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16.12.22 ST TSJA CYP (JU 7- 16) CRIMEN BENABARRE.DOC
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TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE ARAGON SALA CIVIL Y PENAL ZARAGOZA
RECURSO DE APELACIÓN JURADO 7/16
SENTENCIA NÚM. CINCO
EN ZARAGOZA A VEINTIUNO DE DICIEMBRE DE DOS MIL DIECISÉIS.
EN NOMBRE DE S.M. EL REY.
EXCMO. SR. PRESIDENTE D. MANUEL BELLIDO ASPAS ILMOS. SRES. MAGISTRADOS D. FERNANDO ZUBIRI DE SALINAS D. JAVIER SEOANE PRADO Dª. CARMEN SAMANES ARA D. IGNACIO MARTÍNEZ LASIERRA Visto por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón,
como Sala Penal, el presente recurso de apelación núm. 7/2016, interpuesto
contra la sentencia dictada el 12 de julio de 2016 por la Ilma. Sra. Magistrada-
Presidente en la causa del Tribunal del Jurado nº 2/2015 de la Audiencia
Provincial de Huesca, seguida por el delitos de homicidio, siendo recurrente
ANTONIO B. R. privado de libertad por esta causa desde el 2 de abril de 2013 y
declarado insolvente, representado por la Procuradora de los Tribunales Dª.
Irene del Ampo Zubeldia y dirigido por el Letrado D. José Miguel Ballabriga
González, y como recurrida la acusación particular, D. Amado y Dª. Mª Gemma
R. P., representados por la Procuradora de los Tribunales Dª. Ana Mª Nadal
Infante y dirigidos por el letrado D. José Mª Orús Ruiz, y el Ministerio Fiscal.
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Es Ponente el Magistrado de la Sala Ilmo. Sr. D. Javier Seoane Prado.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- En el referido procedimiento la Magistrada-Presidente sometió al
Jurado el siguiente:
“OBJETO DEL VEREDICTO que, previa audiencia de las partes, somete la
Magistrada-presidente del Tribunal a la consideración del Jurado en el
Procedimiento del Tribunal Jurado 2/2015.
Nota: Si no declaran probados el Hecho 1, ni el Hecho 3, ni el Hecho 4, ni el
Hecho 5 pasarán directamente a contestar el hecho 12. La declaración de
Culpabilidad.
Grupo A: hechos alegados por las partes que deberán ser declarados probados o
no.
1.- El día 31/3/2013 sobre las 17 horas, en la zona llamada de “la escombrera”
sita en el barranco de San Medardo de la localidad de Benabarre Antonio B. R.,
con intención de causar la muerte o consciente de las altas probabilidades de
causarla, golpeó fuertemente en la parte posterior de la cabeza a Consuelo R. P.
con una piedra de grandes dimensiones provocándole hundimiento craneal y
pérdida de consciencia, Consuelo R. cayó al suelo donde quedó tendida con la
cabeza ladeada y la mejilla derecha apoyada en el suelo.
Hecho Desfavorable. Necesita 7 votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado No probado.
2.- Cuando recibió el golpe en la parte posterior de la cabeza Consuelo R. estaba
situada de espaldas a Antonio B. Antonio B. aprovechó esta circunstancia,
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produciéndose el ataque de forma imprevisible y sin que Consuelo pudiera
advertirlo ni tuviera posibilidad de procurarse medios para su defensa.
Hecho Desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos
para ser declarado No probado.
Este hecho solo debe responderse si se ha declarado probado el Hecho nº 1.
3.- El día 31/3/2013 sobre las 17,00 horas Antonio B. y Consuelo R. coincidieron
en la zona de “La escombrera”, sita en el barranco de San Medardo de la
localidad de Benabarre. Antonio B. R. arrojó una piedra a Consuelo R. que llegó a
impactarle en la cabeza, provocándole importantes heridas.
Hecho desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
Este hecho es incompatible con los hechos 1 y 2. Si se ha declarado probado el
hecho 1 o el Hecho 1 y el Hecho 2 El Jurado no debe votar este Hecho.
4.- El acusado, para asegurar la muerte de Consuelo y estando ella tendida en el
suelo, inconsciente tras el golpe recibido e impedida para oponer resistencia, se
subió sobre el abdomen de Consuelo R. provocando la fractura de dos costillas y
varias contusiones y le golpeó fuertemente con la piedra a la altura de la cabeza
lo que produjo la fractura de la base del cráneo, desprendió una importante
zona del cuero cabelludo y pabellón auricular con hemorragias en oídos y nariz.
Hecho desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
Este hecho sólo debe ser votado si se ha declarado probado el hecho 1 o el
hecho 3.
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5.- Consuelo R. P. falleció a consecuencia de las heridas en la cabeza causadas
por el golpe o por los golpes que le dio Antonio B. R..
Hecho Desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos
para ser declarado no probado.
6.- El acusado, para ocultar el cuerpo, agarró a la víctima por los pies, la arrastró
unos quince metros, y dejó el cuerpo en el lugar donde luego fue hallado con los
pies sobre una piedra, la cabeza a la altura de un arbusto y los brazos por
encima de la cabeza.
Hecho Desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos
para ser declarado no probado.
7.- El acusado, para ocultar vestigios del suceso, cogió la piedra usada para
asestar el/los golpe/s y otras dos piedras manchadas con sangre de Consuelo y
las arrojó a unas zarzas cercanas.
Hecho desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
8.- El acusado cogió la cámara de fotos de Consuelo R. que había quedado tirada
en el suelo y se marchó del lugar dirigiéndose a Benabarre. De camino a
Benabarre y para ocultar vestigios del suceso, tiró la cámara de fotos en una
balsa.
Hecho Desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos
para ser declarado No probado.
9.- Antes de que Antonio B. golpeara con la piedra a Consuelo R., ambos habían
entablado conversación tras encontrarse en “la escombrera”.
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Posibilidades: 9.1 Antonio B. intentó besar a Consuelo, Consuelo se opuso y
forcejearon.
9.2 Antonio le tapó la boca con la mano y Consuelo mordió en la mano a
Antonio.
9.3 Consuelo R. se dio la vuelta para huir del lugar.
(En este Hecho, si declaran probado el hecho 9 pueden pasar a Votar el 9.1, si se
declara probado el hecho 9.1 Pueden pasar a votar el Hecho 9.2 y si declaran
probado el 9.2 pueden pasar a votar el hecho 9.3. Si declaran no probado el
hecho 9 pasen al hecho 10)
Hecho desfavorable. Necesita 7 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
Grupo B: Hechos alegados que pueden determinar la estimación de una causa de
exención de la responsabilidad.
10.- Antonio B. tiene un cociente intelectual límite, cercano al retraso mental y
padecía en el momento en que agredió a Consuelo R. un trastorno esquizoide de
la personalidad que no afectaba su capacidad de comprender ni su capacidad de
querer en relación a la agresión a Consuelo R.. Hecho desfavorable. Necesita 7
Votos para ser declarado probado y 5 Votos para ser declarado no probado.
11.- Antonio B. padecía en el momento en que agredió a Consuelo R. una
psicosis que le provocó alucinaciones en las que Consuelo R. era un ente
satánico que quería matarle. Hecho favorable. Necesita 5 Votos para ser
declarado probado y 5 votos para ser declarado probado.
En caso de haber declarado probado el hecho 11 deberán contestar a las
siguientes opciones:
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11.A. Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
completamente anulada su capacidad de comprender y/o de querer en relación
a la agresión a Consuelo R..
Hecho favorable. Necesita 5 Votos para ser declarado probado y 5 votos para ser
declarado no probado.
Si consideran este hecho probado no deben pronunciarse sobre el hecho 11.B ni
sobre el 11.C.
11.B Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
intensamente afectada su capacidad de comprender y/o de querer en relación a
la agresión a Consuelo R..
Hecho favorable. Necesita 5 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
Solo deberán pronunciarse sobre este hecho si han declarado no probado el
hecho 11.A.
11.C. Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
levemente afectada su capacidad de comprender y/o de querer en relación a la
agresión a Consuelo R..
Hecho favorable. Necesita 5 Votos para ser declarado probado y 5 Votos para
ser declarado no probado.
Sólo deberán pronunciarse sobre este hecho si han declarado no probado el
hecho 11.A. y el hecho 11.B
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Grupo C: Hecho delictivo por los que el acusado Antonio B. R. deberá ser
declarado culpable o no culpable:
12.-¿Considera el Jurado que Antonio B. R. el CULPABLE de dar muerte
intencionadamente a Consuelo R. P.?
Para la declaración de culpabilidad son necesarios 7 Votos. Para la declaración
de no culpabilidad son necesarios 5 Votos.
Si el Jurado ha declarado probado el hecho 11 y el Hecho 11.A deberá declarar a
Antonio B. no culpable.
Pronunciamiento del Tribunal del Jurado sobre la petición de indulto en la
propia sentencia.
13.- ¿Es el Jurado favorable a que en caso de que Antonio B. resulte condenado
por los delitos por los que es acusado, se solicite al Consejo de Ministros su
indulto en la propia sentencia? Requiere 5 Votos favorables.
14.- ¿Es el Jurado favorable a que en caso de que Antonio B. resulte condenado
por los delitos por los que es acusado, se le apliquen los beneficios de la
suspensión de la pena?
(Estos beneficios sólo le serán aplicados en caso de que concurran los requisitos
legales para ello). Requiere 5 Votos favorables.”
SEGUNDO.- 1º.- Los Jurados una vez han deliberado sobre los hechos sometidos
a su resolución, han encontrado HECHOS PROBADOS y así lo declaran:
Del Primer apartado han encontrado PROBADOS:
Por Unanimidad los hechos 1,2,5,6,7,8 y 10. Por Mayoría los hechos 4 y 12.
Respecto al hecho 3, No procede Votación.
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Del Segundo apartado han encontrado NO PROBADOS
Por unanimidad los hechos 9 y 11.
Del Tercer apartado han encontrado CULPABLE del hecho delictivo por
Mayoría (8 votos a favor 1 voto en contra)
“Respecto al indulto (punto nº 13) el jurado no es favorable por unanimidad.
En relación al punto 14, el Jurado, por unanimidad, NO es favorable a que se le
apliquen los beneficios de la suspensión de la pena.”
“Los Jurados han atendido como Elementos de Convicción para hacer las
precedentes declaraciones a los siguientes:
Hemos considerado como probados los hechos números 1, 2, 4 y 5 basándonos
en los testimonios de los forenses D. Jaime Cobo Plana y D. Eduardo Murcia Saiz.
El hecho número 6 lo hemos considerado probado basándonos en los
testimonios de los citados médicos forenses, de los agentes de la Guardia Civil, y
de las propias declaraciones del acusado.
Los hechos nº s. 7 y 8 los hemos considerado probados basándonos en las
declaraciones de la Guardia Civil y en el video donde el acusado indica el lugar
precios donde se encuentran las piedras y la cámara fotográfica.
El hecho número 9 lo hemos considerado no probado porque no se desprende
de ninguna de las pruebas aportadas, la certeza de que así sucedieran los
hechos.
El hecho nº 10 lo hemos considerado PROBADO atendiendo a:
- El dictamen del Doctor Eduardo Cantón.
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- Los testimonios de Cristina A. y Victoria M.
- El intento de ocultación de pruebas por parte del acusado, se denota una
actuación lógica y meditada.
Por unanimidad el hecho número 11 lo consideramos NO PROBADO, ya que no
se evidencia la presencia de un posible brote psicótico en el momento de los
hechos, porque en los primeros informes no se nombra, y en la Sala se
manifiestan contradicciones por parte de los distintos profesionales.
Por unanimidad, este Jurado propone que el acusado cumpla la pena de
privación de libertad que se le imponga en un centro penitenciario psiquiátrico,
basándonos en las recomendaciones de los diferentes facultativos que han
intervenido en la Sala.”
TERCERO.- En el presente procedimiento de Ley de Jurado, la Magistrado
Presidente del mismo dictó sentencia en fecha 12 de julio de 2016, cuyos hechos
probados son los siguientes:
“HECHOS PROBADOS.- Único: Procede declarar probados los hechos que
fueron considerados como tales en el veredicto emitido por el Jurado, que son
los siguientes:
El día 31/03/2013 sobre las 17 horas, en la zona llamada de “la escombrera”
sita en el barranco de San Medardo de la localidad de Benabarre Antonio B. R.,
con intención de causar la muerte o consciente de las altas probabilidades de
causarla, golpeó fuertemente en la parte posterior de la cabeza a Consuelo R. P.
con una piedra de grandes dimensiones provocándole hundimiento craneal y
pérdida de consciencia. Consuelo R. cayó al suelo donde quedó tendida con la
cabeza ladeada y la mejilla derecha apoyada en el suelo.
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Cuando recibió el golpe en la parte posterior de la cabeza Consuelo R. estaba
situada de espaldas a Antonio B.. Antonio B. aprovechó esta circunstancia,
produciéndose el ataque de forma imprevisible y sin que Consuelo pudiera
advertirlo ni tuviera posibilidad de procurarse medios para su defensa.
El acusado, para asegurar la muerte de Consuelo y estando ella tendida en el
suelo, inconsciente tras el golpe recibido e impedida para oponer resistencia, se
subió sobre el abdomen de Consuelo R. provocando la fractura de dos costillas y
varias contusiones y le golpeó fuertemente con la piedra a la altura de la cabeza
lo que produjo la fractura de la base del cráneo, desprendió una importante
zona del cuero cabelludo y pabellón auricular con hemorragias en oídos y nariz.
Consuelo R. P. falleció a consecuencia de las heridas en la cabeza causadas por el
golpe o por los golpes que le dio Antonio B. R..
El acusado, para ocultar el cuerpo, agarró a la víctima por los pies, la arrastró
unos quince metros, y dejó el cuerpo en el lugar donde luego fue hallado con los
pies sobre una piedra, la cabeza a la altura de un arbusto y los brazos por
encima de la cabeza.
El acusado, para ocultar vestigios del suceso, cogió la piedra usada para asestar
el/los golpe/s y otras dos piedras manchadas con sangre de Consuelo y las
arrojó a unas zarzas cercanas.
El acusado cogió la cámara de fotos de Consuelo R. que había quedado tirada en
el suelo y se marchó del lugar dirigiéndose a Benabarre. De camino a Benabarre
y para ocultar vestigios del suceso, tiró la cámara de fotos en una balsa.
Antonio B. tiene un cociente intelectual límite, cercano al retraso mental y
padecía en el momento en que agredió a Consuelo R. un trastorno esquizoide de
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la personalidad que no afectaba su capacidad de comprender ni su capacidad de
querer en relación a la agresión a Consuelo R..”
Y la parte dispositiva de dicha sentencia es:
F A L L O.-
Que, conforme al veredicto del Jurado, debo condenar y condeno al acusado
Antonio B. R., ya circunstanciado, como autor responsable de un delito de
asesinato de los arts. 138 y 139 del Código Penal, sin la concurrencia de
circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de
dieciocho años de prisión con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el
tiempo de condena.
Asimismo, debo imponer e impongo al expresado acusado las siguientes
prohibiciones, todas ellas durante el plazo de veinticinco años: 1) la de residir
en la localidad de Benabarre, 2) la de comunicarse por cualquier medio de
comunicación o medio informático o telemático, contacto escrito, verbal o visual
con Amado R. B., Francisca P. G., Gema R. P., Amado R. P. y Ángel R. P. y 3) la de
aproximarse a estar personas y a cualquier lugar donde se encuentren, así como
acercarse a su domicilio, a sus lugares de trabajo y a cualquier otro que sea
frecuentado por ellos, en una distancia inferior a quinientos metros.
En concepto de responsabilidad civil, el acusado indemnizará a Amado R.
B.y Francisca P. G., en la cantidad de cuarenta mil euros para cada uno de
ellos, que deberán incrementarse con el interés previsto en el art. 567 de la Ley
de Enjuiciamiento Civil.
Notifíquese a las partes, haciéndoles saber que contra la presente resolución
cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior
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de Justicia de Aragón, que en su caso deberá interponerse dentro de los diez
días siguientes a la última notificación, todo ello en los términos previstos en los
arts. 846 bis a) a 846 bis f) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Para el cumplimiento de la pena privativa de libertad impuesta en esta
resolución, abónese en su día el tiempo durante el cual el acusado haya estado
provisionalmente privado de libertad por esta causa, si no le hubiera sido
computado en otra Ejecutoria.”
CUARTO.- La representación procesal de Antonio B. R., presentó escrito
interponiendo recurso de apelación contra la anterior sentencia fundándolo en
los apartados a y e del art. 846 bis c) de la Ley de Enjuiciamiento Criminal.
Admitido a trámite el recurso, y conferido traslado al resto de las partes, la
representación procesal de D. Amado y Dª. Mª Gemma R. P., impugnó el recurso
y se opuso al mismo, así como el Ministerio Fiscal, que también se opuso al
recurso presentado.
Habiéndose acordado la remisión a esta Sala de las actuaciones, en virtud del
recurso planteado, se emplazó a las partes.
QUINTO.- Recibidas las actuaciones en este Tribunal Superior de Justicia de
Aragón, Sala de lo Civil y Penal, se designó Ponente y una vez nombrado por el
turno de oficio Procurador para la representación de Antonio B. R. y
comparecidas las partes, se señaló el día 14 de diciembre 2016 a las 10,30
horas, para la celebración de la vista del recurso planteado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
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Se aceptan los de la resolución recurrida en tanto no se oponen a los de la
presente resolución y;
PRIMERO.- Tres son los motivos por los que Antonio recurre la sentencia que le
condenó por el asesinato de Consuelo. En el primero, al amparo del art. 846.bis.c
apartado a) a LECr, afirma que hay un defecto en la proposición del objeto del
veredicto; en el segundo, al amparo del art. 846.bis.c apartado e) LECr, sostiene
que ha sido vulnerado su derecho a la presunción de inocencia; y finalmente en
el tercero de los motivos, este con invocación del art. 846.bis.c apartados a) y e)
LECr, sostiene que ha habido falta de motivación en el veredicto de los
miembros del jurado con quebranto de su derecho a la presunción de inocencia.
SEGUNDO.- Primer motivo de apelación. Quebrantamiento de las normas y
garantías procesales (art. 846.bis.c apartado a) LECr).
A juicio del recurrente, se ha producido tal infracción porque la forma en que
fue redactado el objeto del veredicto, en concreto en sus apartados 10 y 11,
impidió que los miembros del jurado se pronunciaran sobre la existencia o no
de una eximente o atenuante, con independencia del tipo de trastorno
psicológico que sufriera el acusado al haber entendido que no sufría de una
psicosis en el momento de los hechos sino únicamente un trastorno esquizoide.
Sostiene el recurso que el que el jurado no haya llegado a pronunciarse sobre el
grado de afectación de la capacidad del acusado y por tanto sobre la posible
existencia de atenuantes o eximentes, cuando esta es la principal alegación y
argumentación de su defensa, es una evidente indefensión, con vulneración de
su derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.
Como primera advertencia, hemos de coincidir con el MF con su informe en que
la infracción no podría producirse por no haber dado la oportunidad al jurado
de pronunciarse sobre la existencia de una eximente o atenuante, pues ello
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implicaría una valoración jurídica que queda fuera del cometido del jurado, sino
que la cuestión ha de ser centrada en si se le ha dado la oportunidad de
pronunciarse sobre los hechos que pudieren dar lugar a la apreciación de
alguna de estas circunstancias.
Centrada la cuestión de este modo, los puntos controvertidos del objeto del
veredicto presentado al jurado dicen literalmente:
10.- Antonio B. tiene un cociente intelectual límite, cercano al retraso mental y
padecía en el momento en que agredió a Consuelo R. un trastorno esquizoide de
la personalidad que no afectaba a su capacidad de comprender ni su capacidad
de querer en relación a la agresión a Consuelo R. (HECHO DESFAVORABLE).
11.- Antonio B. padecía en el momento en que agredió a Consuelo R., una
psicosis que le provocó alucinaciones en las que Consuelo R. era un ente
satánico que quería matarle (HECHO FAVORABLE)
EN CASO DE HABER DECACLARADO PROBADO EL HECHO DEBERÁN
CONSTESTAR LAS SIGUIENTES OPCIONES:
11.A Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
completamente anulada su capacidad de comprender y/o querer en relación a la
agresión a Consuelo R..
HECHO FAVORABLE.
SI CONSIDERAN ESTE HECHO PROBADO NO DEBEN PRONUNCIARSE SOBRE EL
HECHO 11 B NI SOBRE EL 11.C.
11B Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
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intensamente afectada su capacidad de comprender y/o querer en relación a la
agresión a Consuelo R..
HECHO FAVORABLE
SOLO DEBERÁN PRONUCIARSE SOBRE ESTE HECHO SI HAN DECALRADO NO
PROBADO EL HECHO 11.A.
11C. Como consecuencia de la psicosis y de las alucinaciones provocadas por la
por la psicosis, Antonio B., en el momento en que agredió a Consuelo R. tenía
levemente afectada su capacidad de comprender y/o querer en relación a la
agresión a Consuelo R..
HECHO FAVORABLE
SOLO DEBERÁN PRONUCIARSE SOBRE ESTE HECHO SI HAN DECALRADO NO
PROBADO EL HECHO 11.B.
En relación a la redacción de estos apartados del objeto del veredicto, el hoy
recurrente se limitó a solicitar en la audiencia a las partes el día 8 de julio de
2015 que se introdujera en el punto 11 la expresión: <<que determinó su
conducta el día de los hechos al alterar su percepción de la realidad>>; petición
que fue rechazada por el magistrado presidente con protesta del proponente.
Finalmente, en el escrito de conclusiones definitivas de la defensa se dice en
relación a esta cuestión:
<<En este paraje, mi representado que sufre de un cuadro psicótico sufrió
alucinaciones según las cuales la señora R. era un ente satánico que quería
matarle […]. En dicho cuadro psicótico y a raíz del mismo, el señor B. arrojó una
piedra a la señora R., provocándoles unas heridas fruto de las cuales falleció
después>>.
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De lo expuesto se deriva: 1) que la única circunstancia alegada por la defensa
fue la concurrencia de un cuadro psicótico, en cuya consideración solicitaba con
carácter principal la apreciación de la eximente completa, y subsidiariamente la
incompleta; 2) que los términos en que fue alegada tal circunstancia fue
extensamente incluida en el objeto del veredicto, en el que se preguntaba sobre
si el acusado padecía en el momento en que agredió a Consuelo R., una psicosis
que le provocó alucinaciones en las que Consuelo era un ente satánico que
quería matarle, y de ser así se daban tres opciones para evaluar la incidencia de
tal padecimiento en la capacidad del autor en el momento de los hechos:
anulación, intensa afectación o leve afectación; 3) que el objeto del veredicto
también contempló como opción que en el momento de la agresión el acusado
padeciera un trastorno esquizoide; 4) que el objeto del veredicto incluía la
relevancia o incidencia del trastorno esquizoide en la capacidad de comprender
y querer del acusado en relación con la agresión.
Por su parte el veredicto del jurado fue unánime al rechazar el padecimiento
psicótico del acusado, lo que excluía cualquier pregunta sobre su trascendencia,
y fue igualmente unánime al concluir que el acusado tiene un cociente
intelectual límite, cercano al retraso mental y padecía en el momento en que
agredió a Consuelo R. un trastorno esquizoide y que el mismo no afectaba a su
capacidad de comprender ni a su capacidad de querer en relación con la agresión.
Por tanto no cabe otra conclusión que, frente a lo dicho por el recurrente, sí se
dio opción al jurado para que se pronunciara sobre el grado de afectación de la
capacidad del acusado, tanto en relación a psicosis invocada en el escrito de
conclusiones definitivas de la defensa, como en relación al cociente intelectual
límite cercano al retraso mental y al trastorno esquizoide a que se refiere el
recurso de apelación.
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Finalmente, pese a lo exigido en el art. 846.bis.c LECr en su último párrafo, el
recurrente no formuló protesta alguna en relación a la cuestión en que ahora
sustenta el recurso por quebrantamiento de las normas y garantías procesales,
cuando pudo hacerlo en la audiencia sobre el objeto del veredicto, sin que sirva
al efecto la petición y protesta que realizó en dicho momento, pues no coincide
con lo que aquí plantea.
Procede, en consecuencia, el rechazo del motivo.
TERCERO.- Segundo motivo de apelación. Vulneración del derecho a la
presunción de inocencia, porque, atendida la prueba practicada en el juicio,
carece de toda base razonable la condena impuesta (art. 846.bis.c apartado e)
LECr).
Entiende al actor que no hay evidencias probatorias ni conocimiento de cómo
ocurrieron los hechos que permitan desvirtuar la presunción de inocencia y
apreciar la circunstancia de alevosía por el que el hecho fue calificado de
asesinato y no de homicidio, porque no se ha acreditado un plan o una forma de
actuar con alevosía que permitan establecer una condena por asesinato, y ello
porque habiéndose declarado no probado el hecho nº 9 no ha sido establecido
otra versión de los hechos alternativa al allí relatado.
En relación a la alevosía el objeto del veredicto contiene las siguientes
cuestiones:
2. Cuando recibió el golpe en la parte posterior de la cabeza Consuelo R. estaba
situada de espaldas a Antonio B.. Antonio B. aprovechó esta circunstancia,
produciéndose el ataque de forma imprevisible y sin que Consuelo pudiera
advertirlo ni tuviera posibilidad de procurarse medios para su defensa.
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4.- El acusado para asegurar la muerte de Consuelo y estando ella tendida en el
suelo, inconsciente tras el golpe recibido e impedida para oponer resistencia, se
subió sobre el abdomen de Consuelo R. provocando la fractura de dos costillas y
varias contusiones y le golpeó fuertemente con la piedra a la altura de la cabeza
lo que produjo la fractura de la base del cráneo, y desprendió una importante
zona del cuero cabelludo y pabellón auricular con hemorragias en oídos y nariz.
9.- Antes de que Antonio B. golpeara con la piedra a Consuelo R., ambos habían
entablado conversación tras encontrarse en la “escombrera”.
Posibilidades:
9.1 Antonio B. intentó besar a Consuelo, Consuelo se opuso y forcejearon.
9.2 Antonio le tapó la boca con la mano y Consuelo mordió en la mano a
Antonio.
9.3 Consuelo R. se dio la vuelta para huir del lugar.
El jurado entendió probados por unanimidad los hechos nº 2 y 3, por mayoría
de 7 a 2 el 4; y también por unanimidad entendió no probado el hecho 9,
decisión que se razona en el acta de votación, en cuanto a los hechos probados,
sobre la base de los testimonios de los forenses; y porque no se desprende de
ninguna de las pruebas aportadas la certeza de que así sucedieran los hechos, en
relación con el que no tiene por probado.
La sentencia de primer grado razona para reforzar la motivación sobre la
conclusión de hecho alcanzada por el jurado que:
”El jurado consideró probado el hecho 2 del objeto del veredicto esto es, que el
primer golpe dado por el acusado a la víctima tuvo lugar cuando esta se
encontraba de espaldas. El jurado llega a esta conclusión basándose en la
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declaración e informes de los médicos forenses. El Dr. Cobo señaló que el primer
golpe había sido el que causo el traumatismo en la parte trasera lateral de la
cabeza. La ubicación del golpe sorpresivo, al que siguió un segundo ataque en el
que la víctima estaba tendida en el suelo e inconsciente. De acuerdo con el
informe de autopsia, el primer golpe provocó hundimiento craneal y
necesariamente la pérdida de consciencia, siendo además por sí mismo y de
manera independiente, al igual que el segundo golpe. La víctima prestaba
contusiones en los codos y equimosis en la cadera compatibles con la caída al
suelo tras la pérdida de consciencia causada por el golpe dado en la parte
trasera de la cabeza.
El golpe recibido en la parte delantera izquierda de la cabeza es el de mayor
gravedad, y por ello indican los forenses que fue el segundo. Además este tuvo
que darse estando la víctima tendida en el suelo, ya que la fractura causado en la
base del cráneo por el traumatismo en la zona delantera izquierda de la cabeza
se produce por estar la víctima apoyada en el suelo, según explicaron los
forenses”.
Más adelante, y ya para realizar la calificación jurídica del hecho como
asesinato, prosigue la sentencia:
“En el presente caso el Jurado consideró acreditado que el primer golpe dado a
la víctima tuvo lugar cuando ésta se encontraba de espaldas al acusado,
circunstancia que determina la existencia de un ataque sorpresivo e inesperado
(alevosía sorpresiva) que facilitó su acción ya que la agredida no vio venir el
golpe, ni por tanto pudo defenderse. A este ataque inicial siguió un segundo
ataque en el que la víctima estaba inconsciente a causa del primero. No existió
posibilidad de defensa, y así lo indicaron los forenses y fue considerado probado
por el Jurado, y tal ausencia de defensa fue aprovechada por el acusado, quien
evitó la dificultad que hubiera supuesto asestar el golpe estando frente a frente
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con la víctima en un primer momento y en relación a una víctima consciente en
el segundo. Concurre por ello la circunstancia de alevosía”.
De lo expuesto resulta que los hechos de los que se concluye la concurrencia de
la circunstancia calificadora de alevosía se contraen a la forma en que fue
llevado el acometimiento, que sí ha sido declarada como probada del modo
queda reflejado en los párrafos que hemos trascrito, sin que a ello se oponga
que no haya sido probado nada sobre lo ocurrido antes de el, que es a lo que se
refiere el hecho nº 9, único al que se refiere el motivo.
CUARTO.- De acuerdo con una constante doctrina Jurisprudencial (STS, nº
550/2014, de 23 de junio; nº 587/2014, de 18 de julio; nº 577/2014, de 12 de
julio; nº 527/2014, de 1 de julio), cuando se trate de averiguar si ha sido
vulnerado el principio de presunción de inocencia que a todos garantiza el art.
24 CE, se ha de proceder a un examen que implica:
- En primer lugar analizar el " juicio sobre la prueba ", es decir, si existió prueba
de cargo, entendiendo por tal aquélla que haya sido obtenida, con respeto al
canon de legalidad constitucional exigible, y que, además, haya sido introducida
en el plenario de acuerdo con el canon de legalidad ordinaria y sometida a los
principios de contradicción, inmediación, publicidad e igualdad.
- En segundo lugar, se ha de verificar " el juicio sobre la suficiencia ", es decir, si
constatada la existencia de prueba de cargo, ésta es de tal consistencia que tiene
virtualidad de provocar el decaimiento de la presunción de inocencia. A tal
efecto es suficiente la prueba indiciaria o circunstancial, sin que sea precisa la
existencia de prueba directa (Así el TC desde sus Sentencias 174 y 175/1985).
- En tercer lugar, verificar "el juicio sobre la motivación y su razonabilidad ", es
decir, si el Tribunal cumplió con el deber de motivación, o sea, si explicitó los
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razonamientos para justificar el efectivo decaimiento de la presunción de
inocencia.
En palabras de la STC 189/1998, de 28 de septiembre, solo cabrá constatar la
vulneración del derecho a la presunción de inocencia cuando no haya habido
prueba de cargo válida, es decir, cuando los órganos judiciales hayan valorado
una actividad probatoria lesiva de otros derechos fundamentales o carente de
garantías o cuando no se motive el resultado de dicha valoración, o, finalmente,
cuando no sea razonable el iter discursivo que conduce de la prueba al hecho
probado por ser ilógico o insuficiente.
Resolver la alegación de que se trata no exige, por el contrario, la realización de
una nueva valoración de las pruebas practicadas a presencia del Tribunal
sentenciador, porque solo a éste corresponde la función valorativa (STS nº
672/2007, de 19 de julio).
En el presente caso el jurado en el acta de veredicto y posteriormente el
magistrado presidente al redactar la sentencia se ocuparon de señalar las
pruebas sobre las que habían fundado su convicción, y este último con más
detenimiento razona por qué del relato de los forenses se desprende un primer
ataque cuando la víctima se encontraba de espaldas al agresor y un segundo
ataque cuando se encontraba inconsciente y desvalida.
En definitiva, se han practicado en el acto de juicio pruebas bastantes para tener
por acreditados los hechos sobre los que se asienta la apreciación de la
concurrencia de alevosía, pruebas cuya valoración, juntamente con las
exculpatorias aportadas por el acusado, correspondía llevar a cabo al tribunal
de jurado, quien pronunció el veredicto que da lugar a la condena por asesinato.
No cabe estimar, por tanto, vulneración alguna del principio de presunción de
inocencia, sin que quepa exigir del tribunal de apelación una nueva valoración
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de la prueba distinta de la de primera instancia, por ser ello contrario al
contenido y finalidad del recurso de apelación especial que la LECr establece
para las sentencias dictadas en los procedimientos de jurado, como más
adelante desarrollaremos.
QUINTO.- Tercer motivo de apelación. Vulneración del derecho a la
presunción de inocencia porque, atendida la prueba practicada en el juicio,
carece de toda base razonable la condena impuesta (art. 846.bis.c apartado a) y
e) LECr).
En este motivo, lo que se cuestiona es la conclusión alcanzada por el jurado en
relación a la imputabilidad del acusado en el momento de cometer el hecho.
El desarrollo complejo de este motivo, en el que se mezcla presunción de
inocencia, motivación y valoración de la prueba, inicia afirmando que ha habido
falta de motivación en el veredicto de los miembros del jurado cuando dan por
probado el hecho 10 y no el 11, continúa señalando que conforme al art. 459
LECr para los delitos graves se exige que todo reconocimiento pericial se hará
por dos peritos, y finalmente sostiene que el jurado ha valorado los informes
dados por los peritos en relación con la imputabilidad del acusado contra el
criterio de quien los redactó.
Por lo que se refiere a la primera las alegaciones, falta de motivación, la reciente
STS, Penal, sección 1, del 21 de noviembre de 2016 (ROJ: STS 4973/2016 -
ECLI:ES:TS:2016:4973) Sentencia: 875/2016, Recurso 10278/2016, contiene
un extenso resumen sobre la cuestión de la motivación del veredicto por los
miembros del jurado y de la posterior que corresponde al magistrado
presidente al redactar la sentencia:
<<3. Sobre la complementación de la sentencia (interpretación del art. 70.2
L.O.T.J .) esta Sala ha ido conformando una doctrina que sitúa a la
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argumentación del presidente en una posición autónoma y de reforzamiento de
las cuestiones declaradas probadas en el objeto del veredicto (véanse, entre
otras SS.T.S. 1385/2011, 154/2012, 144/2013, 486/2013).
De ellas podemos extraer las siguientes afirmaciones:
1) En el caso de que, por declararse probados por el Jurado los hechos que la
justifican, la sentencia sea de condena, el Magistrado-Presidente la redactará
exponiendo ahora aquellos motivos, que, antes, fueron determinantes para que
su decisión fuera la de no disolver el Jurado y decidir sobre el objeto del
veredicto.
No se trata, pues, de que el Magistrado justifique la decisión del Jurado
declarando un hecho probado. Es la suya la que debe justificarse, porque, en
cuanto que es la que decide que esa eventual condena respetaría la garantía de
presunción de inocencia, es precisamente esa decisión, y solamente esa
decisión, del Magistrado-Presidente, en cuanto a la admisibilidad constitucional
de la condena, la que es susceptible de someterse a control por vía de recurso de
apelación fundado en el motivo del artículo 846 bis c) apartado e) de la Ley de
Enjuiciamiento Criminal.
2) En la Exposición de motivos de la Ley Orgánica del Tribunal de Jurado acerca
de la distribución de funciones se dice: "Es de resaltar que la preocupación en la
Ley por la motivación de la resolución lleva también a exigir al Magistrado que,
con independencia de la motivación que los jurados hagan de la valoración de la
prueba existente, aquél ha de motivar por qué consideró que existía dicha
prueba sobre la que autorizó el veredicto. De esta suerte pretende la Ley obstar
las críticas suscitadas en torno a la fórmula de separación del colegio decisor,
tanto en lo relativo a la inescindibilidad del hecho y del derecho, como en lo
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concerniente a la supuesta irresponsabilidad por falta de motivación en el
veredicto y sentencia, que, se dice, deberían ser inherentes a dicho sistema".
Desde esta perspectiva, resulta patente que corresponde al Magistrado-
Presidente valorar en la sentencia las pruebas practicadas durante el acto del
juicio, incluidas aquéllas que teniendo sentido incriminatorio no fueron tenidas
en cuenta por el jurado para emitir el veredicto de culpabilidad, puesto que es
dicha valoración la que debe justificar su decisión de no disolver el Tribunal del
Jurado.
3) La línea jurisprudencial que aboga por la interpretación extensiva del art.
72.2 [leemos 70.2] se razona en numerosas sentencias. Entre otras:
a) SS.T.S. de 20 de mayo y 11 de septiembre de 2000 que afirman que al no
poder exigirse a los ciudadanos que integran el tribunal el mismo grado de
razonamiento intelectual y técnico que debe exigirse al juez profesional, las
razones de convicción del jurado deberán ser complementadas por el
Magistrado-Presidente en tanto pertenece al Tribunal atento al juicio (...)
motivando la sentencia de culpabilidad conforme al art. 70.2 .
b) En idéntica línea, la STS 12 febrero 2003 señala que la motivación del
veredicto, si bien se trata de una obligación impuesta al jurado que no puede ser
suplida por el Magistrado-Presidente, éste puede complementar tal motivación.
c) La STS de 3 mayo de 2012 señala que la sucinta explicación de las razones de
los jurados en el veredicto debe ser desarrollada por el Magistrado-Presidente
al redactar la sentencia.
d) La STS de 17 de octubre de 2012 analiza un supuesto en el que la motivación
del veredicto se realizó por remisión a las pruebas testificales, y se afirma que
en tal caso la labor del juez profesional es desarrollar extensivamente la
16.12.22 ST TSJA CYP (JU 7- 16) CRIMEN BENABARRE.DOC
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motivación del jurado, ofreciendo datos que permitan su complemento y
comprensión; y añade que esta labor debe realizarla también el Tribunal de
apelación cuando en el trámite del recurso se invoca defecto de motivación, el
cual debe remediar tal defecto expresando las razones que concurren en la
enervación del derecho a la presunción de inocencia.
e) Como colofón la ya citada sentencia de 3 de mayo de 2012 apartado e)
respecto a hipótesis de prueba indiciaria nos dice: "el Magistrado- Presidente
debe estar en condiciones de plasmar con el necesario detalle en cada caso
cuáles son las pruebas tenidas en cuenta por los jurados y cuál es el contenido
incriminatorio, y en caso de prueba indiciaria y de elementos subjetivos, cuál es
el proceso que conduce de forma natural de unos hechos ya probados hasta
otros, objetivos o subjetivos, necesitados de prueba".
El enlace lógico jurídico que exige la prueba indiciaria es un plus que no es
exigible a los jueces legos, según afirma de forma clara la STS de 7 de abril de
2005 , y la STS de 14 de julio de 2010 señala que "es el Magistrado-Presidente, al
concretar la existencia de prueba de cargo, el que debe precisar los indicios y la
expresión de la inferencia en la sentencia que finalmente se dicte".>>
Pues bien, en relación a la cuestión de la imputabilidad, los jurados motivan su
decisión del siguiente modo:
<<El hecho nº 10 lo hemos considerado PROBADO atendiendo a:
El dictamen del Doctor Eduardo Cantón.
Los testimonios de Cristina A. y Victoria M..
El intento de ocultación de pruebas por parte del acusado, que denota una
actuación lógica y meditada.
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Por unanimidad el hecho nº 11 lo consideramos NO PROBADO, ya que no se
evidencia la presencia de un posible brote sicótico en el momento de los hechos,
porque en los primeros informes no se nombra, y en la sala se manifiestan
contradicciones por parte de los distintos profesionales. >>.
Y con la mayor extensión que le corresponde, la sentencia razona en el
fundamento de derecho cuarto lo que sigue:
<<En relación a la eximente de alteración psíquica alegada por la defensa, el
hecho que podría dar lugar a la apreciación de la misma fue rechazado por el
jurado, que declaró no probado que en el momento de los hechos el acusado
padeciera una psicosis que le provocara alucinaciones, e igualmente rechazó la
existencia de afectación en el momento de los hechos de las facultades
intelectivas y volitivas del acusado, declarando probado que el acusado pese a
su trastorno de personalidad esquizoide y a su cociente intelectual, no estaba
afectado en la capacidad de querer y de comprender en relación a la agresión.
Los Jurados consideraron acreditada la capacidad del acusado partiendo de los
informes elaborados por el médico forense Dr. Cantón, quien también declaró
en la vista y de los testimonios prestados por las psicólogas del Instituto de
Medicina Legal de Aragón (IMLA) Sras. A. y M. y por el intento de ocultar
pruebas del acusado llevado a cabo justo después de los hechos. Asimismo
rechazaron la anulación o limitación en la capacidad del acusado porque no
había evidencias de brote psicótico en el momento de los hechos, y la psicosis -o
el brote psicótico- no se hizo constar en los primeros informes y en la sala se
pusieron de manifiesto contradicciones por parte de los distintos profesionales.
Partiendo de la dificultad de determinar el estado mental del acusado en el
preciso momento de los hechos, a la hora de valorar la concurrencia o no de la
alteraci6n psíquica que se invoca como fundamento de la eximente tienen
16.12.22 ST TSJA CYP (JU 7- 16) CRIMEN BENABARRE.DOC
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especial relevancia los informes psiquiátricos emitidos en fecha cercana a los
hechos. Todos los profesionales que prestaron declaración en la vista
coincidieron en manifestar que en el momento actual el acusado sí padece un
trastorno psicótico, si bien existen discrepancias en relación a su estado en el
momento de la agresión a la víctima.
En el momento de la detención el acusado no mostraba síntomas de hallarse en
un brote psicótico ni afectado por psicosis y así lo manifestaron los agentes de
Guardia Civil que lo detuvieron y que participaron en la investigación de los
hechos. Tras golpear a la víctima causándole la muerte, movió el cuerpo hacia
una zona de arbustos, escondió la piedra usada y dos más manchadas de sangre
y se deshizo también de la cámara de fotos, mostrando así un comportamiento
consciente de la ilicitud de aquello que acababa de llevar a cabo. El arrastre del
cuerpo de la víctima está acreditado por medio de las heridas en la espalda,
según la explicación de los médicos forenses, siendo hallada además a unos 15
metros de la zona en la que había un charco de sangre, que fue donde cayó tras
ser golpeada. Las piedras fueron localizadas por la Guardia Civil en los lugares
que el acusado les indicó y que conocía porque fue él quien se deshizo de
vestigios en tales lugares.
Una vez que se acordó el ingreso en prisión del acusado, el día 05/04/2013 es
remitido desde el Centro Penitenciario al Hospital Miguel Servet para su
valoración psiquiátrica. La impresión diagnóstica es psicosis, si bien dicha
impresión era la previa a que el acusado subiera a planta para ser ingresado
para diagnóstico, y así declaró la Dra. Alda quien declaró que no refirió
alucinaciones pero que en esa impresión no se descartó la psicosis en previsión
de la evaluación a la que iba a ser sometido.
El acusado permaneció ingresado desde 05/04/2013 hasta 17/04/2013 (f. 587-
588). El juicio diagnóstico emitido al terminar el ingreso no fue de trastorno
16.12.22 ST TSJA CYP (JU 7- 16) CRIMEN BENABARRE.DOC
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psicótico al valorarse que no presentaba trastorno psicótico definido, siendo la
recomendación la de continuar la valoración psiquiátrica por si aparecen
síntomas más propios de esquizofrenia, no había constancia de alucinaciones y
por ello no se diagnosticó trastorno psicótico. Posteriormente, en el ingreso
psiquiátrico del acusado en enero de 2014 (f. 957) de nuevo en el Hospital
Miguel Servet ya se diagnostica esquizofrenia y se le administran antipsicóticos,
en el ingreso anterior en 2013 le habían sido prescritos pero no administrados
porque rechazó el tratamiento y se descartó tratamiento involuntario.
El Dr. Cantón, las psicólogas Sra. A. y Sra. M. (f. 601) y el Dr. De Uña descartan la
existencia de afectación al elemento intelectivo y volitivo en el momento de los
hechos, indicando incluso la posibilidad de simulación de síntomas. La Dra. Roca
y el Dr. Campos sí que consideran que las capacidades intelectivas y volitivas del
acusado estaban afectadas, porque ya padecía un trastorno psicótico en ese
momento aunque no estuviera diagnosticado, si bien la Dra. Roca manifestó que
no había contado con los informes de ingresos psiquiátricos para la emisión de
su informe. El Dr. Día no llegó a diagnosticar el trastorno en las fechas más
próximas al hecho, sino que fue en 2014 cuando se concluyó que la enfermedad
mental existía.
No existe prueba concluyente de que en el momento de los hechos el acusado
estuviera afectado por un trastorno psicótico que afectara a su conciencia o a su
voluntad. No estaba diagnosticado previamente y su comportamiento posterior
al hecho no es indicativo de la existencia de trastorno, del que aparecen
síntomas inequívocos (alucinaciones) meses después. El que no haya una
explicación o que no se haya determinado un móvil para su conducta no puede
llevar a la conclusión de que por ello su conciencia y su voluntad fueran
anómalas.
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El principio "in dubio pro reo" no es de aplicación en relación a las eximentes y
en este Sentido [STS, Penal sección 1 del 18 de febrero de 2016 (ROJ: STS
763/2016)] "en esta materia el brocardo "in dubío pro reo" no es el aplicable,
sino el principio de que las atenuantes han de estar tan acreditadas como el
hecho delictivo mismo y la carga de la prueba corresponde a quien las alega, es
decir, a la defensa. El criterio general, mientras no se demuestre lo contrarío, es
que las personas están dotadas de un mínimo de inteligencia y voluntad para
asumir los actos que realizan, esto es, el principio general es el de plena
imputabilidad de un sujeto, en tanto no existan datos o elementos probatorios
que acrediten lo contrario".
Por todo ello no procede la aplicación de la eximente completa solicitada por la
defensa, ni tampoco de la eximente incompleta>>.
La lectura del acta del veredicto y de la sentencia en los extremos que hemos
trascrito evidencian que el jurado y el magistrado presidente dieron razones
suficientes para entender satisfecha la exigencia de motivación que contiene el
art. 120 CE de acuerdo con la doctrina jurisprudencial que ha quedado expuesta
sobre la función que corresponde al jurado y el magistrado presidente conforme
a lo dispuesto en los arts. 61.1.d) y 70.2 LECr.
El motivo, por tanto, se desestima en este punto.
SEXTO.- En cuanto al segundo de los aspectos abordados por este tercer motivo
de apelación, para su desestimación baste señalar que no ha sido discutido que
los informes periciales practicados han sido realizados por el número de peritos
indicados en la norma (art. 459 LECr), cuya infracción, por otra parte no se
afirma; lo que se discute es la valoración dada por el jurado a los informes de los
peritos así nombrados, por lo que la cuestión ha de ser reconducida al último de
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los alegatos impugnatorios que contiene el motivo, en que se afirma errónea
valoración de la prueba.
SÉPTIMO.- Si bien el alegato que ahora pasamos a analizar afirma
quebrantamiento del derecho a la presunción de inocencia, su desarrollo
no va dirigido a demostrar la total irracionalidad de la argumentación o iter
discursivo que conduce al juicio de hecho, sino a tratar que esta Sala realice una
nueva valoración de la prueba en su integridad de acuerdo con el particular
parecer del recurrente, lo que queda extramuros del principio de presunción de
inocencia, como ya queda dicho más arriba, y, a su vez, es contrario a la
naturaleza del recurso de apelación en juicio de Jurado, en tanto que, pese a su
denominación, es un recurso extraordinario en el que el Tribunal ad quem no
dispone de la plenitud jurisdiccional que de ordinario corresponde al segundo
grado jurisdiccional, sino que se encuentra limitado a los concretos motivos
enunciados en el art. 846.bis.c LECr . (SSTTSSJ de Cataluña, nº 16/2012, de 27
de junio; Valencia nº 3/2014, de 24 de abril; Galicia, n º 1/2014, de 23 de enero;
y País Vasco, nº 3/2014, de 21 de mayo, o la de esta misma Sala nº 1/2014 de 26
de febrero).
En efecto la errónea valoración de la prueba no se halla entre los motivos de
apelación contra la sentencia en procedimiento de Tribunal de Jurado recogidos
en el art. 846.bis.c LECr, si bien, desde la STS STS, Penal, sección 1, del 04 de
junio de 1999 ( ROJ: STS 3939/1999 - ECLI:ES:TS:1999:3939) Sentencia:
895/1999, Recurso: 1241/1998 haya sido entendido que puede ser invocada
como motivo de apelación al amparo del art. 846.bis.c.b) cuando se trate de una
valoración probatoria contraria a la interdicción de la arbitrariedad de los
poderes públicos vetada por el art. 9.3. CE por ser arbitraria o irracional, en los
mismos supuestos en que se admite como motivo de casación (SSTTSSJ
16.12.22 ST TSJA CYP (JU 7- 16) CRIMEN BENABARRE.DOC
31
Andalucía 14 de abril de 2000, Cataluña 3 de octubre de 2002 y Asturias 21 de
julio de 2014).
En tal misión ha de ser respetado siempre el límite que para la revisión de la
valoración de la prueba impone el principio de inmediación y a la atribución del
juicio de hecho al tribunal del jurado, pues de otro modo se extravasaría la
función de control que corresponde al Tribunal ad quem (STS 20 septiembre
2000 , 18 de julio de 2014 y SSTTSSJ de Cataluña, nº 16/2012, de 27 de junio ,
Asturias nº 6/2014 de 21 de julio de 2014 ; Valencia nº 3/2014, de 24 de abril ;
Galicia, n º 1/2014 , de 23 de enero).
En el presente caso, el propio recurrente admite en su recurso la existencia de
diversos elementos de prueba, aunque contradictorios, que fueron valorados
por el tribunal del jurado de acuerdo con las atribuciones que le confiere la
L5/1995, al dar respuesta a los puntos 10 y 11 del cuestionario, sin que el
recurrente haya alegado ni acreditado que tal valoración sea arbitraria por
contraria a las más elementales reglas de la lógica.
El recurso, por tanto ha de ser rechazado.
OCTAVO.- En lo que toca a las costas procesales son de aplicar los arts. 239 y ss
LECr y la doctrina sentada en las STS nº 31/2007, de 17 de enero, y nº
1068/2010, de 2 de diciembre.
En la primera de ellas, con pauta seguida por la SAP de Madrid nº 476/2014, de
17 de marzo, se afirma un criterio contrario a la aplicación lisa y llana del
principio objetivo del vencimiento establecido en la legislación procesal civil y
para el recurso de casación penal por el art. 901 LECr para decidir las costas
ocasionadas por los recursos de apelación penal, y ello pese al carácter
supletorio que reclama para sí la LEC en su art. 4.
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Y en la segunda se afirma ya con rotundidad que:
<<Por lo que se refiere la pretensión del recurrente en el caso que nos ocupa, no
siendo de aplicación la norma específica (criterio estricto del vencimiento)
dedicada al recurso de casación por el art 901 LECr, y a falta de
pronunciamiento específico contenido en el art 846 bis f) LECr, para la
apelación de la sentencia del Presidente del Tribunal del Jurado, será la prevista
en los arts 239 y 240 LECr>>.
Criterio que es el mantenido por esta Sala en sentencias como la nº 1/2013, de
17 de abril, nº 4/2015, 5/2015 o 2/2016, y que ha de prevalecer contra otros
mantenidos por algunos TTSSJ, cual ocurre con la STSJ País Vasco nº 4/2014, del
09 de junio; o Valencia nº 3/2014, del 24 de abril.
La cuestión queda, entonces, al albur de si se estima o no la concurrencia de
temeridad o mala fe en el recurrente, y en el presente caso no existen elementos
para apreciarla.
No son de apreciar en el presente caso elementos que hagan concluir que la
apelación pueda ser calificada de temeraria.
VISTOS los artículos citados y demás de general aplicación,
FALLAMOS
Desestimar el recurso de apelación formulado contra la sentencia dictada
el día 12 de julio de 2016 por el magistrado presidente en el procedimiento de
Tribunal de Jurado nº 2/2015 tramitado ante la Audiencia Provincial de
Huesca.
No hacer imposición de las costas del recurso.
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33
Notifíquese la presente sentencia a las partes personadas, con la advertencia de
que contra la misma cabe preparar ante este mismo Tribunal, recurso de
casación ante el Tribunal Supremo dentro del plazo de cinco días, a contar
desde la última notificación, en los términos del artículo 847 y por los tramites
de los artículos 855 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, previa
constitución, en su caso, del depósito correspondiente de conformidad con lo
dispuesto en la Disposición Adicional 15ª de la Ley Orgánica del Poder Judicial y,
una vez firme, devuélvanse las actuaciones al órgano jurisdiccional de su
procedencia, con testimonio de la presente resolución.
Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevará testimonio al rollo, lo
pronunciamos, mandamos y firmamos.