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Portfolio de Candás, Carreño Asturias, del año 2015
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Edita
Igrafix para el Ayuntamiento de Carreño
Depósito Legal
AS-2.614/00
Maquetación
iGrafix Estudio Creativo
(www.igrafix.es)
Portada
Xuacu Fernández
Coordina
Alain J. Fernández Fdez.
Consejo de Redacción
Hermenegildo Fernández González
José Marcelino García
Alain J. Fernández Fdez.
Archivo Fotográfico e Ilustraciones
Tito Aramendi
iGrafix Estudio Creativo
(www.igrafix.es)
Colaboradores
Abel S. Méndez
José Muñoz Álvarez
Juan E. Fernández Pandiella
Esther López Fernández
María Jesús Gonzalez García
Este Portfolio no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colabora-dores; tampoco se compromete a publicar los textos no solicitados. Queda prohibida la reproducción, total o parcial, por cual-quier medio, del contenido de esta publica-ción sin el consentimiento explicito de sus autores, así como del editor.
IN MEMORIAM
Luis Prendes
Páginas entrañables dejó Luis Prendes escritas en este Portfolio de fiestas. Páginas escritas con estilo, belleza y simpatía de un Candás con sus típicos personajes, en el que el cine era el rey que mitigaba los corazones tristes, el que alegraba la vida de los niños, el que enseñaba el crimen, el amor o la pasión a los jóvenes, llenándonos a todos de emoción, miedo y fantasía. Son inevitables los recuerdos de aquel “general” esca-lonado, con barandal en herradura, y del pequeño patio de butacas y sus palcos. Todo bajo la tenue luz roja del Apolo y del Prendes de la “Marabunta”. Con Luis en la cabina, echando a rodar la máquina de la ilusión.
Cuando, seguramente, en su cabeza ya sólo tenía peliculones y trailes, Luis, de edad avanzada, falleció el pasado año.
Como colaborador de esta publicación, el Portfolio le rinde su homenaje, su recuer-do y su gratitud. Descanse en Paz. The End.
El Consejo de Redacción
DESCARGA AQUÍLA VERSIÓN DIGITAL
El Consejo de Redacción50 Aniversario del Portfolio ..................................................... 3
Amelia Fernández LópezSaluda de la Alcaldesa............................................................ 4
Muestra de Artículos del Primer Portfolio.Candás, septiembre 1966 ..................................................... 6
María Teresa ÁlvarezCarta a José Ángel Alonso Jesús ......................................... 10
Cipriano Aramendi “Panín”Viene a cuento ...................................................................... 12
Manuel Javier Aroca IglesiasGalerna ................................................................................. 14
José Ramón Badiola GarcíaPregón Fiestas de Candás 2014 .......................................... 16
Erundina Busto MenéndezEl Palacio de Villar ................................................................ 20
José Luis Campal y Ana IbáñezPoema visual y Como los antiguos marinos ........................ 22
Alfonso CampuzanoSan Antonio Vs San Cutilín ................................................... 24
David Colado CoronasEl Rapacín de Candás .......................................................... 28
Laureano Fernández ÁlvarezCandás, villa pescadora y marinera ..................................... 34
Hermenegildo Fernández GonzálezLa Mar de Fiestas en Candás: El Cristo (Primera Parte) ........38
José Marcelino GarcíaEl quiosco de Asunción ......................................................... 42
Berta García-Barrosa CandiaRecuerdos de Candás, hace 55 años .................................. 44
José María García GarcíaConsideraciones acerca de vecinos y vecindad .................. 46
Alberto García RodríguezRememorando SO.FE.CA. ................................................... 50
Rodolfo González ConstansEl Mundo en mis manos ....................................................... 54
José Antonio González CuervoHoy hay comedia .................................................................. 58
Ignacio Gracia Noriega El Holandés Errante .............................................................. 60
Amado MéndezLos Xiatinos. Las Fiestas del Cristo ..................................... 62
Manuel Menéndez Santos¿Por qué preocuparnos? ...................................................... 64
Miguel Menéndez ViñaEres mar, eres ola ................................................................. 68
Loli MonzónSalón de Teatro Costumbrista y Premios Aurora ................. 70
Arturo Muñiz FernándezGonzález de Posada: Pasión por Asturias ........................... 72
Luis F. Nodal GarcíaCandás intimo. Alborada 1982 (Segunda Parte) .................. 76
Marcelo PalaciosPregón de La Alborada, Candás 2014 ................................. 80
Manuel Emilio Rodríguez AbeijónA mi padre con todo mi cariño (Manolo Mimón) ................... 84
José Luis Rodríguez ArtimeDestacados y destacables .................................................... 86
Eduardo Román GarcíaEl hermoso Palacio de Villar ................................................. 90
Mª Josefa Sanz FuentesDe Candás a Cuba, a comienzos del siglo XIX ................... 92
Mandy VelascoLa Mina y la Mar 2014 .......................................................... 96
WifredoNunca te olvidaré ................................................................100
TODA UNA VIDAJosefa Suárez García .........................................................102
Rosa Fernández Fernández ...............................................106
Bruno Rodríguez Reguera ..................................................109
ALBUM PARA EL RECUERDO ........................................ 113
EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS ........................... 118
SIGNO, HUELLA Y MEMORIA .........................................120
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS 2015
Dice un tango de Gardel, “que 20 años no son nada”. Eso mismo po-
demos decir de 50, que son los que nuestro Portfolio, propiamente
como tal, ha cumplido en este año 2015. Bodas de Oro de una pu-
blicación que, fiel a su cita anual, viene abriendo (sin interrupción) sus páginas
en la antesala de las tradicionales fiestas del Santísimo Cristo de Candás, faro
y guía de nuestro pueblo y Patrón Mayor de todas las Cofradías de Pescadores
de Asturias. En todo este tiempo transcurrido, España, Asturias, Candás han
experimentado cambios profundos en la vida política y social, en la cultura, en
las relaciones laborales y familiares, en el modo de estar y de sentir de la gente.
El Portfolio no ha sido ajeno a esta evolución y a estos cambios, y así, a lo largo
de estos 50 años, también ha ido quedando reflejado en sus páginas el devenir
del tiempo, del nuevo tiempo, con sus azares y sus alegrías, con sus ilusiones
y esperanzas. Ello ha sido posible gracias a un fiel elenco de colaboradores
(candasinos y forasteros), hombres y mujeres amantes de su pueblo, de este
singular pueblo, de sus tradiciones y costumbres, de su gran historia marinera,
su cultura e idiosincrasia, su deporte, fiestas y religiosidad. Saberes y sentires,
inquietudes y esperanzas, recuerdos de juventud y de madurez que aquí, en
los Portfolios, quedarán guardados para que las nuevas generaciones puedan,
siquiera aproximadamente, conocer el Candás y las gentes de una época, cier-
tamente apasionante. Desde el recuerdo emocionado a los colaboradores fa-
llecidos, expresamos nuestra gratitud a los que, de una u otra forma, siguen
prestando, desinteresadamente, su tiempo, sus conocimientos y trabajo en la
confección de esta publicación, tan esperada siempre por todos los candasi-
nos. Nuestro reconocimiento a los anunciantes, que hicieron y hacen posible
su financiación, a las distintas Comisiones de Fiestas que se esforzaron en su
mantenimiento y mejora, a los alcaldes y corporaciones municipales que lo
protegieron y tutelaron, a vosotros, candasinos y candasinas, que, en definitiva,
sois los principales destinatarios de este Portfolio que, cada año, ponemos, con
toda nuestra ilusión y cariño, en vuestra manos.
El Consejo de Redacción
50Aniversario del Portfolio
4 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Saluda de la Alcaldesa de Carreño
AMELIA FERNÁNDEZ LÓPEZ
Cada año por estas fechas empezamos a despe-
dir el verano con la vista y el corazón pues-
tos en la celebración de la principal festivi-
dad de esta villa marinera: El Stmo. Cristo de Candás, 14
de Septiembre.
Gentes de condición humilde que tanto saben de
sentido común han impregnado de trascendencia y ejem-
plaridad un pasado del que pretendemos ser dignos here-
deros. No importa que el desarrollo industrial, la tecno-
logía y la globalización nos sitúen en un escenario vital
muy distinto al que vivieron generaciones anteriores,
porque también nuestra época tendrá elementos de in-
terés para quienes festejen El Cristo en las postrimerías
del siglo XXI.
Aunque la inmediatez del presente sólo nos permi-
te dejar testimonio de nuestros quehaceres, sin duda, el
paso del tiempo otorgará singularidad y relevancia a cos-
tumbres que, por sencillas y rutinarias, ahora pasan inad-
vertidas. ¿Creéis que, por ejemplo, las mujeres lavanderas
de antaño y labradoras algún día pudieron imaginar que
sus testimonios de agua y jabón darían lugar a un pro-
yecto editorial y posterior publicación del libro con sus
vivencias “El Murmullo del agua”? ¿Cómo iban a pensar
las rederas de antaño, los pescadores, las muyeres de la
paxa o las mujeres que trabajaban en las fábricas de con-
serva que esas fotografías en traje de faena o el testimo-
nio sobre el desempeño de su labor pasarían a enriquecer
la historia local? Precisamente, la laboriosidad cotidia-
na junto con los momentos de esparcimiento y celebra-
ción constituyen el eje de la singular muestra fotográfica
que, por segundo año consecutivo, engalana el espaldón
del muelle y que en buena medida conecta con el espíritu
que anima esta publicación anual.
Rememorar tiempos pasados es el denominador co-
mún en ambos proyectos. Miramos al futuro con optimis-
mo, sin perder de vista lo mejor de aquel tiempo, por
eso, nos empeñamos en mantener viva la esencia de unas
raíces que bien representan la Farola y la Peña Furada.
La singularidad –y me atrevería a calificar de grandeza–
de esta publicación reside en el relato personal de viven-
cias escritas al dictado del corazón.
Esta implicación incondicional que sigue es la que
quiero destacar y agradecer. A las Peñas marineras, a ve-
cinos y vecinas, como Josefa Suárez, la incombustible
“Cervera” que no falla a su cita “obligada” con las cha-
rangas, la danza y la Alborada. Así como la labor callada
de María Esther Vega al frente de la danza y el logro de
que ésta siga viva. La estrecha colaboración de María José
Fer nández, puntual y solemne en la oración matinal en
recuerdo de las personas fallecidas en la mar, digna suce-
sora de las recitaciones que, durante años, hizo la falleci-
da Ceferina Gutiérrez “Ferina”. Por supuesto, mi gratitud
también a José Marcelino García, escritor, poeta e infa-
tigable colaborador de la Alborada Marinera y al equi-
po redactor del Portfolio. A las entidades socioculturales
como nuestra Banda de Música, la Coral “Aires de Can-
dás”, la Banda de Gaites, la asociación Candás Marinero
y el Coro de la Bodega. Sus aportaciones, al margen del
tema o de la forma –prosa o verso– contribuyen al retrato
de nuestra memoria común. Por eso, como Alcaldesa del
Concejo, quiero que sepáis que me enorgullece respaldar
iniciativas como éstas, forjadas en un entrañable compro-
miso colectivo.
A mis vecinos y vecinas de Carreño y a quienes deci-
dáis acercaros a acompañarnos en estas fechas, os invito a
disfrutar, un año más, de las Fiestas del Cristo.
Muestra de Artículos delPrimer Portfolio. Candás, Septiembre 1966
8 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
10 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
MARÍA TERESA ÁLVAREZ
Querido José Ángel, este
año se cumplen los
cincuenta del port fo lio
de las fiestas del Santo Cristo de
Candás, del que tú fuiste el al ma
desde sus comienzos allá por 1965
hasta que finalizó tu paso por esta
vida.
No eras candasín pero amabas
a este pueblo con pasión.
“Me has ganado el corazón,
Can dás de mis amores. Me lo has
ganado desde el primer día que
pisé tu suelo empedrado, suelo
marinero, con olor a pescado, con
brillos de escamas y olor también
a algas, a pies descalzos y a redes
“encascadas”.
Cincuenta años del por tfolio de las Fiestas del Santo Cristo
Carta aJosé Ángel AlonsoJesús
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 11
Son unas líneas sacadas de uno
de tus escritos en el portfolio de
1968. Quiero confesarte una cosa,
ahora, al releer tus textos debo
decirte que me gustan mucho.
An tes también me parecían
buenos, pero ahora más. Es pro-
bable que ello sea debido a que
tal vez mi sensibilidad se haya
incrementado con el paso del
tiem po. Es muy hermoso leerte:
“Riela mi intento, como navecilla
sobre esa mar. Y siento palpitar en
mis sienes el grito de las olas que se
azotan contra los muros y contra las
rocas o que bisbisean al morir en las
arenas de la playa. Y siento el fervor
de una oración, palomita mensajera
de la piedad de este pueblo. Y ad-
vierto, escucho, el chasquido de
un beso enamorado que desde el
cielo viene a posarse sobre tu frente
soberana. Ahí está, suspiro, sonrisa
y plegaria”.
Nunca, como ahora, José
Ángel, me di cuenta de que tus
textos son puro sentimiento.
Y yo tuve la suerte de iniciar,
agarrada de tu mano, mis pasos
por el camino en el que habría de
moverse mi vida profesional, el
mundo de la comunicación.
¿Sabes? he escrito una novela
ambientada en Candás. En
ningún momento he pensado en ti
al idearla, pero ahora, al redactar
estas líneas, encuentro cierto pa -
ra lelismo entre la maestra y Ma-
rina (la protagonista de la no-
vela) y tu y yo. Sí, existe cierto
pa recido porque es posible que
si no me brindaras apoyo para
apren der junto a ti las labores de
corresponsal, tal vez, habría dado
otro sentido a mi vida.
Qué importante fue que cre ye-
ras en mí, ayudándome a superar
las dudas e incertidumbres tan fre-
cuentes en los inicios.
De verdad que es una delicia
releer los portfolios de hace años,
no sólo por tus pregones y poesías
sino por el interés y calidad de las
distintas colaboraciones, en tre las
que encontré una que me causó
especial emoción. Es del año
1968, de César Rodrigo, titulada
“Soledades”, en la que refleja
con bello juego de palabras ese
sentimiento que nunca le aban-
donó:
“Solo entre sus soledades. Así ca-
mi na a veces el hombre. De ma siadas
veces, ciertamente. Solo y aburrido.
Can sado. Desconfiado. Huye el
hom bre de todo y a la vez de nada.
Se ve envuelto en tanto ruido, que se
aísla en su silencio.
Quizá convenga esto al hombre.
Pero da miedo... Vagando en los
ca minos de pensamiento y vida.
So lo entre sus soledades. Las que
de pronto ha recibido. Las que de
pronto se ha buscado.
Sí, quizás convenga. Pero da mie-
do... Dan miedo las soledades del
hom bre. Por eso él, aunque se aísla,
es pera confiado en su esperanza
un encuentro. Un encuentro que le
acompañe. Que alguna puerta le
abra... Una esperanza”.
César Rodrigo, como tú, te-
nía alma de poeta y una voz pre-
ciosa...
Cuántas evocaciones al repasar
uno tras otro los portfolios. No re-
cor daba que yo escribí por pri me-
ra vez en el del año 70, aunque sí
mis miedos. Sin embargo al volver
a leerlo suscribiría alguna idea
reflejada en aquel texto cuando
intento describir el encanto y
embrujo de Candás.
Estoy segura de que te gustaría
ver como el portfolio sigue año tras
año mostrando los sentimientos,
recuerdos y emociones que Can-
dás nos sugiere. Desde hace unos
cuantos años, Hermenegildo Fer-
nán dez, José Marcelino García y
Alain Fernández, son los en car-
ga dos de convertirlo en realidad
anual mente.
Querido José Ángel, el timón
si gue en manos seguras y quiero
pen sar que así será, para que
Can dás siga vibrando cada
septiembre.
Amigo mío me ha venido muy
bien la celebración de las Bodas
de Oro del portfolio para es cri bir-
te estas líneas y manifestar pú bli-
ca mente mi agradecimiento por lo
mucho que me has ayudado. ¡Gra-
cias! Y gracias también en nombre
de Candás; de su ribera, de su mar,
de su Plaza de la Baragaña, de sus
ca lles a las que tanto cantaste...
“Si alguna vez yo dejara de ron-
dar por estas calles
¡Vive Dios! os lo aseguro:
¡el alma se me vendría a pasear
por ellas!
12 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Con unos catorce años al
hom bro, mis amigos Ga-
ya rre, su her ma no Luis,
Mos calín y otros apro ve chando la
po da de árboles de la Ba ra gaña, hoy
Bernardo Al fageme, cada uno es co-
gía el mejor caballo, “caña cortada”,
y con otra para arrear más pequeña,
tro tábamos to do Candás hasta el
atardecer. Hoy parece ser que es ta
cuadra ha desaparecido, ellos sa-
brán el por qué, lo que de verdad
es una pena es ver languidecer las
ra mas de estos árboles y tener la im-
pre sión que ellos se mueren.
Llegado que era el atardecer se
recogían los caballos y nos mar chá-
ba mos para los Cubos donde vivía
Ga yarre con sus padres y abuelo, el
buen Manolín de Trola, tan querido
Besugón.
Allí, con la chapa de carbón al
rojo vivo, una caja de mariposas
encima de la espetera por si la
luz fallara, ya tenía nuestro que-
rido Manolín toda la chapa lle na a
rebosar de llámpares y pe queños
mejillones, pescados en el muro del
puerto, donde se asaban y desa pa-
recían rápidamente a me di da que se
a brían cocidas.
Acelerada estaba la chapa pe-
ro más acelerados andábamos no-
sotros que no dábamos abasto a
coger y comer. El bueno de Manolín
nos increpaba diciéndonos que
“me cago en la os”non doy abasto,
dejaime alguna. Con el paladar
quemado en aquella salita no pa-
rá bamos de comer llámpares y
pe queños mejillones. Ya cuando
quedábamos fartos y jugábamos
a las cartas, él se ponía a tono con
la chapa de su cocina y hasta que
terminara la munición estaba day
que te pego.
Mención aparte y especialísima,
merece que recordemos con to-
dos los merecimientos a su her ma-
no ANTÓN DE TROLA, hom bre
formado por sus propios me re ci-
mientos, pues sentado en la Rula
como vendedor y robando tiempo
al tiempo, se formó como gran
matemático, hombre de letras y
demás, que teniendo tiempo libre lo
dedicaba a escribir y hacer cuentas
y con el resto de su peculio se
compraba la prensa y sentado en
uno de los bancos de la Rula leía para
la comunidad que asistía para ser
debidamente informada de todos los
quehaceres. Hombre docto y gran
pedagogo dedicaba cuanto sabía a la
enseñanza. Cuan tos hemos pasado
por sus manos nos hemos quedado
con su cariño y afecto que con gran
amor recordamos.
Tuvo unos cuantos hijos que al
menos yo recuerde, a saber, Luis
que dedicó su vida a su trabajo y
andanzas por las américas, promotor
de la actual casa donde residía su
padre, hermana y hermano Antón y
nieto Melquíades. Ya en otra vivía su
otro hijo apodado “el alemán”, pero
toda la familia bajo su protección.
CIPRIANO ARAMENDI “PANÍN”
Vienea cuento
14 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Las olas, cual jauría desbocada,
embestían de lleno contra el casco
y daban tan rabiosas dentelladas
que hubieran de partir en dos el barco.
Nunca nos vimos en peor batalla.
Calamos al manómetro la gorra
y dimos todo avante hacia la rada,
en pos de su resguardo y su custodia.
Aproximándonos a la ensenada,
corríamos de popa la galerna,
tratando de evitar las rocas bravas
que extendían su lomo, traicioneras.
Ya desde San Antonio avizoraba
la gente nuestra lucha desigual;
su fuerza y sus anhelos nos guiaban
a puerto, en gran porfía con la mar.
Juguetes a merced de la borrasca,
cayéndonos encima el firmamento,
el miedo hizo brotar una plegaria
silenciosa, salida de muy dentro.
Y justo al avistar Peña Furada
y ver en torno al muelle a todo el pueblo,
al Cristo encomendamos nuestras almas
con ansias de exclamar: “¡Jesús y adentro!”.
MANUEL JAVIER AROCA IGLESIAS
Galerna
Era una tarde limpia y reposada.
El cielo se dijera un paño azul.
Gallardetes que apenas se agitaban,
sumidos en tan lánguida quietud…
Pero el patrón, astuto, barruntaba,
desconfiando acerca del cariz;
y sin demora puso rumbo a casa
cuando el noroeste comenzó a rugir.
La proa iba bordando espumas blancas,
su leve cabeceo era saludo
enviado a la costa, ya cercana,
sabiéndola su abrigo y fiel refugio.
De pronto, un negro soplo encogió el alma.
El cielo se hizo turbio remolino
y una mano invisible barrió el agua,
poblándose al instante de mil rizos.
16 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
PREGÓN FIESTAS DE CANDÁS 2014
JOSÉ RAMÓNBADIOLAGARCÍA
Estimadas autoridades, es-
timados vecinos, amigos todos.
No sabía muy bien si lle-
gado este momento me iban a
traicionar los nervios cuando
comenzase a hablar, porque
es la primera vez que me cabe
el honor de dar un pregón, y
na da menos que en mi pueblo,
Can dás, el que me vio nacer,
en el que disfruté y disfruto ca-
da día de mi vida y en el que
he tenido la suerte de trabajar
y de sentirme un candasín pri-
vilegiado, como creo que nos
sen timos todos los que aquí vi-
vi mos.
Cuando Angel, nuestro
A l calde me llamó, pasé de la
sor presa por la inesperada no-
ticia, a la alegría, al orgullo por
la tarea encomendada, unido
to do ello a la responsabilidad,
al reto que supone ser el pre-
go nero en Candás, mi pueblo y
di rigirme a mis vecinos como
tal. No hay candasín que no
pue da sentir orgullo de dar el
chu pinazo de las fiestas del
Cristo.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 17
No crean que no le di vueltas…y muchas…porque
estoy acostumbrado a pasear mis vacas por muchos
Certámenes a recoger premios por ellas, siendo ellas
las protagonistas, pero son raras las ocasiones en las
que me veo en circunstancias parecidas a ésta y menos
para estar en el Teatro Prendes, con mis vecinos, con
mis amigos, con mi familia… que aunque no lo crean ,
esto impone y mucho.
El corazón en esta ocasión pudo más que la razón y
le dije que aceptaba, seguro de que sería el corazón el
que me guiaría con las palabras que ahora mismo estoy
enlazando.
Me puse manos a la obra y lo primero que hice fue
rebuscar en el fondo del armario de mis recuerdos, del
pueblo, de mis vecinos, de los paisajes, de los olores
que te acercan un poco más a todo lo vivido aquí y
¿saben lo que descubrí?
Que como candasín, el pueblo, sus calles sus
fiestas y por supuesto su Santísimo Cristo han
estado, están y estarán siempre presentes en mi
vida.
Os contaré que mi apellido, Badiola, me llega por la
mar desde Ondarroa (Vizcaya), de donde procedía mi
abuelo, Francisco Badiola Osa, que un buen día des-
embarcó en Candás por motivos laborales y quedó
rendido de la candasina que le dio 7 hijos, entre ellos
mi padre, instalándose para siempre aquí.
Comienza entonces la alianza entre el mundo de la
mar y el del campo, de donde provenía mi madre.
Qué curioso, cuando compré la primera vaca cam-
peona, se llamaba OSA, como el segundo apellido de
mi abuelo.
Quizás en la vida no haya “casualidades”, sino
“causalidades”
Mi padre Pepe, hombre inquieto y dinámico, fue
hombre de mar; a los 13 años años ya llegó a las costas
de Irlanda, fue fogonero, las campañas en alta mar lo
mantenían mucho tiempo alejado de casa, donde yo
vivía con mi madre, mis abuelos maternos y mis que-
ridas primas .
Fue en Noval, donde nací y me crié con la presen-
cia cercana del mundo de la aldea, del ganado; que
comenzó a atraerme, a seducirme, diría yo. Todo este
ambiente influyó con seguridad en la afición que iría
adquiriendo por todo el tema del campo.
Empecé a tener claro que yo quería vincular mi
vida profesional a la ganadería. Estaba enganchado a
este mundo.
Mis recuerdos en Candás se remontan a la Escue-
la de Ramón de Xuan, la Academia, con Angelinos,
Ángel, y su mujer María Luisa, las clases con Arturo,
aquellos personajes tan emblemáticos y representati-
vos de mi generación y la de tantos candasinos y ciu-
dadanos de Carreño.
El periplo de la Escuela de Comercio, en Avilés, con
el Carreño llevándome y trayéndome, metiéndome de
lleno en aquella adolescencia y juventud que me acer-
caban a las tardes de guateques en la Nozaleda, en la
Sala de Fiestas Manila, donde en una de aquellas sesio-
nes de baile conocí a uno de los tesoros más preciados
de mi vida: mi compañera, mi amiga, mi confidente, mi
amor, Puri, porque sin ella nada de esto tendría senti-
do, gracias a ella también porque mis éxitos son suyos.
No hay que estudiar la historia de un pueblo como
el nuestro para comprender que el Cristo de Candás
está en el corazón de cada uno de nosotros , los can-
dasinos.
En Él nos refugiamos cuando la suerte nos da la
espalda, cuando nos vienen mal dadas, siempre con la
esperanza de encontrar el cobijo que necesitamos en
esos duros momentos.
Estoy seguro que cada uno de nosotros alguna vez
lo hemos hecho y seguro que más de una .
Pensar en el Cristo de Candás, en el pueblo, en sus
gentes…. y solo con eso se me dibuja una sonrisa en el
alma. Mis hijos y, ahora, mis nietos han ido creciendo
por cada una de las calles del pueblo, jugando por las
plazas , paseando por el muelle , divirtiéndose con sus
fiestas…
Este pregón es más un compendio de emociones
personales y compartidas porque con esta invitación
18 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
he tenido la oportunidad de remover viejos recuerdos,
ilusiones, anécdotas familiares…viniendo a mi memo-
ria todo lo vivido y me ha servido para hacer un alto en
el camino , para observar a Candás y a su Cristo desde
otra perspectiva, tratar de plasmarlo en unos cuantos
folios, y que el alma de este pueblo y mis palabras nos
impregnen en esta noche de septiembre con la imagen
del Cristo Marinero.
Tarea difícil, no crean… y una palabra, sobre todo,
quiero que sea la que se recuerde de este pregón:
GRATITUD, porque este pueblo y sus gentes, en mi
caso, me lo han dado todo, y gran parte de lo que soy
y de mi éxito me lo ha dado Candás. Han hecho que
las ilusiones y los sueños de aquel niño que vivía en un
caserío de Noval se volviesen realidad. Si mis padres
no hubieran tenido aquella tienda de ultramarinos y
posteriormente la mueblería, se-
guramente hoy no estaría aquí
dirigiéndome a vosotros, porque
la base y los cimientos de todo
lo acontecido fueron puestos en
Candás. Esa mueblería en la que
cada fiesta de Carnaval daba cobi-
jo a dos populares protagonistas de
nuestro pueblo, muy conocidos y apreciados por todos
vosotros. Me refiero a Bolín y al Gavioto, que repre-
sentaban a personajes de la época muy cercanos y esti-
mados. Utilizaban para sus memorables actuaciones el
escaparate de la mueblería como escenario improvisa-
do. Seguro que os acordareis cuando se disfrazaron de
Tip y Coll, o cuando el Gavioto daba el biberón a un
Bolín que dormitaba en una cuna. Allá donde estén sa-
ben que nosotros soltamos muchas lágrimas de risa con
sus actuaciones. Siempre tendrán un hueco en nuestros
corazones. Al igual que Josefa La Cervera y sus chicas,
que son personajes inherentes al Candás más puro, al
Candás de verdad.
Se me agolpan tantos recuerdos de una juventud fe-
liz, tan llena de vida…..
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 19
Hago reflexión y análisis de mi vida, y con frecuencia
me doy cuenta de que uno se encuentra a veces en me-
dio de tormentas, metafóricamente hablando, de las que
parece imposible librarse.
Pienso ¿qué puedo hacer yo, en estos momentos…?
Y me doy cuenta que no está en nuestras manos con-
trolar la tempestad, lo que sí tenemos es un timón y una
vela en nuestra embarcación para utilizarla de la mejor
manera posible. La vida nos enseña a ser patrón de nues-
tro propio destino, de ahí la importancia de marcar bien
el rumbo.
Trabajar de forma sana para que nuestras acciones
nos permitan tener la conciencia tranquila, no perder
tiempo buscando atajos en el camino, porque no los hay
y si te encontrases alguno, ten en cuenta, que no te lleva-
rá a ningún destino deseable.
Soy de los que he perseguido con todas las fuerzas mi
sueño, de los que creo que hay que celebrar y agradecer
la vida, que debemos invertir toda la energía que po-
da mos, en saber reaccionar ante la adversidad, mirando
siempre al frente, pero sin olvidar las enseñanzas del pa-
sado.
La mueblería, la tienda de ultramarinos, mis estudios,
mi apuesta, mi sueño, mi vida: “La
Historia de una ilusión”.
Estoy tan agradecido por
ello...
Mi madre Elvira, inundó de bon-
dad y cariño mi existencia, mi padre,
me indicó con su ejemplo, que si no
trabajas duro, nada vas a conseguir
que merezca la pena.
Constancia y fe, esas que me ha
regalado nuestro Cristo Marinero y
presiden mis días.
Aprovecho la ocasión que se me
brinda para dirigirme a la juventud
y proponerles que no se cansen de
mejorar cada día que pasa, siempre
con responsabilidad y respeto por
los demás y siendo constantes.
Lo que digo no está reñido para
nada con divertirse, pasarlo bien, vivir intensamente,
aprovechar el momento.
Como candasín entenderán que hoy es un día muy
especial, con sentimientos encontrados, rodeado de vo-
sotros, de mi familia, de mis amigos, pero también un
día en el que los recuerdos de los que no están son más
intensos que nunca. En este día tan especial no quiero
olvidarme de un candasín de verdad, mi hijo Víctor, por-
que estoy seguro que donde esté para él, esto sería muy
especial.
Así que voy a terminar para que la fiesta pueda empe-
zar, para que podáis poner el pañuelo al cuello y echaros
a las calles, a alborotarlas, llenarlas de juventud y de
fiesta.
Espero que estos días sean inolvidables para vosotros,
como inolvidable será para mi el día en el que me armé
de valor y eché este pregón.
Solo puedo acabarlo con un mensaje de agradeci-
miento y el deseo de que disfrutéis de estas fiestas:
Viva Candás!!! Vivan las candasinas y los candasi-
nos!!! Viva el Santísimos Cristo!!! ¡¡¡Viva la Fiesta!!!
Muchas gracias.
20 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
La ruta proyectada, previa
llamada telefónica, resulta
corta si se hace en coche,
andando se hace larga, pero los pe-
rros agradecen estas buenas cami-
natas.
Desde Texera, cuando solemos
hacer estos paseos, salimos por la
cuesta asfaltada tras la casa toman-
do dirección a Guimarán, mas lle-
gados al alto nos desviamos hacia
el barrio de Naves dejando visible
a nuestra izquierda el “Torruxón de
Prendes”, ruta muy conocida para
los canes, que sueltos se recrean y
se despistan de nuestro control re-
cordando algún hueso que oculta-
ron días atrás en uno de los puentes
del malogrado “estratégico” hoy in-
acabada vía verde.
Tras cruzar el río “Llongues “,
hoy llamado Pervera, y con permi-
so del dueño atravesamos por casa
“El Regatu” y posteriormente por un
amplio puente las vías de Arcelor-
Mital con meta hacia el Palacio de
Villar, que elevado aún no oteamos
a la falda del Areo.
Extensas praderías con alguna
que otra caseta de aperos se prodi-
gan por estos derroteros. Bajando
esta vertiente contemplamos ya el
mencionado palacio, toda ella es
un camino de graba, hasta cruzar la
carretera que desde Pervera va a Ta-
món y discurre por el valle de Ca-
rre ño paralela al citado monte.
A partir de la CE-6 se abre una
no muy empinada cuesta embreada
de cerca de un kilómetro en el barrio
de Villar perteneciente a Guimarán,
muy grata para los perros, que en
otras ocasiones habían hecho amis-
tad con otros congéneres, que apro-
vechan después de su presentación
pa ra echar sus “parrafadas” de casa
en casa.
En esta ocasión el coche sin pe-
rros nos lleva en un pispás y llegados
al palacio que fue de los González
Villar nos reciben con gran ama-
bi lidad sus actuales dueños Án gel
Fer nández y Angelita Pérez y desde
aquí les agradecemos el haber sido
nuestros anfitriones y de igual ma-
nera nuestro agradecimiento por la
publicación en el Porfolio.
Todos conocen este edificio por
Palacio de Villar, de planta cuadran-
gular situado en una cota de nivel
más baja que el monte Areo con
una espectacular vista de todo el
va lle de Carreño a su izquierda, al
norte el Pino de la Revoria y la en-
senada visible con el mar de Xiva-
res, quedando a su derecha las chi-
meneas de la industria en Aboño.
La conversación amena y disten-
dida, con sabroso café y bizcocho
casero, nos lleva por otros derro-
teros, pero acabamos como era de
esperar en el tema a tratar, que no
es otro que el “palacio”, el cual re-
habilitado con la capilla en el año
El Palacio de Villar
ERUNDINA BUSTO MENÉNDEZ
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 21
1997 se ve hermoso. Edificio de dos
plantas con desván, que en los años
cincuenta sirvió de secadero de ta-
baco hecho que hoy agradecen pues
el aroma de estas hojas, la nicotina
que lo impregnó, parece servir de
insecticida contra las polillas.
La actividad agrícola y ganade-
ra fue el sustento durante mucho
tiempo de la casa con llagar familiar,
donde actualmente han habilitado
un salón comedor para reuniones
con familia y amigos.
En el edificio nos llama la aten-
ción el mobiliario hermosamente
ta llado, una pared de piedra con
in crustaciones de madera, que nos
re trotrae a la arquitectura tradicio-
nal batueca o centroeuropea. Nos
sor prende una colmena alojada en
la pared con un pequeño acceso en
un hermoso salón con arcones de
ha ce cuatro siglos laboriosamente ta-
llados.
Para el techo de la puerta prin-
cipal desplazaron una piedra gra-
bada con cruz de tipo ensanchada
y con fe cha de 1790, que estaba
emplazada en el abrevadero de la
caballerías
Nos habla Ángel de que el edi-
ficio así como la capilla son del si-
glo XVII y que hasta mediados del
siglo XVIII fue propiedad de los
González Villar y comprado por
José Hevia y Menéndez Valdés,
Marqués del Real Transporte, a la
par que se ex tinguía la familia de
los González Po sada de Guimarán,
con renombre en toda Asturias y
más en Gozón y Carreño.
Posteriormente el patrimonio en
poder de descendientes del citado
Marqués pasó a manos de los her-
manos Manuel Suárez y Casimiro
Suárez en 1906; Mercedes Caune-
do tía abuela de Ángel, casada en
primeras nupcias con Manuel y a la
muerte de éste con su hermano Casi-
miro, dado que el hijo de su primer
matrimonio falleció en la guerra de-
cidió adoptar a Manuel Fernández
Caunedo, su sobrino, quien prosi-
guió con el mantenimiento del pala-
cio, así como su mujer María Luisa
Menéndez González.
Del edificio rodeado de un con-
sistente muro y un pozo de piedra
en el interior y su escudo heráldico
nos dice que el palacio en su inicio
tenía la entrada en el lado Norte y
lo cambiaron al lado Sur-Oeste y
supone que se hizo para darle más
protección ante la climatología. Sus
paredes de piedra le dan una apa-
riencia majestuosa.
En el escudo en la pared de la
fachada observamos su cuartelado.
1 y 4, león rampante. 2, castillo con
pendón y caldera. 3, tres flores de
lis. Y el yelmo de hidalgo y cimera.
En cuanto a la capilla, nos co-
menta que había tres imágenes en
el retablo de madera de roble talla-
do, el cual fue vendido para sufra-
gar los gastos de la casa en época de
posguerra y añade que esta capilla
fue construida con los restos de la
ermita de Santa Eulalia de Candás.
En el libro de casados de la parro-
quia en el folio 32 se tiene constan-
cia de una partida de matrimonio
como la última celebración en esta
capilla llevada a cabo el 16 de Oc-
tubre de 1869 para celebrar la unión
de Urbano Suárez Quirós, 24 años,
(del palacio de los Carreño) y María
León, 19 años, (parece ser que es-
taba de criada en el citado palacio),
ambos de Guimarán. El citado Ur-
bano tuvo trágica muerte perecien-
do ahogado en el mar en la Campa
de Torres (parece ser que se suicidó
por motivos familiares).
En otro ámbito me gustaría re-
señar un hecho curioso: dicen que
cuando Carlos I de España desem-
barcó en Tazones, una piedra le sir-
vió de asiento, dicha piedra estuvo
en este palacio largos años y pos-
teriormente fue donada al Museo
Arqueológico de Oviedo; mi marido
personalmente se puso en contacto
con el mencionado museo pero le
dijeron que no tienen constancia de
ella, sin embargo nuestro anfitrión
Ángel da fe de ello pues presenció
personalmente su salida.
De tiempos de la inquisición,
nos comenta sobre un espacio que
fue utilizado como cámara de tortu-
ras y llamaban la celda del Forcado,
que imaginamos sombrío, como lu-
gar luctuoso y macabro, hoy en día
se vería bajo una escalera inmensa
construida recientemente.
Queremos volver a ensalzar
las muchas cosas que nos han pre-
sentado y que por limitaciones del
trabajo alguna se ha quedado en el
tintero, así como la amabilidad con
la que lo han hecho, y no podemos
obviar nuestro agradecimiento.
22 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
JOSÉ LUIS CAMPAL
Como losantiguos marinosComo los antiguos marinos
creo que el mundo es plano
que todo lo que existe
habita en el mar de tus ojos
y el resto es abismo.
Ana Ibáñez
ANA IBÁÑEZ
24 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
ALFONSO CAMPUZANO
El itinerario que, tiempo
ha, emprendía a la hora
de la siesta no tenía por
qué ser exactamente el mismo.
Algún que otro día la decisión
de caminar surgía en dirección
opuesta, un trayecto algo más
corto, aunque no menos produc-
tivo. Una delicia que sorprendía por estar menos tan-
teado por la mano del hombre.
El comienzo del itinerario, sin vereda oficial que
seguir, era agreste hasta llegar al lugar que actualmen-
te se denomina parque escultórico de San Antonio,
recuperado como un recorrido más turista que sen-
derista por la corporación municipal, donde se en-
cuentran emplazados, desde hace
varios años, dos de los posibles
cinco, como mínimo, cañones de
Candás (1), enfilando su bocal ha-
cia la villa de Perlora, donde anta-
ño no se hallaban, sino que había
que contemplarlos abandonados y
desperdigados en aquel retiro, tan
impuesto como intemporal, el escarpado prado trase-
ro del propio faro situado en la punta del cabo de San
Antonio o Punta debajo del Santo, tal y como lo llama-
ban los antiguos marineros, al que se podía descender
mediante el permiso oral otorgado por el farero.
Debido al bosque de crecidos y frondosos eucalip-
tos que crecían desmesuradamente en la ladera del
San Antonio VsSan Cutilín
FIG. 1. La ermita capilla de san Antonio a través de los eucaliptos. Julio, 1991. Autor: Alfonso Campuzano
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 25
montículo era toda una aventura, ya fuera a la ida o al
regreso, atravesarlo apartando las ramas que azotaban
sin querer el rostro y las extremidades, aunque sin la
necesidad de utilizar un machete selvático, nada que
ver, tras la desproporcionada tala sufrida, con las cal-
vas de la actualidad (Fig. 1), que se ha tolerado para
facilitar el deleite de los urbanitas adentrados en el
camino actual.
Una vez coronada aquella falda discretamente em-
pinada aparecía un claro donde se levantaba la ermita
de San Antonio para algunos, mientras que para otros
ha sido, y será, san Cutilín, sin reserva aún en el san-
toral, guardando la capilla en su interior al borde del
abismo (Fig. 2). Lejos de les romeríes de antaño, pues
hogaño aquella época desapareció, como cada año,
tendido o sentado sobre la rasposa alfombra del prado
cualquier persona podía oír sonido del agua y distin-
guir sus diferentes estrofas cuando se estrellaba contra
las rocas sembradas en la profundidad del precipicio,
así como el graznido de las gaviotas, melodía que mere-
cía la pena ser escuchada, porque sonaba mucho más a
celestial, sin que la lectura de un tabloide o de un libro
y, menos aún, la reflexión fueran interrumpidas.
La ermita, divisada desde la villa de Perlora, es-
coltada por el faro y su inseparable palmera (Fig. 3)
eran edificaciones que recortaban el horizonte, mien-
tras acompañaban la vista durante el paseo marítimo
hasta terminar en la villa de Candás, ya no se puede
observar de cerca ni en la lejanía, ya no destaca hace
tiempo por su ausencia, aparentando como si se hu-
biera ido para siempre, lo cual parece que no es del
todo cierto, al menos éste es el deseo.
Según cuentan unos y otros, al fin y al cabo, gente
del lugar, los integrantes del concejo de Carreño fra-
guaron una decisión, sin que nadie supiera la razón
última, aunque bien pudiera suponerse que había par-
tido de personas cercanas y dedicadas al ecologismo
que, angustiadas, plantearon el inminente peligro de
su primitivo emplazamiento tan cercano al acantila-
do. Posiblemente un acantilado considerado inestable,
por lo que se dijeron que habría que hacer algo, pero
sin definir adecuadamente.
Hasta que un buen día en un pleno de la corpora-
ción municipal tomó la determinación de que la em-
presa contratada numerara cada una de las piedras
que conformaban el alzado de los muros de la ermi-
ta y su capilla para continuar demoliéndolas, no sin
mimo, (Fig. 4) y trasladándolas posteriormente has-
ta un almacén perdido de la cercana villa de Perlora,
donde pudieran conservarse para la posteridad, ante
un largo descanso, sin olvido, impuesto por una ac-
tualidad timorata.
Fig. 2: Vista frontal de la ermita de san Antonio con acceso enrejado. Julio, 1984. Autor: Alfonso Campuzano
Fig. 3: La ermita capilla de san Antonio, faro y palmera. Agosto, 1977. Autor: Alfonso Campuzano
26 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Con esta decisión se advertía a lugareños y extraños
que la desaparición de tan querida ermita sería sólo tem-
poral (Fig. 5), aunque sospechando que ciertamente bien
pudiera pasar más tiempo del que deseaban, quizá de-
masiado, pero sin una fecha concreta para llevar a cabo
la reconstrucción, también piedra a piedra, que llegara
a rescatar el antiguo y conocido skyline de Candás, que
se pudiera observar nuevamente en el recorrido inicia-
do desde Perlora, porque actualmente, con el faro y su
fiel palmera, ha decaído, ya no es igual; evidentemente
se nota una falta de su perfil en el horizonte (Fig. 6), lo
cual, hasta que, tanto las ideas sobre la zona estén más
claras como la espera del día en que el concejo disponga
de una fuente de financiación que reúna el suficiente y
necesario presupuesto para decidir llevar a cabo el pro-
yecto de un mejor y más seguro asentamiento, algo más
alejado del primitivo y con menos riesgo para la supues-
ta y predecible precipitación de la edificación, perdurará
lo que tenga que perdurar.
La ermita con su capilla, fuera del ambiente romero,
requiere peregrinación, hogaño desaparecida por la im-
posición, tanto eventual como teórica de riesgo natural,
en la que los fieles, y otros menos, tengan el apoyo ma-
terial para pensar que la devoción no ha desaparecido
como, de hecho, ha sido así, pese a ser ya varios los años
transcurridos sin tener referencia alguna sobre su futura
reubicación. El pasado se resiste a
ser olvidado, no regresa más que
con el recuerdo y, si lo hiciera, no
se reconocería al exhibirse en tiem-
po futuro. Pero poco importa, sea
pasado, presente o futuro, porque
cada año que pasa, Candás me pri-
va más.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:1- Alfonso Campuzano. “Los cañones de Candás”. Portfolio 1999. Sociedad de Festejos de Candás (S.O.F.E.C.A.), pp. 28-29. Con iconografía: cinco foto-grafías del autor.
Fig. 4.: Vista lateral de la ermita y capilla de san Antonio. Julio, 1985. Autor: Alfonso Campuzano
Fig. 6: Ausencia de la ermita de san Antonio. Agosto, 2014. Autor: Alfonso Campuzano
Fig. 5: Solar actual de la ermita capilla de san Antonio. Agosto, 2014. Autor: Alfonso Campuzano
28 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
DAVID COLADO CORONAS
El Rapacínde Candás
Me gustaría comenzar con las palabras del
ver dadero impulsor de este proyecto, de
quien se marcó la meta de llevarlo a cabo
y que confió en mí como máximo responsable musical,
además de en muchas otras personas sin las que hubiese
sido imposible materializar, redescubrir y reinterpretar
una obra que nos cautivó y emocionó a tanta gente los
días 7 y 8 de diciembre de 2014 en el maravilloso Teatro
Prendes de Candás.
“EL RAPACÍN DE CANDÁS ES UN HITO
EN LA HISTORIA DE CARREÑO”
D. Angel Riego.
Alcalde de Carreño.
Estas palabras no son baladí, en primer lugar por-
que estamos hablando de las palabras del máximo cargo
público que se encuentra al frente de la administración
política del concejo de Carreño, que apuesta con mayús-
culas por la CULTURA en general y por la EDUCACIÓN
MUSICAL en particular.
En segundo lugar, porque nos encontramos en lo que
es, sin ningún tipo de duda alguna, uno de los concejos
del Principado de Asturias con mayor actividad cultural
de nuestra Comunidad Autónoma, y por lo tanto, estas
palabras de por sí, ni mucho menos pueden ni deben
caer en saco roto, todo lo contrario, aúnan con el carácter
de armonizar, y nunca mejor dicho, a muchas personas
con el fin común de crear arte y belleza, de hacer disfru-
tar al público de dentro y fuera de nuestro concejo de Ca-
rreño, de llevar el nombre de Candás fuera de nuestras
fronteras y de rescatar del olvido algo que nos pertenece,
que es nuestro y que llevaba durmiendo mas de 150 años
sin ver la luz.
La propuesta llegó a la Alcaldía de Carreño de ma-
nos de Arturo Muñiz, quien tras adquirir un ejemplar
original de la obra teatral siente la necesidad de intentar
hacer todo lo posible por despertarla de ese eterno sueño
de casi 150 años y volver a mostrarla al mundo actual del
siglo XXI. Su inquietud y dedicación fue un ejemplo para
nosotros/as y te estoy eternamente agradecido, Arturo,
por ser tú quien tuvo la magnífica idea de comenzar esta
andanza que nos capturó en cuerpo y alma hasta verla de
nuevo en el escenario.
Arturo ya venía con los deberes bien hechos, se in-
formó a través de la inestimable ayuda y colaboración
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 29
de María Luz González Peña (SGAE), de que existía y se
conservaba material original manuscrito de puño y letra
del compositor en Madrid. Las preguntas ahora eran mu-
chas... y las respuestas pocas... ¿En qué condiciones se
conservaba ese material?, ¿estaban completas todas las
partituras?, ¿cómo suena realmente la obra?, ¿gustará al
público de hoy en día?, ¿dónde, cuándo y cómo vamos a
revivir una zarzuela que lleva 150 años sin representar-
se?. Éstas e infinidad de cuestiones más que no tenían
respuesta, al menos de forma inmediata, centraron nues-
tros pensamientos durante varias semanas hasta tomar
una decisión tan simple como “¿nos atrevemos... o no?”.
No hace falta decir, que todo el colectivo que nos
implicamos en esta aventura cultural fuimos atrevidos,
en oportunidades anteriores a esta otros no lo fueron, el
riesgo era grande y el trabajo que había por delante mu-
chísimo más, pero la realidad es que aquí comenzó todo
y yo, personalmente, no me arrepiento ni de un solo se-
gundo de todo lo que he trabajado, vivido y compartido
con personas tan absolutamente geniales y maravillosas
a las que nos une algo muy especial, el Amor por nuestra
profesión, porque disfrutamos en el escenario y vivimos
nuestra vida desde el eje de nuestra verdadera vocación
artística.
Un hito es un acontecimiento que sirve de punto de
referencia, una gran responsabilidad que se nos brinda-
ba, que se ponía en nuestras manos con una obra prácti-
camente desconocida, que nunca se había representado
en Asturias, que tuvimos que reconstruir tanto a nivel
musical como teatral y en la que nos embarcamos casi
con vendas en los ojos pero confiando en el motor que
nos movía hacía delante, que era poner todo nuestro co-
razón.
Poco a poco nos fuimos fascinando, deslumbrando a
medida que esas vendas se iban quitando de los ojos y
nuestro trabajo de investigación nos acercaba cada día
Un hito es un acontecimiento que sirve de punto de referencia, una gran responsabilidad que se nos brindaba“ ”
30 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
más a los autores, tanto de la parte teatral de D. Francis-
co García Cuevas como de la musical compuesta por el
Maestro D. Gabriel Balart.
Descubrimos el 21 de noviembre de 2014, gracias a la
conferencia a cargo de Xose Nel Comba, profesor y autor
del prólogo del facsimil “El Rapacín de Candás” (2003,
Academia de la Llingua), que esta obra, “El Rapacín de
Candás”, es la PRIMERA ZARZUELA ESCRITA Y RE-
PRESENTADA EN ASTURIANO.
Aquí encontramos, entre todas las actividades progra-
madas por Arancha Prado García-Jove (Responsable del
Servicio de Normalización Lingüística de la Mancomu-
nidad del Cabo Peñes) y desde la Dirección Académica
de la Escuela Municipal de Música “Miguel Barrosa”, de
Carreño, nuestro primer punto de afinidad con el hito
anteriormente señalado.
Esto significaba, sin duda alguna, un importante plus
de motivación que comenzábamos a mostrar a la socie-
dad públicamente a través los medios de comunicación
de prensa escrita, tras esta primera, interesantísima y
maravillosa conferencia que nos ofreció Xose Nel Com-
ba, donde nos descubrió al autor, la obra teatral a través
de sus personajes, la trama, su contexto histórico, el au-
tor y mil detalles más, de quien es verdadero maestro y
conocedor de la primera zarzuela escrita y representada
en asturiano por primera vez el 14 de octubre de 1864 en
el Teatro del Circo, de Madrid.
El 24 de noviembre de 2015 se
presentó la Zarzuela en el Club de
Prensa de La Nueva España con la
presencia de Dña. Ana María Fueyo
(Directora Xeneral de Política Llin-
güística) que felicitó a Carreño por
la iniciativa, interviniendo también
en esta presentación el Alcalde de
Carreño D. Angel Riego, el director
gerente del Teatro Prendes, de Can-
dás, Alain Fernández, la directora
del Grupo Xana y directora escéni-
ca de la zarzuela Rosa Ana Muñoz,
la presidenta de la Coral Polifónica
“Aires de Candás” Carmen Rodrí-
guez, el director de la Escuela Municipal de Música “Mi-
guel Barrosa”, de Carreño, y el director musical de la
zarzuela David Colado.
Posteriormente, exactamente el 28 de noviembre, y
siguiendo el criterio de realizar una labor de difusión de
la obra desde un punto de vista académico e historicista,
al igual que en la conferencia anterior, le tocaba el turno
a la Música, al análisis de la obra musical de la mano
de un auténtico experto en la materia, un hombre con
unos conocimientos tan amplios en esta cuestión que nos
atañe que nos veríamos desbordados por completo en
sabiduría, y me refiero como no, a Ramón Sobrino, con
quien tuvimos la oportunidad de conocer en profundi-
dad quién era el Maestro Gabriel Balart.
El Catedrático Sobrino ha sido el encargado de incor-
porar en el Diccionario de la Música Española e Hispano-
americana la entrada “Balart i Crehuet, Gabriel”, es por lo
tanto, gran conocedor del autor y de su música, así como
de la época y lugares en los que vivió y trabajó el compo-
sitor, y hasta allí, en nuestra imaginación, pudimos trans-
portarnos con la maravillosa y enriquecedora con ferencia
ofrecida por el Director del Departamento de Musicolo-
gía de la Universidad de Oviedo, Ramón Sobrino.
En esos mismos días, por capricho del destino, tuve la
posibilidad de contactar telefónicamente con un familiar
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 31
del Maestro Balart, su tataranieto Andreu Sauca i Balart,
que vive y trabaja como logopeda en Cataluña, con el
que pude descubrir más detalles sobre la vida de este
importante compositor, un tanto olvidado, que llegó a
desempeñar cargos tan importantes como el de Director
del Teatro del Rey, de Milán, en Italia, y Director del
Conservatorio del Liceo, de Barcelona.
Con toda esta información en mi cabeza, gracias
a las conferencias de los máximos expertos, tras ha-
ber hablado con familiares del propio compositor, con
muchas horas de trabajo en el estudio de la partitura
y con muchos ensayos ya a nuestras espaldas, decidí
organizar un ensayo musical de una hora y cuarto de
duración el miércoles 3 de diciembre para el alumna-
do de los colegios e instituto de Candás, elaboré un
material didáctico que les diese a conocer la Zarzuela
que se reestrenaría en pocos días, quedando todos/as
muy gratamente sorprendidos/as con el interés mostra-
do por los escolares y profesorado por la Zarzuela “El
Rapacín de Candás”.
Y ahora, a las puertas de hablar de cómo se desarro-
llaron las representaciones de la zarzuela, quiero agra-
decer la colaboración de todas las personas que trabajan
en el Teatro Prendes, así como del Centro Polivalente,
CTDL Carreño Digital, y de la Escuela Municipal de
Música “Miguel Barrosa”, de Carreño, ya que son mu-
chas las personas que han hecho posible que todas estas
actividades, los ensayos y las representaciones se desa-
rrollasen de forma mucho más que correcta, sintiendo
su implicación y compañerismo. Ante la imposibilidad
de poder nombrarles aquí por cuestión de espacio, todos
y todas han sido mencionamos con nombres y apellidos
en el programa de mano de la Zarzuela.
Agradecer también infinitamente la cobertura infor-
mativa que nos ha mostrado La Nueva España a través
de Mónica García Salas, así como a El Comercio, a través
de la crítica musical especializada de Ramón Avello y en
la columna de José Marcelino García.
Es el momento de hablar de los que están en el esce-
nario, de los que materializan en escena lo que los au-
tores tenían en sus mentes y plasmaron en sus obras,
comenzándo por Josefina Fernández que estuvo presente
en todas las reuniones programadas desde Alcaldía sobre
este proyecto como representante e impulsora del Grupo
Cultural Xana y su directora Rosa Ana Muñoz, que han
realizado un trabajo espectacular desde el punto de vista
teatral, ofreciéndonos unas magníficas interpretaciones
llenas de sentimiento y sensibilidad con una obra difícil
de adaptar y reconstruir al siglo XXI. Ha sido un mara-
villoso encuentro entre la escena y la música. Lucía Co-
lunga como Anxelina, Enrique Molina como Laínez, Car-
los Arias Cancio como Xuanin, Rosa Ana Muñoz como
Pimiento y Francisco Suárez como Don Luis han sido
unos/as compañeros/as excelentes a los que les debemos
el orgullo y el honor de haber compartido escenario jun-
tos, sumándole en el aspecto más técnico, una fantástica
iluminación y sonido a cargo de Alberto Ortíz y como re-
gidor y ayudante de dirección escénica a Braulio Suárez.
Toca ahora resaltar que la parte musical tenía un alto
riesgo, una dificultad añadida muy importante que po-
dría condicionar muchísimo el resultado final de la Zar-
zuela. Nadie sabía cómo sonaba esta Zarzuela, ningún
experto o familiar del compositor sabía nada de cómo
resultaría el sonido de esta música que teníamos en
nuestras manos, y de alguna manera era una gran incóg-
nita porque ni siquiera teníamos un guión de director
con todos los instrumentos o una reducción a piano de
la obra para poder hacernos una idea de cómo sería cada
parte musical de las 6 que contiene la Zarzuela. Esto difi-
cultaba muchísimo nuestra labor y tuve que realizar un
duro y largo trabajo para reconstruir a ordenador nota
por nota las partituras de cada instrumento de la obra es-
Esta obra, El Rapacín de Candás, es la primera zarzuelaescrita y representada en asturiano“ ”
32 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
critas a mano hace 150 años de puño y letra del compo-
sitor Balart que contenían muchos errores que había que
corregir para poder así construir un guión de dirección,
anteriormente inexistente, con el que realizar los ensayos
y dirigir las representaciones de la Zarzuela.
Los Cantantes Solistas en los papeles protagonistas
fueron Yolanda Montoussé (soprano) y Juan Noval Moro
(Tenor). Excelentes cantantes con unas voces absoluta-
mente maravillosas además de una increíble capacidad
interpretativa y expresiva, demostrando a diario en el pa-
norama musical actual dentro y fuera de nuestra región
su gran talento. Me llevo muy gratos momentos de los
ensayos conjuntos donde descubríamos nota a nota los
roles de Anxelina y Juanin, esa magia que se produce
cuando comienzas a crear un personaje desde la nada,
sin opción a escuchar una grabación previa porque no
existe nada que te pueda dar una referencia a lo que va-
mos a crear. También de las reuniones por separado que
mantuvimos donde, no sé muy bien cómo, pude conven-
cerles de poder enrolarse en este proyecto sin saber nada
de su música con el riesgo que esto conllevaba especial-
mente para los cantantes solistas, que en definitiva son
los más expuestos musicalmente.
El resultado fue maravilloso. Yolanda nos brindó el
privilegio de poder escuchar una Anxelina muy expresi-
va, con una increíble técnica y una voz maravillosa que
cautiva al público, un papel exigente ya que canta en los
6 números musicales de la obra y no descansa nunca.
Juan nos ofreció un Xuanín espléndido, en un momento
excelente de voz, lleno de matices y colores que brilló en
todo momento en la obra.
Sumamos a los solistas a Fabio Barrutia en los pape-
les de Laínez y Don Luis, un joven barítono madrileño
con gran talento expresivo y de voz espectacular que se
sumó directamente al ensayo general el día 6 de diciem-
bre. Esto quiere decir que hasta ese día, el del ensayo
general, no teníamos una idea verdaderamente completa
de cómo era la obra, porque siempre faltaba la voz de
esos dos personajes, y por otra parte, yo no conocía a Fa-
bio personalmente, solo de muy buenas referencias y de
grabaciones en las que pude escucharle, pero realmente
¿cómo cantaría esta zarzuela?.
Hoy puedo escribir que después de escucharle la pri-
mera frase que canta en la zarzuela, desde ese mismo
momento, en el ensayo general, pude dormir tranquilo
por la noche, porque supe en dos segundos que todo fun-
cionaría, que la obra estaba muy bien estudiada, que la
voz de Fabio encajaba como un guante en cada personaje
que interpretaba y que realmente era la voz que necesitá-
bamos para completar nuestro reparto musical.
Dejo para el final los grupos más numerosos, el Coro
y la Orquesta, que son además también de casa, los que
sin duda han brillado al más alto nivel siendo la primera
vez que se enfrentaban a un evento musical y cultural de
estas características y proporciones.
La Coral Polifónica “Aires de Candás” dirigida por
Elena Rosso y Marco A. García hicieron un trabajo in-
creíble, demostrando una gran profesionalidad en los
ensayos y representaciones. Siempre con una sonrisa en
la cara, animados y motivados a ensayar de forma incan-
sable, me revitalizaban de energía cada vez que ensayaba
con ellos/as. Elena Rosso, gran especialista y profesional
del mundo coral, es además profesora en la Escuela Mu-
nicipal de Música “Miguel Barrosa”, de Carreño, supo
sacar de la Coral “Aires de Candás” mucho mas de lo
que ellos/as mismos pensaban que podrían ofrecernos.
Sin duda lo tenían dentro, pero nunca se habían expues-
to de esta manera en el teatro, con una escenografía y
dentro de un conjunto mucho más amplio con solistas
y orquesta, y vamos que si lo tenían dentro, estuvieron
magníficos, desde la primera intervención A Cappella
en el primer número, hasta el cierre de la zarzuela, nos
El Rapacín de Candás vuelve a la vida 150 años después de su estreno y por primera vez en Asturias, en Candás“ ”
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 33
brindaron con generosidad sincera una interpretación
impecable que hizo vibrar al público. Una interpretación
perfectamente matizada por el trabajo serio y sincero de
una Coral que tiene mucho que decir y mostrar dentro
de nuestro panorama musical.
Para ir terminando, decir que la Orquesta Sinfónica
“Miguel Barrosa” estuvo formada por 35 músicos, en
su mayoría alumnado o ex-alumnado de la Escuela de
Música que lleva el mismo nombre y que fue creada
expresamente para la representación de esta Zarzuela
“El Rapacín de Candás”. En ella encontramos también
a grandes profesionales de la música, amigo/as persona-
les que de forma totalmente desinteresada se sumaron a
este proyecto de la misma forma que todas las personas
de las que he hablado anteriormente, y al igual que los
profesores de la Escuela de Música. No puedo expresar
con palabras las sensaciones que esta orquesta me llegó
a transmitir, la energía con la que ensayaban, el esfuerzo
personal que realizaban cada domingo por la tarde que
ensayábamos, que al igual que el coro me revitalizaba
por dentro y me llenaba de orgullo porque sabía que la
obra saldría a un nivel magnifico y con un trabajo pro-
fesional. Contábamos con alumnos aventajados de tan
solo 16 años en secciones tan delicadas como las trompas
por ejemplo o con muchas otras secciones al completo
de alumnado de escuela de música, jóvenes que son sin
duda todo un ejemplo y un orgullo para Carreño.
Qué más os puedo decir de esta fantástica orquesta,
que ha sido todo un lujo para mí trabajar con ellos/as.
Al igual que todas las agrupaciones anteriormente cita-
das, un grupo humano fabuloso, entregado, incansable,
siempre con una sonrisa y dispuesto a mejorar en cada
ensayo. MÚSICOS de los de verdad con mayúsculas.
Para cerrar definitivamente quiero agradecer perso-
nalmente la Coordinación General de Alain J. Fernán-
dez Fernández, sin quien realmente todo esto no hubiese
sido posible. Coordinar un espectáculo como este es un
trabajo titánico, personalmente creo que no nos pudimos
hacer una idea de la envergadura que iba a tomar, llenan-
do por completo el Teatro Prendes, de Candás, dos días
completos, con la enorme pena de que mucha gente de
Carreño y de fuera no pudo entrar a ver la zarzuela por-
que se quedó a las puertas del Teatro ya que las entradas
se agotaron cada día en 45 minutos.
Aún recuerdo el paseo final después de cada repre-
sentación que Alain y yo hacíamos, escuchando todavía
los ecos de la música y los aplausos, una vez que todo el
mundo se había marchado y en los que analizábamos
cada noche cómo había transcurrido el ensayo general o
la representación.
Como suele decir el Alcalde Ángel Riego, lo impor-
tante de todo esto es que los éxitos son colectivos, que
todos/as participamos de algo que nos llena de orgullo
y nos honra. Pero, ¿qué pasa cuando no es así y el éxito
no llega después de grandes esfuerzos y mucho trabajo?:
pues que el fracaso no es colectivo, sino que, como el
entrenador, la responsabilidad recae en quien coordina y
organiza todo y normalmente es la persona menos visi-
ble de todo el espectáculo.
Por esto y por todo, gracias por tu ayuda y por tu
profesionalidad, Alain, gracias a todos/as los/as que ha-
béis hecho posible que esta Zarzuela, “El Rapacín de
Candás”, la primera zarzuela escrita y representada en
asturiano volviese a la vida 150 años después de su
estreno y por primera vez en el Principado de Astu-
ria, por primera vez en Candás. Ha sido un experiencia
maravillosa que espero podamos repetir muchas más
veces juntos.
34 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
LAUREANO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ
Candás, villapescadora y marinera
Candás es una villa pescadora y marinera, su historia se puede
resumir en 4 Épocas y 2 Apartados.
Primera Época. Al principio, cuando esta tierra no era aún
territorio, llegaron un grupo de gente, que según los historiadores, eran
pésicos, una fracción de celtas de los astures transmontanos y se afincaron
en la orilla de un pequeño río que desemboca al mar y que corría por la
hondura de dos promontorios y formaron sobre ellos una villa marinera
que se llamó Candás. Esta villa, que era un cayo (banco de arena) con una
pequeña dársena, llegaría a ser uno de los puertos balleneros más impor-
tantes del Mar Cantábrico.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 35
Aunque en el año 1611 se ter-
mina de construir hasta los boca-
les un puerto más robusto que los
anteriores, este no era suficiente
para amarrar buques superiores a
80 toneladas, y si a eso se añade
que había mucha competencia en
la captura de ballenas por empre-
sas holandesas, inglesas, dinamar-
quesas, cántabras y vascas, que
obligaba a usar barcos mayores y
tener que ir a buscarlas mucho más lejos, los mari-
neros de Candás empiezan a pescar y manipular otro
tipo de peces, dejando de capturar ballenas en el año
1700.
Segunda Época. Es desde el año 1700, con el
abandono de la manipulación de la ballena, y finaliza
con la llegada de los barcos de vapor y motor en el año
1900. Los marineros de esta villa empiezan a ver otro
tipo de pesca que va a dar más riqueza a esta villa.
Tercera Época. Desde el año 1900 hasta el año
1960 en el que empiezan a decaer las fábricas de con-
servas.
Cuarta Época. Desde el año 1960 hasta el final de
la pesca.
Apartado Primero. Otro tipo de pesca en la villa.
Apartado Segundo. Otro tipo de marinos del pueblo.
SEGUNDA ÉPOCA
En el año 1700, definitivamente los marineros de
esta villa dejan la pesca y manipulación de la ballena
y se empieza con una nueva forma de trabajar en la
mar. Se dedican a la industria y pesca de sardinas,
bocarte, besugo, merluza y bonito, y para ello usan
lanchas, pinazas, traineras y boniteras, con los artes
más comunes que eran la rapeta, los palangres y las
caceas. Desaparecen las fábricas de manipulación de
las ballenas y empiezan a aparecer las de salazón y
conserveras.
El arte de playa, es la forma más primitiva de pes-
car sardinas, bocartes y besugos. Se larga desde la
costa en forma circular de cara a tierra y se cobran
remolcados por los extremos desde tierra; llevando un
cabo corredizo en su relinga inferior para embolsar
más fácilmente la pesca.
Los pescadores de Candás, posteriormente, usan
un nuevo arte, la rapeta, que fue durante muchos
años el más importante; con él se pescaban sardinas,
bocartes, besugos, chicharros, calamares y otros.
La rapeta es un arte de playa que representa el
verdadero punto de transición del arte sencillo y el
arte de copo. Generalmente, el mejor momento para
pescar con este arte era por la noche. Los más co-
rrientes son de 300 metros de largo, con 8 de alto en
el centro, 4 metros juntos los calones, con mallas de 2
centímetros cuadrados.
Tienen corchos y plomos, los hay en forma de boli-
che y en forma de medialuna. Se pueden halar desde
tierra y otras se halan desde barcos fondeados y la for-
ma de cobrar es desde el mismo barco. Este tipo de ra-
peta, que se trabaja fuera de los puertos y playas, son
más fuertes y mayores para que puedan resistir. De
la rapeta, aplicándole ciertas modificaciones con los
años, los ingleses sacaron, primero, el arte de arrastre
y posteriormente el de cerco.
El modo de calar es el típico del arte de playa: se
deja un cabo en tierra amarrado a uno de los calones
del arte, se extiende en forma circular para volver a
tierra a otro cabo amarrado al otro calón del arte y,
entonces, halando estos cabos, recoger el arte sobre la
playa con la pesca en el copo o ensenada en la parte
central de la red.
Esta villa, que era un cayo (banco de arena) con una pequeña dársena, llegaría a ser uno de los puertos balleneros más importantes del Mar Cantábrico
“”
36 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
En un barco fondeado es el mismo sistema: un ca-
lón amarrado en la proa se lleva en forma circular
con una lancha, a popa, y se afianza el otro calón a un
cabo que se encuentra en esa zona, se hala de los dos
cabos y la pesca queda ensenada en la red.
Otra forma de pesca en esta segunda época, fue la
realizada con el palangre: con él se pescaban merlu-
zas, besugos y palometas.
El palangre es un aparejo de pesca que se compo-
ne de un cordel grueso que se llama madre, del que
penden otros más finos que se denominan pernadas,
pipios, reinales y brazolas, a cuyo extremo se amarra
un anzuelo de acero o alambre galvanizado, procu-
rando que la distancia entre cordeles sea la suficiente
para que no se puedan liar los anzuelos entre sí. Los
mayores palangres se componen de varias cuerdas,
generalmente 4 o 5 de 500 a 1.000 metros de exten-
sión. Para que no se enrede, se aduja bien en unas
tablas rectangulares o bien en unas cestitas de verja
que tienen un cabo delgadito en su parte superior, en
donde se enganchan los anzuelos.
La cacea: los buques de vela, en sus travesías por
la mar, cuando van navegando con buen viento, solían
echar las caceas, mejorando con sus capturas de pes-
cados frescos las pobres comidas.
En principio solo se usaban por la popa de los bar-
cos, y posteriormente, cuando ya se dedicaban a la
pesca del bonito, se añadieron dos varas largas, una
por cada banda, con cuatro caceas cada una. Estas
caceas, dependiendo de su posición en el barco, reci-
bían su nombre. A popa se solían llevar cinco caceas
que se llaman recodos; la del centro recibía el nombre
de mosca. En las varas llevaban
cuatro andariveles con una argo-
lla cada uno, que es por donde pa-
saba la cacea para pescar. La más
corta se llama la mura, la siguien-
te en longitud la contramura, la
que le sigue la varadentro y la
más larga, la punta la vara.
Cuando la cacea va largada
para pescar se lleva en un ovillo dentro de un cajón,
se le pone una trampa de alambre que va sujeta a un
anillo que lleva la cacea para así sujetarla al barco, y
cuando el bonito ferra, salta la trampa, el pescador
coge el cordel y luego lo tiene que halar con mucha
habilidad; a veces estos peces tiran mucho y cuesta
mucho trabajo.
La cacea consta de cuatro partes: la más a mano se
llama cacea gorda, le sigue una un poco más fina que
se llama brazolada, le sigue otra más fina que recibe
el nombre de socala y al final está el alambre, que es
donde va el anzuelo con una fueya de maiz y cintas
de colores, imitando una especie de engaño para el
bonito; había en Candás verdaderos artistas haciendo
estas carnadas.
En el año 1752, hay en Candás una gran actividad
portuaria y de astilleros para la construcción y repara-
ción de barcos, ya existan 15 escabecheras de sardinas
y besugos, la villa tiene calafates de ribera, 18 barcos
que se dedican a la pesca de la sardina y besugos y
12 maestros de barcos de pesca, y la mayor parte de
embarcaciones que hay en el puerto son lanchas y
pinazas.
El pueblo cuenta con 967 vecinos y tiene 133 viu-
das.
En el año 1781 ya se empiezan a conocer los gran-
des naufragios de esta villa a causa de los temporales,
este año mueren ahogados 42 marineros.
En el mes de mayo de 1792 ya se conoce que hace
años cesó en Candás la pesca de la ballena, al descu-
brirse huesos y algunos muros de edificios arruinados,
que fueron bodegas de fabricación de aceite de ellas.
En el año 1752, hay en Candás una gran actividad portuaria y de astilleros para la construcción y reparación de barcos
“”
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 37
En esa fecha ya consta que se fabrican y se manu-
facturan excelentes escabeches de bonito, sardinas y
besugos en sus épocas, y que el salazón en fresco se
lleva por pueblos y aldeas de Asturias, llegando mu-
chas veces a pueblos de Castilla y León.
Hay conocimiento de que en el año 1793, en esta
villa marinera, sucedió un grave accidente marítimo
donde se hundieron varias embarcaciones y murieron
algunos marineros, no habiendo constancia de cuán-
tos fueron.
En el año 1800 Candás ya vuelve a ser el puerto
importante que fue anteriormente, ya hay pataches,
lanchas, boniteras, pinazas y 14 fábricas de conservas.
El censo es de 2.400 vecinos y hay 350 edificios.
En el año 1807, para guiar a los pescadores de la
villa cuando llegaban por la noche a puerto, el atalaye-
ro, en el Monte Fuxa (Cerro de San Sebastián), encen-
día una hoguera si el Puerto estaba claro para entrar,
encendía dos hogueras si había que entrar con pre-
caución, y si encendía tres hogueras era que el puerto
estaba cerrado para la navegación. Estas hogueras se
apagaron en el año 1904, que se encendió la farola de
la Peña los Ángeles.
En el año 1826 los ingleses, introducen una jareta,
cabo flexible, que pasa por el fondo de una rapeta a
través de unas anillas que van suspendidas de la re-
linga de plomos, mediante la cual, tirando por los dos
extremos, se consigue hacer un bolso de red, en cuyo
interior queda encerrado el pescado. Aparece el arte
de CERCO.
El 24 de Enero de 1840, en una inesperada galerna,
se hundieron 5 lanchas de Candás que se encontraban
faenando lejos del puerto y murieron 96 marineros: es
la mayor tragedia que se recuerda.
El 14 de Enero de 1877, con otra inesperada ga-
lerna, hizo que muriesen otros 34 marineros más; las
tragedias asolaban a esta villa pescadora, marinera y
trabajadora.
En el año 1880 se crea la Asociación de Mareantes.
En el año 1881 se autoriza a Candás a poder pescar
al arrastre, a no menos de 30 millas.
El 6 de Junio de 1882 se autoriza a pescar con red
llamada de copo, determinando la apertura de las ma-
llas, para la pesca de cerco. El 14 de Abril de 1883 se
autoriza a pescar con esta red en Asturias.
El 1 de Setiembre del año 1884 otra tragedia trajo
la muerte a Candás: la mar se llevó unos cuántos ma-
rineros, no habiendo constancia del número.
El 2 de abril del año 1885 se hundió el barco llama-
do “Eladia”, desapareciendo 8 marineros del pueblo.
En el año 1887 vino el primer barco de vapor a
Candás, lo trajo Pedro Herrero y se llamaba “María
Milagros”, de 77 toneladas, que fue el principio de
otra forma de pescar al arrastre y al bonito. Este mis-
mo año, en noviembre, el puerto de Gijón autoriza a
poder pescar con boliche, a cuyo acuerdo se oponen
los de Candás, originándose grandes altercados entre
los dos pueblos.
En el año 1894 vinieron dos barcos más de vapor,
el “Valladolid” y el “Germinal”; embarcaciones recibi-
das con esperanza y alivio por los pescadores.
A finales del siglo XIX año 1890, las artes más co-
munes en la villa son: el palangre, para la captura de
la merluza y el besugo; el arte de cerco, para el bocar-
te, sardinas y chicharros; la cacea, para la pesca del
bonito, y ya se empezaba la pesca de arrastre lejos de
la costa en playas de pesca que iban descubriendo los
marineros de este pueblo.
El 21 de Diciembre de 1891, a causa del mal tiem-
po, se hundió la embarcación llamada “Julia”, desapa-
reciendo 11 marineros.
En el año 1900, en Candás, ya hay 3 barcos de va-
por, y finaliza esta época.
En esta Segunda Época fueron muchos los hom-
bres de la mar de este pueblo que murieron en ella,
gente luchadora, trabajadora, honrada, alegre, segu-
ramente con muchas ganas de vivir y de amar a los
suyos, y estoy seguro de que los que somos de Candás,
tenemos algún familiar entre todos esos muertos, y
desde aquí, espero que todos ellos estén en Paz y en la
Gloria; se lo merecen. Un beso para todos ellos, yo los
llevo en mi corazón.
38 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
La celebración de la fiesta
del Cristo nace al calor
de la devoción a la ima-
gen del Crucificado rescatada,
según la tradición, por balleneros
candasinos en el mar de Irlanda
a mediados del siglo XVI. La cre-
ciente devoción alienta la creación
de la Cofradía del Santísimo Cris-
to de Candás en 1654 e impulsa
las famosas rogativas. La primera
rogativa tuvo lugar en 1699 para
impetrar el fin de una sequía que
amenazaba con asolar la región,
pues hacía cuatro meses que no
llovía en Asturias. El 26 de agos-
to de ese año la imagen del Cristo
salió por primera vez en procesión
por las calles de Candás, a la que
siguió un novenario, y en el inter-
medio del novenario llovió con
abundancia en el Principado, y an-
tes de volver la imagen a su nicho
en la iglesia la volvieron a sacar
en procesión, a la cual concurrió
mucha gente de toda Asturias. En
las rogativas de 1752, 1769 y 1803,
también llovió abundantemente.
En 1728 concluyeron las obras
para la construcción del camarín
y las escaleras de caracol, y hacia
1736 las del retablo. Sin embargo,
habría que esperar a 1749, año en
que se terminó el dorado del reta-
blo, para que la imagen del Cristo,
que estaba en el nicho alto del re-
tablo mayor de la iglesia, se tras-
ladase definitivamente al camarín.
Todas estas obras se hicieron a ex-
pensas de limosnas y del importe
de la pesca capturada por lanchas
candasinas que, durante seis años,
salieron a la mar domingos y días
festivos.
En sus “Noticias históricas del
concejo de Carreño”, 1792, Gon-
zález Posada dice que el santuario
del Cristo de Candás es el “más
frecuentado de Asturias”. Un siglo
después, en septiembre de 1892,
el Conde de las Navas escribió
un relato sobre su estancia en
Candás, recogido en su libro “De
allende Pajares”, en el que ofrece
un retrato vivo del santuario del
Cristo. “La venerada imagen (dice
el Conde de las Navas), si no de
gran mérito artístico, tiene a no
HERMENEGILDO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ
LA MAR DE FIESTAS EN CANDÁS
“El 14 de Septiembre es día de devoción y
también de diversión, que los candasinos comparten con los
numerosos romeros”
El Cristo(PRIMERA PARTE)
Ex-voto de 1853. Santuario del Cristo de Candás.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 39
dudar mucho carácter; es de ta-
maño natural, de talla y recuerda
algo la manera latino-bizantina.
(…) La piedad de los fieles la vistió
enagüillas de terciopelo rojo, bor-
dadas ricamente de oro en gran
realce. (…) Hoy ocupa un lujoso
camarín, sobre el altar mayor de
la iglesia, sita en lo alto de la villa.
Al camarín se sube por espaciosa
escalera, que arranca en la sacris-
tía baja y muere en una gran pieza
que sirve de antesala a la capilla
en donde se venera la imagen; ca-
pilla que tiene un gran cancel ha-
cia la iglesia. Las paredes de aque-
lla habitación están casi cubiertas
de retratos al óleo, de fotografías y
cuadros de naufragios. Generales,
hombres de letras, damas linaju-
das, indianos, gente de la aldea,
pastores y marineros; desde el se-
ñor más calificado del contorno -el
Conde de Revillagigedo, que viste
el uniforme de artillería- hasta el
humilde pescador, todos quisieron
perpetuar el testimonio de su agra-
decimiento, de su devoción, hacia
el milagroso Cristo”.
Si Dios te me guarda
Has dir a Candás,
Y un neñín de cera
Al Cristo darás…
El 14 de septiembre, fiesta del
Cristo, es día de devoción y tam-
bién de diversión, que los candasi-
nos comparten con los numerosos
romeros que vienen a Candás. En-
tre las diversiones, la danza prima,
esa danza popular de los antiguos
astures, que aún subsiste, y es el
baile más característico de Astu-
rias, alcanzó en Candás especiales
matices y extraordinario renom-
bre. El propio Jovellanos, en carta
dirigida a González Posada el 27
de octubre de 1792, le comunica
que estuvo en Candás en la fiesta
del Cristo, y que había contem-
plado “la más magnífica danza de
hombres que yo había visto en mi
vida”. Unos años después, el can-
dasín Benito Pérez Valdés, “el Bo-
tánico”, en el preámbulo a “El Ro-
mancero de Riego”, compuesto en
1820, dejó escrito: “(…) gran danza
circular, o sea, prima, que llaman:
como la que yo he presenciado el
14 de septiembre pasado en Can-
dás, de más de quinientos mozos,
con otra dentro de mozas, cantan-
do el romance triste de la muerte
de Porlier”. Recordemos que hasta
40 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
los últimos años del siglo XIX, las
danzas se ejecutaban con absoluta
separación de sexos.
Candasinos y romeros
Venid juntos a danzar…
Para conocer cómo eran unas
fiestas del Cristo en la segunda
mi tad del siglo XIX, veamos las
crónicas sobre las fiestas de 1888
publicadas en el diario gijonés “El
Comercio”: “El Campo de la Bara-
gaña tenía por toda iluminación
la que prestaban mil farolillos de
otros tantos puestos de comer-
cio ambulante. La gente no se da
punto de reposo, ya bailando, ya
contemplando fuegos de artificio
de afamados pirotécnicos de la
población y oyendo gratos acordes
de la banda de música. Y pasó la
noche de la tradicional foguera sin
que los señores feudales tuvieran
a gala, como en otro tiempo, lucir
en sus aristocráticas cabezas la clá-
sica montera asturiana y sin que
viésemos las bandadas de chiqui-
llos que aún hace pocos años em-
prendían con ligereza la caminata
que por término tenía la cuesta
de la Formiga. Y vino el día del
Cristo y (…) al pie de la agria pen-
diente que conduce al venerado
santuario hacía oír sus aguitarra-
dos sones un piano de manubrio,
en torno al cual bailaban parejas.
Dos largas filas de puestos de ave-
llanas, chillonas pájaras de San
Mateo, abigarradas cintas de seda
y bordados escapularios, flanquea-
ban el camino de la iglesia. Mul-
titud de campesinos, llenos de la
más acendrada y conmovedora fe,
subían de rodillas y vela en mano
la escalera del camarín, donde el
sacristán no se daba mano a re-
cado, por satisfacer los piadosos
deseos de tanto peregrino como
solicitaba llevar alguna prenda
tocada a la sagrada imagen. (…)
Y salió la procesión que recorrió
todos los rincones del pueblo y
dio principio solemnísima misa
en la que lucieron sus voces los
cantores de la catedral de Oviedo
y sus dotes artísticas los instru-
mentistas de la villa. Por la tarde,
la romería estaba concurridísima,
y los coches de Gijón, Luanco y
Avilés llegaban llenos de gente
(…). Partimos al cerrar la noche y
todavía tropezamos por el camino
con numerosos romeros que, a
pie, en carros, tartanas, a caballo
y hasta en velocípedo, marchaban
al renombrado santuario”.
En la foguera del Cristo
Robaron una casada.
Va diciendo el que la llevó
¡Adiós, que no llevo nada!
La coincidencia de la celebra-
ción, en agosto, de las tradiciona-
les fiestas en honor de San Félix
con el apogeo de la costera de bo-
nito, privaba a muchos pescadores
candasinos de su disfrute, por lo
que en los últimos años del siglo
XIX las comisiones encargadas
de los festejos fueron trasladando
parte del programa a las fiestas del
Cristo, en las que los marineros se
tomaban unos días de descanso. Y
así entramos en el siglo XX.
Alumbra, Peñes, alumbra
Y no dejes de alumbrar
Que son las fiestas del Cristo
Y no vamos a la mar.
42 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
El quiosco de Asunción
JOSÉ MARCELINO GARCÍA
Un quiosco redondo, de
madera, pintado de ver-
de, con todos sus escapa-
rates abiertos a la Baragaña, y con
Asun ción, de expresión seria y can-
sada, puede representar mucho en
la vida de un niño de la generación
a la que pertenezco. En su entorno,
toda la vida del pueblo: rapacinos
con la ropa de siempre, árboles de
ho ja ancha, que hacían sombra al
mo verse, música de banda y atril,
con Pipi dirigiendo, lluvia triste de
por tal o sol algún domingo, la casa
cuar tel, de “Todo por la Patria”, lle-
na de charol y correajes amarillos
(en las fiestas principales), el café
de Braulio al que llegaba el Avilés
de Paco, con las sacas de lona conte-
niendo las cajas redondas (de hoja-
lata), con películas para el Apolo, y
Fotingo cerca de su coche de punto,
de un negro brillante, y el carrito
de los Helios, con dosel y capucho-
nes de latón bañados en plata, y
el barquillero de Gijón, y las abla-
neras Encarna y Juana vendiendo
cosas. Aupados hacia los cristales
del quiosco, entorno a su regazo, la
pe rraya de ojos embebidos en los
co lores y títulos de cuentos y sema-
na rios: hazañas de superhéroes
ame ri canos, Coyotes, Cachorros, Je-
ques Blan cos, novelas de Pueyo, ca-
rotas por carnaval, cromos de mos-
queteros, sobres sorpresa y algún
que otro humilde juguete de cartón.
Y dentro, en aquel mínimo espacio,
pandehigos, martillos rojos de cara-
melo, peladillas saladas, bazoka de
mascar, pasas, trocitos de turrón…
Tres generaciones: Asunción, Tere-
sa, La Chona, Conchita, Ángel, Cha-
ro, actores de una tradición, de una
época que llegó hasta nuestros días.
Escena, cada amanecer, de prensa
fresca, apilada sobre el mostrador,
de abrir persianas para dar luz a
los cuadritos de cristal, todos con el
cordel de bramante, tenso, donde
colgaban (como si fueran prendas
con que vestir el corazón), El Gar-
bo, El Semana, El Caso, los DEDE-
TÉS...que el sol y el tiempo a veces
decoloraban. Cincuenta, sesenta,
tal vez más de setenta años viendo
pasar desde el quiosco la vida del
pueblo, ganando, lentamente, el
dinero lento con un periódico, un
cuento, una re vista, un Chester, un
regaliz, un ju guetito o un puñado
de cacahuetes. Ahora, siento un si-
lencio frío y una honda tristeza al
ver el quiosco de Asunción cerrado
y sin vida. Y la convicción de que
todo acaba y mue re. Y que así es la
vida. Y que de bemos dar, por tan-
tos años, gracias.
44 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
BERTA GARCÍA-BARROSA CANDIA
Recuerdos de Candás
Hace 55 años
Van a cumplirse 55 años en diciembre que
vivo en Candás. El 10 de diciembre de 1960
llegamos mi hermana y yo a pasar unos días
en casa de Munda, prima carnal de mi padre, donde
nos sentimos tan a gusto que fue pasando el tiempo y
aquí nos quedamos.
¿Cómo era Candás en esa época? Encantador. No es
que haya perdido todo su encanto, pero algunos arre-
glos que le hicieron posteriormente no respetaron sus
rasgos más auténticos tanto en el muelle como en la
Plaza de la Baragaña. Esta era preciosa, con su quiosco
de la música, sus bancos de madera y otros de mampos-
tería apoyados estos en la barandilla que se asomaba a
la calle Braulio Busto, sus árboles que ofrecían sombra
en el verano donde charlabas con las amistades degus-
tando los deliciosos helados de Casa Hermanos Helio.
Donde bailábamos al son que nos tocaba el Bandín de
la Estrada por las fiestas del Cristo y donde escucha-
mos los coros de las Mujeres de la Fábrica entonando
la bellísima canción “Marinera”.
¡Qué tranquilo era pasear por sus calles sin ningún
peligro! Y esto era debido a que había muy poco tráfico
al escasear los coches, y los Alsas pasaban con un largo
intervalo entre uno y otro. Era muy grato encontrarte
con personas que te saludaban y te preguntaban si está-
bamos a gusto viviendo aquí. Gijón había sido nuestro
destino al salir de Cuba, pero el calor que recibimos en
Candás hizo que nos decidiéramos a cambiar de domi-
cilio. Pronto hicimos amistades y asistimos a guateques
llevando los discos que habíamos traído de rock o bala-
das italianas, música muy conoci-
da aquí también.
Una vez por semana íbamos
a Gijón para visitar a nuestros
familiares y poco a poco fuimos
trayendo nuestras cosas para que
ellos no se molestaran prometién-
doles pasar el verano en Perlora
con ellos. Cuando nos bajábamos
del Alsa en Candás sentíamos que
el aire era más limpio, el cielo más
azul y las personas que nos espera-
ban llenas de cariño.
Por aquellos tiempos Candás
tenía poco comercio ya que como
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 45
Gijón y Avilés quedaban muy cer-
ca, gracias al Carreño, los candasi-
nos lo aprovechaban para abaste-
cerse de lo que les era necesario.
También había personas que se
dedicaban a hacer compras en
esas dos villas para aquellas fami-
lias que no se podían desplazar. En
cuanto a comercio de comestibles
había todo lo necesario para poder
abastecerse, y si querías darte un
gusto fuera de lo necesario tenías
dos confiterías, además de la hela-
dería mencionada anteriormente.
Los domingos íbamos a bailar a
La Parra, pero al llegar el verano dábamos un agradable
paseo a La Nozalera donde bailábamos al son de las can-
ciones de moda y al regreso íbamos en pandilla por la
carretera, junto al mar, cantando hasta llegar a Candás.
Llegó la primera Semana Santa fuera de nuestro entor-
no y también un poco diferente, ya que salía la mayoría
del pueblo acompañando a las imágenes de la Pasión por
las calles, cantando, rezando, o al paso de la música in-
terpretada por la Banda dirigida por el maestro Antuña.
Dos cosas me impactaron en esa primera Semana
Santa candasina, el canto de la Salve Marinera, cuyo
coro de voces mixtas me pusieron la “carne de gallina”,
ya que en sus cantos expresaban todo el agradecimiento
que tenían a la Virgen del Rosario, Patrona de la Cofradía
de Pescadores, por haber salido sus marineros sanos y
salvos de innumerables tempestades mientras faenaban
en la mar. Y la segunda que me emocionó mucho, y aún
siento la misma emoción, fue el Encuentro el Domingo
de Pascua cuando se encuentra la Virgen del Rosario con
su Hijo el Santísimo Sacramento que ha resucitado. Esta
Semana Santa se cierra con la celebración de la Misa
Solemne de Pascua cantada en aquellos tiempos por el
coro parroquial que era dirigido por nuestra querida y
nunca olvidada Sarita Pascual.
Llegó el verano y con él las diferentes romerías con
sus meriendas campestres y verbenas. San Antonio, San
Juan en el Regueral, San Pedro en Antromero, la rome-
ría de Perlora, San Félix y San Roque, preámbulo de lo
que se avecinaba con las fiestas del Santísimo Cristo de
Candás. La fervorosa procesión y posteriormente la So-
lemne Misa agradeciendo el pueblo al Cristo el haber
oído sus peticiones por un enfermo, la protección de un
hijo en “la mili” o cualquier otra ayuda concedida. Luego
del festejo religioso puedo recordar las alegres verbenas
del Farolillo y del Pescador, celebradas en el Parque San-
tarúa y amenizadas por famosas orquestas de aquellos
años.
Después de tanto jolgorio venía el otoño y cuando se
acercaba noviembre empezaba a entrarme la morriña
porque llegaba la fecha en que nos habíamos marchado
de nuestro país y de nuestros padres queridos, pero
nuestra familia, Munda, Manolo, Carmina y Pito, la fa-
milia de Perlora y las personas que no nos querían ver
tristes, nos brindaban con creces todo el cariño y ale-
gría que les salía a chorros y en verdad lograban disipar
nuestra tristeza llenándonos el corazón de esperanza.
Con el tiempo ese deseo se cumplió cuando estábamos
felizmente casadas y con hijos. Me sentí plenamente
dichosa al ver a mi padre de nuevo integrado en Can-
dás, su lugar de nacimiento, siendo muy querido por
sus familiares y candasinos en general, que eran SU
GENTE. Desde ese diez de diciembre de 1960, aunque
no hubiese nacido aquí, se convirtieron en MI GENTE.
46 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Me da la sensación de
que en mis escritos en
el Porfolio de las fies-
tas del Santísimo Cristo de Candás
me voy especializando en evocacio-
nes de cuando “yo era pequeño”,
los años 50-60, por lo que siguiendo
este guión voy a describir mi re-
cuerdo en relación con el tema de
vecinos y vecindad.
Cuando trato sobre algún tema,
me gusta consultar la definición
que sobre el mismo nos proporcio-
na la Real Academia Española de la
Lengua (RAE), puesto que personas
más preparadas que uno mismo ya
han reflexionado sobre la palabra a
tratar. Así la definición de la RAE
sobre vecino es: “Que habita con
otros en un mismo pueblo, barrio o
casa, en habitación independiente”¸
si bien tiene otras acepciones como
“Cercano, próximo o inmediato en
cualquier línea” o “Semejante, pare-
cido o coincidente”; el diccionario
dice también que la palabra deriva-
ría del latín “vicinus” de “vicus” que
significa barrio, lugar. Y creo que
ha sido una buena idea esta con-
sulta pues me abre el espectro del
tema del que voy a tratar y por lo
tanto me facilita mi labor.
Me voy a referir en primer lu-
gar al vecino que habita en la mis-
ma casa, en diferentes pisos. Esa
Consideraciones acerca de
vecinos y vecindad
Foto del año 1960 en el que un grupo de niños fundamentalmente de nuestro barrio realizó una cuestación para el Domund. Aparecemos caracterizados como niños de muchas razas. Maria Lina y Moncho, en la foto, me recuerdan que la caracterización la realizó el artista candasín Vicente Menéndez Prendes “Santarúa”, que en aquel momento también era vecino del barrio de La Iglesia. Foto cedida por Capilla.
JOSÉ MARÍA GARCÍA GARCÍA
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 47
fue mi experiencia en la niñez y lo
recuerdo como todo lo de aquella
época con gran cariño y sensación
de felicidad. La casa que habité fue
el edificio de la calle Reina María
Cristina, en aquel momento núme-
ro 16, que era propiedad y además
lugar de trabajo de Pepe, al que se
conocía popularmente como Pepe
Ma timarañes, con su conocida
car pintería ayudado siempre por
el también muy popular Capilla.
Yo iba de sierra en sierra como en
el juego de la oca, de La Estación
donde nací, al barrio de La Iglesia
donde pasé mi infancia y de nue-
vo a La Estación. Vivíamos en ella
seis familias (Pepe y Concha, Juan
y Carmen, Pepe y Marina, Ramón
y Maruja, Faso y María, y Rafael y
Carmina con los hijos correspon-
dientes, Lilí, Juan y Coral, Cati, Pe-
pito y Carmelita, Fasín y Mari Fina,
Heliodoro y José María), personas
a las que recuerdo como muy bue-
nas, amables, divertidas y cariño-
sas, pues realmente éramos todos
como una gran familia. Vivíamos
con las puertas abiertas, e incluso
con las ventanas a través del patio
de manzana por las que nos comu-
nicábamos con las familias del edi-
ficio vecino, Juan, Capulí, África,
utilizando como método de llama-
da las escobas de nuestras casas con
las que picábamos en los cristales.
Teníamos muchas actividades co-
munes, principalmente de diver-
sión (juegos de cartas, de lotería)
preferentemente al final de las tar-
des y después de cenar. Teníamos
mucho tiempo libre y poca o nin-
guna prisa, aún no había televisión,
únicamente la radio que se solía oír
por la noche, al acostarse. También
se conversaba mucho en grupo so-
bre todo durante el verano, pues
teníamos un enorme banco de ma-
dera en el portal que cuando hacía
buen tiempo sacábamos a la acera,
para estar allí después de la cena al
aire libre, charlando los mayores y
jugando los más pequeños en aque-
llas calles sin coches y utilizando
como portería de fútbol el portón
de la carpintería ¡Qué contraste con
el mundo actual!
Los vecinos del edificio al que
se unía alguno más del barrio, sa-
líamos muchas veces en grupo, por
ejemplo a La Baragaña a ver aque-
llas comedias que nos visitaban
alguna noche estival y que nos en-
tretenían con sus juegos de magia,
exhibiciones cirquenses o gimnás-
ticas, chistes y canciones. Avisaban
por la tarde por todo el pueblo acer-
ca de la hora en que se celebraba la
función y para allí íbamos muchos
vecinos del pueblo a pasar una no-
che divertida y especial, alguno con
miedo de cansarse de pie y llevando
su propia banqueta. En una ocasión
actuaba un payaso que soltaba un
gas blanquecino simulando la ex-
pulsión de ciertos gases corporales
y al pasar al lado de mi hermano
y mío nos puso blancos como si
saliésemos de una panadería, ante
la risa de los presentes, sobre todo
de Pepe, cuya carcajada seguimos
oyendo durante todo el trayecto de
retirada a casa, al lado de las escue-
las; cada vez que nos miraba, más
se reía.
El trato familiar y de puertas
abiertas, permitía una comunica-
ción muy intensa, jugando los niños
del barrio unos en casa de otros; a
veces comíamos en casa de algún
vecino o algún niño venía a comer
a tu casa; teníamos hasta la confian-
za de oler frituras en una casa e ir
a coger de la propia sartén alguna
patata frita exquisita. A los niños,
los vecinos nos cuidaban, sacaban
a pasear (Lilí, Coral, y Nico a coger
grillos por todos los “praos” desde el
depósito del agua hasta la altura de
La Cruz), nos llevaban a la playa y a
romerías (San Juan en El Regueral,
San Pedro en Antromero, las fiestas
patronales de Perlora), a veces nos
quedábamos a dormir en sus casas
(como hizo Cati en nuestra casa el
día en que su madre dio a luz en su
domicilio a uno de sus hermanos),
o dormían ellos en las nuestras para
cuidarnos (Josefita), llegando a te-
En la vecindad nos movíamos con entera libertad, fundamentalmente jugando y divirtiéndonos en grupo“
”
48 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
ner con ellos una relación entraña-
ble. Los Reyes Magos llamaban por
teléfono todos los años a nuestro
edificio, con una voz que nos recor-
daba mucho la de Pepe, con su risa
amplia y espontánea, conversando
con muchos de los niños del barrio,
con gran nerviosismo por nuestra
parte, lo que obligó alguna vez al
que hablaba con los Reyes a salir
corriendo hacia el excusado por
una urgencia incontenible.
La relación de vecino de un mis-
mo edificio, conlleva una unión,
un sentimiento de familiaridad que
dura para siempre. Cuando deci-
mos “fuimos vecinos” implica mu-
chas cosas compartidas, momentos
alegres pero también dolorosos,
que unen para siempre. Esa misma
sensación la tuve posteriormente
en todos los lugares donde viví,
en los que también conocí a gente
muy buena. Por desgracia, muchos
vecinos, más de los que yo quisie-
ra evidentemente, ya no están con
nosotros y los recuerdo con cariño
y añoranza, el último fallecido fue
Avelino, persona muy querida por
mí, con la que siempre hablaba al
encontrarlo por la calle años des-
pués de haber sido vecinos muchos
años en Pedro Braña.
La relación de vecino se pue-
de hacer extensiva, tal como dice
el diccionario de la RAE al mismo
barrio, de hecho una pregunta fre-
cuente era ¿de qué vecindá yes?, asi-
milando el concepto de vecindad
con el de barrio. La vecindad de La
Iglesia en la que pasé mis primeros
años, era una familia aún mayor
que la de la casa. En la vecindad
nos movíamos con entera libertad,
fundamentalmente jugando y di-
virtiéndonos en grupo. La vecindad
tenía unos límites que nadie sabía
oficialmente cuales eran, pero que
todos conocíamos en realidad, to-
dos sabíamos a qué vecindad per-
tenecíamos dentro del pueblo.
Por último, todos somos vecinos
de un pueblo y concejo, lo que nos
produce también el compartir una
identidad y unos sentimientos. Eso
lo hacemos aún más intenso cuan-
do fuera del pueblo nos encontra-
mos con otras personas del mismo,
lo que aumenta la relación que qui-
zá previamente no teníamos. Siem-
pre recuerdo un viaje de estudios
con mi hermano Heliodoro, en el
que encontramos a Panín y Pepa
Aramendi y Emilio y María Pons,
en la Alhambra de Granada, con
gran alegría por ambas partes, vol-
viendo a encontrarlos a los pocos
días en Córdoba, con la consiguien-
te sorpresa y risas al reencontrar-
nos. A Panín volví a encontrarlo
años después otra vez en Córdoba,
lo que ya es casualidad. Asimismo
fue una gran alegría estar con mi
amigo de la infancia Juan Barbas,
Cuco, en Nueva York, saliendo
juntos por aquella gran ciudad tan
tranquilos y contentos como si por
La Baragaña anduviésemos.
En fin, que fue una suerte y
una alegría el haber tenido rela-
ciones entrañables con muchas
personas a nivel de casa, vecin-
dad, pueblo o concejo; a las que
no están las recuerdo con cariño
y nostalgia, con relación a las pre-
sentes siempre es muy grato se-
guir disfrutando con sus encuen-
tros y compañía.
Felices Fiestas a todos.
Ciudad Residencial de Perlora. En ella están de izquierda a derecha Melquíades, guardia municipal, mi familia (Rafael, Carmina, Helio y yo mismo), Ernestina con una niña mayor que no identifico, Coral, Nico y la niña pequeña Maite. Foto cedida por Capilla.
50 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
ALBERTO GARCÍA RODRÍGUEZ
RememorandoSO.FE.CA.
A.-CREACIÓN Y FUNDAMENTO DE SOFECA
Corría el verano de 1964 cuando D. Pedro Isidro
Chicote, Alcalde, entonces, del Concejo de Carreño,
citó a un grupo de vecinos de Candás de diversa con-
dición, exponiéndoles la idea de crear una sociedad de
la misma analogía que las ya existentes en otras villas
de la región, como la S.O.F. en Oviedo , G.I.F.E.S.A.
de Gijón. Más adelante fueron apareciendo en otras
villas. En Candás salió a la luz por el año 1964. La
idea principal del cambio suponía el paso de una Co-
misión que organizaba solamente las fiestas del Santí-
simo Cristo a una Sociedad que programase el calen-
dario anual de fiestas.
Para darle cauce a la idea, se adelantaban algunas
condiciones por parte del Ayuntamiento. Concreta-
mente el llamado Parque de Santarúa se le ofrecía a
la futura sociedad como parte sólida de los ingresos,
perviviendo la Organización en la misma de verbenas
y otros eventos.
Otro renglón de los ingresos sería la recaudación
de socios al crearse este tipo de organización y la co-
laboración de los vecinos.
A partir de ese primer contacto,
y en la misma reunión, que se ce-
lebraba entre las partes señaladas,
Ayuntamiento y vecinos, se pro-
cedió al nombramiento de cargos
entre los propios asistentes, resul-
tando elegidos, como presidente,
Cipriano Aramendi Cuervo, y Al-
berto García Rodríguez, como se-
cretario, firmante de este artículo.
Estas dos partidas de ingresos
fueron la clave en el desarrollo de
las variadas actividades, pudiendo
sostener adecuadamente la pro-
gramación anual.
Padre Manuel Pérez, Panín y Eduardo. 1970
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 51
Iniciadas las gestiones de carácter general, en las
primeras sesiones de la reciente nombrada Junta Di-
rectiva, se acordó su nominación bajo el epígrafe de
SOFECA, cuyo nombre me satisface recordar dado
que correspondía a mi propuesta aceptada.
B.-DISTRIBUCIÓN DE LABORES Y
RESPONSABILIDADES.
Se crearon un total de siete secciones que se ocu-
paban de manera específica de sus respectivas labo-
res, bajo la responsabilidad de un Delegado en cada
una de ellas, respondiendo al siguiente detalle:
Información y relaciones públicas.
Socios
Obras y servicios
Deportes
Festejos populares
Económica-Tesorería
Secretaría-Administrativa
Cabe señalar que esta estructura organizativa elegi-
da nos resultó positiva, generando un desarrollo muy
favorable. Se produjo una más que aceptable armonía
entre los directivos, aun cuando buena parte de ellos
eran foráneos, con diferencias de edades e incluso es-
casa relación entre los miembros. Si a esto añadimos
la colaboración especial de los socios, soporte princi-
pal del pueblo, en nuestras tareas, completamos las
claves que nos permitieron resolver con cierto éxito
los objetivos programados.
C.- AJUSTE PROGRAMACIÓN ANUAL
Como novedad se introdujeron ciertos programas
en algunos casos y renovación en otros.
Así la programación básica desde el municipio
quedaba como sigue:
San Antonio: Reincorporada
San Félix (patronal): Reincorporada y reformada
San Roque: Equiparada
Santísimo Cristo (tradicional): Equiparada
Cabalgata de Reyes: Incorporada
Más adelante, atendiendo a las pautas climatológi-
cas habituales y tratando de adecuar la proporciona-
lidad de los festejos, re reforzaba el programa de San
Félix (patrono y periodo estival) y a partir de 1970 se
pone en marcha el Festival de la Sardina que en el
año actual representa el número 46 aniversario. La
ubicación de este festival que al principio se fijó en
el muelle, pasó a la zona ajardinada de San Antonio y
continúa en el mismo emplazamiento.
La sardina, pez marino que representó en épocas
anteriores buena parte de la actividad laboral de
nuestra villa, en sus dos aspectos productivos (la pes-
ca en hombres y la conserva en mujeres), genera con
este festival un recordatorio inolvidable por su carác-
ter humano, tradicional y social.
D.- SOPORTE ECONÓMICO.
La propuesta que presentaba D. Pedro Isidro Chi-
cote preveía la comercialización del parque Santarúa,
previa adecuación, como fuente de ingresos y para
desarrollo de los distintos eventos que podrían reali-
zarse en el mismo escenario.
En primer lugar se decide solicitar oferta de la
adaptación que pedía el citado parque Santarua para
dedicarlo a la celebración de verbenas, concursos y
otros festivales. Fueron convocadas las firmas espe-
cializadas Coca Cola y Pepsi Cola para que mediante
condiciones establecidas presentaran sus presupues-
tos. A cambio, el adjudicatario tomaría en exclusiva
durante un tiempo determinado la explotación del
servicio. La idea cuajó y sirvió para defender anual-
mente el presupuesto con cierta garantía.
El segundo soporte clave lo ofrecía el apartado de
socios que además de su interés económico, esperado
de las inscripciones, podría reforzar la intención de
SOFECA, cual era lograr unos destacados objetivos.
Con los dos apartados comentados anteriormente
SOFECA pudo “navegar” y lograr programas de fiestas
bastante aplaudidas y, por otro lado, el entendimien-
to de los componentes directivos quedó reforzado.
Así recordaremos siempre nuestra participación en
el equipo directivo, reconociendo que si bien hemos
52 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
aportado nuestra colaboración en mayor o menor
cuantía, también la hemos recibido desde la propia
SOFECA, consiguiendo prácticas interesantes (labores
administrativas, relaciones sociales, gestiones comer-
ciales).
No olvidamos a los colaboradores en general que
así mismo apoyaron nuestra tarea.
E.- OTRA COLABORACIÓN ESPECIAL: SOCIOS
La aceptación de los candasinos en nuestra prime-
ra acción divulgadora, presentando a nuestra socie-
dad, ya fue decisiva. El comportamiento de nuestro
vecindario lo podemos calificar hasta de clamoroso,
pues a la hora de formalizar las inscripciones la res-
puesta desbordó nuestros cálculos. Recuerdo el co-
mentario popular que decía “todo Candás ye socio”.
Con esta manera de recibirnos nació nuestra ilu-
sión, permitiéndonos más adelante avanzar de mane-
ra muy progresiva.
Finamente, y dentro de este capítulo de socios,
creo que en este humilde texto debemos de agradecer
a nuestro pueblo candasín su excepcional comporta-
miento, por lo que dejamos constancia del mismo
F.- RESULTADOS OBTENIDOS.
Aspecto Económico:
A modo de referencia, podemos
señalar que el Parque de Santarúa
proporcionó buenas entradas a lo
largo de su primera etapa de reco-
rrido en la que presté mis servicios
como Secretario fundador.
Como datos de interés y refi-
riéndonos a los éxitos del Parque
Santarúa (variedad y asistencia)
también cabe registrar logros im-
portantes. Ejemplos: actuación de
Víctor Manuel, Canción Asturiana
(final), Verbena del Pescador, entre
otros muchos, registraron cifras
superiores a los 2.000 asistentes
Aspecto Social
Nos agrada poder registrar en este apartado, refi-
riéndonos al equipo directivo, cómo partiendo de per-
sonas no muy conocidas entre sí, con edades dispares
y condiciones diversas pudieran llegar a tan logrado
entendimiento. En otras ocasiones, ya hemos comen-
tado este extremo. Una vez más dejamos constancia
del mismo.
Aspecto Organizativo
La distribución de las labores entre los componen-
tes de la Junta Directiva, que hemos considerado, en
su momento, encajada, mantuvo una relación ento-
nada permitiéndonos llevar adelante, normalmente,
las programaciones en las distintas etapas.
Es más, después de los primeros años, la amistad
adquirida a través de nuestra Sociedad, creó vínculos
que hoy día se mantienen aún con más fuerza.
Dentro de este apartado reseñamos, por su carác-
ter informativo, una curiosidad que aparecía por los
años 70 en algunas publicaciones regionales. En una
especie de clasificación a nivel de nuestra Comunidad
y valorando una serie de apartados relativos a las fies-
tas: música: bandas y orquestas; toros (participación
de primeras figuras), exposición de carteles (anuncia-
Alberto, Rafaelito, Panín el Mozo y Manuel Pérez. 1971
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 53
dores de las fiestas) y la gran asistencia de romeros en
su visita al Stmo. Cristo, reuniendo cantidad y calidad
para cada caso, aparecían en la empresa publicitaria
nuestra fiesta clasificada en quinto lugar, motivo de
satisfacción para nuestra labor.
Otro detalle que podemos añadir se refiere a la opi-
nión que en cierta fecha, con motivo de las fiestas del
Stmo. Cristo y la participación de la Banda Militar de
Milán, su director, el Comandante Somoano felicitó a
nuestra Organización, expresando , más o menos, los
siguientes términos: “ pocas veces he recibido tanta
atención y calidad para mis intervenciones como en
vuestro caso”.
Finalizamos esta tanda de detalles con el que re-
señamos a continuación: se acercaban las Fiestas del
Stmo. Cristo por aquel año en el que el Bandín de La
Estrada cubriría su XXIX actuación, cuando recibía-
mos la llamada de su director Marcelo para comuni-
carnos que no habían recibido el contrato habitual.
El problema venía dado por la protesta de mucho pú-
blico que ya en años anteriores rechazaba el tipo de
música por considerarla anticuada y por ello nuestra
postura quedaba en una situación más que dudosa
para tomar la decisión. Añadía que si el problema era
de orden económico, estaban dispuestos a tocar para
Candás sin cobro alguno. Nuestra reacción, lógica-
mente, como no podía ser otra, pasó inmediato a su
contratación verbal, confirmada después escrita y con
el pago correspondiente.
G:-CONTRATACIÓN DEL PERSONAL
Dado que a lo largo de la programación anual, y en
momentos puntuales ciertos festejos requerían asis-
tencia para despachar obra estructural y servicios de
apoyo, de los citados trabajos, la contratación ocupaba
a los siguientes operarios:
Equipo de Obra: compuesto por un capataz (Be-
nito) y dos ayudantes (Cholo y Severino), ocupados,
principalmente en la instalación del cierre, gradas y
accesos de la corrida de toros.
Conservación del parque Santarúa
Suelta de voladores y otros
Servicio de taquillas: Este apartado se extendía
a los servicios que se celebraban en Parque Santarúa,
siendo atendido por las señoras Anita, Avelina y Cova-
donga, en el despacho de localidades de las verbenas,
concursos y demás eventos.
Servicio de socios: Cubierto por Mercedes Panti-
ga, quien se ocupaba del cobro de las cuotas, reali-
zando este servicio durante años.
Otros servicios auxiliares: de tipo filial, como
reparto de propaganda, colocación y correspondencia
eran cubiertos de temporal.
Por el comportamiento de todas las personas nom-
bradas anteriormente, y que desgraciadamente, de
ellas solo se encuentra Avelina entre nosotros, no
queremos cerrar esta memoria sin dedicarles a todos
ellas, por su actitud colaboradora con SOFECA, a la
que sirvieron con toda lealtad y poniendo lo mejor
que tenían de su persona, nuestro más profundo agra-
decimiento desde la intención colectiva de aquella
directiva a la que aquí represento.
Para cerrar esta breve y sentida memoria, dejo un
recuerdo para los dos presidentes con los que tuve el
gusto de compartir las andanzas de los primeros años
de vida de SOFECA:
Cipriano Aramendi Cuervo “Panín” e Isidro Rafael
García del Busto “Corazonón”, con sus características
personales (compostura el primero) y (humanitaria el
segundo), supieron cubrir dignamente su papel, acom-
pañados de un buen equipo directivo. Para ambos, mi
sincero agradecimiento en nombre de aquel recorda-
do grupo que, primeramente, se conoció colaborando
y después practicando su amistad.
Por mi parte, y también en nombre de SOFECA,
agradezco el comportamiento de todos los convecinos
de nuestra villa que con su apoyo alimentaron nuestra
ilusión para salir adelante. Estuvimos muy unidos y
satisfechos por la conjunción lograda entre socios y
nuestro grupo directivo.
54 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
RODOLFO GONZÁLEZ CONSTANS
El Mundoen mis manos
Estábamos degustando en
estas fechas navideñas
unos hermosísimos “ori-
cios” y unos “culetes” de sidra de
gran pasar y mejor beber, y mi
buen amigo Marce me decía casi
con unción que los candasinos
siempre habían venido a Gijón en
el mítico “Carreño”, entre verdo-
res, curvas, salpicaduras de mar y
desfiladeros de vértigo, más que
a Oviedo o a Avilés y llegaban en
el “trenecito” amarillo a esta villa
marinera a calzarse, vestirse, alter-
nar, bailar y hasta ir de “picos par-
dos” porque en este aspecto Gijón
era para Candás la gran capital, el
barrio grandón y algo de la Meca
donde están todas las felicidades
puestas en la palma de la mano.
Yo le decía a Marce, tocante a
los capítulos de calzarse y vestirse
que por ascendientes familiares y
sobre todo por mis padres, siem-
pre tuve un gran amor a los trajes
a medida, las camisas suaves, las
corbatas de seda y los zapatos de
“tafilete” bien relucientes, y que
en Gijón, ciudad y villa del norte
de España, siempre se vistió bien,
y en la lejana, ¡qué pena!, época
de nuestra infancia y mocedad, los
trajes y las sastrerías buenas abun-
daban como la miel en verano. Ha-
bía muchas; Abadías, Guerra, Or-
doñez, Farrás, Amonedo, Enrique,
Alberto, etc. etc., más las tiendas
de tejidos, como Masaveu, La Villa
de Paris, El San Luis, Casablanca,
La Sirena, La Norma, Montecarlo,
etc. etc… que también tenían sus
propios sastres, pero por encima
de todos y en aquellas décadas
de los años cuarenta, cincuenta,
sesenta y parte de los setenta del
pasado siglo, destacaba como un
enorme faro en la mar, la gran sas-
trería de Alcázar. sita en el muello
gijonés con sus elegantes escapa-
rates de mármol, cristal y dorados,
siempre elegantemente decorados
y con contenidos de buen gusto, y
su majestuosa puerta con bronces
y rejería y de cuya contabilidad se
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 55
encargó mi padre durante muchos
años, prácticamente, hasta poco
antes de fallecer D. Juan Alcázar,
el catalán afincado en Gijón y pro-
pietario de la misma, excelente
sastre y cortador y hombre elegan-
te donde los hubiera, siempre con
sombreros haciendo juego con sus
ternos impecables y su “postura” y
ademanes de un auténtico “gentle-
man” inglés.
La gran sastrería Alcázar daba
a dos calles, el frontal por la calle
de Trinidad y en sus parte trasera
el taller hacía frontera con la ca-
lle de Santa Elena, y trabajan en
esos años sobre treinta personas.
Entrabas entre mármoles, tercio-
pelos con caídas y te encontrabas
rodeado de suelos “encerados”,
largas mesetas de corte de made-
ras nobles, muchos espejos con
bordes “broncíneos”, algún peque-
ño cuadro de cacerías a la inglesa,
estanterías con “balas” de géneros,
y, además, los “aromas” tan carac-
terísticos, esa mezcla de suaves
perfumes, cueros macerados con
el olor clásico de las telas, puros
habanos y cigarrillos “Chester-
field” que fumaba D. Juan.
Cuando un servidor de Vds.
tenía dieciséis años, me confec-
cionaron allí mi primer traje en
gris marengo de ojo de perdiz y
mi primer abrigo cruzado en azul
marino, al margen de que duran-
te mi niñez y pubertad me habían
cortado varios trajes y abrigos de
mi padre, adaptándoles a mi pe-
queña persona siendo terminados
y cosidos por mi madre con gran
amor y maestría. Todos eran sin
solapas y los abrigos “cruzados” y
eso unido a las camisas de cuello
“almidonado”, corbatas a juego y
zapatos que siempre me enviaban
mis abuelos desde su comercio de
Barcelona a dos colores y con la
puntera “picada”, hacía que fue-
ra hecho un “pincel” cuando no
existían ni “boutiques” para niños,
ni nada que se le pareciese. Aún
parece que estoy viendo a D. Juan
presentarme las telas mientras ha-
cía rodar las “balas” sobre la larga
mesa y me ponía un gran trozo de
género sobre mi persona viéndo-
me reflejado sobre la gran “luna”,
y D. Juan, con gran elegancia, a la
vez que los iba extendiendo me iba
diciendo con gran profesionalidad,
el color, la textura, su origen y has-
ta el nombre del fabricante: este es
un “Principe de Gales” en lana de
Tamborino, este otro de estambre
en azul noche es de Gomira, este
en marrón con raya diplomática
es de Llorens, o este de franela
en gris plomo es de Portabella y
Llovet y este de suave “alpaca” de
entretiempo y con brillo opacos y
en color gris ala de mosca es de
Roselló, más estos dos, uno en en
cheviot y el otro de “ojo de perdiz”
son de lana escocesa y fabricados
en Inglaterra, en Manchester, por
Williams y Taylor, y para el abri-
go, este de lana fría en azul marino
con unas gotas de “cachemira” y
como muy para “gabán” mientras
se llenaba la mesa con un maravi-
lloso “batiburrillo” de telas y una
orgía de colores como un anhelado
y cromático arco iris.
Durante bastantes años fui fiel
a la sastrería Alcázar y a las cami-
setas Niza y Carbajo, ambas en la
calle Corrida. En la primera com-
praba camisas de vestir de la marca
“Alazán”, y en la segunda camisas
hechas a medida y más “asedadas”
de verano de la marca “Sir Bon-
ser”. Los zapatos, al margen de
los enviados por mis abuelos, de
“tafilete” y suela de cuero, en los
establecimientos de los “Pequeños
Suizos” tanto en la tienda de Ovie-
do como en la de La Coruña o en
la de Madrid, ya que viví bastante
tiempo en las tres ciudades, y des-
pués en la Zapatería Monsy, sita
también en la calle Corrida hasta
hace unos pocos años en que ce-
rró, y aunque sea extenderme un
poco no puedo dejar de mencionar
la sastrería Santamarina en la calle
Gil de Jazz en Oviedo, la también
sastrería de Nazario Bousiño en la
En la lejana época de nuestra infancia los trajes y las sastrerías buenas abundaban como la miel en verano“
”
56 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
coruñesa ancha de San Andrés, la
veterana sombrerería y camisería
Gala, de la también capital galle-
ga, y la sastrería de Sindito, oficial
cortador de Bousoño y que se esta-
bleció en el coruñés barrio de Mo-
nelos, y que me hizo “ternos” im-
pecables, la centenaria camisería
Hidalgo, de la Gran Via madrile-
ña, que por cierto, salió estos días
en los medios de comunicación
comunicando que tenía que cerrar
al desaparecer la ley de rentas an-
tiguas y no poder subsisitr con los
nuevos alquileres; Laínez, camise-
ría y sastrería, también en Madrid,
y en la castiza calle de Preciados,
más Celso García, en Serrano, y
como no, Furest en Barcelona, sita
en el hermoso Paseo de Gracia,
donde compré mis primeros con-
juntos de Sport, chaqueta “camela”
y “blasier” azul marino con panta-
lones grises de franela cuando em-
pezaba la confección bien hecha.
La satrería Galvez de Valladolid,
donde me cortaron un abrigo de
“cheviot”; la gran y elegante tienda
de “Derby” y la veterana sastrería
de Rufino Marqueta, en Zaragoza.
Punto y aparte es hacer mención
de Beristiarán, en el Arenal bilbaí-
no, y de los hermanos Balsan en
Santander.
Marce y un servidor, seguía-
mos tomando “culinos” y comien-
do sabrosos “oricios”, mientras yo
iba desgranando mis recuerdos
satreriles y zapateriles, y ambos
éramos conscientes de que a es-
tas alturas de la película teníamos
mucho más pasado que futuro y
que los sitios que mencionába-
mos, en un noventa por ciento,
habían sucumbido con el paso de
los años, la piqueta de los nuevos
tiempos, otras modas, otros gus-
tos de consumo, nuevos centros
comerciales, tiendas de franqui-
cias, cadenas multinacionales y
globalizaciones varias, y hacía
que tanto los comercios como no-
sotros, repito, tuviéramos más pa-
sado que futuro, pero a pesar de
todo, brindamos por nuestro por-
venir esperando que fuera relati-
vamente largo, entre paréntesis, y
volvimos otra vez a brindar con
verdadera emoción por Candás y
por Gijón.
De todas las maneras, qué
quieren que les diga, a un servi-
dor lo que de verdad le “mola-
ba”, como dicen en Madrid los
“castizos”, era ir a un viejo salón
de limpiabotas como el que había
en Gijón en la calle Corrida, con
un abrigo “camel” en lana inglesa,
traje cruzado de “Tamborino” en
azul noche con raya diplomática,
naturalmente, hecho a medida en
una sastrería de tijeras mágicas,
camisa blanca de “popelin”, corba-
ta de seda con pequeñas motitas,
complementos ad/hoc y zapatos
negros de “tafilete” mallorquines
o italianos con suela de cuero,
suaves y amorosos, que abrillan-
taba y mimaba con manos sabias
el veterano operario, y que una
vez terminado el servicio, decía
con cortesía y voz “cazallosa” “el
señor está servido”, mientras que
con una “cabriola” suspendida en
el aire hacía sonar con un último
chasquido la gamuza atirantada y
embreada por el uso de muchos
años. Te quedabas mirando sus ta-
tuajes, en el antebrazo izquierdo,
un corazón atravesado por una fle-
cha con la leyenda “soy el mejor
amado”, y en el derecho una baila-
rina mora llena de velos y turgen-
cias y saliendo de un último velo
las palabras “Viva la Legión”. Uno
se levantaba, pagaba con generosa
propina y salía al tibio sol del me-
diodía camino del aseado y ama-
derado “pub” del Tívoli, recién in-
augurado en la calle Corrida, para
tomar un vermouth con calamares
a la romana, sintiéndose como en
la maravillosa película de Raoul
Wash, del año 1952, e interpreta-
da en plan sublime por Ann Blyth,
Gregory Peck y Anthony Quinn, y
vuelvo a repetir, sintiéndose y sin-
tiéndome que “el mundo estaba en
mis manos”.
Ambos éramos conscientes de que a estas alturas de la película teníamos mucho más pasado que futuro“
”
58 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ CUERVO
Hoy hay comedia
Corría el año 1955, aquella primavera estaba
siendo fiel a su nombre. Aquel día, con mis
cuatro años, salíamos de la escuela corriendo
como si nos persiguiese un diablo, cuando, de pron-
to, nos arremolinamos alrededor de un árbol, donde
unos cuantos amigos mayores que yo pegaban saltos
de alegría al leer aquel cartel allí pegado, y esperé que
se marcharan para leerlo con tranquilidad pues nece-
sitaba tiempo para entender lo que decía:
“HOY, A LAS 10 DE LA NOCHE, EN LA PLAZA
DE LA BARAGAÑA, UN ESPECTÁCULO ÚNICO,
donde actuarán el maravilloso Mago El Gran Silver,
la afamada bailarina Srta. Mercedes (que con sus bai-
les recorrió toda España), el afamado y queridísimo
payaso Cosmín y el cantante-guitarrista Don Alfredo.
No se pierdan esta noche el espectáculo que ofrece al
pueblo de Candás la gran compañía de Don Enrique
Fernández”. Aquel día ya teníamos asegurado la di-
versión; hiciésemos lo que hiciésemos, nuestra mente
estaba puesta en ir a cenar rápido para después coger
un buen sitio en la plazoleta. Y así fue: después de
pasar toda la tarde jugando a la machorra*, estábamos
impacientes por llegar los primeros a la Baragaña.
La gente, según se aproximaba la hora, iba hacien-
do acto de presencia y nosotros, que éramos más pe-
queños, nos poníamos en las primeras filas sentados
en el suelo con las piernas cruzadas; luego había otras
filas que estaban plagadas de unos bancos pequeños,
la mayoría pintados de blanco, que la gente tenía en
casa y los llevaba para estas ocasiones.
Delante de nosotros se levantaba un escenario de
madera apoyado en unos pequeños caballetes, y de
fondo, una especie de cortinas rojas que se colocaban
verticalmente tapando la puerta que daba acceso al
escenario por donde aparecían los artistas, después de
cambiarse de ropa en el portal; también, a veces, era
su misión hacer de telón. Unos altavoces colocados
estratégicamente a ambos lados del escenario inun-
daban la plaza con música española, creando ya un
ambiente mágico.
Y por fin, comienza el espectá-
culo. La plaza estaba a rebosar, y
el presentador, con un traje muy
acorde para la ocasión, anuncia la
primera actuación, y la bailarina
Mercedes (con vestido sevillano)
arranca a bailar con las primeras
Nosotros que éramos más pequeños, nos poníamos en las primeras filas en el suelo con las piernas cruzadas“
”
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 59
notas musicales, llevándose los
primeros aplausos de la noche de
un público que con sus olés em-
piezan a caldear el ambiente. No-
sotros esperábamos impaciente-
mente el momento de los payasos.
Luego, vendrían los juegos de ma-
gia del Gran Silver que nos ponían
los ojos desorbitados, y con una incertidumbre que no
llegábamos a comprender, quedábamos como extasia-
dos; y entre tanto, más aplausos, y empujones, que
nos dábamos entre nosotros, como diciendo, “¿viste lo
que acaba de hacer?”. Por los altavoces el presentador
anuncia que en breves momentos se va a sortear una
manta de cama, una botella de coñac y otra de Anís
la Asturiana entre el respetable público, y el que no
quiera participar comprando papeletas para el sorteo,
que, por favor, colabore con la voluntad. El que más
o el que menos, siempre echábamos algo en las cestas
para ayudarlos, y los más pequeños ya llevábamos las
monedas que en casa nos habían dado.
Y llega el momento tan esperado: los payasos.
Aquello era lo máximo para nosotros ya que el paya-
so Cosmín era muy popular en Candás, pues había
venido durante muchos años. Era un hombre muy
bajo para su edad y su cuerpo no guardaba relación
con esta. Enseguida se metía al público en el bolsi-
llo, sobre todo, cuando se ponía a cantar una canción
compuesta, me imagino, por él y que hablaba de su
pequeña estatura, todo el mundo se ponía a tararear
“Cosmín, Cosmín”, y la plaza se venía abajo.
Pero de pronto, Cosmín pide un voluntario para
salir a cantar con él; yo no me acuerdo si salí volun-
tariamente o me empujaron, el caso es que me vi en
medio del escenario, me pregunta si sé alguna can-
ción y yo con todo atrevimiento le digo que sí, que sé
aquella de la ovejita Lucera. Y allí me veo yo intentan-
do cantar una canción que no sabía la letra, pues solo
conocía el estribillo: “Tengo yo una ovejita Lucera que
de campanillas le he puesto un collar”, y de pronto
saltaba, “y cuando le contesta el corderito, BEEEE”,
y todo el mundo haciendo coros y repitiéndola. En-
cima, yo hablaba algo mal e intentaba acabarla, pero
la gente volvía a empezarla, y las carcajadas que allí
había eran indescriptibles, aquello era inenarrable. El
espectáculo seguía y así hasta dos horas aproximadas
que duraba. Si la comedia había hecho una buena re-
caudación seguía un par de días más en Candás, y si
no había que esperar a otra ocasión.
Al día siguiente, mi madre, vivíamos a unos cin-
cuenta metros de la Baragaña, me dice: “vaya payasos
más buenos que vinieron ayer, que hasta aquí llega-
ban las risas”. Cuando le dije que yo era uno de ellos,
no se lo creía.
Aquella actuación improvisada por mi parte me va-
lió luego para hacerme más popular entre los amigos
de la escuela, de tal manera, que otras veces cuando
venían más comedias y pedían voluntarios tenía que
esconderme para que no me empujasen a salir.
Así era una parte de la diversión que teníamos
aquella generación del 51 que no conocíamos nada
más que la radio y el cine, y la calle como compañera
de juegos.
Quiero con esta modestas líneas rendir un home-
naje a esas comedias y sus artistas que durante bas-
tantes años nos hicieron la vida más agradable y del
que conservamos muy buenos recuerdos.
* La machorra era un juego popular de aquella época: constaba de un palo de escoba de unos 40 cm. y otro más pequeño de 15 cm. afilado por sus puntas y al que había que golpear con el palo grande.
El payaso Cosmín era muy popular en Candás, pues había venido durante muchos años“
”
60 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
IGNACIO GRACIA NORIEGA
ElHolandés Errante
La leyenda del Holandés errante, tenebrosa y lu-
minosa a la vez (pues hay en ella la oscuridad
de las galernas y un resquicio de esperanza, un
castigo y una redención), aventurera e intimista, bru-
tal y delicada, es, acaso, la más conocida y efectista de
las leyendas de la marinería atlántica. Cordié señala su
origen noruego; luego se extendió por los puertos del
Norte, con el esplendor hanseático. Los marineros de
la Hansa, cuando bebían en serio, brindaban por el Ho-
landés. Al contrario que las leyendas de tierra adentro,
ésta excluye los elementos localistas. Es cosmopolita y
universal, piadosa y desesperada, sombría y protestante.
Y es una leyenda religiosa. Si el Holandés no hubiera
sido creyente, no habría recibido castigo tan tremendo
y sin misericordia por blasfemar. Sólo las blasfemias de
los creyentes son efectivas. La blasfemia de un ateo es
palabrería vana, o simple desahogo sin sentido.
La leyenda del Holandés errante la refiere Heinrich
Heine en las “Memorias del señor Schnabelewopski”,
sin concederle demasiado espacio, como si se tratara de
un cuento conocido. Esta leyenda tiene extrañas vincu-
laciones con el arte de la fundición de metales. La cono-
cían los marineros franceses del siglo XVIII. Pero el Ho-
landés, aunque viste levita dieciochochesca, tricornio y
zapatos con hebillas de plata, acabará convirtiéndose en
una figura romántica: en un marino misterioso, profun-
da e irremediablemente triste. Es alto, flaco, con los ojos
azules como el mar y un pañuelo rojo al cuello. Porque
su castigo es eterno (si no le redime el amor, como quie-
re Richard Wagner), no envejece a pesar de los años y
décadas y centurias que han pasado por él. Él, a su vez,
ha recorrido hasta el cansancio los siete mares, pero se le
ve, principalmente, en las cercanías del Cabo de Buena
Esperanza. Ronda el cabo desde los tiempos lejanísimos
en que la ciudad de El Cabo era conocida por La Taberna
del Puerto. El Holandés bebe constantemente, da igual
que sea cerveza, ron o ginebra, pero su jarro jamás se
agota: siempre lo encuentra lleno hasta los bordes cuan-
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 61
do lo aproxima a los labios. Algunos tratadistas supo-
nen que paga las consumiciones con calderilla, pero es
porque le confunden con el Judío errante, con quien no
tiene relación al menos aparente. Ahora bien, no seré yo
quien asegure que, en las largas, interminables peregri-
naciones de ambos, no se haya acercado alguna vez el
Judío al buque del Holandés. Hasta es posile que haya
sido su pasajero, y hasta que de él haya aprendido el Ho-
landés a pagar en calderilla, moneda a moneda. El Judío
anda errrante por haberle negado un asiento a Cristo
cuando iba hacia el Calvario en el poyo que tenía a la
puerta de su casa, y el Holandés por haberse encarado a
la tempestad y a quien domina sobre ella, que no es otro
que Dios. El Holandés, cierta vez que se dirigía hacia el
Sur, se obstinó en pasar el Cabo de Buena Esperanza con
todos los vientos en contra. No hizo caso a la tripulación,
ni a los pasajeros, ni a la figura angélica que, descendien-
do de los cielos, le recomendó prudencia.
–¡Te desafío!– gritaba el iracundo capitán. Por eso fue
castigado a vagar eternamente por todas las latitudes, sin
encontrar jamás buen tiempo. Encontrarse en alta mar
con el Holandés es muy mala señal. Cuando se encara
una vez más con el Cabo de Buena Esperanza, vuelve a
gritar con todo el odio y toda ladesesperación, procuran-
do que su voz se alce sobre las olas y contra el viento:
–¡Te desafío!
Un personaje como éste no es de los que pagan sus
impuestos pacíficamente y luego se va a votar al colegio
electoral de la esquina. Si no retrocedió ante la tempes-
tad, tampoco se habrá detenido por llevar contrabando,
aunque no se puede asegurar que se haya dedicado a la
piratería o a la trata, como parecen insinuar sus detrac-
tores. Con ser Barend Fokke un capitán de Holanda, le
basta y le sobra. No creo que esté dispuesto a compli-
carse la vida traficando con negros o acechando a los
galeones españoles que regresaban de las Indias con las
bodegas rebosantes de plata para ser amonedado con el
perfil del católico rey de España.
El Holandés hubiera sido un gran personaje de Ho-
ffman. Más de una vez, Poe les saca en sus cuentos. Pío
Baroja le dedica unas líneas en el capitulo IX de “Las
inquietudes de Shanti Andía”, cuando recuerda “un bu-
que fantasma, tripulado por un capitán holandés. Este
perdido, borracho, blasfemador y cínico pirata anda,
con un equipaje de canallas haciendo fechorías por el
mar. Si el maldito holandés se acerca al barco de uno, el
agua se enturbia, la carne se pudre. Si le envía a uno una
carta, ya puede no leerla, porque se vuelve loco inme-
diatamente: tales absurdos y mentiras dice”.
Una vez cada siete años se le permite tocar tierra. En
1817 le vieron en Marsella en compañía de elementos
bonapartistas. Y apunta Alvaro Cunqueriro; “No me di-
gan que no hubiera sido precioso el retorno del Empera-
dor en la nave del Holandés errrante”.
62 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Un día en casa de Pass, él
y Pinto miran el calen-
dario para ver cuando
empiezan al cole, y ven que antes
de volver al colegio hay unas fies-
tas: “La próxima semana son las
Fiestas del Cristo de Candás”. Pinto
pregunta:
–Pass, ¿Por qué se celebran es-
tas fiestas?
–En realidad no lo sé, para mí
son muy divertidas y me lo paso
muy bien, pero podemos pregun-
tarle a mi “güelu” que él seguro lo
sabe. ¡Vamos a buscarlo!
Salen de casa, y se dirigen a la
pomarada donde él está.
–Pass: Güelu, güelu, ¿nos pue-
des contar historias de las fiestas
del Cristo?
–Güelu: Sí, claro, pero vamos
a sentarnos y a tomar un poco de
sidra dulce y fresquita.
Se fueron a sentar debajo de un
manzano, y ahí empezó a hablar:
–Güelu: Un día, hacia el siglo
XVI, unos marineros de aquí, que
estaban faenando en las costas de
Irlanda encontraron flotando una
figura ¿y cuál fue su sorpresa?, era
una representación de un Cristo, lo
recogieron y lo trajeron a la villa,
llevándolo en procesión hasta el
Hospital de los Peregrinos de San-
tiago. Desde entonces, un 14 de
septiembre se celebran las fiestas
del Santísimo, que es patrono de
todos los marineros de Asturias.
Ahora todo ha cambiado, pero en
mis tiempos jóvenes, las disfrutá-
bamos de otra manera, no había
tantos coches, así que veníamos an-
dando desde todas las parroquias y
más allá, gentes de Gijón, Avilés, e
incluso de fuera de Asturias.
–Pinto: Sí, me parece muy bien,
pero cuéntanos cómo pasábais las
fiestas.
–Güelu: Ya voy, no seáis impa-
cientes. El día 13 de septiembre
empiezan las verbenas, todos íba-
mos con nuestras mejores galas,
la sidra era la mejor bebida, las
avellanas, los helados, los churros
y por supuesto el baile, donde “re-
frescábamos” con las mozas.
–Pass: ¿Qué ye eso güelu?
–Güelu: Pues lo que ahora lla-
mais ligar. Al día siguiente, que es
el 14, celebrábamos, como ahora,
la misa por la mañana, donde sa-
cábamos al Cristo en procesión por
las calles de Candás con gran devo-
ción, luego comíamos con la fami-
lia y por la tarde disfrutábamos con
los amigos y alguna mozuca, otra
vez al baile, y lo que tocaba. Al día
siguiente se celebraba el Cristín e
íbamos de merienda. Ahora tenéis
atracciones, y un montón de cosas,
pero no estoy seguro de quien lo
pasaba mejor.
–Pass: ¿Y cuenta que es la Al-
borada?
–Güelu: ¡Ah!, sí, empezó en
1977, creo, como una ofrenda para
recordar a los hombres que perdie-
ron la vida en la mar. Fijaros que
vino hasta el abuelo del actual Rey
y ese día unieron el agua de los
cinco continentes. Se celebra en el
amanecer del día 14, con la danza
prima y ofrendas de flores que lle-
van las barcas y tiran desde el mar.
–Pass: Güelu, ¿nos puedes lle-
var ese día?
–Güelu: Creo que estoy un poco
mayor, pero, bueno, os llevaré...
acordaros: teneis que madrugar.
–Pass y Pinto: Bieeen, este año
va a ser muy especial para noso-
tros...
–Güelu: Bueno, ahora se ha he-
cho tarde, otro día os cuento más
cosas, vamos a cenar que, si no, se
enfada la güela por llegar tarde.
Los XiatinosLas Fiestas del Cristo
AMADO MÉNDEZ
64 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
MANUEL MENÉNDEZ SANTOS
Sentado en el mirador de Pal-
mera se me acerca una vie-
ja amistad e iniciamos una
larga e interesante conversación.
Como de pasada surgió mi segun-
do viaje a Buenos Aires con visita a
Mar del Plata (a 400 kms de la urbe
porteña). Dos días habían dado para
pasear por el centro, visitar el colo-
sal puerto pesquero y admirarme
con enormes lobos de mar que pa-
cíficamente ocupaban, jalonaban,
las plataformas del puerto. Como
obligado surgió el largo viaje y sus
muchas horas de vuelo¡Vaya valor
que tienes, yo mal me atrevo volar
a Madrid! Pues es el medio más rá-
pido y seguro.Piensa que mientras
charlamos tranquilamente volamos
a una velocidad de 80.000kms/h al-
rededor del sol. –No lo había pen-
sado, pero mi mujer y yo teníamos
pensado unas vacaciones por el IN-
SERSO. ¿Por qué no os animásteis?
Los planes se nos vinieron abajo al
quedarse en paro un fío y el yerno…
Se habla de la creación de empleo,
pero casi todo a tiempo parcial. Ade-
más en muchos casos trabajando
más horas para cobrar menos,mien-
tras la corruptela y fraude fiscal
achacables a políticos, financieros,
empresarios o desesperados que
trapichean con calderilla, son noti-
cia todos los días.
¿Quién tiene la culpa de estas
prácticas abusivas e injusticias so-
ciales? ¿Yo, que me pasé la vida tra-
bajando, malviviendo en muchas
ocasiones para sacar una familia
adelante, una institución esencial
que no puede funcionar si su mi-
seria se hace crónica? ¿Tienes tú
la culpa que te pasaste decenas de
años tragando el sucio polvo del
calzado para reparar, que no levan-
taste cabeza hasta que cambiaste
de profesión? ¿Son culpables, aca-
so, los millones de parados o de
pensionistas. Muchos de éstos y
éstas cobran pagas limosneras. Su
indignación era mi indignación,
pero tampoco estaba de acuerdo
con hacer recaer todas las culpas
de una sola parte.
Amigo Rubén, los culpables
existen, pero no es cuestión de per-
sonalizar. Llegado el momento es
la justicia a quien le corresponde
tal potestad… La honradez y la de-
lincuencia, aunque polos opuestos,
son connaturales a la condición hu-
mana. Lo esencial es cumplir im-
parcial y libremente su cometido,
al tiempo que una adecuada edu-
cación sea quien se encargue de
entregarse a fondo para evitar en lo
¿Por quépreocuparnos?
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 65
posible broten delicuentes de una
u otra, índole. Por supuesto, que
teniendo en cuenta la problemática
social y la dignidad de todos los co-
lectivos.Quizás el origen de éstos y
todos los demás males del hombre
se pierdan en los tiempos inmemo-
riales, cuando unos hombres fuer-
tes se levantaron contra otros dé-
biles para quedarse con los frutos
agrícolas de la tierra o, pocos los
concienciados y losa demás teme-
rosos y acomodaticios,la desunión
trajo consigo la pérdida de la dig-
nidad y el nacimiento, mucho des-
pués, de los señores feudales con
sus vasallos y siervos. Las circuns-
tancias dieron paso al Antiguo Ré-
gimen formado por una estructura
piramidal: la nobleza, alto clero, el
estado llano y los siervos, y por en-
cima de todos, el rey con poder ab-
solutista. Sistema tan opresor que
desembocó en la Revolución Fran-
cesa (1789).
La España de entonces, patrio-
ta, valiente (como demostró en la
guerra de la Independencia 1808),
fiel a sus tradiciones y costumbres,
poco dada al diálogo y al entendi-
miento, impulsiva y orgullosa, pero
temerosa de influencias extranjeras
como demostró ante los principios
de la citada revolución, protegién-
dose con un cordón sanitario en los
Pirineos. Si bien, decenas, las ideas
revolucionarias fueron en gran
medida los causantes de la inesta-
bilidad del siglo XIX con 130 go-
biernos, nueve constituciones, en-
tre ellas (la de Cádiz de 1812),tres
destronamientos, cinco guerras
civiles, decenas de regímenes pro-
visionales y más de 2.000 revolu-
ciones, quedando la de 1868 como
la más significativa por las expec-
tativas que había despertado en el
pueblo español (destronamiento de
la reina Isabel II, hija de Fernándo
VII, y constitución de la I Repúbli-
ca).Revolución que había desperta-
do las máximas esperanzas tras la
proclamación de una constitución
democrática. Pero, una vez más,
los principios de soberanía nacio-
nal y la toma de reformas concre-
tas como la agraria, básicamente,
se quedaron en papel mojado. Los
partidos políticos se habían conver-
tido en oligarquías o facciones sin
ningún prestigio, junto a un caci-
quismo que gritaba libertad pero
que manejaba los hilos políticos y
administrativos para su provecho
personal.
La clase trabajadora, jornaleros
y obreros, principalmente, eviden-
ciaban sus formas de vida en la
esclavitud de muchos de sus hijos.
Una ley de 1873 permitía que los
niños de 10 años, ambos sexos, pu-
dieran trabajar en las fábricas. La
verdad era que ya comenzaban a
los 6 o 7 años con 66 horas sema-
nales cuyo salario era de 6 reales
por 12 o 14 horas diarias. Igualada,
Reus, Manresa (catalanes), entre
otros, fueron hechos constatados
de esta práctica inhumana social.
Poco o nada que extrañar cuando
en 1944, en compañía de mi padre
y un hermano, trabajaba con 10
años de pinche en la Calzada, en
una nave en construcción para el
conservero local, Alfonso Albo, y
contratista Manuel Pérez.
Estas son algunas de las causas
que se trasladan del siglo XIX a la
España del siguiente siglo en el que
la II República tampoco había sido
capaz de solucionar los gravísimos
problemas, más que políticos, so-
ciales y agrarios. La ausencia de
capacidad de diálogo y menos de
entendimiento desembocó en la
sublevación militar que supuso tres
durísimos años de enfrentamientos
entre españoles en los que la cruel-
dad y el heroísmo fueron protago-
nistas por ambos bandos. Nuestro
concejo de Carreño contaba con
9.249 habitantes de los que 2.869
se ubicaban en su capital. En los
primeros días de julio de 1936 tiene
lugar una huelga del personal fe-
menino en la industria conservera,
apoyada por la flota bonitera. Este
fue el último logro reivindicativo
ganado en tiempos de la República
por los trabajadores al recortar el
horario semanal de 46 horas a 44,
pasando de 4 pesetas diarias a 4,50
ptas. Mejoras, que si muy poquito
significativas, no pudieron disfrutar
por el estallido de la guerra civil,de
la que, aunque muy niño, guardo,
entre otros recuerdos, cómo la fá-
brica de Portanet habilitada para
campo de concentración a raiz de
la entrada del los nacionales en As-
turias, siendo responsable del área
sanitaria el doctor Francisco Llo-
rente, a quien conocí viviendo en la
66 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
hoy Casa Consistorial, habiéndome
atendido de mi enfermedad tumo-
ral en 1947, en Avilés, por ausencia
del doctor Salvador Garriga.
Si bien los 40 años de la larga
y árida travesía política no habían
sido fáciles, en los años 60, las olea-
das de turistas europeos occidenta-
les que llegaban a los puntos más
cálidos del país, los emigrantes de
regreso vacacional (embebidos de
libertad soberana, sindical y me-
jores salarios), los movimientos in-
telectuales, los obreros conciencia-
dos, los estudiantes, organizaciones
católicas y el mismo clero fueron
esenciales para que tras la muer-
te de Franco (1975), dieran lugar
al fin de la dictadura, mucho más
blanda, y en 1977 se proclamara la
anhelada democracia constitucio-
nal . Sin embargo, los atentados de
Atocha y la intentona golpista del
23 F hicieron oscilar los cimientos
de la incipiente democracia que, no
obstante,la dura experiencia y la
prudencia política dieron al traste
con el intento involucionista.
Quizás, amigo Rubén,los deshil-
vanados trazos históricos de nues-
tro país, entre la extrapolación de
algunos otros temas, te hayan abu-
rrido, cuando solo pretendo mos-
trar algunas de la posibles causas
quer trajeron consigo tantos efectos
desastrosos. –Manolo no soy tan
leído como tú, pero tampoco tan
ignorante para no comprender de
lo que estamos hablando. O mejor,
me vienes explicando. ¡Jamás pen-
sé tal cosa, Rubén!, No estoy por
encima de ti , ni de nadie. Los li-
bros, los medios de comunicación
y la experiencia son mis fuentes de
información sin que ello signifique
estar en posesión de toda la ver-
dad. Además, de qué sirven estas
informaciones si no las comparti-
mos buscando puntos de confor-
midad positiva. Lamentablemente
son muy pocas las ocasiones que
tenemos para esta clase de con-
versaciones con las que podamos
intercambiar punto de vista y enri-
quecer mutuamente nuestro acer-
bo cultural; que sin embargo , en
estos tiempos, la cultura parece
una moda en desuso.Como tantos
y tantos libros en muchos hogares
cuyos mejores lectores son los áca-
ros. Tampoco los cerebros electró-
nicos parecen mostrar más interés
por la cultura informativa que por
la del ocio del chateo,o por colgar
men sajes u opiniones , algunos de
gus tos soeces. Y no digamos de
cier tos programas televisivos. Cier-
to, que para determinada gente son
medios de evasión para llevar un
poco mejor el peso de los años o las
penas.
¿Por qué preocuparse? He aquí
una frase interrogativa muy sensa-
ta. Preocuparse por los demás es
una tarea demasiado vana y difícil.
Por ello, dejan esa tarea en manos
de quienes sienten la motivación
de cambiar el mundo. El mundo
siempre perdurará más que noso-
tros. Pero yo formo parte insepara-
ble del mundo en que vivo, mi pro-
pio mundo interior, el mundo de
la comunidad local y el mundo en
general. Dejemos que esta gente de
espaldas a sus semejantes pasten
felices como vacas en el campo...
Sabiendo que hoy cuentan con pas-
tura.
En otro contexto muchos espa-
ñoles de buena fe creyeron que el
logro de la libertad era la panacea
que garantiza los derechos hu-
manos que conforman el llamado
bienestar social, obviando que la
sociedad no está obligada a propor-
cionar a la población todo lo que
necesite. No es exactamente así.
Hay un derecho absoluto a ser pro-
tegido como el asesinato y la tortu-
ra porque estos no son necesarios.
La sociedad únicamente puede pro-
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 67
porcionar salud, educación, vivien-
da y alimentación, hasta donde sea
posible, puesto que debemos de te-
ner en cuenta que los recursos son
limitados. Por ello existe una gran
necesidad de nuevas ideas, pensa-
mientos creativos y diseño a fin de
aprovechar los recursos limitados.
Una gran parte de la población
mundial es pobre -en parte por la
imperiosa necesidad del agua. Pero
nadie arriesga en solucionar el pro-
blema porque seguramente no deja
beneficios.Hay también forma de
salir de la pobreza si se crea y dis-
tribuye equitativamente la riqueza,
asi como de la autoayuda y de las
actitudes constructivas pero ¿inte-
resa el desarrollo de estos países,
o es preferible mantenerlos en la
ignorancia y el atraso para seguir
explotando sus recursos naturales a
precio de saldo? Los mismos países
que tras el colonialismo, el impe-
rialismo,ahora, con la independen-
cia, sufren la dependencia de sus
antiguos amos. Como ves, amigo
Rubén el desarrollo educativo en
todos los campos es fundamental.
Quizá si nuestro país no hubiera
sufrido el atraso de 40 años estaría-
mos hablando de otras cosas menos
complejas. Y amigo Rubén, a este
mundo regido por un cúmulo de
intereses materiales pertenecemos
nosotros. A él huyen del hambre,
de las atrocidades políticas, de las
guerras, de tantas horribles razo-
nes. Huyen pensando que en esta
tierra de promisión encontrarán un
medio de vida mejor y un remanso
de paz. Y sin embargo, encuentran
la muerte por miles en aguas medi-
terraneas y los que consiguen lle-
gar quedan encerrados en barraco-
nes como meros delicuentes. Y el
mundo rico y poderoso mira para
otro lado. Y ¿nosotros, salvo loables
excepciones, para dónde miramos?
Sencillamente, nos encogemos de
hombros y ¡Son cosas que pasan
!, y seguimos adelante sin pensar
que la virtud solidaridad es la que
nos otorga el derecho a llamarnos
¡Seres humanos! No cabe duda que
en esos paises atrasados el apego a
sus tradiciones y costumbres ten-
gan que ver en su atraso y culpa-
bilidad, pero la falta de recursos y
oportunidades les exonera con res-
pecto al mundo como el nuestro en
el que no se puede responsabilizar
a los gobernantes de las decisiones
individuales en el sentido de quie-
nes pudiendo estudiar no lo hacen
para evitar el esfuerzo de apren-
der, de trabajadores que pudiendo
aprender una adecuada profesión u
oficio prefieren continuar haciendo
tareas funcionales que en la socie-
dad de la tecnología han quedado
absoletas. Comprendo, Manolo,
que de alguna manera todos somos
culpables, pero llevamos dos horas
de conversación y no veo un rayo
de luz que ilumine la esperanza de
la recuperación socio-económica
¿Crees que estas elecciones traerán
aires renovados hacia el cambio ?
En mi modesta opinión las eleccio-
nes municipales no traerán ningún
cambio radical en nada. Un hecho
es seguro, atendiendo a la forma
de votar de nuestros conciudada-
nos, nada será igual. Los pactos
obligarán a cambios parciales en
todos los puntos conflictivos. Otra
cuestión muy a tener en cuenta
será la capacidad de dialogo y de
entendimiento, y si de verdad el in-
terés del pueblo está por encima de
intereses partidistas o personales.
Lo importante es que las medidas
que se tomen, vengan de pactos o
no, sean las correctas y lleven a pa-
liar las acuciantes necesidades de
numerosas familias. Sin obviar que
el respeto es el valor fundamental
para hacerse merecedores de los
derechos que nos otorga la liber-
tad democrátrica, pe ro teniendo
en cuenta también, que los debe-
res van parejos. a los derechos. A
su vez, a las instituciones debemos
de respetarlas otorgando nuestra
confianza, pero con un fiador que
anteponga los intereses del pueblo,
defendiéndolos con equidad y hon-
radez. Recordando a Montesquie:
”Para que no se pueda abusar del
poder, es preciso que él, para hacer
poder, detenga al poder”. Espere-
mos que cualquier poder solo se
utilice para hacer el bien. Espere-
mos, ¡Demonios, qué tarde se me
ha hecho, hoy me quedo sin co-
mer! Espero, Manolo que pasadas
las elecciones volvamos a tener
otra charla sobre el resultado de
las mismas. Esta, además de muy
grata, enriquecedora. Yo también
lo espero, Rubén. Con el sol jugan-
do al escondite nos despedimos.
68 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Busco mi vida a través de ti,
lo que tus ojos acechan,
un trozo de tierra, una roca,
un cuerpo nuevo al que aferrarme.
Busco en la intimidad de tus brazos abiertos,
que abrazan espigones
y se ocultan furtivos
en el hueco de las peñas.
Pones en mis manos
la materia inalcanzable,
me acercas las estrellas
y por la noche ardes.
Vienes otoñando por las esquinas
de veranos enfermizos y distantes.
Conoces cada viento por su idioma,
conoces lunas llenas y cuartos menguantes.
Todo habita en ti y en tu casa sin puertas;
Tu voz, rumor de caballos salvajes,
despierta mi instinto y mi deseo de amarte.
Eres mar, eres ola, canción repetida,
con distinto final,
con historias distintas.
Eres mar, eres ola,
eres agua suicida,
eres sal en el aire,
eres muerte, eres vida.
Eres mar, eres ola
“Larga lengua de mar en mi memoria”
L.G.Montero
MIGUEL MENÉNDEZ VIÑA
70 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Salón de Teatro Costumbrista y Premios Aurora
LOLI MONZÓN
Candás es un pueblo con
gran trayectoria cultu-
ral, especialmente las
semanas estivales de agosto, en
las que reúne numerosos actores
de género narrativo-cómico, para
actuar en las prestigiosas jornadas
de “TEATRO COSTUMBRISTA
ASTURIANO”.
Las obras describen con sim-
patía la vida de las gentes de las
aldeas, sus amores, sus dramas
familiares, sus problemas ve-
cinales…, en fin, que los
espectadores que asis-
timos para pasarlo
bien durante
una hora
y me-
d i a ,
aproxima-
damente, nos
olvidamos de los
problemas cotidianos y
vivimos el desarrollo de las
mismas con interés, intriga y
emoción. Los aplausos suenan en
el salón con sabor a homenaje, de-
jándonos una huella imborrable.
Una
vez fina-
lizadas las jor-
nadas de teatro, se
reúne el jurado para
intercambiar opiniones y
decidir la adjudicación de ga-
lardones, “PREMIOS AURORA”.
Decisiones cada año más difíciles,
tratando de exponer con actitud
positiva la imparcialidad y la me-
jor consideración hacia directores,
intérpretes, autores…, que realizan
su trabajo con ilusión y esmero.
La jornada magistral es la noche
de la gran gala, la entrega de “PRE-
MIOS AURORA”. Autoridades, jura-
do, actores y público desfilan para
acomodarse en el lugar destinado
a cada uno. El teatro se llena espe-
rando con expectación que el telón
se abra y aparezca un llamativo
decorado y la persona responsable,
que
a s u -
me con
maestría y satis-
facción el desarrollo
del evento, D. Alain Fer-
nández, Gerente del Teatro
Prendes. Debo felicitarle por su
labor, ya que es un honor contar
con una persona de tantas tablas en
la organización de tan importante
actividad cultural.
Me reitero, un año más, felici-
tando a los premiados así como a
todas las compañías participantes
por las horas que nos hacen pasar
tan entretenidas y divertidas.
En este año 2015 se cumplen
los 25 años del Salón del Teatro
Costumbrista Asturiano en Can-
dás. ¡Enhorabuena!
72 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
ARTURO MUÑIZ FERNÁNDEZ
González de Posada:Pasión por Asturias
Es posible que la obra de
Carlos Benito González
de Posada y Menéndez,
el canónigo e historiador que vino
al mundo en el año 1745, en “la
villa y puerto de Candás”, haya
sido analizada con severidad ex-
cesiva y que continúe siéndolo
por parte de eruditos y glosadores
que, como bien afirma ‘Españoli-
to’, incurren en el error de querer
encontrar en esos trabajos méto-
dos que corresponden a época
posterior. Las fuen tes historiográ-
ficas de la segunda mitad del siglo
XVIII, así como los procedimien-
tos para interpretarlas y manejar-
las con solvencia, han venido ex-
perimentando una transformación
tan ver ti gi nosa que por sí mismas
justifican lo que la exigente crítica
de hoy considera carencia o falta
de rigor. Con esto no quiero decir
que sea obligado considerar a Po-
sada un gran historiador, sino que
ha de tenerse en cuenta que, aun
disponiendo de unos medios tan
precarios como los de la época
que le tocó vivir, fue capaz de de-
sarrollar una labor de erudición
muy meritoria, e incluso impor-
tante si consideramos que, sólo
refiriéndonos a la historia de As-
turias, él fue pionero en dar a co-
nocer hechos y nombres que ha-
brían quedado inéditos sin su
aportación. Otra cuestión distinta
sería la circunstancia de que gran-
dísima parte de la ingente obra
del “candasín” brilla hoy por su
ausencia, lamentablemente desa-
parecida aunque casi siempre re-
ferenciada como manuscrito ilo-
calizable, cuando no malogrado
por infortunios aleatorios, como
la desaparición del material que
había recopilado con destino a los
20 volúmenes que iban a comple-
tar sus “Memorias históricas”, y
que acabaron en el fuego, según
su propio testimonio, a manos de
una criada que don Carlos dejó al
cuidado de su casa mientras él se
vio precisado a escapar a Baleares
durante la invasión francesa de
1808. Unos de sus manuscritos
desaparecidos es el titulado “Dic-
cionario de etimologías del idio-
ma de Asturias”, escrito por indi-
cación de Jovellanos y con destino
a la Academia Asturiana. Sin que
yo pretenda ahondar en cuestio-
nes que con más propiedad in-
cumben a especialistas, lo que
pretendo al ocuparme hoy de la
figura de González de Posada, y
aunque sólo sea desde mi pers-
pectiva de modesto espectador
con raíz carreñina, como él, es
abordar un aspecto muy gratifi-
cante para todos nosotros y muy
generoso de su parte: la asturia-
nía que subyace en la mayoría de
sus escritos, lo cual queda patente
no sólo en lo que acabo de apun-
tar, sino también en cuanto se re-
fiere a la preparación que don
Carlos hizo ante la inminencia de
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 73
su muerte. En ese final que vio
acercarse inexorablemente queda
manifiesto, a mi juicio, lo más
emotivo de un nuevo mensaje de
amor que el ilustre canónigo trans-
mite a su tierra natal. La tierra na-
tiva que es, naturalmente, el Prin-
cipado de Asturias, a cuyos
ha bi tantes invoca en el prólogo del
primer tomo de las “Memorias...”,
cuando declara que a ellos dedica
su voluminosa obra, y que lo hace
“con el fin de instruir a mis compa-
triotas, conduciéndolos dulce e in-
sensiblemente, por medio del inte-
rés que produce el amor de la
patria, a muchas noticias que le
son útiles y aun necesarias, y de
que carecerían o por inéditas o por
falta de guía para buscarlas, o por
no tomar el trabajo ímprobo de
leer largas crónicas para hallar
una memoria”. A pesar de su pro-
longada y definitiva ausencia de
Asturias, Posada siempre perma-
neció espiritualmente en ella, y en
particular en el Candás de su in-
fancia, en el Candás maternal “de
220 vecinos y mucha pesquería”, a
cuyo Cristo quiso rendir un singu-
lar tributo que aún se recuerda,
pues de don Carlos partió la inicia-
tiva de imprimir, en 1805, una
imagen del Santísimo Cristo que,
desde su trono en el camarín de la
iglesia de San Félix, podría ser de-
nominada como la del Cristo de
las leyendas, pero que se ha con-
vertido en un símbolo del pueblo y
la devoción popular, a cuya divul-
gación contribuyó sin duda la es-
tampación iconográfica auspiciada
por González de Posada en aquel
año. Y tanto en su relación con Jo-
vellanos como en la inmensa obra
que nunca dejó de preparar a su
paso por Madrid o en su definitiva
residencia de Tarragona pero, so-
bre todo, desde lo más recóndito
de su voluntad, la presencia de
Candás siempre estuvo en el cora-
zón del canónigo González de Po-
sada. Recuérdese que su trabajo
acaso más ambicioso, las citadas
“Memorias históricas del Principa-
do de Asturias y Obispado de
Oviedo”, lleva esta dedicatoria: “A
Jesu-Christo Crucificado en su
imagen del Santuario de Candás”,
y a lo largo de su primero y único
volumen, que abarca la letra A, se
recogen con abundante documen-
tación diversas recensiones bio-
gráficas de carreñinos ilustres, en-
tre ellos los pertenecientes a la
casa de Carreño, como don Alvaro
de Carreño, Aposentador mayor o
Repostero de Camas de los Reyes
Católicos y a propósito del cual es-
cribe: “Estuvo casado con doña
María de Quirós; trata de él su biz-
nieto D. Juan Carreño de Miranda
en el memorial a Felipe IV en 1623
sobre legalización de escrituras”.
Aquejado de una inclemente pará-
lisis que le limitaba los desplaza-
mientos físicos, el 9 de enero de
1826, cuando contaba 81 años de
A pesar de su prolongada y definitiva ausencia de Asturias, Posada siempre permaneció espiritualmente en ella, y en particular en el Candás de su infancia, en el Candás maternal
“”
Aquellas estrecheces le preocupaban menos que las privaciones con que aún se veía necesitado a luchar para hacerse con los libros que tanto ansiaba leer
“”
74 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
edad, el canónigo candasino dis-
puso su testamento. Los avisos
que la muerte cercana empezaba a
pasarle encontraron a don Carlos
en situación económica precaria,
pero aquellas estrecheces le preo-
cupaban menos que las privacio-
nes con que aún se veía necesitado
a luchar para hacerse con los li-
bros que tanto ansiaba leer, y así
lo reconoce en una carta que envía
el 22 de mayo de 1828 a su protec-
tor Félix Torres Amat: “Vuelvo a
llorar mi penuria de libros”. Y con
aquella avidez por seguir leyendo
y rastreando en la Historia dictó
sus últimas voluntades, en las que
aparecen numerosas muestras de
la austeridad y el desprendimiento
que siempre guió su existencia y
que se resume en esta emotiva
cláusula testamentaria: “Mi cadá-
ver será revestido de sotana, ami-
to, alba, cíngulo, manípulo, estola,
casulla y bonete, y entre ambos un
cáliz. Deseo que vaya sin mulaza y
descubierto en manos de seis sa-
cerdotes hasta la iglesia y desde
ésta al cementerio por seis estu-
diantes, y allí se entierre sin distin-
ción alguna y sin ataúd, lo más
próximo posible a la capilla o la
cruz; y el féretro se dará para los
pobres de la parroquia o para el
hospital no tomándose la medida,
sino haciéndole de la ordinaria
para que pueda servir a los pobres.
Pero si al Ilustrísimo Cabildo pare-
ciese otra cosa, no valga nada de
esta disposición...” El nombre de
Candás está presente en las últi-
mas voluntades de don Carlos,
como cuando escribe: “Declaro en
este testamento que tengo en la vi-
lla de Candás dos casas y una finca
de pan llevar”. Tales eran, al pare-
cer, los dos únicos bienes que
componían su patrimonio mate-
rial en su lugar de nacimiento.
Independientemente del legado
de un bonete y varios libros reli-
giosos al arzobispado de Tarrago-
na, González de Posada dejó a su
sobrino Carlos Benito González
Llanos un retrato de su esposa y
otros objetos personales, además
de todos sus manuscritos, excep-
tuando las “Etimologías del idio-
ma asturiano”, que pasarían a ma-
nos del clérigo de Reus, don
Francisco Sagrá. Entre otras do-
naciones de carácter diverso, y
según recogen los historiadores
José Remesal Rodríguez y José
María Pérez Suñé, en su obra
“Carlos Benito González de Posa-
da (1745-1831): vida y obra de un
ilustrado” (Real Academia de la
Historia, 2013), en el testamento
se anota otra donación destinada
al santuario del Santo Cristo de
Candás, y que consiste “en un re-
licario de plata con pie del mismo
metal conteniendo un pedazo de
la canilla de Santa Tecla, virgen y
mártir, con los papeles de su ad-
quisición”. De otra parte, resulta
muy revelador, una vez más, de la
sobriedad y ausencia de holgura
en que vivía el canónigo asturia-
no, el inventario de bienes lleva-
do a cabo tras su muerte. En la
descripción del mobiliario que
ocupa la sala de visitas, el dormi-
torio, la sala principal, el oratorio,
la cocina y otros aposentos de la
casa, llama la atención la insisten-
cia con que se alude a taburetes
viejos, una mesita de madera de
pino usada, otra mesita de juego
muy vieja, cuadros con marcos de
madera usados, dos mármoles en-
cima de una mesa, y ambos rotos,
unas pinturas con marcos de ma-
dera agujereados, casullas y esto-
las inservibles, tres calzas viejas y
también inservibles, una levita
muy vieja, seis servilletas usadas
y muy malas, etc. En suma, el
ajuar pobre de quien desprecia lo
mundano y que resalta una rique-
za infinitamente mayor: la del es-
píritu del gran “candasín”.
Con aquella avidez por seguir leyendo dictó sus últimas voluntades, en la que aparecen numerosas muestras de la austeridad y el desprendiento que siempre guió su existencia
“”
76 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
LUIS F. NODAL GARCÍA
Como continuación de mi anterior colaboración
voy a referirme a unos hechos acaecidos duran-
te y a posteriori de la misma.
EL AYUNTAMIENTO con su Alcalde Pelís a la cabeza
ofreció una cena en honor del padre del Rey (en aquel
momento S.A.R. Don Juan de Borbón Battermberg) a ce-
lebrarse en el último piso del hotel MARSOL que era don-
de estaba situado el restaurante y cafetería. A cuya cena,
lógicamente, también asistimos todos los invitados a la
alborada entre los cuales me encontraba yo.
Pasaba la hora fijada y estábamos todos menos el
Alcalde, el tiempo seguía corriendo y sin aparecer (con
regocijo para algunos que repetían, “claro, Alcalde comu-
nista”, y otras lindeces), pero claro, otros que sabíamos
de la seriedad y personalidad del llorado Pelís estábamos
nerviosos ya que pensábamos que
algo raro debía pasar.
Efectivamente, al cabo de un
largo tiempo apareció y se dirigió
apresuradamente a Don Juan en-
tablando con él una conversación.
Luego, el propio Pelís nos explicó
que al llegar al hall del hotel la poli-
cía y guardia civil le prohibió subir
ya que había habido una amenaza
de bomba y estaban chequeando
todo el hotel piso por piso.
Por otro lado, en el muelle local
se encontraba atracado el guarda-
costas SIL mandado por el enton-
ces teniente de navío J.M. Blanco,
el cuál y, recientemente, ya como
capitán de navío, imparte conferen-
cias históricas relacionadas con la armada, tanto en inglés
como en español, de las cuales fui testigo en el día euro-
peo del mar que se celebró en Gijón. Y, además, y dada su
colaboración con el MUSEO NAVAL, de Madrid, me ha
ayudado en mis colaboraciones en la revista que edita el
GREMIO DE MAREANTES, de Pontevedra, bajo el título
“LOS NODALES”, en honor de dos capitanes que fueron
famosos tanto por sus hazañas bélicas como por impor-
tantísimas expediciones marítimas: los hermanos Barto-
lomé y Gonzalo Nodal (por cierto ancestros míos). El SIL
tenía su base en Pasajes y ETA trató de hundirle envián-
dole por medio de un artilugio radioteledirigido cargado
de explosivos, que fue un fracaso dada la responsabilidad
de su comandante.
Candás Íntimo
Alborada 1982 ( S E G U N D A PA R T E )
Participantes en el partido benéfico celebrado en el Molinón en una visita al Grupo Co-vadonga (1975). Comenzando por la Izda.: Ortiz de Mendívil, “Nani”, Dr. Marcelo Palacios, Paco Gento, Iglesias (Directivo del Grupo), Luis Nodal, Telmo “Zarra”, Prieto (Presidente del Grupo), “Piru” Gainza, Luis Diestro.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 77
Así mismo estaba fondeado no muy le-
jos del muelle la fragata MARQUÉS DE LA
ENSENADA, mandada por un capitán de
fragata que todo el tiempo que estuvimos
juntos me comentaba con emoción que iba
a solicitar el voluntariado de la comandan-
cia de Bilbao (las comandancias del País
Vasco tenían, y creo que siguen con ello,
unas ventajas por su peligrosidad).
Pues bien, volviendo de unos ejercicios
navales en Santander atracó en un muelle
de la ciudad, pegado a la comandancia.
Se dijo que este atraque no le correspon-
día pero lo hizo y ETA le pegó un bombazo
causando al buque serios daños por los que
tuvo necesidad de entrar a repararlos en el
dique seco del astillero de Santander donde
fui a visitarle para tratar de darle ánimos
comprobando in situ la enorme ave ría que
el bombazo le había causado. Se comentaba
que hubo un fallo de seguridad, unido ade-
más a que este comandante pa saba por ser
ciertamente avezado en mu chas decisiones,
pero lo cierto es que gra cias a atracar donde
no le correspondía salvó de una ma sacre ya que el barco
que realmente debía ocupar su lu gar era antiguo y hubiera
afectado a los sollaos donde des cansaba la marinería. Yo,
de este comandante no supe más.
Volviendo a mi anterior colaboración comentaba que
la cofradía del Alba tenia como colaboradores a dos ca-
pitanes de la marina mercante, en aquella época muy
amigos, y que curiosamente llegaron a ser con el tiempo
Directores generales de la Marina Mercante, sucedién-
dose el uno al otro y terminando fatalmente entre ellos.
Viene a eso que les decía que les pasé factura. Me expli-
co: siendo Lobeto, uno de ellos, Director general de la
Marina Mercante organicé (como podrán comprobar por
una fotocopia de la revista del Colegio Oficial de la Ma-
rina Mercante) una visita al Rey Don Juan Carlos (tuve
gran colaboración del muy recordado Sabino Fernández
Campo y del Almirante Manso Quijano, jefe del Cuarto
militar de la Casa del Rey y que había participado como
Almirante, Comandante general de la flota en la Alborada
mencionada), y aunque parezca mentira, y pese a ser el
Director general de la Marina Mercante y Capitán Rafael
Lobeto, no le invité, ni al compañero Madiedo, en aquel
momento missing, que había sido Director general inme-
diatamente anterior a Lobeto.
Recapitulando un poco sobre la alborada y sus actores
estaba también SOFECA, cuyo presidente (no de la Co-
fradía del Alba que era Herminio Menéndez) era Joaquín
Aramendi “El TXO”, una de las personas más sacrifica-
das y colaboradoras que he conocido, “pues anda”, que
navegar entre la Cofradía del Alba, el Ayuntamiento y la
propia SOFECA, no tenía que ser nada fácil, pero lo hacía
perfecto. Pero, claro, esta familia es única ya que me debo
de referir a su hermano Cipriano que es un verdadero
regusto leerle en sus colaboraciones en diversos medios,
resaltando que también estas virtudes se las ha traspasa-
Reproducción del artículo publicado en la revista del Colegio Oficial de la Marina Mercante, de la Recepción del Rey, en 1990, a Capitanes de la Marina Mercante.
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do a su hijo Tito (y me refiero a ese conocimiento y ese
amor a la mar siguiendo con la tradición marinera de este
nuestro querido pueblo).
Y volviendo otra vez al tema de SOFECA hay que re-
ferirse a las fiestas del STMO. Cristo de Candás y acor-
darnos de las corridas de toros que se celebraban en el
muelle cuya colaboración de conseguir los toreros y com-
prar los toros se encargaba, con un trabajo maravilloso, el
inolvidable Rafael García, ayudado por César Prendes (el
querido Sarín) y el histriónico Alfonso Navalón.
Una vez terminada la alborada de 1982 se dio paso a
otro tipo de celebraciones sin contar con la Cofradía del
Al ba, siendo presididas por el Alcalde José Luís Vega “Pe-
lís”, ya sin Almirantes, limitándonos a invitar a capita nes
de algunos de los buques surtos en El Musel y por su-
puesto a los Comandantes militares de la Comandancia
de Gijón, resaltando las comidas familiares, me atrevo a
decir, las tertulias, tanto con el Capitán de Navío Luis Fco.
Astorga, como con uno de sus sucesores Mariano Mayo.
No puedo obviar la colaboración casi con su sola pre-
sencia y personalidad de Josefa “La Cervera”, como así
mismo a todas las participantes de la danza prima. Hay
que ver aquellos “cafés de popa”.
Refiriéndome a las fiestas del Cristo no puedo pasar
por alto la figura de Marcelo Palacios que durante mu-
chas fiestas plantaba la enfermería en el antiguo Náutico
y quiero contar un poco por arriba (lógicamente), un poco
de su trayectoria: tras haber pasado por la Universidad
de Valladolid obtuvo su título en la Universidad de Ma-
drid. Trabajó como médico en Alemania y Suecia y ya de
vuelta a España se estableció en Gijón donde, en sínte-
sis, trabajó en la Casa del Mar, donde llegó a ser Director
Médico, montó una clínica, fue médico del grupo Cova-
donga y representó a España en congresos que tuvieron
lugar en Israel y Argentina. También fue muy valorado
por ser quien “descubrió” la enfermedad de Fuentes (el
Tarangu). Su inquietud llegaba también a mostrar su so-
lidaridad con los más necesitados (discapacitados físicos
o cerebrales) organizando encuentros de fútbol entre las
viejas glorias de la selección Asturiana contra sus homóni-
mos del Athlétic de Bilbao, siendo yo el representante de
estos, acompañados de jugadores tan míticos como “Piru”
Gainza, Telmo Zarra, Panizo, incluso Paco Gento, grandes
amigos, y al ser partidos benéficos veníamos acompaña-
dos del mítico arbitro Ortiz de Mendívil (“Don moviolo”),-
que era todo un espectáculo. Acompaño foto del primer
partido celebrado en 1975 en la cual están muchos de los
invitados, el organizador Marcelo Palacios y un servidor.
Siguiendo con Marcelo Palacios tengo que referirme
a su faceta como político, empezando como Vicealcalde
de Gijón, posteriormente es Diputado nacional en varias
legislaturas y yo mismo oí en una emisora de Madrid que
iba a ser nombrado Ministro de Sanidad, siendo respon-
sable de la proposición de ley de “fecundación in vitro” y
también de las células madre, y como hay tiempo, quiero
reflejar una anécdota que habla por si sola de su catego-
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 79
ría: tras una comida con el Alcalde de Bilbao, José Luis
Robles, se sentaron en nuestra mesa Arzallus (Factótum
del P.N.V) y el exlehendakari Garaikoetxea, haciendo el
Alcalde un panegírico de Marcelo, resaltando la gran di-
ferencia política entre ambos, ya que habían coincidido
en Estrasburgo siendo uno Senador y otro Diputado por
sus respectivos partidos. Pero uno de sus logros mayores
y que lleva con mayor orgullo es la creación de la SIBI
que fundó hace 17 años (en lucha constante contra tirios
y troyanos). Así que no me extraña que Gijón le nombrara
hijo adoptivo el 19 de Junio de 2006. En la SIBI organiza
congresos bianuales/anuales, que traen a Gijón, Asturias,
Candás, personalidades de todo el mundo, incluido un
premio Nobel.
También tiene otra faceta que engrandece (si cabe) su
ya rica personalidad que es la de escritor, habiendo pu-
blicado libros sobre temas profesionales y, diría, lúdicos,
como ahora que está de lleno en la publicación de una
trilogía de la que lleva ya publicado dos. Recapitulamos
un poco: hace unos meses se le brindó un emotivísimo
homenaje en el Jovellanos, tiene el premio a la creatividad
del Congreso de los Diputados, Medalla de Plata del Prin-
cipado y el próximo junio el FORO EUROPEO “CUM
LAUDE” le hará entrega de su Medalla de Oro.
Yo creo que en Candás no podemos ser menos,
y como quiera que habrá nuevo Ayuntamiento y este
escrito hay que entregarlo en Abril, me atrevo a suge-
rir que se debería solicitar para nuestro paisano dar su
nombre a algún organismo cultural o edificio (se me ocu-
rre la fábrica de Ortiz), o conceder su nombre a alguna
calle o plaza (él mismo ha sido el precursor del nombre
de la plazoleta Hermanos Helio).
No quiero terminar sin aclarar un punto de mi an-
terior colaboración y que algunos me han solicitado
cuando hablo de observación de estrellas en mi viaje
cruzando el Pacífico de Japón a USA, y de USA a Bir-
mania e India. Solo me refiero al hablar en términos
náuticos/profesionales a la observación astronómica de
estrellas para situarnos en la carta náutica. Y que los
barcos españoles en la mayoría ( y habían sido seis ya)
solo hacíamos la situación, hablo astronómicamente, a
mediodía, que es el momento en que se para el sol (que
no haya líos con esto de que el sol se para ya que es
cierto a medias).
Reproducción de “Hombre del Alba” que me entregaron en septiembre de 1982.
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Buen amanecer, amigas, amigos, autoridades.
Muchas gracias a la Corporación Municipal por in-
vitarme a dar este pregón. Es un gran HONOR para mí
hacerlo en mi pueblo, en mi puerto, con mis gentes.
Mi pensamiento encanecido vuela hasta hoy desde
algunos pasajes lejanos y siempre presentes.
Vuela por la villa de los pescadores y marineros de
compaña o patrones (la mirada franca en el rostro reque-
mado y cuarteado por el sol y los vientos marinos; manos
callosas de cargar y descargar pescado, de tensar jaretas
y obenques, de tirar por garrochas y arranchar eslingas,
y maromas de atraque, copos y redes; ropa de mahón,
botas de agua de caña, boina ladeada) curtidos, bizarros
y sensatos lobos de mar, que así suelen ser de redaños y
carácter los marineros candasinos.
La villa de las muyeres de la paxa, que vendían el pes-
cado por sus calles, y por los pueblos y las aldeas del con-
cejo de Carreño y fuera de él, las sacrificadas pescaderas
o sardineras, a las que rindo homenaje de admiración y
respeto.
De les conserveres, cuyo arte tradicional de elabora-
ción es famoso en el mundo entero, cuando Candás con-
taba con importantes y prestigiosas fábricas de conserva
-Herrero, Albo, Ortiz, Parodi, Mardomingo (luego Porta-
net), Alfageme, Perán y Remo, así como La Invencible,
La Flor, El Arca de Noé y La Estrella- y un pujante mer-
cado nacional y extranjero, y de salazón, como Parodi y
América, Alfredo o Antonia La Mata.
Aquellas mujeres valerosas, muchas viudas, otras
huérfanas del tributo al marinero arriesgado de los sus
hombres, plantaban cara a la vida regulada por la mar;
como si dijeran “aquí estamos, como un piño, inase-
quibles al desaliento, con nuestro coraje sin alardes ni
formulismos, trabajando de sol a sol, produciendo una
riqueza que apenas nos roza, luchando por la familia,
haciendo país y futuro sin escurrir el bulto, a pesar de
las adversidades, que son muchas y muy crueles”; como
si con la manufactura de cada pez, la venta ambulante
del pescado fresco o con sus cantares rindieran tributo y
reverenciaran la boga abnegada y el faenar infrahumano
de los marineros de todos los tiempos, los que regresaban
y los que sucumbieron arrebatados por la ventosa insen-
sible y reincidente de los océanos fragosos.
Recuerdo a esas mujeres legendarias, irrepetibles e
indispensables en su tiempo y circunstancias difíciles.
Entonces no podía imaginar de qué modo influirían en
mí. De su dignidad, su natural y humilde sabiduría, su
coraje ejemplar y su peculiar sentido del humor recogí
valores esenciales, que a veces me guiaron y que rara-
mente encontré en otras universidades de la vida.
En la dársena veo a los marineros calafateando, ca-
renando y pintando las naves; a las rederas y rederos te-
jiendo o recomponiendo los aparejos sobre el suelo o las
rodillas, encascándolas con tinte de corteza o casca de
eucalipto para endurecerlas, teñirlas y ponerlas a secar
en las solaneras y al aire; a los carpinteros construyen-
do botes, chalanas, vaporas, remos y mástiles de madera
para el velamen; a los excepcionales ebanistas adornando
el mascarón de la roda de proa y los careles de las embar-
caciones, de un modo que las grandes naos y carabelas
envidiarían; a los barrileros, fabricando barriles para la
conservería o tabales para conservar sardinas en aren-
que o saladas y anchoa. Todos ellos artífices reconocidos,
herederos de los oficios del siglo XVIII, cuando Candás
era un puerto pesquero de gran actividad y afamados as-
tilleros de construcción y reparación de buques, época
en que se fundan las cofradías Ánimas del Purgatorio y
Nuestra Señora del Carmen.
MARCELO PALACIOS
Pregón de La Alborada (Candás 2014)
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 81
Percibo con fuerza la muestra
de fe multitudinaria en la emotiva
Misa del Pescador (de madrugada,
en principio sólo para hombres,
aunados con rezos y cánticos), en
el conmovedor Encuentro del Do-
mingo de Pascua y en las gargan-
tas marineras de salitre y oleaje:
Salve, estrella de los mares, iris de
eterna ventura….. Y al terminar la
manifestación devota, en el muelle
(ese pocillo de escamas plateadas
que se vuelven oro del triunfo, ese vigía de ausencias y
escriba de penas, ese guardián de tradiciones) el café o
chocolate, bastantes copas de anís con marañuelas y el
clásico roscón.
Escucho embelesado las voces femeninas brotando
de las fábricas, del artístico lavadero de Santarúa, junto
al parque y al rumor de la fuente que fai a la gente agu-
da, mientras las mujeres se deslomaban frotando la ropa
contra las pilas y retorciéndola, o en las competiciones de
La Baragaña, entonando los cánticos marineros o haba-
neras, Adiós con el corazón…, Viajera…, Qué llevas en esa
saya...,Salió de Jamaica… y tantas más. Otras veces las
escucho manifestando su gracejo espontáneo y original,
aquel duende intuitivo rebosante de humanidad, des-
parpajo y fluida inspiración, con su inventiva inagotable
llena de insinuaciones; era su modo de afrontar la vida
rácana, un arma espiritual de supervivencia, la sabiduría
irónica como catarsis a las tragedias vitales, el ingenio de-
cidor (a menudo con la prosodia del argot candasín, ver-
bo marinero puro con ecos del ayer y de siempre) como
facultad inveterada y respuesta liberadora y socarrona
para contrarrestar cada mal momento de su existencia.
Y oigo y canto con los jóvenes en las plazoletas o los
bares al Cristo de los Pescadores, a la Madre del Divino
Amor, al drama, al humor, a la alegría, a la esperanza:
Marinera, baja luego a la ribera,… Avante patrón, avante
amigo viejo…. Mi bella Lola… Los mayores, abstraídos con
los naipes manoseados de Heraclio Fournier, o ante un
corío de vino, transidos en el fondo del vaso, ola roja
de océanos tornadizos, recuerdan autistas a los muertos
queridos, ahogados, perdidos.
Desde la ermita renacentista de San Antonio, en lo
alto del Monte Fuxa y otras azoteas naturales vivo la im-
presionante panorámica, un espectáculo que sobrecogía
el alma por su tranquilidad o su violencia. Enfrente se
ofrecía a la mirada asombrada el inalcanzable horizonte,
el piélago de la mar cíclica, sin final ni comienzo, a veces
apaciguada, acuarela meciendo barcos y veleros al mur-
mullar lejano de la orilla, peinando las playas con rizos
de espuma. Otras veces traslapada por el antifaz de la
niebla misteriosa, torticera, engañosa. Y en ocasiones in-
dómita, el baile encrespado y apabullante del oleaje, las
burbujas cabalgando sobre las olas caóticas, destrozando
embarcaciones, arrastrando a infelices hacia sus inalcan-
zables simas o a los roquedales, y concitando los furores
de sus gigantescas gargantas de agua contra las puertas
impertérritas de la tierra.
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Quien eligió Candás para descansar, se entera muy
pronto que aquí no es posible reposar y cargar las pilas
del todo; o, bien mirado, que es lugar donde uno se repo-
ne al modo que condicionan los candasinos con su amis-
tosa y contagiosa personalidad, o disfrutando la lindura
de la villa y de su entorno. Descubren que hay que vivir
aquí para entender una forma especial de la existencia
y experimentar el goce de cualquier encuentro, el más
común o el más esperado; que hay que respirar el aire
obstinado de la ilusión y probar el amargor del familiar
o el amigo que no retorna de la encerrona de los mares;
que hay que oír cantar en el puerto, en las fábricas, en
las plazoletas y en los bares para entender y amar la vida
pendientes de las ubres ventajosas de la mar, venus ma-
dre que les trae la suerte para subsistir, y, en el reverso, el
sino de agonizar en su mortaja de muerte y desconsuelo.
Somos los de El Farolillo, vivimos junto a la iglesia, todos
somos pescadores, y andamos siempre de juerga. Porque no
saben ustedes, que debemos disfrutar,
por si algún día nos lleva, un traidor
golpe de mar.
Los visitantes entienden que
muchos candasinos existen por la
mar y para ella, y que pueden ser
su botín, plancton rehén, al fin are-
na pura de caracola y coral.
Pero Candás se ha repuesto de
la tragedia y la existencia tahúr, re-
flejadas en el luto de las mujeres
como piel perpetua. Lo ha hecho
con su peculiar talante de laboriosidad, hospitalidad y
alegría, con festejos para dar y tomar: San Félix, San
Roque, San Juan, San Pedro, el Festival de la Sardina y el
Cristo, que este ya es harina de otro costal, años atrás con
corrida de toros (“novillos que veranean brevemente y
mueren perplejos contra el salitre” del improvisado coso
de la dársena), orquestinas, charangas y una farándula
ensordecedora que revitaliza el alma.
Que soy de Candás/y mi vida está en el mar.
¿Qué sería de la mar sin Candás? No es pretencioso
plantearlo, tiene crucial importancia. La mar se quedaría
sin una joya, sin parte del rosario de luces candasinas. La
luz de los atalayeros que encendían fogueras en el monte
San Sebastián, hoy monte Fuxa -en cuya falda había una
fábrica de calderas para derretir la grasa de las ballenas-,
para orientar a los barcos de los pescadores, divisar lo
xarabales o los navíos hostiles y dar el aviso; la luz de La
Farola del Peñón de los Ángeles (iluminada por prime-
ra vez el uno de diciembre de 1904, con un alcance de
luz de 9,1 millas, que se mantuvo como señalización del
puerto hasta 1917, al entrar en funcionamiento el faro de
San Antonio), símbolo de Candás, que el Ayuntamiento
ha programado reparar, como había de hacerse con la
Peña Furada, esa montera picona de piedra mutilada en
la cima, cuyo ojo es un catalejo que escudriña incesan-
temente las mareas; la luz de esta pequeña población
que inspiró a escritores: en el barrio de Santaolaya está
la casa de José, el protagonista de la novela marinera de
Palacio Valdés, en la que asegura que Candás es “el pue-
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 83
blo más singular y extraño de la provincia, ya que no el
más hermoso”, que “no es gentil, pero es sublime, lo cual
importa más”. (Aclaro y corrijo yo que el pueblo del San-
tísimo Cristo de los marineros, contiguo a Antromero y
Sarrió (Gijón), aunque en su ficción él lo llame Rodillero,
es Candás, y afirmo categóricamente que don Armando
erró al negarles gentileza a los candasinos, pues si hay
gentes abiertas, consideradas y corteses con los visitantes
que encontrar se puedan, son las de Candás).
¿Y qué sería Candás sin la mar? Sin duda perdería sus
señas de identidad, de la que tan orgullosos nos sentimos.
Sin la mar que imprime personalidad y carácter a esta
vi lla y a sus gentes, y da un hermoso perfil a nuestra
costa. La mar que hacia los años 1530 a 1550 puso al
Cristo inglés arrojado a la aguas flotando a la vista de
los intrépidos balleneros candasinos, que lo trajeron en
su chalupa, y en un bellísimo camarín es referencia del
fervor marinero y protector de pescadores y navegantes.
La mar de los delfines que en el año 1616 rompían
las redes y diezmaban la pesca o la ahuyentaban, empo-
breciendo al límite a las familias marineras, hasta que la
protesta de los pescadores acabó en los tribunales, que
decretaron la expulsión de los intrusos que los habían
llevado a la miseria. Las barcas se hicieron a la mar, y
desde una de ellas el Notario fedatario de Oviedo exi-
gió a los mamíferos marinos que se fueran de allí para
siempre. Y según los testimonios los delfines acataron el
mandato y desaparecieron mar adentro. Así consta en el
monolito frente al apeadero del tren.
La mar por donde llegaron hacia 1929 las barcazas de
ferrocemento residuales de la 1ª guerra mundial, para
reforzar la escollera del puerto (el Creteforge), y alar-
garlo (El Cretefarm, que llamaríamos para siempre El
Barcón), imponentes lanchones en que los rapacinos ju-
gamos, pescamos, surdimos, a veces en competencia con
les moveyes, y cogimos pixapos, cangrejos o terrestres, y
que guardan secretos enterrados en el hormigón de este
“puerto de la modernidad” en que hoy nos congregamos
y que pronto se desvelarán.
La mar como pista para la forja de una juventud de-
portiva y saludable y de piragüistas del más alto nivel, or-
gullo de Candás y de la nación entera, destacado y tenaz
empeño de Amando Prendes Viña a lo largo de su vida.
Muy pocos lugares del mundo pueden presumir de
contar como Candás con sucesos y tradiciones tan píos
como el del Santísimo Cristo, tan ingenuos como el Pleito
de los Delfines, o tan llenos de suspense cual La Leyenda
del Creteforge, o con atletas de tan elevado nivel, con
Herminio Menéndez, multilaureado en las Olimpiadas y
campeonatos mundiales, a la cabeza.
Aquí todo está enraizado con la mar. Candás fue y es
en todo momento la mar como taller vital, como pensa-
miento y como destino. La mar del pescado bendito, de
las tonadas, del alcohol mitigante, del aprendizaje y el
entrenamiento. La mar sin sentimientos ni tópicos, cuya
naturaleza elemental te despoja del alma o la expansiona
y acuna. La mar descastada, draconiana malvada cuando
quita lo que más se quiere, amiga amada si es dadivosa.
La mar del zarpazo a las caricias, penitencia y atractivo,
mudable, aborrecible tumba muchas veces sin féretros
ni flore s ni lamparitas contra el olvido. La mar alimento,
despensa indispensable siempre.
Hoy recordamos a los marineros candasinos que
perdieron la vida por la furia de la mar en galernas y
huracanes, las tragedias del año 1782 (con 42 marineros
ahogados); de 1840 (con 96 muertos); de 1877 (con 30
fallecidos); de 1891 (con 11marineros perdidos, cerca de
San Antonio, a la vista del pueblo); de 1936, con el hun-
dimiento de El Parchís (con 11 desaparecidos), y tantas
otras, la última con José Joaquín Cuervo como víctima.
Que allá donde estén tengan todos ellos la paz, y sepan
que los candasinos y carreñenses los llevamos en el pen-
samiento, y a sus familias.
Siempre hay que mirar hacia delante, y Candás supo
y sabe hacerlo, sin olvidar lo que es su entraña marinera
y su pasado. Por eso estoy seguro que seguiremos guar-
dando celosamente la memoria histórica con las Albora-
das y con el acto religioso del 14 de enero que en 1881
propuso la Sociedad de Mareantes por aquellas terribles
desgracias.
Un fuerte abrazo. Vivan las gentes de la mar.
Vivan Candás y los candasinos.
84 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
MANUEL EMILIO RODRÍGUEZ ABEIJÓN
A mi padre con todo mi cariño(Manolo Mimón)
Querido padre, te fuiste de mi vera,
y yo no puedo estar sin ti, a la vera.
Fuiste padre ejemplar, ejemplo a seguir,
qué haré yo, tu hijo, sin estar a tu vera.
Padre mío, te marchaste al cielo,
y yo quería que estuvieras a mi vera.
¿Porqué te fuiste, padre de padres?
Te fuiste a la vera de tus padres,
pero yo te necesitaba a mi vera.
Rogué a mi Virgen de los Dolores,
Que no sufrieras más,
que te dejara partir al descanso eterno
y te marchaste de mi vera.
Qué tristeza, me parte el corazón
y sin darme cuenta
ya no estabas a mi vera.
En tu agonía, y entre
esa voz entumecida llamabas.
Papa, mama te estaban
llamando a su vera.
Querido padre, todos tus amigos y
vecinos se despidieron y
yo, tu hijo, con lágrimas en los ojos.
Algún día ya estaré siempre a tu vera.
Nunca te olvidaré papa.
86 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Si tuviera que sintetizar la historia de Candás en
una sola imagen elegiría, sin ninguna duda, “La
Marinera” de Antón. La expresividad del rostro
de la mujer que implora por la vuelta del marido con
el hijo agarrado a su falda, reclamando su atención,
asustado por la angustia de su madre, ante una espera
que se hace interminable. “La Marinera” es el símbolo
y al mismo tiempo es el himno. Conecta a la perfección
con la canción anónima que tan bien describe esa in-
terminable ansiedad. La labor que desarrollaban las
mujeres “en tierra”, en las fábricas de conservas y en
otras actividades como pescaderas, rederas, etc., era el
nexo de unión con la actividad de los marineros en la
mar. La mar en femenino, como siempre la escucha-
mos, y por lo que, seguramente, Antón representó
en la figura de una mujer la amargura de esa situa-
ción. Nadie como él ha sabido plasmar la imagen de
ese dolor. Quién haya sufrido la espera de la vuelta de
los barcos de una galerna, con la inquietud de saber
quién llegaba y quién se quedaba, entenderá lo que él
quiso reflejar. Las últimas fatalidades sufridas por dis-
tintos barcos hacen recordar aquellas épocas en las que
los marineros salían a faenar en lucha abierta con la
mar exponiéndose a quedarse para siempre en ella. La
mar exige respeto y el marinero lo sabe, pero las limita-
ciones de aquellos tiempos obligaban a entregar la vida
a la incertidumbre en la mayoría de los casos. Todavía
hoy, con todos los avances conseguidos en materia de
navegación, es difícil limitar el riesgo que entraña este
sacrificado oficio. La mar no avisa, tiene sus propias
normas y te tienes que someter si pretendes vivir de
ella. La reciente tragedia del pesquero Santa Ana, ocu-
rrida en nuestras propias aguas, nos trasladó a uno de
esos desgraciados episodios del pasado. En el cabo Pe-
ñas se vivieron días de tristeza y desasosiego por parte
de los familiares y amigos de los marineros que estaban
atrapados dentro del barco encallado en La Herbosa.
Destacadosy destacables
JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ARTIME
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 87
Otra vez el dolor de la familia, otra vez la solidaridad
de los marineros… y otra vez la angustia de la espera
ante el presagio de un trágico final.
Antonio Rodríguez García dejó una obra extraordi-
naria, hoy recogida en gran parte, en el merecido Mu-
seo con el que el pueblo de Candás le honra. Es tan
asombrosa su obra que cualquiera que no conociera su
historia la fecharía, seguramente, en un periodo mucho
más amplio. Es como si el artista conociendo su destino
quisiera apurarlo para legarnos lo mejor de su hacer. Y
lo más importante es que va referido a Candás. En su
biografía se destaca el conjunto de la obra que logró
realizar hasta los 26 años, en plena actividad creadora,
y nos deja con el interrogante de predecir hacia dónde
hubiera evolucionado su arte, aunque, con toda segu-
ridad, ocuparía un lugar destacado entre los más gran-
des artistas, según lo atestiguan destacados analistas.
Entra dentro de lo posible que pudiera derivar, por su
gran nivel, a un tipo de arte más universal, pero seguro
que seguiría cultivando aquello con lo que fue crecien-
do, con constantes guiños a su primera creación por el
apego que tenía a su pueblo. El conjunto de su obra es
un trabajo en exclusiva para el pueblo que le vio nacer.
Ese es el nivel que Antón le dio a Candás.
Antón fue un ejemplo de ingenio precoz. El quin-
to de siete hermanos, en una época donde los medios
económicos no sobraban precisamente, se fue abriendo
camino en una faceta artística que ni era fácil desarro-
llar ni tampoco de entender. Autodidacta, difícilmente
podría llegar de otro modo en los años que le toco
vivir, emprendedor en unos tiempos donde la caren-
cia de medios obligaba a agudizar el ingenio, (para sí
quisiera la abundancia de la reciente crisis), trabajador
constante, que es la base de todo desarrollo, con un
talento excepcional, que le permitió ver la perspecti-
va de las cosas desde una gran sencillez. Con afán de
superación y una idea en la cabeza desarrolló su tarea
con una lucidez que solo da la razón. Su pueblo y su
gente fueron el motivo constante de su trabajo. Creó
su primer estudio a los 16 años, construyendo una
chabola al lado de su casa (en eso se debió fijar Steve
Jobs al crear la primera planta de Apple en el garaje de
sus padres). Era un creador libre pero con una especial
sensibilidad para recoger las escenas cotidianas de un
pueblo que tenía, en aquellos momentos, una depen-
dencia absoluta de la mar. Con gran conciencia social,
ayudaba al desarrollo de fiestas participando en la con-
fección de carrozas o desfiles para el carnaval. Fue un
precursor para generaciones futuras por su admirable
imaginación. Tuve la suerte desde muy pequeño de es-
tar cerca de su obra por los lazos que unían a nuestras
dos familias y recuerdo un detalle que en aquel mo-
mento me dejó muy impactado. Moría la Xixona, ma-
dre de Antón, y yo tenía que acompañar a mi madre
a su casa. Antes, la gente moría en casa y allí acudían
los allegados para darle el pésame a la familia, que na-
turalmente velaba al difunto. Me impresionó ver a sus
hijas llorando a pie de cama. Era tan fuerte la escena
que intenté no contemplarla y al volverme me di con-
tra la escultura “mi guela”. Una obra que trasmite un
fuerte realismo y con la que el autor tuvo un enorme
éxito, pero que a mí, en aquél momento, me terminó
de bloquear. Fue tan intensa la suma de impactos que
cuando hoy voy al Museo, de forma instintiva, paso rá-
pido para intentar evitarla, aun reconociendo la fuerza
expresiva que tiene.
Este año se cumple el 25 aniversario del museo que
lleva su nombre. Creo que es un merecido homenaje
a un hombre con un valor artístico extraordinario. Al
creador de una obra con una gran fuerza imaginativa.
El reconocimiento de un pueblo a un artista irrepetible.
La casa de Estrada, se de del Museo, también me trae
muchos recuerdos de cuando vivía justo al lado. Era el
palacete que había en Candás cuando yo era un crío,
señorial y hermético, aunque tuve la suerte de verlo
por dentro en aquella época. Visitarlo ahora es revivir
un poco lo que fueron aquellos tiempos. Es difícil des-
prenderse de la gran cantidad de recuerdos que para
mí tiene ese edificio. Hoy alberga la obra de Antón, al
que nos hubiese gustado disfrutar durante más tiempo
y haberle hecho el reconocimiento que se merecía. Por
circunstancias de la vida no pudo ser. Pero si su obra
es importante también lo es el influjo que habrá dejado
en otros artistas, que se habrán inspirado en él para el
desarrollo de su propia actividad creadora. Si todo ese
bagaje ha servido para hacernos sensibles con el arte y,
especialmente, con nuestros artistas locales, habremos
considerado bien. Pero esta sensibilidad debe extender-
se también a reconocerles por sus merecimientos y su
identificación local.
El verano pasado se colgó en el muelle una exposi-
ción de retratos de gente del pueblo que Alfredo Me-
néndez había realizado durante algún tiempo. Fue una
muestra de arte local impresionante, fuera de matices
y discusiones. Una parte de la historia de Candás pro-
tagonizada por las personas que el artista consideró,
sin más. Alfredo confirma con esta exposición su de-
seo, expresado en otras anteriores, de fijar el pueblo
como museo abierto, del que poder disfrutar todos,
pero especialmente los candasinos. Con una referencia
constante a su historia más reciente que por momen-
tos parece que olvidamos. Los murales del edificio de
la desaparecida fábrica de Albo, destacado vestigio de
una actividad que nunca se tenía que haber perdido,
son un exponente de ello. Una representación de es-
cenas cotidianas y personajes populares que reflejan el
devenir desde un tiempo pasado que el artista insiste
en evocar y que el pueblo debería recordar. Alfredo re-
fleja Candás como es, mejor dicho como fue, repasan-
do un trozo de la historia que se resiste a olvidar. Con
la ilusión de un artista que quiere rememorar aquella
sociedad. Pero Alfredo también su fre por la falta de
sensibilidad ha cia sus obras. Es difícil de entender que
una obra hecha con el mimo y la dedicación con la
que él trabaja se vaya deteriorando sin poner remedio.
Solo una persona de su tolerancia y disposición puede
admitir la solución a que se llegó para salvar el mural
del “Paseín”. Personalmente me produce tristeza ver
¿Dónde está el arte, en la pintura o en los azulejos? Es penoso que sea esa la forma de entender el arte.
“”
88 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 89
la pintura de la salve marinera tapiada. ¿Dónde está
el arte, en la pintura o en los azulejos? Es penoso que
sea esa la forma de entender el arte. Que se pongan las
condiciones para restaurar el mural y poder abrirlo al
público debe ser una tarea prioritaria del Ayuntamien-
to y una exigencia de los ciudadanos. Que nadie piense
que en este pueblo estamos confundiendo el arte con
unos azulejos, que, en el fondo, lo que reflejan es una
falta absoluta de sensibilidad.
Otro artista candasín destacable, con muy poca obra
en el pueblo, por lo menos para lo que se merece, es
Vicente Santarúa. Con una larga carrera en el mundo
artístico que le ha hecho crear obras para distintos paí-
ses y tratar de arte con diferentes personalidades, pa-
rece guardar un sentir pesaroso sobre su pueblo. Hace
poco tuve el privilegio de visitar su estudio. La aparien-
cia de desorden que percibes al entrar va tomando
sentido a medida que va haciendo la descripción de su
obra. Desde el primer momento de la explicación van
quedando fuera de duda la calidad de sus trabajos, que
le acreditan como uno de los mejores escultores del
momento. Aparte del nivel artístico alcanzado llama la
atención su versatilidad como autor. Pero lo que más
impresiona son las constantes referencias de su obra
hacia Candás. Son innumerables los cuadros, grabados,
esculturas, proyectos, etc. que recogen motivos de su
pueblo. La alusión es constante y lo más sorprendente
es su forma de narrarla, como algo propio, como solo lo
puede relatar quien lo siente de verdad. Se ilusiona ha-
blando, pintando y haciendo escultura para su pueblo.
Es uno de los motivos principales de su trabajo. Su obra
más especial es la maqueta del ambicioso proyecto de
construcción de un faro para Candás. La imaginación
desbordante de Santarúa, a medida que te lo describe,
va dando múltiples contenidos y funcionalidades a la
obra, para al final terminar dejándola aparcada resig-
nándose con la suerte de un proyecto que nunca va
a realizar. A Santarúa, que tiene múltiples reconoci-
mientos, quizás le falte el más cercano, el más emotivo,
el que más agradecerá. Este es el momento de conside-
rarlo. Que no se deje para cuando no lo pueda disfru-
tar. Es acreedor de una ganada distinción. Santarúa se
merece una obra en Candás y Candás se merece una
obra de Vicente Santarúa. Es responsabilidad de cada
uno que así sea.
Estamos obligados a preservar y defender lo que te-
nemos. Y debemos distinguir a la gente que lo merece.
No vaya ser, como puede estar pasando, que la gen-
te más destacable sea menos considerada en su propio
pueblo. Valorémoslos por lo que hacen, por sus obras,
nunca mejor dicho en este caso, por lo que verdadera-
mente son, distinguiéndolos de los que no son aunque
les guste parecer. Candás tiene destacados ejemplos
para sentirse satisfecho, no repitamos los mismos
tópicos y reconozcámoslos. Sintámonos orgullosos de
ellos como ellos se sienten de su pueblo. Y no olvide-
mos ponerlos donde se merecen.
Estamos obligados a preservar y defender lo que tenemos. Y debemos distinguir a la gente que lo merece
“”
90 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
EDUARDO ROMÁN GARCÍA
El hermosoPalacio de Villar
En un lugar en loma levantado
venteando la brisa del mar
y enfrentado al pino que un día
en la Reboria Piñole dio a pintar
y guarecido por la fortaleza
del Areo que a su espalda está,
es el espacio al que he de referirme
el llamado palacio de Villar.
Las inmensas praderías
con el Gorfolí detrás
al oeste se dilatan
y al norte cual santo y seña
la ensenada de Xivares
deja ver azul de mar.
Pero no todo es encanto
no ha mucho es de observar
un puente previo a un túnel
que no deja de hartar
cuando los trenes circulan
con su ruido pertinaz.
Ángel Fernández y esposa
se brindan a presentar
este imponente palacio,
casona, notoriedad
de grandes y hermosas salas
con mucho que realzar,
y en cada rincón te encuentras
historias para contar.
Casa de amplias paredes
que en piedras alojan paz
y tesoros familiares
e incluso a otros seres
que a ti te pueden picar
y con permiso del dueño
se los quiero relatar.
Arcones de hermosa talla
en el salón principal
y un detalle que nunca
lo pude yo imaginar,
una especie de hornacina,
pequeña, sin calidad
hecha con sólo un propósito,
tras la que con una puerta
y redecilla detrás
una colmena de abejas
entre los grandiosos muros
aquí se vino asentar
y de ésta en ocasiones
por medio de esta oquedad
su miel pueden degustar.
A su lado una ventana
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 91
bajo la que también hay
otro enjambre, pero a este,
no hay forma de llegar
y saben que tiene miel
por el olor que les da.
Y en otro de los salones
que antaño fuera llagar
entre los capaces muros
en una obra reciente
una espada cuasi esgrima
y una especie de florete
se pudieron encontrar.
Y hablando del palacio
se sabe que fue morada
de los González Villar
de la familia Posada
con fama y notoriedad.
Hubo otros herederos
largo es de relatar
siendo sus dueños hoy día
descendientes de Caunedo
Fernández de Guimarán
y es del siglo XVII
con su capilla además.
Y al estar él encumbrado
el viento suele jugar
con las hojas cuando secas,
que aquí se suelen posar
y los ojos se deleitan
viéndolas cuando se van.
Y en esta capillita
con pulcritud, sobriedad
sus piedras quizá nos digan,
si sabemos preguntar,
si fue ella construida
con los restos de la ermita
de Santa Eulalia en Candás
o también del monte Areo
se ha llegado a elucubrar.
Incluso pueden decir
si es o no es verdad
que hubo antaño una piedra
en donde Carlos Primero,
su excelsa Majestad,
desembarcando en Tazones
sus nalgas hubo posar
siendo en su día donada,
si tú puedes encontrar,
al Museo Arqueológico
de Oviedo capital.
En el museo Arqueológico
no saben en dónde está
pero Ángel siendo niño
vio su partir hacia Oviedo
y lo puede confirmar
y un recodo en la capilla
su marca deja notar.
La capilla también tuvo
un retablo inmemorial
y de madera de roble
y en la posguerra vendido
queda en la piedra señal.
En tiempo de inquisición
tétrico es mencionar
que hubo en su planta baja
una cámara letal
de tortura, es el término
que lo puede concretar
y llamada del “Forcado”,
que nos da miedo pensar
cómo este útil en esto
se pudiese utilizar.
Las gracias es una forma
con que puedes compensar
la atención ofrecida,
pero para este trabajo
quisiera multiplicar.
Mil gracias, no, muchas más.
92 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Ésta es la historia real de
una familia numerosa
candasina que tuvo que
afrontar de la mejor manera posi-
ble la penuria económica en la que
quedó sumida España tras los su-
cesos de la guerra de Independen-
cia, penuria que azotó de manera
más dura a las familias numerosas.
Y así les sucedió a la formada por
Juan Muñiz Casablanca y Antonia
de la Ahuja Manuel. De esta fami-
lia y de sus avatares tenemos co-
nocimiento a través de una carta
que su yerno Félix Suarez Navalie-
ga remite desde La Habana recla-
mando la presencia de dos de sus
cuñados para que le ayuden en sus
negocios. La carta es tan interesan-
te y demostrativa de la reverencia
con que entonces se trataba a los
mayores que considero oportuna
incluirla entera. Dice así:
Havana, 30 de mayo de 1819
Querido padre: he recebido por
mano de don Lorenzo del Busto la
apreciable carta de vuesa merced de
30 de enero escrita en la herrería de
la Coíña en donde parece se halla
vuesa merced destinado por cuenta
de nuestro favorecedor don Bernardo
González Llanos. También veo que
mi cuñado y su hijo Ramón se halla
en igual destino en el nuevo martine-
te que estavleció en el lugar de Rao
De Candás a Cuba,a comienzos del siglo XIX
Mª JOSEFA SANZ FUENTES
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 93
para lavrar calderas de cobre el refe-
rido señor Llanos.
Asimismo quedo informado de
que su hijo y mi cuñado Xabier se
halla nabegando en clase de piloto
en un barco de Ribadeo y que poco
tiempo hace llegó de Lisboa y de esta
suerte veo a vuesa merced algo ali-
viada de la dilatada familia que Dios
le dio y que tanto trabajo le costó
criar.
Aquí se conoce mucha vaja en el
comercio con motivo de hacerlo los
estrangeros y también a causa de los
barcos ynsurgentes que apresan los
nuestros, pero según las noticias que
aquí corren ya se ban desengañando
y cayendo de su error los reboltosos,
de suerte que no hay una tercera par-
te de ynsurgentes en todas las Amé-
ricas y especialmente en el reyno de
Mégico, que casi se halla enteramen-
te tranquilizado.
Yo he gozado vastante saluz des-
de que llegué aquí y Dios ha querido
que no perdiese el biaje, pues, aun-
que a costa de vastante trabajo, he
tenido una suerte y fortuna en mis
intereses; pero desde unos 6 me-
ses a esta parte me acometen unas
flogedades de cabeza que a veces
me dejan sin sentido, y por lo mis-
mo quisiera que mis cuñados y sus
hijos Juan Francisco e Ysidro se de-
terminasen a benir aquí, y que vue-
sa merced se lo permitiese para que
en llegando i estando aquí 6 meses
para enterarse y hacerse cargo de mi
giro y comercio, pudiese yo pasar a
esa a recuperarme y estar al lado de
mi querida muger y su hija Rita, y
así espero que me haga esta gracia
y me conteste por el primer barco
que salga de algunos de los puertos
de España.
Diga vuesa merced a Rita que no
le escribo porque me hallo algo flojo,
pero que lo haré por el primer barco
que salga.
Desde 3 años a esta parte han
venido de esa provincia muchos jó-
venes a vuscar su fortuna, y los que
han salido buenos la hallaron, así
como al contrario los malos se ha-
llan avandonados y despreciados de
sus paisanos, y hai uno de cerca de
Avilés que hace 2 años está pade-
ciendo en esta cárcel, pero el citado
don Lorenzo del Busto es de lo mejor
que ha venido.
Dará vuesa merced muchas es-
presiones a mi querida suegra, a Rita
y al resto de mis cuñados, como tam-
bién a mi tío Navaliega y a su señora
doña Juaquina del Busto.
Si viniesen (como lo espero) Juan
Francisco e Ysidro no les abelite vue-
sa merced de ropas, sino de lo mui
preciso, porque aquí lo haré io cuan-
do lleguen, a estilo de este país.
Consérvense vuesas mercedes
como se lo pide a Dios, hasta que
tenga el gusto de verles, este su
amante hijo que de corazón le escri-
be y besa su mano
Félix Suárez Navaliega (rúbrica).
Querido padre don Juan Muñiz
Casablanca.
Félix llama padre a su suegro, y
por la carta sabemos que en estos
momentos Juan Muñiz no está en
Candás, sino que se ha desplazado
con uno de sus hijos, de nombre
Ramón, a la zona de Lugo fronte-
riza con Asturias, en la cuenca alta
del río Navia, que hasta 1955 for-
mó parte del arzobispado de Ovie-
do. Allí, en el actual de Fonsagra-
da se enclava Vilar de Cuíña y en
el vecino de Navia de Suarna Rao.
En Cuíña Juan regenta una ferre-
ría y en Rao Ramón un martinete
en el que se fabrican calderas de
cobre. Y su estancia allí se debe
a la actuación de su favorecedor,
como expresa el documento, don
94 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Bernardo González Llanos, po-
siblemente sobrino de D. Carlos
González Posada; y pensamos que
es así porque comparte apellidos
con el militar Carlos González Lla-
nos, que sí se sabe positivamente
es sobrino del ilustrado cérigo ca-
rreñense, y porque esto también
explicaría el hecho de que Bernar-
do se dirigiera a Jovellanos, ami-
go íntimo como todos sabemos
de González Posada, pidiéndole
ayuda para montar una ferrería en
1799, conservándose la respues-
ta del ilustrado gijonés. Bernardo
González Llanos está avecindado
al menos desde 1816 en Avilés
como comerciante interesado en
el comercio ultramarino, pues
en esa fecha solicita al rey a tra-
vés del Ministerio de Hacienda
que vuelvan a abrir en el puerto
la aduana que existía antes de la
guerra, aunque sólo consigue que
la abran para exportación.
Por la carta sabemos que hay
otro hijo, Javier, que es marino, y
que navega como piloto en un bar-
co con base en Ribadeo, y una hija,
Rita, casada con quien suscribe la
carta, que no le ha acompañado a
Cuba y que reside en Candás con
su madre.
Y finalmente otros dos hijos,
Juan Francisco e Isidro, que son
los reclamados por su cuñado para
desplazarse a Cuba y hacerse car-
go del negocio de banca –giro, dice
el documento- y comercio que tie-
ne en La Habana y que última-
mente no puede atender bien por
hallarse flaco de salud.
Para ello se inicia el procedi-
miento administrativo necesario.
La base es la carta de invitación,
pero España no podía prescindir
de hombres jóvenes, sobre todo
si estaban en edad militar. En este
caso este impedimento está resuel-
to, porque la declaración de ambos
y la de tres testigos candasinos de
categoría social destacada como
eran D. Pedro Suárez Quirós, D.
José Pérez Sierra y D. Domin-
go Menéndez Valdés, notario del
concejo de Carreño, declaran que
ambos están en edad militar, pero
que al mayor, Juan Francisco, le
ha sido concedida la licencia abso-
luta por haberse quedado inútil en
el transcurso de la reciente guerra
y por su parte el pequeño, Isidro,
también en edad miitar, no puede
acceder al servicio de las armas
por carecer de la suficiente talla.
Ello hizo que tras el informe
pormenorizado remitido al Real
Consejo de Castilla e Indias y
certificado por don Juan Antonio
León, Juez Noble en el concejo
de Carreño y por Gonzalo Amado
Torano, secretario del mismo el
20 de agosto de 1819, cuyas sus-
cripciones son verificadas por Bal-
tasar Fernández Perdones y Juan
Fernández de Luanco, notarios
también del concejo, se reciba por
parte de don José Corbera, juez de
arribadas del puerto de Gijón, la
comunicación fechada en Madrid
el 6 de septiembre de 1819 de que
el Consejo concede el permiso a
ambos hermanos y se lo participa
para que les consienta embarcar
en ese puerto o en otro que esté
habilitado para ello. Firma la co-
municación D. Esteban Barea, se-
cretario del Consejo y Cámara de
Castilla e Indias.
Y ya no sabemos más, pero
tras serles concedida la licencia es
muy probable que Juan Francisco
e Isidro viajaran hacia La Habana
en el primer barco disponible, y
creo que todos deseamos que Fé-
lix, tras reunirse con Rita, recupe-
rara la salud.
Don Bernardo
González Llanos, es
posiblemente sobrino
de D. Carlos González
Posada; y pensamos
que es así porque
comparte apellidos con
el militar Carlos
González Llanos
“
”
96 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
MANDY VELASCO
LA MINA Y LA MAR(CARREÑO Y LANGREO)
CONCURSO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA DIGITAL
“LA MINA Y LA MAR 2014”
Ya son 18 años los que
lleva de vida este Con-
curso y cada vez va te-
niendo más relevancia y acepta-
ción.
En una primera selección se le
enviaron a los miembros del jura-
do 354 fotografías de 148 autores.
Finalmente, cuando el jurado se
reunió el 17 de junio en los salo-
nes de la Sociedad de Festejos y
Cultura “San Pedro de La Felgue-
ra, el número de fotografías digi-
tales pasadas a papel era de 45.
Tras una serie de eliminacio-
nes se fallaron los premios y se
seleccionaron las mejores 31 foto-
grafías restantes para realizar una
serie de exposiciones programa-
das.
EXPOSICIONES
La novedad de este año es que
hubo que adquirir 35 cuadros de
aluminio con sus correspondien-
tes cristales, cartones, ganchos,
etc… Además hubo que encargar
a un carpintero para que nos con-
feccionara tres cajas de madera
con separadores en cada una de
ellas para transportar los 35 cua-
dros a las diferentes exposiciones
programadas. Todo ello ha sido
debido a que el temporal del 1 de
febrero de 2014 que azotó el mu-
seo del Calamar gigante de Luar-
ca se llevó nuestra exposición,
con cajas incluidas.
De junio a diciembre se expu-
sieron en los Salones de Festejos y
Cultura “San Pedro” de La Felgue-
ra, en el Teatro Prendes de Can-
dás, en el Centro de Imagen y So-
nido de Langreo y en la “Casa de
Los Alberti” de Ciaño, Langreo.Los miembros del jurado con las fotos premiadas. De izda. A decha.: Juan Grela, Eduardo Urdangaray, Juan Luis Hevia, Alain J. Fernández y Mandy Velasco.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 97
PRIMER PREMIO: 700 EUROS
TÍTULO: En la inmensidad. AUTOR: Miquel Planels Saurina de Banyoles, BARCELONA
SEGUNDO PREMIO: 400 EUROS
TÍTULO: Nuevo Mundo. AUTOR: Mario Pereda Berga, de Madrid
98 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
TERCER PREMIO: 200 EUROS
TÍTULO: Sueño. AUTOR: Bep Taltavull Salord, de Menorca
TROFEO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA REALIZADA EN EL PRINCIPADO DE ASTURIAS
TÍTULO: La Camocha. AUTOR: Pedro Romero Moya, de Gijón
100 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Nunca te olvidaré
WIFREDO
Sentado en una piedra salpicada por la mar
contemplas las olas en su peremne caminar
pasan las horas y sigues mirando al mar.
El sol se aleja como si no quisiera verte
hay una persona que te mira y se entristece
en su rostro furtivas lágrimas aparecen.
En el tuyo llevas escrito tu destino
se percibe en tu mirada la soledad
lo que estás pensando es un desatino.
Te hice un juramento guardar silencio
cómo puedo llevar yo sola este juramento.
Te has unido al mar sin quererme escuchar
te he visto marchar con el corazón encogido
has sembrado una semilla que no conocerás.
Lucharé por ella aunque me cueste la vida
te has ido dejándome sola y perdida
en esta hermosa villa que no conocía.
Bajaré a la playa y pisaré la orilla
quiero sentir el agua acariciar mis pies
te has llevado contigo parte de nuestra vida.
Tu familia no me quiere, no me pienso marchar
quiero que sea natal de donde tú has nacido
cuando sea mayor le contaré la verdad.
Sigo paseando por la orilla mirando al cielo
mis manos acarician el agua por donde te fuiste
si el cielo no me escucha quién me dará consuelo.
Mi mirada se pierde en la lejanía
recorriendo el mar hasta la orilla
y mitigar este dolor que es mi agonía.
102 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Yo, señores, soy de Can-
dás, nacida en la calle
Valdés Pumarino nº 24,
en una ca sa de dueño aldeano,
conocida co mo casa de Tiba Ven-
tura. Una casa que mi güela Jo-
sefa Francisca –madre de mi ma-
dre– llamada la monta ñe sa, por
ser oriunda de Santander, quería
comprar. Dicen que mi güela era
buena mujer, pero un poco bo-
rracha, aunque yo nunca la vi
tal, y eso que, ya de rapacina, la
acompa ña ba a vender “pescao” a
Luanco, pa li, pali andando desde
Can dás. En ese trayecto, parába-
mos en la Flor y en Valparaíso, y a
mí siempre me pa reció que lo que
bebía mi güela, du rante el trayec-
to, era agua, pero se guramente
mezclada con unes cuan tes gotes
de anís. Pues como di go, vine al
mundo el primer día del mes de
las flores del año 1924, cuan do
todo el pueblo –según mi ma dre–
olía a tripa de bocarte, a sal mue ra
y a parrochina de la Igüera. Nací
de legítimo matrimonio, y fue mi
madre Agustina García, más co-
nocida como Agusta la Cervera,
em parentada con la familia de los
Ta ranos y los Ponteos, cuyo apodo
–Cer vera – le viene de su padre –
mi güelo– que había sido marine-
ro en un buque de guerra de la
escuadra es pañola, al mando del
almirante Cer vera, hundido en la
guerra que Es tados Unidos man-
tuvo con España, en Cuba, el año
1898. Y mi padre fue Saturnino
Suárez, po pularmente co nocido
como “Fran chute”, porque pa saba
mucho tiem po embarcado en va-
pores de Ben goechea, por aguas
de Francia, al bonito, y Pepe Mu-
ñiz, padre de José Antonio Mu-
ñiz, el economista, le preguntaba
siem pre a mi madre: –Agusta,
¿vino el francés? Y así, por esta
razón, le fue quedando el simpáti-
co apodo de “Franchute”. Fuimos
seis hermanos. Yo la primera.
Después vinieron Felisa, Jacoba,
Carola, Saturno y Covadonga. O
sea, que mi padre fue un calador
de altura, que era lo que enton-
ces se llevaba. De todos ellos sólo
quedamos Covadonga y yo. Dios
los tenga a todos en su gloria. De
pequeñina, fui a la escuela de
Pi na, y en ella aprendí doctrina
cristiana y a escribir palotes. Po-
nía Pina escuela en su casa de la
Tenderina. Una casa grande, con
corredor, sol y golondrinas en el
alero. En una sala lle na de ban-
quinos, niños y niñas, lle nos de
mocos, nos sentábamos al rededor
de Pina y de su hermana Car-
mina, que era jorobina, a cantar
el catecismo. Luego, cuando dejé
TODA UNA VIDA
JOSEFA SUÁREZ GARCÍA(Josefa La Cervera)
Coordinación, texto e impresión digital:
Hermenegildo Fdez., José Marce García y
Tito Aramendi.
Josefa La Cervera con su primer hijo y Angel
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 103
de me xame, empecé a la Escuela
Pú blica. Mi madre me compró un
cabasín de cartón, una goma de
borrar Milano, un lapicero Faber,
el Rayas y un libro llamado de
Cosas. Empecé teniendo de maes-
tra a María Luisa Zanón, que era
muy gobernadora, muy católica
y buena maestra. Y luego a la
señorita profesora. Así la tenía-
mos que llamar, porque nos de-
cía que maestras y maestros eran
las sastras y los toreros. Y entre
una co sa y otra me llegó la comu-
nión, que hice a los seis años, de
blanco. Me la dio don Florentino
Bobes, conocido como el cura pa-
texia, porque tenía las orejas un
poco comidas por los bordes. Era
un cura que vivía con mucha hu-
mildad, muy pobremente. Tal vez
por eso no le hicieron nada du-
rante la guerra. Recuerdo que por
navidad nos mandaba dar “ixu-
xús” al niño Jesús. – ¡Un” ixuxú”
al niñín de la cunina!
En aquel Candás de la Repúbli-
ca, fui Hija de María. Matilde,
her ma na de Celestino Muñiz,
era la pre sidenta de la Cofradía.
Tenía do ce años cuando estalló
la guerra Civil, y claro, ya me
daba cuenta de to do. A las dos
de la mañana íbamos a la cola
del suministro. Llegábamos, nos
dábamos la vez unos a otros, y
poniendo un tanque o una piedra,
quedaba acutado el sitio y te ibas
a casa. Se formaba una fila lar-
guísima de tanques y piedras por
toda la calle. Volvías y ocupabas
tu sitio esperando un puñadín de
arroz, de azúcar, de fideos y poco
más. Re cuerdo que mi madre y
Emilia la Llar ga fueron a Gijón a
hablar con Be larmino Tomás para
que nos de vol vieran las cartillas
de racionamiento. Se las habían
quitado por una denuncia. Belar-
mino Tomás lla mó a Candás y de
inmediato nos las devolvieron
cagando centelles. Se pasaba mu-
cha hambre; hambre que yo no
conocí antes de la guerra, porque
mi güela siempre tenía un saco
de fariña a los pies de la cama,
y amasaba y arroxaba pan para
toda la semana, en la tahona de
la Mexona. Eran tiempos aquellos
de comer mucho pescao, pote de
berces a medio día, y patates con
pescao por la noche. Pero no quie-
ro hablar de la guerra civil, por-
que unos y otros convirtieron este
pueblo en un infierno. Vale más
olvidarse de ello. Que no vuelva
nunca más aquel horror donde
tanto se sufrió. Aunque sí tengo
una anécdota simpática de aquel
tiempo. Resulta que Gayarre,
vecino nuestro, tenía un perro
llamado Lucero, un perro muy
agudo. Como apenas había que
104 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
comer, Gayarre, en plena guerra,
fue a vender el perro a Bañu-
gues Y lo vendió, pero el perrín
se escapó y vino desde Bañugues
otra vez pa Candás. Ga yarre lo
sintió ladrar al pie de la ven tana.
Allí estaba otra vez el pobre Lu-
cero pidiendo que le abrieran la
puerta de casa. Quería más pasar
fame en Candás, con el simpático
de Gayarre, que comer tajades en
Bañugues.
Y al fin terminó la guerra. Los
barcos empezaron a salir a la mar,
las fábricas de pescado a abrirse,
la iglesia de San Félix, que había
sido de rruida, se fue levantando
con rapidez gracias a la influen-
cia, al entusiasmo y el esfuerzo
de D. José Mu niello, el cura más
candasín que tuvo este pueblo y el
más amigo de los marineros. Mu-
chas veces iba él a la mar. Lo lla-
maban el “xamenten den”. Poco a
poco la vida se iba nor ma lizando,
pero había poco que co mer: pa-
tates con sardines y sardines con
patates, pan negro, bolla de maíz
(cocida en la chapa), y tortilla de
miollo con azúcar, que salíamos al
barrio a cenarla en un plato. Co-
míamos pollo solo el día el Cristo,
y melón de un melonero que se
echa ba entre los melones, tapán-
dose con un toldo y encendiendo
un carburo toda la noche. Un año
de esos malos, malos, mi ma no
tenía perres pa pagar la libreta de
casa Nides (te níamos que repartir
la cuenta por muches tiendes),
era el día el Cristo, y mi pa mar-
chó pal pedreo de Re bo lleres, al
pulpo, para poder comer ese día.
Así íbamos tirando por la vi da.
Mi güela, como queda dicho,
qui so comprar la casa de Tiba
Ventura, pero también yo quería
un coronel, pero no me quiso él;
así que, como la cosa no pudo ser,
tuvimos que ahuecar el ala y mar-
char a vivir a los cubos, a la guar-
dilla de una casa que era propie-
dad de la Iglesia, donde Ramón de
Xuan tenía la escuela. Nuestros
vecinos eran Ga lipo, Marina y
Ramón, Gayarre, Es peranza y An-
tonín, hermano de Ar mando “Pa-
letes”, y el señor Manuel con su
hija; todos ellos marineros y muy
buena gente. Y así fui lle gando a
mocina, y a ir los domingos del
verano, con les amigues, a la No-
zaleda. Íbamos en grupo, mirando
y riéndonos de los mozos, andan-
do por aquella carretera llena de
ba ches, a la vera de la mar. Ángel,
el fio de José María el de Rumia,
fue el mozo que me cortejó (en el
portal) y con el que, a los 23 años,
me casé. Era botero con su padre,
pero después de casarnos empe-
zó a ir a la pa reja. Nos casó D.
José Muniello, en el Cristo, donde
se casaban los se ñoritos. Fuimos
de viaje de novios a Gijón y nos
hospedamos en la fonda Avile-
sina, y fuimos al Arrieta a ver a
les bailarines. Me acuerdo que
ha bía serenos por las calles. Vol-
vimos enseguida pa Candás, no
había ra ba, a vivir a la guardilla,
con mi madre. El primer hijo me
murió de meningitis. Se llamaba
Enrique, te nía tres años y medio.
Don José tra jo a casa el niño Je-
sús de Praga, por ver si hacía un
milagro, pero no hu bo nada que
hacer. Un angelín que tengo en el
cielo. Después nació Kike, y luego
Panchita. Dos hijos muy buenos
y cariñosos, cosa que ca da vez se
lleva menos.
Así fuimos sacando la vida ade-
lante. Ángel, el mi hombre, que
ca riñosamente era conocido como
la “Tulina” fue marinero hasta
que, co mo todos, empezó a traba-
jar en ENSIDESA. Era un hombre
bueno, tra bajador y callado, de
una familia muy religiosa. Murió
con cincuenta años, en lo mejor
de la vida. Un día, Pilar la Pájara,
que tenía a su ma rido Avelino na-
vegando, me en se ñó unos camiso-
nes trasparentes, muy cortos, de
colores, que le había traído él de
por “Nuevayor”. En ton ces se me
ocurrió una picardía. Dije: –Pi-
lar, muyer, déjame un camisón
de esos trasparentes pa ponelo
cuando venga el mi home de bo-
nito. Dicho y hecho. Llegó Ángel
de la mar, y, por la noche, puse,
con toda ilusión, aquel camisón
que me llegaba por encima de las
rodillas y transparentábalo todo,
como a les artistes. Cuando la “Tu-
lina” me vio, dijo: –¡Quita eso, que
eso sólo lo ponen les putes! Cosas
de entonces, de aquellos tiempos
en los que no había cerradures en
les cases, y en los que se curaben
los arzuelinos y coses de la boca
con “figospasos” cocidos. Pero
donde les fiestes del Cris to eran
de lo más grande que ha bía. Ban-
des de música. La banda de ¡Ay
madre! El bandín de la Estrada.
Barraques, puestos, teatro… Y la
manca del Chó, cargada de ani-
llos, diciendo que su pa le había
hecho a medias. Y María Robus-
tiana cantando: “Si ando puerca, si
ando guapa, si como, si llambo…”
Aquel Candás lleno de simpatía,
con María la Ca laca, Concha la
Rana, Concha la Tanga, se fue
por el chombo. Bueno, quedo yo,
que no me rindo pena la vida. No
me quejo de nada. Volvería otra
vez a vivir lo vivido. Fui a Ro ma,
Holanda, París, Suiza, Viena, Ve-
necia. Comí muchos bombones.
¡Que más quiero! ¡Sí, una cosa!
Que cuando muera, me deje el
Cristo una ventanina, para seguir
viendo al Candás de mi alma.
106 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
Cuando junio iba acabando
y los barcos andaban ya
por la mar del bonito, na-
cía yo, una servidora, en Santolaya,
la víspera de San Juan del año 1928.
Poco podía quemarse en la fogue-
ra de esa noche, acaso algún paxo
roto o una carga de rebolles seques,
porque los tiempos eran malos y
la fame mucha, pero seguro que
una foguerina sí la hubo cuando
yo nací. Era mi padre hombre de
poco ir a la mar, se llamaba Seve-
riano, algo borrachín y marinero de
bajura; y redero de dos vapores que
iban a bonito y a la pareja: el “San
Telmo” y el ”Carreño”, los dos, con
el tiempo, fueron de Rosina Mite-
rio, que era mi güela, con la que me
quedé al poco de nacer, porque mi
pobre madre, que se llamaba Efi-
genia, tenía muchos fios. Fuimos
seis hermanos, tres hembras y tres
varones, y casi de milagro apren-
dí a leer y a escribir, en la Escuela
Pública, porque que yo, a los ocho
años, andaba, como muchos rapa-
cinos, estripando bocarte por les
bodeguines de los barrios de Can-
dás. Fausta la Montuca tenía una
pegada a mi casa, y allí, sobre una
caja, para poder llegar a la mesa,
me ponía a la tarea. Pero antes, con
seis años, vestida de calle, comul-
gué. Me dio la comunión D. Jacobo
Campuzano, que era muy amigo
de mi madre. Enseguida estalló la
guerra, y bien que me acuerdo de
ella. De los guardias de asalto. De
la aviación. De los refugios. De me-
dio Candás metido en el túnel del
tren. Me acuerdo cuando un avión
tiró una bomba junto al ayunta-
miento y mató a la Chona, una ra-
pacina, fia de la Pozala. Y también
me acuerdo de la casa de Genarín,
hoy Ayuntamiento, donde metían
a los presos. Allí estaba la investi-
gación. Siempre quise mucho a mi
güela Rosina Miterio. Tenía un chi-
gre cerca de la tienda de la Menora,
donde comprábamos el comestible,
con libreta. Como me gustaba tanto
el chocolate, de vez en cuando, del
cajón del chigre, le cogía a mi güeli-
na una perrona de cobre, y con ella
compraba chocolate. Luego me sen-
taba en el poyo de Matilde Barrosa
a comerlo, tan pancha.
Empecé enseguida a ir a la bo-
dega, primero a la de Gorín, que
era de los hermanos Antonio, Con-
versión y Atanasio, con Teresa la
del Nin de encargada. Luego fui a
trabajar a Jove, a una quinta de un
médico. La cosa fue que Servanda,
mi tía, la alquiló y fuimos a vivir
Joaquin y Rosa
TODA UNA VIDA
ROSAFERNÁNDEZ FERNÁNDEZCoordinación, texto e impresión digital:
Hermenegildo Fdez., José Marce García y
Tito Aramendi.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 107
allí, porque resultaba mejor para
nosotros estar cerca de Gijón, por lo
de los barcos. Yo tomaba el tranvía
que venía del Musel y marchaba en
él hasta Gijón, a recoger el suminis-
tro de los vapores.
Con esto y lo otro, de aquí para
allá, fui llegando a ser mocina. Y
un día conocí a Juaco, en casa de
su hermana, que éramos amigas.
Juaco era de una casería situada a
la entrada de Luanco, con panera
y hórreo. Me casé, con 20 años, un
14 de enero de 1949, en el Cristo,
mientras se celebraba abajo, en la
iglesia, el funeral por los náufragos.
Por eso no pudo casarnos D. José
Muniello; nos casó un cura que te-
nía familia en Perlora. Mi suegro,
era muy católico, antes de cenar re-
zaban el rosario, y si venía un pobre
lo sentaban a la mesa, con todos, y
luego iba a la tenada a dormir. Pero
a mí no me quería. Quería que
Juaco se casara con una moza, que
también tenía casería, 30 años ma-
yor que él. Por eso, “pa jodemos”,
con casería y todo, no nos daba
nada, y alguna vez pasamos fame.
Sí, fame, fame de verdad. Como la
de aquel día del Corpus. Eran las
cinco de la tarde y no habíamos
comido. Yo estaba viendo pasar la
procesión. Juaco estaba en la cama.
En estas vino mi tía Jesusa. Nos vio
lánguidos, con cara de fame. Enton-
ces sacó un duro y nos lo dio. Cuan-
do mi tía marchó, Juaco dijo: “Coge
ese duro y vete a casa de Leonor a
comprar dos riches y figospasos”.
Con eso comimos el día del Corpus.
Como ya dije, tenía 20 años
cuando me casé. Fuimos de viaje de
novios a León, en el tren de la REN-
FE. La gente subía y bajaba del tren
llevando fardos, bolsas de hule, ma-
letinas de madera, cosas envueltas
en papel de periódico manchados
de grasa. A mí, como tenía cara de
rapacina, la gente me preguntaba
si iba para un colegio. Yo, mirando
a Juaco de reojo, decía que sí, por-
que me daba vergüenza decir que
íbamos de viaje de novios. Estuvi-
mos sólo dos días, hospedados en
una fonda en la que nos daban para
comer huevos de coría. Y volvimos
para Candás, con garbanzos y algo
de embutido de León, pero sobre
todo con la ilusión de la juventud
y el deseo de emprender juntos la
nueva andadura que teníamos por
delante. Juaco era un hombre bue-
no. Tenía un pronto, pero fui con
él feliz, y por lo que voy a contar,
nada celoso. Sucedió de recién ca-
sada. Eran las fiestas del Cristo y
estábamos en el “Martiecho”. En-
tonces vino un chavalín a sacarme
a bailar. Era un jugador del Entre-
go, que había venido a jugar con el
“Canijo”. Yo le dije que era casada.
Entonces Juaco, que le había oído,
me dijo: -Anda vete a bailar con él.
Y estuvimos bailando toda la no-
che. Nunca más lo volví a ver. Ya se
ve por esto que Juaco no era celoso,
como lo son muchos hombres. Él
debió engañarme alguna vez, pero
yo siempre le fui fiel.
Nada más casarnos, Juaco, de al-
deano, pasó a ser marinero. Prime-
ro fue a abarique. Luego a bonito,
con el Parrulo. Después a la pareja.
Terminó en ENSIDESA, porque yo
108 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
me impuse. Él quería seguir yendo
a la mar; la mar le llegó a gustar
mucho, pero yo no lo dejé. Siguió
yendo al marisco, con Lorenzo,
mi cuñado, y yo iba a Gijón, en el
Carreño, a venderlo. Entonces fue
cuando, el año 1963, en un bajo de
la Vega donde metían los aparejos
los de Orbegozo, pusimos el chigre:
“Brisas Candasinas”. Sacamos esto
adelante a base de aguantar mu-
cho, procurando siempre ser hon-
rados. A veces nos pedían cubas
pa los rapacinos, pero Juaco nunca
despachaba alcohol a los menores
de edad. Siempre tengo presente
aquella vez que una compañía de
soldados acampó en Santarúa. Los
probes no tenían un perro pa gastar,
pero Juaco, que se dio cuenta, los
convidó a todo lo que quisieran. La
verdad es que siempre trabajamos
mucho los dos. Fui a la fábrica de
Portanet, que tenía un coro precio-
so de mujeres, en el que yo canté, y
a la Ojeda, en el Musel, a preparar
bacalao en conserva, y a la de Ortiz.
Siempre de fuera. Ganaba unos 20
duros, que era lo que valía un litro
de aceite. Fui al ocle, en Rebolleres,
subiendo los sacos al hombro por
aquella cuesta. Lo vendíamos a un
paisano de Antromero, que nos en-
gañaba. Manda ahora a algún rato
de esos que coja un saco de ocle.
Mi juventud, en aquel Santolaya,
en aquel Candás marinero, fue eso,
trabajar y trabajar. Solíamos sentar-
nos en casa de Concha Pin a comer
cacahueses, y como todes les chava-
lines, fui a la Nozaleda, y sólo dos
veces en mi vida al cine, que era el
Apolo. Vi “El Árbol de la vida” y el
“Puente sobre el río Kuay”. Nunca
más volví al cine.
La juventud de ahora asustaría
a los antiguos. Yo creo que es de-
masiado libre. Antes, si una mujer
caía en estao, sin estar casada, aca-
bábase el mundo. Esa mujer ya no
salía más de casa. Además, se tenía
mucho respeto a los viejos. Pero
aunque echo de menos aquel Can-
dás de barcos, trajín, fábricas, bote-
ros y rula, todo aquello que era tan
guapo, no quiero volver a pasar lo
que yo pasé. Reconozco que el pue-
blo es ahora muy moderno, mucho
mejor en montones de cosas. Pero
la gente de Candás ya no es como
la de antes.
Me levanto a las 9 de la maña-
na. Tomo el sintrón. Desayuno y
tomo otra pastilla. Si está bueno,
salgo hacer algún recado por aquí
cerca. Antes daba una vuelta por
el paseo marítimo. Ahora ya no
puedo. Luego, hago la comida. Me
gusta mucho el bacalao fresco. Por
la tarde veo la tele, y a las 10 ya
estoy en la cama. Duermo regular,
pero antes rezo por todos los que
murieron, sin olvidarme de aque-
lla oración que Juaco siempre re-
zaba: “Cuatro esquinitas tiene mi
cama. Cuatro angelitos siempre la
guardan”.
Me moriré cuando me llegue
la hora. No cuando yo lo diga. Mi
padre murió con 62, mi madre con
80, Juaco con 65, yo ya voy para 87.
Mientras tanto vivo rodeada de nie-
tos y de biznietos, y de mi hijo Jesús
Antonio, que sigue, como su padre,
detrás de la barra del “Brisas Can-
dasinas”; el chigre más marinero de
todo Candás.
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 109
En el mes de hacer cuenta,
el de las fiestas del Cristo,
ese que los candasinos es-
peran con la mayor ilusión, vine yo
a este mundo, un 3 de septiembre
de 1923, en el pequeño barrio de
Tarantela, en una casa habitada por
10 hermanos, de los cuales algunos
morían de recién nacidos, otros fue-
ron ejecutados o muertos anónima-
mente en la guerra. Mi padre era
nacido en Candás, pero de padre
gallego y madre de una aldea de
Gozón, cuyo nombre no recuerdo.
Se llamaba José Ramón Rodríguez
Artime. Y mi madre, que era de
Illas, se llamaba Generosa Reguera
Rodríguez, conocida como Gene-
rosa la ablanera, porque desde los
12 años había empezado a vender
ablanas, y así lo estuvo haciendo,
hasta que murió. Mi casa de la ni-
ñez tenía una cocina grande, en la
que nunca se apagaba el fuego, y a
la que venía mucha gente a jugar al
parchís: Saturno el Bermejo, Brau-
lio el Menudo, Ángel el Primo, Fa-
lín el de Manuel Pérez y el cartero
Artola. De un puchero caliente, que
estaba siempre encima de la chapa,
mi madre servía a todos café de
manga. Ella era muy aficionada al
café, lo tomaba casi continuamente.
Aún me parece sentir el agradable
calor de aquella cocina de antes de
la guerra, y de la presencia en ella
de todos aquellos amigos, y a mi
madre sirviéndoles el café colado,
mientras se extendía por la estancia
el olor tan agradable del humo que
despedía. Era, como digo, una casa
grande, con cuatro habitaciones y
cuatro colchones de lana. Mi madre,
que en el tiempo del bocarte iba a
la bodega (de afuera), hacía pan y lo
cocía en casa la Mexona. Los sacos
de harina, que eran de cien kilos,
estaban hechos de un algodón muy
bueno. Entonces ella juntaba cua-
tro sacos y con ellos hacía sábanas.
La necesidad espabila el ingenio.
Aunque, para decir la verdad, en
aquellos tiempos, que después de la
guerra se empezaron a llamar “nor-
males”, nosotros, mayormente, no
se pasábamos hambre, porque mi
güela, que era de Illas, nos manda-
ba siempre algo. Además, mi padre
era marinero de altura, nunca fue
botero, iba a África a pescar boni-
tos, y nos contaba que estaban tan
cerca de la costa que los mataban a
tiros. Siempre fue pescador de altu-
ra por las Azores, y a la pareja, y al
bocarte.
Yo Fui a la escuela con D. An-
drés. Luego con D. Fructuoso (1º
TODA UNA VIDA
BRUNORODRÍGUEZ REGUERACoordinación, texto e impresión digital:
Hermenegildo Fdez., José Marce García y
Tito Aramendi.
110 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
y 2º grado). Después, pase al 3º
grado con D. Tomás Tauro, enci-
ma de lo que hoy es la heladería,
donde antes estuviera el Ateneo
candasín. Luego tuve a D. Herme-
negildo y a D. Francisco, encima de
casa Pascual. Con D. Tomás Tauro
me dieron un premio de lectura y
de dibujo. Nunca me enseñaron la
doctrina en la escuela. Cuando iba
a hacer la comunión, fui a aprender
el catecismo a casa de Lastra (con
Dª Elvira). Íbamos Pepe Fausta,
Mundo el Mosquito y yo. El cura
era D. Florentino Bobes. Comul-
gué con un pantalón de mahón liso
y una camisa también de mahón.
No hubo desayuno. Nadie te daba
nada; salvo los de Herrero, que nos
daban una peseta, por comulgar.
A pesar de la cantidad de pesca-
do que entraba en Candás, con el
que se enriquecían tantos fabrican-
tes y también muchos armadores, el
pueblo era pobre y se pasaba ham-
bre. Morían muchos niños, y los jó-
venes enfermaban de tisis, por falta
de alimentación y medicinas. Nos
decían: -No pases por ahí, que vive
un tísico, y puede chupate la san-
gre. Mira tú que cosas nos decían.
Claro, era el miedo y la ignorancia.
Y es que veíamos pasar muchos en-
tierros atravesando el pueblo hasta
el cementerio, que entonces estaba
aquí al lado, en lo que hoy se lla-
ma el Nodo y antes el Calvario. Me
acuerdo que por la parte de atrás del
cementerio, pegado a su muro, ha-
bía un recinto pequeño, casi como
un gallinero, un lugar sin adornos,
muy triste de ver, donde enterra-
ban a los que se suicidaban o mo-
rían sin querer confesar. Por eso a
mí nunca me gusto la Iglesia, voy a
ella de mala gana. No tengo buenos
recuerdos de ella, ni de antes ni de
después de la guerra. Cuando era
niño iba al catecismo, pero no re-
cuerdo que me dieran nunca nada.
Los juguetes eran siempre para los
niños ricos. No estuvo bien tirar la
Iglesia, pero representaba un poder
que había dado la espalda a los po-
bres y se había aliado con los ricos.
Todo lo contrario de lo que manda-
ba hacer Jesucristo. Además, como
la religión y los curas tenían tanto
poder, obligaban a la gente, desde
que nacía hasta que moría, a entrar
por el aro. Había que hacer todo lo
que ellos decían. La República fue
la que trajo cultura a España, la que
iba quitando el fanatismo y trayen-
do libertad y progreso al pueblo.
Tenía 11 años cuando empecé a
trabajar de rapaz de barco. Ensegui-
da estalló la guerra. Cuatro de mis
hermanos, que eran de las juventu-
des socialistas, fueron de volunta-
rios a luchar al frente. Me acuerdo
de Francisco, de 21 años, preso en
el Coto, fusilado en el cementerio
de Ceares. Yo, con 13 años, iba al
Coto a verlo dos veces por semana.
Un día me dijo que tenía pena de
muerte, que mira a ver si conocía-
mos a alguien para que se la con-
mutaran. Yo iba andando desde
Candás a llevarle la ropa. Hasta que
un día ya no lo encontré. Entonces,
una señora, que tenía también un
familiar preso, me vio llorando, fui
a su casa, me dio de merendar y
dinero para que volviera a Candás,
en tren. Otro de mis hermanos, Ra-
món, murió también en la guerra,
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 111
con Hermene, hermano de Claudia.
Nunca supimos dónde estaban en-
terrados. Murieron muy anónima-
mente. Al poco de terminar la gue-
rra, vino “Mueca”, el municipal, a
buscar los enseres de mi hermano
Ramón. Yo le dije: - Ahí está lo que
era de mi hermano: un balde y una
ropa de aguas. Eso es todo lo que
tenía.
Cuando terminó la guerra, nos
echaron de la casa donde vivía-
mos, sin dejarnos sacar nada. Y
a mi padre, que no había ido a la
guerra, lo detuvieron por ideolo-
gía. Estuvo preso en Logroño du-
rante tres años. Reguera y yo íba-
mos a dormir a casa de familiares,
o dormíamos por ahí, donde cua-
draba, en los portales, tapándonos
con unas mantas raídas, comiendo
lo que buenamente nos daban por
las casas.
Terminó la guerra y empecé a ir
a la mar con Saturno el Pirulo, en
una lancha de gasolina. La lancha
se llamaba “Antonia”. Pero antes
tuve que ir a “Falange” a que me
dieran un aval para poder embar-
car. Allí estaba Jesús Quirós, un
falangista muy peligroso, que era
el que tenía que dármelo. Me miró
detenidamente y, después de pasar-
me la vista de arriba abajo, dijo que
no me veía por la Iglesia (entonces
era en la champanera). Yo guarda-
ba silencio. Luego dijo: - Cuando te
vea en misa vienes a buscar el aval,
pero no pienses que porque vayas
dos tres veces vas a conseguirlo. Y
así fui como lo conseguí, yendo a
misa todos los domingos y fiestas
de guardar.
Y llegó el tiempo de ir a la mili.
La hice por Infantería de Marina,
en el Ferrol. Allí me encontré con
Panín el de la Rula, que me ayudó
mucho. Gracias a él me trasladaron
de un sitio malo a uno mucho me-
jor. Fue cuando explotó el polvorín
del Ferrol, un atentado de los re pu-
blicanos contra el régimen de Fran-
co. Llegaron por mar en una lancha
de remo. Se hicieron con la emisora
de radio y explotaron los polvori-
nes. Me acuerdo de la explosión.
Un monte quedó llano, en la Coru-
ña saltaron todos los cristales y el
Ferrol se paralizó. Yo no pude ir de
permiso. Por ese tiempo, año 43/44,
se fusilaba en la Punta el Martillo a
los que cazaban por el monte, pero
a los que hicieron el atentado no los
cogieron.
Nada más de licenciarme de la
mili tuve una pleura muy mala. Por
aquel tiempo había en Candás tres
médicos: D. Salvador, D. Tomás y
D. Francisco Llorente, y una practi-
canta partera llamada Dª. Constan-
cia Muela. También se operaba en
la Clínica, lo que hoy es el ambula-
torio. Me miró D. Francisco y dijo
que no era nada. Yo seguía mal y
mi madre me llevó a D. Salvador.
Empezó a reconocerme, y, al poco
de hacerlo, dijo: -Este rapaz tiene
líquido en la pleura izquierda. Em-
pecé a tomar pastillas, pero mejo-
raba poco. Entonces Geni, que no
tenía título de practicante, le dijo a
mi madre: - A ver si encuentra bar-
bas de maíz, cuézalas y que las vaya
bebiendo al chaval. Y empecé a
mejorar con eso. También me curó
de una colitis dándome una patata
cocida, machacada, tomándola sin
masticar, con un vasín de vino blan-
co. Geni, tan buena y tan dulce.
Yo era de la peña “El Farolillo”,
y fui muy amigo de Silvestre el pa-
112 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
nadero. Los de la peña, íbamos al
horno que tenía en la calle Buena-
vista, a comer bollos calientes, con
anís. Allí era donde parábamos to-
dos los amigos: Valencia, Rodrigo el
Bermejo, el Roxo… El anís, lo com-
prábamos, a escote, en la “Cueva”,
que ya la tenía Genaro.
Con esto y lo otro, me llegó el
tiempo de tener moza. Y la tuve.
Y muy buena. Se llamaba Ludi-
vina Gutiérrez, de la familia de
los “Uva”. Estuvimos cortejando
3 años. Nos casamos el año 1955.
Pero la noche anterior, con mis ami-
gos, celebré una despedida de solte-
ro cojonuda. Mi abuela, la de Illas,
había mandado un jamón como re-
galo de boda. Todos estábamos en
amor y comparsa disfrutando de
la despedida, cuando de pronto se
presenta la guardia civil: - Venga,
cada uno pa su casa, ya estuvo bien
de juerga. Entonces, yo saque el ja-
món y comencé acortar lonchas fi-
nas de aquella hermosura, que olía
y sabía gloria. Los guardias, nada
más verlo, desmontaron los fusiles,
quitaron el tricornio, se pusieron
cómodos y comenzaron a picar ja-
món. Luego hice café. Así, con esa
fartura de jamón y café, fui a casar-
me al otro día. Yo tenía 29 años y
ella 30. Comimos la boda en la “Pa-
rra”. Éramos unos 40 invitados. Pa-
gué a Genaro 11.000 ptas. por una
espléndida comida, para aquellos
tiempos, a base de sopa, paella, po-
llo… El viaje de novios lo hicimos
a Gijón, luego fuimos a Illas, a ver
a mi güela, a agradecerle el jamón.
Y volvimos, para empezar la vida
juntos, compartiendo la casa pa-
terna, en el Nodo, que hacía poco
mis padres habían estrenado. Allí
vivimos con ellos hasta su muerte.
Y aquí sigo yo, en la misma casa,
pero ya sin mi mujer. Murió el día
3 de enero de 2013, en el Hospital
de Jove, con 90 años. Era una mu-
jer buena, buena, a la que siempre
procuré querer y tratar bien. Des-
de niña había trabajo en la fábrica
de Albo. Se casó y dejó de trabajar,
pero enseguida empezó otra vez en
la fábrica del “Remo”, con Carmen
la Capacha de encargada. Yo co-
mencé a ir a la mar con Pirulo. Lue-
go fui a bonito con Pepe el de Tana,
en un barco pequeñín, en el que iba
Cayao y Mundo Tapín, entre otros,
y también con los de “Murcia”. Ga-
naba muy poco. Lo comenté con mi
padre y me dijo: - Non vayas más a
la mar. Entonces empecé a trabajar
en tierra, con la Siemens, de electri-
cista, en la fábrica de Aboño. Pasé
a Tudela Veguín, de peón, ganába-
mos muy poco, 500 pesetas al mes.
Empezamos a ganar un poco más
después de estar 40 días de huelga.
Fuimos a Oviedo a manifestarnos,
de forma pacífica, claro. La policía
no nos hizo nada. Conseguimos
arrancar el sueldo que tienen aho-
ra, y que antes era una miseria. Los
trabajadores de ENSIDESA cobra-
ban mucho más, porque pasaban la
vida echando dobles. Yo nunca hice
una hora de más. Jamás me gustó
hacer horas extras. Era oficial de
primera electricista cuando me ju-
bilé, por enfermedad, de la Fábrica
de Cementos. Tenía 60 años. Me
arregló los papeles Alberto el de la
Xixona.
Tengo 3 hijos, dos varones y
una hembra, y la suerte de que
una nieta vive conmigo, casi des-
de que nació. Yo la crié, y soy para
ella abuelo, padre y madre. Con la
ayuda de ella, hago la comida y la
compra. Duermo poco, sólo 4 ho-
ras, y durante la noche me acuer-
do mucho de mi mujer. Yo siempre
quise morir antes que ella, pero…
Estando bueno, y aunque ando
bastante mal, tengo calambres en
los pies, bajo todos los días al mue-
lle, pero no pasó del Hotel. Veo un
poco la tele, tomó un cafetín, y aquí
estoy con mis recuerdos. Recuer-
dos de niñez y juventud, de cuan-
do era miembro de las juventudes
socialistas y teníamos el centro en
el cine Apo lo. Recuerdos de cuando
vi la ban dera blanca sobre el mon-
te Fu xa, cuando se rindió Asturias.
Recuer dos de cuando la guardia
civil me pegó dos hostias por no
levantar el brazo, cuando tocaban
el himno, al pasar por la Baragaña.
Recuerdos y más recuerdos de lo
que el viento se llevó, tan rápido,
todo aquello tan duro, tan triste,
pero también tan hermoso como es
la aventura del vivir. Aventura que
yo repetiría de nuevo. Pero a uno ya
le va tocando la hora de levantar el
petate. Cuando llegue ese momen-
to, quisiera morir como siempre es-
tu ve, de pie, sin arrodillarme ante
na die.
ÁLBUM PARAEL RECUERDO
La vida pasa fugaz, como un suspiro, pero, aunque es
materia de olvido, deja también hondos recuerdos: luces
de un tiempo ya ido, alegrías pasadas, rostros de hombres
y mujeres llenos de sentimientos y miradas, rincones
cargados de nostalgia, horas de mar y tierra, de fiestas y
encuentros, todo en estas fotos, un tanto amarillas, que
Álbum para el recuerdo ofrece a tu mirada, pero sobre todo
a tu corazón.
AUTOR/AUTORA
118 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L
EL CLUB DE LOSPOETAS MUERTOS
El hombre debería escuchar un poco de música, leer un poco de poesía y ver una
bella pintura todos los días de su vida a fin de que las preocupaciones mundanas no
destruyan el sentido de la belleza que Dios ha implantado en el alma humana.
Goethe
PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 119
José Antuña “Pipi”
Rufo el PescadorDicen que “una vez al añocualquier abuso nocivono suele producir daño”.Adagio que yo no olvido.Y fundado en su sentenciayo meto el “cuezo” anualmente,confiando en la clemenciade algún lector penitente.
Hecha ya esta salvedadforzaré algo la memoriapara contar –sin maldad–una picaresca historia.Siguiendo la tradición–al igual que años atrás–hoy sacaré a colacióna un popular de Candás.
En el año treinta y uno–que no había otra maldadque jugar al “embruno”–fue este “Eco de Sociedad”.Ya yo entonces tecleabaen el “Cabaret La Gloria”;escenario y fiel portadade esta anecdótica historia.
¿Quién no conoció en Candásal señor “Rufo, el jorobo”?De fama tenía másque el más popular Rey godo.Era simpático, listo,bueno hasta la saciedad;y en todas partes bien vistopor su gran humanidad.
No tenía voluntad“pa” negarse a la jarana;y siempre –esa es la verdad–¡siempre se sentía con gana!Viniendo un día de la marcon su traje de mahóny bota alta de pescar,se fue de juerga a Gijón.
Claro que él iba invitadopor un “trío” muy jovial,muy juerguista y educado,muy arrogante y genial.El “trío” lo componían:Javier, Federico y Suso.(¡Ay, cuánto se divertían!...Se entregaron, por abuso).
Llegaron al Cabaret,y cuando ya iban a entrar,el portero dijo: “¡Eh!¡Usted no puede pasar!Sin corbata y de mahón¿no comprende que está feo?“Usté” está en disposiciónde ir a “piañes” al “pedreo”.
Y es que en aquel tiempo, amigos,
para entrar al Cabarettenían que ir bien vestidos...(y disponer de “parné”).La sala era muy lujosa.De luz había un derroche.Chicas, a cual más preciosa;todas en traje de noche.
Entonces, con mucho empeño,el gran “trío” acudió a mí“pa” que hablara con el dueño,y yo en seguida accedí.Me dijo el dueño: “¿Interesa?”.“Pues pongo la condiciónde que ocupen esa mesaque existe en aquel rincón”.
Iba todo viento en popa...Hasta que salió a la pistamuy ligerita de ropauna atractiva rumbista.En esos mismos momentostuve una corazonada,y dije “pa” mis adentros:“¡Se acabó lo que se daba!”.
Rufo la miraba fijo,y al nublársele la vista,se escapó de su escondrijoy se presentó en la pista.Al principio, la rumberase sintió un poco ofendida,y hasta la gritaba: “¡Fuera!”.Pero el público decía: “¡Siga!”.
El portero, hombre forzudo,pretendía interveniry aún no sé por qué se abstuvo...(¡Sería por tanto reir).También la empresa queríala intromisión suprimir,pero el público aplaudía...¡y tuvo que transigir!
Rufo empezó a jalearserumbeando de tal formaque aquello era “pa”... mondarse.Y el zapato halló su horma;pues, la artista, contagiadaarreció en sus cimbreamientosy entonces ¡fue la caraba!(Huracán a todos vientos).
Cuando la artista –sin faldas–se contorsionaba toda,él se ponía de espaldasy movía la joroba.Fue un pugilato estupendoentre el “entamo” y la “giba”.El jolgorio fue tremendo.(De no aguantar la barriga)
Él se quitó la camisa.Y los clientes, por los suelos,
llorando todos de risaagitaban los pañuelos.La artista, por no ser menos,quiso quitárselo todo,pero el dueño echó los frenosgritando: “¡De ningún modo!”.
Y es que entonces –si, señor–a pesar del raro ambientehabía algo más de pudorque lo que existe actualmente.Nos hicieron repetirla rumba en continua palmahasta que, hartos de reír,volvió a renacer la calma.
Rufo se acercó a la orquestay me preguntó con guasa:“¿Qué te pareció la fiesta?¡¡Caímos todos “na” nasa!!”.Yo le pregunté “admirao”:“¿No te llegaste a cansar?”y él dijo: “Estoy “entrenao”llevando golpes de mar”.
Al abandonar la pistale susurró al empresario:“Mientras esté aquí esta artista¿no podía venir a diario?Yo le pago lo que sea...”.Y Rufo dijo altanero:“Tú lo que “quies” “ye” marea.Se te ve bien el plumero”.
“Por venir con esta fachano me dejabais pasar...así que, arría esa estachaque voy salir “pa” la mar.El puesto mío está allí.No estoy “chiflao” ni estoy loco;y si hoy vine por aquífue por divertime un poco”.
“Y por estar con el “trío”más “salao” que hay en el mundo;los quiero como algo mío,y ellos me marcan el rumbo.Y es que, en Candás, somos fielesa las amistades nobles.Más, “pa” servir de peleles¡somos más duros que robles!”.
Esta anécdota graciosano crean que es inventada.Fue una verdad primorosacon cariño recordada.Poseo una gran virtudque es la de que nunca engaño.(Y si Dios me da saludcontaré otra el próximo año).
SIGNO, HUELLAY MEMORIA
Son como dos árboles secos,
como dos hermanas que, en su
abandono, buscaran amparo,
una en la otra. Altas, elegantes,
poderosas, elevadas al cielo,
tienen las proporciones de
una estatua inmortal. En su
majestuoso dolor, ¡míralas!
En su esbelta belleza,
¡contémplalas! Pulidas por
el frío, el sol y el viento, los
años y el mal corazón las han
ido dejando quebradas, sin
respiración y vida. Ya sólo son
signo, huella y memoria de
un Candás que tuvo otra luz,
otros sonidos, otros colores y
perfumes, donde el campo de
labor era un mar de dulces y
trabajosos frutos, de agudas
sirenas, blancas escamas y
alegres cantos. Un Candás que
ya nunca más volverá.
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