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Tema : Monumentos Chavinoides Profesora : Patricia Temoche Alumno : Rios Gamboa, Mario Isaac Nivel : 3ro. Secundaria Sección : “D”

Monumen Chavinoides 1

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Tema : Monumentos Chavinoides Profesora : Patricia Temoche

Alumno : Rios Gamboa, Mario Isaac

Nivel : 3ro. Secundaria

Sección : “D”

Una de las características principales es la representación de ojos redondos, saltones con las pupilas desorbitadas (excéntricas) y el uso de grandes colmillos.

Las representaciones más frecuentes son de aves (como águilas y halcones), felinos y serpientes con atributos humanos y viceversa.

Es una divinidad de rostro draconiano y cuerpo humano cuyos pies acaban en garras de rapaz.

Tiene un aspecto felino, más si observamos las comisuras de la boca vueltas hacia abajo y con colmillos. Mantiene los brazos abiertos y sostiene en cada mano largos cetros.

Al llevar estas especies de barras ceremoniales, la supuesta divinidad recibe el nombre de "Dios de los Bastones" o "Dios de las Varas".

Como si fuera un tocado emplumado, esta sucesión de 4 personajes que pudieran ser una suerte de elaboradas imágenes de serpientes.

Esta litoescultura mide 1.92 metros de alto, 73 cm. de ancho y 17 centímetros de espesor, presenta en la parte central inferior a un personaje antropomorfo llevando dos báculos o varas sagradas. De su cabeza salen una serie de cabezas estilizadas en forma de felinos de las que brotan una hilera de serpientes intercaladas con rayos.

Todas tienen una boca en forma de U, con pares de dientes, un par de colmillos y un diente triangular central que cubren el labio inferior (bocas agnáticas).

Respecto a su interpretación se ha dicho que se trataría del culto al agua.

La figura ocupa un tercio de la altura total de la piedra, cubriéndose el resto con un elaborado dibujo que puede referirse al cabello. Esta enorme cabellera está compuesta por numerosas volutas, imágenes de serpientes y rostros de jaguar que acaban llenando toda la superficie.

La divinidad más representada fue la de un ser híbrido: mitad hombre con boca atigrada y mitad ave de rapiña.

Naturalmente que las proporciones de los elementos varían.

Es un piscoruna-pumapasimin (hombre-ave con boca atigrada).

Este felino volador arqueológico podría corresponder al Dios del Agua, que debió surgir como corolario del contexto de la naturaleza andina árida por excelencia y con tribulaciones de orden atmosférico, sequías por ejemplo.

Como lo sugiere el dibujo en que tratamos de presentar al personaje de perfil, la estela Raimondi figuraría a un ser sobrenatural de contornos humanos con boca atigrada y atríbutos ornitomorfos varíos como: garras en pies y manos, y probablemente alas con plumaje estilizado reducidas en un solo cuerpo al ser representadas de frente y en espacio alargado; irían expuestas, por lo tanto, encima de la cabeza, con el fin de poder ser visualizadas.

Se encuentra enclavado en el suelo, de 5,53 m de alto.Está decorado con técnica bajo relieve y diseñado para ser visto en todo su alrededor.

Presenta a un personaje antropomorfo de pie, con rasgos felinos, con el brazo izquierdo pegado al costado y el derecho levantado.

Sus manos están representadas como garras, al igual que sus pies.

Es un ser antropomorfo, es decir con atributos propios de los seres humanos, pero dotado de rasgos de poder y fuerza que no tenemos los humanos: la boca con dos inmensos colmillos, las manos y los pies con garras, los cabellos y las cejas convertidos en serpientes vivas.

La cara es más bien felínica; la boca de labios gruesos con los extremos hacia arriba le dan el aspecto de riente; un gran colmillo le sale por Las cejas y los cabellos se convierten en serpientes.

Las orejas tienen un gran arte. Su vestido termina en flecos sin llegar a cubrir totalmente los miembros inferiores.

Tanto el cinturón como el mango del lanzón están decorados con cabezas de felinos.

En todos los casos, como es propio del arte Chavín, los ojos tienen las pupilas mirando hacia arriba, encima del labio inferior, la nariz es apenas proyectada.

Tiene un tocado -o moño- formado por cabezas de grandes serpientes o felinos, y un cinturón de la misma composición.

Está vestido con una "cushma" que termina en flecos a la altura de las rodillas, una esclavina sobre los hombros y adornado con grandes aretes anulares, un collar de muchas cuentas, pulseras y ajorcas.

El dios riente es más bien un dios fiero, y, como bien dice Tello, su hocico es agestado y duro, pues los labios contraídos imprimen a la fisonomía el gesto irritado de las fieras.

Se le podría mejor, llamarle el dios irritado.

En la crisma tiene un pequeño hoyo circular con una protuberancia central, conectado con la parte superior del ídolo y encima de la nariz tiene una especie de ave o murciélago

Es una pieza alargada, prismática, de 2,52 m de altura, que tiene una sección de 40 cm que estaba dentro de la tierra, de modo que se fijaba, verticalmente, en el centro de la plaza circular

En el obelisco está grabado un texto que gira en torno de un inmenso dragón que se presenta en dos versiones -masculina y femenina- una al lado de otra.

Los dibujos de 2 lagartos: macho y hembra, quienes habitan cada cual en una mitad del universo. Ellos expresan su poder en la tierra a través de mensajeros, como el jaguar o el águila.

En el Obelisco aparecen los dos moluscos asociados al Dragón macho: el mullu delante de su

hocico y el pututu cerca de sus genitales.

Frente a la versión femenina, hay dos personajes frente al hocico: un ave y un pez, y junto un felino (el aire, el agua y la tierra)

Bajo vientre, en la región de los genitales. El macho, tiene un apéndice que eyacula,

como si fuera un árbol.

El Dragón está dispuesto a lo largo del obelisco, con la cabeza mirando hacia arriba, un largo cuerpo que tiene un vientre en forma de una inmensa boca, llena de grandes colmillos que se cruzan. El Dragón se refiere a la fiera que vive entre el río Chira y la cuenca del Guayas, en el Ecuador. Esto liga al Dragón con el mullu (Spondylus) y el Pututu (Strombus).

Spondylus Strombus

Entre los tres personajes y la concha Mullu, al centro, hay un diseño que muestra una cadena de signos en "S", muy similares a los que tiene el genital femenino. Puede ser que este ligado

a la fertilidad.

La cola es como si Fuera de un pez y sus patas parecen las de un lagarto, con garras de cuatro dedos.

Los tres personajes felino-ave-pez, la concha spondylus y los tres signos especiales, es todo lo que no está fuera del cuerpo del Dragón; son 7 imágenes independientes y autónomas. Las demás (65 en total; de modo que hay 72 grababas en la piedra), son partes de la compleja estructura corporal del Dragón.

La mayoría de los personajes se duplican, uno en el cuerpo del macho y otro igual o semejante en el de la hembra. Casi todos tienen algún atributo de ferocidad, ya sea el colmillo o la garra, que deben ser signos de sacralidad. Pero hay también figuras de plantas, flores y frutos. Puede ser un mapa de las constelaciones

Cada una de las imágenes está ligada a las otras, formando parte del dorso, el cuello, las ancas, la cola o los brazos del monstruo. Cada uno de estos personajes "interiores" contiene otros, que son algo así como sus atributos.

Los personajes que están formando parte del cuerpo del Dragón con cabeza de Cocodrilo, lo que no deja dudas es que se trata de una imagen ligada a personajes que viven en las tierras húmedas tropicales del norte, incluyendo los felinos, las aves, peces y serpientes y, por cierto, los moluscos. Todos forman parte de la mitología andina, que perduró hasta el siglo XVI

Lo único que era requerido -como objeto- por los sacerdotes y los dioses, era el Mullu. Los peregrinos debían llevar el Mullu, que aparece asociado al gran Dragón y su contexto selvático y marítimo. Los mullus eran portadores del agua, algo así como mensajeros de los dioses del agua. El pututu anunciaba a quienes lo portaban y quizás hasta servía para "llamar" al agua.

El obelisco, ubicado en el centro de la plaza circular o en cualquier parte, era un primitivo "Intiwatana" (reloj solar) que servía para indicar los días del año, los meses y las estaciones. Era también el que guardaba los misterios de todo eso, en un texto que sólo podían leer los iniciados.

Mullu

Pututo