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  • COLECCINPARA CONOCER LAJURISPRUDENCIA

    Jurisprudencia Laboral - Empresarial

    Apuntes Temticos

    Tania Gina Vilcapoma Yuli

    EDICIONESCABALLERO BUSTAMANTE

  • Jurisprudencia Tributaria sobre Crdito Fiscal

    CAPTULO VII

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    PRESENTACIN

    Segn el Tribunal Constitucional peruano jurisprudencia es la interpretacin judicial del derecho efectuada por los ms altos tribunales en relacin con los asuntos que a ellos corresponde, en un determinado contexto histrico, que tiene la virtualidad de vincular al tribunal que los efectu y a los jerrquicamen-te inferiores, cuando se discutan casos fctica y jurdicamente anlogos, siempre que tal interpretacin sea jurdicamente correcta () [Exp. N 0047-2007-AI/TC FJ 33].

    Entendido el significado de la jurisprudencia, corresponde afirmar que para que sta atienda legtimamente a la finalidad para la cual fue concebida, debe remitirse a su significado etimolgico. As, jurisprudencia hace referencia a los vocablos lati-nos prudentia iuris, lo cual significa discernimiento del derecho o prudencia del juez. De esta forma, exaltando la labor de prudencia, de discernimiento del juez para interpretar el derecho, es que la jurisprudencia cobra suficiente fuerza para ser aplicada de manera constante, uniforme y coherente, y en este sentido, convertirse en autntica fuente del Derecho.

    A ello debemos aadir que una aplicacin constante de la jurisprudencia nos brinda un elemento esencial que reclama toda sociedad democrtica de derecho: Seguridad Jurdica, principio-derecho constitucional elemental que informa todo el ordenamiento jurdico. La gran importancia de la jurisprudencia radica en que otor-ga predecibilidad en el derecho, pues todo Estado de Derecho debe tener la certeza de que sus jueces, en lo que se refiere a la administracin de justicia sern predeci-bles, en tanto se discutan casos fctica y jurdicamente similares. De esta manera se consolidar la interdiccin de la arbitrariedad.

    No obstante, no debemos olvidar que si bien la jurisprudencia debe otorgar cer-teza, tambin debe adecuarse a la realidad cambiante de nuestra sociedad, lo cual nos reconduce al sentido de discernimiento del derecho que debe tener el juez. En

  • La Prorrata del Crdito Fiscal

    CAPTULO VII

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    este orden de ideas, ni el derecho ni sus fuentes deben ser estticos, es decir, deben estar, en la medida de lo posible, acorde con la innovacin que demanda la realidad de las sociedades polticas contemporneas, a la luz de nuevos sucesos, nuevas ne-cesidades y, naturalmente, nuevas concepciones de derecho. Esto sin duda alguna, afianza el carcter innovador del juez, intrprete creador de derecho, ms que un simple lector del mismo, tal como alguna vez me enseara el maestro Juan Monroy Glvez.

    Por ello, los jueces al dictar sentencia, no solo estn solucionando las controver-sias que tienen frente suyo, sino que estn creando derecho y dotando de seguridad jurdica a la administracin de justicia; he all la importancia medular de la jurispru-dencia.

    En este contexto, el operador jurdico debe guardar una especial atencin a los fallos de los ms altos tribunales, tanto de la Corte Suprema de Justicia de la Repblica, como del Tribunal Constitucional, este ltimo, supremo intrprete de la Constitucin que emite jurisprudencia de carcter vinculante, la misma que devie-ne en parmetro normativo para la resolucin de futuros procesos de naturaleza homloga.

    As, dada la trascendencia del tema, la presente obra procura mostrar una re-visin minuciosa y sistematizada de la jurisprudencia de estos altos tribunales en materia laboral, presentndola de la manera ms suscinta posible, en un estilo gil y con un prctico formato de preguntas y respuestas o de temas sumillados; todo ello con el propsito de dotar de una herramienta de consulta eficaz tanto para los operadores jurdicos, como para aquellos que deseen realizar una aproximacin al Derecho Laboral sin mayor conocimiento o experiencia sobre el tema.

    La presente publicacin presenta doce captulos, iniciando con temas como las Fuentes del Derecho y los Principios del Derecho del Trabajo; el contrato de trabajo, duracin y la extincin del mismo; los beneficios sociales desarrollados en la Compensacin de Tiempo de Servicios, gratificaciones, utilidades y seguro de vida; temas como las vacaciones; la jornada de trabajo y horario de trabajo; los regmenes especiales, con la muestra de algunas sentencias referidas a tra-bajadores del hogar, trabajadores de construccin civil, pesqueros, etc. Adems, se ofrece un captulo referido a las sentencias en procesos ordinarios laborales y procesos constitucionales, con sentencias laborales dadas en procesos de amparo y de inconstitucionalidad. Del mismo modo, se entrega una serie de captulos referidos a la seguridad social, donde se muestran sentencias referidas al derecho fundamental a la pensin, regmenes pensionarios, etc.; prescripcin y caducidad; y una miscelnea, donde se muestran sentencias referidas a la solidaridad en las obligaciones laborales, entre otras.

    Finalmente, agradezco a todos aquellos que hicieron posible la presente publi-cacin. Mi reconocimiento y gratitud al Doctor Jorge Castillo Guzmn, Director de

  • Jurisprudencia Tributaria sobre Crdito Fiscal

    CAPTULO VII

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    la Revista Asesora Laboral, sin cuya valiosa informacin proporcionada no hubiera sido posible la elaboracin del presente libro; a Jess Crdova Schaefer Director Eje-cutivo de la revista RAE Jurisprudencia, que posibilita la publicacin de la presente edicin; a mi hijo Gabriel quien me apoy con su paciencia y amor incondicional; a Juan Carlos, por caminar al lado mo en la realizacin de mis metas y sueos; a Katy, quien con su silenciosa labor colabor en las correcciones del libro. Por lti-mo, el agradecimiento a mis padres y hermanos quienes me ensearon a apreciar la importancia del trabajo intelectual y a reconocer los valores y virtudes de la persona humana. A todos ellos est dedicada esta obra.

    San Borja, 24 de febrero de 2009

  • Jurisprudencia Laboral - Empresarial

    CaptuLo I

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    CAPTULO IFuentes del Derecho y Principios

    del Derecho del Trabajo

  • EDICIONESCABALLERO BUSTAMANTE

    principios y Derechos Fundamentales

    CaptuLo I

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  • Jurisprudencia Laboral - Empresarial

    CaptuLo I

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    1. FUENTES DEL DERECHO

    Cul es la clasificacin de las Fuentes del Derecho que el Tribunal Constitu-cional consagra?

    El sistema de fuentes regulado por la Constitucin, consagra diversos tipos normativos, principalmente, las normas con rango de ley y aquellas de rango reglamentario. Entre las primeras, nuestro sistema jurdico consagra una serie de tipos normativos que, si bien tienen el mismo rango jurdico, difieren en su denominacin y en su modo de produccin. Al respecto, este Tribunal ha sea-lado que:

    (...) el inciso 4 del artculo 200 de la Constitucin establece las normas que, en el sistema de fuentes normativas diseado por ella, tienen rango de ley: leyes, de-cretos legislativos, decretos de urgencia, tratados, reglamentos del Congreso, normas regionales de carcter general y ordenanzas.

    A continuacin desarrollaremos brevemente cada uno de los tipos normativos y lo que sobre ellos ha establecido el Tribunal Constitucional.

    A) Fuentes normativas o formas normativas con rango de ley

    1. Las leyes

    Pueden definirse, como las prescripciones normativas generales y escritas ema-nadas del Congreso de la Repblica, conforme a un procedimiento prefijado por la Constitucin.

    Respecto a la ley como fuente de derecho este Colegiado ha precisado que:

    Con relacin a la fuente normativa denominada ley, en sentido material, deben tenerse presentes dos puntos. En primer lugar, su expedicin corresponde al Con-greso de la Repblica, conforme al inciso 1 del artculo 102 de la Constitucin, que

    Principios y Derechos Fundamentales

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    principios y Derechos Fundamentales

    CaptuLo I

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    establece que es atribucin del Congreso dar leyes. Atribucin que descansa en los principios de soberana poltica, consagrado en el artculo 45 de la Constitucin, que establece que el Poder emana del pueblo, y en el principio representativo reco-nocido en el artculo 43 de la Constitucin. Y en segundo lugar, que para la Cons-titucin la fuente normativa denominada ley comprende a las leyes ordinarias, las leyes orgnicas, las leyes de desarrollo constitucional y las que tienen una denomi-nacin asignada directamente por la Constitucin y cuyas diferencias no radican en su jerarqua ni en el rgano que las expide, sino en su procedimiento de aprobacin y en las materias que regulan.

    Agregando que:

    (...) conforme al sistema de fuentes diseado por la Norma Suprema y a sus artculos 51, 200 inciso 4), 102 inciso 1) y 106, la categora normativa de leyes comprende a las leyes ordinarias y a las leyes orgnicas, las cuales tiene la misma jerarqua jurdica.

    En efecto, atendiendo a los criterios jurisprudenciales expuestos respecto de la fuente o forma normativa ley, podemos considerar los siguientes tipos:

    Ley de reforma constitucional: Se trata de dispositivos que materializan la refor-ma de la Constitucin. Estn sujetos al procedimiento especial previsto en el artculo 206 de la Constitucin.

    Ley ordinaria: Es la expedida por el Congreso de la Repblica (inciso 1 del artculo 102 de la Constitucin) y su modo de produccin est regulado por los ar-tculos 105, 107, 108 y 109 de la Constitucin. En rigor, puede normar cualquier materia, con excepcin de las reservadas a la ley orgnica conforme al artculo 106 de la Constitucin y las que sean materia exclusiva de los gobiernos regionales o municipales.

    Ahora bien, no debe confundirse el tipo de ley, en este caso ordinaria, con su denominacin. En efecto, contrariamente a lo que ocurre con la forma normativa ley y sus tipos bsicos (ley ordinaria y ley orgnica), la denominacin de la ley puede ser diversa y variada, sin que por ello se afecte el modo de produccin y el rgano que la expide. Al respecto, se ha acotado que:

    Este Colegiado estima tambin que el Congreso de la Repblica, al detentar la competencia exclusiva en la produccin de la fuente normativa de ley, goza de la autonoma inherente, en el marco de la Constitucin, del Reglamento del Congreso y de las leyes, para precisar la denominacin de las leyes que expide; as por ejem-plo, el caso de la Ley N 28175, que fue denominada Ley Marco del Empleo Pblico, hoy cuestionada por los demandantes.

    La facultad de otorgar una denominacin ha sido desarrollada por la Ley N 26889, Ley Marco para la produccin y sistematizacin legislativa, cuyo artculo 3 dispone que: La Ley debe tener una denominacin oficial que exprese su alcance

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    CaptuLo I

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    integral. La denominacin forma parte del texto oficial de la Ley y corresponde al Congreso de la Repblica asignrsela, salvo en los casos de Decretos Legislativos y Decretos de Urgencia, en los cuales es el Poder Ejecutivo quien asigna la denomi-nacin. En ese sentido, el Congreso de la Repblica e incluso el Poder Ejecutivo, en el caso de Decretos Legislativos, son competentes para asignar determinadas denominaciones cuando se trata de leyes que regulan aspectos generales sobre una materia a fin de sintetizar su alcance integral, empleando para ello las denomi-naciones de Ley de Bases, Ley Marco y Ley General, segn corresponda, pero que, en definitiva, constituyen la fuente normativa de ley expedida por el Congreso de la Repblica.

    Por otro lado, y siempre dentro del tipo de ley ordinaria, nuestra Constitucin es-tablece algunos subtipos de la ley ordinaria, con especiales caractersticas, pero que en esencia mantienen la condicin de ley ordinaria porque su modo de produccin es el establecido por la Constitucin.

    As, por ejemplo, el artculo 104 de la Constitucin se refiere a la ley autori-tativa, mediante la cual el Congreso de la Repblica delega al Poder Ejecutivo la facultad de legislar a travs de Decretos Legislativos. Dicha ley tiene dos elemen-tos indispensables: la materia especfica a delegar y el plazo determinado para ejercer la delegacin. A su turno, conforme a los artculos 104 y 101, inciso 4, de la Constitucin, el Congreso de la Repblica no puede delegar al Poder Ejecutivo las materias relativas a reforma constitucional, aprobacin de tratados internacionales, leyes orgnicas, Ley de Presupuesto y Ley de la Cuenta General de la Repblica.

    En igual sentido puede hacerse mencin a la ley de organizacin y funciones de los ministerios a que se refiere el artculo 121 de la Constitucin, la cual es ley ordinaria.

    Ley de Presupuesto de la Repblica: Los artculos 78, 79 y 80 de la Constitu-cin especifican las particularidades del modo de produccin de la Ley de Presupues-to; se trata por ello de una ley distinta a la ley ordinaria y a la ley orgnica.

    Ley de la Cuenta General de la Repblica: El artculo 81 de la Constitucin establece el procedimiento para la aprobacin de este tipo de ley con caractersticas especiales.

    Ley Orgnica: Es expedida por el Congreso de la Repblica y su modo de produc-cin debe cumplir los requisitos formales y materiales previstos en el artculo 106 de la Constitucin. Con relacin a los requisitos formales dicho artculo dispone:

    Los proyectos de ley orgnica se tramitan como cualquier proyecto de ley y para su aprobacin o modificacin, se requiere el voto de ms de la mitad del nmero legal de miembros del Congreso.

    Sobre los requisitos materiales el mismo artculo 106 prescribe:

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    principios y Derechos Fundamentales

    CaptuLo I

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    Mediante leyes orgnicas se regulan la estructura y el funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la Constitucin, as como tambin las otras materias cuya regulacin por ley orgnica est establecida en la Consti-tucin.

    Al respecto, el Tribunal Constitucional, desde una perspectiva nmerus clausus, ha establecido que:

    Una segunda interpretacin del artculo 106, siempre desde la perspectiva n-merus clausus, es aquella que, partiendo del requisito material, propio del modelo de ley orgnica que disea la Constitucin, preserva el principio de unidad en la interpretacin de la Constitucin. En tal sentido, debe considerarse que el artculo 106. de la Constitucin prev dos rubros que deben regularse por ley orgnica: a) la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas por la Constitu-cin, las cuales comprenden aquellas con mencin expresa (las contempladas por los artculos 82, 84, 143, 150, 161 y 198 de la Constitucin), y aquellas que, debido a su relevancia constitucional, tambin gozan de tal calidad; ello porque la primera parte del artculo 106 de la Constitucin debe interpretarse coherente-mente; y b) las otras materias cuya regulacin por ley orgnica est establecida en la Constitucin (dentro de estas ltimas se tiene a las contempladas en los artculos 31, 66 y 200 de la Constitucin).

    Respecto a la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas por la Constitucin con reserva de ley orgnica, que comprenden aqullas con mencin expresa (las contempladas por los artculos 82, 84, 143, 150, 161 y 198 de la Constitucin), y aquellas que, debido a su relevancia constitucional, tambin gozan de tal calidad, en el Caso Ley de la Polica Nacional del Per, Exp. N 0022-2004-AI/TC, fundamentos 23 a 32, este Colegiado estableci que las en-tidades del Estado cuya estructura y funcionamiento deben ser regulados por ley orgnica son:

    Congreso de la Repblica, asumiendo que el reglamento del Congreso goza de naturaleza equivalente a ley orgnica.

    Poder Judicial.

    Poder Ejecutivo, slo en cuanto a las disposiciones relativas a los captulos IV y V del Ttulo IV de la Constitucin (Presidencia de la Repblica y Consejo de Ministros), puesto que los ministerios deben ser regulados por ley de organiza-cin y funciones ley ordinaria, conforme al artculo 121 de la Constitucin.

    Jurado Nacional de Elecciones.

    Oficina Nacional de Procesos Electorales.

    Registro Nacional de Identificacin y Estado Civil.

    Tribunal Constitucional.

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    CaptuLo I

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    Defensora del Pueblo.

    Ministerio Pblico.

    Consejo Nacional de la Magistratura.

    Los gobiernos regionales

    Las municipalidades

    Superintendencia de Banca y Seguros.

    Contralora General de la Repblica.

    Banco Central de Reserva.

    Las otras materias sujetas a reserva de ley orgnica a que se refieren los art-culos 31, 66 y 200 de la Constitucin son: el derecho de ser elegido y de elegir libremente a sus representantes, las condiciones de utilizacin y otorgamiento a particulares de los recursos naturales y el ejercicio de las garantas constitucionales, respectivamente.

    Finalmente, debe precisarse sobre la ley de desarrollo de la Constitucin, expe-dida por el Congreso de la Repblica, y as denominada por la Octava Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin, que no constituye una categora especial de la forma normativa ley, sino que comprende tanto a la ley ordinaria como a la ley orgnica. Al respecto, el Tribunal Constitucional ha establecido:

    Con la expresin Ley de desarrollo constitucional, la Octava Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin no ha creado una categora normativa especial entre las fuentes que tienen el rango de la ley. Tal expresin no alude a una categora uni-taria de fuentes, sino a una diversidad de ellas, que tienen como elemento comn constituir un desarrollo de las materias previstas en diversos preceptos constitucio-nales, cuya reglamentacin la Norma Suprema ha encargado al legislador. Forman parte de su contenido natural las denominadas leyes orgnicas, en tanto que me-diante ellas se regula la estructura y funcionamiento de las entidades del Estado previstas en la Constitucin, y de otras materias cuya regulacin por ley orgnica est establecida en la Constitucin; as como las leyes ordinarias como las que de-mandan los artculos 7 y 27 de la Constitucin, por poner dos ejemplos, a las que se les ha encomendado la tarea de precisar los alcances de determinados derechos o instituciones constitucionalmente previstas.

    Ello significa, desde luego, que la condicin de leyes de desarrollo constitucio-nal no se agotan en aquellas cuyas materias se ha previsto en la Octava Disposi-cin Final y Transitoria de la Constitucin, esto es, a lo que all se alude como leyes en materia de descentralizacin y las relativas a los mecanismos y al proceso para eliminar progresivamente los monopolios legales otorgados en las concesiones y licencias de servicios pblicos; dado que sobre stas ltimas, la Constitucin slo ha exigido del legislador cierto grado de diligencia (prioridad) en su dictado.

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    principios y Derechos Fundamentales

    CaptuLo I

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    2. Resoluciones legislativas

    Se trata de actos parlamentarios que generalmente regulan casos de manera par-ticular y concreto. Representan la excepcin a la caracterstica de generalidad de la ley. Tienen rango de ley porque el inciso 1 del artculo 102 de la Constitucin y el artculo 4 del Reglamento del Congreso le confieren implcitamente una jerarqua homloga a la ley.

    En efecto, el artculo 102, inciso 1 de la Constitucin establece que son atri-buciones del Congreso de la Repblica dar resoluciones legislativas. Conforme al artculo 72 del Reglamento del Congreso, mediante el procedimiento legislativo, se aprueban resoluciones legislativas y resoluciones legislativas de aprobacin de las normas reglamentarias internas del Congreso. Por tanto, existen dos tipos de resoluciones legislativas, cuyas particularidades sern distinguidas en el presente apartado.

    El artculo 75 del mencionado reglamento establece que las proposiciones de resolucin legislativa se sujetarn a los mismos requisitos que los de ley, en lo que fuera aplicable. Conforme al artculo 76 del mismo Reglamento, las reglas para la presentacin de proposiciones de resoluciones legislativas son las siguientes:

    a) Las proposiciones de resolucin legislativa presentadas por el Poder Ejecutivo estarn referidas a:

    Aprobacindetratadosconformealartculo56delaConstitucin.

    Concesinde la prrrogadel estadode sitio, la quedeber contener lanmina de los derechos fundamentales cuyo ejercicio no se restringe o sus-pende, conforme al inciso 2 del artculo 137 de la Constitucin.

    AutorizacindelingresodetropasextranjerasalterritoriodelaRepblicasin afectar la soberana nacional, conforme al inciso 8 del artculo 102 de la Constitucin.

    Declaracindeguerrayfirmadelapazconformealinciso16delartculo118 de la Constitucin.

    AutorizacinalPresidentedelaRepblicaparasalirdelpas,conformealinciso 1 del artculo 102 de la Constitucin.

    b) Las proposiciones de resolucin legislativa presentadas por los Congresistas no podrn versar sobre:

    Viajes al exteriordelPresidentede laRepblica,prrrogadel estadodesitio, aprobacin de tratados internacionales, autorizacin del ingreso de tropas extranjeras ni declaracin de guerra y firma de la paz.

    En trminos generales, puede afirmarse que las materias citadas son las regu-ladas por las resoluciones legislativas del primer tipo, mencionadas en el artculo

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    CaptuLo I

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    72 del Reglamento del Congreso, cuya numeracin es correlativa a la de las leyes y que en la actualidad consta de cinco dgitos. Asimismo, mediante este tipo de resoluciones legislativas se conceden pensiones de gracia y se nombra a los direc-tores del Banco Central de Reserva y al Defensor del Pueblo.

    Con relacin a las resoluciones legislativas de aprobacin de las normas regla-mentarias internas del Congreso, conviene anotar que una de sus caractersticas es que su numeracin corresponde a cada ao y que se les denomina resoluciones legislativas del Congreso. Estas, adems de aprobar las normas reglamentarias inter-nas, tambin se usan, debido a la prctica parlamentaria, para aprobar, entre otras cuestiones, los siguientes:

    ModificacionesalReglamentodelCongreso.

    Laagendalegislativadelperodoanualdesesiones.

    Delegacindefacultadeslegislativasalacomisinpermanente.

    NombramientodelosmagistradosdelTribunalConstitucional.

    DeclaracindelavacanciadelPresidentede laRepblica,delDefensordelPueblo y del Contralor General de la Repblica.

    Declaracindelaformacindecausaconformealartculo100delaConstitu-cin.

    Imposicindelasancindeinhabilitacinparaelejerciciodelafuncinpblica.

    AutorizacinalPresidentedelCongresodelaRepblicaparadesempearco-misiones extraordinarias de carcter internacional.

    Las resoluciones legislativas, de ambos tipos, son aprobadas por el pleno del Congreso, pero tambin lo pueden ser por la comisin permanente.

    3. Tratados

    Los tratados son expresiones de voluntad que adopta el Estado con sus homlo-gos o con organismos extranacionales, y que se rigen por las normas, costumbres y fundamentos doctrinarios del derecho internacional. En puridad, expresan un acuer-do de voluntades entre sujetos de derecho internacional, es decir, entre Estados, organizaciones internacionales, o entre estos y aquellos.

    Como puede colegirse, implican un conjunto de reglas de comportamiento a futuro concertados por los sujetos de derecho internacional pblico. Son, por exce-lencia, la manifestacin ms objetiva de la vida de relacin de los miembros de la comunidad internacional.

    Los tratados reciben diversas denominaciones, establecidas en funcin de sus diferencias formales; a saber: convenios o acuerdos, protocolos, modus vivendi,

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    CaptuLo I

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    actas, concordatos, compromisos, arreglos, cartas constitutivas, declaraciones, pac-tos, canje de notas, etc.

    El tratado como forma normativa en el derecho interno tiene algunas caractersticas especiales que lo diferencian de las otras fuentes normativas. Ello porque, por un lado, los rganos de produccin de dicha fuente (esto es, los Estados y los organismos inter-nacionales que celebran el tratado), desarrollan su actividad productora en el mbito del derecho internacional, y por otro, porque su modo de produccin (por ejemplo las reglas de la Convencin de Viena sobre el Derecho de los Tratados negociacin, apro-bacin y ratificacin) se rige por el derecho internacional pblico.

    Los artculos 56 y 57 de la Constitucin distinguen internamente a los tratados celebrados por el Estado peruano de la manera siguiente:

    a) Tratados con habilitacin legislativa: Su contenido afecta disposiciones consti-tucionales; por ende, deben ser aprobados por el mismo procedimiento que rige la reforma de la Constitucin, antes de ser ratificados por el Presidente de la Repblica.

    b) Tratados ordinarios: Son los que especficamente versan sobre derechos hu-manos; soberana, dominio o integridad del Estado; defensa nacional u obligaciones financieras del Estado. Igualmente, se encuentran comprendidas bajo dicha denomi-nacin aquellos tratados que crean, modifican o suprimen tributos; los que exigen modificacin o derogacin de alguna ley y los que requieren medidas legislativas para su ejecucin.

    Estos tratados deben ser necesariamente aprobados por el Congreso antes de su ratificacin por el Presidente de la Repblica.

    c) Convenios internacionales ejecutivos: Son aquellos que el Presidente de la Rep-blica puede elaborar o ratificar o adherir sin el requisito de la aprobacin previa del Con-greso, puesto que se refieren a materias no contempladas para los tratados ordinarios.

    La Constitucin seala que, efectuado el acto de celebracin, ratificacin o ad-hesin presidencial, se debe dar cuenta al Congreso.

    A diferencia de las dems formas normativas que se producen en el mbito del derecho interno peruano, los tratados son fuente normativa, no porque se produz-can internamente, sino porque la Constitucin as lo dispone. Para ello, la Constitu-cin, a diferencia de las otras formas normativas, prev la tcnica de la recepcin o integracin de los tratados en el derecho interno peruano. As, el artculo 55 de la Constitucin dispone:

    Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional.

    Es la propia Constitucin, entonces, la que establece que los tratados internacio-nales son fuente de derecho en el ordenamiento jurdico peruano. Por mandato de la disposicin constitucional citada se produce una integracin o recepcin normativa del tratado.

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    CaptuLo I

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    Adicionalmente cabe sealar que, si bien el artculo 55 de la Constitucin es una regla general para todos los tratados, ella misma establece una regla especial para los tratados de derechos humanos en el sistema de fuentes. En efecto, la Cuarta Disposicin Final y Transitoria de la Constitucin establece:

    Las normas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitucin reco-noce se interpretan de conformidad con la Declaracin Universal de los Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por el Per.

    Como puede apreciarse, nuestro sistema de fuentes normativas reconoce que los tratados de derechos humanos sirven para interpretar los derechos y libertades reconocidos por la Constitucin. Por tanto, tales tratados constituyen parmetro de constitucionalidad en materia de derechos y libertades. Estos tratados no solo son incorporados a nuestro derecho nacional conforme al artculo 55 de la Constitu-cinsino que, adems, por mandato de ella misma, son incorporados a travs de la integracin o recepcin interpretativa.

    4. Reglamento del Congreso

    El artculo 94 de la Constitucin dispone que:

    El Congreso elabora y aprueba su Reglamento, que tiene fuerza de ley (...).

    Sobre ello el Tribunal Constitucional ha establecido que:

    (...) tal como lo establece expresamente el inciso 4) del artculo 200 de la Cons-titucin, este Colegiado es competente para controlar la constitucionalidad del Re-glamento del Congreso. En efecto, toda diferencia doctrinaria que pudiera existir respecto al lugar que ocupa el Reglamento del Congreso en el sistema de fuentes del derecho, no tiene lugar en el ordenamiento jurdico peruano, ya que la propia Carta Fundamental, en la disposicin recin citada, ha establecido que dicha norma tiene rango de ley. Se trata, pues, de una fuente primaria del derecho y, como tal, slo se somete a la Constitucin.

    En igual sentido se manifest respecto al Reglamento del Congreso, que este no slo tiene fuerza de ley, sino tambin naturaleza de ley orgnica. Ms precisa-mente:

    (...) la estructura y funcionamiento de los Poderes del Estado gozan de reser-va de ley orgnica de acuerdo a los siguientes criterios. En el caso del Congreso de la Repblica, prima facie, debe considerarse que, conforme al artculo 94. de la Constitucin, el Congreso de la Repblica se regula por su reglamento, que tiene fuerza de ley, constituyendo este hecho una excepcin a la regla de que, en principio, los Poderes del Estado se regulan por ley orgnica. Sin embargo, es pacfico asumir que dicho reglamento goza de naturaleza equivalente a la ley orgnica.

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    CaptuLo I

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    5. Decretos Legislativos

    Esta forma normativa de fuente con rango de ley est prevista en el artculo 104 de la Constitucin, que establece:

    El Congreso puede delegar en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar, mediante decretos legislativos, sobre la materia especfica y por el plazo determinado estable-cidos en la ley autoritativa.

    No pueden delegarse las materias que son indelegables a la Comisin Perma-nente.

    Los decretos legislativos estn sometidos, en cuanto a su promulgacin, publica-cin, vigencia y efectos, a las mismas normas que rigen para la ley.

    El Presidente de la Repblica da cuenta al Congreso o a la Comisin Permanente de cada decreto legislativo.

    El decreto legislativo tiene al Poder Ejecutivo como rgano productor. Sin embargo, el Congreso de la Repblica tambin tiene una intervencin indi-recta, toda vez que fija la materia y el plazo de la delegacin. Como ya se precis anteriormente, los artculos 104 y 101, inciso 4, de la Constitucin establecen que el Congreso de la Repblica no puede delegar al Poder Eje-cutivo las materias relativas a reforma constitucional, aprobacin de tratados internacionales, leyes orgnicas, Ley de Presupuesto y Ley de la Cuenta Ge-neral de la Repblica.

    Por ello, la regulacin a travs de este tipo normativo, el decreto legislativo, est limitada directamente por la Constitucin y tambin por la ley autoritativa. Poda darse el caso de que el Congreso de la Repblica delegue una materia prohibida, con lo cual no slo ser inconstitucional la ley autoritativa, sino tambin el decreto legislativo que regula la materia en cuestin. De otro lado, tambin puede darse el caso de que la ley autoritativa delegue una materia permitida por la Constitucin y, sin embargo, el decreto legislativo se exceda en la materia delegada, con lo cual, en este caso tambin se configurar un supuesto de inconstitucionalidad por vulneracin del artculo 104 de la Cons-titucin.

    6. Decretos de urgencia

    Respecto de esta fuente normativa, el inciso 19 del artculo 118 de la Constitu-cin establece que corresponde al Presidente de la Repblica:

    Dictar medidas extraordinarias, mediante decretos de urgencia con fuerza de ley, en materia econmica y financiera, cuando as lo requiere el inters nacional con cargo de dar cuenta al Congreso. El Congreso puede modificar o derogar los referidos decretos de urgencia.

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    CaptuLo I

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    Al respecto, el Tribunal Constitucional se ha referido a los requisitos formales y materiales para la expedicin de los Decretos de Urgencia, estableciendo que:

    En el caso de los decretos de urgencia, los requisitos formales son tanto previos como posteriores a su promulgacin. As, el requisito ex ante est constituido por el refrendo del Presidente del Consejo de Ministros (inciso 3 del artculo 123 de la Constitucin), mientras que el requisito ex post lo constituye la obligacin del Ejecutivo de dar cuenta al Congreso de la Repblica, de acuerdo con lo previsto por el inciso 19) del artculo 118 de la Constitucin, en concordancia con el proce-dimiento contralor a cargo del Parlamento, contemplado en la norma de desarrollo constitucional contenida en el artculo 91 del Reglamento del Congreso.

    Respecto a los requisitos materiales para la produccin, deben tenerse en cuenta los siguientes:

    (...) la legitimidad de los decretos de urgencia debe ser determinada sobre la base de la evaluacin de criterios endgenos y exgenos a la norma, es decir, del anlisis de la materia que regula y de las circunstancias externas que justifiquen su dictado. En cuanto al primer tpico, el propio inciso 19 del artculo 118 de la Constitucin establece que los decretos de urgencia deben versar sobre materia econmica y financiera.

    Este requisito, interpretado bajo el umbral del principio de separacin de pode-res, exige que dicha materia sea el contenido y no el continente de la disposicin, pues, en sentido estricto, pocas son las cuestiones que, en ltima instancia, no sean reconducibles hacia el factor econmico, quedando, en todo caso, proscrita, por imperativo del propio parmetro de control constitucional, la materia tributaria (p-rrafo tercero del artculo 74 de la Constitucin). Empero, escapara a los criterios de razonabilidad exigir que el tenor econmico sea tanto el medio como el fin de la norma, pues en el comn de los casos la adopcin de medidas econmicas no es sino la va que auspicia la consecucin de metas de otra ndole, fundamentalmente sociales.

    Si bien es cierto que los requisitos formales y materiales son indispensables para la produccin de los decretos de urgencia, no lo es menos que, como se seal en el caso citado, el Tribunal Constitucional ha reconocido las existencia de determinados criterios para evaluar, caso por caso, si las circunstancias fcticas que sirvieron de justificacin para la expedicin del decreto de urgencia respondan a las exigencias previstas por el inciso 19 del artculo 118 de la Constitucin y por el inciso c) del artculo 91 del Reglamento del Congreso. Tales criterios son:

    a) Excepcionalidad: La norma debe estar orientada a revertir situaciones ex-traordinarias e imprevisibles, condiciones que deben ser evaluadas en atencin al caso concreto y cuya existencia, desde luego, no depende de la voluntad de la norma misma, sino de datos fcticos previos a su promulgacin y objetivamente

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    identificables. Ello sin perjuicio de reconocer, tal como lo hiciera el Tribunal Cons-titucional espaol -criterio que este Colegiado sustancialmente comparte- que en principio y con el razonable margen de discrecionalidad, es competencia de los rganos polticos determinar cundo la situacin, por consideraciones de extraor-dinaria y urgente necesidad, requiere el establecimiento de una norma (STC N. 29/1982, F.J. N. 3).

    b) Necesidad: Las circunstancias, adems, debern ser de naturaleza tal que el tiempo que demande la aplicacin del procedimiento parlamentario para la expedi-cin de leyes (iniciativa, debate, aprobacin y sancin), pudiera impedir la preven-cin de daos o, en su caso, que los mismos devengan en irreparables.

    c) Transitoriedad: Las medidas extraordinarias aplicadas no deben mantener vigencia por un tiempo mayor al estrictamente necesario para revertir la coyuntura adversa.

    d) Generalidad: El principio de generalidad de las leyes que, conforme se ha te-nido oportunidad de precisar en el Caso Colegio de Notarios de Lima (Exps. Acums. Nros. 0001-2003-AI/TC y 0003-2003-AI/TC, F.J. N. 6 y ss.), puede admitir excep-ciones, alcanza especial relevancia en el caso de los decretos de urgencia, pues tal como lo prescribe el inciso 19) del artculo 118 de la Constitucin, debe ser el inters nacional el que justifique la aplicacin de la medida concreta. Ello quiere decir que los beneficios que depare la aplicacin de la medida no pueden circuns-cribir sus efectos en intereses determinados, sino por el contrario, deben alcanzar a toda la comunidad.

    Finalmente, el artculo 74 de la Constitucin dispone que los decretos de urgen-cia no pueden contener materia tributaria. Debe tenerse presente que, conforme al artculo 135 de la Constitucin, esta forma normativa con rango de ley ser la que el Poder Ejecutivo use para legislar en el interregno parlamentario, y de ella dar cuenta a la Comisin Permanente para que la examine y la eleve al Congreso, una vez que ste se instale.

    7. Las ordenanzas regionales

    El artculo 191 de la Constitucin dispone que los gobiernos regionales tienen autonoma poltica. El inciso 6 del artculo 192 de la Constitucin establece que los gobiernos regionales son competentes para dictar normas inherentes a la gestin regional. A su turno, el inciso 4 del artculo 200 de la Norma Suprema confiere rango de ley a las normas regionales de carcter general.

    Por tanto, sobre la base de su autonoma poltica, los gobiernos regionales se constituyen en los rganos productores de normas regionales de carcter general con rango de ley, las cuales en nuestro sistema de fuentes se denominan ordenanzas regionales, conforme al artculo 37 de la Ley N 27867, Ley Orgnica de Regiones. Al respecto, el artculo 38 de la misma ley seala que:

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    Las Ordenanzas Regionales norman asuntos de carcter general, la organizacin y la administracin del Gobierno Regional y reglamentan materias de su competencia.

    Con relacin a los gobiernos regionales como rganos productores de normas con rango de ley, este Colegiado ha referido que:

    La creacin de gobiernos regionales con competencias normativas compor-ta la introduccin de tantos subsistemas normativos como gobiernos regionales existan al interior del ordenamiento jurdico peruano. Tal derecho regional, sin embargo, tiene un mbito de vigencia y aplicacin delimitado territorialmente a la circunscripcin de cada gobierno regional, adems de encontrarse sometido a la Constitucin y a las leyes de desarrollo constitucional, particularmente, a la LBD y a la LOGR.

    Establecindose adicionalmente que:

    Dado que las ordenanzas regionales son normas con rango de ley (artculo 200 4 de la Constitucin), no se encuentran jerrquicamente subordinadas a las leyes nacionales del Estado, por lo que para explicar su relacin con stas no hay que acudir al principio de jerarqua, sino al principio de competencia, pues tienen un mbito normativo competencial distinto. Lo cual no significa que ste pueda ser des-integrado, ni mucho menos, contrapuesto. De hecho segn se ha podido referir, y respecto de lo cual a continuacin se profundizar, en tanto existen leyes a las que la Constitucin ha delegado la determinacin de las competencias o lmites de las competencias de los distintos rganos constitucionales, los gobiernos regionales no pueden expedir ordenanzas que resulten contrarias a ellas, so pena de incurrir en un vicio de inconstitucionalidad indirecta.

    Por ltimo, en referencia a su validez, se ha precisado lo siguiente:

    En tal sentido, la validez de las ordenanzas regionales se encuentra sujeta al respeto del marco normativo establecido tanto en la LBD como la LOGR, por lo que forman parte del parmetro de control en la presente causa.

    8. Las ordenanzas municipales

    El artculo 194 de la Constitucin dispone que las municipalidades provinciales y distritales son los rganos de gobierno local y tienen autonoma poltica. A su turno, el inciso 4 del artculo 200 de la Constitucin confiere rango de ley a las ordenanzas municipales. Consecuentemente, la facultad normativa de las municipa-lidades que se deriva de la autonoma poltica tambin las convierte en rganos pro-ductores de normas generales en el mbito de sus competencias. La ley N 27972, Orgnica de Municipalidades, dispone en su artculo 40 que:

    Las ordenanzas de las municipalidades provinciales y distritales, en la materia de su competencia, son las normas de carcter general de mayor jerarqua en la estructu-ra normativa municipal, por medio de las cuales se aprueba la organizacin interna, la

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    regulacin, administracin y supervisin de los servicios pblicos y las materias en las que la municipalidad tiene competencia normativa.

    Mediante ordenanzas se crean, modifican, suprimen o exoneran, los arbitrios, ta-sas, licencias, derechos y contribuciones, dentro de los lmites establecidos por ley.

    Las ordenanzas en materia tributaria expedidas por las municipalidades distrita-les deben ser ratificadas por las municipalidades provinciales de su circunscripcin para su vigencia.

    En este sentido, el Tribunal Constitucional ha establecido que:

    La fuerza o el valor de ley de estas normas se determina por el rango de ley que la propia Constitucin les otorga artculo 200, inciso 4 de la Constitucin. Se trata, por tanto, de normas que, aun cuando no provengan de una fuente formal como la parlamentaria, son equivalentes a las emitidas por ella y, como tales, se dife-rencian por el principio de competencia y no por el de jerarqua normativa. De este modo, la ordenanza, en tanto ley municipal, constituye un instrumento importante a travs del cual las municipalidades pueden ejercer y manifestar su autonoma.

    B) Fuentes normativas con rango distinto a la ley

    El inciso 8 del artculo 118 de la Constitucin dispone que corresponde al Presidente de la Repblica:

    Ejercer la potestad de reglamentar las leyes sin transgredirlas ni desnaturalizarlas; y, dentro de tales lmites dictar decretos y resoluciones.

    Conforme a la norma citada, el Presidente de la Repblica es el rgano constitu-cional encargado de producir los reglamentos, decretos y resoluciones. Sin embar-go, para ejercer esta atribucin requiere de la intervencin de sus ministros, toda vez que, conforme al artculo 120 de la Constitucin, son nulos los actos del Presidente de la Repblica que carecen de refrendacin ministerial. Por tanto, la competencia para producir reglamentos de las leyes, decretos y resoluciones corresponde al Po-der Ejecutivo, que en nuestro ordenamiento jurdico lo conforman el Presidente de la Repblica y el Consejo de Ministros.

    Por otro lado, dicha disposicin constitucional establece los lmites a la potes-tad reglamentaria del Poder Ejecutivo, consistentes en que la fuente normativa de-nominada reglamento no debe transgredir ni desnaturalizar las leyes que pretende reglamentar. Estos mismos lmites, conforme al mandato constitucional, delimitan la expedicin de los decretos y resoluciones.

    Ahora bien, es necesario considerar que en nuestro modelo constitucional algu-nos rganos constitucionales tambin expiden reglamentos, y si bien, en rigor no son aquellos a los que alude el inciso 8 del artculo 118 de la Constitucin, es evidente que tales reglamentos tambin constituyen fuente normativa porque desarrollan di-versos mbitos de sus leyes orgnicas o leyes de creacin.

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    CaptuLo I

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    La jurisprudencia

    La Constitucin configura dos rganos jurisdiccionales, que si bien tienen com-petencias y mbitos propios de actuacin por mandato de la propia norma suprema, cumplen un rol decisivo en un Estado democrtico, que consiste bsicamente en solucionar por la va pacfica los conflictos jurdicos que se susciten entre los par-ticulares y entre stos y el Estado. En efecto, en nuestra poca es pacfico sostener que un sistema jurdico que no cuente con las garantas jurisdiccionales necesarias para restablecer su vigencia cuando haya sido vulnerado, sencillamente carece de eficacia.

    En ese contexto, cabe sealar que dicha tarea est encomendada fundamen-talmente al Poder Judicial, al Tribunal Constitucional y, con sus particularidades, al Jurado Nacional de Elecciones en materia electoral. As, el artculo 138 de la Cons-titucin dispone:

    La potestad de administrar justicia emana del pueblo y se ejerce por el Poder Judi-cial a travs de sus rganos jerrquicos con arreglo a la Constitucin y a las leyes.

    Al respecto, este Colegiado ha afirmado que:

    Est fuera de duda que el Poder Judicial es el rgano estatal que tiene como principales funciones resolver los conflictos, ser el primer garante de los derechos fundamentales (...) canalizando las demandas sociales de justicia y evitando que stas se ejerzan fuera del marco legal vigente.

    Similar funcin, regida fundamentalmente por los principios de supremaca de la Constitucin y defensa de los derechos constitucionales, le compete al Tribunal Constitucional. En ese sentido, el artculo 201 de la Constitucin esta-blece que:

    El Tribunal Constitucional es el rgano de control de la Constitucin. Es autno-mo e independiente.

    En efecto, el Tribunal Constitucional es el rgano de control de la Constitu-cin, no es uno ms y esa es su principal funcin. Es autnomo e independiente y slo est limitado por la Constitucin, de la cual es su custodio y garante, porque as lo decidi el Poder Constituyente que le encomend tal tarea. Por tanto, si bien como rgano constitucional no es superior a los Poderes del Estado ni a otros rganos constitucionales, tampoco est subordinado a ninguno de ellos, pues es autnomo e independiente, y sus relaciones se dan en un marco de equivalencia e igualdad, de lealtad a la Constitucin, de firme defensa de la democracia y de equilibrio. En efecto, en nuestra poca el equilibrio no es solo entre poderes del Estado, puesto que las Constituciones modernas han creado rganos consti-tucionales autnomos que antes no existan. Tal principio tambin debe regir las relaciones entre los poderes del Estado y los rganos constitucionales y de estos ltimos entre s.

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    Sin embargo, con igual nfasis debe tenerse presente que en el mbito de las competencias y funciones que el Poder Constituyente le encomend s ocupa un lugar privilegiado. En efecto, as como el Congreso de la Repblica cuando ejerce su funcin legislativa o la funcin contralora del Poder Ejecutivo, tiene primaca sobre los otros poderes u rganos constitucionales, de igual manera slo el Tribunal Constitucional, en sede jurisdiccional, declara la constitucionalidad o inconstitucio-nalidad de las normas con rango de ley con efectos generales para todos, conforme al artculo 204 de la Constitucin, y resuelve los casos relativos a derechos cons-titucionales, confirindole el sistema jurdico una primaca a travs del precedente de la jurisdiccin constitucional. De ah que en el mbito de sus competencias, el Tribunal Constitucional es un primus inter pares en relacin a los Poderes del Estado y los dems rganos constitucionales.

    En ese sentido, es claro que para la Constitucin tanto el Poder Judicial como el Tribunal Constitucional son rganos constitucionales productores de la fuente de derecho denominada jurisprudencia. Respecto de esta ltima se ha sostenido que:

    Jurisprudencia es la interpretacin judicial del derecho efectuada por los ms altos tribunales en relacin con los asuntos que a ellos corresponde, en un determinado contexto histrico, que tiene la virtualidad de vincular al tribunal que los efectu y a los jerrquicamente inferiores, cuando se discutan casos fctica y jurdicamente anlogos, siempre que tal interpretacin sea jurdica-mente correcta (...).

    Consecuentemente, en nuestro sistema jurdico la jurisprudencia tambin es fuente de derecho para la solucin de los casos concretos, obviamente dentro del marco de la Constitucin y de la normatividad vigente.

    Esta afirmacin se confirma cuando la propia Constitucin, en el inciso 8 del artculo 139, reconoce el principio de no dejar de administrar justicia por vaco o deficiencia de la ley. No requiere de una disposicin normativa expresa toda vez que dicha fuente deriva directamente de la funcin inherente a los rganos jurisdic-cionales que la Constitucin configura. En efecto, es inherente a la funcin jurisdic-cional la creacin de derecho a travs de la jurisprudencia. Por ejemplo, para el caso de la jurisprudencia constitucional, este colegiado ha establecido que:

    La nocin jurisprudencia constitucional se refiere al conjunto de decisiones o fallos constitucionales emanados del Tribunal Constitucional, expedidos a efectos de defender la superlegalidad, jerarqua, contenido y cabal cumplimiento de las normas pertenecientes al bloque de constitucionalidad.

    En ese orden de ideas, el precedente constitucional vinculante es aquella regla jurdica expuesta en un caso particular y concreto que el Tribunal Constitucional decide establecer como regla general; y, que, por ende, deviene en parmetro nor-mativo para la resolucin de futuros procesos de naturaleza homloga.

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    CaptuLo I

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    El precedente constitucional tiene por su condicin de tal efectos similares a una ley. Es decir, la regla general externalizada como precedente a partir de un caso concreto se convierte en una regla preceptiva comn que alcanzar a todos los justi-ciables y que es oponible frente a los poderes pblicos.

    En puridad, la fijacin de un precedente constitucional significa que ante la existencia de una sentencia con unos especficos fundamentos o argumentos y una decisin en un determinado sentido, ser obligatorio resolver los futuros casos seme-jantes segn los trminos de dicha sentencia.

    En ese sentido, debe enfatizarse que del artculo 103 de la Constitucin se deri-va que las sentencias de inconstitucionalidad expedidas por el Tribunal Constitucio-nal tienen rango de ley.

    Precisamente, si bien la labor de interpretacin jurdica tiene diversos intr-pretes, que en el mbito jurisdiccional es donde dicha actividad despliega todos sus efectos vinculantes. En efecto, si no fuera as, cul sera la diferencia entre la interpretacin jurdica de un particular y la de un juez? la labor interpretativa para resolver controversias constitucionales en el mbito de la jurisdiccin constitucio-nal tiene en el Tribunal Constitucional a un intrprete privilegiado, puesto que tal condicin deriva directamente de la Constitucin. Al respecto, este Colegiado ha expresado:

    En tal sentido, si bien reconocemos la pluralidad de intrpretes jurdicos con re-lacin a la Constitucin, tambin reafirmamos el lugar privilegiado que ocupa el Tri-bunal Constitucional para efectuar una interpretacin de la Constitucin con carcter jurisdiccional y, sobre todo, vinculante para los poderes del Estado, rganos constitu-cionales, entidades pblicas, privadas y para los ciudadanos.

    Queda claro entonces que la jurisprudencia es una fuente de derecho que tam-bin tiene un fundamento constitucional a travs de los rganos jurisdiccionales que la producen. Asimismo, que la labor interpretativa que realizan todos los jueces, inherente a tal funcin, es la razn de ser de la actividad jurisdiccional, en sede constitucional u ordinaria, y que tiene su fundamento en el principio de independen-cia consagrado por la Constitucin en sus artculos 139, inciso 2 (Poder Judicial) y 201 (Tribunal Constitucional). Sin la interpretacin la actividad de los jueces estara condenada al fracaso, pues la Constitucin y la ley no pueden prever todos los casos posibles que presenta la realidad segn cada poca.

    En los ltimos tiempos el Tribunal Constitucional ha tenido que resolver casos y problemas constitucionales (por ejemplo, en materia de inconstitucionalidades de normas con rango de ley), conforme a la Constitucin. As, a solicitud de miles de ciudadanos, de congresistas, del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial, de diversos r-ganos constitucionales como la Defensora del Pueblo y el Ministerio Pblico entre otros, de colegios profesionales, gobiernos regionales y gobiernos municipales, este Colegiado se ve obligado a buscar, bajo el marco constitucional vigente, soluciones

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    jurdicas que en muchos casos requieren de una interpretacin de las normas con rango de ley conforme a la Constitucin.

    En tal sentido, de las 203 demandas de inconstitucionalidad planteadas ante este Tribunal, slo 12, es decir el 5.94%, han utilizado la tcnica de las sentencias inter-pretativas o manipulativas, que todos los Tribunales Constitucionales en el mundo aplican, precisamente para dar soluciones justas, equilibradas y ponderadas a los problemas constitucionales que requieren una solucin a solicitud de la ciudada-na, de los poderes del Estado, de los rganos constitucionales autnomos y de los gobiernos regionales y municipales. Igualmente y con base en el principio de independencia funcional que la Constitucin le reconoce al Tribunal Constitucional, en slo 16 casos, incluyendo algunos de los 12 mencionados, se han formulado ex-hortaciones que se justifican plenamente, porque, qu sentido tiene que un rgano constitucional detecte un fallo, un vaco o deficiencia normativa y no los ponga en conocimiento del rgano competente para que los resuelva?

    De ah que todo acto de los poderes pblicos u rganos constitucionales que pretenda restringir dicha funcin interpretativa no slo es uno que priva a los rga-nos jurisdiccionales de su funcin, sino que es inconstitucional. Es como si se esta-bleciera que el Congreso no legisle, a pesar de que en base al principio de soberana poltica tiene un amplio margen de configuracin poltica de la ley, pero siempre dentro del parmetro de la Constitucin. No puede existir un rgano jurisdiccional limitado en la funcin interpretativa inherente a todo rganos jurisdiccional, a me-nos que esa restriccin derive directamente de la Constitucin. Hacerlo es vulnerar el equilibrio entre los poderes del Estado y los rganos constitucionales y, con ello, el sistema democrtico. Pretender limitar las funciones inherentes del Tribunal Cons-titucional sera como condenarlo a la inaccin por cumplir su deber.

    La costumbre

    Esta nocin alude al conjunto de prcticas polticas jurdicas espontneas que han alcanzado uso generalizado y conciencia de obligatoriedad en el seno de una comunidad poltica.

    Conviene enfatizar que la costumbre constitucional tiene una significacin de mayor envergadura que las prcticas juridizadas en el resto de las disciplinas ju-rdicas. Ello se explica porque la organizacin y funcionamiento del Estado es tal complejidad que se hace imposible que pueda ser total y exclusivamente regulada por la legislacin.

    Conforme al artculo 139 inciso 8 de la Constitucin, un principio de la funcin jurisdiccional es el de no dejar de administrar justicia por vaco o deficiencia de la ley, debiendo en tal caso aplicarse el derecho consuetudinario.

    Respecto del derecho consuetudinario la doctrina apunta que:

    Hay (...) una segunda categora de normas que se expresan siempre como prcti-

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    cas sociales y nunca en forma de enunciados lingsticos escritos y publicados; son, en consecuencia, normas eficaces por definicin, y en ese sentido existentes; tambin pueden gozar de validez cuando renan determinadas condiciones exigidas por el sistema jurdico, pero no ha de ser necesariamente as. Esto significa que determinadas prcticas o usos sociales; en suma que determinados hechos son susceptibles de crear normas, de generar obligaciones (cuando menos, de exteriorizarlas), de manera que quien se aparte de los mismos puede padecer una consecuencia anloga a la que su-frira quien desconoce el mandato contenido en una prescripcin legal; tales prcticas o usos reciben el nombre de costumbre o, mejor, de Derecho consuetudinario.

    Los elementos que constituyen la costumbre son:

    a) Elemento material. Hace referencia a la prctica reiterada y constante, es decir, alude a la duracin y reiteracin de conductas en el tiempo (consuetudo inveterate).

    b) Elemento espiritual. Hace referencia a la existencia de una conciencia social acerca de la obligatoriedad de una prctica reiterada y constante; es decir, alude a la conviccin generalizada respecto de la exigibilidad jurdica de dicha conducta (opinio iuris necesitatis).

    Precisamente, gracias a la actividad interpretativa que desarrollan los rganos ju-risdiccionales se han podido resolver importantes casos para la vida de la nacin. A modo de ejemplo, y no nico, debe mencionarse el caso planteado por un grupo de congresistas contra la letra del himno nacional. A fin de poder adoptar una solucin justa, ponderada y equilibrada, este Colegiado, recogiendo las tesis de los deman-dantes y demandados, recurri a la costumbre como fuente de derecho y gracias a ella arrib a una solucin equilibrada. As, se dijo que:

    Declarar que corresponde al Congreso de la Repblica determinar la o las es-trofas del Himno Nacional del Per que deben ser tocadas y entonadas en los actos oficiales y pblicos. En tanto ello no se produzca mantiene su fuerza normativa la costumbre imperante.

    Los principios generales del derecho

    Esta nocin alude a la pluralidad de postulados o proporciones con sentido y proyeccin normativa o deontolgica que, por tales, constituyen parte de ncleo central el sistema jurdico. Insertados de manera expresa o tcita dentro de aqul, estn destinados a asegurar la verificacin preceptiva de los valores o postula-dos tico-polticos, as como las proporciones de carcter tcnico-jurdico.

    Conforme al artculo 139, inciso 8 de la Constitucin, un principio de la funcin jurisdiccional es el de no dejar de administrar justicia por vaco o deficiencia de la ley, debiendo, en tal caso, aplicarse los principios generales del derecho.

    Conviene tener presente algunas aproximaciones generales. Reale ha menciona-do que los principios generales del derecho corresponden a los principios monova-lentes, es decir, que solo valen en el mbito de determinada ciencia.

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    Por ende,

    (...) son conceptos bsicos que presentan diversa gradacin y diversa extensin, pues los hay que cubren todo el campo de la experiencia jurdica universal, mien-tras que otros se refieren a los ordenamientos jurdicos pertenecientes a una misma familia cultural, y otros son propios y especficos del Derecho patrio.

    (...) el ordenamiento jurdico nacional se distribuye en niveles o estratos norma-tivos o sistemas de modelos jurdicos diversos y que corresponde a las diferentes regiones o esferas de la realidad social. Cada regin jurdica presupone, a su vez, directrices y conceptos bsicos que aseguran la unidad lgica de los institutos y figuras que la componen.

    Reale recomienda estudiar los principios generales segn la rama jurdica de que se trate. Por ejemplo a nivel de la doctrina nacional expresa que:

    (...) los principios generales del Derecho existen en diversos niveles del Derecho y que todos pueden ser utilizados para fines de integracin jurdica.

    As, el artculo VIII del Ttulo Preliminar del Cdigo Civil establece:

    Los jueces no pueden dejar de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley. En tales casos, deben aplicar los principios generales del derecho y, preferen-temente, los que inspiran el derecho peruano.

    Los principios generales, en relacin a las normas y a los valores, han adquirido gran importancia para la interpretacin jurdica, adems de su indispensable apli-cacin para fines de integracin jurdica. En ese contexto, un sector importante de la doctrina considera que los principios generales tambin pueden ser considerados como normas, aun cuando en algunos casos los principios no sean expresos. Hay casos en que los principios adoptan expresamente la estructura jurdica de normas; por ejemplo, cuando el principio es incorporado a la disposicin o texto normativo. En esa lnea se ha sostenido que los principios son una clase de norma. En cuanto a esta postura Bobbio precisa que:

    En mi opinin, los principios generales no son sino normas fundamentales o genera-lsimas del sistema, las normas ms generales. El nombre de principios llama a engao, tanto que es una vieja discusin entre los juristas si los principios generales son normas. Para m es indudable que los principios generales son normas como todas las otras... Dos son los argumentos para sostener que los principios generales son normas, y ambos son vlidos: de acuerdo con el primero de ellos, si son normas aquellas que se deducen de los principios generales por medio de un procedimiento de generalizacin sucesiva, no se ve por qu estos no deban ser normas tambin... En segundo lugar, la funcin para la cual se deducen y se adoptan es la misma que se lleva a cabo para todas las normas, o sea la funcin de regular un caso. Con qu fin se deducen en caso de laguna? Es claro que para regular un comportamiento no regulado, pero, entonces sirven para el mismo fin que las normas expresas? Y, por qu no deberan ser normas?

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    En este hilo argumental, especial mencin merecen los principios constitucio-nales. Sobre ellos se ha dicho que son instituciones con proyeccin normativa de los cuales se extraen reglas jurdicas y que han de deducirse de las reglas consti-tucionales. Freixes y Remotti sealan que los principios constitucionales tienen las siguientes caractersticas estructurales:

    Son normas inferidas de una interpretacin operativa sobre las reglas constitu-cionales.

    Constituyen proyecciones normativas a partir de elementos reglados.

    Contienen grmenes de reglas indeterminadas, pero predictibles.

    Sus elementos estructurales son permanentes.

    Entre los principios no existe relacin jerrquica a nivel estructural.

    Los mismos autores sostienen que los principios constitucionales, en cuanto ins-tituciones jurdicas con proyeccin normativa, cumplen una funcin informadora de todo el ordenamiento jurdico. Dicha funcin se concreta en que:

    Tienen eficacia directa.

    Permiten extraer reglas aplicables al caso concreto.

    Su funcin positiva consiste en informar el ordenamiento.

    La funcin negativa comporta que tengan fuerza derogatoria.

    Su interpretacin debe realizarse en forma complementaria e indisociable.

    Facilitan, a partir de su trasmutacin en reglas, la posibilidad operativa de una pluralidad de opciones cuya eleccin concreta corresponde a criterios de pol-tica legislativa.

    Asimismo, en el plano de la teora del derecho y de la dogmtica constitucional, se ha precisado que:

    (...) los principios son normas, y los principios jurdicos son normas jurdicas: en palabras del Tribunal Constitucional, all donde la oposicin entre leyes anteriores y los princpios generales plasmados en la Constitucin sea irreductible, tales princi-pios, en cuanto forman parte de la Constitucin, participan de la fuerza derogatoria de la misma, como no puede ser de otro modo(STC 4/1981, de 2 de febrero).

    El contrato (la autonoma de la voluntad)

    La autonoma de la voluntad se refiere a la capacidad residual que permite a las personas regular sus intereses y relaciones coexistenciales de conformidad con su propia voluntad. Es la expresin de la volicin, tendente a la creacin de una norma jurdica con inters particular.

    El contrato, al expresar la autonoma de la voluntad como fuente de derecho tiene

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    CaptuLo I

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    su fundamento en las siguientes disposiciones constitucionales. El inciso 14 del art-culo 2 de la Constitucin prescribe que toda persona tiene derecho:

    A contratar con fines lcitos, siempre que no se contravengan leyes de orden pblico.

    A su turno, el artculo 62 de la Constitucin establece que:

    La libertad de contratar garantiza que las partes pueden pactar vlidamente se-gn las normas vigentes al tiempo del contrato. Los trminos contractuales no pue-den ser modificados por leyes u otras disposiciones de cualquier clase.

    Por su parte, el inciso 3 del artculo 28 de la Constitucin dispone que:

    La convencin colectiva tiene fuerza vinculante en el mbito de los concertado.

    Como puede inferirse, las disposiciones constitucionales citadas confirman la tesis de que el contrato tambin es una fuente de derecho que tiene reconocimiento constitucional. Al respecto, este colegiado ha sealado:

    La nocin de contrato en el marco del Estado constitucional de derecho se re-mite al principio de autonoma de la voluntad, previsto en el artculo 2, inciso 24, literal a de la Constitucin (...).

    (...) el principio de autonoma de la voluntad no debe ser entendido de manera absoluta, sino dentro de los valores y principios constitucionales (...)

    A nivel de la doctrina nacional como extranjera se ha resaltado la importancia del negocio jurdico como fuerza generadora de normas jurdicas, admitiendo que la experiencia jurdica no solamente es regida por normas legales de carcter genrico, sino tambin por normas particulares e individualizadas. Para Reale, lo que caracte-riza a la fuente negocial es la convergencia de los siguientes elementos:

    a) Manifestacin de voluntad de las personas legitimadas para hacerlo.

    b) Forma de querer que no contradiga la exigida por ley.

    c) Objeto lcito.

    d) Paridad, o al menos debida proporcin, entre los participantes de la relacin jurdica.

    La doctrina

    Esta nocin alude al conjunto de estudios, anlisis y crticas que los peritos rea-lizan con carcter cientfico, docente, etc.

    Dicha fuente se encuentra constituida por la teora cientfica y filosfica que des-cribe y explica las instituciones, categoras y conceptos disciplinarios e indaga sobre los alcances, sentidos y formas de sistematizacin jurdica, constituyndose en uno de los engranajes claves de las fuerzas directrices del ordenamiento estatal.

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    CaptuLo I

    33

    Si bien no podemos afirmar que esta fuente derive de la Constitucin, el Tribunal Constitucional y los diversos niveles jerrquicos del Poder Judicial recurren a la doc-trina, nacional y extranjera, para respaldar, ilustrar, aclarar o precisar los fundamen-tos jurdicos que respaldarn los fallos que se sustentan en la Constitucin, en las normas aplicables al caso y en la jurisprudencia. Al respecto, Rubio Correa apunta que:

    (...) la doctrina ha sido recogida y citada intensamente por el Tribunal Constitucional, lo que muestra reconocimiento de esta fuente del Derecho. El Tribunal ha aceptado aportes tanto de la doctrina nacional como de la ex-tranjera.

    Expediente N 0047-2004-AI/TC El Peruano, 13 de mayo de 2006.

    2. DERECHOS FUNDAMENTALES DEL TRABAJADOR

    Libertad de trabajo como derecho fundamental

    El inciso 15 del artculo 2 de la Constitucin Poltica del Estado seala que toda persona tiene derecho a trabajar libremente con sujecin a ley. Por este derecho se entiende el derecho que tiene todo trabajador a seguir su vocacin y a dedicarse a la actividad que mejor responda a sus expectativas, a la libre eleccin del trabajo, a la libertad para aceptar o no un trabajo y, la libertad para cambiar de empleo (definicin obtenida por el Tribunal Constitucional en el Exp.N 4058-2004-AA, 28/11/05). Siendo la libertad de trabajo un derecho fundamental cualquier violacin de la misma puede ser materia del proceso de amparo. En ese sentido, debe tenerse en cuenta que respecto a los derechos sus-ceptibles de tutela a travs del proceso de amparo se han formado tres corrientes doctrinarias: por la primera el amparo no slo protege los derechos constitucio-nales incluyendo la libertad individual, sino tambin derechos que no gozan de aquel rango pero que llegan a ser tutelados a travs de una interpretacin ex-tensiva de una norma constitucional (tesis muy amplia); por la segunda, admite el amparo en resguardo de todos los derechos reconocidos en la Constitucin con excepcin de la libertad individual (tesis amplia) y por la tercera, el amparo protege ciertos derechos reconocidos por la Constitucin- a los que se denomina derechos fundamentales-, y se caracteriza por mencionar expresamente cules son los derechos objeto de tutela (tesis intermedia). En nuestro pas se ha adop-tado por una tesis amplia en lo que respecta a la proteccin de los derechos fundamentales a travs del proceso de amparo.

    Exp. N 2007-01037-0-1201-JM-CI-2 Corte Superior de Justicia de Hunuco Sala Superior Civil El Peruano, 11 de noviembre de 2008

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    principios y Derechos Fundamentales

    CaptuLo I

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    Derecho fundamental al trabajo

    Antes el trabajo era un acto indigno, siendo recin que en la poca moderna, es que el trabajo adquiere centralidad, no slo por su importancia econmica en el mercado, sino que reconoce la dignidad de su actividad constituyendo as el trabajo un deber que todos tenemos para con nosotros mismos y la sociedad, pues no inte-resa que tan modesto sea, lo importante es que todo trabajo dignifica a la persona. 3.1.2.-El trabajo como derecho, se extiende no slo a quienes cuentan con trabajo por cuenta ajena sino tambin a quienes desarrollan trabajo por cuenta propia, y ante la vulneracin del derecho al trabajo, el afectado se encuentra habilitado para recurrir ante la autoridad competente a fin de que cese la agresin (o amenaza). 3.1.3.-El derecho al trabajo est reconocido por el artculo 22 de la Constitucin, estimando el Tribunal Constitucional, en el expediente N 1124-2001-AA/TC, caso Sindicato nico de Trabajadores de Telefnica del Per S.A. y FETRATEL, que el contenido esencial de este derecho constitucional implica dos aspectos: a) El de acceder a un puesto de trabajo, el cual supone la adopcin por parte del Estado de una poltica orientada a que la poblacin acceda a un puesto de trabajo; b) El derecho a no ser despedido sino por causa justa, el cual supone contar con trabajo por cuenta ajena. 3.1.4.- El estado no slo protege a la persona que desarrolla pres-tacin por cuenta ajena, sino tambin a las personas que desarrollan una actividad por su propia cuenta, es decir a las personas que eligen su propio trabajo, lo que implica que el trabajo dependiente as como el independiente, son objeto de tutela. Tres punto dos.-Libertad de trabajo.- El Tribunal Constitucional ha sealado que la libertad de trabajo consiste en la facultad libre de ejercer cualquier tipo de actividad productiva, sin impedimentos inconstitucionales, ilegales o irrazonables, por parte del Estado o de particulares. En cuanto expresin tpica de un derecho de libertad se proyecta como prohibicin de cualquier tipo de injerencia que limite o impida esa facultad irrestricta, consecuentemente la libertad de trabajo forma parte de la tutela del derecho al trabajo. Tres punto tres.-3.3.1.-La entidad amparista alega que pre-tender hacer efectiva la intencin de la demanda de aplicar en su momento un lan-zamiento en contra de su institucin vulnerara, el derecho de trabajo de parte del personal de su institucin incluido el derecho de los encargados del mantenimiento de las reas verdes de la universidad. 3.3.2.-De dicha alegacin, no es razonable establecer que a la entidad recurrente se le haya impuesto o restringido su derecho a trabajar libremente, previsto en el inciso 15) del artculo 2 de la Constitucin, sino por el contrario no se ha aportado evidencia razonable de la existencia y titularidad de su derecho invocado en tal extremo; ya que dichas situaciones alegadas en la demanda, en ningn caso significan afectacin del derecho al trabajo de la parte demandante, sino titularidades del derecho al trabajo de terceros, lo cual es ajeno a la relacin procesal constitucional de autos.

    Expediente N 2008-0128-0-2011-JM-CI-01El Peruano, 18 de diciembre de 2008.

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    CaptuLo I

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    Derechos laborales y orden pblico constitucional

    (...) los derechos constitucionales informan y se irradian por todos los sectores del ordenamiento jurdico -incluidos los referidos a la materia laboral-, pues ellos forman parte esencial del orden pblico constitucional.

    Expediente N 976-2001-AA/ TCEl Peruano, 13 de mayo de 2003

    2.1. Derechos especficos

    Accin persecutoria de beneficios sociales- carcter preferente

    La accin persecutoria de beneficios sociales, se enmarca necesariamente en dos presupuestos: irrenunciabilidad de los derechos de los trabajadores y su abono con carcter prioritario. La naturaleza del carcter preferente de los adeudos labo-rales, reside en el hecho que la relacin laboral genera una vinculacin de tipo per-sonal y patrimonial entre el trabajador y el empleador. La accin persecutoria tiene por finalidad apremiar los bienes del empleador o empresario deudor, pues stos son garanta de las acreencias laborales.

    De acuerdo con lo sealado el artculo 3 del D. Leg. N 856, para la viabili-zacin de la accin persecutoria, deben verificarse dos condiciones previas: que exista extincin de la relacin laboral e incumplimiento de obligaciones con los trabajadores; de verificarse estos dos supuestos previos, la conducta injustificada del empleador ser fraudulenta.

    Casacin N 747-2001. Lima El Peruano, 14 de agosto del 2001

    Contenido y alcance del artculo 27 de la Constitucin

    El artculo 27 de la Constitucin prescribe: La Ley otorga adecuada protec-cin contra el despido arbitrario. Mediante dicho precepto constitucional, no se consagra el derecho a la estabilidad laboral absoluta, es decir a no ser despedido arbitrariamente, slo se reconoce el derecho del trabajador a la proteccin adecua-da contra el mismo. Sin embargo, no se explica en qu trminos debe ser entendida esa proteccin adecuada, ya que deja a la norma de rango legal, establecer cul ser el contenido de esa proteccin, configurndose lo que se denomina un derecho constitucional de configuracin legal.

    El Tribunal Constitucional, estima que la proteccin adecuada contra el despido arbitrario previsto en el artculo 27 de la Constitucin ofrece dualmente una opcin reparadora (readmisin en el empleo) o indemnizatoria (resarcimiento por el dao causado), segn sea el caso.

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    CaptuLo I

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    Esta orientacin jurisprudencial del Tribunal Constitucional en materia laboral no conlleva a la estabilidad laboral absoluta, sino plantea el reforzamiento de los niveles de proteccin a los derechos del trabajador frente a residuales prcticas empresariales abusivas respecto al poder para extinguir unilateralmente una relacin laboral.

    Expediente N 976-2001-AA/ TC El Peruano, 13 de mayo de 2003

    Derecho a la libertad de trabajo

    El Tribunal Constitucional desarrolla el concepto del derecho a la libertad de trabajo, el cual consiste en la libre determinacin de cada persona a dedicarse a una o ms actividades, para su realizacin personal o en suma, para trabajar en lo que libremente escoja. Del mismo modo, realiza el anlisis de acuerdo con la constitucin y los tratados internacionales, con lo que concluye, que la libertad de trabajo comprende de manera enunciativa: el derecho de todo trabajador a seguir su vocacin y a dedicarse a la actividad que mejor responda a sus expectativas, la libre eleccin del trabajo, la libertad para aceptar o no un trabajo y la libertad para cambiar de empleo.

    Expediente N 661-04-AA/TC. Junn - La MercedEl Peruano, 16 de agosto de 2004

    Derecho a elegir el nivel de negociacin colectiva

    a. El contenido esencial de la negociacin colectiva en el Convenio N 98 de la OIT

    Mediante la Resolucin Legislativa N 14712 (15.11.1963) se aprob el Convenio N 98 de la OIT, cuyo artculo 4 seala que Deben adoptarse medidas adecuadas a las condiciones nacionales, cuando ello sea necesario, para estimular y fomentar entre empleadores y las organizaciones de empleadores, por una parte, y las orga-nizaciones de trabajadores, por otra, el pleno desarrollo y uso de procedimientos de negociacin voluntaria con el objeto de reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de empleo.

    En ese sentido, el artculo 4 del Convenio N 98 constituye un precepto herme-nutico fundamental al cual debe acudirse para informarse respecto del contenido esencial de la negociacin colectiva, tomando siempre en consideracin que uno de sus fines principales es mejorar las condiciones de vida y de trabajo de sus des-tinatarios.

    (Fundamento N 3)

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    CaptuLo I

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    b. El Estado fomenta la negociacin colectiva (Artculo 28 de la Constitucin de 1993) y el plus de tutela

    El artculo 28 de la Constitucin Poltica de 1993 debe interpretarse en el sen-tido que el Estado si bien debe promover las condiciones necesarias para que las partes negocien libremente ante situaciones de diferencia admisible, el Estado debe asegurar las posibilidades de desarrollo y efectividad de la negociacin colectiva, pudiendo otorgar determinado plus de tutela cuando sta sea la nica va para hacer posible la negociacin.

    (Fundamento N 3)

    c. La conceptualizacin de la nocin de igualdad

    La igualdad garantiza el ejercicio de un derecho relacional y funcional en la medida que se encuentra conectado con los restantes derechos, facultades y atribu-ciones constitucionales y legales. Es decir, opera para asegurar el goce real, efectivo y pleno de los derechos que la Constitucin y las leyes reconocen y garantizan.

    (...) La diferenciacin debe perseguir una intencionalidad legtima, determinada, concreta y especfica, cuyo fin sea la consecucin o aseguramiento de un bien o valor constitucional, o de un bien o valor constitucionalmente aceptable. Es decir, deber asentarse en una justificacin objetiva y razonable, de acuerdo con certeros juicios de valor generalmente aceptados.

    (...) la igualdad se configura como un derecho fundamental de la persona a no sufrir discriminacin jurdica alguna; esto es, a no ser tratada de manera dispar res-pecto a quien se encuentre en una misma situacin, salvo que exista una justifica-cin objetiva y razonable de esa desemejanza de trato. (...)

    (Fundamento N 3.1)

    d. El criterio de diferenciacin y el rol del Estado

    La primera condicin para que un trato desigual sea constitutivo de una diferen-ciacin admisible, es la desigualdad de los supuestos de hecho que hacen que una relacin jurdica sea de un determinado tipo y no de otro.

    Asimismo, la existencia de una diferenciacin debe perseguir una intencionali-dad legtima, determinada, concreta y especfica, debiendo asentarse en una justifi-cacin objetiva y razonable, de acuerdo con juicios de valor generalmente acepta-dos, lo que en doctrina se conoce como discriminacin inversa, en la cual se debe realizar un trato diferenciado precisamente para promover la igualdad.

    (...) Por ello, dada la situacin peculiar del sector de construccin civil con el fin de que la negociacin colectiva no se torne en inoperante es razonable y justificado que el Estado intervenga, estableciendo medidas que favorezcan una efectiva negociacin.

    (Funda,mento 3.3)

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    e. La incoherencia entre el artculo 45 y la 3ra. Disposicin Transitoria y Final de la LRCT

    La Tercera Disposicin Transitoria y Final del Decreto Ley N 25593 (02.07.92), Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo (en adelante LRCT) abordaba de modo distinto el tratamiento de las negociaciones colectivas a nivel de rama de actividad ya iniciadas, a diferencia de lo que estableca el segundo prrafo del artculo 45 de la misma ley; pues en este ltimo caso, en uno de los supuestos posibles, si se vena negociando a nivel de rama de actividad, de no existir acuerdo mutuo entre las par-tes para variar el nivel, debera mantenerse el mismo nivel de negociacin; mientras que en el primer caso, sealaba que de no existir acuerdo mutuo entre las partes para mantener o variar el nivel de negociacin en rama de actividad, sta deber realizarse a nivel de empresa.

    f. La Resolucin N 051-96-TR y su incompatibilidad con el fomento de la ne-gociacin colectiva

    La Res. N 051-96-TR establece en forma inadecuada que, en cualquier caso, de no haber acuerdo sobre el nivel a negociar, ste se realizar en el nivel de empresa y tomndose en consideracin la manifiesta incoherencia en-tre la Tercera Disposicin Transitoria y Final de la LRCT y el artculo 45 de la misma norma, la cual resulta incompatible con lo prescrito por el artculo 28 de la Constitucin Poltica del Estado y el artculo 4 del Convenio N 98 de la OIT, pues, evidentemente, no fomenta la negociacin colectiva y tampoco adeca la negociacin colectiva de los trabajadores de construccin civil con la LRCT.

    Expediente N 0261-2003-AA/TC - LimaCMARA PERUANA DE LA CONSTRUCCIN-CAPECO

    2.2. Derechos inespecficos

    Derecho a la inviolabilidad de las comunicaciones como un lmite al poder de direccin

    Si bien es cierto, la fuente o el soporte de determinadas comunicaciones y docu-mentos le pertenecen a la empresa, ello no significa que la misma pueda arrogarse en forma exclusiva y excluyente la titularidad de comunicaciones documentos pues esto dara como resultado que se afecten derechos fundamentales por mantener una relacin de trabajo. El trabajador, a pesar de estar bajo el poder de direccin del empleador, no deja de ser titular de los atributos y libertades que como persona la Constitucin, en el artculo 23, le reconoce.

    Por esta razn, para que una medida sancionadora se configure como vlida, deben respetarse las propias limitaciones establecidas por la Constitucin; as como, la presencia de mecanismos razonables que permitan sin distorsionar el contenido

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    CaptuLo I

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    de los derechos involucrados, cumplir con los objetivos laborales a los que ya se encuentran comprometidos los trabajadores y las entidades empleadoras.

    Expediente N 1058-2004-AA/TC. Lima El Peruano, 18 de agosto de 2004

    Objecin de conciencia y lmites al ius variandi

    El preferir uno de los derechos fundamentales derivado de la libertad de conciencia del trabajador y de la dignidad humana, no significa desconocer el ius variandi del empleador, sino que ste ltimo, para poder hacer prevalecer su facultad directriz, debe demostrar que existe un mnimo de razonabilidad en los fundamentos del cambio, lo cual no se deduce de la vaga mencin de razones de necesidad institucional.

    Expediente N 0895-2001-AA/TC Lambayeque El Peruano, 19 de agosto de 2001

    Debido proceso - Pruebas de oficio

    Si bien el recurso de casacin tiene como fin esencial la correcta aplicacin e inter-pretacin de las normas materiales de Derecho Laboral, Previsional y de Seguridad So-cial, para que este Tribunal ejercite dicha funcin es indispensable que las causas some-tidas a su competencia respeten ciertas reglas mnimas y esenciales del debido proceso que le permitan examinar vlida y eficazmente las normas materiales denunciadas. En este caso las resoluciones de mrito en relacin con el fondo del asunto no se encuen-tran debidamente motivadas porque dichas instancias no ordenaron ni actuaron pruebas necesarias para esclarecer los puntos controvertidos, no obstante su especial relevancia en el proceso. Razn por la cual los montos mandados a pagar no se encuentran debida-mente justificados, lo que constituye una infraccin a la garanta constitucional regulada en el artculo 139, inciso 3 y 5 de la Constitucin Poltica del Estado.

    Casacin N 401-98 (02.02.2002) - ChinchaEl Peruano, 30 de abril del 2001

    Respeto del derecho a la intimidad del trabajador

    El artculo 2, inciso 7) de la Constitucin Poltica garantiza el derecho a la intimi-dad personal y familiar de la persona. En ese sentido, no se admite que el empleador o sus representantes puedan intervenir en la vida personal de sus servidores, ms an, si no se demuestra que el comportamiento del trabajador afecta su normal rendimiento en el trabajo.

    Expediente N 3935-99-I.D.(S)El Peruano, 25 de noviembre de 1999

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    CaptuLo I

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    3. PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO

    Cul es la definicin de los principios laborales constitucionales?

    Denomnase como tales a aquellas reglas rectoras que informan la elaboracin de las normas de carcter laboral, amn de servir de fuente de inspiracin directa o indirecta en la solucin de conflictos, sea mediante la interpretacin, aplicacin o integracin normativas.

    La relacin laboral se caracteriza en s misma por la desigualdad, lo que hace que el empleador devenga en la parte fuerte e imponente y el trabajador en la parte dbil e impotente.

    Mario Pasco Cosmpolis [El principio protector en el proceso laboral. En: Revis-ta de Iure N 1. Editada por los alumnos de la Facultad de Derecho y Ciencias Po-lticas de la Universidad de Lima, 1999, p. 77] reconoce dicha situacin asimtrica, entre otros, en los campos jurdico y econmico.

    En efecto, en el campo jurdico sustancial el rasgo ms caracterstico de la relacin de trabajo es la subordinacin y los deberes imputables al trabajador; y en el campo jurdi-co procesal se constata la capacidad intimidatoria que se puede crear para impedir los reclamos en va litigiosa y la extensin de la posicin predominante en materia de prueba. Asimismo, en el campo econmico, la nota ms especfica es que frente a la propiedad del medio de produccin, el trabajador slo puede exponer su fuerza de trabajo.

    Para hacer frente a ello se afirman los principios protectores o de igualacin compensatoria, por el cual, reconocindose la existencia asimtrica de la relacin laboral, se promueve por la va constitucional y legal la bsqueda de un equilibrio entre los sujetos de la misma. Al respecto, el artculo 26 de la Constitucin expresa una pluralidad de principios de dicha naturaleza ().

    Exp. N 008-2005-PI/TCEl Peruano, 17 de setiembre de 2005

    Los principios contractuales pueden sustituir a las normas laborales?

    Se declara infundado el recurso de casacin, porque para determinar que el empleador est obligado a pagar remuneraciones por labores o trabajos no realiza-dos se aplica lo dispuesto por las normas laborales y no pueden ser sustituidos por los principios contractuales, las cuales constituyen normas de carcter general que si bien son tomados en cuenta por la legislacin laboral, no resultan aplicables a este caso, que exige la aplicacin de las normas especiales que regulan el derecho del trabajo, es decir el Decreto Legislativo N 728 (D.S. N 003-97-TR).

    Casacin N 2116-2000El Peruano, 12 de marzo de 2001

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    3.1. PRINCIPIO DE IN DUBIO PRO OPERARIO

    En qu consiste el principio in dubio pro operario?

    Hace referencia a la traslacin de la vieja regla del derecho romano indubio pro reo. Nuestra Constitucin exige la interpretacin favorable al trabajador en caso de duda insalvable sobre el sentido de una norma, vale decir que se acredite que a pesar de los aportes de las fuentes de interpretacin, la norma deviene indubitable-mente en un contenido incierto e indeterminado.

    La nocin de duda insalvable debe ser entendida como aquella que no puede ser resuelta por medio de la tcnica hermenutica.

    El principio indubio pro operario ser aplicable cuando exista un problema de asignacin de significado de los alcances y contenido de una norma. Ergo, nace de un conflicto de interpretacin, mas no de integracin normativa. La nocin de norma abarca a la misma Constitucin, los tratados, leyes, los reglamentos, los convenios colectivos de trabajo, los contratos de trabajo, etc.

    Pasco Cosmopolis precisa que la aplicacin de este principio debe ajustarse a los