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La literatura gauchesca y lo social Como ya señaló E. Sansone de Martínez, toda la poesía gauchesca está impregnada de intención reformadora, de una especial «voluntad de arre- glar las cosas, de señalar errores para que se corrijan. Aparece ya en Hidal- go y nutre la poesía posterior a él... Ascasubi, en su prólogo a Paulino Luce- ro expresa también esta intención reformadora, propagandística y didáctica que informa toda la poesía gauchesca» (La poesía gauchesca en Martín Fierro, págs. 20-21). Según uno de los más agudos críticos de la gauchesca. Angel Rama, «... la poesía gauchesca se constituyó en un estilo literario específico de un determi- nado grupo social...>, y en otra parte de este trabajo leemos: «El habla gaucha... es una toma de posición: se afirma enfrentando a las lenguas madres... constitu- yéndose en legítima expresión de una clase» (Literatura y clase social, México: Folios, 1983, págs. ‘75 y 53, respectivamente). En otro lugar, Rama ha indicado que los autores siempre fueron miembros de una clase superior a la de los gau- ehos, o sea, el público de la poesía gauchesca era distinto del de sus autores: <Estos se encontraban normalmente por encima de él» (ibid., pág. 31), esto es: por encima —socialmente— del público al que esa poesía estaba destinada. Estos son algunos de los problemas que desearía analizar en esta ocasión. Para sintetizar: la poesía gauchesca, ¿fue la literatura de una clase social deter- minada? ¿Cómo es posible generalizar tan peligrosamente y decir que el - Nico al que esta poesía estaba destinada era distinto del de sus autores...? Y en tercer lugar: ¿puede afirmarse hoy, seriamente, que el habla gauchesca identificaba a comienzos y mediados del siglo xix a una clase determinada...? Por fin: ¿qué lleva a autores cultos, algunos de elevada posición intelectual para su tiempo y su medio a escribir apelando a este estilo primitivo y espe- cialisimo...? Por último: ¿puede decirse que la poesía gauchesca trató los as- pectos sociales de la vida gauchesca de la Argentina y el Uruguay del siglo xix...? Comencemos por lo social, que engloba a todo el resto. Anales de Literatura Hispanoamericana, núm 25. Servicio de Publicaciones~. UCM. Madrid. 1996

novela gaucha

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La literatura gauchescay lo social

Como ya señalóE. SansonedeMartínez,todala poesíagauchescaestáimpregnadade intenciónreformadora,de una especial«voluntadde arre-glar lascosas,de señalarerroresparaquesecorrijan.Apareceya enHidal-go y nutrela poesíaposterioraél... Ascasubi,en su prólogoa PaulinoLuce-ro expresa también esta intención reformadora, propagandísticaydidáctica que informa toda la poesíagauchesca»(La poesíagauchescaenMartín Fierro,págs.20-21).

Segúnuno de los másagudoscríticos de la gauchesca.Angel Rama,«... lapoesíagauchescase constituyóen un estilo literario específicode un determi-nadogruposocial...>,y en otrapartede estetrabajoleemos:«El hablagaucha...esunatomade posición:se afirma enfrentandoa las lenguasmadres...constitu-yéndoseen legítimaexpresióndeunaclase»(Literatura y clasesocial, México:Folios,1983,págs.‘75 y 53, respectivamente).En otro lugar, Ramahaindicadoquelos autoressiemprefueron miembrosdeunaclasesuperiora la de los gau-ehos,o sea, el público de la poesíagauchescaeradistinto del de sus autores:<Estosseencontrabannormalmentepor encimade él» (ibid., pág. 31), estoes:por encima—socialmente—del públicoal queesapoesíaestabadestinada.

Estossonalgunosde los problemasquedesearíaanalizaren estaocasión.Parasintetizar:la poesíagauchesca,¿fuela literaturadeuna clasesocialdeter-minada?¿Cómoes posiblegeneralizartan peligrosamentey decirqueel pú-Nico al queestapoesíaestabadestinadaeradistinto del de susautores...?Yen tercer lugar: ¿puedeafirmarsehoy, seriamente,que el habla gauchescaidentificabaa comienzosy mediadosdel siglo xix a unaclasedeterminada...?Por fin: ¿quélleva a autorescultos, algunosde elevadaposición intelectualparasutiempoy su medio a escribirapelandoa esteestiloprimitivo y espe-cialisimo...?Por último: ¿puededecirsequela poesíagauchescatrató los as-pectossocialesde la vida gauchescade la Argentina y el Uruguaydel sigloxix...? Comencemospor lo social,queenglobaa todo el resto.

AnalesdeLiteratura Hispanoamericana,núm 25. ServiciodePublicaciones~.UCM. Madrid. 1996

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32 .R. A. Ro,rllo

El primer texto gauchescoconocidoera un ejercicio lúdico en el que unhombrede cultura clásica(obispo,escriturarioy especialistaen derechoca-nónico) dio una versión «gauchesca»de un texto poético dieciochescoqueya había tenido versionescultas. Nos referimosal intrascendentetexto deN4aziel «Cantaun guasoen estilo campestre...»(1777),queaunquecareceab-solutamentede valor literario o social, si es importantepara dilucidar un as-pectodc la gauchescaqueha producidodiversasinterpretaciones:el proble-ma del origendelagauchescacomogénero.

Maziel intentóunaversión en hablarural de un texto celebratoriodel vi-rrey Cevallos.¿Quéutilidad dejaesteejemplo?Porunaparteconfirma algoqueya sabíamos:la afición por lo popularquemanifiestanciertaszonasde lasociedaddieciochesca.Porotra confirma el hechotodavíamuy corrientedequelos máscultosy ricos propietariosdetierrasdel Río de la Platahablaron(y hablan)en la intimidad. y conocieron(y conocenhoy) bastantebien el ha-bla campesinade los gauchosy susdescendientes.Hoy,como hacedoscien-tos años,los integrantesde la claseterratenienteargentinay uruguaya,cria-dosdurantelos veranosentrela peonadade la estanciafamiliar, conocieron—y hablaron—desdepequeñosel hablarural queusabansus peones,capata-cesy domadores.Como han probadoRosenblaty Fontanellade Weimberg.jamáshubo ningunadiferencialingéisticavisible entreel hablacotidianadelos poseedoresy la de los desposeídos:ambosmanejabanfamiliarmenteeldialecto rural que hoy llamamos«hablagauchesca»o «hablarural>. Cuál seala razón de este hechoque tanto irritó a A. Castro,y fue señaladopor A.Alonso y Ortegay Gasset,es materiaque escapaa nuestrointerés,peroquedebequedaraquíbien acotado.Es posiblequeestotengarelación con la au-senciade riquezasminerasen el Río dela Plata,lo cual llevó a la ausenciadenoblezaen nuestrasplayas,lo queexplicala facilidadde movimientoverticalen la sociedadquesiempreha distinguidoa estazonade la AméricaHispáni-cacomparadacontodocl restodel continente.

Estafamiliaridad lingéistica (que no significó jamásfamiliaridad social).se destacaaquíparaseñalarqueel argumentopor el cual sequieredistinguirel género«poesíagauchesca»como unacreacióncaracterizadapor el usodeun habladiferentea la del restode la sociedad,esun argumentoinsostenible...

Y el casodc BartoloméHidalgo —al quedebemosdar el título de funda-dor de la gauchesca—puedeser sintomáticopara mostrarque el comienzodel género seprodujo unido a intencionespolíticas, socialesy culturalesdeinfrecuentecomplejidad.Un examendela obray la situaciónhistóricade Hi-dalgo (su vida, suubicaciónsocial,suspoesías)permitenver cómo ya en suscomienzosel géneroaparecióunido a circunstanciaspolíticasy socialesquedebenserseñaladas.

Como en el caso de Maziel, Bartolomé Hidalgo también se muestracomo hombrecon unarelativaculturaletradaformadafundamentalmenteenel Neoclasicismo.Es un hombrede culturaurbana,quecasisimultáneamenteescribepoemastípicamenteilustradosy poemasgauchescos.Un examende

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sus temasservirá para mostrar cómo esos dos niveles expresivosle sirvenparadefenderlas mismascausas.Los primerospoemasgauchescosestándi-rigidos a tratar la luchacontrala Españaimperial.Es lo quepuedeejemplifi-carsecon el Unipersonalque edita La lira argentina, titulado El Triunló (p.263 dela ed.de la AcademiaArg. deLetras,1982), olapiezaLa libertad civil(pág. 144 ed. Academia).Esta última de 1816, coetáneadel Cielito Oriental(El portugéscon afán/dicenquevienebufando»).

Obsérveseque los primerosCielitos atribuidos a Hidalgo, tratan de losproblemascon los portugueses,antesque de la lucha contra los españoles.En otras palabras:la política se ve siempredesdeel ángulo de la BandaOriental y de sus problemasespecíficos,o desdeel de los problemasde laigualdadsocial; éstosson,en sí, los temasbásicosde Hidalgo. Lo político so-bre Españaapenasaparececircunstanciadoy agresivo(agresivoa travésdela ironía, la carcajadaprimaria,la palabrotaordinaria,cl chistegruesoy hastade mal gusto...)todoselementospara empujara la gentea luchar y a dirigirsus esfuerzosen la luchadesmedidaque Artigas lleva contrael dominio es-pañol primero, y despuésportugués:el destinotrágico de un paísqueno po-día dejarde estaren el medio dc un conflicto muy superiora susposibilida-desconcretasdeexistencia.

Hidalgo, por su vida y su situaciónsocial,ejemplifica con meridianaclari-dadalgunosde los complejosproblemasque tuvieron lugar en el Río de la Pla-ta durantelos primeroscincuentaañosdel siglo xix. De humildísimoorigen (sufamilia era deabsolutapobreza),obtuvounarelativaformacióncultural quelepermitió en un momentodado alcanzaruna situación administrativamuchomasalta quela que los hombresde su condición podíanobtenerentonces(re-cuérdeseque llegó a serSecretariodel GobiernoCivil del régimenrevolucio-nario, cuandoMontevideocayóen manosde los soldadosde Artigas,en 1814,cargoquedesempeñómuy pocotiempo;ya en agostode dicho añoera admi-nistradorde Correosde Montevideo).Cuandoel coronel FernandoOtorguésentraen febrerode 1815 como GobernadorIntendentede la Plazade Monte-video, en pleno régimenartiguista,Hidalgo fue nombradoMinistro interino deHacienda(26 de febrerodc 1815). Juntoa estaseriede cargosen el centromismodel gobiernoartiguista,Hidalgofuerealizandosuobrapoética.

Peroduró muypoco tiempoenesecargo.Ya hemosdemostradodefiniti-vamenteque Hidalgo era de sangrenegra,poseíaen su rostro y en su pielclarossignosdeestehechoracial >~ Y esafue la razóndesuprontacaídades-de un lugar privilegiado en la sociedadmontevideana,a la pobrezaen quehabíavivido todasu familia. Es su estigmaracial (estigmaparavarios de suscoetáneos)lo quele impidió ocuparel lugar quemerecíadadassuscapacida-des administrativase intelectuales.Dos referencias,unapeyorativade De laSagra y Periz. otra directamenteagresivadel mal habladocura Castañeda,

Véasenuesiroti-abajo «fl idalga iniciador de la poesíagauclesc.n,(½adernoshispano—

ciaicrirano.s,204 (diciembre1966).

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34 1?. A. Borello

pruebanestocon absolutaclaridad.Perohay algo quedebeseraquí señala-do:Hidalgo es el primero y casi el único delos poetasdela gauchescaquese-flala en uno de suspoemasesteheehoconcreto,absolutamenteignoradoportodos los otros integrantesdel género.Es que él fue el único que vivió estacircunstanciacomounadurisimae implacablelimitación social y económica.Y aquídebeestarla razón básicade su decisiónde viajar a BuenosAires, apesardetodaslas suposicionesmás o menosaceptablesqueproponeFalcaoEspalteren su conocida biografía del poetaoriental. En BuenosAires lascosasno mejoraronpara Hidalgo. Y terminó susdías vendiendoa caballo,como los mendigos,su hojas sueltascon poenasnacidosde su imaginación.

6Restaalgunasdeestashojas,deestospliegossueltos,querecuerdanlos anti-guoscantaresde ciego de la tradición hispánicapeninsular...?No podemosresponderaestapregunta.

Y vamosa lostextosdeHidalgo.1-lidalgo, hombrede la Ilustración,formadoen los gustosy en la concep-

ción de la literatura dieciochesca,pensabasus textoscomo instrumentosdeenseñanzay entretenimiento:política y sanoesparcimientodiríamos calcandoalgunasfrasesde los ilustrados.Y todossustextosestabandirigidos a un públi-co conscientementeelegido. Aquí debedecirseque el uruguayotenía plenaconcienciadequetanto los cultos, los lectoresurbanos,comolos campesinos,aquellosquedebíanescucharsus textosleídospor otros,conocíany utilizabancotidianamenteesa lengua algo arcaicay marcadamenterural que nosotrosdistinguimoscomo habla gauchesca.Pero en su obrael hablaurbanade losUnipersonales,lastradade elementosliterarios (asícomo la Marcha Oriental),estabadirigida al público urbano.Los otros textospersiguenpor unapartega-nar a los iletradosa unacampañapolítica (esaes la intención de los «Cielitos»,sin dudas).Pero Hidalgo perseguía,ya en esosprimerostextos,objetivosmásamplios que los puramentepolíticos limitados a un público rural; Hidalgo,apelandoa esahablaque igualabaa los de la ciudady a los del campo.a lospropietariosy a los peones,perseguíahacerquetodosellosse sintieranherma-nadosen algo quelosdiferenciabanmarcadamentedelos «españolespeninsu-lares>.El usodel «dialectogauchesco»tiene,en primer lugar,unaintenciónpo-lítica y patriótica, destacarlo queseparabaa losespañolesdeAméricn(como seautodenominarondurantegranpartedel siglo xix) de losde allendee/Atlántico.Esosmodismosidentifican a los que queríanla libertadpolítica frente a Espa-na. Obsérveseque Hidalgo persiguealgo a primera vista muy complejo: dife-renciarsefrentea lo peninsular,y a la vez igualarse,unificarse,por encimadelas diferenciassocialesquetodosconocían,a travésdeun hablacomún 2

Desdeel punto de vista genéricodebehacerseuna distinción necesariaentrela Relacióny el Diálogo en Hidalgo.La RelaciónquehaceelgauchoRa-

Lo que dice y expresaSarmientoen el capítulode sus Viajes referentea Montevideo.n’>dejadudasen cuantoa estaidentificaciónsentimentaly patriótica: «A ni

1 mc retozanlas fibrascuandole» lasinmortalespláticasdeChanocl cantor,queandanpor aquidcboca enboca.

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mónContreras... detodo lo quevio en lasfiestasmayas...(1822>,es texto cuyopúblico seguroes el urbano.Viñeta costumbristadondeJocómico,Jo senti-mental,lo nostálgicosesobreponena lo social.Los otrostextosdel uruguayopertenecena otra tradición, la del testimonio-denuncia,son los Diálogos,enlos que en bocade un agonistagauchoHidalgo denunciasituacionespolíti-cas, sociales,racialesy económicas.Estostextos,además,debenser leídosdesdeuna perspectivaautobiográfica,porqueasí asumentodo su sentidoypuedensercomprendidosen su realidadconereta,histórica.En primer lugar,Hidalgo creyó, como muchos,que el triunfo frente a Españasignificaría laimplantación,en la sociedaddel Río de la Plata, de algunosde los idealesburgueses.Entreotros,el de quelas personasvalíano ya por lo queposeíano por lo heredado,como por lo queerancapacesde hacer,por suscapacida-desindividuales >. Su triste aventurapersonalquelo lleva desdeMinistro de

El texto másimportanteparatoda estademostraciónesel «DiálogopatrióticointeresanteentreJacintoChano,capatazdeunaestanciaen lasislas del Tordillo. y el gauchode la guardiadelMonte. 1 821. Copiamosaquelloquesirvea lo quedecimosenel texto:

Todoeí pagoessabedorque yo siempreporla causa ‘Todossabenqueyo siempreanduveal frío y calor. servíami patria(Uruguay)Cuandola primeraPatria, Entre 1811 y 1814.ai grito sepresenióChanocontodossushijos.Ah tiempoaqucí,ya pasó! Entre 1814 y 1817.Si juc enla Patriadel mediolo mesmomesucedió.pero,amigo,enestaPatria... AhoraestáenBuenosAires...Aleanceméun címarron. y nadielo tieneencuenta...

que hastacl nombredepaisanoparecede mai sabor,y en su lugaryo no veo

y unatropilla depobres,quemetidaenun oneoncantaal sondesu miseria...

Hidalgo describeahorala situaciónde las distintasprovinciasque han comenzadoa sepa-rarse(ia RandaOriental de BuenosAires, porejemplo,que es lo queindigna al poeta,ya quemudadoa la ciudad argentina,se hacecon él diterenciasseáalándoleel hechodesermontevi-deanoy no porteno):

de todasnuestrasProvinciasseempezóa hacerdislinción,comosi todasno juesenalumbradaspor un sol;

¿Por quénaideszobre<jadies (Estoeslo que atacarabr> desermássuperior? Castafleday queobligará¡U méritoesquiendecide, a Hidalgoasuautodefensa)

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36 1?. A. Boje/lo

Haciendahastacensorde un teatrillo sin ningunaimportancia,para hundirloen la miseria,fue la pruebadc queno bastabanni las capacidadesni la hon-radezpara progresaren esemundo. Hidalgo era mulato (así lo llama De laSagray Periz: «el mulatillo Hidalgo>), y de ello lo acusael fraile Castañeda,con típica sañaclasista:<oscuromontevideano..,quees un tentadodeesoquellaman igualdad,para lo cual hay algunosimpedimentosfísicos...» ¡Leguiza-món, M., «El primer poeta criollo del Río de la Plata (1788-1822),RUDA,129(1917)¡.

Claro estáquelo deoscuro montevideanose refiere al color desu piel, y asu modestísimoorigen social. Ahora vemosaquíuno de los motivos básicosde los reclamosde igualdadantela ley y antela sociedad,queaparecenreite-radamenteen sus poemasdialogados,cosaque raramenteocurre en otrostextosgauchescos.Hidalgono sólo llevaa cabounaencendidadefensade loshumillados,tambiénatacadirectae indirectamenteesasociedad(y deaquí lareacciónagresivadel cura Castañeda)que seguíamanteniendoestructurasractstas.económicasy socialesde tipo colonial... Poreso Hidalgo, fuera delos círculosverdaderosdel poder político y social, reclamainsistentementeuna igualdadque no existía en la realidad,y queél habíaexperimentadoencarnepropia. Y como no formabapartede los de arriba (como le ocurríraaHernández),apelaa un tono dolorido e indirecto, el único quepodíautilizarun serextrañoa los niveles del poderverdadero...Los calificativospeyorita-nosy racistasde La Sagray Perizy de Castañedapermitenadivinarla vida

Puesoigala apliCación.la lay esunano más,y elladasu proicicióna lodo cl quela respela.El quela lay agravióqueta desagravieal punto:est<>eslo q oc mand aDios,1<> quepidela lusticiay quedamala razón;Sin pregunlarsi esportenocl que la ley ofendió.ni si essalteñoo pontano,u, stnetierna! a>lor, (Heaquíla referenciaalella e.s igual <vnIra el crime c<ilor, queHidalgodebíaynunca¡««edistinción (debió)vivir comounaterribledc arroyosni delagunas, e inciudible condena)dcricO ni pobreton:paraelltt es1<> mesmoel ponchoquecasacay pantalón;

En el texto mencionadode Sarmienlo,éstecita (creemosquedememoria),pasajesdeestebiólogo de 1821, pero ponesu atención enla parte sobrelas disensionesque separabana lasprovincias.Véase t’ñ4a<; voi. 1. BuenosAires: 1-lachetle.1955,págs. 124- i 28.

Sobreeí ataquedeCastañeday a respuestade Hidalgo véaseLauro Aycstarán, La prunití—‘a poesíagauchescaenel tirzigí <ay. M onlevi siea:El Siglo 1 ustr~ído, 1 95 tI.

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resentida,dolorida, que debió llevar nuestrovate. No veo por qué no debetenerseen cuentaestafactor como uno de los elementosfundamentalesqueexplica los contenidosno sólo políticos sino altamentesocialesque conlle-van y escondensus textos, casi siempreleídos superficialmente.Y además,unaadvertenciaquecreemosmuy importante:en varios lugaresHidalgo ha-bla desí, con absolutaclaridad.

Estanislaodel Campo,el conocidoautorde Fausto,escribióen 1864 unacomposicióntitulada Gobiernogauchoquemereceseraquíanalizada.El tex-to, de 102 versos,poneen bocade un gauchounaseriede reclamosdejusti-cia, de quejasconcretasque,indirectamente,enumeranlas tremendasinjusti-cíasa las queestabasometidoel gauchode la época,quedebíadisponerdeun paseespecialpara viajar de un distrito a otro de la provincia de BuenosAires, y quevivía sujetoa la voluntad casisiemprearbitrariadel Juezde Paz,del Comandantede Campaña,o del patrónparael quetrabajaba.El texto, deinfrecuentefranqueza,dejaun retratoverazy amargode la realidadsocialdeesosaños.Peroestáenmarcadode tal modopor la situaciónconcretadel ha-blante narrativo,quesitúatodosucontenidoen laambigliedad.

Tal veznuncaantes,y jamásdespués—creemos—la poesíagauchescahadenunciadocon mayorprecisiónla sumade injusticias que la realidadruraldel país vivía en el siglo xix. Un gauchocreeque poseepoder suficientecomo paracambiarla realidadsocial en que vive, y susdecretos,claro,nie-gan y denuncianexactamentelo que estásucediendo.Primero ordenatermi-narcon las levasforzadas(«el contingenteconcluyo»);despuésquecadagau-cho puedapermaneceren su rancho, cuidando sus cultivos y animales;despuésque se distribuyan las tierras que algunos poseenen extensionesenormes,sin merecerlas..,problemaesteque ni Hernández,ni nadiesc atre-vió siquieraa mencionaren el siglo xix («Vaya largandoterreno,¡ sin mos-quiar, el ricachón,/... ¡es injustoy albitrario¡quetengamediacampaña»).

Denunciadespuéslos abusosde la Iglesia, de los Alcaldes, de los Co-mandantesy del Juezde Paz,queusabandiscrecionalmentede su poder.Lomismo denunciala deshonestidade inmoralidad de los pulperos,que enga-nabana suscompradores.Denunciatambiénel temible pase,queeraun cer-tificado quelimitaba ignominiosamentela libertadde hombresfalsamenteli-bres («Naides tiene que pedir ¡ pase,para otro partido; ¡ pues libre elhombreha nacido),señalandoademásla distinta normaque regulabala vi-dadelos habitantesurbanosy de losgauchos.

Tulio l4alperin,en su libro sobreHernández,destacaquela denunciadelproblemade la posesiónde la tierra en estetexto de Del Campoes algo im-portantee infrecuente,pero lamentablementeolvida decir 1<) esencial:queesosreclamosy esasdenuncias,tanjustas,tan exactos,seponenen bocadeun borracho,de un ser lamentablementedisminuido —diríamos— de un sercuyasituaciónconcretaquitavalor a todo lo quedicey, por la vía devaluado-ra de la risa,de lo humorístico,transformasusjustasdenunciasdeesasinjus-ticias en pura palabravacía.El velo humorísticoademás(como sucedeen

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38 R. A. Dore/lo

otro sentidoenel Fausto).suponeun lectorurbanoy culto, aquelqueen últi-mo término sabrácomprenderlas intencionesde su autor. Es lo queHernán-dez, refiriéndoseal poemainspiradoen la óperade Gounod.ya señalóclara-mente:«Quizála empresahabríasido paramí más fácil, y de mejor éxito, sisolo me hubierapropuestohacerreír a costadesu ignorancia...»(cartaaZoi-lo Miguens).¿QuéeraDel Campo?Un típico representantede la clasepo-seedoraunitaria y porteña.Aquella que habíaganadola batalla de Pavón yque fuey erala dueñade la mayoríade los camposarrebatadosa los indios.

Si ahoranos preguntáramospor cl público al queestádestinadoFaustoypor su último sentido, deberemoshaceruna delicada operaciónde lecturaque el brevetiempo disponibleconvertiráen apresurada.Como todossabe-mos, Fausto es un diálogo (como los Diálogosde Hidalgo,por ejemplo), undiálogo entredosgauchosuno delos cualesintentacontarleal otro —usandosuhablay suLimitada visióndel mundo—unaaccidentalfunción teatralen Laque«vio» la óperaFaustode Gounod,inspiradaenla obrade Goethe.El diá-logoexhalainocencia,desmesura,humorismode buenaley, sentimentalismo,amistad.Pero sobretodas las cosasmuestrala distanciaentrela visión delmundode quieneshablan(dos inocentescampesinos)y unacomplejareali-dadcultural en la que los mediosestéticos,el argumentoy el sentidoúltimo,estánmucho más allá de sus medidasposibilidadesde comprensión.Estechoquede inculturae inocencia,con un exquisitoproductocultural europeo,esla chispaquenoshacesonreíralos queleemoscl textogauchesco.

Si ahoraexaminamosla obradesdeel puntode vista de los planosquelaconstituyen,llegaremosa unaconclusiónquecreemoscertera.El segundopla-no es el dela realidadvirtual queuno deellosevoca:el de la ópera,queambos(y tambiénnosotros),parecemoscontemplarun pocomás lejos de nosotros.Peroambosplanos,el de los amigosconversandoy el de la ópera,distante,es-tán sujetosa nuestroexamen,el de los lectores.Y la obraes imposibledepen-sar, de comprenderen todossussentidos,sin un lector culto, o relativamenteculto y urbano,queesel único quepuedecaptartodossussentidos.Esteindis-pensablelector quepuedepasarsin problemasdel nivel primario e inocentedel gauchoal dela ópera(y, en último término,al de la obragoethianaqueledio origen),es el quecomprenderátodassus ironsas,susdetalleshumorísticos,suscaídasen lo sentimental-románticoo en lo burdamenterealista.Sólo unpúblico urbanoy culto rioplatensepodríacomprenderlos equívocos,las ino-centadasquesuponeestavisióndeformaday primitiva de lo europeo.

Y lo humorístico,ya lo demostróBergsony lo sabemosdesdeAristófa-nes,destruyey relativizavalores.¿Cuáles el sentidoúltimo deFausto?

Lo humorísticopresentala inocencia,la credulidad,la ignoranciade untipo socialque Del Campono parecíaestimardemasiado.PoresopensamosqueaciertaPaulVerdevoyecuando,en el prólogo de su traduccióndel Mar-tín Fierro escribesobreFausto: «Le burlcsquey cótoie le sentimental.Qn al’impression d’un parodie, non de l’opéra, mais du gaucho»(Martín Fierro,Paris:Unesco,1955,pág.13).

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MARTIN FIERRO

Mucho seha escritoy seescribirásobrelo social en Martín Fierro. Ya enlos mismosañosde la apariciónde cadaunade las dospartesdel Poemasehicieronlos primeroscomentariosen esadirección(Subieta,por ejemplo),ydesdeentoncesel interéspor el temahaido en aumentoconstante.Tenemosplenaconcienciade la complejidaddel asunto,de la sumaamplísimade pro-blemashistóricos,eruditos,crítico-literarios,filosóficos, ideológicos,socioló-gicosquesuponecualquierenfoqueen esadirección(piénseseen ensayosin-terpretativoscomo el de N. E. García, en libros históricos como el deHalperínDonghi,enel recienteestudiodesdeel puntode vistade W. Iseres-críto por M. Oliveira-Williams, etc.).

Aquí quisiéramoshacerdos observacionesgenerales.La primera remitea la estructuranarrativa-enunciativadel Poema.Como ya señalamosen untrabajoreciente,uno de losaspectosmásoriginales,más«nuevos»del Poemafrentea toda la tradición de la gauchescaanterior,estáen la decisiónasom-brosa de personalizaren un Yo concreto,con nombre, existencia,familia,vozy visible identidadsocial e histórica,al Narradordel Poemaque,a la vez,es el protagonistadel mismo.Peroobsérveseademásesto:todo lo queparecerodearal personajeen el Poema:geografía(espacio),paisajes,amigosy ene-mígos, sucesos,así como su rostro concretoy el tiempo histórico en el quelos sucesostienenlugar, estásumido en la vaguedadde las sombras.Lo queaparecedescritocon netedad,con coneretezinmediatay/o perceptiblesonlas accionesque sitúan socialmenteal personaje,que determinansu ser so-cial. Lo realmentedescrito con perfectaclaridad son accionesque siempre(en casi todoslos personajesgauchos:Fierro,Cruz,los hijos, Vizcacha)remi-ten a situacionesde injusticia, explotacióno violenciaentreexplotados,o en-treexplotadoresy explotados.

El poemase convierteasí en un monólogonarrativodetipo autobiográfi-co, relatoen el cual la vida del protagonistase erige—por vezprimeraen lagauchesca—en el elementofundamentaldela obra.Este protagonistaes, a lavez, estehombrecon unaexistenciapropiay e/ejemplode toda unaclaseso-cíal concreta.Cadasucesoen esavida, cadasufrimiento,cadaequivocacióntrágica,cadaderrota,remitea unaexistenciaparticulary a la de todaunacla-sesocial,encarnadaen estedestinoconcreto.

¿DedóndesacaHernándezestetipo de relato autobiográfico?Olga Fer-nandezLatour de Botasha probadocon meridianaclaridadel origen neta-mentefolklórico de estaclasede relaciones.Lo quea ello agregaHernándezespruebade su intencióny su interéspor lo social.Ahorael relato no perse-guirá solamenteemocionar,conmovero entretener.Aquí, ademásde esasfuncionesimportantísimas,el relato quierecumplir dosfuncionesesenciales:ponerantelos desdichadoscon claridadla realidadde supropiasituación,ytestimoniarla trágicarealidadsocialqueello significa.

El Yo del Poemaes un Yo ejemplar,no un Yo biográfico.Su valor es ti-

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4<) fi. A, flore/lo

pico, como testimoniosocial,y como objeto utilizable desdeel puntode vistadidáctico. Fierro estípico ejemplodelas desdichasde unaclasesocial,deunnivel social especificode la Argentinay el Uruguayde la segundamitad delsiglo xix. En estesentidosi se comparanlas vidasde Fierro,con las de Cruzy los doshijos, se veráquehay en todosellos un mismodibujo, unaidentidadque nacede lo social: es la vida casi igual de los que pertenecena esaclasedesheredaday orgullosaen su miseriay en su desprotecciónque fueron losgauchos(y quesiguensiéndolohoy, véaseun increíbletestimoniode AdolfoBioy Casares...).Poreso ni Fierro, ni Cruz, ni los hijos, estándescriptosex-ternamente:no conocemossus rostros, estaturas,ropas, gestos.Encarnanunosindividuosquesonmiles, no puedenteneraparienciadeterminada.

EseYo, ademásde dar un cuidadosotestimoniode dichaclase (y deconstituirpor el solohechoderealizareseretratounaabiertadenunciade lavida infernaL a quedichaclaseestuvocondenadapor los que poseíanel po-der), poseeunaejemplaridadespecial.Fierro,siendoun personajequeha vi-vido y sufrido la duraexistenciade susiguales,ha extraídode esasexperien-cías unaforma muy peculiar de sabiduría.El Poema,en ambaspartes,estalleno de referenciasdidácticas,de enseñanzasque Fierro,de modo paternal,transmitea susoyentessiemprecomo nacidasde esosañosde sufrir y vivir.Lo didáctico es una parteesencialdel Poemay la capacidadde enseñar,dehablarpaternalmentey didácticamentedesdesusaños,constituyeunode loselementossustancialesde la figura del protagonista.No se olvide queen la fi-gurade Fierro seexpresany convivenmuy distintosnivelesde significación.Uno de los más poderosos(porqueaparececomo velado en unaprimera osegundalectura)es éstede lo paternal,que nacede estaexperienciavivida yque va a permitir que,al final, Fierro aparezcacomo el sabio,el consejero.elpadre-maestroquehalogradosuperarsu sino violentode la primeraparte.

Perohay algo más,algo queperteneceal Poemay a suslectoresposibles,algo que debeser aquí expresado,porquede otra manerase pierdeuno dclos aspectossustancialesdel podersuasorio,de la admiracióny del encantohipnóticoquetodavíahoy el Poemaejercesobremuy vastospúblicos.

Martínez Estradaha señalado,con su habitual precisíon que unade lasnotasmáscaracterísticasdel tipo social llamado gauchoestádadapor la au-senciade la figura paternay, por ende,por la existenciade unavida familiarretaceada,limitada —a veces—solamentea la presenciaactivay constantedela madrey a un padremuchasvecesausente,desconocido,y apenasaludidocomo unarealidado unapersonasupuesta.perono fácticamentevisible. Talvezaquí residaunade las causaspsicológicas(y psicoanalíticas)más impor-tantes para explicarseel asombrosoéxito de la obra en los niveles socialesmás alejadosdel mundosocial dominante,de la culturao de los poderosos.Siempre me he preguntadoqué veían allí, en ese Poematan cargadodedolores,de ausencias,de injusticias, de vidas destruidaspor un sino casi in-fernal, estos posiblesadmiradoresdcl héroeque recibieronsu mensajeconun interéssuperiora todaprevisión.No parecedescaminadosuponerqueen

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la voz y sobretodo en la «presenciavicaria» de Martin Fierro estosanalfabe-tos queveíanreflejadaen esavida su propiaexistenciadolorosa,queen susreclamosde justicia (cii susdenunciasy en sus palabrotas)escuchabansupropiavoz dichapor otro que la encarnabacon asombrosomimetismo,ellosescuchabanla voz y sentían,percibíanla presenciade una figura paternadela quemuchoshabíancarecido.«Un hombreque da consejos¡ más quepa-dre es un amigo ¡...» nos dice (decíalesa aquéllos)el PadreMartín Fierro.¿No seríajusto decirque hay tresvoces,tres diferentesniveles de significa-cion en esavoz?: el hombreéste,Martín Fierro, quenos cuentasu vida y sudestino.Un gauchocualquiera,ejemplar,en cuyavida se da como unaper-fectasíntesisdelos destinosdetodoslosotros gauchos.Un Padre,unafiguraPaterna,que fl05 entregasu experienciavital y nos hablaen nuestralengua,con nuestrasinflexionesa nosotros,oyentes-compañeros-igualesen el infor-tunio, hijos-discípulosen el complejo,duro oficio de vivir. Es estatrilogía,creo, la que explica psicoanaliticamenteel éxito de la obray su asombrosapersistenciahastala actualidadenzonasdondetodavíapersistensituacionescomo las quedescribeMartínez Estradaen suya famosolibro sobreel Poe-ma. Fierroseriaentoncesla figura paternano tenida,el Padredesconocidoyanhelado.Y ésaseriauna de las explicacionesdel hecho —asombrosoparalos patronesestéticosdefinales del siglo xix y degran partedel xx— de queunaobracargadade significacionese intensionesdidácticas,siga interesandoa un público quedesconoce—o parecedesconocer—esteaspectoen la litera-tura contemporanea.

Otra circunstanciaquedebeserseñaladaesqueFierro,al narrarsu vida,usa éstacomo pruebade las acusacionesconstantesque él mismo hace encontrade una situaciónsocial intolerable.Su existenciase erige así en el do-cumentoprobatorio de esemundoferoz en el que un poder sin limites seabatesobreunaclasesocial condenadaa unaforma de esclavitudlegal y, enun segundomomento,a la desaparición.No voy a examinaraquí la diferen-ciaquehay entreel Fierro de la Ida y el de la Vuelta.Tampocovoy a relacio-naresasdiferenciasen la actitud del protagonista,con la existenciahistóricadeHernández.Varios estudiososhanhechoesto,el último HalperínDonghi,aunquedebo aquíadelantarque no estoy en nadade acuerdocon su análisisde estecomplejoproceso.

Es necesariodecir que la primera partedcl Poemahaceuna denunciaconcretay durisima(magistralmenteejemplificadacon la vozdel quedenun-cia y con su vida)de esasituaciónsocial y política y quelas acusacionesex-presadaspor Hernándezperseguíanpor unaparteconcientizara una clase,poneranteella unaimagenexactade su situaciónreal. Porotra, Hernándeztambiénhacíallegar esaterrible acusacióna la claseculpablede dicha situa-cion, la claseposeedoradel poder y que lo ejercíade maneradespiadadaeilimitada.

Peroen ningún momentola llamadapor Borges«historiade un malevo»propusoni el establecimientode un (<podergaucho»comoutópicamentepro-

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poneGarcía(p. 77), ni hacerlo quehoy se llama «la revolución»,ni cambiarlasestructurasde la sociedad,ni detenerun procesohistórico inevitablee in-detenible. Estas lecturas del Poema,que anacrónicamentesuponenque elcrítico o el analistaes más inteligentequeAristóteles(esto es: aprovechanlaventajadc los añosquenos separandel fenómenoo el personajeestudiado,yentonceslo acusande haberhecho lo queellossabenahoraquepodíao de-bía serhecho...),no merecenla críticani la refutación.

Un examendetenidode las ideasde Hernández.de susartículosperio-dísticos y de su comportamientocomo político antesy despuésde 1880(como hicimosen nuestrolibro dc 1973), pruebandefinitivamenteque suideologíaeraliberal, peroqueteníabastantesentidode quéconveníay quéno conveníahaceren distintascircunstanciaseconómicasy políticascon-cretas.Su ideologíaera la de su clasey seríairreal esperarde alguien quepertenecíaa las viejas familias de los HernándezPlatay los PueyrredónyGuevaray quehabíasido educadoy criadoen la ideologíaburguesay libe-ral de la Argentinade la primera mitad del siglo xix (un país todavíabas-tantealejadode las ideassocialeseuropeasdel siglo xviii y xix) unaactituddistinta.

Hernándezrealizó a travésde la voz y la acción vivida de su personajeprotagónicounaacusaciónadmirablede la injusticiasocial queimperabaensu patria.Y el final dela Ida, queforzabaa suanti-héroea huir de unacivili-¡aciónferoz dondeno habíajusticia, y lo llevabaa vivir entresalvajes(comohabránhechomuchosgauchosde su tiempo),supusouna formaabsolutadeenjuiciamiento,rechazoy condenadeesasituación.Estafue la sensaciónquela obradejó entresuslectores.Y éstadebeserunadelas causasfundamenta-les de suéxito y del interéscon que el Poemafue leído y escuchadopor susnumerososoyentescampesinosy lectores urbanos.Muchos lectorescultosreaccionaronnegativamentea esta«historiade un malevo»; recuérdesela du-ra críticade NavarroViola, queveíaenla obraunapeligrosaescueladel deli-to; Argerich, irritado por la falta delirismo y poesía,queél encontrabaabun-dante en Ascasubiy Del Campo; Mitre, que se manifestó molesto por elexcesivo«realismo»del Poema;y finalmenteBorges,que repetidamentehamanifestadosudesdichaal verquela obraseha convertidoen el libro canó-nigo delos argentinos,en lugarde Facundo,quehabríasido el texto digno deesehonor...

¿Quéproponíala Ida? El rechazoabsoluto,la negación,la condena.Sumensajeeracrítico y ademásdescribíaun mundo«infernal» (así lo ha califi-cadoejemplarmenteMartínez Estrada),en el cual vivir era imposible.Todojustificaba loscrímenesdel protagonista(y los de Cruz), y, enespecial,hacíacoherenteesta huida al mundode los salvajes...¿Quécamino le restabaaHernándezdespuésdel final abruptoy definitivo...; Si se lee el final se veráqueel autorno pensóen volver a su tema.Es un final (el del protagonistay eldel Poema)queno admite continuación.Queniegatodaposibilidaddereco-men zar:

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y deun golpeal instrumentolo hizo astillascontrael suelo.—«Ruempo—dijo— la guitarra,pano volvermeatentar;ningunola hade tocar,porsiguro tenganló.puesnaideshadecantarcuandoestegauchocantó.»(1, 2275-70)

Hernándezproponíaa través de su antihéroeun rechazosin alternativaposible.¿Quéle restabaal protagonistade la Ida y a suclase...?Fierro hade-cidido, concientemente,sudesaparición.La huidaavivir conlos indios equi-vale o a la eliminación voluntariade la escenasocial ehistórica,o a algomásdifícil aún: a convertirseen indio, cosaque era imposiblee impensableparaun gauchode la segundamitad del siglo xix en Argentina.No ya el suicidio,peor aún:el dejarde serel quesc habíasido. Escapardel mundosocialde laépoca tiene aquí una significación clara (y estádicho explícitamenteen elPoema):es tan terribleesemundode la llamada«civilización»,queaunaquélotro ferozy primitivo de las tolderíasespreferiblea éste, insoportablee mvi-vible. Hay acusacióny rechazoentonces,en esadecisión.Suicidio,comoúlti-ma formade exteriorizary testimoniarunadenuncia.Suicidio social,suicidioracial y cultural. Estaseran las alternativasdel final de la Ida. Pero¿porquéescribió la Vuela? Por unapartedebedecirse—como ya se ha dicho— queHernándezfue uno de los sorprendidosdel inesperadoéxito del Poema.Yunade las razonesde la continuaciónfue editorial y elítista: dar al público(=al mercado)lo que dicho público pedía.Así seexplicanlos numerosospa-salescargadosde color local (los indicios y sus cuidadoscon el caballo,suscostumbres,la payadafinal, las habilidadescircensesy de tahúrdeuno de loshijos de Fierro y de Picardíarespectivamente),lo cómico, lo dramático(pe-lea con el indio, vida carcelaria,aventurasdel hijo segundoy losotros hijos,historía de Cruz), etc., todasconcesionesde muybuenaley hechasal públicoal queel Poemaestabadestinadoy quepedíay queríaexactamenteeso.

Peroademásla continuaciónde la obraplanteabaun muy concretoy com-plejo problemade tipo argumentaly de tipo social. Por una partemotivar yjustificar la vuelta del protagonistaal mundorechazadoy terriblede eseladode la frontera.Porotra, encontrar,no ya parael hombreconcretoFierro,sinoparala clasequeésteencarnaba,un lugarposibleen el mundopolítico y socialde 1880, tal como era en la realidad y tal como seriaen el futuro inmediato,planeadoya por la elitegobernante(Avellaneday sucontinuador,Roca).

Hernández,con muy buen conocimientodc las posibilidadessocialesdesutiempo.debeproponeral personaje(y a su clase,estoes importanterecor-darlo siempre)volver a serel queeraantesde sudramaexistencial,antesdela destruccióninjusta de su mundopor esepoderomnímodoy feroz que loarrancade la estancia,del Paraísoo la Edadde Oro siemprerecordada,y lolanzaa la injusticia, la violencia, la pobrezay el asesinato.De padrefeliz, de

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serquetieneun lugaren el mundode la estanciaenel quesesientey sema-nífiestasatisfechoy contento(estodebeserdicho porquecuandoHernándezintenta reinstalaral personajeen aquelmundo, o en uno semejante,pareceparaciertoscríticoscometerun pecadoimperdonabledc tipo social y políti-co...), ha sido atrapadopor eseleviatándel Estadoy convertidoen pariasinderechosni futuro. Esosgolpesvan a cambiara Fierro de feliz paisanogau-cho,en gauchomatrero(póngaseatenciónen estoscambiosy enlas denomi-nacionesquele corresponden),serresentido,ultrajado,queha perdidosu lu-garen el mundoy tambiénsu familia, hijos, trabajo,pertenencias,derechosyal quesólo le restala dignidaddesucuchillo y suviolencia.

¿QuéhaceHernández?Lo único posibleparaél y lo único posibleparasalvaral personajey asuclasedel suicidiovoluntarioeraesto:reinsertarloenel nuevo mundoque el mercantilismo,la exportaciónagrícola-ganaderay elpoderdelos centrosimperialeshabíandeterminadoparasupaísy sutiempo.Las estadísticasde inmigrantes,vías férreas,inversiones,exportaciónde cue-ros y carne,y mástardedegranos,no dejan lugar a dudas:el gauchomatrero,a la oposiciónfrontal del tipo de la Ida le restabansólo dosdestinosposibles:o morir como JuanMoreira en la novela de Gutiérrez(y como murió Cruzen el Poema,o como morirán tantosotros en añosposteriores,dejandolaenseñanzade la propiadesapariciónviolentacomola másacabadaformadeexpresarel rechazodela injusticia de esemundo),o aceptarla nuevaestruc-tura economicaagro-exportadoray mercantilistaque no dejabalugar posibleparael gauchode otrora,condenadoadesaparecerdefinitivamente.

Hernándezproponea suhéroe transformarse,volver a serel queera parareinseríarseen un sistema que sólo podía aceptarlocomo paisano-gaucho.Estoestáclaramenteindicadoen cl comienzodela Vuelta:

al fin detantorodarmehedecididoa veniraver si puedoviviry medejantrabajar. (II, 136-138)

y en un gestoque claramentedestacasusposibilidadespara trabajary con-chabarseen unaestancia,ofreciéndoseparareocuparsu lugar del comienzode la Ida:

Sédirigir la manceray tambiénecharun pial;se correren un rodeo,trabajarenun corral;me sésentarenun pértigolo mesmoqueenun bagual.(II, 139-144)

Obsérvesela indicacióndc trabajarcon la mancera,tareagricolaahora,yno solamenteganadera,como otrora,concienteaclaracióndirigida a señalar

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queel cambiohacialo agrarioquegradualmentesobrevendríaen los camposfértiles del litoral, estabaen susideasparael destinoposiblede supersonajey su clase.

Obsérveseademásquehay algo quedebesertenido muy encuenta,por-que la mayoríade los estudiosos(Halperín Doghi, por ejemplo)insisten enresaltarque en la Vuelta, Hernándeztrata cuidadosamentede irse diferen-ciandodel protagonistade la obra. Sin embargo,tambiénen la Vuelta oímosen muchaspartes—por detráso simultáneamentea la voz de Fierro— la delautor implícito, proponiendocambiospolíticos y unanuevaactitud paraconesaclase:

Es el pobreen suhoi-fandáde la fortunael desecho,porquenaidestomaa pechosel defendera su raza.Debeel gauchotenercasa.escuela,iglesiay derechos.(II, 4823-4828)

Por otra parte,la Vuelta carecetal vez del dramatismoprotagonísticoysobretodo del terrible clima nostálgicoy trágicode la Ida, recorridade po-deremotivo. Pero no faltan en la Vuelta numerosospasajesen losque apare-ce la denunciade la injusticiasocial y, sobretodo, enlas queseacusay desta-ca el de la corrupción desembozadadel poder, en muchasde sus formas.Léasedetenidamenteel monólogodel hijo Segundoy, sobretodo, el de Pi-cardía,en los que se muestranítidamentela corrupción de la justicia, de lapolítica,del ejército,de la sociedaden todos sus estamentosmás altos, de-nunciadoscon amargaconciencia.En estesentidopodríamosdecirqueen laIda vemosesePoderinjusto destruyendounavida en particular.En la Vueltavemosdesdemás cercael funcionamientode la corrupción en la adminístra-cion del Estadoy en la Justicia y susórganosde defensadel ciudadano,quecumplenexactamentelo contrariode aquelloparalo queexistían.Varioses-tudiososhan dado unavisión marcadamentecrítica dela segundapartedelPoema,y hanjuzgadocondenatoriamentea Hernándezdiciendoqueéste,amedidaque se reinstalabaen el poderpolítico concretode la época,dismi-nuía los reclamosdejusticiade su Poemay adoptabaunaactitud refórmistaymoderadafrenteal rechazoabsolutode la Ida. No compartoesospuntosdevista. Y esto porqueHernándezya estáen una actitud (<reformista» al co-mienzode su Poema,quecontinúaen la segundapartedel mismo. ¿Quépo-día proponernuestro autordespuésde los sucesosdel final de la primeraparte?¿FI silencio y la extinción?¿El suicidio colectivo?Porquehay algoque la mayoríade los críticos e historiadoresde izquierdapareceno haberleído, y queHernándezdiceen el prólogo a Zoilo Miguens:«... esetipo origi-nal de nuestraspampas...que, al pasoque avanzanlas conquistasde la civili-zación, va perdiéndosecasi por completo...».Esto es: el autor tenía plenaconcienciade la aceleraciónde los cambiosque el país —sobretodo en esa

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zona—vivía y queesaclaseestabaamenazaday en peligro.Hernándezenton-cespropusoalgo casi imposible de realizar,perolo único viable.Hernándezpropuestoadaptarse,dejarde serel reseroy el gauchode faenassóloganade-rasy pasara sero un agricultoro un paisano-gaucho(peón,resero,puestero,conchabado).El cambio de nombreno es un suicidio, es la desaparicióndeunaclase,la asumiciónvoluntariade un nuevotipo social,y la renuncíaa ser—socialmente—lo quesehabíasidohastaesemomento.

Hay dos misteriosen el final del Poemaque podríanserleídosen clavesocial.Uno es un juramentosecreto,queno se dice. Y que creemoses sim-plementeponersede acuerdoparadejar de ser—socialmente-—lo quese ha-bíasido. El cambiode nombrey el juramentosecretotienenestemismosen-tido: hombresde campoquepara no morir, parano desaparecer,dejaremosde sergauchosy seremosotra cosa. O cambiamoso morimos. En palabrasmás duras:la aceptacióncrudadel darwinísmosocial.Dejar de ser lo queseeray aceptarlas nuevascondicionessociales,políticasy económicasimpues-tas por el mundoen violenta transformaciónque les tocabavivir. ¿Eraestojusto, era posible, cía alcanzable?Estaspreguntasestánmásallá de nuestrasintencionesdehoy.

Lo que sí debedecirse,despuésde estarápidaincursión en asuntostanpolémicos,es quelo quehemosllamado«la literaturagauchesca»excedeam-pliamentela poesíaqueva dcHidalgo aHernándezinclusive,y suponeteneren cuentaqueel héroe rebeldey negativo,dispuestoa morir pero no a dejarde sercl de la Ida, eseanti-héroequeno triunfa por sobresusenemigos,sinoquese ve obligadoa matary a huir parano servencido, es un anti-héroequeseguiráocupandola imaginaciónde lectoresy oyentesbastantesañosdes-puésdc 1879.En el mundovicario de la literaturaesehéroequeno se rindeni aceptacambiar,que muererebelde,es el de varias novelasde EduardoGutiérrez,cuyo éxito asombroso(asícomo el de la versión teatralde JuanMoreira), mostrabaque habíaimportantessectoresde la sociedadargentinaque seguíanencalladosen la actitud de los que admiraron las aventurasycompartieronlos valoresdel personajeprotagónicode Martín Fierro. Duran-te losañosde 188<) hastalos comienzoso mediadosde la décadadel cuaren-ta de estesiglo, unazonarelativamentegrandedc la sociedadargentinacon-tinuó —en eí mundodiferentedelo imaginario: la literatura,el teatro,las tirascómicas, el cinc— viviendo con pasión las vidas y muertesde esos héroes.Esasfiguras cumplieronunafunción consoladorao compensatoriaque hizomás llevaderala dura existenciareal y cotidianade quienesa través de Lasaventurasdeotros quedesafiabanlas leyesqueellosdebíancumplir, indirec-tamenteles ayudabanaexpresarla disconformidadcon la insita injusticia (oqueelloscreíaninjusta) del mundoen el quevivian.

Personajes-héroesentrerealese imaginarios,como JuanMoreira, Juansin Patria,Mate Cocido, HormigaNegra,JuanCuello, los hermanosBarrien-tos, PanchoBravo,el tigre del Ouequén,bandidos,hombresbuenosconver-tidos por la injusticiaen asesinosy temiblesdelincuentes,esecuriosoconjun-

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to de personajesseguiráatrayendola atenciónde un público quedespreciabalosencantosdetodaliteraturaposterioral siglo xviii.

Y ahora algunas conclusiones,necesariasy apresuradas(apresuradasporqueno podemosen muchoscasosdemostrardetenidamenteciertospun-tos de vista). La historia de la poesíagauchescamuestraque mientrasen elaspectoformal (métrica,fórmulasléxicasy sintácticas,expresionesrurales,ti-pos y argumentos),los autoreshan adoptadosiempreuna actitud marcada-mente conservadora,en lo que correspondea los contenidosideológicosyaxiológicos cadaautorhaasumidouna actitudespecíficaperfectamentedis-tinguible. Porlo menosen el períodoquellamaríamosclásico(desdeHidal-go a Hernández).

Generalizarhablandosobre la poesíagauchescay decir que la poesíagauchescaexpresauna clasesocial determinada,es caeren una peligrosaequivocación.La poesíagauchescanació como un típico productodiecio-chesco,con sugustopor lo populary con su concepciónutilitaria de la lite-ratura.

Cadaautor ha expresadosuspuntosdevista y su posturaideológicaencuantoa los problemasy realidadessocialesde su tiempode la clasesocialllamadagaucho.Cadatexto gauchescorespondióentoncesa actitudesparti-cularesdesusautores,y no esfácil generalizarenlo querespectaa lo social.

En cuantoa la ideade quedichapoesíaexpresaa unaclasesocial deter-minada,yo diría queel problemaes un pocomás complejode lo queparece.Porquetodosestosautoresurbanos—por motivos queescapana mi interésde hoy— asumenla vozde losgauchos,peroquiéranloo no, se ven obligadosa manifestarsu propios interesesantesque los de la clasea la que intentanimitar o copiar (comoocurre con Hernándezy con Del Campo).La poesíagauchesca,más que expresarlos interesesy valoresde unaclase,expresólavisión del mundoque la burguesíaha atribuido a unaclasesocial que siem-preestuvoalejadadel poderrealy condenadaa unaexistenciadependiente.Y en estadeterminaciónideológicainevitable se dio el encuentrode dichaideología (que portabaconsigo el escritoren cadacaso)con la realidaddeestaclasecon la queno siemprecoincidióel quecomponíalos poemas.En clcaso del autorde Fausto, como hemosvisto, si intelectualmenteél vio las si-tuacionesde injusticia y abusoque condicionabanla existenciadedichacla-se social, al expresarlasno pudo dejarde quitarlesdramatismoo autentici-dad,devaluandola voz del queexpresabaesospuntosde vista. En el casodeHernándezsedaunaevidentecontradicciónentrela simpatíapersonalpor lacausade esaclase(y por los sufrimientosquecaíansobreella) y la realidadpolítica queestabaen su torno y en la que habíasido educado.Es claroqueHernándezno podía cambiaresarealidad,por esoproponequeseala clasela quedebadecidir adaptarsea las nuevascondicionessocialesy económi-cas. Pero,y esto mereceríaun desarrollomás amplio, Hernándezestáya ha-blando casi en pasado.Se estárefiriendo a una realidadsocialque ya habíapasado:el gauchodc 1880,no eramás el dc 1850, no podíaserlo dadaslas

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nuevascondicionesen quevivía. Los continuadoresde Hernández,especial-menteaquelgallego quese llamó JoséAlonso y Trelles (1860-1942),y queusóel seudónimodeEl Viejo Pancho,asumela voz tristey nostálgicaqueex-presaun pretéritoirrecuperable.El dolor altivo del gauchoen extincion.

Y, éstees el capítulo que debiéramosahoratratar,peroquedapara otroestudio,mientrasla poesíagauchescase volvía recordatoriay lamentosa,laoligarquia argentinacomenzaba,a travésdel nacionalismode Rojas y Joa-quin V. González,el complejoprocesode recuperarparasí la figura del gau-cho y convertirloahoraen el símbolopositivo de un pasadopatriótico y esti-mable.La situaciónpolítica y socialempujabaa los descendientesde quieneshabíanexterminadoal gaucho.a volverlo símbolorepresentativode suspro-pios valores.Criado, Lugones,Rojas, Gálveza travésdel ensayoy la crítica,Gíiiraldes a travésde la novela,elevarána aquelhumildeanti-héroede Her-nández,cargadode espíritudenuncialistay acusador,amodelohumanoesti-mabley admirable.Los mismosquelo empujarona la muertey a la desespe-ración lo convertiríanen ejemplarperfecto,digno delas epopeyashoméricasy modelo de paideia humana.El nacionalismoracista e hispanizante.el fas-cismo de la famosaley de Residencia,la intoleranciacriminal de los fusila-mientos en la Patagonia,transformaríana este tipo humano rebelde enestatuamíticaparamodeloxenofóbicode unasociedaddeterminada.

Rodolfo A. BORELí.O

University<4Ottawa