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39 CLM.ECONOMÍA, Nº 5, Segundo Semestre de 2004. Págs. 39-93 Meditaciones de un economista sobre el “Quijote”. Resumen Este artículo se articula sobre tres aportaciones. La primera, una acumulación de datos sobre la situación española en el conjunto europeo, en el paso del siglo XVI al XVII. Se comprueba que era realmente aceptable esta realidad. En segundo lugar, se analizan críticamente los trabajos previos sobre las ideas y noticias económicas del “Quijote”expuestas por el profesor Piernas Hurtado, el académico Fermín Caballero, y el geógrafo Antonio Blázquez. Finalmente, se exponen en un número amplísimo, con pretensiones de ser exhaustivas las numerosas noticias económicas, sobre ideas y realidad, que aparecen en esta novela. Se comprueba, una vez más, que ciertas obras literarias importantes son una fuente extraordinaria de información económica. Palabras clave: Historia económica de España; Don Quijote; Historia de la literatura; Pensamiento económico español. Clasificación JEL: N33, Z11 Abstract This article is articulated on three contributions. The first one is an accumulation of data on the Spanish situation in the European context, on the path from the XVI century to the XVII century. It is proven that this reality was really acceptable. Secondly, it is critically analysed the previous works on the ideas and financial news of "Don Quixote" exposed by professor Piernas Hurtado, the academician Fermín Caballero, and the geographer Antonio Blázquez. Finally, the numerous economic news on ideas and real facts that appear in this novel are exposed in a high number, with the aim of being comprehensive. It is proven, once again, that certain important literary works are an extraordinary source of economic information. Key words: Economic history of Spain; Don Quixote; History of literature; Spanish economic thinking. JEL Classification: N33, Z11 Juan Velarde Fuertes Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

Meditaciones de un economista sobre el “Quijote”. · Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, en el “texto fijado y comentado por Martin de Riquer,

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C L M . E C O N O M Í A , N º 5 , S e g u n d o S e m e s t r e d e 2 0 0 4 . P á g s . 3 9 - 9 3

Meditaciones de un economista sobre el “Quijote”.

ResumenEste artículo se articula sobre tres aportaciones. La primera, una acumulación de datos

sobre la situación española en el conjunto europeo, en el paso del siglo XVI al XVII. Secomprueba que era realmente aceptable esta realidad. En segundo lugar, se analizancríticamente los trabajos previos sobre las ideas y noticias económicas del “Quijote”expuestas porel profesor Piernas Hurtado, el académico Fermín Caballero, y el geógrafo Antonio Blázquez.Finalmente, se exponen en un número amplísimo, con pretensiones de ser exhaustivas lasnumerosas noticias económicas, sobre ideas y realidad, que aparecen en esta novela.Se comprueba, una vez más, que ciertas obras literarias importantes son una fuenteextraordinaria de información económica.

Palabras clave: Historia económica de España; Don Quijote; Historia de la literatura;Pensamiento económico español.

Clasificación JEL: N33, Z11

AbstractThis article is articulated on three contributions. The first one is an accumulation of data on

the Spanish situation in the European context, on the path from the XVI century to the XVIIcentury. It is proven that this reality was really acceptable. Secondly, it is critically analysed theprevious works on the ideas and financial news of "Don Quixote" exposed by professor PiernasHurtado, the academician Fermín Caballero, and the geographer Antonio Blázquez. Finally, thenumerous economic news on ideas and real facts that appear in this novel are exposed in a highnumber, with the aim of being comprehensive. It is proven, once again, that certain importantliterary works are an extraordinary source of economic information.

Key words: Economic history of Spain; Don Quixote; History of literature; Spanish economicthinking.

JEL Classification: N33, Z11

Juan Velarde Fuertes Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas

1.- Introducción.Bien puede decirse que la magna obra de Cervantes,

El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha 1 se constituyó enmi obra de cabecera a lo largo de toda mi vida. Pero, dentro de elladestacan algunos momentos concretos. El inicial fue su lecturaapasionada en octubre de 1934. En casa existía una preciosa edición,de 1905, aparecida con motivo del tercer centenario de la primeraparte de esta novela, y que mi madre tenía heredada de su padre,Celestino Fuertes, un farmacéutico de Salas. Recuerdo la lectura deaquellos tomos, de letra grande, en el pasillo de mi casa, a la luz develas, porque por la Revolución en Asturias de octubre de 1934, sehabía cortado el suministro de electricidad. Por supuesto quedevoré las aventuras de modo apasionado, pero también me quedaun recuerdo de confusión y de aburrimiento en algunas partes,como el escrutinio de los libros, o las andanzas de Sancho Panza ensu ínsula Barataria. Un par de años después, recién iniciada la GuerraCivil, retorné al Quijote. Como ya era terreno conocido, me saltélimpiamente lo que consideraba territorio aburrido, y leí el resto confruición. Tanta que consideré que así debía ser toda la obracervantina. En casa había numerosos tomos de la Biblioteca Patria,en unas ediciones de esta editorial en las que se señalaba, encaracteres impresos, que habían aparecido patrocinados por mipadre, Juan Velarde Menéndez. Allí estaban Los trabajos de Persilesy Segismunda y me recuerdo leyéndolos debajo de un gran nogal,en un campo situado un poco después de cruzar el río Nonaya porel puente de Santana. No fui capaz más que de avanzar algunaspáginas. Aquello se me caía de las manos a mis nueve o diez años.Había descubierto a Emilio Salgari y a Julio Verne, y a ellos me dirigí,abandonando a Cervantes, de modo indudable. Pero también, enmedio de la lectura de La capitana del “Yucatán” o de Diez milleguas de viaje submarino, volvía a leer trozos y trozos del Quijote,y a entrar en los capítulos que había abandonado. Comoconsecuencia de los estudios del bachillerato del magnífico plan de

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1) Las citas que se hagan de textos del Quijote se efectúan por la edición del libro de MiguelCervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha , en el “texto fijado ycomentado por Martin de Riquer, de la Real Academia Española”, a partir, la primera parte, “de laedición principal de Juan de la Cuesta, Madrid, 1605”, y la segunda parte, “a partir de la ediciónprincipal de Juan de la Cuesta, Madrid, 1614”, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2001; en adelanteDon Quijote, ob. cit.

1934, pasé a entender muchas de las alusiones en la cueva deMontesinos, en el escrutinio de los libros por el cura, o sobre elbandolerismo en Cataluña. También a enterarme, gracias a SantiagoSantander, un excelente profesor de literatura, que los galeotesprobablemente irían a las minas de Almadén, o lo que se adivinabasobre el problema morisco, o de quién era “el cuerpo santo” queavanzaba de noche, y que el profesor Santander, buen especialistaen la mística, nos explicaba con calor. Por eso, el Quijote, cien vecesleído hacia delante y hacia atrás, pasó a ser uno de mis librospreferidos.

De pronto, adquirió otra dimensión. Un día, un pariente deldirigente socialista asturiano Teodomiro Menéndez –tendría yoentonces unos trece años-, agitó ante mi un librito de tapas azuloscuro: -“Por una vez los falangistas han hecho algo que merece lapena”. Cogí aquel minúsculo folleto. Ponía en su cubierta: “Edicionespara el bolsillo de la camisa azul”, y el autor era Miguel de Unamuno.Mi padre me había hecho leer su poema El Cristo de Velásquez; mehabía gustado, aunque quizás me había angustiado un poco.Comencé a leer aquel librito, El sepulcro de Don Quijote –que,como se sabe, es el prólogo de Vida de Don Quijote y Sancho 2 delpara siempre rector de la Universidad de Salamanca- y recibí lo quese puede calificar de trallazo intelectual. Por eso busqué y compré,cuando a los pocos meses pasé a vivir en Madrid, el libro entero deUnamuno, en la edición de la Colección Austral, que quedómanoseadísima. Entre otras cosas, agradecí cómo despacha elescrutinio: “Es crítica literaria que debe importarnos muy poco. Tratade libros y no de vida. Pasémoslo por alto”.

En el verano de 1947, recién acabada la carrera, entré a trabajaren la Sección de Estadística del Consejo Superior Bancario. Su jefe,don Ángel Cerrolaza, era una persona cultísima, un barojiano impar,y un excelente crítico literario. Me dijo un día: -“No eche usted ensaco roto a Azorín. Cada vez está menos de moda; pues bien, no

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2) Exactamente fue un ensayo publicado en La España Moderna, febrero 1906, nº 206,págs. 5-17. Unamuno, en 1905, había publicado Vida de Don Quijote y Sancho, según Miguelde Cervantes Saavedra, explicada y comentada por Miguel de Unamuno , Fernando Fe,Madrid; a partir de la segunda edición de ese libro, Renacimiento, Madrid, 1914, colocó elensayo de prólogo a toda la obra. Esta edición de las Ediciones para el bolsillo de la camisa azulno es recogida por Manuel García Blanco, en las muy completas bibliografías que presenta en laedición de Las Obras Completas de Unamuno, Escélicer, Madrid, 1960, tomo III, NuevosEnsayos, pág. 33.

sólo es un literato admirable, sino que plantea como pocos laesencia de muchos problemas españoles. Lea usted El chirrión delos políticos y Parlamentarismo español, para empezar”. Así lo hicey me convertí en un azoriniano para toda la vida. Así fue como, nosé cuando, pero muy pronto tras este consejo leí La ruta de DonQuijote. Me gustó tanto aquel otro fruto de 1905, que no muchotiempo después de casarme, Alicia y yo, en nuestro 600, por unascarreteras manchegas muy polvorientas entonces, rehicimos todolo que pudimos los senderos azorinianos-quijotescos, conmeditación en El Toboso incluida.

Mi suegro, Jesús Valiente Blasco, licenciado en FilologíaGermánica por la Universidad de Munich y gran admirador de lospoetas románticos germanos, desde Heine a Schiller, que nosrecitaba en alemán en cuando podía por mucho queprotestásemos, me confesó un día: -“Menos mal que me sé casi dememoria el Quijote, que me sirve de antídoto ante mil excesos quese derivarían de los Goethe, los Hölderlin, los Heine”. Efectivamente,se sabía el Quijote casi de memoria, y más de una vez hemosjugado él y yo a dar una ficha del tamaño de una cuartilla con unospárrafos del Quijote y preguntarnos mutuamente de qué contextoprocedía. Por supuesto que, como no éramos maniáticos, nunca senos ocurrió lo que le pasa a un colega mío, que si se hace eso,además de decir, de inmediato el capítulo exacto al que pertenece,continúa recitando lo que a continuación aparece.

Por todo eso no puede extrañar que ya en la primera versión demi ensayo Sobre la decadencia económica de España, en 1951,bauticé con el nombre de fenómeno Don Quijote a lo que yodenominé entonces que era uno de los ingredientes fundamentalesde la tragedia española. Consideraba yo que España, en el momentode su culminación política, había decidido implantar en el mundo ladivisa famosa de “un Monarca, un Imperio, una Espada”. Al procurarloen plena Reforma e intentando que fuese al servicio del catolicismo,pero ponerlo en acción con gran limitación de medios económicos,había de originarse lo que se pasó a denominar fenómeno DonQuijote. Como por entonces había leído a fondo Naturaleza ysignificación de la ciencia económica de Lionel Robbins, y la Teoríade la Política Social de Torres, pasé a considerar que por fenómenoDon Quijote debía entenderse una falta de adecuación de los

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medios con los fines. Tenía yo bien presente, atraído precisamentepor Giménez Caballero y su Genio de España a estudiar la Guerra delos Treinta Años y la Paz de Westfalia, por qué España se había vistoobligada a negociarla precisamente cuando el Cardenal Infante, donFernando de Austria, disponía de un poderoso y curtido ejército,capaz de decantar a favor de los Habsburgo aquella contienda, yademás tenía en sus filas a unos generales excelentes. La causaesencial fue que no llegaron los fondos precisos para avituallarlocon normalidad. Sin eso no era capaz el Cardenal Infante de hacermoverse a aquella masa combatiente. El designio universalista,consideraba yo que había enfrentado a los españoles conpoderosos enemigos, con lo que se había acelerado el caoseconómico.

Añadía yo, para completar ese fenómeno Don Quijote que,conforme se había ido abandonando la aventura imperial, se habíaido adueñando de los espíritus españoles una idea diferente: la deimitar un modelo ajeno de política económica –el colbertismo porlos ilustrados en el siglo XVIII, o el de copiar la política económicaalemana derivada de List, de Wagner y de Schmoller, durante laRegencia de María Cristina de Habsburgo, y así sucesivamente-, paralograr que se observase, a renglón seguido, un bienestar análogo alfrancés, o al alemán. Al no tener en cuenta cómo grupos concretoslograban vincularse a esos modelos y, automáticamente,trastornarlos y hacerlos inviables, surgía de nuevo y de modoimplacable el fenómeno Don Quijote. Desfacer los entuertos denuestra economía no podía, pues, hacerse con medios simplistas.

Todo esto es lo que explica de qué modo he agradecido a laAsociaciación de Economía de Castilla-La Mancha y a la dirección dela revista que considerase que podía tener interés lo que yo pudiesemeditar sobre la economía y El ingenioso hidalgo Don Quijote dela Mancha. Se me ha ocurrido que esto debe tener tres partes.La primera de ellas ha de intentar aclarar cuál era, de verdad, larealidad económica española en la etapa vital del hidalgo AlonsoQuijano o, lo que es igual, de don Quijote de la Mancha. Se hahablado tanto de la desolada economía del período, que bienmerece la pena dar vueltas en torno a su posible realidad. Como,dirigida por el profesor Llopis Agelán se acaba de ofrecer un trabajoexcelente y actualísimo, con el título de El legado económico del

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Antiguo Régimen en España, decidí, en la primera parte de estasmeditaciones, espigar de él lo que se refiere a los inicios del sigloXVII y, sin más, presentarlo como embocadura.

Pero sobre economía y el Quijote se hicieron, en algunosmomentos conmemorativos, algunos estudios. Era necesario, en lasegunda parte de este trabajo, presentar esas aportaciones desdeun punto de vista crítico.

La tercera parte es una reflexión, una especie de examen quese deriva de una vuelta propia, una vez más, al Quijote. Después detodo lo señalado, ¿qué se desprende tras la lectura, en cuantodocumento para un economista, de esta inmortal novela?

Como telón de fondo permanece una cuestión muy actual:¿dónde y cómo se puede presentar en estos momentos elfenómeno Don Quijote en nuestra economía? Muy probablementeesto surge derivado de intentos relacionados con el Estado debienestar. Evidentemente es un problema muy amplio, quesobrepasa nuestras fronteras. Ahora habría que decir que es Europala que experimenta un fenómeno Don Quijote, precisamente porhaber considerado como uno de sus orgullos una ampliacióncontinua de una política social europea que parecía tener porlema, aquello que críticamente señaló Lindbeck: “Siempre más,nunca bastante”. El triángulo que, respecto a Europa señaló conespecial clarividencia Eugenio Domingo Solans está constituido porla estabilidad macroeconómica –Tratado de Estabilidad yCrecimiento-, incremento de la eficacia técnica y productiva–Acuerdo de Lisboa-, y equilibrio social, vinculado al acuerdo delConsejo de Europa que señalaba que el Estado de Bienestar era unode los activos que señalaban dónde se encontraba la esencia deEuropa. Pero un triángulo existe sólo cuando ningún lado es mayorque la suma de los otros dos, y los excesos hechos en la ampliacióndel Estado de Bienestar y los defectos en los otros dos componentesdel triángulo llaman la atención, en Europa, y en muchos sentidostambién en España. En mi ensayo Cuando el sol se pone.Problemas económicos en torno al Estado del bienestar 3,recordaba un diagnostico de la Comisión de la CEE publicada en

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453) En el volumen El Estado del bienestar, que contenía a más de mi ensayo otro de AlejandroCercas Alonso, Acento Editorial, Madrid, 1999, pág. 160.

Droit Social, en el nº 2 de 1983, bajo el título de Problemas dela Seguridad Social. Elementos de reflexión y que rezaba así:“En toda Europa, durante los largos años de crisis económica, laSeguridad Social ha perdido en racionalidad lo que ha ganadoen oportunidad”. Este triunfo sobre la racionalidad es típico deDon Quijote. Rocinante cabalga de Suecia a Italia, de Francia aAlemania, y el pobre Andresillo, como veremos más adelante, nosabe si agradecer esa acción irracional o solicitarle que desaparezca.Merece la pena reflexionar sobre ello.

2.- La España económica en tiemposde Don Quijote de la Mancha:nuevas perspectivas.

Como es bien sabido, Cervantes publica la primera parte de sufundamental novela en 1605; la segunda, va a aparecer en 1615.Debe destacarse, como señala Martín de Riquer que “el Quijote esuna narración contemporánea a su publicación”. No en vanoempieza consignando que las aventuras del hidalgo manchegoocurrieron “no ha mucho tiempo” 4. Para mi un libro cuya másantigua edición conocida va fechada en 1605, ésta tan vagareferencia podría hacer suponer que la acción transcurrió a finalesdel siglo XVI o a principios del XVII. Lo perogrullescamente cierto esque el final de la primera parte del Quijote, cuando el protagonistaes llevado a su aldea enjaulado en el carro de bueyes, no puede serposterior a 1604. La acción de la segunda parte del Quijote se inicia“casi un mes” después del final de la primera 5. Como todo transcurreen verano, la más elemental lógica obliga a creer que la acción sigueocurriendo en aquel año, que en modo alguno puede ser posteriora 1604, porque el libro es de 1605.

“El descuido de Cervantes estribaría en que la carta de Sanchoa Teresa Panza, inserta en el capítulo XXXVI de esta segunda parte,

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4) “No ha mucho tiempo vivía”; en Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo I, pág. 67.5) ”Cuenta Cide Hamete Benengeli en la segunda parte de esta historia, y tercera salida de donQuijote, que el cura y el barbero se estuvieron casi un mes sin verle...”; en Don Quijote, ob. cit.,segunda parte, capítulo I, pág. 21.

va fechada el “veinte de julio de 1614”. Esta es la única vez queCervantes da una fecha precisa referente a la acción del relato, y estafecha es totalmente inadecuada a sucesos que ocurren pocassemanas después de unas aventuras que empezaron en la primeraparte... Hay que recordar algo tan obvio como que Cervantes era unhombre inteligente y que escribió su Quijote con suma atención ycon intenciones muy precisas y bien calculadas. La fecha de la cartade Sancho está consignada porque le era absolutamente precisoque sus lectores no hicieran los ingenuos cálculos cronológicos queacabamos de hacer y estaba empeñado en que creyeran que aquelQuijote que publicó en 1605 narraba hechos transcurridos casi unadecena de años más tarde. Él gobernaba en su libro y en su ficción,y la cronología tenemos que esclarecerla al revés: desde elmomento en que Sancho escribe a su mujer el 20 de julio de 1614hay que concluir que las aventuras de don Quijote se iniciaronaquel mismo verano, aunque la libranza pollinesca vaya datadael 22 de agosto” 6.

Parece claro el deseo de exponer acontecimientoscontemporáneos, lo que obliga a presumir que un sustratotambién contemporáneo, estaba en el propósito de Cervantes.Eso nos explica, en primer lugar, que la economía que subyace en laobra era la de los inicios del siglo XVII, un momento muy importantede la Historia de España, que mil veces se ha considerado dedecadencia, de catástrofe en lo económico.

Esta visión era explicable. Reinaba entonces en España, dentrode un singular régimen político, la dinastía Habsburgo-Trastámara. Acomienzos del siglo XVIII, con otra dinastía, llega otro régimenpolítico diferente, que consideraba enemigos a los Habsburgo, concuyo pretendiente a la Corona de España, el Archiduque Carlos, elhijo de la infantita rubia, doña Margarita, del cuadro de Las Meninas,ha contendido duramente el nuevo rey, de la dinastía de Borbón,Felipe de Anjou. Los ilustrados, que nacen en torno a la nuevarealidad política, aunque sean intelectualmente herederos de losnovatores del régimen anterior, ponen todo el énfasis imaginableen demostrar que era la decadencia suma lo que acababa dedesaparecer en la Guerra de Sucesión, una contienda que dejaba,

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476) Cfs. Martín de Riquer, Introducción, en Don Quijote, ob. cit., primera parte, pág. 20.

además, pérdidas tan notables como las de Flandes, Gibraltar,Menorca, el Ducado de Milán y definitivamente la proyección haciael centro de Europa. En adelante no se va a discutir al aliado francés,por mucho que lo pretenda la organización secreta guerrillera “loslobos de la noche” en el Franco Condado, o por mucho que irritehistóricamente lo que sucede en “el Rosellón, Montpellier i Carlades”,el reino de Aragón transpirenaico, que tanta importancia habíatenido siempre. Esas heridas también hay que echarlas encima deldesaparecido régimen de los Felipes y los Carlos, para que se dé labienvenida a algo radicalmente nuevo.

Pero existe actualmente un cambio de perspectivaextraordinariamente importante. Ahora ya es posible hablar conmás serenidad de todo esto. Es general, además, este nuevoplanteamiento, en relación con toda la historiografía europeareferida hoy a esa época. Escribirá por ejemplo Enrique LlopisAgelán en el Prólogo al libro colectivo El legado económico delAntiguo Régimen en España 7 que “distintos historiadores del ViejoContinente han puesto de manifiesto que los cambios registradosen algunas economías de Antiguo Régimen tuvieron un alcancemayor del que admitíamos anteriormente:

1) los mercados, al menos los de productos, comenzaron, sobretodo desde la segunda mitad del siglo XVII, a integrarse y afuncionar mejor;

2) las diferencias económicas entre los distintos territorioseuropeos se ampliaron notablemente a partir de mediadosdel Seiscientos; y

3) los resultados económicos de algunas regiones y países de laEuropa noroccidental durante la Edad Moderna refutan la viejatesis de la imposibilidad de que tuviera lugar un crecimientoapreciable y sostenido en economías de Antiguo Régimen”.Y más adelante, en el ensayo España. La “Revolución de losmodernistas” y el legado del Antiguo Régimen reitera 8:“Aunque subsisten numerosas zonas oscuras y diversaspolémicas relevantes, es indudable que nuestra visión de laeconomía de la Europa moderna se ha modificado en las dosúltimas décadas: el pesimismo ha ido cediendo a favor de uncierto optimismo con matices de mayor o menor enjundia.

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48 7) Crítica, Barcelona, 2004, pág. 8.8) Ob. cit., págs. 11-76; la cita que sigue, en las págs. 11-12.

En varios campos, esta renovación del conocimiento histórico,calificado por algunos de revolt of the early modernist 9, ha venidoa refutar o cuestionar ideas que la historiografía considerabasólidamente establecidas hace menos de un cuarto de siglo:

1) frente a la tesis de que las economías del Antiguo Régimeneran incapaces de generar crecimiento a largo plazo, losresultados de diversos trabajos de reconstrucción demacromagnitudes apunta a que, entre los años 1500 y 1800,el PIB por habitante aumentó ligeramente en el conjunto deEuropa y de un modo bastante notable en la partenoroccidental de dicho continente;

2) la evolución del tamaño de la marina mercante europea,la urbanización y el desarrollo de la protoindustria sugierenque el peso relativo de los sectores con rendimientoscrecientes aumentó a costa de la contribución del sectoragrario, sobre todo en los países de mayor dinamismoeconómico;

3) el consumo de bienes duraderos y semiduraderos, seelevó en los siglos XVII y XVIII, especialmente en los países dela Europa noroccidental;

4) los mercados de bienes y los de trabajo comenzaron aintegrarse, y a funcionar algo mejor bastante antes de laindustrialización, si bien las regulaciones y las demandas deprotección al consumidor siguieron teniendo unaimportancia nada desdeñable en las economías de la mayorparte de los países europeos antes de comienzos, o, incluso,de mediados del siglo XIX;

5) los cambios económicos e institucionales registrados en laEdad Moderna desempeñaron un papel bastante másrelevante del que veníamos atribuyéndole en laindustrialización y el crecimiento económico modernodecimonónico; y

6) el crecimiento potencial de las economías europeasdurante el Antiguo Régimen fue a menudo significati-vamente superior al alcanzado en realidad”.

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9) Se refiere Llopis Agelán a J. de Vries, The Industrial Revolution and the Industrious Revolution,en The Journal of Economic History, 1994, vol. LIV, nº 2, pág. 264, y a J.L. van Zanden, The “revolt ofthe early modernist” and the “first modern economy”: an assessment, en Economic HistoryReview, 2002, I, V, nº 4, pág. 620.

También de la mano de Llopis Agelán debemos agregar unarestricción más a todo esto, que sirve para dejar en su justo límitelo que de verdad sabemos de la economía que rodeaba a la vidade don Quijote de la Mancha. Los datos del PIB por habitante deEspaña que ofrecen van Zanden 10, los de Angus Maddison –sobreel que volveremos- y los de Albert Carreras, se basan en lainvestigación de B. Yun, Preposals to quantify long-termperformance in the Kingdom of Castile 1550-1800 11, que es unestudio sólo preliminar para la Corona de Castilla. Tampoco lasestimaciones de productividad de los trabajadores en la agriculturapueden aceptarse sin notables reservas. Pero, como decía Flores deLemus, eso es lo que tenemos y peor fuera no disponer ni siquierade esas estimaciones.

Con todas esas salvedades, en el cuadro 1 aparece Españadentro del panorama de los diversos países europeos en sus nivelesabsolutos de PIB por habitante, y en el 2, en cuanto al incremento deesta magnitud respecto a 1500.

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1 Holanda 1.381 10 Alemania 791

2 Italia 1.100 11 Noruega 760

3 Bélgica 976 12 Suiza 750

4 Reino Unido 974 13 Portugal 740

5 Dinamarca 875 14 Irlanda 615

6 España 853 15 Finlandia 538

7 Francia 841 16 Grecia 483

8 Austria 837 Trece pequeños países europeos 698

9 Suecia 824 Media de Europa 890

Nº deorden País PIB p.c. Nº de

orden País PIB p.c.

Cuadro 1PIB por habitante en 1600, en dólares

internacionales Geary-Khamis de 1990*

* Según Angus Maddison, The World Economy: Historical Statistics , OCDE, 2003.

10) En el ensayo de J.L. van Zanden, De laatste ronde van pre-moderne economische groei, enBijdraguen en Mededelingren betrefende de geschiedemis der Noderlanden, 1997, vol.112.11) Véase el trabajo dirigido por Angus Maddison y H. Van der Wee, Economic Growth and StructuralChange. Comparatives Approaches over the Long Run, en los Preceedings de la B.13 Session delUndécimo Congreso Internacional de Historia Económica, Milán, 1994.2.

Por tanto, España, con todas las limitaciones señaladas, entreesos 16 países europeos ocupaba en 1600 por su PIB por habitanteel puesto sexto, y prácticamente –el 95’8%- estaba en la media delconjunto europeo, y si se da el 100’00 a los doce países europeoshoy más desarrollados –Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia,Francia, Alemania, Italia, Holanda, Noruega, Suecia, Suiza y el ReinoUnido- España tenía un índice de 106’89.

España fue, pues, la tercera nación en crecimiento del PIB porhabitante de 1500 a 1600, después de Holanda y Gran Bretaña.El total de Europa, incluyendo los trece países pequeños norecogidos en la relación anterior –Islandia, Luxemburgo, Chipre,Malta, Andorra, Islas del Canal, Islas Faeroes, Gibraltar, Groenlandia,Isla de Man, Liechtenstein, Mónaco y San Marino– creció un 15’43%,prácticamente el mismo porcentaje que el incremento de Franciay Alemania. Impresiona, pues, el crecimiento español del siglo XVI.

Los datos que ofrecen van Zanden y Herlings 12 no ofrecen lascifras de 1500 para España; sí las de 1570. Para el conjunto quepresentan de seis países, el cuadro 3 muestra notables diferenciascon los 1 y 2, pero España no queda precisamente en mala situación.

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1 Holanda 81’47 8/9 Dinamarca 18’56

2 Reino Unido 36’41 10 Austria 18’39

3 España 29’05 11 Irlanda 16’92

4 Portugal 22’11 12 Francia 15’68

5 Finlandia 18’76 13 Alemania 14’97

6 Noruega 18’75 14 Grecia 11’55

7 Suiza 18’57 15 Bélgica 11’54

8/9 Suecia 18’56 16 Italia 0’00

Nº deorden

Nº deordenPaís Incremento

del PIB p.c.Incrementodel PIB p.c.País

Cuadro 2Incremento del PIB de 1600 sobre 1500.

12) Cita Enrique Llopis Agelán en relación con este cálculo, en ob. cit., págs. 14 y 76, el trabajo deJ.L. van Zanden y E. Herlings, The rise of the european economy, 1500-1800 en la obra dirigida porD.H. Aldcroft y A. Sutcliffe, Europe in the Internacional Economy, 1500 to 2000, Edward Elgar,Cheltenham, 1999, pág. 18.

Andar por las magnitudes holandeses y muy por encima de lasbritánicas sorprende un poco. Pero aun sorprende más la estimaciónde Albert Carreras 13. Si al PIB por habitante le damos el valor 100’00 en1500, el de la época quijotesca 1590-1600 se sitúa, para Carreras en74’32. Una disminución de un 25’68% en ese siglo no parece verosímily, por supuesto, nada tiene que ver con los puntos de vista deMaddison y de van Zanden y Herlings. Muy probablemente, paraexplicar esa disparidad, hay que sumarse a lo que dice LlopisAgelán 14, quien indica que esa “caída tuvo lugar en un período en elque el peso de la población urbana aumentó de un modo notable enEspaña. Es muy probable que la renta per cápita descendiera en elúltimo tercio del siglo XVI, pero en las seis o siete primeras décadas dedicha centuria, había aumentado. Por consiguiente es poco verosímilque el PIB por habitante hubiese podido descender algo más de un25% de 1500 a 1590-1600. Tal vez Carreras infravalora el nivel depoblación española hacia 1500, lo que le induce a sesgar al alza elPIB por habitante a comienzos de la Edad Moderna”. Sencillamente,dice también Llopis Agelán 15, al sustituir la población que empleaCarreras para 1500, que se basa en la estimación de Nadal, que hastahace poco era la que considerábamos todos que era la mejorpresentación de la evolución demográfica española 16, por la cifra

C L M . E C O N O M Í A

52

1/2 Italia 62/66

1/2 Bélgica 65

3/4 España 55/61

3/4 Holanda 60

5 Polonia 48/56

6 Reino Unido 45

Nº de ordenPaíses

(Reino Unido 1820 = 100)

PIB p.c.

Cuadro 3PIB por habitante a precios constantes en 1570.

13) Cfs. Albert Carreras, Modern Spain, en la obra dirigida por J. Mokyr, The Oxford Encyclopediaof Economic History, Oxford University Press, Oxford, 2003, vol. 4, pág. 547.14) Enrique Llopis Agelán, ob. cit., pág. 15.15) Enrique Llopis Agelán, ob. cit., pág. 60, nota 23.16) Cfs. Jordi Nadal, La población española. Siglos XVI-XX, edición corregida y aumentada, Ariel,Barcelona, 1984.

reciente de Pérez Moreda 17 para 1500, esa caída de más del 25%sería de algo menos del 15%.

También Llopis Agelán nos ofrece otros índices, relacionadoscon la realidad agraria, tomados de R.C. Allen18. Por supuesto que,si las cifras son ciertas, la caída del producto agrario por habitanteen el período 1500-1600. En el cuadro 4 se observa el orden quetiene España en el producto agrario por habitante en 1500 y 1600dentro de un conjunto de nueve países europeos.

En 1500, el producto agrario por habitante español era unaceptable 80% de la cifra media inglesa; en 1600, en la caídageneral de estos índices respecto a 1500, la española comoconsecuencia de fenómeno de paso a otros sectores, desciende,pero no da la impresión de que su alteración haya sidodemasiado profunda. Ordenadas de menor a mayor caída en eseproducto agrario por habitante a lo largo del siglo XVI, estos

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53

1 Bélgica 108 1 Bélgica 90

2 Inglaterra 100 2 Polonia 72

3/4 Austria 92 3/4 Inglaterra 70

3/4 Polonia 92 3/4 Holanda 70

5/6 Francia 83 5 Italia 68

5/6 Holanda 83 6/7 España 65

7 España 80 6/7 Francia 65

8 Alemania 72 8/9 Alemania 55

9 Italia 68 8/9 Austria 55

Nº deorden País

1500 1600

Nº deorden

Productoagrario p.c.

Productoagrario p.c. País

Cuadro 4Producto agrario por habitante 1500-1600.

(Base 100 = Inglaterra 1500)

17) Cfs. V. Pérez Moreda, La población española en tiempos de Isabel I de Castilla, en la obradirigida por Julio Valdeón, Sociedad y Economía en tiempos de Isabel la Católica, InstitutoUniversitario de Historia de Simancas. Ambito, Valladolid, 2002.18) Cfs. R.C. Allen, Economic Structure and agricultural productivity in Europe, 1300-1800,en European Review of Economic History, 2000, nº 4, págs. 19-20.

nueve países ofrecen el siguiente panorama:

Otra magnitud diferente es la del producto agrario portrabajador. En 1500 la española era una magnitud muy aceptable: el93’6% de la media de estos nueve países. En 1600 la cifra era menoren todos, salvo en Italia. La caída de menor a mayor sitúa a España,como se observa en el cuadro 6, en un muy aceptable quintopuesto, si tenemos en cuenta las estimaciones mencionadas de

C L M . E C O N O M Í A

54

1 Italia 100,00

2 Holanda 84,34

3 Bélgica 83,33

4 España 81,25

5 Francia 78,32

6 Polonia 78,26

7 Alemania 76,39

8 Inglaterra 70,00

9 Austria 59,78

Nº de orden País Magnitud del porcentaje

Cuadro 5Producto agrario por habitante, 1600 sobre 1500

(en porcentaje).

1 Italia 103,75

2 Holanda 99,07

3 Bélgica 90,65

4 Francia 86,75

5 España 85,39

6 Polonia 83,87

7 Alemania 77,03

8 Inglaterra 76,00

9 Austria 62,64

Nº de orden País Porcentaje

Cuadro 6Producto agrario por trabajador, 1600 sobre 1500

(en porcentaje).

Allen. Si lo que se emplea para medir la productividad es a vanZanden y Herlings 19, teniendo presente, para eso, el número defamilias alimentadas por cien familias de agricultores, el resultado esrealmente excelente para España, como se observa en el cuadro 7,que afecta únicamente a ocho países.

El mayor esfuerzo, en este sentido de medida de laproductividad agrícola correspondiente al siglo XVII, se observa eneste cuadro 7, que corresponde a España.

Interesa también conocer la caída del poder adquisitivo en elmundo de los trabajadores, que se ha estimado por Allen sobre labase de los salarios de los albañiles 100 = Londres 1500-1549, y vanZanden en litros de trigo de capacidad adquisitiva del salario diario.En el primer caso podemos observar la disminución o aumento queexiste en torno al período del Quijote, al comparar el salario de1550-1599, con el salario de 1600-1649. Como para el segundotenemos la capacidad adquisitiva en el cuadro 8 en trigo en elperíodo 1600-1620, se comparan los datos españoles con los deotros países para esa fecha en el cuadro 9. En el cuadro 8 se observaun ligero descenso en el nivel de los salarios en Valencia y Madrid,pero en el cuadro 9 se contempla que en la etapa del Quijote lacapacidad adquisitiva salarial de los albañiles de Valencia/Sevillasólo era superada por los holandeses.

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55

1 Bélgica 173 160 92,49

2 Francia 138 145 105,07

3 Italia 133 143 107,52

4 Inglaterra y Gales 132 143 108,33

5 España 114 130 114,04

6 Polonia 100 101 101,00

Nº de orden de

1500-1520País

Porcentaje del nºde familias de

1600 sobre 1500

Nº defamilias

(1500-1520)

Nº defamilias

1600

Cuadro 7Número de familias alimentadas por cien familias

de agricultores (1500-1520-1600).

19) Cfs. van Zanden y Herlings, ob. cit., pág. 28.

C L M . E C O N O M Í A

56

Amberes 105’44

Ámsterdam 123’82

Londres 93’89

Florencia 95’32

Nápoles 127’59

Valencia 97’47

Madrid 89’54

París 99’33

Estrasburgo 89’09

Augsburgo 77’45

Leipzig 102’95

Viena 102’34

Dantzig 136’73

Cracovia 88’39

Varsovia 88’50

Ciudad Porcentaje

Cuadro 8Porcentaje sobre 1550-1599 de salarios

en 1600-1649.

1 Holanda 11’4

2 Valencia/Sevilla 10’0

3 París 9’1

4 Viena 8’8

5 Gante 8’6

6 Sur de Inglaterra 6’0

7 Florencia/Milán 5’3

Nº de orden Ciudad o Región Capacidad adquisitiva

Cuadro 9Capacidad adquisitiva del salario diario de los

albañiles en 1600-1620 (en litros de trigo).

Esto se confirma, para España, con la estimación de Feliú 20,también en litros de trigo, de cinco oficios en Cataluña, en torno a laépoca del Quijote: en 1551-1600 y en 1601-1650, tal como serecoge en el cuadro 10.

M E D I T A C I O N E S D E U N E C O N O M I S T A S O B R E E L “ Q U I J O T E ”

57

Escandinavia 33’33

Inglaterra y Gales 69’23

Holanda 57’89

Bélgica 14’29

Alemania 33’33

Francia 15’85

Italia 24’76

Portugal 10’00

Polonia 36’00

Europa noroccidental 43’37

Europa central 24’13

Europa mediterránea 23’53

Europa oriental 28’33

Europa 26’62

País o área Crecimiento de su población enporcentaje de 1600 sobre 1500

Cuadro 11

Maestro albañil 9’21 10’33 +12’16

Albañil 7’65 8’44 +10’33

Peón de albañil 6’79 6’04 -11’05

Maestro carpintero 9’37 9’69 +3’42

Oficial de carpintero 5’60 7’63 +36’25

OficioPorcentaje de variación

de 1601-1650 sobre1551-1600

Capacidadadquisitiva

en 1551-1600

Capacidadadquisitiva

en 1601-1650

Cuadro 10Capacidad adquisitiva de salarios urbanosen Cataluña, 1601-1650 sobre 1551-1600.

20) Cfs. G. Feliú, Precios y salarios en la Cataluña moderna, volumen II, Combustibles, productosmanufacturados y salarios, Banco de España, Madrid, 1991, págs. 88-121.

En cambio, en esta etapa de la publicación por Cervantesdel Quijote no sucede lo mismo en relación con los pastores dela cabaña trashumante del monasterio de Guadalupe, cuyasretribuciones tenían una capacidad adquisitiva de 35’19 fanegas detrigo en 1535 y sólo de 22’19 en 1612 21.

También al conocer, de la mano de Llopis Agelán, datos depoblación, nos encontramos con una positiva realidad española,pues de 1506 a 1591, la española crece en un 23’64%. El resto de lospaíses europeos según la misma fuente 22, en el período 1500-1600progresó, de acuerdo con el cuadro 11.

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58

21) Cfs., citado por Emilio Llopis Agelán en ob. cit., pág. 20, el trabajo conjunto de éste con F. Pavón,Notas sobre las cabañas ovinas del monasterio de Guadalupe en los siglos XV y XVI, en el volumencoordinado por M. A. Melón, A. Rodríguez Grajería y A. Pérez Díaz, Extremadura y la trashumancia(siglos XVL-XX), Editora Regional de Extremadura, Mérida, 1999, pág. 69.22) Cfs. Enrique Llopis Agelán, ob. cit., pág. 21.

Austria 48’02

Bélgica 27’43

Dinamarca 28’44

Finlandia 58’09

Francia 42’59

Alemania 53’29

Italia 24’76

Holanda 186’58

Noruega 58’33

Suecia 63’87

Suiza 82’48

Reino Unido 113’39

Irlanda 25’00

Grecia 50’00

Portugal 10’00

España 21’18

La Europa de los 12 29’86

La Europa de los 29 28’83

Países o áreasCrecimiento de su población enporcentaje de 1600 sobre 1500

Cuadro 12

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Teniendo en cuenta que es absurdo considerar estas cifrascomo absolutamente seguras, es evidente que según ese cuadro elcrecimiento demográfico español es análogo en este período a lamedia europea y sólo realmente es menor que el de la Europanoroccidental. Pero para comprobar, con el cuidado con que hayque manejar estas estadísticas, que nada menos que son losdivisores del PIB para estimar niveles de bienestar, basta contemplarque el incremento de población del mundo occidental en esteperíodo, ha sido también estimado, como se observa en el cuadro12, por Angus Maddison. Existen algunos paralelismos, inclusoalguna coincidencia, pero también discrepancias muy fuertes. Enconcreto, sí queda claro el menor pulsar de la demografía española,respecto de la que aparece en el cuadro 11.

A mi juicio mucho más significativo que el crecimiento de todala población, a efectos de medida del bienestar, es el aumento dela población urbana. No sólo porque ésta suele ligarse, sobre todo

1 Holanda 24’3

2 Bélgica 18’8

3 Italia 15’3

4 Portugal 14’1

5 España 13’8

6 Francia 5’9

7 Inglaterra y Gales 5’8

8 Alemania 4’1

9 Escandinavia 1’4

10 Polonia 0’4

Europa mediterránea 13’7

Europa noroccidental 8’2

Europa central 5’0

Europa oriental 1’4

Europa 7’6

País o áreaNº de orden Porcentajes

Cuadro 13Porcentaje de la población urbana sobre la total

en 1600.

en los procesos protoindustriales, a los sectores con rendimientoscrecientes, sino porque el fenómeno migratorio interno, o sea, haciala ciudad, muestra que en ésta el bienestar material era mayor. Elcuadro 13 presenta, ordenada por las cifras de 1600, en el momentofinal del siglo XVI de la población urbana, la realidad europea. Lascifras españolas, en este sentido son realmente muy altas en esemomento histórico. Pero ha de tenerse en cuenta el peso que enEspaña poseen, sobre todo en las zonas latifundistas, las grandesaglomeraciones urbanas de gente que vive de y para el campo.

Todo este panorama, no excesivamente preocupante, de laeconomía española en tiempos del Quijote, va a tener,prácticamente a partir de ahí, un hundimiento. Los siglos XV y XVI nofueron, en conjunto, malos, sino incluso con muchos datospositivos, aunque deben siempre matizarse. Dirá, por ejemplo,Llopis Agelán: “Las desventajas del medio físico para el desarrollo delos mercados fueron en parte contrarrestados por factoreshistóricos: la temprana expansión urbana y la creación de unaapreciable infraestructura para el transporte terrestre. El papel deMadrid, el que la agricultura no experimentase mejoras significativasy sostenidas en la productividad”. En Castilla los progresos globalesde su agricultura, según Marcos “fueron modestos y pocoduraderos” 23, aunque a finales del siglo XVI es imposible que estooriginase problemas muy serios, por mucho que ya comenzasen amoverse las oligarquías locales para controlar “el oro de lospatrimonios concejiles y, por tanto, sobre las reservas de sueloagrícola y pecuario” 24.

Por tanto, cuando Don Quijote inicia sus andanzas, que le ibana llevar de algún lugar manchego a Barcelona, pasando por el Valledel Ebro, no contempla, para las magnitudes de entonces, ningúnpanorama propio de una economía en decadencia o con nivelesaltos de pobreza. Incluso los grandes trastornos del AntiguoRégimen se van a experimentar más tarde.

C L M . E C O N O M Í A

60

23) Cfs. A. Marcos Martín, España en los siglos XVI, XVII y XVIII: Economía y Sociedad, Crítica,Barcelona, 2000, págs. 347-366.24) Cfs. Enrique Llopis Agelán, ob. cit., pág. 64, nota 95.

3.- Estudios sobre la economíay el Quijote.

He de comenzar por señalar que mis comentarios a losestudios sobre la economía y el Quijote se reducen: al análisis delensayo del entonces catedrático de Economía y Estadística de laUniversidad de Oviedo, José M. Piernas y Hurtado, Ideas y noticiaseconómicas del Quijote. Ligero estudio bajo ese aspecto de lainmortal obra de Cervantes 25; a la lectura del intento de señalarque, de la lectura del Quijote se desprendía que Cervantes era ungeógrafo eminente, obra de Fermín Caballero, en su ensayo Periciageográfica de Miguel de Cervantes, demostrada con la historia deDon Quijote de la Mancha 26, que fue criticada con dureza en unfolleto anónimo, Aparición nocturna de Miguel de Cervantes aD. Fermín Caballero. Por el Corresponsal de los Muertos 27; a unaspequeñas puntualizaciones en el artículo de Cayetano Rosell,El Palacio de Pedrosa, en La Ilustración Española y Americana 28 yen el de Manuel M. de Reinoso, Una visita a la Cueva de Montesinosy lagunas de Ruidera 29; al artículo de Fermín Caballero, Patria deDon Quijote 30, y al trabajo de Antonio Blázquez, La Mancha entiempos de Cervantes 31. No puedo garantizar que no exista algunomás que merezca la pena, pero confieso que de él no tengo noticia.Tampoco he encontrado más en bibliografías en torno a Cervantesy el Quijote, incluido el intento de una bibliografía cervantina deLeopoldo Rius 32, a más de la interesante de Cesáreo Fernández Durocontenida en el trabajo Centenario de la aparición del Quijote.Conocimientos geográficos de Cervantes 33. Los comentariostampoco pueden ser abundantes porque, como decía

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25) Est. Tip. de los Hijos de Tello, Madrid, 1916, 97 págs.26) Imprenta de Yenes, Madrid, 1840, 117 págs. Y una lámina. Yo cito por la 2ª edición adicionada,Imprenta de Artillería, Madrid, 1905.27) Imprenta de Pita, 1840, 32 págs.28) 1872, tomo XVI, pág. 254.29) En Crónica de los Cervantistas, 1876, año III, nº 6, pág. 244.30) En Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1905, tomo XLVII, págs. 67-77 a más de un Mapadel Campo de Montiel en 1573.31) En Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1905, tomo XLVII, págs. 307-333.32) Leopoldo Rius formuló sencillamente en 1876 un plan para elaborar una exhaustiva bibliografíacervantina.33) En Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1905, tomo XLVII, págs. 7-12. Cesáreo FernándezDuro tiene publicado el ensayo Cervantes marino.

recientemente al investigar las matemáticas –y eso puedetrasladarse a la economía- en la obra cervantina, el matemático ySecretario General de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas yNaturales, José Javier Etayo Miqueo, esto que quiere “ser unhomenaje a Cervantes... mucho me temo que si en algo se acercaserá porque tras toda esta faramalla en que me he enzarzado, másnítida y luminosa aparecerá aquella pequeña página que él escribió”sobre el punto fijo y la cuadratura del círculo 34.

Eliminemos en la aportación del profesor Piernas y Hurtado,exordios, esdrújulos, planteamientos históricos absurdos,abominaciones de la casa de Austria, insidias anticlericales, y demásfaramalla, y quedémonos con el esqueleto de sus aportaciones. Lamás importante del profesor Piernas y Hurtado se divide, en su parteesencial, en dos secciones. La primera se relaciona con las quepodríamos denominar ideas económicas difundidas desde el“Quijote”. La segunda está constituida por las noticias sobre larealidad económica, esencialmente española, pero tambiénmundial, que se ofrece en la obra inmortal de Cervantes.

En relación con el primer aspecto puntualiza el profesor Piernasy Hurtado, para comenzar, que “Cervantes apoyó uno de los ejes desu maravillosa invención sobre el principio del interés económico.Para pintar el idealismo acudió a la demencia, y creó un loco conribetes de discreto; y para simbolizar la realidad acudió a loeconómico, y creó un interesado con vueltas de hombre de bien.Y es tanta la fuerza que al interés reconoce que la misma locura cedeante él, y transige con sus exigencias, y hasta en los encantados serevelan. Aquel “honrado” ventero, que “vivía de su hacienda y de lasajenas”, y que se apresuró a armar caballero a D. Quijote para evitarnuevas descalabraduras a sus huéspedes, detiene al valerosohidalgo en su camino, y aun le obliga a retroceder, sin más que unaligera consideración de orden económico; cuando le hace ver queanda mal “sin dineros y camisas limpias”, D. Quijote le contesta quenunca había leído que ningún caballero andante los trajese; peronada tiene que objetar a lo que el ventero le responde, de que si nose habla de ello en los libros, es porque los autores habían creídoque no era necesario escribir cosa tan clara; y convencido del todo,

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6234) Cfs. José Javier Etayo Miqueo, El matemático loco de Cervantes, sesión conmemorativa de laFiesta del Libro celebrada el 6 de mayo de 2004, Instituto de España, Madrid, 2004, pág. 15.

volvió las riendas, y se encaminó a su casa en busca de lo que leaconsejaron. En uno de los más agudos ataques de la demenciadel caballero, que es también una de las más bellas inspiracionesde Cervantes, en la descripción de la cueva de Montesinos, donQuijote dice que vio a la encantada Dulcinea, y que por medio deuna de sus compañeras le hizo saber que aquella estaba en grannecesidad, y le pidió seis reales prestados sobre un faldellín nuevode cotonía...” 35.

A partir de ahí la relación es muy interesante: la contienda entreamor e Interés en las bodas de Camacho; el que la finalidad de laeconomía es el consumo: “al poseedor de las riquezas no le hacedichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no gastarlas como quiera, sinoel saberlas bien gastar”; incluso proyecta la economía hacia unatrascendencia lógica en un católico, al aconsejar don Quijote aSancho “que si se creyera en el caso de dar libreas en su gobierno, lasreparta entre sus criados y los pobres, de manera que si hubiera devestir a seis pajes, vistiese a tres pajes y tres pobres, «y así tendráspajes para el cielo y para el suelo»”; las cuentas de Sancho sobre losbeneficios que podría dar la venta del bálsamo de Fierabrás “a dosreales onza”; Lotario, en la novela incluida en el Quijote, El curiosoimpertinente señala que las cosas que merece la pena que seintenten, son “alcanzar la gloria de Dios; bienes de fortuna o famacon los hombres”; el subyacente elogio de la riqueza que sedesprende de las alusiones que Ben Engeli hace de la pobreza, queconcluyen con aquello de “que ha de tener mucho de Dios el que seviniere a contentar con ser pobre, si no es de aquel modo depobreza de quien dice uno de sus mayores santos: tened todas lascosas como si no las tuviéredes” 36.

En cambio dice Piernas y Hurtado, que, “por más cuidado quehemos puesto en buscarlas, no hemos hallado en toda la historia delgran hidalgo manchego, no ya una condenación, ni un ataquedirecto contra la propiedad; pero ni siquiera una reticencia, ni unaalusión remota que seriamente tienda a combatirla” 37. Las únicasposibles excepciones son, quizá la negativa al pago de “posada” o“escote”–los párrafos exactos son: “¿Quién fue el ignorante que firmó

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35) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 44-46.36) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 46-49.37) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., pág. 49.

mandamiento de prisión contra un tal caballero como yo soy?¿Quién el que ignoró que son exentos de todo judicial fuero loscaballeros andantes, y que su ley es su espada, sus fueros sus bríos,sus premáticas su voluntad? ¿Quién fue el mentecato, vuelvo a decir,que no sabe que no hay secutoria de hidalgo con tantaspreeminencias ni exenciones como la que adquiere un caballeroandante el día que se arma caballero y se entrega al duro ejerciciode la caballería? ¿Qué caballero andante pagó pecho, alcabala,chapín de la reina, moneda forera, portazgo ni barca? ¿Qué sastre lellevó hechura de vestido que le hiciese? ¿Qué castellano le acogióen su castillo que le hiciese pagar el escote?” 38. Pero en realidad eraporque Don Quijote consideraba que el servicio de la caballeríaandante, era algo parecido a un servicio público, y esa gratuidadtenía la consideración de un pago que recibían los caballerosandantes como consecuencia “del insufrible trabajo que padecen”; yel trueque de albardas que autoriza a Sancho su amo después de laaventura del yelmo de Mambrino, aun se hace con una enormecantidad de miramientos. Sancho Panza quisiera cambiar su asnopor el del barbero huido, y he aquí el conocido diálogo que tienelugar con don Quijote:

“Nunca yo acostumbro –dijo don Quijote– despojar a losque venzo, ni es uso de caballería quitarles los caballos ydejarlos a pie, si ya no fuese que el vencedor hubiese perdido enla pendencia el suyo, que en tal caso lícito es tomar el delvencido, como ganado en guerra lícita. Así que, Sancho, deja esecaballo o asno o lo que tú quisieres que sea, que como su dueñonos vea alongados de aquí volverá por él”.

“Dios sabe si quisiera llevarle –replicó Sancho–, o por lomenos trocalle con este mío, que no me parece tan bueno.Verdaderamente que son estrechas las leyes de caballería, puesno se estienden a dejar trocar un asno por otro; y querría sabersi podría trocar los aparejos siquiera”.

“En eso no estoy muy cierto –respondió don Quijote–, y encaso de duda, hasta estar mejor informado, digo que lostrueques, si es que tienes dellos necesidad estrema”.

C L M . E C O N O M Í A

64 38) Don Quijote, ob. cit., parte I, pág. 340.

“Tan estrema es –respondió Sancho–, que si fueran para mimisma persona no los hubiera menestar más”.

“Y luego habilitado con aquella licencia, hizo mutatiocaparum 39, y puso su jumento a las mil lindezas, dejándolemejorado en tercio y quinto”.

“Hecho esto, almorzaron de las sobras del real 40 que delacémila despojaron” 41.

Más complicado es el asunto del discurso a los cabreros queaparece en el capítulo XI de la I parte, tras una aceptable comida, eseque comienza Don Quijote con aquello de: “Dichosa edad y siglosdichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre dedorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad dehierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatigaalguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estasdos palabras de tuyo y mío. Eran en aquella santa edad todas lascosas comunes” 42. Pero Cervantes lo resuelve de inmediato. Era untiempo en el que la naturaleza ofrecía, sin esfuerzo para el hombre,las cosas necesarias: “A nadie le era necesario para alcanzar suordinario sustento tomar otro trabajo que alzar la mano y alcanzarlode las robustas encinas, que literalmente les estaban convidandocon su dulce y sazonado fruto. Las claras fuentes y corrientes ríos, enmagnífica abundancia, sabrosas y transparentes aguas les ofrecían.En las quiebras de las peñas y en lo hueco de los árboles formabansu república las solícitas y discretas abejas, ofreciendo a cualquieramano, sin interés alguno, la fértil cosecha de su dulcísimo trabajo.Los valientes alcornoques despedían de sí, sin otro artificio que el desu cortesía, sus anchas y livianas cortezas, con que se comenzaron acubrir las casas, sobre rústicas estacas sustentadas, no más que paradefensa de las inclemencias del cielo”. Por eso no era necesariaoperación productiva alguna. La Naturaleza lo ofrecía todo, y por

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39) La expresión “cambio de capas” procede del que tenía lugar entre los cardenales el Domingode Resurrección, según señala Martín de Riquer, en la nota 13 de la pág. 180 de la primera parte deDon Quijote, ob. cit.40) Martín de Piquer en Don Quijote, ob. cit., nota 14 de la pág. 180 de la primera parte señala queCervantes empleó la palabra real “en el sentido de botín, cosa irónica, pues en la Edad Media losvencedores se apoderaban de lo que contenía el real, o campamento del enemigo, y aquí se trata delo que contenían los aparejos del asno del barbero”.41) Don Quijote, ob. cit., primera parte, pág. 176. La solución de todo, además es ortodoxísimadespués de la pendencia célebre del capítulo XLV de la primera parte; se puntualiza en el capítuloXLVI, pág. 343 de Don Quijote, ob. cit.42) Don Quijote, ob. cit., primera parte, págs. 117-118.

eso “no se había atrevido la pesada reja del corvo arado a abrir nivisitar las entrañas piadosas de nuestra primera madre, que ella, sinser forzada, ofrecía, por todas las partes de su fértil y espacioso seno,lo que pudiese hartar, sustentar y deleitar a los hijos que entonces laposeían”. Todo eso era en el pasado, no el presente como resultabaevidente a cualquiera. Y de ahí que en ese presente, comoconsecuencia de que esa realidad de la Naturaleza no existía, paraaliviar las consecuencias de ese cambio -“defender las doncellas,amparar las viudas y socorrer a los huérfanos y a los menesterosos”-se había instituido “la orden de los caballeros andantes” 43.

Piernas y Hurtado organiza en torno a esto una serie decomplicadísimos y prolijos argumentos, para contender “condoctrinas llamadas socialistas (cuya condición esencial es) elrestringir la libertad individual, el organizar la sociedad de tal maneraque lo común o colectivo domine y absorba los derechos de lapersona, y nada de esto se encuentra en el discurso de D. Quijote...Por donde más puede pecar Cervantes (es) de un individualismoanárquico (más) que de socialismo opresor” 44. Antes al contrario,Cervantes en el Quijote tiene asumido perfectamente el papel delmercado al decir, como recoge el propio Piernas y Hurtado, “laabundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no seestimen, y la carestía, aun de las malas, se estima en algo”, excursióna la teoría del valor que se une a que en el Quijote, “primero en prosay luego en verso (se dice) «que aquello que más cuesta se estima ydebe estimarse en más»” 45. También en relación con la contienda deBasilio, Quiteria y Camacho viene bien aquí una frase de SanchoPanza: “Sobre un buen tiro de barra o sobre una gentil treta deespada no dan un cuartillo de vino en la taberna” 46.

No llega a captar Piernas y Hurtado, quizá porque nunca habíaleído El Estado aislado de von Thünen, el paralelo entre unospárrafos de éste sobre el papel que juega el empresario y estosotros, sobre la misma cuestión de Cervantes, naturalmenterefiriéndose al mundo empresarial agrario: “Duerme el criado, y estávelando el señor, pensando cómo le ha de sustentar, mejorar y hacer

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43) Don Quijote, ob. cit., primera parte, pág. 118.44) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 56-57. Todo este asunto de la crítica a un pretendidosocialismo de Cervantes, en las págs. 49-59.45) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., pág. 60.46) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XX, pág. 109.

mercedes. La congoja de ver que el cielo se hace de bronce sinacudir a la tierra con el conveniente rocío no aflige al criado, sinoal señor, que ha de sustentar en la esterilidad y hambre al que lesirvió en la fertilidad y abundancia” 47, aparte de que el consejo aBasilio es muy claro por parte de don Quijote, al comienzo delcapítulo XXII de la segunda parte: “Y que el de casarse losenamorados era el fin de más excelencia, advirtiendo que elmayor contrario que el amor tiene es la hambre y la continuanecesidad, porque el amor es todo alegría, regocijo y contento, ymás cuando el amante está en posesión de la cosa amada, contraquien son enemigos opuestos y declarados la necesidad y lapobreza; y que todo esto decía con intención de que se dejase elseñor Basilio de ejercitar las habilidades que sabe, que aunque ledaban la fama no le daban dineros, y que atendiese a granjearhaciendas por medios lícitos e industriosos, que nunca faltan a losprudentes y aplicados” 48.

El segundo planteamiento de Piernas y Hurtado es recogerlas noticias que, al hilo del Quijote, se ofrecen sobre la economíade finales del siglo XVI e inicios del XVII. El catálogo es interesante,y por debajo se observa el funcionamiento de una economíaque ya había entrado en el ámbito del capitalismo, aunque aunno pudiese en absoluto pensarse que era, no ya industrial, sinoprotoindustrial.

Los datos esenciales que aduce Piernas y Hurtado, son enprimer lugar, la libranza de los pollinos, que muestra cómo la letra decambio circulaba normalmente por España. Como siempre sólotranscribe partes del documento que en su integridad deliciosa

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47) Cfs. José M. Piernas y Hurtado, ob. cit, págs. 60-61. Lo corrijo de acuerdo con Don Quijote, ob. cit.,parte segunda, capítulo XX, pág. 109. El párrafo de von Thünen en Der isolierten Staat in Beziehungauf Landwirtschaft und Nationalökonomie, Rostock, 1850, parte II, sección I.48) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXII, pág. 118. Este es uno de los casos por los queproducen irritación las citas de Piernas y Hurtado. En primer lugar, lo que entrecomilla jamás señalaen qué capítulo del Quijote se halla; pero la localización es siempre ardua porque tal entrecomilladosuele ser una especie de versión que hace Piernas y Hurtado del texto cervantino. En este caso, hetranscrito exactamente lo que dijo don Quijote; he aquí lo que entrecomilla Piernas y Hurtado: DonQuijote aconseja que Basilio “dejase de ejercitar sus habilidades, que aunque le daban dinero, y queatendiese a granjear hacienda por medios lícitos e industriosos que nuca faltan a los prudentes yaplicados, advirtiéndole que el mayor contrario que el amor tiene es el hambre y la continuanecesidad”. Parece bastante evidente que cuando se entrecomilla un gran libro cuasisagrado como eséste, las comillas tienen que corresponder exactamente a lo que el autor escribió, sea éste Homero,Virgilio, Cervantes o Dickens, o en el terreno en el que era catedrático Piernas y Hurtado, fuesenpalabras de Adam Smith, Ricardo o Say.

dice así 49: “Mandará vuestra merced, por esta primera de pollinos,señora sobrina, dar a Sancho Panza, mi escudero, tres de los cincoque dejé en casa y están a cargo de vuestra merced. Los cuales trespollinos se los mando librar y pagar por otros tantos aquí recebidosde contado, que consta, y con su carta de pago serán bien dados.Fecha en las entrañas de Sierra Morena, a veinte y dos de agostodeste presente año”. Y como es bien sabido, no la firma, sino quebastaba, como dice don Quijote, con “solamente poner mi rúbrica,que es lo mismo que firma, y para tres asnos, y aun para trescientos,fuera bastante”.

Sobre el problema morisco, muy vivo entonces, aparte de unaposible circunstancia de enemistad, por ser Cervantes un cautivo enArgel, accede a la expulsión para resolverlo. Sin embargo, altranscribir la conversación de Sancho Panza con Ricote, la condenaPiernas y Hurtado, porque “quedó despoblada, inculta y amenazadade ruina España” 50. No defiende, sin embargo, Cervantes laexpulsión; el mensaje que envía a todo el que leyere este capítulo esque lo sucedido con Ricote y su familia ha de parecer unabarbaridad. Téngase en cuenta que lo que sí queda claro en él,además, es que Ricote, tendero morisco del lugar de Sancho Panza,formaba parte de un grupo social bastante integrado,aceptablemente rico, y que tenía incluso posibilidades –la bella hijade Ricote pretendida por don Pedro Gregorio, “aquel mancebomayorazgo rico”- de acabar integrándose más aún. Por eso, másadelante, arregla la novela este desaguisado. En cuanto a que conesta expulsión existió un fuerte impulso a la decadencia económicade España, es tema que yo no voy a comentar, porque ya hoy tienepoco sentido. La postura de Piernas y Hurtado respondía a la críticaque se hacía entonces a toda la política de los Austrias.

Más interés tiene la observación de que en esta época, en laque ya ha nacido el capitalismo, comenzaban a borrarse milcuestiones de la sociedad aristocrática estamental que hastaentonces reinaba. Se observa sin duda en este párrafo de Sancho

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49) El texto en José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., pág. 61; el completo, que es el que se transcribe,en Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XXV, pág. 208. Piernas y Hurtado, en vez de “queconste” transcribe “que con ésta”.50) José M. Piernas y Hurgado, ob. cit., pág. 65. el texto completo en Don Quijote, Segunda parte,capítulo LIV, págs. 264-267.

Panza en las bodas de Camacho 51: “Tanto vales cuanto tienes, y tantotienes cuanto vales. Dos linajes solos hay en el mundo, como decíauna agüela mía, que son el tener y el no tener, aunque ella al detener se atenía; y en el día de hoy, mi señor don Quijote, antes setoma el pulso al haber que al saber: un asno cubierto de oro parecemejor que un caballo enalbardado. Así que vuelvo a decir que aCamacho me atengo, de cuyas ollas son abundantes espumasgansos y gallinas, liebres y conejos...”

Mucho más interés tiene, en lo económico, algo que ahora haseñalado muy bien Amartya Sen en relación con el nivel de vidarelativo, vinculado también a la posibilidad de adquisición de ciertosbienes que igualan, por su posesión con los de más altas rentas,y viceversa. Como mucha gente va descalza en Marruecos, nodegrada socialmente ir descalzo; pero sí en España no disponer dezapatos. No es exactamente lo que Piernas y Hurtado llama “apurosy vanidad de un hidalgo que no tiene rentas que le sustenten,ni encuentra ocupación digna de su linaje” 52. No lo es porque esano era la situación de Don Quijote, quien, además no buscabaempleo remunerado alguno. Con la colaboración de Amartya Sen yde Thornstein Veblen -recordemos en su Teoría de la clase ociosatodo lo referente al ocio ostensible y demás 53- se entiendemuchísimo mejor lo que acontece cuando Don Quijote cierra suaposento a las que la duquesa llama “cuatro doncellas de las mías,hermosas como unas flores” 54: “En cenando, don Quijote se retiróen su aposento solo, sin consentir que nadie entrase con él aservirle: tanto se temía de encontrar ocasiones que le moviesen oforzasen a perder el honesto decoro que a su señora Dulcineaguardaba... Cerró tras sí la puerta, y a la luz de dos velas de cera sedesnudó, y al descalzarse -¡oh desgracia indigna de tal persona!-, sele soltaron, no suspiros, ni otra cosa, que desacreditasen la limpiezade su policía, sino hasta dos docenas de puntos de una media, quequedó hecha celosía. Afligióse en extremo el buen señor, y diera élpor tener allí un adarme de seda verde una onza de plata; digo seda

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51) Don Quijote, parte segunda, capítulo XX, pág. 112; la referencia en José M. Piernas y Hurtado,ob. cit., págs. 66-67, de frases análogas, ratifica este punto de vista.52) José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 67-68.53) Cfs. Thorstein Veblen, Teoría de la clase ociosa, trad. de Vicente Herrero, 2ª edición, Fondo deCultura Económica, México D.F., 1951, págs. 50-58. El ocio vicario que ahí se expone, sirveperfectamente para entender mucho de lo sucedido en casa de los duques.54) Don Quijote, parte segunda, capítulo XLIV, pág. 219.

verde porque las medias eran verdes” 55.

La queja del Caballero de los Leones, inmediatamente antesdel inicio de su aventura con Altisidora, va por ahí 56: “Aquí exclamóBenengeli, y. escribiendo, dijo: «¡Oh pobreza, pobreza! ¡No sé yocon qué razón se movió aquel gran poeta cordobés 57 a llamartedádiva santa desagradecida! Yo, aunque moro, bien se, por lacomunicación que he tenido con cristianos, que la santidad consisteen la caridad, humildad, fee, obediencia y pobreza; pero, con todoeso, digo que ha de tener mucho de Dios el que se viniere acontentar con ser pobre, si no es de aquel modo de pobreza dequien dice uno de sus mayores santos 58 «Tened todas las cosascomo si no las tuviésedes»; y a esto llaman pobreza de espíritu; perotú, segunda pobreza, que eres de la que yo hablo, ¿por qué quieresestrellarte con los hidalgos y bien nacidos más que con la otragente? ¿Por qué los obligas a dar pantalla a los zapatos, y a que losbotones de sus ropillas sean de seda, otros de cerdas, y otros devidrio? ¿Por qué sus cuellos, por la mayor parte han de ser siempreescarolados, y no abiertos con molde?». Y en esto se echará de verque es antiguo el uso del almidón y de los cuellos abiertos. Yprosiguió: «¡Miserable del bien nacido que va dando justas a suhonra, comiendo mal y a puerta cerrada 59, haciendo hipócrita alpalillo de dientes con que sale a la calle después de no habercomido cosa que le obligue a limpiárselos! ¡Miserable de aquel, digo,que tiene la honra espantadiza y piensa que desde una legua se ledescubre el remiendo del zapato, el trasudor del sombrero, la hilazadel herreruelo y el hambre de su estómago!»

“Todo esto se le renovó a don Quijote en la soltura de suspuntos, pero consolose con ver que Sancho le había dejado unasbotas de camino, que pensó ponerse otro día. Finalmente él serecostó pensativo y pesaroso, así de la falta que Sancho le hacíacomo de la inreparable desgracia de sus medias, a quien tomara lospuntos aunque fuera con seda de otra color, que es una de las

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55) Don Quijote, parte segunda, capítulo XLIV, pág. 220.56) Don Quijote, ibidem.57) Se refiere aquí Cervantes a Juan de Mena, en la estrofa 227 de su célebre obra Laberinto deFortuna, o las Trescientas.58) Se trata de San Pablo, I Corintios, VII, 31.59) Como “justas a su honra” quiere decir que con esos “desafíos a su honra” se aumenta ésta, en estecaso se condena la hipocresía del hidalgo que disimula su situación real.

mayores señales de miseria que un hidalgo puede dar en el discursode su prolija estrecheza”.

Existe algo, que pierde Piernas y Hurtado en su glosa a laconversación entre el mancebito con el que topan cuando seacercan al pueblo del rebuzno, en la glosa a la canción que estemuchacho entonaba:

A la guerra me llevami necesidad,si tuviera dineros,no fuera, en verdad 60.

Me refiero a un primer paso que se da en relación con el Estadode Bienestar, en el terreno de la jubilación, que bien sabidocomenzó a plantearse con los retirados del Ejército. He aquí lanoticia que de esto da Cervantes 61: “Y advertid, hijo, que al soldadomejor le está el oler a pólvora que a algalia, y que si la vejez os cogeen este honroso ejercicio, aunque sea lleno de heridas y estropeadoo cojo, a lo menos no os podrá coger sin honra, y tal, que no os lapodrá menoscabar la pobreza; cuanto más, que ya se va dandoorden cómo se entretengan y remedien los soldados viejos yestropeados, porque no es bien que se haga con ellos lo que suelenhacer los que ahorran y dan libertad a sus negros cuando ya sonviejos y no pueden servir. Y echándolos de casa con título de libres,los hacen esclavos de el hambre, de quien no piensa ahorrarse 62 sinocon la muerte”.

Es curioso que cuando Piernas y Hurtado plantea la cuestión,derivada del asunto de Ricote, no perciba algo evidente que glosade modo muy confuso 63, y que sin embargo es extraordinariamenteimportante. Este morisco se ha escapado a Alemania “porque enla mayor parte della se vive con libertad de conciencia” 64. Añade

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60) José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., pág. 70.61) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXIV, pág. 132.62) Ahorrarse, liberarse.63) José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., pág, 72.64) No acabo de aceptar lo que sostiene J. Casalduero en Sentido y forma del Quijote, Madrid, 1967,págs. 338-341, que esa expresión quiere decir “licencia, desenfreno”. Ya llevaba tiempo la Reformatriunfante en buena parte de Alemania, las luchas habían provocado treguas y paces, y la realidadde Augsburgo y de otras localidades se asemejaba a lo que entendemos hoy por libertad deconciencia, y no a vida licenciosa. Este mensaje de Cervantes, no condenatorio precisamente,sobre el protestantismo, siempre me llamó la atención. La tesis de Casalduero ¿elimina del todoeste talante liberal?

Ricote que pasó a vivir en Augsburgo y allí, agrega, “juntéme conestos peregrinos, que tienen por costumbre de venir a Españamuchos dellos, cada año, a visitar los santuarios della, que los tienenpor sus Indias, y por certísima granjería y conocida ganancia.Ándanla casi toda, y no hay pueblo ninguno de donde no salgancomidos y bebidos, como suele decirse, y con un real, por lo menos,en dineros, y al cabo de su viaje salen con más de cien escudos desobra que, trocados en oro, o ya en el hueco de los bordones, oentre los remiendos de las esclavinas, o con la industria que ellospueden, los sacan del reino y los pasan a sus tierras, a pesar de lasguardas de los puestos y puertos donde se registran” 65. Todo estoindica una diferencia de bienestar material de España respecto deAlemania bastante claro.

Como era lógico, Piernas y Hurtado obtiene datos muynotables del gobierno de la Ínsula Barataria por Sancho Panza: evitarla carestía, admitiendo intervenciones que llegaban a la tasa delsueldo de los criados, y anotando la pesadez impositiva de alcabalasy socaliñas que recayeron sobre el vendedor de cerdos que habíasido denunciado por una mujer con la que se había acostado 66.

Así como he criticado otras parte de la obra de Piernasy Hurtado, sería injusto hacer lo mismo con la descripción quehace de la distribución de la actividad económica española en elQuijote 67: “Llama olivífero al Betis; divino al Genil, que fecunda lahermosa vega de Granada; rico y dorado al Tajo; abundantes endehesas y ganados a las márgenes del tortuoso Guadiana;abundantes también en pastos a los tartesios campos; alegres a loselíseos jerezanos prados, y presenta a los manchegos ricos ycoronados de rubias espigas, y vestidos de hierro a los vizcaínos...y a los que ganado apacientan en las estendidas dehesas deltortuoso Guadiana celebrado por su escondido curso 68....; (también

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65) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LIV, pág. 266.66) José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 71-76.67) José M. Piernas y Hurtado, ob. cit., págs. 89-96.68) Como siempre Piernas y Hurtado no aclara de dónde toma esto; exactamente es en el Quijoteque cito, del capítulo XVIII de la primera parte, pág. 156, cuando describe los caballeros de la batallade los rebaños; exactamente dice: “En estotro escuadrón vienen los que beben las corrientescristalinas del olivífero Betis; los que tersan y pulen sus rostros con el licor del siempre rico y doradoTajo; los que gozan las provechosas aguas del divino Genil; los que pisan los tartesios campos, depastos abundantes; los que se alegran en los elíseos jerezanos prados; los manchegos, ricos ycoronados de rubias espigas; los vizcainos de hierro vestidos, reliquias antiguas de la sangre goda; losque en Pisuerga se bañan, famoso por la mansedumbre de su corriente; los que su ganado apacientanen las estendidas dehesas del tortuoso Guadiana, celebrado por su escondido curso; los que tiemblancon el frío del silvoso Pirineo...”

indica lo derechos que estaban los pinos) de Guadarrama 69. Losmercaderes de Toledo iban a comprar seda a Murcia. Entre loscereales que había en la Mancha, se citan el trigo candeal, el trechely el rubión... Tembleque era lugar de mucha siega... Los garbanzosde Martos eran ponderados por su grandor. En el Ebro se pescabanlas mejores sabogas del mundo. El río Guadiana... criaba peces...burdos y desabridos, bien diferentes de los del Tajo. Para el valorde don Quijote no había toros que valiesen, aun de los más bravosque críe el Jarama en sus riberas... No quedó Teresa (Panza)satisfecha del medio celemín (de gordas bellotas) que enviara, sibien es verdad que en cambio obsequió a la duquesa con un quesotan bueno, que se aventajaba a los de Tronchón 70. Sancho alaba elvino de Ciudad Real... En tres pasajes se encomia la excelencia deCórdoba de ser madre de las mejores cebollas del mundo... Sellama herboso al llano de Aranjuez, y se reconoce la estrechez conque se vive en las montañas de León. El gobernador Panza comió...perdices de Morón y ganso de Labajos; y la provisión que donQuijote halló en la primera venta fue del pescado que llamanabadejo en Castilla... Elogia mucho la ilustración y riqueza deSevilla... Toledo, entonces floreciente, hacía también muchocomercio y el de la seda ocupaba una de sus calles, la Alcana 71; lasventas de Puerto Lápiche eran lugar de tráfico y muy pasajero“como punto de comunicación entre la España septentrional y lameridional, y muy señaladamente entre Toledo y los puertos delMediterráneo” 72. Arévalo era residencia de arrieros ricos, y de uno deellos, el enamorado aporreador de don Quijote y Sancho, quieredecir que era algo pariente de Cide Hamete Ben Engeli. Aludiéndosecon esto, como fundadamente supone Pellicer, a la preferencia quelos moriscos daban a la arriería... La aventura de los batanes aparececolocada entre Ciudad Real y Miguelturra, y en efecto, en estepueblo se fabricaban entonces albornoces y medias de lana. Lostreinta o cuarenta molinos de viento que encontraron en el campo

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69) Aquí está equivocado Piernas y Hurtado; como señala Martín de Riquer –Don Quijote, ob., cit.,pág. 85, nota 14-, se trata de las hayas del Guadarrama que fabricaban los mejores husos, con los quecompara a Dulcinea.70) “Unas cuantas rajitas de queso de Tronchón”, en Don Quijote, ob. cit., Segunda parte, capítuloLXVI, pág. 320. Tronchón es una aldea de la diócesis de Zaragoza; resulta lógico que lo llevase, en estareferencia, un lacayo del duque.71) Se trata del antiguo Alcaná.72) Este entrecomillado lo toma Piernas y Hurtado de Fermín Caballero, ob. cit., págs. 27-28.

de Montiel, y que como cosa nueva sorprendieron a los andantes,debieron establecerse muy poco antes, porque según... Caballero, elaño de 1570 sólo había artefactos en El Pedernoso –la cita exacta es:“La Mancha es escasa de manantiales y de ríos perennes, de lo másárido y seco de la Península; nada más en el orden que ponenmolinos de viento donde los de agua se hallaban a tan largasdistancias, que desde El Pedernoso, El Quintanar, La Mota y ElToboso iban a hacer harina nueve y diez leguas, hasta las aceñas delJúcar y del Tajo. A tiempo en que Cervantes escribía precedieronsequías tan continuadas en La Mancha que el Záncara no corriócuarenta años seguidos 73, y esto debió ser el motivo y ésta la épocadel establecimiento de los molinos de aspas, pues en 1570 sólo loshabía en El Pedernoso, que no bastaban para el pueblo, y en 1604ya nos habla, como de cosa reciente y notable, de los treinta ocuarenta molinos que había en el Campo de Montiel” 74-... No traíala novia del opulento Camacho palmilla verde de Cuenca, sino ricoterciopelo. En opinión de Sancho, más calentaban cuatro varas depaño de Cuenca que otras tantas de limiste de Segovia. DonQuijote, sentado en su cama, tenía un bonete colorado toledano...Del Toboso eran las tinajas que en su bodega empleaba el Caballerodel Verde Gabán. Para formarse idea de la agudeza del puñal quesirvió para descorazonar a Durandarte, dijo Sancho que debía de serde Ramón de Hoces, el sevillano, y en conociendo el autor lavalentía de don Quijote, dice que ni siquiera llevaba una espada delas de perrillo, cortadora, que se llamaban así por la marca, y sefabricaban en Toledo y Zaragoza... La industria y ocupación máscomún de varios lugares se indica al hablar de los pelaires deSegovia, los agujeros de Córdoba, de los honrados molinerosde Antequera y de los yangüeses, que con jacas galicianas sededicaban también a la arriería. Los bodegoneros de Málaga secitan para dar idea de gran regalo; pero el tipo más notable de estaclase es el de los venteros... Los vizcaínos, hábiles pendolistas, eranmuy aptos para los cargos públicos... El enviado a Valencia por loscautivos se proponía armar una barca con achaque de hacersemercader en Tetuán o en Sargel, lugar repoblado por los moriscos

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73) El dato procede de la Relación topográfica.74) Fermín Caballero, ob. cit., págs. 60-61. Este aprovechamiento eólico ha vuelto a La Mancha, conotras aspas, esta vez para la generación de energía eléctrica. El recuerdo de don Quijote surge ahora,de modo forzoso, al contemplar la multitud de aspas en San Clemente.

españoles, donde había mucha contratación de higos pasos... ygenovesa era una nave que cargaba lana en Alicante... Napolitanoera el jabón que usaron las doncellas para el grotesco lavatorio delcaballero andante, y tohallas alemanas dijo la duquesa que Sanchomerecía, ...(y fueran) poco para recompensar los azotes de Sancho...las minas de Potosí”.

Todo esto ofrece una actividad productiva, de tráfico interior einternacional, de vida capitalista muy importante incluso, y es,repito, quizá la aportación más notable del profesor Piernas yHurtado, al consolidar en estos párrafos multitud de fichas.

Por lo que se refiere a Fermín Caballero, se ha revisado concuidado su ensayo ya citado, Pericia geográfica de Miguel deCervantes demostrada con la Historia de Don Quijote de laMancha. No se alude a las citas ya reseñadas a través de suempleo en el trabajo de Piernas y Hurtado. Se dejan a un lado, porno ser ésta la cuestión central de este trabajo, las cuestionespuramente geográficas, a veces en polémica muy interesante deFermín Caballero con Clemencín. Desde luego, las hipótesisde Fermín Caballero, no dejan de interesar siempre, como las deser Argamasilla de Alba el lugar donde vive don Quijote75; el que lapenitencia en Sierra Morena la efectuase “al norte de La Carolina,hacia el nacimiento del pequeño río Magaña”; el que el “castillodel duque” fuese “el palacio y jardines de Buenavía (hoy venta, diceFermín Caballero) que los duques de Villahermosa tenían junto a suvilla de Pedrola, camino para Borja, Tarazona y Navarra”; el que laínsula Barataria fuese Alcalá de Ebro; el que Dorotea fuese de Osunay que Cardeño y Lucinda fuesen de Córdoba, son algunas de estasagudas puntualizaciones geográficas de Fermín Caballero, más deuna vez rectificando, como se ha señalado, a Clemencín 76.

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75) Fermín Caballero defendió con ardor la causa de Argamasilla de Alba como morada de donQuijote, de Sancho Panza, y de un buen conjunto de personajes de la novela –el cura, el sacristán, elbarbero, el tendero Ricote, Pedro Alonso, Sansón Carrasco, Pedro Lobo, Mingo Silvato, Juan Tiopeyo,don Pedro Gregorio, Tomé Cecial, Juan Tocho, el escribano...-, frente a un santanderino, FabiánHernández, quien en El Tiempo de 31 de octubre y 1 de noviembre de 1871, sostuvo que don Quijoteera de “Villaverde, aldea al N. de Quintanar y hoy despoblado de Villamayor de Santiago”. VéaseFermín Caballero, Patria de Don Quijote en Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 1905, tomoXLVII, págs. 67-75. Agréguese la nota también de Fermín Caballero, Mapa del Campo de Montiel, enel mismo tomo del Boletín de la Real Sociedad Geográfica, págs. 76-77 con un anejo titulado Mapadel Campo de Montiel en 1575. Sobre esto cfs. Droapiana del año 1869. Octava carta sobreCervantes y el Quijote al honorable doctor E. W. Thebussem, por el Señor M. Droap. Publícalo D.Mariano Pardo de Figueroa, Madrid, 1862, que es obra íntegra de Mariano Pardo de Figueroa, esepintoresco personaje de Medina Sidonia.76) Fermín Caballero, ob. cit., págs. 27-33.

Lo poco que no explotó Piernas y Hurtado –y aún así, en estacita alguna repetición hay-, fue “que había en Laredo cachupines,que iban a hacer su futuro a Nueva España; que en las tendillas deSancho bienaya, plaza de Toledo junto a la Misericordia, vivíanzapateros remendadores; que en la Alcana, antigua judería de lamisma ciudad, moraban sederos y mercaderes; que... los vecinos deArévalo, se ocupaban en la arriería” 77. Añadamos que “los jabonerospudieran ser los de Yepes, Ocaña o Getafe, que fabricaban yconducían mucho jabón para las ferias de Castilla” 78.

Finalmente, alguna noticia interesante tenemos gracias a laconferencia pronunciada el 3 de mayo de 1905 por AntonioBlázquez en la conmemoración del III Centenario del Quijote en laReal Sociedad Geográfica, que tenía por título La Mancha entiempo de Cervantes 79. En ella se indica que “en el ordeneconómico, el Campo de Montiel, la provincia de La Mancha, elpriorato de San Juan y el Campo de Calatrava, formaban otras tantasentidades, que tenían cada una sus aprovechamientos comunalesde pastos y leñas, y he aquí por qué no parece deba alejarse laescena de Juan Haldudo y Don Quijote del pueblo de Quintanar dela Orden, llevándola como pretenden a La Membrilla, porqueademás de dar a entender en aquel capítulo 80 que el pueblo estabapróximo, pues Haldudo invitaba a Andresillo a ir a su casa por lasoldada, había tantas facilidades para utilizar los campos comunalesde la Mancha, y tan pocas para llevar ganados a través de losdistintos territorios, pagando los derechos de portazgo,arrendamiento, etc., y exponiéndose a vejaciones y molestias, queaunque quepa dentro de lo posible aquella hipótesis, está fuera delorden de probabilidad” 81.

Juan Haldudo el rico, vecino del Quintanar castiga a Andresilloy se lo explica así a don Quijote: “Señor caballero, este muchachoque estoy castigando es un mi criado, que me sirve de guardar unamanada de ovejas que tengo en estos contornos, el cual es tandescuidado, que cada día me falta una; y porque castigo su

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77) Fermín Caballero, ob. cit., págs. 50-51.78) Fermín Caballero, ob. cit., pág. 64.79) Cfs. Antonio Blázquez, La Mancha en tiempo de Cervantes, en Boletín de la Real SociedadGeográfica, 1905, tomo XLVII, págs. 307-333.80) Se trata del capítulo IV de la primera parte del Quijote.81) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 316-317.

descuido, o bellaquería, dice que lo hago de miserable, por nopagalle la soldada que le debo, y en Dios y en mi ánima quemiente” 82.

Blázquez puntualiza sobre esto: “Se dice que pudo estar lejosdel Quintanar puesto que es sabido que los ganados iban a lejanastierras en busca de pastos, pero la Trashumancia, que así puedellamarse, no se hacía para pequeños rebaños de ovejas, sino para unnúmero crecido de cabezas, y un pastorcillo de quince años nopodía llevar 500 o 1.000 cabezas, y para menos número que éstas,para 50 o 60, lo que empleaban ordinariamente es latransterminación. Hoy, como entonces, el ganado se denominaestante, transterminante y trashumante, y su régimen de vidaguarda relación con el número, aparte de otras circunstancias ycondiciones” 83.

Desde el punto de vista de la explotación agraria, Blázquezsostiene que el que existe en 1905 es el mismo panorama rural de1605: “Yo he hecho el cotejo del terreno, utilizando el mapa delInstituto Geográfico y las relaciones descriptivas de 1575, y me heconvencido de que casi todo lo rústico queda invariable, y de queni bosques, ni cultivos, ni prados miserables, ni ríos intermitentes, nimolinos de represa, ni charcos salitrosos, ni sembrados de trigo y decebada, ni oscuros y alineados olivares, ni majuelos de verdespámpanos, han sufrido cambio importante y que hasta hace nomuchos años lo único que parecía renovarse de tiempo en tiempo,no eran aquellos terrones que el arado levantaba, sino lasgeneraciones de cultivadores, que después de días, de meses, deaños, de repetir casi automáticamente las faenas, dejaban de acudiry de regar con el sudor de su cuerpo aquellos surcos de donde salíael sustento de sus hijos” 84.

Blázquez también describe como puede el carácter endorreicode esta zona 85. Mucho más importante es la puntualización de suexpansión demográfica, en el siglo XIX, fenómeno que concluidoel Antiguo Régimen era general en España: “Pueblos que fueron

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82) Don Quijote, ob. cit., Primera parte, capítulo IV, pág. 81.83) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., nota 1 de la pág. 317.84) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 318-319.85) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 319-325.

insignificantes, pues apenas contaban 80 vecinos comoEl Tomelloso, tienen hoy 3.000; en cambio Almedina ha vistoreducido su vecindario a la mitad, pero esto es excepcional; loordinario es que la población se haya duplicado en el O. y en el S. ytriplicado en el Priorato de San Juan y Campo de Criptana” 86.

Igualmente muestra datos interesantes de la vida de aquellaspoblaciones en tiempos de don Quijote: “En cuanto a lashabitaciones y viviendas de dicha época en la Mancha eran tanpobres, tan incómodas y tan miserables, que en algunos pueblos notenían huecos ni ventanas al exterior; los patios y corrales estabancercados con ramaje y las cubiertas de las viviendas eran de atocha,retama o carrizo; los muros sumamente bajos, de tapial o de piedra,quedaban sin enlucir, consistiendo los lechos o camas en poyos omacizos de barro y piedra colocados a los lados de la cocina y de lashabitaciones, y cubiertos de grueso tejido de enea, planta que crecíaen abundancia en las orillas de los ríos, o camastros de madera queen algunos lugares trasladaban a los templos, con escándalo de lossacerdotes y de los comendadores de visita” 87.

Importante es también la descripción de otros datos sobre elnivel de vida de estas poblaciones, en sus diversas clases. Sobre lascasas de los hidalgos. Indica que “no tenían siempre, como pudieracreerse, aquellas portadas de piedra de blasonados dinteles, quetanto abundan en otras partes de España; pero cubiertas de teja yconstruidas con maderas que llegaban de Cuenca o de Alcaraz, yenlucidas exterior e interiormente, daban idea de superiorcondición social de sus moradores. No faltaban, sin embargo,algunos dueños que por exceso de vanidad invirtieron parte de susrentas en estos adornos”. Y por lo que se refiere a la vida de la claseproletaria, ésta “era muy desigual; pueblos había en los cuales casitodos eran pobres trabajadores a jornal, que en los años malosemigraban a otros lugares y pueblos en los que lo feraz del terrenoy lo repartida que estaba la propiedad, daban medios de vivir conholgura; en cuanto a los hidalgos, exentos de los tributos,consumían su hacienda, como don Quijote, o se marchaban en

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86) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., pág. 325.87) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., pág. 326. En la nota 1 de esa página señala Blázquez quese ha servido, para el estudio de las viviendas, “de las relaciones topográficas”; esos datos exactosproceden de la visita hecha en 1603, 1604 y 1605, a los partidos de la Mancha y Rivera del Tajo “queexisten en el Archivo Histórico Nacional”.

busca de fortuna a Italia, a Flandes, a América y a la Corte... Lospueblos más linajudos eran Almedina, Alcázar y el Campo deCriptana” 88.

Tienen que haber poseído mucha importancia en el nivel devida de estas poblaciones dos elementos que presenta Blázquez así:uno, negativo, “las tristes y solitarias ciénagas del Guadiana, cuyoaliento difundía la fiebre agobiadora y perniciosa”, en resumidascuentas, el paludismo, endémico hasta el siglo XX; y otro positivo:“en las salitrosas riberas del Jigüela y en los desiertos llanos donde lalabor del hombre no podía vencer la rudeza del suelo, crecíamenuda yerba que alimentaba millares de ovejas, cuyo quesosabroso y cuya blanca y nutritiva leche remuneraba a los ganaderosy a los pastores de sus gastos, afanes y cuidados” 89. Completaba estaalimentación proteínica, que es posible que fuese muy amplia, lacaza. Según las Relaciones topográficas, señala Blázquez, existían,numerosos, el jabalí, el venado, el corzo, la liebre y el conejo, el lobo,el zorro, la cabra montesa, el gato salvaje, el tejón, las tórtolas, laspalomas, las perdices y los patos, amén de una pesca que,“abundante en las lagunas de Ruidera y en el Guadiana, se hacíadesde barcas sin velas ni remos..., utilizando jábegas o redes, y suproducto correspondía al Monarca” 90.

Blázquez expone cómo también existía cierta industria:“Consistía en la fabricación de tejidos de lana, existiendo lavaderosen Almodóvar, Ciudad Real, Almedina, Villarrubia y Campo deCriptana y fábricas en los pueblos más importantes de la provincia,sobresaliendo las de Chillón; cuchillería en Alcázar y Ciudad Real,encajes finísimos en Puertollano y tinajas en El Toboso” 91. Estásituada toda esta actividad productiva exclusivamente sobre un solocamino real: “el que venía de Granada a Villanueva de los Infantes yluego continuaba por Alhambra y Argamasilla hacia Madrid”.Existían en la región, según el Repertorio de caminos, de Alonso deMeneses, correo de S.M., que consulta Blázquez, una cierta red: “unode Córdoba a Toledo por Fuencaliente, Almodóvar y Ciudad Real;otro de Toledo a Málaga, Granada, etc., que iba por Malagón,

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88) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 326-328.89) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 328-329. 90) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit, ibidem.91) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., pág. 329.

Carrión, Almagre, el Viso y Linares; otro de Toledo para Alcázar porMora, Madridejos y Camuñas; el de Toledo a Alicante y Murcia, porNambroca, Almonacid, Bogas, Tembleque, Villacañas, MiguelEsteban, El Toboso, Manjavacas, Las Mesas y El Provencio; el deValencia a Guadalupe, que venía por Motilla, Arco, Cañete, LaAlberca, El Pedernoso, Santa María de los Llanos, Mota del Cuervo yEl Toboso, continuando luego a Toledo; unido al anterior, otro deGranada a Cuenca por La Puebla del Príncipe, Montiel, La Osa,Villarrobledo y San Clemente; el de Cuenca a Alcázar, por Mota delCuervo y Campo de Criptana. Por último, de Valencia y Alicante ibaotro a Ciudad Real por Chinchilla, Lezuza, La Osa, La Solana y ElPardillo... Los demás eran caminos de carros y de cosarios, pues loscarreteros y comerciantes, aun cuando fueran de Toledo a Murciapor seda, o de Alicante a La Mancha por grano, conducían parala venta en los pueblos intermedios otros productos, y así todoslos pueblos eran muy frecuentados por arrieros y trajinantes, sinque esto envuelva la necesidad de que fueran caminos reales lo queutilizaban” 92.

4.- Un acervo de cuestioneseconómicas en esta novela.

Dejo aquí a un lado esas cuestiones de análisis económico quese deslizan en cualquier escrito inteligente. Pongo por caso el de larenta del consumidor que se ofrece cuando Cervantes, en el Alcanáde Toledo, compra a un muchacho la Historia de don Quijote de laMancha escrita por Cide Hamete Benengeli, historiador arábigo,“por medio real; que si él tuviera discreción y supiera lo que yo losdeseaba, bien pudiera prometer y elevar más de seis reales de lacompra” 93. Pero aquí no se trata de seguir el camino, deliciosamente

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92) Cfs. Antonio Blázquez, conferencia cit., págs. 330-331.93) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo IX, pág. 110. Resulta curioso estimar lo quesignificaba aproximadamente esa cuantía que estaba dispuesto a pagar por los manuscritosCervantes, con esos “más de seis reales”. Eran tres cuartas partes de un real de a ocho, o sea 20’625gramos de plata. Por otro lado, un real eran 34 maravedís, o los seis 204. Un huevo, según E. J.Hamilton, en El tesoro americano y la revolución de precios en España 1501-1650, Barcelona, 1975,pág. 388, valía 5’22 maravedís. Luego tenía un equivalente a 39 huevos. Según la misma fuente, unlitro de leche valía 40 maravedís. Por tanto equivalía a 5 litros de leche. Conocemos por el trabajo cit.de Llopis y Pavón que un pastor de la cabaña ovina transhumante del monasterio de Guadalupeganaba, en 1612, aproximadamente 10.000 maravedís. Por tanto, adquirir esos papeles de CideHamete Benengeli equivalía a un 2% de ese salario. Como hay que suponer que ese salario, por ser el

ingenuo del Cervantes geógrafo de Fermín Caballero, ytransmutarlo en Cervantes, economista. Lo único que intento escompletar la visión de una realidad económica, la española, en unafrontera tan interesante como fue la del siglo XVI con el XVII, talcomo se puede percibir gracias a este maravilloso espejo puesto enla orilla del camino de la realidad española de todo tipo que es, porfuerza, el Quijote.

Muchas cuestiones económicas tratadas en el Quijote se hanseñalado ya, como se ha visto, de la mano de otros investigadores.Merece la pena, sin embargo, hacer unas anotaciones finalesdespués de una nueva lectura de esta magnífica novela. Y en ella, deinmediato, muy en primer lugar, lo que va a resplandecer sonaventuras de una persona que hoy calificaríamos de clase media, sinespeciales agobios económicos, aunque sin ningún tipo deopulencia. Don Quijote es hidalgo. Hace tiempo que yo señalécómo los hidalgos en España constituían un grupo social típicomedio, sin que jugase para él nada casi de eso del “honor”del que sehabla en un ensayo muy conocido de García Valdecasas 94. Los datosque se ofrecen del nivel de vida del Ingenioso Hidalgo, de sualimentación, vestido, servicio doméstico, capacidad de compra deun artículo caro, como entonces era un libro, y los temas de suconversación habitual con maese Nicolás, el barbero, y con el cura,“un hombre docto, graduado en Sigüenza”, una Universidad desegundo orden de aquel momento 95, dan pistas importantes. Pero,lo para mí verdaderamente notable es que toda la obra se desliza entorno a problemas que hoy calificaríamos como los económicos delas clases media, alta y baja, con alguna excursión hacia la altanobleza; también hacia realidades de la delincuencia. Prácticamentenunca se encuentra, al aludir al proletariado, con situaciones demiseria, o ambientes que bien conocemos todos, de indigencia talque son los propios de un país subdesarrollado. Además, de

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de un trabajo duro y especializado, era de los altos, esa cifra era, evidentemente, alta. Mire como semire, el 2% de una renta anual es una cifra, efectivamente, importante. Hoy –21 de agosto de 2004-,en el mercado de Avilés una docena de huevos cuesta 1’20 euros, y 1 litro de leche 0’13 euros. Porconsiguiente, los papeles, hoy, valdrían entre 3’90-4’65 euros. Pero eso no significa nada en términosde rentas, porque la productividad ha aumentado de modo gigantesco.94) Cfs. Juan Velarde Fuertes, Datos empíricos sobre el papel económico de la baja noblezaespañola, en Revista de Trabajo, 1968, II época, nº 20, págs. 83-114 y El problema del talanteeconómico del español. Un intento de revisión partiendo del papel económico de la baja nobleza,en Hidalguía, julio-agosto 1969, año XVII, nº 95, págs. 481-512.95) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo I, pág. 67.

inmediato -choque de don Quijote con los mercaderes toledanosque iban a comprar seda a Murcia 96 o con los frailes de San Benitoque acompañaban a “una señora vizcaína que iba a Sevilla, dondeestaba su marido, que pasaba a las Indias con un muy honrosocargo” 97-, va a convivir, de ahí en adelante, con toda una serie demecanismos típicos de una sociedad capitalista que ya comienza aasomarse a realidades muy complejas, que habían arraigado,además, ya lo suficiente -recuérdese el texto ya recogido de la letrade cambio de los pollinos-, como para que produzcan unasensación de novedad. Se citan esas realidades como cosanormalísima.

La aventura de los molinos de viento 98, muestra, en cambio, elasombro ante la novedad. Se trataba de una tecnología deNormandía, Bretaña y Holanda. El molino de viento se habíaconvertido “en el principal móvil de los llanos terrenos del norte deEuropa, sometidos a las tempestades atlánticas” 99. En esta zona secay llana manchega se adaptaba para sustituir los molinos movidospor un agua que escaseaba, porque en aquella época, sin necesidadde que se hubiese emitido CO2 , existió, como ya se ha señalado, unanotable sequía. Esto prueba, también, que la capacidad deadaptación a situaciones tecnológicas nuevas era grande, o lo quees igual, que no existían tendencias rutinarias en el aparatoproductivo español. En 1588 Ramelli publicó en Le Diverse etArtificiose Machine el diseño de una torre-molino para bombeo deagua, exactamente igual a la que por aquel entonces se comenzabaa emplear en las llanuras manchegas.

Existe, también un orden jurídico importante, sin el que resultaabsurdo pensar en un significativo desarrollo económico. Trasluceuna y otra vez en esta obra. Se suele citar la reclamación del yelmode Mambrino, y la acción de las cuadrillas de la Santa Hermandad 100.Yo lo observé en toda la obra, a partir del susto de los arrierosgallegos, o yangüeses –esto es, de Yanguas, sea esta localidad la

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96) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo IV, pág. 83.97) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo VIII, pág. 103.98) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo VIII, págs. 101-102.99) Cfs. Rupert May, La primera tecnología moderna hasta 1600, en la obra dirigida por MelvinKranzberg y Carroll W. Pursell Jr., Historia de la Tecnología. La técnica en Occidente de la Prehistoriaa 1900, trad. de Esteve Riambau i Sauri, Gustavo Gili, Barcelona, 1981, vol. I, págs. 104-105.100) Don Quijote, ob. cit, primera parte, capítulos XLIV, XLV y XLVI.

soriana o la segoviana- cuando desaparecen por creer que handejado peor de lo que están, a don Quijote y a Sancho, después deuna soberana paliza. Si no existiesen mecanismos jurídicos paraimponer la paz y el orden, no se explica lo de que “viendo, pues, losgallegos el mal recado que habían hecho, con la mayor presteza quepudieron cargaron su recua y siguieron su camino” 101. Sucede lomismo con los pastores y ganaderos que venían con los ganadosque don Quijote toma por las tropas del emperador Alifanfaróndispuestas a enfrentarse con los ejércitos de Pentapolín delArremangado Brazo, quienes la emprenden a pedradas con lashondas contra él: “Tal fue el golpe primero, y tal el segundo, que lefue forzoso al pobre caballero dar consigo del caballo abajo.Llegáronse a él los pastores, y creyeron que le habían muerto;y así, con mucha priesa recogieron su ganado, y cargaron de lasreses muertas, que pasaban de siete, y sin averiguar otra cosa sefueron” 102. Lo mismo sucede con el asunto de los disciplinantes, quehacían rogativas y procesión a causa de la sequía extrema de aquellaépoca ya reseñada: “Era el caso que aquel año habían las nubesnegado su rocío a la tierra” 103. Cuando el disciplinante da un palocon la horquilla rota a Don Quijote, y logra que “el pobre donQuijote... (se viniera) al suelo muy mal parado..., lo que detuvo alvillano no fueron las voces de Sancho, sino el ver que don Quijoteno bullía pie ni mano; y así, creyendo que le había muerto, conpriesa se alzó la túnica a la cinta, y dio a huir por la campaña comoun gamo” 104.

Claro que esta Administración tenía visos evidentes decorrupción. Son clarísimos en La carta de Sancho Panzo a TeresaPanza, su mujer, el 20 de julio de 1614: “De aquí a pocos días mepartiré al gobierno, adonde voy con grandísimo deseo de hacerdineros porque me han dicho que todos los gobernadores nuevosvan con este mesmo deseo” 105, lo que también parece ratificar elduque: “Lo que puedo dar, os doy, que es una ínsula hecha yderecha, redonda y bien proporcionada, y sobremanera fértil yabundosa, donde si vos sabeis dar maña podeis con las riquezas de

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101) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XV, pág. 140.102) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XVIII, pág. 158.103) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo LII, pág. 375.104) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo LII, pág. 376.105) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXXVI, pág. 189.

la tierra granjear las del cielo” 106. Las consecuencias, e incluso larealidad de todo lo relacionado con los galeotes y el que donQuijote hiciese disparates en esta ocasión, tiene el complemento deestos mensajes: “Entristeciose mucho Sancho deste suceso, porquese le representó que los que iban huyendo habían de dar noticia ala Santa Hermandad, la cual, a campana herida, saldría a buscar a losdelincuentes, y así se lo dijo a su amo, y le rogó que luego de allí separtiesen y se emboscasen en la sierra, que estaba cerca...” 107.

En relación con el entramado jurídico existente, merece la penauna observación sobre las relaciones laborales en aquellos tiempos.Se ofrece al finalizar la aventura de los batanes, vinculados por ciertoa una industria textil manchega de cierto volumen. Todo se aclaracon este diálogo: -“...Mas bien puede estar seguro que de aquíadelante no despliegue mis labios para hacer donaire de las cosasde vuestra merced si no fuere para honrarle, como a mi amo y señornatural.

“Desa manera –replicó don Quijote-, vivirás sobre la haz de latierra, porque después de a los padres, a los amos se ha de respetar,como si lo fuesen” 108.

Volviendo a la aventura de los galeotes, creo que convienehacer una observación. Efectivamente, pueden ser “galeotes, gentede Su Majestad, que iba a galeras” 109, pero es posible que, comootras expediciones análogas en aquellos tiempos, fuesen forzadospara trabajar en las insanas, pero muy necesarias para una potenciaeconómica basada en el beneficio de la plata, minas de azogue enla manchega Almadén.

Un detalle interesante en relación con la moneda, es el que seexpone, de pasada, mostrando cómo se distribuía ésta: “El del VerdeGabán... tendió la vista por todas partes, y no descubrió otro cosaque un carro que hacia ellos venía, con dos o tres banderaspequeñas, que le dieron a entender que el tal carro debía de traermoneda de Su Majestad” 110.

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106) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XLII, pág. 210.107) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XXII, pág. 185.108) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XX, pág. 172.109) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XXII, pág. 181.110) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XVII, pág. 93.

Al relatar el final de la aventura de Juan Haldudo el rico y deAndresillo del capítulo IV de la primera parte, en el XXXI de estamisma parte, conocemos la existencia de algún tipo de prestaciónsanitaria para los humildes: “No sólo no me pagó –respondió elmuchacho-, pero así como vuestra merced traspuso del bosque yquedamos solos, me volvió a atar a la misma encina, y me dio denuevo tantos azotes, que quedé hecho un San Bartolomédesollado...: él me paró tal, que hasta ahora he estado curándome enun hospital del mal que el mal villano entonces me hizo” 111.

Un índice de un nivel de vida que no debía ser absolutamenteextraño en España, aunque su exposición podría ponerse en unaespecie de estado ansiado de vida de clase media, es el delCaballero del Verde Gabán: “Yo, Señor Caballero de la Triste Figura,soy un hidalgo natural de un lugar donde iremos a comer hoy, siDios fuere servido. Soy más que medianamente rico, y es mi nombreDiego de Miranda, paso la vida con mi mujer y con mis hijos, y conmis amigos; mis ejercicios son el de la caza y pesca; pero nomantengo ni halcón ni galgos, sino algún perdigón manso, o algúnhurón atrevido. Tengo hasta seis docenas de libros... Alguna vezcomo con mis vecinos y amigos, y muchas veces los convido; sonmis convites, limpios y aseados, y no nada escasos...; reparto de misbienes con los pobres, sin hacer alarde de las buenas obras...” 112.La descripción de la casa del Caballero del Verde Gabán también esinteresante: “Ancha como de aldea; las armas, empero, aunque depiedra tosca, encima de la puerta de la calle; la bodega, en el patio,la cueva, en el portal, y muchas tinajas a la redonda,... por ser delToboso”. El resto del mobiliario lo despacha con que era lo quecontenía “una casa de un caballero labrador y rico” 113. La comidaque el del Verde Gabán ofreció a don Quijote fue “limpia, abundantey sabrosa” 114.

Este observar en el campo gentes bien alimentadas, que vivencon sosiego, que buscan entretenimientos de cierto fuste, escontinuo. Un ejemplo puede ser “la docena de hombres, vestidos delabradores” que, “encima de la yerba de un pradillo estaban

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111) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXXI, pág. 253.112) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XVI, pág. 90.113) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XVIII, pág. 99.114) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XVIII, pág. 101.

comiendo... Junto a sí tenían unas como sábanas blancas, con quecubrían alguna cosa que debajo estaba..., unas imágenes de relievey en tabla dura que han de servir en un retablo que hacemos ennuestra aldea” 115. Dígase lo mismo de lo que, por un lado, comendon Quijote y Sancho, y por otro don Juan y don Jerónimo en laventa donde se hace la crítica al Quijote de Avellaneda 116. Otro, elcaso de una Arcadia que es mencionado así: “Detened, señorcaballero, el paso, y no rompais las redes, que no para daño vuestro,sino para nuestro pasatiempo, ahí están tendidas; y porque sé quenos habeis de preguntar para qué se han puesto y quién somos, oslo quiero decir en breves palabras. En una aldea que está hasta dosleguas de aquí, donde hay mucha gente principal y muchoshidalgos y ricos, entre muchos amigos y parientes se concertó quecon sus hijos, mujeres e hijas, vecinos, amigos y parientes, nosviniésemos a holgar a este sitio, que es uno de los más agradablesde todos estos contornos, formando entre todos una nueva ypastoril Arcadia 117, vistiéndonos las doncellas de zagalas y losmancebos de pastores. Tenemos estudiadas dos églogas, una delfamoso poeta Garcilaso y otra del excelentísimo Camoes, en sumisma lengua portuguesa, las cuales hasta agora no hemosrepresentado... Acudieron a las tiendas, hallaron las mesas puestas,ricas, abundantes y limpias” 118.

Si se tienen en cuenta las cifras señaladas más arriba deequivalencia y de capacidad de compra de la moneda de entonces,parece bastante evidente que no era escasa una cierta opulencia endon Quijote. Tras el estropicio con el retablo de la libertad deMelisendra, se lee: “Desta manera fue poniendo precio a otrasmuchas destrozadas figuras, que después los moderaron los dosjueces árbitros, con satisfación de las partes, que llegaron a cuarentareales y tres cuartillos; y además desto, que luego lo desembolsóSancho, pidió maese Pedro dos reales por el trabajo de tomar elmono”. La respuesta de don Quijote fue: -“Dáselos, Sancho...” Yfinalmente, “ya después de amanecido, se vinieron a despedir de

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115) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LVIII, pág. 279.116) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LIX, págs. 287-288.117) Un siglo exactamente después, esas fábulas serían las que generarían una serie de sociedadesde diversión secretas y semisecretas, que, como se ve, no sólo imitaban a la francmasonería, sino atodas estas Arcadias.118) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LVIII, págs. 282-284.

don Quijote el primo y el paje: el uno, para volverse a su tierra; y elotro, a proseguir su camino, para ayuda del cual le dio don Quijoteuna docena de reales... El ventero que no conocía a don Quijote, tanadmirado le tenían sus locuras como su liberalidad. Finalmente,Sancho le pagó muy bien, por orden de su señor” 119. Muy pocodespués, al llegar al río Ebro, se explicitan nuevos desembolsos.El final de la aventura del barco encantado es ésta: “Llegaron en estolos pescadores dueños del barco, a quien habían hecho pedazos lasruedas de las aceñas, y, viéndole roto, acometieron a desnudar aSancho y a pedir a don Quijote se lo pagase, el cual, con gransosiego, como si no hubiera pasado nada por él, dijo a los molinerosy pescadores que él pagaría el barco de bonísima gana...En diciendo esto, se concertó con los pescadores, y pagó por elbarco cincuenta reales, que los dio Sancho de muy mala ganadiciendo: -“A dos barcadas como ésta, daremos con todo el caudalal fondo” 120.

Deben anotarse, además dos cosas. Una, la mala distribuciónde la renta, sobre una base no de miseria, pero sí con altísimas rentascomo las que muestran el duque y la duquesa. Porque todo elcontenido de los capítulos XXX al LVII es una especie de exhibiciónde la sociedad opulenta y ociosa con unos extremos que encajanperfectamente en la citada Teoría de la clase ociosa de ThornsteinVeblen y con cuestiones sobre la alienación de raigambre hegelianay marxiana. De algún modo palpa don Quijote que es objeto deburlas y de sometimiento para entretener a una familia con unasrentas descomunales, y que a pesar de eso, se aburre. De ahí que alescapar rumbo a Barcelona entone don Quijote aquella célebreoración que es tan conocida sobre la libertad: “La libertad, Sancho,es uno de los preciados dones que a los hombres dieron los cielos;con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni elmar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debeaventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal quepuede venir a los hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has vistoel regalo, la abundancia que en este castillo que dejamos hemostenido; pues en metad de aquellos banquetes sazonados y deaquellas bebidas de nieve, me parecía a mi que estaba metido entre

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87119) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXVI, pág. 144.120) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XXIX, pág. 156.

las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la libertadque lo gozara si fueran míos; que las obligaciones de lasrecompensas de los beneficios y mercedes recebidas son atadurasque no dejan campear al ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien elcielo da un pedazo de pan, sin que le quede obligación deagradecerlo a otro que al mismo cielo!” 121. El irritante final de estahistoria, con el relato de Tosilos 122 se enlaza con el aun más irritantecontenido de los capítulos LXVIII, LXIX y LXX en los que los duquesintentan seguir la mojiganga con ya un derrotado caballero.

En segundo lugar, debe destacarse el impacto que elbandolerismo creaba en aquellos tiempos en Cataluña, que paradon Quijote coincide con sus relaciones con Roque Guinart. Elenlace con un amigo de éste en Barcelona muestra –además estánlos trabajos de Reglá y, muy en especial los de Martín de Riquer- quehabía algo más que bandolerismo en este proceso. Esto lo explicamuy bien Roque Guinart, en la carta que da a don Quijote para quefuera recibido por su amigo, don Antonio Moreno “caballero rico ydiscreto” 123. En ella le decía “como estaba conmigo el famoso donQuijote de la Mancha, aquel caballero andante de quien tantascosas se decían, y que le hacía saber que era el más gracioso y el másentendido hombre del mundo, y que de allí a cuatro días, que era elde San Juan Bautista 124, se le pondría en mitad de la plaza de laciudad, armado de todas sus armas, sobre Rocinante su caballo, y asu escudero Sancho sobre un asno, y que diese noticia desto a susamigos los Niarros, para que con él se solazasen; él quisiera quecarecieran de este gusto los Cadells, sus contrarios” 125. Los Niarroseran el bando de los nyerros –su emblema, era, por tanto, unlechoncillo- enemigos desde la parte final de la Edad Media de loscadells, cuyo emblema era, por lo tanto, un cachorro. Martín deRiquer agrega en relación con ambos bandos, convertidos enbandoleros a veces, a veces en políticos y siempre en dolores decabeza de los virreyes: “Es difícil precisar la ideología que separaba

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121) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LVIII, pág. 279.122) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LXVI, pág. 320.123) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LXII, pág. 300.124) Como señala Martín de Riquer en la nota 15 de la página 279 de Don Quijote, ob. cit., segundaparte, capítulo LX, era “el 29 de agosto, fiesta de la Degollación de San Juan Bautista, no el 24 de junio,la de su Natividad”.125) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LX, pág. 296.

a una parcialidad de otra. En esta época –en tiempos del Quijote-sólo parece prudente apuntar que entre los nyerros se encontrabancon más abundancia los defensores de la vieja nobleza feudal y quelos cadells defendían la política de las villas y pueblos. Más adelante,hacia 1640 tal vez, será posible caracterizar a los nyerros comosimpatizantes de Francia y a los cadells como fieles a la Corona deEspaña” 126. Todo esto es presentado como un freno al progresode Cataluña, también perturbado en lo económico por el problematurco, que con la historia de Ana Félix Ricote se enlaza dentro de estaestancia de don Quijote en Barcelona 127, en su visita a las galeras.Don Quijote, que en las aventuras no se solía amedrentar, en ésta “seestremeció y encogió de hombros y perdió la color del rostro” 128.Parecería que Cervantes comprende que la fuerza bélica del Estadomoderno, que él conocía bien como excombatiente en las filas delmismo, hacía encogerse a aquella postrera derivación de la EdadMedia que era el Caballero de los Leones.

La última aventura –dejando aparte las pantomimas citadaspara transformar a don Quijote en un payaso, o incluso en un bufón,de los que parecen ser unos duques ociosos- es la que tiene lugar, ala vuelta de Barcelona hacia su casa, con unos cerdos. Se trataba deuna piara que “llevaban unos hombres a vender a una feria”. Tenía“más de seiscientos puercos” 129. Con ello enlaza “el tropel de torosbravos y de los mansos cabestros, con la multitud de los vaqueros yotras gentes que a encerrar los llevaban a un lugar donde otro díahabían de correrse” 130. También con “la polvareda que... levantabandos grandes manadas de ovejas y carneros que, por aquel mesmocamino, de dos diferentes partes venían” 131. Incluso las cabras quehan de cuidarse, y que, al incidir este cuidado con la marcha deldiscurso de los amores de Marcela y Grisóstomo, al ser atendido esteganado, conjuntamente, por asalariados diferentes, los cabreros, da

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126) Cfs. Martín de Riquer, El Quijote y el bandolerismo catalán, en Don Quijote, ob. cit.,primera parte, pág. 28; la lectura de todo el ensayo, págs. 26-36 sirve perfectamente de fondopara entender el panorama catalán del Quijote.127) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LXIII, págs. 307-311.128) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LXIII, pág. 308.129) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LXVIII, pág. 325.130) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo LVIII, pág. 285. Por supuesto que la ganaderíabrava era para diversión pero, como es sabido, es uno de los procedimientos típicos para convertir enproteínas pastos que ninguna otra subespecie vacuna utilizaría, por lo que tiene siempre unimportante complemento de oferta de carne.131) Don Quijote, ob. cit., primera parte, capítulo XVIII, pág. 155.

la impresión de que los animales eran propiedad de habitantesde algún pueblo, quienes las enviaban a pastar en tierras de propios,o en las comunales. No se trataba –como señaló el profesor Floresde Lemus- de un animal de gente pobre, sino el modo racional deexplotar zonas endorreicas de mucha salinidad, que precisamenteabundan en La Mancha 132. Esta abundancia de ganadería muydiversa no es, precisamente, muestra de un ambiente de pobreza.

5.- Nota final.La literatura puede ser fuente de descubrimiento de la realidad

económica. Más de una vez he jugado con ello. Azorín o AntonioMachado, Santiago Rusiñol o el Padre Coloma, Pérez Galdós oBalzac, Dickens o Sinclair Lewis, enseñan más de la economía de lossiglos XIX y XX, bien de la española, bien de la francesa, bien de labritánica, bien de la norteamericana, que muchos estudios basadosexclusivamente en algunos datos, o en algunas preconcepcionespreparadas por historiadores de la economía. Cervantes no podíaser una excepción con la economía de ese momento crucial ennuestra vida española toda que fue el paso del siglo XVI al XVII.

Lo que se obtiene de la lectura del Quijote, cuando se hacecon mente de economista, y además se contrasta, como en lo queantecede, con otras noticias sobre la economía de aquella época, esbastante claro. España, en aquellos momentos era un Estadopotente, con unos súbditos que no se encontraban en condicionescomparativas malas, si las relacionamos con otros países. En elQuijote, hay que insistir en ello, no se contemplan situacionesde miseria grave; tampoco de desnutrición, ni siquiera situacionesde hambre específicas. No es solo cuestión del campo. Tambiéndebe enlazarse esta impresión que Cervantes vivió muchas vecesen zonas urbanas; a ellas se refiere, una y otra vez en el Quijote.Si realmente el hambre, la miseria, reinasen en ellas, se trasluciríaen su pluma de algún modo.

Se dirá que las cifras que se tienen del PIB por habitante deaquella España son ahora, adecuadamente homogeneizadas, más

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90 132) Don Quijote, ob. cit., segunda parte, capítulo XVIII, pág. 102.

bajas que las de Bangladesh o análogas a las de Guinea Bissau, Togo,Tanzania o Zambia. Sin embargo, tras leer el Quijote no se obtienela misma impresión que se desprende de cualquier relato sobrecualquier país muy pobre del África negra o del Asia del Índico.Sobre estas comparaciones de niveles económicos intertemporalesqueda aun mucho trabajo por hacer.

Ha hablado mucha gente, y yo el primero, que en el siglo XIX,desde sus primeros pasos, existe un cambio radical en la economíadel mundo occidental, y por supuesto, en la española. Nosotros, enesa etapa hemos luchado con denuedo en multitud de ocasiones,para retornar en lo económico, que es lo fundamental para poderhacerlo también en lo científico, en lo cultural y en lo político, aviejas convergencias, algunas de las cuales se explican en esteestudio en homenaje a don Quijote de la Mancha y a su famosoautor. Hasta ahora, desde que se publicó El Ingenioso Hidalgo DonQuijote de la Mancha por Juan de la Cuesta, en Madrid, en 1605,con su continuación. Segunda Parte del Ingenioso Cavallero donQuixote de la Mancha, también por Juan de la Cuesta, en Madrid,en el año 1615, no hemos vuelto a alcanzar la situación comparativainternacional en todos los órdenes, también en el económico, queentonces tuvo España.

A través del hijo del Caballero del Verde Gabán, don Lorenzo,un excelente poeta, tenemos en todos los aspectos, pero tambiénen el económico, un triste panorama, pero quizá también unmandato, sobre lo que desde entonces es nuestra vida material ynuestros afanes de mejorar, perseguidos más de una vez por unadefectuosa política económica nacional:

Al fin, como todo pasa,se pasó el bien que me dioFortuna, un tiempo no escasa,y nunca me le volvió,ni abundante ni por tasa.Siglos ha ya que me vees,Fortuna, puesto a tus pies;vuélveme a ser venturoso;que será mi ser dichososi mi fue tornase a es.

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