216

Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

  • Upload
    others

  • View
    3

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 2: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

TOMOS PUBLICADOS

—PERLASNEGRAS.—MÍSTICAS

III.—LA S VOCES, LIRA HEROICA Y OTROSPOEMAS

IV.—EL EXODO LAS FLORES DEL CAMINO

V.—ALMAS QUEPASAN

VI.—PASCUAL AGUILERA . EL DONADOR DE

ALMASVIL—LOSJARDINES INTERIORES.

—EH VOZ BAJAVIII.—JUANA DE ASBA]EIX.—ELLOS

X.—MIS FILOSOFÍAS

XI.—SERENIDADx11.—LA AMADA INMOVILXIII.—EL BACHILLER. UN SUENO. AMNESIA

EL SEXTO SENTIDO

DE CADA TOMO SE HAN IM'

DE HILO R F F“

P

Page 3: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 4: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 5: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

¡TY OFT

ES PR O P IED ADDE LOS HEREDEROS DEL A UTOR

T O D A ED I C I ! NFR A UD UL EN T ASER! PERSEGUIDA

POR LA LEY p

Page 6: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

EL BACHILLER

Por tanto, si tumano o tu pie

te fuere ocasión de caer, córtalosy échalos de t i : mejor te es entrarcojo omanco en la vida que, t en iendo dosmanos o dos pies, serechado en el fuego eterno .

MAT., xvm, 8.

Page 7: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 8: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

NACI! enfermo, enfermo de esa sensibi l idad

excesiva y hereditaria que amargó los dias desu madre . Precozmente reflexivo , ya en sus primeros años prestaba una atención extraña a todolo exterior , y todo lo exterio r hería con inauditaviveza su imaginación . Una de esas augustaspuestas de sol del o toño le pon ía triste , si lencioo , y l e insp iraba anhelos dific i les de explica ralgo así como el deseo de ser nube , celaj e , lampo

, y fundirse en el piélago esca rla ta del ocaso .

Las solemnes vibraciones del A ng elus l lenabanle de mistico pavor ; la vista de una ruina ar

gentada por la luna o'

de un sepulcro olvidado ,cubría de lágrimas sus ojos . A lgunas veces , s incausa alguna , lanzábase al cuel lo de sumadre ,y con efusión incomparable la besaba y le decía

-

¡No qu iero que te'muerasl11

Page 9: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Otras,permanecía en

éxtasis ante un cuadrocualqu iera.

Era huraño y , a la edad en que todos los niños buscan la zambra , procuraba el aislamiento .

A los trece años , habiase enamorado ya detres mujeres , cuando menos , mayores todas queél ; de ésta , porque la vió l lorar; de aquélla, porque era triste ; de la otra , porque cantaba una

canción que extraordinariamente le conmovía .

Parecía su organismo fina cuerda tendida ene l espacio , que vibra al menor golpe de aire .De suerte que sus dolores eran intensos e

intensos sus p laceres ; mas unos y otros si lenc iosos .Murió su madre , y desde entonces su tac itur

nidad se volvió mayor .Para sus amigos y para todos era un enigma,

y causaba esa cur iosidad que s ienten la mujerante un sob re sellado , y el investigador ante unanecrópolis egipcia

, no violada aún .

¿Qué hab ía all i dentro? ¿Acaso un poema o

una mom ia?se iría a la tumba con su secreto !

La herencia materna , bien menguada , apenasbastó al joven para trasladarse a una ciudad lejana , donde un tio suyo , solterón , vivía y le l lamaba , o freciéndole encargarse de su educación .

Ten ía entonces catorce años .Era aquella ciudad, l lamada Pradela, una de

12

Page 10: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

las pocas de su género que ex isten aún en México . De fisonom íamedioeval , de costumbres patriarcales y, sobre todo ,

'de ferviente religiosidad .

l nflu ían en esto , sinduda , el cl ima , el apartamiento de todos los centros , a que contribu íanlos pésimos caminos carreteros, el temperamentol infático de los habitantes y otros factores igualmente podero

_

sos . Ello es que , salvo los rel igiosos ejercicios , nada hab ía en Pradela que saca rpudiese de quicio a los moradores , dedicadosen su mayo r parte a la labranza .

Aqu í y allá , en las tortuosas y húmedas cal les , erguíanse caserones de heterogéneo esti lo ,que acusaban reparaciones diversas con intervalos asaz pro longados ; edifi cios bajos de adobeo de piedra , con pesados balcones cuyas maderas, a perpetuidad cerradas , nada dejaban adivinar de la si lenc iosa vida del interior .Las iglesias , numerosas , sombr ías, s in n ingún

encanto arquitectónico , como levantadas poruna p iedad sobria y desdeñosa de las formas ,mostraban sus campanarios cúbicos

,rema tados

por gruesas cruces de p iedra .

Ten ía la ciudad su ob ispo , varón docto enteología y cánones , y su sem inario , i nmensa

casa que albergaba más de c ien teólogos ydonde la j uventud de Pradela hacia sus estudiospreparatorios y gran parte de ella los sacerdotales. Así, a c iertas horas del día , ve ía uno sal i r

13

Page 11: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

po r la inmensa puerta principal del colegio!

mult itud de muchachos , de cuyos hombros pendíala grasienta capa de cas imir gris : único distintivoque acusaba su cual idad de estudiantes de facul tadmenor .

La puerta del Clerica l , departamento del cole

gio destinado a los teólogos,daba asimismo

paso , los j ueves y los dom ingos , a grupos enlutados de jóvenes originarios de ! todos los pueblos del distrito , o b ien miembros de las fam i liasconocidas de la ciudad , que iban de paseo .

El observador más ligero habría notado enaquel las caras las procedencias más diversas : elindio puro , con su cabello lacio , su aguileñanariz , sus ojos negros de reflejos azulados , suparsimon ioso y grave movimien to ; el rub io pecoso y el rubio limpio ; el moreno claro y todoslos tipos

_que forman en México la híbrida po

blación .

Este ven ía de la sierra , aquél de la tierra cal iente, éste de la región templada , aque l de lamalsana costa , que el vasto distrito abrazabazonas b ien diversas ; y, cada año, diez o doce deaquellos jóvenes, recibidas las órdenes sagradas,tomaban defin itivamente a sus pueblos , ya devicarios, ya de curas , permaneciendo uno queotro

,los menos rudos , en la ciudad, con la pers

pectiva de una canonna provechosa .

Cuando e l reloj de la catedral sonaba las

14

Page 12: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

nueve y tres cuartos de la noche, dejábase oi rel lento y sonoro toque de queda , cuyas tristesinflexiones l levaban a todos los hogares una sensación indefin ible de melanco lía y de temor .

Prolongábase este toque hasta las diez ; y , trasbreve intervalo de si lencio , o íase de nuevo durante algunos minutos

,recibiendo el toque se

gundo la denominación de queda g rande.

A l escuchar el toque , el viejo médico dejabasu tertu lia ; la visi ta de confianza se despedía , ylas cal les , de suyo si lenciosas durante el d ía ,dejaban ver

,a la luz de ictérico faroli llo de aceite ,

a tal o cual transeunte que presuroso se dir igíaa su casa , oyéndose por largo tiempo el eco medroso de sus pasos.Las j óvenes de la ciudad ,— porque las hab ía a

pesar de todo pálidas por lo general y de fisonom ía pensativa , sal ían a la calle arrebujadass iempre con negro tapalo de merino ; oían diariamente su misa; cónfesábanse los viernes , teniendo cada una su director esp iritual , y comulgabanel sábado , en honor de la Inmaculada, las fi estasde guardar y tal o cual dia

_

de elección .

Año por año , las aulas del Seminario , vac íasde gramáticos , fi lósofos y teólogos , que disfrutaban sus vacac iones

,corridas de octubre a enero ,

hospedaban a aquellas j óvenes , por nueve d ías ,destinados a la contemplación de las verdadeseternas , conforme al método de San Ignac io .

'

í '15

Page 13: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a ! d o N e

Los ej ercicios efectuábanse por tandas,cada

una de nueve días ; y cuando ya así las so lterascomo las casadas de Pradela los hab ían recib ído

, tocaba su turno a los hombres , algunos delos cuales los esquivaban , verificándose en camb io entre los concurrentes tal o cual discretaconvers ión , que llevaba al elegido por la Divinagracia , de una disipación disimulada y mediana »a los claustros del Seminario , donde trocaba ellegendario traj e charra por la sotana cler ical .

¿Amores? También florec ían en aquel la atmósfera pesada; mas , como la Reina de la noche,

abr ían su cáliz en el misterio , sin dejar por esto ,semejantes a el la , de ser puros y senci l los . Vivían en si lencio por breve tiempo y morían porfin bajo el yugo matrimon ial, dirig idos , desde sua lfa hasta su omeg a , por el prudente director es

piritual de la doncella .

16

Page 14: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

TAL era el medio en que deb ían desa rrol larse

las deli cadas facultades de Felipe , qu ien , ávidode estudio

,comenzó por dedicarse al del latín ,

que comprendíamínimas ,medianos y mayores ,y al cual deb ían segui r las matemáticas , la físicay por ú ltimo la lógica , coronamiento de la facultadmenor y vestíbulo de las tres teo logías : dogmática , mora l ymíst ica , y del derecho canón ico ,extenso y árido .

Su vida transcurrió desde entonces s in'

másagitaciones que las que su viciado carácter leproporcionaba ; su fantasía , aguijoneada por e lvigor naciente de la pubertad , iba perpetuamente, como hipógrífo sin freno , tras irreal izab les ydiversos fines . Atormentábale un deseo extrañode misterio , y mujer que a sus ojos mostrase lamás leve apariencia de un enigma , convertíaseen fantasma de sus d ías y sus noches .

17

TOMO XIII

Page 15: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

Si pasaba_

frcnte a un caserón más si lenciosoque los otros y advertía en los balcones t iestosque revelaban cultivo o canarios que hablabande mimos del icados , deteniase, e incrustándoseen el marco de un zaguán

,aguardaba las manos

blancas, los ojos negros y el tal le leve que necesariamente debían albergar aquellos muros . Aveces , y era lo más común , en el rectángu lo deluz que l imitaban las maderas al abrirse

,desta

cábanse, ya la quíntañona de cofia , espejuelos ycamándula pendiente del cordón del Tercer orden; ya el forn ido amo, que sal ía en busca deai re y que con las manos en los bolsillos de1

ajustado pantalón miraba el cielo , donde una

noche de verano encendía todos sus luceros ;

pero a veces también trocábase en verdad elpoético presentimiento, y la n iña de ojos claros

u obscuros— que esto no hacia mucho al caso

se dejaba ver , y a l soslayo inspeccionaba lastrazas

,del misterioso galán .

Ahí paraba todo , porque no faltaba un indiscreto que pusiese a Felipe al tanto de las generales de su Virgin ia , y con el misterio huía la

ilusión,y nuestro héroe:murmuraba como el poe

Y Ella no l legaba nunca : era el rayo de lunaeternamente perseguido por un Manrique de ca

torce años .

A los cuales se ? añadieron cinco, sin que el

18

Page 16: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

soñador cambiase de procederes. La vaganciatras el estudio , a caza del ideal , y el estudio trasel ensueño , l lenaron ese lustro ; y el buen tío ,más dado a observar la atmósfera po r s i hab íabarruntos de lluvia o sequía , que los corazonesque le rodeaban , jamás sofrenó con su prudencia de viejo los ímpetus de aquel espír itu enfermo de anhelos imposibles .Hubo de l legar el dia de la elección de carre

ra . Terminaban las vacaciones del año de lógicay Felipe se hallaba a la sazón en el campo , enuna prop iedad de su t ío , en compañía de Asunción , la hija del administrador, rapaza montarazque le era adicta como un perro . A l l í entreten íase en matar ha ilotas y ánsares, y en hacer estrofas a las tardes tristes y a las mañanas seductoras , cuando fué interrogado por don j erón imo

(este era el nombre del t ío) acerca de tan importante asunto .

Quedóse el j oven si lencioso durante algunosi nstantes , y por fin d ij o

Lo pensaré .La misma respuesta dió ocho d ías después .Enero se acercaba , y pronto , cabal leros en

flacos rocines , empezar ían a l legar a las puertasdel colegio los gramáticos , los fi lóso fos y losteólogos , ah ítos de ai re y de sol , de excursiones

por las quebradas y de apeti tosos almuerzos enel bohio , al pie de l comal dorado , donde forma

_19

Page 17: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

ban ámpula las to rti l las , esparciendo un o lorc illograto .

El tío rep itió por tercera vez la pregunta . Ha

bía que comprar los textos y que sacar la matri cu la . ¿En qué pensaba e l buen Fel ipe?

El buen Felipe pensaba en algo raro s in duda ,pues de algunos días a la fecha andaba más cab izbajo y pal iducho que de costumbre , padec iendo frecuentes distracciones , de las cuales ledespertaba el t io con vigorosos sacudimíentos yesta exclamación

—¡Pero caníjo l ¿dónde te hallas?

A la tercera pregun ta , el estudiante respondió ,empero

,con voz apagada :

— Estudiaré teología .

No sorprendió al v iejo la re5puesta , que auncuando el ch ico no era muy dado a ejercrc1os

piadosos , no se d istinguía tampoco por su disi

pación; y además , nad ie en Pradela , venero desa cerdotes , podía asombrarse de una resoluciónsemejante . Asi, pues , l ímitóse a decir— Mañana iremos a la ciudad a comprar los

l ibros . ¡Qu ién quita y llegues a obispo !Y dando al sobrino dos pa lmadítas en el hom

bro,se alejó arrastrando las espuelas , que iban

siempre con sus burdos bot i nes de becerro ama

ri l lo .

¿Qué pasaba por el alma del bachil ler?

A lgo , grave. Aquel espír itu , sediento de ideal,20

Page 19: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

objeto amado . Es preciso que éste sea perennemente joven y perennefnente bello , y que cuantomás me abisme en la consideración de sus perfecciones, más me parezca que se ensanchany se ensanchan hasta el infin ito .

»

C laro es que , con tal excelso ideal , todo locreado estaba de más , y el convento se dibujóen la imaginación de Fel ipe como playa lejanadonde las olasmundanales iban a romper, murmurando no sé qué frases de despecho e impotencia .

Rancé sab ía bien de esto ; las ca rtujas ru inosasdonde se oye el s ilencio son testigos aún de laincurable enfermedad que se llama : sed de m isterio y de Dios .

Page 20: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

TRANSCURRIERON algunos d ías en que las tareas escolares , no metodizadas aún , efectuábansede cualquier manera . Las aulas se hench ían lentamente , y en los salones dormitorios , as í delClerica l como del Internado, armábanse diariamente dos o tres catres de < fi erro > , prºpiedad deotros tantos internos o teólogos .Una vez que en Pradela estuviesen de regreso

de sus pueblos todos los estudiantes, empezar íanpara el los los ej ercic ios de San Ignacio , obl igatorios y distribuidos en los d ías de costumbre .

Fel ipe reservó para entonces su instalación enel Clerica l , donde en cal idad de teólogo deb iaresid ir en adelante .El último dia de ejerci c ios , l lamado de retiro,

el ob ispo de la diócesis confer ía las órdenes menores a los que

, concluido el bach i l lerato , las so

23

Page 21: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

l icitaban, y entre los solicitantes esta vez encontrabase Fel ipe .Así las cosas , y estando a 2 de Febrero de

inauguróse el p iadoso período destinadoa cumpl imentar la máx ima b íb lica : Piensa en tusnovísimos y no pecarás .

Los externos se habian acomodado ya en lassalas destinadas a las cátedras, l levando a ellascuantos utensi lios les era dable , ten iendo encuenta el exiguo espacio de que dispon ían , yeran éstos ca lentaderas de campaña , vasos , cub iertos, peines , cep il los de dientes y algo másque hiciese cómoda su estancia en el colegiodurante nueve días .Los cuales se consagraban , respectivamente ,

a las meditaciones sigu ientes : Princip io yfin delhombre, El pecado venia l , El pecadomorta l, Elhij o pródigo, La muerte, El j uicio, El infierno yLa g loria . Y pecador quemaguer tamañas meditaciones sal iese al mundo sin desempecatarse ypropuesto con harta compunción de su ánima al levar una santa vida , de seguro estaba dejadode la mano de Dios ; que aquel los piadosos ej erc icio

'

S, inspirados según la tradición por laVirgenmisma al i luminado de Manresa, urgen al corazon en modo tal a santifi carse , que no se puederes isti r a la gracia .

Apenas ab lertos los tales, reinó en el grandey obscuro Seminario un si lencio que n i el tan

24

Page 22: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

decantado de las necrópol is igdalársele pud iera .

Haciase todo a son de campana, y era la metál icavoz de ésta la sola que se cern ía en los ámbitosde los amplios claustros , y parecía deci r a todos ,altisonante y queréllosa , las palabras del sabio

Vanidad de vanidades y todo vanidad, fuera de

amar a Dios y servir le a El solo.

Desde el primer dia,Felipe diose a la p iedad

con empeño tal , que edificaba y acusaba unacompleta convers ión . E l era el p rimero en entrara las distr ibuciones y el ú ltimo en abandonar lacap il la ; y el pedazo de muro que a su sitial correspondía en ella hubiera podido dar testimon io de su sed de pen itencia , mostrando la sangre que lo salpicaba y que se renovaba a diario ,cuando durante la distribución de la noche

,apa

gadas las luces , los acól itos entonaban el Mi

No hay manera de describir el horro r subl imede tal hora . El predicador , tras un discurso queprocuraba hacer elocuente

,terminadas apenas

las frases de exhortación a la pen itencia, con lavoz apagada por la emoción , in i ciaba el dolorososalmo del Rey profeta , que con voz monótonacantaban los monacillos ; y haciendo coro a lossol lozos de compunción de los ejerc itantes ,o íase el chasqu ido de los azotes que

,con fervor

,

descargaban ellos sobre sus carnesmás o menospecadoras .

25

Page 23: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o r

El salmo duraba unos cinco minutos , que paralos flacos de celo que

!

se esforzaban en atormentar de veras sus espaldas , eran tan largoscomo cinco siglos .

¡Oh ! y cómo recordaba Fel ipe aquellas solemnes escenas en que , presa e l alma de una exaltación extraña

,murmuraba : <Sáciate ahora , car

ne » , y en que , con esfuerzo que subía de punto ,sus manos agitaban sin compasión el flagelo , yéste , al chocar contra el muro , dejaba ah í p intadas cárdenas e i rregulares l ineas , salp icando laparte superior de la pared de innumerables puntos rojos .No era él de esos pusi lán imes que hacen las

cosas a medias . Convenc ido ya de que a Cristosólo se va por la inocencia o la penitencia ,escogía el segundo camino , que en su concep toera el solo que le restaba , y atormentando a l

j umentillo (palabra con que un asceta des ignabasu cuerpo) , purgaba así los desvaríos de su ccrebro p leto rico de sueños .Pasado el Miserere y salidos todos los ejerc í

tantes de la cap illa , permanecía en ella largorato , sin atender a la campana que le l lamaba ala cena ; y concluido el examen de conciencia ,última etapa del día, aún se quedaba ahí , fren teal altar quemal aclaraba la temblorosa luz deuna lámpara de aceite , perpetuamente encendidaante el d ivino Sacramento .

26

Page 24: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

No quedaba sin recompensa por cierto devoción tan sincera : Felipe gustaba al pie del alta resa miel que los neófitos encuentran siempre enel pr imer período de su conversión , miel tan del iciosa que , paladeada una vez , quita el gusto

por las otras dulzuras de la vida . El alma , con

absoluto abandono de si misma , reposa en losbrazos de Dios , con la tranquila confianza deln iño que duerme en el maternal regazo , y Diosle manda suavísimos consuelos . Vienen después¡ay ! horas y aun días y a veces años de ar idezespiritual que atormenta a los que escalan ya lasaltas cimas de la perfección ; horas , días y añosen que el gus to por la oración desaparece ; enque Dios se esconde , y el alma , como la Esposade los Cantares , pregunta en vano por E l ; y losescrúpulos y las inquietudes y los recelos , cualsiniestro enjambre de moscardones

,zumban en

rededor de la mente abatida y desolada . MasFelipe empezaba apenas a cruzar las flo ridasladeras del fervor, y parec iéndole que su unióncon Dios era íntima y abso luta

,anhelaba sólo

que una sotana , negra como el desencanto delo creado , y un claustro , fuerte como la fe , l evelasen para siempre las pálidas perspectivas deun mundo odiado y m iserable .

Page 25: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

MUY breves transcurrieron para él los nuevedías

,y hecha al cabo de ellos confes ión general,

dispúsose a rec ibi r de manos del Ob ispo lanegra vestidura , d istintivo de los siervos deDios .

No decayó un momento su ánimo cuando elviejo prelado , cortando algunos de los castañosrizos que ornaban su j uven il cabeza, murmurópalabras misteriosas, y más tarde , cuando conc luida ya la ceremonia de la tonsura, la afi ladanavaja del barbero dejó en su occiput la huellade los esclavos de Cr isto .

¡Por fin ! ¡Ya era todo de Dios; ya hab ía rotopor segunda vez el pacto hecho con Satanás ; yapodía

,como Magdalena

,escog er la mej or parte,

acurrucándose a los p ies delApenas recibidas las órdenes menores , nom—r

28

Page 27: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

los l ibros , momias de antiguas creencias y demuertos ideales !Sentía entonces su espíritu , como en los días

lejanos ya de la infancia , el deseo de fundirse enel lampo reverberante , en el acre perfume de loscedros que bordaban la alameda cercana

,en el

aura vagarosa que agitaba débi lmente los floridos ramajes del rosal del pat io contiguo ; sen tíael anhelo , vago pero inmenso , de volar en medio de la radiosa seren idad de la tarde y escalaralturas desconocidas , y llegar por fin allá dondelas últimas capas atmosféricas dejan ver sin velos de nubes la excelsitud de los espacios y la

poten te fulguración de los astros .

Cada dia se rompía en su senti r uno de losl igeros lazos que , como tenues hilos de la Vir

g en, ataban su espíritu a la tierra ; cada día suspiraha más por el aislamiento absoluto de locreado, y el ansia de perfección ahondaba en sualma de una manera prod igiosa .

l rritábanle las mezqui ndades que hallaba ensu ser, y hubiera querido consumirlas, an iqui larlas con el fuego abrasador de la caridad ; mas elconfesor le iba a la mano , diciéndole :—No se ganó Zamora en una hora , 11 l mío .

Ese deseo irr itado de ser perfecto desde luego,

significa van idad . Precávase de su miseria quesiempre t iende a caer , y p ida humildemente alaspara levantarse

30

Page 28: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

Una de las virtudes que más amaba el jovenera la cast idad .

En todos los l ibros p iadoso'

s que hab ía a lamano , leíase que era ésta la virtud más grata a

Dios ; que los castos , en e l día del j u icio , estarían a la diestra del Cordero , vestidos con blan

quisimas tún i cas y l levando palmas en las manos , po r ser sus pred ilectos ; que el Evangelista ,a su cualidad de virgen hab ía debido apoyar sucabeza en el seno del Maestro ; que muchos martires hab ían preferido losmás cruentos supliciosa la pérdida de virtud tan amada , y que la mismaMar ía habia rehusado la matern idad divina sidebia ser con mengua de su pureza.

Y lo que al princip io fué anhelo en el j oven ,convirtióse pronto en una obsesión . Esquivabaaun la mirada de una mujer , y cada vez que algún ímpetu natural conmovía su organismo , acudía a lasmortificaciones más terribles : ya hundiendo

'

en su cintura las aceradas púas del cil icio, ya fustigando sus carnes con gruesas disci

plinas, ya l levando la frugal idad hasta e l exceso .

En general , no hab ía género de mortifi caciónque no conociese . Si su curiosidad l levábale aver tal o cual cosa senci lla , apenas advertía estemovimiento , tornaba los ojos a otra parte . Si suapetito hal laba sabroso alguno de los humildesmanjares del colegio , dejaba al punto el p lati llo ;si le venía el deseo de conversar, callaba como

31

Page 29: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

un muerto ; si el sueño pesaba sobre sus parpados en las horas calurosas de la s iesta , bañábaseel rostro con agua fría y proseguía con más ánimo el estudio , la oración o la l ectura p iadosa .

Tal mort ifi cac ión perpetua hacia que su an ima se recog iera más y más en si misma , y quesu sens ibi lidad se volviese más y más del icaday asustadiza .

¡Qué inmensos sobresaltos le producía la vozde una mujer ! ¡Qué temores la menor forma quedestacase en el vivo l ienzo de su imaginacióncon las l íneas harmon iosas de una Eva !Rehusaba i r a paseo con los demás, y cuando

se ve ía obl igado a sal i r a la calle , bajaba temeroso los ojos y , semejante a ci ervo joven , al menor roce de faldas, temblaba y se estremecía .

En compensación de tan continuadas inquietudes

,hallaba cada día más sabrosas sus pláti

cas con D ios , y a veces , presa de emoc ionesdesconocidas, sentíase vecino del éxtasis.

Page 30: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

UNA noche , sin embargo , había experimentadocosas tales y tan extrañas que creyó morir .Como de costumbre , se quedó en la cap il la

cuando todos sal ieron . El sacristán apagó lasluces que ard ían en el altar y salió a su vez, entornando la gran puerta , que rechinó lúgubremente al gi rar sobre sus ej es . La cap illa quedóa obscuras , pues la déb i l lampari lla que ardíaante el Sagrario más servía para aumentar elmisterio de la nave que para disipar las espesassombras.Felipe se habia arrodillado sobre la grada más

alta del altar,buscando la mayor aproximac ión

posible a aquel Depósito donde se hallaban todas sus del icias .A l l í , con los ojos cerrados ,

_

los brazos en cruzsobre el pecho y la cabeza ligeramente incl ina

Page 31: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N'

a

da , púsose a meditar en la Pasión , haciendo desfi lar por su men te las dolorosas escenas inmortalizadas en el Evangelio .

A veces la versát i l fantasía volaba hacia otraparte

,mas con poderosos y cont inuados esfuer

zos él la volvia al camino deseado .

Largo rato llevaba ya en la misma postura yen tregado a la contemplación , cuando un flú idofrio empezó a recorrer sus miembros

,hac iendo

los estremecer, y un sudor abundoso cubrió sufrente .

Apoderóse de su espíritu un terro r espantoso ,ese terror pánico que paral iza el movimiento ycasi casi los lati dos del co razón .

Quiso gritar y no pudo , quiso levantarse ypermaneció clavado al granito de la grada .

No se atrevió a abrir los ojos , temeroso demor i r

,como ,el pueblo hebreo ante los relámpa

gos del S inaí ; y sin fuerzas para nada, aguardóelEntonces ocurrió una cosa excepcional .

Ante él se levan tó , perfectamente determina

da, perfectamente distin ta , una figura ; pero nola del Maestro ; no era la rad iante epifan ía de l

Cristo con su ampl ia túnica púrpura , su coronade espinas , su rostro nob il ísimo ensangrentadoy sus manos her idas por los clavos ; era una mujer, una mujer muy hermosa, rub ia, de aven tajada estatura, de rostro virginal y delicadas y en

34'

Page 32: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

cantadoras formas de núb il, que tendían suscurvas … castas bajo el peplo vaporoso y diáfano .

¡extraña coincidenc ia l, aquel la cara é l lahab ía visto en alguna parte … ¿Dónde? La memoria se lo dijo al punto : en el campo , en la ha

c ienda de su t ío . Su compañera de i nfancia , lah ija del adm in istrador : Asunción .

¿Por qué surgía frente a él? Deb ía , es claro ,cerrar los ojos ante la aparición , mal igna sinduda, pero ¿cómo , si eran los del alma los quela ve ían?Y su terror , desvaneciéndose lentamente , daba

lugar a una sensación tibia y suave que llevabael calor a los miembros ríg idos y aceleraba loslatidos del corazón .

La hermosa figura extendió las manos , lasapoyó en la cabeza del bach i ller y

,murmurando

algo, acercó lentamente , muy lentamente , sus

Entonces, aquella conciencia inflexible , exigente , implacable , protestó , gritó : yFelipe , exhalando un gemido de angustia , sepuso en p ie y tendió en derredor los ojos azorados : ¡Nada!Sacudió la cabeza , y con movimiento de n iño

que busca amparo , corrió hacia una Virgen que ,con Jesús en los brazos, se levantaba sobre unpilar de p iedra, al lado del altar; pegóse a el lay exclamó :

35“

Page 33: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

¡Madre mía , socórremel ¡No quiero , no

quiero ser malo ! ¡Por tu Concepción Inmaculada ,Y pareciéndole que , ante el mayor pel igro ,ma

yor hab ía de ser igualmente su resolución depureza, añadió con voz que era un sol lozo :—¡Te juro por tu divino H ijo , que está pre

sente , conservarme limpio o mori r !

¡Morir ! , repitió el e co de las amplias bóvedas, y en la cripta ab ierta a los p ies del altar,las vibrac iones sonoras dij eron también : ¡mor ir!Pasados algunos momentos , Fel ipe dejó la ca

pilla y sal ió al patio ; sentía que se abogaba .

La luna bañaba un ala del claustro,alargando

sobre los pisos y los muros la sombra de los pilares jónicos.

En la gran fuente del pat io , el cho rro n ítidosaltaba, cayendo con monótono ruido sobre elagua donde cabri lleaba la luz .Reinaba e n derredor un casto misterio , una

qu ietud que llenaba el alma de unción y la invitaba a elevarse a los cielos .Felipe se apoyó en un pi lar, y fijando sus mi

radas en el azul , i nundado de plateadas olas ,murmuró tristemente : c ¡NO quisiera vivi r! »

¿Era que presentía la impotencia de la voluntad ante las grandes exigencias de la naturaleza ,que tras largo adormecimiento recobraba en élsus br íos y prefer ía la deserción a la lucha?

36

Page 35: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

VOLABAN los días sin que alterasen la monotonía de aquel la vida más que la lucha sorda manten ida con las bajas tendencias , las exaltac ionespiadosas y los recelos del espír itu , ora atormentado por la duda , ora por e l temor.Felipe pal idecía , enflaquecía , se debil itaba , s in

embargo ; su faz , angulosa ahora , si antes oval ,y sus manos largas , cuya piel dejaba ver el tej ido sutil y azulado de las venas , asemejábanle aesos grandes ascetas que vemos en los lienzos

de Ribera.A la anemia íbase uniendo el reumatismo ,

que había invadido la pierna derecha y queamenazaba la izquierda . La inmovi l idad a'quelos estudios y la meditación le forzaban , erangran parte a aumentar su mal, y tan visibles

38

Page 36: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a

mostrábanse ya las huel las de éste , que el viej olabrador hubo de deci r al bachi ller , en una desus visitas al colegio :

—¡Canijo l, hay que tomar las cosas con cal

ma,si no quieres i r a hacer compañ ía a tu ma

dre,que de D ios goce .

— No se apure usted , t ío— respondió el bach i l ler que cuan to más p ron to me muera ,menor será la cuenta que tenga que dar , y menores los peligros a que me vea expuesto .

—¡Bonita gracia ! ¡Eso no es cri stiano ! ¿Sabes

tú si Dios te qu iere para ornamento de su iglesiay edificación de sus f ieles? Y si con r igores depen itencia exagerados te matas , ¿no defraudasacaso

.

la intención divina acerca de ti?— Yo diré a usted , t ío : ni creo que mi pen iten

cia sea exagerada , n i mucho menos que desagrade a Dios ; y si E l me quiere , como usted dice ,para ornamento de su Iglesia (¡pobre ornamentosería yo por tócale conservarme , comoconservó a muchos de sus siervos en medio degrandes penal idades , comparadas con las cualeslas mias resultan mezqu inas y baladís.

—¡Ay, hijo ! De todos modos , pienso que aho

ra más necesitas de a i re puro y buena al imentación , que de pen itencia , y asi que acabes tu cur

'

so , te l levaré al rancho . ¡Ya verás qué l indo estáaquel lo ! Las mi lpas crecen que es un contento , yla carretilla verdea tan lozana y tup ida

,que las

39

Page 37: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

. l m a d o N o

vacas la miran de lejos con envidia . En la presahay más patos que t ules , y en los vallados , lasgarzas morenas y b lancas se cuentan por docenas . ¡Y el monte ! ¡Ahí te v iera ! ; hay

—venados quees una bendición ; tarde a tarde bajan al aguaj ey se abrevan tan ¡Como nadie lospersigue ! Yo he dicho a todos los peones : <Cui

dado con matarme una res , que ha de ven ir eln ino Felipe cansado del encierro y con ímpetusde retozar, y no dejará ociosa la escopeta .

» ¡Yaun no te he hablado de las lomas de la Trin idad ! Te digo que está todo aquello alfombradode tempran il las color de pitajaya y de amapolasmás rojas que esto . (Y el viej o mostraba su paliacate.) Vamos , que dan ganas de bendec i r aDios , que hace cosas tan hermosas . El mes queentra es la cosecha , y ya verás cuántas codorn ices hallas en el barbecho . El comba te estará lucido . Nada que apenas despun ten las secas , tevienes conmigo . En ocho días , con la vista delcampo , dest ierras la t iric ia , y con la leche reciénordeñada , te pones más colorado que un cardenaL

Sonreía el bachi ller ante aquel la sugestiva pintura ; pero , como vulgarmen te se di ce , no le entraban las razones del tio , y a pesar de su aficióndecidida a la bucól ica , deseaba quedarse todaslas

'

vacaciones en tre las cua tro paredes de la capi lla o de la biblioteca , pues temía que le dis

40

Page 38: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

trajesen demasiado de su fervor las correríascampestres .Hubo , s in embargo , de acceder a las repetidas

so l icitudes del viejo , que no daba tregua a lacarga

,y, sobre todo , al mandato del médico del

co legio , que aprobó por completo el régimen cura tivo de aquél .Asi que

,apenas l legado Octubre , unamañana

recién l lovida , en que los campos ol ían a jarronuevo de Guadalajara , t io y sobrino , caballerosen buenos caballos

,emprendieron la marcha al

rancho , el uno alegre como unas Pascuas y e lotro un s i es no es cabizbajo y receloso .

Una vez llegados al casco de la hacienda , multitud de peones l lenó e l portal para sa ludar al

padrecito, que por tal l e tomaban ya , ant icipandose a i obispo , y se atropel laban : éste , para besarle la mano ; aquél , para ofrendarle rico quesode siete leches , amasado en artesa l impiec ita ,por su muj er; el otro , para contarle que la vacapinta, que habia corrido con el toro su izo , acababa de parir un becerritomás gordo que u nlechoncil lo y más travieso que un duende . Felip ea tendía a todos con la sonrisa en los lab ios

,

cuando de pronto notó que los rancheros abr íanfi las para dejar el paso l ibre al admin istrado rque , l levando a su hija de la mano , se ade lantabaa saludarle.

Saludáronle ambos , y la muchacha , más roja41

Page 39: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

que la clavel l ina , púsole en las manos una bolade rica mantequi lla envuelta en hojas de maíz

,

a tiempo que el admin istrado r, hombre cua

rentón, de fisonomía franca y expresiva , decia— Niño , ésta le trae ese regalo que el la mismapreparó . Usted ha de d ispensar . Yo le decia queno val ía la pena , pero se empeñó en traérse10 '

pues dice que allá en la Pradela no la ha de probar tan buena y gorda .

La muchacha, con los ojos bajos , añadióEstuve recogiendo todos los días, desde

hace una semana , la mejo r nata de la ol la , y creoque la mantequi l la sal ió buena . Me acordé quele gustaba mucho , y d ij e : pues manos a la obra ,que me lo ha de agradecer.

Hablaba con naturalidad , aunque un pococortada .

¡Y cómo hab ía crecido ! Si parecia mentira queel dia de Todos los Santos cumpliese apenasdiez y seis años! No era ya aquella muchachazancona y descuidada , que traveseaba todo elsanto dia en la casa y , j inete en briosos potros ,

ponía el Jesús en la boca con sus audacias a losrancheros .Habiase vuelto muy aseñoradita y muy mona ;

se habia estirado,cuando menos , cuatro dedos .

Sus formas redondeábanse graciosamente , y laenagua de percal floreado , sobre la que caía albeante delantal de l ino , dejaba ver e l nacimiento

42

Page 40: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

de una p ierna torneada y firme y unos piecezuelos que, aunque burdamente calzados , hac ianostentación de su pequeñez y elegancia .

Una b lusita de cambray, ornada de encajes ,completaba el senci l lo atavio , y sobre los hombros, redondos y carnosos , como lluvia de oro

caia la luenga cabellera , mostrando aún las n it idas gotas de agua del reciente baño .

Como si quisiese completar estas observaciones que i nvoluntar iamente habian acudido a lamente del bachi l ler, quien hallaba exacto el parecido de la joven con su fantasma, don C ipriano , el admin istrador , dijo— Pero ¿no la ve usted qué crecida? Ya no es

la marimacho que usted conoc ió ; no, no . ¡Si vieraqué hacendosilla se me ha vuelto ! E l la barre ,ella cose , el la apiancha , y aún le sobra tiempopara cu idar de sus canarios y zenzontles, a cualmás cantador .La muchacha , vuelta a ruborizarse con estas

palabras, sonre ía mostrando la fresca sarta desus dientes , blancos y luc i entes como el ma íztiernecito , y con el rab i llo de los cerúleos ojosm i raba al bach i l ler , que no las tenia todas con

sigo y que hizo observar que la ses ión bajo el

portal se prolongaba demas iado y que podíansubir al comedor, donde todos estar íanmás cómodos .Asi lo h ic ieron , y acabada la com ida, de la que ,

43

Page 41: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

como de costumbre , participaron don Cipr ianoy su hija, que no perdia ocasión de atender aljoven , éste se reti ró a su cuarto , sentóse en elviejo si l lón de cuero que fué test igo de sus suenos de adolescente , y con la mirada perd ida enel pedazo de campo que dejaba ver la ampl iaventana del fondo , púsose a pensar que habiahecho mal en dejar su guarida , y que apenas elreumatismo y la clorosis le dejasen un poco , tornaria a aquel colegio de sus amores , donde nad ie interrump ía sus pláticas con Cr isto .

Page 43: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

La anemia si ced ía un—poco , y las mej i l las delbachil ler iban adquiriendo el color de la vida .

Contra sus recelos y presunciones desconsoladoras, no se en t ibiaba en su alma el fervor quele dictara tantos santos propósitos ; antes b ien ,crecía , y su amor a la pureza , sobre todo , agrandábase en proporciones tales , que nada bastabaa amenguarlo o aniquilarlo .

No obstante , aquella impresión que la rub iamuchacha de su < éxtasi5 » l e produjera , mezclainexplicable de contradicto rios sentimientos, nomoria; y si su excesivo pudor daba nuevos rumbos al pensamiento cada vez que hac ia Asunción iba, y le imped ía aún contar nada al confesor, por m iedo de que la narrac ión avivase e lanhelo , no por eso éste variaba , y encerrado enel ánfora inviolab le de aquel corazón casto ,como el perfume en el frasco herméticamentecerrado , pugnaba por dejar su cárcel y difundirse en el exterior .Por parte de la muchacha, la conducta , paraun observador , hubiera sido extraña , si no lo erapara don Jerónimo y don C ip riano .

Sus sol icitudes para con Felipe iban en auge ,y presentábanse a veces bajo formas tan deli cadas , que necesariamente mov ían la gratitud delbachil ler.Mañana tras mañana , a las siete en punto , he

r ían el oido de Fel ipe , ya despierto , discretísimos46

Page 44: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

toques dados a la puerta , y se escuchaba al prop io tiempo la voz fresca y argentina de la moza

que preguntaba :—¿Se puede?

Adelante— respondía el j oven .

Y Asunción en traba llevando en las manosancha bandeja donde humeaba una rica taza conSoconusco del mejor, rodeada de sabrosos mo

l letes doraditos y olorosos , y junto a ella un granvaso repleto de leche .

Colocaba la bandeja sobre el velador, y dan

do los buenos días al joven , iba a sentarse alv iejo s il lón de cuero e in iciaba un monólogo degolondrina , vivo , senci l lo y pintoresco .

—¡Qué deseos ten ía de que escampara , por

ver ese cielo tan l impio de octubre,que no pá

rece s ino que lo han fregado con estropaj o !

Cierto es que cuando se mete el sol en lastardes , no hay volcanes que parece que van ai ncendiar el cielo ; pero en cambio , aquella bolade fuego que se hunde , se ve hermosísima . Sonesas tardes muy maj estuosas , y se siente ciertatristccita agradable y dan ganas de susp irar . Encambio , las mañanas alegran el alma ; los borre

guitos de la majada de Antón , según le ha dichoél , t iemblan de frio , y por calentarse retozan ;pero los animal itos son muy frio lentos ; no espara tanto . Ella se levanta apenas clarea un pocoy baja al corral para ver cómo ordeñan losmo

47

Page 45: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

zos , y ella misma ordena a la <Uva », su vaca ne

gra predilecta, que ya la conoce . A l l i aparta laleche para el n iño (Felipe) , de la más gorda , ydespués l impia las j aulas de los pájaros . La ca

naria copetona , que la quiere mucho , pia cuando ella se acerca y destapa su jaula , y el zenzontle más pequeño la saluda ya con gorj eos déb iles .Y Fel ipe seguía con la imaginación aquel las

escenas llenas de co lorido ; y cuando terminabasu desayuno, la muchacha dejaba el sil lón , tomaba la bandeja y sal ía , d iciéndo le , con una

son risa y leves rubores en la frente :— Hasta luegu ito ,

niño .

En el dia volvianse a ver con mucha frecuencia . Cuando el bachi ller leía en el corredor

,que

era cuando se sen tia mejor de sus achaques , ellase sen taba no lej os a coser , y , de tarde en tarde ,alzaba los ojos y quedábase viéndole con mirada húmeda , profunda y tierna .

Sofia sorprender Felipe esta mirada , y estremec íase y buscaba refugio en la lectura fría , quele hablaba de mortificación continua , de negación absoluta de si mismo , de abandono com

pleto de l as cosas de la tierra .

Pero el choque dejaba huella,y su tranquili

dad se iba, y sus recelos aumentaban , y el desal iento hacia de nuevo presa en su ánimo, y,cuando al caer la tarde , Asunción le decía

48

Page 46: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

<Niño , éntrese , que ya cae sereno » ; y le ofrecíael mórb ido brazo para que se apoyara ; desia

l lecia de tal suerte , que a no sostenerlo la robusta joven , cayera al suelo .

—¿Se pone malo? — preguntábnle ella con in

terés; y él respondía con voz opaca :— No , es que estoy débil, y como permanez

co tanto tiempoY ya en su cuarto , cuando ella , tras hacerle

la cama,sal ía , daba r ienda suelta a sus angustias

y l lo raba .

Vamos : era impos ible seguir asi, imposible !

D iría al v1cano lo que pasaba y volvería a suco leg io . ¡Mald ito corazón que se sublevaba acada paso e iba , a pesar de todas las filosofías ,en pos del amor terreno ! ¡Levantisca entraña incapaz de contenersel E l la oprimiría , la marchitaria , la petr ifi caria , hasta que fuese una entraña muerta para o tra cosa que para buscar aDios .

Por desgracia, el vicario se puso enfermo ydejó de i r a la hacienda , y don Jerónimo , cuando oyó la proposición del bach il ler , se encogióde hombros y le d ij o :— Lo que es yo no te dej o i r hasta que teal ivies .—¡Pero si no me he de al iviar aqui !

—¡Menos en Pradela ! Sigue tomando tus me

dicinas y aguarda .

49Tomo Y"!

Page 47: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

Fueron vanas las protestas . Fel ipe esperó alv i cario y se encomendó a todos los Santos .A l día siguiente del breve diálogo

,don Jeró

nimo entró con Asunción , que , como de costumbre

,l levaba el desayuno al bachi ller, al cuarto

de éste , y le dijo :— Don Cipriano y yo nos vamos hoy al po

trero de la Cruz a ver los herraderos de unas yéguas . Si estuvieras capaz de ir con nosotros , tedivert irias ; pero enfermo , ¡ni modo ! No te apures , que ya te pasearemos . Hoy quédate leyendoy al cuidado de Asunción . ¡Así me vayas a darmalas cuentas de él !— añadió , volviéndose a lamuchacha; y , s in esperar respuesta, salió haciendo sonar los ac icates en el pavimento .

Page 48: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

POR la amplia ventana del cuarto de Felipe entraban a raudales la luz del sol , que empezaba adecl inar, y las auras perfumadas del campo , quem itigaban los ardores de la siesta .

El panorama era encan tador.Elmilpa l , enhiesto , mostraba sus robustas y

doradas panojas , cuya cub ierta quebfadiza hac ia crepitar el viento . Más a l lá , a la falda de unaslomas , bajo la arboleda de j ericós , unos arr ierossesteaban con sus recuas , cantando a coro salados cantarcillos; que los o ídos del bachi ller percibían claramente :

Dices queme quieresmuchonome subas t an arriba

,

que las hojas en el árbolno duran toda la vida .

La vacada pacia en los agostaderos , azotandose los flancos con el rabo , y , cerca del hori

51

Page 49: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

zonte,lasmontañasbbscuras recortaban el azul

pál ido del cielo con sus crestas irregulares .Felipe

,que tenía sobre las rodi llas una entre

ga de una publicación intitulada Historia de la

Ig lesia , desfloraba lentamente, con aguda y filosa plegadera de acero , sus páginas , y miraba devez en cuando el panorama del val le , embebec ido en sus o rdinarios pensam ientos .Desfloradas todas las hojas del cuaderno ,

abriólo al azar y se encontró con el pr incip io deun cap ítulo denom inado Origenes , el cual referia la h istoria de aquel padre de la Iglesia quese hizo célebre por haber sacrificado su viril idaden aras de su pureza, profesando la peregrinateoria de que la castidad , sin este sacrifi cio , eraimposible .

Fel ipe leyó todo el cap ítu lo y se quedó máspensativo aún , con e l cuaderno sobre las rodil las y la aguda plegadera en la diestra .

A la sazón entró al cuarto Asunc ión , preguntando :

¿Cómo ha segu ido?Felipe , con un ligero estremecrmrento ,—con

testó— Lo mismo o peor; esta p ierna— y señalaba

la enferma—me duele mucho . Apenas puedomoverla .

—¿Le doy la medicina?—No , déje la; a la noche me cura ré .

52

Page 51: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N er

claro! Y yo he oido—deci r -al vicario,que por

cualquier parte se va a Roma,es decir, que hay

muchos caminos para el cielo,y que el casado

que cumple b ien con sus“

deberes, sube derechito a la gloria . Usted es bueno y , ayudando adonJerónimo , podía ser muy úti l aquí entre nosotros sm ofender a Dios , antes haciendo bien aestas pobres gentes tan rudas , enseñándolas avivi r honradamente y socorriendo sus miserias .

¡Vamos , n iño , no se ordene usted !

Felipe o ía el d iscurso con signos de desaprobacion , leve indicio de la tempestad que despertaba en su cereb ro .

— Dice b ien— cuchicheábale una voz allá dentro ¿por qué desertar de una vida donde tusenergias pueden s ignificar mucho en bien de tussemejantes? ¿No eres acaso una fuerza encaminada , como todas las creadas , a lograr un f inun iversal? ¿Por qué intentas, pues , defraudar ala Naturaleza

,que aguarda tu grano de arena?

¡Qué vas a hacer a un convento ! ¡Qué hallaras ahi !

¡Pazi— respondía mentalmente Fel ipe .

Y la voz intima añadía :

¡Mentira ! ¡No la hallarás ! La paz es el premio de la lucha , y tú esqu ivas la lucha . La pazes la recompensa del deber cumplido , y tu deberes permanecer en la l iza

.Naciste para trabajar

y amar. En el Un iverso todo trabaja y ama .

54

Page 52: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m. p l e t a s

Desde la abeja que labra el panal , después debesar a la rosa , hasta el p laneta que , tendiendoeternamente a acercarse al centro de su sistema ,se perfecciona a través de los siglos . La atraeción

,en el espacio , es e l amor de astro a astro .

y en la tierra el amor es la atracción necesar iaque mantiene unidos a los seres . ¡Ay de ti s i p retendes escapar a esa ley soberana ! ¡Ser el rebeldecuando todo se doblega , el soldado que se apartede la pelea cuando todos combaten y mueren o

Asunción habia callado , esperando una respuesta ; y Fel ipe , sacudiendo lentamente la ca

beza , intentaba en vano oponer una idea a aquelenjambre caótico de ideas que revo loteaban ensu mente y agitaban sus nervios y movían sucorazón .

El sol coronaba a la sazón,como una diadema

de fuego , la cúspide de un monte ; la brisa l legaba llena de perfumes rudos a la ventana y

,

ante la pompa de la naturaleza , y con los perinmes vigorosos de la l lanada

,Felipe se sentia

ebr io de juventud , ebrio de vida .

La solemne belleza del campo hab ía subyu

gado también a la muchacha,que

,inconsciente

mente , se puso en pie y rodeó con su redondobrazo el cuello de l bachi ller .E l quiso levantarse y no pudo ; quiso decir algo

y se anudó la voz en su garganta .

55

Page 53: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d !

o N o

Ella se le acercaba más ymás,y hubieran po

dido oí rse los latidos de ambos corazones ag itados .Hab ía perdido la muchacha su natural timidez ;

además , no pensaba en aquellos momentos enalgo que no fuese él, porque le amaba , si, l eamaba sin sospecharlo , hacia mucho t i empo , ypor otra parte , la esplend idez de la tarde , lasbrisas olorosas, la aproximación a su dueñoy el si lencio de la estancia , la volvían insensata . Asi es que , acariciando con su mano malcuidada de campesina la cabeza de Fel ipe , ycomiéndoselo con los ojos , le dijo , baj i to , muybaj ito :— No te ordenes , no te ¡Te quiero !Fel ipe hab ía tenido un momento para retle

xionar. Se ve ía al borde del abismo , y todos sustremendos temoresmísticos se levantaban

,aho

gando los contrarios pensamientos .

Hizo un supremo esfuerzo , y clavando conangustia sus ojos en los azules de Asunción

—¡Vetel— le dijo— ¡vete, por piedad ! Lo que

p ides es imposible . ¡Vete , por la salvación de m i

alma !Ella no l e atendió , no le oyó casi ; estaba loca ,

loca de deseos, de amor , de ternura .

¡Te quiero repitió te quiero ! ¡No te

ordenes !Y atrajo con fuerza a su pecho ardoroso aque

56

Page 54: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

l la cabeza rebelde y la cubrió de besos cálidos ,ráp idos, indefin ib les .

Felipe se sintió perdido ; paseó la vista extraviada en rededor y quiso gritar : < ¡Socorrob

Habia caído d e sus rodillas , con sus ropas , elcuaderno que leía , y la palabra Or íg enes , t ítu lodel capitulo consab ido , se ofrec ió un punto a sumirada .

Una idea tremenda surgió entonces en su

Era la única tablaAsunción estrechaba más el amoroso lazo , y

dejaba su alma en sus besos .El bachi ller afi rmó con el puño crispado la

plegadera , y la agitó durante algunos momentos ,exhalando unAsunción vió correr a torrentes la sangre ;

lanzó un grito , y aflojando los brazos , dió unsalto hacia atrás , quedando en pie a dos pasosdel herido , con los ojos inmensamente ab iertosy fijos en aquel rostro , que , cont ra ído por e ldolor , mostraba , sin embargo, una sonrisa de

A llá , l ejos , en un piélago de oro , se extingu íablandamente la tarde.

57

Page 55: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 56: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 57: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 59: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

Todos los mat ices del tenue hi lo de oro tenian para Su Majestad un l enguaje . Pero el deaquella mañana jamás lo habia visto ; se hubieradicho que ni ven ía de la m isma ventana , n i delmismo cielo , n i del mismoMirando con más deten imiento , Su Majestad

acabó por advertir que , en efecto , aquella no erala gran ventana de su alcoba .

¡Vaya si hab ía diferencia !Su humildad y tosco material saltaban a la

vista . Su Majestad se incorporó'

a medias en ellecho , y, apoyando la cabeza en la diestra, púsose a examinar en el aposento , estrecho y lúcidode blanco , en la media luz , a la cual iban acostumbrándose ya sus ojos , lo que le rodeaba .

,

A l pie del lecho , pequeño y bajo , hab ía un taburete de p ino, y sobre él , en desorden , algunasprendas de vestir. Una rop i l la y un ropón demodesta tela , harto usada , unas calzas ,

_

una

capa . Más allá , pegado al muro , un vargueño ,

cuyos cerrojos relucían . En las paredes, algu'

nasestampas de santos y un retrato ; en un rincón ,una espada .

Su Majestad se frotó los párpados con vigor,y , cada vezmás confuso , buscó maquinalmentela pera del timbre eléctrico , que caía casi sobrela almohada, aquella pera de ágata con botón delapizlázuli, que tantas veces oprimió entre susdedos, y a cuya trémula vibración respondía

62

Page 60: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

siempre el discreto rumor de una puerta , que , al

entreabrirse, dejaba ver, bajo las colgaduras, lacabeza empolvada de un genti lhombre de cámara .

Pero no hab ía timbre algunoSu Majestad

,sentado ya al borde del lecho ,

perdida absolutamente la moral , sintiendo algoasí como una terrib le desorientación de su é s

piritu,el derrumbamiento interio r de toda su

lógica— más aún , de su identidad — quedóse

ab ismado .

En esto , la puerta que Su Majestad , por in

venc ible hábito , suponía que era una ventanaque ca ía sobre la gran plaza de Enrique V , seentreabr ió , y una figura de mujer , alta, esbelta ,armoniosa , se recortó en la ampl ia zona de luzque l imitaban lasmaderas .— Lope— dijo con voz dulc isima de un timbre

de plata ¿estás ya despierto?Su Majestad— o mejo r dicho , Lope estupe

facto , quiso balbucir algo ; no pudo , y quedósemirando , s in contestar , aquella aparición .

Era , a lo que podia verse , una mujer de veinte años a lo sumo , de una admirable bel leza .

Sus ojos , obscuros y radiantes , i lum inaban e lóvalo idea l de un rostro de virgen

,y sus cabe

llos , partidos por en medio y recogidos luego aambos lados , formando un trenzado graciosoque aprisionaba la robusta mata , eran de un cas

63

Page 61: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

taño obscuro magnifico . Vestía modestamentesaya y j usti l lo negros, y de los lóbulos de susorejas , que apenas asomaban al ras de las bandas de pelo , pendían largos aretes de oro , en loscuales rojeaban vivos corales .—¿Duermes, Lope? — preguntó aún la voz de

p lata Tarde es ya,más de las Recuer

da que mañana ha de estar acabada la custodia .

E l hermano Lorenzo nos ha dicho que en elconvento la quieren para la fi esta de San Francisco , que es el j ueves .—¡Lopel murmuró Su Majestad ¡Lope

¿Pero quién sois vos, señora? .

—¿Bromeas , Lope? — respond ió la voz de pla

ta ¿O no despiertas aún del todo? — Y acercándose con suavidad , puso un beso de amoren la frente de Su Majestad , murmurándole alo ído :—¡Quién he de ser sino tu Menc ía, que tanto

te qu iere !Lope se puso en pie , restregóse aún los ojos ,

se palpó la cabeza , el cuello , el busto , puso susmanos sobre los hombros de la joven , y convencido de que aquel lo era obj et ivo , cons istente ,de que no se desvanecia como vano fantasma

,

se dejó caer de nuevo sobre el lecho, excla

mando :—¡Estoy loco !

¿Por qué? — insinuó la voz de plata .

64

Page 62: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

—¿Quién ha podido traerme aqui ? … Yo soy

e l Rey . .

—Cierto— duo Mencía con tristeza ¡Lo has

dicho tan to en sueños !—¡Cómo en sueños !—Soñabas

_

agitadamente. Hablabas de cosas

que no me era dado entender . Dabas títulos ,conferías—¡Yo !

— Ibas : íe caza … Nunca , Lope , hab ías soñadotanto n i en voz tan alta … Por la mañana , tu dorm i r se vo lvió más tranquilo , y yo me marché am isa con án imo de que reposaras aún hasta m ivuelta . Lope , mi Lope querido , ¿te vistes? Ya estarde … ¡Has de acabar mañana la custodia !

¿Sería dado , al que esto escribe , expresar lasensación de costumbres , de fam i liar idad , de há

h ito que iba rápidamente invadiendo el alma deLope?El pasmo se fué , se fué la estupefacción; que

daba un poco de asombro ; lo sust ituyó ciertasorpresa , un resab io de extrañeza , de desorientación . Luego , nada , nada (tal es nuestra prod igiosa facultad de adap tac ión a las más extraordinarias circunstanc ias) ; nada que no fuera e lsentimiento tranqui l izador de la continuidad de

65

Page 63: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

una vida ya vivida ; y que sólo había podido interrumprr por breves horas un ensueño engañoso : ¡que él hab ía s ido rey!

¡Peregrino ensueño ! M ien tras se vestía , referíalo a grandes rasgos a la i deal mujer de losojos lum inosos y de la voz de plata :— Yo era rey , un rey viejo de un país poderoso

del Norte de Europa . Vivía en un gran palac iorodeado de parques . M is d istracc iones eran lacaza y los viaj es por mar en un <yate » . PoseíatambiénY seguia su h is toria .

La celeste criatura movia la cabeza , corroboran do con s ignos afirmat ivos el relato de Lopeentre sorprendida y confusa :

-Si, cierto— i n terrumpía a cada paso eso

eso decias , esas palabras desconocí

dasY añadía pensativa :—¡Raras cosas se sueñan !Tú has ten ido s iempre letras , Lope— con t i

nuó después de una pausa no es extraño ,pues que, dorm ido , imag inases historias pere

—B ien dices , Menc ía : raras cosas se sueñan .

—¡Raras cosas se sueñan , Lope !

Page 64: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

la pieza con tigua había una gran mesa , sobre la cual , en medio de un desorden de herramientas , de crisoles, de barras metál icas diversas , de envoltorios con l imaduras y o tros conp iedras prec iosas , se erguia una custodia de plata con rel icario de oro .

Era la obra del p latero L0 pe, para el conven to .

No lejos de la mesa , un gran bast ido r sobretoscos p ies de madera enmarcaba

,bien restira

da , una te la de seda , bordada , en gran parte , cond iversos motivos , tamb ién de oro y plata , s iendoel princ ipal un divino Pastor que llevaba alhombro , amoroso , a la oveja perdida . Era aquella labor , visiblemen te dest inada a un ornamentode igles ia, la obra de Mencía .

Page 65: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

Mesa y bastidor estaban cerca de la ún i caventana de la habi tación

,a fin de recibir la luz

que por ella entraba . En el lado opuesto , en elin tervalo ex istente entre una puerta y el ángulodel muro , habia un escritorio de modesta apa

r iencia, como todo el mob il iario . Sobre él un rimero de l ibros de piedad , de enseñanza o entretenimiento .

Entre los primeros , el Libro esp iritua l del Santísimo Sacramento de la Eucar istía , del PadreJuan de Av i la , y un l ibro de horas . Entre los se

gundos, el D iálog o de la dig nidad del hombre,del maestro Hernán Pérez de O l iva , y el D iá lo

g o de la Leng ua , de Juan de Valdés . Entre losúltimos el Tra tado de las tres g randes , convienea saber : de la g ran parler ia , de la g ran porfia yde la g ran risa

, del donoso Doctor don Franc isco López de Villalobos ; la Celest ina , el Amadís,la Vida de Lazar illo de Tormes y de sus for tu

nas y adversidades , y la D iana , de Jorge Montemayor .El resto del mobiliario constituianlo algunos

taburetes , un gran si l lón de cuero y dos arcas , launa abierta por más señas , y dejando ver una ropilla de t isú

,un j ubón y unas calzas de velludo

negro , que probablemente pertenecían a la i ndumentaria dom inguera de Lope .

Pero volvamos a la custod ia .

Esta figuraba la fachada de una ca tedral got i

68

Page 67: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Lope, con una pericia de la cual minuto a minuto iba sorprend iéndose menos , púsose a laobra , en tan to que Mencía bordaba en su granbastidor con manos ág i les de re i na antigua .

A medida que pasaban las ho ras , Lope sent iase más seguro , más o r ientado y sereno . Parecíale recordar el modesto e ignorado ayer , desdeque tuvo uso de razón hasta que se enamoró deMencía ; desde que se casó con el la hasta ahoraen que trabajara su custodia para el con

vento .

Todos los eslabones de la cadena de sus d iasque , momentos an tes sue ltos y esparc idos , queb rantaban su lóg ica y enredaban y confundíanlas perspectivas de su memoria, iban so ldándosenaturalmente y s in esfuerzo .

Si, recordaba : él no había sido nuncamás queLope , Lope de F igueroa , natural de To l edo . Supadre fué l ibrero

,y en la cal le de los L ibreros

había nacido él . Gracias a l comerc io del autorde sus días, pudo leer bastante , mucho para laépoca . Hub iera segu ido aquel comercio , perotemprano se sintió tentado por el arte d ivino dela orfebrer ía . S iempre que lo l levaban a la Cá

tedral , a San Juan de los Reyes , a Santo Tomás ,

y , en sus pequeños viaj es , a algunas de las grandes igles ias de España

,caia en éxtas is an te las

custod ias , los copones , los rel icarios .Se sabía de memoria los detal les de la mayo r

70

Page 68: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

parte de estas obras maestras de metal que ex istian entonces en la Pen ínsula , casi todas el las enfo rma de quiméricas arqui tecturas , en que la ins

pirac ión de los art istas no conocía l ímites parasu vuelo . El nombre de los A rte, esos magoso riundos de A lemania , era para é l como el nombre de una divi n idad . La custodia de Córdoba ,ej ecutada en 15 13 por En r ique ; la de Sahagún ,la de Toledo

,hecha en 1524 (ún ica que Lope ,

habia podido con temp lar) , formaban para élcomo los tres resplandores de gloria de estehombre excepcional . La custodia de Santiago yla de Med i na de R ioseco

,ej ecutadas por e l h ij o

de Enrique , Antonio A rfe , en est i lo plateresco ,las habia v isto en dos reproducc iones de yesoen un tal ler de To l edo , y lo cautivaban en extremo ; y la am istad de Juan Arfe, que era su camarada y que a la sazón habia ejecutado ya lacustod ia de ! v i la (hecha en 157 1) e iba a ejecu tar la de Sev i l la , que empezó en 1580 , fechaalrededor de la cual gi ra este absurdo re lato , l el lenaba de orgullo . Aún estaban en el porven irla custod ia del m ismo ,

que fué después , en 1590 ,

una de las joyasmás preciadas de Val lado l id , yla de Juan Benavente , c incelada en 1582 en e les t i lo del Renac im ien to .

El nombre de Grego r io de Varona , que em

pezaba ya a ser cé lebre , era también de los queestaban siempre en sus lab ios ; pero si profesaba

71

Page 69: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

el culto más ingenuo y fervoroso por todos estosgrandes artistas

,hay que conven ir en que el de

sus predilecciones era el abuelo Arte, En r ique ,y en que hub iera dado la m i tad de su v ida porser el artífice de un fragmento s iquiera de la grancustod ia de plata (ún ica que , como dec imos , había pod ido con templar, aunque por reproduc

ciones o d ibujos conocia las o tras) , que para elcardenal Ximénez ej ecutó el art ista , y que tantasveces vió esplender en medio de l i nc ienso , bajolas g igantescas naves de la catedral .

¡Si, él fué s iempre Lope de F igueroa , ahoraestaba seguro de el lo ; Lope de F igueroa , devein tiséis años de edad ; Lope de Figueroa , quese soñó rey ! ¡Un rey v iejo ,

de qu ién sabe quére ino fan tástico , en quién sabe qué t i empos extraordinarios y peregr i nos !

—S in embargo , Menc ía— insist ió el platero all legar a esta parte de sus pensamien tos juraraque no he soñado , s ino que he visto , que he tocado aquello . Aún no puedo desacostumbrarme del todo a no ser lo que lo que imaginé que fui; de ta l suerte era claro y preciso loque soñaba .

¡Los sueños son así ! respond ió Menc ía

apaciblemente , sin levan tar los ojos de su bordado ¡Los son así ! A mi me contristó mucho— sigu ió diciendo me h izo gran lástima verte en el lecho

,sacudido por la ansiedad ;72

Page 70: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

quise despertarte , pero no lo logré ; tan pesadamente Por fortuna , a poco desapare

c ió el Aho ra recuerdo que hablabas de un a tentado contra un h ij o que ten ias , ypronunc iabas palabras raras que nunca o í antes ,y que infundían a todos miedo , terror y espanto .

decías : <x¡Los anarqu istas ! »— Si, cierto— exclamó Lope , sintiendo subi r

de nuevo a su cerebro una ola de extrañezaEran unos—¿Como nuestros comuneros?

— Incomparablemen te fuera de toda

¿Y después?—Tu hijo el p ríncipe moría ases inado , y tú

tristemen te, tristemente , segu ías re inando . Gustabas de Deja que haga E ibasa no sé dónde , en una máquina enla que has nombrado hace poco …

-En un automóv i l , ya te lo he dicho .

— Eso es , algo así he escuchado , algo incomprensib le .

¿Sabes cómo era esa máqu i na?No podr ía imaginarlo .

¡Oh, j urara que la he visto , que la he pose ído , Menc ía de mi alma ! ¿cómo te expl icaría yo esto? E ra como un coche que anduviesesolo , merced a una mecán ica que no acertariasa comprender. Volaba

,Mencía , Y vivia

yo , asimismo , entre otras muchedumbres demá73

Page 71: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

'

A m a d o N o

quinas . Las habia que a lmacenaban y repetíanla voz del hombre ; las habia que , s in i ntermedioalguno , ll evaban la palabra a d istanc ias inmensas, y o tras que lo hacían por m in isterio de unh i lo metál ico ; las había que reproducían las aparienc ias, aun lasmás fug i t ivas, de los objetos yde las personas , como lo hacen los p i n tores ,sólo que instantáneamente y de un modomecán ico ; máqu i nas que escr ibían con sorprendented i l igenc ia y nunca v ista destreza

,como no po

drian hacerlo nuestros cop istas ,maguer sus abrev iaturas , y con una clar idad que en vano pretenderian emular nuestros cal ígrafos ; máqu i nas quecalculaban sin equivocarse jamás ; máquinas queimprimían so las ; máqu i nas que co rr ían vertigino

samente sobre dos bordes paralelos de acero …

Yo hab i taba una c iudad l lena de estas maquinas y de i ndustrias in numerables . Los hombressabían mucho más que sabemos hoy , y eran mucho más pero no fel ices . Los metalesque yo manejo con tanta fatiga y tan difíc ilmente trabajo , ellos los manejaban y trabajaban demodo que marav i l la , y conocían además su esenc ia ín t ima , no a la manera de Av icena, de A rnaldo de V i llanova o de Ra imundo Lu l io , quelos ti enen como engendrados por azogue y azufre , s i no merced a las luces de una quím ica mássab ia ; y habían descub ier to o tros nuevos , uno

entre ellos que era acabado prod ig io , porque en

74

Page 72: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

si mismo llevaba una fuente de energia , de calor. Vestían las gentes de distinta manera quevestimos tú y yo , y vivían una vida ag i tada yafanosa ; hablaban o tro idioma . Y yo era rey

,te

nia ej érc itos con armas de un alcance y de unaprecisión que apenas puedo comprender, y jun toa las cuales nuestros arcabuces con sus pelotas ,nuestras culebrinas de mayo r alcance y nuestroscañones serían cosas de n iños . ¡Poseía flotas , nocompuestas de galeras , galeazas y galeones , no

construidas a la manera de nuestras naos , nomovidas a remo o a vela , sino por la fuerza delvapor, del vapo r de agua , Menc ía , el cual escapaba de ellas en torbell inos negros , y algunasse sumergían como los peces

,y …

— lmaginac iones del Malo han podido seresas , Lope , tramadas con án imo de perturbarte;y ello me contrista , te lo repito . Mi madre leíameque a San Anton io Abad le aparecían en coutusión , en el desierto , seres absurdos y artificiosmal ignos

,nunca v istos por nadie . Tú , Lope ,

como ya te he dicho , quizás por la inf luencia delos l ibros que con ahínco lees , siempre has so

ñado mucho , y nunca entend í que eso estuvierab ien . Por otra parte , las cuartanas del año pasado te dejaron harto débi l . ¡Tan recio fué e lmal , que día n i noche podias sosegar !

Y,abandonando su labo r, la esbelta y delica

da figura fué hacia su amado , cogió le suavemen75

Page 73: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

te de la diestra y le llevó a la ven tana , añadiendo materna ! y untuosa

—¡Descansa un poco ; la custodia estará hoy

term i nada ! Son ya las d iez . Desde las ocho trabaja

'

s . Solacémonos mirando la gente que pasa .

Page 75: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

mayo ría de los muros opuestos , daba a una cál lejuela que , con otras vec i nas

,luego iba a des

embocar en la plaza de Zocodover. Desde el lase abarcaba perfectamente el vasto espac io deesta plaza con sus irregulares ed ifi c ios y sus viejos soportales .Una mult itud , vestida de manera muy var ia ,

pululaba en rededor de los puestos del mercadoque , por ser martes , hab ía . Qu ién comprabaaves de todos géneros ; qu ién tarros de m iel ;qu ién queso l ibreado ; qu ién mazapanes, hojaldres , bizcotelas y rosqui l las , Con o sin azúcar ;qu ién ace i tes , mantecas y fru tas de Andalucía .

Cas i todos los balcones estaban engalanadoscon co lgaduras d iversas .Preguntó Lope la razón , y Mencía dr¡ole que

la corte se encon traba en la ciudad imperia ldesde hacía algunos días , y que iba con pompaa todas partes , pasando casi siempre por laplaza .

Lope recorr ió con la mirada atón ita e l panorama . La urd imbre de callej uelas se en redaba asus pies . Bordábanlas en su mayor ía muros há

jos, con muy pocas ventanas, y todas las arqu i

tecturas se codeaban en el más heteróc lito con

tubernio . Campanar ios , m iradores , aj imeces, burdos o airosos portales encancelados , ventanasgó t icas , post igos en rejados ; sobre la sinagoga ,la cruz; j unto a la pesada to rremedioeval , áspe

78

Page 76: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

ra y fuerte como la de un casti llo roquero , elalado minarete bordado de encajes ; junto a laseveridad de un corn isamento romano , la gracia

enredada y traviesa de un arabesco que cantalos atributos de A l lah ; un sobrio y reci ente pórt ico del cinquecento , j unto a un arco mudéjar o

a un pórt ico plateresco .

Toledo,sentada sobre su arisco trono de ro

cas , vivia los últimos años de su apogeo . El reydon Fel ipe había trasladado desde 1560 la cortea Madrid . Era esta úl tima vi l la , denominada laú n ica corte » , muy suc ia y malsana, a pesar detan pomposo nombre . Con taba a lo sumo treintamil hab itantes , y en mucho tiempo su poblaciónno aumentó por cierto de una manera sensib le .

La metrópol i del mundo , porque lo fué enaquellos s iglos que empezaron con Carlos Y ,

cuando no hubo ocaso para el so l en los dominios españoles , lo ún i co que , por lo pronto ,ganó con el traslado de la corte

"

a su recinto fuéla tala despiadada de sus hermosos bosques , tesfigos del dom i n io de los árabes y de los tr iunfosde A lfonso VI.Desnudas quedaron las comarcas que habían

ensilvec ido los s iglos , y Madrid en medio de unerial .

Las cal les , estrechas y torcidas , estaban l imitadas por casas de un solo p iso

,porque la Re

galia de Aposentos obl igaba a quienes cons'79

Page 77: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N'

o

trufan casas más al tas y espaciosas a alojar a lanobleza, y , por lo tanto , los p rop ietar ios se defendían construyendo las llamadas casas a la

ma licia .

Las moradas de los grandes casi no se distingu ían de las demás sino por los torreones queosten taban .

La ampl itud de la vi lla apenas si excedía a !viejo ensanche hecho por los árabes, y en sumayor parte las ant iguas murallas estaban en p ieo dejaban ver su anter ior trazado , s igu iendo unlargo rodeo para l legar desde la cal le o barrancode Segovia hasta el A lcázar .En camb io era Madrid frecuentado por innumerables forasteros , y en su calle Mayor, s iempre an imada , y en sus muchas cal lejuelas , secodeaban los soldados que había mojado la lluvia pert inaz de Flandes , y los que habia tostadoel so ! de Nueva España ; los veteranos que habían peleado en San Qu i nt ín (y aun algunos muyraros que reco rdaban las hazañas de ! César enTúnez) , y los aven tureros que andaban en buscade cualquier empresa (en tonces se intentaba lade Portugal) a fin de emplear en ella su coraj e ,su arcabuz y su i núti l espada; los bravos a qu ienes fué dado ver con don Juan de Austria losapretados frances y la gloria de Lepanto , y losque , siguiendo las huel las de Pizarro , admiraronlos portentos del Perú .

80

Page 78: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

¡Cuántas veces , en tre aquel la turba de val ientes o b ravoneles, desencantado , triste , en fermo ,reco rdando la l ibre vida de Ita l ia ,

que amó tanto , pasearía tamb ién con su manquedad y sugen io don M iguel de Cervantes Saavedra , h idalgo , so ldado ,

escr ito r de ent remeses,a lcabalero ,

com is ion ista, m iserable , y semidiós l

To l edo , pues, como i nsinuábamos al princi

pio , a pesar de su grandeza y hermosura iba a

convert i rse en breve , grac ias a Madr id, en una

c iudad muerta , en una ciudad museo ; pero tamb ién , y por esto m ismo , en la Roma española ,adonde devotos y pensat ivos se encam i naríanla Poes ía , la H istor ia y el A rte a med itar sobrelas pasadas grandezas .

Mas ahora , ¡qué bull icio y qué an imación pordondequiera !Las m i radas de Lope discurrían de una a otra

cal leja , de uno a otro r i ncón , de uno a otro ángulo de la gran p laza , sorp rendidas y embelesadas .Aquí , cabal lero en una poderosa mula pasi

larga,con gualdrapas de terciopelo carmesí , iba

un clérigo copetudo , canón igo sin duda ; acá , unchicuelo de caperuza verde j ugaba en el arroyo ;

81

TOMO XI I I

Page 79: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

allá , una dueña , que b ien pudiera l lamarse doñaRemilgos, acompañaba a una doncella de negromanto , hermosa como un éxtasis , que se d irigíaa misa ; más allá , un grupo de m i n istr i les , con

sus i nstrumentos,acudía a quién sabe qué fiesta ,

alborotando a más y mejor ; acullá , una grandama en una hacanea torda que llevaba de lar ienda un pajecil lo flamenco vestido a la usanzade su país (y de los cuales hab ía aún a la sazónmuchos en Toledo) , pasaba orgullosa a la sombra secular de los v_iejos muros , para sal ir a lariente plaza llena de bull ic io . En otra parte , uncaballero con rop i lla y ropón de terc iopelo azulsal ia de ! gran po rtal de un palacio , segu ido deun escudero y de dos lebreles ; y más lejos rodaba , desempedrando calles , un majestuoso ypesado coche , con mulas unc idas de dos en dos.

Era incontable la multitud de t ipos que desi ilaban baj o aquel balcón tan vecino a los tejados ,y Lope no se hartaba de verlos : j unto al mendigo , la buscona ; j unto al arriero , el estudiantesopista que caminaba distraído con no sé quémirajes de puchero ; j unto al lazaril lo , el traj inante ; j unto a la dama, la moza de part ido ; j unto alclérigo , el rufián , el cómico o el hijoda lgo . Parec ía aquella escena una novela de Cervan tespuesta en mov imien to .

De pronto , en medio de un gran estruendo devoces y gritos , de aclamaciones y ruidos enin

82

Page 80: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

siastas, desembocó en el Zocodover bril lantisimacom i t iva de j inetes , formada toda de grandesseñores castellanos , caballeros en ágiles y hermosos caballos engua ldrapados con mucha riqueza .

Esta comitiva precedia a una litera rodeadapor damas de la primer nobleza , a cabal lo también , y custodiada por elegantísimos pajes .En la l itera ven ia , sin duda , una princesa

,

cuando menos .—La reina doña Ana , la cuarta mujer del reycuchicheó a l oido de Lope la dulce voz de

Menc ía Es una señora muy buena añad ió_

La comit iva perdióse pronto en la tortuosidadde una de las cal les , y no quedó ya más que e lremol ino del pueblo , a qu ien e l respeto hab íaatado un punto los lab ios , y que vo lvía a susvoces en tusiastas , en confusión inextri cable ,mezcladas a los grito s de los mercaderes , quepregonaban las excelencias de sus artículos.

Page 81: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

UNA CONVERSACI! N

EN esto Lope y Mencía oyeron pasos en la é scalera , segu idos de algunos francos golpes a lapuerta .

—Debe ser Gaetano— duo Mencía .

Y fué a abrir .Un joven como de la edad de Lope

,alto , ru

b io , hermoso , entró r iendo al taller .

¡Lopemío !— exclamó con i nflexión ital iana ,pero con articulación correctísima ¿Cómoestáis?Y le besó en ambas mej i llas . Luego , con un

movimien to de co rtesía lleno de dist inc ión , quecontrastaba acaso con la hum i ldad de su traje ,besó la larga , la afilada y pál ida mano de Mencía .

Era Gaetano mozo muy regocijado y de mu

841

Page 83: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

travagan _

te condición , y que , tras enojarse con elcab i ldo de la catedral , no es bastante cortesanopara contentar s iempre al Rey nuestro señor?— No es muy blando de carácter mi maestro ;

altivo se muestra s iempre en demasía , y le heoído afi rmar en muchas o casiones que no hayprecio para pagar sus cuadros , y que a él losducados que gana , que son tantos , nad ie se losescat ima , porque todos los grandes saben lo quevale . Pero alt ivo era tamb ién su maestro T iziano , al cual los prop ios reyes , como Franciscopedían c on cierta hum i ldad que les h ici ese suretrato , y que fué honrado por el emperador

Carlos V , señor del mundo , como lo ha s ido porsu h ij o el rey don Fel ipe . Id al A lcázar de Madrid, i d al Escor ial y veré is en qué aprecio setienen sus l ienzos . La mayor parte de el los fuémandada hacer por el Emperado r y por el Rey

con verdadero encarecim iento . Y a te que razónhan tenido en ufanarse de sus cuadros . Pues ,

¿quién hubiera p intado como él a la hermosaemperatriz doña Isabel de Portugal? ¿Quién hubiera hecho con más r iqueza y hermosura decolor, con más brío , el retrato ecuestre del Em

perador cuando su v icto ria en M iihlberg? ¿Quiénle habría superado en la verdad de los retratosdel Emperador y del Rey , en que el pr imeroacaricia un mastin y el segundo muestra todoslos caracteres de su temperamento ; y quién hu

86

Page 84: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

biera ej ecutado con más admirab le suavidad elli enzo de Venus y Adon is , hecho espec ialmen tepara el rey don Fel ipe y cuya contemplaciónsuele poner una son r isa en esa faz que casi nunca se i lumina?Gaetano se enardecía más ymás, advirtiendo

el grado con que Lope y Menc ía le escuchaban .

—Sabed— agregó —que un prínc ipe tan artista y tan opulento como A lfonso de Este no hál laba en su corte manera d igna de agasajar a !T iz iano , y sabed asim ismo q ue el gran pon tíficeLeón X l e amó y adm iró al par de Buonarotti yde Rafael ! Y pensar que su pr imer maestro ,Bell i n i

,l e pred ijo que no seria jamás sino un

embadurnador cualquiera ! ¡Si él y Giorg ione ,que lo envidiaban , le hubiesen v isto después ,venerado por el mundo , glorifi cado por todoslos grandes de la tierra ! ¡La gloria l— exclamóGaetano a manera de sín tes is— ¡qué bella esla gloria ! ¿Cuándo la alcanzaremos nosotros ,Lope? … Porque yo creo en ella y la aguardoY vos , Mencía , ¿creéis en la gloria?—¿Cómo no he de creer en la glor ia , si l l evo

el paraíso en e l corazón ? — respondió Mencíamirando tiernamente a Lope .

— B ien decís , Mencía; el amor , un amor comoel vuestro , es la glor ia más real y más pura . Aca

so la prefiera a la de m i maestro el encuyo triunfo c reo ciegamente .

87

Page 85: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

Decid , Gaetano— insinuó Lope l leno de curiosidad ¿podríais vos proporcionarme unaoportun idad de conoce r al Greco?— Nadamás fáci l , am igomío , pues que l e veoa diario . Esta s iesta , a las dos , he de hablarle , yc iertamente podria is acompañarme . El os acogerá con extremada

,simpl ic idad . ¿Ad iv i náis

agregó el i tal iano después de una pausa— adón

de irá Domen ikos después , a las tres de la tardeprecisamen te, y por cierto en mi compañ ía?

No acierto

¡Pues a ver al Rey !—¿Ai Rey?

— Si, señor, al Rey. Su Majestad no p iensamás que en el o rnato de El Escorial . ¿Sabéisque ha hecho a mi maestro numerosos encar

gos , en tre el los el cuadro del mart irio de SanMaur icio y sus compañeros , que Su Majesta ddesea vivamente , y que ha de co locar en elMonasterio con todos los cuandoel Greco qu iera conclu irlo , que no sé cuándoserá? Su Majestad le ha enviado a recordardesde Madrid , en diversas o cas iones , este cuadro ; ahora que está en To ledo ,

l e ha hechollamar para hablarle de el lo y quizás de otrostrabajos .

—Decid , Gaetano , pues que vos i réis con el

maestro al A lcázar, qué , ¿no me seria dado amitambién ver al Rey? No l e

88

Page 86: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

¡No l e conocéis ! ¡Per Baco! Y le habé is visto tan tas vecesLope exper imen tó de nuevo la penosa confu

sión,el angust ioso extravío que a veces le inva

d ian el alma duran te aquella visión de otrospero reportándose l uego , respondió :

—Le he visto siempre de lejos , l e he disti ngu ido apenas . En Madrid , cuando he encontradosu coche , las —cortin i l las estaban echadas .

—Sin embargo— intervi no Mencía— me contaste , Lope , que siendo n iño , allá por el año de1560 , as ististe en To ledo a la jura de! príncipedon Carlos , que con muchísima pompa celebróse en la catedral .— C laro— respond ió Lope cada vez más con

fuso pero hace tantos ¿Es cierto— s igu ió diciendo para dis imular su turbación— loque cuentan de ! Rey?

—¡Tanto cuentan l— interrumpió Gaetano

Referid vos, Lope , lo que sepá is .

Cuentan— empezó éste— que a pesar de loque se dice en con tra , corteja mucho a las mujeres , y que frecuentemen te se so laza en su compañ ia ; cuentan que en Madrid , por las noches ,recorre enmascarado las calles de la vil la

,no

con án i mo pecam inoso,como lo hacía don Car

los , su h ijo , quien paseaba disfrazado por lospeores lugares , si no más bien para investigarmuchas cosas que de» o tra suerte no conocería ;

89

Page 87: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

cuentan que no es tan enérgico como se afirmaque personalmente ser ía incapaz de negar nada

,

y que por eso gusta de dar sus órdenes a ciertad istancia ; cuentan que es tan orgulloso , que jámás sigue -un consejo , a menos que no se le déind irectamen te y él lo escuche como a furto detodos . Cuentan (y en esto no haymal , sino b ien)que a sus solas compone versos y tañe la vihuela , y aun se rep ite una glosa suya que dice

Conten tamiento, ¿do estásque no t e tiene ninguno?

Cuentan (y en esto si hay !mal) , que es disimu lado y rencoroso , y que harto lo probó conlos rigo res de que dió muestra con el dicho principe don Carlos ,más inadvert ido que perverso , ycon sus crueldades en los Paises Bajos (dondehan acabado por llamarle a e! demon io de ! Me

Cuentan , aunque no lo creen sino losmaldic ientes, que alguna parte tuvo en la muerte de su hermano don Juan , cuya gloria y cuyasasp irac iones nunca vió con buenos ojos . Cuentan que

—¿Y cómo no cuentan in terrump ió con

c ierto asomo de en fado Menc ía— que es muysab io , generoso y desprendido , como lo pruebanlas fundac iones de ! A rch ivo de S imancas, de ElEscorial , de la Universidad y colegios de Douai

90

Page 88: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

en F landes y de las escuelas de Lovaina , de quehe oido hablar mucho y con harto elog io a lospadres del convento? ¿Cómo no cuentan quees muy devoto del Santísimo Sacramento , quees muy sobrio , que habla poco , que t iene granpaciencia , aun cuando le molestan de sobra ;que trabaja más que su salud lo permite , que esharto capaz para cualquier negocio , que gustade la soledad

,y se santifica en el la, que , po

seyéndolo todo , de todo se muestra desasido ,hallando paz su espíritu en esta dejación de lascosas perecederas ; que ama las artes , especialmente la arquitectura , y no cree que ej ercerlas es propio de vi llanos , como lo p iensanmuchos señores , tan ignorantes que firman conuna cruz y que no saben más que la cienciadel b lasón y la de las armas? ¿Cómo no dicenque es bondadoso y afable con los humildes ,s i duro y altivo con los grandes , y que , porú ltimo , s i es cierto que se le ve tan tacitu rnoy apartado , fuerza es pensar que l leva en elcorazón profundísima herida : la que le h izocon su muerte su primera mujer

,doña María

de Portugal , que de Dios haya , de la que enviudó tan temprano , y que fué el ún ico amor desu— Y habrá que decir también en su abono

exclamó Gaetano en primer lugar , que ama yadmira a Tiziano Vecel li , el más grande de los

91

Page 89: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

p intores ; en segundo lugar , que ha encomendado muchos cuadros al Greco , el más i lustre delos maestros que hay ahora en España , y en tercero , que ha pro teg ido el est i lo de ! c inquecen to ,

ese est i lo frio,adusto , pero noble y majestuoso

por sus p roporc iones , creado por Juan de Het refa , y que con mucho acierto sust ituye a la

prodigal idad de detalles ornamentales del Renac imiento español , y , sobre todo , a ese plateresco de Egas , Badajoz y Val lejo , que no me seduce , por cierto .

— Por todas estas cosas y por otras muchasd ijo Lope , a manera de conclusión— quisieraver al rey don Felipe II.

—¡Y v ive Cr isto que , o poco he de valer yo

en el án imo de m i maestro Theotokopu ios, oesta m isma tarde , a las tres , i ré is con nosotrosal A lcázar !

—¡Me lo prometers?Os lo prometo . Antes de las dos vendré a

buscaros .Y dicho esto , Gaetano se desp idió grac iosa

men te,y alegre y ág i l bajó los escalones de dos

en dos.

Page 91: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

dibujos , entre el los algunos del Tiziano ; bronces y mármoles mu ti lados , de Grec ia y Roma ;var ios pa isajes del Archip iélago , especialmentede la isla de Candia ; cop ias en yeso de monumen tos ant iguos

,entre ellas una adm i rab le re

ducc ión de la Acrópolis ; medal las , maderas talladas, etc .

El Greco y un caballero , principal a juzgar

por el ac ica lamiento y belleza del traj e , dabanfin a suculen ta comida , que cuatro músicos amenizaban , desde un ángulo de la vasta pieza , tañendo b ien acordados instrumentos .Era el p i ntor muy joven aún : de treinta y dos

a tre i nta y cinco años representaba apenas , noobstan te los asomos de calvic ie , que habían despoblado ya y ensanchado su frente . Llevaba la

barba no muy espesa y terminada en pun ta , lacual alargaba aún más su rostro , ya largo desuyo . Su nariz era de aguileño corte , aunquequizá un poco grande ; sus ojos no muy bril lantes n i expresivos , y sus orejas algo despropor

c ionadas .

Hablaba en ital iano a su amigo , con voz aspera

,y parecía referirle con animación una his

toria .

En el mismo idioma saludóle Gaetano , añadiendo algunas palabras l isonjeras para presentarle a Lope , quien , un poco intimidado , se manten ía a cierta distanc ia .

94

Page 92: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

- Sentáos, don Lope— duo sin ceremonia al

guna el Greco , en el peor español del mundo ycon el más detestable de los acen tos Y , señalando al caballero que con él comia , el cual t e

presentaba poco más o menos su edad , y quecon una s imple inclinación de cabeza había res

pondido al saludo de Lope y de Gaetano , agre

gó , dirig iéndose al primero— Mirad bien a este caballero y decid si os

p lace su retrato Y le indicaba en caballetecercano un l ienzo

,empezado

,como los otros ,

numerosos,que se veían por todas partes .

En él , el caballero aparecía de p ie y de frente ,con la mano izqu ierda , larga y espatu lada , apo

yándose sobre el pecho , separados el pulgar , elíndice y el dedo meñ ique , y un idos los otros dosen esa elegante disposición tan cara a los viejosmaestros . La barba

,negra y puntiaguda tam

bién , caía con cierta austeridad sobre su golablanca , y sus ojos tranqui lo s parecian ver, sinmirar , un punto lejano . A l lado izqu ierdo , abocetado aún , se perc ibía el puño de su acero .

— Admirable es el l ienzo— exclamó sinceramente Lope .

—¿Os gusta , eh? Pues a vos también he de

retrataros un día— respondió,visib lemente com

placido , el p into r.—¿Sabéis , Gaetano , que vuestro amigo tiene

una fisonomía interesante? — agregó M i maes

95

Page 93: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

tro ; el gran Tiz iano , afi rmaba que no se debenretratar sino aquel los fostros en los que la natut aleza ha impreso un espec ial carácter . No eraél , c iertamen te , un retrat ista complaciente , y aunlos príncipes hubieron de ins isti r para que losp in tase .

La acog ida un poco brusca , pero llana y cordial del joven maestro , hab ía qu itado a Lopehasta la ú ltima br izna de su tim idez característica en su nuevo estado .

Era grande su adm iración por el Greco , quesi no gozaba aún de la notor iedad que le d ierondespués en To ledo (qu izá más que sus am igos ,sus Oposito res , d ispuestos s iempre a hab lar desu extravagante condic ión y man era) , empezabaya , sin embargo , a retratar a muchos h idalgos deCasti l la , impr im iendo en todos estos trabajos suimborrable sel lo ; y la idea de que él tamb iénmerecería ser pintado por aquella mano maestra ,l e l lenó de alegría .

La conversación se generalizó a poco y sevolvió an imada .

Theotokopulos habló de Ital ia ; de su llegadaa Toledo ; de la impresión que esta ciudad adm i rable h izo en él ; de cómo la había p intadoy cómo la p i ntaria aún muchas veces ; de sus desacuerdos con el Cab i ldo de la Catedral , quedespués de una tasac ión in j usta , sólo l e dió poruno de sus cuadrosmás trabajados < tres mi ! e

96

Page 94: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

qu i n ientos reales » ; de ! Rey , que no entendia n igustaba sino a med ias su arte , y que frecuentemente hacía que le fueran a la mano en sus cua

dros, cosa que a él le ir ritaba más allá de todaponderación ; y , por último , de un gran l ienzo ,que le hab ían encargado para la iglesia de SantoTomás

,esa vieja mezquita renovada en el si

glo x1v por el Conde de O rgaz , y cuya graciosay elegante torre mudéjar era la que más en To

ledo le gustaba .

—¿Y qué cuadro será ése , maestro? pre

gunto Lope .

Será— respondió Domenikos el entier rode dicho Conde de O rgaz , que murió en 1323 , yen el cual ha de verse la aparición de San Esteban y San Agustin . Magna obra ha de ser , loaseguro , de una ordenación y composición muylabor iosas . Toledo entera aparecerá en el l ienzo ,

asen tada en su trono de p iedra , y haré de cadauno de los personajes que figuren en el cuadroun verdadero retrato .

Vos— añadió dirigiéndose al caballero sucomensal— por de contado que figuraréis a l l í .Afortunadamente sigu ió diciendo co n ironia— este cuadro no es para el rey don Felipe ,y así no le pondrá peros .

— A p ropósito , maestro— ins inuó GaetanoLope desearía acompañaros a ver a ! Rey, que tanpronto os recibirá .¿Permit iréísque vaya conm igo?

97

TOMO XIII

Page 95: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Vaya en buena hora … —respondió el Greco s i asi le acomoda , que como en la antecámara real no pongan reparos , yo no he deponerlos.

Page 96: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

EL REY DON FELIPE

EL Greco y sus dos acompañantes vieronabrirse por fi n una mampara , y fueron introduciclos, de la an tecámara donde esperaban hacíaalgunos minutos, y en la que había varios lujosos guardias de la Borgoñona y la A lemana , conalgunos monteros de Espinosa , a una espaciosacuadra tapizada toda el la de maravi l losos tap ices de Flandes , y en la cual estaba el Rey, dep ie , al lado de ancha mesa que ostentaba grancub ierta de terciopelo con flecos y motas deoro , de las que por aquel t iempo se tej ian y bordaban en Nápoles , y sobre la cual se veíanmuchos papeles en legajos o sueltos , un bello trozode onix verde de la Puebla de los Angeles , se

mejante a los que se empleaban en algunas or99

Page 97: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d 0 N

namentaciones de la iglesia de El Escor ial,y un

gran Cristo de marfil .Detrás del rey hab ía un sil lón , en cuyo res

paldo , entre rojos arabescos , se destacaba e láguila imperial .Vestía don Felipe de negro

,muy elegante

,

mente , pero sin bordado alguno de oro o platan i más joya que el Toisón pendiendo en la mitad del pecho de un col lar esmaltado de oro ,

hecho de dobles eslabones unidos a pedernal es , con la divisa : Anteferi t quamflamma micet .Era esta ins ignia , en efecto , la preferida de l Rey .

Antes de él pertenecia el derecho de conferirla d ign idad correspondien te al Capítulo de laOrden ; pero don Felipe ab rogóse el poder deconcederla según su real beneplácito , abol iendo ,

por tanto , el articulo de los estatutos que habialimitado s iempre el número de los caballeros .Era

,según pudo ver Lope , de estatura media

na,esbelto aun a pesar de la edad , blanco y ru

b io . Llevaba recortada a la flamenca la barba ,en la que con el oro radiaban ya algunas hebrasde plata .

Su mirada, clara y profundamente tranqui la ,

no tenía expresión alguna .

Avanzaron los tres uno tras de otro , siendoLope el ú lt imo , e hincada la rodil la besaron la

real mano , cubierta por guante de ámbar , y quedaron después respetuosa distancia.

100

Page 99: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

— Antes lo hubiera ,“

hecho de tener lo necesario . Juan de Herrera os habrá dicho , señor …

—Si, que os faltaban dineros y colores; detodo se os proveerá . Asi lo he ordenado . Elmismo Juan de Herrera , cuando vayáis a Madrid, os dará nuevos encargos .

Todos los que Vuestra Maj estad me haga

por su conducto serán ej ecutados con celo .

Hombre esJuan de Herrera que sabe hacerse entender

,y a quien yo tengo en gran estima .

— Gentilhor_

nbre de prendas es— d ijo e l Reytan sabio como modesto y labor ioso . Y estosjóvenes— añadió don Fel ipe volviéndose afablemente hacia Gaetano y Lope ¿son vuestrosdiscípulos?

—El uno , señor, lo es. Conmigo vino de Ital ia— respond ió el Greco señalando a Gaetanoel otro es platero de oficio , y hame dicho quetrabaja una custod ia para una iglesia de To ledo .

— Noble arte es el vuestro— dijo el monarcaa Lope— y en él tenéis predecesores i lustres .

¿Conocé is las custodias de Enrique A rfe? Elemperador, mi señor y padre , tenialo en muchaest ima .

Lope quiso responder ; pero en aquel momento luchaban en su espí ritu sensaciones y sentimientos muy encontrados . De! fondo de su sersubía algo como la convicción ínt ima de su personalidad anterior al sueño ; también él era Rey,

102

Page 100: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

Rey descend iente de este monarca pál ido,mi

nuc ioso , devoto , d ispl icente , mesurado y fr ío ,cuya h istoria leyera tanto

,y un choque de per

sona lidades, de recuerdos confusos lo turbaba .

No pudo hablar . El Rey, más afab le aún , creyéndole intim idado , l e dijo

¡Sosegáos, sosegáos!

Y vo lviéndose al Greco

¿Habéis visto ú ltimamente El Escorial?Lo he visto

,señor; notable es su severidad ,

asi como la gallardía y hermosura de su igles iaHerrera in terpreta con suma pureza e ! Renacim iento . Es un artista sereno , senci l lo y grande ,y El Escorial d igna obra suya y vuestra, señor .

Pláceme lo que me decís, Domen ikos Theotokopulos. B ien sabéis qi l e yo he querido ed iticar un palacio para Dios … ¡y una choza parami!— añad ió son r iendo levemente , tras de lo cuallos tres besaron la mano que el monarca les tendía , dando por terminada la audiencia .

103

Page 101: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

MIRANDO CAER LA TARDE

GAETANO acompañó a Lope hasta el portal desu casa , después de haber dejado los dos a Domenikos en la suya , y allí se despidieron losamigos , aquél , s iempre v ivo y alegre , éste unpoco impres ionado y confuso todavia .

Cuando Lope subió a su bohardilla , Mencíat rabajaba aún en su bas t idor . Por la ventanaab ierta entraba la viva luz de una tarde est ival .La incomparable criatura dejó su labor y fué

al encuen tro de su mar ido , r iente y amorosa.—La tarde no puede ser más bella— dijo

¿I remos a pasear?— Iremos— respond ió encantado el orfebre ; y

calándose el modesto bonete de fieltro gris conpluma negra , mientras ella se ponía el manto ,

104

Page 103: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

con sorna el otro , que era un sesentón magro ,barb icerrado , sucio y amari l lo ¡si habrá pensado que mi pecho es tan blando como la cerade sus cirios ! Vué lvase a la taberna a rascar lavihuela con la gente ruin y de poco precio aquien d iv ierte, o vive Cr isto que quedará másmolido que a lheña .

Lope y Mencía lograron,al fin , abr irse paso a

través de los curiosos , y s igu ieron su camino .

Entraron bajo el A rco de la Sangre , que po runa escalinata los llevó , pasando por el Paradordel Sevi llano, a Santa Cruz . El admi rable ed itic io , con su hermosa portada , su noble vestíbuloy su iglesia , detúvo les algunos minutos en sutranquilo y contemplativo vagar . Fueron despuéshasta la plaza del A lcázar, el cual se erguia severo y tr iste en la paz de la tarde asoleada , y encuyas escaleras el César Carlos (que había mandado reedificarlo en los comienzos del s iglo XVI) ,según sus prop ias palabras, se sentia emperador .

En el gran patio , rodeado de su doble columnata cori ntia

,advirtieron gran bull icio de pajes ,

escuderos y soldados , y en la plaza , y en el espacio comprendido entre el edificio y Santiago

de los Caballeros , vieron mucha gen te baldiaque aguardaba la sal ida de a lgún personaje pa

latino, divirtiéndose con el traj ín y balumba de

servidores y mil itares .

106

Page 104: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C º m p l e t a s

Fueron después hasta la puerta de A l cántara ,pasaron el puente , donde se detuvieron un punto , pensativos, viendo correr la turb ia l infa del

Tajo , y ascendieron suavemente por la colina enque se asentaba , hosco y sombrío , el Casti llo deSan Servando .

A l l i , sobre unas motas de césped , sentáronsea la sombra de los altos muros .La gran Toledo extendiase frente a el los con

toda su majestad imperial , radiando al sol la cruda viveza de sus varios colores , recortando enel divino azul su orgullosa silueta a lmenada yerizada de torres

,entre las cuales se definía ,

precisa y soberbia , la mole del A lcázar .San Servando , acariciado por el sol , era impo

nente sobre toda ponderación . De]carácter guerrero relig ioso que desde la reconquista de Toledo por A lfonso V I , en 1085 , hab ía adqui ridola fortaleza , y que hab ía mostrado por espaciode algunos siglos , hasta princip ios del décimocuarto , en que los templarios la abandonaron ,apenas s i quedaban vest igios . E l castillo restanrado en la época de las terrib les luchas entreDon Pedro I y Don Enrique de Trastamara , ahora estaba de nuevo en ruinas, pero mostrandoaún cierta dignidadmedioeval en sus to rres imperiosas .

Lope y Mencía contemplaron algunos instantes los descalabrados muros , y volvieron luego

107

Page 105: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

los ojos hac ia la hermosa perspect iva cercana .

A sus p ies co rría e l Ta jo'en su lecho de ro

cas , ciñendo cas i por completo con sus brazosflu idos a la c iudad , como a una amada . Másallá , al o tro lado del arrabal de Antequeruela , sead ivinaba la Vega apac ible y flor ida .

El cielo era de una incontaminada pureza .

Una suave frescura primaveral l legaba de loscampos , de las peñas , del rio .

Menc ía apoyó su cabeza en el hombro deLope . Pasóle éste el brazo por el talle

,y enamo

rados , mudos , fel ices, quedáronse contemplando el claro cristal de la tarde , la mansedumbremelancól ica del paisaj e

,y escuchando el vago y

complejo rumor que venia de Toledo , un rumorque parecía hecho de las voces de los vivos yde las voces de los muertos ; de los carpetanosque fundaron la ciudad ; de los romanos que la

"

conquistaron ; de los v isigodos que en el la seconv i rt ieron a Cr isto ; de los moros que la habitaron cuatro s iglos y la h icieron próspera ; de loscastellanos que traj eron a el la su fe aco razadade acero ; la voz de los padres an tiguos que all ícelebraban sus conc i l ios y de los cardenalesopulentos que se llamaban los Mendoza

,los

Tenorio , los Fonseca , los e enes, los Tavera ,y que hic ieron de aquellos peñascos d iademados de almenas un imperio de arte y de pensamiento .

108

Page 107: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

preguntó de pronto con indecible ímpetu , atrayendo su cabecita obscura , y buscando ávidamente el regalo de sus labios .—¡Siempre !— respondió con simplic idad la

voz de plata ¡Siempre !

110

Page 108: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

¡NO TE DUERMAS!

EMPEZABA a obscurecer, envaguecianse ya losperfi les ásperos de las mural las y las rocas , y algunas estrel las pun teaban el profundo azul .Lope y Menc ía levantáronse s i lenciosamente

y,cogidos del brazo , echaron a andar hacia la

ciudad , donde , en el laberinto de cal lej uelas , parecia enredarse ya , como una víbora negra , lanoche .Aqu í y al l í las estrechas y escasas ventanas se

encendían ; comenzaba a l lamear el pál ido aceite de las lámparas , que ardían en innumerablesn ichos y hornacinas ante los Cristos, las vi rgenes y los santos . A veces tropezaban con tal ocual l itera p recedida de pajes con bachones , queluego se perdía fantásticamente en e l dec l ive de

111

Page 109: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d 0 N e

un callejón . Tras las ventanas , sól idamente enrejadas, se adivinaban siluetas de mujeres pen

Lope y Mencía caminaban lentamente.Una gran tristeza caía sobre el a lma de él , y

un presen tim iento poderoso deciale que el latamb ién estaba triste .

Tr istes los dos : ¿por qué?Ella lo sintetizó más tarde en estas solas pa

lab . as : < ¡Tengo m iedo de que duermas ! »

¡Ah, si; él también ten ía miedo de eso … !

A medida que l legaban las sombras, parecialeque todo : la c iudad , las gentes , su Menc ía misma , ten ían menos ¡S i i ría el sueño adiso lver aquello como a vano fantasma!

¡S i estaria aquello hecho de la misma sustancia de su ensueño !

¡S i al dormir perderia a su amada ! ¡Qué desconsuelo , qué miedo , qué angust ia !A ! fin sub ieron la emp inada escalera, y ya en

su bohardil la encendieron un velón . A su débi lluz la custod ia llameó vivamente . A l l í estaba

,

enjoyada de amatista y de topacios .Su arqui tectura de oro y plata se erguia mis

teriosa y santa … Representaba a la celeste S ión ,

¿ donde no hay muerte , n i l lanto , n i clamo r , n iangustia , n i dolor , n i culpa ; donde es saciado e lhambr iento , refr igerado el sediento y se cumpletodo deseo ; la ciudad mística de Jerusalén , que

112

Page 111: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a dí

a

los hál itos pr imaverales y la luz de las estrel las .

Toledo empezaba a dormir ; ibanse apagando todos aquellos rumores , de los que Lope habíacreído discermr la voz de los vivos , mezcladacon la voz de los Amaba con todaslas fuerzas de su corazón , era amado serenamen te por aquella santa y luminosa

¡Qué intima sensac ión de seguridad y de paz 10

¡Qué bueno era apoyar su cabeza entorpecida en la blanda y palp i tan te almohada deaquellos senos y …

¡No , no !— exclamó Mencía , como si hubiese seguido los pensamientos de Lope ¡No teduermas ! ¡No te duermas ! ¡Lopemio , por Dios,no te duermas !Lope hizo un esfuerzo y abrió, aterrorizado ,

cuan grandes eran , los ojos , que comenzaban acerrarse .—¿Por qué , amormio , por inte rrogó .

—¡Porque me perderás , porque al

ya no habrás de encon trarme !—¿Cómo? ¿Qué dices? ¡Luego tú no existes ,

luego esos ojos y esa boca , y esos cabellos y eseno son más que un sueño !

—¡No son más que un sueñol— repitió Men

c ía fúnebremente .

—Pero , entonces— insinuó Lope con espanto tú no vives; tú , Menc ía , la esposa de micorazón , la elegida de mi alma, la única a quien

t u

Page 112: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

siento que he"

amado … desde hace mucho ; mucho ,

“ desde todos los siglos ! ¿no erasmás queuna sombra?

-

¡Más que una sombral— rep itió fúnebremente la voz de plata .

Lope hizo"

un desesperado esfuerzo para contrarrestar el entorpecimiento implacable que vol

vía de plomo sus párpados , y manten ien do losojos b ien abiertos y opr imiendo con fuerza entre sus brazos a aquella amada de m ister io , em

pezó a besarla desesperadamente , y entre besosy lágrimas dec ia le'

—¡No te has de i r , no ! ¡No he de perderte ! , ¡se

ñora m ía ! , ¡dueñamia, amadamia ! , ¡no te has dei r ! ¡No he de cerrar los ojos,

_

no he de sucumbi ral ¡No te arrancarán de mis brazos, n i

te devorarán las ti n ieblas ! ¡Habré de amartedespierto , en un s in en un …

perenne a !Y ella

,con una voz a cada instantemás vaga ,

como si vin iera de más lejos , repe tí a moviendotristemente la cabeza :

—No duermas , no no…

mas.

¡Y los ojos de Lope se cerraban dulcemente ,dulcemente ; las formas de Mencía ibanse desva

neciendo , desvaneciendo , desvaneciendo !

115

Page 113: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

su MA1158TAD DESPIERTA

CUANDO Su Majestad despertó era ya muy tarde. La viva hebra vertical que fingia como unasoldadura de luz entre las dos maderas de laventana, de aquella ventana de siempre , decíaasaz la hora a la hab itual pericia de sus ojos , tanhechos a contemplarla .

Una angustia inmensa pesaba sobre el espir itudel Monarca . De sus apagadas pupilas hab íanrodado en sueños lágrimas que humedecían aúnla blancura de su barba .

A largó la flaca diestra hacia el timbre eléctricoy lo oprimió con fuerza .

Aún no se extingu ía la trémula vibración a lolejos

,cuando una puerta se entreabrió discreta

116

Page 115: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

sobre su hombro la cabeza de su hermano , ydejábalo al iviar una pena , al parecer tan honda ,y que ella no podía adivinar ; hasta que Su Ma

jestad, desatando el afectuoso nudo , ind icó a ladama un divancito rosa que se escondía en . la

penumbra de lejano rincón , y alli, sentado cercade ella , l e refirió melancól icamente la historia deLope y de Mencía .

_

—A nuestra edad , señor d ijo , cuando lahubo oído la princesa— son muy dolorosos eso sensueños " .

—¿Pero no pensáis , hermana, que doña Men

cía ha existido , que me que la qu iseen otro siglo , 0 cuando menos que amó a algunode mis abuelos y é lme legó misteriosa y ca lladamente, con su sangre , este amor y este recuerdo?

¡Quién sabel— respondió la dama agitandocon leve r itmo la pensativa cabeza ¡Quié nsabe ! Hay muchas cosas en los cielos ¡y en lat ierra que no comprende nuestra fi losofía ; peroen todo caso , señor , de eso hacemás de tres siglos

,y vuestra Mencía , de haber existi do , no es

ya sino un puñado de po lvo en la humedad de

una tumba lejana .

—Hermana mia , ¿no la veré , pues , nunca? ,¿Nunca más he de verla? Yo la amé , sin embar

Estoy loco , hermana m ia . ¡La amé y anhelo

118

Page 116: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

—¡Señor —rep licó la princesa con voz apaga

da so is Rey , Rey poderoso ; pero todo el poder de Vuestra Maj estad no basta para aprisionar una sombra n i para retener un ensueño !

119

Page 117: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 119: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 120: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

TODA la comedia 0 el drama de mi vida— no

sé aún lo que .es— depend ió -de una ceri lla y ,

de

un soplo .de viento , como dijo e l otro .

¿Acaso dependen de algo menos tenue lasgrandes catástrofes de la hi storia?Acababa yo de cump li r treinta años ; iba por

una cal le del barrio de Salamanca—¿ supongamosque por la de Ayala cogí un p iti l lo ; quise

,en

cenderlo con mi peut—_

étre; no hubo manera : saqué mi caja de ceril las , pues soy hombre preven ido . Pero un -sop

_

lo de viento apagó la .

primeraceri l la y creo que la segunda . Me meti en unportal de ci e rta casa lujosa , para lograrmi ,per:severante deseo . Encendí a l fi n el p iti l lo , peromi corazón se encendió al p ropio tiempo , : Baja

ba los escalones de la marmórea escalera LuisaNúnez , la que diez meses después e ra m i … espo

Page 121: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r v o

sa en el temp lo de la Concepción de la calle de

—¡Rl flechazo !

—¡Tú no sabes lo que eran los ojos de Lu isa !

Ni los de Pastora Imperio , n i los de la M iner

va del Vaticano pod ían comparárseles.

Habrás advertido el supremo encanto de unosojos claros, verdes o zarcos , especialmente , enun rostro moreno : encanto y m isterio .

Los de Lu isa eran zarcos. En su tez trigueña ,

de un tr igueño obscuro , evocaban reminiscencias de l ímpidas fuentes en la morena tierra .

Debo adverti r, para que no se culpe a otro queami de mi desgracia , que no uno , sino variosam igos oficiosos y buenos, desaprobaron m imatrimonio.

Conocían a Luisa y sabian que era una muje rfrívola, muy pagada de su hermosura : de su pelonegro y l uc iente (no temas : no incurri ré en la vul

garidad de decir que < como el ala delde su boca adm i rablemente dibujada (no recelesque te diga que pa recia < herida reciénde su cuel lo , digno de la Zulamita (lee lo que diceel Cantar de los Cantares) ; de la esbeltez , ensuma, de su cuerpo .

— Es incapaz de querer a nadie . No está enamoradamás que de la imagen que la devuelvesu espejo—me cuch icheó Anton io A révalo (quehabia sido su pretendiente) .

124

Page 123: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A'

m a d o

catorcedías y ve in titrés horas no hemos hechomás que sufri r .Luisa me arruinaba económica , fisica y moral

mente .

En mis desolaciones, yo sólo veía unremedio

posible am ismales : un hijo .

L a'materhidad suele transformar a la mujer

más casqu ivana . Se han visto casos de coavedoras santificar a unamujer? — dice Nietzsche Hazla un hij o .)Dos

'

años, empero , l levábamos ya de cadena ,exclamando quizá cada uno a sus solas lo quereza la célebre aguafuerte de Goya : ( ¡Quién nosdesatai » , cuando empecé a advert ir en Luisa signos inequ ívocos deque los dioses escuchabanm is súpl icas .

El doctor y ella con fi rmaron mis del iciosassospechas .

Como erauna mujer elegante y vanidosa , d iscurrio pasar los meses de buena esperanza enel campo .

Busqué una quinta rodeada de árboles , cercade una vieja ciudad castellana , y nos fuimos av iv ir al l í con nuestros criados demás confianza

,

un piano y algunas docenas de l ibros .

La soledad , el apartamiento , exasperaron losnervios de Luisa.Pero yo huía con mis libros alas hab ita ciones más apartadas del caserón y,contemplando a ratos el campo , y a ratos con

126

Page 124: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a f s C o m p l e t a s

m is autores favoritos , iba pasando el

Estaba visto que la mala Suerte (asi lo . creia

yo en m i ceguera) me había de segu i r a todoslos escondrijos . A pesar de nuestras precaucio

nes , el alumbramiento de Luisa fué inesperado .

El médico se hallaba en Valladol id , a cientos dekilómetros de nuestra quinta ; la comadrona estuvo en su cometido a la altura de un zapato ; yLuisa, a consecuencia de un descuido , tuvo unahemorragia tal, que por poco deja huérfana a lapobre n iña que vino a l mundo en circunstanciastan tr istes .Se salvó por m i lagro

,pero quedó en un esta

do de debil idad tan grande,que un mes después

apenas si pod ía penosamente andarVino la anemia cerebral con todos sus ho

'

rrores , y su memoria empezó a flaquear .O lvidaba con frecuencia los nombres de las

cosas , se extraviaba en el caserón , confundía alos criados . Un día desconoció a su prop ia h ija .

Pusiéronsela en el regazo,y quedósela m i rando

con perplej idad

Por fin l legó lo esperado con angustia : la ºamnesia completa .

E l alma de Lu isa,aquella alma fr ívola

, locuc

la,mariposeante, cruel a pero alma"alfin , naufragaba en el océano de la inconsciencia .

Cómo un telón" negro , la mano misteriósa delo i n visib le cub ría

'

el pasado .

127

Page 125: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o — N e r o

Detrás quedaba la identidad del yo , el h ilo deluz que ata los estados de conciencia

, los experimentos, las sensaciones de la vida anterior .Luisa Núñez ya no existia.Un fantasma— hermoso , de carnes del icadas

y t ib ias, pero fantasma nada más— continuaba lavida de aquel la mujer adorada .

Me fui con el la a Paris a buscar un especial ista famoso .

La examinó concienzudamente , y me dió unaconferencia sobre psicosis an tiguas y modernas

,

No creia que fuese hacedero en mucho tiem

po— eu años— que Luisa recobrase la memor ia

de su pasada existencia; pero , en cambio , era

posible reeducarla para la vida, como a una

n iña . Cabia enseñarla nociones s imples , darlalecciones de cosas , sin fat igar su cerebro ; seguircon ella en el campo , en un sitio sano y apartado , un procedimiento análogo al de los Ki ndergartens .

—Es— me d ijo el docto r, y me dió el porqué

con explicaciones técn icas que no acertaria arepetir n i viene al caso— es como si hubieravuelto a nacer.

>¿Há leido usted— prosigu ió con sonrisa am

b igua— lo que d icen las rel igiones indias y algu

nos de los griegos acerca de la palingenesia?>El alma, al encarnar, olvida toda su larga h is

toria anterior, que , según parece , no le serviría128

Page 127: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r v o

Las palabras de aquel sabiomédico—que porpura casual idad no era material ista—me seduj e

ron, y algunos dias después , con mi esposa ,mih ija y mis fieles criados , me instalaba en una hermosa quinta de San tander, desde la cual el pá

norama era adm i rabl e , como todos los panoramas de la Montaña.

Page 128: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

EN el fondo de mi alma habia , empero , ciertainquietud ante el fenómeno que se producía

,de

tan peregrina manera , en la vida del se rmás intimo y amado .

¿A l ternar ia con la nueva personal idad (nuevaen toda la extensión de la palabra) de mi e5posa , la personal idad ant igua , en i rrupciones ines

peradas e inquietantes?c Su memoria— me habia dicho el doctor

procederá como instinto , mientras no cure de laamnesia .

»

A ! curar , pues , Luisa volvería al escenario de

mi vida .

Quise saber a qué atenerme en todo , y puseme a leer revistas y l ibros adecuados que pudehallar a la mano .

En una revista cosmosófica , traduc ida por131

Page 129: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a!

d o N e

F . M hallé lo siguiente de Carlos Ramus : ( La

doble persona lidad es un estado que puede llevara los sujetos a abandonar su fam i lia y sutrabajo e i r a otra c iudad , tomar o tro nombre yotras ocupaciones . Sus maneras y sus háb itoscambian completamen te . Suelen reco rdar su estado norma l , pero cons iderándo lo con indife

rencia , como si se refi riera a un tercero . La duración de tales estados puede variar desde a lgunas horas hasta algunos años ; la vuelta al estadooriginal es hab i tualmente repent ina , y el h i lo desus recuerdos se reanuda en el pun to exacto enque se in terrumpió .

»

Recordé el clás ico caso , citado por Will iamJames

,de aquel yanqui que duran te semanas fué

otro hombre; lei lo que d ice R ibot; la teoria deBergson acerca de este pun to .

En una revista de var iedades encontré , guardándo lo cuidadosamen te , el párrafo que s igue

<UN FEN ! MENO EXTRAORDINARIO DE MULTIPLICIDAD.

»Uno de los fenómenos más extraord inariosque el mundo ha ofrec ido a los hombres deciencia, es el que ha s ido objeto de unminucioso estudio por parte del doctor A lberto W i lson ,en Inglaterra . Se trata de un ser humano que

132

Page 131: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o r

m isma <una cosa » , decia no tener boca, y llamaba blanco al color negro y rojo al verde . Un d íaque el doctor la pid ió que anduviese , repl icó :

¿qué es eso? , ¿qué sign ifica anda? »

Su tercera personal idad era idéntica a la de unan iña que empieza a leer y escr ibir; en este estado la agradaban mucho las tormentas , y , s iendode ordinario muy pacífica , en ocasiones mordíasus prop ias ropas , dici endo que un hombremalo se hab ía apoderado de el la .

>A lgún tiempo después , la infel iz quedó sorda y muda , no pudiendo o ir n i aun los ru idosmás fuertes, y hablando por señas con toda facil idad . Pronto se reveló en ella una quin ta personalidad. Cierto día empezó a hablar de nuevo ,diciendo que solamente tenía tres d ías de edad ;afi rmaba también que el fuego era negro , y , loque esmás notable , todas las palabras que pronunciaba las decía al revés , esto es , empezandopor la última letra sin equivocarse nunca . Pasadoalgún t iempo

,su intel igencia pareció entrar en

un periodo de normal idad , pero hubo que en

señarla a leer y escribi r. Negaba haber visto jámás al doctor W i lson , y en ocasiones perdiapor completo el uso de sus manos .

»Vino después una sépt ima personal idad ; lapobre muchacha se l lamaba a si misma Adj uice

Uneza , y olvidó todo lo que había ocurrido rec ientemente, incluso los detalles de la casa del

134

Page 132: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

doctor ; pero , en camb io , recordaba hechos acaec idos muchos años antes .

>Ultimamente , la muchacha ha quedado imbéc i l , y se ocupa en dibujar figuras incomprensibles y figurines como los de periód icos demodas, siendo de adverti r que n i en su estadonormal , n i en n inguna de las otras nueve persona lidades, ap rendió a dibujar n i demostró afic iones artist icas.»

En un l ib ro francés espec ial ista encontré asimismo las siguientes interesantes pág inas quetraduzco :

<E! a lma es una cosa compleja; su un idad noex i ste sino con relación al individuo que se reconoce en lo que é l l lama su ya . Pero el dominio ps íquico se compone de una multitud de pé

queñas almas , cuya masa es divisib le , y en lacual se manifiesta a veces cierto desorden .

»Un hombre puede ser visto bajo dos espectos muy diferentes ; un profesor de matemáticasduran te su clase no deja vermás que una partede si m ismo , y hasta él o lvida,momentáneamente , todo lo que se hal la fuera del grupo de susconocimientos especiales . Pero yo supongo que ,salido de su clase , es un buen músico ; La famil ia le verá conmás frecuencia bajo el aspecto

135

Page 133: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r v o

de un viol inista . Imaginad ahora que , a consecuencia de un accidente cualquiera , este hombrep ierda todo recuerdo de la mús ica . No quedaentonces más que el matemáti co . Le habláis desu viol ín y no os comprende . Nunca lo ha tocado . Pero , al cabo de algunos dias , la memoriadel músico reaparece y, en cambio , el grupo derecuerdos matemát icos se ha borrado . Tal es e !aspecto— no digo la expl icación sino el aspecto —bajo el cual puede presentarse c ierto fenómeno conoc ido con el nombre de d ivisión de lapersonal idad .

»Pero puede también acontecer esto : que serevele un estado sonambú l ico , durante el cual ,así como el actor representa un papel ,

º

el suj etoencarne el tipo del personaje que se le propone ,y lo haga a ped i r de boca . Sólo que esta representac ión no resiste a l examen , porque el suj etocontinúa en las generalidades , y sigue siendo ihcapaz de dar muestras de conoc imientos especiales . Pero surge un nuevo personaje , y este noconoce ya a n i nguna de las gentes que l e rodean . Se presenta con un nuevo estado civi l , ymuestra que posee ciertos conocimientos quen inguna h ipótesis permite atribuir a l sujeto sonambú lico , que aparece entonces como pose ído

por una influencia extraña . Es el fenómeno queha ofrecido frecuentemente la señora Piper enestado de trance, y a1cual la Sociedad de Inves

136

Page 135: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

'

.4' m a d o N e r v o

taron durante largos años . Casi a diar io la dominaba una cr isis , y aparec ía otra persona queignoraba la romanza que la primera cantabamomentos antes de la cris is , y que era incapaz decontinuar la labor de costura que traia entremanos. Era indispensable que su fami l ia la pus i ese de

"

nuevo al corriente de todo en su nuevoestado .

>Encontrándose en estado interesante , en susegunda personal idad , ignoraba absolutamenteeste detalle a l vo lver a la personal idad primera ;

>Félida II tenia un perr ito que queria mucho .

Fel ida I lo arrojaba de su lado como a un intruso .

A pesar de todas las apariencias de una posesión , se puede ver en estos fenómenos la alternab ilidad de una personal idad que , en cadauno de sus papeles , no abrazamás que un pér iodo de t iempo vivido por el sujeto . Por ejemplo : Fe l ida I I no conoce sino aquello que le hasobrevenido a part i r de una fecha determinada.

No trataremos de expl icar esta apariencia devida alterna : só lo queremos señalarla .

»Hay casos de d ivis iones múltiples , en loscuales el sujeto revive periodos de existenciapasada, y cada periodo trae consigo los estadosmorbosos correspond ientes . Se ve , po r ejemplo ,a un sujeto extremadamentemí0 pe y obl igado ausar gafas , que en uno de sus estados gozará de

138

Page 136: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

una vista excelente . En suma : cambio en el valor intelectual , cambio en lo f ís i co , cambio en lamemoria, comb io en la moralidad . Hay en esto ,verdaderamente , un misterio que la fi siología noexpl ica y que la psico logia está aún lejos de dilucidar. »

Y con tales lectu ras quedé más perplejo queantes , s in rumbo en ese ab ismo de lo fisio—psicológico i nexplicable , hasta que opté, al fin , porel sabio expediente de aceptar los hechos comovin iesen y dejarme guiar por ellos .

139

Page 137: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

Empecé por l lamar ami esposa Blanca , comopara hacer más real la i dea de su renacimiento .

Luisa , aquella Luisa coqueta y veleidosa,mal igna y vana , hab ía muerto .

De el la nacía Blanca (incip it vita nova) .

Y de que nac ía de veras , de que en el la hablacomo un ser nuevo , fué te

'

mprano testimon io sudulzura .

Era dulce como una ovejuela . Tim ida , medrosi lla , pueri lmente afectuosa .

Obedecia a la menor demis indicaciones consum isión conmovedora .

Yo,sin fatigar en lo más mín imo su cerebro

del icado , iba in ic iándo la blandamente en elaprendizaj e de la vida .

Teníamos un vasto jardín , que descendía

140

Page 139: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

'

A' m a d o N o r

dulcemente la cuestión y echando sus brazos am i cuello .

—¿Tenemos, pues, que ca sarnos como los

otros?—Naturalmente .

—¿Y serás dichosa?

Muy dichosa .

Desde aquel día la idea del matrimonio anclóen su espíritu. Sobre todo porque sus amiguitasle decían que iría al templo vestida de b lanco ycoronada de azahares; que en el altar arder íaninñnitos cirios, que sonaria el ó rgano , y queunos pequeñuelos, vestidos prec iosamente , larecibir ían regando flores a su paso .

—¿Es verdad todo esto? —me preguntaba .

— Verdad.

-

¿Y l levaré tamb ién zapatos blancos?—Naturalmente.

Los zapatos blancos la proporc ionaban , sobretodo , elmás aturdido regocijo .

Acabó por enamorarse de tal manera de suproyecto , que el médico temió una crisis s i nose real izaba .

Imag inamos una comedia en una igles ia carapesina

,de por all í cerca, al amanecer.

¿Pero querria el padre prestarse a la farsa?

Nos parecía imposible : le vimos , s in embargo ,e l médico y yo , y le explicamos el ca so .

Era un sacerdote v iejo , bonachón, ingenuo .

ILZ

Page 140: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

—Hay un medio—nos d ijo—s in necesidad de

recurrir a parodias i rrespetuosas ; que venga vestida de blanco al lado de usted ; que o iga una

m i sa en las gradas del altar, y después de la m isa

yo l es daré una simple bendición .

—¿Y los pajeci llos? ¿Y e l ó rgano?

— Eso puede arreglarse ; no son deta lles privativos del v ínculo .

Yo, entusiasmado , proced í a los preparativos,especialmente al principal de todos : e l traj e deboda .

Vino la modista; se d iscutieron telas y avi os,con j úbi lo enorme de Blanca .

Dos semanas después, el traj e estaba hecho—¿Y los zapat itos? — pregun taba el la conti

nuamente .Los zapatitos, de la más n ivea y fina piel ,

con lazos enflorecidos de azahar, l legaron a

su vez .

¡Qué mañana aquélla ! Aeabé por enamorarmede la s ituación , tan nueva , tan grac iosa , tan in

Iba a casarme con m i esposa , es decir , ibacasarme con el alma de mi esposa (po rque ¿noes también e l matr imonio la un ión de dos al

y aquella alma , tan blanda , tan tenue , taninfanti l (animula , blandula , era distinta

¡y tan distinta de la otra ! Y , sob re todo , ¡eramia !¡mia ! (complacíame en repet i r es ta ca denciosa

143

Page 141: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

palabra) porque la otra alma , la de <Luisa » , nome perteneció jamás .Con esta imaginación que yo tengo , con la

hermosura de mi novia en e ! tímido y temblorosoamanecer , con el olor del incienso , con lamús ica del ó rgano , acabé por posasionarme de ta lsuerte de mi papel , que fui el novio ideal , elnovio que , po r fin , real iza una esperada qu imera .

¡Hasta pensé que D ios creaba , con el barro dela otra, aquella novísima Eva para recompensarme en su bondad infinita de todas las amargurasde mi vida !

Blanca , radiante , como extática, oia la misa am i lado . De vez en cuando volvía ami su rostroayer aún pálido , hoy sonrosado , como si la déb i l l lamita de una nueva vida se encendiese allien el Me miraba con la clara mirada desus grandes ojos , l lenos de vaguedad (de unavaguedad que no ten ia la mirada dede sus ojos divinos que eran como dos coro lasde loto en el agua obscura de un lago , como dosurnas de ensueño .

Cuando el viejo sacerdote nos bend ijo , estre

mec ióse ella l igeramente , y una viva luz alumbrósu cara mo rena .

Parecía como s i su alma , a través de los velosy las brumas , rect ifi case su crueldad anterior , y

reencarnase con el tácito y misterioso designiode consagrarse ami para s iempre .

144

Page 143: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

la vida, los antiguos amºres se vuelven instintºs?Cºn frecuenc ia la fénia en sus brazos , la dormia en sus rºd i l las , la acariciaba .

Aquella mañana de muestras bºdas » , penséque su segundº besºdebia Ser para la n iña : paraCarmen .

Hícela , pues , venir; de los brazºs del ama pásó al regazº de Blanca

,que

,cºn la blandura y

el mimº de siempre , la acarició .

— Llámala : < ¡hijamia ! »— la d ij e .

Quedóse mirándome cºn nº sé qué vago estupºr, que al prontº me dió m iedº .

Mas luegº , sumisa , rep itió con una vºz melodiosa , pero lejana :

- <Hijamia »… y dió un largº besº a Carmen ,

que sonreía y alargaba sus manºs minúsculas ,acariciandº a su madre el rºstrº , cºn esa adorable torpeza de los n iños , cuyas a lmas intentanmanejar el mudº instrumentº de un cuerpo quese fºrma .

A medida que pasaban lºs dias , después delde muestra el carácter de Blanca se des

puerilizaba , vºlviéndºse de unamás dulce gravedad .

Resoiví que emprendiésemos un viaj e : nuestro < segundo » viaj e de nºvios ; y, pºr un refinamien to muy cºmprensible

,quise hacerlo con el

mismº it inerar io que el pr imerº : Paris , Suiza ,

146

Page 144: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

Dej é a Carmen en buenas manºs , y part í cºnBlanca , loca de cºntentº a la sºla ida de meterse en un tren .

—¿Estaremos mucho tiempº en el coche?

me preguntaba .

— Ya lº creº ; pºr lº menºs un día y buenapa rte de la nºche

,para i r a Madrid ; después ,

veintiséis horas en el sud- expreso , para i r a París, y luegº hºras y hºras para ir a Suiza, parabajar a Ital ia .

— Eso , esº quierº yº ; que estemºs muchºtiempo .

E l mundº no entraba aún— innecesario es dec irlo— en la h irviente zona de la delciclón .

El mundº estaba tºdavía en paz .

Las grandes metrópolis vivían , confiadas , suvida de negºciº , de placeres , de intelectual ilismº .

Par ís rebosaba en j úbi lo,en fi ebre , en luz , en

vi tal idad . E l cºrazón gigantescº del p laneta latia

cºn r itmº acelerado , perº isócronº , sin el menºrpresentimientº de la catástrºfe .

Triunfaba el tangº argentinº . En la AbbayeTheleme, Chez Pa i l lard , Chez Fisher, Chez Ma

xim , los buenºs lu ises de oro se prodigaban entre canciºnes de Mºntmartre,melodias lánguidasde viºl ines húngaros , rºces de seda s, chasquearde besºs.

147

Page 145: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a . d o N o r

Eran lºs t iempos en que el que firma esta ve

r idica historia escrib ía .

Se escuchan lejanas ºrquestasque t ienen nº sé qué virtud;el Bosque es un nidº de

¡Oh ,mi juventud!

Islotes de azu l claridad,cascada que en b lando fluirdespeña su diafan idad;

¡dicha de v ivir!

Mujeres que só lo se ven

aqu í , comº cisnes, pasar,y prometedoras de un b ien

¡que nº tiene par!

Prestigiº de flºres de l is,perfume de labiºs en flºr¡Paris, oh Paris, ºh Par is,

invencib le amºr!

Blanca nº recordó n i pºr un instante a la febri l capita l de las cap itales . Encontraba en todºel sabºr de lº n uevo . Se en tregaba a la alegríadel vivi r , cºmº una cºleg iala que acaba de dejar lºs tutelares murºs del Sagrado Cºrazón yempieza su etapa mundana.Tºdas las noches íbamos a un teatrº d istintº ;

mas yº ten ía cu idadº previamente de explicada ,cºn los detalles aprop iadºs , el argumento de las

148

Page 147: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Fué en Venecia , una tarde , al volver del Lido.en la Plaza de San Marcos

,entre las palºmas

famili ares .Blanca l levóse las manos a la frente y palide

c ió un pºquitº .

Condújela asustadº a un café cercanº de las

galerías, y pedí un cºrd ial .Me miraba sin hablar .—¿Qué te pasa? ¿Qué tienes? — preguntába la

yo con ansiosa insistencia .

—Nada— respond ió por fin , débi lmente ; unasensación muy extraña . Me ha parec ido , en unmomentº dadº , cºn claridad cºmº de relámpagº , muy penosa , que esta plaza la habia yº vistoya,Un pavor infin itº me paral izó pºr unos ins

tantes el cºrazón , y me pusº friº en lºs huesºs .Recºrdé mis diversas lecturas , y una frase cº

rrºbºradºra de el las , del sab iº especial istafrancés :

< La amnesia , vigorizando el organismo lentamen te

,suele curarse también lentamente .

»Los recuerdos , las imágenes , aislados y cºnfundidos al pr incip iº como las estampas revueltas de una h istºria , van cºn blandura o rdenandºse , hasta que empieza la vida an ter iº r a verseen fragmen tºs , y, pºr fin , en su integri dad .

» S i esta ºperac ión se efectuase súbitamente ,prºduciría un trastºrnº mental tan prºfundº , que

150

Page 148: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

podr ía sobrevenir la rºtura de un vaso y la ena

jenación i rremediable º la muerte ; pero si paulatinamente la memºria va atando su dispersºhaz, sólº prºduce trastºrnºs relativºs Sin embargº

— había añadido— pues"

que usted deseatoda la verdad , le diré que , aun asi, un ºrganis

mo débi l pocas veces sºbrevive a la recuperación total de sus recuerdºs . En el casº de la esposa de usted , nada qu ierº vat icinar . Sólº

afi rmaré que su j uventud es la mejor garant ía .

»

Nº una , varias veces , cºn disculpab le egois

mo , había yo sentidº el miedº , el pánicº aquélante la posibi l idad de que <Lu isá£recobrasesus pºtencias .

Era más que natural : la salud de <Luisa > sig

nificaría algº atroz, algº que cada vez me atre

vía menºs a cºnsiderar : significaría , senc illamente

, la muerte de Blanca .

Mi Blanca idolatrada, el ún icº ser que me'

ha

b ía amadº en la vida , se desvaneceria para siempre ; cºmo el más sut i l de los fantasmas , comº el

más incºnsistente de lºs sueñºs . Su muerte seríamás terrible que la muerte fis io lógica , puesque en ésta aún nos queda la esperanza , la fe enuna supervivencia que nos permita en ºtrºs pla

nºs de la Eterna Real idad encontrar a lºs que

Pero , curada Lu isa , ¿qué me quedaba deBlanca?

151

Page 149: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

d e N a r v a

Me quedaria algº peºr que un cadáver quese descompºne y , al fin , se reduce a un pºcº depolvº : me quedaría un cadáver vivien te , un serque tendr ía el aspecto

,el cuerpº , los gestos de

la otra , perº que sólº sería su triste caricatura .

La malignidad escondida en lºs repl iegues deaquel ser volver ía a surgir a flºr de alma . La

mujer perversa que , pºr mi b ien , parec ía habernaufragado para siempre en el vértice de la ln

consciencia , me seria restituida con toda su b ici,con todas sus espinas; y la ºtra , la dulce , labuena , a su vez, naufragaria, pero defin itivamente ; y de el la nº quedaría n i la sºmbra deuna sºmbra

Page 151: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r

m ismo espectáculo , sabiéndºse ant icipadamentelº que va a Que se puede tener

,en

una palabra , la nºción de un hechº como sucedido dos veces , º de uno que va a repetirse inmediatamente .

»

<Dickens cºntinúa Wilde describe estasensación cºmº muy general . Cºnºcemºs ,dice en David Copperfield, por experiencia ,el sentimiento que nos invade a veces de quecuantº estamºs diciendº º haciendº ha s idodicho o hechº anteriºrmente , hace largº tiempº ;que hemºs estado rºdeadºs de las mismas personas y de los mismos obj etos, en las mismas

que sabemos , en fin , perfectamente lo que se va a decir , cºmº si l º recordáramºs de repente .»Lºs franceses llaman fausse reconna issance a

esta sensación : más prºpio seria l lamarla , segúnel dºctºr Wilde , <dºble percepción » , en la cualel mismo acºntecimien tº pareceria haber ºcu

fr ido en dºs º más épºcas .Qué raro , ¿eh? — dijo ella pensativa .

Muy rarº y muy curiºso .

El dºctº r Wilde recuerda de un estudiante deMedic ina

,alumnº de la Salpetriére, quien , para

preparar su tesis sºbre el fenómenº referidº

(Parames is ou j ausse reconna issance) publicóen 1897 un cuestionariº de 36 art ículos , con elfin de saber en qué circunstancias fís i cas ymo

154

Page 152: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

rales y con ºcasión de qué accidentes las personas que le respond ieran habian experimentadoesa extraña impresión , en virtud de la cual e lm ismº hechº se les hab ía presentadº como pasado y presente al prºpiº tiempº , ten iendº ellasademás la clara visión de lº que iba a sucede r ,cºmo si lº recordaran de golpe (cita a Dickens .)En un del iciºsº l ibrº autºbiºgráficº que se

intitula Aguas abaj o, que el dºctor Wilde estáescrib iendº , dice que él mismo (en la nºvela é lse l lama Boris) era muy prºpensº a sent i r esaim presión .

(Cºn la explicación tan detallada del casº , yºpretendía que Blanca , demasiadº instru ida yapara cºmprenderlº , gracias ami, nº se preocupara más de él , sab iendº , sobre todº , que era

conºcidº y cºrr iente .)¿Y cómº lº sentía?—Pues , verás : re lata , por ej emplº , que en e l

cursº de sus viaj es llegó por primera vez a Nuremberg ; fué a ver un casiillo , y hallándºse enfrente de lºs arcºs de p iedra de la puerta y delfrºnt ispicio , dijº a su acºmpañante : <Yº he vistoantes estº ; adentro , en el patio , entre las columnas de una especie de claustrº , está sentada unavieja .

» Se abrió la puerta y , en efectº , habia unpatiº , un claustrº y una vieja sentada entre dºscºlumnas—¡Qué — exclamó Blanca , di

155

Page 153: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A nt a d o N o

vertida verdaderamente con mi narración , que ,sin embargº , en tratándºse de tales º cual es vºcablos, dejaba de entender .Hícela gracia de una explicación de mi dºctº

amigº Wilde , según el cual el hechº de la dºblevista anacrónica del mismº ºbjeto , en e l pasadºy en el presente , depende de ! pasaje al sensoriocºmún , pºr dºs vías d iferentes , de una mismapercepción , a lojándose primerº la que l legabaantes , transmitida directamente por el nerviº ópt icº , y después la que hub iera recºrridº viascombinadas : de esta suerte la primera seriamásan t igua cºn relación a la ºtra .

Pero si le referí , por curiºsº , lº que el mismodoctºr nºs recuerda de Dickens . En una de lasnovelas de éste , figura un vendedºr de baratijas ,que ejerc ía su cºmercio en la vía públi ca , jun tºa una casa grande y sºlemne . Nuestro hombre

,

a ! ver entrar en la casa y sal i r de ella constan temente a ciertos ind ividuos, dedujo que el lºs lahabitaban ; y , nº deteniéndºse en esto , les pusºnombres , los acomºdó en sus diversos departamentos y les atribuyó en su fecunda imaginac ióncostumbres determinadas .Un dia , pºr orden de la autºridad competen

te , entró en la vetusta mansión la j usticia , y trasel la el públ ico

,cºn el vendedºr alud idº a la ca

beza, el cual hubº de desmayarse al saber queel sujetº a quien é l por tantºs añºs había l lama

156

Page 155: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

venos dias apac ibles , radiosos , transcurrieron sin que el < fenómeno » vºlviera a prºduoirse; perº una tarde , en Roma , a la sazón quedesembocábamºs en la plaza de San Pedrº , antela Basíl ica y las impºnentes columnatas del Bernino ,

Blanca se repegó con t rami , y cºn un acentº de verdadera angustia y desºlación me dijº :

¡Pablº , yo ya he vistº esto , seguramentecºnñgº l

Y palidec ió hºrrib lemente .

—No , hijamía : te he explicadº de sobra enqué cons iste tu ilusión

Pab lo , nº es i lusión ; yo he vistº yo

he estadº aqu í .Y después de un mºmento de estupºr

¿Quién sºy yo , Pablº? Tengo mucho mie

¿Quién soy yº?

158

Page 156: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

Nº quise ya dar un paso más , y , desoladº ,hube de l levarla a nuestrº cºche, »

que nºs aguardaba cerca

,y regresé cºn el la a l hºtel .

Después de aquel relámpagº de lucidez , quedose atontec ida , muda , absorta y nº pronuncióuna palabramás.

Temblaba de fr io . Cºn ayuda de la dºncel lalametí en su cama, la arrºpé b ien , pedi un cºr

dial , que nº lºgró reanimarla , y me senté tristemente al ladº de su lechº , sumergido en tristesreflexiones .

¿Qué deb ía yº desear?En mi egºismo , casi me hub iera alegrado de

que aquellos cºmienzºs de lozania remitiesen , y,con la … deb il idad y la anterior languidez , mi B lanca siguiese existiendo y nº asºmara , entre relámpagos de horrible lucidez , la Luisa torturadºra , j untº a la cual mi vida hab ía sidº pasión

E l di lema era pavºrºso : º cºn la salud to rnaba c la ºtra » , o con la amnesia y la progresivalangu idez , mi Blanca i ría consumiéndºse.

¿Perº acasº nº era mejº r estº que su desvanec imientº irreme diable para ceder su puesto a

Luisa?A lº menos ahºra moría amándome , dejando

me elmás santo y perfumadº recuerdº , mientras que de la ºtra sue rte la substituiría lentamente la torva mujer que habia hecho m i desgrac ia

,

159

Page 157: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

y su pervers idad acabaria acasº por empañar lasubl ime imagen del

ángel que embelesabamisdías .Después de una hora larga de tºrtura interiº r

al bºrde del lecho en que Blanca dºrmía consueñº intranquilo , sacud ida de vez en cuandopºr l igerºs estremecimientºs nerviosºs , una dol iente y rendida res ignación fué i nvadiendomiespíritu.

En suma , E l sabe bien lº que hace : para acri

solarme qu iso que encºntrara y amara yo a Luisa ; pero comº hasta en lº que parece más inexorab le de sus decretºs hay (¡es Padre al fin ! )un fºndo de piedad , hablame ºtºrgadº , a ra íz deun accidente que parecia mºrtal de neces idad ,la merced incºmparable de una mujer angélica ,su rgida mi lagrosamente de la otra .

Así , el ser que más mal me habia hecho , haefame ahºra e l máximº bien . Las caricias que

la hosquedad de Lu isa me negara , B ianca melas rest i tuiaS i E l estimaba en su inexcrutable j usticia dis

tributiva, que mi paga habia sido por ahºra bastante y que era precisº ºfrecer nuevº tribu to aldolor, ¡que se cumpl iese su vºluntad divina !Deus dedit , deus

Y recºrdaba las admirables palabras de Epicteto

<En cualquier acc idente que te acaezca , nº

160

Page 159: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

DESPUES de una noche más tranqu i la , mimuj er dió signºs de despertar.El miedo me sobrecogió de nuevº . ¿Quién

iba a volver a la luz , Luisa 0 Blanca?Perº una blanda sºnrisa me tranqu i l izó : era

Blanca , s in duda , que , m imosa , enredaba susbrazos a mi cuello y me besaba , cºn aquel besºfervoroso de siempre .Ninguna huella quedaba en su rºstrº de la

cris is de la víspera .

Sus primeras palabras fuerºn afectuosas ydu lces , cºmº de costumbre .

Yº había ya tºmadº una resºluc ión : nº másItal ia . Nº vºlvería a ver con el la c iudad n i cºmarca n inguna que Lu isa y yo hub iésemºs vi stºjuntos . Embarcaríamºs en Nápºles con rumbo aBarcelona.

162

Page 160: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l o t - a s

A ! dia siguiente estábamos en el Hºtel deSanta Lucía de Nápoles .Recºrdé las horas pasadas en mi < primer via

j e de bºdas » pºr la bahia de ensueñº ; nuestrasexcurs iºnes a la gruta azul

,a a Pom

peya sºbre tºdº . Luisa me hab ía echado a pe rder mi éxtas is en las calles sol itarias de laciudad ún ica . Ni entendía nada de aquellº ,n i pºdía sentir la imperiºsa evocación del pa

sadº .

En vano me afanaba yº pºr reconstruirle lavida rºmana . Bostezaba , se impacientaba , y acabó pºr insisti r en que vo lviésemos a Nápºlestempranº , a para tomar e l té » cºn una am iga quela aguardaba en el ha l l del hºtel .

Acasº Blanca, con su senci l lez afectuosa , consu simpl icidad , fuese mejor cºmpañera de enso

ñaciones que < la otra » . Nº sab ia de h istºriamásque lº que yº le desmigajaba ; perº sabía encambiº callar y acºmpañarme plácidamen te por

las vias milenarias .No me atreví , sin embargº , a intentar la ex

cursión , pºr miedº a una nueva desgarraduradel pasadº , y preparé nuestrº embarque en e lvapor i tal iano que regresaba a Barcelona .

La naturaleza me ayudaba en mi p rºpósito .

Una lluvia persistente vºlvía grises ymºnótonestºdºs los paisaj es , todas las perspectivas .Ya en el Medite rráneº luc ió emperº el sol, y

163

Page 161: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

el ci elº se vºlvió de una incºmparable limp idel .

Azu l y mansº se mostró el mar . Parec íamosnavegar a través de un ensueñº de turquesas .La travesía fué un encanto . El vapor se detu

vo en Génºva la marmórea y en la vivaz y a legre Marsel la .

El panorama de las costas de Francia era porto dº extremº embelesador.Pasábamos las horas muertas Blanca y yo j un

to a la borda .

Leiala yo narraciones senci l las y hermºsas .

¡Parec íame tan fel iz y la sentía , con un regºcijº de tºdas mis entrañas y de tºdº mi espíritu,tanmia !En las pºcas nºches que pasamos a bºrdº

,la

l una unió su magia a tºda la mag ia que nºs ci rcundaba .

Una excelente ºrquesta tºcaba en el gran salón , y después , cºmo el ambiente era tib io , sºbre cub ierta .

Las muj eres vestían trajes claros y vapº

rosos :Blanoa y yº ibamºs a buscar nuestrº si t iº

predilecto,hacia pºpa , y en cierto rincºncito

permanecíamos si lenciºsºs , inadvertidos , cºn

una de sus manº s en una de las mias .

La música nºs l legaba de le jos , y sus melodías

juntábanse a la cadencia leve de las ºlas.

164

Page 163: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

l m a d o N e

toda la eternidad, según nuestra expres ión ºbscura , que atribuye a l no- t iempo duración .

De Diºs ha d icho Santº Tomas de Aquinoque es un Acto Para . Su con templación es tamb ién un acto : nº una suces ión de actos que pudiesen estar medidos pºr instantes , pºr dias ,añºs , siglºs º milenariºs .Una vez que el alma escapa a lºs sentidºs (yen vida suele escapar por mediº del éxtas is) elti empo deja de estar en su pianº . Su ser es algºd istintº de la sucesión y de la duración . Nos

ºtros aquí nºs imaginamºs con tar su b ienaventuranza al cºmpás de nuestrºs Pero

ella es lamanumisa , y nº cae ya bajº esa férula .

Por los siglos de los siglos evoluc iºnarán lºsun iversºs ; mas las a lmas, emancipadas siempre ,se hallan en el mismº instan te , i ndivisible y s induración . Y aun el siempre sºbra aquí . Bastadecir están , omejor acaso , son .

Lºs grandes amores tienen la nºción inexpresable de estas cºsa s , y yo la ten ía , y de segurºla ten ia Blanca a mi lado .

Al volver al plano de la duración,un íamos los

dos cabºs sueltºs de tiempº y nºs dábamºscuenta de las horas transcurr idas . Cºn la mirada vaga y lºs p ies pocº fi rmes

,como el n iñº

que se ha quedadº traspuesto en un si l lón y aquien se l leva a la cama , descendíamos casi

166

Page 164: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C º n1 p ¿ e t a s

autºmáticamente a nuestros camarotes , dºndeun sueño blandº substituía al blandº éxtas is .

¡Cºn qué tr isteza vº lvi a p isar tierra en Barcelona ! Era el final de un cºrtº ensueñº . ¿Cor

tº? ¡Nº ! , de un ensueñº en que habíamºs apr isiºnadº tºda la etern idad .

167

Page 165: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

RECORDAREIS que os hablé al princip iº deamigos piadºsos que , cuandº resºlvi casarmecºn Lu isa , inten tarºn disuadirme, pºrque la cºnºc ian y trataban , y cºnºc iéndola y tratándolasabian que cºrría yº con ella al ab ismo?Pues uno de estºs benévolos amigos dió de

manºs a bºca cºn nºsotrºs en el paseº de Grac ia , pºcas horas después del desembarco .

En cuantº nos vió dirigióse rápidº a saludarnos, y yº nº tuve t iempº de preven i rlo acercade la metamºrfosis de mi espºsa .

La escena fué por tºdº extremº pintºresca.

—Hºla , Pablº ; hºla , Luisa— exclamó .

< Lu isa » se quedó inmóv i l .Yº estreché la manº de mi amigº y guiñé un

ºjº , guiño absºlutamente inútil como ustedescºmprenderán .

168

Page 167: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r

Nº l e he vueltº a ver más , pero seguramen tenº cabe n egarle el derecho que tiene a pensarque mi mujer y yº éramºs , º unºs mal criadºsl lenos de humº , o unos farsantes , º unos menteca tºs.

¿Has vistº cosa igua l? me preguntabaBlanca después .— Perº tú parecias cºnºcerle .

Nº por c iertº ; cºmº me saludaba cºn tantaamabil idad , l e tendi la manº , perº ignºrº qu iénes : debes parecerte extraºrdinariamente a unaam iga suya …

Y cambié de conversación , muy satisfechº enel fondo , después de las angustias de Ital ia

,de

que mi Blanca no

¿Estaria salvada?

170

Page 168: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

VOLVIMOS a nuestro rincºncitº campestre , anuestra quinta llena de árbºles y flores, y en e lmomento en que el ama pºnia a Carmen (quetendía los brazos a su madre) en el regazo deBlanca , d a ºtra » se manifestó repentinamentecºn. i rrupción patética ,

¿Fué sólo la emºción del encuentrº? ¿Fué elrecuerdo , por e l instintº reforzadº?—¡Hijal ¡Hija mía !— gritó con acentºs gutura

le s < Lui5a » , y cubrió de besºs nerviosºs a lan iña , sol lozando con tal ímpetu , que Carmen ,asustada , se echó a l lorar.E l ama de llaves, el ama de cria y yo presen

c iábamºs la escena .

Mi mujer , vºlviéndose ami y mirándºme conuna fij eza que me hizº dañº , exclamó :—¡Pablº !

171

Page 169: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Y en el acentº cºnque pronunció mi nºmbre,

cºmprendi que ya nº era Blanca,sino Lu isa

qu ien me l lamaba : Lu isa, que me reconocía .

Las frases s igu ientes nº me dejaron lugar aduda ; después de mirar a tºdºs ladºs :—¿Pºr qué estoy aqui ? — preguntó .

Nº supe qué responderla .

¿Por qué estoy aquí? insist ió impac iente .

—¿Qué jardín , que árbo les sºn Va

mos,hab la ¿pºr qué nº respondes?No se impac iente la señora— d ijo el ama

,a

t iempº que prºcuraba retirar a Carmen de entreaquel lºs brazos la señºra ha estadº enferma

,

muy enferma , y la han traidº aqui a—¿Y de qué he estado enferma?—A cºnsecuencia de su alumbramien tº .

—¡H ijamía !— prorrumpió de nuevo , y atrajº

otra vez la n iña a su pechº .

¿Lº creeréis? Hasta la expresión de sus ºjºs ,hasta el tºno de su vºz , habían cambiado .

Como si una máscara de dulzura cayera deprºntº , sus facciºnes recobraban , sºbre todo a !verme

,la dureza habitual .

Sal í de la habitación , fuí a telefonear a l viejoméd icº

,que vinº en seguida ; y mientras la as is

t ía y prºcuraba calmar la tremenda agitaciónnerviosa que siguió a la brusca e impensada recuperac ión de su memºria , yº , tr iste hasta lamuerte , fuime a refugiar a unº de lºs bancºs de

172

Page 171: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

la veleidosa , la i rr itabl e , la mal igna Luisa qu iensobreviviese invisible , sino el alma inmaculada ,cristal ina, simple , tºda amºr, toda ternura , quese me mºstró despuésVinº el doctºr a interrump i r mis reflexiºnes— Amigo miº — me dij o su espºsa se nºs

pºne mala . La crisis ha sidº demasiado aguda ,demasiado repentina .

¿Se nos muere , dºctor?—¡No tantº ! Hay j uventud : lucharemºs .Dígame la verdad , dºctor; us ted conoce la

fi rmeza de mi carácter, y nº debe ocultarmenada .

— Pues bien , pobre amigº mío : ¡se nos

muere !Mejor es asi, pensé , aunque prºfundamente

emocionado . Si la otra nº hab ía de vºlver a mi

rarme, a sonre írme , a mejºr era así .Y

,cºn paso fi rme , me dirigí a la alcºba en que

estaba mi espºsa tendida en el lecho .

Al l legar, sus grandes ºjºs negrºs me mi rarºncon fij eza

,perº nº pareció ya reconocerme .

Llenos estaban aquellos ºjos de extravío y de

sombra .

Tºda la noche agonizó : yo nº me apartaba n i

un instante de su lado .

A l amanecer, su l ividez me dió miedº .

Toqué sus manos . Empezaban a enfr iarse . Nº

hab ía hechº n ingún mºvimiento .

174

Page 172: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

El estertor cºmenzaba , rísp ido , a resºnar enla estanc ia .

¿Se iba a ir , pues , para siempre , sin una palabra , s i n una m i rada , sin un gesto de ternura queme denunciase a Blanca , que me revelasen queBlanca me amaba aún , antes de perderse en elmar s in ori llas? …

Apreté con desesperación sus manos heladas ,y cºn un fervºr inmensº pedi a lº Descºnocidºque aquella alma nº se alejase sin renovar defin itivamente su pactº de amor .Mi ºración l legó a la entraña de lº invisible .

Después de algunºs minutºs en que segu ía

yº oprimiendo con fuerza aquellas manºs y sº! iºzandº de rºdil las a i-bºrde del lechº , lamºrihunda abrió lºs ºjºs .M i corazón , mi cuerpº tºdº , se estremeció a l

recºnocer la mirada du lc isima , tierna , incºnfundible de

“'

Blanca .

Temi s in embargº equivocarme , y esperé cºninfin i ta angustia que se abriesen aquel los lab ios descoloridos , que iba ya a sel lar la etern idad .

— Pablo , mi Pablº— pronunció du lcemente .

—¿Me quieres? — la pregunté exabrupto , cºn

miedo de que e l h ielº defin i tivº congelase suspalabras ¿Eres s iempre mi <Blanca »

,la <Blan

ca » de mi cºrazón ?— Siempre tu Blanca me respondió son

175

Page 173: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m fl o

riendo con su expresión extática— º si empre ,Si …

Y expi ró .

Cae la tarde .

Estºy en Biarritz , en lo altº de la Cºte desBasques , frente al mar .La puesta del sol ha sidº impºnente

,cºmº

suelen serlo en aquellas encantadas playas .Han pasadº diez años .Sºy un cuarentón huraño

,estudiºso

,y vivº

consagradº a mi Carmen , que casi es ya una toh i liera , esbelta, de piernas largas y ágiles, derºstro mºreno , de inmensºs ºjºs claros.

Ahºra j uega, cerca demi, con un gran perrºde pºlicía de pelambre obscuro , requemado enla cºla y en las patas .Cºn frecuencia se acerca a l a gran poltronade mimbre en que yº repºsº mirandº el mar , elcielo , las mºntañas , desde la sºnriente terrazade nuestra vi lla , y me da un besº .

Después desciende de la escal inata, y retozacon su perro sºbre lºs céspedes del jardín .

La miro , cºmº la he mirado siempre , s in cesar , desde que su madre se alejó ; y adviertº coninfinita complacencia lº que ya , pºr lº demás ,me sé de sobra : que en todo , en su carácter, en

176

Page 175: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 176: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 177: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 179: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o

rrado e impenetrable como se supºne . Haygrietas , hendiduras por dºnde puede unº asº

marse y atisbar algº ; por dºnde de hecho se hanasomadº los prºfetas , los visiºnarios , las pitºn isas, las Lº inconsciente y lº cºnsc ienteestán l igados por un tenue C i ertºsseres privi legiadºs se aventuran en él , y v islumbran cºnmás º menºs certeza las arqu itecturasvastas del pºrveni r, cºmº desde un balcón sepresiente el dédalo de calles y palacios de laCiudad en—¿De suerte que usted insinúa la posib i l idad

de que tºdºs veamºs el futurº?Ya lo creº ; y antes de dos siglºs , buena

parte de la human i dad , los más afinadºs, lº verán si n Ahora mismo , dados lºs adelantºs admirables de la histºlogía, un Ramón y Ca

yo mismo , vamos , pºdría acaso dar a uncerebro , mediante ºperación relativamente senci lla , esa facultad de percatarse del mañana , decºnºcerlº , de verlº cºn la misma visión clara yprecisa que se ve el Estº nada t iene ensuma de extraºrdinariº— sigu ió el doctºr, sonriendo de la expresión de asºmbrº que advertíaen mi semblantez— ¡Quién sabe s i , desplazandol igeramente un lóbulº cerebral , si ºrien tandº ded iferente modº la crrcunvo luc ión de Broca , o

desviandº un haz de nerviºs , cºmo asienta unperspicaz pensadº r

,se lºgraría el

182

Page 180: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

¿Perº habria hºmbre que se atreviese a pºnerseen nuestras manos para esa operación?— Si que lº habria , doctor— exclamé yº con

vehemencia si que lº habría, y aqu í lº tieneusted a sus Es deci r , aquí me tieneusted .

—¡Cómo ! ¿Seria usted capaz? …

— Ya lº creo … ¿Perº usted no sabe que hacemuchºs años , una curiosidad inmensa , la curiosidad del misteriº

,me abrasa las entrañas? Yo

nº vivo sinº para i nterrºgar a la esfi nge , rab iºSólº que la esfinge no me

— Y si sustituye usted su su re lativa fel icidad actual , por un i nfiernº , ta l como nolº sºñó Dante … s i va usted a padecer el supl iciºi nefable de ver acercarse elmal , la desgracia , lacatástrºfe , con toda claridad y evidencia

,sin

poder ¿se imagina usted la si tuaciónde un pºbre hºmbre que estuviese l igado fuertemente a lºs rieles de un ferrºcarril , y queviese avanzar

,implacable , la lºcºmºtºra, que

vendria a triturarlo , a desmenuzarlº , a untarlº

sobre la via , si n poder s iqu iera mºverse un ap ice , desviarse ui el espesºr de un cabello? Puespºcº más º menºs seria esa la situación delhombre que viese e l pºrveni r

,más espantosa

aún por más lenta … Esto , en cuanto a las catástrºfes. Las alegrias futuras , que cºn su espectac ión pºdr ían cºmpensarle de tales horrores ,

183

Page 181: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a' d o N o

también le a tormentarían a su manera; es dec ir ,que nuestro márt ir vivi ría devoradº por la impaciencia de la d icha ventura , cuya llegada nº lesería dable Sería su alma cºmº lanov ia que espera una cita cºn ansi edad inmensa , y que nº puede adelantar la hºra en el relojtardo e implacable . O trº mot ivº , y muy grande ,de cuita consist i r ía en prever la desaparic ión delos que amamos . Imagínese usted pºr un momentº que , joven cºmº es usted (veint iºchºaños apenas , ¿no es se ha un idº poramºr, un amor infi n i tº , a la mujer de sus ensoñac iºnes; que su vida , al ladº de el la , es el páraisº pºr excelencia ; y que grac ias a la malditafacultad de ver el futurº , adqu i rida merced a laºperación que yº l e haría , emp ieza a ver a laamada pal idecer levemen te dentrº de un año ,

dentrº de dos º tres, i r languideciendº tºdºslos dias sin remediº , y por fin mºri r en sus bra

zºs En vanº , espantado , se vºlverá usted hac ia el p resente , se refugiará temblandº en el hoydeliciºsº , en vano se echará en lºs brazos de laesposa dilecta : la visión persist irá , pºrque nº es

cºsa del ensueño n i de la pesad i l la, s inº la defi

nic ión prec isa del hechº fu turº , del hechº existente ya ; porque , en real idad, todo : el pasadº , elpresente y el futurº , ex isten de una manera s i

multánea en el m ismº plano , en la misma dimensión; s ólº que nuestra visión actual está l imitada

184

Page 183: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

se agolparían las multitudes ansiosas cºmº seagº lparán .a mi puerta,

i nvadidas por e l estremecimiento del— La ciencia , am igºmiº— duo e l doctor, con

la misma vºz de matiz grave y austero le debera a usted más que ha debidº a hºmbre a lgu

Pero , francamente , dudo que , l legadº elmºmentº , usted tenga el— Hace ustedmal en dudarlº , doctºr . Yº sºy

asi, temerario , qu izá por el deseº inmensº desensaciºnes nuevas que maten el espantºsº tedio de mi vida ; quizá por ºrgullo , por la van idadde las s i tuaciºnes ¡qué sé yo ! .Perº jure usted que s i , pºr ej emplº , se inventaseun vehículo para i r a una estrella, y se buscaseun hombre capaz de ensayarlo , sería yº esehºmbre , aun a sabiendas de que jamás vºlveríaa la t ie rra , de que por cualquier error en loscálculºs podria quedarme en el espaciº , rondan

do alrededºr de un astro , e incapaz de abo rdarlº .

— Comprendo su estadº de ánimo , y veº cºninmensº placer que es usted mi hombre . Haremos

,pues

,un pacto , un gran pactº , únicº en la

h istºria del mundº , y usted se sujetará a la prueba . Pero antes he de ensayar, nº una , sinº cienveces esta ºperación en animales diversºs , especialmente en monºs y en perrºs ; clarº que nºvan ellºs a poder decirme si ven el futurº , perº

186

Page 184: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

"O'

b"

r a s C o mp l e t a s

habrá indiciºs seguros , aun proced iendo de suscerebrºs embrionariºs; y además , lograré sabercon certidumbre dºs cosas : pr imera

,que la ope

ración es practicable s in p el igrº algunº de lavida , y segunda , que nº trae cºmº cºnsecuenciala lºcura .

— Ensaye usted , dºc tºr , cuantº guste ; y asi

que esté segurº de la pericia y fi rmeza de sumanº

,dígamelo , para ir a extenderme sobre la

mesa de su cl ín ica , de donde he de levantarmesabiendº tantº como los— De acuerdº exclamó senci l lamente e ldºctº r .Y nºs estrechamos la diestra , cºn la decisióngrave y casi teatra l de quien sel la un cºmprºmisº inmensº .

187

Page 185: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

Nº voy a describ i r la ºperación de que fuiobjeto

, lºs preliminares requeridos , las precauc iºnes sin cuentº que la p recedierºn , el malestar i ndefi n ible que la siguió , los dias de fiebre yde semi—consciencia que pasé extendido en el lechº

, las sºl icitudes , más que piadosas , l lenas decuriºsidad de los que me rodeaban , y el pasmodel doctºr, y su expresión a la vez demiedºy detriunfº cuandº empezó a palpar los resultadºsde su ºbra . A lgº he de dejar a la imaginaciónde quien me lea , y dejº este periºdº de cre

púsculo , de albamejºr dichº , seguro de que lafan tasia aj ena cºmpletará mi historia cºn máscºlºridº que la descripción prop ia .

Empezaré por tantº a relatar lo que sentí y vi ,188

Page 187: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d O' 'N e

en perspectiva admirable , y la sucesión de loshechºs diversos se me revelaba por la reprodu cción del

'

mismo hechº , cºn las variantes y lasprogresiones necesarias . Por ejemplº (esta palab ra <por ej emplo » , odiosa traducción de nuestraimpotencia para expresar lº inefab le

,me chºca

y mºlesta sºbremanera,perº hay que emplearla)

veía yo el futuro comº se ven las ti ras de papeldel k inetºscopiº . Supºngamos que se tratase dela caida de un hombre desde un balcón . Primet o veía al hombre en e l mºmentº de desprenderse , luego desprendidº , después agitándoseen el ai re , en seguida estrellándºse en la aceraImag i nemos que se tratase de un derrumbamientoz pues veía

, primero , la casa en pie , luegºagrietándºse, después estremec iéndºse, al findesplomándºse , comº si fuesen , no una , sinºvarias casas extendidas en estas diversas ci rcunstancias a lo largo de un planoEn cuantº ami, me cºntemplaba en tºdos lºs

actºs futurºs y sucesivºs de mi vida ; era aquéllauna muchedumbre inmensa de yos , perº que ,

pºr razºnes que escapan a tºda explicación , n ise atropellaban n i confundían , cab iendo tºdºsen el plano ideal de que heh ab ladº . Yº ahora ,

yº mañana , yo cºmiendº, yº durmiendo , yº en

fermo , yº en plena y a lº lejºs , cºmoenvueltº en tenuísima bruma , yo siempre , peromás más viejo , en un ión de hombres

199

Page 188: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C º m p l e t a s

y mujeres cºnocidº s y descºnºcidos, de pers

pectivas de ciudades , de campºs , de habita

Por ú ltimo , en una lontananza que nº estabacºnstitu ida precisamente por la distancia , s inº

por la muchedumbre de estados , de actos , desituaciºnes diversas , mi caminº expiraba en va

guedades i ndecibles ; y el panºrama , sin aquél lacºmo teoría inmóvi l de seres y de cºsas conmigo relaciºnadºs , cºntinuaba imbºrrable , l lenº defiguras, de fºrmas varias, de acciºnes por ejecu

Cosamás peregrina aún : desde el momentºen que , extendido en mi lecho , habia cºmenzadº a vislumbrar estas perspectivas , estos panºramas , los primerºs términºs del paisaj e interiºriban acercándose , cºmº una gran cinta móvil .comº un cam inº pºbladº de infin idad de fantasmas que vin iese hacia mi … Sólo que , ºbservando un pºcº , b ien prºntº cai en la cuenta deque aquellº era inmóvil , y de que sufría yº ilus ión idéntica a la del viaj erº del tren , que cre eque andan lºs árboles y las casas y que desfi lanfrente a él . En real idad , me fué fáci l d armecuenta en breve de que yº, animadº por unmovimiento i ncomprensible , que nº se efectuaba através del espaciº sino de una dimensión descºnoc ida , iba hac ia toda aquella ºrdenada muchedumbre de actºs, de seres y

!'

de cºsas disími191

Page 189: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

l es . Pasaba yo , no al ladº , sino cºmº al travésde cada unº de el lºs ; me iba cºrnº metiendºflú idicamente dentro de 'los yos que estaban escalºnadºs en el caminº , y eje cutando los actºsprevistos : los cuales no desaparecían pºrque yºlos ejecutase , sinº que sencil lamen te tºmabandiversa pºsición cºn respecto a mi mismº , desuerte que ya nº me era dable to carlos

,poseer

los , _

ident ificármelºs, pero si verlºs en perspectiva dist inta , que iba en sentido opuestº , hastal legar en brumosos panºramas a mi infancia ya miLº que más me sºrprend ía de aquel la interiºr

visión, era que no me inquietase en lº más mi

n imo ; que me pareciese , por el cºntrariº , nº sólonatural , s inº consubstancial ami , en sumo grado . A ! princip iº me cºntenté con divagar a través de las d iversas perspect ivas , perezºsamente , sin interesarme en n inguna suces ión especia lde hechºs, pero después fui comº aclarando mivisión , comº desmadejándola y defin iéndo la , yentonces pude seguir lºs h i los , nº só lo de m iprºpia vida, sinº de muchas aj enas , pues a medida que más insistía en ver, se ampliaban máslºs

Mi asiduidad hizº que mirase en relat ivamente cercanº devenir una vida , que suavemen teempezaba en nº sé qué recºdº del futurº a

uni rse cºn la v ida mía . Era una muj er , era un

192

Page 191: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

medida que más la c ontemplaba , en aquellacºmº lontananza gris perla , l evemente dorada ,en que su s i lueta r í tmica parecia mºverse .

Y contemplándola pasábame las hºras muertas , sin querer ver ya más que a ella y en el lapensar cºn t i nuamente , esquivando respºnder alas pregun tas curiºsas de las en fermeras y de !médico que , ansiosº de palpar lºs resultadºs desu audaz ºperación , venia muy a menudº a

verme .

Tºdo me era ted iºsº en el desabrimiento demi convalecer , menºs aquella s i lueta armón icaque , s in presentir siquiera mi existencia , tr iscabapor lºs pradºs y entre los º presintiéndola quizá … Si, presint iéndola quizá , pºrqueuna tarde dejó el juegº y , apartándose de unaamigu ita suya , fué a sentarse en un poyo sombreado por copudo árbol . A l l i quedóse pensat ivá , con la m irada vaga … y de prºntº , sus ojºsse clavaron enmi . ¿Cómº? no acertaré a dec irlº :aquella mirada era un absurdo , unperº sus ºjos se habían clavadº en los miºs

,

segura , indudable , indefect iblemente. Yº sent íaderramarse pºr m i espíritu su mirada , y mis ojºssabian que sus ºjºs estaban fijos en el los , y sab ían, además , pºr una sensación cºmº de rechazº flúidicº , que los de ella , profundamen te azules , recibían a su vez su chºque mist icº Si»

por algunºs instantes , aquella mujer que me es

194

Page 192: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

taba destinada , aquel la n i ña que iba a amarmemás tarde , y yo nºs vimºs a través del tiempo ,co n la misma precisión que si nos separase só lºe l alféizar de una ventana

Después , la jovencita volvió a sus j uegos ,y ya no tomó a pºnerse pensativa , y ya nomeviómás en aquel

195

Page 193: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A L sigu iente dia , el médico , impaciente y nerviºso ante mi si lenciº , se resºlvió pºr fi n a interrogarme de una manera directa , aprovechando la ausencia de los enfermos .

¿Cómº se siente usted? — me preguntó .

—¡Perfectamentel— le respºndi con sequedad .

¿Nº sufre usted?Nº sufrº .

¿<Ve»

Veo .

¿Tºdo?—Abso lutamente—¿Y experimenta usted alguna sensación des

agradable?— A i cºntrario— Se diría, s in embargº , que me guarda usted

rencºn "

196

Page 195: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r v º

hallº , frente a esta gran ventana que da al jardinde la cl in ica , y por dºnde se cuelan hálitos ca

pitosºs de primavera . O rdene usted a lºs enfermerºs que no me hablen ; dígales que necesitº

para reponerme mucho si lencio y muchaY usted no me en nºmbre de nuestra amistad .

Vi en la perplej idad de l dºctor que nº cºmprendía (n i cómº hab ía de cºmprender) mis palabras ; perº, a fuer de hºmbre discretº , accediósºnriendº a lº que le pedía, y me dej ó tranquilº .

Los enfermeros , por su parte , nº me molestaronmás . Acercábanse ún icamente para al imentarme ,y lº hacían en s i lenciº , alejándºse en cuantº supresencia dejaba de ser i ndispensable para ésteu o tros menesteres .Empezó , pues , parami , desde entºnces , una

vida ún ica , paradisíaca. Absorto ante mi futurº ,con la misma devoción cºn que los viejºs seengolfan en su pasado , ya nº más abria los ºjos .

El presente me era tediosº , y su desabrimientºparec iame mayºr cada día . Mi sºlº consuelºcºnsistía en senti r que un mºvimientº inexplicable y mister ioso me acercaba a mi amada . Ya medida que me iba acercando , abarcaba, por

deci rlo así,más porción del camino futurº , y la

veíamejºr. Pºdía deliberadamente (y ésta erauna de las cºndiciºnes más apetec ibles de miactual estadº) detener mi mirada interiº r dºnde

198

Page 196: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e —t a s

me placía,ya en una , ya en la ºtra etapa del fu

turo ; de suerte que un dia , por ej emplo , cºmplaefame en contemplarla en sus juegºs i nfantiles ,en ese l ímite de ºro en que va a acabar el ángel y a empezar la mujer ; ºtras veces iba máshacia adelante , alli donde su vida estaba yamuy cerca de la mía , y quedábame en éxtasisante sus nac ien tes encantºs de mºza , ante lasinsinuaciºnes suaves y prºmetedoras de la curva , que después era deleite de los ºjos y el sent idº . Llegaba hasta la intersección de nuestrasvidas … y all í deteniame para nº anticiparme yempequeñecer as í el máximo gºce futurº , nº deo tra suerte que cºmo , cuando leemºs un l ib rointeresante

,esquivamos hab lar con quien lo ha

recorr idº ya , y aun l e supl icamos q ue nº nºs

revele e l desen lace . Sºlo , si, me saturaba el almadel encantº y del perfume de aquella existencia

,

que aún no aparecía en m i caminº , pero quepºdia ver yo , ún i cº en tre tºdos lºs hºmbres ,gracias a la metamorfºs is sorprendente ºperadaen mi sensorio .

Ella , en tan to , seguia marchandº inconsc ien

te , risueña y juguetºna , hacia la inevitable c itaque le había dadº el dest ino para arrojar la a misbrazºs . A j ena a todº , sólº de vez en cuandºesa en igmática sensación interiº r que se l lama elpresen t imiento le agitaba el cºrazón , y acasº ledibujaba mi imagen al lá en el fondº del

199

Page 197: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

Entºnces la ideal cr iatura suspendía sus juegºscºmo en aque lla tarde , y se sentaba pensat ivaen e l bancº de p iedra , con lºs ojos clavados en un puntº h ipotéticº . Era en ese instantecuandº nuestras miradas se encºntraban a través del t iempº , produc iéndºse una turbaciónarcana , indecible , prºfunda .

Dec i r que este oso a la Quimera de hºy, perºrealidad de mañana

,que estefl irt con un futuro

de mujer es inexpresable , nº es deci r nada ; afi rmar que nº hay palabras cºn qué descr ib irlº , esensuc iar , ºpacar cºn cl isés estúp idºs la intangible verdad del ensueño . Yº nº creo que n ingúndios haya gºzado lº que yº gºzaba amandºaquel lº que debia ven i r; nº creº que en vidahumana haya habidº jamás el del ic iosº refinamiento de la mía ; nº imag i nº que las aven turasraras de la histor ia hayan ten ido nunca la rareza de mi sin par aventura .

Era yº comº un Tántalo al revés . Complac íame en ansiar el b ien que forzºsamente debía

pertenecerme ; en tener sed del agua mística ym i lagrºsa , que sólº parami se deSpeñaba ya delas mºntañas de ! Ideal

,y corria sonante y cr is

talina hacia mi Perº un día , a la beat itudempezó a suceder cierta leve A

fuerza de ver y amar a aquella criatura , un vivºanhelº de poseerla , el v iejº deseº , padre de laespecie , empezó a mºrder cruelmente mis en

200

Page 199: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r v o

en mis brazos que te aguardan , que corren , me

jor dichº , hacia lºs tuyos , comº dºs alas ab ier

tas , y que desesperan de llegar.Perº la si lue ta lejana con t inuaba insensible

¡Qué med iº hºsti l nºs separaba ! ¡qué murº dediaman te era aquél , cºnductºr de la luz, cómpl ice de la visión , pero refractario a toda vºz ya tºdº eco'

S in embargº , una nºche ¡oh, lº recuerdº ! lan iña dºrmía en actitud angélica , a t iempº que

yº decia le las cosas más cál idas y acariciadorasque el amºr humanº ha pºdidº encºntrar en lºstesºros del idioma , y de prºn tº , a un gritº miode ternura ,más intenso y deli rante que lºs ºtros,abrió lºs ojos , se incorporó , inquieta, apºyandºsu cabecita adorable en la dies tra , permanec ióalgunºs minutºs mirandº hacia el futurº , dedonde le venian mis voces lejanas , tan insinuantes y poderºsas que habían lºgradº traspasarel murº aquél , burlar la lógica del tiempo y l legar a su ºídº de virgen

,confusas qu izá , pero

cºn fuerzas sufic ientes para despertarla de susueñº .

202

Page 200: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A L cabo de ciertº tiempo l legó , emperº , mi an

gustia a ser de tal manera insoportable, que resolvi nº vermás hacia aquel la zºna luminºsaen que florecía , antes de pertenecerme, la vidaque me estaba destinada , y prºcuré entretenerme viendº veni r lºs hechos inmediatos, examinando losmañanas de cada hoy; perº entºncescai en un desal ientº grande , pºrque tºdº empezó a perder su interés para mi. Muchas ideasque me parecian importantes , muchas accionesejecutadas en ºtro tiempº has ta cºn énfasis, se

perdían con sus cºnsecuencias en un futuro cercanº , s in haber servidº de nada , s in dejar lamenºr estela , s in reforzar pºsib il idad n inguna

¡Qué pocas cºsas , de las que hacemos cºn tantoafán los hºmbres

,me parecían dignas de haber

se ejecutado ! ¡Literatºs y artistas que hab ían sa

203

Page 201: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N o r a

orificado tºdo al bºmbº, desaparecidºs en ahsoluto unºs cuantos d ías después de muertosen la memºria de los hºmbres ! ¡Cap ital istas queahora pasaban la pena negra para aumentar enalgunas ruedas de ºro o en algunas acciones suacervº , arruinados mañana y despreciadºs poraquel lºs a quienes hab ían negadº tºdo serviciº !

¡Viudas archicºnsoladas en breve ; señoritos elegantes , estafando algunºs años después fuertessumas ; tºda la miseria y la necedad del hºy ,cºmprºbada por el mañana implacable !

¡Cuánto desperdicio de hechºs , de sucesºs , deactºs humanºs , para ºbtenerse una mín ima consecuencia en el porvenir ! Y por lº que respectaa los hombres ; cuántºs , perº cuántºs , absolutamente inúti les ! El gen io de la especie nº aprovechaba en el futuro , de cada mi llón , más que unºº dos ; perº era clarº que sin ese millón , el unºº dºs individuos úti les nº podían existi r . Se … advertían , pues , clarºs , los design ios inmediatºs dela naturaleza : Producir mucha gente , una densisima masa humana

,para durar , a pesar de tºdo

lº aleatoriº de la vida ; y obtener, de esta enºrmemasa unºs cuantºs individuos tipºs , de los quesólo se logran merced a innumerables co incidencias y circunstancias felices , y que cºlabºran cone l Genio de la especie al mejºram i ento y a lagrandeza de la

¡Y qué ridícula me parecía la petulan te solem

204

Page 203: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e r

tes de la vida hubi esen pºdido ver cºmo yºla grandeza futura de su estirpe , la glºrifi caciónde su esfuerzº , la divinización de su dºlor actual , la importancia de este dolºr para mejorare l mundº, de seguro que todºs hub ieran caidºen éxtas is .En cuantº a los pºderºsos de la tierra , de fij º

que al vislumbrar lo que yo vislumbraba , nº dela etern idad , sino del simple futurº , de su b ienestar, del platº de lentejas pºr e l que trºcabansu primºgen itura , se habrían apresuradº a desprenderse de tºdº, absolutamente de tºdº , y aadºptar amºrºs ísimamente la p enuria , el abandono , el frio y la soledad de los geniºs y de lºssantos .La humanidad vivia atada a la ti erra cºn una

cadena de orº y engañada por el orº mismº ,presum iendº que sólº dentro de ese tºrbe l l inºde meta! era pºsible la vida . En un siglº de p rogreso desigual , en un periºdº de mercadería , elhºmbre iba anima l izándose lentamente , sin unabrizna ya de energías íntimas para las cosasesenciales, para la contemplación del un iversº .

Y cºmº prºcuraba pulir y afinar su esp í ritu paravºlverlº indestructib le , inmºrtal , sólº su ºrº l esºbrevivía , y esº en manos de ºtrºs (¡cuán ºtrºs,de aquellºs por quienes hab ía trabajadº , pe

nado y sufr idº desvelºs . Y a pocº andar, el oro

ya nº era nada , ya nº val ía nada, n i s ign ificaba

Page 204: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

nada . El mundº , l legado a una etapa muy avanzada de su desenvºlv imiento , n i memºria ten íade que hub iese ex ist ido la mºneda . Y tºdº e ltrabajo , tºda la fat iga de lºs siglºs , tºdº e l ºdiary l lºrar y anhelar pºr el orº y para el ºrº , apa

t eciamentonces inútiles y ridículºs , y lo ún i cºseriº era el pensamien tº de los hombres , hechºtodº de inmaterial luz y de excelso ensueñºResueltas las necesidades primord iales de la

especie , ésta se angelizaba a diariº : ¡sus carnesmismas , cómº se azulaban y diafanizaban ! Y a

lºs sab ios del pºrven i r que , por estudiº , retrotraian su pensamiento a las épºcas actuales

, pa

rec iales absurdº que hub iese pºdidº vivi rse deºtrº modº . El negocio , que según la fel iz exp i esión de A lfonsº Karr , es el dinero de lºs demás ,en muy próximº futurº moria . La equidad seenseñºreaba del mundº muchomás prºntº delº que habian imaginado los pesimistas , porquehay revºluciones que se preparan en los escºndrijºs del i r y ven i r cotidiano , y que de prontoestal lan en l lamarada divina ante la muda estu

pefacc ión de las razas .

207

Page 205: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

EN cuantº pude levantarme , el operadºr no meperdºnó ya mi si lencio n i mi apartam ientº . Puesto que podia yº lozanear cºmo planta que vuelve a la vida , puestº que a mi rºstro los cºlºrestomaban y mi pulso latia con fi rmeza , ya no eraj usto que é ! esperasemás su gran parte de tr inhfº , de gloria , a que le hacia acreedºr la nuncavista ºperación en mi practicada con tanto exito , gracias a su pericia .

Nº hubo , pues , remediº . Fué precisº i r deaqu í para al l i : primerº a la Escuela de Medicina ,después a ºtrºs i nnumerables centrºs cien tífi cºs ,dºnde fui objetº de lamás i rr ita nte curiºsidad ,pues aquel los sab iºs escudriñaban mis impresiones y sensaciºnes con desplante verdaderamente vejatºriº , e iban anºtandº las respuestas

208

Page 207: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

c io de nuevas ºperac iones h izo olvidar mi nombre , y yo entºnces , sedientº de repºso , ansíando cºn toda el alma encºntrarme cºn mi fantasma, cºrrí hacia la cºsta cantábrica , y en una

playita ignºrada e íntima , dºnde mi téte á tétecºn elmar ten ía que ser casi absoluto , alqu iléuna vil la y me entregué ami mismº .

<Ella » vºlvió a aparecérseme cºn tºdº el diáfano y serenº encantº de su adolescencia, perfumada y resplandeciente . Y cada dia veíala yºmás cerca , tal una proyección que va agrandandose y aclarándose en la pantalla, a medida quemejor se la enfºca . Podía ya discern ir perfectamente las circunstancias en que debia efectuarse é l primer encuentrº . Dentro de un periºdº detiempo , difíci l de medi r, dadº que j ustamentemi visión lº anulaba ; en una playa , que nº eraaquella en que me hallaba a la sazón , perº queacasº nº estaba muy l ejana, ese servidor delMisterio que se l lama el Azar, debia apersonarnºs y hacer surgi r en nuestrºs espíritus la eterna I lusión

,madre de las razas … (En su espír itu

debiera yomás b ien deci r, porque yº me habíaanticipado al destinº , merced a una treta milagrosa

,y amaba ya a la que iba a veni r, cºmº s i

la tuviese pºr primera vez entre mis brazos) .Se acercaba, pues , se Todºs los

instantes, cºmº invisib les manos , la empujaban

hac iami210

Page 208: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

O b r a s C o m p l e t a s

¡Amar así , qué ¡s i n miedº al mañana

,que indefectiblemente nos ha de traer e l

b ien ; al mañana , que a ºtrºs les quita y ami ibaa darme ; al mañana, que

'

por lº desconocidº espara tºdos amenaza , y para mi sºlº era esperanza n i

¡Amar asi … ! Perº ¡ºh , miseria muestral , ¿porventura el amº r nº es plan ta de tal índºle , quesólº puede germinar, crecer, vivi r entre el m iedo , la angust ia , lo imprevistº?

¿Nº es tal nuestra idiºsincrasia , que dejamºsel b ien ci erto y grande por el b ien mediocre eh ipºtéticº?Y lº imprevistº , sobre tºdo , ¿nº es el señue

lo pºr excelencia del amºr?Asi

,pues , aquella dicha cierta , acariciada , de

talle a detalle , nºche y día , pºr la facultad nueva , por el sextº sentidº natº gracias a la ºperación famosa , pºr cierta iba siendº menºs dicha …

En cambio , tales y cuales males futuros, enfermcdades , disgustos , fracasos , y sºbre tºdo lavisión de la muerte , que , a pesar de mi voluntad

, sºl ía surgir precisa en la lontananza, segui

da de una zona obscu ra , muy obscura , empezaban amºrtificarme más de la cuenta .

Yo era un diºs ( ¡qué duda cabe , si pºse ía lºque mortal n ingunº poseyó perº pºr lºmismº , cºmenzaba a padecer el espantoso tºrmento de los dioses : ¡la Previsión , en el verda

211

Page 209: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a d o N e

derº , en el estricto sentidode la palabra , la previsión que qu ita tºda la vaguedad , tºdº el encanto , e l en igma todº a las cºsas de la vida , y »

en camb io nºs muestra cºn sus menºres detalles el mañana , tal cual es , acabando en la negru t a del an iqui lamientº : la p revisión, el másimplacable de los males , el más espantosº privilegio de la vida cºnscien te !

Si,aquella mujer ser ia mia, e ibamos a amar

nos muchº , e ibamºs a marchar de la manº pºrel cam i nº , rºdeadºs de nuestros h ijos ; pero másallá, un pocº más al lá estaba la la

inexºrable muerte hacia la cual co rríamos el lay yo desalados , acezandº , cºn un vért igo de

La soc iedad demi mismº , gracias a esta nueva v isión de las cosas , a esta nueva aprens iónde mi futuro , fuéseme hac iendº insopºrtable asu vez . El mal c ierto me atormentaba de antemano ; el b ien cierto , grac ias a la previsión , jseme vºlvía insípidº y pºcº deseable . Y yº , quehabia idº a la playa sºli taria a recrearme cºn mifantasma, eché a correr una noche de alli , a tºdoel vapor del expresº , hacia Biarr i tz , en busca degente

,de tr ivial idad , de ruido , de aturd imien to ,

que me despegasen de m i yº , de mi v isión , demi lucidez

,de mi insºpºrtable sent ido

Risas , músicas y charlas de cas i nºs , cafés invadidos por mult itudes tr iviales , elegantes y cºs

212

Page 211: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

A m a'

d o N e r v

chando de rºjº la arisca Cóte de Bosques , elideal Rocher de la Vierg e, el fantásticº y graciºsosemicírculº de palaciºs que dominan la g rande

plag e, mientras distra ído contemplaba a una

miss recºrrer kilómetrºs con la cºnsabida pelºta , vi de pronto ven ir en mi dirección a una jºvenc ita vest ida de blanco , l igera , ági l , sºnrien

incºmparablemente graciosa .

Bel la crea tura di bianco

< ¡Ella l »

Si, <El la »,voceó mi cºrazón : <Ella » , clamo

reó mi alma tºda : <Ella» , dijº el r itmº de misangre ; y mis entrañas gri tarºn : c ¡Ella ! »

¡A ! verme se detuvº , pareció vacilar unmomento , cºmo si me reconociese , y cºndivina , si, con divina sonrisa ; y yo temblando yella encendida cºmo e l alba , nºs tend imos resueltamente la mano , ya para siempre , ante latarde que mºria , ante el mar palp itante que seembozaba en brumas, ante las s ilenc iºsas primeras estrel las !

214

Page 212: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

Si , bien lº sé : vºsºtras , almas ingenuas , que nºdorm is tranquilas hasta que no sabéis e l desenlace de una novela , que nº la j uzgáis cºmpleta si queda flºtandº un h ilo , almas que cadadia sº is menºs ; vºsotras querríais que yo os dij ese lº que pasó después : nuestras dichas, nuestros éxtas is , nuestras lágrimas , lºs horrºres ylas del icias del privi leg io tremendº que me hab ía sido ¡Perº para qué, am igºsm ios, para qué ! Esta h istºria nº debe tener fi n ,

215

Page 213: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 215: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena
Page 216: Obras Completas de Amado Nervo Texto al Cuidado de Alfonso ...€¦ · , celaje, lam po, y fundirse en el piélago escarlata del ocaso. Las solemnes vibraciones del A ngelus llena

ACABO

DE IMPRIMIREST E L IBR O EN

MADRID EN LA IMPRENTA

DE JUAN PUEY O EL

DIA xxvmDE AGOSTODEL A NO