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Por: Tatiana Pedraza Dueñas Los estudiosos de las dis- ciplinas humanas nos han dicho que los cambios en el pensamiento son los procesos que se dan en el tiempo con más lentitud. Sin embargo, este último adjetivo ya no parece una característica apropiada para estos tiempos donde la técnica y la tecnología han empezado ya cambios, incluso, en nuestra fisiolo- gía; por ejemplo, la consi- deración de lo que hoy es la memoria, corresponde a algo muy distinto de la consideración que de ella se tenía en el siglo XIX, incluso en el XX. En ge- neral, si algo es constante en la humanidad son los cambios; lo sabemos ¿entonces por qué la alar- ma? Entender que las hu- manidades necesariamente tienen que cambiar, es considerar de manera sen- sata y seria la pregunta sobre su importancia. No sabemos que quede de las humanidades del siglo XX, o cuales son las hu- manidades del siglo XXI, lo que sí es claro es que se deben transformar y en ese proceso radicará su impor- tancia; su porqué y pa- ra qué. Las humanidades hoy se enfrentan a una serie de situaciones harto difíciles. A los habitua- les problemas pobreza, poder, tecnología, mundialización, am- biente, nuevos méto- dos, nuevas episte- mes…. Se añaden la especial y nueva confi- guración del primer hacedor y destinatario de los discursos de las humanidades: el esco- lar del siglo XXI. Pre- guntarnos por el nuevo escolar sujeto de las humanidades, aquellos que le darán su impor- tancia, constituye, más que una necesidad, más que una urgencia, la propia condición de posibilidad de las hu- manidades. Se hace imposible negar que nos situamos frente a un nuevo estudiante: prefiere habitar el mun- do digital, es extraño a la cultura libresca, se nutre del audiovisual, pero cada vez menos del cine, prefiere las series, desconoce la vida silvestre y vive en la ciudad, por decir solo unas cuantas característi- cas muy generales. Esa novedad que es el escolar del siglo XXI, obliga a las humanidades a asistir al estudio de lo digital, de los adelantos técnicos y tecnológicos de nuestro tiempo, de las profundas implicaciones políticas y sociales intro- ducidas por ellos en nuestros grupos sociales, del audiovisual, en espe- cial las series, como dis- positivos de información y de educación y, tam- bién, finalmente, a la propia escuela, junto con la posición que ocupa en la sociedad. Por lo anterior, resultó necesario propiciar un escenario académico de encuentro y de diálogo que permitió a la comu- nidad UIS, parti- Segunda Semana de la Facultad de Ciencias Humanas. El papel de las ciencias sociales y humanas hoy cularmente de la Facultad de Ciencias Humanas, es- tudiar, analizar, reflexio- nar y discutir sobre los pro- blemas más relevantes de la sociedad contemporá- nea, como afirmación de la labor propia de las humani- dades y de los humanistas, mediante el debate y la puesta en común que per- mitió tanto el examen de propuestas existentes como el ejercicio de formular otras alternativas a la hora de pensar en una sociedad democrática, incluyente, justa y en paz. Para ello, se contó con la participación de seis po- nentes internacionales, sie- te ponentes nacionales y siete ponentes locales. Además, se realizaron acti- vidades lúdicas lideradas por los estudiantes de la Facultad. Volumen IV, N° 36 Junio de 2018 Razones y sentidos del filosofar NOMBRE DEL TRABAJO

NOMBRE DEL TRABAJO Razones y sentidos del Volumen IV, N ... · El estudiante Juan David Almeyda Sar-miento, estudiante de octavo semestre, participó como ponente en el XVI Con-greso

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Page 1: NOMBRE DEL TRABAJO Razones y sentidos del Volumen IV, N ... · El estudiante Juan David Almeyda Sar-miento, estudiante de octavo semestre, participó como ponente en el XVI Con-greso

Por: Tatiana Pedraza Dueñas

Los estudiosos de las dis-ciplinas humanas nos han dicho que los cambios en el pensamiento son los procesos que se dan en el tiempo con más lentitud. Sin embargo, este último adjetivo ya no parece una característica apropiada para estos tiempos donde la técnica y la tecnología han empezado ya cambios, incluso, en nuestra fisiolo-gía; por ejemplo, la consi-deración de lo que hoy es la memoria, corresponde a algo muy distinto de la consideración que de ella se tenía en el siglo XIX, incluso en el XX. En ge-neral, si algo es constante en la humanidad son los cambios; lo sabemos ¿entonces por qué la alar-ma? Entender que las hu-manidades necesariamente tienen que cambiar, es considerar de manera sen-sata y seria la pregunta sobre su importancia. No sabemos que quede de las humanidades del siglo XX, o cuales son las hu-manidades del siglo XXI, lo que sí es claro es que se deben transformar y en ese proceso radicará su impor-

tancia; su porqué y pa-ra qué.

Las humanidades hoy se enfrentan a una serie de situaciones harto difíciles. A los habitua-les problemas pobreza, poder, tecnología, mundialización, am-biente, nuevos méto-dos, nuevas episte-mes…. Se añaden la especial y nueva confi-guración del primer hacedor y destinatario de los discursos de las humanidades: el esco-lar del siglo XXI. Pre-guntarnos por el nuevo escolar sujeto de las humanidades, aquellos que le darán su impor-tancia, constituye, más que una necesidad, más que una urgencia, la propia condición de posibilidad de las hu-manidades. Se hace imposible negar que nos situamos frente a un nuevo estudiante: prefiere habitar el mun-do digital, es extraño a la cultura libresca, se nutre del audiovisual, pero cada vez menos del cine, prefiere las series, desconoce la

vida silvestre y vive en la ciudad, por decir solo unas cuantas característi-cas muy generales.

Esa novedad que es el escolar del siglo XXI, obliga a las humanidades a asistir al estudio de lo digital, de los adelantos técnicos y tecnológicos de nuestro tiempo, de las profundas implicaciones políticas y sociales intro-ducidas por ellos en nuestros grupos sociales, del audiovisual, en espe-cial las series, como dis-positivos de información y de educación y, tam-bién, finalmente, a la propia escuela, junto con la posición que ocupa en la sociedad.

Por lo anterior, resultó necesario propiciar un escenario académico de encuentro y de diálogo que permitió a la comu-nidad UIS, parti-

Segunda Semana de la Facultad de Ciencias Humanas. El papel de las ciencias sociales y humanas hoy

cularmente de la Facultad de Ciencias Humanas, es-tudiar, analizar, reflexio-nar y discutir sobre los pro-blemas más relevantes de la sociedad contemporá-nea, como afirmación de la labor propia de las humani-dades y de los humanistas, mediante el debate y la puesta en común que per-mitió tanto el examen de propuestas existentes como el ejercicio de formular otras alternativas a la hora de pensar en una sociedad democrática, incluyente, justa y en paz. Para ello, se contó con la participación de seis po-nentes internacionales, sie-te ponentes nacionales y siete ponentes locales. Además, se realizaron acti-vidades lúdicas lideradas por los estudiantes de la Facultad.

Volumen IV, N° 36

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La Revista Filosofía UIS es una publicación semestral de la Escue-la de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander, especiali-zada en temas filosóficos y afines; y dedicada a la divulgación de trabajos originales, avances y resultados de investigación realiza-dos en las diversas áreas de la Filosofía. Es una revista dirigida a investigadores, estudiantes y público académico en general, intere-sados en los temas planteados para cada uno de los números edita-dos.El Comité Editorial, el programa de Filosofía y la Maestría en Filosofía de la Universidad Industrial de Santander convocan a filósofos, investigadores y estudiosos de áreas afines a enviar sus trabajos escritos (artículos de investigación, reflexión, revisión de temas y reseñas bibliográficas). En el sitio web de la revista se podrá encontrar toda la información: http://revistas.uis.edu.co/index.php/revistafilosofiauis

El estudiante Juan David Almeyda Sar-miento, estudiante de octavo semestre, participó como ponente en el XVI Con-greso Internacional de Humanidades realizado por la Universidad Santo To-más, realzada los días 9,10 y 11 de mayo de 2018, con la ponencia: "Posverdad e incomprensión como problemas de la justicia transicional colombiana: una lectura desde Hannah Arendt”. Un traba-jo que ha sido resultado de un proceso investigativo llevado a cabo en el semi-llero de filosofía política y del derecho de la Escuela de Filosofía el cual ha investi-gado, desde hace aproximadamente un año, temas relacionados con la justicia en sus distintos ámbitos.

Así, el escrito presentado por el estu-diante se resume de la siguiente manera: La relación existente, desde Hannah Arendt, entre: reconciliación, perdón y comprensión es de relevancia para el proceso realizado a la hora de hacer una lectura del caso colombiano respecto a la justicia transicional. Esta transición no debe entenderse como una simple convi-vencia entre partes de un conflicto, los principios de la justicia transicional de-ben actuar bajo la mirada de una reconci-liación por el bienestar de la comunidad asediada por el conflicto y el dolor, y más allá del tránsito hacia la reconcilia-

ción debe de sentar las bases para el perdón de cada individuo con el mundo que le ha genera-do tanto sufrimiento; de modo, que se requiere de la facultad de la comprensión para avanzar

En este número queremos destacar al egresado Jorge Enrique Pulido Blanco, quien nos manifestó lo siguiente: Pensada en términos generales, la con-tribución de la filosofía no debe com-prenderse, exclusivamente, de cara al aporte cuantitativo que de ella se deriva y que se traduce en contenidos aprendi-dos o en habilidades desarrolladas du-rante un proceso. La contribución de la filosofía me parece algo previo a esto, más bien como lo que origina el proceso y lo acompaña desde el principio. Si la vemos así, la contribución de la filosofía tiene el sentido de un acontecimiento que irrumpe en nuestra existencia y conlleva que su eje, por así decirlo, se desplace. Cuando la filosofía nos acon-tece, nos lleva a una experiencia de descentramiento por la cual se abre la posibilidad de resignificar nuestro pasa-

do y abrirnos al futuro. De modo similar a la mayor parte de los que estudiamos esta disciplina, mi interés se origi-nó cuando estaba casi terminando la secunda-ria. A la hora de elegir una carrera universita-ria, sentía una inclinación casi natural hacia la filosofía, pero a la vez tenía mucho desconoci-

miento y también inseguridades. A partir del año 2004 y hasta inicios del 2013 hice parte activa de la comunidad académica de la UIS. Primero como estudiante de pregra-do en Filosofía (2009), luego como estudiante de Maestría en filosofía (2011) y, finalmente, como profesor cátedra (2010-2013). Desde el 2013 hasta principios de 2017 fui profesor en la Universidad de San Buenaven-tura, sede Bogotá, así como en otras institucio-nes de la misma ciudad. En medio de esa ex-periencia de diálogo con otras visiones de

Revista de filosofía UIS

Estudiante de filosofía participa como ponente en congreso internacional

Egresados destacados del programa de Filosofía

nuestra disciplina, así como de la universidad en su conjunto, pude advertir la sensibilidad filosófica especial en la que me había forma-do, así como las distintas herramientas concep-tuales, teóricas e investigativas que desarrollé durante mis estudios en la UIS.