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EL PASADO COMO OFICIO Trayectoria intelectual del historiador Jaime Jaramillo Uribe. Bernardo Tovar Zambrano * La vida es lo que nos pasa mientras buscamos hacer otras cosas. * Departamento de Historia. Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Colombia. Jaime Jaramillo Uribe en el estudio. Foto: Carlos Caicedo. Bogotá. 1996

na biografia intelectual de Jaime Jaramillo Uribe

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  • EL PASADOCOMO OFICIO

    Trayectoriaintelectual

    del historiador JaimeJaramillo Uribe.

    Bernardo Tovar Zambrano *

    La vida es lo que nos pasa mientrasbuscamos hacer otras cosas.

    * Departamento de Historia. Facultad de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Colombia.

    Jaime Jaramillo Uribe en el estudio. Foto: Carlos Caicedo. Bogot. 1996

  • El nio que referia historias

    Don Teodoro Jaramillo no tuvo que esperar mu-cho tiempo para apreciar en su hijo las cualidades que,mediando la incertidumbre entre el destino y el azar, ha-bran de convertirlo en uno de los ms importantes histo-riadores de Colombia. Muy temprano, pudo percibir en elnio, con expreso deleite y satisfaccin, las dos virtudesprincipales que debe poseer y cultivar quien se dedique aloficio de Clo: la capacidad de raciocinar y el arte de na-rrar, combinados. La observacin del padre acerca del hijoqued consignada en una carta escrita en Pereira el 25 demayo de 1926, cuyo destinatario era Eduardo Jaramillo,hermano de don Teodoro. Aqu, el progenitor se refiri,aunque en forma breve, a su prole en conjunto: Todosellos son modelo de juicio, de inteligencia y de trabajado-res. Pero, al parecer, era el menor quien atraa la mayoratencin del padre; por lo menos a l le dedic ms pala-bras, las palabras que ponan de manifiesto, sin saberlo,

    el signo del futuro historiador: Jaime que es el ltimoes sin duda el ms inteligente de todos. Orlo raciocinar yreferir sus historias es para causar admiracin a cualquie-ra. Bajo su mirada emerga un nio quien, adems de lainclinacin a contar y comentar, posea otros dones perso-nales y sociales: Es un cachifo buen mozo - agregaba-,apenas cuenta nueve aos, en la escuela, al decir de suspreceptores, es el mejor estudiante, tiene el don de hacersequerer de todo el mundo por su simpata y por el buengusto que experimenta prestando cualquier servicio1 .

    Sin embargo, no tuvo la suerte de vivir el tiemposuficiente como para poder, ya no or, sino leer, las histo-rias escritas por su hijo. Dos aos despus de aquella car-ta, le sobrevino la muerte. Tena 44 aos de edad. De mipadre - expresa Jaime Jaramillo- yo guardo una imagenmuy buena. La imagen de un hombre bondadoso, de malasalud, que era cosa muy comn en esa poca; porque en-fermedades que hoy resultan insignificantes y fciles decurar, eran muy graves en ese tiempo, por ejemplo los pa-ludismos, las amebiasis...2 .

    La ascendencia familiar.

    Don Teodoro Jaramillo perteneca al tronco fami-liar que registraba, por el lado paterno, la figura de un abuelofamoso: Don Lorenzo Jaramillo Londoo. Oriundo deSonsn, de fuerte personalidad, Don Lorenzo tena unahabilidad especial para los negocios, lo cual le permitiacumular una gran fortuna. Activo comerciante, recorracon sus recuas de mulas el circuito de un mercado amplioen la regin antioquea. Se dice de este patriarca, quien sedestac en el mundo de las finanzas durante los 3 o 4 pri-meros decenios de la segunda mitad del siglo XIX, quefue una de las personas que financi en parte la coloniza-cin antioquea en los actuales departamentos de Caldasy Quindo. Muchas e importantes haciendas de esta re-gin se abrieron con sus aportes y notables pioneros delQuindo, como los Marulanda, fueron dependientes de len trminos financieros. Estas actividades hicieron que susoficinas funcionaran como una especie de banco de la po-ca.

    Por esas extraas circunstancias que se dan conalguna frecuencia en las familias, ninguno de los nuevehijos de este abuelo sali con habilidad para los negocios.Negados para la lgica del capital, varios de ellos, en cam-bio, resultaron poetas y literatos. El historiador Jaramillorecuerda, entre otros, a Merejo Jaramillo, un poeta popu-

    Padre: Teodoro Jaramillo Arango

  • lar; a Joaqun Emilio Jaramillo, quien escribi algunasnovelas y biografas; y a Manuel Jos, quien colabor enel Colombiano y fue autor de una novela, La Aduana. Envirtud de la fragmentacin de la riqueza implicada en lasherencias dejadas a los hijos y por los efectos de las gue-rras civiles, especialmente la de los Mil Das, la gran fortu-na de Don Lorenzo se perdi: Ah - dice Jaime Jaramillo- termin la estirpe desde el punto de vista financiero.

    Una de estas herencias importantes qued en ma-nos de Don Jos Manuel, el padre de Teodoro Jaramillo.De aquel se deca en los medios familiares que de los hijosde Don Lorenzo era el de menores cualidades para los ne-gocios. Este comentario discurra paralelo a su comporta-miento de hombre generoso y caritativo, hasta el extremode emprender actividades que representaban un peligro parasu patrimonio. As, en el pueblo de Abejorral, los das demercado, a las 6 de la tarde, se sentaba en su casa a esperara los campesinos que no haban logrado vender sus pro-ductos, con el fin de comprrselos; les compraba sus exis-tencias, para cualquier cosa. Con base en transaccionesde esta ndole, como era de esperarse, don Jos Manuel searruin. Sus hijos, entre ellos Teodoro, tuvieron entoncesque abrirse paso a travs de oficios muy diversos. Viendoque muy poco tena para hacer en Abejorral, Don Teodorose embarc, con su esposa Genoveva y sus diez hijos, enese xodo de antioqueos que hubo todava para los aosveinte del presente siglo, hacia los departamentos de Cal-das y Quindo. Despus de un peregrinar por varias ciuda-des (Salamina, Aguadas, Villamara y otras) se establecidefinitivamente en Pereira.

    Doa Genoveva madre de Jaime Jaramillo, habanacido en el pueblo antioqueo del Retiro y perteneca allinaje de los Uribe. Probablemente estaba emparentada conel General Rafael Uribe Uribe, quien provena deValparaso. Ella, en efecto, tena un culto especial por lamemoria de este General: Nos lo pona de ejemplo -ex-presa el profesor Jaramillo- para educar la voluntad y tenerdisciplina; nos hablaba de cmo l se levantaba a las cincode la maana y tena su vida reglamentada para el estudioy el trabajo. Para ella era una especie de prototipo. DoaGenoveva fue muy buena esposa y madre; de un acendra-do catolicismo, muy piadosa y caritativa; pona especialrigor en el cumplimiento de algunas costumbres y rutinaselementales, como el orden, la limpieza y la higiene. Deello hered - dice Jaramillo - muchas de mis costumbres yde mis hbitos: un cierto orden en las cosas, la limpieza,un sentido esttico del vivir y la sensibilidad social.

    La infancia entreel estudio y trabajo

    Cuando Teodoro Jaramillo decidi quedarse enPereira, su hijo menor, Jaime, nacido en Abejorral en 1917,todava no haba cumplido los dos aos de edad. En Pereira,el padre se desempe como secretario del Juzgado delCircuito de la ciudad. Hombre de costumbres austeras, notomaba, no fumaba, fue durante toda su vida un funcio-nario acucioso; posea un buen conocimiento de las leyes,escriba bien y tena una bella caligrafa, cosas que buscinculcarles a sus hijos. Jaime Jaramillo, en efecto, habrade cultivar el gusto por la buena escritura y la inclinacinpor el conocimiento de los aspectos jurdicos, que lo lleva-ra incluso a estudiar derecho. Don Teodoro, as mismo,era gran aficionado a la lectura, llevaba siempre peridicosa la casa y estaba pendiente de lo que iba ocurriendo en laciudad. De los diez hijos traidos al mundo, murieron cua-

    Genoveva Uribe, en 1904.Fotografa de Melitn Rodrguez

  • tro; en ese tiempo la mortalidad infantil todava era muyalta y un nio poda fallecer de una diarrea, de un saram-pin, de una viruela, de cualquier enfermedad que hoy escurable en una semana.

    El primer centro educativo al cual asisti JaimeJaramillo era una pequea escuela privada, pertenecientea una seorita Echeverry quien se dedicaba a ensear lasprimeras letras. Cuando aprendi a leer y escribir, contabacon escasos 4 o 5 aos. Despus ingres a la Escuela Ofi-cial, donde curs la primaria. La iniciacin del bachilleratoestuvo signada por una decisin peculiar: la de convertirseen monaguillo de la Iglesia de Pereira. Este fue su primertrabajo:

    Ese oficio no lo busqu por religiosidad, sino porsentido prctico: me pagaban 2 o 3 pesos al mes [...]. En-tonces pagu con este oficio mis tres primeros aos decolegio. Y despus termin gustndome; el monaguillotena su vestido, tena su roquete ritual, era una especie decurita chiquito y eso no dejaba de gustarle a uno y de esti-mular un poco la vanidad infantil. Salir por ejemplo a lle-var los Santos Oleos, acompaar al sacerdote, tener pre-sencia en las procesiones o en las misas, que deban serrezadas en latn, estimulaba tambin esa vanidad infantil.El monaguillo se senta haciendo un oficio importante.

    El colegio al cual entr a cursar bachillerato era elInstituto Claret de Pereira, establecimiento que pertene-ca, precisamente, a los mismos sacerdotes que tenan elcontrol de la parroquia donde Jaramillo era aclito. Alter-naba el estudio y los menesteres de monaguillo con el jue-go del ftbol que mucho le agradaba. Otras diversioneseran los trompos y las canicas, elevar cometas, hacer carri-tos con las cajas de madera en las que vena el arequipe,salir a pescar en los ros y quebradas, nadar en el ro Otn,tumbar mangos de los rboles que adornaban la plaza o ira coger frutas silvestres en los alrededores de la ciudad.

    La cotidianidad que transcurra entre la casa, elcolegio, la parroquia y los juegos fue de pronto interrum-pida por un trgico suceso, la muerte de la madre. Las cir-cunstancias entonces cambiaron radicalmente: la familiase dispers, l qued prcticamente solo y tuvo que reti-rarse del colegio para ponerse a trabajar todo el tiempo. Seemple primero con un mdico de Pereira, el Dr. EduardoUribe Ruiz, para desempear las funciones de una especiede secretario: contestar el telfono, atender a los pacientes,hervir las jeringas, alistar materiales y otras actividades porel estilo. Esta labor fue importante, entre otros aspectos,porque influy en la gran admiracin hacia la medicina yal profesional mdico, al punto de convertirse posterior-mente en una de sus alternativas vocacionales. Despustrabaj en un almacn de ropa para hombres y mujerescomo asistente de ventas. Luego, en un negocio de aba-rrotes donde se venda azcar, cacao, manteca importada,harina de trigo, arroz, maz y otros productos. Sin embar-go, mientras desempeaba estas labores no dej de estu-diar por s mismo; jams el empleo lo apart de la lectura,que ya era en l un hbito.

    En Pereira, c. 1928.

  • Leer y escribir

    Si las circunstancias le haban obligado a dejar elcolegio, no abandon ni por instante la idea de terminar elbachillerato. Por eso llegaba al almacn cargado con lostextos de historia natural, de fsica, de matemticas y otrasmaterias y a la menor oportunidad, cuando no haba gentepara atender, se dedicaba a leerlos: me sentaba detrs deunos bultos de harina, sacaba los libros y me pona a repa-sar. Eso me permiti, entre otras cosas, habilitar por lomenos un ao de bachillerato cuando reanud mis estu-dios.

    La lectura fue en Jaime Jaramillo una pasin tem-prana, adquirida en el seno de una familia donde el acto deleer se haba convertido en una forma de ritual colectivo.Varias veces a la semana se reuna el crculo familiar, conalgunas personas del vecindario, para escuchar la lecturaque la hermana mayor haca, en sonoro estilo, de ciertoslibros famosos: Los Miserables, Los Tres Mosqueteros,Quo Vadis, Mara, Rosalba y otras novelas. Esta actividadsemanal le abri el universo encantado de los libros: yome sentaba por ah, en un rincn, a or, y as surgi miinters por la lectura. Otras veces se iba a una peluqueradonde haba una buena cantidad de peridicos y revistas yse sentaba, no a que le cortaran el pelo, sino a gozar conestos materiales. Despus, asumi como costumbre fre-cuentar una de las dos o tres libreras que Pereira tena porel ao de 1930. Una de ellas era la de Miguel Ilin, deapellido libans, con quien reiteradamente hablaba de li-bros. Lea en forma un poco dispersa, indiscriminada, si-guiendo en cierto sentido los consejos que le daba don LuisCuartas, el padre de un amigo del colegio. Don Luis, unliberal de viejo cuo, era farmacutico y tena una botica,en cuya trastienda, como gran lector, haba colocado suapreciable biblioteca. Tena libros de poltica, novelas yobras de historia, algunos de los cuales fueron devoradospor el adolescente Jaramillo. Este recuerda, de manera es-pecial, una obra que le caus honda impresin, tituladaCaudillos Brbaros, la cual se ocupaba de la biografa delGeneral Mariano Melgarejo, uno de los grandes dictado-res de Bolivia en el siglo XIX. Por intermedio de un amigovarios aos mayor, Fabio Vsquez Botero, entr en con-tacto con escritores espaoles muy populares entonces,como Julio Camba, Gmez de la Serna y Javier Poncela.Vsquez Botero lleg a ser un escritor bastante aceptableen los niveles provincianos y a realizar una carrera polticay cvica de notoria importancia. Entre aquellos que deja-ron una huella profunda en su memoria se destacan las

    novelas Sacha Yegulev, del escritor ruso Leonidas Andreiev,y Los Miserables, de Vctor Hugo, libros que le hicieronderramar no pocas lgrimas.

    Novela, poesa, biografa, historia, poltica, noti-cias locales, todo interesaba a los deseos de lectura y deconocimiento del inquieto adolescente. Pero no slo era lalectura. Se senta impulsado a establecer una relacin acti-va y creadora con los asuntos de la vida y la cultura, lo cualse configuraba y expresaba en el acto de la escritura. Em-pec a escribir pequeas crnicas y comentarios en unperidico local que se llamaba El Diario; escriba comen-tarios de cosas, de acontecimientos que pasaban en la ciu-dad. Si don Teodoro Jaramillo hubiera ledo estos escri-tos, quizs no se habra sorprendido demasiado de que elnio que refera historias, escribiera ahora crnicas y co-mentarios.

    Esta primera escritura de Jaime Jaramillo estuvoacompaada de algunas vivencias personales en el ordende las cuestiones sociales. En su calidad de empleado dealmacn y estimulado por el ejemplo de su hermano Gus-

    En Pereira, c.1930.

  • tavo, entr a formar parte, hacia 1932, de la Federacin deEmpleados de Pereira. Gustavo Jaramillo era trabajadordel Ferrocarril de Caldas y se haba destacado como unode los primeros organizadores y lderes sindicales de la re-gin de Pereira y Manizales. La pertenencia a la Federa-cin incentiv en Jaime su preocupacin por la situacinsocial de los empleados y obreros, lo cual, bajo el influjode cierto sentimentalismo social, se manifest en la pu-blicacin de varios artculos. Otra experiencia bastantedramtica marc el encuentro con la lucha sindical y elmovimiento social. Mas o menos en 1932, cuando anda-ba por los 15 aos y an se vesta de pantaln corto y me-dias americanas, fue a observar una asamblea deescogedoras de caf en Pereira. En la reunin pudo ver,con admiracin, a un jovencito de 17 o 18 aos, de cararosada y cachucha, que pronunciaba un discurso. EraGilberto Vieira, quien comenzaba su carrera de dirigentecomunista. En ese momento la polica entr a disolver laasamblea con petardos de gases lacrimgenos y entoncestuve que salir con todo el mundo. Ese es un episodio quetengo claro, fue mi primer contacto con el problema socialy el problema sindical. Un contacto que se conjugaba consus lecturas sobre la Revolucin Rusa y el movimientosocialista, en pleno auge por aquellos aos.

    Bogota: un paso a la aventura

    En 1936 el joven Jaime Jaramillo tom una deci-sin: viajar a la Capital de la Repblica, a buscar destino, aperseguir nuevos horizontes, siempre con la idea de termi-nar sus estudios de Bachillerato y lograr una realizacinpersonal en los mbitos intelectual y cultural : Con misdos o tres vestidos y los zapatos que llevaba puestos, mevine para Bogot, a aventurarme. Por trabajo, sin embar-go, no debi preocuparse mucho tiempo: pronto se em-ple como cajero nocturno en el caf Colombia, propie-dad de un to suyo, ubicada en la carrera 7, en los bajos delo que entonces era El Espectador. Al mismo tiempo, en-tr a estudiar en la Escuela Normal Central para varones,llamada tambin La Normal Chiquita, en contraste conla Escuela Normal Superior, a la cual ingresara posterior-mente. Se matricul en el cuarto ao de secundaria. Estu-diaba de da y por la noche atenda la caja del caf. De esamanera pudo concluir el ciclo del bachillerato normalista.De este periodo Jaramillo guarda un especial recuerdo delprofesor Alfonso Jaramillo Guzmn, quien con otros com-paeros, como Miguel Roberto Tllez, introdujo en Co-lombia la pedagoga y la psicologa de la escuela nueva.Jaramillo Guzmn haba sido del crculo de Piaget en Sui-

    Prestando el Servicio Militar. Bogot, 1936 (en la ltima fila, a la izquierda, con el brazo alto)

  • za; era un hombre que a pesar de su acendrado catolicis-mo y conservatismo, tena un espritu progresista en mu-chos aspectos y era un convencido de la nueva pedagoga.

    Dadas las normas de la poca, no se poda ingre-sar a la universidad con el ttulo obtenido en las escuelasnormales. Para acceder a ella, se deba habilitar en un co-legio oficial ciertas asignaturas (fsica, qumica, cienciasnaturales y otras) que no figuraban en los planes de estu-dio de las normales. Jaramillo present estos exmenesen el colegio Camilo Torres y as obtuvo el grado de bachi-ller clsico, el cual le permita pensar en el acceso a la uni-versidad. Empero, no tena una decisin clara sobre la ca-rrera a seguir. Ante todo, quera estudiar medicina. El de-recho era una segunda opcin. En tercer lugar, tena muypresente las palabras del Dr. Jos Francisco Socarrs, Rec-tor de la Escuela Normal Superior, quien les dict a losestudiantes de ltimo ao de la Normal chiquita, unascharlas de orientacin vocacional. Entre otras cosas,Socarrs ponderaba la enseanza e insista en que era laprofesin del porvenir; adems, termin su exposicincon una invitacin convincente: vyanse a la EscuelaNormal Superior, yo les doy becas. Recordando aquellasalternativas, Jaramillo comenta: A m, que tena que tra-bajar para estudiar, me llam la atencin no slo la exposi-cin que hizo Socarrs sobre la excelencia de la profesinde pedagoga, de la profesin de profesor, sino tambin lacuestin de la beca. Entonces me fui para la Normal Supe-rior.

    Estudiar paracomprender al pas

    En la Normal se matricul en la carrera de filolo-ga e idiomas, pero al cabo de unos meses se traslad a laseccin de ciencias sociales, por insinuacin de Socarrs,quien guardaba un profundo entusiasmo por estas disci-plinas. El plan de estudios de la especializacin en cien-cias sociales tena una duracin de cuatro aos y su estruc-tura corresponda a una interesante relacin entre histo-ria, geografa, economa, psicologa, pedagoga, sociolo-ga y antropologa. La Normal era, en el contexto nacio-nal, el principal centro educativo en el cual se desplegabaun clima de fecunda renovacin intelectual, cientfica yprofesional. A esta institucin se haban vinculado nota-bles profesores nacionales y extranjeros. Estos ltimos lle-garon a Colombia huyendo de las amenazas de la guerra,o desplazados por el triunfo del nazismo en Alemania ydel franquismo en Espaa. Entre tales profesores, en el

    campo de las disciplinas sociales, se contaban los siguien-tes: Paul Rivet, Pedro Urbano Gonzlez de la Calle, Fran-cisco Cirre, Jos de Recasens, Pablo Vila, MercedesRodrigo, Luis de Zulueta, Jos Mara Ots Capdequ, FritzKarsen, Rudolf Hommes, Gerhard Massur y JustusWolfram Schottelius3 . De quienes fueron profesores su-yos, Jaime Jaramillo recuerda, de modo particular, a losalemanes Gerhard Massur y Rudolf Hommes. Massur, elms brillante de todos, haba sido discpulo de FriedrichMeinecke, autor considerado como el ms importante delos historiadores alemanes despus de Ranke y Burckhardt.Durante su estada en Colombia, Massur escribi su bio-grafa de Bolvar, que constituye una de las mejores quese han escrito sobre El Libertador. El cataln Pablo Vilafue el maestro de la geografa y quien trajo a Colombia lageografa de la escuela francesa moderna de Vidal de laBlache, Demangeon y Jean Bruhnes; su Nueva geografade Colombia, es obra clsica en nuestro medio. Jaramillotambin guarda memoria del profesor espaol FranciscoCirre, quien enseaba historia de la Edad Media; de PaulRivet, quien fund el Instituto Etnolgico Nacional (trans-formado posteriormente en el Instituo Colombiano deAntropologa). Rivet y Schottelius fueron los promotoresy los impulsores de los modernos estudios arqueolgicos,etnogrficos y etnolgicos de Colombia.

    En la escuela Normal Superior con el etngrafo Justus WolframSchottelius y Luis Duque Gmez

  • La Escuela Normal era tambin un escenario parael debate ideolgico y poltico. Diversos acontecimientosmundiales influan en dicho debate: la Revolucin Rusade 1917, la Revolucin Mexicana, la Guerra Civil Espa-ola, el ascenso del fascismo en Italia y del nazismo enAlemania, los frentes populares antifascistas, el desarrollode las ideologas de izquierda, al auge del movimiento so-cialista mundial y, en fin, la propagacin del marxismo.Jaramillo tena una gran admiracin por la RevolucinRusa y por la figura de Lenin, el cual era visto como unapersona sacra, como un ser mitolgico: no haba estu-diante con inclinaciones de izquierda, y yo fui uno de ellos,que no tuviera en su cuarto, en el cuarto de su pensin, unretrato de Lenin. Stalin igualmente tena un lugar impor-tante en dicha admiracin. No se conocan todava losresultados que iba a tener la revolucin, ni los fenmenosque se presentaron despus con el estalinismo. Por aque-llos aos (1938-1942) y mediante otras vas, fuera de laenseanza de la Normal, Jaramillo ley con avidez algu-nas obras de Marx: El manifiesto comunista, El 18Brumario, La ideologa alemana, La introduccin a la eco-noma poltica, y El capital, en la traduccin de WenceslaoRoces, que empez a ser publicado en fascculos por unaeditorial espaola. Igualmente, las obras de Lenin y Lascuestiones fundamentales del marxismo, de Plejanov. Elcontacto con el pensamiento marxista, reconoce Jaramillo,tuvo un efecto decisivo en su concepcin de la historia y

    en su formacin como historiador. El marxismo -dice re-cordando una frase de Wilbrand- es como las duchas delbao, hay que pasar por ellas, pero no hay que quedarseen ellas.

    Otros autores estudiados con entusiasmo porJaramillo fueron Romain Rolland, Henry Barbusse, ErnestToller y Andr Malraux. Tambin, desde luego, escritoresde ideologas diferentes como Maurras y Maurice Barrs.Motivado por un curso que dictara en 1943 el socilogoespaol Jos Medina Echavarra, invitado a la Universi-dad Nacional por Gerardo Molina, estudi la obra de MaxWeber, Economa y Sociedad, en el momento en que aca-ba de salir publicada por el Fondo de Cultura Econmica.De manera que a las ediciones del Fondo y de la Revistade Occidente, debimos nuestro contacto con muchos au-tores importantes, ms que a la promocin de la universi-dad. Como siempre ha sido la prctica en Jaime Jaramillo,acompaaba la lectura con la escritura. Escriba comenta-rios de libros publicados luego en Educacin, la revista dela Escuela Normal. Posteriormente, hacia 1945, empez adivulgar sus primeros ensayos4 .

    Una orientacin decisiva, adquirida en su paso porla universidad, fue la profunda conviccin sobre la necesi-dad de dedicarse a estudiar el pas. En el arraigo de estaconviccin la prdica de Socarrs haba tenido una inci-

    En Manizales con el caricaturista Samuel Acevedo, c. 1945.

  • dencia notable, adems de las inquietudes intelectuales ypolticas anteriormente referenciadas. El espritu que stele infundi a la Escuela consista esencialmente en darleuna gran importancia al estudio de los problemas colom-bianos y de la realidad nacional, en el ms amplio senti-do. Esto era muy significativo en un pas con una fuertetradicin extrajerizante y un equivocado conceptohumanstico de la educacin y la cultura. Socarrs tenauna percepcin muy clara de los problemas bsicos deColombia e impulsaba su estudio en todos los sectores.Hablaba de la salud, del analfabetismo, de la baja produc-tividad econmica, de la pobreza y la inequidad social, etc..Deca que la historia, la geografa, la antropologa y la so-ciologa nacionales estaban por hacerse. Su inters porlos problemas colombianos a m me impresion mucho yprobablemente fue fundamental en mis decisiones futurasy en las de muchas de las personas que pasamos por laEscuelas Normal Superior. De igual manera, pudo darsecuenta, tambin con la insistencia de Socarrs en ello, dela importancia de investigar la historia nacional y, en ciertosentido, de la pobreza de la historiografa colombiana. Per-cibi que no haba estudiosos dedicados en una forma sis-temtica y profesional a la historia; que era necesario in-vestigar la historia nacional con nuevos mtodos y abor-dar los aspectos desconocidos: los econmicos, sociales yculturales; por ltimo, que no exista, prcticamente, lahistoria colonial, que la Colonia era completamente des-conocida. Ese inters mo por la historia, y esa orienta-cin, fueron las que despus se reforzaron con mi viaje aFrancia, en 1946.

    De profesor dela Normal Superiora estudiante de La Sorbona.

    Jaime Jaramillo obtuvo el grado de Licenciado enCiencias Sociales y Econmicas de la Escuela NormalSuperior, en el ao de 1941. Inmediatamente fue nombra-do profesor de la Escuela: diriga las prcticas pedaggicasde los estudiantes realizadas en el Instituto NicolsEsguerra, anexo a la Normal. Al mismo tiempo, recibi laresponsabilidad de su primera ctedra, la de ensear socio-loga: creo haber sido la primera persona que ense so-ciologa moderna aqu, en la Escuela Normal Superior pri-mero, y luego, en la Universidad Nacional... Lo que sellamaba sociologa era una historia de las ideas sociales,pero no se tena la visin de que la sociologa era una dis-ciplina muy precisa, incluso muy tcnica.

    En 1946 el gobierno francs ofreci unas becaspara estudiar en Francia a varios profesores de la NormalSuperior. Fueron beneficiarios de ellas el mismo Dr.Socarrs y los profesores Ernesto Jara Castro, Daro Mazo,Carlos Pez Prez y Jaime Jaramillo. Cuando partieronlos becarios, dejaban un pas en el cual el ambiente polti-co nacional se haba tornado an ms conflictivo y enrare-cido; a la par, arreciaban por parte de la oposicin conser-vadora y de algunos sectores liberales, las crticas a la Es-cuela Normal, crticas que la consideraban un foco desubversin poltica y que a la postre contribuiran a lasupresin de esta Institucin.

  • En Pars, el joven profesor Jaramillo ingres comoalumno a la Sorbona y a la Escuela de Ciencias Polticas.Socarrs, por su parte, entr a renovar sus estudios de psi-quiatra. Francia y en general Europa vivan los efectos dela guerra. En algunas regiones todava haba humo de lasdestrucciones y de los bombardeos. La situacin de Fran-cia era muy penosa, la de Pars en particular. No habacalefaccin, no haba alimentos, es decir, la vida era muydifcil; sin embargo, la vida intelectual y artstica comen-zaba a renacer en una forma muy activa. Durante su per-manencia en la Ciudad-Luz, Jaramillo asisti, entre otros,al curso del profesor Renouvin sobre historia moderna deFrancia; al de historia de las ideas polticas, dictado porAlfred Le Roy, curso que le impresion significativamente;al del joven Charles Moraz, quien comenzaba a destacar-se como un importante historiador de la economa. Men-cin especial se hace de un curso que le dej una grata

    huella, desarrollado por Ernest Labrousse, uno de los crea-dores de la Escuela de los Annales y a quien conoci per-sonalmente. Otros cursos fueron el de Historia de Alema-nia de Edmund Vermeil; el de Sociologa de las Ideas Po-lticas en Francia, de Albert Baillet; y el de Sociologa Ale-mana Moderna de Georges Gurvitch. Al mismo tiempo,Jaramillo lea otros autores: Henri Pirenne, Marc Bloch,mile Durkheim, Leopoldo von Wiese y Max Weber. Demodo muy singular, le causaron un intenso efecto, para suvocacin de historiador, las clebres obras de Pirenne,Historia econmica y social de la Edad Media y la Historiade Europa de las invasiones al siglo XVI. El entusiasmo,podramos decir, y el goce de la historia me lo transmitiPirenne. Los de Pars fueron entonces aos decisivos:Los cursos y la experiencia que yo tuve en Francia...fueronquiz lo ms importante de mi proceso y de las coyunturasde mi carrera. Como resultado de todo ello vino la elec-cin de un camino: dedicarme exclusivamente a la histo-ria, hacer un intento de investigacin, mas o menos origi-nal desde el punto de vista metodolgico, en el campo dela historia colombiana.

    Regreso al pais:un encuentrocon la perplejidad.

    Lleno de entusiasmo, con muchas ideas y proyec-tos, retorn Jaime Jaramillo a Colombia, justo, quince dasantes del trgico 9 de abril de 1948. El escenario polticonacional haba cambiado. Desde 1946 se produjo el rele-vo del partido liberal en el gobierno y una nueva orienta-cin se impuso en la poltica educativa del pas. Terica-mente, Jaramillo y sus compaeros de beca deban reinte-grarse a la Escuela Normal. Se presentaron ante el nuevoRector, el poeta Rafael Maya y ste les respondi que la-mentaba mucho, pero en la Escuela no haba nada paraellos. Me hall en una situacin de gran perplejidad, conla ropa en una maleta y sin trabajo. En tales circunstan-cias se encontr con Hernando Mrquez Arbelez, unamigo que acaba de ser nombrado Director de una de laspocas instituciones que controlaba el liberalismo: laSuperintendencia Nacional de Instituciones Oficiales deCrdito. El amigo le dio empleo como Director deVisitadores. Su trabajo aqu fue una enriquecedora expe-riencia: le permiti conocer el funcionamiento de los siste-mas de crdito y de otros mecanismos de la economa na-cional; colabor en la elaboracin de una historia de lasempresas creadas por el Instituto de Fomento Industrial;como visitador, pudo tambin recorrer el pas y conocerlobastante bien.

    En su biblioteca de estudiante en Bogot, c. 1947.

  • Por el lapso de un ao, entre 1950 y 1951,Jaramillo desempe la funcin de redactor del peridicoEl Liberal, cuyo director era Hugo Latorre Cabal. Debaescribir cada tarde media pgina de comentarios sobre lostemas ms diversos, los cuales se publicaban en una co-lumna intitulada Hoy. El diario, circulaba en Bogot yllevaba la vocera del Dr. Alfonso Lpez Pumarejo quien,con mucha frecuencia, visitaba la casa del peridico, ubi-cada en la carrera 5 con calle 18. Por ese tiempo Jaramillorealizaba su investigacin sobre El pensamiento colom-biano en el siglo XIX. Un da lleg el Dr. Lpez a suescritorio y le pregunt: Y usted en que anda?. Estoytratando de hacer una investigacin sobre las ideas enColombia, le respondi. Las ideas en Colombia? Puesle va a costar mucho trabajo encontrarlas, le observ elexpresidente. Si Doctor - coment Jaramillo- es muy di-fcil encontrarlas, pero usted sabe que el historiador es algoparecido a la divinidad, hace la creacin ex nihilo.

    Mientras tanto, Jaramillo haba adelantado susestudios de derecho en la Universidad Libre, estudios ini-ciados aos atrs en la Universidad Externado de Colom-bia. La Libre, aunque pobre en su estructura material, con-taba con una nmina de destacados profesores que ejer-can una brillante docencia. Jaramillo recuerda, por ejem-plo, las clases de Derecho Civil de Milciades Corts, las deSucesiones de Carrizosa Pardo, las de Derecho Penal deRafael Escalln, las de Sociologa y Derecho del Trabajode Gerardo Molina, las de Economa de Moiss Prieto y,en fin, las de Derecho Internacional de Jos JoaqunCaicedo Castilla. En 1951 se gradu de abogado con unatesis sobre la Industria colombiana, para cuya elaboracinle fue muy til la experiencia adquirida en laSuperintendencia de Instituciones de Crdito. Inmediata-mente intent ejercer la profesin al lado de su profesor yamigo, Gabriel Escobar Sann; como dotacin para la ofi-cina aport el escritorio y la mquina de escribir recibidosen pago de las cesantas al liquidarse la empresa del peri-dico El Liberal. Fue un intento fallido, pues muy pronto, alobservar ciertas arteras de la profesin, se desencant desu ejercicio. Conserv, eso s, lo que verdaderamente leatraa del derecho: la teora sobre la organizacin del Esta-do, la cual habra de integrar a sus estudios histricos.

    Corra el ao de 1952 cuando el filsofo CayetanoBetancur, a quien Jaramillo conoca personalmente, fuenombrado Decano de la Facultad de Filosofa de la Uni-versidad Nacional y le ofreci un cargo de profesor. Deeste modo, se le presentaba, finalmente, la oportunidad de

    retornar al ejercicio de la docencia, al ambiente de la uni-versidad, al trabajo de profesor que constitua la profesincon la cual se identificaba; al fin al cabo, haba estudiado yse haba preparado para ser docente e investigador.

    En la Universidad Nacional:la renovacin historiogrfica.

    A la Universidad Nacional ingres como profesorde Historia Universal de la Facultad de Filosofa y Letras,encargado de las asignaturas correspondientes al perodomoderno y a la Historia de la Pedagoga. Mientras su labordocente discurra sin ningn contratiempo, se present unacircunstancia que le deparara una nueva experiencia en elviejo continente. Hacia comienzos de 1953 vino a Colom-bia una comisin de profesores alemanes, entre los cualesse encontraba Adolf Meyer-Abich, profesor de Filosofade la Ciencia en la Universidad de Hamburgo. En una delas varias conversaciones que Jaramillo mantuvo con elprofesor alemn, ste le sugiri la posibilidad de pasar unatemporada como profesor visitante en Alemania. A lospocos meses le lleg la invitacin y viaj en el mismo aoa dicho pas.

    En la Universidad de Hamburgo le dieron la cate-gora de profesor extraordinario. Deba dictar la ctedra deHistoria Latinoamericana para los estudiantes de espaoly lenguas romnicas. As mismo, dictaba una conferencia

    En la Guajira, 1950.

  • semanal para el pblico en general. Durante su estada enesta institucin desarroll, en varias oportunidades, el cur-so titulado La sociedad hispanoamericana en la novela,para el cual utiliz obras como Doa Brbara, La Vorgi-ne, Los de Abajo, El Gran Seor y Rajadiablos, Don Se-gundo Sombra y otras. Dos aos y medio permaneci enAlemania, tiempo en el que asisti, adems, a varios cur-sos de filosofa y sociologa, e igualmente, visit Italia, In-glaterra y Francia.

    A mediados de 1955 regres a Colombia y se re-integr a la Universidad Nacional, asumiendo las ctedrasde Historia Moderna e Historia de Colombia. Fue el mo-mento en que Jaramillo Uribe inici una actividad de no-toria repercusin para la historiografa nacional. Con elpropsito de otorgarle a la historia un espacio institucionalque a su turno le abriera las perspectivas de laprofesionalizacin, empez las gestiones para la creacindel Departamento de Historia, el cual se hizo realidad en1962. Considerando la importancia de contar con un me-dio de difusin y de estmulo para las nuevas investigacio-nes sobre la historia colombiana fund, en el mismo ao,el Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura,cuyo primer nmero vio la luz en 1963. Antes haba diri-gido la revista Ideas y Valores, de la Facultad de Filosofa yLetras, dependencia de la cual fue decano entre 1962 y1964. Un hecho notorio fue la formacin de un grupo de

    estudiantes que se convertira en el ncleo principal, al cualse uniran historiadores provenientes de otras facultades yuniversidades, de la tendencia que pasando los aos sedenominara La Nueva Historia de Colombia5 . Hacanparte de este conjunto estudiantes como Germn Colme-nares, Jorge Orlando Melo, Margarita Gonzlez, JorgePalacios Preciado, Hermes Tovar Pinzn, Gilma Mora deTovar, Vctor Alvarez, Germn Rubiano Caballero, MartaFajardo, Carmen Ortega, Angela Meja e Isabel Snchez.La formacin de dicho grupo se efectu bajo la orienta-cin y ejemplo de Jaramillo, con la participacin de otrosprofesores, como el espaol Antonio Antelo, y la presen-cia de estmulos derivados, entre otros aspectos, del Anua-rio, del contacto con la nueva historiografa latinoamerica-na y en algunos casos mundial, del atractivo de las nuevastemticas de investigacin, de las implicaciones ligadas alas nuevas tendencias tericas y metodolgicas, incluso,ideolgicas y polticas.

    La investigacion dela historia colombiana.

    Tan pronto se reintegr a la Universidad Nacio-nal, despus de su estada en Alemania, Jaramillo conti-nu sus investigaciones sobre historia de las ideas en Co-lombia, que iniciara en 1950. Hacia 1956 terminaba deescribir su ms importante libro, El pensamiento colom-biano en el siglo XIX, elaborado en funcin de un proyec-to de historia de las ideas para todos los pases latinoame-ricanos y organizado desde Mxico por Leopoldo Zea. Ellibro, publicado ocho aos despus6 , era el resultado deuna investigacin de largo aliento, en la cual, por supues-to, se desplegaba la competencia metodolgica queJaramillo haba cultivado y el bagaje terico acumuladoen sus abundantes y variadas lecturas. Estas le abrieron elcampo de las historia cultural, en particular, el de la histo-ria de las ideas. Aqu, Jaramillo reconoce que la mayorinfluencia provino de los textos de Ernest Cassirer, talescomo La filosofa de la Ilustracin, El problema del cono-cimiento en la filosofa moderna europea, Individuo y cos-mos en el Renacimiento, obras que le mostraron la impor-tancia fundamental de este universo. De ese modo,Jaramillo inauguraba el territorio de la historia de las ideas,en el cual nada verdaderamente significativo poda encon-trarse, hasta ese momento, en la historiografa colombia-na. Se propuso no slo describir sino analizar la estructurainterna de las formas de pensamiento, es decir, de las ideasde mayor significacin en Colombia, desde el perodo dela preindependencia hasta las postrimeras del siglo XIX,

    Con el filsofo Rudolf Grossmann, director del institutoIberoamricano de la Universidad de Hamburgo, 1955.

  • buscando establecer, as mismo, su evolucin, sus mutuasrelaciones y su conexin con las corrientes europeas. Abor-dando los principales pensadores, seleccion tres mbitosde estas ideas: a) Las pertinentes a las distintas y encontra-das valoraciones que despus de la Independencia surgie-ron respecto a la tradicin y la herencia espaolas; b) Lasideas polticas, relativas a la estructura y funciones delEstado y a las relaciones de ste con los individuos y lasociedad; c) Las ideas filosficas. Quedaron por fuera,como proyectos futuros, an no realizados, las ideas est-ticas, las ideas religiosas y las ideas econmicas. Todo estohaca parte de un intento de comprensin de la vida espi-ritual colombiana durante el siglo XIX - tan decisivo parala formacin del pas-7 . As como la original y complejaobra de Jaramillo no tena antecedentes en nuestrahistoriografa, tampoco ha tenido continuadores. Perma-nece en un lugar destacado dentro de los pocos libros cl-sicos de la historiografa colombiana.

    En 1962, obedeciendo a una circunstancia un tantocoyuntural, situacin no extraa en la actividad intelectualde Jaime Jaramillo, se comprometi a escribir una historiade Pereira, en colaboracin con Juan Friede y Luis DuqueGmez. La historia le fue encargada por el Club Rotario,con motivo de la conmemoracin del primer centenariode la ciudad. Slo de cuatro meses dispusieron los autorespara elaborar la obra, la cual fue publicada en 19638 . Ensu trabajo, Jaramillo abord los principales aspectos socia-les, econmicos y culturales de los cien aos de vida dePereira. Otorgaba de esta manera un reconocimiento a lamemoria de un lugar ligado a las experiencias vitales de suniez y adolescencia.

    Despus de terminar El Pensamiento colombia-no, el inters investigativo de Jaime Jaramillo tom otrosrumbos. Empez a orientar su estudio hacia la poca colo-nial, particularmente hacia su estructura social. Esto im-plicaba un conjunto de cambios no slo temticos y con-ceptuales, sino tambin metodolgicos y tcnicos, relacio-nados con la lectura y anlisis de las nuevas fuentes docu-mentales. Inici la investigacin colonial por el perodoque consideraba el punto de partida de nuestra historia: elmomento del contacto entre Espaa y las culturas indge-nas. En funcin de ese comienzo, estudi paleografa; ellale permita leer los documentos del siglo XVI. Buscaba asresponder a uno de los vacos que desde su poca de estu-diante de la Normal vea en la historiografa colombiana ycon el postulado, no sobra enfatizarlo, de que la historia sehace con documentos, con la consulta del archivo. El tema

    especfico que llamaba su atencin era el problema de lamagnitud de la poblacin indgena en el momento de laConquista y su acentuada disminucin posterior, proble-ma cuyo estudio dio origen a un artculo publicado en19649 . Este problema haba sido agitado en la historiografalatinoamericana por Angel Rosenblat, cuyo obra10 sirvide motivacin a Jaramillo para la investigacin de este yotros temas de la historia colonial.

    Como se sabe, el vaco de fuerza de trabajo causa-do por la catstrofe demogrfica de la poblacin indgenapretendi suplirse parcialmente con la introduccin masi-va de esclavos africanos. La presencia de este contingentede mano de obra gener una nueva realidad social en elorden colonial. A ese fenmeno, Jaramillo le dedic dosrigurosos estudios, en los cuales examinaba los orgenes

    Su obra fundamental, publicada en 1964, y la Historia dePereira, escrita por Luis Duque Gmez, Juan Friede y JaimeJaramillo Uribe, 1963.

  • de la poblacin negra, los aspectos sociales, econmicos yculturales de las relaciones entre amos y esclavos, la crisisde la esclavitud y la controversia sobre la libertad de losesclavos11 . Sobre todo con el primero de estos trabajos,dado su novedoso enfoque socio-cultural, el autor dabacomienzo a la investigacin moderna sobre la esclavitudcolonial, constituyndose, de igual modo, en significativoantecedente de los estudios afrocolombianos.

    Dada la concurrencia de razas, uno de los fen-menos sustantivos de la sociedad colonial fue el procesode mestizaje, intensificado en la segunda mitad del sigloXVIII. En este perodo, a la sociedad que haba llegado aconstituirse, dividida y estratificada en castas socio-racia-les bien diferenciadas, se opona el avance del mestizajeque tenda a eliminar precisamente las diferencias socio-raciales. Esa dinmica la estudi Jaramillo en uno de susmejores trabajos, lleno de novedades y sugerencias, comolas que hace, por ejemplo, sobre el matrimonio y la fami-lia12 . Puede afirmarse que con esta investigacin, Jaramilloseal el comienzo de una nueva historia socio-cultural dela Colonia.

    Los cuatro estudios mencionados versaban sobretemas relacionados y correspondan a una unidad de m-todo. Tal coherencia permiti incluirlos en un libro que sepublic en 1969 bajo el ttulo de Ensayos sobre historiasocial colombiana13 . Pese a que Jaramillo ha sido un nota-ble cultor del gnero ensayo, para este caso, dadas las ca-ractersticas metodolgicas, la naturaleza de la investiga-cin y la estructura de los textos, no pareca muy apropia-do el uso de dicha denominacin. No as el libro Entre lahistoria y la filosofa, publicado en 1968, el cual recoge,en efecto, cinco escritos que pueden verse bajo la imagendel ensayo14 . Un texto con propiedades diferentes es eldedicado a la historia de la pedagoga, publicado en 1970.Este libro est conformado por las lecciones de historia dela pedagoga que el autor dict en la antigua Facultad deFilosofa y Letras, en 1952; organizado con un propsitodocente, constituye una muestra del acendrado inters deJaramillo por la enseanza, por la pedagoga y su historia,concebida sta como una de las ms importantes formasde la historia de la cultura15 .

    En su casa en Bogot con sus hijos Rosario y Lorenzo y su esposa, doa Yolanda Jaramillo.

  • EL MAESTRO EN LOS ANDES

    En 1970, habindole llegado el tiempo de jubi-lacin, Jaramillo se retir de la Universidad nacional. Estocoincida con el ofrecimiento de la Decanatura de la fa-cultad de Filosofa y Letras de la Universidad de los An-des, la cual ejerci entre los aos de 1970 y 1974; endicho lapso tambin dirigi la revista Razn y Fbula.En 1975, durante el primer semestre, fue profesor visi-tante en las Universidades de Oxford y Londres, y en elsegundo, en la Universidad de Sevilla. Al ao siguientedebi interrumpir su actividad universitaria para asumirla Embajada de Colombia en Alemania. La amistad conel historiador Indalecio Livano Aguirre, Ministro de Re-laciones Exteriores, y con el Presidente Lpez Michelsen,influy para la aceptacin de esta funcin diplomtica,desempeada durante dos aos. En otra oportunidad,Jaramillo dirigi el Centro Latinoamericano del Libroauspiciado por la Unesco en Bogot.

    Desde su vinculacin a la Universidad de los An-des, prolongada hasta el presente, adems de dictar lasctedras de historia, no ha dejado de investigar y de es-cribir. En esta fase de su trabajo se ha afirmado, con mayorfuerza, su inclinacin por el ensayo. Despus segu ha-ciendo investigaciones en el campo de la historia de lasideas y en el campo de la historia de la cultura, un pocosin sujecin a un plan, un poco siguiendo las necesida-des del momento y los intereses mos, el entusiasmo poralgunos temas, lo que le da a mi trabajo un cierto aspectode dispersin y lo que explica la escogencia del ensayo.De tal modo, entre 1977 y 1994, han aparecido tres li-bros que recogen una interesante y sugestiva variedadde escritos en este gnero: La personalidad histrica deColombia, el tomo II de los Ensayos de historia social (muy distinto al tomo I) y De la sociologa a la historia16 .Se destacan, as mismo, los trabajos realizados para al-gunas obras colectivas, en los cuales aborda la economacolonial, el proceso histrico de la colonia a mediadosdel siglo XIX y la educacin durante la Repblica Libe-ral17 . Un suceso historiogrfico de particular importan-cia fue la elaboracin, bajo la direccin de Jaime Jaramillo,del Manual de Historia de Colombia, publicado entre1978 y 1980. Se trata de una obra colectiva, en tres vol-menes, que integra una serie de estudios sobre los pro-cesos econmicos, sociales, polticos y culturales del pas,escritos por autores representativos de las nuevas inves-tigaciones histricas.

    A la par con la investigacin del pasado colombia-no, han discurrido sus reflexiones sobre el oficio del histo-riador. Este, ms que otros estudiosos de las ciencias huma-nas - piensa Jaramillo - est en la obligacin de adquirir unamuy amplia formacin cultural, slo as puede ver muchascosas en la historia, no los aspectos unilaterales y parciales.Ninguna de las historias parciales, de las historias-tnel, comolas ha llamado el historiador norteamericano J.H. Hexter,puede proporcionar la nocin de la integridad de la historia,de la historia total que constituye el ideal de quien se entregaal estudio de esa compleja universalidad que es la vida hu-mana transcurrida en el pasado. Ahora bien, en el mbito dela formacin terica y metodolgica existen mltiples ten-dencias, tanto en la disciplina histrica como en las cienciassociales. El historiador debe, con espritu crtico, conocerlastodas, sin dogmticamente instalarse en una corriente unila-

    En su biblioteca, Bogot, 1996

  • teral. Ante la diversidad de teoras y metodologas lo msindicado para este profesional es asumir la posicin de uneclecticismo crtico, puesto que, en cada una de esas teo-ras y metodologas hay siempre algo de verdad, algo til yaprovechable para la investigacin. El historiador es unartfice que hace su obra con muchos y diversos materia-les. Preparado de ese modo, debe reunir los diferentes ti-pos y variedades de documentos que le sean pertinentespara su investigacin. Ms all de la actitud empirista queve en los documentos solamente la superficie de suliteralidad, el estudioso debe leerlos en la bsqueda delsentido profundo, criticarlos, analizarlos e interpretarlos.Dado que el sentido y las relaciones significativas no estnexplcitas en los documentos, el historiador tiene que cons-truirlos. Por eso se dice que la historia es una construc-cin; y de la misma manera que una acumulacin de ladri-llos no es una casa, como lo deca el gran cientfico fran-cs Poincar, una acumulacin de datos documentales noes una historia. Finalmente, el historiador sabe que lahistoria se hace con palabras; en consecuencia, tiene quedisponer de un lenguaje muy rico, de una capacidad deexpresin muy amplia, en una palabra, tiene que saber es-cribir y narrar. Y desde luego, analizar, es decir, tiene quetener una mente crtica y analtica.

    Los anteriores enunciados son apenas una mues-tra de las concepciones que el maestro ha decantado a lolargo de su fecunda trayectoria intelectual, trayectoria quecuenta en su haber significativas distinciones, entre otras:los Doctorados Honoris Causa en Filosofa otorgados porlas Universidades Nacional en 1992 y Andes en 1994;La Cruz de Boyac concedida por el Gobierno Nacionalen 1993; y el Premio Nacional a la Vida y Obra de unHistoriador, creado por el Archivo General de la Nacin,Colcultura, Fonade y Planeacin Nacional, otorgado en1995.

    Citas.

    1 Archivo personal de Jaime Jaramillo Uribe.

    2 Entrevistas con Jaime Jaramillo Uribe, Santaf de Bogot, diciembre de

    1989 y diciembre de 1995. El presente artculo est elaborado con base,principalmente, en estas entrevistas.3 Sobre la Escuela Normal Superior vase: Jos Francisco Socarrs, Faculta-

    des de Educacin y Escuela Normal Superior. Su historia y aporte cientfi-co y humanstico, Tunja, Universidad Pedaggica y Tecnolgica de Colom-bia, 1987; Juan Manuel Ospina, La Escuela Normal Superior: crculo que secierra, en Boletn Cultural y Bibliogrfico, Vol. XXI, nm. 2, Banco de laRepblica, Bogot, 1984; Martha Cecilia Herrera y Carlos Low, Los intelec-tuales y el despertar cultural del siglo. El caso de la Escuela Norma Supe-rior: una historia reciente y olvidada, Santaf de Bogot, Universidad Pe-daggica Nacional, 1994.4 Un listado bastante completo de los escritos de Jaime Jaramillo se en-

    cuentra en el Apndice B de su libro De la Sociologa a la Historia,Bogot, Ediciones Uniandes, 1994. Compilacin y prlogo de GonzaloCatao.5 Acerca de la Nueva Historia vanse los siguientes trabajos de Bernardo

    Tovar Zambrano, La Colonia en la Historiografa Colombiana, Bogot,Ediciones ECOE, 1984, y La Historiografa Colonial, en La Historia alFinal del Milenio. Ensayos de Historiografa Colombiana y Latinoamrica,Bogot, Editorial Universidad Nacional, 1994, vol. 1.6 Jaime Jaramillo Uribe, El pensamiento colombiano en el siglo XIX, Bogo-

    t, Editorial TEMIS, 1964.7 Ibid. pag. X.

    8 Jaime Jaramillo, Luis Duque Gmez y Juan Friede, Historia de Pereira,

    Bogot, Librera Voluntad, 1963.9 Jaime Jaramillo Uribe, La poblacin indgena de Colombia en el momento

    de la Conquista y sus posteriores transformaciones, en Anuario Colombia-no de Historia Social y de la Cultura (ACHSC), nm. 2, U. Nacional, Bogo-t, 1964.10

    . Angel Rosenblat, La Poblacin Indgena y el Mestizaje en Amrica,Buenos Aires, 1954.11

    Jaime Jaramillo Uribe, Esclavos y seores en la sociedad colombiana delsiglo XVIII, en ACHSC, nm. 1, U. Nal., Bogot, 1963; La controversiajurdica y filosfica librada en la Nueva Granada en torno a la liberacin delos esclavos, en ACHSC, nm. 4, U.N., Bogot 1969.12

    Jaime Jaramillo Uribe, Mestizaje y diferenciacin social en el Nuevo Rei-no de Granada en la segunda mitad del siglo XVIII, en ACHSC, nm. 3, U.Nal, Bogot, 1965.13

    Jaime Jaramillo Uribe, Ensayos sobre historia social colombiana, Bogo-t, Universidad Nacional de Colombia, 1969.14

    Jaime Jaramillo Uribe, Entre la historia y la filosofa, Bogot, EditorialRevista Colombiana, 1968.15

    Jaime Jaramillo Uribe, Historia de la pedagoga como historia de la cul-tura, Bogot, U. Nal., 1970.16

    Jaime Jaramillo Uribe, La personalidad histrica de Colombia y otrosensayos, Bogot, Instituto Colombiano de Cultura, 1977; Ensayos de histo-ria social II. Temas americanos y otros ensayos, Bogot, 1989; De la socio-loga a la historia, Bogot, Ediciones Uniandes, 1994. Compilacin y pr-logo de Gonzalo Catao.17

    Jaime Jaramillo Uribe, Etapas y sentido de la historia de Colombia, enMario Arrubla (comp.), Colombia Hoy, Bogot, Siglo XXI, 1978; La eco-noma del virreinato: 1740-1810, en Jos Antonio Ocampo (Ed.), Historiaeconmica de Colombia, Bogot, Siglo XXI, 1987; La educacin durantelos gobiernos liberales: 1930-1946, en Nueva Historia de Colombia, TomoIV, Bogot, Ed. Planeta, 1989.