Observatorio de la Deuda Social Argentina presentado hoy por la UCA

ISBN 978-987-620-284-8

Aumento del trfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones en riesgo

Serie del Bicentenario (2010-2016) / Informe n1 ao 2015

BARMETRO DEL NARCOTRFICO Y LAS ADICCIONES EN LA ARGENTINA

ObservatOriO de la deuda sOcial argentina directOra general Alicia Casermeiro de Pereson

cOOrdinadOr acadmicOAgustn Salvia

Barmetro del narcotrfico y las adicciones en la Argentina. Serie del Bicentenario 2010-2016, N 1 ao 2015. Aumento del trfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones de riesgo. Agustn Salvia (coordinador); Juan Ignacio Bonfiglio; Solange Rodrguez Espnola;. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Educa, 2015. E-Book. ISBN 978-987-620-284-8 1. Narcotrfico. 2. Adicciones. 3. Drogadiccin. 4. Poblaciones de riesgo. 5. Argentina. CDD 362.29

barmetrO del narcOtrficO y las adicciOnes en la argentina

cOOrdinadOr del estudiOAgustn Salvia

autOresJuan Ignacio BonfiglioSolange Rodrguez Espnola

cOntribuciOnesAlicia Casermeiro de PeresonConstanza Cilley Ricardo Manuel Hermelo

diseO Santiago Ascaso

Observatorio de la Deuda Social Argentina. Aumento del trfico de drogas en los barrios, problemas de adicciones severas en las familias y poblaciones en riesgo. Educa, 2015.

Los autores de la presente publicacin ceden sus derechos a la Universidad, en forma no exclusiva, para que incorpore la versin digital de los mismos al Repositorio Institucional de la Universidad Catlica Argentina como as tambin a otras bases de datos que considere de relevancia acadmica. Asimismo, la Universidad Catlica Argentina autoriza a la Fundacin Arcor a la difusin de los mismos.

Lo publicado en esta obra es responsabilidad de sus autores y no compromete la opinin de la Pontificia Universidad Catlica Argentina.

2015, Derechos reservados por Fundacin Universidad Catlica Argentina.

barmetro del narcotrfico y las adicciones en la argentina | 3

Presentacin

Plata y de la percepcin de padres de jvenes de la misma edad (entre 15 y 25 aos). Como resultado de un diseo de investigacin que combina un abordaje cuantitativo y cualitativo, se public un Informe titu-lado Consumo de Sustancias Psicoactivas en jvenes de Gran La Plata (EDUCA, 2013) y est en prensa un libro titulado Estudio sobre el consumo de sus-tancias psicoactivas, factores de riesgo y proteccin asociados entre jvenes de Gran La Plata.

La otra investigacin que se presenta es de la misma poca y resulta de la iniciativa del Rectorado, que con el apoyo logstico de Critas Buenos Aires y el subsidio de una fundacin europea, nos permiti iniciar otra lnea de trabajo: el anlisis comparativo del desarrollo humano y social en barrios carenciados del rea Metropolitana de Buenos Aires. Para ello se relevaron inicialmente 8 barrios del Conurbano Bo-naerense con condicin residencial de villas o asenta-mientos. En este caso, por tratarse de una investiga-cin exclusivamente cualitativa que buscaba indagar cules eran los problemas sociales ms importantes segn la percepcin de algunos vecinos y lderes ve-cinales, nos encontramos con que la problemtica del consumo de drogas era, junto a la inseguridad, el problema ms acuciante en la vida comunitaria. De los resultados exploratorios de esa indagacin damos cuenta en la segunda de las notas de investigacin.

Por tanto, este Barmetro que hoy ofrecemos a la so-ciedad presenta informacin novedosa elaborada por el ODSA a travs de diversas metodologas sobre un tema social por dems relevante: el aumento en el trfico y la venta de sustancias psicoactivas (drogas y alcohol), as como su impacto sobre distintas poblaciones en riesgo.

Esperamos que este avance inicial en la investiga-cin de un problema tan acuciante sirva para una ma-yor toma de conciencia sobre su gravedad y promueva iniciativas cada vez ms comprometidas dirigidas a su atencin, prevencin y efectiva erradicacin.

Mons. Dr. Vctor M. Fernndez rector

Recientemente, el Papa Francisco ha expresado su preocupacin por el narcotrfico, y tambin se ha re-ferido a su crecimiento en nuestro pas. Si bien l no nos ha solicitado alguna accin especfica al respecto, como Universidad pontificia entendemos que nos corresponde hacer un aporte. Informado sobre este proyecto, nos alent a desarrollarlo.

La Encuesta de la Deuda Social Argentina (EDSA) desde hace ms de 10 aos aplica el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Catlica Argentina (UCA) con el objeto de ofrecer un estado de la cuestin del desarrollo humano y social en la Argentina urbana. Desde el ao 2010 incorpor en forma exploratoria preguntas que identifican a las personas de 18 aos y ms que declararon que en su barrio existe venta, trfico, intercambio de drogas o estupefacientes, a fin de monitorear la percepcin de la poblacin urbana sobre el avance del narcotr-fico en el pas. Este estudio cuantitativo se basa en aproximadamente 5.700 casos, siendo as la encuesta privada ms representativa de Argentina.

Aqu se presentan los resultados comparativos re-cogidos entre los aos 2010 y 2014, y es la primera entrega de una serie de informes que brindarn anual-mente informacin estadstica slida y confiable, la cual habr de servir para el reconocimiento del problema, su anlisis y la toma de decisin acerca de las acciones a se-guir. Diversas instituciones educativas vivenciamos con preocupacin el aumento del narcotrfico y de las adic-ciones, y nos reunimos para discutir al respecto, pero a todos nos haca falta un instrumento como el que aqu presentamos para evaluar el problema.

Adems de la informacin cuantitativa de la que dispone la Encuesta de la Deuda Social Argentina, este Barmetro ofrecer otras contribuciones. Este ao se resumen aqu, a travs de dos notas de inves-tigacin, los resultados de otras investigaciones del ODSA, ambas realizadas entre 2013-2014. Una de ellas es una investigacin encargada por la Fundacin Florencio Prez de La Plata acerca de la problemtica de las adicciones de sustancias psicoactivas -como el alcohol y las drogas ilcitas- entre jvenes de Gran La

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intrODUccin

La misin del programa del Observatorio de la Deuda Social Argentina es estudiar el conjunto de privaciones econmicas, sociales, polticas, psicoso-ciales y culturales que limitan el desarrollo de las ca-pacidades humanas y de la integracin social. Desde esta mirada, el informe busca brindar un aporte con el fin de estudiar de manera sistemtica la problem-tica del narcotrfico y las adicciones severas en pobla-cin urbana argentina. La investigacin en el campo del consumo disfuncional de sustancias est en ex-pansin en los ltimos aos, bsicamente debido a la mayor sensibilidad social y preocupacin por el tema, aumentando el inters de las instituciones pblicas y organizaciones sociales, derivando conse-cuentemente al incremento del esfuerzo econmico y de capital humano en la bsqueda de la compren-sin de las adicciones.

En los ltimos aos los aspectos socioeconmicos, el estilo de vida de las personas, as como las tradi-ciones y los patrones de conducta han ido modificn-dose a un ritmo de cambio atribuible al cambio so-cial. Por lo dicho, el problema de las drogas impacta a todos los sectores de nuestra sociedad y a la mayora de los pases del mundo. No es particular de una raza, color, edad, sexo, clase social, preparacin acadmica, rea residencial (zonas urbanas y rurales), ni de un sistema poltico, econmico y social en particular. Es un problema multifactorial y complejo, donde se ven implicados aspectos que atraviesan la salud, lo psico-lgico, lo social, lo econmico, lo legal y lo poltico.

El presente informe da cuenta de dos aspectos en la problemtica del trfico de drogas y de las adicciones. El primero se centra en la declaracin de los entrevis-tados sobre la existencia del trfico de drogas en su en-torno residencial. Resulta conocido el efecto que tiene el trfico de drogas sobre el deterioro del espacio p-blico, particularmente en los barrios ms vulnerables que es donde el fenmeno, cuando se presenta, tiende a asumir caractersticas distintivas. Entre las conse-cuencias que se observan se encuentran el incremento de los hechos de violencia y del sentimiento de inse-guridad, la mayor exposicin por parte de la poblacin

a adicciones. En este sentido se evala la evolucin sobre la percepcin de venta de drogas en el barrio, teniendo en cuenta la condicin socio-residencial del mismo, y a su vez se propone incluir en este aspecto el efecto de la presencia policial en el barrio, como as tambin la situacin laboral de la poblacin que reside en los barrios ms vulnerables.

En tanto que en segundo trmino, con el objetivo de evaluar las caractersticas que demostraran la vul-nerabilidad de un hogar y de sus integrantes frente a las adicciones, el anlisis de esta informacin se rea-liza observando el comportamiento de consumo de alcohol y drogas en relacin con factores estructura-les relativos a la desigualdad social (nivel socioecon-mico, condicin residencial y situacin ocupacional y de calidad del empleo del jefe del hogar). Adems se han considerado otras variables relevantes al mo-mento de describir y caracterizar el tema planteado que enriquecen y muestran una perspectiva ms am-plia de comprensin, como son las caractersticas de la salud y recursos psicosociales de las personas que pertenecen a hogares que estn atravesados por la problemtica de las toxicomanas. De esta manera tambin se hace la relacin entre el narcotrfico y la drogadiccin como un efecto social que impacta en la salud, en los recursos individuales y en la dinmica del sistema familiar.

En la Tabla 1.1 se presenta un resumen de defini-ciones operacionales de las variables e indicadores utilizados en el anlisis del presente informe. Al res-pecto, cabe sealar que la Encuesta de la Deuda Social Argentina /serie Bicentenario recaba informacin de la vivienda, las caractersticas familiares y una serie de atributos psicosociales del encuestado, siendo ste el que responde por aquellas cuestiones referidas a los condiciones de calidad de vida. Por esto mismo cabe esperar que la indagacin sobre los problemas de adic-ciones severas al interior del hogar sufra de subesti-macin, tanto debido al sesgo de ocultamiento como por fala de informacin por parte del respondente sobre los consumos problemticos de otros miembros del hogar. De todos modos, los resultados obtenidos mostraron ser altamente consistentes en cuanto a identificar aquellos hogares con presencia de proble-mas severos de adiccin en al menos algn integrante del grupo familiar.


Por ltimo, la Tabla 1.2 ofrece informacin sobe la ficha tcnico-metodolgica de la Encuesta de la Deuda Social aplicada en este estudio. Ahora bien, corres-ponde hacer una ltima aclaracin: dado que los datos que se presentan surgen de un encuesta poblacional y

no de una entrevista bajo un encuadre mdico, las es-timaciones que se generadas deben considerarse como una dato aproximado tanto de los espacios barriales afectados por el narcotrfico como de la poblacin con sndrome de dependencia a sustancias psicoactivas.

taBLa 1.1. esQUeMa Y DeFiniciOnes De VariaBLes e inDicaDOres

trFicO De DrOGas e inseGUriDaD en eL BarriO

reGistrO De Venta De DrOGa en eL BarriO

Hogares en los cuales el encuestado afirma que en su manzana, barrio o vecindario existe venta, trfico o intercambio de estupefacientes.

Presencia POLiciaL Hogares en los que el entrevistado afirma que no hay vigilancia policial o no la hay de manera frecuente o perodica.

sentiMientO De inseGUriDaD en eL BarriO

Hogares en los que el encuestado declara sentirse inseguro por razones econmicas en su propia vivienda o en el vecindario o barrio de residencia.

aDicciOnes seVeras en eL HOGar

aDiccin aL aLcOHOL Hogares que mencionaron tener algn miembro del hogar con problemas por dependencia o adiccin asociada al consumo de alcohol.

aDiccin a Las DrOGas Hogares que mencionaron tener algn miembro del hogar con problemas por dependencia o adiccin asociada al consumo de drogas.

aDiccin aL aLcOHOL O a Las DrOGas

Hogares que mencionaron tener algn miembro del hogar con problemas por dependencia o adiccin asociada al consumo de alcohol o drogas.

aDiccin aL aLcOHOL Y a Las DrOGas

Hogares que mencionaron tener algn miembro del hogar con problemas por dependencia o adiccin asociada al consumo de alcohol y drogas como toxicomana dual.

estaDO De saLUD Y cOnDUctas saLUDaBLes

DFicit De estaDO De saLUD PerciBiDO Personas que dicen tener bastantes problemas de salud, padecer enfermedades crnicas o graves.

MaLestar PsicOLGicO Personas que mencionaron sntomas de ansiedad y depresin integradas en una puntuacin que indica riesgo moderado o alto de malestar psicolgico en la escala KPDS-10.

HBitO De FUMar Personas que dijeron fumar semanalmente cigarrillos de manera frecuente. Sean manufactura-dos o armados.

DiFicULtaDes en eL sUeO Personas que calificaron como bastante mala o muy mala su calidad de sueo durante el ltimo mes.

recUrsOs PsicOsOciaLes

creencia De cOntrOL eXternO

Personas que presentaron un predominio de creencia de control externo mediante una puntuacin obtenida a travs de la escala abreviada de Locus de Control. Se refiere a la creencia acerca del grado en que la propia conducta es o no eficaz para modificar positivamente el entorno. Sensacin de estar a merced del destino y considerar que sus conductas estn exteriormente dirigidas.

aFrOntaMientO eVitatiVO

Personas que revelaron un predominio de estrategias de afrontamiento evitativo o pasivo, en el que predominan conductas destinadas a evadir ocasiones para pensar en la situacin proble-mtica, sin realizar intentos activos por afrontar o tratar de resolver la situacin. Se utiliza una Escala abreviada de Afrontamiento.


sentirse naDa O POcO FeLiZ Personas que aseveraron sentirse nada o poco felices en su vida.

DFicit De aPOYO sOciaL estrUctUraL

Personas que afirmaron no contar con una red de apoyo por considerarse sin amigos y en ausen-cia de alguien a quien recurrir frente a una necesidad.

DFicit De aPOYO sOciaL aFectiVO

Porcentaje de personas que declararon no tener a alguien que las abrace y/o les demuestre amor y afecto.

estratiFicacin De LOs HOGares Y eL eMPLeO

cOnDicin sOciO-resiDenciaL

Mide cuatro modalidades diferentes de urbanizacin con diversos grados de presencia del Es-tado en lo tocante a la planificacin, regulacin e inversin pblica en bienes urbanos, y con una presencia tambin dispar de los distintos estratos socioeconmicos: a) NSE Medio Alto: Hogares en barrios con trazado urbano cuya media en el clasificador factorial de NSE se ubica por encima del percentil 70; b) NSE Medio y Medio Bajo: Hogares en barrios con trazado urbano cuya media en el indicador factorial de NSE se ubica entre los percentiles 25 y 69; c) NSE Bajo/Vulnerable: Hogares en barrios con trazado urbano cuya media en el clasificador factorial de NSE se ubica por debajo del percentil 25; y 5) Villas y Asentamientos. Hogares situados en villas de emergencia o en asentamientos informales.

niVeL sOciOecOnMicO

Estratificacin realizada a partir de una clasificacin en cuartiles tomando en consideracin el nivel educativo y la condicin ocupacional del jefe de hogar, el acceso a bienes y tecnologa y caracte-rsticas de la vivienda del hogar. Los hogares quedaron clasificados de la siguiente manera: a) Muy Bajo (1er. cuartil); b) Bajo (2do. cuartil); c) Medio Bajo: 3er. Cuartil; y d) Medio Alto (4to. Cuartil)

caLiDaD DeL eMPLeO De LOs JeFes De HOGar

Clasifica a los hogares a partir de las caractersticas del empleo del jefe del mismo. Las categoras fueron: a) Empleo pleno de derechos: Personas ocupadas en relacin de dependencia con des-cuentos jubilatorios; cuentapropistas profesionales y no profesionales con continuidad laboral que realizan aportes al Sistema de Seguridad Social; y patrones o empleadores con continuidad laboral que tambin realizan aportes a dicho sistema; b) Empleo precario: Personas ocupadas en relacin de dependencia que declaran que no se les realizan descuentos jubilatorios; cuentapro-pistas no profesionales que no realizan aportes al Sistema de Seguridad Social y/o sin continui-dad laboral; y patrones o empleadores que no realizan aportes a este sistema y/o sin continuidad laboral; c) Subempleo inestable/desocupado: porcentaje de personas sin empleo u ocupadas en trabajos temporarios de baja remuneracin o changas, trabajadores sin salario y beneficiarios de planes de empleo con contraprestacin laboral; y d) Inactivo: personas que no realizan una actividad econmica remunerada ni buscan empleo.

caLiDaD DeL eMPLeO De La POBLacin

Registra la calidad laboral de la poblacin de entre 18 y 60 aos que no estudia con residencia en el barrio: a) Empleo pleno; y b) Empleo precario/desempleo o inactivo

tiPO De HOGar

Da cuenta de la estructura del hogar en trminos de presencia y tipo de componentes que lo in-tegran: a) Hogar no familiar: Los componentes no tienen lazos de parentesco; b) Familiar nuclear completo: Presencia de ncleo conyugal completo; c) Familiar nuclear incompleto: Presencia de ncleo conyugal incompleto; y d) Familiar extendido: Presencia de componentes del hogar que no forman parte del ncleo principal.

estratO ecOnMicO-OcUPaciOnaL

Mide la condicin de clase de los hogares a travs de la condicin de actividad, la calificacin ocu-pacional, las fuentes de ingresos y el nivel de proteccin social del principal sostn econmico del grupo familiar. Los hogares se clasificaron dentro de los siguientes cuatro grupos: a) Clase media profesional; b) Clase media no profesional; c) Clase obrera integrada; y d) Clase trabajadora marginal

GrUPO etariO De LOs QUe cOMPOnen eL HOGar

Registra la presencia en el hogar de componentes dentro de distintos rangos etarios de manera ex-cluyente dando prioridad a las categoras ms bajas: a) 14-25 aos: b) 26-44 aos; y 3) 45 y ms aos


taBLa 1.2. FicHa tcnica De La encUesta

FicHa tcnica De La encUesta De La DeUDa sOciaL arGentina / BicentenariO 2010-2016

DOMiniO Aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o ms de la Repblica Argentina.

UniVersO Hogares particulares. Poblacin de 18 aos o ms.

taMaO De La MUestra

Muestra puntual de hogares/respondente de 18 y ms aos (2010-2014): 5.683 casos para cada ao 5.683 casos para cada ao. Muestra apilada 2011/2014: 11.464 casos. Muestra apilada 2010-2014: 28.415 casos.

tiPO De encUesta Multipropsito longitudinal.

asiGnacin De LOs casOs No proporcional post-calibrado.

PUntOs De MUestreO 952 radios censales.

DOMiniO De La MUestra

Aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o ms agrupados en 3 grandes conglomerados (Gran Buenos Aires, Otras reas Metropolitanas y Resto urbano). GBA: Ciudad Autnoma de Buenos Ai-res, Conurbano Zona Norte, Conurbano Zona Oeste y Conurbano Zona Sur. Otras reas Metropo-litanas: Gran Rosario, Gran Crdoba, San Miguel de Tucumn y Taf Viejo, y Gran Mendoza. Resto urbano: Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paran, Gran Resistencia, Gran San Juan, Neuqun-Plottier-Cipoletti, Zrate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Ro Grande.

PrOceDiMientO De MUestreO

Polietpico, con una primera etapa de conglomeracin y una segunda de estratificacin. La selec-cin de los radios muestrales dentro de cada aglomerado y estrato es aleatoria y ponderada por la cantidad de hogares de cada radio. Las manzanas al interior de cada punto muestral y los hogares de cada manzana se seleccionan aleatoriamente a travs de un muestro sistemtico, mientras que los individuos dentro de cada vivienda son elegidos mediante un sistema de cuotas de sexo y edad.

criteriO De estratiFicacin

Estratificacin socioeconmica efectuada por clasificacin y ordenacin de los radios censales, se-gn el promedio de nivel educativo del jefe de hogar en cada radio censal.

FecHa De reaLiZacin Cuarto trimestre de cada ao.

errOr MUestraL +/- 1,3%, con una estimacin de una proporcin poblacional del 50% y un nivel de confianza del 95%.


Venta DrOGas en LOs BarriOs Y FactOres De riesGO asOciaDOs

El crecimiento del narcotrfico en el pas cons-tituye un fenmeno que genera preocupacin en diversos mbitos de la vida pblica nacional, desde distintos espacios institucionales se ha manifes-tado inquietud sobre las consecuencias sociales, sa-nitarias, polticas, culturales y econmicas que oca-siona en sus distintos niveles el trfico de drogas y sobre las serias posibilidades que existen sobre su profundizacin1.

El narcotrfico constituye una actividad econmica ilcita. Como tal, la rentabilidad es un factor clave en su alcance y en las formas que toma su organizacin. El gran nivel de complejidad que actualmente asume esta actividad se manifiesta en la integracin de un conjunto amplio de actividades y agentes que hacen posible a escala global los procesos de produccin, distribucin, venta de estupefacientes y finalmente el lavado de activos producto de este trfico. Al mismo tiempo, la ilegalidad de la actividad implica que para asegurar el correcto funcionamiento de las distintas instancias del negocio, se apliquen, por parte de los actores involucrados, diversos tipos de estrategias a fines de organizar un conjunto de actividades e inter-cambios econmicos que por definicin no pueden ser formalmente reguladas2.

El narcomenudeo se constituye como un com-ponente necesario de este mercado ilcito ya que se configura como el nexo entre las cadenas de distribucin y los consumidores. Si bien el mismo adquiere distintas formas y su presencia atraviesa

1 El incremento de hechos de violencia y situaciones ligadas al narcotrfico que tienen como principal foco de atencin a ciudad de Rosario, constituyen una problemtica crecientemente visible que se manifiesta en cifras de homicidios, decomisos y allanamientos. Las expresiones pblicas desde el Vaticano, La Conferencia Episcopal Argentina, La Corte Suprema Argentina, la Auditora General de La Nacin, adems de las de numerosas organizaciones de la sociedad civil, entre otros, se presentan como manifestacin de preocupacin pblica.2 Silva de Souza, Rosinaldo (2004). Narcotrfico y economa ilcita: las redes del crimen organizado en Ro de Janeiro. Revista Mexicana de Sociologa, ao 66, nm. 1, enero-marzo, 2004, Mxico, D. F.

toda la estructura social, es en los espacios urba-nos ms vulnerables donde no solamente tienden a adquirir mayor visibilidad, sino que tambin en muchos casos contribuyen a configurar territorial-mente dichos espacios.

La expansin de la venta de drogas en los barrios ms vulnerables, particularmente en villas de emer-gencia y asentamientos est asociada tanto al dfi-cit en la presencia estatal, que se manifiesta en las dificultades para el acceso a derechos vinculados al hbitat urbano (vivienda, servicios, infraestructura bsica, proteccin, etc.), como as tambin en las po-cas posibilidades que presenta el mercado de trabajo a sus poblaciones. Con base en la falta de oportuni-dades educativas, laborales y las dificultades que se presentan en este contexto para llevar adelante pro-yectos de vida, el reclutamiento de los jvenes por parte de las redes de delito organizado resulta ms efectivo. La posibilidad de mayores ingresos que a los que podran acceder con un empleo precario, y la perspectiva de adquirir sentido de pertenencia y reconocimiento al interior de estas redes, se consti-tuyen como elementos que motivan el ingreso de j-venes en situacin de vulnerabilidad a esta actividad, sin dudas a un precio muy alto.

La falta de oportunidades y las dificultades del Es-tado para hacer efectivas sus regulaciones se presen-tan como algunos de los determinantes de la emer-gencia de redes de delito organizado en los barrios ms vulnerables. Cabe aclarar que las personas que habitan en estos territorios son gravemente perju-dicadas por la expansin del narcotrfico. Por una parte existe mayor exposicin al trfico y a las adic-ciones con consecuencias negativas para la salud in-dividual y para el bienestar de los grupos familiares afectados. Al mismo tiempo los residentes en villas, asentamientos y barrios vulnerables tienen mayo-res posibilidades de ser vctimas de hechos violen-tos producto de organizaciones delictivas. Por otra parte, cabe destacar que el establecimiento de redes de comercio ilegal contribuye a la construccin de te-rritorios estigmatizados que afectan negativamente a sus habitantes, que adems y como consecuencia tienden a ser objeto de la violencia estatal que se ma-nifiesta en abusos y arbitrariedad por parte de las fuerzas de seguridad.


registrO de ventas y trficO de drOgas en el barriO

Registro de venta de drogas en el barrio. Evolucin 2010-2014.

2010 2011 2012 2013 2014

Perodo 2010-2014. En porcentaje de hogares particulares.

FUENTE: EDSA-BICENTENARIO (2010-2016). OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA, UCA.

0

10

20

30

40

5045%

42%39%38%

30%

Figura 2.1

A lo largo del perodo 2010-2014 tuvo lugar un incremento en la percepcin sobre la existencia de venta de drogas en los barrios. Entre esos aos el registro de venta de drogas en los barrios se incre-ment un 50% llegando este reconocimiento al 45% de los hogares urbanos. La evolucin tuvo un incre-mento abrupto entre los aos 2010 y 2011 para expe-rimentar posteriormente un aumento constante.


Aos 2010-2014. En porcentaje de hogares particulares.

2010 2014

0

20

40

60

80

100

17%

30%40%

53%

22%

45%

64%

84%

NSEMEDIO ALTO

NSE MEDIO Y MEDIO BAJO

NSE BAJO-VULNERABLES

VILLAS Y ASENTAMIENTOS

PRECARIOS

Registro de venta de drogas en el barrio segn condicin socio-residencial.

Figura 2.2

El efecto del tipo de entorno urbano de referen-cia sobre el registro de venta de droga en el barrio se manifiesta a partir de los valores diferenciales que asumen los barrios de las distintas caractersticas socio-residenciales. Entre los aos 2010 y 2014, el in-cremento en el registro de venta de drogas tuvo lu-gar para todos los tipos de barrio. Sin embargo, este aumento no fue simtrico entre ellos. Mientras que para los barrios de NSE medio alto el incremento fue cercano a un 30%, para el resto el aumento se ubic entre el 50 y el 60% entre 2010-2014.


Aos 2010 y 2014. En porcentaje de hogares particulares.

2010 2014

CON PRESENCIA POLICIAL FALTA DE PRESENCIA POLICIAL

Registro de venta de drogas en el barrio segn presencia policial

Figura 2.3

0

20

40

60

80

100

25%

39%35%

54%



CON PRESENCIA POLICIAL FALTA DE PRESENCIA POLICIAL

Registro de venta de droga por condicin socio-residencial segn presencia policial

Figura 2.4

0

20

40

60

80

100

21% 26%

40%52%

64% 67%81% 86%

NSE medio alto

NSE medio y medio bajo

NSE bajo-vulnerables

Villas y asentamientos precarios


Si bien el registro de venta de drogas es mayor en los barrios con falta de presencia policial, se observa que dicha relacin es ms fuerte para los barrios de nivel socioeconmico medio y medio alto, mientras que la mayor o menor presencia policial no altera significativamente el registro de venta de drogas en barrios de nivel socioeconmico bajo/vulnerables ni en villas y asentamientos.

El registro de venta de drogas es mayor en los barrios con falta de presencia policial. Sin embargo, se destaca que entre los aos 2010 y 2014 el incre-mento en la percepcin sobre venta de droga creci en proporciones similares tanto en los barrios con presencia policial como en los que se registr falta de la misma.


Aos 2010 y 2014. En porcentaje de poblacin de 18 a 60 aos que no estudia.

2010 2014

EMPLEO PLENO EMPLEO PRECARIO O INACTIVO

Registro de venta de drogas en el barrio segn situacin laboral de sus residentes

Figura 2.5

0

20

40

60

80

100

28%35%38%

55%


Ao2014. En porcentaje de poblacin de entre 18 y 60 aos que no estudia.

EMPLEO PLENO EMPLEO PRECARIO O INACTIVO

Registro de venta de drogas en el barrio por condicin socio-residencial segn situacin laboral de sus residentes

Figura 2.6

0

20

40

60

80

100

23% 26%

43%51%

57%67%72%

83%

Barrios deNSE Medio Alto

Barrios deNSE medio y medio bajo

Barrios de NSE bajo/vulnerables

Villas yasentamientosprecarios


Si bien el registro de venta de drogas es superior en los barrios de condicin socio-residencial ms vul-nerable, la percepcin sobre venta de drogas en el barrio se incrementa en la medida en que en esos es-pacios es mayor la exclusin socio-laboral.

Se observa que el registro de venta de drogas en el barrio es superior en los espacios con mayor pre-sencia de actividades laborales precarias o de inacti-vidad entre personas en edad activa que no estudian. El incremento en la percepcin de venta de drogas tuvo lugar con de manera ms intensa en los barrios con mayor vulnerabilidad laboral.



No registran venta de droga en su barrio Registran venta de droga en su barrio

0

20

40

60

80

100

37%46% 48% 47%

58%68% 71%

82%

BARRIOS DE NSE MEDIO ALTO

BARRIOS DENSE MEDIO

Y MEDIO BAJO

BARRIOS DE NSE BAJO/

VULNERABLES


PRECARIOS

Sentimiento de inseguridad en el barrio por condicin socio-residencial segn registro de venta de droga

Figura 2.8



2010 2014

SIN REGISTRO DE VENTA DE DROGAS EN EL BARRIO

CON REGISTRO DE VENTA DE DROGAS EN EL BARRIO

Sentimiento de inseguridad en el barrio segn registro de venta de drogas

Figura 2.7

0

20

40

60

80

100

48%

64%

43%

69%


sentimientO de inseguridad y venta de drOgas en el barriO

El sentimiento de inseguridad es mayor en la me-dida que existe registro de venta de drogas en el ba-rrio. Entre los aos 2010 y 2014 se amplan las dife-rencias dado que el sentimiento de inseguridad en el barrio desciende para los barrios en los que no se re-gistra venta de droga y se incrementa en los barrios en los que se percibe la presencia de trfico.

El anlisis por condicin socio-residencial revela que el sentimiento de inseguridad en el barrio es in-ferior en los espacios residenciales de mayor poder adquisitivo. Se destaca por otra parte que el senti-miento de inseguridad es considerablemente mayor en los casos en los que se registra venta de drogas, este fenmeno se da con mayor intensidad en villas y asentamientos.


PrOBLeMas De aDicciOnes seVeras en La FaMiLia

El consumo abusivo de sustancias psicoactivas es una prctica social de relacin multicausal, y en este sentido constituye un fenmeno atravesado por un caudal de determinantes que remiten a aspectos individuales, familiares, econmicos, sociales y cul-turales. La adiccin severa a sustancias psicoactivas termina siendo un comportamiento nocivo tanto para el individuo como para su entorno familiar y so-cial. De ah la necesidad de abordar la problemtica del consumo de drogas o de alcohol como un sntoma social sistmico, teniendo en cuenta las implicancias psicosociales, socioeconmicas y socioculturales. Ahora bien, dado que los datos que aqu se presen-tan surgen de una encuesta poblacional y no de una entrevista bajo un encuadre mdico, las estimaciones que se ofrecen deben considerarse como una aproxi-macin de un piso mnimo de poblaciones con pro-blemas severos de adicciones.

En este marco, cuando se habla de adicciones se-veras o consumo problemtico de sustancias psi-coactivas se lo entiende como un sinnimo de toxi-comanas o drogadiccin, considerndolo como un estado de intoxicacin peridica o crnica provocado por el consumo repetido de una sustancia3. En nues-tro pas, segn informes recientes del Observatorio Argentino de Drogas (OAD) de SEDRONAR4, entre 2004 y 2010, aument la prevalencia de consumo de drogas ilcitas a nivel nacional en la poblacin de entre 16 y 65 aos. Entre las ilcitas, el consumo de

3 La Clasificacin Internacional de Enfermedades Dcima Versin, CIE 10, define al Sndrome de dependencia como el conjunto de manifestaciones fisiolgicas, comportamentales y cognoscitivas en el cual el consumo de una droga, o de un tipo de ellas, adquiere la mxima prioridad para el individuo, mayor incluso que cualquier otro tipo de comportamiento de los que en el pasado tuvieron el valor ms alto. La manifestacin caracterstica del sndrome de dependencia es el deseo (a menudo fuerte y a veces insuperable) de ingerir sustancias psicotrpicas (aun cuando hayan sido pres-criptas por un mdico), alcohol o tabaco. (Ver recuadro).4 Sedronar-OAD (2011). Tendencia en el consumo de sustancias psicoactivas en la Argentina 2004 2010. Poblacin. Buenos Aires. Sedronar.

marihuana pas de una incidencia de 1,9% a 3,5%, y el de cocana de 0,3% a 1%. Por el contrario, el uso de estimulantes sin receta (indebidos) al menos no ha-bra aumentado a pasar de 1,6% a 1,4%. Algo similar habra ocurrido con el alcohol, aunque con una pre-valencia de 48% en la poblacin. Segn los mismos estudios, la dependencia o adiccin severa afectara al casi el 50% de los consumidores de cocana, a me-nos el 17% de los que consumen marihuana y el 13% de los consumidores de bebidas alcohlicas.

Pero si bien estos estudios de corte epidemiolgico centrados en el individuo enfermo son importan-tes, desde nuestra perspectiva resulta relevante el contexto socio-familiar el en cual se inserta se desa-rrolla y tienen consecuencias graves las adicciones. El abuso de las drogas afecta a las familias creando un entorno inestable y muchas veces de violencia, espe-cialmente en los nios que son influenciados y afec-tados por el comportamiento de los padres, si bien un hermano tambin puede verse afectado por las acciones de otro que est abusando de las drogas. De este modo, las conductas pueden tener efectos du-raderos sobre los dems en el hogar, especialmente en los menores que crecen con los consumidores de drogas como modelos a seguir. La prdida de comu-nicacin y aislamiento familiar, la falta de sentido de pertenencia y de identidad, suele ser una carac-terstica distintiva en las familias con problemas de adicciones. En tanto que en los hogares con presencia de algn miembro adicto se observan consecuencias como el desempleo, la desercin escolar y alta inci-dencia de conflictos y violencia en el ncleo fami-liar. El problema por el consumo de alcohol y drogas puede afectar la forma en la que los miembros del ho-gar dialogan, actan y cuidan a sus familias.

El consumo de drogas y alcohol tiene como base un proceso de socializacin en el que influye la fa-milia como transmisora de creencias, valores y h-bitos que condicionan la probabilidad del consumo. En este sentido, las variables que refieren al grupo de amigos y a la vulnerabilidad familiar han tenido un lugar importante a la hora de entender los modelos que mejor explican las adicciones. Desde un modelo familiar de comprensin de las adicciones, estas son ms que patologas individuales ya que se trata de una modalidad de funcionamiento familiar en la que


participan todos los involucrados, contribuyendo en el sostenimiento de sntomas como indicadores de una ardua adaptacin social que se manifiesta en las distintas generaciones. En este sentido, se requiere un diagnstico familiar, social e individual que ayude a reconocer las caractersticas econmicas, sociales y educativas, as tambin como los recursos y dificul-tades que cada hogar atraviesa frente a la compleja situacin de la adiccin.

La novedad del presente informe consiste justa-mente en considerar cmo la adiccin al alcohol y/o a las drogas de algn miembro del hogar trae conse-cuencias sobre los dems integrantes de la familia. En este sentido, es sabido que las adicciones adquieren una instancia de severidad porque la prdida de con-trol y los episodios de consumo son ms frecuentes e intensos. Adems, se producen problemas familiares serios debido al tiempo que la persona toxicmana ocupa en actividades relacionadas con la adiccin y el uso. Comienzan a presentarse problemas laborales y escolares debido al mal funcionamiento psicosocial en el hogar, en tanto que en la persona adicta se ob-serva ms irritabilidad, ansiedad e intolerancia. La

inhabilidad para detener el consumo demuestra otra caracterstica de severidad del proceso adictivo, re-flejado en problemas en las relaciones familiares que pueden llegar a la separacin.

Sin desconocer que existen diferentes posibles con-dicionantes que atraviesan a la problemtica de las drogas, con la mirada puesta en el hogar, el ncleo de inters del anlisis tambin se circunscribe en las brechas que la adiccin severa puede presentar segn caractersticas socio-econmicas, residenciales, ocu-pacionales y de calidad del empleo del jefe, en tanto que tambin se observan las diferencias entre los gru-pos etarios presentes en los integrantes de la familia, el tipo de hogar y la percepcin de narcotrfico aso-ciada a la drogadiccin. Por ltimo, consideramos per-tinente presentar una mirada particular de la persona que mencion vivir en un hogar que est inmerso en la drogadiccin. Con este fin, se observan perfiles de indicadores que refieren al estado y calidad de la salud as como de recursos psicosociales diferenciados en aquellas personas que pertenecen a hogares que estn atravesando por una adiccin al alcohol o a las drogas, o exclusivamente a la drogadiccin.

snDrOMe De DePenDencia (manual diagnsticOs y estadsticO de lOs trastOrnOs mentales - dsm iv-tr -, 2003).

Es un patrn desadaptativo de consumo de la sustancia que conlleva un deterioro o malestar clnicamente significativos, expresado por tres (o ms) de los tems siguientes en algn momento de un perodo conti-nuado de 12 meses:

1. Tolerancia, definida por cualquiera de los siguientes tems: (a) una necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicacin o el efecto de-seado (b) el efecto de las mismas cantidades de sustancia disminuye claramente con su consumo continuado.2. Abstinencia, definida por cualquiera de los siguientes tems: (a) el sndrome de abstinencia caracterstico para la sustancia (b) se toma la misma sustancia (o una muy parecida) para aliviar o evitar los sntomas de abstinencia. 3. La sustancia es tomada con frecuencia en cantidades mayores o durante un perodo ms largo de lo que ini-cialmente se pretenda

4. Existe un deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el consumo de la sustancia. 5. Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtencin de la sustancia, en el consumo de la sus-tancia o en la recuperacin de los efectos de la sustancia. 6. Reduccin de importantes actividades sociales, labo-rales o recreativas debido al consumo de la sustancia.7. Se contina tomando la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicolgicos o fsicos recidi-vantes o persistentes, que parecen causados o exacer-bados por el consumo de la sustancia.




ADICCINAL ALCOHOL O A LAS DROGAS

ADICCIN AL ALCOHOL

ADICCIN A LAS DROGAS

ADICCIN AL ALCOHOL Y A LAS DROGAS

Adicciones severas en el hogar

Figura 3.1

0

1

2

3

4

5

0,9%

1,9%

2,7%

3,6%

adicciOnes severas segn el cOntextO sOciO-ecOnmicO del hOgar y de venta de drOgas en el barriO

Las adicciones severas registraron ser un problema en el 3,6% de las familias urbanas de la argentina co-rrespondiendo a una poblacin de 459.966 casos en el ao 2014. En dichos hogares habitan 1.524.350 personas que se incluyen dentro de una situacin de vulnerabi-lidad por ser parte o estar afectados por el problema. El consumo problemtico de alcohol es el princi-pal flagelo en las familias (2,7%), seguido de la adic-cin a las drogas ilegales. Estas ltimas se registran en el 1,9% de los hogares urbanos (242.759 casos) La adiccin asociada tanto a alcohol como a drogas ilcitas se hace presente en al menos el 0.9 % de los hogares (114.991 casos).


MEDIO ALTO MEDIO BAJO BAJO MUY BAJO

Adicciones severas en el hogarsegn el estrato socioeconmico

Figura 3.2

0

1

2

3

4

5

1,0%

1,8% 1,8%

3,1%

0,9%

2,2%

2,9%

4,7%

0,2%0,7% 0,9%

1,8%

Adiccin a las drogas Adiccin al alcohol Adiccin al alcohol y a las drogas


La adiccin al alcohol y a las drogas es diferenciada y ascendente segn condicin socioeconmica. En el estrato medio alto la declaracin de problemas por drogas y alcohol en el hogar no presentan diferencias, mientras que en el bajo y muy bajo el consumo de al-cohol se destaca el mayor el consumo de alcohol. En el estrato socioeconmico muy bajo la incidencia de la asociacin de toxicomanas de alcohol y drogas es 9 veces mayor que en el estrato medio alto y el doble que en el bajo.



Adicciones severas en el hogar segn registro de venta de drogas en el barrio

Figura 3.4

0

1

2

3

4

5

1,1%

3,1%

2,0%

3,7%

0,7%1,3%



SIN REGISTRO DE VENTA DE DROGAS EN EL BARRIO

REGISTRA VENTA DE DROGAS EN EL BARRIO


Adicciones severas en el hogar segn la condicin socio-residencial

Figura 3.3

0

1

2

3

4

5

1,0%

2,1%2,5% 2,6%

1,1%

2,4%

4,5% 4,3%

0,3%0,9%

1,6% 1,3%



NSEMEDIO ALTO

NSE MEDIO Y MEDIO BAJO

NSE MEDIO BAJO/VULNERABLES


PRECARIOS

La adiccin a las drogas se hace menos presente en hogares que viven en barrios de NSE medio alto en tanto que en las dems categoras socio-residenciales la drogadiccin se manifiesta de manera casi similar. El consumo de alcohol se observa con el doble de frecuencia en los hogares emplazados en barrios de NSE medio bajo/vulnerables, en villas y en asentamien-tos precarios que en las familias cuya residencia es en barrios del NSE medio bajo. La adiccin simultnea de alcohol y drogas es 5 ve-ces ms habitual en los hogares emplazados en contex-tos socio-residenciales ms deficitarios que en familias habitantes en barrios de NSE medio alto.

La presencia de una adiccin severa en el hogar es mayor si hay venta de drogas en el barrio. La toxicoma-na dual y el alcoholismo se duplican en los hogares con presencia de trfico de drogas en su entorno habitacio-nal. La frecuencia de drogadiccin en las familias que registran venta de droga en el espacio residencial en el que habitan es 3 veces mayor que en aquellos hogares donde no se mencion el narcotrfico en el barrio.



Adicciones severas en el hogar segn la calidad del empleo del jefe del hogar

Figura 3.6

0

2

4

6

8

10

1,4% 1,4%2,1%

3,1%2,0% 2,6

%

7,8%

2,0%0,6% 1,0%

2,8%

0,7%



EMPLEO PLENO EMPLEO PRECARIOSUBEMPLEO

/DESOCUPADO INACTIVO


Adicciones severas en el hogar segn el estrato econmico ocupacional del jefe del hogar

Figura 3.5

0

1

2

3

4

5

1,4 1,61,8

2,9

1,5 1,8

2,5

4,7

0,6 0,61,0

1,5



CLASE MEDIA PROFESIONAL

CLASE MEDIA NO PROFESIONAL

CLASE OBRERAINTEGRADA

CLASE TRABAJADORA MARGINAL

adicciOnes severas segn el estratO ecOnmicO OcupaciOnal y la calidad del empleO del jefe de hOgar

La adiccin severa a las drogas se duplica en los hogares con un jefe que se incluye en la clase traba-jadora marginal, en tanto que el alcoholismo se tri-plica en comparacin con las familias en que el jefe se posiciona en un sector medio profesional. En las familias en que el jefe del hogar pertenece a las cla-ses media profesional y no profesional las adicciones severas son casi semejantes en cuanto al abuso por alcohol y drogas, pero en los hogares cuyo jefe per-tenece a la clase trabajadora integrada se perciben mayores problemas de alcoholismo.

La presencia de alcoholismo es notable en aquellos hogares cuyo jefe posee un subempleo o est desocu-pado, si bien tambin se triplica la adiccin dual de alcohol y drogas con respecto a las dems categoras de calidad del empleo. El grupo de hogares con un jefe inactivo duplica la adiccin a las drogas a las familias cuyo jefe se enmarca en un empleo precario o pleno de derechos.


adicciOnes severas segn el tipO de hOgar y grupO etariO de lOs integrantes del grupO familiar


Adicciones severas en el hogar segn el tipo de hogar

Figura 3.7

0

1

2

3

4

5

1,4% 1,4%2,1%

3,1%

2,4% 2,1%2,7%

3,7%

0,5% 0,7%1,0%

1,4%



HOGAR NO FAMILIAR

HOGAR FAMILIAR CON NCLEO COMPLETO

HOGAR FAMILIAR CON NCLEO INCOMPLETO

HOGAR FAMILIAREXTENDIDO


Adicciones severas en el hogar segn grupo etariode los componentes del hogar

Figura 3.8

0

1

2

3

4

5

2,7%

1,6%0,9%

3,0%2,4% 2,2%

1,1% 0,9% 0,6%



ALGUIEN EN EL HOGAR DE ENTRE 14 Y 25 AOS

ALGUIEN EN EL HOGAR DE ENTRE 26 Y 44 AOS

ALGUIEN EN EL HOGARDE 45 AOS Y MS

En los hogares no familiares y en las familias de n-cleo completo se registra una menor incidencia en la problemtica de las adicciones que en el resto de los hogares, aunque en el primero es mayor la presencia de alcoholismo. Al mismo tiempo, en el hogar familiar nuclear incompleto asciende de manera significativa el problema de consumo adictivo de drogas y alcohol y los hogares extendidos duplican la presencia de toxi-comanas con respecto a la familia nuclear completa.

Las adicciones severas al alcohol, drogas o a ambas se manifiesta ms en aquellos hogares donde hay in-tegrantes jvenes de entre 14 y 25 aos. Si bien en los ms jvenes se observa mayor problemtica alco-hlica las diferencias generacionales hacia la adiccin a dicha sustancia es casi similar en los tres grupos comparados. Al comparar los hogares en los que los integrantes tienen 45 aos o ms, la drogadiccin se duplica entre los grupos de familias con componentes entre los 26 y los 44 aos, en tanto que se triplica en aquellos que pertenecen al grupo ms joven.


caractersticas cOmparadas de salud y recursOs psicOsOciales de las persOnas que viven en hOgares cOn adicciOnes

Las enfermedades graves o crnicas son enunciadas de manera levemente diferentes, marcando un mayor dficit de salud las personas que dijeron tener proble-mas por una adiccin al alcohol y/o a las drogas en al-guno de los integrantes del hogar. Altos sntomas de ansiedad y depresin se muestran en casi la mitad de las personas que viven en un hogar con problemas de adicciones, en donde hay drogadic-cin se observa ms frecuentemente malestar psicol-gico, diferencindose notablemente de las personas en cuyo hogar no hay adicciones. La consulta o tratamiento psicolgico o psiquitrico se concreta en el doble de individuos en cuya familia hay algn miembro sumido en la adiccin ya sea por al-

Aos 2012 y 2014. En porcentaje de poblacin de 18 aos y ms.

Perfil comparado de la salud de las personas que viven en hogares sin adicciones, con adicciones y con adiccin a las drogas

Figura 3.9

0

10

20

30

40

50

38,8%

21,0%

10,1%16,4%

26,5%

42,5% 44,0%

17,9%

27,8%

47,3%

38,2%45,5%

16,9%

31,3%

46,6%

38,8%

21,4%

10,2%

16,7%

26,9%


PERCIBIRSE CON PROBLEMAS GRAVES O CRNICOS DE SALUD

ALTA SINTOMATOLOGA ANSIOSA Y/O DEPRESIVA

CONSULTAR O REALIZAR TRATAMIENTO CON

PSICLOGO O PSIQUIATRAPRESENTAR DIFICULTADES

EN EL SUEO TENER EL HBITO DE FUMAR

Hogar sin adiccin Hogar con adiccinal alcohol y/o drogas

Hogar con adiccina las drogas

Total

cohol o drogas, que en las personas que no atraviesan esta problemtica. Las dificultades en el sueo se perciben en un tercio de personas que se incluyen en una familia con adiccio-nes, observando el doble de malestar en el sueo que las personas que viven en los hogares sin adicciones. Los encuestados que dijeron que algn integrante del hogar tena problemas graves con las drogas se diferen-ciaron con una peor calidad del sueo. El hbito de fumar es notoriamente asociado a aque-llas personas que pertenecen a un hogar vulnerable por las toxicomanas. Fuman la mitad de las personas que en su contexto familiar hay adicciones sin diferencia en cuanto al tipo de dependencia.


Aos 2012 y 2014. En porcentaje de poblacin de 18 aos y ms.

Perfil comparado de recursos psicosociales de las personas que viven en hogares sin adicciones, con adicciones y con adiccin a las drogas

Figura 3.10

0

10

20

30

40

50

16,9%

10,0%

29,4%23,6%

12,6%

21,1% 19,0%

44,6%

29,9%25,4%

11,9% 12,2%

42,8%

32,5%

18,4%17,1%

10,3%

30,0%

23,8%

13,0%

Hogar sin adiccin Hogar con adiccinal alcohol y/o drogas

Hogar con adiccina las drogas

Total


CREENCIA DE CONTROL EXTERNO

SENTIRSE POCO O NADA FELIZ

AFRONTAMIENTO EVITATIVO

DFICIT DE APOYO SOCIAL ESTRUCTURAL

DFICIT DE APOYO SOCIAL AFECTIVO

La creencia de control externo, referida a la con-viccin de que lo que ocurre es resultado del azar el destino o la influencia de otros con mayor poder, en lugar de creer que es un producto del propio comporta-miento. Es notorio como en las personas en cuyo hogar existen adicciones se percibe en mayor medida que los eventos no pueden ser controlados y se instala una falta de valoracin del esfuerzo y de la dedicacin personal por estimar la eficacia del propio accionar para producir cambios. Sin embargo en los individuos que tienen una familia sumida en la drogadiccin la creencia de control refiere ms a lo interno. La percepcin de infelicidad se muestra el doble en aquellos encuestados que indicaron presentar proble-mas de adicciones en el hogar ya sea por alcohol o dro-gas, sin embargo en el anlisis exclusivamente de las personas integradas en familias con adiccin a las dro-gas muestra muy poca diferencia con los que no tienen esta situacin. El afrontamiento evitativo es utilizado de manera ms habitual en aquellas personas que atraviesan una proble-mtica en el hogar referida a toxicomanas. La mitad de

las encuestados con problemas de adicciones en el hogar dijeron tener un modo de afrontar que se caracteriza por minimizar la situacin, ya sea ignorando su existencia, es-capando de la misma o evitando tomar la responsabilidad de resolverla. Si bien la drogadiccin en el contexto fami-liar tambin se asoci con un estilo evitativo de afronta-miento, esta fue levemente menor que el grupo de per-sonas donde se incluyen de manera indiferenciada a los hogares con adiccin al alcohol y las drogas. La percepcin de no contar con una red de apoyo o contencin frente a necesidades es mayor en las perso-nas con hogares sumidos en la adiccin a las drogas, aun-que en aquellas que tienen una familia con algn tipo de adiccin severa tambin es por encima de los personas que no tienen hogares con dificultades toxicomanas. Si bien los individuos con algn integrante con toxi-comanas en el hogar mencionaron falta de apoyo so-cial afectivo, una de cada 4 personas que pertenece a un hogar con problemas de adicciones severas por alcohol y/o drogas dice no contar con alguien que le demuestre amor y cario, este dficit se minimiza a la mitad entre las personas con hogares sin adicciones.

aLGUnOs resULtaDOs Y Pistas De accin QUe sUrGen De Un estUDiO sOBre eL cOnsUMO De DrOGas en JVenes DeL Gran La PLata (2012).

Constanza Cilley y Ricardo Manuel Hermelo

riesgo para la salud, no obstante es ms atenuada la visin que existe respecto al alcohol y a la marihuana (para 4 de cada diez constituyen un riesgo leve o nin-gn riesgo para la salud).

En cuanto al consumo de drogas, los resultados del estudio muestran que 3 de cada 10 jvenes mani-festaron haber probado drogas alguna vez y la mitad (15% del total de los jvenes de 15 a 25 aos) expres haber consumido en los ltimos 30 das. Cabe des-tacar que en este tipo de encuesta encuesta domi-ciliaria y personal- puede haber sub-declaracin del consumo, por lo que las cifras de prevalencia podran ser todava mayores. Tambin sobre este punto es interesante sealar que cuando se les pregunta a los padres por el consumo de sus hijos, se detecta una brecha entre lo que piensan los padres y lo que hacen efectivamente los hijos: los hijos declaran consumir ms de lo que piensan los padres -y esto se reitera no solo respecto a drogas sino respecto a las bebidas alcohlicas-. El inicio del consumo de drogas se da en promedio a los 17 aos edad un poco posterior a la de inicio del consumo de tabaco y alcohol (que es 15 aos), aunque es interesante destacar que la mitad de los consumidores empez antes de los 17 aos.

Con relacin a hbitos que pueden considerarse problemticos, aparece el consumo de drogas aso-ciado al consumo de alcohol En este sentido el 60% de los consumidores de drogas seala que la ha con-sumido junto con una bebida alcohlica al mismo tiempo Por su parte, cerca de 2 de cada diez con-sumidores declaran respectivamente: que han con-sumido ms de una droga al mismo tiempo, que no siempre que quieren son capaces de frenar su con-sumo, que han tenido prdidas de memoria o im-genes del pasado, que se han sentido mal o culpables por su consumo, que su pareja o familiares suelen quejarse de su consumo El consumo de drogas se da por lo general entre amigos (80%). La casa de los

A fines de 2012 se realiz una investigacin cuali-cuantitativa sobre el consumo de sustancias psicoacti-vas entre los jvenes del Gran La Plata. La investiga-cin surgi de una iniciativa conjunta del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Catlica Argentina y la Fundacin Florencio Prez. La idea prin-cipal fue poder realizar un estudio de base que permi-tiera hacer un diagnstico del estado de situacin de la temtica. La investigacin abarc el uso de distintas tcnicas, tanto cuantitativas como cualitativas: encues-tas, grupos focales y entrevistas en profundidad a in-formantes clave y especialistas. Se trat de un proyecto ambicioso pues se tocaron mltiples perspectivas as como un amplio espectro de temticas.

Uno de los aspectos importantes que se abord se refiri a los factores de riesgo, es decir los factores que pueden aumentar las posibilidades de que una persona consuma drogas. Dentro de esta dimensin se encuentran por ejemplo la percepcin del dao aso-ciado al consumo de cada droga, la curiosidad por pro-bar, el nivel de consumo del entorno, el conocimiento lugares donde venden drogas, etc. En este sentido el estudio revela que alrededor de 6 de cada diez jvenes dijeron que era muy o bastante fcil conseguir dro-gas, lo que muestra el amplio rango de disponibilidad. La marihuana es la sustancia de ms fcil acceso, aunque que para un tercio de los jvenes sera fcil tambin conseguir cualquier otro tipo de drogas. Otro dato significativo indica que a la mitad de los jvenes del Gran La Plata les ofrecieron drogas alguna vez y un tercio menciona conocer lugares donde se venden drogas. Con respecto al entorno prximo, 6 de cada diez jvenes manifestaron que tienen amigos que con-sumen marihuana y casi 3 de cada 10 tienen amigos que consumen que consumen cocana. En cuanto al posible dao del consumo de sustancias psicoactivas, segn la perspectivas de los jvenes el consumo habi-tual de todas las sustancias est asociado con un gran


nOta De inVestiGacin

amigos es el principal lugar de consumo, seguido por lugares pblicos, esto ltimo especialmente entre los varones. La propia casa es mencionada por cerca de un 4 de cada 10 consumidores. En cuanto a informa-cin sobre los riesgos del consumo de drogas, si bien la mayora de los jvenes opina que se informan poco o nada sobre el tema, 8 de cada 10 jvenes entrevis-

Cmo intervenir estratgicamente en relacin a la problemtica de las drogas? Ante el desafo de actuar, el estudio revela algunas pistas:

tados dicen que les gustara contar con esa informa-cin y consideran que los padres son los principales responsables de brindarla, seguidos por el gobierno y las instituciones educativas, como escuelas o uni-versidades. Complementariamente, tambin los pa-dres declaran mayoritariamente que les gustara te-ner ms informacin sobre el tema.

Comprender que los hijos suelen estar ms informados que los padres. Colocar el foco en la capacitacin de los padres y no slo en los jvenes.

Brindar informacin adecuada, confiable y accesible, tanto para padres como para hijos, en un tono que genere empata y credibilidad, sobre todo en los jvenes (por ej: tener en cuenta las diferencias y necesidades existentes entre los distintos grupos de edad y entre las distintas drogas).

Generar para los jvenes mbitos de consulta y dilogo donde no se estigmaticen consumos que para ellos no son problemticos y forman parte de lo cotidiano.

Abrir lugares de dilogo tratando de subsanar las brechas existentes en las representaciones y percepciones en-tre los jvenes y sus padres, generando espacios de dilogo con moderadores que puedan aproximar las distintas visiones de cada uno.

Generar materiales e instancias de informacin orientados a padres y que tengan en cuenta las perspectivas de los hijos y viceversa.

Facilitar el rol de la escuela como mediadora entre los jvenes y sus padres. Y en ese marco, fortalecer el rol de los docentes, brindndoles herramientas adecuadas para abordar estos temas (formacin especfica, recursos, etc.)

Articular la accin de la escuela con otros actores del Estado y de la sociedad civil y acercar los recursos ya dis-ponibles en reas de prevencin.



FUENTE: ESTUDIO SOBRE EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LOS JVENES EN GRAN LA PLATA.OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA Y FUNDACN FLORENCIO PEREZ.

Ao 2012. En porcentaje de poblacin de jvenes de 15 a 25 aos. Gran La Plata.

Caractersticas del consumo de sustancias psicoactivas

Tabla 1

BEBIDAS ALCOHLICAS TABACO DROGAS

PREVALENCIA DE VIDA(% QUE CONSUMI ALGUNA VEZ EN LA VIDA)

PREVALENCIA DE MES(% QUE CONSUMI EN LOS LTIMOS 30 DAS)

EDAD DE PRUEBA

PERCEPCIN DE LA SUSTANCIA COMO DAINA

82% 51% 27%

58% 33% 15%

15 AOS 15 AOS 17 AOS

71% 92% 87%

MUESTRA: 401 CASOS.

FUENTE: ESTUDIO SOBRE EL CONSUMO DE SUSTANCIAS PSICOACTIVAS EN LOS JVENES EN GRAN LA PLATA.OBSERVATORIO DE LA DEUDA SOCIAL ARGENTINA Y FUNDACN FLORENCIO PEREZ.

Ao 2012. En porcentaje de poblacin de jvenes de 15 a 25 aos. Gran La Plata.

Conocimiento de lugares donde vendan drogas

Tabla 2

MUESTRA: 401 CASOS.

CONOCS ALGN LUGAR DONDE VENDAN DROGAS? % QUE MANIFEST CONOCER ALGN LUGAR DE VENTA DE DROGAS % TOTAL Y POR SEGMENTO

TOTAL 28%

VARONES 29%

MUJERES 26%

15 A 17 22%

18 A 21 32%

22 A 25 28%

28%SI

72%NO

Esta nota es el resultado de un proyecto de inves-tigacin del ODSA (1), cuyo objetivo fue profundizar cualitativamente en el estado del desarrollo humano y social de los habitantes de ocho villas o asentamien-tos del rea Metropolitana de Buenos Aires: Se trata de un estudio cualitativo (a travs de entrevistas, grupos focales y aplicacin de cuestionario semies-tructurado) de los siguientes asentamientos/villas/barrios del Conurbano Bonaerense: 22 de enero San Justo; El Fondo de Villa Caraza Lans; Villa Garrote/Almirante Brown Tigre; La Portea/La-tinoamericano - Moreno; El Martillazo/Gral. San Martn - Ituzaing; La Palangana - La Matanza, Parque Alvear II- Malvinas Argentinas y Villa Hudson Florencio Varela.

En l encontramos que la mayor parte de los en-trevistados reconocieron el consumo problemtico de las drogas ilegales como uno de los dos problemas ms importantes, junto a la inseguridad. En tal sen-tido, consideramos consumo problemtico de drogas cuando ste afecta negativamente en forma oca-sional o crnica a una o ms reas de la persona: su salud fisca o mental, sus relaciones sociales pri-marias (familia, pareja, amigos,), sus relaciones so-ciales secundarias (trabajo, estudio) y sus relaciones con la ley (Kornblit, A.L., Camarotti, A. C. y Di Leo, P.,2014) (2)

Consultados los animadores comunitarios y ve-cinos de los ocho barrios mencionados sobre cules crean eran las drogas ms consumidas en el barrio, cmo pensaban que evolucion el consumo y qu se hace para combatirlas, encontramos que el tipo de drogas de mayor consumo son la marihuana y el paco. En menor proporcin la cocana, aunque en

algunos de estos barrios tambin se mencionan las bebidas mezcladas con pastillas y los pegamentos. En cuanto a su evolucin, la tendencia que advierten es el crecimiento del consumo y tambin la mayor venta de drogas en el vecindario. Una de las entrevistadas agreg que en los ltimos aos ha ido creciendo no solo el consumo de drogas sino las cooperativas familiares que se dedican a la venta de las mismas. Por fin, frente a este reconocimiento se menciona que no es posible para los vecinos hacer las denun-cias correspondientes por temor a las represalias. Las esquinas como lugar de reunin de los chicos y jvenes parece ser el espacio propicio para el inicio del consumo y venta de drogas ilegales, donde stos se encuentran fuera del control de los adultos, del colegio y del mundo del trabajo.

Frente a la cuestin acerca de quines consumen, la mayora de los respondentes mencionan a los ni-os, adolescentes, jvenes y algunos adultos con alta trayectoria en adicciones (3). Por otra parte, un ve-cino agrega que las chicas se inclinan ms por las bebidas y las pastillas . Otro, que en los grupitos de las esquinas se mezclan tambin chicos que tie-nen un poquito ms de edad, que ya no son de 10-11 aos. Hay chicos de 17-18, y con ms edad tambin. Esos son quienes los incitan. Porque tambin deben ser los que proveen las drogas

Por tanto, el acceso al consumos de sustancias psi-coactivas parece estar vinculado a que los nios vi-ven en la calle, fuera del control de sus padres, y son presa fcil para los intermediarios y que frente al pe-ligro que supone la oferta de la droga para los nios, adolescentes y jvenes, no hay otra propuesta ms atractiva. Segn los vecinos la falta de espacios ins-

cOnsUMO PrOBLeMticO Y Venta De DrOGas en ViLLas/asentaMientOs DeL cOnUrBanO BOnaerense

Alicia Casermeiro de Pereson


nOta De inVestiGacin

titucionalizados de contencin hace que la droga (sea) ms fuerte. Las madres tambin se quejan porque(no hay) un lugar donde dejar a los chicos, (no hay) canchita para recreacin y guardera mien-tras las madres trabajan, y (falta) estimulacin para los nios o que los aleje de la droga.

Finalmente, segn la percepcin de los vecinos y referentes comunitarios, hay pocas posibilidades de tratamientos para superar la drogadiccin Aunque se reconoce que existen algunos centros como el SE-DRONAR y los de los centros comunitarios, stos son pocos y no alcanzan, tiene pocos o nulos profesionales y es difcil conseguir vacantes.

Lo expuesto nos habla de vulnerabilidades indivi-duales, familiares y comunitarias, que atraviesan a todos los sectores sociales, pero que adquieren espe-cial significacin en grupos poblacionales que pade-cen de vulnerabilidades altas, tales como los desocu-pados, quienes tienen bajo ndice de escolaridad, las vctimas de violencia, los que viven en zonas con alta disponibilidad de sustancias y frecuentes episodios de inseguridad.

(1) El trabajo de entrevistas, grupos focales y aplicacin del cues-tionario semiestructurado, junto con el Informe de investigacin sobre condiciones de vida en ocho comunidades del conurbano bonaerense desde la perspectiva de los involucrados, estuvieron a cargo de Silvia Balzano y Elena Houquebie, con la direccin de Alicia Casermeiro Pereson. (2) Kornblit, A.L., Camarotti, A. C. y Di Leo, P. Brindemos con salud. Herramientas para prevenir el consumo abusivo del alcohol, Buenos Aires, Novedades Educativas, 2014.(3) Cabe sealar que hay varios casos en los que la distribucin de las drogas est ms concentrada entre la poblacin adulta que entre los nios y adolescentes.


Recomendaciones

yor impacto. Esto estara indicando que en los barrios ms pobres o medios profesionales existe un dficit de control, falta de efectivi-dad o connivencia policial con esta forma de comercio ilegal.

En hogares donde son ms precarias las condi-ciones socioeconmicas, educativas, laborales y residenciales se registran mayores ndices de drogadiccin. Mejorar la calidad educativa, crear un hbitat inclusivo, acceder a mejores escenarios de vida y de empleo son factores que reducen de manera significativa en riesgo a adicciones en los sectores ms pobres.

El perfil de los hogares extendidos o nuclea-res incompletos muestra que determinado en-torno familiar constituye un factor asociado a las adicciones, creando una especie de efecto mltiple en donde la composicin del hogar influye en la adiccin as como la adiccin re-percute negativamente sobre la convivencia familiar.

Crear recursos y fortalezas psicosociales a tra-vs de modos adecuados de afrontamiento, de actitudes frente a la externalidad y de conten-cin social, mejoran la calidad de salud tanto fsica como mental de las personas que se en-cuentran atravesadas por un contexto familiar con adicciones.

Los indicadores emocionales manifiestan una implementacin de ayuda desde los profesio-nales de la salud mental que no se refleja en la concrecin de tratamiento o bsqueda de atencin por parte de las familias afectadas por adiciones.

La lucha contra el narcotrfico no puede fun-darse en una accin represiva sobre las vcti-mas ni sobre los eslabones ms precarios de la cadena sino que debe centrarse y extremar esfuerzo en erradicar las organizaciones de-lictivas, circuitos econmicos y polticos que protegen y promueven la venta y consumo de drogas ilegales.

Es necesario establecer un consenso amplio entre las principales fuerzas polticas y organi-zaciones sociales del pas sobre polticas estra-tgicas que tengan como rea prioritaria tanto la erradicacin de las bandas delictivas como la inclusin social de las poblaciones en riesgo.

La prevencin del consumo de las sustan-cias psicoactivas se vincula a la distribucin y comercializacin de drogas. En este caso, la conducta preventiva debera centrarse en in-tervenciones que interrumpan y eviten la pro-duccin, venta y trfico de las drogas en espa-cios comunitarios.

La prevencin de las adicciones debera enten-derse como un proceso integral para promo-ver un cambio en la situacin actual en toda su complejidad, a travs de una propuesta para el desarrollo de acciones y proyectos preventivos basados en la participacin comunitaria y la coordinacin de diversas instituciones y acto-res sociales.

El registro de venta de drogas en el barrio desciende de manera poco relevante ante una mayor presencia policial, con excepcin de los barrios de nivel socioeconmico medio, donde la presencia de fuerzas de seguridad logra ma-


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Observatorio de la Deuda Social Argentina presentado hoy por la UCA