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Nº1 Marzo 2015

ppeennddóónn xx ppeennddóónn - Pendones del Reino de León …pendonesdelreinodeleon.org/wp-content/uploads/2015/05/PXP-L_1.pdf · En Sevilla o en Gijón ya no hace falta explicar

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ppeennddóónn xx ppeennddóónn

NNºº11 MMaarrzzoo 22001155

ppeennddóónn xx ppeennddóónn

EDITORIAL

SSUUMMAARRIIOO

0033 saludaDiputado de Cultura

0044

0066 el antruejo

1122 mascaradaspopulares

1188 pendonesde velilla

2200 virgen delcamino

2222 dulces populares

2233 rogativa sta.catalina

2255 indumentariatradicional

3300 sones e instrumentos

EEddiittaa Publimadis (Ofidis León s.l.)DDiirreeccttoorr Antonio Barreñada

DDiirreeccttoorr CCoommeerrcciiaall Luis Ángel Fraile GarcíaCCoollaabboorraa Mayte Álvarez Sanchez

DDiisseeññoo yy mmaaqquueettaacciióónn David García Sanjuan

Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción totalo parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático o cualquier otraforma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright.Depósito Legal LE-23-2015.

cimanes deltejar

0022 editorialDirector Pendón x Pendón

HHiijjooss ddee ppaassttoorreess

“Siempre se aparece la Virgen a los pastores”. Suele tener su retranca cazurra quien se sirve del dicho popular,y sin embargo… Es el pueblo (decía Juliana Panizo, siguiendo a Martínez Kleiser) quien crea esos refranesasentados en la intuición, la experiencia, el ingenio, la fe, la honradez, la virtud y la cultura, hasta congelar fra-ses concretas y vibrantes al correr de las generaciones. Lo que el pueblo sabe y lo que ignora, lo que piensa ylo que heredó pensado, lo que afirma, lo que duda, lo que niega, nos diseñan su perfecto autorretrato moral. ÁlvarSimón ante “la que agora aparesçió” a imagen de Santa María del Camino la de León o el anónimo pastor delencinar de Secarejo ante santa Catalina, son dos piedras más de todas las lanzadas por una onda de vivenciasy creencias de los sencillos, en un irremediable intento de hacer entender y sentir una relación íntima y univer-sal con lo eterno. Dos humildes, dos de los nuestros, de un territorio que va desde su sed del pardo y duro cen-tenal a beber a la rica ribera donde se juntan los dos ríos del oro. Paisanos como la tierra, que caminan por ladureza sin renunciar a la risa y bufa antruejera, que juran y cumplen voto de fidelidad a las creencias sin dejarde rasgar una rabelada de “evangélica” rebeldía. Somos hijos de ese paisaje y ese paisanaje que en tierras deVelilla de la Reina y su entorno atesora las riquezas de los que no olvidan que nacieron del barro.

AAnnttoonniioo BBaarrrreeññaaddaaDirector de Pendón por Pendón León

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SALUDA

Uno de los compromisos indiscutibles de la Diputación de León es conseguir el mantenimiento de las tra-diciones propias de la provincia, de los pueblos donde aún se guarda la esencia más pura de las raícesde todos los leoneses.

En León existen multitud de manifestaciones culturales, a través de las que nosotros hemos mostrado al restodel mundo que contamos con un atractivo que se une al resto de los que podemos presumir, como nuestra ar-quitectura singular, nuestra gastronomía o nuestro patrimonio cultural. Estamos orgullosos de trabajar para man-tener todas ellas.

Sin embargo, uno de nuestros símbolos más reconocibles son los pendones, que cada pueblo atesora comomuestra de que, aún a pesar del paso del tiempo, los leoneses no olvidamos quiénes somos y de dónde veni-mos. Con ellos, desde la institución provincial colaboramos para que sigan siendo nuestro estandarte y nuestroorgullo.

En Sevilla o en Gijón ya no hace falta explicar qué son los pendones leoneses, que cada año recorren sus ca-lles; una muestra más del gran trabajo que se lleva a cabo por muchas personas, en especial por la Asociaciónde Pendones del Reino de León, a quien queremos reconocer su labor y seguir apoyando en todas y cuantasiniciativas estén encaminadas a conseguir que León pueda estar en boca de todos.

Teodoro MartínezDiputado de Cultura

QQuuiiéénneess ssoommooss yyddee ddóónnddee vveenniimmooss

El presidente de la Diputación de León, Emilio Orejas, con el periodista leonés Luis del Olmo,acompañaba a los 30 pendones leoneses que participaban en el día de León en Sevilla.

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CIMANES DEL TEJAR

Situado a 26 kms. de la capital, con un gran po-tencial turístico que le proporcionan sus 12 km.de ribera del Río Órbigo, ideales para sende-

rismo y pesca deportiva, y sus instalaciones deportivasy de ocio. Sus seis núcleos de población: Alcoba de laRibera, Azadón, Cimanes del Tejar, Secarejo, Velilla dela Reina y Villarroquel tienen una extensión de 75 Km2y una altitud media sobre el nivel del mar de 900 m. ycuentan con cerca de un millar de habitantes.

Uno de los mayores atractivos de la capital del Muni-cipio es el parque público que dispone de una playafluvial muy concurrida en verano, amplias zonas de re-creo con merenderos junto al Órbigo e instalacionesdeportivas. Cuenta con casa de alojamiento y comi-das, dos fábricas de embutidos y panadería.

En él se dan cita cada año numerosas fiestas carga-das de tradición y costumbrismo. La ermita de SantaCatalina, situada en lo alto del monte de Secarejo, esescenario durante la primavera y época estival de di-ferentes rogativas a las que acuden los vecinos de lossiete pueblos titulares de la misma.

El antruejo de Velilla es una de las fechas especial-mente marcadas en el calendario por ser uno de losmás famosos y visitados de la provincia. La cita es eldomingo de carnaval, fecha en que los guirrios y lostoros, además de otros muchos personajes, toman lascalles y plazas del pueblo exhibiendo el más puro An-truejo Rural Tradicional que hoy se puede contemplar.Recientemente Cimanes del Tejar también ha recupe-rado sus “Gurrios” del Antruejo y Alcoba de la Ribera lasfiguras de “el Toro” y “el Torero”. Otra cita importantetiene lugar en el mes de agosto, el domingo antes delas fiestas, cuando se celebra la Muestra-DemostraciónPráctica de Artesanías Tradicionales, una feria multitu-dinaria y con amplio poder de convocatoria.

Como muestra el escudo Municipal de Cimanes delTejar, el rio Órbigo nace en nuestro término fundiendolas frías aguas de las montañas de Omaña y las de

Luna. Es este un río prisionero del hermoso perfil quetraza el sol del atardecer sobre la silueta de los choposen la época estival de esta ribera de lúpulo y barro.

La actividad principal de las localidades del Municipioha sido la tradicional actividad agrícola y ganadera, au-tárquica hasta no hace muchos años. La actividadagrícola experimentó un gran cambio por la ampliaciónde la superficie de regadío que supuso la construccióndel embalse de los Barrios de Luna, a mediados delsiglo pasado, que aumentó las extensiones de cultivode remolacha, alubias, maíz, lúpulo...

Pero estos parajes, que combinan las lomas secas po-bladas de sardones y roble con la vega fecunda, hansido testigos de muchos acontecimientos.

Del pasado arqueológico contamos con varios yaci-mientos en el Municipio: del paleolítico inferior, en elparaje "Los Cabeceros" de Velilla de la Reina y del pa-leolítico superior, en el paraje "La Senda" de Velilla dela Reina y en el paraje "Varquemil" de Cimanes delTejar.

Del paso de los romanos por estas tierras, y relacio-nado con el asentamiento romano de la localidad pró-xima de La Milla del Río, se ha encontrado grancantidad de trozos de teja romana en el paraje "vegade abajo", en las inmediaciones de la localidad de Se-carejo, por lo que se piensa pueda tratarse de una es-combrera romana, más aún teniendo en cuenta lahistórica tradición de fabricación de teja en el Munici-pio. También en lo alto del monte de Villarroquel, hayun lugar donde los vecinos dicen que se hallaba "ElMolino de la Griega", en cuyas inmediaciones existela excavación de lo que parece ser un gran embalse,que según la tradición oral, servía para retener el aguaque haría funcionar el molino. En realidad se trata deuna explotación aurífera de tiempos de los romanos,las médulas de Villarroquel, en la que se pueden iden-tificar los canales, el embalse y las partes del monteque fueron arrastradas por el agua.

CCiimmaanneess ddeell TTeejjaarrGGeennaarroo MMaarrttíínneezz FFeerrrreerrooAlcalde-Presidente del Ayuntamiento de Cimanes del Tejar

Genaro Martínez

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CIMANES DEL TEJAR

También hay constancia del paso de los visigodos, porla existencia de muchos topónimos de raíz germana.Pero fueron los árabes quienes dejaron por esta Ri-bera su huella y cultura, cuya máxima expresión es la“presa cerrajera” construida a principios del Siglo X,como fruto de una hermosa historia de amor, que naceentre Cimanes y Villanueva. Los numerosos molinosque se construyeron en la presa, junto con el ganadoque pastaba los extensos prados regados por esta y laagricultura, fueron la base de la economía de estospueblos hasta hace poco.

Abundantes huellas árabes nos han quedado en la to-ponimia de muchos parajes y en los nombres de dospueblos del Municipio: Alcoba (“al-Qubba”, que signi-fica monte en forma cónica), Azadón (“Zacdón”, antro-pónimo árabe).

Sin embargo son los documentos quienes certifican elorigen de varios pueblos del Municipio como conse-cuencia de la repoblación en los tiempos de la recon-quista, a partir del siglo X: Cimanes, Velilla, Secarejo,Villarroquel, son nombres de origen latino acompañadosde diversos apellidos: “de la Ribera” del río Órbigo, cho-rro de vida fresca y enorme caudal de bendiciones, “dela Reina” Dª Berenguela, que fue por un tiempo Reina deLeón, de sus torres, velillas o castillos o “del Tejar” en re-ferencia a la tradición de fabricación de la teja.

Durante muchos siglos de la edad media estos pue-blos estuvieron bajo los dominios de los Condes deLuna y del Marqués de Ferreras hasta la extinción delos señoríos en el siglo XVIII.

Cuenta el Municipio con buenos elementos de la ar-quitectura tradicional. Las Iglesias de Azadón, Seca-rejo, Villarroquel son construcciones antiguas consingulares espadañas de piedra aun más antiguas quelas propias iglesias, especialmente las espadañas deAzadón y Villarroquel, que bien podrían datar de losSiglos XI o XII. La iglesia vieja de Velilla de la Reinaconserva una interesante portada de sillería barroca.

En las localidades aún sobreviven buenos ejemplos dela vivienda tradicional de la comarca con distribución en-torno al corral. Arquitectura de tierra y teja, elemental ensu concepción, sistemática en su tipología, sencillacomo la propia sencillez de las gentes que la habitan.

En el Municipio se conservan en buen estado tres mo-linos harineros particulares, uno con aserradero si-tuado en una presa del río Luna, en Villarroquel y otrosdos situados en presas del Órbigo: el de Azadón y elubicado en la histórica Presa Cerrajera, en la localidadde Alcoba de la Ribera.

Una interesante ruta paisajística es “El Camino Real”,que une las localidades de Villarroquel, Secarejo, Aza-dón y Cimanes del Tejar. Discurre por el antiguo Ca-mino Real a través de un valle repleto de vegetaciónque paulatinamente va agostándose a medida que seavanza en recorrido entre la gran masa forestal dechopos situada en la ribera y el monte de roble y en-cina del lado opuesto, circunstancias que proporcio-nan una frescura propia de la vega a la quecontribuyen las numerosas presas de riegos que cruzay las fincas cerradas con sebes formadas que encau-zan la mayor parte de la ruta y que se alternan concampos abiertos minados por plantaciones de lúpulo,maíz, patatas y árboles frutales.

Aquí se practica una buena gastronomía, con referen-cias tan destacadas como las sopas de ajo o de tru-cha, los frisuelos y todos los derivados del cerdo,porque donde mejor se cura la carne es en Cimanes.La Asociación Cultural “Toros y Guirrios” de Velilla dela Reina, una de las más antiguas de la provincia,viene desarrollando actividades culturales desde 1979y, entre sus haberes, cuenta con la recuperación delAntruejo de Velilla, desde finales de la década de lossetenta y la realización de la Muestra de ArtesaníasTradicionales desde los años noventa. La Muestra delRamo Leonés y el Belén Artesanal se exhiben cadaaño en las escuelas del pueblo. En el mes de agostose celebra una Semana Cultural en la se realizan actosrelacionados con la cultura tradicional. Durante los in-viernos se imparten distintos talleres de interpretacióny fabricación de Rabeles y de Pandereta, confecciónde indumentaria tradicional, realización de máscarase indumentaria de Guirrios, etc. Para el desarrollo detodas estas actividades cuenta con la inestimable co-laboración del Grupo de Bailadoras y Pandereteras deVelilla de la Reina.

Y es que como Cimanes del Tejar, ningún Municipioconserva, vive e interpreta la esencia y la pureza de loleonés.

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EL ANTRUEJO

EEll AAnnttrruueejjoo ddee VVeelliillllaa ddee llaa RReeiinnaa

IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN HHIISSTTÓÓRRIICCAA,, AAPPRROOXXIIMMAACCIIÓÓNN AALL OORRIIGGEENN YY SSIIGGNNIIFFIICCAADDOO

El antruejo de Velilla de la Reina es de un tipismopoco frecuente en la actualidad. Su sentido, su sig-nificado difícilmente pueden entenderse y menosaún afirmarse tajantemente. Desborda el ámbito delo puramente folclórico y posiblemente para un in-tento de interpretación acaso haya que remontarsea los ritos mágicos de los tiempos prehistóricos.Ritos que adquieren su mayor importancia y mássignificada frecuencia con el principio de la agricul-tura, en pleno proceso neolítico de la humanidad.Aunque no de una manera tan clara, ese procesose prolonga hasta nuestros días y se agudizacuando el cristianismo cobra todo el protagonismode la historia.

Todos estos ritos son rechazados como paganospor la propia Iglesia. Sin embargo, algunos de ellosestuvieron tan arraigados en la cultura de los pue-blos, particularmente entre el pueblo llano que,pese a todas las presiones, se conservaron, si bienen la mayoría de los casos se produjo una adapta-ción o un velamiento del ritual. Dicho de otro modo,se llegó a una cristianización de hechos paganos alos que se le cambia la forma o la interpretación.Lo cristiano y lo pagano conviven durante algunossiglos, hasta que lo primero termina por sobrepo-nerse en todo el mundo civilizado.

De todas formas, el verdadero sentido del actualcarnaval, tal y como hoy se concibe, hay que bus-carlo desde el siglo XVII a esta parte. Las másca-ras y los disfraces dejan casi siempre a un lado atodo lo cultural y los ritos primitivos. En concreto,esta claro que las primeras mascaradas apare-cieron en Venecia. Ese encubrimiento de la iden-tidad de la persona era aprovechado por ésta paracriticar mordazmente a la iglesia y los estamentosdel poder de la época. Una y otros entablan uncombate directo y se llega a la prohibición del car-naval pagano. Aún así, el pueblo llano, lo mismoque antes con los ritos, lo conserva entre sus cos-tumbres y, cada año en unas fechas concretas, losaca a la calle.

RRaaffaaeell BBllaannccoo FFeerrnnáánnddeezz..Subdirector del Diario de León.

El Antruejo de Velilla constituye en la actualidad uno de los máximos y escasos exponentes vivos, incluso anivel nacional, del Antruejo Rural Tradicional que se celebraba antiguamente en la mayoría de los pueblos de lamitad norte de la península. El etnólogo Julio Caro Baroja recoge en su libro “El Carnaval” este tipo de celebra-ciones en la península ibérica durante la primera mitad del siglo XX. La celebración del Antruejo de Velilla se re-cuerda en la localidad desde tiempo inmemorial, si bien fue menos participativa durante algunos años de lapostguerra, desde la década de los setenta el Antruejo de Velilla se celebra organizada desde las institucioneslocales por lo que se halla consolidada su celebración y continuidad.

Grupo de Toros y Guirrios

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EL ANTRUEJO

Sin embargo nada de esto puede explicar con cla-ridad el verdadero sentido del Antruejo de Velilla dela Reina, ni su origen. Por un lado parece conservaralgún valor de lo primitivo –quizá el culto al animal,si puede entenderse así como tal- y por otros tieneelementos más característicos del carnaval tradi-cional, lo que en este caso serían los antruejos.

Pero en cualquier caso, lo cierto es que el An-truejo de Velilla de la Reina probablemente notenga parangón de ningún tipo, ni por su formade celebración, ni por lo elementos que intervie-nen en el mismo. Alguna similitud podría esta-blecerse entre uno de sus protagonistas, el“guirrio” y el “birria”, de la celebración del singu-lar Corpus Christi de Laguna de Negrillos. Sulabor a desarrollar es en ciertos aspectos casi lamisma y, aunque ataviados de distinta manera,utilizan para la ejecución de su tarea elementoscasi comunes: varas en caso de los “guirrios” yuna especie de látigo en el de los “birrias”. Su ac-titud, la evolución de sus movimientos, sus dan-zas y su hostilidad y agresividad pueden serpunto de conexión entre ambas figuras. Paren-tesco más directo existe entre el “guirrio” Veli-llense y los de las localidad próximas de Llamasy Carrizo. En uno y otro caso la indumentaria ylos componentes ornamentales son parecidos,sin embargo sus actitudes son bastante opues-tas, mientras el “guirrio” de Llamas se emplea enuna pacifica y sosegada danza que le da vida ysignificado por sí mismo, el de Velilla no puedeentenderse aisladamente del otro protagonistaimportante del Antruejo, el “toro”.

EELL TTOORROO YY EELL GGUUIIRRRRIIOO

El “toro” se compone a partir de un armazón demadera, con dos palos longitudinales y cuatrotrasversales, con arcos de mimbre y dos astasen el frontal. El armazón se cubre con una sá-bana blanca y una “colonia” (cinta de seda bor-dada con motivos florales) recorre el lomo delmismo para quedar suelta por la parte de atrás.

El “guirrio” lleva para cubrir su rostro una caretacónica, que termina en un gran abanico. Lamisma refleja las expresiones más inverosímiles,normalmente agresivas, y la parte que no corres-ponde a la cara va cubierta de escarapelas de co-lores. Además el guirrio lleva en cada mano unalarga vara de mimbre para abrirse paso a símismo, abrírselo al toro o poner orden.

Por lo demás, la indumentaria es común a ambos:calzoncillos de felpa o calzones de lino largos, en-aguas blancas y bordadas, camiseta también defelpa o camisa de lino, “zurrungallo” a modo defajín ceñido en la cintura, dos colonias de seda amodo de tirantes, un pañuelo blanco atado a lacabeza, calzan botas negras y leguis de cueronegro para cubrir la pantorrilla y unas esquilas debronce en la parte posterior de la cintura para quedelaten su presencia o proximidad.

Ser toro o guirrio es un privilegio que únicamentecorrespondía cada año a los mozos que inmedia-tamente iban a entrar en quinta y que exclusiva-mente se cedía a otros mozos que conanterioridad se hubiesen distinguido por el buen

Toro y Guirrio de Velilla en los años 50

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EL ANTRUEJO

aprovechamiento del mismo. Suelen ser tres ocuatro las parejas de gurrios y toros de blanco lasque intervienen en cada celebración.

OOTTRROOSS PPEERRSSOONNAAJJEESS DDEELL AANNTTRRUUEEJJOODDEE VVEELLIILLLLAA

Sin embargo, aunque con un protagonismo se-cundario existen otra clase de toros: los de“saco” y las “vacas”, de estos se suelen hacercargo los chavales más jóvenes y se distinguende los anteriores por su extremada fiereza, porno llevar cencerros que les delaten y por ir cu-biertos con sacos de yute o pieles en vez de sá-banas blancas. Estos eran más temidos por lasmozas y, mientras los “toros de blanco” adopta-ban una actitud tolerante, de estos huían a ladesbandada.

Si bien el protagonismo del antruejo correspondea los toros y los guirrios, los otros elementos im-portantes del carnaval de Velilla son “los antrue-jos”, estos ya en evidente paralelismo con loscarnavales de cualquier otra localidad de la co-marca. Si ser “toro” o “guirrio” era un privilegio delos quintos, “correr o hacer el antruejo” era un de-recho de todos los vecinos, y en ello colaborabandesde los niños hasta los ancianos. Los antruejoseran de una gama amplísima y sobre temas muyvariados. Era frecuente la utilización de útiles oelementos que producen gran ruido tales como

esquilas y cencerros del ganado o carracas, ma-tracas y bufaderas y sobre todo de partes de ani-males: pieles, huesos, cuernos, calaveras, o deinstrumentos y aperos de labranza, sobre todopara representar escenas propias del campocomo la trilla, la siega o la siembra. Muy impor-tantes eran también las parodias religiosas, coninterpretaciones disparatadísimas en las que elcura u obispo se convertía siempre en protago-nista para, en una mezcla de tacos, chistes y lati-najos, administrar, siguiendo los ritualeseclesiásticos, sacramentos como el bautismo, laconfirmación o el matrimonio, sobre todo, y la un-ción de enfermos, aunque en este caso el recep-tor de la mima fuese cualquier animal o muñeco.Igualmente se representaban escenas de la vidade la casa: cardar lana, hacer la matanza o deamarga crítica social sobre un hecho o un perso-naje local notable.

LLAA PPAARRTTIICCIIPPAACCIIÓÓNN DDEE LLOOSS VVEECCIINNOOSS

La participación de los vecinos se distribuía deuna manera ordenada y de acuerdo con el sexoy las edades de los mismos. De ese modo sepuede establecer lo que correspondía hacer acada cual. Los personajes más importantes eranlos quintos, a quienes correspondía el protago-nismo y en quienes estaba centrada la atenciónde todos los demás. Ellos eran los encargadosde organizar la celebración y de hacer de “toros”y de “gurrios”. En esta última faceta contabancon la colaboración, para los preparativos, de lasmadres, las mujeres vecinas e incluso las mozas.Estas, por su parte, eran el objeto a alcanzar porlos toros y los guirrios. Los niños eran cómplicesde toros guirrios cuando estos buscaban y per-seguían a las mozas, igualmente participaban enla fiesta con los disfraces. Los chavales podíanacceder a correr el toro de saco, pero sin atacara chicas mayores de su edad. Niñoos, chavalesy mozos, para distinguir así entre los de quince ydiecinueve años, tomaban parte en los antrue-jos. Los casados y personas mayores, raramenteparticipaban en los disfraces y su actitud era de

Toro y Guirrio realizando un pase a una moza

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EL ANTRUEJO

pasividad o bien de colaboración con los chava-les y los niños en los preparativos de los antrue-jos. Las mujeres participaban en la elaboraciónde los disfraces, colaboraban en el toreo de lasmozas – ellas no podían ser toreadas- y, sobretodo, se encargaban de la elaboración de las fri-turas propias de estas fechas: los fisuelos, lasorejas y las flores.

LLAA CCEELLEEBBRRAACCIIÓÓNN

Los festejos se iniciaban el “domingo gordo”, jus-tamente diez días antes de que con el miércolesde ceniza comenzase la cuaresma. Ese día ungrupo de antruejos, habitualmente los mozos ymozas en quinta, después del rezo del rosario, re-corrían las calles del pueblo llamando a la puertade los vecinos para pedir a éstos una aportaciónpara la merienda que luego habrían de celebrar. Setrataba del primer gran anuncio del carnaval y ensu recorrido los antruejos iban acompañados de lachavalería y evitaban por todos los medios ser iden-tificados. Los donativos de los vecinos – normal-mente eran las mujeres quien se encargaban dehacerlos- consistían casi siempre en frituras propiasde estas fechas, o bien en huevos y vino, actual-mente. La negativa de algún vecino, aunque casinunca se daba el caso, motivaba las burlas y mofasde los propios antruejos e incluso los comentariosdiscordantes de los convecinos una vez que elhecho se hacía público. Además los antruejos quehacían el recorrido eran casi siempre convidadosen casa con orujo, anís, vino o parte de las friturascon las que se les obsequiaba. Todo lo conseguidose reunía en la plaza y de ello daban buena cuentamozos y mozas en una gran merienda. Ese mismodomingo gordo ya hacían su primera aparición losToros y gurrios, si bien con menos insistencia que loharían una semana más tarde.

EELL EENNCCIISSNNAAOO YY LLAA CCAACCHHIIPPOORRRRAADDAA

Otras formas de anunciar el carnaval eran el “encis-nao” y la “cachiporrada”. Cualquier broma que gus-tasen hacer los mozos en estas fechas no solo

contaba con la permisividad de los vecinos, sinoademás con la colaboración por parte de los mis-mos. Lo contrario era motivo de mayor insistenciapor parte de los mozos, e incluso de sagaces burlas.Las bromas más corrientes eran el encisnao y la ca-chiporrada.

El encisnao se realizaba durante la noche alrede-dor de una gran hoguera que los mozos saltabany consistía en manchar la cara de quienes apare-ciesen por la calle con cernada, tizones, corchoquemado o unto de carro (tocino que se aplicabaal eje de los carros para evitar que la ruedes chi-rriasen).

La cachiporrada se hacía al oscurecer. Su nom-bre proviene de la “cachiporra”, que se confeccio-naba con un pequeño manojo de juncos y que enrealidad era un garrote con el que se golpeabanlas puertas. En la cachiporrada tomaban partemozos y mozas en pequeños grupos que actua-ban aisladamente y de manera espontánea. Con-sistía en “picar” a cada puerta y llamar por sunombre al vecino, a lo que éste debía contestarde una forma ya establecida –de esta manera seentablaba un pequeño diálogo, siempre mante-niendo la puerta cerrada- si aceptaba la broma o,por el contrario, callar. En el primero de los casosel vecino debía contestar a la llamada “¿Quiénva?”, y los mozos le replicaban “¡Allá te va la ca-chiporra, hasta otro año por ahora!”, finalmenteterminaba el vecino “¡Allá te va la mía, que espolla y no cría!”. Por el contrario, si cuando se pi-caba a la puerta o se llamaba al vecino y este nocontestaba, los mozos añadían “Si no quieres res-ponder, mete un cuerno por el culo y aprieta bien”.

LLAA AACCTTUUAACCIIÓÓNN DDEE LLOOSS TTOORROOSS YY LLOOSS GGUUIIRRRRIIOOSS

El toro y el guirrio aparecían públicamente por pri-mera vez la tarde del domingo gordo, justamentea la salida del rosario, para esperar a las mozas aescondidas en alguna esquina. Cuando arreme-tían contra ellas, éstas se dispersaban y huían,

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EL ANTRUEJO

aunque nunca se recogían en sus casas porque,de alguna manera, esta norma estaba entre lasdel juego. Si bien aparentemente no, en el fondoexistía un ánimo de colaboración de las mozascon los toros y los guirrios. En la primera huída lasmozas eran siempre cortadas por otra pareja detoro y guirrio que esperaba tras la siguiente es-quina. Toros y gurrios planificaban con anteriori-dad sus embestidas y con frecuencia atacaban enuna misma calle cerrando a las mozas y no per-mitiéndolas escapar, labor en la que los quintosse veían ayudados por el resto del vecindario,sobre todo por la mujeres. Tras el primer ataquetoros y gurrios se retiraban para descansar y es-perar a que las mozas se concentrasen en laplaza. Cuando se había recobrado la tranquilidaden las calles, volvían a actuar y a retirarse. Asíhasta el anochecer, hasta que comenzaba elbaile. A esa hora se recogían y ya no se dejabanver hasta el domingo siguiente, domingo de car-naval, en que volvían a actuar del mismo modo.También lo hacía el martes, y esté al terminar porla noche, se presentaban todas las parejas en laplaza, los vecinos abrían un gran corro y toros yguirrios hacían su última aparición y gran exhibi-ción, con ejercicios de auténtico malabarismo eincluso de peligro para la integridad física del gui-

rrio, por la violencia con que se manejaba el ar-mazón de los cuernos. Los ejercicios más fre-cuentes simulaban la faena del toreo y en ellos eltoro acomete violentamente contra el guirrio co-rrespondiendo a éste esquivar la embestida conla mayor lucidez y riesgos posibles, para deleitede la concurrencia, que ovacionaba según la va-loración que hiciera de la habilidad del guirrio. Elejercicio verdaderamente brillante y espectaculartiene por objeto directo las mozas casaderas.Para ello, el guirrio, tras tomar presa a la moza deespaldas acogiéndola por la cintura y elevándola,la hacía pasar varias veces por encima de lasastas del toro. Ante esta acción, la moza adoptabaincluso una actitud colaboracionista y ella mismase impulsaba en el salto para no salir perjudicada.Toreada una moza, el guirrio la soltaba y perse-guía otra hasta alcanzarla y realizar con ella lamisma faena. Si alguna de ellas una vez cogida,no colaboraba, el toro la acosaba y atacaba consus cuernos, siendo además increpada por laspropias mujeres.

Realizados varios pases cada pareja, primero, ytodos a la vez, después, finalmente se procedía ahacer “la venia”, cada guirrio cogía a su toro por uncuerno y todas las parejas se alineaban en el cen-tro de la plaza y saludaban al público con varias in-clinaciones de cabeza. Finalmente toros y gurriosse descubrían para dejar desvelar su identidad.

LLAA CCEELLEEBBRRAACCIIÓÓNN AACCTTUUAALL DDEELL AANNTTRRUUEEJJOODDEE VVEELLIILLLLAA

Su celebración se reanuda en 1979 a raíz de lasindagaciones, para realizar su tesina fin de ca-rrera, de un estudiante local de antropología en laUniversidad Complutense, Francisco Javier Fer-nández o “Charly” (Hoy director del Museo Antro-pológico de Ciudad Real). Entonces, un numerosogrupo de jóvenes, (constituidos en la AsociaciónCultural “Toros y Gurrios”, que lo organiza desdeentonces) recogen el testimonio de sus mayoresy la celebración cobra nueva vida, aunque la

Grupo de Toros y Guirrios

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misma se limita a dos días. El domingo de carna-val y la víspera, el sábado fisolero. De lo que erael carnaval se ha recuperado prácticamente todolo que se recuerda, aunque las personas mayo-res echan en falta ese espíritu bullarguero de losvecinos en la fiesta, amainado quizá por la granafluencia de expectantes forasteros.

El sábado los quintos, mozos, mozas y los an-truejos piden por las casas. Por la noche se hacela cachiporrada por el pueblo y el encisnao alre-dedor de una gran hoguera alrededor de la cualse baila y salta y donde se asan patatas y se re-parte orujo.

El domingo es actualmente el día grande del An-truejo de Velilla. A primera hora de la tarde se re-memora ese antruejo callejero con unacencerrada por las calles del pueblo, comitiva a laque a su paso se van uniendo los antruejos quesalen de cada casa. Una vez en la plaza y es-pontáneamente, tienen lugar las actuaciones deun gran número de antruejos rescatados de lamemoria de los más mayores de la localidad ypreparados para la ocasión: comedias y discur-sos, parodias religiosas y agrícolas como la siem-bra de la cernada, la aparición de personajes

como la gómia, la máscara o zampa, el pellejo, eloso, el hombre de las tenazas, los barrigones, losgurrios de sacos y pieles, los vejigueros, toros desaco y zarzas, toras, la mula, los enanos y los gi-gantes, etc.

Un grupo de bailadoras y pandereteras de la lo-calidad ataviadas con la indumentaria tradicionalpropia de la zona (algunas de más de setentaaños y por tanto antiguas ejecutantes) realiza unamuestra de bailes populares al son de la pande-reta. Los dulzaineros y una pequeña orquesta dela localidad hacen baile de jotas y danzas popu-lares para los espectadores. Lo más esperado yllamativo sigue siendo, tal y como antiguamente,la exhibición de los toros y los guirrios. A últimahora de la tarde la Junta Vecina y el Ayuntamientoconvidan a todos los asistentes a una meriendapopular a base de escabeche de tino, vino y lasfrituras propias de las fechas (antiguamente tam-bién se hacía esta misma merienda, que habíande costear la personas que hubiesen entrado devecinos en la localidad desde el antruejo anterior,aunque dicha merienda tenía lugar el martes decarnaval después de la “hacendera”). Finalmente,cuando ya ha anochecido, tiene lugar el espectá-culo pirotécnico “toro de fuego”.

Toros y Guirrios en evolución

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MASCARADAS POPULARES

LOS GUIRRIOSLas mascaradas de Guirrios y de Toros son lasque dan más carácter al Carnaval Velillense. Silas simulaciones de toros pertenecen más bien alas zonas del sur de la Meseta central; la figuradel guirrio, que se extiende por toda nuestra pro-vincia, emparenta el antruejo leonés con las cul-turas norteñas, sobre todo con la gallega y laasturiana; pues en Asturias también se conoceeste personaje y además con el mismo nombre.

La vestimenta de los guirrios toma como base lacamisa y el calzón blanco de lino, felpa o algodóny en ocasiones también enaguas de mujer. Calzanbotas y leguis negros o abarcas de piel y medias delana blanca sujetas por ligas de lanas de colorestrenzadas con los dedos. En la cintura una faja, oun zurrungallo o pañuelo merino y, sobre éste, uncinto cargado de cencerros. Sobre los hombros doscolonias (cintas de seda), un pañuelo merino o unabanda de color sobre el hombro izquierdo; a vecesuna piel de oveja o cabra a la espalda. Ocultan surostro con caretas cónicas de cartón cubiertas depieles, huesos, cuernos o de papeles y abanicosde colores o con máscaras de madera recubiertasde pez. En sus manos portan palos y garrotes paraasustar, tijeras de madera o tenazas extensiblespara coger por las piernas, vejigas de cerdo o devaca infladas o rabos de cordero para golpear o ca-rracas y matráculas que, junto con los cencerros,emiten ruidos atronadores para “espantar a losmalos espíritus”.

LOS TOROSLas animalizaciones de toro, junto con el toreo devaquillas y las corridas de toros, que los estudio-

sos relacionan con cultos celtas de veneración aeste animal como semental, eran característicasde la Meseta en la península ibérica.

Se elabora este disfraz con una especie de esca-lerilla en cuya parte frontal se colocan dos cuer-nos de vaca; en la parte superior unos arcos demimbre proporcionan la forma del animal, todoello va cubierto por una manta, colcha, tela negra,saco o un pellejo de animal; en el otro extremo secoloca un rabo de vaca o alguna planta espinosa(zarza, espino, etc.). También suele llevar algúncencerro. Para manejar el artefacto se introducendentro uno o dos mozos. El escenario de actua-ción es recorriendo las calles para embestir y cor-near a quienes encuentren entre risotadasgenerales.

En Velilla se recrean una gran variedad de torossimulados: de sacos, de zarzas, de pieles, toras,etc., pero el más importante es el “toro de blanco”,disfraz que siempre es acompañado por un gui-rrio. Este “toro de blanco” se denomina así por-que, a diferencia de los otros toros, va cubiertocon una sábana de lienzo blanca y una colonia(cinta de seda) recorre a lo largo el lomo del ani-mal simulado desde el frente para quedar sueltapor la parte de atrás, simulando el rabo del animal.El disfraz es portado por un quinto que actúa enconjunto con otro vestido de “guirrio de blanco”. Elescenario de actuación de estas parejas es princi-palmente la plaza del pueblo y el objetivo lasmozas casaderas, que el guirrio por sorpresaapresa por detrás y, sujetándola por la cintura, laeleva haciendo pasar sus piernas varias veces porencima de las astas del toro; lo que tiene un claro

EEmmiilliiaannoo BBllaannccoo FFeerrnnáánnddeezz..Asociación Cultural Toros y Guirrios de Velilla de la Reina.

MMaassccaarraaddaass mmááss ppooppuullaarreess eenn eell AAnnttrruueejjoo ddee VVeelliillllaa

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MASCARADAS POPULARES

sentido germinativo: el vigor masculino (mozo queguía el toro) entra en contacto con lo femenino(mozas a las que embisten) y lo fertiliza.

OTRAS ANIMALIZACIONESLa animalización de lo humano ha sido un recursocarnavalero muy habitual. Los disfraces a travésde los que el ser humano de animaliza, ademásde “el toro”, son “el oso”, “la mula” y “la gomia”y “lazampa”.

EL OSOEs el que, según la tradición europea y por elhecho de invernar, anuncia el momento de pasode una estación (la que muere, el invierno) a otra(la que nace, la primavera). El disfraz se realizacon pieles de oveja, cabra, etc. y una cadena queretiene al oso por una muñeca o un tobillo y quesujeta un gitano o gitana quien, con una vara, or-dena bailar y hacer malabarismos al oso.

LA MULAEs un disfraz o antruejo que se realiza medianteuna careta en forma de cabeza de mula, un rabode animal o planta espinosa y una manta o sacoque cubre a dos personas. Actúa por las calles yen el baile, dando coces y rabiscazos al que pilla.

LA GOMIA Es la simulación de un animal fantástico, entredragón y serpiente, que se confecciona con ungran armazón de varas recubierta con colchas yporteada por un grupo de entre dos y seis per-sonas en la parte frontal se coloca una calaverade un animal grande (burro, caballo, etc.) pro-vista de un mecanismo que permite a uno de losporteadores abrir y cerrar las mandíbulas o qui-jadas. En la fachada sur del claustro de la cate-dral de León existe una entrada quepopularmente se conoce como “puerta de lagomia”, era por esta puerta y durante siglos de laedad media hasta el XVII, por donde salía lagomia o tarasca que participaba en la Procesióndel Corpus.

LA ZAMPA O MÁSCARA Es también la simulación de un animal fantástico.Al igual que la gomia que se confecciona con unacalavera de burro o caballo que se coloca encimade la cabeza del porteador, provista de un meca-nismo que permite a uno de los porteadores abriry cerrar las mandíbulas o quijadas. El porteadorse cubre con sacos, mantas o tapabocas.

EL PELLEJOO “el del arrima”. Aunque no es propiamente unasimulación de animal éste se realiza cubrién-dose con una piel de oveja, cabra, etc. El dis-frazado embadurna ésta con barro y trata dearrimarse a las mozas y a las mujeres en elbaile, con lo que estas huyen despavoridas parano ser machadas.

EL RITO DEL ARADOEste rito tradicional, que se celebraba en algunoslugares del Noroeste y del Oeste ibérico en dis-tintos momentos del invierno, encierra un clarosentido de germinación de las semillas y de fe-cundidad de los ganados e incluso de los sereshumanos. Julio Caro Baroja decía “El rito delarado sirve para asegurar las cosechas y paraasegurar la fecundidad de las ovejas y las ca-bras”.

En Velilla, dos mozos cubiertos con sacos y pie-les, y que portan cinturones con grandes cence-rros, se uncen al yugo; otro mozo, detrás, vestidocon una zurrona de pastor va guiando el arado.Un cuarto mozo delante de la comitiva, con la caracubierta, vestido de guirrio y con una morrala alhombro, va arrojando puñados de ceniza o caga-llas de oveja sobre el suelo y sobre los especta-dores. Así van arando la plaza y las calles delpueblo.

Con este ritos de fertilidad, el hombre campesinotrataba de propiciar esa nueva vida vegetal queha de nacer y a la que considera imprescindiblepara su propia supervivencia.

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MASCARADAS POPULARES

OFICIOS Y FAENAS AGRÍCOLAS El mundo de los antiguos oficios, transmitidos portradición, aparece con frecuencia en los disfracescarnavaleros produciéndose escenificaciones car-navaleras de pastores, herreros, caldereros, etc.

La representación de faenas o labores agrícolas,en las que a menudo participan animales y se uti-lizan aperos agrícolas han sido siempre muy delgusto de los velillenses, son frecuentes repre-sentaciones de la siembra, la siega o la trilla decereales; aunque la más representativa es “laconducción del arado y la siembra de la cer-nada”.

OTRAS ÉTNIASEn carnaval era muy frecuente asumir figuras per-tenecientes a otras etnias u otras zonas distintasde aquellas en las que se ubica la poblacióndonde se celebra el carnaval: de gitanos y gita-nas, de maragatos, etc., es un intento de asumirlo otro, lo distinto, lo foráneo... y apropiárselo,como elemento renovador.

LOS TORRESNOS El domingo anterior al domingo gordo los rapacessolían pedir los torreznos por las casas del pueblo(trozos de tocino, chorizo, huevos, frituras de car-naval y otros alimentos). La comparsa solía ir en-cabezada por un guirrio que portaba una larga varadonde pinchaba los torreznos recibidos. En ocasio-nes la “vara de torreznos” se subastaba pública-mente a fin de obtener fondos para la celebración opara el vino; en todo caso con lo recogido haríanuna merienda común en la que organizaban la ce-lebración del carnaval. Estas cuestaciones consti-tuían una clara vinculación de toda la comunidadcampesina y un claro rito de regeneración y reno-vación, pues se celebraba con alegría esa robla, co-rrobla, merienda o cena común.

PARODIAS RELIGIOSASMuy importantes son las parodias religiosas, coninterpretaciones disparatadísimas en las que elcura u obispo se convertían siempre en protago-

nistas para, en una mezcla de tacos, chistes y la-tinajos, administrar, siguiendo los rituales ecle-siásticos, "sacramentos" como el bautismo, laconfirmación, el matrimonio, sobre todo, y la un-ción de enfermos, aunque en este caso el recep-tor de la misma fuera cualquier animal.

LAS COMEDIAS O DISCURSOS Se trata de auténtica crítica social en la que el glo-sador local expresa públicamente y con gracia eingenio, los más recientes acontecimientos delpueblo, contados de forma tal que la risa y el re-gocijo de la concurrencia brotan espontánea y es-trepitosamente.

LA CAHIPORRADA En la "cachiporrada" toman parte mozos y mozasen pequeños grupos que actúan aisladamente yde manera espontánea. Consiste en "picar" encada puerta o llamar por su nombre al convecino,a lo que éste debe contestar de una forma ya es-tablecida -de esta manera se entabla un pequeñodiálogo, siempre manteniendo la puerta cerrada-si aceptaba la broma, o, por el contrario, callar.

En el primero de los casos el vecino debecontestar a la llamada:-¿Quién va?y los mozos replican:- ¡Allá va la cachiporra, hasta otro año porahora!Finalmente termina el vecino:- ¡Pues allá va la mía, que es polla y no cría!Por el contrario, si cuando se "pica" a la puerta o se llamaba el vecino no contestaal "¡Allá va la cachiporra!", los mozos añadían:- Si no quieres responder, mete un cuernoen el culo y aprieta bien.

EL ENCISNAOAntruejo que se suele realizar alrededor de una ho-guera de la que se obtiene la cernada con el quemancha la cara de quienes se acercan al lugar y es-pecialmente de los forasteros y de las mozas. El en-

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MASCARADAS POPULARES

cisnao también se realiza con “unto de carro”, quese obtenía de la aplicación de tocino al eje fijo delos carros, para evitar que las ruedas chirriasen

LOS ENANOS Y LOS GIGANTES Los rudimentarios gigantones se fabrican con sim-ples armazones de madera, varas, zarzas y lonasviejas, estructuras que se colocan sobre los hom-bros. Los enanos se confeccionan colocando unacriba sobre la cabeza metida en un gran saco quese ata a la cintura; desde aquí para abajo secuelga una chaqueta y los pantalones que se su-jetan a la altura de las rodillas. Su procedenciapuede ser, al igual que la gomia, de la antigua pro-cesión del Corpus.

EL BARRIGÓN Vestido con ropas amplias llena los huecos so-brantes entre estas y su cuerpo con hierba seca oalfalfa, tomando un aspecto de gordinflón. Arma-dos con varas, los diversos barrigones u hombresde hierba se zurran unos a otros.

EL HOMBRE DE LAS TENAZAS Este antruejo lo suele realizar un hombre, de edadmás bien avanzada, que visten traje negro de cha-leco, sobrero y una media metida por la cabezaque le oculta la cara; además esconde bajo unagran capa negra unas tenazas de madera extensi-bles con las que pellizca y engancha por las pier-nas a los forasteros y en especial a las mujeres.

Subasta de la Vara de Tocinos Las Comedias

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MASCARADAS POPULARES

La Gómia y La Mula

La Zampa

Los Zamarrones

La Siembra de la Cernada

Barrigones y Zampa

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MASCARADAS POPULARES

Los Gigantes

Las Gomias

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PENDONES DE VELILLA

El archivo parroquial de Velilla guarda el Libro “2ºFÁBRICA DE VELILLA DE LA REINA” que re-gistra los años 1597 a 1691. En los Inventarios

que periódicamente se hacían de los bienes de la igle-sia, con la asistencia de un visitador del Obispado deLeón, y hasta l678, hay abundantes citas del Pendónde Velilla de la Reina, así como anotaciones de losgastos de reparaciones del mismo. Sin embargo es enun inventario del año 1678 donde se describen másdetalladamente los tres pendones existentes en Velillade la Reina.

Anotaciones más destacadas:

A.- En el folio 323 de este libro, el “Inventario de losmuebles de iglesia de Velilla de la Reina” realizado elcuatro de mayo de 1620, siendo clérigo y rector D.Francisco García, mayordomo D. Santiago Barrio-luengo y sacristán D. Domingo Aguado, dice textual-mente “Un Pendón de damasco colorado con tresborlas de seda azul y blancas y cruz”.

B.- En el folio 389 vuelto, en un “descargo” de cuentasrealizado el día 22 de febrero de 1639 se anota ungasto de “Bordador” que dice: “… más veinte realesque se le dieron a un bordador por aderezar el pen-dón, bordar …”.

C.- En el folio 391 de este mismo libro, el inventario de“Hornamento” de iglesia de Velilla de la Reina, reali-zado el día segundo del mes de mayo de mil seis-cientos cuarenta, enumera “Un Pendón de damascocarmesí con flecos blancos y colorados”.

D.- En el folio 420 vuelto, la anotación realizada el día18 de mayo de 1649, dice: “…más cuatro reales quecosto aderezar la cruz de latón”.

E.- En el folio 437, unas cuentas anotadas el día 7 deoctubre de 1653, registran: “… más tres reales decoser el Pendón”.

F.- En la visita realizada en l677, D. Rodrigo de Pardo,visitador del Obispado de León, manda hacer un in-ventario exhaustivo de los bienes de la Iglesia. Así enlos folios 470 a 473, hemos encontrado un inventariomuy detallado realizado el 08 de abril de 1.678 siendoracionero y cura de la iglesia de San Pelayo de VelillaD. Bartolomé De Aller García, visitador D. Rodrigo dePrado (D. Juan Osorio era entonces obispo de León),era mayordomo D. Santiago García y teniente de sa-cristán D. Pedro Fernández. Dicha relación de losbienes de la iglesia de San Pelayo comienza inventa-riando el propio cuerpo de la iglesia y todo su sagrado,altares, retablos, imágenes, campanas, esquilas,andas, escañiles, archivos, arcas, misales, manuales,puertas, cajones, mesas, plata, ornamentos, frontales,ropa blanca y para finalizar con los añadidos.

Pero, sin duda alguna, la cita más importante se en-cuentra en el inventario de 1678, concretamente en elfolio 471 vuelto, donde se describen detalladamentetres pendones existentes entonces en Velilla de laReina: un pendón bueno y otro usado, ambos de da-masco encarnado y un pendón negro o de ánimas. Conesta anotación podemos deducir que pocos años antesse habían confeccionado dos pendones nuevos: el quecita como Pendón bueno y el Pendón negro, siendo el

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PENDONES DE VELILLA

Pendón usado el que venimos encontrando en las ano-taciones realizadas en el libro hasta esta fecha. Ahorabien, al haber llegado hasta nosotros dos varas, ¿cómosaber cuál de ellas es la que corresponde al antiguopendón? Examinadas todas ellas por un viejo carpin-tero de la zona ha observado que tanto la vara del pen-dón de difuntos como la vara de 7,40 m. son de alisomientras que la vara más grande es de chopo por lo queparece ser que esta es la más antigua y las otras dospudieron fabricarse a la vez y con el mismo tipo de ma-dera.Por otro lado, la descripción que en la nota F se hacedel paño del Pendón de ánimas “negro de damasquillode lana” se corresponde exactamente con el paño viejodel actual Pendón de difuntos Velilla (en el año 2004 seconfeccionó un nuevo paño para este pendón de difun-tos, conservándose el antiguo).

Hasta el momento conservamos tres trozos de pañosque suman unos 6 metros de longitud por 0,55 metrosde anchura, se trataba de una pieza rectangular con dospuntas y un gran corte central en la parte derecha delos paños que decrecía desde los paños de los extre-mos hasta el paño más interior. Era una tela de colorcarmesí o colorada, de las denominadas adamascadas(fondo de seda y algodón con dibujo floral o alcachofaimpresa) de 5,80 metros de altura, compuesta pornueve paños de 55 centímetros de anchura. La longitudhorizontal del paño superior era de 6,50 m., la del pañoinferior de 3,50 m., el punto medio del paño quinto ocentral, en el que confluían los cortes procedentes delos extremos superior e inferior, tendría una longitud de3,10 m. El galón o entredós que une los paños es de

hilos dorados y tiene una anchura de 5 cm. y los flecosque contorneaban toda la tela son blancos y colorados.Una cruz de latón sin relieves.

Finalmente los remos, que también se conservan, tie-nen una longitud de 10 metros, con un carrete simétricode madera, de 30 centímetros de longitud, forrado dehilo de color oro y verde con sus respectivas borlas enlos extremos.

A partir de estas anotaciones en el año 2009 se ha re-alizado un nuevo Pendón morado de 9 paños con lasmedidas originales que sería el Pendón documentadomás antiguo de Velilla de la Reina.

Recientemente se ha incorporado una nueva pendo-neta, que portan los niños, de 3 paños morados y unoscinco metros de altura, confeccionada por la Asocia-cion Toros y Guirrios.

Pendón de DifuntosTambién existía, y se conserva, el “Pendón de Difun-tos”, que era de titularidad de la Cofradía del Santí-simo y que hoy, ya restaurado, sigue estando en usoy se saca en los entierros de los vecinos. Es de da-masquillo negro, de tres paños y varal de 4,5 m.

Pendón de Velilla junto a la imagen de la Virgen del Camino

Elementos que se conservan del Pendón más antiguo de Ve-lilla de la Reina

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VOTO Y CULTO A LA VIRGEN DEL CAMINO

El cumplimiento del voto a la Virgen del Camino,propicia que los pendones de la Sobarriba salgana la calle desde hace siglos. Pero no es el único

Voto que se cumplía en este Santuario, ya que aúnsiendo de origen medieval como ha estudiado AntonioBarreñada, es un “traslado” de cultos celebrados entreLeón y Trobajo del Camino.

El culto a la Virgen del Camino en el municipio de Val-verde comienza con la aparición mariana al pastor de Ve-lilla de la Reina Alvar Simón Gómez Fernández, ocurridael 2 de julio de 1505 según los documentos conserva-dos. Estas apariciones se extendieron por un área denorte a sur: la majada de ganado y zona pantanosa del“Valle de Santiago”, término común con Trobajo del Ca-mino, donde hubo un monasterio medieval; más al sur,sobre la terraza del Bernesga en el lugar donde se alzóun crucero con sus escalones para arrodillarse (humi-llarse), y posteriormente la ermita del Humilladero quellegó a ser parroquia; y finalmente en el lugar señaladocon la caída de una piedra, donde se localizó la primitivaermita, origen del actual Santuario. El área de culto sefue desplazando hacia el sur buscando la cercanía del“Camino Francés”.

Un recorrido distinto, de este a oeste para confluir en elSantuario, siguió la celebración del Voto a San Isidro quecelebraban los Concejos de la Sobarriba en Trobajo delCamino, sobre el “Camino de Santiago” junto al “miradorde la Cruz” en la ermita de San Isidro del Monte. Buenaparte de dicho voto se cumple desde el siglo XVII en elSantuario de la Virgen del Camino que se unía a estavieja ermita de San Isidro por una cadena de crucerosya desaparecidos.

Desde el principio se cuenta con una imagen de la Virgendel tipo iconográfico denominado “la Piedad”, que porobra de la predicación franciscana se denomina popu-larmente “Virgen del Camino” en toda la Península alasociarse desde la Edad Media a unas palabras del pro-

feta Jeremías (“Lamentaciones” I.12: “vosotros que vaispor el camino, mirad y ved si hay dolor como mi dolor”)relativas a la destrucción del Templo de Jerusalén. Es laimagen titular del Santuario, de estilo popular que por suaspecto flamenco y las letras góticas de la base, podríadatar del s. XVI.

La Ermita del Humilladero conserva paredes de la pri-mitiva de ladrillo y algunas tumbas antiguas, pudiendodatarse entre los siglos XVI y XVIII. Tiene un crucifijo conla mano derecha de Cristo desclavada, probablementerelacionada con una visión de San Bernardo de Clara-val; es del estilo popular y recuerda la imagen mariana

AA.. VVaallddeerraass

PPrriimmeerr vvoottoo yy ccuullttoo aa llaa VViirrggeenn ddeell CCaammiinnoo

Alejandro Valderas

Aparición de Nuestra Señora de Camino al pastor.

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VOTO Y CULTO A LA VIRGEN DEL CAMINO

del Santuario. Ante esta ermita, estuvo el “humilladero”,un crucero de piedra de estilo barroco.

Ni los datos artísticos, ni la documentación de la catedralde León, hacen pensar que antes de 1500 hubiese enestos parajes ermitas u hospitales para el auxilio de losperegrinos que pasaban por el cercano “Camino de San-tiago”; más bien parece un despoblado.

En el Consistorio de León se conservaba este “Acuerdo”de fecha 27 de enero de 1516 transcrito por Julio Gon-zález ( “La Virgen del Camino”, León 1925): “este dichodía – 27 de enero de 1516 - estando debaxo de los por-tales de la dicha ermita de nuestra Señora del Camino, yestando así presente Antonio de Prado Alguacil de ladicha ciudad é del campo, por el Señor Sebastián Mu-darra Corregidor de ella ... y en presencia de mi AlonsoQuirós, escribano... en nombre e como Procurador de laseñora Doña Leonor de Quiñones... tomó primero pose-sión de la ermita, y después le entrego tres arcas que es-taban en ella, dos grandes y otra mediana, cerradas, dosde nogal y otra de tea, y asimismo otra arca chica, la cualabrió Alvar Ximón, e se falló en ella quarenta é un mara-vedís e medio, en moneda menuda... lo puso en pose-sión de dos retablos que estaban en la ermita é de todoslos cirios é hachas de cera que estaban colgado de las

paredes... é de todos los ornamentos, é cáliz, é bueys évacas é ganados é de todas las limosnas e cosas... lepuso en posesión de la iglesia nueva, que esta fronterade dicho espital y después de esto pidió al dicho algua-cil reciba juramento de dicho Alvar Ximón mayordomo dela dicha ermita e le entregue la dicha ermita é las llavesdella al dicho Alvar Ximón”.

A falta de los documentos originales del Santuario,hemos de deducir de este acuerdo el inicio del voto queAlvar Simón realizó de visitar el Santuario y cuidar de él.Parece que en 1516, además de la primitiva ermitadonde hoy se encuentra el Humilladero, ya existían unhospital de peregrinos posiblemente antecesor de la“Casa de las Anovenas” (donde el actual complejo domi-nico), y una iglesia nueva frente al hospital antecesoradel actual Santuario.

En el acto de 1516, se hacía entrega de las llaves de laiglesia nueva a Alvar Ximón, quien ya era mayordomo dela ermita pre-existente y se le tomaba juramento del votoo promesa de atención y dedicación al Santuario de laVirgen del Camino. Se trataría de una vinculación reli-giosa ya que la propiedad no era suya, como mucho sele permitiría compartir algunos derechos como la elec-ción de capellán.

Con Alvar Simón nace el derecho denominado “abolen-gas” que con el tiempo hereda junto con votos y cargasespirituales, el concejo de Velilla de la Reina, y que in-cluía el nombramiento de párroco de Velilla y la partici-pación en sus rentas. Estos derechos se relacionan conla costumbre de encabezar cualquier ofrenda o muestrade agradecimiento a la Virgen del Camino, en el futuro.Así se explicaría que el pendón de Velilla comparecieseen el Santuario, junto a los de la Sobarriba en lo que esuna amalgama de diversos votos ocurrida progresiva-mente desde el siglo XVI hasta el XIX que ha llegadohasta nosotros.

Retablo de la iglesia parroquial de Velilla de la Reina.

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DULCES POPULARES

OOrreejjaass ddee CCaarrnnaavvaall

La cercanía del antruejo hace que la elaboración delas orejas, flores y rosquillas sea cada año una fiestaa la que no son ajenas las vecinas de Velilla de laReina.

Los ingredientes empleados son básicamente los mis-mos aunque cada vecina guarda algún pequeño se-creto para que las orejas suyas sean diferentes a lasde las demás.

Las cantidades de los ingredientes se van poniendo aojo, los ingredientes básicos son: huevos, harina, le-vadura y azúcar; además y para darle el toque perso-nal se le puede añadir: orujo, anís, mantequilla, sal,etc.

PASOS:

1º.- Batir los huevos, añadiéndole levadura, orujo,mantequilla, etc.

2º.- Mezclar los huevos batidos con la harina.

3º.- Amasar y dejar que fermente la masa.

4º.- Extender la masa con un rodillo y trocear o recor-tar el pedazo correspondiente a la oreja, estirar la orejaa mano.

5º.- Freír la oreja por ambas caras en la sartén conabundante aceite muy caliente.

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ROGATIVAS A STA. CATALINA

En la ladera de un frondoso monte de robles y en-cinas situado sobre Secarejo, un Pastor que sehallaba cuidando de sus ovejas encontró una

imagen de Santa Catalina.

El pastor recoge la imagen, la guarda en su zurrón y latraslada a Secarejo. A la mañana siguiente, cuando vaen busca del zurrón para mostrar la imagen encon-trada a los vecinos, observa con gran sorpresa queésta ha desaparecido. Volviendo con su rebaño allugar del extraordinario suceso, descubre de nuevo laimagen; hecho que se repiten durante varios días. Enuna ocasión, tras recoger la imagen, el pastor la atapor el brazo al zurrón; a la mañana siguiente tan solohalla el brazo de la imagen unido al zurrón; la imagenhabía vuelto a desaparecer para regresar de nuevo allugar del suceso. Cuando va a recogerla, este día laimagen de Santa Catalina le habla y le manifiesta suvoluntad de que en aquel lugar se construya una er-mita donde sea venerada.

Tras regresar al pueblo, el pastor relata lo sucedido alpárroco del lugar, quien a su vez lo traslada al obis-pado de Astorga, de donde acudió presuroso un re-presentante.

Desplazándose todos al lugar del acontecimiento, vie-ron un gran resplandor que se elevaba desde el suelo,donde se hallaba la imagen de Santa Catalina, hastael cielo.

Siete pueblos de la zona se suman al proyecto deconstruir una ermita. Para empezar llevaron los mate-riales necesarios hasta el pie del monte, allí pensaronla forma de subirlos hasta la cima, cosa que vieronmuy difícil. Cual sería su sorpresa cuando al día si-guiente, al llegar al lugar, ven que todos los materialesmilagrosamente se encontraban ya en la cima, emo-cionados y sorprendidos levantan, en el lugar del mi-lagroso suceso, la ermita dedicada a Santa Catalina,y establecen turnos para, a partir del martes del Pas-cua de Resurrección, los siete pueblos suban a cum-plir con la devoción.

Aunque se desconoce la fecha del suceso, (la tradi-ción popular habla de tiempos de moros y cristianos),este pudo ocurrir antes del siglo XIII, puesto que en laiglesia de Secarejo se veneran dos imágenes de SantaCatalina, una de ellas muy antigua, de estilo gótico que

RRooggaattiivvaass aa SSaannttaa CCaattaalliinnaaLLeeyyeennddaa ddee llaa EErrmmiittaa ddee SSaannttaa CCaattaalliinnaa ddee SSeeccaarreejjoo

Rogativa de Azadón y Cimanes, años ‘30 del pasado siglo

Fiesta restauración de ermita (2010). Pendones de Cimanes,Azadón, Velilla y Alcoba (invitados).

JJooaaqquuíínn AAlloonnssoo

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ROGATIVAS A STA. CATALINA

puede datar del siglo XIII o XIV y que dicen es la queantiguamente estaba en la ermita y otra más modernadel XVII o XVIII. Esta última, con todos los atributospropios de esta mártir de Alejandría: rueda y espadade su martirio en el lado derecho, a sus pies, la cabezadel emperador Majencio que la mandó decapitar en elaño 307 y a quien la sana venció son su sabiduría,además la hornacina que contiene la reliquia; se pro-cesiona cada año en romería hasta la ermita. Tambiénen la iglesia de Villarroquel existe otra imagen deSanta Catalina, de estilo gótico, popular que puededatar del siglo XIV.

En la ermita de Santa Catalina de Secarejo, se cele-bran una serie de cultos o rogativas para implorar lalluvia, lo que es probable que se originase en algúnvoto. En ellos, la cruz parroquial, el pendón y los veci-nos de Secarejo se desplazaban hasta la entrada delpueblo para esperar y recibir por turnos, durante “losmartes de aguas”, a las procesiones con sus crucesparroquiales y sus pendones de los vecinos de Villa-rroquel, Santiago del Molinillo el primer martes des-pués de Pascua. Los vecinos de Azadón y Cimanesdel Tejar acuden en el mes de mayo, el martes antes

de la Ascensión. La rogativa de Llamas de la Riberatiene lugar en el mes de octubre, el martes siguiente ala festividad de Santa Teresa y la de San Roman delos Caballeros, se realiza también en otoño, el martessiguiente al día del patrón de esta localidad. Tras elencuentro, en la entrada de Secarejo, las cruces pa-rroquiales de los distintos pueblos hacían la reverenciao saludo y desde allí se trasladaban a la iglesia de Se-carejo para recoger las andas con la imagen de laSanta, que algunos días antes ha descendido para elnovenario, y subir en procesión hasta el santuario.Arriba hay misa solemne y adoración de las reliquiasde Santa Catalina. Algunos devotos aprovechan paracolocar fotografías y algunas notas manuscritas en lapared de los exvotos. Después la tradición es comeren el agradable robledal del entorno.

El edificio es muy sencillo, de planta rectangular conespadaña y una cúpula sobre la cabecera, del sigloXVIII, decorada con interesantes representaciones pic-tóricas de las ocho virtudes. Los innumerables exvotosque cuelgan de las paredes del templo ponen de ma-nifiesto la gran devoción que profesa esta Santa en lacomarca. Ha sido restaurado en el año 2009.

Desde el lugar donde se halla la ermita se contemplan,además de estos siete pueblos, “las tres ermitas her-manas”: la de la Virgen del Villar, en Carrizo; la de SanFelipe, en Quintanilla de Sollamas y la de Santa Cata-lina, en Secarejo.

Pendón de Alcoba (Fiesta de S. Isidro), años ‘50.

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INDUMENTARIA TRADICIONAL

La localización geográfica de Velilla de la Reinapermite considerar este territorio como un “es-pacio de transición” entre el Alto Órbigo y el Pá-

ramo. Este hecho, aparentemente sin transcendencia,ha podido determinar, por fútil que parezca, las carac-terísticas del atuendo tradicional que portaron las gen-tes de este pueblo.

Hablamos de una forma de vestir que se remonta al sigloXIX y primeras décadas del siglo XX, que es el períodoque afecta a la mayoría de las piezas de indumentariatradicional que hoy se conservan en esta localidad.

El traje que calificamos como representativo supone,ante todo, una adaptación a las pautas que determi-nan las conductas y usos del conjunto social que loviste, es decir, a las costumbres del lugar que, bajolos impulsos de la moda, disponibilidad de tejidos yaportaciones personales, conforman un modo devestir que no sólo pone de relieve la distinción per-

IInndduummeennttaarriiaa ttrraaddiicciioonnaallAAssppeeccttooss ggeenneerraalleess

JJooaaqquuíínn AAlloonnssoo

sonal sino también la unidad del grupo. En el ámbitode lo individual, el indumento puede llegar a reunir ri-validades distintivas, coquetería, vanidad, senti-miento de autoestima e imagen de riqueza. En cuantoal grupo social, las particularidades de las piezas quecomponen el traje, la forma de vestirlas, los colores ylos adornos, son susceptibles de generar identidadesrespecto a otros núcleos y a otras zonas o comarcas.

El vestir está sujeto a mediaciones tan evidentes comoel clima, la costumbre, la idiosincrasia de las gentes, laconfección −que permitió aplicar las variantes quemarcaron las modas− y la disponibilidad, en estecaso, de paños de lana y lienzos de lino elaboradosunas veces en telares propios y otras en talleres tan le-janos como Segovia, Cuenca, Zamora, Béjar, Astudillo,Frechilla, Tábara… que ofrecían vendedores ambu-lantes o comercios como los que siempre ha habidoen La Bañeza, donde, a partir de un momento deter-minado, se vendió la prenda ya confeccionada. En de-

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finitiva, si hacemos una valoración de conjunto, hayque considerar, como bien ha dicho Javier Emperador,la existencia de múltiples variantes dentro del contextocronológico en que situamos la indumentaria a la quenos estamos refiriendo.

Dentro de este vestuario, lo había de diario y de fiesta,también llamado dominguero, que era el propio de lasnupcias. El de gala podía constituir un tercer traje, queera vestidura más exquisita que la de fiesta, empleadoen ceremonias tan especiales como la del casamiento,aunque esta posibilidad era muy exclusiva. La excep-cionalidad del traje dominguero y especialmente el degala, ha facilitado, junto a la joyería, un esmerado cui-dado y una mejor conservación que la de cualquierotra prenda del vestido tradicional, constituyendo unaherencia material que en bastantes casos ha podidollegar en buen estado hasta nuestros días. Por el con-trario, el traje de diario ha tenido más dificultades ensu perduración, pues el uso generaba deterioro y supervivencia se hacía más complicada.

En términos generales, cuando la mujer vestía el trajedominguero, se cubría la cabeza con un pañuelo “me-rino” o de seda, algunos de los cuales estaban borda-dos y otros estampados. Para el torso se usó camisa

de lino con bordados en rojo y azul en la pechera ypuños; jubones o chambras de paño, seda o tela ada-mascada sobre la camisa, que se estrenaban el día dela boda junto a un mantón negro, rectangular, con mo-tivos florales bordados en seda y cerras de “moco depavo”. Como prendas de abrigo se emplearon manti-llinas, mantillas y dengues de paño negro para “salir amisa” o para “guardar luto”; para los hombros, manto-nes del “ramo”, “merinos”, pañuelos “merinos” estam-pados, los famosos zurrungallos, y los “mecánicos”,que se conocían como “franceses”. De cintura paraabajo eran propios los zagalejos, las enaguas con pun-tillas y los manteos negros de paño de Astudillo –pos-teriormente, a comienzos del siglo XX, sayas negras yfaldas tableadas −, adornados con tiranas de tercio-pelo y agremanes o con sencillos picaos si el rodaoera de otro color, añadiéndose una faltriquera rica-mente bordada, y las colonias o cintas de seda quedesde la cintura caían por la parte posterior del rodao.

Sobre este se llevaba un mandil de rusel o de tela ada-mascada con abalorios, pasamanería o bordados flo-rales con felpilla de colores. En cuanto a las medias,siempre blancas, eran de lana o algodón. El calzadoresultaba ser de paño y piel que, a veces,estaba pes-punteado.

Día de fiesta en Velilla, mediados del siglo pasado, todos vistiendo sus mejores galas.(1940 inauguración de las escuelas públicas)

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INDUMENTARIA TRADICIONAL

La joyería, como complemento del vestir, estaba com-puesta por arracadas, “pendientes de calabaza” y pol-cas, todos ellos de plata sobredorada−, que se lucíanen las orejas. El cuello se adornaba con gargantillas,colaradas de hasta tres vueltas de sartas de coral, ycollaradas con cuentas moras, romanas, de pasta ví-trea e, incluso, de azabache, entre las que se colga-ban medallas, cruces, avellanas de plata, relicarios yamuletos, en ocasiones distribuidos entre bollagras yalconciles que convertían el collar en la máxima ex-presión del lujo y del lucimiento.

El traje de diario, más sencillo en sus componentes, es-taba formado por pañuelo de cabeza de “bordado me-cánico”, camisa de lino, rodaos de estameña verde oroja, con lorza y cortapisa de otro color, sobre los que secolocaba un mandil negro. Las piernas se cubrían conmedias y los pies se calzaban con chapines y madre-ñas.

La indumentaria masculina no tuvo la variedad de lafemenina. Se utilizaron paños de pardo, estameña y,posteriormente, otros más finos forrados con lienzo delino. Con ellos se compusieron monteras, sombreros,chaquetillas, chalecos de color pardo, azul o blancos−de cuello alto y pequeña solapa de pico, tirilla delbolso resaltada y doble fila de botones de plancheta−vestidos sobre una camisa de lino. Igualmente se uti-lizó la blusa de billaretes, indistinta para adultos comopara jóvenes. La parte inferior del cuerpo se cubría conbragas de trapa cerrada con botones metálicos o depasta, aplicados, igualmente, en la abertura de la parteinferior de la pernera. Se sujetaba con una faja delana, por lo general negra. Las piernas se protegíancon medias blancas, también de lana o algodón, bajounas polainas de paño que, según la circunstancia, po-dían ser de cuero. Como calzado, eran habituales lasabarcas, las madreñas, las zapatillas de lona consuela de esparto para el verano, y zapatos de piel. La

Camisa de “billaretes” en el hombrey traje “dominguero” femenino

Traje de gala femenino y Chaquetilla “de pardo” en el hombre

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INDUMENTARIA TRADICIONAL

prenda de abrigo más frecuente fue la capa de pardoo de paño negro con esclavina. La pana comenzaría autilizarse a lo largo del siglo XIX, tanto para la cha-queta y el chaleco como para el pantalón.

Los niños de cuna eran vestidos con gorro, camisa,jubón, babero o corbata, forlín (mantilla roja o amarillacon pasamanería), fajero y mantón, adquiriendo mayorprestancia si se trataba del traje de acristianar, en cuyocaso se le cubría la cabeza con un paño bordado. Losadolescentes solían heredar las ropas de sus herma-nos mayores, con atuendos poco relevantes, si a cla-sificaciones tipológicas nos referimos.

Mención aparte merece el traje de los guirrios del An-truejo, uniforme blanco que vestían los “quintos”, com-puesto por camisa, calzones largos de lino, felpa oalgodón, enaguas bordadas, una faja ancha que seformaba con el zurrungallo (una colonia que pasaba

por cada hombro y que salía de la cintura por debajode la faja), polainas y botas negras para piernas y pies.De la cintura se hacían colgar un par de pequeñoscencerros o campanillas y la cara se ocultaba bajo laconsabida máscara.

A partir de esta realidad cotidiana y festiva se fue cons-truyendo la historia del vestir de Velilla de la Reina,próxima a los modelos parameses, pero también su-jeta a la influencia de las formas y riqueza de la ribera.

Traje de fiesta “dominguero”o de boda (Villadangos).

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SONES E INSTRUMENTOS

En Velilla de la Reina se han conservado distintas le-yendas, cuentos y cantares tradicionales gracias a latransmisión oral de sus gentes de una generación aotra. Encomiable faena ha sido la de algunos ancia-nos, que han difundido estas leyendas y melodíasguardadas cuidadosamente, y a la vez importantísimala labor de campo la de las personas que las recogeny transmiten, para que no se pierda esta cultura enpróximas generaciones. Es frecuente encontrar cono-cidos musicólogos en la cocina de la Sra. Celerina,gran conservadora y divulgadora de la cultura Veli-llense, echando un vistazo a sus viejos cuadernos,siempre anotados a mano alzada, donde se puedenencontrar diferentes e interesantes leyendas.

El grupo de bailes tradicionales “Agua Viva” de Velillade la Reina y sus más de treinta componentes son elprincipal elemento transmisor de los distintos sones ycantares que aquí se compusieron y escribieron como“El parramplin de Velilla”, “El Leiro”, “Hermosa y blancapaloma”, “La jota corrida”, “La jota de la baraja”, “Elbaile de San Roque”, “El Brincao”, algunos “Cantos delramo”, y un sinfín de cantares que ahora podemos verinterpretados por los mejores grupos de música folkde la provincia leonesa.

Son diversos los temas que tratan estos cantares pu-diendo encontrar coplas que hablan de las cosas quepasaban a diario:

SSoonneess ee IInnssttrruummeennttooss ddee VVeelliillllaaSSoonneess PPooppuullaarreess ee IInnssttrruummeennttooss ddee MMúússiiccaa TTrraaddiicciioonnaall eenn VVeelliillllaa ddee llaa RReeiinnaaMMaannoolloo FFeerrnnáánnddeezz

“En casa manda mi padre, en casa manda mi madre,Ycuando llega la abuela, aquí ya no manda nadie”

Otros con rogativas y agradecimientos a los Santosdel lugar como:

“Adiós San Roque del alma, Velilla entera te aclama,Por librarla de la peste, cuando lo necesitaba”Descubrimos diferentes versos de enamorados:

“Vente pronto amor mío, vente pronto y no tardes. Quete espera tu novia para casarse”

Estando en Velilla de la Reina, cuna del antruejo Leo-nés por excelencia no podían faltar numerosas coplascarnavalescas como estas:

“En Velilla de la Reina, que nadie lo pase mal,Vean lostoros y guirrios, que salen en carnaval”

“A todos los forasteros invitamos por igual, A quecoman y que bailen, estamos en carnaval”

Las gentes de Velilla de la Reina han sabido transmi-tir, conservar y sobre todo disfrutar de la cultura tradi-cional de esta comarca llegando a ser uno de lospueblos con un patrimonio folclórico-cultural más ricosde la provincia de León.

Los instrumentos musicales tradicionales en Velillade la Reina son una parte muy importante de su fol-clore estando presentes en las distintas coplas, jotas,rondas y romances que se han cantado en esta tierra.

Los etnomusicólogos más reconocidos dividen los instru-mentos musicales en cuatro grandes grupos, descu-briendo una gran variedad de estos útiles en los diferentesfilandones y festejos que se celebran en este pueblo.

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SONES E INSTRUMENTOS

-Del grupo de losidiófonos que son los que producenel sonido por la vibración y el golpeo de su propiocuerpo encontramos morteros, almirez como el quepodemos ver tocar a la Sra. Isidora en algunos filan-dones; antiguas carracas hechas por carpinteros lo-cales y otras nuevas como las que hace Tito el de LaCarrera; matracas, campanas, sonajas y cencerrosque se hacen sonar en el antruejo y cuyos sones bienpodrían espantar cualquier mal espíritu carnavalesco;cascabeles, sonajas, carajillos; tablas de San Lázaroque antiguamente se empleaban para avisar cuandoentraba algún leproso en el pueblo; botellas de aníslabradas como la que con mucha gracia rasca con unacuchara metálica la Sra. Mari la de la calle atrás; y lastradicionales castañuelas que es el instrumento máspopular de este grupo al haber una escuela de casta-ñuelas y panderetas en Velilla dirigida por el afamadopercusionista tradiciona Cundino Fernández.

-Del grupo de los aerófonos que engloba todos los ins-trumentos de viento, podemos ver y oír varias dulzai-nas, una muy especial sin llaves que moldeó a navajaen Velilla el Sr. Hilario hace más de 50 años. Entre losdulzaineros más longevos del pueblo está el Sr. AngelFernández al que acompañaba el Sr. Belarmino en losaños 80 en algunas ocasiones con la caja. Tambiénencontramos diferentes flautas, gaitas y chiflas, trom-petas, algún primitivo cuerno que nos hace distinguir loque es música y lo que es ruido al oír sus sonidos es-tridentes; y armónicas con las cuales nos han delei-tado los armonicistas Blas Fernández o Felipe López.

-Del grupo de los cordófonos descubrimos en Velillade la Reina rabeles en sus diferentes formas y mate-riales y con distintas maneras de tocarlos llegando aser unos de los instrumentos tradicionales más liber-tarios que conocemos. Tenemos un par de rabeles quese hicieron en Velilla en 1990 pero alguna anciana dellugar testimonia haber visto por el año 1970 al Sr. Da-niel Fernández con un rabel que había hecho con unacaja de madera a la que le puso los alambres de losfrenos de una bicicleta y los rascaba con las crines deuna yegua que había anudado a un palo. Este cordó-fono que tocaban los pastores trashumantes y quellegó casi a extinguirse se ha recuperado desde haceuna década en algunas partes de la provincia y muy enespecial en Velilla de la Reina donde en el año 2008 seforma una escuela de rabel auspiciada por la asocia-ción cultural Toros y Guirrios donde se aprende tanto

a tocar como a fabricar artesanalmente este instru-mento. En este pueblo son numerosas las personasque han fabricado su propio rabel y podemos encon-trar los instrumentos artesanales más trabajados y conmejor sonido de León. El rabel está presente en todoslos filandones que se celebran en Velilla de la Reina ya la par se hace alguna concentración de rabelistaspor donde pasan los más reconocidos de la provincia.

-Del grupo de los membranófonos que son los que lle-van una o varias membranas sobre las que se golpea,los encontramos percutidos con baquetas como “el tam-boril” del cual podemos ver un par de ejemplares fabri-cados en el mismo pueblo; “la caja o redoblante” quemarca el ritmo de la dulzaina y que siempre ha sacadobuenos percusionistas en Velilla; y “el bombo” que po-demos ver golpeado con gran ensañamiento por Ro-sina la del callejo en los diferentes festejos. En Velillalos instrumentos más populares del grupo de los mem-branófonos son los que se golpean con la mano sin ne-cesidad de baqueta y están hechos con pieles naturalescomo “panderos redondos y cuadrados” de diferentestamaños; “panderetas” que se llevan tocando desdetiempos inmemoriables; nos cuenta con mucha gracia laSra. Celerina, “cuando era niña tenía que tocar la pan-dereta en la cuadra de los gochos para no molestar”.La pandereta es el instrumento que más mujeres tocanen el pueblo y muchas de ellas han sido fabricadas porlas propias pandereteras. La Zambomba es otro mem-branófono frotado que se ha elaborado en Velilla al quepodemos escuchar su “zun, zun” acompañando a losvillancicos en diferentes festejos navideño.. Los instrumentos musicales que acompañan las distin-tas coplas, tonadas y relatos que componen nuestroscantares hacen que cobren vida las creencias, costum-bres y artesanías que forman el folclore de un pueblo

Bailando al son de los rabeles

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SONES E INSTRUMENTOS

FFaabbrriiccaarr uunn RRaabbeell

El rabel es un instrumento de cuerda al que se lefrotan las cuerdas con un arco para sacarle me-lodías que acompañen a la voz del rabelista en

los distintos romances, coplas, rondas, etc.

Los tamaños y las formas de los rabeles van relacio-nadas con la sonoridad que se le quiera dar al instru-mento y con la imaginación o creatividad delconstructor.

Estos son los pasos que seguimos para fabricar unrabel en Velilla de la Reina conservando la parte tradi-cional que es la que buscamos cada vez que hacemosun instrumento de estas características y para ello em-plearemos los métodos que tenían antes usando lasherramientas que tenemos ahora.

En primer lugar debemos de buscar un trozo de ma-dera seca que esté sana y que carezca de nudos.Emplearemos maderas autóctonas que son más fá-ciles de encontrar. Si además empleamos maderasblandas nos serán más fáciles de trabajar como elchopo y el pino; las maderas nobles como puede serel negrillo, cerezo o nogal son duras y más difíciles detrabajar.

Necesitamos una madera de aproximadamente 70 x20 x por 7 cms. de ancho. Con la ayuda de una sierradividimos esta pieza en dos partes sacando el propiocuerpo de 70x20x4 cms. y la tapa de 70x20x0,4cms.una vez serradas y cepilladas o lijadas.

A continuación dibujaremos la forma que queremosdarle al rabel empleando nuestra creatividad e imagi-nación, marcando ya el diapasón y el arco para apro-vechar la misma pieza de madera.Vaciamos el cuerpo o caja de resonancia mediante ta-ladro, fresadora, gubias, formones y lijas, teniendo encuenta que es importante dejar sus paredes de no másde 4 mm. y con una buena terminación en su parte in-terior con el fin de que los sonidos que produzca unavez terminado sean uniformes.

Ahora ya podemos pasar a recortarlo por fuera, paraello empleamos una sierra caladora o si podemosmejor una sierra de cinta que nos dará mejor verticali-dad en los cortes, dándole la forma tanto al clavijero,al mástil y al cuerpo.

Haremos lo mismo con la tapa y el diapasón y una vezles hayamos dado los diferentes lijados los unimos concola presionando la tapa y el diapasón contra el cuerpoy el mástil con la finalidad de que cuando hayamos re-

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SONES E INSTRUMENTOS

Careta de Guirrio y rabeles de Velilla.

matado el rabel apenas se noten las uniones de unaspiezas con otras.

Le ponemos el cordal con sus tres agujeros para las cuer-das, y la cejilla que los habremos hecho de maderas duraspara poder soportar la tensión al afinar el instrumento.

A continuación agujereamos el clavijero con brocas có-nicas de la medida de las clavijas que habremos hechobien tallándolas manualmente o mediante un torno.

Preparamos el puente que debe de ser de unos 4,5cms de altura. Y 5 mm. de grosor en función de la an-gulación que lleve el diapasón.

Una vez lo hayamos lijado con lija fina y estimemosque lo tenemos acabado le daremos los barnices oprotectores apropiados.

Ahora es el momento de ponerle las cuerdas que pue-den ser de algún instrumento más moderno como ellaúd o el violín.

Preparamos el arco que le pondremos cuerdas de nai-lon muy fina y una vez lo hayamos enresinado y afi-nado ya lo tenemos listo para tañer y poder echar unoscantares con nuestro rabel.

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