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Conferencia pronunciada el 14 de diciembre de 2005, en el Colegio Mayor Santa Mónica de Madrid. 1. AMADO, J. (ed.): El pensamiento de Benedicto XVI sobre la fe, la Iglesia y el mundo, Libros Libres, Madrid 2005, p. 118. Fines y límites del Estado: «paternalismo» y libertades individuales «El fin del Estado no puede ser garantizar la libertad sin contenido» Benedicto XVI 1 José Carlos ABELLÁN SALORT Universidad Francisco de Vitoria Madrid Resumen: La nueva legislación que limita el consumo de tabaco en España suscita esta reflexión acerca de la legitimidad de determinadas intervenciones del Estado, que pudieran aparecer como «paternalistas». Tal interpretación pende de la concepción que se tenga tanto de la libertad indi- vidual como de los fines de la acción estatal. Esta última deberá siempre ceñirse a los límites del Bien Común. Abstract: The Legitimacy of Governmental intervention has been at the center of a public debate concerning the new Spanish Legislation limiting the use of tobacco in public places. These interventions have been branded as «paternalistic». Both Indivi- dual Freedom and the principles directing the State´s actions depend on the particular interpretations applied to the case in point. Whatever the inter- pretations are, they must be constrained by the limits imposed by the notion of Common Good. Palabras clave: Paternalismo, Estado, libertad, autonomía, liberalismo, bien común, Derecho. Keywords: Paternalism, State, freedom, autonomy, liberalism, com- mon good, law. Anuario Jurídico y Económico Escurialense, XXXIX (2006) 363-384 / ISSN: 1133-3677

«Paternalismo» y Libertades Individuales

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La nueva legislación que limita el consumo de tabaco enEspaña suscita esta reflexión acerca de la legitimidad de determinadasintervenciones del Estado, que pudieran aparecer como «paternalistas». Talinterpretación pende de la concepción que se tenga tanto de la libertad individualcomo de los fines de la acción estatal. Esta última deberá siempreceñirse a los límites del Bien Común.

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Conferenciapronunciadael14dediciembrede2005,enelColegioMayorSanta Mnica de Madrid.1. AMADO, J. (ed.): El pensamiento de Benedicto XVI sobre la fe, la Iglesia y elmundo, Libros Libres, Madrid 2005, p. 118.Fines y lmites del Estado: paternalismo y libertades individualesEl fin del Estado no puede ser garantizar la libertad sin contenidoBenedicto XVI 1Jos Carlos ABELLN SALORTUniversidad Francisco de VitoriaMadridResumen:LanuevalegislacinquelimitaelconsumodetabacoenEspaasuscitaestareflexinacercadelalegitimidaddedeterminadasintervenciones del Estado, que pudieran aparecer como paternalistas. Talinterpretacin pende de la concepcin que se tenga tanto de la libertad indi-vidualcomodelosfinesdelaaccinestatal.Estaltimadebersiempreceirse a los lmites del Bien Comn.Abstract: The Legitimacy of Governmental intervention has been at thecenter of a public debate concerning the new Spanish Legislation limitingthe use of tobacco in public places.These interventions have been branded as paternalistic. Both Indivi-dual Freedom and the principles directing the States actions depend on theparticularinterpretationsappliedtothecaseinpoint. Whatevertheinter-pretations are, they must be constrained by the limits imposed by the notionof Common Good. Palabras clave: Paternalismo, Estado, libertad, autonoma, liberalismo,bien comn, Derecho.Keywords:Paternalism, State,freedom,autonomy, liberalism,com-mon good, law.Anuario Jurdico y Econmico Escurialense, XXXIX (2006) 363-384 / ISSN: 1133-3677Sumario:I. Introduccin: Estado paternalista?II. Los deberes del Estado en la contemporaneidad.III. Orientacin teleolgica al Bien Comn.IV. Autonoma personal y Bien Comn.V. Conclusin: Lmites del Estado.VI. Bibliografa.364JOS CARLOS ABELLN SALORT2. Artculo 43.2 de la Constitucin espaola: Compete a los poderes pblicosorganizar y tutelar la salud pblica a travs de medidas preventivas y de las presta-ciones y servicios necesarios. La ley establecer los derechos y deberes al respec-to.I. INTRODUCCIN: ESTADO PATERNALISTA?Enelmomentodeescribirestaslneas,estyamuyprximalaentradaenvigorenEspaadelacontrovertidaleyqueprohbeelconsumo de tabaco en determinados lugares o su limitacin a espa-cios restringidos, con sanciones severas para los fumadores infracto-res, etc.Cuandotodavaseespeculasobrelasposibilidadesrealesdesueficacia, la mayora de las personas coinciden en reconocer la buenaintencindellegislador,enestecasoaimpulsodelgobiernodelanacin, con una normativa que busca reducir drsticamente el uso desustancias inequvocamente perjudiciales para la salud del ser huma-no.Comentando en clase de Filosofa del Derecho con mis alumnosla legitimidad del Ministerio de Sanidad para promover una normaque restringe notablemente la posibilidad de fumar (incluso limitn-doloenelmbitoprivadodeldomicilio,enrazndelaproteccindebida a fumadores pasivos a quienes se puede daar hijos menoresy empleados del hogar), yo argumentaba que la medida encontrabasu fundamento en el deber constitucionalmente reconocido 2 de laAdministracin (del Estado), de promover la salud de los ciudadanoscomopartedesuobligacingenricadepromocindelBienComn.Ante ello, algunos alumnos fumadores y no fumadores intervi-nieronenunsentidocrticorespectodelproyectodeley, y noporaspectos concretos, sino porque entendan que la norma en su con-junto,ensumismoplanteamiento,representabaunaagresin,una3. Entendemos por paternalista, la actitud de quien se conduce con paterna-lismo, esto es, aplicando los modos de ejercicio de la autoridad y la proteccin pro-pias del padre de familia a relaciones polticas o sociales, extralimitndose en esasfunciones, con menoscabo o perjuicio para alguien.4. La discusin sobre el paternalismo que ha sido objeto en los ltimos aosde gran atencin por parte de la doctrina iusfilosfica, se suele plantear como unadelasteorizacionesmssofisticadasdelliberalismopoltico. Cfr.DAZ PINTOS,G.,Autonomaypaternalismo,Serv.PublicacionesUniversidadCastilla-LaMan-cha, 1993.5. En realidad, con el consumo del tabaco en lugares pblicos s se perjudica aotras personas, de modo que la ley, al no prohibirlo absolutamente lo que implica-ra en buena lgica acabar con su produccin y venta, sino solo limitar el consumoen determinados lugares, parece buscar ms la proteccin de los fumadores pasivosy la prevencin en el acceso al consumo de los menores, que la deshabituacin delos ya fumadores...restriccin intolerable de su libertad individual, fruto de una ilegti-ma atribucin de responsabilidades por parte de un Estado marcada-mente paternalista.Dejando a un lado las argumentaciones referidas a cuestionar sirealmente existe una relacin de causa-efecto (clara, unvoca y direc-ta)entreelhbitodefumarcigarrillosyenfermedadesgravesqueocasionan un importante gasto a la sanidad pblica, tiene mayor inte-rs,anuestrosefectos,ladiscusinsobrelalegitimidaddeciertasactuaciones del Estado respecto del ciudadano individual, sobre si elEstado moderno, democrtico, que deviene en Estado social desde elsiglopasado,estaraonoexcedindoseahora,enmodopaternalis-ta3, en el ejercicio de sus funciones 4.Seplantearoncuestionescomolassiguientes:Puede-debeelEstadoentrararegularprohibiendoopermitiendoconductascomoelfumarcigarrillos,comerdeterminadosalimentosoconsu-mir ciertas sustancias adictivas? Qu pasa con nuestra libertad indi-vidual?PorquelEstadomeimpide,porejemplo,suicidarmeopedirle a un amigo o a mi mdico que me de la muerte eutansica?Quin es el Estado para interferir en mi modo de vivir o de morir,especialmentecuandonoperjudicoalosdemsconmisdecisio-nes5? Cul es el lmite de la interdiccin del Estado sobre nuestrasconductas? Admitiendo que el Estado debe intervenir, cul deberaser el sentido o finalidad rectora de dicha intervencin?Las respuestas que se ofrezcan a este interrogante estarn marca-das por el criterio que se tenga respecto de dos asuntos fundamenta-les:366JOS CARLOS ABELLN SALORT6. Cfr. MILLN PUELLES, A., El valor de la libertad, Rialp, Madrid 1995.7. Cfr. HAYEK, F. A., Los fundamentos de la libertad, 6. ed., Unin Editorial,Madrid 1998.8. As lo concibe la Teora del Estado contempornea con Kelsen a la cabeza,cfr.: KELSEN, H., Teora Pura del Derecho, Porra, Mxico 1995, pp. 291 y ss.9. Cfr. SHULZE, H., Estado y nacin en Europa, Crtica, Barcelona 1997.10. Cfr. WEBBER, M., El poltico y el cientfico, Alianza Editorial, Madrid 1997,pp. 83-84.1. Qu se entienda por libertad humana, su valor 6, y por su funda-mento 7.2. Cul sea el fin del Estado y su relacin con la persona humana.Debemos partir de la idea de que el Estado no es una imposicin,no es algo que nos venga dado, sino que es una forma de organi-zacinpolticayunmodelodeestructuracindelasrelacionesdepoder que hemos ido conformando histricamente, desde el siglo XVhasta nuestros das, para hacer viable la convivencia entre individuoslibres, que nos ha servido, nos ha sido til histricamente y pareceque queremos seguir manteniendo.LaconfiguracinjurdicadelEstadoelEstadoesunordena-miento 8 viene asegurando desde hace siglos el ejercicio regular dela autoridad y la confluencia de los intereses individuales en la vidasocial,atravsdeinstitucionespormediodelascualeselEstadovieneejerciendolasfuncionespropiasdelasoberana (justicia,seguridad,defensadelterritorio,fiscalidad,participacinpoltica,etc.) 9.Al velar por los intereses de todos los miembros de la comunidadpoltica, al asumir la tutela efectiva de los derechos de todos y cadauno de los ciudadanos, al subvenir incluso a la satisfaccin de nece-sidades materiales bsicas en casos de necesidad, es lo cierto que lasfunciones del Estado en relacin con la comunidad que lo configurase asemejan mucho a las que corresponden al padre/madre de fami-lia. Adems,alEstadohemosreservadoelmonopoliodelejerciciode la violencia legtima para asegurar el cumplimiento de las leyes yprincipios bsicos de la convivencia 10.Losdeberesdeproteccin,promocinyefectivagarantadelosbieneseinteresesdelosintegrantesdelEstadohandeejercersedeconformidad con la ley para conjurar el riesgo latente y permanente depaternalismo en las actuaciones de las instituciones estatales. Cuandoel Estado crece, como ocurre con el advenimiento del Welfare State,367FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...11. Vd. JUAN PABLO II, CE Evangelium Vitae, n. 69.asumiendo el Estado de Derecho responsabilidades sociales, este ries-go tambin se acrecienta, puesto que aumenta el protagonismo de lopblicoenlavidasocialyporque,comoveremosenelepgrafesiguiente, la asuncin de estas nuevas obligaciones prestacionales porparte del Estado (cobertura al desempleo, pensiones, sanidad, educa-cinuniversal,etc.),puedegenerarenelciudadanolasensacindecontar con un amplio estatus frente a l y, convertido en titular de dere-chos sociales, culturales, etc., puede exigir del Estado su satisfaccin,como el hijo lo puede demandar del padre.LaconsideracintpicadelEstadoSocialdelEstadoensusdiversos organismos e instituciones, como proveedor de determina-dos bienes, podra favorecer un ejercicio paternalista de sus funcio-nes,inclusodentrodelalegalidadcompetencial,porpartedeunEstadoalquelosciudadanospodranllegaracontemplarcomobeneficente, protector y garante de la cobertura de sus necesidades. Ello se funda en la ya probada vocacin expansiva de la parti-cipacin del Estado en la vida econmica y social, como ocurre enlas modernas sociedades occidentales, en las que el llamado sectorpblico acapara cada vez mayor cuota de participacin en la genera-cin de bienes y servicios.Tenemos,pues,unEstadoquecrece,porquefrecuentemente,ms all de determinadas ideologas polticas, los ciudadanos as loquieren, demandando de l cada vez mayor nmero de prestacionesy esto acrece su poder y su protagonismo con el riesgo paternalista.Pero, simultneamente en el tiempo, por el influjo todava impor-tante de la cosmovisin liberal y de la filosofa racionalista y de laIlustracin,asistimosaunareivindicacintambinnotabledeunaconcreta concepcin de la libertad individual, de carcter autonomis-ta, bastante radicalizada, que se resiste a que imperativos morales ysocialesobjetivospuedanmermarenlomsmnimolacapacidadautodeterminativa del sujeto que se interpreta como cuasi-absoluta:...los individuos reivindican para s la autonoma moral ms com-pleta de eleccin y piden que el Estado no asuma ni imponga ningu-naconcepcintica,sinoquetratedegarantizarelespaciomsamplio posible para la libertad de cada uno, con el nico lmite exter-no de no restringir el espacio de autonoma al que los dems ciuda-danos tambin tiene derecho11.368JOS CARLOS ABELLN SALORT12. En cambio, en opinin de G. Daz Pintos, ... la justificacin de las inter-venciones paternalistas, no se plantea bien a partir de su oposicin o compatibilidadcon la autonoma individual, sino mediante una comprensin ms cabal de la opcinmoralliberal.(...)lasinterferenciasjustificadaspordefectosdelavoluntadoenelconocimiento del sujeto, pueden estar cubiertas a partir de una comprensin positi-va del principio del dao, lo cual se desprende de su carcter eminentemente nor-mativo. Segn su comprensin habitual, este principio establece un lmite de nega-tividad que no puede traspasar las acciones de los sujetos. Constituye un lmite te-rico, elaborado por la doctrina del liberalismo, para trazar el mbito de la libertad,que ha de enfrentarse al problema de su concrecin prctica para solucionar los con-flictos que surjan entre las exigencias de la justicia y las de las autonomas indivi-duales (...) DAZ PINTOS, G., o.c., p. 12.La invocacindeespaciossacrosantosdeinalienabilidadpri-vada contrasta y no pocas veces entra en conflicto con las exigenciasdel bien comn reducido al inters general, o la necesaria introduc-cin del principio del dao, en la lgica limitativa de las volunta-des autnomas de los sujetos 12.Estoesloquenosplanteamos:cmoconciliarlapotentsimacapacidadintervencionistayreguladoradelEstadocontemporneocon las exigencias de una autonoma individual que se ha absolutiza-do y que interpretara muchas polticas y normativas como injeren-cias inaceptables de un Estado paternalista. En todo caso, considero que la actuacin del Estado slo podraser calificada de paternalista si se realizara en alguna de las siguien-tes circunstancias:a) excedindoserespectodellmiteconstitucionalolegalmenteestablecido para su mbito competencial, esto es, si desplegara suactividad en reas para las que no tiene reconocida la aptitud paraintervenirsegnelDerecho.Porejemplo,sielEstadoentraraaregular un espacio de la vida ntima de las personas, reglamentan-do cmo se debe decorar el domicilio, la casa, o a qu hora debenacostarse o levantarse, zonas de la actividad libre del ser humanoquepuedegobernardesdesuautonomapersonalydebeprote-gerse como parte de su privacidad; b) extralimitndose en el ejercicio de alguna competencia que s lecorrespondierajurdicamente.Porejemplo,elfuncionariodepolica que tiene competencia para la averiguacin de determina-dos hechos y en sus interrogatorios entrara en detalles en ningnmodo relevantes para la investigacin;369FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...13. La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que la solidaridad consiste enla determinacin firme y perseverante de empearse por el bien comn. Cfr. CESollicitudo rei socialis, n. 38.14. ARGANDOA, A., Razones y formas de la solidaridad, en AA.VV., Estu-diossobrelaEncclicaSollicitudoreisocialis,,F.Fernndez(coord.), AEDOS/Unin Editorial, Madrid 1990, pp. 343 y ss.c) en toda ocasin en la que, con polticas y actuaciones reglamenta-doras y so pretexto de fomentar el inters general colectivo, con-culcara los derechos fundamentales de los ciudadanos; esto, ade-ms de paternalista, sera ante todo intolerable jurdicamente enun Estado de Derecho, donde la garanta de los derechos natura-les de las personas es la esencia de la identidad y la legitimidaddel Estado. Sin embargo, s sera posible tal paternalismo en unestadototalitario enelqueloqueesbuenoparaelciudadano,para el pueblo, lo define unilateralmente el titular del poder pol-tico y en el que los intereses y derechos personales pierden todarelevanciafrentealvalordelocolectivo.Dondenoexisteunlmite objetivo para la actuacin estatal respecto del individuo, sellegaconfacilidadalpaternalismoyconfrecuenciaalabusoyperjuiciodebienesqueconsideramosinalienableseintocables(vida, libertad, propiedad, etc.).Ms en los lmites de la inmoralidad que del paternalismo, estar-an situaciones en las que el Estado, incluso no contrariando abierta-mente la legalidad, deja de servir a los fines que lo justifican y legi-timan, es decir, deja de orientar su actuacin a la promocin del biencomn, por ejemplo, cuando un gobierno ejecuta partidas presupues-tarias de contenido ms o menos indefinido o abierto, para promoverpolticasftiles,administrandodeformapocosensatarecursossiempre limitados, dejando de destinarlo a cuestiones claramenteprioritarias desde el punto de vista de la mnima atencin a derechosfundamentales (ejemplo, un ayuntamiento que se endeuda para hacerunosgrandesfestejos,cuandoenelmunicipiofaltanrecursosparaatenderafamiliascongravesdificultadeseconmicas,desempleo,pobreza,etc.),deberesdeautnticasolidaridadqueconstituyenunaspecto central del contenido del Bien Comn 13, que es la solidari-dad en la prctica 14.La justificacin de una poltica calificable prima facie de paterna-lista, por interferir en las libertades individuales de los ciudadanos,en el curso normal de la actuacin de un individuo o por suplantar suautonoma, para proporcionarle un bien o evitarle un mal, suele bus-370JOS CARLOS ABELLN SALORT15. DAZ PINTOS, G., o.c., p. 110.16. MILL, J.S.,Sobrelalibertad, Alianza,Madrid,1988, p.182Lajustifica-cin de tal interferencia est en la salvaguardia de la misma libertad...17. DAZ PINTOS, G., ibid.18. SERRANO RUIZ CALDERN, J. M.: Eutanasia y vida dependiente, EIUNSA,Madrid 2001, p. 112.19. STC de 27 de junio de 1990 .Vd. ATIENZA, M.: Tras la justicia, Ariel , Bar-celona 1993.carse,engeneral,enelliberalismoatravsdeteorassobrelavoluntariedadoelconsentimientodelsujetopasivodeestasinter-venciones, porque de esta manera el valor de su autonoma personalsepuedeproyectarsobreesasactuacionesqueotrosrealizanporl15.La concurrencia del principio del dao, por el cual, en determina-dasocasionesesnecesarioactuarencontradelavoluntadosinelconsentimientodelsujeto,interfiriendopuesensuautonoma,loencontramoscomoprincipiojustificativoinclusoenautoresclara-mentealineadosenlanocinmsradicalmenteautonomistadelalibertad: Es el caso de J. S. Mill, en su conocido ejemplo del amigoque inadvertidamente va a ser arrollado por el tren, o cuando alguienpretende cruzar un puente en mal estado desconociendo este ltimoextremo 16, o tambinenlossupuestosenlosquelapasividaddelsujeto (por ejemplo, enfermo comatoso) exige intervenir para evitarque pierda la vida.17.Cuando hay conciencia del perjuicio de la propia eleccin aut-noma,larespuestadelEstadoaparecemscontrovertida,pormsque el afectado o la sociedad no discuta la naturaleza beneficente dela accin estatal. Sin embargo, ya hay precedentes en la jurispruden-cia e incluso comentados por los autores 18, de intervenciones benefi-centescontralavoluntaddelsujeto,cuandohaybienescomolasalud fsica o la vida misma en juego. Es, por ejemplo, el caso de lospresos del GRAPO en huelga de hambre, a los que se aliment for-zosamente a instancias de la autoridad penitenciaria, decisin valida-da por los tribunales de justicia, desde una clara inteleccin del valorpreminente de la vida humana frente a la autonoma y de los deberesde promocin de determinados bienes, deber encomendado al Esta-do por la misma Constitucin 19.Presumiendo que la autonoma reivindicada est seriamente com-prometida, por razn de la situacin de padecimiento fsico o moral371FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...20. Sobre los inconvenientes jurdicos y las consecuencias sociales de la despe-nalizacin de la eutanasia, vd. SERRANO RUIZ CALDERN, J. M., Eutanasia y vidadependiente, EIUNSA, Madrid 2001.gravedeunenfermoterminal,lamayoradelaslegislacionesdenuestro entorno mantiene la prohibicin legal respecto de la eutana-sia. La idea de fondo es entender que el Estado debe tutelar y pro-mover eficazmente bienes jurdicos fundamentales como son la viday la salud, por su valor irrenunciable, aun cuando el sujeto parece yano valorarlos o superponer otros criterios como el de la calidad de lavidao elrechazohacialaindignidaddeunamuerte, producidaendeterminadas circunstancias 20.La justificacin por el posible dao a terceros (por ejemplo, en elcaso de la ley del tabaco, la proteccin de los fumadores pasivos y laprevencin en el acceso al hbito de los menores) parece ms clara,desde la ms elemental conciencia de las exigencias de respeto en lavida social.II. LOS DEBERES DEL ESTADO EN LA CONTEMPORANEIDADElEstadoaparececonelobjetivodehacerposiblelavidaensociedad, organizando el ejercicio del poder al servicio de los intere-ses de la colectividad que le da origen, un pueblo que, compartiendouna cultura y unos fines, se asienta en un territorio delimitado, con laintencin de vivir juntos.Enprincipio,elEstadonaceconunasfunciones,ensusenoseinstitucionaliza se despersonaliza el ejercicio de la autoridad paraasegurar el orden y la paz del grupo, y se le atribuyen en sus rga-nos unas competencias que son como obligaciones o deberes que elEstado debe cumplir, de modo que si no los satisface o se desva deellos, la accin estatal puede devenir paternalista y hasta tirnica.El Estado es un modelo de organizacin poltica que ha ido evo-lucionandohistricamentehastalaformaquehoyconocemosenoccidentecomoEstadodeDerecho,formaquehatenidoxitoporresponder a dos criterios ya presentes en el Estado liberal que son eleje de su funcin y su legitimacin terica y prctica:372JOS CARLOS ABELLN SALORT21. ComoafirmaelprofesorF.Carpintero:..todoelordenamientojurdicogira en torno a los bienes: a la proteccin de los que ya existen, o en el fomento delos que la colectividad estima que deben ser hechos realidad. Cfr.:CARPINTERO, F.,Derecho y Ontologa jurdica, Actas, Madrid 1993, p. 201. lanecesarialimitacindelpoderdelgobierno,queseconsiguecon el control parlamentario y judicial en el sistema de la divisinde poderes, bajo el imperio de la ley; la incorporacin al ordenamiento poltico estatal de un elementoaxiolgico tambin limitante del poder que es la salvaguardia delos derechos fundamentales de las personas, normalmente garanti-zadopormecanismosprevistosenunaConstitucinyenlasleyes21.El Estado tendra unos deberes que ya son jurdicos y por tanto,son objetivables y que tienen que ver con el ejercicio de las funcio-nes de la soberana. Al estar tasados por las leyes, son exigibles porlos ciudadanos y el Estado no estara legitimado a desempear otrosroles o funciones fuera de los que establecen las leyes.LosdeberesreconocidosalEstadohanvariadodesdelosmni-mos que podan exigirse al Estado absolutista o al Estado ilustrado,en los siglos XVII y XVIII, a los que la sociedad europea poda admitiren la poca del Estado liberal burgus. Este ltimo busc, precisa-mente, limitar sus poderes y atribuciones, como reaccin al despotis-mo y al ejercicio abusivo del poder poltico por parte de los titularesque eran los reyes. En la ideologa liberal, el mejor Estado es el esta-domnimo,abstencionista, al quesloseledebepedirquegenerelas condiciones de libre concurrencia en la vida poltica, econmicay socialyseabstengadeintervenir. ElprincipaldeberdelEstadoliberal debera ser dejar hacer, la sociedad espera que el Estado selimite a garantizar la propiedad y los dems derechos innatos, natu-rales del hombre, esos que tenamos en el estado prepoltico o preso-cial, el estado de naturaleza.LaintroduccinprogresivadelosregmenesparlamentariosydemocrticosposibilitunaevolucindelEstadoliberalhaciaunEstado democrtico, en el que la soberana reside en el pueblo y elpoder del Estado es un poder limitado y delegado. El Estado aade asus deberes clsicos de aseguramiento de la seguridad, la integridadterritorial, la produccin legislativa, la administracin de justicia, la373FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...22. TAKIKAWA , H.:CanwejustifydeWelfareStateinanageofglobaliza-tion?Towardcomplexborders, enAnalesdelaCtedraFranciscoSurez, ActasdelCongresoMundialdeFilosofaJurdicaySocial:DerechoyJusticiaenunasociedad global IVR, Granada 2005, p. 722 y ss.acuacindelamoneda,etc.,eldeberdegarantizarlosderechosciviles y polticos que hacen viable el dinamismo democrtico.La complejidad del Estado a inicios del siglo XX es notable y lalimitacin instaurada porel Estadodemocrtico-liberal respecto desus capacidades ejecutivas deriv en una cierta inaptitud para afron-tar problemas como las crisis econmicas (por ejmplo, el crack del29) o las tensiones territoriales internacionales (primera guerra mun-dial). La consecuencia fue el triunfo de las ideologas nacionalistas yfascistas (por ejemplo, nazismo) y la implantacin de algunos Esta-dos totalitarios en Europa.El Estado de Derecho supone un momento de culminacin en elprocesodelimitacindelpoderdelEstadodesdeelprincipiodelegalidad ya mencionado y la conciencia de que lo que haba pasadoenEuropa(segundaguerramundial)nodebavolveraproducirse,dndose una primaca a la proteccin de los derechos individuales.Fruto del influjo de las ideologas socialistas y marxistas y antelas desigualdades socioeconmicas que el capitalismo ha producido,losmovimientosobrerosylarevolucinbolcheviqueprovocanunnuevo cambio en las funciones del Estado, que deviene social o debienestar, asumiendoprogresivamentedeberesdecarctersocialrespecto de los ciudadanos que tienen que ver con prestaciones eco-nmicas,subsidiosalasclasesmsdesfavorecidas,etc.,intensifi-cndose y amplindose el contenido y alcance de la actividad estatal.Lacrisisdemogrficadealgunaseconomasinstaladasenelmodelo del Estado Social y el incremento creciente de las demandasdeprestacionessociales,asistencialesyculturalesalEstado,hahecho a ste entrar en una crisis terica y prctica, ante la incapaci-dad real de hacer viable el modelo a medio plazo. La consecuencia del replanteamiento respecto de los deberes delEstado de Bienestar es la recuperacin, desde las posiciones neolibe-rales, de principios ya clsicos como el de la subsidiariedad.Llegado el da de hoy, nos cuestionamos cules son los deberesdelEstadocontemporneoenunmundoglobalizado 22, cuandoseguimos creyendo en la necesidad de mantener algunas conquistas374JOS CARLOS ABELLN SALORTsociales relacionadas con la ms elemental justicia social (por ejem-plo, cobertura al desempleo, pensiones de ancianidad o incapacidad,subsidios a situaciones de extrema pobreza) pero algunos cuestionanla omnipresencia del sector pblico y de las instituciones en la vidasocial, o la necesidad de contemplar deberes de solidaridad ms allde nuestras fronteras.Podramos preguntarnos: sigue teniendo sentido la presencia delo estatal en actividades productivas que podra desarrollar de modoms eficiente la empresa privada? Es soportable una presin fiscalcreciente que se hace inevitable si se quiere financiar una actividadprestacional social tambin creciente? La garanta de los niveles desaluddemocrtica,depluralismo,etc.,justificaqueelEstadofinancie y sostenga sindicatos, medios de comunicacin de titulari-dad pblica, asociaciones civiles y religiosas minoritarias u organis-mos deficitarios? En qu condiciones debera mantenerse la accinpromotora de la cultura o la investigacin cientfica desde instanciaspblicas, esto es, con cargo al presupuesto estatal?En definitiva, la tutela y promocin de determinados bienes quela Constitucin y las leyes imponen como deberes del Estado actual,es sostenible en el siglo XXI? No es una forma de paternalismo queya hemos aceptado? III. LA ORIENTACIN TELEOLGICA AL BIEN COMNAl margen de las discusiones entre neoliberales y socialdemcra-tas respecto del alcance prctico de los deberes del Estado, de si elEstado debe limitarse a arbitrar los procesos polticos y econmicosy vigilar-regular slo los sectores estratgicos, o debe mantener unaactitudactivamenteintervencionista(promoviendoademsviviendas y creando escuelas pblicas, etc.), hay un criterio generalquenospermiteenjuiciarlalegitimidaddecualquieraccindelEstado.Que una accin sea legtima significa que se incardina dentro delos fines que justifican la existencia del mismo Estado, de modo quesi se apartara de esos fines el Estado se convertira en una estructurapoltica tiranizante.Pero, entonces, cul es el fin de cualquier Estado, en cualquierpoca o lugar?375FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...23. MILLN-PUELLES, A., El valor de la libertad.24. BARRACA MAIRAL, J., Pensar el Derecho. Curso de Filosofa Jurdica, Ed.Palabra, Madrid 2005, p. 156-157.25. As lo entendi la doctrina cristiana. Para Toms de Aquino, el Estado se jus-tifica y legitima en la medida en que se orienta al Bien Comn, lo que implica la pro-mocin y defensa de los bienes inherentes a la persona humana. Para Santo TomsMoro, la cualidad ms excelsa del poltico es identificarse con ese Bien Comn, ser-vir a la comunidad poltica desde el respeto a la dignidad de la persona humana.Los tericos de la filosofa poltica y del Estado coinciden en queel fin que legitima la existencia y accin estatal es la promocin delBien Comn, aquel que ... Es apto para ser participado por todos ycada uno de los miembros de una comunidad o sociedad de personashumanas23. El Concilio Vaticano II lo defini como el conjunto delascondicionesdelavidasocialconlascualesloshombres,lasfamilias y las asociaciones puedan lograr con mayor plenitud y faci-lidadsupropiaperfeccin.Es,pues,elfinometahaciaelquecamina y se orienta la vida de la sociedad, el sentido de su dinamis-mo24.Estos medios que configuran el bien comn pueden ser materia-les (por ejemplo, una buena red asistencial sanitaria, o de comunica-ciones,etc.)oespirituales,nomateriales(porejemplo,lapaz,laestabilidad poltica, la democracia, etc.).Se trata, pues, de una exigencia de la justicia social, una orienta-cin necesaria de nuestra libertad y de la accin del gobernante que,en esa elevacin al bien comn, hace posible (porque los incluye) larealizacin de los bienes personales25.El Bien Comn no es un bien colectivo que se imponga sobre losbienespersonales(vida,salud,dignidaddelapersona...),sinoquelos trasciende. Sin embargo, es evidente que tiene una superioridadsobre los bienes individuales habituales (propiedades, derechos civi-les, etc.), aunque no los excluya necesariamente. De hecho el Biencomn exige que cada uno tenga su bien particular. Hay, pues, unaprimacadeaqulsobrelosbienesparticulares,queleestn,portanto, subordinados (dentro de un mismo plano de bienes (por ejem-plo, es legtima, desde la perspectiva del bien comn, una poltica deexpropiacin forzosa de un terreno para construir una va de comu-nicacin que favorezca el transporte de todos, por razones de intersgeneral, tal como prevn la mayora de las legislaciones).376JOS CARLOS ABELLN SALORT26. ARISTTELES, tica a Nicmaco,1904 b, pp. 7-10.27. BARRACA, J., o.c., p. 158.28. SNCHEZ AGESTA, L., Principios de Teora Poltica, Ed. Nacional, Madrid1983, p.:90.Otra es la correcta jerarquizacin respecto de lo que hemos deno-minadobienesdecarcterpersonal,porsurelacinconlapersonahumana y su dignidad:1. El Bien Comn no excluye al bien personal, lo contiene.2. El Bien Comn implica la generacin de las condiciones parael desarrollo y plenitud de los bienes personales.3. Primacadelbienpersonalsobrelosbienesparticulares,ytrascendencia del bien personal respecto del Bien Comn. Elprincipiorectordeestafilosofadelasuperioridaddelbiencomn es el que expresara Aristteles cuando algo uno y lo mismopuede servir para lograr este bien o para conseguir un bien privado,meramenteparticular:Siunaylamismacosaesunbienparaunsolo hombre y para la ciudad, manifiestamente es mejor y ms per-fectoelprocurarydefenderelbiendelaciudad.Puesaunqueasi-mismo merece ser querido lo bueno para uno solo, es ms noble divi-no, sin embargo, el querer lo bueno para un pueblo y para las ciuda-des 26.En todo caso, hay un consenso en la doctrina respecto de cul seael contenido esencial del Bien Comn, que debera incluir:1. el bienestar material;2. la paz;3. los valores culturales y espirituales;El bien comn tiene su fondo unitario en la propia persona huma-na, sirve a la persona, ...es, a la par, fin y medio; mas esto ltimo enel sentido preciso de constituir un servicio necesario a la perfeccindel hombre 27.Por tanto, la accin del Estado y sus instituciones debe ordenarsea la promocin del bien comn si quiere servir a la persona humana,y esto implicar racionalizar y ordenar, en su caso limitar su activi-dad a ello. De acuerdo con un principio genrico de subsidiariedad,la misin del poder pblico no es sustituir la actividad de los indi-viduos o de los grupos, sino hacer posible esa actividad, ordenarla o,en su caso, suplirla al servicio de los bienes pblicos comunes 28.377FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...Ahora que sabemos que el fin primordial del Estado es promoverel Bien Comn y que esto no excluye sino que ms bien incorpora lade los bienes personales, podemos llegar a una primera y provisionalconclusin: el paternalismo del Estado es posible en cuanto desvia-cindesusfineslegitimantes,esdecir,elEstadoespaternalistacuando no posibilita la realizacin efectiva de los bienes personales,por servir sus acciones a otros fines que asfixien, impidan el ejerci-cio de los derechos individuales.Volviendoalejemploquesirvidepretextoinicialanuestrareflexin, nos preguntamos si la norma que prohbe fumar en Espaaenrecintospblicos,laborales,educativos,etc.,suponeunaaccinlegislativalegtimaounainterferenciapaternalistadelEstadoennuestras libertades. Paracontestarlo,siguiendoelcriterioarribaenunciado,bastaracondemostrarqueesunapolticalegislativaqueprocuraelBienComn,deformaque,enmodoalgunosupongaladepresinosupresin de los bienes personales de los espaoles.El asunto es claro en algunos de los ngulos del problema, comoson que la nueva ley favorece indiscutiblemente la salud personal defumadoresynofumadores,lasalubridadgeneraldeloslocalesylugares pblicos. Tambin parece que ser beneficiosa desde la pti-cadelasfinanzasestatalespues,aunqueeldescensodelconsumoincidir en los ingresos por los impuestos asociados al cigarrillo, yen el paro registrado en las empresas relacionadas con el tabaco, dis-minuir el gasto sanitario y farmacutico, as como los costes deriva-dosdelabsentismolaboral,producidosporpatologasprovocadaspor el tabaquismo.Si la vida, la salud o el trabajo son bienes y derechos que se venclaramente incluidos en una medida estatal dirigida al bien comn,sinembargolasdudassurgenencuantoaquetalesrestriccioneslegales signifiquen una prdida desde el punto de vista de la libertad,que, si fuera sacrificada, impedira hablar legtimamente de promo-cin del bien comn y s de un ejercicio paternalista del poder.La clave de esta slo aparente contradiccin entre el bien per-sonal y el bien comn est en una concepcin sesgada, limitada, peroextraordinariamente comn de la libertad, que la reduce a lo que yodenomino autonoma. Esta ltima y slo ella se vera afectada por lalegislacin. Salvaguardada la verdadera libertad, no existira conflic-378JOS CARLOS ABELLN SALORT29. CARPINTERO, F.,DerechoyOntologajurdica,Actas, Madrid1993,p.275.to con criterios de bien comn y, por tanto, no habra paternalismo.Lo explicamos a continuacin.IV. AUTONOMA PERSONAL Y BIEN COMNEn el mbito filosfico, autonoma y libertad no son lo mismo. Apesar de la equivocidad del trmino, los distintos significados que hatenido y tiene el concepto de autonoma en el terreno de la antropo-loga filosfica podran resumirse en una idea bsica, subyacente atodosellos. Autonomasera:lalimitadaperorealcapacidaddeautodeterminacindelactuarqueasistealserhumano,relativaycontingente capacidad de autogobierno para tomar decisiones, paraelegir opciones. La autonoma se traduce, ya en el campo de la tica,en la capacidad de eleccin moral.Lamayoradenuestroscontemporneosidentificanlalibertadconlaautonoma,entendiendoporlibertadlameracapacidaddeeleccin. Pero,adems,lalibertad-autonomadelaquesecreeninvestidos de manera inalienable no es la simple capacidad de elec-cin.Creerestosloseraunapenosareduccindelalibertadalchoice. Lalibertadsueleconllevarunaciertaindeterminabilidad,perolalibertadesbastantemsquelasimpleindeterminacinoindeterminabilidad: los ilustrados redujeron el derecho a la libertad alaexigenciadeindeterminabilidaddenuestrosactosperoellosehizoacostadedejarinexplicadoelfundamentoy,porlotanto,elalcance de nuestros derechos 29.El problema del individualismo nihilista imperante en occidentees que absolutiza esa capacidad de eleccin que se convierte en latotal y omnmoda facultad de elegir. No teniendo lmites, la autono-ma que se predica del hombre posmoderno es ms bien una autar-qua, es decir, una fatua y ensoberbecida pretensin de independen-cia.La esencial limitacin de la libertad del hombre es un dato filos-fico, adems de una evidencia emprica: Yo no puedo hacer todo loquequiero,porejemplo,nopuedovolar,pormuchoquemivoluntad lo desee. Un ser limitado y contingente como el ser huma-379FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...30. Como advierte I. BERLIN: ...Esto demuestra, (si es que se necesita demos-tracin para una verdad tan evidente) que las concepciones que se tengan de la liber-tad se derivan directamente de las ideas que se tengan sobre lo que constituye el yo,la persona, el hombre. Se pueden hacer suficientes manipulaciones con las defini-ciones de hombre y de libertad para que signifiquen todo lo que quiera el manipula-dor. La historia reciente ha puesto muy en claro que esta cuestin no es meramenteacadmica. BERLIN, I.: Dos conceptos de libertad, enCuatro ensayos sobre lalibertad, Alianza, Madrid 2000, p. 235.31. KANT, E., Principios Metafsicos del Derecho, pp. 42, 44 y 45, trad. de G.Lizarraga, Lib. Victoriano Surez, Madrid 1873.no no podra ser titular de un atributo de carcter absoluto. Slo Diosesabsolutamentelibre.Claroqueparacompartirestanocinesnecesario participar de esta concepcin antropolgica 30.Pero junto a esa limitacin fctica y ontolgica, la vida en socie-dadimponeregularlalibertadindividual,cuyodesenvolvimientopuedeentrarenconflictoconotrosbienes,puedecolisionarconellibre arbitrio de los otros individuos. Esto siempre se tuvo claro en elmundodelDerecho.LafilosofadelDerechoyelmismoDerechopositivohanentendidoquestesuponaunordennormativodelaconducta libre del hombre, en la vida social, desde la conviccin deque la libertad de los individuos deba regularse, al punto de que seha definido el Derecho como un orden coactivo capaz de hacer posi-ble la coexistencia del arbitrio de las personas. As, E. Kant escribi:ElDerechoeselconjuntodecondicionesbajolascualeselarbitrio de uno se puede armonizar con el arbitrio de otro segn unaley general de libertad(...) Es justa toda accin que por s, o porsu mxima, no es un obstculo a la conformidad de la libertad delarbitrio de todos con la libertad de cada uno segn leyes universales(...) Si algn uso de la libertad misma es un obstculo a la libertad,segn las leyes generales (es decir, injusto), en este caso la resisten-cia que se le opone, como que va destinada a hacer ceder el obstcu-lo a la libertad, est conforme con la libertad segn leyes generales;esdecirque esjusto; por consiguiente, el Derecho esinseparable,segn el principio de contradiccin, de la facultad de obligar al quese opone a su libre ejercicio. 31En todo caso, y como ha dicho Garca Maynez, conviene, desdeluego,distinguirlalibertad comoatributo de lavoluntad humana,delalibertadcomoderecho.Aqullaesgeneralmenteconcebidacomopoderofacultadnaturaldeautodeterminacin.Podradefi-nirse diciendo que es la aptitud de obrar por s, o sea, sin obedecer380JOS CARLOS ABELLN SALORT32. GARCA MAYNEZ, E., Introduccin al estudio del Derecho, 37. ed., Porra,Mjico 1985, p. 216.33. BERLIN, I., o.c., p. 278.34. Es mucho lo que nos jugamos en este tema porque sin libertad no se puedehablardevidapropiamentehumana.Elproblema,sinembargo,eshoyespecial-mente agudo porque el hombre actual ante todo vivencia las cosas(la Realidad),como un tope o condicionante molesto a su libertad: la conciencia moderna tiende ano admitir ninguna realidad externa al hombre mismo que limite su arbitrio y, poresta razn, palabras como metafsico u ontolgico son sentidas como el mxi-mo enemigo, cfr. CARPINTERO, F., Derecho y Ontologa jurdica, Actas, Madrid1993, p. 247.a ninguna fuerza o motivo determinante. Es, como dira Kant, unacausalidadcuyoprimermomentoessolocausa,noefectodeotracausa. 32La aspiracin de la libertad como fin esencial del hombre, no es,sin embargo, la nica finalidad existencial de ste, sino que la liber-tad, aun siendo un valor irrenunciable, tiene que buscar vas de reali-zacin efectivas compatibles con otros valores y fines humanos.Elmundoconelquenosencontramosennuestraexperienciaordinaria es un mundo en el que nos enfrentamos con que tenemosque elegir entre fines igualmente ltimos y pretensiones igualmenteabsolutas, la realizacin de algunos de los cuales tiene que implicarinevitablementeelsacrificiodeotros.(...)Elgradodelibertadquegoce un hombre, o un pueblo, para elegir vivir como quiera tiene queestarmedidoporcontrasteconloquepretendansignificarotrosvalores, de los cuales quiz sean los ejemplos ms evidentes la igual-dad, la justicia, la felicidad, la seguridad o el orden pblico. Por estarazn, la libertad no puede ser ilimitada33.Para el personalismo realista que defendemos, la libertad no es lomismo que la autonoma puesto que la autonoma o libertad de eleccinno es toda la libertad ni es la verdadera libertad. La libertad de (ausen-cia de coaccin que denominamos autonoma) se completa, se convier-teenplena,cuandoeslibertadpara hacerloqueesjusto,correcto,bueno (orientacin teleolgica que define el acto libre y que incluye elfin de la comunidad poltica que es el Bien Comn). Esto implica admi-tir un contenido de la libertad que condicionara la autonoma desde lamismarealidad,implicaadmitirinstanciasheternomasqueconfor-men mis decisiones autnomas, para hacerlas libres 34.Laautnticalibertadimplicaunaseriededeterminacionesdecarcterheternomoanuestralimitadaautonoma,demodoque381FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...35. Sobre el sentido de la libertad y su necesaria referencia a valores moralesobjetivos, vd. AGEJAS, J. A., El arte de aprender la libertad, Spiritus Media/C.U.Francisco de Vitoria, Madrid 2003.nuestras elecciones autnomas puedan orientarse en un sentido con-creto, el que se compadece con las exigencias de nuestra naturaleza.As,lalibertadreclamaquenuestroobrarpuedaautodeterminarse(autonoma) pero no en cualquier direccin, sino en la que impone elserdelhombre, larealizacindesusfinescomoserracional quebusca el bien, la verdad y la belleza; y como ser social, ser en comu-nicacin y dependencia de otros.Al Derecho del Estado corresponder establecer las condicionesque habiliten la concurrencia del arbitrio autnomo de los integran-tesdelasociedad,paraquesepuedaproyectarlalibertaddecadauno de ellos. Precisamente entonces, cuando se generan condicionespara que cada uno acte autnomamente lo que debe, que esto es sulibertad, entonces el Derecho estatal estara realizando el Bien Co-mn.Desdeestaperspectiva,unalimitacindelaautonomaporejemplo, en razn del Bien Comn, no implica necesariamente unalimitacin de la libertad. Al contrario, si se es libre en la medida enquesepuedeorientarlapropiaautonomahaciaelbien,entoncesuna norma que posibilite o incluso impulse un correcto direcciona-mientodeesasautonomaslimitadasnosloaseguralaverdaderalibertad de todos, sino que est haciendo Bien Comn.En nuestro ejemplo, las fuertes restricciones de la legislacin delEstadoalusodeltabacolimitanlaautonoma,pero,situndoseenlnea de promocin de exigencias bsicas de nuestra naturaleza quele son prioritarias (o, al menos del mismo rango (salud, vida fsica,etc.), estaran en coherencia con un imperativo de Bien Comn y noatentaran contra la libertad personal. La razn de fondo es que no sees libre para actuar contra la propia naturaleza o para autodestruir-se; ms bien, cuando se acta contra la ley natural, contra bienes tanbsicos, se est desplegando la autonoma que puede tener un senti-do de especificacin u otro, pero no la libertad 35.V. CONCLUSIN: LMITES DEL ESTADOLa conclusin de nuestro anlisis es que el Estado puede ser pater-nalista, desde luego que s, siempre que pierde de vista el fin debido de382JOS CARLOS ABELLN SALORTsu existencia, polticas y actuaciones: el servicio al bien comn, comoexigencia de la naturaleza personal del ser humano. Por ello, conside-ramos una actitud cvicamente responsable la que contempla crtica-mentelasactuacionesestatalesqueincidensensiblementesobrelaesfera de los derechos individuales, particularmente aquellos ms per-sonales o tradicionalmente ligados al mbito de la privacidad.En realidad, la conclusin ms clara es que el lmite del Estadoviene marcado por su teleologa, por sus fines esenciales, que dotande legitimidad a sus actuaciones, y por su carcter de ordenamientojurdico por el que sus procedimientos, polticas y actuaciones con-cretas estn ordenadas y reguladas por el principio de legalidad.NoespaternalistaelEstadoqueprocurediligentementeydeacuerdo con los presupuestos del Estado de Derecho, el bien de cadauno de sus ciudadanos, aun cuando para ello entre en conflicto conbienes de menor rango, como la autonoma, cuya esencia es su limi-tacin. En este sentido, ceder autonoma individual es la base de lacreacinyconstitucindetodaautoridadlegtima,tambinladelEstado, como condicin necesaria de la realizacin de los derechos ylibertades personales. El Estado ordena y limita habitualmente nues-tras autonomas individuales, posibilitando la convivencia.Adems, como ha argumentado acertadamente la doctrina recien-te 36, slounadeterminadacomprensindelavisinliberaldelaautonoma la contrapondra genrica y apriorsticamente con actua-ciones de las instituciones dotadas de autoridad como la que sirve depretexto a nuestro comentario, habida cuenta de que toda compren-sin de la autonoma encubre una concepcin valiosa de determina-dos bienes que orientan el sentido de las decisiones cotidianas. Estasconcepciones podrn variar histrica y geogrficamente, pero nuncanuestra autonoma es asptica a ellas y, en ocasiones, la contradic-cinentrelaspreferenciasactualesdelsujetoylasdisposicionesestatales ser solo aparente, de modo que autonoma y libertad soloseran interferidas formal o coyunturalmente. Como dice un eslogandelacampaapublicitariagubernamentalqueapoyalasrestriccio-nes al uso del tabaco en el fondo, sabes que es bueno para ti.VI. BIBLIOGRAFAAA.VV.:EstudiossobrelaEncclicaSollicitudoreisocialis, UninEdit.,Madrid 1990.383FINES YLIMITES DEL ESTADO: PATERNALISMO YLIBERTADES...AGEJAS, J. A., El arte de aprender la libertad, Spiritus Media/CUF Vitoria,Madrid 2003.AMADO, J. (ed.), El pensamiento de Benedicto XVI..., Libros Libres, Madrid2005.ARISTTELES, tica a Nicmaco.ATIENZA, M., Tras la justicia, Ariel, Barcelona 1993.BARRACA, J., Pensar el Derecho. Curso de Filosofa Jurdica, Ed. 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