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Nº 45 Nosotros sólo confiamos en Jesucristo. Estas cosas ya no las necesito.

Rescatados 45

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Nº 45

Nosotros sólo confiamos en Jesucristo.

Estas cosas ya no las necesito.

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Bradit, el pequeño director de música

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Bradit vivía en un pueblo en Tailandia. La mayoría de la gente tailandés cree en los ído-los. En cada casa hay un estante con las figuras

de estos “dioses” que deben pro-teger a la familia. Siempre hay que ofrecerles arroz e incienso para adorarlos y calmarlos. En el estante de la familia de Bradit había dos de ellos: el ídolo triste que estaba parado y bastante flaco, y el ídolo gordo que estaba sentado y siempre sonreía.Al compás de la música

Un día, Bradit estaba solo en casa, así que tenía todo el tiempo para jugar. Por su cabeza pasaba la melodía pegajosa de una banda de música que había visto el día anterior. En un rincón de la cabaña encontró un bastón que le sería muy útil como batuta. “Dideldum-pumpum” cantaba y marchaba al compás de la música por la cabaña, gesticulando y dirigiendo con el bastón.Un grave accidenteDe repente se escuchó un golpe y algo cayó al suelo. Bradit miró y se quedó de piedra al ver lo que había sucedi-do. Había tomado demasiado impulso y con su batuta había decapitado al ídolo feliz. ¡Qué horror! El ídolo era un objeto santo para la familia. Ahora se-guramente les sobrevendría desgracia, porque él había enojado a los ídolos.Con mucho cuidado levantó la cabeza y la puso otra vez encima de los hom-bros del ídolo. Pero se tambaleaba con cada paso que Bradit daba para alejarse.

¿Qué les harán los ídolos?Al mediodía volvió el padre del campo para descansar un rato. Al subir la escalera, toda la cabaña se mecía… y la cabeza del ídolo feliz rodó por el suelo. Consternado y enojado el padre se dirigió hacia Bradit.

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Los ídolos sólo son figuras

muertas.

– Yo no he sido – se lamentó éste. – El ídolo triste lo ha hecho, porque el ídolo gordo siempre se ríe de él.– Los ídolos no pueden haber hecho esto – respondió el padre.En la noche, el padre de Bradit decidió construir un nuevo estante para los ídolos y así calmar su enojo. Fue a la casa del vecino Brasong para prestarse unas herramientas. Pero tardó mucho en volver. La madre estaba muy preocupada. ¿Le había pasado algo? ¿Los ídolos ya se habían vengado?

Buenas NuevasCuando por fin volvió el padre, contó cosas nue-vas y extrañas:– Brasong ha botado su estante de ídolos. Pero toda su familia está bien. Tiene un libro que se lla-ma “Biblia”. Ese libro cuenta del verdadero Dios que hizo todo lo que existe.Esta noticia era nueva para la familia de Bradit.

– También contó del hijo de Dios, Jesucristo, – seguía el padre. – Jesús murió pero volvió a vivir.En los próximos días, el padre volvió a la casa de Brasong para escuchar más acerca del Dios verdadero. Así llegó a saber que Jesús había muerto para llevar el castigo por nuestros pecados. Todo aquel que en él cree, recibe el perdón de sus pecados. Dios nos invita a acogernos a su amparo. Él es más fuerte que todos los dioses.El padre pensaba mucho sobre estas novedades. Los ídolos no podían ser verdaderos. Fueron hechos por hombres. Y cuando el ídolo gordo perdió su cabeza, el otro ídolo no le pudo arreglar. Además, a la familia no le había pasado nada…

Una gran decisiónUn día, Bradit volvió del colegio y en-contró a sus padres con un grupo de personas detrás de la casa. En el cen-tro había un cartón y adentro estaban los ídolos de la familia y su estante. Todo el grupo canta-

ba feliz, y el padre de Bradit anunció que él y su esposa querían confiar únicamente en el Dios verdadero y en su hijo Jesucristo. Lue-go el padre sacó unos fósforos y prendió fuego al cartón. ¡Qué felices y liberados estaban!Al ver esto, Bradit también decidió seguir a Jesús. Una historia de Tailandia, narrado por Hartmut

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El duelo de los diosesYa habían pasado tres largos años en que no había llovido ni una gota. Por la sequía no había cosecha, así que en todas partes había muy poco que comer. La falta de lluvia era un castigo de Dios, porque mu-chos del pueblo de Israel habían dejado de creer en él y adoraban a Baal. En realidad, Baal no era ningún dios sino una figura de oro. Pero el rey Acab y su esposa Jezabel creían que por adorar a Baal, éste les daría buena suerte.Una reunión en el monteUn día, el Dios verdadero envió a su profeta Elías para hablar con Acab. Ya tres años antes Elías había anunciado que no iba a llover. Aho-ra le dijo a Acab:– Manda que todo el pueblo se reúna en el monte Car-melo, también los 450 sacerdotes de Baal.Cuando todos se habían jun-tado en la cima del monte, Elías habló al pueblo:

– ¿Por cuánto tiempo quieren se-guir con este doble juego? Tienen que decidirse entre el Señor y Baal. Si Baal es el dios verdadero, síganlo. Pero si es el Señor, deben seguirle a él.La gente no respondió nada.Las reglas de la pruebaEntonces Elías les hizo una pro-puesta:– Necesitamos dos toros, uno para los sacerdotes de Baal y otro para mí. Ambos vamos a cortar nuestro toro en pedazos y ponerlo encima de un altar. Luego pidan a Baal que envíe fuego del cielo para quemar

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su sacrificio; y yo voy a pedir al Señor que envíe fuego y queme mi sacrificio. El que responda con fuego, mostrará que es el verda-dero Dios.La gente estaba de acuerdo:– ¡Nos parece buena idea! – dijeron.

El turno de BaalPrimero les tocó a los 450 sacer-dotes de Baal. Podían elegir el toro, luego prepararon su sacrificio y re-zaron a Baal:

– ¡Baal, contéstanos! – clamaron y bailaron y saltaron alrededor del altar. Muchas horas tardó su ceremonia. Una y otra vez roga-ron a su dios. Incluso se cortaron con cuchillos porque pensaban que esto agradaría a Baal. Pero no sucedió nada.Llegó el mediodía y Elías empezó a burlarse de ellos:– ¡Griten más fuerte! A lo mejor está muy ocupado, o ha viajado; quizás fue al baño, o duerme y tie-nen que despertarlo.

El turno del Dios de IsraelMás tarde, Elías preparó su altar, la leña y su toro para el sacrificio. También cavó una zanja alrededor

del altar. Luego mandó que empa-paran todo con doce jarrones de agua. Después se acercó Elías y oró al Señor :– Respóndeme, mi Dios, para que todo el mundo sepa que tú eres el único y verdadero Dios, y que les invitas a volverse de nuevo a ti.En ese mismo instante Dios mandó fuego del cielo que quemó al toro, la leña e incluso las piedras del al-tar y la tierra alrededor y evaporó todo el agua.Cuando la gente lo vio, todos se echaron en tierra y gritaron:– ¡El Señor es el Dios verdadero!Elías mandó capturar a los sacer-dotes de Baal y matarlos, porque habían seducido al pueblo a seguir dioses falsos.Poco después, el Señor hizo volver la lluvia.

Historia bíblica basada en 1 Reyes 18; por Hartmut

Versículo para memorizar:Escogeos hoy a quién sirváis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Josué 24:15

historia bíblica

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histo

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aplicación

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¿En qué quieres confiar tú?En muchas fechas, especialmente principios del año, la gente tiene muchas costumbres supersticiosas. Una per-sona supersticiosa hace o evita ciertas cosas para tener buena suerte o para protegerse de la mala suerte.

¿En las estrellas?Hay gente que dirige su vida según las estrellas, es decir lee con frecuencia el horóscopo para saber cómo debe comportarse. Pero esto entristece a Dios, porque las estrellas sólo son criaturas de él y siguen el camino que su Creador ha establecido. No pueden mostrar el futuro ni influenciar nuestra vida.

¿En los talismanes?Otras personas se estremecen cuando escuchan el grito

del búho, cuando ven un gato negro y muchas co-sas más. Tienen miedo que estos traigan maldición. A veces tienen talismanes como una herradura, una pata de conejo, la figura de una madona o de un san-to etc. Piensan que estas cosas les protegerán. Pero los animales no son responsables para la felicidad de nuestra vida, ni las cosas que no tienen vida.¿En las figuras muertas?

En los tiempos de Elías, la gente adoraba a los Baales y confiaba en ellos. Sin embargo, sólo eran figuras de ma-dera, de piedra, plata u oro. Pero una piedra, un tronco o metales no tienen vida, no pueden escuchar ni responder ni ayudarnos. Por eso no debemos poner nuestra confian-za en ellos.¿En el Dios verdadero?Dios quiere que solamente confiemos en él y en su hijo Jesucristo. Debemos leer la Biblia, la Palabra de Dios, y obedecerla. También podemos hablar con Dios sobre todas las cosas, pues él nos ama y tiene todo el poder para ayudarnos y guiarnos verdaderamente bien. ¡Confía en Él!

Hartmut

¡¿Me escuchas?!

Solución del acertijo del N° 44:El diablo

quiere que confíes en cualquier cosa menos

en Jesucristo.

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Redacción «Rescatados» • Mensaje de Paz Casilla 139 • La Paz - BoliviaPublicación bimestral dedicada a los niños.

email: [email protected]

Para adultos y jóvenes recomendamos el periódico mensual Mensaje de Paz.

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¿Sabes qué hora es?

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Es muy importante conocer la hora, ya que con ello podremos organizar bien nuestro tiempo.Es muy fácil, primero debemos sa-ber que hay 12 horas y 60 minu-

tos. El reloj está dividido con separa-ciones de 5 minutos.Lo primero que debemos aprender es a leer las manecillas.Puedes apreciar que existen 2 mane-cillas dentro del reloj, una más larga que la otra. La manecilla corta nos in-dica qué hora es; si te fijas en el dibujo, nos indica que son las 10. La manecilla larga nos indica el minuto que es; en este caso nos dice que son 8 minu-tos. Si vemos las dos manecillas juntas, sabemos que son las 10 horas con 8 minutos.En algunos relojes también existe una manecilla más larga y delgada que se mueve continuamente, ésta es la que marca los segundos. En el dibujo nos muestra 30 segundos.Sabiendo esto, es sencillo leer el reloj. Ahora te toca a ti mirar bien el reloj, aplicar estas reglas, y sabrás qué hora es.Conociendo la hora, podrás también utilizar bien el tiempo para realizar to-das las actividades que debes hacer.

Walter

Choclito, siempre estás

puntual.

Es que sé leer

el reloj.