Nº 75 · ABRIL 2012 · VITORIA

H oy en día podemos preguntar a cualquier mujer de nuestro alrededor: amigas, fa-

miliares, conocidas, vecinas, etc sobre su situación laboral y podemos ver que la ma-yoría nos contestará que se encuentran en situación precaria y/o de explotación.Esta precariedad–explotación se extiende a los diversos ámbitos laborales en los que tra-bajamos en su mayoría mujeres: comercios, asociaciones, ONGs, enseñanza no reglada, ayuda a domicilio, sector textil, el metal, servicios varios, etc

¿Dónde queda la discriminación po-sitiva? ¿Las leyes de Igualdad? ¿La famosa paridad? Si la «paridad» viene a significar que haya un porcentaje equilibrado de mujeres y hombres en partidos políticos, ministerios, gobiernos… A las mujeres trabajadoras, las de la «clase obrera» nos interesa más bien poco, porque sinceramente no nos sentimos representadas por políticas de turno, véase el ejemplo: Esperanza Agirre, Leire Pajín, Arantza Quiroga… que ganan unos sueldos de escándalo y no representan la precariedad laboral que sufrimos la mayoría de las muje-res trabajadoras y sinceramente ellas no tienen

que hacer malabares para llegar a final de mes.Estamos hartas de «Discriminación Positiva y Leyes de Igualdad» que quedan muy bien en el papel y para llenar la boca de las políti-cas y políticos de turno, así como sus progra-mas electorales para captar votos. No solu-cionan nada nuestro día a día: salarios bajos, temporalidad, situaciones laborales injustas, bajas maternales, contratos basura, despidos baratos y un largo etcétera que sin duda no cabría en este artículo.

Ante esta situación, la alternativa que nos plantean es delegar nuestra voz en sindicalistas de turno, agachando la cabeza y aceptando condiciones de precariedad y situaciones injustas. Las mujeres anarcosin-dicalistas no confiamos en este sistema y creemos que nuestra fuerza está en la lucha, la unión y el asamblearismo. Por todo ello, decidimos salir a la calle cuando haga falta para denunciar la injusticia y opresión sufri-das en nuestros puestos de trabajo.

Te animamos a que te sumes a nues-tra lucha, no sólo el 8 de marzo y el 1 de mayo, todos los días se puede reivindicar y actuar.

Mujer trabajadora… y explotada | Idoia Pérez de UnzuetaUn nuevo cambio de régimen | Habitante

H oy por hoy, si paseamos por Gasteiz, vemos que cada día hay menos tiendas abiertas; el letrero de «se vende» o «se alquila» está sustituyendo a los productos en las vitrinas

de los pequeños comercios, y sólo las tiendas que tienen la propiedad del local pagada so-portan periodos como este, pero, aún así, muchas de estas tiendas también cierran, pues se jubilan sus propietarios/as y no hay nadie (familia) que les reemplace. Sucede que la gente desempleada en muchos casos tiene «buenas ideas comerciales», pero teniendo en cuenta que hay que pagar una hipoteca o un alquiler de vivienda, es difícil imaginarse a uno/a mismo/a alquilando además un local, mantener a la familia,... Todo esto se da por lo avaro de los gran-des y pequeños propietarios/as que han vivido tan ricamente o han pagado el piso o local en alquiler con el dinero de sus inquilinos (esto es lo que se da en llamar, un ente que vive de otro, esto es un parásito), y que no quieren dejar de ganar lo mismo que asta ahora.

Además se ha unido a lo anterior el fenómeno de los «nuevos emprendedores», que han sido engañados/as para poner su dinero en circulación dentro del mercado y que practi-camente lo han regalado una vez caían sus empresas, pues esta ha sido la verdadera función de la propaganda que se ha hecho para promover al «nuevo emprendedor». Por otra parte, el fenómeno antiestatal y/o político de los «emprendedores» no se ve (en televisión y prensa) pero existe, en fórmulas tales como las cestas de alimentos ecológicos, la construcción eco-lógica y otras formas de economía sumergida de resistencia ante el capitalismo.Otro factor de la caída del pequeño comercio es la amplia gama de productos baratos en las grandes superficies.

Fijandonos en todo esto podemos ver que sobre nosotros/as se cierne un posible nuevo régimen, un nuevo orden que todo lo absorba, pues teniendo en cuenta que ningún macrocentrocomercial ha cerrado, si no es para cambiar el local por uno mayor, asistimos a la monopolización del mercado en manos de grandes compañías de capital internacional. Con esto solo quiero evidenciar como tantos/as otros/as han hecho antes, que la democracia no es más que una tapadera del tejemaneje económico mundial y que este puede estar cerca de cambiar drasticamente en los tiempos que vivimos, dejandonos con el culo al aire (más aún si eso es posible), en manos de un estado paralelo (la mafia de las grandes compañías) de mayor poder que el estado y aún menos evidente.

SALUD Y UN ABRAZO LIBERTARIO

Huelga General 29M | CNT Vitoria

A pesar de los insultos, las amenazas y las presiones de la patronal y del propio gobierno para evitar que los trabajadores secundaran la huelga general convocada por la tota-

lidad de los sindicatos, éstos no han sido suficientes para que la razón y la conciencia se hicieran fuertes y que, finalmente, la huelga haya contado con un seguimiento histórico. Y es que la Reforma Laboral impuesta por el gobierno y la patronal es ya la gota que colma el vaso. La clase trabajadora hemos dicho basta. Basta de que se nos pisotee, basta de que se nos humille, basta de que se nos considere únicamente una pieza más de su maquinaria. Nos hemos hartado de que se nos quiten los pocos derechos que se habían conquistado en las dé-cadas precedentes y los datos lo confirman: la huelga ha contado con un seguimiento de casi el 100% en Euskal Herria, cifra a la que hay que sumarle la bajada del 37% en el consumo eléctrico, dato que no sólo confirma el éxito de la convocatoria sino que refuerza sus efectos.

Ha sido un gran día para la clase trabajadora, una clase trabajadora que toma con-ciencia, se empodera, sale a la calle y dice que no. Una clase trabajadora que se reconoce no como una pieza, sino como un sujeto político y social. Muchos de nosotros recordamos otra jornada histórica de la historia reciente, la huelga general de 1988 con la que se consiguió parar el Pacto por la Competitividad. Muchos afirman que esta huelga ha sido más grande, pero es todavía más grande si pensamos en las situaciones de precariedad en las que nos encontramos, que la cuerda está muy floja y las tijeras vienen fuertes. ¿Es hoy un punto final a la apatía y un puñetazo sobre la mesa? Esperemos que así sea.

Las protestas realizadas por CNT en Gasteiz han incluido una concentración a pri-mera hora ante la nave industrial de la empresa Ecutrans, que la pasada semana despidió a dos trabajadores, uno de ellos de este sindicato. Tras este acto, la militancia de la organiza-ción anarcosindicalista en esta ciudad ha recorrido el Centro de Transporte Logístico y el po-lígono de Jundiz, donde se ha notado una alta adhesión. Asimismo, CNT ha participado con bloque propio en la manifestación convocada en Gasteiz por otras organizaciones sindicales de Euskal Herria, siendo una de las más numerosas de la historia de la ciudad.

Tampoco han faltado las cargas policiales. Contra un piquete informativo en las cocheras de Tuvisa con un detenido y otro imputado. Contra estudiantes de distintas edades en la zona del campus universitario con 3 detenidos. Se registraron incidentes de gravedad en el exterior de El Corte Inglés, otro de los puntos blindados por los cuerpos represivos, donde fue herido de gravedad un joven de 19 años que ha sido ingresado en la UCI con un severo traumatismo craneoencefálico producido por un pelotazo a corta distancia de la Policía au-tonómica según testigos presenciales, siendo imputado junto a otros tres jóvenes. Además, otra persona ha sido imputada cuando participaba en un piquete informativo en el Centro Comercial de Zaramaga.

1870- 2010. El obrerismo libertario en Vitoria y comarcas alavesas | Miguel Íñiguez

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Rincón del sindicato | CNT Vitoria

La Fundación de La cnT(iii)

E se mismo año de 1913 el grupo Los Conscientes de Vitoria paga prensa al vocero anarquista coruñés El Corsario. Este grupo se mantendrá activo al menos de 1913 a 1917 y con toda

seguridad cabe considerarlo el máximo sostén de la naciente CNT. En Tierra y Libertad se publicó un escrito del grupo fechado en Vitoria a 19-12-1914, radicalmente contrario a la guerra y mostrando el error de Kropotkin y otros «sólo para hacer la revolución cogeríamos las armas». Por ese escrito conocemos los componentes del mismo en esa fecha: Cosme Aranguren, Alberto Prestamero, Jesús Eseverri, Manuel Zavala, Juan Murga, Léon Jiménez Isauro Hidalgo, Martín Ibáñez, Vicente Navarro, Indalecio Díaz y Juan Aranguren. El grupo mostrose muy activo: envío de dinero para la familia de Tarrida y para los refugiados, pago de periódicos y follletos, etc. En el ejemplar de 28-2-1917 figura una suscripción para la defensa de Bartolomé y Eleuterio Pérez en la que aparecen Murga, Alfredo Donnay, Ortega, Gauna, Fescero, Ibánez y Manacas.

En el número 122 del citado vocero coruñés (enero 1914) Manuel Zavala reseña muy duramente un mitin socialista de 11 de enero en el que dice que Galo Díez presentó un escrito de protesta; Zavala defiende la anarquía y dice escribir en nombre de la asociación varia La Fraternidad. En 1915 se habla de la «entidad sindicalista», se mencionan nombres como Manuel Zavala o Juan Murga encabezando delegaciones de este grupo, dirigiendo el asalto a las tahonas contra el encarecimiento del pan y la asociación de varios La Fraternal (que suponemos es la arriba denominada La Fraternidad) y el grupo anarquista Los Cons-cientes se adhieren al congreso de Ferrol. Por todo resulta extraño que se haya escrito que hasta 1917, en que se constituye por los sindicalistas una sociedad obrera de la madera al margen de la federación local, no hay un grupo obrero alineado con el anarquismo. El hecho mismo de que al congreso de Ferrol de la Paz de 1915 se adhieran además de la Asociación Varia La Fraternal y el grupo Los Conscientes, la Federación Obrera de Vitoria, garantiza tanto su existencia como su alejamiento de los socialistas. Las fechas de 1917 y 1920 que suelen citarse como orígenes de la CNT en Vitoria responden en realidad a refundaciones, reorganizaciones o legalizaciones.

Es de justicia dedicar una líneas al conflicto de las tahonas de 18 de junio de 1915. Alcanzó relieve nacional, tanto que el ministro de Gobernación Sánchez Guerra tuvo que ocuparse de él. Expuso que se habían desarrollado pequeños tumultos en Vitoria, que creía que los corresponsales habían exagerado lo ocurrido, que los hechos se limitaron a pequeñas manifestaciones, pidiendo que se restablecieran los precios normales del pan, que bastó la intervención de la policía para que sin resistencia fueran disueltos los grupos, sin apelar á ningún procedimiento de energía y que la población presentaba su normal aspecto y todo ha-cía esperar que no se reprodujeran los desórdenes. Salió al paso, terció, redujó su impacto...y nombró nuevo gobernador civil.

El diario de la tarde vitoriano Heraldo Alavés, informó por extenso bajo el título Los sucesos de anoche. Mostraba su sorpresa ante los mismos (no tenían conocimiento de que se preparasen manifestaciones ante la subida del pan, ni casi de que había subido el pre-cio). Escribía «Hay que reconocer que la manifestación de ayer fue expontánea (sic), siquie-ra se entremezclasen entre los manifestantes algunos elementos extraños», los manifestantes dieron muestra de sensatez y cordura y se disolvieron ante la presencia de la benemérita. Y relataba los sucesos. Organizada por diversos elementos de clase obrera se celebró una manifestación contra la subida del pan. A eso de las nueve de la noche un sujeto pasó por los Arcos con un rótulo que rezaba «abajo el pan» y se le unieron unos chiquillos con los que recorrió la Plaza Nueva. Se aglomeró gente y se perturbó el paseo, intervinieron los mu-nicipales, que fueron silbados, aumentó la aglomeración y comenzaron las violencias. Tam-poco la policía gubernativa logró controlar la situación y creció el número de manifestantes al unirse muchos de la clase obrera. Poco después «uno de los directores del movimiento afiliado al partido sindicalista» arengó al público desde el templete y, bajado del mismo, en-cabezó la manifestación que arrancó al grito de «que baje el pan». La manifestación recorrió las calles Cuchillería, Postas, Estación, Florida y Portal de Aldave deteniéndose ante las pa-nificadoras, profiriendo gritos, lanzando piedras contra los cristales, llegando a rasgar sacos de harina, a esparcir su contenido por el suelo y a estropear algunas máquinas hasta que la guardia civil dispersó a los alborotadores. Se practicaron seis detenciones. Fijaba los daños en unas mil pesetas. El mismo vocero el día 23 informaba de la liberación de los detenidos por decisión del juez, de que dos de los detenidos continuaban en la cárcel y de que se había nombrado nuevo gobernador civil.

También la prensa anarquista se hizo eco, con otra perspectiva y destacando as-pectos olvidados. Tierra y Libertad señaló que habían sido detenidos varios miembros del grupo Los Conscientes y encarcelados Primitivo Vargas y Galo Díez. Escribía que, según

la prensa local, la Federación de Sociedades Obreras había negado su participación en «los tumultos del viernes», y dejado en la estacada a los presos, en actitud cobarde, reeditamdo el «viva las caenas». Abrió una suscripción económica en apoyo de los encarcelados que contó con la solidaridad de muchos que no dudaron en estampar su nombre y apellidos (no todo era cobardía): Andrés Álava, David Alday, Félix Alegría, Cecilio Belacortu, San-tos Blanco, Jesús Campos, Félix Corral, Roque Díez, Juan Cruz, Julio Echaguibel, Pedro Eguinoa, Juan Erice, Antonio Fernández, Nicanora Fernández, Víctor Fernández, Simón Foronda, José Fucher, José Galarza, Francisco Galdos, Pablo Gamarra, Prudencio Gamarra, Guillermo Garayo, Ángel González, Julián González, Juan González, Luciano González, Ramón Gordoa, Vicente Goya, Melquiades Guridi, Casimiro Hermosa, Doroteo Hoyuelos, Matías Ibáñez, Benito Lami, Ricardo Logerte, Evaristo López, Policarpo Losa, Martín Luis, Santiago Luna, Avelino Martínez, Liborio Martínez, S. Medinaveitia, Benito Moral, Liborio Moreno, Rosario Nájera, Teodoro Olasolo, Salvador Orocena, Bernabé Ortega, Francisco Ortiz, Modesto Ortiz, Basilio Pérez, Luis Portilla, Remigio Prado, Leonardo Regado, José Roa, Blas Ruizaga, Vicente Ruiz, Abundio Sánchez, Juan Sierra, Mariano Urrutia, al lado de otros de identidad menos precisa. Evidentemente las ideas del sindicalismo revolucionario tenían no pocos seguidores.

Días después el Heraldo Alavés, escribía que «En el Gobierno civil se ha celebrado una reunión, á la que han concurrido los directores de las fábricas panificadoras para tratar del problema del pan. No se han tomado acuerdos definitivos. Se han cambiado impresio-nes sobre la conveniencia de que las fábricas fijen un precio para el pan. Se trata de crear un despacho regulador por cuenta del Ayuntamiento». Mientras, el juzgado de instrucción practicaba diligencias con motivo de los sucesos ocurridos y continuaban a su disposición los detenidos por la policía gubernativa. Inicialmente hubo seis detenidos reducidos al poco a dos, pero lo cierto es que finalmente fueron once los enjuiciados. En los meses siguientes en el Centro Obrero se celebraron representaciones teatrales a beneficio de los encarcelados. Una de las obras escenificadas fue El señor Feudal de Dicenta.