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LAS REGLAS DEL JUEGO: CÓMO REPERCUTE EL TTIP EN ÁFRICA 6 EL COMERCIO Y LA S INVERSIONES AL DESCUBIERTO OFICINA DE BRUSELAS

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LAS REGLAS DEL JUEGO: CÓMO REPERCUTE EL TTIP EN ÁFRICA6

EL COMERCIO Y LAS INVERSIONES AL DESCUBIERTO

OFICINA DE BRUSELAS

Las reglas del juego: Cómo repercute el TTIP en África6

1 http://www.iwnsvg.com/2016/04/26/st-vincents-deputy-pm-criticizes-caribbean-eu-trade-agreement/.

Sylvester W. Bagooro

«No tuvimos elección. La Unión Europea nos puso una pistola en la cabeza y nos dijo que teníamos que firmar»,

afirmó recientemente Louis Straker, Vice Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores de la isla caribeña

de San Vicente y las Granadinas en su relato a los periodistas sobre la experiencia de negociar Acuerdos de

Asociación Económica (AAE) con la Unión Europea (UE)1.

Esto se debe, añadió, a que «[el Caribe] no es muy competitivo respecto a los productos que se venden en el

mercado europeo porque el coste de nuestra mano de obra es mucho más alto que en otros países que producen lo

mismo». En consecuencia, la UE abusó de la posición central de África en el grupo de África, el Caribe y el Pacífico

(ACP) para amenazar al Caribe con la marginación. El Caribe cedió. Se vio forzado a abrir su sector de servicio a la

UE y a consagrarse a las normas de inversión neoliberales. Esto es ahora la «norma» que la UE espera que adopten

otras regiones de ACP en sus propios AAE. La explotación de diferencias salariales, incluso entre los eslabones

más pobres de mano de obra del mundo, esto es también un fundamento estructural clave de los acuerdos de libre

comercio (ALC), en los que se incluyen los AAE.

Los AAE son acuerdos comerciales regionales (ACR) para establecer reglas y normas relacio-nadas con el comercio. Se iniciaron en 2002 por la UE como nueva estrategia para ampliar su dominio de mercado institucionalizado sobre sus antiguas regiones coloniales que constitu-yen el grupo de países ACP.

África ha sido un territorio muy importante para la evolución de la UE como potencia comercial mundial. Estos acuerdos comerciales que defi-nen vínculos económicos preferenciales entre la UE y África aseguran el mantenimiento del control europeo sobre las economías coloniales en la era poscolonial. El régimen comercial dominado por la UE ha definido además las relaciones económicas de África con el resto del mundo, especialmente en lo que respecta

a su condición de productor de materias primas dependiente en la economía internacional.

Mientras tanto, África ha servido a menudo de incubadora y plataforma de lanzamiento de normas y estándares comerciales de la UE que a menudo se «multilateralizan» más allá en los ámbitos mundiales.

El modelo de integración mundial y dominación externa ha exigido costes de gran magnitud para la población y la economía africana. Constituye un factor decisivo sistémico y fundamental para su producción, comercio, generación de excedentes, propiedad, estructuras de inversión y distribución, para las relaciones de desigual-dad entre África y el mundo, y para el propio continente. Y es el obstáculo más potente para

EL COMERCIO Y LAS INVERSIONES AL DESCUBIERTO

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ÁFRICA: una escala intermedia para la Europa global

2 Pogge, Thomas, 2001, «Priorities of Global Justice» (Prioridades de la justicia global) en Global Justice, p 14.

3 Nunn y Price, 2004, «Managing Development: EU and African Relations through the Evolution of the Lome and Cotonou Agreements» (Cómo se gestiona el desarrollo: relaciones UE-África a partir de la evolución de los acuerdos de Lomé y Cotonú), Historical Materialism, volumen 12:4, p 204.

4 Se trata de una práctica europea ampliamente reconocida. Para acceder a discusiones académicas interesantes sobre el tema, véase, por ejemplo, Journal of European Public Policy, volumen 22, número 9, 2015. Edición especial: «The European Union as a Global Regulator?» (¿La Unión Europea como regulador mundial?)

erradicar la pobreza y lograr un desarrollo demo-crático, equitativo y sostenible en África.

La posición vulnerable de África en la economía mundial y en las relaciones internacionales está directamente relacionada con la concentración de riqueza y poder en manos de los legisladores de la UE y las empresas transnacionales (ETN), y no porque África esté excluida de los princi-pales circuitos de los participantes del mercado mundial, sino precisamente por su profunda integración en los mismos. Estas polaridades extremas han surgido y se han reproducido «a partir de un solo proceso histórico, una sola base de recursos naturales y dentro de un solo orden económico mundial»2.

Este hecho pone de relieve como la UE, el mayor bloque comercial y de inversión del planeta, hace uso de maniobras de poder en las negociaciones con sus antiguas colonias dependientes como táctica de «divide y vencerás» para fragmentar los países en desarrollo, como se observa en la entrevista con Straker. Esto ha implicado que los cambios en los patrones dominantes de las eco-nomías de la UE han perfilado la «remodelación

de las estrategias de desarrollo de los PMA, entre los cuales, los países africanos han sufrido una marginación y una explotación extremas»3. Esto también significa para la UE aprovechar el dominio estratégico en una esfera para mejorar sus habilidades y establecer normas comerciales en un ámbito más amplio4.

En la actualidad, EE. UU. y la UE intentan finalizar la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), el mayor acuerdo de comercio regional abiertamente concebido por sus promotores como el nuevo «modelo referente» de las normas del comercio mundial. El acuerdo otorgará poderes desmedidos a la UE, las ETN y los gobiernos.

En relación a las fortunas de cientos de millones de personas y a las perspectivas de quienes defienden la justicia social global, como los activistas movilizados contra el TTIP, es como el poder global del TTIP de la UE puede retroceder en las regiones ACP y África y los medios posi-bles para resistirse a esto, teniendo en cuenta el contexto de los AAE y la posición histórica de África dentro de las estructuras de poder de la UE en el comercio mundial.

El vínculo natural entre las ambiciones comercia-les globales de Europa y su control sobre África se fusionó y quedó integrado en el ADN de la UE desde su creación.

En la constitución de la UE se plasmaron las necesidades fundamentales del capitalismo europeo de aunar sus recursos para contrarrestar el poder económico estadounidense (y el poder militar soviético) tras la Segunda Guerra Mundial,

y para que Europa se estableciera, por sí misma, como una tremenda potencia comercial, en este sentido.

«[E]l Tratado de Roma fue un documento revolucionario. No solo contenía un mandato inusualmente amplio para impulsar el comercio interno, sino que también garantizaba a la nueva entidad supranacional una personalidad externa para elaborar, negociar y aplicar todos

5 Meunier y Nicolaidis, (2005), The European Union as a Trade Power (La Unión Europea como potencia comercial), en Christopher Hill y Michael Smith (eds), International Relations and the European Union, pp. 265.

6 La pérdida de los imperios coloniales europeos, la debacle francesa en Vietnam en 1954 y la humillación tanto de Francia como de Reino Unido ante Egipto en la crisis del Canal de Suez de 1956 reiteraron la importancia del control geoestratégico de la UE sobre los países del África subsahariana, pese a su independencia formal. Francia insistió en la asociación como condición necesaria para la firma del Tratado de Roma.

7 La asociación se actualizó con los Acuerdos de Yaundé (1963 y 1969), el Convenio de Lomé (1976-2000) y el Acuerdo de Cotonú (desde el año 2000), en el que los AAE constituyen su capítulo referente al comercio.

8 Meunier y Nicolaidis, 2006, The European Union as a Conflicted Trade Power (La Unión Europea como potencia comercial en conflicto), Journal of European Public Policy, 13:6, p 913.

los aspectos de las relaciones comerciales con el resto del mundo»5.

Otro requisito era el de reforzar el control euro-peo sobre África. En la Cuarta Parte del Tratado de Roma de 1957, por el que se constituyó la Comunidad Económica Europea (conocida desde 1993 como Unión Europea, por lo que en adelante nos referiremos a los dos términos como UE), se detalla la «asociación» entre la UE y África. De este modo se aseguró la incorporación de las anti-guas colonias francesas y belgas como mercados rentables de ultramar, enclaves de inversión y, sobre todo, el control sobre los recursos energéti-cos básicos y otras materias primas clave para los Estados de la UE en su conjunto y sus ETN6.

La asociación y su posterior remodelación7 tam-bién ofrecieron un modelo para el desarrollo de la UE como potencia comercial global y sentó las bases de «una red de acuerdos preferenciales bi-laterales sin precedentes, desde Chile hasta Siria, y más llamativamente los acuerdos especiales con los países ACP mediante las convenciones de Yaundé, Lomé y Cotonú que se sucedieron a partir de 1963. Todas estas relaciones se basan en derechos asimétricos de acceso a los mercados (al menos para productos industriales) y, con mayor frecuencia, en el uso de la UE de dicha asimetría como moneda de cambio para lograr cambios en el ámbito nacional de sus socios comerciales»8 [énfasis añadido].

Los Acuerdos de Yaundé impusieron relaciones comerciales recíprocas en condiciones preferen-ciales para ambas partes. Como ya se ha men-cionado, esto aseguraba a Europa de materias primas vitales, en particular del sector agrícola y de extracción de recursos de energía naturales, pero también del sector industrial estratégico, siempre que fuera más conveniente el proce-samiento «local» (por ejemplo, por la existencia de posibilidades tecnológicas o en el caso de la producción destinada a los mercados africanos).

Un caso revelador se da en el sector de la pesca y del atún, cuyos aranceles preferenciales ofrecían una ventaja económica del 24 % a las importaciones de atún de la UE procedentes de fábricas francesas conserveras y de procesa-miento establecidas en África Occidental frente a las importaciones potencialmente competido-ras de Asia o Latinoamérica. Los acuerdos co-merciales han concedido un acceso privilegiado a los arrastreros de pesca de altura de la UE y a las ETN de pesca industrial para explotar bancos de atún de alta mar de África a cambio del pago de «rentas» (con frecuencia el 5 % o menos del valor de las capturas declaradas por los opera-dores de la UE) a los gobiernos africanos. La UE ha imitado este sistema en el Pacífico y en otros países distintos de los ACP. En este contexto, las industrias de conservas y pesca del atún de la UE se consolidaron como operadores globa-les, no solo en Francia, sino también en España (y, en menor grado, en Portugal e Italia, entre otros países de la UE). La UE controla ahora más del 35 % del mercado mundial de atún y otros peces de alto valor y establece una amplia gama de normas de sistemáticamente relevan-tes para la industria global.

Más allá y además de los aranceles, los obstácu-los no arancelarios (ONA), que se establecieron y aplicaron por primera vez en África, como las «normas de origen», restringen las fuentes de atún a los peces capturados o procesados por buques o empresas de propiedad africana o de los países de la UE. Estas medidas excluyen a los productores africanos o de los países ACP (y otros países en desarrollo) que no disponen de arrastreros o de empresas de procesamiento o de conservas de propiedad nacional lo bastante grandes para competir. Además, las normas de origen les impiden arrendar o fletar buques de otra parte, puesto que no disponen de capital para comprar uno propio. En consecuencia, los únicos «grandes beneficiarios de los programas de preferencias de la UE son los buques de

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9 Campling, L. 2008, Direct and Indirect Preference Erosion and the Competitiveness of the ACP Tuna Processing Sector (Erosión directa e indirecta de preferencias y la competitividad del sector de procesamiento del atún de la región ACP). En: Qalo, V., ed. Bilateralism and Development: Emerging Trade Patterns.

10 Campling, L. 2015, Historicising Trade Preferences and Development: The Case of the ACP-EU Canned Tuna Preference (Preferencias comerciales y desarrollo desde una perspectiva histórica: el caso de las preferencias del atún enlatado ACP-UE), en Beyond Free Trade: Alternative Approaches to Trade, Politics and Power, (eds) Kate Ervine y Gavin Fridell, pp 57-75.

11 Informe 2014 del Africa Progress Panel «Grain, Fish, Money» http://www.africaprogresspanel.org/publications/policy-papers/2014- africa-progress-report/. Greenpeace, 2012, el Artic Sunrise sorprende a los arrastreros de la UE saqueando las aguas de África Occidental, http://www.greenpeace.org/africa/en/News/news/Greenpeace-protests-against-EU-subsidised-plunder-of-West-African-Waters-/ . Para acceder a un informe sobre la última ampliación de los acuerdos pesqueros de la UE en África, véase http://www.theguardian.com/global-development/2016/jun/09/eu-european-union-accused-exporting-problem-overfishing-mauritania-deal

12 Nunn y Price, 2004, revista Historical Materialism Journal, vol 12: 4 (pp 203-230). Ofrecen una interesante perspectiva de este aspecto de la evolución del marco UE-ACP. Véase también: Comisión Europea, Revista ACP-EEC Courier nº 89 (1985) y nº 114 (1989); (1992) Lessons from the Stabilization Programmes of Central and Eastern European countries (Lecciones extraídas de los programas de estabilización de los países de Europa Central y Oriental), 1989-91, Economic Papers 92.

propiedad europea que cuentan con un mercado cautivo entre los productores de los países ACP y los productores SGP+ que carecen de flota doméstica»9.

Por lo tanto, todo acceso al mercado orientado a los intereses africanos o de los países ACP que pueda ser independiente de las operaciones controladas o centradas en la UE se enfrenta a «muchos otros obstáculos para el acceso a los mercados de los países en desarrollo, entre ellos múltiples subvenciones a la pesca y obstáculos no arancelarios aplicados por los gobiernos de [la UE] y la OCDE y el poder adquisitivo y las normas privadas de empresas y grandes minoristas. Dado que los aranceles (y, en consecuencia, las preferencias arance-larias) se aplican a los mercados principales, las medidas no arancelarias, y en especial las normas de seguridad alimentaria y de sostenibi-lidad públicas y privadas, serán probablemente los principales obstáculos para el acceso al mercado de productos de la pesca, especial-mente para los pequeños operadores, incluidas las pequeñas y medianas empresas (PYME) y los estados bajo presión fiscal»10 que predomi-nan en África. El aumento de la liberalización también ha incrementado el desplazamiento de pescadores artesanales de pequeña escala y el agotamiento incontrolado de reservas pesque-ras, amenazando el abastecimiento sostenible, la seguridad alimentaria y el medio ambiente de las comunidades de pesca costera de África, lo que repercute en las sociedades y economías de las que forman parte11.

La nueva era neoliberal ha intensificado ma-sivamente las condiciones e intervenciones normativas de la UE, ampliando su alcance para englobar reformas macroeconómicas,

regímenes laborales, gastos públicos y privati-zación, entre otras medidas que contribuyen a establecer normas globales que con frecuencia son el preámbulo de los nuevos programas globales de Europa.

En 1985, incentivada por las prácticas de presión del grupo de empresas mineras europeas (GEMC, por sus siglas en inglés), la UE elaboró el marco de protección de los derechos de los inversores que había dise-ñado para sus ETN en África e impuesto en la zona ACP como «acuerdos multilaterales sin precedentes». No tardaría en presionar a la Corporación Financiera Internacional (CFI) y al Banco Mundial para que los adoptara como norma internacional. Esto se produjo mucho antes de que la OCDE promoviera sin éxito en 1995 un Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (AMI), de carácter similar.

En la revisión de 1989 del Convenio de Lomé se incluyeron políticas neoliberales y condicio-nes disciplinarias con tanto éxito que el convenio fue promovido por la UE como modelo referente mundial de la «filosofía subyacente al ajuste es-tructural». Poco después, se aplicó a los países de la Europa Central y Oriental (que se estaban integrando en la nueva Europa tras la caída del muro de Berlín), con el razonamiento por parte de la UE de que la austeridad «prolongada y endémica» es «un gran problema pero también apacigua a la población y reduce la resistencia popular a la terapia de choque».

Casi 25 años después, los ciudadanos actuales de la UE siguen aprendiendo el significado en toda su dimensión de la «filosofía subyacente» a este propósito arraigado de la UE de «antepo-ner los beneficios a los ciudadanos»12.

13 «Trading Away Africa’s Future» (Comerciar con el futuro de África) es el título de una edición especial de la revista Review of African Political Economy sobre la relación UE-África/ACP. Véase: 2007, Review of African Political Economy, Vol. 34, nº 112.

14 CNUCYD, 2003, ‘Trade Performance and Commodity Dependence’ (Rendimiento del comercio y dependencia de los productos básicos), Informe sobre el desarrollo económico en África, http://unctad.org/en/docs/gdsafrica20031_en.pdf

Los fundamentos estructurales subyacentes a la dominación de la UE tienen sus raíces en la perpetuación de África en un ciclo vicioso de dependencia de la exportación de productos básicos. A largo plazo, el valor relativo de las exportaciones de productos básicos de las que dependen economías africanas enteras sigue disminuyendo frente al valor de las importacio-nes, por ejemplo de tecnología industrial, del mismo modo que disminuye su cuota en el comercio y la economía mundial.

En consecuencia, las pérdidas en el intercambio comercial de África han sido descomunales, estimadas en el 120 % del producto interior bruto (PIB) de todo el continente entre 1970 y 1990. Y esto sin contar el petróleo, que es la exportación más valiosa de África. Según la CNUCYD, «las pérdidas en el intercambio comercial han supuesto grandes costes en términos de ingresos, endeudamiento, inversión, pobreza y desarrollo»14. En ningún momento de la relación UE-África, la UE ha buscado utilizar su mercado o poder normativo dentro del comercio global para contribuir a un cambio profundo del régimen de productos básicos para mejorar los resultados de desarrollo de África.

Desde principios de la década de 1970, los acuerdos comerciales de la UE han servido de mecanismo perseverante para adaptar el control poscolonial y contener las ambicio-nes e iniciativas africanas de poner fin a su dependencia. Los países del Sur productores de bienes básicos se volvieron más asertivos para mejorar los regímenes de productos básicos y buscar un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI) mientras las primeras economías del mundo experimentaban una profunda recesión mundial por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial. En la base de estos dos sucesos se encontraba el cártel de los países productores de petróleo, la OPEP, que es un ejemplo palmario y un modelo sumamente exitoso del potencial que tenían entonces los países en desarrollo para modificar aspectos de las ancestrales relacio-nes Norte-Sur contrarias al desarrollo.

Bajo la presión de los países ACP y el lideraz-go de Nigeria (el mayor productor de petróleo de África y entonces miembro de la OPEP, la Organización de Países Exportadores de Petróleo), la UE concedió una estabilización de precios limitada y acceso preferencial y no

REGRESO AL FUTURO CON LOS AAE:Perpetuar el pasado de África y comerciar con su futuro13

En lo anterior se establece el propósito constituti-vo de la UE de aprovechar su hegemonía en África para reforzar su capacidad de imponer normas y estándares en el Comercio Internacional con el fin de garantizar ventajas económicas a las empresas

de la UE y poder geoestratégico a sus estados líderes. Indudablemente esto ha tenido conse-cuencias desafortunadas para algunos sectores de la mano de obra europea y de otros lugares, pero para África ha sido catastrófico.

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15 Nunn y Price, 2004.

16 Orbie, J. 2007, The European Union & the Commodity Debate: From Trade to Aid (La Unión Europea y el debate sobre los productos básicos: Del comercio a la ayuda), Review of African Political Economy, Vol 34, núm. 112, pp 297-311.

17 Ravenhill, J. 1985; 2004.

18 Taylor, I. 2016, Dependency redux: why Africa is not rising (Dependencia: por qué África no está progresando), Review of African Political Economy, 43:147, 8-25.

19 TWN Africa, 2015, Globalización, crecimiento y pobreza en África. www.twnafrica.org. Véase también: Lawrence, P. and Graham, Y. 2015, Transformación estructural y desarrollo económico en África, http://roape.net/2015/12/18/structural-transformation-and-economic-development-in-africa/

recíproco al mercado para productos básicos de los países ACP en el acuerdo de Lomé. Esto contribuyó a apaciguar el nerviosismo de los países ACP para crear mejores regímenes de productos básicos, pero facilitó que estos países se concentraran en los beneficios que podían obtener con las preferencias de la UE a expensas de otros productores de productos básicos. La dependencia de África de los productos básicos se acentuó aún más cuando todos los países en desarrollo cuestionaron los regímenes globales de productos básicos y las relaciones económicas sistémicas de la UE.

Al mismo tiempo, la UE explotó el capital político que ganó con su aparente disposición a ceder frente a las necesidades de los países vulnerables. Convenció a los países ACP de que hicieran importantes «concesiones» y desis-tieran de demandas como las de propiedad nacional de los recursos naturales de los países ACP, la reforma de las políticas hostiles de la UE, por ejemplo las subvenciones en Política Agrícola Común (PAC) de la UE o la progresivi-dad arancelaria para los productos industriales de los países ACP y un código de conducta para las empresas transnacionales15.

El control y la gestión de estos programas de estabilización por parte de la UE le permitieron modificar las relaciones mercantiles sin tener que cambiarlas16. La estrategia de dependencia del Tratado comercial de la UE era una herra-mienta adaptable para limitar y controlar con éxito las aspiraciones de África. Cuando estalló la crisis mundial de los precios de los productos básicos a finales de la década de 1970 y las deudas de África se hicieron insostenibles, la UE utilizó su poder y su primacía sobre las eco-nomías africanas para fragmentar los sistemas nacionales integrados de inversión, producción, comercio y desarrollo rural y reincorporar estos

sectores fragmentados a las cadenas de valor mundiales de las ETN.

Las condiciones de la UE se ampliaron expo-nencialmente para establecer reglas y normas de acceso a los mercados, ayuda, financiación de desarrollo, transferencia de tecnología, inversión, relaciones de las ETN y los productos básicos. África fue el laboratorio de la UE para elaborar normas no solo para un amplio grupo de países en desarrollo como los ACP, sino tam-bién para las relaciones globales de importancia sistémica, como las relaciones globales entre el Norte y el Sur17.

Esto fue un verdadero retroceso para las eco-nomías africanas. En lo que respecta al núcleo de su problema estructural, «la posición de dependencia de África en la economía mundial se está redefiniendo debido a la intensificación de la extracción de recursos al tiempo que se agudiza la condición de dependencia, crece la desigualdad y se acelera la desindustrialización. La ‘ventaja comparativa’ actual de África como principal exportador de productos básicos se celebra y refuerza. La historia se repite»18.

Pero la historia se repite «primero como trage-dia y luego como farsa». La tragedia consiste en que el retroceso del desarrollo de África intensifica su dependencia en los productos básicos, los mercados de exportación como la UE y los impuestos comerciales como fuentes de ingresos, incluso cuando los ingresos de la producción nacional y las inversiones se des-ploman19. Su posición es más vulnerable que nunca. El derrumbe de los sistemas de produc-ción y los regímenes nacionales alternativos de productos básicos han dado mayor lugar a las ETN. Por consiguiente, mientras los bene-ficios del reciente auge de los precios de los productos básicos fueron monopolizados en su

mayoría por las ETN, las presiones deflacionis-tas, la vulnerabilidad ante los choques externos y la inestabilidad se intensifican para las clases productoras de África20.

El retroceso de las condiciones internas del comercio en perjuicio de África en las cadenas de valor de la ETN, integradas globalmente, está tan avanzado y «naturalizado» que la cuestión de los productos básicos prácticamente ha desaparecido de las agendas y los discursos de desarrollo. El Acuerdo de Cotonú, por ejemplo, no contiene ningún capítulo sobre productos básicos, lo que se aleja de los marcos de las relaciones UE-África/ACP que lo precedieron.

Ni siquiera la CNUCYD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), que siempre había sido la plataforma por exce-lencia de las alternativas de los países africanos y países en desarrollo al Orden Económico Internacional, reconoce en la actualidad la CVM como la base para integrar «el proceso de desarrollo» de África a modelos de crecimiento global, aun cuando sí reconoce la consolidación y concentración (es decir, el monopolio) de las ETN como el mayor impedimento estructural para el desarrollo21. Por desgracia, otras voces críticas del TTIP que luchan contra la pobreza se hacen eco de este punto de vista limitante y abogan por la inclusión de reglas y estándares que favorezcan a África y a las regiones en desarrollo en un TTIP mejorado22.

Plantear el problema de África en el comercio mundial como un problema que depende de la integración o el aislamiento es un error flagran-te. Da credibilidad al relato fomentado por la UE de que África ha fracasado en su integración y

desarrollo debido al proteccionismo comercial, una justificación clave de la UE para pasar del comercio no recíproco a la liberalización recípro-ca con los países ACP, que ahora se plasma en los AAE.

Pero esto es tan ridículo como falso. África está profundamente integrada en la economía mundial y depende mucho más del comercio externo que cualquier otra región del planeta. Sin embargo, se encuentra atrapada en la producción de materias primas, lo que repre-senta más del 95 % de sus exportaciones, en procesos estructurados como enclaves extrac-tivos monopolizados por las ETN con vínculos distorsionados o débiles con economías locales más amplias e integradas en circuitos comer-ciales que operan en condiciones altamente desiguales y desequilibradas, donde los riesgos son de África y los beneficios de las ETN. La UE representa el 85 % del mercado final de todas las exportaciones de productos básicos agrícolas africanos y el 75 % de su comercio en general23. Los productores africanos de estas exportaciones no tienen presencia en estos mercados finales. No reciben ni los precios propios de estos mercados finales ni pueden participar en el proceso de transformación de materias primas a productos finales.

Los AAE agravan tremendamente todos los problemas históricos que atañen al desarrollo de África y suprimen el espacio y las condiciones que podrían permitir su transcendencia. Entre otras cosas, impiden a los países productores aplicar impuestos a la exportación, lo que desalentaría la exportación de materias primas y generarían ingresos para invertir en el desarrollo de la producción nacional.

20 Amanor, K.S. 2009, Global Food Chains, African Smallholders and World Bank Governance (Cadenas alimentarias mundiales, minifundistas africanos y gobernanza del Banco Mundial), Journal of Agrarian Change, Vol 9, Número 2, pp 247-262; Bargawi, H. 2009, Assessing the Impact of Commodity Prices on Producers in Low-Income Countries (Evaluación del impacto de los precios de los productos básicos para los productores de países con rentas bajas), https://www.soas.ac.uk/cdpr/publications/dv/file50264.pdf; Newman, S. 2009, The Downside of «Financialisation» of International Commodity Markets (La desventaja de la «financialización» de los mercados internacionales de productos básicos), https://www.soas.ac.uk/cdpr/publications/dv/file52180.pdf

21 CNUCYD, 2016, Cocoa Industry: Integrating Small Farmers into the Global Value Chain (Industria del cacao: Integración de los pequeños agricultores en la cadena de valor mundial). http://unctad.org/en/PublicationsLibrary/suc2015d4_en.pdf

22 Herfkens, E. 2016, Lost in a Spaghetti Bowl? Mega-regional trade agreements, Sub-Saharan Africa and the Future of the WTO (¿Perdidos en un plato de espaguetis? Acuerdos comerciales megarregionales, el África Subsahariana y el futuro de la OMC). http://library.fes.de/pdf-files/iez/global/12382.pdf

23 Taylor, I. 2015, «Bait and Switch: The European Union’s Incoherency Towards Africa», Jean Monnet Trabajos sobre economía política, The University of Peloponnese, p 3. La «incoherencia» se encuentra en el marcado contraste que hay entre las reivindicaciones de la UE de asociación e intención de desarrollo y sus políticas y prácticas reales con respecto a África.

9

Por otra parte, abaratan las importaciones de la UE que se subvencionan a menudo ilegalmente, inundan los mercados africanos y destruyen la producción local para el mercado nacional salvo, precisamente, los productos básicos de expor-tación que necesita la UE por no tener sustitu-tos que puedan competir o porque las ETN de la UE ya tienen inversiones a fondo perdido en su producción. El consiguiente desempleo y la pobreza que esto crea implica que la posible base imponible de los ingresos nacionales es extremadamente limitada, salvo en el área del comercio exterior. No obstante, con la liberaliza-ción recíproca impuesta por los AAE ni siquiera esto será una opción porque se suprimen los impuestos sobre las importaciones de la UE.

Las pérdidas estimadas de ingresos para los países de África Occidental que formen parte de los AAE se proyectan a un promedio de un 8 % del total de los ingresos fiscales, con un declive drástico en comercio e inversión regionales dentro de la subregión del África Occidental24. En el comercio intrarregional de África el valor añadido de la producción es bastante más elevado que en el comercio de África con los países de la UE y la OCDE. Además, la dinámica regional incorpora avan-ces en el plano nacional.

Cuando se hunden entidades nacionales públi-cas y privadas e iniciativas de desarrollo tales como subvenciones para extensiones agrícolas, semillas, tecnología, estabilización de precios, constitución de existencias públicas, inversión y créditos para infraestructura social, hay mucho más lugar para que la actividad comercial de las ETNs penetre en los intersticios de las econo-mías locales a todos los niveles, con la consi-guiente acumulación y transferencia externa de beneficios que no repercuten en la mejora de capacidades nacionales de varios sectores integrados productivamente, ni en los ingresos

de los productores, ni en los ahorros nacionales, ni en los ingresos públicos ni en la inversión na-cional. Por tanto, los AAE representan pérdidas incalculables cuando se analizan desde el punto de vista de las previsiones futuras. Lo que es absolutamente cierto es que estas pérdidas serán consecuencia directa de una integración multilateral más estrecha con la UE.

Los AAE permiten a la UE recuperar las conce-siones que se vio obligada a otorgar a África y los países ACP en la década de 1970. Además del control de los productos básicos y la extrac-ción de recursos naturales, se han liberalizado nuevas áreas como las finanzas, el medio ambiente, las infraestructuras y los servicios sociales, la construcción, las telecomunicacio-nes y la contratación pública, y se han reforza-do los derechos de propiedad intelectual.

La combinación de esta ampliación y mayor inversión o las ETN ha intensificado la apropiación de excedentes económicos y su transferencia fuera de África. Esto se manifiesta particularmente en el crecimiento exponencial en la última década de lo que se ha dado en llamar «Flujos financieros ilícitos» procedentes de África, que ascienden en promedio a más del 5 % de pérdidas anuales del PIB de África25.

Esto refleja, más que nada, la libertad sin precedentes con la que ahora operan las ETN respecto a los recursos africanos, además de que, en muy poco tiempo, los bancos de la UE han llegado a controlar más del 60 % del sistema financiero y bancario de África26. No cabe duda de que el margen del que disponen actualmente las ETN en materia de evasión fiscal y corrupción contribuye a crear esta situación, pero es innegable que el factor clave es el poder de mercado, absolu-tamente legal y lícito, que poseen las ETN.

24 Berthelot, J. 2016, El ACE UE-África Occidental es absurdo, http://bilaterals.org/IMG/pdf/the_west_africa-eu_economic_partnership_agreement_is_absurd,_may_15,_2016-2.pdf

25 Comisión Económica para África de las Naciones Unidas, 2015, Informe del Grupo de Alto Nivel sobre Flujos Financieros Ilícitos de África. Véase también: www.stopthebleedingafrica.org

26 Massa, I. 2015, Capital Flight and the Financial System (Fuga de capitales y el sistema financiero), en (eds.) Ajayi and Ndikumana, Capital Flight from Africa: Causes, Effects and Policy Issues, pp 203 y 211.

Los AAE son la culminación de numerosos procesos, cuyo beneficio añadido para las ETN de la UE es que las capacita para recu-perar parte del espacio cedido a las fuerzas competidoras del capital global (por ejemplo, el capital estadounidense y el chino), que han aprovechado la liberalización del comercio «por vía multilateral» que ha impuesto de manera generalizada la UE para ampliar su presencia en África.

En cuanto a gobernanza africana, sigue siendo un hecho que «las antiguas potencias colonia-les europeas, en virtud del impacto decisivo y en muchos aspectos profundamente formativo de sus políticas coloniales [y poscoloniales] relativas a patrones de crecimiento económico de África, comercio internacional, constitución de Estados, contratación de indígenas en

puestos dirigentes y [vínculos] lingüísticos, fueron, desde el punto de vista histórico, actores no africanos mucho más importantes que las dos potencias que han entrado en escena últimamente»27. Por eso, a pesar de la intensidad del «nuevo reparto de África», las ETN de la UE siguen estando a la cabeza, con dos de las cuatro ETN de petróleo más impor-tantes, por ejemplo. Las normas relacionadas con el comercio y el régimen normativo de los AAE ofrecerán una nueva ventaja exclusiva al capital de la UE en África a expensas de los competidores globales, pero sobre todo a costa del futuro de África y del dolor de sus pueblos en la actualidad. Mientras prevalezca el orden actual, parece indiscutible afirmar que «la UE es el factor más importante de las re-laciones internacionales de África y lo seguirá siendo al menos a corto y medio plazo»28.

27 Yates, D. 2012, The Scramble for African Oil – Oppression, Corruption and War for Control of Africa’s Natural Resources (La carrera por el petróleo africano: Opresión, corrupción y guerra por el control de los recursos naturales de África), p 15.

28 Taylor, I. 2015, Bait y Switch.

CONCLUSIÓN:¿Es el TTIP un punto de inflexión? (Nuevos desafíos para África)

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29 Sobre la captación de valor y la reorganización de las condiciones «internas» de las ETN para el comercio en sectores de exportación integrados Norte-Sur, véase Smith, J. 2012, The GDP Illusion: Value Added vrs Value Capture (La ilusión del PIB: Valor añadido a captación de valor), Monthly Review, Vol 64, número 3; Para un análisis más amplio de una estrategia relacionada de las ETNs, véase Serfati, C. 2008, Financial dimensions of transnational corporations, global value chain and technological innovation (Dimensiones financieras de las empresas transnacionales, cadena de valor mundial e innovación tecnológica), Journal of Innovation Economics & Management 2008/2 (núm. 2), p. 35-61.

30 Starrs, S. 2014, The Chimera of Global Convergence (La quimera de la convergencia mundial), New Left Review, 87, p 94.

La idea de que el refuerzo de poder que adquie-re la UE gracias al TTIP dejará a África indemne es extremadamente rocambolesca. Igualmente errónea es la noción de que toda amenaza que el TTIP suponga para África puede ser anulada o evitada incorporando las inquietudes africanas al marco del acuerdo. Las posibles repercu-siones del TTIP en África son múltiples, quizás lo más peligroso sea la obligación de hacer frente a los nuevos retos que le puede plantear en los siguientes puntos: el proceso y los resultados de los AAE; el debilitamiento de las instituciones africanas y sus responsabilidades; el agravamiento del subdesarrollo y la pobreza; y la fragmentación de la cohesión social y la representación sociopolítica de una resistencia y unas alternativas democráticas.

El AAE pretende generar y asegurar a las ETN ingresos de carácter monopolista en concepto de propiedad intelectual, servicios, asociaciones público-privadas para contratación pública en infraestructura y servicios sociales, aplicando el principio del «trato nacional» en las normas que regirán la normativa de competencia e inversión. Estas estrategias de captación de valor de las ETN29 se basan en consolidar las ventajas que comparten la UE y EE. UU. en cuanto a tecno-logía avanzada, finanzas, propiedad intelectual, transporte, el alcance global de sus ETN y el poder institucionalizado de sus Estados.

Por este motivo, las empresas de la UE representan más del 28 % de la innovación global y los gastos en I+D, solo superadas por Estados Unidos (35 %) y muy por delante de China (3 %)30. Pensar que la UE no va a globalizar activamente este modus operandi tan ventajoso resulta tan insostenible como sugerir que la consolidación de Estados Unidos como única superpotencia militar mundial hará que su presencia y estrategias globales sean menos militarizadas.

Las disposiciones de Nación Más Favorecida (NMF) previstas en los AAE implican la perspectiva de su «armonización coherente» con el TTIP. Las afinidades institucionales entre los AAE y el TTIP propuesto ponen en evidencia los peligros que encierran. El TTIP incluye un Consejo de Cooperación Regulatoria (CCR), un órgano formado por expertos de la UE y de EE. UU. que evaluará y revisará permanentemente los obstáculos al comercio y a la inversión. Los AAE ofrecen un modelo preexistente, el Consejo Conjunto del AAE (JEC, por sus siglas en inglés), que no solo cumplirá funciones de supervisión y revisión, sino también de sanción en caso de incumplimiento, y que además abarcará otras áreas políticas que no se integran en los AAE pero que podrían impedir su óptimo funcionamiento.

31 Mkandawire, Thandika, 2009, Institutional Monocropping and Monotasking in Africa (Monocultivo y monotarea institucionales en África). www.unrisd.org

32 Por ejemplo, durante una manifestación de la organización Stop EPA (No al AAE) en el Foro Social Mundial de 2007 en Nairobi, persuadieron a los dirigentes de las ETN horticultoras más importantes de la UE para que acompañaran a los funcionarios del gobierno de Kenia en representación de los intereses nacionales a favor de los AAE. En Ghana y Costa de Marfil, las empresas francesas de procesamiento del atún, transporte marítimo y frutas exóticas han desempeñado una función asimismo prominente como representantes de empresas locales.

33 Graham, Yao, 2013, La visión minera africana: Una perspectiva más allá de la expansión y la retracción de los mercados mundiales de minerales, dirigida a la transformación estructural. http://www.southcentre.int/wp-content/uploads/2013/08/Ev_130201_YGraham.pdf

34 Véase, por ejemplo, Missfelder, Philip, 2012, Access to Natural Resources: Perspectives for Economic and Trade Policy and International Relations (Acceso a los recursos naturales: Perspectivas para la política económica y comercial y las relaciones internacionales), Konrad Adenauer Stiftung; Feldt, H, 2012, The German Raw Materials Strategy: Taking Stock (Balance de la estrategia alemana en materias primas), Heinrich Boell Foundation.

El Consejo Conjunto del AAE difiere del CCR del TTIP solo en dos aspectos: el primero tendrá muchas más competencias en el plano nacional y supranacional que el segundo. En primer lugar, la combinación de Programas de Ajuste Estructural (PAE), liberalización, condiciones impuestas a la ayuda y medidas similares ha despojado a África por completo de sus capaci-dades institucionales, lo que probablemente sea uno de los principales reveses que ha sufrido el continente como resultado del neoliberalismo31. Respecto al proceso específico del AAE, la desaparición de la responsabilidad democrática nacional ya es palpable. Las legislaciones parlamentarias soberanas se han revocado abruptamente y las campañas públicas se han criminalizado. Las ETN de la UE en África, desde consorcios mineros por todo el continen-te o empresas horticultoras en África Oriental hasta la industria del atún en África Occidental, han sido «el rostro y la voz del sector privado africano» en las consultas y negociaciones del AAE, un claro proceso del descarado y vergon-zoso fraude electoral de la representación32.

En segundo lugar, en el caso de los Consejos Conjuntos del AAE, las sanciones y su aplicación solo son posibles de manera unilateral, es decir, de la UE a las regiones ACP. Además de constituir un nuevo ataque a la democracia, no está muy lejos del sistema de solución de diferencias entre inversores y Estados (ISDS) del TTIP, que tantos titulares ha acaparado. En cualquier caso, a pesar de la diferencia en las formas, los objetivos y principios de esta nueva frontera reguladora son los mismos. La idea de que «no tienen nada que ver con el comercio» es una concepto erróneo y está indebidamente legitimando el «comercio».

Al mismo tiempo, la dependencia africana de los productos básicos se verá intensificada.

Los AAE ya han servido de apoyo a la Iniciativa de Materias Primas (IMP) de la UE en África. La IMP provocó un cambio inmediato en la posición negociadora de la UE con respecto a los AAE y la introducción de la infame prohibición de im-puestos a la exportación, prácticamente surgida de la nada. También impulsó iniciativas enérgicas y complementarias para socavar la Visión Minera de África, una iniciativa propia del continente dirigida a transformar un aspecto importante de sus economías, basadas en productos básicos33. En el seno de la UE ha habido voces influyentes, por ejemplo la del liderazgo alemán, que justi-fican la IMP sin ningún reparo34. El capítulo del TTIP sobre energía y materias primas aún dará mayor peso a lo anterior.

La única forma de integración económica (es de-cir, de participación en la economía mundial) será a través de las cadenas de valor mundiales de las ETN en todos los sectores. Las restricciones y prohibiciones contra las Empresas de Propiedad Estatal (EPE) acelerarán la compulsión de los múltiples pequeños productores fragmentados a competir y combatir entre ellos para obtener o mantener un precario asidero vital en la cadena de suministro de las gigantescas ETN.

Entretanto, como ya estamos presenciando, a las ETN se les conceden más incentivos – exen-ciones fiscales, incentivos a la exportación, libre circulación de capitales, importaciones libres de impuestos de sus «insumos», reglamentos medioambientales laxos, aplicación estricta de la disciplina laboral – en esta carrera de fondo.

Por otra parte, mientras los pequeños productores de productos básicos, despojados de capital y tecnología, luchan por mantener precios com-petitivos, aumentarán las condiciones opresivas en los sectores más vulnerables de mano de

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35 Carchedi, G. 1991, Production and Distribution as Worldwide Process (Producción y distribución como proceso mundial), capítulo 7, en Frontiers of Political Economy, nota 21, p 262.

36 Katz, Claudio, 2016, ¿Está llegando a su fin el ciclo progresivo de Suramérica? http://katz.lahaine.org/b2-img/DESENLACESDELCICLO PROGRESISTAingls.compr.pdf

37 Selwyn, B. 2014, ‘Towards a Labour-Centred Development’ (Hacia un desarrollo centrado en la mano de obra), capítulo 8 en The Global Development Crisis, pp 181-208.

38 Esto se ha extraído de los eslóganes de renovación del movimiento estudiantil de Sudáfrica a raíz de la masacre de los mineros del platino de Marikana y la intensificación del neoliberalismo, desde sus sectores mineros clave hasta la educación. «Las tasas deben desaparecer» es una manifestación reciente de la lucha de este movimiento que consiguió detener la introducción de tasas en las universidades del país a principios de año.

obra en potencia, por ejemplo mujeres, niños, campesinos sin tierra, trabajadores en situación de empleo temporal e informal y otros grupos marginales, profundizando divisiones y jerar-quías entre sectores y ejerciendo una presión a la baja sobre los trabajadores asalariados de sectores formales clave, lo que intensificará la explotación de toda la población trabajadora por parte del capital global.

Se podría afirmar que este aspecto menos co-mentado de los acuerdos comerciales regiona-les, el arbitraje laboral, «crea diferencias sala-riales y condiciones de trabajo que son el tema central y el más importante con diferencia»35

de las estrategias de las ETN y el capital global. Pero la creación de una mano de obra global muy segmentada en torno a múltiples criterios, entre los cuales las manifestaciones contem-poráneas más importantes son migración, raza, género, cultura/religión y geografía, es una presencia ineludible en todas partes. La libre cir-culación del capital y las entidades corporativas favorecidas y consagradas por la liberalización del comercio y los ACR son la antítesis de la limitación a la libre circulación de mano de obra de esos mismos acuerdos. Ejemplos claros de ello son las negociaciones del AAE caribeño y del Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Sus repercusiones en la coherencia social son profundas.

Sin embargo, es la escala de dislocación y discriminación promulgadas por la liberaliza-ción del comercio que también pueden surgir nuevas solidaridades y focos de resistencia. El comercio se ha convertido en arma incen-diaria de la política en casi todas partes. En Latinoamérica, fue la resistencia al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) lo que transformó la política nacional y regional y abrió

la puerta a alternativas reales. Que la «marea rosa de gobiernos neodesarrollistas» que llegó al poder no lograra transformar de raíz su dependencia en los productos básicos de exportación no invalida de ninguna manera las posibilidades que se presentaron. Las secuelas de su fracaso en liderar esta transformación de las relaciones comerciales y del Nuevo Orden Económico Internacional del siglo XXI consti-tuyen un brutal recordatorio de la necesidad fundamental de transformar36 y mantener el activismo y la solidaridad local y global para que haya alguna posibilidad de éxito.

El arbitraje laboral global implica difundir la actividad laboral estratégica en beneficio de las ETN en casi todos los rincones del planeta, lo que a su vez implica que el engranaje de las ETN puede atascarse en casi cualquier lugar37, especialmente si sus componentes dispersos, el seccional y el sistémico, el local y el global, se juntan y actúan en sincronía.

La creciente amenaza que plantean el TTIP y los AAE para el desarrollo de África puede ser un buen momento para crear una resistencia internacional al TTIP y movimientos hacia alternativas de desarrollo democrático en África y para África.

Para ello es necesario presentar una férrea oposición a los AAE y el TTIP. El éxito de la lucha internacional contra el TTIP puede volver a estimular la oposición a los AAE en África, del mismo modo que la oposición al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, también conocido como NAFTA por sus siglas en inglés) inspiró la lucha contra el ALCA en América del Sur. Además, habida cuenta de la relación de causalidad entre lo global y lo local y su «mega estado», ¡el TTIP debe fracasar! 38.

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ÍNDICE DE ACRÓNIMOSAA Acuerdo de Agricultura

AAE Acuerdo de Asociación Económica

ABA Acuerdo sobre Bienes Ambientales

ACP África, el Caribe y el Pacífico

ACP Acuerdo sobre Contratación Pública

ACR Acuerdo Comercial Regional

ACTA Siglas en inglés de Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación

ADPIC Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio

AFC Acuerdo sobre Facilitación del Comercio

AGCS Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios

AGOA Siglas en inglés de Ley de Creci-miento y Oportunidades para África

AII Acuerdos internacionales de Inversión

ALCA Área de Libre Comercio de las Américas

ALCTA Acuerdo de Libre Comercio Transatlántico

AM Acceso al Mercado

AMI Acuerdo Multilateral sobre Inversiones

AMIC Acuerdo sobre las Medidas en materia de Inversiones relacionadas con el Comercio

AMNA1 Amigos de la Ambición; también

AMNA2 Acceso a los Mercados No Agrícolas

APEC Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico

ARA Siglas en inglés de Ley de Referéndum Consultivo

ASEAN Siglas en inglés de Asociación de Naciones del Asia Sudoriental

ATI Acuerdo sobre Tecnología de la Información

BRICS Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica

CAO Comunidad del África Oriental

CCR Consejo de Cooperación Regulatoria

CDS Siglas en inglés de Permutas de cobertura por impago

CEPA Comisión Económica de las Naciones Unidas para África

CETA Siglas en inglés de Acuerdo Econó-mico y Comercial Global (AECG)

CFI Corporación Financiera Internacional

CFM Crisis Financiera Mundial

CIADI Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones

CNUCYD Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

CNUDMI Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional

CPS Contratación Pública Sostenible

CSI Siglas en inglés de Coalición de Industrias de Servicios

CSI Confederación Sindical Internacional

CVDT Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados

CVL Cadena de Valor Local

CVM Cadena de Valor Mundial

CVR Siglas en inglés de Cadena de Valor Regional

DFQF Siglas en inglés de «libre de derechos y cuotas»

DMN Declaración Ministerial de Nairobi

DUDH Declaración Universal de los Derechos Humanos

EAHC Siglas en inglés de Alta Comisión del África Oriental

ECIPE Siglas en inglés de Centro Europeo de Economía Política Internacional

EPE Empresas de Propiedad Estatal

EPV Economías Pequeñas y Vulnerables

ESF Siglas en inglés de Foro Europeo de Servicios

ETN Empresas Transnacionales

FAN Siglas en inglés de Amigos de las negociaciones antidumping

FAO Siglas en inglés de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura

FMI Fondo Monetario Internacional

FTAAP Siglas en inglés de Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico

GATT Siglas en inglés de Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio

GEMC Siglas en inglés de Grupo de Empresas Mineras Europeas

GSC Siglas en inglés de Coalición de Servicios Globales

GSN Grupo de Suministradores Nucleares

IG Indicación Geográfica

IMP Iniciativa de las Materias Primas

ISDS Siglas en inglés para Solución de Diferencias entre Inversores y Estados (SDIE)

JEC Siglas en inglés de Consejo Conjunto del AAE

MERCOSUR Mercado Común del Sur

MG/OMG Modificado Genéticamente/Organismo Modificado Genéticamente

MGA Medida Global de la Ayuda

MSE Mecanismo de Salvaguardia Especial

MSF Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias

MTA Siglas en inglés de Acuerdo Comercial Megarregional

NMF Nación más favorecida

NOEI Nuevo Orden Económico Internacional

OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos

ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible

OMC Organización Mundial del Comercio

ONA Obstáculos no arancelarios

OPEP Organización de Países Exportadores de Petróleo

OTAN Organización del Tratado del Atlántico Norte

OTC Extrabursátil

OTC Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio

OWINFS Siglas en inglés de Nuestro Mundo No Está en Venta

P.I. Propiedad Intelectual

PAC Política Agrícola Común

PAE Programa de Ajuste Estructural

PAT Productos Agrícolas Transformados

PDD Programa de Doha para el Desarrollo

PE Productos Especiales

PIB Producto Interior Bruto

PIDESC Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

PMA Países Menos Adelantados

PNUMA Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

RCEP Siglas en inglés de Asociación Económica Integral Regional

RDD Ronda del Desarrollo de Doha

RoO Siglas en inglés de Normas de Origen

SACU Siglas en inglés de la Unión Aduanera del África Austral

SE Salvaguardia Especial

SGP Sistema Generalizado de Preferencias

SGP+ Sistema Generalizado de Preferencias Plus

SMC Acuerdo sobre Subvenciones y Medidas Compensatorias

STI Sistema de Tribunales de Inversiones

SUNS South North Development Monitor

TBI Tratado Bilateral de Inversiones

TED Trato Especial y Diferenciado; también TEYD

TEYD Trato Especial y Diferenciado

TFUE Tratado de Funcionamiento de la UE

TiSA/TISA Siglas en inglés de Acuerdo sobre el Comercio de Servicios

TJE Trato justo y equitativo

TLC Tratado de libre comercio

TLCAN Tratado de Libre Comercio de América del Norte

TPP Siglas en inglés de Acuerdo de Asociación Transpacífico

TTIP Siglas en inglés de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (ATCI)

UPOV Unión Internacional para la Protección de las Obtenciones Vegetales

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Rosa-Luxemburg-Stiftung, Oficina de BruselasRue Saint-Ghislain 621000 Bruselas, Bélgicawww.rosalux.eu

AUTOR Sylvester W. Bagooro

DISEÑO Ricardo Santos

PRODUCCIÓN HDMH sprl

Bruselas, noviembre 2017Esta publicación ha sido financiada por el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo.

UNA SERIE DE

DE PODER DE LASY LA ACUMULACIÓN

CACIONES

MULTINACIONALES.

11PUBLI

SOBRE LA RONDADE DOHA DE LAOMC, LOS TRATADOS DE LIBRE COMERCIO, TBI, ISDS,CETA, TTIP, TiSA

EL COMERCIO Y LAS INVERSIONES AL DESCUBIERTO

OFICINA DE BRUSELAS