54
Pequeña memoria en la Red - 2 ARTE POPULAR DE VENEZUELA - ANTONIO JOSÉ FERNÁNDEZ El hombre del anillo- JOSEFA SULBARÁN - JOSÉ PEPEGARCÍA - SANTIAGO MANASÉS RODRÍGUEZ

Pequeña memoria en la Red - 2

Embed Size (px)

DESCRIPTION

pequeña recopilación de algunos textos de varios autores publicados en internet sobre los artistas populares venezolanos : Antonio José Fernández - El hombre del anillo -, Josefa Sulbarán, Jose "Pepe" García, Santiago Manasés Rodríguez

Citation preview

Page 1: Pequeña memoria en la Red - 2

Pequeña memoria en la Red - 2 ARTE POPULAR DE VENEZUELA

- ANTONIO JOSÉ FERNÁNDEZ – “El hombre del anillo”

- JOSEFA SULBARÁN

- JOSÉ “PEPE” GARCÍA

- SANTIAGO MANASÉS RODRÍGUEZ

Page 2: Pequeña memoria en la Red - 2

La presente publicación digital no pretende ser un estudio

profundo y exhaustivo de la vida y obra de estos cuatro

creadores populares de Venezuela.

Es en esencia la recopilación de algunos textos dispersos, ya

publicados en la internet, de diferentes autores y que se

encuentran también reunidos en el Blog de Arte Popular y

Artesanía de Venezuela :

www.artesanosdevenezuela.blogspot.com

Tanto en esta publicación digital como en el Blog se señalan

las fuentes, los autores de los textos y, en lo posible, de las

imágenes que los acompañan.

Vaya a esos autores diversos la mayor gratitud por hacer

presente a estos creadores venezolanos en el universo digital y

de ese modo difundir el conocimiento sobre sus vidas y sus

obras a nivel global.

Hoy más que nunca, mediante la utilización de las nuevas

tecnologías de la información, se abren múltiples medios y

maneras para la divulgación sin fronteras del conocimiento, el

arte y la cultura.

Sirva esta publicación para mantener viva una “Pequeña

memoria en la Red” sobre nuestros artistas populares.

L.A.

Page 3: Pequeña memoria en la Red - 2
Page 4: Pequeña memoria en la Red - 2

ANTONIO JOSÉ FERNÁNDEZ – “El hombre del anillo”

A. J. Fernández, "El hombre del anillo": la magnífica y atroz bizarría

del imaginario trujillano

Josefa Zambrano Espinosa

Para Carlos Yusti y Rafael Rattia, por el dominio del arte

de "tender un extraño puente entre el mundo

de las imágenes y el de los conceptos".

"Ah, qué difícil es separarnos de aquello

que hemos hecho, sea cosa o sueño,

incluso cuando lo hemos destruido con nuestras propias manos".

José Saramago, La Caverna

Entre polvo y herrumbre la calle busca el infinito en medio de las

arboledas, el calor y la luz del sol de los araguatos. La casa de

paredes desconchadas, puerta de aldaba grande y tranca de

algarrobo, pinta de sepia mi memoria.

Un "Ritorna vincitor" —a todo volumen— castigado por una aguja

sucia que se arrastra sobre el acetato, impide al único habitante

de la casa escuchar mi llamado; cuando por fin lo hace, tengo

ante mí a "El Hombre del Anillo".

Desnudo de la cintura para arriba, cara de rasgos faunescos y con

el enorme anillo de piedra en el anular de la mano derecha,

Antonio José Fernández (1), "El Hombre del Anillo", me preguntó

con recelo:

—¿Quién es y qué es lo que desea?

Page 5: Pequeña memoria en la Red - 2

—Buenas tardes, señor Fernández. Soy Josefa Zambrano, he visto

su obra y quise venir a conocerlo—, le respondí sin demostrar el

temor que me inspiraba.

Respuesta que a lo mejor le gustó porque, mientras limpiaba una

silla para ofrecerme asiento, comenzó a contarme: "No me gustan

los intrusos ni los averiguadores, ¿sabe? En días pasados vino una

periodista de Caracas y tuvo la falta de respeto de preguntarme

en qué gastaba los cobres. No le respondí sino que agarré aquel

machete, lo rastrillé en el suelo y le dije que no teníamos más nada

de qué hablar. Se fue enseguida. Igualmente, todos aquí me tiran

piedras en el techo porque me gusta escuchar la opera, Verdi.

Usted lo conoce, ¿no? ¡Ah!, pero yo sí tengo que escuchar a juro

sus radios y vulgaridades".

Los cuadros terminados están sobre la mesa, mientras los recién

pintados se secan alineados en el piso. En el patio enormes formas

de cemento esperan por las palabras, las manos y la pintura del

demiurgo para transformarse en policromos seres. Bajo un árbol de

mamón los gatos reposan, se lamen, juegan, mueven sus colas y

lanzan zarpazos; además, son tantos como las gallinas que se ven

al fondo tras la malla de alambre.

Mis ojos recorren con avidez todo lo que me va mostrando: "Esas

dos esculturas tamaño natural me las encargó doña Anita (2), la

dueña de la "Sala Ocre" de Caracas, y a estos cuadros los

mandará a buscar doña Sofía (3), la del museo.

"¿Usted las conoce? No me gustan las culebras, por eso tengo los

gaticos y las gallinas. Ese que ve allá es muy bonito, pero nació sin

cola". Trato de seguirlo, mas sin querer mis ojos se detienen sobre

las hojas y cartulinas escritas que tapizan las paredes de la sala.

—Perdone, señor Fernández. ¿Podría leer algunos de los escritos

pegados en la pared?

Fue esta pregunta la que en una tarde de 1977 me permitió

descubrir los poemas, reflexiones, cuentos y fábulas originales de

Antonio José Fernández.

Constatar que él, como ya lo había dicho Juan Calzadilla, "es un

caso excepcional no sólo por ser el primer escultor ingenuo, sino

Page 6: Pequeña memoria en la Red - 2

también por el dominio con que sabe expresarse en diferentes

medios: la madera, el cemento, los colores, la piedra"; materiales a

los cuales, a partir de ese momento, podían añadirse el lápiz y el

papel.

"En efecto —escribe el crítico Francisco Da Antonio en el prólogo

A. J. Fernández,El Hombre del Anillo. Poesía, Reflexiones,

Cuentos (4)—, cubriendo los muros de su casa en Carvajal, allá en

Valera, ‘los papeles’ de Fernández permanecieron semiolvidados

en la penumbra de las viejas paredes, sin que ninguna mano se

atreviera a develar el secreto de aquellos signos milagrosamente

preservados a lo largo del tiempo que media entre 1970 y nuestros

días. Serían la devoción y la persistencia de Josefa Zambrano

Espinosa, joven abogada trujillana, quien no sólo se dedicó a

transcribir amorosamente el testimonio del pensamiento escrito del

artista, sino quien con idéntica pasión, diseñó y puso en marcha el

proyecto que ahora culmina con la edición de este trabajo".

"No hubiese sido completo —continúa Da Antonio—, empero, si en

mérito de tan importante hallazgo, hubiésemos pasado por alto la

significación plástica de Fernández en el ámbito de la expresión

ingenua de nuestro país y, en particular, las secuencias que

enmarcan su incorporación definitiva a esa historia en cuyo punto

de arranque situamos la entrevista que realizara en 1965, entre el

bullicio del mercado valerano, el Dr. Carlos Contramaestre a quien

debemos no sólo la presencia actuante del Hombre del Anillo, sino

también la promoción y consolidación de su firma".

Efectivamente, en 1964 Carlos Contramaestre,

su descubridor, lo encuentra en aquel puesto

de vendedor de frutas y verduras, y, en medio

del alboroto del mercado de Valera y la

atención que le dispensaba a los clientes,

realiza la famosa entrevista a que se refiere Da

Antonio, la cual infelizmente no pudo ser

reproducida en elvernissage de su primera exposición en la galería

"El Techo de la Ballena" de Caracas, el 14 de noviembre de 1965.

En ella Fernández, aunque manifiesta no recordar en ese

momento ninguna de sus obras en prosa, reafirma su inclinación

por la poesía: "No soy lo que llaman un declamador. Sí, he escrito

Page 7: Pequeña memoria en la Red - 2

unos versos que llevan por título ‘El pensamiento humano’, o sea,

el pensamiento que me viene a la memoria, muchas veces en la

noche y en el día. No tengo hora para la inspiración".

Y a la pregunta de Contramaestre: "¿Tienes impedimento en

recitarme uno de tus versos, aunque sean tres cositas para el

público que hoy llena esta galería, este gran mercado que podría

ser "El Techo de la Ballena?". Respondió: "Voy a recitar unos cortos

versos que doy por título (no sé si estoy equivocado) ‘Llanto y

lamento’: Los llantos y lamentos no despiertan a los muertos/ de su

eterno y profundo sueño, / porque todo en este mundo/ no es más

que la fantasía y el engaño/ en que vivimos los seres humanos".

Mucho antes, el 25 de julio de 1958, el diario "El Nacional" de

Caracas, publicó: "Un escultor ingenuo, autodidacta e intuitivo

descubren en Valera. Es vendedor ambulante, aplica inyecciones,

escribe poesías y ahora se le ocurrió modelar estatuas en

cemento". En esa crónica se decía que, según Antonio José

Fernández, sus esculturas y poemas eran "obras del capricho"

porque se había inspirado "en una ocurrencia que vino a su mente

una tarde crepuscular".

Ha pasado mucho tiempo desde que se editó parte del

"importante hallazgo" de que habla Da Antonio. Sin embargo, aún

en 1998 Juan Calzadilla en su ensayoBiografía en breve de un

artista verdadero (5), hace referencia a los "extensos poemas que

mantiene inéditos" en su casa de Carvajal, estado Trujillo, este

artista galardonado en 1997 con el Premio Nacional de Arte

Popular "Aquiles Nazoa", y cuya obra, además de haber sido

expuesta en las más importantes galerías y museos de Caracas, ha

sido objeto de puja en la "Sala Mendoza" —la pionera de las

subastas venezolanas— y de gancho en la de la galería de arte

"Odalys".

Pero mayor cantidad de años ha transcurrido desde el aciago día

en que estuvo a punto de ser entregado a la policía por haber

realizado su primera escultura: "Mi primera escultura —cuenta El

Hombre del Anillo— fue un muñeco de barro que hice a los quince

años. El muñeco tenía una cara larguirucha como la mía. Un señor

que era hacendado en Juan Díaz, llamado don Salomón, me

quiso llevar a la policía porque, según la gente, había quedado

Page 8: Pequeña memoria en la Red - 2

muy parecido a él. Quizá no lo hizo por consideración a mi padre

que trabajaba en su hacienda como albañil".

Del infausto momento cuando, acorralado y enloquecido por las

rechiflas de sus vecinos vendedores del mercado valerano,

destruyó a martillazos toda su obra plástica para no continuar

viéndola convertida en el hazmerreír de sus paisanos.

Del humillante rechazo que recibió de los profesores del liceo de

Valera, quienes, por ignorancia y falta de sensibilidad, no sólo se

negaron a aceptar la bondadosa donación de una de sus

esculturas sino que se burlaron de él y su obra, diciéndole: "¿Cómo

se le ocurrió hacer una cosa así tan fea? Usted, está loco si cree

que vamos a exponer en el liceo ese adefesio". Palabras y risas

que le obligaron a tomar las decisiones de destruir nuevamente su

obra, de no volver a esculpir y de retomar su puesto de vendedor

de frutas y verduras en el mercado.

Afortunadamente para el arte, Fernández contó con el apoyo y el

estímulo que siempre le brindó Salvador Valero, el otro gran pintor

trujillano.

Valero, el "Último Imaginero" según Contramaestre, le aconsejó

que nunca debía hacerle caso a los que despreciaban su obra;

por el contrario, debía dejar "que la bestia ruja" y, desde luego,

esperar por su descubridor. De ahí que le escribiera (6):

" (...) Paso a decirle que me mueve hacerle esta carta con el fin de

recordarle lo que hace tiempo le dije sobre sus trabajos de pintura

y escultura que ud. en mala hora ha destruido y aun intenta

destruir guiado unicamente por el desaliento que ha cundido en su

animo por causa del desprecio que unos pocos espiritus ciegos

han hecho de sus obras (...) Le aseguro que esos con todo su

barbarismo no pueden penetrar en lo hondo de nuestros espíritus

para arrancar lo poco que ellos contengan de eso que para

nosotros es algo de divino encantamiento que sale a la luz física

como un mensaje de formas y colores venido del más allá y de lo

sutil".

"De modo que mi apreciado amigo Fernández la digo a ud. y le

repito esta misma sugerencia aprovechando la agradable noticia

Page 9: Pequeña memoria en la Red - 2

que he tenido o que me ha llegado de que nuestro buen amigo el

doctor Contramaestre en buena hora lo ha descubierto a ud. al

tener esta tan grata noticia he supuesto que su animo en su

apocamiento y desastroso decaimiento en que lo dejo postrado el

desprecio que hizo de sus obras un minúsculo numero de espiritu

velado hoy debe estar reaccionando. alentado y fortalecido ante

la presencia de ese arqueologo espiritual para su bien a

desenterrado sus obras".

"En tiempos pasados le aconsejé yo para que no se dejara guiar

por el desanimo y desaliento que el dia llegaria en que sus obras

serian apreciadas por personas poseidas de sensibles y claros

espíritus, de modo que mi amigo Fernández hoy que piso ud ese

primer escalón procure subir otro y otro. suba con sus piedras. con

sus tablas. con sus cartones y con sus lienzos y desde lo alto no

volverá a ver a quienes lo despreciaron en su obra".

Ascenso que, como un reto, comenzó a

partir de 1968, según lo testimonia

Contramaestre: "Inmediatamente de su

exposición caraqueña aparecieron tres

letras rojas en su casa: AJF. Iniciales que

significaban un reto abierto a la

mediocridad, una toma de conciencia en

un medio hostil, la viva respiración de un hombre que estaba

medio muerto. Ahora A. J. F. era el Hombre del Anillo. No era más

el verdulero. Con la venta de frutas en el mercado de Valera se

había echado muchas cuentas encima, prefirió abandonar su

antiguo oficio.

Porque ya la escultura era su camino definitivo, no era una forma

más de emplear los ratos de ocio, tampoco era una forma de

provocar o incitar un diálogo inútil con el público local; como

cuando ensayó llevando al mercado local un trabajo suyo ‘un

trabajo fúnebre, un ángel’, para que lo vieran. Ahora se sentía

valorado plenamente, poco importaban las burlas, los desaires.

Sabía que una batalla había comenzado, le animaba un solo

deseo: avanzar. Una nueva energía se había apoderado de él".

Page 10: Pequeña memoria en la Red - 2

Energía creadora, infatigable, que le ha permitido develar los

arcanos de la palabra, la madera, el cemento, el óleo industrial, la

cabilla, al tiempo que continúa, como también dijo

Contramaestre, "cultivando las virtudes curativas de la Flor de

Paraíso, protegido por su descomunal talismán".

Dos años después, en 1970, comienza a escribir esos

"pensamientos que le vienen a la memoria" y a empapelar

metódicamente con ellos las paredes de su casa. Puede hacerlo

gracias al éxito de sus dos primeras exposiciones, las cuales le

permitieron abandonar su puesto de vendedor en el mercado de

Valera y dedicarse exclusivamente a la escultura y la pintura; por

lo tanto, ya no tiene necesidad de usar "los papeles, aunque

estuvieran escritos," para envolver las verduras que llevarían los

clientes a las cocinas de sus hogares.

Son estos mismos "papeles" los que transcribí —guardando la

ortografía y sintaxis originales— y ordené, de acuerdo a su tema y

forma de expresión literaria, en poemas, reflexiones, fábulas y

cuentos, de los cuales seleccioné e incluyo aquí a título ilustrativo

in extenso o en fragmentos.

POESÍA

La poesía está presente en todos y cada uno de sus actos, pues

en Fernández la soledad cotidiana compartida con sus gatos y

gallinas se trasforma en la soledad generadora de una obra, tanto

plástica como literaria, que no es otra cosa sino, como dice

García Montero, "dos soledades juntas y una manera noble de

contarnos la vida".

Vida de la cual, con espontaneidad y belleza, trata de develar sus

más entrañables misterios; de aprehender todo el vigor que le es

posible, para así, imprimir al universo creado por él el soplo

mágico, onírico, delirante de su hacer y decir.

Page 11: Pequeña memoria en la Red - 2

Signada por un estilo absolutamente ajeno a las academias, la

creación de Fernández es un pensar y un sentir que se imponen a

las circunstancias y al medio, pues, "forzosamente autodidacta —

como lo expresa Calzadilla— crea por impulso, y su gran memoria

visual le permite suplir sus carencias técnicas con una gran dosis

de encanto y fantasía".

De ahí que su fuerza esté en su absoluta libertad de creación, en

su visión interior colmada de imágenes y colores, en la posibilidad

de expresar sus sentimientos y puntos de vista; pero sobre todo, en

ese "no ponerse a salvo de sufrir la inacabable persecución" de

que habla María Zambrano.

Así, en un texto escrito el 5 de marzo de 1978 dice:

"No temo a la Hoscuridád porque de ella vengo y para ella

buelbo; y nuestras ydeás probienen de la Hoscuridád (...) Y el

Motor de la vida está dentro de esa Hoscuridád por eso Llo no la

desprecio porque seria temer de si mismo".

¿Acaso no se está en presencia de t o a p e i r o n de que habla

Anaximandro? ¿Es que acaso no todo proviene y retorna al

innombrable ilimitado, origen y fin de todas las cosas? Fondo

tenebroso que todo lo contiene e iguala en lo más recóndito de su

infinitud. Oscuridad que evoca a las sombras abisales del caos, de

la nada, pero que, gracias a su aliento de hacedor, trasforma en

luz e imagen, en verbo que nombra y crea, pues, en definitiva,

el apeiron de Anaximandro no es otra cosa que lo "sagrado a

revelar", como bien lo expresa, una vez más, María Zambrano.

En otro texto de fecha desconocida, íntimamente relacionado y

titulado "La Fuente Seca", escribe: "O de aquella fuente que un

tiempo existió pero hoy de esa fuente sólo queda tristeza y

nostalgias al verla con esos profundos y misteriosos pozos secos;

como pareciendo más bien sepulturas, que al ser humano causa

amarguras(...) y ya esa fuente no puede dar agua al viajero

ardiente, ya no oimos su sonido; porque sólo olvidada ha

quedado y asi la vemos seca misteriosa como una fosa de un

camposanto y hoy nos dá espanto de ver sus profundos vacios".

Page 12: Pequeña memoria en la Red - 2

Fernández logra asociar nuevamente a los contrarios: vida y

muerte, alegría y tristeza, ardor y frescura, humedad y sequía.

Para un hombre que "cultiva las propiedades curativas de la Flor

de Paraíso" y que ha hecho suyos los poderes apotropaicos de

una piedra de río transformada en anillo, no pueden ser extrañas

las virtudes de la fuente que, junto al Díctamo Real, nace y se

esconde en las montañas, esperando por aquellos que anhelan

saciar en ella su humana y ardiente sed de juventud y sapiencia.

Mas para nuestro infortunio, la fuente de la vida, al igual que la

planta, ha perdido su mágico poder y se ha transformado en pozo

Airón de donde nada fluye, salvo silencio, vacío y muerte.

Igualmente, en un largo poema también de fecha

desconocida y titulado "Noche De Tormento",

Fernández se pregunta: ¿Es acaso esta noche tan

tormentosa y angustiosa, como acaso es la fosa

hoscura?

Angustia existencial que recurrentemente le induce a asociar la

oscuridad con la muerte, pues la Noche, como él lo ha intuido, es

hija del Caos y madre del Cielo y la Tierra, y por lo tanto viene a ser

la generadora y recipiente no solo de sus incertidumbres sino

también de sus delirios y dolores:

"¡Oh ruidos extraños, / no atormentes más mis vidas. / Oh, noche

de tormento y lamento/ no me perturbes más aunque esté

despierto,/ dejadme ya mi cuerpo quieto/ no me atormentes más

mi herida/ dejad quieta ya mi vida,/ cesad ya tu cruel tempestad,

/ tened de mi piedad (...)" ; de sus ensoñaciones: "Ay, noche

tempestuosa,/ no seáis tan odiosa/ no agites tanto las olas del

mar,/ déjame mirar del jardín/ las bellas flores/ y contemplar de

ellas sus colores. Dejad que las lindas mariposas/ -tan hermosas- /

se acerquen a mi lado, / aunque yo solo sea un árbol talado (...)";

de sus temores: "Dejad que mis ojos sean de la tarde sus despojos,

/ ya no causes en mi tanta amargura/ no seas tan hoscura. /

Quitad de mí tu manto/ lleno de espanto, / y tan hoscuro,

/Pareces el muro fuerte del cataclismo/ que quiere convertir todo

en lodo (...)"

Page 13: Pequeña memoria en la Red - 2

y, desde luego, de las traiciones de que ha sido víctima: "y luego

despertar y recordar con mi ilusión, /a aquella infiel/ que para mí

fue la hiel por su traición".

Este poema es fundamental para descifrar la atormentada

temática de su obra plástica, vinculada reiteradamente con la

figura de la mujer, los celajes y sombras, el fuego, las mariposas y el

bullicio.

La mujer, uno de sus temas favoritos, no siempre ha sido la imagen

de alegre colorido que aparece en el retablo "Luz en el camino"

(1980) o en las humildes campesinas vendedoras de flores, frutas y

gallinas de sus esculturas de esa misma época, sino que por el

contrario, "el tema de la mujer, como expresa Da Antonio,

aparece como una constante, como el centro de gravedad de su

creativa.

En Fernández deviene frecuentemente en obsesión prohibida (...)".

Otro tema estrechamente relacionado con el anterior es el de las

mariposas.

Aunque objeto de sus ensoñaciones, para él las mariposas son el

símbolo de la veleidad; de la belleza y alegría fugaces que se

consumen en la llama. Así, "en el desarrollo del ‘Tríptico de las

Mariposas’ (1969) —expresa Da Antonio—, el proceso parece

conducir de lo referencial en el ‘Jardín de las Mariposas’ y aún, si

se quiere, en ‘Mariposas de un Recuerdo’, a las tensiones de lo

expresivo en "Sombras de Tormenta". Este último panel podría

insertarse en el ámbito de una obra que Fernández ni tan siquiera

conoce, la pintura de Willem de Kooning".

Page 14: Pequeña memoria en la Red - 2

REFLEXIONES

Dentro de sus Reflexiones existe un texto titulado "Sombras del

olvido", en el cual expone y analiza la condición indeseable en

que se encuentran muchos ciudadanos tanto dentro de su

comunidad como fuera de ella. Situación inaceptable por ser

Venezuela un país con una altísima renta petrolera, pero

agobiado por la ignorancia y la pobreza que, gracias a la

incapacidad, negligencia y corrupción de los gobernantes,

padecen sus pobladores.

Fernández, el artista que ha soportado el desprecio y la

incomprensión de la comunidad donde le ha tocado vivir y crear,

es el mismo hombre que observa, analiza y con sensibilidad social,

en fecha 15 de diciembre de 1975 escribe:

"Deambulan por las calles de nuestra patria muchos seres

humanos que andan a la voluntad del Señor, esperando que una

mano generosa les dé un mendrugo de pan o una limosna para

saciar su necesidad.

Muchos de éstos seres están olvidados de sus familias, los cuales a

veces son pudientes pero por pretensiones se olvidan de ellos, que

nacieron con defectos físicos ó mentales.Otros es porque son

gente de pocos recursos económicos y no pueden ver de ese ser

que deambula por la calle solicitando una limosna.Otros porque

no tienen trabajo, no consiguen dónde ganarse el sustento del día

y por último, los que por ciertas circunstancias o por sinvergüenzas

se tiran al abandono por decepciones recibidas y se entregan al

vicio, y hoy en día ya están alcohólicos.Muchos seres que

deambulan por las calles de nuestra patria, presentan malos

espectáculos ante el público, sus carnes, sus úlceras, su miseria

física y moral, así los vi yo en los alrededores del Mercado

Municipal de la Roma Trujillana, ya. que dicen que Valera es la

Ciudad de las 7 Colinas, así dicho Mercado parece más un

Manicomio que un Mercado.Estos seres no tienen la culpa y como

ellos hay miles que andan por las calles de nuestra Patria,

esperando la ayuda asistencial, pero para que esto suceda habrá

que ofrecerle una promesa a la Virgen de los Milagros, y eso que

Page 15: Pequeña memoria en la Red - 2

nuestro país es uno de esos en los cuales se habla a cada rato a

través de los medios de comunicación (por Radio, los periódicos),

de los millones de millones para asistencia social, miles de millones

para educación.

Yo pregunto ¿qué se harán esos millones? pues muchas personas

van al Hospital a buscar asistencia y no los atienden y sí es nuestros

niños, muchos no estudian porque en las escuelas no hay cupo,

porque sus padres están sin trabajo y no tienen para saciarles el

hambre, mucho menos para comprar los útiles

escolares.

Pero en nuestro país se gastan miles de

millones en hacer conferencias y en hacer

agasajos y en paseos dizque a ir a estudiar las

tecnificaciones de otros países, pero todo

parece más bien que sirve para llenar las

arcas de los Bancos Internacionales, por tanto

mientras esto se hace, se debería mejor

ayudar a la nueva juventud, los niños de hoy, los hombres del

mañana, la nueva generación, creando bastantes centros de

estudios, agricultura y ganadería, enseñándoles de acuerdo a lo

que cada niño aprender.

También los miles de alcohólicos y pordioseros debieran ser

atendidos en centros asistenciales bien equipados porque para

eso nuestro petroleo produce muchos millones de barriles y ahora,

que cada venezolano tiene derecho a unos cuantos barriles de

petróleo porque para eso fue nacionalizado, mayor razón tendré

yo y ojalá que todo lo dicho se cumpla y hay que ir a ese te vez,

ofrecerle una promesa a la Virgen de los Milagros".

Texto palpitante —explicativo por sí mismo— que en su lúcida

vigencia expone descarnadamente los infortunios de un pueblo

cuyas esperanzas siempre fueron y son victimadas por la violencia

de la demagogia oficial.

Page 16: Pequeña memoria en la Red - 2

MORALEJAS

En sus Moralejas se nota la influencia que ha sembrado en él la

lectura de las Sagradas Escrituras, en especial la del Libro de los

Proverbios: "Dejad que la tempestad venga y agite los árboles,/

porque así morirán los malos gorgojos./ No eches leña al fuego,/

no critiques la vida ajena, no combatas la injusticia con la

injusticia, no combatas la violencia con la violencia. Usa siempre la

fuerza intelectual y no uses es la fuerza bruta, porque es la fuerza

de los cobardes".

Fernández no se ha contentado con los consejos de Salvador

Valero sino que también ha hecho suyas las sentencias de

Salomón. Ya no es el hombre desesperado y humillado que

destruye lo que él mismo ha creado; por el contrario, ahora sabe

que la intemperancia no es la mejor arma para combatir la

tempestuosa y "torpe crítica de los que nada saben de arte". Sabe

que un demiurgo —y él lo es— es el fundamento del universo que

crea, por eso primero pone orden en sí mismo y luego organiza el

mundo circundante. Ha aprendido que "Después del bullicio viene

el hastío/ y después de las alegrías/ Vendrán las tristezas/ Y el

arrepentimiento", de ahí que deba "ajar su vanidad", situarse más

allá de los contrarios y crear esa unidad que trasciende el tiempo:

la obra de arte.

FÁBULAS

Así como los imagineros del siglo XIII se inspiraban en

las fabliaux para esculpir los medallones y los relieves satíricos de

Page 17: Pequeña memoria en la Red - 2

las sillerías del coro de las grandes catedrales europeas, sus fábulas

recuerdan las antiguas fabliellas que forman parte de la tradición

oral del campesinado trujillano.

En las zonas rurales trujillanas donde el analfabetismo alcanza

cifras alarmantes, la mayor parte de las consejas, leyendas,

oraciones, ritos agrícolas, costumbres familiares y locales se hacen

a través de la tradición oral. De ello se encargan los de mayor

edad, con gracia para contar y memoria para recordar, y como

cultura e instrucción no son términos idénticos, estos depositarios

del saber oral, según dice Juan Goytisolo, pueden ser y a veces

son más cultos que algunos de sus paisanos que han tenido

acceso a la educación formal.

Fernández elabora sus fábulas con lo que ha visto, leído u oído.

Como es tradicional, sus personajes son animales, y basándose en

hechos que han acontecido en su medio o que ha conocido a

través de la radio, los periódicos u otras personas, desarrolla una

historia de la cual se deduce una moraleja que sirve de

enseñanza.

Así Fernández, como Florián, narra con mucha gracia la historia

del Gato y los Ratones:

"Una vez dos ratones hambrientos encontraron un

pedazo de queso, uno de los dos que era un poco

"agalludo" y quería todo el queso le tocara para el

solo.

Así entre ambos se formó una acalorada discusión y

estando liados en la misma, se apareció un gato, el

cual también lleno de hambre se les abalanzó encima

con sus garras y los devoró.

Cuando el gato estaba terminando de Comerse los dos ratones,

apareció un ratoncito muy chiquito, quién lleno de orgullo y alegre

porque se encontró el queso que los otros habían dejado, piensa

para sí:

— Que felicidad es la "Papa limpia", nadie sabe para quién

trabaja, ojalá sigan dejando queso. En fin los quesos no se acaban

y el que diga que no deja quesos es un tonto.

Page 18: Pequeña memoria en la Red - 2

Ahora el gato que ya había terminado de Comerse los dos ratones

se dice también a si mismo:

— He debido comerme el queso, pero no hay que ser tan

avariento, además, si no hubiese dejado ese pedacito de queso,

ese ratoncito no hubiese llegado y, esa es una presa que tengo

para más tarde y hay que dejar algo para el mañana y así se

colabora con todos los que le gusta dejar sus quesos.

El ratoncito al oír esas palabras, dice:

— Ey gato tonto. No me comiste.

A lo que respondió el gato, estas palabras:

— Ratón tonto, no te alegres mucho porque lo que no te pasó hoy

te puede pasar mañana y no te alegres por lo que les pasa a los

demás. No hay que echarle basura a la fuente seca, ni el que se

encuentra en las alturas se debe burlar de los demás, porque a

veces las tempestades llegan de un lado y a veces de otro".

Es decir, que nunca se debe menospreciar, subestimar al otro... ¿ Y

quién mejor para saberlo que El Hombre del Anillo?

CUENTOS

Como es bien conocido, Fernández durante el tiempo que prestó

el servicio militar trabajó como enfermero y ayudante de obstetras,

de ahí sus "Cuentos de Médicos" y la serie de obras que denominó

"Los paritorios" acogida en el Museo de Arte Contemporáneo de

Caracas, y sobre la cual Juan Calzadilla expresa: "Pensaba en los

colores brillantes, el amarillo y el rojo gritaban en la tabla el

sufrimiento de las parturientas. Tanto como el pánico en el grito de

Munch".

Aunque estos cuentos gozan de mucha popularidad entre los

habitantes de la zona montañosa trujillana, a tal punto que Oscar

Sambrano Urdaneta en su libroEl Arcángel ha escrito

magistralmente uno titulado "La dieta" (7), los de Fernández

recrean y satirizan con mucho humor la actividad de estos

profesionales que ha conocido muy cercanamente.

Page 19: Pequeña memoria en la Red - 2

Con agudeza y mordacidad, Fernández narra la inhumana,

mecánica y despreciativa manera como los médicos tratan a sus

humildes, pero ingeniosos y vengativos pacientes. Así, entre otros,

el 26 de diciembre de 1976, cuenta:

"Una vez un Señor que sufría de puntadas reumáticas . y a la vez

había sufrido un accidente en el cual había perdido la pierna

izquierda, teniendo la necesidad de adaptarse una de caucho,

llega a una Clínica y en el consultorio sorprende al encontrar al

Médico colocándose en medio de las pestañas una enorme bola

de cristal, pues este Señor también había sufrido un accidente en

el cual había perdido un ojo.

— Buenos días, Doctor.

— Buenos dias. ¿En qué puedo servirle?

— Yo vengo aquí para que usted me recete un remedio para el

reumatismo.

— Bien, usted lo que tiene que hacer es tomarse un depurativo y

darse unas unciones de "coneciervo" y ponerse paños de gasolina

caliente en la pierna izquierda.

— No sabe usted, Doctor, que ésta pierna es de caucho y si me

pongo gasolina caliente se me quema. Esto me lo recetó usted

porque no me había examinado bien ¿Verdad? Bueno así lo haré,

pero usted, Señor Doctor, se busca una mandarria y se dá unos

golpes en el ojo de vidrio.

Como ha podido apreciarse, la ingenua escritura de Fernández

capta y recrea el imaginario e idiosincrasia de un pueblo que ha

sabido levantar de sus miserias la grandeza; de ahí que su

creación —tanto plástica como literaria— trascienda el oficial

etiquetamiento de arte popular, pues, como dice George Sand,

"encierra una bizarría que parece atroz, y que, por el contrario, es

magnífica".

Page 20: Pequeña memoria en la Red - 2

NOTAS:

(1) Artista ingenuo natural del estado Trujillo, Venezuela, donde ha vivido desde su nacimiento en fecha 08

de septiembre de 1922, según se desprende de su partida de nacimiento que reza así:

PARTIDA DE NACIMIENTO DE ANTONIO JOSE FERNANDEZ

N° 203. -Francisco Ygnacio Viloria, Jefe Civil del Municipio Capital del Distrito Escuque. hago constar que

hoy once de agosto de mil novecientos veintitrés, me ha sido presentado un niño por el ciudadano ROMAN

FERNANDEZ, vecino. casado, de treinta y seis años de edad. agricultor: y manifestó: que el niño cuya

presentación hace nació en esta ciudad el OCHO DE SEPTEMBRE DEL AÑO PROXIMO PASADO a la una a.m.

y que lleva por nombre ANTONIO JOSE. -Que es hijo legitimo suyo y de ANA FRANCO. vecina. casada de

veintitrés años de edad y de oficios de su sexo. -Fueron testigos del presente acto los ciudadanos: Luis

Baptista y Trino Moreno, vecinos de este domicilio y mayores de edad. -Se les leyó esta acta fueron

conformes y no firman por no saber.

FRANCISCO Y. VILORIA A. SANCHEZ ENRRIQUEZ

Secretario

Texto documental que incluyo para aclarar la confusión que sobre su fecha de nacimiento leí en El invierno

revuelto en las costillas de Fracismar Ramírez Barreto, entrevista publicada el 26 de agosto de 2000 en el

suplemento “Papel Literario” del diario “El Nacional” de Caracas.

(2) Ana Avalos de Rángel, exgalerista e importante coleccionista de obras de arte.

(3) Sofía Imber, fundadora y exdirectora del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

(4) Fernández, A. J. El Hombre del Anillo. Poesía, Reflexiones, Cuentos. Imprenta Oficial del Estado Trujillo.

Valera, Edo. Trujillo, Venezuela, 1977.

(5) Calzadilla, Juan. Biografía en breve de un artista verdadero. “Papel Literario” del diario “El Nacional”,

Caracas, 09 de agosto de 1998.

(6) Carta sin fecha escrita por Salvador Valero a Antonio José Fernández, la cual guarda íntima relación

con otra que escribe Valero al doctor Carlos Contramaeste el 19 de abril de 1965, donde le dice: “...Yo he

lamentado mucho la destrucción que hizo de sus obras el joven de Escuque (Antonio José Fernández).

pues él fue sordo ante mis súplicas y advertencias. Créame Doctor que a mi me preocupado eso; fue que

él no tuvo valor para sobreponerse ante la torpe crítica de los que nada saben de arte (...)”. Ambas

transcritas guardando la ortografía y sintaxis originales.

(7) Sambrano Urdaneta, Oscar. El Arcángel. Editorial Planeta Venezolana, S. A. Caracas, 1998. Pág. 115.

TEXTO E IMÁGENES EN:

http://www.analitica.com/va/arte/dossier/9380711.asp

Page 21: Pequeña memoria en la Red - 2
Page 22: Pequeña memoria en la Red - 2

En el libro “Fabuladores del color” – Mariano Díaz 1988

Page 23: Pequeña memoria en la Red - 2

JOSEFA SULBARÁN

Page 24: Pequeña memoria en la Red - 2

La ensoñación y el verde esplendor del universo

estético de Josefa Sulbarán

Josefa Zambrano Espinosa

A Carmen Araujo, Sheyla Rosario y Carol Cañizares O’Callaghan,

quienes con su quehacer iluminan a los Museos de Arte Popular

“Salvador Valero” y “Bárbaro Rivas”.

Vos que sabés cantar, que estás en las hojas del cerezo,

– Ponéte de niebla, ponéte de espuma y riíto, decí:

"Vení de lejos, velo de lluvia,

llegá sol,

y con la cola sobá esas pendientes, tocá

las piedras moradas".

RAMÓN PALOMARES, Paisano

Uno obedece siempre a los imperativos de su corazón, de ahí que

hoy escriba sobre la pintora trujillana Josefa Sulbarán en homenaje

a su octogesimoquinto aniversario.

Josefa Sulbarán ya no es aquella mujer

que, al entrar en confianza, gustaba

conversar dejando a un lado su

característica timidez mientras le

acariciaba la cabeza a alguno de sus

perros, sino esta anciana cuya mirada

triste interroga al horizonte en busca

de los paisajes, las vivencias y leyendas

que desde niña plasmó en sus

cuadros.

“¡Ah rigor paisana! Paisana, paisanita,

el destino nos juntó y la vida nos

separó con eso de lo que pudo ser y no fue. Dejemos la conversa

quieta pa’ más luego, ¿no le parece mejor?”.

Conversación que nunca pudimos sostener, aunque en el

recuerdo las palabras de Josefa Sulbarán persisten envueltas en un

aroma de mastuerzo niño, musgo y café; sólo tangible en los

Page 25: Pequeña memoria en la Red - 2

verdes, rojos, amarillos, blancos y azules omnipresentes en su

singular universo plástico: Los Cerrillos.

Los Cerrillos, comarca vecina a Mendoza Fría en el Estado Trujillo,

Venezuela, es el lugar donde Josefa Sulbarán ha vivido la mayor

parte del tiempo desde que nació un día de diciembre del año

1923, hecho del cual da fe el poeta Antonio Pérez Carmona en La

bella niña de ese lugar: “Su madre, María Virginia Sulbarán, le

contaría en esos coloquios crepusculares, a la que ya era señorita

primaveral y que sus amigas llamaban cariñosamente Josefita,

que el parto de la fría madrugada navideña, fue harto difícil,

doloroso, pleno de angustia en una terrible soledad, pues ella, o

sea, la entonces moza campesina, con un coraje y valor

extraordinarios, recurriendo a su fe en Dios y la Virgen, colocó la

estera en el piso, para, sin ayuda de la partera, dar a luz la

hermosa chiquilla de ojos azabache, cabellos de ébano y piel

canela. Y no se habían dormido aún las estrellas con la aurora,

cuando María del Rosario Sulbarán (la abuela), abría aquella

puerta rústica, a objeto de buscar el vecino fuego, encontrando a

la joven en el suelo, en la escena semejante al pesebre de Belén”.

Relato que sin duda influyó en la pintora para llevarla a hacer del

nacimiento, y en especial el del Niño Dios, un tema recurrente en

su obra; sólo que sus nacimientos no acontecen en un pesebre de

Belén sino en medio del verdor esplendente de Los Cerrillos, tal

como puede apreciarse en sus cuadros “Paseo del Niño”,

“Celebración de Noche Buena” “Paradura Nocturna del Niño”,

entre otros. Además, las circunstancias que rodearon el parto en

que Virginia Sulbarán alumbró a Josefa no sólo han marcado su

obra, sino también la devoción que con gran entusiasmo siempre

ha manifestado sentir por la mujer que la trajo al mundo: “¿Cómo

no haber adorado tan inmensamente a mi madre Virginia, si ella

por poco no entregó su vida al darme la mía, en esa temerosa

soledad, donde ocurriera el milagro bajo el poder de Dios y de la

Virgen?”.

Page 26: Pequeña memoria en la Red - 2

Y no es para menos, ya que en aquél difícil medio rural, Virginia, la

madre, quiso brindar a su pequeña lo que la vida le había negado

a ella: la educación; así que al alcanzar Josefita la edad

necesaria, de la mano Virginia la lleva diariamente a la

improvisada escuelita del señor Raimundo Montilla, para que éste

se la enseñe a leer y escribir.

Con el general Eleazar López Contreras, luego de la muerte del

dictador Juan Vicente Gómez, comienza en Venezuela una nueva

era --sobre todo en las áreas sanitaria y educativa-- al decretarse

en el año 1937 la creación de las escuelas rurales y, entre ellas,

con sede en Los Cerrillos la Escuela Rural N° 3217, en donde

Virginia Sulbarán se apresura a inscribir a Josefita, convirtiéndola

en una de las primeras y pocas alumnas de la maestra normalista

María Marbelina Castellanos.

De esta época Josefa Sulbarán recuerda, y así lo refiere en casi

todas sus entrevistas, que Virginia, su madre, a pesar de la pobreza

Page 27: Pequeña memoria en la Red - 2

en que vivían, prefería que ella asistiera a la escuela y participara

tanto en los juegos infantiles propios de las niñas como en los actos

culturales programados en el calendario escolar, de modo que no

la llevaba consigo --como hacían con sus hijos la mayoría de las

madres campesinas-- para que la acompañara en las faenas del

campo; por el contrario, le fomentaba el deseo de instruirse, la

devoción y amor a Dios y la Virgen, y a San José, su santo patrono.

Asimismo, le enseñó lo que con el transcurrir del tiempo se ha

convertido en el lema de su vida: “Nunca hay que ser envidioso ni

rencoroso, siempre hay que vivir sin amargura y con alegría, pues

no hay nada más bonito que una persona amorosa y humilde”.

Este modo de pensar y sentir transformado en su filosofía de vida le

ha permitido a Josefa Sulbarán creer en que el amor, sea éste filial,

fraternal o erótico, es un sentimiento único, intemporal, al cual

recrea en las imágenes y colores que dan vida a las escenas de

“Retrato de Familia” y “Boda Campesina”.

En aquel tiempo el silencio y los colores serían sus mejores amigos.

Josefa recuerda que su mayor satisfacción en la escuela la

obtenía en el momento cuando se quedaba sola, dibujando

calladita en su pupitre. "Desde muy pequeña --le cuenta a

Vanessa Andara en la entrevista que le concedió para el diario El

Tiempo en febrero de 2002--, sin saberlo desarrollé una gran

aptitud para la pintura; a pesar de que nunca había visto a nadie

pintando. Mientras mis amigas jugaban con muñecas, yo dibujaba

sobre la hoja de un árbol que se llama Cariaco, que al finalizar

destruía para que nadie viera lo que hacía. Yo deseaba pintar

pero me daba vergüenza con las personas".

A Josefa Sulbarán --al igual que a Antonio José Fernández “El

Hombre del Anillo”-- la timidez y el temor a la burla y el rechazo del

entorno les lleva a destruir sus primeras obras. Aunque en el caso

de Josefa no es su mano armada de un martillo la que destroza la

creación tal como lo hizo “El Hombre del Anillo” con sus esculturas

Page 28: Pequeña memoria en la Red - 2

de argamaza y cabilla, sino que es la naturaleza del material

vegetal empleado por ella para dibujar la que se encarga de dar

fin a su efímera obra.

Igual destino sufren sus primeros frescos pintados en las paredes de

las casas donde habitaba. En ellas, usando los carbones del fogón

y los creyones de cera que traía de la escuela, Josefita pintaba

sobre las paredes todo cuanto veía: animales, plantas, casas,

personas, pero tal como le ocurría con las hojas, cada vez que

dichas paredes se descascarillaban y eran de nuevo encaladas,

su obra desaparecía.

Josefa, ya adulta, en silencio, siempre en silencio, y en la

penumbra de su habitación pinta como lo hacía cuando niña,

hasta el día en que usando los creyones de a medio

pertenecientes a Auxiliadora, su única hija, dibujó su primer “Los

Cerrillos” sobre la tapa de una caja de zapatos, obra que, sin

quererlo ella, fue descubierta por el párroco de Mendoza Fría.

Al respecto, en las entrevistas concedidas tanto a Daniel Acosta

Montes como a Vanessa Andara, Josefa expresa que el sacerdote

la llamó y le dijo: “Mirá esta niña, ¿si es verdad que esto lo pintates

vos?”. A lo que ella, muy asustada, le respondió afirmativamente.

“El sacerdote --cuenta Josefa-- me pidió que le pintara uno igual

para él, pero yo nunca se lo llegué a hacer, aunque ese ha sido

uno de los momentos más felices de mi vida, ya que ese día supe

que lo que hacía no sólo le daba alegría y satisfacción a mi

corazón sino que también podía gustarle al de los demás”.

A partir de ese momento comenzó a concebir la idea de pintar de

nuevo “Los Cerrillos” en un cartón más grande y así, siempre en

silencio y en la penumbra de su habitación, usando los creyones

de a medio y sobre un cartón piedra, comienza a pintar Los

Cerrillos, dando forma y color no sólo a las imágenes que ven sus

ojos sino a aquellas que pueblan sus sueños. Trazos y ensueños van

coloreándose hasta transformarse en un paisaje fácilmente

Page 29: Pequeña memoria en la Red - 2

identificado como “Los Cerrillos” por sus paisanos, quienes

alabaron la obra el día que ella la colgó sobre la pared del

comedor de su casa el 24 de diciembre de 1967.

En Josefa Sulbarán hay que resaltar que jamás padeció el rechazo

del entorno social sufrido por sus coterráneos Antonio José

Fernández “El Hombre del Anillo” y Salvador Valero; por el

contrario, en ese diciembre de 1967 su comunidad y grupo familiar

se disputaron por el privilegio de exhibir en las paredes de sus

hogares el dibujo en cartón piedra, pues todos creían verse

retratados en el medio de ese otro paisaje tan parecido al natural

y circundante donde transcurría la rutina sus vidas; paisaje que

ante el general asombro, Josefita, una de ellos, ha sabido recrear

e iluminar.

Como en los pueblos las novedades vuelan en el aliento de las

voces, llegó a oídos del ingeniero José Domingo González que una

muchacha del campo había hecho un cuadro donde todo lo que

se veía era igualito a Los Cerrillos. Intrigado visita la humilde casa

de Josefa y queda impresionado ante la belleza del paisaje, y le

promete regresar. Promesa que cumple en compañía del poeta

Carlos Contramaestre, a quien se debe el descubrimiento de los

más grandes artistas plásticos trujillanos (sin ahondar en este

trabajo sobre la clasificación que de ellos hace Raúl Díaz

Castañeda, para quien los dos primeros son ingenuos y populares

las dos últimas, situando en entrambas vertientes, por participar de

una y otra, a Rafaela Baroni, tampoco descubierta por

Contramaestre): Salvador Valero, Antonio José Fernández “El

Hombre del Anillo”, Eloisa Torres y Josefa Sulbarán.

“Contramaestre, con la personalidad que le caracterizaba --le

cuenta Josefita a Daniel Acosta Montes-- me dijo: ‘Josefa, quiero

un cuadro como ése’. Se refería al cuadro que sobre Los Cerrillos

yo había pintado con creyones sobre cartón piedra para exhibirlo

en el comedor el día del Niño Dios. Yo me asusté mucho cuando

Page 30: Pequeña memoria en la Red - 2

llegó este señor a mi casa, y me preguntó por el cuadro. Él pasó al

comedor por la pieza y de inmediato me ofreció comprármela,

pero yo le dije que no podía vendérsela porque yo la había hecho

para adornar mi hogar. Entonces él me dijo que en unos días

pasaría a buscar uno que yo le hiciera. Yo, por supuesto, no

pensaba hacerlo; sin embargo, a los pocos días me envió unos

óleos y pinceles, y entonces yo me alegré tanto de ver aquello

que nunca antes había visto. Así que de inmediato comencé a

realizarle el cuadro en agradecimiento”.

Y fue de este modo como nació “Los Cerrillos”, la obra donde

Josefa Sulbarán aprehende con sus pínceles el imaginario, el

verdor y la luz de la montaña trujillana, plasmando así sobre el

lienzo el paisaje que, entre penumbras y duermevelas, ha venido

soñando desde niña. Hierofanía polícroma que inicia en Sulbarán

ese “existir en entero” de que habla Guillermo Meneses, quien en

El falso cuaderno de Narciso Espejo afirma: “Tengo la convicción

de que el individuo no existe en entero si no llena la parte que le

corresponde a su pueblo, si no sabe extenderse hasta su territorio

comunal, hasta su ejido”.

Josefa Sulbarán no sólo ha sabido extenderse hasta ese territorio

comunal que le es propio, sino que ha convertido su ejido en un

singular cosmos, en un estético y particular universo iluminado por

el sol de su mirar. Mirada que reflecta la luz haciendo más rojiza la

tierra de los cerros, al tiempo que oscurece el verde de los árboles

que se yerguen en busca del azul que, esa misma luz, hace más

brillante en los cielos de los paisajes creados por Sulbarán.

En ellos, al recrear su comarca, Josefa da la vida tanto al diario

quehacer del campesino trujillano como a los acontecimientos del

pueblo, sean estos de orden religioso, familiar, histórico o cultural.

En sus paisajes el verde se transforma en esplendor de esperanza,

de naturaleza en perpetua renovación, de ahí que la pintora

exprese: “A mí el verde me hace muy feliz y por eso lo utilizo

Page 31: Pequeña memoria en la Red - 2

bastante; además, amo los estados completamente naturales y lo

que en ellos se encuentra… Me gusta proteger a todos los

animales y seres indefensos que habitan en esta tierra”.

Tierra de humo y neblina, de suqueses que parpadean sus

intermitencias amarillas en la negrura de las noches cuando

Josefa Sulbarán sueña con el verde de los sembradíos siempre en

flor y con el turquí de esos cielos en los que la mirada se pierde en

busca de lo anhelado y eterno, y que ella, gracias a su talento y

sensibilidad, ha sabido hacer suyos en cada una de las obras que

ha pintado a lo largo de sus recién cumplidos 85 años de edad.

Obras galardonadas con importantes premios que le han

permitido convertirse en una de las más reconocidas y originales

exponentes del arte popular venezolano, sin que por ello su

bondad de alma, candorosa timidez y humildad hayan mermado

en absoluto, permitiéndole así, a pesar de su delicado estado de

salud, continuar siendo por siempre La bella niña de ese lugar: Los

Cerrillos, su centro del mundo, su universo del ensueño, el color y la

luz.

TOMADO DE : http://www.analitica.com/va/arte/oya/8100254.asp

Page 32: Pequeña memoria en la Red - 2
Page 33: Pequeña memoria en la Red - 2

“La llegada de Bolívar al valle de Momboy”

“Paseo del Niño”

Imágenes y texto de Mariano Díaz – “Fabuladores del color” 1988

Ver también:

http://www.nurr.ula.ve/museosalvadorvalero/referencial_coleccio

n/S/sulbaran_imgs/sulbaran_fotos1.htm

Page 34: Pequeña memoria en la Red - 2

JOSÉ “PEPE” GARCÍA

Pepe García, es canario de nacimiento y margariteño de corazón.

De otro continente llegó para quedarse hace más de 4 décadas.

Page 35: Pequeña memoria en la Red - 2

Aquí ha vivido la mayor parte de su vida, recorriendo caminos,

recogiendo vivencias, conociendo la historia, la tradición y el sentir

venezolano, más aún el sentir margariteño, moldeándolo, en el

barro, enmarcándolo en maderas centenarias.

Aquí creció como artista haciendo esta tierra suya, así como su

historia, cultura y tradiciones. Recorrió el país recogiendo piezas de

arte durante 30 años y fundó el Museo de Taguantar, conocido

hoy como Pueblos de Margarita. Trabajó sin descanso y levantó

con barro, agua y fuego 7 casas representativas de las regiones

de venezolanas, con todo tipo de objetos propios de su artesanía

y cultura, para preservar en el tiempo y en el espacio nuestra

diversidad cultural.

La obra de Pepe García refleja el gentilicio venezolano, cada una

de sus piezas tiene vida propia, es historia, misticismo, tradición, un

personaje o muchos, Pepe García vacía su alma cuando moldea

Page 36: Pequeña memoria en la Red - 2

el barro. A Pesar de tener ciertas limitaciones debido a una lesión

en la columna todos los días se afana en crear nuevas obras.

Page 37: Pequeña memoria en la Red - 2

“Cuando comienzo a moldear, no tengo idea de lo que voy a

hacer, luego todo viene solo, lo religioso me inspira, el arte de las

iglesias, las tradiciones, los personajes y sobre todo lo histórico.

Antes leía mucha historia. Siempre he admirado mucho a Bolívar,

es un personaje importantísimo”.

Ahora en El Salado, en la avenida 31 de Julio, Pepe tiene el Museo

de Arte Popular, “Los Makiritares”, donde alberga una invalorable

colección de arte popular, que abre sus puertas a todos los

amantes del arte para apreciar piezas únicas de este trabajo tan

especial que realiza José Pepe García, un canario, con alma

margariteña.

Page 38: Pequeña memoria en la Red - 2

TEXTO TOMADO DE "ARTE EN LA RED" - WWW.ARTEENLARED.COM - Desirée Depablos

FOTOS DE José Voglar y Ana María Zoghbi

Page 39: Pequeña memoria en la Red - 2

"La tierra consagrada"

Parece imposible que esta tierra rojiza y seca, castigada por el

salitre y el sol, tuviera un destino diferente al de ser costra

inamigable. Pero por obra y gracia de unos dedos con alma, surge

transformada en una vigorosa imaginería, creada por un hombre

que logró un pacto virtuoso con el barro. Se llama Pepe García y

pertenece a la estirpe de los hacedores naturales.

Muchacho veinteañero de El Paso de La Palma de allá del otro

lado del mar, se encontraría en la Margarita con diversos

derroteros que lo llevaron a oficiar de mesonero, criador de aves y

encargado de hotel, para luego inclinar su vocación hacia el arte,

con pinturas, decoraciones y piezas de madera, Vibró también en

él la vena del compilador curioso, y por lugares y rincones fue

colectando tallas y lienzos, herramientas y cacharros, vestimentas

y utensilios, así como cuanto objeto tuviera, perfil de tradición,

antigüedad, fábula o peque historia.

Page 40: Pequeña memoria en la Red - 2

Por años irá consolidando una invalorable colección, destinada a

un museo que bautismara en honor a la sabia lección de un

maestro artesano: “Mi oficio es fácil; yo voy haciendo esto así, con

las manos”… y así, con las manos suyas, Pepe García se va

comprometiendo hacia un nuevo destino: figureador del barro.

Descubre el terrón con ojo certero, lo prueba de boca, la tacta

entre índice y pulgar y lo amasa hasta sentir su condescendencia

para recibir la virtud de llegar a ser forma.

Pepe tiene ante el barro la actitud limpia y serena de quien se

sabe respetuoso oficiante de un ritual, donde la consagración se

hace de acuerdo al legado de los olleros guaqueríes; quema en

hoguera a cielo abierto con fuego de cardón, yaque o espino y

guiando al primer viento con el susurro de un silbido, que no es

otra cosa que una natural oración el bien.

Esta imaginería de Pepe García, nacida a la orilla del barro

alfarero, y única en su especie, tiene digno enmarcado en

curtidas maderas de viejas casas, donde siendo puertas, postigos

o tablones, simplemente se aquerenciaron al tiempo de la familia.

Uno siente la fuerza de los particulares personajes de Pepe García,

profundos tanto en su hieratismo, como siendo cabezas anónimas

en una multitud. En sus trabajos hemos visto cobrar vida a

semejanzas de una María Macanao equilibrando en la cabeza

una pimpina de agua moldeada por Chagüita, o cargando

pescados en una cesta que bien pudo tejer Cleto Calderín;

mujeres, niños y hombres originarios, arquetipos, que anclados a su

tierra, perviven y sostienen la otra Margarita, y que conforman sus

historias de la cruz, los héroes de Matasiete, los vencedores de

Carabobo, Luisa Cáceres de Arismendi, Sucre, los firmantes de la

Independencia y entre ellos, un heroico y ubicuo Libertador, tal

vigoroso terrón, que contrasta con una colorida y como armoniosa

protección de la Virgen del Valle a los hombres de mar.

Page 41: Pequeña memoria en la Red - 2

Y uno no deja de admirar a este Pepe García, hacedor de una

muy particular mitología, con la que estampa su nombre entre los

singulares de la plástica venezolana.

Mariano Díaz

El Junko, marzo de 2007

texto en : http://galeria.uc.edu.ve/gubs.php?id=71&actual=1

Page 42: Pequeña memoria en la Red - 2

SANTIAGO MANASÉS RODRÍGUEZ

MANASES, PINTOR DE ROSTROS Y FLORES

Napoleón Pisani Pardi

Fotos: Mariano Díaz

“Yo te digo, yo no quisiera vender mis cosas, yo las

vendo por necesidad. No hay remedio, las vendo

para poder comprar materiales”.

Manasés Rodríguez Serrano, caraqueño, artista

plástico y amenísimo conversador sobre la época del

“Pasapoga”, el “Monumental”, el Estadio “San

Agustín” Cocaína García, orquesta “Casino de La

Playa” Rafael Guinand, cigarrillos “Sport”, Tito Coral,

de la comedia “Así es la Vida”, el dúo Espín-Guanipa,

el Hipódromo del Paraíso y de la carrera Buenos

Aires-Caracas: empezó a pintar hace 18 años gracias

a una inspiración poco común: “Resulta que yo

Page 43: Pequeña memoria en la Red - 2

estaba en el “Bar Venezuela” de Catia, entonces se

derramó sobre el mostrador una botella de refresco

que formó una mancha muy llamativa. Entonces,

motivado por esa mancha, pedí un lápiz y un papel

al mesonero y realice un dibujo. Desde ese momento

no he dejado de dibujar”.

Manasés, quien fuera “descubierto” por Erasmo

Villalobos y Víctor Valera, dibuja y pinta, más que

otra cosa rostros y flores. Estos temas él los trabaja

mezclando técnicas diferentes “a manera de

experimentación”, según el propio artista, que le dan

una textura muy particular a sus realizaciones. En

algunas oportunidades consigue esas calidades, que

recuerdan al grabado, rayando y frotando la

superficie de la pintura, y o utilizando soportes que

previamente contengan relieves. “A veces pego

sobre papel o la cartulina algunas cosas para

conseguir mayor riqueza en mis trabajos. Y no tengo

miedo de experimentar con todos estos materiales

que uso en mis cuadros, pues eso me da mayor

oportunidad de conseguir lo que quiero. Yo uso óleo,

acrílico, gouache, creyón, lápiz, tinta china y

acuarela en mis trabajos, y en muchas ocasiones

mezclo el óleo con creyón, acrílico con tinta china, o

acuarela y tinta china, y eso es lo que me da lo que

tú vez aquí, éstas texturas tan buenas”. Sin duda

alguna que son buenas, como lo afirma el propio

Page 44: Pequeña memoria en la Red - 2

Manasés, esas texturas que a veces nos recuerdan

ciertos detalles de una vieja pared, o la sabrosa

conformación de la corteza de un árbol centenario,

o las huellas que van dejando el tiempo y la

intemperie sobre algunos objetos de metal. Esta rica

y poética manera de trabajar la materia, le confiere

a sus elaboraciones un sello sumamente personal, a

pesar, cosa que no compartimos por inexacto y

chocante, de la insistencia de ciertos coleccionistas

de llamar a Manasés “el Dubuffet venezolano”.

- Oye Manasés, ¿Cómo fue que se te ocurrió

mezclar todas esas técnicas para hacer tu obra?

- Bueno, eso fue una prueba para ver qué

pasaba. Muchos artistas, los cuales no quiero

nombrar, me decían que eso no se podía hacer,

Page 45: Pequeña memoria en la Red - 2

pues esas mezclas al poco tiempo se

resquebrajarían. Sin embargo, a pesar de los años,

esos cuadros siguen intactos, sin sufrir ningún cambio.

- ¿Cuándo realizaste tu primera exposición?

- El 12 de julio de 1966, en la “Galería 22”. Por

cierto que fue el crítico Rafael Pineda quien me hizo

la presentación, y el montaje de la exposición la llevó

a cabo el escultor Víctor Valera.

- ¿Y cómo te trató la crítica en esa oportunidad?

- Bueno, bien. Me trató bien a pesar de que

nunca antes había expuesto. En esa muestra

estuvieron mucha gente importante. Te voy a dar

algunos nombres: Antonio Esteves, José Vicente

Torres, Jorge Dupuy, Freddy Boulton, Oswaldo Vigas,

Juan Calzadilla, Rafael Ramón González… Y te digo,

sin ninguna pedantería, que a toda esa gente le

agradó mi exposición.

- Manasés, sé que no realizas ninguna muestra

individual desde mayo de 1972. Sin embargo, aclaro

antes de que me lo menciones, estoy enterado de lo

gran trabajador que eres y de tu constante

participación en los Salones más importantes del

país. ¿Por qué esa insistencia de no mostrar tu obra

en una exposición individual? Donde

Page 46: Pequeña memoria en la Red - 2

indudablemente se apreciaría mejor tu gran calidad

de artista plástico.

- Por muchas cosas. Una de esas cosas es que

estoy un poco retirado de Caracas. Y como no

tengo carro, se me dificulta la movilización. Además

el organizar una muestra individual cuesta bastante

dinero, pues hay que pagar los marcos, el catálogo,

transporte de las obras, el cóctel, los avisos de

prensa… bueno, tú sabes, tú estás en el medio y

estás enterado de todo eso. Sin embargo, dentro de

pocos días, inauguro una exposición individual en el

“Módulo Venezuela” que queda en el Parque Los

Caobos.

- Manasés, ¿Qué piensas tú acerca de nuestro

medio, tú crees que sea favorable para que el artista

pueda producir y proyectar su obra con facilidad?

- Yo te digo, yo no quisiera vender mis cosas, yo

las vendo por necesidad. No hay remedio, las vendo

para poder comprar materiales.

- ¿El artista pasa o no pasa mucho trabajo en el

país? Te pregunto eso porque muchos artistas se

quejan de muestro medio, de las instituciones

culturales… de muchas cosas, pues.

- A mí nadie me ha apoyado, yo no sirvo para

eso. Uno va a buscar una ayuda y le dicen a uno: no,

Page 47: Pequeña memoria en la Red - 2

que él no está aquí; él está en una conferencia; está

de viaje; está de vacaciones; está en una reunión

muy importante; está almorzando con el Presidente…

¿Instituciones? ¡Qué va muchacho, cogiste el

autobús que no era!.

- ¿Qué opinas de la comparación que algunos

coleccionistas hacen entre la obra de Dubuffet y la

tuya?

Page 48: Pequeña memoria en la Red - 2

- Si me parezco es por casualidad. Allá ellos con

sus comparaciones zoquetas. Mi obra, como tú bien

lo dices, es muy personal. Yo no pienso en ningún

artista antes de comenzar a pintar mis cuadros. Yo

soy Santiago Manasés Rodríguez Serrano.

Sí. Manasés no se parece más que a Manasés. El es

Santiago Manasés Rodríguez Serrano, por la gracia

de Dios, dibujante, pintor escultor a ratos, incipiente

vitralista y admirador impenitente de la música

tropical de los años cincuenta. El, mirándolo bien,

hasta se parece a los personajes de sus cuadros. ¿Y

entonces por qué tanta comparación con Dubuffet?

¿Acaso no se dan cuenta que Manasés se inspiró en

sí mismo para llevar a cabo su pintura?. Tú, “hijo de la

ciudad, hechura de la ciudad trasunto de la

ciudad”, como te dijo en una oportunidad el poeta

Otero Silva, no eres más que un artista con talento

que se expresa con el mismo estremecimiento de un

niño cuando retrata el Sol. Ese eres tú.

Entrevista publicada en la revista KENA en 1982.

Manasés murió en Caracas el 20 de junio de 1993.

Tomado de http://escritosdeunsalvaje.blogspot.com/2011/09/manases-pintor-de-rostros-y-flores.html

Page 49: Pequeña memoria en la Red - 2

Santiago Manasés Rodríguez nació en Catia,

Caracas, el 24 de julio de 1921. De formación

autodidacta y profesión taxista, prestaba servicios al

personal del diario El Nacional de Caracas cuando,

empleando servilletas y materiales desechables,

realizó los primeros dibujos que llamaron la atención

de críticos y pintores. Por esta vía autodidáctica, en

1966, a instancias de Víctor Valera y Rafael Pineda,

su obra fue revelada al público en una exposición

Page 50: Pequeña memoria en la Red - 2

individual celebrada en la Galería 22, en Caracas. En

principio incluido en el movimiento ingenuista, desde

1967 Manasés comenzó a intervenir en el Salón

Oficial de Arte Venezolano, en donde obtuvo en

1969 el Premio Emil Friedman para Dibujo; figuró

también en numerosas muestras de arte ingenuo en

Venezuela. Falleció en Las Tunitas, Catia La Mar, en

1992.

Además de la mencionada exposición, obras suyas

se reunieron en muestras individuales realizadas en la

Galería 40 Grados a la Sombra, Maracaibo; Galería

la Pinacoteca, 1967; Taller Troll, Petare, 1968; Galería

Track, 1972; Galería del BANAP, 1972; Galería Arte de

Venezuela, 1984. Fue incluido en la retrospectiva

"Fabuladores de la imaginación", llevada a cabo en

el MACC, 1977 y en "Confluencias", Museo de Arte

Popular de Petare, 1993, llevada a cabo bajo la

curaduría de Perán Erminy. Este mismo museo

presentó una retrospectiva de la obra de Manasés

Rodríguez, Petare, estado Miranda, en 1993.

texto tomado de

: http://www.bcv.org.ve/blanksite/c3/colecarte/rodri

guezsm_index.htm

Page 51: Pequeña memoria en la Red - 2
Page 52: Pequeña memoria en la Red - 2
Page 53: Pequeña memoria en la Red - 2

en "FABULADORES DEL COLOR" - Mariano Díaz, Fundación Bigott 1988

Page 54: Pequeña memoria en la Red - 2

Visita también estos enlaces en Internet:

www.artesanosdevenezuela.blospot.com

www.coleccionoswaldomora.com.ve

Museo de Arte Popular Salvador Valero

Museo De Petare Barbaro Rivas en FACEBOOK

http://escritosdeunsalvaje.blogspot.com/

BIBLIOTECA DIGITAL DE ARTE POPULAR VENEZOLANO

___________________________________________

Luis Acosta

[email protected]

Junio de 2012