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Radicado: 09 – 2004- 00114Procesado: Jaime H. Uscategui Ramírez
Hernán Orozco Castro Miguel Enrique Vergara Salgado
Delito: Homicidio agravado y Os.
REPUBLICA DE COLOMBIA
JUZGADO NOVENO PENAL DEL CIRCUITO
ESPECIALIZADO DE BOGOTA
Bogotá D.C. Veintiocho (28) de Noviembre de Dos Mil Siete
(2.007).
1.- ASUNTO
Finalizada la audiencia pública y sin observarse causal
invalidatoria, procede el Despacho a proferir fallo definitivo
respecto de JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMÍREZ,
HERNAN OROZCO CASTRO Y MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO.
2.- PROCESADOS
JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ. Según la
indagatoria y otras versiones que aparecen en la actuación, se
identifica con la cédula de ciudadanía número 19.062.509 de
Bogotá, nació el 21 de diciembre de 1948 en Santa Isabel
-Tolima, hijo de Julio Uscategui (fallecido) y Aleyda Ramírez,
casado con Constanza Pastrana, matrimonio del cual hay 4 hijos,
no ha tenido procesos penales en su contra ni ha sido sancionado
excepto por los hechos por los que se procede, se graduó de
abogado en diciembre de 2003 y para la fecha de los
acontecimientos en el grado de brigadier general del ejército se
desempeñaba como comandante de la séptima brigada con sede
en Villavicencio. Se encuentra privado de la libertad y retirado de
la institución con el citado grado.
HERNAN OROZCO CASTRO. Conforme a su indagatoria y las
restantes versiones que reposan en el diligenciamiento, se
identifica con la cédula de ciudadanía 19.441.776 expedida en
Bogotá, nació el 10 de octubre de 1960 en Popayán, hijo de
Rafael y Romelia, casado con Olga Lucía García, matrimonio del
cual hay 2 hijos, administrador de empresas, solo se le han
adelantado procesos por los hechos que en esta ocasión llaman
la atención, para la fecha de los hechos tenía el grado de mayor
del ejército y se desempeñaba como comandante encargado del
batallón joaquín parís ubicado en San José del Guaviare, está
retirado de la mencionada institución como teniente coronel y no
está privado de la libertad y se encuentra fuera del país.
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO. De acuerdo a la
tarjeta de preparación de cédula y otros documentos procesales
es conocido con el alias de “CEPILLO”., su identificación es la
número 78.714.514 de Montería-Córdoba, nació el 8 de febrero de
1973 en el municipio Los Córdobas, hijo de Miguel Enrique y Delia
Rosa, estudió 4º primaria.
3.- CUESTION FACTICA
2
Momentos posteriores al medio día del 12 de julio de 1997, en 2
aeronaves particulares procedentes de Necoclí y Apartadó, arribó
a San José del Guaviare un grueso número de integrantes de las
autodefensas de Córdoba y Urabá. A ese grupo se le unió otro u
otros dos, y así sumaron mas de un centenar de sujetos que
vistiendo camuflado y portando armas de fuego largas y cortas y
de diferentes calibres, lo mismo que objetos cortopunzantes,
arribaron a la población de Charras e hicieron transito por
localidades cercanas hasta irrumpir al rayar el alba del 15 del mes
y año en cuestión en la población de Mapiripán-Meta, donde
sometieron a sus habitantes y sobre éstos ejecutaron crímenes de
horrenda estirpe, verificados en la conculcación del derecho de
locomoción, mismos a los que sometían a tratos crueles y luego
las asesinaban y arrojaban sus cadáveres al río, ello para no dejar
rastro del copioso número de pobladores que corrieron esa
suerte, entre los que se recuerda a ANTONIO MARIA BARRERA
CALLE –“Catumare”-, diferente eso sí fue la de SINAI BLANCO
SANTAMARIA Y JOSÉ ROLAND VALENCIA que fueron
ultimados, éste además decapitado, pero sus cuerpos
abandonados en diversos puntos urbanos de la municipalidad. A
la final, se supo que fueron 27 las personas que perdieron la vida
de manera violenta y miserable a manos del manido grupo
criminal que abandonó MAPIRIPAN la noche del 19 de julio del
97.
4.- ACTUACION PROCESAL RELEVANTE
3
El 23 de julio de 1997 el Fiscal 12 Delegado ante los otrora
Jueces Regionales con sede en san José del Guaviare, se
desplazó a Mapiripan–Meta, para conocer de los hechos e iniciar
Investigación previa, actuación que remitió a Villavicencio donde
un homologo suyo la asumió el siguiente día (fls. 2,7 c.1), y quien el 29
de esos cursantes (fl. 67 c.1) luego de practicar algunas pruebas hizo
lo propio respecto de la unidad de derechos humanos en esta
urbe en donde se avocó conocimiento el 5 de agosto del mismo
año (fl.91 c.1) y se abrió formalmente la instrucción el 5 de enero de
1998 y se dispuso indagar a varias personas diferentes a los
procesados actuales. (fl.41 c.4).
El 3 de febrero de 1999 se dispuso la vinculación mediante
indagatoria de MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO se
libraron las respectivas ordenes de captura ante las autoridades
respectivas ( fl.225 cd. 11)
El 23 de marzo de 1999 el Fiscal Regional de la Unidad de
Derechos Humanos ordenó vincular formalmente a HERNAN
OROZCO CASTRO (fl.9 cd. 15)
Con resolución del 30 de marzo de 1999 el fiscal Regional de la
Unidad de Derechos Humanos definió la situación jurídica del
encartado HERNAN OROZCO CASTRO absteniéndose de
imponer medida de aseguramiento (fl.44 y ss. cd. 15).
A través de resolución fechada 9 de abril de 1999 el Fiscal
Regional de la Unidad de Derechos Humanos ordenó vincular
mediante indagatoria a JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ ( fl. 232 cd. 15)
4
El 26 de abril de 1999 el fiscal Regional de la Unidad de Derechos
Humanos aceptó la competencia para conocer del asunto remitido
por el Juzgado 31 Instrucción Penal Militar, respecto de JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMÍREZ Y HERNAN OROZCO
CASTRO. (fl.322 y s.s. cd. 16)
Mediante resolución proferida por el Fiscal Delegado de la Unidad
de Derechos Humanos el 20 de mayo de 1999, definió la situación
jurídica del encartado JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMÍREZ, afectándolo con medida de aseguramiento de
detención preventiva por los delitos de homicidio, secuestro
agravado y falsedad ideológica en documento público. Se abstuvo
de imponer medida de aseguramiento por los delitos de terrorismo
y concierto para delinquir. Para hacer efectiva la medida detentiva
dispuso la suspensión del cargo de Comandante de la Segunda
División del Ejército que desempeñaba el procesado para aquella
fecha, ante el Comando General del Ejército Nacional. (fl.16 cd. 18 A).
El 21 de mayo de 1999 se citó y emplazó al implicado MIGUEL
ENRIQUE VERGARA SALGADO identificado con la cédula de
ciudadanía número 78.714.514 de Montería- (Córdoba) “por los
delitos de homicidio con fines terroristas y otros”. (fl. 41 cd 18 A).
El 2 de junio de 1999 el comando del Ejercito en calidad de Juez
de instancia reclamó a la Unidad de Derechos Humanos la
competencia para conocer la actuación del personal militar (fl.127 cd.
19 ).
El 21 de junio de 1999 el Fiscal Regional UDH ante el conflicto
positivo de competencia propuesto por el Comandante del Ejercito
Nacional en calidad de Juez Penal Militar de primera instancia,
5
decidió no aceptar sus argumentaciones para conocimiento de la
investigación contra los servidores vinculados al Ejercito Nacional,
JAIME HUMBERTO USCATEGUI Y HERNAN OROZCO
CASTRO, entre otros. (fl.296 s.s. cd, 19 B)
Con pronunciamiento adiado 18 de agosto de 1999 el Consejo
Superior de la Judicatura Sala Disciplinaria, dirimió el conflicto
suscitado entre el Comandante del Ejercito Nacional y el Fiscal
Delegado de la Unidad de Derechos Humanos ante Jueces
Regionales, asignando el conocimiento de la investigación penal
respecto de los ciudadanos JAIME HUMBERTO USCATEGUI Y
HERNAN OROZCO CASTRO a la Justicia Penal Militar. ( fl.11 y ss. cd.
21)
Mediante resolución proferida el 4 de noviembre de 1999 por el
Fiscal Especializado de la Unidad Derechos Humanos DH, se
declaró persona ausente a MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO alias “CEPILLO” y fijar edicto emplazatorio
correspondiente, por los delitos de homicidio agravado, infracción
al Decreto 1194 de 1989 y otros. fl. 163 cd. 22.
A través de resolución del 13 de septiembre de 2001 el Fiscal
Delegado de la Unidad de Derechos Humanos, resolvió la
situación jurídica de MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO
alias “Cepillo” afectándolo con medida de aseguramiento de
detención preventiva, como presunto coautor responsable de los
delitos de homicidio agravado, secuestro extorsivo agravado,
terrorismo y concierto para delinquir. (fls.87 y ss. cd., 24)
6
Examinada en sede de revisión por la Corte Constitucional la
acción de tutela interpuesta en este asunto, a través de sentencia
de unificación SU 1184 del 13 de noviembre de 2001 (fl. 67 del cd. 59)
dicha Corporación nulitó los pronunciamientos adoptados en el
sentido de radicar en la Justicia Penal Militar la investigación
seguida contra los militares JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ Y HERNAN OROZCO CASTRO. ( fl.136 cd, 22 )
El 21 de febrero de 2002 la Sala Disciplinaria del Consejo
Superior de la Judicatura en cumplimiento del fallo SU-1184
emanado de la Corte Constitucional, asignó la competencia del
presente asunto a la Justicia Ordinaria. (fls. 21 y s.s. cd. 59)
Mediante resolución del 28 de junio de 2002 el Fiscal
Especializado, decretó la nulidad de las decisiones adoptadas por
la Justicia Penal Militar por ausencia de competencia (fls.172 y ss. cd. o.
59).
El 9 de diciembre de 2002 EL fiscal Especializado cerró el ciclo
instructivo respecto de los procesados JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMÍREZ, HERNAN OROZCO CASTRO Y
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO. ( fls. 125 cd. 66)
El 10 de marzo de 2003 el instructor, calificó el mérito del sumario,
con resolución de acusación contra JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMÍREZ como autor responsable por omisión
impropia de los delitos de homicidio agravado y secuestro
agravado, comportamientos concursantes, en calidad de
presunto determinador de falsedad ideológica en documento
público. Respecto de los delitos de concierto para delinquir y
7
terrorismo ordenó precluír la investigación a favor del mismo. (fls. 1 y
ss. cd. 67)
En cuanto a HERNAN OROZCO CASTRO fue acusado en calidad
de presunto autor material del delito de falsedad ideológica en
documento público y precluyó la investigación por omisión
respecto de los delitos de homicidio agravado secuestro
agravado, terrorismo y concierto para delinquir. (fls. 1 y ss. cd. 67)
A MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO alias “CEPILLO” se
le acusó a título de coautor de los delitos de homicidio, secuestro,
concierto para delinquir y terrorismo, los 3 primeros en condición
de agravados. (fls. 1 y ss. cd. 67)
El 25 de abril de 2003 el Fiscal Delegado, negó el recurso de
reposición interpuesto contra la calificación del sumario, y
concedió el de apelación como subsidiario ( fls. c y s.s. cd. 68.
El 30 de julio de 2003 el Fiscal Delegado ante Tribunal Superior
de Bogotá, revocó la preclusión de investigación proferida a favor
de HERNAN OROZCO CASTRO y en su lugar, impuso medida
detentiva y lo acusó como presunto responsable a título de autor
por omisión impropia de los delitos de homicidio agravado en
concurso homogéneo y sucesivo, y en concurso heterogéneo con
los delitos de secuestro agravado. En los demás puntos fue
confirmada la decisión (fl.77 y ss. cd., 67) .
Remitida la actuación por competencia territorial al Juzgado
Penal del Circuito Especializado de Villavicencio, correspondió al
3º de esa especialidad, Despacho que asumió el conocimiento de
8
la causa el 5 de noviembre de 2003 ( fl.7 cd. 69) y el 11 de mayo de
2004 llevó a cabo la audiencia preparatoria ( fl.2 cd. 69 A).
El 6 de octubre de 2004 la Corte Suprema de Justicia Sala Penal
dirime la solicitud de cambio de radicación solicitada por el Fiscal
Especializado, y asignó el conocimiento de este asunto a los
Juzgados Penales del Circuito Especializados de Bogotá,( fls. 179 cd.
71).
Mediante auto sustanciatorio del 22 de octubre de 2004, este
Despacho se declaró impedido para conocer del mismo y
dispuso remitir la causa al Juez de turno, es decir, al
Juzgado 1º de la misma especialidad. ( fl.3 y ss. cd. 72). ( subrayado fuera de
texto)
El 27 de octubre de 2004 el Juzgado 1º Penad del Circuito
Especializado de Bogotá remitió la actuación procesal al
homólogo 2º, al considerar que con anterioridad había conocido
de este asunto bajo el radicado 104-2 dentro del rubro de cambio
de radicación y por tal circunstancia concluye que ese Estrado
Judicial es el indicado para conocer del mismo. (fls.9 y s.s. cd. 72).
Recibida la causa por el Juzgado 2º, el 29 de octubre de 2004,
regresó la actuación al Juez 1º Penal del Circuito Especializado
de esta capital, para que se pronunciara acerca de la causal de
impedimento alegada por el suscrito (fls. 13 y ss. cd. 72).
El 2 de noviembre el Juez 1º de esta especialidad, no aceptó la
causal de impedimento y dispuso remitir el proceso a la Sala
Penal del Tribunal Superior de Bogotá. (fl.16 cd. 72).
El 7 de diciembre de 2004 la sala Penal del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá declaró infundado el impedimento
9
propuesto por este Despacho y ordenó que el conocimiento de
este asunto, radicaba en el Juez 9º Penal del Circuito
Especializado de Bogotá. ( fls.4 y ss. Cd 2ª isnt...).
El 20 de diciembre de 2004 este Despacho ordenó la remisión del
proceso al Juzgado 2º Penal del Circuito Especializado por
competencia al haber conocido con antelación sobre estos
mismos hechos respecto de otros acusados. (fls. 107 ss. cd. 72).
El 23 de diciembre de 2004 el Juzgado 2º Penal del Circuito
Especializado remite la actuación a la secretaria para efectos
del conflicto de reparto planteado. ( fls.133 y s.s cd. 72 ).
Ese desacuerdo en el reparto en relación con el presente
expediente, se solucionó a través de votación que hiciera el
29 de diciembre de 2004 la plenaria de jueces y en vista de
que la postura que propendía porque fuera este Despacho el
que conociera, no siendo el suscrito funcionario participe de
la misma, fue la mayoritaria, aquí quedó radicado el
conocimiento.
Este Juzgado el 13 de enero de 2005 asumió el conocimiento de
la presente causa y entre enero y julio de 2005 llevó a cabo la
audiencia pública. (fls. 175 y ss. cd. 72)
5.- ALEGACIONES FINALES
1. FISCALIA
10
Solicitó la emisión de fallo condenatorio en contra de USCATEGUI
RAMIREZ Y OROZCO CASTRO como autores por omisión
impropia de los delitos de homicidio agravado, secuestro
agravado y falsedad ideológica en documento público en calidad
de determinador y autor respectivamente, de igual forma,
pretende condena contra MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO como coautor impropio de los delitos de omisión
múltiple agravado, secuestro agravado, concierto para delinquir y
terrorismo.
Luego de hacer un recuento detallado de los hechos que llaman la
atención en esta oportunidad y señalar que se encuentran
reunidos los requisitos positivizados en el canon 232 del Código
de Procedimiento Penal, indicó frente a la responsabilidad de
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO que se cuenta con la
prueba testimonial rendida por confesos paramilitares que hicieron
parte del grupo que participó en la masacre de Mapiripan, mismos
que lo señalan como el paramilitar que comandaba el grupo
especial de las autodefensas de Córdoba y Urabá; asimismo
acotó, que al interior de dicha organización es conocido con el
alias de Cepillo, persona que transita a lo largo y ancho de todo el
territorio nacional materializando actos graves como los que
ocurrieron en Mapiripan; de igual forma, señaló que fue el enviado
especial de Carlos Castaño para que liderara las incursiones
paramilitares en diferentes partes del país, y que de la foliatura se
desprende que MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO alias –
Cepillo- participó en el asesinato de 12 personas, en la
desaparición de 15 y el desplazamiento de otras en las veredas
llano Rico, Puerto Lleras, en el corregimiento de Pavarandó,
municipio de Mutatá, región de Uraba Antioqueño y Chocoano,
11
acontecer que fue una radiografía de lo ocurrido en Mapiripán,
ante lo cual se identificó a MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO alias -Cepillo- como uno de los autores, incriminado
que es oriundo de Córdoba, en donde tiene influencia el Bloque
Uraba liderado por Carlos Castaño Gil. Consecuentemente señaló
que existe prueba testimonial convergente y coherente entre si,
expuestas por sus compañeros de faena criminal, quienes
revelaron que alias Cepillo fue una de las personas que cometió la
masacre de Mapiripan, mismo que fue identificado por los
investigadores quienes adelantaron las pesquisas al respecto,
razón por la cual es claro para el ente acusador que el incriminado
VERGARA SALGADO alias CEPILLO, entre otros, fue quien
lideró la incursión a Mapiripan, misma que fue coordinada por
CARLOS CASTAÑO desde el Urabá Antioqueño hasta San José
del Guaviare, razones por las cuales se debe emitir sentencia
condenatoria como coautor de los delitos de homicidio agravado,
secuestro agravado, concierto para delinquir y terrorismo.
De otra parte, frente a la responsabilidad de los incriminados
JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ Y HERNÁN
OROZCO CASTRO, indico que la imputación a ellos se hace a
título de omisión impropia, como autores de los delitos de
homicidio agravado y secuestro agravado, además de la falsedad
ideológica en documento público que se imputa a título de
determinador y autor respectivamente, acontecer ante el cual
indicó que se debe precisar el concepto de omisión impropia,
resalto que las conductas delictivas se cometen por acción o por
omisión, tal y como lo prevé el artículo 6º, 89 y 90 inciso 1º de la
Constitución Política y el artículo 10 del Código Penal, omisión
impropia que es enrrostrada a los procesados JAIME
12
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ Y HERNÁN OROZCO
CASTRO, consiste en la no evitación de un resultado que estaba
obligado a evitar o a desarrollar alguna acción para impedir que
esto ocurra, imponiéndose la obligación o el deber jurídico de
impedir que un bien puesto bajo tutela pueda ser vulnerado, o que
no controle una fuente de riesgo, lo que se conoce como posición
de garante, situación en la que se encuentran dichos implicados,
ya que tenían conocimiento desde el primer día de la incursión
paramilitar en Mapiripan, ante lo cual dejaron a esta comunidad a
voluntad de dicho grupo al margen de la ley por un lapso de 6
días, dentro de los cuales asesinaron, secuestraron a sus
pobladores, mientras que los Comandantes Militares tenían la
responsabilidad de proteger a la población de Mapiripan, no lo
hicieron.
De otra parte, el representante del ente acusador asegura que
JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ Y HERNÁN
OROZCO CASTRO ostentaban la posición de garante, toda vez
que sí tenía la competencia funcional, territorial y material para
evitar y realizar una acción de salvamento, en favor de los
residentes de Mapiripan, ante tal tópico rememoró que de la
foliatura se desprende prueba documental que acredita tal
acontecer, tal como el Decreto N° 2.096 fechado 19 de noviembre
de 1996, la Disposición No. 001 de 1996, la Disposición No. 002
de 1996, de las cuales se desprende que el municipio de
Mapiripan era jurisdicción del Batallón de Infantería No. 19
Joaquín Paris y de la Séptima Brigada.
También señala que existen las certificaciones expedidas por el
Subjefe del Departamento de Personal del Ejercito Nacional,
13
signadas por el Teniente Coronel GUSTAVO GABRIEL
SÁNCHEZ GUTIÉRREZ, en la que se hace ver que para el mes
de julio de 1997 USCATEGUI RAMIREZ se desempeñaba como
Comandante de la Séptima Brigada ostentando el cargo de
Brigadier General, y HERNÁN OROZCO CASTRO, el de Mayor
ejecutivo del Batallón de Infantería No. 19 Joaquín Paris y como
Comandante encargado del mismo, lo cual permite señalar que
tanto USCATEGUI RAMIREZ como OROZCO CASTRO, se
desempeñaban para el mes de julio de 1997 como comandantes
de la séptima brigada y el batallón de infantería no. 19 Joaquín
Paris, ostentando para dicha fecha la jurisdicción del municipio de
Mapiripan.
Resaltó que el comandante del ejército para ese entonces,
JORGE ENRIQUE MORA RANGEL, mediante declaración jurada,
manifestó que la séptima brigada para julio y agosto de 1997 tenía
jurisdicción sobre el departamento del Meta a excepción de un
sector y sobre todo el departamento del Vichada, lo que es
respaldado con la disposición No. 001 del 1996 a través de la cual
impone a las unidades militares adelantar operaciones ofensivas
contra las organizaciones al margen de la ley que delinquen en la
comprensión territorial que se les ha atribuido y que incluso afirmó
que para el mes de julio y agosto la jurisdicción de la brigada
séptima era el departamento del Meta.
Resaltó que de la foliatura se desprende que el comandante de la
séptima brigada y el batallón Joaquín Paris para el mes de julio de
1997, se encontraba en cabeza respectivamente de los
procesados JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ y
HERNÁN OROZCO CASTRO, quienes ostentaban la
14
competencia funcional, territorial y material sobre el municipio de
Mapiripan y sus pobladores.
Agrega que se debe rememorar que el 12 de julio de 1997 un
grupo especial de las autodefensas de Córdoba y Urabá se
desplazaron vía aérea desde los aeropuertos de Necoclí y
Apartadó a San José del Guaviare en las horas de la tarde del día
ya citado, puerto aéreo controlado por unidades del batallón de
infantería No. 19 Joaquín Paris, el que se encontraba bajo el
mando de HERNÁN OROZCO CASTRO; agrega que los pilotos
de estas aeronaves y el personal que los acompañaban, dieron
cuenta del itinerario seguido ese 12 de julio desde el aeropuerto
Los Cedros de Apartadó hasta San José del Guaviare; que desde
el puerto aéreo de San José del Guaviare se trasladó el material
bélico y los paramilitar en dos camiones, hasta el balneario de
Agua Bonita, de donde se trasladaron por toda la trocha ganadera
hasta la inspección de Charras, donde se unieron a un grupo
mayor de paramilitares de los Llanos Orientales y San José del
Guaviare, en donde permanecen por espacio de dos días,
reteniendo las embarcaciones que hacían tránsito obligado por el
río Guaviare y de esta forma se desplazaron en estas voladoras
por el río en la madrugada del 15 de julio hasta el municipio de
Mapiripán, acontecer que se encuentra probado, entre otros, por
el testimonio del confeso paramilitar GILBERTO CUELLAR
YAGUARA, EDINSON LONDOÑO NIÑO, el del Inspector de
Policía de la Inspección de Charras JOSÉ ALEJANDRO
GUERRA, el del inspector fluvial de San José del Guaviare
GUSTAVO ALONSO HINCAPIE, el de los conductores de las
voladoras, entre ellos NELSON LOZANO, los testigos de
excepción y víctimas de ocasión, respectivamente, la del juez
15
promiscuo de Mapiripán LEONARDO IVAN CORTES NOVOA y
también LUIS EDUARDO PRIETO, CESAR AUGUSTO LEÓN,
JAIME CALDERÓN, NORY GIRALDO, NORBERTO CORTES
NOVOA, MARINA SANMIGUEL, ARBEY DE JESUS RÍOS y
VLADIMIR MUÑOZ, también hizo relación al oficio 2919 de julio
15 de 1997 en el cual específicamente se dio a conocer la
presencia paramilitar días antes en la inspección de Charras, en
las que posteriormente se desplaza el grupo paramilitar a
Mapiripán, también citó los testimonios recepcionados a personas
de la Cooperativa como JAIME ANDRES RIVEROS, BEATRIZ
ROJAS VARGAS esposa de una de las víctimas y OLIVA
VARGAS, y los testimonios de integrantes del grupo paramilitar
que participó en esta incursión y que dio a conocer todo el
itinerario que siguieron hasta llegar al municipio de Mapiripán,
entre ellos, el testimonio de EDINSON LONDOÑO NIÑO,
GILBERTO CUELLAR YAGUARA, JOSÉ PASTOR GAITAN
ÁVILA, BERNARDO RENDON QUINTERO y PEDRO ALEX
CONDE ANAYA. Adicional a ello arguyó que se cuenta con la
declaración que dio ante los medios de comunicación CARLOS
CASTAÑO GIL y el Informe de inteligencia No. 278 del Teniente
CALDERÓN, agente encubierto quien da cuenta de los hechos
que se presentaron allí.
Indicó que de las probanzas traídas a colación, se desprende que
desde el primer día de la incursión paramilitar a Mapiripán, tenia
conocimiento de ello HERNÁN OROZCO CASTRO, quien el
mismo 15 de julio de 1997, le transmitió vía telefónica esa noticia
a JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ, quien era su
superior y comandante de la séptima brigada, informándole lo que
estaba ocurriendo en la citada población y que había sido
16
informado por una fuente de conocimiento, la del Juez Promiscuo
de allí lo que no le mereció ningún comentario a éste, dejando a
merced a los pobladores de Mapiripán del grupo paramilitar, sin
realizar ninguna acción concreta para evitar atentados a los
habitantes de la localidad .
Situación dice, que se encuentra probada en el documento 2919
de julio 15 de 1997, lo cual es confirmando por USCATEGUI,
además de la declaración del inspector fluvial de San José del
Guaviare GUSTAVO ALONSO HINCAPIE, quien aseguró que
todo esto le fue informado al Brigadier General JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ, a quien incluso le
recomendaron qué medios podía utilizar para contrarrestar esta
acción violenta de los paramilitares en Mapiripán, complementa
exponiendo que conocida era la existencia de una fuente de
riesgo sobre esa población, ya que conocidos eran los hechos, lo
cual derivó en que los pobladores de Mapiripán fueran asesinados
y desaparecidos, sin protección o alguna acción por parte de la
Fuerza Pública para evitar que esos bienes jurídicos como la vida
y la libertad no fueran vulnerados, estando en la obligación
constitucional y legal de hacerlo.
Razones ante las cuales manifestó que no se puede aceptar que
USCATEGUI RAMIREZ teniendo conocimiento del riesgo
inminente que se cernía sobre los pobladores de Mapiripán, haya
desestimado en forma abierta los antecedentes que habían y los
hechos concretos que se le ponían de presente, incluso, que le
anunciaba que se iban a presentar una serie de asesinatos y
homicidios, información que a su vez fue transmitida por el
Comandante del Batallón Joaquín Paris, lo cual demuestra que
17
JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ ni HERNÁN
OROZCO CASTRO, cumplieron con los deberes de salvamento y
protección que estaban obligados realizar para evitar que los
pobladores de Mapiripán fueran asesinados, secuestrados y a la
par vulnerados todos sus derechos, lo cual permite establecer que
de manera deliberada estos oficiales teniendo conocimiento de lo
que estaba sucediendo en Mapiripán, no realizaron una acción de
salvamento y protección, teniendo competencia funcional y
territorial como comandantes del batallón y de la séptima brigada,
ya que contaban con los medios para poder desarrollar una
operación en esta localidad, tenían la Brigada Móvil Dos con 3
Batallones y 3 helicópteros.
Sostiene el ente acusador, que no se puede pensar que no
habían los medios para contrarrestar la acción de los paramilitares
en Mapiripán, máxime cuando el mismo incriminado USCATEGUI
RAMIREZ en audiencia pública manifestó que una operación en
Mapiripán con las circunstancias y los problemas que se
presentaron se podía desarrollar en 24 horas, siempre y cuando
tuviera el mando operacional, sobre el Batallón Joaquín Paris,
ante lo cual queda claro entonces por prueba documental y por la
misma aceptación que hacen los procesados USCATEGUI
RAMIREZ Y OROZCO CASTRO, que conforme a esos
documentos tenían la competencia y la posición de garante, para
preservar la vida y libertad de los habitantes de Mapiripán.
Frente a los argumentos esculpativos expuestos por
USCATEGUI, indicó que estos han perdido fuerza demostrativa,
ya que se cuenta con pruebas documentales y testimoniales que
permiten advertir la realidad de lo que ocurrió en el año de 1997
18
con la séptima brigada, el batallón Joaquín Paris y la brigada
móvil dos, ya que en ningún momento daban a entender que la
séptima brigada no tenia responsabilidad sobre Mapiripán, ante lo
cual trajo a colación documentos que sostiene, permiten advertir
la realidad que vivían esas unidades militares y la responsabilidad
que tenía USCATEGUI RAMIREZ.
Entre los múltiples documentos traídos a colación, citó el informe
datado 5 de agosto de 1997, signado por JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ, del cual se desprende que recibió una
llamada que le daba a conocer las conductas delictivas que se
estaban cometiendo contra la población civil de Mapiripán y que
no realizó ninguna acción para evitar que esto ocurriese, también
cita el informe del 19 de agosto de 1997 suscrito por el
comandante de la cuarta división donde informa sobre los hechos
de Mapiripán y las labores que desarrolló la Séptima Brigada, que
contrario al alistamiento de tropas para realizar una operación
sobre el municipio, lo que se hizo fue alejarlas y direccionarlas
hacia otros municipios, por supuestos atentados terroristas que se
iban a presentar, acontecer que direcciona a la perdida de
credibilidad de las instituciones, ya que le mienten al país.
Sostiene el ente acusador que de lo expuesto por CARLOS
EDUARDO ÁVILA BELTRAN comandante del batallón Joaquín
Paris, se desprende que su mando superior para efectos de
desarrollar una posible operación era la Séptima Brigada, que no
estaba haciendo referencia a actuaciones administrativas o a
requerimientos administrativos, arguye que a la par también se
cuenta con el informe del 19 de agosto de 1997, suscrito por
MARIO HUGO GALAN RODRIGUEZ comandante del ejercito, en
relación con los hechos de Mapiripán.
19
Agregó que HERNÁN OROZCO CASTRO en declaración rendida
ante la fiscalía unidad de derechos humanos el 20 de enero de
1998 manifestó que la potestad de enviar tropas depende del
comando del batallón y agrega que para la época de los hechos
materia de estudio el comandante de la brigada era USCATEGUI
RAMIREZ, quien tenía la potestad de enviar tropas y de informar
la circunstancia de la operación que iba a realizar al comando
superior para que le diera las recomendaciones pertinentes, a la
par con ello, indicó que en dicha declaración se hace relación a la
entrega del oficio 2919 de julio 15 de 1997 pero no el que fue
elaborado inicialmente con los diez puntos sino con los cuatro
puntos, consecuentemente, adujo que el 19 de noviembre de
1997 se elabora un informe sobre el caso de Mapiripán firmado
por USCATEGUI RAMIREZ y que el 16 del mes de diciembre de
1.999 en versión rendida ante el juzgado de instrucción penal
militar se limito a cuestionar los dos oficios antes citados; frente al
cúmulo probatorio ya relacionado, aseguró el representante del
ente acusador que todos estos documentos y pruebas que
provienen de los mismos procesados hacen advertir que para el
mes de julio de 1997 la situación real que vivían estas unidades
militares era que Mapiripán si era de su jurisdicción, que tenían la
responsabilidad de atender cualquier acto que atentara contra los
bienes jurídicos de los pobladores.
Señala que existen otros informes con fecha 10 de febrero de
1998, suscrito por USCATEGUI RAMIREZ referente al caso
Mapiripán, dirigido a MARINO ALBERTO RODRIGUEZ
procurador delegado para las fuerzas militares, a través del cual
su estrategia defensiva estaba encaminada a reconocer que el
20
citado municipio era de su jurisdicción y acepto la responsabilidad
que tenía sobre el municipio de Mapiripán, que de igual forma, lo
hizo en el informe del 30 de noviembre de 1997 dirigido al
procurador delegado para las fuerzas militares, en el cual no hizo
referencia a la ausencia de responsabilidad militar sobre el
municipio de Mapiripán, o que haya existido un mando
operacional de la brigada móvil 2 sobre el batallón Joaquín Paris,
para que no haya realizado ninguna operación sobre el municipio
de Mapiripán.
Reitera que JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ acepta
que Mapiripán es de su jurisdicción realmente, de ahí, que en la
diligencia de indagatoria rendida ante la fiscalía el 16 de abril de
1999, sus argumentos o explicaciones dadas a las imputaciones
simplemente se encaminaban a cuestionar el documento 2919
para eximirse de responsabilidad; ante lo cual, sostiene el fiscal
que con esta serie de documentos y prueba testimonial, incluso,
las mismas manifestaciones de los procesados se puede
determinar cuál era el real estado de cosas para esas unidades
militares, quienes asumían y asumieron la responsabilidad porque
están los documentos que así lo determinan, que Mapiripán era
responsabilidad militar de estos dos comandantes, que tenían la
posición de garantes para proteger a sus pobladores cuando
fueran afectados sus bienes jurídicos, ya que tenían conocimiento
desde el primer día de la incursión paramilitar, pero que sin
embargo, dos años después, como estrategia defensiva, el
procesado hizo alusión a un plan de operación llamado conquista
que se estaba desarrollando en su jurisdicción y que en él le
estaba atribuyendo el mando operacional del batallón Joaquín
Paris a la brigada móvil dos, y con tal argumento es que empieza
21
la estrategia defensiva, teniéndose presente que el plan operación
conquista, efectivamente era una operación que se iba a realizar
en cabeza del comando de la cuarta división y para cuyo efecto se
desplazó la brigada móvil dos para que se hiciera cargo de este
plan, que ordenó que la brigada móvil 2 asumiera la
responsabilidad o el mando operacional del batallón Joaquín
Paris, operación que es emanada del comando de la cuarta
división por parte de su comandante de entonces ALFONSO
ARTEAGA ARTEAGA, la cual expresamente señalaba a la
brigada séptima, que recibiera de la brigada móvil dos las
responsabilidad de la operación conquista en el área que aquella
tenía asignada, así mismo, le agrega el batallón Joaquín Paris,
esta operación es realizada según la misión que se le
encomienda. Agregó que a raíz de esta orden de operaciones es
que sale la brigada móvil dos de San José del Guaviare para los
llanos del Yarí, por lo que le quita la responsabilidad de la
operación conquista a la brigada móvil dos y se la da a la Séptima
Brigada con todo y Batallón Joaquín Paris, pero que sin embargo
la Defensa adujo que al regresar la Brigada Móvil Dos de los
llanos del Yarí a San José del Guaviare reasumió la
responsabilidad de la operación conquista, lo cual carece de
fundamento, toda vez que no existe un documento que así lo
acredite, lo cual es respaldado por ARDILA, quien manifestó que
efectivamente no existe ninguna orden escrita donde se le
hubiese retornado esa responsabilidad de la operación conquista
a dicha unidad, aduce que esa orden la dio verbalmente al
comandante de la brigada móvil dos, que para ese entonces era
OSPINA, y que para efectos de aclarar todas estas circunstancias
rindió declaración por certificación jurada, a través de la cual
arguyó que la responsabilidad de la tan mentada operación
22
conquista a cargo de la brigada móvil dos llegó hasta diciembre
de 1996, que no recibió ninguna orden verbal ni escrita por parte
de ARDILA, pero a la par con ello el RODRIGUEZ PORTELA
indicó que ni de manera verbal ni escrita le dijeron que asumiera
la responsabilidad de operación ante lo cual sostuvo el ente
acusador que cómo creerle al ARDILA cuando de las pruebas se
desprende que cada operación que se realizaba o cada orden que
se daba y más cuando se trata de una operación macro como fue
la operación conquista o la orden de operación libertad o
posteriormente la orden de operación destructor, no exista un
documento que así lo respalde; que incluso se ha planteado por
qué la orden de operación destructor le ordena a la brigada
séptima que reasuma la jurisdicción de Mapiripan y
Miraflores, lo cual se encuentra probado documentalmente.
(verificar las fechas de estas operaciones, fuera de texto)
Consecuentemente con lo anterior, afirmó que no se puede
desconocer todo el material probatorio que se ha recogido durante
ocho años, lo cual demuestra claramente la responsabilidad
concreta del comandante de la séptima brigada y del batallón
Joaquín Paris, la que consistía en velar por los departamentos y
municipios que estaban bajo su jurisdicción, con la misión
específica que se le dio, a parte del deber constitucional y legal
que les asiste como responsables militares de la jurisdicción dada
a su cargo, de ahí, que con la estrategia defensiva de que la
operación conquista les quitó la responsabilidad de ese municipio
entonces no tenía nada que ver, el responsable es LINO
SÁNCHEZ comandante de la brigada móvil dos, quien ya fue
condenado, porque él era un funcionario de la brigada móvil dos
encargado para la época, y también tenía que velar allí por los
23
pobladores del municipio de Mapiripan, porque él era el jefe de la
sección de inteligencia de la móvil. Agregó que aquí los
incriminados no se pueden excusar en que la responsabilidad no
era de uno o del vecino o de la persona que estaba allí, pues
estaban ante una misión constitucional y legal, de una obligación,
que tenían todos los comandantes de las unidades militares de la
zona de velar por la seguridad de los habitantes o de estos
pobladores, por lo que no se puede llegar al extremo de dejar
masacrar, matar y secuestrar a toda una población durante 6 días
con el argumento de que ese municipio no era mi responsabilidad,
aun teniendo conocimiento concreto de lo que estaba pasando
allí, para excusarse dos años después.
Frente al documento 2919 del 15 de julio de 1997 al cual el
incriminado no le dio ninguna validez , acotó que dicho oficio se lo
estaba enviando el comandante del batallón Joaquín Paris, no se
lo estaba enviando el oficial administrativo o el suboficial de
alguna sección del batallón, que por su condición merecía
credibilidad y seriedad, que la información la había obtenido del
Juez de Mapiripan, persona que estaba percibiendo directamente
lo que estaba ocurriendo allí, e igualmente víctima de este grupo
paramilitar, lo cual no era vago ni superfluo.
Complementa indicando, que lo reseñado permite ver que existe
prueba documental, testimonial y que las manifestaciones de los
mismos procesos, quienes para la época eran conscientes que
Mapiripan era de su responsabilidad, población frente a la cual
tenían la obligación y el deber constitucional de proteger los
bienes jurídicos de esos pobladores y de evitar que esa fuente de
riesgo que se cernía sobre ellos se materializara como
24
efectivamente ocurrió y se presentó, enfatizo que lo mismo ocurre
con el acriminado HERNÁN OROZCO CASTRO, quien tenía una
posición de garante sobre el municipio de Mapiripan y sus
pobladores, pero qué si bien logró enviar e informar a su superior
lo que estaba ocurriendo, no realizó una acción material para
evitar que los habitantes fueran asesinados y desaparecidos,
téngase en cuenta que el juez promiscuo municipal de Mapiripán,
se comunicó en 8 oportunidades con OROZCO CASTRO durante
el 15 y 20 de julio de 1997, y que si el 16 de julio no recibía
ninguna orden o recomendación de su superior, debió acudir a
otras instancias; añadió que también el inspector fluvial de San
José del Guaviare le informó entre otras cosas, la retención de las
voladoras en la inspección de Charras por un grupo armado,
entonces que por qué ante dicha información no acudir, si no
recibía ninguna respuesta de su comandante superior, quien se
entera el 20 de julio y el 21 de julio ya estaba en Mapiripán, o por
qué no con la brigada móvil dos, que ocupaba las mismas
instalaciones, contaba con 3 Batallones disponibles para operar y
3 helicópteros, y si fundamentó como argumento defensivo,
escudarse en que él salvó su responsabilidad porque le informó a
su superior, teniendo él la posición de garante, lo cual no se trata
de salvar una responsabilidad donde se están violando derechos
fundamentales de los ciudadanos.
Ante hechos tan evidentes como los reseñados, no se puede
pensar que hizo una acción positiva, para que los habitantes de
Mapiripan no fueran vulnerados en sus derechos fundamentales,
razones por las cuales JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ Y HERNÁN OROZCO CASTRO, deben responder
como autores por omisión impropia de los delitos de homicidio
25
agravado y secuestro agravado, además de la falsedad ideológica
en documento público ya que trataron de ocultar información que
servía de prueba elaborando un nuevo oficio, en su forma similar
al anterior, mutilando su contenido para evitar que hechos tan
graves no salieran a luz pública, que con el contenido del segundo
oficio se ocultaba la realidad de los hechos que se estaban
presentando en Mapiripan, al punto que en sus diferentes salidas
procesales aportaban el segundo documento como prueba,
ocultando el primero donde daba a conocer la presencia de
paramilitares, hechos concretos, realidad fáctica que se encuentra
probada al interior del proceso, por lo que los oficiales deben
responder por esa omisión, pues no podemos desconocer la
responsabilidad que recaía en los ex-oficiales del ejército
nacional, quienes dejaron masacrar y secuestrar a los pobladores
de Mapiripán.
2. MINISTERIO PÚBLICO
En relación con MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO alias
“Cepillo” aseguró que no existe la menor duda, ya que tanto la
prueba testimonial, documental, como indiciaria apreciada en su
conjunto de acuerdo con las reglas de la sana critica como lo
demanda el artículo 238 del Código de Procedimiento Penal,
apuntan a señalarlo como coautor de los delitos por los cuales se
le profirió resolución de acusación y que por consiguiente se debe
emitir sentencia condenatoria en su contra.
Advirtió, que de la foliatura se desprende que algunos miembros
de las autodefensas, entre ellos, JOSE PASTOR GAITAN,
EDISON LONDONO NIÑO, YESID ALEXANDER DELGADO Y
26
GILBERTO CUELLAR YAGUARA señalaron que alias “Cepillo”
fue uno de los paramilitares que llegó de Urabá con el fin de
apoyar a los grupos de autodefensas de los Llanos y de San José
del Guaviare en la incursión a Mapiripán, señalamiento que se
encuentra respaldado por el exintegrante del grupo de
autodefensas de Córdoba y Urabá PEDRO ALEX CONDE
ANAYA, quien dijo que éste se apodaba “cepillo” quien se
encontraba al mando del grupo paramilitar que se trasladó del
Urabá por vía aérea al aeropuerto de San José del Guaviare,
atestaciones que para el sujeto procesal, resultan coherentes y
creíbles en cuanto a las sindicaciones que se le hacen, ya que
guardan coherencia con lo que efectivamente ocurrió y dado el
conocimiento previo que de este individuo tenían estos testigos
como miembros del grupo de autodefensas que lideraba Carlos
Castaño Gil, lo cual resultó coherente con lo plasmado por los
investigadores del CTI en sus informes.
Finalmente, frente a este encausado señaló que en el devenir
procesal el cúmulo probatorio no ha tenido variación alguna en su
favor, siendo valederos los argumentos del ente instructor para
cobijarlo con detención preventiva y posteriormente con
resolución de acusación, por los delitos de homicidio agravado,
secuestro extorsivo agravado, terrorismo y concierto para
delinquir, en concurso homogéneo y heterogéneo en su condición
de coautor.
De cara a la responsabilidad endilgada a JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ Y HERNAN OROZCO CASTRO, señala
que de igual forma aparece la prueba de responsabilidad para que
en contra de ellos se emita sentencia condenatoria por los delitos
27
mediante los cuales se convocaron a juicio los que reposan en la
resolución de acusación como lo son homicidio agravado y
secuestro agravado por omisión impropia, en concurso con
falsedad ideológica en documento público, ante lo cual agrega
que la situación jurídica de los ex-militares es idéntica.
Rememora que el comportamiento de Uscategui Ramírez en su
condición de comandante de la séptima brigada, como el de
Orozco Castro comandante del Batallón Joaquín París, para la
época de los hechos con jurisdicción que comprendían, entre
otros, el municipio de Mapiripán, se deben analizar bajo los
parámetros del articulo 21 del anterior Código Penal el que
establecía norma que se encuentra contemplada en el canon 25
del actual código penal, de donde se desprende que el
comportamiento de los dos exmilitares es atribuible a título de
omisión con respecto a los delitos de homicidio y secuestro, ya
que al encontrarse demostrado que en sus condiciones de
funcionarios públicos con jurisdicción y competencia para proteger
la población de Mapiripán y sus alrededores omitieron sus
deberes constitucionales y legales permitiendo que se
presentaran los ilícitos ya referenciados.
Reveló que no entiende por qué si el batallón Joaquín Paris al
mando del entonces HERNAN OROZCO CASTRO no se
encontraba bajo la dependencia operacional de la Brigada 7, la
que estaba al mando de USCATEGUI RAMIREZ se dirigió desde
un principio a éste y no al comandante de la brigada móvil 2, con
quien además compartía instalaciones, y que de otra parte, por
qué desde el mismo 15 de julio de 1997 en que se tiene
comunicación telefónica entre Orozco y Uscategui comentándole
28
la gravedad de los hechos que ocurrían en Mapiripán, éste no
orientó a su subalterno administrativo o disciplinado para que esa
información la trasmitiera al comandante de la brigada Móvil 2, ya
que según éste era el que estaba al mando operacional del
batallón y que sí por el contrario requirió información escrita y ello
originó el oficio 2919 del 15 de julio de 1997.
Afirmó que han sido reiterativos los argumentos defensivos de
USCATEGUI, en tratar de demostrar que para la época de los
hechos materia de estudio carecía de mando operacional sobre el
batallón Joaquín Paris, ya que la misma radicaba en la brigada
móvil 2 con jurisdicción y competencia en la zona de los
acontecimientos.
Ante lo anterior señaló, que no resulta desacertado atribuirle
mando operacional al batallón Joaquín París, como con precisión
y en su debida oportunidad el comandante de la Fuerza Aérea en
el consejo de guerra que se les adelantara a los incriminados así
lo demostró y que apoyado en la normatividad castrense, basado
en su conclusión en el hecho de que no obstante se le hubiera
dado mando operacional a la brigada móvil 2 sobre el batallón
Joaquín París para efectos del plan de operaciones -Conquista-,
lo cierto era que en la practica el batallón continuó dependiendo
operacionalmente de la séptima brigada ya que sus efectivos no
estaban comprometidos totalmente con las operaciones que
adelantaba la móvil 2 en desarrollo del plan conquista, a más que
el comandante del batallón continuó las operaciones de orden
operativo con su tradicional superior cual era la brigada 7a, hasta
el punto que impartía ordenes operacionales como la plasmaba
en el oficio 4222 del 14 de julio de 1997 a través de la cual le
ordenaba nada menos que tomara todas las medidas para
29
garantizar la protección y seguridad de los ciudadanos de
Mapiripán.
Complementa señalando que es común para los dos la
responsabilidad de cumplir los deberes de protección y defensa
de la población civil, de ahí, que con mayor razón OROZCO
CASTRO, tenia la obligación de actuar, sin que el sólo hecho de
remitir un informe inmediato de orden público a su superior
jerárquico lo relevara de las responsabilidades que como
comandante del batallón Joaquín París con jurisdicción en
Mapiripán le exigía la inminente situación critica de orden publico
que se presentaba.
Asimismo, indicó que varios son los aspectos y circunstancias que
señalan con absoluta claridad que USCATEGUI para el momento
de los hechos tenia jurisdicción, mando, jerarquía y diversas
alternativas para afrontar la situación que se presentaba en
Mapiripán y de lo cual ya estaba avisado, siendo consciente de
ello.
Reitera, que USCATEGUI el 15 de julio de 1997 fue alertado por
OROZCO de lo que estaba sucediendo en Mapiripán, razón por la
cual le pidió información escrita, de donde se desprende el hecho
demostrativo del mando operacional que tenia aquel sobre éste,
pero que sin embargo se ha pretendido demostrar lo contrario.
De igual forma, agrega que USCATEGUI mediante oficio 01113
BR7-CDO-226 del 19 de diciembre de 1997, dirigido al
comandante del Ejercito indicó que durante los días 15 al 20 de
julio de 1997 no se enviaron tropas a Mapiripán, toda vez que
30
ninguna autoridad le informó lo que sucedía allí, enterándose tan
solo tangencialmente por una llamada telefónica que le hiciera el
OROZCO y en el que agregó también, que no se presentaba
ninguna emergencia que ameritara el envió de tropas, y ante lo
cual, afirma que se desprende de un lado, el real compromiso que
le asistía con su jurisdicción de la cual hacia parte ese municipio,
y de otro, el deseo de ocultar la realidad de lo que había sucedido,
asimismo, señaló que no son admisible las alegaciones tanto de
la defensa material como técnica de USCATEGUI, toda vez que sí
tenia jurisdicción sobre el municipio de Mapiripán.
A la par con lo anterior, reitera que la séptima brigada del ejército,
para el mes de julio de 1997, tenía responsabilidad militar sobre el
municipio de Mapiripán, posición que resulta coherente con la
declaración rendida mediante certificación jurada por CARLOS
OSPINA OVALLE; solicitó para el momento de emitir el respectivo
fallo, se tenga en cuenta las motivaciones que en su momento
hiciera en su decisión el juez militar por las que demostró con
suficiente solvencia que el municipio de Mapiripán se encontraba
en jurisdicción de la brigada séptima y por ende del batallón
Joaquín Paris y que sus comandantes USCATEGUI Y OROZCO
en calidad de garantes omitieron cumplir con sus deberes
constitucionales y legales.
De otra parte, rememoró que si bien es cierto que asesores del
despacho del Procurador General de la Nación para el mes de
agosto de 1999 manifestaron que el mando operacional del
batallón Joaquín Paris para la época de los hechos lo tenía la
brigada móvil 2 como se ha resaltado y se manifestó en la
audiencia pública, lo cierto es que años después y con mayores
31
elementos de juicio, y ya analizado en su integridad el cúmulo
probatorio, llega a una conclusión diferente en fallo de única
instancia de fecha 24 de abril de 2001, de donde se desprende
con la prueba documental que para la fecha de los hechos en
cuestión la jurisdicción de Mapiripán estaba asignada a la brigada
séptima, la que ejercía el batallón Joaquín París, proceder que
derivó con la separación absoluta de los uniformados de las
fuerzas militares.
Indicó, que de igual forma, es clara la responsabilidad de ambos
procesados, respecto del delito de falsedad ideológica en
documento público, como quiera que a ese segundo documento
público no se le puede restar importancia para efectos penales, de
ahí, que OROZCO, no pone en conocimiento la verdadera
situación que se estaba presentando, como sí lo hizo en el
primero que contenía los diez puntos en el que exponía de
manera real las conductas punibles que se estaban presentando,
segundo documento que se elaboró minimizando o silenciando la
situación grave de orden público, por determinación de sus
superiores jerárquicos, lo que conduce a demostrar aún mas el
compromiso penal que les asiste si se tiene en cuenta las mismas
manifestaciones que sobre el particular hiciera USCATEGUI al
sostener que era mas defendible para sortear una omisión con el
segundo oficio que con el primero.
Finalmente, el representante del ministerio público, arguye que
coadyuva la acusación presentada por la fiscalía y pretende que
se emita sentencia de carácter condenatorio contra los
encausados, por las conductas ilícitas de homicidio agravado,
secuestro extorsivo agravado imputadas por omisión y falsedad
32
ideológica en documento público y que a su vez se emita
sentencia condenatoria en contra de MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO alias “Cepillo” por los delitos de homicidio
agravado, secuestro extorsivo agravado, concierto para delinquir y
terrorismo.
3. PARTE CIVIL
Luego de hacer un recuento de los hechos materia de estudio,
reitera el representante de la parte civil, que es su voluntad
renunciar a la indemnización de perjuicios a que haya lugar al
interior del proceso, toda vez, que el interés dentro del proceso
esta relacionado sobre la base de la búsqueda de la verdad y el
establecimiento de la justicia, señaló que para efectos de la
indemnización por el daño causado, la familia de la víctima
escogió la vía de lo contenciosos administrativo, lo cual
respaldaron con la sentencia T-275 de junio 15 de 1994 de corte
constitucional, proveído que hace referencia al reconocimiento del
interés legítimo de las victimas de participar como partes civiles
en los procesos penales sin interés pecuniario.
De cara a la masacre de Mapiripán, indicó que varias fueron las
personas sustraídas violentamente de sus casas, secuestradas
para ser torturadas sin piedad, luego asesinadas y arrojadas al río
con sus cuerpos despedazados para borrar los rastros, que
especialmente existe evidencia que Sinaí Blanco Santamaría,
José Rolan Valencia, Antonio Maria Barrera, Enrique Pinzón
López, Jorge pinzón López, Luis Eduardo Pinzón López, José
Alberto Pinzón López, Fernando Martínez Contreras, Diego
33
Martínez Contreras y Gustavo Caicedo Rodríguez fueron
torturados antes de ser ejecutados por grupos para militares.
En cuanto a la prueba directa, señala lo manifestado por el Juez
local quien estuvo presente durante la masacre, así como las
declaraciones de los familiares de las victimas, de donde se
desprende que los paramilitares llegaron al pueblo con lista en
mano y procedieron a extraer a los pobladores quienes eran
conducidos al matadero municipal lugar desde el cual se
originaban gritos de dolor, lo cual no era otra cosa que la prueba
de los brutales procedimientos a los que fueron sometidos estas
personas, proceder que materializaron desde el 15 de julio de
1997, fecha en la cual fueron capturadas las primeras 27
personas.
Señala que de la investigación se desprende que luego de ser
torturado José Rolan Valencia fue degollado, que los paramilitares
dejaron su cabeza en la mitad de la calle que va al colegio y su
cuerpo cerca de la pista, que el cuerpo de Sinaí Blanco apareció
con golpes, chuzones y disparos, clara muestra de tortura.
A la par con lo anterior, sostuvo que José Pastor Gaitan Ávila,
paramilitar confeso que participo en los hechos, adujo que las
victimas fueron degolladas vivas.
Sostiene que la falta de sanción de los responsables tiene un
impacto directo para la seguridad y el Estado mental de los
familiares de las victimas de la masacre de Mapiripan, toda vez
que a raíz del desamparo del Estado, los familiares se encuentran
en un peligro inminente, agrega que dicha masacre no ha sido
34
objeto de una investigación inminente y efectiva, de ahí, que del
medio centenar de victimas de esta masacre, se materializaron
tan solo dos necropsias, ya que los paramilitares con auspicio de
agentes estatales procedieron a eliminar los restos mortales, para
de esta manera destruir todo rastro y obstruir la investigación.
A la par con lo anterior, de su escrito presentado se desprende
una lista de las victimas y sus familiares, asimismo, señaló el por
qué los hechos de Mapiripán constituyen crímenes de lesa
humanidad y su impunidad como una política de estado.
A la hora de abordar la responsabilidad de los incriminados, el
representante de la parte civil lo hizo de manera individual, de ahí,
que frente a MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO alias
“Cepillo” señala que en la foliatura se encuentra probado tanto
testimonialmente como indiciariamente que efectivamente hizo
parte activa en la masacre tantas veces citada, ya que actuó
como coautor de homicidio, secuestro agravado, terrorismo y
concierto para delinquir; sostiene, que los mismos paramilitares
que declararon en el proceso dejaron en claro la responsabilidad
de VERGARA SALGADO frente a los hechos materia de estudio;
mismos que lo describieron como un asesino cruel que ha
participado en todo tipo de masacres y hechos delictivos, como
los realizados en los años de 1997 y 1998 en las veredas Llano
Rico, Puerto Lleras, en el Urabá, Municipio de Mutatá, región de
Uraba Antioqueño y Chocoano.
Consecuencialmente, aseguró que de la declaración del
paramilitar Pedro Alexander Conde, quien hizo una relación
detallada de la organización paramilitar de Córdoba, Sucre y
35
Antioquia, surge como mando medio, entre otros “Cepillo”, lo que
en idénticos términos se desprende de las declaraciones de
Edisón Londoño Niño y Bernardo Rendón Quintero, igualmente,
indicó que José Pastor Gaitan Ávila en su declaración del 24 de
septiembre de 1998 dio los pormenores de cómo se dio la
coordinación de la masacre de Mapiripán.
Aseguró, que ante la coherencia de los testimonios y la
vinculación misma que se hace de Miguel Enrique Vergara alias
“Cepillo” dentro de la planeación y ejecución de la masacre
materializada en Mapíripan, se demuestra su participación como
coautor de los ilícitos por los cuales fue convocado a juicio, toda
vez que fungía como líder del grupo paramilitar que aparte de la
masacre de Mapiripan, incursionó en otros actos delictivos y por
ello merece condena.
Frente a la responsabilidad de HERNAN OROZCO CASTRO,
aseguró que para la fecha de los hechos ya narrados la localidad
de Mapiripan se encontraba bajo el control y la protección del
batallón Joaquín Paris de San José del Guaviare, el que se
encontraba al mando de dicho implicado adscrito a la VII brigada
bajo el mando de JAIME HUMBERTO USCATEGUI.
De otra parte, sostuvo que probado se encuentra que en todas las
investigaciones OROZCO a través del oficio 2919 informó
presencia militar en Mapiripán, pronosticando de esta manera la
muerte de ciudadanos y solicitando una recomendación o solución
para evitarlo, lo que se complementa, con la falta de unidades
militares para prevenir esa masacre y por haber sido obligado a
enviar tropas a otro lugar del departamento, por ordenes expresas
36
de USCATEGUI solo le quedó la opción de notificar a éste,
mediante el oficio 2919.
Asimismo, resaltó que al interior de la investigación adelantada
por la unidad de derechos humanos, para el mes de marzo de
1999, OROZCO fue llamado a indagatoria, y en el desarrollo de
esta reconoció la existencia del primer informe y señaló la
responsabilidad de USCATEGUI, instante en el cual iniciaron las
manifestaciones de odio y persecución contra HERNAN OROZCO
CASTRO.
Manifestó que entre el 7 de noviembre y el 28 de diciembre de
2.000, se llevó a cabo en la jurisdicción penal militar un consejo
verbal de guerra, a través del cual ambos fueron condenados a 40
y 38 meses respectivamente, de ahí, que señalara que la condena
contra OROZCO fue un acto injusto que derivó como represalia
por haber dado a conocer las relaciones entre paramilitares y
miembros del ejercito, y el haber indicado que la masacre de
Mapiripán fue el resultado del proceder omisivo de los militares,
mismos que actuaron en conveniencia con los grupos para
militares.
Asegura, que el punto central de esta investigación, detención y
posterior judicialización de la conducta omisiva de USCATEGUI
por la masacre de Mapiripán y de los restantes altos mandos del
ejercito implicados, sólo fue posible en razón a las declaraciones
rendidas por OROZCO; actitud con la cual permitió establecer
como el proyecto paramilitar se fortaleció y con ello se evidencio
una insuficiencia de las medidas adoptadas por el estado para
enfrentarlos y que por ende, se considera en si mismo un hecho
37
suficiente para concluir el peligro que se cierne contra la vida de
dicho implicado, al haberse atrevido a denunciar tales vínculos, de
ahí, que en la actualidad es identificado por varios de los altos
mandos militares, como enemigo de la institución castrense, tal
como se lo han hecho saber en múltiples ocasiones, toda vez, que
a lo largo de los últimos 4 años ha recibido múltiples amenazas
directas como indirectas, motivadas por las denuncias
presentadas por los hechos materia de estudio, en el marco de los
procesos adelantados en el orden interno ante la jurisdicción
ordinaria y la penal militar.
Afirmó, que como parte civil y defensor de derechos humanos,
esta en la obligación y el compromiso de velar por la protección y
garantías de las personas como seres humanos que no han sido
protegidas por el Estado, buscando también justicia y verdad,
razón por la cual desde la objetividad de la conducta de
OROZCO, se desprende que solo infringió la ley al cambiar la
información que contenía el primer informe por el segundo informe
presentado a USCATEGUI, configurándose de esta manera el
ilícito de falsedad material en documento público, pues con ello se
dejó de lado puntos importantes sobre lo que realmente sucedió
en Mapiripán, quedando rezagado el primer informe, mismo que si
daba a conocer la real situación vivida en dicho municipio y de
esta forma, se ocultaron los hechos que ocasionaron la muerte de
medio centenar de personas, con colaboración, acción y omisión
de militares de rango superior.
Seguidamente, indicó que el encartado que cita adscrito a la
séptima brigada que intentó hacer algo por ayudar a la población
de acuerdo a sus deberes humanos y constitucionales; que
38
militarmente, dicha ayuda no pudo ser posible por su parte,
porque días antes de la masacre se dispuso el envío de la tropa
de ese batallón a las localidades de calamar, el retorno y puerto
concordia, quedando desamparadas las poblaciones de San José
del Guaviare y Mapiripán, proceder que fue ordenado por el
USCATEGUI y AVILA BELTRAN, de donde se desprende que lo
buscado era la desprotección de Mapiripan; complementó,
indicando que la salida a vacaciones de éste es sospechosa, toda
vez que debía disfrutar desde el 1° de junio de 1997, pero que
extrañamente y sin acto administrativo fueron atrasadas hasta el 8
de julio, fecha cercana a la incursión paramilitar, acontecer
señalado por el USCATEGUI, dejando a cargo a OROZCO como
un chivo expiatorio de la responsabilidad y que finalmente, por
medio del uso de la jerarquía institucional y maniobras
engañosas, presiones, chantajes, etc, por parte del primero, éste
cambio el contenido del oficio, produciéndose de esta manera una
falsedad en documento público, con lo que pretendía eludir su
responsabilidad en el crimen o evitar que se descubriera la verdad
de los hechos sucedidos en Mapiripán, para de esta forma evitar
su compromiso penal por crímenes de lesa humanidad.
Finalmente, afirmó que OROZCO es autor material de falsedad
material en documento público, pero que frente a los demás
delitos que se le enrrostrarón, no existen bases reales, pues
aparte de la colaboración para desenmascarar a los
responsables, en el momento mismo de los hechos se vio atado
para ejecutar la ayuda posible a dicha población, agregando que
la preparación del crimen previendo esta situación cortó todos los
medios posibles de socorro.
39
De cara a la responsabilidad del otro ex militar de entrada sostuvo
que a lo largo del proceso, basó su defensa en la falta de
jurisdicción y competencia de la séptima brigada, que para la
fecha de los hechos se encontraba a su cargo intentando, por
este medio, despojarse de su posición de garante y con ello, de
su responsabilidad en la masacre en cuestión.
Asimismo, citó apartes de la sentencia de la Corte Constitucional
N° SU-1184 de 2001, e indicó que dicha jurisprudencia trata los
mismos hechos materia de estudio y que por lo cual, se debe
tener presente que reconoce la posibilidad de que exista delitos
de lesa humanidad a titulo omisivo y que por tal razón es posible
un genocidio doloso cuando los miembros de la fuerza pública
ostentan la posición de garante y no impidan las conductas de
muerte, embarazo, lesiones graves, lo cual, en armonía con lo
positivizado en los artículos 2, 16, 217 y 218 de la constitución
política, se impone a las Fuerzas Militares y a la Policía Nacional
el deber jurídico como garantes de los derechos de los habitantes
del territorio nacional, ante lo cual deben protegerle los derechos y
defenderlos.
Frente a la jurisdicción militar y la posición de garante que tenia
para la fecha de los hechos USCATEGUI indicó frente al primer
tópico, que la disposición 002 del 5 de octubre de 1996 fijó las
jurisdicciones de las unidades tácticas y batallones de
contraguerrilla asignadas, especialmente la del batallón de
infantería Joaquín Paris” a la que le corresponde el área en el
departamento del Meta, municipios de Puerto Concordia y
Mapiripan; los departamentos de Guaviare y Vaupés, en refuerzo
de lo anterior, trajo a colación parte de la declaración de Jorge
40
Enrique Mora Rangel, en donde señaló claramente que para el
mes de julio y agosto de 1997, el comando de la séptima brigada
tenia jurisdicción sobre el departamento del meta, con unas
excepciones que no comprendían el Municipio de Mapiripan; y
para respaldar lo de la posición de garante de USCATEGUI el
general Mora Rangel indicó que las unidades militares tienen por
obligación adelantar operaciones ofensivas contra las
organizaciones al margen de la ley, con lo que concluye,
afirmando con toda seguridad que la cuarta división, séptima
brigada y el batallón de infantería Joaquín París, eran las
unidades militares con jurisdicción en el departamento del meta y
por tal razón los garantes de los derechos de los pobladores de
Mapiripán, ya que tenían como misión clara y especifica ser
garantes de los bienes jurídicamente protegidos.
Arguyó, que otro de los pilares de la defensa de USCATEGUI,
estriba en que por disposiciones en el plan de operación
conquista, su brigada había sido relevada de la responsabilidad
sobre el municipio de Mapiripan, toda vez que dicho plan disponía
que el mando operacional del batallón Joaquín Paris, unidad de la
séptima brigada debía atribuirse a la brigada móvil 2, argumento
que se encuentra desvirtuado, toda vez que el plan operación
conquista, con fecha 23 de abril de 1996 tenia como misión
claramente y definida el control y ofensivas contra grupos
narcosubversivos que delinquen en la región del Retorno,
Calamar y Miraflores en el Guaviare y Cururú en el Vaupes, para
destruir el accionar de estos grupos, impedir su financiamiento,
destruir sus centros de cultivo y comercialización de alcaloides y
erradicar definitivamente la producción de coca en el área, con lo
que se demuestra, que esta operación militar estaba destinada a
41
controlar los departamentos de Guaviare y Vaupés, misma que
debía ser llevada a cabo por la brigada móvil que tenia el mando
operacional sobre el batallón Joaquín Paris y que dicho control
debía ser enfocado en todo lo relacionado con operaciones de
narcotráfico en tres áreas generales: 1. San José del Guaviare, el
Retorno y Calamar, 2 Miraflores, Barranquillita y el Dorado. 3
Carurú, Caño Bacatí y Arará.
De otra parte, enfatizó que aparte de dejar en claro la labor a
realizar en el plan conquista, quedó claro que la séptima brigada
continuaría con sus operaciones defensivas en sus unidades en
su jurisdicción correspondiente, con lo que señala, que ese
argumento de defensa queda destruido, toda vez que el plan
conquista que se estaba utilizando como escudo de defensa para
excusar la falta de accionar y pasarla a manos del Batallón
Joaquín Paris el control total de Mapiripan, deja en claro las
funciones y áreas del objetivo de dicho plan criminal, en donde no
estaba la municipalidad de Mapiripan, pero que ello tampoco lo
excluía del control y cuidado de la séptima brigada.
Por ende, USCATEGUI cometió una grave omisión que costó la
vida de medio centenar de personas en el municipio de Mapiripán,
toda vez que tenia competencia funcional, material y territorial
sobre dicho municipio; asimismo, complementó lo anterior
arguyendo que si éste no pertenece a la séptima brigada,
equivaldría a decir que Leticia no es la capital del Amazonas, sino
de la provincia de Guayas, sofisma con el cual se borraría el
departamento de Amazonas, para hacer creer que este territorio
es del Perú, agrega que si se tiene en cuenta la teoría sostenida
por el mentado justiciable y teniendo presente que la jurisdicción
42
de la séptima brigada crea un círculo, este el algún lugar se
contrae a conveniencia para no abarcar a Mapiripán, municipio
que se encuentra en el centro, de ahí, que siempre ha sido y por
mucho tiempo será de la séptima brigada, pero que ante ello el
incriminado General tenia que tratar de posicionar su mentira, ya
que lográndolo quedaría limpio de cualquier responsabilidad, tesis
mentirosa que se le derrumbó aportando las disposiciones
emitidas por la división y la brigada, en la que se asignan
responsabilidad territorial a la séptima brigada y a los batallones
orgánicos de esa brigada; agregó que la disposición de la séptima
brigada fue enviada vía fax el último día de sesiones -28 de
diciembre del año 2000- documento sin el cual habría sido difícil
demostrar la responsabilidad del general sobre Mapiripan, prueba
que fue solicitada personalmente por OROZCO.
Manifestó que para terminar de desvirtuar los argumentos
defensivos de USCATEGUI, frente a su falta de acción de defensa
a la población de Mapiripán por no tener el deber de hacerlo,
frente a ello se encuentra la orden de operación N°005/96
libertad, a través de la cual se le entregó a la séptima brigada la
responsabilidad de la operación conquista, con lo que se
demuestra sin lugar a dudas que el mando operacional sobre el
batallón Joaquín Paris lo tenia a partir de esta fecha comandante
de la séptima brigada, a pesar, de estar claro que nunca había
salido de su jurisdicción el municipio de Mapiripán, con lo que
concluye señalando que efectivamente la séptima brigada tenia la
jurisdicción y deber de proteger y ayuda a la población de
Mapiripán, brigada que se encontraba en cabeza de
USCATEGUI.
43
Afirmó que varias son las declaraciones en las que se asegura
que el mando operacional sobre el batallón Joaquín París era de
la séptima brigada, mismas que se deben tener presentes, pues
de una parte, Mora Rangel expresó que las brigadas móviles no
tienen jurisdicción y que Mapiripán le correspondía a la 7 brigada,
asimismo OSPINA OVALLE adujo que el batallón Joaquín París
no estaba bajo mando de la brigada móvil 2 sino de la 7 brigada y
RODRIGUEZ PORTELA encargado de la brigada Móvil 2 quien le
recibió la brigada a OSPINA por parte de ARDILA, no le fue
asignado bajo mando operacional el batallón Joaquín París,
estaba en reentrenamiento en EL BARRANCON, pero que
igualmente sí le entregó a BRAVO SILVA 4 batallones de
contraguerrillas 3 en el barracón y 1 en MIRAFLOREZ, pero que
nunca se le menciono como agregación o segregación o mando
operacional el batallón Joaquín París; a la par con lo anterior,
agregó que Lino Sánchez, encargado de la Brigada Móvil 2 no
acepta su responsabilidad en el mando operacional del Batallón
Joaquín Paris y lo ubica como responsabilidad de la 7 brigada.
Otro aspecto al que hace alusión la parte civil es la coordinación
con antelación a los hechos que desencadenó la masacre, misma
que no fue entre bajos mandos sino que contó con la
aquiescencia de USCATEGUI, ya que los cerca de 200 hombres
armados, dirigiéndose hacia Mapiripán sin que nadie los viera
genera una gran cuestionamiento, el que es absuelto entre otros,
por Edisón Londoño Niño, quien afirmó que los militares de la
zona tenían coordinación total con jefes paramilitares como Luis
Hernando Méndez Bedoya, que operaba en San José del
Guaviare, quien preparó toda la logística para enviar parte de los
hombres remitidos por Castaño desde el Uraba Antioqueño sin
44
ningún inconveniente, para lograr las metas propuestas en una
reunión del estado mayor de las autodefensas unidas de
Colombia en Urabá y que los mismos militares fueron quienes
dieron la bienvenida a los paramilitares.
Sostiene, que en la base militar de El Barracón, de control
cercano a Mapiripan existía el suficiente material logístico para
poder auxiliar a la población, razón por la cual se podría haber
enviado un grupo a verificar la situación denunciada por el juez
Municipal desde el mismo día de la incursión, de ahí, que no se
trato simplemente que USCATEGUI, omitiera el cumplimiento del
deber legal de controlar la zona o de prestar apoyo, ya que
consistió en la realización por su parte de abstenciones en
necesaria conveniencia con la agrupación armada ilegal, así como
en actitudes positivas eficaces tendientes a que los paramilitares
lograran su propósito, pues sin ese concurso no hubieran logrado
actuar.
Frente a OROZCO, indicó que tanto en la justicia ordinaria como
en la penal militar se demostró que con el oficio N° 2919, informó
sobre la incursión paramilitar en Mapiripan y que pronosticó la
muerte de ciudadanos, asimismo, que por la falta de unidades
militares para prevenir esa masacre y por haber sido obligado a
enviar sus tropas a otro lugar del departamento, por órdenes
expresas de USCATEGUI, solo le quedó la opción de notificar a
su superior mediante el oficio 2919, quien con posterioridad
presiono a Orozco para que cambiara el contenido del oficio
verdadero, por uno falso que fuera menos comprometedor, como
en efecto lo hizo, producto de la insistencia del general y temor
por las consecuencias laborales, amenazas, llamadas anónimas.
45
Afirmó, que con las pruebas de la investigación se logró
determinar la responsabilidad de USCATEGUI por la masacre de
Mapiripán y que por tal razón OROZCO se vio amenazado y
perseguido, quedando en peligro su vida, señalándosele como
traidor y siendo definido como un problema institucional para los
militares que lo rodeaban, de ahí, que la judicialización de la
conducta omisiva del primero y de los restantes altos mandos del
ejercito implicados, solo fueron posibles en razón de las
declaraciones rendidas por éste, por lo que su vida se encuentra
amenazada por varios de los altos mandos militares.
Frente a USCATEGUI fue enfático en sostener que tenia
conocimiento previo de la llegada del grupo paramilitar a San José
del Guaviare, que preparó su llegada y su traslado al municipio de
Mapiripán, lo que había coordinado con la brigada 17, los
batallones Voltigeros, Francisco de Paula Vélez, batallón de
servicios número 17, al igual que con el jefe paramilitar Carlos
Castaño y que aunado a ello, realizó maniobra para permitir los
crímenes de los paramilitares en Mapiripan, tales como ordenar
en el aeropuerto el no registro del personal procedente del Urabá
antioqueño tanto a la llegada como a la salida, el no registro por el
puesto fluvial Barracón, el trasladar la tropa disponible a Calamar,
Puerto Concordia, el Retorno y Puerto Gaitan, dejando de esta
manara sin posibilidad alguna de defensa de la vida, honra,
bienes, libertad y creencias a los humildes habitantes de
Mapiripan, acciones y omisiones positivas en el cumplimiento de
su deber que lo hacen responsable de los crímenes cometidos en
dicha población, aparte, que mediante diferentes maniobras
46
engañosas, presiones y chantajes, logra que se cambie el
contenido del oficio original 2919 del 16 de julio de 1997.
Asimismo, pidió investigar las conductas punibles en las que
pudieron incurrir los miembros de la administración municipal de
mapiripan para la época de los hechos, ya que probado se
encuentra que varias de las personas asesinadas en la incursión
paramilitar habían denunciado la corrupción de la administración,
también manifestó que de igual forma se proceda con las
autoridades de Urabá que permitieron que se cometiera la
masacre, toda vez que en el aeropuerto de San José del Guaviare
se permitió que los pasajeros de los vuelos irregulares
procedentes de Necocli y Apartadó el día 12 de julio de 1997
ingresaran a la plataforma sin ningún tipo de control o registro,
para que de esta forma abordaran libremente los camiones que
allí esperaban el grupo, como si se tratara de una operación
militar. Solicita en entonces condena para USCATEGUI y
VERGARA conforme la acusación y también condena para
OROZCO pero solo por el delito de falsedad material en
documento público y absolución por el resto.
4. DEFENSA TECNICA DE HERNAN OROZCO CASTRO
El profesional del derecho, inicia realizando un análisis frente a los
actos administrativos que sirvieron de fundamento para establecer
los dispositivos militares en los departamentos del Meta, Guaviare
y Vaupés, de ahí, que señala y cita apartes de los actos
administrativos que estaban vigentes para el mes de julio de
1997, los que fueron emitidos de conformidad al artículo 25 del
Decreto 2535 de 1975 -composición y organización de los
47
elementos integrantes de una fuerza Ejercito Nacional-
disposiciones que se constituyeron en la fuente principal de
derecho para dirimir responsabilidades, de igual forma, afirmó que
en rigor legal, la jurisdicción no solamente puede ser delimitada,
modificada o suprimida, si ello se realiza a través de un acto
administrativo de igual categoría, ya que obrar en sentido
contrario, implica poner en riesgo el principio de la seguridad
jurídica.
Indicó, que para el mes de julio de 1997 se encontraba
desempeñando el cargo de ejecutivo y segundo comandante del
batallón Joaquín París su procurado y que con motivo de las
vacaciones del titular ÁVILA BELTRAN, el cargo de comandante
encargado de dicha unidad a partir del 8 de julio, hasta el 19 de la
misma mensualidad, fecha en la que se reintegró al cargo de
comandante titular para atender un acto social con motivo de la
visita del general del ejército argentino BALZA.
Agregó que su defendido en horas de la mañana del 15 de julio
de 1997 llamó al hotel Monserrate de Mapiripan, en donde le
contestó Arbey de Jesús Rios y a éste le solicitó que le
comunicara al Juez, ante lo cual, entablaron comunicación a las
2:30 de la tarde, comentándole dicho funcionario los hechos del
juicio popular del 19 de mayo de 1997, y luego le manifestó que
habían paramilitares en cantidad de 60, con acento costeño,
quienes no dejaban trabajar y que tenían gente retenida; de igual
forma, señala que tan pronto como el Juez le informó lo hechos el
15 de julio de 1997 los puso en conocimiento de USCATEGUI,
quien de manera escueta y simple respondió que le enviara un
informe, ante lo cual en la misma fecha elaboró el oficio 2919 de
48
10 puntos en respuesta al requerimiento formulado con plazo
improrrogable y señalado en el oficio 4222 del 14 de julio de 1997.
Frente a la situación de orden público en Calamar, arguyó que el
14 de julio de 1997 RODRIGUEZ PORTELA comandante de la
brigada móvil dos llamó a su asesorado al comando y le dijo que
sus tropas ubicadas en tal sitio, serían atacadas por una fuerte
facción de las FARC, toda vez que el mayor ARBEY GARCIA ese
día se entrevistó con un campesino de la región quien le
manifestó que había visto entre 500 y 700 bandoleros, de ahí, que
el 14 de julio su defendido ciertamente tenia una compañía de
reserva de 107 hombres y esta unidad se alistó el mismo día
lunes 14 y en horas de la mañana del martes 15 de julio fue
aerotransportada directamente desde el batallón parís hasta
CALAMAR, para ejecutar la orden de operación 010 del 14 de
julio de 1997, como decisión tomada en una fecha anterior a la
data de haberse recibido la información por el juez de Mapiripán;
agregó que la compañía B se envió para CALAMAR después de
que OROZCO habló con Arbey de Jesús Ríos, a través de la cual
se pretendía tener comunicación con el señor juez, resalta que si
el administrador del hotel, le hubiera comentado la delicada y
grave situación de Mapiripan lo lógico era que su pupilo decidiera
ordenar el despliegue de sus tropas hasta Mapiripan y no
comprometerlas en CALAMAR, ante lo cual reitera que la
presencia de paramilitares se conoció por conducto del juez de
Mapiripan, en las horas de tarde del 15 de julio de 1997, después
de haberse efectuado el desplazamiento de la compañía a
CALAMAR.
49
Señaló que el oficio 2919 se cambio o trasfiguró de uno de 10
puntos por un segundo oficio de 4 puntos, como consecuencia de
la constante presión ejercida por el USCATEGUI, presión que
ejercía un General de la Republica, sobre un mayor, razón por la
cual se hizo valer un grado superior sobre uno inferior, el que
ostentaba un subalterno, pues Orozco solamente sabia que
oponerse a los deseos de un general, acabaría con la carrera de
un mayor, por lo que fue incapaz de resistir más tiempo a pesar
que procuro dilatar y evitar el cambio de dicho oficio, agrega que
la presión y las amenazas fueron demasiadas y por lo cual fue
imposible negarse frente al estado reverencial de un subalterno
ante un general.
Frente a la responsabilidad de OROZCO en omisión impropia de
los delitos de homicidio agravado en concurso homogéneo y
sucesivo, y en concurso heterogéneo con los ilícitos de secuestro
agravado, trae a colación el canon 25 del Código Penal, el cual
trata la regulación de los ilícitos de comisión por omisión,
disposición que condiciona el hecho al estar en posibilidad de
hacerlo.
Señaló el profesional del derecho, frente a la situación afrontada
por su poderdante para el mes de julio de 1997, que por orden
superior fue encargado del comando del batallón Joaquín Paris,
sin contar con medios materiales e idóneos para ser empleados
con la finalidad de proteger los bienes jurídicos, ya que no
contaba con efectivos o tropas para su empleo, debido a que días
antes de la llegada de los paramilitares, el teniente coronel AVILA
BELTRAN quien fungía como titular del batallón Joaquín Paris
antes de salir de vacaciones dispuso el envío de las tropas a las
50
localidades de Calamar, El Retorno y Puerto Concordia,
quedando desguarnecidas las poblaciones de San José de
Guaviare y Mapiripan, ya que en el puesto de mando de San José
del Guaviare, el Batallón Joaquín París tan solo contaba con 65
soldados pertenecientes al área administrativa y que no podían
comprometerse en Mapiripan, ya que era un suicidio enfrentarlos
a un grupo tan numeroso de paramilitares, conforme lo señaló en
la audiencia pública USCATEGUI, quien afirmó que se necesitan
3 soldados para enfrentar a un guerrillero.
De otra parte, recuerda que en la jurisdicción de la séptima
brigada, para el mes de julio de 1997, según el insitop o informe
de situación de personal, elaborado por el coronel MOLANO
DIAZ, oficial B-3 de operaciones de la misma brigada, contaba
con medios logísticos para prestar la protección a Mapiripán, lo
que estaba representado en 7 batallones, con un total de 119
oficiales, 516 Suboficiales y 3.415 soldados, ante lo cual hace ver
que USCTAEGUI comandante de la séptima brigada, contaba con
los medios físicos e idóneos para desarrollar un operativo,
replanteando otro dispositivo para actuar en Mapiripán.
Agrega, que la situación para su prohijado frente a los hechos
ocurridos en su jurisdicción entre el 15 y 20 de julio de 1997, era
la de atender una de las dos situaciones: No sacar las tropas de
Calamar, El Retorno y Puerto Concordia, para ser empleadas
operacionalmente en Mapiripan, ya que estas tres localidades
podrían ser atacadas por las FARC, según la información de
inteligencia militar y que por lo tanto quedarían desguarnecidas.
Además que el dispositivo de mantener las compañías en esas
localidades, obedecía al cumplimiento de orden legítima de
51
autoridad competente, emitida con las formalidades legales y que
por tal razón, por orden del teniente coronel Ávila Beltrán
comandante titular del batallón Joaquín Paris, quien ordenó
dichos desplazamientos antes de salir a disfrutar de sus
vacaciones y antes de que OROZCO se encargara del comando
de dicho batallón, orden o posición que eran respaldadas por el
USCATEGUI. Mover o desplazar las compañías, desde Calamar,
El Retorno y Puerto Concordia a Mapiripan por tierra, cruzando la
selva con las debidas seguridades para no ser emboscados por
las FARC, y con la consabida demora al recorrer un trayecto
extenso, no siendo inmediata u oportuna su intervención, o
desplazarse en helicópteros pertenecientes a la brigada móvil 2,
los cuales no se encontraban disponibles, por continuar
comprometidos en otras operaciones militares, movimiento o
desplazamiento que hubiese podido realizar OROZCO proceder
que le hubiese podido originar la comisión del ilícito de
desobediencia, al no cumplir con las ordenes impartidas por su
superior de mantener el dispositivo en los 3 municipios y
exponerlos a graves consecuencias, por un posible ataque de las
FARC, sobre estas regiones o localidades al quedar
desguarnecidas.
A la par con lo anterior, reitera que acertado es el concepto
emitido por el fiscal quien al calificar el merito del sumario, tipificó
la ausencia de responsabilidad penal a favor de su defendido.
Señaló que los conceptos u opiniones expuestos en desarrollo de
la audiencia por el coronel BOCANEGRA NAVIA en calidad de
perito militar, no ofrecen credibilidad, porque esa posición está
supeditada al temor reverencial que debe brindarse aun superior,
52
como lo es en este caso USCATEGUI RAMIREZ, además que
este perito, al analizar los factores de credibilidad que debían
darse al oficio 2919, fue impreciso, ya que omitió el referirse a las
normas reglamentarias señaladas en el manual del estado mayor,
respecto de los procedimientos para procesar y difundir un
informe de inteligencia, así como se hizo con el oficio 2919, frente
a unos hechos cumplidos y ocurridos en Mapiripan.
Manifiesta, que el Despacho en la sentencia debe pronunciarse si
existe en el proceso plena prueba que demuestre con absoluta
evidencia los nexos entre OROZCO y el paramilitar RENE como
lo repitieron en desarrollo de la audiencia.
Señala, que las repetidas objeciones y argumentos para reforzar
las consabidas criticas al contenido de los 10 puntos del oficio
2919, expuestas en desarrollo de la audiencia, tanto por el vocero
como por el defensor de USCATEGUI después de haber
trascurrido casi 8 años, respecto de los hechos de Mapiripan, son
extemporáneos, inoportunos, sustentados en dicha oportunidad
simplemente como estrategia defensiva, ya que son
observaciones trasnochadas, pues debieron clarificarse o
resolverse entre el 16 y 20 de julio de 1997 con el OROZCO de
manera directa e inmediata para que los aclarara, exigiéndole
precisión en desarrollo de la autoridad inherente del comandante
de brigada, quien ostentaba el grado de general de la Republica
Finalmente y luego de señalar que por constituirse como prueba
pertinente, concordante y que se relaciona con los hechos materia
de investigación, trascribe en sus alegaciones finales las
consideraciones aducidas por el general VELASCO CHAVEZ,
53
quien como juez de primera instancia y en calidad de
experimentado y competente perito militar, emitió resolución de
convocatoria a consejo de guerra, peticionó que con fundamento
en las argumentaciones y razones formuladas, en calidad de
defensor de OROZCO CASTRO, pretende se emita sentencia
absolutoria por los ilícitos enrostrados como autor por omisión
impropia de los delitos de homicidio agravado en concurso
heterogéneo y sucesivo, y en concurso heterogéneo con los
delitos de secuestro agravado, toda vez que se encuentran
acreditadas las causas sobre ausencia de responsabilidad penal,
ya que su prohijado actuó bajo las circunstancias, de una parte de
fuerza mayor, pues no contaba con personal ni medios idóneos
para operar en Mapíripan, inmediatamente ocurrió la incursión del
grupo paramilitar y de otro lado, que obró en estricto cumplimiento
de un deber legal, ya que como miembro de la fuerza pública y
garante, estaba cumpliendo con el deber legal y constitucional de
proteger los derechos de los pobladores de Calamar, El Retorno y
Puerto Concordia, quienes estaban seriamente amenazados por
las FARC.
Por último, pretende se profiera a favor de su pupilo sentencia
absolutoria por el ilícito de falsedad ideológica en documento
publico, ya que obró bajo insuperable coacción ajena con el fin de
elaborar el contenido del segundo oficio 2919 datado 15 de julio
de 1997, ello de conformidad a las pruebas y consideraciones
expuestas.
5.- VOCERO DE JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ
54
Inicia señalando que se encuentra de cara a una desmedida
acusación y a la investigación hecha respecto de USCATEGUI
frente a los hechos de Mapiripan en pro de su defensa, lo que
trasmitirá para efectos de sostener la petición de absolución que
se reclama.
Asegura, que el representante de la parte civil faltó a la verdad
procesal, toda vez que mintió, indicando que USCATEGUI fue la
persona que ordenó remitir las tropas del batallón Joaquín Parías
a Calamar el 15 de julio, lo cual es falso, pues no dijo en qué
sustentaba esa afirmación, ya que esa decisión fue tomada por
OROZCO el 14 de julio, y el coronel RODRIGUEZ PORTELA es
uno de los testigos de lujo de la Corte Constitucional, según el
cual recomendó a OROZCO que remitiera las tropas a Calamar.
Arguye que no hay duda alguna, de los macabros hechos
ocurridos en julio de 1997, de lo cual se desprende la probada
complacencia de algunas unidades militares y policiales de las
fuerzas armadas, afirmó que hubo acción directa de militares
activos y retirados, beneplácito de otros, existió dinero de por
medio, se pusieron trampas, se tejieron engaños, se produjeron
errores, se construyeron hipótesis, indica que al establecimiento le
interesa pasar la hoja, ya que a la Nación le han enrostrado en
innumerables escenarios internacionales sobre derechos
humanos, la masacre de Mapiripan.
Sostiene, que mientras señalan a USCATEGUI los responsables
dormían tranquilos, pues “si él nada sabia nada podía decir” pero que sin
embargo nadie investigó en pro de su defensa lo que sucedió en
Mapiripan; aseguró que de la investigación adelantada por él, se
55
sirvió la Fiscalía, que hoy lo acusa, para responsabilizar a algunos
de los que sí habían tenido que ver con tales actos.
Indicó que Mapiripan fue una operación a gran escala, cientos de
delincuentes se embarcaron en aeropuertos custodiados por la
fuerza pública y en aeronaves de gran calado al servicio del
ejercito nacional, cruzaron a lo ancho del territorio nacional,
monitoreados por radares Norteamericanos y se desplazaron por
vías controladas por el ejército nacional, pero nada ni nadie les
impidió continuar su camino; resaltó que sobre nada de lo anterior
tenia control USCATEGUI, ya que todo sucedió en área
operacional de otra brigada, lo cual está demostrado y que así lo
declaró la Judicatura cuando, entre otros, condená al comandante
de la BRIM 2.
Señaló que el coronel RODRIGUEZ PORTELA, quien estaba a
cargo de la brigada móvil 2, movilizó a su tropa para enfrentar a
las FARC que venían a cobrarle venganza a los paramilitares, lo
cual causa curiosidad, ya que a movilizó una cantidad importante
de efectivos para enfrentar a las FARC a una considerable
distancia, la cual no movilizó cuando los paramilitares estaban a
unos cuantos kilómetros de sus base, lo cual permitió que los
paramilitares salieran sin una sola baja, puesto que las unidades
castrenses que cohonestaron con la acción de los anteriores,
estaban protegiéndolos de sus enemigos naturales, la guerrilla.
Afirma que lo ya relacionado, ocurría a cientos de kilómetros de
USCATEGUI, sin que éste tuviera control ni responsabilidad sobre
ello: señaló qué el solitario, irregular y retraído oficio 2919, le fue
enviado a su poderdante, con la finalidad que OROZCO no dejara
56
evidencia, pues con ello manifestaría que se lo había remitido a
su comandante operacional en la brigada móvil 2, ya que ello
señalaría a éste último como responsable, y por tal motivo se lo
remite a quien sabia no podía actuar y de tal forma no solo se
blindaría él, sino que blindaría a sus compañeros de delito, lo que
sacaría en el momento oportuno a relucir para de ésta forma
distraer la investigación.
Aseguró que la certeza y el fundamento de su afirmación se basa
en que la fiscalía no vio inconveniente alguno en hacer cargos tan
graves como los de homicidio agravado y secuestro agravado, sin
hacer mención fundamentada de la imputación subjetiva de la
conducta y que con una errada posición de garante que dedujo la
fiscalía fuera suficiente para responsabilizar a USCATEGUI
RAMIREZ de los cruentos homicidios y secuestros que otros
cometieron.
Frente al tema de la jurisdicción, hizo ver, como punto de partida
que el Tribunal Superior de Bogota -Sala Penal- al confirmar la
condena de uno de los responsables de la masacre, la del coronel
LINO SANCHEZ, señaló que tal argumento defensivo -en el
sentido de la BRIM no tenia jurisdicción- que no solo era
descontextualizado sino sofistico, pues no es la simple
nominación o nombre lo que determina la naturaleza de una
institución, toda vez que la jurisdicción como institución en materia
militar no va atada al deber legal de adelantar las operaciones
ofensivas o defensivas cuando a la misma se le ha quitado el
mando operacional sobre la unidad militar y su territorio, ante lo
cual señaló que es un sofisma afirmar, como lo hizo la justicia
castrense, que a las BRIM se les asigna un área de operaciones.
57
Aclara que la autoridad del comandante de la IV división derivaba
del decreto presidencial N° 0871 datado 6534 de mayo 13 y de la
resolución N° 6534 del 16 de mayo de 1996 del Mindefensa, lo
cual lo convertían en amo y señor del teatro de operaciones que
comprendía la IV división en virtud de haber sido declarada la
misma como zona de orden público, lo cual permite afirmar que el
comandante de la IV división cuando le asignó un área geográfica
a la BRIM 2, no se extralimitó en sus funciones o en su autoridad
y que si así hubiese pasado, como en efecto fue, no se puede
responsabilizar a USCATEGUI por no operar en una zona en
donde su comandante había ordenado no solo que iba ha operar
otra brigada sino que tal territorio ya no estaba bajo su mando
operacional.
Por tal razón, resaltó que si entender que el mando operacional
otorgado a la BRIM 2 sobre el BIPAR lo era para una operación
especifica y que ello indica que solo es para esto y nada más, se
debería arribar a la conclusión que un batallón quedaría con dos
comandantes operacionales, lo cual el principio de unidad de
mando y de obediencia debida no lo permite; pues no es posible
que dos comandantes sin relación de mando entre ellos y del
mismo nivel jerárquico, manden a una misma unidad militar
subordinada, de ahí, qué cuando se habla de operaciones
especificas, no se puede hablar de un mando operacional doble o
compartido entre la BRIM 2 y la B7, ya que tal determinación está
referida a que las BRIM no llegaban a determinada área a
permanecer en los cuarteles o cumplir funciones propias de las
unidades permanentes como custodiar infraestructuras.
58
Asimismo, indicó que lo de las operaciones específicas es otro
argumento sofista con el que se ha pretendido desconocer lo
obvio, pues la BRIM 2 llegó a responder operacionalmente por
toda el área geográfica en donde efectivamente desarrolló
operaciones.
Frente a la declaración y certificación de MORA RANGEL,
apuntaló que se le ha dado una trascendencia conclusiva, a la
que no se le puede dar la vocación probatoria que de manera
repetitiva se la ha dado desde que fue citada por lo jueces
militares, ya que para la fecha de los hechos no tenia
conocimiento de lo que ocurría en materia operacional en la zona,
pues era el comandante de la V división, la que tenia el puesto de
mando en esta cuidad capital.
Señala que no es explicable el por qué las declaraciones de los
altos oficiales se tenían que dar, cuando ostentaban las máximas
dignidades al interior de las Fuerzas Armadas, mismas que fueron
delegadas en oficiales que nada tenían que ver con los hechos
directos por los que se le preguntaban, de tal forma, que no se
puede asumir una especie de verdad formal en donde los
comandantes pretenden lavarse las manos, para que otros
oficiales que nada tenían que ver sobre lo ocurrido
operacionalmente en la IV división para 1996 y 1997, hagan de
ello prueba sobre la cual se pueda endilgar responsabilidades en
cabeza de USCATEGUI.
Al tratar el tema de la omisión impropia, señaló que los
componentes del tipo objetivo son: situación típica, ausencia de la
acción ordenada, la capacidad individual de acción en la situación
59
concreta, producción de un resultado típico y posición de garante
en concreto.
Y que los componentes del tipo subjetivo de los delitos por
omisión impropia son: conocimiento de la situación típica,
conciencia de la propia capacidad de acción, conocimiento de la
posición de garante en concreto, voluntad de no llevar a cabo la
acción debida, aceptación deliberada e intencional del resultado
típico e infracción al deber objetivo de cuidado.
Señaló, que a la par con lo anterior, es necesario que la
acusación pruebe todos y cada unos se los presupuestos
sustanciales señalados, para que de ésta forma se proceda a la
titularización de responsabilidad en cabeza de USCATEGUI y qué
sino se ha probado uno o varios de ellos, como en realidad
sucede, no es legitimo ni legal que se emita sentencia
condenatoria, ya que algunos de los elementos no se presentan el
relación con su prohijado.
Señaló que para encaminar el debate probatorio, se debe tener
presente que contenidos dogmáticos, como la vigilancia de
fuentes de riesgo y otros institutos, no deben ser objeto de
debate, toda vez que nacen en nuestra legislaciones a través de
la ley 599 de 2000, normatividad que para la fecha de los hechos
materia de estudio no se encontraba vigente, de tal forma, que no
se puede sostener ninguna de estas teorías, ya que de hacerlo se
incurriría en una conceptualización desfavorable en contra de su
asesorado como en efecto lo hizo la fiscalía.
60
Indicó que no se desprende prueba de la acusación, lo que se
encuentra acompañado de la equivocación de la fiscalía al dar por
demostrada la posición de garante en concreto, así como la
capacidad individual de acción en la situación concreta y el debido
conocimiento del peligro real que se cernía sobre la población de
Mapiripán.
Al referirse a la competencia material, funcional y territorial de una
acción militar, señaló que está dada por la condición del mando
operacional del área geográfica y que por ello la sola jurisdicción
formal no convierte al superior administrativo en garante, pues es
el atributo del mando operacional el que otorga un deber
especifico de actuar en operaciones ofensivas o defensivas y que
tal autoridad es la que permite brindar misiones, brindar apoyo y
dar ordenes e instrucciones a las organizaciones militares
subordinadas, de donde se desprende que para éste caso siendo
el batallón Paris una unidad subordinada de la brigada móvil dos,
era la anterior la que tenia la obligación de ordenar, apoyar,
instruir y asignar las misiones operacionales que correspondían a
efectos de contrarrestar la amenaza que se cernía sobre la
población de Mapiripán, no solo por su deber material concreto,
sino en virtud del conocimiento especifico, amplio y detallado que
tuvo de la situación típica.
Refiere que analizada la situación del caso, se desprende que
USCATEGUI no contribuyó a la acción desplegada por las AUC,
toda vez que fue el no envió de tropas a Mapiripan por parte de
OROZCO o de LINO SANCHEZ lo que incrementó el riesgo
permitido, de ahí, que la omisión concomitante del primero no solo
se materializa en el no haber contrarestado el peligro que se
61
cernía sobre Mapiripan, sino en la no remisión de la información a
la BRIM 2 y que igualmente se omitió datos conclusivos en el
oficio 2919.
Complementa, indicando que la omisión no se hace referente a un
nexo de causalidad sino a un nexo de imputación
Ante el concepto de mando operacional, aseguró que éste permite
hablar de la posición de garante, lo cual fue clarificado por el
perito coronel ALFREDO BOCANEGRA NAVIA, quien señaló las
razones lógicas y pragmáticas para ello, por lo que es errado
sostener que solo se tenga la posición de garante en concreto,
cuando se detente o no el mando operacional, de donde se
desprende que lo que esta mal no son las reflexiones del perito
militar sobre tal punto, sino la doctrina militar ya que
tradicionalmente e históricamente se les ha enseñado a las
fuerzas castrenses, que la posición de garante no se puede
considerar por el solo hecho si ostenta o no el mando operacional.
Frente a la omisión de la BRIM 2 rememoró que el comandante
LINO SANCHEZ se abstuvo de actuar de manera deliberada, lo
que se concretó con la intención que el resultado se presentara,
por lo que el actuar de éste coronel fue doloso, pues con su
proceder permitió los resultados nefastos que alcanzaron las
autodefensas en Mapiripán, mientras que la omisión de la B7 que
estaba bajo el mando de USCATEGUI, de la cual fue motivo de
acusación es agresiva, cuestionable dogmática y
probatoriamente, que el contexto en que la enmarcan es muy
diferente a la de la BRIM2, ya que los elementos subjetivos brillan
por su ausencia, tanto así que la fiscalía y la defensa se
62
encuentran en un punto, el de la falta absoluta de elementos que
les permitan señalar que USCATEGUI se abstuvo de actuar con
voluntad y no llevar a cabo la acción debida que le increpa la
fiscalía aceptando de esta manera deliberadamente e
intencionalmente el resultado típico.
Sobre el mando operacional, señaló que éste es el que le permite
a un comandante operar con unidades militares subordinadas en
un determinado territorio ya sea para actividades ofensivas o
defensivas, de lo cual se desprende, que ello no implica
responsabilidad de apoyo administrativo y logístico, de donde se
desprende que el mando operacional recae en un comandante y
la responsabilidad administrativa la posee otro, de ahí, que la
BRIM2 no hubiere asumido el mando integral sobre el BIPAR.
Frente a la asignación de jurisdicción a la BRIM2, manifestó que
el señalamiento que las BRIM no tuvieran jurisdicción es lógico,
pues si su permanencia era limitada en tiempo y espacio, no se
les podría asignar jurisdicción en un sentido genérico, pues ésta
implica una amplia permanencia en el tiempo, lo que no sucede
con el mando operacional que admite cierta movilidad en tiempos
mucho mas cortos.
Aseguró, que es suficiente la prueba con la que se encuentra
acreditado que el mando operacional lo tenía la brigada móvil 2 en
julio de 1997, lo que ha sido sostenido entro otros, por el
comandante de la IV división General Ardila Uribe -Comandante
directo tanto de la BRIM2 como del B7- y de igual forma el
Sargento Viceprimero Jesús Alberto Ramírez Machado
responsable de la sección de inteligencia de la BIPAR y que igual
63
atestación hicieron los comandantes del batallón París,
alocuciones que respaldan lo señalado por el perito militar y lo
que demuestra el mando operacional de la BRIM2 sobre el BIPAR
y del territorio que jurisdiccionalmente le pertenecía a esta unidad
militar.
Indicó que el Tribunal Superior de Bogotá en la decisión que
confirmo la condena de LINO SANCHEZ, señaló que es claro que
la BRIM2 tenía el mando operacional del BIPAR y de ahí la
responsabilidad sobre Mapiripán; asegura que existe una
pluralidad de elementos de juicio para afirmar que el mando
operacional del BIPAR lo tenia la brigada móvil 2.
A la par con lo anterior, hizo ver que del dictamen y la declaración
rendida por el general BEDOYA PIZARRO, se desprende que la
información a través de la cual se deben adoptar operaciones
ofensivas o defensivas debe ser evaluada, como lo era lo narrado
en el oficio 2919, el que no tenia ningún tipo de evaluación, no
obstante lo había signado un especialista en inteligencia militar,
como lo es o era OROZCO, lo cual era imperioso, ya que se
trataba de dar a conocer una situación especial de orden público
como lo era la presencia de las autodefensas en la población de
Mapiripan.
Indicó que la pericia en materia militar no fue objetada y por tal
razón la misma tiene plena validez, no solo por el contenido y
fundamento de la misma, sino porque se deriva de una doctrina
militar que claramente fue explicada; agregó que se entiende
como doctrina militar los conceptos que se encuentran en los
64
reglamentos, los que rigen el comportamiento y el actuar de las
unidades militares del ejército nacional.
Sostuvo que con fundamento en las declaraciones de los
Generales OSPINA OVALLE Y ARDILA URIBE, fue que el perito
llegó a la conclusión de que a la BRIM2 le habían entregado el
mando operacional sobre el BIPAR y con ello la responsabilidad
sobre el territorio jurisdiccional del anterior batallón; añadió que el
perito precisó que entre la B7 y la BRIM2 no existía ningún tipo de
relación, salvo para evitar fuego fraticida.
Arguye que el perito explicó la razón por la cual cuando se
entrega el mando operacional de una brigada fija a una brigada
móvil, no se otorga la responsabilidad administrativa; y lo relativo
a las órdenes fragmentarias que provienen de un plan u orden de
operaciones matriz y como tales órdenes fragmentarias pueden
recibir otro nombre o clave, sin que ello implique que se de
nacimiento a un nuevo plan u orden de operaciones y menos que
la orden fragmentaria sustituya la matriz.
Frente a este tópico, señaló que el peritazgo es un medio de
prueba concluyente en este proceso para afirmar la inocencia de
USCATEGUI RAMIREZ, toda vez que resuelve en su favor una
serie de interrogantes que ni los jueces militares ni los acusadores
se preocuparon por responder, de ahí, que la culpabilidad que
predican, se edificó en interrogantes y no en respuestas.
Adveró que en el dictamen, entre otras cosas, se destacó que las
ordenes de operaciones que una brigada móvil emite y en donde
refiera que un batallón está agregado operacionalmente a la
65
misma son documentos validos en materia militar para afirmar que
dicha brigada tenía el mando operacional sobre dicho batallón, lo
que permite señalar que el mando operacional sobre el batallón
Joaquín París entre mayo y agosto de 1997 lo tenia la BRIM2 y
que dichos documentos, conforme a la doctrina militar que fue
explicada permite señalar con grado de certidumbre que para julio
de 1997 la BRIM2 tenia un territorio bajo su control operacional,
territorio que comprendía Mapiripán.
Afirmó que USCATEGUI no tenia la posición de garante en
concreto, esto es, que no tenia el deber legar de actuar, pero no
solo esto, sino que el conocimiento que tenia de la situación
estaba viciado, como que no tenia la capacidad material y
especifica de contrarrestar lo que estaba sucediendo en
Mapiripán.
Señala que el oficio 2919 debe mirarse en el contexto histórico en
el que se produjo, debe examinarse su contenido, la forma del
mismo de cara a la ortodoxia militar, quién lo emitió, a quién se le
dirigió y cuáles sucesos se presentaron con posterioridad al
recibido del mismo. Que es importante hacer referencia a dos
aspectos en torno al oficio en cuestión, la lectura que al mismo
pudiera darle USCATEGUI y su Estado Mayor para el 16 y 17 de
julio de 1.997 y las circunstancias que posteriormente se pusieron
en evidencia y que permiten afirmar que la forma en que estaba
elaborado el mencionado oficio revelan que simple y
exclusivamente se trataba de armar una coartada que blindara a
los comandantes de las unidades militares acantonadas en la
zona de San José del Guaviare sobre la responsabilidad que les
asistía sobre Mapiripan; se trataba de una trampa puesta a
66
USCATEGUI RAMIREZ en donde OROZCO sabia que con la
información que remitía a quien no era su comandante
operacional, iba a lograr precisamente lo que logró, que la B7 no
le diera credibilidad a la información, pero que en el momento
oportuno, cuando la responsabilidad de OROZCO, quedara al
descubierto por la fuerza de la evidencia, le sirviera para
excusarse en una fingida solicitud de apoyo.
Manifestó que OROZCO conocía ciertas circunstancias que no
relaciono en el oficio 2919, mismas que no incluyó ya que no tenía
la intención que se actuara, toda vez que dicha información la
remitió a quien no tenía la competencia operacional como
claramente lo refirieron varios testigos en el proceso y como
quedó claro en el experticio rendido por el perito militar.
De otra parte, indicó que en el dictamen rendido por el perito se
ilustró frente a lo que significa la evaluación C-2, lo que es un
RESIN, de ahí, que de cara al RESIN del 10 al 17 de julio, señaló
que lo manifestado por el perito es importante y que se le debe
dar la mayor credibilidad a éste, ya que esa máxima credibilidad lo
es tanto por inclusión como por exclusión, ya que si se incluye
una información en el RESIN ello implica que ésta es
verdaderamente importante y su credibilidad dependerá de la
evaluación que conforme al MIC tenga.
Arguye que deliberadamente se vició el conocimiento de la
situación típica, como quiera que el conocimiento de la misma es
necesario para poder predicar responsabilidad penal en punto de
comisión por omisión, ya que de ese conocimiento depende de si
la no acción lo fue por dolo o por culpa, o si el vicio mismo en el
67
conocimiento -provocado por Orozco- conducía a que se
presentara un supuesto de prohibición de regreso, lo cual excluye
el nexo de imputación en los delitos de omisión impropia.
Predica que tiene claro que USCATEGUI no solo no tenía la
posición de garante en concreto, sino que la información que
sobre la situación típica se le trasmitió, fue deliberada e
intencionalmente producida para que él y su estado mayor se
formasen un juicio inexacto de lo que estaba y podía suceder.
Asimismo, señaló que a lo largo de la investigación se
desprenden enormes equívocos de las Fiscalía General en su
pretensión de condena para el USCATEGUI, por lo que destaca la
volatilidad del acusador público, cuando cita la disposición 02 de
1996 de la B7 para fundamentar la jurisdicción, pero que no citan
la observación de que el BIPAR quedaba bajo mando operacional
de la BRIM2, lo cual conduciría a reconocer la falta de
competencia operacional de la B7sobre el territorio del BIPAR.
Enfatizó que el fiscal en la acusación insiste que la BRIM2 debía
realizar operaciones en los departamentos de Guaviare y Vaupés,
pero que en agosto de 2001 en su intervención en contra del
coronel LINO SANCHEZ ante el Juzgado 2 Penal Especializado
afirmó que la Brigada móvil 2 desarrollaba operaciones en los
departamentos del Guaviare, Vaupés y Meta, que decir hoy lo
contrario no solo contradice lo expresado por él mismo, sino que
es contrario a la evidencia como se aprecia en los diferentes
boletines de la cuarta división, en los que aparecen acciones de la
BRIM2 en Mapiripan y Puerto Concordia, que ello, como entre
otras cosas no fue explicado cuando un batallón se le entrega en
68
agregación a una brigada, se le entrega con tropa y territorio, pero
además, tal y como lo explicó BEDOYA PIZARRO, a la BRIM2 se
le entregó el Vaupés y Guaviare, esto es, se le entrego el río
GUAVIARE siendo apenas lógico que los puertos y los municipios
adyacentes de tal afluencia fueran su responsabilidad.
Adujo que se deben observar el “lujo” de testigos que constituyen
los comandantes de la BRIM2 de abril a agosto de 1997; que los
dos primeros LINO SANCHEZ Y RODRIGUEZ PORTELA, que
antes que declarar, se estaban defendiendo, ya que ellos eran
para la época de los hechos los responsables operacionales
sobre el BIPAR y su territorio, que aparte de la gran cantidad de
circunstancias anómalas que los rodean y los comprometen,
hasta el punto que LINO SANCHEZ está condenado con fallo de
segunda instancia por concierto para delinquir entre otros.
Señaló que para julio de 1997 el alto mando no era ni el general
MORA RANGEL ni su colega OSPINA OVALLE, ya que para
dicha fecha tan solo se encontraban haciendo carrera y que para
el momento de los hechos el alto mando estaba asignado a los
Generales BEDOYA Y BONETT, ante lo cual indicó, que el
primero dejó en claro que el hecho de que el plan de operaciones
mencionara solo los departamentos Guaviare y Vaupés, no
indicaba que las operaciones allí señaladas no cubrirían las zonas
circundantes y los puertos del rió Guaviare como lo son los
municipios de Puerto Concordia y Mapiripan - Meta.
Afirmó que el decreto número 0871 del 13 de mayo de 1996 y la
resolución 6534 del 16 de mayo de 1996 del Mindefensa otorgó al
comandante de la IV división, autorización para asignar
69
responsabilidades operacionales a las diferentes brigadas bajo su
mando, incluyendo responsabilidades sobre una determinada
área geográfica; de otra parte, señaló que se ilustró en el sentido
que si ya existía una operación documentada, como la operación
conquista el comandante de la cuarta división no tenia que emitir
una nueva orden de operaciones para ordenarle a la BRIM 2 para
que retornara a San José del Guaviare a continuar con la
operación conquista.
Señaló, que de igual forma el BEDOYA exhibió el documentó que
demostraba e imponía la dependencia operacional entre la IV
División y la BRIM 2 y puntualizo por qué un Batallón no pude
tener simultáneamente dos comandantes de brigada como
comandantes operacionales y que por ende el por qué no podía el
BIPAR estar bajo en mando operacional de la BRIM2 para realizar
operaciones especificas pero al mismo tiempo estar bajo el
mando operacional de la B7 a efectos que se respondiera por la
jurisdicción territorial del BIPAR, ante lo cual concluyó que cuando
se entrega el mando operacional, el mismo se entrega
integralmente o no se entrega, lo que permite afirmar que cuando
se expresa “para operaciones especificas“ esto no indica
simultaneidad en el ejercicio del mando operacional.
Refirió que perfectamente es claro que cuando una disposición le
otorga amplias facultades a un comandante de división para
efectos de asignar jurisdicciones a sus brigadas, tal comandante
podrá por medio de órdenes operacionales segregar o agregarle
batallones a sus brigadas, por lo que dicho comandante de
división podía poner a responder operacionalmente a una brigada
móvil sobre parte de la jurisdicción territorial de otra brigada y que
70
por tal razón, se puede llegar a la conclusión que de acuerdo a las
realidades operacionales que gobernaban al Ejército Nacional, y
en general a las Fuerza Armadas para los años de 1996 y 1997,
cuando en virtud del plan conquista se le entregó el mando o la
responsabilidad operacional sobre el territorio o la jurisdicción total
del batallón Joaquín Paris.
De igual forma, explicó por qué, de la lectura de la orden de
operación libertad, no se puede concluir que la operación
conquista hubiera terminado en 1.996, ya que no solo la misma
continuaba a cargo de la B7, sino que al retornar la BRIM2 a San
José del Guaviare, esta brigada retomaba nuevamente la
operación conquista, que también se explicó que USCATEGUI no
se hizo presente como comandante de la séptima brigada a los
actos protocolarios de El Barracón y San José del Guaviare una
vez ocurrió lo de Mapiripán, porque ese territorio estaba bajo la
responsabilidad de otros oficiales de otras brigadas.
Frente a este tópico, finalmente señaló que BEDOYA PIZARRO,
no solo confirmó lo que los testigos y los documentos indican en
el proceso, sino que dejó sin piso las estructuras fácticas sobre
las que nuestros acusadores han edificado su pretensión de
condena, clarificó los errores probatorios a los que
prematuramente arribaron los jueces militares, la Corte
Constitucional y la Procuraduría General de la Nación.
Remarcó que es cierto que hubo un hecho que marcó la suerte de
USCATEGUI y sobre el cual la fiscalía dio como acreditado el
dolo; agregó que no se conocía la celada de la que estaba siendo
objeto su poderdante, de ahí, que se volviera intencional lo que no
71
se quería o se preveía, acto a través del cual USCATEGUI le
hubiera recomendado a OROZCO revisar los términos del oficio
2919 un tiempo después de haberse producido la masacre, error
que cometió su prohijado, mismo que le ha costado, toda vez que
lo pretendido en procura de que el Ejercito Nacional no se le
pusiera en la picota pública por una omisión, para que no fuera
cuestionado en los escenarios internacionales frente a la lucha
que adelantaba en contra de los grupos al margen de la ley, para
que no se viera comprometida la ayuda internacional que el país
recibía, en un entorno en donde el alto mando ofrecía una versión
muy diferente a lo que él y todo el país conoció, razón ante la cual
le entregaría en bandeja de plata la defensa y coartada, que con
posterioridad los verdaderos responsables de los criminales actos
en Mapiripan, habrían de capitalizar en su favor y en contra de su
asistido.
Señaló que pudo haber sido un error, no por el acto mismo, sino
porque ello marcó su suerte y vida; pero que tal acto no puede
trasformar las cosas en lo que no son, de ahí, que no puede
volver a USCATEGUI garante en concreto, si para julio de 1997
no lo era, acto que no le otorga la competencia operacional sobre
Mapiripan para julio de 1997, asimismo, que ese proceder no
tiene la virtualidad de sanear el vicio que en su conocimiento
sobre la situación típica le fue provocado por OROZCO el 16 y 17
de julio, acto que no tiene la potencialidad de decir que tenia la
capacidad material de actuar con tropas para la fecha de los
hechos materia de estudio y que por ende tal acto no tiene la
capacidad de cambiar las situaciones objetivas para el momento
de los hechos y sobre los cuales no se puede edificar la
72
imputación objetiva y memos subjetiva de los delitos por los que
se solicita condenar a USCATEGUI.
Asegura que se debe observar el acto mismo, para determinar si
este tiene trascendencia para permitir un juicio típico por falsedad
en documento público y que esta probado que quien elaboró el
segundo oficio 2919 fue OROZCO y no su poderdante, lo cual
implica establecer si fue o no determinador en la elaboración del
segundo oficio 2919.
Señaló, que en contra de USCATEGUI se tiene que era el
superior de OROZCO quien era un Mayor, lo que le permitió a
OROZCO tomar o adoptar la postura de víctima, lo que tantos
réditos le ha producido, pero que al mirarse la situación en
retrospectiva, como de hecho se debe hacer, resulta bien
diferente, pues OROZCO como se ha sostenido era un oficial,
quien de forma maquiavélica, le tendió una celada a su superior
administrativo, ante lo cual anticipó toda su defensa antes de los
hechos de Mapiripan, para de esa forma ponerse a salvo, como
en efecto sucedió.
Indica que no se puede tener a USCATEGUI como responsable
por el cargo de falsedad en documento público, entre otras cosas,
porque era OROZCO quien tenia el dominio funcional y material
del hecho; igualmente aseguró que entre ambos procesados se
transó una disputa sobre el punto, en el sentido que aquel indica
que fue presionado, coaccionado y éste tan solo indicó que
simplemente le recomendó que revisara los términos del oficio
2919, ante lo cual asegura que se le debe creer a su poderdante,
ya que siempre ha estado presente en el juicio respectando la
73
autoridad de sus jueces y que solo ha acudido a los instrumentos
que nuestra civilidad le ofrece para pregonar su inocencia ante lo
cual relaciono una pluralidad de hechos, entre otros, tales como:
que los oficios 2919 los hizo OROZCO por su propia voluntad, ya
que él se encontraba en la zona de los acontecimientos y que el
hecho que USCATEGUI le hubiera dicho que analizara o revisara
los términos del oficio para que el mismo correspondiera a la
verdad, no puede convertir a su prohijado en determinador de la
falsedad que se le increpa, asimismo, que el oficio en cuestión,
desde el 21 de julio lo conoció la inspección general del Ejército y
que por tal razón la reelaboración del otro oficio 2919 no tenia
sentido
Finalmente, el profesional del derecho señala que teniendo en
cuenta que a USCATEGUI le fue tendida una celada, engañado,
es improcedente una imputación objetiva de las conductas,
referida a la posición de garante en concreto y a la capacidad de
actuar, agregó que es improcedente la imputación subjetiva de las
conductas punibles por las que ha sido acusado, lo cual hace
referencia al vicio en el conocimiento de la situación típica que
deliberadamente le fue provocada, como la ausencia de querer o
de intención; arguyó que quedaron en evidencia los errores
probatorios a los que prematuramente arribaron los jueces
militares de primer grado y que luego fueron reproducidos por la
corte constitucional, la vice procuraduría general y los acusadores
de este proceso, acusación que no contiene el fundamento fáctico
que en el grado de certeza exige nuestro ordenamiento jurídico
penal, razones ante las cuales pide se emita sentencia absolutoria
a favor de USCATEGUI RAMIREZ de todos los cargos por los que
se le acusó.
74
6. DEFENSOR DE JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ
En un extenso escrito el defensor del incriminado JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ presentó las alegaciones
finales, solicitando la absolución a favor del prenombrado de los
cargos imputados por los delitos de homicidio, secuestro y
falsedad ideológica en documento público, que deviene como
lógica reflexión de la imposibilidad probatoria de atribuirle
responsabilidad en tal concurso delictivo, y en forma subsidiaria,
demandó la aplicación del principio in dubio pro reo bajo el
entendido de la duda que existe sobre quién tenia el mando
operacional del batallón Joaquín Paris para la fecha del
acontecer y por desconocerse la fecha exacta de vigencia
de la operación conquista. ( Fuera de texto)
A su juicio el procesado USCATEGUI RAMIREZ, carecía del
mando operacional sobre el batallón Joaquín París y de la
jurisdicción de Mapiripán, en razón que para el mes de abril de
1997 a raíz de la operación conquista dejó el mando del Bipar por
cuanto dicho batallón fue agregado a la brigada móvil y pasó a
ésta con asignación territorial sobre esa localidad, circunstancia
que lo relevó del mando del mismo.
Afirmó el libelista que su protegido recibió la noticia de manera
distorsionada por parte de OROZCO, situación que motivó la
iniciación de una investigación. Refirió que el enjuiciado para la
fecha de los hechos se encontraba a una distancia considerable y
75
no contaba con las tropas ni con medios de transporte para
ordenar una operación militar de salvamento.
En su sentir no obra medio de convicción indicativo que el
acusado USCATEGUI hubiese incurrido en la presunta omisión
imputada, con el propósito de facilitar la ocurrencia de dicho
acontecer, ya que no tuvo la voluntad para dicho suceso, por esta
razón deduce que carecía de la condición de garante y por ende
ha de inferirse la imposibilidad de edificar responsabilidad penal
en su contra.
En igual condición, frente al delito de falsedad ideológica en
documento público acota la defensa, que tal imputación es falaz y
por tanto carece de capacidad probatoria. Rememora que el
general TAPIAS desempeñando el cargo de inspector general del
ejército recibió de OROZCO copia del oficio 2919, por lo que
cuando se elaboró el segundo oficio con la misma numeración
éste se encontraba despojado de cualquier capacidad de prueba,
pues no alteró o modificó el contenido del anterior oficio, toda vez
que era objeto de investigación, por manera que en dicho evento
se estaría endilgando una conducta de falsedad ideológica,
cuando el contenido de aquél es falaz.
Ahora, en el desarrollo de estos planteamientos la defensa copia
amplios sectores de algunos medios de convicción, de referencias
a posturas doctrinales, jurisprudenciales, transcripciones de
decisiones judiciales, para ocuparse posteriormente de la
situación fáctica, de la naturaleza de las conductas imputadas, de
las reglas de su apreciación y de la certeza judicial,
entremezclando en estos aspectos doctrinarios y jurisprudenciales
76
críticas sobre la valoración probatoria y de esta manera cuestionar
la forma como los funcionarios en distintas instancias han
evaluado las probanzas y han construido la responsabilidad de su
defendido para las referidas imputaciones.
Subrayó que con sustento en el informe remitido el 15 de julio de
1997, los testimonios de LEONARDO IVAN CORTES juez de
Mapiripán, GUSTAVO HINCAPIE RESTREPO inspector fluvial
del Guaviare, EDMUNDO SCHMITZ SICARD piloto que
transportó a los pasajeros ultimados por los paramilitares, el
informe de inteligencia signado por el teniente CALDERON y
demás probanzas referidas al arribo y desplazamiento del grupo
ilegal en esa área, deben ser vistas las afirmaciones de OROZCO
CASTRO por presentar contradicciones insalvables.
Apuntó, que para establecer lo afirmado basta examinar la noticia
que fue divulgada con antelación a la masacre, recordó, que las
Farc llevó a cabo un juicio popular a las autoridades civiles de
Mapiripán, entre ellos, el juez LEONARDO IVAN CORTES
NOVOA, hecho relevante que fue objeto de una investigación,
quedando encargado OROZCO el 8 de julio de 1997 en calidad
de comandante del batallón Joaquín Paris supeditado en el
mando operacional a la brigada móvil 2 de realizar las
averiguaciones del caso, tal como se vislumbra de la reiteración
del 14 de julio por parte del jefe de estado mayor de la 7ª
brigada, en tal condición OROZCO CASTRO informó lo sucedido
en el denominado juicio popular, sin pormenores, por cuanto no
especificó qué unidades se movilizaron hasta dicho municipio, qué
autoridad investigó; qué agrupación ilegal llevó a cabo el mismo,
su finalidad, el desarrollo de tal acto, las medidas adoptadas por
77
dicha unidad ante tales hechos, y por el contrario consignó datos
de la fuente que no se acostumbra y las ocultó, a pesar de la
necesidad de desarrollar operaciones militares; y apuntando,
acciones diferentes a las del acto mismo denominado juicio
popular, enfatizando que en Mapiripán ha sido evidente la
presencia de un grupo ilegal.
Esta situación a juicio de la defensa, constituyó un hecho que
merecía la atención de las autoridades respectivas, que era una
obligación que le asistía a OROZCO colocar en conocimiento
tales hechos a la brigada móvil 2 y buscar apoyo en otros
funcionarios, entre ellos, la Policía Antinarcóticos, la Policía del
Departamento del Guaviare, tropas de la Escuela de Fuerzas
Especiales en El Barrancón o los infantes de marina. No obstante
OROZCO omitió acudir a cualquiera de estas autoridades,
destacando, que con dicha actitud demostró fue una connivencia
con los paramilitares brindándoles protección.
Añadió la defensa, que atendiendo el contenido del informe se
deduce que para el momento en que se suscribió, aun no se
habían iniciado los asesinatos, circunstancia que hace parte de
las mentiras de OROZCO CASTRO, por cuanto su elaboración
data del 15 de julio de 1997 y para esa fecha se contaba con la
denuncia del fallecimiento de los pasajeros de la avioneta
piloteada por SCHMIT.
Apuntó, que conforme a la explicación de OROZCO el oficio 2919
es elaborado el 15 de julio de 1997 y remitido a la 7ª brigada el
16 a las 07:09, a la par, se verificó que el fax 268 de inteligencia
militar lo recibió el 15 a las 16: 45 horas, denotando la defensa,
78
que contrario a ello, el teniente CALDERON manifestó haber
comunicado tal acontecer desde las primeras horas de la mañana,
situación sobre la que se pregunta cuál la razón para no hacer
referencia sobre tales pormenores. A partir de ello enfatiza, que
la finalidad era la desinformación de lo que realmente estaba
sucediendo, con el ánimo de crear ambigüedad sobre la realidad
de tal aspecto, de ahí, que sobre tales puntos OROZCO presentó
distintas y evidentes contradicciones, ya que en una de sus
manifestaciones dijo que el juez informó sobre la posible
presencia de FIDEL CASTAÑO en la población, pero después
indicó que el juez mencionó fue a CARLOS CASTAÑO, en razón
que le pareció haberlo reconocido físicamente, circunstancias,
que a juicio suyo, quedaron desvirtuadas al confrontar el
contenido del escrito presentado por el juez de Mapiripán al
Tribunal Superior de Villavicencio el 16 y 21 de julio.
También apuntó el libelista, que en condiciones similares, se
encuentra la afirmación que los hombres que arribaron a la
localidad de Mapiripán tienen acento paisa y costeño, razón
suficiente según lo manifestado por OROZCO para tildarlos de
paramilitares procedentes del Urabá. Además, que relacionó que
por ser Mapiripán una zona cocalera, había bastantes personas
desocupadas que llegaban de todas las regiones del país, con el
único objetivo de laborar como “raspachines”, situación que
considera alejada de la realidad, ya que el identificar un acento
de una persona, no es un elemento contundente para afirmar
que viene de la región de Urabá.
Citó la declaración del juez de Mapiripán fechada 29 de julio de
1997 en la que adujo, que es falso que OROZCO lo cuestionó
79
sobre lo sucedido con los ocupantes de la avioneta, precisó, que
tal información indudablemente la facilitó otra fuente, y hace
alusión que pudo haber sido la Policía Antinarcóticos, dado que
en esa instancia se recibió la denuncia formulada por el piloto de
la avioneta. A tal razonamiento arriba la defensa, a partir de la
premisa que si OROZCO contaba con otras fuentes de
información, por qué no citó las mismas en su informe.
Precisó como notorias las incoherencias de OROZCO, al afirmar
que el juez en los primeros diálogos no hizo ninguna relación con
ningún asesinato y dicha información, sobre el deceso de los
ocupantes de la avioneta solo fue conocida a través de la
denuncia y es comunicada a OROZCO, quien cuestiona al juez
por tales hechos, ya que el Juez desde sus primeros diálogos
refirió a muertes de personas.
Indicó la defensa que dadas las falacias suministradas por
OROZCO tanto en sus versiones como en el informe, es a partir
del último, que deben ser vistos los elementos de juicio a
examinar, ya que precisamente fue enviado a USCÁTEGUI ( No.
2919 ) del 15 de julio de 1997, junto con lo declarado por el juez
de Mapiripán, del inspector fluvial del Guaviare, del piloto
SCHMIT que transportó a los pasajeros asesinados por los
paramilitares, el informe de inteligencia firmado por el teniente
CALDERON y todas las declaraciones e informes militares sobre
el arribo y despliegue del grupo delictivo en esa zona.
Trae a colación que con antelación a la masacre, las FARC
habían realizado un juicio popular a las autoridades civiles de
Mapiripán, incluido entre éstas, el juez de la localidad
80
LEONARDO IVAN CORTES NOVOA. Por la trascendencia que
los medios de comunicación le dieron a este hecho, las máximas
autoridades de la rama ejecutiva ordenaron una investigación,
que en ultima instancia llegó al comandante de la séptima
brigada, superior administrativo del batallón Joaquín Paris, quien
al carecer de tropas en la zona de Mapiripán, encargó a OROZCO
el 8 de julio de 1997, comandante del batallón París, dependiente
operacionalmente de la brigada móvil 2, para que hiciera la
investigación de lo sucedido.
De ahí, que para el 14 del mismo mes, el encargado de ésta
investigación no había cumplido dicho cometido, fue requerido vía
fax por el jefe de estado mayor de la 7ª brigada para que un
plazo de 24 horas hubiese respuesta, es así, que OROZCO
contesta sobre lo sucedido en el denominado juicio popular. Al
respecto señaló la defensa que si se analiza el contenido del
informe relativo a éste suceso, no se advierte investigación de
ninguna naturaleza, por la precariedad en que se rindió, al punto
que ni siquiera hizo alusión al grupo subversivo que realizó el
denominado juicio popular ni el tema o desarrollo de tal acto y si
por el contrario dio detalles de la fuente, informe que por el
contrario generó confusiones y ambivalencia sobre la presencia
del grupo ilegal y por lo tanto la información contenida no pudo
ser considerada suficiente para impartir la orden del despliegue de
una operación militar, cuando la realidad era la comisión de
múltiples ilícitos pero se tergiversó la misma y ello dificultó
desplegar el operativo correspondiente, a pesar del conocimiento
de las otras autoridades.
81
El togado derivó de la ocultación de la información por parte de
OROZCO CASTRO un compromiso de aquel con el grupo al
margen de la ley, pues al confrontar las manifestaciones del juez,
las del inspector fluvial del Guaviare GUSTAVO HINCAPIE
RESTREPO y la secretaria de la Cooperativa de Transporte fluvial
ISABEL MORENO ORJUELA sobre la paralización del transporte
en el río Guaviare, además, de la presencia de hombres
irregulares armados en el municipio de Charras, no citó a estas
personas como fuentes de información para su valoración dentro
de la posibilidad de adelantar una operación militar, situación de la
cual no es desconocedor ya que precisamente cuenta con la
capacidad suficiente para rendir un informe de inteligencia militar
y conocer cuando puede ser evaluado y clasificado como tal.
Resaltó lo aseverado por el teniente CALDERON, quien se
encontraba en una misión de agente encubierto en San José del
Guaviare, contaba con informantes en Mapiripán y aseguró que el
mismo día 15, ante la presencia de los integrantes del grupo
armado ilegal en esa población recibió comunicación de tal hecho,
misma que pasó de inmediato al comando del batallón París, y al
comandante de la brigada móvil 2, hecho que el letrado consideró
trascendental en el esclarecimiento del acontecer al ser indicativo
de las distintas fuentes con que OROZCO contó en la mañana del
15 de julio de 1997 al paso que se enteró que el grupo ilegal
estaba conformado por paramilitares.
En lo tocante con el mando operacional de la brigada móvil 2
sobre el batallón París y de la jurisdicción de éste respecto del
municipio de Mapiripán, reseñó las múltiples órdenes de
operaciones militares, para concluir que aquella tenía el mando
82
operacional del batallón Joaquín París y que la población de
Mapiripán estaba bajo su jurisdicción y por lo tanto los
comandantes del batallón como OROZCO CASTRO y el teniente
coronel LINO SANCHEZ de la brigada móvil 2, tenían la condición
de garantes respecto a la protección de la vida y los derechos
fundamentales de los pobladores de Mapiripán, en apoyo de dicha
tesis citó precedentes jurisprudenciales y conceptos al respecto.
Cuestionó el profesional del derecho que en el presente caso, a
la par se realizaron consideraciones para los dos procesados,
cuando su defendido USCATEGUI RAMIREZ fue desinformado
mediante el fax 2919 y OROZCO contaba con múltiples fuentes
informativas, circunstancias que no pueden ser tenidas en cuenta
para atribuir el mismo valor probatorio a los elementos de juicio
para los dos, contrario a ello, tales medios probatorios deben ser
independientes para cada uno, por ello, es que anota que ante la
afirmación que los dos oficiales tenían competencia material,
funcional y territorial sobre Mapiripán, se demostró lo contrario, es
decir que dicho municipio estaba bajo la jurisdicción militar del
batallón París, por ende el comandante era OROZCO, quien a su
vez estaba subordinado operacionalmente de la brigada móvil 2,
por lo que descarta que su defendido tenía la posición de garante
frente a los derechos de la población de Mapiripán y menos que
los dos contaban con los medios materiales para la protección, ya
que se demostró que OROZCO tenía transporte aéreo y tropas,
mientras que el comandante de la 7ª brigada no contaba con
ninguno de los dos.
Acotó que tampoco en el paginario existe prueba que vincule a su
defendido con los grupos paramilitares, y por el contrario,
83
respecto de OROZCO dicha afirmación no es aplicable, por ello
disiente de la valoración probatoria en forma común, de ahí, que
no se pueda demostrar que USCATEGUI RAMIREZ hubiese
hecho manifestaciones de voluntad encaminadas a la producción
del acontecer conocido, por lo que cuestiona de desacertado
afirmar que su defendido por tener la competencia territorial sobre
el municipio de Mapiripán tenía la condición de garante, de ahí,
que critica el fallo proferido por la Corte Constitucional cuando
sentó su precedente sobre la posición de garante y centró sus
discrepancias en que la Corte se ocupó de temas de
competencia de la justicia penal que le atribuyen responsabilidad
a su poderdante al generalizar los medios probatorios para su
valoración.
Sintetizó que el pliego acusatorio tanto el de primera como de
segunda instancia contiene errores de apreciación probatoria, por
cuanto los mismos han sido tergiversados; estimó que frente a la
responsabilidad de los procesados, se destaca el arribo de los
paramilitares al aeropuerto de San José del Guaviare,
señalándose que el control militar estaba a cargo del Bipar,
circunstancias que consideró deben ser propias de la existencia
de un delito de acción y no de omisión, dado que precisamente
dicho comportamiento fue el desplegado por OROZCO en
calidad de comandante del batallón París, de quien dependía el
control del aeropuerto de LINO SANCHEZ superior jerárquico
operativo del batallón París y de su comandante; más no de su
defendido por la ausencia total de medio probatorio que
establezca la existencia de ese compromiso con el reato.
84
Igual, polemiza que se haya apreciado en la acusación que tanto
el comandante del BIPAR, o sea OROZCO, como el comandante
de la 7ª , es decir USCATEGUI, tuvieron conocimiento directo de
la llegada de la agrupación armada en número de 60, de los actos
de intimidación contra la población a la vez que privaron a las
personas de la libertad y ultimaron a un número indeterminado de
sus pobladores, circunstancia que generalizó el supuesto
conocimiento que sobre tal acontecer tuvieron los procesados
OROZCO Y USCATEGUI, cuando se conoce que las fuentes de
conocimiento fueron diversas, de la misma forma que lo fue el
grado del conocimiento y en momentos distintos, con fundamento
en ello, es que consideró que de los hechos probados dentro del
proceso, su defendido no tuvo conocimiento de los hechos
violentos el 16 de julio; pues la única comunicación que recibió
fue el 16, pero a través de un informe elaborado el 15 en las horas
de la noche como está probado y reconocido por OROZCO,
momento a partir del cual no se volvió a comunicar con
USCATEGUI.
Insiste en el error de apreciación probatoria frente a los dos
procesados por cuanto se encontraban en lugares y en
circunstancias diferentes, recibieron la información de distintas
fuentes y en momentos temporales igualmente disímiles, por lo
que las situaciones en las que se enteran no son iguales, y por
ende igualmente debió haber sido la evaluación de tales
circunstancias en relación al conocimiento puntual y temporal que
sobre los hechos tuvo cada uno de los implicados en éste
proceso, pues mientras OROZCO recibió una información
detallada de lo acontecido, el comandante de la 7ª Brigada , su
85
defendido, recibió una información parcial sobre los hechos
cuando éstos se iniciaban
Asume que es evidente que los oficiales LINO SANCHEZ Y
HERNAN OROZCO con antelación se enteraron del arribo de los
aviones, de sus ocupantes, el objetivo de su presencia en esa
área, colaboraron para distraer a la guardia del aeropuerto,
autorizaron el ingreso de los camiones a la pista del aeropuerto,
facilitaron el tránsito por los distintos puestos militares terrestres
por donde pasaron, adoptaron las medidas necesarias para que
no fueran obstaculizados en su desplazamiento por el río
Guaviare en el sitio del Barrancón donde estaban las fuerzas
especiales y varios batallones en reentrenamiento, fueron pasivos
ante los actos desplegados por los integrantes del grupo ilegal,
guardaron silencio de forma parcial o en su totalidad de lo que
estaba sucediendo y finalmente ocuparon las tropas que tenían a
su disposición para otros destinos y luego alegar que no habían
podido actuar por carencia de tropas, visto desde esa óptica es
que se explica el falaz contenido del oficio 2919 por cuanto el
objetivo no era informar, sino desinformar. (fuera de texto).
Cuestionó el pliego acusatorio, frente a las consideraciones del
mando operacional sobre el Bipar, en razón que la información
recibida por el comandante de la 7ª Brigada impedía planear una
operación militar por las múltiples deficiencias informativas que
contenía el fax, pero deduce que muchas situaciones no fueron
concretadas. Refirió que si bien existen documentos
demostrativos aparentemente que la 7ª Brigada tenía la
jurisdicción sobre Mapiripán, en torno a los medios de convicción
sobre el mando operacional del batallón París que radicaba en la
86
brigada móvil 2 no se hace ninguna valoración probatoria por
cuanto no existe información al respecto, por ello tales
deficiencias contribuyeron a las conclusiones erradas a que arribó
la fiscalía sobre la responsabilidad de su defendido al haber dado
por probado el mando operacional en cabeza del mismo sobre el
Bipar y consecuente con ello, su condición de garante de la
población de Mapiripán, cuando la realidad enseña que es
imposible que las asignaciones regionales de las diversas
unidades tácticas tuvieran que ser inamovibles, definitivas y
permanentes. Arguye que precisamente la movilidad en las
agrupaciones delictivas es una de las razones por las cuales el
Estado se vio en la necesidad de crear las brigadas móviles,
unidades tácticas conformadas por tropas de elite, soldados
profesionales, lanceros y especializados en la lucha antiguerrillas,
para tenerlas disponibles y de tal manera reforzar a las unidades
militares permanentes que fuesen superadas numérica o
estratégicamente por las agrupaciones al margen de la ley.
Sostuvo que al mencionar que las brigadas móviles no tienen
jurisdicción, es bajo el entendido, que el propósito de que no
estuvieran asignadas permanentemente a un determinado
territorio como las Divisiones y las Brigadas normales que son
estacionarias y asignadas a un sitio geográfico determinado, es
para que aquéllas permanezcan disponibles para ser trasladadas
al sitio donde sea requerida o se presente alteración del orden
público hasta cuando la situación se normalice y sean remitidas a
otro lugar geográfico, por ello, a partir de ésta perspectiva debe
ser visto que las Brigadas Móviles no tienen jurisdicción, en tanto
que pueden ser movilizadas de forma permanente a diversos
sitios a nivel nacional, sin embargo, cuando tienen un destino
específico para contrarrestar en dicha zona a los grupos delictivos
87
que estén perturbando el orden público, se hace imperativo
designarle una responsabilidad y jurisdicción territorial para
actuar, por lo que todas las acciones que se hagan o dejen de
hacer pasarán a ser responsabilidad del comandante de esa
brigada, conclusión a la que arriba la defensa por cuanto tiene
claridad que si las Divisiones y Brigadas estacionarias, tienen una
determinada jurisdicción y en la misma se presenta una
perturbación del orden público que requiera la destinación a dicho
sitio de una Brigada Móvil, a su modo de ver, no puede
comprender desde la jerarquía y organización militar que
comporta toda la estructura castrense, ni desde la perspectiva de
la individualización de las responsabilidades operacionales, que
dos brigadas y dos comandantes pudieran tener mando y
responsabilidad territorial simultánea en esa región.
Adicional a lo anterior, enfatizó que la designación territorial desde
el punto vista operacional y de mando, el comandante de una
brigada no puede inmiscuirse en una zona asignada a otra
brigada, por lo que tales funciones están delimitadas en cada
región para cada una, plasmó, que en el evento de una dualidad
en el mando territorial sobre una zona podría incluso desembocar
en situaciones contrarias, al punto de un enfrentamiento por solo
el desconocimiento de la presencia de compañeros en una área
determinada, finaliza resaltando que si la jurisdicción de la 4ª
División en diciembre de 1996 no hubiese sido modificada con
posterioridad sería la responsable, pero como se deduce de los
documentos allegados que fue variada, a su defendido no puede
atribuírsele la calidad de garante y menos que recaiga sobre la 7ª
brigada el mando operacional del batallón Joaquín París, en razón
que esa localidad, no estaba dentro de la jurisdicción de la B7.
88
Refirió el libelista que su defendido tampoco tuvo información
directa del juicio popular a las autoridades de Mapiripán, pues
tales hechos fueron difundidos por los medios de comunicación y
dicho acto originó que desde la Presidencia de la República, se
ordenará al comandante de la 7ª Brigada investigar lo sucedido y
es cuando su prohijado se enteró acerca de lo ocurrido en el juicio
popular fechado 16 de julio, razón que también el ente acusador
la tomó como argumento para concluir la condición de garante de
USCATEGUI RAMIREZ.
Respecto de los medios materiales con que contaba el
comandante de la 7ª Brigada para impartir órdenes y coordinar
una operación militar inmediata en la población, sustentó la
defensa, que en el evento de haber contado con la posibilidad
para desplegar alguna acción de protección, no encontró
explicación por qué se le reprochó a su defendido no haber
acudido al comandante de la 4ª División en búsqueda de apoyo,
como posteriormente se materializó el 21 de julio, luego de
sucedidos los hechos, circunstancia que a su modo de ver, solo
puede ser factible cuando se tenga una información previamente
evaluada y su poderdante no la tuvo.
Agregó que en lo relativo a los posibles nexos del acusado JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ con agrupaciones al margen
de la ley, afirmó que no existe medio de convicción que así lo
demuestre, pues si el exparamilitar YESID ALEXANDER
DELGADO CIFUENTES declaró que su defendido era
colaborador de paramilitares, tal versión quedó desvirtuada ante
la circunstancia que para esa fecha el procesado USCATEGUI se
89
encontraba realizando curso para General en la Escuela Superior
de Guerra y aún no desempeñaba el cargo de comandante en la
7ª Brigada, condición que se presentó en los primeros días de
1997.
Destacó la defensa en cuanto a la condición de garante de
OROZCO CASTRO que era conocedor que tenia el mando
operacional sobre Mapiripán y por ello ha debido planear la
operación desplazando tropas a la población amenazada,
informar a su comandante – LINO SANCHEZ- y no acudir a la
infinidad de explicaciones sobre las cuales creó una estrategia
defensiva para involucrar a su patrocinado en acciones en las que
nada tenía que ver por carecer de jurisdicción sobre esa área, ya
que el Bipar dependía de dos jerarquías de mando, una
administrativa, que correspondía a la 7ª brigada y la operacional,
a la brigada móvil 2, aseguró que con fundamento en ello, es que
la segunda instancia concluyó que el juicio de responsabilidad
contra su defendido se apoya completamente en el
pronunciamiento de tutela de la Corte Constitucional, decisión
también criticada por las apreciaciones probatorias elaboradas por
dicho funcionario al generalizar la prueba para los dos
procesados, dar por demostrado que tuvieron conocimiento de la
noticia, cuando a su juicio, tal afirmación solo puede ser endilgada
a OROZCO CASTRO pero no a su poderdante, ya que con la
declaración del Juez se recibió información de manera continua
sobre los hechos de violencia ocurridos en esa población a diario,
al paso que tuvo otras fuentes de información, situación que no se
puede acomodar a USCATEGUI RAMIREZ porque su actuar se
limitó recibir el oficio 2919, que por el contrario, lo desinformó de
90
lo que pasaba y posteriormente se enteró de lo realmente
sucedido.
La defensa, resaltó que el mentado informe carecía de las más
mínimas pautas que deben acompañar un informe militar, esto es,
que debe ser claro y preciso para una inmediata medida de
protección, porque solo tuvo conocimiento de una forma parcial y
distorsionada de los hechos a través del oficio 2919, sin que
OROZCO lo hubiese mantenido al tanto de lo informado por el
Juez, tanto así, que OROZCO CASTRO no le refirió a aquél
sobre el deceso de los pasajeros de la avioneta y si la recibió de
la Policía Antinarcóticos, circunstancia que negó, y precisamente
es uno de los puntos donde la defensa radicó el propósito de
estrategia para no informar lo que estaba sucediendo y de esa
manera no propinar una operación militar para contrarrestar al
grupo al margen de la ley. Apuntó que en este caso el hecho que
las Brigadas Móviles carezcan de jurisdicción territorial no es un
obstáculo para que queden con la responsabilidad del orden
público, bajo el entendido que comprende el deber de brindar
protección a todos los habitantes, sumado a las poblaciones que
se encuentren dentro de su competencia
En concepto del defensor, no es una razón válida aseverar que la
condición de garante la ostentaba JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ por su cargo de comandante de la 7ª
brigada, e insiste en que las brigadas móviles carecen de
jurisdicción territorial, dado que al tener una zona, mientras esa
brigada móvil se encuentre dentro de su comprensión geográfica,
le compete la responsabilidad de preservar el orden público en
dicha circunscripción, de la cual no puede ser despojada, porque
91
lo contrario generaría un caos frente al aspecto de jurisdicción
territorial en cuanto a un ataque armado, tal razón es otro
argumento que precisamente discrepa con la resolución de
segunda instancia, por cuanto en ella se concluyó que la posición
de garante la tenia OROZCO CASTRO en calidad de comandante
del batallón Joaquín París frente a la población de Mapiripán,
dado que las dependencias del batallón y sus tropas se
encontraban cerca del municipio atacado, contaban con los
medios transporte aéreo y tropas a su disposición, tal es el caso
que envió una compañía a Calamar el 15 de julio en las horas de
la mañana, además de la tropa que se encontraba en localidades
cercanas.
Reiteró que por eso su criterio frente a las acciones de OROZCO
es la de participe por cuanto conocía del arribo de los integrantes
del grupo ilegal, colaboró en el transporte de aquellos, porque a
los encargados de manejar los controles del aeropuerto les
informó que se trataba de aviones de transporte militar y el 14 de
julio dispuso el envío de una compañía a Calamar, circunstancias
que solo es relevante como una coartada defensiva previa a lo
sucedido, ya que cuando dispuso el transporte de las tropas a
Calamar era conocedor de la gravedad de los hechos en
Mapiripán, máxime, cuando el testigo GILBERTO CUELLAR
YAGUARA, aseguró sobre las relaciones que sostenían miembros
del ejército con integrantes de las autodefensas, mencionando
entre ellos, al Sargento GAMARRA al igual cita, el testimonio de
BEATRIZ DEL SOCORRO CADAVID Procuradora Judicial de San
José del Guaviare, cuando aseveró que fue de público
conocimiento la llegada de los paramilitares. (fuera de texto)
92
Estimó que las consideraciones esbozadas en la sentencia
proferida por la justicia militar, solo contienen equívocos,
confusiones y vacíos, como la de que el comando de la 7ª brigada
le concernía la responsabilidad operacional sobre el área de
Mapiripán y con fundamento en ello, convocó a juicio a JAIME
HUMBERTO USCÁTEGUI RAMÍREZ, ya que el Bipar no podía
ser insular, máxime que la 7ª brigada contaba con el mando
operacional sobre el batallón ubicado en San José del Guaviare,
sumado al hecho que el plan de operaciones conquista se debía
ejecutar en el área general de los departamentos de Guaviare y
Vaupés, asignados en lo que respecta a jurisdicción a la 7ª
Brigada, solo porque para el año de 1996 se hubiese establecido
que algunos territorios eran jurisdicción de la 7ª brigada y por ello
deducir que para el mes de julio de 1997 no había sufrido ninguna
modificación y la responsabilidad de Mapiripán aún se encontraba
en cabeza de USCATEGUI RAMIREZ, a su modo de ver,
absurdo e incierto, en razón que precisamente al estar las
organizaciones delincuenciales cambiando sus estrategias, de la
misma manera las estructuras militares y policiales tienen que
estar en permanente transformación y movimiento, de ahí, que las
unidades tácticas de la 4ª División fueron señaladas en 1996 y a
la vez fueron modificadas en varias ocasiones, conforme a las
acciones ilicitas que presentaban con posterioridad a la
delimitación jurisdiccional, por ello la defensa vuelve y se remite a
que las brigadas móviles carecen de una jurisdicción fija y
permanente, contrario a lo que tienen las brigadas fijas,
circunstancias de las cuales infiere que cuando se altera el orden
público, las brigadas pueden ser desplazadas a una determinada
área del territorio nacional bajo una orden operacional, la cual se
hace imperativo sea separada del territorio jurisdiccional de una
93
brigada fija, conforme a la división militar del territorio nacional en
brigadas fijas. En tal sentido, comentó el defensor, al establecer
que la brigada móvil 2, pasaba a depender operacionalmente de
la 4ª División, y con la misión concreta de perseguir a
organizaciones delictivas presentes en el sur del Meta y el
Departamento del Vaupés, la conclusión solo puede ser una, que
esa era su área operacional y por ende responsable de lo que
pudiese ocurrir en lo concerniente con el nivel de alteración del
orden público. Igualmente, en el momento en que el batallón París
es separado operacionalmente de la 7ª brigada y sumado
operativamente a la brigada móvil 2, la jurisdicción territorial de
éste Batallón, es igualmente dividida para quedar
operacionalmente bajo la responsabilidad de la brigada móvil
Señaló que aunque no existe evidencia documental donde se
establezca que la jurisdicción de la 7ª brigada pasó a la brigada
móvil 2, colige que es obvio que una unidad táctica menor para
ser agregada a otra dependencia operacional debe hacerse en
forma completa, es decir, con su jurisdicción, integrantes y
medios, citó la declaración de OROZCO al haber reconocido en
distintas oportunidades que Mapiripán estaba bajo su jurisdicción.
La defensa en sustento de dicha tesis acude a las disposiciones
que facultaban al comandante de las Divisiones para modificar la
jurisdicción, por ello es que el comandante de la 4ª División le
había sido otorgada competencia para modificar la jurisdicción
territorial de sus unidades tácticas menores, como lo materializó
mediante el acto administrativo que ordenó la operación
Conquista.
94
Dentro del orden que tomó la defensa para refutar los argumentos
expuestos en los pronunciamientos de la Corte Constitucional,
Justicia Castrense y la Procuraduría, destacó que en los mismos
faltó una valoración probatoria individual para cada uno de los
procesados oficiales dado que su comportamiento está rodeado
de distintas circunstancias tempero espaciales, mencionando que
el funcionario responsable de la decisión disciplinaria conforme a
la estructura castrense, por su dependencia y subordinación tan
marcadas carecen de iniciativa y autonomía los subalternos,
posición que a su modo de ver, le resulta errónea, pues desde
que el subalterno posea tropas a su disposición y mando, tiene la
obligación en cualquier momento sin que medie orden de tomar
medidas militares para desplegar acciones en aras de brindar
protección a una población.
Discrepa del criterio que su prohijado tenia conocimiento que
OROZCO carecía de tropas y de medios de transporte, pues la
subordinación administrativa y disciplinaria existente entre las dos
unidades tácticas menores, luego de haberse enterado OROZCO
de lo que sucedía en la población, impartió la orden de enviar una
compañía a Calamar, recibiendo apoyo para el transporte de los
helicópteros a cargo de la brigada móvil 2, situación corroborada
por el cuando expresó que los helicópteros asignados a las
brigadas móviles se entregaban de forma inmediata para
garantizar su operatividad.
El defensor plantea que dentro de las posibilidades de la
absolución que clama para su poderdante, ha de concluirse que
USCATEGUI RAMIREZ no contó con la información suficiente
para impartir órdenes y así acreditar la posición de garante, no
95
contaba con los medios de transporte, ni tropas para haber
brindado protección a la ciudadanía y la carencia de jurisdicción
en el municipio de Mapiripán.
Criticó las conclusiones a las que arribó el ente acusador, cuando
argumentó que es evidente que los dos oficiales se enteraron con
antelación de que aterrizaran los aviones, cuántas personas lo
ocupaban, la finalidad de su presencia en esa zona, prestaron su
colaboración, para distraer a los soldados del aeropuerto y para el
ingreso de los vehículos a la pista del mismo, facilitaron el tránsito
de éstos por los distintos retenes militares terrestres por donde
pasaron, adoptaron las medidas necesarias para que no fueran
obstaculizados en su tránsito por el río Guaviare en el sitio de El
Barrancón donde estaban las fuerzas especiales y varios
batallones en reentrenamiento, en fin contribuyeron a los
paramilitares en el recorrido que realizaron en San José,
asumiendo una posición pasiva en toda la operación militar de los
mismos, guardaron silencio sobre lo que estaba sucediendo y
que por ello es que se dice que el fax presuntamente informativo
fue modificado para ocultar cualquier investigación o
impedimento en la operación y de allí se originan las
explicaciones de las falencias que el fax 2919 contiene.
Refirió que si bien existen documentos demostrativos
aparentemente que la 7ª Brigada tenía la jurisdicción sobre
Mapiripán, en torno a los elementos de juicio sobre el mando
operacional del batallón París que radicaba en la brigada móvil 2
no se hizo ninguna evaluación probatoria por cuanto no existe
información al respecto, por ello tales deficiencias contribuyen a
las conclusiones erradas que arribó la fiscalía sobre la
96
responsabilidad de su defendido, al haber dado por probado el
mando operacional en cabeza del acusado JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ sobre el batallón París y consecuente con
ello su condición de garante de la población de Mapiripán,
cuando la realidad enseña que es imposible que las asignaciones
regionales de las diversas unidades tácticas tuvieran que ser
inamovibles, definitivas y permanentes, por cuanto en el mapa
criminal del país con sus permanentes cambios en la ubicación de
los grupos al margen de la ley, obliga a los comandantes militares
a cambiar el destino de sus unidades o a reforzarlas con armas u
otro tipo de apoyo.
Señaló la defensa que está probado con fundamento en lo
declarado por OROZCO que fue la persona que tuvo la iniciativa
de remitir un segundo oficio contentivo de una información más
sintetizada respecto al primero, y con posterioridad al ver la
gravedad del caso cambió su versión, máxime, cuando aseguró
que la orden llegó en un fax a mano directamente enviado por el
acusado, cuando la verdad enseñó que los aspectos omitidos en
el segundo oficio no significó ninguna variación en la situación
jurídica de los mismos, ya que solo el anuncio de la presencia de
la agrupación ilegal, es una comunicación grave para que el oficial
que tuviese la jurisdicción militar sobre ese municipio ( Lino
Sánchez como comandante de la brigada móvil 2 y Orozco como
comandante del batallón París ) hubiese previsto alguna
operación que garantizara la protección de los residentes de la
población.
Aspectos que el defensor también ataca en razón a las
valoraciones probatorias elaboradas por dicho funcionario de
97
segunda instancia al generalizar la prueba para los dos
procesados, al dar por demostrado que tuvieron conocimiento de
la noticia, cuando a su juicio, tal afirmación solo puede ser
endilgada a OROZCO CASTRO pero no a su poderdante,
demostrativo de ello, es lo declarado por el Juez de quien se
recibió información de manera continua sobre los hechos de
violencia que diariamente ocurrieron en esa población, al paso
que tuvo otras fuentes de información, situación que no se puede
acomodar a USCATEGUI RAMIREZ porque su actuar se limitó
recibir el oficio 2919 que contrario, lo desinformó de lo que en
realidad pasaba y con posterioridad se enteró de lo ocurrido, pues
el mentado informe carecía de las pautas que deben acompañar
un informe militar, esto es, que debe ser claro y preciso para una
inmediata medida de protección, ya que su defendido solo tuvo
conocimiento de una forma parcial y distorsionada de los hechos
a través del oficio 2919 sin que OROZCO lo hubiese mantenido al
tanto de lo informado por el Juez, tanto así, es la mendacidad de
OROZCO que nunca le refirió a aquél sobre el deceso de los
pasajeros de la avioneta y si la recibió de la Policía Antinarcóticos,
circunstancia que negó, y precisamente donde la defensa radicó
el propósito de estrategia para no informar lo que estaba
sucediendo y de esa manera no propinar una operación militar
para contrarrestar al grupo al margen de la ley.
El letrado, replantea que si una unidad táctica menor cuando es
adicionada a otra dependencia operacional debe ser en forma
integral, pues lo contrario, sería una situación que constituye
igualmente una realidad, porque lo único que desde la perspectiva
militar es perfectamente imposible, es que varias unidades
tácticas pudieran llegar a tener un mismo territorio operacional, o
98
jurisdicción de un determinado territorio, porque si fuese posible la
actuación simultánea de varias unidades tácticas dentro de un
mismo sitio geográfico se podrían presentar múltiples
inconvenientes que van desde la posibilidad de enfrentamientos
entre las tropas de las diversas unidades, hasta la imposibilidad
de poder delimitar responsabilidades frente a los hechos que allí
se produjeran y los naturales inconvenientes con la línea del
mando, porque es evidente que se podrían presentar dualidades,
órdenes contradictorias e incluso posibilidades de desobediencia,
precisamente por la actuación operacional simultánea de varias
unidades tácticas en un mismo territorio.
La defensa, polemiza sobre la sentencia de tutela proferida por la
Corte Constitucional frente a este caso, por cuanto refiere que se
concibió que la condición de garante de USCATEGUI RAMIREZ
es el hecho de haber sido condenado por la justicia penal militar el
12 de febrero de 2001, básicamente sobre el hecho de tener el
mando operacional sobre el batallón París y sobre Mapiripán y por
ende se ajustaba la condición de garante.
Argumento categórico que a juicio suyo, no está probado, por
cuanto tenían que haber acordado con todos los funcionarios y
demás medios de transporte terrestre y fluvial, caso que también
implicó la participación omisiva de la Policía, el Ejército y la
Marina y de la cual hace alusión que esta clase de coordinaciones
son muy complejas para que solamente intervengan sargentos,
tenientes o capitanes, por ello, infiere que dicha imputación no se
adecua contra su prohijado, pues se encontraba en otro sitio
distinto a su jurisdicción. Comentó el defensor, que al establecer
que la brigada móvil 2, pasaba a depender operacionalmente de
99
la 4ª División, y con la misión concreta de perseguir a
organizaciones delictivas presentes en el sur del Meta y el
departamento de Vaupés, la conclusión es que solo esa era su
área operacional y por ende responsable de lo que pudiese ocurrir
en lo concerniente con el nivel de alteración del orden público.
En cuanto al delito de omisión por comisión y la posición de
garante, el togado tras reproducir una secuencia de conceptos y
disposiciones de la normatividad penal, significó que unos son los
deberes de los ciudadanos y otros los de los servidores públicos,
a la par, que una es la posición de esos deberes frente a
situaciones especiales de cualquier índole, por ello, colige que
dada la vecindad del batallón Paris la brigada móvil, la Policía del
Guaviare, unidades que contaban con las tropas y los medios
disponibles para su desplazamiento con miras a desarrollar un
operativo de ataque, solo a ellos concernía el deber de protección
y guarda de la población civil, atendiendo que la competencia
territorial estuviese al mando de la Brigada 7ª.
A renglón seguido planteó que del principio de inocencia surgen
dos garantías a favor del acusado, una, el in dubio pro reo y otra
la carga de la prueba, de ahí, que estimó que para el
proferimiento de una condena se hace imperativo la certeza de la
culpabilidad y la responsabilidad conforme a los elementos
probatorios arrimados, lo contrario necesariamente conlleva a
duda o incertidumbre y por ende la aplicación del principio in
dubio pro reo es obligatoria. A partir de este supuesto lógico la
defensa inició el desarrollo del tema, citando la mayoría de las
disposiciones que a nivel constitucional, doctrinal, jurisprudencial
y normativo refieren sobre dicho aspecto, para sostener que el
100
Estado tiene que demostrar su culpabilidad y que los ciudadanos
no tienen porqué demostrar su inocencia.
Apuntó que en este asunto, la pluralidad de deponencias hacen
referencia sobre el mando operacional de la brigada móvil 2 sobre
el batallón París, igual los innumerables documentos a nivel militar
da cuenta de las operaciones realizadas para la época del reato y
la operación conquista estaba vigente y por lo tanto conservaba el
acople del batallón París.
Agregó, que en sentido contrario también existen otros
testimonios, que señalan que el mando operacional sobre el
batallón París permanecía en cabeza de la 7ª Brigada, como lo
afirmaron los sentenciados LINO SANCHEZ PRADO, JUAN
CARLOS GAMARRA como los de RODRIGUEZ PORTELA Y
OROZCO. Afirmó, que igualmente otras versiones a su modo de
ver resultan contradictorias, citó la de OSPINA OVALLE,
recordando que presentó un video cuando asume el mando de la
brigada móvil 2 y manifestó que tenia el mando operacional del
batallón París, hecho que precedió a los hechos y que con
antelación había expresado que en el mes de julio de 1997 el
mando operacional del mentado batallón radicaba en la brigada
móvil 2.
De ahí, derivó el defensor que tales elementos de juicio son
demostrativos de la dependencia operacional del batallón París de
la brigada móvil 2 y que en el evento contrario, de aceptar que el
mando operacional del batallón Paris y la jurisdicción de
Mapiripán lo tenia la 7ª Brigada surge la duda precisamente por
las diversas contradicciones que existen al respecto, por cuanto el
101
material probatorio es indicativo de ambos aspectos, sin olvidar,
que es el fundamento central de la acusación, consecuente con
ello, su prohijado deberá ser absuelto de la imputación formulada
por cuanto no tiene la condición de garante. En demostración de
tal afirmación la defensa realizó un parangón con las pruebas que
uno y en otro aspecto señalan el mando operacional en la brigada
móvil 2 y en la 7ª Brigada y luego de transcribir una secuencia de
las distintas declaraciones, sostuvo que de las mismas se resaltó
que para la época del acontecer el mando operacional del batallón
París lo tenía la brigada móvil 2, a la par, que la prueba
documental recaudada señaló que la operación conquista no
culminó en diciembre de 1996, sino que todo el año de 1997 se
mantuvo conforme a las operaciones militares realizadas en los
meses de julio, agosto y septiembre.
La defensa, reclamó nulidad de la declaración del coronel
PINILLA GONZALEZ, en razón que la prueba a practicar era la
del general OSPÍNA OVALLE y aquel expresando no recordar
sobre lo sucedido y preguntado pidió al comando del ejército
una respuesta, la que en efecto correspondió a dicho oficial,
que por obvias razones no le consta nada, además, que la
persona que signó el documento es dicho coronel y no
OSPINA OVALLE, por lo que echa de menos las formalidades
legales que deben acompañar a toda prueba testimonial
recibida en una actuación, tachando la misma de absurda,
dado que ni prestó servicio en ninguna de las unidades
tácticas involucradas en los hechos y su declaración fue
rendida en atención a una orden militar y no judicial. (fuera de
texto).
102
Expuso que el representante del Ministerio Público, pidió
sentencia condenatoria contra su defendido, fundado en que la
omisión produjo la ilicitud, pero sin analizar los elementos que la
estructuran, al paso que tampoco realizó un examen del aspecto
subjetivo del delito, ni de los medios probatorios conforme a los
cuales da por establecida la culpabilidad de la conducta y mucho
menos del actuar doloso. Señaló que si afirmó la parte civil que la
omisión en cabeza del procesado USCATEGUI está basada en
que si el batallón Joaquín París no estaba subordinado a la 7ª
Brigada, cual la razón para que OROZCO desde un comienzo no
haya acudido a la brigada móvil 2, igual también se cuestiona,
porqué cuando tuvo la comunicación no se le indicó que informara
tales hechos a la brigada móvil.
Refirió que la respuesta a esos interrogantes radicó en que el 8
de julio USCATEGUI RAMIREZ había recibido la orden de
investigar lo sucedido en el juicio popular, orden reiterada el 14
con un plazo perentorio de 24 horas, situación que fue
aprovechada por OROZCO para elaborar el oficio 2919 con la
información que contaba, pero mezcla hechos que para ese
momento ya estaban ocurriendo y esa es la razón por la que no
se le ordena que comunique a la brigada móvil 2 que es la que
tiene el mando operacional del batallón Joaquín Paris.
Comentó la defensa que tampoco el Ministerio Público se detuvo
a estudiar la obligación que tenía el procesado, y muchos menos
porqué se le adjudicó la condición de garante, pues simplemente
consideró que al tener la 7ª Brigada jurisdicción sobre el
departamento del Meta, su deber era brindar protección a la
población, sin tener en cuenta la Disposición de la 4ª División que
103
había ordenado la operación conquista y por ende se habían
modificado las jurisdicciones de la 7ª Brigada y de la brigada
móvil, circunstancias que la defensa calificó de desconocimiento
de la doctrina militar, como también lo es frente al hecho que no
existía jurisdicción del batallón París y se pregunta cuál la razón
por la cual el oficio 4222 imparte órdenes operacionales,
contestando la defensa que mediante un oficio no se da una
orden operacional, pues la misma debe contener una orden
específica, área o zona asignada para realizar la operación, el
número de tropas, la calidad, cantidad del enemigo a enfrentar.
Discrepa de la afirmación citada por el representante de la
sociedad cuando afirma que MORA RANGEL estableció la
subordinación operacional, cuando se conoció que a través de
distintas declaraciones se conoció la dependencia operacional del
batallón París de la brigada móvil, asegurando el libelista que
igual que el fin del apoderado de la parte civil es tergiversar el
acontecer para que la responsabilidad sea radicada solo en
cabeza de su prohijado y trata de encontrar una explicación que
genere justificación en calidad de subordinado Orozco con
respecto de USCATEGUI RAMIREZ.
Discrepa de la posición asumida por la parte civil frente a la
solicitud de condena presentada por la Fiscalía y la Procuraduría
en relación con la presunta responsabilidad de JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ, pero no con la de
HERNAN OROZCO CASTRO, amparado en que fue el militar que
recibió la información y dada la gravedad informó a su superior,
cuando se advirtió que OROZCO contaba con las tropas de otras
unidades y autoridades policivas del sector, a la par, con recursos
104
o medios para ser transportados vía área. Bajo esa óptica solo
justifica la presencia de la parte civil en este proceso en busca de
la verdad y la justicia, mas nada. Disiente de lo afirmado por este
sujeto procesal, cuando sostuvo que la operación de Calamar la
ordenó OROZCO el 14 de julio y el 15 la ejecutó con la ayuda del
comando de la brigada móvil 2.
Expuso la defensa, que las conclusiones de la parte civil en el
sentido que OROZCO había informado, solicitado ayuda es solo
para justificarlo en su comportamiento al tratarse de un
subordinado, pues frente a esta posición no se demostró alguna
coacción y menos que aquél hubiera determinado la elaboración
del segundo oficio 2919.
Con sustento en los argumentos expuestos en precedencia, la
defensa solicita absolución a favor de JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ de todos los cargos imputados en el
pliego acusatorio, y de manera subsidiaria, aplicar el principio
constitucional del in dubio pro reo a favor de su poderdante por
las conductas endilgadas.
7. ABOGADO DE OFICIO DE MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO
Dentro del contexto de los hechos investigados refiere que
disiente de los argumentos expuestos por el apoderado de la
parte civil, el procurador y el Fiscal Delegado, al concluir que no
existen los elementos de juicio necesarios para la emisión de
sentencia condenatoria contra su defendido.
105
Argumentó que la vinculación a la investigación de su defendido,
está basada en el señalamiento realizado por JOSE PASTOR
GAITAN AVILA, EDISON LONDOÑO NIÑO, GILBERTO
CUELLAR y PEDRO ALEX CONDE ANAYA a quienes la Fiscalía
les da credibilidad a pesar de ser sospechosos.
Puntualizó que la declaración de PEDRO ALEX CONDE ANAYA
fechada 19 de mayo de 1998 en nada incrimina a su prohijado, ya
que generalizó nombres sobre los integrantes de la organización
criminal a saber, CARLOS CASTAÑO, FIDEL CASTAÑO,
SALVATORE MANCUSO mencionando a un teniente retirado del
Ejército y a otro conocido como “Cumbia”. En lo relacionado con
el grupo de las autodefensas refirió los nombres de LINO
TORRES, JUANCHO, AGUILA, FELIX, MARTHA SILVIA
BOLAÑOS, RENE, CEPILLO, RAMBO etc., sin que tal cometido
lo hubiese hecho respecto de “CEPILLO”, dado que se limitó a
enunciar distintas incursiones adelantadas por dicha agrupación
criminal pero no pormenoriza los hechos, tampoco determinó cual
fue la participación de alias “CEPILLO” en dichos actos delictivos,
igualmente, refirió acerca de otras masacres sin identificar o
individualizar a sus autores, estos elementos de convicción a
juicio suyo, en nada compromete la responsabilidad de su
defendido, máxime, cuanto desconoce a ciencia cierta si existe o
no la persona conocida con dicho alias; tampoco de las
aseveraciones de PEDRO ALEX CONDE se deduce si MIGUEL
ENRIQUE VERGARA SALGADO participó o no en los delitos
investigados puesto que no lo identificó ni individualizó con
antelación a los acontecimientos.
106
De lo declarado por JOSE PASTOR GAITAN apuntó que narró la
forma como se planeó y ejecutó el acontecer, señalando que se
trató de un grupo especial al mando de “OTONIEL” mientras que
los otros desarrollaron la actividad de vigilar y custodiar, que el
número de víctimas fue de 23 personas muertas, acotó la
defensa, que en ningún momento nombra o compromete a su
representado como participante en los hechos investigados,
probanza que tampoco aporta señalamiento directo sobre su
prohijado, dicho testigo nombró a un alias ”Cepillo” indicando que
es cabeza mayor, de acento paisa, oriundo de Urabá, sin
discriminar o individualizar a quién corresponde tal descripción,
destacó, que dentro de un grupo militar, cuando tienen reconocido
el apodo es costumbre cambiárselo, si bien relaciona a un alias
CEPILLO, no lo identificó, pues adujo que era PEDRO o CEPILLO
quien llevaba el mando del grupo ilegal que arribó al Municipio,
afirmación que no se ajusta para llegar a la conclusión que
“Cepillo” haya sido uno de los autores en los hechos de masacre
de Mapiripán,
Que GILBERTO CUELLAR tampoco aportó información sobre si
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO participó en los
hechos investigados, pues solo atinó a mencionar que en el sitio
de los acontecimientos estaba presente “CEPILLO” sin indicar que
corresponda a tal identificación, razón sobre la cual tampoco se
puede sustentar con certeza que haya sido uno de los autores.
Resaltó que sobre la descripción allegada por GILBERTO
CUELLAR en el sentido de mencionar que era costeño, trigueño
oscuro, contextura regular cabello semi ondulado labios ni
delgados ni pequeños, a juicio suyo, las características de
107
costeños, trigueños oscuros de 1.65 o 170 de estatura, no
corresponden a alias CEPILLO sino que se trata de una
generalización de las particularidades físicas de los integrantes
del grupo, dado que no fue un testigo presencial sino por oídas
de PASAJE, tampoco hizo referencia de MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO.
De lo afirmado por YESID ALEXANDER CIFUENTES, acotó que
alias CEPILLO es escolta de CARLOS CASTAÑO, pero respecto
de la participación de MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO
nunca manifestó que hubiera participado, da a entender no
haberlo conocido, ni escuchar su nombre dentro de los
integrantes de la mentada agrupación criminal.
Así las cosas, agrega, que frente a su prohijado no aparece
probada su participación en los lamentables hechos sucedidos en
la Municipalidad de Mapiripán, por cuanto no fue identificado y la
imputación sobre su compromiso en el reato versó por el alias de
“Cepillo” de quien a su modo de ver no se puede afirmar
corresponde a MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO.
8.- FUNDAMENTOS DE LA DECISION
Acorde con el artículo 232 de la ley 600 de 2000, el fallo
condenatorio debe apoyarse en prueba que conduzca a la certeza
sobre la existencia de la conducta punible y de la responsabilidad
del acusado. Por consiguiente, corresponde al Despacho
establecer si tales exigencias se cumplen o no en este caso
108
particular respecto de HERNAN OROZCO CASTRO, JAIME
HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ Y MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO frente al concurso delictivo que les endilgó
la Fiscalía en el pliego de cargos para cada uno.
8.1. EXISTENCIA DE LA CONDUCTAS PUNIBLES
Las muertes violentas de SINAI BLANCO SANTAMARIA, JOSÉ
ROLAND VALENCIA y un N.N., que no las únicas, están
acreditadas a través de las inspecciones realizadas a los
cadáveres, actas de necropsia donde quedaron consignados las
huellas de la forma en la que cada una de las víctimas fueron
ultimadas, evidenciándose además los procedimientos utilizados,
dado que se observó en los cadáveres signos de las torturas a
las que fueron sometidos, al punto que los cuerpos estaban
desmembrados, degollados y acorde con la descripción aportada
por los testigos presenciales de tan cruel acontecer, refirieron que
a otras víctimas las arrojaron al río Guaviare, se hace alusión que
el número de victimas ascendió a 27 personas.
Sobre la manera despiadada en que se perpetró la conducta
punible, se tiene que fueron colocados en situación de indefensión
o inferioridad, pues los testimonios dan cuenta del suceso tan
macabro que se llevó a cabo, NORY GIRALDO DE JARAMILLO
esposa de SINAI BLANCO SANTAMARIA contó cómo aquél fue
obligado a abandonar su vivienda la noche del 19 de junio de
1997 y al otro día fue encontrado en una de las calles de la
población sin vida, con evidencia de los tratos crueles a que fue
sometido.
109
Por su parte, LUIS FERNANDO PRIETO inspector de policía de
Mapiripán, relató que el día 20 de junio de 1997, en las calles de
esa población fueron hallados tres cadáveres con huellas de las
heridas causadas con arma blanca que provocaron el deceso de
los mismos, habían sido degollados.
En términos bastante claros y detallados LEONARDO IVAN
CORTES NOVOA, Juez Promiscuo de dicho municipio describió
que un grupo armado incursionó a la población y con lista en
mano procedieron a retener a varios habitantes, para luego ser
conducidos a las instalaciones del matadero municipal, sitio desde
el cual pudo percibir los gritos de auxilio y piedad ante el dolor
que se les estaba causando, por demás reveladores de los
crueles sufrimientos que estaban padeciendo, situación
evidenciada con posterioridad en los cadáveres ante los hallazgos
de los maltratos físicos recibidos.
Añadió que algunas víctimas fueron arrojadas al río y la indolencia
de sus actos se extendió al punto, que uno de los cuerpos flotó en
el río y los pobladores al percatarse de dicha escena lo sacaron
para darle sepultura, pero como quiera que uno de los integrantes
observó tal situación, devolvió el cadáver al afluente e impidió
tanto el reconocimiento y el levantamiento del mismo.
MARINA SANMIGUEL cónyuge de JOSE ROLAND VALENCIA
relató en términos similares el arribó de un grupo de hombres
armados quienes obligaron a salir de su vivienda a su esposo, por
cuanto lo acusaban de ser auxiliador de grupos insurgentes de
esa región, al día siguiente el inspector de policía le comunicó
sobre el deceso violento de su compañero, quien fue degollado y
110
dejado en la vía pública.
La agrupación armada ilegal incursionó en el corregimiento
ubicado en el mismo municipio denominado La Cooperativa,
ultimando a varias personas entre ellas, AGUSTIN N. RAUL
MORALES, JAIME PINZON Y ALVARO TOVAR MORALES.
Estas apreciaciones y relatos de quienes directamente percibieron
circunstancias de la forma en que se desarrolló tan brutal
acontecer, están reafirmadas por JOSÉ PASTOR GAITAN AVILA,
ex paramilitar que adujo que en esa incursión el grupo ilegal
ultimó a 23 personas, que fueron decapitadas, desmembrados de
piernas, brazos, que otros, fueron lanzados al río Guaviare, otros,
enterrados, quemados, pero que la mayoría fueron incineradas y
arrojadas al Río Guaviare.
De lo anterior se colige la descripción de los tratos crueles,
inhumanos y degradantes que con dicha acción desplegó el grupo
criminal, pues con actos bárbaros innecesarios frente a la
finalidad pretendida como lo era quitarles la vida, amedrentar a la
población fueron utilizados medios excesivos, ya que la tortura
física y psicológica solo es demostrativa de los vejámenes a que
fueron sometidos las víctimas por parte de la agrupación armada
que perpetró la masacre, siendo degolladas, con tiros de gracia,
amarradas, apuñaleados sus cuerpos y desmembrados, además,
de tenerse conocimiento que algunos cuerpos fueron lanzados al
río, siendo el único motivo ser pobladores de esa región donde se
encuentra el asentamiento de un grupo guerrillero, llevándolos tal
situación a ser catalogados como colaboradores o auxiliares de tal
grupo.
111
Nuestra legislación consagra como elemento de agravación
punitiva la realización de la conducta con calificación en su
proceder, ante la excesiva crueldad, -la sevicia- que refleja en el
autor de los hechos altísima insensibilidad moral, téngase en
cuenta que los procedimientos a los cuales fueron sometidas las
víctimas se tradujeron en dolor excesivo. Los protocolos de
necropsias y las actas de inspección de cadáver indican las
graves heridas causadas por arma blanca que causaron dolor,
sufrimiento, además de la práctica de procedimientos como el
degollar, desmembrar las extremidades superiores, inferiores que
presentaban los cuerpos humanos sobre los cuales se les practicó
la necropsia.
En igual sentido se evidenció cómo las víctimas fueron ultimadas
previa ubicación en estado de indefensión e inferioridad; la
indefensión bajo el entendido de absoluta carencia de medios
para su defensa, dado que los mantuvieron inactivos en su
libertad de disposición para vencer esa resistencia que pudiera
oponerse a la acción de los agresores y ello puede observarse en
la mordaza en la boca impuesta a uno de los cadáveres; al igual
que las ligas de caucho y nylon hallados en las extremidades
superiores, signos manifiestos de la impotencia a la que fueron
reducidas las personas previo su deceso, que los mantuvieron
inactivos mientras se consuma el ataque .
Frente a tales actos, los testimonios recaudados son fehacientes
en describir las acciones desplegadas sobre los cuerpos de las
victimas. NORY GIRALDO DE JARAMILLO, esposa de SINAI
BLANCO SANTAMARIA, LUIS FERNANDO PRIETO inspector
de policía de Mapiripán para aquella época, LEONARDO IVAN
112
CORTES NOVOA Juez Promiscuo Municipal de esa población,
NORBERTO CORTES PINEDA residente, FERNANDO
MARTINEZ registrador de ese municipio y MARINA SANMIGUEL
viuda de JOSE ROLAND VALENCIA, relataron cada uno dentro
de distinto contexto de tiempo, modo y lugar, cuando la noche del
19 de julio de 1997 un grupo de hombres fuertemente armados
llegaron hasta la residencia de los mencionados y fueron
arrebatados, encontrándolos al otro día en distintas circunstancias
sin vida con marcados signos de tortura, heridas con arma blanca
en su integridad física y tirados en una de las calles de la
población, al paso que uno de los cadáveres fue lanzado al río y
cuando algunos pobladores pretendieron darle sepultura fue
devuelto al afluente por parte de los integrantes del grupo armado
ilegal, circunstancia que finalmente entorpeció su reconocimiento
y posterior levantamiento.
Tales manifestaciones no solo señalan los múltiples homicidios de
pobladores de Mapiripán como los descritos, sino que también
indican el deceso de otras personas cuyos cuerpos no fueron
encontrados sino que aquellos sin existencia de evidencia física
se conoció fueron ultimados y arrojados al río según las pruebas
testimoniales, igualmente se estructuran circunstancias
agravantes bajo las que se actuó, pues resulta, indiscutible que
existió sevicia en los procedimientos y que las víctimas fueron
puestas en estado de indefensión e inferioridad, pues mal podría
pensarse que los inmolados pudieran presentar una defensa real
frente al número de agentes atacantes, como a las ataduras
impuestas por sus verdugos.
Indudable también resultó que tales acciones fueron desarrolladas
113
en el marco de actividades terroristas, pues la pretensión de la
incursión del grupo armado ilegal a la población, estuvo dirigido a
intimidar y crear el caos colectivo social con la ejecución de
determinados atentados contra la población, generando un temor
masivo al punto que varias familias residentes huyeron de dicha
localidad ante las macabras acciones de los integrantes de la
agrupación criminal.
La causal de agravación punitiva consagrada en el articulo 104
numeral 4º del Código Penal, que reza: “Por precio, promesa
remuneratoria, ánimo de lucro, o por otro motivo abyecto o fútil “,
no cabe duda que resulta racional y lógico, establecer como un
hecho probado que en el despliegue de las acciones llevadas a
cabo por el grupo paramilitar fueron motivadas por circunstancias
completamente denigrantes, pues irrumpieron en las viviendas de
las victimas con su irregular proceder solo acompañados de
razones viles, pues el ataque fue de manera denigrante y
humillante, por la falta de sentido moral frente a las acciones
contra las victimas.
Del secuestro agravado
Este comportamiento, en la misma medida que el anterior se
encuentra acreditado, pues dentro de la acción desplegada por la
agrupación ilegal se produjo el arrebatamiento, sustracción,
retención y ocultamiento de varios habitantes del municipio de
Mapiripán, al igual que se dio cuenta de los actos que contra la
libertad individual de las personas se produjo durante los cinco
días siguientes, entre ellas, la retención de ANTONIO MARIA
BARRERA CALLE apodado “Catumare” quien desapareció desde
114
el 15 de julio de 1997 apenas arribó el grupo al margen de la ley,
además, varios pobladores observaron cuando era conducido por
miembros de la agrupación hacia las instalaciones del matadero,
desconociéndose en la actualidad su paradero, sustracción o
arrebatamiento determinada por haber sido señalado como
auxiliador de un grupo ilegal de los que tienen presencia en la
región, -FARC- móvil aducido por el grupo delictivo aquella
fatídica noche.
Es un hecho cierto que LEONARDO IVAN CORTES NOVOA Juez
Promiscuo de Mapiripán, describió de manera detallada que
durante aquellos días de barbarie, observó cómo distintos
habitantes de la población fueron obligados a salir de sus
viviendas y luego ser conducidos hasta las instalaciones del
matadero, sitio ubicado a una cuadra de su residencia, lapso
durante el cual percibió cómo en la noche miembros de la
agrupación ilegal, los torturaban y luego los inmolaron, además,
comentó, que los desconocidos permanecieron en el pueblo por
un lapso de cinco días y en medio de tal situación él se desplazó
en una motocicleta por sus alrededores, percibiendo y
escuchando los comentarios de los habitantes sobre lo que
estaba pasando, tanto así, que en algunos casos intervino,
solicitando piedad por las personas que se llevaban, como es el
caso de SINAI SANTAMARIA, de quien le dijeron que si metía las
manos al fuego por él, y le dijeron que si estaba en lista, no se
podía hacer nada. Añadió, que a las víctimas las pasaban en
grupos de 5 o 6 personas, y que por las rejillas de la puerta
contabilizó 26 personas, dejando solamente 5 cuerpos en el casco
urbano.
115
En términos similares, familiares de las víctimas y pobladores de
Mapiripán, convergen en describir la manera en que fueron
retenidos varios habitantes, además, que a los residentes se les
hizo la advertencia de tal actuar aduciendo que las victimas
auxiliaban a la guerrilla, por ello, es palmario que tal
comportamiento, se estructuró en la medida que un número
indeterminado de personas residentes de dicha población fueron
arrebatadas de su entorno familiar contra su voluntad,
desconociéndose en la actualidad su paradero.
En este caso, está demostrado que entre las personas que
fueron ocultadas se encuentran SINAI SANTAMARIA, ANTONIO
MARIA BARRERA CALLE apodado “CATUMARE”, situación
corroborada por los distintos testimonios recaudados, al señalar
que fueron arrebatados de sus residencias, siendo retenidos y
ocultados.
No está por demás acotar, que por ser el delito de secuestro un
comportamiento de carácter permanente, es decir que en todo
momento, de manera ininterrumpida, mientras subsista tal
situación el plagiario está adecuando su acción a dicho tipo
penal, es indudable que para este caso se privó de la libertad a
las víctimas, quienes fueron retenidas y ocultadas luego de haber
sido secuestradas, verbos rectores del tipo penal que se activaron
voluntariamente, comprometiendo el derecho de locomoción y por
tanto, para este comportamiento solo basta que de manera dolosa
se impida a una persona su libre desplazamiento, como sucedió
en este caso donde los secuestrados fueron arrebatados de sus
viviendas, retenidos y ocultados, afectándose su derecho de
116
circular libremente, más no se exigió a cambio algo por la
libertad, por cuanto que si se retiene a una persona con un
propósito distinto a los mencionados, la liberación de la víctima
está subordinada a una finalidad distinta que es el “propósito de
obtener utilidad o provecho”, sin que sea necesario que
efectivamente se obtenga, se ha de tener en cuenta que en este
caso, los hechos acreditados en la actuación determinaron que
los propósitos fueron completamente distintos, pues no se exigió
ningún tipo de pago para ser dejados en libertad.
En consecuencia, fueron privadas de la libertad varias personas,
siendo indiferente para la configuración de esta conducta punible
la finalidad o el propósito, pues el resultado es lo que en últimas
se analiza, en este asunto, por lo que conforme a lo descrito se
ajusta dicho ilícito a la definición contemplada en el artículo 168
del Código Penal, que fuera modificado por el artículo 1º de la ley
733 de 29 de enero de 2002 que solo establece una acción por
parte del sujeto agente de arrebatamiento, sustracción, retención
u ocultación en contra de otra persona, por cuanto las personas
perdieron su derecho de locomoción, su capacidad de trasladarse
de un lugar a otro de acuerdo con su voluntad, adicional a ello,
hay que recordar que también a los habitantes de la población
especialmente a los empleados de las oficinas públicas y
establecimientos comerciales, se les prohibió la atención al
público, circunstancias que necesariamente forman parte del
constreñimiento ejercido contra el derecho de locomoción en la
población.
En lo que atañe con la circunstancia de agravación punitiva de
esta conducta imputada en el pliego acusatorio y al tenor del
117
artículo 170 del Código Penal modificado por el artículo 3º de la
ley 733 de 2002, numeral 7o, se ha de inferir que también se
encuentra acreditadas, pues tal acción se llevó a cabo con el fin
de causar intimidación o terror en la comunidad, adicional a ello,
causó el desplazamiento de varios habitantes de dicho municipio,
pues tal ataque no solo cobijó el despliegue de otras acciones
delictivas, sino que tuvo un objetivo dirigido a delimitar un territorio
con la presencia de dicho grupo al margen de la ley.
Tampoco puede olvidarse, que a los residentes se les prohibió
circular por el pueblo, aunque se desconocen las condiciones en
que inicialmente las victimas permanecieron, los peligros que se
cernían sobre su integridad y la organización delictiva que los
tenía, fueron suficientes formas de sujeción que no les permitían
su libertad de locomoción, lo declarado por el Juez LEONARDO
IVAN CORTES NOVOA ofrece total credibilidad en el sentido que
durante dos días las oficinas públicas y demás establecimientos
públicos, permanecieron cerrados al público, afirmando
concretamente, que el Juzgado estuvo cerrado y las llaves fueron
pedidas y guardadas por los miembros del grupo al margen de la
ley que lo abordó en su residencia, hecho igualmente acreditado
por el testimonio de escribiente de la mentada oficina.
Por consiguiente, para la configuración de este reato solo se
necesita que exista privación de la libertad de una o de varias
personas, ya sea, utilizando, la violencia o el engaño, en una
cualquiera de las formas que describen los artículos: arrebatar,
sustraer, retener u ocultar, dado que tal circunstancia es
indiferente, lo importante es el resultado, esto es, que la víctima
118
físicamente pierda la capacidad de desplazarse conforme a su
voluntad.
Concierto para delinquir.
En igual condición la demostración de la existencia de la conducta
lesiva del bien jurídico de la seguridad pública imputada a
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO encuentra soporte en
el paginarlo.
Conforme lo narrado por múltiples personas habitantes de
Mapiripán, quienes a su vez desempeñaban cargos públicos y
otros de manera particular, aseveraron que para el día 14 de julio
de 1997 un grupo armado ilegal irrumpió en esa población,
impartiendo la orden de cerrar oficinas y Despachos públicos y
durante cinco días atemorizaron la población y asesinaron a
varias personas.
La agrupación criminal se identificó como autodefensas unidas de
Urabá y Córdoba, según los testimonios el número aproximado de
hombres que conformaban la asociación delictiva fue de 150
quienes a su ves precisaron la militancia y conformación de una
organizada agrupación delincuencial dedicada a propiciar
supuestamente el bienestar y la tranquilidad de los ciudadanos al
ejercitar la defensa de los ciudadanos frente a otros grupos
ilegales, como se constató en los grafittis plasmados en las
paredes de algunas viviendas del Municipio, ejecutando diversos
actos ilícitos, contra la vida, la libertad individual y la seguridad
pública de las personas valiéndose de la utilización de armas de
corto, largo alcance y cortopunzantes amedrentando a la
119
población.
Esta empresa delictiva que opera con innegable permanencia en
varios sectores del país, se sustenta básicamente en las propias
manifestaciones del máximo comandante del grupo ilegal privado
CARLOS CASTAÑO GIL a través de los medios de comunicación,
quién pregonó el acuerdo de voluntades de la agrupación para la
comisión de sus ilicitudes, orientados en el propósito de
deslegitimar a grupos insurgentes que azotaban las zonas donde
incursionaban, son elementos de juicio que inexorablemente
convergen para la configuración de este delito, ya que es
imperativo que se hayan concertado para cometer ilícitos
independientemente que se realice el fin propuesto y es tan
evidente en el caso que nos ocupa, que se observa la
permanencia de la asociación criminal, como se constató con las
exposiciones de los familiares de las víctimas y los residentes de
la población, quienes por cinco días padecieron de los vejámenes
cometidos por los miembros de esta agrupación, como lo enseñan
los documentos que reposan en el paginario, sobre los llamados
que la ciudadanía realizó a varios estamentos para su protección.
Este aspecto probatoriamente encuentra sustento también con lo
afirmado por ex integrantes de la asociación criminal quienes de
manera somera, refirieron sobre los múltiples homicidios
ejecutados por esa organización en distintas regiones del país,
como se registró en las masacres realizadas en el mes de
diciembre de 1997 y enero de 1998 en las Veredas Llano Rico,
Puerto Lleras en comprensión del corregimiento de Pavarandó,
Municipio de Mutatá, Región del Urabá Antioqueño y Chocoano,
atentados cometidos por integrantes de esta agrupación delictiva,
120
quienes luciendo prendas militares y portando armas de diferentes
calibres, amedrentaron a la población del municipio, reduciéndola
a su minina expresión de indefensión por espacio de seis largos
días, los victimarios mantuvieron a la totalidad de la población de
Mapiripán atemorizada con actos de ofensa a la paz, a la
tranquilidad ciudadana y con degradación a la dignidad de los
pobladores, inexplicables en un Estado que predica respecto a los
derechos humanos.
Es entonces un grupo sólido, consistente, organizado con
jerarquías claras, división de tareas, financiación propia, creado
para combatir al enemigo, que según lo expresa, comparte con
las fuerzas del orden cuyo compromiso en lucha contrainsurgente
privada es acabar además con los auxiliadores y colaboradores
de la guerrilla, con el ítem, que en la mayoría de las veces la
arremete contra la indefensa población civil.
Cada uno de los actos que en desarrollo de su ideología se
consumaron formaron parte de una bien planeada ejecución y
organización, de manera que todas las acciones fueron
debidamente ejecutadas para una valoración de los resultados, es
ni más ni menos una empresa criminal con muchos medios y
estructura de jerarquía.
Precisamente todo ello ocurrió aquí, el grupo ilegal que arribara a
San José de Guaviare, vía aérea, desde el Urabá antioqueño, es
de aquellas ramificaciones que ha dado por expandir el jefe
paramilitar CARLOS CASTAÑO GIL en todo el territorio nacional,
que junto con su similar grupo con asiento en los llanos orientales,
se unió y como una empresa criminal llevaron a cabo distintos
121
actos de barbarie que dejaron solo desolación y muerte a su
paso.
Terrorismo
Esta conducta atribuida al procesado MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO, la describe el artículo 343 del Código
Penal, así;
“Terrorismo. El que provoque o mantenga en estado de zozobra o
terror a la población o a un sector de ella, mediante actos que
pongan en peligro la vida, la integridad física o la libertad de las
personas o las edificaciones o medios de comunicación,
transporte, procesamiento o conducción de fluidos o fuerzas
motrices, valiéndose de medios capaces de causar estragos,
incurrirá en prisión de diez ( 10 ) a quince (15) años y multa de un
mil ( 1000) a diez mil ( 10.000) salarios mínimos legales
mensuales vigentes, sin perjuicio de la pena que le corresponda
por los demás delitos que se ocasionen con esta conducta.”
Conforme a la estructura de este ilícito, es obvio, que el mismo se
configura por la unión de comportamientos, medios y resultados,
por lo que es suficiente la obtención de un resultado consistente
en provocar o mantener en estado de zozobra o terror a la
población o a una parte de ella, como también es necesario que
tal finalidad se logre mediante actos que amenacen “la vida, la
integridad física o la libertad de las personas o las edificaciones o
medios de comunicación, transporte, procesamiento o conducción
de fluidos o fuerzas motrices”, y valiéndose de medios aptos para
ocasionar estragos.
122
La adecuación de este ilícito, se logra por el miedo, la zozobra
acentuados que sienta la población o un sector de ella, a causa
de las acciones de un grupo armado; sin que sea imperativo que
ese resultado se consiga, tanto con conductas y medios idóneos
para causar estragos, dígase, no solo de la utilización de bombas,
granadas, sustancias químicas, o sustancias nocivas, que sean
generadoras de un peligro común para las personas, pues
además de la ofensa al bien jurídico de la vida, se trata de
amenazar otros.
Por ello, el terrorismo en este asunto, no resulta de la sola
pertenencia de quienes ejecutaron actos bárbaros contra la vida,
la libertad personal, la seguridad pública de la pertenencia a un
grupo ilegal, ni del estado de indefensión o inferioridad en que
fueron colocadas las víctimas, pues éstas tienen previsión
específica, dentro del artículo 104 del C.P., sino que precisamente
el bárbaro hecho ejecutado contra algunas personas ante la
selección que el grupo criminal realizó, suscitó intranquilidad en
la población de Mapiripán, ya que ante la incursión del grupo
ilegal, la manera despiadada en que fueron arrebatadas las
personas de sus viviendas, se estaba atentando contra sus
habitantes, recuérdese que aquellos estaban señalados en una
lista que portaba la agrupación criminal identificada como
“Autodefensas Unidas de Colombia” y que durante cinco días
mantuvieron en incertidumbre, angustia a los pobladores de ese
Municipio, realizando formas comportamentales y con medios
dirigidos a ese resultado; pues aunque la clase de arma utilizada
fueron de las denominadas “armas blancas” y de fuego, con la
reivindicación del grupo, tal situación desde luego repercutió
123
contra la seguridad y la tranquilidad pública, sin desconocer el
Despacho que tales acciones generaron un estado de zozobra,
angustia y terror en sus habitantes, tan es así, que dicha situación
provocó el desplazamiento de muchas familias que abandonaron
la localidad por el miedo que suscitó tal hecho y la primigenia
posibilidad para no resultar afectado fue abandonar del sitio, ante
los crueles acontecimientos que en forma indiscriminada se
suscitó contra sus pobladores.
8.2 RESPONSABILIDAD
Constatada la certeza sobre la materialidad de las conductas,
impera ahora, hacer lo propio frente al ámbito que dice relación
con la responsabilidad de los implicados. Al respecto se aprecia
es que se procede salvo MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO, por las conductas típicas atrás tratadas, en
cumplimiento del instituto de la omisión, es decir que tanto a
HERNAN OROZCO CASTRO como a JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ la fiscalía les imputa los resultados ya
conocidos, por su inacción para contrarrestar las conductas
activas de quienes materialmente propiciaron los conocidos
hechos y por ende los crímenes en cuestión, teniendo en cuenta
el artículo 21 del código penal de 1980 que reza. “Cuando se tiene el
deber jurídico de impedir el resultado, no evitarlo, pudiendo hacerlo, equivale a
producirlo”, mandato legislativo que en el código punitivo de 2000,
fue mejor concebido y por eso quedó en el artículo 25 así: “… Quien
tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción
típica y no lo llevare a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, quedará sujeto a la
pena contemplada en la respectiva norma penal. A tal efecto, se requiere que el
agente tenga a su cargo la protección en concreto del bien jurídico protegido, o que
se le haya encomendado como garante la vigilancia de una determinada fuente de
124
riesgo, conforme a la Constitución o a la ley…”, exigencias que reclaman su
verificación en el caso específico.
8.2.1 HERNAN OROZCO CASTRO
1.- Respecto del grado y cargo que ocupaba, obra (fl.3 c45b)
certificación del subjefe del departamento de personal del ejército
que era el de mayor y para julio de 1997 como ejecutivo y
comandante encargado a la vez, del batallón de infantería 19
joaquín parís, encargo que según la orden del día 160 del 8 de
julio del manifestado año (fl. 96 c.70) asumió en tal fecha, puesto que
el comandante titular en esa fecha y por el paso de un mes entró
al disfrute del vacaciones, que terminarían el 7 de agosto, pero en
vista de que momentáneamente se reintegró el 20 de julio, debió
fungir OROZCO en su reemplazo hasta el 13 de de agosto; esa
unidad táctica, como ya es bien sabido tenía su sede en San José
del Guaviare y según la disposición 002 del 5 de octubre 1996
emitida por el comandante de la 7ª brigada, (fl. 257 c.54) se le asignó,
para efectos de mando, conducción de las operaciones, justicia
penal y dependencias administrativas, la jurisdicción de Puerto
Concordia y Mapiripán en el Departamento del Meta, además de
la totalidad del Departamento del Guaviare y no todo el Vaupés.
(fuera de texto, verificarlo esto implica nombramiento por su
superior).
2.- Se colige así que en concreto al batallón en cuestión se le
confiaron caros derechos de las personas de Mapiripán y en tal
sentido debía protegerlas en su vida, bienes, en fin, por lo mismo
el timonel permanente o temporal, titular o encargado,
imperiosamente tenía que apersonarse de cualquier eventual
125
situación que ubicara en condición de riesgo esos derechos de los
habitantes de la mentada población Metense, queda claro con ello
que HERNAN OROZCO CASTRO indudablemente tenía posición
de garante y no genérica, sino todo lo contrario la tenía en
concreto y esa concreción hacía evidente relación con la
población de MAPIRIPAN; con los bienes jurídicos que allí se
erigían; por mejor decir, su cargo de entonces lo compelía a
garantizar la normalidad del orden público en MAPIRIPAN y en
consecuencia neutralizar cualquier brote de desestabilización del
mismo por parte de los agentes generadores de violencia, mucho
mas si ello se orientaba contra la población civil, de suerte que se
configura ya, un primer e importante requisito para atribuirle
responsabilidad a este implicado, quedando los restantes en
procura de verificación y a ello se le irá dando cumplimiento.
3.- Varios tópicos entonces, demandan su abordaje en procura de
establecer, se repite, si a HERNAN OROZCO CASTRO le surge
responsabilidad penal frente a los episodios que se fallan y ellos
no son otros que los que se refieren a la información que a él le
fue vertida y en torno a ésta observar su oportunidad su
copiosidad, su fuente, su circunstancialidad, en otras palabras si
se enteró plenamente de los hechos, desde qué momento fue que
se empapó, por intermedio de quién o de quiénes si ello se
materializó en uno o en repetidos momentos, que fue lo que
verdaderamente le dieron como datos de los hechos, si la
información correspondía a hechos presentes y futuros o a unos u
otros. Posteriormente, el Despacho se ocupará de avizorar cómo
fue que evolucionó el Procesado frente a esa información, si como
ya se vio al estar en él por mandato Constitucional y legal
salvaguardar los derechos de los pobladores de Mapiripán, si los
126
medios y las circunstancias le permitían desplegar alguna
ejecutoria de salvamento o auxilio de la población de esa
localidad y por mínima, cuál hubiese podido ser y cuál llevó a la
práctica y si era o no esa suficiente.
4.- En punto del primero de los ámbitos que se sugiere ávido de
constatación, dable es que se indique que fue expuesto en
multiplicidad de ocasiones por el predicho acusado, llámense
aquellas, declaraciones, versiones libres, indagatorias, en fin y
luego las ampliaciones de las mismas, todas ante la justicia
ordinaria, la penal militar, la procuraduría. Cabe indicar que ya
vinculado por la fiscalía, dijo que dos años fue el lapso que estuvo
mintiéndole a la justicia, merced ello a las presiones a que fue
sometido por USCATEGUI RAMIREZ para distorsionar la verdad
que contempló en el muy conocido oficio que suscribió el 15 de
julio de 1997 en calidad de comandante encargado del batallón
joaquín parís (bipar) y que tuvo como destinatario su
coprocesado militar.
5.- De manera que ello reclama la acotación de que si esa
coacción segmentada o íntegra se registró fenomenológicamente,
lo que por supuesto, será motivó de postrera auscultación, la
misma no “legitimaría”, por decirlo de alguna forma, a OROZCO
CASTRO para falsear mas que las circunstancias que motivaron
la alteración del manido documento y aquellas en que la
modificación tuvo lugar y desde luego, lo que se alteró y no como
lo denota de que toda mendacidad de su autoría achacársele
debe a ese sufrimiento que dice le generó aquel, reflexión que
refulge del hecho lógico de que si OROZCO CASTRO indicó que
esa situación se materializó, no para confeccionar el primer 2919,
127
o sea, no en procura de que en éste se consignaran episodios
contrarios a los que le acababa de transmitir el funcionario judicial
de Mapiripán –plano ideológico-, aceptando en gracia de
discusión que no solo fue el primero sino el único que desde la
misma población que estaba siendo presa del terror le comunicó
precisamente lo que allí se estaba afrontando;. sino para que en
el remedo de 2919 se colocaran cuestiones diferentes a las
plasmadas en el que a éste le sirvió de modelo, entonces es
porque se excluyen por naturaleza esas cuestiones
6.- La primera versión oral de los hechos ante un investigador,
que dio HERNAN OROZCO CASTRO fue la declaración del 6 de
octubre de 1997 en San José del Guaviare (anexo 4 fl. 109). En efecto
fue ante Nestor Rodríguez Portela coronel de la brigada móvil 2,
funcionario de instrucción y aseguró que el 15 de julio de 1997
llamó al juez de Mapiripán para que le confirmara sobre un juicio
popular que la guerrilla había adelantado allí y el funcionario se lo
confirmó y que había sido exonerado y antes de terminar la charla
le comentó que personas extrañas de acento costeño y armadas
posiblemente paramilitares estaban presentes en esa población;
agregó que durante esa semana el juez lo llamó todos los días
enterándolo de que continuaba la presencia del personal armado,
pero que las cosas no se habían complicado. El día 31 del mismo
mes y año en la misma ciudad, ante el juzgado 11 de instrucción
penal militar (fl. 182. c16), sostuvo lo de la anterior diligencia, solo que
agregó que su llamada fue a las 2 de la tarde, que el juez le dijo
los ocupantes estaban uniformados y con armas largas, que entre
el 16 y 19 de julio sostuvo algunos contactos con esa misma
persona. En esta capital, a donde se desplazó el Despacho antes
citado el 14 de noviembre del año en cuestión, amplió declaración
128
(fl. 30 o 117 c.16) en el sentido de que fue a las 2:30 que citó al juez,
refirió los mismos aspectos de las anteriores versiones sobre el
objeto de la llamada y la información que obtuvo y apuntó
asimismo, que el 16 éste lo contactó para hablarle de que el
alcalde se veía complacido con la presencia paramilitar y se
resistía a pedir ayuda y a ello le aparejó el dato de que eran como
60 hombres los que conformaban el grupo y que habían llegado
por el río Guaviare. A la procuraduría el 18 de noviembre del 97
en versión libre y espontánea (fl. 168 c.3) morigerando un poco su
reticencia a reconocer que no solo desde Mapiripán le habló el
juez el 15 de julio de ese año, arguyó que quien contestó su
llamada de las 2 de la tarde fue Arbey Rios y como había citado al
juez, aquel se lo pasó y éste le confirmó lo del juicio popular y la
presencia de paramilitares y curiosamente el resto de la charla la
enfocó a denotarle su aburrimiento por estar siempre ejerciendo
en los territorios nacionales y le pidió ayuda para su traslado
aparte de que le hizo ver que quería pertenecer al CTI; agregó
que el 16 en la tarde el funcionario judicial lo llamó para contarle
que con base en una lista que llevaba, los paramilitares habían
detenido a unas personas entre ellas a Catumare, mas nada
lamentable había sucedido, lo cual le reiteró en las
conversaciones que sostuvieron entre el 17 y el 19, incluso, que
nunca le dijo haber presenciado alguna muerte violenta y niega
que el juez cada que se presentaba un asesinato se lo informara,
solo que el 20 de julio de 8 a 9 de la mañana lo llamó nuevamente
alarmado porque había visto unos muertos en el pueblo; apuntó
entonces el procesado que una llamada vaga e inconclusa no
constituía dato que le hiciese segregar tropa de otros sectores
verdaderamente críticos para dirigirla a otro que en ese momento
no lo era. El 13 de diciembre subsiguiente en versión libre ante el
129
juzgado 13 de instrucción penal militar en Villavicencio (fl.118 c.15 o 246
c.67) el interrogatorio no abarcó los aspectos que por ahora se
consideran, empero, con ocasión de una pregunta, refirió que el
juez desde el principio estuvo muy prevenido, desconfiado y muy
afanado y angustiado por su situación personal y la de su familia.
Al día siguiente y en la misma localidad, en exposición
espontánea ante el comandante de la 4 división del ejército (fl. 39
c.18), quien encaminó el interrogatorio hacía el oficio 2919, frente a
los puntos que se auscultan dijo que el juez siempre le afirmaba
que no había ocurrido nada lamentable. Bajo juramento ante la
fiscalía de derechos humanos en el radicado 244, el 20 de enero
de 1998 (fl. 112 c.4) se reafirmó en los mismos aspectos, incluso los
que había dado a conocer sobre el señor Catumare , solo que
apuntó como antecedente de la llamada al juez que la ubica a las
2:30 de la tarde, que en la mañana se trató de comunicar con el
mismo llamando al hotel monserrate y le pidió el favor a la
persona que contestó allí que le ubicara al juez para la hora
antedicha; respondiendo a una pregunta concreta dijo que sí, que
hasta el momento en que habló con el juez fue que se percató de
la presencia de paramilitares en Mapiripán, pero que en la
mañana de ese mismo 15 de julio estaba en su oficina el inspector
fluvial de San José del Guaviare Gustavo Hincapié hablando de
otro tema, y al indagarle por la forma como se podría comunicar
con dicha población, éste le suministró el teléfono de un amigo
suyo que trabajaba en el hotel Monserrate a la vez que le dijo que
le parecía extraño que el tráfico fluvial sobre el río Guaviare había
disminuido y que había escuchado que posiblemente en Charras
personas armadas tenían los botes parados. Reiteró que el juez le
comentó ese mismo 15 de julio su aburrimiento por estar
trabajando en Mapiripán y le pidió ayuda, ya no dice el enjuiciado
130
que para traslado, sino para vincularlo al CTI; que el juez no
obstante hablarle todos los días telefónicamente, le respondía que
nada lamentable había sucedido y menos ocurrencia de
asesinatos, lo que sí le reportó el 20 de julio. La anterior se amplió
por parte del incriminado el 29 de septiembre de ese mismo año (fl.
4 c.8) y relacionado con los puntos en cuestión y que deba
extractarse es que enfatizó que cuando habló la primera vez con
el juez estaba solo en su oficina. En su indagatoria del 25 de
marzo de 1999 ante la fiscalía de derechos humanos y ya en este
concreto expediente, arguyó que en la mañana del 15 de julio
cuando telefónicamente lo llamó USCATEGUI para que le
averiguara unos hechos anormales acontecidos en Mapiripán,
coincidencialmente el Inspector Fluvial se encontraba ahí, en su
oficina y le suministró el teléfono para llamar al hotel de dicha
localidad en donde le contestó el recepcionista comprometiéndose
a hacer ir hasta ese lugar al juez en la tarde para que hablara con
él; que entre 2 y 3 de la tarde pudo hablar con el funcionario y
cuando se superó el objeto de su llamada, éste le señaló lo
concerniente a la presencia de personas uniformadas y armadas,
por lo que le preguntó si se trataba de paramilitares, pero que el
juez no pronunciaba por temor ese nombre. Que entre los
contactos telefónicos del 16 al 19 a iniciativa del juez, éste le
informó lo que ya indicó sobre retención de personas, entre ellas
Catumare, con base en una lista que los paramilitares poseían.
Apuntaló que el juez el 20 de julio lo llamó para decirle que habían
aparecido 3 personas muertas, reitera la ayuda laboral que el 15
le pidió el funcionario. En la ampliación de tal diligencia llevada a
cabo el 3 de junio de 1999 (fl.74 c.19 o c. 45 fl. 71) reveló que entre el 16 y
el 19 lo llamó el juez, preocupado pero calmado y jamás
manifestó haber presenciado muerte alguna, y solo el 20 a las 7
131
de la mañana fue que le dijo aterrorizado que habían amanecido
cuerpos decapitados en ese municipio; también insiste que lo
único que le manifestó a Arbey Rios fue “que por favor en las
horas de la tarde me citara al Juez de Mapiripán”. El 18 de junio
de 1999 en Tunja declaró a la Procuraduría, entre otras cosas,
que se enteró de la situación de Mapiripán por medio del juez. En
su intervención del 26 de diciembre de 2000 (fl. 143 c.55) en el consejo
verbal de guerra en relación con los conocidos y concretos
aspectos adujo que Arbey de Jesús Rios, o sea el administrador o
propietario del hotel monserrate de Mapiripán, el 15 de julio en la
mañana no le dijo absolutamente nada de que en esa localidad
estuviera sucediendo algo delicado o grave, siendo el juez la
primera persona que, como a las 2 y 30 de la tarde, le comunicó
la presencia de paramilitares, de otro lado afirmó que todos los
días llamó al juez, que hablaron todos los días y una o dos veces
éste lo llamó.
7.- Así mismo, la actuación se nutrió con declaraciones del
bastante mencionado juez de Mapiripán quien responde al
nombre de LEONARDO IVAN CORTES NOVOA y con esa
identidad fue interrogado bajo juramento en Villavicencio por la
procuraduría el 29 de julio de 1997 (fl. 60 c. 3), ocasión en la que
indicó que el 16 de julio en horas de la mañana ARBEY RIOS le
manifestó que un mayor del ejército de apellido OROZCO
necesitaba comunicarse con él porque era la única autoridad que
se encontraba en esos momentos y que esperara la llamada a la
1:30 de la tarde, no como lo dice procesado y defensor que a las
2:30, puesto que “quiere saber que es lo que está pasando acá”. Agregó
CORTES NOVOA que a la hora indicada concurrió donde el
emisario al hotel Monserrate y mas o menos a la misma, éste
132
contestó el teléfono y luego se lo entregó diciéndole que lo
necesitaban de San José del Guaviare y que al otro lado de la
línea el señor se le identificó como el mayor OROZCO del batallón
joaquín parís y “me dijo que estaba preocupado por la situación de nosotros” y
que brevemente le contó lo que estaba sucediendo, que eran 150
sujetos armados, identificados como las autodefensas de Urabá y
Córdoba, que detuvieron a varias personas, entre ellos a Antonio
María Barrera Calle (el testigo se refiere a Catumare) y no
aparecen. Que al contarle su interlocutor que lo habían estado
llamando diciéndole que de una avioneta que llegó a Mapiripán
bajaron a los pasajeros y los mataron, entró en desconfianza ya
que pensó que podía estarlo llamando desde el mismo pueblo las
precisas autodefensas o ser una llamada de la guerrilla y le
respondió que eso era falso y le agregó que no sabía a ciencia
cierta de qué personas se trataban y en cuanto al interrogante que
le hizo de si le aconsejaba desplazarse a ese pueblo le contestó
que la decisión era de él –el militar- ya que sabía mas de esa
guerra irregular. Comentó el funcionario judicial que luego, esa
misma tarde corroboró que el número telefónico que le dio el
mayor para que lo llamase el sábado en razón de saber qué ha
sucedido, instante mismo en que le manifestó que estaban
escasos de tropa y no podían dejar desprotegido a San José,
pertenecía al batallón joaquín parís. Expresó también dicho
presencial “a medida que iban asesinando gente las autodefensas yo le iba
informando telefónicamente al , (sic) yo hice varias llamadas al mayor informándole
a medida que iban matando personas y ya empecé a decirle que sí que hicieran
presencia de inmediato” y hasta le dijo que ellos –se refiere a los
paramilitares- no se van a meter con ustedes porque ellos
únicamente vienen detrás de la guerrilla, mas lo que contestó el
ya informado fue que estaba esperando la orden del comandante
de la base; Que el 20 de julio como a las 9 de la mañana volvió y
133
llamó al militar y le notificó “los últimos muertos”, refiriéndose
expresamente a Ronald Valencia, Sinaí Blanco y 3 mas , a lo cual
recibió la expresión de aquel de estar preocupado, mas no poder
hacer nada y le suministró el teléfono del general JAIME
USCATEGUI RAMÍREZ a la vez que le dijo que éste le brindaría
solución, frente a ello le respondió que ya no había nada que
solucionar, pues las autodefensas han asesinado a 26 personas.
(subrayado fuera de texto). El 21 de agosto de 1997 el Togado de
Mapiripán testificó ante la fiscalía de derechos humanos y en esa
ocasión en lo mas mínimo se le interrogó por los avisos y las
informaciones que hubiese dado y los destinatarios de ello,
durante la toma paramilitar a dicha localidad; por iniciativa propia
tampoco lo dijo, apenas que el fue el que denunció y a quiénes
por escrito, solo reconoció como suyo el testimonio clave 2 con
identidad reservada, mismo que recepcionó el 24 y 25 de julio de
1997 (fl. 14ss y 29ss c.2) la fiscalía regional con sede en la capital del
Meta, en donde no aparecen tampoco los aspectos echados de
menos en la diligencia que antecede en esta sinopsis.
8.- Entonces, para resaltar algo de la comentada versión del 21 de
agosto, se dirá que allí el juez hizo las mismas afirmaciones que
ante la procuraduría, en el sentido de que todas las noches
asesinaban gente los paramilitares, hasta completar
aproximadamente 26 personas, muchas de las cuales pertenecían
a la población flotante del municipio y obedecían a raspachines y
enuncia algunos cuyos cadáveres fueron tirados al río, entre esos
el del señor CATUMARE.
9.- No se ve en el funcionario judicial en cuestión, ningún interés
en declarar hechos alejados de la realidad, y mucho menos de la
134
que vivió y si alguna mácula pudiese glosársele sería porque
incriminó como informantes de las autodefensas, a algunas
personas del pueblo, pero casi que inmediatamente, en otra
declaración explicó confiablemente que lo hizo por la sujeción del
miedo y ello lo llevó a incurrir en yerros respecto de algunos
nombres que dio, o sea que la incriminación sí procedía y por los
motivos que expuso, pero se equivocó en algunos que involucró.
Ahora, que ante la fiscalía no hubiese dicho que le informó al
ejército y todas las circunstancias de ello, no significa que se
propusiese callarlo, asumiendo esa práctica conocida por la
Judicatura de que se calla, pero si posteriormente se percata de
que por otra fuente o vía trascendió, pues se reconoce en parte y
se justifica y así recurrentemente el ciclo se prolonga;
simplemente no se le interrogó al respecto y se orientó la
diligencia sobre otros aspectos.
10.- No está de mas proponer que como ciudadano y como
funcionario satisfizo con creces el deber que se cernía sobre él,
de noticiar episodios y conductas humanas desconocedoras de
los derechos y la dignidad del asentamiento humano de
Mapiripán, a riesgo cierto de su propia vida, por eso es que el
Despacho en esas circunstancias tan apremiantes en que el 15 de
julio de 1997 le contestó la llamada a OROZCO CASTRO,
pendiendo su vida de lo mas endeble que pueda existir, no se lo
imagina pidiéndole al militar como este lo afirma, que hiciera
“lobby” para que sus superiores le procuraran un traslado a otra
ciudad o para que le consiguiera trabajo en el CTI, ni tampoco que
previo a las solicitudes expresamente se mostrara como un
funcionario judicial aburrido y denostando de su situación laboral;
ahora, nótese que CORTES NOVOA correspondía a una
135
autoridad civil, inerme que ni siquiera para hacer cumplir sus
providencias contaba con respaldo de la fuerza pública, por eso
ninguna culpa lo afligía y entonces no se lo requería para expiarla
y en son de ello, a confeccionar en sus versiones cuestiones
carentes de soporte fáctico. De ahí, que ni el mas sofisticado ni
imaginado recurso enderezado a resquebrajar en parte o en todo
su dicho, como los que han pronunciado los implicados militares,
ni siquiera que hincado y compungido severamente se materialice
por parte de quien ello persigue, puede hallar eco en la
Jurisdicción.
11.- Justamente, volcada la reminiscencia a los apartes de las
versiones de OROZCO CASTRO que fueron colacionados en
acápites anteriores, se extrae que dicho justiciable a ultranza dice
como también y sin que le quepa razón lo hace su abogado, que
llamó al juez para indagarle sobre el “juicio popular” que adelantó la
guerrilla en mayo de 1997 en Mapiripán; que dicho funcionario fue
el primero que le informó la ocupación terrorista en la localidad,
pero que ese aspecto éste lo asumió después de confirmarle el
punto por el que lo cuestionó; que quedó informado solo a partir
de las 2 de la tarde del 15 de julio del citado año.
12.- Aflora, que enteramente a destiempo reconoció que ARBEY
RIOS habló con él en la mañana del 15 de julio, antes que lo
hiciera el juez, pero que de todas maneras nada le indicó de la
presencia paramilitar en la localidad; que por simple casualidad en
la mañana de ese día fue o estaba en su oficina GUSTAVO
HINCAPIE RESTREPO; que ciertamente el juez lo llamó toda la
semana, claro que en el consejo verbal de guerra invierte esa
iniciativa de comunicación telefónica para atribuírsela a él mismo
136
y le concede una o dos al Togado, sin embargo en ninguno de
tales días le notició asesinatos, ni complicación de la situación o
que haya sucedido algo lamentable, como sí que los paramilitares
aún permanecían; que fue el 16 de julio que el funcionario judicial
le comunicó que los paramilitares habían retenido al señor
CATUMARE.
13.- Los tópicos extractados son sensibles en la medida en que
reportarían confianza, en principio en los dichos del incurso
OROZCO CASTRO, claro de continuar erigiéndose los mismos;
pero además y tan solo para colocar de presente uno solo, para
saber si su comportamiento frente al atribulado juez, cuestión que
rechaza el implicado, fue sincero, leal y considerado, acorde con
la investidura de un oficial superior del ejército que funge en tal
tiempo como comandante encargado de un batallón.
14.- Así que objeciones rígidas reclaman las atestaciones de
OROZCO CASTRO referentes a que el motivo de su llamada fue
informarse sobre el muy pretérito y nombrado juicio popular y
aquellas encuentran anclaje en el hecho de que si el mismo fue
denunciado por el propio juez a diferentes estamentos y por
escrito y el documento por medio del cual lo hizo lo tenían los
militares, no tenía razón de ser que con la misma persona se
tratara de verificar, constatar y confrontar la respectiva
información, menos que lo hiciera ese cuerpo castrense porque
para ellos rige el que esos aspectos se cumplan con diferentes
fuentes.
15.- No hay que perder de vista que en el batallón joaquín parís
(bipar) que en esos momentos comandaba el procesado,
137
reposaba el resumen semanal de información (resin) del lapso del
15 al 22 de mayo del 97 (fl. 205 c.56) y en su hoja 5 se relaciona con
fecha 18 de mayo de la misma anualidad una reunión ordenada
por miembros del 44 cartel de las farc en MAPIRIPAN en la que
se dedicaron a lanzar arengas contra las fuerzas castrenses y esa
reunión fue la misma que reportó el juez de MAPIRIPAN bajo la
denominación de juicio popular, de suerte que el procesado ya
sabía al respecto y eso lo demuestra con el hecho, de no llamar al
juez, sino que resultó comunicado con él, tras lo informado por
HINCAPIE quien lo puso en contacto con el recepcionista hotelero
y fue este quien le sugirió hablar con el Togado, para que le
informara lo que OROZCO pretendía que era cuestión totalmente
diferente al manido juicio o reunión que hiciera la guerrilla; se
reitera pues, ya sabía, o al menos ya obraba de distinta o
distintas fuentes datos sobre tal suceso; y, no puede
desatenderse, aceptando en gracia de discusión que fuera
menester llamar al propio pueblo pretendiendo esa constatación,
el que inexorablemente fuese una autoridad la llamada a
confirmar o desvirtuar el episodio denunciado por el Togado y ver
a éste como el mayor indicado cuando las demás autoridades se
encontraban ausentes, porque es que los agentes de inteligencia,
los informantes, los investigadores, no ven en las autoridades
únicamente fuentes de información confiables, el ciudadano del
común también es visto así.
16.- La reflexión que antecede empieza a erigirse victoriosa desde
el mismo momento en que se analizan con detenimiento las
testificaciones de ARBEY DE JESUS RIOS, administrador del
hotel monserrate (fl 16 c.2) y de GUSTAVO ALONSO HINCAPIE
RETREPO inspector fluvial de la capital del Guaviare (fl.. 35 C.2)
138
rendidas en Mapiripán el 25 de julio de 1997 y San José del
Guaviare el 26 de julio de 1997, respectivamente, ante la
procuraduría. Al primero luego de relatar los sucesos, se le
preguntó expresamente si alguien avisó a las autoridades de la
presencia de los uniformados y respondió que los fax (sic) que
había colocado el juez y lo que éste habló con el comandante del
batallón en San José, el martes como a las 2 de la tarde y agrega “respecto de la forma como se enteró el comandante del batallón fue así: yo había
llamado el lunes en la tarde a GUSTAVO HINCAPIE que es el inspector fluvial cosa
que nosotros nos hablamos 2 o 3 veces en la semana y como no estaba el día
lunes le dejé la razón con la secretaria y de casualidad él me devolvió la llamada el
martes en horas de la mañana con la casualidad que ya estaba pasando la
situación y yo le comenté porque el me estaba preguntando que estaba pasando en
charras guaviare, entonces yo le comenté lo que ya estaba pasando en el pueblo
luego me dijo que me iba a conectar con un amigo de él, cuando me lo comunicó el
señor me dijo que hablaba con el comandante del Batallón y me dijo que que (sic)
pasaba en el pueblo y me preguntó que si había guerrilla y yo le comente que
habían llegados unos uniformados de militar y que no sabía quienes eran, me
preguntó que con quien podía hablar y yo le dije que el único que estaba era el juez
y entonces me dijo que le hiciera una cita para las 2 de la tarde, entonces yo fui y
cite al señor juez, y entonces el por la tarde terminó de informarle al comandante del
batallón lo que pasaba y sobre los detenidos”.
Por su parte el Inspector en cuestión se expresa así: “El día martes
15 de julio, en horas de la mañana recibí llamada de ARBEY RIOS un amigo de
mapiripan quien me pregunto que que pasaba con las voladoras que no había
servicio, me dijo que averiguara que supuestamente estaban retenidas en Charras
por una patrulla del ejercito, un poco después se presentó el señor GUSTAVO
BARON propietario de varias embarcaciones tipo voladora destinada al transporte
de pasajeros solicito (sic) verbalmente se averiguara que pasaba porque desde el
día domingo 13 la embarcación que cubría la ruta San José – Puerto Alvira fue
retenida en el sitio denominado Charras supuestamente por una patrulla del ejercito,
… como el señor me dijo que era una patrulla del ejercito entonces me desplace
hasta el comando del Batallón Joaquin Paris con el fin de cerciorarme de lo que
estaba pasando y solicitar a la vez se permitiera el tránsito normal de las
embarcaciones, en el Batallon converse (sic) con el MAYOR OROZCO quien de una
139
manera muy formal me dijo que el ejercito expresamente el Batallón Joaquin Paris
no tenia personal en el sector entonces le solicité que verificara si la Brigada Movil,
realizaba algún operativo por ese lugar la respuesta fue precisa. Ni la brigada movil
ni el Batallón estaban realizando operativos por ese sector, e incluso mencionó que
posiblemente fuera la guerrilla, me preguntó que como sabía yo que había
embarcaciones retenidas por allá y le dije que por la llamada telefonica que había
recibido de un amigo de Mapiripan, me pregunto (sic) si sabía el teléfono de la
alcaldía Municipal de Mapiripan y yo le dije que el unico numero telefonico que
conocia era el de ese amigo, y nos pusimos en contacto con ARBEY desde el
Batallon con el objeto de averiguar el teléfono de la alcaldía o el del juez del
municipio, entonces converse (sic) con ARBEY y lo puse en linea con el MAYOR
OROZCO, se supone que le iba a averiguar el teléfono de la alcaldía o del juez, yo
considere entonces que no podía realizar ninguna gestion para que soltaran las
embarcaciones y di por terminada la reunion y me despedi y me vine y le informe a
don GUSTAVO BARON …”.
17.- Primeramente hay que hacer ver que se presenta una
contradicción entre estos dos testigos, pues HINCAPIE indica
que hubo 2 llamadas el 15 de julio en la mañana; una primera que
le hizo RIOS a su oficina y la segunda ya a iniciativa suya pero
desde el comando del batallón y RIOS dice que llamó a aquel el
lunes en la tarde y al no estar le dejó razón con la secretaria, no
dice para qué lo hizo, pero sí explica que 2 o 3 veces a la semana
se hablaban y entonces se entiende que como el lunes aún no
había entrado el grupo criminal a la población, pues la llamada de
RIOS podría ser como de rutina; vale la pena pensar que si RIOS
en verdad hubiese llamado el 15, no habría sido para nada
diferente que para comentarle la anormalidad que regía para el
momento en la localidad, como lo hizo tan pronto como pudo
hablar con alguien ajeno a MAPIRIPAN, siendo ello en la mañana
en cuestión y precisamente con HINCAPIE apenas éste le
preguntó qué estaba pasando en Charras, siendo su respuesta
nada relacionado con la población por la que se lo cuestionaba,
sino con aquella en donde residía y trabajaba, recuérdese que el
140
Inspector alcanza a decir que conversó con el citado
Recepcionista.
18.- También, el 15 cuando ya desde la madrugada había
irrumpido en el pueblo el piquete aterrorizador y los habitantes
recibido “ordenes” y hasta habían llegado al hotel de RIOS
preguntando por el libro de registro de huéspedes e indagando
por CATUMARE y por sus residencias, no tenía objeto que éste,
si hubiese tenido la posibilidad de llamar ello fuese al Inspector y
no para dibujarle su realidad y las de sus cohabitantes, sino para
lo atinente a la interrupción del tráfico fluvial en Charras, que si de
pronto lo sabía, en ese momento ya no era trascendente, además,
ya podía inferir a qué se debía esa suspensión. En cambió,
HINCAPIE sí que tenía un motivo para llamar a RIOS; él mismo
adujo que la razón por el cual lo llamó en la mañana de ese 15 de
julio desde la oficina de OROZCO CASTRO y en presencia de
éste fue averiguar qué problema era el que se presentaba en
Charras con las Voladoras, pues al ser inspector fluvial y serle
noticiada una situación anormal, como lo hizo GUSTAVO BARON,
su obligación era la de indagar al respecto y a fe que lo hizo y no
solo con aquel sino con OROZCO CASTRO, se reitera, a donde
concurrió no para llamar a RIOS primordialmente, sino
subsidiariamente en caso de que el citado comandante de
batallón no le diere respuesta concreta, o sea, que la presencia de
HINCAPIE en la oficina del mencionado militar, no fue casual
como éste con numerosas reiteraciones y claro, desfiguraciones
lo hace ver, sino que obedeció a un querer suyo dado su cargo,
de percatamiento de la situación que el prenombrado empresario
del transporte fluvial le transmitió, mismo que asumió que la
circunstancia denunciada a su juicio había sido propiciada por el
141
ejército, siendo ese palpito de BARON el que lo hizo dirigirse a
donde el comandante del batallón y no a ninguna otra parte.
19.- Con las 2 testificaciones que se repasan, se da por completo
pábulo a lo ya concluido por el Despacho en el sentido de que
OROZCO CASTRO no se propuso llamar al juez y menos para
indagarlo sobre el multicitado juicio popular, es importante no
dejar de lado, que el juez ni expresa ni tácitamente señala como
motivo de la llamada que le hiciese el uniformado que lo
empapara sobre el superado acontecimiento, es mas, dijo que
RIOS cuando le comentó que aquel había llamado y que volvería
a llamar, también le manifestó que es porque “quiere saber que es lo
que está pasando acá”, el juez no dice que el emisario indicara que el
militar quería saber qué fue lo que pasó, cuanto apuntala es que
el Castrense en lo que deseaba enteramiento era a cerca de
sucesos en desarrollo, en otras palabras, frente a lo que estaba
sucediendo en ese momento al cual no correspondía el juicio
popular; ahora, esos términos del interrogante, denotan que ya
sabía el uniformado y que tal vez quería ahondar y si es así,
resulta aún mas confiable lo aseverado por RIOS que en la misma
mañana del 15 de julio informó al comandante del batallón. RIOS
asimismo aseveró que apenas HINCAPIE le pasó el teléfono al
otro lado de la línea la persona le dijo que hablaba con el
comandante del batallón y le preguntó que qué pasaba en el
pueblo, pregunta que llevaría a inferir que el militar algo sabría
sobre el Mapiripan de ese momento, pues HINCAPIE no le habló
de esa población, sino solo de Charras.
20.- De regreso a lo indicado por el funcionario judicial en cuestión
y especialmente retomando que adujo que entró en desconfianza
142
con su interlocutor y llegó a estimar que éste bien podría ser
autodefensa o guerrilla, pero para ese instante ya le había
comentado que los paramilitares habían copado su pueblo, pues
no tendría lógica asumir que el juez pensando que quien estaba al
otro lado de la línea podría ser guerrilla y a raíz de ello se
propusiera ser prudente para no correr riesgo por quedar frete a
ella como develador ante las autoridades y sobre todo ante el
ejército de las ejecutorias de ella, fuese a informar o ratificar lo
tocante con dicho juicio popular.
21.- El Togado de Mapiripán, enfatizó que apenas se le identificó
el militar “me dijo que estaba preocupado por la situación de nosotros” y ello
brinda aún mas seguridad de que para entonces éste ya sabía, de
la grave y lamentable situación por la que atravesaba la ahora
tristemente célebre localidad del Meta y aquí es imperdonable no
citar al motorista NELSON LOZANO quien dijo que el lunes llamó
desde CHARRAS para decir que estaba bien y el martes cuando
regresó desde MAPIRIPAN, luego de que se lo permitieran los
paramilitares, a la capital del GUAVIARE allí todo el mundo sabía
lo que en dicho población estaba ocurriendo, y volviendo a los
primeros renglones ello se explica porque es que esos adjetivos
no vienen bien aparejados solo desde el momento del abordaje de
las personas, ni desde aquel en el cual se las asesina, maltrata,
en fin, sino del mismo instante en que en un asentamiento
humano un grupo al margen de la ley hace presencia, por eso es
que no es dable concebirlo como lo hace el justiciable, que a
pesar de la presencia criminal en Mapiripán, no había nada grave
y menos algo para lamentar y por lo tanto no le era exigible
actuar en su condición de militar y mas aún de comandante del
batallón con jurisdicción en el sitio atacado por la ilegalidad.
143
22.- Indudable resulta, además, que no fue el juez de Mapiripán el
primer conducto a través del cual OROZCO CASTRO supo de la
ocupación terrorista a Mapiripan y así, que válido advertir es, que
se trató de ARBEY RIOS quien primeramente se lo hizo saber al
uniformado, pues no hay un elemento de persuasión, la versión
del motorista LOZANO no lo es que lleve a darle cimiento a la
inferencia remarcada de que aún para cuando habló con RIOS el
comandante militar, ya estuviese enterado de lo mismo. De suerte
que si no fue el juez con quien habló OROZCO CASTRO el 15 de
julio solo hasta las 2 de la tarde, como lo dice en corroboración de
RIOS, pues hay que recordar que el juez indicó que a la 1:30, la
primera fuente que le habló sobre los sucesos presentes para
entonces en la manida población, sino ARBEY RIOS, queda claro
que el militar desde la mañana del 15 de julio de 1997 se enteró
profundamente; es mas, el Despacho puede afirmar y no
olímpicamente que esa suficiente información le fue
proporcionada pocos minutos después de las 8 matinal de suerte
que en tal tópico su defensor tampoco acierta y no porque
extraiga el sustento de la aseveración que hizo OROZCO en la
audiencia pública de MILLER URUEÑA y otros implicados (fl 209 c.63),
en la que con apenas media verdad –no reconoció que se enteró
fue del arribo de terroristas y lo que éstos ya ejecutaban en
Mapiripán- se contempla que el 15 de julio a las 8 de la mañana y
por conducto del inspector HICAPIE supo de la interrupción del
tráfico fluvial en CHARRAS y como ya se sabe que apenas éste le
dio tal noticia se comunicaron con el conserje ARBEY RIOS, pues
el indefectible resultado de tal ponderación no es otro que el ya
consignado y sigue siendo el mismo del sopesamiento de la
144
testificación sobre el cuestionado tópico de HINCAPIE
RESTREPO y el administrador de la estancia.
23.- Justamente, a riesgo de recurrencias, se indica que quedó
OROZCO CASTRO completamente informado que Mapiripan
había sido copada por sujetos armados al margen de la ley y que
vestían uniformes militares y habían apresado al señor conocido
como CATUMARE el 15 de julio de 1997 pocos, muy pocos
instantes después de las 8 de la mañana a instancias de ARBEY
RIOS y de esta forma queda sin piso lo alegado por el abogado
de dicho implicado, lo que no convence es que luego de ese
conocimiento y de ser consciente, no solo por lo que le narraron
desde MAPIRIPAN, sino por los antecedentes de las tomas
paramilitares de lo ciertamente deplorable del caso, la tropa que
tenía y la única que según él podía encargarse de neutralizar los
elementos que coparon la mencionada población por disposición
suya –no de USCATEGUI como lo enfatiza la parte civil sin referir
el sustento persuasivo de su afirmación- fuera enviada a otra
parte, en efecto nada lejana, y que para proteger, en manera
alguna población indefensa, sino otra tropa, justamente no
inerme, sino también suficientemente apertrechada; que
eventualmente iba a entrar en contacto armado, ciertamente no
estaba combatiendo ni siendo atacada . Por eso imperioso decir
que en OROZCO CASTRO no se generó una colisión de deberes
como a su estilo lo ha pregonado insistentemente, en procura de
justificar su actuar omisivo.
24.- De manera que si el defensor de OROZCO CASTRO indicó
en sus alegaciones que éste tenía que haber defendido a
MAPIRIPAN y no enviar la tropa con la cual lo haría a CALAMAR
145
si ARBEY RIOS le hubiese informado, el Despacho en réplica
apuntalar debe que esa condición se excluye cuando quiera que
quedó acreditado, adversamente a como lo postula dicho
interviniente del proceso que a plenitud ARBEY RIOS notició muy
tempranamente de la mañana del 15 de julio del 97 a OROZCO
CASTRO de la toma paramilitar a MAPIRIPAN.
25.- De regreso al tópico propuesto por OROZCO CASTRO que a
Mapiripán llamó fue para contactar exclusivamente al juez, puesto
que era menester indagarlo sobe el juicio popular, con apego en
las testimoniales de RIOS, HINCAPIE y la del mismo Togado de
Mapiripán, el Despacho sigue apuntalando que es una completa
mendacidad, pues ya lo refutó en cuanto sostuvo no siempre, de
que HINCAPIE fue de casualidad el día de marras a su oficina y
también en lo tocante de que habló con RIOS en la mañana en
cuestión -no sobra adverar una vez mas, que no siempre tampoco
destapó este otro punto-, pero que no le dijo que el pueblo había
sido invadido de la manera como ya se sabe.
26.- En efecto, el Inspector Fluvial en cita aseguró que una vez le
habló de su amigo en Mapiripán el uniformado le preguntó que si
sabía el teléfono de la alcaldía municipal de Mapiripán, de donde
se desprende, de una parte, que éste iba averiguar una situación
de ese momento en dicha población, como ya se pudo advertir; de
otra, que se proponía hacerlo con el alcalde de allí, o al menos
con algún servidor de la alcaldía; aparejó a lo anterior HINCAPIE
que le respondió al militar que el único teléfono que conservaba
era el del amigo mencionado y se pusieron en contacto con el fin
de averiguar el teléfono de la alcaldía o el del juez del municipio y
de ello refulge, que en principio RIOS no sería sino simplemente
146
la persona que les daría o bien el teléfono de la alcaldía o bien el
del juzgado y no que desde un principio a través de éste se tratara
de ubicar única y exclusivamente al juez. Se fulmina nuevamente
la aseveración del militar cuando a voces de ARBEY RIOS,
después que le dijo a aquel sobre la presencia de uniformados de
militar y que no sabía quiénes eran, fue preguntado por el mismo
interlocutor sobre con quién podía hablar y le respondió que el
único que estaba era el juez, por lo que recibió la consigna de que
hiciera que el funcionario judicial se presentara en horas de la
tarde para que recibiera una llamada que el mayor le haría a ese
mismo sitio.
27.- Como se ve, OROZCO CASTRO no pidió que lo contactaran
con el juez, sino solo a partir de que el Conserje le dijera que el
juez era el único que estaba. Todo lo anterior conlleva a
cuestionar a JUAN CARLOS GAMARRA POLO por haber dicho
en su indagatoria (fl.258 c.6) que en vista de que de la brigada había
llegado un requerimiento para averiguar sobre un juicio popular en
Mapiripán, con RAMIREZ MACHADO se dirigieron a la oficina de
OROZCO para que llamara a dicho pueblo porque decía que allí
tenía un informante con el cual habló y posteriormente le dijo que
era el juez, y ahí fue cuando se enteró de la presencia de
paramilitares en la localidad en cita, pero resulta que el sargento
RAMIREZ MACHADO, siempre –rindió 3 testificaciones fls. 251, 24, 235
cds. 4,8,51-, sostuvo que se enteró de la presencia paramilitar en el
conocido municipio a través de las noticias.
28.- Ya se fundamentó que contrario a como lo postula OROZCO
CASTRO la situación de Mapiripán y sobre todo la de su gente, no
principió a hacerse deplorable solo desde el 19 o 20 de julio,
147
cuando, según él, lo macabro empezó a materializarse respecto
de algunos habitantes, porque los días anteriores si bien la
ocupación paramilitar era cierta, nada anormal había sucedido y
en punto de ello quedó plasmado que lo deplorable, lo irregular, lo
atentatorio de los derechos humanos que reclamaba sin pérdida
de tiempo una acción material de protección, surgió desde el
mismo momento en que se produjo la invasión paramilitar.
29.- Por eso, inane devendría el que el Despacho se sumergiera
en cuanto acota el mismo acusado de que si bien el juez entre el
16 y el 19 lo llamó todos los días, recordando que en su última
intervención adveró que era él el que llamaba, nunca le notició
muertes. Sin embargo, es importante para saber de la frialdad y lo
impávido con la cual recibía esas llamadas, que no eran de un
intermediario entre alguien que puede ejercitar un acto de
salvación y quien vive el episodio que lo aflige y lo coloca al filo
del abismo, sino directa entre estos dos últimos que ya no en
teoría sino en la realidad obedecen al implicado y al juez,
respectivamente, véase que el oficial, no obstante ser receptor en
esos momentos de los datos sobre la ocupación paramilitar y la
retención de varias personas y su presunta desaparición porque el
juez le dijo que aquellas no aparecían, le dijo a éste que lo
llamara el sábado para ver qué ha sucedido y eso no solo muestra
su despreocupación, la misma que afloró en él cuando el 15 de
julio en la mañana, aunque amablemente le dijo a HINCAPIE, que
podía ser la guerrilla la causante de la situación que éste le
notició, pero aún así, no se inmuto ni dispuso la mas mínima
diligencia de constatación y si fuese el caso de neutralización ya
148
que para ese momento aún tenía su “tropa de reserva” y entonces
por qué no lo dispuso, pues el enemigo lo tenía sumamente cerca
con probabilidades de sorprenderlo, seguro porque no le
correspondía hacerlo o porque sabía que se trataba de otro grupo
y éste no tenía presupuestado enfrentarlo, mas así a HINCAPIE le
denotó algo diferente; en retoma de la idea referente a que el
Mayor, sin embargo de la extrema gravedad de lo que le narró el
juez el 15 entrada hasta ahora la tarde, le pidió que lo llamara no
al día siguiente, sino pasados 4 desde el momento de la
comunicación, o sea el sábado, y que eso muestra su aguda
apatía, superior a la de EDUARDO BRAND secretario de gobierno
del Guaviare a quien JOSE ALEJANDRO GUERRA PEÑA,
inspector de policía de Charras (fl. 14 c.2) el 16 de julio en la tarde le
informó de la presencia paramilitar en esa localidad y de la
reunión con los habitantes a los que hicieron formar en la cancha
de futbol viable es mostrar que no es genial que le dijera ese día,
el mismo al cual su noche le sirvió como de cortina para que el
grupo armado partiera de la población; pero también le hizo o
quiso hacerle creer que San José del Guaviare solo tenía el
batallón joaquín parís como fuerza pública para repeler cualquier
agresión y por ello no podía atender la tropa de esa unidad a
Mapiripán, pues le manifestó que no podían dejar esa capital
desprotegida y que estaban escasos de tropa, desde luego que si
se analiza esto último, pues se colige que el militar no se
encontraba ante una orfandad de tropa, porque le dijo fue escasez
y escasez de tropa o de fuerza para operar no es lo mismo que
carencia, tanto así que el funcionario judicial al recordar que ya
desplazado con su familia de Mapiripán pudo llegar el 20 de julio a
la capital del Guaviare y allí, en la noche, lo abordó el mayor
OROZCO en compañía de un médico del ejército, llegando luego
149
las respectivas esposas y los invitó como a manteles y allí le
expresó, primero que no podía disponer de la tropa, aseveración
que no es admisible en un comandante de batallón, ni siquiera
encargado, porque el encargo conlleva la asunción de funciones y
el goce de las facultades plenas de un titular y en eventos como el
de autos, las formalidades, solemnidades, los conductos
regulares, dan siempre un paso al costado; segundo, que la tropa
la tenía regada apoyando en el Caquetá y aludió nuevamente al
desamparó en que dejaría en caso de que atendiese a Mapiripán,
a la capital del Guaviare cuando tenía información de que habían
depositado casi mil miembros de las autodefensas en esa región,
o sea, que nuevamente sin escrúpulo alguno le miente y hasta de
la manera mas burda al acongojado Togado, pues no existe
ápice de duda en que en el departamento del Caquetá, no había
célula de combate alguna del batallón joaquín parís; en cuanto al
otro aspecto, pues seguramente el uniformado nunca quiso
exteriorizar que sabía que paramilitares hacían presencia en San
José del Guaviare y el resto de la región, pero le falló el instinto de
conservación, el mismo que lo abandonó en el primer 2919, pese
a que su planeamiento como se verá así se lo imponía y parece
que no le dejaba alternativa, lo que pasa es que recurrió a la
hipérbole para darle cimiento a su argumento de que no podía ni
siquiera intentar salvar a la gente de Mapiripán, porque el
enemigo era bastamente superior y los aniquilaba. (subrayado
fuera de texto. Aspecto subjetivo del juez.)
30.- Se estaba indicando que el encartado esgrimió que el juez
entre el 16 y 19 de julio no le dijo nada diferente a que la
ocupación aún estaba ocurriendo y que en aquella fecha éste le
comentó de la retención de CATUMARE por parte de los
150
paramilitares; que fue el 20 cuando le habló de muertos, pero solo
en numero de 3 y eso porque los había visto esa mañana. No es
así, de verdad que no es así. El juez es muy diáfano al decir que
el mismo 15 le informó que detuvieron a varias personas, entre
ellos a Antonio María Barrera Calle y que no aparecían, aunque
ya se puntualizó a cerca de la transparencia del dicho del Togado
en cuestión, cabe postular si éste pudo llegar a ser desleal con el
militar y le dijera como hechos algo que no era tal, o si de pronto,
por cualquier razón que no se pueda explicar, le comunicó con
base en corazonadas o palpitos que al otro le pudiesen resultar
todo un absurdo, claro que si fuese esto, pues lo que hubiese
acontecido es que el militar reconocería lo que le fue informado,
solo que categóricamente diría que era traído de los cabellos.
Aquí, vuelve a ceder la versión del incriminado, porque es que la
retención de ANTONIO MARIA BARRERA CALLE “CATUMARE”,
así como lo había enfatizado ya ARBEY RIOS, JOSE
EDILBERTO RENDON AGUDELO –empleado del juzgado de
Mapiripán-, BLADIMIR MUÑOZ BETANCUR –alcalde encargado
de Mapiripan durante los hechos-(fls. 48 y 72 c.2), quien además relató
que el mismo 16 de julio ya se comentaba que a CATUMARE lo
habían matado, lo mismo que aseveró, entre otros declarantes la
docente ESPERANZA PIÑEROS (fl. 116 c.2), como adujo que suerte
idéntica se posó sobre los otros 2 que tenían presos se produjo el
mismo 15 en la mañana, como se produjo por indocumentados,
la de un hombre de color que se sabía era del Valle amigo de
GERARDO BERMUDEZ el dueño de la droguería y la de un señor
mono que sacaron de las residencias Guaviare, o sea, por esos
datos ni en mientes se podría decir que RIOS inventó esas
personas y si aquella retención ya se había dado y ello era
151
conocido por el juez, para qué esperar al siguiente día para
noticiársela al comandante del batallón, si justo para cuando lo
llamó ya la conocía y era una circunstancia que hacía parte de
manera sustancial de la información que le estaba dando esa
tarde del 15 al oficial. Hasta aquí es imperioso asegurar que el 15
de julio, como a las 2 de la tarde OROZCO CASTRO fue
informado también de que varias personas habían sido tomadas
por los paramilitares y que no aparecían, pero no es admisible
que al margen de ese grupo y sobre todo del juez y de RIOS, se
deje al teniente JOSE LUIS CALDERON LONDOÑO, quien el
mismo 15 le suministró al implicado información y de inteligencia
militar y por doble vía –escrita y telefónica- cuya connotación para
los hombres castrenses es importantísima, sobre la retención del
mencionado congénere por parte de la célula paramilitar.
31.- El juez enfatizó que a medida que iban matando se lo iba
informando al mayor OROZCO y que ello lo empezó a hacer
desde el 16 de julio y si se presta atención a lo que éste dice, lo
mismo que muchos uniformados, incluso algunos servidores del
Municipio ocupado, se concluiría que justamente los días 16, 17,
18 y 19 de julio no fue asesinada o no se cometió ningún atentado
contra seres humanos de la localidad, pero no solo es el juez
quien los controvierte a todos; el mismo ARBEY RIOS dice que el
16 de julio amaneció el pueblo solo, sin esa gente, valga decir, los
paramilitares y refiriéndose a esas personas de cuya retención
habló, seguidamente arguyó “y nos dimos cuenta que faltaban los que
habían detenido” y agregó que en la tarde encontraron al Mono
muerto flotando en el río y estaba degollado con el pecho y el
vientre abiertos, exposición respaldada por MARINA SANMIGUEL
(fl.189 c. 1) doliente de Roland Valencia, quien aseguró que la noche
152
para amanecer miércoles – se refiere a la del martes 15 de julio-
mataron 7 personas. Así que no faltaría agregar que el Togado
de Mapiripán, ni cercenó los hechos para informarlos de manera
disminuida y tampoco informó a destiempo y mucho menos se
guardó cuanto conoció por sí mismo o mediante interpuesta
persona y en cambio sí lo ha hecho recurrentemente el encartado
OROZCO CASTRO, de ahí que se estime que pretende engañar
cuando refiere que desde que envió a la brigada 7 el oficio 2919,
o sea, el 16 de julio como a las 7 de la mañana, no hubo ningún
comentario grave ni especial por parte del juez que lo hiciera u
obligara a comunicárselo a su comandante de brigada.
32.- El procesado en su última intervención como lo fue la del
consejo verbal de guerra, siguió sosteniendo que entre el 16 y 19
no pasó nada y que así lo decía el juez y se legitima en esa
aseveración refiriéndose a una certificación del Togado de
Mapiripán. Y sí, dicho documento sí existe (fl. 230 c. 2), cuanto
acontece es que no dice lo que el implicado persigue hacerle
decir, y por eso se afirma que éste distorsiona su contenido. La
constancia que data del 29 de agosto del 97 expedida para el
alcalde de la municipalidad, estipula las circunstancias del ingreso
del grupo armado al pueblo y los días de su estadía como sus
“disposiciones” , que no todas, para la población y que el 20 no
amanecieron “con resultados de muertes violentas en su desaparición”, está
haciendo relación aquí el Togado solo a los muertos que
aparecieron el 20 de julio, no a los de los días anteriores, los
cuales no está negando, como tampoco lo hace con lo declarado
anteriormente y con menor razón podría pensarse que hiciese lo
propio en relación con lo que apuntaló respecto de las
informaciones que le dio al militar.
153
33.- Otra vía que le procuró oportuna, verás, suficiente, de
carácter militar y de inteligencia, información a OROZCO
CASTRO sobre los episodios de Mapiripán, fue la del teniente
JOSE LUIS CALDERON LONDOÑO, quien se desempeñaba
como jefe de una red de inteligencia militar emplazada en la
capital del Guaviare, pero tocante con esa misma cuestión, hay
que hacer un tanto de memoria para así indicar que sin embargo
de habérsela vertido telefónicamente y de manera directa a
OROZCO, lo mismo que por escrito, no fue puesta en
conocimiento de la Jurisdicción oportunamente, por la persona
mas indicada para ello y que estaba obligada a hacerlo y con eso
se está haciendo referencia al mentado encartado, pues era
consciente de que el 15 de julio de 1997, o sea en un momento
sumamente apropiado, para ya que se trataba de inobjetable
información de inteligencia militar, con lo cual quedaba satisfecho
el requisito de la constatación, confrontación, en fin de los datos,
sirviera de soporte a efectos de ipso facto operar militarmente, la
información se le plasmó en un escrito, o sea el oficio 268 de
dicha calenda que se le allegó por fax, pero momentos antes, por
teléfono el agente de inteligencia ya referido, verbalmente lo
impuso de la situación de la maltratada población; mas así, lo
ocultó deliberadamente, no solo, como ya se indicó en el
momento de actuar respecto de la maltrecha población, sino que
también en cuanta ocasión de enfrentarse a toda clase de
investigación agotó antes del 18 de junio de 1999 (cd,. 56 fl. 112), dado
que en ésta que fue evacuada como declaración por la
procuraduría en Tunja ante la pregunta; “Dentro del Ejército Nacional, y
específicamente en San José del Guaviare a quién le correspondía la misión de
conocer e informar sobre la penetración de grupos al margen de la ley en la zona”;
respondió “Se que en San José del Guaviare funciona o funcionaba para esa época
una sucursal de inteligencia independiente del Batallón Joaquín París, la cual creó
154
(sic) que dependía el batallón de inteligencia de la Cuarta División, con sede en
Villavicencio …” y ya en lo que tiene que ver con el caso apenas
apuntaló “Recuerdo mucho que esa sucursal me reportó a mi vía fax la presencia
de paramilitares en Mapiripán, pero por fortuna yo ya estaba informado a través del
juez de ese lugar…”. Nuevamente ante la procuraduría el 3 de mayo
de 2000 en Bogotá, en ampliación de versión libre le fue
preguntado por los medios a través de los cuales se enteró de la
presencia paramilitar en Mapiripán y claro como su coprocesado y
adversario ya había sacado a relucir ese ocultamiento y el
documento hasta ahora en el anonimato ya había sido incluido en
el dossier de la procuraduría y fiscalía -USCATEGUI dijo que en
octubre del 99 se los allegaron y fue él quien los proporcionó por
primera vez, pero visto el folio 161 del cuaderno #8 desde el
mismo mes aunque del 98 ya obraban, no solo el fax 268, sino el
verdadero 2919 y otros documentos, incluso el 2919 desde enero
del 98 la procuraduría mediante inspección al BIPAR se apoderó
de él, mismo que por la propia vía frente al proceso disciplinario,
la fiscalía obtuvo pocos días después (fls. 159,266 c. 28).
34.- OROZCO, habida consideración de lo anterior, también
finge esta vez porque dice que fue el juez de instrucción penal
militar el que se los allegó a la fiscalía y que por eso recibió
presiones y se las comunicó a él a la vez que le solicitó ayuda
para que lo trasladaran para librarse de aquellas, tónica en la que
ya había ubicado falsamente al juez, mas se ve (fl. 237 c.8) que ese
militar el juez lo envió es a la auditoria de guerra de Villavicencio-
no tuvo mas remedio que referirse y con mayor amplitud al
explicito tópico, por lo que dijo: “ … En esa semana, no el mismo 15 de julio
el jefe de la red de inteligencia que trabaja encubierto en San José, me informó vía
fax sobre la presencia de unos grupos paramilitares, este dato me llegó en un
documento muy breve, pero yo ya tenía la información precisa, detallada y extensa
155
que me había dado de primera mano el Juez”, agregó que dicha
información que era superada en credibilidad y exactitud por la
del juez fue utilizada para elaborar el primer 2919, después de lo
cual le dijo al personal de inteligencia con quien lo discutió, que
buscaran información sobre Mapiripán porque sabía de la
presencia paramilitar allí, no la pasó a la brigada móvil 2, en tanto
que no le correspondía al no haberlo emitido él, mas luego dijo
que no porque no sabía que debía hacerlo, pero sí sabía porque
lo expresó, que el militar encubierto, precisamente por dicha
condición no tenía facilidad para comunicarse con una y con otra
parte y le estaba vedado además, por cuanto que al hacerlo
estaba poniendo en riesgo la información, pero primeramente su
vida y ello conllevaba a que quien la recibía de él primeramente
la expandiera a las respectivas unidades; y ante la pregunta de
si mostró y discutió con su personal de inteligencia el informe de
que se habla, indicó OROZCO CASTRO que se acordaba de
haberle ordenado al sargento RAMIREZ MACHADO que iniciara a
recolectar la información que se tuviera sobre Mapiripán, empero
posteriormente asintió a lo segundo e indicó que tramitó el
documento internamente y en el juicio contra SANCHEZ PRADO
y otros uniformados (fl.209 c.63) arguyó que el 16 de julio al medio día
a aquel como a GAMARRA les ordenó recolectar información
sobre MAPIRIPAN.
Le fue preguntado a OROZCO CASTRO en la ocasión anterior,
valga decir, la que lo muestra ante la procuraduría, si habló con el
emisor de ese documento y dijo simplemente que sí lo recordaba
solo cuando se le leyó la declaración de CALDERON LONDOÑO
en donde afirmaba, precisamente sobre lo que el implicado había
sido preguntado. Seguidamente se justifica de una manera
156
apenas trivial ante ejecutoria omisiva tan asombrosa indicando
que no tuvo ninguna intención de esconder el referido informe y
tampoco se propuso ocultar información ni retardar
procedimientos e igualmente se duele de haber sido designado
comandante de batallón en encargo sin haber recibido la
preparación en la escuela militar de guerra que es donde durante
un año se forman para integrar y engranar documentos, entre
otras cuestiones y repite que quedó inmerso el contenido del 268
en el 2919.
35.- También intervino el encartado en cita, en el consejo verbal
de guerra y sobre lo que es materia de ocupación, dijo que el
teniente CALDERON por teléfono le comunicó el 15 de julio como
a las cinco de la tarde y luego le envió el fax 268.
36.- Ello en cuanto a la información telefónica que como ya se
precisó recibió directamente OROZCO CASTRO, puesto que en
lo tocante con la de estirpe escrita, la recepcionó el 15 de julio de
1997, a las 4:55 de la tarde, plasmada en el oficio 268 (fl.265 c.51; 185
c.58) de la misma data, documento suscrito por Jaime Eduardo
Prado, mismo que obedece al seudónimo del que se apropió el
oficial de inteligencia militar ya destacado. La “misiva”, por las
claves que contempla iba dirigida al comandante del batallón
joaquín parís y a sus pares de la brigada móvil 2 y del batallón de
inteligencia número 4 lo de fondo de la misma es: “Permitome informar
esa Gerencia partir 05:00 horas día 15-JULIO-97, en el casco urbano del Municipio
de MAPIRIPAN (Meta), un grupo aproximado de 70 hombres fuertemente armados
quienes se identificaron como autodefensas. Hasta el momento tienen detenido al
señor ANTONIO CATUMARE tildándolo de auxiliador de la guerrilla, pero quien
según la fuente es uno de los fundadores de la localidad y no tiene vinculos con la
guerrilla. De igual forma hicieron cerrar todas las instalaciones que tienen algún tipo
de comunicación para evitar que se informara de su presencia”. Un tópico que
157
es inexorable en la información de inteligencia, es la evaluación
que el respectivo agente haga de la misma y la que está en
comento efectivamente contaba con ello y en la categoría de 2,
pues ello aparece consignado en el documento.
37.- El teniente JOSE LUIS CALDERON LONDOÑO reconoció el
fax 268 (fl. 185 c.48) como las notas marginales que aparecen al
costado superior izquierdo del documento de que lo remitió el 15
de julio de 1997 a las 16:55 horas al batallón joaquín parís y a la
brigada móvil 2 a la que se lo tenía que entregar el primero.
Adujo, que antes de enviarle el fax, habló con OROZCO CASTRO
y lo enteró telefónicamente y éste le contestó que ya estaba
informado y por medio del juez del pueblo, valga decir frente a
este militar también se desenvolvió con meras falacias, no es de
dejarse extraviada la mención que también hizo dicho uniformado
de que llamó a OROZCO CASTRO en horas de la mañana, tan
temprano fue ese momento como el de la recepción de los datos
que le enviaron sus informantes desde Mapiripán (fls. 3 c.23 a 214 c.51).
(fuera de texto. A esta hora ya Orozco había hablado
telefónicamente con Uscategui).
38.- Recapitulando, OROZCO CASTRO, no obstante de haber
recibido el mismo 15 de julio faltando 5 minutos para las 5 de la
tarde información de inteligencia militar sobre Mapiripán, sin
excusa válida la ocultó y como se vio solo vino a reconocerlo y de
manera segmentada –primero asintió respecto del documento y
después sobre la llamada y no por su iniciativa- , luego de mas de
2 años cuando se encontró el 268. Ello es importante tenerlo en
cuenta, para reiterar los engaños de aquel a la Jurisdicción, pero
así mismo, para asegurar que no es una coincidencia que
158
mintiera, no que perdiera la memoria, a cerca del primer momento
en que se enteró de la situación de MAPIRIPAN y del instante en
que los paramilitares empezaron a asesinar gente y con esto no
se está haciendo referencia a la información de inteligencia militar,
sino a toda la puntual que recibió minutos posteriores a las 8 de la
mañana del 15 de julio de 1997.
39.- Hasta aquí queda dicho que aquel ha sido totalmente mendaz
en 3 o 4 aspectos sumamente importantes, mismos que han sido
enunciados y que son inaceptables sus justificaciones de que no
tenía intención de ocultamiento ni de mentir porque no percibía
algo a su favor o que inmerso en el 2919 quedó el 268, lo cual
será tema de posterior asunción y entonces se ve a las claras
que tenía suficientes motivos para ocultar, unas veces total otras
parcial, la información tanto en el momento de actuar o de otros
hacerlo como en las investigaciones.
40.- Y, continuando con este punto referido a si como lo sostiene
OROZCO CASTRO, tramitó y puso en conocimiento con el
personal de inteligencia el oficio 268, pero además si realmente le
impartió órdenes o instrucciones al respecto o al menos sobre
Mapiripán, ante lo cual la inferencia válida es que no lo hizo o
para ir de la mano con la prueba, se dirá que sí, pero no en el
momento en que él lo ubica que es tan pronto como lo recibió,
sino cuando las muertes, las decapitaciones, los cercenamientos
de miembros corporales, el arrojo de cadáveres al río, en fin,
hablaban por sí solos. Ciertamente, JUAN CARLOS GAMARRA
POLO Y JESUS RAMIREZ MACHADO obedecían a hombres de
inteligencia del batallón joaquín parís, y si frente a aquel ya se
advirtió la inaceptación de la parte de su injurada sobre la forma
159
como se enteró de la situación de Mapiripán, ahora se hace otro
tanto, pero con el segmento de su testificación en la audiencia
pública de este proceso relativo a que el 15 de julio en la oficina
de OROZCO y junto al sargento RAMIREZ MACHADO conoció el
fax 268, pues si ya lo conocía, porqué en lugar de decir
mitonómamente que se enteró porque fue a la oficina de
OROZCO con el otro sargento y aquel llamó al juez y ahí se dio
cuenta, no expresó desde un principio que a través de dicho
documento, pero además porque es que RAMIREZ al
preguntársele el 2 de agosto de 2000 por el trámite que le diese a
ese oficio, el cual se le puso de presente, manifestó con razón,
que era la primera vez que lo veía y sobre las actividades de
inteligencia que dice el implicado le encomendó tanto a él como a
GAMARRA POLO, en consonancia con éste aseveró que sí, pero
a raíz de los sucesos de Mapiripán y que nunca recibió del
encartado orden específica de qué quería saber de dicho
municipio, solo que indagara a cerca del mismo.
41.- GAMARRA no se sabe con qué intención al respecto fue tan
cambiante y eso se indica con fundamento en que ya se revivió lo
que dijo en esta audiencia pública en el sentido de que el fax 268
lo conoció el 15 de julio en la oficina de OROZCO, aseveración
que precedentemente se dejó sin valor, pero en su audiencia
pública (8 de marzo de 2001 fl. 94 c.61) se le percibe desilusionado,
precisamente porque aduce que OROZCO ni ese documento ni
información de ninguna otra fuente facilitó a él o a la sección de
inteligencia y se enteró de la existencia de todo ello en otro
proceso como lo fue el que llevaba la procuraduría y a última
hora, valga decir, cuando ya se ventilaba su juicio y volviendo al
encargado del batallón para la calenda de los episodios, dice que
160
solo quería que ellos, entiéndase la sección de inteligencia y
sobre todo RAMIREZ MACHADO y el que amerita esta
reproducción –GAMARRA-, indagaran, teniendo él ya varias
fuentes de primera mano y se refiere al juez, a HINCAPIE, al fax
268.
42.- Es propició denotarlo también, ni siquiera a su mano derecha
como lo era el mayor ARBEY GARCIA NARVAEZ, lo enteró de
todo lo que poseía como información tal, debiendo hacerlo, pues
era el oficial S-3 y de por sí el encargado de las operaciones del
batallón y de recomendar, no decidirlos, los movimientos de tropa,
toda vez que dicho S-3 (fl. 90 c.56), explícitamente adveró que el
comandante encargado nunca le manifestó sobre la presencia de
autodefensas o paramilitares en la citada localidad y ese nunca
cobija también las reuniones de plana mayor a las que asistía
GARCIA NARVAEZ, agregando que se enteró de la toma armada
en cuestión cuando el general ARDILA, como el 21 o 22 de julio,
a la final no recuerda la fecha, le dijo que se desplazara allí con
unos soldados o una contraguerrilla a averiguar sobre los hechos
ocurridos.
Esas aseveraciones reposan en la versión ante la procuraduría el
22 de julio de 1999 y encuentra consonancia con la que ante el
juzgado 11 de instrucción penal militar de San José del Guaviare
rindió el 29 de septiembre de 1997, incluso en la materializada en
otra audiencia pública por los mismos hechos el 19 de marzo de
2002 (fl. 14 anexo 10; fl. 171 c. 69) donde añadió que en Mapiripán no había
autoridad militar o de policía que los mantuvieran informados, lo
que lleva a inferir que no conocía que en la mentada localidad el
ejército hacía inteligencia y con ello descubre mayor solidez, la
161
tesis de que no fue informado por su inmediato superior; Y bien,
ahora huelga acudir en reflexiones de la versión libre y
espontánea que rubricó el 28 de noviembre de 1997 ante la
procuraduría (fl.182 c. 28), misma en que enfatizó que del 12 al 20 de
julio no tuvo conocimiento de los hechos de la población en cita,
excepto una ocasión, la cual no precisa, en que el comandante
encargado le dijo que cómo estaban de tropa y que previeran un
personal para enviarlo allí, pero que esperaran a que la sección
segunda –se refiere a inteligencia del mismo batallón- tuvieran
datos mas exactos y concretos de las informaciones que
procedían de la misma parte y entonces contestó que no habían
disponibles porque tenían 2 compañías en CALAMAR y se
reforzó con la contraguerrilla de reserva a las tropas que tenían
en PUERTO CONCORDIA –META- y en la versión se explayó en
justificar esa no disponibilidad
43.- A juicio del Despacho la presuperada aseveración no se
compagina con la verdad si se da en pensar que la excepción la
ubica el testigo antes del 19 de julio, ni es coherente con lo que se
destacó de las 2 anteriores del mismo militar ni con las de
GAMARRA POLO Y RAMIREZ MACHADO, puesto que como ya
fue precisado, a ninguno de éstos OROZCO CASTRO les informó
sobre los episodios en Mapiripán, pues sí lo hizo, pero agotados
los mismos y les impuso labores de inteligencia y desde luego
tampoco les habló sobre la diversidad de fuentes con que contaba
sobre tal acontecer, pero sobre todo la de jaez militar porque le
dirían que si ya la tenía sobraba la que les fuese a pedir que
recopilaran, dado que aquella obviamente también era de
inteligencia y así no habría lógica en que le dijera a GARCIA
NARVAEZ que aguardara que aquellos tuvieran mas datos sobre
162
las informaciones que llegaban de dicho municipio y tampoco que
lo indagara sobre disponibilidad de tropas y no cabe que le
señalara que eventualmente para enviarlas a Mapiripán, es que si
el procesado ya estaba evitando que personal del batallón a su
cargo se enterara de lo que él ya sabía por plurales vías, cómo
iba con el mas ápice de información, así fuese de forma soterrada
o indirecta a donde GARCIA NARVAEZ, o sea al mismísimo
oficial de operaciones que de suyo tenía injerencia en el destino
de las tropas y por lo mismo en darle prioridad a determinada
situación de uno u otro sitio para enviar personal de combate, ya
se aclara, no porque pudiese tomar la decisión final sobre ello,
porque se evoca que era facultad de OROZCO y de mas nadie,
es decir ni de brigada , ni de división, ni de comando ejército, en fin,
como (fuera de texto).
comandante del batallón, sino para recomendárselo que puede
traducirse en un concepto en un momento dado vinculante para el
comandante.
44.- Precisamente, es la razón de mas para volver a aludir que a
este mayor no se le informó oportunamente por parte del
procesado de la cuestión de Mapiripán tal y como aquél lo
aseveró y también para hacer ver que esa afirmación de GARCIA
NARVAEZ de que el implicado le indagó por la situación de la
tropa a la vez que le indicaba que se previera un personal para
enviarlo a Mapiripán es falso al menos si se ubica antes del 19 de
julio, por eso mismo es que se concluye que en posterior versión
ajustó su dicho al primigenio ya traído a tema. Desde luego,
recuérdese que el S-3 respondió a OROZCO CASTRO y en la
ocasión que señala que tenían 2 compañías en CALAMAR, lo que
lleva indefectiblemente a concluir que si está siendo honesto en
163
su versión, su comandante encargado en efecto lo cuestionó por
tropas para MAPIRIPAN, pero no el 15 de julio, porque ese día
hasta la 1 de la tarde, aún no se tenían 2 compañías en
CALAMAR y el testigo dice que cuando se lo preguntó ya ambas
estaban allí, además porque si el 15 de julio OROZCO era
consciente que estaba mandando la compañía B que era la de
reserva para CALAMAR, obviamente era consciente de que no le
quedaba mas tropa en el BIPAR y si ello es así, sobraba entonces
la pregunta en los términos que dice GARCIA NARVAEZ y por
esa razón no la iría a hacer, no obstante que dijese OROZCO ya
a la hora de nona -18 de junio del 99, c.48- como si se hubiese
percatado antes de la fecha en guiones que alguien que revisase
sus versiones haría un razonamiento de la laya como el que
renglones anteriores figura, claro a partir de certeras pruebas, que
verbalmente le informó al mayor ARBEY de la presencia en
MAPIRIPAN del grupo al margen de la ley el 16 de julio.
45.- Puede generarse una reflexión y es que si preguntó
OROZCO CASTRO A GARCIA NARVAEZ, que no
oportunamente como ya se sabe, por tropas para mandar a
MAPIRIPAN es porque para cuando lo preguntó ya habiendo
mandado su compañía y que de reserva para CALAMAR,
contrario a lo que dice GARCIA NARVAEZ porque la de reserva
fue la que se envió a PUERTO CONCORDIA y para entonces ya
tenían las dos compañías en CALAMAR, aún le quedaban tropas
para controlar MAPIRIPAN y con esto no se está haciendo
relación a las del Herrera Luna, tropas que incluye en su resin de
la época de autos, pero nunca se refirió a las mismas y menos al
por qué no las acogió no como alternativa para salvar a
MAPIRIPAN, porque quedó visto que no le era imperioso, pues
164
tenía al menos la compañía B, será por eso, no es descabellado
aducirlo, que en el 2919 no escribió que no las tenía ni se lo dijo el
15 de julio a USCATEGUI RAMIREZ cuando le habló por
microondas y le comentó lo de MAPIRIPAN y en el 2919
“sustituto” sí lo hizo, porque luego es que se da cuenta de tan
craso “error”, pero de todas maneras “por si las eventualidades”,
en las versiones que rindió ya “reconciliado con la verdad” como
lo pronuncia, con la gran habilidad que ha denotado para
manipular con la palabra, adveró insólitamente que al
recomendar que se operara con la BRIM2, lo que estaba diciendo
era que no tenia tropa, cuestión que desde toda arista deviene en
absurda y de suyo inaceptable y evidencia una vez mas que
mantenía un querer subyacente.
46.- Diáfano fluye con apego a lo ya desbrozado y analizado, que
OROZCO CASTRO como comandante encargado del batallón
joaquín parís, tenía a su cargo la protección de la manera como lo
manda la constitución política, cuya fuerza normativa es
inconcusa, de la comunidad de Mapiripán; que se enteró
totalmente de cuanto allí ocurría en los albores de la mañana del
15 de julio de 1997, que todos los días posteriores le fue
alimentada con creces esa información y fue puesto al tanto de
cuanto asesinato y crimen de diverso talante se sucedía; que solo
cuando cesaron los escabrosos episodios fue que tangencial y
sesgadamente informó al personal de inteligencia de su batallón
que al oficial de operaciones no lo empapó del asunto o al menos
oportunamente; que la información de inteligencia militar como lo
era el fax 268 y la llamada del teniente JOSE LUIS CALDERON
nunca los desnudó a sus colaboradores e hizo lo propio con el
resto de datos y de fuentes de información que llegó a poseer,
165
pero no obstante eso, OROZCO sí informó a USCATEGUI
general de la brigada 7ª cuyo asiento estaba a cientos de
kilómetros del de OROZCO como que al no noticiarle a su
personal, a sus servidores de confianza que por razón de sus
cargos y sus funciones tenía que serles suministrada la
información, pues de lo contrario lo hubieran forzado a actuar y
habría tenido que hacerlo, toda vez que conocían la realidad del
batallón y no podía salirles con evasivas, no pasaba lo mismo si lo
hacía con ese comandante que espacialmente se encontraba
sumamente lejos –ya se aproximó cuánto-, porque sabía que la vasta
distancia obstaculizaría y retardaría cualquier maniobra, pero de
todas maneras y de cualquier forma quedaba para la posteridad
que notició el episodio. Claro que no le informó a sabiendas de
que el -USCATEGUI- tenía que actuar, como lo dice el delegado de
la Procuraduría, pues el mismo OROZCO dio en cada que
comparecía motivos diferentes como que lo hizo porque era su
comandante natural, que porque así tuviese solo el mando
administrativo a él –USCATEGUI- eso no lo inhibía para
comentárselo a un general de la República y algo mas coherente
dijo concretado en que se dirigió a él o a la B7 porque de allí le
enviaron el requerimiento de averiguación sobre juicio popular, a
lo que el Despacho agrega que no fue exactamente así, y por eso
a ellos tenía que responderles. (subrayado fuera texto. Es
subjetiva la apreciación del juez al informarle a Uscategui. Si lo
hizo y este no actuo).
47.- Reencontrándonos con la idea, se venia especificando que
OROZCO comunicó a USCATEGUI y lo hizo además, por radio
microondas militar, es decir por teléfono –el 15 de julio en la tarde-
y por escrito -el 16 de julio a primera hora- mas solo el
166
acontecimiento, no su imposibilidad –luego se verá que no había
tal- de enfrentarlo, binomio impostergable; toda vez que se yergue
en el 2919 legítimo es que había presencia paramilitar en
MAPIRIPAN y se deja de informar que no tiene efectivos para
operar, pero de ahí, y no empece esa turgente falencia a
desplegar una acción de salvamento, bien únicamente con su
batallón o de manera combinada con elementos de otros
batallones o de policía emplazados en la misma localidad, porque
mucha fuerza pública sí había, con quienes espacialmente
estaban unidos; o al menos conato alguno de ello, realmente no,
no lo hizo y a fe que estaba enteramente obligado a una
ejecutoria tal.
48.- Aceptando, pero muy remotamente en gracia de discusión
que el encartado no tuviese tropa –luego se hará ver que no es
admisible sostenerlo ni en esa mera gracia-, porque se haga
abstracción de la del HERRERA LUNA que se dice estaba en su
batallón y alguna relación tenía con el merced a que él mismo lo
abarca en su resin no se haga el planteamiento con ribetes de
interrogantes de si el 5,11 y 11 de julio del 97 llegaron 3 vuelos
trayendo personal de la compañía B del BIPAR que se encontraba
en licencia –fl. 81 c. 3, entre otros documentos- y si al decir de OROZCO era su
compañía de reserva, cuál unidad fundamental quedó entonces,
para reaccionar o de reserva cuando todo aquel personal de la B
estuvo en tal disfrute, ora porque se de crédito a cuanto indicó
que su reserva la mandó para CALAMAR el 15 de julio a atender
una situación tan grave como lo era el casi seguro aniquilamiento
de la compañía que tenía allí, sobre lo cual fue advertido por
varios uniformados, no cumplía, ni mínimamente con su deber
concreto de protección de sus congéneres de Mapiripan con solo
167
informarle y no mas de una vez al comandante de la 7ª brigada
del ejército asentada no en San José del Guaviare, sino en
Villavicencio.
49.- Para el Despacho OROZCO CASTRO, simplemente no quiso
enfrentar, lo que debía hacer indefectiblemente pues se lo
imponía sus funciones y la normatividad superior, el desafuero
paramilitar en Mapiripán y sus dos bastiones de defensa, como lo
fueron la carencia de tropas y la información al comandante de la
brigada no le hacen mella a dicho predicamento y frente a esto
último, en el evento de ser fiable lo que dice, habría de
condensarse que un estado con un ejército establecido para la
protección de su conglomerado y organizado como se encuentra y
aún para la calenda de los hechos, el del estado Colombiano,
investido de la autoridad a la cual se refiere el artículo 2, inciso
dos de la Constitución Política, a virtud de lo cual diversa
protección tiene que darle a la población y en primerísimo orden la
que dice relación con la vida, no puede permitir que un
uniformado, oficial superior antiguo de dicho cuerpo castrense,
comandante de batallón que se entera de la situación irregular,
delicada y gravísima, casi coetáneamente con el inicio de la
misma a pesar de tener a su alrededor multiplicidad de tropa y
equipo de combate y medios de transporte, personal para ataque y
defensa que pertenecía a la misma institución, se limite simplemente a
trasladar la sensible información, sin ni siquiera reiterarla, -cosa que
justifica entre otras maneras, en el hecho de cómo el 18 vio
movimiento de tropa de la brigada móvil 2 en Hércules en San
José del Guaviare, asumió que era para Mapiripán, excusa que
erigió ya en el consejo verbal de guerra y le cabe diversas glosas
porque es que él mas que nadie sabía que allí la tropa no se
llevaba en esa clase de inmensos aviones, de una parte, porque
168
no había pista para los mismos, aterrizaban pequeños y de pronto
medianos, es que está reflexión además encuentra sustento en el
proceso, puesto que el JUEZ de Mapiripán sostuvo en su
declaración con reserva de identidad clave 2 (fl. 30 c.1) misma que
posteriormente reconoció como suya (fl.. 175 cd.1) que en esa
municipalidad el avión Hércules no puede aterrizar, pues
escasamente aterrizan avionetas; y de otra, porque por aire era
supremamente cerca de manera que los efectivos se
transportaban en helicóptero, de suerte que esa oportunista
justificación no tiene cabida y se cae también, toda vez que en
esa ocasión OROZCO no recordó que en la audiencia pública
contra LINO SANCHEZ y otros militares aseguró que el 18 de julio
fue sacado del barrancón un batallón y puesto bajo ordenes de
USCATEGUI para llevarlo a Puerto Gaitán, lo cual es cierto,
según la orden de operaciones 013 del 13 de julio del 97 (fl. 273 c.56),
suscrita por éste, donde no involucra para esa operación ni en lo
mas mínimo al BIPAR, y sí lo hace con la BRIM2 a través del
batallón 16 perteneciente a ésta, como no tiene aceptación
tampoco, la prédica del representante de la acción privada de que
esa tropa constituía la reserva del joaquín parís y se extrajo fue a
orden de USCATEGUI y eso lo advera dicho sujeto procesal,
quien dice que el 17 porque además pierde de vista que la
“reserva” del BIPAR se fue el 15 de julio en donde ninguna
injerencia tuvo el implicado, USCATEGUI fluyendo así la
resistente intuición que OROZCO sabía por qué en tal fecha
había movimiento de tropa; no tiene aceptación tampoco, la
excusa centrada en hacer ver que como entre el 16 y el 19 no le
comentó el juez algo grave, pues no había nada que informar
porque ya lo había hecho y tampoco aquella que esgrimió de que
como se trataba de un general no se le permitía hacerle
169
reiteraciones- , lo cual con él recurrentemente se hizo y sugerir la
vía de conjura de aquella, cuando estaba en la obligación de al
menos intentar utilizar o hacer que se utilizara, claro pero por
gestión directa y material suya, en aras de controlar lo que los
paramilitares ya habiendo tomado posesión de Mapiripán, se
aprestaban a macabramente realizar.
50.- Es que frente a hechos violatorios de los derechos humanos
en desarrollo e informados tan oportunamente como se hizo en
este caso con OROZCO CASTRO ese deber de protección de la
vida de que habla el colacionado artículo superior, no se cumple,
aun careciendo de tropas, lo cual no aconteció aquí, porque es
que los anteriores prenotandos y otros más harán ver que
deliberadamente OROZCO CASTRO se “insolventó”, con el mero
traslado de la información y menos en este evento en donde los
colegas comandantes de aquel la tenían toda y hasta mas,
debidamente equipada y armada y se encontraban a una
distancia que aún se podía contabilizar en metros, sin que pueda
decirse que es un sujeto que pertenece a una institución
jerarquizada y a virtud de ello, no podía saltarse conductos en
procura de socorro, de ayuda para la gente inerme de
MAPIRIPAN, porque si se mira todo en el Estado es jerarquizado
y aún así la primacía de los derechos humanos, de la vida, no se
discute frente a los rangos ni en relación con los conductos.
51.- Es que si OROZCO CASTRO fuese un comandante de una
base apartada y sus tropas desplegadas y en combate, no
meramente desplegadas vigilando, ante una situación como la
que le fue informada, no le quedaba mas recurso que hacer lo
propio, es decir, informarle a quien estuviese en capacidad de
170
actuar y en el lugar en donde debe propenderse por conjurar la
situación grave, desde luego que siempre que se eche de menos
esa posibilidad de tener la suficiente cantidad de cofrades y en las
condiciones requeridas, se repite así no pertenezcan a su unidad,
que no es el caso, para hacerse reforzar a efectos de actuar o
para que éstos actúen, porque él se ha preocupado para que lo
hagan, en vista de lo sinuosa ejecutoria del grupo al margen de la
ley; pero en el sub judice ciertamente no aconteció así, por
cuanto, se repite, si no quedase en el aire la excusa de no
tenencia de fuerza operativa que ha esgrimido y remarcado el
implicado, OROZCO tal y como ya se apuntaló, la de sus colegas
comandantes era verdaderamente basta, incluso otra fuerza
armada diferente a la brigada móvil 2 la cual mantenía como mil
efectivos y equipo de combate, que se encontraba en el lugar era
la policía del Departamento con efectivos de diferente
especialidad como l
a antinarcóticos que también era una fuerza de choque y
contemplaba dentro de su equipo aeronaves. Mas así OROZCO
CASTRO denotó una inercia tan extraña, como así fue su actitud
frente a los aspectos que fueron analizados y concluidos.
52.- En punto de la orfandad de tropas argumentada por
OROZCO CASTRO para repeler el ataque a la población de
Mapiripán, debe manifestar el Despacho, que conforme lo planteó,
no se verifica legitimada y justificada la desatención de la
población inerme y solitaria presa de los paramilitares en
privilegio de una no firme hipótesis, se ha venido diciendo, sobre
eventual ataque a unas tropas que se encontraban en Calamar
que le urgió mandar allí, lo último que le quedaba de tropa.
171
53.- Para continuar, es imperativo evocar la conclusión
respaldada con elementos de persuasión de que OROZCO
CASTRO en contravía de lo que alegó, supo del arribo de
paramilitares a Mapiripán y el “apresamiento” por parte de éstos
del mencionado CATUMARE, el 15 de julio pasaditas las 8 de la
mañana a instancias del hotelero.
Recuérdase pues, que OROZCO CASTRO el 6 de octubre del 97
en San José del Guaviare ante el funcionario de instrucción
coronel NESTOR RODRIGUEZ PORTELA indicó que en razón a
que las tropas de su batallón estaban comprometidas en puntos
de control la disponibilidad de unidades en el puesto de mando
era nula, en tanto que todas las compañías estaban
desarrollando operaciones; luego ante la procuraduría el 18 de
noviembre del mismo año, ya hizo mas sensible y grave la
situación que había dibujado, pues siguió expresando que no
tenia tropas pero entronizó el motivo de que debía evitar un
segundo Delicias contra los efectivos que ya estaban en Calamar,
de ahí su preocupación por ese punto y atendiendo, aún no se
sustenta con el argumento de diversidad de fuentes, sobre todo
militares de la brigada móvil 2, el oficio de inteligencia y la
solicitud del sargento RAMIREZ MACHADO, la reserva la empleó
en apoyo de aquellas, en donde era alta la probabilidad de que los
movimientos militares que conducían “generarán en un combate” con la
subversión, la cual lo aventajaba en proporción de 3 a 1 por lo
que ubicó 2 compañías en esa localidad. Con fecha 13 de
diciembre del 97 argumentó que el 14 de julio las informaciones
fueron tan delicadas, que se tomó la decisión urgente de reforzar
a Calamar enviando a la Compañía B, que el reporte a la brigada
de ese envío fue radial en esa semana y el 16 de julio mandó un
172
Insitop al respecto; ya ante la fiscalía el 20 de enero del 98
sostuvo que el comandante selecciona el mejor curso de acción y
en los puntos críticos ubica las unidades disponibles, añadiendo
que cuando se enteró que algo anormal estaba ocurriendo en
Mapiripan todas sus tropas estaban comprometidas en
operaciones, lo cual como ya se vio no se compadece con la
verdad, porque el enteramiento no reducido de situación anormal
sino de ocupación paramilitar con aprehensión de pobladores, fue
bastante previo a la materialización de su pretensión de desplazar
la tropa. Seguidamente, esto es, el 25 de marzo de 1999 en
diligencia de inquirir adveró que las tropas estaban desplegadas
en aquellos sitios donde existían las mayores posibilidades de
control militar y de contacto con la subversión como Puerto
Concordia, El Retorno y Calamar y en esa semana las
informaciones de inteligencia suministradas por el coronel AVILA
desde Bogotá y por oficiales de inteligencia de la Brim2 y por
oficiales de inteligencia del Batallón Paris lo llevaban a la
conclusión de que algo supremamente delicado se estaba
gestando sobre Puerto Concordia y Calamar; que las
informaciones que le suministraron sobre Calamar fueron tan
peligrosas y tan preocupantes que lo obligaron a dirigir toda su
atención y todo su esfuerzo hacia ese lugar, al punto de reunir allí
2 compañías de fusileros.
Que en los años que han pasado a partir de los hechos, ha
podido juntar algunas piezas y ha concluido con certeza que en
quienes depositó su absoluta y total confianza lo han hecho objeto
de engaños, traiciones, felonías, falacias y sofismas; que lo
engañaron porque le ocultaron la entrada de los aviones y agregó
otra vez puerilmente “ahora también estoy casi seguro de que para distraer
toda mi atención de Mapiripan me desinformaron haciéndome creer que algo grave
173
ocurriría en Calamar”; que por eso sus únicas tropas disponibles
tuvieron que ser enviadas al sur de la jurisdicción. Lo extraño es
para el Despacho que el 14 de agosto de 2001 la homóloga
segunda lo cuestionó para que denunciara a dichos farsantes y
como estaba diciendo que RODRIGUEZ PORTELA fue el que le
advirtió sobre CALAMAR y que había sido engañado, pues le
preguntó la funcionaria si había recriminado a aquel y cuanto
respondió fue que no tuvo la oportunidad, pero que se estaba
refiriendo a otros y así mencionó una serie de uniformados igual
o diferente a los que ha enlistado e involucrado en diversidad de
ocasiones soportado en oscuras conjeturas y suspicacias
buscando siempre jugosos réditos y no es mentira el que los ha
conseguido, a los cuales él en lo mas mínimo los ha presentado
como facilitadores de datos a cerca de CALAMAR a virtud de los
cuales mandó tropa allí, claro está, excepto AVILA BELTRAN
pues a él si se refirió así y éste lo replica con algo que tiene
sentido (fl. 89 c. 79) como que nunca estando de vacaciones llamó a
OROZCO para mover tropas porque era éste y no él el
comandante encargado y así OROZCO tenía toda la autonomía;
luego -10 de febrero de 2005- afirmó AVILA que cuando regresó
el 19 de julio quien lo había reemplazado le comentó que movió
una compañía de EL RETORNO A CALAMAR porque 500
bandidos iban a atacar; de manera clarifica el Despacho si en
verdad se lo dijo así, era falso, porque ya se sabe el movimiento
que hizo. De manera que lo que dice AVILA desmitiendo a
OROZCO está en consonancia con la lógica; porque como ya se
tuvo la oportunidad de plantear, con una dignidad como la que
ostentaba OROZCO y sabiendo que cualquier revés de sus hombres lo
afrontaría él sin serle válida la excusa de que un tercero así por así le
advirtió y le hizo mover la tropa, no iría ni siquiera a prestar oídos
a una orden o sugerencia tal. El 3 de junio en ampliación de
174
indagatoria refirió que mandó mas tropas a Calamar atendiendo la
recomendación de la sección de inteligencia del Joaquín Paris
según oficios 0545, 0546 y 0547, mas dijo frente a la procuraduría
el 3 de mayo de 2000 que la tropa la envió a CALAMAR el 15 de
julio en la mañana y en 3 0 4 viajes de helicóptero MI en apoyo de
otra contraguerrilla que el mayor ARBEY GARCIA se entrevistó
con una persona en San José del Guaviare esto mismo indica, o
sea que aquel se entrevistó con un informante, en el consejo
verbal de guerra y en el juicio contra otros militares, y nuevamente
sostiene que la Brim2 -ni siquiera nombra tal o cual o en plural,
personas o uniformados- le dijo que los iban a aniquilar en
CALAMAR- y todo apuntaba a que estaban cercando las
compañías cerca de CALAMAR; que también oficiales y
suboficiales de la Brigada Móvil 2, le decían de una manera muy
afanosa y como potencialmente posible que sucedería una
tragedia en CALAMAR. Y ante el juez militar de primera
instancia aseveró que el coronel RODRIGUEZ PORTELA el lunes
14 de julio lo llamó a la oficina y le dijo que mirara qué iba a hacer
porque iba a ver una masacre terrible en CALAMAR.
54.- En la auscultación a esa serie de versiones del mismo
procesado sobre un único tópico, se observa que en determinado
momento empezó a pluralizar agudamente las fuentes que dice lo
previnieron sobre un inminente ataque a sus tropas en CALAMAR, pero
para remarcar algo de esos dichos o de ese cuento no alude alguno a
algunas personas en particular habla en abstracto al respecto o sea son
manifestaciones vagas e informales y de esa manera quienes
supuestamente las hicieron no se comprometieron y OROZCO
según él, sí prestó oídos a las mismas, pero increíble que lo
hiciese alguien de su experiencia y que no reparara en que al
sufrir esas, sus tropas un descalabro en CALAMAR no iría a tener
175
respaldo a cerca de quién le dio la información sobre el episodio que se
iría a producir y aún así por qué la atendió sin que se le hubiese
presentando un fundamento sobre la veracidad y confiabilidad de esa
información, por eso para el Despacho es supremamente falible la
versión de OROZCO de que personal de la BRIM2 le dijo, lo alertó, lo
previno, le advirtió, incluso lo inquirió, de que iban a masacrar sus
tropas en CALAMAR y que mirara a ver qué iba a hacer, además
porque sostuvo que se trató, según él de oficiales y suboficiales y
en algunos momentos incluyó a RODRIGUEZ PORTELA y eso lo
retoma su defensor para sustentar su alegato, otras ocasiones
incluye a LINO SANCHEZ, pero de suboficiales absolutamente a
nadie identificó y entonces, precisa el Despacho no es de
plantearse que por ser uniformado de la brim2, el comandante de
batallón vaya a exponer sus tropas, porque se le cree a esos
oficiales o a los que no identificó lo que han dicho de la manera
mas lánguida y sin que quede prueba de ello, de que las
tropas sufrirán un severo ataque y en razón de ello otro piquete de
soldados sea desplazado sin saber la suerte que va a correr.
Huelga además hacer la reiteración de que no se ve en OROZCO
al mayor del ejército ingenuo y neófito, inmaduro y mucho menos
de la extrema maleabilidad que él pretende aparentar y es que en la
parte de estrategia tampoco lo era, de ahí que si sabía que su tropa a
apoyar era superada tres veces y hasta mas, mucho mas, porque en el
juicio de sus otros colegas (fl. 210 c.63) testificó que el campesino que
le suministró el suboficial –no dice cual en aspecto para su defensa
de incalculable valor- luego expresa que le asignó, viniendo
hablando de RODRIGUEZ PORTELA, pero dice que la brigada,
refiriéndose a la móvil 2, le comentó a GARCIA NARVAEZ, quien
dicho sea de paso nunca alude a él, que vio entre 500 y 700
guerrilleros rodeando la tropa en CALAMAR, no iría a mandar otra
176
para que toda aún siguiese siendo inferior, en el mejor de los
casos una vez y en el peor como él lo dijo 6, lo cual él lo sabía
que seguía siendo muchísimo y el aniquilamiento a su disfavor se
haría ahora sí mas seguro y en mayor proporción, cuando
precisamente eso era lo que quería evitar, porque no hay que
perder de vista que no había nada que obligara a mantener en
CALAMAR la tropa que supuestamente iba a ser atacada, por eso
es coherente lo que afirmó el sargento de inteligencia del Bipar
GAMARRA POLO (fl. 257 c.6) que a OROZCO, quien la solicitó, se le
hizo la recomendación de que una compañía que estaba
disponible en el batallón se desplazara a pie hacía EL RETORNO,
a lo que apunta el Despacho que esa localidad era sumamente
cerca -como decir ahí mismo- de la capital del Guaviare donde
tenía asiento el batallón, con el fin-continua GAMARR- de que se
vinieran las dos compañías, o sea la que estaba por CALAMAR y
la acompañante, porque a aquella, según las informaciones, los
subversivos que se desplazaban hasta allí, no la iban a dejar salir,
téngase presente que si el trayecto a CALAMAR se cubría en
helicóptero a lo sumo en 8 minutos, conforme lo esbozó LINO
SANCHEZ (fl .223 c.52) o entre 10 y 15 según OROZCO, lo que
permite concluir que era un municipio bastante cercano a San
José del Guaviare, EL RETORNO muchísimo mas lo era.
55.- De otra parte, falta por remembrar que OROZCO CASTRO
en la audiencia contra otros efectivos castrenses (fl.211 c.63) sostuvo
que la tropa compuesta por 107 hombres la desplazó a
CALAMAR el 15 de julio a partir de las 10 de la mañana en 8
sobrevuelos de helicóptero EMI (sic) y en cada viaje se
transportaron 25 hombres y a la 1 de la tarde quedó ubicada en
177
dicho lugar y a las 2:30 de la misma jornada cuando se enteró de
la situación de MAPIRIPAN carecía de tropas, pero valga
reiterarlo esta vez y cuantas sean necesarias, realmente supo fue
pasaditas apenas las 8 de la mañana y aún si hubiese sido por
intermedio del funcionario judicial de MAPIRIPAN, por muy tarde
que lo quisiese hacer aparecer reconciliado con la verdad, no
podría decir mas de las 2 de la tarde, incluso mucho menos pues
aquel sostuvo que a la 1:30.
56.- Se afianza el implicado para sustentar la necesidad del envió
de tropas y esto último también a CALAMAR en la orden de
operaciones 010 de que tiene fecha del 14 de julio de 1997, que él
como comandante sustituto del batallón joaquín parís rubricó (fl. 104
c.70.). Allí colocó como razón de ser de esa operación que varias
células de 4 cuadrillas, las que enuncia, de las farc estaban en
capacidad de desplegar acciones terroristas contra la fuerza
pública, incrementar el paso de insumos para procesar coca e
impedir el normal desarrollo de la consulta popular que se
realizaría el 27 de ese mes y año, difiere pues ese motivo del que
siempre ha expuesto de que la tropa la envió allí para apoyar a
otra que sería emboscada y mas que eso aniquilada, hipótesis
que de ser cierta, -no perdiendo de vista que en el paginario (fl. 103
c.54 A) figura el radiograma 3674 del 23 de junio en donde el
firmante AVILA BELTRAN comandante del BIPAR le informa a B7
que en la jurisdicción de su batallón no se efectuará consulta
popular el 27 de julio de ese año- no sería prioritaria como sí lo
era lo relativo a MAPIRIPAN, porque ello ya constituía un
verdadero y concreto hecho que como tal oportunamente le fue
informado.
178
57.- De manera que la razón por la cual el personal operativo lo
mandó a CALAMAR no estructuraba ni una necesidad, ni una
urgencia y se verá que tampoco lo hizo por falta de experiencia en
el cargo o en esas lides, sino porque así lo quiso para no
entorpecer los hechos de las autodefensas en MAPRIPAN; así
que en relación con el evento democrático que se iría a suceder,
lo podía atender dejando pasar mas de una semana y aún alcanzaba a
tomar todas las precauciones y en cuanto a los otros aspectos,
mírese que no cobijaba nada en concreto es algo como rutinario
para una fuerza armada o militar, y además no estaban
auscultados para ver qué tan ciertos y sobre todo inminentes
resultaban. De todos modos indicó, de una parte, que es lo que
se observa como común y en donde hace énfasis en casi todos
los apartados del documento que se atenderían las elecciones y
de otra, que pretendía reforzar las operaciones de la compañía A
con la B y el Despacho a ello le apareja que esas dos unidades,
cuando mucho sumarían 220 hombres y con ese reducido número
OROZCO CASTRO enfrentaría a 500 o 700 subversivos según lo
dijo o a “los narcobandoleros del primer – septimo y cuadrilla juan josé rondón”,
es decir a cientos de guerrilleros y sin que fuese imperioso estaría
exponiendo la vida de sus soldados.
58.- El encartado, entre la diversidad de sustento para esa
operación ha referido la recomendación que por escrito le dio el
jefe de inteligencia de su batallón RAMIREZ MACHADO, inclusive
el documento escrito a mano del que se viene hablando alude a
un anexo de inteligencia, mas no precisa cuál y es otra extraña
falencia mas que se le tiene en cuenta, como tampoco la orden
señala qué se acogió como referencia para la misma a la usanza
de muchas otras que obran en el paginario, pero al fin y al cabo la
179
recomendación no puede ser otra que la inmersa en el informe de
inteligencia 0545 (fl. 139 c.4) que contempla la misma fecha de la
manida orden de operaciones y lo firma el premencionado jefe y
aquella recomendación contrario a lo que dice OROZCO, se
enderezaba a que se moviera la compañía B hacía EL RETORNO
para apoyar la A, en manera alguna que se enviara a CALAMAR y
ya se sabe que EL RETORNO era supremamente cerca de la
capital sede del batallón y ello recordando la aseveración ya
conocida de GAMARRA POLO está en consonancia con la
misma, pero hay que hacer ahí juntito, alusión a la fecha de esa
probable refriega cual era la del 17 de julio, no el 15 ni el 16 y por
estar tan cerca el lugar a donde se recomendó desplazar la
unidad, ello debía ser postergado y mas si como lo dice el
justiciable la B era la compañía que constituía su reserva.
59.- RAMIREZ MACHADO como suboficial y viendo que sus
datos podrían ser importantes, cuando tuvo otros sin pausa
alguna y sin prejuicios de ninguna índole y denotando lealtad, se
los allegó a su superior OROZCO CASTRO y con ello se está
haciendo referencia al “Complemento Informe de Inteligencia Oficio 0545”
que el mismo 14 de julio también le pasó al encargado del
batallón (fl. 141 c.4) y se hace ver que si un suboficial lo hace con un
mayor ad portas de ungirse como teniente coronel y que en ese
momento es comandante de batallón encargado, no hay razón
valedera para que ese oficial no lo haga con su superior mínimo,
intermedio o máximo y carece de ella nuevamente cuando
esgrime que lo engañaron para mover hacía CALAMAR su
“reserva” y que lo hizo atendiendo la recomendación de RAMIREZ
MACHADO desde luego, no se olvida que ha incluido a mucha
gente y buena parte de ella dejó en el anonimato y eso es una
180
circunstancia mas que le esquilma valor y veracidad a su
justificación, pues lo hizo a su arbitrio, con otro destino y con
diferente actividad a la sugerida por el personal experto en ello y
muy seguramente vinculante en sus asesorías.
60.- A propósito, figura en el plenario la orden del día 165 del 14
de julio de 1997 (fl. 60 c.61) del batallón Joaquín parís suscrita por el
procesado como comandante encargado de esa unidad táctica;
en ella, éste felicita al teniente JUAN CARLOS APARICIO RUEDA
por “… acertar en todas y cada una de las labores ordenadas por el comando,
como fue el excelente almuerzo de compañeros el día 12-JUL-97 ”, fecha a
rememorar, a juicio del Despacho, y a relacionar porque ese día
pasadas las 2 de la tarde fue que arribaron en avión a SAN JOSE
DEL GUAVIARE los decapitadores con rumbo a MAPIRIPAN, de donde
se desprende que se encontraba en pleno convite o efeméride el
personal de dicho batallón o al menos la oficialidad, en el justo
momento en que los paramilitares desembarcaron en la capital del
GUAVIARE de los respectivos aviones y no fueron vistos, se dice
ni interceptados por efectivo alguno de ese cuartel garante de la
protección de los seres humanos de MAPIRIPAN. Estuvo fuera de
lugar pues, esa reunión social llevada a cabo apenas en el
preludio de la comandancia de OROZCO CASTRO en su batallón,
o sea, a no mas de 3 días de recibir por encargo el mando del
mismo, punto tan trascendente que nunca mencionó ni siquiera en
la oportunidad por la que se le preguntó por las labores realizadas
por su oficial de operaciones ese 12 de julio y se considera de
suma importancia el tópico en cuestión porque es que fue tan
pronto como tomó el mando el implicado que se realizó ese
festejo, mismo que se llevó a efecto en instantes simultáneos con
los que registraron el desembarque de los paramilitares en la
181
propia localidad del GUAVIARE, puede con fundamento en esas
reflexiones y elementos de convicción , adverarse en terminología
castrense que el batallón estaba “a discreción” justo en el
momento en que los paramilitares entraron a la capital del
GUAVIARE, merced ello, al festejo que es en lo que se traduce en
una unidad táctica un almuerzo de compañeros, mismo al que no
solo asisten miembros de la unidad sino invitados también.
61.- Resta aclarar que devendría en mera aventura para el
Despacho que se adverara que el manido acto cuyo momento de
realización no se sabe si a causa de las coincidencias fue el
mismo del desembarco del grupo de paramilitares procedente de
URABA lo organizó el procesado OROZCO CASTRO, mas lo
cierto es que se lee en la manida orden del día que esa fue una
labor ordenada por el comando y tanto para la calenda de reunión
en cuestión como para la de la felicitación el comandante era
OROZCO CASTRO, pues fue el 8 de julio que inició su mandato.
62.- Ahora, sin ser decisivo porque ha emergido diáfano que el
incriminado totalmente se empapó de la grave situación de
MAPIRIPAN el 15 de julio poco después de las 8 de la mañana y no a las
2 y 30 minutos de la tarde ni a instancias del juez, quien de paso vale
reiterarlo, señaló la 1:30, como lo pretende hacer ver OROZCO cosa
que se puede lograr como muchas, muchas otras en una
investigación siempre que la prueba no se desmigaje; se observa
que en la orden de operaciones con la cual legitima el envío de
tropa a CALAMAR, el uniformado estipuló como hora de inicio del
desplazamiento helicoportado las 14:00 horas y si así lo hizo,
pues hay que apuntar también para cuando habló con el Togado
182
de MAPIRIPAN aún contaba con efectivos para enfrentar a los
paramilitares llegados a someter y asesinar los conciudadanos de
dicha municipalidad, tanto que llegaría a caer la tarde y el traslado
aún se estaría llevando a cabo; empero, en sus versiones aseguró
que el desplazamiento tal dispuso iniciarlo a las 10 de la mañana
cambio que no sustentó ni tampoco porque en el radiograma (fl.95
c.70) del 14 de julio dirigido a la BRIM2 no a la B7 pidió el apoyo
helicoportado para ese mismo 14 de julio y lo hizo al día siguiente
y ello, volviendo al punto, se relaciona con un aspecto sumamente
importante, dijo seguidamente que a la 1 de la tarde, la tropa ya estaba
en CALAMAR y el Despacho a ello señala que si a la una de la tarde
finalizó ese aerotransporte, teniendo en cuenta lo cerca del destino
como ya se dijo y el número de efectivos a desplazar por ese medio,
dicha maniobra se inició cerca del medio día y por lo tanto contrario a
lo afirmado por la defensa en cuyo punto difiere de su prohijado,
el personal no se trasladó en la mañana. Con razón, se cuidó
siempre de hacer ver que primero mandó la tropa y después se
informó de lo que verdaderamente como a cualquier comandante
le hubiera hecho cambiar para si el curso de acción, máxima –
porque es ley en la milicia- de la cual como que era devoto,
puesto que la pronunció en alguna de sus intervenciones en el
proceso; empero, asombrosamente no la aplicó.
63.- Sin embargo, sea que el traslado hubiese iniciado en la
mañana o en la tarde, lo cierto es que fue posterior al aviso que
se le dio sobre MAPIRIPAN y aún así sin motivo válido mandó esa
compañía de “reserva” a CALAMAR, no se sabe qué, pero lo que
hubiese sido no era plausible, lo hizo actuar frente a ese
desplazamiento con nada de apatía mas si con abundante ansia
para que la compañía B saliera del batallón y en todo caso de San
José del Guaviare, después de conocer la noticia sobre la
183
ocupación a la manida población y ha quedado en deuda el
implicado también sobre la razón que tuvo para todas las veces
negar que se enteró y plenamente desde casi las 8 de la mañana
del 15 de julio y distorsionar esa cristalina realidad, aduciendo y
su defensor lo hizo así en sus alegatos, pues aseveró que fue el
mismo día, pero a las 2:30 de la tarde y ubica falsamente al JUEZ
como su primigenio informador, y desde luego a paz y salvo
tampoco se ha puesto el citado implicado con el aspecto relativo
al verdadero motivo que lo llevó no a llamar a dicho Togado, sino
a MAPIRIPAN ni con lo relacionado con el mimetizamiento de la
información de inteligencia militar que tan oportunamente le llegó,
ejecutoria que no puede mirarse bajo la óptica de una inocentada
o ingenuidad, como así lo persigue ni su mutismo frente a su
personal de confianza al cual antes de imponerlo de lo que sabía
y sugerirle conceptos y recomendaciones, lo distrajo ordenándole
unas tareas genéricas y como que del diario desempeño o
cotidianas, nada especificas ni urgentes y refulgen así vacuas,
porque por fuentes también de inteligencia militar y de carácter
civil diversas, ya habían sido llevadas a cabo y acopiado los
resultados que por fiables eran valiosos e irremplazables e
impelían solo actuar frente a la fuente de riesgo y ese grandioso
acervo estaba en posesión de OROZCO CASTRO a quien se le
allegó no en su condición de ciudadano del común, sino de
comandante militar con obligación de responder por una concreta
población.
64.- El enjuiciado no solo todo lo anterior, sino además por qué
mandó la compañía a un lugar que los militares expertos no le
recomendaron, es otra de las muchas aclaraciones a que
renunció como igual lo hizo con la tendiente a darle una
184
connotación diferente en sus versiones a la orden de operaciones
con la cual prueba el desplazamiento de la tropa que dice era la
única que tenía para servir en MAPIRIPAN.
65.- En sentir de este Estrado RODRIGUEZ PORTELA no tuvo
ninguna clase de injerencia en el envío de la tropa a CALAMAR,
como ser él, según lo ha destacado el encausado y también quien
prohija sus intereses juidicales, quien el 14 de julio le dijo que allí
iban a atacar o a aniquilar la compañía de uniformados que se
encontraba, porque se cae por su propio peso la versión, a virtud
de lo ya relievado en acápites precedentes cuando al tamiz de la
lógica se incorporó la misma, aparte de ello, por la razón de que el
mencionado RODRIGUEZ PORTELA para esa fecha no se
encontraba en la capital de GUAVIARE dado que aseveró (fl.228 c.51)
que entre el 15 y el 20 de dicho mes estaba desarrollando una
operación de contraguerrillas en CARIMAGUA y aquí viene lo
importante y se estima así porque adveró que antes de ese lapso
estuvo en VILLAVICENCIO en una reunión de planeamiento para
la misma operación y aclaró luego en el juicio (fl. 195 c.2 trlit) que el 13
de julio viajó a VILLAVICENCIO de donde regresó el 17 y al día
siguiente se desplazó a CARIMAGUA para la operación en
PUERTO GAITAN que terminó el 27 del mismo mes, siendo aquel
lugar donde lo ubica LINO SANCHEZ (fl. 89 c. 15 ) pero el 12 de julio o
según otra versión (fl. 7 c.16) la primera quincena de ese mes, mas
resulta coherente el dicho de RODRIGUEZ PORTELA.
66.- De manera que aunque hay unas pequeñas divergencias, el
declarante tiene bien diáfano que el 14 no estuvo en San José del
Guaviare y como punto de referencia y para refrescar su memoria
dice que el día en que por sorpresa le llegó su esposa a la capital
185
del GUAVIARE que fue domingo 13, fue que le tocó viajar (fl. 228
c.2trlit). En el juicio el Compareciente no esquivó el punto y reveló
que cuando estuvo en CALAMAR, y con ello se refiere al 8 o 9 de
junio, como ya se vio con el respectivo resin, y si ello es así, ab
initio debe ser desechada la aseveración del inculpado y el
espaldarazo que al respecto le da su Togado, con el joaquín parís
y la policía antinarcóticos, la del Guaviare, entre otros entes,
adelantó una operación en tal localidad, tópico que fue
profundizado en tal ocasión -en la de dicha declaración- y
reconoció que esa operación a la que la BRIM2 involucró al
mentado batallón, no fue informada a la brigada 7ª ni pedida
autorización, como lo había manifestado en otra oportunidad ante
la Procuraduría y ello lleva a pensar mucho en por qué la BRIM2
se apropió del BIPAR y nada le comentó a la B7 que alega que no
tenia mando sobre aquél , y también a tenerlo como testigo no
fiable en ese aspecto y a dudar de la tesis idéntica de algunos de
los sujetos procesales, entre ellos el Togado de OROZCO
CASTRO, de que el mando del BIPAR, no estaba en manos de su
brigada sino de la B7, lo mismo que su brigada estaba en
reentrenamiento y por lo tanto no operaba. De todas maneras se
ve en él al hombre que habla así por los prejuicios de ser
eventualmente cobijado por la investigación tan solo porque hizo
parte de la BRIM2 para la época de los hechos y también era su
comandante para unos días de aquella y LINO SANCHEZ para
otros; por lo tanto, no se identifica el Despacho con la aseveración
de la defensa de USCATEGUI RAMIREZ que este ex uniformado
estuviese comprometido con los sucesos. Se decía que
RODRIGUEZ PORTELA se percató de que la compañía que tenía
allí el mencionado batallón era vulnerable porque estaba en un
potrero y se constituía en un “bocado de cardenal” por los golpes que
186
estaba dando la guerrilla y le dijo a OROZCO en fecha que no
recuerda que le iban a dar a CALAMAR, pero se ve, que no fue en
la calenda en que dijo el procesado y que pide atender su
procurador y además que es en otro contexto y en otras
circunstancias y sin los aditamentos a los que alude, porque
RODRIGUEZ PORTELA se basó en algo que había presenciado y
sacó con base en ello una inferencia y así lo informó sin las
especulaciones que le apareja aquel y se concluye que si
RODRIGUEZ PORTELA estuvo el 8 no de julio sino de junio en
CALAMAR y regresó a la capital del GUAVIARE ahí mismo o al
siguiente día, lo mas sensato era, sabiendo que despachaba
desde las mismas instalaciones en que lo hacía OROZCO
CASTRO y que si lo postergaba se le podría olvidar, mas porque
tenía presente que súbita y eventualmente habría de
comprometerse en otra operación y así lo mas seguro es que no
hiciera esa advertencia, que le hiciese ese comentario tan pronto
como regresó y a fe que así lo hizo, de acuerdo a lo que declaró
al respecto en el juicio, mas se observa que el encartado mezcló
ese aspecto y le hizo acomodos y lo tergiversó, para hacer mas
vigorosa su coartada, misma que ya se ofrece es deleznable, por
lo que el Despacho precisa que en efecto RODRIGUEZ
PORTELA previno a OROZCO sobre CALAMAR porque pensó
simplemente, no fue que se lo informaron tampoco ni tenía
elementos de juicio para hacerlo, que las tropas de allí eran
vulnerables, pero no lo previno el 14 de julio, sino un mes o casi
un mes antes de esa fecha. El informante que aseguró OROZCO
CASTRO fue puesto en contacto a través de la brigada y quien le
dijo que CALAMAR iba a ser atacada por 500 o 700 subversivos,
solo existió en la imaginación de él y en la de los que lo quisieron
secundar. La razón es muy simple, preordenó la
187
descontextualización de cuanto le planteó RODRIGUEZ
PORTELA y así fue que halló cabida ese informante que como un
perfecto arcano presentó, toda vez que el mas mínimo dato de él
facilitó, véase que ubica a GARCIA NARVAEZ como refrendador
de ese segmento de su versión relacionada con el campesino
informante y aquel jamás aludió a ello.
Total, los descargos de OROZCO CASTRO frente a este otro
evento, también son mentirosos.
67.- Y para redondear, se añadirá que no fue legítima la orden de
OROZCO CASTRO de mandar a sus combatientes a CALAMAR,
sino una estrategia para así poder argumentar luego que estaba
maniatado para operar en MAPIRIPAN porque carecía de tropas,
y para la misma, también estructuró el argumento falaz de que
supo de los graves acontecimientos cuando ya su orden se había
ejecutado y en aras también de ella, esgrimió siempre que fue el
JUEZ quien le notició el acontecimiento, pues sabía que como con
éste habló luego del medio día no se le podría achacar haber
salido de los efectivos luego de quedar informado y así se puede
acudir con el planteamiento de que el justiciable en algún grado,
de alguna índole y por motivos suyos, tenía interés en que no se
confrontara a los paramilitares antes de que dieran inicio a
aciagos momentos. Por eso es que se dice y con sindéresis
verdadera que así como OROZCO no informó a su personal del
batallón sobre los episodios que le habían sido noticiado de
MARIPAN y estaban en pleno desarrollo, no lo hizo –porque no
figura en el verdadero 2919 ni lo comentó a través de la llamada
telefónica- con el que a su juicio era su superior operativo y
destinatario de su información sobre ese acontecimiento
188
desgarrador en caso de que honestamente hubiese destinado en
otro asunto la tropa que se dejó bajo su mando para neutralizar
cualquier situación irregular y poder decirle a los ojos que lo
apoyara porque su orfandad de medios para conjurar la situación
era real y estaba justificada, y que no solo exterior, sino que
intrínsecamente también quería cumplir con su deber
constitucional y evitar ajusticiamientos y otra clase de crímenes
por parte de los paramilitares. *
68.- Ello se apuntala se reitera, a virtud de lo repasado en el
oficio 2919, sobre el cual, acota el Despacho con desconcierto,
giró todo, pero absolutamente todo lo concerniente con
responsabilidad del autor como del destinatario del mismo en la
omisión, en cuanto que suscribió para dar a conocer esos
sucesos, y documento en el que en ninguna parte indicó, como sí
lo hizo hábilmente en el émulo de ese, que no tiene tropa lo que
tampoco señaló en la llamada telefónica que previo a enviar ese
documento le hizo a USCATEGUI RAMIREZ, pues se repasó y ni
el uno ni el otro aducen lo contrario, pero taimadamente como lo
hizo con su personal del joaquín parís según ya se plasmó, en
vez de expresarlo como es apenas elemental, recomendó una
operación, de esas mismas que ese batallón con el titular
recomendaba, la que emergía mas como una información, puesto
que ese que recomendaba era el mismo que actuaba –véase que
en el resin 023 del lapso del 29 de mayo al 5 de junio del 97 (fl. 230
c.56), seguramente no será el único en ese sentido, el comandante
del mismo batallón recomienda hacer una operación con la BRIM2
y en el siguiente resin, o sea el 024 que cubre el trayecto del 5 al
13 de junio del 97 (fl.243 c.56), el mismo comandante informa que la
hizo durante los días 7 y 8 de junio con la BRIM2, la Policía
189
Antinarcóticos, en fin y reporta los resultados y esta es la misma
operación en CALAMAR que cita RODRIGUEZ PORTELA como
ocasión en la Procuraduría, que le pareció que la tropa del BIPAR
que había ahí se hacía vulnerable y así se lo comunicó a
OROZCO, pero que como adelante se dirá éste descontextualiza
para cimentar coartadas y dígase además que es la misma,
respecto de la cual RODRIGUEZ PORTELA también en el juicio,
admite contrario a lo afirmado en otra ocasión en la Procuraduría,
que se operaba con el BIPAR sin consultar a la B7 o sin que ésta
autorizara, pero el procesado se valió de esa práctica para hacer
creer que al mismo tiempo que estaba recomendando ejecutaba
precisamente, lo que recomendó.
69.- Recapitulando, el comandante encargado del batallón parís,
para la fecha de los hechos, según lo prescriben los elementos de
persuasión acopiados y el detenido análisis que recayó sobre los
mismos, que no permitieron que quedaran indemnes sus
argumentaciones, es responsable de los injustos que se le
atribuyeron en el pliego acusatorio por vía de omisión, constituida
como ya quedó aclarado por despliegue de ejecutorias a la sazón
mayormente exigentes que las que se requerían de él en la
localidad Metense atacada, que acompañó con otros non facere
suyos y en conjunto, todo eso, lo mostró como un frío e inactivo
garante y esa actitud precipitó el que los paramilitares no
sufriesen ninguna neutralización en MAPIRIPAN, antes de que se
diesen a secuestrar y masacrar a las personas que figuraban en
sus registros y a aquellas otras, que aunque no aparecían allí su
sed insaciable de crímenes y asesinatos, los llevó a hacer lo
propio con ellas.
190
70.- Ese detenido análisis probatorio conlleva inexorablemente a
la conclusión a la cual se vincula el plano axiológico de que
OROZCO CASTRO con su comportamiento referente a los
hechos de MAPIRIPAN pretendió sacar provecho, mejor, plural
provecho, de su propio dolo, toda vez que por un lado permitió
que aquellos se cumplieran y en la totalidad que los verdugos
paramilitares se lo representaron a si mismos, y por otra arista ya
vista, dispuso de todo lo necesario para que su responsabilidad
en tan deliberada omisión no fuese detectada y arreglos también
confeccionó en aras de comprometer la de su coprocesado.
71.- Reiterase la clarificación de que OROZCO CASTRO para
cuando le llegó la hora de llamar a USCATEGUI el 15 de julio,
había ya planificado que no debería tener tropas, pues pensaría
que si aún las tenía, éste, la BRIM2 -frente a la que se indica- que
mucho le cuesta al Despacho aceptar que OROZCO no le
comunicó y menos que lo supo por fuente diferente o la DIV4,
haría que con las mismas enfrentara a los paramilitares en
MAPIRIPAN y así echado por la borda quedaba el planeamiento
de no interferir en la atroz maniobra. Por eso es que le buscó a su
personal operativo oficio y no ahí mismo en SAN JOSE EL
GUAVIARE, toda vez que si se lo busca en esa capital, podía ser
forzado a que lo llevara inmediatamente a la fuente de riesgo;
pero también, porque la responsabilidad luego podía quedar
fácilmente individualizada en él y era mejor para poder decir
posteriormente que la tropa la envió a donde hacía falta,
asegurarse, y para esto qué mejor que escoger a CALAMAR,
pues por los antecedentes de ésta población en cuando a orden
público, no iría a ser replicado y enfrentar voces de que allí todo
era normalidad y por lo tanto no se tenía que mandar tropa y eso
191
no lo podía argumentar en caso de que la hubiese dejado en la
capital del GUAVIARE a sabiendas de la situación de
MAPIRIPAN. No basta lo antelado porque impera además, en
concatenación, puntualizar que para ese cometido omisivo,
tampoco podía OROZCO CASTRO manifestarle a USCATEGUI
RAMIREZ que no tenía tropa; no va y sea que éste por mero
gesto de buenos oficios se lo comentara a su colega de la BRIM2,
en manera alguna a SANCHEZ PRADO porque en su rol ya
conocido no habría hecho algo, pero sí de pronto a RODRIGUEZ
PORTELA mas cuando éste estaba en VILLAVICENCIO y ese
oficial que el 15 de julio aún no se había comprometido de lleno
con la operación en PUERTO GAITAN con su brigada hubiese
combatido a los antisociales directamente o meramente
ordenando a su personal la operación posibilidad que OROZCO
CASTRO consideró como otra mas opuesta a lo planificado. El
Despacho le haya, pero crónicamente, la razón al procesado en
cuestión para que no escribiera en su primer oficio 2919 que no
tenía tropa y menos que la ocupó inanemente, luego de que supo
de la irrupción paramilitar en MAPIRIPAN y que en cambio se
ingeniara a manera de acertijo, una recomendación la que
seguidamente niega al decir con toda falsedad el mismo
procesado en dicho oficio que el juez no recomienda que vaya
tropa por las represalias cuando ésta salga del lugar. Todo lo que
hizo y dejó de hacer OROZCO CASTRO es coherente con el
propósito que se trazó, no obedece a casualidad o a la fuerza de
lo fortuito, ni a ignorancia, ni a ingenuidad, ni a esa discordancia
que se presenta en los humanos entre lo que piensan y lo que
hacen. Pero, y qué es todo. Pues simple y llanamente hacerse el
informado no en la mañana bien temprano, sino en la tarde; no
por el recepcionista ARBEY RIOS, sino por el JUEZ DE
192
MAPIRIPAN; no de cierta y real presencia de paramilitares
uniformados y armados de que ya habían atropellado a la
población de la municipalidad en cuestión y especialmente a
varias personas que retuvieron y desaparecieron, tan pronto como
llegaron; sino de mera presencia de paramilitares. Pero todo
también es posar de comandante de batallón que llama a
MAPIRIPAN a averiguar por un juicio popular, que se lo ordenó,
cuando lo que se le impuso fue coordinar con las autoridades de
su territorio para garantizar la seguridad de dicha gente y por eso
se le informó de la materialización de tal hecho irregular llevado a
cabo por la guerrilla, o sea no se le pidió hacer lo que hizo, solo
fue un pretexto suyo; y cuando llamó allí, no lo hizo por iniciativa
suya como lo aseveró; sino porque el inspector fluvial se lo
insinuó y fue para empaparse del motivo por el cual estaba
suspendido el tráfico fluvial en CHARRAS, dato que le había
acabado de dar dicho inspector, y finalmente ha de decirse que
nada de dicho juicio habló con el juez.
Para mayor claridad, recapitulando se dice que OROZCO
CASTRO fue plenamente impuesto el 15 de julio de 1997 pasada
las 8:00 de la mañana de que a MAPIRIPAN llegó un grupo de
paramilitares fuertemente armados y habían empezado a tomar
personas, que ese mismo procesado para entonces, tenia tropa
para afrontar esa situación y pero que paradójicamente ya
enterado de ese hecho, desmanteló de tropas el batallón, pues las
mandó a otro destino, el cual figuraba en una orden de
operaciones con fecha anterior, sobre la cual el Despacho tiene
reservas; mismas que ya expuso, incluso en la data de emisión y
se añade que verdaderamente no era necesario el envío de
tropas que hizo; fue solo para hacer ver que no tenía con que
193
neutralizar a los paramilitares que esa orden con la que tomó él y
solamente él y no se compadecía con lo que le recomendó su
personal de inteligencia a quien solo después de la masacre le
comentó la información que recibió por diversas fuentes desde
tempranas horas del 15 de julio.
Así mismo, como conclusión se advierte que el Juez de Mapiripán
lo mantuvo constantemente y cotidianamente informado de cuanto
acontecía en dicha localidad. Y sabia OROZCO CASTRO que en
la capital del Guaviare y sus alrededores había presencia
paramilitar y eso siempre lo negó y se lo negó a sus superiores y
así lo consignó en el oficio 2919 del 15 de julio.
Se advirtió así mismo que el documento con el cual informó a la
B7 lo elaboró tomando todas las precauciones para si de pronto
su omisión llegara a quedar detectada. En el restante discurso de
este proferimiento se fundamentarán otras conclusiones.
72.- De suerte que es verdad que se tiene certeza que OROZCO
CASTRO, detentaba posición de garante, toda vez que
conservaba competencia territorial en MAPIRIPAN, además, por
el ámbito funcional, toda vez que tenía tropas y podía ordenarle
operar en dicha municipalidad, aparte de que medios también
poseía, quiso no tener actividad para que sus compatriotas no
-fueran presa de los paramilitares y por eso debe enrostrársele
omisión en los delitos que éstos cometieron en MAPIRIPAN y en
los precisos términos del pliego acusatorio y en consecuencia en
su contra se emitirá fallo de condena; ese estado de la mente es
similar en punto de la prosperidad de alguna acción de
salvamento que se hubiese propuesto él sin embargo de la
194
multiplicidad de circunstancias que campean como obstáculo
cuando una tarea alguien se propone llevar a cabo para un fin en
particular –una evitación de una conducta humana o de las
consecuencias de un acaso de la naturaleza, etc.-, circunstancias
que se ubican y que se tienen que ubicar entre el querer y el
hacer, siendo ello así, no incurre el Despacho en el campo de las
hipótesis cuando advierte que efectivamente la cercanía entre su
sede y la de su tropa, incluso la de toda la otra que estaba
emplazada en la capital del GUAVIARE y sus inmediatos
alrededores, con el escenario en donde los paramilitares
desencadenaron su brutalidad, además que la barbarie se
prolongó por mas de 4 días, permitía con toda amplitud frustrar
dicha cadena de crímenes atroces, entonces ese omitir del
encartado ni siquiera ribetes contempla de conato. (fuera de
texto).
8.2.2 JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ
1.- En punto de la situación del implicado JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMÍREZ, referente a la omisión atribuida, el
Despacho evaluará lo concerniente a la tan pronunciada en el
expediente operación conquista, para constatar si realmente tenía
jurisdicción en MAPIRIPAN y si es así, si además se reunían en el
las otras condiciones del garante, por lo tanto se acogerán para
dicho análisis las pruebas de toda índole que hacen parte de la
actuación.
Empero, el Despacho mantiene viva su postura de que al haber
actuado con dolo OROZCO CASTRO no solo frente a la omisión
195
en que se encuentra incurso y ya fue acreditada fehacientemente
como igual el predicho elemento intrínseco del actuar, sino
también para librarse de la misma o para no afrontar
responsabilidad al efecto y especialmente para esto es que su
desenvolvimiento concitó simulaciones que pudieran entenderse
para él como ejecutorias reales en pretensión de evitar los
hechos, pero para su coprocesado como queridas, anheladas y
logradas supresiones de sus obligaciones, éste, es decir
USCATEGUI RAMIREZ no debe, aceptando que hubiese tenido
en principio el deber jurídico de impedir el resultado o se diesen
en él todas las exigencias para tenerlo como garante, valga decir
las competencias territorial, funcional y material, hacerse cargo de
las consecuencias que el evidente actuar doloso y por ende con
maltrecha fe, desplegado por OROZCO CASTRO, le pretende
asignar, mas aun cuando esperó que éste actuara dentro de los
mandatos legales, o sea, dentro de su competencia, desposeído
además de sentimientos, pretensiones y ejecutorias conspirativas
contra sus encargos constitucionales e institucionales, que es en
lo que se traduce el principio de confianza en el cual quizás por
todo lo visto en el proceso, con todo fervor acogía USCATEGUI
RAMIREZ además porque tenía otras operaciones en desarrollo
como ya se vio, para enfrentar un peligro tan ostensible como el
que evidenciaba MAPIRIPAN.
2.- Impele preguntarse si USCATEGUI RAMIREZ debe responder
penalmente aún en las circunstancias ya conocidas de que
OROZCO CASTRO deliberadamente no quiso interceptar a los
paramilitares, teniendo temprano conocimiento de su presencia;
sabiendo que estaban dando inicio a una serie de secuestros y
asesinatos y para ello se deshizo luego de ese conocimiento, del
196
suficiente recurso humano y material con el que contaba y por eso
a su tropa con la que bien hubiera podido enfrentar a los violentos
antes de la realización de los crímenes, le asignó una misión que
ya se demostró solo era para tenerla entretenida y fuera de su
sede y como si eso no fuera suficiente como actuar proscrito
suyo, le trasladó a su cojusticiable su deber y las consecuencias
de no haberlo cumplido, quien se encontraba a cientos de
kilómetros de distancia y no fue informado de que aquel, no solo
estaba decidido a no actuar, sino tampoco que no tenía tropas,
pues como reiteradamente se ha dicho después de la respectiva
acreditación, ni en la conversación telefónica de la tarde del 15 de
julio del 97 ni en el 2919 que a éste aquel le allegó al día
siguiente, le comunicó su carencia de tropas, toda vez que como
ya fue clarificado también, en el oficio escribió que recomendaba
una operación, recomendación que tal y como fue repasado, para
tales efectos y según los precedentes de su batallón, era mas
como un aviso protocolario o por cortesía con quien de alguna
manera también era su comandante, de que se iba a operar con
la Brim2 y con qué fin, sin injerencia alguna de la B7 y mucho
menos obviamente, fue impuesto de que aquel había tomado un
camino antagónico al que le fue enseñado al inculcársele los
valores morales y el que le señaló institucionalidad y de ahí nació
todo ese cúmulo de incumplimientos, de falacias, de engaños y de
desprestigio de personas e instituciones, para esquivar su
responsabilidad y a la vez para recibir beneficios, además para
ello, haciéndose ver y sentir como el gran y denigrado mártir. La
verdad, USCATEGUI RAMIREZ ante ese asalto a su buena fe no
tiene comprometida su responsabilidad, es tanto como si, en
efecto, aceptando que se tuviese la jurisdicción porque se
poseyera el mando operacional y por lo tanto la responsabilidad
197
de neutralizar cualquier brote de violencia en el respectivo lugar,
mutandis mutatis OROZCO CASTRO en la condición que
ostentaba para la época de los hechos tuviese, en el lugar de los
mismos 2 compañías al mando del capitán mas antiguo –tiene a
su cargo la protección en concreto del bien jurídico y por eso
OROZCO no la tendría- y ese capitán después de saber de la
irrupción de un grupo de autodefensas dígase a una vereda
aledaña a dicha municipalidad, así como lo hizo OROZCO
CASTRO, o sea con todo un mundo de inconsistencias y
argucias, llegando al extremo de no indicarle su carencia de tropa,
porque no siendo verdad, puesto que lo que hizo fue entretenerla
en otra cuestión verdaderamente trivial, se lo comunica y le
sugiere ese capitán, adelantar una operación con tropa que
pertenece a otra unidad táctica, o sea, a diferente batallón, pero
además al siguiente día le remite el resumen semanal de
inteligencia o informe equivalente y nada, pero absolutamente
nada le comenta sobre la situación que el día anterior le dio a
conocer con lo cual el superior que seguía ocupado en sus otras
tareas evidentemente trascendentales para evitar el desmadre del
orden público en partes de su jurisdicción, asumiría que el evento
de ese capitán, éste lo enfrentó o que al empezar a hacerlo, como
sucede muchas veces, por alguna razón o circunstancia
desapareció o simplemente que la información que tenía ese
capitán no era fiel a la realidad; pues sí, se necesita al respecto
apuntalar que con ello solamente pone al descubierto incluso
para el mas desprevenido analista, que deliberadamente el
comandante de esas compañías, se sustrajo a su obligación, y la
responsabilidad por ende, tendría que afrontarla ese subalterno,
naturalmente que en el caso de OROZCO CASTRO se dan
infinidad de actitudes y ejecutorias suyas, mismas que ya se
198
acreditaron con argumentos casi que interminables, para ab initio
responsabilizarlo. Otra razón se da a conocer y se funda, por una
parte, en el reconocimiento del principio de que la responsabilidad
penal es individual y de que para este evento ella se verifica ante
el incumplimiento de un deber asignado en concreto al procesado
OROZCO CASTRO porque era el que debía velar por los
derechos fundamentales de la población de MAPIRIPAN y lo tenía
todo para ello, y con malicia dejó de hacerlo, de ahí la
consecuencia lesiva que se conoce y con extremas sutilezas no
permitió que USCATEGUI RAMIREZ lo hiciese en caso de que
estuviese o no y en algún grado en él ese deber.
3.- En aras del cometido referente a si USCATEGUI RAMIREZ
tenia competencia territorial en MAPIRIPAN se sugiere
imprescindible hacer una síntesis conjunta con reflexiones sobre
lo que al efecto han dicho los declarantes.
Bien, es menester traer a tema las aseveraciones de las distintas
personas que no perteneciendo a la BRIM2, B7 ni al BIPAR
aludieron al aspecto en análisis:
AGUSTIN ARDILA URIBE, para la calenda de los hechos
comandante de la 4 división (DIV4) del ejército con asiento en
VILLAVICENCIO en certificación del 5 de octubre de 2000 (fl.22 c.23
A) refirió que la operación conquista la desarrolló la DIV4 en 1997,
pero se inició el año anterior a ese y debía ejecutarla la BRIM2, a
la que se le asignó el mando operacional del BIPAR, en
GUAVIARE, VAUPES, META, VICHADA Y CAQUETA, claro que
inicialmente se le fijaron solo 3 áreas; advirtió que en abril del 97
retornó la BRIM2 a SAN JOSE DEL GUAVIARE y retomó dicho
199
mando, que la operación destructor de agosto del 97, le ordenó a
la B7 continuar la operación conquista y asumir la responsabilidad
de las áreas de MIRAFLORES Y MAPIRIPAN que eran hasta
entonces de la BRIM2; en la audiencia pública contra los otros
militares (fl. 51 c.63) indicó que la brigada 7 (B7) en la citada época
tenía bajo su responsabilidad jurisdiccional los departamentos de
GUAVIARE, VAUPES Y META, lo que, indica el Despacho, no fue
explicado ni interrogado al respecto si cuando dice
responsabilidad jurisdiccional alude para cuestiones
operacionales o para las de talante administrativo y disciplinario y
no se diga que en esa audiencia el tópico no interesaba, pues
contraargumento referente a ese es el de que se encontraba el
procesado LINO SANCHEZ PRADO, o sea el mas perjudicado
con lo aseverado por ese ex militar y no fue contrainterrogado al
respecto por él o por su defensor, ni siquiera cuando dijo que la
citada operación aun estaba en vigencia en julio del 97 como
también la conservación por parte de la BRIM2 del mando
operacional sobre el BIPAR. En punto de la vigencia de la
operación conquista según la cual la brigada móvil 2 asumió el
mando operacional del batallón parís, mencionó ARDILA URIBE
que aún cuando se retiró en diciembre del 97 siguió conociendo
B7 que así lo dispuso la respectiva orden cuando en el título de
misiones a la brigada móvil 2 (BRIM2) indica que a orden se
prepara para entregar la responsabilidad de la operación a la B7 y
a ésta le ordena asumir la responsabilidad asignada a la BRIM2 y
a virtud de la operación destructor en agosto del 97 la BRIM2 se
desplaza hacía LA MACARENA y asume la operación conquista
la B7. Que en junio de 1997 la BRIM2 y el batallón parís (BIPAR)
agregado a ella, desarrolla operaciones en el área de MAPIRIPAN
y en general en el META; que en abril del 97 la BRIM2 regresó al
200
GUAVIARE y asumió el mando operacional del BIPAR que hasta
el momento no se había ordenado que no se cumpliera. En la
audiencia (fl.45 trnslt) puntualizó de la misma manera como lo hizo en
las 2 oportunidades ya vistas, adicionando que la B7 no podía
adelantar operaciones en jurisdicción de la BRIM2 ni del BIPAR,
que se evidencia en las ordenes de operaciones y demás
documentos que BRIM2 tenía el mando operacional del BIPAR,
que operación destructor era también desarrollo de la operación
conquista y dígase de paso aquí por el Despacho que en el
radiograma 1042, fechado 6 de marzo del 97, ya referido
anteladamente firmado por LINO SANCHEZ encargado de la
BRIM2 y quien ha negado, claro que contradiciéndose, ese
aserto (fl. 4 c.57 A), le da de esa manera la razón al declarante
ARDILA URIBE; éste además adujo que a la BRIM2 se le asignó
jurisdicción mediante dicha operación y que conforme al apartado
de concepto del plan conquista al asumir el mando operacional la
BRIM2 asume la misión de la jurisdicción y aseguró que le ordenó
verbalmente a OSPINA comandante de la BRIM2 regresar a la
jurisdicción de su división, o sea al departamento del GUAVIARE
y continuar con la operación conquista, de cuyo desenvolvimiento
le informaría al comandante el ejército Argentino en el
BARRANCON; recordó que cuando era comandante de brigada
móvil, a donde llegaba asumía el mando el batallón que se
encontrara ahí; añadió que la felicitación que le dio al teniente
RESTREPO de la marina denota mando o control operacional de
la BRIM2 sobre BIPAR.
Este declarante que preconiza y explica que para julio del 97 la
BRIM2 tenía jurisdicción y como tal la del BIPAR porque le había
sido agregado y que la operación conquista en dicha fecha no
201
había culminado y que revirtió MAPIRIPAN Y MIRAFLORES y en
lo operacional el BIPAR a la B7 en agosto del 97 a raíz de la
operación destructor, no se ocupa de ilustrar cómo es que si en el
plan conquista no se incluyó el departamento del META, él sí lo
hace, aunque es cierto que reconoce que inicialmente no, porque
es que, interviene el Despacho, una cosa es que exista un
decreto presidencial, incluso una resolución ministerial,
declarando zona especial de orden público el META, pero otra es
que no exista un plan de operaciones ni un documento que
sobresalga por su parquedad , pero que al menos contemple la
extensión de dicha maniobra a ese departamento, no cita el
testigo, ningún documento a través del cual se haga esa inclusión
y no obstante que dijo siempre que la móvil regresó al GUAVIARE
a continuar con la operación conquista, lo que en sentir del perito
BOCANEGRA podría hacerlo sin orden escrita en la audiencia
que entroniza que ello sucedió porque verbalmente le dio la orden
y en ese sentido a OSPINA OVALLE, quien, al igual que lo dice su
contradictor contradicho LINO SANCHEZ (fl. 223 c.52) que fue una
orden verbal de ese testigo a éste –OSPINA- la que hizo que la
BRIM2 regresara al GUAVIARE de acuerdo al documento que
suscribió OSPINA el 3 de octubre de 200 (fl. 86 c.56), le da la razón en
cuanto se refiere al regreso de la BRIM2 a SAN JOSE DEL
GUAVIARE, pero nada dice en punto de la orden haya sido verbal
ni que ese regreso era para continuar la operación conquista;
igual, no se deja de observar que el coronel de la policía
antinarcóticos CARLOS BELTRAN ALDANA con su dicho, como
se vera en inmediatez, de un lado tiende a desaparecer la versión
de RODRIGUEZ PORTELA Y LINO SANCHEZ de que la BRIM2
para cuando ocurrieron los hechos no estaba operando sino solo
reentrenándose, no refulge así suficiente veracidad del dicho de
202
ese declarante, ARDILA URIBE, aunque sí es dable resaltarlo,
fue uno de los que siempre observó en sus declaraciones el
mismo sentido, al igual que MORA RANGEL quien se
desenvuelve en dirección contraria, pero que tampoco como se
verá, no colma las expectativas de precisión y certeza.
CARLOS ARTURO BELTRAN ALDANA de la policía
antinarcóticos (fl. 140 c.63) sostuvo que en junio del 97 cuando era
coronel fueron hacer la operación zafiro, la infantería de marina se
encontraba bajo el control operacional de la brigada móvil de
ejército que estaba acantonada allí, cuyo comandante le negó el
apoyo porque estaba en otra operación. JOSE LUIS CALDERON
fungía como agente encubierto de inteligencia del ejército en la
capital del GUAVIARE y el 8 de noviembre del 99 (fl. 3 c.23 A) aseguró
que el BIPAR operacionalmente dependía de la BRIM2; el 12 de
mayo de 2000 (fl.214 c.51) al preguntarle la procuraduría si conoció
que para 1997 se llevó a cabo la operación conquista, manifestó
que sí y que su aporte fue el suministro de informaciones el
oriente del GUAVIARE; en el juicio (fl.1 translt. 4), sobre el aspecto en
cuestión simplemente indicó que el BIPAR era subalterno de la
BRIM2 y ello para explicar la razón por la que dice que aquel
debió informarle a ésta lo que le había comunicado en el fax 268
sobre la incursión a MAPIRIPAN; la ampliación de certificación
jurada de JORGE MORA RANGEL (fl. 234 c.52) quien comandaba la
DIV5 para julio de 1997 y al declarar obraba como comandante
del ejército, hace ver que para el mes y año ya citados, la B7 tenía
jurisdicción en el META salvo unos puntos que no refieren a
MAPIRIPAN y se basa en la disposición 001 del 2 de julio del 96
comando de la DIV4, añadió que las brigadas móviles, por haber
sido concebidas para desarrollar operaciones en cualquier
203
territorio, no se le asignaron jurisdicciones especificas y cuando
se le asignaban a las divisiones los comandantes de éstas en los
planes operacionales les atribuían objetivos o misiones
especificas para operar en jurisdicciones de otras brigadas o
batallones; el mismo militar el 15 de junio de 2000 (fl. 246 c.52) por
idéntica vía, aseveró que mediante el plan conquista la BRIM2
asumió el mando operacional del BIPAR y demás componentes
de las fuerzas militares para adelantar operaciones en GUAVIARE
Y VAUPES y señala las respectivas localidades y que la policía
quedó bajo control operacional de la misma brigada y adujo que
no existen documentos que nieguen o afirmen la referida
dependencia del BIPAR para julio de 1997 y se desconoce la
fecha de terminación de la operación conquista; que en su sentir a
virtud de la resolución de mindefensa que ya se citó en esta
providencia la estructura del mando se vio afectada en la zona en
donde se desarrolló la operación, porque aquella confirió control
operacional a la DIV4 sobre la policía y los organismos de
seguridad que actuaban en la jurisdicción del META, GUAVIARE,
VAUPES, entre otros y mediante el plan conquista la citada
división le otorgó el mando operacional sobre el BIPAR a la
BRIM2; que no es posible determinar las condiciones y
circunstancias del criterio para la conducción de las operaciones.
EDUARDO FRANCO ALONSO (fl. 39 c.2 trnslt.) para la época de los
hechos coronel de la inspección del ejército que visitó, dicho por
él mismo en el juicio, 8 días después de los episodios el BIPAR
por razón de sus funciones, refirió que no sabe quién tenía el
mando operacional del BIPAR, pero cree que OSPINA que era el
comandante de la BRIM2 la cual agregaron a la DIV4 con las
misiones especificas en jurisdicción de esa área. El coronel activo
ALFREDO BOCANEGRA NAVIA (fl. 110 c.2 trnslt) en el juicio testificó
204
como perito militar que un comandante de división puede ordenar
a brigada que le está agregada, que opere en determinadas áreas
de su jurisdicción y ejerza control o mando operacional; que las
móviles tienen una jurisdicción asignada cuando se le asigna ese
control operacional sobre el BIPAR y si BRIM2 o BIPAR va a
salirse de esos límites tiene que coordinar con B7 para evitar
fraticidio que cuando DIV4 dijo que BRIM2 recibe el control
operacional del BIPAR, significa que la BRIM2 va a responder por
todo ese control territorial operacional, porque la B7 responde
administrativamente; que ese control de la BRIM2 sobre el BIPAR,
duró hasta julio de 1997, porque orden de operaciones 10
Destructor organizó nuevamente las unidades y le fijó una nueva
misión a la BRIM2, contesta que no había necesidad de
reproducir plan conquista para regresar al GUAVIARE a BRIM2
que seguramente lo hizo el comandante de la DIV4 verbalmente
ya que así se podía ordenar; analiza un telegrama de la BRIM2 y
dice que el mismo permite observar que estaba adelantando
operación Conquista; que lo que indica el Coronel PINILLA en la
certificación del general OSPINA, en el sentido de que no se le
puede asignar a una brigada móvil otras unidades, es un error,
por cuanto que el comandante puede hacerlo y pone de presente
el caso del general HERRERA LUNA que puso bajo mando
operacional de la BRIM2 al BIPAR, que seguramente ese coronel
respondió así porque no tenía los documentos del expediente y
contestando nuevamente sobre la jurisdicción de las brigadas
móviles sostiene que sí, que hay un área de responsabilidad
asignada porque quietas no se van a quedar esas brigadas, pues
van a salir al país, a una jurisdicción, porque la móvil no puede
llegar y operar donde quiera, de manera que dice que sí tiene
jurisdicción, que ellas están quietas en Melgar, en Tolemaida y las
205
asignan operacionalmente a otras jurisdicciones del país, cuando
eso se produce mediante una orden de operaciones esas
brigadas tienen responsabilidad territorial porque van a estar
comprometidas en una operación y esa operación va a tener unos
límites, una jurisdicción. HAROLD BEDOYA PIZARRO (fl. 183 translt 3)
comandante de las fuerzas militares en la época de autos declaró
en el juicio sobre diferentes aspectos y cómo se gestó la
operación conquista de la que dice nunca perdió vigencia porque
el país estaba convulsionado tanto que luego se amplió y se llamó
conquista 2 , pues aún para el 25 de julio del 97 en que dejó de
pertenecer al ejército se mantenía, incluso que existiendo esa
orden el comandante de la DIV4 no necesitaba expedir otra orden
para que la Móvil regresara al GUAVIARE a seguir dicha
operación; que se contempló en una orden básica conquista, a la
cual le siguieron fragmentarias y se encaminó contra el
narcotráfico porque de esa manera también se luchaba contra las
farc; sostuvo que las ordenes militares en su mayoría son
verbales, sobre la BRIM2 que a propósito, negó que estuviese
solo en reentrenamiento a pesar de que este es continuo porque
todas las tropas dice, viven reestrenándose, mas se hace por
turnos como primero un a compañía, luego un batallón, sigue el
estado mayor, o sea es dosificado y no excluye la jurisdicción;
adujo que siempre que regresaba al GUAVIARE asumía la
jurisdicción y cuando salía la asumía la B7, que en el caso del
BIPAR el comandante operacional era la BRIM2, toda vez que
ésta se encontraba en el GUAVIARE y cuando una unidad hace
una operación todo lo que esté en el respectivo espacio se asume
por esa unidad, ejemplo de ello cuando en el sur de BOLIVAR se
metió una Móvil, tenía que responder por todos los pueblos,
indiferente que sean de diferentes departamentos y por las
206
unidades militares como también por la jurisdicción misma que se
les puede asignar a esa clase de brigadas con agregación de las
unidades que están sobre el área jurisdiccional, pues se dice
mando operacional es por la jurisdicción de las unidades sobre las
cuales se tiene ese mando, mas 2 brigadas no pueden mandar
operacionalmente a un mismo batallón. Subrayó que cuando
OSPINA OVALLE declara que para el 96 y 97 BRIM2 tuvo el
mando operacional sobre el BIPAR pero solo para la operación
conquista, lo que quiere significar es que se le dijo a ella que haga
operación de combate y no se aferre a puntos fijos porque eso era
del BIPAR, que al ejercerse control sobre el río Guaviare, se
tienen que controlar los puertos que quedan sobre el mismo,
porque no es el río el que se controla sino aquellos como por
ejemplo MAPIRIPAN, PUERTO ALVIRA, PUERTO CONCORDIA,
etc. y examinando los documentos que obran en el proceso y que
mencionan la operación conquista, como radiogramas, entre
otros, refirió que son idóneos para evidenciar la vigencia de dicha
operación para julio del 97. El comandante de las fuerzas
especiales en el BARRANCON HUGO BAHAMON DUSAN (fl.49
c.translt.3) para la data de autos, señaló que conforme a orden de
operaciones del 23 de julio del 97 del comandante FAGUA del
Puesto Fluvial, sí estaba en desarrollo la operación Conquista y
que dicho puesto bajo control operacional de la BRIM2; sostuvo
que cuando hay una brigada móvil en un área asume el control
operacional y cuando le dan ese tipo de operaciones pues se
toma el mando de las unidades que de alguna manera se afectan
en desarrollo de aquella y la brigada móvil estaba desarrollando
operaciones y el BIPAR antes de que llegara la móvil era el que
tenía el control operacional; que la B7 tenía el puesto de mando
en Villavicencio y la brigada móvil lo tenía ahí mismo en el Bipar y
207
las tropas de ésta se encontraban bajo el control de la móvil,
aseguró que no toda la BRIM2 estaba en reentrenamiento, que
por ahí un batallón o batallón y medio, además porque no cabía
completamente en las instalaciones de la escuela y estaba
comprometida en operaciones y no podía irse toda porque quién
respondía por el área; frente al documento de la BRIM2 dirigido a
puestos fluviales de la Infantería de Marina, dice que es una
instrucción que el segundo comandante de la BRIM2 le da a dicho
puesto e indica relación de comando entre ambos, que BRIM2
tenía el mando operacional del BIPAR y explica entre eso por qué
si llega la brigada móvil tiene que acceder para sus operaciones a
la inteligencia de la unidad que ha estado en el sitio. CARLOS
OSPINA OVALLE fue comandante de la BRIM2 hasta el 16 de
mayo del 97 y le certificó a la procuraduría el 7 de junio de 200 (fl.
81 c. 56) que la operación conquista que no se limitó en el tiempo,
pero a la vez dice que se puede asegurar que finalizó como
también la dependencia del BIPAR con el inicio de la operación
destructor, adoptada en la orden 10 de agosto del 97 de la DIV4;
que aquella fue en el área general del GUAVIARE Y VAUPES y
su brigada tomó el control sobre otras fuerzas y policía y el mando
operacional sobre el BIPAR éste junto a la móvil2 se concentraron
a trabajar en el área que se les asignó en el plan conquista.
El uniformado cuya certificación se acaba de sintetizar en cuanto
al aspecto que corresponde, el 8 de junio de 2004 (fl. 226 c.70) emitió
otra, pero sobre los tópicos que se tratan no respondió él, sino
que hizo que lo hiciera un subordinado suyo a quien le era
totalmente ajena cualquier percepción sobre los hechos, los
manejos militares en fin, que constituía el centro del
auscultamiento propuesto en la respectiva parte del cuestionario
208
que respondió y por eso se basó en documentación genérica y
sobre conceptos y definiciones contenida en la misma, o sea
pretendió acaso privilegiar lo deontológico en desmedro de lo
epistemológico que era lo verdaderamente supremo para estos
efectos; así mismo se indica que cuando lo hizo sobre todo en
manuales o reglamentos seguramente fue en relación con los aún
no vigentes para julio de 1997. Se impondría para el Despacho
plasmar unas consideraciones y de contera una decisión
relacionada con la legalidad de la prueba, como lo ha perseguido
el defensor del procesado USCATEGUI RAMIREZ, cuando quiera
que prima facie, se extendió por parte del llamado a declarar un
“mandato” para la testificación respecto de un tercero, fenómeno
que no consulta los postulados del canon 277 de la Ley 600 de
2000 y por ende los enunciados normativos ni la norma del debido
proceso. Empero, el requerido para testificar, cumplió
posteriormente, por mejor decir, el 2 de marzo de 2005 (fl. 267 c.74)
con su deber e hizo propicio el momento para indicar “se pudo
precisar que la respuesta enviada el 9 de Junio de 2003 –se acota por el
Despacho que ese apéndice de la certificación que se glosa
contempla esa calenda y no se sabe en razón de qué, porque
aquella como ya se aseguró es del 8 de junio de 2004 “ por el Jefe del
Departamento E-3, en cuanto a la relación de dependencia del Batallón Joaquín
París, al indicar que precitada (sic) unidad táctica no se encontraba bajo el mando
operacional del comandante de la Brigada móvil No. 2 en la época de los hechos
que están siendo objeto e investigación, hacían referencia en términos generales al
empleo de las unidades tipo Brigada móvil y su relación de dependencia con
unidades tácticas orgánicas de unidades operativas menores”, de suerte que no
fueron las reflexiones que se tejieron en torno de esa curiosa
forma de testificar, las que le esquilmaban legitimidad, sino que la
propia fuente en la certificación posterior y a través de lo que ya
fue extractado, reveló que fue un tercero y no él quien dio esas
209
respuestas y soportado además en literatura, no ocupándose de
si ésta ya se empleaba en la fecha de autos; por ello es que el
Despacho no tomará en cuenta esa cuestionada parte de la
certificación. Aparte, se hace mención ahora, del interrogatorio
que absolvió bajo juramento dicho efectivo militar el 2 de marzo
de 2005 (fl. 267 c. 74) en donde contrario a su anterior deposición
indicó que la BRIM2 tuvo el mando del BIPAR hasta que inició la
operación libertad, es decir, diciembre del 96, luego ante otras
preguntas sobre lo mismo evade el tema manifestando que fue
comandante de dicha brigada hasta el 16 de mayo del 97, pero
seguidamente aduce que en el 96 y 97 sí lo tuvo pero solo para
las operaciones del plan conquista, negó de otro lado que por
razón del plan conquista la BRIM2 adelantase operaciones en
MAPIRIPAN Y PUERTO CONCORDIA, conforme a documento
refirió que la brigada en cita en mayo del 97 realizó operaciones.
Ahora se extractará cuanto han indicado los miembros de la
BRIM2: En sentir del sargento NESTOR ALVARADO PEDROZO (fl.
154 c.63) eran independientes BRIM2 Y BIPAR en julio del 96 estaban
en la operación conquista, pero luego, lo que no permitió que se
continuara con ella fue el reentrenamiento, actividad que según el
mayor WILLIAM BEDOYA era la única que se realizaba. LINO
SANCHEZ (fl. 137 c. 52) sostuvo que entre marzo y mayo del 97, la
BRIM2 en MKIRAFLORES, EL RETORNO, CALAMAR, LA
CARPA, LA LIBERTAD Y EL CAPRICHO, desarrolló parte de la
operación conquista; el mismo declarante adujo (fl. 223 c.52) que estima
que la orden verbal de ARDILA A OSPINA hizo que BRIM2
regresara al GUAVIARE; que en ningún momento la BRIM2 asumió
el mando operacional del BIPAR y ello se sustenta en las ordenes
de operaciones; el efectivo castrense en cuestión en su indagatoria
210
rendida el 3 de abril de 1999 –fl.79 c.16- remarcó que a mediados de
junio del 97 la BRIM2 recibió orden de reentrenarse durante 15 o 20
días para ejecutar operación en el YARI, pero como ésta se fue
aplazando así estuvo hasta septiembre que fue cuando se inició la
destructor 2, pues la desarrolló hasta marzo del 97 y en abril
regresó al GUAVIARE a continuar la operación conquista,
especialmente en MIRAFLORES; de otro lado expresó que la
BRIM2 no tenía jurisdicción; en la audiencia pública (fl. 99 translt 3) niega
cualquier mando sobre el BIPAR, La Marina o policía, mas luego
dice lo contrario y aduce que fue a raíz de la operación conquista;
aclaró que la operación destructor no dice que la BRIM2 le entrega
a la B7 MAPIRIPAN Y MIRAFLORES, sino que asume la
responsabilidad de las áreas de esas poblaciones, piensa que
ARDILA no le dio orden verbal a OSPINA, pues ordenes así no son
nada para retomar la operación conquista; se basa en la
documentación para afirmar que el mando operacional lo tenia la
B7, pero a la vez rechaza los del proceso porque contemplan los
dichos que perduran en el ejercito que son con los que se
encabezan los documentos; en su sentir en una jurisdicción sí
pueden operar 2 brigadas, pero tiene que haber coordinación. El
coronel RODRIGUEZ PORTELA el 24 de julio de 2000 ante la
procuraduría (fl. 228c.52), dedujo del plan conquista que la operación tal
terminó en diciembre de 1996 y para su concepto estaba para
desarrollarse en GUAVIARE Y VAUPES y afirmó que por razón de
ella el BIPAR operacionalmente dependía de la BRIM2. En el juicio
(fl. fl.179 c.2 translt.) manifestó que en diciembre del 97 - cree entender el
Despacho que se refiere al 96- quedó suspendida la operación
conquista y la BRIM2 salió para el CAGUAN en virtud de la
operación libertad, por lo que desapareció el mando operacional
sobre el BIPAR, ya que aquella cambió de sitio, área de
211
operaciones fue a otra jurisdicción y que ésta no debe asignárseles
a la móviles que cuando OSPINA OVALLE fue trasladado y quedó
reemplazándolo, no le dijo que continuaba o volvía a tener el
mando operacional sobre el BIPAR ni que estaba realizando
operaciones, como tampoco que conquista quedaba a su mando,
operación que a su juicio nunca se le debió entregar a la BRIM2 y
que los libros de comunicaciones evidencian el mando operacional
en la B7, además porque aquella se encontraba en
reentrenamiento. Refiriéndose a los documentos emitidos por la
BRIM2 que respectan a la operación conquista -la da ahora no
suspendida, sino terminada para la época de los hechos- y
mencionan jurisdicción tocante con esa brigada móvil u operaciones
de la misma en cumplimiento de operación conquista, sostiene que
es un término del escribiente; que los suboficiales ya tienen el
formato, pero no debe entenderse como jurisdicción, sino como
área de operaciones y que como no hubo claridad acerca de que se
estaba en la operación libertad respecto de los encargados de
hacer los documentos, se siguió mencionando la operación
conquista; igualmente no sabe por qué ARDILA lo designó para
adelantar el disciplinario siendo que MAPIRIPAN no era de la
BRIM2; luego preconiza que no hay documento en que conste el
mando operacional de la BRIM2 sobre el BIPAR para julio del 97
mas reconoce conforme a la orden No. 14 del 6 de junio de ese
mismo año, dicho mando de la BRIM2 sobre el batallón en cita,
pero aclara que solo para maniobrar en CALAMAR, acepta
contrario a lo que afirmó ante la procuraduría y viendo que no le
mandó copia de esa operación a B7 que ésta no aprobaba empleo
de tropa en operaciones del Bipar por parte de la BRIM2; conforme
a orden de operaciones 023 del 23 de junio del 97 de puesto fluvial,
la cual menciona operación conquista e indica que está bajo mando
212
operacional de la Brim2, explica que lo está pero respecto del
batallón que se encuentra en ese lugar que es de la Brim2, o sea
que le dice “usted depende operacionalmente porque están allá; yo
no lo puedo controlar desde aquí operacionalmente, lo controla ese
batallón allá reconoce mando operacional en otras situaciones,
indica que el mando operacional se da de manera temporal para
operaciones concretas; es reiterativo en que después de 8 años no
recuerda completamente.
ALBERTO BRAVO SILVA (fl. 38 trnslt. 3) testificó en el juicio que fue
comandante de la BRIM2 desde el 10 de agosto del 97, o sea, ya
habían ocurrido los hechos, y en su sentir, MIRAFLORES Y
MAPIRIPAN revirtieron a la B7 en razón de la orden 10 de agosto
del 97 emanada de la DIV4, no sabe de quién dependía el BIPAR;
que la condición de brigada móvil implica eminentemente
operaciones a no ser que el comandante en algún documento
asigne un área de responsabilidad; que cuando llegó a la BRIM2 se
le entregó solo tropa, no jurisdicción ni zonas.
Este declarante que en lo mas mínimo hace alusión a ese particular
evento, mismo que no se desprende de su dicho, al que refiere
MICAN FORERO a última hora y a través del cual persigue darle
contundencia a su declaración y por ende que se acoja per se, que
era la BRIM2 la encargada del BIPAR porque presenció en el
BIPAR una ocasión cuando le dieron parte o le rindieron cuentas y
la actitud de él o sea, de BRAVO, fue la de quien tenía el mando
sobre el batallón, no es que no de una respuesta en uno u otro
sentido, sino que lo hace basándose en una interpretación como
gramatical del plan destructor, puesto que indicó que a virtud del
213
mismo MAPIRIPAN Y MIRAFLORES regresó a la B7, es decir que
antes no eran de su responsabilidad
Efectivos de la B7 también el refirieron al tópico que ahora ocupa al
Despacho. FELIPE MOLANO oficial B3 de la citada brigada en el
momento de los acontecimientos, el 9 de agosto de 2000 a la
procuraduría le comentó que para la época de los hechos el BIPAR
en la parte de las operaciones dependía de la BRIM2 a raíz del plan
conquista en cumplimiento de un decreto presidencial para
controlar el narcotráfico en META, GUAVIARE, VAUPES,
VICHADA Y GUAINIA, pero no significaba que la B7 no pudiera
ejercer el control de ese batallón, ya que debía apoyarlo en las
demás áreas como instrucción, operaciones sicológicas, logístico-
administrativo y de todas maneras hacía programa radial con el S
-3 del BIPAR; no conoce indica este coronel, documento que diga
que para diciembre del 96 terminó esa operación porque son
planes del comando superior que así como los ordenan los
suspenden; que la B7 en coordinación con la BRIM2 conocidos los
hechos ordenó al BIPAR entrar tropas rápido a MAPIRIPAN,
puesto que se trataba de una situación crítica y el batallón era
orgánico de la B7 y los comandos que tenían responsabilidad no
habían tomado ninguna acción y no sabe si entre BIPAR Y BRIM2
las actividades de operación las cumplían de persona a persona por
estar el comando de ésta dentro de aquel o mediante programa
radial. Posteriormente, en el juicio (fl. 8 C. 2 translt) subrayó que a partir de
abril del 97 la Brim2 fue trasladada a la jurisdicción del sur del Meta
y parte de lo que era GUAVIARE Y VAUPES y se le anexó
operacionalmente el BIPAR para trabajar en operaciones; que la
relación con la B7 era solo administrativa respecto de ese batallón;
que tenía contacto radial con dicho batallón, así como con otros
214
batallones, porque frente al BIPAR debía saber dónde tenía sus
unidades para poder apoyarlo logísticamente, en fin, y no fue a
MAPIRIPAN porque le pertenecía era a la Brim2; que el Bipar el 21
de julio entró a Mapiripan, pero no por orden de B7 ni suya, pero
aclara que esa no fue orden de operaciones y explica que como la
información fluía de todas partes y las exigencias también no se
podía quedar quieto, además la orden de operaciones la hizo y
ejecutó la BRIM2 y no la B7; que las ordenes a nivel de comando
ejército y divisiones son verbales y escritas; que si una disposición
dice reentrenamiento se trata de dosificación de medios y máximo
un tercio entra a reentrenarse y eso es doctrina militar y que las
brigadas móviles mientras están en el área asignada para
operaciones responde por eso y por lo que esté ahí adentro; viendo
documento de la operación Destructor indica que ahí dice que B7
asume en agosto responsabilidad de Mapiripan y Miraflores o sea,
no la tenía; que B7 tuvo mando operacional sobre el BIPAR hasta
abril del 97; que para regresarse la BRIM2 del CAQUETA a S.J.
GUAVIARE, no era necesario orden escrita, sino verbal, que para el
97 la operación Conquista todavía estaba vigente, incluso cuando él
salió de Villavicencio se mantenía esa operación. CESAR MICAN
FORERO (fl. 240 translt. 3) jefe de estado mayor de la B7, pero para
cuando los paramilitares arribaron a MAPIRIPAN se encontraba de
vacaciones, en el debate público aseguró que el comando del
ejército se vio precisado a enviar una brigada móvil para que
recibiera parte de la jurisdicción de la B7, que esa brigada estaba
en operaciones según las respectivas ordenes y no en
reentrenamiento, que ni siquiera en una situación de paz se puede
reentrenar toda una brigada al mismo tiempo; advirtió que conquista
fue una operación faseada a raíz de la cual a la BRIM2 se le asignó
una jurisdicción y le fue agregado el BIPAR sin perjuicio que
215
administrativamente éste dependiera de la otra brigada, y la BRIM2
en los documentos, por ejemplo radiogramas del 18 y 21 de junio el
97 comunica resultados operacionales de dicha operación en cuya
vigencia la B7 con el BIPAR hacía programa radial administrativo y
se daban recomendaciones; relata una situación curiosa y es que
cuando estuvo como comandante de la B7 en reemplazo de
USCATEGUI como en el 97, el comandante de la DIV4 le ordenó ir
a LA URIBE y pasar luego a la MACARENA y en ésta se encontró
con el Coronel BRAVO SILVA quien comandaba ya la BRIM2 y en
vista de que éste le comentó que tenía en esos días una reunión
con la DIV y llevar allí una información de comando, se fueron para
VILLAVICENCIO vía SAN JOSE DEL GUAVIARE y allí ese oficial
recibió parte del BIPAR –quiere decir como que le rindió cuentas- y
se preguntó a cuento de qué le dieron parte, pero que la respuesta
era obvia, pues BRAVO era el comandante de ellos, por lo que le
tocó que pasar a su izquierda; seguidamente sostuvo MICAN “aquí
está su comandante en tiempo de paz, ahorita soy su comandante en tiempo de
guerra” ,(como atribuyéndole esa frase a BRAVO y con fundamento
de ella parece sugerir dependencia del BIPAR de la BRIM2). Frente
a lo afirmado por OSPINA de que para el 96 y 97 la BRIM2 sí tuvo
el mando operacional del BIPAR pero solo para el plan Conquista,
sostiene que si fuese así habría que nombrar 2 oficiales de
operaciones y tener 2 tropas localmente disponibles para llevar a
cabo las operaciones; unas que van a cumplir con la BRIM2 la parte
del narcotráfico de la operación específica y habría que tener otro
batallón o la mitad, que pertenezca a la B7 para que cumpla el resto
de operaciones de guerra irregular.
Así, se tiene, igualmente, las aseveraciones que integrantes del
BIPAR vertieron: El sargento de inteligencia RAMIREZ
MACHADO (fl. 235 c. 51) sostuvo ante la procuraduría el 2 de agosto de
216
2000 que en razón a que el comandante de la BRIM2 era un
brigadier general estaban agregados operacionalmente y para él,
eso se reflejaba en que referente a la parte de inteligencia “tenían
que ser conocidas y enviadas” por escrito mediante los resines al
comando de esa brigada, y que no había reciprocidad de ésta;
ARBEY GARCIA NARVAEZ ostentaba el grado de mayor para
julio de 1997 y el cargo de oficial S-3, señaló ante la procuraduría
el 22 de julio del 99 (fl.90 c. 56) que en noviembre del 96 cuando llegó
al BIPAR supo que se estaba realizando la operación conquista a
cargo de la BRIM2 en el área general de VICHADA Y VAUPES y
en razón de dicha operación el batallón quedó bajo control
operacional de la citada brigada, pero administrativa y
disciplinariamente bajo B7 y el BIPAR a raíz de ello instaló un
retén permanente para la entrada de vehículos en PUERTO
CONCORDIA – META, no sabe si existió algún documento para
dar por terminada la operación y que el movimiento de tropa y
operaciones lo manejaban los comandantes de la BRIM2 y BIPAR
en reuniones que realizaban. Ante la procuraduría el 12 de mayo
de 2000 (fl.134 C.49) sostuvo GUSTAVO SANCHEZ que el 22 de
agosto recibió como comandante el BIPAR y que sabe que antes
de recibirlo éste se encontraba bajo responsabilidad operacional
de la BRIM2 y administrativamente bajo la B7, incluso alcanzó a
estar como un par de semanas en esas condiciones y tenía que
responderle al comandante de aquella porque era quien conducía
las operaciones y dependía de la misma, que la operación
conquista para cuando llegó al BIPAR estaba en su fase final.
Adicionó en el consejo de guerra dicho coronel (fl. 96c.55) que el plan
conquista se elaboró para una misión especifica, sin desconocer
la jurisdicción que él tenga asignada y como dice que la B7
coloca bajo mando operacional de la BRIM2 al BIPAR, ya aquella
217
operacionalmente no tiene nada que atender y éste debe acudir
es a la BRIM2, porque no podía haber una unidad con 2 jefes y si
ella no hacía nada debía dirigirse al comandante de división y
seguir hasta el comandante del ejército y que tendría que haber
una disposición que la exonerara de las demás áreas y si no
responde pero teóricamente; finalmente, en el juicio (fl.56 translt 4),
manifestó lo mismo que en ocasiones anteriores y aparejó a ello
que el concepto de que las brigadas móviles no reciben bajo
mando operacional entidades militares con funciones
preestablecidas y permanentes es valido pero actualmente, no
para el 96, 97 ni 98; adveró que no es posible que el BIPAR para
la operación conquista estuviese agregado a la BRIM2 y para su
jurisdicción a la B7 porque va contra los reglamentos de régimen
interno y disciplinario y además porque una ambigüedad en el
mando no puede existir y menos en lo operacional que es algo
bien delicado; supo por el mismo AVILA al entregarle el mando
que dependía operacionalmente de la BRIM2; CARLOS AVILA
BELTRAN el 27 de noviembre de 1997 (fl. 181 c. 3) sostuvo que en la
tarde del 19 de julio regresó a la capital del GUAVIARE para a
partir del siguiente día interrumpir sus vacaciones temporalmente
como comandante titular del BIPAR y OROZCO le informó de
algunos hechos ocurridos en MAPIRIPAN y en razón de ello
esperó al día siguiente que asumiera el cargo para tomar alguna
decisión y esperar mejor información y esperar los apoyos
correspondientes al mando superior que en este caso es la B7 y
la DIV4, pero la noche del 19 le sirvió para revisar su dispositivo y
mirar en el S-2 qué datos sobre presencia de grupos armados en
su jurisdicción habían, lo mismo que los apoyos helicoportados y
el 20 luego de que arribara a esa capital, ARDILA empezó a
verificar en qué sitio habían tropas disponibles y con qué apoyos
218
aéreos contaba para ir a MAPIRIPAN; tocante con la operación
conquista aproximó que se inició en mayo de 1995 y desde ahí el
ejército asumió el control del aeropuerto; posteriormente, es decir
el 23 de julio del 99 (fl.94 c.56) a la procuraduría en versión libre relató
que la operación conquista se inició en abril del 96 y terminó luego
de que entregara el batallón que fue el 11 de agosto del 97 y que
a raíz de la misma su batallón quedó bajo mando operacional de
la BRIM2; el 4 de agosto de 2000 (fl. 243 c.51) dicho uniformado reveló
que el 20 de julio de 1997 se reintegró temporalmente de
vacaciones, expresó que aproximadamente en el mes de abril del
97 la BRIM2 regresó a SAN JOSE DEL GUAVIARE cumpliendo
con la operación conquista y el BIPAR continuando bajo su
mando operacional como lo ordenaba el plan conquista a virtud de
la cual su esfuerzo estaba centrado en EL RETORNO, CALAMAR
Y PUERTO CONCORDIA; que dicha operación aun para agosto
del mismo año cuando entregó el BIPAR seguía vigente; en otra
ocasión –junio 2 de 2004, (fl.89 c.70 ) - certificó y en cuanto el aspecto
en referencia, lo que había dicho en las otras versiones en que lo
tocó y amplió que durante su comandancia en el BIPAR, la B7
era el comandante natural del mismo y dependía
administrativamente de ella, pero operacionalmente de la BRIM2.
Por último, o mejor, el 15 de febrero de 2005 (fl. 271 .73) rubricó otra
certificación reafirmándose en cuanto había asegurado
anteriormente y añadió que los resultados operacionales se
reportaban a la BRIM2 y a la B7 y la razón de hacerlo a ésta
también residía en que era su comandante natural, era orgánico
de ella, misma que tenia funciones administrativas y disciplinarias
respecto de él, aprovecha para anexar su folio de vida en donde
hasta junio del 97 le aparecen felicitaciones por su desempeño en
la operación conquista y adjunta de igual manera resúmenes
219
semanales de inteligencia que comenta resultados operacionales
de la citada operación hasta julio 31 de 1997 y hace lo propio con
radiogramas que se refieren a operaciones con la BRIM2. Entre
tanto el procesado OROZCO CASTRO en indagatoria tomada el
25 de marzo de 1999, aseguró que la 4 división, la 7 Brigada y la
Brim2, crearon la operación conquista 2 que entre otras funciones
contemplaba controlar todos los aeropuertos y pistas principales
de la jurisdicción del batallón; en su versión ante la procuraduría
del 3 de mayo de 2000 ( c.49), refirió que es cierto que el mando
operacional del Bipar lo tenía la Brim2 y que la relación con la
Brigada 7 era solo disciplinaria y administrativa, aclaró que se
dirigió al comandante de la B7 y no al de la Brim2, porque el
comandante de la DIV4 tenía a la BRIM2 en reentrenamiento en
el Barrancón cerca de San José del Guaviare para una gran
operación militar y los helicópteros de la brim2 estaban
estacionados en el campo de fútbol del Bipar, se preguntó que si
USCATEGUI no tenía el mando operacional por qué en el
oficio 4222 emitió ordenes operacionales y de inteligencia, que
mejor debió enviarle ese oficio a la Brim2 y ordenarle que se lo
contestara; que a pesar de que el mando operacional del Bipar lo
tenía la Brim2, también existía intercambio de información
operacional y de inteligencia con la B7, que AVILA no le dijo que
el programa radial diario lo hacía era con la Brim2. En Tunja, el
18 de junio de 1999 (c. 48) cuando le preguntaron sobre la función
del ejército en S.J. Guaviare de control del aeropuerto responde
que a nivel ejército y específicamente 4 División se había
planeado la operación conquista y alguna de las funciones del
ejército era control de aeropuertos del GUAVIARE, como de los
de San José del Guaviare, Miraflores y Calamar y apuntó
entretanto, que nunca le rindió cuentas a la BRIM2 porque tenía
220
muy claro a quién se las tenía que rendir. Por su parte JUAN
CARLOS GAMARRA POLO (fl.89 translt.4) en el juicio arguyó que
durante la operación conquista dependía el BIPAR de la BRIM2, y
terminó la dependencia cuando aquella culminó, le parece que fue
en diciembre, pero finalmente no sabe hasta cuando dependieron
porque eso se maneja es entre oficiales, entre comandantes.
Adicionalmente, el procesado USCATEGUI RAMIREZ en versión
libre el 28 de octubre de 1997 ( fls.125 y s.s. cd. 3) ante la Procuraduría
de Villavicencio, sostuvo que dada la mínima información sobre
la presencia de paramilitares en Mapiripán para realizar una
operación militar se evaluaron las prioridades y se respetó que el
Bipar carecía de medios aéreos y fluviales para transportar
hombres que enfrentaran al enemigo, que luego del consejo de
seguridad en la Gobernación del Meta del siguiente día envió
tropas a Mapiripán. Continuando con la diligencia el 29 de octubre
de 1997 ( fl. 141 cd. 3) USCATEGUI RAMIREZ expresó que él y
OROZCO se enteraron de la masacre el 20 de julio, que
OROZCO tuvo conocimiento sobre la retención de las voladoras
el 15 de julio y que aquél le comentó a quien le informó que no
podía hacer nada, y que en esa fecha le ordenó a OROZCO
analizar la información junto con la situación de los municipios a
su cargo, con la finalidad de planear y reajustar el dispositivo de
las tropas si así lo consideraba y realizar una operación de
acuerdo a un orden de prioridades atendiendo la amenaza sobre
otros municipios , que OROZCO después del 15 de julio no le
informó ninguna novedad sobre MAPIRIPÁN por lo que no se
dispuso de tropa para ese municipio por la información tan vaga y
que el batallón no tenia tropa disponible, y hasta el 21 de julio
pudo enviar tropa. En ampliación de versión libre USCATEGUI
RAMIREZ el 1º de diciembre de 1997 (cd.4) ante la Procuraduría,
221
reiteró que OROZCO el 15 de julio le informó por medio de un
oficio de esa misma fecha, sobre la presencia de paramilitares en
Mapiripán por lo que le ordenó analizar la situación y someter la
información a un proceso de inteligencia para ampliarla y estudiar
el grado de credibilidad confrontándola con otras fuentes para
evaluar el dispositivo de sus tropas y si la situación lo ameritaba
actuar y dirigir la operación militar respectiva. Adujo, que no se
volvió a enterar nada de Mapiripán después del 15 de julio, por
cuanto no habló con OROZCO, que no obstante, que la
información era precaria y no de inteligencia impartió las órdenes
e instrucciones a OROZCO tal y como figura en varios
documentos. Continuando con indagatoria el 19 de abril de 1999 (
cd. 16 hoja 5) USCATEGUI RAMIREZ manifestó que contestó el
cuestionario remitido por el Juez 11 de instrucción Penal Militar
con oficio No. 7717 de diciembre de 1997, que desconocía la
publicación de la revista Cambio 16 fechada 3 de noviembre de
ese año, a la vez que el Juez llamó 8 veces a OROZCO para
pedirle ayuda, afirmó que eso sorprendió a OROZCO en razón
que lo que ocultó la revista si lo publicó, añadió que el 14 de julio
ordenó a OROZCO proteger a Mapiripán, y a partir de esa fecha
OROZCO se sintió descubierto por las distintas omisiones y
empezó a montar una estrategia defensiva. También señaló que
para el mes de julio de 1997 la jurisdicción a su cargo era grave,
en razón que la mayoría de los municipios del departamento del
Meta registraban un alto porcentaje de violencia, destacando los 4
municipios que conformaban la zona de distensión, señaló que en
el Guaviare las localidades de Calamar y Miraflores presentaban
una situación preocupante, en Vaupés años atrás se venia
comentando de la toma de Mitu, además destacó que para una
zona tan amplia los medios y el recurso humano era limitado ante
222
la ofensiva terrorista anunciada en distintos puntos como peajes,
túneles, infraestructura petrolera, bases militares, por las
festividades del 20 de julio. Agregó, que el mando operacional por
organización depende de la B7, pero operacionalmente
desarrollaba labores militares conjuntas con la BRIM2, es decir, el
Bipar, controlaba todas las carreteras y puntos críticos y la
BRIM2. En ampliación de indagatoria el 11 de mayo de 1999 ( cd. 19
A fl.156.170 ) USCATEGUI RAMIREZ recordó que para el 25 de marzo
de 1999 OROZCO en injurada rendida ante la Fiscalia, como se lo
comentó telefónicamente a Bucaramanga, le puso de presente
que los americanos lo sabían todo, pero no lo enteró que tanto a
él como a AVILA los acusó con la finalidad de quitarse la omisión,
reiteró que siempre ha expresado lo mismo, mientras que
OROZCO no. Apuntó, que a pesar de ello, en la injurada
OROZCO le da la razón por cuanto los mismos documentos son
indicativos de tal hecho, al punto que se comentó que
frecuentemente, aún cuando se encontraba de vacaciones,
dialogó con AVILA de quien se dijo lo engañaba para enviar
tropas a CALAMAR, por cuanto no lo enteraba de la situación de
MAPIRIPAN, porque a la BRIM2 de la que dependía
operacionalmente tampoco le informaba, a pesar que residían en
la misma casa. Añadió que el Bipar estaba agregado
operacionalmente a BRIM2 desde abril de 1996 a raíz de la
operación Conquista y por lo tanto solo tenia responsabilidad
administrativa y disciplinaria y por ello dicho batallón con esa
Brigada hacían operaciones conjuntas. Citó la orden de
operaciones 20 del 14 de julio del Bipar, y la firmó OROZCO sin
consultar a la B7, en razón a la autonomía en calidad de
Comandante de Batallón y que utilizaba helicópteros de la BRIM2.
223
De otro lado, adveró que no envió el oficio 2919 a la BRIM2
porque como OROZCO se encontraba en las mismas
instalaciones con ésta y porque el Estado mayor coordinando
estimó que no era necesario enviarlo cuando tenia su origen en el
mismo San José de Guaviare, además, de contar OROZCO con
la BRIM2 que estaba dispuesta con todas las cartas y los medios,
recordó, que en el oficio No. 4222 del 14 de julio le solicitó a
OROZCO coordinar con las autoridades y garantizar la seguridad
de los pobladores de MAPIRIPAN, resaltando así que se estaba
refiriendo a la BRIM2, en razón que era la unidad rectora del
Bipar. Adujo, que el 2919 lo entregó a su estado Mayor quienes
no encontraron ningún antecedente de paramilitares en el
Guaviare. En ampliación de injurada recibida el 3 de noviembre de
1999 (cd. 48) en el Juzgado 41 Instrucción Penal Militar a
USCATEGUI RAMIREZ, manifestó que el 15 de julio a las 3:00 de
la tarde, OROZCO lo llamó y le comentó que el Juez le había
comunicado que para esa data llegó un grupo armado y que no
requería al Ejercito, por lo que dispuso que incrementara el
esfuerzo de inteligencia para mayores detalles sobre tal asunto, a
la vez que revisara su dispositivo de tropas por si llegado el caso,
era necesario utilizarlas en Mapiripán. Dijo que el 17 de julio
recibió el resin 29 del lapso comprendido entre el 10 y 17 de julio
y OROZCO no refirió lo indicado en el 2919, señalando que ni una
línea la ocupó para mencionar a los grupos de justicia privada,
que a ello se suma, que entre el 16 y 20 de julio no tuvo ninguna
comunicación con OROZCO a parte del resin 29. Agregó, que las
únicas unidades autorizadas para realizar operaciones conjuntas
en Mapiripán eran la BRIM2 y el Bipar. Posteriormente,
USCATEGUI RAMIREZ declaró el 2 de mayo de 2001 (cd.23), que
asumió la responsabilidad del Bipar en diciembre del 96 cuando le
224
BRIM2 salió para San Vicente del Caguán, misma que la retomó
cuando regresó en abril de 1997 y se lo devolvió en septiembre de
ese año, rechazó la aseveración en el sentido que el BRIM2
regresó a San José del Guaviare a entrenarse, adujo, que no
existe una disposición del Comando del Ejército ni de la División
Cuarta. Añadió, que de abril de 1997 a finales de agosto del
mismo año la BRIM2 en la jurisdicción del Bipar realizaba
operaciones, consejos de seguridad, actividades relacionadas a
nivel político, militar, económico y psicosocial, lo cual no se le
exige a una unidad en entrenamiento sino a unidad con control
absoluto de la zona. Dijo que la BRIM2 rindió mas de 200 Insitop
y ello es indicativo que no estaba entrenándose. USCATEGUI
RAMIREZ en ampliación de versión ante la Procuraduría el 2 de
mayo de 2000 (cd, 51), citó la orden de la BRIM2 del 21 de julio
suscrita por LINO en la que señaló como unidad agregada al
Bipar y ordenó operaciones en Mapiripán.
A decir verdad ese amplio caudal de jaez testimonial, en el que a
manera de paradigma AGUSTIN ARDILA URIBE, CARLOS
ARTURO BELTRAN ALDANA, JOSE LUIS CALDERON,
ALFREDO BOCANEGRA NAVIA en su condición además de
perito, HAROLD BEDOYA PIZARRO, HUGO BAHAMON
DUSSAN, FELIPE MOLANO, CESAR MICAN, JESUS RAMIREZ
MACHADO, ARBEY GARCIA NARVAEZ, GUSTAVO SANCHEZ,
CARLOS AVILA BELTRAN, refiere o denotan en otros casos que
la B7 no tenía jurisdicción en MAPIRIPAN, puesto que le habían
arrebatado el mando operacional del BIPAR para dárselo a la
BRIM2 y que por lo tanto ésta era la que tenía que responder por
esa localidad, como lo afirma de diferentes maneras y basado en
documentos mismos que ya se aludieron USCATEGUI RAMIREZ,
225
sin embargo de que este en sus primeras versiones no aludió a
ello, claro que nunca expresamente a lo contrario. Esas versiones
se contraponen a los de ALVARADO PEDROZO, WILLIAM
BEDOYA, RODRIGUEZ PORTELA, LINO SANCHEZ, MORA
RANGEL Y OSPINA OVALLE, acotando que los dos primero nada
ilustraron al respecto, los dos siguientes como se podrá observar
quienes no inspiran suficiente confianza, no obstante que fueron
bastantes prolijos, en puntos importantes fueron muy deleznables,
como lo fueron los dos últimos que se cuentan entre los mas
nítidos respecto de los intereses para declarar, mas el último
denotó inconsistencias sobre ámbitos íntimamente ligados al
fondo de la cuestión. (Subrayado fuera de texto. Pero lo hacen c
on fundamento en documentos de las ordenes de operaciones
mientras los otros lo hacen por ordenes vrbales, las cuales no se
pueden probar).
Ahora, cabe precisar que en el dosier (fl. 23 ssc. 54) aparece un
documento denominado plan de operaciones conquista de fecha
23 de abril de 1996, expedido por quien para ese entonces se
desempeñaba como comandante de la cuarta división del Ejército.
En el segmento de los antecedentes de la operación se señala el
área general de las poblaciones de Calamar y Miraflores
(Guaviare y Carurú (Vaupés) como sendos focos de cultivo de
plantaciones ilícitas y comercio de cocaína que se fue acentuando
por el abandono del Estado y la no presencia de la fuerza pública,
lo cual ha sido ventajoso para la guerrilla de las farc, no solo
porque ha explotado esas circunstancias y así materializó sus
intereses en el narcotráfico, sino que también sus acciones, como
ataques a la población, hostigamientos, en fin se fueron
incrementando. En otro aparte, o sea el que dice relación con la
226
misión, se indica que la mencionada División con el control
operacional de la policía nacional y los organismos de seguridad
del estado en fecha y hora que no se especifican, adelanta
operaciones de control y ofensivas contra los grupos
narcosubversivos que delinquen en la región de El Retorno,
Calamar, Miraflores y Carurú para destruir el accionar de esos
grupos e impedir su financiamiento. Otro aspecto que encuadra
dicho plan es el de la ejecución y dentro de éste, el de concepto
de la operación y se asegura que ésta consiste en desarrollar
operaciones conjuntas y coordinadas en el área general del
departamento de Guaviare y Vaupés con la brigada móvil 2 mas
el mando operacional del batallón de infantería joaquín parís y
demás componentes de las fuerzas militares y control
operacional de la policía nacional del área, todo ello en aras de
controlar los insumos, destruir los laboratorios de procesamiento
de cocaína y cultivos ilícitos y combatir las cuadrillas 1,17 y 44,
compañías móviles juan josé rondón y miguel suarez piragua del
cartel de las farc; se designaron 3 áreas generales; la 1ª: San
José del Guaviare, el Retorno y Calamar; la 2ª: Miraflores,
Barranquillita y El Dorado; la 3ª: Carurú, Caño Bacatí y Arará. A la
brigada 7 se le ordenó colocar bajo mando operacional de la
brigada móvil 2 el batallón Joaquín parís ubicado en San José del
Guaviare e igualmente que instalara inicialmente su puesto de
mando adelantado en La Uribe –Meta; a la brigada móvil 2 se le
pidió asumir el mando operacional del batallón ya mencionado,
como también que a orden se preparara para entregar
responsabilidades de la operación a la brigada 7 y que instalara
inicialmente su puesto de mando adelantado en Miraflores –
Guaviare. Se dispuso que las unidades del batallón en comento
debían emplearse con prioridad en el control de vías, ríos, puntos
227
críticos, control de insumos y precursores químicos y las de
contraguerrilla en su totalidad en el desarrollo de operaciones
ofensivas contra los grupos de narcosubversivos. Otra
determinación se toma para ser ejecutada, luego de que una
futura determinación se adoptara, cual era la de la declaratoria de
zona especial de orden público de los departamentos de Guaviare
y Vaupés.
4.- A juicio del Despacho debía ser anterior en el tiempo, sin
embargo es del 24 de abril de 1996 el plan de operaciones 15936
Guaviare – Vaupés del comando general de las fuerzas militares
(carpeta verde) que dispone que dichas fuerzas con el control
operacional de la policía nacional y organismos de seguridad del
Estado a partir de ese momento, desarrollarán operaciones
conjuntas ofensivas contra los grupos de narcosubversión que
delinquen en la región de Miraflores, el Retorno, Calamar y Carurú
para neutralizar su accionar e impedir su financiamiento y destruir
sus centros de procesamiento y comercialización de la droga en
esa región; se recalca que aparece como antecedente la
información sobre la situación en los departamentos cuyos
nombres le dieron titulo a dicha operación y especialmente en las
dos poblaciones enunciadas en el primero y último lugar. En
concepto de la operación se dice que es el desarrollo de
operaciones conjuntas en el área general de esos dos
departamentos por parte del ejército con el mando operacional
sobre los demás componentes de las fuerzas militares y control
operacional de la policía nacional uno de los objetivos es
contribuir a la realización del programa Plante. En la misma
calenda y basado en el anterior y en el plan de campaña meteoro,
el comando del ejército produjo el plan de operaciones 05/96 y no
228
se refiere como enemigo solo a las farc, sino también al Eln e
incluye como territorios plagados de cultivos ilícitos a El Dorado y
Puerto Nare y la parte intermedia de las quebradas Miraflores y
Guaracú; entre otras agregaciones que le figuran allí a la cuarta
división está la de la brigada móvil 2 (Brim2) la misión que se
estructura allí es la misma del documento que precede solo que la
coloca en cabeza de la cuarta división con el susodicho control
sobre la policía. La operación se llevará a cabo de manera
conjunta y coordinada en el área general de Guaviare y Vaupés,
es lo que se extracta del citado plan que desde luego contempla
otras cuestiones como la continuación del mando operacional
sobre la brim2.
5.- Luego, mediante decreto 0871 del 13 de mayo de 1996 (fl. 36 c.54)
el presidente de la República delimitó como zona especial de
orden público el área geográfica de la jurisdicción de todos los
municipios que pertenecen a los departamentos de Guaviare,
Vaupés, Meta, Vichada y Caquetá. Con apego a ese acto
administrativo y posteriormente, es decir, el día 16 de tales
cursantes, el ministro de defensa nacional emitió la resolución
6534, se ve que es posterior al plan de operaciones conquista y
por ello no puede ser el fundamento de éste que es lo que
atestiguó OSPINA OVALLE, mediante dicha resolución atribuyó al
comandante de la cuarta división del ejército nacional, el control
operacional sobre las unidades de la policía nacional y de los
organismos de seguridad del Estado que se encontraban
actuando en la jurisdicción de los Departamentos antes
mencionados, ello con el fin de que realizara operaciones
conjuntas y contrarrestara el accionar delincuencial de los grupos
subversivos y organizaciones criminales y terroristas; contempla
229
este documento igualmente, la acotación de que la atribución del
control operacional no incluye responsabilidad sobre aspectos de
administración, disciplina, organización interna y entrenamiento, ni
autoridad directiva excepto, cuando los comandos subordinados
soliciten esa clase de apoyo. Advierte finalmente el
correspondiente Ministro en tal proferimiento, que para ejercer el
manido control debe tenerse en cuenta lo dispuesto en el manual
de acción unificada y operaciones conjuntas para las fuerzas
militares 3-26, restringido, primera parte, capítulo ll numeral 4,
mismo que define ese mecanismo como la atribución que se da a
determinados comandos de la fuerzas militares para ordenarle a
la fuerza pública puesta bajo su control cambios en su
organización para el combate, asignación de misiones y objetivos
tácticos, ejecución de desplazamientos en el área de actividades
y modificaciones en su dispositivo y variaciones relativas a su
ubicación en la zona (pag.9 ).
6.- El 27 de agosto de 1996 el comandante general de las fuerzas
militares expidió el complemento operación Guaviare Vaupés,
tomando como referencia o basado en el decreto presidencial y la
resolución ministerial traídos a colación, contemplando en el
acápite de misión, que en ratificación a la orden verbal de ese
mismo comandante sus fuerzas continúan con la ejecución de
operaciones conjuntas ofensivas de contraguerrillas en Caquetá y
Putumayo para contrarrestar el accionar de los grupos bandoleros
que delinquen en esas regiones del país e impedir el
procesamiento de drogas, entre otros fines. Por su parte el
Comando del Ejército el 28 de agosto de 1996, expidió la orden
fragmentaria 34 tomando como referencia las anteriores, para que
a partir de ese momento y como complemento a la operación
230
conquista el ejército nacional mediante la cuarta división y otras
unidades que durante la ejecución se requiera comprometer con
el control operacional de la Policía Nacional, intensificara
operaciones conjuntas y coordinadas contra las cuadrillas del
cartel de las farc y demás carteles con el fin de neutralizar y/o
destruir la cadena de comercialización de la droga. Se advierte
que no se modificarán las órdenes emitidas en la orden de
operaciones 05/96 como también se previene a cerca de la no
variación respecto del plan conquista de la cuarta división del
puesto de mando adelantado de la Brim2. En dicha ocasión no se
aludió a territorio, sitio o localidades.
7.- Hasta ahí, se tiene que se organizó por parte de la cuarta
división del ejército con sede en Villavicencio una inmensa
operación a la cual le colocó el nombre de conquista; que ello fue
el 24 de abril de 1996; que no tiene fecha de inicio ni de
culminación y así lo enfatizan OSPINA OVALLE, ARDILA URIBE,
MORA RANGEL Y BEDOYA PIZARRO aunque también indica en
diferente ocasión el primero, sin explicar el por qué de turgente
contradicción, que la misma finalizó en agosto del 97 a raíz de la
operación destructor como también adujo que a virtud de ésta el
BIPAR revirtió a su mando natural, o sea la B7, mas igualmente
en otra oportunidad adujo que se mantuvo hasta diciembre del 96
cuando inició la operación libertad (fl. 83 c.56); que se ejecutaría, no
en determinadas localidades o poblaciones, sino en el área
general de los departamentos de Guaviare y Vaupés; que se
enderezaba a destruir todo foco de narcotráfico de las farc, desde
el cultivo de la planta de coca y combatir los frentes y compañías
móviles, seguramente que operan en el respectivo territorio; que
se le impuso a la brigada 7 (B7) colocar al batallón joaquín parís
231
(Bipar) cuya sede era San José del Guaviare bajo mando
operacional de la brigada móvil 2 (Brim2) y a ésta, que dicho sea
de paso fue a la que le correspondió adelantar la operación
directamente y por ello se le dio control operacional sobre la
policía, incluso sobre otros componentes de las fuerzas militares,
asumir dicho mando y a ambas asumir y entregar
respectivamente, a orden y mientras tanto debe prepararse para
ello la primera, la responsabilidad de la operación.
8.- También, se extrae que al parecer ese fue el precedente para
que el comando de las fuerzas militares expidiera la operación
Guaviare – Vaupés que a su vez sirvió de referencia para que el
comando del ejército emitiera la orden de operaciones 06/96,
mediante la cual agregó a la cuarta división, la Brim2; y, a su vez
que el presidente de la República declarara zona especial de
orden público no solo el área geográfica de la jurisdicción de esos
dos departamentos, sino también las de Meta, Vichada y Caquetá,
pues el primer mandatario obró en consecuencia de la petición
que le dirigió el comandante de la cuarta división e igualmente,
que el ministro de defensa le atribuyó a ese comandante el control
operacional sobre los organismos de seguridad del estado que
actúen en la jurisdicción de esos departamentos como el de la
policía nacional para realizar operaciones conjuntas y
contrarrestar el accionar criminal de los grupos subversivos y
organizaciones criminales y terroristas.
9.- Como se observa y contrario a lo que pudiese pensarse y
seguramente a la lógica, cronológicamente está primero el plan de
operaciones conquista de la cuarta división y luego la delimitación
como zona especial de orden público por parte del presidente de
232
la República y que ello abarcó 3 departamentos mas que no
incluyó la operación conquista escrita, entre ellos Meta y mas
exactamente el área geográfica de la jurisdicción de todos los
municipios pertenecientes a los 5 Departamentos involucrados y
así quedó el comandante de la cuarta división con mando sobre la
Policía y organismos de seguridad emplazados en todos esos
territorios.
10.- Sucede que si se atiende a la letra del plan conquista, la
consabida operación se realizaría en la totalidad del territorio de
los departamentos de Guaviare y Vaupés, aunque inicialmente, o
sea en el aparte de misión, también dice que solo se adelantaría
en 3 localidades del primero y en 1 del segundo. También a virtud
de la misma imperioso se sugería que ella se materializara sobre
ríos, vías y puntos críticos, de suerte que si del primer predicado
no se desprende sí del segundo, que las poblaciones anejas a
uno y otro departamento, por ese solo hecho, ya por ser
ribereñas, sin interesar a qué costado o margen del río se
encuentren, ora por constituir punto crítico, en fin, podrían en la
práctica ser barcadas por la operación y ese razonamiento
encuentra apoyó no solo en lo que manifestó el TOGADO de
Mapiripán en declaración que aunque reservada con la clave 2 (fl.
14 c. 1) luego en otra posterior (fl. 175 c.2), reconoció, de que las brigadas
móviles en MAPIRIPAN duraban pocos meses, se aburrían y se
iban porque la guerrilla nunca los atacó; sino también se apoya en
mas prueba testifical, pues HAROLD BEDOYA PIZARRO indicó
que al ejercerse el control sobre el río Guaviare, se tienen que
controlar los puertos, entre ellos MAPIRIPAN, PUERTO
CONCORDIA, en fin que quedan sobre el mismo, por que no
es el río el que se controla, sino los puertos y resulta y
233
consecuentemente y le resta aserción a OSPINA OVALLE cuando
dice que la operación solo cubrió lo que indica el respectivo plan y
le esquilma aún mas cuando explica como todo un pedagogo que
OSPINA lo que va a significar con dicha manifestación es que su
brigada hacía operaciones de combate, que no se aferraba a
puntos fijos porque eso le correspondía al BIPAR de acuerdo a lo
que mandaba el plan conquista; apunta el Despacho que
MAPIRIPAN atendía precisamente a eso, valga decir, se levanta a
una margen del río GUAVIARE medianamente cerca de la capital
de ese departamento; pero al mismo tiempo no es disonante
cogitar en que, si no era para ensanchar la operación a otros
territorios diferentes a los de los 2 departamentos señalados, para
qué entonces el mismo comandante de la DIV, quien según se lee
en el artículo 3 de la disposición del comando el ejército 0008 del
21 – o 01 - de junio el 96 (fl. 239c.52), estaba facultado como sus pares
para delimitar las jurisdicciones de sus unidades operativas
menores, o sea, brigadas y así sucesivamente sean orgánicas o
agregadas (fl. 242 c.52) y con apego a ello, es que hablando de las
disposiciones y de los planes u ordenes de operaciones BEDOYA
PIZARRRO declaró “…dijeramos en una División qué es lo que hacen los
comandos de Fuerza . o el comando general a las Fuerzas también lo hacen, se
asignan unas jurisdicciones, otro es la parte operacional, cuando ya se entra en
operaciones militares aparece esto, el Manual de Acción Unificada y Operaciones
Conjuntas en donde se le asigna, inclusive a los comandantes que a sus Unidades
con mando operacional les asignen jurisdicción territorial … eso no quiere decir que
esté contradiciendo las disposiciones en absoluto, uno podría decir las disposiciones
son estáticas, las operaciones son móviles … (fl. 393 c. trltrs 3), por ello es que
entiende el Despacho que teniendo una unidad como en este
caso operativa mayor a agregada a otra operativa menor, bien al
darle el mando operacional sobre otra u otras unidades, le estaba
asignando un territorio o jurisdicción o área para que respondiese
por el o ella, porque la verdad suena absurdo que una unidad no
234
responda por los territorios que tiene a su alrededor, cuando de la
que se está hablando tenia suficiente recurso para esto y si la
tenga que hacer otra que se encuentra a cientos de kilómetros de
distancia y carece de ese suficiente recurso humano de
transporte, en fin, y no solo eso se desprende y hasta lo alcanza a
hacer ver así dicho declarante, sino también lo dicen ARDILA
URIBE, BAHAMON DUSSAN y el perito BOCANEGRA NAVIA y
esa lectura, que no la única porque el sentido y la redacción le
parece al Despacho no muy clara, sería la que se le diese al dicho
de MORA RANGEL (fl. 234 c.52) de que a las móviles no se les
asignaron jurisdicciones específicas, declarante que se basó en
documentos como propiamente lo dice para responder los
cuestionamientos y por eso es que no explica ni en lo mas mínimo
se sumerge en el interrogante adecuado de si en la práctica se
hacía de principio a fin lo que decía el plan conquista, no obstante
las posibilidades que el Despacho presenta. Este declarante, para
la fecha de los hechos no fungía de una forma que le permitiera
tener una percepción directa sobre lo que luego declaró, en tanto
que se lo recuerda, según la actuación, como comandante de la
DIV5 con asiento en la capital del país y de todo el componente
ejército que había en el GUAVIARE solo le correspondía la
escuela de fuerzas especiales que para nada se vinculó a la
plurimencionada operación, y por aquella fecha o cercana,
tampoco estuvo desempeñándose como comandante de alguna
unidad de la zona de autos y tampoco que estando aquí en
BOGOTA, tuviera relación y mando con toda la guarnición de esa
extensa parte oriental del territorio patrio; de manera que no es
portador suficiente de conocimiento, se basa solo en documentos
y en la lectura que él les da y no repara en todas las
modificaciones que puede presentar una empresa al trasuntarla
235
del papel a la realidad; súmese a ello que para decir con firmeza
dicho uniformado como OSPINA OVALLE (fl. 82 c.56) cuál era la
jurisdicción de la B7, se basa en la disposición 001 del 96 de la
DIV4, como así lo indica y no se le dedica como no lo hace
tampoco el otro ya citado, así fuese poco a las disposiciones de
la B7 modificatorias de la que asignaba jurisdicción a sus
unidades tácticas y de contraguerrillas en las que se ve que luego
de enunciar la jurisdicción del BIPAR, lo coloca bajo mando
operacional de la BRIM2 y son a las que también aluden el
procesado USCATEGUI RAMIREZ y su defensa. En la
certificación jurada de la fuente testifical en comento, se
contempla que a las brigadas móviles no se les asignaron
jurisdicciones específicas y el único fundamento que indica es que
fueron creadas para desarrollar operaciones y con ello estaría de
acuerdo con lo que subrayó BRAVO SILVA, en cualquier parte del
territorio nacional, pero no remite a ningún respaldo documental
autorizado y además una cuestión es jurisdicción especifica y se
puede comparar con genérica y otra muy diferente es jurisdicción
permanente o tradicional que podría por el contrario diferenciarse
de la momentánea o temporal, así que MORA RANGEL cuanto
está diciendo allí, podría leérsele, es que sí había asignación para
esas brigadas, pero que la misma no era especifica y no que no
se les pudiese asignar, por tal razón el fundamento que da en
sentir del Despacho no guarda consonancia con la conclusión o
afirmación, véase aparte de cuanto acaba de superarse que en la
disposición 002 de 1991 del comandante del ejército, por la cual
se crea la BRIM2 (fl. 250 c.52), no dice que estén exentas de
jurisdicción y de su tenor literal tampoco se desprende ese aserto,
además, se le confió algo muy importante y que va de la mano
con la misión que tienen las fuerzas militares constitucionalmente
236
y es restablecer el orden público cuando sea alterado en su área
de operaciones o, según la que creó la BRIM3 (fl. 253 c. 52) , en
cualquier parte del territorio nacional. Continuando con la
auscultación de esta declaración en conjunto con la de OSPINA
OVALLE y en torno al precisó ámbito de territorios de
materialización de la operación conquista (fl. 247 c.52), se colocó que
la estructura del mando, en sentir de ellos, se vio afectada en la
zona en que se desarrolló porque al comandante de la DIV se le
otorgó control operacional sobre las unidades de policía nacional
y de los organismos de seguridad del Estado que actuaban en
jurisdicción de los departamentos de META, GUAVIARE,
VAUPES, VICHADA Y CAQUETA y porque dicho comandante le
dio el mando operacional sobre el BIPAR a la BRIM2,
naturalmente que por lo que ya se apuntó ello no es un axioma,
es fruto el raciocinio de los declarantes, pero con todo, no es
lógico que si están diciendo que la operación solo cobijaba ciertas
localidades emplazadas en GUAVIARE Y VAUPES, a la vez digan
que la configuración del mando se vio alterada en la zona en
donde de desarrolló por la facultad que enuncian se le dio al
comandante de la DIV4 sobre organismos del estado en varios
departamentos que enuncian entre ellos META, puesto que para
qué esas atribuciones por ejemplo en el META si allí no se estaba
realizando la operación, por lo que mas sensato sería concebir
ese departamento, mismo que fue estimado por el comandante de
esa división como zona especial de orden público y así lo pidió y
así consiguió que se declarara.
Así se venia haciendo la pregunta el Despacho si no era para
ensanchar la operación conquista, por qué en el respectivo plan
de operaciones conquista solicitó la delimitación de 2
237
departamentos y luego ya en la petición que le mandó al
Presidente, como éste en su decreto lo indica, relacionó el META
pretensión que le pareció coherente seguramente al primer
Magistrado de la nación de entonces y ello lo llevó a acceder de
conformidad. En torno al cuestionamiento, puede luego plantearse
que eso lo hizo ese mismo Comandante previendo en que en
determinado momento fuese menester operar con toda esa
indumentaria de guerra en territorios diferentes y entonces se iba
a encontrar maniatado, principalmente, porque no podía desplazar
a otras autoridades para ordenar militarmente, por eso mismo es
que no se ve que tal Comandante hubiese expedido otro plan de
operaciones, de todas maneras como ese pueden extraerse otros
planteamientos, igual de sentido contrario.
11.- Además se nota, que si bien ese plan no contempla que le
sea aplicado al Departamento del Meta y mucho menos en su
integridad a esa sección del territorio nacional, también se
contrajo el respectivo decreto presidencial y la resolución del
ministerio de defensa, emitidos días después de aquel,
precisamente a petición del comandante que concibió para su
división esa operación y ordenó ejecutarla, no olvidando que
huérfano se ve el proceso de documentos operacionales emitidos
luego de la delimitación presidencial como zona especial de orden
público, respecto del departamento del meta, pues existe la orden
fragmentaria 34 del 28 de agosto de 1996 del comando del
ejército como complemento del plan de operaciones 05/96 de esa
misma fuerza operación conquista, para la cual se tuvo en cuenta
los actos presidencial y ministerial, entre otros y en vista de que
en ella no se alude a territorio en particular para que se
desarrollaran las operaciones de intensificación contra las
238
cuadrillas de las farc y demás cárteles respecto de la cadena de
comercialización de la droga y se la asigna a la cuarta división sin
restarle los poderes sobre la policía y otras fuerzas deferidos en
su anterior orden, podría bien asumirse que abarcaría otro u otros
departamentos o al menos localidades ajenas a Guaviare y
Vaupés, mas cuando en la orden que se analiza se hace énfasis
en la cadena de narcotráfico que empieza en el cultivo y tiene
gran relevancia a la altura del procesamiento en lo cual Mapiripán
y La Cooperativa, poblaciones del META muy contiguas tenían
relevancia y así lo señaló frente a la primera el 23 de julio de
1997 el comandante del ejército, quien adujo además, que allí
operaba el 44 frente de las farc y para entonces no tenía
conocimiento de los autores de los hechos por los que se
procede. (fl. 86 c. 49).
12.- Es por ello, que para el Despacho ese documento en donde
fue confeccionado el plan conquista, no garantiza que en la
practica se cumpliera solo en GUAVIARE Y VAUPES y con
mayor razón se dice al saberse que su signatario pidió al
presidente la declaratoria de zona especial de orden público para
otros departamentos incluso META; al menos da para mencionar
como inferencia, claro y ubicándonos aún antes del decreto
presidencial y la resolución ministerial, que las poblaciones, sobre
todo apostadas en las márgenes del rió del nombre aquel,
cercanas al departamento denominado de la misma manera
participaban de la manida operación, -por eso será que el juez de
Mapiripán dice, como ya se acotó, que las brigadas móviles iban
allí y como la guerrilla no las atacaba se iban- precisamente
porque al enderezarse a combatir la producción y el tráfico de
drogas por parte de la subversión lo mismo que a ésta, sería
absurdo que en poblaciones supremamente aledañas a esas
239
divisiones territoriales y que en la rutina diaria y por diversos
aspectos tenían mucho mas que ver con el departamento aledaño
que con aquel al cual pertenecían y del cual territorialmente se
encontraban supremamente distanciadas y por ahí derecho de ser
cobijadas por los ámbitos cultural, religioso, en fin de su
departamento, amen de que comportaban las circunstancias
anejas a ese plan como ser foco de producción y trafico de
narcóticos y de guerrilla, no se hiciera extensivo el operativo a las
mismas, mas aún cuando el gobierno central -presidente y
ministro de defensa- sí lo hicieron días después a la emisión de la
manida orden de operaciones, pues incluyeron entre otros el
departamento del META, a propósito se recuerda, de la solicitud
del autor del mismo plan conquista inmersa en éste, por ello
entonces, es que AGUSTIN ARDILA dice como comandante de la
DIV4 que fue para cuando eso, que luego la operación se amplió
al META, departamento que inicialmente no estuvo incluido, lo
que no concuerda con OSPINA OVALLE, pues siempre limitó su
dicho a las localidades que aparecen en el plan conquista, sin las
medianas y mucho menos profusas explicaciones, las que sí dio
BEDOYA PIZARRO de que eso se relaciona con operación de
combate, mientras el aferrarse a puntos fijos estaba en el BIPAR.
13.- Es de acometer lo referente a los radiogramas (c. 54 A) que
obran en la actuación y que casualmente resultan coherentes con
lo dicho por ARDILA URIBE Y BEDOYA PIZARRRO incluso por
MORA RANGEL Y OSPINA OVALLE no solo sobre la vigencia de
la tan mencionada maniobra, sino también en cuanto a que se
hizo extensiva al META, -se saca de esta última conclusión a los 2
últimos y referente a la a lo imperecedera de dicha operación a
OSPINA porque a dicho al respecto que si y otras veces que no y
240
subrayó siempre que estuvo hasta el 16 de mayo del 97, o sea
para la fecha de los hechos no estaba-, toda vez que por ejemplo
se dice en referencia que en el 0991 del BIPAR A B7 datado 30
de diciembre del 97 se hace mención a una operación en
cumplimiento del plan conquista en donde se decomisó coca, lo
propio se hace en el 1002 del 15 de ese mes y año, respecto de
una operación entre PUERTO CONCORDIA Y VILLAVICENCIO,
otro tanto acontece con el 1014 que refiere al respecto una
operación entre GRANADA Y PUERTO CONCORDIA, lo propio
se observa en el 3891 del 28 de octubre del mismo calendario en
cuanto a otra maniobra en PUERTO CONCORDIA a la
operación conquista. En el 23 A reposan el 0657 fechado 21 de
febrero del 97 de la DIV dirigido a la BRIM2 mas otro con número
ilegible del 5 de marzo subsiguiente, al igual que el 0933 del 2 de
marzo del mismo año suscrito por RODRIGUEZ PORTELA como
comandante de la BRIM2 y el 1042 y 2738 del 6 de marzo 18 de
junio firmado por el comandante encargado de la misma brigada
SANCHEZ PRADO, documentos que entre otros mencionan
maniobras para esas calendas en cumplimiento de la operación
conquista, incluso se dice que unas de ellas en cumplimiento de
operación destructor continuación de operación conquista, limites
CAQUETA-META-GUAVIARE (radiograma 1042, marzo,6/97
firmado por LINO SANCHEZ encargado de la BRIM2, fl. 318 ss
c.57 A) así mismo, obran pares de aquellos de junio del año en
cuestión del comandante de la BRIM2 sobre consumo de
combustible de aeronaves que operan en jurisdicción de esa
brigada (fl35 ss c. 57 A).
14.- Hay pues, también, documentación y de jaez oficial y algo
muy importante, no ha sido redarguida de falsa, dígase de la
241
DIV4, BIPAR y BRIM2 en el sentido de que la multicitada
operación, contrario a lo que en no todos los pasajes al respecto
se ha expuesto, sí se encontraba vigente en 1997 y no solo en los
primeros meses de este año, sino que también en los medios y
como que en los finales igualmente, señalan que en el
departamento del META hubo maniobras a virtud de la tal
operación. Conforme a lo concluido del plan de operaciones
conquista en punto del escenario en donde se materializó y los
precedentes documentos que reflejan que la maniobra en
cuestión aún se mantenía en 1997 y de otro lado refieren que
hubo localidades del META en donde se operó a virtud de ella,
cómo darle credibilidad a las menciones de RODRIGUEZ
PORTELA Y SANCHEZ PRADO en el sentido de que cuando allí
se menciona la operación conquista, ello no consultaba la
realidad, porque los documentos se hacían mecánicamente por
los suboficiales y les quedó grabado el estar indicando que se
reportaban resultados de operaciones llevadas a cabo dentro de
la multicitada y mayor maniobra, pero a la vez aparecen firmados
unas veces por aquel otras por éste, diferente fuera que existiese
solo un documento con tal contenido y eso con razón llevaría a
pensar que si una persona lo hizo así, obedeció a un inevitable
lapsus y si otra lo firmó, se debió a la premura del tiempo que no
lo llevó a revisarlo o a revisarlo detenidamente; total, el
documento pasó así con esas falencias sustanciales.
15.- Así, ciertamente, no es la cuestión. Fue gran variedad de
documentos que se elaboraron con las señas que esos dos
exmilitares se concentran en desconocer y cabe decir que se
ignora por qué punto tan palmario a raíz de tal documentación, lo
quieren desaparecer con esa simpleza dialéctica. No es posible
242
atender a sus dichos tampoco de que la BRIM2 en su totalidad ni
en su mayoría, en tales calendas se encontraba en
reentrenamiento, si los mismos documentos la muestran en un
evidente y prolongado rol operativo.
16.- Hágase propicia la ocasión para indicar, no obstante que
algún pasaje de estas consideraciones ya contempla cierta
anticipación, porque la Defensa de OROZCO CASTRO -incluso la
parte civil en otros términos- lo ha propuesto con sus alegaciones
que para el Despacho RODRIGUEZ PORTELA como SANCHEZ
PRADO, en cuanto respecta al tópico en discusión, no colman las
expectativas de imparcialidad, en cuanto al primero no solo
porque forzadamente en la audiencia hubiese reconocido que
ante la procuraduría, no declaró al respecto con la pulcritud
esperada al decir que la BRIM2 o sea su brigada, comandaba el
BIPAR tras autorización de la B7 y por eso se vio movido a
rectificar y consecuentemente a decir que lo hacía sin ninguna
clase de visto bueno y se puso de ejemplo una operación en
CALAMAR en junio del 97 –esto ya fue relacionado en este
sentenciamiento- y eso se ajusta a lo declarado por OSPINA
OVALLE (fl.83 c. 56), de que el BIPAR con la B7 tenía la relación
normal de un batallón orgánico de la brigada en lo referente a los
apoyos logísticos y administrativos y que en la parte disciplinaria y
organización del personal para el combate la relación de mando
con la B7 era de información, de donde emerge que era necesaria
la rectificación del citado ex uniformado, pues carecía de
elemento con el cual pudiese sujetar la anterior, mas cuando
OSPINA está diciendo que la operación conquista se mantuvo
hasta agosto del 97 y aún porque dice el testigo que el plan
conquista no estableció ningún tipo de relación en cuanto a
243
coordinación de operaciones, entre otros ámbitos, entre la BRIM2
y la B7 y ello conduce a entender que aquella actuaba con el
BIPAR sin contar para nada con la B7.
17.- Dígase aparte de lo anterior sobre RODRIGUEZ PORTELA
como igual ya se acotó, que si bien no existe para este Despacho
asomo de responsabilidad suya, por activa ora por pasiva en los
hechos -así se diga que no quiso interceptar a los paramilitares,
sino que estructuró una operación –araña- para hacerlo con la
guerrilla que iba a confrontar a aquellos luego de que hicieron la
masacre- lo cual se remarca en grado sumo, sí al ser él el
comandante encargado primero de la BRIM2, unidad apostada en
su gran porcentaje en el sector por donde deambuló el grupo
paramilitar que habiendo aterrizado en la capital del GUAVIARE
irrumpió luego en MAPIRIPAN para de consuno con otros 2
venidos de la misma y otra región ejecutar la masacre, misma en
la que hasta ahora su reemplazante SANCHEZ PRADO, como
bien lo dicen los fallos de de las instancias, incluso de casación,
participó en los hechos y como quedó con la claridad meridiana
visto, para lo cual se exhibió esa importante rectificación, podría
RODRIGUEZ PORTELA estimar en algún momento que
eventualmente sería ser alcanzado por la investigación y por eso
en lo mas mínimo acepta que su brigada mandaba sobre el
BIPAR, excepto en la forma ya indicada. No hay que perder de
vista que este ex uniformado al hablar de la operación conquista,
tajantemente primero sugiere su culminación en 1996, pero tras
puestos de presente documentos y lanzársele interrogantes,
aduce que estaba era suspendida, en fin.
244
18.- Tocante con SANCHEZ PRADO, aparte de lo ya
rememorado, cuanto hay que indicar es que no siempre se ha
referido sobre el tópico tal, en el mismo sentido, pues ha dicho
que la BRIM2 regresó al GUAVIARE por orden verbal de ARDILA
A OSPINA y que entre marzo y mayo del 97 en CALAMAR, EL
RETORNO, MIRAFLORES, LA CARPA, LA LIBERTAD Y EL
CAPRICHO, desarrolló esa brigada parte de la operación
conquista y luego cuando su situación se empezó a complicar
cambió esas manifestaciones para fijar otras contrarias a las que
le añadió que su brigada solo realizaba reentrenamiento, glosa
que no se difumina porque al unisono el sargento NESTOR
ALVARADO PEDROZO como el mayor WILLIAM BEDOYA de la
misma Móvil, hubiesen expresado que su actividad era el
reentrenamiento, no obstante que aquel dijo que había que
continuar con conquista pero por el reentrenamiento no; pues si
se repasa la síntesis de las versiones al respecto se verá la
inadmisibilidad de ese aserto en tanto que por muchas razones,
entre ellas la falta del suficiente espacio, la necesidad de
adelantar operaciones en un país con tantos problemas de orden
público, la seguridad de las propias tropas, una brigada no puede
estar solo en reentrenamiento. Hay además no dejar que se
disipe que en la semana de arribo a la capital del GUAVIARE,
tránsito por El Barrancón y llegada a MAPIRIPAN de los
paramilitares a cometer los conocidos crímenes, se desempeñaba
como comandante encargado de la BRIM2 el mencionado LINO
SANCHEZ y es el mismo que días antes al coronel de la policía
antinarcóticos CARLOS ARTURO BELTRAN ALDANA le pidió
aprovechar la operación zafiro que se iría a llevar a cabo por esa
región para llevar paramilitares en aras de darle una lección a la
guerrilla y se negó a apoyarlo en dicha operación aduciendo que
245
su brigada se encontraba comprometida en una operación, con
todo ello, se repite queda derrumbada su aseveración relativa al
reentrenamiento, a la no vigencia de la operación conquista, y
además su imparcialidad y obvio su pulcritud moral.
19.- El mismo Letrado convencido todavía de que la
responsabilidad de su pupilo OROZCO CASTRO depende del
tema territorio o jurisdicción o mando operacional y por ello hace
abstracción del incumplimiento por parte de éste de sus deberes y
del dolo con el que actuó y se dice esto porque era
verdaderamente consciente que su inactividad desembocaría en
la lesión de los bienes jurídicos protegidos con los tipos penales
relacionados en este proferimiento. Por eso es que además se
afianza en su afán de hacer ver que la B7 operacionalmente
mandaba en el BIPAR en que AVILA BELTRAN primigeniamente
le dijese a la procuraduría que cuando se enteró de cuanto
pasaba en MAPIRIPAN, mientras realizaba otras cuestiones
esperó que amaneciera para solicitar los apoyos al mando
superior que en dicho caso era la B7 y la DIV4 y sí, le llegaría a
asistir razón sin asomo de duda al Togado si hubiese tenido en
cuenta que institucionalizada está la bifurcación del mando en
operacional y administrativo y que a virtud de cada cual existen
apoyos y así cuando se habla de apoyos no solo es de índole
operacional, sino administrativos también, baste para ello con
repasar el Manual FFMM 3-26 2ª edición 1987, pag. 87 que habla
del apoyo administrativo sin que quede por fuera lo ya apuntalado
en otros acápites sobre apoyos logísticos, de inteligencia, en fin;
de suerte que si es posible que la B7 no tuviese el mando
operacional del BIPAR, puede ser que tuviera el administrativo y
por tenerlo, pues alguna clase de apoyo detentaría para ese
246
batallón y así es explicable cuando adujo AVILA BELTRAN
refiriéndose a apoyos y vinculándolos con la B7, véase que en
dicha versión pronunció apoyos pero relacionados con transporte
y especialmente de índole aéreo; de diferente clase de apoyos
también da cuenta OSPINA OVALLE (fl 83 c.56 R/3).
20.- Se yergue en la actuación así mismo, (fl. 197 c. 56) la orden de
operaciones 10 Destructor del comando de la DIV4 emitida en
agosto del 97 para ser ejecutada a partir del día “D” contra el
secretariado de las farc y otros cabecillas, se toma como
referencia de la misma la orden de operaciones conquista, entre
otros documentos que refieren al META y al CAQUETA, se le dan
misiones a las unidades subordinadas de dicha división, verbi
gratia; a la BRIM2 que instale el puesto de mando en LA
MACARENA, aparte de diferentes cuestiones; a la B7 que asuma
la responsabilidad de las áreas de MIRAFLORES Y MAPIRIPAN.
Al respecto, hay que evocar que su autor, es decir ARDILA
URIBE, depuso siempre en la misma dirección sobre los aspectos
que trató y ya han venido siendo repasados y analizados y sobre
uno de ellos ya se le hicieron unas acotaciones y no hay motivo
para aparejarle alguna sustentada en una contradicción cuando
ha hablado de la jurisdicción de la B7, pues en todas ha dicho con
la ciencia y la razón esperadas de un testimonio que para la fecha
de los acontecimientos MAPIRIPAN no pertenecía a dicha
brigada. Aseguró entonces y además el mencionado, que si así
decía respecto de esas dos poblaciones, es porque la B7 antes no
las tenía bajo su resposabilidad, sino que eran de la BRIM2 y esa
misma lectura, que no es la misma que le da LINO SANCHEZ,
pero sí se la dan al documento en cuestión BEDOYA PIZARRO y
el perito BOCANEGRA NAVIA, quien dicho sea de paso, se lo ve
247
siendo objeto de los embates de ese sujeto procesal, que no el
meramente, y de descalificaciones a su dicho con el baladí
argumento de que siendo el coronel y el procesado en audiencia
general, le debía como temor reverencial a éste y por eso no es
imparcial, consideración que no acepta el Despacho por atender
precisamente a esa estereotipia y porque nada de peso se le
apareja a la misma, antes por el contrario se le percibe ese matiz
detectado en otras intervenciones de dicho sujeto procesal como
de su prohijado, valga decir, el del apropiamiento por parte de
USCATEGUI de la autodeterminación de las personas, sobre todo
las de rango inferior al de él. Reposa, así mismo, (fl.122 c. 77) la orden
005 del 96 Libertad emitida por el comando de la DIV4 el 17 de
octubre el 96 en donde se lee que tiene como fin especifico la
liberación de los soldados secuestrados y antes de verse allí la
extinción de la operación conquista, se lee que se la dieron a
continuar a la B7.
21.- Adicionalmente, obra la disposición 001 del 9 de julio del 96
del comandante de la B7 (fl. 100 c. de contrainterrogatorio a OSPINA), misma en que
se lee que modifica su similar 02 del 12 de septiembre del 95
donde se fijan jurisdicciones a las unidades tácticas y batallones
de contraguerrilla de dicha brigada. En ella se hace referencia
entre oros, al batallón 19 Joaquín París y se precisa que aparte de
otras localidades, departamentos, en fin le corresponde como
jurisdicción en el META los municipios de PUERTO CONCORDIA
Y MAPIRIPAN y se dice luego de que se le enuncia su jurisdicción
a manera de observación “bajo mando operacional de la BRIM2”. Acota el
Despacho que no se entiende totalmente si esa observación es
para lo relacionado con el departamento del VAUPES, puesto que
éste es el que antecede a la misma en el documento o si
248
integralmente esa observación es para toda la jurisdicción del
mentado batallón. En la similar que contempla el consecutivo 002
y la fecha el 5 de octubre del 96 (fl. 257 c. 54) se dice que reforma la ya
repasada y en cuanto al batallón en cuestión, no se ve ninguna
variación, solo se vislumbra que falta la parte exceptuada del
departamento de VAUPES que figuraba en la anterior; en este
documento se lee la misma observación del anterior.
22.- A juicio del Despacho, estos últimos documentos,
conllevarían a darle pábulo a la tesis de que efectivamente la
BRIM2 asumió, al asumir el BIPAR la jurisdicción de éste como lo
aseveraron entre otros, BEDOYA PIZARRO, ARDILA URIBE,
BAHAMON DUSAN, el Perito BOCANEGRA NAVIA y postular la
de que esas modificaciones las impulsó la misma operación
conquista que fue como la pionera en darle esa unidad y esa
responsabilidad a la BRIM2 y por ello fue que el comandante
inmediatamente inferior al que estructuró dicha operación, tuvo
que reconocer mediante disposición que quedaba marginado de
esa jurisdicción amen de dicha unidad táctica, mas esa tesis que
se acompasa con la lógica, también llevaría a plantear qué hacía
la B7 entonces y por qué el procesado al inicio escribió y dijo
cuestiones de las cuales se desprendería su mando sobre el
BIPAR, claro que especificó que como de todas maneras era el
comandante natural debía dirigírsele y lo que dio no fueron
órdenes operacionales. Podría así pensarse que tenía que ver
con Mapiripán, como también en la misma dirección se
desprendería de los oficios en los que dio explicaciones a sus
superiores y otras autoridades, naturalmente que esto último es
meramente subjetivo y estaríamos ante el advenimiento de otro
sinrespuesta.
249
23.- En esas circunstancias probatorias, es muy difícil tan siquiera
una aproximación a la certeza de que la brigada 7 tenía el mando
operacional sobre el batallón Joaquín París y consecuentemente
con ello, toda vez que sí está acreditado que éste era el
responsable de MAPIRIPAN, afirmar de manera inexpugnable que
dicha brigada comportaba jurisdicción en tal municipio y por ende
su comandante, es decir USCATEGUI RAMÍREZ deliberadamente
omitió un apoyó para adelantar una operación de salvamento, en
el evento de que se lo hubieran solicitado no soterradamente y
que esa solicitud en verdad la motivara una carencia real de tropa
-que como en su momento quedó reclama decisión favorable-,
pues existen insalvables dudas al respecto, las cuales se fueron
dejando postuladas cada que se asumía el repaso de pruebas
documentales como testificales o que se analizaba tratando de
conciliar las unas con las otras; de contera, se precisa que no
sería fehaciente una respuesta afirmativa a si USCATEGUI
RAMIREZ tenía el deber jurídico de actuar en el caso de autos o
igual, si recaía en él colocación de garante, precisamente por la
orfandad de certeza sobre la competencia territorial y de contera,
porque no podía disponer directamente de la tropa del BIPAR; por
eso es que es menester aplicar el principio del in dubio pro reo,
conforme al artículo 7 del Código de Procedimiento Penal de 2000
y que indica que toda duda debe resolverse a favor del procesado
en materia penal, sobre tal aspecto y en cuanto se relaciona con
dicho procesado y con la acusación de omisión en pluralidad de
delitos de homicidio y secuestro agravados, pues los elementos
de persuasión traídos al plenario no alcanzaron a derrumbar la
presunción de inocencia que le asiste al mismo.
250
8.2.3. MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO
1.- También a esta persona le fue dictado pliego de cargos penal,
puesto que la fiscalía lo considera coautor, valga decir su
comportamiento fue totalmente activo, de los delitos de homicidio,
secuestro y concierto para delinquir todos agravados y este último
precisamente por liderar la célula paramilitar de la cual era
“orgánico” también implicada en autos, se le enrostró así mismo el
punible de terrorismo.
2.- La responsabilidad de dicho elemento, que dicho sea de paso
fue vinculado al proceso mediante el medio supletorio de persona
ausente, así como lo dedujo el ente acusador, se encuentra
acreditada y el Despacho a ello añade que acontece en grado de
certeza.
3.- Propicio pues, se hace el momento para traer a colación la
declaración del 10 de marzo de 1998 (fl.98 c.8) del exguerrillero
EDISON LONDOÑO NIÑO en la que especificó que como guía
trabajó al igual que GILBERTO CUELLAR YAGUARA en la
BRIM2 y en junio o julio del 97 el coronel LINO SANCHEZ en la
residencias Familiar de San José del Guaviare le presentó a un
señor RENE, MIGUEL que le decían “El Calvo” y a EDUARDO
que es “CEPILLO” a quien describe como una persona delgada,
pelo “enchurruscado”, caridelgado, de bigote, de 25 a 28 años
aproximadamente al parecer venía de URABA y llegó como un
mes antes del arribo de los aviones y de lo de MAPIRIPAN;
sostuvo que no sabe a ciencia cierta si eran los verdaderos
nombres, primero le dijo que les colaborara y luego como al mes
ya le pidió que trabajara con ellos. RENE le manifestó a principios
251
de julio que a esa capital iba a llegar un avión de MONTERIA y lo
mandó donde el coronel a efectos que le manifestara que hiciera
la vuelta y aquel conseguiría unos camiones, que RENE lo dejó
en AGUA BONITA y se marchó con PIPE y los 2 pararon un
camión rojo y otro como verde y llevaron a los conductores para
donde estaba el declarante y de ahí se enrumbaron para San
José del Guaviare, retornando como a las 5 de la tarde con los
vehículos carpados y al cabo de 3 viajes descargaron un poco de
gente a la entrada de la trocha ganadera, siendo esto último un
comentario que le hizo RENE; a los 2 días el mismo personaje y
en el establecimiento en donde se lo presentaron le dio $500.000
para buscar 2 voladoras y llevarlas a CHARRAS y llegó allí donde
las recibió un poco de gente camuflada, merced a que RENE le
allanó el paso por EL BARRANCON, puesto que se bajó y se
quedó tratando con un uniformado al mando del puesto del
ejército que se encontraba allí. Refirió el testigo que se devolvió
en carro y por la trocha ganadera para la capital del GUAVIARE
nuevamente donde después RENE le advirtió que por lo que ya
sabía a cerca de esos movimientos debía seguir trabajando con él
a cambio de no matarlo, por lo que estuvo hasta noviembre
cuando empezó a experimentar ciertos traslados de territorio
hasta enero cuando le dieron permiso para estar con su familia, al
cabo el cual no regresó de ARMENIA lo cambiaron para
GRANADA de donde lo pasaron al siguiente día de su arribo a
VILLANUEVA. El 2 de agosto del mismo año (fl. 218 c.22) señala las
residencias EL JARDIN como lugar de ese primer encuentro con
los paramilitares y respecto de EDUARDO O CEPILLO agregó en
esta ocasión que era el comandante de la gente de CHARRAS Y
MAPIRIPAN quien a sus hombres les llevaba drogas y alimentos y
lo que necesitaran y frente a los paramilitares que condujeron los
252
camiones enuncia es a PIPE Y EL CALVO e incluye a “DON
MIGUEL” en lo referente a la orden para conseguir las voladores,
frente a los demás aspectos se refirió de similar manera a su
anterior versión. El 22 de octubre del calendario en cuestión (fl. 292 c.
20) que fue el momento de su entrega voluntaria motivada por la
persecución que le montaron los paramilitares para asesinarlo
donde hace mención de otras personas y aspectos de los que en
nada se ocupó en sus pasadas testificaciones, ya se atribuye
conocimiento personal sobre el arribo de los aviones y ubica el
momento en que le presentaron a los paramilitares posterior al
arribo de las aeronaves desde el cual dijo, resultó involucrado
con ellos y otra vez menciona a EDUARDO O CEPILLO e indica
que era el comandante logístico. En la audiencia pública contra
otros civiles y militares por los mismos episodios, aunque no niega
que hubiese estado con los militares y paramilitares hace énfasis
en que fue premeditado lo que aseveró en diligencias
precedentes, porque estaba actuando como infiltrado de las farc y
respecto de los individuos que había señalado como miembros
del citado grupo al margen de la ley, entre ello a CEPILLO indicó
que los conoció por medio de unas fotos y retratos hablados que
le mostró la fiscalía a la vez que le decía que eran de las
autodefensas.
4.- Por su parte PEDRO ALEX CONDE ANAYA -19 de mayo de
1998 (fl. 231 c. 6)- quien dijo ser de MONTERIA y pertenecer a los
paramilitares de CORDOBA Y URABA, primeramente se refirió a
los comandantes de la agrupación y luego a los mandos medios
en donde encasilló a CEPILLO, RENE, CALVO, AGUILA, entre
otros y que los superiores como éstos se reunieron el 16 de enero
del 97 en la finca LA QUINCE de San Pedro de URABA en donde
253
aparte del tema de los investigadores el CINEP sobre quienes
recayó decisión mortal, se acordó sacar de cada grupo 5 de los
mejores hombres para operar en META, CAQUETA Y
PUTUMAYO y a él le toco apertrechar a los 3 que salieron del
grupo en que estaba y eso fue el 5 de marzo del 97 y se iban a
embarcar desde el aeropuerto de Los CEDROS en APARTADO,
pero los reunirían en una finca cercana a dicho terminal aéreo.
5.- GILBERTO CUELLAR YAGUARA en sus declaraciones del 16
y 24 de junio del 98 y 27 de julio de 2001(fls. 106, 134 c. 6; 197 c.63) indicó
que PASAJE el segundo al mando de los paramilitares con los
cuales también trabajó él, en SAN JOSE DEL GUAVIARE porque
RENE era el primero, le contó lo sucedido en MAPIRIPAN y
CEPILLO que es Costeño participó en ese hecho porque era el
comandante del personal que estaba en esa región, lo describe
como de 1:75 de estatura, trigueño canela, cabello semiondulado,
labios costeños ni muy grandes ni muy pequeños, nariz normal o
sea, ni chata ni aguileña, fornido y se hospedaba, cree, en La
Posada una residencia del padre del paramilitar CHAYAN que se
llama RIGOBERTO, frente al hospital de San José del Guaviare,
que presenció cuando CEPILLO le comentó a RENE quien sabía
lo que iba a pasar por ser comandante, los resultados de la
operación en MAPIRIPAN en donde cogieron harto personal que
le ayudaba a la guerrilla y habían habido muertes y en su
posterior versión en donde es característica mucha negación de
sus primigenias, puesto que en éstas perseguía era beneficios, lo
ratifica y enfatiza que conoce a ambos, aunque advirtió que la
descripción que hizo no es la correcta y supo de la llegada de
personal procedente de URABA por medio de PASAJE que es
EDISON LONDOÑO NIÑO con quien trabajó en la BRIM2 como
254
guía quien le dijo que los vio llegar y ayudó a conducirlos junto a
RENE Y PIPE a la trocha ganadera, de CEPILLO dice que es
trigueño oscuro, 1:70 m., contextura regular, cabello crespo chuto
de 29 o 30 años de edad. En la última versión, al igual que
LONDOÑO NIÑO manifiesta que mucho de lo que contó se lo
ideó en procura rebeneficios de diferente estirpe.
6.- Los días 22 de julio, 13 y 18 de noviembre de 1998 (fls. 262, 271, 297
cdns.18, 15, 41)YESID ALEXANDER DELGADO CIFUENTES persona
que en su primera versión respecto al tópico en procura de
profundizar no acotó lo mas mínimo; habló de otras cuestiones
como que perteneció al batallón Joaquín Paris como soldado
regular del 2º contingente del 93 donde duro 8 meses, se enfermó
estuvo hospitalizado y aprovechó para desertarse lo que finalizó a
virtud de que un sargento lo ubicó y lo llevó para el batallón, pero
repitió su hazaña, se involucró en un hurto que pagó en la cárcel
de VILLAVICENCIO y por la deserción volvió a estar detenido
pero en el batallón CERVIEZ de dicha ciudad hasta enero del 97
en que empezó a trabajar con el GAULA de ahí mismo y estando
en ello fue vinculado al asesinato de la esposa de un suboficial
local porque se dio cuenta que éste junto con él y otros individuos
tenían un plan criminal; en la siguiente aparición indicó que formó
parte del grupo paramilitar y por ello está enterado de varias
caletas de armas de las que manifiesta sus coordenadas y entre
ellas se encuentra la de las que se utilizaron en MAPIRIPAN por
la organización comandada por CARLOS CASTAÑO, pero que la
orden de operar y transportación la dio el general “EUSCATEGUI”
comandante de la décimo cuarta brigada de VILLAVICENCIO
junto a un sinnúmero de oficiales, suboficiales y soldados del
ejército de la misma y diferente brigada sin que sepa de qué
255
batallón procedían, añadiéndole a ello 2 pilotos de la fuerza aérea
que en igual número de helicópteros movilizaron a MAPIRIPAN el
personal que se reunió en PUERTO LOPEZ, porque el
proveniente de URABA que obedecía en número a 200 arribó a
SAN JOSE DEL GUAVIARE y en voladoras militares del batallón
Joaquín París con base en El Barrancón, agregó que las armas a
la organización criminal las suministra la 7ª brigada con sede en
VILLAVICENCIO, la 10ª con sede en MELGAR, la 2ª división del
ejército con sede en ANTIOQUIA. En la restante en donde arguyó
estar detenido desde el 14 de marzo del 98 por homicidio
agravado, respecto de los hechos que relató en la anterior
versión, es decir la sintetizada en precedencia, ante la pregunta
de si conoce a CEPILLO, ALEMAN, MOCHACABEZAS, RENE,
EL DIABLO, CALVO entre otros, adujo conocer a los anteriores
excepto ALEMAN y que el primero es escolta personal de
CARLOS CASTAÑO y es “el Urabá” y frecuenta los Llanos y que
ellos son móviles y están en todas partes, sostuvo que
EUSCATEGUI estuvo de comandante de la 7ª brigada en el 96 y
97 y lo conoció en octubre del 96 en su oficina de dicha brigada
cuando con otros fueron a entrevistarse con ese oficial, quien con
un sargento RENTERIA frente a dicha unidad les entregó que de
acuerdo a lo que enuncia es numeroso material de guerra de
diferente índole, lo mismo que variedad de elementos de
intendencia en gran cantidad, otro encuentro fue a principios de
noviembre del 96 cuando el general vestía de civil, lo mismo que
otros que iban con él y parecían soldados en PUERTO LOPEZ
donde EL ZORRO le entregó un paquete.
7.- Bien, el testigo en cuestión, hay que decirlo, en lo mas mínimo
le merece credibilidad y seriedad al Despacho en su testimonio y
256
no se acota de tal manera, porque como ya fue dicho, en su
primera versión no haya hecho referencia a la cuestión que ocupa
la atención ahora, sino por algo mas trascendental. Sí, sus
versiones atienden a mera e inverosímil retórica en procura quién
sabe de qué interés y si suyo solo de algún tercero además que
no delató y si ese interés suyo o conjunto con terceros
principalmente propugna por beneficios, desviación del caso o
ensañamiento personal y puede decirse con base en el repaso
de algunos pasajes de sus atestaciones, que éstas son el fruto de
un libreto retenido en la mente de donde horrorosamente
recuperó, lo que no solo se vislumbra en este declarante, también
es menester apuntalarlo. Pero al margen de lo anterior, pertinente
resulta decir en concreto que esta persona respondió de
perogrullo, o sea, lo que ya sabía hasta el mas desentendido y era
que el jefe de las autodefensas era CARLOS CASTAÑO y que las
mismas ejecutaron la masacre de MAPIRIPAN, incluso lo que dijo
de CEPILLO, que valga recordarlo no fue su espontaneidad sino
una pregunta del interrogador, también se considera para el
momento en que lo aseveró, porque no fue sino hasta su tercera
diligencia la que lo muestra, de dominio general, de ahí que no
sea viable replicar al Defensor de dicho justiciable por descalificar
a ese declarante. Añádase a ello que fue tan desbocado que dijo
que el general “Euscategui” fue el que ordenó operar y transportar
a los paramilitares desde PUERTO LOPEZ hasta el sitio de la
masacre en 2 helicópteros de la fuerza aérea y eso, sobre todo lo
segundo solo lo puede decir él, pero a la vez, no creérselo ni él
mismo, dado los reportes que hay que hacer respecto de una
aeronave militar y que reposan en el plenario como decir la
maniobra que va a realizar, el sitio, la fecha, en fin y los mismos
se constituyen en controles, además una maniobra como la que
257
acomoda el declarante es supremamente evidente y por supuesto
los que la ejecutan se desvivirán porque no sea así, por ello no
puede ser real ni en el peor de los casos, un desplazamiento de
criminales en aeronaves estatales, tal y como lo dice DELGADO
CIFUENTES.
8.- Ahora, nótese que dice que los concertados que arribaron a
SAN JOSE DEL GUAVIARE fueron llevados a MAPIRIPAN en
voladoras militares del batallón joaquín parís con base en EL
BARRANCON, entonces si no es cierto que dicho batallón se erija
en el mismo BARRANCON sino dentro de la ciudad, y cualquiera
que hubiese estado en la capital del GUAVIARE por lo altamente
notorio lo percibe y ese ciudadano lo estuvo, es mas fue soldado
de esa unidad militar, pues es muy irresponsable en hacerle
tamaña distorsión al panorama real; por supuesto que las
manipulaciones de DELGADO CIFUENTES no paran ahí,
repárese en que el joaquín parís es un batallón del ejército aparte
de que es del arma de infantería como lo dice el proceso,
entonces en manera alguna podía tener voladoras como las
descritas y con menor razón cuando en la localidad había puesto
de la infantería de marina cuyos botes se denominan pirañas.
9.- En punto de lo aseverado de que USCATEGUI fue
comandante de la 7ª brigada en el 96 y 97 es necesaria la
precisión desde dos aristas; una, que USCATEGUI llegó al grado
de brigadier general el 9 de diciembre de 1996, conforme el
decreto presidencial 2096 del 19 de noviembre de dicho año (fl. 269
c.18) y hasta ese momento es que se le designó como comandante
de la 7ª brigada con sede en la capital del META, lo que asumió
días después, de manera que si el deponente dice que lo conoció
258
en octubre del 96, pues la conclusión es que está finge y
garrafalmente, pero también porque como el mismo procesado lo
ha dicho en el 96 adelantó el curso previo de un año para tal
ascenso en esta ciudad en la escuela superior de guerra, otra,
que de acuerdo a la constancia expedida por la auditora principal
de guerra de la 7ª brigada (fl. 272 c.18) DELGADO CIFUENTES estuvo
detenido en APIAY desde el 22 de agosto del 96 hasta el 22 de
abril del 97, quiere decir ello que estaba en reclusión en octubre
del 96 para cuando según su dicho conoció a USCATEGUI
porque en su oficina que era el comando de esa brigada, lo
recibió junto a sus acompañantes.
10.- Recomponiendo, en octubre del 96 ni USCATEGUI estaba en
VILLAVICENCIO y menos comandando la 7ª brigada o ser ya
general, ni el declarante estaba en libertad como para poder
entrar con un supuesto grupo de personas al margen de la ley
hasta el comando de dicha brigada. No era posible así, en esas
clarificadas circunstancias, que tuviera otro encuentro – no hubo
ninguno- con el general USCATEGUI ese subsiguiente mes de
noviembre en PUERTO LOPEZ en donde a éste le entregaron un
paquete que según como lo dice era sospechoso.
11.- JOSE PASTOR GAITAN AVILA estuvo vinculado con los
paramilitares de PUERTO BOYACA y con los de PUERTO
LOPEZ desde principios del 89 que fue cuando llegó a esa
localidad y en sus atestaciones -24 de septiembre y 22 de
octubre el 98 (fls. 112, 302; cdns. 8, 20)- preconizó que en PUERTO
GAITAN en el sitio o finca llamada ALTO DE NEBLINAS se hizo
una reunión para organizar la entrada a MAPIRIPAN y a aquella
asistió la cúpula de las autodefensas de esa región que le dicen
259
LOS MACETOS encabezada por GUILLERMO AVILA y asistió
CEPILLO O PEDRO que es el jefe o cabeza mayor o sea, del ala
militar en la autodefensa del Llano que viene de URABA y habla
Paisa y otros del grupo de los BUITRAGUEROS. Dijo “nosotros
íbamos uniformados con prendas de uso privativo del Ejército, camuflado” y vio y
contó 23 personas asesinadas en MAPIRIPAN que no todas
fueron votadas al río; en su otra diligencia constitutiva de
indagatoria, en general hace el mismo relato, solo que su arribo a
los llanos no es a PUERTO GAITAN sino a PUERTO LOPEZ y
recalca que fuera del grupo al que perteneció con asiento en
aquella población en los LLANOS ORIENTALES existe el grupo
de autodefensas de URABA Y CORDOBA comandando por
OTONIEL Y EL CURA y el que los manda a ellos es quien se
hace llamar PEDRO O CEPILLO que es el comandante general
de ellos y esos 3, según comentarios que le hicieron dentro de su
grupo llegaron a San José del Guaviare en avión, que y de ahí
para abajo vienen los comandantes de escuadra como con los
alias de de RUSO, EL ALEMAN, PERCHERON O
MOCHACABEZAS entre otros que menciona y habla del grupo de
los BUITRAGUEROS cuyo comandante es MARTIN, reitera por
último, sobre la forma cómo se organizó la incursión en
MAPIRIPAN.
12.- BERNARDO RENDON QUINTERO -10 de mayo de 2000 (fl.
45 c.23)- indicó haber vivido en PUERTO LOPEZ donde tenía una
cafetería y los paramilitares por considerarlo colaborador de la
subversión le desaparecieron a su pareja Esperanza Delgado, por
lo que se trasladó a PUERTO GAITAN, desde luego que también
dijo que el conocimiento que tiene se debe a que fue secuestrado
por los paramilitares y obligado a andar con ellos durante 2 años;
260
habla este declarante de cómo se planeó la masacre de PUERTO
ALVIRA, en la que tomaron parte los BUITRAGOS, URABEÑOS
bajo el mando de DON MIGUEL y alias CEPILLO y un miembro
de los CARRANZA que no participó en eso.
12.- Excepto la que ya fue absolutamente redargüida de mendaz,
las declaraciones traídas a tema en antelación denotan la
participación de CEPILLO en la masacre de MAPIRIPAN, en
todas en característico ese personaje con tal remoquete y no cabe
para el Despacho la posibilidad de que porque en unas versiones
aparezca como EDUARDO O CEPILLO y en otras PEDRO O
CEPILLO, los declarantes se refieran a diferente persona, pues es
bien sabido que en las agrupaciones como la de autos mimetizan
su identidad colocándose diferentes nombres, depende la
ocasión, para los extraños a la agrupación y para estar dentro de
la misma se hacen a otro a manera de apodo y es como
comúnmente se dan a conocer entre ellos mismos, de ahí que
para el testigo EDISON LONDOÑO sea EDUARDO O CEPILLO y
para JOSE PASTOR GAITAN AVILA y eso se explica porque
aquel declarante hacía parte de un grupo de paramilitares o sea
los de CORDOBA Y URABA fíjese que estaba a ordenes de
RENE quien como se sabe procedía de tal célula, al paso que
GAITAN AVILA al de PUERTO GAITAN, de manera que aunque
con un mismo remoquete CEPILLO que es como lo conocía por
ser del mismo grupo PEDRO ALEX CONDE ANAYA, incluso
GILBERTO CUELLAR YAGUARA que respecto de CEPILLO
estaba en la misma situación de EDISON LONDOÑO se hacía
pasar con diferentes “seudónimos”.
13.- Así mismo, todos los testigos al unísono refieren que
261
CEPILLO procede del URABA y que su arribo al GUAVIARE lo
fue antes, aproximadamente un mes, que el del grueso de
paramilitares que lo hicieron el 12 de julio del 97, algo muy
importante es, de igual manera, que esas imputaciones guardan
coherencia en que CEPILLO no es cualquier peón o paramilitar
raso, tiene cierto poder dentro de la agrupación y mas en la parte
de ella que fue desplazada al GUAVIARE, como iba de tercero al
mando u obedece, podría decirse retomando las palabras insitas
en algunas declaraciones, a mando medio. Y, tocante con el físico
del procesado los dos testigos que lo describen, lo hacen según
su percepción, pero en general confluyen en las mismas
características.
14.- No se puede pasar por alto el que tanto EDISON LONDOÑO
NIÑO como GILBERTO CUELLAR YAGUARA, a última hora,
como arrepentidos porque la información que dieron como que
mas que ayudas les trajo vinculación o judicialización, en fin,
desautorizaron sus versiones incriminatorias respecto de
CEPILLO y respondieron que todo obedeció a fotos y retratos
hablados que les mostró la fiscalía y por eso hicieron los
señalamientos. Empero, para el Despacho lo ulterior no tiene
mayor valor, porque lo primigenio es cuanto concentra coherencia
y sensatez, pero de igual manera lo que no permite dejar de lado
la versión de LONDOÑO NIÑO es que su relato se acompasa con
el de NELSON LOZANO CASTRILLON (fls. 38 y 49 c. 2 y 5) una persona
al margen del grupo paramilitar; es un ciudadano trabajador,
porque como se recordará, dicho por él mismo, fue uno de los
motoristas que en la voladora asignada a él transportó de
CHARRAS a MAPIRIPAN y por el río GUAVIARE la noche del 14
de julio del 97 a los paramilitares que incursionaron en
262
MAPIRIPAN que fue contactado mediante engaño, pues se le dijo
a que transportaría carga y luego como forzado u obligado se lo
vinculó de llenó a la mencionada maniobra. Ese transportador,
aunque declaró antes que lo hiciera por primera vez LONDOÑO
NIÑO, aun así no hay razón para pensar que éste por cualquier
medio hubiese tenido conocimiento de lo que adujo aquel y
acomodara su dicho, si bien no da nombre, sí expresa que fue
contratado el domingo 13 de julio en la tarde por un muchacho
como de acento costeño que estaba necesitado de 2 voladoras
para transportar una carga y le dio como adelanto para la gasolina
de ambas $500.000, pero ya había contratado al otro muchacho
de la otra voladora y en esta fue que viajó junto con otro hombre
que se quedó en EL BARRANCON al parecer el patrón del que lo
contrató quien al llegar a CHARRAS se regresó para SAN JOSE
DEL GUAVIARE. Agregó que al llegar a CHARRAS los retuvieron
y el lunes en la noche transportaron como a 200 hombres de
camuflado a MAPIRIPAN y de allí no los dejaron mover hasta el
medio día del martes 15 de julio, pero que el día anterior llamaron
a la Cooperativa para decir que estaban bien y que la fecha en
que regresó a la capital del GUAVIARE no informó a ninguna
autoridad, pero ahí ya todo el mundo sabía quiénes eran y qué
era lo que estaba pasando.
15.- En fin de cuentas, lo que se corrobora es que LONDOÑO
NIÑO, quien valga decirlo, no miente al apuntalar que trabajó en
la BRIM2 en SAN JOSE EL GUAVIARE, pues lo respaldan entre
otros, el teniente NESTOR ALVARADO PEDREROS quien para la
época de los hechos laboraba en dicha brigada en la sección de
inteligencia y VICTOR RAUL MURILLO ALARCON soldado
profesional del Batallón de contraguerrilla No. 17 de la misma
263
brigada móvil, sí fue quien contrató las voladoras o lanchas y
además, estuvo en las labores y en los sitios y fechas a que hace
referencia en sus versiones y sobre todo que conoció los
movimientos de CEPILLO y eso se apoya con las diligencias
judiciales que se adelantaron en pro de saber aún mas sobre
dicho personaje, entre ellas se tiene el informe del CTI del 30 de
marzo del 98 (fl.253 c.5) en el sentido de que el grupo paramilitar que
actuó en MAPIRIPAN fue el mismo que perpetró la masacre en
PAVARANDO usando la modalidad de subdividirse para ir a
diferentes frentes de combate, a raíz de tal documento se glosó al
expediente la resolución calendada 10 de agosto del año en
cuestión (fl. 20 c. 7 continuación) en la cual una fiscalía de la unidad de
derechos humanos resolvió la situación jurídica de unos
implicados en los hechos de la localidad ya mentada y aparece
CEPILLO como MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO, lo
mismo que el AGUILA que precisamente es otro de los
mencionados por los testigos que elaboraron retrato hablado,
como participe de los sucesos de autos. Importante aquí es que
se reproduce el testimonio de JULIO ACOSTA HERNANDEZ
habitante de URABA quien indicó que MIGUEL alias CEPILLO
forma parte de los paramilitares de la región. Lo propio acontece
con el similar de aquel datado 16 de diciembre de 1998 (fl. 268 c.10)
donde se identificó al procesado y fue aportada la tarjeta de
preparación de cédula o decadactilar a nombre de MIGUEL
ENRIQUE VERGARA SALGADO, nacido el 8 de febrero de 1973
en Los CORDOBAS (Córdoba), con cédula de ciudadanía
78.714.514 expedida en MONTERIA y le figuran características
como la de ser una persona de piel morena, de 1:74 m. de
estatura; en el informe suscrito el 30 de diciembre del 98 (fl. 13 c.11),
los investigadores indican que CEPILLO fue individualizado como
264
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO y número de cédula
que ya fue señalado, y sin embargo de que se diga que en el
sistema de MEDELLIN aparece con el mismo alias OMAR MARIN
LONDOÑO, ello no conlleva confusión, precisamente por la
copiosa información que para entonces ya había sobre el
CEPILLO que atiende al nombre de MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO, lo propio, es decir, que el procesado fue
identificado de idéntica manera, obra en el informe (fl. 260 del cuaderno 11).
16.- Ya identificado e individualizado el acusado y sabiendo que
es oriundo de LOS CORDOBAS, hasta allí se desplazaron los
investigadores y se hicieron a un dato importante, a partir del cual
se concluye que desde hacía muchos años se encontraba en la
clandestinidad y que según su progenitor ni a él lo llamaba tan
siquiera y no estaba enterado de qué hacía; ese dato se debe a
MIGUEL ENRIQUE VERGARA padre del incriminado cuyo
paradero desconoce y no ha visto desde hace varios años en que
se fue a prestar servicio militar y quedó como soldado profesional
y posteriormente supo que se vinculó a una empresa de vigilancia
a donde se encaminaron los investigadores obteniendo, luego de
revisar los archivos, que nunca estuvo vinculado a la misma (fl 177 c.
11ª ). ,
17.- En ese orden de ideas se tiene que MIGUEL ENRIQUE
VERGARA SALGADO utiliza el alias de CEPILLO dentro de la
organización criminal en cuestión, apodo o “chapa” con el que los
testigos lo señalaron, entre ellos PEDRO ALEX CONDE ANAYA,
quien al decir que aquel participó en la reunión en donde se
planeó operar en META, entre otros departamentos y en la que se
optó por sacar de cada grupo 5 de los mejores hombres para
265
desplazarlos a dicho lugar, es obvió que lo está incriminando,
pues como ya quedó visto ese personaje no es otro que el aquí
implicado, por eso no es atendible lo que contrariamente indica el
defensor de VERGARA SALGADO, mismo al que se le recuerda
que arriba se acotó sobre el punto relacionado con EDUARDO Y
PEDRO nombres que de CEPILLO dan los testigos LONDOÑO
NIÑO Y GAITAN AVILA, respectivamente y valga la ocasión para
señalarle al insigne Togado que GILBERTO CUELLAR
YAGUARA es muy claro al decir que presenció el momento en
que el mismo CEPILLO le hizo comentarios a RENE sobre lo que
se hizo en MAPIRIPAN, de manera que no es un testigo de oídas
en cuanto a ello, desde luego que se reconoce que también indicó
que PASAJE le hizo comentarios al respecto, claro que tanto él
como éste buscaron la manera mas sutil de referir los hechos y
sobre todo la vía a través de la cual tuvieron conocimiento, pues
un doble efecto perseguían, que de una parte no se hiciera
evidente en lo mas mínimo su participación y de otra, que esa
información aun de la manera como la daban les derivara réditos.
18.- Sintetizando, MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO
como integrante de los paramilitares que operan en URABA y
quien se hace llamar CEPILLO, tomó parte en la masacre de
MAPIRIPAN, sin que se vea morigerado su compromiso porque
no haya sido él quien materialmente haya cometido uno o varios
de los asesinatos, secuestros, o de los demás reatos que se le
atribuyeron en el pliego acusatorio y sin que se vea aumentada su
responsabilidad y participación porque lo haya hecho,
implícitamente se dice, quedó acreditado que actuó con sumo
lastre doloso por esa razón debe soportar condena.
266
6.3. DELITO DE FALSEDAD
1.- Este reato fue atribuido en el pliego acusatorio en calidad de
autor material a HERNAN OROZCO CASTRO al paso que como
determinador a JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ y lo
fue merced a que llegó a conocimiento de la Jurisdicción que el
oficio 2919 elaborado y suscrito por el primero el 15 de julio de
1997 y enviado por fax el siguiente día, todo ello en su condición
de comandante encargado el batallón joaquín parís emplazado en
SAN JOSE DEL GUAVIARE, mismo que fue recibido por dicha vía
por el propio destinatario, o sea, el segundo de los mencionados,
puesto que fungía como comandante de la 7ª brigada del ejército
con sede en VILLAVICENCIO, fue alterado, mejor dicho, en fecha
posterior se confeccionó otro con su mismo consecutivo, data,
destinatario y número de hojas, pero variando el contenido y
cantidad de párrafos, además que el primero lo elaboró tras
presiones y coacción del segundo.
Los oficios en su respectivo orden son los que aparecen a
continuación
FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA EJERCITO NACIONAL
San Jóse del Guaviare, Julio 15 de 1997
Nº 2919 /IVDIV-BR7-BIPAR- S2 - 256 ASUNTO : Informe Inmediato de Orden Público
AL : Señor Brigadier General.COMANDANTE SÉPTIMA BRIGADAVillavicencio. l . ,
267
Con toda atención me permito dar respuesta al señor Brigadier General Comandante de la Séptima Brigada, de su oficio No 4222 de fecha Julio 14 de !997, en el cual ordena enviar las coordinaciones y accionas tomadas por esta Unidad Táctica relacionadas con el presunto JUICIO POPULAR realizado por sujetos armados quienes humillaron á las autoridades y pobladores de la Localidad de Mapiripan ( Meta)
A través de un informante personal que tengo en esta población, hable hoy martes 15-14.30 de julio con el señor Juez de Mapiripan Dr. LEONARDO IVAN CORTEZ NOVOA, CC // 17' 328.252 de Villavicencio natural de Villavicencio, Abogado, .33 años-de edad, casado, residente desde hace un año en Mapiripan con su familia, quien gentilmente atendió la llamada que hice, y el cual me manifestó lo siguiente.
1. El juicio Popular fue un hecho, realizado para evaluar el comportamiento de las diferentes autoridades civiles de esa población llanera. La guerrilla al interrogar a la población civil por el comportamiento del Juez, lo absolvió debido al comportamiento ejemplar que este ha demostrado como funcionario.
2. Da la casualidad de que cada vez que una fuerza insurgente se presenta en ese municipio, ni el alcalde Sr. JAIME CALDERÓN ( Conservador ) ni el personero Sr. CESAR AUGUSTO LEÓN ( Partido desconocido ) están presentes, este ultimo lleva tres meses fuera de la ciudad incapacitado. No es lógico que justo en los momentos mas difíciles la primera autoridad civil este ausente.
3. Manifiesta el señor Juez, que hoy a las seis de la mañana golpearon estrepitosamente la puerta de su vivienda y hombres armados entraron a su casa requisándola, le quitaron la llave de su oficina, y le ordenaron que no fuera a trabajar hoy.
4. Según lo dicho por el Juez, hay presencia actual de unos 60 hombres, armados con fusiles AK - 47 y fusiles FALL, tienen acento costeño y paisa, concluyo que son Paramilitares venidos de Urabá, CREE EL JUEZ QUE FIDEL CASTAÑO ESTA PRESENTE EN MAPIRIPAN, AUNQUE ME DIJO TEXTUALMENTE " CREO QUE CASTAÑO ESTA AQUÍ, CARLOS CASTAÑO " Ello debido a que en la requisa de su casa algún sujeto se estaba propasando y este señor intervino, allí creyó reconocerlo.
5. Duermen en las afueras de las casas de Mapiripan, esta mañana llego una avioneta e hicieron desembarcar a sus cinco ocupantes, algunas informaciones dicen que tres fueron asesinados, pero el Juez me confirmó que hasta ahora no ha sucedido ningún hecho lamentable.
268
6. Los Paramilitares al parecer llevan una semana en ese Sector, aparecieron en el sitio las CHARRAS ( Guaviare, al sur oriente de Mapiripan, a 20' en lancha ) sitio desde el cual suspendieron totalmente el trafico fluvial por un lapso! de cuatro días, hoy subieron a Mapiripan a efectuar un control en esa localidad y a dejar incomunicada a la población, motivo por el que ordenaron que nadie trabajaría.
7. La posición de las FARC EN Mapiripan es la de no matar a nadie índico el Juez, la razón creo yo, es que la población esta siendo empleada como una de sus áreas base para recuperación, abastecimiento, etc.
8. Tienen los Paramilitares a un señor apodado CATUMARE, dueño de una residencia y juego de billar, a quien lo acusan de auxiliador de la guerrilla, al respecto indica el juez, que el viejito de 65 años es fundador de esa población y que no cree tal afirmación, hoy estuvo abogando por el para evitar que lo maten, considero yo que si los paras han venido desde tan lejos, no ha sido precisamente para deleitarse con el paisaje de la región, pronostico en los próximos días una serie de matanzas y asesinatos entre algunos pobladores de la antes mencionada ciudad. Alguna RAZÓN especial los condujo a la Jurisdicción de la Séptima Brigada. No comparto ni justifico, la actividad adelantada por los Paramilitares, esta organización me abordo hace unos cuatro meses, y uno de sus miembros me manifestó que estaban interesados en hacer una limpieza en TOMACHIPAN. Me pidió apoyo y presencia de tropas para legalizar a los muertos. Lo que no concuerda con el acento costeño, es que quien me abordo dijo que pertenecía al grupo de VÍCTOR CARRANZA. En esta oportunidad nadie se ha comunicado conmigo, asumo que debido a que vienen de otra región, pues ajos que me insinuaron ese acto de ilegalidad les manifesté que no contaran conmigo para nada. Mi posición es nítida y radical al respecto, primero lo Constitucional, lo legal.
9. Me permito recomendar a mi General, aprovechando lo manifestado, que con los medios humanos y materiales de la Brigada Móvil 2 ( 3 Batallones en Barrancon y 3 Helicópteros, no hay artillado ) se adelante una operación rápida y sorpresiva sobre Mapiripan, allí se podría incluir a la Policía Antinarcóticos, desafortunadamente las pirañas de la Infantería de Marina están fuera de servicio, sus motores están en mantenimiento.10. El señor Juez no cree oportuno el desarrollo de Operaciones militares en esa localidad por las represalias que se podrían derivar cuando la tropa desaloje el sector, pero como sea que la presencia de la autoridad ha sido escasa y la de la guerrilla constante, considero que se podría explotar la presente información, máxime que ahora aparece en el escenario otro factor perturbador del orden Publico.
Atentamente,
269
Mayor HERNÁN OROZCO CASTROComandante Batallón No 19 JOAQUÍN PARIS (e)
----------------0----------------
FUERZAS MILITARES DE COLOMBIA EJERCITO NACIONAL
San José del Guaviare, Julio 15 de 1997.
No 2919 IVDIV-BR7-BIPAR-S2-256
ASUNTO : Informe Inmediato de Orden Publico.
AL : Señor Brigadier GeneralCOMANDANTE SÉPTIMA BRIGADAVillavicencio.
Con toda atención me permito dar respuesta al señorBrigadier General Comandante de la Séptima Brigada, de su oficio 4222 de lecha julio 14 de 1997, en el cual ordena enviar las coordinaciones y acciones tomadas por esta unidad Táctica relacionadas con el presunto JUICIO POPULAR realizado por sujetos armados quienes humillaron a las autoridades y pobladores de la localidad de Mapiripan - Meta.
1. Hoy 15 de Julio en las horas de la tarde llamé por teléfono a la localidad de Mapiripan, hablé con el Juez Dr. LEONARDO IVAN CORTEZ NOVOA, y me confirmo que efectivamente en Mayo del presente año guerrilleros de la cuadrilla 44 llegaron al casco urbano y después de hacerle un Juicio Popular lo absolvieron. La actividad adelantada por la narcoguerrilla tenía como finalidad evaluar el comportamiento y desempeño de las diferentes autoridades civiles.
2. El Sr Juez me dijo que hay presencia de gente armada, posiblemente de paramilitares. Es la primera vez que escucho informaciones sobre paramilitares, de inmediato ordene a la sección segunda buscar datos y antecedentes al respecto.
3. Desafortunadamente no se pudo hablar con el Alcalde ni con el Personero (Defensor del Pueblo ) por estar ausentes de la localidad. Espero que tan pronto lleguen me comuniquen sus necesidades y
270
novedades. El Juez quedó informado que esta Unidad Táctica tiene Jurisdicción Mapiripan, confío en que así se lo haga al Alcalde.
4. La situación actual de mis tropas en Calamar es sumamente comprometedora y delicada, por tal motivo se reforzó a la Cp A con la Cp B, debido a las continuas informaciones que hablan de cuatro fuertes Grupos de las FARC que pretenden emboscar a la Cp A. En consecuencia mi reserva fue empleada para aumentar el pie de fuerza en Calamar y así lograr una superioridad que permita evitar un segundo DELICIAS, pues las informaciones indican que esa es la intención del fuerte grupo que pretende atacar a las propias tropas.
Atentamente,
Mayor HERNAN OROZCO CASTRO
2.- De ese primero u original-legítimo (fl. 162 c. 8) que se observa en
el acoplado en este proferimiento, hay que indicar que el
signatario manifiesta que está dando respuesta al 4222 del 14 de
esos cursantes (fl. 169 c.8) que se lo atribuye a USCATEGUI, pero
verdaderamente lo firmó el teniente coronel LUIS FELIPE
MOLANO DIAZ como 2º comandante encargado de la B7 y
señala además, que en aquel se le ordenó enviar las
coordinaciones y acciones tomadas por su batallón en relación
con el juicio popular y en verdad eso se le pidió pero
explícitamente con las autoridades locales para garantizar la
protección y seguridad de los pobladores de MAPIRIPAN, o sea
que no se le sugirió averiguar qué pasó, pues ya se sabía
ampliamente porque el juez así lo había informado por escrito
desde el 19 de mayo, documento que además de motivar el 4222,
la B7 le envió como anexo a OROZCO y si no fue en dicha
271
ocasión también, ya se lo había enviado con el del 8 de julio que
rubricó el teniente coronel MAURICIO HERRAN MARTINEZ como
comandante encargado de la B7 (fl. 288 c.2) y en ese sí le pedía
información sobre el manido juicio y OROZCO como ya quedó
sentado en los apartados en que se lo replicó a virtud de infinidad
de pruebas y razonamientos en su dicho de que lo motivó a llamar
a MAPIRIPAN dicho oficio 4222 para informarse sobre el juicio
popular y que en concreto propendió por hablar con el JUEZ,
también lo sabía y para ello se citó el respectivo resumen semanal
de inteligencia de su batallón, por todo ello lo que se infiere es
que OROZCO dicho oficio lo inicia y termina -esgrime allí “ahora
aparece en el escenario otro factor perturbador del orden público” cuando era
consciente que ese fenómeno tenía asiento en dicha ciudad-
consignando aseveraciones falsas, talante similar que como lo
dice el Togado de USCATEGUI se vislumbra en varios pasajes
del documento, y por eso debe repetirse lo consignado en los
párrafos acabados de recordar donde se precisó que no llamó a
MAPIRIPAN para hablar exclusivamente con el JUEZ, lo hizo para
dialogar con el alcalde o funcionario de la alcaldía en procura de
los motivos por los cuales el tráfico fluvial estaba frenado en
CHARRAS interrogante planteado por el inspector fluvial
GUSTAVO HINCAPIE y para obtener el teléfono de la oficina del
burgomaestre dicho inspector le facilitó el del recepcionista
hotelero ARBEY RIOS; que no habló con el JUEZ para
preguntarle por el juicio popular y que en la limitada conversación
telefónica no se tocó ese tema, sino que como ARBEY RIOS le
dijo que la única autoridad que se encontraba en ese momento
era el funcionario judicial pidió que lo comunicaran con éste.
272
3.- Ahora, como debía contestar el requerimiento era señalando
las gestiones que hizo con las autoridades para garantizarle los
derechos fundamentales a los pobladores de MAPIRIPAN, en
donde sabía, no solo porque era de su jurisdicción, sino porque
era de conocimiento público que desde enero del 96 a raíz de una
toma guerrillera que atacó el puesto de policía, no se había vuelto
a ubicar allí organismo tal, que no existía fuerza pública, pero no
indicó esas gestiones y sencillamente fue porque no gestionó lo
que se le pidió. Queda claro que lo que hizo OROZCO además,
fue anteponer un aspecto o episodio que le restara
suficientemente impacto al que debía informar de entrada; ello y
para ello, y para dar la orden cumplida, lo fabricó, pero no solo
para eso, pues el panorama probatorio indica que en el 2919
como en su versiones incluso en el oficio que le dirigió a la
Procuraduría el 29 de agosto del 97 (fl. 98 c.3) no podía decir para
qué se comunicó verdaderamente con MAPIRIPAN ni cuánto de
lo que pasaba allí y en CHARRAS sabía, por lo que
afortunadamente para él y para lo que se proponía mimetizar
tenía una razón que le validaba o le justificada la llamada a
MAPIRIPAN y era precisamente tocante con el juicio popular y así
podía colocar como mera coincidencia el que el JUEZ le
informase sobre la ocupación paramilitar, de ahí que OROZCO
CASTRO jamás, pero jamás se contradijo y mucho menos
recurrió a su inveterado juego de palabras en cuanto a que el
motivo de su llamada fue averiguar sobre el juicio popular y para
ello se propuso llamar fue al JUEZ y nunca dejó en el olvido, ya
porque tuviese que declarar, rendir versión, indagatoria o dar
explicaciones en oficios, ese tópico, si efectivamente para él era
sumamente importante, como que lo consideró vital.
273
4.- No es admisible entonces, la carencia de objeción en
USCATEGUI por habérsele hecho destinatario de un documento
en donde se le da cumplida una orden suya, pero de diferente
manera a como la mandó a cumplir de al respecto por haber
recibido ese oficio sin que se le señalara por parte de OROZCO lo
que le había solicitado, o sea las diligencias que adelantó con las
autoridades de su territorio para garantizar la protección de la
comunidad de MAPIRIPAN a raíz del juicio popular.
5.- En el primer ordinal OROZCO se desenvuelve en relación con
el juicio popular y en el segundo toca lo referente a la ausencia
del alcalde y personero precisamente en los momentos en que los
violentos irrumpen en MAPIRIPAN y, el JUEZ en verdad que eso
lo dijo y se lo expresó a OROZCO en esa ocasión, pero
concatenándolo con lo que le acababa de informar sobre la
presencia en ese momento de paramilitares en dicha localidad,
mas lo ubica en su oficio OROZCO seguido del punto que le
reservó al tema juicio popular, persiguiendo darle consistencia al
contenido de ese primer ordinal y por supuesto al mencionado
mendaz tema. A partir del 3er ordinal entremezcla lo relativo a los
paramilitares de ese momento con otras cuestiones y con
guerrilla. Dice en el 5º que el JUEZ le confirmó que hasta ese
momento no había sucedido ningún hecho lamentable, lo cual no
es cierto porque como ya se acreditó el TOGADO de MAPIRIPAN
en esa primera comunicación le dijo no solo que ese municipio
había sido copado por las autodefensas de URABA Y CORDOBA
y antes, horas antes, de eso el conserje ARBEY RIOS igual o casi
que igual información le confió -claro que el procesado lo colocó
fue como una mera conclusión y suya además-, sino que ya
habían retenido a varias personas y no aparecían, entre ellos a
274
CATUMARE, desde luego que para OROZCO como que eso no
era de lamentar, fíjese que en el numeral 8 indica ese
conocimiento, además de que el JUEZ abogó por ese ciudadano
para que no lo mataran, en efecto omitió el segmento relativo a su
desaparición comentado a él por el JUEZ; ahí mismo entronizó lo
que llamó pronostico de muertes y asesinatos e igualmente el
tópico estructurado por el encuentro de 4 meses antes con un
paramilitar que le propuso legalizar unos muertos en
TOMACHIPAN; en el siguiente ordinal recomienda una operación
rápida con la BRIM2 y la policía antinarcóticos y en el último
plasma también, garrafal mentira, en tanto que dice que el juez no
cree oportuno el desarrollo de operaciones militares en esa
localidad por las represalias cuando el ejército se marche de la
municipalidad.
6.- El oficio mediante el cual se alteró el anterior y que aparece
reproducido en esta providencia diferente al anterior que
consagrada dos acápites de introducción y 10 párrafos
debidamente numerados, cuando contempla es un párrafo de
introducción y 4 más de contenido principal. Se avizora en este
que se coloca la información sobre la clase de gente armada que
hace presencia en MAPIRIPAN en modo conjetural y así se le
atribuye al juez, a quien no se le atribuyó en el anterior cuando fue
quien la dio. Se ubica en donde debe estar, lo relacionando con la
ausencia del alcalde y personero y se incluye el ámbito
relacionado con haber instruido a su gente de inteligencia de que
se aprovisionaran de datos sobre paramilitares, diciendo que es la
primera vez que escucha informaciones sobre los mismos y
también el referente con su carencia de tropas que como se ve,
no aparecen en el anterior.
275
7.- Entonces en este documento se dejan en el olvido puntos
como el del pronóstico, la clase de fusiles portados por los
autodefensas, la recomendación de hacer una operación con la
BRIM2, la retención de CATUMARE e intención de los verdugos
de arrancarle la vida, el encuentro y sus pormenores de
OROZCO con un paramilitar, no perdiendo de vista que el
segundo oficio contempla una rúbrica diferente a la del primero,
naturalmente que la antefirma si corresponde a la del implicado
OROZCO CASTRO.
8.- Analizando los 2 documentos y retomando la extrapolación
que de ambos se hizo emerge; de una parte, que la falsedad
ideológica en documento público naturaleza a la que corresponde
el que se encuentra en estudio, tipificada en el artículo 219 del
C.P./ 80 que indica: “El empleado oficial que en ejercicio de sus funciones, al
extender documento público que pueda servir de prueba, consigne una falsedad o
calle total o parcialmente la verdad…” debe predicarse del primer 2919,
ciertamente porque fue el primero que se elaboró por parte de
OROZCO CASTRO fungiendo como comandante encargado del
BIPAR en relación con la presencia paramilitar en MAPIRIPAN y
el cual reclamaba veracidad en las declaraciones que estaba
consignando y que le fueron transmitidas desde el lugar de los
hechos y en pleno desarrollo de éstos por el JUEZ del mentado
municipio y en las que él mismo hacía, de suerte que debe
revisarse lo que se plasmó en éste en relación con lo que informó
la fuente que ahí se relaciona y además lo que consignó como
declaración meramente suya y si contiene alguna falsedad o se
calló total o parcialmente la verdad, porque es que la falsedad
ideológica “es aquella que comete el verdadero autor del documento al expresar
en él cosas contrarias a la verdad que puedan servir de prueba” (la falsedad
276
documental, Romero Soto, 4ª edición, editorial Temis, pag.162) y
cuando enuncia documento se refiere al matriz, no al que se
elabora para alterar aquel, toda vez que esto atiende a otra
discusión.
9.- Así que para el Despacho la falsedad ideológica la
constituirían principalmente las cuestiones plasmadas por el autor
del documento y que dicen relación con su señalamiento
consistente en que hasta ese momento aparecía en el escenario
otro factor perturbador del orden público, por cuanto que tal la
forma indicada, era totalmente conocedor de que desde hace
muchos, pero muchos meses, incluso años y eso se afirma con
base en lo testificado por JOSE LUIS PARRA VASQUEZ, fiscal
regional de la capital del GUAVIARE, campeaban paramilitares en
todo ese sector que lo albergaba a él; en el segmento en que
indica que el juez no cree oportuno el desarrollo de operaciones
militares, por las represalias para cuando la tropa salga del sector;
con el destinatario de su llamada y el motivo de la misma y la
parte que indica que habló con el juez sobre el juicio popular –ya
se apuntaló que ni se propuso llamar a Mapiripan y mucho menos
al juez, que fue casualidad que hablase con éste, pues iba a
hacerlo era con algún servidor de la alcaldía, que el fin de su
llamada no fue averiguar por el juicio popular, sino por la
suspensión de las lanchas en Charras-, además donde se nota
que calló parcialmente la verdad, pues el juez le dijo que habían
retenido los paramilitares a varias personas y aun no aparecían,
pero el signatario solo colocó la retención de CATUMARE
suprimiendo la de otras personas y obviando lo concerniente a la
desaparición de todas incluso la de CATUMARE, incluso en
cuanto indica la defensa de USCATEGUI RAMIREZ, sobre el
mutismo desbordado sobre las otras fuentes de información que
277
no comunicaron lo mismo que el juez, entre otros tópicos, sujeto
procesal que no repara en que si bien ahí aparecen esas
falsificaciones, no hace el documento del todo falso haciéndole
perder su valor, por cuanto que no fue falsificada la parte que se
relaciona con la clase de grupo armado al margen de la ley al que
allí se alude y eso fue lo que aconteció en el primer 2919, que lo
colacionado no atiende a la verdad, pero sí otras cuestiones que
dicen relación con el centro el asunto y para hacer concreción se
repetirá que es con la aparición de los paramilitares armados a
MAPIRIPAN. Debe recalcarse aun así que:
“La falsedad ideológica en documentos es por definición un atentado al deber de
veracidad. Se incurre en ella cuando el servidor público, o el particular, en ejercicio
de la facultad certificadora de la versad, hacen afirmaciones contrarias a ella, o la
callan total o parcialmente, en un documento que puede servir de prueba. Algunas
de sus principales características son, por tanto, que es un atentado al deber de
decir la verdad, y que las afirmaciones mentirosas deben ser directamente
realizadas por el servidor público, o por el particular que extiende o suscribe el
documento. En eso consiste la falsedad.
Es el caso, por ejemplo del notario que certifica que una determinada persona
asistió al otorgamiento de una escritura, no siendo ello cierto; o del juez que en el
acta de una diligencia deja constancia en ella de la presencia de alguien que no
concurrió; o del jefe de personal que certifica que uno de sus empleados laboró
durante determinados días, no siendo ello verdad; o del director de prisiones que
certifica que un interno laboró durante determinados días, no habiéndolo hecho …”
(sentencia de casación penal; M.P. Dr. Mauro Solarte Portilla,
Corte Suprema de Justicia, 22/06/06)
10.- Por las razones ya dadas y el criterio de autoridad trascrito es
que se estima que la tipicidad a cerca de la falsedad ideológica
debe ser detectada es en el oficio 2919 que indudablemente se
estructuró el 15 de julio de 1997 y no en el remedo de éste que se
elaboró en fecha posterior aunque con la de aquel, lo cual no hará
este fallador, toda vez que no viene el pliego de cargos
278
reportando un concurso delictual al respecto y frente a uno de los
procesados solamente, en el mismo cuanto se dedujo fue una
sola ejecutoria punible contra la fe pública para ambos implicados.
11.- Las reflexiones ahora las motiva el injusto de falsedad
material de empleado oficial en documento público (art. 218
C.P./80) nomen juris anterior, puesto que el actual es falsedad
material en documento público (art. 287 C.P./00). En ambos
códigos el legislador en el fondo hace la misma descripción, la
única diferencia se relaciona con el sujeto activo, toda vez que
mientras en aquel estatuto se necesitaba que fuese un empleado
oficial en ejercicio de sus funciones en éste tanto para el servidor
público como para el particular existe un solo tipo y se establece
esa condición como mera circunstancia agravante de la sanción.
Así las cosas lo relevante de la descripción típica con sujeto activo
indeterminado o no cualificado o lo contrario es “… falsifique
documento público que pueda servir de prueba …”.
12.- Esa premisas traídas al evento actual, ya conociendo que el
verdadero oficio 2919 se mutó y que ello se hizo en varios puntos
y temas y respecto de los mismos se hicieron supresiones, incluso
se entronizaron otros tópicos no acoplados en el legítimo, o sea,
en su talante material, sufrió el documento esas afrentas, la
falsedad que debe considerarse, así como lo persigue la parte
civil, es la de esta jaez, sobre la cual se ha dicho que “consiste en la
alteración de un documento existente. Puede hacerse agregando o suprimiendo
expresiones que puedan servir de prueba, es decir, alterando el texto del escrito
para que diga algo distinto de su contenido inicial” (la falsedad documental,
Romero Soto, 4ª edición, pag. 162), y, también se ha acotado:
279
“La falsedad material, en cambio, es un atentado a la integridad material del
documento, a su genuinidad, que se presenta cuando el documento es creado
totalmente, en cuyo caso se habla de falsedad material impropia o cuando se altera
el contenido material de uno existente, hipótesis conocida como falsedad material
propia. Un ejemplo del primer caso sería el sujeto que crea una cédula de
ciudadanía o un pasaporte falso, y del segundo el del sujeto que altera el nombre el
comprador en una escritura pública de compraventa de un bien inmueble, para
hacer aparecer otro”. (sentencia de casación penal; M.P. Dr. Mauro
Solarte Portilla, Corte Suprema de Justicia, 22/06/06)
13.- En síntesis, la falsedad que debió imputarse es la material en
documento público, teniendo en cuenta que el autor es servidor
público, naturalmente que al haberse hecho respecto de una
diferente, nada se opone a que en este fallo se adelante tal
variación de la calificación jurídica, como en efecto se harán y por
ello no se acoge el clamor de los intervinientes reclamantes de
condena según el vocatorio a juicio. En punto de la antijuridicidad,
para el Despacho no se echa de menos esta parte de la teoría o
de la estructura del delito en estudio, según lo expone el abogado
de USCATEGUI RAMIREZ, puesto que razona en el sentido de
que si el primer oficio 2919 no se ocultó para que se conociera
solo el falso, sino que por el contrario el 21 de julio fue entregado
al inspector del ejército, funcionario encargado en razón de su
cargo de adelantar las investigaciones para mirar qué militares se
encontraban involucrados en los episodios de MAPIRIPAN así ya
no era trascendente el segundo oficio.
14.- Pues sí lo era, y así hay que indicarlo como en efecto aquí se
indica, porque con ese segundo oficio se pretendió probar que la
información que dio el juez de MAPIRIPAN a cerca de la clase de
grupo armado y uniformado que recaló en dicha municipalidad era
confusa y en sentir de los procesados eso, tan solo eso, les
280
reportaría como justificaciones para la situación de cada uno de
ellos que pudiesen llegar a afrontar con posterioridad, y se
pretendió probar cuando convencidos lo aportaron a los procesos
cada que les tocaba dar explicaciones ante organismos de control
como la procuraduría y también en otras investigaciones, para
apoyarlas, y ahí pues con toda seguridad que se vio afectado el
interés de la sociedad de que a través de las autoridades
respectivas y en cada ámbito, como decir penal, disciplinario,
administrativo, en fin se conozca la verdad y eso corresponde a
intereses de estirpe pública, lo cual conlleva a indicar que no es
vacua o inocua la falsedad, que no falsificación documental que
se consumó en el presente evento. Con toda razón es que
referente a tal aspecto se haya dicho:
“Sobre esa temática, frente a falsedad en documento público, en reciente
pronunciamiento1 precisó la Sala que:
“….el antiguo concepto de que la veracidad e intangibilidad de los
documentos públicos debían ser respetados con independencia de la
nocividad o inocuidad de sus efectos en el tráfico jurídico por ser una
emanación del poder documentario del Estado, y que la sola alteración de la
verdad en los mismos merecía reproche penal, hoy en día con los modernos
desarrollos dogmáticos ha quedado relegado a un segundo plano, para dar
paso a otro prevalente en el derecho penal fundado en criterios de relievancia
social y jurídica, según el cual los documentos deben representar la
existencia de un hecho trascendente en el ámbito de lo social, sea creando,
modificando o extinguiendo relaciones jurídicas. De allí precisamente que en
la actualidad se exija que los documentos sobre los cuales recae la acción
falsaria necesariamente deben ser aptos para servir de prueba de un hecho
social y jurídicamente relevante.”
Desde esa óptica, para pregonar la concurrencia de la antijuridicidad material en el
delito de falsedad ideológica en documento público, no basta que el servidor público
haya mutado la verdad en el documento extendido en el ejercicio de sus funciones
1 Sentencia del 21 de abril de 2.004 radicado No. 19.930.
281
para considerar lesionado o puesto en peligro el bien jurídico de la fe pública, sino
que se requiere la demostración fehaciente del menoscabo o puesta en efectivo
peligro de otros intereses privados o públicos de cualquier índole, más allá de la
credibilidad de la colectividad en los documentos públicos, porque aquello es lo que
en últimas viene a configurar la antijuridicidad material.Es decir, que además de la
afectación de la confianza del conglomerado social en los documentos públicos, ha
de verificarse en cada caso concreto que en la relación jurídico social se causó daño
o se puso en peligro otros intereses particulares o públicos, que por lo general son
los derechos que pretende crear, modificar o extinguir el documento, pues es allí
donde la fe pública aparece como una verdadera garantía jurídico social, concreta,
objetiva y comprobable en el proceso. (Corte Suprema de Justicia, Sala de
Casación Penal, M.P, Dr. Sigifredo Espinosa Pérez, 22/06/06, rad.
23836.)
14.- Hay que dar paso ahora mismo a las ponderaciones
referentes a la responsabilidad que les asiste a los encartados en
este otro reato de conducta eminentemente activa y la
metodología será nuevamente la inveterada durante este
proferimiento; primero se analizará lo correspondiente a la
génesis de la adulteración documental, permítase decir, a la
versión o primera al respecto y luego a las de ratificación o
respaldo, replicas o interpelaciones a la misma.
15.- No ha faltado decir en el decurso del cometido aun en pie,
que el verdadero oficio 2919 el 16 de julio del 97 su signatario se
lo envió vía fax a USCATEGUI RAMIREZ, según lo expresan
ambos y que éste lo recibió ahí mismo y el ejemplar que se pasó
por el equipo de fax quedó en el archivo del BIPAR; lo que sí
hasta aquí no había quedado plasmado es que ese documento en
copia fue entregado por OROZCO CASTRO el 21 de julio y en la
sede de su batallón al inspector general del ejército quien se lo
282
allegó al comandante de esa fuerza en ese entonces y éste
dispuso que con base en el mismo se investigara.
16.- Quedó ya acotado eso sí, que diferente a como lo expresa
OROZCO CASTRO quien aprovecha la ocasión tal para hacer
una fábula que ya fue expuesta y analizada en precedentes
acápites, y quien también en el consejo de guerra aún insiste en
que desde que se inició el proceso hasta el día de su indagatoria
ni la procuraduría ni la fiscalía sabían del verdadero 2919 y utilizó
esa argucia como argumento y justificación para advertir en su
indagatoria que solo hasta ese momento diría la verdad -pero se
observó que aún así el engaño siguió siendo su guía-, no obstante
haber rendido infinidad de versiones, declaraciones en diferentes
procesos, en fin, que por diversas vías se allegó el manido
documento al proceso; una de ellas: la procuraduría llevó a cabo
inspección judicial al BIPAR y de allí lo extrajo y a su turno la
fiscalía hizo lo propio al expediente en donde lo glosó aquella y
tomó fotocopia, pero además el CTI entre numerosa
documentación también lo colocó en este encuadernamiento.
17.- No sería meritorio dejar pasar que OROZCO CASTRO
necesitaba de un estratagema al momento de rendir indagatoria,
así como cuando adveró que llamó al juez para hablar sobre el
juicio popular, para no mencionar otros mas, en procura de
cambiar la estrategia de defensa ciertamente aceptando que no
estuviese imbuido de quien no debía hacerlo y que solo le
comentó a funcionarios de la Embajada Americana, como él lo
dice, lo mismo que preconizó en su indagatoria, lo que como ya
se vio quedó fulminado, de donde se desprende el planteamiento
de que también a aquellos les fue desleal y mentiroso y de esa
283
manera ante esa Delegación igualmente propugnó por los
inmerecidos beneficios y bondades de los que luego entró a gozar
a instancias de diferente otorgante; por ello es que se clarifica que
advirtió que solo en ese momento supo que el verdadero 2919
había superado las fronteras del estamento militar y como estaba
confiado que eso no iría a pasar, se sorprendió y varió todo su
primigenio acervo dialéctico que él mismo ingresó al expediente y
aunque sugiere que no se preparó para esgrimir de la forma como
lo hizo, la verdad es que resultó atractiva esa versión, pero prima
facie y por eso no sería desbordado colegir, al menos su
autoaleccionamiento.
18.- Ahora, retomando ese segmento de que no sabía que la
fiscalía tuviese el veraz 2919, no debe quedar en el olvido al
respecto que tanto él como USCATEGUI ante el juzgado 31 de
instrucción penal militar (13 y 16 de diciembre del 97) se refirieron
a un oficio que fue modificado, pues el primero relató que lo
cambió para hacerlo mas concreto, menos exagerado y que
incluyera menos apreciaciones personales y para evitar una mala
interpretación del primero y que entre ambos 2919 transcurrió una
semana, pero el segundo lo hizo llegar el día en que USCATEGUI
le recomendó el cambio en la primera o segunda semana de
agosto del 97 y le colocó el mismo número y fecha porque se
trataba de un segundo borrador; el segundo a su turno estipuló
que le recomendó a OROZCO analizar el oficio 2919 por cuanto
registraba una serie de opiniones personales subjetivas sin
esbozar el sustento fáctico y por eso éste se lo envió en la
primera semana de agosto corregido y por fax. De manera que lo
dicho por los propios procesados llevaba a tener como existente
un primer oficio y ante ello, pues los investigadores o instructores,
284
solo debían buscarlo y como ya se sentó, por vía de inspecciones
lo lograron.
19.- El documento adulterado, lo exhibieron por primera vez, en
sus versiones libres ante la procuraduría en VILLAVICENCIO;
USCATEGUI RAMIREZ el 28 de octubre con el falso raciocinio de
que el mismo lo favorecería cuando el efecto fue como debía ser,
totalmente contrario y OROZCO CASTRO el 18 de noviembre del
97 (fls. 136,168 c. 3), que no fueron las únicas ocasiones, en respaldo de
sus respectivas aseveraciones en torno a que éste fue informado
por el juez como en modo dubitativo sobre presencia de personal
armado en MAPIRIPAN y así se lo transmitió a aquel y otras
cuestiones claro; en cuanto a OROZCO CASTRO hay que
apuntalar al respecto, como ya fue acotado en apartados
superados, que éste demasiado fue lo que cautivó con dicho oficio
y no ahorró esfuerzos en mencionarlo y sobre todo a la altura en
que se lee que carece de tropas, puesto que en el verdadero en
parte alguna lo indicó, valga decir que aspecto tan importante no
lo ubicó en dicho documento y así lo había hecho ya en su
llamada del 15 de julio, por eso percatado a la hora de hacer un
segundo 2919 no dejó escapar la oportunidad. Puede aquí con la
defensa de USCATEGUI RAMIREZ reflexionarse sugiriendo que
si OROZCO CASTRO no hubiese tenido algún grado de interés
en que no se molestara a los paramilitares en su atroz actuar,
habría elaborado el manido oficio en una redacción normal, sin la
misteriosa que se ingenió, cómo es que intercala y entremezcla
aspectos de diferente índole, dígase, primero habla del juicio
popular –quedó demostrado que no llamó para empaparse de
ello, ni esa misión tan siquiera era la que le había sido ordenada y
que el contacto con el juez fue enteramente fortuito- y luego
285
acopla lo referente a la ausencia del alcalde y personero
persiguiendo que el lector entendiera que esto último se lo
comentó el juez en concatenación con lo del juicio popular y eso
no es lo únicamente farragoso del mentado documento.
20.- Es cierto, el documento contempla algo importante y es
cuando habla de la presencia de personal armado como
paramilitares, o sea, noticia una anormalidad de orden público,
pero ello a la vez lo diluye o tiende a diluirlo, con todo lo que
anterior y posterior a ese segmento plasmó en el oficio, incluso
cuando luego de recomendar una operación que estaría a cargo
de supuestamente unidad superior o diferente a la B7, dice con
mentira inocultable que el juez no recomienda la operación, toda
vez que dicho funcionario afirmó en declaración que OROZCO le
pidió consejo una vez lo enteró de lo que estaba sucediendo y le
respondió que no sabía de tácticas militares ni cuestiones de
guerra y que eso lo debía saber OROZCO mas que él –EL JUEZ-
(fl. 67 c.3) , y lo volvió mas etéreo aún cuando en el resumen semanal
de inteligencia 029 cobijante del lapso del 10 al 17 de julio (fl. 213 c.48),
que hizo llegar a USCATEGUI RAMIREZ en esta última data
-cuando éste planeaba para ejecutar al siguiente día y en lugar
bastante lejano ante verdaderos e inminentes riesgos en
PUERTO GAITAN, una operación grande con involucramiento de
otras unidades aerotransportadas (fl. 13 ss c. 51)-, es decir en lo mas
mínimo hizo alusión al tema MAPIRIPAN y por ende ni a sus
fuentes al respecto y aceptable no es su excusa de que como no
lo proyectó, en cambio sí lo firmó no se dio cuenta, toda vez que,
en sentir del despacho y en lógica, tenía que ser por iniciativa
suya que ello quedase plasmado en documento de capital
importancia dentro del estamento militar y que sirve, como ningún
286
otro para percatarse de las situaciones que propicia o propiciara la
delincuencia y constituye fundamento para realizar operaciones y
se dice que por su iniciativa, rememorando que su personal del S-
2, no tenía conocimiento –se hace referencia a conocimiento
oficial, pues puede que privado sí, ya porque tuviese alguna
relación con los hechos alguno de los suboficiales de esa sección
del BIPAR- de la incursión paramilitar a MAPIRIPAN y él ya la
tenía desde el 15 de julio, entonces sabiendo que era él quien
tenía copiosa información al respecto, incluso la proveniente de
inteligencia militar ajena a su batallón, y su personal de
inteligencia no, porque como ya se vio no se la pasó, no podía
esperar que éstos hicieran en el resin referencia a la presencia
paramilitar en dicho municipio.
21.- Súmese a ello que OROZCO CASTRO se guardó el tema de
la carencia de tropas que de capital importancia se estima sin
duda alguna–ya se descartó con copiosidad de argumentos el que
nos las hubiese tenido, de una parte porque quedó informado de
la situación de MAPIRIPAN mucho antes de que las desplazara a
otro sitio, de otra, porque el motivo de ese desplazamiento apenas
fue postizo- por eso en el 2919 que en verdad elaboró el 15 de
julio, no lo dice y no pidió apoyo de tropa o apoyo para combatir,
pues emerge necesario especificarlos, puesto que según el
manual ff.mm.3-26 2ª edición 1987 su diversidad es palpable –
apoyo logístico, administrativo pag. 43, operativo pag. 129,130,
definiciones de apoyo pag. 62- porque según y obvio cómo saber
de esa manera que no las tenía y cómo saber que lo necesitaba
si tampoco en su llamada hizo alusión a nada de ello. Por eso es
que al Despacho le parece exagerado que haya tardado, porque
OROZCO CASTRO lo dice, desde que terminó de hablar con el
287
JUEZ -el Despacho hace aquí un paréntesis para recordar no solo
que conforme lo ha dicho este implicado, que no todas las veces,
serían como las 2 y unos cuanto minutos de la tarde y conforme al
JUEZ que fue siempre fiel a la verdad, estaría ese momento sobre
algunos minutos después de la 1:30 de la tarde; sino también que
si como el propiamente lo asevera fue USCATEGUI, éste
tampoco deja de hacerlo, quien le pidió que le mandara un oficio o
informe y con este habló después que lo hizo con el TOGADO, la
“imprecisión” al respecto es evidente- hasta la 1 de la mañana, en
redactar el oficio 2919 que comporta tan solo 2 hojas, si cierto es
que no tenía que consultar libros ni documentación, ni personas
para tal cometido. Ese documento en su elaboración normal no
conlleva ni siquiera una hora, pero cuando quiera que existe un
interés oculto y eso principalmente es el que lleva a generarlo,
para mantener aquel así en el anonimato, hay que recurrir a la
artimaña, tal pues la razón para manifestar que OROZCO
CASTRO para plasmar varios aspectos de su oficio 2919 recurrió
al acertijo, al jeroglífico y para alguien no versado en ello, su
asunción sí conlleva tiempo y qué decir de la dificultad, se ve
imposibilidad, en lo tocante a su entendimiento e interpretación
por el destinatario o terceros y ese era el efecto buscado en el
lector.
22.- Según figura en la respectiva acta, en la indagatoria de marzo
del 99 (fl.29 c.15) le fueron puestos de presente a OROZCO
CASTRO los dos documentos y reconoció como verdadero, el
mas detallado, el mas extenso que dice, empezó a redactar
momentos después de que habló con el juez y terminó a la una de
la mañana del 16 de julio y muy temprano lo envió a la brigada,
288
luego lo que recibió fue indiferencia y el coronel MOLANO se
burló de él y le dijo que por la boca muere el pez.
23.- Ese oficial al que se refiere el implicado, declaró que
ciertamente hizo esas observaciones y críticas y tampoco negó
haber recurrido al argot popular por tal vía, pues recurrir a ello en
él era permanente, según lo expresó y que obró porque a su juicio
y al de otros militares de la B7, el informe no se compadecía con
la metodología y redacción que estatuyen los manuales
respectivos de la milicia Colombiana y no debe perderse de vista
desde aquí mismo, no obstante que mas adelante figura, que a
éste es el procesado propiamente quien le da la razón y así lo
hace con su cojusticiable, al afirmar que se sintió orgulloso al
haber elaborado el 2919 saliéndose de los esquemas de los
informes militares, no era pues, inventado el motivo para el
llamado de atención; ni expresó ni dejó entrever el ex uniformado
declarante que la observación hubiese sido por haber OROZCO
CASTRO informado y mucho menos lo referente a la presencia
paramilitar en MAPIRIPAN, por eso para el Despacho es que el
incidente si se le permite llamarlo así, no puede ser acogido con la
significación satánica que tiene para el procesado en cuestión, lo
cual ha calado, valga decir, como un intentó tardío de MOLANO
por acallar en el ámbito predicho al citado justiciable.
24.- Expresó así mismo OROZCO CASTRO que al mes y medio
USCATEGUI empezó a presionarlo para que cambiara el oficio y
para ello lo llamaba a diario, por lo que para salvar el prestigió de
éste y evitar escándalos, además porque recibió amenazas
indirectas y en algunas oportunidades le llegaba anónimos
verbales insinuándole que se había equivocado al dejar por
289
escrito la realidad de MAPIRIPAN, se vio obligado a cambiarlo y
así encontraría tranquilidad temporal.
25.- Haciendo otro paréntesis a esta síntesis se ve en este
segmento nexo con el acabado de analizar, pues si ya había
allanado el camino queriendo translucir que la crítica de
MOLANO fue para favorecer la ilegalidad, aquí lo que hace es
simplemente transitar por ese sendero que ya despejó y con cada
paso le procura es mas terreno como alimento, pero no repara
que en ese afán cae en irracionalidades, como las que ya le han
sido develadas que lo propio se ha hecho con su recurrente juego
de palabras y como paradigma de ello es que denuncia haber sido
objeto de “anónimos verbales” y “amenazas indirectas” sin mas ni
mas, asaltando con eso, como ya mucho lo ha hecho, hasta la
mas precaria inteligencia.
26.- En ampliación de junio del 99 (fl. 74 c.19) se refiere nuevamente a
las presiones de USCATEGUI y aporta copia del oficio fechado 5
de agosto del 97 a través del cual éste dio explicaciones a la
procuraduría de VILLAVICENCIO y dice que se lo mandó a él
para que no lo fuera a contradecir cuando dijo que le ordenó
modificar el dispositivo y operar de acuerdo a sus prioridades.
27.- Impostergable deviene que se considere que ese documento
en efecto atiende al que refiere el procesado, mas no representa
prueba de que su cojusticiable se lo allegara, en tanto que no
explica cómo, por qué vía fue que se lo mandó, si a alguien o por
el contrario a nadie le consta, aparte de que repasado el mismo
no se halla en él indicio al menos de ello y también porque
OROZCO como interviniente o sujeto procesal, directamente o por
290
medio de su representante, podía hacerse al informe en cuestión
y así incorporarlo en esa ocasión en que lo hizo; tampoco
comporta persuasión sobre las presuntas presiones que en
mucho han sido derrumbadas, con fundamentación directa como
indirectamente, por cuanto que aceptando en gracia de discusión
que USCATEGUI RAMIREZ se lo hubiese enviado, no podría
descartarse que haya sido previo acuerdo, eso sí para el fin que
refiere OROZCO CASTRO, mas no puede tenerse que esa
alianza fuese justo para enfrentar la diligencia a la que alude, sino
que la misma se selló en un pretérito mas lejano y no para algo
insular como el que se evoca; por contra, para uno superior que
abarcaba el que se trata y todos los que surgieran de aquel.
28.- Continuando con su atestación refuta a USCATEGUI y así
firma que éste no le ordenó aclarar ni sustentar el 2919 y que
merced a sus presiones fue a VILLAVICENCIO en diciembre el 97
y se alojó en su casa, pero esa atención que le brindaba era para
que ante el juzgado penal militar y la DIV4 dijera que el primer
2919 nunca lo envió que lo hizo fue con el segundo; aseguró que
en agosto USCATEGUI lo llamó para que cambiara el oficio y por
fax le remitió un manuscrito mediante el cual le indicaba cómo y
en qué debía modificar el documento y se leía en dicho
manuscrito además, destruya este documento, lo cual hizo. El
mismo procesado ante la procuraduría el 3 de mayo de 2000 (fl. 106
c.49) amplió a solicitud suya la versión libre, porque dijo que el año
anterior pudo concluir que había sido presionado por USCATEGUI
para ocultar la verdad. Relacionado con el aspecto en verificación
y ante la pregunta de si fue participe del comentario que en
programa radial con todos los batallones hizo el coronel MOLANO
de que el 2919 era confuso, ambivalente cuando los oficios
291
militares debían ser precisos, concretos, en fin, sin
acompañamiento de conjeturas ni análisis personales carentes de
fundamento, adujo que en la semana del 20 al 25 de julio y del 27
al 31 aproximadamente, el hecho fue que dicho coronel ni
prudente, académico o suave fue en la crítica que le hizo y reitera
que le mencionó esa máxima popular. Agregó que USCATEGUI
pasados como mes y medio o dos meses, vio que el 2919 había
que cambiarlo y durante una semana o media mas, lo llamó por
microondas hasta que lo hizo viajar a VILLAVICENCIO para
decirle que no iba a responder solo y regresó al siguiente día y
luego de haber sopesado su futuro y el de sus hermanos
militares, los peligros y amenazas si se oponía decidió por la
presión de USCATEGUI cambiar el oficio en los términos que
éste quería, pues nunca por su propia convicción buscó alterar un
solo renglón de ese, mismo del que se enorgullece por haberse
salido el esquema de los informes militares, que no dijo en el
citado documento que se encontró con un paramilitar un sujeto
que se identificó como tal lo abordó. Hacerle espacio aquí debe el
Despacho, al oficio (fl. 55 y ss c.49) que si bien no tiene fecha de
emisión sí presenta la del 23 de marzo de 2000 en la cara anterior
de su primer folio y 8 del mismo mes y año en la idéntica del
último. Dicho documento, con la coadyuvancia de su defensor de
entonces OROZCO CASTRO se lo envía a quien para tal
momento fungía como juez militar de primera instancia. Le dice en
uno de sus apartes que para julio del 97 todas las tropas de su
batallón estaban comprometidas y siendo empleadas en la
operación conquista, y en otro segmento, que las llamadas que
durante una semana le hizo USCATEGUI le constan al coronel
GUSTAVO SANCHEZ GUTIERREZ de quien espera la entereza y
el valor de afirmar lo que estaba exponiendo y a ese mismo le
292
consta, porque lo recibió y se lo entregó a él –OROZCO- que
USCATEGUI le envió un fax en donde le sugería e insinuaba
cambios al 2919 y además señalaba que se debía destruir. En el
consejo verbal de guerra (fl. 79 c. 55), su última intervención en el
proceso, relató que luego de los hechos como mes y medio o dos
meses USCATEGUI lo llamó insistentemente y le insinuó que el
2919 se tenía que cambiar y eso lo hizo durante una semana y
remató su llamada enviándole un fax, que estaba en su oficina y
llegó el coronel GUSTAVO SANCHEZ y se lo entregó diciéndole
que se lo enviaba USCATEGUI; dice el procesado OROZCO
CASTRO: “era un manuscrito que decía señor Mayor OROZCO, insinuando hay
que cambiar tal numeral, hay que alterar este numeral, este numeral no nos
conviene, y terminaba el oficio diciendo, destruya este documento. Yo rompí el
oficio, me le metí de inmediato a la oficina al señor Coronel GUSTAVO SANCHEZ
GUTIERREZ y le dije Mi Coronel yo ya estoy desesperado con esta presión …”
viajó a VILLAVICENCIO a hablar con USCATEGUI quien le hizo
ver que en el caso estaban involucrados los dedos criminales de
la subversión, porque le habían interceptado unas
comunicaciones y para evitar que la imagen de la institución se
pusiera en tela de juicio era necesario cambiar el oficio y
automáticamente le favorecía a él como general y quedó
convencido que el cambio no iba a producir ningún daño, no los
iba a meter en problemas y le pareció que los argumentos que él
le dio básicamente referidos a la institución eran inconvenientes,
-el Despacho acota que se presentó como un error de digitación,
pues el sentido de la frase hace inferir que el interrogado
pronunció fue conveniente- y al día siguiente domingo regresó a
SAN JOSE DEL GUAVIARE y en esa semana, absolutamente
convencido de lo que un general de la república le había dicho en
ese sentido de que era importante el cambio de oficio porque
estaba en entredicho la imagen de la institución cambió el oficio,
293
es decir, lo elaboró en su propio computador y se lo envió a
USCATEGUI por fax y éste lo llamó y le dijo que recuperara el
verdadero que le entregó al inspector del ejército, por lo cual ya lo
había reprochado, o sea, “que me puso otra misión”, dice. Agregó
que la intención al elaborar el segundo oficio fue proteger a
USCATEGUI como consecuencia de sus amables atenciones en
VILLAVICENCIO y como consecuencia de los argumentos que le
presentó hablándole de la subversión y de la importancia de
mantener intacta y respetable la imagen del ejército nacional. En
otro momento indicó que se sintió constreñido, desesperado “y
cuando me rematan las llamadas con lo de un fax ahí fue la gota que derramó la
copa, que me hizo hablar con mi comandante de batallón y quien me autorizó viajar
a la séptima brigada a hablar con el señor general USCATEGUI”, recalcó que la
presión fue como al mes y medio aproximadamente, pasaron
varias semanas, luego dice que ya se acordó y revela que las
presiones se realizaron después del 22 de agosto porque ese día
asumió como comandante del BIPAR el coronel GUSTAVO
SANCHEZ GUTIERREZ porque el fax se lo entregó dicho
comandante, posteriormente expone que en septiembre viajó a la
capital del META y USCATEGUI lo recibió en su casa y el
argumento que le dio para cambiar el oficio fue institucional, le dijo
que había que pensar en el ejército y regresó y a la semana
siguiente envió el oficio falso, que ese proceso para el cambio del
oficio del que de paso dice que se originó porque en la B7 en
cabeza de USCATEGUI le ordenó, le dijo averigüe qué pasó en
MAPIRIPAN y garantice la seguridad y entonces le respondió al
que le ordenó y por esa razón fue que se dirigió a esa brigada,
duró como 2 meses.
29.- En torno entonces al dicho plural de OROZCO CASTRO
sobre las presiones recibidas, el Despacho ha hecho no solo
294
descubrimiento de sensibles contradicciones, sino también
detección de turgentes vacilaciones sobre aspectos basilares de
tal tema y por eso resalta que si en diciembre fue obligado a ir a
VILLAVICENCIO para indicar ante el juzgado penal militar y ante
el comando de la DIV4 que el primer 2919 no lo envió, o sea no lo
incorporó al tráfico jurídico o permaneció siempre en su ámbito de
disponibilidad, en efecto eso sería tal y como lo dice y constituiría
una especie de vis en su fuero por parte de USCATEGUI en caso
de que la prueba lo respaldara, pero acontece que refiriéndose él
como efectivamente se refiere a la versión que el 13 de diciembre
del 97 rindió ante el juzgado 31 de instrucción penal militar en
VILLAVICENCIO y a la cual un tanto in extenso en precedencia ya
nos referimos, cuanto adujo allí fue totalmente contrario, toda vez
que consistió en que cambió el 2919 y que lo hizo el día en que
USCATEGUI le recomendó el cambio y claro estima el Despacho;
para éste “recomendar” el cambio pues ineluctablemente que
tenía que saber qué decía el que se iba a cambiar y para tener
conciencia de esto totalmente debió haberle llegado a
USCATEGUI y efectivamente enviárselo OROZCO, de donde
surge que éste no se sujetó a las “presiones” por lo que se infiere
que USCATEGUI no desde esa ocasión, sino desde mucho antes
porque además aquel ab initio manifestó que le comunicó y así
quedó notificado, seguramente de manera tácita por parte de
OROZCO que en éste no iría a encontrar a un elemento maleable
ni manipulable y por el contrario sí rígido y adusto, como así y
además con gran severidad lo muestran las órdenes del día (fls. 26 ss
c. 61) del BIPAR, pues consta en ellas que por cosas insignificantes
reprendía y estipulaba castigos a sus subalternos, fuese oficiales
o suboficiales, por cuestiones insignificantes y lo mas atendible,
que lo hacía sin importar lo que pudiesen decir sus pares, pues
295
nótese que era el segundo comandante del batallón, claro que
cuando asumió como encargado no dejó de hacerlo, pero aún así
las imponía con tal rigor y hasta en presencia del teniente coronel
comandante de la unidad, sin ese temor reverencial que se le
tiene a los superiores porque se llegue a pensar que analizaran y
escrutaran esas actitudes y se vea que el subcomandante ejerce
el cargo con soberbia y hasta quiere opacar con su protagonismo
a quien está primero en el escalafón militar, poco le importa
concientizar para hacerse obedecer y así, pues abusa de su
posición superior, de ahí y por lo analizado en paginas anteriores
en donde versó su grado, su antigüedad en el mismo y en la
institución castrense, su recia personalidad, su autonomía e
independencia para ejercer el mando, que este Despacho no
compagine con la pretensión de ver en OROZCO CASTRO a un
hombre de la candidez extrema o tan noble que aun sabiendo que
las ejecutorias que desplegaría a pedido de un superior le
representarían consecuencias sumamente graves, que no tendría
ni en lo mas mínimo comparación con las que probablemente
afrontaría en caso de mostrar oposición, no las refrene; y sí, para
esa reflexión hay que no dejar de lado que la persona en cuestión
tampoco atendía a un soportador de ignorancia, pues
precisamente por sus logros y su trayectoria y superación
intelectual y su sagacidad, se descarta de plano ello y así
tampoco haya eco su atestación de que se dejó presionar porque
se le dijo que no afrontaría consecuencias penales, solo
disciplinarias.
30.- Ahora si hubiese existió el fax manuscrito que dice OROZCO
CASTRO le fue enviado por USCATEGUI, quien en todo
momento ha dicho que eso no es verdad para a semejanza de él
296
modificar el verdadero 2919 teniendo presente el Despacho que
desde diciembre del 97 aquel viene acotando que cambió dicho
oficio y que lo hizo por sugerencia o consejo de éste, pues ni
quitaba ni ponía que desde ese momento dijese de qué manera
fue que le sugirió o recomendó USCATEGUI el cambio, si como lo
planteaba el asunto era sano y OROZCO era consciente de que
así era, es decir, exteriorizar que le envió un modelo para que con
base en él hiciera las variaciones al documento, de ahí que no
sea admisible que ni siquiera en la indagatoria (25 de marzo del
99) lo hubiese expuesto y solo hasta ampliación de la misma lo
manifestara, es decir, pasados mas de 2 años de estar dando
explicaciones sobre los hechos y tampoco porque siendo ese
aspecto connatural al que se estaba refiriendo o mejor
denunciando, no cabe el olvido ni ningún otro motivo e
importantísimo sustento de su defensa, mas cuando había dicho
que se estaba reencontrando con la verdad, no lo hubiese
esgrimido en su injurada, menos es aceptable, porque si dice
OROZCO CASTRO que USCATEGUI lo hizo ir a
VILLAVICENCIO para señalarle los cambios al oficio 2919 y que
le hizo algunas atenciones, lo lógico es que si entre ambos en esa
oportunidad no elaboraban el falso que era lo mas apropiado,
pues si se trataban de presiones las de USCATEGUI, que
tampoco obedece a persona ingenua en procura de esas
modificaciones ahí mismo se aseguraba que su víctima en el plan
las hiciera y de la manera como lo estaba imponiendo y de una
vez quedarse con el documento nuevo o si pensaban que como el
primero se envió por fax y además debía quedar prueba de que lo
envió desde SAN JOSE DEL GUAVIARE, debía llevárselo
OROZCO y hacer desde su destino tal envío y lo segundo era lo
mas viable además porque USCATEGUI no correría riesgo de
297
que como estaban las cosas quedara prueba y no prueba
respecto de algo, sino de su propia letra, de que se valió de su
rango para falsear por conducto de OROZCO el documento y esa
prueba sería ese supuesto manuscrito en caso de que OROZCO
no lo destruyese y decidiese quedárselo pensando en cualquier
eventualidad.
31.- También coherente era que si por alguna razón aún habiendo
viajado a VILLAVICENCIO OROZCO no en obedecimiento a
presiones, sino a la conjunción de voluntades, para el cambio del
oficio ello no se hubiere llevado a cabo ahí y entonces cabría
preguntarse cuál la razón para haber ido, pero al margen de ello,
lo mas seguro por mero instinto de conservación para ambos, era
que USCATEGUI le hubiese entregado a su subalterno el
instructivo para falsear el 2919, personalmente y no hacérselo
llegar por fax, sin prevenirlo antes para que estuviera pendiente y
lo recibiera él mismo y evitar que terceros se enterasen de ello,
dada la delicadeza y gravedad del asunto, porque téngase en
cuenta que así ocurrió según OROZCO CASTRO, hasta el punto
que fue nadie mas ni nadie menos que el comandante del batallón
quien como si no tuviera un ayudante, auxiliar, secretario, en fin,
tomó el documento del equipo de fax, lo llevó a donde OROZCO
CASTRO estaba y se lo entregó.
32.- Como ya quedó visto, así como a OROZCO, sin razón
valedera – dijo en su indagatoria que todo lo que advirtió en el
pasado era falso y en esa ocasión se reconciliaría totalmente con
la verdad- lo cogió bastante la noche para esgrimir que hubo un
manuscrito con instrucciones que se le allegó vía fax y en un
contexto que hacía concluir que el documento remitido de tal
298
manera lo recibió él directamente y que por lo mismo excepto
USCATEGUI obviamente, mas nadie tuvo conocimiento de ello,
pasó igual con el tercero que entronizó como receptor del
documento que se lo entregó a él en su condición de destinatario.
Ciertamente, ya quedó sintetizado que en el expediente obra un
documento como de marzo de 2000 cuyo signatario es el
procesado OROZCO CASTRO y es en donde por primera vez en
este proceso, porque a la procuraduría en enero de ese mismo
calendario, ya había enviado similar memorial, incluye a
GUSTAVO SANCHEZ GUTIERREZ el teniente coronel, además
comandante del batallón al cual pertenecía, en el rol de entregarle
el multicitado manuscrito, después de que lo desprendiera de la
maquina de fax y así extingue la inferencia lógica de que había
sido él quien directamente lo recibió del respectivo equipó de
comunicación, que era como lo mas sensato y además coherente
según su relato y en el consejo verbal de guerra reiteró esa
aseveración diciendo que tan pronto como recibió el fax lo rompió
y se le metió a la oficina de su comandante manifestándole su
cansancio merced a las presiones, por tal razón es que no
entiende el Despacho cómo había dicho que falseó, luego de
haber regresado de VILLAVICENCIO el 2919 teniendo como
base el manuscrito si tan pronto como lo recibió, que fue antes del
viaje lo rompió.
33.- Siendo ello así y recordando nuevamente que OROZCO
CASTRO en enero de 2000 había hecho llegar un memorial igual
al referenciado en precedente acápite a la procuraduría, por ello
y porque USCATEGUI RAMIREZ en su versión de refutación al
respecto (fl. 175 c.51) ante ese organismo de control lo solicitó, esa
299
entidad llamó a declarar a SANCHEZ GUTIERREZ (12 de mayo
de 2000, fl. 133 c.49) quien ante la pregunta urgente, no fue categórico
ni tajante, pues contestó fue como argumentando, tal que lo hizo
en la que rindió en el consejo verbal de guerra en donde a pesar
de estar OROZCO CASTRO y su defensor los mas interesados
ningún interrogante le lanzaron en aras de concretarlo, por eso es
que per se imposible desecharlo.
34.- Dijo el testigo que le era muy difícil recordar qué documentos
recibió en el desempeño de su cargo dada la cantidad de los
mismos y que al comandante del batallón no le correspondía
manejar el fax, porque para eso existía un estafeta, un ayudante y
eso lo reiteró en el consejo verbal de guerra agregándole que esa
persona era especialmente el que tenía acceso al fax del que dijo
además, que un tiempo estuvo en el comando, luego en el Dos –
se refiere a la sección de inteligencia de la unidad militar-,
después en la ayudantía, pero no sabe en qué fechas en cada
lugar, acotando de que no era el conducto normal de envío de un
documento de un comandante de brigada a un subalterno suyo y
lo correcto era que si aquel debía emitir una orden a cualquier
miembro de su batallón, debía hacerlo a través del comandante
del batallón con las características de las ordenes militares y
concluyó diciendo que estaba seguro que no recibió orden tal para
OROZCO CASTRO y de otra parte que existe un procedimiento
para la documentación a cargo del ayudante y si se tratase de
algo personal entre los mencionados es desconocido para él y no
cree que USCATEGUI se hubiese valido de un oficial
completamente nuevo y desconocido para que se prestase a
tramitar asuntos personales y de contera descartó cualquier
conocimiento sobre presiones de USCATEGUI A OROZCO;
300
manera idéntica utilizó para referirse al asunto en la audiencia
pública.
35.- En consecuencia, hasta aquí, lo relacionado con el
manuscrito, tanto con la existencia del mismo como del tercero
que se lo entregó a OROZCO queda en el plano de la mentira, y
ello puede el Despacho afirmarlo confiado en la superada
argumentación, o sea por lo ya expresado respecto de cuanto
dijo tocante con ello dicho procesado y de otra por lo que advirtió
el testigo, quien dicho sea de paso no se puede estigmatizar de
mentiroso, pues sus aseveraciones nada de rayanas en la falacia
ni en el absurdo se observan, solo que no fue preciso, respondió
con tesis e hipótesis mas que categóricamente, si algo indicó al
respecto como que con seguridad, fue no recordar haber recibido
el documento.
36.- Entre tanto, no le haya la razón el Despacho al procesado
OROZCO CASTRO el decir que pasados mes y medio o dos
meses es que se dieron las presiones y terminó con la
modificación del oficio y a ese lapso es que se aferra en sus
versiones desde que entronizó tal punto, pues ya se vio que otrora
aseguró que a principios de agosto del 97 fue que le allegó el
segundo 2919 a USCATEGUI RAMIREZ y éste en su pluralidad
de versiones ha coincidido con esos días. Podría pensarse, tan
solo eso, que le asiste razón a aquel, habida consideración de
que en su oficio del 29 de agosto del 97 (fl.98 c.3) dirigido a la
procuraduría ante un requerimiento que le hizo y como se tardó
sumamente en proceder a informar, se lo reiteraron, no menciona
uno u otro 2919, ni tácitamente hace referencia a ello,
simplemente manifiesta que una vez terminó de hablar con el juez
301
de MAPIRIPAN comunicó lo pertinente al comandante de la B7,
es decir, no dice si lo hizo por escrito o por teléfono; USCATEGUI
con fecha 5 de agosto del año en cita (fl. 72.c3), hizo lo propio ante el
mismo organismo de control y él sí expresamente adujo que la
información de aquel la recibió mediante llamada telefónica, omitió
la escrita.
37.- Motiva lo anterior el razonamiento de que para entonces el
2919 falso aún no existía, pues lo habrían aportado a esos oficios
o al menos hecho referencia en tales documento; sin embargo no
es lo único que se puede inferir al respecto, pues fíjese que en los
oficios que se están tratando, en ambos se observa que sus
autores colocaron el ámbito relacionado con la clase de presencia
extraña en MAPIRIPAN en modo dubitativo ora desconocido y en
efecto, así mismo es que se contempló en el embustero oficio
2919 (fl. 134 c.3) y así se yergue es la idea lógica también, por
supuesto, de que dicho documento para entonces ya obraba, pero
no vieron la necesidad aún de ventilarlo a lo sumo, por el no
advenimiento hasta ahora de imputaciones y mucho menos
graves.
38.- Lo cierto es que tan pronto finalizaron los hechos, los
conocieron los medios de comunicación, la comunidad, las
autoridades en fin, y se conoció casi ahí mismo que muchos de
los verdugos de los pobladores de MAPIRIPAN desembarcaron
con sus pertrechos en el aeropuerto de SAN JOSE DEL
GUAVIARE custodiado por el ejército; deambularon por vías
sobre las cuales se posaban retenes de la misma fuerza, dígase
mejor que en ambos casos se hace referencia al batallón joaquín
parís, incluso transitaron a metros, casi a pasos de donde estaba
302
apostada una brigada con inimaginable poder bélico y sin
embargo ni interceptados y mucho menos neutralizados por esas
fuerzas estatales fueron, cuestión que los coasociados no
pudieron comprender y por eso lanzaron acusaciones contra el
ejército, a expensas de tal es que desde dicho momento o muy
poco después se dice, es que tuvo que haber entrado en escena
el mendaz 2919, o tan siquiera tenerlo preparado para ello.
39.- Desde esa perspectiva que apareja buen grado de lógica,
haber falseado el documento mes y medio o dos meses contados
a partir del 21 de julio, no tendría caso y desde la misma es que
se encamina admisible lo que contó OROZCO CASTRO en su
primeras versiones aludiendo a la modificación del 2919 en las
que adujo que el segundo o espurio informe lo hizo llegar a la
brigada como en la primera o segunda semana de agosto,
precisamente cuando USCATEGUI recomendó el cambio y mas
adelante dice que a mediados del mismo mes (13 de diciembre
del 97 fl. 118 c.15 jdo 31 inspenal militar de Villavicencio); en otra
ocasión (14 de diciembre del 97 fl. 39c.18 ante el comandante de la
DIV4), las expresiones fueron las mismas. El cambio lo
recomendó USCATEGUI y se lo envió por fax la primera o
segunda semana de agosto, de suerte que se observe que desde
su indagatoria en la fiscalía, para entonces ya en su mente
figuraba la idea de que algo de su dicho había despertado reparo
y reparo, dígase a manera de ejemplo, la negación de no haber
hablado antes del JUEZ con otra persona en MAPIRIPAN, la
comunicación de inteligencia militar que siempre desconoció, tan
solo para enlistar esas, y así seguir en la mera tónica de
defenderse no le representaba futuro, por eso debía acompañarla
de otra y esa que entronizó fue de total y contundente acusación,
303
no solo contra su coprocesado, sino respecto de los otros
militares implicados, incluso contra la misma institución y esa
táctica defensiva implicaba hacer innumerables cambios y entre
ellos, la fecha en que se produjo la modificación del oficio 2919.
40.- Y, para cerciorarse de cuanto se apuntaló antes, de que
USCATEGUI RAMIREZ aseveró que el oficio “modificado” no lo
recibió luego de haber pasado ese largo transcurso del que habla
OROZCO CASTRO, es de necesidad remontarse a sus salidas en
todos los procesos. Así que el 16 de diciembre del 97 ante el
juzgado 31 de instrucción penal militar (fl.125 c.41) sostuvo que en la
primera semana de agosto le recomendó a OROZCO analizar el
2919 ya que registraba una serie de opiniones personales sin
sustento fáctico y éste quien tenía todas las facultades para
aceptar el comentario o no, que no era de imperativo
cumplimiento en tanto era el autor del documento, le envió por fax
el oficio corregido. Relató además, que el hecho de que las farc
iniciaran una campaña de desprestigio contra la fuerza pública y
especialmente el BIPAR en haber perpetrado la masacre llevó a
OROZCO a corregir el oficio. Luego en indagatoria fechada 16 de
abril del 99 (fl. 116 c. 19 A) arguyó que le ordenó a OROZCO que le
aclarara, sustentara y cotejara con otras fuentes que tenía, el
documento y en la continuación de la misma del 19 de abril del
año citado (fl. 5 c.16) sostuvo que en la primera semana de agosto le
llegó el segundo 2919 donde OROZCO por iniciativa propia hizo
unas correcciones y supresiones a las especulaciones y
falsedades que plasmó en el primero y aceptó así el documento
porque seguía contemplando la información básica, entre ello que
el autor carecía de tropa, aparte de que con ese era mas
defendible sortear una omisión ya que las farc le estaban
304
atribuyendo la masacre al ejército, pero también por proteger a su
subalterno porque sabía que no estaba comprometido con
paramilitares y a él mismo y se menciona para decir que conserva
el original del 2919 y no lo entrega porque pertenece al archivo de
la B7. En ampliación de indagatoria registrada el 11 de mayo del
99 (fl. 156 c.19 a) se refirió a las modificaciones que OROZCO entregó
un mes después de los hechos e indicó que las aceptó porque
para entonces no sabía lo que conocía en el momento de esta
diligencia, pero el coronel MOLANO fue el que dio instrucciones a
aquel y le ordenó precisar el citado informe por las inconsistencias
que presentaba. Ante el juzgado 41 de instrucción penal militar
amplió la injurada de allí y eso fue el 3 de noviembre del 99 (fl. 13.
c.48) mencionó que la modificación recibida en la primera semana
de agosto y que se adaptaba a la terminología y redacción militar,
según el manual de correspondencia y archivo, fue a iniciativa de
OROZCO. En mayo 2 de 2000 (fl. 175 c.51) a la procuraduría le
comentó que su coprocesado es el autor de los dos oficios y los
elaboró por su propia iniciativa, sin presión y el segundo lo envió
la primera semana de agosto; recordó que la última semana de
julio habló con OROZCO CASTRO y como a un subalterno le
llamó la atención por haber dicho en el primero 2919 que tuvo un
encuentro con paramilitares y no se lo comentó a su comandante
de batallón, la DIV4 y la B7 y por eso en las estadísticas quedó
que en el primer semestre del 97 no habían paramilitares en el
GUAVIARE. En el consejo verbal de guerra (fl. 37 c.55) expresó que a
finales de julio cuando el ejército decía que los crímenes los
cometieron las farc y viceversa, llamó a OROZCO y le dijo que el
2919 era confuso y la correspondencia militar exigía unos
requisitos y a la final que se ajustara a la verdad y le pidió que se
lo aclarara y lo sustentara y en la primera semana de agosto le
305
llegó el segundo 2919 y lo recuerda porque salió a vacaciones el
7 de ese mes, mas luego dice que el 8 y regresó hasta
septiembre. Luego, en la audiencia pública arguyó que nunca le
dijo a OROZCO que cambiara tal o cual parte del oficio y éste lo
analizó el 12 de agosto y como vio que se prestaba para
diferentes interpretaciones habló con aquel, mas no lo presionó.
42.- Tal y como apenas se alcanza a observar, las aseveraciones
de USCATEGUI RAMÍREZ en torno al interregno de los hechos a
la alteración del documento, guardan mas sensatez y no solo
porque al respecto siempre, excepto en la audiencia, pues dijo
que el 12 de agosto le detectó las falsedades al 2919 y por eso
habló con OROZCO, se haya desenvuelto tal, lo cual es relevante,
pero no por si solo, sino por lo que comportan armonía con lo ya
concluido. Queda claro para el Despacho que el oficio falso fue
elaborado y enviado en el mes de agosto a lo sumo a mitad de
éste y no en septiembre o en el mes siguiente, por esta otra razón
es que vuelve a quedar en vilo la existencia de un manuscrito
creado por USCATEGUI y enviado por fax a OROZCO para que
alterara el oficio respectivo y también la intervención de
SANCHEZ GUTIERREZ en el asunto, pues éste llegó a SAN
JOSE DEL GUAVIARE como comandante del BIPAR el 22 de
agosto, o sea posterior a ello, pero además, porque como ya se
acotó e incluso fue dicho por el propio declarante, USCATEGUI
para asunto tan delicado no se iría a valer de un militar
desconocido e igualmente por la razón de que OROZCO a quien
no le iría a llegar el supuesto fax inconsultamente, es decir, sin
comentarle antes el remitente que se lo enviaría y por lo tanto
documento que contempla cuestión tan sensible no era para no
estar pendiente del momento de su arribo en evitación de que
306
terceros tuviesen acceso al mismo, no se haría el desentendido y
esperara que otro lo recogiera y se lo llevara y ese otro resultó en
su versión, nada menos que el comandante del batallón, con
quien ninguna cercanía ni confianza tenía y quien sabiendo que
recientemente se cumplieron unos hechos sumamente graves,
respecto de los cuales el batallón del cual ahora era su timonel,
tuvo injerencia, lo mas verosímil era que se mantuviese al margen
de cuanto se relacionara con ese episodio.
43.- Así, también, el argumento de las presiones ya se vino muy a
menos y su caída en barrena ya se observa. En varios apartados
se indicó que OROZCO CASTRO no obedecía a un ser
coaccionable o presionable como quiere aparecerlo y se dieron
las razones de esa aseveración y ya igualmente se demolieron en
mucho, sus afirmaciones acerca de que fue obligado por su
coimplicado para variar el oficio 2919, puesto que él no tenía
ningún motivo para hacerlo, postura diferente es la del Despacho
y lo prueba recurriendo a la acreditación ya hecha y que toca con
la refutación de que llamó al juez y de que lo llamó para extraerle
el conocimiento sobre el juicio popular, tópico sobre el cual sobra
volver minuciosamente, por cuanto que en mas de una vez se
asumió de tal manera, de suerte que necesitaba reafirmar ese
puntual aspecto y por eso obra también en el espurio 2919.
44.- A juicio del Despacho y por lo ya tanto ponderado del
comportamiento de OROZCO CASTRO antes y durante los
hechos; antes y durante las actuaciones de las autoridades, entre
ellas la presente, su planeamiento de los hechos le exigía
mostrarse como un militar bastante honesto e incorruptible,
porque de lo contrario como fue indicado, en mientes suya obraba
307
que lo podían hacer a un lado y poner en actividad a otro militar y
ello no consultaba su anhelo de que no hubiese gestión militar
estatal en MAPIRIPAN y para hacerlo bien, debía sacrificarse un
tanto confesando que tuvo que pasar por una prueba de fuego y
por eso es que escribe en el primer 2919 que 4 meses atrás la
organización paramilitar lo abordó y uno de sus miembros le
manifestó que estaban interesados en hacer una limpieza en
TOMACHIPAN y le pidió apoyo y presencia de tropas para
legalizar los muertos y qué tan similar es esa propuesta, dígase
de paso, a la que le hizo LINO SANCHEZ PRADO, quien era
cercano al bien conocido ex suboficial del ejército RENE
paramilitar con asiento en la capital del GUAVIARE, al coronel de
la policía antinarcóticos ALDANA BELTRAN de que se
aprovechara una operación que éste adelantaría en punto
cercano a esa localidad para entrar paramilitares en aras de darle
una lección a la subversión; claro si la masacre de MAPIRIPAN
no hubiese tenido tanto despliegue y lo principal, si todas las
miradas no hubieran apuntado al ejército, dígase BRIM2 Y BIPAR
que eran las unidades apostadas en la capital del GUAVIARE y
por consiguiente, pues muy cercanas a la municipalidad en
mención y no la podían dejar expósita, lo cual no ha sucedido con
otras, sinceramente no habría tenido motivo OROZCO CASTRO
para apostatar de ese grave relato y querer a toda costa
extinguirlo de la faz del 2919, eso precisamente y el hecho de que
luego en la versión del 3 de mayo de 2000 (fl. 106.c49) pretenda poner
en modo de inseguridad cognitiva o cognoscitiva ese encuentro
con la representación de la criminalidad organizada al sostener
que no dijo en el verdadero 2919 que se encontró con un
paramilitar “un sujeto” que se identificó como tal lo abordó, lo que
lleva a concluir que por ese otro aspecto, como el atinente a la
308
carencia de tropas y el que dice relación con la labor que
desarrolló al respecto, pues que en el falso ya coloca aquello y
además que a su personal de inteligencia los ocupó en el caso
MAPIRIPAN, también le servía adulterar el documento, o sea
tenía plural móvil delictivo y falsario concretamente y tan es así
que los temas motivo de supresión no aparecen en el espurio
2919 y sí los que urgían su incorporación, entonces no podría ser
por iniciativa de USCATEGUI RAMIREZ, además impuesta so
pena de utilizar su grado y jerarquía para procurarle situaciones
adversas dentro del estamento militar a OROZCO CASTRO, la
modificación del documento en ese preciso ámbito.
45.- Véase que OROZCO CASTRO en su primer 2919 luego de
hacer el reseñado relato coloca punto y para evitar la
desconfianza en él, plasma: “En esta oportunidad nadie se ha comunicado
conmigo, asumo que debido a que vienen de otra región, pues a los que me
insinuaron ese acto de ilegalidad les manifesté que no contaran conmigo para
nada. Mi posición es nítida y radical al respecto, primero lo Constitucional, lo legal”
y a ello el Despacho apunta que para un militar y mas de su grado
y antigüedad, incluso por su cargo cual era segundo comandante
de batallón, lo constitucional y lo legal verdaderamente, claro si
como lo dice en el manido oficio no comulgaba con los
premilitares, era denunciar ante las autoridades respectivas ese
incidente y prestarles toda la colaboración como querellante y
como autoridad militar, para propender al menos extinguir ese
lastre en la sociedad; o si no, confiarle el asunto a su personal de
inteligencia en procura de que éstos también minimamente, no
siguieran consignando en sus respectivos documentos que en
SAN JOSE DEL GUAVIARE ni sus alrededores existían
paramilitares y dejaran de añadir en los mismo que la guerrilla
haciéndose pasar por paramilitares cometían asesinatos, como se
309
alcanza a leer en un resin -resumen semanal de inteligencia- del
BIPAR.
46.- Entre tanto, volviendo al segundo segmento del citado 2919
traído a colación, indiscutiblemente que es complemento del
anterior y persigue el mismo fin y además el de garantizar que no
ha vuelto a ser abordado por los paramilitares y menos en esa
ocasión en que se encaminaron hacía MAPIRIPAN y lo garantiza
bajo la circunstancia de proceder aquellos de otra región, mas
para el Despacho ese planteamiento tiene otra lectura que concita
suma sindéresis. Justamente, cuando el autor del documento
apunta en el mismo que no lo han llamado para dicha oportunidad
y en su sentir es porque los paramilitares vienen de otra región,
también lo que quiere significar es no solo que no es cierta la
negación de presencia militar allí y que siempre ha hecho y por lo
tanto tampoco y ya fue dicho, su afirmación en el 2919, ordinal 10
así “máxime que ahora aparece en el escenario otro factor perturbador del orden
público”, porque era patente esa presencia y este aserto se
respalda con el dicho de JOSE LUIS PARRA VASQUEZ en esa
época fiscal regional de la capital del departamento en comento
(fl.131 anexo 16) de que se convivía con el fenómeno de grupos de
justicia privada; de que los paramilitares hacían retenes,
identificaban a la gente, a diario sacaban personas de sus casas
cuyos cadáveres luego se encontraban y eso se incrementó luego
de los acontecimientos de MAPIRIPAN, en cambio la guerrilla era
disimulada, de donde se desprende lo que hasta mas no poder
han rechazado los militares emplazados en SAN JOSE DEL
GUAVIARE y que de alguna forma han expuesto sus vivencias en
este proceso y es la real y desfachatada presencia de
paramilitares en esa ciudad y sus anexidades.
310
47.- Así y por tal modo OROZCO CASTRO era consciente de la
existencia en la capital del GUAVIARE de ese grupo al margen de
la ley. También el entendimiento para él, se concluye con base en
la parte de su escrito, de que si los paramilitares que llegaron a
MAPIRIPAN fuesen los mismos que campeaban en la citada
capital, hubiese habido otro acercamiento con él y para eso
indudable que tenían que ver en él a un militar que al menos los
escuchaba y no los delataba, como los escuchó y no los delató 4
meses atrás y eso en una autoridad militar es tanto como dejarlos
hacer y para el evento en concreto, dejarlos hacer lo que aseguró
el fiscal PARRA VASQUEZ. De todas maneras, el que hubiesen
llegado de otra región no se constituía en real talanquera para no
comunicarse con OROZCO CASTRO, si como lo dice EDISON
LONDOÑO NIÑO alias PASAJE y es vox populi y existe fallo al
respecto, el ex suboficial del ejército “RENE” convertido ya para
esa época en paramilitar y destacado en la capital del GUAVIARE
fue quien integró y lideró la avanzada de los paramilitares
llegados del URABA, cometido que no puede asumirse de un
momento a otro, sino que necesita de una paciente y celosa
preparación y por ello se prolonga en el tiempo, no días sino
meses y ese Elemento era cercano a LINO SANCHEZ y seguro
que a otros militares, pues fue quien se entendió con los
uniformados del puesto de control fluvial en EL BARRANCON
para que les permitieran el paso a las lanchas contratadas por los
paramilitares.
48.- En ese orden de ideas, cabe luego hacer ver que
USCATEGUI RAMIREZ, quien como lo dice sin que exista
elemento de persuasión para replicarlo, para esa época ignoraba
311
que militares de SAN JOSE DEL GUAVIARE estuviesen
involucrados en los hechos y su ingenuidad era total respecto del
verdadero comportamiento de OROZCO CASTRO frente a los
hechos y sobre lo que éste le expresaba tocante con los mismos,
que como ya se vio no era cierto, pues los respaldaba como al
estamento del cual dependían todos, que no tozudamente porque
ya se escribió que carecía de conocimiento para una actitud
contraria, tan así que algo en su perjuicio sostuvo por suficiente
tiempo y es que OROZCO CASTRO en el primer oficio lo enteró
de que estaba en completa orfandad de tropas, cuando como
mucho se ha dicho, eso nunca se lo comentó ni se lo escribió y sí
hábilmente lo colocó en el ficticio y qué despliegue tan profundo le
dio a esa parte y cuando vio a lo último que no era coherente
seguir ventilando de esa manera porque se propuso defenderse
atacando y reconoció como verdadero el primer 2919 y como
consecuencia de ello ya no tenía ninguna importancia el segundo,
elaboró la versión de que cuando escribió en dicho oficio la
recomendación, con la misma estaba comunicando su carencia
de tropa, de ahí que se diga una vez mas que a quien
verdaderamente y en mayor proporción favorecían las
modificaciones y supresiones al 2919 era al mismo OROZCO
CASTRO, obsérvese que hasta lo alcanza a afirmar que pretendía
evitar que se malinterpretara y se dijese que tenía nexos con los
paramilitares y lógico que tiene sentido, y si acaso a USCATEGUI
RAMIREZ, pero se repite para ese tiempo cuando desconocía la
deslealtad con la que se le trató, la parte que relaciona la
naturaleza del grupo uniformado y armado que entró a
MAPIRIPAN y la recomendación de llevar a cabo una operación,
objetable obviamente porque como ya quedó clarificado OROZCO
312
CASTRO no se encontraba inmerso en real situación de orfandad
de tropa.
49.- En concatenación, ha de advertirse que esa falsa
representación en USCATEGUI RAMIREZ de que podía verse de
alguna manera involucrado e iría afrontar investigaciones, lo llevó
a establecer una alianza con OROZCO CASTRO quien no
dudaba que su oficio 2919 lo perjudicaba, para defenderse y
empezaron por atentar contra la fe pública, y USCATEGUI por
su parte, aunque no lo reconoce, según su dicho que no ha sido
uniforme en ese sentido, se concluye de ahí también que intervino
en la ilicitud en cuestión, pues adujo que le recomendó, que le
ordenó, que le pidió que lo aclarara o sustentara y además afirmó
que le habló para ello, pero igualmente dice que MOLANO fue el
que le dio a OROZCO instrucciones y la orden de precisar dicho
oficio, manifestando igualmente que OROZCO hizo las
modificaciones por iniciativa propia. De ello, porque el procesado
de lo que dijo explícita, no implícitamente y con ello se refiere el
Despacho a cuando dice que recomendó, ordenó, le pidió a
OROZCO CASTRO quien así lo ha manifestado entre toda su
gama de versiones sobre tal aspecto, corregir, sustentar,
modificar, en fin el conocido documento, devela y reafirma su
participación y su responsabilidad en ese atentado, cuanto
aconteció, de un lado es que quiere denotar que era sana y por lo
tanto no punible su ejecutoria porque se relacionaba solo con
sustentar, corregir, modificar y por eso hasta con aspaviento es
que utiliza los verbos ordenar, recomendar y no dice que
realmente fue un plan proscrito y por lo tanto que ambos se
ingeniaron no una corrección, ni modificación, sino la falsificación
de un documento; de otro, que la quiso justificar de pronto en un
313
motivo que en su sentir era altruista pero realmente no lo es,
porque admisible no resulta privilegiar el buen nombre de una
institución del Estado, sin embargo de que se posea el falso
convencimiento de que sus dependientes actúan impolutamente,
en desmedro de bienes jurídicos y de intereses que pertenecen a
todo el conglomerado y resultan así superiores al que se pretende
amparar con la desviada ejecutoria.
50.- Además, si USCATEGUI RAMIREZ hizo esos pedimentos,
entonces jamás tendría que resultar recibiendo y sobre todo
aceptando sin exhibir descalificación alguna en contra de ello, un
oficio con fecha 15 de julio cuando su emisión corresponde como
a la primera quincena de agosto, como él mismo y algunas veces
OROZCO lo indicaron y eso no era lo único que debía objetar de
ese otro documento, sino también el consecutivo, puesto que el
16 de julio le llegó un oficio con el 2919, pero además el del
siguiente mes contemplaba el mismo número, lógico que si lo que
estaba pidiendo era una corrección, complemento, sustento, en
fin, en sana lógica, no para alguien del común sino para la
persona estructurada intelectualmente como lo es él, lo que debió
haber aceptado era otro oficio con diferente fecha,
indiferentemente que contemplase consecutivo, pero sí, con algo
importante, que hiciese referencia al anterior y comportara la
materialización de su pedimento y a fe que el que admitió nada,
pero absolutamente nada de ello cobija, de manera que si no se
hizo así y adicionalmente el que se exhibió como respaldo de las
explicaciones sobre los hechos fue el que soporta los
cuestionamientos, sin aludir en lo mas mínimo al que debía
aludirse, es que recuérdese que en la inspección que se practicó
a la B7, no se encontró el 2919 de 10 puntos (fl 21 c.28 A), acotando
314
que según el acta se perseguía el “2019”, pero lo cierto es que es
un mero error de digitación, porque se entiende que se estaba
detrás del 2919; de manera que lo que se pretendió para todos los
efectos fue denotar la existencia solo del de 4 ordinales,
aclaración hecha de la entrega que se le hizo de aquel al
inspector del ejército por parte de OROZCO CASTRO el 21 de
julio del 97.
51.- A virtud de lo ponderado, cuanto se erigió, se reitera, fue una
conjunción de voluntades de ambos procesados, movidos por los
intereses ya vistos en cada uno, ostensiblemente graves los de
OROZCO CASTRO para adulterar el referido documento y a la
par con ello un división del trabajo o distribución funcional, que
ese cometido reclamaba, de manera que si totalmente y en
verdad la elaboración material del oficio corrió por cuenta de
OROZCO CASTRO, puesto que al respecto no se tiene sino el
dicho de éste y el de su coprocesado, pero también la
consecución de parte del contenido, porque la otra estuvo a cargo
de USCATEGUI RAMIREZ, en conjunto hay la necesidad de ver
esos procederes y no insularmente, pues se caería en el error de
negar la coautoría impropia; así que ambos son coautores de la
ilicitud y no como lo indica la resolución de enjuiciamiento, que
aquel es autor y éste determinador, pues no se llenan las
exigencias existentes para esta figura de la doctrina jurídico penal,
las que a propósito, has sido tratadas por la jurisprudencia
nacional así:
“En ese sentido ha de precisar la Sala que no obstante prever el artículo 23 del Código Penal igual tratamiento punitivo para el autor material y el instigador del hecho punible, al señalar que ambos incurrirán en la pena prevista para el tipo realizado, no significa ello que ontológicamente tengan igual connotación jurídica, pues mientras el autor lleva a cabo personalmente el comportamiento típicamente antijurídico, el partícipe, en este caso el inductor, hace nacer en aquél la idea
315
criminal quien a consecuencia de tal motivación la lleva a cabo, o por lo menos da inicio a los actos de ejecución. Sin la pretensión de agotar los desarrollos doctrinarios en torno al tema, es de decirse que el determinador, instigador o inductor, es aquél que acudiendo a cualquier medio de relación intersubjetiva idóneo y eficaz, tales como ofrecimiento o promesa remuneratoria, consejos, amenazas, violencia, autoridad de ascendiente, convenio, asociación, coacción superable, orden no vinculante, etc., hace nacer en otro la decisión de llevar a cabo un hecho delictivo, en cuya ejecución posee alguna clase de interés. Como presupuestos de la inducción, asimismo la doctrina tiene identificados, entre otros, los siguientes que se toman como los más relevantes: En primer lugar, que el inductor genere en el inducido la definitiva resolución de cometer un delito, o refuerce la idea con efecto resolutorio de la idea preexistente, no bastando con realizar una simple cooperación moral ayudándole a perfeccionar el diseño del plan delictivo ya trazado de antemano por el futuro autor material (el denominado omni modo facturus); en segundo término, el inducido (autor material) debe realizar un injusto típico, consumado o que al menos alcance el grado de tentativa, pues si su conducta no alcanza a constituir siquiera un comienzo de ejecución, no puede predicarse la punición del inductor; en tercer lugar, debe existir un nexo entre la acción del inductor y el hecho principal, de manera que lo social y jurídicamente relevante esque el hecho antijurídico se produzca como resultado de la actividad del inductor de provocar en el autor la resolución delictiva, a través de medios efectivos y eficaces como los atrás mencionados; en cuarto lugar, que el inductor actúe con conciencia y voluntad inequívocamente dirigida a producir en el inducido la resolución de cometer el hecho y la ejecución del mismo, sin que sea preciso que le señale el cómo y el cuándo de la realización típica; en quinto término, el instigador debe carecer del dominio del hecho, pues éste pertenece al autor que lo ejecuta a título propio, ya que si aquél despliega una actividad esencial en la ejecución del plan global, ya no
sería determinador” (Sala de Casación Penal, Corte Suprema de Justicia, M.P. Dr. Fernando Arboleda Ripoll; 16 de octubre de 2000; rad. 15610)
En consecuencia, lo probado es que ambos procesados son
coautores dolosos delito de falsedad material en documento
público con el referente de que para cuando procedieron tal, eran
servidores públicos.
9.- DOSIFICACION PUNITIVA
Resta ante las conclusiones extraídas, que no fueron otras que
condenar a HERNAN OROZCO CASTRO por omisión como
autor de homicidio y secuestro agravado y como coautor al igual
que JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ de falsedad
material en documento público de servidor oficial o acrecentada la
316
punición por tal circunstancia y a MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO como coautor de aquellos 2 delitos primeramente
enunciados, aparte de los de terrorismo y concierto para delinquir
agravado, encarar la labor dosimétrica tal.
Recalcarse debe en cuanto a HERNAN OROZCO CASTRO, que
según se desprende de los artículos 21 y 25 de los códigos
penales del 80 y 2000, además porque ya se descartó conato de
omisión respecto de su actuar, que debe sujetarse a la sanción
que contemplen las normas penales correspondientes.
Cabe anotar que en vista de que desde la ocurrencia de los
hechos hasta la fecha del actual proveído, ha regido variada
normatividad estipuladora de diferentes montos para las
sanciones, se aplicará para el sub lite el principio de favorabilidad
y así, se elegirá entre ellas, aquellas que sean menos rigurosas
en tal ámbito. Es pues, dicha legislación: Decreto 100 de 1980,
Ley 40 de 1993, Ley 365 de 1997, Leyes 589 y 599 de 2000 y Ley
733 de 2002. Así que a virtud de normatividad enunciada en
penúltimo orden (art. 37.1) la sanción máxima que se puede
imponer, siendo de prisión es de 40 años. Igualmente, ha de
precisarse que en lo referente a la multa, el monto que se plasme
no debe rebasar el de diez millones de pesos en obedecimiento al
claro mandato contenido en el precepto 46 del código penal del
80, vigente para la época de los hechos, estando inhabilitado para
participar en este cometido el incito en el artículo 39.1 del estatuto
punitivo de 2000, por ser mas odioso, en tanto que permite
imposición de esa clase de sanción hasta por 50.000 salarios
mínimos.
317
Entonces el homicidio conforme al artículo 103 del citado estatuto
de 2000 contempla prisión de 13 a 25 años, pero al ser agravado,
dado que medió motivo abyecto o fútil, sevicia, se colocó a las
víctimas en estado de indefensión y adicionalmente estuvieron
inmersos fines terrorista en dichos crímenes, de acuerdo al canon
104 ibidem, el castigo va de 25 a 40 años de prisión.
El ilícito de secuestro agravado además porque estuvieron
involucrados fines terroristas, por mandado del código en
cuestión, artículo 168 (–prisión de 10 a 20 años- y multa por
determinación del canon 2 de la ley 40/93 entre 100 y 200 salarios
mínimos-) en armonía con el 170, conlleva aflicción entre 160
meses y 30 años y multa de 133.3 a 300 emolumentos.
Y, en punto del concierto para delinquir, la norma 340 de la ley
599 de 2000, inciso segundo, estipula prisión de 6 a 12 años y
multa entre 2000 y 20000 salarios mínimos, pero en vista de que
se dedujo la circunstancia relativa a liderar el grupo de
concertados, la reprensión se aumenta en la mitad, o sea que se
traduce en 9 y 18 años y multa de 3000 a 30000 estipendios.
Y prisión, también comporta, pero entre 10 y 15 años mas sanción
económica de 1000 a 10000 salarios el delito de terrorismo
conforme al canon 343 de la ley 599 de 2000.
Así mismo, y de acuerdo al código penal del 80, artículo 218, la
falsedad material en documento público de servidor del estado
conlleva aflicción entre 3 y 10 años.
318
Individualizando la sanción conforme las anteriores premisas
punitivas, observa el Despacho que para el caso concreto por la
multiplicidad de reatos y antes penas tan altas contempladas por
los mismos, es indiferente basarse en el código del 80 o en el de
2000, de todas maneras se tomará como guía para dicho
cometido el canon 61 de este último.
Así que para HERNAN OROZCO CASTRO se observará como
base el delito de homicidio agravado entre todo el concurso
homogéneo, contra RONALD VALENCIA que obra en el presente
proceso, mismo que señala 25 y 40 años de prisión, o sea 300 y
400 meses, y reportan como primer cuarto de 300 a 345; como
medios de 345 y 1 día a 435; como máximo de 435 y 1 día a 480
meses.
En vista de que no fueron deducidos en el pliego de cargos
agravantes ni atenuantes, se tomará el segmento inferior, es decir
entre 300 y 345 meses. Si se acoge el linde inferior o el contrario
totalmente del cuarto u otro intermedio, el Despacho estima que
debe ser 320 meses -26 años y 8 meses-, toda vez que fue
considerable la gravedad de la conducta del implicado al permitir
que esa persona fuera fácilmente y de la cruel manera como lo
fue, eliminada por los paramilitares; además emerge en su actuar
copiosa intensidad del dolo, puesto que sabía que a donde
llegaron los paramilitares, dotados y cargados de considerable
material bélico y de diferente naturaleza, se encontraba un
población humilde e inerme y que la vida de varios de esos
pobladores, entre ellos de ROLAND VALENCIA iba a ser quitaba
por los criminales visitantes, de suerte que como se observa el
daño fue real y no potencial y este ámbito también se hace contar
319
para el incremento ya visto. Se intensificará ese guarismo por los
demás delitos de la misma naturaleza como por los de secuestro
agravado plural en 12 años y 300 salarios mínimos legales
mensuales vigente para 1997, cuyo monto era de $172.005 y
frente al atentado a la fe pública se aparejarán 16 meses.
Empero, como quiera que la cantidad de emolumentos que ya se
fijó traspasa la frontera ya vista, finalmente la pena pecuniaria
para dicho implicado quedará en diez millones de pesos. En
consecuencia HERNAN OROZCO CASTRO será condenado a la
pena de prisión de 40 años y multa de diez millones de pesos y a
la accesoria de interdicción de derechos y funciones públicas por
lapso equivalente a 10 años (art. 44, ley 365 de 1997) y no se le
concederá el subrogado de la condena de ejecución condicional
por carencia de requisitos por lo tanto se adelantarán los trámites
internacionales, para que a la final cumpla la sanción.
Igual cometido se asume ahora frente a JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ, quien como se ha venido diciendo debe
soportar aflicción por el delito de falsedad material en documento
público de servidor oficial y correspondiendo a ello los extremos
de 3 y 10 años, siguiendo las directrices normativas que se
siguieron en pretérito e idéntico cometido, se observa que el
ámbito de movilidad son 7 años, por lo que los cuartos mínimos,
medios y máximo son en el mismo orden: 36 a 57; 57 y 1 día a 99;
99 y 1 día a 120 meses de esa forma inexorablemente, porque el
pliego acusatorio no contempla agravantes ni atenuantes, la
fijación habrá de hacerse en el primer apartado, lo cual no quiere
decir que al rompe se elija el linde mínimo, cuando quiera que se
considera que la conducta en cuestión en cierta forma es grave,
por los efectos que se buscaban con la falsificación que se
320
acreditó que era hacer ver a las autoridades y por consiguiente a
los coasociados a través del manido documento una realidad
diferente a la que ciertamente se vivió, además porque no fue
poco del dolo con el que se actuó y esto se predica en razón de la
dignidad de que estaba investido el procesado, lo que le
acreditaba suficiente ilustración para entender que sería el mas
reprochado por su conducta. Son a esos motivos a los que se les
nota injerencia y eficacia para intensificar la punición en 5 meses
y gravar a dicho procesado con 41 meses de prisión y con
interdicción de derechos y funciones por el mismo lapso.
En torno a MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO se toma de
todo el concurso delictual que se le atribuye el homicidio agravado
contra RONALD VALENCIA que obra en el presente proceso,
mismo que señala 25 y 40 años de prisión, o sea 300 y 400
meses, y reportan como primer cuarto de 300 a 345; como medios
de 345 y 1 día a 435; como máximo de 435 y 1 día a 480 meses.
En vista de que no fueron deducidos en el pliego de cargos
agravantes ni atenuantes, se tomará el segmento inferior, es decir
entre 300 y 345 meses. Si se acoge el linde inferior o el contrario
totalmente del cuarto u otro intermedio, el Despacho estima que
debe ser el máximo, es decir 345 -28 años 9 meses- meses en
vista de que a este implicado se le enrostra conducta activa y por
ente total animus necandi, además por actuar contra ese bien
jurídico de la vida de una sola persona como lo era Don RONALD
VALENCIA, no queriendo decir que la de los otros occisos tenga
menor valor, cuanto acontece es que se tomó para estos efectos
un solo caso, pues así lo ordenó el legislador para situaciones de
concurso de delitos y ese fue casualmente el del mentado finado,
acompañado de mas de un centenar de personas y valiéndose de
321
buen número de objetos bélicos de gran poder de destrucción con
lo cual redujeron a la víctima y se les hizo presa fácil como así
igualmente se les hizo acabar con la existencia de la misma con la
ferocidad que ni siquiera se encuentra en el mundo de los
indómitos y eso conlleva también a decir que el lastre doloso del
actuar del citado justiciable de lo excesivo, no tiene medida.
Por lo acotado en el precedente párrafo, se intensificará ese
guarismo por los demás delitos de la misma naturaleza como por
los de secuestro agravado plural, el de concierto para delinquir y
terrorismo en 11 años y 3 meses 40300 salarios mínimos legales
mensuales vigente para 1997, cuyo monto era de $172.005.
Empero, como quiera que la cantidad de emolumentos que ya se
fijó traspasa la frontera ya vista, finalmente la pena pecuniaria
para dicho implicado quedará en diez millones de pesos,
desprendiéndose así para MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO la condena a prisión de 40 años y multa de diez
millones de pesos y a la accesoria de interdicción de derechos y
funciones públicas por lapso equivalente a 10 años (art. 44, ley
365 de 1997), sin que se le otorgue el subrogado de la condena
de ejecución condicional por carencia de requisitos.
10. PERJUICIOS
El representante de la parte civil en sus alegatos presentencia
declinó cualquier pretensión indemnizatoria, por haber recurrido
para ese preciso item a autoridades supranacionales, las cuales
ya fallaron e hicieron los respectivos reconocimientos a las
víctimas y es en razón de ello, precisamente que al respecto este
Despacho no emitirá condena.
322
11. LIBERTAD PROVISIONAL
Las decisiones que precedentes ponderaciones conllevarán,
respecto de JAIME HUMBERTO USCATEGUI RAMIREZ impelen
a que se ausculte el mecanismo en cuestión consagrado en el
canon 365 numerales 2 y 3 del Código de Procedimiento Penal; la
primera, indica que se accede a dicho beneficio, cuando en
cualquier estado del proceso hubiere sufrido el sindicado en
detención preventiva un tiempo igual al que mereciere como pena
privativa de la libertad por la conducta punible que se le imputa,
habida consideración de la calificación que debería dársele. En
cuanto a la causal 3ª, contempla, que podrá accederse a tal
beneficio cuando se dicte en primera instancia, preclusión de la
investigación, cesación de procedimiento o sentencia absolutoria.
En suma, la excarcelación procede por esas dos causales, puesto
que se emitirá condena por un delito y habrá de verificarse si el
quantum de la sanción es igual al del tiempo que lleva privado de
la libertad el encartado; así mismo en relación con la absolución
por los demás reatos.
Así que se ve que el monto de la pena impuesta es de 41 meses
de prisión por el delito de falsedad material de empleado público
en documento público.
Ahora, USCATEGUI RAMIREZ dado que soportó medida
detentiva impuesta por la fiscalía el 20 de mayo de 1999 y se hizo
323
efectiva a partir del 27 del mismo mes y años según boleta de
detención 075 ( fl. 373 cd. 18A) y que con interlocutorio fechado 16 de
noviembre de 1999 el comandante del ejército en calidad de
Juzgado Militar de 1ª instancia le otorgó la libertad provisional
previa caución prendaría de 20 SMLV y acta compromisoria ( fl. 399 y
ss. cd. 48 A ) misma que se materializó el 16 de noviembre de 1999 ( depósito judicial No. 6209413 por $4.729.000 – fls. 403 y ss. cd., 48 A , efectuada devolución titulo judicial fl. 84 y
ss. 277 y ss, cd.58) , pero también mediante providencia del 26 de julio de
2000 el juzgado militar, calificó el mérito probatorio con resolución
de convocatoria a consejo de guerra respecto y entre otras
decisiones, revocó la libertad provisional de que venía gozando,
revirtiéndosele la detención el 31 de julio de 2000 ( fl. 121 cd,.50)- ; luego
el tribunal superior militar el 5 de junio de 2001 le otorgó el
beneficio de la libertad provisional con caución prendaría de 1
salario mínimo legal y diligencia de compromiso (fls. 79 y ss cd. 58), con
posterioridad, concurrió por su propia cuenta al lugar asignado –
Escuela de Infantería- para cumplir la detención preventiva, que
se reactivó a virtud de la revocatoria de la libertad provisional
insita en el calificatorio de primer nivel, el 11 de marzo del 2003,
tal y como se desprende del informe de los efectivos del CTI que
fueron comisionados para capturarlo, sin que hubieran tenido
necesidad de esto (fl. 71 c.o. 67), de manera que el tiempo de privación
efectiva de la libertad del implicado hasta la presente fecha es de
62 meses y 2 días y es superior al fijado como sanción, por lo
que en lo que respecta a la condena es viable la excarcelación,
pero además por la absolución conforme al ordinal 3 del artículo
ya referenciado, por lo que ello se concederá previa la suscripción
de diligencia compromisoria y caución prendaría según lo
prescrito por el artículo 368 de la Ley 600 de 2000, cuyo
incumplimiento da lugar a la revocatoria de dicha libertad (art. 367
ibid.).
324
Así las cosas, al tenor del artículo 369 ibídem para efectos de fijar
el monto de la caución prendaria acorde a las condiciones
económicas del sindicado ha de observarse, que se trata de un
oficial retirado de las Fuerzas Militares que alcanzó el grado de
Brigadier General del Ejército Nacional y ostenta sueldo de retiro
equivalente al grado con el que se retiró, por ello y por la
gravedad de los episodios, cuestión que es verdad de a puño y no
necesita de comentarios adicionales, se fija en 35 estipendios
mínimos mensuales actuales, cantidad que deberá ser
consignada en el Banco Agrario sección depósitos judiciales a
órdenes de este Despacho.
Una vez prestada la erogación dineraria equivalente a dicho valor
y suscrita la diligencia de compromiso, se dispone expedir la
boleta de libertad a favor de JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ quien se encuentra recluído en la Escuela de Infantería
(Jefatura de educación y doctrina centro educación militar),
siempre y cuando no sea requerido por otra autoridad
judicial.
12. DETERMINACIONES ADICIONALES
Habida consideración que el oficio 59215 MDENL-848 datado 21
de diciembre de 2006, signado por el actual Ministro de Defensa
cuyo destinatario es el Honorable Senador de la República
Doctor Gustavo Petro Urrego y en el cual se indicó entre otras
cosas y previas algunas referencias que la brigada móvil 2
mantuvo el mando sobre el batallón joaquín parís hasta julio de
325
1997, fue incorporado luego de la terminación del debate público
de este proceso, el mismo no se tendrá en cuenta. Ahora, la
defensa de USCATEGUI RAMIREZ en virtud del derecho de
petición, espera que con base en ese oficio mismo que no
encarece tener como prueba en el fallo, se compulsen copias para
investigar a quienes como declarantes han manifestado cuestión
contraria a la que contempla el citado documento y tocante con
ello el Despacho manifiesta que no lo hará, pues de hacerlo
estaría contraviniendo las consideraciones propias plasmadas en
este sentenciamiento y las que reflejaron que cada declarante
expuso conforme su visión, ateniéndose a subjetivismos, basados
radicalmente en documentos y de hay esa colosal disparidad en
sus aserciones tanto que el Despacho no pudo columbrar la
certeza en el tópico en cuestión.
Tampoco fue admisible someter al escrutinio del Despacho la
copia de la indagatoria rendida por ELKIN CASARRUBIA
POSADA que éste mismo remitió a nombre del suscrito y por
correo certificado el pasado 24 de septiembre, diligencia en donde
se reputó paramilitar actuante en MAPIRIPAN y excluyó de esos
hechos al aquí procesado MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO.
De otra parte, se recuerda que el teniente de la policía JAVIER
RICARDO PERALTA, refiriéndose al misterioso paquete que
como que protegido por un sobre de manila llevaron los
paramilitares a la capital del GUAVIARE dirigido a un militar y
como lo olvidaran en el respectivo avión y se formó toda una
angustiada parafernalia en aras de recuperarlo, pues alcanzó a
llegar a VILLAVICENCIO, señalo que se lo entregaron diciéndole
326
que en un relevo del Ejercito se había quedado y que se lo dio a
su conductor el agente Escobar Sarriá a quien apodaban El Socio,
para entregarlo en el batallón Joaquín Paris (fl. 249 c. 34) . También se
rememora que el agente de la policía Guillermo Escobar Sarria
sostuvo que fue al batallón y lo entregó a un soldado que
permanece en la guardia (fl. 75 c. 41)
El haber ahondado sobre tal evento le parece al Despacho, que
hubiera ayudado a establecer responsabilidades, pero realmente
no se hizo cuando se tenía identificada a la persona que entregó
en el batallón París la enigmática encomienda y con esa fuente y
recurriendo a buenas estrategias investigativas, se habría seguido
la cadena que condujese a todos los que de alguna manera
tuviese relación con el envío, por lo que se ordena que por parte
de la fiscalía se propenda por esa indagación y descubrimiento,
razón por la que se le remitirán las respectivas copias.
Entretanto, mediante pronunciamiento datado 30 de julio de 2003,
la fiscalia 23 Delegada ante el Tribunal Superior de Bogotá,
ordeno compulsar copias para que se investigara la
responsabilidad que pueda recaer, en las autoridades civiles,
militares y de policía, de los municipios de Apartado y Necoclí en
el de Departamento de Antioquia, las localidades o corregimientos
de Charras, Barracón, La Cooperativa, el municipio de Mapiripán,
San José del Guaviare y toda la ruta recorrida por los integrantes
de las Autodefensas Unidas de Colombia (fl. 116 C. 76) , por lo que se
reiterará esa orden y además que se haga lo propio con el resto
de paramilitares que de una u otra forma participaron en los
hechos y con otras personas que tenían nexos con estos, según
lo atestiguó Pedro Alex Conde Anaya (fl. 22 c. 6) .
327
La presente sentencia en copias, remítase a las autoridades a las
que hace referencia el artículo 472.2 del Código de
Procedimiento Penal de 2000.
En razón y mérito de lo analizado, el Juzgado Noveno Penal del
Circuito Especializado de Bogotá, administrando justicia en
nombre de la República y por autoridad de la ley.
R E S U E L V E
Primero: Excluir la parte de la declaración que por conducto de
un tercero rindió mediante certificación jurada el señor CARLOS
ALBERTO OSPINA OVALLE el 8 de junio de 2004.
Segundo: CONDENAR A HERNAN OROZCO CASTRO a la
pena principal de cuarenta (40) años de prisión y multa de diez
(10) millones de pesos y a la accesoria de inhabilitación para el
ejercicio de derechos y funciones públicas durante diez (10) años
como autor responsable dolosamente de omisión en los delitos de
homicidio y secuestro agravados -concurso homogéneo respecto
de ambos géneros delictivos- y coautor de la conducta punible de
falsedad material de servidor público en documento público.
Tercero: CONDENAR A JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ a la pena principal de 41 meses de prisión y a la
accesoria de inhabilitación para el ejercicio de derechos y
funciones públicas por el señalado lapso, como coautor
328
responsable dolosamente del delito de falsedad material de
servidor público en documento público.
Cuarto: ABSOLVER A JAIME HUMBERTO USCATEGUI
RAMIREZ por omisión en los delitos de homicidio y secuestro
agravados en concurso homogéneo referente a ambos géneros.
Quinto: CONDENAR A MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO a la pena principal de cuarenta (40) años de prisión y
multa de diez (10) millones de pesos, lo mismo que a la accesoria
de inhabilitación para el ejercicio de derechos y funciones públicas
durante diez (10) años como autor responsable dolosamente de
los delitos de homicidio y secuestro en concurso homogéneo y
agravados ambos, terrorismo y concierto para delinquir en
circunstancias de agravación éste.
Sexto: No conceder a HERNAN OROZCO CASTRO como a
MIGUEL ENRIQUE VERGARA SALGADO la suspensión
condicional de la condena.
Séptimo: No condenar por concepto de perjuicios.
Octavo: Conceder la libertad provisional a JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ, previo otorgamiento de caución
prendaria en el equivalente a treinta y cinco (35) salarios mínimos
mensuales legales vigentes y suscripción de diligencia de
compromiso tal y como ya quedó expuesto y siempre que no sea
requerido por otra autoridad judicial en relación con diferente
proceso.
329
Noveno: No compulsar copias para las investigaciones como lo
solicitó el abogado del procesado JAIME HUMBERTO
USCATEGUI RAMIREZ.
Décimo: No tomar en cuenta las pruebas referidas en el apartado
de determinaciones adicionales y hacer cumplir las
determinaciones que allí obran sobre investigación a otros
participes de los hechos; en relación con el misterioso paquete
que los paramilitares olvidaron en un avión de los que los
transportó y luego fue entregado en el batallón Joaquín París y
tocante con la comunicación de esta sentencia.
Décimo primero: Adelantar los trámites para hacer que HERNAN
OROZCO CASTRO regrese al país y cumpla la sanción; así
mismo se ordena la captura de MIGUEL ENRIQUE VERGARA
SALGADO, intentando primero con el Juzgado Especializado de
Quibdo – Chocó a cuya cuenta está recluido en la cárcel de
Apartadó que en su oportunidad lo deje a disposición de este
Despacho.
Décimo segundo: Informar que contra el presente fallo procede el
recurso de apelación.
NOTIFIQUESE Y CUMPLASE
El Juez
OSCAR GUSTAVO JAIMES VILLAMIZAR
330
331
