Upload
crashboat
View
67
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Este año quiero fijarme
en los pastores de
Belén: personas sencillas,
disponibles a la gracia de
Dios.
Dios manda un ángel para
anunciárselo y un coro de
ángeles para reafirmarlo
alabando a Dios y deseando la paz entre los hombres de
buena voluntad.
Como eran personas sencillas, sin doblez, y disponibles,
deci-dieron ir a ver lo que se les anun-ciaba.
Y lo que se les anunciaba era que había nacido un salvador, un liberador. Para ellos les sería muy difícil entender esto como lo entendemos nosotros; pero se fiaron y fueron a ver.
El evangelio no dice que
adoraron a Jesús; sí, que contaban lo
que les había dicho el ángel y de la alabanza
de los otros ángeles.
No todos los pastores eran lo mismo. Aquellos
sí eran gente sencilla y buena. El ángel (Dios)
buscaría pastores especialmente prontos para escuchar la
llamada de Dios y seguirla.
Hoy también la Navidad es para los sencillos, los pobres de espíritu, que no tienen muchas ataduras terrenas, sino su corazón abierto a la gracia de Dios. Como era san Francisco de Asís.
Esto es lo que Jesús quiere de nosotros: que seamos un poco como los pastores de Belén. Ellos nos enseñan a tener un espíritu acogedor: Primero de la gracia de Dios, de su palabra. Luego también de la fraternidad humana.
Si nosotros tenemos el corazón abierto y
estamos disponibles para el Señor, se nos
revelarán grandes misterios. Que estos
días le digamos: Habla, Señor. Con esta
buena disposición estaban aquellos
pastores: