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Portofolio 2015

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Portfolio de Candás, Carreño Asturias, del año 2015

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Edita

Igrafix para el Ayuntamiento de Carreño

Depósito Legal

AS-2.614/00

Maquetación

iGrafix Estudio Creativo

(www.igrafix.es)

Portada

Xuacu Fernández

Coordina

Alain J. Fernández Fdez.

Consejo de Redacción

Hermenegildo Fernández González

José Marcelino García

Alain J. Fernández Fdez.

Archivo Fotográfico e Ilustraciones

Tito Aramendi

iGrafix Estudio Creativo

(www.igrafix.es)

Colaboradores

Abel S. Méndez

José Muñoz Álvarez

Juan E. Fernández Pandiella

Esther López Fernández

María Jesús Gonzalez García

Este Portfolio no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colabora-dores; tampoco se compromete a publicar los textos no solicitados. Queda prohibida la reproducción, total o parcial, por cual-quier medio, del contenido de esta publica-ción sin el consentimiento explicito de sus autores, así como del editor.

IN MEMORIAM

Luis Prendes

Páginas entrañables dejó Luis Prendes escritas en este Portfolio de fiestas. Páginas escritas con estilo, belleza y simpatía de un Candás con sus típicos personajes, en el que el cine era el rey que mitigaba los corazones tristes, el que alegraba la vida de los niños, el que enseñaba el crimen, el amor o la pasión a los jóvenes, llenándonos a todos de emoción, miedo y fantasía. Son inevitables los recuerdos de aquel “general” esca-lonado, con barandal en herradura, y del pequeño patio de butacas y sus palcos. Todo bajo la tenue luz roja del Apolo y del Prendes de la “Marabunta”. Con Luis en la cabina, echando a rodar la máquina de la ilusión.

Cuando, seguramente, en su cabeza ya sólo tenía peliculones y trailes, Luis, de edad avanzada, falleció el pasado año.

Como colaborador de esta publicación, el Portfolio le rinde su homenaje, su recuer-do y su gratitud. Descanse en Paz. The End.

El Consejo de Redacción

DESCARGA AQUÍLA VERSIÓN DIGITAL

Page 4: Portofolio 2015

El Consejo de Redacción50 Aniversario del Portfolio ..................................................... 3

Amelia Fernández LópezSaluda de la Alcaldesa............................................................ 4

Muestra de Artículos del Primer Portfolio.Candás, septiembre 1966 ..................................................... 6

María Teresa ÁlvarezCarta a José Ángel Alonso Jesús ......................................... 10

Cipriano Aramendi “Panín”Viene a cuento ...................................................................... 12

Manuel Javier Aroca IglesiasGalerna ................................................................................. 14

José Ramón Badiola GarcíaPregón Fiestas de Candás 2014 .......................................... 16

Erundina Busto MenéndezEl Palacio de Villar ................................................................ 20

José Luis Campal y Ana IbáñezPoema visual y Como los antiguos marinos ........................ 22

Alfonso CampuzanoSan Antonio Vs San Cutilín ................................................... 24

David Colado CoronasEl Rapacín de Candás .......................................................... 28

Laureano Fernández ÁlvarezCandás, villa pescadora y marinera ..................................... 34

Hermenegildo Fernández GonzálezLa Mar de Fiestas en Candás: El Cristo (Primera Parte) ........38

José Marcelino GarcíaEl quiosco de Asunción ......................................................... 42

Berta García-Barrosa CandiaRecuerdos de Candás, hace 55 años .................................. 44

José María García GarcíaConsideraciones acerca de vecinos y vecindad .................. 46

Alberto García RodríguezRememorando SO.FE.CA. ................................................... 50

Rodolfo González ConstansEl Mundo en mis manos ....................................................... 54

José Antonio González CuervoHoy hay comedia .................................................................. 58

Ignacio Gracia Noriega El Holandés Errante .............................................................. 60

Amado MéndezLos Xiatinos. Las Fiestas del Cristo ..................................... 62

Manuel Menéndez Santos¿Por qué preocuparnos? ...................................................... 64

Miguel Menéndez ViñaEres mar, eres ola ................................................................. 68

Loli MonzónSalón de Teatro Costumbrista y Premios Aurora ................. 70

Arturo Muñiz FernándezGonzález de Posada: Pasión por Asturias ........................... 72

Luis F. Nodal GarcíaCandás intimo. Alborada 1982 (Segunda Parte) .................. 76

Marcelo PalaciosPregón de La Alborada, Candás 2014 ................................. 80

Manuel Emilio Rodríguez AbeijónA mi padre con todo mi cariño (Manolo Mimón) ................... 84

José Luis Rodríguez ArtimeDestacados y destacables .................................................... 86

Eduardo Román GarcíaEl hermoso Palacio de Villar ................................................. 90

Mª Josefa Sanz FuentesDe Candás a Cuba, a comienzos del siglo XIX ................... 92

Mandy VelascoLa Mina y la Mar 2014 .......................................................... 96

WifredoNunca te olvidaré ................................................................100

TODA UNA VIDAJosefa Suárez García .........................................................102

Rosa Fernández Fernández ...............................................106

Bruno Rodríguez Reguera ..................................................109

ALBUM PARA EL RECUERDO ........................................ 113

EL CLUB DE LOS POETAS MUERTOS ........................... 118

SIGNO, HUELLA Y MEMORIA .........................................120

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS 2015

Page 5: Portofolio 2015

Dice un tango de Gardel, “que 20 años no son nada”. Eso mismo po-

demos decir de 50, que son los que nuestro Portfolio, propiamente

como tal, ha cumplido en este año 2015. Bodas de Oro de una pu-

blicación que, fiel a su cita anual, viene abriendo (sin interrupción) sus páginas

en la antesala de las tradicionales fiestas del Santísimo Cristo de Candás, faro

y guía de nuestro pueblo y Patrón Mayor de todas las Cofradías de Pescadores

de Asturias. En todo este tiempo transcurrido, España, Asturias, Candás han

experimentado cambios profundos en la vida política y social, en la cultura, en

las relaciones laborales y familiares, en el modo de estar y de sentir de la gente.

El Portfolio no ha sido ajeno a esta evolución y a estos cambios, y así, a lo largo

de estos 50 años, también ha ido quedando reflejado en sus páginas el devenir

del tiempo, del nuevo tiempo, con sus azares y sus alegrías, con sus ilusiones

y esperanzas. Ello ha sido posible gracias a un fiel elenco de colaboradores

(candasinos y forasteros), hombres y mujeres amantes de su pueblo, de este

singular pueblo, de sus tradiciones y costumbres, de su gran historia marinera,

su cultura e idiosincrasia, su deporte, fiestas y religiosidad. Saberes y sentires,

inquietudes y esperanzas, recuerdos de juventud y de madurez que aquí, en

los Portfolios, quedarán guardados para que las nuevas generaciones puedan,

siquiera aproximadamente, conocer el Candás y las gentes de una época, cier-

tamente apasionante. Desde el recuerdo emocionado a los colaboradores fa-

llecidos, expresamos nuestra gratitud a los que, de una u otra forma, siguen

prestando, desinteresadamente, su tiempo, sus conocimientos y trabajo en la

confección de esta publicación, tan esperada siempre por todos los candasi-

nos. Nuestro reconocimiento a los anunciantes, que hicieron y hacen posible

su financiación, a las distintas Comisiones de Fiestas que se esforzaron en su

mantenimiento y mejora, a los alcaldes y corporaciones municipales que lo

protegieron y tutelaron, a vosotros, candasinos y candasinas, que, en definitiva,

sois los principales destinatarios de este Portfolio que, cada año, ponemos, con

toda nuestra ilusión y cariño, en vuestra manos.

El Consejo de Redacción

50Aniversario del Portfolio

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4 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Saluda de la Alcaldesa de Carreño

AMELIA FERNÁNDEZ LÓPEZ

Cada año por estas fechas empezamos a despe-

dir el verano con la vista y el corazón pues-

tos en la celebración de la principal festivi-

dad de esta villa marinera: El Stmo. Cristo de Candás, 14

de Septiembre.

Gentes de condición humilde que tanto saben de

sentido común han impregnado de trascendencia y ejem-

plaridad un pasado del que pretendemos ser dignos here-

deros. No importa que el desarrollo industrial, la tecno-

logía y la globalización nos sitúen en un escenario vital

muy distinto al que vivieron generaciones anteriores,

porque también nuestra época tendrá elementos de in-

terés para quienes festejen El Cristo en las postrimerías

del siglo XXI.

Aunque la inmediatez del presente sólo nos permi-

te dejar testimonio de nuestros quehaceres, sin duda, el

paso del tiempo otorgará singularidad y relevancia a cos-

tumbres que, por sencillas y rutinarias, ahora pasan inad-

vertidas. ¿Creéis que, por ejemplo, las mujeres lavanderas

de antaño y labradoras algún día pudieron imaginar que

sus testimonios de agua y jabón darían lugar a un pro-

yecto editorial y posterior publicación del libro con sus

vivencias “El Murmullo del agua”? ¿Cómo iban a pensar

las rederas de antaño, los pescadores, las muyeres de la

paxa o las mujeres que trabajaban en las fábricas de con-

serva que esas fotografías en traje de faena o el testimo-

nio sobre el desempeño de su labor pasarían a enriquecer

la historia local? Precisamente, la laboriosidad cotidia-

na junto con los momentos de esparcimiento y celebra-

ción constituyen el eje de la singular muestra fotográfica

que, por segundo año consecutivo, engalana el espaldón

del muelle y que en buena medida conecta con el espíritu

que anima esta publicación anual.

Rememorar tiempos pasados es el denominador co-

mún en ambos proyectos. Miramos al futuro con optimis-

mo, sin perder de vista lo mejor de aquel tiempo, por

eso, nos empeñamos en mantener viva la esencia de unas

raíces que bien representan la Farola y la Peña Furada.

La singularidad –y me atrevería a calificar de grandeza–

de esta publicación reside en el relato personal de viven-

cias escritas al dictado del corazón.

Esta implicación incondicional que sigue es la que

quiero destacar y agradecer. A las Peñas marineras, a ve-

cinos y vecinas, como Josefa Suárez, la incombustible

“Cervera” que no falla a su cita “obligada” con las cha-

rangas, la danza y la Alborada. Así como la labor callada

de María Esther Vega al frente de la danza y el logro de

que ésta siga viva. La estrecha colaboración de María José

Fer nández, puntual y solemne en la oración matinal en

recuerdo de las personas fallecidas en la mar, digna suce-

sora de las recitaciones que, durante años, hizo la falleci-

da Ceferina Gutiérrez “Ferina”. Por supuesto, mi gratitud

también a José Marcelino García, escritor, poeta e infa-

tigable colaborador de la Alborada Marinera y al equi-

po redactor del Portfolio. A las entidades socioculturales

como nuestra Banda de Música, la Coral “Aires de Can-

dás”, la Banda de Gaites, la asociación Candás Marinero

y el Coro de la Bodega. Sus aportaciones, al margen del

tema o de la forma –prosa o verso– contribuyen al retrato

de nuestra memoria común. Por eso, como Alcaldesa del

Concejo, quiero que sepáis que me enorgullece respaldar

iniciativas como éstas, forjadas en un entrañable compro-

miso colectivo.

A mis vecinos y vecinas de Carreño y a quienes deci-

dáis acercaros a acompañarnos en estas fechas, os invito a

disfrutar, un año más, de las Fiestas del Cristo.

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Page 8: Portofolio 2015

Muestra de Artículos delPrimer Portfolio. Candás, Septiembre 1966

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8 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

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10 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

MARÍA TERESA ÁLVAREZ

Querido José Ángel, este

año se cumplen los

cincuenta del port fo lio

de las fiestas del Santo Cristo de

Candás, del que tú fuiste el al ma

desde sus comienzos allá por 1965

hasta que finalizó tu paso por esta

vida.

No eras candasín pero amabas

a este pueblo con pasión.

“Me has ganado el corazón,

Can dás de mis amores. Me lo has

ganado desde el primer día que

pisé tu suelo empedrado, suelo

marinero, con olor a pescado, con

brillos de escamas y olor también

a algas, a pies descalzos y a redes

“encascadas”.

Cincuenta años del por tfolio de las Fiestas del Santo Cristo

Carta aJosé Ángel AlonsoJesús

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 11

Son unas líneas sacadas de uno

de tus escritos en el portfolio de

1968. Quiero confesarte una cosa,

ahora, al releer tus textos debo

decirte que me gustan mucho.

An tes también me parecían

buenos, pero ahora más. Es pro-

bable que ello sea debido a que

tal vez mi sensibilidad se haya

incrementado con el paso del

tiem po. Es muy hermoso leerte:

“Riela mi intento, como navecilla

sobre esa mar. Y siento palpitar en

mis sienes el grito de las olas que se

azotan contra los muros y contra las

rocas o que bisbisean al morir en las

arenas de la playa. Y siento el fervor

de una oración, palomita mensajera

de la piedad de este pueblo. Y ad-

vierto, escucho, el chasquido de

un beso enamorado que desde el

cielo viene a posarse sobre tu frente

soberana. Ahí está, suspiro, sonrisa

y plegaria”.

Nunca, como ahora, José

Ángel, me di cuenta de que tus

textos son puro sentimiento.

Y yo tuve la suerte de iniciar,

agarrada de tu mano, mis pasos

por el camino en el que habría de

moverse mi vida profesional, el

mundo de la comunicación.

¿Sabes? he escrito una novela

ambientada en Candás. En

ningún momento he pensado en ti

al idearla, pero ahora, al redactar

estas líneas, encuentro cierto pa -

ra lelismo entre la maestra y Ma-

rina (la protagonista de la no-

vela) y tu y yo. Sí, existe cierto

pa recido porque es posible que

si no me brindaras apoyo para

apren der junto a ti las labores de

corresponsal, tal vez, habría dado

otro sentido a mi vida.

Qué importante fue que cre ye-

ras en mí, ayudándome a superar

las dudas e incertidumbres tan fre-

cuentes en los inicios.

De verdad que es una delicia

releer los portfolios de hace años,

no sólo por tus pregones y poesías

sino por el interés y calidad de las

distintas colaboraciones, en tre las

que encontré una que me causó

especial emoción. Es del año

1968, de César Rodrigo, titulada

“Soledades”, en la que refleja

con bello juego de palabras ese

sentimiento que nunca le aban-

donó:

“Solo entre sus soledades. Así ca-

mi na a veces el hombre. De ma siadas

veces, ciertamente. Solo y aburrido.

Can sado. Desconfiado. Huye el

hom bre de todo y a la vez de nada.

Se ve envuelto en tanto ruido, que se

aísla en su silencio.

Quizá convenga esto al hombre.

Pero da miedo... Vagando en los

ca minos de pensamiento y vida.

So lo entre sus soledades. Las que

de pronto ha recibido. Las que de

pronto se ha buscado.

Sí, quizás convenga. Pero da mie-

do... Dan miedo las soledades del

hom bre. Por eso él, aunque se aísla,

es pera confiado en su esperanza

un encuentro. Un encuentro que le

acompañe. Que alguna puerta le

abra... Una esperanza”.

César Rodrigo, como tú, te-

nía alma de poeta y una voz pre-

ciosa...

Cuántas evocaciones al repasar

uno tras otro los portfolios. No re-

cor daba que yo escribí por pri me-

ra vez en el del año 70, aunque sí

mis miedos. Sin embargo al volver

a leerlo suscribiría alguna idea

reflejada en aquel texto cuando

intento describir el encanto y

embrujo de Candás.

Estoy segura de que te gustaría

ver como el portfolio sigue año tras

año mostrando los sentimientos,

recuerdos y emociones que Can-

dás nos sugiere. Desde hace unos

cuantos años, Hermenegildo Fer-

nán dez, José Marcelino García y

Alain Fernández, son los en car-

ga dos de convertirlo en realidad

anual mente.

Querido José Ángel, el timón

si gue en manos seguras y quiero

pen sar que así será, para que

Can dás siga vibrando cada

septiembre.

Amigo mío me ha venido muy

bien la celebración de las Bodas

de Oro del portfolio para es cri bir-

te estas líneas y manifestar pú bli-

ca mente mi agradecimiento por lo

mucho que me has ayudado. ¡Gra-

cias! Y gracias también en nombre

de Candás; de su ribera, de su mar,

de su Plaza de la Baragaña, de sus

ca lles a las que tanto cantaste...

“Si alguna vez yo dejara de ron-

dar por estas calles

¡Vive Dios! os lo aseguro:

¡el alma se me vendría a pasear

por ellas!

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12 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Con unos catorce años al

hom bro, mis amigos Ga-

ya rre, su her ma no Luis,

Mos calín y otros apro ve chando la

po da de árboles de la Ba ra gaña, hoy

Bernardo Al fageme, cada uno es co-

gía el mejor caballo, “caña cortada”,

y con otra para arrear más pequeña,

tro tábamos to do Candás hasta el

atardecer. Hoy parece ser que es ta

cuadra ha desaparecido, ellos sa-

brán el por qué, lo que de verdad

es una pena es ver languidecer las

ra mas de estos árboles y tener la im-

pre sión que ellos se mueren.

Llegado que era el atardecer se

recogían los caballos y nos mar chá-

ba mos para los Cubos donde vivía

Ga yarre con sus padres y abuelo, el

buen Manolín de Trola, tan querido

Besugón.

Allí, con la chapa de carbón al

rojo vivo, una caja de mariposas

encima de la espetera por si la

luz fallara, ya tenía nuestro que-

rido Manolín toda la chapa lle na a

rebosar de llámpares y pe queños

mejillones, pescados en el muro del

puerto, donde se asaban y desa pa-

recían rápidamente a me di da que se

a brían cocidas.

Acelerada estaba la chapa pe-

ro más acelerados andábamos no-

sotros que no dábamos abasto a

coger y comer. El bueno de Manolín

nos increpaba diciéndonos que

“me cago en la os”non doy abasto,

dejaime alguna. Con el paladar

quemado en aquella salita no pa-

rá bamos de comer llámpares y

pe queños mejillones. Ya cuando

quedábamos fartos y jugábamos

a las cartas, él se ponía a tono con

la chapa de su cocina y hasta que

terminara la munición estaba day

que te pego.

Mención aparte y especialísima,

merece que recordemos con to-

dos los merecimientos a su her ma-

no ANTÓN DE TROLA, hom bre

formado por sus propios me re ci-

mientos, pues sentado en la Rula

como vendedor y robando tiempo

al tiempo, se formó como gran

matemático, hombre de letras y

demás, que teniendo tiempo libre lo

dedicaba a escribir y hacer cuentas

y con el resto de su peculio se

compraba la prensa y sentado en

uno de los bancos de la Rula leía para

la comunidad que asistía para ser

debidamente informada de todos los

quehaceres. Hombre docto y gran

pedagogo dedicaba cuanto sabía a la

enseñanza. Cuan tos hemos pasado

por sus manos nos hemos quedado

con su cariño y afecto que con gran

amor recordamos.

Tuvo unos cuantos hijos que al

menos yo recuerde, a saber, Luis

que dedicó su vida a su trabajo y

andanzas por las américas, promotor

de la actual casa donde residía su

padre, hermana y hermano Antón y

nieto Melquíades. Ya en otra vivía su

otro hijo apodado “el alemán”, pero

toda la familia bajo su protección.

CIPRIANO ARAMENDI “PANÍN”

Vienea cuento

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14 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Las olas, cual jauría desbocada,

embestían de lleno contra el casco

y daban tan rabiosas dentelladas

que hubieran de partir en dos el barco.

Nunca nos vimos en peor batalla.

Calamos al manómetro la gorra

y dimos todo avante hacia la rada,

en pos de su resguardo y su custodia.

Aproximándonos a la ensenada,

corríamos de popa la galerna,

tratando de evitar las rocas bravas

que extendían su lomo, traicioneras.

Ya desde San Antonio avizoraba

la gente nuestra lucha desigual;

su fuerza y sus anhelos nos guiaban

a puerto, en gran porfía con la mar.

Juguetes a merced de la borrasca,

cayéndonos encima el firmamento,

el miedo hizo brotar una plegaria

silenciosa, salida de muy dentro.

Y justo al avistar Peña Furada

y ver en torno al muelle a todo el pueblo,

al Cristo encomendamos nuestras almas

con ansias de exclamar: “¡Jesús y adentro!”.

MANUEL JAVIER AROCA IGLESIAS

Galerna

Era una tarde limpia y reposada.

El cielo se dijera un paño azul.

Gallardetes que apenas se agitaban,

sumidos en tan lánguida quietud…

Pero el patrón, astuto, barruntaba,

desconfiando acerca del cariz;

y sin demora puso rumbo a casa

cuando el noroeste comenzó a rugir.

La proa iba bordando espumas blancas,

su leve cabeceo era saludo

enviado a la costa, ya cercana,

sabiéndola su abrigo y fiel refugio.

De pronto, un negro soplo encogió el alma.

El cielo se hizo turbio remolino

y una mano invisible barrió el agua,

poblándose al instante de mil rizos.

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16 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

PREGÓN FIESTAS DE CANDÁS 2014

JOSÉ RAMÓNBADIOLAGARCÍA

Estimadas autoridades, es-

timados vecinos, amigos todos.

No sabía muy bien si lle-

gado este momento me iban a

traicionar los nervios cuando

comenzase a hablar, porque

es la primera vez que me cabe

el honor de dar un pregón, y

na da menos que en mi pueblo,

Can dás, el que me vio nacer,

en el que disfruté y disfruto ca-

da día de mi vida y en el que

he tenido la suerte de trabajar

y de sentirme un candasín pri-

vilegiado, como creo que nos

sen timos todos los que aquí vi-

vi mos.

Cuando Angel, nuestro

A l calde me llamó, pasé de la

sor presa por la inesperada no-

ticia, a la alegría, al orgullo por

la tarea encomendada, unido

to do ello a la responsabilidad,

al reto que supone ser el pre-

go nero en Candás, mi pueblo y

di rigirme a mis vecinos como

tal. No hay candasín que no

pue da sentir orgullo de dar el

chu pinazo de las fiestas del

Cristo.

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 17

No crean que no le di vueltas…y muchas…porque

estoy acostumbrado a pasear mis vacas por muchos

Certámenes a recoger premios por ellas, siendo ellas

las protagonistas, pero son raras las ocasiones en las

que me veo en circunstancias parecidas a ésta y menos

para estar en el Teatro Prendes, con mis vecinos, con

mis amigos, con mi familia… que aunque no lo crean ,

esto impone y mucho.

El corazón en esta ocasión pudo más que la razón y

le dije que aceptaba, seguro de que sería el corazón el

que me guiaría con las palabras que ahora mismo estoy

enlazando.

Me puse manos a la obra y lo primero que hice fue

rebuscar en el fondo del armario de mis recuerdos, del

pueblo, de mis vecinos, de los paisajes, de los olores

que te acercan un poco más a todo lo vivido aquí y

¿saben lo que descubrí?

Que como candasín, el pueblo, sus calles sus

fiestas y por supuesto su Santísimo Cristo han

estado, están y estarán siempre presentes en mi

vida.

Os contaré que mi apellido, Badiola, me llega por la

mar desde Ondarroa (Vizcaya), de donde procedía mi

abuelo, Francisco Badiola Osa, que un buen día des-

embarcó en Candás por motivos laborales y quedó

rendido de la candasina que le dio 7 hijos, entre ellos

mi padre, instalándose para siempre aquí.

Comienza entonces la alianza entre el mundo de la

mar y el del campo, de donde provenía mi madre.

Qué curioso, cuando compré la primera vaca cam-

peona, se llamaba OSA, como el segundo apellido de

mi abuelo.

Quizás en la vida no haya “casualidades”, sino

“causalidades”

Mi padre Pepe, hombre inquieto y dinámico, fue

hombre de mar; a los 13 años años ya llegó a las costas

de Irlanda, fue fogonero, las campañas en alta mar lo

mantenían mucho tiempo alejado de casa, donde yo

vivía con mi madre, mis abuelos maternos y mis que-

ridas primas .

Fue en Noval, donde nací y me crié con la presen-

cia cercana del mundo de la aldea, del ganado; que

comenzó a atraerme, a seducirme, diría yo. Todo este

ambiente influyó con seguridad en la afición que iría

adquiriendo por todo el tema del campo.

Empecé a tener claro que yo quería vincular mi

vida profesional a la ganadería. Estaba enganchado a

este mundo.

Mis recuerdos en Candás se remontan a la Escue-

la de Ramón de Xuan, la Academia, con Angelinos,

Ángel, y su mujer María Luisa, las clases con Arturo,

aquellos personajes tan emblemáticos y representati-

vos de mi generación y la de tantos candasinos y ciu-

dadanos de Carreño.

El periplo de la Escuela de Comercio, en Avilés, con

el Carreño llevándome y trayéndome, metiéndome de

lleno en aquella adolescencia y juventud que me acer-

caban a las tardes de guateques en la Nozaleda, en la

Sala de Fiestas Manila, donde en una de aquellas sesio-

nes de baile conocí a uno de los tesoros más preciados

de mi vida: mi compañera, mi amiga, mi confidente, mi

amor, Puri, porque sin ella nada de esto tendría senti-

do, gracias a ella también porque mis éxitos son suyos.

No hay que estudiar la historia de un pueblo como

el nuestro para comprender que el Cristo de Candás

está en el corazón de cada uno de nosotros , los can-

dasinos.

En Él nos refugiamos cuando la suerte nos da la

espalda, cuando nos vienen mal dadas, siempre con la

esperanza de encontrar el cobijo que necesitamos en

esos duros momentos.

Estoy seguro que cada uno de nosotros alguna vez

lo hemos hecho y seguro que más de una .

Pensar en el Cristo de Candás, en el pueblo, en sus

gentes…. y solo con eso se me dibuja una sonrisa en el

alma. Mis hijos y, ahora, mis nietos han ido creciendo

por cada una de las calles del pueblo, jugando por las

plazas , paseando por el muelle , divirtiéndose con sus

fiestas…

Este pregón es más un compendio de emociones

personales y compartidas porque con esta invitación

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18 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

he tenido la oportunidad de remover viejos recuerdos,

ilusiones, anécdotas familiares…viniendo a mi memo-

ria todo lo vivido y me ha servido para hacer un alto en

el camino , para observar a Candás y a su Cristo desde

otra perspectiva, tratar de plasmarlo en unos cuantos

folios, y que el alma de este pueblo y mis palabras nos

impregnen en esta noche de septiembre con la imagen

del Cristo Marinero.

Tarea difícil, no crean… y una palabra, sobre todo,

quiero que sea la que se recuerde de este pregón:

GRATITUD, porque este pueblo y sus gentes, en mi

caso, me lo han dado todo, y gran parte de lo que soy

y de mi éxito me lo ha dado Candás. Han hecho que

las ilusiones y los sueños de aquel niño que vivía en un

caserío de Noval se volviesen realidad. Si mis padres

no hubieran tenido aquella tienda de ultramarinos y

posteriormente la mueblería, se-

guramente hoy no estaría aquí

dirigiéndome a vosotros, porque

la base y los cimientos de todo

lo acontecido fueron puestos en

Candás. Esa mueblería en la que

cada fiesta de Carnaval daba cobi-

jo a dos populares protagonistas de

nuestro pueblo, muy conocidos y apreciados por todos

vosotros. Me refiero a Bolín y al Gavioto, que repre-

sentaban a personajes de la época muy cercanos y esti-

mados. Utilizaban para sus memorables actuaciones el

escaparate de la mueblería como escenario improvisa-

do. Seguro que os acordareis cuando se disfrazaron de

Tip y Coll, o cuando el Gavioto daba el biberón a un

Bolín que dormitaba en una cuna. Allá donde estén sa-

ben que nosotros soltamos muchas lágrimas de risa con

sus actuaciones. Siempre tendrán un hueco en nuestros

corazones. Al igual que Josefa La Cervera y sus chicas,

que son personajes inherentes al Candás más puro, al

Candás de verdad.

Se me agolpan tantos recuerdos de una juventud fe-

liz, tan llena de vida…..

Page 21: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 19

Hago reflexión y análisis de mi vida, y con frecuencia

me doy cuenta de que uno se encuentra a veces en me-

dio de tormentas, metafóricamente hablando, de las que

parece imposible librarse.

Pienso ¿qué puedo hacer yo, en estos momentos…?

Y me doy cuenta que no está en nuestras manos con-

trolar la tempestad, lo que sí tenemos es un timón y una

vela en nuestra embarcación para utilizarla de la mejor

manera posible. La vida nos enseña a ser patrón de nues-

tro propio destino, de ahí la importancia de marcar bien

el rumbo.

Trabajar de forma sana para que nuestras acciones

nos permitan tener la conciencia tranquila, no perder

tiempo buscando atajos en el camino, porque no los hay

y si te encontrases alguno, ten en cuenta, que no te lleva-

rá a ningún destino deseable.

Soy de los que he perseguido con todas las fuerzas mi

sueño, de los que creo que hay que celebrar y agradecer

la vida, que debemos invertir toda la energía que po-

da mos, en saber reaccionar ante la adversidad, mirando

siempre al frente, pero sin olvidar las enseñanzas del pa-

sado.

La mueblería, la tienda de ultramarinos, mis estudios,

mi apuesta, mi sueño, mi vida: “La

Historia de una ilusión”.

Estoy tan agradecido por

ello...

Mi madre Elvira, inundó de bon-

dad y cariño mi existencia, mi padre,

me indicó con su ejemplo, que si no

trabajas duro, nada vas a conseguir

que merezca la pena.

Constancia y fe, esas que me ha

regalado nuestro Cristo Marinero y

presiden mis días.

Aprovecho la ocasión que se me

brinda para dirigirme a la juventud

y proponerles que no se cansen de

mejorar cada día que pasa, siempre

con responsabilidad y respeto por

los demás y siendo constantes.

Lo que digo no está reñido para

nada con divertirse, pasarlo bien, vivir intensamente,

aprovechar el momento.

Como candasín entenderán que hoy es un día muy

especial, con sentimientos encontrados, rodeado de vo-

sotros, de mi familia, de mis amigos, pero también un

día en el que los recuerdos de los que no están son más

intensos que nunca. En este día tan especial no quiero

olvidarme de un candasín de verdad, mi hijo Víctor, por-

que estoy seguro que donde esté para él, esto sería muy

especial.

Así que voy a terminar para que la fiesta pueda empe-

zar, para que podáis poner el pañuelo al cuello y echaros

a las calles, a alborotarlas, llenarlas de juventud y de

fiesta.

Espero que estos días sean inolvidables para vosotros,

como inolvidable será para mi el día en el que me armé

de valor y eché este pregón.

Solo puedo acabarlo con un mensaje de agradeci-

miento y el deseo de que disfrutéis de estas fiestas:

Viva Candás!!! Vivan las candasinas y los candasi-

nos!!! Viva el Santísimos Cristo!!! ¡¡¡Viva la Fiesta!!!

Muchas gracias.

Page 22: Portofolio 2015

20 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

La ruta proyectada, previa

llamada telefónica, resulta

corta si se hace en coche,

andando se hace larga, pero los pe-

rros agradecen estas buenas cami-

natas.

Desde Texera, cuando solemos

hacer estos paseos, salimos por la

cuesta asfaltada tras la casa toman-

do dirección a Guimarán, mas lle-

gados al alto nos desviamos hacia

el barrio de Naves dejando visible

a nuestra izquierda el “Torruxón de

Prendes”, ruta muy conocida para

los canes, que sueltos se recrean y

se despistan de nuestro control re-

cordando algún hueso que oculta-

ron días atrás en uno de los puentes

del malogrado “estratégico” hoy in-

acabada vía verde.

Tras cruzar el río “Llongues “,

hoy llamado Pervera, y con permi-

so del dueño atravesamos por casa

“El Regatu” y posteriormente por un

amplio puente las vías de Arcelor-

Mital con meta hacia el Palacio de

Villar, que elevado aún no oteamos

a la falda del Areo.

Extensas praderías con alguna

que otra caseta de aperos se prodi-

gan por estos derroteros. Bajando

esta vertiente contemplamos ya el

mencionado palacio, toda ella es

un camino de graba, hasta cruzar la

carretera que desde Pervera va a Ta-

món y discurre por el valle de Ca-

rre ño paralela al citado monte.

A partir de la CE-6 se abre una

no muy empinada cuesta embreada

de cerca de un kilómetro en el barrio

de Villar perteneciente a Guimarán,

muy grata para los perros, que en

otras ocasiones habían hecho amis-

tad con otros congéneres, que apro-

vechan después de su presentación

pa ra echar sus “parrafadas” de casa

en casa.

En esta ocasión el coche sin pe-

rros nos lleva en un pispás y llegados

al palacio que fue de los González

Villar nos reciben con gran ama-

bi lidad sus actuales dueños Án gel

Fer nández y Angelita Pérez y desde

aquí les agradecemos el haber sido

nuestros anfitriones y de igual ma-

nera nuestro agradecimiento por la

publicación en el Porfolio.

Todos conocen este edificio por

Palacio de Villar, de planta cuadran-

gular situado en una cota de nivel

más baja que el monte Areo con

una espectacular vista de todo el

va lle de Carreño a su izquierda, al

norte el Pino de la Revoria y la en-

senada visible con el mar de Xiva-

res, quedando a su derecha las chi-

meneas de la industria en Aboño.

La conversación amena y disten-

dida, con sabroso café y bizcocho

casero, nos lleva por otros derro-

teros, pero acabamos como era de

esperar en el tema a tratar, que no

es otro que el “palacio”, el cual re-

habilitado con la capilla en el año

El Palacio de Villar

ERUNDINA BUSTO MENÉNDEZ

Page 23: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 21

1997 se ve hermoso. Edificio de dos

plantas con desván, que en los años

cincuenta sirvió de secadero de ta-

baco hecho que hoy agradecen pues

el aroma de estas hojas, la nicotina

que lo impregnó, parece servir de

insecticida contra las polillas.

La actividad agrícola y ganade-

ra fue el sustento durante mucho

tiempo de la casa con llagar familiar,

donde actualmente han habilitado

un salón comedor para reuniones

con familia y amigos.

En el edificio nos llama la aten-

ción el mobiliario hermosamente

ta llado, una pared de piedra con

in crustaciones de madera, que nos

re trotrae a la arquitectura tradicio-

nal batueca o centroeuropea. Nos

sor prende una colmena alojada en

la pared con un pequeño acceso en

un hermoso salón con arcones de

ha ce cuatro siglos laboriosamente ta-

llados.

Para el techo de la puerta prin-

cipal desplazaron una piedra gra-

bada con cruz de tipo ensanchada

y con fe cha de 1790, que estaba

emplazada en el abrevadero de la

caballerías

Nos habla Ángel de que el edi-

ficio así como la capilla son del si-

glo XVII y que hasta mediados del

siglo XVIII fue propiedad de los

González Villar y comprado por

José Hevia y Menéndez Valdés,

Marqués del Real Transporte, a la

par que se ex tinguía la familia de

los González Po sada de Guimarán,

con renombre en toda Asturias y

más en Gozón y Carreño.

Posteriormente el patrimonio en

poder de descendientes del citado

Marqués pasó a manos de los her-

manos Manuel Suárez y Casimiro

Suárez en 1906; Mercedes Caune-

do tía abuela de Ángel, casada en

primeras nupcias con Manuel y a la

muerte de éste con su hermano Casi-

miro, dado que el hijo de su primer

matrimonio falleció en la guerra de-

cidió adoptar a Manuel Fernández

Caunedo, su sobrino, quien prosi-

guió con el mantenimiento del pala-

cio, así como su mujer María Luisa

Menéndez González.

Del edificio rodeado de un con-

sistente muro y un pozo de piedra

en el interior y su escudo heráldico

nos dice que el palacio en su inicio

tenía la entrada en el lado Norte y

lo cambiaron al lado Sur-Oeste y

supone que se hizo para darle más

protección ante la climatología. Sus

paredes de piedra le dan una apa-

riencia majestuosa.

En el escudo en la pared de la

fachada observamos su cuartelado.

1 y 4, león rampante. 2, castillo con

pendón y caldera. 3, tres flores de

lis. Y el yelmo de hidalgo y cimera.

En cuanto a la capilla, nos co-

menta que había tres imágenes en

el retablo de madera de roble talla-

do, el cual fue vendido para sufra-

gar los gastos de la casa en época de

posguerra y añade que esta capilla

fue construida con los restos de la

ermita de Santa Eulalia de Candás.

En el libro de casados de la parro-

quia en el folio 32 se tiene constan-

cia de una partida de matrimonio

como la última celebración en esta

capilla llevada a cabo el 16 de Oc-

tubre de 1869 para celebrar la unión

de Urbano Suárez Quirós, 24 años,

(del palacio de los Carreño) y María

León, 19 años, (parece ser que es-

taba de criada en el citado palacio),

ambos de Guimarán. El citado Ur-

bano tuvo trágica muerte perecien-

do ahogado en el mar en la Campa

de Torres (parece ser que se suicidó

por motivos familiares).

En otro ámbito me gustaría re-

señar un hecho curioso: dicen que

cuando Carlos I de España desem-

barcó en Tazones, una piedra le sir-

vió de asiento, dicha piedra estuvo

en este palacio largos años y pos-

teriormente fue donada al Museo

Arqueológico de Oviedo; mi marido

personalmente se puso en contacto

con el mencionado museo pero le

dijeron que no tienen constancia de

ella, sin embargo nuestro anfitrión

Ángel da fe de ello pues presenció

personalmente su salida.

De tiempos de la inquisición,

nos comenta sobre un espacio que

fue utilizado como cámara de tortu-

ras y llamaban la celda del Forcado,

que imaginamos sombrío, como lu-

gar luctuoso y macabro, hoy en día

se vería bajo una escalera inmensa

construida recientemente.

Queremos volver a ensalzar

las muchas cosas que nos han pre-

sentado y que por limitaciones del

trabajo alguna se ha quedado en el

tintero, así como la amabilidad con

la que lo han hecho, y no podemos

obviar nuestro agradecimiento.

Page 24: Portofolio 2015

22 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

JOSÉ LUIS CAMPAL

Como losantiguos marinosComo los antiguos marinos

creo que el mundo es plano

que todo lo que existe

habita en el mar de tus ojos

y el resto es abismo.

Ana Ibáñez

ANA IBÁÑEZ

Page 25: Portofolio 2015
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24 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

ALFONSO CAMPUZANO

El itinerario que, tiempo

ha, emprendía a la hora

de la siesta no tenía por

qué ser exactamente el mismo.

Algún que otro día la decisión

de caminar surgía en dirección

opuesta, un trayecto algo más

corto, aunque no menos produc-

tivo. Una delicia que sorprendía por estar menos tan-

teado por la mano del hombre.

El comienzo del itinerario, sin vereda oficial que

seguir, era agreste hasta llegar al lugar que actualmen-

te se denomina parque escultórico de San Antonio,

recuperado como un recorrido más turista que sen-

derista por la corporación municipal, donde se en-

cuentran emplazados, desde hace

varios años, dos de los posibles

cinco, como mínimo, cañones de

Candás (1), enfilando su bocal ha-

cia la villa de Perlora, donde anta-

ño no se hallaban, sino que había

que contemplarlos abandonados y

desperdigados en aquel retiro, tan

impuesto como intemporal, el escarpado prado trase-

ro del propio faro situado en la punta del cabo de San

Antonio o Punta debajo del Santo, tal y como lo llama-

ban los antiguos marineros, al que se podía descender

mediante el permiso oral otorgado por el farero.

Debido al bosque de crecidos y frondosos eucalip-

tos que crecían desmesuradamente en la ladera del

San Antonio VsSan Cutilín

FIG. 1. La ermita capilla de san Antonio a través de los eucaliptos. Julio, 1991. Autor: Alfonso Campuzano

Page 27: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 25

montículo era toda una aventura, ya fuera a la ida o al

regreso, atravesarlo apartando las ramas que azotaban

sin querer el rostro y las extremidades, aunque sin la

necesidad de utilizar un machete selvático, nada que

ver, tras la desproporcionada tala sufrida, con las cal-

vas de la actualidad (Fig. 1), que se ha tolerado para

facilitar el deleite de los urbanitas adentrados en el

camino actual.

Una vez coronada aquella falda discretamente em-

pinada aparecía un claro donde se levantaba la ermita

de San Antonio para algunos, mientras que para otros

ha sido, y será, san Cutilín, sin reserva aún en el san-

toral, guardando la capilla en su interior al borde del

abismo (Fig. 2). Lejos de les romeríes de antaño, pues

hogaño aquella época desapareció, como cada año,

tendido o sentado sobre la rasposa alfombra del prado

cualquier persona podía oír sonido del agua y distin-

guir sus diferentes estrofas cuando se estrellaba contra

las rocas sembradas en la profundidad del precipicio,

así como el graznido de las gaviotas, melodía que mere-

cía la pena ser escuchada, porque sonaba mucho más a

celestial, sin que la lectura de un tabloide o de un libro

y, menos aún, la reflexión fueran interrumpidas.

La ermita, divisada desde la villa de Perlora, es-

coltada por el faro y su inseparable palmera (Fig. 3)

eran edificaciones que recortaban el horizonte, mien-

tras acompañaban la vista durante el paseo marítimo

hasta terminar en la villa de Candás, ya no se puede

observar de cerca ni en la lejanía, ya no destaca hace

tiempo por su ausencia, aparentando como si se hu-

biera ido para siempre, lo cual parece que no es del

todo cierto, al menos éste es el deseo.

Según cuentan unos y otros, al fin y al cabo, gente

del lugar, los integrantes del concejo de Carreño fra-

guaron una decisión, sin que nadie supiera la razón

última, aunque bien pudiera suponerse que había par-

tido de personas cercanas y dedicadas al ecologismo

que, angustiadas, plantearon el inminente peligro de

su primitivo emplazamiento tan cercano al acantila-

do. Posiblemente un acantilado considerado inestable,

por lo que se dijeron que habría que hacer algo, pero

sin definir adecuadamente.

Hasta que un buen día en un pleno de la corpora-

ción municipal tomó la determinación de que la em-

presa contratada numerara cada una de las piedras

que conformaban el alzado de los muros de la ermi-

ta y su capilla para continuar demoliéndolas, no sin

mimo, (Fig. 4) y trasladándolas posteriormente has-

ta un almacén perdido de la cercana villa de Perlora,

donde pudieran conservarse para la posteridad, ante

un largo descanso, sin olvido, impuesto por una ac-

tualidad timorata.

Fig. 2: Vista frontal de la ermita de san Antonio con acceso enrejado. Julio, 1984. Autor: Alfonso Campuzano

Fig. 3: La ermita capilla de san Antonio, faro y palmera. Agosto, 1977. Autor: Alfonso Campuzano

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26 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Con esta decisión se advertía a lugareños y extraños

que la desaparición de tan querida ermita sería sólo tem-

poral (Fig. 5), aunque sospechando que ciertamente bien

pudiera pasar más tiempo del que deseaban, quizá de-

masiado, pero sin una fecha concreta para llevar a cabo

la reconstrucción, también piedra a piedra, que llegara

a rescatar el antiguo y conocido skyline de Candás, que

se pudiera observar nuevamente en el recorrido inicia-

do desde Perlora, porque actualmente, con el faro y su

fiel palmera, ha decaído, ya no es igual; evidentemente

se nota una falta de su perfil en el horizonte (Fig. 6), lo

cual, hasta que, tanto las ideas sobre la zona estén más

claras como la espera del día en que el concejo disponga

de una fuente de financiación que reúna el suficiente y

necesario presupuesto para decidir llevar a cabo el pro-

yecto de un mejor y más seguro asentamiento, algo más

alejado del primitivo y con menos riesgo para la supues-

ta y predecible precipitación de la edificación, perdurará

lo que tenga que perdurar.

La ermita con su capilla, fuera del ambiente romero,

requiere peregrinación, hogaño desaparecida por la im-

posición, tanto eventual como teórica de riesgo natural,

en la que los fieles, y otros menos, tengan el apoyo ma-

terial para pensar que la devoción no ha desaparecido

como, de hecho, ha sido así, pese a ser ya varios los años

transcurridos sin tener referencia alguna sobre su futura

reubicación. El pasado se resiste a

ser olvidado, no regresa más que

con el recuerdo y, si lo hiciera, no

se reconocería al exhibirse en tiem-

po futuro. Pero poco importa, sea

pasado, presente o futuro, porque

cada año que pasa, Candás me pri-

va más.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:1- Alfonso Campuzano. “Los cañones de Candás”. Portfolio 1999. Sociedad de Festejos de Candás (S.O.F.E.C.A.), pp. 28-29. Con iconografía: cinco foto-grafías del autor.

Fig. 4.: Vista lateral de la ermita y capilla de san Antonio. Julio, 1985. Autor: Alfonso Campuzano

Fig. 6: Ausencia de la ermita de san Antonio. Agosto, 2014. Autor: Alfonso Campuzano

Fig. 5: Solar actual de la ermita capilla de san Antonio. Agosto, 2014. Autor: Alfonso Campuzano

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28 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

DAVID COLADO CORONAS

El Rapacínde Candás

Me gustaría comenzar con las palabras del

ver dadero impulsor de este proyecto, de

quien se marcó la meta de llevarlo a cabo

y que confió en mí como máximo responsable musical,

además de en muchas otras personas sin las que hubiese

sido imposible materializar, redescubrir y reinterpretar

una obra que nos cautivó y emocionó a tanta gente los

días 7 y 8 de diciembre de 2014 en el maravilloso Teatro

Prendes de Candás.

“EL RAPACÍN DE CANDÁS ES UN HITO

EN LA HISTORIA DE CARREÑO”

D. Angel Riego.

Alcalde de Carreño.

Estas palabras no son baladí, en primer lugar por-

que estamos hablando de las palabras del máximo cargo

público que se encuentra al frente de la administración

política del concejo de Carreño, que apuesta con mayús-

culas por la CULTURA en general y por la EDUCACIÓN

MUSICAL en particular.

En segundo lugar, porque nos encontramos en lo que

es, sin ningún tipo de duda alguna, uno de los concejos

del Principado de Asturias con mayor actividad cultural

de nuestra Comunidad Autónoma, y por lo tanto, estas

palabras de por sí, ni mucho menos pueden ni deben

caer en saco roto, todo lo contrario, aúnan con el carácter

de armonizar, y nunca mejor dicho, a muchas personas

con el fin común de crear arte y belleza, de hacer disfru-

tar al público de dentro y fuera de nuestro concejo de Ca-

rreño, de llevar el nombre de Candás fuera de nuestras

fronteras y de rescatar del olvido algo que nos pertenece,

que es nuestro y que llevaba durmiendo mas de 150 años

sin ver la luz.

La propuesta llegó a la Alcaldía de Carreño de ma-

nos de Arturo Muñiz, quien tras adquirir un ejemplar

original de la obra teatral siente la necesidad de intentar

hacer todo lo posible por despertarla de ese eterno sueño

de casi 150 años y volver a mostrarla al mundo actual del

siglo XXI. Su inquietud y dedicación fue un ejemplo para

nosotros/as y te estoy eternamente agradecido, Arturo,

por ser tú quien tuvo la magnífica idea de comenzar esta

andanza que nos capturó en cuerpo y alma hasta verla de

nuevo en el escenario.

Arturo ya venía con los deberes bien hechos, se in-

formó a través de la inestimable ayuda y colaboración

Page 31: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 29

de María Luz González Peña (SGAE), de que existía y se

conservaba material original manuscrito de puño y letra

del compositor en Madrid. Las preguntas ahora eran mu-

chas... y las respuestas pocas... ¿En qué condiciones se

conservaba ese material?, ¿estaban completas todas las

partituras?, ¿cómo suena realmente la obra?, ¿gustará al

público de hoy en día?, ¿dónde, cuándo y cómo vamos a

revivir una zarzuela que lleva 150 años sin representar-

se?. Éstas e infinidad de cuestiones más que no tenían

respuesta, al menos de forma inmediata, centraron nues-

tros pensamientos durante varias semanas hasta tomar

una decisión tan simple como “¿nos atrevemos... o no?”.

No hace falta decir, que todo el colectivo que nos

implicamos en esta aventura cultural fuimos atrevidos,

en oportunidades anteriores a esta otros no lo fueron, el

riesgo era grande y el trabajo que había por delante mu-

chísimo más, pero la realidad es que aquí comenzó todo

y yo, personalmente, no me arrepiento ni de un solo se-

gundo de todo lo que he trabajado, vivido y compartido

con personas tan absolutamente geniales y maravillosas

a las que nos une algo muy especial, el Amor por nuestra

profesión, porque disfrutamos en el escenario y vivimos

nuestra vida desde el eje de nuestra verdadera vocación

artística.

Un hito es un acontecimiento que sirve de punto de

referencia, una gran responsabilidad que se nos brinda-

ba, que se ponía en nuestras manos con una obra prácti-

camente desconocida, que nunca se había representado

en Asturias, que tuvimos que reconstruir tanto a nivel

musical como teatral y en la que nos embarcamos casi

con vendas en los ojos pero confiando en el motor que

nos movía hacía delante, que era poner todo nuestro co-

razón.

Poco a poco nos fuimos fascinando, deslumbrando a

medida que esas vendas se iban quitando de los ojos y

nuestro trabajo de investigación nos acercaba cada día

Un hito es un acontecimiento que sirve de punto de referencia, una gran responsabilidad que se nos brindaba“ ”

Page 32: Portofolio 2015

30 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

más a los autores, tanto de la parte teatral de D. Francis-

co García Cuevas como de la musical compuesta por el

Maestro D. Gabriel Balart.

Descubrimos el 21 de noviembre de 2014, gracias a la

conferencia a cargo de Xose Nel Comba, profesor y autor

del prólogo del facsimil “El Rapacín de Candás” (2003,

Academia de la Llingua), que esta obra, “El Rapacín de

Candás”, es la PRIMERA ZARZUELA ESCRITA Y RE-

PRESENTADA EN ASTURIANO.

Aquí encontramos, entre todas las actividades progra-

madas por Arancha Prado García-Jove (Responsable del

Servicio de Normalización Lingüística de la Mancomu-

nidad del Cabo Peñes) y desde la Dirección Académica

de la Escuela Municipal de Música “Miguel Barrosa”, de

Carreño, nuestro primer punto de afinidad con el hito

anteriormente señalado.

Esto significaba, sin duda alguna, un importante plus

de motivación que comenzábamos a mostrar a la socie-

dad públicamente a través los medios de comunicación

de prensa escrita, tras esta primera, interesantísima y

maravillosa conferencia que nos ofreció Xose Nel Com-

ba, donde nos descubrió al autor, la obra teatral a través

de sus personajes, la trama, su contexto histórico, el au-

tor y mil detalles más, de quien es verdadero maestro y

conocedor de la primera zarzuela escrita y representada

en asturiano por primera vez el 14 de octubre de 1864 en

el Teatro del Circo, de Madrid.

El 24 de noviembre de 2015 se

presentó la Zarzuela en el Club de

Prensa de La Nueva España con la

presencia de Dña. Ana María Fueyo

(Directora Xeneral de Política Llin-

güística) que felicitó a Carreño por

la iniciativa, interviniendo también

en esta presentación el Alcalde de

Carreño D. Angel Riego, el director

gerente del Teatro Prendes, de Can-

dás, Alain Fernández, la directora

del Grupo Xana y directora escéni-

ca de la zarzuela Rosa Ana Muñoz,

la presidenta de la Coral Polifónica

“Aires de Candás” Carmen Rodrí-

guez, el director de la Escuela Municipal de Música “Mi-

guel Barrosa”, de Carreño, y el director musical de la

zarzuela David Colado.

Posteriormente, exactamente el 28 de noviembre, y

siguiendo el criterio de realizar una labor de difusión de

la obra desde un punto de vista académico e historicista,

al igual que en la conferencia anterior, le tocaba el turno

a la Música, al análisis de la obra musical de la mano

de un auténtico experto en la materia, un hombre con

unos conocimientos tan amplios en esta cuestión que nos

atañe que nos veríamos desbordados por completo en

sabiduría, y me refiero como no, a Ramón Sobrino, con

quien tuvimos la oportunidad de conocer en profundi-

dad quién era el Maestro Gabriel Balart.

El Catedrático Sobrino ha sido el encargado de incor-

porar en el Diccionario de la Música Española e Hispano-

americana la entrada “Balart i Crehuet, Gabriel”, es por lo

tanto, gran conocedor del autor y de su música, así como

de la época y lugares en los que vivió y trabajó el compo-

sitor, y hasta allí, en nuestra imaginación, pudimos trans-

portarnos con la maravillosa y enriquecedora con ferencia

ofrecida por el Director del Departamento de Musicolo-

gía de la Universidad de Oviedo, Ramón Sobrino.

En esos mismos días, por capricho del destino, tuve la

posibilidad de contactar telefónicamente con un familiar

Page 33: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 31

del Maestro Balart, su tataranieto Andreu Sauca i Balart,

que vive y trabaja como logopeda en Cataluña, con el

que pude descubrir más detalles sobre la vida de este

importante compositor, un tanto olvidado, que llegó a

desempeñar cargos tan importantes como el de Director

del Teatro del Rey, de Milán, en Italia, y Director del

Conservatorio del Liceo, de Barcelona.

Con toda esta información en mi cabeza, gracias

a las conferencias de los máximos expertos, tras ha-

ber hablado con familiares del propio compositor, con

muchas horas de trabajo en el estudio de la partitura

y con muchos ensayos ya a nuestras espaldas, decidí

organizar un ensayo musical de una hora y cuarto de

duración el miércoles 3 de diciembre para el alumna-

do de los colegios e instituto de Candás, elaboré un

material didáctico que les diese a conocer la Zarzuela

que se reestrenaría en pocos días, quedando todos/as

muy gratamente sorprendidos/as con el interés mostra-

do por los escolares y profesorado por la Zarzuela “El

Rapacín de Candás”.

Y ahora, a las puertas de hablar de cómo se desarro-

llaron las representaciones de la zarzuela, quiero agra-

decer la colaboración de todas las personas que trabajan

en el Teatro Prendes, así como del Centro Polivalente,

CTDL Carreño Digital, y de la Escuela Municipal de

Música “Miguel Barrosa”, de Carreño, ya que son mu-

chas las personas que han hecho posible que todas estas

actividades, los ensayos y las representaciones se desa-

rrollasen de forma mucho más que correcta, sintiendo

su implicación y compañerismo. Ante la imposibilidad

de poder nombrarles aquí por cuestión de espacio, todos

y todas han sido mencionamos con nombres y apellidos

en el programa de mano de la Zarzuela.

Agradecer también infinitamente la cobertura infor-

mativa que nos ha mostrado La Nueva España a través

de Mónica García Salas, así como a El Comercio, a través

de la crítica musical especializada de Ramón Avello y en

la columna de José Marcelino García.

Es el momento de hablar de los que están en el esce-

nario, de los que materializan en escena lo que los au-

tores tenían en sus mentes y plasmaron en sus obras,

comenzándo por Josefina Fernández que estuvo presente

en todas las reuniones programadas desde Alcaldía sobre

este proyecto como representante e impulsora del Grupo

Cultural Xana y su directora Rosa Ana Muñoz, que han

realizado un trabajo espectacular desde el punto de vista

teatral, ofreciéndonos unas magníficas interpretaciones

llenas de sentimiento y sensibilidad con una obra difícil

de adaptar y reconstruir al siglo XXI. Ha sido un mara-

villoso encuentro entre la escena y la música. Lucía Co-

lunga como Anxelina, Enrique Molina como Laínez, Car-

los Arias Cancio como Xuanin, Rosa Ana Muñoz como

Pimiento y Francisco Suárez como Don Luis han sido

unos/as compañeros/as excelentes a los que les debemos

el orgullo y el honor de haber compartido escenario jun-

tos, sumándole en el aspecto más técnico, una fantástica

iluminación y sonido a cargo de Alberto Ortíz y como re-

gidor y ayudante de dirección escénica a Braulio Suárez.

Toca ahora resaltar que la parte musical tenía un alto

riesgo, una dificultad añadida muy importante que po-

dría condicionar muchísimo el resultado final de la Zar-

zuela. Nadie sabía cómo sonaba esta Zarzuela, ningún

experto o familiar del compositor sabía nada de cómo

resultaría el sonido de esta música que teníamos en

nuestras manos, y de alguna manera era una gran incóg-

nita porque ni siquiera teníamos un guión de director

con todos los instrumentos o una reducción a piano de

la obra para poder hacernos una idea de cómo sería cada

parte musical de las 6 que contiene la Zarzuela. Esto difi-

cultaba muchísimo nuestra labor y tuve que realizar un

duro y largo trabajo para reconstruir a ordenador nota

por nota las partituras de cada instrumento de la obra es-

Esta obra, El Rapacín de Candás, es la primera zarzuelaescrita y representada en asturiano“ ”

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32 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

critas a mano hace 150 años de puño y letra del compo-

sitor Balart que contenían muchos errores que había que

corregir para poder así construir un guión de dirección,

anteriormente inexistente, con el que realizar los ensayos

y dirigir las representaciones de la Zarzuela.

Los Cantantes Solistas en los papeles protagonistas

fueron Yolanda Montoussé (soprano) y Juan Noval Moro

(Tenor). Excelentes cantantes con unas voces absoluta-

mente maravillosas además de una increíble capacidad

interpretativa y expresiva, demostrando a diario en el pa-

norama musical actual dentro y fuera de nuestra región

su gran talento. Me llevo muy gratos momentos de los

ensayos conjuntos donde descubríamos nota a nota los

roles de Anxelina y Juanin, esa magia que se produce

cuando comienzas a crear un personaje desde la nada,

sin opción a escuchar una grabación previa porque no

existe nada que te pueda dar una referencia a lo que va-

mos a crear. También de las reuniones por separado que

mantuvimos donde, no sé muy bien cómo, pude conven-

cerles de poder enrolarse en este proyecto sin saber nada

de su música con el riesgo que esto conllevaba especial-

mente para los cantantes solistas, que en definitiva son

los más expuestos musicalmente.

El resultado fue maravilloso. Yolanda nos brindó el

privilegio de poder escuchar una Anxelina muy expresi-

va, con una increíble técnica y una voz maravillosa que

cautiva al público, un papel exigente ya que canta en los

6 números musicales de la obra y no descansa nunca.

Juan nos ofreció un Xuanín espléndido, en un momento

excelente de voz, lleno de matices y colores que brilló en

todo momento en la obra.

Sumamos a los solistas a Fabio Barrutia en los pape-

les de Laínez y Don Luis, un joven barítono madrileño

con gran talento expresivo y de voz espectacular que se

sumó directamente al ensayo general el día 6 de diciem-

bre. Esto quiere decir que hasta ese día, el del ensayo

general, no teníamos una idea verdaderamente completa

de cómo era la obra, porque siempre faltaba la voz de

esos dos personajes, y por otra parte, yo no conocía a Fa-

bio personalmente, solo de muy buenas referencias y de

grabaciones en las que pude escucharle, pero realmente

¿cómo cantaría esta zarzuela?.

Hoy puedo escribir que después de escucharle la pri-

mera frase que canta en la zarzuela, desde ese mismo

momento, en el ensayo general, pude dormir tranquilo

por la noche, porque supe en dos segundos que todo fun-

cionaría, que la obra estaba muy bien estudiada, que la

voz de Fabio encajaba como un guante en cada personaje

que interpretaba y que realmente era la voz que necesitá-

bamos para completar nuestro reparto musical.

Dejo para el final los grupos más numerosos, el Coro

y la Orquesta, que son además también de casa, los que

sin duda han brillado al más alto nivel siendo la primera

vez que se enfrentaban a un evento musical y cultural de

estas características y proporciones.

La Coral Polifónica “Aires de Candás” dirigida por

Elena Rosso y Marco A. García hicieron un trabajo in-

creíble, demostrando una gran profesionalidad en los

ensayos y representaciones. Siempre con una sonrisa en

la cara, animados y motivados a ensayar de forma incan-

sable, me revitalizaban de energía cada vez que ensayaba

con ellos/as. Elena Rosso, gran especialista y profesional

del mundo coral, es además profesora en la Escuela Mu-

nicipal de Música “Miguel Barrosa”, de Carreño, supo

sacar de la Coral “Aires de Candás” mucho mas de lo

que ellos/as mismos pensaban que podrían ofrecernos.

Sin duda lo tenían dentro, pero nunca se habían expues-

to de esta manera en el teatro, con una escenografía y

dentro de un conjunto mucho más amplio con solistas

y orquesta, y vamos que si lo tenían dentro, estuvieron

magníficos, desde la primera intervención A Cappella

en el primer número, hasta el cierre de la zarzuela, nos

El Rapacín de Candás vuelve a la vida 150 años después de su estreno y por primera vez en Asturias, en Candás“ ”

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 33

brindaron con generosidad sincera una interpretación

impecable que hizo vibrar al público. Una interpretación

perfectamente matizada por el trabajo serio y sincero de

una Coral que tiene mucho que decir y mostrar dentro

de nuestro panorama musical.

Para ir terminando, decir que la Orquesta Sinfónica

“Miguel Barrosa” estuvo formada por 35 músicos, en

su mayoría alumnado o ex-alumnado de la Escuela de

Música que lleva el mismo nombre y que fue creada

expresamente para la representación de esta Zarzuela

“El Rapacín de Candás”. En ella encontramos también

a grandes profesionales de la música, amigo/as persona-

les que de forma totalmente desinteresada se sumaron a

este proyecto de la misma forma que todas las personas

de las que he hablado anteriormente, y al igual que los

profesores de la Escuela de Música. No puedo expresar

con palabras las sensaciones que esta orquesta me llegó

a transmitir, la energía con la que ensayaban, el esfuerzo

personal que realizaban cada domingo por la tarde que

ensayábamos, que al igual que el coro me revitalizaba

por dentro y me llenaba de orgullo porque sabía que la

obra saldría a un nivel magnifico y con un trabajo pro-

fesional. Contábamos con alumnos aventajados de tan

solo 16 años en secciones tan delicadas como las trompas

por ejemplo o con muchas otras secciones al completo

de alumnado de escuela de música, jóvenes que son sin

duda todo un ejemplo y un orgullo para Carreño.

Qué más os puedo decir de esta fantástica orquesta,

que ha sido todo un lujo para mí trabajar con ellos/as.

Al igual que todas las agrupaciones anteriormente cita-

das, un grupo humano fabuloso, entregado, incansable,

siempre con una sonrisa y dispuesto a mejorar en cada

ensayo. MÚSICOS de los de verdad con mayúsculas.

Para cerrar definitivamente quiero agradecer perso-

nalmente la Coordinación General de Alain J. Fernán-

dez Fernández, sin quien realmente todo esto no hubiese

sido posible. Coordinar un espectáculo como este es un

trabajo titánico, personalmente creo que no nos pudimos

hacer una idea de la envergadura que iba a tomar, llenan-

do por completo el Teatro Prendes, de Candás, dos días

completos, con la enorme pena de que mucha gente de

Carreño y de fuera no pudo entrar a ver la zarzuela por-

que se quedó a las puertas del Teatro ya que las entradas

se agotaron cada día en 45 minutos.

Aún recuerdo el paseo final después de cada repre-

sentación que Alain y yo hacíamos, escuchando todavía

los ecos de la música y los aplausos, una vez que todo el

mundo se había marchado y en los que analizábamos

cada noche cómo había transcurrido el ensayo general o

la representación.

Como suele decir el Alcalde Ángel Riego, lo impor-

tante de todo esto es que los éxitos son colectivos, que

todos/as participamos de algo que nos llena de orgullo

y nos honra. Pero, ¿qué pasa cuando no es así y el éxito

no llega después de grandes esfuerzos y mucho trabajo?:

pues que el fracaso no es colectivo, sino que, como el

entrenador, la responsabilidad recae en quien coordina y

organiza todo y normalmente es la persona menos visi-

ble de todo el espectáculo.

Por esto y por todo, gracias por tu ayuda y por tu

profesionalidad, Alain, gracias a todos/as los/as que ha-

béis hecho posible que esta Zarzuela, “El Rapacín de

Candás”, la primera zarzuela escrita y representada en

asturiano volviese a la vida 150 años después de su

estreno y por primera vez en el Principado de Astu-

ria, por primera vez en Candás. Ha sido un experiencia

maravillosa que espero podamos repetir muchas más

veces juntos.

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34 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

LAUREANO FERNÁNDEZ ÁLVAREZ

Candás, villapescadora y marinera

Candás es una villa pescadora y marinera, su historia se puede

resumir en 4 Épocas y 2 Apartados.

Primera Época. Al principio, cuando esta tierra no era aún

territorio, llegaron un grupo de gente, que según los historiadores, eran

pésicos, una fracción de celtas de los astures transmontanos y se afincaron

en la orilla de un pequeño río que desemboca al mar y que corría por la

hondura de dos promontorios y formaron sobre ellos una villa marinera

que se llamó Candás. Esta villa, que era un cayo (banco de arena) con una

pequeña dársena, llegaría a ser uno de los puertos balleneros más impor-

tantes del Mar Cantábrico.

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 35

Aunque en el año 1611 se ter-

mina de construir hasta los boca-

les un puerto más robusto que los

anteriores, este no era suficiente

para amarrar buques superiores a

80 toneladas, y si a eso se añade

que había mucha competencia en

la captura de ballenas por empre-

sas holandesas, inglesas, dinamar-

quesas, cántabras y vascas, que

obligaba a usar barcos mayores y

tener que ir a buscarlas mucho más lejos, los mari-

neros de Candás empiezan a pescar y manipular otro

tipo de peces, dejando de capturar ballenas en el año

1700.

Segunda Época. Es desde el año 1700, con el

abandono de la manipulación de la ballena, y finaliza

con la llegada de los barcos de vapor y motor en el año

1900. Los marineros de esta villa empiezan a ver otro

tipo de pesca que va a dar más riqueza a esta villa.

Tercera Época. Desde el año 1900 hasta el año

1960 en el que empiezan a decaer las fábricas de con-

servas.

Cuarta Época. Desde el año 1960 hasta el final de

la pesca.

Apartado Primero. Otro tipo de pesca en la villa.

Apartado Segundo. Otro tipo de marinos del pueblo.

SEGUNDA ÉPOCA

En el año 1700, definitivamente los marineros de

esta villa dejan la pesca y manipulación de la ballena

y se empieza con una nueva forma de trabajar en la

mar. Se dedican a la industria y pesca de sardinas,

bocarte, besugo, merluza y bonito, y para ello usan

lanchas, pinazas, traineras y boniteras, con los artes

más comunes que eran la rapeta, los palangres y las

caceas. Desaparecen las fábricas de manipulación de

las ballenas y empiezan a aparecer las de salazón y

conserveras.

El arte de playa, es la forma más primitiva de pes-

car sardinas, bocartes y besugos. Se larga desde la

costa en forma circular de cara a tierra y se cobran

remolcados por los extremos desde tierra; llevando un

cabo corredizo en su relinga inferior para embolsar

más fácilmente la pesca.

Los pescadores de Candás, posteriormente, usan

un nuevo arte, la rapeta, que fue durante muchos

años el más importante; con él se pescaban sardinas,

bocartes, besugos, chicharros, calamares y otros.

La rapeta es un arte de playa que representa el

verdadero punto de transición del arte sencillo y el

arte de copo. Generalmente, el mejor momento para

pescar con este arte era por la noche. Los más co-

rrientes son de 300 metros de largo, con 8 de alto en

el centro, 4 metros juntos los calones, con mallas de 2

centímetros cuadrados.

Tienen corchos y plomos, los hay en forma de boli-

che y en forma de medialuna. Se pueden halar desde

tierra y otras se halan desde barcos fondeados y la for-

ma de cobrar es desde el mismo barco. Este tipo de ra-

peta, que se trabaja fuera de los puertos y playas, son

más fuertes y mayores para que puedan resistir. De

la rapeta, aplicándole ciertas modificaciones con los

años, los ingleses sacaron, primero, el arte de arrastre

y posteriormente el de cerco.

El modo de calar es el típico del arte de playa: se

deja un cabo en tierra amarrado a uno de los calones

del arte, se extiende en forma circular para volver a

tierra a otro cabo amarrado al otro calón del arte y,

entonces, halando estos cabos, recoger el arte sobre la

playa con la pesca en el copo o ensenada en la parte

central de la red.

Esta villa, que era un cayo (banco de arena) con una pequeña dársena, llegaría a ser uno de los puertos balleneros más importantes del Mar Cantábrico

“”

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36 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

En un barco fondeado es el mismo sistema: un ca-

lón amarrado en la proa se lleva en forma circular

con una lancha, a popa, y se afianza el otro calón a un

cabo que se encuentra en esa zona, se hala de los dos

cabos y la pesca queda ensenada en la red.

Otra forma de pesca en esta segunda época, fue la

realizada con el palangre: con él se pescaban merlu-

zas, besugos y palometas.

El palangre es un aparejo de pesca que se compo-

ne de un cordel grueso que se llama madre, del que

penden otros más finos que se denominan pernadas,

pipios, reinales y brazolas, a cuyo extremo se amarra

un anzuelo de acero o alambre galvanizado, procu-

rando que la distancia entre cordeles sea la suficiente

para que no se puedan liar los anzuelos entre sí. Los

mayores palangres se componen de varias cuerdas,

generalmente 4 o 5 de 500 a 1.000 metros de exten-

sión. Para que no se enrede, se aduja bien en unas

tablas rectangulares o bien en unas cestitas de verja

que tienen un cabo delgadito en su parte superior, en

donde se enganchan los anzuelos.

La cacea: los buques de vela, en sus travesías por

la mar, cuando van navegando con buen viento, solían

echar las caceas, mejorando con sus capturas de pes-

cados frescos las pobres comidas.

En principio solo se usaban por la popa de los bar-

cos, y posteriormente, cuando ya se dedicaban a la

pesca del bonito, se añadieron dos varas largas, una

por cada banda, con cuatro caceas cada una. Estas

caceas, dependiendo de su posición en el barco, reci-

bían su nombre. A popa se solían llevar cinco caceas

que se llaman recodos; la del centro recibía el nombre

de mosca. En las varas llevaban

cuatro andariveles con una argo-

lla cada uno, que es por donde pa-

saba la cacea para pescar. La más

corta se llama la mura, la siguien-

te en longitud la contramura, la

que le sigue la varadentro y la

más larga, la punta la vara.

Cuando la cacea va largada

para pescar se lleva en un ovillo dentro de un cajón,

se le pone una trampa de alambre que va sujeta a un

anillo que lleva la cacea para así sujetarla al barco, y

cuando el bonito ferra, salta la trampa, el pescador

coge el cordel y luego lo tiene que halar con mucha

habilidad; a veces estos peces tiran mucho y cuesta

mucho trabajo.

La cacea consta de cuatro partes: la más a mano se

llama cacea gorda, le sigue una un poco más fina que

se llama brazolada, le sigue otra más fina que recibe

el nombre de socala y al final está el alambre, que es

donde va el anzuelo con una fueya de maiz y cintas

de colores, imitando una especie de engaño para el

bonito; había en Candás verdaderos artistas haciendo

estas carnadas.

En el año 1752, hay en Candás una gran actividad

portuaria y de astilleros para la construcción y repara-

ción de barcos, ya existan 15 escabecheras de sardinas

y besugos, la villa tiene calafates de ribera, 18 barcos

que se dedican a la pesca de la sardina y besugos y

12 maestros de barcos de pesca, y la mayor parte de

embarcaciones que hay en el puerto son lanchas y

pinazas.

El pueblo cuenta con 967 vecinos y tiene 133 viu-

das.

En el año 1781 ya se empiezan a conocer los gran-

des naufragios de esta villa a causa de los temporales,

este año mueren ahogados 42 marineros.

En el mes de mayo de 1792 ya se conoce que hace

años cesó en Candás la pesca de la ballena, al descu-

brirse huesos y algunos muros de edificios arruinados,

que fueron bodegas de fabricación de aceite de ellas.

En el año 1752, hay en Candás una gran actividad portuaria y de astilleros para la construcción y reparación de barcos

“”

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 37

En esa fecha ya consta que se fabrican y se manu-

facturan excelentes escabeches de bonito, sardinas y

besugos en sus épocas, y que el salazón en fresco se

lleva por pueblos y aldeas de Asturias, llegando mu-

chas veces a pueblos de Castilla y León.

Hay conocimiento de que en el año 1793, en esta

villa marinera, sucedió un grave accidente marítimo

donde se hundieron varias embarcaciones y murieron

algunos marineros, no habiendo constancia de cuán-

tos fueron.

En el año 1800 Candás ya vuelve a ser el puerto

importante que fue anteriormente, ya hay pataches,

lanchas, boniteras, pinazas y 14 fábricas de conservas.

El censo es de 2.400 vecinos y hay 350 edificios.

En el año 1807, para guiar a los pescadores de la

villa cuando llegaban por la noche a puerto, el atalaye-

ro, en el Monte Fuxa (Cerro de San Sebastián), encen-

día una hoguera si el Puerto estaba claro para entrar,

encendía dos hogueras si había que entrar con pre-

caución, y si encendía tres hogueras era que el puerto

estaba cerrado para la navegación. Estas hogueras se

apagaron en el año 1904, que se encendió la farola de

la Peña los Ángeles.

En el año 1826 los ingleses, introducen una jareta,

cabo flexible, que pasa por el fondo de una rapeta a

través de unas anillas que van suspendidas de la re-

linga de plomos, mediante la cual, tirando por los dos

extremos, se consigue hacer un bolso de red, en cuyo

interior queda encerrado el pescado. Aparece el arte

de CERCO.

El 24 de Enero de 1840, en una inesperada galerna,

se hundieron 5 lanchas de Candás que se encontraban

faenando lejos del puerto y murieron 96 marineros: es

la mayor tragedia que se recuerda.

El 14 de Enero de 1877, con otra inesperada ga-

lerna, hizo que muriesen otros 34 marineros más; las

tragedias asolaban a esta villa pescadora, marinera y

trabajadora.

En el año 1880 se crea la Asociación de Mareantes.

En el año 1881 se autoriza a Candás a poder pescar

al arrastre, a no menos de 30 millas.

El 6 de Junio de 1882 se autoriza a pescar con red

llamada de copo, determinando la apertura de las ma-

llas, para la pesca de cerco. El 14 de Abril de 1883 se

autoriza a pescar con esta red en Asturias.

El 1 de Setiembre del año 1884 otra tragedia trajo

la muerte a Candás: la mar se llevó unos cuántos ma-

rineros, no habiendo constancia del número.

El 2 de abril del año 1885 se hundió el barco llama-

do “Eladia”, desapareciendo 8 marineros del pueblo.

En el año 1887 vino el primer barco de vapor a

Candás, lo trajo Pedro Herrero y se llamaba “María

Milagros”, de 77 toneladas, que fue el principio de

otra forma de pescar al arrastre y al bonito. Este mis-

mo año, en noviembre, el puerto de Gijón autoriza a

poder pescar con boliche, a cuyo acuerdo se oponen

los de Candás, originándose grandes altercados entre

los dos pueblos.

En el año 1894 vinieron dos barcos más de vapor,

el “Valladolid” y el “Germinal”; embarcaciones recibi-

das con esperanza y alivio por los pescadores.

A finales del siglo XIX año 1890, las artes más co-

munes en la villa son: el palangre, para la captura de

la merluza y el besugo; el arte de cerco, para el bocar-

te, sardinas y chicharros; la cacea, para la pesca del

bonito, y ya se empezaba la pesca de arrastre lejos de

la costa en playas de pesca que iban descubriendo los

marineros de este pueblo.

El 21 de Diciembre de 1891, a causa del mal tiem-

po, se hundió la embarcación llamada “Julia”, desapa-

reciendo 11 marineros.

En el año 1900, en Candás, ya hay 3 barcos de va-

por, y finaliza esta época.

En esta Segunda Época fueron muchos los hom-

bres de la mar de este pueblo que murieron en ella,

gente luchadora, trabajadora, honrada, alegre, segu-

ramente con muchas ganas de vivir y de amar a los

suyos, y estoy seguro de que los que somos de Candás,

tenemos algún familiar entre todos esos muertos, y

desde aquí, espero que todos ellos estén en Paz y en la

Gloria; se lo merecen. Un beso para todos ellos, yo los

llevo en mi corazón.

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38 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

La celebración de la fiesta

del Cristo nace al calor

de la devoción a la ima-

gen del Crucificado rescatada,

según la tradición, por balleneros

candasinos en el mar de Irlanda

a mediados del siglo XVI. La cre-

ciente devoción alienta la creación

de la Cofradía del Santísimo Cris-

to de Candás en 1654 e impulsa

las famosas rogativas. La primera

rogativa tuvo lugar en 1699 para

impetrar el fin de una sequía que

amenazaba con asolar la región,

pues hacía cuatro meses que no

llovía en Asturias. El 26 de agos-

to de ese año la imagen del Cristo

salió por primera vez en procesión

por las calles de Candás, a la que

siguió un novenario, y en el inter-

medio del novenario llovió con

abundancia en el Principado, y an-

tes de volver la imagen a su nicho

en la iglesia la volvieron a sacar

en procesión, a la cual concurrió

mucha gente de toda Asturias. En

las rogativas de 1752, 1769 y 1803,

también llovió abundantemente.

En 1728 concluyeron las obras

para la construcción del camarín

y las escaleras de caracol, y hacia

1736 las del retablo. Sin embargo,

habría que esperar a 1749, año en

que se terminó el dorado del reta-

blo, para que la imagen del Cristo,

que estaba en el nicho alto del re-

tablo mayor de la iglesia, se tras-

ladase definitivamente al camarín.

Todas estas obras se hicieron a ex-

pensas de limosnas y del importe

de la pesca capturada por lanchas

candasinas que, durante seis años,

salieron a la mar domingos y días

festivos.

En sus “Noticias históricas del

concejo de Carreño”, 1792, Gon-

zález Posada dice que el santuario

del Cristo de Candás es el “más

frecuentado de Asturias”. Un siglo

después, en septiembre de 1892,

el Conde de las Navas escribió

un relato sobre su estancia en

Candás, recogido en su libro “De

allende Pajares”, en el que ofrece

un retrato vivo del santuario del

Cristo. “La venerada imagen (dice

el Conde de las Navas), si no de

gran mérito artístico, tiene a no

HERMENEGILDO FERNÁNDEZ GONZÁLEZ

LA MAR DE FIESTAS EN CANDÁS

“El 14 de Septiembre es día de devoción y

también de diversión, que los candasinos comparten con los

numerosos romeros”

El Cristo(PRIMERA PARTE)

Ex-voto de 1853. Santuario del Cristo de Candás.

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 39

dudar mucho carácter; es de ta-

maño natural, de talla y recuerda

algo la manera latino-bizantina.

(…) La piedad de los fieles la vistió

enagüillas de terciopelo rojo, bor-

dadas ricamente de oro en gran

realce. (…) Hoy ocupa un lujoso

camarín, sobre el altar mayor de

la iglesia, sita en lo alto de la villa.

Al camarín se sube por espaciosa

escalera, que arranca en la sacris-

tía baja y muere en una gran pieza

que sirve de antesala a la capilla

en donde se venera la imagen; ca-

pilla que tiene un gran cancel ha-

cia la iglesia. Las paredes de aque-

lla habitación están casi cubiertas

de retratos al óleo, de fotografías y

cuadros de naufragios. Generales,

hombres de letras, damas linaju-

das, indianos, gente de la aldea,

pastores y marineros; desde el se-

ñor más calificado del contorno -el

Conde de Revillagigedo, que viste

el uniforme de artillería- hasta el

humilde pescador, todos quisieron

perpetuar el testimonio de su agra-

decimiento, de su devoción, hacia

el milagroso Cristo”.

Si Dios te me guarda

Has dir a Candás,

Y un neñín de cera

Al Cristo darás…

El 14 de septiembre, fiesta del

Cristo, es día de devoción y tam-

bién de diversión, que los candasi-

nos comparten con los numerosos

romeros que vienen a Candás. En-

tre las diversiones, la danza prima,

esa danza popular de los antiguos

astures, que aún subsiste, y es el

baile más característico de Astu-

rias, alcanzó en Candás especiales

matices y extraordinario renom-

bre. El propio Jovellanos, en carta

dirigida a González Posada el 27

de octubre de 1792, le comunica

que estuvo en Candás en la fiesta

del Cristo, y que había contem-

plado “la más magnífica danza de

hombres que yo había visto en mi

vida”. Unos años después, el can-

dasín Benito Pérez Valdés, “el Bo-

tánico”, en el preámbulo a “El Ro-

mancero de Riego”, compuesto en

1820, dejó escrito: “(…) gran danza

circular, o sea, prima, que llaman:

como la que yo he presenciado el

14 de septiembre pasado en Can-

dás, de más de quinientos mozos,

con otra dentro de mozas, cantan-

do el romance triste de la muerte

de Porlier”. Recordemos que hasta

Page 42: Portofolio 2015

40 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

los últimos años del siglo XIX, las

danzas se ejecutaban con absoluta

separación de sexos.

Candasinos y romeros

Venid juntos a danzar…

Para conocer cómo eran unas

fiestas del Cristo en la segunda

mi tad del siglo XIX, veamos las

crónicas sobre las fiestas de 1888

publicadas en el diario gijonés “El

Comercio”: “El Campo de la Bara-

gaña tenía por toda iluminación

la que prestaban mil farolillos de

otros tantos puestos de comer-

cio ambulante. La gente no se da

punto de reposo, ya bailando, ya

contemplando fuegos de artificio

de afamados pirotécnicos de la

población y oyendo gratos acordes

de la banda de música. Y pasó la

noche de la tradicional foguera sin

que los señores feudales tuvieran

a gala, como en otro tiempo, lucir

en sus aristocráticas cabezas la clá-

sica montera asturiana y sin que

viésemos las bandadas de chiqui-

llos que aún hace pocos años em-

prendían con ligereza la caminata

que por término tenía la cuesta

de la Formiga. Y vino el día del

Cristo y (…) al pie de la agria pen-

diente que conduce al venerado

santuario hacía oír sus aguitarra-

dos sones un piano de manubrio,

en torno al cual bailaban parejas.

Dos largas filas de puestos de ave-

llanas, chillonas pájaras de San

Mateo, abigarradas cintas de seda

y bordados escapularios, flanquea-

ban el camino de la iglesia. Mul-

titud de campesinos, llenos de la

más acendrada y conmovedora fe,

subían de rodillas y vela en mano

la escalera del camarín, donde el

sacristán no se daba mano a re-

cado, por satisfacer los piadosos

deseos de tanto peregrino como

solicitaba llevar alguna prenda

tocada a la sagrada imagen. (…)

Y salió la procesión que recorrió

todos los rincones del pueblo y

dio principio solemnísima misa

en la que lucieron sus voces los

cantores de la catedral de Oviedo

y sus dotes artísticas los instru-

mentistas de la villa. Por la tarde,

la romería estaba concurridísima,

y los coches de Gijón, Luanco y

Avilés llegaban llenos de gente

(…). Partimos al cerrar la noche y

todavía tropezamos por el camino

con numerosos romeros que, a

pie, en carros, tartanas, a caballo

y hasta en velocípedo, marchaban

al renombrado santuario”.

En la foguera del Cristo

Robaron una casada.

Va diciendo el que la llevó

¡Adiós, que no llevo nada!

La coincidencia de la celebra-

ción, en agosto, de las tradiciona-

les fiestas en honor de San Félix

con el apogeo de la costera de bo-

nito, privaba a muchos pescadores

candasinos de su disfrute, por lo

que en los últimos años del siglo

XIX las comisiones encargadas

de los festejos fueron trasladando

parte del programa a las fiestas del

Cristo, en las que los marineros se

tomaban unos días de descanso. Y

así entramos en el siglo XX.

Alumbra, Peñes, alumbra

Y no dejes de alumbrar

Que son las fiestas del Cristo

Y no vamos a la mar.

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42 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

El quiosco de Asunción

JOSÉ MARCELINO GARCÍA

Un quiosco redondo, de

madera, pintado de ver-

de, con todos sus escapa-

rates abiertos a la Baragaña, y con

Asun ción, de expresión seria y can-

sada, puede representar mucho en

la vida de un niño de la generación

a la que pertenezco. En su entorno,

toda la vida del pueblo: rapacinos

con la ropa de siempre, árboles de

ho ja ancha, que hacían sombra al

mo verse, música de banda y atril,

con Pipi dirigiendo, lluvia triste de

por tal o sol algún domingo, la casa

cuar tel, de “Todo por la Patria”, lle-

na de charol y correajes amarillos

(en las fiestas principales), el café

de Braulio al que llegaba el Avilés

de Paco, con las sacas de lona conte-

niendo las cajas redondas (de hoja-

lata), con películas para el Apolo, y

Fotingo cerca de su coche de punto,

de un negro brillante, y el carrito

de los Helios, con dosel y capucho-

nes de latón bañados en plata, y

el barquillero de Gijón, y las abla-

neras Encarna y Juana vendiendo

cosas. Aupados hacia los cristales

del quiosco, entorno a su regazo, la

pe rraya de ojos embebidos en los

co lores y títulos de cuentos y sema-

na rios: hazañas de superhéroes

ame ri canos, Coyotes, Cachorros, Je-

ques Blan cos, novelas de Pueyo, ca-

rotas por carnaval, cromos de mos-

queteros, sobres sorpresa y algún

que otro humilde juguete de cartón.

Y dentro, en aquel mínimo espacio,

pandehigos, martillos rojos de cara-

melo, peladillas saladas, bazoka de

mascar, pasas, trocitos de turrón…

Tres generaciones: Asunción, Tere-

sa, La Chona, Conchita, Ángel, Cha-

ro, actores de una tradición, de una

época que llegó hasta nuestros días.

Escena, cada amanecer, de prensa

fresca, apilada sobre el mostrador,

de abrir persianas para dar luz a

los cuadritos de cristal, todos con el

cordel de bramante, tenso, donde

colgaban (como si fueran prendas

con que vestir el corazón), El Gar-

bo, El Semana, El Caso, los DEDE-

TÉS...que el sol y el tiempo a veces

decoloraban. Cincuenta, sesenta,

tal vez más de setenta años viendo

pasar desde el quiosco la vida del

pueblo, ganando, lentamente, el

dinero lento con un periódico, un

cuento, una re vista, un Chester, un

regaliz, un ju guetito o un puñado

de cacahuetes. Ahora, siento un si-

lencio frío y una honda tristeza al

ver el quiosco de Asunción cerrado

y sin vida. Y la convicción de que

todo acaba y mue re. Y que así es la

vida. Y que de bemos dar, por tan-

tos años, gracias.

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BERTA GARCÍA-BARROSA CANDIA

Recuerdos de Candás

Hace 55 años

Van a cumplirse 55 años en diciembre que

vivo en Candás. El 10 de diciembre de 1960

llegamos mi hermana y yo a pasar unos días

en casa de Munda, prima carnal de mi padre, donde

nos sentimos tan a gusto que fue pasando el tiempo y

aquí nos quedamos.

¿Cómo era Candás en esa época? Encantador. No es

que haya perdido todo su encanto, pero algunos arre-

glos que le hicieron posteriormente no respetaron sus

rasgos más auténticos tanto en el muelle como en la

Plaza de la Baragaña. Esta era preciosa, con su quiosco

de la música, sus bancos de madera y otros de mampos-

tería apoyados estos en la barandilla que se asomaba a

la calle Braulio Busto, sus árboles que ofrecían sombra

en el verano donde charlabas con las amistades degus-

tando los deliciosos helados de Casa Hermanos Helio.

Donde bailábamos al son que nos tocaba el Bandín de

la Estrada por las fiestas del Cristo y donde escucha-

mos los coros de las Mujeres de la Fábrica entonando

la bellísima canción “Marinera”.

¡Qué tranquilo era pasear por sus calles sin ningún

peligro! Y esto era debido a que había muy poco tráfico

al escasear los coches, y los Alsas pasaban con un largo

intervalo entre uno y otro. Era muy grato encontrarte

con personas que te saludaban y te preguntaban si está-

bamos a gusto viviendo aquí. Gijón había sido nuestro

destino al salir de Cuba, pero el calor que recibimos en

Candás hizo que nos decidiéramos a cambiar de domi-

cilio. Pronto hicimos amistades y asistimos a guateques

llevando los discos que habíamos traído de rock o bala-

das italianas, música muy conoci-

da aquí también.

Una vez por semana íbamos

a Gijón para visitar a nuestros

familiares y poco a poco fuimos

trayendo nuestras cosas para que

ellos no se molestaran prometién-

doles pasar el verano en Perlora

con ellos. Cuando nos bajábamos

del Alsa en Candás sentíamos que

el aire era más limpio, el cielo más

azul y las personas que nos espera-

ban llenas de cariño.

Por aquellos tiempos Candás

tenía poco comercio ya que como

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 45

Gijón y Avilés quedaban muy cer-

ca, gracias al Carreño, los candasi-

nos lo aprovechaban para abaste-

cerse de lo que les era necesario.

También había personas que se

dedicaban a hacer compras en

esas dos villas para aquellas fami-

lias que no se podían desplazar. En

cuanto a comercio de comestibles

había todo lo necesario para poder

abastecerse, y si querías darte un

gusto fuera de lo necesario tenías

dos confiterías, además de la hela-

dería mencionada anteriormente.

Los domingos íbamos a bailar a

La Parra, pero al llegar el verano dábamos un agradable

paseo a La Nozalera donde bailábamos al son de las can-

ciones de moda y al regreso íbamos en pandilla por la

carretera, junto al mar, cantando hasta llegar a Candás.

Llegó la primera Semana Santa fuera de nuestro entor-

no y también un poco diferente, ya que salía la mayoría

del pueblo acompañando a las imágenes de la Pasión por

las calles, cantando, rezando, o al paso de la música in-

terpretada por la Banda dirigida por el maestro Antuña.

Dos cosas me impactaron en esa primera Semana

Santa candasina, el canto de la Salve Marinera, cuyo

coro de voces mixtas me pusieron la “carne de gallina”,

ya que en sus cantos expresaban todo el agradecimiento

que tenían a la Virgen del Rosario, Patrona de la Cofradía

de Pescadores, por haber salido sus marineros sanos y

salvos de innumerables tempestades mientras faenaban

en la mar. Y la segunda que me emocionó mucho, y aún

siento la misma emoción, fue el Encuentro el Domingo

de Pascua cuando se encuentra la Virgen del Rosario con

su Hijo el Santísimo Sacramento que ha resucitado. Esta

Semana Santa se cierra con la celebración de la Misa

Solemne de Pascua cantada en aquellos tiempos por el

coro parroquial que era dirigido por nuestra querida y

nunca olvidada Sarita Pascual.

Llegó el verano y con él las diferentes romerías con

sus meriendas campestres y verbenas. San Antonio, San

Juan en el Regueral, San Pedro en Antromero, la rome-

ría de Perlora, San Félix y San Roque, preámbulo de lo

que se avecinaba con las fiestas del Santísimo Cristo de

Candás. La fervorosa procesión y posteriormente la So-

lemne Misa agradeciendo el pueblo al Cristo el haber

oído sus peticiones por un enfermo, la protección de un

hijo en “la mili” o cualquier otra ayuda concedida. Luego

del festejo religioso puedo recordar las alegres verbenas

del Farolillo y del Pescador, celebradas en el Parque San-

tarúa y amenizadas por famosas orquestas de aquellos

años.

Después de tanto jolgorio venía el otoño y cuando se

acercaba noviembre empezaba a entrarme la morriña

porque llegaba la fecha en que nos habíamos marchado

de nuestro país y de nuestros padres queridos, pero

nuestra familia, Munda, Manolo, Carmina y Pito, la fa-

milia de Perlora y las personas que no nos querían ver

tristes, nos brindaban con creces todo el cariño y ale-

gría que les salía a chorros y en verdad lograban disipar

nuestra tristeza llenándonos el corazón de esperanza.

Con el tiempo ese deseo se cumplió cuando estábamos

felizmente casadas y con hijos. Me sentí plenamente

dichosa al ver a mi padre de nuevo integrado en Can-

dás, su lugar de nacimiento, siendo muy querido por

sus familiares y candasinos en general, que eran SU

GENTE. Desde ese diez de diciembre de 1960, aunque

no hubiese nacido aquí, se convirtieron en MI GENTE.

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46 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Me da la sensación de

que en mis escritos en

el Porfolio de las fies-

tas del Santísimo Cristo de Candás

me voy especializando en evocacio-

nes de cuando “yo era pequeño”,

los años 50-60, por lo que siguiendo

este guión voy a describir mi re-

cuerdo en relación con el tema de

vecinos y vecindad.

Cuando trato sobre algún tema,

me gusta consultar la definición

que sobre el mismo nos proporcio-

na la Real Academia Española de la

Lengua (RAE), puesto que personas

más preparadas que uno mismo ya

han reflexionado sobre la palabra a

tratar. Así la definición de la RAE

sobre vecino es: “Que habita con

otros en un mismo pueblo, barrio o

casa, en habitación independiente”¸

si bien tiene otras acepciones como

“Cercano, próximo o inmediato en

cualquier línea” o “Semejante, pare-

cido o coincidente”; el diccionario

dice también que la palabra deriva-

ría del latín “vicinus” de “vicus” que

significa barrio, lugar. Y creo que

ha sido una buena idea esta con-

sulta pues me abre el espectro del

tema del que voy a tratar y por lo

tanto me facilita mi labor.

Me voy a referir en primer lu-

gar al vecino que habita en la mis-

ma casa, en diferentes pisos. Esa

Consideraciones acerca de

vecinos y vecindad

Foto del año 1960 en el que un grupo de niños fundamentalmente de nuestro barrio realizó una cuestación para el Domund. Aparecemos caracterizados como niños de muchas razas. Maria Lina y Moncho, en la foto, me recuerdan que la caracterización la realizó el artista candasín Vicente Menéndez Prendes “Santarúa”, que en aquel momento también era vecino del barrio de La Iglesia. Foto cedida por Capilla.

JOSÉ MARÍA GARCÍA GARCÍA

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 47

fue mi experiencia en la niñez y lo

recuerdo como todo lo de aquella

época con gran cariño y sensación

de felicidad. La casa que habité fue

el edificio de la calle Reina María

Cristina, en aquel momento núme-

ro 16, que era propiedad y además

lugar de trabajo de Pepe, al que se

conocía popularmente como Pepe

Ma timarañes, con su conocida

car pintería ayudado siempre por

el también muy popular Capilla.

Yo iba de sierra en sierra como en

el juego de la oca, de La Estación

donde nací, al barrio de La Iglesia

donde pasé mi infancia y de nue-

vo a La Estación. Vivíamos en ella

seis familias (Pepe y Concha, Juan

y Carmen, Pepe y Marina, Ramón

y Maruja, Faso y María, y Rafael y

Carmina con los hijos correspon-

dientes, Lilí, Juan y Coral, Cati, Pe-

pito y Carmelita, Fasín y Mari Fina,

Heliodoro y José María), personas

a las que recuerdo como muy bue-

nas, amables, divertidas y cariño-

sas, pues realmente éramos todos

como una gran familia. Vivíamos

con las puertas abiertas, e incluso

con las ventanas a través del patio

de manzana por las que nos comu-

nicábamos con las familias del edi-

ficio vecino, Juan, Capulí, África,

utilizando como método de llama-

da las escobas de nuestras casas con

las que picábamos en los cristales.

Teníamos muchas actividades co-

munes, principalmente de diver-

sión (juegos de cartas, de lotería)

preferentemente al final de las tar-

des y después de cenar. Teníamos

mucho tiempo libre y poca o nin-

guna prisa, aún no había televisión,

únicamente la radio que se solía oír

por la noche, al acostarse. También

se conversaba mucho en grupo so-

bre todo durante el verano, pues

teníamos un enorme banco de ma-

dera en el portal que cuando hacía

buen tiempo sacábamos a la acera,

para estar allí después de la cena al

aire libre, charlando los mayores y

jugando los más pequeños en aque-

llas calles sin coches y utilizando

como portería de fútbol el portón

de la carpintería ¡Qué contraste con

el mundo actual!

Los vecinos del edificio al que

se unía alguno más del barrio, sa-

líamos muchas veces en grupo, por

ejemplo a La Baragaña a ver aque-

llas comedias que nos visitaban

alguna noche estival y que nos en-

tretenían con sus juegos de magia,

exhibiciones cirquenses o gimnás-

ticas, chistes y canciones. Avisaban

por la tarde por todo el pueblo acer-

ca de la hora en que se celebraba la

función y para allí íbamos muchos

vecinos del pueblo a pasar una no-

che divertida y especial, alguno con

miedo de cansarse de pie y llevando

su propia banqueta. En una ocasión

actuaba un payaso que soltaba un

gas blanquecino simulando la ex-

pulsión de ciertos gases corporales

y al pasar al lado de mi hermano

y mío nos puso blancos como si

saliésemos de una panadería, ante

la risa de los presentes, sobre todo

de Pepe, cuya carcajada seguimos

oyendo durante todo el trayecto de

retirada a casa, al lado de las escue-

las; cada vez que nos miraba, más

se reía.

El trato familiar y de puertas

abiertas, permitía una comunica-

ción muy intensa, jugando los niños

del barrio unos en casa de otros; a

veces comíamos en casa de algún

vecino o algún niño venía a comer

a tu casa; teníamos hasta la confian-

za de oler frituras en una casa e ir

a coger de la propia sartén alguna

patata frita exquisita. A los niños,

los vecinos nos cuidaban, sacaban

a pasear (Lilí, Coral, y Nico a coger

grillos por todos los “praos” desde el

depósito del agua hasta la altura de

La Cruz), nos llevaban a la playa y a

romerías (San Juan en El Regueral,

San Pedro en Antromero, las fiestas

patronales de Perlora), a veces nos

quedábamos a dormir en sus casas

(como hizo Cati en nuestra casa el

día en que su madre dio a luz en su

domicilio a uno de sus hermanos),

o dormían ellos en las nuestras para

cuidarnos (Josefita), llegando a te-

En la vecindad nos movíamos con entera libertad, fundamentalmente jugando y divirtiéndonos en grupo“

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48 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

ner con ellos una relación entraña-

ble. Los Reyes Magos llamaban por

teléfono todos los años a nuestro

edificio, con una voz que nos recor-

daba mucho la de Pepe, con su risa

amplia y espontánea, conversando

con muchos de los niños del barrio,

con gran nerviosismo por nuestra

parte, lo que obligó alguna vez al

que hablaba con los Reyes a salir

corriendo hacia el excusado por

una urgencia incontenible.

La relación de vecino de un mis-

mo edificio, conlleva una unión,

un sentimiento de familiaridad que

dura para siempre. Cuando deci-

mos “fuimos vecinos” implica mu-

chas cosas compartidas, momentos

alegres pero también dolorosos,

que unen para siempre. Esa misma

sensación la tuve posteriormente

en todos los lugares donde viví,

en los que también conocí a gente

muy buena. Por desgracia, muchos

vecinos, más de los que yo quisie-

ra evidentemente, ya no están con

nosotros y los recuerdo con cariño

y añoranza, el último fallecido fue

Avelino, persona muy querida por

mí, con la que siempre hablaba al

encontrarlo por la calle años des-

pués de haber sido vecinos muchos

años en Pedro Braña.

La relación de vecino se pue-

de hacer extensiva, tal como dice

el diccionario de la RAE al mismo

barrio, de hecho una pregunta fre-

cuente era ¿de qué vecindá yes?, asi-

milando el concepto de vecindad

con el de barrio. La vecindad de La

Iglesia en la que pasé mis primeros

años, era una familia aún mayor

que la de la casa. En la vecindad

nos movíamos con entera libertad,

fundamentalmente jugando y di-

virtiéndonos en grupo. La vecindad

tenía unos límites que nadie sabía

oficialmente cuales eran, pero que

todos conocíamos en realidad, to-

dos sabíamos a qué vecindad per-

tenecíamos dentro del pueblo.

Por último, todos somos vecinos

de un pueblo y concejo, lo que nos

produce también el compartir una

identidad y unos sentimientos. Eso

lo hacemos aún más intenso cuan-

do fuera del pueblo nos encontra-

mos con otras personas del mismo,

lo que aumenta la relación que qui-

zá previamente no teníamos. Siem-

pre recuerdo un viaje de estudios

con mi hermano Heliodoro, en el

que encontramos a Panín y Pepa

Aramendi y Emilio y María Pons,

en la Alhambra de Granada, con

gran alegría por ambas partes, vol-

viendo a encontrarlos a los pocos

días en Córdoba, con la consiguien-

te sorpresa y risas al reencontrar-

nos. A Panín volví a encontrarlo

años después otra vez en Córdoba,

lo que ya es casualidad. Asimismo

fue una gran alegría estar con mi

amigo de la infancia Juan Barbas,

Cuco, en Nueva York, saliendo

juntos por aquella gran ciudad tan

tranquilos y contentos como si por

La Baragaña anduviésemos.

En fin, que fue una suerte y

una alegría el haber tenido rela-

ciones entrañables con muchas

personas a nivel de casa, vecin-

dad, pueblo o concejo; a las que

no están las recuerdo con cariño

y nostalgia, con relación a las pre-

sentes siempre es muy grato se-

guir disfrutando con sus encuen-

tros y compañía.

Felices Fiestas a todos.

Ciudad Residencial de Perlora. En ella están de izquierda a derecha Melquíades, guardia municipal, mi familia (Rafael, Carmina, Helio y yo mismo), Ernestina con una niña mayor que no identifico, Coral, Nico y la niña pequeña Maite. Foto cedida por Capilla.

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ALBERTO GARCÍA RODRÍGUEZ

RememorandoSO.FE.CA.

A.-CREACIÓN Y FUNDAMENTO DE SOFECA

Corría el verano de 1964 cuando D. Pedro Isidro

Chicote, Alcalde, entonces, del Concejo de Carreño,

citó a un grupo de vecinos de Candás de diversa con-

dición, exponiéndoles la idea de crear una sociedad de

la misma analogía que las ya existentes en otras villas

de la región, como la S.O.F. en Oviedo , G.I.F.E.S.A.

de Gijón. Más adelante fueron apareciendo en otras

villas. En Candás salió a la luz por el año 1964. La

idea principal del cambio suponía el paso de una Co-

misión que organizaba solamente las fiestas del Santí-

simo Cristo a una Sociedad que programase el calen-

dario anual de fiestas.

Para darle cauce a la idea, se adelantaban algunas

condiciones por parte del Ayuntamiento. Concreta-

mente el llamado Parque de Santarúa se le ofrecía a

la futura sociedad como parte sólida de los ingresos,

perviviendo la Organización en la misma de verbenas

y otros eventos.

Otro renglón de los ingresos sería la recaudación

de socios al crearse este tipo de organización y la co-

laboración de los vecinos.

A partir de ese primer contacto,

y en la misma reunión, que se ce-

lebraba entre las partes señaladas,

Ayuntamiento y vecinos, se pro-

cedió al nombramiento de cargos

entre los propios asistentes, resul-

tando elegidos, como presidente,

Cipriano Aramendi Cuervo, y Al-

berto García Rodríguez, como se-

cretario, firmante de este artículo.

Estas dos partidas de ingresos

fueron la clave en el desarrollo de

las variadas actividades, pudiendo

sostener adecuadamente la pro-

gramación anual.

Padre Manuel Pérez, Panín y Eduardo. 1970

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 51

Iniciadas las gestiones de carácter general, en las

primeras sesiones de la reciente nombrada Junta Di-

rectiva, se acordó su nominación bajo el epígrafe de

SOFECA, cuyo nombre me satisface recordar dado

que correspondía a mi propuesta aceptada.

B.-DISTRIBUCIÓN DE LABORES Y

RESPONSABILIDADES.

Se crearon un total de siete secciones que se ocu-

paban de manera específica de sus respectivas labo-

res, bajo la responsabilidad de un Delegado en cada

una de ellas, respondiendo al siguiente detalle:

Información y relaciones públicas.

Socios

Obras y servicios

Deportes

Festejos populares

Económica-Tesorería

Secretaría-Administrativa

Cabe señalar que esta estructura organizativa elegi-

da nos resultó positiva, generando un desarrollo muy

favorable. Se produjo una más que aceptable armonía

entre los directivos, aun cuando buena parte de ellos

eran foráneos, con diferencias de edades e incluso es-

casa relación entre los miembros. Si a esto añadimos

la colaboración especial de los socios, soporte princi-

pal del pueblo, en nuestras tareas, completamos las

claves que nos permitieron resolver con cierto éxito

los objetivos programados.

C.- AJUSTE PROGRAMACIÓN ANUAL

Como novedad se introdujeron ciertos programas

en algunos casos y renovación en otros.

Así la programación básica desde el municipio

quedaba como sigue:

San Antonio: Reincorporada

San Félix (patronal): Reincorporada y reformada

San Roque: Equiparada

Santísimo Cristo (tradicional): Equiparada

Cabalgata de Reyes: Incorporada

Más adelante, atendiendo a las pautas climatológi-

cas habituales y tratando de adecuar la proporciona-

lidad de los festejos, re reforzaba el programa de San

Félix (patrono y periodo estival) y a partir de 1970 se

pone en marcha el Festival de la Sardina que en el

año actual representa el número 46 aniversario. La

ubicación de este festival que al principio se fijó en

el muelle, pasó a la zona ajardinada de San Antonio y

continúa en el mismo emplazamiento.

La sardina, pez marino que representó en épocas

anteriores buena parte de la actividad laboral de

nuestra villa, en sus dos aspectos productivos (la pes-

ca en hombres y la conserva en mujeres), genera con

este festival un recordatorio inolvidable por su carác-

ter humano, tradicional y social.

D.- SOPORTE ECONÓMICO.

La propuesta que presentaba D. Pedro Isidro Chi-

cote preveía la comercialización del parque Santarúa,

previa adecuación, como fuente de ingresos y para

desarrollo de los distintos eventos que podrían reali-

zarse en el mismo escenario.

En primer lugar se decide solicitar oferta de la

adaptación que pedía el citado parque Santarua para

dedicarlo a la celebración de verbenas, concursos y

otros festivales. Fueron convocadas las firmas espe-

cializadas Coca Cola y Pepsi Cola para que mediante

condiciones establecidas presentaran sus presupues-

tos. A cambio, el adjudicatario tomaría en exclusiva

durante un tiempo determinado la explotación del

servicio. La idea cuajó y sirvió para defender anual-

mente el presupuesto con cierta garantía.

El segundo soporte clave lo ofrecía el apartado de

socios que además de su interés económico, esperado

de las inscripciones, podría reforzar la intención de

SOFECA, cual era lograr unos destacados objetivos.

Con los dos apartados comentados anteriormente

SOFECA pudo “navegar” y lograr programas de fiestas

bastante aplaudidas y, por otro lado, el entendimien-

to de los componentes directivos quedó reforzado.

Así recordaremos siempre nuestra participación en

el equipo directivo, reconociendo que si bien hemos

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52 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

aportado nuestra colaboración en mayor o menor

cuantía, también la hemos recibido desde la propia

SOFECA, consiguiendo prácticas interesantes (labores

administrativas, relaciones sociales, gestiones comer-

ciales).

No olvidamos a los colaboradores en general que

así mismo apoyaron nuestra tarea.

E.- OTRA COLABORACIÓN ESPECIAL: SOCIOS

La aceptación de los candasinos en nuestra prime-

ra acción divulgadora, presentando a nuestra socie-

dad, ya fue decisiva. El comportamiento de nuestro

vecindario lo podemos calificar hasta de clamoroso,

pues a la hora de formalizar las inscripciones la res-

puesta desbordó nuestros cálculos. Recuerdo el co-

mentario popular que decía “todo Candás ye socio”.

Con esta manera de recibirnos nació nuestra ilu-

sión, permitiéndonos más adelante avanzar de mane-

ra muy progresiva.

Finamente, y dentro de este capítulo de socios,

creo que en este humilde texto debemos de agradecer

a nuestro pueblo candasín su excepcional comporta-

miento, por lo que dejamos constancia del mismo

F.- RESULTADOS OBTENIDOS.

Aspecto Económico:

A modo de referencia, podemos

señalar que el Parque de Santarúa

proporcionó buenas entradas a lo

largo de su primera etapa de reco-

rrido en la que presté mis servicios

como Secretario fundador.

Como datos de interés y refi-

riéndonos a los éxitos del Parque

Santarúa (variedad y asistencia)

también cabe registrar logros im-

portantes. Ejemplos: actuación de

Víctor Manuel, Canción Asturiana

(final), Verbena del Pescador, entre

otros muchos, registraron cifras

superiores a los 2.000 asistentes

Aspecto Social

Nos agrada poder registrar en este apartado, refi-

riéndonos al equipo directivo, cómo partiendo de per-

sonas no muy conocidas entre sí, con edades dispares

y condiciones diversas pudieran llegar a tan logrado

entendimiento. En otras ocasiones, ya hemos comen-

tado este extremo. Una vez más dejamos constancia

del mismo.

Aspecto Organizativo

La distribución de las labores entre los componen-

tes de la Junta Directiva, que hemos considerado, en

su momento, encajada, mantuvo una relación ento-

nada permitiéndonos llevar adelante, normalmente,

las programaciones en las distintas etapas.

Es más, después de los primeros años, la amistad

adquirida a través de nuestra Sociedad, creó vínculos

que hoy día se mantienen aún con más fuerza.

Dentro de este apartado reseñamos, por su carác-

ter informativo, una curiosidad que aparecía por los

años 70 en algunas publicaciones regionales. En una

especie de clasificación a nivel de nuestra Comunidad

y valorando una serie de apartados relativos a las fies-

tas: música: bandas y orquestas; toros (participación

de primeras figuras), exposición de carteles (anuncia-

Alberto, Rafaelito, Panín el Mozo y Manuel Pérez. 1971

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 53

dores de las fiestas) y la gran asistencia de romeros en

su visita al Stmo. Cristo, reuniendo cantidad y calidad

para cada caso, aparecían en la empresa publicitaria

nuestra fiesta clasificada en quinto lugar, motivo de

satisfacción para nuestra labor.

Otro detalle que podemos añadir se refiere a la opi-

nión que en cierta fecha, con motivo de las fiestas del

Stmo. Cristo y la participación de la Banda Militar de

Milán, su director, el Comandante Somoano felicitó a

nuestra Organización, expresando , más o menos, los

siguientes términos: “ pocas veces he recibido tanta

atención y calidad para mis intervenciones como en

vuestro caso”.

Finalizamos esta tanda de detalles con el que re-

señamos a continuación: se acercaban las Fiestas del

Stmo. Cristo por aquel año en el que el Bandín de La

Estrada cubriría su XXIX actuación, cuando recibía-

mos la llamada de su director Marcelo para comuni-

carnos que no habían recibido el contrato habitual.

El problema venía dado por la protesta de mucho pú-

blico que ya en años anteriores rechazaba el tipo de

música por considerarla anticuada y por ello nuestra

postura quedaba en una situación más que dudosa

para tomar la decisión. Añadía que si el problema era

de orden económico, estaban dispuestos a tocar para

Candás sin cobro alguno. Nuestra reacción, lógica-

mente, como no podía ser otra, pasó inmediato a su

contratación verbal, confirmada después escrita y con

el pago correspondiente.

G:-CONTRATACIÓN DEL PERSONAL

Dado que a lo largo de la programación anual, y en

momentos puntuales ciertos festejos requerían asis-

tencia para despachar obra estructural y servicios de

apoyo, de los citados trabajos, la contratación ocupaba

a los siguientes operarios:

Equipo de Obra: compuesto por un capataz (Be-

nito) y dos ayudantes (Cholo y Severino), ocupados,

principalmente en la instalación del cierre, gradas y

accesos de la corrida de toros.

Conservación del parque Santarúa

Suelta de voladores y otros

Servicio de taquillas: Este apartado se extendía

a los servicios que se celebraban en Parque Santarúa,

siendo atendido por las señoras Anita, Avelina y Cova-

donga, en el despacho de localidades de las verbenas,

concursos y demás eventos.

Servicio de socios: Cubierto por Mercedes Panti-

ga, quien se ocupaba del cobro de las cuotas, reali-

zando este servicio durante años.

Otros servicios auxiliares: de tipo filial, como

reparto de propaganda, colocación y correspondencia

eran cubiertos de temporal.

Por el comportamiento de todas las personas nom-

bradas anteriormente, y que desgraciadamente, de

ellas solo se encuentra Avelina entre nosotros, no

queremos cerrar esta memoria sin dedicarles a todos

ellas, por su actitud colaboradora con SOFECA, a la

que sirvieron con toda lealtad y poniendo lo mejor

que tenían de su persona, nuestro más profundo agra-

decimiento desde la intención colectiva de aquella

directiva a la que aquí represento.

Para cerrar esta breve y sentida memoria, dejo un

recuerdo para los dos presidentes con los que tuve el

gusto de compartir las andanzas de los primeros años

de vida de SOFECA:

Cipriano Aramendi Cuervo “Panín” e Isidro Rafael

García del Busto “Corazonón”, con sus características

personales (compostura el primero) y (humanitaria el

segundo), supieron cubrir dignamente su papel, acom-

pañados de un buen equipo directivo. Para ambos, mi

sincero agradecimiento en nombre de aquel recorda-

do grupo que, primeramente, se conoció colaborando

y después practicando su amistad.

Por mi parte, y también en nombre de SOFECA,

agradezco el comportamiento de todos los convecinos

de nuestra villa que con su apoyo alimentaron nuestra

ilusión para salir adelante. Estuvimos muy unidos y

satisfechos por la conjunción lograda entre socios y

nuestro grupo directivo.

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54 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

RODOLFO GONZÁLEZ CONSTANS

El Mundoen mis manos

Estábamos degustando en

estas fechas navideñas

unos hermosísimos “ori-

cios” y unos “culetes” de sidra de

gran pasar y mejor beber, y mi

buen amigo Marce me decía casi

con unción que los candasinos

siempre habían venido a Gijón en

el mítico “Carreño”, entre verdo-

res, curvas, salpicaduras de mar y

desfiladeros de vértigo, más que

a Oviedo o a Avilés y llegaban en

el “trenecito” amarillo a esta villa

marinera a calzarse, vestirse, alter-

nar, bailar y hasta ir de “picos par-

dos” porque en este aspecto Gijón

era para Candás la gran capital, el

barrio grandón y algo de la Meca

donde están todas las felicidades

puestas en la palma de la mano.

Yo le decía a Marce, tocante a

los capítulos de calzarse y vestirse

que por ascendientes familiares y

sobre todo por mis padres, siem-

pre tuve un gran amor a los trajes

a medida, las camisas suaves, las

corbatas de seda y los zapatos de

“tafilete” bien relucientes, y que

en Gijón, ciudad y villa del norte

de España, siempre se vistió bien,

y en la lejana, ¡qué pena!, época

de nuestra infancia y mocedad, los

trajes y las sastrerías buenas abun-

daban como la miel en verano. Ha-

bía muchas; Abadías, Guerra, Or-

doñez, Farrás, Amonedo, Enrique,

Alberto, etc. etc., más las tiendas

de tejidos, como Masaveu, La Villa

de Paris, El San Luis, Casablanca,

La Sirena, La Norma, Montecarlo,

etc. etc… que también tenían sus

propios sastres, pero por encima

de todos y en aquellas décadas

de los años cuarenta, cincuenta,

sesenta y parte de los setenta del

pasado siglo, destacaba como un

enorme faro en la mar, la gran sas-

trería de Alcázar. sita en el muello

gijonés con sus elegantes escapa-

rates de mármol, cristal y dorados,

siempre elegantemente decorados

y con contenidos de buen gusto, y

su majestuosa puerta con bronces

y rejería y de cuya contabilidad se

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 55

encargó mi padre durante muchos

años, prácticamente, hasta poco

antes de fallecer D. Juan Alcázar,

el catalán afincado en Gijón y pro-

pietario de la misma, excelente

sastre y cortador y hombre elegan-

te donde los hubiera, siempre con

sombreros haciendo juego con sus

ternos impecables y su “postura” y

ademanes de un auténtico “gentle-

man” inglés.

La gran sastrería Alcázar daba

a dos calles, el frontal por la calle

de Trinidad y en sus parte trasera

el taller hacía frontera con la ca-

lle de Santa Elena, y trabajan en

esos años sobre treinta personas.

Entrabas entre mármoles, tercio-

pelos con caídas y te encontrabas

rodeado de suelos “encerados”,

largas mesetas de corte de made-

ras nobles, muchos espejos con

bordes “broncíneos”, algún peque-

ño cuadro de cacerías a la inglesa,

estanterías con “balas” de géneros,

y, además, los “aromas” tan carac-

terísticos, esa mezcla de suaves

perfumes, cueros macerados con

el olor clásico de las telas, puros

habanos y cigarrillos “Chester-

field” que fumaba D. Juan.

Cuando un servidor de Vds.

tenía dieciséis años, me confec-

cionaron allí mi primer traje en

gris marengo de ojo de perdiz y

mi primer abrigo cruzado en azul

marino, al margen de que duran-

te mi niñez y pubertad me habían

cortado varios trajes y abrigos de

mi padre, adaptándoles a mi pe-

queña persona siendo terminados

y cosidos por mi madre con gran

amor y maestría. Todos eran sin

solapas y los abrigos “cruzados” y

eso unido a las camisas de cuello

“almidonado”, corbatas a juego y

zapatos que siempre me enviaban

mis abuelos desde su comercio de

Barcelona a dos colores y con la

puntera “picada”, hacía que fue-

ra hecho un “pincel” cuando no

existían ni “boutiques” para niños,

ni nada que se le pareciese. Aún

parece que estoy viendo a D. Juan

presentarme las telas mientras ha-

cía rodar las “balas” sobre la larga

mesa y me ponía un gran trozo de

género sobre mi persona viéndo-

me reflejado sobre la gran “luna”,

y D. Juan, con gran elegancia, a la

vez que los iba extendiendo me iba

diciendo con gran profesionalidad,

el color, la textura, su origen y has-

ta el nombre del fabricante: este es

un “Principe de Gales” en lana de

Tamborino, este otro de estambre

en azul noche es de Gomira, este

en marrón con raya diplomática

es de Llorens, o este de franela

en gris plomo es de Portabella y

Llovet y este de suave “alpaca” de

entretiempo y con brillo opacos y

en color gris ala de mosca es de

Roselló, más estos dos, uno en en

cheviot y el otro de “ojo de perdiz”

son de lana escocesa y fabricados

en Inglaterra, en Manchester, por

Williams y Taylor, y para el abri-

go, este de lana fría en azul marino

con unas gotas de “cachemira” y

como muy para “gabán” mientras

se llenaba la mesa con un maravi-

lloso “batiburrillo” de telas y una

orgía de colores como un anhelado

y cromático arco iris.

Durante bastantes años fui fiel

a la sastrería Alcázar y a las cami-

setas Niza y Carbajo, ambas en la

calle Corrida. En la primera com-

praba camisas de vestir de la marca

“Alazán”, y en la segunda camisas

hechas a medida y más “asedadas”

de verano de la marca “Sir Bon-

ser”. Los zapatos, al margen de

los enviados por mis abuelos, de

“tafilete” y suela de cuero, en los

establecimientos de los “Pequeños

Suizos” tanto en la tienda de Ovie-

do como en la de La Coruña o en

la de Madrid, ya que viví bastante

tiempo en las tres ciudades, y des-

pués en la Zapatería Monsy, sita

también en la calle Corrida hasta

hace unos pocos años en que ce-

rró, y aunque sea extenderme un

poco no puedo dejar de mencionar

la sastrería Santamarina en la calle

Gil de Jazz en Oviedo, la también

sastrería de Nazario Bousiño en la

En la lejana época de nuestra infancia los trajes y las sastrerías buenas abundaban como la miel en verano“

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56 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

coruñesa ancha de San Andrés, la

veterana sombrerería y camisería

Gala, de la también capital galle-

ga, y la sastrería de Sindito, oficial

cortador de Bousoño y que se esta-

bleció en el coruñés barrio de Mo-

nelos, y que me hizo “ternos” im-

pecables, la centenaria camisería

Hidalgo, de la Gran Via madrile-

ña, que por cierto, salió estos días

en los medios de comunicación

comunicando que tenía que cerrar

al desaparecer la ley de rentas an-

tiguas y no poder subsisitr con los

nuevos alquileres; Laínez, camise-

ría y sastrería, también en Madrid,

y en la castiza calle de Preciados,

más Celso García, en Serrano, y

como no, Furest en Barcelona, sita

en el hermoso Paseo de Gracia,

donde compré mis primeros con-

juntos de Sport, chaqueta “camela”

y “blasier” azul marino con panta-

lones grises de franela cuando em-

pezaba la confección bien hecha.

La satrería Galvez de Valladolid,

donde me cortaron un abrigo de

“cheviot”; la gran y elegante tienda

de “Derby” y la veterana sastrería

de Rufino Marqueta, en Zaragoza.

Punto y aparte es hacer mención

de Beristiarán, en el Arenal bilbaí-

no, y de los hermanos Balsan en

Santander.

Marce y un servidor, seguía-

mos tomando “culinos” y comien-

do sabrosos “oricios”, mientras yo

iba desgranando mis recuerdos

satreriles y zapateriles, y ambos

éramos conscientes de que a es-

tas alturas de la película teníamos

mucho más pasado que futuro y

que los sitios que mencionába-

mos, en un noventa por ciento,

habían sucumbido con el paso de

los años, la piqueta de los nuevos

tiempos, otras modas, otros gus-

tos de consumo, nuevos centros

comerciales, tiendas de franqui-

cias, cadenas multinacionales y

globalizaciones varias, y hacía

que tanto los comercios como no-

sotros, repito, tuviéramos más pa-

sado que futuro, pero a pesar de

todo, brindamos por nuestro por-

venir esperando que fuera relati-

vamente largo, entre paréntesis, y

volvimos otra vez a brindar con

verdadera emoción por Candás y

por Gijón.

De todas las maneras, qué

quieren que les diga, a un servi-

dor lo que de verdad le “mola-

ba”, como dicen en Madrid los

“castizos”, era ir a un viejo salón

de limpiabotas como el que había

en Gijón en la calle Corrida, con

un abrigo “camel” en lana inglesa,

traje cruzado de “Tamborino” en

azul noche con raya diplomática,

naturalmente, hecho a medida en

una sastrería de tijeras mágicas,

camisa blanca de “popelin”, corba-

ta de seda con pequeñas motitas,

complementos ad/hoc y zapatos

negros de “tafilete” mallorquines

o italianos con suela de cuero,

suaves y amorosos, que abrillan-

taba y mimaba con manos sabias

el veterano operario, y que una

vez terminado el servicio, decía

con cortesía y voz “cazallosa” “el

señor está servido”, mientras que

con una “cabriola” suspendida en

el aire hacía sonar con un último

chasquido la gamuza atirantada y

embreada por el uso de muchos

años. Te quedabas mirando sus ta-

tuajes, en el antebrazo izquierdo,

un corazón atravesado por una fle-

cha con la leyenda “soy el mejor

amado”, y en el derecho una baila-

rina mora llena de velos y turgen-

cias y saliendo de un último velo

las palabras “Viva la Legión”. Uno

se levantaba, pagaba con generosa

propina y salía al tibio sol del me-

diodía camino del aseado y ama-

derado “pub” del Tívoli, recién in-

augurado en la calle Corrida, para

tomar un vermouth con calamares

a la romana, sintiéndose como en

la maravillosa película de Raoul

Wash, del año 1952, e interpreta-

da en plan sublime por Ann Blyth,

Gregory Peck y Anthony Quinn, y

vuelvo a repetir, sintiéndose y sin-

tiéndome que “el mundo estaba en

mis manos”.

Ambos éramos conscientes de que a estas alturas de la película teníamos mucho más pasado que futuro“

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58 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

JOSÉ ANTONIO GONZÁLEZ CUERVO

Hoy hay comedia

Corría el año 1955, aquella primavera estaba

siendo fiel a su nombre. Aquel día, con mis

cuatro años, salíamos de la escuela corriendo

como si nos persiguiese un diablo, cuando, de pron-

to, nos arremolinamos alrededor de un árbol, donde

unos cuantos amigos mayores que yo pegaban saltos

de alegría al leer aquel cartel allí pegado, y esperé que

se marcharan para leerlo con tranquilidad pues nece-

sitaba tiempo para entender lo que decía:

“HOY, A LAS 10 DE LA NOCHE, EN LA PLAZA

DE LA BARAGAÑA, UN ESPECTÁCULO ÚNICO,

donde actuarán el maravilloso Mago El Gran Silver,

la afamada bailarina Srta. Mercedes (que con sus bai-

les recorrió toda España), el afamado y queridísimo

payaso Cosmín y el cantante-guitarrista Don Alfredo.

No se pierdan esta noche el espectáculo que ofrece al

pueblo de Candás la gran compañía de Don Enrique

Fernández”. Aquel día ya teníamos asegurado la di-

versión; hiciésemos lo que hiciésemos, nuestra mente

estaba puesta en ir a cenar rápido para después coger

un buen sitio en la plazoleta. Y así fue: después de

pasar toda la tarde jugando a la machorra*, estábamos

impacientes por llegar los primeros a la Baragaña.

La gente, según se aproximaba la hora, iba hacien-

do acto de presencia y nosotros, que éramos más pe-

queños, nos poníamos en las primeras filas sentados

en el suelo con las piernas cruzadas; luego había otras

filas que estaban plagadas de unos bancos pequeños,

la mayoría pintados de blanco, que la gente tenía en

casa y los llevaba para estas ocasiones.

Delante de nosotros se levantaba un escenario de

madera apoyado en unos pequeños caballetes, y de

fondo, una especie de cortinas rojas que se colocaban

verticalmente tapando la puerta que daba acceso al

escenario por donde aparecían los artistas, después de

cambiarse de ropa en el portal; también, a veces, era

su misión hacer de telón. Unos altavoces colocados

estratégicamente a ambos lados del escenario inun-

daban la plaza con música española, creando ya un

ambiente mágico.

Y por fin, comienza el espectá-

culo. La plaza estaba a rebosar, y

el presentador, con un traje muy

acorde para la ocasión, anuncia la

primera actuación, y la bailarina

Mercedes (con vestido sevillano)

arranca a bailar con las primeras

Nosotros que éramos más pequeños, nos poníamos en las primeras filas en el suelo con las piernas cruzadas“

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 59

notas musicales, llevándose los

primeros aplausos de la noche de

un público que con sus olés em-

piezan a caldear el ambiente. No-

sotros esperábamos impaciente-

mente el momento de los payasos.

Luego, vendrían los juegos de ma-

gia del Gran Silver que nos ponían

los ojos desorbitados, y con una incertidumbre que no

llegábamos a comprender, quedábamos como extasia-

dos; y entre tanto, más aplausos, y empujones, que

nos dábamos entre nosotros, como diciendo, “¿viste lo

que acaba de hacer?”. Por los altavoces el presentador

anuncia que en breves momentos se va a sortear una

manta de cama, una botella de coñac y otra de Anís

la Asturiana entre el respetable público, y el que no

quiera participar comprando papeletas para el sorteo,

que, por favor, colabore con la voluntad. El que más

o el que menos, siempre echábamos algo en las cestas

para ayudarlos, y los más pequeños ya llevábamos las

monedas que en casa nos habían dado.

Y llega el momento tan esperado: los payasos.

Aquello era lo máximo para nosotros ya que el paya-

so Cosmín era muy popular en Candás, pues había

venido durante muchos años. Era un hombre muy

bajo para su edad y su cuerpo no guardaba relación

con esta. Enseguida se metía al público en el bolsi-

llo, sobre todo, cuando se ponía a cantar una canción

compuesta, me imagino, por él y que hablaba de su

pequeña estatura, todo el mundo se ponía a tararear

“Cosmín, Cosmín”, y la plaza se venía abajo.

Pero de pronto, Cosmín pide un voluntario para

salir a cantar con él; yo no me acuerdo si salí volun-

tariamente o me empujaron, el caso es que me vi en

medio del escenario, me pregunta si sé alguna can-

ción y yo con todo atrevimiento le digo que sí, que sé

aquella de la ovejita Lucera. Y allí me veo yo intentan-

do cantar una canción que no sabía la letra, pues solo

conocía el estribillo: “Tengo yo una ovejita Lucera que

de campanillas le he puesto un collar”, y de pronto

saltaba, “y cuando le contesta el corderito, BEEEE”,

y todo el mundo haciendo coros y repitiéndola. En-

cima, yo hablaba algo mal e intentaba acabarla, pero

la gente volvía a empezarla, y las carcajadas que allí

había eran indescriptibles, aquello era inenarrable. El

espectáculo seguía y así hasta dos horas aproximadas

que duraba. Si la comedia había hecho una buena re-

caudación seguía un par de días más en Candás, y si

no había que esperar a otra ocasión.

Al día siguiente, mi madre, vivíamos a unos cin-

cuenta metros de la Baragaña, me dice: “vaya payasos

más buenos que vinieron ayer, que hasta aquí llega-

ban las risas”. Cuando le dije que yo era uno de ellos,

no se lo creía.

Aquella actuación improvisada por mi parte me va-

lió luego para hacerme más popular entre los amigos

de la escuela, de tal manera, que otras veces cuando

venían más comedias y pedían voluntarios tenía que

esconderme para que no me empujasen a salir.

Así era una parte de la diversión que teníamos

aquella generación del 51 que no conocíamos nada

más que la radio y el cine, y la calle como compañera

de juegos.

Quiero con esta modestas líneas rendir un home-

naje a esas comedias y sus artistas que durante bas-

tantes años nos hicieron la vida más agradable y del

que conservamos muy buenos recuerdos.

* La machorra era un juego popular de aquella época: constaba de un palo de escoba de unos 40 cm. y otro más pequeño de 15 cm. afilado por sus puntas y al que había que golpear con el palo grande.

El payaso Cosmín era muy popular en Candás, pues había venido durante muchos años“

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60 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

IGNACIO GRACIA NORIEGA

ElHolandés Errante

La leyenda del Holandés errante, tenebrosa y lu-

minosa a la vez (pues hay en ella la oscuridad

de las galernas y un resquicio de esperanza, un

castigo y una redención), aventurera e intimista, bru-

tal y delicada, es, acaso, la más conocida y efectista de

las leyendas de la marinería atlántica. Cordié señala su

origen noruego; luego se extendió por los puertos del

Norte, con el esplendor hanseático. Los marineros de

la Hansa, cuando bebían en serio, brindaban por el Ho-

landés. Al contrario que las leyendas de tierra adentro,

ésta excluye los elementos localistas. Es cosmopolita y

universal, piadosa y desesperada, sombría y protestante.

Y es una leyenda religiosa. Si el Holandés no hubiera

sido creyente, no habría recibido castigo tan tremendo

y sin misericordia por blasfemar. Sólo las blasfemias de

los creyentes son efectivas. La blasfemia de un ateo es

palabrería vana, o simple desahogo sin sentido.

La leyenda del Holandés errante la refiere Heinrich

Heine en las “Memorias del señor Schnabelewopski”,

sin concederle demasiado espacio, como si se tratara de

un cuento conocido. Esta leyenda tiene extrañas vincu-

laciones con el arte de la fundición de metales. La cono-

cían los marineros franceses del siglo XVIII. Pero el Ho-

landés, aunque viste levita dieciochochesca, tricornio y

zapatos con hebillas de plata, acabará convirtiéndose en

una figura romántica: en un marino misterioso, profun-

da e irremediablemente triste. Es alto, flaco, con los ojos

azules como el mar y un pañuelo rojo al cuello. Porque

su castigo es eterno (si no le redime el amor, como quie-

re Richard Wagner), no envejece a pesar de los años y

décadas y centurias que han pasado por él. Él, a su vez,

ha recorrido hasta el cansancio los siete mares, pero se le

ve, principalmente, en las cercanías del Cabo de Buena

Esperanza. Ronda el cabo desde los tiempos lejanísimos

en que la ciudad de El Cabo era conocida por La Taberna

del Puerto. El Holandés bebe constantemente, da igual

que sea cerveza, ron o ginebra, pero su jarro jamás se

agota: siempre lo encuentra lleno hasta los bordes cuan-

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 61

do lo aproxima a los labios. Algunos tratadistas supo-

nen que paga las consumiciones con calderilla, pero es

porque le confunden con el Judío errante, con quien no

tiene relación al menos aparente. Ahora bien, no seré yo

quien asegure que, en las largas, interminables peregri-

naciones de ambos, no se haya acercado alguna vez el

Judío al buque del Holandés. Hasta es posile que haya

sido su pasajero, y hasta que de él haya aprendido el Ho-

landés a pagar en calderilla, moneda a moneda. El Judío

anda errrante por haberle negado un asiento a Cristo

cuando iba hacia el Calvario en el poyo que tenía a la

puerta de su casa, y el Holandés por haberse encarado a

la tempestad y a quien domina sobre ella, que no es otro

que Dios. El Holandés, cierta vez que se dirigía hacia el

Sur, se obstinó en pasar el Cabo de Buena Esperanza con

todos los vientos en contra. No hizo caso a la tripulación,

ni a los pasajeros, ni a la figura angélica que, descendien-

do de los cielos, le recomendó prudencia.

–¡Te desafío!– gritaba el iracundo capitán. Por eso fue

castigado a vagar eternamente por todas las latitudes, sin

encontrar jamás buen tiempo. Encontrarse en alta mar

con el Holandés es muy mala señal. Cuando se encara

una vez más con el Cabo de Buena Esperanza, vuelve a

gritar con todo el odio y toda ladesesperación, procuran-

do que su voz se alce sobre las olas y contra el viento:

–¡Te desafío!

Un personaje como éste no es de los que pagan sus

impuestos pacíficamente y luego se va a votar al colegio

electoral de la esquina. Si no retrocedió ante la tempes-

tad, tampoco se habrá detenido por llevar contrabando,

aunque no se puede asegurar que se haya dedicado a la

piratería o a la trata, como parecen insinuar sus detrac-

tores. Con ser Barend Fokke un capitán de Holanda, le

basta y le sobra. No creo que esté dispuesto a compli-

carse la vida traficando con negros o acechando a los

galeones españoles que regresaban de las Indias con las

bodegas rebosantes de plata para ser amonedado con el

perfil del católico rey de España.

El Holandés hubiera sido un gran personaje de Ho-

ffman. Más de una vez, Poe les saca en sus cuentos. Pío

Baroja le dedica unas líneas en el capitulo IX de “Las

inquietudes de Shanti Andía”, cuando recuerda “un bu-

que fantasma, tripulado por un capitán holandés. Este

perdido, borracho, blasfemador y cínico pirata anda,

con un equipaje de canallas haciendo fechorías por el

mar. Si el maldito holandés se acerca al barco de uno, el

agua se enturbia, la carne se pudre. Si le envía a uno una

carta, ya puede no leerla, porque se vuelve loco inme-

diatamente: tales absurdos y mentiras dice”.

Una vez cada siete años se le permite tocar tierra. En

1817 le vieron en Marsella en compañía de elementos

bonapartistas. Y apunta Alvaro Cunqueriro; “No me di-

gan que no hubiera sido precioso el retorno del Empera-

dor en la nave del Holandés errrante”.

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62 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Un día en casa de Pass, él

y Pinto miran el calen-

dario para ver cuando

empiezan al cole, y ven que antes

de volver al colegio hay unas fies-

tas: “La próxima semana son las

Fiestas del Cristo de Candás”. Pinto

pregunta:

–Pass, ¿Por qué se celebran es-

tas fiestas?

–En realidad no lo sé, para mí

son muy divertidas y me lo paso

muy bien, pero podemos pregun-

tarle a mi “güelu” que él seguro lo

sabe. ¡Vamos a buscarlo!

Salen de casa, y se dirigen a la

pomarada donde él está.

–Pass: Güelu, güelu, ¿nos pue-

des contar historias de las fiestas

del Cristo?

–Güelu: Sí, claro, pero vamos

a sentarnos y a tomar un poco de

sidra dulce y fresquita.

Se fueron a sentar debajo de un

manzano, y ahí empezó a hablar:

–Güelu: Un día, hacia el siglo

XVI, unos marineros de aquí, que

estaban faenando en las costas de

Irlanda encontraron flotando una

figura ¿y cuál fue su sorpresa?, era

una representación de un Cristo, lo

recogieron y lo trajeron a la villa,

llevándolo en procesión hasta el

Hospital de los Peregrinos de San-

tiago. Desde entonces, un 14 de

septiembre se celebran las fiestas

del Santísimo, que es patrono de

todos los marineros de Asturias.

Ahora todo ha cambiado, pero en

mis tiempos jóvenes, las disfrutá-

bamos de otra manera, no había

tantos coches, así que veníamos an-

dando desde todas las parroquias y

más allá, gentes de Gijón, Avilés, e

incluso de fuera de Asturias.

–Pinto: Sí, me parece muy bien,

pero cuéntanos cómo pasábais las

fiestas.

–Güelu: Ya voy, no seáis impa-

cientes. El día 13 de septiembre

empiezan las verbenas, todos íba-

mos con nuestras mejores galas,

la sidra era la mejor bebida, las

avellanas, los helados, los churros

y por supuesto el baile, donde “re-

frescábamos” con las mozas.

–Pass: ¿Qué ye eso güelu?

–Güelu: Pues lo que ahora lla-

mais ligar. Al día siguiente, que es

el 14, celebrábamos, como ahora,

la misa por la mañana, donde sa-

cábamos al Cristo en procesión por

las calles de Candás con gran devo-

ción, luego comíamos con la fami-

lia y por la tarde disfrutábamos con

los amigos y alguna mozuca, otra

vez al baile, y lo que tocaba. Al día

siguiente se celebraba el Cristín e

íbamos de merienda. Ahora tenéis

atracciones, y un montón de cosas,

pero no estoy seguro de quien lo

pasaba mejor.

–Pass: ¿Y cuenta que es la Al-

borada?

–Güelu: ¡Ah!, sí, empezó en

1977, creo, como una ofrenda para

recordar a los hombres que perdie-

ron la vida en la mar. Fijaros que

vino hasta el abuelo del actual Rey

y ese día unieron el agua de los

cinco continentes. Se celebra en el

amanecer del día 14, con la danza

prima y ofrendas de flores que lle-

van las barcas y tiran desde el mar.

–Pass: Güelu, ¿nos puedes lle-

var ese día?

–Güelu: Creo que estoy un poco

mayor, pero, bueno, os llevaré...

acordaros: teneis que madrugar.

–Pass y Pinto: Bieeen, este año

va a ser muy especial para noso-

tros...

–Güelu: Bueno, ahora se ha he-

cho tarde, otro día os cuento más

cosas, vamos a cenar que, si no, se

enfada la güela por llegar tarde.

Los XiatinosLas Fiestas del Cristo

AMADO MÉNDEZ

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64 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

MANUEL MENÉNDEZ SANTOS

Sentado en el mirador de Pal-

mera se me acerca una vie-

ja amistad e iniciamos una

larga e interesante conversación.

Como de pasada surgió mi segun-

do viaje a Buenos Aires con visita a

Mar del Plata (a 400 kms de la urbe

porteña). Dos días habían dado para

pasear por el centro, visitar el colo-

sal puerto pesquero y admirarme

con enormes lobos de mar que pa-

cíficamente ocupaban, jalonaban,

las plataformas del puerto. Como

obligado surgió el largo viaje y sus

muchas horas de vuelo¡Vaya valor

que tienes, yo mal me atrevo volar

a Madrid! Pues es el medio más rá-

pido y seguro.Piensa que mientras

charlamos tranquilamente volamos

a una velocidad de 80.000kms/h al-

rededor del sol. –No lo había pen-

sado, pero mi mujer y yo teníamos

pensado unas vacaciones por el IN-

SERSO. ¿Por qué no os animásteis?

Los planes se nos vinieron abajo al

quedarse en paro un fío y el yerno…

Se habla de la creación de empleo,

pero casi todo a tiempo parcial. Ade-

más en muchos casos trabajando

más horas para cobrar menos,mien-

tras la corruptela y fraude fiscal

achacables a políticos, financieros,

empresarios o desesperados que

trapichean con calderilla, son noti-

cia todos los días.

¿Quién tiene la culpa de estas

prácticas abusivas e injusticias so-

ciales? ¿Yo, que me pasé la vida tra-

bajando, malviviendo en muchas

ocasiones para sacar una familia

adelante, una institución esencial

que no puede funcionar si su mi-

seria se hace crónica? ¿Tienes tú

la culpa que te pasaste decenas de

años tragando el sucio polvo del

calzado para reparar, que no levan-

taste cabeza hasta que cambiaste

de profesión? ¿Son culpables, aca-

so, los millones de parados o de

pensionistas. Muchos de éstos y

éstas cobran pagas limosneras. Su

indignación era mi indignación,

pero tampoco estaba de acuerdo

con hacer recaer todas las culpas

de una sola parte.

Amigo Rubén, los culpables

existen, pero no es cuestión de per-

sonalizar. Llegado el momento es

la justicia a quien le corresponde

tal potestad… La honradez y la de-

lincuencia, aunque polos opuestos,

son connaturales a la condición hu-

mana. Lo esencial es cumplir im-

parcial y libremente su cometido,

al tiempo que una adecuada edu-

cación sea quien se encargue de

entregarse a fondo para evitar en lo

¿Por quépreocuparnos?

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 65

posible broten delicuentes de una

u otra, índole. Por supuesto, que

teniendo en cuenta la problemática

social y la dignidad de todos los co-

lectivos.Quizás el origen de éstos y

todos los demás males del hombre

se pierdan en los tiempos inmemo-

riales, cuando unos hombres fuer-

tes se levantaron contra otros dé-

biles para quedarse con los frutos

agrícolas de la tierra o, pocos los

concienciados y losa demás teme-

rosos y acomodaticios,la desunión

trajo consigo la pérdida de la dig-

nidad y el nacimiento, mucho des-

pués, de los señores feudales con

sus vasallos y siervos. Las circuns-

tancias dieron paso al Antiguo Ré-

gimen formado por una estructura

piramidal: la nobleza, alto clero, el

estado llano y los siervos, y por en-

cima de todos, el rey con poder ab-

solutista. Sistema tan opresor que

desembocó en la Revolución Fran-

cesa (1789).

La España de entonces, patrio-

ta, valiente (como demostró en la

guerra de la Independencia 1808),

fiel a sus tradiciones y costumbres,

poco dada al diálogo y al entendi-

miento, impulsiva y orgullosa, pero

temerosa de influencias extranjeras

como demostró ante los principios

de la citada revolución, protegién-

dose con un cordón sanitario en los

Pirineos. Si bien, decenas, las ideas

revolucionarias fueron en gran

medida los causantes de la inesta-

bilidad del siglo XIX con 130 go-

biernos, nueve constituciones, en-

tre ellas (la de Cádiz de 1812),tres

destronamientos, cinco guerras

civiles, decenas de regímenes pro-

visionales y más de 2.000 revolu-

ciones, quedando la de 1868 como

la más significativa por las expec-

tativas que había despertado en el

pueblo español (destronamiento de

la reina Isabel II, hija de Fernándo

VII, y constitución de la I Repúbli-

ca).Revolución que había desperta-

do las máximas esperanzas tras la

proclamación de una constitución

democrática. Pero, una vez más,

los principios de soberanía nacio-

nal y la toma de reformas concre-

tas como la agraria, básicamente,

se quedaron en papel mojado. Los

partidos políticos se habían conver-

tido en oligarquías o facciones sin

ningún prestigio, junto a un caci-

quismo que gritaba libertad pero

que manejaba los hilos políticos y

administrativos para su provecho

personal.

La clase trabajadora, jornaleros

y obreros, principalmente, eviden-

ciaban sus formas de vida en la

esclavitud de muchos de sus hijos.

Una ley de 1873 permitía que los

niños de 10 años, ambos sexos, pu-

dieran trabajar en las fábricas. La

verdad era que ya comenzaban a

los 6 o 7 años con 66 horas sema-

nales cuyo salario era de 6 reales

por 12 o 14 horas diarias. Igualada,

Reus, Manresa (catalanes), entre

otros, fueron hechos constatados

de esta práctica inhumana social.

Poco o nada que extrañar cuando

en 1944, en compañía de mi padre

y un hermano, trabajaba con 10

años de pinche en la Calzada, en

una nave en construcción para el

conservero local, Alfonso Albo, y

contratista Manuel Pérez.

Estas son algunas de las causas

que se trasladan del siglo XIX a la

España del siguiente siglo en el que

la II República tampoco había sido

capaz de solucionar los gravísimos

problemas, más que políticos, so-

ciales y agrarios. La ausencia de

capacidad de diálogo y menos de

entendimiento desembocó en la

sublevación militar que supuso tres

durísimos años de enfrentamientos

entre españoles en los que la cruel-

dad y el heroísmo fueron protago-

nistas por ambos bandos. Nuestro

concejo de Carreño contaba con

9.249 habitantes de los que 2.869

se ubicaban en su capital. En los

primeros días de julio de 1936 tiene

lugar una huelga del personal fe-

menino en la industria conservera,

apoyada por la flota bonitera. Este

fue el último logro reivindicativo

ganado en tiempos de la República

por los trabajadores al recortar el

horario semanal de 46 horas a 44,

pasando de 4 pesetas diarias a 4,50

ptas. Mejoras, que si muy poquito

significativas, no pudieron disfrutar

por el estallido de la guerra civil,de

la que, aunque muy niño, guardo,

entre otros recuerdos, cómo la fá-

brica de Portanet habilitada para

campo de concentración a raiz de

la entrada del los nacionales en As-

turias, siendo responsable del área

sanitaria el doctor Francisco Llo-

rente, a quien conocí viviendo en la

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66 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

hoy Casa Consistorial, habiéndome

atendido de mi enfermedad tumo-

ral en 1947, en Avilés, por ausencia

del doctor Salvador Garriga.

Si bien los 40 años de la larga

y árida travesía política no habían

sido fáciles, en los años 60, las olea-

das de turistas europeos occidenta-

les que llegaban a los puntos más

cálidos del país, los emigrantes de

regreso vacacional (embebidos de

libertad soberana, sindical y me-

jores salarios), los movimientos in-

telectuales, los obreros conciencia-

dos, los estudiantes, organizaciones

católicas y el mismo clero fueron

esenciales para que tras la muer-

te de Franco (1975), dieran lugar

al fin de la dictadura, mucho más

blanda, y en 1977 se proclamara la

anhelada democracia constitucio-

nal . Sin embargo, los atentados de

Atocha y la intentona golpista del

23 F hicieron oscilar los cimientos

de la incipiente democracia que, no

obstante,la dura experiencia y la

prudencia política dieron al traste

con el intento involucionista.

Quizás, amigo Rubén,los deshil-

vanados trazos históricos de nues-

tro país, entre la extrapolación de

algunos otros temas, te hayan abu-

rrido, cuando solo pretendo mos-

trar algunas de la posibles causas

quer trajeron consigo tantos efectos

desastrosos. –Manolo no soy tan

leído como tú, pero tampoco tan

ignorante para no comprender de

lo que estamos hablando. O mejor,

me vienes explicando. ¡Jamás pen-

sé tal cosa, Rubén!, No estoy por

encima de ti , ni de nadie. Los li-

bros, los medios de comunicación

y la experiencia son mis fuentes de

información sin que ello signifique

estar en posesión de toda la ver-

dad. Además, de qué sirven estas

informaciones si no las comparti-

mos buscando puntos de confor-

midad positiva. Lamentablemente

son muy pocas las ocasiones que

tenemos para esta clase de con-

versaciones con las que podamos

intercambiar punto de vista y enri-

quecer mutuamente nuestro acer-

bo cultural; que sin embargo , en

estos tiempos, la cultura parece

una moda en desuso.Como tantos

y tantos libros en muchos hogares

cuyos mejores lectores son los áca-

ros. Tampoco los cerebros electró-

nicos parecen mostrar más interés

por la cultura informativa que por

la del ocio del chateo,o por colgar

men sajes u opiniones , algunos de

gus tos soeces. Y no digamos de

cier tos programas televisivos. Cier-

to, que para determinada gente son

medios de evasión para llevar un

poco mejor el peso de los años o las

penas.

¿Por qué preocuparse? He aquí

una frase interrogativa muy sensa-

ta. Preocuparse por los demás es

una tarea demasiado vana y difícil.

Por ello, dejan esa tarea en manos

de quienes sienten la motivación

de cambiar el mundo. El mundo

siempre perdurará más que noso-

tros. Pero yo formo parte insepara-

ble del mundo en que vivo, mi pro-

pio mundo interior, el mundo de

la comunidad local y el mundo en

general. Dejemos que esta gente de

espaldas a sus semejantes pasten

felices como vacas en el campo...

Sabiendo que hoy cuentan con pas-

tura.

En otro contexto muchos espa-

ñoles de buena fe creyeron que el

logro de la libertad era la panacea

que garantiza los derechos hu-

manos que conforman el llamado

bienestar social, obviando que la

sociedad no está obligada a propor-

cionar a la población todo lo que

necesite. No es exactamente así.

Hay un derecho absoluto a ser pro-

tegido como el asesinato y la tortu-

ra porque estos no son necesarios.

La sociedad únicamente puede pro-

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 67

porcionar salud, educación, vivien-

da y alimentación, hasta donde sea

posible, puesto que debemos de te-

ner en cuenta que los recursos son

limitados. Por ello existe una gran

necesidad de nuevas ideas, pensa-

mientos creativos y diseño a fin de

aprovechar los recursos limitados.

Una gran parte de la población

mundial es pobre -en parte por la

imperiosa necesidad del agua. Pero

nadie arriesga en solucionar el pro-

blema porque seguramente no deja

beneficios.Hay también forma de

salir de la pobreza si se crea y dis-

tribuye equitativamente la riqueza,

asi como de la autoayuda y de las

actitudes constructivas pero ¿inte-

resa el desarrollo de estos países,

o es preferible mantenerlos en la

ignorancia y el atraso para seguir

explotando sus recursos naturales a

precio de saldo? Los mismos países

que tras el colonialismo, el impe-

rialismo,ahora, con la independen-

cia, sufren la dependencia de sus

antiguos amos. Como ves, amigo

Rubén el desarrollo educativo en

todos los campos es fundamental.

Quizá si nuestro país no hubiera

sufrido el atraso de 40 años estaría-

mos hablando de otras cosas menos

complejas. Y amigo Rubén, a este

mundo regido por un cúmulo de

intereses materiales pertenecemos

nosotros. A él huyen del hambre,

de las atrocidades políticas, de las

guerras, de tantas horribles razo-

nes. Huyen pensando que en esta

tierra de promisión encontrarán un

medio de vida mejor y un remanso

de paz. Y sin embargo, encuentran

la muerte por miles en aguas medi-

terraneas y los que consiguen lle-

gar quedan encerrados en barraco-

nes como meros delicuentes. Y el

mundo rico y poderoso mira para

otro lado. Y ¿nosotros, salvo loables

excepciones, para dónde miramos?

Sencillamente, nos encogemos de

hombros y ¡Son cosas que pasan

!, y seguimos adelante sin pensar

que la virtud solidaridad es la que

nos otorga el derecho a llamarnos

¡Seres humanos! No cabe duda que

en esos paises atrasados el apego a

sus tradiciones y costumbres ten-

gan que ver en su atraso y culpa-

bilidad, pero la falta de recursos y

oportunidades les exonera con res-

pecto al mundo como el nuestro en

el que no se puede responsabilizar

a los gobernantes de las decisiones

individuales en el sentido de quie-

nes pudiendo estudiar no lo hacen

para evitar el esfuerzo de apren-

der, de trabajadores que pudiendo

aprender una adecuada profesión u

oficio prefieren continuar haciendo

tareas funcionales que en la socie-

dad de la tecnología han quedado

absoletas. Comprendo, Manolo,

que de alguna manera todos somos

culpables, pero llevamos dos horas

de conversación y no veo un rayo

de luz que ilumine la esperanza de

la recuperación socio-económica

¿Crees que estas elecciones traerán

aires renovados hacia el cambio ?

En mi modesta opinión las eleccio-

nes municipales no traerán ningún

cambio radical en nada. Un hecho

es seguro, atendiendo a la forma

de votar de nuestros conciudada-

nos, nada será igual. Los pactos

obligarán a cambios parciales en

todos los puntos conflictivos. Otra

cuestión muy a tener en cuenta

será la capacidad de dialogo y de

entendimiento, y si de verdad el in-

terés del pueblo está por encima de

intereses partidistas o personales.

Lo importante es que las medidas

que se tomen, vengan de pactos o

no, sean las correctas y lleven a pa-

liar las acuciantes necesidades de

numerosas familias. Sin obviar que

el respeto es el valor fundamental

para hacerse merecedores de los

derechos que nos otorga la liber-

tad democrátrica, pe ro teniendo

en cuenta también, que los debe-

res van parejos. a los derechos. A

su vez, a las instituciones debemos

de respetarlas otorgando nuestra

confianza, pero con un fiador que

anteponga los intereses del pueblo,

defendiéndolos con equidad y hon-

radez. Recordando a Montesquie:

”Para que no se pueda abusar del

poder, es preciso que él, para hacer

poder, detenga al poder”. Espere-

mos que cualquier poder solo se

utilice para hacer el bien. Espere-

mos, ¡Demonios, qué tarde se me

ha hecho, hoy me quedo sin co-

mer! Espero, Manolo que pasadas

las elecciones volvamos a tener

otra charla sobre el resultado de

las mismas. Esta, además de muy

grata, enriquecedora. Yo también

lo espero, Rubén. Con el sol jugan-

do al escondite nos despedimos.

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68 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Busco mi vida a través de ti,

lo que tus ojos acechan,

un trozo de tierra, una roca,

un cuerpo nuevo al que aferrarme.

Busco en la intimidad de tus brazos abiertos,

que abrazan espigones

y se ocultan furtivos

en el hueco de las peñas.

Pones en mis manos

la materia inalcanzable,

me acercas las estrellas

y por la noche ardes.

Vienes otoñando por las esquinas

de veranos enfermizos y distantes.

Conoces cada viento por su idioma,

conoces lunas llenas y cuartos menguantes.

Todo habita en ti y en tu casa sin puertas;

Tu voz, rumor de caballos salvajes,

despierta mi instinto y mi deseo de amarte.

Eres mar, eres ola, canción repetida,

con distinto final,

con historias distintas.

Eres mar, eres ola,

eres agua suicida,

eres sal en el aire,

eres muerte, eres vida.

Eres mar, eres ola

“Larga lengua de mar en mi memoria”

L.G.Montero

MIGUEL MENÉNDEZ VIÑA

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70 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Salón de Teatro Costumbrista y Premios Aurora

LOLI MONZÓN

Candás es un pueblo con

gran trayectoria cultu-

ral, especialmente las

semanas estivales de agosto, en

las que reúne numerosos actores

de género narrativo-cómico, para

actuar en las prestigiosas jornadas

de “TEATRO COSTUMBRISTA

ASTURIANO”.

Las obras describen con sim-

patía la vida de las gentes de las

aldeas, sus amores, sus dramas

familiares, sus problemas ve-

cinales…, en fin, que los

espectadores que asis-

timos para pasarlo

bien durante

una hora

y me-

d i a ,

aproxima-

damente, nos

olvidamos de los

problemas cotidianos y

vivimos el desarrollo de las

mismas con interés, intriga y

emoción. Los aplausos suenan en

el salón con sabor a homenaje, de-

jándonos una huella imborrable.

Una

vez fina-

lizadas las jor-

nadas de teatro, se

reúne el jurado para

intercambiar opiniones y

decidir la adjudicación de ga-

lardones, “PREMIOS AURORA”.

Decisiones cada año más difíciles,

tratando de exponer con actitud

positiva la imparcialidad y la me-

jor consideración hacia directores,

intérpretes, autores…, que realizan

su trabajo con ilusión y esmero.

La jornada magistral es la noche

de la gran gala, la entrega de “PRE-

MIOS AURORA”. Autoridades, jura-

do, actores y público desfilan para

acomodarse en el lugar destinado

a cada uno. El teatro se llena espe-

rando con expectación que el telón

se abra y aparezca un llamativo

decorado y la persona responsable,

que

a s u -

me con

maestría y satis-

facción el desarrollo

del evento, D. Alain Fer-

nández, Gerente del Teatro

Prendes. Debo felicitarle por su

labor, ya que es un honor contar

con una persona de tantas tablas en

la organización de tan importante

actividad cultural.

Me reitero, un año más, felici-

tando a los premiados así como a

todas las compañías participantes

por las horas que nos hacen pasar

tan entretenidas y divertidas.

En este año 2015 se cumplen

los 25 años del Salón del Teatro

Costumbrista Asturiano en Can-

dás. ¡Enhorabuena!

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72 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

ARTURO MUÑIZ FERNÁNDEZ

González de Posada:Pasión por Asturias

Es posible que la obra de

Carlos Benito González

de Posada y Menéndez,

el canónigo e historiador que vino

al mundo en el año 1745, en “la

villa y puerto de Candás”, haya

sido analizada con severidad ex-

cesiva y que continúe siéndolo

por parte de eruditos y glosadores

que, como bien afirma ‘Españoli-

to’, incurren en el error de querer

encontrar en esos trabajos méto-

dos que corresponden a época

posterior. Las fuen tes historiográ-

ficas de la segunda mitad del siglo

XVIII, así como los procedimien-

tos para interpretarlas y manejar-

las con solvencia, han venido ex-

perimentando una transformación

tan ver ti gi nosa que por sí mismas

justifican lo que la exigente crítica

de hoy considera carencia o falta

de rigor. Con esto no quiero decir

que sea obligado considerar a Po-

sada un gran historiador, sino que

ha de tenerse en cuenta que, aun

disponiendo de unos medios tan

precarios como los de la época

que le tocó vivir, fue capaz de de-

sarrollar una labor de erudición

muy meritoria, e incluso impor-

tante si consideramos que, sólo

refiriéndonos a la historia de As-

turias, él fue pionero en dar a co-

nocer hechos y nombres que ha-

brían quedado inéditos sin su

aportación. Otra cuestión distinta

sería la circunstancia de que gran-

dísima parte de la ingente obra

del “candasín” brilla hoy por su

ausencia, lamentablemente desa-

parecida aunque casi siempre re-

ferenciada como manuscrito ilo-

calizable, cuando no malogrado

por infortunios aleatorios, como

la desaparición del material que

había recopilado con destino a los

20 volúmenes que iban a comple-

tar sus “Memorias históricas”, y

que acabaron en el fuego, según

su propio testimonio, a manos de

una criada que don Carlos dejó al

cuidado de su casa mientras él se

vio precisado a escapar a Baleares

durante la invasión francesa de

1808. Unos de sus manuscritos

desaparecidos es el titulado “Dic-

cionario de etimologías del idio-

ma de Asturias”, escrito por indi-

cación de Jovellanos y con destino

a la Academia Asturiana. Sin que

yo pretenda ahondar en cuestio-

nes que con más propiedad in-

cumben a especialistas, lo que

pretendo al ocuparme hoy de la

figura de González de Posada, y

aunque sólo sea desde mi pers-

pectiva de modesto espectador

con raíz carreñina, como él, es

abordar un aspecto muy gratifi-

cante para todos nosotros y muy

generoso de su parte: la asturia-

nía que subyace en la mayoría de

sus escritos, lo cual queda patente

no sólo en lo que acabo de apun-

tar, sino también en cuanto se re-

fiere a la preparación que don

Carlos hizo ante la inminencia de

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 73

su muerte. En ese final que vio

acercarse inexorablemente queda

manifiesto, a mi juicio, lo más

emotivo de un nuevo mensaje de

amor que el ilustre canónigo trans-

mite a su tierra natal. La tierra na-

tiva que es, naturalmente, el Prin-

cipado de Asturias, a cuyos

ha bi tantes invoca en el prólogo del

primer tomo de las “Memorias...”,

cuando declara que a ellos dedica

su voluminosa obra, y que lo hace

“con el fin de instruir a mis compa-

triotas, conduciéndolos dulce e in-

sensiblemente, por medio del inte-

rés que produce el amor de la

patria, a muchas noticias que le

son útiles y aun necesarias, y de

que carecerían o por inéditas o por

falta de guía para buscarlas, o por

no tomar el trabajo ímprobo de

leer largas crónicas para hallar

una memoria”. A pesar de su pro-

longada y definitiva ausencia de

Asturias, Posada siempre perma-

neció espiritualmente en ella, y en

particular en el Candás de su in-

fancia, en el Candás maternal “de

220 vecinos y mucha pesquería”, a

cuyo Cristo quiso rendir un singu-

lar tributo que aún se recuerda,

pues de don Carlos partió la inicia-

tiva de imprimir, en 1805, una

imagen del Santísimo Cristo que,

desde su trono en el camarín de la

iglesia de San Félix, podría ser de-

nominada como la del Cristo de

las leyendas, pero que se ha con-

vertido en un símbolo del pueblo y

la devoción popular, a cuya divul-

gación contribuyó sin duda la es-

tampación iconográfica auspiciada

por González de Posada en aquel

año. Y tanto en su relación con Jo-

vellanos como en la inmensa obra

que nunca dejó de preparar a su

paso por Madrid o en su definitiva

residencia de Tarragona pero, so-

bre todo, desde lo más recóndito

de su voluntad, la presencia de

Candás siempre estuvo en el cora-

zón del canónigo González de Po-

sada. Recuérdese que su trabajo

acaso más ambicioso, las citadas

“Memorias históricas del Principa-

do de Asturias y Obispado de

Oviedo”, lleva esta dedicatoria: “A

Jesu-Christo Crucificado en su

imagen del Santuario de Candás”,

y a lo largo de su primero y único

volumen, que abarca la letra A, se

recogen con abundante documen-

tación diversas recensiones bio-

gráficas de carreñinos ilustres, en-

tre ellos los pertenecientes a la

casa de Carreño, como don Alvaro

de Carreño, Aposentador mayor o

Repostero de Camas de los Reyes

Católicos y a propósito del cual es-

cribe: “Estuvo casado con doña

María de Quirós; trata de él su biz-

nieto D. Juan Carreño de Miranda

en el memorial a Felipe IV en 1623

sobre legalización de escrituras”.

Aquejado de una inclemente pará-

lisis que le limitaba los desplaza-

mientos físicos, el 9 de enero de

1826, cuando contaba 81 años de

A pesar de su prolongada y definitiva ausencia de Asturias, Posada siempre permaneció espiritualmente en ella, y en particular en el Candás de su infancia, en el Candás maternal

“”

Aquellas estrecheces le preocupaban menos que las privaciones con que aún se veía necesitado a luchar para hacerse con los libros que tanto ansiaba leer

“”

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74 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

edad, el canónigo candasino dis-

puso su testamento. Los avisos

que la muerte cercana empezaba a

pasarle encontraron a don Carlos

en situación económica precaria,

pero aquellas estrecheces le preo-

cupaban menos que las privacio-

nes con que aún se veía necesitado

a luchar para hacerse con los li-

bros que tanto ansiaba leer, y así

lo reconoce en una carta que envía

el 22 de mayo de 1828 a su protec-

tor Félix Torres Amat: “Vuelvo a

llorar mi penuria de libros”. Y con

aquella avidez por seguir leyendo

y rastreando en la Historia dictó

sus últimas voluntades, en las que

aparecen numerosas muestras de

la austeridad y el desprendimiento

que siempre guió su existencia y

que se resume en esta emotiva

cláusula testamentaria: “Mi cadá-

ver será revestido de sotana, ami-

to, alba, cíngulo, manípulo, estola,

casulla y bonete, y entre ambos un

cáliz. Deseo que vaya sin mulaza y

descubierto en manos de seis sa-

cerdotes hasta la iglesia y desde

ésta al cementerio por seis estu-

diantes, y allí se entierre sin distin-

ción alguna y sin ataúd, lo más

próximo posible a la capilla o la

cruz; y el féretro se dará para los

pobres de la parroquia o para el

hospital no tomándose la medida,

sino haciéndole de la ordinaria

para que pueda servir a los pobres.

Pero si al Ilustrísimo Cabildo pare-

ciese otra cosa, no valga nada de

esta disposición...” El nombre de

Candás está presente en las últi-

mas voluntades de don Carlos,

como cuando escribe: “Declaro en

este testamento que tengo en la vi-

lla de Candás dos casas y una finca

de pan llevar”. Tales eran, al pare-

cer, los dos únicos bienes que

componían su patrimonio mate-

rial en su lugar de nacimiento.

Independientemente del legado

de un bonete y varios libros reli-

giosos al arzobispado de Tarrago-

na, González de Posada dejó a su

sobrino Carlos Benito González

Llanos un retrato de su esposa y

otros objetos personales, además

de todos sus manuscritos, excep-

tuando las “Etimologías del idio-

ma asturiano”, que pasarían a ma-

nos del clérigo de Reus, don

Francisco Sagrá. Entre otras do-

naciones de carácter diverso, y

según recogen los historiadores

José Remesal Rodríguez y José

María Pérez Suñé, en su obra

“Carlos Benito González de Posa-

da (1745-1831): vida y obra de un

ilustrado” (Real Academia de la

Historia, 2013), en el testamento

se anota otra donación destinada

al santuario del Santo Cristo de

Candás, y que consiste “en un re-

licario de plata con pie del mismo

metal conteniendo un pedazo de

la canilla de Santa Tecla, virgen y

mártir, con los papeles de su ad-

quisición”. De otra parte, resulta

muy revelador, una vez más, de la

sobriedad y ausencia de holgura

en que vivía el canónigo asturia-

no, el inventario de bienes lleva-

do a cabo tras su muerte. En la

descripción del mobiliario que

ocupa la sala de visitas, el dormi-

torio, la sala principal, el oratorio,

la cocina y otros aposentos de la

casa, llama la atención la insisten-

cia con que se alude a taburetes

viejos, una mesita de madera de

pino usada, otra mesita de juego

muy vieja, cuadros con marcos de

madera usados, dos mármoles en-

cima de una mesa, y ambos rotos,

unas pinturas con marcos de ma-

dera agujereados, casullas y esto-

las inservibles, tres calzas viejas y

también inservibles, una levita

muy vieja, seis servilletas usadas

y muy malas, etc. En suma, el

ajuar pobre de quien desprecia lo

mundano y que resalta una rique-

za infinitamente mayor: la del es-

píritu del gran “candasín”.

Con aquella avidez por seguir leyendo dictó sus últimas voluntades, en la que aparecen numerosas muestras de la austeridad y el desprendiento que siempre guió su existencia

“”

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76 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

LUIS F. NODAL GARCÍA

Como continuación de mi anterior colaboración

voy a referirme a unos hechos acaecidos duran-

te y a posteriori de la misma.

EL AYUNTAMIENTO con su Alcalde Pelís a la cabeza

ofreció una cena en honor del padre del Rey (en aquel

momento S.A.R. Don Juan de Borbón Battermberg) a ce-

lebrarse en el último piso del hotel MARSOL que era don-

de estaba situado el restaurante y cafetería. A cuya cena,

lógicamente, también asistimos todos los invitados a la

alborada entre los cuales me encontraba yo.

Pasaba la hora fijada y estábamos todos menos el

Alcalde, el tiempo seguía corriendo y sin aparecer (con

regocijo para algunos que repetían, “claro, Alcalde comu-

nista”, y otras lindeces), pero claro, otros que sabíamos

de la seriedad y personalidad del llorado Pelís estábamos

nerviosos ya que pensábamos que

algo raro debía pasar.

Efectivamente, al cabo de un

largo tiempo apareció y se dirigió

apresuradamente a Don Juan en-

tablando con él una conversación.

Luego, el propio Pelís nos explicó

que al llegar al hall del hotel la poli-

cía y guardia civil le prohibió subir

ya que había habido una amenaza

de bomba y estaban chequeando

todo el hotel piso por piso.

Por otro lado, en el muelle local

se encontraba atracado el guarda-

costas SIL mandado por el enton-

ces teniente de navío J.M. Blanco,

el cuál y, recientemente, ya como

capitán de navío, imparte conferen-

cias históricas relacionadas con la armada, tanto en inglés

como en español, de las cuales fui testigo en el día euro-

peo del mar que se celebró en Gijón. Y, además, y dada su

colaboración con el MUSEO NAVAL, de Madrid, me ha

ayudado en mis colaboraciones en la revista que edita el

GREMIO DE MAREANTES, de Pontevedra, bajo el título

“LOS NODALES”, en honor de dos capitanes que fueron

famosos tanto por sus hazañas bélicas como por impor-

tantísimas expediciones marítimas: los hermanos Barto-

lomé y Gonzalo Nodal (por cierto ancestros míos). El SIL

tenía su base en Pasajes y ETA trató de hundirle envián-

dole por medio de un artilugio radioteledirigido cargado

de explosivos, que fue un fracaso dada la responsabilidad

de su comandante.

Candás Íntimo

Alborada 1982 ( S E G U N D A PA R T E )

Participantes en el partido benéfico celebrado en el Molinón en una visita al Grupo Co-vadonga (1975). Comenzando por la Izda.: Ortiz de Mendívil, “Nani”, Dr. Marcelo Palacios, Paco Gento, Iglesias (Directivo del Grupo), Luis Nodal, Telmo “Zarra”, Prieto (Presidente del Grupo), “Piru” Gainza, Luis Diestro.

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 77

Así mismo estaba fondeado no muy le-

jos del muelle la fragata MARQUÉS DE LA

ENSENADA, mandada por un capitán de

fragata que todo el tiempo que estuvimos

juntos me comentaba con emoción que iba

a solicitar el voluntariado de la comandan-

cia de Bilbao (las comandancias del País

Vasco tenían, y creo que siguen con ello,

unas ventajas por su peligrosidad).

Pues bien, volviendo de unos ejercicios

navales en Santander atracó en un muelle

de la ciudad, pegado a la comandancia.

Se dijo que este atraque no le correspon-

día pero lo hizo y ETA le pegó un bombazo

causando al buque serios daños por los que

tuvo necesidad de entrar a repararlos en el

dique seco del astillero de Santander donde

fui a visitarle para tratar de darle ánimos

comprobando in situ la enorme ave ría que

el bombazo le había causado. Se comentaba

que hubo un fallo de seguridad, unido ade-

más a que este comandante pa saba por ser

ciertamente avezado en mu chas decisiones,

pero lo cierto es que gra cias a atracar donde

no le correspondía salvó de una ma sacre ya que el barco

que realmente debía ocupar su lu gar era antiguo y hubiera

afectado a los sollaos donde des cansaba la marinería. Yo,

de este comandante no supe más.

Volviendo a mi anterior colaboración comentaba que

la cofradía del Alba tenia como colaboradores a dos ca-

pitanes de la marina mercante, en aquella época muy

amigos, y que curiosamente llegaron a ser con el tiempo

Directores generales de la Marina Mercante, sucedién-

dose el uno al otro y terminando fatalmente entre ellos.

Viene a eso que les decía que les pasé factura. Me expli-

co: siendo Lobeto, uno de ellos, Director general de la

Marina Mercante organicé (como podrán comprobar por

una fotocopia de la revista del Colegio Oficial de la Ma-

rina Mercante) una visita al Rey Don Juan Carlos (tuve

gran colaboración del muy recordado Sabino Fernández

Campo y del Almirante Manso Quijano, jefe del Cuarto

militar de la Casa del Rey y que había participado como

Almirante, Comandante general de la flota en la Alborada

mencionada), y aunque parezca mentira, y pese a ser el

Director general de la Marina Mercante y Capitán Rafael

Lobeto, no le invité, ni al compañero Madiedo, en aquel

momento missing, que había sido Director general inme-

diatamente anterior a Lobeto.

Recapitulando un poco sobre la alborada y sus actores

estaba también SOFECA, cuyo presidente (no de la Co-

fradía del Alba que era Herminio Menéndez) era Joaquín

Aramendi “El TXO”, una de las personas más sacrifica-

das y colaboradoras que he conocido, “pues anda”, que

navegar entre la Cofradía del Alba, el Ayuntamiento y la

propia SOFECA, no tenía que ser nada fácil, pero lo hacía

perfecto. Pero, claro, esta familia es única ya que me debo

de referir a su hermano Cipriano que es un verdadero

regusto leerle en sus colaboraciones en diversos medios,

resaltando que también estas virtudes se las ha traspasa-

Reproducción del artículo publicado en la revista del Colegio Oficial de la Marina Mercante, de la Recepción del Rey, en 1990, a Capitanes de la Marina Mercante.

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78 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

do a su hijo Tito (y me refiero a ese conocimiento y ese

amor a la mar siguiendo con la tradición marinera de este

nuestro querido pueblo).

Y volviendo otra vez al tema de SOFECA hay que re-

ferirse a las fiestas del STMO. Cristo de Candás y acor-

darnos de las corridas de toros que se celebraban en el

muelle cuya colaboración de conseguir los toreros y com-

prar los toros se encargaba, con un trabajo maravilloso, el

inolvidable Rafael García, ayudado por César Prendes (el

querido Sarín) y el histriónico Alfonso Navalón.

Una vez terminada la alborada de 1982 se dio paso a

otro tipo de celebraciones sin contar con la Cofradía del

Al ba, siendo presididas por el Alcalde José Luís Vega “Pe-

lís”, ya sin Almirantes, limitándonos a invitar a capita nes

de algunos de los buques surtos en El Musel y por su-

puesto a los Comandantes militares de la Comandancia

de Gijón, resaltando las comidas familiares, me atrevo a

decir, las tertulias, tanto con el Capitán de Navío Luis Fco.

Astorga, como con uno de sus sucesores Mariano Mayo.

No puedo obviar la colaboración casi con su sola pre-

sencia y personalidad de Josefa “La Cervera”, como así

mismo a todas las participantes de la danza prima. Hay

que ver aquellos “cafés de popa”.

Refiriéndome a las fiestas del Cristo no puedo pasar

por alto la figura de Marcelo Palacios que durante mu-

chas fiestas plantaba la enfermería en el antiguo Náutico

y quiero contar un poco por arriba (lógicamente), un poco

de su trayectoria: tras haber pasado por la Universidad

de Valladolid obtuvo su título en la Universidad de Ma-

drid. Trabajó como médico en Alemania y Suecia y ya de

vuelta a España se estableció en Gijón donde, en sínte-

sis, trabajó en la Casa del Mar, donde llegó a ser Director

Médico, montó una clínica, fue médico del grupo Cova-

donga y representó a España en congresos que tuvieron

lugar en Israel y Argentina. También fue muy valorado

por ser quien “descubrió” la enfermedad de Fuentes (el

Tarangu). Su inquietud llegaba también a mostrar su so-

lidaridad con los más necesitados (discapacitados físicos

o cerebrales) organizando encuentros de fútbol entre las

viejas glorias de la selección Asturiana contra sus homóni-

mos del Athlétic de Bilbao, siendo yo el representante de

estos, acompañados de jugadores tan míticos como “Piru”

Gainza, Telmo Zarra, Panizo, incluso Paco Gento, grandes

amigos, y al ser partidos benéficos veníamos acompaña-

dos del mítico arbitro Ortiz de Mendívil (“Don moviolo”),-

que era todo un espectáculo. Acompaño foto del primer

partido celebrado en 1975 en la cual están muchos de los

invitados, el organizador Marcelo Palacios y un servidor.

Siguiendo con Marcelo Palacios tengo que referirme

a su faceta como político, empezando como Vicealcalde

de Gijón, posteriormente es Diputado nacional en varias

legislaturas y yo mismo oí en una emisora de Madrid que

iba a ser nombrado Ministro de Sanidad, siendo respon-

sable de la proposición de ley de “fecundación in vitro” y

también de las células madre, y como hay tiempo, quiero

reflejar una anécdota que habla por si sola de su catego-

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 79

ría: tras una comida con el Alcalde de Bilbao, José Luis

Robles, se sentaron en nuestra mesa Arzallus (Factótum

del P.N.V) y el exlehendakari Garaikoetxea, haciendo el

Alcalde un panegírico de Marcelo, resaltando la gran di-

ferencia política entre ambos, ya que habían coincidido

en Estrasburgo siendo uno Senador y otro Diputado por

sus respectivos partidos. Pero uno de sus logros mayores

y que lleva con mayor orgullo es la creación de la SIBI

que fundó hace 17 años (en lucha constante contra tirios

y troyanos). Así que no me extraña que Gijón le nombrara

hijo adoptivo el 19 de Junio de 2006. En la SIBI organiza

congresos bianuales/anuales, que traen a Gijón, Asturias,

Candás, personalidades de todo el mundo, incluido un

premio Nobel.

También tiene otra faceta que engrandece (si cabe) su

ya rica personalidad que es la de escritor, habiendo pu-

blicado libros sobre temas profesionales y, diría, lúdicos,

como ahora que está de lleno en la publicación de una

trilogía de la que lleva ya publicado dos. Recapitulamos

un poco: hace unos meses se le brindó un emotivísimo

homenaje en el Jovellanos, tiene el premio a la creatividad

del Congreso de los Diputados, Medalla de Plata del Prin-

cipado y el próximo junio el FORO EUROPEO “CUM

LAUDE” le hará entrega de su Medalla de Oro.

Yo creo que en Candás no podemos ser menos,

y como quiera que habrá nuevo Ayuntamiento y este

escrito hay que entregarlo en Abril, me atrevo a suge-

rir que se debería solicitar para nuestro paisano dar su

nombre a algún organismo cultural o edificio (se me ocu-

rre la fábrica de Ortiz), o conceder su nombre a alguna

calle o plaza (él mismo ha sido el precursor del nombre

de la plazoleta Hermanos Helio).

No quiero terminar sin aclarar un punto de mi an-

terior colaboración y que algunos me han solicitado

cuando hablo de observación de estrellas en mi viaje

cruzando el Pacífico de Japón a USA, y de USA a Bir-

mania e India. Solo me refiero al hablar en términos

náuticos/profesionales a la observación astronómica de

estrellas para situarnos en la carta náutica. Y que los

barcos españoles en la mayoría ( y habían sido seis ya)

solo hacíamos la situación, hablo astronómicamente, a

mediodía, que es el momento en que se para el sol (que

no haya líos con esto de que el sol se para ya que es

cierto a medias).

Reproducción de “Hombre del Alba” que me entregaron en septiembre de 1982.

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80 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Buen amanecer, amigas, amigos, autoridades.

Muchas gracias a la Corporación Municipal por in-

vitarme a dar este pregón. Es un gran HONOR para mí

hacerlo en mi pueblo, en mi puerto, con mis gentes.

Mi pensamiento encanecido vuela hasta hoy desde

algunos pasajes lejanos y siempre presentes.

Vuela por la villa de los pescadores y marineros de

compaña o patrones (la mirada franca en el rostro reque-

mado y cuarteado por el sol y los vientos marinos; manos

callosas de cargar y descargar pescado, de tensar jaretas

y obenques, de tirar por garrochas y arranchar eslingas,

y maromas de atraque, copos y redes; ropa de mahón,

botas de agua de caña, boina ladeada) curtidos, bizarros

y sensatos lobos de mar, que así suelen ser de redaños y

carácter los marineros candasinos.

La villa de las muyeres de la paxa, que vendían el pes-

cado por sus calles, y por los pueblos y las aldeas del con-

cejo de Carreño y fuera de él, las sacrificadas pescaderas

o sardineras, a las que rindo homenaje de admiración y

respeto.

De les conserveres, cuyo arte tradicional de elabora-

ción es famoso en el mundo entero, cuando Candás con-

taba con importantes y prestigiosas fábricas de conserva

-Herrero, Albo, Ortiz, Parodi, Mardomingo (luego Porta-

net), Alfageme, Perán y Remo, así como La Invencible,

La Flor, El Arca de Noé y La Estrella- y un pujante mer-

cado nacional y extranjero, y de salazón, como Parodi y

América, Alfredo o Antonia La Mata.

Aquellas mujeres valerosas, muchas viudas, otras

huérfanas del tributo al marinero arriesgado de los sus

hombres, plantaban cara a la vida regulada por la mar;

como si dijeran “aquí estamos, como un piño, inase-

quibles al desaliento, con nuestro coraje sin alardes ni

formulismos, trabajando de sol a sol, produciendo una

riqueza que apenas nos roza, luchando por la familia,

haciendo país y futuro sin escurrir el bulto, a pesar de

las adversidades, que son muchas y muy crueles”; como

si con la manufactura de cada pez, la venta ambulante

del pescado fresco o con sus cantares rindieran tributo y

reverenciaran la boga abnegada y el faenar infrahumano

de los marineros de todos los tiempos, los que regresaban

y los que sucumbieron arrebatados por la ventosa insen-

sible y reincidente de los océanos fragosos.

Recuerdo a esas mujeres legendarias, irrepetibles e

indispensables en su tiempo y circunstancias difíciles.

Entonces no podía imaginar de qué modo influirían en

mí. De su dignidad, su natural y humilde sabiduría, su

coraje ejemplar y su peculiar sentido del humor recogí

valores esenciales, que a veces me guiaron y que rara-

mente encontré en otras universidades de la vida.

En la dársena veo a los marineros calafateando, ca-

renando y pintando las naves; a las rederas y rederos te-

jiendo o recomponiendo los aparejos sobre el suelo o las

rodillas, encascándolas con tinte de corteza o casca de

eucalipto para endurecerlas, teñirlas y ponerlas a secar

en las solaneras y al aire; a los carpinteros construyen-

do botes, chalanas, vaporas, remos y mástiles de madera

para el velamen; a los excepcionales ebanistas adornando

el mascarón de la roda de proa y los careles de las embar-

caciones, de un modo que las grandes naos y carabelas

envidiarían; a los barrileros, fabricando barriles para la

conservería o tabales para conservar sardinas en aren-

que o saladas y anchoa. Todos ellos artífices reconocidos,

herederos de los oficios del siglo XVIII, cuando Candás

era un puerto pesquero de gran actividad y afamados as-

tilleros de construcción y reparación de buques, época

en que se fundan las cofradías Ánimas del Purgatorio y

Nuestra Señora del Carmen.

MARCELO PALACIOS

Pregón de La Alborada (Candás 2014)

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 81

Percibo con fuerza la muestra

de fe multitudinaria en la emotiva

Misa del Pescador (de madrugada,

en principio sólo para hombres,

aunados con rezos y cánticos), en

el conmovedor Encuentro del Do-

mingo de Pascua y en las gargan-

tas marineras de salitre y oleaje:

Salve, estrella de los mares, iris de

eterna ventura….. Y al terminar la

manifestación devota, en el muelle

(ese pocillo de escamas plateadas

que se vuelven oro del triunfo, ese vigía de ausencias y

escriba de penas, ese guardián de tradiciones) el café o

chocolate, bastantes copas de anís con marañuelas y el

clásico roscón.

Escucho embelesado las voces femeninas brotando

de las fábricas, del artístico lavadero de Santarúa, junto

al parque y al rumor de la fuente que fai a la gente agu-

da, mientras las mujeres se deslomaban frotando la ropa

contra las pilas y retorciéndola, o en las competiciones de

La Baragaña, entonando los cánticos marineros o haba-

neras, Adiós con el corazón…, Viajera…, Qué llevas en esa

saya...,Salió de Jamaica… y tantas más. Otras veces las

escucho manifestando su gracejo espontáneo y original,

aquel duende intuitivo rebosante de humanidad, des-

parpajo y fluida inspiración, con su inventiva inagotable

llena de insinuaciones; era su modo de afrontar la vida

rácana, un arma espiritual de supervivencia, la sabiduría

irónica como catarsis a las tragedias vitales, el ingenio de-

cidor (a menudo con la prosodia del argot candasín, ver-

bo marinero puro con ecos del ayer y de siempre) como

facultad inveterada y respuesta liberadora y socarrona

para contrarrestar cada mal momento de su existencia.

Y oigo y canto con los jóvenes en las plazoletas o los

bares al Cristo de los Pescadores, a la Madre del Divino

Amor, al drama, al humor, a la alegría, a la esperanza:

Marinera, baja luego a la ribera,… Avante patrón, avante

amigo viejo…. Mi bella Lola… Los mayores, abstraídos con

los naipes manoseados de Heraclio Fournier, o ante un

corío de vino, transidos en el fondo del vaso, ola roja

de océanos tornadizos, recuerdan autistas a los muertos

queridos, ahogados, perdidos.

Desde la ermita renacentista de San Antonio, en lo

alto del Monte Fuxa y otras azoteas naturales vivo la im-

presionante panorámica, un espectáculo que sobrecogía

el alma por su tranquilidad o su violencia. Enfrente se

ofrecía a la mirada asombrada el inalcanzable horizonte,

el piélago de la mar cíclica, sin final ni comienzo, a veces

apaciguada, acuarela meciendo barcos y veleros al mur-

mullar lejano de la orilla, peinando las playas con rizos

de espuma. Otras veces traslapada por el antifaz de la

niebla misteriosa, torticera, engañosa. Y en ocasiones in-

dómita, el baile encrespado y apabullante del oleaje, las

burbujas cabalgando sobre las olas caóticas, destrozando

embarcaciones, arrastrando a infelices hacia sus inalcan-

zables simas o a los roquedales, y concitando los furores

de sus gigantescas gargantas de agua contra las puertas

impertérritas de la tierra.

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82 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Quien eligió Candás para descansar, se entera muy

pronto que aquí no es posible reposar y cargar las pilas

del todo; o, bien mirado, que es lugar donde uno se repo-

ne al modo que condicionan los candasinos con su amis-

tosa y contagiosa personalidad, o disfrutando la lindura

de la villa y de su entorno. Descubren que hay que vivir

aquí para entender una forma especial de la existencia

y experimentar el goce de cualquier encuentro, el más

común o el más esperado; que hay que respirar el aire

obstinado de la ilusión y probar el amargor del familiar

o el amigo que no retorna de la encerrona de los mares;

que hay que oír cantar en el puerto, en las fábricas, en

las plazoletas y en los bares para entender y amar la vida

pendientes de las ubres ventajosas de la mar, venus ma-

dre que les trae la suerte para subsistir, y, en el reverso, el

sino de agonizar en su mortaja de muerte y desconsuelo.

Somos los de El Farolillo, vivimos junto a la iglesia, todos

somos pescadores, y andamos siempre de juerga. Porque no

saben ustedes, que debemos disfrutar,

por si algún día nos lleva, un traidor

golpe de mar.

Los visitantes entienden que

muchos candasinos existen por la

mar y para ella, y que pueden ser

su botín, plancton rehén, al fin are-

na pura de caracola y coral.

Pero Candás se ha repuesto de

la tragedia y la existencia tahúr, re-

flejadas en el luto de las mujeres

como piel perpetua. Lo ha hecho

con su peculiar talante de laboriosidad, hospitalidad y

alegría, con festejos para dar y tomar: San Félix, San

Roque, San Juan, San Pedro, el Festival de la Sardina y el

Cristo, que este ya es harina de otro costal, años atrás con

corrida de toros (“novillos que veranean brevemente y

mueren perplejos contra el salitre” del improvisado coso

de la dársena), orquestinas, charangas y una farándula

ensordecedora que revitaliza el alma.

Que soy de Candás/y mi vida está en el mar.

¿Qué sería de la mar sin Candás? No es pretencioso

plantearlo, tiene crucial importancia. La mar se quedaría

sin una joya, sin parte del rosario de luces candasinas. La

luz de los atalayeros que encendían fogueras en el monte

San Sebastián, hoy monte Fuxa -en cuya falda había una

fábrica de calderas para derretir la grasa de las ballenas-,

para orientar a los barcos de los pescadores, divisar lo

xarabales o los navíos hostiles y dar el aviso; la luz de La

Farola del Peñón de los Ángeles (iluminada por prime-

ra vez el uno de diciembre de 1904, con un alcance de

luz de 9,1 millas, que se mantuvo como señalización del

puerto hasta 1917, al entrar en funcionamiento el faro de

San Antonio), símbolo de Candás, que el Ayuntamiento

ha programado reparar, como había de hacerse con la

Peña Furada, esa montera picona de piedra mutilada en

la cima, cuyo ojo es un catalejo que escudriña incesan-

temente las mareas; la luz de esta pequeña población

que inspiró a escritores: en el barrio de Santaolaya está

la casa de José, el protagonista de la novela marinera de

Palacio Valdés, en la que asegura que Candás es “el pue-

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 83

blo más singular y extraño de la provincia, ya que no el

más hermoso”, que “no es gentil, pero es sublime, lo cual

importa más”. (Aclaro y corrijo yo que el pueblo del San-

tísimo Cristo de los marineros, contiguo a Antromero y

Sarrió (Gijón), aunque en su ficción él lo llame Rodillero,

es Candás, y afirmo categóricamente que don Armando

erró al negarles gentileza a los candasinos, pues si hay

gentes abiertas, consideradas y corteses con los visitantes

que encontrar se puedan, son las de Candás).

¿Y qué sería Candás sin la mar? Sin duda perdería sus

señas de identidad, de la que tan orgullosos nos sentimos.

Sin la mar que imprime personalidad y carácter a esta

vi lla y a sus gentes, y da un hermoso perfil a nuestra

costa. La mar que hacia los años 1530 a 1550 puso al

Cristo inglés arrojado a la aguas flotando a la vista de

los intrépidos balleneros candasinos, que lo trajeron en

su chalupa, y en un bellísimo camarín es referencia del

fervor marinero y protector de pescadores y navegantes.

La mar de los delfines que en el año 1616 rompían

las redes y diezmaban la pesca o la ahuyentaban, empo-

breciendo al límite a las familias marineras, hasta que la

protesta de los pescadores acabó en los tribunales, que

decretaron la expulsión de los intrusos que los habían

llevado a la miseria. Las barcas se hicieron a la mar, y

desde una de ellas el Notario fedatario de Oviedo exi-

gió a los mamíferos marinos que se fueran de allí para

siempre. Y según los testimonios los delfines acataron el

mandato y desaparecieron mar adentro. Así consta en el

monolito frente al apeadero del tren.

La mar por donde llegaron hacia 1929 las barcazas de

ferrocemento residuales de la 1ª guerra mundial, para

reforzar la escollera del puerto (el Creteforge), y alar-

garlo (El Cretefarm, que llamaríamos para siempre El

Barcón), imponentes lanchones en que los rapacinos ju-

gamos, pescamos, surdimos, a veces en competencia con

les moveyes, y cogimos pixapos, cangrejos o terrestres, y

que guardan secretos enterrados en el hormigón de este

“puerto de la modernidad” en que hoy nos congregamos

y que pronto se desvelarán.

La mar como pista para la forja de una juventud de-

portiva y saludable y de piragüistas del más alto nivel, or-

gullo de Candás y de la nación entera, destacado y tenaz

empeño de Amando Prendes Viña a lo largo de su vida.

Muy pocos lugares del mundo pueden presumir de

contar como Candás con sucesos y tradiciones tan píos

como el del Santísimo Cristo, tan ingenuos como el Pleito

de los Delfines, o tan llenos de suspense cual La Leyenda

del Creteforge, o con atletas de tan elevado nivel, con

Herminio Menéndez, multilaureado en las Olimpiadas y

campeonatos mundiales, a la cabeza.

Aquí todo está enraizado con la mar. Candás fue y es

en todo momento la mar como taller vital, como pensa-

miento y como destino. La mar del pescado bendito, de

las tonadas, del alcohol mitigante, del aprendizaje y el

entrenamiento. La mar sin sentimientos ni tópicos, cuya

naturaleza elemental te despoja del alma o la expansiona

y acuna. La mar descastada, draconiana malvada cuando

quita lo que más se quiere, amiga amada si es dadivosa.

La mar del zarpazo a las caricias, penitencia y atractivo,

mudable, aborrecible tumba muchas veces sin féretros

ni flore s ni lamparitas contra el olvido. La mar alimento,

despensa indispensable siempre.

Hoy recordamos a los marineros candasinos que

perdieron la vida por la furia de la mar en galernas y

huracanes, las tragedias del año 1782 (con 42 marineros

ahogados); de 1840 (con 96 muertos); de 1877 (con 30

fallecidos); de 1891 (con 11marineros perdidos, cerca de

San Antonio, a la vista del pueblo); de 1936, con el hun-

dimiento de El Parchís (con 11 desaparecidos), y tantas

otras, la última con José Joaquín Cuervo como víctima.

Que allá donde estén tengan todos ellos la paz, y sepan

que los candasinos y carreñenses los llevamos en el pen-

samiento, y a sus familias.

Siempre hay que mirar hacia delante, y Candás supo

y sabe hacerlo, sin olvidar lo que es su entraña marinera

y su pasado. Por eso estoy seguro que seguiremos guar-

dando celosamente la memoria histórica con las Albora-

das y con el acto religioso del 14 de enero que en 1881

propuso la Sociedad de Mareantes por aquellas terribles

desgracias.

Un fuerte abrazo. Vivan las gentes de la mar.

Vivan Candás y los candasinos.

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84 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

MANUEL EMILIO RODRÍGUEZ ABEIJÓN

A mi padre con todo mi cariño(Manolo Mimón)

Querido padre, te fuiste de mi vera,

y yo no puedo estar sin ti, a la vera.

Fuiste padre ejemplar, ejemplo a seguir,

qué haré yo, tu hijo, sin estar a tu vera.

Padre mío, te marchaste al cielo,

y yo quería que estuvieras a mi vera.

¿Porqué te fuiste, padre de padres?

Te fuiste a la vera de tus padres,

pero yo te necesitaba a mi vera.

Rogué a mi Virgen de los Dolores,

Que no sufrieras más,

que te dejara partir al descanso eterno

y te marchaste de mi vera.

Qué tristeza, me parte el corazón

y sin darme cuenta

ya no estabas a mi vera.

En tu agonía, y entre

esa voz entumecida llamabas.

Papa, mama te estaban

llamando a su vera.

Querido padre, todos tus amigos y

vecinos se despidieron y

yo, tu hijo, con lágrimas en los ojos.

Algún día ya estaré siempre a tu vera.

Nunca te olvidaré papa.

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86 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Si tuviera que sintetizar la historia de Candás en

una sola imagen elegiría, sin ninguna duda, “La

Marinera” de Antón. La expresividad del rostro

de la mujer que implora por la vuelta del marido con

el hijo agarrado a su falda, reclamando su atención,

asustado por la angustia de su madre, ante una espera

que se hace interminable. “La Marinera” es el símbolo

y al mismo tiempo es el himno. Conecta a la perfección

con la canción anónima que tan bien describe esa in-

terminable ansiedad. La labor que desarrollaban las

mujeres “en tierra”, en las fábricas de conservas y en

otras actividades como pescaderas, rederas, etc., era el

nexo de unión con la actividad de los marineros en la

mar. La mar en femenino, como siempre la escucha-

mos, y por lo que, seguramente, Antón representó

en la figura de una mujer la amargura de esa situa-

ción. Nadie como él ha sabido plasmar la imagen de

ese dolor. Quién haya sufrido la espera de la vuelta de

los barcos de una galerna, con la inquietud de saber

quién llegaba y quién se quedaba, entenderá lo que él

quiso reflejar. Las últimas fatalidades sufridas por dis-

tintos barcos hacen recordar aquellas épocas en las que

los marineros salían a faenar en lucha abierta con la

mar exponiéndose a quedarse para siempre en ella. La

mar exige respeto y el marinero lo sabe, pero las limita-

ciones de aquellos tiempos obligaban a entregar la vida

a la incertidumbre en la mayoría de los casos. Todavía

hoy, con todos los avances conseguidos en materia de

navegación, es difícil limitar el riesgo que entraña este

sacrificado oficio. La mar no avisa, tiene sus propias

normas y te tienes que someter si pretendes vivir de

ella. La reciente tragedia del pesquero Santa Ana, ocu-

rrida en nuestras propias aguas, nos trasladó a uno de

esos desgraciados episodios del pasado. En el cabo Pe-

ñas se vivieron días de tristeza y desasosiego por parte

de los familiares y amigos de los marineros que estaban

atrapados dentro del barco encallado en La Herbosa.

Destacadosy destacables

JOSÉ LUIS RODRÍGUEZ ARTIME

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 87

Otra vez el dolor de la familia, otra vez la solidaridad

de los marineros… y otra vez la angustia de la espera

ante el presagio de un trágico final.

Antonio Rodríguez García dejó una obra extraordi-

naria, hoy recogida en gran parte, en el merecido Mu-

seo con el que el pueblo de Candás le honra. Es tan

asombrosa su obra que cualquiera que no conociera su

historia la fecharía, seguramente, en un periodo mucho

más amplio. Es como si el artista conociendo su destino

quisiera apurarlo para legarnos lo mejor de su hacer. Y

lo más importante es que va referido a Candás. En su

biografía se destaca el conjunto de la obra que logró

realizar hasta los 26 años, en plena actividad creadora,

y nos deja con el interrogante de predecir hacia dónde

hubiera evolucionado su arte, aunque, con toda segu-

ridad, ocuparía un lugar destacado entre los más gran-

des artistas, según lo atestiguan destacados analistas.

Entra dentro de lo posible que pudiera derivar, por su

gran nivel, a un tipo de arte más universal, pero seguro

que seguiría cultivando aquello con lo que fue crecien-

do, con constantes guiños a su primera creación por el

apego que tenía a su pueblo. El conjunto de su obra es

un trabajo en exclusiva para el pueblo que le vio nacer.

Ese es el nivel que Antón le dio a Candás.

Antón fue un ejemplo de ingenio precoz. El quin-

to de siete hermanos, en una época donde los medios

económicos no sobraban precisamente, se fue abriendo

camino en una faceta artística que ni era fácil desarro-

llar ni tampoco de entender. Autodidacta, difícilmente

podría llegar de otro modo en los años que le toco

vivir, emprendedor en unos tiempos donde la caren-

cia de medios obligaba a agudizar el ingenio, (para sí

quisiera la abundancia de la reciente crisis), trabajador

constante, que es la base de todo desarrollo, con un

talento excepcional, que le permitió ver la perspecti-

va de las cosas desde una gran sencillez. Con afán de

superación y una idea en la cabeza desarrolló su tarea

con una lucidez que solo da la razón. Su pueblo y su

gente fueron el motivo constante de su trabajo. Creó

su primer estudio a los 16 años, construyendo una

chabola al lado de su casa (en eso se debió fijar Steve

Jobs al crear la primera planta de Apple en el garaje de

sus padres). Era un creador libre pero con una especial

sensibilidad para recoger las escenas cotidianas de un

pueblo que tenía, en aquellos momentos, una depen-

dencia absoluta de la mar. Con gran conciencia social,

ayudaba al desarrollo de fiestas participando en la con-

fección de carrozas o desfiles para el carnaval. Fue un

precursor para generaciones futuras por su admirable

imaginación. Tuve la suerte desde muy pequeño de es-

tar cerca de su obra por los lazos que unían a nuestras

dos familias y recuerdo un detalle que en aquel mo-

mento me dejó muy impactado. Moría la Xixona, ma-

dre de Antón, y yo tenía que acompañar a mi madre

a su casa. Antes, la gente moría en casa y allí acudían

los allegados para darle el pésame a la familia, que na-

turalmente velaba al difunto. Me impresionó ver a sus

hijas llorando a pie de cama. Era tan fuerte la escena

que intenté no contemplarla y al volverme me di con-

tra la escultura “mi guela”. Una obra que trasmite un

fuerte realismo y con la que el autor tuvo un enorme

éxito, pero que a mí, en aquél momento, me terminó

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de bloquear. Fue tan intensa la suma de impactos que

cuando hoy voy al Museo, de forma instintiva, paso rá-

pido para intentar evitarla, aun reconociendo la fuerza

expresiva que tiene.

Este año se cumple el 25 aniversario del museo que

lleva su nombre. Creo que es un merecido homenaje

a un hombre con un valor artístico extraordinario. Al

creador de una obra con una gran fuerza imaginativa.

El reconocimiento de un pueblo a un artista irrepetible.

La casa de Estrada, se de del Museo, también me trae

muchos recuerdos de cuando vivía justo al lado. Era el

palacete que había en Candás cuando yo era un crío,

señorial y hermético, aunque tuve la suerte de verlo

por dentro en aquella época. Visitarlo ahora es revivir

un poco lo que fueron aquellos tiempos. Es difícil des-

prenderse de la gran cantidad de recuerdos que para

mí tiene ese edificio. Hoy alberga la obra de Antón, al

que nos hubiese gustado disfrutar durante más tiempo

y haberle hecho el reconocimiento que se merecía. Por

circunstancias de la vida no pudo ser. Pero si su obra

es importante también lo es el influjo que habrá dejado

en otros artistas, que se habrán inspirado en él para el

desarrollo de su propia actividad creadora. Si todo ese

bagaje ha servido para hacernos sensibles con el arte y,

especialmente, con nuestros artistas locales, habremos

considerado bien. Pero esta sensibilidad debe extender-

se también a reconocerles por sus merecimientos y su

identificación local.

El verano pasado se colgó en el muelle una exposi-

ción de retratos de gente del pueblo que Alfredo Me-

néndez había realizado durante algún tiempo. Fue una

muestra de arte local impresionante, fuera de matices

y discusiones. Una parte de la historia de Candás pro-

tagonizada por las personas que el artista consideró,

sin más. Alfredo confirma con esta exposición su de-

seo, expresado en otras anteriores, de fijar el pueblo

como museo abierto, del que poder disfrutar todos,

pero especialmente los candasinos. Con una referencia

constante a su historia más reciente que por momen-

tos parece que olvidamos. Los murales del edificio de

la desaparecida fábrica de Albo, destacado vestigio de

una actividad que nunca se tenía que haber perdido,

son un exponente de ello. Una representación de es-

cenas cotidianas y personajes populares que reflejan el

devenir desde un tiempo pasado que el artista insiste

en evocar y que el pueblo debería recordar. Alfredo re-

fleja Candás como es, mejor dicho como fue, repasan-

do un trozo de la historia que se resiste a olvidar. Con

la ilusión de un artista que quiere rememorar aquella

sociedad. Pero Alfredo también su fre por la falta de

sensibilidad ha cia sus obras. Es difícil de entender que

una obra hecha con el mimo y la dedicación con la

que él trabaja se vaya deteriorando sin poner remedio.

Solo una persona de su tolerancia y disposición puede

admitir la solución a que se llegó para salvar el mural

del “Paseín”. Personalmente me produce tristeza ver

¿Dónde está el arte, en la pintura o en los azulejos? Es penoso que sea esa la forma de entender el arte.

“”

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 89

la pintura de la salve marinera tapiada. ¿Dónde está

el arte, en la pintura o en los azulejos? Es penoso que

sea esa la forma de entender el arte. Que se pongan las

condiciones para restaurar el mural y poder abrirlo al

público debe ser una tarea prioritaria del Ayuntamien-

to y una exigencia de los ciudadanos. Que nadie piense

que en este pueblo estamos confundiendo el arte con

unos azulejos, que, en el fondo, lo que reflejan es una

falta absoluta de sensibilidad.

Otro artista candasín destacable, con muy poca obra

en el pueblo, por lo menos para lo que se merece, es

Vicente Santarúa. Con una larga carrera en el mundo

artístico que le ha hecho crear obras para distintos paí-

ses y tratar de arte con diferentes personalidades, pa-

rece guardar un sentir pesaroso sobre su pueblo. Hace

poco tuve el privilegio de visitar su estudio. La aparien-

cia de desorden que percibes al entrar va tomando

sentido a medida que va haciendo la descripción de su

obra. Desde el primer momento de la explicación van

quedando fuera de duda la calidad de sus trabajos, que

le acreditan como uno de los mejores escultores del

momento. Aparte del nivel artístico alcanzado llama la

atención su versatilidad como autor. Pero lo que más

impresiona son las constantes referencias de su obra

hacia Candás. Son innumerables los cuadros, grabados,

esculturas, proyectos, etc. que recogen motivos de su

pueblo. La alusión es constante y lo más sorprendente

es su forma de narrarla, como algo propio, como solo lo

puede relatar quien lo siente de verdad. Se ilusiona ha-

blando, pintando y haciendo escultura para su pueblo.

Es uno de los motivos principales de su trabajo. Su obra

más especial es la maqueta del ambicioso proyecto de

construcción de un faro para Candás. La imaginación

desbordante de Santarúa, a medida que te lo describe,

va dando múltiples contenidos y funcionalidades a la

obra, para al final terminar dejándola aparcada resig-

nándose con la suerte de un proyecto que nunca va

a realizar. A Santarúa, que tiene múltiples reconoci-

mientos, quizás le falte el más cercano, el más emotivo,

el que más agradecerá. Este es el momento de conside-

rarlo. Que no se deje para cuando no lo pueda disfru-

tar. Es acreedor de una ganada distinción. Santarúa se

merece una obra en Candás y Candás se merece una

obra de Vicente Santarúa. Es responsabilidad de cada

uno que así sea.

Estamos obligados a preservar y defender lo que te-

nemos. Y debemos distinguir a la gente que lo merece.

No vaya ser, como puede estar pasando, que la gen-

te más destacable sea menos considerada en su propio

pueblo. Valorémoslos por lo que hacen, por sus obras,

nunca mejor dicho en este caso, por lo que verdadera-

mente son, distinguiéndolos de los que no son aunque

les guste parecer. Candás tiene destacados ejemplos

para sentirse satisfecho, no repitamos los mismos

tópicos y reconozcámoslos. Sintámonos orgullosos de

ellos como ellos se sienten de su pueblo. Y no olvide-

mos ponerlos donde se merecen.

Estamos obligados a preservar y defender lo que tenemos. Y debemos distinguir a la gente que lo merece

“”

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90 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

EDUARDO ROMÁN GARCÍA

El hermosoPalacio de Villar

En un lugar en loma levantado

venteando la brisa del mar

y enfrentado al pino que un día

en la Reboria Piñole dio a pintar

y guarecido por la fortaleza

del Areo que a su espalda está,

es el espacio al que he de referirme

el llamado palacio de Villar.

Las inmensas praderías

con el Gorfolí detrás

al oeste se dilatan

y al norte cual santo y seña

la ensenada de Xivares

deja ver azul de mar.

Pero no todo es encanto

no ha mucho es de observar

un puente previo a un túnel

que no deja de hartar

cuando los trenes circulan

con su ruido pertinaz.

Ángel Fernández y esposa

se brindan a presentar

este imponente palacio,

casona, notoriedad

de grandes y hermosas salas

con mucho que realzar,

y en cada rincón te encuentras

historias para contar.

Casa de amplias paredes

que en piedras alojan paz

y tesoros familiares

e incluso a otros seres

que a ti te pueden picar

y con permiso del dueño

se los quiero relatar.

Arcones de hermosa talla

en el salón principal

y un detalle que nunca

lo pude yo imaginar,

una especie de hornacina,

pequeña, sin calidad

hecha con sólo un propósito,

tras la que con una puerta

y redecilla detrás

una colmena de abejas

entre los grandiosos muros

aquí se vino asentar

y de ésta en ocasiones

por medio de esta oquedad

su miel pueden degustar.

A su lado una ventana

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 91

bajo la que también hay

otro enjambre, pero a este,

no hay forma de llegar

y saben que tiene miel

por el olor que les da.

Y en otro de los salones

que antaño fuera llagar

entre los capaces muros

en una obra reciente

una espada cuasi esgrima

y una especie de florete

se pudieron encontrar.

Y hablando del palacio

se sabe que fue morada

de los González Villar

de la familia Posada

con fama y notoriedad.

Hubo otros herederos

largo es de relatar

siendo sus dueños hoy día

descendientes de Caunedo

Fernández de Guimarán

y es del siglo XVII

con su capilla además.

Y al estar él encumbrado

el viento suele jugar

con las hojas cuando secas,

que aquí se suelen posar

y los ojos se deleitan

viéndolas cuando se van.

Y en esta capillita

con pulcritud, sobriedad

sus piedras quizá nos digan,

si sabemos preguntar,

si fue ella construida

con los restos de la ermita

de Santa Eulalia en Candás

o también del monte Areo

se ha llegado a elucubrar.

Incluso pueden decir

si es o no es verdad

que hubo antaño una piedra

en donde Carlos Primero,

su excelsa Majestad,

desembarcando en Tazones

sus nalgas hubo posar

siendo en su día donada,

si tú puedes encontrar,

al Museo Arqueológico

de Oviedo capital.

En el museo Arqueológico

no saben en dónde está

pero Ángel siendo niño

vio su partir hacia Oviedo

y lo puede confirmar

y un recodo en la capilla

su marca deja notar.

La capilla también tuvo

un retablo inmemorial

y de madera de roble

y en la posguerra vendido

queda en la piedra señal.

En tiempo de inquisición

tétrico es mencionar

que hubo en su planta baja

una cámara letal

de tortura, es el término

que lo puede concretar

y llamada del “Forcado”,

que nos da miedo pensar

cómo este útil en esto

se pudiese utilizar.

Las gracias es una forma

con que puedes compensar

la atención ofrecida,

pero para este trabajo

quisiera multiplicar.

Mil gracias, no, muchas más.

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92 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Ésta es la historia real de

una familia numerosa

candasina que tuvo que

afrontar de la mejor manera posi-

ble la penuria económica en la que

quedó sumida España tras los su-

cesos de la guerra de Independen-

cia, penuria que azotó de manera

más dura a las familias numerosas.

Y así les sucedió a la formada por

Juan Muñiz Casablanca y Antonia

de la Ahuja Manuel. De esta fami-

lia y de sus avatares tenemos co-

nocimiento a través de una carta

que su yerno Félix Suarez Navalie-

ga remite desde La Habana recla-

mando la presencia de dos de sus

cuñados para que le ayuden en sus

negocios. La carta es tan interesan-

te y demostrativa de la reverencia

con que entonces se trataba a los

mayores que considero oportuna

incluirla entera. Dice así:

Havana, 30 de mayo de 1819

Querido padre: he recebido por

mano de don Lorenzo del Busto la

apreciable carta de vuesa merced de

30 de enero escrita en la herrería de

la Coíña en donde parece se halla

vuesa merced destinado por cuenta

de nuestro favorecedor don Bernardo

González Llanos. También veo que

mi cuñado y su hijo Ramón se halla

en igual destino en el nuevo martine-

te que estavleció en el lugar de Rao

De Candás a Cuba,a comienzos del siglo XIX

Mª JOSEFA SANZ FUENTES

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 93

para lavrar calderas de cobre el refe-

rido señor Llanos.

Asimismo quedo informado de

que su hijo y mi cuñado Xabier se

halla nabegando en clase de piloto

en un barco de Ribadeo y que poco

tiempo hace llegó de Lisboa y de esta

suerte veo a vuesa merced algo ali-

viada de la dilatada familia que Dios

le dio y que tanto trabajo le costó

criar.

Aquí se conoce mucha vaja en el

comercio con motivo de hacerlo los

estrangeros y también a causa de los

barcos ynsurgentes que apresan los

nuestros, pero según las noticias que

aquí corren ya se ban desengañando

y cayendo de su error los reboltosos,

de suerte que no hay una tercera par-

te de ynsurgentes en todas las Amé-

ricas y especialmente en el reyno de

Mégico, que casi se halla enteramen-

te tranquilizado.

Yo he gozado vastante saluz des-

de que llegué aquí y Dios ha querido

que no perdiese el biaje, pues, aun-

que a costa de vastante trabajo, he

tenido una suerte y fortuna en mis

intereses; pero desde unos 6 me-

ses a esta parte me acometen unas

flogedades de cabeza que a veces

me dejan sin sentido, y por lo mis-

mo quisiera que mis cuñados y sus

hijos Juan Francisco e Ysidro se de-

terminasen a benir aquí, y que vue-

sa merced se lo permitiese para que

en llegando i estando aquí 6 meses

para enterarse y hacerse cargo de mi

giro y comercio, pudiese yo pasar a

esa a recuperarme y estar al lado de

mi querida muger y su hija Rita, y

así espero que me haga esta gracia

y me conteste por el primer barco

que salga de algunos de los puertos

de España.

Diga vuesa merced a Rita que no

le escribo porque me hallo algo flojo,

pero que lo haré por el primer barco

que salga.

Desde 3 años a esta parte han

venido de esa provincia muchos jó-

venes a vuscar su fortuna, y los que

han salido buenos la hallaron, así

como al contrario los malos se ha-

llan avandonados y despreciados de

sus paisanos, y hai uno de cerca de

Avilés que hace 2 años está pade-

ciendo en esta cárcel, pero el citado

don Lorenzo del Busto es de lo mejor

que ha venido.

Dará vuesa merced muchas es-

presiones a mi querida suegra, a Rita

y al resto de mis cuñados, como tam-

bién a mi tío Navaliega y a su señora

doña Juaquina del Busto.

Si viniesen (como lo espero) Juan

Francisco e Ysidro no les abelite vue-

sa merced de ropas, sino de lo mui

preciso, porque aquí lo haré io cuan-

do lleguen, a estilo de este país.

Consérvense vuesas mercedes

como se lo pide a Dios, hasta que

tenga el gusto de verles, este su

amante hijo que de corazón le escri-

be y besa su mano

Félix Suárez Navaliega (rúbrica).

Querido padre don Juan Muñiz

Casablanca.

Félix llama padre a su suegro, y

por la carta sabemos que en estos

momentos Juan Muñiz no está en

Candás, sino que se ha desplazado

con uno de sus hijos, de nombre

Ramón, a la zona de Lugo fronte-

riza con Asturias, en la cuenca alta

del río Navia, que hasta 1955 for-

mó parte del arzobispado de Ovie-

do. Allí, en el actual de Fonsagra-

da se enclava Vilar de Cuíña y en

el vecino de Navia de Suarna Rao.

En Cuíña Juan regenta una ferre-

ría y en Rao Ramón un martinete

en el que se fabrican calderas de

cobre. Y su estancia allí se debe

a la actuación de su favorecedor,

como expresa el documento, don

Page 96: Portofolio 2015

94 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Bernardo González Llanos, po-

siblemente sobrino de D. Carlos

González Posada; y pensamos que

es así porque comparte apellidos

con el militar Carlos González Lla-

nos, que sí se sabe positivamente

es sobrino del ilustrado cérigo ca-

rreñense, y porque esto también

explicaría el hecho de que Bernar-

do se dirigiera a Jovellanos, ami-

go íntimo como todos sabemos

de González Posada, pidiéndole

ayuda para montar una ferrería en

1799, conservándose la respues-

ta del ilustrado gijonés. Bernardo

González Llanos está avecindado

al menos desde 1816 en Avilés

como comerciante interesado en

el comercio ultramarino, pues

en esa fecha solicita al rey a tra-

vés del Ministerio de Hacienda

que vuelvan a abrir en el puerto

la aduana que existía antes de la

guerra, aunque sólo consigue que

la abran para exportación.

Por la carta sabemos que hay

otro hijo, Javier, que es marino, y

que navega como piloto en un bar-

co con base en Ribadeo, y una hija,

Rita, casada con quien suscribe la

carta, que no le ha acompañado a

Cuba y que reside en Candás con

su madre.

Y finalmente otros dos hijos,

Juan Francisco e Isidro, que son

los reclamados por su cuñado para

desplazarse a Cuba y hacerse car-

go del negocio de banca –giro, dice

el documento- y comercio que tie-

ne en La Habana y que última-

mente no puede atender bien por

hallarse flaco de salud.

Para ello se inicia el procedi-

miento administrativo necesario.

La base es la carta de invitación,

pero España no podía prescindir

de hombres jóvenes, sobre todo

si estaban en edad militar. En este

caso este impedimento está resuel-

to, porque la declaración de ambos

y la de tres testigos candasinos de

categoría social destacada como

eran D. Pedro Suárez Quirós, D.

José Pérez Sierra y D. Domin-

go Menéndez Valdés, notario del

concejo de Carreño, declaran que

ambos están en edad militar, pero

que al mayor, Juan Francisco, le

ha sido concedida la licencia abso-

luta por haberse quedado inútil en

el transcurso de la reciente guerra

y por su parte el pequeño, Isidro,

también en edad miitar, no puede

acceder al servicio de las armas

por carecer de la suficiente talla.

Ello hizo que tras el informe

pormenorizado remitido al Real

Consejo de Castilla e Indias y

certificado por don Juan Antonio

León, Juez Noble en el concejo

de Carreño y por Gonzalo Amado

Torano, secretario del mismo el

20 de agosto de 1819, cuyas sus-

cripciones son verificadas por Bal-

tasar Fernández Perdones y Juan

Fernández de Luanco, notarios

también del concejo, se reciba por

parte de don José Corbera, juez de

arribadas del puerto de Gijón, la

comunicación fechada en Madrid

el 6 de septiembre de 1819 de que

el Consejo concede el permiso a

ambos hermanos y se lo participa

para que les consienta embarcar

en ese puerto o en otro que esté

habilitado para ello. Firma la co-

municación D. Esteban Barea, se-

cretario del Consejo y Cámara de

Castilla e Indias.

Y ya no sabemos más, pero

tras serles concedida la licencia es

muy probable que Juan Francisco

e Isidro viajaran hacia La Habana

en el primer barco disponible, y

creo que todos deseamos que Fé-

lix, tras reunirse con Rita, recupe-

rara la salud.

Don Bernardo

González Llanos, es

posiblemente sobrino

de D. Carlos González

Posada; y pensamos

que es así porque

comparte apellidos con

el militar Carlos

González Llanos

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96 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

MANDY VELASCO

LA MINA Y LA MAR(CARREÑO Y LANGREO)

CONCURSO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA DIGITAL

“LA MINA Y LA MAR 2014”

Ya son 18 años los que

lleva de vida este Con-

curso y cada vez va te-

niendo más relevancia y acepta-

ción.

En una primera selección se le

enviaron a los miembros del jura-

do 354 fotografías de 148 autores.

Finalmente, cuando el jurado se

reunió el 17 de junio en los salo-

nes de la Sociedad de Festejos y

Cultura “San Pedro de La Felgue-

ra, el número de fotografías digi-

tales pasadas a papel era de 45.

Tras una serie de eliminacio-

nes se fallaron los premios y se

seleccionaron las mejores 31 foto-

grafías restantes para realizar una

serie de exposiciones programa-

das.

EXPOSICIONES

La novedad de este año es que

hubo que adquirir 35 cuadros de

aluminio con sus correspondien-

tes cristales, cartones, ganchos,

etc… Además hubo que encargar

a un carpintero para que nos con-

feccionara tres cajas de madera

con separadores en cada una de

ellas para transportar los 35 cua-

dros a las diferentes exposiciones

programadas. Todo ello ha sido

debido a que el temporal del 1 de

febrero de 2014 que azotó el mu-

seo del Calamar gigante de Luar-

ca se llevó nuestra exposición,

con cajas incluidas.

De junio a diciembre se expu-

sieron en los Salones de Festejos y

Cultura “San Pedro” de La Felgue-

ra, en el Teatro Prendes de Can-

dás, en el Centro de Imagen y So-

nido de Langreo y en la “Casa de

Los Alberti” de Ciaño, Langreo.Los miembros del jurado con las fotos premiadas. De izda. A decha.: Juan Grela, Eduardo Urdangaray, Juan Luis Hevia, Alain J. Fernández y Mandy Velasco.

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 97

PRIMER PREMIO: 700 EUROS

TÍTULO: En la inmensidad. AUTOR: Miquel Planels Saurina de Banyoles, BARCELONA

SEGUNDO PREMIO: 400 EUROS

TÍTULO: Nuevo Mundo. AUTOR: Mario Pereda Berga, de Madrid

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98 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

TERCER PREMIO: 200 EUROS

TÍTULO: Sueño. AUTOR: Bep Taltavull Salord, de Menorca

TROFEO A LA MEJOR FOTOGRAFÍA REALIZADA EN EL PRINCIPADO DE ASTURIAS

TÍTULO: La Camocha. AUTOR: Pedro Romero Moya, de Gijón

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100 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Nunca te olvidaré

WIFREDO

Sentado en una piedra salpicada por la mar

contemplas las olas en su peremne caminar

pasan las horas y sigues mirando al mar.

El sol se aleja como si no quisiera verte

hay una persona que te mira y se entristece

en su rostro furtivas lágrimas aparecen.

En el tuyo llevas escrito tu destino

se percibe en tu mirada la soledad

lo que estás pensando es un desatino.

Te hice un juramento guardar silencio

cómo puedo llevar yo sola este juramento.

Te has unido al mar sin quererme escuchar

te he visto marchar con el corazón encogido

has sembrado una semilla que no conocerás.

Lucharé por ella aunque me cueste la vida

te has ido dejándome sola y perdida

en esta hermosa villa que no conocía.

Bajaré a la playa y pisaré la orilla

quiero sentir el agua acariciar mis pies

te has llevado contigo parte de nuestra vida.

Tu familia no me quiere, no me pienso marchar

quiero que sea natal de donde tú has nacido

cuando sea mayor le contaré la verdad.

Sigo paseando por la orilla mirando al cielo

mis manos acarician el agua por donde te fuiste

si el cielo no me escucha quién me dará consuelo.

Mi mirada se pierde en la lejanía

recorriendo el mar hasta la orilla

y mitigar este dolor que es mi agonía.

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102 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Yo, señores, soy de Can-

dás, nacida en la calle

Valdés Pumarino nº 24,

en una ca sa de dueño aldeano,

conocida co mo casa de Tiba Ven-

tura. Una casa que mi güela Jo-

sefa Francisca –madre de mi ma-

dre– llamada la monta ñe sa, por

ser oriunda de Santander, quería

comprar. Dicen que mi güela era

buena mujer, pero un poco bo-

rracha, aunque yo nunca la vi

tal, y eso que, ya de rapacina, la

acompa ña ba a vender “pescao” a

Luanco, pa li, pali andando desde

Can dás. En ese trayecto, parába-

mos en la Flor y en Valparaíso, y a

mí siempre me pa reció que lo que

bebía mi güela, du rante el trayec-

to, era agua, pero se guramente

mezclada con unes cuan tes gotes

de anís. Pues como di go, vine al

mundo el primer día del mes de

las flores del año 1924, cuan do

todo el pueblo –según mi ma dre–

olía a tripa de bocarte, a sal mue ra

y a parrochina de la Igüera. Nací

de legítimo matrimonio, y fue mi

madre Agustina García, más co-

nocida como Agusta la Cervera,

em parentada con la familia de los

Ta ranos y los Ponteos, cuyo apodo

–Cer vera – le viene de su padre –

mi güelo– que había sido marine-

ro en un buque de guerra de la

escuadra es pañola, al mando del

almirante Cer vera, hundido en la

guerra que Es tados Unidos man-

tuvo con España, en Cuba, el año

1898. Y mi padre fue Saturnino

Suárez, po pularmente co nocido

como “Fran chute”, porque pa saba

mucho tiem po embarcado en va-

pores de Ben goechea, por aguas

de Francia, al bonito, y Pepe Mu-

ñiz, padre de José Antonio Mu-

ñiz, el economista, le preguntaba

siem pre a mi madre: –Agusta,

¿vino el francés? Y así, por esta

razón, le fue quedando el simpáti-

co apodo de “Franchute”. Fuimos

seis hermanos. Yo la primera.

Después vinieron Felisa, Jacoba,

Carola, Saturno y Covadonga. O

sea, que mi padre fue un calador

de altura, que era lo que enton-

ces se llevaba. De todos ellos sólo

quedamos Covadonga y yo. Dios

los tenga a todos en su gloria. De

pequeñina, fui a la escuela de

Pi na, y en ella aprendí doctrina

cristiana y a escribir palotes. Po-

nía Pina escuela en su casa de la

Tenderina. Una casa grande, con

corredor, sol y golondrinas en el

alero. En una sala lle na de ban-

quinos, niños y niñas, lle nos de

mocos, nos sentábamos al rededor

de Pina y de su hermana Car-

mina, que era jorobina, a cantar

el catecismo. Luego, cuando dejé

TODA UNA VIDA

JOSEFA SUÁREZ GARCÍA(Josefa La Cervera)

Coordinación, texto e impresión digital:

Hermenegildo Fdez., José Marce García y

Tito Aramendi.

Josefa La Cervera con su primer hijo y Angel

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 103

de me xame, empecé a la Escuela

Pú blica. Mi madre me compró un

cabasín de cartón, una goma de

borrar Milano, un lapicero Faber,

el Rayas y un libro llamado de

Cosas. Empecé teniendo de maes-

tra a María Luisa Zanón, que era

muy gobernadora, muy católica

y buena maestra. Y luego a la

señorita profesora. Así la tenía-

mos que llamar, porque nos de-

cía que maestras y maestros eran

las sastras y los toreros. Y entre

una co sa y otra me llegó la comu-

nión, que hice a los seis años, de

blanco. Me la dio don Florentino

Bobes, conocido como el cura pa-

texia, porque tenía las orejas un

poco comidas por los bordes. Era

un cura que vivía con mucha hu-

mildad, muy pobremente. Tal vez

por eso no le hicieron nada du-

rante la guerra. Recuerdo que por

navidad nos mandaba dar “ixu-

xús” al niño Jesús. – ¡Un” ixuxú”

al niñín de la cunina!

En aquel Candás de la Repúbli-

ca, fui Hija de María. Matilde,

her ma na de Celestino Muñiz,

era la pre sidenta de la Cofradía.

Tenía do ce años cuando estalló

la guerra Civil, y claro, ya me

daba cuenta de to do. A las dos

de la mañana íbamos a la cola

del suministro. Llegábamos, nos

dábamos la vez unos a otros, y

poniendo un tanque o una piedra,

quedaba acutado el sitio y te ibas

a casa. Se formaba una fila lar-

guísima de tanques y piedras por

toda la calle. Volvías y ocupabas

tu sitio esperando un puñadín de

arroz, de azúcar, de fideos y poco

más. Re cuerdo que mi madre y

Emilia la Llar ga fueron a Gijón a

hablar con Be larmino Tomás para

que nos de vol vieran las cartillas

de racionamiento. Se las habían

quitado por una denuncia. Belar-

mino Tomás lla mó a Candás y de

inmediato nos las devolvieron

cagando centelles. Se pasaba mu-

cha hambre; hambre que yo no

conocí antes de la guerra, porque

mi güela siempre tenía un saco

de fariña a los pies de la cama,

y amasaba y arroxaba pan para

toda la semana, en la tahona de

la Mexona. Eran tiempos aquellos

de comer mucho pescao, pote de

berces a medio día, y patates con

pescao por la noche. Pero no quie-

ro hablar de la guerra civil, por-

que unos y otros convirtieron este

pueblo en un infierno. Vale más

olvidarse de ello. Que no vuelva

nunca más aquel horror donde

tanto se sufrió. Aunque sí tengo

una anécdota simpática de aquel

tiempo. Resulta que Gayarre,

vecino nuestro, tenía un perro

llamado Lucero, un perro muy

agudo. Como apenas había que

Page 106: Portofolio 2015

104 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

comer, Gayarre, en plena guerra,

fue a vender el perro a Bañu-

gues Y lo vendió, pero el perrín

se escapó y vino desde Bañugues

otra vez pa Candás. Ga yarre lo

sintió ladrar al pie de la ven tana.

Allí estaba otra vez el pobre Lu-

cero pidiendo que le abrieran la

puerta de casa. Quería más pasar

fame en Candás, con el simpático

de Gayarre, que comer tajades en

Bañugues.

Y al fin terminó la guerra. Los

barcos empezaron a salir a la mar,

las fábricas de pescado a abrirse,

la iglesia de San Félix, que había

sido de rruida, se fue levantando

con rapidez gracias a la influen-

cia, al entusiasmo y el esfuerzo

de D. José Mu niello, el cura más

candasín que tuvo este pueblo y el

más amigo de los marineros. Mu-

chas veces iba él a la mar. Lo lla-

maban el “xamenten den”. Poco a

poco la vida se iba nor ma lizando,

pero había poco que co mer: pa-

tates con sardines y sardines con

patates, pan negro, bolla de maíz

(cocida en la chapa), y tortilla de

miollo con azúcar, que salíamos al

barrio a cenarla en un plato. Co-

míamos pollo solo el día el Cristo,

y melón de un melonero que se

echa ba entre los melones, tapán-

dose con un toldo y encendiendo

un carburo toda la noche. Un año

de esos malos, malos, mi ma no

tenía perres pa pagar la libreta de

casa Nides (te níamos que repartir

la cuenta por muches tiendes),

era el día el Cristo, y mi pa mar-

chó pal pedreo de Re bo lleres, al

pulpo, para poder comer ese día.

Así íbamos tirando por la vi da.

Mi güela, como queda dicho,

qui so comprar la casa de Tiba

Ventura, pero también yo quería

un coronel, pero no me quiso él;

así que, como la cosa no pudo ser,

tuvimos que ahuecar el ala y mar-

char a vivir a los cubos, a la guar-

dilla de una casa que era propie-

dad de la Iglesia, donde Ramón de

Xuan tenía la escuela. Nuestros

vecinos eran Ga lipo, Marina y

Ramón, Gayarre, Es peranza y An-

tonín, hermano de Ar mando “Pa-

letes”, y el señor Manuel con su

hija; todos ellos marineros y muy

buena gente. Y así fui lle gando a

mocina, y a ir los domingos del

verano, con les amigues, a la No-

zaleda. Íbamos en grupo, mirando

y riéndonos de los mozos, andan-

do por aquella carretera llena de

ba ches, a la vera de la mar. Ángel,

el fio de José María el de Rumia,

fue el mozo que me cortejó (en el

portal) y con el que, a los 23 años,

me casé. Era botero con su padre,

pero después de casarnos empe-

zó a ir a la pa reja. Nos casó D.

José Muniello, en el Cristo, donde

se casaban los se ñoritos. Fuimos

de viaje de novios a Gijón y nos

hospedamos en la fonda Avile-

sina, y fuimos al Arrieta a ver a

les bailarines. Me acuerdo que

ha bía serenos por las calles. Vol-

vimos enseguida pa Candás, no

había ra ba, a vivir a la guardilla,

con mi madre. El primer hijo me

murió de meningitis. Se llamaba

Enrique, te nía tres años y medio.

Don José tra jo a casa el niño Je-

sús de Praga, por ver si hacía un

milagro, pero no hu bo nada que

Page 107: Portofolio 2015

hacer. Un angelín que tengo en el

cielo. Después nació Kike, y luego

Panchita. Dos hijos muy buenos

y cariñosos, cosa que ca da vez se

lleva menos.

Así fuimos sacando la vida ade-

lante. Ángel, el mi hombre, que

ca riñosamente era conocido como

la “Tulina” fue marinero hasta

que, co mo todos, empezó a traba-

jar en ENSIDESA. Era un hombre

bueno, tra bajador y callado, de

una familia muy religiosa. Murió

con cincuenta años, en lo mejor

de la vida. Un día, Pilar la Pájara,

que tenía a su ma rido Avelino na-

vegando, me en se ñó unos camiso-

nes trasparentes, muy cortos, de

colores, que le había traído él de

por “Nuevayor”. En ton ces se me

ocurrió una picardía. Dije: –Pi-

lar, muyer, déjame un camisón

de esos trasparentes pa ponelo

cuando venga el mi home de bo-

nito. Dicho y hecho. Llegó Ángel

de la mar, y, por la noche, puse,

con toda ilusión, aquel camisón

que me llegaba por encima de las

rodillas y transparentábalo todo,

como a les artistes. Cuando la “Tu-

lina” me vio, dijo: –¡Quita eso, que

eso sólo lo ponen les putes! Cosas

de entonces, de aquellos tiempos

en los que no había cerradures en

les cases, y en los que se curaben

los arzuelinos y coses de la boca

con “figospasos” cocidos. Pero

donde les fiestes del Cris to eran

de lo más grande que ha bía. Ban-

des de música. La banda de ¡Ay

madre! El bandín de la Estrada.

Barraques, puestos, teatro… Y la

manca del Chó, cargada de ani-

llos, diciendo que su pa le había

hecho a medias. Y María Robus-

tiana cantando: “Si ando puerca, si

ando guapa, si como, si llambo…”

Aquel Candás lleno de simpatía,

con María la Ca laca, Concha la

Rana, Concha la Tanga, se fue

por el chombo. Bueno, quedo yo,

que no me rindo pena la vida. No

me quejo de nada. Volvería otra

vez a vivir lo vivido. Fui a Ro ma,

Holanda, París, Suiza, Viena, Ve-

necia. Comí muchos bombones.

¡Que más quiero! ¡Sí, una cosa!

Que cuando muera, me deje el

Cristo una ventanina, para seguir

viendo al Candás de mi alma.

Page 108: Portofolio 2015

106 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

Cuando junio iba acabando

y los barcos andaban ya

por la mar del bonito, na-

cía yo, una servidora, en Santolaya,

la víspera de San Juan del año 1928.

Poco podía quemarse en la fogue-

ra de esa noche, acaso algún paxo

roto o una carga de rebolles seques,

porque los tiempos eran malos y

la fame mucha, pero seguro que

una foguerina sí la hubo cuando

yo nací. Era mi padre hombre de

poco ir a la mar, se llamaba Seve-

riano, algo borrachín y marinero de

bajura; y redero de dos vapores que

iban a bonito y a la pareja: el “San

Telmo” y el ”Carreño”, los dos, con

el tiempo, fueron de Rosina Mite-

rio, que era mi güela, con la que me

quedé al poco de nacer, porque mi

pobre madre, que se llamaba Efi-

genia, tenía muchos fios. Fuimos

seis hermanos, tres hembras y tres

varones, y casi de milagro apren-

dí a leer y a escribir, en la Escuela

Pública, porque que yo, a los ocho

años, andaba, como muchos rapa-

cinos, estripando bocarte por les

bodeguines de los barrios de Can-

dás. Fausta la Montuca tenía una

pegada a mi casa, y allí, sobre una

caja, para poder llegar a la mesa,

me ponía a la tarea. Pero antes, con

seis años, vestida de calle, comul-

gué. Me dio la comunión D. Jacobo

Campuzano, que era muy amigo

de mi madre. Enseguida estalló la

guerra, y bien que me acuerdo de

ella. De los guardias de asalto. De

la aviación. De los refugios. De me-

dio Candás metido en el túnel del

tren. Me acuerdo cuando un avión

tiró una bomba junto al ayunta-

miento y mató a la Chona, una ra-

pacina, fia de la Pozala. Y también

me acuerdo de la casa de Genarín,

hoy Ayuntamiento, donde metían

a los presos. Allí estaba la investi-

gación. Siempre quise mucho a mi

güela Rosina Miterio. Tenía un chi-

gre cerca de la tienda de la Menora,

donde comprábamos el comestible,

con libreta. Como me gustaba tanto

el chocolate, de vez en cuando, del

cajón del chigre, le cogía a mi güeli-

na una perrona de cobre, y con ella

compraba chocolate. Luego me sen-

taba en el poyo de Matilde Barrosa

a comerlo, tan pancha.

Empecé enseguida a ir a la bo-

dega, primero a la de Gorín, que

era de los hermanos Antonio, Con-

versión y Atanasio, con Teresa la

del Nin de encargada. Luego fui a

trabajar a Jove, a una quinta de un

médico. La cosa fue que Servanda,

mi tía, la alquiló y fuimos a vivir

Joaquin y Rosa

TODA UNA VIDA

ROSAFERNÁNDEZ FERNÁNDEZCoordinación, texto e impresión digital:

Hermenegildo Fdez., José Marce García y

Tito Aramendi.

Page 109: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 107

allí, porque resultaba mejor para

nosotros estar cerca de Gijón, por lo

de los barcos. Yo tomaba el tranvía

que venía del Musel y marchaba en

él hasta Gijón, a recoger el suminis-

tro de los vapores.

Con esto y lo otro, de aquí para

allá, fui llegando a ser mocina. Y

un día conocí a Juaco, en casa de

su hermana, que éramos amigas.

Juaco era de una casería situada a

la entrada de Luanco, con panera

y hórreo. Me casé, con 20 años, un

14 de enero de 1949, en el Cristo,

mientras se celebraba abajo, en la

iglesia, el funeral por los náufragos.

Por eso no pudo casarnos D. José

Muniello; nos casó un cura que te-

nía familia en Perlora. Mi suegro,

era muy católico, antes de cenar re-

zaban el rosario, y si venía un pobre

lo sentaban a la mesa, con todos, y

luego iba a la tenada a dormir. Pero

a mí no me quería. Quería que

Juaco se casara con una moza, que

también tenía casería, 30 años ma-

yor que él. Por eso, “pa jodemos”,

con casería y todo, no nos daba

nada, y alguna vez pasamos fame.

Sí, fame, fame de verdad. Como la

de aquel día del Corpus. Eran las

cinco de la tarde y no habíamos

comido. Yo estaba viendo pasar la

procesión. Juaco estaba en la cama.

En estas vino mi tía Jesusa. Nos vio

lánguidos, con cara de fame. Enton-

ces sacó un duro y nos lo dio. Cuan-

do mi tía marchó, Juaco dijo: “Coge

ese duro y vete a casa de Leonor a

comprar dos riches y figospasos”.

Con eso comimos el día del Corpus.

Como ya dije, tenía 20 años

cuando me casé. Fuimos de viaje de

novios a León, en el tren de la REN-

FE. La gente subía y bajaba del tren

llevando fardos, bolsas de hule, ma-

letinas de madera, cosas envueltas

en papel de periódico manchados

de grasa. A mí, como tenía cara de

rapacina, la gente me preguntaba

si iba para un colegio. Yo, mirando

a Juaco de reojo, decía que sí, por-

que me daba vergüenza decir que

íbamos de viaje de novios. Estuvi-

mos sólo dos días, hospedados en

una fonda en la que nos daban para

comer huevos de coría. Y volvimos

para Candás, con garbanzos y algo

de embutido de León, pero sobre

todo con la ilusión de la juventud

y el deseo de emprender juntos la

nueva andadura que teníamos por

delante. Juaco era un hombre bue-

no. Tenía un pronto, pero fui con

él feliz, y por lo que voy a contar,

nada celoso. Sucedió de recién ca-

sada. Eran las fiestas del Cristo y

estábamos en el “Martiecho”. En-

tonces vino un chavalín a sacarme

a bailar. Era un jugador del Entre-

go, que había venido a jugar con el

“Canijo”. Yo le dije que era casada.

Entonces Juaco, que le había oído,

me dijo: -Anda vete a bailar con él.

Y estuvimos bailando toda la no-

che. Nunca más lo volví a ver. Ya se

ve por esto que Juaco no era celoso,

como lo son muchos hombres. Él

debió engañarme alguna vez, pero

yo siempre le fui fiel.

Nada más casarnos, Juaco, de al-

deano, pasó a ser marinero. Prime-

ro fue a abarique. Luego a bonito,

con el Parrulo. Después a la pareja.

Terminó en ENSIDESA, porque yo

Page 110: Portofolio 2015

108 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

me impuse. Él quería seguir yendo

a la mar; la mar le llegó a gustar

mucho, pero yo no lo dejé. Siguió

yendo al marisco, con Lorenzo,

mi cuñado, y yo iba a Gijón, en el

Carreño, a venderlo. Entonces fue

cuando, el año 1963, en un bajo de

la Vega donde metían los aparejos

los de Orbegozo, pusimos el chigre:

“Brisas Candasinas”. Sacamos esto

adelante a base de aguantar mu-

cho, procurando siempre ser hon-

rados. A veces nos pedían cubas

pa los rapacinos, pero Juaco nunca

despachaba alcohol a los menores

de edad. Siempre tengo presente

aquella vez que una compañía de

soldados acampó en Santarúa. Los

probes no tenían un perro pa gastar,

pero Juaco, que se dio cuenta, los

convidó a todo lo que quisieran. La

verdad es que siempre trabajamos

mucho los dos. Fui a la fábrica de

Portanet, que tenía un coro precio-

so de mujeres, en el que yo canté, y

a la Ojeda, en el Musel, a preparar

bacalao en conserva, y a la de Ortiz.

Siempre de fuera. Ganaba unos 20

duros, que era lo que valía un litro

de aceite. Fui al ocle, en Rebolleres,

subiendo los sacos al hombro por

aquella cuesta. Lo vendíamos a un

paisano de Antromero, que nos en-

gañaba. Manda ahora a algún rato

de esos que coja un saco de ocle.

Mi juventud, en aquel Santolaya,

en aquel Candás marinero, fue eso,

trabajar y trabajar. Solíamos sentar-

nos en casa de Concha Pin a comer

cacahueses, y como todes les chava-

lines, fui a la Nozaleda, y sólo dos

veces en mi vida al cine, que era el

Apolo. Vi “El Árbol de la vida” y el

“Puente sobre el río Kuay”. Nunca

más volví al cine.

La juventud de ahora asustaría

a los antiguos. Yo creo que es de-

masiado libre. Antes, si una mujer

caía en estao, sin estar casada, aca-

bábase el mundo. Esa mujer ya no

salía más de casa. Además, se tenía

mucho respeto a los viejos. Pero

aunque echo de menos aquel Can-

dás de barcos, trajín, fábricas, bote-

ros y rula, todo aquello que era tan

guapo, no quiero volver a pasar lo

que yo pasé. Reconozco que el pue-

blo es ahora muy moderno, mucho

mejor en montones de cosas. Pero

la gente de Candás ya no es como

la de antes.

Me levanto a las 9 de la maña-

na. Tomo el sintrón. Desayuno y

tomo otra pastilla. Si está bueno,

salgo hacer algún recado por aquí

cerca. Antes daba una vuelta por

el paseo marítimo. Ahora ya no

puedo. Luego, hago la comida. Me

gusta mucho el bacalao fresco. Por

la tarde veo la tele, y a las 10 ya

estoy en la cama. Duermo regular,

pero antes rezo por todos los que

murieron, sin olvidarme de aque-

lla oración que Juaco siempre re-

zaba: “Cuatro esquinitas tiene mi

cama. Cuatro angelitos siempre la

guardan”.

Me moriré cuando me llegue

la hora. No cuando yo lo diga. Mi

padre murió con 62, mi madre con

80, Juaco con 65, yo ya voy para 87.

Mientras tanto vivo rodeada de nie-

tos y de biznietos, y de mi hijo Jesús

Antonio, que sigue, como su padre,

detrás de la barra del “Brisas Can-

dasinas”; el chigre más marinero de

todo Candás.

Page 111: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 109

En el mes de hacer cuenta,

el de las fiestas del Cristo,

ese que los candasinos es-

peran con la mayor ilusión, vine yo

a este mundo, un 3 de septiembre

de 1923, en el pequeño barrio de

Tarantela, en una casa habitada por

10 hermanos, de los cuales algunos

morían de recién nacidos, otros fue-

ron ejecutados o muertos anónima-

mente en la guerra. Mi padre era

nacido en Candás, pero de padre

gallego y madre de una aldea de

Gozón, cuyo nombre no recuerdo.

Se llamaba José Ramón Rodríguez

Artime. Y mi madre, que era de

Illas, se llamaba Generosa Reguera

Rodríguez, conocida como Gene-

rosa la ablanera, porque desde los

12 años había empezado a vender

ablanas, y así lo estuvo haciendo,

hasta que murió. Mi casa de la ni-

ñez tenía una cocina grande, en la

que nunca se apagaba el fuego, y a

la que venía mucha gente a jugar al

parchís: Saturno el Bermejo, Brau-

lio el Menudo, Ángel el Primo, Fa-

lín el de Manuel Pérez y el cartero

Artola. De un puchero caliente, que

estaba siempre encima de la chapa,

mi madre servía a todos café de

manga. Ella era muy aficionada al

café, lo tomaba casi continuamente.

Aún me parece sentir el agradable

calor de aquella cocina de antes de

la guerra, y de la presencia en ella

de todos aquellos amigos, y a mi

madre sirviéndoles el café colado,

mientras se extendía por la estancia

el olor tan agradable del humo que

despedía. Era, como digo, una casa

grande, con cuatro habitaciones y

cuatro colchones de lana. Mi madre,

que en el tiempo del bocarte iba a

la bodega (de afuera), hacía pan y lo

cocía en casa la Mexona. Los sacos

de harina, que eran de cien kilos,

estaban hechos de un algodón muy

bueno. Entonces ella juntaba cua-

tro sacos y con ellos hacía sábanas.

La necesidad espabila el ingenio.

Aunque, para decir la verdad, en

aquellos tiempos, que después de la

guerra se empezaron a llamar “nor-

males”, nosotros, mayormente, no

se pasábamos hambre, porque mi

güela, que era de Illas, nos manda-

ba siempre algo. Además, mi padre

era marinero de altura, nunca fue

botero, iba a África a pescar boni-

tos, y nos contaba que estaban tan

cerca de la costa que los mataban a

tiros. Siempre fue pescador de altu-

ra por las Azores, y a la pareja, y al

bocarte.

Yo Fui a la escuela con D. An-

drés. Luego con D. Fructuoso (1º

TODA UNA VIDA

BRUNORODRÍGUEZ REGUERACoordinación, texto e impresión digital:

Hermenegildo Fdez., José Marce García y

Tito Aramendi.

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110 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

y 2º grado). Después, pase al 3º

grado con D. Tomás Tauro, enci-

ma de lo que hoy es la heladería,

donde antes estuviera el Ateneo

candasín. Luego tuve a D. Herme-

negildo y a D. Francisco, encima de

casa Pascual. Con D. Tomás Tauro

me dieron un premio de lectura y

de dibujo. Nunca me enseñaron la

doctrina en la escuela. Cuando iba

a hacer la comunión, fui a aprender

el catecismo a casa de Lastra (con

Dª Elvira). Íbamos Pepe Fausta,

Mundo el Mosquito y yo. El cura

era D. Florentino Bobes. Comul-

gué con un pantalón de mahón liso

y una camisa también de mahón.

No hubo desayuno. Nadie te daba

nada; salvo los de Herrero, que nos

daban una peseta, por comulgar.

A pesar de la cantidad de pesca-

do que entraba en Candás, con el

que se enriquecían tantos fabrican-

tes y también muchos armadores, el

pueblo era pobre y se pasaba ham-

bre. Morían muchos niños, y los jó-

venes enfermaban de tisis, por falta

de alimentación y medicinas. Nos

decían: -No pases por ahí, que vive

un tísico, y puede chupate la san-

gre. Mira tú que cosas nos decían.

Claro, era el miedo y la ignorancia.

Y es que veíamos pasar muchos en-

tierros atravesando el pueblo hasta

el cementerio, que entonces estaba

aquí al lado, en lo que hoy se lla-

ma el Nodo y antes el Calvario. Me

acuerdo que por la parte de atrás del

cementerio, pegado a su muro, ha-

bía un recinto pequeño, casi como

un gallinero, un lugar sin adornos,

muy triste de ver, donde enterra-

ban a los que se suicidaban o mo-

rían sin querer confesar. Por eso a

mí nunca me gusto la Iglesia, voy a

ella de mala gana. No tengo buenos

recuerdos de ella, ni de antes ni de

después de la guerra. Cuando era

niño iba al catecismo, pero no re-

cuerdo que me dieran nunca nada.

Los juguetes eran siempre para los

niños ricos. No estuvo bien tirar la

Iglesia, pero representaba un poder

que había dado la espalda a los po-

bres y se había aliado con los ricos.

Todo lo contrario de lo que manda-

ba hacer Jesucristo. Además, como

la religión y los curas tenían tanto

poder, obligaban a la gente, desde

que nacía hasta que moría, a entrar

por el aro. Había que hacer todo lo

que ellos decían. La República fue

la que trajo cultura a España, la que

iba quitando el fanatismo y trayen-

do libertad y progreso al pueblo.

Tenía 11 años cuando empecé a

trabajar de rapaz de barco. Ensegui-

da estalló la guerra. Cuatro de mis

hermanos, que eran de las juventu-

des socialistas, fueron de volunta-

rios a luchar al frente. Me acuerdo

de Francisco, de 21 años, preso en

el Coto, fusilado en el cementerio

de Ceares. Yo, con 13 años, iba al

Coto a verlo dos veces por semana.

Un día me dijo que tenía pena de

muerte, que mira a ver si conocía-

mos a alguien para que se la con-

mutaran. Yo iba andando desde

Candás a llevarle la ropa. Hasta que

un día ya no lo encontré. Entonces,

una señora, que tenía también un

familiar preso, me vio llorando, fui

a su casa, me dio de merendar y

dinero para que volviera a Candás,

en tren. Otro de mis hermanos, Ra-

món, murió también en la guerra,

Page 113: Portofolio 2015

PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 111

con Hermene, hermano de Claudia.

Nunca supimos dónde estaban en-

terrados. Murieron muy anónima-

mente. Al poco de terminar la gue-

rra, vino “Mueca”, el municipal, a

buscar los enseres de mi hermano

Ramón. Yo le dije: - Ahí está lo que

era de mi hermano: un balde y una

ropa de aguas. Eso es todo lo que

tenía.

Cuando terminó la guerra, nos

echaron de la casa donde vivía-

mos, sin dejarnos sacar nada. Y

a mi padre, que no había ido a la

guerra, lo detuvieron por ideolo-

gía. Estuvo preso en Logroño du-

rante tres años. Reguera y yo íba-

mos a dormir a casa de familiares,

o dormíamos por ahí, donde cua-

draba, en los portales, tapándonos

con unas mantas raídas, comiendo

lo que buenamente nos daban por

las casas.

Terminó la guerra y empecé a ir

a la mar con Saturno el Pirulo, en

una lancha de gasolina. La lancha

se llamaba “Antonia”. Pero antes

tuve que ir a “Falange” a que me

dieran un aval para poder embar-

car. Allí estaba Jesús Quirós, un

falangista muy peligroso, que era

el que tenía que dármelo. Me miró

detenidamente y, después de pasar-

me la vista de arriba abajo, dijo que

no me veía por la Iglesia (entonces

era en la champanera). Yo guarda-

ba silencio. Luego dijo: - Cuando te

vea en misa vienes a buscar el aval,

pero no pienses que porque vayas

dos tres veces vas a conseguirlo. Y

así fui como lo conseguí, yendo a

misa todos los domingos y fiestas

de guardar.

Y llegó el tiempo de ir a la mili.

La hice por Infantería de Marina,

en el Ferrol. Allí me encontré con

Panín el de la Rula, que me ayudó

mucho. Gracias a él me trasladaron

de un sitio malo a uno mucho me-

jor. Fue cuando explotó el polvorín

del Ferrol, un atentado de los re pu-

blicanos contra el régimen de Fran-

co. Llegaron por mar en una lancha

de remo. Se hicieron con la emisora

de radio y explotaron los polvori-

nes. Me acuerdo de la explosión.

Un monte quedó llano, en la Coru-

ña saltaron todos los cristales y el

Ferrol se paralizó. Yo no pude ir de

permiso. Por ese tiempo, año 43/44,

se fusilaba en la Punta el Martillo a

los que cazaban por el monte, pero

a los que hicieron el atentado no los

cogieron.

Nada más de licenciarme de la

mili tuve una pleura muy mala. Por

aquel tiempo había en Candás tres

médicos: D. Salvador, D. Tomás y

D. Francisco Llorente, y una practi-

canta partera llamada Dª. Constan-

cia Muela. También se operaba en

la Clínica, lo que hoy es el ambula-

torio. Me miró D. Francisco y dijo

que no era nada. Yo seguía mal y

mi madre me llevó a D. Salvador.

Empezó a reconocerme, y, al poco

de hacerlo, dijo: -Este rapaz tiene

líquido en la pleura izquierda. Em-

pecé a tomar pastillas, pero mejo-

raba poco. Entonces Geni, que no

tenía título de practicante, le dijo a

mi madre: - A ver si encuentra bar-

bas de maíz, cuézalas y que las vaya

bebiendo al chaval. Y empecé a

mejorar con eso. También me curó

de una colitis dándome una patata

cocida, machacada, tomándola sin

masticar, con un vasín de vino blan-

co. Geni, tan buena y tan dulce.

Yo era de la peña “El Farolillo”,

y fui muy amigo de Silvestre el pa-

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112 | PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO. CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L

nadero. Los de la peña, íbamos al

horno que tenía en la calle Buena-

vista, a comer bollos calientes, con

anís. Allí era donde parábamos to-

dos los amigos: Valencia, Rodrigo el

Bermejo, el Roxo… El anís, lo com-

prábamos, a escote, en la “Cueva”,

que ya la tenía Genaro.

Con esto y lo otro, me llegó el

tiempo de tener moza. Y la tuve.

Y muy buena. Se llamaba Ludi-

vina Gutiérrez, de la familia de

los “Uva”. Estuvimos cortejando

3 años. Nos casamos el año 1955.

Pero la noche anterior, con mis ami-

gos, celebré una despedida de solte-

ro cojonuda. Mi abuela, la de Illas,

había mandado un jamón como re-

galo de boda. Todos estábamos en

amor y comparsa disfrutando de

la despedida, cuando de pronto se

presenta la guardia civil: - Venga,

cada uno pa su casa, ya estuvo bien

de juerga. Entonces, yo saque el ja-

món y comencé acortar lonchas fi-

nas de aquella hermosura, que olía

y sabía gloria. Los guardias, nada

más verlo, desmontaron los fusiles,

quitaron el tricornio, se pusieron

cómodos y comenzaron a picar ja-

món. Luego hice café. Así, con esa

fartura de jamón y café, fui a casar-

me al otro día. Yo tenía 29 años y

ella 30. Comimos la boda en la “Pa-

rra”. Éramos unos 40 invitados. Pa-

gué a Genaro 11.000 ptas. por una

espléndida comida, para aquellos

tiempos, a base de sopa, paella, po-

llo… El viaje de novios lo hicimos

a Gijón, luego fuimos a Illas, a ver

a mi güela, a agradecerle el jamón.

Y volvimos, para empezar la vida

juntos, compartiendo la casa pa-

terna, en el Nodo, que hacía poco

mis padres habían estrenado. Allí

vivimos con ellos hasta su muerte.

Y aquí sigo yo, en la misma casa,

pero ya sin mi mujer. Murió el día

3 de enero de 2013, en el Hospital

de Jove, con 90 años. Era una mu-

jer buena, buena, a la que siempre

procuré querer y tratar bien. Des-

de niña había trabajo en la fábrica

de Albo. Se casó y dejó de trabajar,

pero enseguida empezó otra vez en

la fábrica del “Remo”, con Carmen

la Capacha de encargada. Yo co-

mencé a ir a la mar con Pirulo. Lue-

go fui a bonito con Pepe el de Tana,

en un barco pequeñín, en el que iba

Cayao y Mundo Tapín, entre otros,

y también con los de “Murcia”. Ga-

naba muy poco. Lo comenté con mi

padre y me dijo: - Non vayas más a

la mar. Entonces empecé a trabajar

en tierra, con la Siemens, de electri-

cista, en la fábrica de Aboño. Pasé

a Tudela Veguín, de peón, ganába-

mos muy poco, 500 pesetas al mes.

Empezamos a ganar un poco más

después de estar 40 días de huelga.

Fuimos a Oviedo a manifestarnos,

de forma pacífica, claro. La policía

no nos hizo nada. Conseguimos

arrancar el sueldo que tienen aho-

ra, y que antes era una miseria. Los

trabajadores de ENSIDESA cobra-

ban mucho más, porque pasaban la

vida echando dobles. Yo nunca hice

una hora de más. Jamás me gustó

hacer horas extras. Era oficial de

primera electricista cuando me ju-

bilé, por enfermedad, de la Fábrica

de Cementos. Tenía 60 años. Me

arregló los papeles Alberto el de la

Xixona.

Tengo 3 hijos, dos varones y

una hembra, y la suerte de que

una nieta vive conmigo, casi des-

de que nació. Yo la crié, y soy para

ella abuelo, padre y madre. Con la

ayuda de ella, hago la comida y la

compra. Duermo poco, sólo 4 ho-

ras, y durante la noche me acuer-

do mucho de mi mujer. Yo siempre

quise morir antes que ella, pero…

Estando bueno, y aunque ando

bastante mal, tengo calambres en

los pies, bajo todos los días al mue-

lle, pero no pasó del Hotel. Veo un

poco la tele, tomó un cafetín, y aquí

estoy con mis recuerdos. Recuer-

dos de niñez y juventud, de cuan-

do era miembro de las juventudes

socialistas y teníamos el centro en

el cine Apo lo. Recuerdos de cuando

vi la ban dera blanca sobre el mon-

te Fu xa, cuando se rindió Asturias.

Recuer dos de cuando la guardia

civil me pegó dos hostias por no

levantar el brazo, cuando tocaban

el himno, al pasar por la Baragaña.

Recuerdos y más recuerdos de lo

que el viento se llevó, tan rápido,

todo aquello tan duro, tan triste,

pero también tan hermoso como es

la aventura del vivir. Aventura que

yo repetiría de nuevo. Pero a uno ya

le va tocando la hora de levantar el

petate. Cuando llegue ese momen-

to, quisiera morir como siempre es-

tu ve, de pie, sin arrodillarme ante

na die.

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ÁLBUM PARAEL RECUERDO

La vida pasa fugaz, como un suspiro, pero, aunque es

materia de olvido, deja también hondos recuerdos: luces

de un tiempo ya ido, alegrías pasadas, rostros de hombres

y mujeres llenos de sentimientos y miradas, rincones

cargados de nostalgia, horas de mar y tierra, de fiestas y

encuentros, todo en estas fotos, un tanto amarillas, que

Álbum para el recuerdo ofrece a tu mirada, pero sobre todo

a tu corazón.

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AUTOR/AUTORA

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EL CLUB DE LOSPOETAS MUERTOS

El hombre debería escuchar un poco de música, leer un poco de poesía y ver una

bella pintura todos los días de su vida a fin de que las preocupaciones mundanas no

destruyan el sentido de la belleza que Dios ha implantado en el alma humana.

Goethe

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PORTFOLIO DE LAS FIESTAS DEL STMO CRISTO DE CANDÁS. 2015. EDICIÓN L | 119

José Antuña “Pipi”

Rufo el PescadorDicen que “una vez al añocualquier abuso nocivono suele producir daño”.Adagio que yo no olvido.Y fundado en su sentenciayo meto el “cuezo” anualmente,confiando en la clemenciade algún lector penitente.

Hecha ya esta salvedadforzaré algo la memoriapara contar –sin maldad–una picaresca historia.Siguiendo la tradición–al igual que años atrás–hoy sacaré a colacióna un popular de Candás.

En el año treinta y uno–que no había otra maldadque jugar al “embruno”–fue este “Eco de Sociedad”.Ya yo entonces tecleabaen el “Cabaret La Gloria”;escenario y fiel portadade esta anecdótica historia.

¿Quién no conoció en Candásal señor “Rufo, el jorobo”?De fama tenía másque el más popular Rey godo.Era simpático, listo,bueno hasta la saciedad;y en todas partes bien vistopor su gran humanidad.

No tenía voluntad“pa” negarse a la jarana;y siempre –esa es la verdad–¡siempre se sentía con gana!Viniendo un día de la marcon su traje de mahóny bota alta de pescar,se fue de juerga a Gijón.

Claro que él iba invitadopor un “trío” muy jovial,muy juerguista y educado,muy arrogante y genial.El “trío” lo componían:Javier, Federico y Suso.(¡Ay, cuánto se divertían!...Se entregaron, por abuso).

Llegaron al Cabaret,y cuando ya iban a entrar,el portero dijo: “¡Eh!¡Usted no puede pasar!Sin corbata y de mahón¿no comprende que está feo?“Usté” está en disposiciónde ir a “piañes” al “pedreo”.

Y es que en aquel tiempo, amigos,

para entrar al Cabarettenían que ir bien vestidos...(y disponer de “parné”).La sala era muy lujosa.De luz había un derroche.Chicas, a cual más preciosa;todas en traje de noche.

Entonces, con mucho empeño,el gran “trío” acudió a mí“pa” que hablara con el dueño,y yo en seguida accedí.Me dijo el dueño: “¿Interesa?”.“Pues pongo la condiciónde que ocupen esa mesaque existe en aquel rincón”.

Iba todo viento en popa...Hasta que salió a la pistamuy ligerita de ropauna atractiva rumbista.En esos mismos momentostuve una corazonada,y dije “pa” mis adentros:“¡Se acabó lo que se daba!”.

Rufo la miraba fijo,y al nublársele la vista,se escapó de su escondrijoy se presentó en la pista.Al principio, la rumberase sintió un poco ofendida,y hasta la gritaba: “¡Fuera!”.Pero el público decía: “¡Siga!”.

El portero, hombre forzudo,pretendía interveniry aún no sé por qué se abstuvo...(¡Sería por tanto reir).También la empresa queríala intromisión suprimir,pero el público aplaudía...¡y tuvo que transigir!

Rufo empezó a jalearserumbeando de tal formaque aquello era “pa”... mondarse.Y el zapato halló su horma;pues, la artista, contagiadaarreció en sus cimbreamientosy entonces ¡fue la caraba!(Huracán a todos vientos).

Cuando la artista –sin faldas–se contorsionaba toda,él se ponía de espaldasy movía la joroba.Fue un pugilato estupendoentre el “entamo” y la “giba”.El jolgorio fue tremendo.(De no aguantar la barriga)

Él se quitó la camisa.Y los clientes, por los suelos,

llorando todos de risaagitaban los pañuelos.La artista, por no ser menos,quiso quitárselo todo,pero el dueño echó los frenosgritando: “¡De ningún modo!”.

Y es que entonces –si, señor–a pesar del raro ambientehabía algo más de pudorque lo que existe actualmente.Nos hicieron repetirla rumba en continua palmahasta que, hartos de reír,volvió a renacer la calma.

Rufo se acercó a la orquestay me preguntó con guasa:“¿Qué te pareció la fiesta?¡¡Caímos todos “na” nasa!!”.Yo le pregunté “admirao”:“¿No te llegaste a cansar?”y él dijo: “Estoy “entrenao”llevando golpes de mar”.

Al abandonar la pistale susurró al empresario:“Mientras esté aquí esta artista¿no podía venir a diario?Yo le pago lo que sea...”.Y Rufo dijo altanero:“Tú lo que “quies” “ye” marea.Se te ve bien el plumero”.

“Por venir con esta fachano me dejabais pasar...así que, arría esa estachaque voy salir “pa” la mar.El puesto mío está allí.No estoy “chiflao” ni estoy loco;y si hoy vine por aquífue por divertime un poco”.

“Y por estar con el “trío”más “salao” que hay en el mundo;los quiero como algo mío,y ellos me marcan el rumbo.Y es que, en Candás, somos fielesa las amistades nobles.Más, “pa” servir de peleles¡somos más duros que robles!”.

Esta anécdota graciosano crean que es inventada.Fue una verdad primorosacon cariño recordada.Poseo una gran virtudque es la de que nunca engaño.(Y si Dios me da saludcontaré otra el próximo año).

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SIGNO, HUELLAY MEMORIA

Son como dos árboles secos,

como dos hermanas que, en su

abandono, buscaran amparo,

una en la otra. Altas, elegantes,

poderosas, elevadas al cielo,

tienen las proporciones de

una estatua inmortal. En su

majestuoso dolor, ¡míralas!

En su esbelta belleza,

¡contémplalas! Pulidas por

el frío, el sol y el viento, los

años y el mal corazón las han

ido dejando quebradas, sin

respiración y vida. Ya sólo son

signo, huella y memoria de

un Candás que tuvo otra luz,

otros sonidos, otros colores y

perfumes, donde el campo de

labor era un mar de dulces y

trabajosos frutos, de agudas

sirenas, blancas escamas y

alegres cantos. Un Candás que

ya nunca más volverá.

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