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Nota sobre Antígona El hombre es un ser extraordinario. Lo dice Sófocles en su Antígona. Y debe tener razón, porque, después de muerto, sigue siendo motivo de conflicto. Antígona muere por enterrar un muerto, Creonte mata a quien entierra al muerto. Es lo que tienen los muertos, que son necesarios para ejemplarizar y apuntalar el poder en unos casos, mientras que en otros son necesarios para apuntalar la memoria, el lugar donde renovar la frescura de las flores un día al año, el 1 de noviembre. Entre tanto, el muerto no dice nada. No habla, porque está muerto. Naturalmente, en este punto la Antígona de Sófocles nos revela su vigencia. Y en el enfrentamiento entre un hombre adulto poderoso y una mujer muy joven. Entre un hombre y una mujer, al fin. Antígona defiende, más allá de la ley de los dioses, su derecho a ser escuchada como mujer, como ser humano, en un momento en que la polis griega se configura y los derechos de la mujer están humillados. Lo dice Creonte, nada hay peor que estar subordinado a una mujer. Y se lo dice a Hemón, su hijo. No hemos cambiado tanto. Y así, probablemente, todo esto de la universalidad de los textos clásicos sonará menos casual, más cercano, si pensamos en el conflicto socio-político creado a raíz de la aprobación de la Ley de la Memoria Histórica. Para unos, las Antígonas contemporáneas, es imprescindible, para que todos los españoles se sientan igual ante el tribunal de la Historia. Para otros, es una forma de buscar la división de la unidad del Estado. Lo que es bueno para unos, los que no consiguieron enterrar los restos de sus muertos, es malo para otros que, habiendo enterrado a los suyos, teniéndoles presentes hasta en el callejero de sus ciudades y pueblos y en los muros de sus iglesias, entienden que buscar y desenterrar a los desaparecidos es algo así como reabrir heridas. Es probable que teman que los muertos hablen. Como Creonte. Pero, no. Tranquilos. El hombre es un ser extraordinario, pero no ha conseguido decir ni pío después de muerto.

Nota sobre el espacio Nada es más intemporal que una guerra. Una historia que arranca al día siguiente de finalizar una guerra. Finalmente, son los restos del tiempo, de un naufragio, de una guerra, lo que queda, restos que hoy se recomponen para gozo público. Y eso es Tebas para nosotros. Los restos de una ciudad sitiada, rotas sus casas, sus obras públicas, las ropas y las gentes, piedras desperdigadas, sin luz, con el sonido de la alarma metido en los huesos de los ciudadanos y el temor conviviendo con la esperanza de que todo haya acabado de una puta vez y hoy sea el día siguiente de un futuro en paz. No hay guerra justa, ni ciudad que merezca una guerra, que nada hacen, las ciudades. Por eso, una guerra es igual a otra, y está a otra, y así hasta la extenuación. Todas las ciudades en guerra se parecen, sus restos, nada tan parecido entre estos, los restos, de manera que sin salir de la Mérida arqueológica podemos estar entrando en la Tebas del siglo IV antes de Cristo, o caminando por la Roma agotada por la caída del imperio o en Madrid, mil novecientos treinta y nueve, o en Palestina, Líbano, Afganistán, África… Y es que la guerra hace añicos el espacio, pero también el tiempo.

el director

Emilio del Valle Nace en Madrid el 24 de diciembre de 1961 en el sur de la ciudad, en Carabanchel, donde continúa viviendo. Cursa bachiller superior en el INB Calderón de la Barca, siendo esta la única “anécdota teatral” de su adolescencia. En este centro toma sus primeros contactos con el teatro aficionado. Su primera participación en una obra de teatro la realiza a los 16 años, como actor, interpretando al personaje de Sorbier en la tragedia dramática Muertos sin sepultura, de Jean Paul Sartre en 1977. La etapa de aficionado se prolonga hasta la prestación del servicio militar obligatorio en 1980. Hasta ese momento, jamás pensó que el teatro sería su profesión. En 1982 se incorpora a la formación teatral semi-profesional Germinal, en la que participa como actor en la obra Miguel Hernández, vida y muerte de un poeta, ganando sus primeros duros, y sintiendo por primera vez que el escenario puede ser una Buena forma de ganarse la vida haciendo algo interesante. En 1983 decide estudiar y se presenta a las pruebas de ingreso en la RESAD. Juan José Granda piensa que no debe ser admitido. Apenas un mes más tarde el mismo pedagogo le reclama como alumno para participar en el primer curso de dirección de escena organizado por el recién creado y tristemente desaparecido CNNTE. Descubre que en la profesión que ha elegido todo es aleatorio y lo que no vale hoy, puede ser estupendo mañana. A finales de 1983 se presenta a las pruebas de selección del Laboratorio de Teatro William Layton. Es admitido e inicia la etapa de formación más interesante de su vida desarrollando el siguiente recorrido pedagógico en interpretación y dirección de escena:

Interpretación: José Carlos Plaza, William Layton, María Ruiz, Amparo Valle, Antonio Valero, Josefina García Araez (verso clásico).

Técnica (improvisación): Francisco Vidal, Paca Ojeda, William Layton.

Dirección de escena: José Carlos Plaza, William Layton. A finales de 1986 decide incorporarse a la vida laboral, y lo hace como ayudante de dirección de María Ruiz en la producción El último desembarco de Fernando Sabater. Paralelamente funda Espectáculos La Federal, S.A, junto a Jorge Amich y Macarena Pombo. La empresa finaliza su actividad en 1989. Entre 1991 y 1999 se aleja de las salas de ensayo y desarrolla una actividad profesional en el mundo del diseño gráfico. En 1995 funda Producciones Inconstantes S.L junto a Chete Guzmán, compartiendo la actividad empresarial con la teatral. En 1998 realiza las pruebas de acceso a la RESAD de nuevo para estudiar Dramaturgia y por puro placer. Lo consigue. En 1999 abandona la actividad empresarial y hace del teatro su placer y su negocio.

En 2000 escribe su primera versión sobre La vida es sueño, de Calderón de la Barca. En 2002 finaliza la carrera de Dramaturgia: todavía sigue sin saber cómo se les llama a los que han finalizado dichos estudios: ¿dramaturgos?, ¿dramaturgistas?, ¿especialistas en algo?, ¿gilipollas? Elijan. En 2005 inicia los cursos de Doctorado en ciencias del espectáculo, en la Universidad Carlos III de Madrid. A lo largo de todos estos años ha desarrollado diversas actividades todas ellas relacionadas con el teatro, tal y como se desarrolla en la cronología que cierra esta ligera biografía profesional. Quizá quepa destacar de manera especial el hecho de entrar en contacto con Antonio Llopis en el 1995. A partir de ese momento incluye en su lista de conocimientos a un amigo, y sobre todo, a un maestro del teatro. Con él ha desarrollado propuestas teatrales pedagógicas novedosas y, siempre, de manera no remunerada. En 1998 se incorpora a Producciones Inconstantes S.L la actriz Carolina Solas, con quien comparte las responsabilidades empresariales en la actualidad. A lo largo de todos estos años han pasado muchas cosas pero, sin duda, es el conocimiento de algunas personas, lo que hace que todo el esfuerzo haya valido la pena. Estas son algunas perlas: Chete Guzmán, Carolina Solas, Jorge Muñoz, Gerardo Malla, Joseba Arza, José Manuel Gorospe, Paco Plaza, Antonio Llopis, Chema de Miguel, Chete Lera, Rodrigo García, José Ramón Fernández, Teresa Nieto, Julio Llamazares, Laila Ripoll, Marcial Álvarez, Cecilia Hernández, Ana Rodrigo o José Manuel Guerra… Ha trabajado como actor de cine (La vida alegre, Las cosas del querer, La forja de un rebelde, ¡Ay Carmela!, Bajo un cielo extraño, Mi hermano del alma) y en teatro (Miguel Hernández, vida y muerte de un poeta, La espada del solo deseo, Ningún nombre conocido, Lulú, Irse, La vida es sueño, La tierra, Restos). Ha sido técnico, maquinista, gerente, regidor, sonidista, ayudante de dirección (con María Ruíz, Gerardo Malla, John Strassberg o en el Teatro de la Abadía). Es autor de un manojo de textos, entre originales (Cuando todo termine, Telenoticias.je, El canto del cisne, Más perdidos que Carracuca, No sé por dónde empezar, Merendando con Sor Jerónima), versiones (La vida es sueño, Abre el ojo) y creaciones colectivas (Ningún nombre conocido, Irse). Como pedagogo ha sido profesor de teatro contemporáneo en la Escuela Cuarta Pared de Madrid, en el Conservatorio Profesional de Música y la EMAD de Madrid. Ha coordinado la Escuela Municipal de Teatro del Teatro Rojas de Toledo, ha fundado y dirigido el Taller de Teatro Toboso y el Taller de Teatro Creativo. Como director de teatro ha firmado los siguientes trabajos: 1990 Irse, creación colectiva de Espectáculos La Federal con Jorge Amich. 1994 Gaviotas subterráneas, de Alfonso Vallejo. Producciones Inconstantes Teatro (PIT). 1995 El indio quiere el Bronx, de Israel Horovitz. Taller de Teatro Toboso. 1996 Rey Lear, de Rodrigo García. PIT. 1997 Los Justos, de Albert Camus. PIT. 1998 La vida del revés, de Lourdes Ortiz. PIT y Barbotegi. 1999 La vida es sueño, de Calderón de la Barca. PIT. T. Principal de Burgos. 2000 Como cerdos, creación colectiva sobre textos de Luis García-Araus. PIT. 2002 Cuando todo termine. Autor y director. PIT. 2004 John & Jitts, el señor de los monos y la mona Chita, de Julio Salvatierra. Producción de

Metamorfosis, P.T. 2004 El canto del cisne, de Emilio del Valle, basado en la obra homónima de Antón P. Chejov. PIT. 2004 Mingus, Cuernavaca, de Enzo Cormann. PIT.

2005 Más perdidos que Carracuca, colectivo, dramaturgia de Emilio del Valle. 2006 La tierra, de José Ramón Fernández. 2007 La lluvia amarilla, de Julio Llamazares, adaptación de José Ramón Fernández. 2009 Restos, de Laila Ripoll, J. Ramón Fernández, E. del Valle y Rodrigo García. PIT. 2010 Unos cuantos piquetitos, de Laila Ripoll. 2011 Pedro y el capitán, de Mario Benedetti. PIT. 2011 Antígona del siglo XXI, de Emilio del Valle e Isidro Timón, basado en la obra homónima de

Sófocles. Producción del Festival de Mérida. 2012 El coloquio de los perros, de Miguel de Cervantes. Producción de A Loveira y PIT.

Reparto en orden de intervención

Antígona

Nodriza Ismene

Creonte Guardián/Mensajero

Hemón Tiresias Coro 1 Coro 2 Coro 3 Coro 4 Coro 5

Pianista

Equipo Artístico y técnico

Versión Ayudante de dirección

Espacio Escénico y vestuario Iluminación

Música Original Espacio Audiovisual Productor Ejecutivo

Regidor Dirección

Una producción del Festival de Mérida

Reparto en orden de intervención

Montse Díez Carolinas Solas Carolina Lapausa Chete Lera Chema de Miguel Bilbao Juan Díaz Jorge Muñoz Ángel Jodra Nacho Vera Alberto Guío Javier Ceballos Félix Estaire Montse Muñoz Isidro Timón y Emilio del Valle Marcus Von Wachtel Cecilia Hernández José Manuel Guerra Montse Muñoz Jorge Muñoz José Luis Huertas José Luis Huertas Emilio del Valle

Espectáculo recomendado por la

RED ESPAÑOLA DE TEATROS

[in]constantesteatro