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5/20/2018 OCHOA Tesis Eunapio
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ERYTHEIA
Estudios y Textos
1
Jos A. OCHOA
La transmisin
de laHistoriade Eunapio
Madrid 1990
5/20/2018 OCHOA Tesis Eunapio
2/324
Edita: Asociacin Cultural Hispano Helnica (ACHH)
de la coleccin Estudios y Textos: AC HH
de la monografa: Jos
A.
Ochoa
ISBN 84-87724-00-0
Depsito Legal M-40988-90
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PROLOGO
La Coleccin de Estudios y Textos de la revista
Erytheia
se abre hoy con esta
monografa de Jos A. Ochoa sobre la transmisin de la
H istoria
de Eunapio de
Sardes. El hecho no es en absoluto casual, viene a reflejar en buena me dida
como lo podrn corroborar volmenes sucesivos de esta Coleccin la
trayectoria iniciada hace algunos aos en torno a la primera revista que en nuestro
pas se viene dedicando a los estudios, sobre el mundo griego medieval y moderno.
Tras demasiado tiempo de ausencia de inters por este campo y de algunos
benemritos intentos, siempre frustrados por unas u otras causas, pero debidas casi
siempre a una visin restrictiva de lo griego en lo relativo a la lengua y a la
historia, se echa de menos entre nuestros fillogos e historiadores la atencin que
realmente merecen todos los fenmenos del trnsito de la Baja Antigedad a
Bizancio, claves ineludibles para la comprensin certera de lo que habra de venir.
Esto se discuti en un coloquio celebrado en Madrid (1987) en torno a la obra
cientfica de A. Momigliano y la crtica histrica en Espaa. All junto al
reconocimiento de la escasa, cuando no n ula, atencin y, por ello, eventual influjo,
que ha tenido entre nosotros el caudal de ideas renovadoras del historiador y
crtico italiano, se revis tambin el vaco que ha supuesto la ausencia de una
corriente de estudio interesada en profundizar en un anlisis y una crtica histrica
fundamentada en un mtodo pluridisciplinar, tanto aplicada al mundo antiguo
como al mundo bizantino. El foco de actividad polarizado en torno aErytheia y
algunas de sus actividades, como las Jornadas sobre Bizancio, ha venido a
constituir, modestamente, un intento de ruptura de esa capa de indiferencia y, a
veces,
de recelo que vena congelando en nuestro pas la necesaria renovacin en el
enfoque de lo griego.
El presente estudio aborda uno de los escollos de la historiografa tardoantigua
y el que mejor refleja las luces y sombras de la transicin del mundo antiguo al
mundo protobizantino, el declive irremisible de una cultura y el nacimientocontrovertido de otra nueva pero legitimada por la institucin imperial. La
investigacin sobre la historiografa contempornea con los sucesos de los siglos
IV-VI se halla muy necesitada de un enfoque rigurosamente filolgico pero sin
excluir mtodos ms propios del intrprete de la historia y ello por dos razones
elementales: una, debido al valor documental de una paideia no por pagana
menos valiosa para las nuevas necesidades ideolgicas que estaban cambiando de
signo,
y, otra, por lo peculiar y complejo de su transmisin, debido precisamente a
la transicin de un tipo de mentalidad a otro. En esos siglos, la Nueva Roma va
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VI Jos A. OCHOA,
L atransmisinde la
Historia
deEunapio
adquiriendo su fisonoma, cada vez ms bizantina y menos romana, a la vez que
delimita y define su funcin histrica. Este trnsito entre antigedad y medievo
supone, de hecho, una fusin de componentes antiguos, tradicionales, con la
revolucin representada por los nuevos valores del cristianismo, el resultado ser
una nueva civilizacin que an durara otros mil aos, aunque seguir
pervidiviendo, ms o menos modificada, en el resto de la Ortodoxia, especialmente
en el mb ito eslavo.
El gnero literario donde ms se acusa la necesidad de una nueva utilizacin de
los datos histricos para legitimar la teologa poltica, nutriente ideolgico
esencial, de la doctrina sobre el poder del emperador cristiano, es la
historiografa. Las necesidades de reinterpretacin de la historia por parte de la
Iglesia se inspirarn ahora bsicamente en la historiografa
judeo-cristianizante
y
en la surgida en torno
a
las escuelas helnicas de la segunda sofstica. La historia
eclesistica pugnar, as, con la de inspiracin pagana para el exaltar el triunfo
providencial de la nueva fe. La necesidad intelectual y poltica, de crear una
historia propia, obliga a acudir a los recursos que suministra la tradicin antigua,
por lo dems la nica posible, y chocar contradictoriamente con la avanzadilla de
la nueva mstica, el monaquismo. La denostada
paideia,
a travs de la escuela,
informa poderosamente todo el proceso inicial de fusin entre el anterior orden
pagano y el nuevo cristiano. El clima de "coexistencia pacfica" entre paganos y
cristianos, propiciado y teorizado por Juliano y continuado por Joviano,
Valentiniano y Valente, result decisivo para el mantenimiento y la readaptacin
de valores antiguos asimilados a las nuevas necesidades. Pensemos en figuras como
Temistio, confeso sofista pagano reconocido por unos y otros, en Teodoro de
Mopsuestes y Juan Crisstomo recibiendo lecciones de paganos como Libanio, el
propio Eunapio, discpulo de un cristiano como Proeresio.
En estos siglos inicales de Bizancio se produce una suerte de comunin cultural,
favorecida por el hecho de que el cristianismo carece, en principio, de escuelas
propias, por lo que los cristianos absorben en la escuela una instruccin plena de
valores del viejo orden. De esta forma se van asumiendo medios de expresin de la
literatura griega pagana. Se produce un verdadera transposicin de formas
literarias y de pensamiento a travs de las cuales se expresan dos mundos y dos
concepciones de la vida totalmente opuestas. A Eusebio de
Cesrea
le corresponde,
con justicia, el ttulo de primer escritor propiamente bizantino, por la misma
razn que le cabe a Constantino el de primer emperador, Eusebio adapta el
pensamiento histrico pagano a la nueva realidad, creando la historia eclesistica
comoun gnero especfico y convirtindola en el principal soporte de la teologa
poltica. Eusebio era consciente de que estaba articulando un nuevo tipo de
historia, con precedentes en la historiografa
judeo-helenstica,
la de Josefo por
ejemplo, y en la historia cultivada en las escuelas filosficas. De la primera
Eusebio toma el concepto de "nacin" opuesto al de otras, y de la historiografa
sofstica toma el concepto de
didaskalewn
, es decir, de "escuela de pensamiento",
pero aplicado a la Iglesia. A partir de aqu, Eusebio consigue imprimirelementos
innovadores,como-laposicin del cristianismo respecto de la filosofa antigua y de
las instituciones heredadas del inmediato pasado pagano. En la base del discurso
histrico de Eusebio alienta siempre un principio dominante, la historia es una
especie de "demostracin evan glica".
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Prlogo VE
La historiografa despus de Eusebio se prolongar por dos caminos: la de tipo
eclesistico, con figuras como las de Scrates, Sozmeno, Teodoreto o Filostorgio
y la historiografa profana, con Eunapio, Olimp iodoro, Prisco,
Maleo
y Zsimo.
La obra de Eunapio, fuente de la de Zsimo, pero tambin de la de cristianos
como Filostorgio y Juan de Antioqua, es emblemtica de la resistencia al declive
inexorable del paganismo, pero, al margen de la mayor o menor animadversin
contra los emperadores cristianos, es justo destacar la precisin en la exposicin y
el rigor de los datos que maneja y la fuerza con que desvela los males de la
sociedad de su tiempo. Mas el inters de Eunapio no slo estriba en ser el
representante ms sealado de la ltima barrera de oposicin pagana, en medio
todava de un clima de convivencia precaria pero frtil, sino en el destino de su
obra histrica. El porqu y el cmo de su prdida y de la transmisin de lo
salvado plantean muchos y polmicos interrogantes. El estudio de J.A. Ochoa entra
abiertamente en ellos y contribuye de forma decisiva al esclarecimiento de no
pocos,
as como a la fijacin exacta de los trminos en que deben quedar
circunscritos aquellos otros cuya solucin resulta imposible. Todo este trabajo,
rigurosamente filolgico, permitir abordar con una luz nueva la nada fcil tarea
de la edicin crtica de los
Fragmenta
Histrica , empeo que el autor
nos
consta pronto coronar.
Pedro
Bdenas
de la Pea
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NDICE
Pr l og o, por Pedro Bdenas delaPea V
ndice IX
Abreviaturas XI
INTRODUCCIN
1
Objetivos de este estudio 1
La revisin de la edicin dela
Historia
de Eunapio 2
Las fuentes de Eunap io 7
l
TESTIMONIA 9
1.1-
El testimonio de Focio 11
Informaciones de Focio sobre la
Historia
de Eunapio 11
Problemas de lxico 14
Fiabilidad de Focio 18
1.2-
El testimonio de las Vitae Sophistarum 29
Los pasajes referidosala Historia 29
Uso de las
Vitae Sophistarum
para interpretar la
Historia
37
El problem a del gnero literario 40
1.3-
Otros testimon ios 49
Dos escolios atribuibles a Aretas 49
Testimonos en
laSuda
55
II . FONTES 57
II.l-Los
Excerpta
Histrica 65
Tradicin manu scrita 68
Mtodo de trabajo... 77
Anlisis del Eunapio transmitido por los
Excerpta
Histrica 82
IX
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Jos A. OCHOA,La transmisin de la Historia de Eunapio
II.2- El
lxicoSWa 137
Fuentes de laSuda 139
Mtodo de trabajo en la Suda 142
Inters de laSuda por Eunapio 144
Nombres propios 145
Nombres comunes 166
El Eunapio transmitido por la Suda 195
El uso de los textos en la Suda 195
Posibilidades de atribucin de citas a Eunap io 205
Los fragmentos de Eunap io 217
III . LOCI SMILES 227
111.1-
Z sim o : . . .231
Valoracin de Zsimo como his toriador. . . .. 231
Comparac in de la Historia
Nueva con los fragmentos
de
laHistoria
de Eunapio 235
La originalidad de Zsim o 243
111.2-
Otros historiadores 259
Pedro Patricio 259
Filostorgio 263
Scrates , 268
Sozmeno 271
Juan de Antio qua 274
Zonaras 277
Epitome de Caesaribus .280
Amiano
M arcelino 283
Bibliografa : 291
ndice de pasajes citados 303
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ABREVIATURAS
Para autores y obras se siguen las abreviaturas de la lista cannica del DGE y
para las revistas se siguen las de L'Anne Philologique. La lista que sigue contiene
las abreviaturas de obras colectivas, monografas y ediciones ms frecuentemente
utilizadas, a veces creadas para esta monografa.
"Ap pen dice..." F. PASCHOUD, "Ap pendice sur les travaux rcents con cerna nt
Zosime
(1970-1987)" , ZOSIME, Histoire Nouvelle, III .2, Pars
1989, p. 79-117.
BHAC Bonner Historia Augusta-Colloquium.
BUCK, Tes is F .D. BUCK, Eunapius of Sardis, Oxford 1977 (tesis doctoral
indita).
DGE F.R. ADRAD OS, E. GANGUTIA, J .LPEZ FACAL, C. SERRANO, P.
BADENAS, y otros 61 colaboradores. Diccionario Griego-E spaol,
fase. 1-2, Madrid 1980-1986.
Cinq Eludes F. PASCHOUD, Cinq Etudes sur Zosime, Pars 1975.
EH Excerpta Histrica,
Denominacin genrica de la obra enciclopdica
promovida po r Cons t an t ino V I I {vid. las seis abreviaturas
siguientes).
El Excerpta de Insidiis, Ed . C. DE BOOR, Besln 1 905.
EL Excerpta de Legationibus, Ed. C. DE BOOR, Berln 1903:
ELG Excerpta de Legationibus Gentium ad Romanum.
ELR Excerpta de Legationibus
Romanorum
ad Gentes.
ES Excerpta de Sententiis, Ed . BOISSEVAIN, Be rln 1906.
V Excerpta de V irtutibus et
Vitiis, E d.
BTNER-WOBST, Berln 1906.
"Eunapiana" .. .F.PASCHOUD,"Eunapiana", Bonner Historia Augusta Colloquium
1982-1983', Bonn 1985, p. 239-303.
FCH R.C . BLOCKLEY,The Fragm entary Classicising H istorians ofthe Later
Romn
Empire,
L ive rpoo l vol.I (com entar io) 1981 ; vol . I I
(edicin) 1983.
FHG Fragmenta Historicorum Graecorum, Ed. C. MLLER, Pars 1841-
1870.
G eo rg JORGE EL MONJE,Chronicon, Ed. de BOOR, Leipzig 1904 .
Die hochsprachliche
H . HUNGER,
D ie
hochsprachuche
profane Literatur
der Byzantiner, Munich 1978.
HBE E . STEIN, Histoire du Bas-Empire, vol. I. Trad. fr. de J.-R. Palan que,
Brujas 1959.
XI
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XI I Jos A. OCHOA,
Latransmisinde la
Historia
deEunapio
lo . Ant JUAN DE AN TIO QU IA. Citado por la fuente de los EH o por el
fragmento que del vol . IV de los FHG.
KRUMBACHER.... K. KRUMBACHER, Geschichte der byzantinischen Litteratur
von Justinian bis zum Ende des ostrmischen Reiches (527-1453),
Munich 18972, reimpr. Nueva York 1958, 1970 (en dos vols.).
Le premier humanisme P. LEMERLE,Le premier humanisme bizantin. Notes
et remarq ues sur enseignement et culture a Byzance des origines au
X*
sicle,
Pars
1971.
LSJ H.G . LIDDELL, R. SCOOT, H. S. JONES, Greek-English Dictionary,
Oxford 19409; y BARBER,Supplement, Oxford 1968.
PLRE
A.H .MJO NE S, J.R.MARTINDALE, J.MORRIS, [eds.]
The Prosopography
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PLRE IIJ.R. MARTINDALE, The Prosopography of the Later Romn Empire,
Vol. II Cam bridge 1980.
RE A .F . v o n PAU LY, G . WISSO WA , y W. KRO LL, [eds.] . Paulys
Realencyclopaed ie der classischen Altertumwissenschaft, 67 vols.
y 12 suplementos, Stuttgart 1893-
Ricerche
A. BALDINI, Ricerche sulla Storia di Eunap io di Sardi. Problem i
di storiografia tardopagana, Bolonia 1984.
RSBS Rivista diStudi Bizantini e Slavi.
The historical fragments Th.M . BANCHICH,The historical fragmen ts of
Eunapius of Sardes, Nueva York 1985.
Travaux
et
Mmoires.
VS Eunapii Vitae Sophistarum, ed. G. GlANGRANDE, Ro m a 195 6.
VV Vizantisjskij Vrem ennik.
Zos Zos ime , Histoire Nouvelle, ed. F. PASCHOUD,
Pars,
vol. I (libros 1-
2) 1971; vol. II .1 (libro 3) 1979; vol . II.2 (libro 4) 19; vol . III.1
(libro 5) 1986; vol. III.2 (libro 6) 1989.
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INTRODUCCIN
OBJETIVOS DE ESTE ESTUDIO
Como
frecuentemente acontece, el plan inicial de un trabajo va evolucionando
segn se enfrenta con la realidad que debe analizar. Tal es el caso de la presente
monografa que en principio se pens como una nueva edicin de la Historia de
Eunapio, y cuyo trabajo preparatorio, consistente en un estudio filolgico de la
tradicin indirecta que nos ha legado textos de esta obra, ha acabado por tomar
entidad propia.
La monografa est compuesta por una primera
parte
en la que se analizan los
testimonios que nos hablan de la obra histrica de Eunapio, empezando por las
afirmaciones de Focio y siguiendo por el reflejo que podemos encontrar en la otra
obra de Eunapio
conservada
ntegramente las
Vitae Sophistarum;
la inclusin
de esta obra en dicho apartado supone ya una toma de postura sobre su utilidad
para el restablecimien to de nuestro texto. En los captulos de la
segunda
parte se
estudian con detalle cuantas informaciones se puedan derivar de la transmisin
indirecta de la
H istoria.
En una ltima parte sern analizados los textos de aquellos
historiadores que pudieron utilizar la obra histrica de Eunapio como fuente, y
que sin ser testimonios deliberadamente preparados para informar sobreesta obra,
ni fragmentos textualmente transmitidos, pueden servir para aclarar algunos
puntos del contenido y el carcter de la obra eunapiana.
En esta monografa se hablar ms de obras producidas en
pleno
perodo
bizantino, siglos IX y X, que del perodo historiado por Eunapio, s. IV, ya que
ellas han sido las transmisoras del texto y las que nos informan sobre su creacin.
Todo ello nos permite un mayor conocimiento de la
Historia
y una mejor
comprensin de su significacin a travs del tiempo.
La orientacin filolgica dada a esta monografa no implica una disociacin en
de historia
y
filologa, que sera inadecuada en el estudio de una obra
historiogrfica, sino que pretende la aplicacin de un mtodo que en la crtica
moderna
sobre Eunapio no ha sido utilizado con aprovechamiento,dado que han
abundado los trabajos de comentario histrico puntual, que daban la espalda a los
problemas filolgicos, a veces con serias repercusiones en el propio estudio. Por
esta razn aqu me centro en una labor filolgica sin perjuicio de recurrir al
anlisis histrico cuando sea necesario para comprender los hechos de la
transmisin.
Por otra parte, hay una larga lista de temas muy debatidos sobre laH istoria de
Eunapio que en este trabajo sern mencionados en la medida en que competan a la
transmisin de la obra, pero que no sern analizados como objetivo de la
monografa con intencin de hallar conclusiones
convincentes
en cada polmica.
Tales son la teora eunapiana de la historia y la coherencia o no del historiador con
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2 Jos A. OCHOA,
L atransmisinde la
Historia
deEunapio
la declaracin de propsitos del a veces enigmtico prlogo
(E S
1), y de ah la
valoracin que de l puede hacerse como autor historiogrfico, o el anlisis de
algunos de los contenidos de la
H istoria,
o el problem a de la cronolo ga interna de
la vida y obras de Eunapio, o el no menos interesante tema de sus fuentes como
historiador.
LA REVISIN DE LA EDICIN DE LAHISTORIADEEUNAPIO
No podemos dejar de cuestionarnos la pertinencia de la revisin de la edicin de
esta obra, si es el fin ltimo de este trabajo, como acabo de declarar.
1
Una nueva edicin de la obra histrica de Eunapio no viene sugerida por la
necesidad de revisar la t radicin manuscri ta de las obras que nos han legado
fragmentos eunapianos porque poseen ya una buena edicin (caso de la
Suda y
Zsimo) o porque la revisin crtica es imposible (caso del manuscrito nico de
lo s
Excerpta de Sententiis).
2
La labor crtica de colacin detallada se debe aplicar
solamente a una pequea cantidad de fragmentos, los que provienen de los
Excerpta deLegationibus Gentibus ad Romanos.
Esta labor pondra los textos de
Eunapio al nivel actual de los de Prisco o Maleo.
3
F. Paschoud pas revista a la historia de las ediciones de Eunapio,
4
que son las
siguientes:
1.
U.Ph. Boissonade, Amsterdam 1822, recopilacin de los fragmentos de
EL y
Suda,
de la que selecciona textos no atribuidos en la obra lexicogrfica para
incluirlos como posibles fragmentos de Eunapio.
2.
Angelo Mai, Vaticano 1827, primera recopilacin que cuenta tambin con los
textos de los
ES,
con una interesante traduccin latina.
3.
B.G. Niebuhr, Bonn 1829, por primera vez aparece una traduccin lat ina de
los pasajes de la
Suda. .
4. C. Mller , Pars 1851 (1868 reimpr.) , recopilacin de segunda mano con
deficiente aparato crtico y traduccin latina poco fiable. Ensaya una ordenacin
cronolgica de los fragmentos.
5.
Dindorf,
Leipzig 1870, reedita los textos de Mller sin la t raduccin y
reduciendo el comentario.
De todas formas, la antigua edicin de Mller, que ha sido la ms usada
5
(FHG
IV),
ha quedado desfasada habida cuenta de la investigacin filolgica e histrica
1
Este tema lo abord al comienzo de la investigacin y lo expuse en el artculo "Sobre las
ltimas monografas y ediciones de losFragmentos Histricosde Eunapio de Sardes",Erytheia 9
(1988) 211-220. Aqu extracto lo dicho en las p. 215-220 y aado nuevos datos surgidos en la
confeccin de la presente monografa.
2
El Vaticanus gr. 73, palimpsesto hoy da casi completamente ilegible en las partes que
contienen los fragmentos de Eunap io. No cabe ms que la especulacin c rtica, ya que se ha
perdido la posibilidad de anlisis paleogrfico.
3
Sus respectivos editores se han ocupado precisamente de la tarea crtica de revisar los textos en
una tradicin m anuscrita cu yos avatares estn ya bien establecidos. F. BORNMANN,
Prisci Paniate,
Fragmenta.Florencia 1979. L.R. CRESO,
Maleod i
Filadelfia. Fram menti.
aples
1982.
4
"Eunapiana",
BHAC (1982-83), p. 239-244.
5
Los historiadores de todo un siglo han ledo Eunapio ms por la traduccin latina de Mller
que por el texto griego de esta edicin, con las negativas consecuencias que se pueden imaginar.
Sobre ello Paschoud,
"Eunapiana",
p . 244.
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Introduccin 3
que en los ltimos treinta aos ha delimitado e incrementado el nmero de
fragmentos y nos ha proporcionado nuevos datos sobre su contenido. No todas las
propuestas son absolutamente fiables, pero como hiptesis a la luz de los datos que
podem os manejar merecen hallar un lugar en el conjunto del texto eunapiano . El
caso ms reciente lo aport Th. M. Banchich con un lema de la
Suda
que hasta
ahora no haba sido atribuido a autor alguno.
6
Los diversos trabajos de A.M. y
A.D.E. Cameron, L. Cracco Ruggini, R. Chalmers, B. Baldwin o R.C. Blockley
parten de la perspectiva del historiador
de
los hechos o de la
literatura
que
recurre con acriba a los textos; as, nos han propo rcionado datos sobre el
contenido histrico, el trasfondo ideolgico, y los problemas de construccin
literaria de esta obra. Todas estas conclusiones podran quedar reflejadas en la
nueva versin de los textos.
La necesidad de actualizar la edicin se ha dejado sentir en dos intentos: el
primero se produjo en 1983 cuando R.C. Blockley publicaba su segundo volumen
de textos
7
de l
The Fragmentary Classicising Historians of the Later
Romn
Empire. El segundo intento data de 1986, y es el que ha ensayado Paschoud en su
volumen
III.1
de Z simo.
8
En mi opinin ninguno de los dos consigue resolver la
actualizacin de la obra fragm entaria. La carenc ia de una edicin se ha
manifestado en detalles como la forma de citar de los libros anteriormente
com entados: Baldini debi conocer demasiado tarde la obra de Blockley como
para utilizarla, de todos modos en su ndice de autores antiguos se manifiesta la
incomodidad de manejar simultneamente la edicin de Mller y la referencia a la
fuente. Banchich en su
introduccin
nos declara que el objetivo inicial de su tesis
doctoral era la edicin, traduccin y comentario, que abandon al conocer el
proyecto avanzado de Blockley. Su manera de citar es siempre por la fuente d el
fragmento, sin recurrir a M ller ni a Blockley , segn l dice: "for reasons that
will become
evident".
9
Quien realmente hace una crtica a la edicin de Blockley es F. Paschoud, en la
introduccin a su volumen III,l.
1 0
Coincido con el profesor de Ginebra en
considerar que la traduccin al ingls de Blockley posee notables aciertos, en
especial en pasajes de difcil interpretacin, con propuestas novedosas, y en
observar que la edicin no est al nivel de la traduccin. Paschoud se queja de que
no justifica algunas traducciones "a premiere vue insolites", que las notas son
exclusivamente de comentario histrico, que ha abandonado la numeracin de
Mller, que mezcla los fragmentos especficos de Eunapio con los extractos de
autores que lo utilizaron como fuente, y que encontrar un pasaje concreto obliga a
seguir un verdadero laberinto.
6
"A identification in the
Suda:
Eunapius on the Huns",
CPh
83 (1988) 53 .
7
El primero era de comen tarios sobre laobras.deEunapio, Olimpiodoro, Prisco y
Maleo,
y
apareci en Liverpool en
1981.
8
Es el volumen que contiene el libro V de Zsimo. Los textos de Eunapio figuran como
Apndice en las pginas 319-339. En el
vol.111,2
se proceder del mismo modo, y para los libros
ya publicados se aadirn los textos en lasprximasreimpresiones.
9
No est sin embargo tan claro, pues tuvo tiempo de incorporar la numeracin de Blockley si lo
hubiera considerado oportuno.
10
Pginas VIII y IX. Rec ientem ente, en cambio, R.SCOTThaya publicado una resea en exceso
indulgente con el trabajo de Blockley(JHS108 (1988) 238-239).
http://obras.de/http://obras.de/http://obras.de/5/20/2018 OCHOA Tesis Eunapio
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4 Jos A. OCHOA,Latransmisinde la Historiad eEunapio
En realidad todo ello se puede explicar por la orientacin que Blockley ha dado
a su trabajo. Se trata de un til para historiadores que ofrece la coleccin m s
completa de textos relativos a cada autor, con algunos de los comentarios que la
bibliografa
ha
ido acumulando . El problema es que esto se ha hecho con una
absoluta falta de rigor filolgico y sin criterios metodolgicos vlidos. Nos
encontramos, por ejemplo, con los textos de las mejores ediciones que hay para
cada fuente de los fragmentos, pero con un recorte sistemtico de su aparato
crtico, lo cual va en detrimento del conocimiento que nos lega de la transmisin.
11
El intento de Paschoud tampoco resuelve la actualizacin de una edicin, entre
otras cosas porque lo convierte en un autor subsidiario de la edicin de Zsimo,
escatimndole la suya propia a l que fue la fuente p rincipal de Zsim o. En
realidad existen otras razones de carcter estrictamente cientfico, que comentar
ms adelante.
12
Las caractersticas propias del autor incrementan la dificultad de una edicin.
En primer lugar el carcter fragmentario de la obra, que se nos ha transmitido
adems por senderos muy especiales. No es el azar con ms o menos componente
de fortuna el que nos ha legado los textos, al menos en primera instancia, sino la
voluntad selectiva de los redactores de la enciclopedia de Constantino VII
Porfirognito y la bsqueda de contextos significativos por parte de los
lexicgrafos de la Suda. Esto afecta al tipo de fragmentos seleccionado s
(sentencias, definiciones, descripciones de personajes histricos...) y a la forma de
transmisin (el texto es introducido por frmulas de los antlogos y es retocado y
recortado con cierta libertad). A ello se suman las intrincadas relaciones entre los
autores, el que Zsimo usara a Eunapio fuente, la posiblidad de que lo hiciera
AmianoMarcelino, las relaciones con el
Epitome de Caesaribus
, y la deuda que le
deben Sozmeno o Zonaras.
13
Tal complejidad de tradicin y fuentes obliga a plantearse muy seriamente los
criterios que deben regir la edicin. No existen pautas definidas, como en cambio
puede haberlas para la
edicin
de transmisiones m anuscritas digamos normales, y
no nos ayudan mucho los pocos trabajos tericos sobre el tema.
14
El primer objetivo y primordial que se debe abordar es la delimitacin del texto
de la obra histrica de Eunapio. He hablado de las negativas consecuencias de
reducir el aparato crtico. Tambin seomiten datos de interscomo las frmulas
introductorias de las citas en los lemas de Suda,
como
se hace en el fr. 5.1 de
Blockley: la cita de
391 no
est atribuida a Eunapio por el lexicgrafo, pero s
lo est en pasajes paralelos
( 1205, 133, 83, Y 15). Si se silencia este
dato
1 1
Estose deja sentir en las omisiones que los mss. F y V hacen sistemticamente enSuda,y
que puede arrojar luz sobre la transmisin y sobre la supervivencia de la obra de Eunapio.
12
No es seguro que Paschoud pretenda hacer una edicin en regla de Eunapio, ms bien da la
impresin de que utiliza los textos para referirse m ejor a ellos a la hora del iteresante comentario que
ha hecho de la obra de Zsimo. De todos modos revisar algunos detalles que pueden ayudar a
dilucidar la correcta m etodologa para la edicin de Eu napio.
13
Sobre todo ello podr leerse una visin de conjunto en mi aportacin a las
VIIIJornadas
sobre Bizancio
(Vitoria, abril de 1988), "Eunapio de Sardes y los problem as de la historiografa
protobizantina".
14
Por poner un ejemplo, M.L. WEST, en suTextual criticism and editorialTechnic. Stuttgart
1973,a parte de una referencia a cmo disponer el aparato en una edicin de fragmentos (p. 76),
slo dedica al problema un par de pginas (95-97).
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Introduccin 5
da la impresin de que la atribucin ha sido hecha por los editores y no por la
tradicin indirecta medieval.
Grave es tambin, desde el punto de vista del rigor filolgico, reducir los
fragmentos a la parte comprensible, cuando en algn punto stos aparecen
mutilados. Es el caso de Mller 75.7 y 82 que en la versin de Blockley (=67.11
y 69. 4 y 5) son simplificados en todo aquello que por no ser restituible hasta su
comprensin se puede obviar para el comentario histrico.
Junto al respeto al texto conservado por la tradicin, hay que delimitar qu
consideramos texto eunapiano de entre las fuentes que pueden haberse hecho eco
de Eunapio. El caso ms importante por el volumen de informacin heredada es
el de Zsimo. Por mucho que mantengam os la tesis de que Zsimo es un imitador
de Eunapio, de quien copia hasta el tono de la exposicin (tesis de F. Paschoud y
T.D. Barnes), no es fcil decir qu era texto de Eunapio, si realmen te Zsimo lo
hubiera transmitido verbatim, cosa hasto dudosa. Ante esta imposibilidad resulta
temerario asignar nmero de fragmento dentro de losFH a los pasajes de Zsimo
que no poseemos en el Eunapio conservado.
15
La misma precaucin habra que
tomar con respecto a otros autores u obras que se suponen herederos del contenido
eunapiano,
16
con ms razn si estn escritos en otra lengua, como los textos latinos
delEpitome de Caesaribus.
11
La opcin ms respetuosa con el autor y con el usuario de la edicin sera la de
considerar todo esto como testimonios que vienen a completar parte de las grandes
lagunas que tenemos de esta obra. En el fondo es esto lo que aconseja West en su
manual cuando dice que el editor de fragmentos debe incluir "everything that
helps tocompnsate for thelossof the work by supplying evidence about itsform
or contents".
18
Otro problema con el que nos encontramos es la ordenacin y numeracin de
fragmentos. Cuando el objetivo es la reconstruccin de la obra, importa mucho el
orden de los fragmentos para aproxim arnos a la estructura originaria. Blockley
opt por un sistema que adems de complicado es incoherente, al agrupar bajo un
mismo nmero fragmentos de diverso origen sin criterio fijo con numeracin
interna; unas veces son textos prximos en la forma, otras son de la misma
temtica, e incluso se encuentran juntos algunos simplemente por suponerles una
misma cronologa. Una de las crticas ms severas de Paschoud es precisamente el
haber abandonado la numeracin de Mller, por considerarla cannica y no muy
alejada del orden original (que es tambin el de los Excerpta). Respecto a lo
primero dir que no todos los investigadores la consideran cannica, pues no
siempre se usa (cf. la tesis de Banchich); respecto a lo segundo, presupone que ya
tenemos todos los fragmentos posibles de la obra, e impide colocar en su justo
lugar atribuciones realizadas ms recientemente. De hecho, el propio Paschoud,
en la parte publicada (apndice del
vol. 111,1),
omite los fragmentos de Suda
1 5
Como
hace sistemticamente Blockley en sus frs.
n
Q
3, 4, 6, 22, 32, 33, 36, 39.1, 40, 49,
51,52, 53, 54, 63 y 70.
16
Juan de Antioq ua tiene asignados los frs. FCH 5.2, 58.2, 60.1 y 64.1 ; Filostorgio
atestigua los frs. 9.3, 10 y 61; y Sozmeno el 9.4.
17
Ver los frs. 7.1, 7.2, 8 y 12 de
FCH.
18
En la p. 96 de su
Textual
criticism...,citado.
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6 JosA. OCHOA,
La transmisin de la
Historia
de Eunapio
203, 326 y
8 9 7 .
1 9
Es esta una de las razones que hacen que el intentode
Paschoud
no
pueda
sustituir una nueva
edicin, adems de que tambin reduce el
aparato crtico a lo ms significativo, y que incluye como textos los testimonios de
VS.
20
En la labor de Blockley se puede apreciar tambin un absoluto descuido de los
pasajes paralelos, y en general de la expresin cf. A un grupo de fragmentos
bajo un mismo nmero comn se le asigna la correspondencia de un pasaje de
Zsimo,
aunque en realidad pocas veces se identifica el contenido exactamente con
ese pasaje y en la mayora de las ocasiones viene a ser indicativo de cul es la parte
de laHistoria Nuevadonde se abarca ese reinado o ese apartado cronolgico. Esto
lleva inevitablemente a equvocos para el usuario quien puede creer que en Zsimo
ese pasaje est idntico o que trata ese tema: un ejemplo lo tenemos enFCH 62.4
(=
Suda 203), sobre
Marcelo,
magister officiorum de Arcadio,
donde
se
cita
como
cf. el pasaje Zos. 5.13, que no
menciona
a este magistrado (en
realidad
Zsimo no lo cita en toda su obra). Lo cierto es que el paralelo es muy pocas veces
demostrable, y mientras en algunos casos se menciona un mismo personaje, pero
no se habla de la misma idea (caso del pasajeES3 en que se compara a Constancio
II con su padre, mientras que en Zos. 2.55 se refiere cmo aqul despoja a Galo de
todas sus dignidades), en otros el paralelismo no existe (como en
ES
6 respecto a
Zos.
3.2.2-3.2, donde el nico punto de relacin sera que la frase conservada de
Eunapio podra aludir a unos hechos que en Zsimo estaran en esos dos captulos
del libro tercero).
Esta prctica ambigua enmascara en algunos casos los pasajes de la
Suda
que se
nos han conservado tambin en los EH. Sin informacin complementaria, nos
quedamos sin saber cunto texto se conserva tambin en el lxicoSuda,a qu parte
corresponde del fragmento deEHy en qu medida se ha visto modificado el texto.
Sin contar con estos datos no podemos valorar el sistema de trabajo de los
lexicgrafos ante la seleccin enciclopdica llevada a cabo por Constantino VII
Porfirognito. El trabajo de Blockley nos impide observar las considerables
diferencias entre los textos deSuda
363 yES69, las
modificaciones
y
adiciones
que se encuentran en el pasaje transmitido en el lxico por contraste a lo que
transmite el enciclopedista, o la versin fuertemente resumida que supone la cita
de I 437 con respecto aES 29. Las referencias Cf. Suda 1498*, 2143*"y
"Cf. Suda A 4332*, 982*",
aparentemente
equivalentes,
responden
por el
contrario
a dos realidades
distintas,
porque mientras
en el
primer
caso las
dos citas
de l lxico transmiten el mismo texto deES 44, en el segundo caso las citas son
complementarias con el texto consecutivo del final deELG5
4
Otro caso de asignacin incorrecta del cf. es el del fragmento procedente de
Suda 1771
(=
FCH 16.2),al final de'la cual sedice "Cf.
O
719*",cuandoeste
otro lemadel
lxico se corresponde con el texto de
ES
6 (=
FCH
16.1). Adems
estos dos textos no tienen ms relacin entre s que la sospecha de que ambos se
refieren a la llegada de Juliano a las Galias y, si bien
la
cronologa puede ser
19
Aceptados por Adler en su edicin, y atribuidos respectivamente por Ruhnken, Bernhardy y
De Boor.
20
El propio Paschoud advierte en. X que lainclusin del fragmento 65 un ejemplo de lo
que comentamosno implica que l lo considere un fragmento de la
Historia,
aunque incluso
ample el contexto que tena en
Mller.
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Introduccin 7
prxima no existe entre ambos fragmentos una relacin directa que permita
agruparlos. Por ende, detrs de ese cf. tenemos el paralelo del otro historiador
"(Zosimus
3,2,2 - 3,2)", donde hay una afirmacin similar a la de
Suda
1771,
sinparalelos verbales, y
ninguna
similitud ni de
forma
ni de
contenido respecto
a
ES
6.
LAS FUENTES DE
EUNAPIO
Puesto que este estudio no tratar de las fuentes de informacin utilizadas por
Eunapio en la redaccin de su obra histrica, parece oportuno abordar brevemente
este tema, porque habremos de referirnos a estas fuentes en repetidas ocasiones y
porque el propio Eunapio se mostr muy preocupado por la teora histrica.
Las fuentes son de tres tipos: literatura primaria, literatura secundaria y
transmisin oral. De entre la literatura primaria es
identificable
la obra del
emperador Juliano, reconocible en
ES
7 (donde se habla de un
,
sobre la
batal la
de Estrasburgo) y
ES
16, 20, 28 (con referencias a
cartas
de
Juliano).
El
texto bsico de la literatura secundaria es la
Memoria
de Oribasio, mdico
personal y consejero de Juliano, una obra que no se ha conservado y que debi ser
la ms importante fuente para la parte julianea del relato.
Parecen haber tenido en la
Historia
un especial peso las fuentes orales. Como
posibles informadores han sido considerados: Acacio, rtor rival de Libanio y
posible to de Eutropio, el autor del
Breviarium,
obra histrica en posible contacto
con la eunapiana.
21
Tusciano, rtor que desempe la funcin de asesor de
Anatolio, Prefecto del Pretorio para Iliria, desde 357 a 360. El relato de Hierax
sobre los acontecimientos en tornoa la cada de Frvito, en los que particip, son
sugeridos por
ES
7 6 .
2 2
En las
VS
23 .4 .1 ,
es mencionado un tal Justo, que fue
vicarius Asiae
antes de 396-7, y que pudo ser otro de los informadores de
Eunapio, dado su cargo y su actitud defensora de los cultos paganos. Crisancio,
que emparent con Eunapio al casarse aqul con Melite, la prima de ste, fue uno
de los ms preclaros intelectuales de su momento y maestro del historiador.
En opinin de Blockley
23
las fuentes orales que conocemos no dan razn de toda
la informacin vertida por Eunapio en la redaccin su
Historia,
porque ni
Oribasio cubre todo el perodo, ni otros informadores le pudieron enriquecer
demasiado: Crisancio, por ejemplo, rechaz el ofrecimiento de Juliano de
incorporarse a su corte, y qued en Lidia, lejos de los principales centros de
actividad, y Proeresio desarroll su vida fundamentalmente en Atenas y, aunque
pudo informar de los predecesores de Juliano, tuvo contacto con Eunapio antes de
que ste proyectara su obra.
24
Reflexiones de esta ndole impulsaron a F. Paschoud a hipotetizar una fuente
occidental que reflejara la ptica de la aristocracia pagana de Roma, que sera la
obra latina de Nicmaco Flaviano, titulada
Anales,
en la forma de una
reelaboracin griega, donde estara reflejada perfectamente la explicacin
21
Sobre esto ver BANCHICH,The historical fragments...,p.76y91.
22
Sobre los problemas de interpretacin que esto supone veribidem,p.93-94.
23
FCH
vol.I, p. 23.
24
Enefecto, sabemosqueEunapiofuealumnodeProeresioensu juventudy,segnel fr. de
ES 5,el proyecto de escribir suHistoriasurgi por indicacin de
Oribasio,
mucho tiempo
despus.
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8 Jos A. OCHOA,
La
transmisin
de la
Historia
de
Eunapio
providencialista pagana de la historia del Imperio de Constantino a Teod osio, una
especie de Historia adversus chrystianos.
25
Esta teora ha sido criticada por
Blockley,
26
que
la considera innecesaria. El propio Paschoud ha revisado sus
opiniones al respecto
27
y ya no mantiene la existencia de ese autor annimo,
considerando que la informacin personal debi ser la nica para la parte final de
laH istoria,aunque se reafirma en mantener que datos de erudicin en relacin con
occidente (como la digresin de los juegos seculares al comienzo de Zos. 2)
2 8
procederan de Nicmaco Flaviano.
As pues, el problema de las fuentes de Eunapio no es fcil dada la escasa
cantidad de textos que se nos han conservado. Como ltimo elemento que
configura la informacin vertida en la
Historia
est la propia observacin personal
de Eunapio, condicionada obviamente por su manera de ver el mundo, por su
ideologa y la del crculo intelectual de Sardes que motiv la aparicin de la
obra.
29
Esta gnesis de la obra histrica en el restringido m undo cu ltural de una
provincia perifrica del imperio es una caracterstica de la produccin literaria del
perodo tardoantiguo y protobizantino. El lugar donde es ms fcilmente
identificable este fenmeno es el Egipto romano-bizantino que en su legado
papirceo nos ha conservado autores como Olimpiodoro de Tebas, Discoro de
Afrodito y tres autores de Panpolis: Nono,
Trifiodoro
y Pamprepio.
Como
afirma G. Cavallo "la historia de los textos producidos en la tardoantigedad es
sobre todo una historia de ausencias o de vacos: textos naufragados sin
regreso y documentacin medio y tardobizantina de su reaparicin son trminos
que imponen toda una serie de reflexiones". Estos son los efectos de una
produccin en la que "la afirmacin de culturas locales, reclamos tnicos y
movimientos literarios regionales, hizo que determinadas obras se conservaran
en ciertos mbitos y no en otros".
30
Probablemente no se corresponda
exactamente esta
pintura
a los avatares de la
Historia
eunapiana, porque esta obra
fue utilizada en Constantinopla por
Zsimo
un siglo despus de su composicin, y
en el mismo lugar por Focio en el siglo IX y por Constantino Porfirognito en el
X. A pesar de su pretensin de historia seria con validez universal, la obra de
Eunapio evidencia su origen en un crculo concreto con una ideologa definida y
probablemente su salida de este crculo fuera limitada a algn ejemplar llegado a
la capital
no
perdamos de vista que los principales lectores que conocemos de la
obra la consultaron en
Constantinopla
lo que condenara a la dificultad de su
pervivencia. Porque realmente, como vamos a comp robar en las pginas que
siguen, la historia de la
Historia
de Eunapio es poco ms que la historia de una
ausencia.
25
Constituye una de las principales tesis de
Cinq tudes...
2 6
FCH
vol.
I, p. 23-24.
27
Cf. "Appen dice...", p. 84-86.
28
Paschoud considera en general como una fuente unitaria a Eunapio y buena parte de Zsimo ,
razn por la cual usa indistintamente uno para explicar el otro.
29
Sobre ello versa el captulo IV: "The view
from
Sardis", verdadero ncleo de la tesis de Th.
M. BANCHICH,The Historical Fragments ofEunapiusof Sardis,Nueva York 1986.
3 0
Ver p. 143 de G. CAVALLO, "Conserva zione e perdita d ei testi greci", en A.GlARDlNA
[ed.],Tradizione dei classici, trasformazionidella cultura", Roma-Bari1986, p. 83-172, vase
especialmente la seccin llamada "I mod erni", p. 142-160. Ver tambin CAVALLO, La
trasmissione dei moderni traantichittarda e medioevo bizantino",BZ 80 (1987) 313-329.
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TESTIMONIA
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1.1
EL
TESTIMONIO DE
FOCIO
INFORMACIONES DE FOCIO SOBRE LAHISTORIA DE EUNAPIO
Dada la escasa informacin en general que la antigedad nos ha transmitido
sobre la obra histrica de Eunapio, las opiniones de Focio en su Biblioteca han
tomado una especial relevancia para la crtica moderna. De laHistoria eunapiana
se habla en el cod. 77, aunque se encuentran tambin datos de inters en el
apartado que Focio dedica a Zsimo, el cod. 98. Nuestro autor es mencionado
tambin en los cdices 219 (sobre Oribasio) y 221 (sobre Aecio).
Las informaciones que Focio da tras su lectura de Eunapio (cod. 77,53b,34-35)
estn organizadas segn un esquema recurrente en sus reseas, que comienza con
una ficha del libro en la que se nos da el ttulo ( ? ?
? ),
las dimensionesde la obra que
est compuesta por catorce
libros
( ? ) y nos dice que
l ha ledo una segunda
edicin
(? ?).
A continuacin nos delimitar la obra histrica en su contenido. Evidentemente
el comienzo est marcado ya en el ttulo, y no obstante Focio lo reitera:
?
? ? ?, ?
(77,53b,3637).
1
Ms polmica resulta la delimitacin de la obra por el final, que en Focio queda
marcada por los reinados de Honorio y Arcadio como cronologa general
( '? '
).
Al
parecer los
ltimos acontecimientos que Focio pudo leer son la
sustitucin de Juan, condenado al exilio, en la dignidad de patriarca por Arsacio, y
la muerte de la esposa del emperador Arcadio:
? ?
? ? ? ? ?
? ' ? ? ?
, ? ' ?
(77,53b,3744).
Blockley
haca notar que estos acontecimientos se pueden fechar en 404,
mientras que en el ltimo fragmento datable que conservamos,ES 79, se menciona
la corrupcin gubernamental bajo la emperatriz Pulquera, es decir, ao 414.
2
Despus de analizar los ltimos fragmentos conservados,
3
Blockley llega a la
1
Enrealidadelprimer fragmento con contenido histrico que conservamoses ellema deSuda
dedicadoaCarino.
2
"The endingofEunapius' History",
Antichthon
14 (1980) 170-176.
3
Suda
681
sobre
Frvito;
ES 74 y
75,
que
hablan
de la
recomprensa
de
Frvito;
ES76,
sobre Hirax;
Suda A
81 sobre Arbazacio;
ES
77,disputa entre
elcomes
Juan
y
Frvito;
ES78,
11
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12 Jos A. OCHOA,
La
transmisin
de la
Historia
de
Eunapio
conclusin de que la mayor dificultad de comprensin con respecto a la cronologa
final dada por Focio es la mencin de Pulquera.
4
F.Paschoud , por su parte, propone una solucin totalmen te distinta,
5
segn la
cual no habra una laguna tras Zos. 5.25, como afirmaba Blockley, sino antes de
5.22 (lo que correspondera a los fragmentos eunapianos
ES
74-82),
6
y se
encontrara en la
Historia N ueva
una confusin entre el obispo Juan Crisstomo y
un comes homnimo que sufri exilio, de manera que el final de la Historia no
habra sido deliberado sino fortuito condicionado por la muerte del autor
explicara la delimitacin tan porm enorizada de Focio. Esta hiptesis, que resulta
en general bastante coherente, debera tomarse con cierta cautela respecto a su
ltimo argumento dado que tambin en otras ocasiones Fociose detiene ms en
describir los ltimos acontecimientos contenidos en una obra histrica.
7
Para la descripcin del final de la obra eunapiana, segn Paschoud, Focio habra
consultado una obra de referencia como el
Chronicon Paschale,
para completar
aquello que sobre el ao 404 no se encontraba en el texto que ley.
8
Es cierto que
obras que Focio seguramente ley no estn reseadas en su Biblioteca,y tal podra
ser el caso del
Chronicon Paschale,
pero no ha sido estudiado qu obras de uso
corriente en la poca emple realmente Focio y si entre ellas se encontraba sta.
9
Del con tenido de la obra no nos comenta* Focio gran cosa, ni nos transmite
ningn pasaje
como
en cambio hace por ejemplo con Olimpiodoro, cod. 80,
estando su inters centrado en un nico tema, el tinte pagano de la
Historia
eunapiana, por ello, tras decir que Eunapio es de origen lidio (de Sardes), subraya
sus creencias paganas:
? (
,).
Se detiene
luego
Focio a comentar y
valorar
el
estilo
de Eunapio, con un
balance
po sitivo a pesar de lascrticas: se le censura que usa trminos, expresiones
y lenguaje figurado poco conveniente al gnero histrico, y semejante al lenguaje
de la jurisprudencia. Nota Focio que hay frecuentes innovaciones en sintaxis, pero
acaba reconociendo que no merecen una evaluacin negativa.
Despus de comen tar el estilo, Focio
nos
habla de la doble edicin que conoci
la
Historia
de Eunapio. Autores comoSchamp valoran esta comparacin de las
Hirax como gobernador de Panfilia;
ES
79 y 80, corrupcin en tiempos de Pulquera, castigo de
Hirax; yES81y 82, fragmentos mtilos referidos a Estilicn.
4
Ibidem,
p . 175.
5
En
Zosime
et la fin de l'ouvrage historique d' Eunape",
Orpheus
6 (1985)
44-61.
Cambiando la opinin que haba expresado en
"Eunapiana"
, donde consideraba que el fin de la
primera edicin de la obra de Eunapio podra haber sido 404, y por tanto un final deliberadam ente
escogido.
6
Slo quedaran trazos enZsimodeE S 74 y 75 (Zos. 5.21.4-5) ySuda A 81 (Zos. 5.25.2-
3).
7
Por otra parte es cierto que tambin en el caso del cod. 98, la obra de Zsimo, el final de la
historia parece determinada por una interrupcin no contemplada en el plan orgnico. Ver sobre ello
la nota138de F. PASCHOUD al librovide la edicin de Zos., Pars 1989.
8
Ver la
p.
50 del artculo deOrpheus 6(1985).
9
No deja de ser un tema interesante, aunque de larga y difcil investigacin dadas las
dimensiones de la
Biblioteca
y las lecturas en ella reflejadas.
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Testimonia.Focio 13
dos ediciones como bastante sumaria.
10
En efecto, las cuatro lneas dedicadas a
caracterizar la primera edicin no hacen ms que repetir lo dicho al comienzo del
cdice con respecto al tono anticristiano de la obra. De la segunda nos comenta
que la actitud anticristiana ha sido reducida con poco cuidado, a costa de la
comprensin de algunos pasajes en los que se han realizado cortes con prdida de
claridad en el significado.
11
Esta afirmacin de un trabajo poco atento ha llevado a pensar que las
modificaciones fueron hechas por un lector cristiano (cercano a la composicin de
la obra, si pensam os que se conserva ba en poca de Focio en un antiguo
ejemplar). Una vez com probado que el propio Eunapio habla de una segunda
edicin,
12
hoy da se intentan encontrar otros rasgos que justificaran esa segunda
redaccin por parte de Eunapio y compaginar la doble edicin y su distinta
extensin temtica con la cronologa de lasV itae Sophistarum. As, Baldini dedica
el segundo captulo de su libro
13
a buscar los rasgos de la primera edicin en las
VS y
en el tercero los de esa redaccin en Zsimo. Por su parte Blockley piensa
que se trata de dos fenmenos distintos: el de la doble edicin comentada por
Focio y el de las tres distintas fases de redaccin que este autor propone.
14
Por
prudencia Paschoud propone hablar de "premiere partie" cuando se refiere la
parte publicada antes de las
VS y
de "ouvrage complet" para la sucesiva.
15
Para
este mismo autor la afirmacin de que la segunda edicin es menos violentamente
anticristiana que la primera se podra conciliar con su hiptesis sobre la
intervencin entre ambas de una fuente occidental que inclua una explicacin
providencialista de los acontecimientos.
16
La frase ms
comprometida
del comentario fociano es la contenida en 98,84b,
27-29:eliToi '
, ^
,
...
Sobre la confianza depositada
en
esta frase ha
construido
en
parte
Francois
Paschoud
su
teora de la relacin
entre Zsimo y Eunap io. La publicacin donde la ha defendido quiz con ms
determinacin es el apndice primero a
Cinq tudes sur Zosime.
11
La teora de
10
"Si
l'on
excepte le rappel des limites chronologiques du travail, l'analyse de Photios demeure
sommaire,
aunmoinspour la partie visant le contenu", p.171dePhotios historien deslettres,Pars
1987.
1J
As es como hay que entender
("corrompe
el sentido de lo que selee"). No setrata,pues, de que ha
perdido
su carcter anticristiano como se
podra interpretar errneamente segn la traduccin de Henry: "ildnature l'esprit de ce qu'on ylit".
12
Com o ha dejado claro PASCHOUD en su anlisis del fragmento transm itido p or ES 39
("Eunapiana",p .
286-287).
13
Ricerche...,
Bolonia 1984.
14
EnFCH I,p. 3-5.
15
"Eunapiana",
p. 292. En realidad es un mero problema de terminologa y la discusin de
fondo quedara en los mismos trminos.
16
Paschoud renuncia as en su ltima reflexin sobre el tema a sostener la existencia de una obra
annima en ese momento del proceso de composicin de la
Historia,
pero se reafirma en aceptar la
existencia de un "lment
supplmentaire",
fuera un libelo o el testimonio oral de un romano
refugiado en Asia Menor. Ver la p. 87 del "Appendice sur les travaux rcents concernant Zosime
(1970-1987)", en el ltimo volumen (III
2
) de su edicin de Zsimo, Pars 1989.
17
Pars 1975, p. 207-212; apndice titulado "Eunape, Zosime et Photios".
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14
Jos
A. OCHOA,
Latransmisinde la HistoriadeEunapio
Paschoud parte del hecho incontestable de que Eunapio es la fuente principal de la
parte central de la Historia nueva, para afirmar que la naturaleza de esta relacin
es de dependencia ab soluta. De todos modos en los ltimos aos el profesor
ginebrino ha matizado sus opiniones y recientemente ha recapitulado poniendo el
acento en otros argumentos adems del testimonio fociano.
18
Ya adverta Paschoud que "certains spcialistes tendent de plus en plus
mettre
en doute cette affirmation [la de Focio]; j'ai
dj
dit plus d'une fois que j'estimais
que c'tait a tort. [...] les raisons de ceux qui ne font pas confiance a Photios sont
spcieuses".
19
Por mi parte creo que nunca es bueno cerrar un problema a la
discusin, y es por ello que abordar este tema sin afn polemista, intentando
arrojar alguna nueva luz. A este propsito propongo un anlisis doble del
problema, la comprensin de la noticia de Focio por medio de un estudio lxico y
una reflexin sobre la
fiabilidad
de Focio en general en las informaciones que da
en su
B iblioteca.
PROBLEMAS DE LXICO
En efecto, la difundida teora expuesta arriba, apoya sus hiptesis en unas
afirmaciones que toman expresin en unas pocas palabras. Aqu intentaremos
analizar el verdadero significado de esos trminos en la lengua de Focio.
La palabra
tienediversos significados en el uso que de ella haceFocio.
Esta diversidadqueda en
muchas
ocasiones
oculta
por elhechode qu e las lenguas
modernas por lo general usan para todos los casos un solo
trmino: "historia". En
un trabajo precedente he estudiado el uso que hace Focio del concepto y trmino
.
2 0
Resumo aqu la distribucin semntica del sustantivo, que Focio
emplea en196ocasiones, del uso ms abstracto al ms co ncreto:
1 . : "gnero literario que se caracteriza por la exposicin de los
acontecimientos pasados, segn una serie de convenciones de estilo y un cierto
mtodo de investigacin".
Focio usa la palabra en esta acepcin en aquellos casos
en los que se refiere a la preceptiva del gnero, a los elementos que lo caracterizan
y las normas que lo definen (22 ocasiones).
2 . : obrahistrica en la que se refieren los acontecimientos pasados,
comoresultadode una indagacin".
2.1 obra histrica"
formando parte del ttulo de una obra. Focio la
primera vez que se refiere a la obra histrica de un autor lo hace con su
18
Aunque se reafirma en la teora de la "totale dpendance". Vanse las p. 82-84 del ,
"Appendice...",d elvol.I II
2
de la ed. de Zo s.
19
Cinq tudes..., p. 207.
20
Cf. OCHOA, "Eltrmino en la
Biblioteca
de
Focio",haca
(en prensa).
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Testimonia.
Focio
15
ttulo, antes de usar el trmino en general como en los ejemplos que
acabamos de ver (40 ocasiones).
2.2 obra histrica con referencia al contenido de la obra. Son los
pasajes en los que se habla de la delimitacin de la obra, con frases del
tipo
Se
? ?...,
o bien
\ ? ?.
La referencia es al
comienzo
o al
f inal
de la obra
entend i d a co mo
su conjm to, y al m i s m o
t i empo
al
contenido
del relatoque en ella se hace(18 veces).
2.3 En abstracto, obra r e su l tado de una
indagacin no histrica
(196,160a,4).
2.4 En abstracto, observacin, investigacin . Partiendo de la definicin
propuesta al comienzo de esta segunda acepcin, el significado se puede
restringir al proceso de trabajo que da lugar a la obra histrica o de otro
tipo.
3 .:
narracin, exposicin ordenada de los sucesos referidos por un
historiador .
Esta acepcin no queda muy destacada en la traduccin de Henry,
puesto que la palabra "recit" traduce otros muchos ejemplos aparte de stos (25
pasajes). Su significado se podra matizar segn dos criterios:
a) Segn la parte de la obra a la que se refiere:
3.1 discurso narrativo en su conjunto .
3.2
libro, parte de la historia .
3.3 parte del discurso narrativo .
b) Segn la ndole del contenido de la obra:
3.4 temtica o perodo concreto objeto de una narracin histrica .
3.5 relato, narracin de hechos o manifestaciones de la actividad
humana o de cualquier otra clase ,desprovisto ya de todo contenido
histrico.
3.6 En sentido figurado,
mito .
Ligado a temas mticos lo cual
no deja de ser una paradoja, dado que por lo general
? se
opone
a .
3.7 En sentido figurado, tema , en un contexto de obra
cientfica,
no histrica (2 veces), o biQn, trama , de una novela (166,109a,
13).
3.8 En sentido figurado, ancdota :
190,150a,18.
4 .
:
sucesos referidos
por los
historiadores,
datos
histricos . Es la
acepcin que alude a los contenidos, a los acontecimientos que contienen las
narraciones de las obras histricas. Ya hacan referencia al contenido algunos de
los ejemplos clasificados como "obra histrica" (2.2), los que traducamos
"narracin histrica" (3.3) y los que se interpretaban como temtica o perodo
narrado (3.4), pero en los que vamos a ver ahora la carga semntica del dato o la
informacin de la historia es ms especfica. Algunos ejemplos estn a caballo
entre este significado del contenido de la obra, y la obra histrica misma o el
relato histrico que contiene.
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16 Jos A. OCHOA,La transmisin de la Historiade Eunapio
4.1
dato ,
por oposicin a , el
contenido frente
a la
forma.
4.2 hechos y acontecimientos que conoce y usa unautor .
4.3 dato que un autor toma de su fuente , Son los casos en los que Focio
est aludiendo a las fuentes de una obra. Aunque en alguna ocasin no
sera fcil traducir ms que "obra histrica", en otros casos por el
contrario se nos est hablado de la "narracin" o de los "datos". Son
estos dos ejemplos los que ms se aproximan al uso que podramos
interpretar en la referencia a Eunapio de 98,84b,30.
y
Adems del pasaje referido a la obra eunapiana (cod. 98.84b) el verbo
es utilizadoporFocio en otras seis ocasiones, cdices 129, 150, 166,
178,
186, 219. De ellas, una forma parte de un relato y no pertenece al
comentario de Focio acerca de las relaciones entre obras. En el cod. 166.111b
est referido al pretexto usado por Antonio Digenes para escribir sunovela
Las
maravillas increbles de ms all de Tule,
consistente en la carta que Balagros
escribe a su madre, y enla.que transcribe (?)el contenidode unas
tablillas
de
ciprs (? ?).
1. Copiar,
transcribir .
Quiz el nico ejemplo de uso de
como
"copiar"
en Focio
sea el ejemplo del cod. 178.123b, sobre la
obra
de
Dioscrides
de Anazarbo, , de la que nos da dos grados de uso por parte de otros
autores: unos sencillamente han recopiado la obra (o
); mientras que otros
reordenan
los datos agrupando por una parte
datossobre el aspecto, naturaleza y reproduccin de los elementos, y describiendo
en otra su uso y utilidad. Para aclarar el tipo de elaboracin que realizan estos
otros autores Focio refuerza el trmino para dejar claro que ya no se
trata
de una simple co pi a (o ?
).
2 . trasladar .
En el del cod. 186.131b, que
trata
de las
narraciones
de
Conn,
Focio se interroga a s mismo sobre la necesidad de "recopiar" los cuarenta y siete
libros restantes como ha hecho con los tres primeros. El propio editor Henry
observa con cierta desconfianza, en nota
ad loco,
que eso querra decir que los
sumarios de los libros 1, 2 y
3
responderan a la extensin real del texto
comentado.
21
Probablemente no es "copiar" el texto lo que Focio ha hecho con
estos tres libros, sino "trasladar" con cierto detalle la trama de las primeras
narraciones. En este caso sera igualmente legtima la pregunta que se hace Focio
sobre la pertinencia de contar las historias por extenso, si el lector las puede
encontrar en el libro.
21
Observemos adems
que,enefecto,
los comentarios de los libros siguientes son ms
breves,
pero quealfinal del cod. vuelveaalargarseenlosresmenes,siendo por ejemplo los libros 45 y48
ms largos que los supuestos transcritos integramente.
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Testimonia.
Focio 17
El resto de los usos de y son referidos al origen y
confeccin de obras literarias. Es claro que utiliza el trmino para referirse al
proceso de confeccin de una obra que utiliza como fuente otra, trasladando las
informaciones contenidas en la fuente a un nuevo contexto. Por ejemplo en el cod.
150.99b en el que se nos dice que el trabajo Diodoro
22
no se diferencia en calidad
del de Juliano,
23
salvo en que ste hace ms uso de las citas. A este respecto es
revelador el parntesis en el que Focio se decide por entenderlas como dos obras
dependientes una de otra, aunque fuera posible considerarlas dos colecciones
independientes
( , '
) para
despus expresar su duda de cul
era ms antigua, quin haba "copiado" a quin
().
El grado de
dependencia como "copia"no lo
podemos
verificar
aqu ya que el tal Juliano es un
autor que se conoce exclusivamente por esta mencin fociana.
Tampoco el pasaje del cod. 219,176b, que podra parecer ms claro, tiene un
uso evidente del trmino. Del texto de Focio parece deducirse que el libro de
Oribasio sobre los remedios fciles de preparar
24
hay dos copias que slo difieren
en el ttulo y en el dedicatario (Eugenio), por afn del copista de agradar a otro,
de donde
=
"transcripcin, copia". Sin embargo Schrder
25
piensa
que se trata de una obra falsamente atribuida a Oribasio, como el propio Focio
apunta en su comentario.
3.
"traduccin",de una lengua a otra. Accepcin que no encontramos en Foc io,
pero que podemos leer en Luciano Hist. Conscr. 21 (
). Focio utiliza para esta
acepcin un sinnimo:
eig
(89,67a,38).
4."correccin". Acepc in que tampoc o est en Focio . En algunos casos
puede significar "reescribir, alterar ocorregir lo queotro haescrito"
(vanse Tucdides 1. 132 y Jenofonte,
Historia Graeca,
6.3.19). A este respecto se
podra citar tambin un interesante pasaje de un epgrafe, IG I
2
118.29 donde se
dice , * ..
.
As pues, tenemos un solo uso claro de
como
"copiar"
cuando
Focio
habla de obras literarias,y existiendo una acepcin (no atestiguada en Focio) que
puede significar incluso "corregir", el anlisis que he hecho del resto de los
ejemplos parece demostrar un uso intermedio ms matizado que el de "copiar" o
"traducir", donde estara reflejado el "traslado" del modelo con mayor o menor
fidelidad. Por todo ello habra que reconsiderar las palabras del patriarca respecto
a la relacin entre las obras de Eunapio y Zsimo. Porque si entendemos ste
trmino como "transcribir", deberamos encontrar en ambos historiadores
2 2
AutordepocadeAlejandrodelcualseconservan fragmentosenFHG II, p. 353-356.
23
Autor
de un
lxico
de
trminos
de los
diez
oradores.
24
Quecasualmente estaba dedicadoa Eunapio.
25
RE
Suppl.
tomo
VII
(1940)
col. 804.
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30/324
18 Jos A. GCHOA,
La transmisin de la
Historia
de Eunapio
paralelos verbales que dejaran constancia de la absoluta dependencia de Zsimo
del texto de Eunapio, y como veremos en el captulo correspondiente esto
no se verifica con los fragmentos conservados.
En consecuencia, si en este pasaje no significara "obra histrica", sino
"hechos narrados en una obra histrica producto de una investigacin", y
no fuera
"copiar"
sino "trasladar esos
datos
desde una
fuente
a la
pr opia obr a" ,
el valor del
t es t i mo ni o
de
Foc io quedara modif icado. La
interpretacin ms matizada que propongo sera leer Focio de esta forma: "se
podra decir que Zsimo no escribi una investigacin histrica propia, sino que
traslada la de Eunapio, siendo mucho ms conciso".
La comparacin que hace el patriarca de los dos historiadores contina en las
lneas sucesivas y, tras afirmar que slo se diferencian en que Zsimo redacta de
forma ms compendiada y que su ataque a Estilicn no es tan intenso, dice
'
TL
,
?,
que
podramos traducir: "...por lo dems, en el
contenido es muy semejante a aqul y sobre todo en los ataques a los emperadores
piadosos".
26
Interpreto aqu c o m o "contenido", siguiendo el anlisis
hecho arriba, y porque adems aqu est ya hablando de contenido al decir que es
un resurnen, y al referirse al ataque a Estilicn.
FIABILIDAD DE FOCIO
Por otra parte, debemos cuestionarnos hasta qu punto es lcito dar rango de
noticia cierta a' los comentarios de Focio en general y al que nos ocupa en
particular. Una fiabilidad que Paschoud nunca ha puesto en duda: "[mon
hypothse suppose] una grande similitude entre Eunape etZosime; aumoinscette
similitudeest-elle affirmepar Photios qui a eu la chance de les avoir tous deux en
main".
27
Tuvo ambos libros en la mano, seguramente, pero cmo los ley?, los
consult simultneamente y los compar?, o por el contrario hizo la comparacin
con Zsimo a partir de lo que recordaba haber visto en Eunapio?.
Nada sabemos de la biblioteca personal de Focio, ya que l nunca nos dice si el
manuscrito que comenta era de su propiedad o si tal otro lo haba mandado copiar
para enriquecer sus propios fondos. Mientras de Len el Matemtico o Aretas
tenemos constancia de una parte de sus bibliotecas, no hay ninguna noticia cierta
de la de Focio. Tan slo en un manuscrito, el
Vaticanus gr.
1, con textos
platnicos, se encuentran glosas que dicen
() ()()()
(),
28
razn por la cual se ha pensado que pudiera ser de Focio. Pero como seala ya
Lemerle,
29
esa abreviatura se podra desarrollar () ()()()
2 6
Evidentemente para Fociolos piadososson loscristianos. Eunapio
emplea
lamisma palabra
parareferirse alsentimientoreligioso
pagano.
2 7
EnCinq tudes...,
p. 212. La
expresin
ms
suave
"una
grande similitude"
no
debe
confundir aquallector respectoacmo entiende Paschoud esta "similude"en susteorasque le
llevan a considerar Eunapio-Zsimo comp una fuente unitaria(cf.su edicin deZos.
passim).
28
H.ALLINE,His toire du texte de Platn,Pars1915,p.206.
29
P. LEMERLE,Le premier hum anisme byzantin,Pars 1971,p.206.
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Testimonia.
Focio 19
(), es
decir,
un libro que perteneca al Patriarcado, y en todo caso si
hubiera que enteder que era del patriarca, no tenemos confirmacin de que se
tratara de Foc io. Parece que los libros los lea en diversas bibliotecas (privada s,
de instituciones monsticas o del palacio) de
Constantinopla,
y que no posea
muchos de ellos. A. Nogara hace notar que Focio siempre habla de libros ledos
(, conclaro significado escolstico) y nunca de libros posedos.
30
En diversos lugares se lee cmo Focio intenta procurarse libros que le interesan o
nos informa de aqullos que a pesar de todo no ha conseguido leer.
31
Es claro que
slo con dificultad poda recurrir a los libros que no eran suyos cada vez que
quisiera consultarlos de nuevo, ni proceder a comparaciones que le parecieran
oportunas al realizar una nueva lectura. Tena que fiarse de su mem oria y de sus
anotaciones, o como ocurre en algn caso dejar en blanco datos no anotados en su
momento (la cantidad de que
componen
una determinada
obra,
por
ejemplo) de unmanuscrito del que ya no
dispone.
La presencia de cdices con
abundancia de citas, hace pensar que Focio se preocupa de recopilar una
informacin tal que le permita sustituir al libro mismo, sea porque no le pensara
dedicar ms tiempo, sea porque no era para l de fcil acceso.
Habra que advertir que en la crtica moderna sobre el modo de trabajo de
Focio se han usado una serie de datos
generalmente
recurrentes a veces con
excesiva libertad en la intrepretacin. As, Impellizzeri dice que los libros usados
por Focio deban ser en su mayor parte enuncial, queesperaban
la
transliteracin, y de los que mereca la pena hacer buenos resmenes;
32
para
ello cita como ejemplo el cdice de Eunapio ( ?
?),que le interesa por la mencin de ejemplares antiguos, pero que no es
buen ejemplo para sus conclusiones, porque a juzgar por la fortuna del texto de
Eunapio es probable que nunca fuese transliterado, y desde luego la atencin que
le dedica Focio no es la que pudiera sustituir el original por su resumen del
contenido.
33
Mendels
34
pretende averiguar cules son los perodos histricos que
ms interesan a Focio, y cules los que no le llamaban en absoluto la atencin,
basndose en m ayor o m enor mencin de hechos h istricos de una cronologa dada
y la mayor o menor extensin de los cdices de autores histricos que los
contienen. Todo ello sin tener en cuenta ni la posicin que un cdice ocupa en la
obra
si
est al comienzo es ms breve seguramente porque an no estaba
definido el plan de la
Biblioteca,
ni la finalidad de Focio en determinado cdice
3 0
En cuyo
eso
podra haber dicho "nuestros libros" cuando se diriga a su herman o. A.
NOGARA,"Composizionee strutturadella
Bibliotheca
de Fozio Patriarca di Costantinopoli",Aevum
49(1975)237-238.
3 1
Quiz el ms notorio sea el del cod. 40 sobre Filostorgio, donde se dice: "Esto es lo que
haba podido leer hasta entonces; poco despus, en otro volumen, ha encontrado los otros seis
libros".
32
S. IM PELLIZZERI, "L'umanesimo bizantino del IX seclo e la genesi della Biblioteca di
Fozio", Apndice deLaletteraturabizantina,Florencia-Miln 1975, p. 359.
33
Est por ver que los cdices de Focio ms largos y detallados respondan a manuscritos de
difcil acceso o a ejemplares venerab les.
3 4
"GreekandRomnHistory in the Bibliotheca of Photius. A note",
Byzantion
57 (1986) 196-
206.
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20 JosA. OCHOA,
La
transmisin
de la
Historia
de
Eunapio
si le interesa resumir un perodo histrico porque lo conoce menos, o si le
interesa transcribir pasajes de un historiador porque su libro no es de fcil
consulta.
35
Otro problema es el de cmo trabaja Focio para la composicin de su obra.
Durante cierto tiempo se ha dicho que Focio redact su Bibliotecacon la exclusiva
ayuda de su memoria, apoyndose en la afirmacin que el patriarca hace en el
prefac io .
3 6
Posteriormen te se puso en evidencia que esto era prcticame nte
imposible. FueHggquien se plante una serie de reflexiones en este sentido:
37
en
primer lugar sera sorprendente que alguien pudiera memorizar el contenido de
todas las citas que encontramos en la
Biblioteca
(equivalen a unas 1.500 pginas),
especialmente si pensamos que esto se hace a lo largo de un amplsimo lapso de
tiempo y en citas literales que transmiten hasta errores de un cierto manuscrito.
38
Podramos aadir que una obra as slo puede ser fruto de muchos aos y de
muchas lecturas; pinsese que no todo lo que Focio haba ledo se encuentra en la
Biblioteca, la poesa clsica, la filosofa platnica y aristotlica son ejemplos de
lecturas que pertenecen al bagage cultural de Focio y que no estn comentadas en
cdices especficos. Otro argumento de
Hag,
siguiendo con el ejemplo de la
Vita
Apollonii (en el cod. 241 ),
39
es que los 120 ejemplos que se dan del estilo de
Filostrato, algunos de una o dos palabras, aparecen exactamente en el orden de la
obra original.
4 0
Si la redaccin hubiera sido hecha de mem oria esto sera
imposible, dado que el orden en ese caso debera ser asociativo (por tipo de
vocab ulario o rasgos idiomticos) y nunca por la sucesin en la obra. El ltimo
argumento de
Hgg
es un argumento
ad contrarium.
Focio en algunos momentos
da prueba de no disponer de una memoria excepcional, lo que queda ejemplificado
con errneas interpretaciones debidas a la sucesin equivocada de datos en el
35
M endels, en nota 9 del artculo citado en la nota anterior, hace una lista de cdices d
historiadores en los que se encuentran datos sobre el autor y su obra pero no sobre el perodo
histrico que cubre. Entre ellos no cita a
Zsimo
(cod. 98) ni a
Olimpiodoro
(cod. 80) que cubren
una misma cronologaalmenos en parte y que tienen un tratamiento y una extensin totalmente
distintas. Trabajos com o el de Mendels pretenden llegar a conclusiones que pueden ser vlidas o
no, pero que no sern crebles hasta que no expliquen todos los datos que se encuentran
involucrados en el problema.
36
As lo dice N.G. WlLSON, "The
composition
of Photius'
Biblioteca", GRBS 9
(1968) 451 -
455: "Iwould suppose that his notes were very brief and he relied on hismemory for themost
part". Ver tambin el suplemento a este artculo "Photius'
Bibliotheca.
A supplementary Note",
GRBS12(1971)559-560, donde aduce otros ejemplos de mem oria prodigiosa. Un resumen de las
distintas opiniones en la controversia de la interpretacin de este perodo se lee en las p .
XIX
y
XX
de
la introduccin de la edicin de F ocio deHENRY.
37
"Photius at Work: Evidence
from
the Text of the
Bibliotheca", GRBS
14 (1973) 213-222.
38
Hgg ejemplifica esto con pasajes de la
Vita
Apollonii,
(ibidem,
p. 216-219).
39
En esta resea hay un comentario ms extenso, que contrasta con el cod. 44, un par de
pginas, dedicado a la misma obra.
4 0
Hay leves alteraciones de orden, situando un ejemplo nunca m s all de dos puestos respecto
al que le corresponde; en todos los casos las frases d esplazadas y su lugar correcto se encuentran en
el mismo folio del m anuscrito que Focio pudo leer.
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Testimonia.Focio 21
sumario de una obra.
41
Como conclusin,Hggpiensa que la afirmacin de Focio
sobre el trabajo basado en la memoria es una frmula de modestia para curarse en
salud de las posibles crticas negativas. En general, hoy se admite que los
extractos, resmenes o notas de lectura de Focio sirven de mediadores entre el
acto de leer y la composicin de la
B iblioteca.*
2
Diversas ideas generalmente admitidas por la crtica son difciles de conciliar si
se examinan conjuntamente: se admite que el orden de la aparicin de los cdices
en la obra corresponde con el orden en que fueron ledos; que la agrupacin
temtica, cuando se encuentra, se debe al inters que despierta en Focio un tema, y
que la progresiva extensin de los cdices indica una conciencia del destino de
estas notas como obra publicable. Pero todo ello comp orta algunas dificultades:
cmo explicar esas agrupaciones de lecturas cuando el acceso a los libros lo
tenemos que suponer determinado por una disponibilidad no siempre a gusto del
lector?. Deberamos pensar entonces que Focio apenas ley obras de historia
despus del cdice 99 o que la mayora de estas lecturas pertenecen a su ms
temprana juventud?.
43
Que la
Biblioteca
se basa en una coleccin de notas de lectura es opinin
mantenida tambin por Lemerle.
44
Esa coleccin, que inicialmente pudo no estar
concebida para ser publicada, no posee en su versin definitiva un plan
compositivo, carencia que Impellizzeri explica por las prisas antes de partir para
la embajada mencionada en la carta proemial dedicada a Tarasio.
45
Lemerle
propone que el orden de los cdices es el de lectura, basndose en referencias a
cdices precedentes, en autores divididos en ms de una noticia,
46
y en que
conforme avanza la obra las noticias son ms largas, como si ya existiera la
voluntad de convertirlo en una obra publicable. En algunos casos parece que lee
con el clamo en la mano, dadas las extensas citas y dado el mimetismo que a veces
se nota en el texto de Focio, imitando la lengua y el estilo de un cierto autor.
47
Lemerle apuntaba la posibilidad de la colaboracin de un secretario que
4 1
Es ms, la repeticin d el comentario de una obra (los
de Dionisio de Egea en los
codd.
185
y
211,
con distinto criterio expositivo) se puede exp licar por el olvido de
Focio
de haber
hecho esa lectura, seguramente bastantetiempoatrs.
4 2
As se pronuncia tambin A. NOGARA en
Aevum
49 (1975) 218. Por otra parte, quien toma
notas de lectura y copia pasajes que le interesan lo hace generalmente cuando cree que no podr
disponer en el futuro con facilidad del libro que est usando.
4 3
Para Impellizzeri
{La letteraturabizantina,
p.
347)
toda la obra pertenece al perodo juvenil de
Focio, a juzgar por las lecturas de carcter eclesistico que contiene y las opiniones que se vierten
sobre ellas en cada cdice.
4 4
Le premier hum anisme...,p.
192.
4 5
Laletteratura bizantina,p. 357.
4 6
Incluso con el caso extremo de Dionisio de Egea, que tiene el cod. 185 prcticamente
duplicado en el cod.211.
47
Caso de los usos lxicos de Proclo, usado en el come ntario fociano a la
Crestomata
de este
autor (cod. 239), o la presencia notable d e jonismos en el sumario de la obra de Ctesias (cod. 72).
Este hecho fue observado tambin por J. BID EZen el caso de la
Historia eclesistica
de Filostorgio
(en su ed. pub licada en Leipzig 1813, p. XV), y por G.N. BONHWETSH en el caso de los escritos de
Metodio (ed. en Leipzig 1917,p. XXV).
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22 JosA. OCHOA,
La
transmisin
de la
Historia
de
Eunapio
transcribiese pasajes sealados por Focio en el manuscrito.
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Sin ser muy
consistente en sus argumentaciones A. Nogara propone que las agrupaciones
temticas de algunos cdices responderan a la disposicin
con
igual distribucin
asociativaen las bibliotecas en las que Focio lee los cdices, y por tanto el orden
de cdices en la Biblioteca respondera al orden de lectura, al menos en esos
grupos homogneos.
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Se ha planteado en diversas ocasiones el problema del origen de los datos de
Focio: de dnde extrae Focio datos que evidentemente no estaban en el cdice que
contena el texto objeto de comentario?. Y no me refiero a los comentarios de
orden estilstico, donde producen un efecto claro las teoras en las que Focio se
ha
formado,
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sino a informaciones sobre el autor o la gnesis y preparacin de una
determinada obra. Parece verosmil que usara como obra de consulta el
Onomatlogo
de Hesiquio,
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y algunas noticias biogrficas procedentes de algunos
manuscritos, junto a obras especializadas.
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En el caso concreto de Eunapio, no
parece que hayan sido usadas estas fuentes de documentacin, dado que todo lo que
nos dice lo encontr en el ttulo de la obra y lo dedujo del contenido del texto. Me
parece que se trata ms del fruto de la observacin que de la elaboracin de una
informacin de segunda mano.
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El modo en que Focio lee las obras constituye otro problema porque a veces da
la impresin de que, a pesar de contar con un ejemplar que contiene un texto
com pleto, la lectura que hace es parcial. Lem erle sugera que la expresin
...
pareca indicar una lectura parcial,
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y Baldini
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llama la
atencin sobre dos ejemplos extraos de comienzo del comentario del cdice,
donde tras el verbo
no
encontramos
un acusativo con el
ttulo de la
obra, o una expresin preposicional, sino un genitivo que slo podra explicarse
como p artitivo (los ejemplos son los cdices 76 y 77 Flavio Josefo y Eunap io).
Cuando Henry se planteaba en la introduccin a su edicin de Focio la
credibilidad de su
B iblioteca,
sealaba que la impresin general es la de una obra
con errores de detalle que hay que manejar con prudencia mais elles ne suffisent
pas a entraner la condammnation m assive de l'ensemble". No es posible, sin
embargo, pensar que Focio realiza siempre una lectura completa del libro que
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Lemerle hace esta observacin fijndose en el cod.241,donde se observa una radical divisin
entre la resea de mirabilia y el comentario estilstico con seleccin de pasajes {Le premier
humanisme...,
p. 193).
4 9
A. NOGARA,Aevum49 (1975) 236-237.
5 0
Parece que sigue especialmente la preceptiva de Herm genes, en la que desembocan tanto la
teoraestoicade los tres caracteres de estilo, como la del estilo ideal de Teofrasto. Sobre ello vanse
las p.
XXI
y
de la
introduccin de la edicin de HENRY.
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