40
POLIEDROS Revista mensual de Sociedad y Cultura AÑO IV Número 36 FEBRERO 2016 REDACCION Mijo, 8 1º- 2 * 28026 MADRID * 630 10 36 01 [email protected] DIRECTOR EMILIO JORRIN DIRECTOR ADJUNTO MATIAS DIAZ PADRON SUBDIRECTOR MARIANO AZORES REDACTOR JEFE RAFAEL FLOREZ DIRECTORA DE LAS ARTES LINA GESTAL DIRECTORA DE COMUNICACION LAURA AZORES REDACTORES OCTAVIO ACEVES JUAN J. BALLESTA ANTONIO BONET DIEGO CAMACHO ARNALDO GARCIA NICOLAS DEL HIERRO LUIS MARDONES ANA MARTOS LUIS REGINO MATEO CRISTINA MATILLA BEATRIZ SUMMERS MISERICORDIA TORRES VICTOR MANUEL VALDES ALFREDO VILLAVERDE FOTOS CARLOS ALONSO ALFONSO ANGULLO POLIEDROS. No se identifica con el contenido de los artículos, ni con las opiniones de sus autores

POLIEDROS XXXVI

Embed Size (px)

DESCRIPTION

Revista de cultura y sociedad

Citation preview

POLIEDROS

Revista mensual de Sociedad y Cultura

AÑO IV – Número 36

FEBRERO 2016

REDACCION

Mijo, 8 1º- 2 * 28026 MADRID * 630 10 36 01

[email protected]

DIRECTOR

EMILIO JORRIN

DIRECTOR ADJUNTO MATIAS DIAZ PADRON

SUBDIRECTOR

MARIANO AZORES

REDACTOR JEFE RAFAEL FLOREZ

DIRECTORA DE LAS ARTES

LINA GESTAL

DIRECTORA DE COMUNICACION

LAURA AZORES

REDACTORES OCTAVIO ACEVES JUAN J. BALLESTA ANTONIO BONET DIEGO CAMACHO ARNALDO GARCIA

NICOLAS DEL HIERRO LUIS MARDONES

ANA MARTOS LUIS REGINO MATEO

CRISTINA MATILLA BEATRIZ SUMMERS

MISERICORDIA TORRES VICTOR MANUEL VALDES

ALFREDO VILLAVERDE

FOTOS CARLOS ALONSO

ALFONSO ANGULLO

POLIEDROS. No se identifica con el contenido de los artículos, ni con las opiniones de sus autores

CARTA DEL DIRECTOR

EL MANCO DE LEPANTO

Quizás fuera éste el apelativo que más le gustaba al propio Cervantes, ya que como Él mismo dijo en su autorretrato incluido en el prólogo de sus “Novelas Ejemplares”: “Perdí en la batalla naval de Lepanto la mano izquierda de un arcabuzazo, herida que, aunque parece fea, la tengo por hermosa, por haberla cobrado en la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros, militando debajo de las vencedoras banderas del hijo del rayo de la guerra, Carlo Quinto, de felice memoria”.

Pero fueron otros apelativos más los que han pasado a la amplia biografía del magistral personaje que dio sus primeros pasos en la poesía, que luego salpicó su obra en prosa de poemas como genial dramaturgo en verso y que también fue soldado, contable y recaudador de impuestos para la Armada Invencible: “El Príncipe de las letras”. “Fénix de los Ingenios”. También su personaje por excelencia Alonso Quijano el Bueno, Alonso Quijada, tuvo los suyos: Don Quijote de la

Mancha, Caballero de la Triste figura, Caballero de los Leones, Caballero de la Fe, El amparo de las doncellas, El asombro de los gigantes, El ganador de las batallas. Llamado comúnmente “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”.

Emilio Jorrín Director

Pastelería “El Artesano”

Alejandro González, 5 28028 Madrid

Ventas

91 726 86 03

Lunes: Cerrado

TRIBUNA LIBRE

La Defensa Nacional (I)

DIEGO CAMACHO Licenciado en Ciencias Políticas. Universidad Complutense

El marco histórico Cuando Juan Carlos I sube al trono y ocupa la Jefatura del Estado, lo hace asumiendo todos los poderes que tenía su antecesor. En noviembre de 1975, el Rey no lo es de un Régimen Parlamentario sino, que comienza ejerciendo como un Rey absoluto, pues en él convergen todos los poderes políticos existentes en el Estado totalitario anterior. La legalidad y la legitimidad del nuevo régimen es la que hereda de la dictadura, aunque en ese momento el objetivo político de la mayor parte de las fuerzas políticas sea lograr un régimen democrático por la vía del consenso y la reforma. La frase de Torcuato Fernández Miranda de la Ley a la Ley, define perfectamente el espíritu existente en ese momento. Entre todos esos poderes está el de ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas. Estas habían recibido, en el testamento de Franco, su última orden, que era la de prestarle al nuevo Rey la misma lealtad que le habían proporcionado a él en vida.

El testamento pone en evidencia, sobre todo, la importancia que el general concede a los Ejércitos en la consolidación del régimen naciente, como factor determinante en su permanencia y estabilidad. Esta idea de Franco es en realidad un reflejo condicionado de la concepción que tenía Cánovas del Castillo, sobre cuál debía ser, la misión más importante del Ejército, en el ámbito de la política interior, durante la Restauración iniciada con Alfonso XII: constituir el último baluarte de defensa de la Monarquía ante la presión social y revolucionaria que amenazaban, en esa época, a todas las casas reinantes europeas. Esta idea política irá quedando desfasada a lo largo del siglo XX, sobre todo después de la revolución bolchevique y de la derrota de los Imperios centrales en la I Guerra

Mundial. El ascenso político de la burguesía o de la clase obrera será un hecho generalizado en casi toda Europa. Los Ejércitos serán en adelante la Nación en armas y dejaran de tener como prioridad los intereses de la realeza, en los regímenes monárquicos, en beneficio del interés nacional. También en los sistemas republicanos el interés nacional será el predominante, a excepción de los comunistas, en los que el partido heredará el papel de los Zares, en lo que se refiere a su relación con los Ejércitos. La idea del líder conservador suponía, paradojas de la historia, la solución a un problema acuciante, pues venía a sustraer al Ejército del papel faccioso que había desempeñado durante varias décadas del siglo XIX, pero también una regresión pues retrotraía el papel de los Ejércitos al que habían desempeñado en la época del despotismo ilustrado al servicio de la Corona. Una vez desaparecido Fernando VII, se abre en España una lucha continua y excluyente por el poder, entre las distintas facciones del liberalismo. Cuando una de ellas consigue que Palacio le encargue a su líder formar Gobierno, este al tomar el poder abre un periodo constituyente que finaliza con la promulgación de una Constitución hecha a la medida ideológica de su partido, pero sin instrumentos legales que permitieran la alternancia en el poder. Cuando el partido gobernante se debilita otra facción prepara la toma del poder que ha de hacerse con la técnica del golpe de Estado en su modalidad de pronunciamiento, por la falta de mecanismos parlamentarios que permitan el relevo. Así las Constituciones

moderadas o progresistas, se suceden y siempre utilizando al Ejército como la herramienta necesaria para el cambio político. Ello aconseja a los partidos políticos poner a la cabeza de sus formaciones a generales prestigiosos que llegado el momento se pronunciarían y permitirían al partido alcanzar el poder. Por eso generales como Espartero, O´Donnell o Narváez, encabezarían a progresistas, centristas o moderados en el seno del liberalismo español. Hasta que Narváez pierde el poder, el Ejército interviene en cada momento como respaldo a un determinado general y por lo tanto a la opción que este representa. Después de la desaparición del espadón de Loja, es cuando se produce un punto de inflexión. El Ejército deja de respaldar a una determinada facción y empieza a actuar como poder institucional para el cambio político. Tanto en el destronamiento de la Reina Isabel II, como en la coronación de Amadeo I de Saboya o en la restauración de Alfonso XII, los militares intervienen como institución. Prim o Martínez Campos encabezan a todo el Ejército y la Marina a la hora de expulsar o traer a un Monarca. Cánovas va a lograr que en adelante el Ejército deje de representar el papel esencial en la vida política española, al dejar de ser necesario para provocar el cambio político. Lo va a conseguir con la Constitución de 1876, que contempla la alternancia política y hace ya innecesario el pronunciamiento. Es ilustrativo el último consejo que Alfonso XII, en su lecho de muerte, le da a la futura Regente: Cristinita guarda el coño y de Cánovas a Sagasta y de Sagasta a Cánovas. Como he señalado más arriba el problema inmediato para apartar a las Fuerzas Armadas de la lucha política había sido resuelto, el Ejército había dejado de ser necesario para la alternancia en el poder, pero también se le había vinculado exclusivamente a los intereses de la Corona y no a los de la Nación, como había ocurrido durante el absolutismo y el despotismo ilustrado. En un parlamentarismo monárquico naciente, aunque con vocación de futuro, lo deseable hubiera sido que la vinculación de los Ejércitos se fueran deslizando de defender los intereses de la Corona a defender los intereses nacionales, de manera que de una forma sutil, terminaran siendo aquellos parte de estos, de una forma similar a lo acaecido en Gran Bretaña. La cortedad de miras en el planteamiento político y la oficiosidad aduladora de los cortesanos lo evitó. De esa manera, los militares a partir de Alfonso XII se convierten en un Ejército del Rey antes que del pueblo. Cuando el Soberano encarna la soberanía nacional el problema no existe, pero cuando se entra en épocas sin Rey y la soberanía recae en el pueblo, muchos militares se sienten huérfanos y distanciados de la sociedad civil. En esos periodos sin Rey, República, o con él pero sin detentar la soberanía nacional, Monarquía parlamentaria de 1978, todos los gobiernos de las diferentes ideologías han estado más preocupados en desmantelar institucionalmente un poder militar que les causaba miedo a resultas de considerarlo poco fiable, que reformar y reorientar a las Fuerzas Armadas para convertirlas en la piedra angular que requiere la seguridad entendida en su sentido más amplio. Los casi 40 años de dictadura militar son un periodo singular, al ser un régimen de carácter personal y sin ideología definida, pero donde también se ve en Franco, esa vinculación trascendente hacia la Monarquía de la que hablaba más arriba. Alfonso XII será su padrino de boda, durante su Gobierno, España será un Reino sin Rey y cuando busque una sucesión, elegirá al hijo del principal pretendiente al trono. En su testamento pedirá a los militares lealtad al nuevo Rey, no al pueblo español. El intento fallido de golpe de Estado, el 23–F de 1981, supone el principal punto de inflexión con referencia al papel de las Fuerzas Armadas dentro de la sociedad española. La tutela militar respecto al nuevo régimen y a la Corona termina. Para cubrir a la clase política y a la Casa Real, involucradas en este acontecimiento, es preciso presentar un cordero pascual que asuma toda la responsabilidad y que es el Ejército. Desde una determinada óptica esta desvinculación de los militares de la política fue positiva al superarse dinámicas históricas que estaban periclitadas y que en definitiva suponía ubicar la fuerza en el lugar adecuado y también homologable al que ocupa en cualquier nación democrática. Desde otra perspectiva, esa desvinculación de la política estaba motivada por un

fracaso que había intentado detener la evolución natural hacia la democracia, y que era la deseada mayoritariamente por la población, no por una necesidad sentida social o políticamente. Esta circunstancia hacia que las Fuerzas Armadas tuvieran que asumir el amplio rechazo y desconfianza de la opinión pública, mientras el Rey y los principales líderes se felicitaban de haber podido sortear la situación que ellos mismos habían creado.

La pérdida de prestigio social por parte del Ejército, era la peor hipótesis para afrontar la necesaria modernización que permitiera atender los nuevos retos que se planteaban para la Defensa Nacional, con garantías de éxito, ya que la clase política se veía obligada por su electorado, igual daba que fuera progresista o conservador, a embridar una supuesta pulsión golpista que afectaba a los militares que habían iniciado su carrera profesional durante la dictadura. Ello originó un electoralismo nefasto para la Seguridad Nacional, al adoptarse decisiones en función del impacto que las mismas iban a tener en las encuestas. El ejemplo más palmario estuvo en la supresión del servicio militar obligatorio y sus reducciones previas. Se hizo prospectiva electoral, no de seguridad. El resultado fue colocar el nivel de exigencia intelectual, para

ingresar en las Fuerzas Armadas, en los umbrales de la oligofrenia y tener que acudir a la contratación de extranjeros, cuya única motivación era la de conseguir papeles para trabajar en la Unión Europez, para poder alcanzar los cupos previstos. Los ciudadanos españoles, en época de vacas gordas, estaban totalmente desmotivados para participar en su propia Defensa. La fallida modernización de los Ejércitos La desazón generada por el 23 –F en el seno de la sociedad española, iba a facilitar la desactivación como poder fáctico del Ejército. La llegada al poder de Felipe González en 1982 con la mayoría absoluta de 202 escaños, que le proporcionaban el respaldo popular de más de diez millones de votos, iban a posibilitar esta acción política del PSOE. Lo verdaderamente lamentable de esa operación fue que, no se aprovechara el momento, para modernizar de una vez a las Fuerzas Armadas y dotar a España de la fuerza militar que realmente necesitaba, acorde con el status que aspiraba tener en el mundo. Todo quedó en privar a los militares de la influencia política que habían tenido pero, a costa también de dejar a la nación prácticamente inerme, de hecho sólo defendida por las fuerzas de los países aliados o de las organizaciones internacionales de las que formaba parte. La falsa modernización se inicia en 1984 con la Directiva de Defensa Nacional, en la que se marcan los objetivos de la Defensa y las acciones a desarrollar para alcanzarlos, por los diferentes ministerios, que una vez coordinadas se integrarían en un Plan General de la Defensa, que aprobaría el Gobierno a mediados de 1985 y que nunca llegaría a estar realmente operativo. Sería la coartada para cercenar la eficacia militar, aunque ello supusiera poner en grave riesgo la Seguridad Nacional. Como herramienta a este dislate se utilizó el plan META, elaborado durante la última época de la UCD, que proponía una reducción de efectivos pero unida a un incremento de la operatividad; en base a unas mejoras en la preparación profesional y en los equipos de combate disponibles. El ministro utilizando el mismo nombre del plan, va a variar los objetivos del mismo, valiéndose para ello de la complicidad necesaria de varios militares que van a anteponer la culminación de sus carreras al interés nacional. En lugar de crear unas Fuerzas Armadas modernas que se constituyan en la vanguardia de la Defensa Nacional, van a acentuarse los vicios existentes y va a vaciarse de espíritu de servicio y de sacrificio a la carrera de las

armas. En primer término, se sobredimensiona la burocracia ministerial manteniendo la existente en los Cuarteles generales. Es decir, en lugar de racionalizar el gasto y lograr la eficacia en la gestión; se incrementan los gastos generales y se ralentiza la dinámica administrativa. Hay muchas más personas en las oficinas y todo va mucho más lento y peor. Como corolario, se gratifica generosamente a los profesionales que ocupan estos puestos de staff, en detrimento de aquellos que mandan tropa o unidades operativas, extremo que no creo necesite más explicación, pero que tiene unos efectos corrosivos para la propia dignidad de las Fuerzas Armadas. En segundo lugar, se produce una drástica reducción de plantillas que no son amortizadas, para agilizar la burocracia del sistema, sino que profesionales muy preparados son sustituidos por civiles que, en la mayoría de los casos, su mayor merito consistía en militar en el partido político que gobernaba. Los efectos administrativos de ese arribismo en los segundos y terceros niveles, fue letal para la eficacia. Como tercera medida, se disuelven nueve Brigadas DOT, que son las que poseían una orgánica más idónea para las nuevas amenazas y las unidades operativas más preparadas: las Compañías de Operaciones Especiales, para la guerra asimétrica, la guerrilla o el terrorismo. Estas últimas pierden gran parte de su operatividad, al transformarlas primero en Grupos y más tarde en Brigadas. Su adaptabilidad y movilidad anteriores son sustituidas por un refuerzo engañoso de material, que lo único que consigue es incrementar sus problemas logísticos a unos niveles inadecuados para unidades de este tipo. En cuarto lugar se sigue primando en el Ejército de Tierra el arma acorazada sobre las unidades de montaña. Cuando nuestro país es el más montañoso de Europa, con excepción de Suiza, y la compartimentación de nuestra orografía imposibilita un despliegue de carros de combate que pueda maniobrar y ser decisivo para defender el conjunto de España. Lo que sí parece evidente, es la admiración hacia el general Guderian que prolifera entre los oficiales de nuestro Ejército. En quinto lugar, se suprime la adquisición de material militar moderno para el Ejército de Tierra y se potencia la inversión en el Futuro Avión de Combate (FACA) y del Grupo de Combate Alfa de la Flota. Finalmente, se suprime al Presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y se le sustituye por el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), que ya no tendrá mando operativo como su antecesor, sino cuya nueva función es sólo de asesoramiento. En tres años la situación militar dará un vuelco, el Presidente González tendrá en su haber, el haber logrado que los militares dejen de ser una amenaza para el poder constituido pero, por su falta de sentido de Estado, tendrá en su debe el haber dotado a España de unas Fuerzas Armadas débiles, poco motivadas, rechazadas socialmente y en definitiva incapaces de asegurar mínimamente la Defensa Nacional. Como ejemplo un solo dato, de los 150.000 hombres existentes en plantilla, en 1987, solamente 30.000 servían en unidades operativas. Los 120.000 restantes lo hacían en cometidos tan poco útiles para la Defensa como en el régimen político anterior. Queda pues patente que corregir vicios pasados, modernizar las unidades o hacer más operativos a los Ejércitos, no se contemplaban en la agenda del PSOE, aunque se rebautizara la operación como META. Podríamos preguntarnos los ciudadanos, ¿meta, de qué? Sólo siete años más tarde, González con otro gobierno y debido a no haber podido enviar a los Balcanes el contingente requerido de soldados profesionales y haber tenido que recurrir a reclutas forzosos, se ve obligado a lanzar un nuevo proyecto en sustitución del existente, el plan NORTE (Nueva Organización del Ejército de Tierra). Según este plan, las unidades operativas del Ejército de Tierra quedaban reducidas a ocho Brigadas, o sea 25.000 soldados operativos, de un total de 134.000 que según el Ministerio, deberían conformar la totalidad de este pequeño Ejército, que además tendría 60.000 mandos. También se seguía apostando por una movilización de carácter convencional, como la que había tenido lugar en Europa en las dos guerras mundiales y que desde luego no daba respuesta a nuestra amenaza más importante y por lo tanto prioritaria. En el apartado de armamento se seguía la dinámica discriminatoria hacia el Ejército de Tierra, la fuerza más necesaria para

nuestra defensa en la hipótesis más probable, en beneficio de la Armada y el Aire, que invirtiendo en costosos sistemas de armas tampoco experimentaban un avance sustancial en su operatividad para enfrentar la hipótesis mencionada, aunque bien es cierto que dejaban unas comisiones mucho más cuantiosas. Un ejemplo de esta incompetencia en la gestión gubernamental lo constituye el alquiler de los carros de

combate Leopard a Alemania, incluso para desfilar por la Castellana.

La Defensa Nacional en la Constitución de 1978 Los términos Defensa y Defensa Nacional, han de entenderse como sinónimos si nos atenemos a lo que contempla la Constitución Española de 1978, en la que aparecen, explícita o implícitamente, en cuatro artículos de la misma. A) Como misión Constitucional de las Fuerzas Armadas (Título Preliminar, artículo 8.1) en el actual sistema político. Al situar este artículo en el Titulo Preliminar el legislador les da a las Fuerzas Armadas un status similar a otros pilares de la identidad nacional como el idioma o la naturaleza del Estado. Esta misión se proyecta en un triple haz de responsabilidades que son: garantizar la soberanía y la independencia nacionales,

defender la integridad territorial y salvaguardar el ordenamiento constitucional. La función primaria con la que se relaciona al Ejército de cualquier nación, es la de defenderla de una agresión exterior, es su misión de origen y la que dio lugar al nacimiento de los Ejércitos permanentes, al servicio del Rey o de un noble, para salvaguardar la independencia de un pueblo frente a otro invasor. La defensa de la integridad territorial, no es sino la consecuencia de garantizar la soberanía nacional en todo el territorio. Generalmente, esta amenaza procede del exterior del pueblo que quiere dominar a otro, pero también puede surgir desde el interior del propio país, cuando se produce una situación secesionista en alguna región del mismo. Como la soberanía nacional reside en el pueblo español (Título Preliminar, artículo 1.2), del que emanan todos los poderes del Estado, esa función de defensa de la soberanía nacional se realiza en beneficio exclusivo del pueblo español, no en el del interés particular de cualquier partido, grupo o familia. Hay que entender que los conceptos de pueblo y sociedad que aparecen en el Preámbulo son también sinónimos ya que la soberanía nacional sólo puede tener un titular. La salvaguarda del orden constitucional se le encomienda a las Fuerzas Armadas por ser estas las que poseen la mayor fuerza que es capaz de desplegar el Estado. La Constitución es, la expresión de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos y en su defensa el Estado está legitimado para emplear todos sus recursos. Esta misión es

asignada a los Ejércitos en todos los países democráticos, siempre y cuando posean Fuerzas Armadas. No obstante, al ser también un derecho y un deber del ciudadano defender la soberanía nacional, las Fuerzas Armadas son sólo la vanguardia de esa defensa en la que se haya comprometida toda la nación. Por eso, una Defensa Nacional insuficiente, como es el caso, pone en peligro evidente la libertad de los ciudadanos. Se contempla el deseo del legislador en superar la dinámica histórica de sujeción de los Ejércitos a la Corona, como es lo natural y estabilizador en los regímenes de Monarquía parlamentaria, cuando le asigna al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas, a la vez que exige el refrendo, Presidencial o Ministerial, de cualquiera de sus actos políticos y le exime de responsabilidad. De esta manera, el Jefe del Estado ocupa la más alta magistratura del mismo, así como el mando supremo de los Ejércitos. Pero las decisiones de empleo y utilización de los mismos, corresponden a los que ostentan la representación de la soberanía nacional. De esa manera las Fuerzas Armadas quedan al servicio del pueblo y subordinadas a su Gobierno legítimamente elegido. La defensa del orden constitucional por las FFAA, se vincula a un supuesto de estado de sitio, en el que sería indispensable la previa declaración del mismo, por parte del Congreso de los Diputados, que es donde reside la soberanía nacional. La defensa de la integridad territorial se relaciona con la facultad que asiste al Gobierno, en el caso de que una Comunidad Autónoma no cumpla sus obligaciones o atente gravemente contra el interés general de España, para adoptar las medidas necesarias que obliguen a aquella, al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del interés general. La intervención militar, ordenada por el Gobierno, no requiere la declaración previa del estado de sitio. La intervención de las Fuerzas Armadas, también está prevista en otros supuestos menos graves, que la Constitución denomina como estados de emergencia (artículo 116). Son el Estado de Alarma y el Estado de Excepción, cuya declaración por el Gobierno, está en función de la distinta gravedad generada por circunstancias extraordinarias que hacen imposible el mantenimiento de la normalidad. B) Como derecho y deber de los españoles (Título I, Capítulo II, sección 2ª, artículo 30) al señalar que los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España. Al introducir el legislador este derecho en la 2ª sección en lugar de en la 1ª, es clara su intención de otorgar un nivel de protección jurídica inferior a los derechos que se enumeran en la 1ª sección. Así cualquier ciudadano podrá recabar la tutela de los tribunales ordinarios por un procedimiento sumario y de preferencia, e incluso a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, solo si se trata de los derechos contenidos en la 1ª sección. La supresión del servicio militar obligatorio anula la única excepción que existía en el artículo 30 por objeción de conciencia, ya que se vinculaba al artículo 16 que garantiza la libertad religiosa, a una tutela judicial de segundo nivel. Colocar este derecho en un segundo rango de importancia, es un contrasentido, fruto del deseo de satisfacer a una izquierda miope por parte de una derecha avergonzada de su pasado político y una de las concesiones sin sentido realizadas en aras del consenso de la transición. Sin España no hay derechos que garantizar o defender, por eso no pueden ir estos antes que la propia existencia de la nación española. C) Como responsabilidad del gobierno (Título IV, artículo 97) que dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y

las leyes. Gobierno y Administración están completamente vinculados en la estructura

del actual Estado. El Gobierno goza así, de la dimensión política al emanar del Parlamento pero también de la administrativa. Por eso los ministros son los jefes de los distintos Departamentos en los que se divide la Administración Pública, para dar satisfacción a las necesidades colectivas.

El órgano superior del Gobierno es el Consejo de Ministros, que es la reunión colegiada de todos ellos y representa la máxima autoridad de la Administración Pública. Y que ejerce las competencias que le señala el artículo 97. La práctica política y el protagonismo de los sucesivos Presidentes, han venido a desvirtuar este mandato Constitucional. Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, y José Luis Rodríguez Zapatero, han actuado más con espíritu presidencialista que como Primeros Ministros. Leopoldo Calvo-Sotelo en su breve paso por el Gobierno, fue la excepción, los ministros en pocas ocasiones gozaron del protagonismo que debían y ello, por la mayor gloria del líder, a pesar de ir en detrimento de la Constitución.

D) Como competencia exclusiva del Estado (Título VIII, Capítulo III, artículo 149.1.4ª) que las tiene sobre Defensa y Fuerzas Armadas. La asignación en exclusividad al Estado de estas competencias, es plenamente coherente con el espíritu de la Constitución, puesto que al residir en el pueblo español la soberanía de la nación y en las Fuerzas Armadas la misión de garantizarla, el Estado no puede delegar en una parte la Defensa del interés general. Esta imposibilidad de delegación en asuntos referidos a la Defensa Nacional hay que entenderlo en el sentido amplio, por eso no sería viable tampoco delegar la diplomacia del Estado, ya que es otro de los pilares en la que se asienta la Defensa de la Nación. Es absurdo pensar que, puede lograrse una Seguridad Nacional válida sólo con los Ejércitos y sin diplomacia, o al revés. Por ello, la apertura de representaciones de diferentes Comunidades Autónomas en el extranjero, además de ser inconstitucional es un error, pues diversifica la acción exterior, confunde a nuestros aliados e imposibilita la defensa de los intereses nacionales, y todo ello, para buscar un acomodo a un primo o a un hermano. La permisividad de los Gobiernos de ZP y de Mariano Rajoy en este asunto, es una clara prueba del escaso valor que sus Consejos de Ministros respectivos, conceden a la Defensa Nacional.

Hacia un concepto de la Defensa Nacional El término Defensa Nacional debe de ser interpretado, como he dicho más arriba, de manera amplia, ya que si lo fuera de forma literal resultaría obsoleto pues no podría

dar respuesta a las necesidades de Defensa de todos los intereses nacionales, y su puesta en escena, no respondería a nuestras circunstancias actuales, tanto geoestratégica como regional, y que exceden ampliamente el marco interno. La situación política de España es, una realidad mucho más compleja y en donde intereses no nacionales, con frecuencia, prevalecen a los de nuestro país. El primer elemento necesario en la formulación de una política de Defensa Nacional, es la armonización de la misma con la política de seguridad global, a la que pertenecemos. La alianza con los Estados Unidos y la pertenencia a la Unión Europea y a la OTAN, señalan el marco a nivel mundial y regional donde nos movemos. La búsqueda para que la correlación de fuerzas entre nuestros aliados sea favorable a España, debe de ser la prioridad en el pensamiento estratégico de nuestra nación y la que debe condicionar todos los sectores concernidos, no sólo el diplomático. Precisamente cuando España negocia su entrada en la OTAN y en la UE, no se tuvo en cuenta la armonización de nuestros intereses internacionales con nuestras necesidades internas, colocándose aquellos en un lugar secundario, y se entró de cualquier manera sin exigir un trato equivalente al que recibieron nuestros nuevos socios cuando ingresaron. Lo urgente era entrar cuanto antes, para estabilizar una situación interna que los líderes políticos se habían encargado de hacer inestable, no entrar bien. La OTAN admitió a Francia que Argelia fuera territorio a defender, cuando era su provincia, o a Gran Bretaña que Gibraltar sea parte del Reino Unido, cuando es una colonia, y por lo tanto sea territorio protegido. Mientras que la organización no contempla que Ceuta y Melilla sean territorios que deban ser protegidos por la Alianza, al no estar reconocidos como pertenecientes a España, ni tampoco el resto de las plazas de soberanía española en el norte de África: islas Chafarinas, isla de Alborán, peñón de Alhucemas, peñón de Vélez de la Gomera o el islote Perejil. La Unión Europea reconoce, según el tratado de Lisboa de 2007, como territorios ultraperiféricos: los que Francia tiene en América o en los océanos Índico y Pacífico; los que Holanda tiene en el Caribe; los que Dinamarca posee en Groenlandia y Gran Bretaña en los océanos Atlántico, Índico, Pacífico, Caribe y Gibraltar. Mientras que las plazas de soberanía española y las ciudades de Ceuta y Melilla, no existen para nuestros aliados europeos. Constituye Gibraltar el paradigma de esta situación, con las continuas violaciones de la Marina Británica a nuestras aguas territoriales y la protección que desde la Roca se da al contrabando y a todo tipo de tráfico ilegal. No se debe olvidar que la última colonia en Europa es uno de los principales paraísos fiscales que hay en el continente. Lo descrito es la consecuencia de no disponer de una política de Seguridad Nacional. Si no se tiene, no puede esperarse que nuestros aliados nos la proporcionen. Puede decirse que en la actualidad no hay un solo país en estas dos organizaciones, que sea peor tratado, en el ámbito de la seguridad, que España. Volvemos a contemplar lo nefasto que resulta para nuestra nación la dejación que se hace en la defensa de nuestros intereses internacionales. En resumen, la defensa de nuestras plazas de soberanía y ciudades españolas, geográficamente fuera del continente europeo, no van a contar con el apoyo de nuestros aliados, pero si Gran Bretaña defiende otra vez las Malvinas el Gobierno español deberá ayudarla contra la Nación Argentina. Esta situación anómala y pendiente de rectificar, es el tema que debería estar presente en los Estados Mayores de los partidos con aspiraciones de gobernar, en lugar de esa obscena preocupación de colocar al familiar, al amigo o al militante al frente de una Embajada. Los intereses en juego convierten a la Defensa Nacional en un asunto de carácter global, no solo en el ámbito geográfico sino también en el económico, el financiero, el político…, en definitiva es un asunto que concierne a todos y cuyo tratamiento dejó de ser hace mucho tiempo, exclusivamente militar y diplomático. Existen dos objetivos de interés prioritario y cuya búsqueda ha de ser simultánea: uno tiene carácter interno y podríamos sintetizarlo como preservar el orden constitucional, y el otro es de índole externa y consiste en garantizar la seguridad nacional y apoyar nuestros intereses internacionales. No se piense que esta última concepción va más allá de lo que

señala la Constitución, todo lo contrario, pues la defensa de nuestra soberanía, independencia e integridad territorial, solo es posible si la Nación permanece unida, es coherente en su política exterior y goza de prestigio internacional. Todo ello sólo es factible si España trabaja a favor de sus intereses, en un mundo donde todos los países luchan por los suyos. Nuestra nación en el siglo XVI podía marcar las reglas de juego, en el ámbito internacional, al ser hegemónica era autosuficiente para atender a su seguridad, hoy no. Las reglas son diseñadas por los EEUU y la defensa de nuestros intereses pasa, en primer término, por aceptar esta realidad. Nuestra fuerza y prestigio puede venir si somos capaces de movernos dentro de ese marco de referencia. Partiendo de una acción exterior fiable y coherente hacia nuestros aliados, se puede lograr el prestigio internacional. Desde ahí es posible racionalizar la

concepción estratégica del Imperio en beneficio de nuestros intereses. Garantizar el Orden Constitucional y la Seguridad Nacional, serían los dos pilares sobre los que debe apoyarse la defensa de nuestros intereses internacionales. En una sociedad democrática, una persona debe gozar de las garantías necesarias para impedir que se le imponga por la fuerza un sistema de valores, diferente al que él se ha escogido. La Defensa Nacional tiene por misión preservar la vida y la libertad de los ciudadanos, en ese orden, si no es así carece de sentido. El final de la “guerra fría”, ha supuesto la desaparición del otro, es decir surge la dificultad de identificar al adversario. Desaparece la capacidad militar o de disuasión similar al terminar el enfrentamiento entre bloques estratégicos, por lo que la amenaza

varía su naturaleza y por lo tanto las tácticas de enfrentamiento. El terrorismo se convierte en la amenaza global y las guerras psicológicas, urbanas y asimétricas desplazan a la táctica convencional o nuclear. Surge la crisis del poder militar– industrial, que siguen fabricando sistemas de armas muy costosos, pero que ya no sirven para ganar la guerra. Los nuevos tiempos también suponen el fin de los tres ciclos que han marcado de manera decisiva la historia de la Humanidad. El ciclo cultural que se inicia con la invención de la imprenta y termina cuando aparece la informática; el ciclo económico que comienza con el irresistible ascenso de la burguesía frente a las concepciones feudales y termina con el fracaso de la planificación económica, entendida según los modelos seguidos en la URSS y en China y finalmente, el ciclo político que se inicia con las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII, que van terminando paulatinamente con el antiguo régimen, y que culmina con la caída de los regímenes marxistas de Europa y Asia. El cambio global que ha supuesto esta finalización de ciclos, nunca se había dado con tal intensidad en la historia de la civilización mundial. Las respuestas a los problemas existentes dejan rápidamente de ser socialmente válidas, a la vez que las inercias burocráticas dificultan el alcanzar soluciones aceptables, en tiempo adecuado, para aquellos que poseen el poder.

HUMOR

FERRÁN * República

Muller, 39. Puerta de calle 28039 Madrid

Valdeacederas

91 571 54 42 [email protected]

Presidente Tony Antonio

ENTREVISTA A…

NICOLáS DEL HIERRO Escritor

En este mismo mes, ha cumplido 82 años, pues nació en Piedrabuena (Ciudad Real), en 1934. Su vida ha sido un constante trasiego a favor de la poesía. En 1956, hace ahora sesenta años, comenzó a escribir poemas. Ha sido un habitual colaborador de artículos de Prensa y ha colaborado en diferentes medios escritos, como el diario Lanza, de Ciudad Real o en el Día de Toledo. Ha sido cofundador de la Asociación de Escritores de Castilla-La Mancha y de Asociación Castillano-Manchega de Escritores de Turismo. En el área poética, ha obtenido a lo largo de los años, un centenar de galardones. Recientemente, ha publicado un libro de narrativa, que lleva por título Una ventana abierta. (C & G). ¿Aún le queda algo más por presentar?. Ya lo veremos. Este libro está cargado de historias ¿También cuenta la suya propia? Estoy convencido de que todo escritor, por inventiva personal que tenga, siempre pone en su obra una gran parte de las vivencias que le mantienen en pie. La vida, en sí y generalmente, es el manantial más fuerte donde bebe el autor.

Los personajes ¿son reales o ficticios? Hay de todo, como en la viña del señor. Uno es autor en la vida, y la vida es quien nutre al autor. Nos narra veintisiete historias ¿se ha dejado alguna más sin publicar? ¿Quién que escriba no deja algo inédito, cuando ve la luz de imprenta su último libro? Por supuesto que siempre queda algo, ya sea porque no se ajusta al tema del

volumen, porque lo consideraras incompleto en aquel instante o porque estuvieras pensando en una nueva salida editorial. ¿Están referidas a Castilla-La Mancha o a toda España? Aunque todos amamos nuestra tierra, partiendo desde el pueblo o ciudad en que naces, solemos enclavarnos en la provincia, de la provincia a la región, de la región a España y de España al mundo. Si esto sucede en mis escritos, me siento feliz. Saber describir, como usted lo hace ¿es más difícil que la creación poética? La palabra poética ha de tener algo especial. Me considero más poeta y por algo mi obra en verso es muy superior en libros. Pero en cuestión de gustos, cada quien tenemos el nuestro, y, sin duda por ello hay quien opina lo contrario. El pensamiento es libre, al menos debe de serlo.

Nos habla de cinco estrellas ¿Es un homenaje a las cinco provincias manchegas? No. Con todo mi amor por ellas, las hoy cinco provincias castellano-manchegas, aportan una pura coincidencia literaria. No; hablo de las cinco estrellas que supone el lujo de grandes hoteles y restaurantes, incluso de los almacenes de lujo y el boato millonario. Pero en contraste, también estoy pensando en la miseria de los arrabales y suburbio. La “Ventana abierta”, a la que hace referencia en el tiempo del libro ¿Es para que se renueve el aire y las actuaciones de la gente? Bien podría serlo. Y en su caso supondría la fantástica aureola a que nos condujera la imaginación capaz de ver el mundo desde un prisma supremo y perfeccionista. Pero la realidad es una ventana abierta sobre una gran cúpula, desde donde se puede observar otro gran

número de ventanas que dan vida a un pensamiento mucho más realista. Hace referencia a una bella mujer, Mirga ¿Ha sido hasta cierto punto, la musa de este libro? Mirga es el nombre ficticio de una mujer real que encontré en la vida, cuyo juveniles aconteceres me dieron pie para el relato y ser metáfora de algún otro. ¿Cuál ha sido su obsesión para terminar esta obra? Creo que no soy obsesivo en nada ni para nada. Simplemente tomo de la vida aquello que considero puedo llegar al libro, y trato de influirme con su realismo para convertirlo en literatura. Insisto que mi poder creativo se cimenta de la existencia. Luego está la palabra del autor. Si esa unión se consigue, bendita sea la expresión literaria. ¿Ha escrito alguna parte de picaresca, relacionada con esas cinco estrellas, que antes comentábamos? No imagino que cuanto expreso allí pueda considerarse picaresca al estilo clásico; aquello era otra cosa. Es cierto que en la primera parte del libro puede haber relatos

con picardía; pero lo que perdura en el volumen es un realismo neto que se agarra a nuestro tiempo. Nos habla de alguien muy tacaño. ¿Se destacó siempre dicho personaje en ese hábito? Este hombre, como la mujer de que antes hablo, es alguien con quien me topé en la vida y, en el tiempo que lo traté, lo consideré así, y como tal lo describo. La referencia sobre el extranjero ¿es sobre la marcha de tantos españoles, fuera de nuestro país? Es cierto que España fue siempre un país de emigrantes. Y aunque hoy acojamos a un gran número de extranjeros en nuestro país, la verdad es que, por unos u otros motivos, hace cincuenta o sesenta años importábamos mano de obra igual que hoy lo hacen nuestros universitarios. Pero en el caso de mi narración, me estaba refiriendo a los españoles que, tras la Guerra Civil, tuvieron huir por motivos políticos. Las fotografías de la guerra ¿se refieren a Piedrabuena, su pueblo? Yo, como mantengo en mis versos, soy niño de la Guerra, y mi pueblo, al no ser una excepción en la totalidad de España, tuvo que soportar las desventuras de la misma. Por lo tanto es parte de un todo. Las fotografías literarias no son de allí, pero como si lo fueran. ¿De dónde procedían los que al fin, regresaron? Interpreto, y creo estar en lo cierto, que son todos aquellos que, tras la decadencia franquista y la posterior llegada de la democracia, pudieron ir regresando de los lugares a donde les llevó la huída. Eran, y así lo pienso, españoles que sufrieron el exilio. Nos habla de Cuenca ¿ha cambiado mucho la ciudad, desde que usted la visitó, por primera vez? Cuenca, como toda ciudad, se transforma con el paso del tiempo; pero no hay que olvidar que pertenece a un enclave donde el éxodo tuvo un sello importante para sus envíos. ¿Qué memoria guarda del cardenal Francisco de Mendoza, en la España de Felipe II? Concretamente para esta narración, la memoria del cardenal Francisco de Mendoza está en los libros. Yo recurrí a uno de ellos, porque en un certamen que organizaba el entonces Día de Cuenca, había que escribir sobre la misma. Gané sólo el accésit Aunque usted nació en la provincia de Ciudad Real, también ha hecho un hueco para la Imperial Toledo. Antes hablo del pueblo, de la provincia, de la región y de España; por eso no es extraño que en mis relatos aborde temas plurales y de lugares distintos. Toledo, en la ocasión, está recordando una leyenda de Bécquer. ¿Por qué causa tanto la atención un hombre desaliñado? Me interesa lo social como humanismo y me inquietan las abismales diferencias. El desaliño que respeta y es respetado, tiene para mí el mayor de los honores. Nos narra tras los visillos ¿es un homenaje al cómico José Mota, paisano suyo, natural de Montiel? No. A José Mota lo he visto y hablado sólo en una ocasión. Fue para entregarle un diploma conmemorativo como Castellano-Manchego. Admiro su ingenio y sus aciertos, pero lo que yo narro Tras los Visillos, lo tenía escrito mucho antes de conocernos.

¿Dónde ha observado alguna metamorfosis en todo lo que ha visto? Esta metamorfosis a que hace referencia, acaso sea el oculto producto que se genera en subconsciente del autor. Recuerde, y recuerden, aquello que inmortalizó Pessoa cuando dijo que el poeta “es el gran fingidor”, y yo, en el fondo más íntimo de mi palabra escrita, no dejo de ser poeta.

¿Ha disfrutado de algún balneario, para hacer una cura de reposo, debido a todo lo que ha escrito, para dar forma a este libro? Realmente, sí. Estuve en varios balnearios, no por prescripción facultativa pero sí como relajación personal. En éste, al que hace referencia mi historia, estuve en dos ocasiones. De ello hará más de treinta años. En la primera, por hallarlo un tanto cutre, fue cuando escribí el relato a que se refiere. Después, cuando volví una segunda ocasión, ya remozadas instituciones y empresa, recuerdo que se lo leí a alguien de la nueva compañía y que ese alguien, sonriendo, me dijo que no salía muy bien parada la empresa, pero que, por fortuna ellos eran muy otros. En efecto, todo había cambiado. ¿Ha servido esta serie de relatos, para homenajear a su tierra de La Mancha o al mismo Cervantes, tan celebrado en este tiempo presente? A mi tierra, creo que sí, porque, sin ser localista mi tierra está en mí; pero eso debe decirlo el lector. En cuanto a Cervantes, fue él quien nos rindió el mejor de los homenajes con sus obras; sobre todo con el Ingenioso Hidalgo, cabalgando ya más de cuatrocientos años en la literatura mundial. ¿Seguirá deleitándonos con sus narraciones de siempre? Prosa o verso, la obra está ahí. Más poeta que prosista y con este vocabulario lírico, uno está convencido por cuanto tiene de ilustre Cenicienta la poesía. Tras su ligera resonancia, cientos, miles de poetas caen en el olvido. Pocos, y solo los muy elegidos, son quienes dejan su huella escrita.

Mariano Azores

JULIO LOPEZ HERNANDEZ

Exposición

“El caMIno INVeRSo”

90 Dibujos

31 Esculturas

16 Medallas

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando Alcalá, 13

28014 MADRID

Hasta el 5 de marzo de 2016

TRIBUNA PLURAL

Compromiso cervantino de Madrid

LUIS PRADOS DE LA PLAZA Cronista Oficial de la Villa de Madrid

En todas las Ferias del Libro, en todos los foros de la lectura, en todas las reuniones culturales tiene que estar Miguel de Cervantes. Se sale de las bibliotecas. Su letra es eterna; su memoria y fidelidad, cada vez más universal. Siempre, su mágica formula de introducirnos en la aventura, resulta invariablemente seductora. Otra cosa es la memoria de la autoridad ocasional. Engancharse a cualquier carro de la cultura, cogerlo en marcha o bajarse de él –según se ande de ocupaciones- produce sensación de desconsuelo. Nos conformamos, aquí, sobre el sol tímido de la Plaza de España, con que Cervantes haya confirmado su asistencia. Ya es suficiente con que nos hayamos despertado con esta buena noticia. Que el Ayuntamiento nos deje plantados, sin que hasta el momento tengamos por recibido un telegrama de disculpa, es algo a lo que desgraciadamente estamos acostumbrados.

Sobre la edición del Quijote y la espada, pues sobre la solemnidad del responso que acabamos de rezar por el alma noble de Miguel de Cervantes, y por la de su esposa, pasamos al aire libre madrileño que cada año convoca las Armas y las Letras, para rendir homenaje al autor del más universal mito literario del Renacimiento europeo. Vengo persiguiendo, bajo el signo del 3 –otro recuerdo de abril, en su día 23, a los cuatro siglos de su muerte, en el círculo de las tres dimensiones: Atocha, paseo del Prado, paseo de los Jerónimos- las huellas que más insistentemente dejó estampadas la vida, pasión y muerte de Miguel de Cervantes Saavedra.

La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos…Por la libertad, así como por la honra, se puede aventurar la vida. Hablaba Cervantes, por boca de nuestro señor Don Quijote, primero hidalgo, luego caballero, siempre andante e incansable tentador de volatería para la defensa de los débiles, aventurero apasionado que corre en busca de justicia, un delirio prendido en el espejo de las páginas de Amadís de Gaula. No perece sino que Quijote y Sancho, a lomos de sus cabalgaduras y chorreando desaliños, ande pensando en alejarse de aquí mismo, en bronces, como están, huyendo de la desaprensiva ciudad que no termina de abrir los brazos sinceros, como los molinos de viento hacen, para renovar los aires de las fantasías. Aunque la aventura de los campos de La Mancha produzcan más fatigas y molimientos de huesos, que otra cosa, el paisaje fresco que proclama el relámpago de la libertad resulta mayor recompensa que toda una estampa del progreso –mal aventurado modo de asistir al progreso-, que el salto de los tiempos ha sido incapaz de impedir. Ya sé que están restaurando el monumento, ya sé. Primero se abandonan los cuidados y luego se restaura. También comprendo que no han cambiado tanto los tableros de la costumbre, los episodios de una crónica que no forma parte de la quimera, sino que son la realidad misma. Y para demostrarlo, el libro de Juan Antonio Cabezas Cervantes en Madrid, ha extraído del Archivo Histórico Nacional, el pregón general, para la buena gobernación desta Corte, impreso cuando Cervantes no había cumplido sus cuarenta años, a trece todavía para el final del reinado de Felipe II: se prohíbe la blasfemia, el alboroto callejero, los duelos trágicos, el juego de naipes. A la mujeres rameras o contoneras, tener rufianes, meter almohadas en los templos, usar sombreros de seda o tafetán guarnecidos de plata y oro; llevar escuderos que las acompañen, andar con los rostros tapados o sentarse en los templos entre mujeres principales. En fin, se amenazan con multas a quienes aguan el vino. Y a los regatones de carnes, pescados, frutas y hortalizas. En el pregón se invita a la plaga de vagabundos a tomar oficio o salir de la Corte. Se impone pena de cien azotes a los decidores de cantares con palabras feas y a los que vertían aguas o inmundicias por las ventanas. Tengo para mí que, sin desaparecer bastantes de las costumbres que se previenen, además de otras tan azarosas que hubieran puesto en lance la voluntad y el brazo de Don Quijote, las autoridades que han ido precediendo la historia hasta estos momentos, desde el ocaso del siglo XVI, prefirieron derogar o dejar sin efecto lo que allí se ordenaba. No sé yo si aventurar que, en la representación, sea éste –sobre el que nos encontramos- el lugar mismo de La Mancha que pasea por las inmoralidades urbanas, de cuyo nombre la sociedad se empeña en no querer acordarse. En cualquier caso, y con lenguaje de hoy, no tiene nombre. … no es merecedora la depravada edad nuestra de gozar tanto bien como el que gozaron las edades donde los andantes caballeros tomaron a su cargo y echaron sobre sus espaldas la defensa de los reinos, el amparo de las doncellas, el socorro de los huérfanos, el castigo de los soberbios y el premio de los humildes. Vengo, como decía, de revolver entre las letras y las esquinas sobre las que suspiró en Madrid, Miguel de Cervantes. Sobrecoge, al cabo de tantos avatares –lo mismo entre generaciones de excelentes linajes, como entre gentes de muy poca sal en la mollera-, imaginarse la tristeza del mismo recorrido, desde la esquina de la calle de León, en el corazón de las Musas madrileño. Cortejo fúnebre, con los restos mortales de aquel gigante de las Letras y las Armas, triste figura sobre los caminos regados de tierras y alguna piedra de añadidura, para doblar hacia la izquierda, en busca de la soledad y el silencio del convento de las Trinitarias. Acaso, los ojos arrepentidos de Lope de Vega –en la fecunda plenitud literaria de sus 54 años- se asomaran desde algún balcón abierto de la pared de Cantarranas, nombre que ayer le daban a la calle, en la paralela de Francos, ya Cervantes para recordar que allí mismo defendió sus castillos en el aire y se despidió de la vida. Tres semanas atrás ha tomado profesión

en la Orden Terciaria. Apenas tres días antes, en los que ya siempre latió su corazón bajo la resistencia del coma diabético, ha completado la carta-dedicatoria de Persiles, puesto ya en pie del estribo. Luis de Góngora, va a cumplir los 55 años y Saavedra Fajardo, tiene 32; Francisco de Quevedo avanza a los 35, Baltasar Gracián se asoma a los 15 y Calderón de la Barca a los 16.

El siglo está bien despierto sobre los abonos esclarecidos del XVI. Las huellas de fray Luis de León y López de Hoyos, de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, han quedado (con el concilio de Trento y con los versos de Garcilaso de la Vega), prendidas en el aire que respira la andadura de Cervantes. Cumple nueve años cuando Carlos I decide retirarse a Yuste (Cáceres). La batalla de Lepanto, que ha sido timbre de gloria para su vocación y su orgullo de soldado, coincide con el último año de la sublevación morisca en las Alpujarras (Granada). Había asistido en directo a las noticias de la Armada Invencible, que cantó después de su desastre, y vivió muy cerca, muy cerca, mientras El Greco pintaba en Toledo o los equipos de Juan de Herrera, levantaban el Monasterio de El Escorial. Entre Amadís de Gaula (novela de caballería que ve la luz en 1508, casi cuarenta años antes del nacimiento de Miguel de Cervantes), hasta Los siete libros de Diana (novela pastoril que aparece cuando el autor del Quijote, camina en su adolescencia), están el Lazarillo de Tormes (novela picaresca) o hasta Elogio de la locura, de Erasmo, lectura prohibida en su tiempo, todos los cuales van a formar parte de las influencias en el despertar de las sensibilidades literarias del Príncipe de los Ingenios. Una lápida, un retablito y un monumento están localizados en el triángulo madrileño que más insistentemente pisó Cervantes en los últimos años de su vida. La primera, en la casa construida durante el siglo diecinueve, sobre el solar de la esquina León-Cervantes: Aquí vivió y murió Miguel de Cervantes Saavedra, cuyo ingenio admira el mundo. En todos los portales de este barrio, que acabo de repasar en reiterados paseos de meditación por los espacios del aire que recuerdan el pulso cervantino, aparecen, clavados, unos folios de comunicación vecinal. Se rematan con el detalle de la fecha de hoy. Se interesa el

Ayuntamiento de Madrid, Área de Medio Ambiente, por la recogida gratuita de muebles y trastos viejos en la acera, delante del portal. Sáquelos el 23 de abril, entre las 21 y las 23 horas. Durante la noche los recogeremos. Así que ya lo saben. Además de la Feria del Libro, se sacan trastos viejo y almoneda rota a la calle. El retablito neo plateresco, sobre la pared del convento de las Trinitarias, dice: A Miguel de Cervantes Saavedra, que por su última voluntad yace en este convento de la Orden Trinitaria, a la cual debió principalmente su rescate, mandó grabar la Academia Española. El monumento que quiso impulsar José Bonaparte y que, luego, dispuso Fernando VII en la plaza de las Cortes (no sin que fuera decisiva la insistencia del cronista de Madrid, Ramón de Mesonero Romanos), estuvo oculto por el andamiaje y las obras que protegieron del zafarrancho de cascotes en la jardinería urbana de los alrededores. ¡Triste sino, el suyo, más tiempo de lo debido entre rejas, hasta cuando no es de carne y huesos, sino figura de bronce sobre pedestal de piedra! Cuando se cumplieron tres siglos de la edición príncipe de la primera parte de El Quijote, es decir, en 1905, el Ayuntamiento de Madrid cayó en la cuenta de sus increíbles desidias. Los ecos cervantinos en la primera imprenta de la Corte de Felipe II, en la cercanía de la Puerta del Sol, donde se abrazan con la tinta los versos de la Reina Isabel de Valois; es estudio del maestro López de Hoyos, en la puerta de Guadalajara; las gradas de San Felipe, en la calle Mayor; los corrales de la Pacheca y de la calle de la Cruz; los domicilios de Huertas y Magdalena, entre otros itinerarios y mentideros conocidos, andan desprovistos de señales conmemorativas. Cuando la comisión municipal decide a primeros del pasado siglo XX la instalación de dos placas en Madrid, la carga de retrasos no puede agarrarse a ningún tipo de justificación. Una de las placas incluye bajorrelieves de Don Quijote y Sancho. Se colocó en la pared del Hospital de Hombres Incurables, edificio del siglo XVIII que se levantó sobre el solar donde había estado la imprenta de Juan de la Cuesta: Atocha, 87. Esa casa es hoy sede de la Sociedad Cervantina, que desde Luís Astrana Marín hasta su actual Presidente, Luís María Ansón, rinde homenaje irrenunciable a la memoria de quien elevó tanto y para siempre la gloria de la lengua castellana. En este mismo mes se celebra una fiesta en la Universidad de Alcalá de Henares, donde el Rey Felipe VI, hará entrega al escritor mexicano Fernando del Paso, del Premio Cervantes. El mundo de las letras celebra el encuentro de un 23 de abril: en todos los lugares del Universo, y muy especialmente en tierras de Hispanoamérica, flota la gratitud por la obra y sus ejemplos, del Príncipe de los Ingenios. No quería desaprovechar la ocasión para reconocer cuánto debemos a todas las generaciones que han ido marcando la sensibilidad investigadora cervantista. Hoy mismo me recordaba un sevillano amigo, en medio de esa fidelidad literaria del siglo XIX, y aún del siglo XX, la pasión de Rodríguez Marín por adentrarse en las páginas del Quijote y en toda la obra de Cervantes. No importa que se encuentre olvidada en algunas cátedras modernas (aunque sea momentánea, pero injustamente), la memoria de ese incansable bachiller Francisco de Osuna, para que le reconozcamos su pulso y su asistencia en el arte de llevar una antorcha que nos conduce al reclinatorio donde tenemos que hacer estación para estudiar siempre y honrar la letra de Miguel de Cervantes. Sirva este recuerdo, al hilo de una sugerencia amistosa, para rendir homenaje a todos los intelectuales que se han adentrado en la investigación literaria cervantina. Me había quedado en el itinerario de Madrid, en la huella escrita sobre las lápidas, donde estuvieron las imprentas del libro de aventuras más universal de todos los tiempos. Enfrente de Atocha, 87, la otra placa, de mármol, recuerda sobre la fachada de una casa de vecinos (San Eugenio, 9), que allí se trasladaría la imprenta de Juan de la Cuesta, regentada por su viuda, donde también en papel de los monjes de El Paular, se imprimían los pliegos de la segunda parte de El Ingenioso caballero Don Quijote de la Mancha… 1615. Se cumple, entonces, un siglo entero desde la impresión de la Biblia Complutense; y las imprentas de Estrasburgo y de Maguncia, que inventara Gutemberg, avanza en su arte con el empleo todavía de los tipos móviles para madera.

No será preciso un esfuerzo muy especial para explicar que nos encontramos en un momento solemne del reencuentro con la universalidad de Miguel de Cervantes. El compromiso cultural de Madrid así lo demanda. El monumento, delante del cual nos encontramos, en el corazón de la Plaza de España, que mira hacia la punta de la calle de Leganitos, -por donde la familia Cervantes, el matrimonio y sus cinco hijos, con la pequeña Constanza, para tres caballerías, entraba y se afincaba en Madrid, 1556- es la última espléndida contribución de la capital de España que rinde homenaje cervantino en este marco, desde 1915, y sabe del compromiso que la capitalidad de la Cultura Europea le concede. Reforzar el compromiso cervantino, desde ese mismo instante, es una bandera que no puede que no puede descuidar la cultura madrileña.

Porque conozco la voluntad y la vocación de las instituciones, porque resulta obligado llevar la perseverancia y el honor que significa pasear en nombre de Cervantes, las resonancias de la lengua española, es preciso repetir, en el horizonte de este auténtico paisaje cervantino –desde su primer paso, cuando salió de Alcalá de Henares; en su regreso desde Sevilla, antes de escapar por Barcelona camino de su etapa italiana; después de acariciar la luz de Valencia, al final de su cautiverio en Argel; durante sus hallazgos de ida y vuelta a la paz de Esquivias (Toledo); en medio de sus viajes y estancias en Toledo, en Sevilla y en Valladolid, siempre Madrid al encuentro –toda la fuerza que nuestra cultura irradia al mundo, desde la inspiración en un lugar de la Mancha. Como Shakespeare en

Inglaterra, como Goethe en Alemania; como Leonardo o Miguel Ángel en Italia, o como Mozart en Austria, el ensueño y la fábula, la parábola de Miguel de Cervantes, pertenece al patrimonio del mundo. Pero tiene una llama encendida y permanente en Madrid. No vamos a descuidar los itinerarios y las rutas cervantinas. Prometemos turnos de vela y guardia de honor, ante el faro del Siglo de Oro de las Letras españolas. Este es el auténtico compromiso cervantino de Madrid, que se solicita una vez más, a gritos, para que todo el mundo se entere. ¿Podremos sentirnos insensibles ante una herencia tan eminente?

Libro Recomendado por Víctor Manuel Valdés

232 Páginas * 20 €

El balcón de Madrid

El Puente de Toledo

EMILIO JORRÍN Del Instituto de Estudios Madrileños

PUENTES HISTORICOS EN LA VILLA Y CORTE - y IV- El primer marqués de Vadillo, Francisco Antonio de Salcedo y Aguirre, durante su mandato como corregidor de esta Villa, encargó el proyecto del puente a Pedro de Ribera en 1715. Las obras se prolongaron hasta 1732, por causas diversas, pero sobre todo económicas. Fue inaugurado ese mismo año por el citado corregidor, siendo él, el primero en cruzarlo con su carruaje. En la parte central lleva dos templetes, uno a cada lado, en estilo barroco, churrigueresco madrileño, sobre los que están colocadas dos estatuas, la de San Isidro Labrador, Patrono de Madrid, y la de su esposa, Santa María de la Cabeza, obras del escultor Juan Ron ( Juan Alonso Villabrille y Ron) y Luis Salvador Carmona, en piedra caliza, con los escudos de la Villa de Madrid y el escudo real, respectivamente. El conjunto está embellecido, en sus aledaños, con dos obeliscos, hoy en la Glorieta de Pirámides, obra del arquitecto Francisco Javier de Mariategui, en 1831. También hay dos fuentes de Pedro de Ribera. Consta de nueve ojos en arco de medio punto sobre robustos pilares cilíndricos de granito rematados por sendos balconcillos. Su anchura es de 4,95 m.

En la actualidad está fuera de servicio para el tráfico rodado y ha quedado como monumento artístico de la zona, integrado en los denominados, Jardines del Puente

de Toledo y se ha convertido en un mirador excepcional, en cuya área se han construido unas gradas que permiten el acercamiento al agua del cauce. Destaca en estos jardines, la pasarela monumental Arganzuela o Puente Dominique Perrault, nombre de su diseñador francés. Se construyó entre 2011 y 2012. Consta de dos tramos tubulares, de doble espiral en forma de tirabuzón; el suelo es de madera. Los coches circulan por dos puentes modernos auxiliares, construidos en sus cercanías. Uno aguas abajo, que enlaza la Glorieta de Pirámides con General Ricardos, denominado Puente de Andalucía y otro, aguas arriba, denominado Puente de San Isidro.

A mediados del siglo pasado, surgió la necesidad de proteger a este puente monumento, dado su deterioro causado por el tráfico rodado y en 1952, Carlos Fernández Casado, ingeniero de caminos, elaboró un anteproyecto que incluía dos puentes para el tráfico. Se construyeron ambos en 1972. Se trata de una de las obras más importantes realizadas durante el reinado de Felipe V, en estilo barroco, y no ha sufrido transformaciones de importancia en su estructura hasta la fecha, pero si está algo disminuido en su apariencia artística por la canalización del río. En 1956, fue declarado

Monumento Histórico Artístico.

Antecedentes: El primer puente, denominado La Puente

Toledana, tuvo su origen en tiempos de Felipe IV para enlazar la Villa de Madrid con el Camino de Toledo y dar paso a los lavaderos y huertas al otro lado del Manzanares. El primer proyecto fue de Juan Gómez de Mora y construido por José de Villarreal en 1649, pero una fuerte crecida del río lo destruyó. En 1671 se proyectó otro nuevo. En 1680, hubo un proyecto de Manuel del Olmo pero por razones administrativas, no se llevó a efecto. Una nueva riada obligó a reconstruirlo en 1682, bajo proyecto de José Arroyo y construido en 1684 por Teodoro de Ardemans y José del Olmo. Más tarde, en 1715, Pedro de Rivera, recibió el encargo, en tiempos del Monarca Felipe V, de efectuar un nuevo proyecto, ya reseñado.

Hallazgos en sus cercanías: El 30 de diciembre de 1.772, se dijo sobre el Real Gabinete de Historia Natural, de reciente instalación en un piso de la Academia de Nobles Artes, en la calle Alcalá: “… puede decirse que ya ha conseguido los primeros resultados, el interés por conocer el pasado se ha visto premiado con el descubrimiento de los restos de un elefante tres veces mayor que los conocidos, en unas excavaciones junto al Puente de Toledo”. En 2007, se encontraron también, aguas abajo, en las obras del soterramiento de la M.30, varios restos del antiguo puente. Crónica luctuosa. Además de las riadas que le produjeron varios derrumbamientos como se ha indicado, en su travesía se han producido diversos accidentes de tráfico de nefastas consecuencias. El más dramático ocurrió el día 23 de mayo de 1952, a las 20,45 h. al caer al agua un tranvía abarrotado de gente procedente de Carabanchel, con el resultado de 15 muertos y 112 heridos.

Octavio Aceves Tarot y Videncia

Princesa, 16 5º - 3 28008 Madrid

Ventura Rodríguez

91 542 91 81

De lunes a viernes de 16 a 18 horas

Bellas Artes

VENANCIO BLANCO Escultor

El próximo mes de marzo, se cumplirá dos efemérides. La primera, nuestro entrevistado, cumplirá 93 años de edad y la segunda, presentará en Salamanca, la exposición Venancio Blanco. Divertimento de Taller, que permanecerá abierta hasta el mes de junio. Nació en Matilla de los Caños del Rio (Salamanca), en 1923. Desde muy joven le atrajo la escultura y desde entonces sigue trabajando, de una manera incansable y con toda la ilusión, como desde entonces. Su última exposición, tuvo lugar el pasado año, en Alba de Tormes (Salamanca), con motivo del Quinto Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, y enterrada en aquella localidad. La muestra presentada, llevó por título Escultura Religiosa, siendo un éxito de asistencia y reconocimiento a su trayectoria escultórica y académica. En su trabajó, estableció en alguna ocasión normas? No, pues me gusta torear siempre por primera vez.

¿El dibujo es básico en este trabajo, o es mejor improvisar? El dibujo es fundamental. Si él, no se llegaría a entender el mundo del arte. Es la mejor herramienta para el artista, como derecho mental y creativo. ¿Qué materia prefiere para trabajar: bronce, escayola o madera? Son tres maneras diferentes para trabajar. Normalmente, el artista comienza modelando con barro y después, la escayola la utiliza para hacer el molde, el primer

paso de cara a la materia definitiva. Yo, de todas las maneras, me quedo con el bronce, pues es la materia que menos condiciona la idea del artista, pues la piedra o la madera condicionan. El bronce, aparte de ser una materia rica y noble, es la que más te permite hacer, casi todas las tonterías que a cada uno se le ocurren. ¿Suele ensayar nuevos inventos o son todos por encargos? Son ocurrencias, satisfacer una ilusión, encargos. He tenido la suerte de que no he tenido muchos, pues casi siempre te condicionan. Los pocos que he tenido, han sido libremente. ¿Cuáles son sus artistas preferidos? Para mí son todos, pues todos han tenido una ilusión. Algunos la pierden, otros llegan a la cúspide, pero están en la mente de todos los nombres conocidos, como Miguel Ángel, Berruguete o Gregorio Fernández. El último gótico no pierde todavía la sensibilidad, pero ya apunta al Renacimiento. Hay muchos artistas buenos y de todos hay que aprender algo. Los árboles ¿son la mejor escultura? Para mí, es la mejor lección que nos da la naturaleza de la cultura en el espacio. El árbol, nace de la obscuridad de la tierra, y es a la luz, la que da la vida y la que le modela la forma. Una escultura que no tiene en el espacio bien armonizadas las formas, se queda dormida. ¿Cómo es el alma de un artista? En principio, es como el alma de cualquier hombre, pero en determinados momentos, es caprichosa, y dar gusto al capricho, eso es saber entender las distintas materias y el conocimiento de las mismas y, un gran oficio, para que el capricho de la idea no se pierda. Para el éxito final de una obra ¿hay que perseverar trabajo y perseverancia? El éxito de una obra está en dibujar muy bien en la idea, desde el conocimiento de la materia. Por eso, es imprescindible tener un oficio muy bien aprendido y con destreza, pues hay veces, que la idea es caprichosa y complicada. ¿Cómo es su obra religiosa? Para mí, es un tema muy rico en expresión y por tanto, también en la forma. Gira toda ella en torno a la figura humana. Es donde se demuestra la dificultad en el mundo del Arte. Para mí, el hecho religioso, las primeras obras que veo, son los santos de la iglesia de mi pueblo y en seguida, descubro que eran magníficas esculturas. El tema religioso es de una riqueza extraordinaria, de una variedad fantástica, y además, te anima a que inventes lo que puedas. Así, sin más, pues abarca el mundo del Arte. Es usted también un admirador de la música ¿Por aquello de ser también Arte? En el taller, siempre tengo puesta música. Unas veces me sirve para no prestarle atención, pues tengo la claridad en la obra del caballete y, cuando esto no ocurre, la música me entretiene y me está danto un orden. La música es importante en mi obra, que desde la escultura, porque es compositor, ya ha tenido un orden en su obra, ha contado con que hay unos artistas intérpretes, y es lo que a mí me da una gran satisfacción, una serenidad y una tranquilidad. Aparte de estar gozando de la pieza musical. ¿A qué estilo perteneces su obra escultórica? Siempre figurativa. Otra cosa es, que la interpretación de la forma, unas veces sea más próxima a la realidad, sin pasarse de la parte que tienes de invención, de interpretación, pues si no te lías en una copia de la realidad. El arte tiene que tener,

una copia de invención y por eso, soy escultor, pues encontré la materia principal: el bronce. Esta materia, me ha permitido utilizar elementos lineales, planchas y espacios abiertos. En esa conjugación de estos tres elementos, es donde está mi figuración. ¿Por qué su materia preferida es el bronce? Es la que menos te condiciona. El bronce, igual te reproduce una figura decorativa, abstracta. Es un molde que adapta a la forma que tú le das.

¿Cuál ha sido su obra más reconocida? La obra es la personalidad del artista y viene dada después de haber hecho muchas esculturas. La preferida es la satisfacción del artista que tenga su personalidad y, eso no se consigue en una única obra. ¿Qué representó su paso, por la Academia Española de Bellas Artes en Roma? En todos los sitios donde uno está, siempre hay algo que aprender, incluso cuando te dedicas a la enseñanza, pues tienes que aprender antes, lo que vas a decir. Según la categoría y la ilusión del alumno. Así tienes que comportarte. Mi sistemas fue, entregarle mi amistad en el corto espacio de tiempo que allí estuve, para poder tener una confianza. Yo con ellos y ellos conmigo. Participó en dos ocasiones en las Edades del Hombre ¿Cómo homenaje a Salamanca, su tierra? Como homenaje al Patrimonio Artístico que tenemos, en el arte religioso. Utilizar el bronce es cambiar de materia, pues todo patrimonio religioso es de madera. Creo que hay que hacer una renovación de la forma del Arte Religioso, pues difícilmente vas a cambiar esto y difícilmente, se va a cambiar la figura de Jesucristo o la de San Pedro, pero desde la materia si puedes incorporarlo. En las Edades del Hombre, he participado con algunas obras, pero sobre todo, este pasado año 2015, en el Quinto Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, en el Museo de Mapfre, en Alba de Tormes (Salamanca), donde estuvo en la iglesia de San Juan y puedo asegurar, que mi satisfacción es cómo la gente del pueblo, ha sabido entender mi escultura religiosa en bronce. ¿Ha tenido encuentros con el mundo del toro? Mi padre fue mayoral de ganadería y yo nací en el campo. El mejor maestro que todavía tengo, es la naturaleza, y el toro formaba parte de la misma, y también el caballo. Para mí, la fiesta de los toros explica muchas cosas que hay que aclarar. Por ejemplo, cuando dicen la estocada del toro: en corto y por derecho. No se puede decir mejor. El lenguaje taurino, responde siempre a una verdad.

Espiritualidad, toros y flamenco ¿Esto representa su inspiración real, para desarrollar sus esculturas? En la escultura, el artista tiene un sentimiento especial, una atención al espíritu también, muy raro. Una forma, si logra infundirle el espíritu, esa escultura está viva. Eso no siempre se consigue se consigue. La escultura no es que sea mala, pero queda un poco dormida. ¿Le gustaría tener una obra inacabada? Eso lo he dicho desde hace muchos años. Me gustaría tener una obra sin terminar, pero no dejar de hacer cosas, para morir (risas). Me gustaría morir vivo (más risas)

¿Dónde descubrió realmente la escultura? La descubrí una noche en Salamanca, en las Escuelas de Artes Aplicadas. Estudié primero en la Escuela de Maestría Industrial, pues prefería ser ebanista. Por las noches asistía a Artes y Oficios. Me matriculé en unas asignaturas elementales. Allí hacíamos dibujo lineal y me matriculé en Dibujo Artístico. Al ir un día a la clase, estaba abierta la de Modelado, y al entrar, me transformé. A partir de ahí,

dejé de asistir a las clases en las que me había matriculado y libremente, asistí a Dibujo Artístico, Modelado, Repujado de Cuero y Chapa. Ahí descubrí la escultura. A los dieciocho años me concedieron un premio, para hacer un viaje a Italia, y allí vi la gran escultura, que para mí, no era desconocida. Solo quedaba el hacerla y en ella sigo. La figuración y la abstracción ¿Son necesarias para la creación artística? Todo es necesario. Creo que la abstracción también es figurativa. Cualquier forma lo es. Actualmente, no veo muy bien de un ojo, salvo en el dibujo. La abstracción va siempre referida a una forma, pues si no, no existiría. El Arte, igual salva una figura abstracta mejor que la realidad, aunque la realidad es compleja, y hay que hacer de ella una abstracción. Por tanto, para mí, el abstracto y el figurativo son la misma cosa. Hace algún tiempo, realizó una exposición con servilletas de papel ¿Cómo lo recibieron quienes la visitaron? Ha sido el mayor éxito que he tenido. Se hizo de forma itinerante por Castilla y León, como homenaje a Santa Teresa. Próximamente se expondrá en Salamanca. anteriormente, se hizo en Valladolid, Palencia, Burgos y Soria. Fue un auténtico éxito. ¿Cómo nació la idea de crear la Fundación que lleva su nombre en Salamanca? La idea fue de mi hijo, con el fin de que la obra, de la que conservo mucho, debido a que hubo una época en la que la gente no me compraba mucho y lo que me querían comprar, a mi no me gustaba venderlo. Entonces, mi hijo, decidió que la mejor manera para que no se desperdiciara la obra, era crear la Fundación. Hemos realizado dos exposiciones. Una sobre la Música y otra sobre temas religioso. En este mes de febrero, vamos a crear otra, de pequeño formato, donde entrarán todos los temas. ¿Trabaja ahora en algún proyecto? Tengo uno con el que he soñado toda mi vida. Sería una de mis ilusiones hacerla en Salamanca, para que existiese el primer museo de pequeño formato, de Arte Contemporáneo, de todos los artistas, pues en todos ellos hay un momento de ilusión. Luego tengo otro, pues para mi, el Arte Religioso ha sido siempre primordial. Todo esto sería un proyecto nacional. M. Azores

DIEGO CANOGAR

Exposición escultórica

“EL VACÍO SUGERENTE”

Museo Tiflológico La Coruña, 18 * 28020 MADRID

Del 29 de Enero al 19 de marzo 2016

Martes a Viernes: de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas

Sábados: de 10 a 14 horas

Maqueta de Tetramorfo

Retrato de Su Majestad el Rey Felipe VI * Obra del pintor Carlos Salvador Mira

Nuestro Patrimonio

JOSE LUIS SAMPEDRO ESCOLAR De la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía

El retrato del Rey Felipe VI Su Majestad el Rey Felipe VI, visitó por primera vez, el 3 de diciembre de 2015, la nueva sede de la Cancillería de las Reales y Militares Órdenes de San Fernando y San Hermenegildo, en el Acuartelamiento "Complejo Princesa" del Ministerio de Defensa, en la madrileña calle de la Princesa. A su llegada, Don Felipe fue recibido por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, y el gran canciller de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, almirante general Manuel Rebollo García. Tras recibir Don Felipe el saludo de los miembros de la Asamblea, el gran canciller expuso las actividades realizadas durante el año, celebrándose a continuación el capítulo de San Hermenegildo 2016, donde se estudió el proyecto de nuevo reglamento de la Orden. Con este motivo, el Monarca tuvo ocasión de ver su nuevo retrato, que preside la sala donde tuvo lugar la reunión, ejecutado con notable maestría por el pintor alicantino radicado en Londres Carlos Salvador Mira, graduado en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia. Se trata de un lienzo al óleo, de tamaño natural, en el que Su Majestad vista el uniforme de gran etiqueta de Capitán General de Tierra, cruzando su pecho la banda de la Orden de San Hermenegildo y luciendo la placa de la misma orden, el Toisón de Oro y las grandes cruces del Mérito Militar, Naval y Aeronáutico. La pose del retratado es de gran naturalidad, siguiendo la mejor tradición del retrato regio, fijada ya por Tiziano y Antonio Moro y en la que alcanzó las más altas cotas la escuela española, ejemplificadas en las imágenes que Velazquez nos legara de Felipe IV y sus hermanos, los Infantes Don Carlosy Don Fernando, y en línea que siguieron posteriormente Juan Bautista Martínez del Mazo, Juan Carreño de Miranda, Francisco de Goya, Vicente López, los Madrazo, Fernando Álvarez de Sotomayor, Manuel Benedito y, ya en nuestros días, Félix Revello de Toro y Ricardo Macarrón. Es esta que comentamos y compartimos con nuestros lectores, una obra completamente alejada de la pompa teatral del rococó francés, en el que abundaban los pesados cortinajes con borlones, los almohadones con coronas y las columnas clásicas que distraían la atención del espectador, de lo auténticamente importante, el personaje efigiado, su personalidad y, en este caso, los emblemas directamente relacionados con la función del retrato meritado, es decir, las insignias representativas de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo. El rostro de Su Majestad aparece barbado, como se mostraba en varios de los retratos oficiales del inicio de su reinado, y la expresión sabe conjugar la afabilidad con la gravedad de quien conoce las dificultades del momento que vivimos. Llaman la atención las manos de Don Felipe, grandes, fuertes y curtidas por los deportes, que son elemento importante de la imagen del modelo y nunca de fácil ejecución. Dan la impresión de pertenecer a un personaje que medita sus decisiones y sabe mantenerlas una vez tomadas. La opinión pública puede además congratularse de que esta nueva obra de arte que se incorpora al Patrimonio del Estado a través del Ministerio de Defensa, no ha supuesto coste económico alguno al erario, por ser fruto de la actuación de mecenazgo de un ciudadano particular, que ha preferido mantenerse en un discreto anonimato, pero ello no obsta para que, se le deba agradecer su gesto, que contribuye al decoro de instituciones representativas del Reino de España, como son la figura del Rey y las Fuerzas Armadas. Finalizada la reunión de la Asamblea, el Rey recorrió las oficinas donde tienen su sede, desde el pasado 6 de mayo, las Reales y Militares Órdenes. La visita de Su Majestad, concluyó con la firma en el Libro de Honor y el descubrimiento de una placa conmemorativa.

Nuestro Patrimonio

MARIANO AZORES Del Instituto de Estudios Madrileños

En recuerdo de Monseñor Iniesta

El pasado 3 de enero, un día antes de haber cumplido 93 años, falleció en Albacete, la ciudad donde vino al mundo, monseñor Alberto Iniesta Jiménez, quien fuera Obispo Auxiliar de Madrid desde 1972 hasta 1998 y que después se retiraría a la Residencia para religiosos existente en su ciudad natal. A pesar de ser una tarde lluviosa, al siguiente día, 4, tuvo lugar un emotivo acto litúrgico para dar digno entierro quien durante 26 años fue obispo del madrileño barrio de Vallecas. El acto tuvo lugar en la Real Colegiata de San Isidro (Toledo, 37) presidiendo la ceremonia, el actual Arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra, que estuvo acompañado por los cardenales Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal Española y por Carlos Amigo, cardenal emérito de Sevilla. También asistieron, los arzobispos de Toledo, Braulio Rodriguez; Getafe (Madrid), Joaquín María López de Andujar; Granada, Francisco Javier Martínez; Burgos, Fidel Herraez y el Arzobispo Castrense, Juan del Rio. No faltaron tampoco, los obispos de Albacete, Ciriaco Benavente; de Segovia, César Franco y el Auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino. Todos ellos estuvieron acompañados por José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal Española, vicarios episcopales y numerosos sacerdotes. Entre el público en general, cabe destacar la presencia de Rodolfo Martín Villa, ex ministro del Interior, bajo el mandato de Adolfo Suárez. Así como los familiares más directos, del finado.

Su Santidad el Papa Francisco, envió a través de su Secretario del Estado Vaticano, Pietro Parolin, un telegrama dándole su más sentido pésame y ofreciendo sufragios por el descanso eterno de monseñor Alberto Iniesta. Finalmente, el obispo Auxiliar Iniesta, fue enterrado en la cripta de Nuestra Señora del Buen Consejo, de la Real Colegiata de San Isidro, muy cerca de donde yacen los restos del cardenal Vicente Enrique y Tarancón. La música corrió a cargo de la soprano Mercedes Hurtado.

TErTulia “El rasTro” Avenida de Valladolid, 3 * 28008 Madrid * 629 47 88 89

Queridos amigos:

Os comunico que el próximo martes, 16 de febrero de 2016, nos reuniremos para dar un merecido Homenaje a ENRIQUE DE AGUINAGA, Decano de los Cronistas Oficiales de la Villa de Madrid.

Como es habitual, el almuerzo se celebrará en el RESTAURANTE RIAZOR (Toledo, 19), a las 14,30 horas. Julián Illán del Pino Vicepresidente

Mesa y Mantel

por Misericordia Torres

Seguimos en el centro del invierno y esta receta que hoy les presento es típica de Almagro (Ciudad Real). Es de una sencilla elaboración y de las más emblemáticas de toda Castilla – La Mancha.

TIZNAO Para 4 comensales

S

INGREDIENTES

8 patatas medianas * 300 grs de bacalao en salazón * 3 dientes de ajo * 4 huevos duros * 10 cucharadas de aceite de oliva virgen extra * 50 grs de nueces * sal. Comenzaremos cociendo las patatas con su piel, durante 30 minutos, haciendo la misma operación con el bacalao durante cinco minutos y reservaremos el caldo de bacalao en una taza. Picaremos los ajos, pelaremos las patatas y desmigaremos el bacalao. En un mortero, machacaremos los ajos, incorporaremos las patatas y mezclaremos todo ello. A continuación, añadiremos el bacalao y lo seguiremos mezclando. Añadiremos el aceite, sin dejar de remover. Si quedase muy espeso, añadiríamos un poco de agua donde cocimos el bacalao y lo tendríamos reservado hasta que tenga la consistencia de un puré. Finalmente, lo adornaremos con un huevo cocido, nueces y un chorro de aceite.

SCIFIarea

Espacio de Merchandising de Cine, TV, Series, Literatura y

Sagas fantásticas y de ficción.

www.scifiarea.com

Madre de Dios 2 (Casco Histórico) 28801 Alcalá de Henares (Madrid) * 91 139 31 54

Poema cervantino

Amor de Quijotes Quizás en el amor somos Quijotes buscando ciegamente a Dulcinea. Si hemos de adorarla guapa o fea lo mismo da que del silencio brotes, de amor nos rinda y nos agotes de ese sueño dorado que flamea la virtud y belleza que recrea, amar a ella cual sumos sacerdotes. Ese amor que al ser imaginado tiene a favor el sueño y el recreo. Es Alonso Quijano quien nos guía, para hacer del amor algo creado, vestir belleza y señorío creo no es convertir amor en anarquía. Carmen Silva

Dulcinea y Don Quijote * EL TOBOSO (Toledo)