaasamblea si n deci r que era extraño á l a tortuosa ciencia delDerecho

;

ninguno habría escrutado mi conciencia con decir -soy mexicano yvivo del Gobierno

,

—nadie habría puesto en duda la legi timidad demi título de abogado . Y ,

además,señores

,también pude obtener

titulo ocho d ías antes de ven ir á esta reun ión : ¿me creeis acaso taninfel iz y tan misérrimo , que no tenga amistad con n ingún gobernador? Conste

,por ende

, que si no soy abogado es porfavor especia5 1

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40 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

lísimo del cielo , á pesar deser mexicano y de cobrar sueldo delGobierno . Conste , que pude serlo y no lofui . Conste , enfin ,

que vengo á tratar este escabroso asunto de j uri sprudenci a porque está

demostrado que los legos son los l lamados á enderezar l as torcidas

cuestiones delDerecho . ¿Hay acaso en la j urisprudencia algo más

arduo y trascenden te que la j urisprudenci a criminal ? Pues ¿á qu iénse encomienda la admin istración de la j usticia en elfuerofederal ?A los profanos

,á los legos

,al Jurado . ¿No prueba esto que para

hacer j ustici a espreciso noser abogado ? ¿No demuestra que el

pueblo,nuestro soberano , t iene másfe en nosotros que en Udes?

Pues he aquí l a razón porque he venido para arroj ar un haz de luz

en este asunto , obscurecido por las disquisiciones de los sabios .

La l ibre testamentifi cación—y perdonen Udes. si tartamudeo alpronunciar esta palabra desempedrada

,

—esun asun to de vi tal i nterés

,no sólo para los yernos de hombres r icos , sino también para

los que no ten iendo en perspectiva alguna herencia , asp iran á que

elacasose l as dé . Los que carecemos de padres y de parien tes ri

cos, estamos vivamen te i n teresados en que se dé á lostestadorestoda suerte de l ibertades , en que no nos roben los hij os legítimos ,en que n inguno tenga obl igación de legar su dinero á personas de

term inadas,para que losi ndeterminados tengamos esperanza de

h eredar . De una parte están los que tienen probabi l idades deserherederos

,y estos son pocos : de otra

,losque no t ienen dérechose

gún la legisl ación antigua , a recibi r otro legado que el delpecado

origin al,y estos son muchos . ¿Cómo caben vaci laciones en talcaso

O el número decide,ó caemos en el abismo de las castas privile

g iadas, del gobierno un itario , deldespotismo ! ¿Estamos ó no estamos en perfecta democracia? ¿Existe el sufragio l ibre 6 ya no existe?Todas estas razones

,si n embargo

,t ienen poca importancia , si se

lascompara con lasque voy á aducir;porque el número puede errar- á lo menos el que yo tomo en l a loter íafall a siempre ,—¿pero la

l ógica no yerra nunca . En mi sen ti r , la l ibertad de testar se redu

ce á esta pregunta : ¿De qu ién es lo mio? ¿mio 6 de otro?Extraño esque l a escuel a trad icional i sta ,

la que ha condenado

por heterodoxos á todos losque defienden el social ismo ,sea la quevenga á propugnar por esta negación de toda propiedad . Desent ido común es

,convenir en que lo mio es mio y lo tuyo es tuyo .

Sólo elpadre defami l ia se encuentra en la si tuaciónsingularísima

de que lo suyo no es de él , sino de sus hij os : tal esla si tuación á

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404 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

dres . Pero este enj u iciam iento es absurdo á todas luces , impl ica la

negación de la propiedad ; i nvierte el orden de la famil ia , dando alhij o la tutoría ó curatela de sus padres . Lo que á él debe inculcarse ,es el deber que t iene de al imen tar y asisti r á los que le dieron la

ex istencia , si tal cosa necesi tan ,y lo j usto es no insti tuir ociosos

de derecho divino con sueldo adqui rido desde que nacieronDe otra manera

,s i caemos en el pesimismo

,si consideramos que

la v ida esun maly que aquel los que nos la dieron ,tienen la obl iga

ción de pagárnosla ,habrá que ser consecuentes

,negando á lospo

bres elderecho de procrear .Séamosj ustos

,senores abogados

,conced iendo l ibertad á todo

los moribundos i nclusive . Alfonso Karr suspi raba por una ley queno ha llegado á darse

,y que debía estar concebida en estos términos:

Artículo único : La prop iedad l i teraria esuna propiedad .»

Pues bien,másj usta es todavía la ley que dice

La prop iedad es s iempre propiedad .

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ENTlEM PO DE EXA M E N E S .

Bola blanca , bola roja , bo la negra

E l Señor Inspector de Pol icía habrá entrado alguna vezal café yá los bi l lares de I turbide . En la cantina , losyanleeesapuran grandestarros de cerveza negra

,mediada con cerveza blanca y aderezada

con algunos puñados de pimienta . Otros , sentados en torno de unamesa é incl i nándose sobre el tapete verde

,j uegan al w/¿ist ó al t o

ka rt.

En los bi l lares , el espectáculo esdistinto . Las bolas de marfi l travesean ,

como duendes retozones,corriendo de un extremo al otro

de la mesa . Los j ugadores siguen impacien tes las correrías de lapequeña bola

,que ya obedece ciegamen te y como esclava la volun

tad de su senor ; yase resbala y salta enfurecida como un corcel quese encabri ta . A cada rato

,elj ugador suavi za con el cosmético el

casqui l lo de su taco . No bastan ya las mesas que hay en el salónpara losafi c ionados á la carambola

,n i aun l as bancas para ofrecer

cómodo asiento á los curiosos . Losmozos corren del salón á la cantina , y cada instante se oye el choque del marfi l ó elchoque seco deuna bol a cayendo en la buchaca .

El Señor Inspector de Pol icía habrá presenciado muchas veces esteespectáculo . ¿Perose habrá fijado ,

por ventura, en los chicos me

nores de vein te años,que j uegan ranflas

,guerra 6 carambola ? D a

grima ver ese batal lón de prófugos de la escuela , estudiando geometria sobre el tapete verde de una mesa ,

mientras duermen sus

l ibros baj o su forro de hule , y los padres , á costa de grandes sacri

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406 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

ficios, pagan l a educación no recibida por loshij os . Da grima veresos rostros j uven i les

,en los que todavía no apunta el bozo

,ya man

chados por la atmósfera humosa del café y el abuso de las bebidas .

Elbi ll a r es para el los como el vestíbulo de l a prosti tución . All í

contraen ese hábi to funesto de ociosidad,primera forma delvicio

,

que enmohece l a acti tud in telectual y arroj a en el espíri tu la simiente

de todas las perversidades . E l chicuelo que abandona las aulas parahacer l'ecole buissonniere

,como d icen losfranceses , se va atando con

una cadena inquebrantable de hábi tos dañosos que más tarde,así

como las zarzas y la mala yerba perj udican la vegetación , impedi rá

el crecimiento de lasfacul tades y el desarrol lo de la i n tel igencia . Pocoá poco

,lo que primerofué una i nocente escapatori a sufi cientemente

penada con el pan de l a escuela,se convierte en un vicio verdadero ,

que de no corregirse y castigarse á t iempo,echa por t i erra todos los

afanes del padre , del educador y delmaestro . La d iversión se trueca

en una necesidad casi i nvi sible, que obl iga á toda suerte de baj ezas .

El ch icuelo se habi túa á vivi r en el café,l ugar en donde imagina

que,sacud iendo el yugo de la casa paterna y de la cátedra , da sus

primeros pasos en el cam ino de la independencia . Estos primeros

pujosde emancipación coinciden con el primer cigarro que se fumaá costa de grandes náuseas

,y con l as primeras copas , tomadas á

hurtadi l las en el ri ncón ocul to de una tienda .

Luego que el muchacho se habi túa ásubstiti1 ír sus cátedras conl a carambola

,sien te la necesidad imperiosa de adqui ri r di nero para

sati sfacer estas nuevas necesidades . Empieza por pedi r pequenas sumas á sus camaradas y por vender

,á vi l precio

,en la plazuel a del

Seminar—io,losl ibros de estudio comprados por el padre , merced acaso

á i nnumerables privaciones .

Pero cuando se agotan estos recursos,el

"

chicuelo , arrastrado porese cabal lo de ti ro que se l lama la costumbre , se entrega á esos pe

queñoshurtos domésticos , sín toma evidente de la pérdida tal vezi rreparable de los sentimientos morales

,y en losque l a vista de los

padres,cegada por el cariño y el amor propio , no quiere percibi r la

mano de loshij os . De aqu í al primer del i to , no hay más que un solo

paso .

Parece imposible que esa bola i nquieta que obedeciendo el impulso del taco va á pegar en la elástica baranda , pueda tener tan

pern iciosa i nfluencia en lavida de un hombre . Es blanca , como lainocencia ; redonda , como el nacien te

-seno de una v irgen . El estu

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N O Q U I E R O S E R JU ZGA D O !

Hoy que los crímenes están demoda , conviene que estudiemos brevemente lasdos personal idades que representan losprincipales papeles eu el tribunal delpueblo : al representante delMin isterio Público

y al defensor de ofi cio . E l representante del Min isterio Públ ico es ,casi siempre

,impopular

,porque

,como es sabido

, á nosotros nos i ns

p iran compasión,por sobre todos

,lospobrecitosasesi nos . E l pueblo

ve alabogado acusador con los m ismos oj os con que ve alempenero ,

al cobrador de la casa 6 al suegro . En cambio , eldefensor es una especie de galán j oven

,de tenor de gracia . Hay señori tas j óvenes cur

sis y sensibles, que leen las defensas con l a misma admiración con que

leen el Cura deAldea ó el Pan de losPobres, y que comparan menta lmente aldefensor

,con el simpático Sr . Arteaga , galán j oven del tea

tro Hidalgo . Y,con efecto

,hay defensores , particularmente losque

l a dan de poetas, que se parecen mucho al Sr . Arteaga ó á Pepito Cor

nej o cuando canta,con acompañamiento de vihuela

, la melancól icay dulce Golondrina .

Pero no esmi ánimo estudiar las defensas desde elpunto de v istamusical . Guardo ese asunto para otro día . Hoy deseo hablar de otro

fenómeno l lamado por los botán icos mimelismo. Ciertos in sectos toman elcolor de la hoj a 6 de la corteza deltronco á que están adheridos .

Esto mismo eslo que observo que pasa con los agentes del MinisterioPúbl ico y con los defensores : toman aquel los color de acusación , y éstos color de defensa pero quedan teñidos de tal modo , que n i para sal i rá la cal le logran despintarse . Precisamente hablaba ayer con cierto

5 2

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4 10 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Procurador amigo mío . E l hij o de mi portero había picado con un alfi ler á su hermanita . Tenga Ud . mucho cui dado me decia

,con

ese pequeño mónstruo . El,que á lossiete años pica el dedo con una

punta de alfi ler , á los vein te años le dará una puñal ada . Porque la im

portancia del acto no hace al acaso . Lo grave es la i n tención . Esemuchacho se complace en l a efusión de sangre

,desconoce lossagra

dosdeberes de lafratern idad,tiene un corazón perverso

,es de mala

alma . Los mismos tigres aman á sus hermanos ! Y ,fíj ese Ud . ,

fíj eseUd . en la mirada de ese j oven del incuen te . ¿Por qué nose atreve ámirarme cara á cara ? Por qué se rasca l a cabeza con l as uñas ? Por

quése dibuj a en su semblan te el susto al o ir mis palabras ? ¡Ah ! porque yo aqu isoy el represen tante de la Sociedad ,

de la Sociedad que se

defi ende , de l a Sociedad que castiga , de la Sociedad que aparta deel l a á sus miembros indignos . No pedi ré ,

no,para estejoveu criminal

de corazón empedern ido,l a pena de muerte

,perosi la recl usión en un

establecimiento correccional .Es necesario impedi r que conti núe derramando sangre este pequeño Ca in . Pues qué

, ¿hemos de permi ti r que se pisotee el amorfraternal, que se destruya impunemente lafami l i a , base y asiento de l associedades?No

,y mi l veces no ! La ley es inflexible : la Sociedad nose

venga ;perose defi ende .

Confieso que después de esta requisi toria quedé un poco espantado . No es tan agradable tener en casa un criminal de siete años , un

Cain,un pequeño mónstruo que alñlereteafratricidamente . Porque

lo que decía el represen tan te de la Sociedad es muy exacto : si á l a her

mana la h iere con alfi ler,siendo su hermana

,lo que es á mi me toca

con l a navaj a .

En busca de distracción sal í á l a cal le y di con otro amigo que esdefensor de pobres

,6 de oficio como ahorase dice

,porque á los pobres

sólo de ofi cio los deñenden . Yo ten ía la cabeza l lena de crímenes ,como si me hubiera fumado una crónica neg ra de Vicente Ramírez .

Pensaba en el fratricidiofrustrado de mi porterojunior ; en la cal ledeFuenca rralque ya no debe ser transi tada nunca por losperiodistas ; en el brind is que pronunció Joaqu in Trej o para despedi rsede Ireneo Paz , y en otros del i tos tan espantablesy truculentos comoéstos . Pero pensaba más particularmente

,en el hombre que mató

á su madre eu'Durango y en el que mató á su hij o en Zacatecas .

Como era consiguien te , hablé á mi j oven interlocutor de estos doscrimenesfamosos . Y hablarle , y ver que se le encendían e l pábilo

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4I2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Ya quiero conceder que nada de esto sea evidente . Podria alegar

aún otra razón que sobrepuj a á todas : ¿hay algún hij o capaz dematar á su madre ? Todos los que hemos leído l as novelas de D

? Ma

ría del Pi lar S inuésde Marco , contestamos con un No enérgico .

¿Este l a mató ? Si . ¡Luego no era su h ij o ! Pero , como ya he dicho ,quiero conceder que eldel ito de quese le acusa ,sea real , ¿y si estabaloco ? ¿Cómo no había de estar loco si mató á la coautora de sus días ?En ese caso es un pobrecito enfermo . ¡Abrid—di ría yo ante el tribunal del pueblo

,

—¡abrid ,señores j urados

,una subscripción

,para

atender á la cura de este i nfel i z hermano vuestro,de este huérfano ,

de este huérfano desventurado y sin arrimo . Probad que existe aúnla caridad ;que hay quien lea laMa r ia

,de Jorge Isaacs ;que aun hay

quien se enternezca y l lore cuando escucha la S te/la Con¡ía'ente !

¿Quién os dice , tampoco , que este , á quien véis sentado en el ban

qui l lo , no es unfi lósofo? Ta l vez profesa lafi losofía pesimista ;piensa , por ende , que la vida es un mal , y no encontrando j ueces que castiguen á los autores de su daño ,se hace j usticia por su mano . Si esafi losofía esmala

,ahorcad á Shopenhahuer , dad garrote á Hartmann ,

pero m ientras no decl aré is i l íc ita la lectura de sus obras , menos po

dé iscondenar al que pone en práctica sus doctrinas . S i el acusado esun vengador

, absolvedlo ;si es un héroe , admiradle;si es un loco , compadecedlo;si es unfi lósofo , d iscutidlo !En cuan to a l que mató á su hij o , máspoderosas razones mi l i tan en

su abono . Ahí está Saturno , que esdios , y que se comía á su prole .

Ah í está Abraham, que casi es santo , y que sólo por haber oído en

sueños una voz,quiso degol lar á su hij o . La cuestión que tené i s de

resolver es esta únicamen te : ¿el acusado será san to ósefá dios ?En caso de noser lo uno n i lo otro ,

l e queda opción á ser borracho .

Y está declarado por una de l as últimas sentencias del tr ibunal del

pueblo,que los borrachos noson responsables de sus actos . La bo

rrachera es una locura alqui lada por hora .

(D emodo—esto nomelodijo eldefensor ,perolo digoyo, —que cuan

do va uno acometer un crimen,lo mejor estomar una borrachera , co

mo quien toma un coo/ze; o'de otromodo

,lomejor esestar borrachosiem

¡bre,por loquepuedasuceder .

Y si estaba ebrio,si por ser complacien te con sus amigos , porser

amigo en suma—y la amistad essiempre respetable—había perdido el j u icio y se supuso que su hij o era un sandwich , ¿cómo queré is

condenar á este desolado padre defamil ia , que l lora amargamente la

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MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA. 4 1 3

pérdida de su h ijo , sacrifi cado en aras de los más puros sentimientosamistosos ?

En este punto de su plática iba mi amigo el defensor,cuando l le

gamos á l a puerta de casa . En verdad quedé perplej o . Y para colmo de perplej idades

,lei la defensa de Fournier , hecha por mi elo

cuentisimo amigo Agustin Verdugo . En el la veo que el apreciableSr . Fournier

,porque quiere mucho á su hij o

,le mató á l a madre ;y

que los jurados,para no ser cruelísimos

,deben dej ar que esa i nocente

cria tura d isfrute de los besos,paternales ó no

,del cabal lero quema

tó á la señora su mamá mamá de la criatura , porque la madre

s iempre es cierta enfin,oi y leí muchas cosas que me dej aron

aturdido

¿Qué hago? ¿Ahorco ali nfame h ijo de mi portero que arañó á suhermana con un alfi ler y le doy un beso a l que mató á su madre ? ¿0i nvi to á comer al padre heróico quese comió á su hij o y me entregoá l a pol icia porque hoy mandé matar un pol lo ?

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4 16 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

en donde más chispeaba eltalen to de Lerdo . Pero también refi erenque su conversación era casi un monólogo . El in terlocutor era paraél un pretexto .No le hablaba : hablaba .

Al verle pasear,pensativo y solo

, por las cal les , me parecía que

en él quedaba mucho del estudi an te que acostumbraba aisl arse de

sus compañeros para i r,con el abierto l ibro en la mano , de un ex

tremo al otro delpatio,entre los arriatesde azulej os ; mucho del

rector que atraviesa de noche elclaustro vigi lando las celdas de losi n ternos .

Y hacía bien aquel hombre en encerrarse,por asi deci rlo , dentro

desi mismo . ¡Buen compañero era su preclaro entendim ien to , queora l o i nterrogaba

,ora le respondía ! No hay sol i tarios , no puede

haberlos,morirían muy luego

,porque la ún ica soledad posible es

la de la muerte . E l sol i tario m istico,eleremi ta

,está con Dios y

con la naturaleza . E l sol i tariofi lósofo está con su pensamiento .

Alabo á estos hombres que si n ser ari scos n i huraños , huyen de

la sociedad siempre que pueden . E l hombre másesclavo es el quet iene másamigos , elque está preso en una red de artificiales deberes. Para que el fruto madure , espreciso que los ch icuelos no sácudan mucho eltronco de un árbol n ise encaramen por sus ramas ,con pel igro de troncharlas. El pensamiento ha manester de ampl ioespacio para abrir y desplegar su fol laj e .

E l retraimiento en que v ivía D . Sebast ian hará probablementedifi cultoso el estudio de su carácter íntimo . Else ocul taba , y sóloaparecía en los momentos solemnes , para volver luego á esconderse

en l as nubes que envolvían á losdioses de Homero .Nofui testigode esos grandes tri unfos

,de esas grandes apariciones de él

,y por

eso no puedo j uzgarlo . No quedan escri tos suyos . algunas no

tasdiplomáticas unos cuan tos discursos que ya perdieron el

calor de la vida comunicada por la palabra . pero queda una

obra : la Repúbl ica .

E l triunfo del orador es acaso el másgrande . E l ve ,oye

,siente

ese triunfo que lo cal ien ta , lo abraza , y lo al za en hombros . Para

que el triunfosea másgrande , elvencedor siente el placer de con

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MANUEL GUT IERREZ NÁJERA . 4 I 7

templar á losvencidos , de hacer escl avos , y de un i rlos á su carro .

Mas,por compensación

,acaso esa gloria no vive tanto como la del

que escribe al ta y hermosamente . Necesi ta de la palabra,delade

mán,de las ci rcunstancias especiales en que el discurso se produj o .Nosfi guramos cómofué Mirabeau ; pero no le conocemos como co

nocemosá Voltai re .

Imagináos, sin embargo ,lo que sería Lerdo en aquell a su primera

yfamosa aparición en la Cámara de Diputados,cuando aplastó con

la maza de Hércules el tratadoWyke—Zamacona . Yo mefi guro áaquel l a Cámara como una nave que iba á zozobrar : los rayos rasgan

las nubes como sables defuego l an zados al ai re por rabiosos mónstruos;el océano es aqui abismo que traga ,

al lá montaña quese vieneencima ; l as velas arden ,

cruj e el maderámen; los pasaj eros están lividos

,convulsos; insurrecta y colérica la tripulaci ón ; cayó elpi loto

alagua y se ha perdido elrumbo ; todos piden con gritos y clamores

que echen al mar los botes y que den los salva—vidas ; y de súbi to

surge un hombre sereno que sosiega el tumulto,que apacigua elso

matén , que i nfundefuerza y valor con su palabra , que sabe cuál hade ser el derrotero y en dónde está la playa próxima

, que no teme

á la muerte , que ase el timón y que es obedecido . Ese era Lerdo .

Desde entonces aquel hombre domina,t iene súbdi tos

,t iene cre

yentes .

Lerdo orador,no tuvo nunca una derrota .

. En traba elúltimo al

combate , no comoloscapi tanes arroj ados é impetuosos , si no como loscaudi l los previsores . La fuerza de su elocuencia no consistía en e lvalor ciego yfogoso ,

sino en la estrategia . Cuando la batal la parecía

perd ida,él entraba . Todos creían agotado el debate , y é l , con racio

c iniosque parecían hachazos , demol ia aquel debate , para abri r calleá otro . Sus contrários y qué contrarios! —habi an ido por ta l 6cual senda : é lse levantaba á deci rles : habé is perdido lastimosamente elt iempo; estáis descariados; la solución que buscamos no estápor este rumbo sino por aquél . Todos hab ían olvidado algo , que eralo esencial

,lo traía Lerdo . D iríase que se complacía en verlos perdi

dos,extraviados

,tocando

,á obscuras

,l a puerta de una casa que no

era la suya ; para l legar , al fi n ,con una antorcha , y deci r , si n eno

j o,sonriendo y seguro de acertar : Ea muchachos ;por aqu i

Page 417: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

4 18 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

Si el poder del orador es difíci l de ser apreciado debidamente ahora

,alestud iar á Lerdo

,difíci l es también hacer plena j ustici a ales

tadista . En l a pol ítica , l as corrien tes de l a influencia personal noson vi sibles

,como lo esel g ulf—estream en lasondas . Lerdo proeu

raba ocul tarse detrás de Juárez . ¡Siempre elsol i tario ,desdeñoso del

mundo y del apl auso ! ¡Siempre el singular y taci turno personaj e ,

que prefería , para mostrarse en públ ico , el si lencio y las sombras del a noche

,al bul l icio y á la claridad del día

¿Quién precisará ,desl indará , por deci rlo así , la obra de este coloso ? ¿Cuálfué su papel en eldrama de Querétaro ? ¿Cayeron de sus

l abios aquel las trágicas palabras que costaron la vida de Maximi

hano ?

Dado el carácter de Lerdo,debe ser suyo eldesenlace de aquel

drama . T i ene la inflexible rigidez de una sentencia d ictada por elhombre de la ley . Fué elfin de un proceso . El sentimien to no i nterviene ;lasconstancias procesales acusan ,

l a Repúbl ica condena .

En l a ausenci a de l a patria,en el exil io voluntario

,Lerdo vivi ó

con l a m isma indiferenci a , con el propio menosprecio del presen te .

La pol ít i ca ti ene también sus i slas desiertas , á las que l legan algu

nosn áufragos . En una de el las murió González Ortega . Pero Lerdo

no trepaba á la roca másal ta para ver si d ivi'saba en lon tananza lavel a de algún barco . Aquel Robinsón vivía tranqui lo en el

'

islotesol i tariº .

Hoy ,vuelve por el camino que le antipatizaba ; por el que había

sal ido primero con el arca santa de la ley . La Repúbl ica,su hij a , l o

recibe en su seno . La l ibertad ,su amada

,trae la corona de encina

á su sepulcro

Page 419: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

420 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

En un instante inmortalizaron sus nombres : la gloria se losqui tóá la.vida en un instante .

Lluevan mirtos en esasfrescas sepul turas ! Salga de el l as unavoz tonan te que diga : Venidy ved cómose muerepor la pa tria !S i losal umnos del Colegio Mil i tar no siguieran en parecidas ci r

cunstanciastan heróico ej emplo , serían traidores á su gloriosa trad ición. Y no hay j óvenes trai dores . La traici ón esla vej ez de todolo bueno y de todo lo noble .

Esos que se fueron de la vida , por defender á la madre , cuandoaun estaban húmedas de besos sus guirnaldas , enseñan á mori r con

honra , yseñalan elcamino de la i nmortal idad . Nochefué la muerte para éllos; pero a lmas

,en esa noche , son estrel l as .

Page 420: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

E L M ATR I M O N I O .

CART A AA LFONSO.

Veo con pena que has tomado tu nombre muy en serio . De buenafe te j uzgas un completo calavera

,obligado por ende á hablar mal

de las muj eres . ElAlfonso de Alej andro Dumas ( hij o ) , renegabamenos del sexo débi l y ten ía en mayor estimación elmatrimonio .

¡Cómo ha de ser ! Lo sien to . Eres un soltero incorreg ible . Y miratú qué caso

,á mi lossol teros que pasan de trein ta años me dan asco .

Se te ha metido en tre cej a y cej a la si ngular idea de que la muj er espun to menos que un demon io

,y enarbolas el pabel lón del cel iba to

sin ver oh pecador impen i tente ! que huyendo de la muj er amantey buena

,caes i rremisiblemente en elabismo que abre esa turba de

muj eres huérfanas de pudor,para los hombres que están en su opro

blosa servidumbre . Yo no creo que en el curato pierda elhombre otral ibertad que la l ibertad de perderse . Tú ,

en cambio,caminas á todo

correr á converti rte en lo que una amiga mía,de gran penetración

y talen to,l lama Un viejo deza rzuela . ¿Comprendes el sarcasmo de

lafrase ? Un viej o de zarzuela es un an imal,es un animal netamente

moderno , no conocido por Buffón n i clasifi cado por natural ista a lguno , pero que no por esto dej a de estar perfectamente señalado . Por

lo regular,un v iej o de zarzuela tiene de trein ta á cuarenta años ;es

feo ;padece reumatismo ó gota ;anda despacio ; suele usar anteoj os ;se levan ta tarde

,y pasa el día en hablar mal de las muj eres ;por la

noche acude invariablemente á la zarzuel a y se sienta en las buta

Page 421: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

cas laterales ;se encanta con las pi ruetas de l as bai larinas y se etusiasma con el talento artístico de las coristas en losentreactossasiempre al foro— all i le conoce hasta el encargado de encender lvelas

,

—y fumando un puro enorme , discurre por en tre bastidor

mi rando con oj os de gato montés á las actrices . Bien puede verifi case un bai le al que concurra lañor y crema de la aristocracia : si paesa misma noche se anunci a Girofle'—Gira¡i á ó La Gran D uquesnuestro sol terón renunci a de buen grado y se arrellana alborozaen su butaca . ¿No te parece , Alfonso , que un viej o de zarzuel a

un bicho perfectamen te in soportable ? Pues mira , tú ,me temo q

vayas á parar en ese estado .

Los primeros sín tomas de esa enfermedad comienzan á manifetarse en tu carácter . Ya crees á pie j unti l las que no hay mujer c

paz de resi sti rte . Imaginas que todas las casadas te pertenecen pderecho de conqui sta . Eres muy capaz de ponerte en paralelo cCésar . Llegas , miras y vences . Tres 6 cuatro victorias con gen tepoco más ó menos , te han dado elderecho de deci r que las muj er

honradas lo son porque no han encontrado manera de dej ar de ser]

Sueñas una Madama Bovary al torcer de cada esquina , y tropiez

con una Fanny en cada puerta . Te ríes de losmaridos y no pienscuántos maridos deben haberse reido á tus costi l las . Yo creo qn

cuando entras alteatro , alla ópera cómica , por ej emplo ,y acom

dándote en tu asien to comienzas á recorrer los palcos con el anteojdebes son reírte de sati sfacción

,como diciendo : yosoy el vencedo

todo esto es mio . Te equivocas,Alfon so

,te equ ivocas ; si Molle

hubiera vivido en nuestros ti empos,habría escri to una comedi a i

mortal : ElD on j uan Ímag inam'

0 .

Yo soy tu polo con trario . Mi intel igencia ,como el reloj de Pass

partout,marca una hora atrasada . ¡Imagínate que todavia creo

Dios,en la vi rtud y en lafamil ia ! Tú andas voceando por lascal l

que todas las casadas que conoces , tienen deseos vehementisimde que las enamores ;y yo desgraciado de mí !— no me he hal latodavía una casada sola que me dé alas para que me atrevasiqnieá galantearla . Creo depende

,acaso

,de loscírculos sociales quefr

cuentamos. Y no vayas á pensar que tu fortuna depende de tu tu

vor ó menor gal lardía de tu ingenio ó de tu desembarazo , porqr

tengo otro amigo horriblemente tonto,horriblemente necio y horr

blemente i nsípido , que se j acta también referens!ser un conquistador i rresistible . ¿No te parecen , Alfonso , sober

Page 423: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

424 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

se engaña ási misma,cosa que j amás han logrado n i la galan teria ,

n i el capricho,n i ellibertin aj e

,porque ya de antemano saben lo que

quieren .

La pasión suele ser sincera y elocuen te en modo i rresi stible . Puede aún alcan zar losméritos y lostriunfos delamor

,s i elser que la

despierta es su Objeto único durante una vida en tera .

Ej emplo : Des Grieux. Aqu i l a pasión se nosmuestra en toda sufuerza , y los extravíos , las locuras y los crímenes ,forman su cortej o .

Manón es absolutamen te indigna de i nspirar amor .

E l castigo que sin medio alguno de evitarlo cae sobre el la , nosfuerza á compadecerl a ; l a muerte , que no puede hu i r , nos obl igaá perdonarla ¿Por qué ,

pues,Des Grieux

,en medio de todas sus

fal tasse el eva a l rango de los amantes verdaderos , de l os amantesi nmortales ? ¿Por qué se nosaparece igual á Pablo y á Romeo , por

másque Manón esté muy lej os de Vi rgin i a y de Julieta ? Porque labaj eza del obj eto no muda l afuerza de la pasión

,como la grosería del

vaso no cambia la cali dad del vino . Como Des Grieux no ama masque áMamón como nada nos permite suponer

,n i él mismo puede ima

g inar que amará , corriendo el tiempo .á otra muj er ;como no abandona

á l a que ama si no hasta cuando viene la muerte ásepararles, cuandol e vemos intentar todo para salvarl a , cuando sabemos que ha querido

morir con el l a,concedemos desde luego á esta pasión

,culpable pero

única,el m ismo lauro que al amor .No es menos cierto , como decia uno de mis amigos que tiene l a si n

gular idea de investigar elorigen de las palabras más en las analogíasque en las ra íces

,que la palabra? asión viene del verbo pasar . En efec

to , si la pasión tiene por excusa elcreer que es eterna , ti ene por carác

ter ordi nario yfatalel no serlo . Por grande quesea un i ncendio , por

mucha quesealaluzcon que i lumina el cielo , cualquiera que sea la extensión del espacio que devora termina siempre por apagarse , y tantocuanto ha bri l lado y consumido dej a en ruinas y en desesperación , ensoledad y en miseri a . Tales la pasión : devórase y consúmese en supropiofuego

,mien tras que el amor ocupa una vida toda

,por larga

que sea , y de tal suerte , que á la hora de la muerte queda aún bastantepara l lenar la etern idad . No ,

no habéi s amado,si no habéis creído

que después de l a muerte ibai s á amar siempre , eternamente j oven ,

e ternamente hermoso,al ser que amado hubistei s en la t ierra . Por

esto es,sin duda , por lo que la i dea , y casi e l deseo de la muerte ,se

mezclan casi siempre en elespiri tu del hombre á losmayores del i rios

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 425

del amor . La vida le parece demasiado corta y estrecha para contenerlo que experimen ta , y la etern idad que el amor d ivi no le promete , nole parece n i demasiado grande

,n i demasiado l arga

,para el corona

mien to delamor humano . Opuesto á la pasión , el amorse al imentade su propiofuego

,sin agotarse n i extinguirse j amás .No esunfue

go terrenal,es unfuego divi no; no es un acaso , no es un choque im

previsto y súbi to el que lo produce , la armonía universal esla que locrea . E l amor esel sol del alma : por eso es todo calor , todomovimien

to , todo luz ! No hay dos amores como no hay dos soles . No se pue

den sent ir,nunca dosamores . Quien ha amado dos veces , no ha

amado .

Dumas es en esto un buen consej ero,Alfonso . Yo ,

como él , n iegola etern idad de la pasión y procl amo que el amor eseterno . El ma

tr imonio es un crisol en quese verifi ca esta operación química : la pásión se transforma en amor , lo transi torio se hace eterno . Si yo hubiera redactado el Código habría puesto entre los del i tos el hablar mal

delmatrimon io quien lo combate,combate álafami l i a

,y

,combatién

dola , combate á la sociedad .

Fel i zmente no pierdo la esperanza de verte convertido . Canta la

pal inodia y cásate . Desde hoy quedo inv itado á tomar una taza de técon tu señora .

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428 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

no medio que se aj uste admi rablemente á l a muj er soñada . ¿Cuál

es ? Antes de todo,conviene averiguar cuál es l a que el mundo lla

ma u na mujer de talento.

Estud iaba yo principios de física con un viej o pedagogo ,no muy

bien querido por la tos y por la gota,el cual

,á más de una levi ta

quefué negra en la época de Revi l lagigedo ,de una caj a de rapé y

de un bastón con puño de oro,ten ía

,si no me es infi el mi memo

ria , setenta años : excuso deci r que se consideraba un sabio .

Veamos , maestro , preguntéle cierta vez : ¿quién ten ía mástalento : Madama Pompadour 6 Luisa La Val l iere ?

Mi hombre tomó un sorbo de rapé,sacósu paliacate ,

lo desdobló , lo volvió á doblar ,se puso las gafas , y me dij o

—Madama Pompadour .

Esta respuesta fué para mi un verdadero sacri legio No en tend ia yo cosa de la Histori a en aquel tiempo : mi bibl ioteca se com

pon ia casi por completo de novelas francesas y colecciones de poes ias : era yo , en resumen ,

un tanto cuanto mási nsubstancial de loquesoy ahora ; pero en cambio

,mis estud ios sobre elrei nado de

Luis X IV , hechos en las novelas de Alej andro Dumas Primero ,

habían concluido por volverme enamorado loco de Madama LaVálliére . Yo sentía una vocación decidida para desempeñar el papelde Luis X IV . Soñaba con el parque de Versal les

,y hasta aguza

ba mi entendimiento para i nven tar un nuevo sistema desti nado á

disimular la coj era . Creo que hasta hacía versos á Luisa . S i Diosme hubiera conced ido la facul tad de resuci tar muertos , hubiera idoá l a sepul tura de m i novi afantástica ,

l a habría rean imado,y echan

do alolvido sus pasados amoríos con el rey de Francia , l a habrí aofrecido mi mano

,mi corazón y m i d inero . Asi es que ,

al escuchar

las palabras de m i maestro,sentí una i nd ignación muy semej ante

á l a que debió senti r Otelo cuando Yago calumnió á Desdémona,

y murmuré entre dientes : ¡Este pedagogo es un imbéci l !Másta rde

,cuando ya no me enamoré de novias fantásticas , n i

de heroínas de novelas,muchas veces

,seriamente preocupado por

el problema que expuse en el principio de este artícul o,veniaseme

,

si n buscarl o,á l a memoria

,el diálogo que tuve con el pobre maes

tro . Madama Pompadour tuvo más talen to que Luisa LaValliére !¡Dios nos l i bre de las muj eres de talento ! Aquella frase fué parami un rayo de l uz . Comprend í quienes son lasmujeres que el vu lgo l lama de talen to . Ví clara y distin tamente como entre las sabias

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 429

vl as necias hay un término medio,la mujer del hogar , la muj er

eterna,verdadera y única

,la muj er que ama ! Para el vulgo , la mu

j er de talen to esl a muj er que está á un paso de converti rse en hombre . Sabe

,escribe

,habla

,diserta

,j uzga ; discute las controversi as

fi losófi cas ; di rige los asun tos delEstado ; puede levan tarse en l asacademias ; i r á la cátedra , ¡manej ar el escalpelo en elanfi teatro ;pero

,en cambio

,no podrá ser una esposa querida

,una madre bue

na,no sabrá amar ;por consiguien te , tendrá el talen to del hombre ,

que consi ste en lograr losñuesde la intel i genci a ;pero no el ta len tode la mujer , que consiste en lograr losfi nes de su corazón . ¡Ah !mi maestro se equivocaba : Madama Pompadour no era una muj erde talento . Madama Pompadour era un hombre de Estado . Yo noadivi no alma femen i l en este R ichel ieu con faldas , como tampocola ad ivi no en casi todas esas grandes damas delreinado de Luis XV .

Aquel siglo XVI I I fué el siglo de la mujer hecha hombre . Conaquel siglo el la es la razón que dirige , el principio que gobierna ,la voz que manda . Es la causafatal , el origen de losacontec imientos, l a fuente de las cosas . Preside alt iempo como la fortuna de laleyenda mitológica . Nada se le escapa ; tiene todo , el rey y laFrancia

,l a voluntad delsoberano y elpoder de la opin ión . La paz y la

guerra,l as letras

,l as artes y las modas vestían en tonces traj es de

muj er . No hay escándalos , no hay catástrofes que no procedan de lamuj er

,en aquel l a época l lena de aventuras

,de prodigios

, en aquel la historiasurcida con escenas de novela . Desde la exal tación de

Dubois al arzobispado de Cambray,hasta el desti erro de Choiseul

,

en todo lo que asciende como en todo lo que cae,se encuentr a la

mano de una Fulton ó de una du Barry ,de una muj er

,siempre de

una muj er . De un cabo á otro del sig lo , el gobierno de la muj er es

elúnico gobierno visible y sensible ; es el gobierno de Madama de

Prie ; es el gobierno de Madama Mayl i , esel gobierno de Madamade Chateauroux ;es el gobierno de Madama Pompadour;esel gobierno de Madama Du Barry . Así como D arwin juzga en su teoría deltransformismo que l as especiessefueron metamorfoseando en evolucionesprogresivas hasta que elmono se convirtió en ser humano ;así puede decirse

, que la muj er se convirtió en hombre , en aque lsiglo .

Pero estas no son seguramente las muj eres de talento que deben buscarse . La Pompadourfué una esposa abominable . Comola muj er viene á real i zar en la vida fi nes muy diversos de los que

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430 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

viene á real i zar el hombre,debe j uzgarse de su in tel igencia

,con

un cri terio también d istinto . Dios puso Una gran parte del talentode l as muj eres en el corazón . La ciencia de la muj er no consiste enamar , sino en saber amar ;cuando hij a ,

á sus padres ;cuando esposa ,á su esposo ; cuando madre , á sus hij os . Cuando nosotros aprende

mos á ser letrados , ell as deben aprender á ser madres . En l a educación es donde debe ej erci tarse la intel igencia . E l hogar es una cátedra . Una madre buena

,es una muj er de talen to . La educación es

un resul tado de dosfuerzas unidas : la fuerza i ntelectual,que debe

derivarse del padre , y la fuerza del amor , que nace de la muj er .

Pero saber amar , es más difici l de lo que á primera vista nos parece .

Hay amores imbéci les . E l amor debeser prudente y previsor . Naciendo del corazón , ha de vivir de acuerdo con el entend imien to .

Antes del cristi an i smo nose comprendía el amor : por eso lo pintaban ciego .

Lamartine dice que : << l a muj er,i nferior en su serfísico

,es supe

rior alhombre por su alma . Losgalos le atribuían un sentido más ,el sentido divino . Y ten ían razón . La naturaleza las h a galardo

nado con dones dolorosos pero celestiales,que las elevan de la con

d ición humana : l a piedad y elen tusiasmo . Por l a piedad se sacri

fleau, por elen tusiasmo se exaltan . ¡Exal tación y sacrifi c io ! ¡Las

dospartes de que se compone el heroísmo ! La muj er tiene másima

gmac16n y más corazón que nosotros : en su imaginación reside el

en tusiasmo ;en su corazón el sacrifi cio . Las muj eres,pues son más

naturalmen te heroicas que los héroes . Y cuando este hero í smo tenga que ascender hasta lo maravi l loso

,de una muj er debe esperarse

elmil agro . Loshombres se detendrían en la v irtud .»

Yo no creo,como Lamartine

,que el alma de la muj er sea supe

rior á l a delhombre . La creo perfectamente disti nta . Por eso me

enoj a verlafuera de su órbita,i nvadiendo losdomin ios del hombre .

Quiero mirarla en los hospi tales , pero como hermana de la caridad ,

no como médico : E l sacerdocio de la mujer es todo de amor y deconsuelo .No cie_

rrot ampoco para el l a l as puertas de las letras y del

arte ; pero quiero que este artesea como el de Madama de Sevigué ,por ej emplo : la expresión bel la del amorsolicito de una madre . Enel arte

,el principal oficio de la muj er esel de inspi radora . Pocas

concepciones bel las se han desarrol lado sin su auxi l io . Todos tenemosen el fondo de nuestro espíri tu un ideal a l que se aj ustan nuestras creaciones . Hay una imagen querida en nuestra imaginación ,

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S E N T E N C I A D E V I DA .

Si te acusan de haber cometido unafal ta,huye tú

,mujer aun

que seas pura como el l i ri o , porque eres muj er y todos lo creerán .

S i te acusan de haber hurtado algo,aun cuandosea una torre de

Notre Dame,huye tú

,hombre porque eres hombre y todos te con

d enarán .»

Esto dij o Arsén io Houssaye,en uno de esos del iciosos l ibros que

pertenecen á la más exquisi ta perfumería l iterari a de París,y esto

rep ito yo ,porque es verdad .

Recien temente han publ icado los diarios la noticia de que un homb re acusado de homicid io

,por homicid io condenado en virtud de las

pruebas , al parecer i rrecusables , quese presentaron ,y que está ex

t inguiendo su condena en la cárcel , resulta inocente del crimen porelcual losentenciaron . Será muy agradable para este señor que laj ust icia le devuelva su vestidura de inocencia ;que el tribunal lo corone de flores para mandarlo á la miseri a con todos los honores deo rdenanza ; pero yo ,

en lugar de él,y á pesar de losatract ivos se

ñalados, no sal ía de l a cárcel . En la cárcel come , en la cárcel tienec asa , en la cárcel tendrá amigos y hasta una verdadera fami l ia improvisada ; en la cárcel puede haberse hecho una honradez , para eluso i n terno de la prisión

,y no es d ifícilque l legue á ser , en esaso

c iedad ,una persona respetable . Yase habituó á comer mal ; pero

esprobable que esa ensenanza preparatoria no sea suficiente á dejarlo apto para no comer . ¿Qué hará afuera? Tendríafamil ia; pero

55

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434 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

es de presumi rse , ó verosími l cuando menos , quesu mujer hayamuerto de hambre ;que sus hij os , después de haber pord ioseado durante algún tiempo ,

fueran cogidos de l eva y estén hoy batiéndosecon losyaquisó en terrados en la fosa común del Camposanto ó detenidos en cualquiera otra cárcel . Tendría algún oficio con cuyo producto viv ía ;pero lo habrá olvidado en la prisión ,

habrá perd ido losparroqui anos que tuvo , y sobre todo , ¿quién ocupa á un artesa noque sale de la cárcel ? S i la j usticiase equivocó al condenarlo

,d i

rán todos , bien puede haberse equ ivocado también al absolverlo . Ysiempre , de un loco de quien se dice que ha sanado y de un preso

de quiense dice que resul tó i nocente , hay sospechas , hay dudas , hayun quiénsabe, que es l a peor de l as sentencias .

La Sociedad dice á la víctimaz— Usted perdone , me equivoqué .

Pero esto es como si elque acaba de matar á un hombre le dij era a l

muerto : Mil perdones !No era usted el que yo buscaba ! Resuci te !Por eso

,en l ugar del presunto no—reo , diría yo á losj ueces :

Muchas gracias por sufavor y su bondad ;pero mej or me estoy aquí .Si otro cometió el crimen y está convicto y confeso , yo me declaro

su colaborador . Lo cometimos entre losdos . Y si esto no basta , ma

taré á otro para que me dej en ustedes tranqui lo en esta hospitalari a ysanta casa . ¿A dónde voy si me despiden ? Me qui taron m ihogar

,mi manera de vivi r

,mi crédi to . ¿Cómo salgo tan desnu

do á l a cal le ? Puedeser quefuera an tes hombre honrado ; pero heestado tan to tiempo entre loscriminales , que ya he de haber perd ido la honradez . Devuelvo mi inocencia porque no me si rve . Fuíi nocente ;pero ahora probablemente no losoy . Detenedme :soy péligroso y seré porfuerza criminal .¿Qué reparación debe la sociedad á este hombre á qu ien condenó ,

primero,si n j ustici a

,á trabaj osforzados en la cárcel

,y á quien lue

go condena á trabaj osforzados en l a cal le ? Después de robarle lamanera de vivi r , le ordena : Vive ! Después de robarlo— porque ro

ba r esapropiarse algo inj ustamente , nombre , esperanza ,fami l ia , etc .

—le dice sonriendo y para que sepa que es muy buena y muy equi

tativa : —Ya no puedes vivi r; pero v ive , si n embargo , y vive honra

damente . Lo que te robé no te lo puedo devolver;pero no robes tú ,

porque te castigo Te hice malo : tú sé bueno . En este caso , lo mejor

esagradecer á la j ust icia tantosfavores , tantas mercedes , y quedarseen el calabozo . Si alfinse ha de volver á é l i rremediablemente , ¿paraqué perder el tiempo en viajes de recreo al pa is de l a honradez?

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436 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

de l as penasfuturas, ¿pero quién le paga los sufrimientos pasados?

¿No tendrá derecho á acusar á sus j ueces por remisos y á exigirlesuna compensación de losdaños que inj ustamente le causaron ?Comb esto seria imposible

,yo decl aro que ,

en el estado actual delosprocedim ientos j ud ici ales

,lo más humani tario seria decretar lo

siguiente

Los gendarmes nuncase equivocan .

29 E l acusado de un del i to es autor de él

,aun cuando no lo sea .

39 Al que haya estado en la cárcel

,aunquesea i nocen te , se debe ,

por precaución,guardarlo en el la .

49 No hay n ingún i nocente .

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LO S HNOS D E E SA Ss:ño ¡us.

AlS r. Gobernador delD istrito .

Los moral istas sueltos que pasamos algunas horas diarias apos

tados eu la peluqueria de Micoló ó en la Tercena de la Profesa ; l osmiembros de esefabuloso Gran Galeoto que nuestros padres , menoshuecosque nosotros , denominaron la murmuración , y que elSr . Echegaray ha convertido en una bestia apocal íptica

,agraciada con un

nombre sonoro y extranj ero , que significa mucho para aquel los queno han le ido el Magaloni , Solemos presenciar un espectáculo pocoedifi cante , y que no ti tubeo en recomendar á la sol ici tud é inteligencia del Sr . Dr . Fernández … Yendo y vin iendo eternamente como el

Isaac Laquedem de la leyenda , pasan por esas cal les desde la horaen que elalba apunta en el cielo de la alcoba hasta ya muy pasadoel medio d ia

,una docena de carruaj es alqui lones

,ocupados por cier

tas mujeres pál idas y enfermas que v ienen de los hospi ta les de laHabana y van camino de San Juan de Dios . E l hecho está bastantemente comprobado por la continua observación de todos los vagos

,

periodistas,ministros sin cartera y diputados si n curul

, que arre

glan l a cuestión de Túnez y di sertan sobre el suicidio del Sul tánAbdul—Assi z

,en los corri l los

,obstruyendo el tránsi to de los hom

bres ocupados y estorbando la fáci l ci rculación en la vía públ ica .

Nadie n iega á esas pobres vivanderas delescuadrón volante de la

galantería,el derecho de consumir la ren ta aj ena en alqui ler de co

ches elegantes— sei s reales hora,

—y en propinas amables á los con

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438 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

ductores. Pueden,sin que n inguno lo estorbe , distribuir sus sonrisas

á una pandi l l a de cín icos que gratui tamente se denominan calave

ras , y ostentar l ibremente la extravagancia desustraj es , cuando vanvestidas , ó l a paradi síaca econom ia de sus batas domésticas .Noquiero renovar en el las la sañuda persecución que padecían losleprosos en l a Edad Medi a , n i proscribirlasde l a Repúbl ica , tal comoPlatón desterraba de su país imagi nario á lospoetas . Pueden pararse

á l as puertas de los cafés y pedi r,si n temor

,al cantinero una copa

de Málaga ó un vaso de an isado de Mal lorca .No colgaremos escudillassucias de los arbustos que hay en el camino ,

n i d i spondremosgrandes vasij as de barro á la puerta de las ciudades populosas , para

que al l í aplaquen su sed ,lej os y separadas de la gente honesta . Pue

den vivi r en loshediondos caravanserrallosde losbarrios , ó en los

acolchonadosgabi netes de las cal les céntricas . Pueden pasar en co

che por lascalles , como transi tan los carros l lenos de basura . Pue

den asisti r noche á noche á las representaciones de la <<Guerra Santa ,»siempre que sus gestos , voces y ademanes , no provoquen escándalosni perturben el orden del teatro . Tienen

,pues

,la suma defranqui

cias y derechos que di sfruta elj ugador reconocido como tal , elhuésped de l a cárcel después de haber cumpl ido su condena

,el l adrón

en depósi to y el asesino doméstico . Están baj o la vigi lanci a cuidadosa de la pol icía

,como las cal les apartadas y lossi tios de malafá

ma ; pero tienen derecho de transi tar por la vía públ ica que les per

tenece ; de i r alteatro pagando su boleto : de leer d iarios y visi tai ál as modistas . La cordura ,

no desmentida nunca,del Sr . Gobernador

del Distri to,les ha marcado ya la esfera de sus l ibertades

,estable

ciendo un cordón san itario que á gri tos ped ía la sociedad ,cansada

de insolencias .

Mas por l as portezuelas de esos coches y j unto á las cabezas des

greñadasde esas señoras , suelen asomar algunas cabeci tas rubias ypequenas que piden la protección de l a sociedad é indignan muyj ustamente al pensador . Algunas de esas muj eres , por una equ ivoca

ción imperdonable de l a n aturaleza,son madres . Esta es , si n duda ,

una fatal idad que no podemos nosotros impedi r,y que

, por cousiguiente

,escapa á l a discreta sol ici tud del gobernante . Es un hecho

fatal , é i rremediable como la peste , elhuracán y elr ayo . Para evitar esta generación de seres ponzonosos, no podeinossecar un nuevoGanges n i hacer un desagiie parcial en las lagunas pontinas. Peorque el cólera y lastercianas, la enfermedad de que hablo resiste á

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440 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

un asesinato ; á pocos pasos de mi casa está l a bomba preparada parael caso siniestro de un incendio ;si algún estafador pi l la mi hacienda ,tengo diversos tribunales insti tu idos por elGobierno , que me harán

j usticia ; si algún extranj ero quiere ven ir á arrebatarme lo que esmio

, tengo en m i defensa un ej érci to compuesto de treinta ó cuarenta mi l soldados , que me ahorrarán los sobresal tos y lastareasdela campaña . Gozo

,pues

,mediante l as pequeñas cantidades que ero

go y los pequeños servicios que se me demandan ,de una suma de

bienes muy considerable ;y si elAyuntamien to cuida de embauquetar las cal les y de encenderfaroles ; si el Superior Consej o de Salubridad visi ta todas las fábricas y tiendas para evi tar que haya ach icori as en el café con que me desayuno , y trichina en la taj ada dej amón con que almuerzo

,nada mástengo que pedir , y me suj eto con

verdadera complacencia al suave yugo de un Gobierno queme cuestamuy poco y me produce mucho .

Pero hay unsér, que todavía no es ciudadano , que no paga con

tribucionesal Gobierno,n i es hábi l para elservicio de lasarmas , y

que , si n embargo , debe ser amparado y protegido del modo más ex

tenso y generoso : el n iño . Nosotros, que le traemos á la vida , esta

mos obl igados , si n remedio , á proteger su debil idad como algún otro

protegió la nuestra . Es una simple deuda que pagamos . Respondemosal porveni r de esas cabezas rubias y de esos enclenques cuerpecitos.Para eso ,se me di rá , funda el Estado escuelas y colegios; porque

el Estado instruye,la madre sólo educa . Pero , ahora bien , losco

legiosde párvulos y las escuelas para adul tos , no bastan para proteger á esa niñez

,que talcomo el rocío

,lo mismo cae sobre lasflores

que en los charcos de lodo y lospantanos . E l v icio arroj a anualmenteá la vida un número considerable de i nfel ices cri aturas que estándestinadas á l levar un apell ido común

,como los hospicianos l levan

el mi smo un iforme . La l ey ,que castiga al falso monedero que pone

en l a ci rcul ación onzas y pesos con trahechos,es algo complacien te

con estos padres miserables que ponen á sus hij os en l a mi tad delarroyo ó en eltorno de algún orfanatorio . Pero hay másaún : el v ic io ,que sueleser másperverso y desalmado

,no arranca , en ocasiones ,

al recién nacido de los brazos de su madre . Le dej a al l í para ed u

carlo,6 mej or dicho ,

para prostituírlo . Surge aqui la difi cultad deque he ven ido hablando . El Estado ti ene másin terés , que lospádres mismos

,en educar bien á los n iños dice Juan Jacobo . Pues

Page 440: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 44 I

elEstado,en tonces

,no puede ni debe consenti r quela mujer de mala

v ida,la hetai ra que j uega con cartas revisadas por la Inspección de

Pol icía, use delprivi legio santo que Dios y la sociedad han conce

d ido á l a muj er para que infunda su alma y transmita su pensamientoal hij o que ha engendrado . No puede consentirlo

,como el Consej o

Superior de Salubridad no puede permiti r quese repartan carnestriquinosasá los presos y que se expendan hongos venenosos . Esamuj er no t iene derecho alguno de ser madre , no ,

porque sermadre,no

es simplemente dar á luz una criatura dotada de carazón y de cerebro ,ser madre es ej ercer ese divino sacerdocio que consiste enformar unciudadano varon i l para la patria

,ó una mujer hon rada para la fa

mi l ia . En este sentido,l a que ha adoptado algún ofi cio infame , l a

muj er de la calle,no tiene derecho alguno deser madre . Essimple

mente una hembra que procrea .

La Sociedad , que no está facul tada para establecer n inguna d inast ia de infam ia

,n i para perpetuar razas dañ inas

,aparta alsér pe

queño é inocente del cuerpo gangrenado y ponzoñoso . Se hace lomismo que en las famil ias cuando el t ifus se apodera de alguno desus miembros : se abren los balcones y se despide á los n iños . La

Patria , entonces , esla madre serena é impecable que suple á la otramadre desgraciada y pecadora . Es una madre triste , que no tieneboca para besar

,que no acaricia

,que no abraza

, que no l lora ; pero

que no env ilece , n i prostituye ,n i avergii enza .

Supongamos,—no es mucho suponer

,

—que una ordenanza de l

Gobernador nos l lama , hoy 6 mañana , á los salones delj urado . Se

trata de j uzgar á una mujer que ha cometido un crimen de esta 6la otra clase

,que ha matado á su amante 6 ha puestofuego á alguna

casa . La acusada nose defi ende , está convicta , está confesa , merece ,pues

,ser sentenciada por nosotros

, que somos invulnerablesy perfectoscomo j ueces . Pero esa infel i z , ya sucia y maculada por todosloslodos de la cal le

,se levanta y dice :

Es cierto; soy culpable , he robado , he matado 6 he i ncendiado ;pero la urraca roba

,las pan teras matan y las l lamas quemansin que

n inguno piense en castigarlas . Yo tomé los varios y compl icadoselemen tos de miser moral y físico en la atmósfera ambiante que mediste . Naci en un bai le

,fuí bautizada con champagne y me dieron

la educación y el pan en una casa vigi lada por la policía . En aquela i re

,emponzonado por las malas palabras y por el humo del ciga

rro,no batían sus alas de oro esas abej as quefueron á beber su miel

56

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442 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

preciosa en l asflores celestes del al tar ó en las páginas blancas de laB ibl ioteca . Mi madre no sabía leer

,n i me enseñó á rezar . Presen

cié , desde niñ a , ejemplos malos , y todas las pasiones baj as y perversassefueron cristal i zando dentro de mi espíri tu

,hasta formar ,

como una prisma,mi carácter propio . No podía defenderme , como

losniños de Siam , robados por un oso ,no pudieron

,tampoco ,

de

fenderse de sus garras . Desarrol laron adrede, en mi naturaleza , todos

los instintos an imales . ¿En dónde estaba el preceptor que debió darme l a noción de lo bueno y de lo bel lo ? Así crecí , como lasyerbascrecen en el campo , tomando su perfume 6 su veneno delterreno enque enredan sus raices. No me inculcaron el amor saludable del tra

baj o;no sabía hacer nada ;no ten ia voluntad n i pensamiento . ¿Todo

por qué ? ¿Cuál era mi del i to ? ¿A quién pude ofender tan despiadadamente para que mereciera tal castigo ? A nadie , ciertamente .

Pues bien : ¿por qué exigis en mi sentimien tos morales ? ¿Por qué

me condenáis ? Lanzad á un hombre desde lo al to de una torre ymandadle en seguida que no caiga . Poned un grande ej érci to dentro

de l as mural l as de una ciudad que está apestada por el cólera , proh ibidle quese con tagie y fusi lad á l os que no obedezcan .

Si la acusada hablara de este modo,no se si yo podría , en con

ciencia , condenarla . Ahora bien , yo puedo , hoy 6 mañana ,ser jurado

,no quiero verme en tal extremo

,n i consen ti r que losreos me

j uzguen ; salvo , pues , mi conciencia , señalando elabuso y pid iendo ,en j ustici a , su remedio . Pidamos compasión para esas cabeci tas ru

bias que solemos mirar en lasven tanas de ciertas casas y en l as portezuelasde ci ertos coches . Ven turosamente tenemos , en el Gobiernodel Distr i to

,á un hombre probo y entendido

,en quien encuen tran

eco todas lasquej as j ustas y de quien parten todas las medidas salvadoras.

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444 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

impotente resignación los ultrajes de l a soldadesca ebri a de Cortés .No,no pod ía amar ya aquel los dioses ingratos , á aquel las divinida

des prosti tutas quese i ban también con loshombres blancos . No,

no eran dioses . Ten ían de veras corazones de piedra.En losmás

creyen tes , en los más abnegados , en los que se creían merecedoresde castigo y disculpaban la celeste i ra ó elego ísmo , persistía aunel amor á losnúmenes vencidos

,pero ya de otra naturaleza

.E l dios

no protegía al i nd io , no era el omnipotente n i el temible : el i ndio

amparaba al di os guardándolo en lo más secreto y recóndi to de su

hogar , en terrándolo l levándolo en brazos por l as montañas inacce

sibles para elconqu istador y por l as vastas soledades .

Lo amaba el indio , pero con amor compasivo ,como se ama alque

está en desgracia , a l padre que cometió unafal ta y que por ell asufre ,

á l a débi l mujer , ali ndefenso n iño . ¿Qué habrían de esperar delosdioses los protectores de los d ioses ?Pero es elcaso que tampoco podían amar losi ndios á las divi n i

dades extranj eras . Eran losnúmenes ai rados,implacables

,venga

tivos que habían asolado sus tierras é i ncendiadosus'casas. Seríanpoderosos . Pero no podian parecerlesbuenos . Los misioneros de

afable aspecto y blanda voz procuraban,es cierto

,disculpar á los

conquistadores y decían al indígena que n i Jesús , n i l a Vi rgen ,n i

lossan tos habian s ido cómpl ices en aquel l as atrocidades . Pero aun

que el misionero era muy bueno ,aunque el i nd io le l l amaba padre

fáci lmente ,siempre echaba éste de ver que no pertenecía á su pro

p ia raza , y que el Crucifi cado y l as demás imágenes de aquel losfrai lesfranciscanos eran también de otro color y hablaban , con los oj os ,otra lengua . No poder creer ya en unos n i amar á los otros todavía ,talera l a condición del pobre i ndio .

A la Virgen de Guadalupesi pudo amarla desde el primer nio“

men to . E l primero con quien el l a hablófué Juan Diego , como paradecirle Yo no vengo enson de conqui sta , á mi no me traj o n ingúnsoldado en la mochi la

,no me presento impuesta por el Arzobi spo

n i por el Vi rrey . Sé que ésta es tu casa , por más que losextranjeros te hayan ebhado de el la y reducido á servidumbre . Por eso á tí,que estás muy pobre , me di rij o para deci rte que deseo vivi r con vos

otros . Te saludo en tu idioma,y mi ra

,me parezco á aquel la india

muy bon i ta y bondadosa que se un ió con tu padre para darte el ser ,á aquel l a que murió de pena cuando losespañoles le qui taron suheredad

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 445

Y para que más lo creyera se escondió en su ayate . Cavi loso era

eli ndio , suspicaz , tem ió que lo enganaran y resistióse mucho á i ral Arzobispado . Perofué alfin y qué regocij o para é l ! A él , no alprelado

,hizo el mi lagro aquel la hermosa Señora No la ten ia elAr

zobispo en su vestidura morada , l a tenía él ensu t i lma !Aquel la raza arrodi l lada necesi taba tener una divin idad delante

,

y la tuvo desde entonces .

Al lá en aquel templo encuentran los indios algo de su patria per

dida,al lá recuerdan é imitan lasdanzas de sus antepasados , al láse

encuentran como en hogar suyo que,por gracia

,abren á losextran

jeros. S i ven á un español arrodi l ladofrente á l a Imagen de Guadalupe

,sien ten satisfecho su amor propio . E l los le dieron esa protec

tora,y si ésta atiende las preces delespañol

,s i le otorga la merced

que pide , á el los lo deberá .

Irrevocablemente ha sido y es un símbolo de nacional idad,de ln

dependenci a,de patria

,esta Imagen . Cuando la guerra de insur

gencia interven ían en la lucha,asi como los dioses contrariadosse

mezclaban en las pugnas de griegos y troyanos,vírgenes antago

nistas. E l cura Hidalgo,que vivía cerca de los ind ios y que cono

cía el curso que siguen las ocul tas corrientes de sus cariños,tuvo

una idea gen ial : la de escoger por estandarte la Imagen Guadalupana . La insurgenciafué popular

,levan tó á l as masas

,inflamó á las

almas,porque la animaban dos fuerzas poderosas : la fuerza de la

fe y lafuerza i ntensa de una gran necesidad económica . Tuvo , pues ,los caractéresde una de esas grandes guerras rel igiosas que aun suelenincendiar los países delpasado

,y los de una guerra económica , de

una guerra por hambre como la que amenaza ahora á Europa . ¡Ama ta r españoles! esdecir

,á repartirse sus bienes

,á vengarse delamo

duro,del hacendado avaro

,á tomar desqui te de los azotes y la tla

pixquera .

¡Y arriba , en el estandarte , l a imagen de la Virgen mexicana cá

pitaneando ,autori zando aquel la guerra contra los hombres inj ustos

y los crueles númenes extraños ! No había realmente en la guerra

de i nsurgencia lucha de dos credos rel igiosos diferen tes 6 antagó

n icos,perosi pugna entre dos catolicismospor decirlo así el cato

licismo del i nqui sidor, que excomulgaba ,

y el catol icismo delcura

que era excomulgado ;entre elcatol icismo del propieta rio , delamo ,y el catol icismo del siervo .

La Virgen de Guadalupe simbol izaba la rel igión de los naturales

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446 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

oprim idos; el la nofué agraciada con títulos m il i tares por el podervirreynal, como la Virgen de los Remedios ; el la era toda i ndi a ytoda para el i nd io . Al versu imagen en la bandera flamean te alzábanse l as chusmas

,acrecíanse

,sospechando talvez que aquel l a

compasiva y buena protectora estaba también vejada y perseguida

como el los . Para acentuar elcarácter rel igioso de este enérgico le

vantamiento popular , debe tenerse en cuenta asimismo que sus pri n

cipalescaudi llos eran sacerdotes , curas de pueblo , en qu ienes ve lagente senci l la

,personifi cada la rel i gión . El los se rebelaban contra

susprelados y superiores,porque veían de cerca la i nj usticia

,porque

sus curatos y sus templos eran los asi los únicos del i ndio . E l cleroal to

,los primates

,con el español ;elclero baj o , los humildes , curas ,

con el i ndio . De aqu i la excisión que dió carácter rel igioso á la lnsurgencia : excísión que empezó á marcarse desde la Conquista conla l ucha entre el catol icismo de Cortés y el catol ic ismo de los m i

sioneros.Los que n iegan el mi l agro de la Aparición

,asien tan que fué in

ven tado por los españoles para dominar mej or ali ndio . Pues elmilagro en tonces con si stió en que

,sin quererlo

,dieron al ind io un

gran consuelo , con el consuelo esperanza , con la esperanza energía ,y con la energia apti tud para vencer .

Transcurridos anos , siglos , la fé en la Virgen de Guadalupe persiste aún como la esperanza en el enfermo . Todavía es protectorade losoprimidos , porque la opresión delcapi ta l y la presi ón de laignoranciason eternas . Todavía el amo es duro ,

elcapataz azota .

yse escucha rumor de látigo como si fueran éstos culebras que si lbaran en el ai re ! Y todavía la Reina apiñonada sonr íe , prometiendoremediar los males y abri r laspuertas de otro mundo en el que noh ay siervos u i senores .

En el cul to del i nd io hay mucho de i dolátrico—se dice . Es verdad . Pero la oración siempre esoración cuando se exhala de una

fe ,como de l a rosa el perfume , 6 cuando brota de un dolor , como el

l l an to brota de los oj os … Hay ideales superiores é i deales i nferiores ,pero es bueno para conl levar eldolor todo ideal . El ind io ve así ,

ama así ; no ve n i ama si no lo que le presentan de bul to No podemos substraerlo á la infl uencia ancestral t iene porfuerza que revi

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E L C U LTO A LO S A N T E PA SA DO S .

La génesis del principio que nos mueve , por manera i nvencible ,á concatenar un hecho á otro actual , an terior 6 subsecuen te , estanremota como la de la asociación de las ideas

,cifra y resumen de

toda la psicología,asi como aquell a asoc iación de los sucesos

,resumen y cifra esde toda la Historia .No hay hechos aislados ;no hay

hechos infecundos ; todos reconocen progen ie y l levan germen ; todosse eslabonan en el conj unto de la humana evolución ; todospersisten ó perduran transformándose en continuas

,i nacabables

metamorfosis . Percibe el hombre la sensación actual , y á la vez

guarda , acopia y almacena las sensaciones recibidas , y unas y otrasc i rculan por elcerebro

,tumultuando á las veces

,por sus intrinse

cosantagonismos,enredándose en curvas serpenti nas

,perdiendo

,

por el constan te roce,algo primero y l uego mucho desi propias ,

hasta que al fi nse agrupan y hacen vida común , quieta y prol ífi ca .

S urgen rebeldes lossucesos en la Historia , al parecer si n disciplina

,fulm inantes é imprevistos; pero corren los siglos ,semej anzas

y parentescos se acentúan ,recónditas afi n idades se revelan

,y el

hecho que pareciera insól i to resul ta eslabónfatal y necesario de lac adena cuyas dos ex tremidades siempre serán desconocidas para el

hombre ; y entonces el h istori ador que general i za y filosofa , noelanal ista que enumera y narra , j un ta el hecho alhecho ,

losasoc ia ,

escruta elcomún ori gen y la ley de varios grupos , establece la

fi l iación de éstos y aquéllos , compara las trayectorias de unos y57

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450 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

otros , y lo quefué para contemporáneos delfen ómeno , parecido ámasa er rática de súbi ta y deslumbrante ó pavorosa aparición

, que

da englobado en lassupremas síntesi s,como parte integran te

,

i rreemplazable , de la total idad que casiforma un cuerpo orgán ico .

Se reducenen tonces aun los an tagonismos que mási rreduciblesparecieran , yse descubren los an tes invisibles vínculos que l iganun suceso á otro suceso . E l l i nose abarata y elpapel substi tuye a l

pergamino , demasiado costoso para vulgarizar las obras de la im

prenta ; crecida ésta y robusta , va esparciendo las grandes bel lezasde la antigii edad ,

l as sabias enseñanzas del renacimiento . ¡Y trasl a baratura del l ino

,cuántos hechos indispensables para determ i

narla y producirla ! ¡Y delante del prodigioso hallazgo de l a im

prenta , qué regueros de soles y de mundos ! Nadase pierde en el

espacio , n i en el tiempo . Todo se modifi ca,se condiciona y se trans

forma en l a materia y el espíri tu !De aquí el fundamento racional delcul to á los antepasados

,cul

to santo cuando convive con el anhelo perenne de perfeccionamiento

,cuando no se resuelve en la yerta pasiv idad de una raza abaj ada ,

n i es eli ncienso,el humo de la voluntad ya casi ex tin ta , en los éx

tasi s de la vida contemplativa ! El culto á losancianos que nosprecedieron noblemente el cul to á los augustos

,á los i nmortales

,

no sólo es don de grati tud y amor , sino estímulo yfuerza . No ven imos á ser lo que ellos fueron

,pero debemos ser como el los eran !No se detiene la corriente del progreso , y por lo mismo ,

no se troncha n ise corta . Hal la una roca , y por encima de el la sal ta . En

cuentra una montaña , y la taladra . Y sigue , acrece su caudal , y

si empre es una .

Calumnian á la juventud los que la creen detestadora de sus grandes progen itores Pero noson el los losque la condenan por insumisa y por i rrespetuosa

,no ; son losque nada han hecho y bien ha

lladoscon la inerci a l l aman culto á l a p ostración de l a energ ía , ála somnolencia delespíri tu , á l a pasividad delfakir , absorto en lacontemplación del propio ser;son los que n iegan elprogreso , re

nunciando a l movimiento ; son losque sin bríos n i fuerzas para caminar

,se tienden á l a vera del camino Preci samente

,l o que cá

racterizó á aquel los hombres del pasado fué la acción ; acción si ntregua acción si n miedos

,acción eternamente procreadora ¡Qué

montanas removieron ! ¡A cuán audaces y temerosas aventuras se

lanzaron Jamás podríamos comparamos á ellos , porque nada igual ,

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EL HO M B R E N U E VO .

Para oponerlo al << hombre necesario » han i nventado ciertos eseritores esta entidad : el hombre nuevo »

E l << hombre necesario » estambién creación de los m ismos articulistas, cuyos procedimien tos se parecen tanto á los de malos dramaturgos. Necesi taban un traidor , un embozado , un verdugo , undux

,un consej o de los d iez, é i nventaron todo eso para poder segui r

desempeñando papeles de Massaniello ó de Padi l la . E l <<hombre necesario

,» talcomo el los le comprenden

,es simplemen te una creación

dramática Existe en determinado momento histórico,asi como en

determinado i nstante es necesario un hombre para que dé el ser áotro;pero no existe inmóvi l , i rreducible , monol it ico en la sucesiónde los tiempos porque , 6 muda con el los , avanzando , y siempre 5. lacabeza del movim iento progresivo , como hasta hoy ha acaecido cone l Sr . General Díaz , 6 rezagado , atrás se queda ;y entoneesotro lereemplaza

,dej a de ser necesario y aunque mucho se le deba , el pue

blo hace j ustici a aldej arle desposeído del mandato que le dió ,porque

obedece á l a ley suprema de la vida , superior á toda otra , y conscien te ó inconscien temen te

,salva la suerte suya y la de l as genera

ciones venideras,no sacrifi cándolas á cul tos p ios n i á venerandas

grati tudes . Le al zará estátuas , mausoleos , pi rámides que conmemo

ren ysimbolicen el minuto de su desarrol lo en la historia que requirió elesfuerzo de aquel hombre 6 lo aprovechó fortui tamentepero esos honores póstumos por másque viva quien los haya me

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454 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

recido ,

— no empecen que el insti nto de la propia conservac10n, inidispensable para la más trascendente de la especie ,sesobreponga átodo l inaj e de consideraci ones y triunfe y venza

,pareciendo ingrato

al pronto : porque la vida no abdica n i hace la voluntad votos per

petuos.Elhombre necesario existe en pol ítica como en todo ; pero condi

cionado por eltiempo y por el medio ,6 para hablar l lanamente , por

l as ci rcunstancias ; y no hay que temerle , porque fatalmente desaparece con la necesidad que lo creó . Es una virtual idad que emanade la masa toda y se condensa en él , comose condensaron en Juárezl a resi stencia de l a nación y la energía del pueblo

,cuando extran

jerosl e impusi eron un imperio .

E l << hombre nuevo »si no existe en pol ítica . Este ha sal ido de laredoma de un alquimista

,6 fué acaso concebido en el éxtasi s de un

milenario . Este pertenece al orden de l os seres m ísticos : será un Me

sias esperado por losj udaizan tes de la prensa,para que á el los les

redima de eSperarle , pero estandofuera de la human idad , se embebeen lo i ncognoscible y no podremos nunca definirle . Está bien queSan Agustín ponga su << Ciudad Santa » al amparo del D iosdesconocido; pero las ciudades y lospueblos que de sant idad no presumeny á crece

'

r aspi ran , imposible es quefi en sus destinos y su vida á esaborrosa i ncógn i ta de lo i ncondicionado .

Preparen losesperanzados en promesasmesmnicas, el establo queservi rá de albergue á ese n iño Dios de la política : la sociedad luchapor la vida y no permanece en estéri l oración ante lossantones, n iociosa aguarda á que el cielo l a envie

,para su dicha

, un sobren atural recién nacido .

¿Quése counota con estafrase : <<nu hombre nuevo » ? Pues el hom

bre nuevo es un n iño . D émosle toda l a extensión que dan al concepto encerrado en esas tres simból icas palabras los period istas—al u

didos : el hombre nuevo es aquel que no haya ej ercido el poder n i

esté afi l i ado á los partidos 6 agrupaciones preponderantes . Aun así ,resul ta ni ño elhombre nuevo

,porque

,si no le suponemos investido

de poderes extra—humanos,si no es un dios hecho carne

,fuerza será

conven ir en que ese hombre nuevo ignorará del todo las necesidades del país

,y habrá de menester padres 6 tutores y maestros que

guien sus primeros pasos . E l hombre nuevo,enfin de cuentas , será

un holgazán,un cobarde

,un impotente

,una nul idad ,

un cualquie

ra,pues de no ser así

,habría dej ado de ser nuevo probando sus

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456 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

á esos que han envej ecido en obstinada j uventud de espíri tu ,á esos

queson viej os en la brega y que,siempre animosos

,desafi aron ó

desafían l a suerte adversa,los anatemas y las persecuciones del po

der . ¿Cuál de esos bombresnuevospuede citársenosahora como cápaz de entrar en l i sa? Cuando la i nfluencia delpol íti co no se externa , ya él , como político ,

no existe . O pasó elmomento en quefuéúti l , necesario acaso , ó perdió la virtual idad que le dió vida . Muerto

, vaya su momia al hipogeo con toda pompa ; vivo ,vaya é l á Yus

te á componer reloj es . Pero no puede al zarse la candidatura de una

momia n i pretenderse que entre en l i d un pobre enfermo .

Por ah í,pues

,por los confi nes del pasado

,no hay n ingún hom

bre nuevo . Los veteranos de la l ibertad,los que no han perdidosu

denuedo n i su patriotismo,los que nose engríen con el ocio 6 , por

maltrechos se reti ran del combate,están al l ado del señor General

Díaz , pues , si no lo estuvieran , dirianlo con patriótica energía ,sopena de pasar por afeminados ó caducos .

¿Cuál es , en consecuencia , el hombre nuevo ? ¿E l que nada hahecho

,el desconocido

,el Juan D iego 6 Juan Lanas , que aguarda

alguna sobrenatural revelación ? Como ese habrá muchos ; pero l a

Nación no es una prosti tuta quese va de bracero con el primer desconocido á quien encuentra . DefinamosE l hombre necesario es un hombre á quien necesi tan ciertos pe

riodistaspara escribi r edi tori ales . E l hombre nuevo esun viej o inservible ó un muchacho de escuela .

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LA P I E DA D S U PR E M A .

Hay un monstruo que devora más víctimas que el fabuloso torode Creta ; un monstruo que , á modo de losvampi ros , chupa la sangre de los n iños , desgarra el pecho de loscazadores , como el tigre , y

pasea por una alfombra de osamentas humanas , como el rinoceron teque se venera en la i sl a Java . Este monstruo es la compasión . Co

mo elgato de los egipcios , este monstruo tiene porci ón de adoradores

y fanáticos que peroran esforzadamente en la tribuna ,se estremecende i ndignación en los corri l los y escriben suel tos en losdiarios : cuenta con ej érci tos discipl in ados y provistos de armas con grandes máquinas destructoras , aríetes , cañones Krupp ,

torpedos,ametrallado

ras y hasta ed itori ales . En nombre de ese dios que se nutre de carnehumana y bebe sangre fresca

,se perdona á todos los honrados ase

s inos que por un resultado de su idiosincracia ,matan

,descuartizan

,

tasajean ,y luego dan cinco centavos al primer l imosnero que tiene

la buena suerte de encon trarlos . Es ya tiempo de echar abaj o eseídolo empapado en sangre humana y de bai lar en torno de su cuer

po muerto , como quería Paul de Cassagnac que se bai lase sobre elféretro de Thiers .

Yojamásnegaré que l lorar en un drama de Zorri l la , y sen ti r desfallecimientosde congoj a porque el canario amaneció muerto en laj aul a , es una prueba de sensibi l idad que honra muy mucho á lascolegialasy á los comercian tes de abarrotes .No tengo mayor empeño en que lasn iñas sensibleras guarden el

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458 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

caudal rico de sus lágrimas para ocasiones más propicias : en lo quesi tengo serio y decid ido empeño es en que esos dolores prematurosy esos l lan tos copiosos no detengan elbrazo de la justicia ,

como acaece muy á menudo , y nosdej en á merced del primer desalmado , que ,

gracias á l a conmiseración de unas cuantas costureras y otros tan tos

periodistas sale de presidio con elhonestofin de hacer tales proezas , que dejen boquiabierta á medi a human idad .

Apenas se comete un crimen de cualquier l inaj e,y pasado el pri

mer i nstante de terror , luego que el del incuente se hall a á buen recando , con tando las horas que l e fal tan para pagar en l a horca susdesmanes , l a compasión determina un movimiento retrógrado , y el

culpable ve rodeada su cabeza por l a aureola de los mártires . Los

que abogan por é l ante losj urados,no l im itan su defensa á buscar

é i nqui ri r las ci rcunstancias que pueden atenuar la gravedad del del i to cometido , si no que procurarán á toda costa librarle de toda cu l

pabilidad , y hasta l legan á declarar que escasi un santo . Cuando

yo salgo de un j urado , después de oír l a vehemente peroración del

defensor , siento impulsos de i r á arroj arme á lospiésdelreo ,besar

la ori l l a de sus pantalones,pedi rle una rel iqui a de su traj e y perma

necer ocho días arrodi l lado en su presencia,como losperegri nos an

te elsepulcro de Mahoma . Decididamente,mientras no robe el reloj

de algún amigo ;mien tras no escale una casa , man iate á los criados ydespoj e á los dueños de sus muebles ;mien tras no cometa un simple

asesinato , un vergonzante plagio ó un humilde i ncesto ,no podré as

pirar á loslaureles de la fama,n i seré hombre honrado .

En bien de la sociedad,que no debe en terarse todavía de moral

tan pura , quisiera yo que losj urados se verifi caran á puerta cerrada . Lo que all i se oye y se dice , debe trastornar lospri nci pios morales de esas buenas gentes'que saben de memoria el catecismo deRipalda ,

y creen con bonachona credul idad que robar , cometer asesinatosy otras l i ndezas de esta ralea,es i nfr ingi r la ley de Dios y

merecer l as penas del i nfierno . All í la severa voz de lostogados lesenseña que nada más loshombres de corazónson criminales , porquesi fal taba pan en su casa y fuego en su coci na ;si losn iños gemíany el hambre encaj aba sus agudas unas en el cuerpo de la esposa , ¿qué

mucho que sal ieran á l a cal le para matar al primer transeunte , ino

cen te de toda esta miseria,pero culpable al fin

,como lo es ante todo

desarrapado,el que come

,digiere

,duerme y no padecefrío ? Yo

, que

estoy muy _lejosde ser un sabio y tuve la estupidez de no cursar de

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TR ES CA RTA S D E P E D R O R E C I O .

PRIINIERAC ARTA.

Es curioso hacer la l i sta de los intereses sociales,de losi n tereses

honrados , de l as colectividades respetables , de los i ndividuos ilustres , cuya externación pol ítica

,económica y moral se hal la en cier

tos periódicos . A todas esas honorablespersonas que hacen ofi ciosde pregoneros en el gremio; á todos'esosgrandes publ icistas lescaracteriza una condición indispensable : la pobreza . Son muy popul ares ; pero nada ganan . Y no son pobres porque hayan hecho votode castidad económica , j urando no tener en vida ningún contactocon la plata no son pobres por exceso de hidalguia de pundonor castellano; algunos como Hernan i , el del honor español

,roban cuanto

pueden ; otros nostálgicos , sien ten la << tristeza delbien aj eno,» y en

una pal abra,todos son pobres porfuerza , como era médico porfuer

za elfamoso personaj e inventado por Mol iere y traducido á palospor Don Leandro Fernández de Moratín . ¡No ! Esa << santa pobreza»

celebrada y amada por el mendicante de Asís ; esa á la que está ofrecida el rei no de los cielos , no esá l a de esos cabal leros si n caballo ysin caballerosidad que suelen caballear en los caballitosde la prensade á centavo

,y hasta entrometerse en lospelotones rurales de algún

di ario .

Son pobres no recibidos,no profesionales . Todo lo ej ercen sin ti

tulo :fungen defi lósofos , si nser siquiera espi riti stas;de pol it icos , si nconocer de la pol ítica más que á las respetables mamás de sus res

pectivasseñoras ; definancieros , si n haber logrado , al menos , algún

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462 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

titu lo en esa Tl axcala de l a Economía política que se l lama la S emanaM ercantil. Pero aquí en donde el bagazo de la Civiltá Ca ttolica

,

exprim ido por el padre Larra todavía moj a algunos entusiasmos

aqu i en donde es poeta todo aquel que suspira en ocho sílabas aqu i

en donde el aguafal ta á su deber no buscandosu n ivel en las azoteas de l as casas ;áquí tales señores , losque buscan el pan y elvi node cada día

,pasan por escri tores , y algunas veces por i lustres . En

el los sufre la sociedad como sufrió en Jesús la humanidad entera . Alque no paga lo que debe le l lama elacreedor : tramposo . A estos cuan

do deben y les cobran se les l l ama : márti res . Ya no sólo hay már

t i res del crist ian ismo y márti res de la l ibertad y márti res de Tacubaya : ahora tenemos márti res de la qu inta cal le delZaca te , viviendanúmero sesen ta y nueve ; y márti res de la plazuela de Tepito ,

acce

sori a letra H .

Esos representantes de la Sociedad,de las l ibertades

públ icas y

delgénero humano ,suelen cobrar una peseta diari a por ej ercer su

min isterio . Pertenecen á la categoría de los apóstoles baratos . Em

carnan la verdad casi desnuda y la honradez sin colocación . Y su

honradez es una sol terona á l a que nadie ha dicho nunca : ven con

migo .

Pero como el los no sólo viven,sino que beben también , y como

la peseta ó laspesetas es óson residuo de algún peso ,hay que in

dagar quiénfué eldueño de esa moneda primitiva , tan inj ustamentedepreciada en Europa . Ese Mecenas sueleser el anuncian te : un senor que desea avisar en verso que expende buenas empanadas de vigi l ia

, aconsonantando elanuncio con la fami l ia delpoeta . Por ah i

se empieza . Mecenas presta un peso ó fia una lata de salmón :Horacio canta .

Hay otros,súbdi tos de Su Maj estad Catól ica , que pertenecen á

una cl ase superior . Son puros de vuel ta abaj o y con an i l lo . Por la

envol tura parecen plateados . Tales nobles arman susmesnadasparaponerl as al servicio de algún señorfeudal que desea congraciarsecon su soberano ,

acudiendo en su auxi l io , ó bien intimidarle . La

mesnada seforma de gente colecticia ;pero elgran capi tán ,famoso

siempre por su manera extraordinaria de hacer cuentas , es un mag

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464 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

lógicamente hablando,consti tuya una fuerza . Es l a pavesa de las

velas apagadas en el tenebrario pol i tico d i luida en tinta . Son los

necesarios cesan tes,losquebraditosde la pol ítica , enfullinadoscon

tra el hombre que por su energía in trínseca gobierna y por l as ener

gias nacionales que en él convergen . Hay ,pues

,en ese elemento

ambición personal é impotenci a sen i l .A esos núcleos de cesan tía van algunos que andan sueltos ysin

destino en l as ciudades : el que se enoj a con el m in istro porque no

lo nombra escribien te ; elque , por no conseguir l a mano , etc . ,de su

novia,á causa de que no tiene tras de qué caerse casado

,l l ama dés

pota á su gobernador ó al Presidente . Y por desocupados , por bi

l iosos,se ded ican á rumiar losCastigosde Victor Hugo ,

en el periodiquito que combate al cacique número tantos ó al tiranosupremo.

Es muvl amentable que esas personas no obtengan n ingún empleo;pero no es

—creíble que por esa desgracia elpaís se insurreccione .

Losfabricantes de candados para el arancel l os pol i ticastros exdifuntos ; l a sombra de Nino , elalma de Garibay ,

los que no han

l legado á escribientes de oficina y losque aspi ran á ceñirse l a coronadel márti r

,si n pasar por el marti rio

,no son Aqui les

,ni Héctor

,n i

Sansón,n i Rolando . Son costi l las empapeladas , y bastante flacas ,

defonda de cuarto orden .

Hay otra oposición,

— para segu ir hablando de las malas—queserecluta en tre lasfi l as ó hi lachas reaccionari as . Esta

,en parte

,se com

pone de substanci as congéneres de la otra . Es su hermana hipócri ta .

Saca el l ibro de misa para d isimular que va á una ci ta con el tendero

de l a esquina . Algunos catól icos candorosos se dej an enganar , y pagan losvestidos de l a beata buscona pensando que contribuyen paranovenarios . Pero l a médula de ese periodismo no es me

'dula deleón;

padece de reblandec imiento . E l catól ico en México está tranqui loen l a iglesi a ; está contento en la tesorería ; está orgulloso cuandocome con algún min istro . S i es diputado , si es regidor , si es magistrado

,dice con sa tisfacción que este gobierno esbueno porque reco

noce el méri to de lasgentes decentes y como nadie le molesta,no

es n i puede ser un elemento de rebel ión .

Seria i núti l buscar en las publ icaciones mochas el nombre de al

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA. 465

gún catól ico ó reaccionario respetable . Todos son en el la escri toresde leva

,periodi stas de la legua

,cómicos en cuaresma . El empresar io

delperiód ico suele ser una especie de encomendero . El capel lán esun padre español . E l patrón acaso unfabricante de papel . Y la ún icabandera que tremolan es la bandera negra del proteccion ismo , vi r

tud que no está en tre las teologales n i entre lascardinales y que pugna con la caridad

,con el amor alprój imo .

Pónganse en un plati l lo de la balanza tales elementos oposicionistas

,y en elotro lasfuerzas vivas que sostienen al país . ¿A qué ladose i ncl in ará elfi el ?Ya en otra carta trataremos de si hay y debe haber oposición hon

rada .

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468 MANUEL GUTIERREZ NÁ]ERA.

débi l,natural es que decaiga la acción gubernativa , como se para

la máquina si elvapor le falta . Estamos siempre en campo de batal l a

,porque la paz , sign ifi cando cesación de movimiento , no exi ste ,

no puede exi sti r en el proceso social,puesto que no existe , no puede

exi stir en la naturaleza . Todo es actividad,todo es transmutación

defuerzas,todo es

, en una palabra , evolución . Los que todo quieren

para hoyson maj aderos,son ilusos

,son inúti les . Losque dej an

todo para mananason impotentes y estorbosos .

Estando,pues

,en campo de batal l a

,previendo siempre l a apari

ción de un enemigo más ó menos conocido 6 totalmente desconocido ,

es malsoldado el quese duerme, el que se va á l a ti enda del generalpara can tarle serenatas

,alson de l a gui tarra

,abandonando el puesto

que le toca . A cada hora elcent inela tiene que dar l a voz de ¡alerta !

y eso quiere,eso manda el general

,porque confía en sus soldados ;

porque asigna 6 todos el si tio respectivo,subd ividiendo eltrabaj o en

las man iobras , y espera que cada uno cumpla con su deber estrictay lealmen te .

No puede complacerle ver á todos congregándose alderredor del a tienda de campaña en que é l di rige lasoperacionesTendrá suEstado Mayor

,tendrá sus lugarten ientes y sus ofi cial es de órdenes ;

pero asimismo,y porfuerza

,necesi ta tener sus centinelas que le ad

viertan el pel igro próximo, que despierten á losdormidos , y sus

consej erosfortu itos,no l igados á é l , que más cerca del pueblo pue

dan con ruda franqueza darle á veces un aviso oportuno .

Dando ahora de mano esta ficción en que el Estadofunge de General en Jefe , podemos ven i r á otro l i naj e de consideraciones , buscando aún el sím il para que la idea sea visible ,

como Tai ne lo acon

sej a .

El Jefe de una nac ion no puede ser como el Pr incipePerro de Laboul aye u i andarse por l os barrios husmeando las necesidades y las

aspi raciones de losciudadanos . Al Jefe de una nación es al quemás trabaj o le cuesta descubri r una verdad

,y no porque á é l lefal te

vol untad para oirla,si no porque no se l a dicen . Confía en sus su

balternos, en sus amigos , y si éstos l e engañan ó no cumplen suobl igación indagando lo que deben indagar y diciendo lo que debendeci r

,cometen un abuso de confi anza .

El l ími te que ha de fij arse á l a expre5 10n de estas volun tades

personales , más ó menos numerosas , es el que importa determ inar .

Cuando en el las hay algún in terés privado,alguna ambición parti

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 469

cular , su externac10n en la prensa,en la tribuna

,en elcorri l lo , es

necio y puede ser del ictuoso . Pero cuando se concretan aspiraciones nobles

,cuando se in ician proyectos úti les

,cuando dentro del

círculo de la legal idad se manifi esta un grupo , un individuo conideas propias

, eso ayuda al Gobi erno ,eso es ser buen soldado , eso es

cumpli r un deber de partidario y el deber supremo de patriota . Tonteri a estener apagadas las l ámparas

,como las once mi l vírgenesy

descubiertos nada mas losi ncensarios .

El pel igro siempre existe y con la magn itud de lo desconocidopor

-

eso l os auxil i ares de la ún ica causa honrada que hay ahora enpol i ti ca , toda vez que tiene ya carácter defi nitivo elarraigo de l as

i nsti tuciones l iberales,tienen el deber de vigil ar , de prever , de i n i

ci ar , de i r adelante , abriendo mucho los oj os para que no escape á

su mirada lo que puede maquinarse en la sombra . Esta es , y seráen toda época densa y honda . Por lo mismose requieren buzos yson úti les á la vez todas las antorchas que se enciendan .

Muchas veces se ha dicho : ¿y por qué esos periodistas in iciadores

,cuandoson diputados

,cuando pertenecen alSenado , no l levan

á las Cámaras su in iciación y su empuje ? Pues porque el legislador construye ; el period ista ,

siembra . E l legislador no puede editicar con aspiraciones ;necesi ta real idades ;elementos ya d isponibles ;en resumen

,cantería ,

l adri l los,hierro

,albañi les

,artesanos y arqui

tecto . Querer levantar una fábrica sin piedra , sin cal ,sin maderan i operarios

,essimplemente insensato

,y por eso ellegislador pru

dente , hace lo que puede , r eservándose el derecho y cumpl iendo el

deber de hacer,como publ icista

,lo que noblemente quiere . Prepara ,

al lana,mueve

,empuj a el escri tor

,y cuandose han removido los

obstáculos,cuando elcamino está al lanado ,

cuando ya hay rielestendidos para que pase la locomotora y cuando ya hay locomotora ,en tonces se imprime á ésta movimiento , se le da vapor y se regulasu marcha .

De otra manera ,el valor es temeridad punible , es ir aldescarri

lamiento,al choque

,á la barranca

,dej ándose l levar por elimpulso

de un heroísmo imbéci l . Eso equivale á pretender ganar la prima

que el Gobierno ofrece como al icien te al ferrocarri lero que trabaj eapri sa y arroj ar á la Repúbl ica á un Escontzin político .

E l periodista si puede y debe preparar, ;ese va en l a carreti l la vi

gilando los trabaj os , y si no advierte el punto en que hay deslaves

ó durmien tes podridos,para nada sirve .

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470 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

A la causa general de sostener el orden se supedi tan i ntereses porel la

,se sofocan ambiciones . Perturbar es un del i to . Ver hacia delan

te , es una obl igación . En el plan general de operaciones todos debemos estar en acuerdo perfecto y bien discipl inados ;pero no por el lose nosfuerza á obedecer las órdenes de todos loscapi tanes

,cuando

puede presumirse que traicionan éstos ó que i nterpretan malmandatos superiores ; no por el lo hemos de resignar el peso de la responsabilidad que en todos ha de reparti rse

,en un sol o hombre ó en un

grupo di rector . De que el Gobierno admite consej o y advertencias,

t iene dadas pruebas . Se agrupan loscomerciantes,consti tuyen una

Cámara , hablan cl aro y en voz al ta , apuntando las defi ciencias ó lasinj usticias de una disposición gubernativa

,y éstase enmienda

,con

ciliando losintereses del Erario públ ico con los intereses legítimosde losparticulares . Esa Cámara estudia un caso concreto y de sucompetencia ;propone las obj eciones que le ocurren á un acto admin istrativo

,y

,s i éstasson vál idas

,el Gobierno las a tiende .

Los agricul toresse reunen,i n ician

,promueven

,y á pesar del na

tura l desbaraj uste que ha habido en sus proyectos y polémicas,el

Ej ecutivo francamente ha expresado su buena voluntad para contribuir con efi cacia á que lo proyectado se real ice

,en cuanto con

venga á losi n tereses nacionales .

Hé aqui lo que resul ta del esfuerzo -colectivo,lo que no puede ser

estéri l,lo

'

ú tilpara el país y para el Gobierno mismo . Hé aqu í loque la prensa debe hacer iniciando

,sugiriendo

,señalando el error

que descubra,y dedicándose á estudiar

,con án imo imparcial

,de

terminados pun tos . Eso no es obstru ir , eso es mover y eso es lo quese necesi ta .

Ya hemos avanzado en el terreno del l ibre cambio . ¿Y por qué ?

Por l a cohesión de algunos escri tores que han propagado la doctri

na . Si esta es oposición ,decimos que es honrada

,que debe exi sti r

,

que al Gobierno le conviene y que el Gobierno la pide .

Lázaro el Mudo es un drama que está arrumbado en el archivode D . Gerardo López del Casti l l o . Hay que hablar ;pero hablar al talafrente .

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472 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

sea reproductivo,y no porque admita paga

,el médico necesi ta sub

vención del enfermo : n i el que vende cal icot , de quiense l e compra .

¿Cree alguien que l a condición de un escri tor no oposic ion ista esuna canongia ? Pues se equivóca . Haciendo oposición h a hecho casas ElMonitorRepublicano. Halagando malas pasiones , odios vulgares y rnindades

,ha medrado ElTiempo. Si ahora caen esos dos

periód icos esporque no hay talento que los infle . Pero á todas luces, elperiodista que busque ell ucro debe i rse á la oposición , y sien el la no lo encuentra

,esporque no es periodista

,sino maj adero .

Cuando se destruía la admin istración del Sr . Lerdo , bril l aba el

talento , ganando dinero noblemente en ElS iglo XIX en ElB ienP úblico

, en ElAbuizote, etc . Ese talentose escapó del Federalista ,

que pagaba bien ,de las Cámaras

,de la Corte de Justicia . Pero era

porque una necesidad soci al posi tiva y un instinto de honradez le

empuj aban al otro l ado . Hoy la i ntel igencia verdadera no se encaracon el Gobierno

,yse l im i ta á adverti rle cuálesson los puntos pe

ligrosos, á i r adelante con su antorcha .

Podría esa i n tel igencia pasarse á la otra ori l la delrio , obteniendo

pingiiesuti l idades , porque en la oposición no hay cabeza , n i di rección

,n i táctica

,n i respetabi l idad

,n i plumas diestras ;no cuenta más

que con viej os i nservibles , de camándula ó de camándulas y con

muchachos de l ibro debaj o del brazo,l ibro que nunca abren . Cuan

do el inte l igente no procede de tal modo,da muestras de honradez ,

de cordura y patrioti smo ; renuncia á mayor lucro , renuncia á la

aureola popular,tej ida por la ignorancia pero deslumbrante siem

pre eu apariencia ; sacrifi ca su amor propio , su deseo de sobresal i r;recibe i nsultos ;se bate ,

y gana lo que gana áfuerza de trabaj o , merced á su potencia in telectual , no gracias al vulgo que compra , y bien ,

lo escandaloso,y á la estupidez corrien te que paga , y caro , lo ab

surdo .

E l hombre i ntel igen te,si n embargo

,no ha hecho voto de pobre

za,no pertenece á ninguna orden mendicante , no es unfra i le des

calzo.E l hombre i ntel igente se calza

,se nutre , compra l ibros y

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 473

para eso vende la mercanc ia ll amada artículo . No esun sastre quele toma la medida al comprador

,al cl ien te

.

Hace un saco á su gusto y aquel á quien le viene y le convieneelsaco se lo pone , esto es , lo compra . Un l ibrero no le p r egunta alcomprador si es min istro , general ó presidente ; si cree en la inmor

talidad delalma 6 en la eficacia de la gracia : vende el l ibro . S i loque yo escribo con toda conciencia le parece bien al Gobierno , sile es provechoso divulgar mis ideas

,no sólo tiene el derecho sino

también el deber de comprar mis escri tos . No es, por cierto ,

el com

prador máspródigo , porque es infi ni to el número de los estul tos yese Íní nito por elque viven subvencionados muchos , si da en grande . Vendiendo novenas se gana más que de periodista min isterial .Con talento , l a oposición esuna mina .

Debe el Gobierno proteger á cierta prensa que le ayuda noblemente , y esta protección no desdora á aquel que la recibe

,asi como

no cede en descrédi to del profesor de instrucción públ ica en que cobresu sueldo por ensenar lo que sabe , siempre que lo sepa y siempre que sepa enseñarlo

.

Subvencionado , en elsen tido vulgar de esta palabra es el impotente , eli nepto , el inú ti l , el hongo periodístico ,

el parasi to,elque

sin saber j ota de nada sienta plaza de escri tor y l lama hermoso a l

gobernan tefeo , para que éste le dé una l imosna mensual . Subvencionado es el periodista de oposición que si n conocimientos de ni nguna clase , recibe salario de su amo el ed itor por conducto deleucomendero—admin istrador

,y l lamafeo todo lo hermoso y ma todo

lo bueno , obedeciendo el i nterés ó capricho de su déspota . Subven

cionado esel que si nser catól icofervoroso y observante , clama contra l a impiedad

,y

,á fuerza de gri tar

,como sacamuelas callej ero

,

consigue vender su chalanesca mercancía, á modo de esos turcos

andraj osos que suelen vender rosarios en l as plazas . Subvenciona

dosson todos esos curanderos de la prensa,todos los escri tores re

cibidosen la universidad de Tlaxcala ,todos losque burlando al

Fie l Contraste l i terario , al Consej o de Salubridad y la Inspecciónde Sanidad

,expenden con medidas contrahechas efectos adul tera

dos . Pero no es subvencionado elapto , el úti l , el que vende lo que60

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474 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

beneficia á la sociedad,y no es comprador tonto , sino hábi l , el Go

bierno quese convierte en parroquiano de ese mercader .

He aqui el quid para los gobernantes : escoger buenos productos

i ntelectuales . Y,preci samente

,porque éstos tienen

,entre nosotros ,

poca demanda , el Estado tiene que alentar á los productores , noerigiéndose en Providencia , perosi impulsando comofuerza motriz .

Un pueblo quese viste de manta,cuandose viste ; que ahora está

empezando á aprender á leer; que compra muchas velas de cera y

que no come , es pésimo marchante para el productor intelectual , ámenos que éste

, prostituyéndose ,halague la ignoranci a , elfanatis

mo y los vicios del marchante . Y como nadie puede negar la uti l idad de esos sembradores de ideas fecundas quese l laman publicistas , elGobierno , supl iendo en este caso la acción ind ivi dual , haceperfectamente ensubvenciona rles

,cuando losescoge bien ,

asi comohizo perfectamen te en subvencionar loski lómetros de los ferrocarriles.Podrá obj etarse que esa subvención sólo debe recaer en publ ica

ciones cien tífi cas,de propaganda

,que esparzan los conocimientos

úti les ; pero esto es un error . E l periódico científi co , el educador ,elque populariza la h istoria

,el que difunde nociones fi losóficas ó

económicas,el fol leto

,el l ibro

,son el resul tado de una civ il ización

superior á la nuestra .

Aqu i tenemos que acudir al d iario de á cinco centavos vehículo

para infl uir en la burguesía y al d iario de á centavo,veh1culo para

i nflu ir en las masas . Ayudar á la i n tel igenci a si n capital , 6 sea sub

vencionar, es deber del Gobierno . Pero el subvencionado no es un

vendido : esun hombre que vende artículos de primera necesidad ,

sin recurrir á l a menti ra,á l afal sifi cación

,al fraude que los harían

más productivos para él .

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476 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

el buen pan y cuáles son l as leyes de la evolución ; no h ay ciencia

que no esté obl igado á conocer , ni arte cuyos secretos deben ser ignoradospor su entendimiento ;la misma pluma con que anoche dibujó la crónica delbaile 6 del teatro , le servirá para trazar hoy un

artículo sobre ferrocarri les 6 sobre bancos . Y todo esto sin que la

premura del tiempo le permi ta abri r un l ibro ó consul tar un diccio

nario . ¡Alcoche ! ¡al coche ! lospasaj eros se a tropel lan ,l as maletasse abren óse caen

,l os brazosse desanudan , elsi lbato suena , y el

tren parte sin aguardar n i una hora,n i un minuto .

¿Quién posee la ciencia enciclopédica bastante para ser un perfecto periodista En Europa

, eltrabaj o intelectual se distribuye conforme á las apti tudes y saber de cada uno . Este d iserta sobre la pol ítica , ese examina las cuestiones económicas , aquél j uzga las obrasl i terarias . Ninguno invade los domin ios de otro ;cada cual t iene susposesiones perfectamente desl i ndadas y es fi lósofo

,ó crít ico

,ó po

l it ico,ófi nanciero

,6 extratégico ,

ó j uri sconsul to,ó médico , 6 poeta .

Entre nosotros no sucede así el periodista es uno y es diez m i l . Espreciso que resuelva las crisis económicas y que tenga recetas parasanar los catarros

,que anuncie si l loverá alsigu iente d ía ,

y que i n

dique losmedios oportunos para combati r l a floj era . Estafamosaciencia enciclopédicafué posibl e en losfel ices tiempos de Pico de laMirandola . A medida que l as cienciasse han ido desarrol l ando yextendiendo

,se han hecho imposibles esas grandes generalizacio

nes . Estamos en l a época de los especi al istas . Sólo el periodista tie

ne porfuerza que conocer , siqu iera sea superfi cialmente , laº

escalatoda de losconocimientos humanos . Sólo él tiene que ser músico y

poeta,arqui tecto y arqueólogo

,pintor y médico .

Junto á este periodista obligado á saber todo,se alza el periodis

ta—t in teri l lo,que también merece quese le estud ie

,y que é l j amás

estudia .

Puede haber abogados , médicos , ingenieros ,farmacéuticos , malosy buenos ;pero como esosabogados , médicos , ingen ieros , farmacéu

t icos,han acredi tado an te un tribunal másó menos competente , que

poseen el m in imum de conocimientos que la ley reputa necesario para

que ellos adquieran elderecho de ej ercer las dichas sendas profesiones

,no hay sinrazón en que se l l amen mutuamente ( los del propio

ramo ) companeros .

E l period ista no se examina , puede no haber estudiado en n ingunaescuela ;y sin embargo ,

con tal de que tenga un amigo complaciente

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 7

en cualquiera redacción,ú ocho pesos en la bol sa para pagar la im

presión delej emplar ún ico de algún di ario que se publ ique cada

ano, ya tiene derecho pleno á l lamar companero á Don Gui l lermo

Prieto, y á exigi r de la sociedad idén ticos respetos y de la ley iguales

priv ilegios que el noble veterano de las letras .

Esto me parece i lógico , y por esta razón pregunto si esasí .¿Todo elque puede imprimi r lo que escribe , es por este solo he

cho periodista ?

Todo el que cuela ó desl i za en un periód ico cualquier párrafo degaceti l l a

,aun cuando en élse calnmn ie ó se difame á alguien

, ¿esdesde ese momento sacerdote de la Prensa y disfruta losprivi legiosde que gozar ia Don Anselmo de la Porti l la , si v iviera ?

Conviene aclarar elpunto,porque es de mucha trascendencia . Hav

personas á quienes recibi ríamos en nuestra propia casa ;personas áquienes por n ingún capítulo dej aríamos solas en nuestro despacho

,

por miedo á que nos robaran algún l ibro ; y si una de esas personas ,para vengarse de nuestro recelo ó de nuestra j usta repugnanci a

,nos

l l ama ladrones,ebrios ó asesinos en hoj a di ari a , tenemos que impar

t irle_

nuestra protección,y si el quej oso lo acusa ante los tribunales

pedir nosotros losagraviados de mañana , quese ponga i nmediatamente eu l ibertad á nuestro muy amado compañero .

Cuando un mi l i tar comete una acción reprobada ó una falta,se

le expulsa en el acto del ej érci to . Desde ese instante ya no es militar . Cuando alguien ,

que porsi y an te sí,se ha dado elt itulo de

periodista,calumnia ó difama

,sigue siendo periodista

,y másrespe

table,máscompañero nuestro que antes de cometer el deli to

,puesto

que estamos dispuestos á abogar por él y á deci r que hizo uso de su

legítimo derecho al cometerlo .

Que haya igualdad , está bien . Pero , ¿por qué ha de haber igualdad entre los periodistas y no i gualdad entre loscalumniadores?Que << l a prensa se corrige por la prensa misma ,

» esdoctrina querespeto y que casi profeso : pero , ¿cuál es la prensa ? ¿Todolo que aparezca impreso : el pasquin ,

elcartel , la hoj a volante ?

Cuando un eminente estadista mexicano sostuvo esa doctrina , eraporque levan taba el concepto de prensa á la i dea que de el la ten ía

y— d igámoslo de una vez y con franqueza— porque la prensa

,en

aquel entonces,no se había abaj ado hasta el extremo de ej ercer los

feos ofi cios de e5pía , delator , calumniador pagado , ó apaleador porcuenta aj ena . La prensa se corrige por la prensa ,si señor . En la

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478 MANUEL GUT IERREZ NAJERA .

l ucha de lasi deas,como en la l ucha por la vida

,losfuertes sobre

viven . La menti ra se corrige por la verdad . Quiere l a razón que susenemigos peleen armados de todas piezas

,para vencerlos con noblesatisfac¿: ión

, no con vergiienza . Que se agavillen contra nosotros todos los errores y nos acometan . Pero errores , ideas , opin iones , doc

trinas , másó menosfal sas , másó menos i n teresadas ó personalistasno i nj uri as

,no difamaciones

,no calumni as . ¿Cómo ha de corregirse

l a calumnia por la calumnia y el i n sul to por el insul to ? ¿Tendre

mos que dej ar de ser honrados por l a razón de que nuestro enemigono lo es ? Si esa que vilipend ia y que calumnia , es la prensa también

,tenemos que conveni r en que la prensa nose corrige por la

prensa,sino por el palo ó por la cárcel . Y este úl timo correct ivo es

el ún ico que puede apl icar un hombre que se respeta y que respetaá l a sociedad en que vive .

A cada rato,y desde hace mucho tiempo

,oigo deci r

,cuandose

comete algún del i tovulgarísimo con elarma de un periódico y se tratade castigar al del i ncuente

,quese a taca la i nviolabi l i dad del perio

d ista y se vulnera la Consti tuci ón . No quiero creer que la Consti tución haya querido abri r esa puerta de escape á la cal umn ia y alinsulto

,para que puedan campar por sus respetos y quedar impunes . Ni

losmáscelosos proteccion istas dela industri a tipográñca han l legadoá tal cin ismo — Tú me calumnias confulano 6 me insul tas delantede una 6 dospersonas . Yo te meto á la cárcel Tú me calumnias

6 me insul tas en públ ico,imprimes y repartes pródigamente l a ca

lumnia ó eli nsulto,para quesea sabido por elmayor número y quede

en pie para» el futuro ; pero tienes cinco pesos para pagar la hoj a impresa ó un amigo que te dé entrada á cualquier diario

,ya eres in

violable ; ya eres period ista ; ya eres sacerdote ; y lej os de tener el

derecho de exigir tu castigo,tengo eldeber

,l a obl igación de pro

clamar que tuviste razón al ofenderme y defenderte contra todo elmundo .

Se me dirá : tú puedes apalear ó matar á tu calumniador . Perocontesto : yo creia que l as leyesse habían hecho para abol i r esa j usticia personal y salvaj e del garrote y del puñal .Insisto

,pues

,en que se aclare bien qué esun period ista y qu ie

nesson losperiodi stas . Porque si mañana me agravia alguien seri amen te

,y yo lo l levo ante elj uez , dirán quesoy malcompanero ;si

lo mato , dirán que soy un asesino; y si lo aguanto , dirán que soy

un cobardón.

Page 479: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

480 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

en lasgrandes escul turas , no me gusta en la muj er . Que no sea correcta su hermosura . ¿para qué

? La naturaleza hace improvisacionesdel iciosas . ¡Oh ! ¡Y hay defectos subl imes en sus obras ! Lanariz i rreprochable de Cleopatra es cuasi d ivina ; pero , ¿y la nari zde Mim i Pinsón . ¡Qué boni to pecado !Querer proclamar una bel leza superior á todas y darle la dicta

dura , esantidemocrático .No recuerdo quién propuso para Méx icola ti ranía honrada . Pues bien lo que Ud . quiere es l a tiranía de una

sol a bel leza . Una . ¡Que profanaci ón ! La bel leza perteneceal género femenino y número plural !Primero es

,para nosotros

,algo así como el humo que traza mu

chas curvas en el ai re como el vaho formado por el al i en tode todas l as muj eres . Es la nebl ina delamor en el amanecer denuestras almasDespués viene un rayo de sol y al color rein a ennuestros sueños amorosos como déspota . ¿Cuál color ? Un color quesueleser muy color de rosa

,6 muy blanco

,6 muy moreno ,

peroque siempre es muy . Un color que no está en el prisma : el color demujer . Entonces reposan nuestras miradas

,como en bl andos almoha

dones,eu l asfigurasfemen inas

,rozagantesy frescas , de la pin tura

flamenca . La mujer se nospresenta en toda la plen i tud de su desarrol lo

,con la púrpura i n tacta de su sangre

,como Eva se presentó

á Adán . Todo hombre que ama por primera vez,es igual al primer

hombre .

Pero en seguida,y al paso que nos vamos i n ternando en la existen

cia, ¡cómo se va torciendo y compl icando este concepto de la belleza !

Llegamos á comprender y hasta á amar voluptuosamente l a bel lezadeldolor ! ¡Qué bien sabe besar una l ágrima ! ¿Y la bel leza de laalegría . Eso de coger una r isa con los l abios , ¡qué bueno es!Hay quienes l legan á preferi r las hermosuras di áfanas

,como si

éstas les recordaran algún ángel ausente . A otros subyuga la her

mosura de la maldad . Y no hay manera de poder señalar la bel leza

única . Hasta alguna que ayer nosparecíafea ,puede mañana pare

cemosbel l a . si ya hemos aprendido á traducirla .

¿No ha sentido Ud . j amás que la más bel la en tre todas las muj eres és unaviejec ita ? ¿Y cómose h a de dar un voto en el concurso debel leza á esa anciana de cabel lo blanco

,tocas blancas y a lma blanca ?

La bel leza es un color que tenemos en el alma ,y se ti ñe de él lo

que á el la en tra . ¡Qué feas se nos ponen al lá dentro muchas muj eres muy hermosas .

Page 480: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 48 I

Hace poco repasaba yo l a l ista que está Ud . publ icando . ¿A cuálde esas señori tas daría el premio ? ¡Qué problema tan arduo y taninúti l ! Lo peor

,lo másfastidioso y lo que si rve de menos en la vida ,

esescoger ! Dios,según el Génesis

,h izo una sola muj er , pero por

que en esa sola mujer l as hi zo á todas . Lo que criófué unafuerza ;fué el eternofemenino. Pero Dios no hizo una solaflor , n i una solaestrel la , n i una sola ave . Y no dij o al hombre : para ti l a másbel laserá la margari ta ; la máshermosa , Ves;>er; l a másesbel ta , la oropéndola .

— Sol tó el gusto de cada uno,comose dej a l ibre á un n iño

en el j ardin á la hora del asueto,y le dij o : ¡Corre ! ¡Haz lo que

qu ieras !

Enti endo yo que este certamen del es más bien un

certamen desimpatías. No está á di scusión ,propiamente habl an

do , l a bel leza de l as señori tas mexicanas . Esa no se discute,es un

artículo de su consti tución . Tampoco l a que triunfe ej ercerá el poder por un per iodofi j o de años . Pues ¿y las que vivan ocultas ?

¿Y las que vengan con vestido alto para l legar másaprisa ?¿Se tratará acaso de escoger realmen te ? ¡Mucho menos ! Esco

ger ¿para qué ? Escogemos entre aquel las á quienes vemos ytratamos

,á una por muj er , pero no decimos : Esta esl a más her

mosa—sino— esta es la que yo quiero !Miro la l ista y sien to tentaciones de poner mi nombre aqu i .

y al lá . y en esa otra columna . Pero si al sal i r de casa , si a l torcer la esquina

,encuentro una muj er másbel la que esas tres ?No;

yo no voto por la dictadura ! Quiero el gobierno de la hermosura

ej ercido por todas las hermosas .

Me simpatiza,sin embargo

,este concurso porque comprendo la

idea de Ud . , ¡oh director g alantuomo ! Quiso Ud . , ahora que l legueelinvierno

,yson raras lasflores , cubri r de rosas y garden ias á las

que perfuman gardenias y rosas con su al ien to . Se propone preparar la primavera del año entrante . y al l á van flores á los l abiosfrescos para pedirles un poquito de perfume .

Y á esos páj aros quese l l aman poetas y que quieren cantar enj aula de oro

,éste en esa ventana , aquél entre lascampan i l las del

balcón de allá,les abrió Ud . l as hoj as hospedadoras de su diario

,y

allí están can tando l assimpatíasy los cariños á l as hermosas , á lasamadas y á las buenas .

—¿Por qué votas por el la ?— ¡Por su son

risa ! Y tú ? Por sus oj os .

—¿Y tú , amigo ? Porque la amo .

¿Y Ud ?— Porque es muy buena .

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482 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

¿Cómo pueden computarse estos votos heterogéneos ? ¿Cuál es'l a másbel la ? Os lo d iré si me decís lo que suman una violeta , unaalondra y una estrel la .

He aqu i por qué no voto , amigo mio . Escoger esrenunciar á todas menos á una . Serfiel á ésta ó aquél la

,es ser i nfi el á l as demás .

Eso se hace 6 debe hacerse alcasarse ; pero nose h ace más que unasol a vez .

A mi ju icio , el concurso no tiene másque un ún ico defecto : elde que porfuerza ha de acabarse . Mientras véamosel nombre detodas , ¡qué alegría para losoj os ! Pero alquedar el de una 'sola .

¡cuántas ausentes !

Por eso yo lo dej aria incompleto como esas melodías que acabanen la orquesta , continúan en elcan to y siguen despli éssin terminarse nunca

,en la memori a y en las almasde losque las oyeron .

¿Sabe Ud ; lo que yo haría en lugar de Ud ? Pues decir á esas hermosas y buenas señori tas : Ustedes no han menester deflores .

¡t ienen tantas ! Susnombresfi guran en todas l as revistas de salón ,

circuídospor gui rnaldas de adj etivos galantes . Pero á la hora en que

ElU niversal muy de mañana l lega á las puertas de lascasas 6 pal acios en que ustedes habitan ; en l a hora en que todav ia esos oj osestán alumbrando el mundo de los sueños

,corren por esas cal les ,

friolentasy con el tápalo raido muchas que son también buenas , bo

n itas,pero que están á obscuras porqueson muy pobres . Van á misa ,

van á su trabaj o ,van ta l vez á empeñar elúltimo vestido bueno '

de

la pobre inamá . Esas no tienen flores . ¿no les damos éstas ?

Y como todassonmuy buenas , lasdarían . Asi no habría una

re i na,no habria celos , no habria olvidos : l as hermosas canéforas

l levarían sus rosas y j azmines al ara de la ignota dea ,de la hermo

sura desconocida .

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484 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

espectáculo , un drama romántico : está en verso . La decoración es

hermosa é imponen te ; los personaj es aparecen bien vestidos ; los coros aterran y conmueven muere el reo tan teatralmente

, que no cree

uno que haya muerto de verdad .

El verdugo , con cuchi l l a y vestido -de roj o,también es digno de

ser visto . Habl a á la imaginación,su cuchi l l a es bri l lan te y su traje

es d iaból ico . Es un ser maldi to,condenado

,por nose qué j uez su

premo é i nflexible . á cumpl i r l as venganzas divinas .

Lasej ecuciones en masa el cesto de cabezas tropezando con el cárro en que van cuerpos en teros á asomarse á la eternidad por l a ventana de la gui l lotina ; l a plaza en donde la revol ución incendia todas

laspupil as;l a j usticia del pueblo cometiendo ,borracha

,l as mayores

i nj ustici as ; l a muerte corri endo asustada y como acorralada entre el

cl amoreo de l a muchedumbre ;la Ma rsellesa en elai re ;elgorrofrigio ; l a camisa desgarrada ;el gri to pasando á través de l a copla ;elmonstruo humano aul lando como sáti ro enronquecido por el placer

,

forman un espectáculo pictórico , que puede cautivar lafantasia aterrándola .

Pero estosfusi l amientos en ll ano árido ;esta muerte gris estaformageométrica del horrible espectáculo; elal ineamien to de lastropas;el si lencio de loscircunstantes;la impasible vozde mando , que suena

,a l deci r ¡fueg o ! ni más n i menos que en la Escuela de T i ro ;la

l ividez de losrostros espan tados , confundida con la de losrostroscrapulosos; la bandera roj a de loscoches de alqui ler , en lugar delgorrofrigio ;el caj ón con jaletinasen vez delcesto con cabezas tronch adas; el soldado vulgar apuntando de pie fi rme á un muñeco decarne también vestido de soldado; el supl icio si n od ios que aullen

alrededor,si n pasiones que hiervan ; el supl icio si n decoraciones ,

sin traj es,sin elementos dramáticos ;elclarín impon iendo si lencio ,

no á los clamoreosrabiosos de la multi tud ,si no á lasrisas desver

gonzadasde l as prosti tutas . ¿cómo puedeser este un espectáculoque

,siquiersea por lo subl ime de su horror , atra iga á losarti stas?

Unos curiosos comen ;otros beben ;bostezan losno habituados á levantarse de mañana ; en elsuelo hay canastos y botel las ; no fa l taquiense impaciente y golpee las piedras con elpie

,como para pe

d ir que eltelón se alce pronto ; en los coches esas caras nocturnasque todav ia nose han lavado , ese aspecto de recámara á la horaen que todavía l as camas no están hechas ;entre los grupos de cocineras y re¡>orters, el granuj a vendedor de papeles , especul ando con

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MANUEL GUTIERRE Z NAJERA . 485

el dolor y la desgracia ;elque vende naranj as para los quese embriagaron la noche an terior ;la ol la de tamales ;la mesa con sus tazas decafé y sus botel las de catalán ;el mi smo cuadro que en lasl uces delCarmen 6 en la verbena de los Angeles ;algo semej an te á la sal idade los toros ; grasa , tumulto ,

pringue,desvergiíenza ,

l a v ida en sumásprosaica y bestia l forma .

Verdad que el hombre necesita ser azotado . Para que anden aprisa

nuestros nervios tenemos que darles muchos latigazos . Son nuestros

pensamientos,como ciertas chispas

,resul tado de un golpe . A golpes

vivimos sanos . Vamos al agua y no le decimos como losorientales :—Acariciame

,bésame

,caliéntame con tu amor .

- No : le decimos .

Sube , trepa á la azotea , déj ate caer sobre de mi y aplástame !Al vino ya no se le d ice :—Pon an te mis oj os una cortina color de

rosa ; cuéntame una fantástica leyendal—Le decimos :—¡Embrutéceme ! —¡Rlgolpe rudo , el golpe seco en todo !Pero elartistaseflajela con varas de rosal , porque siquiera lo perfuman . Presencia decapitacionesde l i rios , como la decapitación deMaria Estuardo . Quiere que vibren sus nervios , como lascuerdasde una arpa

,heridas por alguna mano hermosa . O busca lo terrible ,

lo divino,lo satán ico

,10 superior á él

,lo que le obl iga á arrodi l lar

se . La tempestad ó la tragedia .

En medio de. su crueldad,el pueblo romano

,pueblo arti sta era.

La sangre derramada en el Circo embriagaba como el vi no . E l márt i rdesnudo era hermoso . La virgen desvestida era casta . La fi era , augusta . E l César

,omnipotente . E l pueblo

,hermosamente malo , como

elDiablo . Podía maldecirse á aquel l as muchedumbres ;pero no eraposible despreciarlas .

En cambio,la multi tud que asiste á estosfusi lamientos , sólo ins

pi ra asco .Nosqueda en la memoria , como nos queda en elpaladarel dej o de un pescado podrido . Esel harapo humano en pleno y l ibremovimiento . Es l a besti a ;pero no la besti a , como elleón , ni siquierala besti a como eltigre : la bestia como elcerdo .

¿Para qué se abren esos oj os ? ¿Para qué se di latan esas pupi las?

Para ver la grotesca mueca del infel i z que se revuelca en su sangre ;para obse rvar la rabiosa risa de unos labios al fin abandonados porla vida ;para mirar cómo cae un cuerpo en tierra y asistir á sus úl

t imossacud imientosEsos oj os no tienen lágrimas ;lo que tienen essueño .

Noso tros,acá en el i n terior de nuestros gabinetes , rodeadosde

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486 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

l ibros que hacen alhombre á su imagen y semej anza , ideamos.unal ey de amor que

,como la rubia cabel lera de Magdalena , enj uga toda

lágrima y desvanece toda mancha . Nosotros le decimos á la muerte :— Ven cuando quieras . No queremos prostituírte , porque también

te amamos . Ven para l levarte á los que sufren y padecen ,á recibi r el

premio merecido .No te daremos el vergonzoso ofi cio de verdugo .

No te l lamaremos castigo,si no recompensa . No serás nuestra cóm

plice ,si no nuestra amiga . Obedece á Dios , que es tu Señor único .

Nosotros no tenemos imperio sobre ti .Y acá

,en eli n terior de nuestros gabinetes , sonamos con ese orden

nuevo,con el novusordum de Virgi l io ;con la extinción de l a pena

de muerte ;con la redención por el trabaj o ;con el perdón levantandoá losque caen

,con la Piedad suprema sonriendo al mundo .

Pero al brutal contacto de la real idad ,sentimos que osci l a y tam

balea nues tra esperanza . Sentimos que la blasfemia sube á nuestroslabios y que dice :— La pena de muerte esnecesaria , porque , alsuprimirla ,

arrebataríamos á la human idad un gran placer . y por

que también mañana la necesi taremos para castigar á éstos que hoyse ríen .

Porfortuna,hay muchos otros que saben ver mori r . El que l leva

consuelos al agon i zan te ;la que con amor cierra sus oj os ; los que le

abren los brazos . La toca blanca de la buena hermana , i ncl i nada sobre ellecho del moribundo

,hace que olvidemos la carcaj ada de la

prosti tuta que vuelve alegre de un fusi lamien to .

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488 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

i nvi ta á entrar en el anál isis psico—fi siológico de una muj er , le ofrece una buena rebanada de carne

,aún cal ien te

,para que la aderece

con la salsa más á su gusto . Si n embargo , señora , por repugnancia

i nvencible , por respeto piadoso á los pobres inculpables , doy l avuel

ta á la l l ave , y dej o elcuaderno enmi caj ón cerrado . Si , pues , lo exige

Ud . ,voy á deci rla algunas de las ideas generales que me ha suge

rido esa lectura .

En la avidez con que buscan las damas , mucho másempeñosamente que loshombres , esa pseudo—autobiografía que es la exhibíción de una muj er en determinado confl i cto de su vida ;el resumen ,

no de lo quefué y de lo que es,si no de lo que ha l legado á ser por

l as fuerzas determinantes de sus actos ; observase desde luego unalevadura malsana

,algo totalmente diverso del concepto ideal de lo

femen ino .No podré preci sar si buscan la disculpa de la fal ta 6 laagravación de ésta 6 todo el lo en una pieza ; pero olfatean febri lesesas páginas

,como buscando algún rastro . Acaso sea el VAPOR DE

NATURALEZA,ó el burl adero de l a ley . Un mundano empieza á leer

esa confesión de muj er que—¡ci rcunstancia muy común en l as confesionesdel sexo encantadoramente pérfido ,— resul taser la con iesión de virtudes propias y pecados aj enos

,con la sonri ente curiosi

dad de avisado y experto catador ; mas luego quese engolfa en lalectura , ya la sigue en seriándose , con curiosidad másviva y honda ,cual s i l e asal tara el miedo súbi to de que algo vago

,flotante , en e l

estado acuoso,cuaj ara alguna vez en su existencia . El pensador se

hal la una vezmáscon el problema eterno ,añade un esl abón á la

cadena i nterminable que va arrastrando la humanidadsin Dios porun desierto sin amor .

¿Desata eld ivorcio el n udo que aprieta á una muj er contra unhombre? ¿Es necesari a la el iminación de la i nfi el ? ¿Elperdón esposible ? Las tres inflexibles púas de ese tridente , hieren y matan .

Lo humano y egoístamente lógico,será escoger aquél la que mata

á la culpable .

E l matrimon io—sacramento,el matrimon io

,en su al to sentido re

ligioso , tiene soluciones defi ni tivas para el caso de adul terio . Pri

meramente,lo previene y al ej a por su gracia imbibita ; cons iderando

lañdelidad , don superior á la naturaleza humana , la crea con soplod ivino ;y si éste , desvi rtuado en el roce con l a vida , no basta á per

petuarla ,ordena al agraviado que perdon*e

,pero no á la manera

ampl ia y retórica que hoy preconiza cierta l i teratura decadente , sino

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 489

c astigando á la cu lpable con elabandono,y recibiendo sumiso

,como

expiación ó como purifi cac ión,elmalque l lega . Toda vez que la

vida esreseca l lanura , sólo moj ada por ell lan to , nada másnaturalque poner la plan ta en un nuevo peldaño de la inmensa escala deldolor que l leva al cielo .

El matrimon io—contrato no tiene ese poderoso auxi l iar preventivo ni esa sol ución radical

,ya en cinta de una hermosa esperanza .

E l divorcio , si la sociedad conserva en la superficie de sus costumbres , elbarn iz rel igioso , no desata . Podrá esa sociedad no creer quela divin idad ha un ido para siempre á una muj er y á un hombre ;pero por nada haré is que dej e de pensar y deci r alhablar de una

adúltera : esa es la mujer defulano . El l a , la sociedad ,es la que casa

indisolublemente,declara inamovible el nombre posti zo que l leva

la frente de una criminal . Antes de que la i nfi del idad sobrevenga ,losín timos son los que conocen á la señora de X 6 de Z . Las ami

gas suelen designarla,por costumbre adquirida en la infancia

,con

el apel l ido de la madre . Pero que la culpa sobrevenga , y desde esemomento , ya nose apel l ida esa muj er como la madre : ya no la conocen nada máslos íntimos

,todos la conocen

,y es

,para todos

,la

señora de X 6 de Z . Entonces se consuma la un ión irrevocable , elpacto satánico ; ha oficiado elPontífi ce roj o en la misa infernal , yel araño de

sus garras queda indeleble en dos cuerpos desunidos .

Por modo que ,nada l iga tan reciamente alhombre y á l a muj er

como la fa lta de ésta . El d ivorcio resguarda los bienes de la sociedad conyugal para el que deba legítimamente poseerlos ó administrarlos; pero no amputa elmiembro gangrenado al cuerpo sano .

Dej a alcónyuge inocente una l ibertad escri ta , que los accidentes

…diarios van raspando con su l ima . Ya no es suya esa muj er; peroélsi es de el la . Irá l a esposa d ivorci ada á la prosti tución , único re

sumidero de.esas i nfel ices ; é i rá el marido á e5piarla . Tan no d i

suelve ,tan no desanuda real y posi tivamente eldivorcio , que para

simular la desunión,para acogerse a l protector olv ido , se apela ,

cuando el marido puede disponer de algunos bienes de fortuna , ála emigración de l a culpable , enviándola al extranj ero a seguir elcamino de Manon Lescaut . Tampoco resuelve el problema de loshij os

,porque el corazón de éstos no está al arbi trio de n ingún señor

j uez,porque e l amor no se impone por medio de una sentencia , por

que no pueden someterse aningúnfal lo las afinidades electivas . Tenemos

,pues

,aquí como en lasleyes prohibitivas delduelo ,

una i ns62

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490 MANUEL GUT1ERREZ NAJERA

t ituc1ori socia l en desacuerdo,cuando no en choque violen to con la

sociedad misma . Una moneda,con garan tía del Estado

,que no ci r

cula,que no corre .

¡El perdón Esta esotra hermosa teoría ! En la l i teraturasana

,en l a española de losbuenos tiempos , wróz

'

gm íz'

a,el papel dema

r ido burlado es grotesco,repugnante ó trágico . el v iej o decrépito

ó eltruhán desvergonzado ó el Médico de su honra No hay en esascreaciones deli ngen io n i nguna que se asemej e á esta desmedrada ycanij a del marido sab io

,delmarido ñlósofo

,que trayendo a cuento

l as doctrinas de la herencia y del medio,desmontando hábi lmente la

compl icada máquina del organi smo femen ino ,d isculpa las infi deli

dades de l a esposa,en ci erto modo lassancion a por necesari as é i nevi

tables,y se resigna aconsentirlas

,cuidando con escrúpulo de impedi r

elescándalo . Ese marido determin ista y estóico tiene otro nombre enbuen romance castel lano . Nunca elcobarde que escuda lasñaquezasaj enas con l a inñexible ley de l afatal idad

,para encubri r las propias

y no verse en el aprieto de probar sus arrestos,será ti po simpático ,

aunque le pin te Dumas ( hij o ) en su “Casa del viento ,y Pérez Gal

dósen La doctrina de la piedad Suprema , cuyo apóstolmásferviente

,en tre loscontemporáneos

,esErnesto Renán ,

no l lega ,sacrilega

,á profanar la dignidad humana . Perdona en masa a esa pro

le envi lecida que se arrastra en elfango ;no castiga tampoco , porque

no tiene i nvestidura para el lo ;perosi se defi ende en su heredad . E lPerdona ¿ífuí/í de “Hernani

,entonado por un coro de maridos infe

l ices,es de entrernéspicaresco .

Puede externarse el perdón ; pero siempre que l a culpable ya noexista .

En este pun to surge el debatido : matala ! ¿Es legal ? P robablemen.

te no .

Casi siempre lo legal está reñido con l a lógica .seque es humano .

Sé que impone admiración y que subyuga hasta en Otelo , enormemente inj usto . Es un zarpazo h ermoso del amor . Está en el corazónde todos

,hasta en el de losincapaces de matar . Estos , con hipo

cresia , piden a Dios que los substi tuya ysea Elque mate . Y todos , al

saber de heridas de honra,gri tan como juan de Timoneda — ¿No

hay arcabuz en tu casa ?

¿Es necesario , para legi timar este acto salvaj emente natural , sorprender el i nstan te de la inñdelidad ?No ;eso lo desvirtuaria , convi r

tiéndolo en un hipo de embriaguez . El adul terio no es un acto : es una

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C O MO M U E R E N .

La prensa de París nos da cuenta de lafunc1on que acaba de veriñcarse á benefi cio de una gran actri z quese hal la en la miseria .

Pocas artistas mueren aún enplenajuventud , al pie del cañón , cuando el laurel de la victoria másreciente estáfresco y vivo aún en sussienes . Lasmáslanguidecen y decaen ,

t ienen menguante , sien ten caerla n ieve de los anos en su cabellera , y mueren poco á poco , paulati namente

,con losdientes que se caen y las canas que salen . E l público

las abandona . Entonces comienza para el las la vida trashumante delos viaj es . París es amanera de una l uzfuerte y cruda que dej a vertodas las arrugas . Cuando la pata de gal lo se dibuj a

-

en l a sien,la ar

t ista dej asu teatro y sube á la carreta cuyas bondades can tó Scarrónen Roman comz

'

que. Lasmedianías artísticas viven con mayor regoeij o en las ciudades de provincia . All í , la actri z que en la Rena issance ó en los B ufoshacía el papel de Paquita , canta Giroñé elactor

que desempeñaba elpapel de Carabinero en los Brigantes canta deprimer tenor ó de barítono . Así seforman todas las compañías trashumantesque van á recorrer las provincias y América . Nada mástr iste n i más amargo que este decl ive de la vida artística . Lasgrandes diosas pari sienses mueren l lenas de polvo y arrumbadasen el rincón telarañoso de un teatro , j unto a l as si l las desvencijadas , los telones desteñ idos ylosmuebles rotos . Algunas se casan , como Hortensi aSchneider . Siempre se encuentra un alemán para estas redenciones .Otras agoni zan en elhospi tal

,después de haber retorcido con suma

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494 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

no nerviosa la crin dorada de l afortuna :son l as hij as pródigas . Suquiebra

,casi siempre esfraudulen ta . La j usticia remata sus traj es ,

cuyo soberbio luj o perdió á tan tas muj eres ;sus j oyas , que costarontantas lágrimas como bri l l antes tienen su lecho

,suntuosamente im

púdico ;elreloj que con tó las horas delamor y que ya no señalará la

hora de la muerte ; el si l lón ,cuyos mull idos almohadones guardan

todavía la huel la de su cuerpo voluptuoso ; los mármoles , tan desnudos como el las

,y losbronces

,tan obscuros como sus almas : todo cae

baj o la vista inquisidora de la curiosidad nunca saciada,desde la taza

de porcelana china que conserva losasientos de té , hasta los pl ieguesde la soberbiasábana de holanda .

E l cochero de la diosa arru inada compra loscarruaj es y los cabal los

,para establecer un si tio las modistas resuci tan los vestidos , y los

mismos amigos compran las alhaj as que antes le h abían dado ,para

adornar con el las otros brazos y otros cuel los . Tri ste suerte la de estasmuj eres ! Todo lasabandona , hasta losmuebles ! Pasaron ya losdías en que las haciendas,losdomin ios , l as casas de comercio , los ta

lleres, colgaban de sus oídos en fi gura de pendientes , cosqui l leabansu cuel lo baj o el color defi nas esmeraldas ó se enredaban en sus brazosníveos,figurando soberbios aderezos . En aquel tiempo ¡in die

bz¿s¿112 7— un gran senor les regalaba su pal acio , y una sociedad anón ima con tribu ía con losmuebles . Si lo hubiera querido , sus aman

teshabrían cubierto de oro hasta losgranos de cebada que comía sucorcel en la cabal leri za . Hortensi a Schneider dió durante el segundo

Imperio un banquete . Al term inar lafi esta,cuatro negros l levaron

al salón una ti na de mármol sonrosado .

Vaciáronsemás de ochenta botel las de Champagne , y la diosa de l aopereta entró á aquel baño , digno de una Cleopatra parisiense Cincominutos después

,Hortensi a sal ía delChampagne como Afrodi ta del

Océano,y los alegres comensales escanciaban en sus copas ell iqu i

do,hirviente aún,

de la marmórea tina . Pero estos grandes apoteosispasan esas mujeres i nsaciables que digieren trescientos sesenta y cin

co ricos cada doce meses , cuando el año no es bisiesto , t ienen tambiénsu inevi table decadencia . Son los monstruos de colmi l los agudos , ex

presamente creados para devorar a los imbéci les . Si con orose pudieraforj ar un rayo desol, el los lo habríanforj ado en algún día l luvioso .

Los banqueros dej aban en sus casas elreloj , la cartera , hasta el

an il lo m ismo de l as bodas .

Pero una noche l a ruina l lama con sus dedos nudosos á la puerta .

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LA D EGO LLACIOND E LO S |NO C ENTES .

Observaba el ha pocos días , que los criminales y losviciosos , según l a ciencia ,son simplemente enfermos . Ya no se enferma uno porque se emborracha

,sino quese emborracha por eu

fermedad . ¿Mata alguien a alguno? Pues ese asesin ato es sólo unsín toma de que está alguno malo . no el difunto , sino el pobreasesino . No hay que l lamar al gendarme

,sino al médico . No hay

que l levar al presunto reo á la cárcel , si no ala botica .

D ecíase antaño, que de médico ; poeta y loco , todos tenemos un

poco .» Hoy di remos que son pocos los que tienen algo de poetas

,

menos aún losque tienen algo de médicos ; pero que todos tenemosmucho de locos

,6 mej or

,que todos somos locos . Esto es consolador

,muy consolador

,para todos los asi lados en los manico

mios . Es la fraternidad y l a i gualdad universales , decretadas en laConvención Nacional de San Hipól i to .

Jack,el destripador , es senci llamente un man iático . E l D r . Cring

ton,de Londres

,ha demostrado con absoluta claridad , que padece

no recuerdo qué dolencia,aunquesi hago memoria de que l a tiene y

usa nombre gri ego . Así es que ese caballero debe ponerse en cura,

atender a su quebrantada salud ,y , en caso de que no tenga recursospecuniarios para pagar adoctores ,farmacéutico , etc .

, recurri r auna subscripción nacional

,ó poner cepos en los templos protestantes

con rótulos redactados,sobre poco másó menos , como sigue : ¡Una

l imosna para el pobreci to enfermo que destripa á las mujeres !Estamos malos

,no hay remedio . No somos malos , no , lo estamos .

63

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498 MANUEL GUTIERREZNAJERA.

La cienci a , áfuerza de progresos , ha l legado á decidir , con pruebasy testimon ios innegables , que el verboser es equivalen te alverboesíar . Se roba como se estornuda ;necesariamente . Cuando le qui ten

á Ud . elreloj en la cal le,y Ud . lo observe

,y tenga la dicha , á pocos

concedida,de atrapar al ladrón

,lo que debe hacer es deci rle :— Señor

¿qué tiene Ud? ¿está Ud . malo? ¿padece confrecuencia estos ataques?

¿Quiere Ud . carbonato? ¿un poco de bromuro .

— Y si lo mataná Ud . diga : ¡Jesús ! como si hubiera estornudado el asesino .

Es muy agradable haber l legado a esta conclusión de que todosestamos demen tes . Es deci r

,unos estamos y otros somos . Es

tán locos losque están en San Hipól i to : somos locos los que -no estamos en ese palac io naciona l de la demencia . Ya todos , absolu

tamente todos , somos iguales ; ya todos somos hermanos y por

eso mismo siento impulsos de l lorar cuando pienso en mis pobreshermani tos losi nocentes y desgraciados criminales !No porque en la cárcel estén peor que en San Hipól i to ;no y mi lveces no; sino porque á el los , y con plena i nj usticia , se les condena

a que los defi endan y á que oigan los discursos de sus defensores .

Además , losseñores Agentes del Min isterio Públ ico , que también ,y según la ciencia , han de ser locos , t ienen la man ía de decirles anteel Jurado atrocidades y blasfemi asdesgracia que no sufren losque toman eltren d irecto para San H ipól i to . Por eso les aconsej o ámis amigos que

,cuando gusten

,suban a ese tren

,de vía y de manga

ancha,pero no al tranvía que va para Belén con correspondencia

para el man icomio .

Me i n spi ran mucha lástima mis hermanos losasesinos y mis herman itos losl adrones . Por poco no l loro en l a repartición de premios

quese verificó en la cárcel hace pocos días . Porque eso de tener en

ferma á toda lafami l i a , es verdaderamente desgarrador . ¡Y yo veia

all í a todos esos parien tes míos,según la ciencia

, que están malos ,y tan encerrados

,cuando talvez lo que ellos necesi tan

,y lo que tal

vez y sin talvez desean ,es el ai re l ibre

,el movim iento

,el ej erci

cio . de sus respectivas profesiones .

Sobre todo ( este sobretodo está aquí para l lenar ; pero lo cedo acualquier lector que tengafrío ) , sobre todo , me preguntaba yo : ¿porqué están unos adentro y estamos otros afuera ? Ya se

,porque la

ciencia , en confianza , lo ha dicho a los sabios , que ésta no es unacárcel ;que no hay cárceles ;que éstos no son del incuen tes , sino en

fermos . Pero puesto que todos padecemos de una dolencia por qué

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LO S I N D I OS Y M . C LA U D I O JA N N ET .

Un artículo de Jannet,soc iologo no eminente perosi estima

ble , ha renovado la viej a discusión acerca de si fué benéfi ca ó nociva la inñuencia del clero en el indio mexicano . M . ]annet pecade l igero en no pocas de sus apreciaciones ; y ,

como buen patriota ,cree que una transfusión de catol icismofrancés , habría sido mássaludable para el indio que la transfusión de catol icismo español . Como ej emplo , propone el del Canadá .

Digo , an te todo , que este galicanismo me parece imperdonableen el católico escri tor de la Revue desdeux M endes. El catolicismo—dogma , ó es un iversal como su nombre lo dice , idéntico en to

das partes, 6 no escatol ic ismo . Serán loscatólicos másó menos

observan tes , más ó menos fervientes , másó menos aptos para lapropaganda , y en ell asi deben en trar comofactores las condicionesde raza ; pero siendo la doctrina una en su esencia , ha de produci r ,una vez sembrada en taló cual surco humano , elmismofruto , sólotenuemente distin to por el mati z de la envol tura . Losfi nes del catolicismo dicen relación substancial con losprincipios de éste ; asíque , vengan los misioneros de España ,

Francia ó Ital ia,su propó

si to será siempre conseguir eltriunfo de la doctri na que profesan ,

redimiendo á los hombres del pecado y salvando sus almas . Si estoes i ntroduci r un elemento civi l izador en la raza catequizada , tantoda que los catequistas sean iberos cuanto daría que fuesen galos

,

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50 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

y si esa i ntrusión no ayuda al desenvolvimiento progresivo de las

sociedades , culpa será de la doctrina común a esas dos castas depred icadores .

Asigna M . ]annet alcatol icismo de l a época de Luis X IV ,en

Francia , cierta superioridad sobre el catol icismo que nos traj o l a

conquista española . En esto yerra como catól ico . Precisamente el

catol ic ismo á que alude é l , por su tib ieza , por su afeminamiento ,por sus componendas con el pecado

, por sus genufiexionesante elpoderoso

, por sus condescendencias con las ñaquezasdel prój imo ,t iene

,en suma

,mucha menor cantidad de catol icismo propiamente

dicho,que elrobusto

,expansivo

,conquistador é i n transigente ca

tolicismo español . La rel igión de losabates almibarados,de los

obi spos próceres,de lospredicadoresservilones

,de los cómpl ices

astutos de mancebíasreales,no esla rel igión pura

,n i mucho me

nosla á propósi to para evangel i zar pueblos i dólatras : no soportalafatiga de in terminables caminatas

,no arrostra las i nclemenci as

delsol,no se embarca en naves toscas para cruzar desconocidos

mares; y como su fe no subsiste ard iente é ín tegra , mal puede enardecer l as almas é imponerse por su propiafuerza en las conciencias .

Elcatol ici smo español de hace cuatro siglos— lo l lamo así paraseguir l a regn icola clasifi cación de M . Claudio Jannet

,sí era ade

cuado para emprender y rematar tales conquistas . Era vigoroso ,ba

tallador,osado

,temerario ; y era , sobre todo , i rreducible , como ha

de serlo cuanto aspire á ej ercer gran poderío . Lossacerdotes de esarel i gión habian afrontado las i ras de losreyes , habian curtido supiel a los rayos del sol

,en contiendas con elmoro ;montaban , ar

mados,á cabal lo ; excomulgaban á las concubinas del soberano y

al soberano m ismo : máscul a era sufuerza , y por eso fué i ngente supredomin io . Las luchas de Roma con l a monarquía español a son

continuas. D . Pedro Ide Casti l la , Cruel ó ]usticiero , persigue , con

l a espada desnuda,al Nuncio del Pon tífi ce

,hasta obl igarle á em

barcarse . Fel ipe II se hal ló en pugna abierta , y no pocas veces , conelPapa . Las órdenes eclesi ásticas en ta l época y en tal país , fueronpor excelenci a guerreadoras . E l las

,pues

,reun ían

,másque ningu

nasotras,poderosos elemen tos de conquista . Porque sería el m i

trado español un prócer,un gran señor

,pero no a l a manera de los

obi sposfranceses baj o el rei nado de Luis XIV;no galan tead ores ysagaces

,si no feudales

,campantes

,con armas por arreos y l a pelea

por descanso . Catol ici smo y España eran para esos hombres dos

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504 MANUEL GUTIERREZ NAJERA .

da por la corriente de lasedades,y ya se en tiende que puede perse

guirse elbien transi tori o,asequible para el hombre

,sin perj uicio

de persegui r la defi n i t iva,eterna d icha ; pero esa doctrina con to

das sus asperezas y desgarradores picos,era la que informaba el

catol icismo puro en aquel la época . Los m isioneros , losfrai les y losc l érigos que pasaron el mar para veni r á América , ten ían ,

pues , deapl icarl a estrictamente

,y con másrigores que en su tierra ,

porque

los españoles eran,en su senti r

,predi lectos hij os de la Iglesia

,re

conocidas criaturas de D ios,y

,amén de esto

,habían merecido por

sus hazañas en pro de la rel igión, por sus guerras santas , grandes

mercedes y privi legios,de grado otorgados por la Divi nidad ;en tan

to que los indios , cuya racional idad se discutía , hijos delpecado ,creados en el pecado

,esclavos de la ignoranci a ,

idól atras y perversos, en una pal abra , seres inferiores , no podían tener derecho á igua

les gracias que lospueblos crist ianos .

Plan teada así l a cuestión,estudiaremos si elfrai le espanol dió al

i nd io lo que pudo darle .

E l i nd io,talcomo le consideran algunos ñlántropos, dol idos de

l as cui tas que le aquej an hoy,es un ente imaginario . Ese i ndio ,

cri atura superior,desposeída de sus excelencias por la conquista

española , ese i ndio quefue colectivamente le considero,

—grandecomo guerrero

,egregio como artista

,magno como fi lósofo y 1egis

l ador , no tiene real idad histórica n inguna . Hubo entre los i nd iosgrandes caracteres— Cuauhtemoc el másgrande

,así como

,des

pués de la conqui sta,en la época moderna , juárez fué un gran ca

rácter ;pero esas puj antes i nd ividual idades que exuberas emergen

de océano obscuro , amanera de i slas enormes , no resumen elespi

ri tu , l as vi rtual idades de la raza . Moctezuma , el débi l , el pasivo , esmás delprotoplasma indio que Cuauhtemoc .

Blasfemaria diciendo que los aztecas eran salvaj es . Su natura lv iveza les había hecho tocar a un grado de cultura muy notable ,s i en sí misma la consideramos ;pero cuando el i ndio aparece comoactor ya visible para todos en la escena del mundo

,esa cul tura i n

conci l i able en sus l ineamientos principales con la civi l ización enº

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MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

ropea , no pod ia sobreponerse aésta , y encimada vivi r , desarrol landose independien temente de la otra . Sociólogos profundos

,Draper

entre el los , dicen : En México y en el Perú quedaron aniqui ladascivi l i zaciones en l as que mucho ten ía Europa que aprender . Por

algo aparece España como inmóvi l esqueleto,en medio á naciones

vivas , dando así ej emplo al mundo ;pues , de no ser , así la human idad

,con buen derecho exclamaria

,mirando a España impune :

¿No hay castigo ? ¿No hay Dios ? Elsi n iestro destino de ese pueblo le l levó á des tru ir doscivi l i zaciones

,l a civi l i zación orien tal y

la c ivi l i zación occidental,y á hal lar

,en los escombros de lasdos

,

la ru ina propia .» ( D RAP ER .

—Hz'síoría deldesa rrollo intelectualdeEuropa .

—Tom . 3?pág .

En estas afi rmaciones del insigne escri tor norteamericano,así

como en las subsecuen tes relativas ala excelsitud de l a cultura azteca , basadas , no pocas veces , en d íceressin pruebas , en hipérbolesde losmisioneros y en patrañas de losconquistadores

,echase de

ver el odio del protestan te al catól ico,en turbiando el cri terio cri

t ico . Un ( ( se d ice » basta a Draper (Tom. 39pág . 10 7) para equi

parar la destrucción de manuscri tos , atribuida alprimer obispo deMéxico

,con la hecatombe de manuscri tos árabes » hecha en la mis

ma época por el Cardenal] iménez. La piadosa exageración deFrayBartolomé de las Casas

,tomada al pie de la le tra

,indúcele á asentar

como hecho fuera de l i t igio que QUINCE M I LLONES de ind iosfueronexterminados en losprimeros d ias de la conqu ista . El protestante

,

s in duda,no el h istori ador

,es elque habla en tales casos . Las so

c iedadesde la América Central ocupan la c ima de la civil izaciónamericana : su organ ismo es con mucho superior al de los p ieles Ro

j as y al de losGuarayos ;pero no por eso dejan de ser sociedadesdespóticas y aun bárbaras .

—(LETOURNEAU .

— S oa'

olog ía , pág .

En el imperio azteca , gobernar y guerrear , lo segundo si n másfin que el de procurarse losprisioneros necesarios para lossacriñcios humanos

,imperiosamente exigidos por l a rel igión , eran las

principalesfaenas de la casta ari stocrática . (RICHARDSON.

—Hz's¡ar ia deAmér iea .

—Lib . 4?

¿Cómo habríamos de parangonar ese estado social con e l de Europa en la misma época

,inclusive el de España ? Un maestro , Justo

Sierra,resume la cuestión en esta página de suHistor ia General:

América era en parte salvaj e ;había grandes porciones que habíanadoptado la vida sedentaria , signo por excelenci a de la civi l i zación ,

64

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506 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

aunque su organizac¡on era rudimentari a ; otros pueblos , como losNahoa , los Mayas , los Peruanos , habíanformado grandes ciudades ,estaban constituidosen unafuerte j erarquía teocrática y mil i tar ladivisión del trabaj o había dado origen á laformación de castas lasartes , l a industria , el comercio ,

progresaban entre el los ; no l es era

desconocida la escri turafonética (á losMayas , sobre todo) , y ten íanl i teraturas pri ncipalmente sagradas . Eran

,pues

,civi l i zaciones ple

nas , con l a singul aridad de que eran de generación espontánea ( los

con tactos con el Asi ason problemáti cos y deben de pertenecer ál as épocas prehistóricas) , hij as de l a raza y el medio . Había en estas

civi l izaciones defi ciencias enormes,y eran

,sobre todo

,incompati

bles con la complexísima y dosó tres veces renovada civi l i zaciónde los i ndo—enr0peospuestas en contacto ,

l a americana estaba des

t inada a mori r ;mas arraigaba tan to en la naturaleza del ind ígena ,quesu decadencia ha durado siglos : i ncapazde sobreponerse a laotra

,tomó un carácter de pasividad infi n i ta

,y opuso una muda re

sistencia á la transformación que sólo se ha verifi cado en l as capassuperficiales de l a raza .

»

En tiendo que este j uicio , el máscomprensivo de cuan tos conoz

co,desl inda el campo . Era civi l i zación la azteca , pero i nferior á la

i ndo—europea,y sentenci ada á muerte . No podemos cantarle elegías

n i l lorar su pérdida . Aesas exequias no asi ste elespíri tu del progreso . Aquel contacto ,

brutal sin duda,pero necesario

,a quese re

fi ere justo Sierra , fué fecundo para l a human idad .No hay i nd icios de que la pérdida con tanta pena como i ra deplorada por Draper , sea comparable siquiera en magni tud con lo ga

nado para la civi l i zación general por medio de la conquista ; vi noésta de España

,y de ahí

, porfuerza ,ten ía de veni r en ese momento

el desarrollo humano Traj o el catol icismo ,y sin él

,n i la inven

ción de América se habría logrado en aquel la sazón,porque de pa

l anca tanformidable se hubo menester para levantar un mundo nuevo . La parvada de loros que desde la Pz

'

nía vió Pinzón volando

h ácia elSureste,y que i nduj eron al almi rante

'

á marear en el propiosen tido

,fij aron la d istri bución en América del cristian ismo lat ino y

del cristi an ismo germán ico .

La conqui sta FUE. No es un hecho por real i zarse . FUE, yfué española yfué catól ica . Másaún : no pudoser de otra manera . Amén

de i nú ti l es disparatado darse a d ivagar imaginando lo que habría

pasado 8 1,en vezde españoles , vienen franceses , anglo—saj ones ó

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508 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Imposible separar de ese tal ud h istórico taj ado por el descubrímiento de este con tinente

,l a gran sombra rel igiosa que extiende

losbrazos sobre ambas cumbres . Imposible también la conquistasi n el aven turero inconscien temente heróico

,sin el hidalgo pobretón

y val ien te , si n e l desalmadoforagido , sin el l adrón que , robando ,no

cree robar , porque lo aj eno debe ser suyo .

Para j uzgar al acusado,hay que tener en cuenta su fe

,su raza ,

su abolengo ,susascendientes i nmediatos

,toda la enredada maraña

atávica en que está envuel to su ser . Elreo que tenemos en el ban

qui l lo es rec iamente catól ico y hondamente español .

Elpuebl o español era,cuando las nupcias de Isabel de Casti l l a

yFernando de Aragón,el soldado de Cristo . A poco andar , su his

toria consúmase en ese gran reino de la empresa duran te setecien tosochenta y dosaños perseguida . Granada abre sus gaj os de corales ,y la reconquista se real i za . El hál i to vital del i slamismo hispano ,

con el postrer suspi ro de Boabdi l se extinguió en el a ire de loscármenes . D esparec ió l a media luna ,

como góndola argéntea de corvas extremidades aguzadas

,l levándose el a lma dol ien te de una

_civilización consalomónica bri l lantez

,col orida

,y que amó y durmió

y soñó en oreantesbosquec illosde naranj os . Quedaba recatado ,obscuro , pero vivo ,

el gen i o hebreo . Quedaba el pueblo escogido

de la Ley Antigua,próx imo a ser presa delmozo pueblo , predi

lecto de jesús . Inveterado odio les un ía rabiosa1nente , cuerpo á

cuerpo , en formidable abrazo de león allobo . Era el j udío mayorazgo avaricioso por gracia del Viej o Testamento ;y era de arrestosel español

,ávido de morder lospergaminos del rival y de azgar parasi l a herencia toda . En balde ped ía piedad para el hebreo , aquel

santo Vicente de Ferrer,hinchando consusclamores el a ire tibio

de Valencia : aul laba la j auría,é íbase

,disparada

,l asintra illa , tras

la raza acosada . Expi ra ésta en lasjnderías, harapien ta y desnuda ;hacinase , formando montones de resecasraj as , en la hoguera ; lamuerde el can

,la desmenuza el cazador . De nada h a de servi rl a lo

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MANUEL GUTIERREZ NAJERA . 509

que le dió á l a ciencia,el salpique de piedras preciosas con que abrí

llantó el arte . Va á morir . Elgenio hebreo ,

Númida errante abatirásu tiendaCa l lada huyendo entre lasombra fría .

Al descubri rse América,cerca de trescien tos mi l j udíos salen ex

pul sos de l as costas espanolas . La un idad por e l extermin io estabahecha en España . La hozhabía igualado .

¿Qué empleo va á dar ásuspuj antes fuerzas el soldado de Cristo ? Surge América , y el inmenso plati l lo colmado de ambiciones ycodicias se vuelca sobre el la . Elsoldado de Cristo , vencedor y ahíto ,queda guardandosusconquistasElaventurero de Cristose echaal mar . Tanta energ ia acumulada por la si n tregua lucha con el i slam y por la cruenta persecución a los j udíos , requería abri r uncanal por donde sal i r y desah ogarse . Ese canal fué elOcéano ignoto; y ese campo desbrozado , apercibido al riego , fué un mundo .

Guarda España la fuerza necesaria para cuidar de su un idad rel igiosa

,para obstru ir el paso á l a i nvasora herej ía lnterana : elresto

,

la espuma de su enorme puchero cae desbordada en América . Vieneel aventurero con instin to de ave de rapiña , y con élviene el misio

nero comosorbido por inmensa sed de caridad . Viene la parvadade pajarracosnegros , y á la zaga de ésta vienen las aves delbuenDios .

Fuera inj usto acusar a losfervientes misioneros de ambiciones yde concupiscenc ias. Eran ,

en real idad , apóstoles y mansos conquis

tadoresde almas . Desde Bartolomé de Olmedo , Bartolomé de las

Casas,Pedro de Gante , Martín de Valencia , Motolinia

, Sahagúny demás primeros misioneros

,hasta los úl timos años delSiglo XVI

,

fué el S iglo de oro del monacato en Nueva España ;que si en el S iglo XVI I I y en el primer tercio del X IX , los ostensorios , l as cruces y los incensarios eran de oro , en elSiglo XV I losmonj es erande oro

.» (AGUSTIN RIVERA .

— Pr ínezpzoscr íticossobre elw'

rrez'

na

to.

—Tom . 39 pág .

Menéndez Pelayo en su “Ciencia , Española , » dice , encarándoseconsusimpugnadores : Solé is confundir la corona con el cerqui110 .Nofra iles, sino monjesserán losmíos . Yo de igual suerte digomonj es

, que nofrai les , son los míos ;monj esson estos de que hablo ,infiamadospor l a máspura caridad ;monj es como aqne12Fray Francisco Ximénez

,primero en celebrar e l sacrifi cio de la misa en Nueva

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5 10 MANUEL GUTIERREZ NÁJERA .

España ;varónjusto ,embebecido y absorto en el amor de Dios hasta

tal punto,que había menester de compañero para que éste le ad

virtiese cuándo era l legada la hora de al imentarse y reposar ;monj es como Fray Miguel de las Garrabillas

,el extático

,para quien se

vuelve todo lenguas,alabándole

,el Manuscri to Romero G i l ;mon

j es como aquel los santos cuyas v idas han de leerse en legendario,

mej or que narradas,l lana y mansamente por el franciscano Diego

Valadez ;monj es si n másarrimo que el de la fe ,sin másarmas que

la espontánea y l ímpida en grueso chorro despedida por bien l leno

corazón . No es mi propósi to h istorearlesn i referi rme a los empeñosy proezas de esos andantes cabal leros del Crucifi cado . Resumeá todos el Las Casas

,magno por l a potencia del amor y por la i n

superable perseverancia en la faena . Fray Bartolomé de Las Casas t iene

,como Cristobal Colón

,derecho de ocupar algunas pagi

naseu la hi stori a de todos lospa íses americanos . Susci tado por la

Providencia en losmomentos en que los españoles,olvidados de

toda idea de human idad,anegaban en sangre el hemisferio occi

denta l,se destaca como un astro luminoso

,en medio de las som

bras que le rodean . Apóstol de una i dea humani tari a , todo le parece l íci to para alcanzar su obj eto ; exagera siempre , calumnia a

veces,y l lega hasta ponerse en contradicción con sus propios pri n

cipios. La vej ez no le causa ,y sólo experimenta un instante desa

t isfacción el dia en que ve real i zados en partesusfi lantrópicos deseos. » ( ELIGIO ANCONA .

—Hí3l0r ía de Yz¿ea íán .

—Tom. Iº? pág .

Aquel Las Casas , aquel PROTECTOR GENERAL D E LOS IND IOS ,como le ti tuló en cédula elCardenal Ximénez de Cisneros , si n darse

cuenta de que este egregio título no había de ser común a todos losque para igualfunciónfueran nombrados , si no privativo de LasCasas

,por i rrevisable decreto de la Histori a : aquel apóstol impetuoso ,

i rascible á las veces , como ha de serlo siempre la justicia afrentada ;aquél quese enristra con Carlos V

,no dobla la cerviz ante Alej an

dro V I , echafuera á lostresfra i les j erónimos , arribados de Españapara informar de lo que aqu i ocurría , é inhábi les , por tibieza , para

servi rle en sus empeños; aquél que reta aAlmagro y aPizarro , ba

tal l a si n cesar con el encomendero,y cierto en su fuerza , no pide

auxil io de armas,si no cincuenta dom inicos , para cri stian izar , é l porsi solo , l a porción de ti erra que le cediesen ,

con talque no l a hu

biera antes hol lado pie de español aventurero ; aquél que , por amor

Page 511: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

5 1 2 MANUEL GUTIERREZ NAJERA.

Ahora bien, ¿esa resignac ión ,

con alas de esperan za,no era i ndi s

pensable para que l a raza sesalvará? Si no podía luchar con elconquistador, ¿nofué refugio bueno para el la el de esa doctrina eternamente prometedora ? ¿No al ivió la condición del i ndio lafe nueva ?¿No fué su báculo el de humi ldes franciscanos , amadores de lanaturaleza y del dolor ? ¿No l a elevó arrancándola á losri tos sangrientos? No hnmanizó las supersticiones idolátricas ? Y todo el lo

¿fué ó no convenien te,cuando no i ndispensable

,para la conserva

ción de la raza ? Si lo fué , y así es , ¿la no desaparición de talraza

es un bien para la human idad ?

En otro l ibro,en el /Véxíeo Cozzstz'íuez'onaly Polííz'co, dice sabia

mente ]nsto Sierra : Losmisi oneros y los Reyes de Espana queprocuraron que la raza i nd igena no desapareci era

,substrayéndola

á la esclavi tud á que querian reducirla los conquistadores y cercán

dola con una tutela patriarcal,hicieron bien

,sin embargo

,y redun

dará eu honor de España l a comparación de esta conducta con ladestrucción sistemática de las tr ibus en las colon ias inglesas .

»

Cumpl ió bien su deber el misionero .

Page 512: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

INDIC E

IMPRES IONES D E TEATRO .

Pá os.<<Mantosy capas. »—<ILO qu e va le el talento »

Teatro de opereta —M r . Grau,Comelli . y la Gregoi re

<<La

“Música clásica .» La Canción » y Concha M éndezLosensayºsD ivbrgonsElSa l to delPasiego .

—La música españo la y la músicafrancesaCosasidas. Lascomed iasde mag i a .

Wi l l iam Shakespeare .

Otelo .

Otelo .—Yago .

—Desdémona

HamletuRomeo y ]ulieta »

¡( Lo Positivo »<<Ase cre to agravio ,

secreta venganza »

<<R igoletto »

D e a lgunascomed iasD onJuan TenorioElPadre de <<Do n juan »

Virg inia Rei terCoquelinA propósi to de CoquelinEltea tro español contemporánea

Page 513: Manuel Gutierrez Najera - Forgotten Books

5 14 IND ICE

Fron—FronLosamoresde A larcón .

Un crí tico inc ipiente .

Bo ito , Gounod ,Chopin

Lohengrin .

—Falsfa_f

CR ITICA LITERARIA .

Po etasmenoresCampoamorsin corona

Un crimen de amorLa Sonata de Kreutzer .

Elúl timo fo l letín de C larínOctavio Feu i lletLa coronación de Gui l lermo Prieto .

Notasl iterariasD osestátnasLuisUrb ina .

<<MIRTOS - Poesíaspor Enrique FernándezGranados.Despuésde leer.—AlSr . D . B ernabé Bmw .

Despuésde leer. AlSr . D . B ernabé B ravo.

<<D elNatura l . » vrecuerdosPedro Antonio de A la rcón<<VELEID OSAn— Por José Peón y Contreras.—Prólogo .

Prólogo á losversosde Adalberto A . Esteva .

Enl utadaA l Maestro Al tamirano .

—NeniaeCarta abierta alS r. D . Ange l FrancoElMaestro .

… RecuerdosErnesto Renan .

Augusto Barbier.A Manuel Larrañaga PortugalIpandro AcaicoA lfredo BablotD . AndrésQuintana Roo

D . Antonio de Va lbuenaRipiosacadémicos.ElD r . Peredo

MontecristoBuscando casa .