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1 Modelo de institucionalización de justicia desde una perspectiva cristiana: la atención integral de casos de abuso sexual infantil ____________________________________________________________ Reconstrucción de los hechos desde los gestores

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Modelo de institucionalización de justicia desde una perspectiva

cristiana: la atención integral de casos de abuso sexual infantil

____________________________________________________________Reconstrucción de los hechos desde los gestores

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Presentación

Volver sobre el camino recorrido es un ejercicio ineludible que todos hacemos alguna vez

en la vida. De pronto, son múltiples las imágenes. Los recuerdos vienen y estremecen

nuestros sentidos y no solo se nos escapan detalles olvidados sino que aparecen otros que

iluminan lo vivido. Sistematizar una experiencia es más que una técnica de lo vivido.

Un trabajo como el que ha emprendido Paz y Esperanza no es posible de ser analizado ni

recuperado en su real dimensión si no afinamos los sentidos para hundirnos en el

reconocimiento de la complejidad de la vida humana, mas aún en un país como el nuestro

atravesado por una larga tradición cultural de vivir de manera propia sus destinos de

armonía y justicia.

Precisamente el tema de la justicia, tan sensible a los hombres de estas tierras es el que

Paz y Esperanza ha abordado de manera institucional desde la perspectiva cristiana. Si ya

es complejo el tema de la justicia y el sistema estatal que la sustenta, la apuesta de asumir

y llevar la Buena Nueva de ejercer justicia desde los preceptos cristianos ha significado

probablemente el mayor aprendizaje de cómo enfrentar y establecer un modelo de

institucionalización de hacer justicia en el país, bajo la égida de La Palabra que portan sus

integrantes.

La narración que se presenta en cuatro capítulos deja entrever uno de los mayores aportes

como experiencia institucional del equipo de Paz y Esperanza. El primero de ellos explica

los antecedentes y enfatiza el periodo de vida, las estadísticas más relevantes de los casos

que atendió para poner a prueba su apuesta institucional y los enfoques que subyacen a

su accionar. El segundo, muestra la ruta que ha seguido la institución para llegar a la

atención integral de los casos de abuso sexual infantil haciendo visible el aporte de la

perspectiva cristiana en su constitución institucional. El tercero presenta la evidencia de

cómo es que se construyó la institucionalidad y las estrategias que hubo de desplegar

resaltando la labor de apropiación de las técnicas de la atención y la intensa labor de

incidencia pública para posicionar el tema en la conciencia regional, en especial en los

operadores de justicia y las familias de los afectados por la violencia de abuso sexual. El

último capítulo, presenta un balance a manera de conclusión y las lecciones aprendidas de

la experiencia.

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Contenidos

I. Antecedentes de la experiencia

1.1. Línea de tiempo de la experiencia

1.2. La estadísticas de los casos asumidos

1.3. Los enfoques de Paz y Esperanza y su vinculación con la experiencia

II. El camino hacia la atención integral

2.1. El por qué de las acciones

2.2. Los fundamentos cristianos

2.3. El difícil camino

2.4. Las estrategias, paso a paso

III. Recuperando vidas

3.1. La atención integral

3.2. El Protocolo de atención

3.3. Cualidades y rol del equipo multidisciplinario

3.4. La recuperación desde la fe

3.5. Colectivo Tamar para la recuperación y la incidencia

3.5. Tejiendo redes para la incidencia

IV. Haciendo un balance

4.1. Resultados e impactos de la experiencia

4.2. Lecciones aprendidas

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I

1.1. Línea de tiempo de la experiencia

Primera mitad de la década de los 90. Los primeros indicios. Paz y Esperanza, en

ese entonces Departamento de Promoción y Asistencia Social (DIPAS) del Concilio

Nacional Evangélico del Perú (CONEP), brindaba asistencia social y psicológica a

niñas y niños que habían sufrido abuso sexual durante el conflicto armado interno.

Los medios de comunicación denuncian actos de violación y muerte, DIPAS-CONEP

se convierten en referentes. Por esta labor, el Departamento se ganó el

reconocimiento de las iglesias evangélicas, por ello muchos de sus jóvenes

solicitaban asesoría en temas de relaciones interpersonales y de orientación

vocacional, sin embargo, las consultas derivaban a evaluaciones de

comportamiento sexual, enamoramiento y noviazgo.

1996: El Programa JADAK, por una sexualidad integral. Siendo conscientes sobre

cómo la sexualidad era un tema gravitante que afectaba a los líderes evangélicos,

DIPAS convertido en una nueva entidad, independiente del CONEP y bajo el nombre

de Asociación Paz y Esperanza (PyE), decidió crear un programa de educación

cristiana al cual llamaron JADAK (la palabra hebrea para sexualidad integral), que

se establece como un intento de hacer frente a la problemática de desinformación

y desconocimiento de los temas sexuales en la Iglesia Evangélica de San Juan De

Lurigancho. El programa estuvo dirigido a los liderazgos que tendrían a su cargo el

trabajo con niños, niñas y adolescentes en sus iglesias. Durante la implementación

del programa, muchos pastores denunciaban casos de abuso sexual infantil

ocurridos en sus iglesias y en las localidades donde se asentaban sus

congregaciones.

Del año 1996 al año 1999. Investigación y acción. Este hecho generó interés en el

equipo para investigar el tema del comportamiento sexual humano y su relación

con la religiosidad. De esta manera se obtuvieron datos impactantes: entre el 10 y

Antecedentes de la experiencia

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el 30 por ciento de los líderes de iglesias en San Juan de Lurigancho había sido

víctima de abuso sexual durante su infancia. El análisis de lo encontrado hizo

concluir a los profesionales que a mayor religiosidad, mayor riesgos en la

sexualidad. Se inició un proceso de sensibilización de las iglesias para reconocer el

problema y asistir a las víctimas en sus congregaciones. Se trabajó con los

liderazgos eclesiales apoyándose en un manual sobre cómo acompañar el proceso

de sanación del abuso sexual y la rehabilitación.

Se elaboraron y validaron materiales del Programa sobre educación cristiana para

niños, adolescentes y adultos. Los primeros lugares en ser beneficiados con estos

materiales fueron Villa El Salvador y algunos conos de Lima. Luego el programa se

trasladó a San Juan de Lurigancho y finalmente a Huánuco.

La experiencia en Villa El Salvador fue muy rica, ya que se trabajó intensamente

con los líderes. El trabajo se enfocó en los tres indicadores básicos establecidos por

la OMS, según la cual la salud sexual se mide por: a) la capacidad de amar, b) la

capacidad de expresión y comunicación, y el c) el crecimiento personal.

Paralelamente, se empezó a trabajar con adolescentes. El éxito fue tan grande que

la demanda creció y fue necesario invertir más recursos en cuanto a tiempo,

recursos humanos y dinero. Con el tiempo se organizaron eventos mayores, incluso

de carácter internacional.

Durante los años 1998 y 1999 se trabajó con iglesias evangélicas rurales en

Huánuco y se ofrecieron servicios a las iglesias católicas. En general, en esta

ciudad apreciaron el trabajo de PyE, puesto que desentrañaba los mitos, tabúes y

prejuicios respecto de la sexualidad.

Los brazos de Paz y Esperanza se extienden. Se empezó a gestar el proceso de

descentralización de las oficinas de PyE, para lo cual se identificaron las zonas de

mayor pobreza. Se abrió la oficina de Moyobamba. Los profesionales de Derecho

destacados a esta zona encontraron una problemática social a atender diferente a

la propuesta institucional, cuya intención era llevar la agenda de protección de

derechos de las víctimas del conflicto armado interno. El equipo encontró otro tipo

de violencia, casos de abuso sexual infantil y violencia contra la mujer, los que

asumirían legalmente. La historia surgió con la defensa legal de un niño

atropellado, durante la investigación se reconoció la problemática educativa y al

abuso a menores, especialmente de profesores hacia alumnos.

La ausencia de las instancias estatales hacía el trabajo más arduo para responder

a las necesidades halladas, por ello el equipo de Moyobamba ejerció influencia

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para la instalación de mecanismos públicos de atención a los casos de abuso

sexual y violencia familiar. La incidencia sobre el MIMDES hizo posible que se

obtuvieran los fondos necesarios para que la Defensoría Municipal del Niño y el

Adolescente (DEMUNA) y la Mesa Multisectorial de Atención y Prevención de

Violencia contra la Niñez y la Mujer funcionaran en la ciudad. Asimismo, se

consiguió el apoyo del Congreso para la operación de la DEMUNA tanto en

Moyobamba como en Rioja. La Defensoría del Pueblo aceptó abrir su oficina en

Moyobamba cuando PyE cedió a uno de sus profesionales para asumir los casos.

Todas estas acciones sirvieron como elementos para que desde Moyobamba se

establezcan los fundamentos bíblicos para la incidencia política o advocacy

denominada por esos años.

La temática traspasa fronteras. El tema de sexualidad se ubicó en la iglesia local,

nacional e internacional. Para el año 1999, Indet de Costa Rica publicaba los

manuales titulados “Hablemos de sexo con los niños y niñas”, los cuales fueron el

resultado de tres años de investigación en Villa El Salvador. Este documento, junto

con “Hablemos de sexo con los adolescentes”, publicado en el año 2000,

abordaban el tema de la sexualidad desde un enfoque cristiano, bíblico y

pedagógico. Se realizó el Encuentro Internacional sobre Sexualidad y Sida,

organizado por PYE. En estos años el equipo de PyE en Moyobamba asume

legalmente los casos de abuso sexual.

Del año 2000 al año 2003. Diversas miradas para un mismo caso. El Programa

JADAK en Huánuco convocó a la capacitación de nuevos actores además de

iglesias, entre ellos la Fraternidad de Pastores, la Comunidad Bíblica Universitaria

(CBU) y la Asociación de Grupos Evangélicos Universitarios del Perú (AGEUP). Como

había ocurrido en San Juan de Lurigancho y en Moyobamba, en Huánuco se

identificaron también casos de abuso sexual infantil.

En el año 2002, el equipo que sería destacado a la sede Huánuco recogió la

experiencia de Moyobamba sobre la atención de los casos de abuso sexual infantil.

PyE Huánuco inició sus actividades brindando atención legal y psicológica a las

víctimas, además logró comprometer a las iglesias para el acompañamiento de los

casos. La entidad International Justice Mission (IJM) y River Church de Estados

Unidos asumen el compromiso de apoyo a la atención legal y psicológica de los

casos de abuso sexual infantil, así como a brindar apoyo social. Paz y Esperanza

recibió desde ese año casos derivados de la Fiscalía huanuqueña.

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Es bajo este nuevo enfoque de atención que se forma el Colectivo TAMAR en

Huánuco, constituido básicamente como un grupo de autoayuda –a través de

terapias grupales e individuales- para niños y adolescentes. Además de la

recuperación personal de las víctimas de abuso, se identificó también la necesidad

de recuperar a sus familias y entornos. Esto se trabajó a través de consejería

pastoral desde el año 2003. Dicho enfoque se aplicó en modo paralelo en las

oficinas de Huánuco, donde se consolidaba un equipo multidisciplinario, y en San

Juan de Lurigancho que ya empezaba a trabajar con colegios del distrito.

Del año 2004 al año 2006. Consolidando una propuesta. La experiencia de

atención desde diversos campos, legal, social, psicológico y espiritual, llevó a

establecer un protocolo de atención de los casos de abuso sexual. Asimismo la

búsqueda de justicia condujo a la visibilización de la problemática a través de

acciones de incidencia. Se realizaron campañas públicas para generar sensibilidad

en la opinión pública y medios masivos de comunicación, de modo que

A raíz de diversas trabas, como la corrupción de las autoridades encargadas de

atender los casos, PyE tuvo la necesidad de ejercer acciones de incidencia

mediante campañas públicas que sirvieran a la sensibilización de la población para

que levanten su voz e influyan en las autoridades. Esto se inició en Huánuco con el

caso emblemático de la niña Mayumi, en el que participó no sólo PyE sino también

entidades a nivel nacional e internacional.

Con relación al número de casos que PyE ha atendido, de acuerdo con el registro

institucional posee estadísticas que puede ser útil para revelar la naturaleza y

características de la intervención tomando como referencia la zona de Huánuco. Es

probable que una lectura persuasiva de las estadísticas de atención de los casos

de ASI, ayude a conocer y comprender la valía del esfuerzo institucional que

desplegó el equipo de profesionales. Tal vez lo más importante es que en este

registro se encuentren más respuesta a la actuación institucional y explique los

ritmos de las acciones desarrolladas, las estrategias que tuvieron que desplegar

para la atención. Pueden estar, así mismo, los sentidos que imprimieron a las

acciones. Explicar el crecimiento en conocimiento y sensibilidad como experiencia

institucional.

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1.2. La estadísticas de los casos asumidos

A continuación se presenta a manera de síntesis información relevante tomada del

estudio realizado por el equipo de PyE de los casos asumidos de víctimas de abuso

Sexual Infantil y Violencia Familiar de los años 2003 al 2009 en la ciudad de

Huánuco.

Un primer aspecto a resaltar es que PyE atendió en 6 años de intervención del

2003 al 2009, registraron 313 casos de abuso sexual infantil y 64 casos de

violencia familiar. Lo que significa que atendió un promedio de 52 casos por año,

es decir que por lo menos se asumión 2 casos cada mes. Es probable como que

caso no se resolvería, que la carga procesal era muy grande, el mismo que requería

de equipos profesionales. PyE terminó involucrándose en el tema de la atención de

estos casos, no solo por el compromiso institucional sino porque la población y los

operadores de justicia la reconocen como una institución especializada en el tema,

con solvencia profesional y ética.

Un segundo aspecto es que los años de mayor atención de casos se registraron

entre el año 2005, 2006 y 2007. En tres años, el número de atención fue de 174

personas que representan más del cincuenta por ciento (55%) de 313 casos

atendidos. Hacia el año siguiente, el 2008 el número disminuyó y el 2009

representa menos del 50 por ciento con relación al promedio de atención. Si los

años 2005 y 2007, se atendió a 59 personas, el 2009 a 29 personas.

Un tercer aspecto a considerar es que la mayoría de casos fueron de sexo

femenino, alcanzando a 298, es decir el 95% y de sexo masculino, 15 personas

representando al 5% de la población atendida. De igual modo, esos mismos años, 1 Casos asumidos hasta el mes de noviembre

AÑOS DE INTERVENCIÓN

MASCULINO FEMENINO TOTAL

f % f % f %

año 2003 4 27% 25 8% 29 9%

año 2004 1 6% 33 11% 34 11%

año 2005 4 27% 55 18% 59 19%

año 2006 3 20% 56 19% 59 19%

año 2007 0 0% 56 19% 56 18%

año 2008 3 20% 44 15% 47 15%

año 20091 0 0% 29 10% 29 9%

TOTAL 15 100% 298 100% 313 100%

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del 2005 al 2008, se registran la mayor cantidad de casos, 167 (56%) de 298

casos durante el período de 6 años.

Un aspecto a tener en cuenta es que de los casos asumidos, la mayoría provenían

de la zona rural, 167 de 313 casos asumidos. 146 casos provinieron de la zona

urbana. La distancia no fue tan significativa, lo que expresaba que el abuso sexual

infantil estaba presente en ambas zonas y relativamente mayor en la zona rural.

Una investigación sobre las personas y las familias afectadas por el abuso sexual

infantil podría ayudar a hacer visible si hay una gran diferencia en las zonas o

acaso se trataría de personas que tienen el mismo patrón de vida social,

económica, educativa y cultural.

Con relación al agresor, pertenecía al grupo secundario mayoritariamente, 172

personas de 313 casos, y el grupo primario (que es el que conoce a la persona más

íntimamente, con relación al secundario que no lo conoce en esa condición sino a

partir de contactos sociales, más formal e impersonal). Los del grupo secundario

representan el 55% y los del grupo primario al 40%. Es decir 126 personas. Solo el

5% son agresores desconocidos. Lo que confirma la tendencia general en los casos

de ASI, que los agresores son generalmente personas que conocen a la víctima, sea

de manera íntima o por contacto social, pero que de todas maneras conoce a la

víctima.

RURAL URBANO TOTAL

f % f % f %

año 2003 21 13% 8 5% 29 9%

año 2004 16 10% 18 12% 34 11%

año 2005 32 19% 27 19% 59 19%

año 2006 26 15% 33 23% 59 19%

año 2007 33 20% 23 16% 56 18%

año 2008 20 12% 27 18% 47 15%

año 2009* 19 11% 10 7% 29 9%

TOTAL 167 100% 146 100% 313 100%

CUADRO Nº 3: Casos asumidos en la Asociación Paz y Esperanza de personas victimas de abuso sexual por años según zona de residencia.

Fuente: Informes Psicológicos del Área de Rehabilitación Integral de la Asociación Paz y Esperanza. Elaboración: Propia

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Por último, en cuanto a las edades de las víctimas, la mayor cantidad de casos

durante todos estos años predominan los que tienen entre 11 y 15 años de edad

representando este grupo etario el 51% de los casos. En el caso de menores de

este grupo etario, entre 06 y 10 años, y los mayores, los que tienen entre 16 a 20

años, ambos casos es similar, 19%. Juntos representan el 38% de personas

afectadas por abuso sexual, pero como se puede ver, la predominancia de

vulnerabilidad son los menores que tienen entre 11 y 15 años de edad.

1.3. Los enfoques de Paz y Esperanza y su vinculación con la

experiencia

Por la defensa de la vida, los derechos humanos y la justicia. El Programa JADAK

amplía el marco de acción de Paz y Esperanza en contextos locales teñidos por una

realidad articular, pero unidos por una necesidad similar. El compromiso con la

defensa de la vida, los derechos humanos y la justicia motivó la acción inmediata

de los profesionales hacia la atención de poblaciones sometidas a una situación de

exclusión y vulnerabilidad por su condición social, económica y cultural: las

mujeres, los niños y las niñas, indígenas y campesinos, provenientes de las zonas

de mayor pobreza en el país.

Hubo un mandato institucional -PyE llegó a Moyobamba para dar seguimiento a los

casos de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR)- pero la realidad llevaba

a actuar frente a una demanda encubierta y no implícita, y hacer vivo un principio

fundamental, la recuperación de la dignidad, el respeto y la valía de las personas.

2 Casos asumidos hasta el mes de noviembre

AÑOS DE INTERVENCIÓN

N° Casos

Edades 6-10 11-15 16-20

año 2003 13 24% 46% 24%

año 2004 15 20% 45% 20%

año 2005 24 27% 41% 22%

año 2006 29 17% 49% 17%

año 2007 29 9% 53% 18%

año 2008 24 17% 51% 22%

año 20092 20 17% 69% 10%

Fuente: Elaboración propia sobre Informe del Área de Rehabilitación Integral de la Asociación de Paz y Esperanza.

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Los profesionales de PyE, sensibles a este llamado, dirigieron sus esfuerzos para

acompañar el proceso, muchas veces con recursos propios.

La comprensión cultural para actuar. Las acciones tendrían una impronta propia.

En Moyobamba, el abordaje de los casos significó lidiar con una cultura totalmente

distinta, puesto que la violación sexual en esta zona de selva no era reconocida

como tal. El abuso sexual infantil era resarcido por un acuerdo económico, el padre

de la víctima olvidaba la ofensa cuando el victimario le regalaba una vaca; o social,

la víctima esperaba casarse con su victimario porque lo consideraba su marido. Las

niñas a muy temprana edad establecían relaciones de pareja, sus familias inducían

las inducían a entablar relaciones con hombres mayores para que estos

posteriormente la mantengan económicamente.

Haciendo una lectura de las prácticas de la población, los profesionales de PyE

creyeron que establecer relaciones de confianza era la mejor manera de

involucrarlos en la defensa de sus derechos. Como ellos mismos lo dicen, se

constituyeron en acompañantes legales de las víctimas. Estas actitudes hicieron

que la población se identificara con el equipo de PyE. Asimismo, la interacción

permitió a los profesionales comprender la idiosincrasia de la gente de la zona y

acompañarlos de una forma más efectiva durante el proceso. Una vez que PyE se

hubo involucrado integralmente con sus casos y con los protagonistas de estos,

decidió establecer su programa de educación sexual en colaboración con la iglesia

local.

El diálogo entre diversas experiencias. La capacidad para transferir y compartir los

aprendizajes son valores institucionales. La información se trasladó de una oficina

a otra y esto resultó muy productivo. La experiencia adquirida en Moyobamba (la

primera oficina descentralizada) sirvió como base para la apertura de la oficina de

Huánuco. Del mismo modo, la experiencia de Huánuco sirvió para abrir la oficina de

Ayacucho.

Los saberes ya acumulados, probados, o por lo menos iniciados, retroalimentaron y

facilitaron la implementación de las acciones de una región a otra. La ruta del cómo

hacer se transfería a una zona y más tarde era complementada. Se coordinaron

esfuerzos entre las oficinas regionales para establecer paralelos entre los diversos

modos de atención a las víctimas de abuso sexual.

Pedagogía desde un enfoque constructivista. La experiencia de PyE tuvo un alto

componente pedagógico que marcó todas las etapas del proceso y los distintos

niveles de organización. Desde la acción institucional se reconocieron los saberes

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previos, al tomarse en cuenta la ruta de los proyectos pioneros, más tarde

contextualizados a las realidades de cada zona.

Se construyó una metodología propia para la atención de los casos de abuso sexual

con aportes de los profesionales de distintas disciplinas, a quienes se les reconocía

el manejo de la técnica desde sus especialidades. En la construcción de la ruta de

atención, el abogado, el docente, el psicólogo y el comunicador adquirieron

capacidades para actuar como defensores, asesores y facilitadores de nuevos

aprendizajes.

Se promovió que los actores involucrados en la problemática participaran de un

proceso de aprendizaje continuo. En algunos casos, las personas afectadas

construyeron junto con los profesionales de PyE el pedido, la denuncia y la

argumentación de la defensa, para ello se les brindaba información sobre las leyes,

el sistema y el proceso legal. En general, se capacitó a diversos actores para dar

seguridad en la atención de los casos de abuso sexual infantil.

Se instauró la pedagogía de la ternura. El amor se mostraba en la actitud empática

de los profesionales de PyE, pues sabían que la sanidad espiritual de quienes

sufrieron el abuso se habilitaba a través del amor. El amor restauraba el alma, la

familia acompañaba a la víctima desde el afecto; el pastor, como siervo de Dios,

daba consuelo y guiaba a la familia en el proceso ayudándole desde La Palabra. Se

enseñaba a re-aprender a amar, dándolo.

La perspectiva bíblica, la impronta de las acciones. Toda acción de los

profesionales de PyE tenía como fundamento La Palabra. Se hacía una lectura

bíblica contextualizada, la que era incorporada en el discurso y la acción, en la

defensa legal incluso para concretar las conciliaciones extrajudiciales. Debido a

esto los profesionales de PyE se consideraban a sí mismos biblistas. Los

profesionales de Paz se involucraron desde su compromiso cristiano regido por el

mandato bíblico de justicia. Para el equipo, el Salmo 18, en sus versículos del 25 al

27, describía su labor: “Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, Y recto

para con el hombre íntegro. Limpio te mostrarás para con el limpio, Y severo serás

para con el perverso. Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás los ojos

altivos.”

13

II

2.1. El porqué de las acciones

El silencio, la mayor demanda. No existió una demanda propiamente dicha, ni de

índole social tampoco institucional. Fue el silencio, la impotencia y el dolor de las

víctimas la mayor demanda, una respuesta inmediata a la indiferencia, la permisión

o la negación de lo sórdido por parte de la sociedad. La indolencia de la sociedad

ante el abuso sexual infantil tenía como una de sus raíces la cultura adultocéntrica.

El cultura adultocéntrica. En las zonas de intervención, en la sociedad peruana,

toda forma de socialización era precedida y condicionada por una educación que

legitimaba el dominio discursivo y el poder de actuación del adulto/a sobre el

niño/a, la elocuente frase no intervengas en conversaciones de adultos podría

ejemplificar lo dicho. En este mundo de adultos, el niño no tenía palabra en eventos

de la vida cotidiana, aun más en hechos de abuso sexual, se silenciaba su voz

violentamente, pues no había sido educado para confrontar, haciéndolo más

vulnerable.

La impunidad de los delitos. La sordidez, la corrupción y el silencio confabulaban

para que los delitos se mantuvieran impunes en la esfera privada y en la pública,

en el hogar, la escuela, el colegio, la iglesia, el Poder Judicial. Era vital una acción

decidida al respecto, todos debían comprometerse con la justicia y ningún

victimario debía escapar de la denuncia. De haberse dado el delito en el contexto

del hogar entonces la familia la presentaría, si se daba en el contexto de la iglesia

entonces serían sus liderazgos quienes denuncien.

El riesgo en la Iglesia evangélica. La desinformación de los líderes de la Iglesia

sobre la temática sexual exponía a toda la congregación a situaciones de

vulneración de sus propios derechos y de los otros/as. Los actos de violencia

sexual al interior de la Iglesia fueron un indicador de una conducta sexual no

saludable de algunos de sus miembros.

El camino hacia la atención integral

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2.2. Los fundamentos cristianos

El evangelio como acción liberadora. PyE asume el rol de llevar las Buenas Nuevas

sabiendo que el evangelio, como acción liberadora, implicaba enfrentar la injusticia

y la corrupción en diversos espacios, inclusive en el ámbito eclesial.

La intervención de PyE se sostuvo en dos principios: a) que el Señor ponía las leyes

en la Tierra para gobernar e impartir justicia y b) que a pesar de ser creyentes y

arrepentirse, los culpables de un delito debían cumplir con las leyes, porque era

una forma de someterse a las autoridades que Dios había puesto en la Tierra. Es

decir, quien cometía un acto injusto debía asumir las consecuencias, cumplir el

castigo que imponía la ley.

Si bien el Señor libraba de todo pecado y perdonaba, para PyE el arrepentimiento

tomaba su tiempo, no era una actitud de momento, un momento de oración y

compunción, sino que también se demostraba a través de las obras y de los frutos.

Desde esta reflexión, el cumplimiento de la pena era importante para la

restauración/liberación de la víctima, del victimario y de la sociedad.

La justicia aquí ahora. El sentido de justicia de PyE trasciende la lógica de que

aparentemente solo existe justicia divina, allá en el cielo, pero demuestra con su

intervención que la justicia divina empieza en la tierra. Se vive una ética cristiana

que vincula la fe y la acción social. Desde esta perspectiva, la justicia divina podía

aplicarse a través de las leyes dadas en la tierra y hacer creíble que el Reino está

aquí.

La fe como sostén del equipo. Para PyE fueron la fe y la esperanza en Dios los

pilares que sostuvieron a sus profesionales y que los hicieron más efectivos en sus

labores. Su trabajo se distingue del trabajo de otras entidades por esta mística. El

compromiso cristiano le dio valentía al equipo para la atención de las víctimas y

para asumir el proceso hasta las últimas consecuencias, que el victimario

cumpliera la pena.

2.3. El difícil camino

Paz y Esperanza se enfrentó a diversos tipos de resistencia y retos cuando

emprendió sus acciones para tratar la problemática de abuso sexual infantil:

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La escasez de recursos humanos. En la zona de Moyobamba, los profesores, en su

mayoría, provenían de institutos superiores. La ciudad carecía de psicólogos,

comunicadores, antropólogos o trabajadores sociales. Por tal motivo, PyE se vio

obligada a reclutar profesionales de distintos puntos del país para ser destacados a

las oficinas descentralizadas.

La reticencia de actores importantes. La perspectiva teológica de las iglesias

locales y sus líderes restringía su misión a la dimensión espiritual, obviando otros

aspectos del desarrollo de la persona y por ello de la realidad social, se ignoraba

los temas sexuales y un sector era indiferente ante los casos de abuso sexual. Si

bien era una Iglesia visible, su interpretación bíblica resultaba siendo una barrera

para la lectura de la realidad. El líder o pastor asumía que en su iglesia no existía

contaminación de ningún tipo. Por otro lado, los docentes (como en el caso de San

Juan de Lurigancho) se resistían a trabajar desde un enfoque educativo integral

que incluyera los temas de sexualidad.

La ausencia y resistencia del Estado. Hubo falta de apoyo para el funcionamiento

de diversas instancias del Estado, como las DEMUNAS y la Defensoría del Pueblo,

que ofrecieran una adecuada atención a los casos de abuso sexual infantil.

La nula atención de las municipalidades y gobiernos regionales a la protección de

la niñez, las mujeres y los pueblos indígenas. Se presentaba un vacío en las

políticas locales y escasa inversión pública en proyectos que beneficiaran a estos

grupos sociales.

A nivel del gobierno nacional, el Ministerio de Economía y Finanzas no contaba con

indicadores pertinentes para evaluar los proyectos de desarrollo social, los

parámetros de medición para su viabilidad respondían a los aplicados a proyectos

productivos, es decir, sobre la base de la tasa de retorno, el cual resulta ser menor

en un proyecto social.

La resistencia del Poder Judicial para aceptar las demandas interpuestas por los

profesionales de Lima limitó el accionar en los diversos casos que asumió la

Asociación. Para litigar, el equipo se vio obligado a obtener la colegiatura en el

departamento de Moyabamba.

Las diferencias culturales. Las tradiciones y costumbres se diferenciaban de una

comunidad a otra, lo que requería de mayor especialización, en principio el

aprendizaje del idioma de origen. Pese a las mejores intenciones de trabajar, no se

16

contaba con personal que dominara el idioma de las comunidades amazónicas ni

andinas.

La permisibilidad social. Ante los hechos de abuso sexual y prácticas tradicionales

como el incesto hacían más delicada la tarea, puesto que se debía establecer el

diálogo intercultural bajo los principios del respeto a la vida y la búsqueda de

justicia.

2.4. Las estrategias, paso a paso

Información y sensibilización. En Moyobamba, el acompañamiento a las víctimas

supuso un proceso paralelo de información y de sensibilización. Se compartió con

las personas afectadas (víctimas y familiares) las características del sistema

judicial y el procedimiento legal a seguir, asimismo, se les ayudó a empoderarse

sobre su derechos y buscar justicia haciéndolas partícipes de la construcción de su

propia defensa.

Desarrollo de capacidades. La capacitación fue una estrategia que se fue

consolidando en el tiempo. Surgió en San Juan de Lurigancho con la formación de

los liderazgos eclesiales en temas de salud sexual a través del Programa JADAK y

que después daría paso al Programa de Prevención de Abuso Sexual Infantil en

escuelas y colegios de Huánuco y San Juan de Lurigancho, que involucró a toda la

comunidad educativa. Los programas contaron con un enfoque pedagógico

preventivo y metodológico participativo.

Los policías, fiscales y jueces también fueron convocados para participar en

espacios formativos de desarrollo de capacidades para la atención, con el objetivo

de aprender técnicas de entrevista que tomaran en cuenta la dignidad de la víctima

y de procedimientos que permitieran mayor rigurosidad en la etapa de la

investigación.

Movilización, participación y empoderamiento social. PyE convocó a diferentes

actores sociales con el fin de que se movilizaran por la protección de los derechos

de los niños-as y la búsqueda de justicia. Promovió la participación de la comunidad

educativa (estudiantes, docentes y padres de familia) y de la Iglesia Evangélica, que

establecieron nuevas formas de relacionamiento con las organizaciones de la

sociedad civil y el Estado. Gestionó espacios de interacción que contribuyeran a

17

mejorar su rol como agentes de transformación, tomando control sobre sus

decisiones y acciones de orden político y social.

Incidencia. PyE Huánuco desarrolló estrategias de incidencia en dos importantes

frentes, los medios y las autoridades. Utilizó los medios de comunicación masiva y

medios de propaganda como caja de resonancia para posicionar el tema de

violencia sexual infantil y sentar su posición institucional aclarando, denunciando y

siendo vigilante del proceso. Los medios ejercerían presión sobre las autoridades

como también los propios afectados (comprometidos en sus propios casos) y la

población.

Sensibilizó a la opinión pública mediante pancartas y marchas por la ciudad,

pegando afiches, regalando volantes, tomando espacios en la radio, para dar a

conocer los casos de impunidad. Desarrolló campañas emblemáticas con el

objetivo de asumir una posición frente a un hecho.

18

III

Abordar el problema desde la educación preventiva fue un aporte a la generación de

conciencia en los distintos actores de la sociedad sobre los factores de riesgo del abuso

sexual infantil, su impacto en la vida de las víctimas, la forma de atención de los casos y

finalmente, gracias a un mayor manejo de información, la exigencia de una atención

integral. Este fue un primer eje que atravesó el conjunto de acciones de lo que podría

denominarse una etapa previa.

Al ampliarse el marco de atención de los casos de abuso sexual infantil, que trataba otros

aspectos además del legal, se conformó un equipo especialista multidisciplinario. El

objetivo de las acciones del equipo multidisciplinario fue que el niño víctima de abuso

sexual sea restablecido a imagen y semejanza de Dios, promoviendo su integración y la

recuperación de su integralidad. Ello implicó un trabajo previo de interdisciplinariedad e

intercomunicación, que se dio en espacios previos de construcción, los cuales no fueron

formalizados se fue construyendo en el camino. A partir de esta labor se diseñó un

protocolo de atención integral.

Sin embargo, todos los esfuerzos de la atención legal, psicológica, social y pastoral para la

recuperación de la víctima no serían efectivos de mantenerse el agresor del delito en la

impunidad. Por ello las dificultades del contexto obligaron a realizar acciones de incidencia

(básicamente esta fue una experiencia en la sede de Huánuco), el segundo eje estratégico

que permitió cerrar el círculo del acceso a la justicia y marcar un hito en el accionar de PyE.

3.1. La atención integral

Generalmente la víctima (usuario-a) era derivada a la Oficina de Paz y Esperanza

por el Ministerio Público o por una dependencia policial. Desde que se recibía a la

persona-s afectada-s se aplicaba un tratamiento multidisciplinario e

interdisciplinario. Los especialistas provenientes de distintas disciplinas trabajaban

un mismo caso con enfoques variados -legal, psicológico, social y espiritual- la

sensibilidad ante las necesidades de las víctimas de abuso sexual hizo que los

mismos profesionales trabajaran juntos en el caso tratando de unificar criterios

Recuperando vidas

19

para alcanzar una atención integral. En esta primera etapa se debía determinar

qué asistencia requería e informarle sobre la ayuda que podía recibir por parte de

PyE. Se involucraban para ello todos los profesionales el abogado, la asistenta

social, la psicóloga y el pastor.

Secretaría derivaba a la usuaria al Área de Atención Psicológica y Social (o a un

abogado si es que no se presentaba la menor agraviada. En casos de las víctimas

de violencia sexual que eran mayores de edad, los abogados sólo tomaban sus

datos generales). Se atendía paralelamente a los padres y a la persona afectada.

Podía participar un traductor en caso que la situación lo requiera.

El producto de esta primera etapa era la ficha de atención (uno de los instrumentos

elaborados como parte del protocolo de atención), la cual, de algún modo,

constituía una respuesta a la víctima (ya que cuatro profesionales entran en

contacto con los solicitantes). Se actuaba de inmediato si se requerían respuestas

inmediatas como solicitar medidas de protección para la víctima. En promedio, la

atención tomaba entre cuarenta y sesenta minutos. Así se lograba una pre

evaluación del caso y se definía si sería asumido o no en una reunión

interdisciplinaria institucional. De no asumirse el caso se procedía a su

archivamiento, los abogados eran los encargados de comunicar a los usuarios

sobre esta decisión.

El primer contacto con la víctima era realizada por el psicólogo, quien se encargaba

básicamente de hacer las preguntas necesarias para determinar la existencia del

abuso sexual. Luego, el abogado era informado sobre el caso para que pudiera

contactar a la madre y, desde un marco jurídico, transmitirle lo importante que era

denunciar el caso para no convertirse en cómplice del mismo. En tercer lugar,

actuaba la asistenta social, quien corroboraba toda la información con la madre

con el fin de ofrecerle alternativas en caso que el abusador (el esposo) fuera

apresado y la familia quedara sin sustento económico -el elemento económico era

la razón por la cual muchas mujeres no denunciaban el abuso sexual en contra de

sus hijos. El último en la cadena de atención era el pastor, quien brindaba

acompañamiento y consejería cristiana no directamente a la víctima sino a sus

padres.

Este proceso de atención generaba un clima de confianza y colaboración mutua

(rapport) para que el niño o la niña pudiera contar su historia y recoger información

sobre su estado emocional, organicidad, inteligencia, personalidad, familiar e

interpersonal. Estos mecanismos de atención tenían como objetivo evitar la re

20

victimización. La psicóloga que atendía a la niña transmitía toda la información al

abogado, si era necesario contar con más datos para el proceso legal, la psicóloga

se encargaba de realizar las entrevistas complementarias y luego iniciar la terapia

con la víctima.

3.2. Protocolo de atención3

Atención psicológica y social. Procedimiento de Atención del Área de Atención

Psicológica y Social a Víctimas de Abuso Sexual Infantil y Violencia Familiar.

A. Fase de Inicio

A.1. Evaluación Psicológica.

− Las examinadas(os) acuden a la institución de dos formas: por derivación, a

través de un documento (PNP, Ministerio Público), o por iniciativa propia.

− En la entrevista psicológica participan solamente la examinada o

examinado y la psicóloga o psicólogo designado por la institución. Puede

participar un traductor en caso que la situación lo requiera.

− El psicólogo o psicóloga establece el “rapport”, creando un clima de

confianza y colaboración mutua.

− El psicólogo o psicóloga recopila los datos de filiación de la examinada o el

examinado haciendo uso de la ficha de atención psicológica.

− El psicólogo o psicóloga determina el motivo de consulta (por abuso sexual

o violencia familiar).

− El psicólogo o psicóloga, a través de la observación clínica, identifica el

comportamiento, rasgos físicos y estigmas que presenta la examinada o

examinado.

− El psicólogo o psicóloga recopila información sobre los antecedentes y

hechos de violencia (abuso sexual y violencia familiar).

− El psicólogo o psicóloga administra las pruebas psicológicas con la

intención de medir las siguientes áreas: emocional, organicidad,

inteligencia, personalidad, familiar e interpersonal.

− La madre, el padre o apoderados brindan únicamente información

complementaria cuando la examinada o examinado tiene limitaciones para

brindar la información necesaria.

3 Manual de atención a víctimas de abuso sexual infantil y violencia familiar. Paz y Esperanza Huánuco 2012.

21

Previo consentimiento de los padres o apoderados a través de una autorización

se realizan la grabación de la entrevista y toma de fotografías.

− El psicólogo o psicóloga respeta en todo momento la confidencialidad de la

entrevista.

− El promedio de tiempo que dura la evaluación psicológica es de 40 a 60

minutos.

A.2. Proceso de Recopilación de Datos Socioeconómicos

El psicólogo o psicóloga recopila los datos socioeconómicos a través de una

entrevista al padre, madre o apoderado de las víctimas menores de edad,

de abuso sexual y/o violencia familiar, a través de una ficha de

necesidades, y a la propia víctima si se trata de una persona mayor de

edad.

A.3. Elaboración y Entrega del Informe Psicológico

− El informe psicológico se elabora sobre la base de la información obtenida

de la víctima en la evaluación psicológica y su análisis correspondiente.

− El informe psicológico elaborado se guarda electrónicamente en la carpeta

de su respectivo caso que se encuentra en el servidor de red.

− La entrega del informe psicológico al Ministerio Público, Policía Nacional,

instancias del Poder Judicial, a la víctima o a sus representantes, se realiza

previa solicitud formal y con cargo de entrega.

− Todos los informes quedan documentados, aún cuando no sean solicitados

por entes interesados. Cuando son requeridos se les entregará previa

solicitud formal.

Antes de la fase intermedia, los informes psicológicos son sustentados en una

reunión interdisciplinaria institucional, para determinar si el caso se asume

integralmente.

B. Fase Intermedia

B.1. Tratamiento Individual

− En la primera sesión se establecen los objetivos específicos de acuerdo a

las necesidades emocionales; además se trabaja un contrato terapéutico.

22

− La sesión se realiza una vez por semana, con duración de una hora por

sesión. El número de sesiones varía de acuerdo al grado de afectación de la

víctima y al avance en la rehabilitación emocional.

− La culminación del tratamiento individual se da al cumplirse los objetivos

trazados.

B.2. Tratamiento Grupal

− En los casos de abuso sexual infantil, se incluye al niño, a la niña o

adolescente al Colectivo Tamar con el objetivo de crear soporte emocional

entre las y los integrantes, a través de talleres que propicien la integración,

la potencialización de habilidades, destrezas y capacidades.

− Las actividades con el Colectivo Tamar promueven paseos, retiros,

campamentos y celebración de cumpleaños, aniversarios del colectivo,

celebración de la navidad, etc.

− En los casos de violencia familiar, se conforma un grupo de autoayuda, con

quienes se ejecutan talleres que fomenten la integración, desarrollo de

capacidades, empoderamiento de sus derechos y restablecimiento y

estabilidad emocional.

C. Fase Final

C.1. Seguimiento Psicológico

− El seguimiento psicológico se realiza de manera periódica y paralelo al

tratamiento psicológico individual y/o grupal.

− Tiene por finalidad:

Verificar los avances en la rehabilitación psicológica y/o emocional.

Corroborar la situación socioeconómica en la que vive la víctima.

Recoger información del entorno inmediato (familiares, amigos,

docentes, etc.) sobre los avances o retrocesos en el área

emocional.

C.2. Seguimiento por Visita Domiciliaria

− De manera proporcional, se asigna un determinado número de casos de

abuso sexual infantil y violencia familiar a las psicólogas y psicólogos del

área.

23

− Cada psicólogo o psicóloga es responsable de realizar las visitas

domiciliarias correspondientes, para lo cual se ubica la dirección exacta y

luego acude al domicilio.

− El seguimiento psicológico se realiza a través del diálogo con la víctima. En

caso de ausencia, se dialoga con los familiares, amigos, etc. La información

se registra en una ficha.

− El diálogo nos permite recopilar los datos necesarios acerca del estado

emocional y socioeconómico actual de la víctima.

C.3. Seguimiento por Cita Psicológica

− Se lleva a cabo a petición de un familiar/persona cercana a la víctima, o a

solicitud del psicólogo o psicóloga encargada.

− Se acuerda un horario adecuado para la víctima. Se recoge información, a

través del diálogo, acerca de su estado emocional y situación

socioeconómica actual.

El seguimiento psicológico se culmina con la realización de un informe con las

conclusiones y recomendaciones sobre el tratamiento.

Atención legal. Procedimiento de Atención del Área de Protección y Defensa Legal

a Víctimas de Abuso Sexual Infantil y Violencia Familiar.

A. De inicio

− Los padres, apoderados o las usuarias mayores de edad, serán

entrevistados por una abogada/o, quien solicitará la información básica de

la víctima y del agresor, además de consultar qué acciones legales ya se

hayan realizado hasta el momento, todo lo cual será plasmado en una ficha

de atención.

− Es importante que en la Ficha de Atención se consigne todos los datos

posibles para ubicar a las víctimas, como dirección, teléfono personal, de

un familiar o del pueblo, o alguna referencia más concisa del lugar donde

viven, además de la fecha de atención, el nombre de quien toma la ficha y

el tipo de delito.

− El contenido de la ficha de atención será expuesto en la reunión

interdisciplinaria semanal; luego de evaluarse el caso, y estando asumido el

mismo, la madre o el padre, la apoderada o el apoderado, o la usuaria

24

mayor de edad firmará una Declaración Jurada, en la cual plasme con puño

y letra su versión sobre los hechos materia del delito, y seguidamente

firmará e imprimirá su huella digital dando fe de la veracidad del mismo.

Los que no saben leer y escribir darán su consentimiento a través de una

tercera persona de su confianza.

− Una vez asumido el caso los padres o apoderados deberán entregar la

partida de nacimiento en original o copia, así como la copia de su DNI, para

asegurar su representación de la víctima.

− En el supuesto de no asumirse un caso durante la reunión interdisciplinaria,

deberá dejarse constancia de las razones en la ficha de atención con la

fecha del interdisciplinario donde se tomó la decisión y las razones por la

que no se asume, a fin de que un abogado o abogada comunique a los/las

solicitantes el resultado.

B. De proceso

− La usuaria o usuario deberá de concurrir a la oficina cuando se requiera su

participación en las diligencias de su caso, y mantener un contacto

permanente con las/los abogados, quienes informarán de los avances del

proceso.

− La usuaria o usuario será atendido los días martes y jueves en la tarde de

cada semana para información sobre el proceso. Sólo en caso de usuarias

o usuarios de zonas rurales lejanas serán atendidos a cualquier hora del

día en horario de oficina.

− Se coordinará con los padres o apoderados y usuarias toda diligencia a

realizarse para su acompañamiento, no debiendo acudir solo/a al Juzgado,

salvo previa coordinación con los abogados/as.

− Los padres o apoderados deben de facilitar el contacto con la víctima de

violencia sexual, testigos y otros, para posibilitar la realización de las

diligencias. El contacto con la víctima de abuso sexual infantil para la

realización de diligencias serán sólo para situaciones muy excepcionales,

teniendo en cuenta de no exponerlas a situaciones re-victimizantes.

− Los padres o apoderados y/o usuarias deben ser acompañados por los

abogados/as en algunas entrevistas que sean necesarias con la policía,

fiscales, jueces y magistrados en general, para impulsar el caso, previa

entrevista con quien corresponda.

25

− Los padres o apoderados y/o usuarias deberán de comunicar las amenazas

que reciban de la otra parte del proceso, y los abogados/as deberán de

realizar las acciones legales correspondientes para que se les conceda las

garantías del caso. Esta información debe ser anotada en las hojas de

seguimiento del file interdisciplinario.

− En caso de algunas víctimas que se encuentren en grave peligro o

necesidad de ser protegidas, los padres o apoderados y/o usuarias deben

de informar a los abogados/as, quienes solicitarán de inmediato las

medidas de protección correspondientes y, de ser necesario, tramitarán su

ingreso al Albergue “Casa del Buen Trato Hovde”, temporalmente.

C. De cierre

− La usuaria o usuario será informado/a sobre el resultado final del proceso

de abuso sexual infantil o de violencia familiar.

− Los abogados/as harán las recomendaciones a los padres o apoderados

y/o usuarias para qué comuniquen cualquier incidente posterior al proceso

que pueda ocasionarse por motivo de una venganza o reincidencia en las

agresiones

Atención pastoral. Tiene como objetivo involucrar a los padres, madres y/o

apoderados, como aliados en el proceso de búsqueda de justicia, recuperación

emocional de la víctima y en la participación de acciones de incidencia.

A. Inicio

− Atenderles con escucha activa en la narración de los hechos y expresión de

sentimientos como enojo, rechazo, impotencia, ira, deseos de venganza,

sentimientos de culpa, dolor, temor, etc.

− Explicación del abuso sexual y su gravedad como delito según la legislación

y según el propósito de Dios.

− Animarles a buscar la rehabilitación emocional de la víctima, y contribuir a

su no re-victimización. Se trata de reducir los factores familiares que

puedan entorpecer el proceso legal y de recuperación emocional

hablándoles sobre las posibles consecuencias de este episodio y su

responsabilidad como padres, de apoyar a sus hijas(os) y de brindarles

afecto y comprensión.

− Clarificarles de la existencia de un culpable o culpables, y una víctima.

26

− Bajo el principio de dignidad y justicia, se anima a los padres a no ceder

ante posibles propuestas de “arreglos” por parte del agresor y/o sus

familiares a fin de que la víctima cambie de versión y el agresor quede

impune. También se les advierte que no cedan ante posibles actos de

corrupción de los administradores de justicia como policías, fiscales,

jueces, etc.

− Animar a fortalecer su fe en Dios y practicar la oración como recursos

espirituales para afrontar situaciones de violencia e injusticia.

− Animando a que como padres motiven a sus hijas(os) a continuar con su

vida y sus actividades (estudio, trabajo, etc.).

− Hacer firmar una declaración jurada a los padres y/o apoderados respecto

a la veracidad de su relato, sacando de esa ficha el compromiso de asistir a

las reuniones del Colectivo de padres “Devolviendo la sonrisa a Tamar” si

es que antes no se asume.

B. Proceso

− Empoderarlos en sus derechos fundamentales, en su valor como persona,

sin distinción de edad y sexo; y en la necesidad de buscar justicia y de

luchar por el respeto de los derechos de sus hijas e hijos.

− Brindarles herramientas para el correcto acompañamiento a la víctima en

los procesos legales y de rehabilitación, toda vez que algunas de las

víctimas no siempre colaboran por las amenazas, temores, vergüenza y

confusión, siendo allí indispensable la actuación de los padres y/o

apoderados.

− Incorporarlos en las reuniones periódicas del colectivo de padres

“Devolviendo la sonrisa a Tamar”.

− Comprometerlos a dejar que sus hijas(os) acudan a las terapias individuales

y grupales organizadas por la institución.

− Fortalecerlos como organización de padres para llevar a cabo acciones de

incidencia.

− Hacerles visitas domiciliarias.

C. Seguimiento

− Se les anima a promover una cultura de prevención y denuncia, para que

enseñen y orienten a otros en los pasos a seguir en caso de producirse un

abuso sexual.

27

− Se les anima a cumplir su rol de vigilancia ciudadana a fin de ayudar a otras

familias que podrían estar pasando por similar situación, y participar en

acciones de incidencia para prevenir y erradicar la impunidad ante el abuso

sexual infantil.

− Se les recomienda que eviten hablar con su hija o hijo sobre los hechos de

abuso sexual, a menos que ella o él desee hacerlo. Enseñarles a que

respondan a sus preguntas proveyéndoles seguridad y confianza.

− Se les ayuda a fortalecer el colectivo de padres “Devolviendo la sonrisa a

Tamar”.

− Se les ayuda a fortalecer espiritualmente su ambiente familiar con

consejería bíblica si es que lo solicitan.

3.3. Cualidades y rol del equipo multidisciplinario

Las cualidades y los roles se fueron construyendo en el proceso. La apuesta fue

que el equipo profesional, de carácter multidisciplinario, se condujera hacia la

interdisciplinariedad. Todo ello implicó desarrollar un lenguaje común, un protocolo

de atención, un código de ética, una visión.

El equipo integrado por personas que traían sus propias historias y técnica de

diferentes campos de trabajo sintonizó en un mismo sentir y cumplió un rol, cada

uno de ellos se convirtió en defensor y acompañante de personas con derechos

vulnerados y apostaron por trabajar juntos en su recuperación integral. El abogado,

la psicóloga, el trabajador social, el pastor, la terapista establecieron puentes de

comunicación que les permitiera una interacción multidisciplinaria e

interrelacionada, con el objetivo de alcanzar claridad, comprensión y control del

proceso de atención.

Cada profesional desde su especialidad fue portador de un saber hacer previo y fue

añadiendo un nuevo ingrediente a la actuación institucional. La incorporación de

profesionales de diversas disciplinas hicieron que algunos aspectos se hicieran

visibles para el abordaje de la atención de los casos de abuso sexual infantil, por

ello fue la oficina de Huánuco que amplió la perspectiva para tratar la problemática:

en Moyobamba, el equipo estuvo compuesto por dos abogados; en el caso de Lima,

por psicólogos; en Huánuco, en su primera etapa, un psicólogo, luego se

incorporaron un abogado y una comunicadora.

La capacitación y el aprendizaje fue una acción constante. Desde el año 2003,

entidades como International Justice Mission (IJM) y River Church capacitaron a los

28

profesionales de PyE de Huánuco y Moyobamba. IJM tuvo un rol importante para la

capacitación en temas como proceso de investigación, recojo de evidencias y

técnicas para la argumentación. River Church enseñó la vital importancia de la no

re-victimización de las personas que habían sufrido abuso sexual, sus especialistas

compartían las técnicas de cómo realizar una entrevista, cómo dialogar con la

persona afectada, cómo hacer las preguntas. Con estos aportes se construyeron el

protocolo de atención y los instrumentos para las entrevistas a aplicarse con las

víctimas.

Hasta el día de hoy se dan estas capacitaciones, con temáticas de cómo desarrollar

terapias para niñas víctimas de abuso sexual, cómo mejorar el trabajo profesional y

la intervención, incluso se brinda capacitación a los magistrados del Poder Judicial.

En las propias oficinas se fue capacitando a los profesionales, por ejemplo, en

Huánuco a finales del año 2004 e inicios del año 2005 se realizaron

capacitaciones internas y reuniones de socialización para que específicamente los

psicólogos con ayuda de los abogados comprendieran el Código Penal y el marco

legal sobre abuso sexual infantil.

Para el equipo profesional fue Cristo el sostén que le permitió trabajar durante

muchos años, más de una década, en los casos de abuso sexual infantil. Las

situaciones límites en las diversas áreas del proceso de rehabilitación –la

vulnerabilidad de los niños-as abusados-as, los actos de corrupción de los

operadores de justicia, la indiferencia de la sociedad, las amenazas contra la vida

de los profesionales, el reglaje- les demandaba un involucramiento emocional

desgastante. Su convicción cristiana fue un factor de resiliencia y de diferenciación

de otras instituciones que también abordaban la problemática.

3.4. La recuperación desde la fe

Con el abuso sexual, el niño-a pierde la confianza en sí mismo-a y en los demás, su

cuerpo es dañado porque está sujeto al riesgo de contraer enfermedades, es

incapaz de dar amor, se genera una suerte de culpa. Existe una disociación de la

personalidad.

Se afecta la salud emocional, las relaciones familiares, el desarrollo integral, por

ello el proceso de rehabilitación que aplicó PyE fue integral. Se orientaba a la

rehabilitación en todos los ámbitos de la vida afectados, a la recuperación de las

habilidades y la restauración espiritual, trascendiendo las acciones asistencialistas

29

para dar paso al empoderamiento. Los pequeños y sus padres debían participar del

proceso, involucrándose en la protección de sus derechos y en su propia defensa.

Al darse el daño a nivel personal o familiar (como en los casos de abuso sexual

dentro de una familia), la recuperación debía darse en estos dos espacios, puesto

que la víctima necesitaba recuperar su entorno.

Con la rehabilitación, las víctimas recuperaron su bienestar emocional y

restablecieron sus relaciones filiales. El trabajo multidisciplinario contribuyó a

estos resultados. Si bien la atención pastoral de la familia y la atención psicológica

de la víctima fueron dos aspectos importantes, saber que el victimario asumía su

responsabilidad fue gravitante para restituir los derechos de las víctimas y la paz de

su familia. Fue hacerles saber que la justicia de Dios también podía alcanzarse en

la tierra. Para PyE todo acto justo implicaba la recuperación y restauración de las

personas.

Desde otras instituciones se abordaba la terapia desde el dolor y la aceptación;

PyE, optó por la esperanza y la vida. Sus profesionales describieron que había una

fuerza interna subyacente a la capacidad de resiliencia. Era la capacidad de vivir en

libertad. Transmitían el mensaje que había aceptación incondicional del Señor en

medio de cualquier circunstancia de la vida. La fe, que muchas veces no era

reconocida por la psicología, se convertía en el soporte. La fe y la esperanza

motivaron a las víctimas a seguir apostando por la vida y mirar en perspectiva el

futuro.

A continuación presentamos algunas historias de niñas víctimas de violencia sexual

que fueron acompañadas por PyE Huánuco para su recuperación.

30

Caso Shashima

Shashima vivía con sus padres y sus cuatro hermanos en una comunidad llamada

Huachipa, uno de los poblados de la selva más alejados del distrito de Chinchao-

Huánuco. Toda su familia asistía a una congregación evangélica del lugar, sin

embargo el entorno familiar en el que vivía no era muy bueno, ya que su padre

constantemente agredía física y psicológicamente a su madre; pero lo más

lamentable fue que Shashima comenzó a ser abusada sexualmente por su padre

Edú Rivera Vía desde los ocho años de edad, amenazándola con matarla a ella y a

su madre si contaba lo que sucedía, hasta quedar embarazada a los 14 años. Fue

en ese momento, agosto del año 2007, que tuvo que contar a su madre de los

ultrajes a los que fue sometida por su padre. La madre hizo la denuncia ante la

policía y lo detuvieron internándolo en el Penal de Potracancha en Huánuco.

La madre de Shashima, la señora Julia Trujillo Simón, vino a Paz y Esperanza con

su hija para solicitar nuestro apoyo en setiembre del año 2007, constituyéndonos

como sus abogados y comenzando con su rehabilitación psicológica. Shashima

tuvo que quedarse en Huánuco por que ya estaba en los últimos meses de su

embarazo, y porque el lugar donde vivían era inaccesible a los puestos de salud. Es

así que es acogida en la casa de las sobrinas de la madre, dejándola ella a su

cuidado, hasta que dio a luz a una hermosa niña que puso por nombre Sheyla.

Pero los familiares que la acogieron comenzaron a maltratarla física y

psicológicamente, por lo que previa autorización de su madre, que se encontraba

en Lima trabajando, tuvimos que sacarla del lugar, ya que esta situación no

ayudaba a su recuperación emocional.

En el mes de marzo del año 2008 Shashima ingresó al Albergue “La Casa Hodve

del Buen Trato” en la Granja Lindero, y desde ese momento comenzaron sus

terapias de manera permanente por parte de las psicólogas de PyE. Cuando

Shashima y su bebé ingresaron al albergue ambas tenían principios de anemia, así

que también se inició un tratamiento médico para ambas. Shashima se quedaría

en el albergue mientras duraba el proceso judicial que se le seguía a su padre.

31

Caso Lili

Lili vivió en un poblado muy pobre llamado Cascay, el cual se encuentra en el

distrito de Churubamba-Huánuco. Perdió a su madre cuando tenía ocho años de

edad, quedando huérfana con un hermano recién nacido. Su padre Ignacio Daza

Leandro salió en busca de trabajo a la ciudad de Lima, dejándola a vivir con sus

abuelos paternos. Cuando Lili tenía doce años de edad fue ultrajada sexualmente

por José Antonio Garay Malpartida, esposo de su prima. Los abuelos, aunque de

muy avanzada edad, denunciaron al agresor y solicitaron el apoyo a PyE. La

intervención permitió no sólo que el agresor sea encarcelado, sino también que la

fiscalía dispusiera las medidas de protección necesarias para Lili, internándola en

el albergue San Juan Bosco. Lili estuvo internada en dicho albergue alrededor de

un año (entre los años 2005 y 2006), pero al enterarse su padre del abuso sexual y

su internamiento en este centro de refugio, vino para retirarla de dicho lugar y

llevársela hasta el distrito de Aucayacu en la selva de Huánuco.

El 2 de enero del año 2008, Lili -de catorce años ya- y su padre volvieron a PyE. Se

percibió cambios notables en el aspecto físico y relacional de Lili durante la

entrevista conjunta con su padre. Durante la conversación se observaron

conductas sospechosas tanto en el padre como en la niña, por lo que separó a Lili

para tener la entrevista de manera privada con ella. Es allí que Lili refiere

encontrarse embarazada de su padre, manifestando que sostuvo relaciones

sexuales con su progenitor durante varios meses. Lo más triste y difícil de esta

situación era que Lili no entendía que su padre la había abusado sexualmente y

que era un delito. Debido a la carencia afectiva paternal, Lili no diferenció entre el

amor de padre y el conyugal. Lili no analizaba su estado actual, ya que dicho abuso

estaba enmascarado a través de la manifestación de cariño y afecto,

supuestamente paternal.

Lili ingresó a la Casa de Hodve del Buen Trato para su recuperación emocional y

física. Debería continuar albergada hasta que culminaran los procesos judiciales.

Se hizo contacto con sus abuelos maternos quienes deseaban tenerla, pero sus

posibilidades económicas eran muy precarias para ayudarla por lo que era

necesario continuar con el apoyo para que vuelva a estudiar y para cubrir las

necesidades de su bebé.

32

3.5. Colectivo Tamar para la recuperación y la incidencia

A finales del año 2003, cuando Paz y Esperanza ingresó a Huánuco, se formó el

Colectivo TAMAR. En sus inicios estaba integrado por niños, niñas y adolescentes

que recibían terapia psicológica. Después de establecer la ruta de atención, a

inicios del año 2004, se vio la necesidad de incluir a los padres de familia en el

proceso de rehabilitación.

PyE Huánuco tomó como referente la historia bíblica sobre lo que le pasó a Tamar,

una víctima de abuso sexual que no obtuvo justicia ni ayuda a pesar de ser la hija

del Rey (2 Samuel 13:1-22) para dar inicio a su trabajo de justicia y ayuda

emocional a las víctimas de abuso sexual.

El Colectivo Tamar fue un espacio de tratamiento y rehabilitación terapéutica de

víctimas de abuso sexual que agrupaba a niños, niñas, adolescentes y padres de

familia. Los psicólogos desarrollaban un programa de tratamiento para las víctimas

que incluían terapias individuales y grupales, talleres productivos, visitas

domiciliarias, celebraciones de fechas especiales, paseos, retiros y campamentos.

Gran parte de este programa se desarrollaba en el albergue La Casa Hodve del

Buen Trato en la Granja Lindero, donde los niños, niñas y adolescentes del

Colectivo Tamar recibían terapias por temporadas; sin embargo, en algunos casos

específicos se albergaba de manera permanente a algunas de las víctimas.

Los padres llegaron constituir el Colectivo de Padres Recuperando la Sonrisa de

Tamar. Este Colectivo era parte de una estrategia de incidencia política y de

empoderamiento de los padres sobre la ruta de justicia. Eran ellos quienes iban a

la Corte de Justicia para monitorear sus procesos y fueron ellos quienes ejercían

influencia sobre las autoridades con la realización de marchas y plantones

exigiendo transparencia en el tratamiento de sus casos.

Promovieron acciones de vigilancia ciudadana sobre la Comisaría de Amarilis. A

través de esta iniciativa buscaron monitorear el trato que se daba a las denuncias

de abuso sexual y violencia familiar presentadas en esta dependencia policial.

Elaboraron un informe que fue presentado en conferencia de prensa.

Así se cerraba el círculo de la atención, puesto que el involucramiento de las

familias ayudó a que asuman sus propios procesos y que se convirtieran en

cooperantes de sus soluciones y demandas. Era más contundente que los propios

afectados exigieran la reparación de sus derechos que PyE como institución.

33

3.6. Tejiendo redes para la incidencia

La institución fue tejiendo paulatinamente una red de protección social para la

prevención y atención de los casos de abuso sexual infantil. Paz y Esperanza se

vinculó con todos aquellos agentes que podrían tener algún tipo de actoría en la

búsqueda de justicia para las víctimas. Involucraron en este proyecto a liderazgos

eclesiales, operadores de justicia ordinaria, los medios de comunicación y

entidades internacionales.

Con ellos hubo un proceso de sensibilización, desarrollo de capacidades, de

movilización y empoderamiento que configuraron cambios en el proceso: desde la

recepción de los casos por la dependencia policial, la investigación en la fiscalía, la

incidencia política desde los padres y por agencias de cooperación externa, y la

recuperación de las víctimas.

Para PyE la Iglesia Evangélica siempre fue un referente por su auto reconocimiento

como parte de ella. Sabiendo que cada denominación eclesial tenía su propia

manera de acercarse al servicio pastoral, a la atención al desvalido, a las víctimas,

Paz le imprimió el enfoque de misión integral que conjugaba la fe y la acción social.

La Iglesia se convirtió en una voz que acompañaría e intercedería por la víctima.

Se tomó contacto con la Iglesia a través de los líderes, haciendo uso de un discurso

que contextualizaba la Palabra en días que se cometía abuso contra las personas

más vulnerables, tal como se describe en el Libro de Samuel. En la sede

Moyobamba, los profesionales se presentaron como abogados y como biblistas, lo

que significó un punto de conexión con la congregación, además venían preparados

para tratar el tema de víctimas de abuso sexual. La Iglesia no tuvo temor de seguir

la capacitación para la prevención del abuso sexual infantil, sin embargo, en los

casos de violación sexual, hubo mayor reticencia de la Iglesia.

En términos de estrategia, sin saber que era incidencia, en San Juan de Lurigancho

se influyó en uno de los pastores quien abrió la posibilidad de hacer campañas

públicas con el uso de recursos artísticos, los maestros de la escuela dominical y

los profesionales de la iglesia participaron en las capacitaciones y llegaron a ser

promotores. Después eran ellos quienes realizaban programas evangelísticos y de

prevención del abuso sexual infantil en las escuelas y los colegios. Armaban el

guión para representar situaciones de abuso, de maltrato, de palabras

deshonestas que decían los adultos en relación a los niños, quienes actuaban eran

34

los equipos del pastor y niños de la Escuela Dominical. Llevaban el mensaje de vivir

una sexualidad sana.

La incidencia ha sido vital para la defensa de muchos casos tomados por PyE.

Ciertamente, se trataba de hacer incidencia de manera respetuosa, eligiendo

cuáles sacarían a la luz y cuáles no, sólo de esa forma la acción de incidencia

podría rendir frutos. Trataban de no exponer a los niños. Cada caso debía ser

evaluado cuidadosamente antes de que fuera hecho público, había que hacer

consideraciones éticas y jurídicas.

Las iglesias fueron un componente importante en este aspecto, puesto que era en

el contexto de la iglesia en el que se hacía público un caso. Al estar informados los

miembros de la congregación procedían a realizar campañas de oración para

mantener el caso siempre presente entre ellos. Se buscaba que la Iglesia participe

de las movilizaciones ante el Poder Judicial, ya sea a través de plantones, marchas

o firma de pedidos.

Al hacer públicos los casos fue que se empezó a gestar el proceso de atención de

los mismos con el fin de lograr la rehabilitación esperada. A raíz del proceso de

incidencia tanto el curso de los procesos seguidos a los abusadores como el

resultado de estos procesos eran de acceso público, no sólo para las iglesias o

comunidad en general sino también para las víctimas que, al ver resultados como

detenciones o sentencias, se sentían protegidos y así su rehabilitación se veía

beneficiada.

Con los agentes de cooperación de internacional como IJM, Paz logró que se oiga

su voz no atendida por el Poder Judicial y logró ubicar el tema para llamar la

atención de los de casa. IJM no solamente identificó la voz institucional, sino

también se comprometió en socializar su saber con el Poder Judicial, la

Magistratura y los operadores de justicia policiales.

En Huánuco, la incidencia contribuyó también con el logro de modificaciones en el

trato a las víctimas por parte de los jueces. Hasta el 2005 los jueces obligaban a

las víctimas (menores de edad) a contar su versión del abuso cuando la ley

expresamente decía que el menor no estaba obligado a hacerlo, puesto que

bastaba con los elementos consignados en el informe psicológico.

35

IV

4.1. Resultados e impactos de la experiencia

Los resultados pueden observarse desde varios aspectos: a nivel institucional,

desde el tema objeto de la intervención, desde la víctima del abuso sexual, del

impacto social de la experiencia, que trasciende la incidencia focalizada en sujetos

e instituciones del Estado.

A. En lo institucional

− PyE demuestra que es posible sostener un largo período de vida institucional si

se afirma en valores que portan sus integrantes, que las dificultades son

posibles de superarse si se tiene confianza en la fe y la mística que otorga un

credo.

− PyE aprende desde la práctica. Adecua su accionar institucional precedida por

el mandato de atención al desvalido con fe y esperanza que caracteriza a sus

equipos profesionales.

− PyE, encuentra el aliento de la vida institucional porque sus equipos asumen

que tienen una misión terrenal que cumplir y ese espíritu es el que los fortalece

y mueve su sensibilidad para actuar con fe y esperanza. Va adquiriendo sentido

y conciencia de actuación pública sabiendo que es la fe y el mandato divino de

cumplir una misión en la tierra (y con las leyes de los hombres), es donde reside

el reservorio moral y ético de la experiencia institucional. Sin ese compromiso y

mística, los casos atendidos no habrían tenido esa característica que la opinión

pública reconoce.

− Va encontrando diversas estrategias de abordar el trabajo encomendado (el

abuso sexual) de acuerdo a las circunstancias y realidades locales y regionales.

− Se abre a la atención de todos los credos, ideologías, grupos sociales,

culturales y étnicos del país.

− Construye una metodología de trabajo rigurosa en la documentación de los

casos.

Haciendo un balance

36

− Llega a la atención integral como respuesta a la necesidad de tratamiento y

atención pertinente y humanitaria, más que por necesidad de adecuación

académica o institucional externa.

− Construye una estrategia propia que se puede aplicar, adecuándola a las

diversas realidades regionales y locales. Sus equipos profesionales se apropian

de ella y es un referente para el tratamiento en diversas esferas de la vida

institucional del país: Poder Judicial, Sistema de Salud Pública (salud mental),

instituciones educativas. Organizaciones de la sociedad civil, las Iglesias.

B. Desde el tema objeto de la intervención: la atención del abuso sexual

− Es en el tratamiento de los casos que encuentra sus mayores aprendizajes de

afinar estrategias de atención.

− En el tratamiento de los casos es que van descubriendo la necesidad de un

mayor conocimiento de la temática, de los enfoques teóricos, metodológicos

sea en el ámbito jurídico como en el apoyo psicológico y luego a nivel de

incidencia en las autoridades para su atención.

− Posicionar el tema en el debate público o su atención en las mesas de diálogo a

nivel local y regional, junto a diversos actores de la sociedad civil y del Estado.

C. Desde el lado de las víctimas

− Brindar espacios institucionalizados para la rehabilitación de las víctimas.

− Brindar seguridades en el proceso de su tratamiento porque reconoce que PyE

se convierte en una institución en quien confiar y que le brinda soporte legal,

psicológico y de apoyo a las familiares de la víctima.

− Brinda acompañamiento espiritual que renueva su fe en la vida y que no

obstante las dificultades, La Palabra divina es restauradora.

D. Desde el impacto social de la experiencia

− Trasciende la incidencia focalizada en sujetos e instituciones del Estado. Tiende

varios aspectos, la primera en la sensibilidad de las personas al ser expuesta

públicamente una realidad cruda, que tiene el añadido que se hace incidencia

pública sobre el tema, pero que precede y acompaña una institución que se

siente responsable de la defensa legal, ética y humana de los casos de abuso

sexual de menores de edad.

− En segundo término, de la sensibilidad de actuar y luchar por justicia y dignidad

de las personas afectadas por el abuso sexual a menores de edad, se pasa a la

37

apropiación del tema en las familias involucradas, localidades cercanas y la

sociedad regional de estas ciudades.

− La labor intensa de llevar los casos al conocimiento de la opinión pública a

través de los medios durante largos años (vía estrategias de campañas) fue

generando conciencia de la necesidad de pedir y luchar por justicia, pero

también penetró la sensibilidad social de las personas con relación al

tratamiento del tema y desde luego el rechazo unánime a los victimarios.

4.2. Lecciones aprendidas

− Compartir la información de las experiencias que se llevan a cabo puede

aportar como caso a otros ámbitos territoriales y da seguridades a los otros

equipos para la intervención.

− Reconocer que la construcción de una propuesta institucional es un largo

proceso y que la realidad enseña más que los manuales y recetas de oficina.

− Es posible construir equipos de trabajo sólidos por largos períodos si comparten

una visión y misión común y si comparten una fe que trasciende lo meramente

terrenal.

− La iglesia puede renovarse si se acerca cada vez más a las realidades de los

sujetos sociales y su problemática personal, social y cultural. Que no se debe

temer ni un tema le debe ser ajeno si desea cambiar a las personas, a los

grupos humanos y a la sociedad.

− La valentía y la obligación ética del equipo de PyE que tuvo la firmeza para

abordar un tema sensible y silenciado en el seno institucional de la iglesia y de

vocación de justicia y hacer justica aquí en la tierra con las leyes de los

hombres, sin importar el escándalo o pretextarse en la vergüenza pública.

Exponer los casos de abuso sexual que ocurren en su propia institución es

demostrar una moral a nivel institucional y personal.

− Es posible construir políticas públicas para la sensibilidad social en

determinados temas, como el abuso sexual de menores de edad, si se repara

en experiencias como las que se llevó a cabo. En el fondo, la intervención

institucional en este tema podría dar como para evaluar y generar condiciones

para proponer políticas públicas que aborden el tema, otorgando el peso en

movilizar la sensibilidad y no solo pensar en los mecanismos institucionalizados

del Poder Judicial, o alguna entidad del Estado como el MIMDES, el MINEDU, el

38

MINSA, el MINJUS, en términos de sus funciones de promoción de la

prevención.

39

Anexos

40

Anexo 1:

Definiciones operacionales

Abuso Sexual Infantil. Es toda conducta en la que un niño, niña o adolescente es utilizado

como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de

desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder. El abuso sexual infantil es

un delito que se configura desde los actos contra el pudor, tentativa de violación y la

violación propiamente dicha. El abuso sexual infantil también puede ser cometido por una

persona menor de 18 años, cuando ésta es significativamente mayor que el niño, niña o

adolescente (la víctima) o cuando (el agresor infractor) está en una posición de poder o

control sobre otro menor.

Atención. Es el primer paso del proceso. Implica la recepción de la solicitud de ayuda por

parte de una persona afectada directa o indirectamente por actos de abuso sexual y/o

violencia familiar. Se inicia con la escucha de la problemática a cargo del equipo

profesional, que ofrece una respuesta inmediata de cualquier naturaleza. Los

profesionales realizan una pre evaluación y sobre la base de una reunión interdisciplinaria

deciden asumir el caso o no.

Asistencia. Referida a la orientación, derivación o consejo frente a una necesidad. Se trata

de asistir a las víctimas a través de orientación legal o derivando su caso a los organismos

pertinentes si el caso estuviera fuera del marco de acción de la institución. La asistencia

también puede incluir medidas inmediatas de orden material.

Acompañamiento. Permanencia comprometida al lado de la víctima a lo largo de todo el

proceso de recuperación. Consiste en hacerse parte de su realidad y ayudarla a recuperar

las capacidades que perdió, a reconocer el poder que tiene para hacer valer sus derechos.

Tiene un carácter institucional, pues un equipo de profesionales atraviesa junto a la víctima

situaciones diversas, desde el sentir, pensar, decidir y actuar.

Atención integral. Servicio que brinda la institución desde las perspectivas psicológica,

legal, social y espiritual. El equipo profesional explora el caso desde diversos ángulos y

disciplinas, identifica necesidades adicionales que la víctima no comunica en modo

explícito. Obliga que le equipo esté preparado para identificar otras variables más allá del

marco profesional de quien asiste. La integralidad implica también el logro de la

recuperación, rehabilitación y restauración de la persona en todas sus dimensiones.

41

Atención legal. Servicio que se brinda a las personas que sufrieron algún tipo de abuso o

violencia sexual y/o familiar. Consiste en la orientación y patrocinio legal gratuito, para la

protección de la víctima y la asunción del proceso judicial para la sanción del autor o

autores del delito. La defensa legal se realiza en las instancias regionales y nacionales y la

representación en las instancias policiales, fiscales y judiciales.

Atención pastoral. Servicio brindado por un pastor o pastora. Está dirigido a los padres de

menores que sufrieron algún tipo de agresión sexual y a víctimas de violencia familiar. Se

les brinda apoyo espiritual para mejorar las relaciones al interior de la familia.

Atención psicológica. Servicio que brinda la institución a víctimas de abuso sexual infantil y

violencia familiar para contribuir a su rehabilitación integral. Consiste en un proceso que

aborda la evaluación, la terapia individual y grupal, como talleres formativos para el

empoderamiento de la víctima.

Cita psicológica. Es un documento que permite reservar la atención a la víctima en una

fecha determinada.

Consejería. Consiste en un acercamiento empático, cálido, confidencial y de escucha

activa, presentando las diversas alternativas de solución a las dificultades a fin de que

tome sus propias decisiones, las que considere más convenientes a su situación particular,

para contribuir a su pleno y saludable desarrollo integral. Es una herramienta que se usa

durante el acompañamiento.

Defensa Legal. Es el patrocinio legal ejercido por los abogados y las abogadas de la

institución de manera conjunta, a fin de representar en el proceso legal los intereses de las

víctimas de abuso sexual infantil y de violencia familiar, buscando la protección de las

víctimas y sanción para los autores de estos hechos delictivos que las afectan.

Empatía. Característica eje en todos los momentos del proceso y de las relaciones

humanas. Se expresa en la calidez, ternura, respeto y profesionalidad con que se aborda

un caso. Es un elemento reparador y recuperador que genera cambios en la persona, pues

los profesionales establecen relaciones horizontales con la víctima.

Empoderamiento de la víctima. Es la transferencia de información sobre los derechos que

las protegen y el fortalecimiento de las habilidades personales y sociales de la víctima de

violencia sexual o familiar, a fin de que los interiorice, acompañe su defensa y ejerza su

ciudadanía. Se trata de que la persona descubra el poder de hacerlo.

Entrevista pastoral. Es una técnica que se utiliza para recopilar las dificultades de la

madre, padre y/o apoderado de la víctima de abuso sexual y de la víctima de violencia

42

familiar y transferirle capacidades para el ejercicio de sus derechos y la búsqueda de

justicia. En los casos de abuso sexual infantil, la entrevista es sólo con los padres,

apoderados o la persona mayor que acompaña, a fin de evitar que el o la menor repita

innecesariamente en contar la historia del abuso.

Entrevista psicológica. Es una técnica que se utiliza durante el proceso de evaluación que

permite recabar información sobre los hechos de violencia sexual y familiar. La entrevista

se desarrolla entre el entrevistado/a (víctima) y entrevistador/a (psicólogo/a).

Evaluación psicológica. Es el proceso mediante el cual el psicólogo/a determina el grado

de afectación de la víctima de abuso sexual y violencia familiar, para ello se utilizan una

selección de pruebas psicológicas y como resultado del análisis se obtiene el informe

psicológico. A través de ella también se determina la credibilidad del relato.

Evaluación social. Es el proceso mediante el cual se recopila los datos socioeconómicos, a

través de una entrevista al padre, madre o apoderado de las víctimas, menores de edad,

de abuso sexual o a las de violencia familiar, a través de una ficha de necesidades; y a la

propia víctima de violencia sexual si se trata de una persona mayor de edad. A través de

esta evaluación se determina su condición de vulnerabilidad que sirve como un criterio

más para decidir si se asume el caso o no.

Informe psicológico. Documento producto de la evaluación psicológica que contiene

información sobre el estado emocional actual de la víctima de abuso sexual y violencia

familiar y la credibilidad del relato. Se expone el contenido en la reunión multidisciplinaria

para determinar si se asume o no el caso.

Medidas de protección. Es el pronunciamiento fiscal o judicial que se dicta para establecer

una situación favorable a la víctima, con la que se busca prevenir y cesar los maltratos y

agresiones.

Orientación. Servicio legal, psicológico o pastoral de carácter terapéutico que se brinda a

personas que acuden a la institución por ayuda y que no necesariamente sufrieron algún

tipo de violencia sexual y/o violencia familiar.

Proceso de recuperación emocional. Consiste en ayudar, a través de un plan de

tratamiento psicológico, a superar el trauma del abuso sexual y/o violencia familiar. No

existe un plazo definido para determinar la recuperación emocional completa de la víctima.

43

Recuperación integral. Es un resultado de la intervención. Conlleva cambios visibles en el

sentir, pensar y actuar de las personas afectadas. Se evidencia en las capacidades

resarcidas a nivel emocional, físico, filial y comunitario. Mejora en el desempeño

psicomotor, en las relaciones interpersonales y vínculos familiares, en la capacidad para

soñar, tener proyección de vida y perspectivas de futuro.

Rehabilitación integral. Es la manera como se integran las diferentes disciplinas para

brindar un proceso sostenido de atención bajo criterios comunes. Se toma en cuenta las

diferentes variables, aspectos y dimensiones de la persona y del contexto en el que vive.

Se les dota de herramientas para asumir situaciones que confrontan a la víctima.

Restauración. Es el último paso del proceso, cierra el ciclo de la recuperación. La

restauración se habilita con la sanidad espiritual de quienes sufrieron el abuso y/o

violencia. Conlleva acciones de perdón y es vital para la recuperación de la confianza en sí

mismo y en los otros-as.

Re victimización. Es el sometimiento reiterado e innecesario de la víctima de abuso sexual

a entrevistas, declaraciones y otras diligencias en las diversas instancias del sistema de

justicia, causando sufrimiento a la víctima al revivir la agresión sexual sufrida.

Seguimiento psicológico. Acción realizada de manera periódica y paralela al tratamiento

individual y/o grupal, para verificar el nivel de progreso del estado emocional de la víctima

de abuso sexual o violencia familiar, en los espacios donde se desarrolla.

Seguimiento de caso. Acción continua que se realiza con los padres, apoderados y/o

usuarias según los requerimientos del proceso, ya sea personalmente o a través de la vía

telefónica.

Tratamiento individual. Aplicación de una serie de técnicas psicológicas en sesiones de

trabajo individualizado con la finalidad de colaborar en el proceso de rehabilitación integral

de la víctima de abuso sexual infantil. El tratamiento individual generalmente consiste en

ocho sesiones, una vez por semana, de una hora por sesión.

Tratamiento grupal. Aplicación de un programa de talleres terapéuticos a un grupo de

víctimas de abuso sexual y violencia familiar. El tratamiento grupal para víctimas de abuso

sexual y violencia familiar consiste en sesiones quincenales de dos horas de duración

durante el año.

44

Usuaria(o). Personas de escasos recursos en condiciones de vulnerabilidad de las zonas

donde intervenimos, que gozan del servicio gratuito integral que brinda la institución.

También lo son las personas con casos emblemáticos o excepcionales.

Víctima de violencia familiar. Es cualquier persona a la que un cónyugue, conviviente,

ascendiente, descendiente, pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad y

segundo de afinidad cause a través de cualquier acción u omisión daño físico o psicológico,

maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves, según como lo señala la Ley

26260 de Protección frente a la Violencia Familiar.

Violencia familiar. Es cualquier acción u omisión que cause daño físico o psicológico,

maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves que se produzcan entre

cónyugues, convivientes, ascendientes, descendientes, parientes colaterales hasta el

cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad, etc., según como lo señala la Ley

26260 de Protección frente a la Violencia Familiar.

Víctima de abuso sexual infantil. Niño, niña o adolescente que sufrió abuso sexual y como

consecuencia presenta traumas emocionales y daños en otras áreas de su vida.

Visita domiciliaria. Desplazamiento que realizan los profesionales de las áreas de Atención

Psicológica y Social, Protección y Defensa Legal, y Acompañamiento Pastoral, a fin de

mantener el contacto con la víctima y su familia, constatar el avance de su estado

emocional y/o espiritual e informar la situación legal de su caso.

La Iglesia se convirtió en un actor importante dentro de todo el proceso. PyE estuvo

siempre conectada a la Iglesia pero no por una cuestión de conveniencia sino por la

convicción de los profesionales de PyE de pertenencia, como parte de la grey. La fe

cristiana de los miembros de PyE fue vital para su desempeño en los casos que atendían.

En el 2007 surge PROJUR en Apurímac para trabajar el pluralismo jurídico, la relación entre

justicia ordinaria y justicia comunal. Durante su trabajo empezaron a recibir casos de

mujeres víctimas de maltrato y abuso sexual. Sobre la base de esta experiencia, a partir del

2008 PyE empieza a formar una nueva agenda tomando el tema de la violencia contra la

mujer y la niñez como parte del maltrato físico, psicológico y sexual.

45

A partir del 2009 se empieza a impulsar la influencia de PyE en el Estado (municipalidades,

gobiernos regionales), a través de la presentación de proyectos de carácter social. El SNIP

fue un obstáculo importante puesto que los proyectos sociales usualmente no calificaban.

en el distrito de San Juan de Lurigancho, el 92 por ciento de los promotores convocados a trabajar en la oficina de PyE había sufrido abuso sexual; el

Atendiendo a su mandato institucional, las oficinas descentralizadas orientarían sus

acciones hacia la defensa y promoción de los derechos humanos en el contexto de

violencia política que vivía el país -es importante señalar como un hito de la

descentralización que inició PyE que desde su oficina de Moyobamba se impulsara la

formación de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR). No obstante, las

circunstancias hicieron que su servicio diaconal se extendiera, pues la violencia tenía otros

rostros, se manifestaba en atentados sexuales contra niños, niñas, adolescentes y

mujeres.