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PRENSA OBRERA Periódico del partido Obrero Revolucionario POR “Sección Chilena de la CRCI”/ Agosto Nº 14 2014 $ 300 email: [email protected] E l gobierno de Bachelet y la Nueva Mayoría se propuso como prime- ra tarea desplegar una reforma tributaria que sería la base de una re- forma educativa, que como lo calificó el propio gobierno sería la “madre de todas las batallas”. Estas medidas son parte del mandato del imperialismo y la política económica de sus organis- mos financieros (FMI-BM-OCDE). La orden fue levantar un gobierno de co- laboración de clase bajo un programa que mantenga en pie las vigas maes- tras del capitalismo en Chile – desre- gulación del mercado, privatizaciones y las políticas de precarización del trabajo- que son las que le han per - mitido a los explotadores sortear por décadas los embates de la crisis capi- talista mundial a costa de la superex- plotación de los trabajadores y de una creciente confiscación del salario que ha endeudado al límite a la población laboriosa del país. Su tarea inmediata es detener la acción independiente de los trabajadores y la juventud frente a la actual crisis política en curso. Este gobierno no defiende ideal alguno, solo busca desarrollar una política reaccionaria que tiene como único objetivo paralizar e inmovilizar a la clase obrera y la juventud en fun- ción de proteger la “democracia”, pro- teger al régimen capitalista y a todos sus partidos en descomposición. Esto quedó de manifiesto en el acuerdo de gobierno-derecha por la reforma tri- butaria, la cual unifico a todos los par - tidos desde el PC hasta la UDI, bajo el viejo recurso de la “unidad nacional” para resguardar la dominación política burguesa. Un gobierno de colaboración de clases como el de Bachelet, disfrazado como alianza de centroizquierda, es el recurso menos costoso de la burgue- sía nacional e internacional para esta- bilizar la dominación capitalista frente a la crisis y la integración del partido comunista es el principal factor de fre- no a la movilización popular. Esto ya lo hemos visto en los primeros meses Contra el gobierno y su privatizadora reforma educativa: ¡A seguir la lucha por la educación gratuita!

PRENSA OBRERA | N° 14 AGOSTO | POR

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PRENSA OBRERA | N° 14 AGOSTO | PARTIDO OBRERO REVOLUCIONARIO EDITORIAL ¡A SEGUIR LA LUCHA POR LA EDUCACIÓN GRATUITA! CRISIS CAPITALISTA MUNDIAL, LA NUEVA MAYORIA Y UNA CRISIS SOCIAL IMPARABLE ARRIBA LA LUCHA DE LA COORDINADORA DE TRABAJADORES DEL TRANSANTIAGO LA CRIMINALIZACIÓN DE LAS LUCHAS Y LAS DEMANDAS SOCIALES CONTRA LA INVASIÓN SIONISTA, APOYEMOS LA RESISTENCIA ARMADA PALESTINA

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PRENSA OBRERAPe r i ó d i c o d e l p a r t i d o O b r e r o Re v o l u c i o n a r i o P O R “ S e c c i ó n C h i l e n a d e l a C R C I ” / A g o s t o N º 1 4 2 0 1 4 $ 300

email: [email protected]

El gobierno de Bachelet y la Nueva Mayoría se propuso como prime-ra tarea desplegar una reforma tributaria que sería la base de una re-

forma educativa, que como lo calificó el propio gobierno sería la “madre de todas las batallas”. Estas medidas son parte del mandato del imperialismo y la política económica de sus organis-mos financieros (FMI-BM-OCDE). La orden fue levantar un gobierno de co-laboración de clase bajo un programa que mantenga en pie las vigas maes-tras del capitalismo en Chile – desre-gulación del mercado, privatizaciones y las políticas de precarización del trabajo- que son las que le han per-mitido a los explotadores sortear por décadas los embates de la crisis capi-talista mundial a costa de la superex-plotación de los trabajadores y de una creciente confiscación del salario que ha endeudado al límite a la población laboriosa del país. Su tarea inmediata es detener la acción independiente de los trabajadores y la juventud frente a la actual crisis política en curso.

Este gobierno no defiende ideal alguno, solo busca desarrollar una política reaccionaria que tiene como único objetivo paralizar e inmovilizar a

la clase obrera y la juventud en fun-ción de proteger la “democracia”, pro-teger al régimen capitalista y a todos sus partidos en descomposición. Esto quedó de manifiesto en el acuerdo de gobierno-derecha por la reforma tri-butaria, la cual unifico a todos los par-

tidos desde el PC hasta la UDI, bajo el viejo recurso de la “unidad nacional” para resguardar la dominación política burguesa.

Un gobierno de colaboración de clases como el de Bachelet, disfrazado como alianza de centroizquierda, es el

recurso menos costoso de la burgue-sía nacional e internacional para esta-bilizar la dominación capitalista frente a la crisis y la integración del partido comunista es el principal factor de fre-no a la movilización popular. Esto ya lo hemos visto en los primeros meses

Contra el gobierno y su privatizadora reforma

educativa:¡A seguir la lucha por la

educación gratuita!

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Editorial

Hecho el cambio de gobierno e instalado la nueva coalición de partidos en él,- encabezado por el liderazgo de Michelle Ba-chelet- y sobre el cual se han escrito innumerables artículos rindiendo cuentas sobre sus características, su a composi-ción, sus debilidades, sus fortalezas, las probabilidades de dar cumplimiento al programa prometido y al cual se aferran

los personeros y los partidos que la componen, queda una gran interrogante sobre la izquierda extraparlamentaria en nuestro país, la izquierda que se perfila como oposición al nuevo gobierno.

Esa izquierda que se nucleaba para las elecciones alrededor del PC, y aquellos que llamaban sistemáticamente a no votar, al voto nulo, al voto protesta, conformada por una miríada de grupos, colectivos, talleres etc., que luchaba por no desaparecer o por tener influencia en los distintos movi-mientos que se gestaban a partir de las diversas reivindicaciones populares.

Más allá del fracaso de aquellos que se lanzaron a participar en las elec-ciones, esta izquierda posee numerosas características que sellan su suerte en la presente etapa política en chile. Desde ya su absoluta renuencia a hacer un balance de las experiencias del movimiento obrero y de masas, de sus direcciones y las estrategias y tácitas empleados por estas de -al menos- las últimas décadas de nuestra historia. Por ello no es de extrañar, que al menos una parte importante de esa izquierda camine sumida en la confusión, no sepa concretar una posición clara por seguir adherida a una estrategia y táctica, que ha demostrado no solo en el plano nacional, sino mundial, su carácter contrarrevolucionario, que no puede mostrar ni una sola victoria en toda la historia del movimiento obrero y de masas, y que condujo a la peor catástrofe de éste, que fue y es la restauración del ca-pitalismo en los ex estados obreros y que hoy continua saboteando desde dentro otros procesos revolucionarios como son el chino y el cubano, nos referimos a la estrategia y táctica de la corriente estalinista.

El PC el principal adherente a esta doctrina, ajena al marxismo, ha in-fluido sobre la izquierda en su conjunto, y ha impuesto las principales con-cepciones de esta estrategia, los frentes populares de conciliación de clases (desde el año 38), la revolución por etapas (el famoso “horizonte socialis-ta”), y la doctrina del socialismo en un solo país y hoy en día la estrategia de “democracia con justicia social”.

La concertación, coalición frente populista, cuya conformación fue di-gitada desde las centrales de inteligencia del imperialismo, como ha sido voluminosamente documentado en estos últimos años con la publicación de los documentos de diversas agencias de inteligencia, tenía como ob-jetivo central desactivar una salida obrera socialista y revolucionaria a la dictadura pinochetista, objetivo, que cumplió a cabalidad , pero que le sig-nifico alejarse de las bases populares que la apoyaron, y con esto, sello su destrucción como coalición. Luego del gobierno derechista de la alianza, su reconstrucción es una caricatura de su pasado con la incorporación del PC, conformada solamente como un acuerdo electoral, unificado por un progra-ma difuso, donde las distintos partidos que la componen tienen diversas y contradictorias interpretaciones, y sin la poderosa base popular, que en el pasado había situado sus esperanzas de reformas políticas en ella, su futuro es a lo menos impredecible.

La nueva mayoría, es una coalición con claras tendencias frente popu-listas, con una política de “unidad nacional” digitada nuevamente por el imperialismo, su objetivo es desactivar el movimiento social en su conjunto mediante la cooptación, o la represión, su programa no tiene nada que ver con el reformismo, como la izquierda lo señala, sino son los necesarios ajustes, recomendados por las agencias internacionales(BM, FMI) para des-comprimir la presión de los movimientos sobre el capitalismo ultraliberal impuesto en chile. Esto quedo absolutamente en claro, con el viaje de Ba-chelet a EEUU a fines de junio, donde Obama le entrego su respaldo total a su gobierno y a las “reformas” impulsadas, al igual, que la directora del FMI Christine Lagarde.

La izquierda revolucionaria mediante la discusión debe precisar sus ca-racterizaciones del gobierno y sus análisis de la etapa política actual, des-prenderse de la estrategias y tácticas ya superada por las masas y la clase obrera, y sobre esta claridad avanzar junto con la clase obrera y los explo-tados en conformar la nueva dirección revolucionaria que luche por la inde-pendencia política de los obreros y explotados, y mediante la reorganización del campo popular, se avance hacia el paro nacional por un gobiernos de los trabajadores y por la revolución obrera y socialista.

de gobierno, con una CONES y una Bárbara Figueroa (PC) desde la CUT como abiertos defensores del pro-grama, como “voceros” de la Nueva Mayoría, y con una CONFECH, que a pesar de tener fuera a las juventu-des comunistas, no ha recibido una crítica abierta a la reforma desde la dirección del trío FEL-IA-UNE, siendo que juraron que no habría “marcha blanca para Bachelet” y ya llegamos al segundo semestre. Hoy esta di-rección de la CONFECH se sube a los “diálogos ciudadanos” junto a la CONES, por ignorancia o por colabo-ración, a espaldas de los estudian-tes de sus universidades y liceos, y sin un plan de lucha, lo cual es un tanque de oxigeno para un gobierno que sabe que despliega una política impopular y necesita dilatar al movi-miento estudiantil.

La reforma tributaria no ha reci-bido mayor resistencia por parte de los capitalistas, ya que en lo medular no cambia las bases de tributación impuestas por la dictadura. El FUT era un mecanismo de evasión y elu-sión “legal” y ahora con su “elimina-ción parcial” la estructura tributaria no grava al gran capital. Existen más mecanismos de evasión intactos y no se plantea una tributación al gran capital (principalmente a los capita-listas que saquean los recursos na-turales) y a los bancos, y se sigue cargando la recaudación fiscal a las espaldas de los trabajadores con im-puestos al salario: más del 40% de la recaudación fiscal es por concepto de IVA, lo cual si se suma al pago por educación y salud, a las parasi-tarias AFP y al trabajo subcontratado es un abierto robo al salario de los trabajadores. Esta es una caracte-rística propia de una etapa de des-composición social que atenta direc-tamente las condiciones de vida de los trabajadores.

La “reforma educativa” de Bache-let sigue al pie de la letra el manda-to de las instituciones financieras del imperialismo, y recurrirá con fuerza a la asistencia social como política de desvió del presupuesto fiscal, vía subsidio, a los bolsillos capitalistas (esto se basa la bullada “gratuidad para el 70% de los estudiantes más vulnerables”. Seguimos con las becas y créditos que llegan a los bolsillos capitalistas, todo para detener una deserción creciente, principalmente en la educación superior. Bachelet usurpa una bandera histórica de lu-cha, como lo es la educación gratuita y la vuelve contra los estudiantes. No busca la transformación radical de las golpistas bases sociales del priva-tizado sistema de educación en cri-sis, por ende la reforma educativa se opone abiertamente a los reclamos de los estudiantes. En educación se-cundaria se mantendrán las millona-

rias subvenciones a los capitalistas y las nuevas instituciones vienen a le-galizar el lucro. No hay medidas para terminar con los créditos universita-rios, que incrementaron brutalmente la matrícula privada en las últimas décadas a costa del endeudamiento de las familias. Se mantienen las po-líticas de colaboración con el Banco Mundial que extorsionan a las UES más precarizadas por recursos y son las responsables de los cambios de mallas curriculares según las necesi-dades del mercado. Todo esto ocurre mientras los estudiantes de las ins-tituciones privadas reclaman la con-donación inmediata de sus deudas y la estatización de las instituciones frente a la crisis. Sigue la política de destrucción de la educación públi-ca sin asegurar un financiamiento único y directo a todo el sistema de educación, cuando los estudiantes han reclamado un plan nacional de educación con financiamiento estatal 100% en base a impuestos extraor-dinarios al gran capital, que contem-ple la expropiación sin pago de las instituciones educacionales privadas y que sean puestas bajo gestión de estudiantes, académicos y trabaja-dores. Luchan por que se organice el contenido de la educación en de-fensa de los intereses sociales de los trabajadores.

La reforma educativa que pre-tende llevar adelante el gobierno de Bachelet y la Nueva Mayoría viene a defender la privatización de la edu-cación en el país y desde la tjr nos declaramos oposición estratégica a este gobierno y su reforma, oposición de cualquier variable de la política de colaboración de clase. Llevaremos adelante la tarea un de levantar un plan de lucha junto a los trabajado-res para enfrentar al gobierno, a los capitalistas y todos los partidos que han defendido las bases sociales del pinochetismo, las bases sociales de la contrarrevolución en el país.

¡Gratuidad del pasaje estudian-til frente a las alzas!

¡Recuperemos los centros de estudiantes y las federaciones para la lucha de todas y todos los estudiantes!

¡No más créditos, condonación inmediata de todos los endeu-dados por educación!

¡Estatización de la educación en todos sus niveles sin pago a los capitalistas, financiada 100% por el Estado y bajo control de la comunidad educativa!

¡No más subcontrato en la edu-cación, paso a planta de todos los trabajadores y académicos!

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Instalado del Gobierno de la Nueva Mayoría, con un do-minio incontrastable de la agenda política, avanza en su unico empeño, el cual es sujetar la accion directa de

las masas, que cada vez se vuelve más independiente del gobierno y de todos los partidos politicos politi-cos que por decadas han defendido las bases sociales del golpismo por la “via democratica”. El intento de desplegar salidas dentro del “orden juridico” dictatorial, chocara una y otra vez la resistencia popular, esto por las insostenibles condiciones de vida impuestas a sangre y fuego a la poblacion laboriosa del pais, que hoy a más de curenta años de su aplicación, son incuestionablemente politicas caracteristicas de una eta-pa de bancarrota capitalista a nivel mundial.

Las determinantes del gobier-no de la Nueva mayoría

La actual situación política nacio-nal se encuentra determinada, en primer lugar, por la catástrofe eco-nómica del capitalismo en su etapa de decadencia, crisis catastrófica que expresa con singular claridad la tendencia del capitalismo hacia

su autodisolución, y que tiene su-mida a la humanidad en profundos y cada vez más prolongados proce-sos de crisis sociales y políticas en la mayoría de los países. El escenario mundial está cruzado por guerras, huelgas nacionales, rebeliones po-pulares, revoluciones y contrarrevo-luciones, que son la manifestación concreta de la decadencia del capi-talismo como régimen económico, político y social.

En segundo lugar, la situación política de nuestro país, está de-terminada por el agotamiento del régimen de acumulación capitalista impulsado por el imperialismo y los grandes capitales externos e inter-nos. Implementado con fuerza por la dictadura militar desde 1978, lo que se conocio como “politicas neo-liberales”, que no es sino el proceso de confiscación del salario de los trabajadores a través de la privati-zación de extensas áreas de la acti-vidad económica del país. Las tasas de ganancia de los grandes capita-les fueron restauradas en base al saqueo-confiscación-privatización de la salud, la educación, la seguri-dad social, las empresas de estado, las riquezas mineras del país, y un largo etc.

Sin embargo, este modelito (im-plementado tempranamente en nuestro país, y que hoy en día, el im-perialismo y sus agencias económi-cas, pretende imponer a los traba-jadores en el ámbito mundial) había llegado a su madurez y agotamien-to hacia fines del primer gobierno de Michelle Bachelet y tenía como resultado, la enorme concentración del poder y la riqueza, la ologopoli-zación de las ramas de la economía: bancos, AFP,ISAPRES, RETAIL, Uni-versidades, cadenas farmacéuticas etc., la depredación de los recursos naturales y el impacto sobre el me-dio ambiente, la sobreexplotación y el sistemático empobrecimiento de los trabajadores, la pacificación de la Araucanía con el fin de quitar territorios ricos en recursos y entre-gárselos a manos del capital mono-pólico internacional. Son las con-tradicciones propias del capitalismo llevadas a su exacerbación no solo “fisuras del modelo” como gusta lla-marla algunos.

Todo esto se traduce en una obs-cena desigualdad entre las clases

sociales, y capas dentro de estas, en el plano económico, social y político. Esta desigualdad es ocultada por la enorme bancarización y financiari-zación de las relaciones económicas, donde la gran mayoría de la probla-cion trabajadora que recibe bajos salarios, vive permanentemente sobreendeudada para sostener su nivel de vida, en una alienante bi-cicleta mensual, lo que trae como consecuencia el temor a la pérdida del empleo y a la aceptación pasiva de las relaciones dictatoriales en el trabajo. Esta desigualdad extrema, es una de las más grandes del mun-do y ya era percibida en el gobierno de Lagos, por parte de los chilenos, que en encuestas lo colocaron prin-cipal “problema social en Chile”.

En tercer lugar, producto de la presente crisis económica y social de conjunto, en los últimos años se ha producido una agudización de la lucha de clases, reflejada en los diferentes estallidos sociales en los cuales el pueblo chileno ha retoma-do sus metodos de acción directa con toma de carreteras, ciudades, calles , establecimientos públicos, enfrentamiento con las fuerzas re-presivas, etc. Las movilizaciones tienen su origen en reclamos re-gionales, medioambientales, edu-cacionales, salud, seguridad social, salariales, ligadas al subcontrato, al código laboral, a la riquezas mineras y nacionales, etc. Estos estallidos sociales, configuran al poco andar, y a partir de reclamos mínimos, una lucha en contra del gobierno y el Estado, transformándose con esto, en luchas políticas que traen apa-rejadas el efecto de enormes crisis políticas para los gobiernos y todos los partidos politicos en descompo-sición. La crisis política tambien toca al conjunto de la institucionalidad impuesta por la dictadura militar, así lo demuestra, el rechazo mayorita-

Crisis capitalista mundial, la Nueva Mayoria y una crisis política imparable

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en los órganos del Estado. El PC de Chile es un partido que se pone a la izquierda de la burguesía y a la derecha, del proletariado y como un obstáculo a las politica clasista que comienza a retomar el proletariado. La clse obrera chilena, mientras no se desprenda de la lógica diseñada e implementada por el estalinismo por decadas de contrarrevolucion, seguira chocando con un que PC se-guirá siendo un formidable obstácu-lo para el desarrollo de las políticas y la organización revolucionaria.

¿Es la Nueva Mayoría, es un go-bierno reformista? Algunos ya lo sostienen, incluso la oposición al nuevo gobierno por la izquierda y los que se dicen parte de la izquier-da revolucionaria. Esta afirmación arranca de tres propuestas del pro-grama; educación gratuita, reforma tributaria y reformas constituciona-les, hoy, presionados por los distin-tos movimiento sociales tienen que hacerlo para neutralizar y frenar el empuje derivado del descontento social, pero de seguro harán sus mejores esfuerzos por desperfilar el contenido que le dieron a estas demandas los mismo movimientos sociales y en su reemplazo harán lo que el imperialismo, a través de sus agencias (BM, FMI, OCDE) han re-comendado para Chile, es decir, los ajustes necesarios en estos y otros ámbitos, para que el modelo siga sin problemas mayores, satisfacien-do los intereses y privilegios de los capitalistas. Esto significa garantizar sus ganancias con cargo al presu-puesto estatal, bajo la prohibición absoluta de tocar los grandes capi-tales internacionales ligados a la mi-nería y a otros sectores económicos estratégicos, postura que también ha sido asumida por intelectuales y voceros de la derecha. En conclu-sión de reformas reales, nada, de politica pro-impealista, todo.

Si esta maniobra gatopardista, este viejo truco de hacer pasar gato por liebre fracasa, el gobierno de la Nueva Mayoría prepara en las som-bras y mazmorras del Ministerio del Interior las maniobras más de coop-

tación y represión a los luchadores.En ese sentido no es extraño a

nuestra historia, un aspecto, que está presente en el discurso del subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, que afirmó por La Tercera que para hacer frente a la protes-ta social, se fortalecerá la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), para lo cual anuncia dos ingredientes combinados de la receta represiva: “mano dura y discreción. Este per-sonero pertenece a la corriente Es-calonista del partido socialista , lo mismo, que el ministro del interior, encargado de efectuar el mismo pa-pel sucio que realizo Marcelo Schi-lling en los periodos iniciales de la concertación, para acabar con las aposiciones de izquierda y la repre-sión a la izquierda revolucionaria.”

Por lo tanto, la Nueva Mayoría es un muro de contención para la lu-cha de los trabajadores, la juventud y los sectores populares.

Los capitalistas y sus partidos políticos

En esta dinámica la derecha trata de rearticularse y construir una opo-sición que en el parlamento, logre quitarle el filo más agudo a las re-formas impulsadas por la NM. Para ello ha recurrido a la vieja táctica del terror, a la vociferación más des-medida y ha logrado que Bachelet rápidamente instale la “política de unidad nacional” con el pretexto de escuchar democráticamente todos los sectores, de conciliar los diver-sos intereses, en una nueva versión de la política de los acuerdos cuan-do los partidos de derecha no tie-nen ninguna posibilidad de detener las reformas mediante la votación en el parlamento. Esto es aun más ridículo, en cuanto dichas reformas no son más que las exigidas por el imperialismo y sus agencias

Las advertencias del BM, la OCDE, del FMI y del imperialismo de que la desigualdad puede pro-vocar una situación incontrolable en el país ha sido tomada por algunos sectores de la derecha política y económica. Eso explica las dificul-tades que tiene la derecha en fijar una táctica y una estrategia común, ante la amenaza de un incremento de la lucha de clases y la articula-ción de una fuerza política y social que se oriente hacia la liquidación del capitalismo.

Por ahora esa amenaza se ve lejana, pero en política los tiempos no son lineales y en poco tiempo pueden cambiar las correlaciones de fuerza y la conciencia de los ex-plotados.

Por el momento los coroneles de la Union Democrata Independiente (UDI) siguen obstinadamente con el programa con el cual surgió a

rio a la Constitución, el desprestigio profundo del parlamento, el poder judicial, las fuerzas armadas y los partidos politicos tradicionales con-vertidos en aparatos sin base social organizada que se han constituido como verdaderas mafias de inte-reses que ligadas a la burocracia sindical, han elaborado por decadas leyes antiobreras. Estas mafias ha-blan de “crisis de representatividad” y manifiestan que la solución es “reencantar a la gente,” con pirotec-nia verbal que reemplaza cualquier objetivo político a favor de los tra-bajadores y los sectores populares, ocultando que dicha crisis encuen-tra su origen en la descomposición y el agotamiento de un capitalismo decadente que corroe la sociedad chilena. A lo anterior se le suma el hecho que la Nueva Mayoría, con-fía que el capitalismo lograra salir de la crisis en la cual está empan-tanado y no quiere ver como esta crisis inexorablemente se abate so-bre el país, como lo evidencian los síntomas de desaceleración que se manifiestan en la disminución del precio del cobre, la disminución del crecimiento económico, como indi-can las últimas cifras del IMACEC y los bruscos brotes inflacionarios.

El gobierno de la Nueva MayoriaLa Nueva Mayoría es producto

y expresión de esta crisis, por lo tanto, no es más que el cadáver revivido de las viejas políticas de co-laboración de clases, con claras ten-dencias frente populistas. Este un gobierno implementado por el im-perialismo y los grandes capitales, que someten al país a sus designios bajo el viejo recurso de la politica de “unidad nacional”. Par ello, usan los restos anémicos de la Concertación y el PC. El objetivo, de este arte-facto político, es frenar las luchas populares asegurando con esto, la tan anhelada gobernabilidad. El problema es que la Nueva Mayoria es un acuerdo electoral basado en un programa genérico y abierto a la ambigüedad, con enormes contra-dicciones en su interior y sin la con-fianza y el apoyo de la gran mayoría del país que se abstuvo de partici-par en las tres últimas elecciones y en la elección presidencial, confian-za que si tuvo la Concertación en sus orígenes. Este hecho hace que sea, como alianza de raíces frente populista, enormemente débil y que lograda por la presión imperia-lista y de los grandes empresarios, ha dado muestras de una profunda inestabilidad.

Conspira contra este acuerdo electoral, la mayoría parlamentaria obtenida en las elecciones, lo cual, rompe con décadas de la “políti-ca de los acuerdos”, y con esto, la aprobación de las reformas, solo

depende de la nueva mayoría, y por ello, ya no es posible, recurrir al vie-jo truco de echarle la culpa a la de-recha, para la no aprobación de las reformas prometidas al movimiento social. Sin embargo, esta política de los acuerdos sera reemplazada por una política de unidad nacional con el pretexto de que las reformas im-pulsadas exigen acuerdos de todos los sectores de la ciudadanía. Las contradicciones entre las visiones, la interpretación, y la profundidad de las reformas se trasladan al seno de la Nueva Mayoría. Cobra en este escenario una importancia central el eje Democracia Cristiana (DC) – Partido Socialista (PS), para repre-sentar al interior de la Nueva Mayo-ria los intereses empresariales y del imperialismo y para ello incorporan en los hechos a Renovacion Nacio-nal (RN) y a los sectores incididos de esta.

El eje supuestamente más radi-cal conformado por el Partido por la Democracia (PPD) – Partido Radical (PR) – Partido Comunista (PC), en cuanto a su verborrea ha sido rápi-damente neutralizado por Bachelet. El ministro del interior Penailillo y el mismo PC, frente a las controver-sias tanto dentro como fuera del gobierno repiten, como siempre e históricamente lo ha hecho el PC bajo otros gobiernos de tipo frente popular, hay que atenerse al “pro-grama”.

Por su parte el PC intenta man-tener un perfil bajo y “pro cambio”, de apoyo irrestricto al programa, planteando en sus posiciones y en su propaganda que es un programa que beneficiara al “pueblo”. Induda-blemente su objetivo es anclar un discurso que le permita poner en práctica sus compromisos, con el empresariado y el imperialismo, que no es otro de defender la gobierna-bilidad y los acuerdos con los empre-sarios, en nombre del proletariado y los trabajadores, para ellos moviliza a la CUT, al Colegio de Profesores a los antiguos líderes estudiantiles cooptados y reciclados como líderes de la representación democrática

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la vida política chilena después de separarse de RN. No ha cambiado ni una coma de su diseño progra-mático, que no es otro que el que le dio rumbo y sentido a la dicta-dura militar instalada en 1973. A pesar de esto, en su interior hay voces que llaman a una revisión de la declaración de principios, de tal manera que ya no es el partido sin voces disidentes como lo era hasta el gobierno anterior. Sin embargo, la UDI retoma su camino histórico, y caracterizando a la NM como una nueva UP, se ha enmarcado en una táctica insurreccional contra el go-bierno, movilizando sectores que se opongan a las reformas impulsadas. La izquierda revolucionaria no debe estar ajena de este proceso y muy atenta a la formación de sectores fascistas

Por su parte, RN luego de sufrir los embates de fuerzas centrifugas que lo desgranaban lentamente, principalmente, por la comprensión de algunos líderes de que el peligro radica en “la presión de la calle” se han volcado en lograr una vincula-ción con los sectores más retarda-tarios y golpista de la DC. Esto es posible de apreciar por el carácter proimperialista y contrarrevolucio-nario largamente demostrado por la historia de los democrata cristianos. Esta táctica está presente tanto en Amplitud, en Evopolis y el Piñeris-mo. Las tensiones originadas por esta lucha en el parlamento ame-nazan con nuevas divisiones. Tan-to en la Alianza (RN – UDI) como en la DC, el PS y el PPD, que en su interior tienen visiones distintas en cuanto a la extensión y profundidad de las reformas del gobierno.

Para el conjunto de los capita-listas y sus intereses estratégicos, la elección de Michel Bachelet es el mejor escenario, aunque no exento de factores de inestabilidad. Para ellos el programa de La NM no aten-ta contra los intereses estratégicos de las clases dominantes. Los ajus-tes son necesarios, han dicho algu-nos sectores de la derecha y la bur-guesía. En este sentido Guillermo Tagle, ejecutivo y socio del Banco de Inversión IM Trust, ha sido claro en manifestar que las reformas tri-butaria y educacional, así como el aumento de la productividad “son elementos claves para mejorar el nivel de desarrollo de Chile”.

Desde la revista “Qué Pasa”, vo-cera de la derecha empresarial, se ha declarado públicamente que ha-biendo una desaceleración mundial, ello no debiera afectar a Bachelet y que una mejor distribución de los ingresos, una mayor diversificación económica y un aumento de la pro-

ductividad son elementos necesa-rios para generar mayor desarrollo y para ello es clave una reforma educacional y también terminar con la mono exportación cuprífera.

Con esto se corrobora una pre-misa histórica de la burguesía; que más allá de la filiación ideológica o política de quien gobierne, lo real-mente importante, para las clases dominantes, es que ese gobierno garantice la gobernabilidad y esta-bilidad social, factores clave para asegurar las ganancias en sus nego-cios y la Nueva Mayoría no amenaza esos intereses.

La Nueva mayoría y los traba-jadores

Dado que la NM tiene como ob-jetivo, contener la accion indepen-diente de las masas y los trabaja-dores y sobre todo, mantener las condiciones de estabilidad social con el fin de resguardar las tasas de ganancia del capital, se puede com-prender porque el programa de Ba-chelet es tan genérico y ambiguo en algunos aspectos claves, como por ejemplo se evidencia en el apartado “Trabajo” del programa del gobier-no, que ocupa cinco páginas de las 198 que lo conforman. Dos y me-dias de las cuales están ocupadas

por unas lindas y coloridas fotogra-fías al más puro estilo marketing, lo que nos da la justa medida, del nivel de preocupación de esta ”vieja nue-va mayoría” por la situación de los 8 millones de trabajadores del país, es decir, en dos y medias páginas de su frondoso programa despachan el tema de los productores de plusva-lía, con una plaga de generalidades sin contenido y además condicio-nadas a pasar por el rasero de los honorables congresales, agregando a esto, la obsecuencia de la buro-cracia de la CUT, que nos intenta hacer creer que su influencia podrá “emparejar la cancha” a favor de los trabajadores como le gusta decir a Bárbara Figueroa.

La salida es por izquierdaLa izquierda que siempre si-

guió al PC, detrás de su estrategia

Por el momento los coroneles de la Union Democrata Independiente (UDI) siguen

obstinadamente con el programa con el cual surgió a la vida política chilena después de separarse de RN. No ha cambiado ni una

coma de su diseño programático, que no es otro que el que le dio rumbo y sentido a la

dictadura militar instalada en 1973.

de “democracia con justicia social” se presento en las últimas eleccio-nes bajo dos candidaturas: Marcel Claude y Roxana Miranda del Parti-do Igualdad. Mas allá de la derrota electoral, estos grupos, colectivos y partidos no han hecho un balan-ce de las derrotas del movimiento obrero y de masas. Luchan por vol-ver a una perspectiva de “Estado de Bienestar” cuando el capitalismo mundial en su decadencia y azota-do por una catástrofe económica ha cancelado la viabilidad de esta salida economica y se encuentra desmontándolo en los países cen-trales, con el objetivo de recuperar las tasas de gananciay avanza en la confiscación del salario de los tra-bajadores a través de la privatiza-ción, confiscando derechos ganados por los trabajadores en extensas jornadas de lucha (educación, sa-lud, seguridad social, salarios). En esta época no hay espacios dentro del capitalismo para la constitución de alguna variable de tipo “Estado de Bienestar”. En Chile este ciclo se cerró en 1973. Los grandes capita-listyas y el imperialismo, probaron en nuestro país la salida confisca-toria del salario, imponiéndola con la dictadura militar. Para los secto-res dominantes esta salida a teni-

do pleno éxito, porque se recupero ampliamente las tasas de ganancias del capital, mediante someter a la población trabajadora a niveles de saqueo y explotación extremos. Sin embargo, después de cuarenta años esta salida muestra lo inviable del capitalismo como régimen eco-nómico social y político. Por ello la lucha que en apariencia se cance-lo en 1973 empieza nuevamente a manifestarse y la clase obrera, los trabajadores y el pueblo, buscan el camino para retomar la lucha por bajo nuevas bases sociales.

En esta nueva etapa política donde la lucha de los trabajadores y la juventud vinieron para quedar-se, la clase obrera presenta signos de reagrupamiento y retoma sus históricos métodos de lucha, ma-nifestando una profunda descon-fianza con respecto a las centrales

sindicales dominada por direccio-nes burocráticas y descompuestas (CUT, UNT, CAT) y busca la unidad a través de la conformación de una corriente sindical que luche por su independencia politica – de los ca-pitalistas, el gobierno y los partidos politicos tradicionales - por los in-tereses inmediatos e históricos de los trabajadores y la clase obrera. En otros frentes, la lucha de la ju-ventud desplaza al PC de sus direc-ciones en las universidades.

La izquierda revolucionaria debe apoyar toda iniciativa que signifique aumentar el grado de organización de los trabajadores, desde las for-mas naturales de defensa de las condiciones de vida, a través de e xtender los sindicatos, impulsarlos, desarrollarlos, hasta apoyar nue-vas formas de organización, que la clase se vaya dando en su lucha en contra del capital.

Debe combatir en todos los ám-bitos a los conciliadores y colabora-dores de clase, debe desplazar de todas las direcciones sindicales, es-tudiantiles y de las poblaciones a los que promueven la colaboracion con el gobierno, ya que toda variable de colaboracion de clase se nos pre-senta como contrarrevolucionaria.

La izquierda revolucionaria tiene como tarea, impulsar y profundizar este proceso de reorganización de la clase obrera, debe desenmasca-rar el verdadero significado de las ilusiones sembradas por la Nueva Mayoría, desprenderse de las ilu-siones de la conciliación de clases levantadas por el estalinismo del PC que se recicla penosamente bajo su politica de “democracia con justicia social” y ,definitivamente, enten-der que el reformismo como pro-yecto de cambios que conduce a la sociedad socialista no existe y no puede existir en la época de de-cadencia del capitalismo, ni menos en el actual escenario de catástro-fe mundial del capitalismo. Lo que existen son contrarrevolucionarios disfrazados de reformistas. Esto no impide la lucha por las reivindica-ciones mínimas de los explotados, ligadas a una perspectiva de revolu-ción obrera y socialista, que termine definitivamente con todas las lacras del capitalismo y se construya una nueva sociedad basada sobre nue-vas relaciones sociales de produc-ción. Sin embargo este camino no puede ser posible sin la unidad de los revolucionarios y sin la construc-ción del partido revolucionario de los obreros y los trabajadores que de dirección política a estas luchas de los explotados en la perspectiva de avanza hacia un gobierno de los trabajadores.

PRENSA OBRERA / 6

El pasado lunes 2 de junio, Marco Antonio Cuadra toma la drásti-ca decisión de atentar contra su vida, como una respuesta deses-

perada a las condiciones de explo-tación y opresión a los que se ven enfrentados en la actualidad los trabajadores del Transantiago. Esta fecha marcara a fuego al movimien-to obrero, pero en particular al nue-vo movimiento de trabajadores del Transantiago.

La trágica decisión tomada por Marco está determinada por múlti-ples factores. El modelo de negocio del Transantiago es la culminación del proceso de desarrollo de trans-porte público enmarcado en una estructura capitalista en abierta des-composición.

Vaciamiento Estatal, especula-ción financiera, empresas concesio-narias quebradas o con problemas de pago, empleo precario, atomiza-ción sindical y abierta represión a los trabajadores que levanten la cabeza para denunciar los abusos, son los elementos constitutivos de este mo-delo de negocio disfrazado de políti-

ca pública.La Coordinadora de Trabajado-

res del Transantiago (CTT) se ha posicionado en poco tiempo como un polo de lucha para los trabaja-dores del Transantiago, movido por la conciencia de clases y regidos por los principios de la democracia obrera y la independencia política de la clase, logro sacar adelante una movilización significativa, no por el número de participantes, sino por la composición social de esta, que era la reivindicación en la práctica de la alianza histórica entre trabajadores y estudiantes.

La respuesta de la patronal fue inmediata: en la misma marcha el vocero de nuestra coordinadora, Ma-nuel Aguilar fue tomado preso y gol-peado brutalmente por la policía y en nuestros terminales y depósitos, muchos de nuestros compañeros fueron despedidos al día siguiente de realizar nuestra marcha.

La evaluación final de nuestro proceso de constitución y moviliza-ción es que las banderas de lucha que comienza a levantar la CTT son la interpretación más consiente no tan solo de un importante sector de

Arriba la lucha de la Coordinadora de Trabajadores

del Transantiagolos trabajadores de nuestro sistema de transporte público, sino que de un sector importante de las familias trabajadores del Gran Santiago.

Por otra parte la clase dominante reacciona con el garrote en la mano, debido a que dentro de su marco político de conciliación de clases, en ningún momento estuvo en pauta un conflicto con los trabajadores del sistema de transportes. Esto signi-fico la golpiza a nuestro compañe-ro Manuel Aguilar y los despidos a mansalva en nuestros terminales. Confirmando de paso que las prác-ticas antisindicales son cometidas por la patronal y respaldadas por sus sindicatos amarillos; pero tam-bién por el gobierno que usa toda la fuerza del Estado y su cuerpo repre-sivo. La conclusión más importante, es que si bien la burguesía de este país cuenta con innumerables me-dios para acallar y suprimir nuestra lucha y a nuestros dirigentes; con-tamos con la ventaja de que ellos no entienden y no van a entender nunca la causa profunda de nuestra lucha que son la superexplotación y la opresión de la que somos obje-to en nuestros depósitos, así como

también el repudio generalizado de la población en contra de un siste-ma de transporte que se pario para ser la vaca sagrada de un puñado de zánganos que vistieron esta estafa con ropas de política pública.

Asimismo, la lucha de los trabaja-dores del transantiago, forma parte, de una lucha más amplia de diversos sectores de trabajadores, que han entendido, que para acabar con la dictadura del capital en las empre-sas, acabar con los sueldos de ham-bre, es necesario elaborar un plan de lucha en contra del gobierno, los empresarios, la burocracia sindical, guiados por las banderas de inde-pendencia política y en pos de las reivindicaciones más sentidas de los trabajadores.

¡Viva la coordinadora de tra-bajadores del transantiago!

¡Por un sistema de transpor-te colectivo financiado por el estado y gestionado y planifica-do por sus trabajadores!

¡Que la crisis del transantia-go la paguen los capitalistas!

PRENSA OBRERA / 7

Cerrado el ciclo de la dictadura cívico-militar en Chile, por parte del imperialis-mo y sus agencias, que vieron con temor

que la creciente oposición y alza del movimiento de masas en contra de régimen militar pudiera desembo-car en una salida obrera y socia-lista al régimen, decidieron jugarse, por una coalición de partidos- la concertación-,de características de frente popular preventivo, con el objetivo de desmovilizar y detener la ofensiva popular. Instalado el nuevo gobierno, da inicio al proceso de “transición hacia la democracia” en el cual las clases dominantes, comenzaron el proceso de reade-cuación de los mecanismos de con-trol, sobre la sociedad, heredados de la dictadura para garantizar su dominio.

No solo se imponen consensos y la permanencia de toda la insti-tucionalidad dictatorial, continuan-do con la fragmentación social y destrucción de las organizaciones del proletariado, sino que además, implementan los mecanismos de represión, necesarios para asegurar

y dar garantías, al modelo de acu-mulación, del capitalismo en su eta-pa de decadencia y sucesivas crisis, presentes desde la década de los setenta hasta nuestros días.

Para ello,dictan en el parlamento legislaciones para defender sus inte-reses. Crean, refuerzan y fortalecen fuerzas represivas para patrullar y controlar el territorio, poblaciones y clases sociales.

El gran capital impuso, a través de la dictadura cívico militar, la cons-titución y las leyes en estas “nue-vas democracias”. Al mismo tiempo perdieron derechos los pueblos y especialmente los trabajadores y el conjunto del proletariado urbano y rural.

Los trabajadores y el pueblo son excluidos de toda decisión respecto al país y sus derechos, sometidos a la miseria y a salarios que los ponen al borde del hambre.

A sus demandas no hay respues-tas no hay leyes que los protejan salvo el grito de orden de las fuerzas represivas.

De la Doctrina de Seguridad Na-cional, a la ley antiterrorista y de seguridad interior del estado. Si la primera perseguía a quienes no aceptan el “orden” impuesto por las burguesías y el imperialismo para defender y reproducir su sistema en la dictadura; hoy con la misma estructura jurídica, permanente-mente modificada según convenga, La

Criminalización de las Luchas y las Demandas sociales

se persigue “a los terroristas”, en-tendiéndose por terroristas tanto un movimiento que se levanta para re-cuperar derechos, defender el medio ambiente, exigir derechos en la sa-lud, la vivienda, la previsión, los sa-larios para los trabajadores, como la lucha de los pueblos originarios por su patrimonio material y espiritual.

La criminalización de las luchas y la constitución de Estados policiales, es un aspecto orgánico de la políti-ca de “control social” del capitalismo en su etapa de decadencia y crisis, para garantizar su reproducción, sus tasas de ganancias y su ampliación.

En este proceso se articula la ley, las fuerzas policiales y militares y la ideología dominante, impuesta por el imperialismo y el sistema de Esta-dos a nivel mundial

Se instaura la segregación, el miedo al otro, países, regiones y comunas enteras son estigmatiza-das como zonas de terroristas y cri-

minales o “Estados fallidos”. Por lo general son comunas, países y re-giones, donde habitan los trabaja-dores empobrecidos, los excluidos y marginados, se asocia pobreza con terrorismo, criminalidad, con violen-cia y narcotráfico.

Estas nociones estimulan res-puestas conservadoras, que son ali-mentadas por los grandes medios de comunicación, que activan delibera-damente los mecanismos del terror, para levantar las exigencias de “se-guridad”, entendidas en última ins-tancia como garantías para los inte-reses del gran capital.

La atomización social y de la identidad de clase, lleva a vivir la po-breza, la marginalidad, la miseria del otro, como amenaza, y a cargar ese sentimiento de contenidos racistas, xenófobos, violentos, represivos y autoritarios.

Estos mecanismos despolitizan la lucha social, lo que favorece que la misma sea vista como “causa penal”. Los medios de comunicación

juegan un rol central en la cons-trucción de una subjetividad aliena-da que no se hace solidaria con los luchadores.

La criminalización de la lucha se inscribe en la lógica de los mecanis-mos de dominación y por sobre todo para evitar el desarrollo de la orga-nización y la conciencia de los explo-tados, contener el desarrollo político de las mayorías explotadas y conju-rar cualquier salida que amenace los intereses del capitalismo.

El sentido último de la crimina-lización de la lucha es su carácter contrarrevolucionario que represen-ta la defensa de estos intereses del capitalismo, una defensa donde se han coaligado desde la UDI hasta los harapos del estalinismo y la burocra-cia del sindicalismo.

¡No a la criminalización de las luchas!

¡No a la ley antiterrorista¡

¡No a los Estados policiales!

PRENSA OBRERA / 8

Contra la invasión sionista, apoyemos la resistencia armada Palestina

E l rechazo a la masacre sio-nista en Gaza es inconsis-tente si no se respalda ex-plícitamente la resistencia

armada que presenta Hamas. Israel se propone ocupar toda la Franja, lo que implica expulsar a la población palestina.

Los bombardeos aéreos y la in-cursión terrestre de las tropas sio-nistas en Gaza dejaron un saldo de 650 palestinos muertos, dos ter-cios civiles y al menos 190 niños, 3.300 heridos y 200.000 desplaza-dos. “Para minimizar las bajas entre sus soldados, (las fuerzas israelíes) planchan la zona con aviación y arti-llería, luego tiran con tanques. Lim-pian la zona de minas y de posible resistencia antes de avanzar con los blindados y la infantería”, (El País, 18/7). El sionismo se encamina a repetir una masacre de proporcio-nes iguales o superiores a Plomo Fundido, la operación terrestre que en 2009 dejó 1.300 palestinos muertos.

El relato sionista presentó a la invasión terrestre acotada a los tú-neles fronterizos con Israel, pero en pocas horas sus tropas se adentra-ron en un territorio mucho más am-plio, ahora con el pretexto de que los cohetes están escondidos en las viviendas. El ejército se ha introdu-cido en los barrios más poblados de Gaza, tirando a mansalva. “Más de un centenar de los objetivos al-canzados estaban en el barrio de Shayahia del este de la Capital de

Gaza.” (Al Monitor, 22/7). Shayahia ha sido definida como una plaza fuerte militar de Hamas.

Plan premeditadoEsta política militar es parte de

un plan estratégico que apunta a consumar la expulsión de la pobla-ción palestina de Cisjordania y Gaza e incluso de la que habita en Israel. Ahron Bregman, ex soldado israelí y ahora profesor del King’s College de Londres, autor de una historia de Israel y los territorios ocupados, “desenmascara la administración brutal que se oculta detrás de la pretensión de ‘una ocupación ilumi-nista’. Recuerda cómo luego de la conquista de 1967, el gobierno de Israel trasladó en camiones a un cuarto de la población de Gaza hacia Jordania; cómo la celebrada política de Moshe Dayan, ‘Puentes Abiertos’, la que dio un respiro a los palestinos tras la ocupación y la posibilidad de viajar a Jordania, fue para muchos una vía de sentido único; cómo los Altos del Golán fueron vaciados de sus 138.000 habitantes, con excep-ción de algunos miles de drusos. Cuanta más población desplazaba Israel, mayor era la tierra que que-daba disponible para la colonización judía” (The Economist, 12/7). El ré-gimen sionista no admite ni siquiera la creación de un Estado palestino bajo su tutela económica, militar y política -una suerte de bantustán como en la época del apartheid en Sudáfrica.

Antes de que se intensificara el lanzamiento de cohetes por Hamas, Gaza era sometida a un asedio eco-nómico y militar: “La economía de Gaza está en un estado de guerra permanente”. Las operaciones mili-tares de 2009 y 2012 hicieron des-aparecer 1.700 locales comerciales e industriales. “Desde el enclave, partían cada día 110 camiones car-gados de productos antes del co-mienzo del bloqueo.

Pero a partir de 2007, prácti-camente ningún bien sale de allí, causando pérdidas de 50 millones de dólares por día” (Ámbito, 22/7). Los túneles en las fronteras de Gaza con Egipto eran los únicos contac-tos con el exterior. Medio millón de colonos israelíes habitan Cisjordania y las zonas “C” (territorios bajo es-tricto control israelí), ocupando el 60% del territorio total cisjordano.

Contrarrevolución en Medio Oriente

La incursión en Gaza fue apro-bada por todo el gabinete israelí, y goza del apoyo político de la oposi-ción. Los ministros Bennet y Lieber-man impulsan una ocupación com-pleta de la Franja, lo cual significa expulsar a su población.

El ataque a Gaza está fuertemen-te vinculado con el golpe militar en Egipto, el cual ha sido esencialmen-te una operación norteamericano-sionista. Se descartó, de este modo, la posibilidad de un desarrollo ‘a la turca’, donde los islamistas han es-tablecido un control político funcio-nal a la estrategia medio-oriental del imperialismo. La instauración de la dictadura militar egipcia no fue denunciada tampoco por Irán, y no porque el islamismo egipcio fuera sunnita sino en función de un acuerdo con Estados Unidos en materia nuclear y para apoyar a los regímenes de Afganistán e Irak, y también como escudo a la posición rusa sobre Ucrania. Llama la aten-ción la ausencia de apoyo de Hizbo-lá a la resistencia militar de Hamas. La inacción de Hizbolá contrasta con lo ocurrido en 2009, cuando la organización shiita abrió un frente militar contra el sionismo en apoyo a los palestinos.

Hamas: el derecho a la resis-tencia armada

Hamas ha repetido que aspira-ba a un Estado palestino al lado del sionista y, hace unos meses, pro-

movió un gobierno de unidad na-cional con la Autoridad Palestina, la cual cuenta con el apoyo de Israel, Estados Unidos y la Unión Europea; es financiada, en parte, por el reino de Qatar. De ningún modo puede afirmarse que sea una fuerza revo-lucionaria en el Medio Oriente.

Hamas ha respondido a la agre-sión sionista con las armas; no solamente disparando cohetes de precisión incierta sino ofreciendo combate a las tropas invasoras. “La batalla de Shayahia -informa Le Monde (22/7)- marcó la primera confrontación en una zona urbana densamente poblada”. Esto indica una respuesta a la invasión me-diante métodos de guerrilla. La po-blación gazatí apoya resueltamente la resistencia armada, su último re-curso.

Como en los antecedentes histó-ricos más gloriosos, Hamas ha cons-truido una red de túneles en direc-ción a Egipto y a Israel, de un lado para enfrentar el bloqueo económi-co total, pero también para poder hacer frente a una agresión militar sobre el terreno -incluso llevando la lucha armada de guerrilla al territo-rio sionista. “Dos tentativas nuevas de infiltración de combatientes pa-lestinos desde túneles que ligan la Franja de Gaza con Israel, fueron rechazados” (Le Monde), con bajas en ambos bandos. Que “la entra-da de los túneles se encuentr(e) en viviendas y edificaciones agrí-colas”, como denuncia un servicio israelí, es una prueba del carácter popular de la resistencia armada. No es admisible ninguna propues-ta de ‘paz’ que vulnere el derecho de palestinos y gazatíes a la lucha armada contra la opresión, la ma-tanza, el ultraje y la libertad na-cional. No es la ‘paz’ lo que ofrece, sin embargo, el sionismo, el cual reafirma que “el mejor método es buscar la entrada de los túne-les efectuando requisiciones en el suelo en los inmuebles sospecha-dos” (Le Monde), mediante uso de perros y robots. Esto deja plantea-da una guerra de guerrillas contra la tropa sionista.

La lucha internacional contra la masacre que perpetra el sionismo sería inconsecuente si no apoya la resistencia armada de Hamas y a la guerrilla palestina.

Pablo Heller – Partido Obrero Argentina (PO)